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Jurisprudencia
SÍNTESIS DE FALLOS DE INTERÉS JURÍDICO-NOTARIAL
Quiebra
Rehabilitación del fallido. Momento desde el cual opera. Interpretación
de los arts. 107 y 236 de la Ley 24.522.
Hechos: La sentencia de Cámara confirmó la decisión del juez de grado que
dispuso que el cese de la inhabilitación del fallido no tendría efectos retroactivos al
año de la fecha del decreto de quiebra. Para así decidir, señaló que la declaración de
rehabilitación no opera automáticamente, sino que requiere de un trámite a los fines
de comprobar, si “prima facie” se configuran los extremos para reducir o prorrogar
el plazo de inhabilitación. Contra ese pronunciamiento, el fallido, quien había heredado bienes con posterioridad al lapso anual computado desde la fecha de la sentencia de quiebra que -de mantenerse esa interpretación-, se verían alcanzados por el
desapoderamiento falencial, interpuso recurso extraordinario, que fue desestimado,
dando lugar a la queja. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por mayoría,
dejó sin efecto la sentencia.
DOCTRINA:
1. Es arbitraria la sentencia que determinó que el cese de la inhabilitación
no opera de pleno derecho al año de la fecha del decreto de quiebra, sino a partir de una declaración judicial obtenida mediante un trámite previo a los fines
de comprobar si “prima facie” se configuran los extremos para reducir o prorrogar el plazo de inhabilitación, pues, ese requisito no surge de la Ley 24.522,
que en su art. 236 establece que opera de pleno derecho. (Del dictamen de la
Procuradora Fiscal que la Corte, por mayoría, hace suyo).
2. Debe dejarse sin efecto la sentencia que, al considerar que la declaración
de inhabilitación no opera de pleno derecho, incluyó en el proceso falencial los
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bienes heredados por el fallido luego de haber transcurrido el lapso anual computado desde la fecha de la sentencia de quiebra, pues ello importa un apartamiento de lo dispuesto por los arts. 236 y 107 de la Ley 24.522. (Del dictamen
de la Procuradora Fiscal que la Corte, por mayoría, hace suyo).
Tribunal: Corte Suprema.
Fecha: 2 de febrero de 2010.
Autos: Barreiro, Ángel s/quiebra.
Publicado en: La Ley, 6 de septiembre de 2010.
Sociedad anónima
Transferencia de acciones. Deber concurrente del comprador de instar
la realización de los actos societarios internos tendientes a efectivizar
la operación.
Hechos: Quien cedió sus acciones demandó al cesionario para que inicie los
trámites necesarios para perfeccionar la transferencia de acciones celebrada. El juez
de primera instancia rechazó la demanda, por considerar que dicha obligación incumbía a la sociedad. La Cámara hizo lugar a la demanda interpuesta.
DOCTRINA:
1. Corresponde hacer lugar a la demanda incoada por quien cedió acciones
de una sociedad a fin de que se condene al cesionario a cumplir con los actos
societarios internos tendientes a efectivizar la transferencia de acciones celebrada, a instar a la sociedad a que registre en sus libros e informe a la IGJ dicha
transferencia, y realice los trámites necesarios para que se concrete la modificación de la composición del directorio, pues si bien la obligada a efectuar las
registraciones e inscripciones relativas a las modificaciones operadas en la titularidad del capital social y en el directorio, es la propia sociedad, ello no obsta a
que en el plano contractual del acuerdo celebrado entre las partes pueda considerarse configurada una obligación concurrente del cesionario-comprador.
2. Toda vez que no ha quedado acreditado que las partes que celebraron
una transferencia de acciones hubiesen comunicado a la sociedad la modificación operada en la titularidad del capital social, no resulta razonable que el
incumplimiento de la obligación de gestionar los trámites concernientes a la
inscripción de la transferencia de acciones y cambio de presidente del directorio
pueda serle imputado a ésta última con carácter exclusivo.
Tribunal: Cámara Nacional Comercial, sala A.
Fecha: 11 de febrero de 2010.
Autos: Boccia, Juan José c. Banfi, Pablo Eduardo.
Publicado en: La Ley, 8 de septiembre de 2010.
