eficiencia ex post de los “privilegios” de los créditos laborales en el

EFICIENCIA EX POST DE LOS
“PRIVILEGIOS” DE LOS CRÉDITOS
LABORALES EN EL PROCESO DE
REESTRUCTURACIÒN
PATRIMONIAL
Carlos Rabanal Sobrino
SUMARIO
I.
II.
III.
Introducción.
Objetivo de la Ley Concursal: ¿Permanencia de
la unidad productiva o tutela del crédito?.
Los “privilegios” de los créditos laborales en el
proceso de reestructuración patrimonial.
I.- INTRODUCCIÓN .
Existen fallas de mercado (asimetrías informativas, costos de transacción,
externalidades y barreras de acceso) que justifican la existencia de una
regulación especial para el tratamiento de la insolvencia en la búsqueda de
soluciones que maximicen el bienestar social.
En tal sentido, la regulación de los procedimientos concursales tiene
diversos objetivos (los cuales, pueden tener o no un correlato económico):
la maximización del valor del negocio (reasignación eficiente de los factores
Eficiencia Ex Post De Los “Privilegios” De Los Créditos
Laborales En El Proceso De Reestructuración Patrimonial
de producción), la imposición
reducción de los costos de
empresas por interés social,
condonación de deudas y la
accionistas y administradores.
Carlos Rabanal Sobrino
de un procedimiento colectivo obligatorio, la
acceso al crédito, la permanencia de las
el mantenimiento de puestos de trabajo, la
imposición de costos a la actuación de los
En este contexto, antes de analizar si los ”privilegios” de los créditos
laborales en el proceso de reestructuración patrimonial pe rmiten maximizar
el valor del negocio en concurso (eficiencia ex post), resulta conveniente
identificar cuáles son los objetivos y el propósito esencial de la Ley General
del Sistema Concursal, Ley Nº 27809 (en adelante, Ley Concursal).
II.- OBJETIVO DE LA LEY CONCURSAL: ¿PERMANENCIA DE LA
UNIDAD PRODUCTIVA O TUTELA DEL CRÉDITO?.
2.1 Objetiv os de la regulación concursal.
2.1.1. Maximizar el valor del negocio (eficiencia ex post).
Desde la perspectiva de la eficiencia en los términos de Pareto, resulta que
la regulación debe orientarse a la maximización del bienestar social, es
decir, a la a signación más eficiente de los recursos escasos.
Desde dicho punto de vista, el profesor Oliver Hart identifica el siguiente
objetivo de la regulación de la insolvencia:
“En primer lugar, existe un fuerte argumento para que la
bancarrota deba proveer de ingresos en forma eficiente ex post ,
esto es, que debe maximizar el valor total (medible en términos
monetarios) disponible para ser dividido entre el deudor, los
acreedores y las otras partes interesadas, por ejemplo,
trabajadores. Específicamente, una firma debe ser reorganizada,
vendida como un negocio en marcha o cerrada y liquidada de
acuerdo a la alternativa que genere el mayor valor total”. 1
(Traducción libre).
En esa línea de pensamiento, la regulación de la insolvencia del deudor
debe justamente buscar una reasignación eficiente de los factores de
producción (capital y trabajo). En otras palabras, el derecho debe crear el
marco apropiado para que, en el ambiente de incertidumbre que rodea la
1
http://worldbank.org/research/abcde/eu/hart.pdf Consultada: 23.09.03
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crisis del deudor, los acreedores puedan adoptar decisiones eficientes que
maximicen el valor del negocio.
En otras palabras, las reglas concursales deben tener como objetivo lograr
la reasignación eficiente del patrimonio del deudor en crisis, sometiéndolo al
procedimiento (reorganizativo o liquidatorio) que genere mayor valor.
2.1.2. La imposición de un procedimiento colectivo obligatorio.
En ausencia de una regulación especial, los acreedores se encuentran
incentivados a optar por estrategias individuales (no cooperativas) para
recuperar sus créditos. La carrera por cobrar emprendida por los acreedores
nos puede conducir a resultados ineficientes, puesto que una empresa con
mayor valor en un proceso de reorganización puede terminar siendo
liquidada prematuramente como consecuencia de las demandas
individuales planteadas por sus acreedores o, por el contrario, una empresa
que genera mayor en una liquidación podría continuar operando en el
mercado.
En este contexto, los autores Francisco Cabrillo y Ben W. F. Depoorter
afirman que la norma concursal cumple un papel importante al imponer un
procedimiento colectivo:
“...la estrategia dominante, dirigida a incrementar la
probabilidad de recobrar sus créditos, es la no cooperativa. Los
acreedores gastarán recursos tratando de ser los primeros en
cobrar...En consecuencia, la virtud de las leyes de bancarrota
consiste en iniciar un procedimiento legal colectivo, en el cual,
todos los reclamos contra la empresa son determinados en
forma ordenada”.2 (Traducción libre).
En ese orden de ideas, el establecimiento de un procedimiento colectivo y
obligatorio para los acreedores cobra particular relevancia como uno de los
principales objetivos perseguidos por el derecho concursal.
