Libertad y Desarrollo El comercio internacional, que constituye un elemento fundamental en la estrategia de desarrollo del país, es movilizado mayoritariamente a través de los puertos marítimos En el sistema portuario chileno coexisten puertos privados y públicos. La empresa portuaria de Chile (EMPORCHI) es la empresa estatal encargada de administrar los puertos públicos. Estos son: Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, Talcahuano, San Vicente, Puerto Montt, Chacabuco y Punta Arenas. Si bien en cuanto a tonelaje los puertos privados superan ampliamente a los puertos de EMPORCHI, el hecho que los productos de mayor valor correspondan a carga no granel (de tipo general y contenedores) sitúa a EMPORCHI en una posición relevante dentro del sistema portuario nacional. Existe el diagnóstico generalizado de que hasta el momento la capacidad portuaria del país no ha sido un factor limitativo para el comercio exterior. Sin embargo, ya estarían apareciendo signos de saturación, especialmente en los puertos de Valparaíso, San Antonio y San Vicente, lo que se hace más evidente en determinadas épocas del año y con determinadas cargas. Por este motivo, se necesitaría aumentar la capacidad portuaria de manera significativa en los próximos años en las zonas donde están ubicados estos tres puertos, para enfrentar los incrementos previstos en el comercio exterior. Hay cierto consenso respecto del grado aceptable de eficiencia que tienen los puertos de EMPORCHI, tomando como un dato sus restricciones de infraestructura, si se compara con empresas portuarias de Latinoamérica (aun cuando en los últimos años se han iniciado reformas en estos países, las cuales pueden significar un retroceso en la eficiencia relativa de Chile). En todo caso, la eficiencia de los puertos de EMPORCHI depende escasamente de ella, porque la transferencia y el porteo, que son las faenas principales sobre las cuales descansa la eficiencia de un puerto (dada su infraestructura y capacidad de los buques), son realizadas por empresas privadas. En síntesis, un aumento en la capacidad de transferencia de los puertos públicos depende fundamentalmente de un aumento de la infraestructura. En un contexto de restricción presupuestaria fiscal, debiera profundizarse la participación del sector privado en las nuevas inversiones. Un aspecto institucional que puede desalentar al sector privado a entrar a competir en Libertad y Desarrollo infraestructura portuaria se refiere a ciertos privilegios especiales que tiene EMPORCHI por ser una empresa pública. EMPORCHI participa directamente en los lineamientos de la política portuaria; goza de garantía estatal para el financiamiento de sus inversiones; puede lograr, de hecho, privilegios tales como un virtual monopolio de la función de almacenista de Aduanas; y no paga por las concesiones marítimas de bienes nacionales de uso público en que están situados sus puertos. Asimismo, la institucionalidad actual sobre tarifas permite que existan subsidios cruzados entre los puertos de EMPORCHI, existiendo margen para una competencia desleal con puertos privados. Por otra parte, la legislación sobre concesiones marítimas para la creación de una nueva infraestructura portuaria conduce a una institucionalidad bastante engorrosa, susceptible de discrecionalidades y otorga derechos en extremo precarios. Una propuesta integral para el sector portuario debiera apuntar a crear las condiciones para que el ambiente en que se desarrolle la industria se acerque lo más posible a uno de competencia. En el aspecto institucional, parece razonable proponer una segmentación de la actual EMPORCHI en tantas empresas como puertos administra en la actualidad, o incluso subdividiendo los actuales puertos en empresas diferentes, toda vez que ello sea técnicamente factible. Tales empresas debieran organizarse como sociedades anónimas abiertas, con patrimonios individuales, ciñéndose, por tanto, a las mismas reglas que sus homónimas privadas. El marco regulatorio debe también adecuarse a la nueva realidad. Las normas debieran : a) contemplar mecanismos de fijación de tarifas en los casos donde la competencia entre actividades portuarias o entre puertos sea escasa o inexistente (pero desmontable en cuanto se pueda constatar el desarrollo de grados superiores de competencia ); b) garantizar equidad competitiva en el sentido de que puertos que compiten entre sí deben estar sujetos a las mismas regulaciones; c) dotar de autoridad a algún ente regulador-fiscalizador (por ejemplo, la propia Subsecretaría de Obras Públicas) para que vele por el mayor grado de competencia posible en la industria, incluyendo la ejecución de la política tarifaria, para que administre las concesiones y para que verifique las diferentes externalidades que se derivan a partir de los puertos; y d) inducir al servicio de aduanas para que delegue las labores de almacenamiento de mercaderías en empresas privadas. Libertad y Desarrollo I. INTRODUCCIÓN El comercio internacional constituye un elemento fundamental en la estrategia de desarrollo del país, llegando a representar actualmente alrededor de un 60% del PGB. Los puertos marítimos son responsables de una porción importante de ese flujo comercial con el exterior, situación que se prevé debe mantenerse en el futuro. Luego, el buen funcionamiento del sistema portuario tiene vital importancia para mantener la fluidez del comercio internacional y así no entrabar el crecimiento del país. En este trabajo se analiza la situación del sistema portuario chileno, identificando las fuentes de potenciales problemas que puedan afectar el normal funcionamiento y desarrollo del sector. A la luz de ellas, se entregan algunas propuestas con miras a mejorarlo y perfeccionarlo. El trabajo está organizado de la siguiente manera: en la sección II se presenta una descripción del sector. Se trata de cuantificar la situación actual de la disponibilidad de infraestructura portuaria y la eficiencia con que ésta se emplea, y se presenta el marco regulatorio en que se desenvuelve la actividad. En la sección III se presenta un análisis de la situación actual de los puertos, en relación a la disponibilidad de infraestructura y los problemas que se suscitan por la estructura tarifaria existente y por la institucionalidad que regula las concesiones marítimas. Por último, en la sección IV se presentan algunas proposiciones, con sus ventajas y desventajas frente a la situación actual. Ante el convencimiento respecto de la importancia que reviste para el futuro del sistema portuario la participación activa y masiva del sector privado, se hace especial énfasis en una propuesta integral, la que abarca desde la reformulación del entorno legal y regulatorio que hoy día limita la entrada de nuevos oferentes privados e impide la equidad competitiva entre las empresas del sector, hasta la división de EMPORCHI y la participación del sector privado en la propiedad de las empresas derivadas. II. EL SECTOR PORTUARIO CHILENO: SU SITUACIÓN 1. CARACTERIZACIÓN DEL SECTOR En el sistema portuario chileno coexisten puertos privados y públicos1 La Empresa Portuaria de Chile (EMPORCHI) es la empresa estatal propietaria y encargada de administrar los puertos públicos, que son: Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, Talcahuano/San Vicente, Puerto Montt, Chacabuco y Punta Arenas. El cuadro N° 1 'Esta clasificación se refiere a la propiedad de la infraestructura y no al tipo de servicio, el que también puede ser público o privado. Así, por ejemplo, hay puertos de servicio público pero de propiedad privada, y viceversa. Libertad y Desarrollo muestra la transferencia de carga por puertos de EMPORCHI para 1992 que creció en un 14% con respecto al año anterior, concentrándose este crecimiento en la transferencia por comercio exterior, la que aumentó en un 15,6% en ese período. Las estimaciones hechas por la propia empresa muestran que se mantendría la tendencia al incremento en los próximos años. El gráfico N°l muestra la transferencia histórica por operaciones de comercio