AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 QUEJOSA Y RECURRENTE: ********** PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS SECRETARIO: JOEL ISAAC RANGEL AGÜEROS QUINTO. Estudio. De conformidad con los antecedentes narrados, en el presente asunto corresponde resolver a esta Segunda Sala sobre la constitucionalidad del artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal, por tratarse de un ordenamiento de carácter federal y, a su vez, al Tribunal Colegiado del conocimiento compete conocer acerca de la constitucionalidad de los artículos 70A a 70H de la Ley de Hacienda del Estado de Aguascalientes. En este sentido, antes de dar respuesta a los agravios expresados, es indispensable conocer el texto del artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal, adicionado mediante Decreto publicado el veintiuno de diciembre de dos mil siete en el Diario Oficial de la Federación, que establece lo siguiente: LEY DE COORDINACIÓN FISCAL Artículo 10-C. Las entidades adheridas al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, sin que se considere un incumplimiento de los convenios a que se refiere el artículo 10 de esta Ley ni de lo dispuesto en el artículo 41 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, y en adición a los impuestos a que hace referencia el artículo 43 de este último ordenamiento, podrán establecer impuestos locales a la venta o consumo final de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada por la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, siempre que no se trate de bienes cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación, dicha venta o consumo final se realice dentro del territorio de la entidad de que se trate y se cumplan los requisitos siguientes: I. No se establezcan tratamientos especiales de ningún tipo. II. La tasa única aplicable sea del 4.5% sobre el precio de enajenación del bien de que se trate. III. La base no incluya los impuestos al valor agregado ni especial sobre producción y servicios. IV. El impuesto no sea acreditable contra otros impuestos locales o federales. V. No se traslade en forma expresa y por separado el impuesto a las personas que adquieran los bienes. El traslado del impuesto deberá incluirse en el precio correspondiente, sin AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 que se considere que forma parte del precio de venta al público, ni se entienda violatorio de precios o tarifas, incluyendo los oficiales. VI. El impuesto se cause en el momento en que efectivamente se perciban los ingresos y sobre el monto que de ellos se perciba. VII. El impuesto no se aplique en dos o más etapas del proceso de comercialización. VIII. Tratándose de gasolinas y diesel, el monto recaudado se destine exclusivamente a infraestructura vial, rural y urbana; hidráulica: así como a programas ambientales, entre otros, de movilidad urbana. Las entidades podrán convenir con el Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que los impuestos locales que en términos de este artículo, en su caso, establezcan la entidad, se paguen en las mismas declaraciones del impuesto sobre la renta identificados por entidad. Los municipios recibirán como mínimo el 20% de la recaudación que corresponda a las entidades federativas en términos de este artículo. Tratándose del Distrito Federal, la distribución de dichos recursos se efectuará a sus demarcaciones territoriales. De la cita que antecede se advierte que el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal establece que las entidades adheridas al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, podrán establecer impuestos locales a la venta o consumo final de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada por la Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, siempre que no se trate de bienes cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación. Asimismo, establece que dicha venta o consumo final se realice dentro del territorio de la entidad de que se trate y se cumplan diversos requisitos. Ahora, los artículos 1 y 2 de la Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios establecen los bienes que podrán estar sujetos a los impuestos locales por la venta o consumo final, que son los siguientes: a) bebidas con contenido alcohólico y cerveza; b) Alcohol, alcohol desnaturalizado y mieles incristalizables; c) Tabacos labrados; d). gasolinas; y e) diésel. En este sentido, si bien las entidades legislativas pueden establecer impuestos locales a la venta o consumo final de dichos bienes, también lo es que dicho precepto establece que será “… siempre que no se trate de bienes cuyo gravamen se 2 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 encuentre reservado a la Federación…”, es