Sobre la naturaleza; Parménides de Elea

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METAFISICA. COMENTARIO DE TEXTO
LA VIA Y CUALIDADES DEL SER
Este texto es del filósofo griego Parménides de Elea (540−470 a.c.), filósofo nacido en Elea donde residió
hasta su muerte. Se dice de él que fue pitagórico, abandonando posteriormente dicha escuela para fundar la
suya propia con claros elementos antipitagóricos.
Lo primero que hay que hacer para entender este texto y, en general, toda la filosofía de Parménides, es
ponerla en relación polémica con la filosofía de Heráclito de Efeso.
Para Heráclito el ser no es y el no−ser es, puesto que lo que es en este momento ya no es en este momento,
sino que pasa a ser otra cosa. Para Parménides esto es absurdo y dice que la filosofía de Heráclito no hay
quien la entienda ¿Cómo puede nadie entender que lo que es no sea y lo que no es sea? Eso es imposible..
Para Parménides el ser es y el no−ser no es.
Así en el texto se ve como Parménides se dirige a un alumno suyo y como le explica la esencia de su filosofía.
El maestro le dice al alumno que hay dos vías de investigación, una que es la verdadera, es la del ser y la
segunda la del no−ser es totalmente impracticable.
Para Parménides el pensar y el ser son lo mismo pues todo lo que se puede pensar es.
En el texto, además, se hace clara alusión a la Filosofía de Heráclito, tachándose a este como ignorante,
bicéfalo, gente sin juicio.
Así Parménides se dirige a su alumno diciéndole que se aparte de la vía de Heráclito y juzgue con la razón la
que él propugna:
El ser es único, eterno, inmutable, ilimitado e inmóvil.
El ser no nace ni muere, pues si el ser nace, antes de nacer ¿Qué era? Pues si no era ser, del no−ser no puede
aparecer el ser pues este no es ser, y si antes de nacer era no ha nacido pues ahora sigue siendo. De igual
modo no puede morir, porque si muere ¿Qué es? Si es ser, ahora también es ser y, por tanto, no ha muerto y si
es no−ser, ¡esto es imposible! porque lo que es ser no puede ser no−ser, por todo esto el ser no nace ni muere
es eterno.
El ser es inmutable puesto que si es ser no puede ser no−ser, así que si el ser cambia deja de ser y si no es pasa
a ser no−ser y como si se es ser no se puede ser no−ser el ser es inmutable, es decir, no puede cambiar o
mutar.
Además, el ser es ilimitado, infinito. No puede tener limites porque si los tiene ¿Qué es lo que hay allende los
limites? o dicho de otro modo ¿Qué hay mas allá de los limites del ser? Si pensamos que tiene limites por
fuerza tiene que ser el no−ser, ya que un limite, como su propio nombre indica, delimita donde empieza y
acaba una cosa, pero si fuera el no−ser el ser dejaría de ser, cosa que es imposible porque si se es no se puede
no−ser, por tanto el ser es infinito, o también se puede decir que el ser no esta en ninguna parte, pues si esta
aquí, es decir, si aquí es ser no es allí y puesto que el ser es imposible que sea no−ser el ser no esta en ninguna
parte y a la vez es infinito. Por todo lo anterior el ser es inmóvil, porque moverse es cambiar de un lugar a
otro, cosa imposible para el ser, pues, al igual que ocurría antes, si se es aquí se es allí, pues el ser es ser en
todos los sitios, pero como moverse es cambiar de un lugar a otro si el ser está aquí no está allí, por tanto el
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ser sería aquí pero no sería allí, y como es imposible que el ser sea y no sea, el ser no puede estar en ningún
sitio, es inmóvil.
Así, según la filosofía de Parménides, el nacimiento y la muerte no existen pues si nosotros somos no
podemos dejar de ser, y sabemos que somos porque si pensar y ser son lo mismo y nosotros pensamos
entonces es que somos, por todo ello ¿Cuándo morimos dejamos de ser? No. Porque si somos no podemos ser
no−ser, y por la misma razón tampoco podemos nacer, pues siendo seres como somos, tenemos la cualidad de
ser eternos, por tanto, ser eterno significa no morir y si no morimos tampoco nacemos.
