Producción nutritivos pobres de para alimentos bolsillos La Unión Europea ha puesto en marcha el proyecto CHANCE para desarrollar productos alimenticios saludables, asequibles y además apetitosos capaces de prevenir problemas nutricionales comunes entre los más vulnerables a caer en la pobreza. La Unión Europea ha puesto en marcha un proyecto para desarrollar productos alimenticios saludables, asequibles y además apetitosos capaces de prevenir problemas nutricionales comunes entre los más vulnerables a caer en la pobreza. De esta manera y mediante el estudio sobre las formas de reducir los costes de producción y ampliar el conocimiento de este grupo concreto de consumidores se podrá estimular el desarrollo de productos alimenticios nutricionales más accesibles y atractivos para quienes más los necesitan. En Europa existen todavía muchos alimentos muy nutritivos que siguen siendo productos de lujo y no están al alcance de todo el mundo, como por ejemplo las veduras ecológicas. Por ello, se acaba de poner en marcha el nuevo proyecto CHANCE, financiado por el Séptimo Programa Marco, que pretende dar solución a problemas nutricionales de aquellos consumidores en peligro de caer en la pobreza. Una encuesta reciente de Eurostat destacó la necesidad de comprender mejor las barreras que impiden que los 81 millones de ciudadanos europeos al borde de la pobreza disfruten de una nutrición saludable. Las deficiencias en la misma están directamente relacionadas con un mayor riesgo de obesidad y otras afecciones relacionadas como la diabetes y las cardiopatías. Otra de las estadísticas realizadas por Eurostat indica que son las mujeres y los más mayores los grupos más vulnerables a caer en la pobreza. Los investigadores de CHANCE desean averiguar qué otros grupos presentan un mayor riesgo de caer en la pobreza. El equipo espera entonces llegar hasta la raíz del problema y sacar a la luz sus detalles más concretos, como por ejemplo la ingesta inadecuada de micronutrientes como hierro y vitamina B12. El consorcio de CHANCE, compuesto por 17 socios de 8 países europeos, prevé estudiar tecnologías e ingredientes de bajo coste y, por otra parte, cómo mejorar la educación y la concienciación sobre la importancia de una alimentación saludable. El equipo estudiará subproductos ricos en fibra resultantes de la producción de zumos de frutas así como otros derivados de la transformación de alimentos. El equipo de CHANCE estudiará también la opinión de los que viven en la pobreza sobre qué impide adoptar una alimentación sana y dialogará con los diferentes agentes activos en la cadena alimentaria. Se espera que todas estas acciones contribuyan a que los investigadores logren alimentos sanos que acaben en la cesta de la compra de los europeos. Fuente: CORDIS Noticias La foto, tomada de Flickr, es de Darwin Bell Lista positiva de disolventes de extracción fabricación de alimenticios ingredientes para la productos y sus Real Decreto 1101/2011, de 22 de julio, por el que se aprueba la lista positiva de los disolventes de extracción que se pueden utilizar en la fabricación de productos alimenticios y de sus ingredientes. Fuente: BOE, 30/8/2011 Prevención de laborales en la alimentaria riesgos industria Hablamos con Alfonso Tovar sobre los aspectos más importantes de la prevención de riesgos laborales y cómo se gestionan en la industria alimentaria. Alfonso Tovar es director técnico de Ondoan AyC, auditor jefe de sistemas de prevención de riesgos laborales con más de 30 años de experiencia a sus espaldas, y actualmente asesor en los planes sectoriales de prevención del País Vasco en los sectores agroforestal (Nekapreben), pesquero (Itsaspreben) y en la línea de industrias alimentarias (Elikapreben). Hablamos con él sobre los aspectos más importantes de la prevención de riesgos laborales en la industria alimentaria… En el caso de las industrias alimentarias se utilizan materias primas que por ser de uso alimentario (harinas, ingredientes de origen animales, enzimas, vinagre, azúcares), no se consideran peligrosas o perjudiciales para los trabajadores que los manipulan, pero que utilizados en cantidades industriales pueden afectar a su salud. ¿Cuál es el nivel de concienciación del uso de este tipo de ingredientes? Esta es una situación que juega en contra de la concienciación del sector. Si se piensa que como la producción está orientada a la alimentación humana y la materia prima se puede consumir y por tanto, no es peligrosa, el sector no percibe el riesgo en toda su magnitud por lo que la motivación a realizar prevención se ve afectada. Quiero decir que desgraciadamente la prevención sensibiliza cuando curiosamente falla o el riesgo es evidente. El hecho de que uno de los polvos con mayor capacidad de formar atmósferas explosivas en el lugar de