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Martin, Antonieta. 2004. "La anticoncepción de emergencia en América Latina y el
Caribe," Revista Panamericana de Salud Pública Vol. 16, No.6 pp.424-431.
La anticoncepción de emergencia en América Latina y el Caribe
Antonieta Martin1
Palabras clave: anticoncepción poscoital, anticoncepción de emergencia,
planificación familiar, derechos sexuales y reproductivos, derechos de la mujer
La tarea de introducir en los países de América Latina los anticonceptivos que se
usan después del coito, conocidos como anticonceptivos de emergencia, no ha sido fácil.
Entre los elementos que han contribuido a limitar el acceso a la información y el uso de la
anticoncepción de emergencia, se destacan la Iglesia Católica y los grupos de derecha, cuya
presencia se ha incrementado en años recientes en los países latinoamericanos. Estas
entidades han puesto en juego todo su poder para impedir que el uso de esos
anticonceptivos se incluya en las normas y políticas de salud nacionales. Por su parte, los
grupos de mujeres y las organizaciones de la sociedad civil han sabido enfrentar esa lucha,
que en algunos países ha sido larga y difícil. Una excepción es el Brasil, país representativo
de una sociedad abierta, donde no hubo oposición a la introducción del método.
Problemas comunes relacionados con los anticonceptivos de emergencia
1
Population Council/Fnteras de la Salud Reproductiva, Oficina Regional para América Latina y el Caribe,
Panzacola 62 – 102 , Villa Coyoacán, 04000 México, D.F., México. Tel. 5255-599998651
[email protected]
1
En los países de la Región de las Américas, la introducción del método de
anticoncepción después del coito en los servicios de planificación familiar, tanto públicos
como privados, ha topado con una serie de problemas comunes. Por un lado, hay trabas y
obstáculos para conseguir que el método se mencione y se mantenga en las normas oficiales
de los servicios de planificación familiar y, por otro, que las pastillas estén disponibles en
programas públicos y privados, y en las farmacias.
La mayor dificultad proviene de los grupos de extrema derecha y otros afiliados a la
Iglesia Católica en la esfera de influencia política, los cuales se oponen a los
anticonceptivos de emergencia por considerarlos abortivos. Lamentablemente, la misma
percepción errónea persiste entre muchos proveedores de servicios de salud al igual que en
sectores de la población. Es evidente que hace falta capacitar apropiadamente a los
proveedores de servicios de salud y difundir información correcta a las posibles usuarias
acerca de los mecanismos de acción y beneficios de ese método anticonceptivo.
Debido a las objeciones de grupos mal informados, hay problemas para registrar y
distribuir los productos dedicados. En consecuencia, en un número considerable de países,
esos productos no se consiguen en las farmacias, su venta está restringida y el precio es
muy alto. Como tampoco están disponibles en los servicios de salud públicos, el acceso a
ellos está vedado a las poblaciones vulnerables y de escasos recursos.
En general, en América Latina no existe suficiente información sobre cómo y por qué
se usa el método poscoital. Con objeto de introducir los anticonceptivos de emergencia, en
muchos estudios iniciales se revisó el grado de conocimientos de los proveedores de
servicios de salud. Sin embargo, no hay publicaciones sobre la situación actual,
especialmente en los países que apenas comienzan a introducir el método. Aún falta
investigar diversos aspectos del tema. No se han publicado estudios recientes que aborden
2
cómo esos anticonceptivos afectan al uso del condón o de otros métodos anticonceptivos
regulares. Tampoco se conocen investigaciones sobre cuán accesible es ese método para las
adolescentes, jóvenes y adultas de escasos recursos y las que viven en zonas rurales. Es
muy importante saber cuán disponibles están dichos anticonceptivos en los servicios de
salud públicos. Estos problemas son de gravedad variable y se han enfrentado de diversas
maneras. Los resultados han sido distintos en cada país de la Región.
Conferencia Regional sobre el Derecho a la Anticoncepción de Emergencia en
América Latina
La creación del Consorcio Latinoamericano de Anticoncepción de Emergencia
(CLAE) en octubre de 2000 marcó un punto de avance importante para los grupos que
defienden los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Dos años más tarde, el
CLAE convocó a una conferencia regional que se realizó en Quito, Ecuador, con el título
Derecho a la Anticoncepción de Emergencia en América Latina. Los principales objetivos
de la conferencia fueron 1) incrementar el conocimiento y la aceptación de ese tipo de
anticoncepción como un método seguro y eficaz para prevenir embarazos no deseados y 2)
apelar a los encargados de las políticas de interés público para que apoyaran la inclusión de
la anticoncepción de emergencia en las normas oficiales de planificación familiar de los
países de la Región.