decir, que no se trate de impuestos locales en las materias previstas en la fracción XXIX del artículo 73 de la Constitución Federal, a saber: a) energía eléctrica; b) producción y consumo de tabacos labrados; c) gasolina y otros productos derivados del petróleo; d) cerillos y fósforos; e) aguamiel y productos de su fermentación; f) explotación forestal; y g) producción y consumo de cerveza. De lo anterior se advierte, que si bien es cierto que la Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios otorga la facultad a los Estados para establecer impuestos locales a la venta o consumo final de bebidas con contenido alcohólico, entre otros bienes, también lo es que no se trata de una materia reservada a la federación. Con base en lo anterior, se procede a analizar el segundo agravio de la recurrente en el que, básicamente, aduce lo siguiente: El Juez de amparo indebidamente analizó el primer concepto de violación, porque en ninguna parte señaló que la enajenación de bebidas alcohólicas se encontraba reservada a la Federación, sino el hecho de que esa actividad hubiera sido ya gravada a través de una Ley Federal, impedía al Congreso del Estado de Aguascalientes gravarla nuevamente. Lo que realmente se reclamó es que si bien el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal establece contribuciones sobre la enajenación de bebidas alcohólicas, lo cierto es que dicho ordenamiento no puede estar por encima de lo que establecen los artículos 73 y 124 de la Constitución. Insiste en que el hecho de que el citado precepto otorgue a los Estados una facultad en materia impositiva, ya ejercida por la federación, resulta contrario a la constitución, pues sí la Federación expidió la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en la cual se grava la enajenación de bebidas alcohólicas, el Estado de Aguascalientes se encontraba imposibilitado para establecer el impuesto que se tilda de inconstitucional. Asevera que el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal al prever la posibilidad de que los Estados incorporen un impuesto por la enajenación de bebidas con contenido alcohólico 3 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 contraviene lo dispuesto por los artículos 73, fracción VII y 124 Constitución, que delimitan la competencia tributaria de los niveles de gobierno federal y estatal, no siendo posible que con fines meramente recaudatorios, se pretenda pasar por alto dicha directriz constitucional. Finalmente concluye, que con la creación del impuesto impugnado al amparo del artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal se contraviene la Constitución, el cual pone un límite a la potestad tributaria a fin de que no concurran dos niveles de gobierno a gravar actos que son facultad exclusiva de alguno de ellos, en el caso la Federación. Son infundados tales agravios. En efecto, contrario a lo que se aduce, esta Segunda Sala considera que el Juez Federal analizó de manera correcta los argumentos que se formularon en el primer concepto de violación que hizo valer la empresa quejosa, pues el A quo al dar contestación a dichos planteamientos, dejó plenamente especificado, que el artículo 124 de la Constitución Federal señala la distribución de facultades para legislar en materia contributiva y precisa que las facultades que no están expresamente concedidas por la Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados. Asimismo, sostuvo que de las fracciones VII y XXIX, del artículo 73 Constitucional se prevén las facultades que en el ámbito Federal puede ejercer el Congreso de la Unión para establecer contribuciones, las cuales pueden ser genéricas y especiales. Las genéricas no siempre es exclusiva de la Federación, sino que en ocasiones concurre con los Estados. También precisó que los artículos 117 y 118 de la Constitución Federal, establecen prohibiciones absolutas y relativas para los Estados; por lo que: “…la facultad para legislar en materia impositiva no siempre es exclusiva de la Federación, sino que en ocasiones ésta concurre con los Estados, de tal manera que puede suceder que una misma fuente de ingresos puede estar gravada tanto por la Federación como por las entidades federativas, acorde con la facultad genérica establecida en la fracción VII del artículo 73, constitucional, hecha excepción de las materias 4 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 previstas en la fracción XXIX, del indicado artículo y en los casos de los numerales 117 y 118 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos cuyas materias son de competencia exclusiva de la Federación acorde con la interpretación armónica que deriva de dichos preceptos alrededor de la repartición de facultades o competencias prevista por el artículo 124 