¿SABES QUIENES SON LAS AMAZONAS? Entre

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¿SABES QUIENES SON LAS AMAZONAS? Entre la historia y la mitología clásica griega, se encuentran atrapadas estas mujeres guerreras o Antianiras, descendientes de Ares, dios de la guerra y la ninfa Harmonía. Llegaron a conformar su propia nación, destacando por su sobresaliente destreza en el uso de lanza y arco, así como, de la valentía y fuerza que mostraban en las sangrientas batallas. Las amazonas gobernaron su propia tierra, donde el hombre era educado desde la niñez, en la misma obediencia y sumisión como las mujeres que, en el resto de las naciones, sobrellevaban resignadas y pacientes su humilde condición. Aunque el mito las perpetúa a lo largo del tiempo como personajes fantásticos, la historia hoy las muestra como prístinas feministas de carne y hueso. La gran mayoría de hallazgos arqueológicos en tumbas de amazonas, en frisos de templos, vasijas, bajos relieves en sarcófagos..,encontradas en lo que hoy conocemos como el mundo griego, nos hace reflexionar sobre la existencia de estas mujeres y sus naciones situadas en vastas extensiones, que según algunos autores, señalarían su ocupación en la actual Ucrania y zonas del Asia Menor. ¿Cómo era su sociedad? Eran sociedades en esencia bélicas. Pentesilea, reina de Themiscyra, (Amazona asiática ,a los márgenes del Thermodonte, Capadocia), era bien conocida por su ferocidad en las batallas, capacidad estratega, crueldad con sus enemigos y rencorosa en sus más estrechas e íntimas relaciones personales. La historia le hace un hueco como una de las doce amazonas que lucharon en la hazaña legendaria de la Guerra de Troya, siendo derrotada en combate por Aquiles. Su sociedad era por excelencia matrilineal, (la sucesión de derechos, obligaciones y herencias se realizaba exclusivamente por línea de descendencia maternal), y residencia matrilocal, siendo forjada en torno a todas las mujer de línea materna, a través de una entramada red de relaciones recíprocas. ¿Eran coquetas estas guerreras tan viriles? Su vestimenta, como aparece en arte griego del período 776‐500 a.c, se lucía a modo de vestidos finos y sueltos, sujetos en cuello u hombro. Utilizaban pantalones ajustados y sombrero alto, según representaciones persas. Se añadían sus indispensables instrumentos de batalla. Tales eran el casco, el hacha (algunos autores le atribuyen su invención), la lanza y el arco. Eran muy femeninas, cuidando su aspecto al mínimo detalle. Myrena, reina Quersonesa de la Isla de Hisperia (ubicada en algún lugar de las costas del África occidental), lucía collares de piedras del montañoso Atlas, brazaletes de oro, fruto de sus respetadas alianzas en tierras de Arabia, y calzado de cuero curiosamente tapizado con naturales sedas de India. ¿Las Amazonas tenían tiempo para el amor? En cuanto al sexo, las amazonas disfrutaban una vez al año, entre los meses de abril y mayo , (correspondiéndose a la estación del amor), para relacionarse en el plano más íntimo con los hombres que vivían en la comunidad. Esta ceremonia era de carácter público. Las amazonas abandonaban sus campamentos y se dirigían a sus poblados para centrarse en su propósito. Buscaban a su ideal de belleza y virilidad, en el sexo opuesto para engendrar una hija preferiblemente, que ocupara en el futuro con orgullo la labor de una amazona. Los hombres solteros esperaban ansiosos la elección de sus guerreras amazonas. Educados para llevar a cabo las tareas domésticas y del cuidado de los niños, buscaban el amor efímero de una amazona, de su belleza de contornos pero sobre todo de su valentía y respeto. Apreciaban el pudor tierno con las que ellas se hacían querer durante su visita, vaporándose la imagen de una mujer hercúlea. Las que se mantenían vírgenes hasta encontrar verdaderamente al hombre digno de ellas, eran consideradas con gran respeto y