A la conferencia asistieron más de 120 participantes de 20 países, entre los que
había parlamentarios, académicos y representantes de organismos gubernamentales y no
gubernamentales, de grupos de mujeres y de jóvenes, y de los medios de comunicación. La
conferencia tuvo un impacto importante en la coordinación de los esfuerzos y actividades
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de organizaciones que trabajan por la salud reproductiva y los derechos sexuales y
reproductivos de la mujer. Antes del encuentro, solo 10 países habían incorporado la
anticoncepción de emergencia en sus normas de planificación familiar y en 13 había
productos dedicados. A principios del 2004 había 18 países que habían registrado los
anticonceptivos como norma oficial y 19 que habían registrado productos dedicados. En
ciertos países se constituyeron consorcios nacionales para lograr una mayor articulación
entre las instituciones e influir en las políticas de salud y el acceso a la anticoncepción
poscoital. Así se hizo en Argentina, Bolivia, Ecuador, Chile, Guatemala y Nicaragua. En
otros casos, se formaron entidades como la Rede Brasileira de Promoção de Informação e
Disponibilização da Contracepção de Emergência (Rede CE) en el Brasil y la Mesa de
Vigilancia Ciudadana en Derechos Sexuales y Reproductivos en el Perú.
A partir de la conferencia, el apoyo de fundaciones y gobiernos donantes ha
permitido incorporar a adolescentes y jóvenes de ambos sexos para que, en el marco de los
derechos sexuales y reproductivos, tengan acceso al método y a la participación en la toma
de decisiones y los procesos de elaboración de políticas públicas que les conciernen. Con
ese objeto, el CLAE convocó a tres encuentros juveniles en tres subregiones de América
Latina: 1) Centroamérica, México y el Caribe de habla hispana; 2) los países andinos, y 3)
los países del Cono Sur. Después de asistir a los encuentros, grupos de jóvenes han seguido
coordinando esfuerzos para potenciar sus peticiones, participar en foros nacionales e
internacionales y organizarse en redes que hacen un seguimiento de los compromisos e
intercambian información y experiencias.
Estudios para introducir la anticoncepción de emergencia en algunos países
4
Cuando se formó el Consorcio Internacional de Anticoncepción de Emergencia
(ICEC por su sigla en inglés) en los Estados Unidos de América, se iniciaron algunos
estudios con el fin de determinar las estrategias más adecuadas para introducir ese método
en algunos países (1). Una de las primeras encuestas sobre conocimientos, actitudes y
prácticas al respecto se llevó a cabo en México. Como resultado, las estrategias propuestas
para introducir el método incluyeron: el cabildeo entre políticos y tomadores de decisiones,
la capacitación de prestadores de servicios de salud; una línea telefónica para consultas
sobre los anticonceptivos de emergencia, y un portal en la internet con información
detallada sobre los fármacos. También se realizaron campañas de promoción en los medios
de comunicación como la radiodifusión de anuncios cortos y se distribuyeron carteles,
tarjetas y otros materiales.
Para medir el impacto de todas esas actividades, se hicieron dos encuestas, una de
base en 1997 y una de seguimiento en 2000. Los resultados mostraron muy poco
conocimiento del método entre las mujeres. Por ejemplo, durante la primera encuesta, solo
13% de ellas habían oído mencionar los anticonceptivos poscoitales, mientras que en la
encuesta de seguimiento 32% sabían de qué se trataba. De los proveedores de servicios de
salud encuestados en 1997, solo 88% sabían algo del método, pero en 2000 todos estaban
enterados. Además, en la encuesta de seguimiento, 93% de los proveedores opinaron que
era factible ofrecer los anticonceptivos en México, frente a 31% de la encuesta inicial (1,
2).
Otro estudio pionero se realizó en el Brasil, Chile y México, para conocer la
aceptación de los anticonceptivos de emergencia. Los resultados de las entrevistas
mostraron que, mientras más se conocía el método, más positiva era la opinión que se
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formaba la mayoría, por la reducción potencial de embarazos en adolescentes, embarazos
no deseados y abortos en condiciones de riesgo (3).