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Daños y perjuicios
Rechazo del resarcimiento por incumplimiento de la obligación de escriturar. Falta de prueba del daño sufrido. Obligación a cargo de ambas partes de escriturar el inmueble.
Hechos: La sentencia de grado hizo parcialmente lugar a la acción de
escrituración y daños y perjuicios incoada por el adquirente de un inmueble en subasta. Contra dicha resolución, ambas partes apelaron. La Cámara confirma el fallo
recurrido.
DOCTRINA:
1. Corresponde desestimar el resarcimiento de los daños y perjuicios reclamados ante el incumplimiento de la demandada respecto de la obligación
de escriturar un inmueble, pues si bien el actor sostuvo que dicha omisión le
trajo aparejada la frustración de un negocio, no aportó pruebas suficientes al
respecto, por lo que el daño alegado es meramente conjetural y, por lo tanto,
no resarcible.
2. La obligación de escriturar un inmueble pesa sobre el comprador y el
vendedor, dado el carácter sinalagmático del contrato, por lo que ambas partes
están obligadas a aportar su concurso personal para concretar en la escritura el
compromiso asumido en el boleto de compraventa, y ambas están facultadas,
y gravadas a la vez, con la carga de instar al escribano el cumplimiento de su
cometido.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala G.
Fecha: 12 de julio de 2010.
Autos: Tuñón, Viviana Mabel c. Banco de Galicia y Buenos Aires Sociedad
Anónima.
Publicado en: La Ley, 10 de septiembre de 2010.
Hipoteca
Hipoteca constituida por condóminos. Solicitud de transferencia
de la totalidad de dominio a nombre de uno de los copropietarios.
Denegatoria de la entidad bancaria acreedora.
Hechos: Una pareja que había adquirido un inmueble mediante un crédito hipotecario, al romperse la relación acordó que uno de sus miembros transferiría su
parte indivisa del bien al otro. En virtud de ello, este copropietario solicitó al banco
prestamista que transfiriera la totalidad del dominio del inmueble a su nombre. La
entidad se opuso a lo requerido, ante lo cual el solicitante inició una demanda. El juez
de primera instancia rechazó la acción. La Cámara confirma el decisorio del a quo.
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DOCTRINA:
Debe desestimarse la demanda interpuesta por el propietario de la parte
indivisa de un inmueble adquirido mediante un crédito hipotecario, a fin de que
el banco prestamista transfiera la totalidad del dominio del bien a su nombre
en virtud de haber arribado a un acuerdo con el codeudor, pues el actor, al momento de celebrar el mutuo, conocía la imposibilidad de efectuar dicha transferencia sin la previa conformidad de la entidad acreedora y la oposición de ésta a
la liberación del deudor delegante no resulta abusiva ni arbitraria, atento a que
no se encontraban configurados los requisitos exigidos a tal fin.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala A.
Fecha: 19 de febrero de 2010.
Autos: A., C. y otros c. Banco de la Ciudad de Buenos Aires.
Publicado en: La Ley, 15 de septiembre de 2010.
Sociedad
Remoción del gerente. Mayoría necesaria. Inhabilitación del socio gerente para votar dicho aspecto.
DOCTRINA:
Aun cuando el estatuto social exige el 70% del capital social para decidir la
remoción del gerente, debe concluirse que la mayoría de los socios representantes de un 69.31% del capital social se encuentran legitimados para decidir
dicha remoción, por cuanto el socio gerente se encontraba inhabilitado para
votar sobre su propia gestión conforme lo establecido en el art. 248 L.S. y, por
ende, cabe concluir que en virtud de la composición del paquete de las cuotas
sociales, quienes votaron lo hicieron representando el 100% de los socios con
derecho a voto.
Tribunal: Cámara Nacional Comercial, sala C.
Fecha: 18 de diciembre de 2009.
Autos: Biedma, Cristian c. Escuela Arg. Modelo S.R.L.
Publicado en: La Ley, 17 de septiembre de 2010.
Tercería de mejor derecho
Adquirente de un inmueble mediante boleto de compraventa. Efectos
del boleto de compraventa y posesión.