En mi opinión personal la filosofía de Parménides es la más acertada de cuantas hemos estudiado hasta el día
de hoy, aunque difiero en algunos puntos:
En el texto se dice que hay dos vías de investigación pensables, y eso es imposible. Solo puede haber una
pues, simplemente aplicando los razonamientos del propio Parménides, la otra es la del no−ser y si es la del
no−ser esta no puede ser y si no es no existe. No es que sea falsa sino que simplemente no existe porque no
puede existir, pues una vía puede ser verdadera o falsa, pero esta no puede ser ni lo uno ni lo otro ya que si
fuese verdadera o errónea sería y esta vía no puede ser, por lo tanto no existe. Así solo hay una vía de
investigación pensable: la del ser.
Según se puede deducir del texto de Parménides este ser que es eterno, que está en todos los lados y ninguno,
que es inmutable, etc podría ser otra explicación (como lo era la del motor inmóvil) para explicar la existencia
de Dios ya que, las cualidades que Parménides da al ser coinciden plenamente con las que todos tenemos
conceptualizadas de Dios, es más, es la única explicación que, a mi entender, se puede dar para la pregunta
clave que, a mi juicio, Parménides contesta erróneamente, ya que para él pensar y ser es lo mismo.
Para mí en este punto esta equivocado pues, si al describir las cualidades del ser demuestra un asombroso
poder de razonamiento, que en mí ha causado una gran admiración, cuando dice que el pensar y el ser son lo
mismo se equivoca. Para demostrarlo volveré a usar sus mismos razonamientos. Para él existen dos mundos,
el mundo sensible, que es el mundo que conocemos por los sentidos el cual es un mundo absurdo porque
tropieza a cada instante con la lógica de que el ser es y el no−ser no es, y el mundo del pensamiento que no
vemos pero podemos comprender y es único y autentico.
Para Parménides solo se puede llegar a la verdad mediante el pensamiento e ignorando los datos de los
sentidos. Esto es solo cierto a medias pues ¿Dónde se forma el pensamiento? En nuestra mente ¿Cómo se
forma y desarrolla nuestra mente? Por los datos que desde que nacemos obtenemos de los sentidos; así si el
pensamiento se forma en la mente, la mente la desarrollan los sentidos y los datos de los sentidos son erróneos
entonces el pensamiento es erróneo. Pues como decía Aristóteles no hay nada en el entendimiento que no haya
pasado por los sentidos. Así si imaginamos por un momento a un hombre despojado desde su nacimiento de
los cincos sentidos; ciego, sordo, sin tacto, olfato ni gusto, ¿Podría este hombre sin sentidos pensar?, en mi
opinión no, y digo podría no que no tuviese la facultad, pero aunque no tuviese alienada la facultad de pensar,
¿Qué podría pensar?, ¿Qué sabría de la vida, que conocimiento tendría de cualquier cosa para poder razonar y
pensar? ¿Sobre que tema pensaría si no conocería nada? El pensamiento es erróneo porque esta contaminado
por los datos que recibimos de los sentidos, entonces decir que con el pensamiento se llega a la verdad es una
falacia como decir que cual es la forma de un electrón, un absurdo, pues igual que, como nos indica la teoría
cuántica, no podemos ver un electrón, solo la forma que un electrón tiene bajo un microscopio electrónico,
tampoco podemos llegar a la verdad mediante el pensamiento , pues solo llegaríamos a la forma que la verdad
tiene bajo el microscopio de mi pensamiento y, como la verdad es una y universal, todos deberíamos llegar a
conocer la misma verdad y para eso deberíamos buscar, indudablemente, algo que no sea el pensamiento pues
esa herramienta se nos ha revelado inútil para tan magnifica empresa.
Así como el ser, el cual a mi juicio también podríamos llamar Dios, es infinito, también está en nosotros y,
como está en nosotros es por eso que nosotros somos, ya que ese ser o dios es parte de nosotros igual que
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nosotros somos parte de él, no porque pensemos, y así es por lo cual nosotros somos parte del ser y en
consecuencia no podemos morir ni nacer, pues lo único que muere y nace es el cuerpo al que nosotros hemos
confundido con nuestro ser, cuando realmente no lo es, es decir, es el no−ser.