El embarazo en adolescentes es un grave problema no solo en la vida de la mujer y
el hombre involucrados sino también en la perspectiva de la salud pública. Sin embargo, es
un tema muy sensible, difícil de discutir abiertamente. En el seno de las familias
latinoamericanas, las discusiones entre padres e hijos sobre la sexualidad suelen ser escasas
o nulas. Es bastante común que los padres no estén preparados para responder a las
inquietudes de sus hijos. Muchos países se niegan a incluir la educación sexual aun en las
escuelas y, cuando se incluye, la mayoría de los maestros carecen de la capacitación
necesaria para discutir los temas o responder a las preguntas de los niños y adolescentes (4).
La realidad es que las adolescentes están expuestas a relaciones sexuales
ocasionales, durante las cuales les es difícil hablar de anticoncepción o negociar el uso del
condón. Si tuvieran acceso a los anticonceptivos de emergencia, tendrían mayor control
para decidir si desean o no embarazarse.
La suposición de que los anticonceptivos de emergencia provocan abortos ha tenido
gran peso en América Latina, especialmente porque muchas sociedades son conservadoras
y la Iglesia Católica es muy poderosa. La única excepción es el Brasil, que cuenta con una
sociedad más liberal y en donde se aceptó públicamente que el método poscoital previene la
ovulación, inseminación o implantación, pero no induce el aborto (5).
Un estudio realizado en el año 2000 con 43 organizaciones afiliadas a la Federación
Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, en inglés) muestra que en 23 países de
América Latina y el Caribe esas organizaciones ya estaban ofreciendo servicios de
anticoncepción de emergencia con el régimen de Yuzpe, ya que los productos dedicados
solo estaban disponibles en cuatro países (Argentina, Brasil, Jamaica y Venezuela). La
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mayoría de las organizaciones afiliadas no experimentaron restricciones para ofrecer el
método y no hubo actos hostiles de sus gobiernos, pero sí de los grupos pro-vida (6). El
régimen de Yuzpe lleva el nombre del médico canadiense Dr. A. Albert Yuzpe, que en
1974, publicó los primeros estudios sobre las píldoras de anticoncepción de emergencia que
consisten en dos dosis de píldoras, la primera dentro de las primeras 72 horas después de la
relación sexual no protegida y la segunda 12 horas después. Las píldoras del régimen de
Yuzpe tienen una combinación de estrógenos y progestina.
Actividades y situación en diferentes países
Argentina
Después de la conferencia internacional en Quito, se integró el Consorcio Argentino
de Anticoncepción de Emergencia (CAAE). El CAAE se ocupa de los derechos sexuales y
reproductivos; los mecanismos de acción de los anticonceptivos y su inclusión en las
políticas de salud; la educación sexual y la prevención de la violencia en las escuelas; los
adolescentes como multiplicadores, y la anticoncepción de emergencia para asistir a las
mujeres que han sido víctimas de violencia sexual. Sin embargo, Argentina también tuvo
que enfrentar los embates de la derecha. El año anterior a la formación del CAAE, la Corte
Suprema de Justicia había resuelto retirar de la venta los anticonceptivos marca Inmediat,
por considerarlos abortivos. El fallo en contra de Inmediat sienta precedente, ya que nunca
se habían prohibido por vía judicial otros métodos anticonceptivos previamente autorizados
por el Ministerio de Salud (7).
7
A principios de 2003, se aprobó una ley que permite la distribución libre de
anticonceptivos en Argentina. Pero una juez de la provincia de Córdoba prohibió el uso de
los anticonceptivos orales y el dispositivo intrauterino (DIU) argumentando que violan los
derechos humanos de las mujeres. En las distintas provincias argentinas, las ONG siguen
recibiendo ataques de los sectores religiosos, legislativos, académicos y profesionales que
se oponen a los derechos sexuales y reproductivos y el uso de anticonceptivos de
emergencia.
Bolivia
A partir de la conferencia de Quito, en Bolivia se creó un consorcio sobre la
anticoncepción poscoital y el Ministerio de Salud integró los anticonceptivos a las
prestaciones del seguro universal maternoinfantil (SUMI), lo que implica que se debe
entregar gratuitamente a las personas que lo soliciten. Asimismo, se aprobó la
comercialización de un producto dedicado, Inmediat N. Desde noviembre de 2003, Casa de
la Mujer y Marie Stopes Bolivia están recogiendo información estadística sobre el uso del
método en sus dos centros de salud en Santa Cruz, el de Cochabamba y el de Sucre.