exterior a través de los puertos de EMPORCHI entre 1988 y 1992, especificando las operaciones de comercio exterior. El cuadro N° 2 ilustra la situación para la carga movilizada por comercio exterior más carga en tránsito, separándola por tipo de carga para 1992. En él se puede apreciar la enorme importancia que tiene EMPORCHI en contenedores y en carga general, y la importancia bastante menor en graneles, especialmente en los embarques de carga tipo granel. Si bien en cuanto a tonelaje los puertos privados superan ampliamente a los puertos de EMPORCHI, el hecho que los productos de mayor valor correspondan a carga no granel (de tipo general y contenedores) sitúa a EMPORCHI en una posición relevante dentro del sistema portuario nacional. Cuadro N° 2 Participación de los Puertos de EMPORCHI dentro de los Puertos Nacionales en Carga Movilizada por Comercio Exterior (1992), Exportaciones 42% TIPO DE CARGA General Contenedores General Fraccionada Granel Sólida Granel Líquida Refrigerada Contenedores Refrigerada Fraccionada Total Importaciones 52% Comercio Exterior más Carga en Tránsito EMBARQUES DESEMBARQUES 97% 66% 25% 16% 100% 99% 43% 100% 95% 52% 35% 100% 100% 54% Fuente: Cámara Marítima de Chile A;O, 2. OCUPACIÓN DE LA INFRAESTRUCTURA PORTUARIA Al hablar de infraestructura en el sector portuario, se debe tener en cuenta que para un puerto hay tres tipos de infraestructura que inciden directamente en su capacidad para prestar servicios. La primera es la infraestructura de las partes de mar, tales como muelles, molos, malecones, etc. La segunda corresponde a los accesos camineros y ferroviarios que tenga el puerto y, la tercera, corresponde a los espacios para almacenaje2 (patios, bodegas, etc.) que éste tenga. Cualquiera de '• Aun cuando éstos pueden estar ubicados fuera del puerto, en cuyo caso hay que tener presente diferenciales de costo. Cuadro N° 1 Transferencia en Puertos de EMPORCHI 1992 (toneladas) Comercio Internacional Cabotaje Exportaciones Importaciones general Arica granel 94360 II4451 general granel Tránsito Internacional Cargue gral Desembarque granel gral granel 81672 32735 1712 O 5327 O Iquique 135755 143930 346989 102169 2013 2468 8 O Antofagasta 856046 212299 157403 61161 138 O 30559 78853 Coquimbo 151761 4071 21282 146 Valparaíso 2267192 386 1960879 500 106889 O San Antonio 517892 308913 341091 1478082 22600 14153 Talcahuano 394695 53261 46652 11276 4969 2408 1604963 1327921 78916 18858 735 Puerto Montt 47847 567407 2640 28322 6968 Tcrm. P. Momi 0 0 Chacabuco 14880 72439 Temí Chacabuco 0 0 Punta Arenas 29920 Term P Natales 0 San Vicente Total 78043 5 985 0 O 0 O 54456 0 6115311 2879050 3075759 Fuente: HMPORCHI O O O O 1754385 m 19064 327 27919 gral 106903 141997 7907 O 15734 167199 16928 00 gral granel gral Total Total Desembarque granel gral 256448 300580 170854 538752 427302 966054 O 162050 146398 387788 102169 549838 249567 798405 20790 120168 891307 381711 231460 262395 1122767 644106 1766873 97107 8446 38210 1643% 135317 299713 386 2198461 500 4741165 886 4742051 360137 1587876 925631 1911126 2836757 198760 138119 238172 14237 00 155950 granel gral granel 66897 O 79693 O 2542704 99 108609 9961 O 3773 1000 565494 323250 149 O 507 O 401772 55669 80454 24916 482226 90585 I 2498 O 1612403 3277922 89688 151727 1702091 1479649 3181740 00 II 55046 567412 11219 80945 66265 648357 714522 13640 1227 132869 5 granel Total Desembarque Cargue O 30987 O Cargue 339 8344 52623 O 5628M 189883 65 100668 0 0 0 00 190085 65 100875 O 290960 65 291025 558 O 22067 0 0 0 00 15501 72459 23129 O 38630 72439 111069 72986 O 118605 0 0 0 00 72986 O 118605 O 191591 O 191591 O 210717 O 286773 O 286773 O 70681 O 103072 O 103072 43202 29335 482134 O 143331 O 67625 O 0 38163 557093 403522 1441 0 O 0 209331309197 10502 O 76056 00 32391 330771 259287 7011917 ' 3228807 4192240 2419592 11204157 5638399 1682556 Libertad y Desarrollo ellos que se haga restrictivo, limita la capacidad del puerto. Por esta razón, al referirse a la infraestructura portuaria se deben tener en cuenta estos aspectos. El cuadro N° 3 muestra los porcentajes de ocupación de sitios por naves comerciales para los puertos de Valparaíso, San Antonio, Talcahuano, San Vicente (todos de EMPORCHI) y para Puerto Lirquén (privado), durante los años 1991 y 19923. Una alta tasa de ocupación de los puertos puede interpretarse de dos modos: la infraestructura se está utilizando eficientemente casi a su plena capacidad o la infraestructura es abundante pero no se está utilizando eficientemente. El cuadro N° 4 muestra las cifras de utilización de sitios para los mismos puertos en el mismo período4. Como se puede apreciar en Talcahuano y San Vicente las cifras de utilización son también bastante elevadas, superando los estándares aceptables internacionalmente. Para los otros dos puertos hay algún margen todavía para mejorar la utilización de los sitios, excepto probablemente durante la temporada de la fruta. Como se puede apreciar en el cuadro N° 3, la ocupación de sitios en Valparaíso tiene una marcada estacionalidad, alcanzando una alta tasa en los meses de febrero y marzo por la exportación de fruta fresca. Durante este período las vías de acceso camineras también se vuelven restrictivas. Además, este puerto está restringido permanentemente por capacidad de almacenaje, porque no existe espacio en la zona portuaria y se debe recurrir a puertos secos.En los puertos de la VIII región del país, las tasas de ocupación son menos estacionales. San Vicente y Talcahuano muestran tasas de ocupación por sobre el 90% durante aproximadamente siete u ocho meses al año, con un promedio anual de cerca de 87% para el primero y 70% para el segundo. Lirquén, en cambio, tuvo en 1992 una ocupación del 36%. 3 Las tasas de ocupación en el resto de los puertos del país son relativamente bajas. La ocupación se define como la suma de horas sitio en que los sitios equivalentes del puerto fueron ocupados por naves que permanecieron atracadas. La utilización, en cambio, son las horas en que las naves permanecen atracadas y además realizaron faenas de embarque y/o desembarque. 4 Libertad y Desarrollo Gráfico N° 1 TRANSFERENCIA EMPORCHI (1988-1992) (millones de toneladas/año) 2 3 4 5 1^88 1989 1990 1991 1992 1 exportaciones 1 I] importaciones H com. exterior • total 79% San Vicente 1992 Bue» Febrero Marzo Abril Mayo Jonio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre 71%v. Libertad y Desarrollo 3. EFICIENCIA DE LA INDUSTRIA Resulta difícil pronunciarse sobre el grado de eficiencia logrado por los puertos nacionales. En primer lugar, no es posible diferenciar claramente entre la capacidad de la infraestructura y la eficiencia con que se utiliza esa infraestructura. En segundo lugar, en la eficiencia técnica de un puerto incide una serie de factores, entre los que destacan el tipo de carga que se moviliza, el tipo de faena (embarque y desembarque) y la capacidad de transferencia de las naves, las que dependen, a su vez, del tipo de nave (tamaño,tipo de bodegas, capacidad y el tipo de grúas que tenga, debido a que hoy en día las grúas de los puertos prácticamente no se usan, porque las de los barcos son mejores y más rápidas). Además, en general, el tipo de nave que pueda operar en un puerto dependerá de la profundidad de los sitios disponibles en él y de la congestión que exista en el puerto (elementos muy relacionados con la capacidad de la infraestructura). Cuando un puerto está muy congestionado y los barcos tienen que esperar a la gira algunos días, los armadores prefieren enviar a los barcos que tengan el menor costo de oportunidad, que son barcos antiguos y lentos. También existen elementos ajenos al control de los puertos que influyen de manera importante en su eficiencia, como son las vías de acceso camineras y ferroviarias. En tercer lugar, indicadores de eficiencia técnica, como la velocidad media de transferencia, nada dicen sobre la eficiencia económica, ya que, por ejemplo, siempre es posible aumentar la velocidad de transferencia, invirtiendo en mejores equipos, sin que ello sea económicamente rentable. Hechas todas las consideraciones anteriores, a modo de ilustración se han estimado algunas velocidades medias de transferencia de carga, como indicadores de eficiencia técnica. Los resultados obtenidos señalan que en 1992 San Vicente movilizó carga a granel a una velocidad media de 416,7 tons./hora y carga general a una velocidad media de 113,8 tons./hora. A modo de comparación, Puerto Lirquén (privado), movilizó carga general a una velocidad media de 137 tons./hora en 1992 5. Si se toma el caso de Valparaíso, la velocidad media de movilización ese mismo año fue de aproximadamente 101 tons./hora. Se debe tener en cuenta que Valparaíso moviliza fundamentalmente carga general y dentro de ésta, las exportaciones de fruta, que son lentas de cargar. 