trabajo sea el azúcar, no es evidente, si un silo que está trasegando azúcar explota puede provocar una catástrofe, ¡y es sólo azúcar! Pero también están las materias auxiliares, por ejemplo, de limpieza: productos irritantes, corrosivos para tratamiento de aguas, etc., y también por otro lado, están los residuos que alguien manipula hasta que el gestor autorizado correspondiente se los lleve (aceites lubricantes, hidráulicos usados de las máquinas, etc.). Como suelen decir los químicos, “todo elemento, sustancia, producto o preparado químico es peligroso, la cuestión es la dosis”. Esto no significa que haya que vivir esto con miedo y tensión, significa que hay que identificar, planificar, hacer, verificar y evaluar para mejorar, es decir, gestionar eficientemente el riesgo. Además de lo indicado anteriormente, ¿cuáles son los principales riesgos que están presentes en las industrias alimentarias? La industria alimentaria es un sector muy amplio y variopinto, hablar de riesgos necesariamente tiene que ir parejo al tipo de industria alimentaria de la que estemos tratando. Por ejemplo, en una bodega los tres riesgos más relevantes (aunque no los únicos) serían el ahogamiento por desplazamiento del oxígeno provocado por el CO2 en época de vendimia cuando el mosto empieza a fermentar (el famoso “tufo”), la caída en altura en el caso de intervención en la parte superior de las cubas que no estén adecuadamente protegidas y el manejo de anhídrido sulfuroso como agente conservante del vino (si se respira en concentración suficiente produce edema pulmonar). En las bodegas, al “tufo” se le da importancia porque ya ha costado muchas muertes, aún así, se utilizan todavía medios “rústicos” como una vela, llevar un animal, etc., para detectar la ausencia de oxígeno, cuando lo que hay que hacer es llevar un detector de oxígeno y medir. Incidiendo en la vigilancia de la salud de los trabajadores, ¿qué importancia se le otorga a los reconocimientos médicos en las empresas como medio para el control de futuras enfermedades profesionales? ¿Cree que hay una concienciación suficiente entre los médicos de familia a la hora de recabar información laboral de sus pacientes? Creo que estamos todavía en etapas muy iniciales. La vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos a riesgos deben realizarla profesionales que hayan “pisado” las industrias, que conozcan la realidad de las empresas, que sepan qué es una picadora de carne, una amasadora, etc., que conozcan a fondo la toxicología de los productos químicos que se utilizan (es decir: vías posibles de absorción en función del modo de utilización y sus posibles impactos en la salud humana). La medicina del trabajo es una especialidad médica que actualmente se tiene que hacer vía MIR. El problema actual es la escasez de profesionales de la medicina especializados en esta disciplina y la demanda tan elevada de sus servicios debido a la legislación vigente. Esto produce situaciones un tanto extrañas, como por ejemplo hacer sinónimos vigilancia de la salud, medicina del trabajo y reconocimientos médicos “en cadena”. En estos momentos de crisis económica, ¿considera que se han “sacrificado” recursos destinados a la seguridad laboral para “ahorrar” costes? Salvo honrosas excepciones creo que en la mayoría de las empresas, la crisis afecta a todas las partidas presupuestarias y la de Prevención de Riesgos Laborales no es una excepción. Poner en funcionamiento un Plan de Prevención de Riesgos Laborales requiere personal especializado con dedicación muy importante en los primeros años. Adecuar maquinaria anterior al año 1995 requiere en términos generales muchos recursos económicos, etc. No obstante hay empresas que están aplicando criterios razonables para mantener los niveles de seguridad y salud logrados en los años anteriores a la crisis. Las mesas y talleres de benchmarking en los diferentes sectores puede ser una iniciativa muy interesante para intercambiar experiencias y criterios. Por último, quisiera declarar que si tomamos un horizonte temporal a medio largo plazo, la prevención de riesgos es muy rentable. Respecto a su colaboración en los planes Nekapreben e Itsaspreben de PRL en los sectores primarios e industrias agroalimentarias del País Vasco ¿Cuáles son los objetivos que se marcan en los mismos y qué pasos se están realizando? Estos planes son una estrategia conjunta del Gobierno Vasco y el Instituto Vasco de Salud – Osalan cuyo principal objetivo es el desarrollo de una cultura preventiva en los sectores de la pesca, agroganadería, forestal e industria alimentaria, de forma que se implante la Prevención de Riesgos en estas actividades tan presentes en nuestra comunidad. {xtypo_quote}Nekapreben, Itsaspreben y Elikapreben tienen como objetivo desarrollar una cultura preventiva