Desde noviembre de 2003 hasta junio de 2004 se han distribuido 361 dosis de los
anticonceptivos de emergencia. El perfil de la mayoría (65%) de las usuarias es: mujer
joven de 15 a 24 años o estudiante universitaria que tiene relaciones sexuales esporádicas y
que ha tenido sexo sin protección. Entre las que acudieron a solicitar los anticonceptivos,
5% mencionaron la violación como razón.
Los varones que acudieron con su pareja representaron 24% de los solicitantes y
además, otro10% de varones acudieron a solicitar el método ellos solos. Estos datos
8
indican que los hombres jóvenes están participando junto con su pareja, en las decisiones
de salud reproductiva.
La mayor parte (72%) de las usuarias eran universitarias y 24% eran estudiantes de
secundaria o escuelas técnicas. Se habían informado de la anticoncepción de emergencia en
los medios de comunicación (22%) y en los servicios de salud (38%), así como en folletos
o actividades del ICEC (12%). Las mujeres que solicitaron el servicio por primera vez
conformaban 77% del total; las que fueron por segunda vez, 20%; y las que volvieron por
tercera o cuarta vez, 3%. A pesar de que cuando solicitan por primera vez se les aconseja
sobre el uso de otros métodos y el condón, las mujeres no los aceptan porque no tienen
parejas estables y el condón es objeto de prejuicios sociales. (Torre Cañal R, Marie Stopes
Bolivia; comunicación personal.)
Chile
El Ministerio de Salud de Chile ha propugnado la norma de “paternidad
responsable” desde 1993. Incluye la anticoncepción poscoital en dosis distintas a las que se
especifican para el régimen de Yuzpe pero, además de no estar actualizado, el método
tampoco está realmente disponible. Es por esto que el Ministerio de Salud, el Instituto
Chileno de Medicina Reproductiva (ICMER) y la Asociación Chilena de Protección de la
Familia (APROFA) están elaborando una nueva norma de regulación de la fertilidad, en la
que se incluyen indicaciones correctas para el uso de la anticoncepción de emergencia.
Por otra parte, el lanzamiento de las Normas y guía clínica para la atención en
servicios de urgencia de personas víctimas de violencia sexual, resultado de un trabajo
conjunto del Ministerio de Salud y organizaciones de la sociedad civil, significó en la
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práctica la distribución gratuita del producto dedicado Postinor-2 a las mujeres víctimas de
violación que lo soliciten en los servicios de urgencia públicos. Esto ha desatado un fuerte
debate con la Iglesia Católica y con autoridades ligadas a grupos conservadores, que se
oponen terminantemente al uso del método, ya que consideran que “es un abortivo que
atenta contra el que está por nacer”, sin tomar en cuenta el derecho humano básico de las
personas a decidir sobre su cuerpo y sobre su vida sexual y reproductiva.
Por su parte, el ICMER ha continuado la línea de investigación sobre mecanismos
de acción de los anticonceptivos de emergencia. Estos estudios, realizados en monas y
ratas, indican claramente que el levonorgestrel no altera los procesos que ocurren después
de la fecundación (8) El levonorgestrel es una hormona que contienen las píldoras de
anticoncepción de emergencia más modernas, su eficacia es mayor que las del régimen
combinado de Yuzpe. Las píldoras que tienen sólo levonorgestrel, se pueden tomar en dos
dosis de 0.75 mg la primera dentro de las 72 horas y la segunda 12 horas después. Los
estudios actuales indican que las píldoras con levonorgestrel sólo se pueden tomar en una
dosis única de 1.5 mg y que su acción protectora contra el embarazo es vigente hasta 5
días después de la relación sexual no protegida, si bien la efectividad de las píldoras de
emergencia disminuye cuanto más tiempo pase. El ICMER ha difundido los resultados en
diversos foros científicos y al público en general a través de los medios.