4. MARCO REGULATORIO EINSTITUCIONALIDAD VIGENTE En esta sección se identifican los principales cuerpos legales que afectan, directa o indirectamente al sector portuario en cuanto a la creación de infraestructura, en cualquiera de sus componentes, a la operación propiamente tal y a la institucionalidad vigente. 5 En Lirquén, los graneles tienen un rendimiento muy parecido a la carga general, por lo que se puede comparar con los rendimientos de la carga general en San Vicente. Libertad y Desarrollo 4.1 NORMAS REFERIDAS A LA CREACIÓN DE INFRAESTRUCTURA a. Concesiones marítimas Las concesiones marítimas son las que dan derecho a ocupar, para uso particular, las playas, rocas, terrenos de playa, porciones de agua y rocas, fondos de mar, dentro y fuera de las bahías, todos ellos considerados por la legislación como bienes nacionales de uso público. La institucionalidad que regula a las concesiones marítimas tiene su base legal en el DFL 340 de 1960 y su reglamento de noviembre de 1988. Según el DFL 340, el otorgamiento de concesiones es una facultad privativa del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretaría de Marina y deberá hacerse mediante Decreto Supremo. Dichas concesiones se rigen por el señalado DFL, su reglamento, por las normas que establece el decreto de concesión y, en subsidio por el DFL 336 de 1953. Esto es, la ley permite el establecimiento de regulaciones y condiciones especiales caso acaso. El traspaso, cesión, modificación o arrendamiento debe ser aprobado previamente por decreto dictado por la autoridad. Se establecen, entre otras, como causales de caducidad, el incumplimiento de cualquiera de las normas que establezca el DFL, su reglamento, o alguna de las condiciones establecidas en el decreto de concesión. Por otra parte, el Estado se reserva el derecho de poner término a cualquier concesión, sin necesidad de expresar causa alguna y sin responsabilidad para él. El reglamento, por su parte, establece que, como norma general, las concesiones se otorgarán por un plazo de cinco años, con la posibilidad de que se otorguen por plazos mayores de 11 hasta 30 años, dependiendo de la cuantía de los capitales. También establece plazos para el inicio (60 días a contar de la entrega) y término de las obras (el establecido en la concesión). En el caso de que varios interesados soliciten una misma concesión, el reglamento señala que tendrá preferencia la solicitud que represente mejor los factores de beneficio fiscal, seguridad nacional, interés social, generación de empleos o producción de divisas. A igualdad de factores, se otorgará por orden de presentación de solicitudes. El reglamento también establece la obligación de contar con diversos estudios, trámites, permisos y autorizaciones. Establece obligaciones específicas tratándose de muelles, malecones, atracaderos o de otras obras destinadas a la movilización de personas o de carga. Por último, en su artículo 58, el reglamento estipula que todo concesionario pagará una renta mínima equivalente al 16% anual del valor de tasación de los terrenos practicada en cada caso por la oficina de Impuestos Internos correspondiente. b. Normas que regulan la construcción de puertos La Ley Orgánica del Ministerio de Obras Públicas, en su artículo 18, establece que corresponderá a la Dirección de Obras Portuarias la supervigilancia, fiscalización y aprobación de los estudios, proyectos, construcciones, mejoramientos y ampliaciones de toda obra portuaria, marítima, fluvial o lacustre y del dragado de los puertos y de las vías de navegación 10 Libertad y Desarrollo que se efectúen por los órganos de la administración del Estado, por entidades en que éste tenga participación o por particulares. 4.2 NORMAS QUE REGULAN LA OPERACIÓN PORTUARIA. a. Normas asociadas a la operación y seguridad La ley Orgánica de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (DFL. 292 de 1953) establece entre otras materias, que corresponderá a la Dirección: i) Velar por el desarrollo y eficiencia de la Marina Mercante, como asimismo por el estudio de la organización y desarrollo del transporte marítimo; ii) Controlar y fiscalizar el material de las naves y artefactos navales para asegurar su eficiencia y las condiciones de navegabilidad; iii) Velar por el cumplimiento de las medidas de seguridad de las naves en los puertos y de las faenas marítimas, fluviales y lacustres y; iv) Otorgar títulos, matrículas, licencias, permisos y libretas en conformidad a la ley y en los demás casos, permisos de seguridad. Se considera como parte de la jurisdicción de la Dirección, el mar que baña las costas, los diques, varaderos, desembarcaderos, muelles, espigones de atraque y en general toda construcción que se interne en las aguas marítimas fluviales o lacustres. En todo caso, en los recintos portuarios artificiales, la Dirección tendrá jurisdicción en cuanto al mantenimiento del orden, seguridad y disciplina. Cuando las necesidades del servicio lo requieran, el Director podrá nombrar "prácticos autorizados", quienes serán remunerados por los servicios prestados por el agente o armador en conformidad a lo dispuesto en el Reglamento General de Prácticos. El reglamento de la ley, por su parte, en sus 347 artículos, establece diversas regulaciones de tipo específicas. Por ejemplo, contempla lo siguiente: a) el Capitán de Puerto (dependiente de la Dirección) determinará el fondeadero de los buques al llegar éstos a puerto, y el tiempo máximo de duración. Que ningún buque podrá hacer maniobra, atraque o desatraque, ni movimiento alguno en la bahía, sin previa autorización del Capitán de Puerto, b) Las naves que lleguen a los puertos estarán obligadas a tomar prácticos, c) Establece regulaciones diversas respecto a la carga y descarga de las naves, d) Determina normas de vigilancia y seguridad que deberán mantener las naves, e) Establece regulaciones, autorizaciones y requisitos para la construcción y reparación de las naves, etc. El Reglamento de los Servicios de EMPORCHI, a su vez, establece que el Administrador de Puerto (funcionario de la empresa) asignará los sitios de atraque con un día de anticipación del arribo de la nave y por estricto orden de anuncio de su llegada, pudiendo variarse en el caso de naves hospital, de pasajeros o por razones de seguridad nacional. Si la llegada no se produce, la prioridad para la asignación de sitios será de acuerdo al estricto orden de recalada y fondeo en el puerto. Además, el Administrador del Puerto puede alterar la prelación de las naves con 11 Libertad y Desarrollo el objeto de propender a minimizar el costo del sistema o aminorar las naves-días de espera a la gira en sus puertos. Podrá también disponer que una nave atracada sea trasladada a un sitio diferente, a objeto de optimizar el aprovechamiento de la infraestructura portuaria. b. Normas laborales El Código del Trabajo, en su capítulo tercero, establece normas que regulan los contratos de trabajo de los trabajadores embarcados o gente de mar, que trabajan atendiendo naves, y de los trabajadores portuarios eventuales, que trabajan atendiendo a la carga en un mismo puerto, tanto en faenas de embarque, como de desembarque, aún en el interior de las naves. En su párrafo primero (normas generales), se establece que se entenderá