2.1.3. Reducir los costos del acceso al crédito (eficiencia ex ante).
Alan Schwartz esboza l a siguiente opinión sobre la meta de la eficiencia del
sistema concursal:
“Los críticos económicos sostienen que un sistema concursal
debe maximizar el valor ex post de la empresa insolvente y
2
http://encyclo.findlaw.com/7800book.pdf. Consultada: 30.06.03
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distribuir su valor entre lo acreedores según una regla de
prioridad. (...).
De acuerdo con la meta de la eficiencia el objeto de las normas
mercantiles es, en un sentido amplio, maximizar el bienestar
social.
Las normas concursales pueden ayudar a lograr esta meta
reduciendo los costos de acceso al crédito. Reducir estos
costos les permite a las empresas llevar a cabo mejores
proyectos y crea mejores incentivos a las empresas para
3
maximizar su valor”.
En tal sentido, resulta que entre los objetivos económicos del derecho
concursal, en busca de la eficiencia (maximización del bienestar social),
encontramos a la asignación óptima de los factores de producción y la
reducción de los costos de acceso al crédito. Conforme a lo señalado,
resulta que el objetivo con el que tradicionalmente se ha vinculado al
derecho concursal: la maximización del valor del negocio a través de una
reasignación eficiente de los factores de producción, se encuentra
estrechamente relacionado con la reducción de los costos de acceso al
crédito.
De esta forma, la legislación concursal constituirá un mecanismo para
facilitar el acceso al crédito a los agentes económicos, en la medida que
asegure a los acreedores la obtención de mayor valor de la empresa, en
caso que ésta se encuentre en situación de insolvencia.
2.1.4. El mantenimiento de las empr esas en el mercado.
Entre los objetivos de la regulación de los procedimientos concursales
encontramos el salvataje de empresas por interés de la comunidad y el
mantenimiento de puestos de trabajo. Con respecto a la permanencia en el
mercado de las empresas por razones de interés social, el profesor
Francisco Cabrillo señala que:
“Con el tiempo, ha ido cobrando fuerza, en las normas
concursales, otro objetivo. Se trata del mantenimiento de
aquellas empresas que, por su interés público o su utilidad
social, se considere necesario o conveniente conservar. Hoy
existe, en efecto una tendencia en diversos países a aplicar, en
3
Alan Schwartz. “Una aproximación contractual a la insolvencia empresarial”. EN: Themis,
Revista de Derecho, Lima, Segunda Época, Nº 45, 2002, p. 123.
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vez del tradicional principio liquidatorio de la empresa en crisis,
4
el de su conservación”.
En ese orden de ideas, Huáscar Ezcurra y Gerardo Solís afirman lo
siguiente sobre las justificaciones para la tutela de los intereses de los
trabajadores y la comunidad:
“Son esencialmente dos las justificaciones propuestas para la
protección de los trabajadores y de los intereses de la
comunidad. La primera justificación es que se debe distribuir el
costo de la crisis..., en gran medida porque los acreedores
voluntarios se encuentran en mejor capacidad que los
trabajadores para protegerse frente al riesgo de la insolvencia o
para distribuir las pérdidas de la insolvencia entre una amplia
cartera de prestatarios. Por otro lado, como segunda
justificación se argumenta que la comunidad finalmente
internaliza gran parte del costo del fracaso comercial de la
empresa insolvente..., pues los costos de la insolvencia recaen
no sólo en los acreedores, sino también en los proveedores
locales e incluso sobre los consumidores, quienes, como
consecuencia de la insolvencia, tienen menos opciones para
5
elegir en el mercado”.
Como puede apreciarse, la protección de los intereses de la comunidad y
los trabajadores no encuentran justificación desde el punto de vista de la
eficiencia, toda vez que dicho objetivo no busca maximizar el valor del
negocio, sino más bien atender a una finalidad redistributiva.
Sobre la conservación de empresas por interés social y el mantenimiento de
puestos de trabajo, Alan Schwartz comenta:
“Ahora considere la práctica concursal de ayudar a las
comunidades reestructurando algunas empresas cuyo valor en
liquidación excede su valor en marcha. La objeción en términos
de eficiencia a esta práctica es que sobrevivirá el conjunto de
empresas equivocado. (...)
La objeción en términos de equidad a la práctica de
reestructurar empresas para ayudar las comunidades es que
4
Francisco Cabrillo. Quiebra y liquidación de empresas. Madrid: Unión Editorial, 1989, p. 48.
Huáscar Ezcurra y Gerardo Solís. “El Estado contraataca. La “múltiple personalidad” de un
sistema concursal de ciencia ficción”. EN: Themis, Revista de Derecho, Lima, Segunda Época,
Nº 45, 2002, p. 157.
5
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los costos recaen sobre los acreedores y las empresas
mientras que los beneficios sobre las comunidades. Parecería
más equitativo hacer que paguen aquellos que ganan. Por
consiguiente, las normas concursales no deben intentar
proteger el conglomerado de intereses -los proveedores
futuros, los propietarios, etc.- que constituyen la comunidad”.
(...)
Usar los sistemas concursales para proteger puestos de
trabajo también es ineficiente...existe un conflicto entre la meta
de preservación del trabajo y la maximización de la
recuperación del crédito concursal sólo con respecto a
empresas cuyo valor en liquidación excede su valor en
marcha...es ineficiente reestructurar empresas para salvar
puestos trabajados, y la sociedad tiene mejores remedios que
el sistema concursal para resolver los problemas de la
6
transición de un empleo a otro.”