Lamentablemente, los dos productos dedicados que se han registrado en
Chile, Postinal y Postinor-2, han sido blanco de acciones judiciales por parte de los mismos
grupos conservadores ligados a la Iglesia Católica. La venta de Postinal fue prohibida por la
Corte Suprema, y Postinor-2 está actualmente en litigio. Varias organizaciones de mujeres
y otras que trabajan en el campo de la salud y los derechos reproductivos, han tratado de
hacerse parte (Postinal) o se han hecho parte (Postinor-2) en los procesos judiciales. De
10
momento, Postinor-2 se puede vender en farmacias y distribuir gratuitamente en los
servicios de urgencia, pero la situación futura es incierta. (Schiappacasse V, ICMER;
comunicación por correo electrónico.)
Colombia
En 1995, la Asociación Pro-Bienestar de la Familia Colombiana (Profamilia),
institución pionera en los servicios de planificación familiar y salud reproductiva en la
Región, ya estaba capacitando al personal clínico en Bogotá para ofrecer servicios de
anticoncepción de emergencia usando el régimen de Yuzpe; dos años después extendió la
capacitación al resto del país. En 1998, se iniciaron las negociaciones para distribuir
Postinor-2 en Colombia. En el año 2000, se incluyó la anticoncepción de emergencia en las
normas de salud y se aceptó el registro oficial del producto dedicado Postinor-2, el cual es
distribuido por Profamilia en sus clínicas y farmacias. Actualmente, Profamilia tiene 35
clínicas que atienden a 50% de los usuarios de servicios de planificación familiar en el país.
Por otra parte, después de que el Instituto Nacional de Medicamentos y Alimentos
(INVIMA), órgano regulador de los medicamentos en Colombia, aprobó el registro de
Postinor-2, Profamilia inició su campaña de promoción del método por radio y elaboró
materiales educativos para las usuarias. Sin embargo la Iglesia Católica, que siempre se ha
opuesto a cualquier método anticonceptivo moderno, también ejerció presión y declaró que
el anticonceptivo de emergencia es abortivo, lo que forzó al INVIMA a revisar el proceso
de registro. Profamilia no dejó de distribuir Postinor-2, pero durante ese período hubo
siempre la preocupación de que se pudieran terminar los insumos, o que se llegara a
prohibir el método. Año y medio después, el INVIMA confirma que Postinor-2 es un
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método anticonceptivo optativo y mantiene su registro. Al igual que en el resto de la
Región, el reto de Profamilia es continuar informando acerca del método y hacerlo
accesible a las poblaciones más vulnerables como son las adolescentes, las jóvenes y otras
usuarias potenciales en las zonas rurales más apartadas (1).
Ecuador
En Ecuador, durante 1997 cinco ONG empezaron a ofrecer los anticonceptivos de
emergencia en sus servicios de salud. Se hicieron también las primeras investigaciones
nacionales sobre conocimientos y prácticas del método. En 1998, un grupo de ONG apoyó
la revisión de las normas de salud reproductiva y logró que se incorporaran a estas los
anticonceptivos. A partir de ese suceso, los proveedores de servicios de salud contaron con
el respaldo legal y programático para informar, prescribir o administrar el método. Hasta la
fecha, solo se cuenta con el método de Yuzpe. pero se espera muy pronto utilizar un
producto dedicado.
En el Centro Médico de Orientación y Planificación Familiar (CEMOPLAF), las
usuarias más frecuentes de los anticonceptivos de emergencia son adolescentes solteras de
clase media. Los registros muestran que en cada uno de los 28 centros de CEMOPLAF se
entregan entre 25 y 30 dosis por mes, y no se ha visto ninguna relación negativa con el uso
del condón u otro anticonceptivo. Las mujeres que los solicitan reciben muy buena
orientación, con énfasis en la importancia de usar un método regular.
Otras actividades en Ecuador están dedicadas a apoyar a las mujeres en situaciones
de violencia y a los jóvenes de ambos sexos en general. Se ha creado el Consorcio
Ecuatoriano de Anticoncepción de Emergencia y todas las agencias que lo integran trabajan
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en coordinación con el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio Fiscal y la Policía
Nacional.
Honduras
Desde 1999, en Honduras se incluye la anticoncepción de emergencia en las normas
de planificación familiar, pero hasta agosto de 2004 no existía un producto dedicado
registrado. La Asociación Hondureña de Planificación de la Familia (Ashonplafa) y otras
instituciones hondureñas asistieron a la conferencia en Quito, en donde elaboraron planes
de trabajo para mejorar la agenda de los derechos sexuales y reproductivos en Honduras.
