JDO. PRIMERA INSTANCIA N. 8 PALMA DE MALLORCA Notificado

Anuncio
JDO. PRIMERA INSTANCIA N. 8
PALMA DE MALLORCA
Notificado 7/11/2013
SENTENCIA: 00153/2013
JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA Nº 8
PALMA DE MALLORCA
Juicio Ordinario 9/2013-A
SENTENCIA
En Palma de Mallorca a seis de noviembre de dos mil trece.
Vistos por mí, Dña. Clara Besa Recasens, Magistrada-Juez del Juzgado de Primera
Instancia núm. 8 de Palma y de su partido, los presentes autos de Juicio Ordinario núm.
9/2013 de reclamación de cantidad, seguidos ante este Juzgado a instancia de D. DAVID
representado por la procuradora de los tribunales Dña. María Teresa Blanco Fernández y
asistido por el letrado D. Antonio Suárez Valdés, contra ADMIRAL INSURANCE
COMPANY LIMITED representada por la procuradora de los tribunales Dña. Maria Garau
Montané y asistida por el letrado D. Jaime Colomar Carbonell.
ANTECEDETES DE HECHO
PRIMERO.- En fecha 3 de enero de 2013 este juzgado recibió demanda presentada
por la Procuradora Dña. María Teresa Blanco Fernández, en la representación que ostenta,
contra Admiral Insurance Company Limited, que en síntesis solicitaba el pago de un total de
17.550 € en virtud de una acción de derivada de un contrato de seguro de daños. La demanda
se basaba en los siguientes hechos.
D. David tenía su coche, un Kia Ceed con matrícula 6072 GRN, asegurado con la
compañía demandada. En fecha 22 de noviembre de 2009 el actor sufrió un accidente de
tráfico mientras circulaba en su vehículo. Como consecuencia de dicho accidente el coche fue
declarado en estado de siniestro total por el perito de la compañía aseguradora. El siniestro
ocasionó a D. David una lesiones por las que tuvo que ser trasladado al hospital donde, sin su
consentimiento y sin autorización o intervención judicial, le fue practicada una prueba de
alcohol en sangre en la que se constató que éste tenía 1’80 gramos de alcohol en sangre por
litro en suero. Dicha prueba fue declarada nula por el Juzgado de lo Penal num. 7 de Palma
por haber sido obtenida violando derechos fundamentales. En el proceso penal derivado del
accidente, D. David fue absuelto por no haber quedado acreditado que en el momento del
accidente éste condujera bajo los efectos del alcohol.
Por todo ello, D. David reclamaba a Admiral el abono del 100% del valor del vehículo
nuevo, 17.700 €, descontada la franquicia pactada con la aseguradora, de 150 €. Por tanto, el
actor pretendía de la demandada el pago de un total de 17.550 €.
SEGUNDO.- Admitida a trámite la demanda, se dio traslado al demandado
emplazándole a comparecer y presentar la contestación a la misma.
En fecha 11 de abril de 2013, la representación procesal de Admiral presentó escrito
de contestación a la demanda en la que se oponía a la misma alegando la prescripción de la
acción, por considerar que el actor estaba ejercitando una acción de responsabilidad
extracontractual y haber transcurrido más de 1 año sin que éste reclamara por los hechos
objeto de la demanda. Subsidiariamente se alegaba la improcedencia de la acción de
reclamación, por estar Admiral exenta de indemnizar a D. David por el accidente debido a
que, en el momento en que éste se produjo, el actor conducía bajo los efectos del alcohol.
TERCERO.- Recibida la contestación a la demanda, se procedió a citar a las partes
para la celebración de la Audiencia Previa al Juicio, a la que comparecieron las partes
personadas en el proceso, debidamente representadas por procurador y asistidas por abogado
y en la que, previa comprobación de que subsistía litigio entre las mismas, se fijaron los
hechos controvertidos y se propuso y admitió la prueba a practicar en el juicio oral.
CUARTO.- Celebrada la Audiencia Previa, se citó a las partes para la celebración del
juicio oral. El día 31 de octubre de 2013 se celebró el acto de juicio oral con la presencia de
todas las partes personadas en el proceso. En dicho acto se practicaron como pruebas la
documental y el interrogatorio de la parte demandada. Practicadas las pruebas y realizadas las
conclusiones por las partes, se dejó el juicio visto para sentencia.
