2. Primer nivel de lectura, el del análisis o semiótica de los elementos plásticos en la lámina 56 Lámina 56, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait Elegí la lámina 56, porque reúne los elementos plásticos que me interesan. Es la única lámina en que solamente una imagen central, formada de dos imágenes principalmente, ocupa casi todo el espacio. Su forma parece irradiar el espacio al interior de un cuadrado formado por una columna de signos a cada lado, y una hilera de puntos tanto arriba como abajo. En este nivel de análisis todavía no emprendemos la descripción iconográfica y por ende, de significados, que entablaremos en el capítulo correspondiente. 24 2.1 Contexto plástico de la lámina 56: los códices del Grupo Borgia Dentro de la serie de códices que integran el Grupo Borgia, podemos visualizar que no obstante que todos los códices del grupo comparten una semántica común, conformada por la iconografía y el estilo que integra su lenguaje pictográfico, de contenidos similares, todos y cada uno de ellos guarda un concepto plástico particular, o la huella de un trazo y de una expresividad individual, que señala la libertad de estilos y la búsqueda de recursos plásticos propios. Para iniciar el análisis plástico del Códice Borgia creo que es necesario enunciar, primero, los criterios plásticos de los que partí para seleccionar éste y en particular su lámina 56, en relación con el grupo de códices del que forma parte. 2.1.1 Códice Laud En mi opinión, se caracteriza por su simplicidad y precisión1. Por la existencia de elementos de una gran sobriedad, por sus líneas uniformes, que dan la apariencia de haber sido trazadas con un instrumento de precisión que involucra el sentido expresivo de sobriedad que el tlacuilo o tlamatini quiso imprimirle, en el marco de grandes superficies blancas o de espacios aéreos, en los que el observador respira profundamente. Es una obra de carácter más gráfico que pictórico2, en el sentido de que utiliza planos y líneas muy definidas. 1 Lo que indica que se podrían haber empleado pinceles, cálamos (cañas), reglas de madera, hilos para trazar líneas con pigmentos, carbón en rama para bosquejar, placas o plantillas, y otros, que desconocemos. 2 Lo gráfico es entendido en las artes visuales, como aquélla expresión plástica tendiente a formas simples muy definidas, pues en su origen las artes gráficas empleaban formas generalmente de alto contraste determinado por las técnicas de impresión, como por ejemplo, el grabado en madera, que sólo permite el empleo de líneas gruesas y planos para poder producir varios ejemplares de la misma obra, siendo el ejemplar, un original en sí, pues todos tienen las mismas características. Esto a diferencia, de las técnicas pictóricas en las que se emplean materiales que solo permiten la producción de una sola obra, que materialmente, no se puede reproducir. La naturaleza de estas últimas, aunque imitable, o fotografiable, no lo permite. Estas técnicas permiten sí, las formas indefinidas, las atmósferas, las manchas, y la sensación de volumen, lo pictórico, determinadas por el empleo de pinceles, lápices, papeles, etc., que tienen en sí un valor o una materialidad plásticos. El concepto pictórico puede, sin embargo, traducirse en técnicas a planos, como las empleadas en los códices, porque implica el ir más allá de formas muy definidas, implica la espontaneidad y la libertad que nos remiten a lo orgánico e imprevisible. 25 Lámina 24, Códice Laud, 1968-2004, FAMSI 2.1.2 Códice Fejérváry-Mayer Muy semejante al Códice Laud, cuyas similitudes han sido ya estudiadas por Pablo Escalante1, y que de acuerdo con él, pienso que debe de haber sido elaborado por el mismo pintor o sacerdote o en el mismo lugar de producción; tiene una factura muy similar y el mismo manejo de la línea y del espacio, ligeramente más cargado de elementos, cuyas figuras abarcan una mayor superficie. Su carácter gráfico es también muy evidente. Tanto en el Códice Laud, como en el Fejérváry Mayer, la libertad de expresión se caracteriza por ese gusto por la precisión y la sobriedad en la organización plástica. Láminas 4 y3, Códice Fejérváry-Mayer, 1968-2004, FAMSI 1 P. Escalante Gonzalbo, El trazo, el cuerpo..., pp. 74-80. 26 2.1.3 Códice Vaticano B o Códice 3773 En oposición a los códices anteriores, y por eso hablamos de una libertad de expresión, indisociable del valor de su contenido, pienso que el Códice Vaticano B o Códice 3773, se caracteriza por formas más expresivas, líneas o trazos que traducen el impulso y la emoción del autor en sus diferentes espesores, indiferente a la precisión. Como masas y contrapesos las formas mantienen un balance entre sí. Es como una totalidad de formas orgánicas. Su concepto plástico es más pictórico que gráfico en el sentido de que usa con más libertad que en los casos anteriores, la línea, el color, la composición, las emociones del autor. En este sentido es más expresivo. Láminas 13 y 14, Códice Vaticano B, 1968-2004, FAMSI 2.1.4 Códice Cospi También de una gran libertad de expresión, indisociable del valor de su contenido semántico, el Códice Cospi, se caracteriza por sus formas expresivas, líneas o trazos que traducen el impulso y la emoción del autor en sus diferentes espesores, pero mucho más delgadas, toda la concepción plástica es indiferente a la precisión. Sin embargo, aquí hay un juego de proporciones entre formas más ligeras que en el Códice Vaticano B, de líneas, curvas y formas semi-circulares que se complementan en la estructura de las composiciones. 