Hechos: La adquirente de un inmueble por boleto de compraventa promovió
tercería de dominio contra la vendedora y un acreedor de ésta. Sostuvo haber pa-
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gado la totalidad del precio y luego, ante el incumplimiento de la vendedora, haber
promovido un juicio de escrituración, que culminó con el dictado de una sentencia
favorable que no pudo cumplirse debido a que al pretender escriturar tomó conocimiento de la existencia de un embargo preventivo trabado por el acreedor de la
vendedora, con motivo de una deuda contraída siete años después de haber vendido
el bien. El juez de primera instancia admitió la tercería. La sentencia de segunda
instancia confirma lo resuelto.
DOCTRINA:
1. Es procedente la tercería deducida por quien cuenta con un boleto de
compraventa, saldó íntegramente el precio, ejerce la posesión de buena fe
del inmueble -art. 1185 bis, Código Civil-, trabó un embargo en el juicio de
escrituración que inició contra el vendedor y pretende oponer su derecho al
acreedor embargante de fecha posterior, siendo que una solución contraria
despojaría de contenido al último párrafo del art. 2355 del Código Civil en
cuanto consagra la noción de legitimidad de la adquisición de la posesión de
inmuebles de buena fe mediando aquel instrumento. (Del voto de la doctora
Míguez).
2. Toda vez que la obligación que motivó la traba de un embargo solicitada
por quien luego promovió tercería, fue la de escrituración de la operación de
compraventa del inmueble, denegada en su momento por la enajenante del
bien, aquella medida y el posterior pronunciamiento judicial que acogió favorablemente esa pretensión de escrituración, tornaron inoponible al tercerista
la medida cautelar deducida tiempo después por otro acreedor. (Del voto de la
doctora Míguez).
3. La vía para lograr la oponibilidad de un boleto de compraventa frente a
un embargo registralmente trabado es la tercería de mejor derecho y no la de
dominio, toda vez que, cualquiera sea la naturaleza del derecho acordado por la
ley, supone una prioridad excluyente frente al resto de los acreedores del titular
registral, ya que permite al adquirente separar el inmueble de la prenda común.
(Del voto de la doctora Míguez).
4. El art. 97 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en cuanto
dispone que las tercerías deberán fundarse en el derecho que el tercero tuviere
a ser pagado con preferencia al embargante, no se limita al concepto habitual
de pago -desembolso de una suma de dinero- sino que comprende uno más
amplio y genuino, como es hacer efectivo su derecho desembarazando el bien
de la medida cautelar que lo afecta y prevaleciendo el ejercicio de la preferencia
puesta en cabeza del poseedor. (Del voto de la doctora Míguez).
5. Los registros públicos como el inmobiliario poseen carácter meramente
declarativo, al reconocer en la inscripción del acto, la existencia de una realidad
jurídica extrarregistral subyacente -art. 34, Ley 17.801-, siendo que existen oponibilidades extrarregistrales tales como las derivadas de una subasta pública -ex-
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cepción del art. 1184, Código Civil- o de la aplicación de los arts. 1185 bis y 3135
del Código Civil y del art. 20 de la Ley 17.801. (Del voto de la doctora Míguez).
6. La calificación de “legítima” que a la posesión adquirida mediante boleto
de compraventa otorga el art. 2355 del Código Civil, implica la posibilidad de
que el adquirente pueda oponerse a las pretensiones de terceros acreedores
del vendedor, que inicien ejecuciones individuales luego que aquél entró en
posesión pública, pacífica e ininterrumpida del inmueble y -además- pagó parte
significativa del precio. (Del voto de la doctora Míguez).
7. Si bien el art. 1185 bis del Código Civil sólo establece la oponibilidad extrarregistral del boleto de compraventa en los concursos y las quiebras, las disposiciones del art. 2355, último párrafo, del mismo Código en cuanto consideran legítima a la adquisición de la posesión de inmuebles de buena fe mediante
aquella vía, permiten concluir que esa oponibilidad es extensible a las ejecuciones individuales siempre que concurran los restantes recaudos previstos en la
primera de las normas citadas. (Del voto de la doctora Míguez).