Adviértase, que Schwartz no sólo se basa en el criterio de la eficiencia para
objetar la permanencia de empresas por razones de interés social sino
también en consideraciones de equidad, toda vez que lo s costos del
mantenimiento de empresas ineficientes en el mercado no son
interiorizados por los individuos beneficiados.
Bajo este contexto, podemos señalar que los objetivos de la regulación de la
insolvencia, por los cuales, se persigue la permanencia de las empresas en
el mercado por interés social y el mantenimiento de puestos de trabajo no
permiten maximizar el valor del negocio (eficiencia ex post) y, por ende,
tampoco reducen los costos de acceso al crédito (eficiencia ex ante).
2.1.5. Condonación de las deudas.
La condonación de las deudas (discharge of the bankrupt) constituye un
objetivo que caracteriza el tratamiento de la insolvencia de la persona
natural.
Al respecto, el autor español Francisco Cabrillo anota lo siguiente:
“Otro de los objetivos de la ley concursal puede ser la
condonación de la totalidad de las deudas del quebrado...La
condonación de deudas tiene también su racionalidad
económica, ya que ofrece al deudor un incentivo para poner a
disposición de los acreedores la totalida d de sus bienes y no
6
Alan Schwartz. Op. Cit., pp. 126-127.
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ocultarlos, a cambio de quedar liberado de deudas en el
7
futuro.”
En ese sentido, cabe señalar que el beneficio que otorga la regulación
concursal a las personas naturales insolventes: la exoneración de las
deudas, tiene como finalid ad evitar la realización de actos defraudatorios en
perjuicio de los acreedores por parte del deudor, a efectos que la masa
concursal permanezca intacta. Como puede apreciarse, la normatividad
concursal para las personas naturales se caracteriza por permitir al deudor
exonerarse del pago de las deudas comprendidas en el proceso concursal,
mantener ciertos bienes en su esfera patrimonial y liberar sus ingresos
futuros del pago de la deuda concursal.
2.1.6. Imposición de costos a la actuación de los accionistas y
administradores.
Con relación a los incentivos que la regulación de la insolvencia provee a
los administradores de las empresas, Francisco Cabrillo y Ben W. F.
Depoorter señalan:
“Aunque una eficiente asignación de los activos del deudor es
usualmente su principal objetivo, el derecho concursal quizás
tenga otros propósitos. Un objetivo puede ser imponer costos a
los individuos y a los administradores de empresas, con el
objeto de proveer (ex ante) de los incentivos para una
adecuada actuación...Históricamente estos costos fueron
impuestos
por
las
sanciones
penales
al
deudor
quebrado...Adam Smith argumentó a favor de la más alta
sanción
–la
pena
de
muertepara
las
quiebras
fraudulentas...Aunque el encarcelamiento para la insolvencia
desapareció en el siglo veinte, la mayoría de los códigos
penales continúan con penas de prisión para ciertos fraudes
cometidos en procedimientos de bancarrota.”8 (Traducción libre).
Conforme a lo indicado, resulta que desde un principio las reglas de la
quiebra enfatiz aron en las sanciones penales aplicables al quebrado con la
finalidad de tutelar el crédito. De esta forma, el derecho impuso costos a la
actuación de los deudores con el objeto de crear los incentivos necesarios
para la adecuada marcha de los negocios.
7
8
Francisco Cabrillo. Op. Cit., p. 48.
http://encyclo.findlaw.com/7800book.pdf. Consultada: 30.06.03
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Como puede advertirse, las reglas concursales que imponen costos a la
actuación de los accionistas y administradores de las empresas buscan
disuadir a éstos de la realización de conductas socialmente indeseables que
no generan mayor valor desde una perspectiva ex ante .
De acuerdo a lo señalado hasta aquí, podemos concluir que la regulación
de los procedimientos concursales tiene diversos objetivos: la maximización
del valor del negocio (reasignación eficiente de los factores de producción),
la imposición de un procedimiento colectivo obligatorio, la reducción de los
costos de acceso al crédito, la permanencia de las empresas por interés
social, el mantenimiento de puestos de trabajo, la condonación de deudas y
la imposición de costos a la actuación de los a ccionistas y administradores.
Seguidamente identificaremos cuáles de los objetivos antes señalados se
encuentran recogidos en la Ley Concursal.
2.2. Los múltiples objetivos y el propósito esencial de la Ley Concursal.
El Artículo I del Título Preliminar de la Ley Concursal consagra los
siguientes objetivos de nuestro sistema concursal:
“Artículo I.- Objetivo del Sistema Concursal
El objetivo del Sistema Concursal es la permanencia de la
unidad productiva, la protección del crédito y el patrimonio de
la empresa. Los agentes del mercado procurarán una
asignación
eficiente
de
sus
recursos
durante
los
procedimientos concursales orientando sus esfuerzos a
conseguir el máximo valor del patrimonio en crisis.”
Obsérvese que la norma antes citada contiene diferentes objetivos para
nuestro sistema concursal: la permanencia de la unidad productiva, la tutela
del crédito y la protección del patrimonio empresarial.