Por la Juez Adjunta Dña. Victoria Crespí Serra se efectuó propuesta de resolución,
que fue asumida por su SSª, en los términos en que consta en la presente resolución.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Conforme a los hechos controvertidos fijados por las partes, esta
resolución debe entrar a determinar, en primer lugar, las acciones ejercitadas por la actora
contra Admiral han prescrito. Finalmente, para el caso de que se considere que la acción
sigue vigente, se deberá analizar si existe obligación de indemnizar por parte de Admiral o si
por el contrario la demandada está exenta de indemnizar al actor por encontrarse éste
conduciendo bajo los efectos del alcohol en el momento del accidente.
SEGUNDO.- Procede ahora entrar a valorar si la acción de repetición ejercitada
contra D. Juan y Dña. Mónica ha prescrito o si por el contrario sigue vigente. Para poder
determinar si la acción ejercitada por la parte actora ha prescrito es preciso fijar cuál es el
plazo legal de prescripción previsto por esta ley, cuáles serían los dies a quo y el dies a quem
en el presente cómputo y en qué momento debe entenderse hecho el requerimiento a las
partes con fundamento al cuál la parte actora alega que se ha producido una interrupción del
plazo de prescripción.
En el presente caso la parte actora está ejercitando una acción de reclamación derivada
de un contrato de seguro de daños, conforme al art. 23 de la Ley del Contrato de Seguro (en
adelante LCS) “Las acciones que se deriven del contrato de seguro prescribirán en el término
de dos años si se trata de seguro de daños y de cinco si el seguro es de personas”. La parte
demandada alega que la acción ejercitada en el presente proceso es una acción de reclamación
extracontractual, esta tesis no puede ser compartida por esta juzgadora. No es un hecho
controvertido el que D. David tenía el vehículo Kia Cedd matrícula 6072 GRN asegurado con
la demandada, además con el escrito de demanda se presentó, como DOC 3, el contrato de
seguro que certificaba este extremo. Dicho seguro cubría los daños propios del vehículo del
actor con una franquicia de 150 € por siniestro. Por tanto, la acción que se ejercita en el
presente pleito no es de ninguna manera una acción extracontractual, sino una acción
contractual derivada del contrato de seguro de daños suscrito entre las partes.
De esta manera, en el presente caso el plazo de prescripción es de 2 años a contar
desde el día del accidente, ahora bien, conforme a la jurisprudencia del TS, plasmada en
sentencias como la de 1 de febrero de 2013, la existencia de un procedimiento penal
interrumpe la prescripción hasta el día en que se dicta la sentencia que pone fin al mismo,
puesto que el art. 114 LECrim prohíbe que se siga pleito alguno sobre un hecho que sea
objeto de un proceso penal hasta que no recaiga sentencia firme poniendo fin al mismo. En
este caso el Juzgado de lo Penal núm. 7 de Palma dictó sentencia firme absolviendo a D.
David por un delito contra la seguridad vial del art. 379.2 CP el día 10 de octubre de 2011,
por tanto ese día debe ser considerado como el del inicio del cómputo del plazo de
prescripción, que al ser de 2 años terminaba el 10 de octubre de 2013. Dicho procedimiento
penal produjo así la interrupción de la prescripción de la acción ahora ejercitada por D. David,
puesto que los hechos objeto del proceso penal son los mismos que constituyen el núcleo del
presente procedimiento, por tanto, D. David no pudo acudir a la vía civil, en virtud de lo
establecido en el art. 114 LECrim, para reclamar contra la demandada hasta que no finalizó el
proceso penal antes mencionado. De esta manera para que la acción no haya prescrito hará
falta que antes del 10 de octubre de 2013 se haya producido alguna reclamación que produzca
una nueva interrupción del plazo de prescripción contra Admiral. En este caso la demanda que
dio inicio a este procedimiento fue presentada el día 2 de enero de 2013, vigente por tanto en
plazo de prescripción antes mencionado. Conforme al art. 1973 CC “La prescripción de las
acciones se interrumpe por su ejercicio ante los Tribunales, por reclamación extrajudicial del
acreedor y por cualquier acto de reconocimiento de la deuda por el deudor”. En
consecuencia, la demanda presentada el 2 de enero produjo la interrupción del plazo de
prescripción de la acción ejercitada en el presente procedimiento.
