RESOLUCIÓN DEFENSORIAL HUMANITARIA No. 004 Bogotá, septiembre 11 de 2001 El Defensor del Pueblo, en desarrollo de su misión constitucional de velar por el ejercicio y vigencia de los derechos humanos, de conformidad con el artículo 282 de la Constitución Política, haciendo uso de las facultades conferidas por la Ley 24 de 1992, artículo 9, ordinales tercero, quinto y sexto y con base en los siguientes HECHOS Bloqueos en el occidente antioqueño El cccidente antioqueño está conformado por los municipios de Abriaquí, Anzá, Armenia, Buriticá, Cañasgordas, Dabeiba, Ebéjico, Giraldo, Heliconia, Olaya, Peque, Sabanalarga, San Jerónimo, Santa Fe de Antioquia, Sopetrán, Uramita y Frontino. En estos municipios hacen presencia los frentes 15,18, 34, 36 y 57 de las FARC; el frente Ernesto Hernández Boche del Ejército de Liberación Nacional; las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, y el bloque metro de las Autodefensas Unidas de Colombia. En el municipio de Ituango, al norte del departamento de Antioquia, operan los frentes 57, 58, 34 y 36 de las FARC; el frente Bernardo López Arroyabe del Ejército de Liberación Nacional; las Autodefensas Unidas de Colombia y las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. Municipio Cañas Gordas Abreaquí Uramita Frontino Liborina Sopetrán Dabeiba Peque Ituango Total Número de Habitantes 23.620 3.596 9.402 25.970 11.083 12.918 30.114 10.135 40.769 164.707 El personero de Dabeiba informó el 19 de junio, que desde mediados de ese mes se venían registrando retenes ilegales por parte, al parecer, de hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia, quienes no permitían el paso de alimentos, porque, en su criterio, la población civil de esta localidad prestaba apoyo a la guerrilla de las FARC. Según lo indicado, para el 29 de junio, el bloqueo se presentaba en los municipios de Uramita y Mutatá. Como consecuencia de esta acción, se registró en esos 1 Municipios una gran escasez de alimentos; parálisis del servicio hospitalario y pérdida de las cosechas de los pequeños agricultores. Posteriormente, un grupo de hombres armados, presuntamente miembros de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, permanecieron en el municipio de Peque. Los hombres armados continuaron su recorrido hacia Ituango y Buriticá, entre el 6 y el 7 de julio. Durante este período, según lo reportado a la Defensoría, los retenes de los actores armados que impedían el abastecimiento de Dabeiba, se multiplicaron a nuevos lugares, entre ellos, a los municipios situados en la Vía al Mar, en las zonas rurales de Santa Fe de Antioquia y Mutatá, así como en algunos sectores del Urabá antioqueño. Con estas acciones, además de los pobladores de Dabeiba y Peque, los habitantes de Cañas Gordas y Frontino comenzaron a verse afectados. Sobre toda la zona se extendió una amenaza permanente por el accionar de los grupos armados al margen de la ley. De acuerdo con la información recibida por la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas, las Autodefensas Unidas de Colombia manifestaron que el bloqueo económico al occidente antioqueño obedecía a una orden del estado mayor de esa organización, por la omisión de la Fuerza Pública de recuperar la Vía al Mar, en lugares entre Dabeiba y Uramita, donde las FARC venían realizando retenes desde meses atrás y extorsionaban a los transportadores. No obstante, a pesar de esa posición de las denominadas autodefensas, se estableció que el 8 de julio ingresaron 5 camiones cargados de víveres para el comercio, los cuales habían permanecido inmovilizados en los retenes días atrás. El 27 de julio pasado, la Oficina del Sistema para la Prevención de Violaciones Masivas a los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, informó que se presentaba una amenaza de los grupos de autodefensas, que impedían el abastecimiento del casco urbano de Dabeiba. Igualmente, de acuerdo con esta información, se presagiaban incidentes con los camiones enviados por la Gobernación de Antioquia. Cabe anotar que para el día 28 de julio se tenía previsto la realización de una caravana, encabezada por el propio gobernador de Antioquia, la cual tenía como propósito llevar 220 toneladas de alimentos y artículos de aseo a la población civil de Dabeiba. La caravana se realizó y algunos de sus participantes pudieron observar la reinstalación de los retenes, por parte de las FARC y de las denominadas autodefensas en la Vía al Mar, en áreas que conducen directamente hacia Dabeiba. En la misma fecha, se conoció por parte de la Defensoría del Pueblo, que un grupo al margen de la ley, al parecer de las Autodefensas Unidas de Colombia, instaló un retén en jurisdicción del municipio de San Andrés de Cuerquia y Toledo, en el norte del Departamento. Desde ese lugar, los hombres armados comenzaron a impedir el paso de alimentos y de personas que se dirigían hacia la localidad de Ituango. 