APORTE DEL EJÉRCITO NACIONAL A LA MESA TEMÁTICA No. 2 “DEFENSA NACIONAL Y POLÍTICA EXTERIOR DEL ESTADO” GRANDES DEFINICIONES POLÍTICAS REFERIDAS A LA UBICACIÓN ESTRATÉGICA DEL URUGUAY EN LA REGIÓN Y EN EL MUNDO. Con la finalidad de contribuir al análisis de la importancia de la ubicación estratégica de nuestro país, atendiendo una visión de contenido Geopolítico se desarrollan a continuación algunos conceptos de significación que permitan visualizar factores de relevancia vigentes para su determinación. Con este enfoque incorporamos el concepto primario de que el territorio de un estado es uno de los elementos constitutivos de su existencia y el motivo determinante de su geopolítica. Aunque elemento estático de las Relaciones Internacionales, el territorio se convierte en factor dinámico, cuando por su posición geográfica, el estado que lo ocupa lo utiliza como instrumento de su acción política. Además, de acuerdo con su ubicación en el mundo, su situación estratégica podrá verse ayudada o comprometida en razón de su alejamiento o de su vecindad con las zonas de fricción de las grandes potencias. Por lo tanto, no es la superficie territorial o la mayor extensión de las fronteras, lo que constituye el poder o importancia estratégica de una Nación. Una situación geopolítica conveniente, suele ejercer una influencia muchas veces decisiva y definitoria. En tal sentido nuestro país ocupa una posición calificada en este hemisferio la que lo ha llevado muchas veces en la historia, a ser víctima de la codicia ajena. La riqueza de sus suelos y su posición estratégica colocado sobre el flanco Atlántico, nos obliga a estar permanentemente atentos al peligro de pretensiones externas sobre el mismo. La historia de la Banda Oriental así lo ha dejado demostrada , por eso es casi imprescindible analizar la ubicación estratégica de nuestro país desde el punto de vista del interés de terceros. Atendiendo esta perspectiva, parecería que el estratega de esta región aún no ha tomado conciencia de cómo nos está mirando el mundo (tanto al Uruguay como a la región ). En lo que respecta a nuestro Estado es preciso señalar que en la óptica global seguimos representando la cuña de ingreso a la Cuenca del Plata; quizás hoy con un objetivo mucho más ambicioso que el comercio, como puede ser la búsqueda del control de un elemento con futuro vital para la supervivencia de la Humanidad , como lo es el actualmente llamado “ oro transparente o azul”, emblematizando de esta manera los recursos hídricos del Acuífero Guaraní. Página 1 de 12 Resulta entonces importante no desatender indicios en este aspecto y darle el verdadero valor estratégico que ello encierra y para lo cual debemos de estar atento a interpretar como y en que marco será el tratamiento que Naciones Unidas le dará al tema. Sabido es que se encuentra en desarrollo a nivel mundial el concepto de que “el agua es un recurso o un bien de la humanidad”. Este concepto, va acompañado de algunas interpretaciones que existen a nivel global sobre una “injusta distribución de los recursos hídricos”, concepto que no se establece para otros recursos de carácter estratégico como lo es el petróleo. A partir de esta diferencia de criterios, pueden analizarse un conjunto de procesos que se vienen desarrollando con la participación activa de las grandes naciones y bloques económicos en la búsqueda del control del petróleo los que evidencia una realidad geopolítica, de la cual esta región no se encuentra potencialmente alejada. Siendo nuestra región visualizada particularmente como “reserva de la humanidad” en aspectos alimenticios, hídricos, etc., es factible deducir que los mismos procesos referidos en el párrafo anterior para le control del petróleo, se materialicen en un futuro no muy lejano para estas reservas. Parece pues que la punta del iceberg de la importancia estratégica de la ubicación de un estado, converge en la existencia cada vez mayor de su situación geopolítica, con gran valor en los recursos naturales, humanos y tecnológicos propios de cada estado y que afectan en gran medida (positiva o negativamente) sus perspectivas a la hora de enfrentarse a las inminentes transformaciones y actuales intereses globales. Interesa entonces apreciar no solo en que sector del planeta nos encontramos, sino que además interesa conocer y saber con la máxima certeza en que está el mundo, y hacia donde se dirige. Este es precisamente el punto de partida para poder ubicarnos dentro de ese gran contexto y luego tomar determinaciones