por trabajador portuario a todo aquel que realiza funciones de carga y descarga de mercancías y demás faenas propias de la actividad portuaria, tanto a bordo de naves y artefactos navales que se encuentren en puertos de la República, como en los recintos portuarios. Además, se indica que el ingreso a las naves y a los recintos portuarios y su permanencia en ellos será controlado por la autoridad marítima, la cual, por razones de orden y seguridad, podrá impedir el acceso de cualquier persona. Por otra parte, en el párrafo tercero, se establece que los contratos de los trabajadores portuarios eventuales no podrán tener una duración superior a veinte días. Los contratos deberán pactarse por escrito y con una anticipación no inferior a ocho horas ni superior a doce horas para que la autoridad marítima autorice el ingreso de los trabajadores al recinto portuario. Sin embargo, la referida notificación no será exigible cuando el contrato fuera celebrado en cumplimiento de un convenio de provisión de puestos de trabajo suscrito entre un empleador y trabajadores portuarios o con uno o más sindicatos de trabajadores transitorios (también se exime de dicha anticipación en el caso de que los trabajadores afectos a convenio o acuerdo no cumplan). c. Normas de Aduanas Históricamente, los almacenes de Aduana estuvieron localizados al interior de los puertos y administrados en forma directa por el Servicio en conformidad a sus necesidades de cobrar tributo. Posteriormente, se entregó la exclusividad a EMPORCHI para realizar funciones de almacenista. Finalmente, en 1988 se eliminó la exclusividad y se otorgó la facultad para que, mediante licitación pública, el Servicio de Aduanas pudiera delegar la función de almacenista en el sector privado en la denominada área primaria (cuya definición es administrativa). La aplicación de esta modalidad ha sido bastante restringida, ya que sólo ha sido aplicada a una empresa en Valparaíso y en el Puerto Lirquén, por lo que EMPORCHI mantiene una posición dominante como almacenista. 4.3 LA INSTITUCIONALIDAD DE EMPORCHI El DFL 290 de 1960 y sus modificaciones regulan el funcionamiento de EMPORCHI. Entre otras cosas, el cuerpo legal establece que: 12 Libertad y Desarrollo a. EMPORCHI es un organismo autónomo del Estado que se relaciona con el gobierno a través del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones. b Su objetivo principal es administrar, explotar y conservar los puertos de Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, Valpo., San Antonio, Talcahuano, Puerto Montt, Punta Arenas y en los demás puertos que determine el Presidente de la República, a solicitud de su Director6 c EMPORCHI no puede tener como objeto la entrega de servicios de estiba, desestiba y transferencia y porteo de la carga. Sí se le faculta para que sea almacenista de aduana. d Se prohíbe la enajenación y gravamen de los inmuebles en sus recintos portuarios. Fuera de dichos recintos se requiere para la enajenación o gravamen, autorización por decreto supremo. Se la faculta (por modificación de 1988), previa autorización presidencial, para dar en arrendamiento u otorgar concesiones de uso de bienes portuarios hasta por treinta años7. e La empresa será administrada por un Director de la confianza del Presidente de la República, el que contará, entre otras, con las siguientes atribuciones: i) Disponer el estudio, construcción, conservación de obras conforme a su objeto y el dragado de puertos. En todo caso, las obras portuarias se realizarán en conformidad a un programa anual de obras que se elaborará en conjunto con la Dirección de Obras Portuarias del Ministerio de Obras Públicas y que aprobará el Presidente de la República. ii) Contratar al personal y poner término a sus servicios en cualquier instante. iii) Establecer la organización y administración de la empresa. iv) Delegar parcialmente, y en casos excepcionales y calificados, en los administradores locales y otras instancias, las facultades que le competen. Asimismo, el Director podrá, pero con la autorización previa del Presidente de la República, realizar entre otras, las siguientes funciones: fijar tarifas, constituir sociedades, contratar empréstitos y endeudamiento (conforme al decreto ley 1263). f Se establece la inembargabilidad de los bienes de la empresa. g Se determina que, en materia presupuestaria, deberá someterse al decreto ley N° 1.263 de 1975. h Se establece que la empresa estará exenta de determinados impuestos y gravámenes. 6 En el año 1960 no existía San Vicente. Entró en funciones el año 1975. 'Esta facultad no ha sido ejercida por la Administración de EMPORCHI. Sin embargo, con fecha de mayo del presente año, se publicó en el Diario Oficial una Resolución que establece los procedimientos para las inversiones el sector en los puertos que administra. 13 Libertad y Desarrollo Se debe hacer notar que las tarifas que se fijan para EMPORCHI son tarifas máximas, pudiendo el Director establecer, mediante resolución fundada, tarifas inferiores. De hecho, el reglamento de los servicios de la empresa establece que los Administradores de Puerto pueden, bajo ciertas circunstancias, rebajar la tarifa de uso de muelle a la nave, hasta en un 70%. Además, se establece, con respecto a los contratos de acopio, que el Administrador de Puerto, podrá convenir con el dueño de una carga destinada a embarcarse o a ser desembarcada, que ella permanezca en el puerto, en el área que él designe, como asimismo el precio de este servicio y demás condiciones inherentes. Tales contratos sustituyen el servicio de almacenamiento en cuanto a las tarifas. III. ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ACTUAL Y PROBABLE EVOLUCIÓN FUTURA 1. INFRAESTRUCTURA Existe el diagnóstico generalizado, compartido por EMPORCHI, que hasta el momento la capacidad portuaria del país no ha sido un factor limitativo para el comercio exterior. Sin embargo, ya estarían apareciendo signos de saturación, especialmente en los puertos (públicos) de Valparaíso, San Antonio y San Vicente, lo que se hace más evidente en determinadas épocas del año y con determinadas cargas. Por este motivo se necesitaría aumentar la capacidad portuaria de manera significativa en los próximos años en las zonas donde están estos tres puertos, para así enfrentar los incrementos previstos en el comercio exterior. La Asociación de Exportadores de Chile ha estimado que se necesita aumentar la capacidad portuaria a un ritmo de 10% anual en la zona central y centro-sur, considerando el crecimiento en el movimiento de carga durante los últimos años. EMPORCHI, por su parte, ha dado a conocer su plan de inversiones para los próximos años que, según la empresa, permitiría satisfacer los requerimientos del país hasta el año 2000. Frente a esto, representantes del sector portuario privado han señalado que dichas inversiones serían insuficientes y que, en consecuencia, debiera abrirse la posibilidad para que el sector privado participe en la ampliación de la capacidad portuaria. La principales razones por las cuales se han podido superar las restricciones en infraestructura portuaria hasta el momento han sido los significativos aumentos en productividad que se lograron al eliminarse los monopolios laborales, la modificación del sistema tarifario y la entrada del sector privado a la prestación de servicios tales como la transferencia y el porteo de carga y la existencia de mejores buques8. Existen indicios que sugieren que en determinados puertos habría todavía algún espacio 8 Hoy día, los barcos tipo Bulk Carrier o tipo Open Hatch Gantry Granes, son muy veloces para cargar y descargar operando con sus propias grúas, especialmente cuando se trata de carga uniforme tipo granel. 