1 De la búsqueda del perfeccionamiento del ser humano

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De la búsqueda del perfeccionamiento del ser humano
Dra. Ma. Elizabeth de los Rios Uriarte1
Resumen: La presente ponencia analiza el concepto de perfección basándose en
la obra del autor Michael Sandel “Contra la perfección”, aclarando los términos
brindados y estudiando los principales argumentos que da el filósofo para
defender el hecho de que es insostenible promover la perfección en los seres
humanos debido a su deseo siempre insatisfecho de querer lograrlo, llevando a
cabo investigaciones y conductas (como la manipulación genética) que son
producto de análisis desde diversos puntos de vista. Se presentan algunas
distinciones básicas entre ingeniería genética y diseño genético para un mayor
entendimiento de ambos términos, así como argumentos a favor y en contra de
cada una de éstos y finalmente, se brindan algunas consideraciones para una
reflexión futura sobre los aspectos éticos concernientes a la búsqueda de la
perfección humana, tal como la naturaleza humana (y sus efectos inherentes
como autonomía y libertad), el avance científico con sus peculiaridades actuales
que repercuten en las decisiones de la humanidad y el análisis de opciones que
brinda la conjunción de ambas entidades, pensando en la ingeniería genética más
como un medio que como un fin a través del repensamiento profundo sobre el
afán de dominio y magistralidad del conocimiento humano en cuanto al cómo
mejorar, cómo paliar los límites de la enfermedad, de la muerte y del sufrimiento,
entre otras tantas que parten de la naturaleza y que fungen como elementos
necesarios del existir.
Palabras clave: Perfección, insatisfacción, límites, ingeniería genética, diseño
genético.
1
Profesora de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac México Norte. Doctora en
Filosofía por la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Maestra en Bioética por la
Universidad Anáhuac México Norte. Licenciada en Filosofía por la Universidad Iberoamericana,
Ciudad de México.
2
Abstract: This paper analyzes the concept of perfection according to Michael
Sandel’s book “The case against perfection” studying the main arguments the
philosopher gives in order to defend the idea that, ethically, it is unsustainable to
procure perfection in human beings because of the never satisfied desire of always
wanting more present inhuman beings, causing research and several behaviors
(such as genetic manipulation) conducting analysis from different points of view.
Some basic distinctions are made between genetic engineering and genetic design
arguments in favor and against of these practices and, finally, I give some
considerations for a future reflection on the ethical issues concerning the seak for
human perfection like the human nature (with autonomy and freedom), scientific
progress (that affects the humanity decisions) and the analysis of offered by the
conjunction of both entities , thinking about genetic engineering more as a way to
be than an end itself, through a rethinking about the desire to dominate the human
knowledge and also how to improve, to overcome the limits of disease, death and
suffering, among many others as a necessary elements of existence.
Key words: Perfection, dissatisfaction, limits, genetic engineering, genetic design.
I. Introducción.
En el año 2002 en la ciudad de Washington una pareja de mujeres, Sharon
Dushesne y Candy McCullough, ambas lesbianas decidieron tener un hijo que
fuera, al igual que ellas, sordo. Eligieron un donante de esperma que tuviera cinco
generaciones de sordos en su familia para asegurar que se transmitiera
genéticamente dicha característica y, ayudándose de las técnicas de fertilización
artificial y el diagnóstico genético preimplantatorio, procrearon a Gauvin quien
nació, tal como fue el deseo de sus madres, sordo 2 . La razón principal que
argumentaron las dos mujeres cuando la comunidad internacional consideró el
2
Para una mayor referencia de este caso se sugiere consultar el artículo de Savulescu, Julian.
“Deaf lesbians, “designer disability”, and the future of medicine”. En BMJ 325 (7367); PPS. 771773. Disponible en <http://www.nchi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC11242779 > [Fecha de última
consulta: 28 de abril del 2014]
3
acto como absolutamente inmoral por el hecho de haber heredado un mal a un
bebé inocente, fue que consideraban la sordera no como una discapacidad sino
más bien como una identidad cultural, es decir, un elemento que les daría un
sentido de pertenencia a una comunidad particular y que se podría considerar,
incluso, como un modo de vida.
