Coordinador: Dr. Carlos Luis de Cuenca y Esteban Miembro de la Real Academia de Ciencias Veterinarias. Autores: Dr. Alex Bach Ariza Prof. Dr. José Luis Benedito Castellote Prof. Dr. Javier Cañón Ferreras Dra. M.ª Carmen Fuentes Álvarez Dr. Miguel Ángel Gómez Berzal Dr. José Luis Ruiz Castillo Dr. Antonio Velarde Calvo Solicitada Acreditación a la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid © INSTITUTO TOMÁS PASCUAL SANZ para la nutrición y la salud P.º de la Castellana, 178, 3.º Dcha. 28046 Madrid Tel.: 91 703 04 97. Fax: 91 350 92 18 [email protected] • www.institutotomaspascual.es © Real Academia de Ciencias Veterinarias de España. RACVE. Maestro Ripoll, 8. 28006 Madrid [email protected] • www.racve.es Coordinación editorial: Alberto Alcocer, 13, 1.º D. 28036 Madrid Tel.: 91 353 33 70. Fax: 91 353 33 73. [email protected] Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información, sin permiso escrito del titular del copyright. ISBN: 978-84-693-9023-8 Mejora genética del ganado bovino lechero . . . . . . . . . . . . . . Pág. 5 Prof. Dr. Javier Cañón Ferreras Servicio de Genética. Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense. Alimentación en vacuno lechero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 47 Dr. Miguel Ángel Gómez Berzal Veterinario. NUTEGA, S.L. Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero . . . . . . Pág. 81 Prof. Dr. José Luis Benedito Castellote Académico correspondiente de RACVE. Profesor titular de Patología Animal. Facultad de Veterinaria de Lugo. Universidad de Santiago de Compostela (USC). Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 107 Dr. José Luis Ruiz Castillo Veterinario Consultor. 4 Bienestar animal del vacuno lechero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 127 Dra. M.ª Carmen Fuentes Álvarez Subprograma de Bienestar Animal, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries), Girona. Dr. Alex Bach Ariza Subprograma de Rumiantes, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries), Barcelona. Dr. Antonio Velarde Calvo Subprograma de Bienestar Animal, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries), Girona. 5 Mejora genética del ganado bovino lechero Prof. Dr. Javier Cañón Ferreras Servicio de Genética. Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense. Introducción La mejora genética, junto con la sanidad, la alimentación y la reproducción, constituyen las herramientas básicas que han permitido el enorme progreso alcanzado en bovino lechero. No tiene mucho sentido tratar de señalar a alguna de estas herramientas como la pieza clave. Es evidente que todas se necesitan mutuamente; es impensable que una vaca que genéticamente puede producir 10.000 litros de leche pudiera ser alimentada con los conocimientos de hace 40 años, como es difícil pensar que una nutrición adecuada pueda hacer que una vaca produzca 10.000 litros cuando genéticamente sólo puede producir 5.000. Cualquier programa de mejora se estructura siguiendo una serie de pasos muy similares, y lo que cambia de una a otra especie es el contenido de cada una de esas etapas. De una forma simplificada, un programa de mejora requiere completar, y por el orden que se presentan, las siguientes etapas: 1) Definir el objetivo de mejora, es decir, decidir qué caracteres son los que hay que mejorar, debido a que contribuyen a los ingresos o a los gastos de la explotación; 2) Decidir qué caracteres hay que registrar y en qué animales, es decir, establecer el sistema de evaluación genética; 3) Desarrollar el criterio de selección, es decir, desarrollar índices de selección que combinen de forma óptima toda la información registrada en la etapa anterior; 4) Difusión de la mejora, esto es, organizar esquemas óptimos de difusión de la mejora mediante la utilización de las técnicas de reproducción asistida disponibles. Mejora genética del ganado bovino lechero Lo que haremos en esta presentación es ir desarrollando con más o menos profundidad cada una de las tres primeras etapas en el contexto del bovino lechero. Definición del objetivo de mejora u objetivo de selección Decía J. W. James, genetista de la escuela de Edimburgo y profesor en la Universidad de New South Wales (Australia), que la decisión más importante en cualquier programa de mejora es la elección del objetivo de selección. Un programa de selección muy eficiente para un objetivo erróneo puede ser mucho peor que la ausencia de un programa de selección, de tal forma que el progreso genético que se logre para ese objetivo erróneo puede dar lugar a un deterioro económico. Es posible que todos puedan estar de acuerdo en que el objetivo en bovino lechero es, en términos generales, lograr un incremento del beneficio del ganadero, y que lograr dicho incremento implica hacer más eficientes a los animales de su explotación manteniendo a un nivel adecuado su bienestar. La complejidad surge a la hora de definir los elementos que deben tenerse en cuenta para definir el beneficio del ganadero. Una forma sencilla de definir una función de beneficios es combinar linealmente las variables que representan ingresos y las que representan gastos. Así, por ejemplo, suponiendo que una explotación sólo recibiera ingresos por la venta de la leche y sólo se computaran como gastos los de alimentación del ganado, esta función de beneficios podría tener la siguiente forma: B=p.l–c.k [1] donde: p representa el precio del litro de leche que le pagan al ganadero, l representa los litros de leche que produce, c es el precio del kilogramo de alimento, y k son los kilogramos de alimento que se consumen en la explotación. La primera gran dificultad que surge para la definición del objetivo de selección es consecuencia de las diferencias en la estructura de ingresos y costes entre los ganaderos, y de la importancia relativa de las principales fuentes de ingresos y gastos, sobre todo cuando están bajo consideración ganaderos de muy diferentes regiones, incluso países. De forma muy general podemos decir que 6 Mejora genética del ganado bovino lechero entre las fuentes de ingresos de una explotación lechera, la más importante (80-90%) es la venta de leche (variable que incluye no sólo la cantidad de leche, también depende de la calidad, contenido en grasa, proteína y calidad higiosanitaria), representando la venta de terneros (5-9%) y de vacas de desecho (4-7%) el resto de ingresos relevantes de la explotación. Por otro lado, los principales costes variables son la alimentación (concentrados, 30-60%, y forrajes, 15-30%), gastos veterinarios y gastos en genética (reproducción y genética). La mayoría de las variables mencionadas en el punto anterior deberán de formar parte de la ecuación [1], a partir de la cual es posible tener una idea de la importancia económica relativa de cada una de ellas. Bastaría con responder a la siguiente pregunta: cuánto se modifica el beneficio si modificamos (incrementamos o reducimos) en una unidad un determinado carácter, manteniendo el resto de caracteres invariables. Este asunto, asignar la importancia relativa que en un programa de mejora deben tener los caracteres a mejorar, es la segunda gran complejidad. Veamos algunas de las razones de esta dificultad. En principio la función de beneficios puede ser definida de varias formas, a diferentes niveles (explotación, provincia, comunidad autónoma, país, etc.) y puede expresarse por litro de leche producida, por vaca o por explotación. Parece lógico que, independientemente de cómo se definiera el beneficio, la importancia relativa de un carácter en un programa de mejora no dependiera ni de la forma o nivel al que hemos definido el beneficio, ni de la unidad utilizada para definirlo. Veamos un ejemplo sencillo utilizando los elementos que aparecen en la ecuación [1]. En una situación de mercado en la que las producciones están sometidas a un sistema de cuotas, como todavía lo es el caso del bovino lechero, se podría pensar en que la mejor forma de definir el beneficio no es la que aparece en [1], sino el cociente entre gastos e ingresos: B= c.k p.l [2] Nuestro programa de selección pretende la mejora de dos caracteres: la cantidad de leche y el consumo de alimento. Lo que queremos es saber cuál es la importancia relativa que estos caracteres deberían tener en el objetivo de selección. Como hemos comentado anteriormente, la importancia económica relativa del carácter cantidad de leche (l) vendría dada por el incremento 7 Mejora genética del ganado bovino lechero que se obtiene en el beneficio (B) cuando aumentamos en una unidad (litro) la cantidad de leche producida, manteniendo constante el consumo de alimento. Esto se puede obtener derivando la función de beneficios con respecto a cada uno de los caracteres de interés. Si lo aplicamos a [1], tendríamos el siguiente resultado: ∂B ∂l ∂B ∂k =p =–c Por lo que el valor relativo de un carácter frente al otro sería: – p c Es decir, la importancia económica relativa sólo depende de los precios de la leche (p) y del alimento (c). Veamos ahora qué ocurre si en lugar de definir el beneficio como en [1], utilizamos la expresión [2]: ∂B ∂l = ∂B ∂f –c.k pl2 = c pl Por lo que el valor relativo de un carácter frente al otro sería: – k l Es decir, en este segundo caso, la importancia económica relativa de estos dos caracteres depende de la producción media de leche (l) y del consumo medio de alimento (k), y no de los precios de la leche o del alimento, como ocurría en el caso anterior. Como podemos ver, la importancia económica relativa que estos dos caracteres tendrían en el objetivo de selección cambia de manera significativa por el simple hecho de definir de una u otra forma la función de beneficios, es decir, por el simple hecho de modificar cómo es la relación entre ingresos y gastos. Lo que hemos pretendido indicar con este sencillo ejemplo es que la decisión sobre el peso relativo que un carácter debe tener en el objetivo de selección no es trivial y puede ser muy compleja y sometida a una gran controversia. Muchos expertos indican que bajo un sistema de cuotas, como el actual en 8 Mejora genética del ganado bovino lechero Europa, la importancia relativa del carácter sometido a la cuota sería más reducida que en aquellos lugares en los que este sistema de cuotas no rigiera. De esta forma, la dirección del programa de mejora no tendría por qué ser el mismo bajo esas diferentes circunstancias. Sin embargo, la tendencia genética hacia vacas con mayores producciones podría dar lugar a mayores beneficios, independientemente de la existencia o no de un sistema de cuotas, debido a que se reduce el impacto de determinados costes, incluido el de alimentación. Por otro lado, si la importancia económica relativa de la leche y sus componentes depende de los precios que paga la industria, es necesario tener en cuenta el coste extra de alimentación asociado con dichas producciones, porque podría darse la situación de que dicho coste supere el diferencial de precio pagado por la industria. Además, en la medida que la leche sea utilizada por la industria para producir derivados en mayor o menor proporción, variará la importancia relativa de los diferentes componentes de la leche. Así, una industria que venda fundamentalmente leche líquida no tendrá tanto interés en fomentar, a través de los sistemas de pago, los caracteres de composición, como grasa, proteína, sólidos totales, etc. No obstante, la elevada correlación genética entre cantidad de leche y cantidad de proteína o cantidad de grasa hace innecesaria la discriminación entre objetivos que fomenten producción lechera o producción de contenidos. Aunque durante las últimas décadas la cantidad de leche ha constituido el carácter más importante del objetivo de selección, hay, sin embargo, otros caracteres de interés en bovino lechero que se incluyen con cierta frecuencia en los programas de mejora de diversos países. Entre ellos, caracteres relacionados con la salud, fertilidad, facilidad de parto, velocidad de ordeño, temperamento o longevidad. Entre los caracteres relacionados con la salud del animal, el más importante por su impacto económico posiblemente sea la incidencia de mamitis (o una medida indirecta, el número de células somáticas), aunque también se incluyen en algunos países otro tipo de patologías como las relacionadas con enfermedades metabólicas (cetonemias, fiebre vitularia, etc.), retención placentaria, incidencia de quistes ováricos, desplazamiento de abomaso, neumonías, cojeras, etc. Caracteres como tasa de no retorno al celo, número de inseminaciones por gestación, intervalo entre el parto y nueva inseminación, intervalo entre partos, o el intervalo entre parto y nueva gestación (días abiertos), constituyen los más 9 Mejora genética del ganado bovino lechero relevantes relacionados con la aptitud reproductiva. La dificultad al parto es un carácter que puede tener un gran impacto económico debido al coste de atención y a la elevada probabilidad de pérdida del ternero y de su madre. Este carácter puede tener una cierta incidencia en novillas, y depende de la genética de la madre y también de la del ternero. El carácter velocidad de ordeño tiene un valor económico importante, sobre todo en determinados sistemas de ordeño en los que una única vaca con un ordeño significativamente más lento retrasa el ordeño de un número importante de vacas que se ordeñan simultáneamente. Este retraso supone un incremento en los costes de mano de obra. Relacionado con este carácter es el que se denomina temperamento, carácter al que resultaría difícil asignar un valor económico directo, pero que resulta de gran interés para las tareas que implican un elevado nivel de manejo, como son las actividades relacionadas con el ordeño. Finalmente, un carácter que aparece cada vez más frecuentemente en los objetivos de selección es la longevidad. Este carácter refleja la duración del periodo de vida de un animal o la capacidad de una vaca para permanecer en la explotación. La eliminación de una vaca de la explotación puede tener un carácter involuntario cuando se produce por causas que no dependen del ganadero, por ejemplo, un proceso patológico grave, o puede ser voluntaria cuando depende de decisiones del ganadero, por ejemplo, bajo nivel productivo. Las ventajas que puede representar la mejora de este carácter tienen que ver con la reducción de costes de reposición, el incremento de la proporción de vacas con lactaciones de mayor media productiva, y con la posibilidad de incrementar el número de animales que se eliminan voluntariamente, lo que, a su vez, dará lugar a un aumento de la media del rebaño y a un incremento de la tendencia genética de la explotación. A pesar de que indicamos al principio de esta sección que uno de los costes más importantes en el sistema de producción de bovino lechero es la alimentación, nada hemos comentado sobre caracteres relacionados con la eficiencia alimentaria, o la eficiencia para transformar alimentos en leche. La importancia económica de la alimentación es clara, aunque no lo es tanto el peso relativo que podría tener en un objetivo de selección ya que, entre otros factores, es muy dependiente del sistema de producción. Parece lógico pensar que la importancia relativa de la alimentación puede ser diferente en sistemas de producción en los que el pastoreo es un elemento importante frente a sistemas en 10 Mejora genética del ganado bovino lechero los que la estabulación es el elemento dominante. Por otro lado, parece que existe un gran consenso sobre la elevada correlación entre capacidad para producir leche y eficiencia para transformar la energía ingerida en leche. De hecho, las correlaciones genéticas entre cantidad de leche y eficiencia alimentaria o ingestión voluntaria superan el 80%. Esta elevada correlación genética supone, en la práctica, que una selección para aumentar la producción lechera provocará también un incremento indirecto de la eficiencia para transformar alimentos y de la capacidad para ingerirlos. Estas favorables correlaciones, junto con el elevado coste que supone el registro preciso e individual del alimento (concentrados y forraje) que ingieren los animales en producción, son los principales argumentos para justificar la no inclusión de estos caracteres en los objetivos de selección. Sin embargo, algunos economistas llaman la atención sobre el hecho de que aunque, por las razones expuestas en el párrafo anterior, no se registren caracteres de eficiencia alimentaria, sí sería de gran interés incorporar al mérito genético de un reproductor el coste de alimentación adicional necesario para producir los diferenciales de producción de grasa o proteína. Tabla 1. Efecto sobre el índice PD$ (predicted difference dollars) cuando se tiene en cuenta el coste del alimento necesario para producir la grasa y proteína de la leche. Semental Méritos genéticos PD$ Proteína Ingresos en relación al coste marginal de la energía (1) PD$ por unidad de coste marginal de la energía (2) Leche Grasa A + 468 + 10,9 + 12,2 100 89 8,9 B + 171 + 20,9 + 4,5 100 85 6,5 (1) Se define como los ingresos relativos al coste marginal de la energía necesaria para producir la grasa y proteína. Y se calcula mediante la forma: PD$ – [0,66 (mérito grasa) + 0,34 (mérito proteína)]. Se supone que el coste del alimento por kilogramo de grasa producida es 0,66 y por kilogramo de proteína 0,34. (2) Medida de la eficiencia en términos de PD$ por coste marginal de alimento, definido mediante la expresión: PD$/[40,66 (mérito grasa) + 0,34 (mérito proteína)]. En la tabla 1, los sementales A y B tienen un mérito genético global similar, en términos del índice sintético PD$. Sin embargo, si tenemos en cuenta el coste de la energía necesaria para producir la grasa y la proteína, el mérito de ambos animales puede cambiar al tener diferentes méritos genéticos para esos caracteres. Así, tanto en términos de ingresos relativos, como en términos de eficiencia, el semental A resulta superior al semental B. Es decir, el mero hecho 11 Mejora genética del ganado bovino lechero de tener en cuenta el coste marginal del alimento necesario para las producciones modifica la clasificación relativa de los reproductores. En España, en la raza Frisona, al objetivo de selección, la combinación lineal de los méritos genéticos considerados ponderados por su importancia relativa, se le denomina ICO y constituye el índice de mérito genético global oficial de CONAFE (http://www.conafe.com/documentacion/nuevo_ico09.htm). Como se puede observar en la imagen adjunta, en la nueva propuesta realizada en 2010 para el objetivo de selección, los caracteres morfológicos tienen un peso global del 35%, y el carácter individual con más peso es el de cantidad de proteína (32%). Esquema de evaluación genética Debemos entender por esquema de evaluación el conjunto de caracteres que se registran, en qué animales se miden y dónde están ubicados dichos animales. En el punto anterior hemos podido decidir qué variables inciden en el resultado económico de una explotación y cuál sería su importancia relativa dentro de un programa de selección. Sin embargo, en muchas ocasiones un carácter que tiene un gran impacto económico puede plantear problemas para ser registrado (difícil o costoso de medir) de manera habitual en muchos animales, registrarse tarde en la vida del animal, incluso después de su sacrificio, o puede que manifieste un reducido nivel de heredabilidad. Por ejemplo, la incidencia de mamitis representa un factor económico importante en bovino lechero, sin embargo, registrar de forma precisa esta patología no es tarea sencilla y, además, su heredabilidad es muy reducida. La alternativa que tenemos es registrar el número de células somáticas, carácter más sencillo de medir, con un valor de heredabilidad más alto, y con una elevada correlación 12 Mejora genética del ganado bovino lechero genética con susceptibilidad/resistencia a mamitis. Por lo tanto, nuestro interés es reducir la incidencia en mamitis, y es este carácter el que debe figurar en nuestro objetivo de selección, sin embargo, lo que nosotros registramos no es esta incidencia en mamitis, sino un carácter relacionado, como es el número de células somáticas. Es importante tener muy clara la diferencia entre lo que representa el objetivo de selección y la información que se registra en el esquema de evaluación. El progreso genético por unidad de tiempo (por año, por ejemplo) puede expresarse de forma sencilla mediante la siguiente fórmula: ∆G = i . rgg . σg [3] L En esta expresión [3], i se refiere a la intensidad de selección que estamos aplicando, rgg se refiere a la precisión con la que estimamos el mérito genético de un animal, medida en términos de correlación entre el mérito genético estimado y su verdadero mérito genético, σg es la variabilidad de los méritos genéticos, medida en términos de desviación típica, y L se refiere al intervalo entre generaciones, es decir, la edad que tiene un reproductor cuando decidimos quedarnos con un descendiente suyo para reproductor. De los términos que aparecen en la expresión que mide el progreso genético [3] nos interesa ahora comentar el término de la precisión (rgg ). De acuerdo con la expresión [3], cuanto mayor sea la precisión mayor será la ganancia genética esperada por año. La precisión con la que estimamos el mérito genético de un animal para un determinado carácter depende básicamente de la heredabilidad del carácter y de la cantidad de información disponible para estimar dicho mérito genético. Así, cuanto mayor sea la heredabilidad de un carácter, mayor precisión, y cuantos más registros dispongamos en el propio animal o en sus parientes, mayor precisión. La precisión también depende de cómo están distribuidos los registros de los parientes de dicho animal entre los diferentes niveles ambientales que consideremos, por ejemplo, de cómo están distribuidas las hijas con lactaciones controladas de un semental entre los diferentes rebaños del control lechero, así como de cuántas hijas de otros toros hay en esos mismos rebaños, lo que se conoce como hijas contemporáneas del toro objeto de análisis. Siempre es posible aproximar este término a su máximo valor, la unidad, todo lo que queramos, será cuestión sólo de registrar 13 Mejora genética del ganado bovino lechero las producciones de un mayor o menor número de parientes de dicho animal. Si la heredabilidad del carácter es baja, el número de parientes necesarios para aproximarse a 1 será más elevado que si la heredabilidad del carácter es muy elevada. En la tabla 2 adjunta aparecen los valores de la precisión rgg en función del número de hijas del semental y de la heredabilidad del carácter. Tabla 2. Precisión del mérito genético obtenido para un reproductor en función del valor de la heredabilidad del carácter y del número de hijos del reproductor. N.º de hijas 1 10 20 50 100 500 Valores de heredabilidad 0,1 0,2 0,4 0,6 0,9 0,16 0,45 0,58 0,75 0,85 0,96 0,22 0,59 0,72 0,85 0,92 0,98 0,32 0,73 0,83 0,92 0,96 0,99 0,39 0,80 0,88 0,95 0,97 0,99 0,47 0,86 0,92 0,97 0,98 1,00 Cuando la heredabilidad es muy baja (0,1), el beneficio de registrar lactaciones de muchas hijas es elevado, multiplicándose por 6 la precisión cuando pasamos de registrar una a 500 hijas. Sin embargo, cuando la heredabilidad es muy elevada (0,9), la precisión de registrar una hija o 500 tan sólo duplica su valor. Parece claro, por lo tanto, que el beneficio de registrar la producción de muchas hijas para conocer el mérito genético de su padre es más rentable cuando la heredabilidad es reducida que cuando es elevada. La decisión de cuál debe ser la precisión del mérito genético de un reproductor es importante porque va a condicionar el coste del programa de mejora e influir en las otras variables de la expresión [3]. Supongamos que deseamos poner en marcha un programa de selección para el carácter "litro de leche" con una heredabilidad de 0,20, que el dinero disponible para control lechero es fijo y permite mantener en control a 10.000 vacas para probar nuevos sementales, y que necesitamos poner en funcionamiento todos los años cinco nuevos toros. Podemos plantear diferentes estrategias que combinen, en primer lugar, las variables que aparecen en la expresión [3]. Una posibilidad es probar 100 toros, cada uno de los cuales podrá ser juzgado por la producción 14 Mejora genética del ganado bovino lechero de 100 hijas, en total 10.000 vacas en control. Elegir los cinco mejores sementales de 100 corresponde con un valor de intensidad de selección (i) de 2,064, y, como puede observarse en la tabla anterior, la precisión obtenida sería de 0,92. Aplicando la expresión [3] nos daría como resultado un progreso genético por generación de 1,899 unidades de desviación típica genética (una unidad de desviación típica genética puede equivaler a 500 litros). Una alternativa es probar muchos más toros, cada uno de ellos con un número inferior de hijas, por ejemplo, 500 toros, cada uno con las producciones de 20 hijas. En este caso la intensidad de selección será mayor al seleccionar el mejor 1%, lo que nos daría una intensidad de selección de 2,665, valor que, multiplicado por la precisión que aparece en la tabla 2, indicaría un progreso genético en unidades de desviación típica genética de 1,919. Parece que esta segunda estrategia logra un mayor progreso genético en el supuesto planteado, pero para saber si es el más razonable en términos económicos habría que tener en cuenta otros factores adicionales, entre ellos los dos más importantes dependerían del coste de mantenimiento de los sementales en prueba (en el segundo caso hay que mantener 500 sementales, en lugar de 100) y del grado de difusión del diferencial genético logrado en los sementales seleccionados, ya que no es lo mismo que el diferencial genético afecte a unos pocos cientos de vacas, a que sean miles las vacas afectadas por ese diferencial genético. Para resumir, suponiendo un precio por litro de leche de 0,37 €, un intervalo entre generaciones de 5 años, que el diferencial genético de los sementales se transmitiera por completo a sus hijas y que éstas fueran 50.000, la segunda estrategia daría lugar a un ingreso anual de unos 36.850 € más que la primera estrategia, es decir, que si el coste de mantenimiento anual de esos 400 toros adicionales respecto a la primera estrategia supera esa cantidad, resultará más rentable valorar un menor número de sementales. Con estos ejemplos tratamos de llamar la atención sobre los elementos o variables a considerar cuando se plantean decisiones sobre esquemas de evaluación. Decíamos más arriba que la elección de los caracteres a registrar depende no sólo del coste que esta operación implica, también de la precisión que sobre el mérito genético de los animales nos proporciona dicho registro, es decir, de la heredabilidad de los caracteres y de las correlaciones genéticas entre éstos. En la tabla 3 se presentan rangos en los que dichos parámetros se mueven para los caracteres más importantes en bovino lechero. 15 Mejora genética del ganado bovino lechero Tabla 3. Heredabilidades (1) (en la diagonal) y correlaciones genéticas para los caracteres de producción lechera. Leche Leche Grasa Proteína Lactosa % Grasa % Proteína 0,25-0,35 0,85 0,90 0,95 – 0,27 – 0,30 0,25-0,35 0,87 0,67 0,26 – 0,11 0,25-0,35 0,81 – 0,15 – 0,10 0,20-0,30 – 0,36 – 0,29 Grasa Proteína Lactosa % Grasa % Proteína 0,30-0,45 0,55 0,35-0,50 (1) Los valores son promedios de valores que se encuentran en la bibliografía, por lo que es posible encontrar estimaciones fuera de los rangos que aparecen en esta tabla. Finalmente, hasta la actualidad, el esquema tradicional de evaluación genética en bovino lechero se basa en el registro de todos o una mayoría de los caracteres que aparecen en la tabla anterior en vacas sometidas a control lechero en explotación, hijas de los toros a ser probados. Por lo tanto, la decisión de selección de mayor impacto en bovino lechero se establece sobre la base de la información que proporciona la descendencia; es un ejemplo típico de valoración por descendencia. Sin embargo, no debemos olvidar que, siendo esta etapa de selección la de mayor trascendencia, no es la única en la que se toman decisiones de selección. Todos los años nacen miles de machos, pero sólo unos pocos pasan a ser probados por selección. El filtro se establece con la información que proporcionan los padres de los toros, es decir, sólo aquellos padres (toros y vacas) con los méritos genéticos más elevados podrán dar lugar a toros elegibles para ser probados por descendencia. Por lo tanto, en esta primera etapa de selección, la información es proporcionada por los padres, se trata pues de un esquema de evaluación basado en ascendentes, esto es, en la información que proporcionan los padres del candidato. En la expresión [3] hay otra variable a tener en cuenta para la toma de decisiones sobre el esquema de evaluación, es el denominador de la expresión, L, el denominado intervalo entre generaciones. El progreso genético, en términos económicos, debe ser expresado por unidad de tiempo, por ejemplo, por año. Un esquema de evaluación basado en descendientes garantiza precisiones elevadas, es decir, valores elevados en el numerador de la expresión [3], pero esta 16 Mejora genética del ganado bovino lechero decisión tiene también implicaciones sobre el denominador, el intervalo entre generación que, por lo general, será elevado si decidimos utilizar a los descendientes para evaluar a sus padres. Si suponemos que un toro empieza a producir semen y ser utilizado a los 12 meses, 9 meses después nacerán las hijas del toro, y cuando éstas tengan 25 meses comenzarán la primera lactación, que se completará 10 meses después. Por lo tanto, el toro tendrá aproximadamente 5 años cuando se pueda tomar la decisión sobre su calidad genética, siendo estos 5 años el mínimo de duración del intervalo entre generaciones. En la práctica, la transmisión genética de una generación a otra se produce por cuatro vías: toro-toro, toro-vaca, vaca-toro, vaca-vaca. El resultado global del programa de mejora será el que se obtenga de sumar los resultados parciales de cada una de estas vías, según la expresión siguiente: ∆GT = ∆GT - T + ∆GT - V + ∆GV - T + ∆GV - V LT - T + LT - V + LV - T + LV - V En la tabla 4 figuran valores medios en un programa de selección tradicional de bovino lechero de los intervalos entre generaciones (L), intensidades de selección (i) y precisiones (rgg), así como el progreso genético por generación de selección (∆G) y anual (∆G/L) global y para cada una de las cuatro vías de transmisión genética. Tabla 4. Progreso genético obtenido para cada una de las cuatro vías de transmisión genética. Vía de transmisión genética Intervalo entre generaciones en años (L) Intensidad de selección (i) Precisión (rgg) Progreso genético (∆G = i . rgg) Progreso genético (∆G/L) Toro-toro (padres de toros) 6,5 2,06 0,99 2,04 0,31 Toro-vaca (padres de vacas) 6 1,40 0,75 1,05 0,18 Vaca-toro (madres de toros) 4 2,42 0,60 1,45 0,36 Vaca-vaca (madres de vacas) 4,25 0,27 0,50 0,14 0,03 4,68 0,23 Global 20,75 17 Mejora genética del ganado bovino lechero Como podemos observar en esta tabla, la vía que mayor progreso genético proporciona por generación es la de la elección de los sementales padres de toros (2,04). Sin embargo, es importante llamar la atención sobre el hecho de que cuando hacemos el cálculo del progreso genético anual, la vía vaca-toro supera a la vía toro-toro. La razón es evidente, aunque en la vía vaca-toro el progreso genético por generación es más reducido (1,45 vs. 2,04), debido exclusivamente a la menor precisión en el conocimiento del mérito genético de las vacas madres de toros que el de los toros padres de toros, el menor intervalo entre generaciones de esta vía frente a la de toro-toro (4 años vs. 6,5 años) permite progresos genéticos más rápidos. Los resultados que aparecen en la tabla 4 están expresados en unidades de desviación típica genética, por lo que para obtener la ganancia genética esperada para un carácter concreto debemos multiplicar los valores que aparecen en las dos últimas columnas de dicha tabla por el valor de la desviación típica genética. Por ejemplo, para los kilogramos de leche producida por lactación normalizada a 305 días, esta desviación típica genética podría tener un valor entre 200 y 300 kg, por lo que el progreso global anual esperado de la tabla 4 sería: 0,23 x 300 = 69 kg de leche. Esquema de evaluación basado en la descendencia Un elemento peculiar en bovino lechero sobre el que queremos llamar la atención es el hecho de que nuestro deseo es conocer el mérito genético de los toros para caracteres que no se expresan en los machos, ya que en el caso del bovino lechero la información económica de interés está exclusivamente relacionada con las hembras, por lo que los animales en los que se registrará la información relevante se refiere obviamente a las vacas ubicadas en las explotaciones que participan en el control lechero. Por lo tanto, para conocer el mérito genético de un semental, del que no tenemos información registrada de ningún carácter productivo, necesitaremos disponer de información registrada en parientes hembras de dicho semental. Se plantea, por lo tanto, la necesidad de tomar decisiones sobre qué tipo de pariente, madre, hermana, hija, es preciso utilizar y en qué número. Este tipo de decisiones están condicionadas, entre otros factores, por el valor de algunos parámetros genéticos de los caracteres a registrar, y la decisión que se tome será la que maximice el progreso genético esperado, como se muestra en [3]. Como la heredabilidad de la mayoría de 18 Mejora genética del ganado bovino lechero los caracteres productivos tiene unos valores relativamente bajos, la información que proporciona uno o unos pocos parientes próximos (por ejemplo, la madre o algunas medio hermanas) sobre el mérito genético de un semental puede que no tenga una elevada precisión. Sin embargo, es relativamente sencillo, mediante la utilización de inseminación artificial, obtener un elevado número de hijas de un semental cuya información sí proporcionará un valor genético del semental con elevada precisión (como puede verse en la tabla anterior). La base del esquema de descendencia es la comparación entre las producciones de las hijas de los toros en prueba con las hijas de otros toros que están produciendo en el mismo rebaño, año y época. Estas producciones, convenientemente promediadas entre todas las explotaciones, años y épocas, son utilizadas para la predicción del mérito genético de los toros en prueba. Hay una serie de características que se pueden considerar comunes en la mayoría de los países que tienen establecidos estos esquemas. En este esquema tradicional de bovino lechero, en el que la estrategia central es la valoración por descendencia, es decir, lo que habitualmente se llama un esquema basado en la prueba de progenie (progeny testing scheme, como habitualmente se denomina en inglés), podríamos señalar dos puntos débiles, que podrían ser paliados, al menos en parte, mediante esquemas alternativos. Los puntos, digamos, menos favorables son, por un lado, el elevado intervalo entre generaciones en la vía del toro, consecuencia de la prueba de la descendencia; por otro, la reducida precisión que se obtiene en la vía materna. Para paliar, parcialmente, el primer problema podríamos seleccionar los toros sobre la información proporcionada por otro tipo de parientes, por ejemplo, hermanas o medio hermanas, cuyas producciones pueden estar disponibles antes que las de las hijas del semental. La forma de paliar, en parte, el segundo problema consistiría en aumentar en un tiempo razonable el número de parientes de las vacas, por ejemplo, como en el caso anterior, utilizando información de hermanas o medio hermanas. Por lo tanto, la cuestión importante es, de qué manera sería posible disponer de un número de hermanas o medio hermanas elevado para que su información pueda proporcionar valoraciones genéticas precisas tanto de hermanos machos como de hermanas hembras. La respuesta obvia es la utilización de las técnicas de transferencia de embriones. El desarrollo de estas técnicas de reproducción asistida permitió el de los denominados esquemas MOET (del inglés, multiple ovulation and embryo transfer), basados precisamente en esas técnicas reproductivas. 