14 Libertad y Desarrollo para aprovechar mejor aún la infraestructura existente. Por ejemplo, parte de la congestión observada en San Vicente parece explicarse por tarifas rebajadas en almacenaje. La congestión provoca aumentos en los tiempos de espera (giras más prolongadas) que tiene un efecto retroalimentador, puesto que mientras mayor es el tiempo de espera se usan buques más viejos y, por lo tanto, más lentos y con menor capacidad de transferencia.9 De cualquier manera, el margen para aumentos en productividad, dada la actual infraestructura, parece no ser demasiado, por lo que se ve como inminente, en el corto y mediano plazo, la necesidad de invertir en infraestructura portuaria en algunas regiones. 2. EFICIENCIA Existe cierto consenso respecto del grado aceptable de eficiencia que tienen los puertos de EMPORCHI, tomando como un dato sus restricciones de infraestructura, si se compara con empresas portuarias de Latinoamérica10. En todo caso, la eficiencia de los puertos de EMPORCHI depende escasamente de EMPORCHI, porque la transferencia y el porteo, que son las faenas principales sobre las cuales descansa la eficiencia de un puerto (dada su infraestructura y capacidad de los buques), son realizados por empresas privadas. Según la Cámara Marítima de Chile se han observado avances en los últimos años en cuanto a la eficiencia del sistema que han sido notables. Dicha Cámara ha estimado que la fruta movilizada a través de los puertos en 1990, unas 970.000 tons., tuvo un rendimiento para ese año de 2000 toneladas/1 día/ 1 sitio. En 1981, el rendimiento era de 800 tons./l día/1 sitio. En algunos productos de exportación, como los forestales, la fruta, cobre, etc., los rendimientos son mayores que los estándares internacionales. En materia de contenedores, sin embargo, los rendimientos de transferencia están muy por debajo de los niveles de los países desarrollados. Las cifras para los puertos chilenos es de entre 10 y 14 contenedores por hora/ mano, mientras que en otros países se trabaja a un ritmo de entre 30 y 40 unidades por hora/ mano. La mayor limitación en este respecto está en que la infraestructura portuaria actual no soporta el peso de las grúas más modernas que se requieren para la descarga. En Valparaíso hay una sola grúa para contenedores y no es de propiedad de EMPORCHI. Así, es posible sostener que el sistema portuario chileno es razonablemente eficiente dada la infraestructura existente, excepto en contenedores, donde hay espacio para mejorar la eficiencia de la infraestructura actual. En otras palabras, un aumento en la capacidad de transferencia de los puertos depende fundamentalmente de un aumento en la infraestructura. 'Hasta el momento, EMPORCHI ha tratado de manejar el problema de congestión estableciendo rendimientos mínimos de transferencia (Resolución exenta No 746 de octubre de 1991). 10 En todo caso, en los últimos años se han iniciado reformas en estos países, las cuales pueden significar un retroceso en la eficiencia relativa de nuestro país. 15 Libertad y Desarrollo 3. EL MARCO INSTITUCIONAL El primer aspecto que es importante abordar es el de la institucionalidad del sector en lo que se refiere a la organización de EMPORCHI y la participación de privados en nuevas obras dentro de los puertos de EMPORCHI y en nuevos lugares. Otro aspecto de la discusión se refiere a la eventual descentralización de los puertos públicos y sus diversas modalidades. La revisión de la institucionalidad realizada anteriormente muestra que las regulaciones y legislación existente conciben a EMPORCHI como una institución pública centralizada en su dirección. Sobre este tema, EMPORCHI ha informado de la puesta en marcha de un proceso de descentralización que otorgaría mayor autonomía a la administración local de los puertos, pero bajo la estructura actual (unitaria) de la empresa. La legislación vigente data de hace tres décadas y pese a reiterados esfuerzos para lograr su modernización, sólo se han materializado cambios discretos. Quizás los cambios más importantes han sido el de ampliar el plazo de las concesiones de uso que entrega EMPORCHI para que los privados utilicen sus instalaciones y la entrada del sector privado en la prestación de los servicios de transferencia y porteo. En cuanto a la posibilidad de que EMPORCHI entregue concesiones de uso al sector privado, esta opción se abrió en la práctica el año 1988, al ampliarse el plazo máximo de las concesiones de 10 a 30 años. Otro aspecto de la institucionalidad que puede afectar seriamente las posibilidades de competencia en el sector, se refiere a ciertos privilegios especiales que tiene EMPORCHI por ser una empresa pública. Por una parte, tiene la posibilidad real de afectar el marco normativo que rige al sector, puesto que participa directamente en los lineamientos de la política portuaria. Además, goza de garantía estatal para el financiamiento de sus inversiones; puede obtener financiamiento no reembolsable; y puede lograr, de hecho, privilegios tales como el virtual monopolio de la función de almacenista de Aduanas (con dos excepciones). Además no paga por las concesiones marítimas por los bienes nacionales de uso público en que están situados sus puertos, lo que crea una importante inequidad competitiva. Con respecto a las concesiones marítimas para la creación de nueva infraestructura portuaria, se puede concluir que la institucionalidad vigente es bastante engorrosa, susceptible de discrecionalidades y otorga derechos en extremo precarios. Lo anterior será un factor que desaliente la creación de oferta nueva, en particular si se considera la magnitud de los montos que la creación de infraestructura portuaria requiere. En relación al aspecto de las concesiones, se deben revisar los sistemas vigentes, tanto de puertos, como de sitios de atraque al interior de un puerto de propiedad de EMPORCHI. En 16 Libertad y Desarrollo el caso de la concesión de sitios de atraque, además de requerirse revisar el plazo de los mismos, es necesario definir que las instalaciones semifijas deben ser de propiedad del concesionario. En relación al tema de tarifas, dada la institucionalidad actual, existe la posibilidad de que existan subsidios cruzados entre los puertos de EMPORCHI. En algunos de sus puertos, la empresa podría rebajar la tarifa de almacenaje, por ejemplo, para atraer carga a ese puerto si es que éste compite en esa zona con otros puertos privados. La ocurrencia de este tipo de fenómenos sería un enorme desincentivo a la posible competencia entre puertos que pudiera darse en determinadas zonas del país. Las tarifas que cobra EMPORCHI en algunos puertos no responden a un criterio económico y la razón fundamental para ello es que la empresa no se ve forzada a obtener una rentabilidad positiva por el capital invertido, como tendría que hacerlo un privado que invirtiera en puertos. Esto es grave si uno considera las fuertes inversiones que deben hacerse para construir un puerto. IV PROPOSICIONES En esta sección se analizan distintas opciones concernientes al tema de los puertos bajo la óptica de disponer hacia el futuro de una infraestructura portuaria adecuada a las necesidades de nuestro comercio exterior, administrada con la eficiencia que la competitividad de nuestras exportaciones y consumidores nacionales requieren. Como ya se ha mencionado, los niveles de eficiencia en la operación de puertos alcanzados con la actual infraestructura son muy razonables, tanto en el caso de los puertos de EMPORCHI como en los privados. Lo central es anticiparse a las necesidades del futuro, donde existe consenso en que la participación del sector privado debe ser creciente. Hacia el futuro es importante precaver el mayor riesgo que la actual estructura de EMPORCHI posee en relación a presiones de grupos de interés. Asimismo, es indispensable abrir espacio a una mayor participación del sector privado en el sector. Para que esto pueda ocurrir se requieren dos tipos de modificaciones al status-quo: a) a las normativas que rigen las concesiones al sector privado y b) a la organización de la "industria de los servicios portuarios". Es posible que ambos tipos de modificaciones sean en sí necesarios para acercarse al objetivo global planteado más arriba, pero ninguno de ellas sería suficiente por separado. 