Sobre el particular, Juan Francisco Rojas señala lo siguiente:
“El objetivo del sistema concursal que la Ley postula no es
único. Estamos frente a la existencia de un objetivo legislativo
con tres dimensiones distintas la permanencia de la unidad
productiva, la protección del crédito y, también, porque así se
deduce del texto, la protección del patrimonio de las empresas.
Lo primero que habría que plantearse es la existencia o no de
compatibilidad entre estos criterios (...).
Así, la permanencia de la unidad productiva es una apuesta
porque las empresas peruanas no desaparezcan del mercado.
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El legislador declara su preferencia decidida porque la unidad
productiva...no se extinga. La protección del crédito es, en
realidad, la protección del pago de los créditos...Finalmente, la
protección del patrimonio de las empresas es una declaración
firme del legislador porque el patrimonio de las empresas no
sea afectado en un momento de crisis.
La fijación de objetivos para un sistema legislativo complejo,
no podía ser simple. Sin embargo, la manera como el legislador
ha desarrollado el tema resulta, por decir lo menos discutible.
(...)
Nos encontramos frente a un legislador que declara su
preferencia y convicción por la conservación de la empresa
nacional, pero que no deja de reconocer que cuando se trata
de honrar obligaciones, el pago de éstas es prioritario para la
credibilidad del sistema y progreso de la sociedad.” 9
(Subrayado agregado).
El autor citado reconoce que la Ley Concursal tiene tres objetivos distintos e
incluso sostiene que si bien el legislador privilegia la conservación de las
empresas, finalmente la tutela del crédito es fundamental para el buen
10
funcionamiento del sistema (eficiencia ex post) .
Con relación a los objetivos plasmados en la Ley Concursal, Huáscar
Ezcurra y Gerardo Solís mantienen la siguiente posición:
“...nuestro sistema concursal es uno con múltiples fines. Esta
característica podría parecer atractiva, es una clara muestra de
la confusión de un sistema que busca proteger el crédito y
simultáneamente, salvar empresas; proteger a los deudores
tanto como a los acreedores...se trata de objetivos
incompatibles. La relación entre la consecución de los
objetivos relacionados con la eficiencia es inversamente
proporcional con la de los objetivos vinculados con la
redistribución. Así, mientras mayor sea el énfasis del sistema
9
Juan Francisco Rojas. Comentarios a la Ley General del Sistema Concursal. Lima: Ara
Editores, 2002, pp. 21-24.
10
(Juan Francisco Rojas. “De la supuesta esquizofrenia del sistema concursal al maniqueísmo
de sus detractores”. EN: Revista Ius et Veritas , Lima, Nº 26, Año 13, Junio 2003, p. 180). En
ese sentido, Juan Francisco Rojas agrega: “Si el sistema está concebido para que las
obligaciones sean honradas en medio de la escasez y esto se manifiesta a lo largo del
procedimiento, obviamente que es un objetivo válido y su síntesis con los otros
objetivos es posible: se mantendrá la unidad productiva en tanto eso sea lo más
conveniente. De tratarse de una situación en la que la permanencia de la unidad
productiva ponga en peligro el pago del crédito, el sistema permitirá que la liquidación
se manifieste como medio para lograr el cobro de ese crédito de manera oportuna.”
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en salvar empresas, menor será la protección al crédito y
mientras más protección se imponga, más vulnerables van a
encontrarse los acreedores.”11
Bajo estas circunstancias, consideramos que los objetivos que recoge la
Ley Concursal sí entran en abierta contradicción, puesto que si bien
encontramos un objetivo que responde a un meta económica (la tutela del
crédito), éste no guarda armonía dentro de un mismo esquema concursal,
con objetivos tales como la permanencia de la unidad productiva.
Sin perjuicio de ello, debemos indicar que en la Ley Concursal, podemos
identificar objetivos distintos a la permanencia de la unidad productiva, la
tutela del crédito y la protección del patrimonio empresarial, como los que a
continuación pasamos a mencionar:
(i) Maximización de l valor del negocio.- El citado Artículo I del Título
Preliminar de la Ley Concursal señala que los agentes del mercado
procurarán una asignación eficiente de sus recursos durante los
procedimientos concursales orientando sus esfuerzos a conseguir el
máxim o valor del patrimonio en crisis.
De esta forma, resulta que la norma concursal peruana también persigue
maximizar el valor del negocio mediante una reasignación de los factores de
12
producción a usos cada vez más eficientes.
(ii) La imposición de un procedimiento colectivo obligatorio.- El Artículo
V del Título Preliminar de la Ley Concursal señala que los procedimientos
concursales buscan la participación y beneficio de la totalidad de los
acreedores involucrados en la crisis del deudor. El interés cole ctivo de la
masa de acreedores se superpone al interés individual de cobro de cada
acreedor.
(iii) La condonación de deudas.- El Artículo 99º de la Ley Concursal
establece que el juez al declarar la quiebra declara la incobrabilidad de las
11
Huáscar Ezcurra y Gerardo Solís. Op. Cit., p. 158.
12
(Juan Francisco Rojas. Op. Cit., p. 180). Sobre el particular, Juan Francisco Rojas sostiene
que: “Finalmente, el propio artículo contiene una indicación que es en realidad una
invocación: en todo momento los agentes que intervengan en el concurso deben
procurar la asignación eficiente de los recursos y conseguir el máximo valor del
patrimonio en crisis. Con ello, lo que se busca es que las decisiones adoptadas por los
participantes sean aquellas que mejor se adapten a la solución eficiente de la crisis
empresarial”.
