Historia del Instituto de Investigaciones Eléctricas

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Historia del Instituto de Investigaciones Eléctricas
te a dos kilómetros y medio del Instituto. Esta presa
alimentaba al “vaso”. La planta hidroeléctrica contaba
con la presa de derivación, un canal de conducción,
un tanque de regulación, tubería de precisión, casa de
máquinas y una alta de caída de 17 metros que desarrollaba una potencia de 340 cp.
E
l Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) tiene una larga e interesante historia que comienza
mucho tiempo antes de 1975, cuando se creó el
IIE. Juan Arredondo Gallegos y Manuel Bautista han
ayudado a recrearla para todos los lectores del Noticias
IIE.
Lo que hoy conocemos como el “vaso” fue hace muchos años la presa de la primera planta hidroeléctrica
del Estado de Morelos. En la década de los cuarenta, la granja “Palmira” aprovechaba las aguas del río
Apatlaco en una planta hidroeléctrica construida por
la Comisión Federal de Electricidad.
El río Apatlaco, que desemboca en el Balsas y cuyo
cauce pasa al lado de las instalaciones del Instituto, viene desde Chapultepec, donde hay varios ojos de agua
y una presa. Esa presa dejaba salir el agua hacia un río
y hacia un canal que alimentaba todos los canales de
riego de los campos de Acapatzingo. En el Apatlaco se
podían ver pececitos y el agua estaba completamente
limpia y clara; en él, la gente podía nadar, pues era un
río precioso rodeado de árboles frutales. Todavía existe
el canal que alimenta de agua las zonas de Atlacomulco
y Acapatzingo.
Atrás del edificio 26 hay un puente pequeño por donde pasaba el agua del canal. En aquellos tiempos apenas se contaminaba un poco el agua en la presa, pues
no estaba el mercado, no había casas, nada lo ensuciaba. Actualmente, hay varios fraccionamientos y otras
construcciones del mercado y de casas, que han echado
sus drenajes al río. Textiles de Morelos también mandaba mucha agua pintada de colores hacia el cauce del
río; poco a poco, se acabó el bonito caudal.
La pequeña presa del “vaso” alimentaba las turbinas
que generaban la luz para el Internado Palmira, la avenida Palmira y el rancho del general Salinas. La subestación que está al lado del “vaso” permitía enviar la
luz a esos lugares. Junto a lo que hoy es el edificio 12,
había una pequeña compuerta que se utilizaba para
desaguar la presa y limpiarla. Cuando se quitó la planta de luz, la energía comenzó a traerse directamente
desde Jiutepec.
En 1943, el general Lázaro Cárdenas del Río donó
los terrenos del Internado Palmira al Patrimonio de
la Beneficencia Pública. La donación incluía “la casa
En el lugar en el que se unen las calles de Humboldt y
Díaz Ordaz, pasa un río que viene del mercado López
Mateos, el cual se junta más adelante con el que viene
de Chapultepec en una presa ubicada aproximadamennoviembre/diciembre del 2000
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vigilancia. También había limones, nueces, mangos,
tamarindos, tulipanes y jacarandas. Entre los edificios 13 y 14 se hizo una jardinera con plantas y al
costado se puso un letrero con la leyenda “Centro de
Capacitación de CFE”. Con el paso del tiempo, y según las necesidades, muchos árboles se fueron talando
para construir más edificios.
principal y el despacho, las casas habitación, un local
para la escuela primaria, establo, caballerizas, planta
avícola en producción, alberca, cuatro kilómetros de
tubería de cuatro pulgadas para la conducción de agua
potable desde los manantiales de Chapultepec y red de
distribución, así como la mitad de los caballos de fuerza que la Comisión Federal de Electricidad otorgaba a
“Palmira” para las obras del canal y lotes ubicados en
terrenos de la misma granja, los cuales también fueron
cedidos por Cárdenas a la CFE”.
En ese entonces, la CFE creó en estos terrenos un centro de capacitación para electricistas, una escuela para
linieros. En el “vaso” se iban a construir una cancha
de basquetbol y otra de voleibol. Donde ahora está la
cocineta, iba a construirse una alberca. En el edificio
2 había una enfermería completamente equipada. Los
edificios 2, 3, 6, 7, 8 y 10 eran casas de los empleados
de la CFE. Había otra casita donde ahora está el edificio 12. Estos terrenos eran administrados y cuidados
por el señor Ramón Santoyo.
En 1975, se creó el Instituto de Investigaciones
Eléctricas mediante decreto presidencial, el cual estableció que la Comisión Federal de Electricidad haría
entrega al IIE del terreno adecuado para la ubicación
definitiva. El IIE se instaló en 1976 en el lugar que
actualmente ocupa y que representa poco más de 55
mil metros cuadrados.
Cuando fue creado el Instituto, los edificio 2 y 3 se
utilizaban como dormitorios. El edificio 1 era un comedor. Los edificios del 4 al 11 se utilizaban como oficinas y el 13 y 14 como laboratorios. El edificio 4 fue
la primera dirección ejecutiva y permaneció ahí hasta
tiempo después de haberse construido el edificio 12. El
edificio 6 fue la primer oficina administrativa y de servicios generales. El camino de la entrada del edificio 15
estaba lleno de árboles de mango. El primer auxiliar de
mantenimiento fue don Ramón Santoyo, se contaba
en ese 1976 con ocho empleados únicamente.