Con financiamiento de Summit Foundation, apoyo técnico del Population Council, y la
colaboración de Marie Stopes Internacional (MSI) y Ashonplafa, se realizaron encuestas de
conocimientos, actitudes y prácticas de jóvenes de entre 15 y 20 años de edad en los
colegios y escuelas secundarias de La Ceiba y Tegucigalpa, así como de usuarias de
clínicas de planificación familiar en San Pedro Sula y Tegucigalpa, y estudiantes de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
En el marco de este proyecto, se elaboraron 10 000 paquetes especiales de
anticonceptivos de emergencia que contenían el régimen de Yuzpe, más condones y
material informativo para su uso. Un año después de su introducción, se habían distribuido
alrededor de 1 500 paquetes. El paquete cuesta 30 lempiras, alrededor de US$ 1,57, y está
en venta en clínicas de Ashonplafa, MSI y puestos de salud de las maquiladoras (9).
Además, Ashonplafa y MSI han capacitado a proveedores de servicios, vendedores de
farmacias y periodistas y han producido materiales educativos y audiovisuales, así como
13
cuñas radiales con mensajes dirigidos a adolescentes, mujeres adultas y trabajadoras de
maquila.
A principios de 2004, se desató una controversia con los grupos conservadores y de
la Iglesia Católica, provocada por la discusión en medios de comunicación de la inclusión
de la anticoncepción de emergencia en las normas de salud de México. Ashonplafa y MSI
continuaron informando y distribuyendo el método y recibieron apoyo del Fondo de
Población de las Naciones Unidas (FNUAP) y de los grupos de mujeres para ampliar la
difusión y el acceso a los anticonceptivos. Por lo pronto, la anticoncepción de emergencia
sigue incluida en las normas y distribuyéndose según el régimen de Yuzpe en las clínicas
de Ashonplafa y MSI.
México
A partir de 1974, el gobierno de México adoptó políticas progresistas de
planificación familiar. La tasa global de fecundidad bajó de 6,7 hijos por mujer en el
decenio de 1970 a 2,5 en 1995. Por eso llama la atención que la anticoncepción de
emergencia haya pasado por un proceso tan largo de aprobación, que duró más de 10 años.
No obstante la alta prevalencia del uso de métodos anticonceptivos (mujeres urbanas, 72%;
rurales, 52%), sigue registrándose un porcentaje alto de embarazos no deseados,
especialmente entre las adolescentes que empiezan a tener relaciones sexuales
desprotegidas.
El proyecto de norma de los servicios de planificación familiar, que incluía la
anticoncepción de emergencia como una opción, se elaboró en 1993, pero permaneció
dormido por muchos años. A fines de 2003, las autoridades de salud solicitaron la
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aprobación de la norma, la cual se obtuvo en enero de 2004. Esto desató un gran debate con
los grupos conservadores y la Iglesia Católica. Las autoridades de salud, las sociedades
médicas y científicas, los grupos de mujeres, los medios de comunicación y la sociedad en
general apoyaron la idea de tener una opción anticonceptiva poscoital.
Actualmente hay cuatro productos dedicados disponibles en la mayoría de las
farmacias, a precios poco accesibles para las mujeres de escasos recursos (entre US$ 5 y
20). Por su parte, los servicios públicos no los tienen disponibles, aunque algunas ONG los
ofrecen en sus clínicas y farmacias a precios subsidiados que oscilan entre $5 y $6.
En los sondeos de opinión pública realizados por los medios de comunicación en los
días posteriores a la entrada en vigor de la norma, la población se opuso 3 a 1 a las
opiniones de los líderes conservadores y de la Iglesia Católica. Un comentarista del
programa de noticias radiofónicas matutinas preguntó: “¿Qué va a hacer la Iglesia Católica
del mundo para enfrentar los nuevos tiempos, para enfrentar la realidad de una nueva
manera de pensar de las generaciones que están viniendo?” (Carlos Loret de Mola, W
Radio).
Los grupos conservadores todavía interpusieron una demanda judicial, pidiendo el
“amparo” contra la norma. El juez determinó que la norma oficial mexicana 005-SSA21993 que regula los servicios de planificación familiar “por su sola entrada en vigor, no
causa ningún perjuicio, ya que no impone a los ciudadanos ninguna obligación de acatarla.”