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deudas del quebrado. Vale decir, la referida norma exonera al quebrado de
las deudas comprendidas en el proceso concursal.
(iv) La imposición de costos a los socios y administradores.- Una
innovación introducida por la Ley General del Sistema Concursal lo
constituye la extensión de los efectos de la quiebra al Presidente del
Directorio y los titulares de la empresa quebrada prevista en el Artículo 100º
13
de la Ley Concursal .
En este contexto , podemos señalar que la regulación concursal peruana
recoge diversos objetivos que incluso entran en abierta contradicción al no
tener todos como meta la eficiencia.
En este estado, resulta conveniente citar un pronunciamiento recientemente
expedido por el Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Protección
de la Propiedad Intelectual (en adelante, Tribunal del INDECOPI) que
14
establece un precedente de observancia obligatoria :
“…el propósito esencial del régimen concursal es la
maximización del valor del negocio en concurso a fin de
garantizar una eficiente recuperación de los créditos
involucrados en el proceso”. (Subrayado agregado).
A mayor abundamiento, en la referida resolución del Tribunal del INDECOPI
se desarrollan las siguientes ideas sobre la maximización del valor del
patrimonio en crisis como propósito esencial del sistema concursal:
“Los
procedimientos
concursales
destinados a proteger el crédito
como
instrumentos
13
“Artículo 100º.- Efectos de la quiebra
100.1 El quebrado, mientras dure ese estado, está impedido de:
(a) Constituir sociedades o personas naturales, en general, o de formar parte de las ya
constituidas;
(b) Ejercer cargos de director, gerente, apoderado o representante de sociedades o
personas jurídicas, en general;
(c) Ser tutor o curador, o representante legal de personas naturales;
(d) Ser administrador o liquidador de deudores en procedimientos regulados en la Ley.
(...).
100.3 Al Presidente del Directorio de la empresa concursada así como al titular de ésta
se le aplican los mismos efectos señalados en el numeral primero del presente artículo.
(...)”.
14
Resolución Nº 0377-2004/SCO-INDECOPI de fecha 22 de junio de 2004 recaída en el
Expediente Nº 015-2002/CRP-ODI-TRU publicada en el Diario Oficial El Peruano el 4 de
setiembre de 2004.
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(…) la maximización del valor del patrimonio en crisis se
constituye en un propósito esencial del sistema concursal,
pues en la medida que se logre, ello, los acreedores se
encontrarán en mejor posición de recibir retribuciones más
altas por sus créditos, reduciéndose el riesgo derivado de la
situación de crisis del deudor.
(…) En ese propósito de lograr el máximo valor del patrimonio
en crisis, la legislación concursal procura que los actores
involucrados en el proceso asignen eficientemente sus
recursos, de tal manera que los beneficios obtenidos por la
recuperación de los créditos sean mayores que los costos
involucrados en dicha tarea.
(…) De igual modo, busca constituirse en un mecanismo
eficiente para evitar la pérdida de la inversión realizada por los
empresarios en la creación y mantenimiento de unidades
productivas y para favorecer la competitividad, permitiendo que
un mayor número de agentes vinculados a él, ya sea por ser
integrante de un mismo grupo económico o por formar parte de
la misma línea de producción o distribución. Los principios
contenidos en el Título Preliminar de la Ley General del Sistema
Concursal recogen esta orientación al establecer como
objetivos del sistema concursal: la permanencia de la unidad
productiva, la protección del crédito y el patrimonio de la
empresa en crisis.”
Bajo este marco, podemos señalar que si bien la Ley Concursal contiene
objetivos abiertamente opuestos, como la protección del crédito y la
permanencia de la unidad productiva, debemos tener en cuenta que la
finalidad última de la norma es la maximización del valor del negocio para
los acreedores (entre ellos, el acreedor laboral).
En esa línea de idea s, consideramos que la permanencia de la unidad
productiva debe entenderse en dicho contexto; toda vez que la Ley
Concursal busca crear un ambiente idóneo para la negociación de los
acreedores (con reducidos costos de transacción), a efectos de que éstos
adopten decisiones que maximicen el valor de la empresa en crisis. De esta
forma, el objetivo de la permanencia de la unidad productiva y, por ende, de
los puestos de trabajo, tiene vigencia si nos encontramos ante una empresa
viable que genera mayor valor para los acreedores en un proceso de
reestructuración patrimonial.
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III. LOS “PRIVILEGIOS” DE LOS CRÉDITOS LABORALES EN EL
PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN PATRIMONIAL.
3.1 Justificación económica del privilegio de los créditos laborales .
Los “privilegios” en el pago de los créditos laborales se sustentan
tradicionalmente en el carácter alimentario de los mismos. En tal sentido, la
Resolución Nº 0981-2003/SCO-INDECOPI del Tribunal del INDECOPI
señala lo siguiente:
“El carácter privilegiado de un crédito consiste en una ruptura
o excepción del principio general de igualdad de trato de los
acreedores, que se produce cuando la ley concede a un
acreedor la facultad de cobrar con preferencia de los demás,
sobre el producto obtenido con la realización de los bienes del
deudor o alguna de ellos. La preferencia en el pago de
determinados créditos se encuentra regulada en la legislación
concursal como extraconcursal. La naturaleza alimentaria del
crédito laboral y el marco en el cual se generaron,
caracterizado por la dependencia y la subordinación del
trabajador frente a su empleador, constituyen los argumentos
que fundamentan el privilegio laboral.”