27 Láminas 11 y 10, Códice Cospi, 1968-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait 2.1.5 Códice Borgia Como los dos códices anteriores el Códice Borgia, es de una gran libertad de expresión, indisociable del valor de su contenido semántico, pero aquí el espacio se sujeta a una búsqueda de mayor unidad, en el sentido de que, como en el Códice Cospi, un juego de proporciones entre formas, líneas, curvas y formas semi-circulares y circulares se complementan en la estructura de las composiciones. Aquí también, el trazo traduce el impulso y la emoción del autor pero con mucha más homogeneidad que no se contrapone a la concepción plástica del conjunto. El autor juega libremente con formas y significados que conoce y experimenta en el espacio, desplazándose y buscando la unidad y la regularidad del conjunto, alcanzando un lenguaje plástico en torno a una semiótica de los valores plásticos y de la información a transmitir. Libertad en las figuras y en la organización plástica dentro del lenguaje codificado de pictogramas, lo que no disminuye los valores plásticos de los otros códices, pero lo diferencía. Como los dos anteriores es más pictórico que gráfico, más expresivo. Entre la sobriedad de unos y la libertad plástica de otros, el Códice Borgia se sitúa en el punto medio. El análisis de su discurso plástico forma parte del análisis del presente estudio. 28 Lámina 39, Códice Borgia, 1968-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait 2.2 Los elementos de análisis del lenguaje plástico en el CódiceBorgia Para el análisis del lenguaje plástico, tomamos en cuenta aquellos elementos que muestran la forma de organizar y concebir el espacio, la forma y el color al interior del Códice Borgia. Estos elementos partieron de lo general a lo particular y son: formato, principio de unidad (en este caso cuadrado y círculo), formas radiales, direcciones que fluyen en varios sentidos; las formas internas tales como: orden de lectura (lecturas: lineal, cíclica y espiral), diagonal implícita, organización y balance plástico en sí; y las formas externas como: influencias plásticas en el Códice Borgia, línea y trazo que nos hablan acerca de las características del autor y que nos permiten identificar las diferentes “manos” de tlacuilos en el códice. 2.2.1 Formato El Códice Borgia, según la descripción de María de los Ángeles Ojeda Díaz1, esta formado por una larga tira de piel de venado, de 10,34 m. de longitud, doblada en forma de biombo y formada a su vez por 14 fragmentos desiguales. Tiene un total de 39 folios u hojas; 38 de las cuales están pintadas con una primera capa2 de estuco alisado y pulido, por ambos lados, lo que da un total de 76 láminas de 27 x 26,5 cm. cada una. 1 Cecilia Rossell y María de los Ángeles Ojeda Díaz, Las mujeres y sus diosas en los códices prehispánicos de Oaxaca. México, CIESAS, 2003, pp. 114-115. 2 Esta primera capa correspondería, en mi opinión, a la imprimatura, término técnico de pintura para la base uniforme sobre la que se aplican los colores aislándolos de la materia que los soporta y que podría impedir una buena 29 Al parecer la superficie es de piel curtida tipo gamuza como lo demuestra el estudio de los hermanos Maldonado1, tenía una capa de estuco (cal viva, agua y goma de nopal o de maguey), sobre la cual se pintaron las imágenes. Conforme a la técnica empleada de curtir en los códices mixtecos, los hermanos Benjamín y Mauricio Maldonado, han hecho una amplia investigación que justifica también el origen de dichos códices. Los códices mismos son fuente de información acerca de la técnica del curtido empleado, por las huellas, materiales y herramientas que se utilizaron en dicho proceso. Información fundamental en la historia de la tecnología, que se combina con el trabajo etnográfico, ubicando la continuidad, transformación o desaparición de las técnicas prehispánicas.2 adherencia, pues esta base imprimante debe de ser elaborada con una argamasa de determinada concentración que permita un cierto grado de flexibilidad, para impedir fracturas, además de cierto grado de brillo, luminosidad, y porosidad, que permita un cierto grado de absorción, pues de la absorción dependen el brillo o la opacidad de los colores y la adherencia. Muy probablemente esta mezcla de cal y agua, el estuco, debe de haber tenido algún elemento que diera a la mezcla flexibilidad, y adherencia, como por ejemplo, la miel. Para determinar la química y proporción de elementos que integran esta imprimatura requeriríamos hacer los estudios de laboratorio correspondientes, con una muestra del original, lo que está fuera de nuestro alcance. Por otra parte y también en términos del manejo de los materiales, la coloración de la imprimatura y sus características son las que permiten que los colores se integren de manera armónica, es decir, sin contrastes demasiado violentos que impedirían una lectura de las formas plásticas de manera equilibrada, sin predominio descontrolado de algunas sobre otras, involuntario a la organización plástica propuesta por el tlacuilo. Cabe mencionar que un estudio químico del Códice Borgia, como el de otros códices permitiría a los restauradores encontrar los medios para prolongar la vida de esos documentos. 