que protejan y convengan a los intereses Nacionales. En este sentido y en contrapartida a los estados poderosos que ejercen una doctrina geopolítica expansionista, los más pequeños con alcances más limitados como el nuestro, deben establecer sus doctrinas en función defensiva. Conforme a lo anteriormente expuesto resaltamos a continuación algunos aspectos que desde el punto de vista geopolítico aportan elementos que deberían ser analizados en el momento de hacer un balance estratégico referidos a la importancia de la ubicación de nuestro territorio en el concierto internacional: Página 2 de 12 • La verdad histórica que destaca varios elementos de relevancia que han ido tomando una calificada importancia en el transcurrir del tiempo, y de los cuales se puede destacar la estratégica posición en la esquina del Atlántico Sur con el Río de la Plata, territorio que en muchas oportunidades tuvo que ser defendido de la codicia ajena. • La comprobada capacidad de producción de nuestro suelo en contrapartida con la baja densidad de población, la que despierta intereses por la región como probable zona con posibilidad de producción de alimentos que pueda atender esta problemática a nivel continental y mundial. • Los ya mencionados recursos hídricos, formando parte del Acuífero Guaraní conjuntamente con Argentina, Brasil y Paraguay. • La potencial existencia de recursos en la plataforma continental en momentos que se advierte a nivel mundial una permanente competencia por el control, particularmente de los recursos no renovables entre otros. Asimismo existen otros factores que también deberían de ser analizados en su justa medida al momento de definir el valor estratégico de una Nación; el comercio es uno de ellos. En el presente esto parecería ser inobjetable, porque si la palabra clave en décadas pasadas era “Estado” , en nuestro tiempo esa palabra pasó a ser “Mercado”. A partir de ahí comprender que el mal denominado “Estado tapón” para los intereses Ingleses del siglo XIX , en este Mercosur es el “Estado gozne” y que es el que debe soldar el eje conformado por las dos grandes potencias Sudamericanas; concepto en el cual debemos crecer para consolidar nuestra posición. Para ello es necesario observar en perspectiva varios escenarios (Mercosur – Alca - Unión Europea- Africa - etc.), todos ellos con diferentes particularidades, a fin de poder determinar sus intereses que en algunos casos muestran marcadas diferencias para lo cual, es necesario prevenir los alcances tratando de balancear lo positivo y lo negativo de esta pugna geopolítica en aras de mejorar nuestro posicionamiento y analizar nuestra perspectiva de salida al mercado mundial. El escenario del Uruguay del futuro será necesariamente el mundo, que ya no es tan ancho ni ajeno, si no que, a través del enorme impacto de las comunicaciones esta al alcance de un adecuado esfuerzo como se viene demostrando paulatinamente en el quehacer tanto continental como global . Página 3 de 12 Atado a este nuevo contexto, del que destacamos el regional (Mercosur) debemos también analizar su importancia estratégica y su influencia en el país, ya que la vieja apreciación del vecino como adversario y eventual amenaza, se ve reemplazada (aunque no claramente definida) por otra ecuación en la que parece irremediablemente iremos incurriendo a pesar de la oposición de algunos intereses de los estados parte, y esto es: “sus riesgos serán ahora también los nuestros” En este sentido, el Mercosur va adquiriendo también de manera natural y espontánea, una dimensión estratégica diferente para enfrentar el nuevo escenario global con el peligro de “ comprar amenazas externas” Una demostración más que entre otros aspectos la importancia de nuestra posición estratégica se ve fácilmente influida por la equidistancia de nuestro territorio con Argentina y Brasil, lo que hace que Uruguay se transforme en pieza importante en el ajedrez geopolítico del Atlántico Sur. Finalmente es necesario hacer mención a dos situaciones que han de influir en el valor estratégico del Uruguay. En primer lugar, nuestra rivera con el Atlántico Sur, este amplio espacio marítimo que reúne una diversidad de actores del occidente Africano y del oriente Americano. No podemos olvidar que a causa del desarrollo de la tecnología las distancias se han acortado. Uno de sus efectos más notorios es la aproximación virtual de las costas de los continentes separadas por el Océano. El medio que hasta hoy parecía distanciar, hoy aproxima a las Naciones. De este modo