Descargar

Anuncio
E L
O C É A N O Y S U S R E C U R S O S ,
P E S Q U E R Í A S
X .
Autores: JUAN LUIS CIFUENTES LEMUS/ PILAR TORRES-GARCÍA/
MARCELA FRÍAS M.
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/menu.htm
COMITÉ DE SELECCIÓN
EDICIONES
PRÓLOGO
NOTA
I. DESCRIPCIÓN DE UNA PESQUERÍA
II. CRUSTÁCEOS
PESQUERÍA DEL CAMARÓN
PESQUERÍA DE LA LANGOSTA
PESQUERÍAS DE OTROS CRUSTÁCEOS
III. MOLUSCOS
PESQUERÍA DEL OSTIÓN
PESQUERÍA DEL ABULÓN
PESQUERÍA DEL MEJILLÓN
PESQUERÍAS DE OTROS BIVALVOS
PESQUERÍA DE CARACOLES
PESQUERÍAS DE CALAMAR Y PULPO
LAS COLECCIONES DE CONCHAS
IV. PESQUERÍA DEL ERIZO DE MAR
V. PESQUERÍA DEL TIBURÓN
VI. PECES
PESQUERÍA DE SARDINAS Y ANCHOAS
PESQUERÍA DE ATÚN
PESQUERÍAS DE BACALAOS Y MERLUZAS
PESQUERÍAS DE GUACHINANGOS Y LENGUADOS
VII. TORTUGAS
VIII. LA CAZA DE BALLENAS
IX. ALGAS
X. PESCA DEPORTIVA
APÉNDICE
GLOSARIO
BIBLIOGRAFÍA
CONTRAPORTADA
C O M I T É
D E
S E L E C C I Ó N
Dr. Antonio Alonso
Dr. Gerardo Cabañas
Dr. Juan Ramón de la Fuente
Dr. Jorge Flores Valdés
Dr. Leopoldo García-Colín Scherer
Dr. Tomás Garza
Dr. Gonzalo Halffter
Dr. Raúl Herrera
Dr. Jaime Martuscelli
Dr. Héctor Nava Jaimes
Dr. Manuel Peimbert
Dr. Juan José Rivaud
Dr. Julio Rubio Oca
Dr. José Sarukhán
Dr. Guillermo Soberón
Coordinadora:
María del Carmen Farías
La Ciencia para Todos es proyecto y propiedad del Fondo de
Cultura Económica, al que pertenecen también sus
derechos. Se publica con los auspicios de la Secretaria de
Educación Pública y del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología.
D.R. © 1990 FONDO DE CULTURA ECONÓMICA, S.A. DE C. V.
D.R. © 1997 FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Carretera Picacho-Ajusco 227, 14200 México, D.F.
ISBN 968-16- 5243-6
Impreso en México
P R Ó L O G O
Fecunda idea es la publicación de El océano y sus recursos, primer
libro de su índole en México, ya que la extensión y variedad de sus
costas, bañadas por los dos mayores océanos del planeta, le
ofrecen valiosos tesoros, cuyo aprovechamiento total no podrá
lograrse sin contar con un cúmulo de conocimientos científicos
sobre el tema.
México, como se ha dicho, ha vivido "de espaldas al mar", dando
mínima atención al debido aprovechamiento de sus recursos
marinos. Y, desde luego, prácticamente ninguna a la investigación
científica de sus variados recursos. Hace apenas seis lustros que se
dieron, en 1923 y 1926, los primeros y más modestos pasos al
respecto, promovidos por el más brillante biólogo que ha producido
México, Alfonso L. Herrera, en la benemérita Dirección de Estudios
Biológicos, que había fundado en 1915 y a cuyo frente se
encontraba. En tal trabajo participó quien esto escribe, y que
posteriormente inició, en 1934 la primera cátedra de hidrobiología y
pesca en la Escuela Nacional de Agricultura.
Para entonces ya existían algunos centros de investigación, que
paulatinamente fueron creciendo en número, y también planteles
profesionales en que se formaban los nuevos investigadores. Los
más activos eran la Facultad de Ciencias (UNAM) y la Escuela
Nacional de Ciencias Biológicas (IPN).
En la Facultad de Ciencias, desde 1962 el maestro Juan Luis
Cifuentes tenía a su cargo —y la tiene aún— una cátedra de
zoología de invertebrados, que con sus sólidos conocimientos y
dinamismo no tardó en convertirse en polo de atracción para los
alumnos que anhelaban formarse bajo las enseñanzas del brillante
catedrático, quien en el periodo 1973-1977 fue designado director
de la Facultad de Ciencias. Esta institución recibió entonces un
notable impulso en sus diversas ramas, en un tiempo que puede ser
considerado como la Edad de Oro del Departamento de Biología.
Paralelamente a estos desarrollos se había ido acumulando una
abundante y sólida bibliografía especializada, de gran valor de
consulta, para guiar las investigaciones marinas, pero faltaba una
obra, escrita por mexicanos, que pudiera servir al lector deseoso de
tener una visión panorámica de la materia. El océano y sus recursos
viene hoy a llenar ese vacío. En esta serie de 12 volúmenes,
cuidadosamente equilibrados, se enfocan todos los ángulos de las
investigaciones oceánicas, con especial referencia a los aspectos
biológicos y muy particularmente a la pesca, que cada día va
tomando mayor importancia en la economía mexicana.
La solidez y autoridad de la obra la avala el nombre de sus autores;
el maestro por antonomasia, Juan Luis Cifuentes, y dos de sus más
brillantes discípulas y colaboradoras, la maestra en ciencias María
del Pilar Torres García y la bióloga Marcela Frías Mondragón.
Para mí, que he tenido la incomparable oportunidad de ver crecer la
biología mexicana desde sus albores hace más de seis decenios, y
que di mis primeros pasos de investigador en el campo de la
hidrobiología, es una satisfacción y un honor que Juan Luis
Cifuentes, mi discípulo de antaño y hoy brillante colega a quien
tanto estimo, me haya honrado pidiéndome estas líneas, que con
placer he redactado.
ENRIQUE BELTRÁN
N O T A
En este décimo volumen se describen las principales pesquerías que
el hombre ha desarrollado en todos los mares del planeta, las de
crustáceos: camarón, langosta, cangrejo, moluscos: —ostión,
abulón, almeja— y las de peces: sardinas, anchoas, bacalao,
merluza, guachinango y lenguados.
También se tratan pesquerías como las de tortugas y ballenas, cuyo
estudio es importante debido a los problemas que implica el
aprovechamiento racional de estos recursos: finalmente, se
analizan las pesquerías que ofrecen grandes posibilidades en un
futuro, como la de algas.
El aprovechamiento racional de los recursos vivos del océano exige
un esfuerzo colectivo de los países para proveer de alimento a la
humanidad, y para incrementar estos recursos se hace
indispensable cultivarlos, por lo que en el volumen once trataremos
todo lo relacionado con la acuicultura.
Asimismo, es indispensable que el hombre piense en cuidar todos
los recursos que el océano le ofrece de manera generosa, tema que
trataremos en el volumen doce, que versa sobre el futuro de los
océanos.
I .
D E S C R I P C I Ó N D E
P E S Q U E R Í A
U N A
POR pesquería se entiende una amplia gama de actividades
pesqueras: desde la utilización de equipos y embarcaciones iguales
para la captura de una misma variedad de recursos acuáticos; el
manejo, almacenamiento y transporte de la captura; hasta su
procesamiento, distribución y venta. Por ejemplo, la pesquería de
crustáceos es diferente de la de moluscos.
Las pesquerías se dividen en unidades de pesquería, que están
formadas por un conjunto de barcos del mismo tipo, las artes de
pesca, los instrumentos, las plantas procesadoras, y los sistemas de
mercadeo. A cada unidad corresponde personal especializado que
las opera con un régimen común, para la explotación de un recurso
bien definido y en un área más o menos determinada. Por ejemplo:
la pesquería del hipogloso en el Pacífico norte, la pesquería del
arenque en el Mar del Norte, la caza de la ballena en el Antártico,
etcétera.
Para establecer una unidad de pesquería deben tomarse en cuenta
sus antecedentes históricos. Cada recurso tiene una distribución,
ciclo de vida, patrones de comportamiento y dinámica de
poblaciones, propios, que facilitan el que los pescadores, basándose
en sus observaciones, creen y desarrollen prácticas de pesca
específicas para lograr su mejor aprovechamiento.
En la primera etapa de una pesquería, el volumen de captura
depende de la habilidad y energía de cada pescador. En las
pesquerías de subsistencia el volumen apenas satisface las
necesidades de la familia; pero cuando se establece la pesquería
comercial, el pescador tiene que capturar mas, para obtener más
ganancias y poder adquirir otros bienes. Tiene que ampliar y
desarrollar sus operaciones involucrando a otros miembros de la
comunidad, como constructores de barcos, tejedores de redes,
personal para el mantenimiento del equipo, etcétera.
Figura 1. Complejo pesquero.
Este incremento en sus operaciones hace que comercialice su
captura en un mercado más amplio, no sólo en su comunidad
inmediata, por lo cual es necesaria la intervención de otros
industriales que emprendan el manejo, almacenamiento, transporte
y venta de productos, con el fin de enviar éstos a distancias cada
vez mayores.
Así mismo, se tienen que aumentar los métodos para el manejo del
producto, ya sea en fresco, utilizando hielo o congelación, o bien, el
procesamiento de la captura por medio del secado, salado,
ahumado, enlatado o su transformación en harina. También se
requiere de una organización para realizar los arreglos financieros
necesarios.
Mediante este proceso de evolución de la pesquería, se va creando
una especialización en la industria para explotar un recurso en
particular, como es el caso de la anchoveta del Perú.
En resumen, se puede decir que la base de una pesquería es el
recurso, y que la distribución y comportamiento de éste establecen
las prácticas de pesca, cuya dimensión marca las variaciones del
volumen de la captura y, por lo tanto, el alcance de la industria.
Las posibilidades económicas de captura se miden comparando el
valor de la desembarcada contra el costo de la operación para
obtenerla, y el aprovechamiento de esta captura se efectúa a través
de la utilización de las plantas procesadoras y equipos de
almacenamiento, transporte y comercialización.
El investigador australiano G. L. Kesteven propuso la siguiente
descripción de una pesquería:
Sobre el recurso: conocer el nombre científico y los nombres
comunes; la distribución geográfica; la ubicación ecótica; los
contornos de densidad; la estructura; la dinámica de las
poblaciones, y la biomasa.
De la unidad de pesca y flota: el tipo de pesca; las características
de las embarcaciones; la mano de obra en cuanto a la cantidad y
ocupación de las personas que intervienen en la captura; la
descripción de las artes de pesca y su número, así como la
capacidad de bodega para almacenar la captura tanto en cada
barco, como en tierra.
Respecto al régimen de pesca: se tienen que describir las bases de
operación de la flota y los puertos de desembarque; la temporada
de pesca; las operaciones de pesca en relación con el promedio
diario de operaciones; el número de viajes y su duración, y el
esfuerzo de pesca; la ubicación del área de captura; la
reglamentación y el cálculo del esfuerzo pesquero que se aplica en
la captura.
Sobre las empresas productoras: se debe conocer su organización
institucional, aclarando si la pesquería es artesanal, industrial,
etcétera, y reportando el número de empresas, los sistemas de
dirección y la distribución del producto de la captura en términos
monetarios, describiendo qué ganancias obtienen las que participan
directa o indirectamente en la pesquería.
De la captura: se analiza su volumen y su valor; la composición por
especie, por tamaño y por edades; la distribución por zonas y por
áreas; el rendimiento por unidad de esfuerzo y por unidad de área
y, además los índices de explotación.
En caso de que se procese la captura: se tiene que analizar la
industrialización en relación con los métodos de procesamiento; la
organización industrial, señalando la capacidad instalada y
aprovechada; la producción promedio de las plantas, el volumen y
valor del producto. Es muy importante organizar el control de
calidad.
De la distribución: se obtiene la información sobre el
almacenamiento, los transportes y los canales o sistemas que se
utilicen para realizarla.
En cuanto a la comercialización: se examinan tanto el mercado
interno como el externo, analizando la oferta y la demanda, la
presentación del producto y los precios.
También es necesario registrar la infraestructura existente en el
país, y su utilización por parte de las pesquerías; por ejemplo, las
vías de comunicación, el suministro de energía eléctrica y de agua;
los puertos y terminales pesqueras.
Las industrias conexas se tienen que conocer para evaluar la
disponibilidad de los servicios requeridos por la pesquería, como son
las fábricas de hielo, las congeladoras y almacenes, astilleros y
muelles, fábricas de artes de pesca, distribuidoras de piezas de
recambio, y los talleres de reparación.
De las finanzas: se analiza la capitalización, las facilidades
bancarias, las cargas financieras, las tasas de interés, amortización,
depreciación, seguros, etcétera.
Es importante valorar la capacitación de los recursos humanos,
como pescadores, obreros, técnicos, ingenieros pesqueros,
investigadores, así como las instituciones en que prestan sus
servicios.
Con toda esta información se puede hacer una recapitulación sobre
el nivel de eficiencia de las operaciones de la pesquería y la
evolución de la calidad alimentaria del producto, relacionando la
utilización de la captura y la tasa de consumo, calculando costos y
ganancias y analizando el beneficio social; de las conclusiones se
establece el diagnóstico de la pesquería.
En pesquería se entiende por crecimiento el aumento de las
operaciones que se realizan en la flota y en la industria, para lo cual
se incrementan el número de barcos, el esfuerzo pesquero, la
cantidad de plantas y las actividades de distribución y
comercialización; mientras que como desarrollo se considera el
empleo de nuevos recursos, así como diferentes técnicas de captura
y proceso y métodos de distribución y comercialización.
Para programar el crecimiento y el desarrollo de las pesquerías, es
indispensable contar con la información necesaria para poder trazar
objetivos claros y realizar las acciones necesarias en el tiempo
adecuado, con el objeto de progresar y beneficiar a la comunidad
humana.
Figura 2. Información de pesquerías.
Sin embargo, se tiene que recordar que el problema de suministro
de alimento se agrava con el crecimiento constante de la población
y con la mala distribución de la riqueza, ya que en casi la mitad del
mundo, es decir, en los países dependientes, también llamados
subdesarrollados, hay carencias de proteínas. Se ha calculado que
para proporcionar nutrientes en cantidades razonables a la
población mundial del año 2000, se requerirá una producción de
alimento que triplique a la obtenida en 1950.
Conforme la medicina y los programas de salud van logrando
disminuir la mortalidad infantil y aumentar el tiempo de vida de los
adultos, la población se incrementa de manera considerable. Se
observa que en 1830 se tenía una población mundial de mil
millones de habitantes y que 100 años después, es decir en 1930,
ya se había duplicado, alcanzando dos mil millones y se ha
calculado que 70 años después, para el año 2000, se triplicará,
alcanzando una cifra de seis a siete mil millones.
El déficit de alimento, que ya se presenta en la actualidad, se
destaca al analizar la severa frialdad de unas cifras aportadas por la
Organización de las Naciones Unidas: "cerca de 500 millones de
personas, casi la sexta parte de la población mundial, padecen
hambre y desnutrición. Anualmente mueren de inanición 10
millones de individuos". Esto es suficiente para revelarnos la
angustia en que se debate el hombre contemporáneo en relación
con su alimentación.
El deterioro en la salud, debido a la falta de una buena nutrición,
hace que enfermedades comunes se conviertan en problemas
graves. El déficit alimenticio también se observa en el aspecto
social, ya que una dieta pobre en calorías, proteínas, vitaminas y
minerales, afecta el rendimiento en el trabajo y obstaculiza las
buenas relaciones humanas, siendo esto más común en los países
subdesarrollados.
En México, que se encuentra en vías de desarrollo, el problema de
la alimentación se agrava por las grandes diferencias que existen en
la distribución de la riqueza y, como señaló Silva Herzog en 1960,
"todavía hoy existen millones de mexicanos con hambre de pan.
Hay hambre de pan en el sentido de que existe en nuestro país una
alimentación extremadamente insuficiente e inadecuada, para más
del 60% de sus habitantes".
A estos conceptos del brillante economista mexicano, se tiene que
agregar la falta de saber que sufre el pueblo, debido a la escasa
oportunidad de los niños y los jóvenes para obtener cultura
ingresando a las escuelas superiores. Por lo mismo, la falta de
conocimiento sobre los recursos naturales y cómo aprovecharlos
racionalmente y la ausencia de desarrollo tecnológico propio,
colocan al país en una situación de economía dependiente y le
hacen difícil salir del subdesarrollo.
Cada día, un número mayor de mexicanos tiene carencias de
alimento y se presenta la paradoja de una población mal nutrida en
un país que cuenta con recursos naturales subexplotados.
Para ayudar a resolver este problema, el hombre está
incrementando la utilización de los organismos marinos, aunque en
la actualidad, según la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), los pescados y mariscos
apenas representan la centésima parte de los alimentos humanos.
I I .
C R U S T Á C E O S
LOS crustáceos constituyen uno de los recursos de mayor
importancia dentro de las pesquerías mundiales. Se trata de un
grupo heterogéneo de animales por lo que resulta difícil hacer una
descripción que sirva de tipo para la gran diversidad de formas que
presenta. Son invertebrados que pertenecen al grupo de artrópodos
por tener sus apéndices formados por pequeñas pinzas articuladas
con su cuerpo segmentado y cubierto de un tegumento quitinoso
muy calcificado, por lo que presentan aspecto de una costra y
reciben el nombre de crustáceos.
En su cuerpo se distinguen dos regiones principales: la llamada
"cabeza", que resulta de la unión de la zona cefálica con el tórax,
que forma un cefalotórax, y la "cola", que es el abdomen. Estas
regiones están formadas por un número diferente de segmentos y
en cada uno de ellos se localiza un par de apéndices o "patas" que
se designan de acuerdo con la función que desempeñan y la región
del cuerpo donde se hallan.
El abdomen puede estar extendido, como en el caso de los
camarones, o doblado debajo del cefalotórax, como en los
cangrejos, en los que termina en tres apéndices que forman la
"nadadera caudal".
En la región cefálica llevan los apéndices sensoriales que son dos
pares de antenas, los ojos que generalmente se encuentran
sostenidos por unos pedúnculos y los apéndices al servicio de la
boca que se abre en la región ventral y son un par de mandíbulas y
dos pares de maxilas. Los apéndices del abdomen intervienen en la
reproducción, en el transporte de los huevecillos y en el cuidado de
la prole.
Los crustáceos son animales que toman el oxígeno disuelto en el
agua para realizar su respiración, función que realizan por medio de
unos órganos llamados branquias, localizados a los lados del
cefalotórax. Estas se pueden modificar para tomar aire atmosférico,
como sucede en los cangrejos que pasan largos periodos fuera del
agua.
Su aparato digestivo es muy variable y son principalmente
carnívoros, aunque en sus fases juveniles pueden ser herbívoros o
filtradores de plancton. Generalmente son unisexuales, es decir que
existen machos y hembras, pero hay algunas excepciones, como los
percebes y las bellotas de mar que son hermafroditas.
Durante su desarrollo la mayoría de los crustáceos presenta
transformaciones muy marcadas, pasan por varios estados larvarios
antes de alcanzar el adulto, proceso al que se llama metamorfosis.
Durante el crecimiento el animal se desprende y abandona el
caparazón que originalmente lo cubre, aumenta de tamaño y forma
otro nuevo; este fenómeno recibe el nombre de "muda".
Se ha estimado que existen alrededor de 30 mil especies de
crustáceos, la mayoría viven en el mar y en aguas salobres y
dulces; de modo que son pocos los terrestres o semiterrestres.
Los océanos son la residencia más común de estos animales y, por
su abundancia, tanto en especies como en individuos, algunos
naturalistas los han llamado "insectos del mar", ya que se los
encuentra en todos los parajes; algunos son de tamaños
microscópicos, como los copépodos y otros alcanzan tallas de tres
metros, como los cangrejos gigantes llamados "araña de mar de
Japón".
Viven comúnmente en la zona marina que corresponde a la
plataforma continental pero llegan a localizarse hasta en los fondos
marinos profundos en donde, por lo general, se desplazan
caminando aunque en algunas ocasiones en etapas juveniles
pueden ser nadadores y en otras se encuentran fijos al fondo y a
los objetos sumergidos.
Su biología está sometida a la influencia de los factores
ambientales: temperatura, cantidad de oxígeno disuelto en el agua,
luz y salinidad; así como a la de los factores bióticos, o sea la
interacción con otros seres vivos. Además, se ha observado que
muchas especies tienen una extraordinaria resistencia biológica que
les ha permitido desplazarse lejos del mar y llegar a poblar tierras.
Esta característica es importante para cultivar a las especies de
interés comercial.
Existe un gran número de crustáceos que son utilizados por el
hombre como alimento; en el caso de los "copépodos", pequeños
crustáceos del plancton, los consume de manera indirecta, por ser
ellos la base de las cadenas de alimentación de otros animales
marinos comestibles. Otros crustáceos, como los camarones, los
cangrejos, las langostas, las centollas, las cigalas, los carabineros,
etc., son aprovechados directamente y revisten una importancia
primordial para la economía del mar y de la industria pesquera;
debido a la excelente calidad de su carne, han alcanzado un elevado
precio en el mercado internacional.
Se ha intentado el cultivo de las diferentes especies de crustáceos,
el cual siempre es difícil, por lo menos si se trata de llevarlo a cabo
de manera integral, desde la fecundación e incubación artificial
hasta la consecución de ejemplares adultos, por lo complicado y
largo del desarrollo larvario, por la existencia de sus fases de vida
pelágica y porque su crecimiento se verifica con mudas —fase
peligrosa para la vida de los ejemplares— que incrementa los
porcentajes de mortalidad natural.
Pese a ello, en la actualidad se está consiguiendo dicho cultivo, en
el caso del camaron que se realiza de manera industrial en Japón y
de manera experimental en España. En México básicamente se ha
tratado de mejorar el medio donde viven, dragando las bocas de las
lagunas litorales y conectando los ríos con el fin de llevar el agua
dulce necesaria para el crecimiento de las fases larvarias que viven
en estas lagunas, como las de Nayarit, Mazatlán y el sur de Sonora.
En Puerto Peñasco, Sonora, se ha logrado el cultivo del camarón
rojo a nivel comercial.
PESQUERÍA DEL CAMARÓN
PESQUERÍA DE LA LANGOSTA
PESQUERÍAS DE OTROS CRUSTÁCEOS
P E S Q U E R Í A
D E L
C A M A R Ó N
Los nombres de camarones y langostinos se aplican a especies muy
diferentes en Europa, Asia y América; por ejemplo, los langostinos
de España corresponden a los camarones de México y otros países
de América; los langostinos de Chile son muy diferentes y no
corresponden a los crustáceos que viven en el fondo.
Los camarones pertenecen a la familia de los peneidos (Penaeidae)
y en su estado adulto viven en mar abierto, donde se reproducen y
alcanzan una talla de entre 15 y 20 centímetros de largo.
Las hembras depositan en el agua un número extraordinario de
huevecillos que oscilan entre 300 mil y un millón y medio por
desove, de los cuales nacen pequeñas larvas llamadas nauplios, que
miden cerca de medio milímetro, nadan con sus apéndices cefálicos
y forman parte del plancton.
Después de un desarrollo larvario complejo que implica el paso por
otros estadios: protozoea, en el que llegan a medir 3 milímetros;
mysis, cuando alcanzan los 6 milímetros, y postlarva, con 2.5
centímetros; los camarones jóvenes, cuyo cuerpo es transparente,
como de cristal, entran a los esteros y a las lagunas litorales al
iniciarse la primavera o en los primeros meses del estío.
En estas aguas salobres la postlarva deja el plancton, baja al fondo
para vivir en el sustrato blando y se desplaza utilizando sus
apéndices torácicos y su nadadera caudal. En esta etapa la
voracidad de los camarones es muy grande y, alimentándose de
restos de otros organismos presentan un crecimiento rápido de 2
centímetros por mes; los juveniles alcanzan los 15 centímetros de
longitud después de andar medio año en estas aguas.
Una vez terminado su desarrollo, los camarones emigran al mar
para vivir en zonas del fondo, habiéndose encontrado hasta a 400
brazas de profundidad. Ahí realizan sus actividades de nutrición y
reproducción.
Los pescadores que conocen el ciclo que se acaba de describir,
capturan a estos crustáceos en aguas marinas con "redes de
arrastre" y "chinchorros", o en las salobres de las lagunas con
diferentes tipos de artes de pesca como "tapos", "nasas",
"atarrayas" o "esparavelos" y "redes atravesadas".
Para la captura de las especies de alta mar se utiliza el llamado
barco camaronero, que es un arrastrero, generalmente de 15 a 30
metros de eslora, manga de 6 metros, tonelaje bruto de 45
toneladas y una potencia en su motor de 200 a 350 caballos de
fuerza; usualmente su casco es de madera, aunque cada vez más,
éste se ha ido sustituyendo por cascos de metal o de ferrocemento;
la bodega lleva hielo en escama para estibar al camarón con su
cabeza hacia adelante, aunque también estas bodegas de hielo
están siendo sustituidas por las de congelación. La caseta de mando
y los camarotes se encuentran colocados a proa, con el fin de dejar
libre la popa para la maniobra de pesca y descabezado del
producto.
Figura 3. Barco camaronero.
El arte de pesca es la red de arrastre, aparejo que se utiliza doble,
ya que se baja un equipo por cada lado del barco, sujeto a un
pangón compuesto por dos palos laterales que forman un ángulo de
450 con el mástil central. La red lleva en cada extremo de su boca
una tabla de 2 por 4 metros, provista de un patín de fierro en su
base y llamada puerta, que tiene como función hacer resistencia
contra el agua y así asegurar que la boca se mantenga abierta
durante la maniobra.
El tamaño de la red va de 100 a 150 metros, termina en un copo
donde quedan atrapados
el
camarón y
la
fauna
de
acompañamiento. Entre las tablas y en el borde inferior de la boca,
se coloca una cadena de fierro para asegurar que la red vaya
arrastrándose en el fondo.
Cuando el barco sale a la captura de este recurso, los pescadores
suben a bordo las provisiones para los días que van a pasar en el
mar, así como el hielo para el manejo de las capturas; esta
operación recibe el nombre de "avituallar"
La maniobra de pesca la realizan de 4 a 6 tripulantes, el patrón, el
motorista, el cocinero y de 1 a 3 pescadores. Cuando se cobran las
redes, la captura se deposita en la cubierta y los tripulantes separan
el camarón y otras especies de valor comercial, colocándolas en las
bodegas; el resto de la "fauna acompañante" es regresado
nuevamente al mar y sólo en contadas ocasiones se lleva a puerto
para transformarlo en harina.
En aguas protegidas se utilizan lanchas o cayucos de 3 a 7 metros
de largo, con casco de madera o fibra de vidrio, y motor fuera de
borda de 25 a 40 caballos de fuerza. El arte de pesca varía según el
tipo de laguna y el pescador; uno es la atarraya, red circular con
plomos en el borde de su circunferencia, que se lanza a brazo, para
que el camarón quede atorado en la malla.
Figura 4. Atarraya.
También en las lagunas se usan los tapos, artes que se atraviesan
en la zona de la laguna por donde el camarón juvenil se dirige hacia
el mar durante las migraciones de su ciclo vital, obligándolo a
entrar en lo que se denomina "manga", construida con trozos de
palma, la cual deja pasar el agua y retiene a los animales que se
dirigen a los "chiqueros", lugares donde el camarón se concentra
atraído por la luz de un foco, ya que generalmente la pesca se
realiza de noche. Se saca por medio de una "red de cuchara" o
"solabre".
Los tapos se dejan abiertos durante la época de reproducción del
animal, así permiten que entren las larvas, salgan los juveniles para
llegar al mar y alcancen su estado adulto y puedan reproducirse.
Son los biólogos los que indican, después de realizar estudios,
cuándo se debe cerrar el tapo; gracias a estos conocimientos es
posible establecer la regulación de la pesca y conservar las
especies, aprovechándolas al máximo, pero sin extinguirlas.
La mayoría de los tapos son construidos con material rústico de la
región, como varas de árbol, mangle, etcétera; sin embargo, en
México los técnicos han diseñado algunos de cemento, como el
"Tapo Revolución" en Escuinapa, Sinaloa.
Figura 5. Tapo revolución. Ecuinapa Sinaloa.
En otras lagunas se utilizan las charangas, que son atravesadas,
formadas por palos y palmas en forma de ángulo, que detienen al
camarón juvenil, de donde éste se saca con red de cuchara.
Los camarones son comercializados de diferentes maneras; aunque
generalmente se congelan en bloques de hielo; después de los días
de trabajo en el mar, el barco regresa al puerto con la captura
conservada en frío; ésta se saca de las bodegas por medio de
extractores que pasan a los camarones a un carril de plástico en
donde se deslizan por agua mezclada con antisépticos, para evitar
la contaminación con bacterias y, finalmente llegan a un tanque que
contiene una sustancia azucarada que permitirá la congelación
posterior sin que el camarón se vuelva quebradizo.
De ahí pasan a máquinas que, de manera automática, los
seleccionarán por tamaño y, como generalmente el camarón viene
descabezado, lo que se toma en cuenta es el número de colas por
unidad de peso; así, el camarón de talla U 10, es aquel en que 10
colas forman una libra.
Después de seleccionados, pasan a las charolas de congelación y al
congelador por placas, en donde permanecen durante 30 minutos a
temperaturas de menos 40°C, hasta alcanzar su congelación total.
Posteriormente se empacan colocando las marquetas de 5 libras en
sus cajas enceradas especiales.
Figura 6. Planta procesadora de camarón.
Las cajas son colocadas en camiones especiales llamados
termoquines, que las distribuyen en todos los mercados. Uno de los
principales países consumidores es Estados Unidos que importa
alrededor de medio millón de toneladas, principalmente de México,
India, Brasil, Panamá y Venezuela; le siguen los países europeos y
Japón; a estos mercados llega el camarón transportado por barcos
con sistemas de congelación.
También se utiliza un sistema de presentación para el camarón con
cabeza, que consiste en congelarlos enteros y uno por uno, con el
objeto de que cuando se rompa la marqueta se separen los
individuos, facilitando con ello su manejo para el ama de casa.
En otros lugares, después de seleccionar el camarón se le "pela", es
decir, se le quita la cubierta de quitina, se desvena separándole el
recto intestinal que es un tubo de color negro que recorre el
abdomen por su región dorsal, se coloca en albúmina y luego en
polvo de pan, proceso llamado empanizado; por último se congela y
empaqueta para su distribución.
Las tallas pequeñas de camarón, que reciben el nombre de
pacotilla, son aprovechadas para el enlatado y el secado. Los
camarones enlatados se conservan en salmuera y en ocasiones se
les agrega jugo de tomate. El secado se hace al Sol, con o sin el
caparazón y se empaca en bolsas de plástico; éste se utiliza en
preparaciones de caldos y sopas.
En algunos lugares como en Nayarit, aprovechando ciertas hojas de
vegetales de la zona, se preparan unas esferas de 20 centímetros
de diámetro donde se coloca el camarón seco; a este tipo de
empaque se le llama barcina. En otros sitios se aprovecha la cabeza
para producir una pasta seca que posteriormente sirve para hacer
unas hojuelas o chicharrón de camarón. Los camarones que se
consumen frescos se cocinan de muchas formas.
Según datos del anuario estadístico de 1986 de la FAO, la captura
total de peneidos es de 1 954 187 toneladas, correspondiendo al
Océano Pacifico Septentrional el 50%, al Atlántico Septentrional el
20%, al Océano Índico el 15% y, el otro 15% restante, a los demás
mares.
En Japón el "langostino de Kuruma" (Penaeus japonicus), el
"langostino del norte" (Pandalus borealis), el "camarón rosado"
(Pandalus) y el "camarón del Océano Pacífico" (Pandalopsis), son
muy aceptados en el mercado y tienen un elevado valor económico.
Estos peneidos se cultivan en diferentes lugares de la costa, como
en la isla de Seto, al sur de Hiroshima, en donde el doctor Matosaku
Fujinaga logró por primera vez el cultivo de este crustáceo. En la
República de Corea también se captura el "langostino de Kuruma",
además del "langostino corpulento" (Penaeus chinensis).
En España el langostino (Penaeus trisuleatus) abunda en el
Mediterráneo, así como en la costa del Atlántico y constituye una
importante fuente de riqueza para los pescadores de Huelva,
Vinaroz, Peñíscola y Málaga. Se captura cerca de los estuarios en
lugares de baja salinidad, utilizando redes de arrastre; es muy
apreciado por los gastrónomos. También se consumen otros
camarones, como las "gambas" (Parapenaeus longirostris), especie
abundante en el Mediterráneo y que se sirve como marisco
acompañando a los aperitivos.
En la costa de Tamil Nadu, en la India, se captura el camarón cerca
de la playa y en los esteros, empleando pangas de fibra de vidrio y
barcos arrastreros; las principales especies son el camarón cebra
(Penaeus mergiensis) y el camarón de la India (Penaeus indicus).
Este camarón se lleva a las plantas industrializadoras en donde se
procesa bajo estrictas medidas de control de calidad, por lo que
está considerado como uno de los mejores del mundo.
En América son varias las especies de camarones que se explotan
en las costas tanto del Atlántico como del Pacífico y que llegan al
mercado en cantidades apreciables.
En las regiones centro-occidental y sudoccidental del Océano
Atlántico, desde las costas del norte de Estados Unidos de
Norteamérica hasta las de la República de Argentina, habitan 18
especies, algunas de las cuales son: el "langostino rojo"
(Hymenopenaeus
robustus);
el
"camarón
barbado"
(Hymenopenaeus muelleri), característico de las costas de Brasil; la
"gamba roja" (Aristaeomorpha foliacea); el "langostino moruno"
(Plesiopenaeus edwardsianus), que además se localiza en las costas
de África del Sur y en el Indopacífico; la "gamba violeta" (Aristeus
antilensis); el "camarón blanco" (Penaeus setiferus); el "camarón
legítimo" (Penaeus schimitti), y el "camarón rosa" (Penaeus
brasiliensis).
También en estas regiones del Atlántico se encuentran el "camarón
rosado" (Penaeus duorarum) y el "camarón marrón o café"
(Penaeus aztecus), comunes en las costas de los Estados Unidos y
México; el "camarón rosa" (Penaeus panlensis); el "camarón
fijador" (Trachypenaeus similis); el "camarón cebra, tigre o
carabalí" (Trachypenaeus byrdi); el "camarón siete barbas"
(Xiphopenaeus kroyeri), y el "camarón spinho" o "camarón ocado"
(Hyppolysmata oplophoroides).
En las regiones centro-oriental y sudoriental del Océano Pacífico,
desde San Francisco, Estados Unidos, hasta las costas de Chile,
viven 14 especies, algunas de ellas son: el "camarón blanco o
rosado" (Penaeus vannamei); el "camarón azul o mezclilla"
(Penaeus stylirostris); el "camarón blanco" (Penaeus occidentalis),
común en las costas de El Salvador, del Perú e Islas Galápagos; el
"camarón café o kaki" (Penaeus californiensis); el "camarón rojo"
(Penaeus brevirostris); el "camarón cebra" (Trachypenaeus
pacificus); el "camarón carabalí" (Trachypenaeus farea); el
"camarón pomada" (Protrachypene precipua); el "camarón de
playa" (Rhynchocinetes typus), y el "camarón nylon" (Heterocarpus
reedi).
En las costas mexicanas el recurso camaronero es uno de los más
importantes, ya que es base de una de las pesquerías mejor
establecidas y de la más grande en cuanto a flota, recursos
humanos y rendimiento económico tanto a nivel nacional como
internacional, por ser éste un producto marino exportable. Esta
pesquería se realiza principalmente sobre la plataforma continental,
desde 3 hasta 200 metros de profundidad, donde se captura el
camarón de alta mar, pero también se pesca en aguas protegidas
como bahías, esteros y lagunas, en el litoral del Océano Pacífico y
en el Golfo de México y Mar Caribe.
La pesquería del camarón se inició en 1922 en el Pacífico mexicano
y hasta 1947 en el litoral del Golfo de México, pero se puede
considerar que a partir de 1940 se inicia como una pesquería
industrializada; en 1941 se establece la primera compañía:
Pesquera de Topolobampo, S. de R. L., con capacidad para 20
toneladas diarias de camarón; posteriormente esta empresa amplió
sus operaciones y se formaron nuevas compañías: Productos
Congelados, S. A. y La Reforma, al sur de Topolobampo, Sinaloa.
Desde estos años, el número de plantas que procesan camarón ha
aumentado considerablemente. En la actualidad existen 27
congeladoras y 7 enlatadoras en el litoral del Pacífico y 37
congeladoras y 5 enlatadoras en el del Golfo de México y Mar
Caribe.
Las zonas de mayor captura del camarón de alta mar en el Pacífico
mexicano son las costas de los estados de Sonora y Sinaloa, que
tienen una corta plataforma continental de fondo arenofangoso
donde se pueden arrastrar las redes sin peligro; el resto del litoral
del Pacífico presenta gran cantidad de áreas rocosas en las que no
es posible la maniobra de pesca.
En el Golfo de México, el área camaronera principal es la Sonda de
Campeche, que tiene una plataforma con una pendiente de poca
profundidad: los 200 metros se alcanzan a más o menos 200 millas
náuticas de la costa y, como el fondo es arenofangoso, resulta ideal
para la pesca del camarón.
El camarón de aguas protegidas tiene mayor importancia en las
lagunas y esteros del sur de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Oaxaca y
Chiapas en la costa occidental y, en las de Tamaulipas, Veracruz y
Campeche en las costas del Golfo de México.
Los camarones de alta mar de las costas mexicanas del Océano
Pacífico son: el "camarón café" (Penaeus californiensis), el
"camarón azul" (Penaeus stylirostris), el "camarón blanco" (Penaeus
vannamei) y el "camarón rojo" (Penaeus brevisrostris), y en las
aguas protegidas del litoral del Pacífico principalmente se
encuentran el "azul", el "blanco" y el "café".
En el Golfo de México los camarones de alta mar son el "camarón
café" (Penaeus aztecus), el "camarón rosado" (Penaeus duorarum)
y el "camarón blanco" (Penaeus setiferus), capturándose también
estas especies en lagunas del Golfo, como Laguna Madre en
Tamaulipas, Tamiahua y Alvarado en Veracruz y la Laguna de
Términos de Campeche, principalmente.
La pesquería del camarón en México está reservada a las
Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera; la organización
comprende, según el Anuario Estadístico de Pesca en México,
publicado en 1988 por la Secretaría de Pesca: 359 cooperativas en
el Atlántico que capturan 22 663 toneladas anuales y 1161 en el
Pacífico, con 50 537 toneladas anuales, para un total de 73 200
toneladas.
El producto se distribuye, principalmente, en el mercado
internacional en diversas formas: congelado, enlatado, empanizado
y en el nacional: fresco, congelado, enlatado, descabezado, seco y
en polvo. De la producción de camarón se exportan 30 500
toneladas a Canadá, España, Estados Unidos, Honduras y Japón,
que aportan divisas por varios miles de dólares. En el mercado
nacional se comercializan 44 094 toneladas y sus principales plazas
son el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Puebla y las zonas
turísticas de la costa.
La flota está formada por 1100 barcos en el Atlántico, cuyos puertos
principales están en Tampico, Tamaulipas; Ciudad del Carmen y
Campeche, en Campeche, y Progreso, en Yucatán; y 1 400 que
operan en el Pacífico en los puertos de Guaymas y Puerto Peñasco,
Sonora; Topolobampo y Mazatlán, en Sinaloa; San Blas, en Nayarit;
Manzanillo, en Colima, y Salina Cruz, en Oaxaca.
La duración del viaje de captura es de entre 15 y 30 días, con un
promedio de 12 viajes por año; se capturan de una y media a tres
toneladas de camarón por viaje, además de un promedio de 20
toneladas de fauna de acompañamiento.
Para conservar la especie, la pesquería del camarón mexicano se
regula por medio de la veda, o sea, el establecimiento de
temporadas durante las cuales se suspende la captura. En México
sólo se aplica en el litoral del Pacífico y dura, en alta mar, de julio a
septiembre, y en aguas protegidas, de abril a agosto. En otros
países, como Panamá y España, se regula el esfuerzo pesquero
reglamentando el número de barcos, el número de viajes, la
cantidad de lances, etcétera, con base en los resultados de las
investigaciones de biología pesquera que permiten reconocer la
abundancia del recurso, así como su época de reproducción y
desarrollo.
La demanda mundial de camarones ha incrementado la captura de
este recurso y en algunos países se piensa que se ha llegado a la
producción máxima, por lo que se han iniciado programas de cultivo
de camarones, para poder aumentar la oferta y así satisfacer esta
demanda que cada día es mayor.
En la actualidad, además de Japón, otros países como México,
India, Taiwan, Indonesia, Filipinas, Pakistán, Ecuador y Panamá,
están realizando el cultivo de camarones.
Por las características de la red de arrastre que se utiliza en esta
pesquería, junto con el camarón se capturan otras especies de
organismos, a las que se denomina "fauna de acompañamiento";
ésta se encuentra constituida por peces de aceptación comercial de
más de 25 centímetros de largo, como los pargos y la totoaba entre
otros; por peces con poco mercado, que generalmente miden
menos de 25 centímetros; por peces pequeños con gran número de
espinas difíciles de filetear que por lo común son utilizados para
elaborar harina o ensilados como alimento de animales, por
especies vegetales, como algas y otras de animales como esponjas,
corales, moluscos y sus conchas, erizos y estrellas de mar.
La utilización de esta fauna de acompañamiento se hace urgente,
debido a que la carencia de proteínas animales cada día es mayor
en el planeta y, esta fauna que en ocasiones presenta la proporción
de 7 a 12 kilogramos por kilo de camarón, bien puede ser un
alimento para el hombre.
Figura 7. Fauna de acompañamiento.
En México se han realizado muchos intentos para aprovecharla,
como por ejemplo diseñar barcos camaroneros con una planta de
harina a bordo; sin embargo, no se ha logrado el éxito completo
porque no se cuenta con información confiable sobre qué especies
forman la fauna de acompañamiento, cuál es su volumen, cómo
cambia en el año y cómo se caracteriza en las diferentes regiones.
Sin estos datos resulta imposible programar cualquier proyecto para
su aprovechamiento.
Este recurso y todos los demás que el hombre aprovecha del mar,
son patrimonio de la humanidad, por lo que tienen que ser
manejados de manera responsable, con el fin de que rindan
beneficios iguales a las distintas clases de la población y, si bien el
camarón es un producto de lujo que generalmente compran las
clases acomodadas, son muchas familias las que en el mundo viven
de los beneficios de la pesquería del camarón.
Además de los camarones, existen entre los crustáceos otras
especies que, por la calidad de su carne, han alcanzado gran
demanda y altos precios en los mercados nacionales e
internacionales, representan para los países productores una de sus
principales fuentes de divisas y la materia prima para el
establecimiento de industrias, colaborando en la creación de nuevos
empleos y, por lo tanto, en el desarrollo del país.
Entre estos crustáceos, además del camarón, se encuentran: las
"langostas", el "bogavante", la "cigala", los "langostinos", la
"centolla", los "cangrejos" y el "percebe", así como algunos otros
que se consideran recursos potenciales por su abundancia, como la
"langostilla" y el "krill", cuya captura en 1985, a nivel mundial,
alcanzó 1 289,441 toneladas.
P E S Q U E R Í A
D E
L A
L A N G O S T A
Los crustáceos llamados comúnmente langosta pertenecen a las
familias Palinuridae, Scyllaridae y Sinaxidae; la primera de ellas es
la más importante desde el punto de vista pesquero. Estos
organismos son considerados en algunos países como los "príncipes
de los mariscos".
Las langostas son generalmente de gran tamaño y se caracterizan
por presentar un caparazón robusto con su superficie erizada de
fuertes espinas. En su cabeza llevan una saliente espinosa, el
"rostrum", el animal la usa como defensa; a los lados se implantan
dos pares de antenas largas que a veces sobrepasan su tamaño, las
cuales presentan en su base fuertes espinas; al mover estos
apéndices hacia atrás producen un ruido característico llamado
"estridulación", ocasionado por el roce con las espinas del
caparazón.
Su cuerpo está formado por tres regiones: un cefalotórax ancho y
robusto, un abdomen amplio y musculoso y una fuerte nadadera
caudal; cada una de estas regiones tiene apéndices cuya forma y
tamaño dependen de las funciones que llevan a cabo. El abdomen y
los apéndices o "patas" caminadoras son las partes comestibles de
la langosta.
Las
dimensiones
de
estos
organismos
son
variables,
frecuentemente alcanzan medio metro de longitud y, en algunos
casos, más. Viven en fondos rocosos o pedregosos, sobre todo en
lugares donde abundan algas que les sirven como alimento;
también comen restos orgánicos, o capturan gusanos, moluscos y
crustáceos pequeños; son voraces y prefieren las presas frescas a
las que se encuentran en estado de descomposición. Algunas
especies de langostas son migratorias, como las del Caribe que
realizan grandes desplazamientos en busca de su alimento, otras lo
hacen con fines reproductores y otras más para escapar de
condiciones desfavorables; para ello forman filas de hasta 40
individuos, como si fueran los vagones de un tren y se mueven en
una dirección definida. Este comportamiento ha sido aprovechado
por los pescadores para capturarlas cuando realizan sus "corridas".
Las langostas pertenecen a una especie litoral que se acerca a la
costa en verano para realizar su reproducción; los huevos de color
rojo coral, en número de un cuarto a medio millón, son llevados por
la hembra bajo el abdomen y sostenidos con sus apéndices durante
un tiempo que va de 18 a 70 días, dependiendo de la especie.
Según cálculo de los biólogos, sólo 1 o 2 de estos huevos llegan a
ser adultos y por tanto a reproducirse; el resto muere por "causas
naturales" o por "pesca". La madurez sexual la alcanzan las
hembras cuando tienen de 10 a 12 centímetros de longitud y unos 3
años de edad; los machos maduran un poco después.
Figura 8. Macho y hembra de langosta.
En los meses de primavera nacen las larvas, filosomas, adaptadas a
la vida pelágica, en donde nadan hasta tener dos centímetros y,
gracias a las mudas sucesivas, van creciendo y haciéndose más
pesadas, por lo que al nadar, cada vez con mayor dificultad,
terminan por caer al fondo presentando ya la forma de langosta. El
crecimiento es lento y alcanzan la longitud máxima de 50
centímetros a las edades de 15-20 años.
Figura 9. Hembra de langosta con huevos.
La captura de las langostas se realiza por medio de trampas
llamadas nasas, generalmente elaboradas con tiras de madera o de
mimbre, en forma de pirámide truncada; en la cara superior llevan
un matadero armado sobre una trampa móvil y constan de un
embudo invertido por donde entra la langosta, de modo que no
pueda regresar. Para cebar las trampas, suelen usarse trozos de
pescado, desperdicios de abulón o de carne de res, lapas, etc. y, en
el interior, llevan piedras fijadas por tiras de madera, para darle
peso a la trampa.
Otras nasas, las llamadas "australianas", están construidas con
alambre grueso, en forma de media esfera, con su matadero en la
cara plana; éstas son muy resistentes a las corrientes, no se
destruyen al ser azotadas contra las rocas e igualmente soportan el
ataque de depredadores como lobos marinos, tiburones y cabrillas
atraidos por la carnada.
En algunos países, para la colocación de las trampas se emplean
pangones de eslora de 4 metros y manga de 1.5 metros, movidos
con motor fuera de borda; en otros, como en Corea, las nasas son
transportadas en un número mayor por barcos. Generalmente el
pescador coloca sus nasas durante la tarde, las deja toda la noche
para aprovechar los desplazamientos nocturnos de la langosta en
busca de alimento e inicia la maniobra de levantar las trampas en la
madrugada, colocando la captura en un vivero que lleva la lancha y
liberando a las hembras con hueva; también en ocasiones se apilan
las langostas en la popa y se cubren con una lona para preservarlas
del Sol.
En algunos lugares se ha venido ensayando la captura mediante el
buceo, utilizando un fuerte alambre terminado en un gancho
puntiagudo con el que se atraviesa al animal; este método tiene la
desventaja de que si la hembra tiene hueva no se la puede liberar
sin dejarla herida. Este tipo de captura se utiliza donde el recurso
es poco abundante, pero la mejor recomendación es evitarlo, sobre
todo en la captura a mayor escala.
Figura 10. Captura de langosta por medio de buceo.
También se emplean redes de deriva que tienen de 100 a 150
metros de largo por 1.5 metros de ancho, con flotadores en la
relinga superior, —calculada para que la red quede flotando vertical
al fondo— y unos pesos en la relinga inferior que hacen que se
sostenga en el mismo lugar. Con estas redes que sólo pueden ser
usadas en zonas de poca corriente, se rodean las cuevas donde vive
la langosta dejándolas toda la noche para que cuando los animales
salgan en busca de alimento se enmallen y, al otro día, cuando el
pescador las cobre, pueda zafarlas pasándolas a la embarcación; la
operación para levantar la red se hace en la madrugada para evitar
que los peces y los tiburones destruyan la red o muerdan a las
langostas para capturarlas.
En algunos países, como Cuba y México, se han probado las
llamadas casas langosteras que se construyen con troncos de árbol
amarrados formando especies de balsas de 3 metros cuadrados que
se separan con troncos atravesados, dejando entre cada balsa un
hueco donde las langostas se esconden. La "casa langostera" se
coloca en el fondo y se cobra usando un malacate, se sacan las
langostas adultas y se suelta a las hembras cargadas y a los
juveniles, conservando así, la especie.
En otros países, como Estados Unidos, se tiran al fondo del mar
llantas usadas y otros objetos que hacen las veces de "casas
langosteras", permitiendo que el animal se esconda y pueda tener
un lugar para protegerse, sobre todo en la época de reproducción.
En Japón hunden barcos a los que previamente les hacen agujeros,
produciendo una especie de "arrecife artificial", en donde se
esconden también animales demersales.
Después de la captura, las langostas son transportadas a las
plantas industrializadoras en donde sólo se recibe a las que llegan
en buen estado y si es posible vivas; esto da idea de lo rápida que
debe ser la transportación del producto desde el lugar de la captura.
En la planta se clasifican por medida y peso antes de pasar al
cocedor; una vez cocidas, se procede a su congelación y, por
último, son empacadas en cajas, generalmente de madera. Algunas
especies se descabezan, de modo que sólo se aprovecha el
abdomen, seleccionado por peso, que se vende a precios muy
elevados como "colas de langosta".
Hasta el momento actual no ha sido posible cultivar a las langostas
debido a que en los laboratorios sólo han llegado hasta el quinto
estadio de su desarrollo y, los ejemplares así criados, son más
pequeños; las condiciones ambientales que necesitan para seguir su
crecimiento son muy difíciles de reproducir en el laboratorio o en
una granja. Cuando se ha tratado de "engordar" juveniles, se
presenta el problema de que en el momento de su "muda" se
devoran unas a otras, por lo que se requeriría cultivarlas en
espacios muy grandes, de modo que estos proyectos no son
costeables.
Las langostas ocupan la franja oceánica tropical y subtropical que
rodea al planeta, desde las costas atlánticas de América, un poco
más al norte de Florida, hasta las de Brasil, incluyendo el Golfo de
México y las Antillas, pasando por las de España y las de las Islas
Canarias, hasta las del Pacífico, de California a Chile; las del Pacífico
noroeste y el Pacífico centro-occidental hasta Australia, así como en
el Océano Índico. En 1986 la captura total registrada, según la FAO,
fue de 201 485 toneladas; el país con mayor producción fue
Australia, después Sudáfrica, luego Cuba y Brasil; Estados Unidos
representa el mayor importador de este apreciado crustáceo.
En las costas de Japón se captura la "langosta japonesa" (Panulirus
japonicus); en las de Australia, la "langosta australiana" (Panulirus
cygnus); en la costa española, la "langosta común" (Panulirus
elephans) y la "langosta mora" o "marroquí" (Panulirus
mauritanieus). En América del Sur la especie más importante es la
"langosta decorada" o "langosta de la Isla de Juan Fernández"
(Jasus frontalis) una variedad de otra que tiene gran distribución en
las costas occidentales de África y en las de Australia.