de la Constitución Federal”. Incluso estableció que las facultades constitucionales otorgadas de manera específica y exclusiva a la Federación, como lo son las relativas al establecimiento de contribuciones especiales previstas en el numeral 5º de la fracción XXIX del artículo 73 de la Constitución Federal, no podía cederse al ámbito local o sujetarse a coordinación con éste, sino sólo participaran de su rendimiento en la proporción que la ley secundaria establezca, es decir, conforme a la Ley de Coordinación Fiscal. En este sentido, respecto de la inconstitucionalidad del 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal sostuvo que de la lectura de éste así como del 10-D de la citada ley se advierte que las entidades federativas podrán establecer impuestos locales a la venta o consumo final de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada en la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, en el entendido de que dicha facultad no podrá operar respecto de los bienes cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación, que dicha venta o consumo final se realice dentro de la entidad de que se trate. Además, adujo que de estos artículos se desprendía que las legislaturas estatales pueden establecer impuestos a la venta o consumo final de los siguientes bienes: a) bebidas con contenido alcohólico y cerveza; b) Alcohol, alcohol desnaturalizado y mieles incristalizables; c) Tabacos labrados; d). gasolinas; y e) diésel, “…siempre que no se trate de bienes cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación…”; es decir, que no se trate de impuestos locales en las materias previstas en la fracción XXIX del artículo 73 de la Constitución Federal; de ahí que los artículos impugnados no invaden la esfera de competencia de las legislatura locales, ni transgrede su soberanía en materia impositiva. De ahí que contrario a lo estimado por la quejosa no existía la invasión de competencias que atribuye al Congreso del Estado de 5 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 Aguascalientes, porque específicamente sobre éste sí puede legislar bebidas con contenido alcohólico. De lo anterior, se advierte que el Juez de Distrito sí analizó el primer concepto de violación invocado en la demanda de amparo, tan es así que determinó que era infundado, en razón de que el precepto impugnado no invade la esfera de competencia de las legislaturas locales en materia impositiva. No es óbice a lo anterior que la recurrente sostenga que el Juez no analizó que sí el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal otorga una facultad a las legislaturas estatales en materia impositiva, ya ejercida por la Federación (imponer un gravamen a las bebidas con contenido alcohólico), los Estados ya no pueden crear impuestos sobre dichos bienes. Lo anterior, porque como quedó demostrado, no se trata de una facultad exclusiva de la Federación, sino por el contrario son facultades que podrán ser ejercidas indistintamente por ambos niveles de gobierno, sin que se considere una invasión por parte de alguno, ya que en este caso las facultades son concurrentes y pueden ser ejercidas por ambos niveles de gobierno o por uno solo. En otras palabras, el Juez Federal arribó a la conclusión consistente en que la facultad para legislar en materia impositiva, en términos de lo previsto por los artículos 73, fracción VII, 117, 118 y 124 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no siempre es exclusiva de la Federación, sino que en ocasiones es concurrente con los Estados, caso en el que la misma fuente de ingresos puede gravarse tanto por la Federación como por las entidades federativas. Cabe destacar que, esta Segunda Sala al resolver el amparo en revisión 198/2010 también determinó que el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal no constriñe de manera alguna a que indefectiblemente se emita una norma tributaria respecto de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada en el ámbito federal mediante la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, sino que respetando sus facultades legislativas, deja abierta la posibilidad a las entidades federativas adheridas al Sistema Nacional de 6 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 Coordinación Fiscal para que, si así lo desean, legislen en esas materias, con la posibilidad de que ello no se considere un incumplimiento a los convenios de adhesión por virtud de la renuncia a ejercer su potestad tributaria respecto de esos bienes a cambio de una participación en sus rendimientos, siempre que no se trate de las materias reservadas a la Federación, que son las previstas en la fracción XXIX del artículo 73 y 131 de la Constitución Federal. Ello se estableció así, con el fin