19 Mejora genética del ganado bovino lechero El origen de estos diseños MOET hay que buscarlo en los denominados esquemas de núcleos de mejora (en inglés, nucleus breeding schemes) que surgieron antes de la extensión de los programas basados en pruebas de progenie. Básicamente se trataba de la utilización de equivalentes a los conocidos como centros estaciones de "testaje" o de valoración de rendimientos, de forma que permitían la comparación entre las producciones de los animales sometidos a unas mismas condiciones ambientales. Una alternativa fue la creación de un gran rebaño "virtual", constituido por varios núcleos, en los que se registraban las producciones de las hijas de los toros jóvenes en prueba. Estos esquemas de evaluación tienen una serie de ventajas, entre ellas: 1) facilidad y rapidez en la toma de decisiones sobre los objetivos, caracteres a registrar y precisión de las medidas; 2) se elimina el riesgo que significa el tratamiento preferencial; 3) posibilidades de registrar un mayor número de caracteres, y caracteres más difíciles de medir, por ejemplo, patologías o, en general, caracteres relacionados con la salud; 4) costes más reducidos; 5) la reducción de la variabilidad ambiental incrementa la heredabilidad de los caracteres y la precisión de los méritos genéticos, lo cual incide en el incremento de la eficiencia del programa de selección. Sobre la base de estos esquemas surgen los programas MOET, basados en las posibilidades que ofrecen las técnicas de reproducción asistida para la transferencia de embriones. De esta forma, aquellas vacas élite, de mayor mérito genético, se pueden constituir en hembras donantes de embriones y proporcionar un mayor número de descendientes. La posibilidad de garantizar un elevado número de descendientes por vaca mejora una de las causas importantes de ineficiencia en los esquemas tradicionales de valoración por descendencia, relacionado con bajos niveles de gestación, y, como consecuencia, el elevado número de vacas que deben ser inseminadas para producir las hijas con controles lecheros finalizados necesarias para obtener una determinada precisión en la valoración genética de sus padres. Este fenómeno afecta fundamentalmente a la intensidad de selección de la vía vaca-toro. En los años 80 del siglo anterior, se proponen esquemas MOET como alternativa a los tradicionales basados en pruebas de descendencia. Estos esquemas se basan en la generación de familias de hermanos completos cuya información será utilizada tanto para seleccionar toros jóvenes como futuras donantes de embriones. En estos esquemas, los toros son seleccionados con la información que proporcionan sus hermanas, en lugar de utilizar la que proporcionan 20 Mejora genética del ganado bovino lechero sus hijas, como ocurre en los tradicionales basados en prueba de progenie. La ventaja es evidente en términos de intervalo entre generaciones si tenemos en cuenta que las hermanas de un toro van a completar su primera lactación mucho antes que las hijas de ese toro. Sin embargo, el resultado final del programa de selección deberá tener en cuenta no sólo la reducción del intervalo entre generaciones (el denominador en la ecuación [3]), también debe contabilizar qué ocurre con la precisión (numerador en la ecuación [3]), que suele ser más reducida en los esquemas MOET, debido a que el número disponible de hermanas suele ser inferior al disponible de hijas. Podemos esquematizar dos tipos de programas MOET en función del tipo de información que utilicemos para seleccionar a las futuras donantes de embriones. En el denominado esquema MOET joven, la selección de las donantes de embriones se basa exclusivamente en la información de los ancestros (padres), mientras que en los denominados MOET adulto, la selección se basa en la información conjunta de una lactación de la propia candidata y la proporcionada por el resto de parientes (por ejemplo, hermanas o medio hermanas). En estos esquemas MOET, joven y adulto, el intervalo medio entre generaciones está alrededor de 1,8 y 3,7 años, respectivamente, muy inferior a los algo más de 6 años que se obtiene para este intervalo en los programas de pruebas de progenie tradicionales. Los principios básicos que subyacen en estos esquemas de núcleos de mejora, constituidos por un reducido número de explotaciones, en los que las técnicas de reproducción asistida pueden ser aplicadas de forma masiva y muy eficientemente, es muy posible que constituyan los elementos más valiosos para la puesta en funcionamiento de nuevas estrategias de selección basadas en la información que proporciona directamente el genoma de un animal a través del genotipo de miles de genes del que es portador, lo que se empieza a conocer como selección genómica, que veremos más adelante. En la actualidad, los esquemas MOET se encuentran integrados, como una herramienta más, dentro de los programas basados en la descendencia, por lo que no deben ser considerados como alternativa a dichos programas, sino como un complemento que mejora algunos de los aspectos relacionados con las variables de la ecuación [3]. Dos ventajas que pueden proporcionar los núcleos MOET integrados en los esquemas de progenie. La primera es que los núcleos MOET permiten dispo- 21 Mejora genética del ganado bovino lechero ner de una información más precisa sobre las madres de futuros sementales de lo que lo hace el esquema tradicional. Dos son las razones fundamentales para que esto sea así: 1) menor posibilidad de tratamiento preferencial; 2) mayor número de parientes próximos, hermanas y medio hermanas. La segunda ventaja de los núcleos MOET es que constituyen una buena fuente de toros jóvenes para su valoración por descendencia al disponer de mayor información sobre dichos toros, que es proporcionada por el grupo de hermanas o medio hermanas al que pertenecen. El control lechero Los esquemas tradicionales de prueba de la descendencia en bovino lechero se basan en programas nacionales de control lechero. Las características de estos programas de control están cada vez más estandarizadas entre los diferentes países, encargándose de desarrollar los procedimientos y normas el ICAR (International Committee for Animal Recording) (www.icar.org) o Comité Internacional para el Control del Rendimiento Animal, que establece los procedimientos normalizados internacionales sobre comprobación de rendimientos de las especies ganaderas (http://www.icar.org/Documents/Rules%20and %20regulations/Guidelines/Guidelines_2009.pdf). Mediante el control lechero se registran los caracteres más relevantes que posteriormente son utilizados para la obtención de los méritos genéticos de los animales implicados en la selección. La recogida de información se basa en la visita mensual a cada explotación adscrita al programa de un controlador, el cual registrará la leche producida en los dos (a veces tres, a veces un único control, que se alternan en las sucesivas visitas entre el control de tarde y el control de mañana) ordeños diarios de las vacas incluidas en el programa de selección. El controlador se encarga también de la toma de muestras para los análisis de composición y calidad de la leche, grasa, proteína y células somáticas. Aunque lo habitual para valorar los méritos genéticos de los reproductores ha sido la utilización de la información de una lactación completa, entendida como aquella que se obtiene utilizando los resultados de los controles mensuales (aproximadamente, 305 días en lactación que equivalen a 10 controles mensuales) durante un tiempo fijo [lactación normalizada (1)], con cierta fre(1) La lactación normalizada es aquella que se calcula sobre una duración o longitud estándar; por ejemplo, en bovino lechero es habitual la duración estándar de 305 días. Sin embargo, la lactación natural se entiende que es la cantidad de leche (grasa o proteína) producida a lo largo de la lactación, independientemente de su duración. Si la duración de la lactación es inferior a 305 días coincidirán ambas producciones. 22 Mejora genética del ganado bovino lechero cuencia la información de lactaciones más cortas han sido aprovechadas para obtener valoraciones genéticas. Por otro lado, vacas con elevadas producciones difícilmente pueden dar lugar a intervalos entre partos de 365 días, y parece ser que, en determinados ambientes, puede ser más eficiente desde un punto de vista biológico y económico, en estos casos, alargar la lactación. Una alternativa para obtener el mérito genético de una vaca puede ser utilizar todos los controles individuales que se han obtenido para esa vaca, habitualmente entre ocho y nueve, y como las congelaciones genéticas entre los caracteres de producción entre sucesivos controles son muy elevadas, es posible la utilización de un reducido número de controles para predecir el mérito genético. La utilización de controles individuales ha favorecido la práctica de la extensión de las lactaciones a partir de los primeros controles lecheros para predecir la producción total y obtener así una valoración genética "precoz", con el beneficio de una importante reducción en el intervalo entre generaciones. Para obtener la cantidad de leche, grasa o proteína natural o estandarizada por lactación se utiliza el método Fleischmann, que se basa en el cálculo de la siguiente expresión: producción = Σ (pi + pi+1) 2 n.º controles x (di + 1 – di) siendo: pi la producción (de kilogramos de leche, grasa o proteína) en el control número i, donde i va de 0 (parto) a n (secado); di son los días que la vaca lleva en lactación cuando se le realiza el control número i. En la tabla 5 figuran los resultados del control lechero en España durante el año 2008. Tabla 5. Resultados del control de rendimiento lechero del periodo enerodiciembre de 2008 (año natural). N.° de Edad lactaciones (meses) Días Lactación natural kg kg Leche Grasa Lactación ajustada a 305 días kg % % Rend. kg kg kg % % Prot. Grasa Prot. diario Leche Grasa Prot. Grasa Prot. 1.ª 108.716 26 376 10.074 369 326 3,67 3,24 26,83 8.368 301 265 3,61 3,18 2.ª y sucesivas 239.857 60 366 10.840 400 346 3,7 3,2 29,61 9.435 344 296 3,65 3,14 Todas 348.573 49 369 10.601 390 340 3,68 3,21 28,73 9.102 330 286 3,63 3,15 Datos obtenidos en http://www.conafe.com/clechero/rendimientos.htm 23 Mejora genética del ganado bovino lechero Calificación morfológica El registro de caracteres de conformación o de tipo ha sido una de las características tradicionales en bovino lechero, y no exento de cierta polémica. En primer lugar, hasta la implantación del actual sistema de calificación lineal, los caracteres que se registraban adolecían de una serie de problemas que difícilmente justificaban su utilización en programas de mejora. Se trataba de caracteres con una fuerte componente subjetiva, muy poco repetibles y con reducida o nula correlación genética con los caracteres de interés económico. Por otro lado, era conceptualmente difícil entender cómo estos caracteres podían incluirse en un objetivo de selección cuando era complicado entender cuál era su contribución económica. Es cierto que cuando una parte de la actividad económica de una ganadería se basa en la venta de reproductores, y esa venta depende, en gran medida, de la morfología, estos caracteres tendrían una contribución económica en la función de beneficios de esas explotaciones. Sin embargo, parece evidente que la mayoría de las explotaciones que tienen vacas de aptitud lechera tiene como objetivo obtener beneficios de la venta de lo que sus animales producen y no de la venta de reproductores. Actualmente, la valoración morfológica se basa en un método de evaluación lineal, en España, vigente desde 1984 y que registra información de 21 características o rasgos (tabla 6). Tabla 6. Caracteres descriptivos que se evalúan en cada animal en una escala del 1 al 9, valores que representan los extremos biológicos de cada uno de los caracteres. Rasgos descriptivos Estatura Tercio anterior Pecho Lomo Profundidad corporal Anchura de grupa Ángulo de la grupa Ángulo podal Calidad del hueso Vista lateral patas Vista posterior patas Movilidad de patas Textura de la ubre Inserción anterior Altura inserción posterior Anchura inserción posterior Ligamento suspensor medio Profundidad de la ubre Colocación pezones anteriores y posteriores Longitud pezones anteriores Angulosidad Condición corporal En negrita los caracteres que más aportarían a la economía de una explotación. 24 Mejora genética del ganado bovino lechero Aunque es cierto que para una mayoría de los caracteres incluidos en el sistema actual de evaluación lineal las puntuaciones siguen teniendo una componente de subjetividad, al estar basados en una apreciación visual, los resultados que se obtienen son más repetibles, los caracteres tienen heredabilidades más elevadas, y existen correlaciones genéticas significativas (tabla 7) entre algunos de los caracteres lineales de tipo y caracteres de importancia económica (longevidad, resistencia a enfermedades, producción lechera, etc.). Tabla 7. Correlaciones genéticas entre algunos de los caracteres de tipo y caracteres productivos de interés económico. Longevidad Estatura Profundidad corporal Anchura de grupa Ángulo de la grupa Ángulo podal Vista lateral patas Inserción anterior Ligamento suspensor medio Profundidad de la ubre Colocación pezones anteriores y posteriores Longitud pezones anteriores Angulosidad 0,00 – 0,03 – 0,11 0,03 0,09 – 0,05 0,06 0,02 0,14 0,00 – 0,19 0,13 Producción Producción lechera proteína 0,22 0,24 0,00 – 0,11 0,02 0,07 – 0,29 0,10 – 0,48 0,38 0,18 0,44 0,25 0,24 0,00 – 0,11 0,07 0,07 – 0,28 0,15 – 0,44 0,36 0,17 0,43 La heredabilidad de estos caracteres varía de forma significativa, siendo relativamente reducida para caracteres como vista lateral o vista posterior de patas, ángulo podal (0,10-0,15), y relativamente elevada en Caracteres reproductivos En la mayoría de los programas nacionales de control lechero se registran datos relativos a las inseminaciones realizadas, a partir de los cuales se puede obtener información sobre caracteres reproductivos de interés en bovino lechero. La intensa selección artificial para caracteres de producción a que se han visto sometidas algunas de las razas bovinas de aptitud lechera ha tenido como consecuencia una depresión de aquellos caracteres relacionados con la efica- 25 Mejora genética del ganado bovino lechero cia biológica, entre los que se encuentran un buen número de caracteres reproductivos. Esta depresión es consecuencia de dos fenómenos que se solapan en cierto modo. Por un lado, es sabido que cuando la selección artificial para algún carácter productivo avanza, la eficacia biológica se reduce, y con ella se reduce la media de todos los caracteres correlacionados con dicha eficacia biológica, entre los que se encuentran de forma destacada muchos de los caracteres reproductivos. Por otro lado, las intensas presiones de selección son posibles gracias a la posibilidad que ofrecen las técnicas de reproducción asistida en bovino lechero de utilizar un reducido número de reproductores, lo cual da lugar a una drástica reducción de los censos efectivos (2) bajos de la población y, como consecuencia, a incrementos en los niveles de endogamia (3). Es bien conocido el fenómeno de la depresión endogámica o depresión consanguínea, que afecta fundamentalmente a los caracteres reproductivos, aunque también pueden verse afectados de forma significativa algunos caracteres productivos, como la producción lechera o la de grasa. Han sido, en gran medida, estos fenómenos de reducción de censos efectivos e incremento en endogamia los que recientemente han fomentado estrategias de cruzamiento entre razas de aptitud lechera con el fin de incrementar la media de los caracteres relacionados con la aptitud reproductiva a través del denominado vigor híbrido, efecto este de signo contrario al de la depresión endogámica. Aunque está por ver si este "renacimiento" del cruzamiento se prolonga en el tiempo, en qué condiciones y bajo qué sistemas de producción, conviene recordar que el efecto de la heterosis es completo en la F l, pero se reduce a la mitad en una F2. Como puede verse en la tabla 8, las heredabilidades de los caracteres reproductivos que comúnmente se registran en los programas de evaluación de reproductores son generalmente muy reducidas, lo que dificulta su selección directa. (2) El censo efectivo de una población (Ne) puede definirse como el censo de una población que, si mantuviera una estructura reproductiva óptima, expresaría los niveles de variabilidad genética encontrados, o como el número de animales que darían lugar al incremento en endogamia observado si su contribución a la generación siguiente fuera idéntica. Cuando se tiene conocimiento de la estructura reproductiva de la población es posible aproximar el cálculo del censo efectivo a partir del censo real de reproductores, así, por ejemplo, cuando el número de reproductores machos (Nm) y hembras (Nh) es diferente, el censo efectivo se puede aproximar mediante la expresión: 4NmNh Así, por ejemplo, si suponemos una población con un millón de vacas y un único semental el censo Nm + Nh efectivo aproximado de esa población será cuatro. (3) Recordemos que existe una relación entre censo efectivo (Ne) e incremento en consanguinidad (∆F) a través de la expresión: ∆F = I/(2Ne). Por lo tanto, en el ejemplo anterior, de un censo efectivo de cuatro, esperamos que en cada generación la endogamia aumente en la cantidad de 1/8, es decir, 12,5%, lo que equivale a la endogamia a que daría lugar el apareamiento entre medio hermanos. 26 Mejora genética del ganado bovino lechero Tabla 8. Heredabilidades de algunos de los caracteres reproductivos que habitualmente se registran en bovino lechero. Carácter N.° de inseminaciones por gestación Días hasta primera inseminación Días abiertos Intervalo entre partos Dificultad al parto (1) Mortalidad perinatal (1) Heredabilidad 0,01-0,03 0,01-0,03 0,01-0,03 0,03 0,03-0,20 0,01-0,05 (1) La heredabilidad de estos caracteres es un poco más elevada cuando se mide en la escala continua subyacente. Caracteres relacionados con la salud Utilizando los mismos argumentos que en el apartado anterior, podemos pensar que la presión de selección ejercida sobre determinados caracteres productivos puede dar lugar a un aumento considerable en la frecuencia de aparición de algunos procesos patológicos. Por ejemplo, es posible pensar que animales con elevadas producciones lecheras sean más susceptibles de padecer problemas de mamitis u otros relacionados con el metabolismo de la leche. Los países escandinavos comenzaron a principio de los años 70 del siglo anterior un registro sistemático de incidencias de procesos patológicos en un conjunto importante de los animales sometidos a control lechero. El conjunto de caracteres patológicos se pueden agrupar en cinco categorías: reproductivos, mamarios, digestivos, locomotores y respiratorios. En general, presentan heredabilidades reducidas (ver promedios en tabla 9) y correlaciones genéticas importantes con caracteres productivos (tablas 10 y 11). Tabla 9. Valores promedio de heredabilidades para grupos de caracteres relacionados con la salud. Grupo de caracteres Reproductivos Mamarios Digestivos Locomotores Respiratorios Heredabilidad 0,02 0,07 0,17 0,08 0,01 27 Mejora genética del ganado bovino lechero Tabla 10. Correlaciones genéticas entre grupos de caracteres relacionados con la salud y los caracteres productivos de cantidad de leche y cantidad de grasa. Grupo de caracteres Correlación genética Producción lechera Reproductivos mamarios Digestivos Locomotores Respiratorios Producción de grasa – 0,27 0,44 0,48 0,02 0,25 – 0,06 0,45 – 0,39 Tabla 11. Correlaciones genéticas entre algunas de las patologías más importantes y la cantidad de leche y grasa producida por animal adulto. Carácter Correlación Producción lechera Abortos Quistes ováricos Retención placentaria Mamitis Fiebre vitularia Cetonemia Desplazamiento de abomaso Patologías extremidades Patologías pezuña Neumonía – 0,33 – 0,01 – 0,43 0,18 0,33 0,26 – 0,15 0,32 0,31 – 0,21 Producción de grasa – 0,40 0,24 – 0,57 0,00 – 0,01 – 0,14 – 0,28 0,21 0,27 – 0,08 Los valores de correlación positiva indican que una selección para leche o grasa incrementa la frecuencia de la patología, mientras que una correlación negativa indica lo contrario, un incremento en la producción reduce la frecuencia de la patología. Una de las patologías de mayor trascendencia es la mamitis que, sin embargo, resulta difícil de manejar desde el punto de vista de selección, debido, primero, a su reducida heredabilidad, y segundo, por la dificultad de registrar con precisión. Aunque se propusieron medidas directas como el registro de la inflamación de la ubre o la presencia del síntoma clínico, por ejemplo, el número de tratamientos realizados por lactación, ha sido una medida indirecta la que más éxito ha tenido, el número de células somáticas en la leche. Esta varia- 28 Mejora genética del ganado bovino lechero ble permite detectar tanto mamitis clínicas como subclínicas al verse aumentado su número de forma significativa al aparecer dichos fenómenos inflamatorios. Por otro lado, el número de células somáticas tiene una heredabilidad superior (0,10-0,12) y una elevada correlación genética con diferentes medidas de mamitis (0,40-0,80). La selección directa para la reducción del número de células somáticas tiene como consecuencia una reducción de la incidencia de la mamitis. Otros caracteres de interés Algunos caracteres de comportamiento influyen en la facilidad del manejo en las tareas que más mano de obra demandan en este tipo de producción, por ejemplo, un buen temperamento y facilidad de ordeño pueden ejercer una influencia importante en el manejo del rebaño durante las tareas de ordeño. Aunque la forma de seleccionar a favor de estos caracteres se ha limitado durante mucho tiempo a una eliminación de los animales con peor comportamiento, desde hace años se están incorporando en los esquemas de control lechero el registro de información sobre la facilidad o velocidad de ordeño para ser utilizados en la elaboración de un criterio de selección que permita su mejora. Este tipo de caracteres tienen valores de heredabilidad bajo-medio (0,10-0,20). El sistema más habitual de registro es la puntuación en una escala categórica de unos pocos niveles. Por ejemplo, en España, el dato de velocidad de ordeño está tomado por el controlador en la primera lactación de cada animal, clasificando la velocidad de ordeño en tres categorías: uno, para ordeño rápido; dos, para ordeño normal; y tres, para ordeño lento. Desarrollar el criterio de selección El objetivo de esta etapa del programa de mejora es decidir como podemos combinar de forma óptima toda la información que tenemos recogida para elaborar el criterio que nos permita clasificar a los posibles reproductores. Podemos también hablar, por lo tanto, de la valoración genética de los reproductores. De una forma sintética podemos imaginar el proceso de la siguiente manera: primero, queremos conocer cuál es el mérito genético de cada candidato a 29 Mejora genética del ganado bovino lechero selección para cada uno de los caracteres de interés; en segundo lugar, para cada candidato ponderamos sus méritos genéticos para cada carácter por la importancia económica que hemos establecido en la primera etapa. Por lo tanto, podemos disponer de varias clasificaciones o listas de candidatos ordenados en función de diferentes criterios. Por ejemplo, podemos tener una lista de candidatos clasificados en función de su mérito genético para el carácter cantidad de leche, otra en la que los animales aparecen ordenados en función de su mérito genético para el carácter cantidad de proteína, etc. De la misma forma tendremos una lista de candidatos ordenados por su mérito genético global, entendido éste como la combinación lineal de los méritos genéticos para cada uno de los caracteres ponderados, bien por su importancia económica relativa, lo que en CONAFE llaman ICO, o por factores de ponderación ad hoc, como en los índices sintéticos de CONAFE para caracteres de tipo: índice de capacidad (ICAP), índice de patas y pies (IPP), índice compuesto de ubre (ICU) e índice global de tipo (IGT). Entendido este aspecto general, comentaremos brevemente la metodología que se utiliza para predecir el mérito genético de un animal para uno o varios caracteres. Entender el concepto de mérito genético aditivo o valor mejorante de un animal es un aspecto central en selección. Mérito genético aditivo hace referencia al valor promedio que para un determinado carácter o conjunto de caracteres tienen los genes de los que es portador un individuo. Recordemos que los individuos transmiten a los descendientes genes y no genotipos, por lo que el valor de un animal como futuro reproductor es el valor de los genes que transmitirá a sus hijos, y es, por lo tanto, el valor medio de los genes de los padres el que determina el valor fenotípico medio de sus hijos. Por esta razón, el valor mejorante de un individuo se puede calcular a partir del valor medio de sus hijos. Efectivamente, si la media de los hijos de un reproductor se desvía de la media de la población a la que pertenecen esos hijos, ese valor representa la mitad del valor mejorante del reproductor. Dicho de otra forma, el valor mejorante de un reproductor representa dos veces la desviación de la media de sus hijos respecto a la media de la población a la que pertenecen. Esto es así, porque la producción de los hijos de ese reproductor es consecuencia al 50% de los genes recibidos por cada uno de sus padres. Como hemos dicho más arriba, el mérito genético verdadero de un reproductor nunca lo podremos conocer, pero podremos acercarnos a él todo lo que 30 Mejora genética del ganado bovino lechero deseemos, simplemente registrando las producciones de un elevado número de descendientes. Evidentemente, no podemos registrar un número muy elevado de descendientes puesto que el coste sería difícil de asumir y justificar, por lo que lo que hacemos es estimar o predecir el valor mejorante o mérito genético de los candidatos a selección. El valor mejorante puede ser estimado a partir de diferentes tipos de información: la que proporciona el propio candidato (selección individual), la que proporcionan sus padres (selección por ascendentes), la que proporcionan hermanos y medio hermanos (selección por colaterales), la que proporciona su progenie (selección por descendencia), la que proporcionan combinaciones de esos u otros parientes, o una combinación de información de parientes y del propio candidato. De forma general podemos decir que el mérito genético de un animal se obtiene mediante la siguiente expresión: MG = bMG/X * (X – X) [4] donde: bMG/X representa el coeficiente de regresión del mérito genético (MG), que es la variable que queremos predecir, sobre la fuente de información fenotípica disponible (X) (medida/s en el propio candidato, medidas en n hijos del candidato, etc.). X representa la producción fenotípica media de sus contemporáneos. Veamos ejemplos sencillos de cómo se utilizan las diferentes fuentes de información para estimar el mérito genético de un candidato a selección. En primer lugar, supongamos que deseamos conocer el valor mejorante de una novilla a partir del registro de producción de su primera lactación. En este caso, el mérito genético estimado, se calcularía mediante el producto de la heredabilidad del carácter en cuestión por la desviación de la producción de la novilla respecto a la producción media del resto de novillas contemporáneas: MG = h2 * (X – X) El valor del mérito genético puede ser positivo, en el caso de que la producción de la novilla sea superior a la media de producción de sus contemporáneas, negativo en el caso contrario, que la producción de la novilla sea inferior a la media, o nulo, en el caso de que su producción sea igual a la media de sus contemporáneas. En la expresión anterior, el coeficiente de heredabilidad puede interpretarse como el coeficiente de regresión del mérito genético de un ani- 31 Mejora genética del ganado bovino lechero mal (lo que queremos predecir) sobre el valor fenotípico del propio animal (la variable que observamos). Si mérito genético y valor fenotípico fueran coincidentes, es decir, si de la observación del fenotipo de un animal pudiéramos deducir sin error el mérito genético de dicho animal, la heredabilidad valdría la unidad y, por lo tanto, el mérito genético de un animal sería igual a la desviación de su fenotipo respecto a la media de sus contemporáneos. Cuando esto no ocurre así, es decir, cuando la heredabilidad es inferior a la unidad, indica que existen factores ambientales que influyen en la expresión del carácter, y las desviaciones con respecto a la media de contemporáneas están multiplicadas por un valor inferior a 1. Un caso particular en bovino lechero es el concepto de índice de pedigrí, que es el mérito genético que se calcula para animales sin datos productivos. En este caso, teniendo en cuenta el modelo de herencia mendeliano, cada animal recibe la mitad de sus genes de un padre y la mitad del otro, por lo que el mérito genético de un animal es el promedio de los méritos genéticos de sus padres: MGpadre + MGmadre MG = 2 Esta expresión se puede generalizar para cualquier tipo de pariente de la forma siguiente: MG = Parentesco genético aditivo (porcentaje de genes en común con el pariente) x MGpariente. Así, por ejemplo, si queremos calcular el mérito genético de un animal y disponemos del de un hermano suyo, la expresión sería: MG = 0,5 x MGhermano. En esta expresión, el valor de 0,5 representa el porcentaje de genes en común entre dos hermanos. En bovino lechero se da la circunstancia de que los toros no disponen de registros de caracteres productivos, por lo que la información de caracteres productivos disponible tiene que proceder de sus parientes hembra. Para obtener el mérito genético de un semental a partir de la información que proporciona n hijas del mismo, la expresión [4] quedaría de la siguiente forma: MG = 2n * (X – X) (4 – h2) n+ h2 [5] 32 Mejora genética del ganado bovino lechero en la expresión anterior, n es el número de hijas del semental, cada una de ellas fruto de un apareamiento con una vaca diferente que, además, no están emparentadas, y h2 el valor de la heredabilidad del carácter. Vemos cómo el coeficiente de regresión de la expresión [4] vale ahora MG = 2n (4 – h2) n+ h2 y este coeficiente de regresión se aproxima a 2 a medida que el número de hijas de un semental aumenta, lo que concuerda con la definición que habíamos dado más arriba sobre el mérito genético de un individuo, dos veces la desviación de la media de las hijas respecto a la media de contemporáneas. Durante los años 50 del siglo XX se generalizó la aplicación del método de evaluación basado en la comparación con contemporáneas (CC), o comparación con compañeras de establo, y cuyos fundamentos estadísticos fueron establecidos por Atan Robertson. Este método estableció un procedimiento para calcular de forma adecuada el término (X – X) de la expresión [5]. En resumen, lo que hacía este procedimiento era comparar la producción media en la primera lactación de las hijas de un semental en prueba con la producción media de otras novillas nacidas en el mismo año y época del año y criadas en la misma explotación. Posteriormente se promediaban los resultados obtenidos en las diferentes explotaciones en las que el semental había tenido hijas utilizando un factor de ponderación que tenía en cuenta el número de hijas del semental en prueba y el de contemporáneas. Este procedimiento estuvo en uso hasta que comenzó la aplicación de la metodología actual a finales de los años 70 del siglo pasado. El método estadístico que se utiliza en la actualidad es el denominado genéricamente BLUP, acrónimo que hace referencia a las propiedades estadísticas del método: B = Best (en el sentido de obtener estimaciones de mínima varianza), L = Lineal (el modelo es lineal en los parámetros), U = Unbiased (proporciona soluciones insesgadas bajo ciertas condiciones), P = Prediction (se trata de obtener predicciones y no estimaciones). La aplicación de estas herramientas estadísticas en el contexto de la genética animal se debe a Henderson, quien lo propuso a finales de los años 40 del anterior siglo. La metodología BLUP que actualmente se aplica, lo hace a través de lo que se denomina en el contexto de mejora genética un modelo animal, introducido en 33 Mejora genética del ganado bovino lechero la mayoría de los países a lo largo de los años 90. El desarrollo de este modelo evita y supera algunas de las más importantes limitaciones que tenía el método hasta entonces en vigor, comparación con contemporáneas. El método de CC asume que todas las explotaciones tienen el mismo mérito genético, y que el único parentesco que existe entre las novillas es el que tienen con su padre, ignorando cualquier otro tipo de parentesco entre las novillas. Por el contrario, la aplicación del modelo animal a través de la metodología BLUP tiene como ventajas más importantes la de estimar los efectos ambientales (efectos no genéticos) simultáneamente con la predicción de los méritos genéticos, y lo que es más importante, es posible incluir en el modelo, es decir, tener en cuenta todas las relaciones de parentesco entre todos los animales, lo que permite no sólo lo que acabamos de indicar, de estimar efectos ambientales simultáneamente a la predicción de los méritos genéticos, sino también tener en cuenta apareamientos preferenciales y corregir para la tendencia genética en la población (los animales jóvenes tienen mérito genético mayor que sus ancestros), así como obtener los méritos genéticos de toros y vacas simultáneamente. Estos modelos pueden ser aplicados individualmente a cada uno de los caracteres de interés, pero también es posible la aplicación de esta metodología de forma simultánea a un conjunto de caracteres de interés (evaluación multicarácter), que, aunque presenta ventajas, como el incremento en la precisión de las estimaciones de los méritos genéticos al tener en cuenta las correlaciones entre caracteres, en ocasiones, el elevado número de registros e incógnitas del modelo dificultan su aplicación a nivel nacional. Precisión, fiabilidad y repetibilidad de los méritos genéticos Independientemente del procedimiento estadístico utilizado para estimar el mérito genético de los toros y vacas, puede resultar útil conocer la precisión de dichas estimaciones. La precisión se refiere a la correlación entre el mérito genético verdadero y el mérito genético estimado, por lo que el rango se moverá entre 0 y 1, aunque con cierta frecuencia estos valores se multiplican por 100 para ser expresados en porcentaje. La fiabilidad o repetibilidad del mérito genético es el cuadrado de la correlación, por ejemplo, una repetibilidad de 0,81 se corresponde con una precisión de 0,90. El hecho de utilizar en bovino lechero el cuadrado de la correlación pone el énfasis en aquellos animales con méritos genéticos muy precisos, es decir, en aquellos sementales masivamente utilizados frente a toros jóvenes o con un número reducido de descendientes controlados. 