1. CONCESIONES MARÍTIMAS El problema en el caso de la legislación de concesiones marítimas tiene dos aspectos principales: el largo de la concesión y la discrecionalidad administrativa para decidir los pagos que debe realizar el concesionario privado, que corresponde a un porcentaje sobre un valor de tasación de los terrenos hecha por el Servicio de Impuestos Internos en cada caso. Como ha sido dicho, el reglamento del DFL 340 establece como norma general que las 17 Libertad y Desarrollo concesiones se otorgarán por un plazo de cinco años, con la posibilidad de que se otorguen por plazos mayores de hasta 30 años, dependiendo de la cuantía de los capitales. Sería conveniente que el plazo sea indefinido o al menos más largo, y por cierto renovable, de manera que existiese permanentemente, por parte del concesionario, el incentivo a invertir en la ampliación y mantención del puerto u Asimismo, es posible mejorar en relación a la estabilidad y calidad de los derechos de propiedad otorgados por las concesiones. A diferencia de una carretera o un túnel, un puerto es una obra de infraestructura que requiere de una serie de inversiones en el tiempo, tanto de ampliación como de instalaciones laterales, conforme se desarrolla su actividad. La innovación tecnológica en materia de transporte, acopio, carga y descarga, accesos, etc., puede ser vital si, además, se considera un entorno competitivo al puerto en concesión, es decir, si existe(n) otro(s) puerto(s) en condiciones de competirle en el área geográfica servida. En cuanto a la discrecionalidad administrativa, parece prudente que las concesiones sean otorgadas por el ministerio más afín al tema, como es el Ministerio de Obras Públicas, dejándole al Ministerio de Defensa un rol más bien pasivo de verificar solamente aspectos relacionados a la seguridad nacional. Este traspaso de responsabilidades permitiría también un grado menor de discrecionalidad en lo que se relaciona a la caducidad de la concesión, la que actualmente puede ser terminada por parte de la autoridad sin necesidad de expresar causa alguna y sin responsabilidad para el Estado. Un régimen de concesiones similar al aprobado recientemente para otras obras públicas, y que ya está caminando muy promisoriamente, sería también aconsejable12. Ello, por ejemplo, mejoraría notablemente los criterios para asignar las concesiones, dando mayor preponderancia a los objetivos propios de un puerto (movilizar carga) y menos al propio tema de seguridad nacional u otros como "generación de divisas". Finalmente, también sería útil revisar la plétora de permisos, estudios, trámites y autorizaciones que se requieren para solicitar una concesión. Sin duda existe hoy bastante espacio para alguna racionalización. No hay que olvidar que muy pronto se agregará además la necesidad de realizar estudios de impacto ambiental. 2. LA ORGANIZACIÓN DE LA INDUSTRIA Aún si se mejora la normativa de las concesiones, el interés del sector privado por participar en la gestación de nueva infraestructura portuaria (o en la ampliación de la existente) podría no ser motivado si no se considera una serie de aspectos que tocan a la manera en que se organiza la industria en la actualidad, lo que se relaciona tanto a la institucionalidad vigente como al tema tarifario. A la autoridad le interesa que se invierta en infraestructura y que la operación de puertos "Desde un punto de vista de eficiencia económica se deben preferir las concesiones por tiempo indefinido por sobre las concesiones cedidas por períodos de largo plazo, toda vez que, por largos que dichos plazos sean, el incentivo para realizar inversiones se verá mermado mientras más se acerque el plazo de vencimiento de la concesión. 12Asumiendo las diferencias del caso, como en lo relativo al largo de las concesiones, como se mencionó anteriormente. 18 Libertad y Desarrollo sea eficiente en cuanto a que ayude al comercio internacional. En este sentido, debiera ser conciente que en la medida que las economías de escala y las condiciones naturales lo permitan, un régimen de puertos competitivos sería conveniente para el país como un todo. Todo ello significa que, al momento de implementar reformas a la industria, la autoridad debiera velar por crear las condiciones para que al sector privado le interese participar, y al mismo tiempo, que ello ocurra en un ambiente donde pueda desarrollarse algún grado de competencia, tanto entre puertos, como al interior de ellos13 La institucionalidad vigente, como se ha dicho, contempla puertos públicos (bajo la administración de EMPORCHI) y privados. Uno de los problemas que enfrenta la organización de la industria es que, dada esa realidad, las condiciones en los que operan unos y otros no son simétricas. EMPORCHI, como empresa del Estado de carácter nacional, cuenta con una serie de limitaciones operativas, donde destacan su sometimiento en materias presupuestarias al decreto ley N° 1.263 de 1975 y la prohibición a realizar labores de transferencia y porteo en sus propios puertos14 . Pero al mismo tiempo, tiene una serie de prerrogativas otorgadas por ley (por ejemplo, acceso a créditos con el aval el Estado, inembargabilidad de sus bienes, exención de algunos impuestos, monopolio virtual como almacenista de aduana, etc.) que la ponen en ventaja frente a una eventual competencia privada. Por su parte, los puertos privados cuentan con la limitación de la forma en que se asignan y caducan las concesiones, como ya se ha mencionado. En el curso del debate frente al tema se han planteado algunas alternativas de reorganización de EMPORCHI, aunque más bien en la línea de mejorar la eficiencia de la misma o en orden a proveer más ingerencia regional, con el propósito de reorganizar la industria para otorgarle un rol más relevante al sector privado. A continuación se presentan algunas opciones, con sus respectivos méritos relativos. 2.1 DESCENTRALIZACIÓN DE EMPORCHI EMPORCHI ha venido anunciando la puesta en marcha de un proceso de descentralización administrativa. Ello parece indicar que la empresa estima beneficioso dotar de mayor autonomía a los puertos locales, pero manteniendo su estructura unitaria actual. En la práctica, este proceso podría tener algún efecto positivo en la eficiencia de algunos puertos; sin embargo, como y a se argumentó, no habría mucho espacio para ganancias en eficiencia con la actual infraestructura. Si no se altera la propiedad de los puertos este cambio sólo sería marginal y no apuntaría, necesariamente, al objetivo de tener una infraestructura adecuada en el futuro. Una opción de mayor descentralización consiste en el traspaso de la propiedad y de la "Competencia al interior de los puertos debe entenderse aquí como la subdivisión de un puerto en dos o más empresas que compitan entre sí con infraestructura propia. El otro tipo de competencia intraportuaria es aquella que actualmente existe y que está referida solamente a las labores de transferencia y de porteo. 14 La imposición de este tipo de restricciones obedece a una necesidad de eficiencia en el actual contexto institucional. 