El juez señaló que “de ningún modo puede considerarse agravio o afectación a la persona o
a los derechos de quienes promovieron el amparo la entrada en vigor de esa norma” (10).
Paraguay
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En Paraguay, la anticoncepción de emergencia se incluyó en las normas del
Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social en enero de 1998, cuando se ofrecía con el
régimen de Yuzpe. Antes de la conferencia de Quito de 2002, ya había productos
dedicados registrados. En el año 2001, el FNUAP había donado 40 000 dosis de Postinor-2
para distribución gratuita en los servicios de salud pública.
Pero Paraguay tampoco fue la excepción en la oposición de grupos de poder
conservadores. En 2002, durante el Congreso Latinoamericano de Salud Sexual y
Reproductiva convocado en Buenos Aires por la Asociación Argentina por la Salud Sexual
y Reproductiva (ASSER), cuando Promoción y Mejoramiento de la Salud (Promesa)
anunció su proyecto de mercadeo social de los anticonceptivos, hubo fuerte oposición y
solicitudes para que se interrumpiera el proyecto. Sin embargo, el propio Ministerio de
Salud apoyó a Promesa para que continuara con su proyecto. Por otra parte, la Cámara de
Farmacias del Paraguay (CAFAPAR) y Promesa realizaban, y siguen haciéndolo, talleres
de actualización en tecnología anticonceptiva para proveedores de servicios de salud, con
énfasis especial en los anticonceptivos de emergencia.
A principios de 2003, Promesa registró un anticonceptivo de emergencia, producto
de mercadeo social, que se llama Pronta. A partir de febrero de 2004, Pronta se hizo
accesible en 75% de las farmacias del país. Hasta junio de 2004 se habían distribuido 3 600
dosis. Las otras marcas comerciales Inmediat N y Control, venden un promedio de 1 000
dosis al mes a pesar de que el precio es elevado, entre $4,40 y $5,05, respectivamente.
Datos de Promesa indican que después de las actividades de capacitación para proveedores
de servicios de alud y de información y educación para los jóvenes, el Ministerio de Salud
incrementó la distribución de Postinor-2 de 217 dosis en el año 2001 a 1 749 dosis en 2003
(11).
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Perú
Perú, al igual que otros países de la Región, tiene tasas altas de embarazos no
deseados, abortos arriesgados y mortalidad materna. Al mismo tiempo, la discriminación
social y cultural contra las mujeres les niega acceso a los servicios de salud reproductiva. El
grupo de edad de las mujeres adolescentes es el más vulnerable, ya que enfrentan más
barreras para acceder a los servicios; por eso, la disponibilidad de anticonceptivos de
emergencia se convierte en un tema cada vez más crítico en este y otros países de la Región
(12).
Después de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo que tuvo
lugar en Cairo (1994) y La Cuarta Conferencia sobre la Mujer en Beijing (1995), el
gobierno peruano, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, apoyó los
servicios de salud reproductiva e incorporó la anticoncepción oral de emergencia en las
normas nacionales de planificación familiar. No obstante, las píldoras nunca estuvieron
disponibles en el mercado o en los servicios de salud. Por razones de índole política, a fines
del decenio ese tipo de anticoncepción se suprimió en las normas nacionales (13).
En 1999, varias ONG se coordinaron con el Centro de la Mujer Peruana Flora
Tristán con el fin de lanzar una campaña en los medios para promover el conocimiento y
uso de los anticonceptivos de emergencia, especialmente entre la población joven de Lima.
A principios de 2001, el Population Council y la Sociedad Peruana de Obstetricia y
Ginecología (SPOG) organizaron un taller de capacitación sobre anticoncepción de
emergencia para líderes de opinión y en julio de ese año, el método poscoital se volvió a
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incorporar en las normas de planificación familiar. En 2001, la Dirección General de Salud
aprobó la distribución y venta de Postinor-2.
Posteriormente, llegaron al Ministerio de Salud personas muy conservadoras que
sostenían que los anticonceptivos de emergencia son abortivos y los retiraron de las
normas. Para apoyar su decisión, solicitaron la opinión de la SPOG, órgano oficial del
Colegio Médico, especializado en asuntos de salud sexual y reproductiva, que se pronunció
a favor del uso del método poscoital. Mientras tanto, organismos de la sociedad civil
iniciaron actividades de capacitación, promoción y mercadeo social para hacer accesible al
público el producto dedicado Postinor-2. En los medios de comunicación aumentó la
discusión sobre los derechos sexuales y reproductivos y se criticó a las autoridades de salud
por imponer sus creencias religiosas en las políticas de salud.