34 Mejora genética del ganado bovino lechero Valores elevados de fiabilidad indican que el mérito genético estimado será muy próximo al verdadero mérito genético, mientras que fiabilidades bajas indicarían una baja asociación entre los méritos genéticos estimados y verdaderos. Por lo tanto, la medida de la precisión es un indicador de las posibilidades de que el mérito genético futuro de un animal difiera del actual. Por ejemplo, una precisión baja del mérito genético de una animal indicaría una elevada probabilidad de que dicho mérito cambie cuando se incorpore nueva información propia o de sus familiares. Aunque el probable cambio en el mérito genético es igual de probable que se produzca hacia arriba que hacia abajo, al ganadero sólo le preocupa lo segundo por lo que limita el uso de reproductores cuyos méritos genéticos tienen baja fiabilidad. La fiabilidad de los méritos genéticos depende de varios factores, entre ellos: la heredabilidad del carácter, el número de registros en el propio animal o en sus parientes, el número de animales contemporáneos. El énfasis que el ganadero debe poner en las precisiones de los méritos genéticos está sometido a cierta controversia, ya que los procedimientos BLUP que actualmente se utilizan tienen en cuenta, en la estimación del mérito genético de un candidato, la cantidad de información disponible, de tal forma que a medida que este volumen sea más elevado más probable será obtener un mérito genético muy elevado o muy bajo. Es decir, el procedimiento BLUP ya está teniendo en cuenta los factores que afectan a la precisión, por lo que volver a tener en cuenta a la hora de seleccionar, las precisiones o fiabilidades, es posible que reduzca algo los riesgos, pero también que se reduzca el progreso genético. Evaluación internacional El enorme comercio que existe para el ganado bovino lechero impulsó la necesidad de disponer de méritos genéticos en la escala de evaluación de cada país; INTERBULL es la organización que se encarga de llevar a cabo la combinación de toda la información disponible en los diferentes países para generar esta información. En un principio, la forma de resolverlo fue mediante la transformación de los méritos genéticos utilizando los parámetros de una recta de regresión que relacionaba los países por parejas, y que se obtenían a partir de las pruebas que de algunos sementales había disponibles en los diferentes países. Actualmente, sin embargo, el problema se resuelve de una forma más satisfactoria a través del 35 Mejora genética del ganado bovino lechero procedimiento denominado multi-trait across country evaluation o MACE, que se basa en un BLUP multicarácter, de forma que un mismo carácter, por ejemplo, la cantidad de leche por lactación, se considera como un carácter diferente en cada país incluido en los análisis. En el caso de que no existiera correlación genotipo-país, es decir, en tanto en cuanto la clasificación de los toros fuera la misma en todos los países, la correlación genética entre países sería la unidad, lo que significa que se trataría del mismo carácter desde el punto de vista genético. Sin embargo, es posible que diferentes condiciones ambientales, de manejo, etc., den lugar a que los genes que se expresan en la producción lechera no sean exactamente los mismos, o exista variabilidad en los niveles de expresión de alguno de ellos, lo que, en definitiva, daría lugar a que la base genética de la producción lechera no fuera la misma en los diferentes países, por lo que la correlación genética para producción lechera entre países fuera inferior a la unidad. En la tabla 12 aparecen las correlaciones genéticas para producción de proteína calculadas en enero de 2010 en INTERBULL (http://www-interbull.slu.se/eval/framesidaprod.htm). Tabla 12. Correlaciones genéticas para producción de proteína entre países, obtenidas por INTERBULL en el análisis de enero de 2010. CAN DEU DFS FRA ITA NLD USA CHE GBR NZL AUS BEL IRL ESP CZE SVN EST ISR CHR FRR HUN POL ZAF JPN LVA SVK CAN DEU 0,89 DFS 0,91 0,89 FRA 0,91 0,85 0,88 ITA 0,91 0,86 0,87 0,88 NLD 0,91 0,90 0,90 0,88 0,86 USA 0,92 0,87 0,88 0,90 0,92 0,87 CHE 0,91 0,85 0,90 0,93 0,85 0,90 0,86 GBR 0,88 0,85 0,88 0,87 0,85 0,90 0,86 0,88 NZL 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 AUS 0,76 0,75 0,75 0,77 0,75 0,76 0,75 0,83 0,79 0,85 BEL 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 IRL 0,75 0,75 0,75 0,82 0,75 0,79 0,76 0,80 0,83 0,85 0,85 0,76 ESP 0,89 0,85 0,89 0,87 0,88 0,88 0,89 0,88 0,85 0,75 0,76 0,85 0,78 CZE 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 SVN 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,87 0,86 0,76 0,76 0,86 0,77 0,86 0,86 EST 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,87 0,86 0,77 0,77 0,86 0,77 0,86 0,86 0,88 ISR 0,81 0,77 0,79 0,79 0,77 0,77 0,80 0,78 0,76 0,76 0,76 0,76 0,76 0,78 0,76 0,78 0,82 CHR 0,86 0,85 0,91 0,88 0,85 0,87 0,85 0,95 0,86 0,76 0,78 0,85 0,75 0,85 0,85 0,87 0,87 0,78 FRR 0,87 0,86 0,87 0,86 0,87 0,86 0,87 0,88 0,87 0,78 0,78 0,86 0,78 0,87 0,87 0,89 0,92 0,82 0,87 HUN 0,87 0,85 0,85 0,87 0,90 0,85 0,88 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,86 0,79 0,86 0,88 POL 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,86 0,76 0,85 0,89 0,85 ZAF 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,87 0,77 0,86 0,89 0,85 0,85 JPN 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,87 0,79 0,86 0,88 0,85 0,85 0,85 LVA 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,87 0,86 0,77 0,76 0,86 0,76 0,86 0,86 0,88 0,87 0,78 0,87 0,89 0,86 0,86 0,87 0,86 SVK 0,85 0,85 0,86 0,85 0,85 0,85 0,85 0,86 0,85 0,76 0,76 0,86 0,76 0,85 0,85 0,87 0,90 0,80 0,86 0,90 0,88 0,86 0,86 0,86 0,88 LTU 0,87 0,85 0,87 0,87 0,86 0,86 0,86 0,88 0,86 0,77 0,78 0,88 0,78 0,86 0,86 0,89 0,90 0,80 0,89 0,91 0,87 0,86 0,88 0,88 0,87 0,88 Una correlación genética inferior a la unidad indica la existencia de interacción genotipo-país, lo que se reflejaría en que el mejor semental en uno, no lo fuera, 36 Mejora genética del ganado bovino lechero sin embargo, en otro. En la medida en que la correlación sea más baja, más diferencias existirán entre las clasificaciones de los sementales en uno y otro país. Si observamos las correlaciones de la tabla 12, nos daremos cuenta que los países con sistemas de producción más extensivos o basados en una mayor proporción de forraje, como son Australia, Nueva Zelanda e Irlanda, son los que presentan valores de correlación más bajos con casi todos los demás países. En la actualidad, INTERBULL genera estas evaluaciones MACE de forma rutinaria para leche, grasa y proteína en los sementales de las razas Ayrshire, Brown Swiss, Guernsey, Holstein y Jersey. Para un mayor detalle del procedimiento y modelos concretos que se utilizan en España con la raza Frisona, consultar el documento que CONAFE tiene en la web: http://www.conafe.com/evaluacion/metodologia.htm. Selección Genómica en bovino lechero Esta denominación de Selección Genómica proviene de un trabajo publicado en 2001 por Meuwissen, Hayes y Goddard, en el que proponían predecir el mérito genético total de un animal utilizando un elevado número de marcadores distribuidos por todo el genoma. Se puede considerar esta propuesta como un caso particular de la Selección Asistida por Marcadores, de la que, a su vez, se puede citar como trabajo pionero el publicado por Lande y Thompson en 1990. La selección asistida por marcadores se refiere a la posibilidad de incorporar información molecular en el criterio de selección o de utilizarla como único criterio de selección. El criterio de selección hasta ahora se obtenía combinando los datos productivos con la información genealógica. En el caso del bovino lechero, como una gran mayoría de caracteres sólo se pueden registrar en las vacas, la forma de obtener el valor genético de los machos con una fiabilidad elevada era registrando las producciones en muchas de sus hijas, lo cual alarga el intervalo entre generaciones. La utilización de información molecular como complemento a la información de caracteres productivos o, incluso, en sustitución de los registros de producción puede presentar ventajas cuando se dan alguna o algunas de las siguientes condiciones: 37 Mejora genética del ganado bovino lechero • Caracteres difíciles de medir. • Caracteres con heredabilidades reducidas. • Caracteres que se expresan tarde en la vida del animal. • Correlaciones genéticas negativas entre caracteres de interés. • Existencia de efectos de interacción (no aditivos). Parece evidente que, en la medida que exista la posibilidad de registrar con un coste bajo fenotipos en el propio candidato a selección, que estos fenotipos puedan ser obtenidos pronto en la vida del animal y constituyan un buen reflejo de su mérito genético (h2 elevada) entenderemos que la utilización de información adicional, como son los marcadores genéticos, tendrá un escaso impacto en el progreso genético. Por el contrario, cuando los caracteres de interés manifiesten heredabilidades bajas, sean el resultado de acciones génicas no aditivas o de interacciones epistáticas, se registren tarde en la vida del animal o después de su sacrificio (caracteres de canal y calidad de carne), sean costosos de medir o sólo se puedan medir en uno de los dos sexos (caracteres lecheros), la posibilidad de utilizar marcadores de ADN puede representar una alternativa de gran interés para aumentar el progreso genético por unidad de tiempo. El progreso genético (∆G) por año puede expresarse, como vimos en la expresión [3], mediante la siguiente fórmula: ∆G = i . rgg L En esta expresión, i representa la intensidad de selección aplicada, rgg es la precisión con la que conocemos el mérito genético de los animales y L es el intervalo entre generaciones, expresado en años. La utilización de información molecular puede contribuir a incrementar tanto los factores que aparecen en el numerador (i y rgg) como a reducir de forma drástica el denominador, es decir, el intervalo entre generaciones. Estas tres variables de las que depende el progreso genético pueden verse favorecidas por la utilización de Selección Asistida por Marcadores. Un aumento de la intensidad de selección sería esperable por el hecho de aumentar el tamaño de la población candidata a selección, de tal forma que si el número de reproductores que se requieren para reposición constituye un valor fijo, el aumento del número de candidatos implica una mayor intensidad de selección. 38 Mejora genética del ganado bovino lechero La precisión de selección, r, también puede verse aumentada si la información disponible para conocer el mérito genético de un animal aumenta al incorporar los registros moleculares. Finalmente, la posibilidad de combinar la utilización de información molecular con técnicas sofisticadas de reproducción asistida puede permitir una drástica reducción del intervalo entre generaciones. Un ejemplo extremo se proponía hace ya más de 15 años bajo el nombre de velogenética (combinación de Selección Asistida por Marcadores y la manipulación de la línea germinal), con una recogida de ovocitos directamente del ovario de una ternera cuando todavía no ha nacido. Estos ovocitos serían madurados y fertilizados in vitro y seleccionados mediante la utilización de información molecular antes de ser transferidos a una vaca receptora. El intervalo generacional se verá reducido a 3-6 meses. Una forma muy intuitiva de ver cómo puede ser incorporada la información molecular junto con el resto de información fenotípica es planteándolo en términos de un índice clásico de selección, de la forma: I = bf Xf + bmXm siendo: Xf y Xm la información fenotípica y el valor molecular, respectivamente que tenemos disponible para cada uno de los candidatos a selección. bf y bm son las ponderaciones de las fuentes de información fenotípica y molecular, respectivamente, cuyo cálculo se hace de forma que se maximice el progreso genético. Por lo tanto, la selección puede practicarse utilizando como criterio un valor global que incluye tanto el valor genético debido a los marcadores, como el debido al efecto de los genes. ¿Cuál es la novedad para que se produzca ahora este gran interés? La novedad fundamental es la disponibilidad de miles de marcadores distribuidos por todo el genoma. Actualmente, hay disponibles herramientas que permiten ubicar un marcador informativo cada 0,1 cM (en promedio, podemos decir que 1 cM equivale a un millón de nucleótidos), y en unos meses esa distancia se verá reducida a 0,03 cM. Es decir, podemos ubicar QTL o regiones de ADN que afectan a caracteres de interés a 50.000 nucleótidos de un marcador, y en breve a 15.000 nucleótidos. Esta abundancia de marcadores ha sido posi- 39 Mejora genética del ganado bovino lechero ble gracias a la secuenciación completa del genoma bovino hace unos 5 años. Desde entonces, algunos laboratorios (Illumina, Afymetrix) se han dedicado a validar un conjunto muy elevado de marcadores y, en estos momentos, está a punto de ver la luz un chip que incluye 600.000 marcadoLaboratorio de Genética. Facultad de Veterinaria de Madrid res del tipo SNP. Estos marcadores se caracterizan por tener sólo dos alternativas, es decir, se presentan bajo dos formas diferentes, y son consecuencia de cambios en un único nucleótido, como puede verse en la figura adjunta. Esta abundancia de marcadores permite, si se dispone de la información adicional de los caracteres productivos, identificar combinaciones de marcadores asociadas con las características deseadas y ser, por ello, utilizados para conocer el mérito genético global de un candidato a reproductor. Hasta ahora, la información molecular era escasa y, por ello, la precisión que podía proporcionar del mérito genético global de un candidato era reducida. Los esfuerzos en la utilización de la información molecular se dirigían más hacia la identificación de QTL primero (años 90) y, finalmente, a la identificación de las mutaciones causales. De esta forma, se han identificado numerosos QTL para casi todos los caracteres de interés en bovino lechero (http://genomes. sapac.edu.au/bovineqtl/; http://www.vetsci.usyd.edu.au/reprogen/QTL_Map/) y, posteriormente, se empezaron a identificar mutaciones funcionales que afectaban a caracteres de interés económico (tabla 13). Tabla 13. Ejemplos de mutaciones funcionales en ganado bovino. Locus/gen Nombre Cromosoma Carácter o caracteres afectados CD18 Complemento receptor C3 beta-subunit. SLC35A3 Transportador de UDP-N-acetylglucosamina. Diacilglicerol O-aciltransferasa. Miostatina. DGAT1 MSTN BLAD: deficiencia de adhesión leucocitaria bovina. 3 14 2 CVM: malformación congénita de las vértebras. Cantidad y composición lechera. Desarrollo muscular, calidad de carne, eficiencia en transformación de alimentos. 40 Mejora genética del ganado bovino lechero Sin embargo, la selección genómica puede reducir el interés por estos objetivos de identificación de mutaciones funcionales, al menos, desde la perspectiva de su utilización en programas de selección. Características de la estrategia de la selección genómica El resultado de mayor impacto del trabajo de Meuwissen, Hayes y Goddard en el que propusieron esta denominación de selección genómica fue que la precisión con la que se conocían los méritos genéticos estaba entre 0,78 y 0,85 para los valores típicos de heredabilidad, de tal forma que un animal al nacimiento podía disponer de un mérito genético con una precisión del 80%. Esta precisión es raramente lograda en vacas y para que se logre de un toro es necesario que transcurran más de 6 años. Con el fin de proporcionar un ejemplo del impacto que bajo determinadas condiciones puede tener la selección genómica, utilizaremos los datos básicos de Schaeffer (2006). Las etapas en un esquema tradicional de prueba de descendencia aparecen en la tabla 14. Tabla 14. Esquema de actividades de una prueba de descendencia tradicional. Meses 0 9 21 30 45 54 57 64 Actividad Se eligen y cubren las vacas élite. Nacen los terneros, hijos de las vacas élite. Los terneros con 12 meses se utilizan para cubrir mediante IA. Toros en prueba. Nacen las hijas de los toros en prueba. Las hijas de los toros en prueba son cubiertas. Las hijas de los toros en prueba paren y comienzan la primera lactación. Se obtiene la primera estimación del valor genético de los toros jóvenes mediante la utilización de los controles individuales. Las hijas de los toros finalizan la primera lactación y se toma la decisión de seleccionar o eliminar los toros jóvenes. De acuerdo con este esquema, transcurridos algo más de 5 años se dispone del mérito genético de los toros jóvenes para caracteres de producción lechera con una precisión del 75% (se supone que de cada toro se obtienen 100 hijas). En un esquema en el que se dispone de 1.000 vacas élite, que generan 400-600 toros jóvenes, cada uno de los cuales inseminará a 500-800 vacas para obtener 41 Mejora genética del ganado bovino lechero 100 hijas con las que valorar a cada toro joven, en la estructura de costes de Canadá, el coste de probar un toro es de unos 50.000 $, por lo que probar 500 toros/año tendría un coste de 25 millones $/año, y asumiendo una presión de selección equivalente al 4%, se seleccionan los 20 mejores toros cada año, el coste de cada uno de esos toros "positivos" sería de 1,25 millones de $. Siguiendo el ejemplo propuesto por Schaeffer (2006), hagamos ahora alguna suposición sobre los costes implicados en la puesta en marcha de un programa de estas características. Para conocer los marcadores asociados y su efecto supongamos que necesitamos 50 familias, cada una constituida por 50 hermanos, en total 2.500 toros que tendrán que ser genotipados. De cada toro necesitaremos 100 o más hijas en las que se registrarán los caracteres productivos. En estos momentos el coste de genotipar un animal debe estar alrededor de 350 $ (aunque es muy probable una importante reducción en estos costes), por lo que el coste de genotipado sería 0,875 millones de $. Se propone obtener 1.000 vacas élite a partir de los méritos genómicos con una precisión del 75% a partir de las mejores 2.000 vacas que han podido ser seleccionadas con la información disponible en ese momento. El coste de genotipado de estas 2.000 vacas será de 0,7 millones de $. Suponiendo que estas 1.000 vacas élite dan lugar a 500 novillos, que serán genotipados para estimar su valor genómico con precisión de 0,75 y un coste de 0,15 millones de $. De estos toros se adquieren los mejores 20 para el programa de selección y para ser probados mediante su descendencia; los dos o tres más sobresalientes son los utilizados para cubrir a las vacas élite al año siguiente. Es decir, no necesitamos llevar a cabo una prueba de descendencia para los 500 toros jóvenes, sino sólo para 20, lo cual representa un enorme ahorro. Los costes anuales incluyen, por lo tanto, el genotipado de 2.000 vacas y 500 toros jóvenes, y la compra y mantenimiento de 20 toros jóvenes durante 3 años. Aproximadamente 1,6 millones de $. Si se incluye el coste de puesta en funcionamiento del programa, con el coste inicial de genotipado para conocer los efectos de los marcadores, el coste total sería mayor, alrededor de 2,4 millones de $, aunque también habría que tener en cuenta que en sucesivos años el coste de genotipado podría reducirse, porque algunas vacas repiten como madres de toros, etc. Este coste de 1,6 millones de $ es muy inferior al coste del programa tradicional de prueba de la descendencia para esos 500 toros, que podría suponer alrededor de 25 millones de $. 42 Mejora genética del ganado bovino lechero Para comparar el progreso genético que se obtiene bajo un esquema de prueba de descendencia tradicional (T) frente al alternativo de selección genómica (SG), vamos a suponer un carácter con una heredabilidad de 0,4 y los parámetros que aparecen en la tabla 15. Tabla 15. Parámetros de selección en las cuatro vías de transmisión genética en el caso de prueba de descendencia tradicional y selección genómica (SG). Vía de transmisión genética Intensidad de selección (i) Toro-toro Precisión (rgg) Intervalo entre generaciones (L) Progreso genético (LG = i*rgg) Progreso genético anual (∆G/L) T (1) SG (2) T SG T SG T SG 2,06 0,99 0,75 6,50 1,75 2,04 1,54 0,310 0,880 1,40 0,75 0,75 6 1,75 1,05 1,05 0,180 0,600 2,42 0,60 0,75 4 2 1,45 1,82 0,360 0,910 0,27 0,50 0,50 4,25 4,25 0,14 0,14 0,030 0,033 20,75 9,75 4,68 4,55 0,230 0,467 (padres de toros) Toro-vaca (padres de vacas) Vaca-toro (madres de toros) Vaca-vaca (madres de vacas) Global (1) Prueba de descendencia tradicional. (2) Selección Genómica. El progreso genético anual se obtendrá sumando los progresos genéticos para cada una de las vías de transmisión genética y dividiendo el resultado por la suma de los intervalos entre generaciones de cada una de las vías genéticas. Como se puede apreciar, la precisión que se obtiene mediante selección genómica para los padres de toros es significativamente inferior a la que se obtiene en un esquema tradicional de prueba de descendencia (0,75 vs. 0,99). Es muy posible que estos valores de precisión cuando se utiliza la selección genómica se vean significativamente aumentados con el incremento en la densidad de marcadores disponible. Los valores de la tabla 5 se estimaron sobre la base de unos 3.000 SNP informativos (aproximadamente, unos 10.000 SNP), cuando está a punto de salir al mercado un chip con 600.000 SNP, lo que podría proporcionar unos 200.000 SNP informativos. Tal y como puede apreciarse en este sencillo ejemplo, la ventaja de la selección genómica no proviene del incremento en la precisión con la que conoceremos 43 Mejora genética del ganado bovino lechero el mérito genético de los animales, sino como consecuencia de una drástica reducción en el intervalo entre generaciones. Finalmente, teniendo en cuenta los costes que antes hemos descrito y la ganancia genética anual, podemos tener una idea de la ventaja relativa de ambas estrategias. De acuerdo con las dos últimas columnas de la tabla 5, el progreso genético anual logrado mediante ambos procedimientos sería el siguiente: Método tradicional: 4,68/20,75 = 0,230 σA Selección Genómica: 4,55/9,75 = 0,467 σA Obsérvese que la ganancia genética por generación (el numerador de la expresión [3]) es mayor en el caso del método tradicional que utilizando selección genómica: 4,68 frente a 4,55. Supongamos que la desviación típica aditiva (σA) fuera de 500 litros. El progreso en litros de leche sería entonces: Método tradicional: 4,68/20,75 = 0,230 σA = 115 litros/año. Selección Genómica: 4,55/9,75 = 0,467 σA = 233 litros/año. Es decir, el progreso genético que se lograría utilizando la estrategia de la selección genómica es aproximadamente dos veces superior a la que actualmente proporciona un esquema tradicional basado en la prueba de descendencia. Pero, además, habría que tener en cuenta que los recursos necesarios para llevar a cabo el esquema de selección genómica representan un coste muy inferior al actual, ya que si dividimos 1,6 millones de $ de coste por los litros por año que se logran obtenemos un coste con la selección genómica por litro de progreso que sería de 6.867 $, mientras que con el procedimiento tradicional de la prueba de la descendencia esta relación es de 217.391 $. Es decir, el coste para obtener una mejora por año de 1 litro mediante selección genómica es aproximadamente sólo el 3% del coste que tiene obtener esa mejora mediante el esquema actualmente en vigor. Evidentemente existen factores limitantes, dificultades, riesgos y otros elementos que pueden incidir de forma negativa en el resultado global de esta nueva estrategia. 44 Mejora genética del ganado bovino lechero Bibliografía Fries R, Rubinsky A (editores). The Genetics of Cattle. CABI Publishing. Oxon, Reino Unido. 1999. Es un libro con capítulos dedicados a numerosos aspectos de interés en bovino, como los de genética molecular de la producción lechera, la resistencia genética a las enfermedades o el dedicado a la mejora del bovino lechero. Kinghorn R, Van der Werf J, Ryan M (editores). Animal Breeding: Use of New Technologies. The Post Graduate Foundation in Veterinarian Science of the University of Sydney. 1999. Un libro muy práctico, pero que está dedicado fundamentalmente al diseño de programas de mejora y la utilización de técnicas de reproducción asistida dentro de las estrategias de mejora. Simm G. Genetic Improvement of Cattle and Sheep. Farming Press Miller Freeman UK Ltd. Reino Unido. 1998. Es un libro también muy práctico, todos los capítulos tienen ejemplos sencillos para explicar los diferentes conceptos. El capítulo dedicado a la mejora del bovino lechero es minucioso. 45 47 Alimentación en vacuno lechero Dr. Miguel Ángel Gómez Berzal Veterinario. NUTEGA, S.L. Introducción Cuando hablamos de nutrición en vacas de leche, rápidamente pensamos en racionamientos, en programas informáticos, en…, y en los sistemas de cálculo de necesidades (NRC, INRA y ARC). Y rápidamente nos preguntamos ¿cuál es el mejor sistema? Yo respondería: “que aquel que mejor sepamos manejar, aquel con el que más nos identifiquemos, aquel que mejor sepamos interpretar”. Las vacas no entienden de sistemas, entienden de que si lo que les ofrecemos cubre sus necesidades o no, de que si es capaz de expresar al máximo su potencial genético o es un factor limitante para la producción, reproducción, etc. Los resultados van a estar relacionados con el cálculo de las necesidades, pero sobre todo con la estimación del valor nutritivo, más próximo a la realidad, de los alimentos que vamos a utilizar y de cómo se van a manejar, o cómo se han manejado, en las recolecciones, almacenamiento, mezclado y distribución en los pesebres. A la hora de hacer una ración para vacas de leche debemos tener en cuenta, como factor fundamental, que trabajamos con rumiantes, cuyo estado natural sería pastar y comer cuando lo deseen, sin ningún tipo de restricciones horarias y, normalmente, durante todo el día la misma combinación de materias primas (plantas del prado). Con este recordatorio en mente, deberemos intentar hacer una alimentación económicamente rentable y, dentro de lo posible, lo más parecida a lo natural, siempre y cuando cubramos las necesidades totales del animal. Alimentación en vacuno lechero En la alimentación diferenciamos dos facetas: a) Estudio teórico del cálculo. b) Resultados de la puesta en práctica de ese cálculo teórico. El estudio teórico lo hacemos los técnicos detrás de una mesa, tras una recogida de datos en las explotaciones, en base a: 1. Los datos recopilados de la bibliografía (necesidades, características de las materias primas, etc.). 2. Los análisis bioquímicos de las materias primas para determinar sus aportes, lo más próximo a los reales. 3. Cálculo de los valores de los aportes, que no se pueden determinar mediante análisis, y que necesitamos utilizar en los cálculos ecuaciones matemáticas. Asimismo, los resultados dependerán de: 1. La correcta forma de realizar la toma de muestras. 2. El propio análisis bioquímico. 3. Las variaciones de las materias primas (variabilidad). 4. La mayor o menor buena voluntad del personal de las explotaciones para poner en práctica el trabajo que hemos desarrollado previamente. Una ración puede estar perfectamente calculada y equilibrada, pero si al ganadero (o a su personal) no le gusta esa ración, no funcionará nunca. Cuando me refiero a que "no le gusta", hablo de que no esté de acuerdo con una introducción de materias primas nuevas o poco conocidas por él, una cantidad baja o alta de lo que él entiende como correcto, porque le provoque un mayor esfuerzo, etc. Por esto, el personal es un factor determinante para que una ración funcione o no. El cálculo lo hacemos como un simple BALANCE económico. Por un lado, tenemos el HABER, que lo componen los aportes en nutrientes que proporcionan todas las materias primas que tiene el ganadero en existencias, aquellas que pueden comprar a buen precio y el pienso compuesto, o cereales, tortas, semillas, subproductos, minerales, buffer y correctores de que dispongamos o podamos disponer. 48 Alimentación en vacuno lechero Por otra parte, tenemos el DEBE, que son las necesidades que tienen los animales para su mantenimiento y gestación más la producción esperada en cantidad y calidad. Este HABER y este DEBE tenemos que ajustarlos lo más posible, para que las diferencias sean las esperadas en los distintos nutrientes. ¿Qué son los nutrientes? Los nutrientes son los diferentes componentes nutricionales que aportan las diferentes materias primas (MP). Todas las MP tienen, prácticamente, todos los nutrientes, unos en más cantidad y otros en menos; esto nos lleva a decir que tal o cual MP es más proteica, o más energética, o que es rica en fibra, etc. Pero todas tienen energía, proteína, fibra, etc. Aportes nutricionales Lo principal para hacer una buena alimentación no es saberse las necesidades que tienen los animales, es saber con la mayor precisión la composición de las materias primas con que vamos a cubrir esas necesidades. Las necesidades las podemos encontrar en diferentes publicaciones y revisiones, sin embargo, lo que aportan las MP es exclusivo de cada explotación, puede ser parecido a lo que vemos en las tablas, pero hay diferentes factores que hacen que las MP no sean nunca iguales, pues el método de cultivo, recolección, abonados, tipos de tierra, etc., nos hacen que en cada explotación las MP sean diferentes. La mayor parte de los errores que nos encontramos, o mejor dicho la falta de respuesta o una respuesta inesperada, no son como consecuencia de un mal cálculo de necesidades, sino un mal cálculo o previsión de lo que aportan las MP que disponemos; y sobre todo de los forrajes, que en vacas de leche no debería ser nunca menor del 40% de la materia seca (MS). Determinación por tablas Como ya dijimos al principio, estos aportes dependen de las materias primas que tiene o puede tener el ganadero. Tanto a nivel de forrajes como de concentrados. 49 Alimentación en vacuno lechero Las características de estas materias primas, lo mejor sería obtenerlas de un análisis bioquímico, pero a veces esto no se hace, bien sea por imposibilidad de mandarlas a un laboratorio y obtener los resultados en un periodo de tiempo más o menos corto, o bien sea por dejadez y comodidad. En el caso de no hacer los análisis, las fuentes de datos nos las proporcionarán ciertas tablas; así, las más interesantes son: 1) Tablas del INRA. 2) Tablas del NRC. 3) Tablas del Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza. Determinación por análisis bioquímico o por NIRS Los análisis bioquímicos convencionales se hacen por vía húmeda. En la actualidad se ha desarrollado la técnica NIRS, que es una técnica basada en que cada nutriente de las MP se relaciona con un espectro en un rango de longitud de onda determinado. Para hacer este tipo de análisis, primero hay que calibrar los aparatos, para ello se pasan los MP por el aparato, después se hace la analítica convencional y, en función de los resultados obtenidos por vía húmeda, se le asignan los valores a los espectros obtenidos. Para hacer una calibración correcta se necesitan, al menos, el análisis de 100 muestras de cada MP. Cuando se hace el análisis bioquímico, hay algunos parámetros que los determinan casi todos los laboratorios, aunque algunos requieren técnicas especiales: • Humedad. • Cenizas. • PB. • Materia grasa. • FB. • Ca. • P. • Urea. • Solubilidad del nitrógeno. 50 Alimentación en vacuno lechero • FAD. • FND. • Lignina. • Proteína ligada a FND. • Almidón ligado a FND. • Azúcares. • Almidón. En función de estos resultados, nosotros podemos determinar las características de los productos que vamos a tratar de equilibrar, bien directamente como resultado de los análisis o por algún tipo de fórmula de regresión. • Parámetros directos que se pueden analizar en el laboratorio. • Parámetros a calcular: a) Materia seca: % Materia seca = 100 – Humedad. b) Materia orgánica: % Materia orgánica = 100 – Humedad – Cenizas. c) La energía y la proteína metabolizable. Para ello, tanto INRA como NRC, en sus diferentes publicaciones nos ofrecen diferentes ecuaciones, unas más exactas y otras con un mayor coeficiente de variación. Necesidades Las necesidades de las vacas de leche se fundamentan en: • Peso vivo del animal. • Litros de leche que produce. • Calidad de la leche. • Estado de gestación. • Crecimiento. • Tipo de estabulación (fija, libre o pastoreo). • Condición corporal. 51 Alimentación en vacuno lechero • Tiempo que lleva parida (DEL). • Racionamiento (individual, lotes o único). Diferenciamos entre necesidades de mantenimiento (necesidades para vivir manteniendo su estado corporal), necesidades de producción y necesidades de gestación. Para las vacas en lactación sus necesidades son la suma de necesidades de mantenimiento y necesidades de producción, y se expresan por vaca y día. Cuando las vacas están de menos de 7 meses de preñez, el estado de preñez (necesidad de gestación) no se tiene en cuenta en el cálculo de las necesidades. Cuando las vacas están secas y preñadas de 7 o más meses, las necesidades se calculan como la suma de las necesidades de mantenimiento más las necesidades de gestación. La edad (crecimiento) sólo influye en la recría y en las novillas de primer parto. Factores que debemos tener en cuenta para el cálculo: • Tipo de estabulación: influye sobre las necesidades de mantenimiento, pues según el tipo los animales harán más o menos ejercicio en función de los espacios a recorrer y de los metros cuadrados de que dispongan. En una estabulación fija, al no poderse mover, no hay ninguna modificación sobre las necesidades de mantenimiento calculadas. Cuando los animales están libres en una parcela pastoreando y pueden moverse sin límites, prácticamente, y tienen que andar bastante para ir a la sala de ordeño, las necesidades de mantenimiento las debemos incrementar en un 20%. En situaciones intermedias, como una estabulación libre convencional, el incremento que haremos será del 10%. • Condición corporal: nos sirve para saber si tenemos que incrementar o disminuir los aportes energéticos para conseguir un estado óptimo, según el momento de la lactación en que se encuentre. • DEL: es un buen indicador para determinar la capacidad de ingesta de materia seca (IMS) que debemos ofrecer y, a su vez, estimar si el consumo es correcto o no. También va a ser un factor de concentración. 52 Alimentación en vacuno lechero • El tipo de racionamiento irá en función del tipo de instalaciones de que dispongan en las explotaciones y nos marcará, al igual que los DEL, la concentración que debemos utilizar. Las necesidades se calculan en función de los siguientes nutrientes: • Energía: UFL (unidadades forrajeras leche) o Mcal de energía neta. • Proteína: PB (proteína bruta), PDI (proteína digestible intestinal), PDIA (proteína del alimento que no se degrada en panza, es la proteína bypass). • FB (fibra bruta), FND (fibra neutra detergente), FAD (fibra ácida detergente) y FNDf (fibra neutra detergente ligada al forraje). • Almidones y CNF (carbohidratos no fibrosos). • Vitaminas: A, D3 y E. • Minerales: - Macrominerales: calcio (Ca), fósforo (P), magnesio (Mg), sodio (Na). - Microminerales: cobre (Cu), manganeso (Mn), zinc (Zn), iodo (I), selenio (Se), cobalto (Co). Todo esto con un mínimo de forraje con fibra larga (2,5 cm) en la ración 35-40% de la MS total, con una humedad controlada y dentro de una MS que sean capaces de ingerir las vacas. Energía Para que funcione el organismo, sintetice tejidos, dé leche y se muevan las vacas, es necesario energía. Estas necesidades son proporcionalmente las más importantes y, a menudo, las más difíciles y caras de cubrir. Solamente parte de la energía es aprovechada, ésta se llama energía neta, el resto se pierde por las heces, gases, orina, etc. Las UFL es una manera de expresar la energía neta para producir leche. Se toma como referencia la energía neta de 1 kg de cebada de calidad media con un 86% de MS, que es 1,7 Mcal. Actualmente siguen siendo 1,7 Mcal de energía neta, pero ya no hace referencia a la cebada. 