en los sectores pesquero, agroganadero, forestal y en la industria alimentaria de la CAPV{/xtypo_quote} Para que esta cultura empape, hay que lograr que los trabajadores se sientan identificados con la información que reciben y para lograr esa implicación se están desarrollando acciones específicas para cada uno de ellos. Se incide en la mejora estructural y el desarrollo tecnológico, el diseño e implantación de Modelos de Prevención específicos para cada sector, la mejora de la cualificación de los trabajadores, el impulso de la vigilancia de la salud y la potenciación de una estructura de servicios y gestión preventiva eficaz. La cercanía con los sectores implicados es posible gracias a que en estos planes se integra el conocimiento y el trabajo de múltiples entidades. Concretamente, en el sector de la industria alimentaria, se cuenta con la colaboración de AZTITecnalia para desarrollar las acciones relacionadas con la mejora estructural y tecnológica. De esta forma, el conocimiento de este centro en los diferentes procesos alimentarios y pesqueros, sirve como base para el planteamiento de nuevos equipos, procesos, organización de las tareas, etc. que mejoren las condiciones de seguridad de los trabajadores. Los resultados obtenidos hasta ahora se plasman en la publicación de modelos de prevención y en el desarrollo de innovaciones tecnológicas para disminuir los riesgos en los procesos, en el desarrollo de material de formación, la puesta en marcha de un observatorio de prevención de riesgos sectorial en el País Vasco y en la difusión de estas y otras actividades a través de los portales web www. itsaspreben.com y www.nekapreben.com. Finalmente, ¿cuáles cree que serían los siguientes pasos a realizar por las instituciones, asociaciones sectoriales, empresas y agentes sociales para alcanzar el nivel óptimo de seguridad y salud laboral en las industrias alimentarias? Creo que es un tema de voluntad seria y honesta por parte de todos el dar ese salto cualitativo que todos deseamos en este tema. O nos ponemos todos a trabajar, “a pie de necesidades concretas” o seguiremos en un discurso sin contenido mientras la gente sigue pagando con su salud nuestra ineficacia. Los pasos son sencillos a mi modo de ver son: 1. Identificar riesgos por sectores y subsectores. 2. Evitar los que podemos evitar. 3. Evaluar los que no podemos evitar. 4. Planificar la disminución, el control y la protección de los evaluados como no tolerables. 5. Informar, formar y adiestrar a los trabajadores dándoles la responsabilidad y la participación que les corresponde. 6. Destinar los recursos necesarios y suficientes para hacer todo esto. 7. Auditar y evaluar la eficacia de todo lo anterior para que se mantenga eficiente y vivo. Microencapsulación compuestos funcionales de activos Para la producción de ingredientes funcionales es preciso el desarrollo de tecnologías de producción, extracción y purificación compatibles con la aplicación del producto en la industria alimentaria, y escalables tanto desde el punto de vista técnico como económico. Sin embargo, para que la industria alimentaria productora de ingredientes pueda transferir sus productos al mercado, también es fundamental que se logre la conservación y estabilización de estas moléculas para que mantengan intactas sus funcionalidades a largo del tiempo y durante los procesos de transformación que puedan sufrir los alimentos. Una de las tecnologías más prometedoras en este campo es la encapsulación Aplicaciones alimentaria de la microencapsulación en la industria Las tendencias del consumo alimentario están centradas en una demanda creciente de productos naturales, frescos, de conveniencia y saludables. La salud se ha erigido como uno de los principales “drivers” de consumo, por lo que en a pesar de la situación de crisis económica internacional se ha producido un aumento de la demanda de alimentos funcionales. Esto ha favorecido de forma considerable el avance en los desarrollos basados en la encapsulación. La microencapsulación puede definirse como el proceso de recubrimiento de un compuesto de interés o sustancia activa, mediante uno o varios materiales, obteniendo sistemas particulados que pueden liberar gradualmente su contendido. Las partículas resultantes, en base a su morfología y estructura interna, pueden denominarse micropartículas, microesferas o microcápsulas. Si las partículas tienen un tamaño inferior a los 100 nanómetros, éstas se denominan nanopartículas, nanocápsulas o nanoesfereas. Aunque la microencapsulación es una técnica ampliamente utilizada por la industria farmacéutica para la obtención de sistemas de liberación de fármacos, su aplicación no se limita únicamente al campo de los medicamentos sino que se extiende a campos tan diversos como la agricultura, la