1 Benjamín Maldonado Alvarado y Mauricio Maldonado Alvarado, “La historia en la piel. Otra lectura posible del Códice Colombino (mixteco prehispánico)” en Cuadernos del Sur, Año 3, Núm. 8-9, Oaxaca, Septiembre 1994-Abril 1995, pp. 28-41 y Benjamín Maldonado Alvarado y Mauricio Maldonado Alvarado, La sabiduría de las pieles, de las técnicas de curtición la curtiduría tradicional actual en Oaxaca. México, CONACULTA-INAH, 2004. 2 B. Maldonado Alvarado et al., “La historia…”, pp. 28-41. El análisis de las huellas del curtido en códices proporciona datos acerca del sacrificio del animal, su desuello, el tratamiento y el curtido de la piel. El análisis del Códice Colombino se practicó sólo mediante la observación y el manejo físico. Observación del conjunto y sus detalles para definir sus características, por ejemplo en el caso de las marcas producidas al raspar la piel para descarnarla o rebajarla y buscar elementos asociados como el color y rugosidad de la piel alrededor de los agujeros encontrados. Las marcas, textura y color de la piel permiten deducir los materiales y herramientas utilizados y la forma en que se realizó el trabajo. Curtir es hacer de un material que fácilmente se pudre –piel cruda- uno prácticamente imputrescible, dotando a la piel curtida o cuero de características particulares como son: su flexibilidad, impermeabilidad, suavidad, dureza, rigidez o elasticidad. De acuerdo con los resultados esperados, como piel con pelo, cuero duro, cuero grueso para mueble, suave y delgado para chamarra, son los procesos de curtido, y los diversos curtientes así como los tiempos de curtido. La piel está compuesta de tres partes: la epidermis (piel exterior, pelos y glándulas sebáceas), la dermis (glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas, nervios, vasos capilares, células grasas), la hipodermis (tejido conjuntivo, en contacto con los músculos o con los órganos internos). En todos los casos de curtido a las pieles se les quita la hipodermis; a las que se curten sin pelo se les despoja también de la epidermis y sólo en caso de curtido tipo gamusa se les quita además una parte de la dermis conocida como flor (la flor está inmediatamente después de la epidermis; su forma es particular en cada tipo de animal, pues la constitución de sus pieles es distinta). La apariencia de la flor se llama “grano”. Entonces, el grano de la piel humana es distinto al de los conejos, y el de un venado es distinto al de un leopardo. El grano es más abierto, más cerrado, más grande o más chico e identifica cada tipo de piel (puede haber más o menos densidad de puntos que indiquen el tipo de piel). La gamusa mixteca es un tipo de curtido y no es el curtido de una piel específica. Al despojar a la piel de la flor, para obtener la gamusa, se logra que la textura de ambos lados de la piel sea afelpada, lo que hace imposible reconocer el tipo de animal al que perteneció, ya que éste podría ser venado, res, u otro animal. Por el tamaño de los lienzos que se emplearon en la elaboración de los códices es entonces posible inferir de qué animal se trataba. El aspecto de la piel curtida empleada en los códices es fuerte, pero no flexible, más bien acartonada. Sin embargo, ya que los códices tienen forma de biombo y que cada hoja, a pesar de ser muy delgada, se engrosó con las capas de pintura blanca o base de cal, dando grosores de 0.5 a 1.5 mm., seguramente la piel fue trabajada con grasa y suavizada, dado que se puede doblar bien en los pliegues del biombo. Al parecer, el depilado se hizo con piedra pulida o cuchillo, porque se ven las rayas o surcos que dejaron en la superficie de la piel. Dichas rayas son visibles porque la pintura donde se aplicó una capa delgada, toma la forma de estos bordes. Da la impresión de que fueron hechos con piedra porosa, volcánica, tezontle, son rectos, parejos y toscos. 