En México, la pesquería de la langosta se realiza en ambos litorales,
generalmente entre los meses de octubre y marzo que es cuando
estos organismos se encuentran a menor profundidad. Las
poblaciones de langostas están formadas, en el Océano Pacífico, por
la "langosta roja" o "langosta de California" (Panulirus interruptus)
que se encuentra en la costa occidental de la península de Baja
California y tiene una distribución que va desde San Luis Obispo,
California, EUA, hasta Bahía Magdalena en Baja California Sur; la
"langosta azul", "langosta cabezona" o "langosta de roca" (Panulirus
inflatus) que se localiza en ambos litorales de la península de Baja
California y llega a Puerto Ángel, Oaxaca, hasta los límites del Golfo
de Tehuantepec; la "langosta verde" o "langosta de playa"
(Panulirus gracilis) que se distribuye desde el litoral de Sinaloa
hasta el de Chiapas, llegando a las costas de Perú; y la "langosta de
la Isla Socorro" (Panulirus penicillatus) que ha sido reportada en la
Isla Socorro, en el archipiélago de Revillagigedo y en la Isla María
Madre del archipiélago de las Tres Marías en la boca del Golfo de
California; también se localiza en otros lugares del mundo, con una
distribución muy amplia, como en el área del Indopacífico, desde el
Mar Rojo y sureste de África hasta Corea, Taiwan y la Polinesia, así
como en los litorales de América occidental, en las islas Clipperton,
Cocos y Galápagos.
En el Golfo de México y en el Mar Caribe se ha identificado como la
especie más importante la llamada "langosta" o "langosta del
Caribe" (Panulirus argus) distribuida a lo largo de las costas que ve
al Mar Caribe; su mayor abundancia se registra en Quintana Roo y
en Yucatán, siendo Isla Mujeres el centro pesquero que más
langosta produce en la zona. Esta langosta se encuentra desde las
Bermudas hasta Río de Janeiro, Brasil, incluyendo todas las islas del
Caribe. Otra especie de esta región es la "langosta pinta o moteada"
(Panulirus guttatus) que se distribuye desde Carolina del Norte,
Estados Unidos, hasta el norte de Brasil.
La captura de la langosta en México está reservada en su totalidad
a las Sociedades Cooperativas; según el Anuario Estadístico de la
Secretaría de Pesca, en 1988 ésta alcanzó las 2 351 toneladas, de
las cuales 1 289 pertenecen al litoral del Pacífico y 1 062 al litoral
del Atlántico.
El alto valor de las langostas y la facilidad para capturarlas
comparada con la pesca de otras especies, hace que representen un
recurso importante para México y en muchas comunidades
pesqueras del país esta actividad es la base de su economía. Este
crustáceo es el segundo generador de divisas en la pesca y los
biólogos señalan que podrá incrementarse su producción si se
amplían las zonas de captura, se mejora y aumenta la tecnología
para su aprovechamiento y se administra mejor el recurso.
P E S Q U E R Í A S D E O T R O S
C R U S T Á C E O S
El bogavante (Homarus vulgaris) tiene un cefalotórax cilindroideo
de cutícula lisa, su abdomen está muy desarrollado y es muy ancho.
Lleva dos enormes pinzas formadas por el primer par de "patas"
que lo caracterizan. Vive en los fondos rocosos de poca profundidad
y realiza migraciones estacionales hacia la costa en verano y a
mayores profundidades en invierno. Para su reproducción necesita
aguas con temperaturas no inferiores a 15°C y de alta salinidad.
Los huevos, en número variable de 5 mil a 30 mil, permanecen
adheridos al abdomen de la hembra durante un tiempo de 10 a 12
meses y nacen de ellos larvas planctónicas que llegan, después de
varias mudas que duran 7 años, al estado adulto con una longitud
de 22 a 24 centímetros y pueden llegar a alcanzar la mayor talla de
70 centímetros a la edad de 20 años.
El bogavante es un animal típicamente nocturno pues sale de noche
en busca de su alimento, constituido principalmente por moluscos
bivalvos, gusanos y peces muertos; en cautiverio llegan a comerse
unos a otros. Se encuentran principalmente en las costas atlánticas
y del Mediterráneo, siendo común hallarlos en las costas de Francia
y Gran Bretaña, debido a la temperatura de sus aguas. Se pesca
por medio de nasas especiales que se ceban principalmente con
peces muertos y se comercializa fresco, congelado, en conserva y
deshidratado para su utilización en sopas y cremas. Se han logrado
hacer cultivos a partir de las últimas fases de su desarrollo en
estanques especiales.
Pariente cercano de las langostas son llamadas, en México,
"langosta de arena o zapatera" (Eribaccus princeps) por el ruido que
produce al doblar su abdomen y "oso de mar" (Parribacus ursus) en
Cuba, Brasil y España, por el color pardo que presenta. Este recurso
apenas empieza a ser conocido por el público por lo que, en la
actualidad, no tiene el valor comercial que se piensa podría
alcanzar.
Figura 11. Zapateras.
La cigala (Nephrops norvegicus) es un crustáceo de alto valor
comercial por la calidad de su carne y muy solicitado en algunos
países como España. Su aspecto se asemeja al del bogavante
aunque la cigala es de menor tamaño: sus adultos alcanzan tallas
máximas de entre 20 y 40 centímetros. Su cuerpo es de color
blanquecino con manchas rosadas y lleva un primer par de
apéndices terminados en pinzas, cuyos bordes están formados por
unas aristas muy pronunciadas, dándole un aspecto característico.
Vive en los fondos blandos de 30 a 40 metros de profundidad,
donde se entierra de día para salir en busca de su alimento al
atardecer. Su desarrollo es lento y alcanza su madurez sexual a los
5 años de edad, cuando mide 8 centímetros.
Por su carácter de especie abisal, la cigala tiene una distribución
geográfica muy amplia: abunda en el Atlántico y se encuentra
también en el Mediterráneo. Se captura con artes de arrastre y el
esfuerzo pesquero aumenta cada día más, debido a que los barcos
arrastreros se han tenido que alejar de la costa. Se utiliza fresca,
conservada en hielo, congelada y deshidratada.
Los langostinos son crustáceos con aspecto semejante al de los
camarones y gambas, pero de color amarillo verdoso en diferentes
tonalidades. Pertenecen a los géneros Macrobrachium, Cambarus y
Astacus, que habitan en ríos y lagunas del continente americano y a
los géneros Cherx y Paranephrops en Australia y Nueva Zelanda; se
ha calculado que existen 300 especies de estos animales en el
mundo, localizándose la tercera parte en América del Norte y las
demás en Europa y Australia.
En México se conocen varias especies en el Océano Pacífico, a las
que se da el nombre común de "langostino" o "cauque"
(Macrobrachium americanum) se encuentran en los ríos y lagunas
litorales a todo lo largo de la costa occidental, desde Baja California
hasta Chiapas; son muy abundantes en Nayarit, Michoacán y
Guerrero. En el Golfo de México existen 3 especies a las que se les
llama langostinos", "cauque" o "acamaya y "langostinos del Caribe"
y son Macrobrachium carcinus, Macrobrachium tenellum y el
Macrobrachium acanthuros llamado también "camarón prieto" o
"manos de carrizo".
Los langostinos habitan en aguas salobres y dulces de las zonas
tropicales, para su desarrollo necesitan temperaturas de 25 a 30°C
durante la mayor parte del año; viven en suelos fangosos arenosos,
enterrados casi todo el día y salen al atardecer para capturar su
alimento. El desarrollo de estas especies se lleva a cabo en las
aguas salobres; los adultos desovan y los huevos dan origen a las
larvas en agua dulce; cuando llegan a la talla juvenil, emigran río
arriba para encontrar agua dulce y alcanzar su estado adulto, en el
que pueden medir entre 20 y 30 centímetros; posteriormente
regresan a las aguas salobres.
En México, la captura se realiza mediante técnicas rudimentarias
por campesinos, ejidatarios y pescadores lugareños; no existe una
organización que controle o ayude a la explotación y
comercialización de este recurso ya que, de hecho, estas especies
no sufren procesos industriales y se consumen generalmente en
fresco, congelado, cocido o seco, siendo el mercadeo más
importante el fresco. Las regiones que reportan los mayores
volúmenes de captura se localizan en los estados de Tamaulipas y
Veracruz, por lo que se construye una granja para su cultivo
comercial en Los Tuxtlas, Ver., sitio que llena las condiciones de
clima y calidad del agua requeridas y es aún mejor que los de
algunos países con grandes producciones. La captura total en 1988
fue de 3 667 toneladas.
En ciertos lugares del mundo se han establecido granjas
comerciales de langostinos. En donde mayor desarrollo ha
alcanzado su cultivo es en Japón y Tailandia que tienen infinidad de
granjas, después en Hawai y en Florida y se están iniciando, en
Honduras, Puerto Rico y México, entre otros países.
Con el nombre de cangrejos se agrupa a una enorme variedad de
individuos con morfología y géneros de vida muy diferentes. Son
crustáceos que pueden vivir tanto en el mar como en aguas
salobres; los que viven en el litoral tienen la capacidad de pasar
mucho tiempo sobre las rocas. Su cuerpo está formado por un
cefalotórax muy desarrollado, sobre el cual se dobla el abdomen,
quedando prácticamente escondido; sus apéndices torácicos son
grandes, principalmente el primero, que termina en una fuerte
pinza; a estos apéndices se les llama comercialmente "manos de
cangrejo" y son una de las partes comestibles. Su captura mundial
en 1985 los colocó como el segundo grupo de los crustáceos con
886 833 toneladas.
Entre las principales variedades de cangrejos se puede mencionar a
las "centollas" como la "centolla austral" (Lithodes antarticus) las
"centollas" "cambaras" o "cabras" (Maia squinado) de España y las
"centollas grandes" (Mithrax depresus) de las Antillas que viven
desde aguas litorales hasta fondos de 180 metros (100 brazas); por
lo general se capturan con nasas y en otras ocasiones con garfios
amarrados en el extremo de largos palos; además tienen gran
aceptación por el delicado sabor de su carne. Los desembarques de
Lithodes antarticus en el sur de Chile alcanzan unas 1 300
toneladas anuales, de las cuales 60% se destina a conservas y 40%
al congelado para exportación.
El "cangrejo común" (Carcinides maenes) es frecuente en los fondos
rocosos y es aceptado como marisco en muchas regiones de
España. Los "cangrejos moros" pertenecen a muchas especies del
género Menippe y son comunes en las Antillas y en otros países de
América intertropical. En México, el llamado "cangrejo moro"
pertenece al género Cancer y también es muy sabroso.
Los cangrejos llamados comúnmente "jaibas" corresponden al
género Callinectes y son abundantes en las zonas estuarinas,
principalmente en la costa de América intertropical; se captura
utilizando el "aro jaibero" y la "atarraya"; forma parte de la fauna
de acompañamiento en la pesca del camarón.
En México la pesquería comercial de jaibas se realiza principalmente
en Tamaulipas y Veracruz, aunque se ha incrementado en Nayarit y
Sinaloa donde es importante el consumo doméstico local, aunque
no aparece registrado en las estadísticas puede considerarse que
representa un 30% del consumo total. Las principales especies son
la "jaiba azul" o "gringa" (Callinectes sapidus) la "prieta"
(Callinectes rathbunae) la "jaiba enana" (Callinectes similis) y la
"jaiba de mar" (Arenaeus cribarius).
La producción de jaibas y otros cangrejos alcanzó en nuestro país,
según la estadística de 1988, un total de 9 147 toneladas, de las
que se capturaron 2 766 en el Pacífico y 6 381 en el Atlántico.
El consumo de las jaibas, así como el de otros cangrejos, es difícil
porque su carne está fuertemente adherida a su esqueleto y no se
han podido diseñar aparatos que la desprendan con facilidad, por lo
que la carne se sigue separando de manera manual. Sin embargo,
en Estados Unidos han logrado resolver el problema aprovechando
la época de la "muda", es decir, cuando el animal deja el caparacho
para crecer y formar uno nuevo; en ese momento se lo captura
sabiendo que el cuerpo sólo está cubierto por un tegumento
exterior muy suave y que se podrá extraer la carne fácilmente. A
esta jaiba se le ha llamado "jaiba de piel suave".
El cultivo de las jaibas se realiza en Estados Unidos desde el siglo
pasado; las primeras "granjas jaiberas" se construyen en la Bahía
de Chesapeake, entre los estados de Virginia y Maryland y en los
esteros del río Mississippi.
También en México se está aprovechando la jaiba durante la época
de muda, estableciéndose la "granja jaibera" de la compañía Pesca
de Estuario, S. A. de C. V., en Alvarado, Ver. En esta granja las
jaibas se capturan con "trampas" que además de proporcionar un
magnifico rendimiento, permite liberar a las hembras grávidas y a
los ejemplares juveniles y así, proteger a la especie.
El "cangrejo rey" o "cangrejo real del mar de Bering" (Paralithodes
camtschatica) también llamado por algunos "centolla", tiene
caparazón de color rojo y erizado de espinas, y de él salen unas
largas patas presentando el aspecto de una araña. Se localiza en
aguas frías, por lo que es común en Alaska y llega hasta las costas
septentrionales de Japón.
Figura 12. Cangrejo rey.
Estos cangrejos viven a profundidades entre las 30 y 150 brazas y
se capturan por trampas; éstas son construidas con varillas de
acero de las que cuelgan redes ligeras que se colocan en líneas, con
boyas para su localización. Una vez que se pone la carnada, se
dejan de 12 horas a dos días, después se cobran y se colocan sobre
una rampa hidráulica que desemboca en las bodegas que funcionan
como estanques suministrando agua del mar que circula por
bombeo.
Con este sistema, los "cangrejos rey" se pueden mantener vivos
hasta por tres semanas y así se introducen al mercado con la
calidad deseada.
Los pescadores de muchos países se han empezado a interesar en
el "cangrejo rojo de aguas profundas" (Geryon quinquedeus que se
localiza en el Atlántico occidental, desde Nueva Escocia hasta
Argentina; en el Atlántico oriental, desde Noruega hasta Angola; en
el Pacífico, cerca de las costas de Nueva Caledonia y Chile y, en el
Océano Índico, en la isla de Madagascar.
Este animal vive en aguas frías a temperaturas entre los 4 y los
12°C a profundidades de 100 a 500 brazas y salinidades de 34.5 a
35 0/00. Se captura con nasas cebadas, gracias a que se alimenta
principalmente de animales muertos; también se utiliza una "red de
arrastre" semejante a la camaronera. En algunos países como
Estados Unidos se emplean máquinas especiales para extraer la
carne.
El percebe es un crustáceo que vive fijo a sustratos rocosos en las
costas, en lugares muy batidos por la marea, por lo que su captura
suele ser peligrosa ya que se realiza a mano por buceo, también
puede llevarse a cabo desde embarcaciones o con pértigas que
tienen un alambre terminado en punta. Se come el músculo con el
que el animal se fija, en fresco, por lo que se comercializa
enhielado. Estos percebes tienen poca demanda comercial y se
consumen en algunos países como en España el "percebe de
Europa" (Pollicipes cornucopia) y en México el "percebe de América"
(Mitella polymerus).
Existen dos crustáceos, el "krill" y la "langostilla", que por su
abundancia representan pesquerías de gran futuro a nivel mundial,
aunque en la actualidad todavía no se ha dominado la tecnología
para hacerlos llegar a la mesa como un manjar grato y algunos
tecnólogos han opinado que sólo le serán suministrados al hombre
cuando llegue el momento de una sobreexplotación, como una
medicina para disminuir el hambre o las enfermedades carenciales.
El krill (Euphausia superba) existe en forma abundante como
formador del plancton, de donde es comido en grandes cantidades
por las ballenas y los rorcuales, por focas, pingüinos, aves marinas
y muchos peces. El término "krill" proviene de una palabra noruega
que significa "pececitos" y es utilizado por los balleneros para
denominar la masa de pequeños crustáceos parecidos al camarón
que miden de 5 a 7 centímetros.
Este organismo es abundante en la Antártida y en otros mares fríos
y, según las estimaciones de algunos científicos, la biomasa total de
krill sería de cuando menos 100 millones de toneladas, aunque
otros menos optimistas calculan únicamente 40 millones de
toneladas.
El krill es un crustáceo pelágico que asciende a la superficie durante
el día y desciende hasta el fondo en la noche. Su valor alimenticio
es elevado: contiene el 14% de su peso de proteínas y el 7% de
grasas naturales, además de carbohidratos, vitaminas y minerales.
Sin embargo, tiene el problema de que se descompone rápidamente
después de ser capturado, por lo que es necesario procesarlo lo
más pronto posible.
La recolección de krill se realiza con redes de arrastre pelágico
conectadas con una bomba succionadora que lleva un separador y
colector que se encarga de concentrar a los organismos; las redes
se operan por el costado de la embarcación.
La temporada de pesca abarca de enero a marzo, durante el verano
antártico, meses en los que el clima es benigno. Se considera que
en la región del Mar del Scotia se localiza la pesquería más
importante ya que existen bancos abundantes en las aguas que
cubren la plataforma de las islas Georgias del Sur, Orcadas,
Sandwich del Sur y Shetland del Sur. Las corrientes frías que
convergen en la región antártica forman una barrera natural que
impide la migración del krill hacia el norte; además esta
temperatura favorece la reproducción y desarrollo de los animales.
Estos organismos llegan a constituir concentraciones densas de 60
metros de altura y 5.5 kilómetros de diámetro que le dan al océano
una coloración morena rojiza y amarilla.
El krill se está aprovechando en la Unión Soviética, Polonia,
Alemania Occidental, Chile y Japón como pasta o como "polvo
proteico", o como complemento para otros alimentos; también se
está elaborando harina para el consumo de cerdos y aves. Los
soviéticos la industrializan en el mismo lugar de la recolección en
"barcos-fábrica", en los cuales se lava el producto, lo desecan con
calor y lo comprimen para formar bloques del tamaño de un ladrillo
y que son congelados a -32°C y conservados a -18°C. Este tipo de
pasta, llamada en ruso okean (océano), contiene 24% de proteínas
y es aceptada en la Unión Soviética y en Japón, mientras el
mercado europeo y norteamericano están indecisos.
Uno de los problemas que presenta su consumo es que no se
elimina fácilmente su cubierta quitinosa y esto hace que sea difícil
de digerir para los animales vertebrados, también el proceso resulta
caro; por todo ello se tiene que resolver una serie de problemas
socioeconómicos antes de que pueda ser aprovechado por el
hombre.
Además, para su utilización de manera racional, es necesario
realizar investigaciones biológicas de su distribución, abundancia y
dinámica de poblaciones. Con los datos aportados por estos
estudios
se
podrá
"evitar
la
explotación
excesiva,
la
hipercapitulación de la industria y el daño a los ecosistemas
antárticos como un todo".
Por lo tanto, el consumo de este importante recurso para el hombre
hace
necesarias
investigaciones
oceanográficas,
biológicas,
tecnológicas y socioeconómicas, que permitan un lugar importante
en la dieta humana.
La langostilla (Pleuroncondes planipes) es un pequeño crustáceo
llamado también "camarón rojo" que vive en regiones tropicales
donde la temperatura del agua oscila entre 12 y 22°C, formando
parte del plancton. Sirve de alimento a especies como el atún y el
bonito. Su talla alcanza entre 3 y 9 centímetros, con un cefalotórax
muy grande y un abdomen muy pequeño y delgado; de ahí la
dificultad de su industrialización.
En México abunda en la región occidental de la península de Baja
California, así como en el Golfo de California y ha sido capturada de
manera incidental, llegándose a pescar hasta 35 toneladas por
hora. Por esta razón, las instituciones de investigación están
desarrollando programas que lleven al aprovechamiento de tan
importante recurso potencial.
El grupo de los crustáceos presenta una de las mayores
diversidades dentro de los organismos marinos que el hombre
puede utilizar para resolver sus problemas de alimentación, por lo
que se tiene esperanza de que día a día los biólogos y los
tecnólogos marinos desarrollen los métodos adecuados para
aprovechar esta riqueza con la que la naturaleza dotó a la
humanidad.
P E S Q U E R Í A S D E O T R O S
C R U S T Á C E O S
El bogavante (Homarus vulgaris) tiene un cefalotórax cilindroideo
de cutícula lisa, su abdomen está muy desarrollado y es muy ancho.
Lleva dos enormes pinzas formadas por el primer par de "patas"
que lo caracterizan. Vive en los fondos rocosos de poca profundidad
y realiza migraciones estacionales hacia la costa en verano y a
mayores profundidades en invierno. Para su reproducción necesita
aguas con temperaturas no inferiores a 15°C y de alta salinidad.
Los huevos, en número variable de 5 mil a 30 mil, permanecen
adheridos al abdomen de la hembra durante un tiempo de 10 a 12
meses y nacen de ellos larvas planctónicas que llegan, después de
varias mudas que duran 7 años, al estado adulto con una longitud
de 22 a 24 centímetros y pueden llegar a alcanzar la mayor talla de
70 centímetros a la edad de 20 años.
El bogavante es un animal típicamente nocturno pues sale de noche
en busca de su alimento, constituido principalmente por moluscos
bivalvos, gusanos y peces muertos; en cautiverio llegan a comerse
unos a otros. Se encuentran principalmente en las costas atlánticas
y del Mediterráneo, siendo común hallarlos en las costas de Francia
y Gran Bretaña, debido a la temperatura de sus aguas. Se pesca
por medio de nasas especiales que se ceban principalmente con
peces muertos y se comercializa fresco, congelado, en conserva y
deshidratado para su utilización en sopas y cremas. Se han logrado
hacer cultivos a partir de las últimas fases de su desarrollo en
estanques especiales.
Pariente cercano de las langostas son llamadas, en México,
"langosta de arena o zapatera" (Eribaccus princeps) por el ruido que
produce al doblar su abdomen y "oso de mar" (Parribacus ursus) en
Cuba, Brasil y España, por el color pardo que presenta. Este recurso
apenas empieza a ser conocido por el público por lo que, en la
actualidad, no tiene el valor comercial que se piensa podría
alcanzar.
Figura 11. Zapateras.
La cigala (Nephrops norvegicus) es un crustáceo de alto valor
comercial por la calidad de su carne y muy solicitado en algunos
países como España. Su aspecto se asemeja al del bogavante
aunque la cigala es de menor tamaño: sus adultos alcanzan tallas
máximas de entre 20 y 40 centímetros. Su cuerpo es de color
blanquecino con manchas rosadas y lleva un primer par de
apéndices terminados en pinzas, cuyos bordes están formados por
unas aristas muy pronunciadas, dándole un aspecto característico.
Vive en los fondos blandos de 30 a 40 metros de profundidad,
donde se entierra de día para salir en busca de su alimento al
atardecer. Su desarrollo es lento y alcanza su madurez sexual a los
5 años de edad, cuando mide 8 centímetros.
Por su carácter de especie abisal, la cigala tiene una distribución
geográfica muy amplia: abunda en el Atlántico y se encuentra
también en el Mediterráneo. Se captura con artes de arrastre y el
esfuerzo pesquero aumenta cada día más, debido a que los barcos
arrastreros se han tenido que alejar de la costa. Se utiliza fresca,
conservada en hielo, congelada y deshidratada.
Los langostinos son crustáceos con aspecto semejante al de los
camarones y gambas, pero de color amarillo verdoso en diferentes
tonalidades. Pertenecen a los géneros Macrobrachium, Cambarus y
Astacus, que habitan en ríos y lagunas del continente americano y a
los géneros Cherx y Paranephrops en Australia y Nueva Zelanda; se
ha calculado que existen 300 especies de estos animales en el
mundo, localizándose la tercera parte en América del Norte y las
demás en Europa y Australia.
En México se conocen varias especies en el Océano Pacífico, a las
que se da el nombre común de "langostino" o "cauque"
(Macrobrachium americanum) se encuentran en los ríos y lagunas
litorales a todo lo largo de la costa occidental, desde Baja California
hasta Chiapas; son muy abundantes en Nayarit, Michoacán y
Guerrero. En el Golfo de México existen 3 especies a las que se les
llama langostinos", "cauque" o "acamaya y "langostinos del Caribe"
y son Macrobrachium carcinus, Macrobrachium tenellum y el
Macrobrachium acanthuros llamado también "camarón prieto" o
"manos de carrizo".
Los langostinos habitan en aguas salobres y dulces de las zonas
tropicales, para su desarrollo necesitan temperaturas de 25 a 30°C
durante la mayor parte del año; viven en suelos fangosos arenosos,
enterrados casi todo el día y salen al atardecer para capturar su
alimento. El desarrollo de estas especies se lleva a cabo en las
aguas salobres; los adultos desovan y los huevos dan origen a las
larvas en agua dulce; cuando llegan a la talla juvenil, emigran río
arriba para encontrar agua dulce y alcanzar su estado adulto, en el
que pueden medir entre 20 y 30 centímetros; posteriormente
regresan a las aguas salobres.
En México, la captura se realiza mediante técnicas rudimentarias
por campesinos, ejidatarios y pescadores lugareños; no existe una
organización que controle o ayude a la explotación y
comercialización de este recurso ya que, de hecho, estas especies
no sufren procesos industriales y se consumen generalmente en
fresco, congelado, cocido o seco, siendo el mercadeo más
importante el fresco. Las regiones que reportan los mayores
volúmenes de captura se localizan en los estados de Tamaulipas y
Veracruz, por lo que se construye una granja para su cultivo
comercial en Los Tuxtlas, Ver., sitio que llena las condiciones de
clima y calidad del agua requeridas y es aún mejor que los de
algunos países con grandes producciones. La captura total en 1988
fue de 3 667 toneladas.
En ciertos lugares del mundo se han establecido granjas
comerciales de langostinos. En donde mayor desarrollo ha
alcanzado su cultivo es en Japón y Tailandia que tienen infinidad de
granjas, después en Hawai y en Florida y se están iniciando, en
Honduras, Puerto Rico y México, entre otros países.
Con el nombre de cangrejos se agrupa a una enorme variedad de
individuos con morfología y géneros de vida muy diferentes. Son
crustáceos que pueden vivir tanto en el mar como en aguas
salobres; los que viven en el litoral tienen la capacidad de pasar
mucho tiempo sobre las rocas. Su cuerpo está formado por un
cefalotórax muy desarrollado, sobre el cual se dobla el abdomen,
quedando prácticamente escondido; sus apéndices torácicos son
grandes, principalmente el primero, que termina en una fuerte
pinza; a estos apéndices se les llama comercialmente "manos de
cangrejo" y son una de las partes comestibles. Su captura mundial
en 1985 los colocó como el segundo grupo de los crustáceos con
886 833 toneladas.
Entre las principales variedades de cangrejos se puede mencionar a
las "centollas" como la "centolla austral" (Lithodes antarticus) las
"centollas" "cambaras" o "cabras" (Maia squinado) de España y las
"centollas grandes" (Mithrax depresus) de las Antillas que viven
desde aguas litorales hasta fondos de 180 metros (100 brazas); por
lo general se capturan con nasas y en otras ocasiones con garfios
amarrados en el extremo de largos palos; además tienen gran
aceptación por el delicado sabor de su carne. Los desembarques de
Lithodes antarticus en el sur de Chile alcanzan unas 1 300
toneladas anuales, de las cuales 60% se destina a conservas y 40%
al congelado para exportación.
El "cangrejo común" (Carcinides
rocosos y es aceptado como
España. Los "cangrejos moros"
género Menippe y son comunes
maenes) es frecuente en los fondos
marisco en muchas regiones de
pertenecen a muchas especies del
en las Antillas y en otros países de
América intertropical. En México, el llamado "cangrejo moro"
pertenece al género Cancer y también es muy sabroso.
Los cangrejos llamados comúnmente "jaibas" corresponden al
género Callinectes y son abundantes en las zonas estuarinas,
principalmente en la costa de América intertropical; se captura
utilizando el "aro jaibero" y la "atarraya"; forma parte de la fauna
de acompañamiento en la pesca del camarón.
En México la pesquería comercial de jaibas se realiza principalmente
en Tamaulipas y Veracruz, aunque se ha incrementado en Nayarit y
Sinaloa donde es importante el consumo doméstico local, aunque
no aparece registrado en las estadísticas puede considerarse que
representa un 30% del consumo total. Las principales especies son
la "jaiba azul" o "gringa" (Callinectes sapidus) la "prieta"
(Callinectes rathbunae) la "jaiba enana" (Callinectes similis) y la
"jaiba de mar" (Arenaeus cribarius).
La producción de jaibas y otros cangrejos alcanzó en nuestro país,
según la estadística de 1988, un total de 9 147 toneladas, de las
que se capturaron 2 766 en el Pacífico y 6 381 en el Atlántico.
El consumo de las jaibas, así como el de otros cangrejos, es difícil
porque su carne está fuertemente adherida a su esqueleto y no se
han podido diseñar aparatos que la desprendan con facilidad, por lo
que la carne se sigue separando de manera manual. Sin embargo,
en Estados Unidos han logrado resolver el problema aprovechando
la época de la "muda", es decir, cuando el animal deja el caparacho
para crecer y formar uno nuevo; en ese momento se lo captura
sabiendo que el cuerpo sólo está cubierto por un tegumento
exterior muy suave y que se podrá extraer la carne fácilmente. A
esta jaiba se le ha llamado "jaiba de piel suave".
El cultivo de las jaibas se realiza en Estados Unidos desde el siglo
pasado; las primeras "granjas jaiberas" se construyen en la Bahía
de Chesapeake, entre los estados de Virginia y Maryland y en los
esteros del río Mississippi.
También en México se está aprovechando la jaiba durante la época
de muda, estableciéndose la "granja jaibera" de la compañía Pesca
de Estuario, S. A. de C. V., en Alvarado, Ver. En esta granja las
jaibas se capturan con "trampas" que además de proporcionar un
magnifico rendimiento, permite liberar a las hembras grávidas y a
los ejemplares juveniles y así, proteger a la especie.
El "cangrejo rey" o "cangrejo real del mar de Bering" (Paralithodes
camtschatica) también llamado por algunos "centolla", tiene
caparazón de color rojo y erizado de espinas, y de él salen unas
largas patas presentando el aspecto de una araña. Se localiza en
aguas frías, por lo que es común en Alaska y llega hasta las costas
septentrionales de Japón.
Figura 12. Cangrejo rey.
Estos cangrejos viven a profundidades entre las 30 y 150 brazas y
se capturan por trampas; éstas son construidas con varillas de
acero de las que cuelgan redes ligeras que se colocan en líneas, con
boyas para su localización. Una vez que se pone la carnada, se
dejan de 12 horas a dos días, después se cobran y se colocan sobre
una rampa hidráulica que desemboca en las bodegas que funcionan
como estanques suministrando agua del mar que circula por
bombeo.
Con este sistema, los "cangrejos rey" se pueden mantener vivos
hasta por tres semanas y así se introducen al mercado con la
calidad deseada.
Los pescadores de muchos países se han empezado a interesar en
el "cangrejo rojo de aguas profundas" (Geryon quinquedeus que se
localiza en el Atlántico occidental, desde Nueva Escocia hasta
Argentina; en el Atlántico oriental, desde Noruega hasta Angola; en
el Pacífico, cerca de las costas de Nueva Caledonia y Chile y, en el
Océano Índico, en la isla de Madagascar.
Este animal vive en aguas frías a temperaturas entre los 4 y los
12°C a profundidades de 100 a 500 brazas y salinidades de 34.5 a
35 0/00. Se captura con nasas cebadas, gracias a que se alimenta
principalmente de animales muertos; también se utiliza una "red de
arrastre" semejante a la camaronera. En algunos países como
Estados Unidos se emplean máquinas especiales para extraer la
carne.
El percebe es un crustáceo que vive fijo a sustratos rocosos en las
costas, en lugares muy batidos por la marea, por lo que su captura
suele ser peligrosa ya que se realiza a mano por buceo, también
puede llevarse a cabo desde embarcaciones o con pértigas que
tienen un alambre terminado en punta. Se come el músculo con el
que el animal se fija, en fresco, por lo que se comercializa
enhielado. Estos percebes tienen poca demanda comercial y se
consumen en algunos países como en España el "percebe de
Europa" (Pollicipes cornucopia) y en México el "percebe de América"
(Mitella polymerus).
Existen dos crustáceos, el "krill" y la "langostilla", que por su
abundancia representan pesquerías de gran futuro a nivel mundial,
aunque en la actualidad todavía no se ha dominado la tecnología
para hacerlos llegar a la mesa como un manjar grato y algunos
tecnólogos han opinado que sólo le serán suministrados al hombre
cuando llegue el momento de una sobreexplotación, como una
medicina para disminuir el hambre o las enfermedades carenciales.
El krill (Euphausia superba) existe en forma abundante como
formador del plancton, de donde es comido en grandes cantidades
por las ballenas y los rorcuales, por focas, pingüinos, aves marinas
y muchos peces. El término "krill" proviene de una palabra noruega
que significa "pececitos" y es utilizado por los balleneros para
denominar la masa de pequeños crustáceos parecidos al camarón
que miden de 5 a 7 centímetros.
Este organismo es abundante en la Antártida y en otros mares fríos
y, según las estimaciones de algunos científicos, la biomasa total de
krill sería de cuando menos 100 millones de toneladas, aunque
otros menos optimistas calculan únicamente 40 millones de
toneladas.
El krill es un crustáceo pelágico que asciende a la superficie durante
el día y desciende hasta el fondo en la noche. Su valor alimenticio
es elevado: contiene el 14% de su peso de proteínas y el 7% de
grasas naturales, además de carbohidratos, vitaminas y minerales.
Sin embargo, tiene el problema de que se descompone rápidamente
después de ser capturado, por lo que es necesario procesarlo lo
más pronto posible.
La recolección de krill se realiza con redes de arrastre pelágico
conectadas con una bomba succionadora que lleva un separador y
colector que se encarga de concentrar a los organismos; las redes
se operan por el costado de la embarcación.
La temporada de pesca abarca de enero a marzo, durante el verano
antártico, meses en los que el clima es benigno. Se considera que
en la región del Mar del Scotia se localiza la pesquería más
importante ya que existen bancos abundantes en las aguas que
cubren la plataforma de las islas Georgias del Sur, Orcadas,
Sandwich del Sur y Shetland del Sur. Las corrientes frías que
convergen en la región antártica forman una barrera natural que
impide la migración del krill hacia el norte; además esta
temperatura favorece la reproducción y desarrollo de los animales.
Estos organismos llegan a constituir concentraciones densas de 60
metros de altura y 5.5 kilómetros de diámetro que le dan al océano
una coloración morena rojiza y amarilla.
El krill se está aprovechando en la Unión Soviética, Polonia,
Alemania Occidental, Chile y Japón como pasta o como "polvo
proteico", o como complemento para otros alimentos; también se
está elaborando harina para el consumo de cerdos y aves. Los
soviéticos la industrializan en el mismo lugar de la recolección en
"barcos-fábrica", en los cuales se lava el producto, lo desecan con
calor y lo comprimen para formar bloques del tamaño de un ladrillo
y que son congelados a -32°C y conservados a -18°C. Este tipo de
pasta, llamada en ruso okean (océano), contiene 24% de proteínas
y es aceptada en la Unión Soviética y en Japón, mientras el
mercado europeo y norteamericano están indecisos.
Uno de los problemas que presenta su consumo es que no se
elimina fácilmente su cubierta quitinosa y esto hace que sea difícil
de digerir para los animales vertebrados, también el proceso resulta
caro; por todo ello se tiene que resolver una serie de problemas
socioeconómicos antes de que pueda ser aprovechado por el
hombre.
Además, para su utilización de manera racional, es necesario
realizar investigaciones biológicas de su distribución, abundancia y
dinámica de poblaciones. Con los datos aportados por estos
estudios
se
podrá
"evitar
la
explotación
excesiva,
la
hipercapitulación de la industria y el daño a los ecosistemas
antárticos como un todo".
Por lo tanto, el consumo de este importante recurso para el hombre
hace
necesarias
investigaciones
oceanográficas,
biológicas,
tecnológicas y socioeconómicas, que permitan un lugar importante
en la dieta humana.
La langostilla (Pleuroncondes planipes) es un pequeño crustáceo
llamado también "camarón rojo" que vive en regiones tropicales
donde la temperatura del agua oscila entre 12 y 22°C, formando
parte del plancton. Sirve de alimento a especies como el atún y el
bonito. Su talla alcanza entre 3 y 9 centímetros, con un cefalotórax
muy grande y un abdomen muy pequeño y delgado; de ahí la
dificultad de su industrialización.
En México abunda en la región occidental de la península de Baja
California, así como en el Golfo de California y ha sido capturada de
manera incidental, llegándose a pescar hasta 35 toneladas por
hora. Por esta razón, las instituciones de investigación están
desarrollando programas que lleven al aprovechamiento de tan
importante recurso potencial.
El grupo de los crustáceos presenta una de las mayores
diversidades dentro de los organismos marinos que el hombre
puede utilizar para resolver sus problemas de alimentación, por lo
que se tiene esperanza de que día a día los biólogos y los
tecnólogos marinos desarrollen los métodos adecuados para
aprovechar esta riqueza con la que la naturaleza dotó a la
humanidad.
P E S Q U E R Í A
D E L
O S T I Ó N
Entre los productos pesqueros que ocupan un lugar importante se
encuentra el ostión que habita tanto en el mar como en aquellas
zonas litorales donde se mezclan aguas saladas y dulces, ya sean
esteros, desembocaduras de río o lagunas costeras.
Figura 13. Ostión.
Los ostiones son moluscos del grupo de los lamelibranquios o
bivalvos, al que pertenecen gran número de especies comestibles
que el hombre aprovecha como alimento por su alto valor nutritivo
y por las grandes posibilidades que tiene el cultivarlos.
Entre los lamelibranquios se encuentran las ostras, manjares muy
apreciados que el mar ofrece; están consideradas como uno de los
moluscos de mayor prestigio y ocupan un lugar importante en la
pesca mundial. Su gran valor económico se debe a que es uno de
los organismos más estimados por los aficionados al buen comer y
su consumo se realiza en grandes cantidades.
La producción mundial de ostra y ostiones alcanzó en 1986, según
la FAO, la cifra de 1 011 079 toneladas, a ella contribuyeron
principalmente los siguientes países: Japón, Francia, España, Chile,
México y Australia. Durante 1988 se produjo en México la cantidad
de 56 118 toneladas, de las cuales 4 091 se capturan en el Pacífico
y 52 027 en el Atlántico. Son múltiples los métodos para el
aprovechamiento de este recurso, desde la captura a mano hasta el
cultivo sistematizado.
Entre las ostras podemos distinguir los géneros Ostrea, llamado
propiamente ostra y Crassostrea que recibe el nombre de ostión;
ambos han sido mejorados por el esmero y escrupuloso cultivo a
que han estado sometidos desde la antigüedad.
La ostra comestible más difundida en el mundo es Ostrea edulis,
pero también se consumen otras especies de ostras silvestres, por
ejemplo:
Ostra
Ostrea tarentina Tarento
Europa
Ostrea angulata
Ostra
portuguesa
Ostrea crynusi
Córcega
Ostrea lurida
California,
México
Ostrea
mexicana
México
Ostrea
commercialiis
Argentina
de
en
Ostrea chilensis Chile
Ostrea angasi
Nueva Zelanda
Ostrea nippona
Japón y Corea
Ostrea rivularis Japón y Corea
Ostrea echinata Japón y Corea
Ostrea forskali
Filipinas e India
Ostrea bicolor
África
Ostrea
concentrica
África
Ostrea
senegalensis
África
Las especies del género Crassostrea son, en las costas atlánticas
europeas y americanas, Crassostrea ungulata, el "ostión de placer"
o Crassostrea virginica, el "ostión de manglar" o Crassostrea
rhizophorae, Crassostrea puelchana, Crassostrea spreta; y en las
costas del Océano Pacífico americano, Crassostrea columbiensis y
Crassostrea equatorialis. En Japón, el "ostión japonés" Crassostrea
gigas, y la Crassostrea laperousi. En Filipinas e Indochina,
Crassostrea madresensis.
La conchas que poseen son producidas por la misma ostra a través
de un órgano llamado manto y están formadas por dos valvas que
presentan forma irregular y asimétrica; la valva inferior se fija al
sustrato o a algún objeto sumergido y está ahuecada para alojar a
la masa del cuerpo que es la que se consume; la mitad superior de
la concha es más pequeña, achatada y delgada.
La concha es áspera en su cara externa y lisa por dentro, en donde
el carbonato de calcio que la compone se transforma en una
sustancia iridiscente de bella tonalidad que ha sido denominada
"nácar".
Las estructuras que forman el cuerpo de las ostras están poco
diferenciadas; el aparato digestivo se encuentra adaptado para
filtrar agua; se calcula que penetran a la concha 150 litros al día
llevando protozoarios, huevecillos, larvas de otros organismos y
pequeñas algas que son el alimento del ostión; al salir, el agua lleva
los desechos.
Su aparato respiratorio está estructurado por las branquias de
forma laminar que son bañadas por el agua, de la que fijan el
oxígeno y luego desprenden el bióxido de carbono que sale en el
agua que el animal expulsa. Su sistema nervioso es completo y
tiene un corazón formado por un solo ventrículo. Además, el ostión
tiene dos tubos llamados "sifones" que se encargan de hacer
circular el agua dentro de la concha del molusco.
Las dos valvas de la concha están firmemente unidas por un
músculo llamado por lo común "callo" que es muy apreciado por los
aficionados a comer ostiones, quienes opinan que es la parte más
sabrosa.
Al parecer, el consumo de ostras data de tiempos remotos; se ha
considerado que posiblemente los primeros hombres que comieron
ostiones son de la época del de Cro-Magnon y que no sólo los
consumían sino que, con sus conchas se cortaban el pelo; se piensa
además que tal vez los empezaron a comer guiados por su instinto,
como lo hacen las manadas de chimpancés en las costas
occidentales de África que esperan a que baje la marea para
consumirlos.
Las primeras pruebas científicas de ello provienen de la época de
los celtas, quienes las comían con avidez en las costas de Francia.
Fueron conocidas y apreciadas por los griegos, quienes no sólo las
comían crudas, sino aderezadas de distintas formas; para ellos las
mejores ostras venían del Mar Negro.
Fueron los romanos los que popularizaron su consumo, haciendo de
las ostras el plato indispensable de todo banquete de alcurnia; se
cuenta que uno de los más conocidos glotones de este manjar fue el
emperador Vitelio, de quien aseguran comía muchas ostras antes
de continuar con el resto de su abundante menú.
En México se han localizado en ambos litorales acumulaciones de
conchas de ostión, llamadas "basureros prehistóricos" que hacían
los hombres primitivos hace miles de años, en sus migraciones por
las costas. Sin embargo, realmente se hizo común su consumo en el
siglo XVIII, considerado como la "gran época de las ostras".
Un patricio romano nacido en Nápoles hacia el año 140 a.C.,
Sergius Orata, fue quien inició la ostricultura en las cercanías del
Lago Lucrino. Más tarde el cultivo se continuó en el Lago Fusaro,
antiguo Acherón de los poetas, de agua salobre y que ocupa el viejo
cráter de un volcán extinguido; en los procedimientos de entonces
están basados los posteriores. Se ha reportado que en diferentes
lugares del lago se acumulaban montones de piedras con ostras
adheridas, para formar una especie de "banco artificial"; alrededor
de cada uno de ellos se colocaban círculos de pilares de madera
unidos entre sí por cables, de los que colgaban cuerdas con ramas,
que tenían la misión de recoger las larvas. En estos colectores las
ostras crecían hasta alcanzar determinado tamaño, llegado el
momento se colocaban en una especie de cestas que se mantenían
sumergidas en otros lugares del lago, en donde engordaban hasta
adquirir las dimensiones convenientes para ser enviadas al
mercado. Posteriormente la ostricultura se ha extendido por todo el
mundo.
En la actualidad los alimentos se seleccionan tomando en cuenta no
sólo el sabor sino también sus propiedades nutritivas y el ostión
sigue siendo uno de los alimentos marinos más apreciados por el
hombre, aventajando a la leche, los huevos y la carne de res.
Se puede considerar que el único peligro que presenta, cuando se
consume en buen estado, es que si se desarrolló en aguas
contaminadas puede contener bacterias patógenas como las que
producen las fiebres intestinales y la tifoidea. Para evitar este
peligro, en algunos países como Francia trataban a las ostras con
rayos ultravioleta, hasta que se descubrió que con sólo colocarlas
en agua potable fácilmente se eliminaban las bacterias, es decir, se
"purifican".
Tradicionalmente se ha considerado que estos moluscos ayudan en
la actividad reproductora del hombre; en algunos pueblos primitivos
se recomienda darlas como alimento a las mujeres estériles y
muchas dietas médicas las recomiendan para las embarazadas.
Los pescadores que extraen ostras, utilizan principalmente
embarcaciones menores o pangas de 4 a 6 metros de eslora con
motor fuera de borda o remos, sacándolas a mano limpia durante la
marea baja o mediante el buceo. También emplean como arte de
pesca las "gafas", que son dos rastrillos de 2.5 a .5 metros de
longitud unidos formando una pinza; se manipulan introduciéndolas
abiertas en las aguas someras donde hay bancos ostrícolas; al ser
cerradas, sujetan las "piñas" de ostiones, que son izadas por el
pescador, para después "descornarlos", es decir, limpiar los
ostiones de adherencias y crías; finalmente los ponen en cosales
llamados "arpillas", que pesan unos 40 kilogramos y contienen de
500 a 600 ostras, o sacan la pulpa de su concha colocándolas en
frascos.
Figura 14. Pescadores sacando ostiones con gafas.
En algunos países, para complementar la producción de sus bancos
ostrícolas silvestres y para conseguir un producto de mejor calidad,
se han desarrollado técnicas de cultivo; al conjunto de estas
técnicas se le llama ostricultura, la Cual se basa en cuatro
actividades principales que corresponden a momentos distintos de
la biología del molusco, como son: la reproducción, facilitando la
fecundación y la colecta en soportes sólidos de los embriones o
"semillas";
el
crecimiento;
la
engorda
y
la
cosecha.
Simultáneamente se estudian los factores fisicoquímicos del medio
en que viven como el oxígeno, salinidad y temperatura, entre otros,
los cuales influyen en forma directa en el cultivo.
Todos los métodos de cultivo se basan en la alta fecundidad que
presentan estos moluscos, ya que producen millones de huevecillos;
Broogs afirma que la "ostra de Virginia" puede producir de 10 a 60
millones de huevos. Lo anterior hace posible la explotación
industrial de los bivalvos. Durante el cultivo, los ostiones adquieren
mayores dimensiones y su carne es más sabrosa si se los coloca en
aguas salobres, que tienen menor concentración de sales que las
marinas. Además, en el cultivo se pueden eliminar los principales
enemigos de las ostras, como estrellas de mar, caracoles, pulpos,
esponjas, planarias, balanos e hidrozoarios.
Según sus características, las técnicas de cultivo se dividen en tres
grupos principales: cultivo en suspensión, cultivo de fondo y cultivo
en ramadas. En los países más adelantados en la ostricultura, como
Japón, Francia, Australia y Estados Unidos se crían ostiones a gran
escala, y son muy famosos sus parques de cultivo, por ejemplo, los
de Arcachon en Francia y los de Chesapeake en Estados Unidos.
Las ostras admiten numerosas formas de elaboración y de
presentación comercial, siendo las más populares: en "su concha" o
"desconchadas" para el consumo directo en fresco, aunque pueden
ser también enlatadas, ahumadas y secadas. A escala doméstica es
posible prepararlas en escabeche, como ya se hace en algunas
localidades ostioneras de México, o bien en cualquier forma que
dicte la inventiva y sabrosa sazón de un hábil cocinero.
La preparación del ostión ahumado, producto de exquisito sabor, es
un proceso laborioso, pero los resultados han logrado que cada vez
se utilice más este método. Consiste en limpiar perfectamente el
ostión antes de abrirlo; después, al desconcharlo, se tiene cuidado
de no causarle heridas; se Tava durante cinco minutos en una
salmuera que se prepara con agua limpia a la que se le añade 2.5%
de sal común, el lavado sirve para eliminar la viscosidad del
producto; el ostión lavado se deja escurrir para quitar el exceso de
salmuera; posteriormente, se hierve durante 10 minutos en
salmuera limpia y se deja enfriar a la temperatura ambiente.
Para ahumarlo, se coloca uniformemente distribuido sobre una
parrilla con malla de alambre y se introduce al ahumador. Hay que
asegurarse de que la corriente de humo sea continua, así como
evitar que la llama sea muy intensa, para que no se queme el
ostión.
El proceso de ahumado dura de 40 a 50 minutos, según el tamaño
de los ostiones. La temperatura de humo tiene que estar entre los
70 y los 80°C. La madera que se utiliza debe ser dura, bien seca y
no resinosa; tampoco debe tener aceite, pues engrasaría al ostión.
Se pone aceite de oliva a hervir y después de 1 a 2 minutos se
enfría en el medio ambiente. Ese aceite se agrega después al ostión
ya envasado, en proporción de dos terceras partes de ostión por
una de aceite, se esteriliza y sella herméticamente dicho envase.
Figura 15. Ostión ahumado.
Entre los consumidores de ostras existen dos tipos, los partidarios
de comerlas crudas y en su concha, tan frescas que al agregarle
limón, el animal se contraiga; consideran que sólo así conservan su
sabor original y se oponen a la utilización de salsas que lo cambien.
Quienes los prefieren cocinados aseguran que el sabor mejora con
los refinamientos de la alta cocina.
En muchos países, especialmente en Europa, la ostra Ostrea edulis
está considerada como uno de los más exquisitos manjares que
proporciona el mar, por tener cuerpo sólido, graso, con un músculo
blanco y carnoso que le da su peculiar sabor.
En México existe también la Ostrea edulis, pero forma poblaciones
poco numerosas; son abundantes las especies del género
Crassostrea conocidas popularmente como ostiones de placer", en
especial el ostión americano" (Crassostrea virginica) las cuales
representan una riqueza apenas explotada; además, se deben
considerar las grandes posibilidades de hacer una ostricultura bien
planificada en las grandes zonas de lagunas litorales y de esteros
del Atlántico y el Pacífico que representan un verdadero paraíso
productor.
En su propio hábitat natural, adecuadamente protegido y
estimulado, se pueden producir toda clase de ostras, desde las del
género Ostrea hasta la Crassostrea, pasando por una infinidad de
especímenes igualmente sabrosos de otros moluscos, como varias
familias de almejas, lapas, etcétera.
El ostión es una de las especies que, por legislación, está reservada
a las sociedades cooperativas de producción pesquera, formadas
por pescadores originarios de las zonas. En el litoral del Pacífico
mexicano operan 51 cooperativas con 6 318 socios y, en el Golfo de
México existen 35 cooperativas con 5 074 socios; lo que producen
permite atender el consumo interno, pero es necesario subrayar
que es una pesquería que se debe incrementar con futuros
programas de desarrollo pesquero.
Se puede esperar que el ostión, del gusto tanto de trabajadores y
gente sin recursos como de los paladares más refinados, se
convierta, en los próximos años, en una importante pesquería a
nivel mundial, que generará proteínas de bajo costo, divisas,
industrias y trabajos.
Es recomendable que los bancos conocidos se exploten en forma
conveniente. Cada banco contiene cierta cantidad de ostiones de
tamaño comercial, sólo ésos deben extraerse; si se extraen los
pequeños, los bancos se agotarán en forma peligrosa y después
habrá que hacer mayores gastos de recuperación. Por ello, el
cultivo racional es la manera más apropiada de explotar el ostión.
P E S Q U E R Í A
D E L
A B U L Ó N
Los abulones son moluscos de gran abolengo y antigüedad, muy
conocidos por ser perseguidos por su carne; pertenecen al género
Haliotis. En México los llaman abulones; en España la marinería les
nombra "orea", "orejas de mar" o "señorinas", y los gallegos,
"cribias o manquilinas", siendo pequeños y con poca calidad de su
nácar; en Francia los conocen como "seis ojos" y "orejas de mar";
en Inglaterra y Grecia, "oreja de Venus"; en Portugal, "lapa burra";
en Italia, "orejas", y en Australia, "carne de pez".
El abulón se caracteriza por tener una concha en forma de oreja,
generalmente ovalada y con la superficie externa convexa y rugosa,
arqueada en la región posterior y aplanada en la anterior, con una
serie de perforaciones u orificios alineados sobre la región
correspondiente a la cavidad respiratoria; el primero de ellos es el
más grande. Sobre la concha se localizan numerosos organismos,
como crustáceos del género Balanus, concentraciones de gusanos
tubícolas y plantas microscópicas y macroscópicas, entre ellas
algunas algas pétreas del género Corallina.
La cara interna de la concha, cuando se han extraído el callo y los
órganos del animal, es lisa y en muchos casos iridiscente y
aperlada. La formación de la concha tiene lugar en los estadios
larvarios y su crecimiento es generalmente anual. Las diferentes
características y colores de las conchas permiten diferenciar a las
especies del abulón.
En el "abulón amarillo" o "corrugado" (Haliotis corrugata) la concha
es circular, gruesa y elevada, de 16 a 17 centímetros de largo; la
cara externa es áspera, con arrugas onduladas, carácter al que
alude su nombre, con 2 a 4 agujeros, limitados exteriormente por
bordes elevados a manera de embudos; la cara interna de la concha
es iridiscente, es decir, cambia de tono según recibe la luz, desde el
color verde oscuro hasta el rosado. Vive a profundidades entre los 5
y los 29 metros.