2 Miembros de esta agrupación, al parecer, profirieron amenazas contra las personas que se opusieran al cumplimiento de sus órdenes. De esta manera, el bloqueo económico se intensificó en el occidente antioqueño y se extendió a municipios del norte del departamento de Antioquia. El 31 de julio, la Dirección Nacional de Atención y Trámite de Quejas conoció, a través de la Oficina del Sistema para la Prevención de Violaciones Masivas a los Derechos Humanos, información acerca del peligro que se cernía sobre la población del municipio de Ituango, debido a que hombres de las denominadas autodefensas obstruían el abastecimiento normal del pueblo. El 14 de agosto de 2001, la Defensoría del Pueblo supo que la situación en el municipio de Ituango era crítica, como consecuencia de las acciones de las FARC y de las denominadas autodefensas. Según se indicó, desde hacía más de un mes, ese municipio estaba soportando un bloqueo económico por parte de grupos de las denominadas autodefensas. Este hecho provocó el desabastecimiento de víveres y combustibles para la población. Asimismo, de acuerdo con la información acopiada por la Defensoría, en el área rural de ese mismo Municipio, se estaban presentando enfrentamientos entre miembros de las autodefensas y guerrilleros de los frentes 18, 36 y del bloque Caribe de las FARC. En consecuencia, se hacía inminente el desplazamiento de más de 2.000 campesinos de las veredas Santa Lucía, El Cedral, Santa Ana, Quebrada del Medio, Palo Blanco, Buena Vista, Singo, Pescadero, El Río y los Gasgos, entre otras. Finalmente, el pasado 17 de agosto se conoció que había parálisis del transporte aéreo en el municipio de Ituango, por amenazas, al parecer, de las Autodefensas Unidas de Colombia. Bloqueos en zona rural del municipio de Fundación, departamento del Magdalena El municipio de Fundación tiene un área de 931.7 kilómetros cuadrados y una temperatura promedio de 28º centígrados. Limita por el norte con Aracataca; por el sur con el departamento del Cesar, Pivijay y Algarrobo; por el oriente con el departamento del Cesar y por el occidente con Pivijay. Fundación se encuentra en la margen occidental del río Magdalena y goza de numerosas corrientes de agua, entre ellas los ríos Ariguaní y Chinchicua. En su jurisdicción se alza la Sierra Nevada de Santa Marta, pero la mayor parte de sus tierras son planas. La economía del Municipio gira en torno de la agricultura, se produce algodón, arroz, café, fríjol, maíz, plátano y palma. En sus haciendas hay un buen número de ganado, actividad esta que sirve de enlace entre los poblados de la Costa y los del Interior. 3 El municipio de Fundación soporta una aguda crisis ambiental y la presencia de grupos armados al margen de la ley, tales como el Ejército de Liberación Nacional; las FARC y grupos de autodefensas. Estos actores, en su disputa por el dominio territorial, han provocado el desplazamiento de más de cinco mil colonos de las veredas Cristalina Alta, Cristalina Baja, El Oscuro, Betania, Santa Clara, Chinchicua, El Cincuenta y Sacramento, a la cabecera municipal de Fundación. De otra parte, es necesario señalar que los pobladores de las veredas de Santa Clara y el Cincuenta han solicitado la presencia del Ejército para evitar que los actores armados continúen con los atropellos y el bloqueo. En efecto, campesinos de las veredas Santa Clara, Sacramento, El Cincuenta, Berlín, Chinchicua, Betania, Glazia, Rio Escondido, El Oscuro, y Cristalina Alta y Baja, denunciaron que hombres armados, al parecer de las denominadas autodefensas, se han apoderado de las vías que conducen a dichas veredas, cometiendo toda clase de vejámenes contra los campesinos. De acuerdo con la queja, desde hace varios meses un grupo, al parecer de las Autodefensas Unidas de Colombia, estableció un bloqueo total, prohibiendo la libre circulación de personas y vehículos; la comercialización de productos y el reabastecimiento de víveres. Estas acciones han originado el desplazamiento de una parte de la población. CONSIDERACIONES Primera:Derecho Internacional Humanitario vigente en Colombia En Colombia son aplicables para los conflictos armados internacionales y no internacionales los siguientes instrumentos: - El Protocolo relativo a la prohibición del empleo en la guerra de gases asfixiantes tóxicos o similares y medios bacteriológicos, aprobado por la Ley 10 de 1980. - Los Cuatro Convenios de Ginebra, aprobados por el Congreso de la República, por medio de la Ley 5 de 1960 y promulgados mediante el Decreto 1.016 del 14 de mayo de 1990. - La Convención de