30 76 65 52 39 63 62 51 50 49 37 25 13 74 64 38 26 75 12 61 11 10 21 9 8 70 58 46 34 22 71 59 47 35 23 72 60 48 36 24 73 57 45 33 32 20 19 7 69 56 44 41 29 17 5 54 42 30 18 67 55 43 31 6 68 28 16 4 3 66 53 40 27 15 14 2 1 Códice Borgia, en su totalidad de 76 láminas 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait Por su forma de biombo, al desplegarse nos recuerda el desplazamiento de una serpiente. Al respecto, Laura Espinosa Torres señala: “…teniendo en cuenta el carácter simbólico de la serpiente, la diagonal y los elementos alternados pueden ser la representación del movimiento de traslación de este animal, es decir, un movimiento ondulante, serpenteado.”1 En donde está la pintura, la flexibilidad es nula y se debe al grosor de la pintura, en lugares en donde no hay pintura, como son las esquinas y los dobleces, la piel sola sí es flexible, su resistencia es buena. Se sabe cual es el lado de la hipodermis por los vasos sanguíneos o las marcas de algunas venas. Entonces, el lado que se empleó para pintar fue el lado de la epidermis. Don Librado Gómez, maestro curtidor de Tlaxiaco, en la Mixteca Alta, trabaja la gamusa con una curtiente animal de sesos o médula para la flexibilidad y una curtiente vegetal para el color: “Después de descarnar y desflorar las pieles, las estira y blanquea; posteriormente prepara una solución o „atole‟ de sesos y jabón de manteca, disueltos en agua, esta solución se pone a calentar y se introducen después las pieles en ella, pisoteándolas hasta que aclare el color de la solución. Entonces se extienden las pieles, se ponen a secar y se pulen con piedra pómez. Enseguida se introducen en una solución de corteza o “cáscara” de encino, donde se terminan de curtir. Ya curtidas se ponen al sol en bastidores y se tallan nuevamente con piedra pómez. Antes de pasar a los talladores, se puede o no ponerlas a ahumar con leña de encino para darles otro acabado.” (Maldonado, 1995: 37). 1 Laura Espinoza Torres, Composición espacial en el Códice Borgia, México, Tesis de Licenciatura en Artes Visuales, Escuela Nacional de Artes Plásticas, UNAM, México, 1998, p.75. 31 Fotografía: Restauración en papel amate, de Gisele Díaz y Alan Rodgers Detalle Lám. 65 Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria María de los Ángeles Díaz y Cecilia Rossell proporcionan la siguiente descripción: El Códice Borgia o Tacu (libro, pintura o escritura, en idioma mixteco o dzavui) es un libro en forma de biombo (…) Se conforma de 14 tiras de piel curtida de animal, probablemente venado; de 27 centímetros de ancho y distintos largos. Están unidos en una sola tira de 10 metros de largo, plegada a modo de biombo o acordeón, constituyendo 39 hojas, cada una de 26.5 centímetros de largo, de las cuales 38 están pintadas por ambos lados. Presenta fina capa de estuco (cal o yeso) blanco, alisado y pulido como revestimiento para corregir las irregularidades del material, donde se aplicaban con finos pinceles de piel de conejo, las imágenes iluminadas con colores de origen animal, vegetal y mineral disueltos en agua.1 El orden de lectura o el sentido de lectura en la totalidad del códice es de derecha a izquierda. Al cerrar y doblar el códice las hojas se superponen y forman un cubo o un paralelepípedo. Las láminas de los códices del Grupo Borgia por su carácter ritual, calendárico y adivinatorio, están concebidas dentro de un formato cuadrangular. 1 C. Rossel y M. Ojeda Díaz, op. cit., pp. 114-115. 32 Fotografía Michel Calderwood. Pág. 86 del libro Arqueologías del espejo, un acercamiento al espacio ritual en Mesoamérica de Alberto Davidoff Misrachi, México, editado por Alberto Davidoff y Danzig Monastir, 1996. El códice mismo es el lugar de encuentro con los dioses, en el se transforman, por metonimia, en seres bidimensionales sobre un plano, como un embudo por el que se decantan las fuerzas-dioses-materiales, y gracias a lo que sucede en este microcosmos que es el códice, es posible incidir en la naturaleza. El formato cuadrado remite al centro, al equilibrio entre sus cuatro lados, al centro de las cuatro direcciones del universo, entre los planos celestes y los planos del Inframundo, en el que se sitúa el lector, el intérprete, el sabio tlamatini. También, repetimos, al cerrar el códice, y al superponer las láminas se forma un cubo, o paralelepípedo, que nos recuerda las ofrendas contadas al Señor Lumbre, Dueño del año y del tiempo, que actualmente realizan los tlapanecas de Guerrero, durante el 33 cambio de autoridades municipales. En este caso, el conjunto de maderos colocados de manera que forman un cubo o un huacal representa el corral que protege a los habitantes de la comunidad, alrededor del cubo, sobre el suelo, se colocan ofrendas de hojas, flores, mechas de algodón y velas, que representan partes de la deidad: su cuerpo, su vestimenta y sus adornos. Danièle Dehouve, dice al respecto: Una primera etapa consiste en construir el nuevo Señor Lumbre con unos leños de ocote colocados en cuadrado unos sobre otros, para elaborar una clase de caja: se deposita, al este, un leño en el suelo y, a un metro de distancia y paralelamente, un leño al oeste; perpendicularmente y apoyándose sobre estos, un leño al norte, y uno al sur. Sobre el cuadrado así formado, se siguen acumulando los leños. El número total de leños es propio del Fuego. Se construye el Fuego como un cuadrado de leños en el que descansa un simbolismo múltiple: el Tiempo (inicia un periodo de poder político, y un ciclo solar); el Espacio (está al centro de los cuatro rumbos); el Pueblo (como un centro protegido por los rumbos de su territorio).1 El cuadrado de leña representando el Señor Lumbre en Apetzuca, fotografías: Danièle Dehouve También Dehouve hace referencia a la interpretación de Anders acerca de una representación de hogueras en el Códice Vindobonensis, en las láminas 17 y 30 entre otras, de las que reproducimos un detalle: Detalle lámina 30, Códice Vindobonensis, FAMSI 1 Danièle Dehouve, “El Fuego Nuevo: interpretación de una «ofrenda contada» tlapaneca” (Guerrero, México), en Journal des Américanistes, No. 87, París, 2001, pp. 94-95. 