8. La naturaleza personal del derecho del adquirente de un inmueble por
boleto de compraventa no inhibe su inherencia, expresada en las reglas de preferencia y persecución -arts. 3275 y 3276, Código Civil-, lo cual permite efectivizar los efectos de la publicidad posesoria en materia inmobiliaria, al ser divulgadora de la situación jurídica que se adjudica quien tiene la cosa bajo su poder
con la intención de someterla al ejercicio de un derecho de propiedad -art. 2351,
Código citado-. (Del voto de la doctora Míguez).
9. La posesión del adquirente por boleto de compraventa, con las características de quieta, pública, pacífica e inequívoca, que hubiese implicado el pago
de -al menos- el 25% del precio del bien, prevalece sobre la situación registral,
lo cual se justifica por el sistema de inscripción registral declarativa no convalidante adoptado en materia inmobiliaria. (Del voto de la doctora Míguez).
10. El derecho del tercerista poseedor de un inmueble por boleto de compraventa es oponible al acreedor embargante, si cuenta a su favor con la anotación registral de un embargo sin monto en fecha anterior al obtenido por éste,
ordenado en un juicio de escrituración en el cual fue demandado el vendedor,
en tanto esa medida cautelar permite atribuir a su derecho un nivel de publicidad equiparable al del embargante, por reunir naturaleza registral, cuya cognoscibilidad por el tercero es superior a la resultante de la simple tradición. (Del
voto del doctor Kölliker Frers).
11. La colisión existente entre el boleto de compraventa no inscripto y presentado por el adquirente de un inmueble que trabó un embargo en resguardo
de ese derecho y otro embargo posterior, debe resolverse a favor del primero en
tanto embargante preferente, priorizando las constancias registrales que exteriorizan la necesaria publicidad frente a terceros -art. 218, Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación-. (Del voto de la doctora Uzal).
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Tribunal: Cámara Nacional Comercial, sala A.
Fecha: 8 de abril de 2010.
Autos: Dias Machado, María José c. Cano, María Esther y Lloyds Bank
(Blsa) Ltd.
Publicado en: La Ley, 22 de septiembre de 2010.
Demanda
Ampliación de la demanda en la ejecución hipotecaria.
DOCTRINA:
En una ejecución hipotecaria resulta procedente la ampliación de la demanda promovida cuando la misma no se refiere a créditos distintos, sino que
se vincula a pagos que el ejecutante afirma haber realizado con motivo de la
misma relación obligacional que diera motivo a la promoción de la ejecución.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala I.
Fecha: 2 de septiembre de 2010.
Autos: Garantizar S.G.R. c. Indugraf S.A.
Publicado en: La Ley, 16 de octubre de 2010.
Club de campo
Escrituración. Cumplimiento de obras de infraestructura establecidas
en el boleto de compraventa. Necesidad de determinación precisa de
las obras a realizar. Obligación de hacer.
Hechos: La sentencia de grado condenó a la sociedad empleadora a otorgar al
actor la escritura traslativa de dominio respecto de una unidad funcional ubicada en
un country club, y a dar cumplimiento a las obras de infraestructura establecidas en
el boleto de compraventa. Contra dicha resolución, la demandada apeló. La Cámara
modifica el fallo apelado.
DOCTRINA:
Habiéndose condenado a la sociedad accionada a otorgar al actor la escritura traslativa de dominio respecto de una unidad funcional ubicada en un
country club y a dar cumplimiento a los trabajos de infraestructura establecidos
en el boleto de compraventa y no realizados, corresponde disponer que, en la
etapa de ejecución de sentencia, el Juez de grado determine con toda precisión
las obras que deberán ser practicadas, de conformidad con el listado elaborado
por el perito ingeniero, puesto que ha omitido detallarlas en el fallo.
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Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala G.
Fecha: 14 de septiembre de 2010.
Autos: Díaz Carrasco, Nora c. LCC S.A.
Publicado en: La Ley, 20 de octubre de 2010.
Medidas precautorias
Caducidad de la medida precautoria de anotación de litis. Omisión de
reinscripción transcurridos cinco años desde la toma de razón.
