Comunicado - La Prensa

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Comunicado de prensa
EMBARGADO - Prohibida su publicación hasta las 00.00 del lunes
19 de octubre
Lo que Venezuela debería hacer para acceder al Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas
En el día de hoy, 19 de octubre de 2015, los abajo firmantes, ex jefes de Estado o de Gobierno
y Miembros del Club de Madrid, instan a la Asamblea General de la ONU a condicionar la
renovación del mandato de Venezuela como miembro del Consejo de Derechos Humanos de
la ONU a la puesta en libertad de las personas detenidas por razones políticas y a la
aceptación de una misión imparcial de observación electoral para los próximos comicios
legislativos.
En una votación que se llevará a cabo el 28 de octubre, Venezuela competirá con Ecuador, Panamá
y Bahamas, tres de los cuatro países representarán a América Latina y el Caribe en el Consejo de
Derechos Humanos por tres años. El deterioro de la situación de derechos humanos en Venezuela,
la deficiente política exterior del país en esta materia, el desconocimiento de las resoluciones
emitidas por las distintas relatorías y grupos de trabajo del Alto Comisionado de Derechos
Humanos por parte del Gobierno venezolano y su actitud obstruccionista en el Consejo de
Derechos Humanos durante los últimos tres años, son un obstáculo para que se le otorgue una
segunda oportunidad para acceder sin más requisitos a este influyente órgano de 47 miembros.
La Resolución 60/251 adoptada por la Asamblea General de la ONU en 2006 por la cual se creó
el Consejo de Derechos Humanos, indica que sus miembros deberán “aplicar las normas más
estrictas en la promoción y protección de los derechos humanos” y “cooperar plenamente con el
Consejo”. El gobierno de Venezuela no ha cumplido con estos requisitos.
La concentración de poder y la falta de independencia judicial en Venezuela han permitido que el
gobierno intimide, censure y persiga a críticos. De manera arbitraria, se ha detenido, juzgado,
condenado e inhabilitado políticamente a líderes de la oposición. Altos funcionarios
gubernamentales habitualmente hostigan a periodistas, defensores de derechos humanos y otros
críticos menos prominentes y esto ha provocado una autocensura cada vez mayor. Los graves
abusos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad durante las protestas masivas contra
el gobierno en 2014 se mantienen mayormente impunes.
Asimismo, el gobierno venezolano ha repudiado la labor de observadores internacionales de
derechos humanos. En el mismo periodo durante el cual se desempeñó en el más importante órgano
de derechos humanos del mundo en Ginebra, autoridades venezolanas rechazaron sentencias
vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, impidieron que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos realizara visitas in situ para el seguimiento de la situación
de derechos humanos en el país y denunciaron la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
En la ONU, el gobierno no ha implementado las recomendaciones formuladas por el Consejo de
Derechos Humanos en el Examen Periódico Universal (EPU) de 2011 sobre los derechos humanos
en el país, y además se ha negado a reconsiderar recomendaciones importantes que desestimó
durante el EPU.
Venezuela tampoco ha cooperado plenamente con el sistema de procedimientos especiales del
Consejo de Derechos Humanos. El Relator Especial sobre la Tortura es el único experto de la ONU
a quien se le ha permitido visitar Venezuela en casi dos décadas. Desde 1996, el gobierno
solamente ha concedido un único pedido de la ONU, pero incluso en ese caso, el Relator Especial
sobre el derecho a la alimentación espera desde hace cuatro años que el gobierno confirme las
fechas de su visita. Venezuela tampoco ha siquiera respondido a solicitudes de visitas planteadas
por otros relatores especiales, incluidos los relatores sobre el derecho a la libertad de opinión y
expresión (presentada en 2003 y reiterada en 2009), sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias
o arbitrarias (presentada en 2006 y seguida por un recordatorio en 2008) sobre la situación de los
defensores de derechos humanos (presentada en 2008, seguida por recordatorios en 2008 y 2010,
y nuevamente reiterada en 2015), sobre la independencia de los magistrados y abogados
(presentada en 2011 y seguida por un recordatorio en 2014) y sobre el derecho a la libertad de
asociación y reunión (presentada en 2011 y seguida por un recordatorio en 2013).
En julio de 2015, un grupo de expertos de derechos humanos de las Naciones Unidas y del sistema
interamericano cuestionó públicamente que autoridades venezolanas empleen el canal de
televisión pública para criticar a defensores de derechos humanos por sus actividades de
promoción de los derechos humanos y su cooperación con órganos de derechos humanos de la
ONU y regionales. Es inaceptable que personas y organizaciones que procuran cooperar con el
sistema de derechos humanos de la ONU, y aquellas que lo hacen, sufran intimidación y represalias
en Venezuela, sobre todo considerando que en ese momento el gobierno ocupaba una posición de
liderazgo en ese mismo sistema.
A su vez, el gobierno de Venezuela se ha opuesto a acciones internacionales para promover los
derechos humanos en otros países. Durante el último año, Venezuela ha usado su posición en el
Consejo de Seguridad de la ONU para demorar, o incluso bloquear, acciones para proteger
derechos humanos en Siria y Sudán del Sur. Como miembro del Consejo de Derechos Humanos
de la ONU, Venezuela votó en contra de todas las resoluciones que alertaban sobre abusos
cometidos por gobiernos aliados, como Corea del Norte, Siria, Irán, Sri Lanka, Bielorrusia y
Ucrania. Venezuela ha tenido uno de los desempeños más pobres en las votaciones sobre la
situación de países, y ha aplicado un doble estándar evidente en su posición en el Consejo ante
violaciones de derechos humanos.
El hecho de que Venezuela viole abiertamente sus obligaciones jurídicas internacionales de
derechos humanos más elementales es incompatible con el ingreso en el Consejo de Derechos
Humanos. Para conseguirlo deberá dar muestras fehacientes de que esa actitud va a cambiar a
partir de ahora. Y la mejor forma de probarlo es atendiendo las demandas de los muchos que, como
el Club de Madrid o el Grupo contra la Detención Arbitraria del Alto Comisionado de Naciones
Unidas, exigen la liberación inmediata de Leopoldo Lopez, Daniel Ceballos y Antonio Ledezma
y de todas las demás personas detenidas por ejercer sus derechos de opinión y manifestación
pacífica, y aceptando la integración en la misión de seguimiento electoral de UNASUR de todos
los expertos independientes y cualificados, enviados por la OEA, la UE y otras organizaciones
internacionales, que sean necesarios para garantizar unas elecciones justas y libres.
FIRMADO:
Fernando Henrique Cardoso, Presidente de Brasil, 1995-2003
Laura Chinchilla, Presidenta de Costa Rica,
César Gaviria, Presidente de Colombia, 1990-1994
Felipe González, Presidente de España, 1982-1996
Vicente Fox, Presidente de México, 2000-2006
Osvaldo Hurtado, Presidente de Ecuador, 1981-1984
Luis Alberto Lacalle, Presidente de Uruguay, 1990-1995
Ricardo Lagos, Presidente de Chile, 2000-2006
Eduardo Frei, President of Chile, 1994-2000
Tuto Quiroga, Presidente de Bolivia, 2001-2002
José María Sanguinetti, Presidente de Uruguay, 1985-1990; 1995-2000
Andrés Pastrana, Presidente de Colombia, 1998-2002
Sebastián Piñera, Presidente de Chile, 2010-2014
Alejandro Toledo, Presidente de Perú, 2001-2006
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