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¡TAN FÁCIL COMO DIVORCIARME!
(Primera parte)
Hoy en día es sumamente común hablar de matrimonio y de divorcio sin
vislumbrar la profundidad de estos temas. Vemos a las parejas de enamorados
que acuden al Registro Civil para hacer todos los trámites pertinentes para su
boda, y vemos también parejas mal encaradas que acuden a los juzgados
familiares pretendiendo dar fin a esa unión, que después de algún tiempo ya no
les resultó conveniente, ya sea por violencia conyugal y/o familiar, por la falta de
cooperación de pareja, por falta de amor o ya de plano, porque los dos así lo han
decidido sin importar si existe o no razón (no es lo mismo que “pretexto”) para la
separación.
El divorcio es un acto jurídico por medio del cual se disuelve el vínculo
conyugal, es decir que, a través del divorcio una pareja puede dar por terminado
su matrimonio civil (no voy a entrar en cuestiones religiosas o morales) y adquiere
nuevamente la libertad de contraer posteriores nupcias, o de tener alguna otra
pareja sentimental. Aunque no solamente a través del divorcio es que se puede
terminar un matrimonio; otras causas para finalizarlo son: la muerte y la nulidad
civil.
Quisiera, estimado lector, que me permitas darte una perspectiva del
divorcio, mirado a través de la profundidad del matrimonio. El matrimonio es un
acto jurídico a través del cual, un hombre y una mujer (aquí en México apenas
comienza a abrirse la posibilidad del matrimonio gay) deciden unir sus vidas y en
ocasiones sus patrimonios, para formar una familia, ayudarse mutuamente, y dar
continuidad a la especie (tener hijos). Sin querer caer en el puritanismo, creo que
hoy en día no se ve la verdadera dimensión y finalidad del matrimonio.
Escuchamos con regularidad Pues tú cásate, total si no resulta, tan fácil como
divorciarte. El matrimonio es algo serio, no un simple noviazgo que puedo dar por
concluido si ya no quiero seguir ahí o si ya me gustó alguien más. El divorcio no es
“cortar” con mi pareja como si se tratase de una relación de adolescentes. Hay
responsabilidades y compromisos; es ya otro nivel, tan es así que la misma ley les
concede a los cónyuges ciertos privilegios y derechos que se les niegan por
ejemplo a las parejas que viven en “unión libre” (el nombre correcto es
concubinato), pues aunque llevan una especie de matrimonio “de hecho”, no lo es
de derecho, dándole así al matrimonio una relevancia particularmente primordial
en la sociedad. El matrimonio es pues, (aunque suene trillado) el pilar fundamental
de la familia. Y por eso disolverlo no es “tan fácil como divorciarme”.
¿Pero entonces estoy forzado a vivir con alguien que ya no me agrada? No,
no funciona así. Se supone que antes de casarte te diste el tiempo para conocer a
tu pareja y saber si te agradaría pasar el resto de tu vida con esa persona, y de
una manera responsable, tú mismo decidiste; y al menos aquí en Aguascalientes,
aún no existe el divorcio por “incompatibilidad de caracteres”. Pero veamos más
allá.¿Qué pasa si mi pareja me golpea? Entonces la ley te protege, pues es claro
que tu pareja no está cumpliendo con los cometidos y objetivos del matrimonio, y
por el contrario, está incluso cometiendo un delito en detrimento de tu bienestar,
por lo que el derecho te da la posibilidad de solicitar un divorcio necesario. El
divorcio necesario es aquél en el que a través de una causal que justifique la
separación, se puede promover la disolución conyugal, independientemente de si
tu pareja está o no de acuerdo en eso. ¿Cuál sería una causa justa para pedir el
divorcio necesario? El Código Civil de Aguascalientes, concretamente en su
artículo 289, prevé 21 causales a saber, las cuales son:
I.- El adulterio de uno de los cónyuges;
II.- El hecho que durante el matrimonio nazca un hijo concebido, antes de la
celebración de éste con persona distinta a su cónyuge, siempre y cuando no se
hubiere tenido conocimiento de esta circunstancia;
III.- La propuesta de cualquiera de los cónyuges para que se prostituya el
otro, no sólo cuando lo haga directamente, sino cuando se pruebe que ha recibido
dinero o cualquiera remuneración con el objeto expreso de permitir que otro tenga
relaciones carnales con su cónyuge; (¿recuerdan la película “Una propuesta
indecorosa”?)