Por todo ello, debe considerarse que la acción de reclamación ejercitada por D.
David contra Admiral no ha prescrito, sino que sigue vigente por cuanto la demanda
presentada el 2 de enero de 2013 produjo efecto de interrupción de la prescripción.
TERCERO.- Es preciso ahora analizar la si Admiral debe responder de la cuantía
reclamada por D. David o si, por el contrario, debe entenderse que no existe responsabilidad
de la demandada por haberse producido el accidente de tráfico mientras el actor conducía bajo
los efectos del alcohol. Sostiene la parte actora que procede el pago del valor del coche
asegurado nuevo, descontada la franquicia, porque se reclama por unos daños propios, cuya
cobertura se incluyó en el contrato de seguro voluntario suscrito entre las partes, y porque
como consecuencia del accidente del 22 de noviembre de 2009 se produjo el siniestro total de
un vehículo con menos de 2 años de antigüedad. Ello es así debido a que en la Cláusula
Limitativa Segunda del contrato de seguro se pactó que, en caso de pérdida total por accidente
de un vehículo matriculado hacía menos de 2 años, se debía indemnizar al asegurado con una
cantidad equivalente al valor de nuevo del vehículo. En el presente caso el perito de la
compañía demandada declaró que el vehículo del actor, que según el contrato de seguro
suscrito entre las partes fue matriculado en noviembre de 2009, se quedó en estado de
siniestro total como consecuencia del accidente. Considera además el actor que, al haber sido
éste absuelto en el procedimiento penal por no quedar acreditado que condujera bajo los
efectos del alcohol, ya que la prueba de alcohol en sangre que se le practicó fue declarada
nula por haber sido obtenida violando derechos fundamentales, no concurre circunstancia
alguna que exima a Admiral de su responsabilidad de indemnizarle. Por su parte, Admiral
alegó en su escrito de contestación a la demanda que existía una causa de exención de su
responsabilidad de indemnizar al actor conforme a la Cláusula Limitativa Primera del contrato
de seguro suscrito entre las partes, por cuanto D. David se encontraba conduciendo bajo los
efectos del alcohol en el momento del accidente. Considera la parte demandada que la
existencia de dicha causa de exención ha quedado probada mediante la prueba de análisis en
sangre que se efectuó al demandado el día del accidente y que demostró que el mismo tenía
1’80 gramos por litro de sangre, tasa muy superior a la legalmente permitida.
Por tanto, el principal punto controvertido que deberá ser resuelto en el presente
fundamento jurídico es el relativo a si debe considerarse o no como probado que el actor en el
momento del accidente conducía bajo los efectos del alcohol. Para acreditar este extremo
puede acudirse, no solo a la prueba de análisis en sangre cuya validez en el presente
procedimiento debe ser analizada, sino también a cualquier otro indicio o prueba que permitan
llegar a la conclusión de que, efectivamente, D. Daniel estaba bajo los efectos del alcohol en
el momento del accidente.
En el presente caso la parte demandada construye toda su defensa bajo la
argumentación de que la prueba de alcohol en sangre que se realizó al actor, que fue
declarada ilícita en el proceso penal previo a este pleito por haber sido obtenida violando
derechos fundamentales, debe surtir plenos efectos probatorios en el proceso civil. Para
fundamentar dicho argumento, el letrado de la parte demandada alegó que en la relación de
hechos probados de la sentencia absolutoria dictada por el Juzgado de lo Penal núm. 7 de
Palma se dispone que los análisis de sangre para determinar el grado de impregnación
alcohólica arrojaron un resultado positivo en sangre de 1’80 gramos de alcohol por litro en
suero. A esta línea de defensa deben hacérsele dos matizaciones. En primer lugar no puede
más que apreciarse que estas manifestaciones realizadas en el escrito de contestación, antes
transcritas, son fruto de una reproducción sesgada de la realidad de lo dispuesto en la
sentencia penal. Efectivamente en la sentencia penal se hace mención del resultado positivo
de la prueba de alcohol en sangre que se realizó al actor, ahora bien, en la misma declaración
de hechos probados se declara que dicha prueba es nula por haber sido obtenida violando
derechos fundamentales. Por tanto, la última consecuencia de trasladar lo resuelto en el
proceso penal a este pleito debería ser la declaración de nulidad de la prueba por los mismos
motivos esgrimidos en la sentencia del Juzgado de lo Penal. En este caso, por tanto, la parte
demandada debería haber dirigido sus esfuerzos a argumentar porque consideraba que una
prueba declarada nula en un proceso penal podía tener fuerza probatoria en un proceso civil.