cosmética y la alimentación. Así, a día de hoy, en el ámbito alimentario la encapsulación se aplica para estabilizar y/o proteger numerosos ingredientes o sustancias activas (colorantes, aromas, microorganismos, antioxidantes, antimicrobianos o nutrientes) frente a la oxidación, fotosensibilidad, volatilidad o la reacción con otros compuestos presentes en el alimento; para mejorar su dosificación; enmascarar sabores y olores desagradables de algunos compuestos; controlar la liberación de sustancias activas a una velocidad o localización determinada, y para mejorar la biodisponibilidad de determinados nutrientes. Por lo tanto, esta tecnología es una herramienta muy interesante y competitiva para la industria alimentaria, y más en concreto para los productores de productos alimenticios intermedios, ya que permite dar valor añadido a sus productos aportando mejores características sensoriales, funcionales y nutricionales. Diseño de micropartículas en el ámbito alimentario Existen diferentes elementos que hay que tener en cuenta en el diseño de microparticulas. Lo primero que nos deberíamos preguntar es: ¿qué ventajas aporta?, ¿existen otras vías menos complejas y economicamente más rentables?, ¿nuestro produto va a poder soportar el aumento de los costes de producción?. Por ejemplo, si la finalidad es mejorar la incorporación del compuesto en una matriz acuosa, puede que existan alternativas menos costosas para mejorar la solubilización del compuesto que no requieran la encapsulación del mismo. Una vez evaluados todos los factores anteriores, y si se estima necesario encapsular, hay que seleccionar el proceso más adecuado que permita la consecución de nuestros objetivos y se adecúe a los requerimientos específicos de nuestro compuesto o ingrediente a encapsular. Si bien es cierto que gran parte de la tecnología desarrollada en la industria farmacéutica sería aplicable en el campo de la alimentación, no puede realizarse una transferencia directa de los procesos desarrollados en el ámbito farmacéutico. Esto se debe a que son industrias muy diferentes en aspectos fundamentales como los costes y volúmenes de producción (lo que afecta a la selección de la tecnología), la reglamentación a aplicar (que limita el uso de ciertos materiales de recubrimiento y otros posibles compuestos necesarios durante el proceso), la matriz donde se vayan a incorporar las partículas (en este caso alimenticia, en la que habría que tener en cuenta la acidez del alimento, las interacciones con otros ingredientes, oxigeno, temperatura, humedad…), los procesos tecnológicos que va a sufrir durante su procesado (temperatura, presión,… ) y las condiciones de almacenamiento (vida útil, temperatura,…). Todos estos factores influirán directamente en las propiedades y estabilidad de las encapsulaciones. Además de estos aspectos generales, existen otros factores más especificos que hay que definir para el correcto diseño del proceso de encapsulación: – Condiciones del proceso de encapsulación adaptadas para cada compuesto activo o ingrediente. Así, cada compuesto o microorganismo (ej. probioticos) tiene unos requisitos especificos de temperatura, pH,…que deben cumplirse. – Estado físico final (liquido o sólido) del compuesto activo o ingrediente encapsulado: el estado sólido ofrece mejor manejabilidad y almacenamiento, por ejemplo. – El tamaño de partícula pequeño y homogeneo presenta mejor estabilidad y un menor efecto en propiedades sensoriales, especialmente en textura, ya que particulas con un tamaño superior a las 30 micras son detectables en boca. – Solubilidad del compuesto activo o ingrediente en el medio de liberación (alimento y/o zona del organismo). – Métodos de liberación: procesos físicos (fuerza mecánica, temperatura,…)o químicos (pH, enzimas,…) El desafío consiste en la selección de la tecnología y materiales más adecuados para responder a los factores anteriormente descritos que se consideren críticos en cada caso. A continuación se presenta una breve descripción de las tecnologías y materiales más relevantes para su aplicación en la encapsulación de ingredientes. Tecnologías de encapsulación La selección de la tecnología de encapsulación se realizará en función de las propiedades del material a encapsular, del tamaño deseado de las micropartículas, de su aplicación y de los mecanismos de liberación, de sus costes y de su capacidad de producción a escala industrial. En lo relativo a la obtención de macropartículas existen varios métodos que pueden clasificarse atendiendo a la naturaleza del proceso: 1.- Procesos físicos: métodos de goteo (dropping), extrusión, pulverizado y atomización (spray drying), atomización en frío (spray chilling-cooling), lecho fluidizado, etc. 2.- Procesos físico-químicos: coacervación simple o compleja, atrapamiento por liposomas. 