34 En la Lámina 1 del Códice Féjérvary Mayer, que corresponde al Tonalamatl de éste mismo códice, aparece Xiuhtecuhtli, Dios del Fuego en el centro. Patrick Johansson dice acerca de la cuadratura del fuego: La relación del centro con la periferia podría no haber sido acumulativa sino cualitativamente integradora. Prueba de ello lo constituye el dios del fuego Xiuhtecuhtli, quien encarna el centro por excelencia, y que tiene entre otros nombres el de Nauhyohuehue, literalmente “el viejo cuadratura”. El centro ígneo que contiene potencialmente a los cuatro horizontes cardinales.1 Códice Fejervary-Mayer, Lámina 1, fotografía: Revista de Arqueología Mexicana En varias esculturas mexicas del Templo Mayor, Xiuhtecuhtli, aparece sentado en el suelo, de manera que sus brazos, piernas y tronco forman un cubo o un paralelepípedo. Huehueteotl, Xiuhtecuhtli, escultura en piedra, Templo Mayor, fotografía: Braulio Tenorio 1 Patrick Johansson, “Análisis estructural del gentilicio de los aztecas en el Códice Boturini”, Revista de estudios Mesoamericanos Núm. 1, Universidad Nacional Autónoma de México, 2000, p. 68. 35 Los códices adivinatorios se encuentran entonces en el plano terrestre, el centro orientado de manera equidistante a los cuatro rumbos cardinales, integrándose entre sí, como el fuego Xiuhtecuhtli o Huehueteotl, que conoce el tiempo y por lo mismo el presente, pasado y futuro, de ahí su poder mántico y adivinatorio. Por eso, son cuadrados: Naucampan (En el lugar de la cuadratura). En el cuadrado, según Wassily Kandinsky1, cada línea-límite del plano básico posee el mismo sonido, la misma intensidad. Frío (referido a la horizontal del plano) y calor (referido a la vertical del plano) están relativamente neutralizados, por lo que es la forma más equilibrada entre sus tensiones (vertical-horizontal, ángulos y diagonales). Así como tiene una relación con sus fronteras: Cada Plano Básico esquemático, emanado del cruce de dos horizontales y de dos verticales tiene, en consecuencia, cuatro lados, y cada uno desarrolla un sonido enteramente propio (…). Por consiguiente, siempre hay un segundo sonido que se asocia al primario del reposo cálido o frío y el cual se encuentra invariable y orgánicamente enlazado a la situación de la línea=frontera. Cada ser viviente como tal, incluido en el Plano Básico, tiene un arriba y un abajo, entre los que se mantiene una relación persistente e incondicional.2 Lo que corrobora al cuadrado como la forma equidistante y balanceada hacia sus cuatro lados. 2.2.2 Principio de unidad, cuadrado y círculo En las artes plásticas se entiende por unidad, aquella constante que hace que todos los elementos dispares se integren entre sí. Esto es lo que da un sentido al conjunto. Además del concepto del fuego o del viejo cuadratura Xiuhtecuhtli, que integra los espacios periféricos con las formas internas, hay otro elemento, que proporciona unidad al conjunto de la obra, estableciendo reciprocidad, enlaces, regularidad, balance o equilibrio entre sus diferentes componentes plásticos, este es el círculo, lo redondo, esférico o convexo: yahualtic3, círculo, por su propio ir, malacachtic: plato que gira a partir de un centro formando un círculo4. 1 W. Kandinsky, op. cit., 1995. Ibid., pp. 112-113. 3 Rémi Siméon, Diccionario de la lengua nahuatl o mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, 1977, p. 163 y fray Alonso de Molina, Vocabulario de la Lengua Castellana/Mexicana, Mexicana/Castellana, México, Editorial Porrúa, 2004, p.31, Y ANTE A. 4 Traducción del Dr. Alfredo López Austin, Comunicación personal, noviembre 2006. 2 36 Haciendo a un lado los contenidos simbólicos y enfocándonos únicamente en la funcionalidad de los elementos plásticos, esto mismo sucede con los mandalas hindúes circulares, instrumentos de meditación, que sirven a la concentración en un punto que fluye, del centro al exterior y viceversa. La definición de Epsilones para mandala es la siguiente: Los mandalas son diagramas simbólicos utilizados como instrumentos de meditación. Son representaciones del universo y se pretende que sirvan como puntos de acumulación de fuerzas universales. El mandala representa el viaje interior: mediante lo que parece un juego de espejos, penetramos a través de una secuencia indefinible de salas o niveles de profundidad desconocidos.1 1 http:// www.epsilones.com/paginas/i_artes,html 37 Mandala de Kunrig, pintura sobre tela, Tibet, S.XV El círculo, es la forma más regular y simple en la que la mente descansa, concentra y sintetiza su atención, René Huyghe dice al respecto: Une circonférence (…), réalisée par le mouvement simple et régulier