Los parlamentarios también revisaron las políticas de salud reproductiva del
Ministerio. Realizaron audiencias e invitaron a instituciones y líderes a presentar sus puntos
de vista. Además de la SPOG, en esas actividades participaron el Instituto Peruano de
Paternidad Responsable (INPPARES), expertos nacionales e internacionales de Venezuela,
Chile, México y Colombia, y grupos de mujeres.
En 2004, se volvieron a incorporar en las Guías de atención de salud sexual y
reproductiva los anticonceptivos de emergencia y el Ministerio anunció que se distribuirían
de manera gratuita en los centros de salud de todo el país. El Ministerio de Justicia
dictaminó que el método no es abortivo y que no viola ninguna norma constitucional. Esto
puso fin a un período de tres años de inequidad e injusticia, como comentaron algunas
ONG.
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Pasos para el futuro
En la mayoría de los países de la Región se ha logrado avanzar en lo que se refiere
al conocimiento del método anticonceptivo poscoital. Sin embargo, todavía se necesita
trabajar en una serie de áreas importantes.
Es preciso continuar con la capacitación de proveedores de servicios de salud. Sobre
todo, hay que seguir promoviendo los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y el
acceso a los anticonceptivos de emergencia para prevenir embarazos no deseados y abortos
riesgosos, principalmente entre las adolescentes que están en riesgo continuo de tener
relaciones sexuales sin protección, así como en otros grupos vulnerables de mujeres de
escasos recursos, que habitan en zonas rurales o pertenecen a grupos indígenas. No puede
bajarse la guardia ante los grupos conservadores y de la Iglesia Católica que siguen siendo
muy poderosos en los ámbitos económico y social y presionan a las autoridades de salud
para que saquen los anticonceptivos poscoitales de las normas de salud.
Es importante seguir trabajando con los medios de comunicación, ofrecer
talleres para periodistas y preparar paquetes informativos para la prensa, radio y televisión.
Por otro lado, debe continuar el trabajo de cabildeo en las comisiones de salud y de
derechos humanos de los congresos para que respalden las iniciativas sobre derechos
sexuales y reproductivos.
Se necesita buscar los mecanismos para que los anticonceptivos de emergencia se
puedan obtener gratis en los servicios públicos de salud. También debe mejorarse la
disponibilidad, el costo y la distribución de los productos dedicados en las farmacias y
continuar haciendo estudios sobre las condiciones en que se usa el método poscoital y su
relación con el uso del condón y otros métodos anticonceptivos.
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SYNOPSIS
Emergency contraception in Latin America and the Caribbean
Introducing the post-coital birth control method in the family-planning services of Latin
American countries has not been an easy task. Catholic and other conservative groups with
great influence in the political arena have time and again stopped it from being adopted as
an alternative method and have even succeeded in having it removed from official
directives after formal acceptance by health authorities. The main objections are triggered
by the erroneous supposition that “emergency contraception” pills are abortifacients.
However, a large dose of cultural discrimination against women seems also to be involved.
It has been extremely difficult to register dedicated products and make them available in
drugstores and even more difficult to distribute them without charge at public health
centers. They are hard to find, expensive, and unavailable to adolescents at risk for
unwanted pregnancies and to most low-income women, especially in rural areas.
Dissemination of appropriate information has been scarce and slow and there are still
great numbers of people that do not understand how or why the method works. Brazil has
been the only exception, as its open society has readily accepted this method of
contraception.
The Latin American Consortium on Emergency Contraception founded in the year
2000 and its regional conference two years later had an important impact on the situation,
as it encouraged the coordination of efforts by governmental and nongovernmental entities
with those of women’s groups to fight for sexual and reproductive rights. A number of
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studies have shown that the more people learn about emergency contraception, the more
they find it acceptable and necessary, and radio spots and other media techniques have
begun to educate the public about this matter. In spite of the many difficulties encountered,
in the last few years several countries have made strides to include this method in their
public health guidelines. However, because of the powerful forces against it, accessibility
and distribution of the emergency pills are not always implemented as planned and there
are still many areas that require work. Details are given on the situation in Argentina,
Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Mexico, Paraguay, and Peru.
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