DOCTRINA:
1. Si bien a diferencia de lo previsto en el art. 207 in fine CPCCN respecto
del embargo y la inhibición de bienes, la anotación de litis no contiene un plazo de extinción pues el art. 229 del citado ordenamiento sólo contempla una
hipótesis binaria según el resultado del proceso: la extinción como consecuencia del rechazo de la demanda o su subsistencia hasta el cumplimiento de la
sentencia que la admite, ello no implica que pueda omitirse la renovación de
su registración.
2. El sistema de caducidad que -de pleno derecho- hace jugar el art. 37 responde a la necesidad de impedir la subsistencia de medidas cautelares cuando
el transcurso del tiempo indica una conducta indiferente o displicente del interesado en la vigilancia de sus derechos, la cual válidamente cabe presumir,
si no procedió a reinscribir la anotación de litis dentro del plazo legal fijado
cuando el proceso no concluyó en el curso de los cinco años desde la toma de
razón, pues es a él -con la finalidad de que la cautela conserve su vigencia- a
quien incumbía requerir la reinscripción de la medida.
3. La regla emergente del art. 37 inc. b de la Ley 17.801 respecto a la caducidad de la anotación en el término de cinco años a contar desde la toma de
razón, no puede ser desvirtuada por lo establecido en el art. 229 CPCCN, por
cuanto la citada norma registral reviste la cualidad de especial y daña al derecho
sustancial, y por tanto no puede ser cercenada o desvirtuada por el ritual.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala G.
Fecha: 23 de agosto de 2010.
Autos: Migdal, Hilda c. Registro de la Propiedad Inmueble en Exp. 193/10.
Publicado en: La Ley, 25 de octubre de 2010.
Contratos
Cláusula de estabilización. Convenio de pago de una indemnización.
Nulidad de la cláusula. Inequívoco propósito indexatorio. Prohibición
de indexar. Facultad de dar solución a la problemática de la inflación.
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Hechos: En el marco de una acción de daños y perjuicios derivados de un accidente de tránsito, una vez firme la sentencia que hizo lugar a la demanda, las
partes suscribieron un acuerdo, por el cual convinieron que la aseguradora citada
en garantía pagaría la indemnización en cuotas mensuales iguales y consecutivas.
Asimismo, determinaron en una de las cláusulas que, “para el caso de que se derogare la ley de convertibilidad, cada una de las cuotas se abonará en pesos necesarios
para adquirir la cantidad equivalente a cada una de las cuotas pactadas, calculados
conforme la cotización que de la divisa estadounidense hubiera efectuado el Banco
de la Nación Argentina al cierre del día en que venció la cuota inmediata anterior”.
Al abonarse en pesos la cuarta cuota en el mes de marzo de 2002, la actora solicitó
que se cumpliese con lo fijado en la citada cláusula y planteó la inconstitucionalidad
del art. 4 de la Ley 25.561. Contra el pronunciamiento de la Cámara, confirmatorio
de lo decidido en la instancia de grado, en cuanto declaró la invalidez de la norma
citada, la compañía de seguros dedujo recurso extraordinario que, al ser denegado,
dio origen a la queja. La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto la
decisión apelada.
DOCTRINA:
1. Corresponde invalidar la cláusula contractual por la cual las partes estipularon que, para el caso de que se derogara la ley de convertibilidad, cada una
de las cuotas correspondientes al pago de la indemnización por daños y perjuicios -a cargo de la aseguradora- se abonarían en pesos necesarios para adquirir
la cantidad equivalente en dólares estadounidenses, pues la aludida cláusula
tiene un inequívoco propósito indexatorio de las obligaciones pendientes de
pago, ya que su objeto es estabilizar el valor de las prestaciones vinculándolo
con el de una moneda extranjera, lo cual está prohibido por las Leyes 23.928 y
25.561, que son de orden público y no pueden ser modificadas por la voluntad
de los contratantes, más allá de su indudable naturaleza federal.
