Mujeres sentadas de Montehermoso - Museo del Traje

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FEBRERO
MODELO MES
DEL
2011
MUSEO DEL TRAJE. CIPE
Avda. Juan de Herrera, 2. Madrid, 28040
Teléfono: 915504700. Fax: 915504704
Departamento de difusión: [email protected]
http://museodeltraje.mcu.es
Los modelos más representativos de la exposición
Mujeres sentadas
de Montehermoso
Fotografía de Otríz Echagüe
Por Lorena Delgado
SALA: "El traje regional"
Domingos a las 12:30 horas
Duración 30 minutos
Asistencia libre y gratuita
Mujeres sentadas de Montehermoso, fotografía de Ortíz Echagüe.
Museo del Traje. CIPE, Madrid /MT-FD000449/
FOTOGRAFÍA ORTÍZ ECHAGÜE
aerostáticos, es el encargado de las fotografías
aéreas; allí tomará imágenes de los campamentos enemigos durante la Guerra. En 1911 obtiene el título de piloto de aviación (el tercero de
España).
Será durante esta etapa africana cuando
comience la temática que caracterizará su producción y se convertirá en su seña de identidad:
el repertorio de tipos raciales ataviados con su
indumentaria característica.
A su regreso a España, su dilatada actividad
profesional se desarrolla en el mundo de la
industria de la aviación y el automovilismo. En
1923 funda CASA (Construcciones Aeronáuticas
S.A.) y en 1950, SEAT, la primera empresa española de fabricación de automóviles en cadena,
de la cual fue presidente hasta 1976.
El contraste con su actividad profesional,
marcada por el progreso y la modernización, lo
ofrece su afición fotográfica. La fotografía se con-
José Ortiz Echagüe
José Ortiz Echagüe es el fotógrafo más importante de la primera mitad del siglo XX en España.
Su trayectoria ha sido reconocida en salones
fotográficos, con premios y medallas, y sus imágenes forman parte de las colecciones de los
museos.
Nació en Guadalajara en 1886 y, tras pasar
su infancia en Logroño, en 1903 ingresó en la
Academia Militar de Ingenieros de Valladolid. Al
mismo tiempo que completa sus estudios, su
reconocida afición a la fotografía le convierte en
el documentalista de los acontecimientos de la
Academia, como queda demostrado al ser elegido para inmortalizar la visita de rey Alfonso XIII
en 1907.
Tras licenciarse se traslada al norte de África,
lugar entonces prioritario para la política exterior
española. Destinado en la unidad de globos
José Ortiz Echagüe delante de
un avión Flecha. De La
Fotografía de Ortiz Echagüe,
Asunción Domeño. Gobierno
de Navarra, 2000. Lámina 20,
pág. 61.
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MODELO DEL MES DE FEBRERO
FOTOGRAFÍA ORTÍZ ECHAGÜE
vierte en una prioridad personal que le ocupa
todo el tiempo de ocio, y en ella se presenta el
contrapunto del progreso: sus temas se inmovilizan ante la cámara para inmortalizar la España
eterna y remota al borde de la extinción.
Su primera imagen fotográfica de carácter
popular la realiza con dieciseis años, Sermón en
la aldea (1903), e inauguraba así la producción de
figuras costumbristas, con rasgos que serán
característicos de su estilo: la puesta en escena,
el gusto por la anécdota, la cuidada composición
y la búsqueda en la precisión de los tipos populares. Sus primeras imágenes se insertan en el llamado “costumbrismo realista”, que trata asuntos
de su entorno.
Su estancia en África le proporciona una
nueva mirada a los personajes; lo típico está al
alcance de la calle, y comienza la identificación
entre la tipología de un personaje, su indumentaria, su personalidad y su carácter como elementos visuales identificadores y característicos
de un pueblo y una raza. De este momento datan
las fotografías de la “Serie de Marruecos” (19091916).
A partir de aquí su devoción será recorrer los
rincones de España, como un viajero incansable,
último testigo de lo que está a punto de desaparecer.
De 1930 es su “Serie de Tipos y Trajes”, a la
que pertenece la imagen de las montehermoseñas. Esta serie supera las 300 láminas y llega a
alcanzar 12 ediciones, la primera de las cuales se
publica en 1930 y la duodécima, en 19711.
Su “Serie de España, Pueblos y Paisajes”,
publicada en 1939, según sus propias palabras,
pretende ir más allá de la mera reproducción para
buscar el contraste entre los pueblos.
La “Serie de España Mística” (1943) recoge la
iconografía del Greco y de Zurbarán para perpetuar la imagen de las comunidades religiosas de
clausura, las devociones, procesiones y romerías
populares.
