215 RevistaMichoacana de Derecho Penal Sobre la Certificación de los Abogados Penalistas. Comentarios en Torno a la Iniciativa de Reforma Constitucional Presentada por el Ejecutivo Federal Senado de la Republica'. Manuel Vidaurri al Aréchiga 1.- Es posible que, de concretarse, la propuesta de reforma constitucional presentada por el ejecutivo federal al senado de la república el pasado 29 de marzo del 2004 represente un auténtico y sumamente importante parleaguas en la historia del sistema de justicia nacional. No solo por los aspectos que aborda, tales como la novedosa configuración propuesta para los órganos de procuración de justicia y seguridad pública, la creación de "jueces" de vigilancia penitenciaria, o los tribunales para menores. 0, por otra parte, las modificaciones sustanciales en instituciones juridico-procesales, en donde claramente se advierte una orientación hacia el sistema acusatorio, dejando algunos resabios del modelo inquisitivo presentes aún en muchas de las leyes procesales de los Estados. Es de celebrarse que principios procesales propios de un verdadero estado de derecho como lo son, el de presunción de inocencia, se hagan presentes en esta iniciativa, sin ignorar algunas otras propuestas como las que aluden a la oralidad en los procesos. 2.- Muchos de estos temas han sido brillantemente atendidos por los reconocidos especialistas que han participado y lo harán en las siguientes horas en el marco de este Congreso de Estudiantes de Derecho Penal. Por nuestra parte, nos referiremos a un aspecto también contenido en la iniciativa que tiene que ver con la certificación de los abogados penalistas. Del excelente programa de conferencias entendemos que se han expuesto comentarios y refiexiones sobre ia formación de los abogados en España, Perú y Suiza, y por supuesto en nuestro país, todo lo cual nos permitirá . Versión escrita de la intervención del autor en el marco del Congreso Internacional de Estudiantes de Derecho Penal, celebrado los dias 17, 18 Y 19 de Mari.o de 2005, en la Ciudad de Guanajuato, Gto., auspiciado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Guanajuato. 216 Sobre la Certificación de los Abogados Penalistas contar con elementos de comparación necesarios para dimensionar el posible impacto, necesidad, conveniencia o pertinencia de una certificación de los abogados p~nalistas. ,,', • 3,- Permítaseme que traiga a la memoria de todos nosotros algunos comentarios que plasmó en su informe sobre la misión cumplida en nuestro país en el año 2002 el señor Dato'Param Coomaraswamy, Relator Especial sobre la Independencia de los Magistrados y Abogados de las Naciones Unidas, a propósito de los abogados de oficio y la profesión jurídica, Muchos de los presentes recordarán que el informe del relator causó muchó malestar, sobre todo entre los" integrantes del Poder Judicial " de la Federación, quienes incluso elaboraron el documento "Respuesta al informe del relator de la ONU para la independencia de los jueces y abogados", ampliamente difundido, aunque sin agregar como anexo el documento cuestionado, para un mejor contraste de los argumentos de "respuesta". En todo caso, y para los propósitos de nuestra ínterVención, creemos que los señalamientos en torno a los abogados y la profesíón jurídica constituyen un elemento para la discusión insoslayable, Muchos de los puntos reseñados en el referido informe resultan difícilmente rebatibles, sobre todo cuando obedecen a una realidad conocida por todos, En el informe se dice, por ejemplo: • Que muchos abogados de oficio, especialmente' los que trabajan a nivel de los Estados, carecen de la formación adecuada, perciben una remuneración insuficiente y no disfrutan de unas condiciones idóneas para poder' realizar su trabajo de manera eficaz. A menudo no cuentan con despacho propio sino que comparten los despachos de los procuradores, Su volumen de trabajo es muy grande. Según se dice, algunos de ellos piden al acusad~ más dinero para representarlo mejor. Se expreso preocupación porque, con frecuencia, los abogadOS de oficio no representan debidamente al acusado sino que se limitan a firmar los documentos, a veces incluso sin haber estado presentes cuando el acusado prestó declaración". RevistaMichoacana de Derecho Penal' • ,1"'.: 217 Que el sueldo de un abogado de oficio federal es de 30,000 pesos al mes; y que habia 467 abogados de .,' oficio distribuidos en 160. ciudades (ambos datos • referidos al año 2002). 