Ahora bien, este no es el único problema con el que se encuentra esta juzgadora a la
hora de analizar la tesis defendida por la parte demandada. El proceso penal terminó
mediante una sentencia absolutoria en la que se declaraba que no constaba suficientemente
acreditado que el acusado, antes de conducir, hubiera ingerido bebidas alcohólicas que
afectaran a su conducción. Es doctrina consolidada del TS “que las resoluciones que se
dicten en la jurisdicción penal no producen excepción de cosa juzgada en lo civil, salvo
cuando se trate de hechos declarados probados, en las condenatorias, o se declare la
inexistencia de hecho, en las absolutorias (artículo 116 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
). Las sentencias penales obligan al Juez civil en aquellas afirmaciones fácticas declaradas
probadas que son integrantes del tipo que se define en castigo”. Esta doctrina, que debe
aplicarse tanto al efecto negativo como al efecto positivo de la cosa juzgada, ha sido
reproducida de forma reiterada en sentencias como la STS de 19 de octubre de 2010 o la STS
de 29 de septiembre de 2005, entre muchas otras. Conforme a dicha doctrina, por tanto, no
existe en el presente caso vinculación respecto a la sentencia del Juzgado de lo Penal núm. 7
de Palma, por cuanto dicha sentencia absolvió a D. David, no por inexistencia del hecho, sino
por no haber quedado suficientemente acreditado que el acusado hubiera realizado la
conducta prevista en el tipo del art. 379.2 CP. A efectos penales, no es lo mismo la
declaración de inexistencia de un hecho delictivo que la declaración de que la comisión de
éste no ha quedado suficientemente acreditada. La primera acción consiste en la expresión
por parte de un operador jurídico del convencimiento de que un hecho penalmente relevante
no ha sido ejecutado. En cambio, la segunda acción consiste el la declaración del operador
jurídico que de, a pesar de que existe una duda razonable relativa a la existencia de una
conducta penalmente relevante, no ha podido quedar la comisión de ésta probada. La primera
acción, en el ámbito penal, es causa de que se declare el sobreseimiento libre durante la
instrucción de la causa, la segunda es causa tan sólo de un sobreseimiento provisional que
podrá ser alzado en el momento en que se obtengan nuevas pruebas que puedan justificar la
existencia del ilícito penal. En el presente caso, nos encontramos en el segundo supuesto, se
absolvió a D. Daniel por no poderse probar suficientemente que éste cometió un delito de
conducción bajo el efecto de bebidas alcohólicas, no por inexistencia del hecho. De esta
manera, siguiendo la doctrina del TS, la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal núm. 7
de Palma no tiene efecto vinculante alguno en el presente procedimiento, no pudiendo, por
tanto, acudir al fallo, a la relación de hechos probados ni a ninguno de sus fundamentos
jurídicos para resolver el pleito.Así, para poder valorar las pruebas que se practicaron en el
Juicio Penal , sería preciso que se hubieran reiterado en el proceso civil.
Una vez descartada la vinculación de la sentencia penal absolutoria en el presente
procedimiento, no queda más que resolver el mismo prescindiendo de la antes citada
resolución y valorando únicamente los elementos de prueba admitidos en la audiencia previa
al juicio. De las pruebas practicadas en el juicio no resulta elemento alguno por el que se
pueda considerar como probado que el actor condujera bajo los efectos del alcohol en el
momento del accidente objeto del debate. No constan en autos ni el atestado realizado por la
Policía Local, ni los resultados de los análisis de sangre que se efectuaron a D. Daniel, ni
ninguna otra documentación relativa a probar la intoxicación alcohólica del actor. Tampoco
se practicó prueba testifical alguna en este sentido, ni vinieron los policías locales que
acudieron al lugar del accidente, ni testigos del mismo, ni el médico o las enfermeras que
atendieron a D. Daniel. No existe, por tanto, prueba alguna que permita declarar como
probada la existencia de un estado de afectación alcohólica en la persona del actor. Conforme
al art. 217 LEC, correspondía a la parte demandada la carga de probar este extremo, por
tanto, en virtud de todo lo expuesto, no puede considerarse como probado que D. David
se encontrara bajo los efectos del alcohol en el momento del accidente.