de avanzar a una nueva etapa de federalismo fiscal basada en una mayor corresponsabilidad entre los distintos órdenes de gobierno, para lo cual se estableció como eje rector ampliar las facultades tributarias de las entidades federativas sin mermar las finanzas públicas federales, evitar la proliferación de impuestos locales y aumentar los ingresos de las entidades federativas a efecto de disminuir su dependencia de las transferencias de recursos federales. Asimismo, se estableció que las nuevas potestades tributarias que se otorgaron a las entidades federativas no se debían considerar como una transgresión a los convenios de adhesión del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, siempre y cuando se tratare del establecimiento de impuestos locales a la venta final de los bienes que sean objeto de gravamen conforme la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, y no se tratare de los bienes reservados a la Federación. Lo anterior se corrobora de la exposición de motivos del Decreto por el que se adicionó el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal, de 21 de junio de 2007, que establece lo siguiente: […] En términos de finanzas públicas, en los próximos seis años se espera una disminución de los ingresos petroleros como proporción del Producto Interno Bruto. Bajo este contexto, el simple comportamiento inercial de la recaudación, aunado al mayor crecimiento del gasto, redundaría en un deterioro importante del balance público en detrimento del crecimiento y de las haciendas públicas de todos los órdenes de gobierno. Dicha situación hace necesaria no sólo la obtención de ingresos de otras fuentes, sino también un replanteamiento de las relaciones fiscales entre los distintos órdenes de gobierno. 7 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 Por estas razones, se han presentado ante esa Soberanía una serie de iniciativas que en conjunto constituyen la propuesta de una reforma hacendaria integral basada en cuatro pilares fundamentales, a fin de: Lograr una mayor recaudación e incrementar la eficiencia tributaria en nuestro país. Responder al reclamo ciudadano de que una reforma hacendaria que aumente la recaudación debe ser acompañada de una concomitante reforma que mejore la eficiencia, la transparencia y la ejecución del gasto público. Combatir frontalmente la evasión y elusión fiscales y simplificar nuestro sistema tributario. Fortalecer el marco del federalismo fiscal dada la nueva realidad política y creciente descentralización del gasto público. […] Premisas de la Iniciativa México requiere avanzar a una nueva etapa de federalismo fiscal basada en una mayor corresponsabilidad entre los distintos órdenes de gobierno, a fin de contar con una política fiscal moderna y responsable que además de preservar el equilibrio de las finanzas públicas federales, dote de nuevas potestades tributarias a los gobiernos locales a fin de que cuenten con instrumentos fiscales flexibles que les permitan incrementar sus ingresos propios y satisfacer sus necesidades de gasto. La presente Iniciativa, más que replantear el pacto fiscal en su totalidad, recoge los principales planteamientos de la Convención Nacional Hacendaria celebrada en el año 2004, los diversos planteamientos de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), los planteamientos del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal realizados a través de los funcionarios fiscales, y aquéllos derivados del constante e intenso diálogo entre el Gobierno Federal, las entidades federativas y los municipios, a fin de adecuar nuestro federalismo hacendario a las nuevas realidades nacionales. En ese sentido, las propuestas para fortalecer nuestro federalismo fiscal tienen dos ejes torales: Expandir las facultades tributarias de las entidades federativas y otorgar mayores incentivos para utilizarlas. Lo anterior sin mermar las finanzas públicas federales, al tiempo que se evite una proliferación de impuestos locales. Simplificar y mejorar las fórmulas de las transferencias, tanto para las participaciones como para las aportaciones federales, incluso las correspondientes al sector educativo. Esto bajo la premisa de que no se disminuiría el valor nominal de las transferencias actuales para ninguna entidad. Nuevas potestades tributarias para las entidades federativas La dependencia de las transferencias federales aunada a los pocos incentivos que éstas dan para que las entidades incrementen sus ingresos propios, han provocado que dichos ingresos se hayan mantenido 8 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 constantes en cerca de 0.9% como proporción del Producto Interno Bruto a través del tiempo ya que actualmente representan poco menos del 10% de sus ingresos