d‟un rayon pivotant autour d‟un point fixe, apporte à la pensée la même sensation d‟aisé et de parfait que la ligne en S procurait à notre imagination musculaire. Aussi l‟artiste cultivera-t-il, à côté des beautés de l‟arabesque, la réduction de l‟aspect complexe présenté par le réel à la simplicité apportée par la géométrie.1 De manera que, haciendo una comparación entre culturas tan distintas, nos damos cuenta de que gracias al análisis semiótico en relación con la funcionalidad de los elementos plásticos, utilizados de manera intuitiva por los distintos pintores, pero con una intensión religiosa, las formas plásticas coinciden. Así, malacachtic (palabra derivada de la acción de hilar con el malacatl o malacate o huso), es el plato que gira a partir de un centro formando un círculo, es el círculo que se forma en torno a un solo punto; es unidad. Lo que es paralelo al análisis de Huyghe respecto al ser del círculo y 1 Una circunferencia (…), realizada por el movimiento simple y regular de un radio que pivotea alrededor de un punto fijo, trae al pensamiento la misma sensación de holgura y de perfección que la línea S procuraría a nuestra imaginación muscular. Así el artista cultivará, al lado de la belleza del arabesco, la reducción del aspecto complejo presentado por la realidad, con la simplicidad aportada por la geometría. R. Huyghe, op. cit., p. 39. 38 que lleva a la sensación de simplicidad y unidad requerida en la meditación y en la concepción del universo y del viaje interior tibetanos. La funcionalidad de las formas plásticas es la misma, aunque el significado específico en torno a las ideas simbólicas que se quieren transmitir sea diferente en cada cultura. 2.2.3 Cuadrado y círculo en la lámina 56 En nuestra lámina 56 tenemos ambas formas, cuadrado y círculo, el círculo formado, virtualmente, por la “masa” o totalidad virtual del volumen de la forma, de dos figuras dorso a dorso, siendo la “masa” circular más grande dentro del códice, y el cuadrado también formado de manera virtual, por las hileras de 12 puntos arriba y debajo de la forma dominante, y por las columnas de 10 signos, cada una a un lado y otro de la misma “masa” o forma dominante. Lámina 30, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria La posición 56 en la totalidad del códice, relanza la lectura respecto a la totalidad del códice, y crea una sección entre ella y la lámina 73 en donde las mismas figuras como entidades, pero en posiciones contrarias, cierran la sección. fin 75 74 73 principio 72 71 70 69 68 67 66 65 64 63 62 61 60 59 58 57 56 55 54 53 2.2.4 Formas radiales Una característica plástica del Códice Borgia es el círculo radial. La forma radial, circular y simple con entradas y salientes que lleva a detener y concentrar la mirada en 39 un punto o en un plano. Pulsiones en las que descansa y respira la mente conciente a través de la percepción visual. Las formas radiales tienen su función plástica en el hecho de que el radio que parte del centro a la periferia se extiende y se contrae. Dando la impresión de irradiar energía. Punto y cuadrado son, dentro el orden de lectura, momentos de silencio, de pausas o de énfasis en una totalidad recargada de elementos gráficos. Momentos de término y de inicio. Sirven para diferenciar secciones, separar temas, marcando también puntos de descanso visual entre las formas, evitando que nos asfixie la profusión de las mismas. No se trata de un lenguaje oral escrito en el que los signos constituyen palabras que conforman imágenes mentales, sino que se trata de las imágenes mismas. Lámina 30, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u. Verlagsanstait-Graz-Austria Para Silvia Salgado1, funcionaría, en cierto sentido, a manera de punto y aparte, como en una lectura fonética de signos alfabéticos. Para ella, también es posible la lectura de formas en sucesión sobre la periferia del círculo. Lámina 39, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u. Verlagsanstait-Graz-Austria 1 Silvia Salgado Ruelas, comunicación personal, diciembre 2006. 40 2.2.5 Las formas radiales en la lámina 56 En la lámina 56 encontramos de manera muy concreta el uso de formas radiales, que señalan al mismo tiempo el punto en el que se unen apoyan, balancean y articulan las dos figuras que se dan la espalda. Lámina 56, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait En las láminas 52 y 53 encontramos las mismas figuras, pero en cada uno de los casos, éstas solo se articulan en torno a media forma circular radial, como si indicaran la necesidad de complementar la circunferencia o indicaran otra precisión contextual, como la de irradiar en forma tangencial. Estas diferencias serán analizadas e interpretadas iconográficamente en el capítulo correspondiente. Detalles de las láminas 52 y 51, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait 41 2.2. 