2. Es inválida la cláusula contractual de estabilización, por la cual las partes
estipularon que, para el caso de que se derogara la ley de convertibilidad, cada
una de las cuotas correspondientes al pago de la indemnización por daños y
perjuicios se abonarían en pesos necesarios para adquirir la cantidad equivalente en dólares estadounidenses, pues permitir su vigencia y aplicación significaría desconocer el objetivo antiinflacionario que se proponen alcanzar las leyes
federales 23.928 y 25.561 mediante la prohibición genérica de la “indexación”,
medida de política económica que procura evitar que el alza de los precios relativos correspondientes a cada uno de los sectores de la economía, al reflejarse
de manera inmediata en el índice general utilizado al mismo tiempo como referencia para reajustar los precios y salarios de cada uno de los demás sectores,
contribuya de manera inercial a acelerar las alzas generalizadas de precios y a
crear desconfianza en la moneda nacional.
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3. Si la indemnización de daños y perjuicios fue fijada en pesos -como en
el caso-, debe cumplirse en esa moneda de curso legal, razón por la cual no
corresponde aplicar el reajuste equitativo previsto por la Ley 25.561 y el decreto
214/2002 para las obligaciones de dar sumas de dinero pactadas en moneda
extranjera, sin que obste a ello el hecho de que el art. 11 de la ley referida, en su
texto originario, hubiese contemplado a los contratos en los que se hubiesen
establecido cláusulas de ajuste en dólares, pues esa alusión fue eliminada con
la modificación introducida por la Ley 25.820.
4. El valor de la moneda circulante con fuerza legal en todo el territorio de
la Nación -que cumple la función de un bien económico insusceptible de ser regulado directa o indirectamente por la ley de la oferta y la demanda- se funda en
la autoridad del Estado que es su creador y, por consiguiente, la perdurabilidad
de ese valor como signo monetario de fuerza legal, en tanto no sea alterado por
el propio Estado de quien dimana, no puede estar a merced de las convenciones concertadas por los particulares entre sí.
5. La problemática de la inflación es un fenómeno muy antiguo y corriente,
y su remedio está inevitablemente ligado a la política que acierte a seguir el
Estado, función estatal que ha conducido en el campo jurídico a la aceptación
de las doctrinas nominalistas en las más diversas épocas históricas y al reconocimiento de que la solución de la inflación, vinculada al remedio concreto de las
situaciones inequitativas surgidas a su amparo, debe ser por naturaleza objeto
de soluciones legislativas y no pretorianas. (Del voto del Doctor Petracchi).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Fecha: 20 de abril de 2010.
Autos: Massolo, Alberto José c. Transporte del Tejar S.A.
Publicado en: La Ley, 25 de octubre de 2010.
Compraventa
Compraventa de automotor. Titular registral fallecido. Requisitos para
la transferencia del dominio.
DOCTRINA:
Para lograr la transferencia del dominio de un automotor cuyo titular
registral ha fallecido, quienes dicen ser sus sucesores deben contar con la declaratoria de herederos y la correspondiente orden de inscripción dictada por el
juez interviniente en el sucesorio.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala J.
Fecha: 13 de agosto de 2010.
Autos: Russo, Jorge Luis c. Vigueras Ros, Amanda.
Publicado en: La Ley, 28 de octubre de 2010.
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Quiebra
Ejecución hipotecaria deducida contra el concursado. Suspensión del
procedimiento. Suficiencia de la presentación del trámite verificatorio
para continuar la ejecución.
DOCTRINA:
Toda vez que la Ley 24.522 no establece que el acreedor hipotecario esté
obligado a esperar al resultado del proceso verificatorio a los efectos de la ejecución de su crédito, para que pueda continuar la secuela normal del proceso
ejecutivo suspendido en virtud del art. 21 de la mencionada norma, basta con
que aquél acredite haberse presentado en el concurso solicitando la verificación
de su acreencia e invocando su privilegio.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala I.
Fecha: 12 de agosto de 2010.
Autos: Carpinacci, Guillermo Juan Emilio c. Lipara, Américo Antonio.
Publicado en: La Ley, 2 de noviembre de 2010.
Cesión de créditos
Derechos y acciones litigiosas sobre inmuebles. Formalidades de la
escritura de protocolización.