Lo sorprendente del caso anterior no estriba tanto en que hayan extendido
voluntariamente una característica considerada como debilitante para muchos sino
más bien en los cuestionamientos éticos que genera la posibilidad de procrear
bebés a la carta y con ello, de las infinitas posibilidades que la ciencia ofrece y que
las técnicas facilitan; así pues, un filósofo y bioeticista norteamericano, Michael
Sandel, escribe una obra denominada The case against perfection (Contra la
Perfección, en español) en donde explora los argumentos y reflexiones éticas que
se desprenden de una práctica de este tipo o bien si se prefiere el término, de la
ingeniería genética para concluir que ésta abre un abanico de opciones tan
ilimitadas como ilimitada es el ansia y el deseo del ser humano de ser, cada vez,
más perfecto y, si la ciencia lo permite, el ser humano sólo tendrá que acudir a ella
para serlo.
En esta ponencia lo que me propongo es retomar algunos de los
argumentos de Sandel en su obra para ampliarlos y profundizar en ellos con la
intención de sostener la tesis de que la ingeniería genética, en algunas de sus
manifestaciones y finalidades, se apoya en un reduccionismo biológico
fundamentado en una antropología materialista en donde el ser humano es
considerado únicamente como un eslabón más en la cadena evolutiva y, por ende,
dicha visión adolece de los elementos que permitan entender al ser humano de
forma integral; así pues, la ingeniería genética atenta contra una visión amplia y
profunda del ser humano por lo que exige una postura ética que limite y encauce
las posibilidades que de ella se desprenden.
En primer lugar haré una breve distinción entre los conceptos de ingeniería
genética, manipulación genética, diseño genético y el así llamado enhacement o
potenciamiento que Michael Sandel menciona en su obra pero no distingue con
4
claridad. En segundo lugar enumeraré y describiré algunos argumentos favorables
para defender el avance de la ciencia en cuanto a al ingeniería genética se refiere
con el objetivo de hacer notar que es una práctica deseable en sí misma pero
confrontativa en cuanto a sus funciones. En tercer lugar enlistaré y explicaré
algunos argumentos contrarios a la ingeniería genética que son expuestos por
Sandel y algunos otros con el objetivo de sostener mi hipótesis inicial, por último,
daré algunas conclusiones que tendrán por objetivo generar más preguntas en
torno al tema para continuar la reflexión ética sobre el mismo.
II. Metodología.
Se procede a la revisión bibliográfica de la literatura sobre las intervenciones
científicas y/o médicas con vistas a la búsqueda del mejoramiento o
perfeccionamiento humano.
III. Distinciones preliminares.
En la obra The case against perfection, Sandel menciona el problema del
diseño genético pero lo confunde con el del enhacement o potenciamiento y, a
pesar de la valía de su análisis y de sus argumentos, considero pertinente aclarar
algunos términos.
Cuando se habla de ingeniería genética, el término hace referencia a toda
aquella intervención sobre la genética, humana o animal, es decir, son todas las
técnicas empleadas tanto como para descubrir los millones de genes que
conforman nuestra cadena de ADN, como la combinación de sus proteínas, su
conformación física y química e incluso, las posibles alteraciones que en la misma
se puedan suscitar; así pues, la ingeniería genética puede tener dos objetivos
principales: descubrir para hacer avanzar el conocimiento sobre genética o bien
intervenir sobre la misma.
Ahora bien, esta ingeniería genética cuando tiene por objetivo la
intervención sobre la estructura genética deja de llamarse tal y comienza a ser
denominada como manipulación genética, es decir, ésta será entonces la
5
intervención directa y deliberada sobre el ADN (humano o animal) para perseguir
ciertos fines. Aquí es donde se abre la caja de Pandora pues estos fines
perseguidos podrán ir enfocados a la prevención, curación o paliación de
condiciones adversas a la vida misma o bien simplemente responder a deseos
personales o grupales, estéticos o económicos, mecánicos, operativos o
intelectuales; en cualquiera de los casos la delgada línea enunciada en el inicio de
este ensayo, entre curar o tratar se ve desdibujada dependiendo el fin al que se
tienda3.