3.- Procesos químicos: polimerización interfacial e inclusión molecular con ciclodextrinas. Si bien existen multitud de desarrollos de micropartículas mediante los diferentes procesos mencionados, la adaptación de éstos a escala de industrial es un factor crítico en la selección de la tecnología de encapsulación, ya que no todos pueden soportar las producciones industriales necesarias para la industria alimentaria. El método de atomización en caliente o secado por aspersión es el método más utilizado en la industria de alimentos, debido a que es un proceso económico, flexible y produce partículas de buena calidad. La atomización es una tecnología de deshidratación que se utiliza para conseguir un producto en forma de polvo partiendo de una disolución. Durante el proceso, la disolución se pulveriza a una cámara donde en contacto con aire caliente se evapora el agua, y el sólido que contienen las gotas cae en forma de polvo. Esta tecnología también es utilizada en procesos de encapsulación, como proceso de deshidratación de una solución que contiene el producto a encapsular. Así, el proceso de secado por aspersión se utiliza como auxiliar para la recuperación de micropartículas producidas por otros procesos previos como los de coacervación o de emulsificación. La selección de los materiales de encapsulación y su contenido en relación al compuesto activo, son factores críticos para la obtención, por atomización, de microparticulas con adecuadas propiedades de estabilidad y textura. Los almidones modificados, las maltodextrinas y las gomas son los polímeros más utilizados como material de recubrimiento. La temperatura del proceso también es un punto crítico. Por un lado, porque determinará la humedad del producto final y, por lo tanto, su estabilidad a lo largo de la vida comercial del producto. Por el otro, porque algunos compuestos termosensibles o microorganismos, podrían verse afectados por la misma. Aunque los tiempos de exposición a altas temperaturas son muy cortos, dependiendo de la termosensibilidad del compuesto éste puede llegar a degradarse o perder parte de su actividad. Para limitar el efecto de la temperatura, se necesitaría aumentar el contenido de material de recubrimiento, lo que resultaría en un aumento de los costes de producción. La distribución del tamaño de las partículas obtenidas por este método es en general menor a 100 μm, aunque depende de las condiciones del proceso. Materiales para la encapsulación Independientemente de la tecnología de encapsulación seleccionada, el primer paso para encapsular un ingrediente o compuesto activo es la selección de una matriz de encapsulación adecuada. La selección del material es un paso crítico en el desarrollo de los ingredientes microencapsulados, porque determina los criterios de estabilidad y liberación deseada. Como se ha comentado anteriormente, el primer obstáculo que nos encontramos es la necesidad de utilizar materiales aptos para uso alimentario. Por esta razón, muchos de los sistemas de encapsulación desarrollados para su aplicación en alimentos están basados en compuestos naturales presentes en los propios alimentos. Entre los materiales de recubrimiento más utilizados están los polisacáridos, lípidos y proteínas. A continuación se presentan algunos compuestos autorizados en la reglamentación como aditivos alimentarios (Tabla 1). Además de estos componentes básicos se añaden otros componentes como plastificantes, emulsificantes o surfactantes de uso alimentario, que ayudan a mejorar la integridad mecánica. Dentro de la amplia variedad de materiales de encapsulación es importante considerar las características de éstos en cuanto a flexibilidad, resistencia, permeabilidad, facilidad de aplicación y naturaleza hidrofóbica o hidrofílica, ya que todas ellas influirán en las características del producto final y en la liberación del compuesto encapsulado. Así, los polisacáridos y proteínas son materiales higroscópicos que aunque muestran buenas propiedades barrera frente a gases y lípidos, está característica se ve negativamente influenciada por la humedad relativa o la actividad de agua del entorno. Por otro lado, los materiales lipídicos, presentan excelentes propiedades barrera frente al vapor de agua, retardan la migración de gases y son relativamente estables frente a tratamientos térmicos moderados (compuestos con alto punto de fusión). Sin embargo, al no tener propiedades formadoras de film pueden formar estructuras frágiles. Considerando el número de factores de deterioro que ocurren durante el procesado, almacenamiento y aplicación final de las microcápsulas, el desarrollo de partículas con varios materiales de recubrimiento que posean diferentes propiedades barrera parece ser el camino más prometedor para la obtención de