el Océano ofrece nuevas posibilidades de intercambio con el continente Africano, aspecto éste de significativa relevancia en el momento de realizar un análisis sobre la incidencia que Uruguay pueda tener en la región como cuña de ingreso a la Cuenca del Plata. Inserto en este análisis no podemos dejar de valorar la importancia que el Reino Unido le ha dado permanentemente a lo largo de la historia al Atlántico Sur, incluso debiendo recientemente recurrir a un conflicto armado para recuperar y mantener en su poder las Islas Falklands con el objetivo de asegurar su presencia en la región. A este interés , que ha sido expuesto a modo de ejemplo , podemos agregar otros que se encuentran manifestados de diversas maneras por las diferentes potencias (E.U.A. con la Operación Unitas – Francia con los estudios Oceonagráficos – Etc). Página 4 de 12 En segundo lugar, el Estado debería visualizar prospectivamente una situación determinante desde el punto de vista estratégico y de la cual se debería realizar un adecuado análisis geopolítico que nos permitiera estar preparados para enfrentar un potencial escenario global de fuertes intereses regionales y mundiales en el marco de un hábitat que declina paulatinamente la bonanza de sus recursos naturales. Nos referimos en este caso a la revalorización estratégica muy distinta que ostentaremos cuando comience la explotación de los recursos existentes en la Antártida. INTEGRACION REGIONAL Y DEFENSA NACIONAL El tratamiento aislado del tema, podría inducirnos, en primera instancia, a un análisis del resultado de la combinación de ambos conceptos o simplemente a la definición de su viabilidad. Expresado en otros términos, el tema, para nuestro país no se agota en el planteamiento de la viabilidad de evolucionar de una integración comercial, en nuestro caso el MERCOSUR, hacia un sistema de seguridad mas amplio que incluya además de los asuntos económicos, los concernientes a las agendas de la defensa de los países integrantes del bloque. Por nuestra especial situación geopolítica el tema adquiere otros ribetes de singular importancia. No obstante para el escenario planteado inicialmente, existen antecedentes en el pasado lejano y reciente y también experiencias y ejemplos. Se podría afirmar, sin lugar a dudas, que en el escenario mundial, la creación de mecanismos de seguridad corporativos es una de las prioridades en la generación de las políticas de defensa fundamentalmente para aquellos países que no son protagonistas o potencias, y que por ende, no pueden asumir los costos del desarrollo de tecnologías de punta, del funcionamiento de organismos e instituciones específicos o simplemente del equipamiento bélico. En consecuencia, para estos países, la complementación que se logra con una agenda común de defensa, permite un resultado sinérgico, en donde se ven potenciadas las capacidades de los integrantes del bloque regional. Página 5 de 12 No obstante estos aspectos, para el caso de nuestro país, por su pasado histórico, por su tradicional postura en política exterior, y fundamentalmente por su posición geoestratégica, el estudio y desarrollo de la temática, deberá incorporar además otros aspectos sustanciales derivados de la proporcionalidad frente a sus vecinos geográficos y la naturaleza de la integración planteada en estas condiciones. El hecho de integrarse a un mecanismo de defensa regional, a partir de la asociación comercial existente, implica estudiar en que calidad nos integraríamos junto a los demás integrantes del bloque, y en particular con respecto a Brasil y Argentina. Se deberá tener en cuenta en que proporción ellos estarán dispuestos a considerar nuestras posibilidades en recursos humanos y materiales, o nuestras limitaciones económicas. Por otro lado, deberá quedar visiblemente establecida si la integración tendrá como objetivo la participación en fuerzas de paz, tal como se viene realizando en Haití, o si abarcará también la participación en cuestiones de seguridad interior de los países miembros del bloque, con lo cual nuestro país podría verse obligado a participar en la lucha contra el narcoterrorismo, la delincuencia organizada o la insurgencia dentro del territorio de uno de los países del bloque y viceversa. Finalmente, en el estudio del tema, deberán considerarse aspectos tales como la definición de una agenda común de asuntos de seguridad y defensa, el desarrollo de capacidades y la interoperabilidad de los encargados de desarrollar las políticas de defensa, las que no deberán limitarse