Su última serie “Castillos y Alcázares” (1956)
se relaciona con la de los paisajes como una continuación de los mismos, así como las fotos familiares y los recuerdos estarían presentes a lo largo
de toda su vida y producción.
La evolución de su obra está marcada por los
grupos temáticos que aborda y no por cuestiones estilísticas. El tipo de temática, la técnica y la
estética son constantes a lo largo de toda su producción.
La fotografía. Una afición convertida en
devoción
A los 12 años le regalaron su primera cámara
fotográfica y con ella recorrió los parajes de su
infancia. Él mismo revelaba y positivaba las imágenes de paisajes y personajes que mostraban,
ya desde el inicio, la misma apariencia y temática
que le acompañarán a lo largo de sus 75 años de
trayectoria.
2
Pág anterior: Cámara Fotográfica Photo Ésphére. De La Fotografía de Ortiz Echagüe,
Asunción Domeño. Gobierno de Navarra, 2000. Lámina 13, página 53.
Arriba: Sermón en la Aldea, José Ortiz Echagüe,1903. Museo del Traje. CIPE, Madrid
(MT-FD000284).
Ortiz Echagüe se reconoce como fotógrafo
artístico, pero siempre se niega a ser identificado con el Pictorialismo. Rechaza toda imitación
pictórica y, tal y como él mismo asegura: “he
deseado que en mis obras no apareciera rastro
de intervención manual, ya que, si con frecuencia
requieren una abundante labor de retoque y afino,
esta debe realizarse con todo respeto al fondo
fotográfico”2.
Las fotografías de Ortiz Echagüe no son
espontáneas. Sus personajes posan en sesiones que son preparadas con mucha minuciosidad. Hay una recreación intencionada de la realidad con respecto a la elección de los temas y
personajes populares, las composiciones, los
Tipos y trajes. La fotografía artística
La fotografía de Ortiz Echagüe, el mejor representante en España de la corriente fotográfica denominada fotografía artística, ha sido catalogada por
la crítica como “Pictorialista”.
El Pictorialismo es una técnica de la fotografía que se relaciona con la pintura por el cuidado
en la elección de los motivos y las composiciones
tipo “cuadro”. Tales composiciones, muy pensadas, utilizan un tratamiento explícito de la luz, proyectada sobre los modelos, y diversos recursos
en el positivado de las imágenes. El fotógrafo se
aleja así de una imagen objetiva para tener una
mayor intervención plástica.
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MODELO DEL MES DE FEBRERO
FOTOGRAFÍA ORTÍZ ECHAGÜE
A menudo los modelos se negaban a colocarse las ropas de sus antepasados, trajes reducidos ya a una mera anécdota de lo festivo, por
lo que no es posible considerar a estas imágenes como documento de lo real.
Algunos especialistas en indumentaria señalan que hay partes que no se corresponden con
la época o el lugar y que el magnífico estado de
conservación de algunas piezas apunta a su falta
de uso. Se trataría pues de una puesta en escena descontextualizada de la época real de la
imagen fotográfica.
Esta selección de la realidad y la intervención
en la imagen final convierte sus fotografías en
piezas únicas, que se alejan de la esencia fotográfica, que es la capacidad de sacar copias
exactas de un mismo negativo.
Esto no debe ser interpretado, sin embargo,
en clave peyorativa, sino que representa la
manera personal y única del trabajo fotográfico
de Ortiz Echagüe. Además, cada una de sus
fotos va acompañada de textos poéticos que
enriquecen las visiones de esa “Arcadia rural”
recreada por el fotógrafo. Visión eterna y atemporal de España.
Esta funcionalidad artística les ha otorgado el
carácter de fondos documentales. Fueron utilizadas en los museos como piezas que ilustraban y acompañaban a la indumentaria, en un
momento en el que el traje formaba parte de las
colecciones artísticas y no etnográficas.
Sus fotografías, que él pretendía que se convirtieran en documentos de la tradición, no son
documentos de la realidad contemporánea, aunque sí de una manera de concebir esa realidad.
Sus imágenes son documentos del contexto
social del fotógrafo y de la visión compartida de
una determinada imagen de España.
encuadres, el tratamiento estético en el positivado -que busca la belleza y el contraste lumínico-, la acentuación de la riqueza del pigmento y los retoques con pinceles y muñequillas.
Todo ello está encaminado a enriquecer los valores plásticos y artísticos de la obra final.
En sus viajes buscaba escenarios naturales
que sirvieran de fondo a sus composiciones.