Por lo anterior, en el terreno de la manipulación genética, cuando ésta
persigue fines que responden más a deseos que a necesidades las acciones se
enmarcan el concepto de diseño genético y, dentro de éste, cuando la
manipulación se da o se pretende dar desde el seno embrionario entonces el
término propuesto es el más adecuado pero cuando se pretende intervenir ya sea
en el embrión mismo o bien en algunas partes del cerebro adulto para potenciar
ciertas habilidades o capacidades que se consideren adecuadas y deseables
socialmente, entonces se deberá hablar más de enhacement4 o potenciamiento.
Así entonces, hablar de ingeniería genética implica, a su vez, hablar de la
posibilidad del diseño genético y del enhacement pero también del noble propósito
de curar determinadas enfermedades existentes en el genoma de las personas –o
de los animales- y devolverle a la medicina su intención originaria de restaurar lo
perdido en el campo de la salud.
3
Thomas Murray menciona que no existe tal diferencia, es decir, para él curar y tratar o potenciar
es lo mismo ya que ambos tiene por objetivo ayudar al cuerpo humano a sobreponerse a ciertos
límites o debilidades. Cfr. Murray, Thomas. “Enhacement”. En Steinbock, Bonnie (ed). The Oxford
Handbook of Ethics. Nueva York: Oxford University Press, 2007. P. 494-495.
4
Este término es acuñado por la corriente inglesa del transhumanismo que, como menciona Elena
Postigo: “es un movimiento intelectual y cultural que sostiene la posibilidad y obligatoriedad moral
de mejorar las capacidades físicas, intelectuales, psíquicas de la especie humana mediante la
aplicación de nuevas tecnologías y la eugenesia, con la finalidad de eliminar todos los aspectos
indeseables de la condición humana como la enfermedad, el sufrimiento, el envejecimiento e
incluso la muerte”. Postigo, Elena. “Transhumanismo”. Aleteia. 25 de febrero del 2009.
Si se desea ahondar más sobre esta corriente bioética se sugiere la lectura de Velázquez, Héctor.
Transhumanismo y bioética. México: Universidad Panamericana, 2005. Así mismo, de este autor
se sugiere la lectura del capítulo octavo intitulado “¿es el cyborg la condición futura del hombre? El
problema del transhumanismo frente a la bioética y la identidad humana” de su obra ¿Qué es la
Naturaleza?. México: Porrúa, 2007.
6
Una vez hechas las distinciones anteriores, abordaré los argumentos que
considero favorables para sostener la intervención genética en los seres humanos.
IV. Argumentos a favor de la ingeniería genética.
Que la ciencia avance y, con ella la medicina y las posibilidades de curar
males que aquejan la vida humana e incluso amenazan con destruirla, es en sí
mismo algo deseable y éticamente válido, por ello, encuentro fundamentalmente
dos argumentos que defienden este avance en las ciencias de la salud.
El primero radica en lo que ya se ha mencionado anteriormente: la
posibilidad de descubrir, en la estructura cromosómica de los humanos, los genes
causantes de diversas enfermedades y poder intervenir sobre ésta ya sea para
eliminarlos por completo o bien modificarlos para que no se expresen o se
expresen silenciosamente. A esto se le conoce con el nombre de terapia génica.5
Si bien es algo favorable el poder desarrollar curas para enfermedades que
puedan presentarse en un futuro y lo es aún más curarlas antes de que, de hecho
se presenten, también es cierto que éstas no necesariamente se desarrollan en el
individuo aunque se encuentren presentes en sus genes; esto es que, para que
una enfermedad se desarrolle no depende únicamente de que se encuentre el gen
de la misma en la estructura genética de la persona sino que éstas también
dependen del entorno, modo de vida, situación y circunstancia de la persona
(Gafo: 229).
Existen pues factores endógenos y factores exógenos que intervienen en el
desarrollo de un embrión, más aún, existen factores físicos y químicos tales como
los rayos ultravioleta y las sustancias químicas como los pesticidas que se
encuentran en los alimentos que una persona consume que son determinantes
para que se exprese o no un gen que, en la estructura genética, se encuentra
presente6.
5
La terapia génica es “la administración deliberada de material génico a un ser humano con la
intención de corregir un defecto genético”. Garza, Raúl. Bioética. La toma de decisiones en
situaciones difíciles. México: Trillas, 2000. P. 172.
