Cable de la Agencia EFE Bruselas publicado en diversos medios españoles y mexicanos Noticias agencias Manifesta 9 explora la huella industrial desde la perspectiva del arte 06-06-2012 / 17:00 h EFE Manifiesta, la bienal europea de arte contemporáneo, explora en su novena edición en Genk (noreste de Bélgica) la visión de artistas contemporáneos sobre las huellas de la era industrial, y cómo esa revolución ha forjado la forma de vida y también la modernidad en el siglo XXI. "Hemos hecho una propuesta relacionada con la historia de Genk, construida por el carbón desde los años veinte. Hemos tratado de movilizar la fuerza de la bienal y la energía social de la memoria cultural", indicó hoy en una entrevista telefónica con Efe el crítico mexicano Cuauhtémoc Medina, jefe del equipo de comisarios de esta edición. Manifesta 9 está ubicada en un imponente escenario, un edificio histórico de la antigua mina de Waterschei, de 24.000 metros cuadrados de superficie, en el que sus organizadores han querido buscar una mirada "poética", a través del arte contemporáneas, sobre la reestructuración del sistema productivo a nivel mundial. Todo ello con la producción de carbón como telón de fondo y como material que fue clave para transformar la vida social y el paisaje natural en la era industrial, y que en esta muestra es considerado también como una "fuente de energía cultural". Para Medina, las ventajas de la situación geográfica de Genk, en la provincia flamenca de Limburgo, próxima a las fronteras con Alemania y Holanda así como a la región francófona de Valonia, que conforma el sur de Bélgica, son claras, ya que además de la exposición en la antigua mina Manifesta llevará más de 80 eventos a sus alrededores. Esta bienal ofrece un "salto" y una "dinámica cultural que rompe con estar atado a los centros" artísticos en una ciudad donde hay una estructura emergente, opinó. La exposición, titulada "La profundidad de lo moderno", está presentada como un tríptico en cuya primer parte 35 artistas de todo el mundo han sido invitados a presentar obras que relacionen la temática industrial local con asuntos globales. La segunda sección hace un repaso del arte de los siglos XIX y XX con una temática marcada por la industrialización, en tanto que la tercera parte se centra en el legado que la minería ha dejado en la provincia de Limburgo. Medina destacó que se abordan algunos temas por primera vez, como la relación entre el impresionismo y la contaminación. El comisario descartó que la muestra esté marcada por un enfoque latinoamericano, a pesar de su nacionalidad y de que en ella exponen los también mexicanos Carlos Amorales y Antonio Vega Macotela, además de la ecuatoriana Kuai Shen, la argentina Magdalena Jitrik o el venezolano Alexander Apóstol. "Este proyecto no tiene una lógica latinoamericana. Estamos ya muy insertados en el debate de la cultura global", señaló. Por parte de España, participan los artistas Manuel Durán, Jota Izquierdo y Lara Almarcegui. Manifesta, que estará abierta al público hasta el próximo 30 de septiembre, es una de las bienales artísticas más importantes de Europa junto a la de Venecia y Documenta, que se celebra en la localidad alemana de Kassel, con la particularidad de que es itinerante. El proyecto de esta bienal se originó a principios de los años 90, tras la reunificación de Alemania, siguiendo el impulso de integración europea, con vocación de ser una plataforma "migratoria" de arte contemporáneo que interactúa con los lugares donde se celebra, explicó Medina. Desde 1996, Manifesta ha tenido lugar en Rotterdam (Holanda), Luxemburgo, Liubliana, Frankfurt (Alemania), San Sebastián, Trentino-Alto Adigio (Italia) y Murcia. Para el comisario, la proliferación actual de bienales en todo el mundo es positiva para romper con el centralismo del arte que acaparan los museos, y es un buen vehículo para "experimental con el modelo" para dar a conocer el arte contemporáneo, "que es de lo más poderoso para atraer al público". "Las bienales van y vienen. Pero la tasa de natalidad es más alta que la de mortalidad", comentó.- En REFORMA Propone 'Manifesta9' diálogo con carbón El equipo de curadores es dirigido por el mexicano Cuauhtémoc Medina Inder Bugarin (2 junio 2012).