El abulón azul" (Haliotis fulgens) presenta concha ovalada
ligeramente gruesa; la cara externa es de color café rojizo, con
numerosos surcos espiralados, de 18 centímetros de longitud; los
orificios respiratorios son pequeños y circulares; el interior de la
concha es iridiscente y en él domina el color azul brillante; se
localiza entre los 9 y 27 metros de profundidad.
El llamado "abulón chino" (Haliotis sorenseni) muestra su concha
delgada y ovalada de 13 a 16 centímetros, con la cara externa
rugosa de color café rojizo, con 3 a 5 agujeros. La cara interna es
brillante y aperlada, por lo que también se le ha llamado "abulón
blanco"; las profundidades a que se encuentra son de entre 11 y 20
metros.
El abulón que presenta la concha más grande en el estado adulto es
el "abulón rojo" (Haliotis rufescens) que tiene una concha gruesa y
ovalada de 25 a 27 centímetros de longitud, la cara externa es de
color rojizo y la interna iridiscente; vive a profundidades de 14 a 16
metros.
Figura 16. Diferentes tipos de abulón.
El cuerpo del abulón, como el de todos los moluscos, presenta tres
regiones: el pie, la masa visceral y el manto. El pie en los abulones
es un músculo plano de forma oval, provisto de numerosos surcos
transversales que permiten la fijación del organismo al sustrato;
este músculo es grueso y llega a alcanzar hasta 20 o 25
centímetros de longitud; esta parte es la de consumo humano. La
masa visceral contiene los aparatos y sistemas, es aplanada y
ocupa hasta el último rincón de la concha. El manto es membranoso
y se extiende por la cara interna de esta masa, cubriendo el borde
de los orificios respiratorios; el manto interviene en la formación y
crecimiento de la concha.
Los hábitos alimentarios de los abulones cambian de acuerdo con
las diferentes características durante su desarrollo; las larvas, en
sus primeros estadios, son libre-nadadoras, forman parte del
plancton y se alimentan de pequeños vegetales y animales
planctónicos; conforme van creciendo y se fijan al sustrato, su
alimentación se modifica para componerse principalmente de
diatomeas que viven sobre la roca; posteriormente consumen algas
macroscópicas que están adheridas al sustrato, como las del género
Macrocystis.
En los abulones, los sexos están separados y la producción de las
células reproductoras está regulada, principalmente, por el grado de
madurez de las gónadas del animal y por la temperatura del medio.
Los productos sexuales son descargados por una serie de
contracciones musculares y expulsados a través de los orificios de la
concha para quedar libres en el agua del mar, uniéndose los óvulos
y espermatozoides durante la fecundación. La época de
reproducción cambia de acuerdo con la especie y las características
fisicoquímicas del medio; en algunos lugares se presenta entre julio
y septiembre y, en otros, desovan en los meses de febrero a abril.
El desarrollo larval dura entre 18 y 24 horas, alcanzando una talla
de 2 a 4 centímetros; crecen hasta los 12 y 20 centímetros de
longitud y entonces se fijan en el fondo para iniciar la formación de
la concha.
Los abulones son atacados por organismos competidores durante
las diferentes etapas de su ciclo de vida; los más comunes son los
llamados organismos perforadores", que pueden ser algunos
gusanos, caracoles, almejas y esponjas. Con seguridad muchos de
los pescadores abuloneros y, muy a menudo, el "cabo de vida",
pescador encargado de recibir y desconchar los abulones que
desprende el buzo, notan en el interior de algunas conchas, un gran
número de pequeñas puntuaciones y, con frecuencia, manchas de
color verde oscuro o café verdoso, casi siempre de forma
redondeada y elevadas en algunos casos. Las conchas en estas
condiciones se hacen más gruesas que las normales, a veces,
quebradizas o de aspecto esponjoso, por lo que pierden su valor
comercial; observando con cuidado el exterior de una de esas
conchas, se puede notar una gran cantidad de orificios producidos
por la invasión de dichos animales perforadores.
Cuando las invasiones de los competidores son graves, la
perforación que los intrusos ocasionan atraviesa la concha y llega
hasta los diferentes órganos del animal. La respuesta inmediata del
abulón al ataque, consiste en tratar de reparar el daño causado
mediante la secreción de una nueva concha en cada área afectada,
logrando su regeneración según la velocidad de penetración del
intruso. A medida que la concha es invadida, su resistencia
disminuye. Todo el funcionamiento del abulón cambia debido a que
tiene que gastar sus energías en la reparación de los daños
causados y suspender el crecimiento tanto de la concha como del
resto del cuerpo.
El buzo abulonero al capturar enfermos, llega a romper la concha
con facilidad. Si llega a desprenderse el callo, conocidos como
"abulón viejo" o "abulón enfermo", son en consecuencia débiles y
fácilmente pierden sus líquidos por lo que los organismos reciben el
nombre de "abulones churridos". La eliminación de estos enemigos
del abulón es difícil, y sólo se puede recomendar que los enfermos
se saquen del agua y que por ningún motivo se arroje las conchas
nuevamente al mar.
Otros importantes competidores de los abulones son el erizo de
mar, las algas que están sobre las rocas quitándoles alimento y las
estrellas de mar, que compiten por el mismo hábitat.
Los abulones se distribuyen en los océanos Atlántico, Pacífico e
Índico, en aguas frías, generalmente, del orden de 1 a 18°C, con
salinidades de 34 a 36 % en costas rocosas con fuerte acción de
mareas y oleaje; también se encuentran en ensenadas y bahías
protegidas durante la época de reproducción. De acuerdo con la
edad, su localización cambia, ya que los adultos viven sobre las
rocas, en tanto que los juveniles se adhieren debajo de éstas o bien
se refugian en huecos. Aparentemente la distribución de estos
animales está determinada por el tipo de sustrato, disponibilidad de
alimento, época de reproducción, profundidad y posibilidades de
protección.
Se ha reportado la existencia de abulones en la costa oeste de
Canadá, Estados Unidos y México, desde Alaska y las islas
Aleutianas hasta Baja California; en las costas de Japón; costas de
Francia, España, Italia, Yugoslavia, Grecia, Siria y Egipto en el
Mediterráneo; Atlántico noroeste al norte de Francia así como en las
costas de Brasil.
Distribución de las especies de abulón
reportadas en el mundo.
Especie de abulón
Haliotis rufescens
Localidad
Haliotis corrugata
Haliotis fulgens
Haliotis cracherodii
Oceáno Pacífico, ocupando el
área comprendida
Haliotis walallensis
desde Alaska hasta Baja
California, México.
Haliotis kamtschatkana
Haliotis sorenseni
Haliotis assimilis
Haliotis discus
Haliotis diversicolor
Haliotis iris
Haliotis midae
Oceáno Pacífico,
principalmente en las costas
de Japón.
Haliotis discushannai
Haliotis sieboldii
Haliotis gigantea
Haliotis lamellosa
Oceáno Atlántico, incluidas
las costas de
Haliotis tuverculata
Francia, España, Italia,
Yugoslavia,
Haliotis pourtalessi
Grecia, Siria y Egipto.
Haliotis pulcherrina
Oceáno Atlántico
sudoccidental,
Haliotis barbouri
en las costas de Brasil.
Las pesquerías de abulón alcanzaron para 1986, según la FAO, un
total de 16 045 toneladas y se considera que las mejor establecidas
son las de Japón y Australia. Este último país tiene una producción
de cerca de 10 000 toneladas anuales y se sostiene como el primer
explotador mundial de este molusco; sus ventas, sobre todo en el
mercado japonés y norteamericano, reditúan cientos de millones de
pesos. La captura abulonera australiana se localiza en sus litorales
del sur, frente a la isla de Tasmania y está formada por dos
especies principales: el "abulón verde" y el "abulón negro" que se
extraen por buceo a profundidades hasta de 24 metros.
La pesca del abulón en Australia tiene más o menos 20 años; se
estableció después de ser descubierto el recurso al sur del quinto
continente y pronto se construyeron plantas de congelación y
enlatado. Se extrae con métodos de buceo autónomo trabajando
hasta 8 horas en agua, con todos los peligros que representan los
cambios de presión por salir demasiado rápido a la superficie.
En últimas fechas se ha estado trabajando para lograr el transporte
del abulón desde Australia hasta Japón con el fin de sembrarlo para
lograr nuevas áreas de captura y repoblar las que han sido
explotadas. Científicos y técnicos japoneses han invertido dos años
en diseñar los métodos y el equipo para la realización de este
transporte de organismos vivos.
Primero se intentó hacerlo por avión, pero como resultó incosteable,
se inició la investigación para hacerlo por barco, construyendo un
tanque de diseño especial de fibra de vidrio con un sistema para la
circulación del agua del mar en forma constante, además de un
sistema de enfriamiento que mantiene el medio líquido a una
temperatura constante de 10°C; el agua tiene que ser tratada con
sustancias antisépticas y durante todo el proceso debe ser
oxigenada y filtrada repetidamente.
A las conchas de los abulones escogidos se las somete de inmediato
a un cepillado para quitar todo tipo de competidores, antes de
colocar a los organismos en charolas de material plástico, las
cuales, a su vez, se acomodan en rejillas que están fijas en el
estanque de cultivo.
La pesquería del abulón en Japón está también desarrollada; se
capturan siete especies distintas de abulones, llegando algunos de
ellos a tallas de 20 a 25 centímetros, como el "abulón gigante"
(Haliotis gigantea). El consumo es tan grande en el japón pues lo
utilizan para el típico platillo sashimi que lo importan de otros
países como Australia.
En México, los abulones son muy apreciados por el nmacar de su
concha y por su sabor, aunque la carne es un poco dura y correosa.
La pesquería se establece con base en cuatro especies con talla
entre los 12 y los 18 centímetros de longitud, en la zona occidental
de la península de Baja California, desde las islas Coronado en el
norte, hasta la punta sur de la isla Margarita, que constituyen la
principal zona abulonera del país. La producción mayor de este
molusco se obtiene en el área comprendida entre punta San Pablo y
Punta Abreojos de Baja California.
Las especies explotadas en nuestro país son el "abulón negro"
(Haliotis cracherodii) de 15 centímetros; el "rojo" (Haliotis
rufescens) de 25 centímetros; el "rosa" (Haliotis corrugata) y el
"verde" (Haliotis fulgens); los tres últimos son los más apreciados
como alimento y el "rosa y el verde" por presentar el mejor nácar
para producir ornamentos y objetos decorativos.
La producción abulonera de los bancos actualmente explotados es
de 1 499 toneladas, que representan más o menos 717 toneladas
de producto desconchado. Esta captura pasa a once plantas en las
que se procesa el producto en latas, salmuera y filetes de abulón.
Su precio se rige por la cotización del mercado internacional, tanto
para el producto enlatado como para su presentación en filete
congelado. Este hecho hace que la producción para consumo
interno se destine a satisfacer la demanda de grupos sociales de
ingresos altos y de los turistas extranjeros. En la actualidad el 45%
del total de la captura se destina al consumo nacional.
El otro 55% de la producción abulonera se exporta enlatado o en
filete congelado, reportando al país gran cantidad de divisas. Las
exportaciones de abulón se hacen fundamentalmente a Estados
Unidos, Canadá y Japón. En los últimos años, la participación de
México es superior en términos de consistencia y sabor, razón por la
cual su producto está bien acreditado internacionalmente.
En el mercado europeo, el abulón australiano compite con el abulón
mexicano, debido a su tamaño, precio, formas de presentación y al
bajo costo de los fletes, dada la cercanía de los mercados en los
que se coloca su producción.
La ley para el fomento de la pesca nacional reserva la extracción de
abulón a las sociedades cooperativas de producción pesquera que
obtienen permiso con vigencia de dos años. Las , autoridades
establecen cuotas de captura anual para los distintos campos
abuloneros y tallas mínimas de extracción derivadas de los estudios
que realizan los biólogos para evitar la sobreexplotación.
En esta pesquería se emplean 525 embarcaciones, con un promedio
de siete metros de eslora por dos de manga, casco de madera o
fibra de vidrio, motor estacionario diesel o motor fuera de borda de
50 caballos de fuerza, y con una tripulación compuesta por un
"buzo", un "remero" o "bombero", un "cabo de vida" y un "jabero",
cuando se bucea con "escafandra" y, cuando la pesca se realiza por
medio de "buceo libre o autónomo", el personal se reduce a tres ya
que no se requiere el "jabero".
El bombero es el encargado de accionar la bomba para proporcionar
el aire al buzo; también se ocupa de los remos, con los que trata de
mantener a la embarcación semifija. El cabo de vida es el
responsable de la vida del buzo, al cual ayuda a colocarse el traje y
cuida la maniobra de la manguera y del cabo que lo unen con la
embarcación.
El buzo lleva a cabo las inmersiones y captura al abulón
desprendiéndolo con cuchillo o herramientas semejantes y los
almacena en "jabas", redes pequeñas de malla hecha de piola o de
ixtle fijas a un aro y que se pueden cerrar con una jareta. El jabero
provee al buzo de la jaba, después la recibe llena de abulón y se
encarga de desconchar el producto.
Figura 17. Buzo capturando abulón.
El equipo de buceo con escafandra resulta más costoso que el
autónomo; sin embargo, tiene mayor aceptación entre los buzos de
edad madura, debido a la seguridad que les proporciona tanto en
relación con los cambios de presión al entrar y salir del agua como
al permitirles un mejor aislamiento del cuerpo y evitar su
enfriamiento; aunque cabe hacer notar que se tiene menor
movilidad que cuando se hace el buceo autónomo y se utiliza un
número mayor de personas
El buceo de escafandra fue el método más utilizado cuando se inició
la pesquería del abulón en Baja California, en la década de los
cincuenta; para los años sesenta se empezó a profundizar con el
buceo autónomo y en la actualidad más del 50% del abulón
extraído se captura por este método.
De esta manera, la explotación del recurso se ha venido realizando
con una tecnificación reducida y los resultados dependen, en gran
medida, del grado de experiencia y de conocimientos que tenga el
buzo en las zonas de pesca, motivo por el cual las capturas se han
efectuado prácticamente en las mismas áreas.
Un punto importante de esta tecnología, es la revisión de las
condiciones del equipo de buceo, mangueras, compresoras, tanques
y del estado de salud de los pescadores para determinar la llamada
"vida útil"; estos aspectos a veces no son cuidados como debieran y
tienen que ser vigilados para establecer requisitos sanitarios
mínimos y para realizar programas de capacitación de pescadores.
El trabajo que hacen los buzos para la captura del abulón se
desarrolla de 6 a 8 horas, con un promedio de 15 a 25 inmersiones
por día, iniciando sus actividades a las 6 o 7 de la mañana y
terminando a las 2 o 3 de la tarde. La duración promedio de los
viajes y el número de éstos depende principalmente de la eficiencia
del equipo, de la densidad de la captura y de los problemas
socioculturales de los pescadores.
La captura obtenida se descarga utilizando pangones en las fábricas
de procesado o empacadoras, que se localizan cerca de las áreas de
pesca; de no ser así, es necesario transportarla por vía terrestre en
camiones con refrigeración; en ocasiones, el transporte también se
realiza en aviones o en embarcaciones.
El abulón es aprovechado casi en un 100% ya que tanto el músculo
del animal o "carne", como la concha, son procesados. La captura
que se obtiene se enlata en un 80% o se filetea en un 10%,
conservando este filete congelado o salándolo. Las latas son
cilíndricas con un peso neto de 454 gramos, es decir una libra; se
colocan 48 unidades en una caja de cartón. En el mercado de
Estados Unidos se cotizan a 623 dólares la caja y cada lata tiene un
valor aproximado de 13 dólares.
Los filetes de abulón fresco congelado se empacan en cajas de
cartón de 50 libras de peso, que contienen a su vez 10 cajas más
pequeñas de cartón encerado de 5 libras y, en cuyo interior, hay
dos bolsas de polietileno de 2.5 libras o 4 bolsas del mismo
material, de 1.25 libras cada una.
La concha del abulón sólo se usa en México para elaborar
artesanías, pero es un subproducto valioso susceptible de
aprovecharse en la fabricación de porcelanas, cementos y
cosméticos. El precio por tonelada de concha de abulón varía de
acuerdo con la especie de que se trate, siendo la del abulón azul la
más apreciada en el mercado, aunque también alcanzan buen
precio las del abulón rojo. La mayor parte de la producción nacional
de concha se exporta, principalmente, a Estados Unidos y Japón.
La temporada de pesca de las diferentes especies de abulón en las
zonas de la península de Baja California es de marzo a enero, es
decir, hay veda sólo en el mes de febrero; sin embargo, la
administración pesquera puso en vigor una veda que duró cinco
años en algunas zonas abuloneras, la cual, junto con los programas
de "siembra de abulón", ha logrado que se recupere este
importante recurso.
Las perspectivas de la producción futura están en relación directa
con la observación de las medidas para administrar este recurso
con el fin de mantener e incrementar los bancos existentes. Entre
ellas, las más importantes son las que se refieren a las tallas
mínimas establecidas, la adecuación de las épocas o temporadas de
veda con las de reproducción, el aprovechamiento de nuevos
bancos y los incrementos de la población abulonera mediante el
cultivo.
Figura 18. Conchas de abulón.
Este método básico que se ha utilizado para el cultivo del abulón
tanto en México como en Japón, consiste en transportar ejemplares
maduros de los bancos naturales a estanques de concreto
exteriores. En estos estanques, elevando la temperatura del agua
por medio de la radiación solar o con rayos ultravioleta, se induce el
desove.
Una vez que las larvas que en un principio son planctónicas, están
cerca de su estadio bentónico, se pasan a recipientes de plástico y
se les proporcionan diatomeas como alimento, hasta que alcanzan
tallas de centímetros para transplantarlas a piletas exteriores,
donde terminan su desarrollo.
Este tipo de cultivo no ha sido totalmente dominado debido a que
en estos dos países las costas son grandes y no se puede controlar
el alto índice de mortalidad que se presenta. En Australia se tiene
construido un criadero experimental en la ciudad portuaria de
Adelaida, en donde se han logrado con éxito varias cosechas y se
espera llegar al óptimo de producción en unos cuantos años más.
Desde 1973, los biólogos mexicanos y los pescadores de abulón han
descubierto un método eficaz para preservar y acrecentar este
valioso recurso: el desove mecánico en el campo mismo, lo que se
ha popularizado bajo el nombre de "mareas de cría del abulón". Los
biólogos lograron en esta etapa "la ordeña manual de abulones"
hembra y macho en el campo pesquero y, con esto, la producción
de los huevos; posteriormente capacitaron a los pescadores que en
la actualidad la aplican durante toda la etapa de pesca con gran
interés, ocasionando el incremento de este importante recurso.
En México existen dos laboratorios en la península de Baja
California: uno en Eréndira y otro en Bahía Tortugas, en donde los
técnicos han producido "semilla" de abulón, que han plantado en el
área comprendida entre Punta Abreojos y Punta Cedros; además,
acaban de obtener la primera generación de "sementales" de este
molusco en el laboratorio, lo que les permitirá incrementar la
producción de semilla, con el fin de repoblar las áreas de captura.
La "pesquería del abulón" adquiere cada vez mayor importancia a
nivel mundial; la explotación de este recurso es muy socorrido a
pesar de los riesgos que contempla, porque ofrece, aparte de
buenos ingresos, cierta independencia y los atractivos de la vida en
el mar.
Dentro del grupo de los moluscos de interés pesquero, además de
las ostras y del abulón, se encuentran algunos que ya se explotan
comercialmente y otros de los que se piensa que en un futuro se
podrán aprovechar como alimento, siendo los principales: el
mejillón, las almejas, el callo de hacha, el calamar y el pulpo.
P E S Q U E R Í A
D E L
M E J I L L Ó N
Dentro del grupo de los bivalvos, son también importantes como
alimento los organismos de la familia Mytilidae conocidos con el
nombre común de mejillones; son moluscos que viven fijos a las
rocas de la zona intermareal hasta los 10 metros de profundidad y
que pueden quedar al descubierto en las bajamares, ocupando el
mismo nivel de los "balanos" y las "lapas", con quienes entran en
Competencia por el espacio para su fijación. Es una especie
típicamente filtradora y posee un poder enorme de bombeo para
alimentarse de plancton; su crecimiento es rápido, y alcanzan de 5
a 12 centímetros de longitud en los bancos naturales; pueden llegar
a 20 centímetros en algunas especies, dependiendo de la cantidad
de alimento disponible y de las condiciones ambientales que regulan
su metabolismo, lo cual se aprovecha para cultivarlos.
El mejillón pertenece al género Mytilus, y presenta su concha
formada por dos valvas iguales de forma triangular, puntiaguda en
un extremo y redondeada en el otro. La superficie de la concha es
lisa, marcándose únicamente las líneas de crecimiento; su color es
negro azulado con algunos tonos parduzcos hacia el vértice; en su
parte interna es nacarada y de color violáceo.
Figura 19. Mejillón.
El ciclo reproductor del mejillón es muy amplio, ya que dura siete
meses; son organismos unisexuales, es decir, existen individuos
machos e individuos hembras. El número de huevecillos es muy
elevado y cada hembra deposita entre 600 y un millón de ellos; su
temporada de incubación es variable, dependiendo de la
temperatura: se acorta con las altas, y, por el contrario, se alarga
con las temperaturas bajas, sin embargo, en promedio dura de una
a dos semanas, al cabo de las cuales nace una larva que nada
durante 20 días y empieza a segregar una concha transparente y
rudimentaria; en ese momento se fija sobre las rocas o en cualquier
otro objeto que encuentre sumergido; la fijación la realiza mediante
unos filamentos adhesivos llamados "bisos o barbas", formados por
proteínas y segregados por una glándula especial.
Estos bisos, por su color dorado brillante, fueron considerados en la
Edad Media como fibras de oro puro y eran empleados por los
nobles y aristócratas europeos en implementos de lujo. En la
actualidad se utilizan en lugar de fibras textiles para fabricar
prendas de vestir como guantes y bufandas.
Los mejillones generalmente están parasitados por un copepodo,
pequeño crustáceo que se instala en su aparato digestivo
produciéndoles, en los casos de mayor gravedad, la muerte.
Cuando se encuentran estos copépodos en un número reducido, de
5 a 10 solamente, adelgaza el mejillón y su fecundidad se ve
afectada porque no se desarrollan totalmente las gónadas. En la
cámara branquial del molusco vive, frecuentemente un cangrejo de
pequeñísimas dimensiones que les ocasiona lesiones en las
branquias y en los palpos.
Entre los principales enemigos de los mejillones se pueden contar
las estrellas de mar y algunos crustáceos. Las estrellas de mar los
capturan en los bancos naturales y los digieren en muy poco tiempo
con todo y su concha, gracias a las fuertes enzimas digestivas que
producen estos animales.
Los mejillones son especies cosmopolitas que viven en aguas
tropicales y templadas; en las costas occidentales de México
abundan el "mejillón común" (Mytilus edulis) y el de California
(Mytilus californianus) especie muy fecunda que pone hasta 100 mil
huevos durante la época de reproducción. En los esteros del Golfo
de México se consume el "mejillón encorvado" (Brachidontes
recurvus).
En Cuba se consume el Mytilus exustus y otro muy parecido al que
en España llaman "musclet", así como el Brachidontes citrinus y en
Brasil, los "mejillones del Plata" (Mytilus platensis) a los que llaman
"sururus". En Argentina y Chile se hace gran consumo de las
"cholgas" o "mejillones del sur" (Mytilus chilensis y Mytilus ater) y el
"mejillón grande" o "rayado" (Aulacomya magellanica), denominado
también "mejillón de Magallanes".
Ninguna de estas especies compite con el "choro" (Choromytilus
choro) de Chile, especie de gran aceptación que llega por el
Atlántico hasta Argentina y por el Pacífico hasta Perú; alcanzan 20
centímetros de longitud, por lo que se les llama "mejillones
gigantes" y representan un espléndido bocado. Con ellos se prepara
el "curanto", especie de asado que se realiza en una excavación de
un metro de diámetro, cerca de las playas, en la que se pone una
parrilla hecha con palos verdes sobre los que se colocan piedras, se
prende fuego y cuando las piedras y cenizas calientes caen al fondo,
los mariscos se colocan sobre ella y se cubren con hojas de la
planta Gunnera chilensis y una capa de tierra al cabo de una hora
se destapa el curanto y se abren los mariscos que tomaron un
magnifico sabor.
En España los mejillones, "mocejones" o "mazajones" (Mytilus
edulis) y el mejillón del Mediterráneo o "mejillón rubio" (Mytilus
galloprovincialis) se consumen en grandes cantidades y se preparan
de muchas maneras, todas ellas igualmente apreciadas por los
gastrónomos; además, constituyen un ingrediente indispensable
para la paella.
En las costas africanas, sobre todo en Mauritania, existe el "mejillón
salvaje" (Mytilus perna). Entre los grandes criaderos naturales se
pueden citar los del litoral del Mar del Norte, mejillones holandeses
muy apreciados; los del litoral de la Mancha y de la región de
Boulogne, así como los de Bretaña. En Corea se localiza el "mejillón
coreano" (Mytilus crassitesta) y en Tailandia se capturan el
"mejillón verde" (Mytilus smaragdinus) y el "mejillón horse" del
género Modiolus.
La captura mundial de mejillones para el año de 1986, según la
FAO, fue en total de 829 497 toneladas, de las cuales España
provee el 20%, siguiéndola Tailandia con el 15%, después Francia y
Corea con 10% cada una y el 45% restante se reparte en los demás
países, siendo Perú y Estados Unidos los que más producen en
América.
Los mejillones han sido cultivados por el hombre a partir del siglo
XIII: el irlandés Patricio Walton, como sobreviviente del naufragio
de su barco en las costas cercanas a Rochela, en punta de L'Escale,
tuvo que vivir de la caza y de la pesca; observó que los mejillones
crecían más sobre los soportes de madera que utilizaba para
sostener sus redes que durante la bajamar quedaban al
descubierto, que los que vivían a niveles inferiores; por esto
comenzó a colocar empalizadas y a fijar en ellas a los mejillones,
obteniendo magníficos resultados que fueron la base del cultivo.
En algunos países de Europa, como Francia y España, el cultivo de
mejillones o miticultura tiene gran importancia económica y se basa
en los mismos principios que la ostricultura: fijación de la semilla,
engorda y cosecha; así, con el producto se puede alcanzar la talla
de 12 centímetros en lugar de los 8 centímetros a que llega en
medio naturales.
En España se hace el cultivo mediante tres procedimientos:
empalizadas, estanques y balsas flotantes, siendo este último el
más difundido, por los óptimos resultados que se obtienen debido a
las características de las costas y al régimen de mareas. Sus
principales parques de cultivo se encuentran en las vías gallegas,
costas de Galicia y Cantabria y en los puertos de Barcelona y
Valencia; se cultivan de 300 a 400 mil toneladas anuales.
Las especies más frecuentes cultivadas en España, Francia y
Holanda, son el mejillón común y el mejillón rubio. En el
Mediterráneo se cultiva el mejillón en Tarento y otros puntos de
Italia, en donde se llama "cozze mere" al Mytilus edulis y "cozze
pelose" al Mytilus barbatus.
En las costas de Marbihan hay criaderos de más de 2 000
hectáreas. También se encuentran en Calicut, India y el Golfo de
Siam en Tailandia. En Holanda han logrado cultivar 10 mil toneladas
por año.
En menor proporción se cultivan en Inglaterra, Italia, Portugal,
Noruega, Escocia, Alemania y Yugoslavia; en América Latina la
miticultura apenas se inicia en México y en Cuba; está un poco más
desarrollada en Venezuela y Chile.
El mejillón se captura por medio de buceo y su consumo se hace en
fresco o procesado, generalmente por ahumado, en diferentes tipos
de guisos. Cuando se maneja fresco, se debe tener cuidado de
depurarlos antes de comercializarlos y consumirlos, para evitar que
sean transmisores de gérmenes patógenos. Los métodos de
depuración son: tratamiento por radiaciones ultravioleta;
tratamiento con agua previamente esterilizada con ozono o cloro
durante 24 horas; y el mantenimiento de los mejillones en agua
potable y renovada durante tres o cuatro días, tiempo en el cual
destruyen a los gérmenes digiriéndolos, "se purgan"; éste es el
método más cómodo, barato, eficaz y, al decir de los cultivadores,
el que los deja en excelentes condiciones para ser consumidos.
También los mejillones pueden resultar peligrosos si se desarrollan
sobre el metal de las planchas de cobre de los cascos de los barcos,
ya que este metal produce unas sales que se acumulan en su
glándula digestiva; estas sales son muy tóxicas, y así pueden
producirse envenenamientos.
Asimismo, cuando en las aguas donde viven aumenta el número de
peridinias, pequeños organismos que viven en el plancton y
producen las llamadas "mareas rojas", estos organismos se
acumulan en el mejillón y entonces lo convierten en un alimento
tóxico y peligroso.
En México la pesquería del mejillón se está desarrollando; para
1988 se capturaron 150 toneladas, importándose 8 toneladas de
este recurso.
P E S Q U E R Í A S
D E
O T R O S
B I V A L V O S
Otro bivalvo comestible y muy sabroso es el dátil de mar
(Lithophaga lithophaga) que es muy estimado como marisco, sobre
todo en las Baleares. También son muy apreciadas las arcas, que
deben su nombre a su parecido con ciertas embarcaciones antiguas
de España; se comen el "arca de Noé" (Arca noae) y la "barbada"
(Arca barbata). En las costas de México existen el Arca pacifica y
Arca multicostata que viven enterradas en la arena y en el fango de
los manglares y a las que se les da el nombre de "patas de mula";
son muy apreciadas por los gastrónomos y, además, por su gran
grosor, de las conchas de estos moluscos se obtiene cal.
Las avículas o avecillas son mariscos muy sabrosos; en España se
encuentra Avicula tarentina y en Cuba las llamadas "bayas cubanas"
(Isognomon adatus). Estos moluscos forman grupos compactos en
las raíces de los manglares.
En nuestro país, un bivalvo muy estimado es la concha de hacha o
callo de hacha, llamada en Europa "pinnas macras", nombre
derivado de la penna del casco de los soldados romanos. En las
costas del Pacifico mexicano se localizan Pinna rugosa y Atrina
maura que llegan hasta Perú; en Brasil y Argentina está Pinna
listeri.
Figura 20. "Callo de hacha".
Las conchas del callo de hacha presentan aspecto trigonal,
cuneiforme y son muy delgadas. En la parte interna se encuentra la
región blanda o visceral unida a las conchas por medio de los dos
músculos de sujeción o abductores, siendo el posterior el de mayor
tamaño; estos músculos se denominan "callo" y corresponden a la
porción comestible, la cual es preparada de muy diversos modos.
Forman diversos bancos por la proximidad de unos con otros, en
poblaciones numerosas que frecuentemente conviven con ostiones.
Actualmente esta especie se está cultivando en México para
recuperarla de los daños causados por la explotación comercial;
esta práctica se realiza en las áreas confinadas de la parte noroeste
del Pacífico, particularmente en los estados de Nayarit, Sinaloa,
Sonora y en la Paz, Baja California.
Las almejas representan un grupo de moluscos bivalvos de muy
diferentes familias y se les aplican los más diversos nombres
comunes, siendo el de "almeja" el más extendido y el que abarca
un mayor número de especies. Son moluscos que nunca faltan en la
paella valenciana, la caldereta y balcaren, la bullabesa francesa, en
las sopas de pescado y en la celebrada de almejas; estos
organismos se caracterizan por tener sus dos valvas iguales y su
superficie lisa.
Las principales familias que agrupan a las almejas son Veneridae,
Tellinidae y Mesodesmatidae. Algunos ejemplos pertenecientes a
ellas son: la almeja de concha fina, la almeja vieja (Venus
jerrucosa), la almeja de Málaga (Chione chione) de excelente sabor
que se consume mucho en crudo, entre otras.
La "almeja pismo" (Tivela stultorum) característica de California y
Baja California, es una almeja grande de 10 a 12 centímetros, de
carne muy sabrosa, lo que la hace muy cotizada en nuestro país.
Otras almejas muy finas de México son la "roja" de Zihuatanejo
(Megapitaria aurantiaca) muy apreciada por su sabor; la "negra"
(Megapitaria squalida) y la "blanca" (Dosinia ponderosa).
Figura 21. Almeja pismo
.
Las llamadas "almejas peregrino" o "concha del Bautista" (Pecten)
por adornar los hábitos de los peregrinos, también reciben el
nombre de "almejas voladoras" debido a las curiosas maniobras que
realizan para trasladarse de un lugar a otro; para ello agitan
enérgicamente sus valvas de modo que recuerdan a las mariposas
en vuelo.
En España son conocidas como "veveras", "rufinas" o "vieiras", son
celebremente conocidas por los gastrónomos como excelentes
mariscos. En Perú las llaman "conchitas"; en Chile, "conchas
abanico" o "vieira" y compiten con la "amayuela" del género
Tepeso. En las costas mexicanas se cuenta con la "almeja catarina"
o "escalopa" (Astropecten circularis) y con la "vieira gigante" o
"venera de roca" (Hinnites giganteus) de 18 a 20 centímetros de
longitud, muy sabrosa, pero poco abundante.
La "almeja de tontos" (Maetra stultorum) y las "chirlas", coquinas o
cadeluchas" Donax trunculus se ven muy comúnmente en los
mercados españoles, en donde también se comercializan las
"navajas" o "navajinas", del género Ensis que son utilizadas como
alimento o para cebar los aparejos de pesca.
Las navajas tienen conchas delgadas y frágiles, de forma alargada y
rectangular; viven enterradas en fondos de arena poco fangosa,
desde el nivel de las bajamares hasta una profundidad de 10
metros. En España es muy común su explotación, colectándose a
pie con una "fisga", o arpón con tres dientes, durante las
bajamares. Se venden vivas para su consumo en fresco y se
manejan también en conserva.
Asimismo, de excelentes condiciones gastronómicas es el
"berberecho" (Cardium) bivalvo abundantísimo en la zona litoral; se
encuentran enterrados en los arenales que quedan en seco durante
la bajamar. En México pertenecen a los géneros Laevicardium en el
Pacífico y Dinocardium en el Atlántico.
Las almejas viven enterradas en el limo de la zona intermareal y se
capturan "a mano" o utilizando algunos artefactos como rastrillos,
azadillos y palas con los que se escarba la arena o el fango,
generalmente durante la bajamar, acción a la que se le da el
nombre de "marisquear".
Según la FAO, la captura mundial para 1986 fue de 2,352,645
toneladas, formada principalmente por "vieiras", "berberechos",
"arcas" y "almeja común".
En México se explotan tanto en el Océano Pacífico como en el Golfo
de México la "almeja chocolata" (Megapitaria aurantraca),"almeja
catarina" (Argopecten circularis), la "almeja roñosa" (Chione
undatella), la "almeja blanca" (Rangia flexuosa), la "almeja pismo"
(Tivela stultorum), la "almeja voladora" (Pecten sp) y la "almeja
gallito" (Rangia cunneata).
El recurso almejero representa para México un potencial para el
futuro. Para 1988 se capturaron 20 684 toneladas, de las cuales 20
057 provienen del Pacífico y 627 del Atlántico.
Esta producción almejera se ha ido incrementando en los últimos
años, siendo los principales estados productores: Baja California,
Baja California Sur, Sinaloa, Veracruz y Campeche. Para la
extracción de las almejas se utilizan embarcaciones de 6 a 7 metros
de eslora, con 3 o 4 tripulantes; están acondicionadas con neveras
para que el producto se conserve. Uno o dos pescadores bucean,
generalmente auxiliados con un visor, para recolectar las almejas
en bolsas; otros llegan a utilizar un equipo semiautónomo, que les
da mejores condiciones de operación y seguridad.
El consumo de las almejas se hace principalmente en fresco y sólo
un mínimo de la producción se enlata o se deshidrata para sopas.
En la actualidad se realizan programas para desarrollar la industria
enlatadora del producto, por ejemplo, en Baja California Sur y en
Sinaloa.
También se están llevando a cabo programas para su cultivo,
lográndose que la almeja voladora alcance su madurez sexual al
año y la catarina a los ocho meses, en lugar de a los 5 años, que es
el tiempo que tardan en condiciones naturales; esto ayudará a
incrementar notablemente la producción de dichas especies, sin
afectar los "bancos" del recurso y a combatir a sus principales
competidores que son los balanos y los briozoarios.
Entre los "anfineura" se encuentran los quitones que son
consumidos en México bajo el nombre de "cucarachas de mar"; en
España son conocidos como "cochinillas de mar", y en Chile también
se consumen y se les llama "culamos" y "cogotes"; son muy
apreciados porque su sabor recuerda al del abulón. Los más
consumidos son el Chiton articulatus vistosamente decorado con
manchas en la cintura y el Chiton stokesi que constituye una de las
especies más bellas y alcanza 9 centímetros de longitud.
Los quitones tienen su concha formada por ocho placas, por lo que
también se les llama poliplacóforos, viven pegados a las rocas que
salpica la marea.
P E S Q U E R Í A
D E
C A R A C O L E S
Los gasterópodos son moluscos llamados comúnmente "caracoles"
ya que por lo general presentan una concha enrollada sobre un eje,
la cual puede estar ausente en algunos moluscos, como en el caso
de las "babosas" y las "liebres de mar". En todos ellos, la "cabeza"
está diferenciada del resto del cuerpo, tienen diversos órganos
provistos de una superficie de deslizamiento con el que repta y en
la "masa visceral" se localizan los aparatos y sistemas.
Dentro de los gasterópodos existe un amplio número de especies
comestibles que produjeron una captura anual de aproximadamente
16 000 toneladas para 1986, según la FAO.
Los caracoles litorales en algunos países son apreciados como
aperitivos de un vaso de vino o de cerveza y para preparar caldos.
En las Antillas las "siguas" (Livona pica) son muy utilizadas por su
mayor tamaño y propiedades gastronómicas; también son
abundantes en México. El género Natica es empleado en España
como marisco de muy buen sabor.
Entre los caracoles marinos destaca el "caracol gigante", "caracol
rosa" o "caracol abanico" (Strombus gigas) que no sólo es utilizado
como alimento por su carne blanca y suave, sino que en la
antigüedad tenía un significado religioso entre los indígenas de
América y fue también usado como instrumento musical a manera
de bocina; su concha, que llega a medir 25 centímetros, es
perseguida por coleccionistas, además de que con ella se fabrican
adornos como, por ejemplo, camafeos.
Este caracol gigante es común en la costa del Caribe y el norte de la
península de Yucatán y representa un recurso comercialmente
importante, por lo que su captura está regulada y se protege con
épocas de veda; además, en el Centro de Acuicultura de Puerto
Morelos, Quintana Roo, los biólogos lo están cultivando para
repoblar los bancos naturales. La captura total para 1988 fue de 5
185 toneladas.
La "fasciolaria" o "caracola gigante sagrada" (Pleuroploca gigantea)
además de ser considerada comestible por los antiguos pobladores
de México, se le consideró una ofrenda a los dioses por lo que la
llamaban quiquitzli, y también la utilizaron como bocina.
Otros caracoles marinos son los del género Murex que se comen en
España, en donde los llaman "canadilla" o "abrojín". También es
comestible, por su pie musculoso, grande y de color rosado, la
"coña" (Cymbium papillatum).
Las "volutinas" o "cimbiolas" son caracoles de ancha boca con pie
grande y carnoso, por lo que muchas de estas especies son
utilizadas como alimento; viven en mares cálidos y templados,
aunque excepcionalmente se les encuentra en aguas frías. En
Brasil, Chile y Argentina, la Cymbiola brasiliana alcanza de 15 a 20
centímetros y es muy apreciada, sobre todo en el Mar de la Plata,
en el Puerto de Quiquen y en las Malvinas, en donde la llaman
"piquilhue".
Entre los caracoles pulmonados están los que viven en las aguas
dulces, como el género Ampullaria, moluscos muy llamativos que en
México son llamados "ategogolos" o "atecuculli" y se consumen
como alimento.
Los "caracoles pulmonados" de tierra que habitan entre la
vegetación, como los Helix aspersa de las altas mesetas mexicanas,
Helix memoralis (caracol de campo) y Helix hortensis, también son
aprovechados como alimento.
Figura 22. Diversidad de caracoles.
Entre los caracoles más apreciados por los gastrónomos está el
caracol de las viñas Helix pomatia que se consume en grandes
cantidades en algunos países como Francia, en donde lo llaman
"caracol de Borgoña" y llegan a cultivarlo para prepararlo de
diferentes maneras. Su periodo de vida en cultivo es de 2 años,
pero si se le baja la temperatura y se le ofrece una alimentación
adecuada, su vida se alarga a 5 o 6 años, con lo que alcanza mayor
tamaño.
El doctor Enrique Rioja, famoso biólogo español, señala que la
helicultura, es decir, el cultivo de estos caracoles, se inició entre los
romanos y, según Plinio, fue Fulvius Hirpinus el que estableció en
Tarquemia la primera coclearia o lugar de cultivo, aproximadamente
en el año 50 a.C., alcanzando una importancia casi comparable con
la de la ostricultura actual. No solamente atendían en las coclearias
el mejoramiento de las especies nativas, sino que en ellas se
criaban caracoles procedentes de Iliria, del norte de África, de
Boreales, de Capri y de Liguria. Aunque muchas especies de estos
caracoles son muy buscadas, en la actualidad no alcanzan, ni con
mucho, la estimación que gozaron entre los romanos.
Otro tipo de caracoles pulmonados terrestres son los "bulinos", los
de mayor tamaño son característicos de América del Sur, viven en
lugares frondosos; por su carne son muy apreciados, como sucede
con el "bulino oblongo" (Bulinus oblongus) y el "ovalado" (Bulinus
ovatus) que se venden en los mercados de Brasil, Ecuador y Bolivia.
P E S Q U E R Í A S
D E
C A L A M A R
Y
P U L P O
El grupo de los moluscos cefalópodos es muy apreciado en la pesca
por la abundancia de Organismos y por la calidad de su carne; en
1986 se capturaron, según la FAO, 1,667,403 toneladas en todo el
mundo.
Se divide este grupo en dos órdenes, de acuerdo con el número de
brazos que presentan los organismos: los Decabranchia o
decápodos y los Octobranchia u octópodos.
A los primeros pertenecen los calamares, las sepias o jibias y los
chopos; son moluscos de cuerpo alargado, provistos de aletas
laterales de forma triangular que llevan alrededor de la boca una
corona de ocho brazos de longitud semejante entre sí y otros dos
más largos; la concha es interna, muy reducida y de naturaleza
córnea, ésta recibe el nombre de pluma.
Los calamares deben su nombre, como se señaló en el tomo VI de
esta obra, a que su concha interna, constituida por una sustancia
llamada conquilina, tiene la forma de una pluma y esto, unido a la
presencia de la bolsa de tinta, hizo que se les comparara con un
tintero antiguo o "calamario".
El cuerpo del calamar es cilíndrico, comprimido y está formado por
dos regiones: la "cabeza" que es la más cercana a los brazos, lleva
los ojos y la boca; y el "manto" que se extiende por encima de ella,
dentro del cual se encuentran los aparatos y sistemas.
Las "patas" son de dos tipos: ocho llamadas "brazos" y dos que
tienen una longitud mayor, los "tentáculos", móviles y flexibles, con
los que captura a sus presas y las lleva a su boca. Sus brazos, a lo
largo, están cubiertos por ventosas y, en el caso de los tentáculos,
unicamente en los extremos en forma de paleta.
En la parte terminal del cuerpo que es larga y afilada, los calamares
tienen un par de aletas laterales triangulares que utilizan como
estabilizadores cuando nadan y con ellas pueden impulsarse cuando
lo hacen lentamente. La pared del manto está formada por gruesas
fibras musculares que les permiten contraerse y relajarse para
tomar agua y expulsarla en forma de un fuerte chorro para su
propulsión, y así se desplazan a gran velocidad. El calamar es
considerado como el invertebrado más veloz que existe en el
océano; por ejemplo, los llamados "calamares voladores" llegan a
saltar sobre la cubierta de las embarcaciones.
Figura 23. Calamar.
Los calamares son carnívoros y se pueden considerar como
consumidores, se alimentan desde pequeñas larvas y organismos
del plancton, hasta peces como sardina, anchoveta y macarela;
llegan a atacar a los organismos de su propia especie cuando están
enfermos, lesionados o de menor tamaño. Se ha calculado que,
debido a la gran actividad que desarrollan al moverse, necesitan 4
veces más alimento que los animales sedentarios que se
encuentran en los fondos marinos. Su alimentación es mayor
durante la noche, pero se considera que también lo hacen en el día
en zonas profundas.
A su vez, el calamar es consumido por animales pelágicos de mayor
tamaño como: atún, barrilete, sierra, jurel, tiburón, lobos marinos y
delfines.
En la mayoría de las especies de calamar los sexos están
separados, pudiéndose diferenciar el macho de las hembras por las
características externas de su cuerpo, ya que éste presenta un
tentáculo modificado para realizar la fecundación. Se reproducen
por medio de huevos, que ponen en cantidades de cinco a diez mil y
depositan en cápsulas gelatinosas. Se calcula que la longevidad del
calamar se extiende de año y medio a dos años.
Los calamares, como los demás cefalópodos, tienen la propiedad de
cambiar de coloración de manera casi instantánea; esto es posible
porque en su tegumento existen multitud de células estrelladas
llamadas cromatóforos que se extienden o se contraen modificando
la coloración del animal, permitiéndole ocultarse de sus enemigos.
Las diferentes especies de calamar viven como organismos
pelágicos en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico; varias de ellas
forman la población pescable y son muy apreciadas como alimento
y como uno de los más sabrosos manjares del que gustan los
aficionados al buen comer. Algunos países, sobre todo Japón,
Portugal y España, capturan las mayores cantidades de este recurso
y para ello utilizan artes especiales llamadas "poteras", "jiboneras"
o "gudaneta", que consisten en cilindros alargados provistos de una
o dos coronas radiales de anzuelos, que se colocan a lo largo de
líneas de monofilamento, cuyo largo y diámetro dependen de la
profundidad en que van a operar y del tamaño de la especie.
También se emplean los métodos de arrastre, las "redes con
lámparas" y las "redes de cuchara y jareta".
Aprovechando que estos animales responden positivamente a los
estímulos luminosos, es decir, son fototrópicos, la atracción se
realiza utilizando lámparas que producen una zona de penumbra
alrededor de la embarcación, donde se concentran los calamares.
Las líneas con poteras tienen que pasar entre la zona iluminada y la
de la penumbra. También cuando se usan las redes de cuchara y de
lámpara, la atracción de los animales se hace utilizando la luz
artificial. Los pescadores que no emplean estos métodos con luz
realizan sus maniobras en los días de "oscuro" en que no se
muestra la Luna.
Entre las principales especies de calamar se mencionan, en el Golfo
de México, el "calamar de Peal" (Loligo pealii); en el Golfo de
California, el "calamar opalino" (Loligo opalescens); en las costas de
Chile, Loligo gahi; en Brasil el Loligo brasiliensis, llamado "lula" que
llega hasta Argentina, en donde lo conocen como "clamareti";
también ahí se encuentra el calamarcillo Loliguncula brevis que se
extiende hasta las Antillas. En Japón son comunes Loligo japonica,
Loligo heka y Loligo bleekeri.
En las costas de Portugal y España representa uno de los recursos
más importantes, por los grandes beneficios que produce; su
captura se realiza en los meses de verano y la especie que más se
obtiene es la Loligo vulgaris, también llamada "magano" y
"chipirones".
Los calamares voladores o calamares flecha pertenecen al género
Ommatostrephes; comunes en el Pacífico tropical y en el Atlántico,
son perseguidos por peces de gran tamaño, por delfines y otros
cetáceos, particularmente el cachalote.
A lo largo de la corriente de Humboldt se encuentra la especie de
gran tamaño Dosidicus gigas, que alcanza de 1 a 1.5 metros; se
pesca mucho en las costas de Chile y Perú y, últimamente, en
grandes cantidades, en el Golfo de California.
El principal país que captura y consume calamar es Japón, siguen
Grecia, Italia y España, también importantes productores y
consumidores de estos organismos. Los japoneses desde hace
siglos se alimentan de él y no tienen rival; en la actualidad aplican
para la captura las máquinas automáticas de carrete, calculándose
que tienen más de 50 mil en operación, en diferentes tipos de
embarcaciones. Llegaron a producir en 1985 más de 250 mil
toneladas.
El calamar es un producto de alto valor nutritivo, del que puede
aprovecharse un 75% de partes comestibles, después de quitarle
las vísceras. Contiene proteínas como la albúmina, vitaminas del
complejo B y minerales como el fósforo.
La captura se maneja en fresco, conservándola en hielo, congelada
y enlatándola con finos aceites. Con estos animales se preparan
diferentes guisos en una gran variedad de formas, ya sea solos o
acompañados con otros productos, como el arroz. Generalmente en
diversos países resulta uno de los alimentos más baratos.
En México, por falta de estudios biológicos, así como de estudios
sobre tecnología de captura, industrialización y comercialización, no
ha llegado a desarrollarse plenamente esta pesquería. Existen 18
especies de calamares en las costas de México, correspondiendo 8
al Golfo de México y Mar Caribe, 6 a las costas del Pacífico
mexicano y 4 a ambos mares; al parecer son más abundantes en el
Pacifico, principalmente en las regiones oceánicas, estimándose
existencias aproximadas de 650 mil toneladas accesibles a la pesca
por parte de una flota calamarera; sin embargo, en las últimas
temporadas, por diferentes motivos, su captura ha disminuido y se
puede estimar que en 1988 se alcanzó la cifra aproximada de 3 500
toneladas.
Las áreas de pesca en el país son: la Sonda de Campeche en el
Golfo de México, en donde se han capturado de 5 a 7 toneladas por
hora de arrastre; para la costa del Pacífico, la pesquería del calamar
se ha ubicado principalmente en lo que se considera su caladero
tradicional, en las aguas cercanas al Puerto de Santa Rosalía, en el
Golfo de California.
La captura se realiza por medio de redes de arrastre a media agua,
como la "red de lámpara", la cual tiene un saco central o bolsa con
abertura de malla de 4 a 5 centímetros. También se utiliza la red de
cuchara rectangular" o la "red de anillo", que llevan en su bolsa
unos cuadros o anillos para evitar que el calamar se escape una vez
atrapado. Otro método utilizado es el de "poteras", sistema que
resulta de menor complejidad y costo en comparación con el de
redes. Los barcos que se emplean miden de 8 a 10 metros de largo.
En algunos lugares la pesca es totalmente artesanal; se usan
embarcaciones de 3 metros con motor fuera de borda, equipadas
con una lámpara de gas o gasolina y poteras construidas localmente
con rayos de bicicleta; son maniobradas por 3 o 4 pescadores. El
calamar también se captura incidentalmente en la pesca del
camarón, ya que es un componente regular de la fauna de
acompañamiento de este crustáceo.
La presentación del producto en el mercado es fresco-congelado y
enlatado, ya sea en salmuera o en su tinta. El mercadeo es
principalmente nacional y se enfrenta a grandes obstáculos, ya que
en nuestro país el calamar no tiene una buena aceptación,
principalmente por falta de publicidad. En cuanto al mercado
internacional, es necesaria más definición en la calidad y en el tipo
de los productos derivados, además de que se carece de la
infraestructura tanto para la captura como para su industrialización.
Las jibias o sepias son cefalópodos decápodos, pelágicos y buenos
nadadores, de alto valor como alimento y de gran importancia para
la industria pesquera de algunos países como España, en donde a
las Sepia officinalis se les llama "rellenas", "castañuelas" y
"chocón". La tinta de la jibia se ha empleado en la fabricación del
llamado "color sepia".
Para su captura se emplea un curioso sistema de pesca: una
hembra se sujeta a una cuerda para sumergirla, a ella acuden los
machos que se le fijan, entonces el pescador la saca, atrapa a los
machos y regresa las hembras al agua.
En algunas ocasiones la hembra es sustituida por un trozo de
madera triangular que lleva un espejo empotrado: el macho, al ver
su imagen reflejada, lo toma por un individuo de otro sexo y se
lanza sobre el engaño.
Semejantes a las jibias en las costas atlánticas y mediterráneas, se
capturan los chopos o "chopitos", que pertenecen a varias especies
del género Sepiola, a los que también se les llama "globitos" o
"morraleta" por su forma globosa; son muy gustados y se capturan
con redes; se venden mezclados con calamares jóvenes. Algunas de
estas especies se comen en Cuba, en donde se les llama "chopos" y
en Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, donde son conocidas como
"calamarcitos". En México, se encuentra el "chopo del Pacífico"
(Rossia pacifica) y se le denomina "calamar".