6
Incluso se ha descubierto que las enfermedades no dependen de la expresión de un solo gen
sino de la interacción entre varios. Cfr. Abreu, Luis Felipe. “Bioética y biomedicina” en González,
7
A pesar de lo anterior, sigue siendo algo éticamente admisible el fin loable
de la medicina de descubrir curas para los padecimientos actuales y futuros y, de
ser posible, paliarlos o eliminarlos.
Un segundo argumento que presentaré aquí su aspecto bondadoso, es que
la ingeniería genética permite potenciar capacidades.
Michael Sandel pone el ejemplo de Tiger Woods quien era débil visual y
tras una operación Lasik recupera su vista y despunta en el mundo del golf y
cuestiona la posibilidad de realizar esa misma cirugía en una persona con vista
normal y adecuada pero que desea convertirse en campeón afinando su visión sin
necesitarlo realmente (Sandel: 44, 2007). El autor entra en un debate sobre si es
ético que se potencien las capacidades con el fin de perseguir la excelencia o la
perfección y propone cuatro ejemplos de capacidades o características que se
podrían potenciar: musculatura, memoria, altura y la elección del sexo 7. Después
de revisar argumentos a favor y en contra y de esgrimir los suyos, termina por
apuntalar a que no es éticamente inválido el potenciamiento de capacidades sino
el ansia insaciable del ser humano de siempre querer ser más y más perfecto.
No obstante el argumento de Sandel, considero que, dentro de los límites
que no superen la autonomía de otros y que no caigan en atrocidades de deseos
siempre insatisfechos, la posibilidad de potenciar nuestras capacidades es digna
de ser elogiada y constituye un argumento a favor de la ingeniería genética porque
apela a la incansable búsqueda de la felicidad que ya desde Aristóteles se ha
descrito como el ideal de la vida humana 8 . El problema y aquí coincido con
Sandel, no es la búsqueda de la felicidad y, con ella, del mejoramiento, sino que
ésta es y siempre será, de suyo ilimitada, es decir, si bien es cierto que también el
Juliana. Perspectivas de Bioética. México: UNAM/Comisión Nacional de Derechos Humanos/Fondo
de Cultura Económica, 2008.
7
Si se consideran las distinciones realizadas al inicio de este trabajo, se verá con claridad que la
elección del seño no cabe dentro de la intervención denominada enhacement sino más bien en el
así llamado diseño genético. No obstante, así lo propone el filósofo norteamericano.
8
Hay que recordar que para el estagirita, toda actividad tiene un fin, de éstos hay que elegir aquel
que sea más perfecto y afirma: “Sencillamente llamados perfecto lo que siempre se elige por sí
mismo y nunca por otra cosa. Tal parece ser, sobre todo, la felicidad”. Aristóteles. Ética
Nicomáquea. Libro I. 1097 a, 1097 b. 5ta reimpresión. Madrid: Gredos, 2000.
8
tema y abordaje de lo que se considera perfección como de lo que se concibe
como felicidad, es tema de un tratado filosófico que por ahora no me abocaré a
ello, el peligro radica en la hybris que menciona el autor de Contra la perfección
que, así como impulsa para la mejoría, arrastra a la barbarie que los filósofos de la
Escuela de Frankfurt advirtieron bien (Horkheimmer: 51).
Buscar ser mejores, intentar la excelencia y fomentar prácticas que exalten
los talentos naturales9 creo que es algo plausible y que es posible gracias a la
ingeniería genética.
En conclusión de este apartado, curar o encontrar la cura y potenciar lo que
ya es dado de forma natural sin dejar de reconocerlo como tal son los dos
argumentos que apoyan mi postura a favor de la ingeniería genética y lo hacen ya
que ambos se concentran en la intención de restaurar la salud o fortificar lo natural
y responden al ámbito de las necesidades 10 no ya de los deseos; ahora bien,
ambos también pueden ser vistos desde una óptica diferente y generar entonces,
junto con algunos más, argumentos en contra que describiré a continuación.