- En las colosales instalaciones de la antigua mina André Dumont hoy inicia la Bienal Europea de Arte Contemporáneo,Manifesta, un evento que en su novena edición busca alterar el concepto del carbón, un símbolo histórico de la industrialización que hoy es considerado uno de los mayores enemigos del medio ambiente. "Es un evento en el que se reinventa la bienal, añadiendo elementos históricos, patrimoniales y contemporáneos porque nunca antes la bienal se había relacionado con la memoria y la herencia de una región", declaró a REFORMA Hedwig Fijen, Directora de Manifesta, encuentro con 16 años de trayectoria y que prácticamente se había centrado en el estudio y la reflexión de las relaciones entre Occidente y el antiguo bloque del Este. "Ese es el gran logro de la bienal, proponer una experiencia de arte contemporáneo inmersa en un diálogo entre generaciones, geografías, horizontes históricos y proyectos sociales, todo como una fuerza transformadora de una región y de nuestra vida diaria". La bienal titulada "La Profundidad de lo Moderno" se celebra en Genk, una ciudad localizada al noroeste de Bélgica y que en el siglo pasado se convirtió en uno de los polos industriales del país gracias a la minería, un sector que operó hasta los 80 y fue vector para que una localidad de 2 mil habitantes hoy sea una urbe multicultural de 65 mil. Son precisamente las expresiones antropológicas, sociológicas y artísticas que transformaron este poblado, de la provincia de Limburgo, las que recoge el equipo de curadores dirigidos por el mexicano Cuauhtémoc Medina en el evento artístico itinerante. En total participan 39 artistas nacionales e internacionales en la sección de arte contemporáneo, 67 en la histórica, 17 proyectos en el rubro de patrimonio y alrededor de 150 intervenciones, incluyendo fósiles, documentales, fotografía y tiras cómicas. Entre los artistas destaca el inglés Richard Long, cuya escultura basada en una colección de cubos de carbón altera el panorama de una de las galerías interiores de este edificio estilo art déco. También participa el escultor francés Christian Boltanski y los mexicanos Carlos Amorales y Antonio Vega Macotela. "No es un evento reivindicativo con la mina ni con el carbón, es una exhibición que rompe con lo que se había hecho anteriormente en el mundo del arte contemporáneo", expone el propio Amorales, quien participa con una obra representada en una gran impresora que dibuja con carbón sobre un pendón al tiempo que va contando una historia. "Aquí no se habla de las tendencias ni de lo que viene, como suele hacerse en estos foros, más bien hay una ingeniosa convivencia entre histórico y presente, y un rompimiento de los clásicos espacios neutrales añadiendo el polvo, los olores y los aires que corren por la mina". Abierta hasta el 30 de septiembre, la muestra invita al visitante a sumergirse en tres grandes secciones y arranca con la titulada "17 Toneladas", un experimento en el que se ha convocado la colaboración de instituciones y practicantes culturales relacionados con la memoria de la industria para generar una representación distinta del carbón como patrimonio cultural. El segundo piso está dedicado a "La Era del Carbón", un ensayo sobre la manera como el arte occidental fue alterado por este material como fuente de energía, de trabajo, de desarrollo industrial y de transformación del paisaje. En la última planta se exhibe "Poética de la Reestructuración", una exploración del arte contemporáneo mediante una visión crítica sobre la producción, la transformación de la civilización industrial, la noción del trabajo y sus movimientos sociales. En este último pasaje se muestra la obra "residuos de la economía clandestina", un recorrido que va desde los centros chinos de producción de piratería, hasta los fayuqueros de Tepito y los "tapeteros" de España. En COBRA (la sección cultural de la cadena de TV VRT) Heden en verleden gaan hand in hand op Manifesta 9 zo 03/06/2012 - 13:11 Het gerestaureerde mijngebouw van Waterschei is het indrukwekkende decor voor de negende editie van Manifesta, de reizende Biënnale voor hedendaagse kunst. Dit groots opgezet evenement gaat van begin juni tot eind september op zoek naar de geschiedenis van deze site, de omliggende regio en de blijvende invloed van de steenkoolindustrie op het sociale weefsel en de cultuur ManifestA 9 in het journaal Video De Mexicaanse curator Cuauhtémoc Medina speelt met zijn concept ‘The Deep of the Modern’ in op de sociale en maatschappelijke impact van het recente mijnverleden in Limburg. Deze editie van de biënnale presenteert voor het eerst niet alleen een internationale, toonaangevende selectie van hedendaagse kunst, maar ook een indrukwekkende verzameling historische kunstwerken en het in de regio rijk bewaarde mijn-erfgoed. 