6 Direcciones que fluyen en varios sentidos Las direcciones del orden de lectura en las imágenes del Códice Borgia, fluyen en varios sentidos y esto es por la posición de los personajes, por las formas angulosas que guían nuestra lectura, por la posición de los signos, por el tamaño de las imágenes que establece un orden de lectura. En las láminas 25 y 26 emanan del centro a la periferia y viceversa. En la primera se trata de la fecha 10 Olin, comienzo del quinto y último periodo de Venus, correspondiente a la última veintena del Tonalamatl y en la lámina 26 de los Dioses muertos en donde los signos de los días giran en torno al signo Muerte. Lo que nos recuerda la concepción del cosmos en los huicholes y que refiere el Dr. Johannes Neurath: “Puede decirse que el cosmos (kiericari), no es otra cosa que un ente vivo, lleno de potencias, en el cual el agua, la sangre y la vida circulan desde el centro (el solcorazón-iyari) a la periferia (los lugares sagrados del paisaje) y de regreso al centro.”1 Láminas 26 y 25, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria 2.2.7 Diagonal implícita Para Wassily Kandinsky, entender el concepto de diagonal tiene que ver con entender los conceptos de horizontal y vertical: La recta horizontal es la forma más sencilla. Existe en la percepción humana como la línea o el plano sobre el cual se yergue el hombre o se desplaza. Es pues, la base. El 1 Johannes Neurath, Ofrendas y ritualidad indígenas, una perspectiva histórica y antropológica, México, no impreso, Curso Arte Ritual, 2006, p. 56. 42 tono básico de la línea horizontal está constituido por frialdad y aplastamiento. Se la puede definir como la forma más limpia de la infinita y fría posibilidad de movimiento. La vertical, línea opuesta enteramente a la anterior, forma con ella un ángulo recto; aquí la altura está opuesta al aplastamiento, en tanto que el frío está sustituido por el calor; es a la inversa lo mismo en el sentido externo como interno. La vertical es, por consiguiente, la forma más limpia de la infinita y cálida posibilidad de movimiento. La diagonal es la recta que, esquemáticamente, se separa en ángulos iguales de las antes mencionadas. Su tendencia hacia las dos es semejante, lo cual determina su tono interior, esto es: la reunión equivalente de frío y calidez. La definiremos, pues, como la forma más limpia del movimiento infinito y templado.1 Lámina 17, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait Cabe señalar que la diagonal es también la materialización de la tensión entre el sentido horizontal y el vertical, ya sea, según el contexto, como un difícil ascenso o una caída secuencial de planos. Detalle, lámina 17, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait La diagonal funciona también para acentuar la tensión y el dramatismo o la dirección de la imagen, como vemos claramente en la lámina 54. 1 Kandinsky, op. cit., pp. 48-49. 43 Detalle de la lámina 54, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck – u. Verlagsancstait-Graz-Austria Detalle de la lámina 54, Códice Borgia, copyright, 1976-2004,Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria La diagonal es una constante plástica en el Códice Borgia, desde la estructura de sus láminas hasta las imágenes más pequeñas. La diagonal aparece implícita en el balance del peso de las “masas” de figuras en la composición, cuyo ejemplo lo encontramos de manera contundente en las láminas 19-21, 25, 26, 54, 61-70, 72, 75-76, haciendo que simultáneamente las figuras más importantes para el contenido simbólico del códice se contrabalanceen entre sí, llamando nuestra atención en un juego de alternancias y de manera intrínseca a la lectura del códice. Láminas 72, 64, 25 y 20, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck - u Verlagsanstait Obviamente, diagonales entrecruzadas aparecen de manera implícita, en el signo de cruce de caminos y también en el signo Olin, Movimiento, aunque, el análisis de estos últimos y de su utilización en la concepción de la posición de figuras en movimiento debe de llevarse a cabo en el segundo nivel de análisis de la imagen, y que corresponde al siguiente capítulo, en donde la concepción del mundo preside a la concepción plástica, de manera automática, e incluso, inconsciente. 44 2.2.8. Organización y balance plástico Cuando en el capitel románico, como por ejemplo en el capitel “San Martín y el árbol de los paganos”, de la iglesia María-Magdalena de Vézelay, Francia, del S.XII, las líneas responden al marco o al formato total y externo, así mismo, responden a una organización plástica interna, dentro de un juego de proporciones entre líneas, un ritmo entre ellas, un balance de planos y de volúmenes, en el que las figuras al mismo tiempo de traducir un significado o de ser medios de significación, son significados de su propio desplazamiento sobre el plano. Así las formas de un objeto, pueden dislocarse, ampliarse en alguna de sus partes o estrecharse para responder al conjunto de la composición o balance que se establece entre las formas. San Martín y el árbol de los paganos, iglesia María-Magdalena de Vézelay, Francia, S. XII. El pintor transita entre estos dos planos, el del lenguaje de las formas plásticas, y el del lenguaje de los discursos semánticos dado por la relación sintáctica