a los asuntos militares. La Unión Europea es el ejemplo más patente de las ventajas resultantes de una integración regional. Nacida a partir de una necesidad de defensa -la OTAN – continuó evolucionando por lo económico – Mercado Común Europeo - para finalmente culminar con la unión política actual. No obstante esa unión manifiesta, el escenario mundial nos muestra que el estado “nación” continúa siendo el actor principal en la mayoría de los asuntos de carácter económico, aún cuando los estados van cediendo roles y protagonismo con respecto al tratamiento de los asuntos de seguridad y defensa hacia los “mecanismos o sistemas “de seguridad colectiva tales como las Naciones Unidas. Ello obedece a que los estados, por diversas razones, han tomado conciencia que la unión con sus vecinos, formando bloques regionales, les permite no solo complementarse o suplementarse, sino también potenciar sus capacidades de defensa y logran así aumentar su participación en el contexto internacional, sin que ello signifique un incremento o gasto excesivo en el sector de la defensa. Página 6 de 12 Tal sería el caso de la mayoría de los países de América del Sur, los que, salvo contadas excepciones adolecen de carencias presupuestales y no poseen la tecnología necesaria para alcanzar el status requerido para ser considerados como estratégicamente activos1. La formación de sistemas de seguridad regionales, o llegado el caso continental, permitiría a los países de América del Sur una participación en el sistema global en otras condiciones. Por otro lado, existen otras razones que dirigen el proceso hacia la integración de un mecanismo regional de defensa. La mayoría de los países de América del Sur y en particular los de la región, debido a reales necesidades, o por exigencia de organismos internacionales de financiamiento, se encuentran en pleno proceso de reforma del estado, y por lo tanto los aspectos vinculados a la reducción de los presupuestos de defensa pautan el accionar de sus gobiernos. La Defensa Nacional en general y las Instituciones militares en particular, se verán así afectadas por las medidas de reducción, de reestructura o sometidas a grandes cambios tendientes a acompañar las medidas presupuestales. En lo que respecta al MERCOSUR, la integración se ha consolidado en el plano económico. Es posible visualizar por los antecedentes enunciados con respecto a la Comunidad Europea, y por la coyuntura política existente en la región, además de ciertos hechos tales como la participación de los países integrantes del bloque en el Operación MINUSTAH, las reuniones en que han participado los Ministros de Defensa y los Comandantes de los Ejércitos, que se está transitando en el camino de una integración más amplia y profunda. Estas iniciativas continúan, aún cuando hechos aislados como los que actualmente protagonizan Uruguay y Argentina por la instalación de las plantas de celulosa en nuestro territorio, dificulten las relaciones y los procesos entre los países. Considerando lo expuesto con respecto a los procesos iniciados y las particularidades expresadas sobre nuestro país para la formulación de una política de defensa regional, se hace necesario en primer término, definir aquellos aspectos que deberán ser considerados previamente a la decisión de transitar por el camino de la defensa regional. 1 Clasificación realizada por el analista geopolítico Zbigniew Brzezinski, en su obra “El Gran Tablero Mundial”. La utiliza para clasificar a los países tomando en cuenta el papel que pueden y desean asumir en el contexto mundial. El status de “activo” se reserva para aquellas potencias que pugnan por la hegemonía a nivel mundial o regional. Página 7 de 12 Surgen así los siguientes: • El alcance de la participación. Deberá definirse el alcance de la participación la que podrá cubrir desde el envío de unidades para el desarrollo de operaciones convencionales, como para integrar contingentes en misiones de paz bajo mandato de las Naciones Unidas, pasando por el campo gris de la participación en los asuntos internos de otros estados afectados por situaciones de insurgencia, narcoterrorismo, narcotráfico, aspectos vinculados a la preservación del medio ambiente, etc. • Las amenazas comunes visualizadas para el bloque. Seguramente todos los países integrantes de la región compartan la visión actual de las “nuevas amenazas” (narcoterrorismo, narcotráfico, crimen organizado, corrupción, marginación y pobreza extrema, etc,). No obstante esto, por diversas razones de