microcapsulas más estables y resistentes. Una visión de futuro: los ingredientes nanoencapsulados Durante los últimos años se ha suscitado un gran interés por el desarrollo de nanoparticulas con el objetivo de mejorar las funcionalidades de las microparticulas. Esta expectación por las nanopartículas viene dada porque, debido a su tamaño nanométrico, se les atribuyen mejores propiedades como: una mayor biodisponibilidad debido a su capacidad de penetración en tejidos y capilares, aumento de los tiempos de residencia en el tracto gastrointestinal, o un menor efecto en la viscosidad del producto final, lo que facilita su incorporación y la utilización de menor contenido de material para la consecución del mismo efecto o mayor. Sin embargo, existe una gran controversia en torno a la posible toxicidad de las nanopartículas. Todas sus potenciales ventajas anteriormente citadas entran en conflicto con la posibilidad de que generen cierto grado de toxicidad en el organismo. El grado y los lugares de penetración de las nanopartículas en el organismo, y la posible acumulación y traslocación de las mismas en el organismo, podrían constituir un riesgo potencial para la salud. Por ello se hace necesario una evaluación exhaustiva de los riesgos antes de su aplicación comercial, en particular, en aquellas que puedan contener compuestos inorgánicos. A día de hoy no existe una normativa común en lo referente a alimentos que incorporan nanocapsulas. En Mayo del 2011, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha publicado la primera guía práctica para la evaluación de la aplicación de la nanotecnología en la alimentación humana y animal. En Europa, los ingredientes nanoencapsulados y productos funcionales que incorporan nanocapsulas deben cumplir la reglamentación de “Novel Food”. Según esta reglamentación, un nuevo alimento es cualquier alimento o ingrediente alimentario que no haya sido utilizado de manera importante para el consumo humano en la Comunidad hasta el 15 de mayo de 1997. El Reglamento 285/97 del Parlamento Europeo y del Consejo, del 27 de enero de 1997, establece los procedimientos de autorización para los nuevos alimentos e ingredientes alimentarios. De este modo, antes de que nuevos alimentos y nuevos ingredientes alimentarios se introduzcan en el mercado, debe quedar demostrada su inocuidad en los controles que efectúa la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Así, antes de su comercialización, el nuevo alimento (en este caso un ingrediente nanoencapsulado), debe someterse a un procedimiento de evaluación comunitario que puede dilatarse en el tiempo. A corto-medio plazo, las aplicaciones de la nanotecnología más prometedoras en el ámbito alimentario están relacionadas con el desarrollo de nuevos sistemas de envasado. Actualmente se está trabajando en la mejora de ciertas propiedades de los materiales como las propiedades barrera, o incluso en la incorporación de sensores en envases inteligentes que detecten el final de la vida útil de los alimentos envasados. En el caso de la nanoencapsulación de ingredientes, se requiere un marco temporal mayor para resolver las limitaciones actuales, aunque su potencial es enorme y puede tener un futuro prometedor. Autorización europea de la comercialización de fosfatidilserina de fosfolípidos de soja como nuevo ingrediente alimentario Decisión de ejecución de la Comisión de 19 de agosto de 2011 por la que se autoriza la comercialización de fosfatidilserina de fosfolípidos de soja como nuevo ingrediente alimentario con arreglo al Reglamento (CE) nº 258/97 del Parlamento Europeo y del Consejo. La fosfatidilserina de fosfolípidos de soja especificada en el anexo I podrá comercializarse en la Unión Europea como nuevo ingrediente alimentario para los usos que se especifican en el anexo II: bebidas de yogur (50 mg/100 ml), polvos a base de leche en polvo (3,5 g/100 g), alimentos a base de yogur (80 mg/100 g), barritas de cereales (350 mg/100 g), artículos de confitería a base de chocolate (200 mg/100 g). Fuente: DOCE, 20/8/2011 La EFSA aprueba una declaración sobre propiedades saludables de la margarina La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aprobó el uso de una declaración de propiedades saludables que vincula el consumo de margarina baja en grasa y fortificada con omega-3 con la reducción del colesterol. La empresa francesa Lactalis B&C se acogió al artículo 14 sobre reducción del riesgo de enfermedad. Su solicitud fue aceptada por el Panel de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias de la EFSA debido a la reducción del colesterol LDL por sustitución de las grasas saturadas por ácidos grasos. “El componente responsable del efecto de la declaración son los ácidos grasos insaturados UFA (mezcla de ácidos grasos monoinsaturados[MUFA] y