'c " • " Que en muchos Estados de la república los abogados de oficio están empleados por 1 el poder ejecutivo. " Aunque en ,Estados como el de Nayarit la oficina de abogados de oficio se encuentra adscrita al Ministerio Público, y'en Chihuahua, los abogados de ofiCIO ,'están empleados por', el Poder Judicial y ganan 16,000 pesos' mensuales. 'Para el caso del Distrito Federal los abogados ganan 9AOO pesos mensuales y están adscritos al Consejo del Poder Judicial. • Que la baja calidad de la defensa proporcionada por los abogados de oficio motiva preocupación al relator, y constató que los tribunales mexicanos se ocupan de comprobar que el acusado esté representado pero no examinan la calidad de tal representación. . ' • Por supuesto, aunque sin utilizar la denominación con la que nacionaimente se ies identifica (coyotes), el relator conoció el hecho de que algunos abogados no reunían las condiciones necesarias para realizar adecuadamente la defensa de los acusados, • Que en México hay más de 40,000 abogados, y que no existe en el país una formación jurldica uniforme con miras a la obtención del titulo para ejercer la profesión. • No existe una obligación de pertenecer a un Colegio de Abogados, ya que la afiliación es voluntaria. • El relator fue infomado por el 'presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad de, México que en nuestro pais hay cinco buenas facullad~s de Derecho; pero abundan las malas .. • Que no existe una legislación federal o estatal relativa a las condiciones necesarias para ejercer la profesión juridica o a regular la organización de la misrT!a. , , • Supo también el relator que los títulos' que ofrecen nuestras universidades del' país' no están 218 Sobre la Certificación de los Abogados Penalistas o o normalizados y los interlocutores admitieron que los niveles de formación eran mediocres. En el mismo sentido, fue informado de que muchos programas de formación universitaria de abogados duran cinco años, pero es posible obtener el título cubriendo programas de tres años. No existe un código deontológico único para los abogados, ya que cada Colegio cuenta con el propio, y aunque es posible que su incumplimiento traiga como consecuencia la expulsión del miembro pero no le impide que siga ejerciendo. Se le informo al relator que no son pocos los casos de que personas que cursaron pero no concluyeron la carrera se hacen cargo de defensas ante tribunales. Sirvan estas referencias para ilustrar la situación que guardan en nuestro pals las defensorías públicas y el ejercicio de la profesión jurldica. Por supuesto, cada uno de estos puntos merece una atencíón pormenorizada y es posible, desde luego, que en algunos casos ya se hayan presentado cambios o ajustes importantes. No obstante, parece que esta es una realidad presente que difícilmente cambiará de la noche a la mañana. 4.- Como saben todos, en nuestra Constitución polltica, especialmente en su Artículo 20, apartado Al, fracción IX, la defensa en matería penal puede prestarse: al por si; bl por persona de confianza, c) por un abogado particular, y d) por un defensor públiCO. La reforma propone la desaparición de la persona de confianza, es decir del defensor de confianza, por estimar que no proporciona una defensa adecuada. Este conjuro contra el coyotaje resulta aconsejable, sin duda. Sin embargo habrá que reconocer que la mayoría de asuntos penales ventilados en los tribunales son atendidos en un altísimo porcentaje los acusados son defendidos o representados por un abogado de oficio, más cuando es bien sabido que las posibilidades económicas de los inculpados no siempre es de aquellas que le permitirían ser asistidos por un abogado particular reconocido, pues sus honorarios suelen ser, ciertamente, elevados. Con base en lo señalado, tenemos al menos dos rutas que podrlan considerarse. Por un lado, evitar la presencia o actuación penal de RevistaMichoacanade Derecho Penal 219 personasque carezcan de I~s corre~pondientes credenciales (in,cluso, pese a mi habitual reticencia a utilizar el Derecho Penal, podnamos pensaren la tipificación del intrusismo profesional, como sucede en la legislación española'). Pero, por otra parte, se. abre un complejO problema que involucra a defensores de ofiCIO y a defensores particulares, que encuentra un punto de encuentro en lo que hace a su formación inicial, su profesionalización, la actualización y su oomportamiento ético. Me hago cargo de las peculiaridades de cada unade estas maneras de ejercer la defensa penal, aunque inSisto en la coincidencia en los aspectos mencionados, de los que intentaré haceralgunos comentarios sumamente generales a continuación. 