V. Argumentos en contra de la ingeniería genética.
Es una constatación empírica que ante el avance vertiginoso de la ciencia,
la reflexión filosófica y, en este caso, ética, se han quedado atrás o, al menos, ha
avanzado más lentamente; sin embargo se han propuesto algunos postulados que
tienen resonancias universales y que, por lo mismo, han sido admitidos casi
9
Resulta interesante advertir que Michael Sandel aborda el tema de los talentos naturales en los
deportes que son favorecidos o exaltados con el esfuerzo y la disciplina personal de, de igual
forma, podrían serlo con distintas intervenciones en la musculatura, en la altura, etc, que
favorecieran los mismos sin llegar a suplantarlos. El argumento sostiene que, mientras las
intervenciones vayan enfocadas a fortalecer o potenciar las habilidades naturales, entonces serán
éticamente admisibles, no así, cuando suplanten éstos porque entonces, en una sociedad
meritocrática dice el autor, se perderá la admiración por los talentos humanos que son dados para
fascinarse finalmente por los mecanismos artificiales que son creados. Cfr. Sandel, Michael. Op.
Cit. Pps. 37-65.
10
Aunque es cuestionable que, fortificar la salud sea una necesidad, no lo es el que pudiendo ser
mejores no nos aboquemos a ello. Así, hay autores que han sostenido que es un deber ético
buscar el potenciamiento como lo es el atender y curar una enfermedad. Cfr. Savulescu, Julian.
“Genetic interventions and the ethics of enhacement of human beings”. En. Steinbock, Bonnie (ed).
Op. Cit. P. 517.
9
unánimemente para paliar los efectos indeseables de la incesante carrera técnica,
uno de ellos es el así llamado principio de precaución11 que consiste en:
“no esperar el elemento de la prueba absoluta de una relación de causa a
efecto cuando elementos suficientemente serios incitan a pensar que una
sustancia o una actividad cualquiera podrían tener consecuencias dañinas
irreversibles para la salud para el medio ambiente y, por lo tanto, no son
sostenibles” (Cortina: 82).
Este postulado aceptado por la comunidad científica internacional
únicamente es aplicable cuando existe un contexto de incertidumbre en las
prácticas o acciones que se pretenden realizar y cuando los riesgos que se
puedan desprender de ellas sean fatales o graves para los seres humanos.
Con lo anterior y para sentar las bases para los futuros argumentos, si bien
es cierto que la ingeniería genética es un fenómeno cada vez más en boga, las
consecuencias que de ésta se puedan derivar no lo son pues aún no son del todo
conocidas, es decir, aún se habla esta práctica sabiendo que se está pisando un
terreno fangoso y ambiguo que lo mismo podría aportar grandes beneficios para la
humanidad como llevarla a los cavernas de sí misma y destruirla por completo, por
ello, circundante a todos los argumentos en contra de la misma, se deberá
siempre considerar dicho principio como preámbulo de todo razonamiento.
Un primer argumento en contra de la manipulación genética con fines de
satisfacción de deseos individuales o grupales corresponde a aquel en contra del
cual esgrime su argumentación Sandel, a saber, el hecho de que el diseño
genético de bebés a la carta (una de las aplicaciones de la ingeniería genética)
atenta contra la autonomía del mismo hijo; es decir, si tomamos como autonomía
lo que Childress y Beuchamps, padres del Principialismo, unas de las corrientes
más estudiadas y acudidas en bioética, exponen en su obra Principles of
Biomedical Ethics, entonces si es posible argumentar que los padres que diseñan
11
Consensado por los estados de la Unión Europea en la ciudad de Niza en el año 2000.
10
a su hijo según sus deseos atentan contra su autonomía. Lo que los autores
mencionados entienden por este concepto es:
“personal autonomy encompasses self-rule that is free from both controlling
interference by others and limitations that prevent meaningful choice, such
as inadequate understanding. […]The autonomous individual acts freely in
accordance with a self- chosen […] In contrast, a person of diminished
autonomy is in some material respect controlled by others or incapable of
deliberating or acting on the basis of his or her desires and plans”
(Childress/Beauchamps: 101-102, 2009)
Sandel argumenta en contra de este atentado diciendo que, tampoco el hijo
decide sobre su genética, es decir, finalmente, estamos todos sujetos a la lotería
genética que no elegimos y que, por ello mismo, frente a la cual no podemos ser
autónomos ni libres (Sandel: 11).