entre los signos-imágenes descriptivos. Así como el músico o el deportista, el tlacuilo analiza y disfruta de su propia actividad y de sus desplazamientos en el espacio dentro de los límites que el formato, la técnica, los materiales y el tema le imponen. De manera simultánea, los contenidos y las ideas que tiene que transmitir se incorporan al lenguaje plástico, las secuencias de los días se convierten en tiras de imágenes, en rectángulos, por decir un ejemplo, los formas-imágenes-figuras-deidades se ubican en cuadrados virtuales que llaman poderosamente nuestra atención y guían nuestra atención hacia otras formas con las líneas-vectores que contienen. Los rectángulos virtuales o campos de masas formales, debido a sus diferentes tamaños y a su peso1 actúan también dentro de un juego de alternancias que guían 1 Por peso me refiero a la densidad de su propia materia, al peso que le corresponde a cada masa formal dentro del espacio, debido a la cantidad de colores que contiene, a la densidad de éstos, a la cantidad de líneas que 45 nuestra atención a diferentes tiempos y en diferentes momentos de la lectura visual, misma que se nos presenta de manera intrínseca y simultánea a la decodificación iconográfica, como un primer paso en el camino de una lectura puntual. Lámina 20, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck·- u Verlagsanstait Por otra parte, muy probablemente el concepto plástico de formas geométricas y bidimensionales en la pintura de los códices mesoamericanos, provenga de las restricciones impuestas por la tradición del tejido, en el que la trama del hilado, sólo permite los trazos rectilíneos entre un vértice y otro, así como el relleno de superficies planas. Lámina 10, Códice Borgia, 1976-2004,Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria tiene también, a la cantidad de luz o de oscuridad y a la posición que ocupa dentro de la totalidad de la composición en una lámina. 46 Dentro del balance plástico, la posición de los personajes, su tamaño, así como los diversos planos superpuestos nos dicen el orden de lectura a seguir. Tenemos como ejemplo un fragmento de la lámina 13 de nuestro códice, en la que el personaje de mayor tamaño (1), señala con la posición de su cuerpo, de perfil, el objeto frente a él (2). En un segundo momento, señala con la posición de su mano (3) la escena de la parte superior (4). Lo que demuestra el manejo simultáneo tanto de los elementos plásticos como de la transmisión de información. 4 3 1 2 Fragmento, lámina 13, Códice Borgia, 1976-2004, Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria Fragmento, Lámina 13, Códice Borgia, copyright, 1976-2004,Akademische Druck – u. Verlagsanstait-Graz-Austria 47 Ideas fundamentales y conclusiones acerca del Análisis Plástico y de los significados que se revelan a través de las estructuras plásticas Los elementos que articulan el lenguaje plástico en el CódiceBorgia son aquéllos que forman parte de su estructura intrínseca, tales como: 1. El formato o soporte, en este caso el cuadrado, que tanto en su totalidad como en cada una de sus láminas, corresponde a un simbolismo en particular, el del centro y de su orientación hacia los cuatro rumbos del universo, que se integran mutuamente. El cuadrado, como lugar de la adivinación, del poder sobre el tiempo, como concepto plástico-espacial mesoamericano. Muy probablemente la deidad que preside al Tonalamatl es Xiuhtecuhtli, el Fuego. 2. Los principios de unidad, cuadrado y círculo, derivados del formato, con su presencia frecuente pero no exhaustiva o monótona, dan unidad a la obra permitiendo enlazar partes distantes, relanzar la lectura en determinados momentos, acentuar temáticas dentro de la misma y separar capítulos. Las pausas, los énfasis, y las secciones temáticas están dadas por los círculos que retienen la atención. El autor emplea diversos tamaños de cuadrados y de círculos para evitar la monotonía. Señaladamente estos elementos se presentan en la lámina 56. 3. Las formas radiales son elemento clave para definir el concepto plástico y, simultáneamente el carácter religioso-astronómico con el que fue concebido el Códice Borgia, las mismas formas radiales que reaparecen, de manera incontestable, en la lámina 56. 4. Las direcciones que fluyen en varios sentidos, de acuerdo a las posiciones de los personajes, la estructura y balance de las composiciones plásticas en cada lámina y en el conjunto de la obra, reflejan la concepción mesoamericana de la dinámica del cosmos, así como nulifican la idea de una plástica mecanizada y decadente limitada sólo a la trascripción del lenguaje oral, demostrando así la libertad en el manejo de los elementos plásticos mesoamericanos. 48 5. La diagonal implícita forma parte de la dinámica en el lenguaje de las formas, y su uso demuestra el manejo del balance entre las mismas. 6. Organización y balance plástico demuestran el conocimiento o dominio y libertad en el manejo de los elementos plásticos por parte del Tlacuilo-tlamatini del Códice Borgia, de manera simultánea a la transmisión de información. 49