ácidos grasos poliinsaturados [PUFA]), que reemplazan a los ácidos grasos saturados (SFA) y a los ácidos grasos trans (TFA) en la dieta con el fin de lograr reducir el colesterol y obtener los beneficios declarados”. “El Panel establece entre el consumo de y el aumento del sustitución en la (MUFA) y/o ácidos que existe una relación de causa y efecto ácidos grasos saturados (SFA) alimenticios colesterol LDL en sangre, y que su dieta por ácidos grasos monoinsaturados grasos poliinsaturados (PUFA) reduce la concentración de colesterol LDL”. Se propuso el siguiente texto para la declaración: “El consumo de grasas saturadas aumenta la concentración de colesterol en sangre; el consumo de grasas monosaturadas y/o poliinsaturados en su lugar ha demostrado reducir el colesterol en sangre. El descenso del colesterol en sangre puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares (como la cardiopatía coronaria)”. Las condiciones de uso son las siguientes: “Cantidades significativas de ácidos grasos saturados (SFA) deben ser sustituidas por ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y/o poliinsaturados (PUFA) en la dieta gramo por gramo” en aquella población que “desee reducir sus niveles de colesterol en sangre”. Fuente: RDA n°69-Julio 2011 : Declaraciones de salud Aprovechamiento energético de subproductos agroalimentarios En España se producen actualmente más de 34 Millones de Toneladas (M TN) al año de subproductos agrícolas y procedentes de la industria alimentaria… En España se producen actualmente más de 34 Millones de Toneladas (M TN) al año de subproductos agrícolas y procedentes de la industria alimentaria. Las principales opciones de valorización para los subproductos de origen alimentario dependen fundamentalmente de sus características nutricionales y de su calidad higiénico-sanitaria, pudiendo ir desde su procesado para la fabricación de nuevos alimentos como reestructurados de carne o pescado y la extracción de ingredientes para alimentos funcionales, hasta su empleo en piensos animales o como fuente de materias primas para aplicaciones cosméticas, farmacéuticas o de la industria química (fertilizantes, biopolímeros…). En los casos en los que no es posible dar una salida comercial a los subproductos para la obtención de compuestos de alto valor añadido, es necesario llevar a cabo tratamientos que garanticen su valorización, bien agronómica (como enmiendas o fertilizantes en suelos) o energética, evitando que sean gestionados como residuos sólidos urbanos (RSU) o sean directamente eliminados en los vertederos. La digestión anaerobia o metanización es un proceso de degradación biológica de las sustancias orgánicas en ausencia de oxígeno, que produce dióxido de carbono y metano en una mezcla denominada biogás, que puede ser utilizada como combustible por su elevado poder calorífico y un lodo digerido o digestato con valor agronómico como fertilizante o enmienda orgánica. La principal ventaja que presenta la digestión anaerobia frente a otras alternativas de tratamiento biológico como el compostaje es que, mientras éste consume entre 30 y 35 Kwh. /TN de residuos tratado, la digestión anaerobia es un proceso generador de energía (entre 100 y 150 Kwh. /TN de residuo) (4). Esta es una de las causas por la que durante los últimos años, los métodos de tratamiento anaerobio de residuos han experimentado un gran auge, tanto en países industrializados como en países en vías de desarrollo. En la UE la mayoría de estas plantas se encuentran en países como Alemania, Dinamarca o Suecia. Las plantas de biogás a nivel industrial que utilizan como sustratos principales los subproductos o residuos alimentarios son todavía reducidas. El número de plantas de biogás que utilizan residuos agroindustriales en España es relativamente bajo respecto a otros países (6-7 plantas y principalmente para tratamiento de purines), aunque en los últimos años el interés por la generación de biogás a partir de subproductos agroalimentarios está siendo creciente. En este sentido existen algunas plantas piloto (como las de residuos de matadero en el matadero Frigorífico del Nalón en Asturias) y existen diversas iniciativas de plantas industriales en proyecto o construcción. Como planta en funcionamiento, destaca la planta de Nufri en Lérida, para el tratamiento de subproductos de frutas y residuos procedentes de la fabricación de zumos. Obtención de biogás a partir de residuos alimentarios En la Unidad de Investigación Alimentaria de AZTI-Tecnalia se vienen realizando durante los últimos años diversos proyectos encaminados al estudio de diferentes corrientes de subproductos procedentes del sector alimentario, que puedan tener un interés desde el punto de vista de su utilización en plantas de digestión anaerobia. La digestión anaerobia es