Si bien es cierto que no elegimos nuestra
propia genética y que, por lo tanto argumentar un atentado contra la autonomía es
un argumento fantasma como fantasmagórica es nuestra libertad frente al destino
cromosómico, no es del todo desechable el argumento en cuanto a que algunos
padres deciden determinadas cualidades en sus hijos porque quieren que
sobresalgan en alguna actividad diseñándoles con ello el futuro cuando ni si
quiera han nacido.
Es decir, en efecto, no se atenta contra la autonomía del hijo al diseñarlo
genéticamente ya que ésta, en principio, ni si quiera existe aún sin el diseño, sin
embargo, sí se atenta contra ella cuando se desea que esas características
diseñadas por los padres orienten la vida de los hijos hacia determinadas
acciones que ellos han elegido con anticipación, así pues, no es la autonomía
frente al diseño genético lo que se argumenta sino ésta frente a lo que el diseño
genético conduce o podría conducir12.
12
Savulescu, en oposición, defiende que esto no es limitar, si quiera, las posibilidades latentes en
el entorno del sujeto genéticamente modificado pues, se ha comprobado que, en existen ciertos
patrones tanto físicos (altura, peso, color de piel) como psicológicos (ser una persona que controle
sus emociones) e incluso intelectuales (I.Q. superiores a la media, memoria superdotada, etc.) que
favorecen que una persona tenga éxito, por ello, lo que se intenta al buscar el diseño genético o
11
Un segundo argumento en contra de la ingeniería genética que también es
abordado por Sandel es el hecho de que ésta generaría una brecha entre ricos y
pobres dejando siempre a éstos en desventaja por no poder acceder a los costes
económicos que tendrían las tecnologías y el instrumental para la intervención 13.
De este argumento se desprende que la ingeniería genética en su vertiente
que apunta al cumplimiento de los deseos pudiera tener como consecuencia
graves actos de eugenesia. Se dividiría así a los que tienen acceso a las
tecnologías y los que no y éstos, a su vez, quedarían excluidos de los beneficios
de aquella entre los que se encuentra el curar enfermedades o alargar el tiempo
de vida; además, se generarían clases de sujetos, aquellos modificados
genéticamente y, por ende, superiores, y aquellos no modificados y, por
consiguiente, inferiores. Así incluso, se eliminarían a los sujetos que no fuesen
superiores por considerarlos no aptos para funcionar en un mundo con
estándares de perfeccionamiento provocando con ello una nueva eugenesia en
donde ya no es el estado el encargado de imponerlos cánones de perfección sino
cada individuo en su libre albedrío decidiendo sobre sí y sobre otros14.
Aunado a esto está el hecho desprendido del primer argumento a favor de
esta práctica pero que, en esta ocasión, se presenta desde su faz menos
bondadosa, a saber, que, siendo posible la detección de genes que conlleven
anomalías o desarrollen enfermedades desde la etapa embrionaria, se abriría la
posibilidad de que éstos embriones fueran abortados en caso de no poder corregir
bien el enhacement, es incrementar las posibilidades de que el sujeto tenga una vida mejor o más
favorable más no limitar sus opciones. Cfr. Savulescu. Op. Cit. P. 528.
13
Autores como John Rawls contra argumentan, por su parte, que teniendo como base un principio
de justicia distributiva buscada y promovida por los Estados, esta duda razonable en torno a la
ingeniería genética quedaría subsanada. Además, dice, conservar las habilidades favorables y
productivas y prevenir las graves e incapacitantes deviene el deber de una sociedad que aspira a
estándares más altos de justicia. Cfr. Rawls, John. A theory of justice. Cambridge: Harvard
University Press, 1971. P. 107. Savulescu apoya esta postura afirmando que este deber es
fundante para un estado liberal. Cfr. Savulescu. Op. Cit. P. 526.
14
Cabe mencionar que esta eugenesia se podría presentar tanto con los embriones que no se
consideren aptos (el mismo Sandel pone el ejemplo de clínicas de fertilización que únicamente
aceptan las células germinales de premios Nobel o bien de individuos con inteligencias superiores
a la media y características físicas deseables y agradables. Cfr. Sandel. Op. Cit. P. 112-113.) como
en individuos que, poco a poco, van quedando rezagados en el crisol social por no cumplir con
determinadas características físicas, emocionales, psicológicas o incluso intelectuales.
12
dicha anomalía; con ello, se incrementaría la tendencia a practicar eugenesia en
embriones considerados “imperfectos”.