totales con excepción del Distrito Federal. Al mismo tiempo, existe una gran heterogeneidad entre la importancia y peso de cada uno de los distintos tipos de ingresos locales (por ejemplo impuestos, aprovechamientos, derechos y contribuciones de mejoras) en cada entidad federativa, lo cual demuestra que no existe una historia de éxito común al respecto. Aunque no existe un patrón común de ingresos propios entre las entidades, sin incluir el Distrito Federal, en general, aproximadamente el 40% de dichos ingresos son tributarios. De éstos, aproximadamente el 60% proviene de los impuestos a la tenencia o uso de vehículos y del impuesto sobre automóviles nuevos, los cuales aunque técnicamente no son ingresos propios ya que provienen de leyes federales, las entidades administran la totalidad de esos impuestos y el 100% de su recaudación es percibido por ellas. Por su parte, el otro 40% de los ingresos tributarios locales proviene principalmente de los impuestos locales sobre nóminas y hospedaje. Finalmente, el remanente de los ingresos propios proviene de derechos, aprovechamientos, contribuciones, utilidades de inversiones, intereses y venta de bienes muebles e inmuebles. El caso del impuesto predial es de particular importancia, ya que a pesar de ser un impuesto cuyo potencial de recaudación es alto, los ingresos que se obtienen del mismo son bajos. A manera de ejemplo, la recaudación por concepto de predial en México representa el 0.2% del Producto Interno Bruto, mientras que en España, los Estados Unidos de América y el Reino Unido representa el 2.8%, el 3.1% y el 4.3% de dicho Producto, respectivamente. Es decir, entre diez y veinte veces más que lo que representa en México. Más preocupante aún es que la recaudación del impuesto predial más baja por entidad en el país equivale a $5 pesos por persona al año y en la entidad que más se recauda logra recabar $780 pesos por persona al año que, sigue siendo baja comparado con el potencial y las necesidades de gasto de los municipios. Por ello, es necesario ampliar las potestades tributarias de los congresos locales y los incentivos para utilizarlas bajo tres premisas fundamentales: i) no mermar las finanzas públicas federales; ii) aumentar los ingresos propios de las entidades federativas a efecto de disminuir su dependencia de las transferencias de recursos federales, y iii) evitar la proliferación de impuestos locales. La presente Iniciativa propone que las entidades puedan establecer un impuesto local a la venta final de todos aquellos bienes que en la actualidad o en el futuro sean objeto de gravamen conforme a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios expedida por el Congreso de la Unión, en cuyo caso estarán obligadas a transferir cuando menos el 20% de lo recaudado a los municipios. Esta base tributaria, aunque atractiva, está acotada a ciertos bienes, lo que facilita su administración por parte de las entidades federativas. Actualmente los bienes sujetos al impuesto especial sobre producción y servicios son: gasolinas y diesel, bebidas con 9 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 contenido alcohólico, cerveza, tabacos labrados, alcohol, alcohol desnaturalizado y mieles incristalizables. Las principales razones por las cuales se otorga a las entidades federativas la potestad tributaria para gravar los bienes de referencia radican en que: Es una base tributaria con alto potencial recaudatorio. Son bases progresivas, desde un punto de vista económico, que afectan menos a las personas de ingresos bajos y la mayor parte de la carga recae en las personas con mayores ingresos por ser quienes mayor consumo de esos productos realizan. La mayoría de los bienes objeto de gravamen afectan la salud y su consumo presenta externalidades negativas, por lo que gravar este tipo de productos va en el mismo sentido de una política pública comprometida con la salud y el incremento en la calidad de vida de los mexicanos. El consumo de estos bienes presenta demandas inelásticas minimizando las distorsiones de los impuestos. Las entidades están familiarizadas con la recaudación de estos impuestos ya que se utilizan actualmente como variable de distribución de las participaciones federales, lo que facilitará su transparencia, recaudación y control. Con base en lo anterior, se propone la adición de un artículo 10-C a la Ley de Coordinación Fiscal, mediante el cual se faculte a las entidades federativas adheridas al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal para que puedan establecer impuestos locales a la venta o consumo final de bienes gravados conforme a la Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios que se realicen dentro del territorio de la entidad de que se trate. Lo anterior, siempre