17 Tons De ruimte in het art-deco mijngebouw is gigantisch. Op het eerste niveau krijgen we onder de noemer ’17 Tons’ een overzicht van het historische erfgoed. Naast plannen en tekeningen van het gebouw – een parel van functionele architectuur - zien we maquettes van mijngangen, een Lego uitvoering van een mijntrein en een reeks portretten van kompels in de meest diverse materialen (steenkool - vanzelfsprekend - maar ook zout en aardappelpulp). Het aandeel van immigranten in de mijngeschiedenis wordt pakkend in beeld gebracht met een verzameling van Turkse bidmatjes en een aantal kasten vol werkboekjes. Als je bedenkt dat elk boekje staat voor een mijnwerker die vaak vanaf zeer jonge leeftijd dagelijks zijn gezondheid op het spel zette, krijgt deze boekenkast een grote symboolwaarde. De foto van een Grieks koppel is wat dat betreft veelzeggend. Bij het vertrek van Spyros Roumeliotis naar België in 1957 liet hij zijn helft van de foto achter bij zijn vrouw. Twee jaar later reisde de vrouw haar man achterna en konden zij hun foto herenigen. Deze met eenvoudige draad aaneengenaaide foto maakt de geschiedenis echt tastbaar. De poëzie van de herstructurering Op de eerste verdieping stappen we het heden binnen. Hier wandelen we tussen de realisaties van hedendaagse kunstenaars die hun reflectie op deze plek met zijn rijke verleden hebben vormgegeven. Bovenaan de trap heeft de Chinese kunstenaar Ni Haifeng met een eindeloze hoeveelheid lapjes stof een moderne variant van een terril gebouwd. In een zwierige beweging lijkt hij een groot lappendeken te “deconstrueren” tot het uiteengevallen eindigt als een grote heuvel. Of is het net andersom? Is het lappendeken ontstaan uit de heuvel? De toeschouwer kan het zelf bepalen. Wat wel vaststaat, is het belang van het productieproces. Naast de textielterril staat een batterij naaimachines die wijzen op een constructief verhaal. Wat verder staat een vreemd soort printer tekeningen uit te braken. Het is de ‘Coal Drawing Machine’ van de Mexicaanse kunstenaar Carlos Amorales. De printer is uitgerust met een stuk steenkool dat geometrische patronen tekent op grote vellen papier. In deze industriële ruimte laat de kunstenaar de machine aan de lopende band kunstwerken produceren die wat verder opgehangen worden - als lappen textiel die in een fabriek te drogen hangen. Naast deze tekeningen is het oppassen geblazen. Voor je het weet, loop je over grote loden stroken ondanks de bordjes die vriendelijk vragen dat niet te doen. Deze stroken lood zijn het werk van de Italiaanse Rossella Biscotti. Zij heeft dit lood opgekocht in een kerncentrale in Litouwen. Deze minimalistische installatie - schatplichtig aan het werk van Carl Andre - krijgt pas haar volle betekenis als je de ontstaansgeschiedenis kent, een euvel dat veel hedendaagse kunst kenmerkt. Het tweede werk van Biscotti is nog minder fysiek aanwezig: de elektriciteitsvoorziening van de tentoonstelling loopt langs koperdraden die eveneens uit de Litouwse kerncentrale afkomstig zijn. Haar recyclage van beladen materiaal maakt zo deel uit van de inhoud en de infrastructuur. Het geheugen van de steenkool Aan het andere uiteinde van de zaal bevinden we ons in het kunsthistorisch luik van de tentoonstelling. Hier valt vooral het werk van de Britse kunstenaar Richard Long op. Dit icoon van de “land art” is hier vertegenwoordigd met een werk uit 1992: ‘Bolivian Coal Line’. Zoals bij het werk van Biscotti zijn de vindplaats en de vergaarmethode van het materiaal van grote betekenis. In deze sectie - door de curators treffend ‘Donkere materie’ getiteld - vinden we nog enkele werken die steenkool als basismateriaal gebruiken. Een van de bekendste is Marcel Broodthaers die op een berg kolen een Belgische vlag plantte. Ook de Franse kunstenaar Bernar Venet is blijkbaar gefascineerd door dit zwarte