En consecuencia, al haber quedado probada la existencia de un contrato de seguros
suscrito entre las partes, vigente el 22 de noviembre de 2009, momento del accidente, por el
que se aseguraban los daños propios del vehículo Kia Ceed, matriculado en noviembre de
2009, propiedad del actor y al haberse pactado en dicho contrato de seguro que en caso de
pérdida total por accidente de un vehículo matriculado hacía menos de 2 años, se debía
indemnizar al asegurado con una cantidad equivalente al valor de nuevo del vehículo,
procede la estimación total de la demanda. Todo ello por cuanto no se ha probado que en
momento del accidente concurriera circunstancia alguna que eximiera a Admiral de su
responsabilidad de indemnizar al D. David.
Conforme se desprende del DOC 2 de la demanda, D. David pagó 17.700 euros por el
vehículo siniestrado, este debe ser considerado el valor de nuevo del coche. La franquicia
pactada con Admiral, que se debe descontar de la indemnización, es de 150 €, tal y como
consta en el contrato de seguro suscrito entre las partes y aportado como DOC 3 de la
demanda. Por tanto, la indemnización que Admiral debe abonar a D. David es de 17.550
€.
CUARTO.- Conforme al art. 20 LCS “Si el asegurador incurriere en mora en el
cumplimiento de la prestación, la indemnización de daños y perjuicios, no obstante
entenderse válidas las cláusulas contractuales que sean más beneficiosas para el asegurado,
se ajustará a las siguientes reglas: 1.º Afectará, con carácter general, a la mora del
asegurador respecto del tomador del seguro o asegurado y, con carácter particular, a la
mora respecto del tercero perjudicado en el seguro de responsabilidad civil y del beneficiario
en el seguro de vida. 2.º Será aplicable a la mora en la satisfacción de la indemnización,
mediante pago o por la reparación o reposición del objeto siniestrado, y también a la mora
en el pago del importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber. 3.º Se entenderá que el
asegurador incurre en mora cuando no hubiere cumplido su prestación en el plazo de tres
meses desde la producción del siniestro o no hubiere procedido al pago del importe mínimo
de lo que pueda deber dentro de los cuarenta días a partir de la recepción de la declaración
del siniestro. 4.º La indemnización por mora se impondrá de oficio por el órgano judicial y
consistirá en el pago de un interés anual igual al del interés legal del dinero vigente en el
momento en que se devengue, incrementado en el 50 por 100; estos intereses se considerarán
producidos por días, sin necesidad de reclamación judicial. No obstante, transcurridos dos
años desde la producción del siniestro, el interés anual no podrá ser inferior al 20 por 100.
5.º En la reparación o reposición del objeto siniestrado la base inicial de cálculo de los
intereses será el importe líquido de tal reparación o reposición, sin que la falta de liquidez
impida que comiencen a devengarse intereses en la fecha a que se refiere el apartado 6.º
subsiguiente. En los demás casos será base inicial de cálculo la indemnización debida, o bien
el importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber. 6.º Será término inicial del cómputo
de dichos intereses la fecha del siniestro. No obstante, si por el tomador del seguro, el
asegurado o el beneficiario no se ha cumplido el deber de comunicar el siniestro dentro del
plazo fijado en la póliza o, subsidiariamente, en el de siete días de haberlo conocido, el
término inicial del cómputo será el día de la comunicación del siniestro. Respecto del tercero
perjudicado o sus herederos lo dispuesto en el párrafo primero de este número quedará
exceptuado cuando el asegurador pruebe que no tuvo conocimiento del siniestro con
anterioridad a la reclamación o al ejercicio de la acción directa por el perjudicado o sus
herederos, en cuyo caso será término inicial la fecha de dicha reclamación o la del citado
ejercicio de la acción directa. 7.º Será término final del cómputo de intereses en los casos de
falta de pago del importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber, el día en que con
arreglo al número precedente comiencen a devengarse intereses por el importe total de la
indemnización, salvo que con anterioridad sea pagado por el asegurador dicho importe
mínimo, en cuyo caso será término final la fecha de este pago. Será término final del plazo de