devoción por dominar la preliminar atracción sexual. ¿Cómo compaginaban trabajo y familia? Transcurridos los deseados encuentros, las amazonas regresaban a sus campamentos y aguardaban deseosas el resultado. Una amazona embarazada no se retiraba de su puesto al menos tres meses antes de dar a luz, momento en que de nuevo, se retiraba a su poblado o ciudad para atender sus nuevos quehaceres como madre. Tan pronto recuperaba su forma física, la amazona regresaba al campamento. La labor de la crianza correspondía al padre y a las mujeres de la casa, que compartían con los hombres de forma igualitaria labores domésticas. Si el recién nacido era niño se educaban sobre todo para organizar estas tareas. Si era niña, la educación era diferente, al igual que un infante espartano, se ejercitaban a diario en la técnica de la caza y la guerra durante perseverantes entrenamientos. ¿Es verdad que las amazonas no tenían pecho derecho? Una de las curiosidades más destacadas de las amazonas, arraiga en una práctica de iniciación, que consistía en quemar el pecho derecho con un instrumento de bronce al rojo vivo hecho para dicho fin. Evitar el crecimiento y así, evitar la obstrucción física entre el arco y la flecha, era el interés común en la búsqueda del dominio de esta técnica. Hasta la fecha, no hay hallazgos que muestren amazonas sin el pecho derecho, pero destacar que en la gran mayoría de éstos, muy frecuentemente, el pecho derecho aparece excusadamente cubierto. ¿Realmente la historia ha ignorado a las Amazonas? Las amazonas fueron objeto de estudio para grandes figuras de la historia. Heródoto de Halicarnaso, gran apasionado de estas figuras, (historiador y geógrafo griego 484‐425 a.c), aparecen el la Ilíada de Homero, epopeya griega y poema más antiguo escrito de la literatura occidental, Hipócrates les prestó especial atención (padre de la medicina, griego 460‐370 a.c) y Pompeyo Trogo, (historiador galo romano S.I a.c). Los primeros obispos cristianos hablaban de ellas como personas reales, y diferentes autores medievales, siguieron la versión de Osorio ( sacerdote, historiador y teólogo hispano), de su obra Historiae Adversas Paganos. Padre Feijoo en su teatro crítico, escribió sobre las hazañas de estas bellas guerreras. Durante el renacimiento, Voltaire, confirmó que existieron las amazonas asiáticas del Thermodonte. En la era de los descubrimientos, como Francisco de Orellana, que relató que luchó contra mujeres guerreras amazonas que disparaban desde la orilla dardos de cerbatanas y flechas, en el río Marañón, Perú. También fueron figuras importantes en relatos de Cristóbal Colón y William Raleigh. Se hacen hueco en Orlando Furioso, poema épico escrito por Ludovico Ariosto (1474‐1533). Apasionante el estudio de sus similitudes con la civilización minoica, fundamentadas en la obra “Anthropology and the Classics” de Robert R.Marret, etnólogo británico (1866‐1943). ¿Pero….existen hoy las Amazonas? Hoy se representan como una comunidad de bellas mujeres luchadoras, teniendo los héroes masculinos el reto de convertirlas en preciadas aliadas. Pero las amazonas no existieron sólo en tiempos de mitos, sino que han existido en todo lo ancho y largo de nuestra historia, mujeres tales como Juana de Arco, Margarita de Dinamarca, María Pita la Gallega, María Estrada (soldado de Hernán Cortés), Clara Campoamor..y podríamos continuar una prolija lista de mujeres que, indudablemente, podrían ser equivalentes en valentía y coraje dentro de cada contexto histórico, a las amazonas africanas y asiáticas como Pentesilea, Hipólita o Myrena, amazonas guerreras del río Marañón e incluso sobre amazonas árabes que luchaban en los ejércitos de los primeros califas. Mujeres que nosotr@s y sobre todo la historia, les debe más de una merecida ovación. Susana Colodrero López. Antropóloga social y cultural. 
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