orden geográfico, político o económico, no todos los países se verán afectados por éstas, de la misma forma o con la misma intensidad, lo que puede llevar a que nuestro país “importe” amenazas (Ej. Internacionalización de la Amazonia). Ello provocará concepciones diferentes en lo que respecta a la definición de seguridad o a la formulación de las políticas de defensa. • Análisis y determinación de las actuales capacidades. Aún cuando los países de la región compartan situaciones similares, existen diferencias en cuanto a equipamiento, manejo de tecnología, desarrollo de la industria militar y fundamentalmente en la asignación de rubros para los gastos de defensa, afectando sensiblemente las capacidades operativas de sus fuerzas militares. • La naturaleza de la participación de cada uno de los integrantes. Más allá de la proporcionalidad existente entre la República Oriental del Uruguay y sus vecinos deberá definirse de antemano el papel o rol que cada uno de los países integrantes del sistema cumplen. Las desventajas comparativas de nuestro país deberán suplirse de alguna forma, a fin de no quedar relegados a una mínima participación o en roles secundarios. Página 8 de 12 • Los costos que deberán asumirse. La creación de un sistema o mecanismo de seguridad implica indefectiblemente, además de la pérdida de soberanía, nuevos recursos tendientes a la creación de nuevos organismos que planifiquen y lleven adelante todo lo relativo a las políticas de Defensa. Por otro lado, en caso de mantener una posición neutral con respecto a la formación de un sistema de defensa corporativo también provocará que se le exija a nuestro país un pago en retribución a una situación que usufructúa. Es decir, se podrá no participar con medios, pero los costos del “paraguas” de seguridad deberán compartirse. • La interoperabilidad Este aspecto debe ser abordado en tres ámbitos: la doctrina, los procedimientos y el equipamiento. ALIANZAS Y CONVENIOS INTERNACIONALES Si bien el mantenimiento de una fuerza operativa busca enfrentar situaciones excepcionales, razón de ser de su existencia en el marco de la Misión fundamental del Ejército y del concepto de Seguridad Individual, se deben consideran además, los Sistemas de Seguridad a los que se adhiere la Nación (Colectivo, Cooperativo) en forma soberana y su grado de compromiso con otros roles subsidiarios de carácter político, social, humanitario, etc. En este sentido se entiende como Seguridad Individual el derecho de cada Estado a asegurar el mantenimiento de su soberanía, independencia, integridad territorial e identidad nacional, basado en el “Principio de Legítima Defensa”, de conformidad con los tratados vigentes o en cumplimiento de éstos y de acuerdo a lo que establece el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas referente al derecho de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Los Sistemas de Seguridad constituyen el conjunto de Instituciones, instrumentos jurídicos y normas establecidas soberanamente por los Estados, para hacer frente a determinados tipos de interferencias, presiones o amenazas que le son comunes o que afectan a parte o al todo en su conjunto pudiendo ser, entre otros, Colectivo o Cooperativo. Página 9 de 12 Los Sistemas Colectivos se conforman por un grupo de Estados soberanos, que unidos se proporcionan garantías de mutua seguridad a través de la conformación de alianzas multilaterales en el ámbito político, económico, social y militar con la finalidad de desescalar conflictos o problemas comunes que atentan contra su desarrollo y bienestar. Los Sistemas Cooperativos en cambio se basan fundamentalmente en medidas de confianza mutua y acuerdos regionales y sub – regionales que se puedan alcanzar, buscando prevenir conflictos en base a una acción multilateral y donde los mecanismos de la diplomacia y la solución pacífica de los mismos, son utilizados a fondo para el mantenimiento de la paz y seguridad. En este marco conceptual vemos que el Uruguay se encuentra comprometido en los siguientes tratados: Organización de Naciones Unidas (O.N.U.) De acuerdo a la Carta de las Naciones Unidas nuestro país ha aceptado poner a disposición del Consejo de Seguridad cuando éste lo solicite y de conformidad con un convenio especial, sus Fuerzas Armadas, la ayuda y facilidades (incluso el derecho de paso) necesarias para mantener la paz y la seguridad internacional (Artículo 43 de la Carta de la O.N.U.). La participación en Operaciones de Mantenimiento de la Paz, se producirá por disposición