la obligación de abono de intereses de demora por la aseguradora en los restantes supuestos
el día en que efectivamente satisfaga la indemnización, mediante pago, reparación o
reposición, al asegurado, beneficiario o perjudicado. 8.º No habrá lugar a la indemnización
por mora del asegurador cuando la falta de satisfacción de la indemnización o de pago del
importe mínimo esté fundada en una causa justificada o que no le fuere imputable. 9.º
Cuando el Consorcio de Compensación de Seguros deba satisfacer la indemnización como
fondo de garantía, se entenderá que incurre en mora únicamente en el caso de que haya
transcurrido el plazo de tres meses desde la fecha en que se le reclame la satisfacción de la
indemnización sin que por el Consorcio se haya procedido al pago de la misma con arreglo a
su normativa específica, no siéndole de aplicación la obligación de indemnizar por mora en
la falta de pago del importe mínimo. En lo restante cuando el Consorcio intervenga como
fondo de garantía, y, sin excepciones, cuando el Consorcio contrate como asegurador
directo, será íntegramente aplicable el presente artículo. 10.º En la determinación de la
indemnización por mora del asegurador no será de aplicación lo dispuesto en el artículo
1108 del Código Civil, ni lo preceptuado en el párrafo cuarto del artículo 921 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, salvo las previsiones contenidas en este último precepto para la
revocación total o parcial de la sentencia.
En el presente caso puede considerarse que Admiral incurrió en mora en el
cumplimiento de sus obligaciones. Ello es así debido a que ésta no procedió, en el plazo de 3
meses desde la fecha del accidente, a pagar la indemnización pactada.
Por todo ello, Admiral ha incurrido en la obligación de abonar los intereses del
art. 20 LCS devengados desde la fecha del siniestro, el 22 de noviembre de 2009.
Conforme al art. 20 LCS dicho interés no podrá ser inferior al 20% a partir del 22 de
noviembre de 2011, momento en el que se cumplieron dos años desde la fecha del
siniestro.
QUINTO.- En virtud del artículo 394 de la LEC, siendo total la estimación de la
demanda procede la condena en costas a la parte demandada.
FALLO
Que DEBO ESTIMAR totalmente la demanda formulada por la Procuradora de los
Tribunales Dña. María Teresa Blanco Fernández, en representación de D. DAVID, contra
ADMIRAL INSURANCE COMPANY LIMITED y, en consecuencia, condenar a ésta al
pago de diecisiete mil quinientos cincuenta euros (17.550 €) más los intereses del art. 20 LCS
devengados en la forma prevista en la presente resolución.
Procede la condena en costas a la parte demandada.
Inclúyase la presente en el Libro de Sentencias.
Así por esta mi sentencia, lo pronuncio, mando y firmo.
MAGISTRADA- JUEZ
PUBLICACIÓN.- Dada, leída y publicada, ha sido la anterior Sentencia por la Juez
que la suscribe, encontrándose en el día de la fecha, con mi asistencia, celebrando audiencia
pública. Doy fe.
Modo de Impugnación:
Notifíquese a las partes la presente resolución,
informándolas que contra esta sentencia cabe recurso de apelación dentro de los veinte días
siguientes a su notificación, que se interpondrá ante este órgano judicial.
Conforme a la D.A. Decimoquinta de la L.O.P.J., para la admisión del recurso se
deberá acreditar haber constituido, en la cuenta de depósitos y consignaciones de este órgano,
un depósito de 50 euros y las tasas correspondientes , salvo que el recurrente sea: beneficiario
de justicia gratuita, el Ministerio Fiscal, el Estado, Comunidad Autónoma, entidad local u
organismo autónomo dependiente.
El depósito deberá constituirlo ingresando la citada cantidad en el BANESTO, en la
cuenta de este expediente, indicando en el campo "concepto" la indicación "Recurso" seguida
del código "02 Civil-Apelación".
Si el ingreso se hace mediante transferencia bancaria deberá incluir, tras la cuenta
referida, separados por un espacio la indicación "recurso" seguida del código "02 CivilApelación".
En el caso de que deba realizar otros pagos en la misma cuenta, deberá verificar un
ingreso por cada concepto, incluso si obedecen a otros recursos de la misma o distinta clase
indicando, en este caso, en el campo observaciones la fecha de la resolución recurrida con el
formato DD/MM/AAAA.
Descargar