Los pulpos pertenecen al orden de los octópodos: cefalópodos de
cuerpo globoso y desprovisto de aletas natatorias, son ocho los
brazos que rodean a su boca, sin presentar los dos tentáculos, ni la
concha interna. Viven en los fondos de naturaleza rocosa,
escondidos durante el día en oquedades de acantilados o en las
pequeñas cavernas, en acecho de pececitos o cangrejillos que les
puedan servir de alimento y que salen a buscar al anochecer.
Por el extraño aspecto que les da su cuerpo blando y viscoso y sus
tentáculos provistos de ventosas que se adhieren fuertemente
cuando capturan a sus presas o cuando se desplazan utilizando para
ello sus brazos que se fijan en el sustrato, estos animales han sido
protagonistas de numerosas leyendas, tanto de pescadores y
marineros como de escritores; así nació la del "kraken", monstruo
semejante a un pulpo o calamar de gran tamaño, creada por los
hombres de mar en Europa.
Para ello existe cierta razón, ya que estos organismos son
considerados como los invertebrados de mayor tamaño que habitan
el océano; entre ellos se encuentra el "pulpo gigante" (Octopus
dofleini) que se localiza en el Pacifico norte, desde California hasta
Alaska y hacia el oeste hasta Corea, Japón y la Unión Soviética; y el
"calamar gigante" (Architeuthis longimanus) que vive en las costas
del Atlántico desde Bermudas hasta Terranova, a grandes
profundidades y, en ocasiones, los temporales los han llevado a
costas europeas.
Los pulpos también son capaces de cambiar de coloración y
aspecto, para poderse confundir con el ambiente donde viven,
cambian de tonalidades en segundos y los colores recorren su
cuerpo en oleadas, tomando el color del fondo. Junto con estos
cambios de color pueden lanzar un líquido de color negro llamado
"tinta", que se difunde con rapidez en el agua volviéndola turbia, lo
que es empleado como mecanismo de defensa.
El pulpo se alimenta de gusanos, pequeños crustáceos, otros
moluscos y algunos peces, que captura utilizando la fuerza de sus
tentáculos, pero los cangrejos son su alimento favorito.
Los sexos de estos animales están separados y en algunas especies
se presentan "danzas" entre el macho y la hembra, antes de
realizar la fecundación.
Se localizan desde la zona intermareal, viviendo entre las rocas, los
arrecifes de coral o los pastos marinos, hasta profundidades de 1
500 metros, como es el caso de los "pulpos vampiros"
(Vampyroteuthis grimaldi), que viven en el norte de España.
La distribución del pulpo es extensa: se encuentra en el Atlántico
norte, Mar del Norte, Atlántico sur, Pacífico, Indopacífico y
Mediterráneo. Su pesquería está muy desarrollada en países como
Japón, Uruguay, Argentina y España que en conjunto capturan
aproximadamente el 85% del total mundial.
En el litoral del Atlántico, desde Brasil hasta Argentina, se localizan
los pulpos argentinos o "tehuelches" (Octopus tehuelchus) llamados
"polvos" en Brasil; sólo son comestibles los individuos jóvenes, ya
que con la edad y el aumento de tamaño su carne se hace correosa.
En Perú y Chile se consume el Octopus fontanisnus.
En España, los pulpos almizcleros pop-pudent (Eledone moschata)
son muy apreciados, sobre todo entre los catalanes que preparan
un plato muy especial, el de "pulpets", que puede condimentarse de
diversas formas. En Francia se captura el "pulpo común" (Octopus
vulgaris).
El Octopus hummelencki es un pulpo que se encuentra distribuido
en aguas tropicales y en el Atlántico occidental, desde Florida hasta
Brasil incluyendo el Caribe y coincide con las zonas de corales.
En el Mediterráneo se pesca el pulpo de la especie Octopus
macropus y en el norte del Océano Indico, las especies Octopus
globosus y Octopus hongkongensis.
Las pesquerías del pulpo en Japón se han desarrollado desde hace
30 años y gracias a las ingeniosas técnicas que los japoneses
aplican en su captura, han transformado esta pesquería en una
importante industria. Las principales especies que la sostienen son
el pulpo gigante (Octopus dofleini), el Octopus membranaceus y el
Octopus variabilis; sin embargo, las grandes capturas realizadas
han ocasionado una disminución en sus existencias, por lo que se
ha iniciado un esfuerzo pesquero hacia nuevas especies de
cefalópodos así como programas para la conservación de este
importante recurso.
Figura 24. Pulpo.
En la mayoría de los países en que se captura el pulpo, se utilizan
"ganchos" o "garfios", "poteras", "mazos" y pesca de arrastre,
comercializándose fresco-congelado, enlatado, cocido o seco. Con
los pulpos se preparan infinidad de platillos según las costumbres
de diferentes países; su tinta también se aprovecha en la industria.
Los japoneses han diseñado técnicas de captura muy eficientes que
otros pescadores de pulpo empiezan a utilizar, basadas en el
interesante comportamiento de estos animales. Uno de los métodos
más empleados es el "palangre sumergido" que consiste en una
línea que se mantiene tensa por medio de pesas y flotadores y de
ella cuelgan otras líneas cortas con un guinche en su extremo. El
artefacto se coloca en las zonas por donde los pulpos pasan al salir
de su escondite hacia lugares donde obtienen su alimento; los
animales, al hacer contacto con los ganchos, se ensartan y enredan.
Como "señuelo" se colocan tiras de tela o plástico de color rojo o
amarillo que se mueven con la corriente y atraen al animal,
facilitando que éste quede atrapado en el gancho.
Otro método para su captura se basa en la costumbre que tienen
estos organismos de refugiarse en sitios oscuros: con una línea de
flotadores se sujetan recipientes de plástico, barro o madera, que
hacen las veces de nasas y dentro de las cuales según la costumbre
del pescador, se coloca carnada; los pulpos entran en ellas
utilizándolas como escondites y entonces es cuando se cobran y
capturan. Se recomienda este método para zonas de fondo arenoso
o rocas grandes y lisas, de modo que no compitan con refugios
naturales del animal.
En México la pesquería del pulpo se encuentra establecida
fundamentalmente en las costas del Golfo de México y Mar Caribe;
son siete especies del género Octopus las que se capturan; el
grueso de la pesquería está formado por el "pulpo común" (Octopus
vulgaris) o por el Octopus maya de las costas de la península de
Yucatán. En el Océano Pacífico se captura una sola especie en Baja
California, el "pulpo manchado" (Paraoctopus limaculatus) o "pulpo
del Pacífico".
Figura 25. Pescador de pulpos.
La unidad de pesca para la captura del pulpo está formada por
pequeñas embarcaciones de madera o fibra de vidrio, con una
eslora de 8 metros, las cuales pueden moverse por medio de vela o
por motor fuera de borda y tienen una capacidad de 2 toneladas. El
arte de pesca empleado es conocido como "gatero", consiste en el
uso de líneas con cebos, formados por cangrejos, conchas de
caracol, etc., atados a la línea junto con el plomo; estas líneas
pueden ir fijas en un extremo de la embarcación o a varas
colocadas ex professo, pudiéndose utilizar de 25 a 35 líneas por
embarcación. Una vez colocadas las líneas, la embarcación se deja
a la deriva, para arrastrar los cabos por el suelo y que el cebo sea
percibido por el pulpo; al levantar el pescador las líneas, se saca el
animal del agua tomándolo con la mano.
En 1988 se capturaron 8 346 toneladas de pulpo; esta pesquería ha
presentado una tasa de crecimiento anual de 34%. Los mayores
registros de captura los tienen los estados de Campeche, Veracruz,
Yucatán y Quintana Roo; se está iniciando la pesquería en Baja
California y Sonora. El potencial de captura para las especies de
pulpo ha sido estimado en alrededor de 10 mil toneladas por año,
aunque posiblemente, cuando termine la investigación, en zonas de
mayor profundidad se considere mucho mayor.
El Phylum de los moluscos representa por su diversidad, abundancia
y posibilidad de cultivo, así como por su valor nutritivo, un grupo de
gran importancia potencial para las pesquerías del mundo y otra
posible fuente de alimento que el hombre debe aprovechar
racionalmente para resolver el problema de proporcionar proteínas
de bajo costo a las nuevas generaciones, así como para establecer
nuevas industrias que proporcionen fuentes de trabajo y divisas a
todos los países, en especial a los que inician su desarrollo.
L A S
C O L E C C I O N E S
D E
C O N C H A S
Los moluscos son animales de cuerpo fofo y blando a los que poco
tendría que admirárseles, si no se alojaran en el interior de sus
conchas, las que construyen derrochando arte en la forma y el
colorido que las ornamentan, para alcanzar una rara y
extraordinaria belleza. Los más bellos efectos los muestran en la
parte externa decorada de tal modo que representa verdaderas
obras de arte que la naturaleza brinda al naturalista, quien
encuentra en ella el estimulo para su paciente trabajo de recolecta,
clasificación y estudio y, al coleccionista, el reto para descubrir a las
más hermosas.
Aunque son muchas las bellezas que adornan su exterior, también
su interior presenta grandes atractivos, como el estar tapizado de
un delicado nácar que ofrece reflejos cambiantes con toda la
variedad de matices que se pueda imaginar.
Esto hace que los coleccionistas de conchas y los biólogos
especialistas en el estudio de estos animales, las busquen con más
interés caminando en la arena y al descubrirlas experimenten gran
júbilo y satisfacción, por lo que cada día es mayor el número de
buscadores y coleccionistas de conchas de moluscos.
Después de los insectos, el grupo más extendido sobre el planeta es
el de los moluscos, que se localizan lo mismo en la copa de los
árboles que en las profundidades abisales marinas. A pesar de la
belleza y diversidad de las conchas de algunas especies terrestres,
las aguas oceánicas son el principal hábitat de los moluscos, siendo
allí donde se encuentran los más notables ejemplares. Actualmente
constituyen uno de los grupos de animales vivientes más
ampliamente colectados, estudiados, intercambiados, comprados y
vendidos en todo el mundo.
Este grupo está formado por seis grandes clases, de las cuales tres
son las más abundantes y conocidas: los gasterópodos, que
comprenden a los caracoles, caracterizados por desplazarse sobre
un pie musculoso, portando la concha encima del cuerpo blando.
Los bivalvos, entre los que se hallan todas las conchas de dos
piezas, desde las ostras, almejas y péctenes, hasta los
espectaculares organismos pertenecientes al género Spondylus; y la
tercera clase, los cefalópodos, donde se encuentran los pulpos y los
calamares que eventualmente construyen una concha para
reproducirse, la que después abandonan, aunque existen otros con
concha permanente, como los del género Nautilus.
Las conchas de los moluscos están formadas por tres capas: una
externa, "cuticular", que puede faltar, ser muy delgada o, por el
contrario, tener un extraordinario desarrollo formando láminas o
filamentos, en cuyo caso recibe el nombre de "penostracum",
"tapiz" o "paño marino"; una parte media llamada "ostracum",
esencialmente mineral, constituida por una sustancia denominada
aragonito, secretada por el manto, cuya composición es de
carbonato de calcio, entremezclada con una materia orgánica
llamada "conquiolina"; y, por último, la capa más interna o
"hipostracum", formada ordinariamente por láminas alternadas de
aragonito y conquiolina. Esta capa es la nacarada y está formada
por un pliegue de la piel del molusco que envuelve su cuerpo
llamado "manto", revistiendo toda la concha.
El nácar no tiene realmente color propio y sus reflejos, de distintos
matices, se deben a su estructura característica, la cual hace que la
luz realice en él brillantes y vistosos juegos de colores, provocados
por ciertos fenómenos físicos que determinan la descomposición de
la luz; para probarlo se toma un pedazo de nácar y se tritura,
quedando un polvillo blanquecino que no presenta las irisaciones
que antes lo adornaban. Entre las laminillas de aragonito y
conquiolina dispuestas paralelamente, se localizan finísimas grietas
que sólo es posible observar con ayuda del microscopio, en ellas se
alojan capas de aire que descomponen la luz en sus siete colores,
produciendo el maravilloso efecto que se observa.
Son muchos los moluscos que forman nácar, pero quizá ninguno de
ellos produce las coloraciones cambiantes que se observan en las
grandes "madreperlas" de los mares de Oriente, o los abulones,
llamados también "orejas de mar", a los que los antiguos
denominaron
aurismaris
y
que
tienen
una
espléndida
ornamentación nacarada en su interior, la cual contrasta con el
color parduzco de su superficie externa, que imita las tonalidades
de las rocas sobre las que habita.
Nadie sospecharía que en viviendas tan suntuosas como son las
conchas, se alberguen tan modestos inquilinos, capaces de
construirlas derrochando arte en la forma y en el colorido que las
ornamenta.
Las conchas, probablemente como ningún otro producto de la
naturaleza, han desempeñado un importante papel en la historia de
la humanidad, unas veces como poderoso símbolo en el que se
encarnaban creencias míticas y religiosas, otras como valioso objeto
de comercio o como material para fabricar toda clase de adornos,
instrumentos musicales o simples enseres domésticos; y la mayoría
de las veces como fuente de inspiración estética para crear obras
artísticas y arquitectónicas de singular hermosura, hasta llegar a la
tendencia de coleccionarlas metódicamente por su belleza.
La historia de las conchas se ha convertido en uno de los cuentos
más maravillosos de todos los tiempos. En dónde comienza, es
difícil precisarlo pero, hasta donde los hallazgos arqueológicos y
antropológicos permiten saber, desde la época prehistórica las
conchas constituyeron un símbolo sexual como encarnación de lo
femenino, formaban la parte central de las ceremonias religiosas y
su poder se prolongaba más allá de la muerte.
Los hallazgos en tumbas prehistóricas lo confirman: los arqueólogos
encontraron en las excavaciones que realizaron al sur de Babilonia,
en la tumba de Shub-ad, una soberana que reinó en Ur por los años
2 500 a.C., un conjunto de conchas del género Cardium, que
posiblemente fue una ofrenda.
El significado de las conchas como símbolo mitológico y religioso de
las épocas prehistóricas del hombre, pasó a incorporarse, aunque
con
otras
características,
a
civilizaciones
desarrolladas
posteriormente, como la griega y la romana. Por ejemplo, ambas
mitologías cuentan cómo el mar y una concha dieron origen a
Afrodita o Venus, diosa del amor y la belleza.
Figura 26. El nacimiento de Afrodita.
Hasta el presente, cierto tipo de conchas levógiras, llamadas así
porque crecen hacia el lado izquierdo, esto es, en sentido contrario
a las manecillas del reloj, son consideradas un poderoso símbolo en
la religión hindú. En sus representaciones de Vishnú, dios protector
de la vida, aferra en uno de sus cuatro brazos una concha levógira.
Se cree que era utilizada por Vishnú como arma o como una especie
de instrumento musical mediante el cual anunciaba el triunfo sobre
sus enemigos.
También las conchas de moluscos han sido empleadas como
moneda. Aún en la actualidad ciertos pueblos se sirven de ellas,
como algunos africanos y australianos que utilizan el "caurí"
(Cypraea moneta). Se cuenta que en África Occidental existió una
época en la que el hombre podía comprar una esposa joven y
saludable ofreciendo 60 mil de estas conchas, y por 20 mil a una
considerada común y corriente. Los nativos de Sudán también
utilizan a los cauríes como dinero o como ornamento, colocando en
todo su cuerpo cadenas de estas conchas. Con la almeja Venus
mercenaria, abundante en las costas de América del Norte, los
indígenas fabricaban el "wampum" que utilizaban en sus
transacciones comerciales.
Las civilizaciones precortesianas de Iberoamérica emplearon
también con profusión cierto tipo de conchas en sus ceremonias
religiosas; se decía que Quetzalcóatl emergió de la concha de un
gasterópodo. La mayoría de los templos dedicados a este dios
estaban ricamente decorados con conchas, también se le muestra
sentado en un pedestal con forma de ellas, como sucede en el
templo dedicado a este dios en Teotihuacan, México.
La especie Spondylus americanus, originaria de los litorales del
Golfo de México que vive también en las Antillas y el Caribe, así
como en el Océano Pacífico, desde México hasta Panamá, era muy
usada por aztecas y mayas como objeto de valor que se entregaba
en tributo a los emperadores y como símbolo de algún culto en los
funerales de personajes muy importantes.
Pariente de este bivalvo es la "almeja peregrina" (Pecten maximus)
que habita en las costas de Galicia, España y que recibe este
nombre porque con ella adornaban sus hábitos los peregrinos que
acudían a Santiago de Compostela a visitar el sepulcro del apóstol,
patrón de la ciudad.
Esta concha tan codiciada por los coleccionistas, representa el
símbolo de la famosa compañía petrolera Shell Oil Co. creada para
comprar conchas en todo el mundo, mientras el petróleo
representaba un negocio secundario. Dicha compañía publicó en
1957 el hermoso libro The Seas callop Studies of Shell and
Influences on Human Kind, editado por In Cox London Shell
Transport and Freeman Co., e ilustrado con las conchas de estos
bivalvos, así como los usos que se les ha dado en el arte, las
artesanías, la arquitectura, etcétera.
En casi todas las épocas y pueblos se les dio a las conchas un uso
práctico y, más que nada, artístico, aunque esta última tendencia
fue muchas veces resultado y producto de la mágica relación
concha-mito, cuya manifestación en las religiones estimuló
poderosamente la mente creadora del hombre.
Se utilizaron con profusión como instrumentos musicales que
servían lo mismo para llamar a los creyentes a la oración que para
prevenir a las comunidades de los peligros que los acechaban o
para reunir a los guerreros durante la batalla, para anunciar una
victoria o la presencia de reyes y héroes; además, como señala la
arqueóloga Pilar Luna, "caracoles del género Oliva" sirvieron como
cascabeles y su utilización en collares, pulseras y cinturones, fue
común entre los pueblos de Mesoamérica".
El uso artístico y decorativo de las conchas persistió hasta el siglo
XVIII, época en la que alcanzó todo su esplendor. Se relata que
reyes y nobles de Europa, amantes en extremo del lujo, usaron
mucho las conchas y se inspiraron en sus formas para construir sus
palacios, mansiones, iglesias y jardines, como parte del estilo
"rococo".
En tiempos recientes, en varios entierros mayas de la península de
Yucatán en México, se han encontrado conchas en tal cantidad y
variedad que los arqueólogos creen que podrían formar parte de
verdaderas
colecciones
formadas
por
"conchólogos"
o
"conquiliólogos" de la antigüedad.
Las primeras colecciones consideradas importantes pertenecen a
esa época y entre sus dueños se contaban personajes tan famosos
como Leonardo da Vinci, Erasmo de Rotterdam y Alberto Durero.
Posteriormente, con el descubrimiento de América por Colón a fines
del siglo XV, se abren nuevos horizontes a la colección de conchas,
pues los numerosos viajes exploratorios que se realizaron llevaron a
Europa incontables tesoros y objetos hasta entonces desconocidos,
entre los que había especies de conchas cuyas formas y colores
fascinaron a nobles y burgueses que comenzaron a coleccionarlos.
En los siglos XVIII y XIX se abre un nuevo capítulo en la historia de
las conchas; el poder sobrenatural que se les concedió y su papel
como instrumento de creación artística termina en esta época y las
ricas y variadas existencias descubiertas por esos naturalistas
aventureros en las costas de América, pero sobre todo de Polinesia
y Filipinas, abren un horizonte insospechado, iniciándose el
comercio y la colección de conchas. Se forman incluso compañías
que operan exclusivamente como proveedoras de las numerosas
personas que se inician en el arte de coleccionarlas.
Pero esta tendencia de "guardar" no es nueva y se remonta al
menos hacia el siglo II a.C.; Cicerón relata que el pasatiempo
favorito de los cónsules romanos era coleccionar conchas, porque
esto "les ayudaba a olvidarse de los problemas inherentes al trabajo
de gobernar"
A fines del siglo XVIII empiezan en Inglaterra las subastas de los
más bellos y raros ejemplares, es entonces cuando se desarrolla
notablemente el interés científico por las conchas marinas. Estos
remates e interés alcanzaron su auge en el siglo XIX, cuando en
realidad se inicia la apertura hacia la verdadera ciencia de la
conchología o conquiliología.
Acuciosos científicos comienzan a publicar libros sobre ellas,
prolíficos en datos y con ilustraciones hechas con tal precisión y
arte que, hasta la fecha, son considerados únicos en su
especialidad, como es el caso de la "conchología exótica" de
Swainson, y la "conchología icónica" de Reeve. Los libros eran
adquiridos por museos de historia natural en cuanto se editaban, al
igual que las colecciones en las que se basaban los autores para
preparar estas obras. Actualmente, muchas de esas colecciones
están todavía en museos de Europa, como la traída a bordo de los
barcos Coquille y Bonite, famosos por los numerosos mares que
cruzaron y que se encuentran en el Museo de Historia Natural de
París; en el de Londres están las de los barcos Beagle y Samarang.
Si bien ya en el siglo XVIII el científico sueco Línneo y otros
naturalistas se habían ocupado de clasificar buena parte de los
miles de especímenes descubiertos, sus colegas del siglo XIX se
enfrentaron a serios problemas para identificar los nuevos
ejemplares que eran descubiertos en grandes cantidades al
intensificarse, en esa época, las exploraciones del mundo marino.
En algunos casos, se ahorraban trabajo traduciendo los nombres
populares al latín. Ya fuesen adecuados o no los términos aplicados
por los científicos, sus esfuerzos para organizar y sistematizar la
información disponible propiciaron el surgimiento de la conchología,
que se ocupa exclusivamente del estudio y clasificación de las
conchas.
Muchas conchas consideradas como raras y excepcionales, dejaron
de serlo al descubrirse nuevas poblaciones de ellas en otras playas;
esto contribuyó en gran medida a que, a finales del siglo XIX y
principios delXX, decayera el interés en ellas por parte de muchos
fervientes coleccionistas que llegaban a pagar verdaderas fortunas
por las más bellas y desconocidas descubiertas por los
exploradores. Con todo, el desinterés de nobles y millonarios no
mermó de ninguna manera la peculiar atracción ejercida por las
conchas.
De todos los mares, el más interesante para los coleccionistas es el
Océano Pacífico. Los lugares donde se considera que se encuentran
los mejores y más variados ejemplares son la Gran Barrera de
Arrecifes de Australia, las costas de las islas de Japón y de las
Filipinas así como dos pequeñas islas de la Florida llamadas Sanible
y Captiva. En esos privilegiados lugares de las costas americanas,
las conchas marinas que un temporal deja en la playa forman capas
de más de medio metro de espesor. Los coleccionistas de todo el
mundo aguardan con impaciencia al mal tiempo del verano tropical
para lanzarse en busca del tesoro que el mar arroja a la playa,
compuesto por decenas o cientos de miles de esas pequeñas joyas
naturales que despiertan su interés.
Entre los ejemplares que alcanzan más valor figuran la "oliva
dorada", la "junonia" y la "garra de león", que pueden llegar a tener
un precio unitario de varios cientos de dólares cuando se les
encuentra en perfectas condiciones. Pero la concha marina más
cotizada es la del género Conus, llamado comúnmente "gloria de
mar", que según su color y tamaño puede alcanzar hasta los 500
mil pesos. Esta joya natural, de la que actualmente se calcula que
existen sólo unos 30 ejemplares, procede de las Indias orientales y
las Filipinas. Con ella compiten en precio y rareza otras tres
especies: la "pleurotomaria" de las Antillas, la "cauri príncipe" y la
"cauri gigante moteada".
Figura 27. Colección de conchas.
Actualmente los especialistas piensan que el número de conchas
coleccionables corresponde más o menos a 100 mil especies,
aunque tal cantidad no es común encontrarla ni en las más vastas y
famosas colecciones. La mayoría de los grandes coleccionistas, si
bien cuentan en su haber con conchas de muchas clases,
regularmente tienden a adquirir sólo ejemplares de 10 o 12
familias. Casi todas las obtienen en tiendas y, en ciertos casos, en
subastas que se realizan en centros especializados, sobre todo en
Florida, que es actualmente el centro mundial de la afición de las
colecciones de conchas.
Los nombres de muchas conchas se deben a la forma que éstas
presentan; por ejemplo, entre los bivalvos están las "navajas de
mar" (Tagelus californicus), los "mangos de cuchillo" (Ensis siliqua),
las "alas de ángel" del género Pholas o del género Barnea; dentro
de los gasterópodos, los "conos" del género Conus, la "bocina"
(Charonia), las "conchas de porcelana" (Cyprea), el "caracol higo"
(Ficus); entre los escafópodos está el "colmillo de elefante", del
género Dentalium.
Para que los organismos mantengan su valor como piezas de
colección, deben conservar ciertas estructuras: los bivalvos tienen
que presentar completas las dos valvas, así como la "charnela" que
las articula; en el caso de los gasterópodos, el extremo distal del
caracol y el opérculo, pieza que sirve para cerrar la entrada de la
concha, también deben estar completos.
Hay coleccionistas que recorren varios kilómetros siguiendo las
líneas de marea en busca de algunas piezas deseadas entre los
escombros del mar arrojados por las olas a la playa; otros penetran
bajo las aguas con equipos de buceo, logrando de esta manera
recolectar magníficos ejemplares en el lugar donde viven y hay
quienes prefieren el uso de redes, dragas o artefactos diseñados
para el caso
El valor de la concha puede variar de acuerdo con los datos que
sobre ella se tenga, ya que para que una colección tenga valor, es
esencial llevar un registro de sus piezas que consiste en anotar el
lugar donde se encontró la concha, la fecha, el nombre científico, la
profundidad y tipo de fondo en que fue hallada. Actualmente se
cuenta con gran cantidad de catálogos y libros sobre conchas de
diversas partes del mundo.
Cuando el coleccionista consigue ejemplares vivos, acostumbra
colocarlos en agua y calentarla a fuego lento hasta hervir para
extraer al animal entero; la concha la limpia generalmente con un
cepillo metálico de cerdas finas; nunca se utilizan ácidos, ya que
alteran la calidad y los colores de la concha.
Dentro de la conquiliología también se ha llegado a la
especialización, por lo que existen coleccionistas que solamente
buscan conchas de una especie determinada, o bien, limitan la
búsqueda a una región particular. Muchos de los estudios más
conocidos en el campo de la conquiliología comenzaron como
simples colecciones de conchas.
A estas colecciones que representan para los biólogos una
herramienta de trabajo y un medio para realizar la difusión de la
cultura, se les conoce con el nombre de colecciones malacológicas;
mientras que las que reúnen los coleccionistas no profesionales son
llamadas conquiliológicas y pueden estar integradas por pocos
especímenes colectados sin ningún orden, conocidas como
colecciones de principiantes o bien contar con más ejemplares y
seguir un orden sistemático, formando entonces las colecciones
privadas.
En México se tienen colecciones profesionales como las del Instituto
de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM y la de la Escuela
Nacional de Ciencias Biológicas del IPN que poseen varios miles de
especímenes arreglados en familias, géneros y especies.
Se ha reportado que las colecciones particulares se iniciaron a
principios del presente siglo con la colección reunida por las
señoritas Burjois.
En la actualidad en México son famosas dos colecciones
conquiliológicas perfectamente clasificadas, con ellas se montan
exposiciones y son la del licenciado Ernesto Santos Galindo, que es
base de un museo situado a orillas del lago de Tequesquitengo,
Morelos; y la del licenciado Carlos Prieto, alojada en un museo de
Monterrey, Nuevo León.
Entre todos los objetos que colecciona el ser humano, las conchas
tienen la ventaja de ponerlo en contacto con la naturaleza, además
esta afición representa una actividad educativa muy grande, por lo
que es muy bueno desarrollarla en los niños. Sin embargo, es
importante recomendar que cuando se colectan los animales vivos,
no se capturen en grandes cantidades, porque se corre el peligro de
sobreexplotarlos y producir un daño que puede ser irreparable ya
que, por simple egoísmo, se privaría a las futuras generaciones del
goce de esta afición.
I V .
P E S Q U E R Í A
D E L
E R I Z O
D E
M A R
LOS "erizos" y las "estrellas de mar" son los organismos más
conocidos del grupo de los equinodermos, al que también
pertenecen los "lirios de mar", los "ofiúridos" y las "holoturias" o
"cohombros". Son animales que presentan sobre el cuerpo un
número grande de placas o escudos calizos, que pueden llegar a
formar un verdadero esqueleto, sobre el cual se implantan espinas
o salientes cortas; a esto deben su nombre, ya que equinodermo
significa "piel espinosa".
Las placas de los erizos forman cinco zonas radiales que son
equivalentes a los brazos de las estrellas y cinco interradiales que
corresponden a los espacios que quedan entre los brazos. Los
órganos internos del animal se disponen ocupando cinco regiones
en el interior de la concha.
En las zonas radiales, entre sus espinas, los erizos presentan unos
delicados tentáculos, terminados en una ventosa y llamados "pies
ambulacrales", que son sus órganos de locomoción e intervienen en
la circulación del agua, ya que están conectados al "aparato
acuífero" que se encuentra dentro de la concha. Con estos pies, el
organismo se adhiere al fondo rocoso para realizar su
desplazamiento lento y también puede sostener piedras pequeñas y
colocarlas sobre su cuerpo para protegerlo; esto sucede sobre todo
en los erizos que tienen espinas cortas.
El cuerpo del erizo de mar es globoso, con una región aplanada
sobre la que el animal descansa; en ella se abre la boca, que está
armada con cinco dientes calcáreos, los cuales forman parte de un
órgano llamado "linterna de Aristóteles". En el otro extremo del
cuerpo está el ano, rodeado de diez placas: cinco grandes, en
donde se localizan los orificios de sus órganos reproductores, y
cinco pequeñas, formando el "aparato apical"; una de las placas
grandes presenta también una serie de poros, es la "placa
madrepórica" y en ella se inicia el "aparato acuífero".
El tamaño del cuerpo del erizo de mar depende de la especie,
unos llega a medir entre 4 y 10 centímetros, como en los "erizos
púas gruesas" (Eucidaris tribuloides); otros llegan a medir entre
y 30 centímetros, siendo los que se explotan, como el "erizo
California" (Strongilocentrotus purpuratus).
en
de
15
de
La reproducción de los erizos de mar se lleva a cabo en el seno de
las aguas, en las que el animal expulsa los elementos reproductores
originados en las "gónadas", que son cinco y se encuentran
colocadas radialmente; éstas constituyen el órgano que se
aprovecha del animal. Durante el verano y parte del otoño las
gónadas maduran, aumentando de volumen y toman una coloración
amarilla intensa; entonces es cuando los pescadores dicen que el
animal está "gordo" y lo capturan para utilizar sus órganos
reproductores.
Figura 28. Erizo de espinas gruesas.
Los erizos viven en todas las costas rocosas del mundo, sobre todo
en la zona de mareas, en donde el mar forma la "rompiente"; es
mayor el número de especies en la zona costera y litoral que en las
aguas profundas. Se alimentan de las algas que tapizan las rocas,
aunque algunos lo hacen de restos orgánicos que se encuentran en
el fango o en la arena del fondo.
Ocupan generalmente el mismo lugar del peñasco y regresan a él
después de sus cortos desplazamientos; por la acción de sus
dientes y espinas, algunos hacen oquedades en las que se
esconden.
La captura mundial de erizos de mar y otros equinodermos, según
la FAO, fue en 1986 de 96 161 toneladas, de las cuales Japón
alcanzó la captura de 22 745 toneladas del género
Strongylocentrotus; la Unión Soviética llegó a las 514 toneladas,
también de este género; Francia extrajo, del "erizo púrpura"
(Strongylocentrotus lividus) 80 toneladas. En América, Chile obtuvo
del "erizo chileno" (Loxechinus albus) 30 500 toneladas; y EUA, del
género Strongylocentrotus, 352 toneladas.
Otras especies que también forman parte de esta pesquería son el
"erizo comestible europeo" (Echinus esculentus) y el "erizo
comestible antillano" (Tripneustes ventricosus).
En México, en el litoral occidental de la península de Baja California
se capturan dos especies de erizos gigantes: Strongylocentrotus
purpuratus y Strongylocentrotus franciscanus, principalmente en la
isla San Jerónimo, localizada a 17 kilómetros frente al litoral
comprendido entre Punta Baja y Punta San Antonio, lugar donde
también abundan, según la época del año, el sargazo, la langosta y
el abulón.
La pesquería del erizo se inició en 1965, como complementaria de
la del abulón, gracias al esfuerzo de los biólogos de la estación de El
Sauzal, en Baja California y de una empresa procesadora, quienes
enviaron al Japón muestras conservadas en salmuera y empacadas
en cajas de madera.
En la actualidad, esta pesquería se encuentra en desarrollo en
México y en 1987 se capturaron 4 145 toneladas; esta cifra
corresponde aproximadamente a 29 millones de individuos, de
acuerdo con el cálculo de los biólogos que señala que un kilogramo
de gónada corresponde a 7 individuos.
La recolección del erizo se hace por medio de buzos que realizan
inmersiones o "caídas" y lo sacan de manera semejante a como se
hace con el abulón. Se coloca en la cubierta de la lancha, de
inmediato se extraen las gónadas utilizando una "cucharilla", se
colocan en un recipiente de plástico que después es entregado a la
planta para su tratamiento en diferentes compuestos y se empaque
en cajas de madera, para luego proceder a congelarlo.
Como las poblaciones de erizo se ven mermadas por la captura, en
Japón se ha intentado cultivarlo en cautiverio, pero todavía esto no
se ha logrado. Nuestros técnicos también están haciendo esfuerzos
en Baja California con este objetivo.
Otros equinodermos que forman parte de la dieta de algunos
pueblos de Oriente, como los chinos, malayos y japoneses, son las
holoturias, también llamadas "cohombros" o "pepinos de mar" que,
a pesar de tener un aspecto poco agradable, son buscadas para
preparar sopas muy sabrosas, ricas en materia gelatinosa y
altamente nutritivas.
A dichos organismos se les conoce como trepang o "balate" en
Filipinas y pertenecen al género Holothuria. La captura se realiza
por buceo y las principales zonas son el archipiélago Malayo, las
costas de Australia, Filipinas, diversas costas de Asia Tropical y las
costas de California. Para 1985, Japón obtuvo 7 862 toneladas,
Corea 3 103 toneladas y Filipinas 3 258 toneladas.
Los organismos del grupo de los equinodermos representan un
recurso potencial para ser utilizado como alimento por las futuras
generaciones; por ello, es importante incrementar los estudios
sobre su biología y así poder aprovecharlos racionalmente.
V .
P E S Q U E R Í A
D E L
T I B U R Ó N
LOS "tiburones", los "cazones" y las "rayas" pertenecen al grupo de
los elasmobranquios o "peces cartilaginosos", porque su esqueleto
no está formado por huesos sino por cartílago. Su cuerpo está
cubierto por dentículos dérmicos que se pueden sentir cuando se
pasa la mano de atrás hacia adelante, sus branquias forman
aberturas y no agallas; además, no poseen vejiga natatoria. Estas
características los hacen diferentes a los "peces óseos" o teleósteos.
En los tiburones, la cabeza es triangular, con una saliente anterior
llamada "morro"; los ojos poseen un repliegue palpebral, además
de una membrana llamada "nictitante", que los puede cubrir; detrás
de los ojos está un orificio denominado "espiráculo"; la boca se
localiza en la región ventral y posee dientes mandibulares colocados
en varias hileras; a los lados de la cabeza se encuentran las
"aberturas branquiales", que pueden ser 5 o 7, según la especie.
El cuerpo de los tiburones es fusiforme y fuertemente musculoso;
se divide en dos regiones: el "tronco" y la "cola". Presenta
diferentes aletas distribuidas a todo lo largo del cuerpo; tiene dos
aletas dorsales, la anterior es la que se observa cuando el animal
nada cerca de la superficie y la caudal que se divide en dos lóbulos,
uno superior, generalmente de mayor tamaño y otro inferior, más
pequeño; esto le permite nadar activamente en el seno de las
aguas; tiene dos aletas pectorales, dos pélvicas o ventrales y una
anal. Estas aletas están sostenidas por numerosos radios córneos
colocados juntos entre sí.
Figura 29. Morfología del tiburón.
A diferencia de los peces óseos, los tiburones no tienen costillas y
los músculos están fuertemente unidos a la piel. No presentan
"vejiga natatoria" pues el principal órgano que interviene en su
flotación es el hígado que está saturado de aceite. En el aparato
genitourinario se produce la urea que al pasar a la sangre retiene y
fija el agua a través de una membrana, por lo que no necesita
ingerir más.
Su aparato respiratorio está formado por las branquias, localizadas
a los lados de la cabeza, las cuales son primitivas; por ellas pasa el
agua que lleva el oxígeno. Por esta razón, los tiburones tienen que
estar en constante movimiento, para asegurar que no deje de
circular el agua a través de sus branquias y así evitar morir
asfixiados. Sin embargo, en las cuevas submarinas cercanas a Isla
Mujeres en Quintana Roo, México, Ramón Bravo encontró los
llamados "tiburones dormidos", hecho que llamó la atención de los
científicos a nivel mundial.
En estas cuevas se localizaron imponentes ejemplares de "tiburón
toro" o "jaquetón" (Carcharhinus leucas), del "tigre" (Galeocerdo
cuvieri), y "limón" (Negaprion brevirostris), especies conocidas por
ser cazadores activos; sin embargo, los ejemplares de las cuevas
estaban quietos, parecían dormidos y no reaccionaban a los
estímulos. Este hecho fue estudiado por los técnicos de la
Universidad de Maryland, Estados Unidos, quienes encontraron que
las aguas de esta zona tenían un rico contenido en oxígeno y su
salinidad y temperatura eran menores que en el resto.
Además, los científicos observaron que los peces llamados
"rémora", que son inseparables de los tiburones, limpiaban
totalmente el cuerpo del tiburón mientras éste "dormía". Los
estudiosos piensan que éstas son dos causas posibles que permiten
que estos animales entren en estado de letargo o "sueño"; por otro
lado, la opinión general de los investigadores es que este fenómeno
necesita más estudios y que deben buscarse cuevas similares en
otros mares del mundo para poder sacar conclusiones.
La mayoría de los tiburones son carnívoros; sin embargo, debemos
aclarar que, en general, no son comedores de hombres, como el
caso de uno de los mayores depredadores marinos, el tiburón
"blanco" (Carcharodon carcharias) característico de las aguas frías
del Océano Pacífico; otros son planctófagos, como el tiburón
"ballena" (Rhincodon typus) y también existen herbívoros, como los
tiburones "gata" (Apristurus brunneus).
Los tiburones pueden ser ovíparos, es decir que se desarrollan
depositando un número de huevos grandes, rodeados por una capa
córnea con forma de almohadilla que se fija en el fondo. También
pueden ser vivíparos; en éstos la cría se desarrolla dentro de la
madre, a la que se conecta por medio de una especie de placenta
para obtener su alimento.
Se ha calculado que existen entre 250 y 300 especies de tiburones
que viven principalmente en los mares, siendo excepcionales las
especies de agua dulce, como Carcharhinus nicaraguensis que
habita en el Lago de Nicaragua y que es una de las más feroces.
Los tiburones se localizan en todos los mares del planeta, por lo que
se
les
considera
cosmopolitas,
aunque
se
encuentran
principalmente en la franja comprendida entre el Trópico de Cáncer
y el de Capricornio. Algunos técnicos y pescadores señalan que los
océanos tienen una cantidad ilimitada de estos animales, pero otros
opinan que las poblaciones no son tan abundantes, debido a que se
ha podido observar que si la captura se intensifica, disminuye dicha
población, por lo que deberá haber una caza mínima y darse un
tiempo para que la población se recupere.
En el mar, los tiburones viven nadando como animales pelágicos,
alcanzando grandes velocidades en su desplazamiento, gracias a su
cuerpo en forma de huso y a su fuerte aleta caudal; existen algunos
que habitan en el fondo de la plataforma continental y llegan al
talud y a los abismos, como por ejemplo Apristurus indicus,
capturado a 1 200 metros en el este del Atlántico. Hasta 1 500
metros de profundidad se ha encontrado a Centroscymnus
coelolepis.
Los
factores
ambientales
influyen
directamente
en
el
comportamiento de los tiburones; algunas especies de cuerpo
grueso y adelgazado hacia sus extremos, realizan grandes
migraciones recorriendo distancias considerables en el océano,
mientras que otras sólo se mueven en áreas pequeñas,
encontrándose en el fondo durante el día y llegando a las aguas
superficiales en la noche. Este tipo de comportamiento hace difícil
predecir la captura y seleccionar las artes de pesca adecuadas para
ello.
El tamaño de los tiburones cambia según la especie; de los más
pequeños es el "tiburón mielga" o "galludo" (Squalus megalops), de
Australia, que mide 60 centímetros y entre los más grandes se
encuentra el "tiburón blanco" (Carcharodon carcharias) de las aguas
de Japón que ha llegado a medir 7 metros y pesar 2 toneladas,
caracterizándose por presentar el cuerpo gris o azuloso en la parte
dorsal y blanco sucio en la ventral, con la punta de las aletas
pectorales negras. Otro de los tiburones grandes es el "tigre" o
"tintorera" (Galeocerdo cuvieri) cuyo cuerpo es de color gris y
manchas o barras marrón oscuras, ha llegado a medir 6.5 metros y
es abundante en el Golfo de California.
Según su tamaño, en algunos países se llama "tiburones" a los que
tienen una talla mayor a metro y medio y "cazones" a los que
miden menos; sin embargo, este nombre se aplica para las especies
Mustelus californicus, Mustelus lunulatus, también llamadas "tiburón
mamón", y Rhizoprionodon terranovae o "cazón de ley". A las crías
de los tiburones se las conoce como "cazones".
La pesquería del tiburón se inició desde tiempo inmemorial para la
elaboración de "sopas de aleta" que se realiza hasta hoy en algunos
países como China, donde representa un plato ritual. La captura se
incrementó cuando se descubrió que en su hígado tenían un aceite
que contenía grandes cantidades de vitamina A.
El hígado de tiburón representó, durante la segunda Guerra
Mundial, la fuente principal de vitamina A, llegando a alcanzar
precios elevados en el mercado internacional; esto hizo que en
algunos países como Estados Unidos y Australia se registrara un
aumento considerable en la captura de tiburones.
Este auge disminuyó cuando se descubrieron métodos sintéticos de
preparación para esta vitamina y los precios del hígado de tiburón
se desplomaron, haciendo incosteable su captura, ya que de todo el
animal ,esta víscera era lo único que se aprovechaba en aquel
entonces.
Figura 30. Tipos de tiburones.
Estudios realizados en los Estados Unidos durante los últimos años
han demostrado que la vitamina A sintética es más difícil de
absorber y asimilar que la vitamina natural extraída del aceite de
hígado de tiburón, además de que esta última sirve para prevenir
efectos nocivos de la irradiación nuclear.
Cuando los industriales pesqueros se convencieron de que el
tiburón puede aprovecharse tanto aletas, como piel, carne, hígado y
dientes su valor comercial ascendió y, sobre todo, cuando en
Australia se procedió a utilizar la carne para consumo humano, la
pesquería del tiburón se incrementó en países como Japón,
Australia, Estados Unidos, México y en algunas regiones del mundo
como Sudáfrica, Centroamérica y Sudamérica.
Pero aun en Japón, considerado como el país que más aprovechaba
a los tiburones, una parte importante de la captura se regresa al
mar, después de quitarle las valiosas aletas, por no estar
interesados o preparados para obtener los demás productos. Sólo
resulta rentable la captura del tiburón cuando se obtienen todos los
productos que proporciona el animal, es decir, desollar al animal
para mandar su piel a las curtidurías, arrancar y secar las aletas
para comercializarlas, filetear la mejor carne o secarla y salarla para
aprovecharla "tipo bacalao", utilizar la dentadura o los dientes por
separado como adorno, obtener el aceite de hígado para extraer la
vitamina A y un hidrato de carbono llamado triterpeno utilizado
para preparar cosméticos y con el restos, como vísceras, cartílagos,
etcétera, hacer harina para alimento de otros animales.
El tamaño y el peso de los tiburones capturados es muy variable y
esto hace que cambie su valor comercial; la mejor carne procede de
los tiburones más pequeños, y las mejores pieles y aletas provienen
de las especies más grandes, cuya carne es menos costeable. La
relación entre las distintas partes del cuerpo del animal es en
general la siguiente: la cabeza representa el 22% del total; el
tronco, el 51%; las aletas, el 5%; la piel, el 7%; la carne, el 42%;
los cartílagos, el 4%; las vísceras, el 20%; el hígado, el 7% y la
sangre, el 5%.
La captura de los tiburones se lleva a cabo utilizando el arpón o
fisga, fabricado con una varilla de acero de longitud variable que en
uno de los extremos lleva una punta en forma de V y en el otro se
amarra a un cabo generalmente de 50 centímetros; es usado por
pescadores que operan embarcaciones pequeñas, tiene la
desventaja de que daña la piel del animal.
Otro arte para la captura es el palangre, cimbra o espinel que está
formado por una línea principal de diferente longitud, según el tipo
de embarcación que se utilice, de la que cuelgan las "cadenas
conductoras" donde lleva los anzuelos; en la línea principal se
colocan las "boyas" y se amarra el ancla. Las carnadas más usadas
son el delfín y el barrilete, como el tiburón es atraído por el olor a
sangre, la carnada se remoja en ella antes de colocarla en el
anzuelo.
Figura 31. Palangre.
Las embarcaciones desde las que se operan los palangres
generalmente son de 15 metros de eslora, llevan hielo y sal para
conservar el producto. También se utilizan barcos camaroneros de
25 metros de eslora y, en algunos países como Japón,
embarcaciones de 30 o más metros, en las cuales se puede iniciar
el procesamiento del tiburón, separando las aletas y la piel,
colocando esta última en sal. Estas embarcaciones grandes están
equipadas con malacates que permiten operar el palangre hasta de
dos millas y, además, desde cualquiera de ellas se puede tender y
levantar varias de estas líneas en un solo día.
El palangre se puede modificar para pescar cerca del fondo, a media
agua y en la superficie, dependiendo del comportamiento particular
de las diferentes especies de tiburón y las condiciones de la zona de
captura. Generalmente se deja un máximo de 6 horas y después de
este tiempo se debe levantar, para poner carnada fresca y colocarlo
en otra zona.
En algunos países también se utilizan redes como la red de enmalle,
el trasmallo, la red de arrastre y la red de cerco con jareta, pero
generalmente la captura del tiburón con estas artes se puede
considerar como accidental, ya que estas redes se usan para
atrapar otro tipo de especies como camarón, atún, barrilete,
etcétera.
La línea de mano o piola es una red artesanal empleada por
pequeños grupos de pescadores que capturan tiburón cerca de la
costa para el abastecimiento de mercados locales; principalmente
comercializan la carne seca y salada.
La captura mundial de tiburones, cazones, rayas y quimeras, según
la FAO, alcanzó en 1986 las 627 508 toneladas. Es el Pacífico
noroeste la zona donde se realiza la mayor captura, Japón
contribuye con 48 mil toneladas principalmente de "tiburón blanco",
de "mielga" o "galludo" y "cornuda común". Corea, con 22 mil
toneladas, siendo la más abundante la especie del "tiburón azul"
(Prionace glauca). Estos son los países con capturas más
importantes.
La segunda región en cuanto a captura de tiburón es el Atlántico
nororiental, en donde países europeos aprovechan la "mielga" y el
"peregrino" (Cetorhinus maximus) considerado uno de los tiburones
con el hígado más grande y, por lo tanto, produce grandes
cantidades de aceite.
En el Océano Índico también la captura es grande, principalmente
tiburones de la familia Carcharhinidae, como el "tiburón limón"
(Negaprion brevirostris) y el "cazón" (Galeorhinus australis).
En el Pacífico centro-occidental y centro-oriental, la captura de
tiburones se ha incrementado, sobre todo en países como
Indonesia, Malasia y México, entre otros; los tiburones más
buscados en esta región son el "tiburón poroso" (Carcharhinus
porosus) el "tiburón sarda" o "macuira" (Carcharhinus leucas) y el
"tiburón mamón" (Mustelus californicus).
También en el Atlántico centro-oriental y centro-occidental la
captura ha ascendido; en él son comunes el "tiburón blanco"
(Carcharodon carcharias), el "tiburón nodriza" o "gata del Atlántico"
(Ginglymostoma cirratum) y la "cornuda chata" o "pech" (Sphyrna
lewini).
Una zona importante para la captura de tiburones es el Atlántico
noroccidental, en donde la República Democrática de Alemania y
Estados Unidos obtienen "mielgas" (Squalus acanthias) y la Unión
Soviética captura el 90% del total de diferentes especies de
tiburones, aunque también en especial de "mielgas".
En la zona del Mediterráneo y Mar Negro, las especies de "musola"
(Mustelus mustelus), la "musola dentada" (Mustelus canis) y el
"mako" o "atunero" (Isurus glaucus) son las más abundantes.
En el Atlántico sudoccidental y sudoriental, Argentina y Brasil han
incrementado sus capturas en los últimos años, aprovechando al
"tiburón sarda" y al "tiburón tigre" o "tintorera", que llega a medir
hasta 7 metros. En esta zona también logra capturas importantes la
Unión Soviética.
En el Pacífico sur se capturan las "musolas" y los "angelotes"
(Squantina armata) siendo Chile en la región sudoriental, así
comoJapón y Corea en la sudoccidental, los países que logran
mayores capturas.
Por último, en el Pacífico nororiental se registran las menores
capturas de tiburón; en esta zona trabajan Canadá y Estados
Unidos aprovechando principalmente las "mielgas"; también llegan
a realizar capturas en pequeña escala Japón y Polonia.
La utilización integral de los tiburones se incrementa cada día; sin
embargo, es difícil lograr el aprovechamiento total, porque las
características de estos animales cambian según la especie y el
tamaño; por ello, los industriales tienen que decidir si quieren
aprovechar la carne o la piel; las aletas sólo las utilizan cuando son
grandes y no todos los tiburones las tienen así; en la actualidad el
valor de los hígados es bajo y los dientes todavía son considerados
como producto secundario, aunque en el "tiburón blanco" cada
diente pueden medir 13 centímetros y llegar a venderse cada pieza
en 25 dólares y una mandíbula completa hasta en 5 mil dólares.
La carne del tiburón no ha sido muy aceptada para el consumo
humano por la creencia de que este animal come hombres; sin
embargo, representa una fuente potencial de proteínas y,
empleando procedimientos adecuados en su preparación, podría
convertirse poco a poco en un alimento popular.
Uno de los problemas de la carne de tiburón es su alto contenido de
urea que la hace desagradable al olfato, aunque se puede eliminar
con una cuidadosa manipulación y con procedimientos culinarios
adecuados. También en algunas especies el contenido de mercurio
es alto y esto ha traído como consecuencia que los países
establezcan "normas de calidad", el nivel permitido es de 0.5 partes
por mil, por lo que los pescadores tratan de capturarlo en aguas no
contaminadas por sustancias que contengan este metal.
En Japón la carne de tiburón seca, salada y ahumada representa un
alimento tradicional; también se preparan diferentes platillos con
base en esta carne, como el hoshizame: trozos frescos del "tiburón
musola" (Mustelus manazo) que se hierven y a los que se agrega
una pasta de frijoles en vinagre; con los ovarios del tiburón se
prepara el arsuyaki, que es una pasta. El yaki chukuwa, el
kamaboko y el hampen son embutidos tipo jamón, muy aceptados
en el mercado. El tiburón que más utilizan es el "azul" o
yoshikirizame (Prionace glauca).
El mercado de carne de tiburón seca y salada se ha incrementado
en México, Panamá, Venezuela, los países del Caribe, Somalia,
Zanzíbar, Indonesia, Malasia y Tailandia, etc.. En los mercados de
España, Portugal, Francia, Grecia y Turquía se encuentran
diferentes tipos de carne de tiburón y, Estados Unidos, ha
desarrollado el mercado de carne enlatada, ahumada, desecada o
picada, para el consumo de personas originarias de los países en
donde existe la costumbre de comerla.
La carne de tiburón recibe diferentes nombres dependiendo del
lugar: en el Reino Unido y en Australia se le llama tlake o huss; en
la República Federal de Alemania, dornhai; en Italia lo anuncian
como filetes de smeriglio y como viello de mare (ternera de mar) y
en Canadá a la "mielga del Pacífico" se le denomina comercialmente
kahada que es el nombre indio de este tiburón.
Desde hace muchos años, las aletas han tenido gran demanda y
alcanzan precios elevados, principalmente entre los pueblos
asiáticos, ya que, como mencionamos antes, el plato "sopa de aleta
de tiburón" forma parte de sus costumbres religiosas.
El valor depende del color y del tamaño. Se comercializa en juegos
completos formados por las dosaletas pectorales, que representan
el 50%; la primera aleta dorsal y en ocasiones la segunda, que dan
el 25% y el lóbulo inferior de la caudal, que es el otro 25%. Los
tiburones más cotizados en el mercado de aletas son el "martillo"
(Sphyrna mokarran), el "azul" (Prionace glauca), el "gris"
(Carcharhinus menisorrah) y el "mako" (Isurus oxyrinchus).