Al respecto, cabe indicar que los créditos laborales señalados en el Artículo
15
42º de la Ley General gozan del primer orden de preferencia en el pago de
16
los créditos en los procesos de disolución y liquidación .
Fuera del ámbito concursal, encontramos el Decreto Legislativo Nº 856, que
reconoce al acreedor laboral una preferencia o prioridad que se ejerce con
carácter persecutorio de los bienes del empleador si se verifican
determinados supuestos 17.
15
“Artículo 42º.- (…) Primero: Remuneraciones y beneficios sociales adeudados a los
trabajadores, aporte impagos al Sistema Privado de Pensiones o a los regímenes provisionales
administrados por la Oficina de Normalización provisional, la Caja de Beneficios y Seguridad
Social del Pescador u otros regímenes previsionales creados por ley, así como los intereses y
gastos que por tales conceptos pudieran originarse. Los aportes impagos al Sistema Privado
de Pensiones incluyen expresamente los conceptos a que se refiere el Artículo 30º del Decreto
Ley Nº 25897, con excepción de aquellos establecidos en el literal c) de dicho artículo”.
16
La Resolución Nº 0981-2003/SCO-INDECOPI del Tribunal del INDECOPI establece que
únicamente los créditos laborales contenidos en el Artículo 42º de la Ley Concursal tienen el
primer orden de preferencia en caso de disolución y liquidación. En tal sentido, los créditos
laborales que tienen un origen convencional no gozan de dicha preferencia.
17
Los supuestos regulados por el Decreto Legislativo Nº 856 son los siguientes:
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Bajo estas circunstancias, cabe preguntarnos si los privilegios que la Ley
Concursal otorga a los créditos laborales tienen algún sustento económico
más allá del reconocimiento de la naturaleza alimentaria de dichos créditos
y de las características de la relación que les da origen.
Al respecto, cabe tener presente la opinión del autor Francisco Cabrillo:
“…las relaciones entre empresas y trabajadores han adoptado
una forma especial, muy distinta de la que tiene una relación
entre dos empresas que realizan operaciones de compraventa
o arrendamiento de bienes o servicios.
(…) Las leyes, con frecuencia, reconocen a los trabajadores
una serie de privilegios para el cobro de sus créditos de los
que no disfrutan otros acreedores.
(…) los privilegios…no sólo tienen su justificación en
exigencias de justicia distributiva frente a grupos de bajo nivel
de renta, sino también razones de eficiencia económica.
También la consideración como créditos preferentes de los
salarios adeudados…puede encontrar una explicación en
términos de racionalidad económica. La justificación que
tradicionalmente se ha dado a estos privilegios se basa en la
necesidad que los trabajadores pueden tener de estos créditos
para subsistir, ya que, con frecuencia, los salarios constituyen
su único medio de obtener ingresos. No cabe duda de que esta
explicación puede ser válida, pero presenta algún punto débil.
Si el privilegio en el cobro de los créditos se concede en
función del nivel económico y la necesidad del acreedor, ¿por
qué no se extiende a las deudas de pequeños comerciantes,
que pueden encontrarse con mayores problemas de
subsistencia
que
algunos
trabajadores
–técnicos
a)
b)
c)
Cuando el empleador ha sido declarado insolvente, y como consecuencia de ello se
ha procedido a la disolución y liquidación de la empresa o su declaración judicial de
quiebra. La acción alcanza a las transferencias de activos fijos o de negocios
efectuadas dentro de los seis meses anteriores a la declaración de insolvencia del
acreedor.
En los casos de extinción de las relaciones laborales o incumplimiento de las
obligaciones con los trabajadores por simulación o fraude a la ley, es decir, cuando
se compruebe que el empleador injustificadamente disminuye o distorsiona la
producción para originar el cierre del centro de trabajo o transfiere activos fijos a
terceros o los aporta para la constitución de nuevas empresas, o cuando abandona
el contrato de trabajo.
La preferencia o prioridad también se ejerce cuando en un proceso judicial el
empleador no ponga a disposición del juzgado bien o bienes libres suficientes para
responder por los créditos laborales adeudados materia de la demanda.
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Eficiencia Ex Post De Los “Privilegios” De Los Créditos
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especializados, por ejemplo - de la empresa quebrada?...Desde
el punto de vista de un análisis de riesgos, la diferencia
fundamental entre un crédito por salarios no pagados…y un
crédito de pequeño comerciante proveedor no radica en el
diferente nivel de renta de cada uno de los acreedores, sino en
la forma diversa en la que el comerciante y el trabajador se
enfrentan al riesgo de impago de sus créditos.
Una preferencia en el cobro de un crédito significa básicamente
un aumento en la probabilidad de que tal crédito sea
pagado…Un aumento del valor de las probabilidades de que el
crédito sea pagado permitirá a las empresas ofrecer, en
consecuencia, un salario más bajo. Y los trabajadores, al ser
contrarios al riesgo, preferirán, a igualdad de valores
esperados, combinaciones de probabilidades más altas y
salarios más reducidos.