5.- La formación de los abogados penalistas. En este punto parece absolutamente conveniente aludir a los programas académicos universitarios, puesto que es a partir de su cumplimiento de donde derivan buena parte de los problemas de la práctica penal. El tiempo asignado a nuestra intervención no nos permiten entrar en detalles, pero es posible señalar el hecho cada vez más frecuente de que los programas académicos de formación de abogados han venido reduciendo los años que deben intervenirse en tal propósito. Más o menos es común en las universidades públicas que la duración de la carrera de abogado sea de cinco años, pero tenemos noticia de que cientos de instituciones privadas ofrecen "formar" abogados en tres y hasta dos años ¿es esto posible? Creo, sinceramente, que no. Por mucho y que es una realidad que la educación universitaria es compleja, el oportunismo con el que se ofrece "formar" abogados en tan poco tiempo tiene mucho que ver COnel binomio estudiar y trabajar, con lo cual estamos hablando I ver Aniculo 403 de la Ley orgánica 10/1995 de 23 de Noviembre, del. Código Penal, que a la letra dice: "El que ejerciere actos propios de una profesión sin poseer el correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con la leg!slación vigentes, incurrirá en la pena de multad de seis a ~oce meses" Si,"a actividad profesional desarrollada exigiere título oficial que acredite la capacltaclon ~cesaria y habilite legalmente para su ejercicio, y no se estuviere en posesión de dIcho título, se impondrá la pena de multa de tres a cinco meses. Si el culpable, además, se atribuye públicamente la cualidad de profesional amparada por el tírulo referido, se le impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años". 220 Sobre la Certificación de los Abogados PenalistaS directamente de trabajadores que estudian, y no de estudiantes que trabajan, lo que' en si mismo representa una diferencia sustanci;¡¡" También es notorio que estudien derecho personas que ya poseen otro título universitario pero que confian en que su vida profesionahy económica habrá de mejorar si cuentan con el de abogado. No puede reprobarse estudiar Derecho, lo que preocupa, es el quien y el cómo lo ejercen. Luego, esto, es decir, su práctica y ejercicio, corresponde a quienes si quieren dedicarse a la profesión juridica de manera profesional. " 6.- La profesionalización. Probablemente este sea un aspecto complejo de materializar. Alguien se hace profesional de algo cuando la experiencia y el estudio personal, amén de otras aptitudes y actitudes respecto del ejercicio de la profesión, suman más de una década. Se es profesional cuando se presenta un seNicio de calidad, apegado a la legalidad' y con oportunidad y pertinencia. Se es profesional cuando se habla con claridad al cliente sobre las posibilidades reales de obtener algo en el juicio, se es profesional cuando se habla con la verdad. La profesión juridica será realmente profesional cuando se regulen determinados - aspectos de la misma: calidad, ética, conocimientos, eficacia, etc. la ausencia de estos y otros elementos nos acercará más bien a la práctica de un oficio (el coyotaje) que al de una profesión: la abogacia. 7.- La actualización. Son ineludibles las palabras del jurista uruguayo Couture, para quien el abogado debe mantenerse en constante actualización, so pena de perder cada dia que no lo haga su condición de abogado. Abogado que no estudia, no es abogado. En este sentido, la actualización permanente en temas juridicos debe ser una constante en la vida profesional de un jurista. La dinámica social, las aportaciones doctrinales, los criterios jurisprudenciales, merecen dedicación y empeño por parte de los abogados. En otras profesiones (laContaduria entre éstas) la actualización permanente constituye un elemento imprescindible en el procéso certificador de conocimientoS, habilidades y competencias. Re,istaMichoacanade Derecho Penal 8." El comportamiento 221 ético. Es lamentable pero es verdad que no se cuenta en nuestro