y cuando: No se establezcan tratamientos especiales de ningún tipo. La base no incluya el impuesto al valor agregado ni el impuesto especial sobre producción y servicios. Los impuestos no sean acreditables contra otros impuestos federales o locales. No se trasladen en forma expresa y por separado los impuestos a los consumidores finales y, por el contrario, el traslado se incluya en el precio correspondiente, sin que se considere que forma parte del precio de venta al público ni se entienda violatorio de precios o tarifas, incluyendo los oficiales. Los impuestos se causen en el momento en que efectivamente se perciban los ingresos y sobre el monto que de ellos se perciba. Los impuestos no se apliquen en dos o más etapas del proceso de comercialización. La totalidad de los municipios participen cuando menos con el 20% de la recaudación que las entidades federativas obtengan con motivo de las contribuciones correspondientes. Tratándose de gasolina y diesel, cuando menos el 50% del monto recaudado se destine a inversiones y obras de infraestructura relacionadas con la generación y mantenimiento de las vialidades, así como para acciones en materia de seguridad pública, de la entidad y sus municipios. 10 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 Los requisitos antes señalados tienen por objeto que los impuestos que se establezcan no difieran en gran medida de una entidad federativa a otra, disminuir la presencia de arbitrajes entre entidades, evitar tratos inequitativos a los contribuyentes y distorsiones en los precios, facilitar el pago de esos impuestos por parte de los contribuyentes, impedir la creación de impuestos multifásicos y simplificar los actos de fiscalización por parte de las autoridades. Lo anterior implica que, en su caso, la diferencia en precios sea suficientemente pequeña para que pueda ser compensada por el costo de transporte y la inconveniencia de hacer una compra en una entidad vecina donde el impuesto sea menor o no exista. Tratándose de la venta o consumo final de tabacos labrados, cervezas, gasolina y diesel, por tratarse de fuentes cuya imposición se encuentra reservada a la Federación, la propuesta indicada sería procedente sólo en caso de que se apruebe la modificación al artículo 73, fracción XXIX, numeral 5o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que el Ejecutivo Federal a mi cargo está planteando paralelamente a esa Soberanía. Así mismo, se propone la adición de un artículo 10-D a la Ley de Coordinación Fiscal, a fin de precisar los alcances de los conceptos de los bienes gravados con los nuevos impuestos locales. En el citado artículo 10D también se indica lo que deberá entenderse por la venta o consumo final de los bienes gravados, a fin de facilitar el pago de los impuestos y su recaudación, al ser los productores, envasadores o distribuidores que hagan la entrega o venta para consumo final de los bienes, salvo que se trate de gasolinas y diesel, quienes incorporarán el impuesto en el precio y lo enterarán a las entidades federativas en función del lugar en el que se realice la entrega del bien, sin perjuicio de la ubicación de su domicilio fiscal o el del consumidor. Para el caso de los impuestos locales a gasolina y diesel, la presente Iniciativa prevé que se considerará que la venta final se lleva a cabo en el territorio de una entidad federativa cuando en el mismo se realice la entrega al consumidor final, con lo que serán las estaciones de servicio, por ser los lugares en que se enajenan los combustibles al público en general, quienes incorporarán el impuesto en el precio y lo enterarán a las entidades federativas en función del lugar en que se realice la entrega final del combustible, sin perjuicio de la ubicación de su domicilio fiscal o el del consumidor. La propuesta anterior hace necesario reformar el artículo 27, fracción I de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios para eliminar la restricción establecida en dicho ordenamiento para que las entidades federativas establezcan impuestos locales sobre las fuentes objeto de la presente Iniciativa. La incorporación de estas facultades tributarias locales puede incrementar los ingresos de las entidades y municipios de manera importante. Es de recalcar que estos recursos serían adicionales a los que recibirían las entidades por virtud del pilar recaudatorio de la reforma hacendaria que 11 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 se propone. Es decir, del aumento estimado en la recaudación proveniente de las propuestas fiscales en el pilar recaudatorio, el 30% del aumento en la Recaudación Federal Participable se destinará a las entidades y municipios. Si la Recaudación Federal Participable aumenta en 1% del Producto Interno