En el caso de otros acreedores –bancos, grandes empresas o
pequeños comerciantes- el riesgo de un crédito fallido se verá
reflejado en un tipo de interés más elevado o un precio mayor
cargado al cliente.
La preferencia en el cobro de créditos en casos de quiebra
vendría así a extender el principio de que es eficiente que los
trabajadores trasladen sus riesgos a las empresas a
situaciones en las que la probabilidad de cobro es inferior a
uno.”
Siguiendo dicho razonamiento, tenemos que los “privilegios” que la
legislación común reconoce a los trabajadores para el pago de sus créditos
tienen un correlato económico: los empleadores asumen parte del riesgo del
pago de los créditos laborales pagando una menor remuneración a los
trabajadores a cambio de otorgarles una preferencia en el pago.
Al respecto, debemos indicar que dicha justificación económica también es
válida para los privilegios que la Ley Concursal otorga al acreedor laboral en
el pago de los cr éditos en los procesos de reestructuraci ón patrimonial, a los
cuales, nos referimos a continuación.
3.2 Eficiencia ex post de los privilegios para el pago de los créditos
laborales en el proceso de Reestructuración Patrimonial.
La Ley Concursal prevé dos tipos de remedios para el deudor en crisis: el
Procedimiento Concursal Preventivo y el Procedimiento Concursal Ordinario.
La diferencia entre dichos procedimientos estriba en la gravedad de las
crisis que abordan.
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Eficiencia Ex Post De Los “Privilegios” De Los Créditos
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El Procedimiento Concursal Ordinario se ocupa de las crisis empresariales
más graves y contempla dos alternativas, entre las que deben optar los
acreedores respecto del destino de la empresa en crisis: su mantenimiento
en el mercado a través de un proceso de reestructuración patrimonial o su
salida mediante una disolución y liquidación ordenada.
La Ley Concursal contempla ciertas reglas especiales para el pago de los
créditos laborales en el proceso de reestructuración patrimonial con el
objeto de asegurar el carácter preferente de los mismos.
A continuación, nos ocu paremos de analizar si los “privilegios” de los
créditos laborales en el proceso de reestructuración patrimonial guardan
coherencia con el propósito esencial de la Ley Concursal: la maximización
del valor de la empresa en crisis (eficiencia ex post).
3.2.1 Pago mínimo anual de los créditos laborales.
El Artículo 66º de la Ley Concursal establece lo siguiente sobre el
cronograma de pagos del Plan de Reestructuración:
“Artículo 66º.- Contenido del Plan de Reestructuración (…)
66.3 El Plan debe contener un cronograma de pagos que
comprenda, bajo sanción de nulidad, la totalidad de las
obligaciones del deudor, y el modo, monto, lugar y fecha de
pago de los créditos de cada acreedor. (…).
66.4 En dicho cronograma de pagos se deberá precisar, bajo
sanción de nulidad del Plan, que de los fondos o recursos que
se destinen al año para el pago de los créditos, por lo menos
un 30% se asignará en parte iguales al pago de las obligaciones
laborales que tengan el primer orden de preferencia , conforme
al Artículo 42º. La determinación del pago en partes iguales
implica que el derecho de cobro de cada acreedor laboral se
determine en función del número total de acreedores laborales
reconocidos en dicha prelación.” (Subrayado agregado).
Sobre el particular, cabe tener presente lo expuesto en la Exposición de
Motivos de la Ley Concursal:
“c) Se establece con precisión cuáles son los alcances del
pago mínimo anual del 30% de todas las obligaciones a
cancelar que debe efectuarse a los acreedores de origen
laboral en ejecución del cronograma de pago del Plan de
Reestructuración. Esta norma trae, además, dos temas de vital
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Eficiencia Ex Post De Los “Privilegios” De Los Créditos
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importancia (i) se elimina la posibilidad de que el representante
de los créditos laborales decline este pago y (ii) se indica que la
citada salvaguarda a los derechos de los trabajadores
comprende al íntegro de titulares de obligaciones laborales que
ostenten el primer orden de preferencia según la normatividad
concursal y que tal pago debe efectuarse en partes iguales
entre todos los acreedores.
En ese sentido, si se aplicara un criterio de pago en proporción
al crédito reconocido se podría dar el caso que se favorezca
exclusivamente a quienes ejercieron cargos directivos y/o de
confianza que tiene un crédito laboral mayor o, en su caso,
pagar montos meramente simbólicos a cierto grupo de
trabajadores. Por ello, de forma complementaria, se ha
precisado los alcances del pago en parte iguales, que implica
que el cobro de cada acreedor se determina en función del
número total de acreedores laborales reconocidos en dicha
prelación.” (Subrayado agregado)
Obsérvese, que la Exposición de Motivos enfatiza en la necesidad de
18
proteger a los acreedores laborales de la posibilidad que su representante
renuncie a dicho pago mínimo anual.