goud en de vorm van de terrils. Hij kon het ook niet laten ettelijke kilo’s steenkool uit te kieperen. Achter de enorme wand van blikken dozen waarop Christian Boltanski foto’s en registratienummers van mijnwerkers kleefde, komen we tenslotte in het museale gedeelte. Hier geeft een reeks van schilderijen, van de achttiende eeuw tot vandaag, een overzicht van de manier waarop traditionele kunstenaars de steenkoolindustrie en de daaruit volgende transformatie van het landschap in beeld hebben gebracht. We zien er apocalyptische beelden van John Martin, die Miltons ‘Pardadise Lost’ situeert in donkere mijnspelonken, en de enige tekeningen die beeldhouwer Henry Moore maakte van werkende mensen. Moore maakte de tekeningen van mijnwerkers in 1942, in volle oorlogsperiode, en “moest” naar eigen zeggen “kijken naar mannen in gewelddadige actie”. Het schilderij dat ons het meest zal bijblijven, is van de Britse schilder Janet Buckle, die een simpel silhouet van een mijnlift situeert tegen een dreigende rode lucht. Of hoe een vervuilende industrie, die het leven van talloze mensen heeft getekend, kan leiden tot wat de tentoonstellingsmakers “de esthethiek van de vervuiling" noemen. [ Manifesta 9 - André Dumontmijn Waterschei (Genk), tot 30 september ] Manifesta 9 gaat dit weekend van start VRTbekijk de afzonderlijke fragmenten Het journaal-één-31/05/2012-VRT do 31/05/2012 - 20:03 In de oude mijngebouwen in het Limburgse Waterschei opent zaterdag Manifesta 9. Dat is de tweejaarlijkse manifestatie voor hedendaagse kunst in Europa. Niet alleen hedendaagse kunstenaars tonen er hun werk, er is ook ruimte voor geschiedenis en erfgoed. De Mexicaanse curator Cuauhtémoc Medina ontwikkelde voor Manifesta 9 een concept dat inspeelt op de sociale en maatschappelijke impact van het recente mijnverleden in Limburg. Uniek voor deze editie van de biënnale is dat er voor de eerste keer in de geschiedenis van Manifesta niet uitsluitend een internationale, toonaangevende selectie van hedendaagse kunst zal worden getoond. De tentoonstelling presenteert immers ook een verzameling historische kunstwerken én er wordt ingegaan op het rijk bewaarde mijnerfgoed in de regio. Concreet bestaat de tentoonstelling "The deep of the modern" uit drie delen. Het eerste deel "Poetics of restructuring" bestaat uit bijdragen van 39 hedendaagse kunstenaars en focust op esthetische antwoorden en persoonlijke commentaren op de wereldwijde economische herstructurering van het productiesysteem in de vroege 21e eeuw. Er zijn zowel videowerken als installaties en andere media te zien. Het tweede deel "The age of coal" geeft een overzicht van kunstwerken uit 19e en 20e eeuw die de impact van de steenkoolindustrie als onderwerp hebben. Manifesta 9 bevat dit jaar ook een nieuw element: een overzicht van de culturele productie gedreven door de kracht van de herinnering bij de verschillende erfgenamen van de mijnindustrie in de Limburgse Kempen ("17 tons"). De biënnale Manifesta vindt plaats van zaterdag 2 juni tot en met zondag 30 september op de site van de oude mijn in Waterschei bij Genk. E-mail Afdrukken Permalink Cultural / arte Las claves de Manifesta 9, por Cuauhtémoc Medina Hasta el 30 de septiembre se desarrolla una nueva edición de Manifesta en la localidad belga de Limburgo. Recuperamos esta entrevista con Cuauhtémoc Medina, su comisario, tras su paso por ARCO para presentar sus contenidos andrea c. fernández s. @Amapolita / madrid Día 01/06/2012 - 18.06h ABC Cuauhtémoc Medina en una imagen de archivo Cuauhtémoc Medina (México D.F, 1965) es un apasionado por el arte. Su propuesta artística sorprendió a la organización de Manifesta, y por esto le seleccionaron como comisario principal de su novena edición, la que abre ahora al público desde el 2 de junio en la ciudad minera de Genk, en Limburgo (Bélgica) y que en febrero se presentó en ARCOmadrid. Medina reflexiona sobre su proyecto y el rol de las bienales y ferias. ¿Cómo afecta la mirada de un latinoamericano a Manifesta9? Es bien interesante que siendo una bienal europea tenga un equipo curatorial encabezado por alguien que no lo es. Eso marca un giro en las estructuras del arte y la cultura. Las preguntas que se trazan en Manifesta sobre determinados discursos imperantes del arte contemporáneo, como la toma de