Para el aprovechamiento de la piel de tiburón, se utilizan aquellos
que presentan una longitud superior a 1.5 metros, como el
"nodriza", cuya piel es muy apreciada por su calidad, aunque
también se emplean las de otros tiburones grandes como la
"cornuda común" de 4 metros, el "tigre" de 6.5 metros o el
"blanco", que es uno de los más grandes y puede llegar a medir
hasta 7 metros.
El primer producto preparado con la piel de estos animales fue el
"chagrin", un cuero áspero, que por los dentículos, se usaba para
raspar y pulir. Cuando la industria logró eliminar estos dentículos,
empleando un proceso químico, el comercio de pieles se incrementó
y con ellas se han elaborado zapatos, bolsos, carteras, etcétera.
Algunos países únicamente salan las pieles en los puertos de
desembarque y las exportan a otros que sí cuentan con el proceso
adecuado para prepararla.
El tamaño y el peso del hígado de tiburón varía según la especie y
la estación del año; en algunos ejemplares este órgano representa
casi una quinta parte del peso del animal, como en el "tiburón tigre"
o "tintorera", también considerado como otro de los organismos que
presentan el hígado rico en aceite.
El costo de obtención y preservación de los hígados, así como del
proceso empleado, cambia según sea el destino que se le da al
aceite; se utiliza para preparar vitamina A y en la actualidad
también se emplea en la industria textil y del curtido y como aceite
lubricante de gran resistencia a la fricción y al calor.
También, con aceite de hígado de tiburón, se están preparando
productos cosméticos que se aplican sobre la piel para mantenerla y
resguardarla; esto se hace con los hígados que contienen una
sustancia llamada triterpeno, como el del "tiburón negro" (Delatias
licha) y el "peregrino" (Cetorhinus maximus).
Otros productos que se obtienen del tiburón son los dientes,
utilizados para adornos y artesanías; se clasifican en categorías de
extra, grandes y pequeños, siendo los del "mako" los de mayor
valor comercial. Se calcula que el promedio de dientes útiles para el
comercio es de 150 en un tiburón adulto.
Del esqueleto se extrae la "condroitina", componente del cartílago,
que se emplea en farmacia y a la que los japoneses llaman
meikotsu.
En México la pesquería de tiburón se inició en el siglo pasado para
explotar la aleta. Se reporta que: en 1888 Alfonso Schabel, en 1896
Gastón Vive y en 1905 Altonio Rulfo, hicieron los primeros envíos de
este producto desde La Paz, Baja California a China,
incursionándose así en la captura y el comercio de tiburón.
Posteriormente, en 1939, Héctor Ferreira realizó la primera
exportación de hígados de este animal desde Guaymas, Sonora, a
Los Angeles, California y empezó a introducir las "perlas de aceite
de hígado de tiburón"; después, el mercado se extendió a
Inglaterra, Francia, Noruega, Japón y el resto de Estados Unidos,
con lo que se establece la Compañía Vitamínica y de Extracciones,
S.A. A partir de 1961 y, con la aparición de la vitamina sintética, el
mercado de hígado disminuyó; sin embargo, el mercado de carne
se ha ido incrementando y en 1988 se capturaron 21 267 toneladas
de tiburón y 10 711 toneladas de cazón.
Se ha calculado que las posibilidades de captura son de 30 mil
toneladas, de las cuales 18 mil serían de tiburón y 12 mil de cazón;
de éstas, corresponderían 22 mil al Pacífico y 8 mil al Golfo de
México y Mar Caribe.
Según el biólogo mexicano Anatolio Hernández Carbello, que tiene
amplia experiencia en el estudio del tiburón en el país, se han
registrado, en ambos litorales, 58 especies diferentes; de éstas, 38
se capturan para aprovecharlas y las otras 20 sólo se capturan de
manera ocasional por su tamaño pequeño, por no ser abundantes o
por vivir en zonas retiradas de la costa.
De estas especies, dos son características del Atlántico, 12 del
Pacifico y el resto se localizan en ambos litorales. En el Golfo de
México se encuentra el "cazón" (Rhizoprionodon longurio) y la
"cornuda chata" o "pech" (Sphyrna lewisi); en el Pacífico, el
"coludo" (Alopias supercilliosus) de las Islas Marías, Nayarit; el
"mamón" (Mustelus lunulatus) del Golfo de California; el "rayado"
(Triakis semifasciata) de Baja California y Sinaloa, y el "gambuzo"
(Carcharhinus golapagensis) de las Islas Revillagigedo, entre otros.
En ambos litorales, la "gata" (Ginglymostoma cirratum), el "mako"
o "tonina" (Isurus oxyrinchus), el "tigre" o "tintorera" (Galeocerdo
cuvieri) y el "cuero duro" (Carcharhinus porosus), son los
principales.
En las aguas de la zona noroeste de la República Mexicana se ha
establecido la industria del tiburón y está muy desarrollada su
captura en los estados de Baja California, Baja California Sur,
Sonora, Sinaloa y Nayarit; otra zona en donde se captura
tradicionalmente a estos animales es la de los estados de Tabasco,
Campeche, Yucatán y Quintana Roo; en el resto del país la
pesquería apenas se está iniciando.
Se tiene que hacer notar que es indispensable realizar
investigaciones sobre el recurso, para podere incrementar su
captura sobre bases firmes, utilizando artes más modernas y
embarcaciones adecuadas, además de utilizar sus resultados para
realizar su industrialización. De este modo, la pesquería del tiburón
en México colaborará en los programas de desarrollo pesquero.
Figura 32. Raya.
Las rayas son elasmobranquios con esqueleto cartilaginoso y cuerpo
aplanado de la región dorsal a la ventral; a ambos lados del cuerpo
se extienden las aletas pectorales que se asocian con la cabeza,
constituyendo un dispositivo para la natación; la parte terminal del
cuerpo se hace angosta formando la "cola". Algunas viven
enterradas en la arena del fondo y otras se mantienen nadando,
moviendo sus aletas como si estuvieran en vuelo.
Estos organismos son capturados principalmente por pescadores
deportivos y en la actualidad se empiezan a utilizar como alimento
o para productos industriales. Entre ellos está la raya "sierra"
(Pristis pectinatus), caracterizada por presentar una prolongación
del rostro en forma de lámina con fuertes dentículos a los lados;
llega a medir 7 metros y en algunos países, como México, se
preparan con ella medicamentos naturales para combatir bronquitis
en general.
Las llamadas "mantarrayas" pertenecen al género Manta, y los
"diablos de mar" al género Mobula, organismos grandes que llegan
a alcanzar hasta 6 metros, son capaces de saltar fuera del agua con
gran fuerza; la carne de estos animales se aprovecha preparándola
en forma de filete.
El recurso del tiburón representa para la humanidad una posibilidad
de conseguir alimento, pero la falta de una evaluación precisa
permite todo tipo de especulaciones. No se justifica la
indiscriminada matanza de estos animales, sobre todo, se tiene que
tomar en cuenta que, a diferencia de los peces, los tiburones no
producen miles o millones de crías; la mayoría de las especies las
tienen después de un periodo de gestación comprendido entre seis
meses y dos años y como no crecen con rapidez, las poblaciones
pueden ser vulnerables a la presión que produce una captura
intensiva.
Sin embargo, es importante señalar que es preferible un manejo
racional de esta pesquería, que una lucha que destruya al tiburón
sin aprovecharlo íntegramente.
V I .
P E C E S
LOS peces son animales de amplia distribución en el medio acuático
del planeta y se les localiza en aguas continentales, ya sea en
charcas y riachuelos, como en grandes ríos y lagos; en aguas
salobres, en lagunas costeras y esteros; y en el océano, en aguas
sobre las plataformas continentales, en el talud y en los abismos. A
los peces que nadan en las aguas superficiales se les conoce como
"pelágicos", también se les encuentra en media agua, al igual que
se les localiza en los fondos, llamándoseles entonces "demersales";
se ha llegado a capturar peces a profundidades de hasta 7 200
metros.
Esta gran variedad de ambientes ha propiciado la amplia diversidad
de formas que presenta su cuerpo; sin embargo, se puede decir en
general que son pisciformes por presentar forma de "huso"; su
esqueleto está formado por huesos, por lo que también se les llama
"teleósteos"; su cuerpo está generalmente cubierto por escamas;
en la cabeza llevan las mandíbulas formadas por huesos y en la
boca presentan dientes tanto en las mandíbulas como en el paladar,
la lengua o en la faringe, según la especie; a los lados existen dos
cavidades en donde se localizan las branquias, cubiertas por dos
tapas móviles llamadas opérculos.
Presentan aletas sostenidas por radios blandos como la dorsal, las
pectorales, las pélvicas, la anal y la caudal, con características
diferentes según el grupo de que se trate.
La vejiga natatoria les permite realizar movimientos verticales. Los
sexos están separados y pueden desarrollarse por medio de huevos,
denominándoseles "ovíparos", o hacerlo dentro de la hembra, es
decir ser "vivíparos".
Algunos peces se localizan sólo en aguas dulces, éstos son los
potámicos, y otros en el mar, los talásicos; pero existen otros más,
como el esturión (Acipenser sturio) y el salmón del Atlántico (Salmo
salar) que viven en el mar y durante su reproducción se acerca a
las bocas de los ríos y remonta hasta llegar a lagunas de agua dulce
y cristalina con abundante oxígeno, en donde deposita sus
huevecillos, posteriormente sus crías regresan nuevamente al mar;
a los peces que manifiestan este comportamiento se les llama
anádromos.
Otros presentan migraciones en sentido contrario: van del agua
dulce donde normalmente viven, hacia el mar a reproducirse, como
es el caso de la "anguila" (Anguilla rostrata), que se desplaza desde
las aguas frías de la montaña, hasta las cálidas aguas de la costa de
donde se dirige al lugar de la puesta; después nacen sus crías, que
se encuentran en estado larvario y son llamadas "larvas
leptocephalas", con una estructura tan diferente a la del adulto, al
grado de que los investigadores se confundieron y les pusieron otro
nombre científico, el de Leptochepalus brevirostris; después
regresan a las aguas dulces como "angulas". A los peces que tienen
este comportamiento se les denomina catádromos.
Los peces que pueblan el océano pueden formar agrupaciones
llamadas "cardúmenes", que se desplazan a diferentes zonas según
las variaciones del medio, haciéndolo de manera semejante todos
los años. Las migraciones de estos peces "pelágicos" son una
respuesta genética característica en los machos y las hembras que
les permite encontrarse para reproducirse; en otras épocas del año
se dirigen hasta los lugares donde abunda su alimento.
Por ejemplo, los atunes llegan a las áreas de reproducción para
realizar esta función y posteriormente migran en busca de su
alimento que son pequeños peces, calamares y otros organismos
pelágicos; a veces en las noches se comen a los organismos del
fondo que llegan a subir a las aguas superficiales.
El cuerpo de estos peces pelágicos es fusiforme, tienen fuertes
músculos, con la aleta caudal más desarrollada que las dorsales y
ventrales, lo que les permite desarrollar grandes velocidades
cuando nadan. Su coloración es característica, presentando colores
oscuros en la región dorsal y tonalidades verdes o azules de brillo
metálico en la ventral, con variantes según las especies, como las
sardinas atunes, marlines, peces espada, etcétera.
Otros peces del océano viven entre las aguas superficiales y las del
fondo, se les denomina Batipelágicos; se encuentran en un
ambiente frío, con pocas corrientes y escasas variaciones en la
temperatura. Estos peces tienen en su cuerpo órganos
bioluminiscentes, ojos grandes y boca también grande, seguida de
una faringe ensanchada, lo que le permite capturar el alimento que
caiga de la superficie.
En los fondos oceánicos viven los peces demersales o batiales que
se encuentran cerca o lejos de los litorales; presentan gran
diversidad en sus formas y coloraciones y ocupan los huecos entre
las rocas y piedras, los arrecifes de coral o la vegetación formada
por un gran número de algas y la Thalassia. Estos peces pueden
habitar en las aguas salobres de las lagunas y los esteros, en las
zonas tropicales y subtropicales.
En las áreas arenosas, algunos peces se entierran y pasan
inadvertidos, como es el caso de los lenguados, esto les permite
sorprender a sus presas y obtener su alimento. Los arrecifes
coralinos y las rocas representan un ambiente adecuado para un
gran número de peces batiales como los "meros", las "morenas" y
los "peces sapo" , entre otros que junto con la diversidad de
invertebrados que ahí viven, les dan un colorido sin igual.
Estos peces demersales también pueden localizarse en las aguas
neríticas sobre la plataforma continental, como algunos "lenguados"
y "merluzas". Asimismo, otros pueden llegar a mayores
profundidades, hasta los grandes fondos oceánicos, como los
"brotolas", que son peces ciegos con órganos que producen luz,
cuyo cuerpo es blando y de color pardo rojizo.
Para poder capturar a los peces que representan una gran riqueza,
se tiene que conocer su biología, conocimiento que han conseguido
los pescadores de manera empírica y que cada vez más, logran los
científicos con sus estudios y observación continua y cuidadosa.
Por ejemplo, se sabe que las especies pelágicas migratorias se
concentran en su época de reproducción en ciertas áreas y se
dispersan para alimentarse. Este comportamiento tiene que ser
conocido con el fin de poderlas capturar, además de protegerlas
evitando su sobreexplotación. Aprovechando las "corridas" que
desarrollan estas especies en sus migraciones, se les puede
capturar con redes fijas, como las almadrabas.
Muchos de estos peces pelágicos, en las épocas de alimentación,
son muy voraces y persiguen a sus presas con gran avidez. Al
observar esta conducta se han diseñado técnicas de pesca , como el
curricán con que se engaña a los peces arrastrando, en la superficie
del agua, el señuelo que los atrae; en otros casos se utiliza carnada
viva, como sardina.
Los peces migratorios que forman cardúmenes pueden ser
capturados con redes de cerco de jareta y como muchas de estas
especies se reúnen en las noches, se aprovecha la oscuridad para
su captura, puesto que es más fácil localizarlas por el brillo que
producen al chocar con la multitud de especies que forman el
plancton, ya que éstos son bioluminiscentes.
Para localizar a los peces, también es importante advertir el
movimiento que ellos efectúan dentro del cardumen, porque
producen un "rizado" sobre la tranquila superficie del agua, o bien,
observar el comportamiento de las aves y de otros animales
marinos que se alimentan de estos cardúmenes, como los delfines.
Los científicos han diseñado equipos de localización como las
ecosondas, que aprovechando las propiedades del sonido en el
agua, no sólo logran localizar a los peces, sino que miden la
cantidad y reconocen a las especies.
Para la captura de peces demersales o de fondo se utilizan redes de
arrastre que pueden ser operadas desde una sola embarcación y
cuyo método consiste en llevar una red con un par de tablas que al
oponerse a la resistencia del agua, la mantienen abierta o bien con
un par de embarcaciones que navegan por separado para este
efecto.
En esta pesca de arrastre es necesario conocer de antemano las
características del fondo para evitar que se atore la red y perder
equipo, lo que se logra utilizando previamente la ecosonda.
También se pueden capturar peces de fondo por medio de trampas
o nazas, de las que existe una gran cantidad de diseños que, en
general, se caracterizan, por presentar una cavidad donde el pez
penetra por la carnada pero no puede salir. Asimismo, sobre los
fondos rocosos puede pescarse con palangres o líneas de anzuelos,
de uno o varios cordeles en cuyo extremo se localizan los anzuelos
con el cebo.
Las embarcaciones para la captura de peces varían según la especie
deseada y van desde las canoas de unos cuantos metros de eslora,
hasta los grandes atuneros y los barcos-factoría que desplazan
varios miles de toneladas y miden decenas de metros. Estas
embarcaciones han llegado a una gran tecnificación y complejidad.
Hay muchas pesquerías siendo las principales: la de sardinas y
anchoas, la de atunes, la de bacalaos y merluzas y la de
guachinangos y lenguados.
Se tiene que resaltar que la riqueza que forman los peces es
renovable: cada año, gracias a la reproducción, las poblaciones se
recuperan; pero si bien existe una disponibilidad del recurso, éste
es vulnerable, por lo que sólo se debe capturar la porción necesaria,
es decir, aquella que aseguren la continuidad de la reproducción y
se recuperen las poblaciones al incorporarse los nuevos individuos.
No se pueden superar las posibilidades de reproducción de las
especies con una captura ilimitada. Los científicos tienen que
establecer las bases para un manejo racional de las pesquerías.
PESQUERÍA DE SARDINAS Y ANCHOAS
PESQUERÍA DE ATÚN
PESQUERÍAS DE BACALAOS Y MERLUZAS
PESQUERÍAS DE GUACHINANGOS Y LENGUADOS
P E S Q U E R Í A D E S A R D I N A S
A N C H O A S
Y
La sardina pertenece a la familia de los "clupeidos" (Clupeidae), uno
de los grupos de peces pelágicos más abundantes y distribuidos por
todo el mundo, cuya pesquería es muy importante desde el punto
de vista económico y alimenticio; en 1986, según la FAO, su
captura llegó a 23 942 744 toneladas y estaba constituida
básicamente, por arenques del género Clupea, sardinas de los
géneros Sardina, Sardinops y Sardinella, y las anchoas del género
Engraulis.
La captura mundial, tomando en cuenta tanto las presas que viven
en aguas dulces como las del mar, llegó en 1986, según la FAO, a
69 222 l9 toneladas de las 91 456 800 que representó la captura
mundial de todos los peces.
Las pesquerías de peces se han incrementado gracias al aumento
de las flotas, al uso de la refrigeración en las embarcaciones que
permite el almacenamiento del producto durante varios días
representando una mayor captura y al desarrollo de los puertos
terminales pesqueros que optimizan la comercialización del pescado
al llegar a los mercados de venta en mejores condiciones de higiene
y, por lo tanto, de precios.
Los pescados no sólo se consumen frescos, sino que pueden
procesarse en forma de seco, salado, ahumado en frío o caliente, en
escabeche, además de haberse desarrollado una industria que se
encarga de enlatarlo, ya sea completo o en partes. Con este
pescado se prepara infinidad de platillos en todo el mundo,
aprovechando su riqueza como alimento y su fácil digestión.
De las especies que por el momento no son aceptadas para el
consumo humano, así como de los desperdicios de las especies
procesadas, se fabrican aceites que pueden ser medicinales o
industriales; harinas que son aprovechadas en la alimentación de
aves y ganado; productos industriales como la "cola" extraída de las
aletas y el esqueleto; sustancias aclaradoras producidas con la
vejiga natatoria de algunos peces; rellenos para las perlas llamados
"esencia de diente" preparadas con las escamas plateadas que
cubren el cuerpo de ciertas especies. Por su parte las pieles se
utilizan para elaborar guantes, zapatos, etcétera.
Figura 33. Sardina.
El cuerpo de las sardinas es esbelto, comprimido, con escamas
delicadas; el dorso es de color verde-azulado y en las regiones
laterales y ventral son de tono plateado brillante. La cabeza está
bien destacada, con la boca amplia, aleta dorsal corta y alta, anal
baja, y caudal escotada. Las tallas de las especies de importancia
pesquera están comprendidas entre los 17 y 18 centímetros que
alcanzan a la edad de los 2 a los 3 años ya que es muy raro
capturarlas de más de 20 centímetros de longitud y de 3 años de
edad.
Las sardinas son peces que viven en aguas relativamente cálidas,
con una salinidad normal de más o menos 36 partes por mil. Viven
reunidas en grupos, formando enormes cardúmenes de millares de
individuos. Comen plancton y por ello se les encuentra
generalmente en las aguas superficiales bien iluminadas, donde
abundan las formas microscópicas del fitoplancton. En su juventud
realizan migraciones hacia la costa y a la orilla; a menudo aparecen
agrupaciones de pequeños individuos con su cuerpo recién cubierto
por las escamas y que apenas están adquiriendo su coloración
característica; cuando llegan a su estado adulto se dirigen a las
aguas oceánicas y en determinadas épocas invaden aguas
profundas.
Las migraciones de las sardinas son periódicas debido a su
reproducción y a su alimentación; resultan muy diversos los lugares
que, según la especie, escogen para cruzarse presentando también
diversidad en la época de puesta y rapidez de crecimiento. Es
importante conocer todas estas características para realizar una
captura racional y costeable.
Su área de distribución natural es muy amplia, comprendiendo
tanto el Océano Atlántico como el Pacífico y el Índico. Durante
mucho tiempo se pensó que las sardinas realizaban grandes
migraciones pero debido a que el alevinaje y la postura se
efectuaban todos los años en los mismos lugares, se han
cuestionado estos enormes desplazamientos de las diferentes
especies de sardina ya que se mueven desde mar abierto hacia la
costa y viceversa, según las estaciones, interviniendo en estas
migraciones además de las características antes señaladas, la
temperatura de las aguas.
Las zonas de reproducción de la mayoría de las especies de sardina
todavía están mal determinadas, pero se supone que se localizan
cerca de la costa y que la puesta se realiza en primavera. Las
sardinas hembras que están listas para desovar son más gruesas y
se les llama "sardinas de deriva", mientras que las sardinas
inmaduras, denominadas "de raba", son más pequeñas y
generalmente se destinan, si son capturadas, a la preparación de
conservas.
Los huevos puestos por las sardinas hembras en mar abierto son
fecundados por el esperma de los machos que lo segregan
simultáneamente; dichos huevos miden sobre milímetro y medio de
diámetro y son flotantes; cada hembra pone millones de ellos, de
los que pocos llegan a buen término debido a los numerosos
peligros que los acechan, por ejemplo los cambios en la salinidad y
la temperatura, las corrientes marinas, la insolación extrema,
animales depredadores, enfermedades, falta de alimento, etcétera.
También las sardinas adultas ingieren sus propios huevos, sobre
todo cuando escasea el alimento. El desarrollo embrionario dura
aproximadamente 15 días a una temperatura de 15°C; las larvas
son pelágicas y viven como organismos nadadores del zooplancton.
Las principales aves que se alimentan de los juveniles o alevines de
sardina son los alcatraces (Sula capensis), los cormoranes
(Phalacrocorax capensis) y los pingüinos (Spheniscus demersus).
Las sardinas tienen un buen sabor y elevado rendimiento
alimenticio: contienen 21% de proteínas, 4% de grasas y 75% de
agua, además de incluir vitaminas A, D, B, B2 y minerales muy
diversos, como el sodio, potasio, calcio, magnesio, hierro, fósforo y
azufre. Cada 100 gramos de sardina producen 106 calorías y su
rendimiento es de un 70 por ciento.
La pesquería de las sardinas está integrada por gran cantidad de
especies que reciben diferentes nombres comunes, pero las
principales son la "sardina de España" (Sardinops sagax), la que se
captura en Australia y en Nueva Zelanda (Sardinops neopilchardus),
las del Mediterráneo (Sardina pilchardus y Sardinella aurita), la de
la costa oeste de África (Sardinops ocellata) y las de la Unión
Soviética (Sardinops melanosticta, Sardinops sagax, Sardinops
ocellata y Sardina pilchardus).
Las sardinas que se pescan en Filipinas y en Indonesia son:
Sardinella perforata, Sardinella fimbriata, Sardinella sirm y
Sardinella longiceps; en Japón y en Corea se captura Sardinops
melancosticta.
La captura de estas sardinas se consume principalmente enlatada;
los principales países productores y exportadores son España,
Portugal, Canadá, Japón, Dinamarca y Alemania Federal.
La sardina se comercializa de diferentes maneras, aunque una de
las más comunes es la "conserva en aceite", para lo cual se trae
congelada en los barcos y se coloca en frigoríficos; después de
descongelarla se le quitan las vísceras que se emplean como abono
o cebo de pesca; el pescado se lava con agua caliente a presión y
se realiza la cocción en un horno de vapor; se coloca en latas donde
se le adicionan sal y aceite, cerrándose, posteriormente, al vacío y
esterilizándose con calor, según el tamaño y peso de los envases.
Otra forma de prepararlas es por medio del salado, o en escabeche
al añadirles vinagre. Con los desperdicios de sardina se puede
obtener un 8% de aceite, rico en grasa, muy utilizado en la
fabricación de jabones y pinturas. El aceite se obtiene por
procedimientos mecánicos en la fabricación de harinas de pescado a
partir de las sardinas.
La pesquería de la sardina en México se realiza básicamente en el
Océano Pacífico, en donde en 1988 se capturaron 446 070
toneladas; en el Atlántico la pesca fue de 570 toneladas, para un
total de 446 640 toneladas en el país. De esta captura se utilizaron
107 521 toneladas en el consumo humano directo.
Las especies mexicanas más importantes son la "sardina Monterrey"
(Sardinops sagax caerulea) y la "sardina crinuda" (Ophistonema
libertate) que aportan el 90% de la captura nacional, aunque
también se pescan la "sardina japonesa" (Etreumess teres) la
"sardina bocona" (Cetengragraulis mysticetus) y la "macarela"
(Scomber japonicus). Esta última, no pertenece a la familia de la
sardina, aunque tradicionalmente se le ha considerado integrante
de esta pesquería.
En la captura de las sardinas se emplean barcos cerqueros o
sardineros tipo clipper y camaroneros adaptados para la pesca de
cerco; por lo mismo, se observan amplias variaciones en sus
características: la eslora va de los 15 a los 33 metros, el material
del casco puede ser de madera o de hierro, la capacidad de bodega
fluctúa entre 5 y 300 toneladas y algunas embarcaciones tienen
sistemas de refrigeración. También cuentan con el siguiente equipo
electrónico: sonar, radio, piloto automático, radar y omega. El
número de tripulantes es de 9 a 12. El arte de pesca utilizado es
generalmente la red de cerco, que llega a tener una longitud de 250
a 270 metros, por 30 a 60 metros de profundidad y luz de malla de
3 centímetros. Con ella se rodea al banco de sardinas y se cierra en
su parte inferior formando un copo antes de subirla al barco.
También se utilizan los trasmallos que se componen de tres mallas
adosadas, colocándose la red a uno o dos metros del fondo en
posición vertical, con flotadores de corcho en la parte superior y
plomos en la inferior; las sardinas al tropezar con él quedan
enmalladas.
Los japoneses emplean sistemas de focos luminosos para atraer a
los bancos de sardinas, facilitando así su captura. Actualmente han
incorporado, como auxiliadores para la pesca de la sardina, las
ondas ultrasonoras y los sistemas eléctricos para detección.
La localización del cardumen con las embarcaciones tradicionales se
realiza visualmente y las capturas se efectúan en las noches más
oscuras del mes, debido a que los cardúmenes producen un efecto
lumínico que permite verlos a 15 o 20 metros; sin embargo, si
nadan por debajo de los 60 metros ya no se les ve, por lo que las
embarcaciones más modernas se han ido complementando con
equipos electrónicos para la localización del recurso.
La composición de la captura está dada por un 63% de sardina
oriunda, 28% de Monterrey y un 9% de otras. Son los estados de
Sonora, Sinaloa y Baja California Sur los que reportan la mayor
captura; en Ensenada, Baja California, se procesa mayor enlatado.
Baja California Sur y Sinaloa reportan el mayor procesamiento de
reducción.
El arenque, pariente de la sardina, pertenece a la familia de los
clupeidos y tiene una longitud de 20 a 30 centímetros, con su dorso
azul verdoso y el vientre plateado. Se localiza desde el Mar de
Noruega y de Islandia hasta el Atlántico, pasando por el Mar del
Norte y el Canal de la Mancha. Aunque son diferentes "razas" o
poblaciones las que ocupan cada uno de estos lugares, debido a las
condiciones del medio, que las obligan a concentrarse en épocas
determinadas a diferentes profundidades, evitando las aguas
relativamente calientes.
El arenque que vive en las aguas frías del norte del Atlántico es la
especie Clupea harengus, de la que en 1985, según la FAO, se
capturaron 1 418 965 toneladas, mientras que en el Pacífico norte
se localiza Clupea pallasii y de ésta hubo una captura de 292 723
toneladas. Existen dos especies en las aguas del extremo sur de
América, que se distribuyen por las costas de Argentina y Chile, son
Clupea fuegensis, llamada comúnmente "sardina" y Clupea
bentincki o "sardina anchoa".
El arenque migra pequeñas distancias, es un organismo delicado
que prefiere seguir en su medio a tener que adaptarse a nuevas
condiciones. Con base en sus costumbres y su biología se
programan, con gran probabilidad y acierto, las distintas zonas y
épocas del año en que se debe pescar. En Francia, desde antes de
la Edad Media, la pesca del arenque constituye una riqueza; su
aceptación como alimento y su calidad como materia prima para
preparar conservas es bien conocida en todos los mercados del
planeta.
Se captura en barcos denominados drifters que significa "de
deriva", miden 50 metros de eslora y están provistos con radios que
les permiten establecer contacto entre sí, en los bancos de pesca.
Antes operaban con redes de deriva, aunque en la actualidad han
cambiado por redes de arrastre. El arenque se comercializa en
fresco, sobre todo conservado en hielo, aunque también se procesa
salado y ahumado.
Las anchovetas pertenecen al género Engraulis que caracteriza a la
familia; son de los peces pelágicos de mayor importancia pesquera
por los grandes volúmenes de capturan anual en los diferentes
mares del planeta. Viven en aguas oceánicas con temperaturas
superficiales entre los 14.5 y los 20°C, formando cardúmenes que
pueden realizar migraciones acercándose a las costas. La anchoveta
adulta es un pez de bellos colores cuyos costados y vientre son
plateados, el dorso de un verde brillante y las aletas de tonos
claros, exceptuando la caudal que resulta casi negra.
Su cuerpo es semejante al de la sardina, aunque más cilíndrico, no
comprimido y anchos músculos que permiten la obtención de
gruesos filetes que se puedan salar fácilmente. Otra diferencia es la
boca grande, que puede llegar hasta por detrás del opérculo, o sea
la abertura de la cavidad branquial. Por esta razón en algunos
países como Chile se le llama "sardina bocona".
Figura 34. Anchoveta.
Las anchovetas son especies de vida corta, solamente tres a cuatro
años o un poco más en los que alcanzan de 12 a 16 centímetros de
longitud, aunque se han encontrado individuos de 7 años de edad
con 23 centímetros. Se reproducen en cualquier época del año; los
mayores desoves se registran, uno al final del invierno y otro al
terminar el verano. Una hembra adulta produce millares de huevos
durante su vida, desovándolos en la capa de agua que va desde la
superficie hasta los 50 metros de profundidad.
Los huevecillos son ovoides y transparentes; después de 2 a 4 días
de haber sido fecundados dan origen a larvas y, siete días después,
a postlarvas. Cuatro o cinco meses más tarde, cuando los juveniles
de anchoveta han crecido hasta alcanzar 7 centímetros, su cuerpo
comienza a cubrirse de escamas; luego, cuando ya miden de 8 a 14
centímetros, pasan a formar parte de la población de anchovetas
que puede quedar atrapada en las redes, es decir, ya pertenecen al
grupo de reclutas que ingresan a las existencias pescables.
Las anchovetas son de mucha utilidad, tanto comercial como
industrial, así como de gran importancia desde el punto de vista
alimenticio, por la cantidad de proteína y aminoácidos que
contienen; además, proporcionan importantes cantidades de fósforo
y de vitamina B12.
Su captura es una de las más elevadas en la historia de las
pesquerías y hay países en los que en tiempos muy cortos se han
alcanzado volúmenes de captura muy grandes, por lo que este
recurso representa para ellos una actividad que rinde amplios
beneficios tanto por la elevada cantidad de mano de obra que ocupa
como por las fuentes de divisas que genera. Entre estos países se
puede mencionar a Perú, que ha llegado a tener una captura
máxima de 12 millones de toneladas, con las que se produce la
famosa harina de pescado peruana.
El descenso en la producción de anchoveta peruana se debe a un
fenómeno atmosférico que sobrecalienta las aguas costeras del
litoral de este país cada determinado número de años y que se
conoce con el nombre del "niño".
Este fenómeno altera la oceanografía, impidiendo que se produzca
en esta zona la cadena trófica normal de productividad primaria
(fitoplancton), secundaria (zooplancton) y terciaria (peces,
etcétera) alterando de esta manera el ecosistema de la corriente de
Humboldt al permitir a las aguas calientes reemplazar a las frías
normales y ricas en nutrientes.
En esta situación, las poblaciones de peces disminuyen a tal grado
que los peruanos apenas han logrado capturar cerca de 2 millones
de toneladas.
Este fenómeno registrado en los años 1891, 1925, 1931, 1941,
1957, 1967,1976 y 1982, hasta ahora, no sólo afecta a las costas
peruanas, sino a una amplia zona del litoral occidental del
continente americano, llegando hasta las aguas frías de California,
lo que hace emigrar a las especies y por lo tanto, cambiar las
posibilidades de captura. También las pesquerías de sardina,
macarela, bonito y calamar se ven seriamente afectadas.
En la pesquería peruana, la especie de anchoveta que se captura es
Engraulis ringens, que vive desde la costa hasta a 50 millas mar
adentro en verano y hasta las 100 millas en invierno, aunque a
veces va más allá. Como es pelágica, se mueve entre la superficie y
los 50 metros de profundidad, pero en algunas ocasiones se
sumerge más. Se ha calculado que, en años favorables, la población
total de anchovetas jóvenes y adultas juntas, pesa de 15 a 20
millones de toneladas, pero cuando se pesca en exceso y las
condiciones de su medio le son adversas, su biomasa se reduce a 4
millones de toneladas o menos.
En esta pesquería se usan barcos bolicheras con bodegas no
refrigeradas que pueden almacenar 220 toneladas de pescado;
miden 50 metros de eslora. Los cardúmenes se detectan
visualmente o con ecosonda y/o sonar. Se capturan con una red de
cerco de 600 metros de longitud y 70 metros de profundidad.
Los barcos trabajan 20 horas y obtienen 100 toneladas de pescado
o más. Casi toda la captura se convierte en harina y aceite; de cada
100 kilogramos de peces se obtienen 22 de harina y 6 de aceite.
Perú es el principal productor de harina de pescado a partir de la
anchoveta y ha llegado, en 1967 a fabricar millones de toneladas.
Otros países que la capturan están más dedicados a plantear su
aprovechamiento para el consumo humano directo, enlatándola tipo
sardina, congelándola, salándola, ahumándola y secándola para así
evitar pérdidas de materia prima y de proteínas. Los principales
países productores de harina son: Japón, Unión Soviética, Noruega,
Estados Unidos, Sudáfrica, Dinamarca y Chile.
Las principales especies del género Engraulis que se aprovechan en
los diferentes océanos son: la "anchoveta europea (Engraulis
encrasicholus) que en España se conoce con los nombres de
"boquerón", "bocarte" y "anchoa"; la "anchoveta japonesa"
(Engraulis japonicus), la de Australia y Nueva Zelandia (Engraulis
australis), en África del Sur, Engraulis capensis; en la costa pacífica
de Panamá, Engraulis clarki, y en las costas de Argentina, Uruguay
y sur de Brasil, Engraulis anchoita.
Estas anchovetas, como las sardinas, tienen gran cantidad de
organismos depredadores como la "albácora" (Thunnus alalunga) y
el "atún aleta amarilla" (Thunnus albacares); diversas aves, como el
"piquero" (Sula variegata) y el alcatraz (Pelecanus thagus) así como
los "lobos marinos" (Otaria flavescens).
En México, las anchovetas representan una pesquería joven con
grandes posibilidades, que vendría a ayudar a solucionar problemas
nutricionales. Esta pesquería está formada por cuatro especies en el
Pacífico que se distribuyen desde Vancouver, Canadá, hasta Cabo
San Lucas, B. C. Sur y tres especies en el Golfo de México que
llegan hasta la costa de Brasil. Las áreas de mayor concentración
del recurso se localizan de Isla Cedros a San Quintín y de Punta
Descanso a Isla Coronado, en el occidente de México. La captura se
realiza entre las 10 y las 100 millas de distancia de la costa. En
1988 se obtuvo un total de 113 724 toneladas, de las cuales sólo
unas 350 se destinaron al consumo humano y el resto se procesó
en harina de pescado para ello contamos con 85 plantas reductoras
en la costa occidental de México.
En dicha captura se utilizaron barcos cerqueros o sardineros tipo
clipper, algunos de los cuales llegan a 33 metros de eslora, así
como otras embarcaciones adaptadas para operar la red de cerco
con jareta. Las especies fueron, en el Pacífico, la "anchoveta"
(Engraulis mordax) y "anchoas" (Anchoa helleri, Anchoa ischana y
Anchoa lucida) y, en
lamprotaenia), manjúa
(Cetengraulis edentulus).
el Atlántico, la "anchoa" (Anchoa
(Anchoa lyolepis) y el boquerón
Parientes de las anchovetas son las anchoas que en algunos países
han desarrollado una industria conservera. Las costas y playas de
Francia son excelentes para este tipo de industria, lo mismo que las
de Sicilia, Italia, país del que se puede afirmar que es el primer
consumidor y productor de anchoas. España exporta a todo el
mundo, procesando más de 100 mil toneladas del producto.
Los caracteres biológicos y el comportamiento de las anchoas son
muy semejantes a los de las sardinas y anchovetas y alcanzan una
talla adulta de 11 a 18 centímetros. Se capturan con barcos de tipo
cerquero y se procesan en salmuera; duran de 4 a 6 horas
enlatándose después de la salazón, el fileteado o anchoado y la
maduración, quedando entonces listas para distribuirse en los
mercados.
Las pesquerías de las sardinas, anchovetas y especies afines,
representan una de las mayores riquezas que la humanidad ha
logrado extraer del océano; sin embargo, todavía su consumo no es
directo, lo que hace que se desperdicien, económicamente, grandes
cantidades de energía en la cadena de alimentación. Debe lucharse
porque cada día estos abundantes y nutritivos peces que pueden
suplir las deficiencias proteicasde la alimentación humana, lleguen
como alimento directo a un mayor número de personas.
P E S Q U E R Í A
D E
A T Ú N
Bajo el nombre de "atunes" se incluyen diversos tipos de peces;
algunos pertenecen al género Thunnus y son considerados los
verdaderos atunes, como el "atún aleta azul" (Thunnus thynnus), el
"atún aleta amarilla" (Thunnus albacares) y la "albácora" (Thunnus
alalunga), y hay otros cuyas características se consideran similares,
como el "barrilete" (Katsuwonus pelamis) y el "bonito del Atlántico"
(Sarda sarda). Existen otras especies que, por su semejanza
morfológica con los atunes, se incluyen para fines estadísticos
dentro de esta pesquería, constituyendo un solo grupo, p. ej.
"macarelas" (Scomber), "sierras" (Scomberomorus) y "petos"
(Acanthocybium); todos pertenecen a la familia de los escómbridos
(Scombridae).
Los atunes son peces con características morfológicas que les
permiten ser buenos nadadores; tienen cuerpo fusiforme, cabeza
pronunciada en forma de pirámide triangular y boca relativamente
pequeña con respecto al desarrollo del cráneo. Las escamas que
cubren su dura y muy resistente piel son pequeñas, poco evidentes
y lisas; la piel está lubricada con un "mucus" que reduce la fricción
con el agua. La forma del cuerpo les permite nadar grandes
distancias y alcanzar altas velocidades de hasta 70 kilómetros por
hora.
Presentan dos aletas dorsales muy próximas, rígidas y robustas y
una caudal fuerte con forma de arco terminado en dos zonas
puntiagudas que le dan aspecto de media luna. Su coloración es
típica de los peces pelágicos con el dorso azul oscuro y el vientre
blanco plateado con reflejos irisados. Las aletas van del pardo al
amarillo.
Junto con los esturiones, los atunes se encuentran entre los peces
de mayor tamaño que compiten con otros animales como los
tiburones y delfines; uno de los más grandes es el "atún aleta azul"
que vive en el Atlántico y que llega a medir 3 metros de longitud y
a pesar 680 kilogramos. En los mares cálidos, donde es muy
abundante, los individuos son más pequeños, con pesos de 15 a
100 kilogramos y dimensiones desde 40 centímetros hasta un
metro, como es el caso de los "bonitos" y los "barriletes". El "atún
aleta amarilla" y el "patudo" alcanzan una talla máxima de 190
centímetros.
Los atunes son organismos oceánicos, se localizan, en aguas
templadas, el "atún aleta azul" y la "albácora" y, en aguas cálidas,
el "atún aleta amarilla" y el "barrilete", cuyas temperaturas van de
los 17 a los 33°C presentan la particularidad excepcional entre los
peces, de tener una temperatura corporal de 10°C superior a la
media, explicándose esta característica fisiológica porque su
envoltura muscular es muy grasosa.
Los atunes constituyen uno de los grupos de peces que ha logrado
su adaptación total al medio donde vive, el llamado "epipelágico"
caracterizado por los cambios frecuentes que presentan las
condiciones fisicoquímicas, lo que lo hace uno de los medios más
difíciles de habitar en el océano. Esta adaptación les permite
distribuirse como especie cosmopolita en todos los mares.
Se mueven constantemente para no hundirse, debido a que su
cuerpo es muy pesado por tener músculos fuertes y compactos y
una vejiga natatoria muy pequeña que no les ayuda a mantenerse a
flote. El movimiento constante hace que estos animales presenten
un metabolismo sumamente alto y que sus branquias posean un
sistema muy eficiente para extraer el oxígeno disuelto en el agua
del mar.
Los atunes son muy sensibles a los cambios estacionales de
temperatura, salinidad y turbidez que se presentan en el océano,
así como a las variaciones en la cantidad de alimento; esto hace
que las zonas donde vive sean muy amplias y que algunas especies
se puedan encontrar hasta a 400 metros de profundidad.
Los atunes son peces extremadamente voraces, se alimentan
durante todas las estaciones del año excepto en el periodo de
reproducción; se trata de un animal eminentemente "eurítrofo" es
decir, que come de todo lo que encuentra, con tal de que tenga el
aspecto de una presa en movimiento, sin preferencias alimenticias;
a pesar de que la mayoría de las especies tienen dientes, el
alimento formado por peces pequeños, crustáceos, moluscos y
ocasionalmente plancton, es tragado sin masticar. Un ejemplar de
barrilete consume 25% de su peso de alimento.
En su alimentación, los atunes responden a dos estímulos: el visual
y el olfativo. El visual se debe al brillo, talla y movimiento de sus
presas; colores claros o brillantes resultan objeto de una mayor
respuesta por parte de estos peces, por lo cual el uso de luces o de
objetos que produzcan brillo da buenos resultados en su pesca. El
olfativo consiste en que los atunes responden a extractos químicos
liberados por sus presas y, por ello, se han hecho experimentos
para mejorar su captura utilizando algunos productos provenientes
de calamares, camarones y una variedad de peces.
Se sabe poco acerca de la reproducción de los atunes, como no
forman parejas, cuando se encuentran en el cardumen la hembra se
separa y desova; entonces el macho también se aísla y fecunda los
huevecillos que tienen una gota de grasa que les permite flotar; de
éstos sale la larva, que se alimenta primero de la yema y
posteriormente del plancton. Muchas de estas larvas mueren al ser
comidas por otras especies o por el mismo atún; su índice de
mortalidad es elevado.
Los reproductores vuelven al banco de peces y los juveniles nadan
cerca de la superficie durante 4 o 5 años; después se dirigen a las
profundidades hasta alcanzar su estado adulto y mayor talla.
Su reproducción se lleva a cabo en las zonas de concentración
durante los meses de primavera y verano, aunque puede cambiar
de época según las especies. Las gónadas son muy grandes y los
ovarios pueden contener entre 15 y 18 millones de óvulos esféricos
con diámetro de uno a 1.5 milímetros. El peso de las gónadas de un
ejemplar de 200 kilogramos puede alcanzar los 9 kilogramos. El
tiempo de desarrollo y maduración sexual cambia con las especies,
pudiendo inclusive, presentarse variaciones del periodo de
maduración entre individuos del mismo banco.
Las migraciones de los atunes que en ocasiones puede ser de 14 a
50 kilómetros diarios, han despertado el interés de los hombres de
ciencia desde la antigüedad. Aristóteles se ocupó de establecer la
migración de ellos, señalando que desde su lugar de origen, esto
es, el Mar Negro y el Mar de Azov, emigraban en la profundidad del
Mediterráneo hacia las Columnas de Hércules, es decir, el actual
Estrecho de Gibraltar para entrar al Atlántico. En primavera
efectuaban el viaje de retorno nadando cerca de la superficie con la
finalidad de procrear; una vez efectuada la reproducción, volvían
nuevamente al Atlántico.
Con base en estos conocimientos, los biólogos siguen estudiando
estas migraciones que presentan dos etapas: primero, un viaje de
concentración genética, donde los atunes se reúnen en ciertos
lugares favorables para la reproducción y después, el viaje de
alimentación siguiendo las aguas que les ofrecen mejores
posibilidades Estas migraciones determinan las condiciones de
pesca de los atunes, son objeto de numerosos estudios
oceanográficos y biológicos, realizados por investigadores de los
países interesados en capturar y conservar la especie de estos
valiosos peces.
En relación con sus migraciones y asociaciones, los atunes son
peces que forman grandes "cardúmenes" para nadar juntos de
manera paralela, dejando una distancia muy corta entre un pez y
otro. Se ha observado que el tamaño y forma del cardumen cambia
con las características del medio; la macarela se junta más en
cardúmenes cuando hay noches oscuras, que a la luz del día; en las
noches de luna llena el atún y el barrilete forman grandes
agrupaciones, llegando a reunirse una cantidad de individuos cuyo
peso en conjunto sería de 3 600 toneladas, entonces los grandes
barcos pueden sacar su red hasta con cien toneladas de atunes.
Los atunes con frecuencia se asocian con otros organismos; por
ejemplo, se juntan atunes y aves, atunes y delfines y, en algunos
casos, atunes y tiburones o ballenas, basados en un interés común
sobre una misma concentración de presas. Se ha observado que las
aves siguen a los atunes porque su presa son los peces pequeños
que nadan arriba y, por esto, los pescadores las toman como punto
de orientación para localizar a los cardúmenes. También existe la
posibilidad de que los atunes usen a las aves, delfines y ballenas,
para localizar concentraciones de presas.
Su asociación con los delfines ha producido una gran discusión
debido a que en la captura del atún, quedan atrapados en las
enormes redes varios de esos mamíferos acuáticos que, al tener
respiración pulmonar, mueren por asfixia o golpeados en la
maniobra de alzar la captura o simplemente por el impacto
"emocional" que sufren; en realidad son pocos los que logran saltar
los flotadores de la red. Las opiniones de científicos y
conservacionistas han logrado que los pescadores implementen
ciertas modificaciones en las redes de cerco de los barcos atuneros
con el objetivo de que se facilite el escape de los delfines que
quedan atrapados.
Los nombres comunes con los que se denomina a los atunes
cambian mucho según los diferentes países y regiones del mundo;
por ejemplo, el "atún azul del norte" que en el Pacífico es la
subespecie Thunnus thynnus orientalis y en el Atlántico Thunnus
thynnus thynnus, es llamado también "atún rojo" o "atún oriental".
La albácora tiene un aspecto general semejante al del atún, del que
se diferencia a primera vista por las larguísimas aletas pectorales;
de ahí el nombre científico de la especie (Thunnus alalunga) su
tamaño va de 30 centímetros a un metro, llegando hasta los 10
kilogramos de peso; pescadores deportivos los han reportado hasta
de 30 kilogramos. Su dorso es oscuro con reflejos azules, aletas
grises con amarillo, vientre blanco con reflejos iridiscentes en la
región caudal. Es un pez muy bello, de aspecto elegantísimo, de
natación ágil y veloz que aprovecha bien su forma, más
hidrodinámica que la del atún.
El bonito es un pez semejante a los atunes que se caracteriza por
su cuerpo alargado, ligeramente comprimido, cubierto de
pequeñísimas escamas, poco visibles y aletas dorsales próximas
entre sí de tal forma que la segunda empieza donde termina la
primera. La cabeza es alargada, con el hocico puntiagudo y la boca
armada de fuertes dientes. Presentan una longitud máxima de 70
centímetros. La coloración varía con la edad: los jóvenes tienen su
dorso azulado, atravesado verticalmente por bandas negruzcas que
descienden por los costados cruzadas y cubiertas por bandas negras
longitudinales; en los adultos son más visibles las líneas
longitudinales.
Existen otros atunes pequeños que presentan menores cambios en
las características anatómicas de su cuerpo y que también son
menos abundantes; por ejemplo: el "atún aleta negra (Thunnus
atlanticus) que sólo vive en el Atlántico; el "barrilete negro"
(Euthynnus lineatus), el "atún del mar" y el "patudo" (Parathunnus
obesus) también llamado "ojudo" o "atún ojo grande".
La pesquería de los atunes es una de las mayores y más
importantes, ejercida en los mares tropicales y subtropicales; la
captura se programa tomando en cuenta sus hábitos alimentarios y
sus migraciones y asociaciones. Las pesquerías más antiguas y
conocidas son las del Mediterráneo y Japón. En la actualidad se
pescan 12 especies de atunes principalmente en el Pacífico oriental,
llegando la producción total en 1986, según la FAO, a 3 418 450
toneladas.
Figura 35. Tipos de atunes.
Según el distinguido biólogo mexicano Guillermo Compeán, el
barrilete es la especie que más se captura, representando el 43.9%
del total; sigue el atún aleta amarilla, con el 30.86%; luego la
albácora, con el 10.57% y el patudo, con el 10.50%; después el
atún aleta azul del Atlántico, con el 2.38% y por último, el atún
aleta azul del sur y el atún aleta negra, con 1.7% cada uno.
Los principales países que capturan atún son: Japón, con un 33%
de la captura total, los Estados Unidos con el 13%; Taiwán y Corea
han llegado a capturar en conjunto el 12% y en los últimos años,
han surgido nuevos países que aprovechan esta pesquería, como
son la Unión Soviética, Filipinas, Ghana, Francia, Holanda, España,
Canadá, Ecuador, Venezuela, Costa Rica y México, entre otros.
Son varias las regiones del océano en donde se concentran
poblaciones de las distintas especies de atún, como el atún aleta
amarilla en el Océano Pacífico, en su región oriental tropical, del
que se han llegado a capturar más de 300 mil toneladas.
Recientemente se descubrió en la zona occidental del Océano
Pacífico una gran concentración de este atún, entre las Islas
Filipinas, Marianas, de Pascua, Norfolk y Salomón; destacando las
aguas que rodean a la pequeña isla de Samoa, en donde se han
descubierto grandes existencias de túnidos, formadas por barrilete,
aleta amarilla, patudo y albácora.
En el Atlántico tropical y subtropical abundan las distintas especies
de túnidos como el aleta amarilla, el aleta azul, el aleta negra, el
bonito, la albácora y el patudo; se considera que muchas de ellas
derivan y tienen sus zonas de crianza en el Golfo de México y las
islas del Caribe.
Los atunes se capturan utilizando "redes fijas", "redes móviles" y
"sedales" de distinto tipo para la "pesca de carnada"; también se
capturan utilizando los "palangres".
Las redes fijas son del tipo de las "almadrabas de carrera", se
emplean para capturar a los atunes menores y a peces afines a
ellos, como el barrilete y la sierra que migran nadando en la
llamada "corrida de peces"; cuando encuentran la almadraba, son
capturados en su trampa o "cámara de muerte", de donde los
pescadores los suben a embarcaciones menores. Estas redes se
colocan en zonas con poca profundidad, como las zonas costeras
que presentan estrechos y las puntas y los cabos de islas; se
utilizan en el Mediterráneo y en el Mar Interior del Japón.
Las redes móviles pueden ser de muy diferentes tipos, pero la que
más se usa es la red de "cerco", arte que se ha impuesto al
probarse como el más eficiente en las grandes pesquerías del atún
y que se maniobra desde un barco cerquero tipo clipper (barco
atunero) de más de 400 toneladas de capacidad; en la actualidad,
estos barcos se han construido de más de 60 metros de eslora y
tienen 1 400 toneladas de capacidad de acarreo, como el coloso de
la flota pesquera mexicana llamado Nair.
Los cardúmenes de atún se localizan visualmente, ya sea por un
vigía equipado con enormes catalejos que se encuentra en una
caseta colocada en la parte superior del palo mayor, la cofa"; desde
avionetas que acompañan a la flota, o desde un helicóptero
perteneciente al barco. Se lanza una lancha que lleva un extremo
de la red grande de hasta 500 o más metros de longitud y se rodea
al cardumen; luego se cierra el fondo de la red, formando una bolsa
grande. A medida que la bolsa es cobrada, su volumen disminuye
concentrando a los atunes que son subidos al barco por los
pescadores con fuertes ganchos de acero para el manejo de la
captura colocada en las bodegas y rápidamente congelada.
Figura 36. Barco atunero.