del Mando Superior de las Fuerzas Armadas, quien determinará su alcance, basado en los principios de la política exterior del Estado sustentados históricamente (no intervención, solución pacífica de las controversias y libre determinación de los pueblos). Esta participación a su vez, deberá ser autorizada por la Asamblea General de conformidad con lo que establece la Constitución de la República. Organización de Estados Americanos (O.E.A.) De acuerdo a la Carta de la O.E.A., nuestro país ha acordado que toda agresión de un Estado contra la integridad o la inviolabilidad del territorio o contra la soberanía o la independencia política de un Estado Americano será considerado como un acto de agresión contra los Estados Americanos. Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (T.I.A.R.) De acuerdo al T.I.A.R. celebrado en Río de Janeiro en 1947, se ha acordado hacer frente a un ataque armado dirigido a cualquier Estado americano como si dicho ataque lo fuera a todo el continente (todas las medidas adoptadas según los mecanismos del Tratado son obligatorias excepto el empleo de las Fuerzas Armadas cuyo uso es derecho exclusivo de cada Estado). Página 10 de 12 Tratado Antártico En cumplimiento de los compromisos asumidos por el país en el marco del Tratado Antártico, el Ejército apoyará con sus medios humanos y materiales todas las actividades relacionadas en pro de los intereses nacionales en el área, de tipo estratégico, ecológico, económico y científico. Otros compromisos El Ejército del mismo modo participará en los compromisos que el país asuma a nivel internacional fuera del marco de O.N.U., al responder los mismos a los principios que rigen la política exterior del Estado. LINEAMIENTOS POLÍTICOS REFERIDOS A LA PARTICIPACIÓN DEL FUERZAS MILITARES DEL URUGUAY EN OMP. La participación de Fuerzas Militares en Operaciones Internacionales de Paz (OIP) constituye una herramienta eficaz de la Política Exterior del Estado para satisfacer intereses nacionales de carácter estratégicos tales como asegurar la paz y estabilidad en la región, contribuyendo a la defensa de nuestros intereses vitales; cumplir con los compromisos internacionales adquiridos soberanamente y consolidar un prestigio internacional como actor participativo y de primera línea en la comunidad internacional, reconocido por su solidaridad y su contribución a la causa de la paz y la libertad. La misma no obstante deberá continuar rigiéndose por los principios que tradicionalmente han caracterizado nuestra política exterior: libre determinación de los pueblos; no intervención en asuntos internos de terceros estados, salvo consentimiento expreso de estos; solución pacífica de controversias y el respeto del Derecho Internacional Humanitario. A estos intereses de carácter estratégico referidos, podemos incorporar otros secundarios pero de fuerte impacto como el económico, producido por la entrada de divisas al país por concepto de viáticos y reembolsos de Naciones Unidas, el desarrollo industrial y de servicios necesarios para satisfacer las necesidades logísticas de los contingentes y el profesional militar, a través de la capitalización de experiencias obtenidas en el cumplimiento de estas misiones. Las características de las OIP conforman un silogismo en donde la cooperación requiere de transparencia, la que a su vez genera confianza y esta contribuirá a la estabilidad que contribuye significativamente a la seguridad y a la paz. Página 11 de 12 Los contingentes nacionales no se ponen a disposición irrestricta de las Naciones Unidas o de terceros Estados que conforman un Tratado, para que dispongan autónomamente su destino, sino que se estudia previamente cada solicitud de participación, siendo el Poder Ejecutivo Nacional quien tiene la iniciativa y responsabilidad de ejecución con la debida autorización del Poder Legislativo, asegurando así el respeto de los intereses nacionales y el cumplimiento de los principios y normas nacionales e internacionales. Las dificultades inherentes al modelo de ejecución de OIP que conciernen a sistemas de comando, de comunicaciones, logísticos y reglas de enfrentamiento, deben ser claramente definidas y resueltas previamente en el ámbito político-diplomático. Una política nacional de participación en OIP, constituye una contribución muy importante en la conformación de un nuevo Sistema de Seguridad Internacional que ampare valores universalmente compartidos y procure el consenso en principios básicos de convivencia democrática. Página 12 de 12