una tecnología aplicable en gran medida a los subproductos agroalimentarios debido, por un lado, a su alta biodegradabilidad y por otro a su elevada humedad, lo que dificulta su empleo en procesos de compostaje. Pero uno de los principales problemas para su aplicación como tecnología de tratamiento en la industria alimentaria es la dispersión en su generación y el reducido tamaño de las empresas que en ocasiones no hace rentable la inversión en una planta individual de digestión anaerobia. La co-digestión o mezcla de diversas corrientes de residuos es por lo tanto una de las alternativas para gestionar de manera correcta este tipo de subproductos y permitir compartir gastos de operación y gestión así como mejorar el rendimiento de las plantas. Algunos de los sustratos estudiados han sido subproductos de pescado procedentes de mortandades masivas en acuicultura, frutas y verduras de mercado, glicerina, cascarilla de café y subproductos de industrias lácteas como lodos de depuradora, okara y lactosuero. Las pruebas realizadas con diversas combinaciones de subproductos así como con residuos individuales, indican se pueden alcanzar rendimientos que mejoran en muchos casos los obtenidos únicamente con purines de vacuno (200-300 l biogás/Kg. SV). En el caso de los residuos generados en las industrias lácteas, la combinación de lactosuero con purines de vacuno mejora el rendimiento de obtención de biogás hasta en un 90 %, en las pruebas realizadas a escala de laboratorio. Sin embargo, existen diversos condicionantes técnicos y económicos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de su aplicación y por lo tanto, es necesario desarrollar procesos específicos y adaptados a las características concretas de cada tipo de actividad y de los subproductos o residuos que se generan (cantidades, estacionalidad, necesidades de transporte y acondicionamiento, posibles co-sustratos…). Fuente: extracto de un artículo elaborado para la revista Residuos por Marta Cebrián, Sandra Pérez y Guillermo Pardo. Unidad de Investigación Alimentaria de AZTI-Tecnalia. Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición La Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición, en vigor desde el 7 de julio de 2011, atiende a las perspectivas clásicas de la seguridad alimentaria, como son la detección y eliminación de riesgos físicos, químicos, y biológicos, desde un nuevo enfoque anticipatorio que se fundamenta jurídicamente en el principio de precaución. Se trata de una ley moderna, porque al concepto de seguridad alimentaria incorpora los hábitos de alimentación saludables, y oportuna, ya que establece los mecanismos de coordinación necesarios para lograr una efectiva aplicación tanto a nivel autonómico como en las relaciones con la Unión Europea. El texto establece la obligación de revisar la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), creada en 2005, cada cinco años para actualizar y avanzar en sus objetivos. Para ello, se prevé la creación del Observatorio de la nutrición y el estudio de la obesidad, que realizará análisis periódicos de la situación nutricional de la población y de las cifras de obesidad en España. Por otro lado, la ley promueve que la oferta alimentaria de los centros escolares sea variada y adecuada a las necesidades nutricionales de los alumnos. Así, a partir de ahora los responsables de la supervisión de los menús serán expertos profesionales acreditados en las áreas de nutrición y dietética. Además en las instalaciones que lo permitan, se elaborarán menús escolares adaptados a las necesidades especiales de los alumnos que padezcan alergias e intolerancias alimentarias. Por otro lado la venta de alimentos y bebidas en el ámbito escolar estará condicionada al cumplimiento en la composición de los productos, de una serie de requisitos relacionados con el contenido de grasas saturadas, sal y azúcar. También, se prevén actuaciones en el ámbito de la publicidad de los alimentos, como por ejemplo el desarrollo de sistemas de regulación voluntaria o códigos de conducta que regulen las comunicaciones comerciales de alimentos y bebidas dirigidas a la población de menos de 15 años. Fuente: RDA n°69-Julio 2011 Contenido máximo de hidrocarburos aromáticos policíclicos en los productos alimenticios Reglamento (UE) 835/2011 de la Comisión, de 19 de agosto de 2011, que modifica el Reglamento (CE) 1881/2006 por lo que respecta al contenido máximo de hidrocarburos aromáticos policíclicos en los productos alimenticios. Fuente: DOCE, 23/08/2011 Presencia de dioxinas, furanos y PCB en piensos y productos alimenticios Recomendación 2011/516/UE, de 23 de Agosto de 2011, de la Comisión relativa a la reducción de la presencia de dioxinas, furanos y PCB en los piensos y los productos alimenticios Fuente: DOCE, 24/08/2011