Hechos: En una ejecución hipotecaria el a quo tuvo por subrogada a una sociedad en los derechos y acciones litigiosos que le correspondían al actor sobre un
inmueble rural. Un tiempo después, ante un pedido de quien ocupaba en virtud de
aquel proveído el lugar de ejecutante, el magistrado de grado declaró de oficio la
nulidad de la referida resolución en tanto la cesión no se había llevado a cabo por
escritura pública. Frente a esto el cesionario acompañó la escritura y solicitó se lo
tuviera por cesionario y se ordenara la inscripción registral a su favor del inmueble,
pedido que, al ser desestimado motivó la apelación de aquél. La Cámara confirmó
el fallo impugnado.
DOCTRINA:
1. Debe confirmarse el decisorio que decretó de oficio la nulidad de la cesión de derechos y acciones litigiosos efectuada respecto de un inmueble, en
tanto que la escritura de protocolización presentada por el cesionario no subsana el vicio instrumental que motivo la decisión, pues se trata de un documento
notarial que protocoliza una cesión privada, con lo cual no es una cesión por
instrumento público y no adquiere este carácter si la incorporación al protocolo
no se hace por orden de juez competente conforme lo establece el art. 984 del
Código Civil.
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2. La escritura de protocolización de una cesión de derechos litigiosos realizada por instrumento privado posteriormente protocolizado no cumple con la
forma que exige el art. 1455 del Código Civil, en tanto, la protocolización voluntaria, que es la que se realiza por simple requerimiento de parte, no convierte
al instrumento privado en público en tanto lo público es la “escritura-acta de
protocolización” que garantiza la identidad del documento protocolizado, su
conservación y le otorga fecha cierta oponible a sucesores singulares y aun a
terceros -art. 1035, Código Civil-.
Tribunal: Cámara 1ra. Civil y Comercial, Bahía Blanca, sala II.
Fecha: 18 de marzo de 2010.
Autos: Uslenghi de Zucoli, Nora Noemí c. Estancias El Espejo.
Publicado en: La Ley, 18 de noviembre de 2010.
Sucesión
Procedencia de la acción de colación. Bien inmueble adquirido por un
heredero con dinero del causante. Concepto y finalidad del instituto
de colación.
Hechos: El actor inició una acción de colación en la sucesión del cónyuge no
donante. Sostuvo para fundar su pretensión que en vida de su madre y con fondos
de la sociedad conyugal, su padre entregó dinero a su hermana demandada para la
compra y escrituración de un inmueble. El juez de Primera Instancia declaró inadmisible la acción. La Cámara revocó el pronunciamiento haciendo lugar a la acción
de colación.
DOCTRINA:
1. Es procedente la acción de colación deducida, en tanto la heredera accionada se limitó a invocar que el inmueble sobre el que se reclama fue adquirido
con bienes propios y no donados por su progenitor, lo cual no coincide con la
prueba rendida en la causa.
2. La colación supone computar, en la masa partible, el valor de las donaciones que el causante ha hecho en vida a un heredero forzoso que concurre
con otros herederos forzosos, e imputar en su propia porción ese valor, para
compensar a los demás causahabientes en bienes hereditarios equivalentes a
los que fueron donados.
Tribunal: Cámara Nacional Civil, sala M.
Fecha: 16 de septiembre de 2010.
Autos: Passaro, Gustavo Alberto c. Passaro, Claudia Delia.
Publicado en: La Ley, 3 de diciembre de 2010.
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Bien de familia
Desafectación del bien de familia. Deber de habitación de los beneficiarios. Ausencia transitoria.
DOCTRINA:
Corresponde desestimar la desafectación de la inscripción como bien de
familia del inmueble del fallido, solicitada por el síndico, pues aun cuando aquél
no habitaba el aludido inmueble al momento de la constatación practicada por
el funcionario concursal en virtud de encontrarse internado en un nosocomio,
habiendo invitado a allegados de la familia a convivir con ellos a fin de compartir los gastos del conservación del bien, el hecho de que el fallido se ausente
transitoriamente de la casa no importa una infracción al deber de habitación
exigido a efectos de la subsistencia de la afectación del bien de familia.
Tribunal: Cámara Nacional Comercial, sala A.
Fecha: 16 de septiembre de 2010.
Autos: R., M. y F. de R., H. s/quiebra s/inc. de desafectación de bien de
familia.
Publicado en: La Ley, 6 de diciembre de 2010.
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