IV.- La incitación a la violencia hecha por un cónyuge al otro para cometer
algún delito;
V.- La conducta de alguno de los cónyuges con el fin de corromper a los
hijos, bien sea de ambos o de uno solo de ellos, así como la tolerancia a su
corrupción;
VI.- Padecer cualquier enfermedad incurable que sea además contagiosa o
hereditaria y la impotencia sexual irreversible, siempre y cuando no tenga su
origen en la edad avanzada; (Si llevan 50 años de matrimonio, ya no aplicaría esta
causal, por la misma razón de la edad)
VII.- Padecer trastorno mental permanente, declarado judicialmente;
VIII.- La separación del domicilio conyugal por más de seis meses
consecutivos sin causa justificada;
IX.- La separación del hogar conyugal originada por una causa que sea
bastante para pedir el divorcio, si se prolonga por más de un año sin que el
cónyuge que se separó entable la demanda de divorcio;
X.- La declaración de ausencia legalmente hecha, o la de presunción de
muerte, en los casos de excepción en que no se necesita para que se haga ésta
que preceda la declaración de ausencia;
XI.- La sevicia, las amenazas o las injurias graves de un cónyuge para el
otro o para sus hijos;
XII.- La negativa injustificada de los cónyuges a cumplir con las
obligaciones alimentarias entre si o hacia sus hijos, sin que sea necesario agotar
previamente los procedimientos tendientes a exigir su cumplimiento. También
será causa de divorció el incumplimiento sin justa causa por alguno de los
cónyuges de la sentencia ejecutoriada que lo condenó al pago de alimentos a
favor del otro cónyuge o de sus hijos;
XIII.- La acusación hecha por un cónyuge contra el otro, si resultare
calumniosa; (Por ejemplo: si solicito un divorcio invocando una causal la cual no
acredité, se considera que acusé de manera calumniosa a mi cónyuge, y entonces
aplica esta causal a su favor).
XIV.- Haber cometido uno de los cónyuges un delito doloso por el cual
tenga que sufrir una pena de prisión mayor de dos años;
XV.- Los hábitos de juego o de embriaguez o el uso indebido y persistente
de drogas enervantes, cuando amenazan causar ruina de la familia, o constituyen
un continuo motivo de desavenencia conyugal;
XVI.- Cometer un cónyuge contra la persona o bienes del otro o de los hijos,
delito doloso, por el cual haya sido condenado por sentencia ejecutoriada;
XVII.- El mutuo consentimiento;
XVIII.- La separación de los cónyuges por más de dos años
independientemente del motivo que haya originado la separación, la cual podrá
ser invocada por cualquiera de ellos;
XIX.- Las conductas de violencia familiar cometidas por uno de los
cónyuges contra el otro o hacia los hijos de ambos o de algunos de ellos.
XX.- El incumplimiento injustificado de las determinaciones de las
autoridades administrativas o judiciales que se hayan ordenado, tendientes a
corregir los actos de violencia familiar hacia el otro cónyuge o los hijos, por el
cónyuge obligado a ello; o
XXI.- El sometimiento voluntario de la mujer, a un método de reproducción
humana asistida sin el consentimiento de su cónyuge.
Por supuesto, la causal que se invoque debe ser comprobada, lo que hace
que este tipo de juicio sea normalmente largo y desgastante para las partes,
especialmente si hay niños de por medio.
En esta clase de trámite, se puede pedir incluso la pérdida de la patria
potestad del cónyuge culpable sobre los hijos menores de edad, es decir, que
todos los derechos que tenía sobre los hijos, quedan suspendidos o restringidos,
permaneciendo vigentes únicamente las obligaciones; es decir: si soy el cónyuge
culpable ya no puedo decidir sobre la educación de mis hijos, y no podré ya verlos
y convivir con ellos, pero tendré la obligación de cooperar económicamente para
su subsistencia (pensión alimenticia). Y más allá de las cuestiones psicológicas y
emocionales, aquí queda de manifiesto que las verdaderas víctimas del divorcio
son los niños, quienes muchas veces se convierten en la manzana de la discordia,
el trofeo, o el medio para castigar y vengarse de la (ex) pareja.
También existen otros dos tipos de divorcio: el administrativo y por mutuo
consentimiento (curiosamente éste último se encuentra enumerado entre las 21
causales). Pero de esos dos trámites hablaremos en la próxima ocasión.
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