1 UFL ≈ 1,7 Mcal 53 Alimentación en vacuno lechero Se compara la energía neta (EN) de los diferentes alimentos respecto a la energía de la cebada, y de aquí salen los valores de cada MP respecto a la energía. El NRC (o sistema americano) trabaja directamente con Mcal de EN, mientras que el INRA (o sistema francés) trabaja con UFL. a) Necesidades de mantenimiento Las necesidades de mantenimiento, según el INRA, las determinamos por la siguiente ecuación: UFL = (0,041 · PV 0,75) + aumento marginal de 0,006 UFL/kg PV Aunque es más práctico utilizar la ecuación: UFL = (PV x 0,006) + 1,4 (PV = Peso vivo) Según el NCR 2001: ENL (Mcal/día) = 0,080 PV 0,75 PV PV 0,75 400 500 600 700 800 89,8 105,7 121,2 136,1 150,4 En esta ecuación hemos de descontar del PV, en el caso de estar gestante, el peso del feto y de sus anejos. Según esto, las necesidades para los diferentes pesos serán: Peso vivo INRA Energía NRC Energía kg UFL Mcal Mcal UFL 400 450 500 550 600 650 700 3,8 4,1 4,4 4,7 5,0 5,3 5,6 6,460 6,970 7,480 7,990 8,500 9,010 9,520 7,184 4,226 8,456 4,974 9,596 5,704 10,888 6,405 Si comprobamos las necesidades de uno u otro sistema, observamos una diferencia del 11 al 14% para pesos similares. Esto nos plantea que, cuando vamos a calcular las necesidades, debemos elegir entre uno u otro sistema, pero NUNCA entremezclar datos. 54 Alimentación en vacuno lechero b) Necesidades de producción Se calcula que las necesidades energéticas para la producción son iguales a la energía contenida en la leche. Así, la energía que tiene un kilogramo de leche con el 4% de grasa y 3,2% de proteína es 748 kcal de EN o 0,44 UFL. Para el resto de los porcentajes de grasa se hizo con la ayuda de la fórmula de Gaines, equiparando con leches del 4%: kg leche 4% = kg leche (0,4 + 0,15 x % grasa) El resultado es el siguiente: % UFL/l leche 3,2 3,4 3,6 3,8 4,0 4,2 0,387 0,400 0,414 0,427 0,440 0,453 Para transformar leche de diferentes porcentajes de MG y MP en leche estandarizada al 4% MG y 3,1% MP podemos utilizar la siguiente ecuación: 1 kg LC 4% – 3,1% = 1 + [[(0,055 x x (% MG – 4)) + (0,033 x (% MP – 3,1))]: 0,44] Según INRA, conociendo el % MG y % MP de la leche, podemos determinar las necesidades de UFL para 1 kg de leche: UFL / kg de leche = 0,44 + (0,055 x (% MG – 4)) + (0,033 x (% MP – 3,1)) También se puede calcular directamente los Mcal de EN según ecuaciones del NRC, en función de la grasa y proteína de la leche, en el caso de conocer ambos datos, o de la grasa solamente. ENL (Mcal/kg de leche) = [(0,0969 x % MG) + (0,0547 x MP)] + 0,191 Cuando sólo conocemos la MG: ENL (Mcal/kg de leche) = (0,0969 x % MG) + 0,360 Y si tenemos una leche corregida al 4% MG (LC 4%): ENL (Mcal/kg de leche) = 0,748 x LC 4% Particularmente, creo que lo más normal sería corregir la leche por MG y MP, y el resultado multiplicarlo por 0,748 Mcal o 0,44 UFL. c) Necesidades de crecimiento Sólo es importante para la recría y en la primera lactación. En este segundo caso variará 100 a 200 g de crecimiento diario, dependiendo de la edad a la que se efectúe este primer parto. 55 Alimentación en vacuno lechero Si pare alrededor de los 2 años, el crecimiento será de 200 g/día y, si es pasado los 30 meses, será de 100-120 g/día. Esto hace que aumentemos los requerimientos de mantenimiento durante la primera lactación en 2 UFL/día para las novillas que paren de 2 años a 28 meses. Para las que paren alrededor de los 3 años aumentaremos 1,3 UFL/día. En resumen, equivaldría a un aumento de las necesidades de producción de 5 kg de leche para los partos cercanos a los 2 años y de 3 kg de leche para los cercanos a los 3 años. d) Necesidades de gestación Estas necesidades sólo se calculan para el 7.º, 8.º y 9.º mes de preñez. Podemos calcular las necesidades según la ecuación del NRC: ENL (Mcal/día) = [(0,00318 D – 0,0352) x (PVTN/45)]/0,218 D = Días de gestación. PVTN = Peso vivo de la/s cría/s al nacer. Se estima que el peso medio de los terneros al nacer es de 45 kg y que normalmente son partos simples. Si los terneros nacidos pesan más o menos de esta cantidad estimada se hará una corrección de las necesidades. Según el INRA, las UFL gestación se calcularían con una ecuación en la que intervienen el peso vivo de las crías, la semana de gestación e incluso la edad de las madres. Pero para hacer más sencillos los cálculos y teniendo en cuenta que sólo se consideran estas necesidades durante los 3 últimos meses de gestación, en los que los animales ya no estarán en producción o a punto de dejar de estarlo, se estiman las necesidades de: 7 meses: 0,9 UFL 8 meses: 1,6 UFL 9 meses: 2,6 UFL Para realizar unos cálculos más sencillos, podemos estimar estas necesidades como si fueran litros de leche corregida 4%. Meses NRC INRA 7 8 9 3,9 4,5 5 2 3,6 6 Aunque estas necesidades las podemos aumentar de 2 a 5 litros más, dependiendo de la condición corporal (CC) del animal. 56 Alimentación en vacuno lechero e) Otros aumentos o disminuciones de las necesidades Deberíamos tener en cuenta, al calcular las necesidades, que durante la primera parte de la lactación los animales pierden peso fisiológicamente, y eso nos supondría poder considerar una minoración de las necesidades y, por lo tanto, un ahorro. Por el contrario, al final de la lactación, si los animales tienen una CC baja, deberíamos incrementar las necesidades energéticas para que los animales recuperaran peso antes del secado. En el caso de la movilización de las reservas corporales, el valor energético de 1 kg de PV depende de la CC que tenga el animal, y, por lo tanto, de la cantidad de grasa que movilice. Esto puede variar de 3 a 6 Mcal por cada kilogramo de PV movilizado, lo que supondría disminuir, de 4 a 8 litros de LC 4%, las necesidades de los animales. En el caso de necesitar aumentar la CC, el aumento de 1 kg de PV también depende de la CC que tienen los animales que queremos aumentar de peso. Así irá de 4 a 7 Mcal en función de si la CC es 1 ó 4, que supondría aumentar de 5 a 9 litros de LC 4% al día. Aunque el INRA estima 7.500 kcal (7,5 Mcal) por cada kilogramo de ganancia de PV, lo que supondría un equivalente de 10 kg de LC 4% por cada kilogramo que queramos recuperar, y unas 6,8 Mcal (9 LC 4%) por cada kilogramo movilizado. En la práctica, normalmente no se tienen en cuenta para evitar pérdidas de peso mayores de las esperadas o aumentos de peso excesivos. Aunque si la condición corporal es muy escasa, sí sería conveniente aumentar las necesidades. f) Necesidades totales En principio, serían la suma de las necesidades de cada uno de los apartados anteriores. Pero hemos de tener en cuenta que: a) El valor energético de algunas materias primas (sobre todo forrajes) depende de si se suministran ad libitum o restringido. b) El valor real de la energía en la ración total suele ser inferior a la suma de los aportes por separado (efecto asociativo). 57 Alimentación en vacuno lechero c) También depende de la calidad de los forrajes y del porcentaje de concentrados en la ración (efecto sobre la digestibilidad). Además, a la ración total se le debe exigir una concentración adecuada en función de la producción y el momento de la lactación, la cual nos va a determinar en gran parte las características de los ingredientes. Las concentraciones de UFL/kg MS, según INRA y NRC, deberían ser las siguientes: Litros 4% UFL/kg MS INRA NRC 0,96 0,99 Estas concentraciones son tanto más importantes cuanto mayor es la producción, y durante el postparto, ya que su capacidad de 30 0,95 0,93 ingesta es menor y debemos ase25 0,93 0,87 gurarnos que el animal reciba los 20 0,86 0,87 aportes necesarios. Por eso pen15 0,78 0,82 samos que es mejor basar la concentración en el momento de lactación y no en los litros que esté produciendo, así: + 35 Comienzo de lactación: 0,96-0,98 UFL/kg MS, incluso de 1,02 ó más. Mitad de lactación: 0,95 UFL/kg MS. Segunda mitad de lactación: 0,92 UFL/kg MS. Proteínas Los animales necesitan proteínas para que funcione adecuadamente el organismo, el crecimiento de los diferentes tejidos, se produzca leche, etc. Estas proteínas se sintetizan partiendo de 20 aminoácidos elementales. Algunos de estos aminoácidos se sintetizan por el propio organismo, pero otros tienen que ser absorbidos por el intestino procedentes del rumen y del alimento. PDI (proteína digestible intestinal) Como hemos dicho antes, los rumiantes necesitan aminoácidos para cubrir sus gastos nitrogenados. Los avances nos permiten expresar las necesidades y los aportes como proteína digestible en el intestino, es decir, la cantidad de aminoácidos absorbidos en el intestino delgado. 58 Alimentación en vacuno lechero Este sistema surgió una vez vistos los problemas que planteaba el sistema MND (materia nitrogenada digestible), siendo muy eficaz en animales de alta producción. Proteína indegradable del alimento (proteína bypass) PDIA + UFL/MN g g Nutrición Microorganismos PDIME Degradación del N del alimento Energía disponible PDIN PDIE Nutrición del animal El valor PDI se determina en gramos de proteína metabolizable y corresponde a la suma de la proteína de origen alimenticio (PDIA) no degradable en panza (proteína bypass) y de la proteína de origen microbiano (PDIM). La proteína de origen microbiano depende de la fermentabilidad de la energía y de la proteína disponible en el rumen. Por lo que el valor PDIM puede a su vez tener dos valores, PDIMN y PDIME, dependiendo de que sea el aporte de nitrógeno fácilmente degradable o la energía fermentescible quien limite la síntesis de proteína microbiana. De aquí que cada alimento tenga dos valores PDI: PDIN = PDIA + PDIMN PDIE = PDIA + PDIME A la hora de calcular una ración, nosotros sumaremos los valores PDIN, por un lado, y los valores PDIE, por otro, de las diferentes materias primas a utilizar en la ración, tomando como referencia para hacer el cálculo aquél de los dos que sea inferior. Pero para calcular las necesidades solamente se determina un valor PDI, que será el que balancearemos con el valor más bajo de los PDIN y PDIE de los aportes. Actualmente, se pretende que la diferencia entre PDIN y PDIE sea mínima, pues un exceso de PDIN, aunque favorece la producción de leche, también produciría un aumento de la excreción de NH3 a la atmósfera. El actual sistema estima que al llegar a un determinado punto de cumplimiento de las necesidades y un determinado aporte por encima de estas necesidades, no tendremos ninguna respuesta en la producción de leche y, sin embar- 59 Alimentación en vacuno lechero go, sí habría un exceso de nitrógeno excretado, con las pérdidas que ello supone y la contaminación correspondiente. En la práctica, con los cálculos actuales de necesidades y aportes, una determinada diferencia entre PDIN-PDIE nos permite obtener mejores resultados productivos sin comprometer el metabolismo ni la fisiología del animal. a) Necesidades de mantenimiento El NRC calcula las necesidades de proteína metabolizable de mantenimiento (PMm) en función de la proteína endógena de la orina, la proteína de la piel y los poros, la proteína fecal y del resto de las secreciones orgánicas. Para esto, utilizan una ecuación que podrás encontrar en algunas publicaciones del NRC, que no es demasiado accesible para los usuarios de a pie. Se basa en el PV, IMS y PM bacteriana, que a su vez se basa en el total de nutrientes digestibles (TDN) ajustados según la ingestión, para lo cual se hace una estimación. PMm (g/día) = 4,1 PV 0,50 + 0,3 PV 0,60 + [(30 IMS) – 0,5 [(PMbacteriano/0,8) – – PMbacteriano]] + [(0,118 IMS/0,67] PMbacteriano = 0,64 x 0,13 TDNa x IMS TDNa = TDN ajustados a la ingestión ≈ 70% IMS y PV en kg. PMbacteriano en g. El INRA determina las necesidades de proteína metabolizable como PDI, según la ecuación: PDI (g/día) = 3,25 PV 0,75 + aumento marginal de 0,5 g PDI/kg PV Para evitarnos el cálculo del peso vivo metabólico PV 0,75 se puede utilizar PDI = (PV x 0,5) + 95 Según varían los pesos, las necesidades serán: Peso vivo g. PDI 400 450 500 550 600 650 700 295 320 345 370 395 420 445 60 Alimentación en vacuno lechero b) Necesidades de producción A diferencia de los demás nutrientes, las necesidades en PDI las deberíamos fijar en función del contenido en materias nitrogenadas de leche, en vez del porcentaje en grasa, aunque la grasa también influye. Si bien es verdad que casi siempre hay una correlación entre estos dos parámetros, puede ser que, debido a la alimentación, tengamos variaciones independientes, incluso algunas inversas. El NRC calcula la PMlactación a partir de la proteína neta de la leche, asumiendo una eficacia de conversión de la PM o proteína neta de la leche del 67%, utiliza la ecuación: PMlactación (g/día) = 1,49 * MP de la leche expresado en g El INRA también utiliza la proteína de la leche expresada en g/día y utiliza la ecuación con una eficacia del 64%. PDIlactación (g/día) = 1,56 * MP A nivel de usuario, tradicionalmente se ha utilizado la leche corregida que habíamos calculado para la energía y fijábamos que para cada kilogramo de esa leche corregida las necesidades eran de 48 g/kg LC 4%. Así, para una leche con el 4% MG y 3,1% MP, las necesidades para cada kilogramo de leche serán de 48 g. Para otros porcentajes diferentes, utilizaremos cualquiera de los dos sistemas explicados en el punto de necesidades energéticas de producción para transformar la leche en leche estandarizada y lo multiplicaremos por 48; o simplemente calculamos las necesidades, según la proteína de la leche y las ecuaciones expresadas anteriormente, y el resultado se multiplica por los litros que tenemos. c) Necesidades de crecimiento Tomamos los mismos criterios que para las UFL. Es decir, 5 kg de leche más, si el primer parto es cercano a los 2 años, y 3 kg si es cercano a los 3 años. Realmente serían 240 y 140 g/día, respectivamente, pero prefiero considerarlo, a nivel práctico, como una mayor producción. 61 Alimentación en vacuno lechero d) Necesidades de gestación Las necesidades de gestación, al igual que en los cálculos de la energía, sólo se deben tener en cuenta durante los 3 últimos meses. Aunque el INRA marca necesidades para el séptimo, octavo y noveno mes, el NRC considera que se deben tener en cuenta entre 190 y 279 días de gestación. Además, el NRC considera que la eficacia de la proteína metabolizable para la gestación (PMg) es del 33%, de aquí que utilice la siguiente ecuación: PMg = [(0,69 x días – 69,2) x (PVTN/45)]: 0,33 INRA hace los cálculos en función del peso de la cría al nacer y la semana de gestación, así: PDIg = 0,07 PVTN x e 0,111 x semana de gestación De todos modos, si seguimos el mismo criterio de las necesidades de energía, las necesidades son similares a la producción de 1,6, 2,8 y 4,3 litros al 4% de grasa y 3,1% de proteína, respectivamente, para el 7.º, 8.º y 9.º mes de gestación. e) Necesidades totales Como en los anteriores casos, sería la suma de todos los apartados anteriores. También considerando los efectos asociativos. Al igual que decíamos en el caso de la energía, es práctico y muy interesante considerar la concentración total de PDI en la ración, además de ver si cumple o no los mínimos. Así, la concentración de PDI/kg MS: • Al comienzo de la lactación sería 120 g. • En mitad de la lactación, 110 g. • En la segunda mitad de la lactación, 100 g. Además, la relación de PDI/UFL debe ser: • Al comienzo de la lactación, 125-122. • En mitad de la lactación, 116. • En la segunda mitad de la lactación,109. 62 Alimentación en vacuno lechero Proteína bruta Aunque actualmente tanto NRC como INRA tienden a trabajar con proteína metabolizable, en la práctica sigue siendo un nutriente de referencia. Las proteínas están compuestas por aminoácidos. Cada aminoácido contiene oxígeno, hidrógeno, carbono y nitrógeno (16%). Además, hay otros aportes de N que no están ligados a las proteínas y es lo que se denomina NNP (nitrógeno no proteico), como la urea. La proteína bruta está determinada por la cantidad de N total que tienen los alimentos o las raciones, multiplicado por el factor 6,25. Este valor 6,25 viene de que, como hemos dicho, la proteína tiene un 16% de N: 100 : 16 = 6,25 Las vacas pueden utilizar tanto las proteínas como el NNP para satisfacer sus necesidades y esto es debido a que la microflora de la panza es capaz de sintetizar N simple para fabricar sus propias proteínas que son después utilizadas por la vaca (proteína microbiana). De aquí que podamos determinar también el valor nutritivo de una ración, en función del valor proteico bruto; además, se ha visto que es conveniente marcar unos mínimos sobre esa ración total dependiendo de los niveles de producción; así el NRC determina unas necesidades para el mantenimiento y otras para la producción. Éstas son: a) Mantenimiento Peso vivo (kg) g PB 500 550 600 650 600 364 386 406 428 449 % MG g PB 3,0 3,5 4,0 4,5 78 84 90 96 b) Producción 63 Alimentación en vacuno lechero c) Crecimiento En animales de primera lactación es interesante aumentar las necesidades de mantenimiento en un 20%. d) Gestación Durante los 2 últimos meses aumentaremos las necesidades de mantenimiento entre 37,2 y 38,7%. e) Necesidades totales Son la suma de todas las necesidades de los puntos anteriores. La concentración aproximada en función de la producción debería estar alrededor de: Litros de leche % PB – 15 15-25 26-34 35-40 + 40 13 14 15 16-18 Aminoácidos digestibles en el intestino Las vacas de leche tienen unas necesidades en proteína muy elevadas relacionadas con una secreción alta de proteína en la leche. Por lo que son muy sensibles al equilibrio entre los aminoácidos que se absorben y a la digestibilidad de las proteínas. El INRA, mediante un sistema que denomina AAdi (ácides aminés digestibles), permite argumentar este equilibrio. Para las vacas de leche los dos aminoácidos esenciales, identificados con mayor frecuencia como limitantes, son la metionina y la lisina. Las necesidades se expresan como un porcentaje del PDIE de la ración, y son 2,5 y 7,3% del PDIE, como metionina y lisina digestible en el intestino, respectivamente. Hay otros aminoácidos cuyas necesidades no están muy bien descritas. De todos modos se estima que las necesidades de: 64 Alimentación en vacuno lechero Aminoácido % de PDIE Leucina digestible 8,9 Histidina digestible 2,4-2,8 Se ha demostrado que, cuando nosotros tenemos una ración de 7% de lisina y 2,2% de metionina, podríamos tener entre 0,15 g (0,015%) y 0,25 g (0,025%) menos de proteína en la leche, y con niveles de 7,5% de lisina y 2,7% de metionina se podría incrementar de 0,07g (0,007%) a 0,08 g (0,008%) los niveles de proteína sobre unos niveles propios de los animales que se conseguirían con los valores normales de estos dos aminoácidos (7,3 y 2,5% de lisina y metionina, respectivamente). Ingesta de MS (IMS) Cuando nos proponemos hacer un racionamiento para vacas de alta producción, las necesidades a nivel de energía, proteína, minerales, fibra, etc. las podemos encontrar en publicaciones que están en el mercado y sobre las que no hay mucho que añadir, salvo visiones particulares. Sin embargo, queremos hacer hincapié en la ingesta de materia seca, que se le da más o menos importancia, según los técnicos, pero que puede ocasionarnos problemas a la hora de racionar las vacas. La capacidad de ingestión Es, como decíamos, el principal problema a solventar en las vacas de alta producción (VHP). Una vaca puede comer normalmente alrededor de 3,5 kg de MS por cada 100 kg de peso vivo. Sin embargo, el récord está en vacas productoras de más de 22.000 kg de leche, que fueron capaces de consumir alrededor de 6,5 kg de MS por cada 100 kg de PV (25 kg de heno y 25 kg de concentrados). El consumo de MS es importante en las vacas de alta producción, suele ser bajo e impide que se cubran las necesidades energéticas que los animales tienen. La disminución de la ingesta es la mayor limitación que nos encontramos para maximizar la producción de leche. Podemos formular para adminis- 65 Alimentación en vacuno lechero trar una cantidad correcta de nutrientes, pero es necesario saber qué consumo de materia seca tienen los animales. En función de ese consumo, las raciones pueden ir más o menos concentradas, con el costo económico que esto supone (véase ejemplo en cuadro 1). Cuadro 1 Ejemplo: vaca de 630 kg PV con 36 litros al 4% MG. Necesidades PB = 4,19 kg. IMS Necesidades % PB/MS 24,6 (predicción) 4,19 17,03 22,1 (90% predicción) 4,19 18,96 19,7 (80% predicción) 4,19 21,30 Como vemos, es constante el peso de la vaca, la producción y las necesidades de proteína. Pero el porcentaje de PB aumenta según disminuye la ingesta. Es frecuente considerar solamente un 80% de la predicción de ingesta en las vacas de alta producción y formular el resto de los nutrientes con sus valores normales. También quiero resaltar que utilizar el concepto de proteína o cualquier otro en porcentaje (%) puede conducirnos a cometer errores, pues los animales tienen unas necesidades no en porcentaje de lo que coman sino en función de peso, producción, etc. Otra cosa es que, si nosotros aportamos suficiente 66 Alimentación en vacuno lechero cantidad de comida, la concentración de los diferentes nutrientes nos da una idea del potencial de esa ración. ¿Cómo determinaremos la MS que es capaz de comer una vaca? No sabemos cómo las vacas regulan el consumo. El gusto es un factor de regulación, pero el consumo está influenciado por muchos factores que actúan combinados o por separado, dependiendo de las condiciones. Diferentes publicaciones indican los posibles mecanismos de control: • La capacidad física del tracto gastrointestinal (Conrad, 1964). Esto ocurre fundamentalmente cuando la digestibilidad de la ración es inferior al 67%. • Factores químicos, tales como los ácidos grasos volátiles (AGV) del líquido ruminal y de la sangre, regulan el consumo de MS en raciones con alto contenido en concentrados. • La regulación de los centros nerviosos (hipotálamo) vía neurotransmisores va a regular el consumo de MS. Este mecanismo no está muy definido (DellaFera, 1981). A pesar de los intensos estudios realizados por centros de investigación, industrias y universidades, no se han podido determinar exactamente los mecanismos de regulación, lo que produce grandes dificultades a la hora de predecir el consumo de MS. Los factores que complican este cálculo son las variaciones ambientales, manejo, características de los alimentos (físicas, químicas, etc.), factores sociales, condición física de los animales y palatabilidad. Factores que afectan a la capacidad de ingestión Las vacas de alta producción tienen características propias relacionadas con la ingestión y además aumentan el apetito con el peso de los animales y la producción. Con un ensilaje de hierba o con heno, la capacidad puede aumentarse 0,8 kg MS/100 kg PV y si es un forraje muy apetecible hasta 1,5 kg MS/100 kg PV. a) Tamaño. Peso vivo Con los mismos forrajes, de buena calidad, ofrecidos a voluntad y bien complementados, 100 kg de diferencia de PV pueden producir 2 kg de leche más. Las vacas grandes valoran mejor los forrajes que las vacas pequeñas. 67 Alimentación en vacuno lechero Según algunos autores, el consumo de MS aumenta de 0,6 kg MS a 1,2 kg MS por cada 100 kg de PV. b) Nivel de producción El nivel de producción aumenta la capacidad de ingesta de 200 a 400 g de MS por cada litro de leche corregido al 4% MG. Es el factor más importante que afecta al consumo. En el comienzo de la lactación la ingesta retrasa el aumento de la producción. Sin embargo, en el último tercio de la lactación la ingesta puede ser mayor que la predicha, cuando la condición corporal es la adecuada y la palatabilidad de la comida ofrecida a libre disposición es buena. c) Estado de lactación Según el estado de lactación la capacidad varía enormemente. Al comienzo de la lactación la capacidad de ingesta no supera los 170 g de MS por litro. Esta es la consecuencia de la subalimentación, que suele provocar grandes pérdidas de peso por movilización de las reservas corporales. Dependiendo de la velocidad y kilogramos de las pérdidas, se pueden provocar problemas metabólicos que bajan las defensas de los animales, alterando su salud y la reproducción. Cuadro 2. Variaciones en porcentaje sobre la predicción del consumo de MS, según las semanas de lactación. Semana de lactación Primer parto novillas Otros partos 1-2 70 70 3-4 80 80 5 85 85 6-9 90 90 10-30 100-105 100-105 31-34 95-100 90-100 Este cuadro nos indica cómo aumenta la capacidad de ingesta según las semanas de lactación. 68 Alimentación en vacuno lechero d) Estado de gestación Es difícil determinar el efecto del estado de gestación sobre la ingesta de materia seca, porque este efecto no se puede ver separadamente del efecto del estado de lactación. El efecto del estado de gestación se ha visto que no está asociado con los cambios de forraje consumido. Teniendo en cuenta que el mayor crecimiento del feto es durante el período seco (2 últimos meses de gestación), no es probable que tenga un efecto significativo sobre el consumo de materia seca en las vacas en lactación. e) La edad Las novillas con un primer parto a los 2 años, pueden llegar a comer de 5 a 5,5 kg MS menos que las vacas con igual producción. Esta diferencia es debida a la diferencia de peso, pero también a la edad y al nivel de producción. Suele estar asociado al tipo de alimento (gráficos 2 y 3). En la práctica se cuantifica que las novillas de primer parto consumen un 25% menos que las vacas adultas. f) Estrés por calor Las altas temperaturas reducen el consumo de MS, pero principalmente de forrajes, en un 10%, debido a la mayor capacidad de fermentación que tienen 69 Alimentación en vacuno lechero éstos respecto a los concentrados. Este hecho se produce más en raciones con forraje y concentrados por separados. En las épocas calurosas aumenta el consumo durante la noche para compensar parcialmente el descenso de consumo durante las horas de sol. En tiempos muy fríos el consumo aumenta, pero baja la producción y el porcentaje de MG. En periodos de estrés por el calor, las vacas que no tienen sombra consumen un 13% menos que las que sí la tienen. Se ha observado que entre 5 y 20 ºC la vaca no necesita activar ningún mecanismo de termorregulación y la IMS no se modifica. Fuera de este rango, habrá variaciones al alza o a la baja que pueden oscilar entre 10 y 15% la IMS. Esto nos obliga a realizar los ajustes necesarios. g) Frecuencia de ordeño Las novillas ordeñadas tres veces diarias durante la primera lactación pueden producir 400 kg más de leche. Sin embargo, no aumentan el consumo. Las vacas multíparas pueden aumentar 1.300 kg de leche con tres ordeños, lo que puede representar un 18% de aumento en la producción. La ingesta aumentará solamente del 3 al 5%. 70 Alimentación en vacuno lechero A estos animales ordeñados tres veces al día les cuesta más recuperar las reservas durante la lactación y hemos de recuperarlos en el periodo seco. El consumo de MS no aumenta proporcionalmente el aumento de la producción en las primeras lactaciones o en las vacas que se ordeñan tres veces al día, por los que es necesario ajustar la ingesta de estos animales. h) Frecuencia de las comidas El número de comidas afecta directamente al consumo de MS, pero hay investigaciones que no dan una respuesta consistente a esta información. Sin embargo, podemos decir que la cantidad de heno y silos consumidos en una o más veces no varía a lo largo de toda la lactación. Cuando se dan separados los forrajes y los concentrados, pero se mantiene constante la relación forraje/concentrado, la frecuencia en el consumo de concentrado no afecta a la ingesta de MS total. La frecuencia del número de comidas de ración total en primera lactación no afecta significativamente al consumo. El mayor número de comidas minimiza las fluctuaciones en las fermentaciones ruminales, favoreciendo la digestión de las fibras y un mayor consumo de MS. En vacas, el aumento de comidas (de dos a siete) puede aumentar un 8,5% el consumo de MS. Esta experiencia se hizo en raciones con 55% de forraje (heno de alfalfa) y 45% de concentrado. En períodos de calor o con raciones altas en humedad, aumentar el número de comidas puede elevar el consumo de MS. i) Sistema de alimentación La alimentación en grupo contra la alimentación individual aumenta el consumo un 7,1%. Esto se debe a un incremento en las necesidades de mantenimiento y a la competitividad. También ha influido en el cálculo alguna pequeña pérdida de alimentos. En la alimentación total mezclada contra una alimentación separada no hay diferencias, salvo en algún individuo aislado, según algunos autores (Wangsness, 1981). Sin embargo, otros predicen un mayor consumo y un aumento del 4% en la producción en las raciones completas (Eastridge, 1986). 71 Alimentación en vacuno lechero j) El alimento Las características físicas y nutritivas tienen gran influencia sobre el consumo de MS. El tamaño de los forrajes y concentrados tiene un efecto significativo. La molienda de forrajes de mala calidad aumenta su consumo. Si el forraje es bueno no hay variación. Las características físicas de los concentrados afectan significativamente al consumo, principalmente cuando se dan separados de los forrajes. Así se ha visto cómo los granos enteros se consumen de 450 a 560 g/minuto, los granos partidos o aplastados de 340 a 450 g/minuto y, cuando están finamente molidos, oscilan de 220 a 340 g/minuto. Efecto parecido tienen las diferentes presentaciones de los concentrados, gránulos, harinas groseras y harinas finas, con unos consumos similares a los anteriormente mencionados. El consumo de silo de maíz y del heno de alfalfa no es afectado por la forma de presentación de los concentrados. k) Calidad y tipo de forraje Es difícil prever la capacidad aproximada de ingestión de forraje, si no se sabe su composición nutritiva. Es muy necesario conocer lo mejor posible las características de los alimentos. Especie, ciclo y estado vegetativo, conservación, humedad, etc., para poder hacer una formulación lo más correcta posible. La capacidad de ingesta de un forraje es proporcional a su digestibilidad, así, por ejemplo, una vaca sería capaz de comer hasta 17 kg MS de forraje verde de primavera, sin embargo, de un heno de gramíneas posiblemente no llegue a los 10 kg MS. Las leguminosas las comen mejor que las gramíneas. La disminución de la ingesta por baja digestibilidad es mayor en las gramíneas que en las leguminosas debido al mayor porcentaje de FND de las gramíneas. La FND aumenta más en las gramíneas, según aumenta la maduración de las plantas, que en las leguminosas y la digestibilidad disminuye. 72 Alimentación en vacuno lechero El consumo de forraje es inversamente proporcional a su contenido en FND. Sin embargo, no está bien definida la relación entre la FND del forraje y la capacidad de ingesta de la ración total. k.1) Silos contra henos El consumo de MS aumenta cuando cambiamos silo de gramíneas o leguminosas por heno. El menor consumo de silos no se debe al bajo pH o al alto contenido en humedad. Sin embargo, algunos autores (Broderick, 1985) utilizando la ración total mezclada, no han encontrado diferencias en la capacidad de ingesta utilizando henolaje de alfalfa, silo de maíz o heno de alfalfa entre el 60 y 79% de la MS total. Incluso Shaver (1985) obtuvo mejor consumo con silo de maíz que con heno de alfalfa o heno de bromo en la ración base. Pensamos que es más determinante la potabilidad del forraje para un mayor o menor consumo, pero es más difícil de considerar este factor. k.2) Estado de maduración del heno Como decíamos antes, está relacionado con la digestibilidad, la cual depende del nivel de fibra. Así se comprobó que en raciones con 60 y 40% concentrado, comparando heno de alfalfa en diferentes estadios vegetativos (pre, media y total floración), con proteínas brutas de 23,2, 17,8 y 16,7%, y fibra ácido detergente de 32,6, 43,7 y 45,8%, el consumo fue de 23,7, 20 y 19,8 kg, respectivamente. Sin embargo, en otras experiencias en las que se utilizaron dos henos de alfalfa, uno con 24,4 de PB y 28,6 de FAD y otro con 18,1 de PB y 37,6 de FAD, en raciones totales mezcladas (unifeed) con relación forraje/concentrado de 50/50 y 70/30, la ingesta de MS no fue afectada ni por el estado de maduración del forraje ni por la relación forraje/concentrado. De todos modos, no podemos asegurar rotundamente la relación entre estado de maduración del forraje y consumo total de MS. k.3) Nivel de forraje Es difícil determinar exactamente el efecto del nivel de forraje de la ración con la capacidad de ingesta total de una manera separada, debido al efecto que tiene sobre los cambios en la fibra y en el nivel energético. 73 Alimentación en vacuno lechero De Peters-Smith (1986) demuestra cómo el consumo total de MS es similar en raciones con 50 o 70% de heno de alfalfa en raciones mezcladas. Incluso hay experiencias que demuestran que hasta niveles del 79% de forrajes en raciones unifeed, no varía la DMI. Hay una influencia entre el nivel de FB y la predicción de consumo de MS. El máximo consumo de MS se da cuando la FB es del 16,15%, según Brown (1977). Kesles y Spahr (1964) demostraron que el consumo energético se maximiza en raciones que contienen del 50 al 60% de concentrados. El aporte adecuado de fibra (forraje) en raciones para vacas lecheras nos puede dar los máximos consumos de MS. Raciones bajas en fibras disminuyen el consumo de MS. La ausencia de fibra larga puede aumentar el tránsito intestinal y a su vez una disminución de la digestibilidad total, acidificación del rumen y acidosis. Actualmente se trabaja con niveles del 16 al 17% mínimo de FB en la ración total. La forma física de esta fibra es muy importante. El consumo mínimo de 1 a 2 kg de heno o de 0,8 a 1 kg de paja regulariza el tránsito, la salivación y estabiliza el pH ruminal. I) Humedad de la ración El aumento de la cantidad de MS de la ración favorece el consumo. Sin embargo, es difícil predecir el efecto de la humedad sobre el consumo de MS. Este efecto depende de si trabajamos con ración total o alimentos separados, pero es también diferente según los forrajes utilizados y tipos de concentrados. Generalmente, raciones con más de 50% de humedad limitan el consumo de MS, pero no podemos determinar cómo disminuye la ingesta en función del aumento de humedad. Al mismo tiempo, hemos comprobado que en raciones con forrajes verdes, la humedad puede llegar hasta el 60% o más sin disminuir la IMS. Por el contrario, sí podemos decir qué raciones excesivamente secas tienen poca apetecibilidad. Nosotros hemos encontrado un mínimo óptimo alrededor del 30-35% de humedad. 74 Alimentación en vacuno lechero m) Buffer Es conocido el efecto que tienen aumentando el % MG de la leche en raciones con mucho concentrado y poca fibra en la ración. Cómo actúan exactamente los buffer no es muy conocido, pero sí está bien documentada su utilización para aumentar el pH de la panza. Pueden darnos problemas de palatabilidad, pero éstos son mínimos si las mezclamos con suficiente cantidad de concentrados o forrajes. Una vez que se acostumbran no hay problemas. Hay numerosos trabajos publicados sobre buffer, pero los resultados no son definitivos ni consistentes sobre ese efecto, sobre la capacidad de consumo en vacas lecheras. En raciones con silo de maíz, no se observan efectos sobre IMS con la adición de buffer. Sí observamos aumento de IMS en raciones unifeed sin silo de maíz. También vemos aumentos de IMS en raciones unifeed con silo de maíz durante las 2 primeras semanas de lactación. Predicción del consumo de MS La mejor predicción de la IMS es preguntar al ganadero qué es lo que están comiendo los animales en ese momento y calcular qué cantidad de MS están consumiendo en función de lo que nos respondan. Si bien, podremos aumentar estas cantidades poco a poco en el tiempo, cuando las cifras obtenidas al valorar son muy inferiores a las que podemos obtener en el NCR-88 u otros autores, como las predicciones de la Universidad de California-Davis. En general, todas las ecuaciones que encontramos nos relacionan el peso vivo y la producción corregida al 4% de MG. Hay otras que también tienen en cuenta la proteína y el número de lactaciones. Así, el NRC 2001 propone la siguiente ecuación para el cálculo de kg IMS/día: IMS = [(0,372 x LC 4%) + (0,0968 x PV 0,75)] x [1-e (-0,192 x (SemL + 3,67))] Donde: LC 4% es leche corregida al 4%. SemL es la semana de lactación. 