pais con un código deontológico de la profesión. El hech~ de ~ue cada Colegio de Abogados cuente con dispOSICiones de esta mdole no garantiza, por cierto, que las mismas sean efectlvament~ obseNadas porlos integrantes del mismo. Cierto es que I.atrasgres~on puede dar lugar a la expulsión pero el Abogado podra seguir ejerCiendo y, lo que resulta alarma~te, se han dado cas~s de creación de nuevos colegios en donde el denominador comun es q~e lo~ Integrantes hayan sido expulsados del mismo u otro ColegiO. Siendo que la colegiación no es obligatoria, no lo es constitui.': tantos colegios como sean "necesarios". En otros paises (Espana, por eJemplo), es destacable el papel que juega el Consejo ~eneral de la Ab~gacla, no solo por lo que se refiere a la capacitaclon y actuahzaclo~ .de sus miembros, sino también, y especificamente, por el control etlco que de la profesión realizan. 9." La certificación: jueces? ¿sólo para los abogados? ¿Y los fiscales y Una lectura detenida de la iniciativa de reforma, nos hace sentir una suerte de menosprecio por la actividad jurídica. Y parece que la causa del mal funcionamiento del sistema de justicia se circunscnbe exclusivamente al ejercicio de la abogacia. En el texto de la iniciativa se habla en el mismo tono -casi despectivo- de los coyotes (palabra PQcoo nada técnica por cierto) y de los abogados que no obstante COntarcon el titulo y cédula correspondiente, no cuentan con la certificación propuesta. Es verdad que los llamados coyotes constituyen una inconveniente presencia en los procesos penales, Pero decir que los abogados titulados y autorizados legalmente para el ejercicio deban recibir ese irrespetuoso trato. Que, por desgraCia, haya abogados titulados que actúen descuidadamente,. ~o puede ser base para generalizaciones odiosas, más cuando tamblen se dan los casos en que personas sin titulo actúen correctamente en benefiCIO del acusado. (adiós abogado sin título, adiós titulo sin abogado). , 222 Sobre la Certificación de los Abogados Penalistas Personalmente no me opongo a que los abogados penalistas superen pruebas que les permitan certificar sus conocimientos. Aunque debo admitir que me resulta un tanto molesto el tono de desconfianza con el que se califica a quienes han obtenido su titulo y la cédula correspondiente, pues me parece que veladamente se formula una crítica a las instituciones uníversitarias formadoras de abogados las que, siguiendo su normatividad, han otorgado los correspondientes titulas. Por cíerto, ni el titulo ni la patente o cédula garantizan calidad y conocimientos; pero este es un problema distinto que habrá de revisarse a la luz de modificaciones constitucionales al artículo 5 y luego, por consecuencia, a las leyes de profesiones de los Estados. La certificación será muy conveniente para los abogados (bien que sean de oficio o particulares), pero también lo será para los otros profesionales del Derecho que tienen que ver en el proceso, me refiero a los fiscales y a los jueces. En este último caso, muchos poderes judiciales del país ya cuentan con consejos de la judicatura que se encargan de seleccionar a los mejores abogados y abogadas para el servicio de la administración de justicia: en este supuesto, la carrera judicial representa una excelente garantla de calidad. Pero no puede decirse lo mismo en el ámbito de la procuración de justicia, en donde a pesar de que algunas leyes (la de Guanajuato, por ejemplo), recogen la carrera fiscal, no sabemos que tanto se ha avanzado al respecto. Los cursos de actualización y previos al ingreso son de alguna forma comunes, pero no se enmarcan en el esquema de certificar conocimientos. Una última certificación? pregunta: ¿a cargo de que entidad quedará la No desprendemos de la iniciativa una clara asignación de la tarea. Pero nos podemos adelantar a señalar que cada Estado habrá de diseñar sus propios métodos, ello en virtud de la conformación politica del país. Idealmente, una instancia nacional podría deSpeja; sospechas. o dudas, y al caso nos viene a cuento pensar en e CENEVAL, que viene aplicando desde hace algunos años el examen de acreditación para la carrera de Derecho y del que nadie puede poner en duda su capacidad técnica, ética y profesional. Queda de RevistaMichoacana de Derecho Penal 223 por medio determinar los contenidos de la evaluación y quien y como habrá de seleccionar los mismos.