conciencia de ciertos movimientos y visiones menos oficiales, se plantearán ahora en una localidad como Genk en Limburgo. Son preguntas globales que no necesariamente están basadas en una cuestión de identidad física, sino ética, condición producida por los cambios en la economía y en la industria. Esa no es precisamente una perspectiva latinoamericana, pero sí es interesante que tanto la bienal de Estambul o la de Dublín estén encabezadas por comisarios latinoamericanos. «Manifesta 9 no se despliega por mil sitios sino que se desarrolla en un solo espacio» ¿En qué se diferencia esta edición de Manifesta? Nuestra primera decisión fue no hacer de esta bienal una enorme exhibición de artistas consagrados, sino proveerla de una estructura que involucrara una argumentación. Estará dividida en tres secciones que interactuarán dentro de una única exposición. Primero, una sección contemporánea integrada por unos 37 artistas abordará las transformaciones del mundo industrial y del sistema productivo actual. Ese concepto estará relacionado con una exposición más histórica, La edad de carbón, que indagará la manera en que el carbón como mineral, factor de la transformación del ambiente y de las sociedades, afectó también a la producción artística. Y tercero, estará la exhibición 17 toneladas, una especie de ensayo sobre el legado de la minería de carbón en las prácticas culturales contemporáneas. Va a ser una colaboración con grupos de mineros, archivos y personajes del arte muy diversos, desde dibujantes de cómics hasta diseñadores de moda, en los que desafiamos la noción de lo qué se entiende por patrimonio industrial y cómo se perciben los efectos de la industria a largo plazo en la cultura. Asimismo, hay otra diferencia con respecto a otras ediciones: no tendrá la forma de una muestra repartida en multitud de sitios, sino que se desplegará en un solo espacio, en la antigua mina de Waterschei en Genk, una ruina industrial que tiene alrededor de 25.000 metros cuadrados. ¿En Manifesta se selecciona primero el concepto, la ciudad o va a la par? Funciona como una bienal migratoria y es importante que la organización establezca una asociación con la ciudad y su estructura política para seleccionar después a los comisarios. Esta es la primera vez que ha funcionado por la vía de concurso. Yo partí de la selección del lugar e hice una investigación en ese espacio que arrojó este proyecto específico, y luego ideé el programa. Me tocó hacer una interpretación contemporánea de la ciudad. «Es interesante que las bienales de Estambul o Dublín estén capitaneadas por latinos» A modo de reflexión, ¿determinan las bienales las tendencias artísticas que luego se venden en las ferias? Me costaría trabajo pensar que las decisiones de mercado de los coleccionistas se toman desde citas como esta. Las exposiciones de bienal tienen un comportamiento complejo. Sé que hay muchísimos artistas importantes que no existen en el mercado y otros que están en el mercado y que no tienen ninguna importancia. Los artistas que tienen una idea mercantil se benefician de aparecer en las bienales, pero hay muchos creadores que participan en los circuitos de bienales que tienen más relación con efectos académicos, intelectuales que con lo comercial. En cambio, en una feria de arte, para encontrar la relevancia política, anímica e intelectual de las obras, se requiere mirar por debajo y detrás de las paredes de los stands. No es imposible, porque también son lugares de intercambio de información, de afectos, conocimientos, pero, en cierta manera, aparecen en un lugar en la sombra. ¿Ha recuperado ya ARCO su espacio en Latinoamérica? Uno de los hechos que hizo que ARCO adquiriera importancia a largo plazo, más allá de que la mantuvieran viva sus ventas y que sea una feria de arte que tiene público y no solo compradores, fue que despegó el arte de toda esta región. Ese compromiso histórico le benefició. Hoy ese espacio está disputado con otras ferias como las de Miami, Buenos Aires, MACO-México o Sao Paulo, de manera que el monopolio que tuvo ARCO en aquellos años es irrecuperable, por fortuna para las otras ferias. Es difícil pensar que ARCO tenga una importancia global si no trata de tener un rol tan importante con artistas latinoamericanos como hace Basel-Miami.