75 Alimentación en vacuno lechero Pero ¿cuál es la semana de lactación de un lote o de una explotación en el caso de lote único? En estos casos nos basamos en los DEL (días en leche) del lote o del rebaño. El INRA, en su última revisión, propone una ecuación para el cálculo de UEL (unidades lastre o de sustitución de forraje), que es un sistema algo más complicado. En estas ecuaciones, el INRA ha introducido para el cálculo también el PV y SemL, pero además introduce la semana de gestación (SemG), la condición corporal, la edad, un coeficiente para diferenciar primer parto y multíparas, así como un concepto de producción de leche potencial (PLpot). Este PLpot lo calcula en función de la cantidad máxima de leche producida por los animales o que pensamos que puedan llegar a producir y la SemL y SemG en que se encuentran las vacas. En principio, al meter tantos datos, nos parecía una ecuación que podría ser bastante completa, pero al darnos los resultados en UEL no lo hace muy utilizable, salvo que trabajemos directamente con estas unidades en vez de MS. Puede ser un reto el buscar unas correlaciones, para esta ecuación, en función de los animales y las producciones. A lo largo del tiempo hemos ido viendo diferentes ecuaciones de predicción, todas con más o menos exactitud; así, en la última ecuación del NRC, expresada más arriba, el error estándar es de ± 1,8 kg, lo cual es bastante. Otras ecuaciones de predicción: IMS = 2% PV + (0,333 x LC 4%) CV > 30% A.F. Kertz y L.F. Reutzel publicaron en un artículo una ecuación en la que combinaban la SemL, LC 4%, PV y una corrección en función de la lactación, y mejoraban la ecuación NRC-88: IMS = coef1 según SemL + (coef2 según SemL x LC 4%) + + (coef3 según SemL x x PV) + corrección por lactación CV = 10,3% 76 Alimentación en vacuno lechero Ajuste de la predicción de MS a) Estado de lactación Hay que tener en cuenta el tiempo que hace que han parido y disminuir o aumentar los resultados de la ecuación en función de lo expuesto en el cuadro 2. b) Estrés por calor o por bajas temperaturas Es complicado el hacer este ajuste, pues deberíamos tener en cuenta la humedad relativa, velocidad del aire, temperatura mínima nocturna, etc. Nosotros pensamos que en períodos de calor moderado se puede disminuir entre el 5 y el 10% la predicción de IMS. En períodos extremos es normal una reducción del 20 al 30%. La producción en estos períodos como es normal se reduce también. De todas formas, el NRC 2001 propone una ecuación para modificar la IMS cuando la temperatura supera los 20 ºC: IMS corregida = IMS calculada x (1 – ((Tª - 20) x 0,005922) En los casos de temperatura inferior a 5 ºC también se propone otra ecuación de corrección: IMS corregida = IMS calculada : (1 – ((5 - Tª) x 0,004644) En ambos casos la Tª es la temperatura del momento. c) Número de ordeños En primeras lactaciones, con producciones similares, cuando se ordeña tres veces al día, consumen entre el 3 y 5% menos que cuando se ordeñan dos veces. En lactaciones sucesivas la disminución oscila entre 1 y 3%. d) Humedad de la ración Como hemos dicho, no podemos establecer una relación entre humedad y consumo de MS. Es aceptable reducir el 1% la MS por cada 1% que aumenta la humedad de la ración por encima del 60%, salvo que la humedad provenga de forrajes verdes. El problema se agrava cuando, además de raciones húmedas, tenemos temperaturas altas. 77 Alimentación en vacuno lechero Resumen No es conocido cómo regulan las vacas la capacidad de ingesta. Factores físicos, químicos y nerviosos combinados ejercen de llave para la regulación de la capacidad de ingesta total. Medir la capacidad de ingesta es prácticamente imposible. La predicción de la capacidad de ingesta es difícil debido a los cambios ambientales, del manejo, del tipo de comida utilizada y de las variaciones del propio animal. No es posible obtener una medida directa de la capacidad de consumo, la predicción siempre debe tener una gran dosis de confianza. Es bueno pesar las sobras cada 15-30 días, y, restándoselo a lo que estamos echando, sabremos los kilogramos de consumo diario, aproximadamente. No sabremos si lo que sobra es más o menos homogéneo hasta que lo analicemos, y esos valores los comparemos con las raciones a las que pertenecen. Según nuestra experiencia, los análisis de las sobras son bastante parecidos a los análisis de las raciones a los que pertenecen, aunque podríamos pensar que no tendría nada que ver. De esta manera podríamos estimar cuál es el consumo medio de MS de cada grupo de alimentación. Cuadro 3. Resumen factores que afectan al consumo de MS (IMS). Incidencia Factor Peso corporal Producción Estado de lactación Estado de gestación Edad Estrés por calor Ordeño (dos o tres veces) Frecuencia de comidas Sistema de alimentación Presentación física: Concentrados Forrajes Calidad y tipo de forrajes Humedad Buffer Alta Media Baja + + + – – + – – – – – – – – – + – – – – – + + – + + – – – + + – + – + + – – + – – + 78 Alimentación en vacuno lechero Bibliografía INRA-Alimentación de Bovino, Ovino y Caprino 1978, 1988, 2002 y 2007. Kertz AF, Reutzel LF. Dry Matter Intake of lactating Cows. Necesidades Nutricionales para Rumiantes de Leche. FEDNA 2009. NRC-Nutrient Requirements of Dairy Cattle. Sixth Revised Edition Update 1989 y 2001. 79 81 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Prof. Dr. José Luis Benedito Castellote Académico correspondiente de RACVE. Profesor titular de Patología Animal. Facultad de Veterinaria de Lugo. Universidad de Santiago de Compostela (USC). Introducción Para establecer una rentabilidad tanto productiva como económica en una explotación de ganado vacuno lechero, es fundamental establecer unos programas sanitarios, teniendo en cuenta siempre que el mejor método y más barato de atajar las enfermedades es la prevención, por lo tanto, y siguiendo este axioma de medicina preventiva, y considerando la granja una empresa en donde los gastos deberán ser menores que los beneficios, porque en caso contrario se va a la ruina, es muy recomendable la aplicación de programas sanitarios para enfermedades infecciosas y parasitarias, limpieza, desinsectación y desratización en el ganado vacuno lechero. Es evidente que el animal enfermo ocasiona unos gastos de medicamentos, honorarios del veterinario, pérdidas por descenso de la producción de leche (y en muchos tratamientos hay que tirarla por la presencia de residuos), pérdida de la cría o crías, venta a la baja de los animales y, lo peor, la muerte de los animales y el posterior gasto de reposición de los mismos. Incluso debemos incluir la alimentación malgastada y las horas de dedicación extraordinaria del personal de la explotación a los animales enfermos, que disminuye notablemente el rendimiento laboral de la granja. Si, a mayores, la granja debe hacer pagos a entidades de préstamos, esto podría retrasar la deuda, con los correspondientes intereses. Aunque lo primero y esencial al valorar una explotación es su diseño; de ello dependerá en una gran medida la sensibilidad del establo a las enfermedades, de optimizar el trabajo en la misma y, por lo tanto, en llevar a esa explotación a una elevada y sostenible producción láctea. Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero De aquí en adelante denominaremos a la vaca de leche de alta producción VLAP; es un animal delicado y como tal debemos de manejar y cuidar, conociendo que unos simples cambios en los hábitos rutinarios de ordeño, manejo, etc., pueden influir para desencadenar un estrés en el rebaño lechero. Los programas obligatorios para una explotación son los realizados anualmente por las Campañas de Saneamiento, en donde se revisan enfermedades como la tuberculosis, brucelosis, perineumonía y leucosis bovina, y que son llevados por los servicios veterinarios de las distintas comunidades autónomas, donde la tuberculosis se realiza en el propio establo mediante una prueba intradérmica y comprobación a las 48-72 horas (en los casos positivos o dudosos, aumento del grosor de la piel, que se mide con un cutímetro; además conviene realizar una exploración complementaria de ganglios). Mientras que para la brucelosis, perineumonía y leucosis, se extrae sangre de los individuos mayores de 1 año y se realiza un diagnóstico laboratorial. Es muy importante que cuando compremos ganado proceda de explotaciones que tengan el certificado de saneamiento. Programas sanitarios contra enfermedades infecciosas La inmunidad que es aportada por el calostro es fundamental para la adaptación de la cría al establo y para posteriores situaciones de estrés que puedan acontecer, como, por ejemplo, traslado a centro de recría. El vacunar a animales antes de los 3 meses de vida no es aconsejable, ya que los anticuerpos que aporta el calostro tienen una vida media de 3 meses y, por lo tanto, interfiere las posibles vacunaciones, haciéndolas menos efectivas. Por todo ello, el programa vacunal comienza a partir de los 3 meses de edad. Rinotraqueitis infecciosa bovina (IBR). Enfermedad infecto-contagiosa, causada por un herpesvirus bovino tipo 1, que cursa con cuadros clínicos diferentes, según la vía de entrada de la infección, así: una forma respiratoria-ocular, vulvovaginitis pustular infecciosa (IP9), cuadros nerviosos, alteraciones reproductivas, cuadros neumoentéricos, mamitis y dermatitis. Su contagio fundamental es por vía aerógena y por la existencia de animales portadores latentes (que algunos pueden ser negativos a la prueba de anticuerpos séricos). 82 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Las pérdidas económicas de esta enfermedad pueden estar en las restricciones que puedan ocasionar en el movimiento de animales. Por lo tanto, las medidas pasan por controlar los animales que puedan llegar a la explotación y por descubrir a los portadores latentes. Si existe la obligación de hacer un programa vacunal, entonces las vacunas empleadas serán marcadoras (que no llevan una proteína estructural gE); entre las proteínas responsables de la inmunidad está la proteína gB, que produce una respuesta inmune rápida, y la proteína gD, responsable de una respuesta inmune eficaz, de modo que su introducción en el animal va a desarrollar las respuestas inmunes orgánicas, pero en estos animales vacunados con vacunas marcadoras serán negativas a la prueba de los anticuerpos anti-gE. Cuando el animal está en contacto con el virus de campo, lo cual acontece en los animales que se han infectado de forma natural, tienen la proteína gE y son positivos a anticuerpos anti-gE. Entonces, en los animales que tomamos sangre, podemos encontrar dos situaciones: 1) Negativos a Ac gE y positivos a gB, serán animales vacunados con vacunas marcadoras. 2) Positivos a Ac gE y a gB, son animales que sufrieron la infección de campo. Vacunas IBR 1.ª dosis de vacuna marcadora a los 3 meses de edad de la cría. 2.ª dosis de la misma vacuna a los 4 meses. Revacunación cada 6 meses. Características de las vacunas Las vacunas marcadoras pueden ser vivas o inactivadas, cada una tiene sus ventajas, así la vacuna viva activa mejor la respuesta celular, mientras que la vacuna inactivada potencia la respuesta humoral. Pero, como hemos indicado arriba, las vacunas tienen que ser marcadoras. Diarrea vírica bovina (BVD) Es otra enfermedad infecto-contagiosa producida por un pestivirus que se caracteriza por producir un gran numero de infecciones subclínicas e inmuno- 83 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero supresión transitoria, cursando clínicamente con trastornos digestivos, con lesiones de la mucosa digestiva y diarreas crónicas, alteraciones reproductivas como abortos, momificaciones de fetos y efectos teratógenos. Su difusión en el mundo es muy alta, ocasionando grandes pérdidas por los distintos cuadros clínicos de la enfermedad, así como por las infecciones secundarias que se producen en los animales infectados por BVD. El hecho donde radica toda la contagiosidad del BVD es la presencia de animales persistentes infectados (PI) que se caracterizan: • Por eliminar el virus toda su vida. • Ser animales inmunodeprimidos. • Los anticuerpos calostrales descienden más rápidamente que los no infectados, por lo tanto, son más sensibles a padecer infecciones secundarias. • Adultos PI aparentemente normales. Por tanto, la lucha de la enfermedad se basa en localizar y eliminar los PI, para, una vez eliminados, vigilar mediante el control de incorporaciones y monitoreo de todo el rebaño. La identificación de PI se realiza mediante ELISA de detección de antígeno a partir de muestras de sangre, leche individual o leche de tanque o muestra del epitelio de la oreja en animales con menos de 3 meses. El utilizar ELISA es para la detección de anticuerpos anti-p80, que aparecen cuando hay replicación del virus, bien por infección o por vacunación con vacuna viva, de ahí que no se equivoque con vacunaciones con vacuna inactivada. La vacunación de las hembras tiene como fin fundamental evitar la infección del feto y disminuir las pérdidas ocasionadas por el cuadro agudo. Vacunas BVD 1.ª dosis de vacuna inactivada a los 8 meses de edad de la cría. 2.ª dosis de la misma vacuna a los 9 meses. Revacunación cada 6 meses. Paratuberculosis bovina Enfermedad infecto-contagiosa crónica del tracto intestinal que afecta a múltiples especies y, en concreto, a los rumiantes. Está causada por el Myco- 84 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero bacterium avium subespecie paratuberculosis Map, que produce una enteritis crónica que no tiene tratamiento, afectando del 10 al 15% de la cabaña bovina. Prohibida su vacunación por reacciones cruzadas con la prueba de la tuberculina, por lo tanto, la forma de controlar la paratuberculosis y su prevención es el manejo adecuado de las crías en los primeros meses, así como poniendo normas de bioseguridad estrictas en la explotación, y vigilancia permanente mediante diagnóstico clínico y laboratorial. El diagnóstico clínico se basa en apreciar la presencia de diarreas que no responden a tratamientos, edemas y pérdidas de peso. Hay otros signos menos evidentes, como disminución de la producción, aparición de mamitis y reducción de la fertilidad. El diagnóstico laboratorial se basa en tres pruebas: a) ELISA por detección de anticuerpos con baja sensibilidad y especificidad, pero rápida, y se usa para saber el riesgo de distintos grupos de animales frente a la infección y también para conocer si han sido efectivas las medidas de control aplicadas. b) PCR es una técnica muy sensible y rápida para detectar Map; el inconveniente es que es costosa. c) Aislamiento del Map e identificación mediante cultivos, son muy lentos pero con una especificidad del 100%; muy sensible con animales infectados, pero con poca sensibilidad con animales con infección subclínica. Un manejo adecuado del rebaño, prestando atención a la recría y al ganado de reposición que proceda de regiones libres de paratuberculosis, y observar unas medidas de seguridad estrictas en el control de entrada de personas, vehículos y animales, así como de movimientos dentro de la propia explotación. Enfermedad respiratoria bovina o síndrome respiratorio bovino (SRB) Este síndrome tiene carácter plurietiológico y multifactorial, afectando al desarrollo de las crías; si en las explotaciones la incidencia es elevada, se recomienda la vacunación como forma de control, usándose vacunas inactivadas o vivas 85 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero contra el virus sincitial bovino, parainfluenza tipo 3 o vacuna inactivada contra Mannheimia hemolítica (serotipo 1) o el propio leucotoxoide. Vacunas SRB 1.ª dosis de vacuna viva o inactivada a partir del tercer mes. 2.ª dosis al mes de la primera. La vacuna con virus vivos puede hacerse por vía intranasal, que proporciona una buena inmunidad, sin interferir anticuerpos calostrales. Diarreas neonatales Es el proceso más frecuente en crías de ganado vacuno lechero, incluso superior a los síndromes respiratorios. Aunque el buen manejo e higiene de los establos que alojan terneros y sus madres es fundamental para sacar adelante todos o la mayoría de la recría, también podemos reforzar estas medidas higiénicas para salvar terneros mediante la vacunación de las madres al comienzo de la fase de secado con vacunas que lleven coronavirus, rotavirus y Escherichia coli (colibacilares). Otras enfermedades bacterianas También debemos considerar las clostridiosis, provocadas por gérmenes del género Clostridium, con diferentes especies patógenas para el ganado vacuno, dando lugar a unos cuadros clínicos distintos: C. Perfringens: enterotoxemias. C. Sordelli y C. Septicum: edema maligno. C. Chauvoei: carbunco sintomático. C. Tetani: tétanos. Existen en el mercado vacunas que contienen combinaciones de varias especies de Clostridium, incluso otras formas comerciales utilizan toxina inactivada o toxoides. Se suele vacunar a las madres y a la recría a partir del 4.º mes. La leptospirosis es otra enfermedad bacteriana a la que tenemos que prestar atención, que, aunque existe una menor incidencia del género Leptospira 86 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero spp., en zonas endémicas nos interesa inmunizar con una vacuna inactivada que contenga la especie L. Hardjo para evitar problemas reproductivos. Vacunas leptospiras 1.ª dosis de vacuna inactivada al sexto mes. 2.ª dosis al mes de la primera. Revacunación cada año. Programa de control de parásitos Una de las pautas generales que debemos seguir es conocer qué densidad de carga parasitaria tenemos, y qué especies de parásitos están afectando a la explotación, para lo cual sería necesaria una revisión de los alojamientos, limpieza de los mismos, eliminación de residuos y restos de alimentos, una exploración de los animales y una recogida selectiva de muestras para su análisis coprológico; una vez que tengamos todo los datos y conociendo el ciclo de los parásitos aplicar el programa de control y, si es necesario, un tratamiento. Un hecho muy frecuente es que las explotaciones utilicen antiparasitarios para prevenir; cuando no hay parásitos o su carga es muy pequeña no usaremos antiparasitarios para prevenir, porque estamos creando resistencias en los parásitos frente a esos fármacos. Luego, tras la exploración generalizada y comprobada la carga parasitaria, podemos adoptar las medidas de control y erradicación, si fuesen necesarias. I. Enfermedades causadas por protozoos Neosporosis Enfermedad protozoaria que causa abortos y mortalidad perinatal en ganado vacuno, y que en el perro ocasiona trastornos neuromusculares, y además es el hospedador definitivo de este parásito Neospora caninum, perteneciente al género Coccidia y similar en sus características biológicas y morfológicas con el Toxoplasma gondii. Luego, lo primero que debemos realizar es un diagnóstico preciso, para lo cual tendremos en cuenta lo siguiente: 87 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero • Presencia de abortos. • Datos clínicos-epidemiológicos del grupo. • Toma de muestras: fetos, restos de placenta, abortos y suero. El diagnóstico de la infección se realiza comprobando la presencia de anticuerpos específicos en el suero de los animales adultos mediante técnicas laboratoriales concretas (inmuno-fluorescencia indirecta IFI, aglutinación directa, western blot y ELISA). Entonces un animal con seropositividad nos indica que está o ha estado expuesto a este parásito, por lo tanto desarrolla una respuesta inmune humoral, pero los seronegativos no nos permiten desechar su posible infección, puesto que los títulos de anticuerpos son variables con el estado de gestación y con la edad. De hecho, en vacas o novillas seronegativas durante varios controles, cuando se aproximan al parto, aparecen los anticuerpos a neospora. En los animales recién nacidos, si no tienen anticuerpos de neospora nos indica que no ha existido transferencia durante la gestación de la madre al feto. Por ello es preciso realizar un análisis precalostral, que, en caso positivo, nos indica la infección fetal. Las medidas de control radican en los tipos de transmisión: 1) Transmisión vertical o congénita: es la principal forma de infección, ya que una vaca infectada transmite la infección a toda su descendencia. Diagnóstico etiológico y diferencial de los abortos; muy importante los análisis de tejidos, como sistema nervioso (cerebro), corazón e hígado, para aislar la neospora o comprobar la presencia de anticuerpos de neospora. Si existe relación entre los animales seropositivos a neospora y los abortos, habrá que adoptar medidas según la prevalencia del rebaño. 2) Transmisión horizontal o postnatal: se ha comprobado que existe la infección entre el perro y la vaca, pero no entre una vaca y otra vaca que compartan instalaciones. De hecho es una transmisión asociada a que concurran otros factores estresantes que produzcan inmunodepresión, como puede ser la infección de BVD. Impedir que los perros ingieran restos de abortos, ni tengan acceso a los depósitos de alimentos (ni los perros ni otro hospedador). 88 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Limpieza y desinfección de instalaciones y materiales contaminados con abortos. Controlar el acceso de animales a la explotación; ya hemos hablado del perro, pero hay otros hospedadores que debemos vigilar, como aves de corral, palomas, felinos, zorros, y otros herbívoros, como equinos, ovinos, caprinos y camellos. Y por supuesto, si hay reposición de hembras, controlar mediante petición de análisis oficiales la ausencia de positivos a neospora. Cryptosporidiosis Otro proceso menos grave al no producir abortos, pero que produce una mortalidad elevada sobre todo cuando se asienta en los establos de cría y recría, es el producido por los Cryptosporidium spp., provocando unas diarreas de muy difícil tratamiento; bien es verdad que la limpieza de cubículos y eliminación de excretas de los animales ayudan en gran medida, pero además podemos administrar halofuxinona a las terneras que vamos a recriar. II. Otros parásitos Fasciolosis La Fasciola hepática es un trematodo que causa lesiones y alteraciones en el hígado, cursando de forma crónica en el ganado vacuno, provocando trastornos digestivos y alterando la funcionalidad hepática, lo que ocasiona pérdidas, como disminución de la producción y calidad de la leche; en animales jóvenes acontece un retraso del crecimiento y pérdidas de peso, atraso de la aparición de la pubertad, con lo que se ve afectada la fertilidad, etc. La fasciolosis tiene una serie de factores que favorecen la infección de este parásito, como son: • Factores climáticos y edafológicos: debemos conocer el ciclo del parásito, pero también las condiciones de vida de los hospedadores, sobre todo del caracol (Lymnaea truncatula), que es el hospedador intermediario (HI), pero también las fases libres del ciclo. • Resistencia a tratamientos, ya que el uso inadecuado ha creado resistencias muy importantes. 89 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero El programa sanitario de la fasciolosis debe de contener los siguientes puntos: a) Informar y motivar a los ganaderos. b) Estimación de la prevalencia al comenzar el programa, tomando muestras de sangre y heces para aplicar las distintas pruebas diagnósticas. c) Aplicar las medidas de control directamente en el ganado vacuno, así como contra el caracol (HI) y su hábitat. d) Valoración de las medidas de control, y sobre todo de tratamientos fasciolicidas, para lo cual elegiremos los estudios de muestras de heces. e) La última, pero la fundamental, la vigilancia anual de los rebaños, que debe ser por lo menos una vez, y observar si hay cambios en la prevalencia. Lo normal es que al principio se utilicen fasciolicidas dos veces al año, pero con el tiempo, y si estas medidas han tenido éxito, se usen una vez al año o incluso se espacien en el tiempo. Bien es verdad que seguiremos vigilando aunque la prevalencia sea muy baja o nula. Programa anual: un programa general no vale por las condiciones climáticas y del suelo, las propias características de la explotación y su manejo, el grado de prevalencia, etc., pero un programa de control anual debe de tener las siguientes actuaciones: Época del año Diagnóstico Acciones Febrero-marzo Negativo Sobre el caracol y su hábitat. Febrero-marzo Positivo Caracol y hábitat. Tratamiento toda la explotación. Octubre-noviembre Negativo Sobre el caracol y su hábitat. Octubre-noviembre Positivo Caracol y hábitat. Tratamiento toda • Evitar encharcamiento. • Cercar los humedales para que no puedan pastar en ellos los animales. • Drenaje de las zonas pantanosas. 90 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero • Colocación de bebederos en zonas seguras. • Utilizar molusquicidas, uno apropiado sería la cianamida cálcica. • También en los ensilados será aconsejable su desecación y almacenamiento en lugares sin presencia de caracoles. • Tratar el estiércol con cal, sobre todo en zonas endémicas donde exista este parásito. Programa sanitario frente a ectoparásitos En la naturaleza hay una gran cantidad de artrópodos, pero desde nuestro enfoque de la sanidad del ganado vacuno lechero, tenemos dos grandes grupos de interés por las repercusiones sanitarias y productivas con las consecuentes perdidas económicas, como son los arácnidos, donde se incluyen los ácaros de la sarna y garrapatas, y los insectos, que contiene a grupos tan interesantes como moscas, mosquitos, pulgas y piojos. La acción directa de estos artrópodos produce trastornos en el organismo parasitado, pero además en muchas ocasiones actúan como vectores de enfermedades producidas por bacterias, virus u otros agentes infecciosos. Un ejemplo lo tenemos con las garrapatas, que en ganado vacuno son vectores de enfermedades, como la babesiosis o la theileriosis. Otros procesos son altamente contagiosos e incluso para el hombre, como acontece con los piojos o las pulgas y las sarnas. Control de las garrapatas Hay dos actuaciones de lucha y control contra estos arácnidos, en primer lugar su tratamiento directo con fármacos denominados acaricidas, y en segundo lugar intervenir en las fases de su desarrollo y en el propio hábitat donde se desenvuelven. Hay dos problemas que han surgido: el primero, las resistencias a los acaricidas, y el segundo, el impacto en el medio ambiente del uso de productos contra las garrapatas; para ello se han combinado diversas acciones, como modificación del hábitat de las garrapatas, control inmunológico y genético, combinaciones de lucha biológica y mecánica. 91 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Así, el control de garrapatas en su hábitat va encaminado a crear un medio hostil por medio de: • Prácticas agrícolas de laboreo y rotación de cultivos, evitando en todo momento la entrada de ganado vacuno en zonas de riesgo de infestación. • Delimitar zonas pastables y aledaños de alta carga parasitaria, donde se pueda realizar una quema controlada. • Evitar contactos del ganado vacuno con reservorios silvestres. • La lucha biológica en contra de las garrapatas con introducción de enemigos naturales, como ciertos himenópteros y hormigas, leguminosas como la Stylosanthes biflora, que es comestible para el ganado vacuno pero que produce una sustancia que actúa como veneno mortal para las garrapatas. • Los ensayos de vacunación contra las garrapatas están en fase experimental, emplean antígenos de las glándulas salivares o del aparato digestivo para activar la inmunización del animal. Aunque es una acción prometedora todavía no están comercializados en Europa. En Iberoamérica se comercializa una proteína recombinante de intestino de la Boophilus microplus que tiene una protección muy variable entre 55 y casi el 100% frente a esta especie. • La manipulación genética encaminada a reducir el potencial reproductivo de las garrapatas, mediante la creación de híbridos de las distintas especies de garrapatas, donde los machos son estériles y, aunque las hembras sean fértiles, los huevos que ponen no eclosionan. Programa de control de mamitis La mamitis o mastitis bovina es el proceso patológico que mayores pérdidas económicas origina en el ganado vacuno de leche, superando ampliamente las producidas por enfermedades podológicas, infertilidad y otros problemas reproductivos. De hecho, la pérdida de leche en cantidad y en calidad es un problema fundamental en las explotaciones lecheras, no en vano es un parámetro para el pago de la leche y es además el reflejo del manejo, sanidad, alimentación y gestión en la explotación de leche. 92 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Se estima que por cada 100.000 células por encima de esas 200.000 células/ml (consideradas signo de infección), se pierden aproximadamente 13,26 litros/vaca/mes. Las pérdidas económicas se producen también por disminución de la calidad de la leche, descenso del rendimiento de productos derivados de la leche que requieren fermentaciones, etc. Además pueden presentarse problemas de salud pública, siendo la leche el vehículo de bacterias o de toxinas (estas últimas pueden ser incluso resistentes a procesos de pasterización). Hay dos clases de mastitis dependiendo de los gérmenes que las provocan: 1) Gérmenes contagiosos: los mas importantes de este grupo son Streptococcus agalactiae y Staphylococccus aureus. Sus reservorios son las ubres infectadas, se eliminan por la leche, y la transmisión se produce de cuarterones infectados a otros no infectados preferentemente durante el periodo de ordeño (máquina de ordeño, manos del ordeñador, paños, etc.). En el caso de S. agalactiae, su eliminación de la ubre no es demasiado difícil, ya que suele ser bastante sensible a tratamientos sencillos con penicilina. En el caso de S. aureus, su total erradicación es bastante más complicada, aunque el objetivo del establo es alcanzar niveles muy bajos o nulos. 2) Gérmenes medioambientales: en este grupo se incluyen varios tipos de Streptococos (Streptococcus no agalactiae), Escherichia coli, Listeria, Klebsiella, etc. Su reservorio es el medioambiente que rodea la vaca: heces, tierra, alimentos, etc. No se puede evitar el contacto con la vaca, aunque debemos proporcionar a los animales un ambiente lo más limpio posible. Las infecciones suelen ser de corta duración y pocas veces quedan en forma subclínica o crónica. Además de estos dos grandes grupos, existen gérmenes muy importantes por la gravedad de los casos que originan, como Arcanobacterium pyogenes (antes Actinomyces pyogenes), Nocardia o Mycoplasma spp. Finalmente, existe otro grupo llamado de patógenos secundarios compuesto por Corybacterium bovis y Staphylococcus coagulasa negativos que suelen originar un aumento ligero del recuento celular y, en el caso de este últi- 93 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero mo, son flora normal de la piel de la ubre. También son responsables de casos clínicos. El diagnóstico debe realizarse a dos niveles: I. De explotación. II. De individuo. I) A nivel de explotación es imprescindible conocer dos datos: el recuento celular y la bacteriología de la leche de tanque. El recuento celular debe permanecer inferior a 200.000 cel/ml para minimizar las pérdidas económicas, aunque el nivel legal exigido sea muy superior. Además, buscamos conocer el cultivo de leche de tanque, es decir, las bacterias que tenemos en el establo y de esta manera establecer unas pautas de tratamientos, normas de manejo, etc. II) A nivel de la vaca intentaremos conocer los animales con mastitis subclínica, bien mediante recuentos celulares o bien mediante el test de California. Examinaremos la leche para determinar si su aspecto es normal. Además, podemos realizar un examen físico del estado de la ubre mediante palpación, preferentemente de la ubre de la vaca justo después del ordeño. También podemos tomar muestras bien de animales con mastitis clínica o subclínica para identificación de ciertos gérmenes (S. aureus, S. agalactiae, Nocardia, Micoplasma). Las muestras para bacteriología deben tomarse de forma aséptica (previa desinfección con alcohol de 70°) y pueden conservarse durante 5-7 días en la nevera, aunque ciertos gérmenes son muy sensibles y pueden desaparecer de la muestra en pocas horas. Control de la mastitis en la explotación Las bacterias que infectan la ubre pueden provenir directamente del medioambiente o bien de ubres infectadas. En cualquier caso las bacterias entran en el 99,9% de los casos por el esfínter del pezón (de ahí la importancia de visualizar las puntas de los pezones). Por lo tanto, todo programa de control de mastitis tiene que evitar o minimizar las infecciones. Para evitar las mastitis llamadas contagiosas, deberemos realizar un estricto control durante el ordeño. Las recomendaciones principales serían los lavados de ubres bien en "seco" o con agua. En este caso se tiene que realizar un 94 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero secado con toallas de papel individuales. No es nada recomendable la utilización de trapos para lavar y secar los animales, aunque se aclaren después de cada vaca. Puede realizarse en este momento un baño de pezones a base de iodo, que debe permanecer en contacto al menos 30 segundos. En todos los casos debe realizarse la retirada de los primeros chorros de leche. Además se debe realizar un control al menos anualmente de la maquinaria de ordeño. Después del ordeño, se recomienda la utilización de baño de pezones preferiblemente en vaso o en spray. Antes, los baños de pezones eran germicidas (iodóforos, con hipocloritos, a base de clorhexidina, etc.); en la actualidad, se están comercializando algunos que actúan como barreras físicas entre el pezón y el medioambiente, que se basan en látex, acrílicos y polímeros. La diferencia entre vaso y spray es que en spray es más difícil que todo el pezón quede bien impregnado y además el gasto por vaca es muy superior al vaso. Para evitar las mastitis medioambientales tenemos que controlar los intervalos entre ordeños, es decir, controlar las camas de los animales, evitar la sobrepoblación, pudiéndose emplear desinfectantes en las camas tipo superfosfatos, mantener los animales limpios (afeitando ubres y cortando el rabo, actuación que se considera contra el bienestar de la VLAP). En todos los casos debemos recomendar un tratamiento antibiótico de los animales al secado. Estos tratamientos se basan en productos de lenta liberación. Los fines de este tratamiento son: • Reducir las infecciones en las primeras semanas del secado. El índice de curación es mayor en el secado que en la lactación. • Minimizar la presencia de residuos de antibióticos. La curación de las mastitis, sobre todo en las contagiosas, es muy superior por los tratamientos de secado que con los tratamientos en lactación. En general, sea cual sea el tipo de mastitis debemos recomendar extremar las medidas de higiene, realizar apuntes de las vacas con mastitis clínica o subclínica y sacrificar los animales crónicos (hay granjas conservacionistas, pero que terminan dándose cuenta de su error de mantener animales con mamitis). En algunos casos se pueden utilizar vacunas que disminuyen el número de infecciones y su gravedad. 