la Haya de 1954, sobre la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, aprobada mediante la Ley 340 de 1996. - Los Protocolos Adicionales I y II, el primero aprobado mediante la Ley 11 de 1992 y en vigencia desde el primero de marzo de 1994. El segundo fue aprobado por medio de la Ley 171 de 1994 y entró a regir el 15 de febrero de 1996. - La Convención de Ginebra sobre prohibición o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas 4 o de efectos indiscriminados, del 10 de octubre de 1980, con su Protocolo I, “sobre fragmentos no localizables”, adoptado el 10 de octubre de 1980 con la Convención. El Protocolo II, “sobre prohibiciones o restricciones del empleo de minas, armas trampa y otros artefactos”, enmendado el 3 de mayo de 1996 en Ginebra. El Protocolo III, “sobre prohibiciones o restricciones del empleo de armas incendiarias”, adoptado el 10 de octubre con la Convención. Y el Protocolo Adicional, considerado como IV, “sobre armas láser cegadoras”, aprobado en Viena el 13 de octubre de 1995. Los anteriores instrumentos fueron aprobados por el Congreso por medio de la Ley 469 del 5 de agosto de 1998. - La Convención de Ottawa, de 1997, sobre prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de las minas antipersonal y sobre su destrucción, aprobada por el Congreso mediante la Ley 554 del 14 de enero de 2000. Son igualmente aplicables, tanto para los conflictos armados internacionales como para los no internacionales, aún cuando Colombia no las haya incorporado al derecho interno, las normas imperativas del Derecho Internacional General relativas a los conflictos armados. Al respecto, los participantes a la XIV Mesa Redonda sobre el Derecho Internacional Humanitario, acerca del tema “Normas del Derecho Internacional Humanitario relativas a la conducción de las hostilidades en los conflictos armados no internacionales”, celebrada por el Instituto Internacional de Derecho Humanitario, los días 13 y 14 de septiembre de 19891, concluyeron que independientemente de la existencia de disposiciones convencionales expresamente aprobadas para los conflictos armados no internacionales existen disposiciones que deben ser aplicadas en dichas situaciones, así: a. En relación con la conducción de las hostilidades las normas referidas a: - La distinción entre combatientes y personas civiles. La prohibición de atacar la población y las personas civiles. La prohibición de causar males superfluos. La prohibición de la perfidia. El respeto y protección del personal sanitario y del personal religioso, así como de las unidades y de los medios de transporte sanitarios. La prohibición de atacar las viviendas y otras instalaciones que sólo sean utilizadas por la población civil. La protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil. Las medidas de precaución en el ataque. b. En relación con las prohibiciones y limitaciones del empleo de ciertas armas en los conflictos armados no internacionales, la XIV Mesa Redonda consideró como normas generales las siguientes: - La prohibición del empleo de armas químicas y bacteriológicas. 1 REVISTA INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA, septiembre octubre de 1990, num. 101, “Normas del derecho internacional humanitario relativas a la conducción de las hostilidades en los conflictos armados no internacionales”, págs. 411 a 438. 5 - La prohibición del empleo de balas que se expanden o se aplastan fácilmente en el cuerpo humano, como las balas dum-dum. La prohibición del empleo de veneno como medio o método de combate. La prohibición de emplear armas incendiarias, minas, trampas y otros artefactos contra la población civil y las personas civiles individualmente consideradas. Así como su uso indiscriminado. Segunda: Los bloqueos y el Derecho Internacional Humanitario El bloqueo, en sentido amplio, es un método de hacer la guerra que consiste en impedir total o parcialmente la circulación de personas y bienes con la finalidad de eliminar o disminuir la capacidad militar del enemigo. Se busca, de esta forma, la derrota del adversario por falta de aprovisionamientos. Con el bloqueo, se pretende, igualmente, obstruir el acceso al enemigo de bienes destinados a la guerra, tal es el caso de las armas y municiones. Asimismo, entrabar el paso de bienes, que dependiendo de las circunstancias, pueden ser útiles en el esfuerzo militar, como es el caso de los alimentos. Con frecuencia se busca hacer padecer hambre al enemigo. El bloqueo como método de guerra no está prohibido por el Derecho Internacional Humanitario. Incluso, en el artículo 42 de la Carta de las Naciones Unidas se autoriza al Consejo de Seguridad para que, con el objeto de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales, pueda