El uso de la red de cerco se generalizó al construir un aparato
denominado "pasteca hidráulica", que permitió el manejo de las
enormes redes. Los barcos atuneros llevan equipo electrónico como
el sonar, el radar, las ecosondas, el navegador por satélite, el
receptor de facsímiles meteorológicos, etcétera.
La pesca con vara y carnada viva fue la más utilizada hasta el año
de 1965, cuando por razones de costos, se fueron sustituyendo los
barcos vareros por los cerqueros. El sistema consiste en obtener en
bahías, aguas costeras, etc. la carnada que se pasa a tanques con
agua de mar circulante para mantenerla viva en el barco. Después,
el barco prosigue a las áreas de pesca; los pescadores exploran
para localizar los cardúmenes de atún y cuando los ven, el barco se
aproxima lentamente hasta una distancia de pocos metros y se
empieza a arrojar la carnada al mar.
Los pescadores se estacionan en las barandillas que cuelgan desde
la popa del barco y usan cañas de bambú o de fibra de vidrio con
anzuelos, llamadas varas, para jalar los atunes del agua y lanzarlos
a la cubierta. Si el cardumen se encuentra en estado de confusión o
frenesí y muerde indistintamente, los pescadores usan cebos
artificiales para capturarlo y, si está tranquilo, lo cual depende del
hambre que tenga, se tiene que cebar con más carnada viva.
Para este tipo de pesca se utilizan embarcaciones de 50 a 300
toneladas y en algunos países como Japón, Corea, España, Estados
Unidos y México se cuenta con una flota importante de barcos
vareros. Esta técnica se originó en Japón hace por lo menos más de
200 años, en la actualidad está volviendo a tomar fuerza debido al
alto costo que significa operar los grandes cerqueros.
Los japoneses utilizan en la captura del atún los palangres que
están construidos por una línea principal de varios cientos de
metros de hilo trenzado o cáñamo torcido de espesor considerable
para soportar esfuerzos de cierto relieve. En esta línea madre, que
puede llegar a medir entre los 10 y 20 kilómetros, se colocan cada
3 o 5 metros unos cordeles cortos de nylon trenzado llamados
"hijuelas" que pueden llegar a 3 o 4 mil y de donde cuelgan
anzuelos de un tipo especial para atunes, aunque también se
capturan otras especies como pez vela, pez espada, marlin y
tiburones. Esta técnica de pesca implica un gran esfuerzo de los
pescadores ya que dura de 14 a 18 horas. Además de Japón
también la emplean en Taiwán, Corea y la Unión Soviética.
Para los atunes menores y dentro de la pesca deportiva de altura,
se utilizan aparejos llamados curricanes que están formados por
cañas de fibra de vidrio, carretes de tambor giratorio y sedales de
nylon, aparte de una serie de accesorios como señuelos artificiales,
anzuelos para cebos naturales, etc. Esta pesca con curricán se
realiza empleando embarcaciones menores de 6 a 10 metros de
eslora y la maniobra se efectúa tomando en cuenta que los atunes
son peces veloces y combativos pues no se rinden mientras les
queda una pizca de energía. Su paladar es extremadamente duro y
difícil para la penetración del anzuelo, el cual, por esta misma
razón, se sostiene fuertemente y el pescador debe estar preparado
para librar una verdadera batalla. Esta técnica es principalmente
utilizada en Japón, España, Francia y Estados Unidos.
La pesquería de los atunes en México es una de las mejor
establecidas; su captura anual en 1988 fue de 113 607 toneladas,
pescándose 113 324 en el Pacífico y sólo 283 en el Atlántico.
Los atunes son especies de gran valor comercial, con un mercado
muy concentrado, ya que Japón, Estados Unidos y algunos países
de Europa Occidental realizan la mayor parte del consumo mundial.
El atún se consume fresco, ya sea conservado en hielo o congelado;
este último método se ha desarrollado con la incorporación de la
congelación a bordo de los grandes atuneros, sobre todo para el
"atún aleta amarilla", consumido en los restaurantes de lujo de las
grandes capitales y el "atún ojo grande" que es utilizado por los
japoneses para la preparación del guiso tradicional de pescado
crudo llamado sashimi.
Otros atunes, como el barrilete, se destinan a la industria
enlatadora que los presenta al mercado en aceite, en tomate o en
salmuera; los desperdicios del enlatado se reducen preparando
harina y otros subproductos para la alimentación de animales
domésticos.
Las principales especies de atunes que se capturan en México son el
aleta amarilla, que se encuentra en toda la costa del Pacifico
oriental y en las aguas de California es abundante en el verano; en
el Golfo de México está desde la península de Florida hasta
Tamaulipas. El atún aleta azul se encuentra en el Pacífico en toda la
costa occidental de Baja California, concentrándose alrededor de las
islas, sobre todo en las Coronado, Guadalupe, San Benito y
Margarita; en el Golfo de México vive desde Tamaulipas hasta
Yucatán.
El atún ojo grande o patudo es abundante en las costas del Pacífico,
principalmente en Isla Guadalupe, B. C. En el Golfo de México las
existencias son menores. La albácora sólo se pesca en el Pacífico,
ocupando la zona que va desde Alaska hasta Baja California;
mientras que el atún aleta negra se captura únicamente en el Golfo
de México. También se pescan el barrilete y el bonito tanto en el
Pacífico como en el Atlántico.
En el Pacífico, las embarcaciones empleadas para la captura de
estos organismos son atuneros de casco de acero de 30 a 50
metros de eslora, con una capacidad de bodega de 500 a 1 200
toneladas y se usan redes de cerco de 50 a 90 metros de
profundidad, ya sea de jareta o de anillo.
La flota atunera nacional está integrada por 58 embarcaciones con
capacidad global de acarreo superior a 20 mil toneladas; algunos de
los barcos de esta flota, como el Chac Mool, cuentan con los
sistemas más modernos para realizar la captura, como complejos
instrumentos electrónicos: sonares, navegador por satélite,
localizadores de dirección, guardadores de redes, monitores de
redes, indicadores de la temperatura del agua y ecosondas con
video de color. El buque atunero Tramontana, propiedad del grupo
pesquero NAIR, fue construido en los astilleros de la Secretaría de
Marina en Salina Cruz, Oaxaca, por técnicos y armadores
mexicanos, desplaza 1 200 toneladas y está dotado con todos los
avances tecnológicos.
Una vez localizado visualmente el cardumen, estas embarcaciones
lo atraen por dos tipos de estímulos: uno mecánico, que consiste en
lanzar chorros de agua sobre la superficie marina, los cuajes, al
producir espuma y movimiento, atraen al cardumen; el otro es un
estímulo trófico, consistente en soltar la carnada viva: sardina,
sierra, etcétera.
En el Atlántico se emplean embarcaciones camaroneras convertidas
para la captura del atún, son de 20 metros de eslora y el arte de
pesca empleado es el palangre.
De esta manera, la mano de obra para el Pacífico está compuesta
de 15 o 20 pescadores por embarcación y, en el Atlántico, de sólo 5
a 6 pescadores.
La mayor parte de la captura se realiza en la zona noroccidental del
país, concentrándose ahí el grueso tanto de la flota como del
personal experimentado en esta pesquería, así como la
infraestructura portuaria y comercial; los principales puertos
atuneros son Ensenada y Mazatlán; también en esa zona se
encuentra el mayor número de plantas procesadoras de atún, de las
que hay 18 en la península de Baja California. La presentación del
producto al mercado es en lata, fresco y congelado. Se tiene un
mercado tanto nacional como internacional; el principal país al que
se exporta es Estados Unidos. Esta pesquería desempeña un papel
muy importante en la actividad pesquera nacional y presenta
amplias posibilidades de desarrollo para los próximos años.
La pesquería del atún resulta la mas dinámica, cambiante y difícil
de predecir; el descubrimiento de nuevas áreas de pesca, la
apertura de nuevos mercados y el desplome de otros, los cambios
constantes en los precios así como la variabilidad en la oferta y la
demanda, la caracterizan como un reto para los pescadores y los
industriales.
Los atunes, catalogados como especies "altamente migratorias",
representan una riqueza común para todos los pueblos del mundo,
por ello se han establecido comisiones atuneras internacionales
como la Comisión Interamericana del Atún Tropical, la Comisión
para la Conservación del Atún del Atlántico, la Comisión del Pacífico
Sur y, dependientes de la Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Comisión de Pesquerías
del Indopacífico y la Comisión de Pesca del Océano Índico, ya que
su conservación y el incremento racional de sus capturas, asegurará
que esta fuente importante de alimento sea aprovechada de
manera óptima.
P E S Q U E R Í A S D E B A C A L A O S
M E R L U Z A S
Y
Cerca de la costa americana, en las aguas vecinas a la parte más
septentrional del globo, se encuentran los bancos de Terranova,
una de las zonas pesqueras más ricas y más antiguamente
explotadas por el hombre. Allí se concentran grandes cantidades de
abadejos o bacalaos, merluzas y eglefinos; la FAO reportó, para
1986, una captura total anual de estos peces de 13 492 562
toneladas.
Los bacalaos pertenecen a la familia Gadidae y el "bacalao común",
cuyo nombre científico es Gadus morhua, aunque algunos ictiólogos
lo llaman Gadus callaris, es una especie demersal, es decir,
habitante de los fondos marinos, conocida por diversos nombres
comunes: abadejo, codfish, morue común y cabilland. Se le
encuentra en las aguas frías del norte del Atlántico ricas en vida
planctónica, y es semejante a la especie Gadus macrocephalus del
Pacífico y a Micromesistias australis de las aguas frías del
hemisferio sur.
Es un pez de cuerpo largo, con el abdomen generalmente muy
dilatado, caracterizado por poseer 3 aletas dorsales y 2 anales; la
aleta caudal es ligeramente cóncava en su parte posterior y las
aletas pelvianas están en posición casi yugular; presenta una
barbilla" en el extremo de la mandíbula inferior.
Su pigmentación varía según el ambiente, siendo rojiza o parduzca
en la zona de algas, verdosa en la de hierbas marinas y gris clara
en los fondos arenosos o en aguas muy profundas; se caracteriza
también por el tamaño de sus escamas.
Figura 37. Bacalao.
Es muy voraz y todas las presas que están a su alcance son buenas
para él, incluso los bacalaos juveniles. Pero sus manjares favoritos
son un pequeño calamar, cefalópodo de pocos centímetros y el
bucino ondulado, pequeño molusco gasteropodo de concha muy
dura que el bacalao digiere con su potente aparato digestivo;
además, el adulto come otros peces como macarelas, percas,
lenguados, eglefinos, etcétera. Estos animales son empleados como
cebo por los pescadores de bacalao, que utilizan aún sedales con
anzuelos de fondo.
Los bacalaos prefieren las aguas frías, las que se hallan entre 1 y
8°C ya que según la raza se diferencian en sus costumbres y
épocas de reproducción o freza, así como en el ritmo de crecimiento
y los biotopos donde se mantienen de preferencia. Los grupos más
importantes están constituidos por bacalaos migratorios oceánicos,
los cuales emprenden largos viajes para reproducirse y alimentarse.
Viven formando bancos en las aguas que cubren la plataforma
continental a profundidades comprendidas entre los 100 y los 500
metros, o sea, en el límite de la meseta continental. Para la puesta,
buscan aguas menos profundas y más cálidas. Esta migración de
"concentración genética" se lleva a cabo durante el invierno y, la
puesta, entre enero y marzo, según las regiones.
La fecundidad del bacalao es extraordinaria pues una sola hembra
puede poner entre 5 y 10 millones de huevos, de ellos un ejemplar
o dos llegan a la edad adulta y se reproducen nuevamente. Tanto
los óvulos como el esperma son emitidos libremente en el seno del
agua al tiempo que el macho y la hembra se aprietan
estrechamente uno contra otro.
Los huevos, transparentes y pelágicos, miden 1.5 milímetros y
suben rápidamente a la superficie. El desarrollo embrionario dura
de 2 a 4 semanas, según la temperatura. Al nacer, los jóvenes
alcanzan tallas de 5 milímetros; mientras llevan vida pelágica se
nutren de copépodos y otros animales planctónicos. Transcurridos
de 3 a 5 meses, los jóvenes, que tienen ya de 3 a 6 centímetros, se
desplazan al fondo. Los de las razas oceánicas se establecen en
aguas bastante profundas mientras que los de las costeras buscan
los bajos fondos.
Mientras llevan vida pelágica, los huevos y larvas son arrastrados
por la corriente, alejándose de sus lugares de origen para llegar a
las zonas de alimentación. Los índices de crecimiento de los
jóvenes, en los años siguientes, dependen de las temperaturas y de
la densidad del banco, así como de la calidad y cantidad de
alimento disponible.
Crecen muy de prisa, alcanzando la talla de 2 a 30 centímetros en
el primer año de vida, y maduran hasta la edad de 6 a 15 años,
cuando miden de 70 a 100 centímetros y pesan entre 3 y 8 kilos.
Los que habitan la zona costera crecen con mayor rapidez y
maduran antes, siendo capaces de reproducirse a la edad de 2
años; los individuos maduros emprenden cada año las migraciones
reproductoras.
Por ser un recurso de alto valor económico, las artes de pesca que
se emplean en su captura han sufrido gran desarrollo en un tiempo
muy corto Actualmente el bacalao se pesca por arrastre con
modernas redes llamadas de arrastre en pareja o de arrastre con
puertas, si el fondo es uniforme; o con redes de deriva de fondo y
palangres, si los peces se mantienen cerca de la superficie o el
fondo es irregular.
Antiguamente, la pesca del bacalao se hacía con barcos de vela que
salían en el mes de marzo y volvían en noviembre con las bodegas
llenas. Estos barcos, las goletas, de 300 toneladas, llevaban una
dotación de 32 hombres y una vez fondeados sobre el banco de
peces, botaban al agua sus "doris" de pesca; embarcaciones ligeras
de fondo plano y extremos puntiagudos, impulsadas con remo y
equipadas con dos hombres, embarcándose de esta manera 24 de
los 32 tripulantes; se separaban de la goleta y lanzaban sus
anzuelos de fondo a cierta distancia.
El sedal, que podía medir miles de metros y estar provisto de varios
centenares de anzuelos, quedaba sumergido y se mantenía en el
fondo por medio de dos anclas, mientras que dos sedales verticales
unían sus extremos a dos boyas de señal. El sedal era colocado al
atardecer y se cobraba hacia las 4 de la mañana siguiente; la izada
duraba varias horas, según la cantidad de peces capturados y el
estado del tiempo. Al regresar a la goleta, los bacalaos eran subidos
a cubierta con ayuda de un bichero, vástago de hierro con mango,
entonces "el segundo de a bordo" los iba contando.
Al regresar, los barcos traían en las bodegas el llamado bacalao
"verde", o sea, sin cabeza ni vísceras y salado dos veces. El bacalao
verde, muy apreciado al llegar al puerto, iba perdiendo valor
conforme pasaba el tiempo, sobre todo debido al calor que lo podía
descomponer.
La pesca con sedal sigue practicándose aún y todavía se ven
algunas goletas portuguesas. La introducción de "doris" con motor
fuera de borda ha mejorado el rendimiento y las condiciones de
seguridad de este tipo de pesca, pero los arrastreros, con todos los
medios técnicos con los que cuentan, le han ido ganando la partida
a los barcos de sedales.
La pesca del bacalao es considerada como una de las más duras
que se presentan en el océano. Las aguas del Atlántico norte están
cubiertas, casi todo el tiempo, por una helada niebla y el trabajo a
bordo de los barcos bacaladeros es intenso y sumamente rudo, a
pesar de las comodidades, los implementos de pesca ultramodernos
y el uso de sistemas electrónicos de que gozan los tripulantes de
esos barcos.
Antes de lanzar las gigantescas redes con las que capturan el
bacalao, los tripulantes deben luchar contra el hielo que cubre todo
y se adhiere a los aparejos, a los cables, a las puertas y ventanas
de acero, dando a las esbeltas embarcaciones la apariencia de
barcos fantasmas; con picos y hachas deben quitarse las costras de
hielos de los cables, plumas y güinches. Abrir una puerta o una
ventana requiere romper un muro helado, y los pisos donde se
realizan las maniobras deben ser raspados para evitar resbalones y
caídas peligrosas; en el invierno estas faenas se hacen aún más
pesadas.
Una vez despejado el hielo del barco, cuando la red es recuperada y
una gran cantidad de bacalao plateado sale por la boca del copo y
se desparrama sobre cubierta, el trabajo apenas empieza. Es
necesario descabezar el pescado, desviscerarlo y limpiarlo,
arrojando sus órganos al mar, excepto el hígado, de donde se
extrae el famoso aceite, rico en vitaminas; luego se lava y se
dispone en las bodegas en capas superpuestas entre otras de sal.
Cada arco lleva para ello, 350 toneladas de sal que se utilizan una
sola vez.
Esta operación es de suma importancia, pues si se escatima la sal,
los bacalaos se descomponen; pero si se abusa de ella, el pescado
se "enrojece", es decir, se quema, lo cual hace que su calidad
disminuya, al igual que el precio. En ambos casos queda inutilizado
para el consumo; por ello el salador es uno de los mayores
responsables del éxito o fracaso de estas duras campañas.
Los barcos que realizan estas largas travesías regresan con
capturas que oscilan entre 1 200 y 5 000 toneladas de bacalao, ya
descabezado y salpreso, dependiendo de la cantidad de peces y de
la dimensión del barco. La carne del bacalao, blanca, de músculos
suaves y grasosos, es gustada en todo el mundo desde hace siglos.
Se consume la mayor cantidad, en forma seca y salada, pero en
algunos países ya se está utilizando también fresco.
Los países que obtienen la mayor captura del "bacalao comun" son
Canadá, Noruega, Dinamarca, Unión Soviética, Estados Unidos,
Japón, Inglaterra, Francia, España, Portugal y Alemania
Democrática.
La captura del bacalao no sólo depende de la abundancia de las
poblaciones que permitió en 1985, según la FAO, que se llegara a
casi 2 millones de toneladas; sino también de las condiciones
oceanológicas y meteorológicas que favorecen o no las maniobras
de pesca.
Para regular la pesquería existen comisiones internacionales como
la Comisión Internacional para las Pesquerías del Atlántico
Noroccidental,
que
cuenta
con
científicos
que
realizan
investigaciones sobre las características biológico-pesqueras y
oceanográficas, para tener informadas a las flotas y la industria,con
el fin de lograr capturas de rendimientos más altos, sin perjudicar al
recurso.
En México, donde el consumo del bacalao está limitado por los altos
costos, es muy usada la carne de cazón para sustituir a la del
bacalao y algunos muestreos científicos han probado que apenas el
10% de lo que se vende como bacalao pertenece en realidad a esta
especie; sin embargo la carne de tiburón, cuando está bien
preparada, puede resultar tan sabrosa como de este pez y
sustituirlo en diferentes guisos.
La industria y el gobierno mexicano han realizado esfuerzos para
abatir los precios del bacalao; el primero se debió a que la Empresa
Bacaladera Mexicana, S.A., se hizo cargo de dos barcos arrastreros
españoles, dotados de los aparejos más modernos. Los barcos
Teresa y Elene arribaron por primera vez en octubre de 1968 al
puerto de Coatzacoalcos, Ver. procedentes directamente de
Groenlandia y con las bodegas repletas de bacalao salpreso que en
camiones especiales fue transportado directamente a la capital,
donde la empresa contaba con las instalaciones adecuadas para la
parte final del proceso y empacado. Posteriormente se han
establecido empresas de coinversión para alcanzar estos fines.
Otra especie de los gadiformes (Gadidae) es el abadejo de Alaska o
"pollack de Alaska" (Theragra chalcogramma), también llamado
"bacalao negro" que abunda en la región norte del Océano Pacífico:
los científicos calculan que sus existencias explotables podrían
alcanzar 20 millones de toneladas, lo que la convierte en una de las
especies de peces de mayor población en el océano.
Este pez se localiza en las aguas frías del norpacífico en el Golfo de
Alaska, el mar de Bering, el mar de Okhotsk, el mar de Japón, la
península de Corea y las costas de Canadá, presenta características
muy semejantes a las del bacalao común, con la diferencia de que
su mandíbula, extremadamente saliente, no presenta la barbilla; su
color es verde oscuro en el dorso y su abdomen es de color blanco,
presentando manchas amarillas en todo el cuerpo.
La pesquería del abadejo de Alaska se inició a principios del siglo
por los japoneses, que no sólo lo aprovechan comercialmente, sino
que tienen una larga tradición cultural en ello, ya que lo emplean
para preparar kamaboko, platillo muy común en este país
semejante al pastel de pescado; es tan importante esta pesquería
para los japoneses, que han llegado a capturar 3 millones de
toneladas al año.
En la actualidad intervienen en la pesca del abadejo de Alaska,
además de Japón, Corea, la Unión Soviética, Canadá y Estados
Unidos y, para 1985 la FAO reportó una captura anual de 6 132 334
toneladas.
Para su captura se utiliza principalmente la pesca de arrastre, con
sus variantes de red danesa, de red de arrastre de cerco y de redes
de arrastre gemelas, operadas desde embarcaciones medianas y
grandes. Estas embarcaciones entregan su producto a barcosfábricas, a barcos congeladores o a plantas situadas en la franja
costera.
Como la carne de este pescado es "blanca", puede ser
comercializado como filete congelado o se procesa para elaborar
gran cantidad de productos; en el Japón se ha establecido una
industria altamente elaborada y tecnificada que prepara una
enorme variedad de comestibles a partir de una pasta del pescado,
surimi. También preparan con él salsas, carne molida, imitación de
la carne de cangrejo y han aprendido a preparar la hueva del
bacalao negro.
Las perspectivas de esta pesquería parecen ser muy amplias; sin
embargo, se tiene que conocer mejor su potencial pesquero y sus
posibilidades comerciales, para lograr que se explote racionalmente.
Otro pez del grupo de los gadiformes que por la excelencia de su
carne es objeto de una activa pesca, es la merluza, que pertenece a
la familia Merluccidae, muy próxima a la de los gádidos, a la que
pertenece el bacalao. Se conoce en algunos países con los nombres
comunes de "pescada", "llus", "pescadilla", "pijota y pijotilla", entre
otros. Distribuidas en las aguas marinas templadas y frías del
mundo, existen unas 12 especies del género Merluccius; de ellas,
por lo menos dos se mueven en aguas mexicanas del Pacífico:
Merluccius productus, y Merluccius angustimanus.
Estos peces se distinguen fácilmente por sus características
externas: su cuerpo es alargado, de color gris plateado en los
flancos y más oscuro en el dorso, con la primera aleta dorsal muy
corta, mientras que la segunda se extiende a lo largo de casi todo el
resto del cuerpo; su aleta anal también es muy larga, opuesta y
casi igual a la segunda dorsal; las aletas pelvianas,
extraordinariamente avanzadas en el perfil ventral del cuerpo, están
ya debajo de la cabeza, en posición completamente yugular.
Tienen dientes pequeños y afilados; los de la mandíbula superior
son fijos, mientras que los de la inferior pueden inclinarse hacia
atrás, de forma que facilitan la entrada de las presas en la boca y
se oponen a su salida clavándose en ellas; no presentan barbillas en
el mentón.
Las merluzas viven en los fondos fango-arenosos de la planicie
continental; los ejemplares más jóvenes se encuentran en las áreas
menos hondas y los adultos en las más profundas, cerca de la
región del talud continental.
Cuando llega la primavera, se presenta una concentración de
machos y hembras en las zonas poco profundas, donde realizan la
fecundación; en ese momento, el abdomen está completamente
dilatado por los órganos sexuales que llegan a comprimir el tubo
digestivo el cual, como en la mayoría de los peces migrantes, en la
época de la reproducción está completamente vacío.
En las merluzas, los sexos están separados, aunque en raras
ocasiones se dan casos de hermafroditismo, siendo entonces su
reproducción menor que en las normales. Ponen un número
extraordinario de óvulos, más o menos 7 millones por hembra.
Estos huevecillos son pelágicos y flotan merced a una pequeña gota
de grasa que llevan en su interior. La fecundación es externa,
tardan 70 horas en germinar y nacen de ellos unas larvas
transparentes, de forma rechoncha que viven los primeros días de
las reservas de su bolsita abdominal; poseen una cabeza destacada
con la boca grande y el cuerpo transparente, ya que no cuenta con
pigmento.
Inmediatamente empiezan a alargarse y a colorearse, viviendo en
forma pelágica hasta alcanzar unos centímetros de longitud,
momento en que abandonan este tipo de vida para acercarse al
fondo, a los lugares en que habitan los adultos. En el curso del día
se localizan cerca del fondo, mientras que en la noche las merluzas
se dispersan y suben a la superficie; se dedican a comer
abundantemente y a crecer, buscando mayor profundidad cuando
aumenta su talla.
Las hembras alcanzan la madurez a los dos años y los machos a los
tres, esa primera fase de las merluzas se caracteriza por un
crecimiento muy rápido, en el que alcanzan hasta 25 centímetros de
longitud. Continúan un periodo que llega hasta los 7 años, en el que
el crecimiento se acentúa en parte, para hacerse casi nulo de esa
edad en adelante. Una vez realizada la puesta, es decir, acabada la
migración reproductora, las merluzas inician la dispersión en busca
de alimento con el fin de acumular las reservas necesarias para su
crecimiento y la próxima reproducción.
Las merluzas tienden a formar cardúmenes muy numerosos, lo que
ha propiciado el desarrollo de importantes pesquerías en diversos
lugares del mundo. Destacan, entre ellas, las que realizan los
barcos españoles, franceses, portugueses, norteamericanos,
japoneses, chilenos y argentinos, aparte de los soviéticos.
Estos peces se distribuyen en diferentes mares del planeta; por
ejemplo, en los que bañan las costas de Europa y el norte de África
se encuentra Merluccius merluccius; en el sur de África viven
Merluccius senegalensis, Merluccius polo y Merluccius capensis; en
América del Sur, en la costa del Océano Pacífico, se localiza
Merluccius gayi, y en la del Atlántico, Merluccius hubbsi; en el
extremo sur del planeta se halla Merluccius polylepis o Merluccius
australis y en las costa de Norteamérica, en el Atlántico se
distribuye Merluccius bilibiaris y, en el Pacífico norte, Merluccius
productus.
Figura 38. Merluza.
Los investigadores norteamericanos calculan una población de 610
000 toneladas frente a sus costas, mientras que los soviéticos
duplican esa cifra, calculando 1 200 000 toneladas; según ambas
estimaciones, podrían capturarse desde 174 000 hasta 349 000
toneladas anuales de Merluccius productus, sin afectar la existencia
de la especie. En las prospecciones estadounidenses han destacado
cardúmenes de hasta 22 kilómetros de largo por 4 de ancho y 20
metros de profundidad, lo que da una idea de las grandes
poblaciones merluceras en el Pacífico oriental que nadan frente a las
costas mexicanas.
En México se empezaron a determinar las zonas de mayor
abundancia de estos peces, como la localizada en el norte de la
región occidental de Baja California, entre la isla Ángel de la Guarda
y las islas Encantadas cuyas capturas variaron entre 200 y 630 kilos
de lance, lográndose volúmenes de hasta dos toneladas durante
toda la operación. La mayoría de los ejemplares tenían una longitud
de 40 a 70 centímetros y pesaban alrededor de 6 kilos, aunque
algunos alcanzaron el metro de longitud y pesaron 10 kilos; de esta
captura pudieron obtenerse filetes de 2 kilos y de magnifico sabor.
Según las investigaciones de los científicos norteamericanos, las
mayores concentraciones de merluza se presentan en la costa
occidental californiana y no en el Golfo. La especie predominante
Merluccius productus se distribuye desde la Columbia Británica,
Canadá, hasta Baja California y las concentraciones de interés
comercial se presentan entre los 50 y los 540 metros de
profundidad.
Durante cierta parte del año, los adultos se encuentran en la zona
norte de esa área de distribución; a fines del otoño inician la
migración hacia la parte central de California y Baja California, en
donde se congregan para la reproducción.
La merluza es una de las especies de mayor interés en la economía
pesquera de algunos países. Se pesca empleando embarcaciones de
crecido tonelaje que realizan largos viajes, para calar en el fondo
extensas redes de arrastre, cada vez a mayor profundidad y más
lejos de la costa, ya que la pesca intensiva las va agotando,
principalmente al arrastrar las redes en los fondos donde estos
organismos normalmente verifican la reproducción. En las aguas
poco profundas se pueden utilizar redes fijas y palangres.
Las características de la merluza son favorables, ya que se trata de
una especie cuyos ejemplares alcanzan tamaños y pesos
aceptables, además de la finura y buen sabor de su carne, que
tiene demanda ya sea congelada o seca. La única dificultad a la
vista, es la gran suavidad de la carne, sin duda ventajosa para su
comercialización pero que implica cuidados mayores que otras
especies, haciendo indispensable el empleo de barcos arrastreros
con equipo de congelación a bordo para conservar su calidad y
poder descargar en los puertos seguido de un rápido transporte a
los mercados en donde se logran grandes ventas.
Sin embargo, la pesca excesiva en los fondos hace que las
poblaciones disminuyan y que los pescadores se tengan que
desplazar a grandes distancias para capturar este recurso, por lo
que se tiene que cuidar que la pesca se realice con moderación.
En algunos países, como Chile, la abundancia de merluza supera la
venta para el consumo en fresco y por eso se esta valorando la
posibilidad de aprovechar, en lo futuro, la merluza para elaborar
harina de pescado destinada al consumo humano.
El bacalao y la merluza representan dos de las pesquerías con
mayor futuro en los países que están desarrollando su industria
pesquera actual, sobre todo al aumentar sus fondos con el régimen
legal de las 200 millas de la zona exclusiva de pesca, por lo que se
espera que aprovechen esta oportunidad y sepan conservar estos
importantes recursos
P E S Q U E R Í A S D E G U A C H I N A N G O S
L E N G U A D O S
Y
Los recursos que viven en los fondos oceánicos reciben el nombre
de "demersales", pueden habitar dos regiones fundamentales: las
rocosas y las arenosas, lo cual hace que en los organismos se
presenten cambios notorios tanto en su forma, como en sus
funciones y comportamiento.
En los fondos rocosos, ricos en anfractuosidades y vegetación que
representan un magnifico refugio a profundidades entre los 15 y los
200 metros, vive una gran diversidad de peces que forman parte de
las pesquerías de fondo; entre ellos se pueden señalar: los
guachinangos, los meros y las cabrillas.
Los guachinangos pertenecen a la familia Lutjanidae que comprende
peces conocidos también como "pargos", son organismos
demersales exclusivamente marinos que, ocasionalmente, llegan a
las aguas someras de lagunas costeras; se encuentran formando
parte de la fauna arrecifal de los fondos rocosos hasta los límites de
la plataforma continental. Su cuerpo es moderadamente
comprimido, tienen la porción dorsal elevada, la cabeza alargada
con hocico en punta, boca amplia y dientes puntiagudos que se
encuentran implantados en las mandíbulas, paladar y lengua. Las
aletas son amplias y se presenta solamente una dorsal que tiene en
su parte anterior espinas fuertes y agudas. Entre los radios de esta
aleta y la anal hay pequeñas escamas.
El cuerpo es de color rojo intenso en el guachinango del Atlántico y
rojo negruzco en el del Pacífico, está cubierto de escamas grandes y
firmes. Estos peces frecuentan aguas de temperatura elevada
durante un largo periodo del año, siendo el frío un factor limitante
en la distribución de las especies que emigran cuando la
temperatura desciende.
Figura 39. Guachinango.
Los pargos son carnívoros voraces, con el intestino corto y cuyo
principal alimento son crustáceos y peces pequeños que se
encuentran en fondos rocosos, coralinos o de materiales gruesos,
en aguas tropicales.
La época de reproducción se presenta en los meses de verano y
otoño, desovando entre julio y octubre; la puesta se realiza en
aguas profundas, donde las formas juveniles permanecen hasta
alcanzar su desarrollo adulto, con una talla de 40 a 50 centímetros
y un peso aproximado de 5 kilogramos. En algunos lugares las
formas juveniles del guachinango se localizan sobre fondos
arenosos o fangosos y ocasionalmente pueden penetrar a los ríos y
lagunas litorales.
El guachinango es una especie de gran aceptación en el mercado
internacional por lo blanco de su carne y por su sabor; es más
apreciado el del Atlántico, por su calidad y alcanza mejores
cotizaciones. En mayor proporción se consumen frescos y
congelados, ya sea enteros, rebanados o fileteados; su piel se
aprovecha para curtirla y fabricar guantes para jugar golf. Los
principales países que los capturan son México, Estados Unidos,
Cuba, Brasil, Colombia, Perú, Dominicana, Bahamas y Barbados.
Las artes de pesca utilizadas son la línea con anzuelos que consiste
en un cordel de nylon con un anzuelo en su extremo terminal; la
cala que es otra línea a la que se agrega un peso de plomo para
lograr distancias más profundas, efectuándose la extracción a mano
o con una "bicicleta", rueda que permite recuperar la línea más
rápido y fácilmente; Así como el palangre guachinanguero que
consiste en una línea principal de la cual penden una serie de
cuerdas secundarias de cierta longitud, separadas unas de otras por
una distancia determinada, en las que se cuelgan los anzuelos.
Generalmente los barcos llevan tres palangres, con 100 anzuelos
cada uno, que alcanzan profundidades de 200 brazas; se efectúan
hasta 4 lances diarios por palangre.
En México la pesquería de pargos o guachinangos se compone de
13 especies, de las que existen 6 en el litoral del Golfo de México y
7 en el Pacífico. En el año de 1988, según la Secretaría de Pesca, se
capturaron 6 400 toneladas de estos finos pescados, de las cuales 2
749 corresponden al litoral del Pacífico y las otras 3 651 toneladas
se obtuvieron en el Golfo de México.
En las costas del Golfo de México se localizan el "guachinango del
Golfo" o "pargo colorado" (Lutjanus campechanus) que se distribuye
desde Cabo Hateras, Estados Unidos, hasta las costas del Golfo de
México; el "guachinango aleta negra" o "pargo criollo" (Lutjanus
analis) que se encuentra desde las costas de Massachusetts hasta
Río de Janeiro, Brasil; el "pargo caucha" (Lutjanus jocu) en las
costas del Golfo, las Antillas y Venezuela; la "biajaiba" o "pargo
guanapo" (Lutjanus synagrus) de Carolina del Norte y Bermudas a
las costas del Golfo de México y Brasil. Por ultimo, la "rabirrubia" o
"rubia" (Ocyurus chrysurus) que se distribuye desde Massachusetts
hasta Brasil.
En el Océano Pacífico están el "guachinango ojo amarillo" (Lutjanus
viridis) desde Cabo San Lucas, B. C. Sur, hasta las islas Galápagos;
el "guachinango verdadero" (Lutjanus peru), desde las costas de
Baja California hasta el Perú; el pargo raicero" o "pargo rayado"
(Lutjanus aratus) distribuido desde las costas del Golfo de California
hasta las de Ecuador; el "pargo amarillo" o "coyotillo" (Lutjanus
argentoventris) de Baja California al norte del Perú; el "pargo
colorado" o "listoncillo" (Lutjanus colorado) de Baja California a
Panamá; el "pargo lunarejo" (Lutjanus guttatus) del Golfo de
California a las costas del Ecuador y el "pargo prieto" o "colmillón"
(Lutjanus novemfasciatus) de Baja California a las islas Galápagos.
Los estudios desarrollados por los biólogos mexicanos hacen pensar
que, sobre todo en el Pacífico, existen mayores cantidades de estos
peces, por lo que se ha intensificado su captura desarrollando
campañas para lograr que tenga aceptación dentro del mercado
nacional, ya que el público está más acostumbrado al del Golfo por
lo blanco de su carne; sin embargo, aunque la carne de los
guachinangos del Pacifico es un poco morena, también es
abundante y tiene un buen sabor. Los estados donde se reportan
las capturas más importantes son: Yucatán, Sinaloa, Guerrero,
Veracruz, Campeche y Baja California.
La flota guachinanguera en el Golfo de México está formada por 425
embarcaciones de 17 metros de eslora que se concentran en el
puerto de Yucalpetén en Yucatán, mientras que en el Pacífico sólo
se cuenta con 42, pero de mayor tamaño: son barcos de 25 metros
de largo, algunos de ellos, camaroneros transformados y, por lo
tanto, con mejores posibilidades de captura.
La presentación del guachinango al mercado nacional es eviscerado
y fileteado. Para la obtención de un kilogramo de filete son
necesarios 3 kilogramos de pescado fresco entero, de ahí el alto
costo que esta presentación alcanza. La exportación del pescado
entero o del filete ha alcanzado prestigio a nivel internacional
siendo el principal mercado el de Estados Unidos, aunque se está
iniciando el comercio con algunos países de Europa.
Los meros también llamados "chernas", pertenecen a la familia
Serranidae y son peces que se localizan en fondos rocosos o
fangosos de bahías profundas; se encuentran desde los 10 metros
hasta los límites de la plataforma continental. Estos peces tropicales
prefieren los lugares sombreados y con poca luz y sólo
excepcionalmente llegan a los grandes abismos; son carnívoros
sumamente voraces y su dieta alimenticia se basa en peces,
cangrejos, camarones y moluscos. Como ejemplos están el "mero
pinto" o "cherna yucateca" (Epinephelus morio) el "mero" o
"cherno" (Promicrops itaira) el "mero" (Epinephelus striatus) el
"mero italiano" (Epinephelus guaza) y el "mero blanco"
(Epinephelus geneus).
Figura 40. Mero.
Su cuerpo es grande y ovoidal, está revestido hasta el extremo de
la mandíbula por escamas protectoras; la mandíbula es ligeramente
prominente en relación con el maxilar superior; en el dorso
presenta una sola aleta ligeramente convexa y blanda, las aletas
ventrales y pectorales están bien desarrolladas, los peces se sirven
de ellas para permanecer inmóviles, suspendidos a media agua o a
la entrada de la cueva.
Son peces de color pardo rojizo, con manchas de un amarillo
blanquecino en todo el dorso; hacia la parte ventral el color pardo
se vuelve más pálido y tiende al amarillo. En mares tropicales
alcanzan dimensiones verdaderamente impresionantes, llegando a
una longitud de dos metros y un peso de hasta 250 kilogramos,
como el "mero gigante" (Sterolepis gigas) de las islas Coronado en
el Pacífico mexicano; sin embargo, la talla comercial más frecuente
es de entre 50 y 90 centímetros.
Su reproducción se realiza en las cercanías de los arrecifes y la
época de desove va de mayo a agosto. Es un pez migratorio y
tiende a establecerse en zonas que le permitan alimentarse
fácilmente y encontrar abrigo entre las rocas.
Entre los principales países que tienen pesquería de mero se
encuentran Brasil, Colombia, Cuba, Dominicana, Estados Unidos,
México, Venezuela, Alemania Democrática, España, Grecia, Italia y
Portugal.
Los meros se capturan principalmente con líneas de anzuelos
semejantes a las empleadas para el guachinango, utilizando
embarcaciones menores. También se usan líneas simples con
anzuelos en ocasiones manejadas en carretes manuales; asimismo,
se emplean redes de pesca ribereña, como la red agallera de tipo
de fondo, las cuales se calan verticalmente y se fijan en los lugares
por donde se sospecha que pasan los animales.
En algunos países el mero representa una de las presas más
codiciadas para los pescadores submarinos que realizan su captura
como deporte, ya que es un pez arriesgado y curioso que no escapa
rápidamente como hacen otros, lo que da oportunidad al pescador
submarino de perseguirlo y disparar su arpón.
En México abunda en la plataforma continental frente a la península
de Yucatán, aunque existe en cantidades menores en otras
localidades del Golfo y del Caribe; se captura de marzo a diciembre
a profundidades entre las 12 y 20 brazas. En el Pacifico, la mayor
parte de las capturas proceden de Sinaloa, Nayarit, Sonora y Baja
California y con frecuencia se pescan como fauna de
acompañamiento en las redes camaroneras.
El producto de esta pesquería alcanzó en 1988 un total anual de 13
440 toneladas, correspondiendo al Pacífico 115 y al Atlántico 13
325, representa la pesca de escama de mayor valor comercial en el
sureste del país. En general se procesa en forma de filetes
congelados que, en su mayor parte, se envían a Estados Unidos,
donde es muy estimado y sólo superado por el guachinango. En el
mercado nacional, gran parte de la captura se consume en forma de
filetes frescos y congelados; también se comercializa entero
eviscerado y en menor proporción se expende como producto seco,
salado.
Las cabrillas, junto con los meros, son de las especies más
representativas de la familia Serranidae; habitan preferentemente
sobre fondos rocosos o formando parte de la fauna de los arrecifes
de coral en las zonas tropicales; sus especies juveniles se
aproximan a la costa y es probable que penetren a los ríos y
lagunas litorales. Su coloración cambia mucho según la época de su
ciclo vital, dependiendo del grado de madurez de las gónadas. Por
sus hábitos alimenticios se les define como peces carnívoros; se
alimentan principalmente de peces, cangrejos y moluscos.
Su cuerpo es musculoso, la cabeza es muy grande y la boca
presenta la mandíbula inferior sobresaliente; lleva dos caninos en
cada arco mandibular. La aleta dorsal es única, tiene espinas
agudas en su región anterior y radios en la posterior; las aletas
pectorales terminan redondeadas.
Las especies más características de cabrillas pertenecen al género
Mycteroperca como la "cabrilla pinta" (Mycteroperca xenarcha)
distribuida desde la costa de California en Estados Unidos hasta las
islas Galápagos y Perú; la "cabrilla de astillero" o "garropa"
(Mycteroperca jordani) del Pacífico, que es una de las más grandes
y llega a medir un metro, caracterizada por presentar manchas
irregulares de color verde rojizo; la cabrilla que vive en el Océano
Pacífico en las costas de Norte y Centroamérica es Mycteroperca
oltax con manchas oscuras de color rojo anaranjado.
Otras cabrillas pertenecen a géneros diferentes, como la "cabrilla de
roca" (Paralabrax maculatofasciatus) que se distribuye en el Pacífico
norte; la "cabrilla de cuero" (Dermatolepis punctata) en las costas
rocosas de Baja California y del Golfo de California; y la "cabrilla
rosa" (Hemianthias peruanus) reportada desde el Golfo de California
hasta las aguas de Perú y Chile.
Se capturan con palangres, líneas y redes agalleras.
comercializan frescas, enteras o fileteadas, según su tamaño.
Se
En México son abundantes en el Pacífico; casi la totalidad se
captura en las costas de Baja California y Sonora; abundan también
en el Mar de Cortés y se reportan hasta Sudámerica; en el Golfo de
México las hay de Tampico a Túxpan. Es una especie reservada a
las sociedades cooperativas de producción pesquera y, la mayor
parte de la captura que es de 900 toneladas anuales, se exporta a
Estados Unidos como producto congelado y fileteado; en él mercado
nacional se distribuye como producto entero fresco.
En los fondos arenosos se encuentran peces demersales muy
característicos que, al tener que soportar grandes presiones, se han
adaptado presentando una serie de modificaciones en su cuerpo,
aplanándose lateralmente y desplazando sus órganos pares, como
los ojos, a la cara superior que se orienta hacia la zona iluminada
del mar, por lo que dan el aspecto de que sólo uno de sus lados
tiene estructuras, perdiendo la simetría bilateral caracterizada; por
estas razones se ha dado en llamarles "peces planos" o "peces
unos", como es el caso de los "lenguados", las "platijas", los
"halibuts", etcétera. No hay que confundir a estos peces con otros
simplemente aplanados que forman parte de los recursos
demersales, como las rayas.
Estos peces planos pertenecen al orden Pleuronectiforme que
también ha sido denominado por los científicos Heterosomata que
contiene a las familias Solenidae, Bothidae, Psettodidae,
Pleuronectidae y Cynoglosidae que representan, en muchos lugares
del mundo, como Francia, España y Estados Unidos, uno de los
mejores platillos que se obtienen del mar.
La coloración de los peces planos ofrece también características
especiales. La pigmentación parda se acumula en el lado donde
quedan los ojos que es el sometido a la acción de la luz. Presenta
manchas oscuras irregulares, dependiendo de la especie de que se
trate; mientras que el lado ciego, sobre el que reposan, carece de
pigmentación y es totalmente blanco. Su aleta dorsal va desde la
cabeza hasta la aleta caudal; la ventral es muy pequeña, pero la
anal cubre desde la región anterior hasta la posterior, por lo que
parece que todo el cuerpo del pez plano está rodeado de aletas.
Figura 41. Lenguado.
Por otra parte, estos peces en general, cuentan con reducida
capacidad de movimiento ya que su forma es muy poco
hidrodinámica; sólo consiguen desplazarse mediante suaves
ondulaciones de su cuerpo, por lo que tienen que defenderse de sus
enemigos por un proceso de mimetismo, con el que pueden cambiar
su coloración imitando la del fondo sobre el que se encuentran.
Los peces planos efectúan migraciones y viven en los fondos
arenosos de lugares muy diversos, desde la costa hasta 4 000
metros de profundidad, en aguas que van desde la eminentemente
salinas, incluso hipersalinas, a las salobres y dulces, como ocurre
por ejemplo con algunas platijas, que llegan a acomodarse a la vida
permanente en las aguas dulces de algunos ríos y lagos. La talla
también es muy variable y se encuentran desde los que miden unos
10 centímetros de longitud, como los llamados tambores"
característicos de lagunas litorales, hasta el halibut de los mares
nórdicos que puede llegar a medir dos metros. La calidad de la
carne de los peces planos es excelente, por lo que constituyen parte
de las especies de peces más selectas en los mercados
internacionales y un grupo de gran interés pesquero.
Cuando nacen las larvas de los lenguados presentan un ojo a cada
lado del cuerpo, pero a temprana edad uno de ellos inicia su
desplazamiento hacia la región superior de la cabeza, terminando
su migración cuando se encuentra junto al otro ojo. Esto sucede en
cualquiera de los dos lados, izquierdo o derecho; en ese momento,
el lado que presenta los ojos es el superior, que es el más grande y
el más pigmentado, mientras que el otro es el inferior.
Otras adaptaciones para que el pez pueda sobrevivir en el fondo,
son el que su dentición sea diferente en un lado del cuerpo que en
otro y que su sistema respiratorio esté arreglado para evitar que las
vías sean obstruidas con la arena.
La reproducción se lleva a cabo en invierno; a profundidades entre
las 10 y 20 brazas, las hembras ponen sus huevecillos que flotan, al
igual que sus larvas. Los machos alcanzan su madurez a los dos o
tres años, mientras que la hembras lo hacen a los cuatro o cinco,
siendo de mayor talla y más longevas que ellos.
Se ha calculado que el lenguado de California (Paralichthys
californicus) llega a vivir de 15 a 20 años, alcanzando un tamaño de
poco más de 1 metro y 27 kilogramos de peso. Los ejemplares más
grandes que se han capturado pertenecen a la especie de
"lenguados del Atlántico" (Hippoglossus hippoglossus) que viven en
las aguas de las costas de Groenlandia y Canadá y llegan a pesar
300 kilogramos; pero en general, el tamaño de los lenguados es de
50 a 60 centímetros.
Los lenguados son peces carnívoros que se alimentan de los
organismos que viven en la arena o en el fango, como moluscos,
pequeños peces, cangrejos y otros crustáceos; también pueden
capturar pulpos y peces pelágicos, como las anchovetas y a su vez,
son comidos por rayas, tiburones, delfines, focas y el hombre.
Las principales especies de lenguados son el "lenguado común"
(Sole solea); el "tambor real" o "lengua de Saint Pére" (Quenselia
ocellata); la "palea" o "pelayu'l petit" (Synapturichthys kleini); el
"lenguadillo" (Pegasa lascaris); el "lenguado de río" o "tepalcate"
(Achirus fonsecensis); el "lenguado de las Antillas" (Achirus
lineatus); la "peluda" (Citharichthys sordidus) y el "rodaballo"
(Psetta maxma).
Los halibuts son lenguados llamados también "fletán"; pertenecen
al género Hippoglossus, los más comunes son los que viven en el
Atlántico (Hippoglossus
hippoglossus)
y los del Pacífico
(Hippoglossus stenolepis); estos peces tienen una reproducción
acelerada y la hembra puede llegar a poner hasta 60 mil huevecillos
pelágicos. El adulto se caracteriza por presentar su lado oscuro con
la línea lateral poco marcada.
La platija tiene cuerpo alargado de perfil romboidal y esbelto; el
lado coloreado es el derecho, sobre el cual también se encuentran
los ojos; el ojo inferior se halla un poco más adelante que el
superior; su boca es pequeña y está provista de una mandíbula
ligeramente prominente. La coloración de la platija tiende al verde
negruzco, con manchas más oscuras; en cambio, el lado ciego es
blanco amarillento. Alcanza una longitud máxima de unos 50
centímetros, aunque excepcionalmente puede crecer más; las
especies más abundantes son Dicologlosa canata, Pleuronectes
plateassa y Platichthys flessus.
La pesquería de los lenguados se empezó a realizar desde el siglo
pasado, al quedar atrapados los organismos de manera accidental
en las redes de arrastre, pero hasta mediados del siglo actual
alcanzó su máximo desarrollo, gracias a los avances técnicos que
permitieron pescar a mayor profundidad y así conseguir distintas
especies con tallas más grandes.
Según la FAO, la captura total anual de platijas, halibuts y
lenguados para 1986 fue de 1 308 330 toneladas, siendo Japón,
Estados Unidos, Corea, Dinamarca, España, Francia y la Unión
Soviética, los países que tienen mayor pesca.
La temporada de captura dura todo el año, aunque es mas intensa
durante el verano, en que la carne es más blanca y consistente. Se
pesca con redes de arrastre, redes de deriva, red agallera,
chinchorro, líneas de anzuelos y curricanes.
La comercialización de estos pescados depende de su tamaño: las
especies más grandes se filetean y congelan; las especies tropicales
que tienen menor talla sólo permiten obtener uno o dos filetes, por
lo que su valor comercial es menor y se prefiere venderlos
eviscerados y congelados; los lenguados chicos, de 20 a 30
centímetros, se reducen para preparar harina de pescado.
En México los peces planos, conocidos comúnmente como
lenguados, se capturan en ambos litorales pero sin que su
explotación sea intensiva; se encuentran dos especies en el litoral
del Pacífico: el "lenguado de California" o "huaracha" (Paralichthys
californicus) con una distribución desde California, Estados Unidos,
hasta la Bahía Magdalena y el Golfo de California; y el lenguado
común o "pez sol" (Solea solea), que se localiza desde Estados
Unidos hasta el Golfo de California. En el Golfo de México existe una
especie que se distribuye principalmente a lo largo de la costa de
Louisiana y de Tamaulipas.
La mayor parte de la captura, que es de casi 900 toneladas, es
producto secundario de los arrastres camaroneros. Como estos
lenguados viven en los fondos arenosos y fangosos, las redes de los
barcos los atrapan, a veces, en cantidades considerables, pero los
pescadores no los aprovechan, para no quitarle espacio al camarón
y así se desperdicia este exquisito recurso.
Las "pesquerías de fondo" o demersales, se están desarrollando a
grandes pasos en todo el mundo; algunos países, como la Unión
Soviética, Noruega, España y Francia, van a la cabeza de este tipo
de pesca, y otros, como México, inician el desarrollo de los
importantes métodos de aprovechamiento de estos recursos difíciles
de extraer de sus refugios. Sin embargo, todos tienen que
considerar que la pesca de arrastre no sólo realiza esfuerzos sobre
las poblaciones que se están capturando, sino que la operación de
la red modifica el ecosistema, por lo que es indispensable contar
con investigaciones que permitan regular las pesquerías, para no
poner en peligro el equilibrio ecológico que existe en el océano.
V I I .
T O R T U G A S
UN ANIMAL que trae al hombre diferentes recuerdos de fábulas, de
historias fantasiosas y de admiración, es la tortuga; por ejemplo,
¿quién no ha oído hablar de su longevidad?... la tortuga es un
animal que a través del tiempo ha sufrido cambios mínimos y su
forma es casi igual a la que presentaba en la época de los grandes
dinosaurios.
A través del desarrollo de la humanidad, las tortugas han estado
ligadas, por su aspecto y su longevidad, a creencias religiosas, a la
magia y a la mitología. En muchas culturas representa un símbolo
de lentitud; en China son animales de buen agüero; en Nigeria
representan la lujuria; en la India aparecen como una de las
encarnaciones del dios Shiva. En náhuatl, ayotl es el nombre de la
tortuga, y el ayotapalcatl es un instrumento que se construía con su
caparazón.
Estos reptiles fueron representados en varias construcciones
prehispánicas de Mesoamérica, como las estelas talladas en las
ruinas de Quiriguá en Guatemala; las tortugas del Palacio del
Gobernador de Uxmal, o las que se encuentran en Templo de los
Guerreros en Chichen-Itzá, ambas en Yucatán. También han sido
representadas en los códices, como el Códice Florentino en donde
aparece una tortuga desovando y su captura durante la época de
"arribazón".