95 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Una cuestión alimentaria es la necesidad de suplementar la ración con ciertos minerales (zinc, cobre, etc.) para mejorar la capacidad de defensa ante la infección. De forma general las medidas se resumen en el llamado Plan de los 5 puntos: • Higiene mantenida durante 24 horas al día. • Terapia antibiótica de secado. • Correcto uso y control de la maquinaria de ordeño (robot de ordeño). • Detección, registro y tratamiento de los casos clínicos. • Sacrificio de los animales crónicos. Finalmente, tenemos que conocer cuáles deben ser los objetivos que nos debemos fijar en la ganadería: • Recuento celular: < 200.000 cel/ml. • Sacrificios por mastitis: menos de 3% al año. • Muertes por mastitis: menos de 1% al año. • Casos de mastitis clínica: menos de 3% al mes (o menos del 0,5% de vacas en tratamiento en cualquier día del mes). Programa de prevención de enfermedades de las pezuñas de la VLAP Como enfermedades que acontecen en el ganado lechero y su elevada incidencia, tienen una importancia económica para la producción del animal. Aunque estrictamente las afecciones de las pezuñas son multicausales, entre las que también están las causas infecciosas, pero también las alimenticias, las productivas, los partos, los alojamientos, los suelos, la climatología, etc. Puntos a tener en cuenta en la prevención: 1) Quizás deberemos empezar a seleccionar ganado lechero con una buena genética en conformación ósea, adecuada a la estabulación donde van a desarrollar toda su vida; además, siempre en todas las explotaciones hay animales más resistentes a padecer enfermedades podológicas, siendo 96 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero conveniente aprovechar esta resistencia natural de algunas vacas para elegir sus crías para la reposición. 2) El animal, desde que nace hasta el final de su vida productiva, debe de tener cubículos adecuados a su tamaño y peso, con cama seca y limpia para que el animal pase el mayor tiempo posible acostado, por lo que los cubículos estarán en mayor número que los animales estabulados. Aunque también se deben tener patios de paseo o pastos para que el animal haga ejercicio. 3) Factores como la humedad y el frío son totalmente indeseables en un rebaño intensivo, éstos, unidos a gérmenes anaerobios (Fusobacteriom necrophorum, Bacteroides melanogenicus, Dictelobacter nodosus y otros microorganismos), ocasionan la infección podal. 4) Está demostrado que la humedad reblandece la queratina de la pezuña y la suciedad produce una irritación de los epitelios de la pezuña. Además, la vasoconstricción del frío hace que la circulación de las extremidades sea una situación propicia para la anaerobiosis. 5) Los suelos deben estar limpios y sin humedad, deben de ser de materiales no abrasivos pero no resbaladizos, por lo tanto, suelos rayados, sobre todo en zonas de tránsito de animales. También se pueden poner otros suelos antideslizantes, como los de goma. 6) Cuidar que las raciones de los distintos lotes de animales estén equilibradas en proteínas, lípidos y glúcidos, pero también tiene que haber aportes de minerales y vitaminas. Un desequilibrio proteico lleva a una acidosis subclínica o clínica del rumen con el peligro de liberación de sustancias vasoactivas (histamina), que producen una extravasación sanguínea en el corion podal y asociándose al comienzo de la laminitis. 7) Situaciones de aumento de temperatura medioambiental llevan a un fin similar que el que acontece en la acidosis ruminal. Un programa de revisión podológica comienza con la observación directa del rebaño, donde revisamos el ángulo de las extremidades posteriores con respecto al plano vertical, animales que cruzan las extremidades anteriores o que las meten hacia adentro. Con el animal en movimiento observaremos la incurvación de la línea de la espalda al caminar, animales que se retrasan al caminar y posibles cojeras o claudicaciones. 97 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero • Revisar las pezuñas antes del primer parto (novillas), normalmente pueden necesitar los animales un recorte funcional para que el reparto de peso sea equilibrado. • En general, y para todo el rebaño, revisar dos veces al año como mínimo, una puede ser al comenzar la primavera y otra al comienzo de otoño (que a veces coincide con la salida a los pastos y la entrada a la estabulación invernal, respectivamente). El recorte funcional va encaminado a igualar la superficie de pisada para que los crecimientos exagerados no desequilibren el paso del animal, limpiezas de talones, espacios interdigitales y dedos rudimentarios. Se recomienda en los lugares de tránsito de las vacas poner unos pediluvios (baños de pezuñas) de sulfato de cobre que inhiben gérmenes y la aparición de dermatitis. Estos pediluvios se degradan con rapidez y hay que reponerlos; en el caso que la incidencia de dermatitis sea baja o no haya buena reposición de líquido con sulfato de cobre, no se deben de poner. Programa de desinfección, desinsectación y desratización (DDD) Desinfección En todos los establos de vacuno lechero se debe, por lo menos una vez al año, realizar una desinfección de todas las instalaciones, personas y equipos, lo aconsejable son dos por año (en el caso de no existir cama, la desinfección será cada 2 meses), encaminada a la eliminación de la materia orgánica. La limpieza y desinfección va desde la sala de ordeño y la lechería, con cambios de piezas perecederas a zonas al abrigo de las limpiezas rutinarias, pasando por las zonas de descanso, cría y recría, pasillos de tránsito, etc., teniendo la precaución de la recogida en seco de los residuos sólidos antes de limpieza y desinfección con equipos de lavados a alta presión. Se debe de realizar la desinfección de la sala de partos y enfermería después de cada ocupación, y diaria en las zonas de conducciones del establo y rejillas de heces. 98 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero La limpieza y desinfección de la sala de ordeño es rutinaria después de cada ordeño. Realizar la desinfección en alojamientos de recría después de su vaciado. Mantener limpia y seca la zona de almacenamiento de alimentos. Llevar un registro de la fecha, si hubo una empresa externa con autorización legal para este fin, con los datos de la misma y de los métodos empleados, qué zonas fueron tratadas y qué productos fueron los empleados (usar aquellos productos de limpieza y desinfección que figuren en el registro de biocidas y con la nula o menor toxicidad posible). Usar equipos de limpieza con agua a alta presión. Si la limpieza y desinfección la realiza el personal de la propia explotación, se tendrán en cuenta unas normas genéricas de cómo utilizar productos homologados, con registro sanitario y con la menor toxicidad posible, siguiendo en todo momento lo marcado en el prospecto. Mantener estos productos en su embalaje original y herméticamente cerrados, en lugar seco y sin posibilidad de rotura accidental. También hay que tener la precaución de mantenerlo fuera del alcance de personas (sobre todo niños) y animales, lo conveniente para cumplir lo anterior expuesto es guardarlo en un armario o habitación con llave controlada en todo momento. Normas para aplicar la limpieza y desinfección: 1) Airear los locales que van a ser desinfectados. Limpiar en seco todo lo que sea posible de materia orgánica, como heces, alimentos, camas y suciedad. Los materiales y utensilios en contacto con los animales, limpiarlos al aire libre y si es al sol, mejor. 2) Antes de la aplicación del producto, las personas se protegerán contra inhalaciones con mascarillas, contra lesiones de la piel y ojos, como fundas, guantes, gorros, gafas, etc., en definitiva una protección individual adecuada. 3) Saber en todo momento las medidas de actuación si hay un accidente con el producto utilizado, incluso guardar el teléfono de urgencia del Servicio de Información Toxicológica (tel.: 91 562 04 20) del Instituto Nacional de Toxicología (www.mju.es/toxicologia). 4) La forma que aplicaremos a continuación será lavar con agua a presión todas las superficies, raspando y aplicando detergente. El siguiente paso 99 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero es aclarar con agua abundante, y seguidamente, y cuando esté menos húmedo, aplicar el desinfectante y dejarlo actuar según nos indica el prospecto. Tras lo cual enjuagar con agua abundante. Dejar el máximo tiempo posible los locales vacíos y que entren el aire y el sol. En las explotaciones ganaderas podemos utilizar los siguientes productos: clorhexidina, formaldehídos, cloraminas, iodóforos, hidróxido sódico, amonio cuaternario, fenoles, cresoles, monopersulfato potásico, etc., dependiendo de lo que se quiere erradicar y la toxicidad que puede acarrear. Suministrar ropa de protección (calzas, fundas y gorros) a las visitas que entren en los recintos de producción. Desinsectación La lucha contra los insectos se puede llevar a cabo mediante una desinsectación activa con repelentes de insectos o insecticidas (biocidas/productos zoosanitarios) en los animales y en las instalaciones. En otras ocasiones podemos utilizar una desinsectación pasiva, impidiendo el acceso de los insectos con redes en las ventanas, evitar huecos y zonas sucias donde los insectos ponen huevos, encalar y pintar de forma usual, siempre retirando materia orgánica de los locales, incluso en las zonas de lechería, manteniéndola escrupulosamente limpia, porque es una zona especialmente predispuesta a la aparición de moscas. Cubrir con los plásticos los silos después de extraer la ración diaria, eliminar los restos de silos fermentados. Almacenando la hierba en zonas secas y limpias. Mantener los bebederos y comederos sin restos orgánicos, manteniéndolos limpios en todo momento, lo mismo que las zonas de almacén de piensos y alimentos, como los silos y pajares. Emplear cintas adhesivas o cebos apropiados para moscas en zonas de alta densidad de las mismas. Buen manejo del estiércol, del material de las camas y de los alimentos, para que no queden restos y sean lugares de cría de insectos. En época de calor, retirar el estiércol lo antes posible y en las fosas de purines realizar un tratamiento con larvicidas para cortar el ciclo de los insectos. 100 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Cuando hay alta densidad de moscas sobre los animales usar repelentes o ectoparasiticidas por medio de baños o bien con tratamiento pour-on con avermectinas. Aplicar plaguicidas, como piretrinas, carbamatos, organofosforados, etc., teniendo en cuenta el riesgo de toxicidad. Y siempre, que exista una buena ventilación de las instalaciones. Desratización Es un programa importante, ya que eliminando las ratas y ratones estamos disminuyendo el riesgo de transmisión de enfermedades para personas y animales (leptospirosis, pasteurelosis, salmonelosis, colibacilosis, virosis, etc.). Además, los roedores en las explotaciones producen diversos daños y pérdidas económicas relevantes, como ingestión de pienso, daños en estructuras, materiales y equipamientos, rotura de canalizaciones, equipos eléctricos, etc. Los signos de presencia se detectan al encontrar heces, roeduras de cables y tubos, ruidos en falsos techos, huecos de las paredes, etc. Una vez evidenciados los roedores tenemos que realizar un buen saneamiento, poniendo trampas/cebos con raticidas, como fosfuro de zinc, brometalina, y otros raticidas que actúan como anticoagulantes, como la bromodiolona, brodifacoum o difetiolona. Se debe de tener un plano de la situación de los cebos/trampas e ir cambiándolos de ubicación para que no se acostumbren, y en todo momento que no se encuentren al alcance de personas (sobre todo niños) y animales. Las medidas de eliminación se deben de combinar con otras de prevención: • Los alimentos en lugares a salvo de estos roedores. • Integridad de instalaciones, y en caso de nuevas, realizarlas con materiales a prueba de roedores. • Eliminar la maleza en el contorno de las instalaciones; es conveniente poner grava en el perímetro de las edificaciones. • Eliminar localizaciones donde puedan criar, como basura, huecos entre las paredes de las edificaciones, vigilancia de silos y maquinaria poco o nada utilizada (aperos, tractores viejos, etc.). 101 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Legislación L.1 Orden APA/1668/2004, de 27 de mayo, por la que se modifican los anexos I y II del Real Decreto 2459/1996, de 2 de diciembre, por el que se establece la lista de enfermedades de animales de declaración obligatoria y se da la normativa para su notificación (BOE n.º 138, de 8 de junio de 2004). L.2 Ley 8/2003, de 24 de abril, de sanidad animal (BOE n.º 99, de 25 de abril de 2003). L.3 Reglamento CE 1760/2000, de 17 de julio, que establece un sistema de identificación y registro de los animales de la especie bovina y relativo al etiquetado de la carne de vacuno y de los productos a base de carne de vacuno, y por el que se deroga el Reglamento (CE) n.º 820/97 del Consejo (DOCE n.° L-204, de 11 de agosto de 2000). L.4 Real Decreto 348/2000, de 10 de marzo, por el que se incorpora al ordenamiento jurídico la Directiva 98/58/CE relativa a la protección de los animales en las explotaciones ganaderas, modificado por el Real Decreto 441/2001, de 27 de abril (BOE n.º 61, de 11 de marzo de 2000). L.5 Decreto 141/2004, de 6 de julio, por el que se establecen las normas técnicas, higiénico-sanitarias y medioambientales de las explotaciones ganaderas (BOPV n.º 169, de 3 de septiembre de 2004). L.6 Real Decreto 1679/1994, de 22 de julio, por el que se establecen las condiciones sanitarias aplicables a la producción y comercialización de leche cruda, leche tratada térmicamente y productos lácteos (BOE n.º 229, de 24 de septiembre de 1994), modificado por el Real Decreto 402/1996, de 1 de marzo (BOE n.º 85, de 8 de abril de 1996). L.7 Real Decreto 1749/1998, de 31 de julio, por el que se establecen las medidas de control aplicables a determinadas sustancias y sus residuos en los animales vivos y sus productos (BOE n.º 188, de 7 de agosto de 1998). L.8 Ley 25/1990, de 20 de diciembre, del medicamento (BOE n.º 306, de 22 de diciembre de 1990). L.9 Real Decreto 109/1995, de 27 de enero, sobre medicamentos veterinarios (BOE n.º 53, de 3 de marzo de 1995). 102 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero L.10 Reglamento 852/2004, de 29 de abril, relativo a la higiene de los productos alimenticios (DOCE n.° L-139, de 30 de abril de 2004). L.11 Gestión de residuos: Orden MAM/304/2002, de 8 de febrero, por la que se publican las operaciones de valorización y eliminación de residuos y la lista europea de residuos (BOE n.º 43, de 19 de febrero de 2002). Ley 10/1998, de 21 de abril, de residuos (BOE n.º 96, de 22 de abril de 1998), modificada por Ley 16/2002, de 1 de enero, de prevención y control integrados de la contaminación (BOE n.º 157, de 2 de julio de 2002). Real Decreto 833/1988, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1986, básica de residuos tóxicos y peligrosos (BOE n.º 182, de 30 de julio de 1988). L.12 Real Decreto 857/1992, de 10 de julio, sobre condiciones generales de higiene de las explotaciones de producción de leche, a efectos de los intercambios comunitarios (BOE n.º 186, de 4 de agosto de 1992). L.13 Real Decreto 217/2004, de 6 de febrero, por el que se regulan la identificación y registro de los agentes, establecimientos y contenedores que intervienen en el sector lácteo, y el registro de los movimientos de la leche (BOE n.º 43, de 19 de febrero de 2004). L.14 Real Decreto 479/2004, de 26 de marzo, por el que se establece y regula el Registro general de explotaciones ganaderas (BOE n.º 89, de 13 de abril de 2004). L.15 Real Decreto 569/1990, de 27 de abril, relativo a la fijación de contenidos máximos para los residuos de plaguicidas sobre y en los productos alimenticios de origen animal, modificado por Real Decreto 2460/1996, Decreto 246/1995 y Real Decreto 1800/1999. Bibliografía Andrews AH. Sanidad del ganado vacuno lechero. Ed. Acribia. Zaragoza. 2000. 400 pp. Bowman DD y col. Georgis Parasitología para Veterinarios. Elsevier España, S.A. Madrid. 2004. 103 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Cordero del Campillo M y col. Parasitología Veterinaria. MacGraw-Hill Interamericana de España S.A. Madrid. 1999. Dubey JP. Review of Neospora caninum and neosporosis in animals. Korean J Parasitol, 2003; 41:1-16. Fernández G. El veterinario en los programas de calidad de leche de vacuno. Jóvenes Agricultores, 2006; 98:34-7. Ferre I, Álvarez G, Collantes E, Pérez FJ, Ortega LM. Diagnóstico de la infección y del aborto causado por Neospora caninum en los bovinos. Producción Animal, 2003; 190:52-63. Hage J, Schukken Y, Dijkstra T, Barkema H, Van Valkengoed P, Wentink G. Milk production and reproduction during a subclinical bovine herpesvirus 1 infection on a dairy farm. Preventive veterinary medicine, 1998; 34:97-106. Hernández J, Risco C, Donovan A. Association between exposure to Neospora caninum and milk production in dairy cows. J Am Vet Med Assoc, 2001; 219:632-5. IDF. On-farm control and diagnosis of paratuberculose. Bulletin of the International Dairy Federation, 2001. 364 pp. Junta de Castilla y León. 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A gE deleted infectious bobine rhinotracheitis marker vaccine for use in improved bovine herpesvirus 1 control programs. Veterinary Microbiology, 1996; 53:181-9. 104 Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero Van Oirschot JT, Bruschke CJM, Van Rijn PA. Vaccination of cattle against bovine viral diarrhoea. Veterinary Microbiology, 1999; 64:169-83. Varios. Cría e recría de xovencas. Ed. Xunta de Galicia. 2009. 185 pp. Varios. Manuais de xestión sanitaria para ADSG. Ed. Xunta de Galicia. 2007. 235 pp. 105 107 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Dr. José Luis Ruiz Castillo Veterinario Consultor. Introducción El sector de vacuno de leche se mueve en unos márgenes de beneficios económicos muy pequeños, por lo que cualquier mala gestión, errores a la hora de tomar decisiones, realizar inversiones y compras puede suponer perder la viabilidad de la explotación. Por ello debemos estar muy atentos a la situación concreta de cada explotación. El vacuno de leche está basado en cuatro pilares básicos: 1. Reproducción. 2. Selección. 3. Nutrición. 4. Instalaciones. El manejo interviene en cada una de las funciones anteriormente citadas, ya que, por muy buenos técnicos que seamos, si no nos acompaña un buen manejo de la explotación, iremos encaminados al fracaso o a tardar mucho tiempo en ver las mejoras en la misma. Como todos sabemos, estamos en un sistema de cuotas desde 1986, cuando ingresamos en la Comunidad Económica Europea; esto es un derecho que cedía el Estado a los ganaderos para producir leche, por consiguiente se puede decir que la cuota es la cantidad máxima que un ganadero podía producir. Había libertad de compra-venta, siempre quedando una parte de esa cuota en un banco de reserva nacional, hasta el año 2006, 15 de diciembre, cuando el sistema cambió. Los ganaderos venden la cuota, pero a un banco nacional coordinado de cuotas lácteas: 100% de la cuota del ganadero, el 80% Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones de esa cuota del ganadero vuelve a su comunidad previo pago de la misma y con adición de un concepto de criterios propios, 20% reserva nacional. La consecuencia de la instauración de cuotas fue que granjas con poca cuota, medios y población mayor abandonaran el sector, lo cual fue aprovechado por granjas de mayor potencial, adquiriendo esta cuota que se iba dejando, transformando en granjas mayores y con mayor capacidad de mejora y de tecnificación, ordenadores, instalaciones, etc. Al ser un sistema de no poder producir más de lo que puedes, las granjas se deben de adaptar a esta situación y reestructurarse en el número de animales, maquinaria, campos, etc. A modo de recordatorio para cuando estemos hablando de los diferentes tipos de animales que nos encontraremos en la explotación, podemos dividirlo en: 1. Terneras. a) Van desde 0 días de vida hasta el primer parto. Más o menos 24 meses. b) Animales que nunca han parido. 2. Primíparas: animales que sólo han parido una vez en su vida productiva. 3. Secundíparas: animales que han parido dos veces en su vida productiva. 4. Adultas: animales que han parido tres o más veces en su vida productiva. Recordaremos también nociones básicas de la vida productiva del vacuno de leche. 1. Parto. Inicio de la vida productiva de una vaca de leche. 2. Periodo de descanso. Va desde el parto hasta el momento en que se decide empezar a inseminar o la monta natural. Control de todas las patologías de postparto. 3. Periodo de cubrición. Va desde el momento en que se decide empezar a inseminar hasta que la vaca es diagnosticada preñada. 4. Periodo de gestación. Desde que es diagnosticada preñada hasta que vuelve a parir. Periodo seco. Las vacas, cuando les faltan 2 meses para parir, pasan de hacer leche a estar secas para preparar la ubre para el siguiente parto, período de descanso de la ubre. 108 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones 5. Desde el parto hasta el momento del secado se denomina lactación del animal. Se habla de días de lactación, DEL. Manejo general de explotación El manejo general de explotación está totalmente ligado al trabajo que debe desempeñar el ganadero aparte de sus rutinas habituales, como son la de ordeñar, hacer el carro unifeed de comer, dar de tomar leche a los lactantes. Todo debe estar coordinado con el veterinario de la explotación donde se instaurarán las pautas de trabajo. 1. Protocolos vacunales. 2. Cambios de patio de animales. 3. Tratamientos terapéuticos: a) Intramamario. b) Parenteral. c) Subcutáneo. Diferentes cambios de manejo en los animales: A) Nacimiento. Calostro. B) Lactantes. C) Destete. D) Crecimiento. Hasta el año de vida. E) Crecimiento hasta el parto. F) Lactación: a) Frescas o recién paridas. b) Primerizas c) Secundíparas. d) Adultas. G) Secado. H) Preparto. 109 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones A) Nacimiento Todo debemos empezarlo desde el principio y este es el nacimiento; debido a la placentación las terneras nacen sin inmunidad, así es que es básico el encalostrado temprano y rápido para poder dar la inmunidad al animal, ya que si no lo recibiera quedaría comprometida su vida. Davis dijo en 1998,”es el factor de manejo más importante y único que determina la salud y supervivencia de la ternera”. Hay que tener en cuenta que el calostro aporta un alto porcentaje de inmunoglobulinas imprescindibles para que el animal pueda defenderse de las infecciones, aparte de energético y laxante. Fowler, en 1998, hizo un estudio con 2.016 animales, los dividió por niveles de inmunoglobulinas en cinco grupos y vio los datos productivos y sanitarios durante las primeras 4 semanas de vida. Niveles de inmunidad en suero mg/ml 0-4,9 5,0-9,9 10,0-14,9 15,0-24,9 > 25,0 N.º animales 129 224 323 592 748 % del total 6,4 11,1 16 29,4 37,1 Ganancia peso Increnento Incrementode depeso pesoen enun un20% 20% Días con diarrea 7,3 5,7 4,8 5,0 4,9 % de mortalidad 29 16 11 8 8 Aquí empieza el control que tiene que tener el ganadero en la explotación: control de calidad del calostro. Es básico tener un banco de calostro congelado, con duración de 1 año sin perder las calidades, refrigerado no más de 1 semana. El calostro debe ser de la granja y de animales adultos con periodos de secado normales entre 50-70 días secos, que lleven tiempo en la explotación, para que estén familiarizados con las patologías de la granja y den una inmunidad más específica. No dar nunca calostro de primerizas ni de vacas enfermas. B) Lactantes Desde 0 nacimiento al destete, dos tipos, precoz 45 días de vida y tradicional o tardía 77-85 días de vida. 110 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Aquí hay dos tipos de manejo: 1. Casetas individuales: a) Animales solos. b) Cama abundante, seca y limpia. c) Comederos limpios y rotación de alimento. d) Animales sanos con buen desarrollo esquelético, rumen y crecimiento adecuado. e) Siempre disposición de agua. 2. Casetas de tres-cuatro animales. Aplicable todo lo anterior, con cierto control al principio cuando se juntan varios animales, por presentar alguna diarrea, proceso neumónico. C) Destete Se les retira la leche y pasan a ser ya propiamente rumiantes. Otra vez aquí se juntan con otro grupo mayor, por lo que hay que controlar las posibles patologías al juntar diferentes animales: diarreas, procesos neumónicos, toses, etc. En esta fase, hay granjas donde ya se instauran protocolos vacunales frente a virus BVD, IBR, RS, PI3. D) Crecimiento. Hasta el año de vida Después del destete deben reunirse, en grupos pequeños de 6-12 animales, dependiendo del tamaño y siempre en grupos homogéneos, para minimizar la competencia. Las instalaciones han de ser similares a las que tuvieron en la fase de lactancia, dando gran importancia sobre todo a la ventilación, limpieza y acceso a la comida. Después de los 6 meses se pueden juntar en grupos más numerosos, más de 20 animales, supone un cambio a naves más grandes y siempre con fácil acceso al comedero y bebedero. La ventilación es muy importante, hay que evitar corrientes que pueden provocar patologías respiratorias. 111 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Entre los 6 meses y un año realizan los recuerdos vacunales instaurando un protocolo semestral. En este punto hay una gran variedad de criterios dependiendo de la ganadería, veterinario, etc. E) Crecimiento hasta parto Hay ganaderías que no inician los protocolos vacunales hasta un año de edad. A partir de un año se agrupan en lotes mayores para una mejor detección de celos por observación visual. También se pueden utilizar otros sistemas como por ejemplo, sistemas de podómetros, pintar la cola con tiza de color… Se realiza la inseminación a partir de 400 días de vida para intentar que nuestros animales paran entre 24-25 meses de vida. Para finalizar es muy importante que nuestras terneras paran con 23-24 meses de edad. Por cada mes que superemos esta edad será necesario un 4,2% más de recría, con el consiguiente aumento de gastos que representa disponer de más animales en nuestra ganadería. No tener problemas en los primeros días de vida, una dieta e instalaciones adecuadas a la edad hará que disminuya la competencia entre los animales y nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos. F) Lactación Después del parto se inicia la lactación de los animales, aquí, dependiendo del tamaño de la granja, podemos dividir los animales en diferentes patios: Frescas: son los animales recién paridos, donde se deben de detectar todos los problemas postparto, como veremos más adelante. Como hemos dicho, pueden estar en un patio independiente o no, dependiendo del tamaño de la granja. Primerizas: igual que hemos dicho anteriormente, según el tamaño de la granja, pueden estar separados o no. Si están separados deben permanecer en el patio hasta que vuelvan a ser secadas o si tuvieran algún problema. Segundas y adultas: juntas hacen toda su vida como vacas en lactación, también dependiendo del tamaño de la granja. 112 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones G) Secado Periodo que comprende desde el fin de una lactación hasta el comienzo de la siguiente. Periodo de descanso entre dos lactaciones. Cuando el animal está preñado entre 208-220 días de gestación finaliza su lactación, la secamos, deja de producir leche; cómo: 1. Se deja de ordeñar. 2. Antibiótico intramamario. 3. Sellador pezón. En el periodo seco debemos querer: 1. Mantener buena CC. 2. Preparar la glándula mamaria para la siguiente lactación. 3. Disminuir problemas metabólicos después del parto. 4. Hacer que el rebaño sea más rentable económicamente en la siguiente lactación. H) Preparto Cambio de los animales antes de parir entre 15 y 21 días; por qué: 1. Mejor observación. Patio donde habitualmente pase la gente. 2. Control de variación de peso. 3. Control de relajación de esfínteres de ubre para prevención de posibles mamitis. 4. Realización de vacunaciones para el calostro. Prevención de diarreas de terneras, rotavirus, coronavirus, E. coli, IBR, BVD, RS, PI3. Como ya ocurre en un gran número importante de explotaciones, los ganaderos se están formando cada vez mejor: manejo de ordenadores con programas de gestión y de control de animales y su alimentación, lo que nos ayuda a todos a tomar mejores y más eficientes decisiones en el campo profesional. Por aquí, debemos de seguir el camino de formación tanto técnica como profesional de los ganaderos. 113 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Manejo veterinario de explotación El veterinario clínico es una de las tres piezas básicas en una explotación de vacuno de leche, junto con el dueño y el nutricionista. Todo debe ser un equipo, cada uno en su campo, pero todos trabajando por el bien de la granja, que son los animales. Así es que, desde este punto de vista, el veterinario de campo es una pieza básica en lo que acontece en la explotación; se debe de llevar un registro sistemático de todas las incidencias ocurridas en la granja para así posteriormente poder tomar decisiones sobre lo que ha ocurrido en ella. A nivel general podemos tener dos tipos de veterinarios: 1. Veterinario de granja. 2. Veterinario que visita diferentes granjas. El veterinario de granja es un profesional que hace un trabajo integral de granja, supervisa todo lo visto anteriormente de manera más personal, debido a que son profesionales de ganaderías grandes donde la gente en su mayoría son asalariados, porque los dueños o tienen otros negocios o derivan la responsabilidad en terceras personas. El veterinario que visita diferentes granjas basa su trabajo en diseñar unos protocolos, como hemos visto en el punto anterior, pero debe de encargarse de que esos protocolos se cumplan y si no se cumplen, cuál fue el motivo y cuál fue la consecuencia. El trabajo del veterinario de vacuno de leche está basado en dos pasos: 1. Rutina reproductiva. Estas visitas son organizadas en tiempo y fecha y están encaminadas a hacer un control exhaustivo de las patologías reproductivas de la granja. 2. Clínica. Son visitas menos organizadas porque depende de problemas puntuales que pueden ocurrir en las explotaciones. Por lo comentado anteriormente, vamos a determinar una serie de pautas en la visita reproductiva que es organizada en fecha y hora. 1. Primero: concretar el número de visitas. 2. Segundo: qué rutina de visita vamos a hacer. 3. Tercero: introducción de datos y comentarios generales. 114 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones A) Primero: concretar el número de visitas a realizar: a) Si la granja es menor de 100 vacas, la visita debería de ser de 15 días a 3 semanas. b) Si la granja es mayor de 100 y menor de 300 vacas, la visita debería de ser de una vez a la semana o cada 15 días. c) Si la granja es mayor de 300 vacas, la visita debería de ser de una vez a la semana y máximo 10 días. Este tipo de visitas no se realizan por puro azar, porque lo que intentamos es encontrar estados fisiológicos diferentes en los ovarios, con el sentido de poder determinar si hay algún problema en la granja, nutricional, fallo en la detección de celos, etc. En las revisiones de 3 semanas o de 1 mes es demasiado tiempo si el tratamiento hormonal instaurado no funciona. B) Segundo: qué rutina de visita vamos a realizar: 1. Preparar la visita de los animales que queremos visitar. 2. Visitar vacas recién paridas. Vacas paridas entre 5-21 DEL, para chequear a las vacas de metritis y cetosis. Vacas enfermas y con fiebre. Diagnóstico de desplazamientos de cuajar y cirugía si procede o planificarla. Tratamientos para curar a los animales en el menor tiempo posible. 3. Chequeo de vacas con más de 30 DEL, máximo 40 DEL, para ver la involución uterina. 4. Vacas en anestro, no presencia de celo, a partir del período de reposo de la granja, decidido por nosotros y el ganadero. Novillas por encima de 13,5 meses. 5. Vacas y novillas tratadas para celo hace más de 10 días y no inseminadas. 6. Vacas con más de tres inseminaciones y no preñadas. 7. Vacas y novillas para diagnóstico de gestación. Nuevas y para reconfirmar la gestación. 8. Vacas y novillas con diagnóstico negativo de gestación y no vueltas a inseminar. 9. Política de inducción de partos. A determinar. Novillas. 10. CC al parto, al secado y la inseminación entre 40-60 DEL. 115 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones La condición corporal (CC) es uno de los puntos de más actualidad, su uso nos puede ayudar a determinar fallos en el manejo en las diferentes fases de la vida productiva de los animales, para prevenir patologías y pérdidas en fertilidad, leche y economía. C) Tercero: final de la visita: 1. Meter los datos en el ordenador. 2. Ver incidencia más destacable. 3. Controlar la producción de leche, grasa, proteína, células somáticas, urea, si procediera. 4. Ver curvas de lactación de los animales, mensual o bimensualmente, cuánta leche hacen, cuándo pican y qué persistencia de curva tienen. 5. Pico de lactación: a) Primíparas: 3,5 a 3,9 meses. b) Segundas: 2,6 a 2,9 meses. c) Adultas: 2,6 a 2,9 meses. Todo esto tanto en veterinarios de granja como los que visitan diferentes granjas; el final es el mismo, es el realizar análisis de la explotación y ver lo que ha sucedido en ella y las decisiones a tomar. La base de todo está en la captación de datos y que sean fiables, y hacerlo de manera rutinaria, siempre igual, para que las decisiones tomadas en base a esta información sea la más correcta posible. La base está en la vaca, tener todos los datos de los animales iguales, procesar esta información y llevarla a la granja, y de la granja nos enviarán la información de retorno sobre el animal para modificar tratamiento, manejos de grupos, sistemas de alimentación en algún punto determinado. Y como final, todo trasladarlo a pérdidas de fertilidad, producción y costo económico. El control de la mamitis es un capítulo especial, donde se ve involucrado el animal, la sala de ordeño, el equipo técnico y humano, así como la densidad e higiene de las naves, ya que las pérdidas económicas, tratamientos animales, leche y fertilidad son muy importantes. Control de sanidad de la explotación para prevenir la entrada de enfermedades infecciosas y parasitarias. 116 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Instalaciones 1. Función de las instalaciones. 2. Orientación. 3. Tipos de las zonas de descanso: a) Cama caliente. b) Cubículos. 4. Sistemas antiestrés. 5. Básculas y separador. 6. Medición electrónica. Función de las instalaciones: a) Con la reestructuración del sector lácteo, se ha producido un proceso de modernización de las instalaciones con el objetivo de buscar una mayor rentabilidad de la explotación. b) Una mejora en las condiciones de vida y salud tanto de los animales como del ganadero. c) El factor determinante para la consecución de los objetivos es la elección del diseño de la estabulación y las instalaciones. Palmer, en 1999, dijo que esta elección es básica para evitar tomar decisiones equivocadas que puedan comprometer la viabilidad de la explotación. Ejemplo: sala de ordeño, robots de ordeño. d) Es donde desarrolla la vida productiva. Va desde las casetas hasta las salas de ordeño, patios de descanso, lazaretos, por lo que deben de estar bien diseñadas para que dispongan de un buen confort. e) En la actualidad, el diseño de una granja debe ir asociado a un estudio de impacto medioambiental, el tratado de las deyecciones deben de tenerse muy en cuenta. Debemos tener en consideración que una vaca corresponde a 70 personas en la producción de estiércol. f) La alta producción no genera estrés, en realidad las vacas hacen más leche cuando están capacitadas para desarrollar todo su potencial genético. Cambios en su bienestar representan beneficios económicos. 