Por lo anterior, no es realmente el problema el hecho de que se abra la
brecha entre ricos y pobres sino que se empiece a permear una nueva práctica
eugenésica que eliminaría sujetos según parámetros subjetivos y contingentes.
Un tercer y último argumento en contra de la ingeniería genética es que
pretende dominar la naturaleza humana y su misterio y, al hacerlo, olvida que la
ésta no es algo cerrado, definido y clausurado por completo sino que es un
proceso dinámico, abierto a nuevas realidades y al enriquecimiento personal y
comunitario y, por lo mismo, imperfecta y carente, siempre en búsqueda,
inacabada y, por ende, necesitada de actualización.
El argumento se podría plantear a manera de silogismo lógico en donde la
primer premisa sea que la naturaleza humana es perfectible, la segunda sea que
ésta, es decir la naturaleza, no puede reducirse a su componente biológico y/o
genético, luego entonces, la perfectibilidad de ésta tampoco puede reducirse a su
componente biológico y/o genético; así, pensar que se puede aspirar a la
perfección (Savulescu: 528-532) modificando el código genético de los individuos
es un error lógico.
VI. Conclusiones.
A lo largo de las páginas de este ensayo se han dado argumentos a favor y
argumentos en contra de la ingeniería genética; los segundos se han sustentado
en la hipótesis que quise sostener al principio: que la ingeniería genética se
fundamenta en la idea de que la naturaleza humana es algo reductible a su propia
biología y/o genética. A continuación mencionaré algunas conclusiones al
respecto:
PRIMERA: Si la naturaleza humana fuera algo cuantificable, medible
y por lo mismo, material como se presupone en algunas de las
posibilidades de la ingeniería genética, ésta se encontraría determinada y,
entonces cabría preguntar ¿qué sentido tendría si quiera el concebir la
13
posibilidad de intervenir sobre ella si, en última instancia, ni si quiera las
intervenciones serían definitivas pues dominaría en ella la ley de sí misma
inscrita en su estructura biológica?
Por lo anterior, la naturaleza humana no puede reducirse a su inserción en
la cadena evolutiva; hay algo más en el ser humano, en su esencia, algo
que se resiste a ser descifrado, calculado, dominado como lo han
pretendido las ciencias experimentales. Ese algo es lo que abre la
posibilidad para pensar en la ingeniería genética más como un medio que
como un fin.
SEGUNDA: Siempre será deseable que la ciencia avance pero no
siempre lo será que lo haga a costa de la vida humana, por ello, la
ingeniería genética amerita un repensamiento profundo tanto en sus
medios como en sus fines ya que, lo que hay detrás de ella, es el afán de
dominio y magistralidad del conocimiento humano en cuanto al cómo, es
decir, en cuanto al cómo mejorar, cómo paliar los límites de la enfermedad,
de la muerte, del sufrimiento, pero lo que ésta no resuelve es el por qué,
esto es, el por qué se debe mejorar. No ha habido, hasta el momento, un
argumento sólido que explique el por qué es bueno mejorar, paliar,
potenciar, simplemente se asume que esto debe ser sin cuestionar porqué
se cree que debe ser y, más aún, que debe ser así, es decir, ni se
cuestiona su finalidad ni se interpelan los estándares considerados como
parámetros de aquello a lo que la finalidad debe dirigirse.
TERCERA: Esta carencia de razones ha llevado a impulsar el deseo
siempre insatisfecho, la sed de ser más y de tener más: nuestra ansia es
tan ilimitada como ilimitadas son las opciones de aquello que somos pero
desearíamos
ser
y
precisamente
por
esta
ilimitada
sed
de
perfeccionamiento que siempre impulsará al ser humano, la ingeniería
genética se presenta como las alas de Ícaro que le permitieron volar pero
que su voracidad por alcanzar cielos cada vez mas altos sin darse cuenta
que sus alas estaban hechas de cera, le hizo acercarse al sol y en el calor
14
de éste sus alas se derritieron y el cayó en picada. No hay que olvidar que
emprender el vuelo es algo loable, perder de vista la limitante de nuestras
alas puede devenir en grandes catástrofes.
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771-773.
<http://www.nchi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC11242779>
consulta: 28 de abril del 2014]
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