Tres días antes de la inauguración del Instituto, Juan
Arredondo recibió una llamada telefónica para pedirle que se presentara en las oficinas. Al otro día, junto
con su hijo Toño, sus tijeras, su machete y su escoba,
En esa época, junto al edificio 6 se hacían grandes enramadas para cocinar barbacoa y carnitas cuando había
visitantes, como Fidel Velázquez, Josué Escofet Artigas
y Leonardo Rodríguez Alcaine. También se colocaban
varias líneas en un espacio de 100 metros, donde los
técnicos concursaban y los jueces calificaban cómo se
subían, cómo amarraban sus cables y bajaban cuchillas
(concursos de linieros).
El Ingeniero Colunga se encargó de organizar el proyecto de jardinería. Se plantaron setos desde el edificio
6 hasta el árbol de nogal que está junto a la caseta de
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García, y seis años más tarde, por Yolanda de la Cruz. El
cual secretario general de la Sección 150 del SUTERM
es Jesús Damián. La primera gestión del sindicato consiguió que se estableciera el servicio de transporte para
los empleados del Instituto pero con el paso de los años,
la gente dejó de utilizarlo y el servicio desapareció.
Cuando comenzó el Instituto, el personal era poco y
las instalaciones suficientes. Pero, en sólo dos años, el
número de investigadores creció de 15 a 156, por lo
que en 1978 se vieron en la necesidad de obtener la
renta del edificio que hoy ocupa el Tec de Monterrey
para tener más personal allá.
se dedicó a podar todos los setos hasta que terminó
El Instituto se inauguraba a la mañana siguiente, así
que le consiguieron una podadora, un bidón de gasolina y varias personas que fueran barriendo detrás de
él. Comenzó a podar el jardín a las seis de la mañana
y sólo descansaba para dejar que enfriara un poco la
máquina, terminó a las 9:30 de esa misma mañana.
Juan Arredondo cuenta que se fue a bañar y cambiar
a su casa y al volver, ya no lo dejaron entrar. Estaba
lleno de periodistas, helicópteros y elementos de la policía Federal. El presidente Luis Echeverría llegó a las
instalaciones con el entonces gobernador de Morelos
dentro de una combi. Desde ese día, y para él inesperadamente, Juan Arredondo fue contratado para trabajar
en el Instituto de Investigaciones Eléctricas. La placa
de inauguración develada esa fecha, se colocó en donde ahora está el edificio 12 y actualmente se encuentra
en el centro del “vaso”.
Todos los viernes se hacían convivios, el primero fue
bajo los mangos, junto al edificio 27. Todos eran invitados a estos convivios, incluso el doctor Mulás asistía. En alguna ocasión se hizo una comida con don
Leonardo Rodríguez Alcaine, entonces secretario general del Sindicato de Electricistas, en la que se puso
un corralito de manta para jugar gallos.
Algunos años después, comenzaron a realizarse convivios para todo el personal en fiestas como la de fin de
año o el Día del Niño. En el “vaso” se colocaban varios
refrigeradores, mesas y todos eran atendidos por meseros. El sindicato daba regalos a todos los niños. Debido
al crecimiento del personal, estos convivios dejaron de
realizarse hace más de 15 años.
El Instituto de Investigaciones Eléctricas ha tenido
seis directores: el doctor Carlos Vélez Ocón, el doctor Carlos Treviño Lozano, el ingeniero Guillermo
Los laboratorios y edificios se han ido remodelando y
se han construido mucho más. En el 24 se colocaron
los digestores y los paneles solares para calentar el agua.
La biblioteca se instaló en el edificio 3. Para biogás, se
trasladaba estiércol desde el establo de las vacas (ubicado en terrenos del Internado) hasta los digestores.
El edificio 10 era un almacén de papelería y en el 7
estaban las fotocopiadoras.
El 17 de mayo de 1976 se creó el sindicato, su secretaria general era Guillermina Cañedo Espero. Después de
nueve años, su puesto fue ocupado por Carlos Espinosa
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Fernández de la Garza, el doctor Pablo Mulás, el doctor Julián Sánchez Gutiérrez y el ingeniero Fernando
Kohrs Aldape.
Como muchos deben recordar, hace cinco años se
partió un enorme pastel de chocolate para todo el
personal, conmemorando el aniversario del Instituto.
Juan Arredondo Gallegos fue presentado por el doctor
Pablo Mulás, entonces director del Instituto, como “la
personas más vieja, perdón, más antigua del Instituto
que va a partir el pastel…”
Muchos han sido los cambios que ha sufrido el
Instituto a través de 25 años, cambios humanos, estructurales, tecnológicos y organizacionales. En estas
líneas ni siquiera han sido mencionados todos aquéllos
que son parte dela historia de esta institución, pero se
puede asegurar están en la memoria de cientos de personas. Algunas épocas han sido mejores que otras, sin
duda, pero siempre ha existido el espíritu innovador y
emprendedor de cada uno de los que se han formado
parte del gran equipo que hoy conforma al Instituto de
Investigaciones Eléctricas.
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