Las tortugas marinas son reptiles de hábitos migratorios,
periódicamente recorren grandes distancias desde sus zonas de
alimentación hasta las de reproducción en aguas tropicales y
templadas del Océano Pacífico, Atlántico e Indico, encontrándose
grandes poblaciones frente a ambos litorales de México,
Centroamérica y la región norte de América del Sur.
Las tortugas han sido consumidas desde la Antigüedad, en los
últimos 10 años han adquirido gran importancia comercial ya que
sus pieles vinieron a sustituir a las de los cocodrilos africanos,
brasileños y mexicanos que tuvieron gran demanda por el
desarrollo que alcanzó la técnica para curtirlas. Como casi se han
extinguido, en su lugar se ha utilizado, la piel de la tortuga llamada
"caguama" del Pacífico.
La presión que se ha ejercido sobre las poblaciones de tortugas
preocupa a los científicos, quienes reportan que la tortuga verde del
Atlántico está al borde de la extinción, porque de ella se obtiene la
materia prima para la elaboración del "calipe", sopa famosa en
Europa, especialmente en Inglaterra. En cuanto a la caguama del
Pacífico que hasta hace pocos años sólo era sacrificada
eventualmente, en la actualidad se inició su captura a gran escala
por haberse desarrollado nuevas técnicas para el curtido de sus
pieles, dando muerte a miles de individuos cada año, lo que pone
en peligro de extinción a la especie.
Esta explotación en gran escala de las tortugas ha obligado a los
países como Estados Unidos, Cuba, Costa Rica y México, entre
otros, a decretar medidas para la conservación de este recurso,
haciendo que su captura se lleve a cabo de una manera racional
para que su aprovechamiento sea óptimo con el fin de crear nuevas
fuentes de trabajo y mejorar la dieta alimenticia del hombre; al
mismo tiempo, se protegen su reproducción y desarrollo, cuidando
sus nidos, sus huevos y sus crías.
Para poder adaptarse a vivir en el mar, las tortugas marinas
tuvieron que dejar su clásica figura lenta y globosa: su caparacho
adquirió una forma más aplanada para poder desplazarse en el
agua y las modificaciones en los huesos de las patas permitieron
que estas extremidades tomaran forma de aletas. Aunque
conservaron sus estructuras óseas y las escamas córneas que
forman su caparacho, pueden nadar porque su peso es menor en el
agua; además, pudieron aumentar su volumen, lo que las hace uno
de los reptiles más grandes que existen en la actualidad.
Algunas tortugas presentan placas córneas traslúcidas con vetas
que descomponen la luz y que hacen que presenten coloraciones
cambiantes de gran belleza, como la "tortuga de carey" de los
mares tropicales. En otras, el caparazón no tiene placas y en su
lugar llevan huevecillos salientes, como es el caso de la "tortuga
laúd", que presenta un caparazón grande en forma de lira o laúd,
con 7 crestas longitudinales que se asemejan a las cuerdas de este
instrumento.
La alimentación de las tortugas es variada: pueden ser carnívoras
como la "carey" que con su pico encorvado captura peces o
herbívoras, como la "tortuga verde" que se alimenta de algas, con
lo que su carne adquiere un sabor especial, por lo que se vuelve
muy apreciada.
La reproducción la realizan durante los meses de abril y mayo,
apareándose en las zonas de reproducción; después se separan
durante el verano y las hembras se dirigen a playas húmedas de
lluvia con las condiciones ideales para excavar los nidos. Estas
arribazones se efectúan de mayo a noviembre, dependiendo de la
especie de tortuga.
Figura 42. Arribazón en las playas de Oaxaca, México.
En la primera etapa de su vida, las tortugas dependen de estas
playas solitarias, donde las hembras forman hoyos en la arena
donde, en menos de media hora, depositan alrededor de 100
huevos acompañados de un líquido llamado "babosa" y, enseguida
los recubren nuevamente con la misma arena.
Los nidos los hacen a una distancia del agua que varía según la
especie, de modo que, en estas condiciones, los huevos dejados
para su incubación cuenten con la humedad suficiente y una
temperatura de 33°C; después de permanecer así durante cerca de
dos meses, al atardecer o , amanecer nacen simultáneamente casi
todas las crías, las cuales sin pérdida de tiempo se dirigen al mar e
inmediatamente desaparecen entre las olas; no se vuelve a saber
nada de ellas hasta que después de 7 ó 9 años, regresan al mismo
lugar donde nacieron a cumplir de esta manera su ciclo reproductor.
Los nuevos individuos se dirigen a las zonas de alimentación e
inician su crecimiento. Los machos regresan cada año a las zonas
de reproducción, mientras que las hembras, dependiendo de la
especie, sólo se reproducen una vez cada tres o cuatro años. El
mecanismo que guía a las tortugas para que puedan regresar a las
playas donde nacieron, todavía es un misterio para los científicos;
algunos creen que se orientan por el olfato; otros, que lo hacen por
mecanismos acústicos o por retención, a largo plazo, del paisaje; se
habla también de una orientación magnética y existen estudios
sobre combinaciones de estos factores.
Para conocer las migraciones, los biólogos han diseñado diferentes
métodos; uno de los más comunes es que en cuanto llegan a las
playas a anidar se marca el caparazón para que cuando sean
capturados se puedan determinar las distancias recorridas; otro
sistema es rastrearlas colocándoles un transmisor que envia señales
a un aparato receptor localizado ra en un avión con una antena
especial para hacer contacto con el animal, así como un navegador
Loran para situarse en el océano.
El sexo de las tortugas se determina por la temperatura de los
huevos: de los colocados en las más bajas se desarrollan machos y
los que están en mayor temperatura producen hembras. En los
nidos la proporción entre ambos sexos depende de las
características de la playa donde se encuentran, así como de la
profundidad del nido.
El número y el tipo de sus depredadores varían según la etapa del
desarrollo de la tortuga; así, para los huevos el principal depredador
es el hombre, además del perro, los cerdos y las "moscas de ojos
anaranjados" (Sarcophagidae), que invaden los nidos causando
serios daños. La crías son capturadas por perros, zopilotes y
cangrejos. Ya en agua del mar, los enemigos van desde las aves
marinas hasta los diferentes peces carnívoros, incluyendo a los
tiburones, quienes las atacan aun en estado adulto.
Cuando se realizan programas para su conservación se debe
además de considerar las características anteriores, evitar la
presencia de demasiada gente en la playa pues, al percibirla, los
animales no llegan. Al hacer los nidos artificiales habrá que tener
cuidado en la profundidad adecuada y que la temperatura sea lo
más semejante posible a la del nido natural; también se debe
eliminar todo tipo de depredadores.
Dentro de las especies que han alcanzado gran importancia
comercial se encuentran las siguientes:
La "tortuga golfina" (Lepidochelys olivacea olivacea) de caparazón
más o menos circular, color verde oliváceo, que llega apenas a 75
centímetros; se distribuye en el Pacífico tropical y en el Océano
Índico, habitando aguas someras de la costa, entre las zonas
arrecifales y las playas; se la encuentra frecuentemente en grandes
bahías. Es muy parecida a la "tortuga lora" o "bastarda"
(Lepidochelys olivacea kempi) que tiene el caparazón pardo
amarillento, vive en el Golfo de México, desde Florida hasta la
Sonda de Campeche, aunque solamente anida en Rancho Nuevo,
Tamaulipas.
La "tortuga prieta" (Chelonia mydas agassizi) llamada también
"caguama" o "mestiza", tiene un caparazón de 1.40 metros y cuatro
placas costales de color pardo; llega a pesar de 130 a 180
kilogramos y se caracteriza por el color oscuro de su grasa. Se
encuentra en el Océano Pacífico, desde el sur de Baja California
hasta Chile y se ha llegado a capturar en las costas de la provincia
de Buenos Aires, Argentina, frente al Mar del Plata, en el Océano
Atlántico.
La "tortuga caguama" puede pertenecer a dos subespecies: la
Caretta caretta caretta que tiene una distribución semejante a la de
la tortuga prieta, siendo abundante tanto cerca de las costas como
en mar abierto, donde nada formando grandes grupos. La Caretta
caretta gigas que vive en el litoral del Pacífico occidental. Son
tortugas grandes que miden 1.20 metros de longitud y alcanzan
hasta 200 kilogramos de peso; su caparazón es pardo y su cabeza
está muy desarrollada en relación con el resto del cuerpo.
La "tortuga verde" o "blanca" (Chelonia mydas mydas) con su
caparazón con vetas amarillo-verdosas, se localiza en el Atlántico,
desde las costas de Massachusetts, EUA, hasta Argentina; es
abundante en las tres Guayanas: Guyana, Surinam y Guayana
Francesa y sólo accidentalmente se le encuentra en el Mediterráneo.
De la "tortuga carey" existen dos variedades o subespecies: la del
Atlántico (Eretmochelys imbricata imbricata) que vive desde Florida,
EUA, hasta Centroamérica, abundando en las Guayanas y Mar
Caribe. La variedad del Océano Pacífico (Eretmochelys imbricata
squamata) va desde Baja California hasta Centroamérica,
encontrándose también en el Índico, sobre todo en las costas
meridionales de Asia y Australia. Su caparazón no llega a medir
más de 90 centímetros, pero por su belleza es muy codiciada por el
hombre.
La "tortuga laúd", "galápago", "siete filos" o "tortuga de cuero",
también presenta dos subespecies: la del Atlántico (Dermochelys
coriacea coriacea) que se localiza en el Mar Caribe y Golfo de
México llegando al centro y sur de América; y la del Pacífico
(Dermochelys coriacea schlegelii) desde Baja California hasta el sur
del Ecuador, en Sudamérica. Es uno de los reptiles más
voluminosos que existen en la actualidad ya que llega a medir 2.20
metros de longitud con un peso de media tonelada; en la cabeza
lleva un pico con tres puntas, con el que atrapa peces y moluscos;
su caparazón tiene forma de lira y en sus nidos llega a depositar
hasta 300 huevos.
La captura se efectúa principalmente con redes, arpones o ganchos.
Las redes se diseñan con ligeras modificaciones según el área de
captura. Se usan principalmente en el Mar Caribe, el Golfo de
California, la costa sudoccidental de la península de Baja California
y, últimamente, en Jalisco y Michoacán. Son de tamaño variable,
generalmente de longitud mayor a 50 metros, malla muy abierta de
70 a 90 centímetros entre los nudos y línea de flotación con boyas
separadas aproximadamente cada 2 metros; el calado de la red
depende de la profundidad del lugar donde se trabaje y varía de 4 a
12 metros. La línea inferior lleva piedras o plomos pequeños, de
manera que la tortuga levante la red cuando quede atrapada y
alcance fácilmente la superficie para respirar; así no muere por
asfixia. Estas redes pueden ser de algodón o nylon y su costo varía.
La colocación de las redes depende generalmente de las
características de la región: pueden situarse paralelas a la costa
cuando ésta es llana y amplia, o perpendiculares a ella cuando se
escoge un sitio protegido, como pequeñas ensenadas o puntas sin
corrientes debido a que la red es muy ligera; para fijarla se utilizan
anclas y boyas de localización en sus extremos. Comúnmente se
calan al atardecer y se revisan cada mañana para evitar que los
depredadores, principalmente los tiburones, las ataquen ya que no
sólo matan a la tortuga sino que destrozan grandes tramos de la
red. La ventaja de capturar las tortugas por medio de redes es que
se puede liberar a las hembras, sobre todo en época de desove y
así colaborar a la protección de las especies.
Los arpones pueden ser de dos clases: el llamado "arpón simple",
de una punta y sin tope protector,que se utiliza como auxiliar para
izar a bordo los ejemplares capturados con la red. El otro, el "arpón
compuesto" presenta su punta provista de un tope desprendible,
que tiene por objeto evitar que la punta se introduzca en el
caparacho y lesione la piel. Ambos arpones llevan cordeles que
facilitan su recuperación.
La captura se realiza a bordo de pequeñas embarcaciones de fibra
de vidrio de media a 2 toneladas de capacidad, con motor
estacionario o fuera de borda e incluso pequeños cayucos. Por lo
general, la tripulación está formada por un timonel y un arponero y,
en el Caribe, participa además un vigía. La duración de los viajes
depende de la capacidad de la embarcación y varía desde un día
hasta una semana.
En el Pacífico durante los viajes largos y en temporadas de
arribazón, la flota tortuguera es auxiliada hasta por embarcaciones
de 10 toneladas, con las cuales se concentra el producto para
llevarlo al puerto. La mayor captura con arpones se realiza antes
del medio día, cuando las tortugas se encuentran nadando en la
superficie, lo cual las hace muy visibles, sobre todo si el mar está
tranquilo.
En el Caribe, la pesca a nado está muy desarrollada ya que el agua
es tan clara y transparente que permite mayor visibilidad. Los
pescadores las localizan y persiguen con lancha hasta alcanzarla,
entonces el pescador se lanza al agua, la atrapa y la dirige a la
embarcación, proceso al que se llama correteada"; ya a bordo, las
tortugas son atadas, sobre todo las caguamas, debido a su
agresividad y al movimiento de sus aletas que suelen golpear
fuertemente. En tierra se capturan manualmente, aprovechando su
lentitud cuando llegan a las playas, las voltean y amarran.
Figura 43. Captura y desembarco de tortugas.
De manera indirecta, las tortugas son atrapadas durante los
arrastres camaroneros, siendo importante en algunas regiones la
captura por este medio, sobre todo durante la temporada de
arribazones, en la que se capturan mensualmente varias decenas
de toneladas, como sucede en las costas de los estados de Sinaloa
y Nayarit.
La captura total anual para 1986, según la FAO, fue de 5 012
toneladas, sin embargo, se piensa que es mayor porque, además de
la pesca ilegal, mucha es para consumo doméstico y no se registra.
Los principales países que aprovechan este recurso son: México,
Cuba, Indonesia, Costa Rica, Estados Unidos, Martinica,
Madagascar, Perú, Bahamas y Brasil. También se captura en Fidji,
Egipto, Gabón, Kenia, Honduras y Filipinas.
La explotación de la tortuga se inició por algunos pueblos ribereños
para consumir su carne, pero a partir de la década de los 60,
cuando la piel tuvo gran demanda, se ocasionó que el recurso
estuviera en peligro de extinción.
El aprovechamiento de las tortugas para que sea "integral",
requiere condiciones desde la captura en la playa, en donde al
llegar se voltean con el pecho hacia arriba; después son llevadas en
camión hasta la planta donde se colocan en el tanque de recepción,
exceptuando a los animales maltratados, que son sacrificados de
inmediato. En este tanque permanecen el tiempo preciso para ser
sacrificadas; el agua se les cambia cada 24 horas para que se
conserven en buen estado hasta conducirlas a la sala de matanza a
través de una rampa.
Ya muerta la tortuga, se le envía a la sala de destazado para retirar
la piel del pecho, utilizando para ello un cuchillo diseñado
especialmente para seguir su contorno; se desprende también la
cabeza y parte del caparacho, al igual que la cola y la parte trasera.
El paso siguiente es el despielado: las pieles frescas, lavadas y
desangradas, se ponen en sal, listas para ser empacadas y
empleadas posteriormente en la fabricación de zapatos, carteras,
cinturones, etcétera. Retirada la piel, se trata de aprovechar al
máximo la carne; esta maniobra demanda pericia, puesto que de la
operación sale la materia prima para la elaboración de embutidos.
Al pasar la carne a la sala de tratamiento, se le quita grasa y
cutícula de los músculos; la carne también se limpia y filetea para
su venta congelada. Aparte de la piel y la carne, quedan las aletas,
que son utilizadas en la elaboración de sopas. En lugares lejanos y
de difícil acceso la carne se seca para evitar su descomposición,
preparándola como "cecina".
El aceite de tortuga tiene gran demanda, se extrae de todas las
especies y la única diferencia en calidad y en cantidad depende del
peso de la tortuga, la época del año y el sexo. Por lo general, se
acumula mayor cantidad de grasa antes de la temporada de
reproducción y más en las hembras que en los machos; una tortuga
de 40 kilos de peso puede producir hasta cuatro litros de aceite. El
valor comercial de este aceite es muy alto, se le utiliza en la
industria químico-farmacéutica y en la elaboración de cosméticos.
La concha de carey es material muy apreciado para la fabricación
de artículos de ornamento de alto valor comercial: peines, peinetas,
cuadros, pulseras, etcétera, lo que origina una extraordinaria
demanda. Esta artesanía ha experimentado variaciones debido a
plásticos que la imitan sin alcanzar la belleza natural; no obstante,
ello ha permitido que disminuya la persecución de estas tortugas.
En México las tortugas marinas son un recurso renovable de gran
importancia económica, ya que es uno de los países con mayor
producción de pieles y de productos derivados. Hasta ahora, las
actividades tanto de captura como de protección se han dirigido
fundamentalmente a dos especies: la "tortuga golfina" del Océano
Pacífico y a la "tortuga lora" del Golfo de México. La primera,
porque es prácticamente la especie que sostiene a la industria
tortuguera debido a la calidad de su piel y la segunda, por ser una
especie en vías de extinción cuya única zona de anidación en el
mundo se encuentra en las costas del estado de Tamaulipas.
La producción de tortugas marinas ha experimentado un constante
aumento y ha llegado a las 14 574 toneladas, lo que significa un
sacrificio de más de 200 000 ejemplares en 1968; sin embargo,
debido a las medidas de protección, en 1988 se capturaron 122
toneladas, en áreas del Pacífico y el Atlántico.
Este recurso está reservado, exclusivamente, a las sociedades
cooperativas de producción pesquera y así poder controlar mejor
esta pesquería aprovechando de manera integral al individuo, es
decir, su carne, sus huesos, su concha, etcétera y no sólo la piel.
Está totalmente prohibida la explotación del huevo.
Desde el año de 1964 y gracias a la actividad y entusiasmo de los
biólogos mexicanos Humberto Chávez, Rodolfo Montoya y René
Márquez, México estableció en varios puntos de sus litorales,
campamentos para el estudio y conservación de las tortugas
marinas; en ellas sus técnicas han alcanzado uno de los más altos
niveles académicos del mundo y se ha logrado reunir los máximos
conocimientos y experiencias para la incubación de los huevos de
estos reptiles, hasta el grado de tener éxito con los huevos de
vientre. En estos campamentos se protegen de uno a dos millones
anuales de crías y con toda la campaña se estima que se protegen
otros 4 millones. También en estos campamentos se capacita a los
pescadores y a sus familias para colaborar en la protección del
recurso.
Con la experiencia de estos biólogos se ha establecido una estación
en Oaxaca, en la zona de Puerto Ángel sobre la playa de Mazunte, a
pocos kilómetros de La Escobilla que es el área de anidación de
tortugas más importante del mundo, pues ahí entierran sus nidadas
cientos de miles de animales cada año; además, hay 12
campamentos tortugueros que se localizan a lo largo de la costa del
Pacífico en donde laboran biólogos y técnicos pesqueros de
diferentes instituciones, como el Instituto Nacional de Pesca, la
Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de
Sinaloa, la Universidad de Guadalajara y la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo, entre otras.
En las costas del Golfo de México y el Caribe también se protege a
este importante recurso; allí existen varios centros, como los del
Instituto Nacional de Pesca en Rancho Nuevo, Tamaulipas; Isla
Mujeres y Puerto Morelos, Q. Roo, en donde el personal y los
biólogos de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad
Veracruzana, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y la
Universidad de Yucatán, entre otras, realizan actividades de
protección, incubación, cría e investigación.
Los resultados de estos programas de conservación no sólo se
pueden medir con el número de crías liberadas cada año, que llega
a ser de varios millones, sino que se ha observado la recuperación
de las poblaciones de tortugas y la preparación de un nutrido
número de técnicos mexicanos que son reconocidos en el país y en
el extranjero.
También la industria ha colaborado en estos programas y es
importante destacar el esfuerzo que realizan los cooperativistas por
conservar su riqueza y el de la compañía tortuguera Pesca
Industrial de Oaxaca S.A.(PIOSA) que, en coordinación con el
Instituto Nacional de Pesca, estableció el Centro de incubación, cría
e investigación en Mazunte, Oaxaca, demostrando que la
explotación comercial puede combinarse con los programas de
protección de las especies.
Pese a la alta depredación que sufren en condiciones naturales y a
su vulnerabilidad en las fases de huevos y crías, las tortugas
marinas no llegan a correr riesgo de una completa extinción debido
a su gran fecundidad. La depredación natural mantiene un equilibrio
de las poblaciones, pero la explotación irracional hecha por el
hombre sí puede poner en peligro la sobrevivencia de las especies.
No obstante, gracias a los trabajos de protección derivados del
establecimiento de una pesquería racional, aumentan en pocos años
las poblaciones de tortugas para seguridad de la especie, beneficio
de los hombres y tranquilidad de los conservacionistas.
V I I I .
L A
C A Z A
D E
B A L L E N A S
LAS ballenas son mamíferos marinos especialmente adaptados a la
vida acuática, a tal extremo que no pueden vivir fuera de ellas;
pertenecen al orden de los cetáceos (Cetacea) y son conocidas con
el nombre vulgar de "sopladores". Son tan grandes que entre ellos
se encuentran los mayores animales que existen en la actualidad;
tienen cuerpo fusiforme, del que ha desaparecido completamente el
cuello; la cola está sustituida por una nadadera o "aleta caudal" que
difiere de la de los peces porque está extendida en el plano
horizontal, en lugar del sagital; estas características hacen que los
cetáceos presenten un aspecto pisciforme, sobre todo porque
carecen de extremidades posteriores, mientras que las anteriores,
por alargamiento de sus huesos, se han transformado en unas
"aletas pectorales" grandes, fuertes y alargadas, con forma de
paleta triangular.
No tienen orejas; sus mamas son ventrales y presentan un solo
par; su piel no tiene pelo, y debajo de ella llevan capas de grasa
que les ayuda a conservar su temperatura constante, por lo que se
les considera como animales homeotermos. Aunque existen
especies de agua dulce, los cetáceos son eminentemente marinos y
su distribución es cosmopolita; sin embargo, algunas especies viven
en zonas restringidas.
Las "narices", que no funcionan como órganos olfatorios, se abren
en la parte superior de la cabeza, en forma de uno o dos orificios,
facilitándoles la respiración; además, se obturan para que estos
animales puedan permanecer bajo el agua por diferentes lapsos ;
los delfines llegan regularmente a dos minutos, las ballenas a 20 y
el cachalote puede durar hasta una hora.
La mayor parte de los cetáceos actuales tienen dientes iguales,
pequeños y numerosos por lo que pertenecen al suborden
odontoceti; sólo las ballenas y rorcuales no presentan estos dientes,
en su lugar tienen alargadas láminas córneas con apariencia de
flecos adheridos al paladar llamadas "barbas" o "ballenas" y por ello
pertenecen al suborden mysticeti.
En el grupo de los odontocetos se encuentran los delfines, los
cachalotes, los calderones y las orcas; a estas últimas, por su
tamaño, se les confunde con las ballenas y se les han adjudicado
los diferentes nombres de "espartón", "gladiador" y "ballena
asesina"; una de las más conocidas es Orcinus orca que vive en el
Atlántico, Índico y Pacífico; llega a medir 6 o 9 metros, dependiendo
del sexo (las hembras son más pequeñas). Su piel es
completamente negra en la región dorsal de la cabeza, cuerpo, cola
y aletas, mientras que el vientre es totalmente blanco.
Otro odontoceto que también es confundido con las ballenas es el
cachalote o "ballena de esperma" (Physeter macrocephalus); tiene
cuerpo coniforme, con una enorme cabeza achatada que presenta la
mandíbula inferior con numerosos dientes, faltando por completo la
superior; sus aletas pectorales y caudal son pequeñas en relación
con el tamaño de su cuerpo que llega a medir hasta 18 metros. En
su región cefálica se acumula una grasa de gran valor comercial,
que forma un "almohadón rostral"; a esta grasa, llamada "blanco de
ballena" o "espermaceti", erróneamente se le conoce como
"esperma de ballena".
Los cachalotes realizan extensos recorridos durante el verano para
llegar hasta los mares polares, acercándose a las costas europeas y
americanas. En el invierno prefieren las aguas intertropicales y
tropicales del Golfo de México y Caribe. A pesar de su gran peso,
son ágiles y acostumbran saltar fuera del agua, elevándose varios
metros y produciendo un gran ruido cuando se zambullen.
El grupo de los misticetos comprende a las verdaderas ballenas y a
los rorcuales que son de gran tamaño y algunos, verdaderos
gigantes. Tienen cuerpo fusiforme y la cabeza corta en relación con
su longitud; su piel está recorrida por numerosos y profundos
surcos que se inician en la garganta y se prolongan por el pecho y
vientre; de acuerdo con esta característica se diferencian tres
familias de ballenas: las ballenas de "garganta surcada"
(Balaenopteridae),
las
ballenas
de
"garganta
arrugada"
(Eschrichtiidae) y las ballenas de "garganta lisa" (Balaenidae).
A la primera familia pertenecen los rorcuales que presentan las
mayores dimensiones de los cetáceos en la actualidad, como el
"rorcual gigante" o "ballena azul" (Balaenoptera musculus) cuya
longitud llega a superar los 30 metros y su peso las 120 toneladas.
Se localizan en los Océanos Ártico y Antártico, pasan el invierno en
aguas intertropicales; el "rorcual común" (Balaenoptera physalus)
mide 24 metros, se encuentra en los Océanos Atlántico y Pacifico;
el "rorcual de Rudolphi" (Balaenoptera borealis) mide 16 metros y
vive en aguas frías aunque puede llegar a las Antillas y costas de
México, así como a las del norte de Sudamérica y, por último, el
"rorcual pequeño" (Balaenoptera acutorostrata) que sólo mide 11
metros, vive en los Océanos Atlántico y Pacífico y puede penetrar
en golfos y bahías.
A la segunda familia pertenecen las ballenas grises (Eschrichtius
robustus) que presentan distribución reducida, localizándose en el
Polo Norte en el Océano Pacífico. Realizan sorprendentes
migraciones en las que recorren miles de millas; miden hasta 15
metros y llegan a pesar, las más grandes, 35 toneladas.
La última familia está formada por especies de tamaño grande, con
excepción de la llamada ballena enana" (Caperca marginata) que
mide 6 metros o menos y vive al sur de los Océanos Atlántico y
Pacífico. Estas ballenas de garganta lisa están representadas en el
Atlántico norte por la especie Balaena mysticetus que mide 16
metros y, en el Pacífico norte, por Eubalaena gracilis. También
pertenece a este grupo la "ballena austral" (Eubalaena australis)
que alcanza los 15 metros y vive en los Océanos Atlántico y
Pacífico.
La captura de mamíferos marinos se remonta a los orígenes de la
humanidad; hay testimonio de ello en pinturas rupestres, así como
en la cuevas en donde se han encontrado restos óseos de estos
animales. Se piensa que los utilizaban para aprovechar sus pieles,
grasa y carne.
Se considera que la captura comercial de ballena se inició en 1868,
cuando se habilitaron para este fin, los barcos de acero equipados
con máquina de vapor, cañón ballenero y compresor para hinchar a
los organismos capturados y llevarlos a flote.
Hasta finales del siglo XIX sólo se capturaban en la región
septentrional del Atlántico y en el Ártico. Al principio del presente
siglo se generalizó esta práctica, capturándose ballenas en el
Pacífico y en las aguas del hemisferio austral.
Figura 44. Diferentes tipos de ballenas.
En el siglo pasado, la caza de la ballena era peligrosa y
emocionante. Las narraciones de los balleneros dieron origen a
innumerables relatos y novelas; la más famosa de todas es Moby
Dick. Aunque la ballena es generalmente pacífica y muere sin
combatir, algunas especies, entre ellas la de los cachalotes que
poseen dientes poderosos, se volvían contra sus verdugos y
cobraban víctimas a su vez.
Con los barcos modernos, la caza de la ballena es una actividad
rutinaria que sólo entraña un riesgo: la extinción de la especie,
sobre todo de la ballena azul (Balaenoptera musculus) la más
perseguida y escasa. En la captura actual de estos mamíferos se
utilizan helicópteros que al localizarlos, avisan por radio a los
barcos, auténticas fábricas flotantes en donde se procesan y
aprovechan los animales de manera integral.
Estos barcos fábrica cuentan con la colaboración de barcos rápidos,
en donde se monta el cañón arponero, situado en una plataforma
móvil y capaz de disparar un arpón de 70 a 90 kilogramos, armado
con una "cabeza" explosiva que estalla al penetrar en la piel del
animal; este arpón está sujeto a un cable de acero que se maniobra
con una grúa hidráulica. Si el animal no muere por la explosión, el
cañonero lleva un segundo arpón sin cable.
La tripulación del barco llega hasta la ballena moribunda, le perfora
el abdomen y le inyecta aire comprimido para que flote; después la
remolca hasta el barco fábrica y en él se inicia su proceso. Se
reporta que en el siglo pasado un barco podía cazar un promedio de
35 a 40 ballenas por viaje de tres años, pero a mediados del siglo
actual esa misma cantidad la capturaban las modernas flotas en dos
semanas; por ello, las distintas especies de ballenas se encontraron
en peligro de extinción.
En el caso de la ballena azul, cuya población se estimaba en 150 mil
ejemplares, en la actualidad sólo se encuentran unos 6 mil; en
cuanto a la jorobada, ahora hay 3 ó 4 mil especímenes, mientras
que anteriormente la población era de cerca de 100 mil ejemplares.
Las anormalidades observadas en la captura de ballenas
determinaron que la Comisión Internacional para la Industria
Ballenera, CIIB que se fundó en 1946 como un organismo
internacional para regular la caza de la ballena, realizara un estudio
sobre el caso llegando a la conclusión de que las ballenas estaban
en serio peligro de extinción.
La "ballena de esperma" es la que más se capturaba hasta hace
pocos años; los científicos han calculado que su población original
era de 2.5 millones de ejemplares y, hasta la fecha, sobrepasa por
su número a todas las especies. Dado que esta ballena se captura
en el Pacífico norte, en el Atlántico, cerca de Japón, en las Azores,
en Chile, en Perú y en Australia occidental, su población actual se
estima apenas en más de un millón de ejemplares.
Con la introducción de los barcos fábrica y las flotas con barcos
nodriza en las aguas del Antártico, se redujo considerablemente la
población de las grandes ballenas. Esto ocasionó cambios en el
ecosistema oceánico en dicha región, ya que las ballenas consumían
150 millones de toneladas de krill, crustáceo semejante al camarón
que constituye el alimento principal de estos grandes mamíferos.
Sin embargo, cuando la biomasa de las ballenas disminuyó de 33
millones de toneladas a 5 millones, el tonelaje de krill aumentó en
la misma proporción; esta formidable reproducción del crustáceo ha
beneficiado a las aves, los peces y a los calamares de la región. El
volumen de krill es tal que, en algunos lugares, ya se procesa
industrialmente.
La ballena se desplaza grandes distancias para su reproducción,
hecho que se observa claramente en las "ballenas grises" ya que la
mayor parte del año viven en las heladas aguas del Mar de Bering
pero al comenzar el otoño, cuando los días empiezan a ser más
cortos en las altas latitudes, inician una fenomenal migración de 10
mil kilómetros, a velocidades de 6 a 8 nudos que las llevan hasta
las aguas del noroeste Mexicano. El recorrido se prolonga por 3
meses, durante ese lapso las ballenas se enfrentan a una serie de
adversidades aunque su objetivo es firme y nada las hace
retroceder.
Las primeras en hacer su viaje son las ballenas hembras que el año
anterior fueron fecundadas en las aguas bajacalifornianas. Están
ansiosas de llegar para dar a luz a sus hijos. Les siguen las hembras
jóvenes y los machos que encontrarán pareja.
Parten de las cercanías de la península de Kamchatka, bordean la
cadena de las islas Aleutianas, cruzan la inmensidad del Pacífico
septentrional y aparecen frente a las costas de Oregon y California
E.U.A. De ahí, sin detenerse, siguen un curso paralelo a la costa
hasta llegar a las lagunas de Baja California; sin embargo, algunas
pueden llegar al extremo meridional de la península, doblan el
rocoso Cabo San Lucas y se internan en el Golfo de California, en el
que terminan su largo viaje.
Las ballenas se refugian en los esteros y bahías de la región que
acogen a cientos de conjuntos de ballenas; primero entran los
machos jóvenes, seguidos por machos viejos y hembras, hasta el
final las hembras grávidas; así permanecen desde fines de
diciembre hasta bien entrada la primavera, para dar a luz. Las
principales concentraciones de ballenas se localizan en la Laguna
Ojo de Liebre, en donde se reúnen de 2 a 3 mil ejemplares. Hecho
esto, emprenden el viaje de regreso al Mar de Bering.
Todavía faltan argumentos científicos que expliquen por qué la
ballena gris realiza esa migración anual. En el Mar de Bering no le
falta alimento y está a salvo de enemigos; sin embargo, abandona
esa seguridad para exponerse a las fatigas y azares del viaje.
Algunos piensan que lo hace porque el clima bajacaliforniano es
benigno, además de que sus aguas son ricas en sales, lo cual ayuda
a que las crías de ballena o "ballenatos" floten y no se ahoguen,
dado que deben respirar aire de la atmósfera inmediatamente
después de nacer y obtener un adecuado entrenamiento para nadar
antes de emprender su viaje hacia el casquete polar.
El reloj con que la naturaleza ha dotado a las ballenas grises es de
una exactitud extraordinaria; según estudios científicos, los
cetáceos nunca tienen un retraso mayor de 5 días al inicio o al final
de su migración que ocurre entre el 20 de diciembre y el 20 de
marzo.
No se sabe cómo llegan con tal precisión a su destino. La
trayectoria que describen es el camino más corto entre estos dos
puntos de la superficie del planeta; para seguir esa ruta tienen que
cruzar una enorme extensión del océano en la que no hay puntos
de referencia; sin embargo, se sabe que se orientan por el oído,
utilizando los sonidos para la navegación y la comunicación. Cada
año la ballena gris vuelve a Baja California y ahí se reproduce. Los
científicos han determinado que el 90% de la población mundial se
reproduce en aguas mexicanas en tanto que el 10% restante lo
hace frente a las costas de Corea.
Cuando el capitán Charles Melville Scammon, a bordo del bergantín
Boston, descubrió en 1855 a las ballenas grises en la laguna
actualmente llamada Ojo de Liebre por los mexicanos y laguna
Scammon por los norteamericanos, los balleneros supieron sacar
provecho de esa circunstancia, por lo que la ballena gris estuvo a
punto de extinguirse.
Sabedores del camino que seguían los animales, los balleneros se
situaban a lo largo de las costas de Oregon y California para darles
caza cuando estaban todavía en camino a la zona de reproducción y
no habían perdido peso por los rigores del viaje. Obviamente, el
resultado fue una marcada declinación en el número de animales:
capturados antes del parto, morían sin dejar descendencia. Así llegó
el momento, en 1940, en que se calculó que sólo quedaban unos
100 ejemplares en total.
Los científicos, alarmados, lograron convencer a los gobiernos de
los países balleneros de que llegaran a un acuerdo internacional
para prohibir por completo la caza de la ballena gris, medida que
fue aceptada; la veda ha tenido excelentes resultados. Además, el
14 de enero de 1970, México publicó un decreto que declara "zona
de refugio para ballenas y ballenatos a las aguas de la laguna Ojo
de Liebre, al sur de la bahía de Sebastián Vizcaíno, en el litoral de
Baja California" y, el 16 de julio de 1979 extendió la medida a la
"laguna de San Ignacio, también en Baja California, declarándola
refugio para ballenas grávidas y ballenatos".
Estas medidas han dejado fuera del peligro de extinción a la ballena
gris. El biólogo mexicano Luis A. Fleischer, del Instituto Nacional de
Pesca, quien ha dirigido los programas de protección trabajando con
técnicos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, de la
Universidad Nacional Autónoma de México y de otras instituciones
de educación superior y de investigación científica, ha declarado
que "se tiene la información precisa para asegurar que ese riesgo
ha desaparecido". En 1985 se realizó un censo aéreo que permitió
destacar 1 340 ballenas al final de la temporada, por lo que se
calculó que varios miles más ya habían regresado. Además, se
observó que habían nacido 280 crías.
La biología de las ballenas es poco conocida, debido a lo difícil que
sería colocar un animal de muchos metros de longitud y varias
toneladas de peso en un laboratorio; sin embargo, se han
aprovechado los cadáveres de los cetáceos que varan en las playas
para obtener conocimientos acerca de ellos. En México los doctores
Bernardo Villa, Anelio Aguayo y Luis Fleischer han realizado
interesantes trabajos sobre estos animales.
Uno de los problemas que intrigan a los científicos, son las causas
por las que estos enormes animales llegan y se varan en la arena,
lo que a veces sucede a una sola hembra con su cría, o a un grupos
de varios individuos. Para explicar el fenómeno, los científicos
piensan que puede ser efecto producido por unos parásitos
parientes de los Ascaris o lombrices, que llegan al cerebro y al oído,
haciendo que el animal pierda su orientación, lo que provoca que
encalle; otra teoría es que la presión de la contaminación de las
aguas por el hombre es la causa que produce el fenómeno. Otros
investigadores estiman que la causa es la perturbación de su
sistema de navegación, el cual sufre alteraciones por el magnetismo
terrestre y la inclinación de las playas donde los cetáceos se
acercan en busca de alimento.
La ballena es el coloso más grande que jamás haya existido sobre la
faz de la Tierra; algunas llegan a alcanzar 30 metros de largo y un
peso de 120 toneladas. Soberana de los mares, sólo perseguida por
manadas de orcas, es cazada con gran facilidad por los barcos
modernos, dotados de precisos equipos y tripulaciones expertas.
Afortunadamente ahora no se le captura y su población se
recupera.
Un animal de ese peso era destazado en una hora por 150 hombres
sobre la cubierta de un gran barco fábrica; el producto primario de
este trabajo justifica la cuantiosa inversión ya que se pueden
obtener 30 toneladas de aceite, 60 toneladas de carne, 25 de
huesos, 4 de vísceras y 3 de lengua. Se procura no desperdiciar
nada, aprovechando integralmente al animal, cuyos productos
pueden ser utilizados por millones de hombres de todos los países;
la Unión Soviética, Japón, Estados Unidos, Perú, Chile y Corea son
los que realizaban mayor captura.
Figura 45. Pescadores destazando una ballena.
La explotación ballenera japonesa que se originó en las costas del
sur del país, tuvo desde sus inicios una orientación diferente a la de
las naciones occidentales. Los pescadores, tras la capturar en redes,
matan y destazan al animal en la playa, con intención de
aprovechar al máximo, su carne, su grasa y sus huesos. Procesan
prácticamente todos los órganos de la ballena, desde la piel hasta el
hígado y el páncreas para obtener productos tan variados como
fertilizantes, glicerina, materias primas para la industria jabonera,
hormonas, componentes de zapatos y otras prendas. Algunas
partes de la ballena se emplean para preparar especialidades
culinarias tradicionales, como el tocino de ballena y el yamatoni,
carne cocida en salsa de soya.
Los industriales japoneses idearon interesantes procedimientos para
aprovechar la carne y, en 1973, 6 empresas balleneras abastecieron
a la población japonesa con 122 mil toneladas de carne. De ese
total, 60 500 toneladas se destinaron a la venta directa, 15 000 se
emplearon en almuerzos escolares y 46 500 fueron procesadas en
enlatadoras y empacadoras.
Debido a la elevada cantidad de proteínas que contiene y al hecho
de que se vende completamente deshuesada, la carne de ballena es
un alimento prácticamente insustituible para los japoneses. En
proporción, las toneladas de esta carne que consumen anualmente
tendrían que ser sustituidas por el doble de carne de res o el triple
de carne de cerdo, con sus respectivos huesos y cartílagos; estas
cantidades Japón no las puede producir o importar. También la
leche de la ballena "yubarta" es muy nutritiva, cuidadosamente
refrigerada posee 50% de grasa y 13 de proteína, lo que la hace
superior a la de vaca, que contiene 4 y 3% respectivamente.
Lograr esa captura implicó que los japoneses movilizaran 3 grandes
flotas, cada una incluye un barco nodriza, 2 o 3 barcos buscadores
arponeros y un buque tanque; ocupa alrededor de 1 000
tripulantes, que han de viajar año tras año hasta la Antártida y
otros lugares con clima igualmente inhóspito para buscar a sus
presas. La sola operación de una flota ballenera en una temporada
de caza cuesta muchos millones de dólares.
Cada barco fábrica cuenta con un laboratorio para el control de
calidad cuyos técnicos gradúan el aceite por el color, la gravedad
específica, la cantidad de yodo, el valor de saponificación, el grado
de acidez, las manchas y temperaturas de fluidez y una gran
variedad de pruebas.
Asimismo, los biólogos que van a bordo comprueban el sexo, la
edad y el tamaño de cada ballena izada a bordo, examinan el
contenido del estómago, recogen los ovarios, los ojos o cualquier
órgano que esté siendo objeto de estudio científico, para obtener
más datos sobre su funcionamiento. Se puede considerar que una
ballena es una de las fábricas más grandes del mundo: su cuerpo
forma moléculas que la industria no pude sintetizar directamente y
por esto, el hombre utiliza sus laboratorios para recobrar, refinar y
modificar los productos naturales de ese enorme animal.
El valor nutritivo de la carne de ballena con respecto a otras carnes,
es el siguiente:
Calorías Proteínas Grasas
Vitamina
A
( en 100 ( g/100 ( g/100
(
mg/100
g)
g)
g)
g)
Carne de
ballena
127
23.0
3.0
120
Bistec de
res
209
18.3
14.4
33
Cerdo
346
14.3
31.5
---
Pollo
135
21.0
5.0
40
Salmón
141
20.0
6.0
110
Los rorcuales tienen en sus mandíbulas "barbas interiores" o
"ballenas" de filamentos córneos que filtran el krill, alimento
microscópico que la ballena convierte en 25 o 30 toneladas de grasa
pura. Un cachalote, por otra parte, tiene la boca llena de feroces
dientes con los que desgarra a calamares gigantes del fondo del
océano y esta dieta peculiar la transforma en cera líquida y en
aceite de esperma.
Los químicos europeos hidrogenan el aceite de ballena ordinario
para elaborar grasas comestibles, extraen vitaminas y hormonas de
los hígados y glándulas, congelan y enlatan toneladas de carne para
alimento y cuecen el resto para convertirlo en alimento de alto valor
proteínico para animales o abono; también parte del aceite se
emplea en fabricar jabón y glicerina. Se utiliza, además, un proceso
de destilación especial con el fin de obtener ácidos puros para la
industria.
En Estados Unidos la mayor parte de estos productos pueden
obtenerse de otras fuentes más baratos y con más facilidad aunque
han encontrado que el aceite de esperma, solo o mezclado con
productos derivados del petróleo, tiene características especiales
que exige la maquinaria moderna como lubricante, ya que su
viscosidad cambia muy poco con el calor o el frío, funciona bien a
altas presiones y altas velocidades, humedece la mayoría de los
metales y penetra en los resquicios más pequeños.
A principios del siglo XX la captura de ballenas se incrementó
rápidamente, llegando al máximo en 1962, con un total de 66 090
ballenas grandes de diferentes especies: primero fueron los
rorcuales de joroba, luego las ballenas azules, posteriormente las
ballenas árticas y ballenas de menor tamaño; esto hizo que la
opinión pública mundial propusiera la creación de un organismo que
regulara la caza de estos animales y así nació, en 1946, la Comisión
Internacional Ballenera, a la que México se incorporó en 1949.
En años recientes, sobre todo en países como Estados Unidos,
Canadá e Inglaterra, se han intensificado de manera notable las
campañas en contra de la captura de ballenas, promovidas
principalmente por organizaciones occidentales dedicadas a la
protección de la flora y la fauna. Pero en Japón, Unión Soviética,
Noruega, Perú y Corea continúan defendiendo la captura por medio
de plantas terrestres con un pequeño radio de acción, pues da
empleo a varios miles de personas, proporciona alimentos
proteinados a cientos de miles, y representa inversiones
productivas de muchos millones de dólares.
Sin embargo, los investigadores de estos países han aportado
estudios que permiten adoptar medidas para la conservación de las
ballenas y entender que los recursos vivos pueden beneficiar al
hombre de manera continua, siempre que sean explotados
racionalmente dentro de ciertos límites y con bases científicas bien
fundamentadas. Como han declarado varios especialistas: si se
aplica una política adecuada, las ballenas podrán seguir existiendo.
I X .
A L G A S
ENTRE las algas existe una gran variedad de formas y tamaños, tipos
de nutrición, respiración y reproducción, así como de los hábitats
que ocupan. Poseen la clorofila que, asociada con pigmentos, les
proporciona sus colores característicos. Casi todas se desarrollan en
medios acuáticos y sólo algunos géneros subsisten en ambientes
terrestres siempre que contengan suficiente humedad ya sea en
troncos de árboles o en el suelo. La mayoría son microscópicas y
forman parte del fitoplancton como primer eslabón de la vida
marina aunque existen otras de varios metros de longitud.
En el planeta, las algas forman una inmensa población de individuos
de estructura celular simple, se conocen aproximadamente 110 mil
especies, reunidas en cuatro grandes grupos, que son: las
"cianofitas" (Cyanophyceae) o algas azul-verdosas, las "clorofitas"
(Chlorophyceae) o algas verdes; las "feofitas" (Phaephyceae) o
algas pardas, y las "rodofitas" (Rhodophyceae) o algas rojas.
Las algas azul-verdosas y las verdes se encuentran tanto en agua
marina como dulce, mientras que las de los otros dos grupos son
casi exclusivas de ambientes marinos.
Su tamaño es variable: algunas, como el alga azul-verdosa del
género Spirulina, son microscópicas, es decir, forman filamentos
que miden milésimas de milímetros; en cambio, existen otras,
gigantes, que llegan a medir hasta 60 metros, como el alga parda
llamada "sargazo gigante" (Macrocystis). También en su forma
presentan gran diversidad; por ejemplo, el alga roja del género
Porphyra tiene el aspecto de una lengüeta de bordes ondulados;
Ulva, que es una clorofita, se parece a una hoja de lechuga;
mientras que el "alga listón" (Nereocystis) es un alga parda que
tiene el aspecto de plumero.
Figura 46. Sargazo Macrocystis.
Los mantos de algas marinas se localizan en aguas próximas a las
costas, generalmente sobre fondos rocosos, a profundidades que
van entre los 3 y los 25 metros, dependiendo de la transparencia
del agua, debido a que necesitan luz para realizar la fotosíntesis,
función en la que forman los compuestos orgánicos que requieren
para vivir y desarrollarse.
Las algas se adhieren al sustrato por medio de rizoides, especies de
raíces llamadas "estípite"; de ellos se forma un "talo" que es
semejante al tallo de las plantas superiores y en él se implantan
unas láminas o "frondas", que se asemejan a las hojas.
Las algas marinas más abundantes y de mayor tamaño son las
pardas, ya que de ellas se conocen cerca de 4 mil especies
diferentes que se distribuyen principalmente en aguas frías
septentrionales y pocas llegan a las regiones tropicales. Las algas
rojas, que también dominan el medio oceánico, se localizan en
todos los mares del planeta.
Las algas han sido utilizadas por la humanidad desde hace miles de
años; en China y otros países de Asia se consumen como alimento
y también se emplean para fabricar medicamentos. En el mundo
occidental, su aprovechamiento industrial se inició en el siglo XVIII
para extraer de ellas sosa, yodo y otros compuestos químicos.
Desde hace mil años, los científicos chinos tenían conocimiento de
que el jaidai, un tipo de alga marina comestible, de la especie
Laminaria japonica, era útil en la prevención y tratamiento del
bocio. Aun así, durante siglos esta planta marina, valiosa por su alto
contenido de yodo y grandes cantidades de algina y otros hidratos
de carbono, tenía que importarse en forma seca desde Japón y
Corea ya que no era originaria de China. En los últimos años el
éxito de su cultivo en las aguas chinas la hecho muy abundante.
Otro tipo de algas que hace más de 500 años utilizaron los aztecas
y que puede ayudar a combatir la desnutrición, es la Spirulina,
cultivada actualmente en México.
Esta pequeña alga en forma de espiral, que mide un cuarto de
milímetro, es decir 250 micras, es producida con mucha facilidad en
los lagos de las tierras áridas, que tienen gran cantidad de sales
minerales. Los aztecas la consumían como alimento, la nombraban
tecuitlatl que significa "excremento de piedra". Esta costumbre
desapareció con el tiempo. Biólogos y antropólogos sostienen que,
en épocas preshispánicas los habitantes de México consumían
"tamales" elaborados con algas marinas y de agua dulce. Esto lo
corrobora el fraile franciscano Bernardino de Sahagún, quien en
1550 asentó que "con el tecuitlatl de color azul claro, hacen unas
tortas y tostadas y las comen".
La humanidad volvió a saber de la existencia de la spirulina, cuando
en los años 60 los técnicos del Instituto Francés del Petróleo
buscaban el preciado combustible en el centro de África. Se trata de
una región árida, pobre, donde nada indica que exista algún tipo de
alimentación fácil de obtener. Sin embargo, los nativos de Kanem
parecían saludables y robustos, lo cual fue estudiado por etnólogos
franceses y belgas que, a finales de 1962, descubrieron que los
nativos
cosechaban
y
consumían
algas
desde
tiempos
inmemoriales. Se trataba de un alga de color azul que rápidamente
prolifera en charcas poco profundas, cuya agua rica en bicarbonato
sódico posee un pH alcalino y una salinidad elevada.
Las mujeres de la tribu recolectan la spirulina en cestas de mimbre,
dejan escurrir el agua sobre cántaros de barro y, lo que queda en
las cestas, lo ponen a secar al Sol. El producto final es una pasta
con la cual se hace una salsa agregándole grasa de res, cebolla
frita, pimientos, gramíneas silvestres y lengua de vaca que está
destinada a acompañar las albóndigas de mijo.
También esta alga ha sido aprovechada en Kenia, Etiopía, Egipto,
Zambia y Perú. En nuestro país, desde el año de 1967, se inició su
cultivo en los cuerpos de agua que quedan del antiguo lago de
Texcoco y se han logrado obtener 30 toneladas de alga por
hectárea. Se hicieron estudios de sopas, atoles y flanes preparados
con spirulina, para conocer su digestividad y comprobar que no
provoque ningún tipo de enfermedad.
Esta alga contiene un 70% de proteínas, contra un 8% del trigo, un
7% del arroz y un 2% de la papa. Es de muy fácil digestión debido
a que carece de celulosa, sus ácidos grasos esenciales no saturados
son factor de conocida importancia en la prevención de
enfermedades vasculares. Su composición de aminoácidos señala
que la spirulina presenta una estructura semejante a la yema del
huevo. Posee, además, 24% de carbohidratos, así como pigmentos,
minerales y vitaminas A, B1, B2, B6, C, E y la excepcional vitamina
H.
Ya nadie tiene dudas de que su alto porcentaje de proteínas y la
buena calidad de las mismas, convierten a esta alga en un alimento
excepcional. Sirve para la nutrición de diversas especies, que van
desde las larvas de crustáceos e insectos hasta el ganado vacuno,
sin olvidar al hombre.
Actualmente se le utiliza también en la acuicultura, ya que acelera
el crecimiento, la madurez sexual y estimula la ovulación y
reproducción sexual de moluscos y peces. Gracias a su alta
proporción de pigmentos amarillos y anaranjados, puede dar
coloración a la carne de pollo y a la yema de huevo; a la
mantequilla le confiere un amarillo intenso.
En los países del Lejano Oriente, principalmente Japón, las algas
continúan conservando su importancia como alimento y muchas
naciones piensan en ellas como una de las fuentes de proteínas
para la alimentación futura de la humanidad.
Entre las algas marinas más utilizadas en la actualidad está el
"sargazo gigante" (Macrocystis), localizado tanto en la costa
nordeste del Pacífico, California, EUA y Baja California, México, así
como en las de Perú, Chile, Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y
Tasmania.
Otras algas pardas son el alga "cola de caballo" (Laminaria digitata)
que abunda en las costas de Groenlandia, Islandia, Noruega,
Francia, España, Japón y Unión Soviética; y el "sargazo común"
(Sargassum) así como las del género Focus de la región norte del
Océano Atlántico y en el Pacífico del sur como las costas de Chile,
Nueva Zelandia y Australia.
De las algas rojas, las del género Gelidium crecen sobre las rocas
de la zona costera de Japón, España, Portugal, Marruecos, Senegal,
Estados Unidos, México, Chile, India, Filipinas y Madagascar. Otra
rodoficea importante para la industria es el género Gracilaria,
común en muchos países como Japón, Filipinas, China, India,
Australia, Chile, Perú, Brasil, Argentina, Canadá y Estados Unidos.