19 Libertad y Desarrollo administración de los puertos a los correspondientes gobiernos regionales o municipales. Un primer punto, teórico, a favor de la regionalización sería la mayor adecuación del funcionamiento de los puertos a la realidad de cada zona. Esto no sólo se refiere a aspectos operativos directos, sino también a elementos que alteran el desenvolvimiento de los habitantes, tales como contaminación, trastornos estéticos, influencia sobre el turismo, utilización de infraestructura vial y/o ferroviaria de acceso, etc. Un segundo aspecto en favor de la descentralización de los puertos es la delimitación de los conflictos al ámbito local. Por ejemplo, los costos de una huelga sólo afectarían al puerto en conflicto, sin extenderse a otros. El ámbito local de los puertos también reduce los costos, aunque no los elimina, de una utilización de la empresa con fines distintos a aquellos que le corresponde (por ejemplo, políticos), en particular considerando su condición de empresa pública. De hecho, mientras más pequeña es la empresa, menores son los "beneficios" para quienes deseen utilizarla con otros fines. Estos argumentos en favor de la descentralización también pueden convertirse en argumentos en contra. En efecto, un puerto enfocado a resolver los problemas locales puede generar problemas a nivel nacional. Podría ocurrir que, dando razones -eventualmente injustificadas- de externalidades (contaminación, uso excesivo de caminos de acceso), las autoridades locales decidan aumentar las tarifas por la utilización del puerto. Por su condición de monopolio espacial esta práctica podría ser rentable para la zona, pero no para el país. Es cierto que existen alternativas de fijar sus tarifas, en virtud de su condición de monopolio, pero resulta muy difícil distinguir si son justificadas o no las razones de externalidades, porque son bienes que no se transan en mercados y, por lo tanto, no es fácil asignarles un precio. Aquí el punto es que el responsable de la administración del puerto tiene como objetivo maximizar el bienestar de la localidad, teniéndolo como una de sus herramientas. Por otra parte, también puede ocurrir que después de cierto tamaño, una entrega centralizada pierda los beneficios de escala debido a que los cotos de administrar una empresa más compleja son crecientes. Además, el traspaso de un puerto de propiedad pública al gobierno regional podría ser perjudicial para la competencia si éste favorece al puerto que administra mediante la construcción de infraestructura de tipo caminera, ferroviaria, etc. En síntesis, no son evidentes las bondades de la descentralización de EMPORCHI, en cuanto empresa pública creada y que opera bajo el amparo de una ley ad-hoc. Con todo, no se aprecia, en esta alternativa, una reflexión más global frente a la organización de la industria de manera de facilitar una inserción mayor del sector privado, con el propósito de aumentar la infraestructura portuaria y mantener o mejorar los actuales niveles de eficiencia operativa. 20 Libertad y Desarrollo 2.2 UN ENFOQUE INTEGRAL Una propuesta integral debiera considerar que en beneficio de la mayor eficiencia del sector el esquema debe promover la competencia donde ésta pueda existir. Para ello debieran considerarse dos aspectos: a) una reformulación de la institucionalidad para que todas las empresas portuarias, privadas o públicas, operen bajo las mismas reglas generales y ojalá lo más simples posible y; b) el diseño de un esquema regulatorio que vele por el desarrollo de la competencia, allí donde sea posible y por la aplicación de un esquema de tarifas que no dé margen a ganancias monopólicas en aquellos casos donde la competencia no tenga posibilidades de fructificar por razones naturales. En cuanto a lo institucional, parece razonable proponer una segmentación de la actual EMPORCHI en tantas empresas como puertos administra en la actualidad, o incluso subdividiendo los actuales puertos en empresas diferentes toda vez que ello sea técnicamente factible. Tales empresas debieran organizarse como sociedades anónimas abiertas, con patrimonios individuales, y ceñirse, por tanto, a las mismas reglas que sus homónimas privadas. Esta sugerencia tiene como ventajas evidentes la desvinculación de las nuevas empresas derivadas (ED's) de la administración central del Estado, con las ventajas operativas que ello puede implicar en materias tanto administrativas como de inversión, uso de utilidades, financiamiento y flexibilidad. Asimismo, es una forma efectiva de descentralización de las decisiones, lo que, a pesar de lo dicho en la subsección anterior respecto de las bondades de la descentralización, parece ser un paso en la dirección que señalan las tendencias modernas de administración. Por cierto, también se perderían algunas de las ventajas con las que actualmente cuenta EMPORCHI, de las que vale la pena destacar dos: a) el acceso a financiamiento del Estado, o con el aval del Estado y; b) la posibilidad de establecer esquemas de tarifas que permitan llevar a cabo políticas de subsidios cruzados entre puertos, desde aquellos donde se goza de algunas ventajas monopólicas hacia otros en que debe enfrentar competencia. La pérdida de estas ventajas, sin embargo, apuntaría justo en la dirección de lograr un ambiente de mayor competencia, en que las ED's se encontrarían en condiciones similares a otras empresas portuarias, actuales o por formarse. El marco regulatorio también debe adecuarse a la nueva realidad. Las normas debieran: a) contemplar mecanismos de fijación de tarifas en los casos donde la competencia entre actividades portuarias o entre puertos sea escasa o inexistente (pero desmontables en cuanto se pueda constatar el desarrollo de grados superiores de competencia I5), b) garantizar equidad competitiva, en el sentido de que puertos que compiten entre, sí deben estar sujetos a las mismas 15 En la medida que subsistan los monopolios espaciales, es decir existan las condiciones de competencia entre puertos, el Estado debe velar por corregir las distorsiones. En la actualidad parece darse esta característica en el caso de varios puertos chilenos, pero la situación puede cambiar bajo el esquema propuesto. Un ejemplo de esto podría ser la concesión del puerto de Quintero, que podría ser una opción competitiva de Valparaíso. 21 Libertad y Desarrollo regulaciones; c) dotar de autoridad a algún ente regulador-fiscalizador que incluya la ejecución de la política tarifaria, la administración de las concesiones y la verificación de las diferentes externalidades que se derivan a partir de los puertos; y d) inducir al Servicio de Aduanas para que delegue el almacenamiento de mercaderías en empresas privadas no necesariamente vinculadas a las ED's. Dentro de este marco general, las ED's pueden asociarse con otras empresas para ampliar los actuales puertos, e incluso pueden postular a las concesiones por nuevos puertos. En este último sentido, sin embargo, sería conveniente que, en general, si quienes desean postular a concesiones de nuevos puertos fueran empresas ya existentes, ellas deban hacer su postulación a través de empresas subsidiarias o coligadas (y no ellas mismas), para que, en caso de ganar, fuera más sencillo hacer respetar los principios de la competencia entre puertos (evitando subsidios cruzados u otras formas de discriminación). Esto naturalmente es válido tanto para las ED's como para empresas de puertos privados en operación al momento de la licitación o cuando se solicita la concesión. 3. OTROS ASPECTOS QUE TOCAN LA EFICIENCIA Existen algunos aspectos regulatorios actualmente vigentes, que si bien no se relacionan necesariamente con un buen funcionamiento del esquema competitivo en la industria, sería conveniente revisar para establecer si traban o no la eficiencia de los puertos y operadores en general. Estos aspectos serían de dos tipos: aquellos que se relacionan a las normas de operación y seguridad de los puertos; y aquellos que se relacionan a las normas laborales. En materia de operación y seguridad, parece exagerado atribuir a la Dirección General del Territorio Marítimo que vele por el "desarrollo y eficiencia de la Marina Mercante, como asimismo por el estudio de la organización y desarrollo del transporte marítimo", cuando buena parte de este último es de iniciativa exclusivamente privada. Asimismo, algunas de las atribuciones que el reglamento de la ley le otorga al Capitán de Puerto pueden ser usadas discrecionalmente con objetivos reñidos con la igualdad de oportunidades para los distintos operadores. Aunque en la práctica rara vez se han producido conflictos a raíz de estas atribuciones legales o reglamentarias, vale la pena tener presente que existe el espacio para un problema. Tal vez la explicitación de un proceso judicial justo y expedito para quienes se pudieran sentir perjudicados por la aplicación de esas atribuciones podría resolver en buena forma el problema. No se trata, por cierto, de eliminar los objetivos de seguridad y de orden en el tránsito, tan necesarios para un adecuado funcionamiento de los puertos. En cuanto a las normas laborales, ellas sólo parecen restrictivas en cuanto se vinculan a normas de seguridad. Si éstas se hacen menos exigentes, se justificarían en menor medida algunas de las razones que "justifican" una mención especial a los trabajadores portuarios en el Código del Trabajo. Por otra parte, la legislación crea un ligero sesgo hacia la celebración de contratos con organizaciones de trabajadores establecidas, pero parece ser de menor importancia relativa. 