Bruto, esto significará que las entidades y municipios recibirán por esta vía cerca de 30 mil millones de pesos. […]. En este sentido, se estima que la facultad establecida en el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal para que las legislaturas puedan establecer impuestos locales a la venta o consumo final de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada por la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, siempre que no se trate de los bienes cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación, no ocasiona un quebranto en sus facultades legislativas porque se refiere a la posibilidad de establecer normas generales en las materias que son concurrentes con la Federación, sin que se permita que recaigan sobre el mismo objeto tributario evitando así una doble o múltiple imposición, aunque sí inciden sobre la misma fuente, lo cual no es incorrecto ya que ésta, por su propia naturaleza, puede ser gravada por varios tributos a la vez desde distintos puntos de vista como lo son la producción, la enajenación, el consumo, etcétera, sin que como se señaló, ello sea irregular porque de esta forma en realidad se están gravando objetos distintos. De ahí que, la facultad tributaria que otorga el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal a los Estados se encuentra en el sentido indicado, es decir, si bien consiste en establecer impuestos adicionales locales en las materias que son concurrentes con la Federación, en el caso, sobre bebidas con contenido alcohólico, no menos cierto es que tal facultad no se autoriza sobre el mismo objeto, pues el hecho imponible en la Ley del Especial sobre Producción y Servicios es la enajenación, en general, mientras que por virtud del precepto impugnado no se permite gravar cualquier enajenación, sino sólo la venta o consumo final; de ahí que el objeto no sea el mismo, y, por ende, tampoco lo sean los contribuyentes. Lo anterior, tiene sustento en las tesis aisladas 2a. LXXXI/2010 y 2a. LXXXII/2010, de rubro siguientes: 12 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 “COORDINACIÓN FISCAL. EL ARTÍCULO 10C DE LA LEY RELATIVA NO INVADE LA COMPETENCIA DE LAS LEGISLATURAS LOCALES EN MATERIA IMPOSITIVA. Conforme al artículo 124 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las facultades no concedidas expresamente a los funcionarios federales se entienden reservadas a los Estados, de ahí que la Federación no pueda imponer contribuciones en materia de propiedad inmobiliaria ni las entidades federativas legislar sobre las materias contenidas en la fracción XXIX del artículo 73, las señaladas en las fracciones V, VII y IX del artículo 117, así como sobre las indicadas en el artículo 118, sin consentimiento del Congreso de la Unión, so pena de incurrir en invasión de facultades y, consecuentemente, en una doble o múltiple tributación en relación con tales conceptos, situación que se trata de evitar con el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal. En esa virtud, el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal no ocasiona invasión de competencias, porque si bien señala que las Legislaturas Locales pueden establecer impuestos a la venta o consumo final de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada por la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, tal situación es permitida por el orden constitucional siempre que no se trate de bienes cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación, que son a los que se refieren los artículos 73, fracción XXIX y 131 constitucionales. Es decir, persiste la prohibición hacia las Legislaturas de las entidades federativas de legislar en las materias reservadas a la Federación y sólo podrán establecer impuestos locales en las materias concurrentes que no recaigan sobre el mismo objeto gravado, independientemente de que incidan sobre la misma fuente que, por su propia naturaleza, permite ser gravada por varios tributos a la vez desde distintos ángulos.1” 1 Tesis aislada publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, Agosto de 2010, Página 458, Registro: 164116. 