Desde nuestro punto de vista, resulta cuestionable la eficiencia de una
norma en tal sentido que no hace sino denotar el carácter excesivamente
tuitivo de la reforma concursal en lo que respecta al pago de los créditos
laborales. En efecto, en virtud a la autonomía privada, los acreedo res
laborales deberían contar con la discrecionalidad suficiente para postergar
el pago de sus créditos, si así lo estiman conveniente, con la finalidad de
contribuir al reflotamiento de la empresa, por ejemplo, para que los flujos
que se vayan generando se destinen al pago de las nuevas líneas de
crédito para capital trabajo (créditos post concursales).
En este contexto, podemos señalar que el excesivo recelo del legislador al
pretender proteger al acreedor laboral otorgándole un “privilegio” en el pago
anual del servicio de la deuda concursal no hace sino desincentivar el
otorgamiento de nuevos créditos para la reestructuración económica
financiera del deudor en crisis.
18
El Artículo 47.2 de la Ley Concursal señala: “47.2 Los créditos de remuneraciones y
beneficios sociales serán representados por quien o quienes designe el Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo conforme al procedimiento establecido para tal efecto.
El o lo representantes designados contarán con las facultades suficientes para la
adopción de cualquiera de los acuerdos previstos en la Ley”.
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En esa línea de ideas, debemos indicar que la preocupación del legislador
respecto de la actuación del representante de los créditos laborales pudo
materializarse en el establecimiento de deberes de conducta 19 que
aseguren que la actuación del representante en la junta de acreedores se
ajuste a los intereses de sus representados, i.e., obli gándolo a atacar las
decisiones adoptadas previamente por los acreedores laborales, dotando a
dichos acuerdos de carácter vinculante para el representante.
Como puede advertirse, el “privilegio” de un pago mínimo anual a los
créditos laborales crea barreras para el reflotamiento de empresas viables y,
por ende, obstaculiza el mantenimiento de los puestos de trabajo. Conforme
a ello, podemos sostener que el referido privilegio no contribuye a generar
mayor valor para los acreedores (eficiencia ex post).
3.2.2 Pago preferente en caso de venta o transferencia de activos fijos
del deudor.
El Artículo 69º de la Ley Concursal establece lo siguiente sobre el pago de
los créditos laborales en caso de venta o transferencia de activos fijos del
deudor:
“Artículo 69º.- Pago de créditos durante la reestructuración
patrimonial
69.1 El orden de preferencia establecido en el Artículo 42º para
el pago de los créditos no será de aplicación en los casos en
que se hubiese acordado la reestructuración, con excepción de
la distribución entre los acreedores del producto de la venta o
transferencia de activos fijos del deudor.
69.2 Los acreedores preferentes podrán renunciar al orden de
cobro de los créditos que les corresponde cuando así lo
manifiesten de manera indubitable, pudiendo exigir garantías
suficientes para decidir la postergación de su derecho
preferente de cobro. En el caso de créditos laborales dicha
renuncia es inválida. (…)”.
19
El Reglamento de elección y designación de representantes de créditos laborales ante la
Junta de Acreedores de los deudores sometidos a procedimiento concursal aprobado por
Resolución Ministerial Nº 324 -2002-TR y modificado por Resolución Ministerial Nº 008-2004-TR
contempla únicamente mecanismo de control ex post, tales como, la obligación del
representante de informar a los acreedores laborales de su gestión y de todo lo relacionado
con sus actividades de representación; y, la posibilidad de su reemplazo en caso los
acreedores laborales no se encuentren conformes con su labor.
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La Exposición de Motivos de la Ley Concursal justifica de la siguiente forma
la sanción de invalidez a la renuncia del pago preferente de los créditos
laborales en el supuesto de venta o transferencia de activos fijos del deudor
en crisis:
“…el presente artículo explica que el orden de preferencia no
se aplica al pago en el curso de una r eestructuración
patrimonial, salvo la distribución entre los acreedores del
producto de la venta o transferencia de activos fijos del deudor,
toda vez que esto sí supone una disposición de bienes ajena al
proceso de reflotamiento del concursado.
El orden de preferencia que tiene que respetarse en el supuesto
anterior, admite renuncia por parte de los acreedores
preferentes, salvo el caso del acreedor laboral, en vista del
principio de irrenunciabilidad de derechos”.
Desde nuestra perspectiva, la renuncia a la preferencia en caso de venta o
transferencia de activos fijos no violenta el principio de irrenunciabilidad de
derechos, toda vez que dicha decisión no condona las deudas simplemente
difiere su cobro.
Siguiendo el razonamiento esbozado en el punto anterior, nos reafirmamos
en el sentido que los acreedores laborales deben contar con la
discrecionalidad suficiente para renunciar a dicho privilegio. Cabe tener
presente que los acreedores se encuentran en mejor posición para adoptar
decisiones eficientes debido a que son ellos los principales afectados por la
crisis del deudor en concurso. En efecto, si nuestro sistema concursal se
basa en la privatización de las decisiones, por qué el legislador impone su
voluntad sobre los acreedores laborales para decidir sobre las reglas de
pago de sus créditos en los procesos de reestructuración patrimonial.
En conclusión, cabe señalar que los “privilegios” de los créditos laborales en
el proceso de reestructuración patrimonial regulado por la Ley Concursal no
permite maximizar el valor del negocio en concurso (eficiencia ex post),
puesto que imponen barreras al reflotamiento de empresas viables y limitan
la actuación de los acreedores laborales para negociar el pago de sus
créditos en dichos procedimientos.
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