Algunas son menos abundantes, como Phyllophora y Ahnfeltia en la
Unión Soviética, y Pterocladia en Japón.
Debido a la diversidad en tamaños, hábitats, forma en que se fijan
y abundancia, los métodos para la "extracción" o recolección son
muy variados; se puede considerar que siguen utilizándose los
tradicionales, aunque para ciertas algas, como las grandes
feofíceas, ya se han tecnificado en pequeña escala; sin embargo, el
buceo y el corte a mano dominan en esta industria.
Las algas rojas son de menor tamaño que las pardas, se encuentran
a mayor profundidad, y se recogen a mano o con rastrillos o
rastras. En algunos países de Asia, la operación la realizan
buceadoras que sólo usan unos anteojos protectores y, por ejemplo,
en Japón llegan a extraer hasta una tonelada y media del alga
Gelidium en 24 horas; esta misma cantidad es recolectada por los
buceadores en Baja California, México, durante una jornada de
trabajo.
Para la extracción de las feoficeas, que son las algas grandes, se
han logrado diseñar embarcaciones con características especiales;
por ejemplo, en México el "sargazo gigante", alga flotante, se
recolecta con una embarcación de 33.5 metros de eslora, con
capacidad de 350 toneladas y autonomía para pescar durante 20
horas, llamada Sargacero.
La extracción se lleva a cabo en forma mecánica con embarcaciones
que tiene en la proa una rampa levadiza con cuchillas en los bordes
laterales y en el inferior de la misma dispuestas de tal manera que
cortan el sargazo al paso del barco. La rampa mide 9.20 metros de
ancho y lleva una banda que recoge el sargazo cortado y lo eleva
hasta dejarlo caer en el depósito de almacenamiento. El corte se
hace a una profundidad máxima de 4 metros, con el fin de dejar la
región de fijación de la mayoría de estos grandes vegetales,
podando" sólo el 40% del vegetal; de este modo se puede contar
con materia prima suficiente y permitir que se regeneren y queden
listas para volverlas a cortar, lo cual en Macrocystis lleva un lapso
de 4 meses.
Figura 47. Barco sargacero.
También se recogen cantidades significativas de algunas algas,
como Laminaria, cuando son arrojadas a las playas por los
temporales que las arrancan del sustrato en que están fijas; a estos
conjuntos de algas muertas se les denomina "algazos" o
"arribazones", sirven como alimento para animales y como abono.
Uno de los problemas para lograr el desarrollo de la industria de las
algas es la falta de métodos adecuados de recolecta: la manual es
lenta y cada vez se hace más costosa, aunque en países en vías de
desarrollo son muy importantes pues ofrecen fuentes de trabajo e
ingresos para todos los miembros de las familias de pescadores.
Después de recoger las algas marinas y antes del proceso
industrial, se hace necesario "secarlas". Se ha calculado que para
obtener un kilogramo de alga seca, se necesitan 3 o 4 kilogramos
de alga fresca. Con esto se evita que las algas, por el alto contenido
de agua, se "pudran" o descompongan; ya secas, resulta fácil lograr
que se gelifiquen.
Cuando el secado se realiza adecuadamente, es posible
almacenarlas por varios años, con pérdidas insignificantes sobre
todo en su contenido de gel, que es el compuesto que se utiliza
para producir el agar.
Los métodos de secado son también muy diversos, generalmente se
lavan en agua de mar para quitar la arena y los organismos que
viven asociados; no se emplea agua dulce porque cambiaría la
concentración y se dañarían las células que forman el cuerpo del
alga. Posteriormente se extienden en capas delgadas sobre
bastidores de bambú, plataformas de madera o rocas limpias;
cuando las condiciones del clima son adecuadas, la operación dura
de uno a dos días.
Este procedimiento es común para trabajar el alga llamada "liquen
de Irlanda" (Chondrus crispus) utilizada en la industria de
"carragenano". Para alcanzar mayor calidad se blanquean, rociando
las secas con agua de mar y girándolas frecuentemente.
En algunos países como Canadá, Estados Unidos y Francia, donde
las condiciones climáticas no son favorables para el secado natural
de las algas, se logra hacerlo en grandes tambores calentados con
fuego, los cuales giran para que se realice un secado uniforme;
aunque el costo es mayor, la calidad que se obtiene con este
método es superior.
En la actualidad, la FAO ha estimado que la producción total anual
de algas, ya sea recolectadas o cultivadas, alcanza cerca de 3.5
millones de toneladas en peso húmedo; los principales países
productores son China, Japón, Corea, Estados Unidos, Brasil, Unión
Soviética, Noruega, Francia, España, Irlanda, Canadá y México.
Nuestro país recolectó en 1988, según la estadística de la Secretaría
de Pesca, 29 120 toneladas.
Las algas se han usado tradicionalmente como alimento y como
fertilizante; con el desarrollo de la industria cada día se emplean
más para extraer compuestos químicos de gran valor económico,
como los ficocoloides llamados agar, carragenano, furcelarano y
algina.
Esta industria se inició hace varios siglos en Japón. Las primeras
fábricas se establecieron en el siglo XVII para producir sosa y
potasa a partir de las cenizas de algas pardas, sustancias con las
que confeccionaban jabones y vidrio; posteriormente, en el siglo
XIX, se utilizaron para obtener yodo.
El agar es un compuesto insoluble en agua fría y sí se disuelve en
agua caliente. Al enfriarse compone una masa gelatinosa formando
un coloide; se extrae principalmente de las algas marinas de los
géneros Gelidium y Gracilaria que son algas rojas abundantes en las
costas de muchos países. El término "agar" y "agar-agar"
generalmente se confunden ya que se aplican para todas las
sustancias que se extraen de las algas. Este coloide puede tener
varias presentaciones comerciales: tiras delgadas, granulado,
copos, tabletas, etc. se emplea como suspensor, estabilizador y
espesante en la fabricación de alimentos como quesos cremosos,
sopas, salsas, yoghurt, etcétera; también se preparan con él dulces
y helados.
El incremento del uso del agar en otras industrias, por ejemplo
fabricar moldes de odontología, en cirugía plástica, para
herramientas finas, etcétera, y su aplicación en el área médica y en
la de farmacia para preparar laxantes, medios de cultivo
microbiológicos, anticoagulantes y vendajes, así como para
tratamiento en padecimientos gastrointestinales, ha estimulado que
los industriales sustituyan los métodos tradicionales de extracción,
que todavía se siguen practicando en países como Japón, por
modernas técnicas que se desarrollan en complejos industriales;
esto sucede en el mismo Japón y en Estados Unidos, Unión
Soviética, Corea, España, Francia, Italia, Nueva Zelandia,
Argentina, Chile y México, entre otros.
El carragenano es otro polisacárido con propiedades químicas y
aplicaciones diferentes al agar; las principales algas de las que se
extrae son el "liquen de Irlanda" (Chondrus crispus) y el "pelo de
cochi" (Gigartina canaliculata) abundantes en las costas del Pacifico
y del Atlántico norte; Canadá, Estados Unidos y Dinamarca, son los
países que más las explotan; en la actualidad otros países que se
encuentran lejos de estas zonas, como en África, Indonesia,
Filipinas y Malasia, están empezando a extraer este producto de
otro género, la Eucheuma.
La acción del carragenano se conocía empíricamente, desde hace
siglos, en los pueblos costeros de Inglaterra, Irlanda y Francia, en
donde sus habitantes agregaban concentrados extraídos de estas
algas rojas a la leche para cocerla, cuando se enfriaba, adquiría una
consistencia semejante a gelatina; en la actualidad a este alimento
se le conoce como blancamanger o "manjar blanco", y se consume
como postre.
Los químicos de nuestra época han logrado conocer la composición
del carragenano y producir diversos tipos de este compuesto, según
las necesidades de su aplicación. La industrialización de esta alga
ha alcanzado altos niveles en Estados Unidos, Dinamarca y Francia,
aunque también se producen cantidades menores en Reino Unido,
Noruega, España, Japón, Canadá y México.
El carragenano tiene usos comunes con el agar, se emplea
principalmente en la industria alimentaria; por ejemplo, en los
productos lácteos, en la elaboración de bebidas, en productos de
pastelería, en las conservas de carnes y pescado, en aderezos de
ensaladas y salsas y en la preparación de alimentos dietéticos. Esta
gran diversidad de aplicaciones hace que continuamente estén
surgiendo nuevos métodos para su aprovechamiento.
En la industria farmacéutica se emplea en menor proporción que el
agar y con él se preparan pastas y polvos dentífricos así como
compuestos farmacéuticos insolubles. En otras industrias, como la
de las pinturas, se emplea en acuarelas, también se usa en la de
textiles, en la de curtiduría de cueros, etc. Resulta muy útil como
endurecedor y aglutinante.
Del alga roja Furcellari fastigiata, abundante en las costas de
Dinamarca, Unión Soviética y Canadá, desde hace 30 años se
extrae un nuevo coloide llamado furcelarano que es empleado en la
producción de gomas para alimentos como mermeladas y otras
conservas, jugos de frutas, cervezas y alimentos dietéticos;
también se usa en los dentífricos.
La algina nombre común que se le da a las sales del ácido algínico,
sobre todo al alginato de sodio, se obtiene de las grandes algas
pardas que abundan en el Pacífico y Atlántico norte, principalmente
del sargazo gigante (Macrocystis pyrifera) que, a pesar de no ser el
alga más rica en este compuesto, por su gran tamaño es la mas
rentable, ya que se puede recolectar en grandes cantidades por
medios mecánicos.
Otras fuentes de algina son las algas de las especies Ascophyllum
nodosum y Laminaria digitata, y de los géneros Ecklonia,
Nereocystis Sargassum y Fucus, todas ellas feofitas y abundantes
en los mares fríos.
Las propiedades químicas de la algina la hacen un compuesto de
gran utilidad en la industria: se disuelve en agua formando una
solución extremadamente viscosa, espesa como la miel, a tal grado
que es difícil pasarla de un recipiente a otro, por lo que resulta ideal
como agente espesante, estabilizador, suspensor y gelificante,
ademásde ser capaz de formar delgadas películas sobre las
superficies.
A mediados del presente siglo la producción de algina se
incrementó, primero en Estados Unidos y en el Reino Unido y
posteriormente, en Noruega, Francia y Japón, produciéndose
también en Canadá, España, Marruecos, Chile, India, Brasil y Unión
Soviética. En México se ha iniciado esta industria y los técnicos del
Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) del IPN,
diseñaron en 1983,un nuevo método para la extracción de
alginatos.
Los diversos compuestos de alginas y alginatos tienen amplia
aplicación en diversas industrias: en la alimentaria, en la confección
de helados para evitar la formación de cristales de hielo, en salsas y
aderezos para ensaladas, preparados de carnes, embutidos,
conservas de pescado, preparación de vinos, cervezas, etcétera; en
la farmacéutica, como aglutinante de píldoras, pastillas y
ungüentos, en pastas dentífricas, en cremas cosméticas, champús y
jabones, en moldes dentales y ortopédicos; en la industria textil
sirven para que las tintas no se extiendan en las telas.
Tienen además otros usos industriales muy diversos, como su
empleo en la producción de materiales de construcción: alquitrán y
asfaltos, madera artificial, productos aislantes, etcétera; su
aprovechamiento en la preparación de esmaltes y cerámicas,
espumas antiincendio, ceras para pulir automóviles, lubricantes
para perforaciones petrolíferas, revestimiento de películas
fotográficas, etcétera.
Además de estos productos elaborados con algas para uso
industrial, existen otros de menor valor actual, pero con grandes
posibilidades en el futuro, como son el hipneano, el fumorano, el
iridoficano y el filoforano que se obtienen de algas rojas.
Otros usos de las algas se consideran los de más larga tradición: su
aprovechamiento como piensos, es decir, alimento de animales, y
como fertilizantes, que en últimos tiempos se ha extendido gracias
al diseño de métodos industriales para su preparación.
Un ejemplo de su empleo como pienso se encuentra en Islandia,
donde permiten pastar a ovejas y caballos en las playas cubiertas
con algas. En Irlanda se produce harina,a partir del alga Acophyllum
nodesum para complementar la dieta de las ovejas.
Las principales algas utilizadas como abonos son Macrocystis y
Ascphyllum que son magníficos acondicionadores del suelo, lo cual
favorece el desarrollo de las plantas. Un ejemplo se puede observar
en Francia, donde los agricultores aprovechan los "algazos" para
fertilizar sus cultivos de cebada, patatas, hortalizas y viñedos,
obteniendo magníficos resultados
Sin embargo, el uso reportado como el más antiguo, es su provecho
como alimento que data de hace varios millares de años. Esta
costumbre se desarrolló principalmente en el mundo oriental ya que
el occidental apenas la incorporó en el siglo pasado.
En Japón muchos de los guisos llevan algas, los más comunes son
el nori, el wakame y el kombu, que complementan platos
tradicionales como el sushi y las albóndigas de arroz y pescado. El
alga utilizada para el nori es Porphyra, para el wakame se usa la
Undaria y para el kombu, la Laminaria.
En otros países las algas verdes del género Caulerpa se comen
crudas o cocidas, como en Filipinas, Malasia, Guam y Singapur; las
algas pardas Sargassum y Turbinaria se consumen frescas, cocidas
en leche o ahumadas, en Polinesia, China, Japón y Malasia; y
diversas especies de algas que se consumen crudas o hervidas y
mezcladas con otros alimentos, forman el llamado limu,
ampliamente utilizado en Hawai, islas que tienen gran variedad de
platillos confeccionados con algas.
En Europa los principales comestibles que emplean algas son el
"tangle", preparado con Laminaria saccharina, en Escocia; el "dulce"
confeccionado con Rhodymenia, en Irlanda; en Inglaterra se
prepara una especie de pan gelatinoso con Laminaria y Chondrus;
en Unión Soviética se come la Laminaria como "col de mar";
etcétera.
En América del Norte, en Canadá, se utiliza el "dulce" para aderezar
los platos de carne y pescados; en Estados Unidos emplean el alga
parda gigante Nereocystis para preparar el seatron, con la planta
desalada, aromatizada y endulzada; en el Caribe se usan varias
especies de algas para hacer gelatinas; los habitantes de Chile
consumen la Ulva con el nombre de "luche" y a Durvillea como
"cochayuyo", empleándolas en la preparación de sopas densas y
ensaladas.
En México el consumo del alga de agua dulce spirulina, ha tomado
nuevo impulso. Por su riqueza en vitaminas, esta alga es muy
estimada por las tribus del centro de África para ayudar a destetar a
los niños y,mezclada con mijo, sirve en la elaboración de harina
para galletas.
Como se observa, en muchos países las algas constituyen un
alimento común y se espera que, por su riqueza nutritiva, en un
futuro puedan aportar una mayor contribución a la nutrición
humana en todas partes del mundo.
Uno de los problemas nutricionales actualmente, es la ausencia de
proteínas en la alimentación de amplios sectores de la población
mundial. Según la Organización de las Naciones Unidas el mundo
tiene, a partir del 12 julio de 1988, 5 mil millones de seres
humanos, y los cálculos de las organizaciones especializadas indican
que, por lo menos, la mitad de ellos están mal alimentados y que
cada 24 horas unos 30 mil niños mueren a raíz de su mala
alimentación. Las vitaminas y proteínas de las algas constituyen un
complemento nutritivo de gran valor que puede contribuir a que la
humanidad llegue a asegurar a todos los seres el derecho a la vida.
Es importante señalar que en la explotación de las algas, como en
la de todos los recursos renovables, se debe estimar el potencial
actual y futuro para así evitar el subaprovechamiento o la
explotación irracional. Los estudios para cuantificar los mantos son
muy variados y van desde su observación a través del buceo, hasta
su evaluación usando el procesamiento digital de imágenes
multiespectrales, por medio de la fotografía aérea infrarroja, así
como los estudios que aplican las imágenes de satélite.
También varios países trabajan para contar con información que les
permita el cultivo de las algas; algunos, como los orientales y en
especial Japón, tienen gran éxito en sus programas, y han llegado a
producir algas tanto con fines industriales como alimentarios.
El futuro de la pesquería de las algas es alentador y algunos
científicos, entre ellos Stanford, quien descubrió el ácido algínico en
1884, dicen que los suministros mundiales de algas son
prácticamente inagotables". Pero es indiscutible que su explotación
indiscriminada, al afectar la capacidad de reproducción, es
altamente riesgosa.
Por esta razón, la humanidad debe cuidar la explotación de las
algas para conservar un nivel adecuado de vida y para mejorar el
de los países que todavía no alcanzan su desarrollo. Es importante
que todos utilicemos, de manera adecuada, estos recursos
vegetales que los océanos nos ofrecen para recibir los beneficios
sociales y económicos que se derivan del aprovechamiento de las
algas.
X .
P E S C A
D E P O R T I V A
LA PESCA deportiva es aquella actividad cuyo objetivo es la
recreación y esparcimiento y que, como todo deporte, también
necesita el dominio de una o varias técnicas para realizarla, así
como de un equipo diseñado especialmente para ello. Inclusive se
han hecho esfuerzos para que este tipo de deporte forme parte del
programa de los juegos olímpicos.
Para diferenciarla de la comercial, su principal característica es que
los pescadores no buscan la captura masiva de peces, sino que
dedican su esfuerzo a obtener un solo organismo. Esta diferencia no
es tan marcada y en ocasiones ambos tipos de pesca se pueden
combinar.
El objetivo del pescador deportivo es conseguir el mejor ejemplar,
con las mayores dimensiones y peso, para poder ganar la
competencia; pero también divertirse y entrar en contacto con la
naturaleza para liberarse de las presiones de la agitada vida actual
en las grandes ciudades.
Se considera que la pesca deportiva se originó hace miles de anos.
Cuentan las leyendas japonesas que en el primer siglo de la era
actual, la emperatriz Zingo elaboró un anzuelo usando una aguja a
la que le colocó como cebo algunos granos de arroz y, con un hilo
de uno de sus trajes, confeccionó la cuerda para amarrarlo a una
larga vara; con él capturó un hermoso ejemplar de trucha en uno
de los ríos cercanos.
Existen algunos documentos chinos, más antiguos, que contienen
relatos de la pesca como una actividad recreativa. El naturalista
latino Claudius Aelianus, en su obra De Natura Animalium describe
el uso de moscas para realizar la pesca, una de las técnicas más
empleadas por los pescadores deportivos.
Algunos antiguos libros de ciencias naturales describen métodos de
este tipo de pesca, como el Libro de San Albano aparecido en
Inglaterra en 1496; la Historia Animalium del suizo Konrad Gessner
publicada en 1551 y El pescador completo del autor británico Isaac
Walton, editado en Gran Bretaña en 1653.
El avío de pesca" más simple que casi todo hombre ha utilizado es
la línea, la cual consiste en un simple cordel o sedal, que lleva en
un extremo el anzuelo y la plomada y que se lanza sobre la cabeza,
empleando la fuerza del brazo. Estas líneas de mano se enrollan en
simples palos, en botes, en carretes o en tablas fabricadas
especialmente.
El aparejo de pesca que caracteriza a la pesca deportiva es la caña
de pescar; se piensa que su origen se remonta a la prehistoria y
posiblemente fue en el Lejano Oriente donde se generalizó. La
imagen del patrón de la pesca en Japón, Ebisa, se representa con
una caña en sus manos de la cual pende un gran pez capturado.
Un manuscrito europeo del siglo XVI describe cómo se
confeccionaban cañas de pescar a partir de un hueso de ballena, lo
que las hacía flexibles. Se asegura que en la antigüedad, las cañas
de bambú en Oriente tenían tanta aceptación como en la actualidad.
La "caña" es el instrumento más aceptado en el mundo para
practicar la pesca deportiva, por la ventaja que proporciona al
lanzar el anzuelo lo más lejos posible, evitando que el pez pueda
percibir la presencia del pescador.
A través de los años, las cañas han experimentado una evolución
impulsada por la industria que las ha ido modificando, para tratar
de obtener mejores resultados y poder venderlas a buenos precios;
en ocasiones se llegan a fabricar modelos muy exclusivos y caros.
En un principio se confeccionaban utilizando elementos de la propia
naturaleza, como el bambú, pero a partir de los años cincuenta se
empezaron a construir de fibra de vidrio y otros materiales
sintéticos.
Estas fibras sintéticas vinieron a proporcionar a las cañas gran
flexibilidad y resistencia; además, su costo fue menor, lo que ayudó
a hacer más popular este deporte. En últimas fechas han aparecido
en el mercado cañas de fibras de carbón que presentan más
ventajas pero, como su costo es alto, no se han popularizado.
Una caña de pescar está formada por la "culata", o mango que es
gruesa y lleva un revestimiento en su base para evitar que se
resbale de las manos, en ella se coloca el carrete donde se enrolla
la línea; la sección "media" es cilíndrica y más o menos flexible,
hacia su extremo superior se va haciendo más delgada y lleva los
anillos por donde corre la línea; la "cabeza" es el extremo final y
con la mayor flexibilidad de la caña, es de gran importancia en la
maniobra ya que su correcto manejo permite cobrar la presa.
El "carrete" tiene por objeto almacenar la línea, su diseño ha
cambiado mucho a través de la historia: primero se utilizaron
bobinas de madera; después, rollos de hilo y horquetas de madera
en forma triangular. Se considera que fueron los chinos, como lo
indican algunas pinturas de los siglos XI y XII, los primeros en
hacer uso del carrete; desde esa época hasta la actualidad los
modelos se han ido complicando, hasta llegar a carretes altamente
refinados.
Existen varios tipos de carretes que según se utilicen en agua dulce
o mar, de acuerdo con el tipo de carnada y lel tipo de operacion en
el fondo, en el arrastre, etcétera, reciben diferentes nombres.
También el "sedal" puede ser de diversos tipos, variando el material
con que se fabrica, generalmente nylon, también el trenzado y la
resistencia necesaria; se calibran en libras, y para ellos existe una
terminología aceptada por todos los pescadores del mundo. Su
coloración varía desde el magenta oscuro hasta el azul plúmbago
evitando, en lo posible, que los peces lo perciban. En el sedal se
anida el anzuelo, operación que recibe el nombre de "empatar" y
que es de gran importancia para el éxito de la pesca.
Los "anzuelos" son muy variados y se diseñan según el tipo de
organismos que se quiere capturar. Cada anzuelo tiene el "ojo", que
es un orificio en donde se anuda el sedal; la "caña" que es la parte
recta del anzuelo y que representa la longitud del mismo; la "barba"
que es la curva donde se coloca la carnada y el "arpón", especie de
punta de flecha donde se engancha el pez.
Los nombres con que se conocen en el mercado son muy variados y
se les aplican de acuerdo con las características que presentan:
"aberdeen", "kirby", "sproat", "anzuelos dobles", "anzuelo garra de
águila", etcétera; también se les reconoce por un número que se les
da según su tamaño.
La carnada es el señuelo que tiene como fin atraer al pez y puede
ser "carnada natural muerta", es decir, organismos o partes de ellos
que ya muertos se colocan en el anzuelo, por ejemplo, peces,
insectos, larvas, gusanos, etcétera; "carnada natural viva" que son
organismos mantenidos en viveros, peces chicos como la sardina y
gusanos del tipo de las lombrices, ideales para atraer a los peces y,
por último, "carnada artificial"o imitaciones de metal o plástico, con
forma de seres vivos, como "cucharas", "giradores", "plumeros",
"curricanes" y "moscas".
Figura 48. Diferentes tipos de carnadas o anzuelos.
También los fabricantes de enseres para pesca deportiva han
diseñado un sinnúmero de accesorios, entre los que se encuentran
las "plomadas" o pesas que de acuerdo con sus características,
llevan el anzuelo a diferentes profundidades; las "boyas", los
"corchos" y "flotadores" ayudan a conocer cuando el pez picó el
anzuelo; los "destorcedores" son pequeñas piezas de metal que
impiden que el sedal se enrede; los "ganchos" y "redes" se utilizan
para recoger lo capturado; las "cajas de pesca" y la "vestimenta del
pescador", también son características.
Además de todo este equipo, los aficionados a la pesca deportiva
han diseñado una enorme variedad de técnicas con base en los
conocimientos de conducta de los peces y de los lugares donde
habitan. No son los mismos pasos los que sigue un pescador en mar
abierto, que en una presa o en un río; no es igual intentar capturar
una trucha que un pez vela.
Otro arte de pesca deportiva es el arpón utilizado principalmente en
la "pesca subacuática", la cual se debe hacer sin usar tanques de
oxígeno ni otros aditamentos empleados en el buceo de "aqualung"
que deben estar totalmente prohibido por representar demasiada
ventaja y que con ello, más que una recreación, la pesca es un
crimen que pone en peligro la existencia de las especies.
Los pescadores deportivos en todo el mundo proliferan cada día
más, agrupándose en diferentes tipos de organismos; por ejemplo
en Francia, donde hay 4 millones de pescadores registrados, existen
asociaciones locales, que a su vez forman las federaciones
regionales y éstas son coordinadas por el Consejo Superior de Pesca
de Francia.
En México, además de las asociaciones y federaciones se
constituyó, en 1985, la Comisión Mixta para el Fomento de la Pesca
Deportiva, integrada por la Comisión Nacional Consultiva de Pesca,
la Dirección de Promoción Pesquera de la Secretaría de Pesca, la
Confederación Marítima Mexicana, el Instituto Mexicano de Pesca
Deportiva y la Federación Mexicana de Pesca Deportiva.
Entre los principales eventos de pesca deportiva que se llevan a
cabo en el país están: el Torneo Internacional de Pesca del Sábalo,
en Tampico, Tamaulipas, del que se han realizado, hasta 1986, 39
ediciones; la Pesca del Marlín en Cabo San Lucas, B. C. Sur, y la
Temporada Internacional de Pesca Deportiva Cozumel 85, realizada
en Quintana Roo.
Existe a nivel mundial la Asociación Internacional de Pesca
Deportiva que ha realizado la clasificación de los lugares ideales en
el mundo para practicar este tipo de pesca. Destacan las costas de
Angola, Australia, Gran Bretaña, las Islas Bahamas, Nueva Zelanda,
Estados Unidos y México.
También esta asociación ha publicado las especies de organismos
recomendadas para este tipo de pesca y, por ejemplo, para los
tiburones se toma en cuenta al "tiburón blanco" (Carcharodon
carcharias), el "tigre" (Galeocerdo cuvieri), el "martillo" (Sphyrna
lewisi), el "marrajo" (Lamna nasus) y el "azul" (Prionace glauca).
Entre los peces están considerados el pez vela (Istiophorus), el
marlín (Makaira mitsukurii), el pez espada (Xiphias gladius), el
dorado
(Coryphaena
hippurus),
la
barracuda
(Sphyraena
barracuda), el atún aleta azul (Thunnus thynnus), el barrilete
(Katsowonus pelamis), la albácora (Thunnus alalunga), el bonito
(Sarda chiliensis), el pez gallo (Callorhynchus callorhynchus), el
sábalo (Megalops atlanticus), la rubia (Prionotus punctatus), el peto
(Acanthocybium solandri) y el mero (Epinephelus striatus). en el
mar; y el bagre (Istlarius balsanus), la trucha (Salmo gairdnerii),
las carpas (Cyprinus carpio) y la lobina negra (Micropterus
salmoides) en aguas salobres y dulces.
Los pescadores deportivos no deben basarse únicamente en su
suerte, tienen que demostrar sus conocimientos y sus habilidades;
su objetivo no sólo debe ser sacar el pescado más grande, sino que
deben observar la naturaleza, apreciarla y conservarla, para llegar a
una verdadera recreación y así aprovechar los beneficios que este
deporte ofrece.
A P É N D I C E
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO.
INSTITUCIONES VINCULADAS CON EL APROVECHAMIENTO DEL
OCÉANO Y SUS RECURSOS.
La Universidad Nacional Autónoma de México realiza docencia e
investigación en varias escuelas, facultades, y en institutos o
centros de investigación.
A nivel licenciatura no se cuenta con una carrera especializada en
ciencias del mar, pero en las carreras de leyes, biología, economía,
física, ingeniería civil, ingeniería geológica, ingeniería geofísica,
ingeniería topográfica y geodista, medicina, matemáticas, química y
veterinaria, se imparten cursos relacionados con las ciencias del
mar, como derecho marino, economía marina, biología marina,
oceanografía, biología pesquera, acuicultura, etcétera.
Algunos pasantes egresados de estas carreras realizan sus tesis
profesionales en temas de ciencias del mar en las propias escuelas,
facultades, institutos y centros de investigación de la UNAM, en
diversas instituciones del sector público o en compañías
particulares.
En 1972, se establecieron la maestría y el doctorado en biología
marina en la Facultad de Ciencias. En 1976, con el fin de
aprovechar los recursos existentes en este campo en las diversas
dependencias de la UNAM, se crearon en la Unidad Académica de los
Ciclos Profesionales y de Posgrado del Colegio de Ciencias y
Humanidades, la especialización, la maestría y el doctorado en
ciencias del mar, en cuatro especialidades: oceanografía geológica,
oceanografía química, oceanografía física y oceanografía biológica y
pesquera. En este programa colaboran las facultades de Ciencias,
Química e Ingeniería, y el Instituto de Ciencias del Mar y
Limnología, que lo coordina.
En los años 30 se inició la investigación sobre ciencias del mar en la
UNAM, en especial con trabajos de biología marina y, a partir de los
años 50, se incrementó con estudios de geología y geofísica
marinas. Estos esfuerzos cristalizaron en 1973, año en que se funda
el Centro de Ciencias del Mar y Limnología, que pasó a ser Instituto,
por acuerdo del H. Consejo Universitario, en el año de 1981.
Sin embargo, se siguen realizando investigaciones sobre temas
relacionados con el océano en otros institutos, centros y facultades,
como:
Facultad de Ciencias, creada en 1939 y que, en colaboración con los
institutos, prepara los cuadros de investigadores en biología, física,
matemáticas y actuaría, tanto a nivel licenciatura como maestría y
doctorado; algunos de sus profesores y técnicos académicos de
tiempo completo realizan investigación en biología marina,
pesquerías, ecología marina y acuicultura.
El Instituto de Ciencias del Mar y Limnología tiene como principal
objetivo "el conocimiento interdisciplinario tanto de los mares y
aguas continentales mexicanos como de sus recursos", así como "la
formación de investigadores, profesores y técnicos altamente
calificados en sus distintas especialidades".
Sus instalaciones se encuentran en Ciudad Universitaria y en las
siguientes estaciones de campo: "Mazatlán", en el puerto de
Mazatlán, Sinaloa; "El Carmen", en Ciudad del Carmen, Campeche,
y "Puerto Morelos", en Quintana Roo. Además cuenta con los
buques oceanográficos El Puma y Justo Sierra.
Realiza investigaciones en una amplia gama de especialidades
como: oceanografía física, oceanografía química, bacteriología
marina, contaminación marina, oceanografía geológica y geofísica,
genética de organismos marinos y ecología marina, entre otras. Los
trabajos son publicados en sus revistas Anales del Instituto de
Ciencias del Mar y Limnología y en Publicaciones Especiales del
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología.
El Instituto de Biología se fundó en 1929, desde su origen lleva a
cabo investigación en biología marina; publica los Anales del
Instituto de Biología.
El Instituto de Geología también se creó en 1929 y desde entonces
tuvo relación con la geología marina. Actualmente, en coordinación
con el Instituto de Ciencias del Mar, desarrolla proyectos en
bioestratigrafía,
sedimentología
y
geología
marina.
Sus
publicaciones son: Revista del Instituto de Geología, Paleontología
Mexicana, Cartas Geológicas, Boletín del Instituto de Geología,
Monografías y Contribución a la Edafología Mexicana.
El Instituto de Geografía, fundado en 1938, realiza estudios
geomorfológicos costeros e hidrográficos publicados en: Boletín del
Instituto de Geografía, Serie Varia, Serie de Divulgación Geográfica
y Catálogo de Publicaciones del Instituto de Geografía.
El Instituto de Geofísica data de 1945 y trabaja en ciertos aspectos
de geofísica relacionados con el océano, en especial de sismología,
flujo térmico, gravimetría y radiación solar; publica la Revista
Geofísica Internacional, Boletín Sismológico, Tablas de Valores
Magnéticos, Cuadernos del Instituto de Geofísica y Comunicaciones
Técnicas. Además produce anualmente las Tablas de Predicción de
Mareas y el Calendario de Mareas en los puertos del Océano
Pacífico, del Golfo de México y el Caribe mexicano, en colaboración
con la Secretaría de Marina.
El Instituto de Ingeniería aborda desde 1964, aspectos de ingeniería
ambiental e hidráulica marina, hidráulica costera o de lagunas
interiores, contaminación marina, estructura del oleaje y su relación
con obras en puertos o plataformas marinas; publica el Boletín de
Ingeniería.
El Centro de Ciencias de la Atmósfera, creado en 1977, realiza
investigaciones sobre interacción océano-atmósfera, modelos
matemáticos del océano y publica las revistas Atmósfera y
Contaminación Ambiental.
El Instituto de Matemáticas Aplicadas y Sistemas nace en 1976 y
cuenta con una amplia capacidad de computación, colaborando con
los investigadores en ciencias del mar, en apoyo a sus programas.
También colabora con varios centros de investigación, como el
Centro de Instrumentos (1971), en el mantenimiento, diseño y
construcción de aparatos oceanográficos; el Centro de Información
Científica y Humanística (CICH), creado en 1971 para obtener y
manejar la bibliografía especializada, realiza las publicaciones
Biblat, Periódica y Portal; y la Dirección General de Servicios de
Cómputo Académico (1985), que brinda servicios a cinco áreas
fundamentales: docencia, investigación, extensión, apoyo y
administración, con el fin de impulsar y promover el empleo de la
computación como herramienta de trabajo en las áreas científicas y
humanísticas; esta dirección publica el Boletín informativo.
G L O S A R I O
aceite de pescado. Líquido graso que se extrae de los peces.
actividad pesquera. Conjunto de acciones relacionadas con el
aprovechamiento de los recursos vivos del océano.
acuicultura. Biotecnología que permite el manejo y control de los
organismos acuáticos con el objeto de obtener nuevos organismos o
sus productos, para aprovecharlos en alimentación, usos
industriales, agropecuarios, ornamentales, etcétera.
achicar. Sacar el agua de una embarcación.
agalla. Nombre común de las branquias que sirven a los peces para
respirar.
agallera. Tipo de red en la que el pez se atora por las branquias.
agar. Sustancia coloidal que se extrae de las algas y tiene muchas
aplicaciones en la industria.
aguas costeras. Aguas relacionadas con la línea de costa. Lagunas
costeras y esteros.
ahumado. Conservación de los animales acuáticos como peces y
moluscos por la acción del humo producido por diferentes tipos de
madera.
aionomorfo. Diferentes formas que presentan los organismos
durante cada una de las fases de su vida.
alga. Vegetal acuático que realiza su fotosíntesis por medio de
pigmentos verdes, rojos, amarillos o cafés. Puede estar formada por
una o varias células.
almadraba. Arte de pesca fijo que se coloca a poca distancia de la
costa, donde se sabe que es el paso de especies pelágicas que
migran.
amarra. Cable grueso de cáñamo o acero que se utiliza para
amarrar o remolcar embarcaciones.
ancla. Instrumento de hierro con ganchos que sirve para fijar las
embarcaciones al fondo.
antena. Apéndice de la cabeza de un artrópodo en el que está
instalado el sentido del tacto.
anzuelo. Pequeño arpón de acero que se amarra a una línea
generalmente de plástico llamada sedal, al que se coloca una
carnada para utilizarlo en la pesca.
arpón. Barra de hierro provista en uno de sus extremos, de una
púa vuelta hacia atrás para que pueda clavarse en el cuerpo de un
organismo. Se utiliza para la captura de tiburones, peces, tortugas
y ballenas.
arqueo. Medida de la capacidad o volumen interior de un buque.
arribada. Llegada de una embarcación a puerto.
arribazón. Regreso de organismos acuáticos migratorios a un lugar
determinado de la playa.
arte de pesca. Equipo empleado para la captura de organismos
acuáticos; incluye el utilizado para la localización de los animales y
el aparejo para capturarlos.
artrópodo. Animales invertebrados que tienen sus extremidades
articuladas, como los insectos.
astillero. Local donde se construyen y reparan las embarcaciones.
atracadero. Lugar donde pueden amarrarse las embarcaciones.
autonomía. Tiempo y distancia que puede
embarcación sin necesidad de reponer combustible.
navegar
una
avería. Cualquier falla que se presenta en una embarcación.
bacaladero. Barco equipado para la captura del bacalao y especies
afines.
bacteria. Organismo unicelular dotado de una pared celular rígida,
un cromosoma con DNA y citoplasma sencillo.
balanceo. Oscilación transversal de una embarcación, al ser
sacudida por las olas o el viento.
balandra. Embarcación pequeña con un solo palo en la cubierta y
dos velas.
barba de ballena. Lámina transversal de queratina, derivada de la
epidermis, que cuelga de la mandíbula superior de las ballenas
verdaderas que carecen de dientes. Les permite filtrar el agua y
detener la gran cantidad de organismos pequeños de los que se
alimenta.
batimetría. Medida de las profundidades en el agua.
bicicleta. Cobralíneas manual que se utiliza en la captura de los
peces que viven en el fondo.
biomasa. Peso de toda la materia orgánica que constituye a los
seres vivos de un espacio determinado.
boya. Flotador de forma variable que puede anclarse en un punto
determinado del mar.
cabo. Cuerda que se emplea en las embarcaciones y en las artes de
pesca que puede ser de diferentes tipos.
cabotaje. Navegación que se realiza cerca de la costa y de puerto a
puerto.
cabullería. Conjunto de cabos utilizados en las embarcaciones.
calabrote. Cabo grueso con el que amarran las embarcaciones.
caladero. Lugar adecuado para colocar o calar las artes de pesca.
calafateo. Operación para cerrar vías de agua en el casco de una
embarcación.
calar. Sumergir en el agua un arte de pesca en condiciones
adecuadas para la captura.
cámara de descompresión. Estructura de construcción especial
que permite estabilizar las características fisiológicas de una
persona que ha permanecido sumergida en el agua.
caña. Vara en donde se fija el carrete que lleva una cuerda
resistente o línea, la cual tiene al final un anzuelo. A todo lo largo
de la caña se localiza una serie de anillos, por los que pasa la línea.
captura incidental. Captura de organismos distintos a los que se
había programado pescar con un arte determinada.
carnada. Restos de animales terrestres o marinos que se utilizan
como cebo para atraer a los organismos marinos. También se
utilizan algunos invertebrados como gusanos.
carrete. Rueda en la que se enrolla la línea o sedal que lleva el
anzuelo, para la pesca con caña.
cimbra. Arte de pesca que lleva un cabo principal o línea, del cual
cuelgan cordeles más cortos en donde se colocan los anzuelos;
además lleva flotadores. También recibe el nombre de "palangre" o
"espinel". Se puede utilizar en el fondo, a media agua, en la
superficie o a la deriva. Con ella se capturan tiburones, atunes y
macarelas.
clase. Grupo o taxón que se utiliza en la clasificación de los seres
vivos y que representa el conjunto de órdenes.
coloide. Estado de algunos cuerpos formado por dos fases: una
continua o dispersora y otra dividida o dispersa, entre las cuales
existe relación. La materia viva está constituida por dos coloides.
copo. Compartimiento o bolsa en el que termina una red y en
donde se concentra la pesca.
crustáceo. Animal del grupo de los artrópodos, con antenas y
extremidades articuladas, respiración por branquias y cuerpo
protegido por una cubierta gruesa, ej: camarón, langosta, etc.
curar. Método para preservar el pescado por medio de la salazón,
secado, ahumado, escabeche o la combinación de varios de ellos.
curricán. Anzuelo colocado entre plumas, cintas, trapos o placa
metálica que se remolca en la superficie del agua, por lo que al ser
visible atre a los peces.
demersal. Organismo acuático que se desplaza cerca del fondo.
desenmallar. Desenganchar a un pez que se atoró en una red.
deshidratación. Proceso al que se someten los organismos para
eliminar más del 90% del agua de su cuerpo.
desove. Es la acción por medio de la cual los animales hembras
ponen los óvulos.
draga. Aparato que se utiliza para obtener muestras del fondo o
para capturar especies que viven en él, como ostiones, jaibas, etc.
enlatado. Método de conservación de productos alimenticios.
enmallar. Se dice cuando los organismos acuáticos quedan en las
mallas de la red.
especie. Categoría de la clasificación taxonómica por debajo del
género, definida por la capacidad de cruzamiento génico.
eviscerar. Extraer los órganos internos o vísceras de los pescados.
FAO. Organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación.
familia. Grupo taxonómico para clasificación de los seres vivos que
corresponde a un conjunto de géneros.
fauna de acompañamiento. Organismos que se capturan
incidentalmente, junto con otras especies de mayor importancia.
fisga. Palo largo que lleva en uno de sus extremos una horquilla de
fierro con punta afilada, con la que se capturan organismos.
flotadores. Materiales de poco peso, como el corcho, que se
colocan en la relinga superior de una red de pesca.
gafas. Dos rastrillos que se unen en el centro, formando una pinza
que se utiliza para la captura del ostión.
género. Grupo taxonómico utilizado en la clasificación de los seres
vivos y que corresponde a un conjunto de especies.
genética. Ciencia que estudia las leyes de la herencia.
gónada. Órgano sexual que produce gametos femeninos u óvulos y
gametos masculinos o espermatozoides.
hábitat. Lugar donde vive un organismo.
hermafrodita. Un solo individuo que produce gametos masculinos
y femeninos o bien, puede intercambiarse y fecundarse con otro
individuo hermafrodita.
homeotermo. Organismo que regula su temperatura corporal para
mantenerla constante y superior a la del ambiente; es característico
en aves y mamíferos.
ictiólogo. Investigador que se dedica al estudio de los peces.
juvenil. Estadio en el cual un organismo ha adquirido la morfología
del adulto, pero aún no es capaz de reproducirse.
kilogramo bruto. El peso de los productos tomando en cuenta el
envase.
kilogramo neto. El peso de los productos, sin considerar el
envase.
lance. Operación o serie de operaciones necesarias para extender
un arte de pesca y después cobrarlo con lo capturado.
lastre. Objetos que se colocan en las artes de pesca o en las
embarcaciones para aumentar su peso.
luz de malla. Distancia que existe entre dos nudos de la malla de
una red de pesca.
malacate (güinche). Máquina movida por vapor, fuerza hidráulica o
eléctrica, que lleva dos tambores en donde se enrolla cable. Se
utiliza para mover objetos pesados en las embarcaciones.
malla. Es una red de pesca, cuadrilátera, formada por hilos que se
cruzan y se anudan en sus cuatro vértices.
metamorfosis. Periodo de transformación del estado larvario a la
forma adulta. Con frecuencia implica destrucción considerable de
tejido larvario.
muda. Cambio de la cubierta del cuerpo para que el organismo
pueda crecer.
nudo. Medida de velocidad de una embarcación equivalente a una
milla náutica (1 852 metros) por hora.
nylon. Fibra de plástico transparente.
orden. Grupo taxonómico que se utiliza en la clasificación de los
seres vivos; reúne a un conjunto de familias.
paño. Conjunto de mallas que forman parte de una red de pesca y
que presentan la misma forma y dimensión.
patógenas. Que causan algún daño.
pelágico. Que vive en las aguas superficiales del mar o de lagos,
en contraste con los que viven en el fondo del mar.
pesca comercial. Capturas que se realizan con fines de lucro;
puede ser en la costa, llamándose "de ribera" o en el océano,
denominándose "de altura".
pesca de subsistencia. Captura que se realiza sin propósitos de
lucro, con el fin de alimentación para la familia.
pesquería. Sistema de producción pesquera basado en la
extracción
de un recurso acuático particular,
utilizando
embarcaciones y artes de pesca específicas e iguales y una fuerza
de trabajo bien definida.
phylum. Grupo taxonómico que se utiliza en la clasificación de los
seres vivos; es una división del reino y un conjunto de clases.
piola. Cable delgado de nylon o algodón.
poiquilotermo. Organismo de temperatura corporal variable que
sigue aproximadamente la del medio. Los poiquilotermos marinos
mantienen una temperatura casi igual a la del agua.
polisacárido. Carbohidrato producido por combinación de varios
monosacáridos.
preservación. Operación que se realiza para que los organismos
acuáticos se conserven por largos periodos de tiempo.
procesamiento. Actividades para preparar a los recursos
pesqueros, como por ejemplo el secado, el salado, el curado, el
ahumado, el enlatado, etcétera.
proteína. Compuesto orgánico complejo formado por aminoácidos,
que interviene en la estructura del organismo.
red. Arte de pesca confeccionada con hilos, cuerdas o alambres.
refrigeración. Método para conservar alimentos donde el frío actúa
sobre el producto, retardando o suspendiendo la acción bacteriana
al ser sometido a temperaturas menores de 0°C.
relinga. Cuerda delgada que sirve para armar las redes, puede
llevar corchos para flotar, o plomos como peso para fijarlas.
salado. Proceso para conservar el pescado por medio de sal que
extrae el agua y evita la acción bacteriana.
secado. Proceso para conservar los productos acuáticos realizando
la extracción del agua por medio del Sol.
sector primario. Fase del proceso pesquero que provee de materia
prima.
sector secundario. Fase del proceso pesquero que se ocupa de
transformar la materia prima en productos elaborados.
sector terciario. Red del proceso pesquero que se ocupa de
manejar, almacenar, transportar y vender la materia prima y los
productos elaborados.
stock. Conjunto de organismos de la misma especie que pueden
ser pescados.
tangones. Piezas de madera o de acero que sirven para abrir las
redes pesqueras de arrastre.
tapo. Arte de pesca fijo que se utiliza en la captura del camarón y
de peces de agua dulce.
tonelaje. Capacidad de una embarcación.
tonelaje bruto. Capacidad cúbica total de una embarcación.
ventrículo. Cavidad del corazón, parte impulsora principal de las
paredes musculares gruesas, que recibe la sangre de las aurículas.
vara. Garrocha de pescar confeccionada con cañas de carrizo o
ramas rectas y flexibles de árboles.
yugular. Vena principal por la cual la sangre retorna del cerebro a
los pulmones
B I B L I O G R A F Í A
Aburto, D. et al. Alga Spirulina. Departamento de Pesca, México,
1978.
Agenda Estadística Pesquera. Secretaría de Pesca, México, 1986.
Anuario estadístico de Pesca. 1986. Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma, 1987.
Catálogo de Buques Oceanográficos. CIIO, México, 1988.
Arredondo, S. Estudio sobre la factibilidad para detectar y
cuantificar mantos de Sargazo mediante técnicas de procesamiento
digital de imágenes multiespectrales. Secretaría de Programación y
Presupuesto, México, 1982.
Blancarte, S.E. Los recursos pesqueros en el desarrollo nacional. El
caso del camarón en México. Facultad de Ciencias Políticas, UNAM,
México, 1979.
Caddy, J.F. Progresos realizados en la evolución mundial de
cefalópodos. FAO, Roma, 1983.
Cendrero, L. Zoología hispanoamericana. Invertebrados. Porrúa,
México, 1971.
Cendrero, L. Zoología hispanoamericana. Vertebrados. Porrúa,
México, 1972.
Compeán, J.G. Atlas pesquero de atún. Instituto Nacional de la
Pesca, Secretaría de Pesca, México, 1985.
Departamento de Pesca. Atlas de los recursos vivos del mar.
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, FAO, Roma, 1981.
Departamento de Pesca. Diccionario de terminología pesquera.
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, FAO, Roma, 1979.
García-Cubas, A. Moluscos de un sistema lagunar tropical en el sur
del Golfo de México (Laguna de Términos, Campeche). Instituto de
Ciencias del Mar y Limnología, UNAM, 1981.
Guzmán-del Proo, S., et al. La pesquería del abulón en Baja
California, un análisis de su desarrollo histórico y perspectivas
futuras. Instituto Nacional de la Pesca, SIC, México, 1973.
Holthuis, L.B. Shrimps and Prawns of the World. FAO, Roma, 1980.
Inversen, E.S. Cultivos marinos. Acribia, Zaragoza, España, 1982.
Kett-Traulsen, A. 1981. Estado actual de la pesquería del calamar
gigante en el estado de Baja California Sur. Secretaría de Pesca,
México, 1981.
Krenzer, R. y R. Ahmed. Aprovechamiento y comercialización del
tiburón. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, FAO, Roma, 1978.
Lozno-Cabo, F. Oceanografía, biología marina y pesca. Tomos I, II y
III. Paraninfo, Madrid, 1970.
Murcia, A. Tecnología marítima pesquera. Paraninfo, Madrid, 1980.
Naylor, J. Producción, comercio y utilización de algas y productos
derivados. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación, FAO, Roma, 1976.
Okutami, T. Breve descripción de los calamares existentes en aguas
mexicanas. Departamento de Pesca, México, 1980.
Pérez-Farfante, I. Claves ilustradas para la identificación de los
camarones comerciales de la América Latina. Instituto Nacional de
Investigaciones Biológico-Pesqueras, SIC, México, 1970.
Presbítero, R. y P. Ortega. Breve manual de pesca recreativa.
Departamento de Pesca, México, 1981.
Polanco, E., et al. Pesquerías mexicanas. Estrategia para su
administración. Secretaría de Pesca, México, 1987.
Rodríguez de la Cruz, C. Crustáceos decápodos del Golfo de
California. Secretaría de Pesca, México, 1988.
Rodríguez de la Cruz, C. Estado actual de la pesquería del camarón
en el Pacífico mexicano. Ciencia Pesquera. Instituto Nacional de la
Pesca, México, 1981.
Rodríguez de la Cruz, C. Los recursos pesqueros de México y sus
pesquerías. Secretaría de Pesca, México, 1988.
Ruiz-Durá, F. Aspectos reproductivos de los camarones peneidos.
Revista Técnica Pesquera núm. 208, México, 1988.
Stowe, K. Essentials of Ocean Science. John Wiley and Sons, Nueva
York, 1987.
Yáñez-Arancibia, A. Recursos pesqueros potenciales de México. La
pesca acompañante del camarón. Instituto de Ciencias del Mar y
Limnología, UNAM, 1985.
C O N T R A P O R T A D A
La ballena ha sido conocida y pescada desde épocas muy remotas,
sin embargo se considera que su captura comercial —de la que se
aprovecha piel, grasa y carne— se inició en 1868, cuando
empezaron a utilizarse barcos de acero movidos a vapor provistos
de cañón lanza arpones y un compresor de aire con el que se
inflaban las piezas capturadas para mantenerlas a flote. Antes, la
caza de ballenas era toda una aventura, como puede verse, por
ejemplo, en la novela de Herman Melville, Moby Dick. Y, aunque la
ballena es generalmente pacifica y apenas presenta resistencia,
algunas especies, entre ellas los cachalotes, se volvían contra sus
verdugos y cobraban víctimas.
Las técnicas modernas de pesca de la ballena casi lograron
extinguirla de no haberse reglamentado su caza. De eso trata este
décimo volumen de El océano y sus recursos. La pesca —y las
pesquerías— incluye una amplia gama de actividades: desde la
utilización de equipos y embarcaciones del mismo tipo en la captura
de una variedad especial, hasta el manejo, almacenamiento y
transporte de la captura, así como su procesamiento, distribución y
venta. Cada unidad de pesquería, se nos dice, la integra una flota
de barcos del mismo tipo; las artes de pesca y los instrumentos,
que en nuestro tiempo alcanzan un grado de complejidad
inimaginables; las plantas procesadoras y los sistemas de
mercadeo. Para establecer una unidad de pesquería hay que tomar
en cuenta numerosos factores, pues cada recurso, léase especie,
tiene una distribución, ciclo de vida, patrones de comportamiento y
dinámica de poblaciones propios que facilitan que los pescadores,
basándose en sus observaciones y en estudios científicos, creen y
desarrollen prácticas de pesca específicas para lograr el mejor
aprovechamiento. De lo anterior se desprende que la pesca ha
pasado de la micro a la macroeconomía en nuestros tiempos.
Siempre teniendo en cuenta a México, los autores analizan en
detalle todo lo referente a la pesca, de los crustáceos y moluscos a
los peces de mayor consumo incluso las tortugas y las algas (estas
últimas plantas cuyo consumo y captura va en aumento), sin
olvidar la pesca deportiva.
Los doctores Juan Luis Cifuentes Lemus, María del Pilar TorresGarcía y Marcela Frías Mondragón —catedráticos del Laboratorio de
Invertebrados de la FCUNAM— dedicados a la tarea de escribir una
obra panorámica sobre los diversos aspectos de las investigaciones
oceánicas en una serie de doce volúmenes, alcanzan , con el
presente
libro,
el
décimo
peldaño
de
su
trabajo.
Diseño: Carlos Haces
Descargar