22 Libertad y Desarrollo 4. PRIVATIZACIÓN DE LAS EMPRESAS DERIVADAS (ED'S) En un esquema como el propuesto en la sección anterior, el debate sobre privatización tiene dos caras. Por un lado, existe un propósito evidente de hacer espacio al sector privado para que aporte al desarrollo de una infraestructura portuaria que aparece como deficitaria en unos pocos años más, y para la que el Estado no cuenta con suficientes recursos presupuestarios. Para hacer este espacio, se han planteado modificaciones a las normas de concesiones y a la organización de la industria de los servicios portuarios que tienden a igualar las condiciones competitivas de los actuales y futuros puertos privados frente a EMPORCHI. La otra cara del debate se relaciona directamente con el tema de la propiedad de las ED' s propuestas. En el esquema planteado en este trabajo, no se ha señalado que las ED's debieran ser privadas o estatales, toda vez que el entorno en que se desenvuelven permite la entrada de nuevos competidores privados o el desarrollo de actuales empresas en manos privadas. Las ED's, por lo demás, estarían sujetas a normas universales y actuarían bajo las mismas condiciones que otras empresas portuarias. De manera que, en la decisión de si privatizar o no las ED's, habría que considerar factores adicionales, tanto técnicos como políticos en tomo al tema. Dentro de los factores técnicos, habría que ver si el directorio de las nuevas ED's tiene los mismos incentivos que su equivalente en una empresa privada. En este sentido, la idea generalizada es que la empresa privada tiene ventajas sobre la empresa de propiedad estatal, por cuanto el resultado de su gestión empresarial afecta de modo directo al patrimonio personal de los dueños de la empresa privada, a diferencia de la empresa estatal en que los resultados afectan de modo muy indirecto el patrimonio de unos dueños escasamente identificables. En otras palabras, bajo propiedad estatal los problemas de "agente" (administrador de la empresa) y "principal" (dueño de la empresa) son más serios. Otro elemento a considerar en la definición de propiedad de las ED's es la posibilidad real de quiebra bajo ambos esquemas. En este sentido, cabe preguntarse si el Estado dejaría quebrar una ED de su propiedad, de igual forma como permitiría la quiebra bajo propiedad privada. En el terreno de lo político, es posible decir que existe hoy en día un principio ampliamente aceptado que establece que el rol del Estado moderno no contempla la producción de bienes o servicios que el sector privado esté en condiciones de realizar. Claramente existe un mercado por servicios portuarios, tal como existe un mercado por energía eléctrica y por servicios de telecomunicaciones, sectores estos últimos de donde el Estado se ha retirado casi completamente en los últimos años. Tampoco parece un buen argumento el de la seguridad nacional, porque también se habría aplicado al caso de los otros servicios recién mencionado. En este sentido, no habría argumentos políticos a nivel teórico como para evitar la privatización de las ED' s. Sí quizás los habría en términos prácticos, si el gobierno de turno resulta susceptible a las presiones gremiales de los trabajadores de EMPORCHI que se sientan eventualmente perjudicados por el proceso, o si se teme una concentración de la propiedad de los puertos en muy pocas manos. Pero seguramente esas presiones aflorarían de todas maneras en el proceso 23 Libertad y Desarrollo de creación de ED's, en tanto la concentración de la propiedad podría mantenerse a un nivel razonable con una regulación adecuada. Con todo, un adecuado marco de organización del mercado de los servicios portuarios, que involucre normas de equidad competitiva - o regulatorias, en caso de dificultades naturales a la competencia - y la posibilidad de entrada de nuevos y más oferentes al negocio vía concesiones, parece conveniente contemplar la privatización de las nuevas ED' s. Naturalmente, el mecanismo a través del cual se lleve a cabo la privatización debe ser transparente e intentar condiciones de venta convenientes para el erario nacional. Un aspecto importante, que no debe ser olvidado en este proceso, es la necesidad de que los traspasos que se hagan de los puertos de EMPORCHI se realicen a valor económico, de modo que no exista un subsidio implícito para los adquirentes de los puertos, al no tener que exigir al negocio portuario un retorno para el capital invertido en infraestructura. 5. UN ESQUEMA DE TRANSICIÓN Para avanzar en la dirección de la propuesta integral presentada anteriormente, sería conveniente diseñar un plan de transición dividido en etapas consecutivas. Dicho plan contemplaría: PRIMERA ETAPA EMPORCHI se transformaría en un holding, con tantas sociedades anónimas como sea técnicamente posible subdividir a los puertos que actualmente administra. Las empresas deben operar como empresas independientes y asumir un presupuesto único no transferible entre ellas. Deben quedar sujetas a las obligaciones de informar a que están sometidas las sociedades anónimas abiertas. La nueva empresa portuaria debe adecuarse a los siguientes cambios institucionales: i) El marco normativo que regirá el sector debe decidirse sin la intervención de EMPORCHI, y lo mismo debe ocurrir en la definición de los lineamientos de la política portuaria nacional. ii) Debe ser una empresa autofinanciada y en materia de inversiones sus proyectos deben concursar en términos de rentabilidad con los demás proyectos del sector público, en tanto la empresa siga siendo de propiedad estatal. iii) Mientras sea estatal la empresa debe quedar sujeta a un sistema tarifario uniforme, que deberá ser controlado por el Estado. iv) Deben desaparecer todas las exenciones tributarias que hoy le favorecen, dejándola en igualdad de condiciones con las potenciales competidoras privadas del sector. v) Se mantendrá su prohibición para realizar labores de porteo y transferencia dentro de sus 24 Libertad y Desarrollo puertos, y se obligará al servicio de aduanas a transferir las labores de almacenamiento al sector privado. Mientras la nueva EMPORCHI se reorganiza y se adapta a las nuevas condiciones del mercado se deben precisar algunos aspectos regulatorios de especial importancia. No podrán quedar fuera de este proceso lo que es materia de: concesiones marítimas, normas laborales, y las materias de la Ley Orgánica del Territorio Marítimo y Marina Mercante. SEGUNDA ETAPA: Una vez consolidada la etapa inicial, en el período de tiempo razonable, más corto que se pueda , se debe proceder a sustituir el esquema de holding por uno de empresas independientes (las ED' s), cada una de las cuales podrá estructurarse como sociedad anónima según sus propias características y necesidades y pudiendo acceder a la venta de parte o todo su patrimonio o bien a aportes de capital frescos del sector privado para financiar nuevas obras de infraestructura. Cualquier transferencia de los activos de EMPORCHI debe ser realizada a valor económico, sin que existan subsidios implícitos por este concepto. Se entregan, mediante sistemas de licitación ya definidos en la etapa inicial, concesiones al sector privado para que participe intensamente en la actividad. Debe existir una jurisprudencia mínima que le garantice la posibilidad de apelar por actitudes monopólicas de sus competidoras. En esta etapa también se materializa la venta de la participación estatal en las ED' s. La liberalización de la estructura tarifaria procedería, caso a caso, sólo cuando se verifique la posibilidad real de competencia entre los puertos. 25