Cuando me refiero al termino Dios no me refiero a ningún Dios de ninguna religión, ya que si el ser es dios no
puede ser de ninguna religión ya que si fuese de una no seria de otra y como la cualidad del ser es que es, no
puede ser de una y no de otra pues si lo fuese entonces cuando no es de la otra seria el no−ser y eso es
imposible.
Llegados a este punto decir que, para mí, a Parménides le falta explicar que el ser realmente no tiene nombre,
pues ¿En algún caso podría tenerlo? No, ya que si el ser es ser no es otra cosa y si no es otra cosa cuando no
es ser es no−ser, cosa, demostrada ya ampliamente, que es imposible. Así, yo añadiría, que la palabra ser es
una herramienta de la cual nos hemos valido para designar, de una forma comprensible a nuestro
entendimiento y así poderla teorizar, algo cuyo conocimiento va implícito en nuestro verdadera naturaleza de
hombres pero que, para el hombre mundano, que en la mayoría de los casos esta despojado de esa esencia, es
realmente difícil llegar a conocer en toda su magnificencia. Ya que para conocer nuestra verdadera naturaleza
y, por lo tanto, el ser, entendiendo ser como palabra que nosotros usamos para poder explicar una realidad
superior e inexplicable mediante el uso de la facultad de la palabra, el pensamiento o la letra, debemos
retrotraer nuestra mente para entrar en contacto con nuestra mente primigenia, mente impoluta de cualquier
agregado mental y, por tanto, no contaminada ni por los sentidos ni por los pensamientos, la cual en si misma
es el ser o dios inherente a nosotros.
Lo que si creo que es cierto es que el pensamiento bien usado, puede ser un excelente vehículo que nos
acerque a la concepción del ser, pero hay un momento de ese camino que el pensamiento también debe ser
desechado junto con los datos de los sentidos. Así anulados los datos de los sentidos e ignorado el
pensamiento, la mente se vacía de todo artificio revelándosenos nuestra verdadera naturaleza perfecta en su
concepción. En este momento nos sobreviene de forma intuitiva el conocimiento de la VERDAD, y por lo
tanto del SER.
Esto que se nos revela es nuestra esencia (ser o dios), imposible de describir ni teorizar mediante el lenguaje y
el pensamiento, el ser, con el cual hemos perdido los hombres el contacto porque, como explica la teoría de la
Termodinámica, todos los sistemas tienden al caos, así nuestro sistema se ha convertido en el caos,
ocultándonos el ser y haciéndonos llamar ser al no−ser.
Dicho esto, opino, que el pensamiento es igual de útil que los sentidos para llegar al conocimiento de la
verdad, entendida esta desde el punto de la universalidad que su mismo nombre lleva implícito, y queda
escrito cual es, a mi juicio, la única forma de llegar al conocimiento de dicha verdad.
También y, únicamente en mi opinión personal, me parece la exposición que Parménides hace del ser, la
manera mas acertada de demostrar la existencia de dios; un dios común a todos los hombres y que forma parte
de nosotros, igual que nosotros formamos parte de él.
Así mismo, todos tenemos en común la cualidad de ser uno con el ser o dios, siendo este, un claro ejemplo de
la igualdad entre todos los hombres, pues, aunque los hombres pretendemos crear clases entre nosotros, en la
cuales unas son superiores a otras, olvidando que a lo que estamos dando importancia es a lo que nosotros
hemos confundido con nuestro ser, es decir, nos empeñamos en llamar ser a nuestro no−ser, en la verdadera
realidad, esa que es despojada de artificios y mascaras cuando tenemos el valor de reconocer al ser por encima
del no−ser, todos somos iguales pues la misma esencia nos une y al mismo ser pertenecemos, y si
pertenecemos al mismo ser, pues solo hay un único ser y todos lo llevamos en nuestro interior, ¿Por qué
queremos parecer diferentes unos de otros cuando en realidad somos uno?
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