13 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 “COORDINACIÓN FISCAL. EL ARTÍCULO 10C DE LA LEY RELATIVA NO VULNERA LA SOBERANÍA DE LAS LEGISLATURAS LOCALES EN MATERIA IMPOSITIVA. El hecho de que el citado artículo establezca los requisitos que debe contener el tributo adicional que pueden establecer las entidades federativas en relación con la venta o consumo final de los bienes cuya enajenación se encuentre gravada por la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, siempre que no se trate de aquellos cuyo gravamen se encuentre reservado a la Federación, no implica una transgresión a la soberanía de sus Legislaturas en materia impositiva, porque tal esquema surge del sistema de coordinación fiscal al que están adheridas y conforme al cual se desincorporó de la esfera competencial de la Legislatura Local su atribución para crear contribuciones que recaigan sobre los objetos gravados por la Federación, sin que ello implique renuncia temporal a la potestad que constitucionalmente les asiste, sino el desarrollo de ésta a través de su expresión omisiva con el fin de obtener recursos vía participaciones de la recaudación obtenida de los impuestos federales. Esto es, no existe quebranto en las señaladas facultades legislativas porque se posibilita establecer normas generales en las materias concurrentes con la Federación, sin que se permita que recaigan sobre el mismo objeto tributario evitando así una doble o múltiple imposición, pues el hecho imponible en la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios es la enajenación, en general, mientras que por virtud del artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal no se permite gravar cualquier enajenación, sino sólo la venta o consumo final, de ahí que el objeto no sea igual y, por ende, tampoco lo sean los contribuyentes, independientemente de que el nuevo impuesto incida sobre la misma fuente que, por su propia naturaleza, puede gravarse por varios tributos a la vez desde distintos ángulos. Además, con la intención de que el gravamen local no contenga una indebida fundamentación y motivación, al estar limitadas dichas entidades por el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal para imponer determinadas contribuciones, el referido precepto dispone los requisitos para que tal gravamen no 14 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 se considere violatorio del referido sistema ni incumpla los convenios celebrados con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.2” En este orden de ideas, se estima no le asiste la razón a la recurrente cuando afirma que el precepto reclamado es inconstitucional al otorga a las legislaturas estatales una facultad ya ejercida por la Federación, pue si bien es cierto que se ampliaron las potestades tributarias de los Estados para legislar en materia de bebidas con contenido alcohólico, entre otras, también lo es que existe una limitante en el ejercicio de sus facultades impositivas concurrentes —además de la prohibición en materias reservadas a la federación— respecto del objeto gravado a nivel Federal (enajenación, en general), evitando así una doble o múltiple tributación. De tal forma, el ejercicio de la facultad legislativa en materia tributaria por parte de la Federación, en el caso de materias concurrentes, no agota ni extingue la potestad respectiva en el ámbito de las entidades federativas, pues válidamente pueden gravar la misma fuente de ingresos. Aunado a lo anterior, es preciso destacar que el Pleno de esta Suprema Corte ha establecido que “Es tendencia de la política fiscal en la mayoría de los países, entre ellos el nuestro, evitar la doble tributación con el objeto de realizar una efectiva justicia fiscal; sin embargo, éste fenómeno impositivo no está prohibido por ningún artículo de la Constitución Federal de tal suerte que en sí mismo no es inconstitucional.3 Conforme a lo anterior, se puede concluir que el artículo 10-C de la Ley de Coordinación Fiscal al otorgar facultades impositivas a las legislaturas de los estados respecto de las bebidas con contenido alcohólico, no resulta contraria a los artículos 73 y 124 Constitucional, pues se está ante una facultad concurrente, dicho esquema surge del 2 Tesis aislada publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXII, Agosto de 2010, Página 459, Registro: 164115. 3 DOBLE TRIBUTACION. EN SI MISMA NO ES INCONSTITUCIONAL. Es tendencia de la política fiscal en la mayoría de los países, entre ellos el nuestro, evitar la doble tributación con el objeto de realizar una efectiva justicia fiscal; sin embargo, éste fenómeno impositivo no está prohibido por ningún artículo de la Constitución Federal de tal suerte que en sí mismo no es inconstitucional. Lo que la Carta Magna prohíbe en su artículo 31, fracción IV, entre otros supuestos, es que los tributos sean desproporcionados, que no estén establecidos por ley o que no se destinen para los gastos públicos; pero no que haya doble tributación. Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Registro: 206079. 15 AMPARO EN REVISIÓN 990/2015 propio Sistema de Coordinación Fiscal, no se grava el mismo objeto de tributo, sino la misma fuente de riqueza, aunado a que, en todo caso, éste fenómeno impositivo (doble tributación) no está prohibido por ningún artículo de la Constitución Federal de tal suerte que en sí mismo no es inconstitucional. 16