117 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones g) Deben emplear el tiempo en tres cosas principales, que serían: levantarse para comer y beber y el resto del tiempo descansando. Como han analizado Metcalf y Rulquin, cuando la vaca está acostada aumenta el flujo sanguíneo hasta un 25%, con lo que aumenta su eficiencia nutritiva y por consiguiente la producción. Orientación. Vivimos en un clima cálido donde en general nuestros animales sufren estrés de calor no de frío. h) El eje longitudinal de la nave debe tener una orientación este-oeste. Por qué: i. Invierno: el sol sale más bajo y la nave se seca por la actuación del sol. ii. Verano: el sol está más alto y, por tanto, no entra en la nave. i) La tenemos mirando al norte, por lo general el aire viene de norte a sur, con lo que se genera una corriente de aire, frío y cálido. Si hubiera vientos dominantes que no fueran norte-sur, se pueden poner cortavientos, barreras naturales, como árboles, o artificiales con chapas metálicas. j) La altura en las naves es básico. Como mínimo, en la parte más baja, 5 metros de altura, hasta 8 a 14 metros en la parte más alta, para favorecer la salida del aire caliente. 118 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Tipos de las zonas de descanso. En las naves es donde los animales pasan entre 16-18 horas diarias, por lo tanto, debemos tener zonas de descanso, limpias, secas, cómodas. a) Cama caliente. Patio de descanso sólo con estiércol seco y paja. Para conseguir un buen nivel de bienestar de los animales se habla ya de 20 metros cuadrados. Ventajas: más económica la instalación y menos animales en el patio. Inconvenientes: más mantenimiento para conservar la nave en condiciones, caro por dicho mantenimiento y menos animales en el mismo espacio para alcanzar el bienestar animal. b) Cubículos. Zona de descanso en espacios individuales. Diseño. Nos encontramos con varios problemas y es que hay mucha bibliografía y muy diferente, por lo que hay que tener mucho cuidado a la hora de tomar decisiones; el mayor problema lo vamos a encontrar en las camas sobre todo, en el diseño y las medidas. Schoonmaker (1999) sugirió que el tamaño del cubículo debería ser entre 120-130 cm de ancho y 255-270 de largo; Leonard y col. (1997) decían que 111 y 200 cm. Partes del cubículo: • Barra del cuello o barra domadora. Evita el avance del animal dentro del cubículo, da el espacio para que el animal se levante y se acueste, y coloca al animal también para que el recto quede fuera del cubículo y defeque fuera. • Tabla del pecho. Evita que la vaca gatee y se meta dentro del cubículo, es el espacio disponible en la cama. • Barras separadoras. Separa los espacios de reposo. Controla la posición de los animales. • Escalón del cubículo. Separa el cubículo del suelo, evita que las deyecciones del suelo de la nave vayan a la cama y evita que el agua de los lavados con agua de los patios entre en los cubículos. • Base del cubículo. Debe de tener una pendiente para que drene. • Cama del cubículo. Cómoda, seca, aislante de temperatura, que sea de material que drene, no abrasiva para no dañar los corvejones, fácil de 119 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones mantenimiento. Tipos de cama más habituales: paja, estiércol, hormigón, arena y esteras de caucho. Para terminar, decir que las vacas prefieren usar las colchonetas blandas frente a las alfombras de goma. Otro factor a tener en cuenta es la rumia de los animales tumbados en los cubículos. Se vio que en los cubículos nuevos y con este material más blando rumian cerca del 65% de los animales, mientras que en el sistema antiguo y de alfombra no llegaba al 50%. En conclusión, podemos decir que las vacas prefieren superficies blandas Sistemas antiestrés. Definición: pérdida de confort provocado por temperaturas ambientales, demasiado elevadas o demasiado bajas, a las cuales los animales no realizan sus funciones metabólicas y productivas de manera óptima. El rango de temperatura en el que no existe estrés térmico está entre –5 y 22 ºC. En el siguiente cuadro se ve la situación de un animal dependiendo de la temperatura y la humedad. Gráfico del estrés térmico de la vaca. Podemos encontrar unas diferencias entre las vacas sin estrés y con estrés de calor: • La temperatura rectal se incrementa por encima de 39,2 ºC. • Las respiraciones por minuto se incrementan hasta 80, mientras los rangos normales son de 45-50. • El consumo de comida desciende más del 10%. 120 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Aumento temperatura corporal Estrés de calor Menor consumo de SS Mayor BEN Compromete el ambiente uterino INFERTILIDAD Granja Mayor NEFA Mala detección de celos. Menos vacas inseminadas. Más n.º de IA Disminución GnRH y estradiol Fallo en la implantación del embrión Pobre calidad del ovocito Invierno Verano Nov.-abr. Jun.-sept. Consumo de SS 22,10 21,20 Leche por vaca lactante 35,89 33,36 % Grasa 3,89 3,67 % Proteína 3,14 3,11 % Abiertas 150 DEL €/kg leche 26 0,455 39 0,456 121 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones • El consumo de agua se incrementa un 50% o más en comparación a los niveles de invierno. 40-60 litros. • La producción de leche desciende más de un 10%, así como un descenso en el porcentaje de grasa y proteína. • El rango de concepción puede descender más de un 75% del promedio. En base a todo esto se han desarrollado diferentes sistemas de intento de control de la temperatura del animal y el medioambiente por ventilación mecánica y refrigeración por agua. El Dr. William Bickert (2001) afirma que tienen gran importancia en esta ventilación los siguientes aspectos: • La altura de los techos. • Con los techos bajos (de menos de 2,5 metros) hay muchos problemas para mover el aire. • Los ventiladores son una buena ayuda para mantener frescas a las vacas: - Es aconsejable utilizar ventiladores encima de los cubículos para refrigerar y secar las camas. - Así como la utilización de aspersores en la línea del comedero. ¿Dónde se deben de colocar los antiestrés? • En el comedero, agua y aire. • En la sala de espera de la sala de ordeño. Agua y aire. • A la salida de la sala de ordeño. Agua. • En las camas. Aire. La ventilación es un mecanismo importante para controlar la salud respiratoria de los animales; tiene también otras funciones beneficiosas: • Mantener la cama seca, con lo que se protege la salud de la ubre. • Se espantan las moscas, que en épocas de verano genera mucho estrés en las vacas. • De esta manera también hay que hacer menos desparasitaciones a los animales, debido a que el aire y el agua hacen que desaparezcan en gran medida. 122 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones • También puede mantener los suelos secos. • Sirve para preservar la salud de la pezuña. • Mantiene el consumo de materia seca si hay suficiente aire y agua en la zona del comedero. Israel Flamenbaum (Curso de Medicina Veterinaria, 1997) aseguró que la ventilación y el agua tienen que estar bien regulados. La función es sacar el calor de la vaca a través del agua y eliminárselo con el aire. En la actualidad se han desarrollado pequeñas unidades climáticas que se sitúan en las naves y nos dan una información a cada hora sobre temperatura y humedad existente en la nave y fuera de ella, la dirección y velocidad del viento, si es que lo hubiera, y la cantidad de lluvia. Báscula, separador, medición electrónica Inglaterra (Filby et al., 1979). Los autores señalaban que la recogida sistemática del dato de peso corporal de vacas individuales, combinado con el registro diario de su producción de leche, podría mejorar la estrategia de nutrición y aportar información de utilidad respecto a la condición de salud del animal. En Israel, Peiper y Maltz, en colaboración con investigadores de la Universidad de Illinois. Este equipo hizo la conexión entre el pesado automático de vacas y un sistema automático de identificación ligado a un programa computarizado de gestión del rebaño. Estudios realizados con la báscula demuestran que un animal enfermo, antes de bajar su producción, lo que hace es disminuir de peso, y al día siguiente o dos días después se manifiesta la patología: mamitis, fiebre, cetosis, problema digestivo. La situación suele ser a la salida de la sala de ordeño. El separador es otra herramienta de trabajo muy útil. Es una puerta que aparta de manera automática a los animales, a un patio específico, que queremos visitar, así no hay necesidad de atrapar un patio entero para hacer tratamientos medicamentosos, hormonales e inseminar un determinado animal. Si un patio está atrapado mucho tiempo se le está limitando el bienestar, porque no está descansando o bebiendo. 123 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones La medición electrónica es otra gran herramienta para poder tomar decisiones sobre la salud del rebaño, nos anticipa problemas en cuanto a la producción de leche, mamitis, cetosis, etc.; también nos indica las veces que un animal rumia, el tiempo que está descansado o de pie, situación que nos puede ayudar a determinar si las instalaciones están correctas o no. La detección de animales en celo por el aumento de actividad, posibilidad de reabsorciones embrionarias (Fetrow et al., 1990), pérdida del embrión desde la concepción hasta los 45 días de gestación, aborto (Committee in Bovine Reproductive Nomenclature, 1972), pérdida de gestación entre los 42 y los 260 días de gestación y para vacas en anestro hacer tratamientos más específicos. Más útil es el análisis de grasa y proteína en la leche sobre cada vaca individual y a diario, lo cual nos puede ayudar a determinar el estado energético del animal y su influencia en la posible fertilidad y pérdidas de persistencias de la curva de lactación. En la actualidad se están llevando a cabo investigaciones sobre otros posibles usos, como por ejemplo, recuento de células somáticas, niveles de progesterona y urea en leche. Bibliografía Benítez I. Diseño de salas de ordeño en vacuno de leche. Comunicación personal. 2009. Benítez I. Diseño y orientación de instalaciones en vacuno de leche de alta producción. Comunicación personal. 2006. Cassandra B, Tucker y Daniel M. Weary Advances in Dairy Technology, Proceeding of the 2001. Western Dairy Seminar. Curso de Medicina Veterinaria. Israel. 1997. Fetrow J et al. Calculating selected reproductive indices: Recommendations of the American Association of Bovine Practitioners. J Dairy Sci, 1990; 73-8. Flamenbaum I. Curso de Medicina Veterinaria, 1997. Gur P. Comunicación personal, 2001. Hellín. Estudio de diferentes cubículos, 1997. Jensen y col. en 1988, O´conell en1997 y Haley y col. en 2000. Pruebas. Karzes y Miller y col. 2000. 124 Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones Livishin et al. Bienestar animal, 2005. Maltz E, Kroll O, Sparh SL. Parameters requieresfor individual concentrates supplementation of the dairy cows, 1987. Maltz E, Yoram Y, Tinsky M, Zagori S, Rak D. Daily body weight changes in dairy cows in relation to estrus and health problems. Proc 9th Conference on dairy Science cattle. 1997. Markusfeld O. Preventive Veterinary Medicine, 1986; 4-173. Markusfeld-Nir O. Integrated herd health programs-the Israeli experience. Proceedings of the meeting 27th-29th of March 1996 of The Society for Veterinary Epidemiology and Preventive Medicine. Glasgow. Ed. M.V. Thrusfield & E.A. Goodall. 1996. 126 pp. Natze RP, Bray DR, Everett RW. 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Introducción El bienestar animal se ha convertido en un aspecto importante de la producción animal, de la política y de la sociedad europea. El sector agropecuario está cambiando vertiginosamente, debido a las tendencias mundiales de globalización, internacionalización de mercados y acuerdos comerciales multinacionales. Uno de los temas emergentes en este escenario es el bienestar animal. Cada vez existe mayor preocupación por el bienestar animal a nivel mundial, principalmente en los países europeos, lo que ha llevado a la implementación de leyes que buscan mejorar la calidad de vida de los animales. La preocupación de la sociedad por el bienestar animal se origina por la intensificación de la producción animal (industrialización), por la aparición en las últimas décadas de diferentes brotes de enfermedades contagiosas, como la fiebre aftosa, la gripe aviar, la fiebre porcina, y por las masivas campañas de erradicación que siguieron estos brotes, y por la mayor concienciación social de que los animales deben ser criados, transportados y sacrificados de manera humanitaria. Más allá de consideraciones éticas y legales, el bienestar animal es una herramienta que permite mejorar la producción, ya que muchos problemas de bienestar animal causan una disminución de la producción. Por lo tanto, el hecho de que el técnico disponga de conocimientos sobre bienestar animal Bienestar animal del vacuno lechero debe redundar no sólo en una producción más acorde con las exigencias actuales de la sociedad, sino también más competitiva y eficaz. Tradicionalmente, el bienestar animal se definía como la ausencia de enfermedad y lesiones en el animal. Actualmente, las definiciones sobre bienestar se pueden agrupar bajo tres conceptos: el estado emocional del animal, el funcionamiento biológico del animal y la capacidad para mostrar su comportamiento natural (Duncan y Fraser, 1997). En relación con el estado emocional del animal, el bienestar animal será tanto mayor cuanto más intensas y duraderas sean sus emociones positivas, es decir, las que le resultan placenteras; y, por el contrario, su bienestar se verá tanto más reducido cuanto más intensas y duraderas sean las emociones negativas que experimente, tales como dolor, miedo y ansiedad. La neurofisiología ha permitido demostrar las similitudes existentes entre el cerebro humano y no humano y, por tanto, permite conocer las emociones y percepciones que estos animales pueden experimentar. El grupo de estructuras responsables de la sensación y expresión de emociones se conoce como sistema límbico. En los vertebrados superiores, como el vacuno, esta estructura es muy similar a la de los humanos, por lo que es probable que el hombre y los vertebrados superiores experimenten emociones de una forma comparable. También el comportamiento de los animales ante situaciones que les causan estos sentimientos es muy parecido al del hombre. El problema principal de esta definición estriba en la dificultad de estudiar las emociones de los animales de forma científica. Otras definiciones abordan el bienestar a partir del funcionamiento biológico del organismo animal. Un elemento clave de esta definición es la capacidad del animal de afrontar las posibles dificultades creadas por el ambiente en que se encuentra (Manteca, 1998). En teoría, un animal puede encontrarse frente a tres situaciones diferentes según su capacidad para afrontar las dificultades creadas por el ambiente. Una posible situación sería que el ambiente sea especialmente difícil para el animal y no pueda afrontar con éxito las dificultades. En esta situación, el animal podría morir o sufrir enfermedades multifactoriales, que son aquellas que dependen en parte de las condiciones ambientales. Un ejemplo de enfermedad multifactorial en vacuno de leche son las cojeras, consecuencia de factores tales como la alimentación, las características del suelo de la granja, el diseño de los lugares proyectados 128 Bienestar animal del vacuno lechero para el descanso de los animales y la disponibilidad de espacio por animal, entre otros. Una segunda posibilidad sería que el ambiente no fuera tan difícil para el animal y finalmente pudiera adaptarse a él, aunque la adaptación resultara un proceso difícil. La dificultad de la adaptación se refiere al coste que el propio proceso de adaptación tiene para el animal. Este coste es el resultado de dos elementos, por un lado, las posibles consecuencias negativas de la respuesta de estrés y, por otro lado, las posibles consecuencias negativas de los cambios de comportamiento que muestra el animal. El término “estrés” hace referencia a la respuesta del organismo animal frente a una situación de amenaza o que altera la homeostasis, es decir, el equilibrio del medio interno del animal. Esta respuesta es muy parecida en todas las especies e incluye cambios fisiológicos y de comportamiento. Los cambios fisiológicos son consecuencia de dos mecanismos. En primer lugar, la activación del sistema nervioso autónomo simpático causa una serie de cambios muy rápidos, por ejemplo, un aumento de la frecuencia cardiaca. En segundo lugar, el aumento de la secreción de hormonas glucocorticoides –cortisol y corticosterona, principalmente– por parte de la corteza de las glándulas adrenales da lugar a una serie de cambios más lentos, como la movilización de las reservas de glucosa del organismo. La respuesta de estrés puede resultar en una disminución del crecimiento, de la función reproductiva y de la eficacia de los mecanismos de defensa del organismo frente a agentes patógenos. La tercera situación en la que, teóricamente, puede encontrarse un animal es que el ambiente sea lo suficientemente adecuado para él como para que la adaptación al mismo no sea difícil y no le suponga ningún coste biológico. El tercer concepto de definiciones relaciona el bienestar animal con la capacidad del animal de mostrar una conducta parecida a la conducta “natural” de la especie en condiciones “naturales”. Sin embargo, esta definición presenta algunas dificultades de tipo conceptual. En primer lugar, no existe ninguna razón para pensar que las condiciones “naturales” son siempre adecuadas desde el punto de vista del bienestar animal; en segundo lugar, el proceso de domesticación puede haber modificado algunos aspectos de su biología, de manera que los animales domésticos se pueden adaptar a un ambiente “artificial” más fácilmente que sus antepasados salvajes; finalmente, es difícil definir qué es “natural”, porque los animales tienen una gran capacidad de adaptación. A pesar de los problemas de esta definición, algunas de las conductas propias de cada especie son importantes en sí mismas, y es necesario 129 Bienestar animal del vacuno lechero que los animales puedan llevarlas a cabo; de lo contrario, su bienestar se ve perjudicado. Estas tres aproximaciones del bienestar animal no son en ningún modo contradictorias; de hecho están relacionadas entre sí (figura 1). Por ejemplo, una vaca lactante que no encuentra sombra en un día de calor (viviendo en condiciones naturales), sentirá calor (lo que afectará a su estado emocional) y puede mostrar signos de hipertermia y reducir su producción de leche (funcionamiento biológico incorrecto). Las cojeras serían otro ejemplo de relación entre las tres definiciones. Una vaca coja tiene dolor (estado emocional), tiene una menor producción de leche y tasa de reproducción (funcionamiento biológico malo) y tiene una menor movilidad (comportamiento natural). Figura 1. Áreas interrelacionadas en bienestar animal. Así pues, el bienestar animal es un concepto multidisciplinar y, por lo tanto, puede verse afectado por varios factores que comprometen la salud tanto física como psíquica. El proyecto Welfare Quality®, cuyo título es: “Integración del bienestar de los animales en la cadena de la calidad alimentaria: de las preocupaciones del público a un mejor bienestar y una calidad transparente” (www.welfarequality.net), ha desarrollado un sistema estandarizado que permite la evaluación global y multidisciplinaria del bienestar animal, donde los diferentes componentes del bienestar a evaluar se han clasificado en cuatro principios que responden a las siguientes preguntas (Welfare Quality®, 2009): • ¿Están los animales bien alimentados y bebidos? • ¿Están los animales adecuadamente alojados? 130 Bienestar animal del vacuno lechero • ¿Están los animales sanos? • ¿Refleja el comportamiento de los animales un estado emocional óptimo? Cada uno de estos cuatro principios son el punto de partida de un conjunto de 12 criterios en los que debería basarse cualquier valoración del bienestar animal (Botreau et al., 2007; tabla 1). Cada criterio representa un aspecto del bienestar animal diferente. Tabla 1. Principios y criterios del bienestar animal desarrollados por el proyecto Welfare Quality® (Botreau et al., 2007). Principios Criterios Buena alimentación 1. Ausencia de hambre prolongada 2. Ausencia de sed prolongada Buen alojamiento 3. Confort durante el descanso 4. Temperatura confortable 5. Facilidad de movimientos Buena salud 6. Ausencia de lesiones 7. Ausencia de enfermedades 8. Ausencia de dolor inducido por el manejo Comportamiento apropiado 9. 10. 11. 12. Expresión de comportamiento social Expresión de otros comportamientos Relación hombre-animal Estado emocional positivo Buena alimentación El principio de una buena alimentación incluye dos criterios: la ausencia de hambre prolongada y la ausencia de sed prolongada. Ausencia de hambre prolongada El hambre prolongada provoca debilidad, pérdida de condición corporal, reducción de la productividad, inmunodepresión y enfermedad. La ingestión de alimento es uno de los factores que tiene un mayor efecto sobre la producción de leche, por eso uno de los principales objetivos en una explotación de vacas de leche es aumentar el consumo voluntario de materia seca. Sin 131 Bienestar animal del vacuno lechero embargo, la conducta de alimentación es muy sensible a las situaciones de estrés, tales como el estrés por calor, la presencia de insectos, el estrés social, el miedo al ganadero y la dificultad para echarse con comodidad. Los efectos del estrés sobre el apetito son bien conocidos, pero poco se conoce sobre los mecanismos hormonales que median estos efectos. Recientemente, se ha conocido que las hormonas principales responsables de la alteración de la ingestión son la hormona liberadora de corticotropina y los glucocorticoides, aunque más hormonas estarían implicadas en la respuesta. Los factores estresantes que afectan a la ingestión de alimento son especialmente importantes en las fases del ciclo productivo, que ya son “delicadas” por sí mismas, y en particular, durante las primeras semanas después del parto. La curva de lactación suele alcanzar su valor máximo unas 4-8 semanas después del parto, mientras que la ingestión de materia seca alcanza su nivel máximo entre las 10 y las 14 semanas después del parto. Este “desfase” entre la producción de leche y el consumo de alimento resulta en un balance energético negativo al comienzo de la lactación, que se acentúa si el consumo de alimento disminuye por cualquiera de los factores de estrés mencionados. La condición corporal, la productividad y la conducta de rumia resultan buenos parámetros a evaluar para comprobar la eficiencia de la alimentación. La condición corporal de un animal expresa la cantidad de energía metabolizable almacenada como grasa y músculo (reservas corporales) en el mismo. La evaluación de la condición corporal puntúa el nivel de reservas que tiene un animal, y está basado en la apreciación visual de las reservas corporales en la región de la espalda y zona pélvica del animal. El nivel inferior de la escala representa al animal demacrado, mientras que el nivel superior un exceso de reservas. El proyecto Welfare Quality® ha creado una escala basada en tres puntos (0: condición corporal aceptable; 1: muy delgada; 2: muy gorda) (figura 2). Aunque los cambios en la condición corporal en el vacuno lechero es algo inherente a su ciclo productivo y en pocas ocasiones las vacas lecheras sufren de hambre, debido a que la ingestión de materia seca es uno de los factores que más influyen en el nivel de producción, la pérdida de condición corporal en un animal puede ser un indicativo de la presencia de otras patologías o lesiones. Una disminución en la producción debe considerarse un indicador de falta de bienestar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que una producción 132 Bienestar animal del vacuno lechero satisfactoria no implica necesariamente que el bienestar sea adecuado. Esto es debido a que las especies de abasto han sido seleccionadas para mantener una producción elevada incluso en condiciones subóptimas desde el punto de vista de su bienestar. Figura 2. Evaluación de la condición corporal según el protocolo Welfare Quality®. 1 2 Demasiado delgada 3 Aceptable Aceptable (NIVEL 0) (NIVEL 1) 4 5 Demasiado gorda Demasiado gorda (NIVEL 2) Animal based on-farm scoring of cattle-condition scoring for dairy and beef Cattle. Welfare Quality®. Deliverable 2, Subtask 2.2.1.3, 2006. La rumia tiene dos funciones principales. Por un lado, aumenta el aprovechamiento de los nutrientes y, por otro lado, permite la producción de grandes cantidades de saliva que contribuyen a amortiguar el pH del rumen y, por lo tanto, disminuyen el riesgo de acidosis. Una vaca en producción debería estar masticando y rumiando entre 9 y 12 horas diarias. En un rebaño con ausencia de acidosis y buena salud ruminal es de esperar que, como mínimo, el 50% (idealmente el 75%) de las vacas que estén tumbadas estén rumiando. Un porcentaje inferior de vacas tumbadas rumiando indicaría que existe una probabilidad alta de que las vacas no mastiquen 9 horas al día, y, por tanto, estén en riesgo de acidosis. Las vacas muestran un ritmo circadiano de alimentación bastante marcado, de forma que tienden a comer sobre todo a primera hora de la mañana y a últi- 133 Bienestar animal del vacuno lechero ma hora de la tarde. En situaciones de estrés por calor, modifican este ritmo y aumentan el tiempo dedicado a comer por la noche. Este ritmo es importante por razones prácticas, puesto que su existencia sugiere que las vacas deberían tener alimento a su disposición en los momentos del día en que de forma natural se muestran más inclinadas a comer. Elevar el suelo del comedero unos 10 cm respecto al nivel donde se sitúan las vacas facilita el acceso a la comida. La inclinación de la cornadiza unos 10º hacia delante respecto a la vertical reduce la fuerza que efectúa la vaca con sus hombros sobre ésta y también facilita el acceso al alimento. La limpieza diaria del comedero y la presencia de un suelo del comedero liso, limpio y seco, así como cubrir el pasillo de alimentación para proteger los alimentos de la lluvia y la radiación solar, favorece la ingestión. Ausencia de sed prolongada La sed es la sensación que acompaña a la deshidratación, que si es prolongada y severa causa debilitación, pérdida de condición corporal y enfermedad. La sed también reduce la ingestión, lo que a su vez puede provocar problemas relacionados con el hambre prolongada. Por otra parte, la producción de leche requiere el consumo de cantidades muy altas de agua. Esta situación es especialmente problemática en situaciones de estrés por calor, puesto que las necesidades de agua se ven aumentadas mientras que el consumo de materia seca disminuye. La sed puede ocurrir si los animales reciben agua de poca calidad o sucia, o cuando el acceso a los bebederos es difícil, bien porque hay un número insuficiente de bebederos para el número de animales o porque éstos no están bien diseñados y construidos. Además de la cantidad de agua ingerida, la temperatura de ésta también es importante porque tiene un efecto sobre el consumo. Las vacas prefieren curiosamente el agua templada incluso cuando hace calor. Si bien, hay varios estudios que indican que el consumo de agua fresca en situaciones de estrés por calor puede contribuir a mejorar el confort de la vaca y a aumentar su productividad. El flujo de agua también condiciona su ingesta. Éste debería de ser de al menos 10 l/min, en el caso de cazoletas, y de 20 l/min en el caso de abrevaderos, ya que una vaca es capaz de beber entre 10 y 19 litros por minuto. De nada sirve disponer de suficiente espacio para beber, en los mejores y más limpios bebederos y del agua de mejor calidad, si el flujo no es suficiente. 134 Bienestar animal del vacuno lechero Buen alojamiento El principio de un buen alojamiento incluye tres elementos: confort durante el descanso, confort térmico y la facilidad de movimientos. Confort durante el descanso Los animales están muy motivados a descansar. La falta de descanso o el descanso inadecuado causará estrés y provocará una reducción en la ingestión, la rumia, la producción y un aumento del riesgo de padecer cojeras. Las vacas reducen la ingestión de materia seca (uno de los principales factores que limita la producción de leche) cuando no pueden descansar el tiempo que necesitan. La conducta de rumia también se afecta si el animal no puede descansar adecuadamente, ya que las vacas rumian generalmente echadas. Además, la producción de leche es mayor cuando las vacas pueden descansar echadas un número suficiente de horas, debido a que el flujo sanguíneo a la glándula mamaria es superior en una vaca echada que en una vaca de pie, lo que aumenta el aporte de nutrientes y mejora la producción. Por último, las cojeras son uno de los principales problemas de bienestar en vacas y el riesgo de padecerlas aumenta al tener que estar de pie más tiempo del necesario. Para satisfacer las necesidades de confort durante el descanso, cada animal debe disponer en el área de descanso o en los cubículos de suficiente espacio para levantarse y tumbarse. La falta de confort durante el descanso puede ser consecuencia de un espacio insuficiente o de unas instalaciones inadecuadas, particularmente importante resulta el diseño de los cubículos en vacuno lechero. Un espacio insuficiente para el descanso debido a una elevada densidad puede provocar competencia y agresiones entre los animales, e impide que los animales descansen adecuadamente. En los sistemas de estabulación libre, sin cubículos, se recomienda un espacio libre por vaca de 10 m2. En los sistemas con cubículos, se recomienda al menos un cubículo por vaca, de una longitud superior a 260 cm para permitir a la vaca hacer el movimiento correcto al tumbarse (figura 3). Las vacas adultas necesitan un espacio frontal extra de 70-90 cm de espacio para hacer el movimiento de abalanzarse mientras se acuestan. El braguero y la cola fuera del cubículo indicarán que 135 Bienestar animal del vacuno lechero estos son demasiado cortos para el tamaño de las vacas. Cuando diferentes filas de cubículos están instaladas en paralelo en el patio, la distancia entre los cubículos debería ser al menos de 1 m para permitir a las vacas que se puedan levantar fácilmente. Figura 3. Conjunto de movimientos que realiza una vaca al tumbarse, donde se puede observar el espacio de embestida necesario. Una barra de pecho con una altura no superior a 15 cm colocada a 170 cm del final del cubículo, para una vaca de 600-650 kg (figura 4) ayudará a la vaca a posicionarse correctamente, permitiendo que las heces se depositen en el pasillo, y además le permitirá levantarse más fácilmente. Esta barra debe ser suficientemente baja para que la vaca pueda poner su pata delantera sobre ella. El raíl del cuello se debe colocar a 160-180 cm desde la parte trasera del cubículo y a una altura de, mínimo, 127 cm sobre la cama. Esta barra limitadora del cuello obliga a los animales a tumbarse a la distancia correcta del bordillo trasero. Si la barra está muy cerca del bordillo, las vacas son reacias a entrar en el cubículo y permanecen de pie con las patas traseras en el pasillo. Si, por el contrario, está situada demasiado hacia delante, las vacas defecarán en el cubículo, aumentando el riesgo de mamitis. Los divisores entre cubículos han de colocarse a 114-122 cm entre los centros, dependiendo del tamaño de la vaca. En novillas, si la altura del bordillo del cubículo es superior a 20 cm, se reducirá su aceptabilidad (ya que tienen miedo de recular en un bordillo alto) y provocará que los animales permanezcan con medio cuerpo dentro y medio fuera de los cubículos, favoreciéndose la transferencia de peso a las patas traseras, lo que aumenta el riesgo de padecer cojeras. 136 Bienestar animal del vacuno lechero Figura 4. Barra de pecho con una altura mayor de 15 cm, que impide que el animal eche su pata hacia delante al levantarse. Las vacas tenderán a acostarse en diagonal para tener más espacio. Se puede observar cómo el raíl inferior del divisor está brillante debido a que las vacas se golpean contra él. Foto: Nigel B. Cook, 2004. El material de la cama debe evitar el crecimiento de bacterias, ya que existe una clara correlación entre las bacterias en la cama y las bacterias en la piel del pezón. Por lo tanto, al reducir la presencia bacteriana en el pezón también se reduce la incidencia de infecciones intramamarias. Para ello, es recomendable utilizar materiales inorgánicos, como la arena, con una profundidad de 15 cm. El confort de las vacas alojadas en cubículos se puede calcular mediante un índice que consiste en dividir el número de vacas que están echadas en un cubículo 2 horas antes del ordeño de la mañana por el número de vacas que tocan la superficie del cubículo (incluyendo los animales que están echados y los que no lo están), este índice debería ser superior a 8,5. Otra posibilidad es calcular el cociente entre el número de vacas echadas en los cubículos y el número total de vacas presentes que no están comiendo; un cociente inferior a 7,5 podría indicar la existencia de algún problema en los cubículos. El con- 137 Bienestar animal del vacuno lechero fort durante el descanso también se puede evaluar a partir de la secuencia de movimientos que realizan las vacas para echarse y levantarse, así como el tiempo en tumbarse. Si la secuencia no es la normal o el tiempo que tarda en tumbarse es muy elevado puede indicar la existencia de problemas en las instalaciones. La conducta de echarse se inicia cuando el animal dobla el carpo y lo baja, y termina cuando el cuarto posterior toca el suelo y el animal saca la pata delantera de debajo de su cuerpo. En condiciones normales, el tiempo que tardan en tumbarse es inferior a 5,20 s. Un tiempo superior a 6,30 s indicaría problemas durante la conducta de descanso. Una de las causas en el retraso puede ser la calidad de la cama. Se puede realizar una prueba que consiste en dejarse caer de rodillas sobre la misma. Si el impacto resulta doloroso, significa que la cama no es lo suficientemente blanda. Si la pernera del pantalón a la altura de las rodillas aparece mojada, significa que la cama está húmeda y no es, por lo tanto, óptima para el bienestar y la salud de los animales. Una acumulación excesiva de suciedad en las ubres, los flancos y la parte superior e inferior de las patas indica que los animales no disponen de una superficie limpia y seca en la que echarse. La suciedad de la ubre dificulta el ordeño y aumenta el riesgo de mamitis. Existen varios métodos para valorar la limpieza de las vacas. El método propuesto por el Welfare Quality® evalúa en una submuestra del rebaño tres áreas: la parte inferior de las patas posteriores, la parte superior de las patas posteriores, los flancos y la cola, y la ubre. Se observa únicamente un lado del animal y éste se elige de forma aleatoria. Cada zona recibe una puntuación de 0 ó 2. En el área de la parte inferior de las patas y la parte superior de las patas, la puntuación 0 indica la no presencia de suciedad o un salpicado de heces o barro; la puntuación 2 indica la presencia de placas de suciedad del tamaño de la palma de la mano o cuando más de la mitad del área está cubierta por suciedad. En el caso de la ubre, la puntuación 0 indica la no presencia de suciedad o un salpicado de heces o barro en una zona distinta a los pezones; la puntuación 2 indica la presencia de placas de suciedad en la ubre o cualquier tipo de suciedad en o alrededor de los pezones. Confort térmico La temperatura óptima para los animales se explica por el concepto de termoneutralidad, que se define como el rango de temperatura donde la producción de calor del organismo (calor metabólico) compensa completamente las pérdidas al ambiente (pérdidas por conducción, convección, radiación y evaporación), 138 Bienestar animal del vacuno lechero sin necesidad de incrementar la tasa de calor corporal producido. En este rango de temperatura, los animales tienen mayor confort térmico y productividad. En el bovino lechero de raza Frisona o Holstein, la denominada “zona termoneutra” va aproximadamente desde los 4 hasta los 25 ºC. Así pues, por encima de esta temperatura, los animales empiezan a tener estrés por calor, el cual puede ser especialmente importante en vacas de leche, ya que, además de los efectos negativos sobre el bienestar, disminuye la producción de leche y la fertilidad. Las vacas más productivas son más sensibles al calor, en buena medida debido a que una alta producción de leche resulta en una mayor producción de calor. El estrés por calor tiene un efecto negativo sobre la productividad de la vaca, debido fundamentalmente a tres mecanismos: 1) disminuye la ingestión de materia seca, 2) aumenta las necesidades energéticas de mantenimiento y 3) disminuye la síntesis y liberación de hormonas tiroideas, que estimulan la producción de leche. Para evaluar el estrés por calor no hay que tener en cuenta únicamente la temperatura ambiente sino la “temperatura efectiva”, que mide la sensación de calor del animal, y resulta de la interacción de la temperatura ambiente, la radiación solar, la ventilación y la humedad relativa. Uno de los parámetros más utilizados para prever el riesgo de estrés por calor en ganado vacuno es el denominado índice de temperatura-humedad (ITH), que se obtiene a partir de la relación entre la temperatura ambiente y la humedad relativa. Cuando el ITH es superior a 72 (tabla 2), las vacas de leche empiezan a experimentar las consecuencias negativas del estrés por calor. Tabla 2. Grado de estrés por calor al que se ve sometida una vaca de leche en función de la temperatura y humedad relativa del ambiente. Humedad relativa T.