imponer bloqueos por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres. Ahora bien, para que el bloqueo sea legítimo, de conformidad con el derecho de los conflictos armados, debe respetar los principios básicos del Derecho Internacional Humanitario, esto es, la distinción entre combatientes y personas civiles y la prohibición de atacar la población y las personas civiles. El artículo 42 del Protocolo I Adicional a los Cuatro Convenios de Ginebra establece como norma fundamental que: “a fin de garantizar el respeto y la protección de la población civil y de los bienes de carácter civil, las Partes en conflicto harán distinción en todo momento entre población civil y combatientes, y entre bienes de carácter civil y objetivos militares y en consecuencia, dirigirán sus operaciones únicamente contra objetivos militares”. Esta norma, como ya se indicó, es también aplicable en los conflictos armados de carácter no internacional. Por consiguiente, todo bloqueo que desconozca esta disposición infringe el Derecho Internacional Humanitario. De este principio se deriva la prohibición de utilizar como método de guerra, tanto en los conflictos armados internacionales como en los internos, hacer padecer de hambre a las personas civiles. En el artículo 54 del Protocolo I Adicional a los Cuatro Convenios de Ginebra, reproducido de manera similar y resumida en el Protocolo II, se dispone que: 6 “se prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, tales como los artículos alimenticios y las zonas agrícolas que los producen, las cosechas, el ganado, las instalaciones y reservas de agua potable y las obras de riego, con la intención deliberada de privar de esos bienes, por su valor como medios para asegurar la subsistencia, a la población civil o a la Parte adversa, sea cual fuere el motivo, ya sea para hacer padecer de hambre a las personas civiles, para provocar su desplazamiento, o con cualquier propósito”. En otras palabras, hacer padecer de hambre a la contraparte es aún hoy para el Derecho Internacional Humanitario un método de guerra lícito. Pero está absolutamente prohibido hacerlo con las personas protegidas y en particular con la población civil. Tercera: Los bloqueos de las FARC y de las Autodefensas Unidas de Colombia, ataques indiscriminados contra la población civil Analizadas los acciones atribuidas tanto a miembros de las FARC como de las Autodefensas Unidas de Colombia, consignadas en el acápite de los hechos de esta Resolución, es posible concluir que los llamados bloqueos impuestos a los municipios de Dabeiba, Uramita, Mutatá e Ituango, en el departamento de Antioquia y a algunas veredas del municipio de Fundación, en el departamento del Magdalena, constituyen ataques indiscriminados contra la población civil y las personas civiles, en la medida en que dichos bloqueos fueron realizados sin considerar el principio de distinción entre la población civil y los combatientes y la prohibición de hacer padecer hambre a las comunidades asentadas en las regiones objeto del asedio. Por estas razones, se ha infringido el Derecho Internacional Humanitario, en particular los artículos 13 y 14 del Protocolo II, Adicional a los Cuatro Convenios de Ginebra de 1949. La información acopiada por la Defensoría del Pueblo da cuenta de que estas acciones militares han impedido la circulación de alimentos y medicamentos, afectando directamente a la población civil, la cual se ha visto desabastecida de víveres y combustibles; privada de asistencia médica y constreñida a optar por el desplazamiento. La población civil y las personas civiles que no participan directamente en las hostilidades tienen derecho a que se respete su inmunidad. Por lo tanto, no es de recibo el argumento esgrimido por miembros de estos grupos armados, en el sentido de que los pobladores son simpatizantes o colaboradores del contrincante. DECIDE Primero: CALIFICAR los hechos ocurridos en el occidente antioqueño y en el municipio de Fundación en el departamento del Magdalena, como infracciones al Derecho Internacional Humanitario, materializados en ataques contra la población civil y las personas civiles y ataques indiscriminados. Conductas prohibidas por los artículos 13 y 14 del Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949. 7 Segundo: CONDENAR los hechos violatorios del Derecho Internacional Humanitario, arriba descritos. Tercero: APREMIAR a los actores del conflicto armado para que respeten la población civil y se abstengan de involucrarla en el conflicto, e INSTARLOS para que entiendan la importancia y la necesidad de acatar en su conjunto las normas del Derecho Internacional Humanitario. COMUNÍQUESE EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ Defensor del Pueblo 8