ª 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 23,9 26,7 29,4 72 73 73 74 74 72 72 73 73 72 72 73 74 75 76 76 77 78 78 79 79 80 72 72 73 74 75 75 76 77 78 79 79 80 81 81 82 83 84 84 85 74 75 76 77 78 79 79 80 81 82 83 84 85 86 86 87 88 89 90 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 83 84 85 86 87 88 90 91 92 93 94 95 97 98 99 86 87 88 89 91 92 93 95 96 97 96 97 32,2 72 35,0 75 76 77 78 79 37,8 77 78 79 80 82 40,6 79 80 82 83 84 73 72 43,3 81 83 84 86 87 89 90 91 93 94 46,1 84 85 87 88 90 91 93 95 96 97 48,9 88 88 89 91 93 94 96 98 Estrés moderado. ¡Atención! Estrés grave. Adaptado de Dr. Frank Wiersma (1990), Department of Agricultural Engineering, University of Arizona, Tucson. 139 Bienestar animal del vacuno lechero El estrés por calor también puede evaluarse a partir de su respuesta fisiológica. Así, si en más del 70% de las vacas la temperatura rectal es superior a 39 ºC o la frecuencia respiratoria supera las 80 respiraciones/min, es muy probable que exista un problema de estrés por calor. En condiciones de estrés por calor es necesario crear un gradiente de temperaturas para reducir la temperatura ambiente y aumentar así las pérdidas de calor por conducción en el animal. Para ello es recomendable que las naves tengan tejados altos (5 m en los laterales y 11 m en la cruz) y que no tengan paredes laterales. La utilización de nebulizadores enfría el aire y reduce la temperatura ambiente de 4 a 5 ºC. No obstante, este sistema no es recomendable en zonas húmedas, ya que aumenta la humedad relativa del aire y reduce la disipación de calor por evaporación. La disponibilidad de espacio suficiente con sombra para todos los animales puede disminuir de un 30 a un 50% el calor acumulado, asegurando el confort de las vacas y el consumo adecuado de alimento. La superficie de sombra por animal debe ser de 4,2-5,6 m2 en climas húmedos, y de 3,5-4,5 m2 en climas secos. La sombra debe colocarse preferentemente en la zona de descanso, en la sala de espera, en los comederos y en los bebederos. También en épocas de estrés por calor, las raciones deben reformularse con el objetivo de evitar la reducción del consumo de materia seca y compensar el aumento de las necesidades energéticas para disipar el exceso de calor. Para ello, se debe aumentar la densidad energética de la ración, añadiéndose un 2-4% de grasas y forrajes de mejor calidad, que tienen mayor densidad energética. También puede bajarse la relación forraje-concentrado para aumentar la densidad energética, pero evitando niveles excesivamente bajos que puedan aumentar el riesgo de acidosis. La transpiración resulta en la pérdida de potasio, por lo que se han de suplementar minerales a la ración para compensar estas pérdidas (1-1,2% de la ración). Por último, el estrés por calor también incrementa la cantidad de agua necesaria por lo que puede incrementar el riesgo de tener sed prolongada si el aporte de agua es limitado. Facilidad de movimientos La facilidad de movimientos se refiere a la capacidad de los animales para girarse, levantarse, tumbarse y estirar sus patas, necesarios para mantener el funcionamiento adecuado del cuerpo. Por ejemplo, el hecho de tener las vacas 140 Bienestar animal del vacuno lechero atadas limita el repertorio de movimientos comportamentales. No obstante, en España esta práctica es cada vez menos frecuente (3-5% de los animales). El acceso de los animales a un área de ejercicio les permitirá moverse libremente y mostrar comportamientos como el grooming y el bullying. En estabulación libre, el área total (ejercicio + área de espera) mínimo para poder realizar adecuadamente estos ejercicios es de 3 m2 por vaca. Esta área ha de estar cubierta para proteger a los animales de las condiciones climáticas adversas. Es necesario mantener limpia esta área, para que las vacas puedan andar sin dificultad y prevenir la aparición de cojeras por infecciones y resbalones. Suelos resbaladizos en los patios o pasillos provocan resbalones y caídas, causando miedo, dolor y estrés. Los pasillos en un sistema de estabulación libre han de ser suficientemente anchos (3 ó 4 m) para permitir un tráfico fácil y rápido de las vacas. Buena salud La salud es un componente importante del bienestar animal e incluye los criterios de: ausencia de lesiones, enfermedades y dolor inducido por el manejo de los animales. Ausencia de lesiones Las lesiones causan dolor agudo o crónico en los animales y pueden estar causadas por un manejo o diseño inadecuado de las instalaciones (suelos resbaladizos, protrusiones en las paredes, etc.). Las cojeras son un problema importante de bienestar animal en vacuno lechero, ya que provocan dolor e interfieren con la capacidad de la vaca para interactuar con el ambiente, especialmente con el ambiente social. Aunque los productores estiman que la incidencia de cojeras está entre el 5 y 10%, la media real se sitúa en torno al 25% de las vacas lecheras (Proyecto Welfare Quality®). Esta diferencia puede ser debida a la dificultad para los productores de detectar animales con cojeras leves, que no producen cambios observables al caminar. Las cojeras reducen la ingesta voluntaria de alimento y aumenta el tiempo que permanecen echadas, reduciendo así la producción de leche. Distintos autores han determinado reducciones en la producción de leche de hasta 1,5 litros por día 141 Bienestar animal del vacuno lechero en las primeras semanas (Warnick et al., 2001; Rajala-Schultz et al., 1999). Bach et al. (2007) observaron que la reducción en la producción es más marcada en vacas primíparas que en multíparas. En las primeras, las vacas con cojeras graves produjeron 23,8 ± 1,08 kg/d, en comparación con los 27,5 ± 1,02 kg/d que produjeron las vacas que no mostraban cojera. En cuanto a las multíparas, las que presentaban cojeras graves produjeron 32,9 ± 1,06 kg/d en comparación con las que no mostraron cojera, que produjeron 33,8 ± 1,02 kg/d. Las cojeras son debidas a problemas principalmente de pezuñas, y, en menor medida, de patas, y pueden ser el resultado de una enfermedad infecciosa (como dermatitis y putrefacción) o de lesiones causadas por alteraciones del casco (úlceras, hemorragias, separación de la línea blanca). En cualquier caso, las cojeras son el resultado de una interacción adversa entre el animal y su ambiente. Los factores más importantes que predisponen a padecer cojeras son: • Tamaño y diseño inadecuado de los cubículos. • Mala higiene, particularmente acumulación de excrementos. • Superficies de paso y de patios resbaladizas, cortantes o irregulares. • Selección genética basada en el aumento de la productividad sin tener en cuenta los aplomos de los animales. • Raciones inadecuadas o no balanceadas, especialmente con mucha energía. • Cambios rápidos entre dietas. • Cuidado no rutinario de pies. Para reducir las cojeras, el primer factor a considerar es el sistema de alojamiento (ya comentado anteriormente). También es importante mantener seca y libre de estiércol las zonas donde las vacas caminan y son ordeñadas para disminuir el riesgo de infecciones que pueden provocar cojeras. El tipo de suelo también va a influir en la predisposición a padecer cojeras. El hormigón está lejos de ser la superficie ideal para que las vacas anden y permanezcan de pie sobre él, ya que estos suelos no aportan suficiente fricción para permitir un movimiento de locomoción natural. Los animales alojados sobre suelo de goma resbalan menos, dan menos pasos y más largos, y caminan a mayor velocidad comparado con animales que caminan en cemento (Cook y Nordlund, 2009). No obstante, el suelo de goma es más difícil de limpiar, especialmente 142 Bienestar animal del vacuno lechero cuando está seco y sólido, y puede hacer resbalar a los animales a pesar de la superficie blanda. Estos suelos de goma se están empezando a instalar en algunas partes de Europa en los pasillos que conducen de los patios a la sala de ordeño para facilitar el movimiento de las vacas. Sin embargo, encontrar la combinación de características favorables de los dos tipos de suelo que se adapte mejor a cada situación puede ser un proceso de prueba y error. La selección genética a favor de la producción de leche ha cambiado la forma, el tamaño y el peso de las vacas, lo cual influye en la predisposición a padecer cojeras. Los cambios en la forma y especialmente el incremento del tamaño y el peso afectan a la mecánica de los movimientos que realizan las vacas en, al menos, dos aspectos: a) el espacio necesario para que la vaca pueda realizar sus movimientos libremente y b) la escala de fuerzas que debe realizar para levantarse y echarse. La dieta de la vaca también influye en la aparición de cojeras. La administración de cantidades elevadas de concentrado en las raciones con el fin de elevar la producción de leche puede incrementar el riesgo de acidosis ruminal, que puede provocar a su vez cojeras. La acidosis ruminal conlleva una acidosis metabólica, con acúmulo de ácido láctico en la sangre y descenso del pH sanguíneo y, por lo tanto, un mayor riesgo de inducir laminitis, debido a que, cuando el pH sanguíneo baja, se estimula la circulación digital y aumenta el pulso sanguíneo. Por otro lado, si la pared ruminal resulta dañada por el bajo pH, se absorberán sustancias vasoactivas, como la histamina, y endotoxinas derivadas de los cuerpos de las bacterias ruminales, que van pereciendo conforme el pH disminuye. La combinación de altas concentraciones de histamina, el incremento del flujo sanguíneo digital y la alta osmolaridad sanguínea inducen un aumento de la presión sanguínea en el interior de la pezuña de las vacas (Vermunt y Greenough, 1994). Algunos de los vasos de la pezuña terminan por dañarse ocasionando un edema, y en muchas ocasiones hemorragia (más en las primíparas que en las adultas), que con el tiempo acaba deformando el corion de la pezuña y provocando la cojera. Para mantener el entorno del rumen estable, se aconseja un aporte mínimo del 25% de fibra neutro detergente y limitar la cantidad de concentrado. Por último, recordar la importancia de implementar un programa de prevención de las cojeras, ya que un recorte del casco bien realizado puede reducir la probabilidad de cojeras y mejorar el bienestar de las vacas. 143 Bienestar animal del vacuno lechero La valoración de las cojeras se realiza utilizando escalas que puntúan la intensidad del dolor de acuerdo con los cambios en la postura y la forma de andar de las vacas. El proyecto Welfare Quality® propuso una escala de 0 a 2. Los animales son evaluados mientras caminan en línea recta sobre una superficie lisa y no resbaladiza. La puntuación 0 sería de un animal sin cojera que da pasos sincronizados y que soporta el peso por igual en todas sus patas. La puntuación 1 sería un animal cojo, que presenta falta de ritmo en sus pasos a consecuencia de una cojera. La puntuación 2 sería un animal con una cojera severa, y que se muestra reticente a apoyar el peso en una extremidad o que presenta más de una extremidad afectada. Ausencia de enfermedades Las enfermedades también pueden causar dolor e interferir con el comportamiento normal de los animales. Las enfermedades crónicas son especialmente graves, no sólo porque afectan negativamente el bienestar durante un periodo largo de tiempo sino también porque cuando un animal sufre dolor crónico aumenta su sensibilidad ante cualquier otro estímulo doloroso. Algunas enfermedades también reducen la vida útil de los animales, lo cual se puede considerar un problema de bienestar. Una de las patologías más frecuentes en explotaciones de vacas de leche es la mamitis, inflamación de la glándula mamaria, causada normalmente por un proceso infeccioso, que provoca dolor, disconfort y puede ser causa de sacrificio. Las mamitis se clasifican en clínicas y subclínicas. Las primeras producen anormalidades visibles en la leche (puede contener grumos o sangre) y/o en la glándula. La mamitis subclínica, en cambio, es la inflamación no visible de la glándula y requiere de un recuento de células somáticas o un análisis microbiológico para diagnosticarla. El informe de la EFSA (2009) realizó una estimación de la incidencia de mamitis clínica en los diferentes países europeos de entre 20-35% de las vacas por rebaño y año. Sin embargo, en un trabajo reciente en el Reino Unido se observó que la incidencia anual de mamitis clínica es de 47-65%. Además de los efectos sobre el bienestar animal, tanto las mamitis clínicas como subclínicas causan graves pérdidas económicas ya que afectan a la producción de leche, así como a su calidad tecnológica e higiénica. Una buena higiene del establo y de la sala de ordeño, un buen manejo de la alimentación, junto con un estado inmunitario óptimo de las vacas, dificultarán 144 Bienestar animal del vacuno lechero que los patógenos causen una infección intramamaria. El periodo seco de las vacas es de gran importancia en la dinámica de las infecciones intramamarias, y su manejo en esta fase también influye en el riesgo de padecer mamitis clínica en el postparto (Green et al., 2002). Las glándulas mamarias infectadas durante el periodo seco tienen mayor riesgo de tener una mamitis clínica durante la siguiente lactación comparada con las no infectadas. Además, las mamitis clínicas postparto en vacas que padecieron una infección intramamaria en el periodo seco anterior se desarrollan más rápidamente que en vacas no infectadas durante el periodo seco. La máxima susceptibilidad de la glándula mamaria a la infección durante el periodo seco se produce en los días posteriores al secado y en las 3 semanas antes del parto (Bradley y Green, 2004). El estado nutricional de la vaca, en particular un nivel pobre de vitamina E y selenio, así como el balance energético negativo, afectan negativamente la inmunidad de la vaca (Smith y Hogan, 1993; Suriyasathaporn et al., 1999). Así pues, el manejo de las vacas secas incluye factores como una ingestión alimentaria controlada y nutricionalmente balanceada, unas instalaciones limpias, minimizar el estrés y la asistencia en el parto, cuando sea necesaria. Ausencia de dolor inducido por el manejo El último criterio de este principio hace referencia al dolor asociado a procedimientos de manejo, como el corte de colas y el desmochado/descornado. El dolor se define como una experiencia mental desagradable causada por una herida o lesión de los tejidos, y es, por tanto, un problema de bienestar. La práctica de cortar la cola a las vacas de leche se originó en Nueva Zelanda, y en la década de 1990 se extendió por muchos países, incluyendo España. Actualmente, sin embargo, esta práctica está en desuso y empieza a ser cuestionada tanto por razones éticas como económicas. El corte de cola ya se ha prohibido en algunos países como Alemania, Dinamarca, el Reino Unido, Suecia y varios estados de Australia. Las razones que suelen darse para justificar el corte de cola son principalmente las siguientes (Manteca, 2006): 1. Mayor limpieza de la vaca y, por lo tanto, disminución del recuento de células somáticas de la leche y de la incidencia de mamitis. 145 Bienestar animal del vacuno lechero 2. Mayor comodidad para las personas que ordeñan, al evitar ser golpeadas por la cola de la vaca en el momento de poner o quitar las pezoneras. 3. Menor riesgo de lesiones causadas por el sistema automático de limpieza de los pasillos en explotaciones con cubículos. De las tres razones anteriores, la última parece ser la menos sólida y no existe ningún estudio que la confirme. En realidad, las vacas –tanto si tienen la cola cortada como si no– se adaptan perfectamente al sistema de limpieza mecánica. La segunda razón puede ser cierta, aunque depende del tipo de sala de ordeño y es, en todo caso, muy discutible. Sea como fuere, en salas de ordeño redondas con acceso a las vacas desde el interior o en explotaciones con sistemas de ordeño por robot, la cola no supone ningún problema. En salas paralelas o redondas con acceso a las vacas desde fuera, puede serlo, aunque aun así resulta muy discutible. Finalmente, la primera razón –es decir, mayor limpieza de la vaca y menor incidencia de mamitis– es probablemente la que a priori resulta más difícil de rebatir. Sin embargo, al revisar los estudios científicos publicados al respecto, se llega a las siguientes conclusiones (Eicher et al., 2001; Stull et al., 2002): 1. El corte de cola tiene o bien un efecto positivo o bien ningún efecto sobre la limpieza de la vaca, dependiendo del estudio. 2. Aun en los casos en los que existe un efecto positivo, éste se limita a la grupa y a las patas posteriores. Que sepamos, hasta la fecha no se ha publicado ningún estudio que demuestre un efecto positivo del corte de cola sobre la limpieza de la ubre. 3. Igualmente, no hay ningún estudio que haya demostrado un menor recuento de células somáticas en la leche como consecuencia del corte de cola. Así pues, y como conclusión, hasta la fecha no se ha demostrado ningún efecto positivo del corte de cola, al menos en explotaciones con sala de ordeño circular con acceso a las vacas desde dentro o en sistemas de ordeño por robot. Por otra parte, el corte de cola podría tener –al menos teóricamente– dos consecuencias negativas: el dolor causado por la propia amputación y la disminución de la capacidad de la vaca para repeler las moscas. En relación al dolor, la evidencia experimental disponible hasta la fecha parece indicar que el dolor agudo causado por el corte de cola es poco intenso y dura muy poco tiempo, 146 Bienestar animal del vacuno lechero por lo que aparentemente no constituiría un problema grave. La otra posible consecuencia negativa del corte de cola ha sido más estudiada. En efecto, se ha demostrado que las vacas a las que se les ha amputado la cola tienen en su superficie corporal un número de moscas significativamente mayor que las vacas que tienen la cola intacta. Si tenemos en cuenta que las moscas son un problema no solamente de bienestar sino también productivo, esta consecuencia no puede tomarse a la ligera. En resumen, por lo tanto, teniendo en cuenta toda la evidencia disponible hasta el momento, parece razonable concluir que el corte de la cola es una práctica desaconsejable tanto desde el punto de vista económico como de bienestar animal (Stull et al., 2002). En los casos en los que se considere necesario, puede ser recomendable como solución de compromiso afeitar los pelos del extremo de la cola. Cuando se realice esta práctica, resulta conveniente no hacerlo a principios de verano, al menos en las explotaciones en las que no se consigue controlar eficazmente el número de moscas. El desmochado consiste en la eliminación del núcleo del cuerno en el ternero a una edad temprana (hasta 2 ó 3 meses de edad), cuando éste aún no está desarrollado. El descornado se usa en animales mayores de 2 ó 3 meses e implica la eliminación de los cuernos cuando estos ya están formados. El desmochado/descornado, por un lado, facilita el manejo de los animales. El ganado con cuernos resulta más peligroso para los trabajadores, ya que movimientos normales de cabeza de los animales pueden ocasionar lesiones en el personal. Además, las vacas con cuernos son más agresivas y tienen un temperamento menos calmado. Por otro lado, la presencia de cuernos aumenta el estrés social, los hematomas y las heridas causadas por peleas entre los animales en estabulación libre, durante el transporte y en la espera en el matadero. La severidad de las heridas causadas por los cuernos puede variar desde pequeñas lesiones en la piel hasta heridas graves, que son especialmente problemáticas cuando se afecta la ubre o la vulva. Las heridas causadas en la ubre pueden producir la aparición de sangre visible en la leche, lo cual tiene implicaciones económicas, ya que la leche no puede comercializarse. El objetivo del desmochado es destruir el anillo de piel alrededor del brote del cuerno, ya que el tejido córneo se forma a partir de células especializadas loca- 147 Bienestar animal del vacuno lechero lizadas en esta área. Los dos sistemas más utilizados son la pasta cáustica y la cauterización eléctrica (figura 5). El descornado se realiza mediante sierras (figura 6), eliminándose los cuernos y al menos 1 cm alrededor de la base del cuerno, para evitar que vuelva a crecer. La cauterización eléctrica produce quemaduras de tercer grado en la zona de aplicación. Esto significa que se produce carbonización y daño tisular grave de la epidermis, que llega a alcanzar el tejido subcutáneo y a veces incluso el hueso del cráneo. El tejido de alrededor de la zona de aplicación muestra quemaduras de primer y segundo grado, y es en este tejido donde se puede desarrollar una infección que produce la sensibilización de los nociceptores y dolor (Taschke, 1995). Figura 5. Cauterizador eléctrico. Anderson, 2009. Figura 6. Sierra de descornado. El desmochado por pasta cáustica produce quemadura química Anderson, 2009. del tejido. El ingrediente activo utilizado en la pasta cáustica es un álcali fuerte que actúa en primer lugar provocando la salida del agua del interior de las células afectadas. En segundo lugar, produce la saponificación de la grasa subcutánea, provocando la pérdida de función del tejido graso, con un incremento del dolor debido al calor de la reacción. En tercer lugar, la reacción con las proteínas causa otras reacciones químicas que inician una lesión más profunda del tejido. El aumento de los niveles de cortisol, indicativo de estrés, varía según el método utilizado. La respuesta del cortisol a la cauterización eléctrica es menor y más corta que al descornado, sugiriendo que el descornado por amputación es más doloroso (Petrie et al., 1996; Stafford y Mellor, 2005). También se ha descrito 148 Bienestar animal del vacuno lechero una respuesta del cortisol más elevada en terneros desmochados con pasta cáustica que con cauterización (Morisse et al., 1995; Stilwell et al., 2007). Sin embargo, el forcejeo y los intentos de escape que muestran los animales durante la aplicación de la cauterización indican que también es una experiencia aversiva (Stafford y Mellor, 2005). De hecho, en términos de cambios comportamentales durante el procedimiento en sí mismo, la cauterización produce más forcejeo comparado con los otros métodos (Stilwell et al., 2007). El forcejeo en animales desmochados con pasta cáustica es mínimo y no difiere del forcejeo observado en animales control a los que se les realizó el mismo manejo, pero se aplicó un gel inerte, debido a que la actividad de la pasta cáustica y el dolor consiguiente necesita un período de tiempo para empezar a actuar (Stilwell et al., 2007, 2009). Morisse et al. (1995) no observaron diferencias en los cambios comportamentales relacionados con el dolor (aumento de los movimientos de cabeza, cola y orejas, y disminución de la rumia y la ingesta) inmediatamente después del procedimiento de desmochado entre animales desmochados con cauterización y con pasta cáustica. El desmochado y el descornado causan daño tisular que resulta en una activación y liberación del contenido intracelular de las células dañadas, de las células inflamatorias y de las fibras nerviosas (Anderson y Muir, 2005), lo que provoca dolor. Para evitar el dolor asociado a estas prácticas se puede utilizar un anestésico local; el más utilizado es la lidocaína. Sin embargo, éste sólo es efectivo durante 2 o 3 h después de la administración, y terneros tratados con lidocaína local presentan niveles elevados de cortisol, similares a los de animales no tratados una vez desaparece la efectividad del anestésico local (Stafford y Mellor, 2005). Por lo tanto, el uso de únicamente anestésico local no mitiga este dolor. El uso de antiinflamatorios no esteroideos (como el keptofreno, el meloxicam, etc.), reduce el dolor postquirúrgico y, junto con un anestésico local, pueden mantener los niveles de cortisol y los cambios de conducta asociados al dolor cerca de niveles basales en las horas que siguen al desmochado y el descornado. Por último, otra consideración es que los animales responden tanto al dolor como a la sujeción. Los terneros que se desmochan utilizando un anestésico local necesitan sujeción tanto para administrarles el anestésico local como durante el procedimiento del desmochado en sí mismo. Por lo que el uso de un sedante (como xilacina) puede eliminar la necesidad de sujeción física durante la administración del anestésico local y el desmochado. Por tanto, la combinación de un sedante, un anestésico local y un antiinflamatorio 149 Bienestar animal del vacuno lechero no esteroideo reduce la respuesta al dolor durante el desmochado y en las horas siguientes. Comportamiento apropiado Este principio incluye la expresión del comportamiento social y otros comportamientos, una buena relación hombre-animal y estados emocionales positivos. Expresión del comportamiento social Las vacas de leche son animales sociales y como tales están altamente motivados a vivir en grupos y a tener contacto con sus coespecíficos. Las interacciones sociales positivas, como el lamido, mejoran el bienestar por al menos dos razones. Por un lado, producen respuestas fisiológicas agradables y/o placenteras, y por otro lado, reducen los efectos negativos de eventos estresantes, conocido como social buffering de la respuesta de estrés. Las interacciones sociales negativas, como las agresiones, resultan en heridas y dolor para el animal y también provocan miedo y estrés en el grupo. Las interacciones sociales negativas también interfieren con la expresión del comportamiento normal, sobre todo en animales subordinados, provocando estrés social, que puede reducir la ingestión y el tiempo de descanso, lo que puede producir debilidad, reducción de la producción de leche y problemas de salud, como las cojeras. El estrés social se produce principalmente cuando los animales establecen la jerarquía y como consecuencia de la competencia entre las vacas por el espacio de acceso a la comida y por un lugar para echarse con comodidad. Las vacas, al igual que todos los animales sociales, forman jerarquías para establecer un orden de prioridad de acceso a recursos como el alimento, la sombra o el espacio de descanso. Las relaciones de dominancia se establecen mediante interacciones agresivas, que pueden consistir en peleas propiamente dichas o en comportamientos mucho más sutiles, tales como el desplazamiento sin contacto físico. Una vez establecidas, las relaciones jerárquicas son bastante constantes. No obstante, cuando se mezclan animales que no habían tenido contacto entre sí, es inevitable que se produzcan interacciones agresivas precisamente con la finalidad de decidir el rango jerárquico de cada individuo. La mezcla de vacas adultas y vacas primíparas puede resultar en una situación de estrés muy marcado para éstas últimas, con posibles efectos negativos sobre 150 Bienestar animal del vacuno lechero su consumo de alimento y su productividad. Esto es debido, probablemente, a que la edad es uno de los factores determinantes del rango jerárquico, por lo que las vacas primíparas deben enfrentarse no sólo a las peleas y desplazamientos causados por la mezcla con animales desconocidos, sino también al hecho de verse relegadas a las posiciones más bajas de la jerarquía dentro del rebaño. Para reducir las interacciones agresivas durante la mezcla es importante proporcionar a los animales suficiente espacio para que los subordinados puedan huir. El acceso limitado a los recursos también provoca un exceso de competencia, que provoca estrés y reduce el bienestar, la producción y la respuesta inmune. Un diseño inadecuado de las instalaciones puede provocar un aumento de interacciones agresivas. Los aspectos a tener en cuenta en el diseño de las explotaciones para evitar la competencia entre animales son: la disponibilidad de suficiente espacio en el comedero y de suficiente número de cubículos o de superficie por animal, en estabulaciones sin cubículos. Tampoco deben olvidarse otras características más sutiles de la explotación, como la anchura de los pasillos. Para evaluar el comportamiento social se puede observar el número de interacciones agresivas que se producen en un segmento del parque durante un periodo de tiempo. Las interacciones agresivas incluyen el número de golpes con la cabeza, desplazamientos, peleas y persecuciones entre los animales. Golpes de cabeza son movimientos bruscos realizados con la frente, los cuernos o la base de los cuernos, que incluye contacto físico con el receptor sin alterar su posición. Los desplazamientos son movimientos bruscos con la frente, los cuernos, la base de los cuernos o cualquier otra parte del cuerpo, que incluye contacto físico con el receptor y abandono de su posición. Las peleas se definen como el contacto de dos animales con sus cabezas (la frente, los cuernos o la base de los cuernos), ofreciendo resistencia con las patas delanteras para hacer más fuerza. Por último, las persecuciones aparecen cuando un animal corre detrás del otro provocando su huida. Según resultados experimentales, el número máximo de interacciones agresivas que se deberían observar en una hora en un grupo de 100 vacas es de 500, incluyendo 340 desplazamientos. Relación animal-hombre La calidad de la interacción entre los animales y los cuidadores tiene un efecto muy importante en el bienestar y la producción del ganado. A menos que 151 Bienestar animal del vacuno lechero se hayan acostumbrado a la presencia humana de una forma neutral o positiva, la reacción general hacia el hombre es de miedo. Por lo tanto, el comportamiento del personal, que puede variar de calmado, amable, frecuente y amigable a infrecuente, brusco y agresivo, es una variable importante que va a determinar el miedo o la confianza en los humanos y que, por tanto, va a afectar a la calidad de la relación humano-animal. La respuesta de miedo resulta en una reducción de la ingesta de alimento, de la rumia, de la producción de leche y de la fertilidad. Cambiar la actitud negativa de las personas responsables del cuidado de los animales, por ejemplo, mediante cursos de formación, disminuirá la respuesta de miedo y aumentará la producción de los animales. A la hora de mover animales hay que tener en cuenta, por un lado, que el bovino, por la posición donde tiene situados los ojos, ve más en la zona por delante de ellos y, por otro lado, que los animales son más sensibles que las personas a los sonidos agudos, de tal forma que sonidos que no molesten a las personas pueden estresar o asustar a los animales. Además, hay que tener en cuenta que cuando una persona se acerca más que a una cierta distancia de los animales, éstos tratan de escapar. Esta distancia crítica, que se define como zona de huida varía entre especies y entre individuos de la misma especie, y depende del contacto previo con humanos (figura 7). La entrada brusca en su zona de huida puede causar una reacción de pánico y debería evitarse. La dimensión de la zona de huida depende Figura 7. Zona de huida. de cómo estén de tranquilos los animales. CuanZona ciega to más tranquilos estén, Posición del Límite de operario para la zona más pequeña será la zona detener el de huida movimiento del animal de huida y más fácil resultará acercarse a ellos. Si Posición del operario para provocar el inicio un animal se pone nerviodel movimiento del animal so, puede tardar entre 20 y 30 minutos en volver a Punto de equilibrio su estado “normal”. El Adaptado de Temple Grandin. punto de equilibrio es el punto donde puede colocarse una persona y el animal no se mueve ni hacia delante ni hacia atrás; este punto se encuentra situado a nivel de la cruz del animal. Si la persona se pone delante del punto de equilibrio el animal recula, mientras que si se pone detrás el animal se mueve hacia delante. 152 Bienestar animal del vacuno lechero Estado emocional positivo En relación al estado emocional, entender el estado mental de los animales se ha convertido en una área activa de investigación actualmente y el desarrollo de medidas válidas para evaluar estos estados es uno de los temas más interesantes en la ciencia del bienestar animal actual. El comportamiento de juego que muestran los terneros jóvenes es un indicador de bienestar. La ausencia de motivación para jugar indica un pobre estado de bienestar (debido, por ejemplo, a una nutrición pobre, a la presencia de enfermedades o heridas en los animales). La presencia de motivación para jugar indica un buen estado de bienestar porque las necesidades primarias están cubiertas y los animales no sufren. Más importante, sin embargo, es el hecho de que el comportamiento de juego se asocie con emociones positivas, ya que la expresión de este comportamiento es en sí misma gratificante para el animal (Boissy et al., 2007). El hecho de que los animales busquen compañeros de juego y soliciten este comportamiento son razones que evidencian que el comportamiento de juego es gratificante para los animales. Bibliografía Anderson DE, Muir WW. Pain management in ruminants. Veterinary Clinics of North America - Food Animal Practice 21, 2005; 19-31. Bach A, Dinarés M, Devant M, Carré X. Associations between lameness and production, feeding and milking attendance of Holstein cows milked with an automatic milking system. Journal of Dairy Research, 2007; 74:40-6. Boissy A, Manteuffel G, Jensen MB, Moe RO, Spruijt B, Keeling L, Winckler C, Forkman B, Dimitrov I, Langbein J, Bakken M, Veissier I, Aubert A. Assessment of positive emotions in animals to improve their welfare. 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