Una vez elegido el encuadre, contactaba con las
gentes del lugar para escoger los tipos adecuados que tuvieran rasgos significativos, identificables con una determinada forma de ser, y que
pudieran ser caracterizados por el traje. Hablaba
con la gente, seleccionaba los modelos uno a
uno, los vestía con los trajes típicos y los colocaba en el escenario, previamente preparado: en
una iglesia, plaza, colina, dehesa o en el interior
de un hogar.
La forja de una iconografía. Su idea de
España
Es en el siglo XIX cuando los primeros fotógrafos
en España dan testimonio de los avances constructivos, como cronistas de las obras públicas
y de la modernización del país. Las imágenes de
los canales, los puentes y las obras de ingeniería
son el objetivo de sus cámaras.
Ventera de Guisando, José Ortiz Echagüe,
1920-1930. Museo del Traje. CIPE, Madrid
(MT-FD000316).
4
Estas vistas darán paso a las instantáneas
de itinerarios de viajes, en las que se presta
especial atención a las personas que pueblan
los lugares. Laurent, en su serie de “Tipos de
Razas, Costumbres y Trajes de España”, se
acerca al tema popular desde una óptica diferenciada. Pero se trata de fotografías de estudio,
sin ambientación ni escenario.
El costumbrismo de matiz folclórico tiene
sus raíces en el Romanticismo. Durante la
segunda mitad del siglo XIX, la modernización
de España da lugar a la toma de conciencia de
la pérdida de valores y al miedo a perder la
“identidad” de la cultura tradicional. Al pintor
Valeriano Domínguez Bécquer se le encargan
cuadros con los trajes típicos de las distintas
provincias de España; valga de ejemplo La
Romería de Sonsoles del MNR, que según
explica su hermano el escritor Gustavo Adolfo,
sirve como última oportunidad de recoger y
transmitir la tradición nacional, en peligro de
extinción como consecuencia de los avances
del progreso. Al pueblo, depositario de todas las
virtudes, se le representa no contaminado por la
modernización.
Esta pintura de tipos y paisajes tendrá su
continuidad en el auge de la pintura regionalista de finales del XIX y principios del XX. De la
misma forma, diferentes fotógrafos, desde el
siglo XIX, recorrían la Península para retratar a
los tipos característicos de los distintos lugares,
sin que se mostrara en ellos ni la raza, ni el alma,
sino sólo la mera representación de la diversidad
formal entre lo regional, y como memoria visual
de los trajes a punto de desaparecer.
La romería de Sonsoles, Valeriano Domínguez Bécquer,
1867. Museo Nacional del Romanticismo, Madrid.
El mismo año en que Ortiz Echagüe recibe su primera cámara fotográfica, 1898, se produce la pérdida de las últimas colonias españolas, lo cual supondrá una transformación del
pensamiento y de las mentalidades que marcará a toda una generación de artistas y escritores.
Esta crisis de la identidad colectiva va acompañada de la toma de conciencia del hecho diferencial entre las distintas regiones de España. El
pueblo, incontaminado, guarda todas las tradiciones y es el valedor de todas las virtudes positivas, y es, al igual que el paisaje, inmutable.
La intelectualidad del 98 quiere recuperar esa
“identidad nacional” a través del Regeneracionismo, corriente que cristaliza en las artes plásticas, la literatura y la música mediante una estética regionalista que será capaz de transmitir el
auténtico ser, plasmar los tipos y costumbres
populares para captar su esencia, el alma.
Ortiz Echagüe establece como objetivo prioritario de sus fotografías la captación del carácter y la personalidad del pueblo, que se manifiesta en los gestos, las poses y la indumentaria
Fotógrafo del 98
La Institución Libre de Enseñanza y la mirada del
98 son los elementos claves para explicar la concepción iconográfica de Ortiz Echagüe.
La Institución Libre de Enseñanza, bajo
la influencia del positivismo científico, fomenta las
excursiones para el conocimiento in situ de la
realidad, el medio rural y el paisaje. Giner de los
Ríos defiende que el paisaje y su carácter particular conforman la personalidad de los individuos que lo habitan.
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MODELO DEL MES DE FEBRERO
FOTOGRAFÍA ORTÍZ ECHAGÜE
popular, participando así en la construcción ideológica sobre la identidad a través de las expresiones y miradas de sus retratados.
Esta coincidencia en el interés por lo popular
se plasma en la concurrencia de una serie de
hitos concretos. El Marqués de la Vega-Inclán,
primer Comisario Regio de Turismo y Cultura
Artística Popular, instaura los premios para aquellos vecinos que se distingan con el uso del “traje
típico”. En 1925 se organiza la Exposición del
Traje Regional, en la que se pretende “infiltrar
algo del espíritu de cada región” y cuya museografía se organiza en torno a “cuadros regionales”, encargados a artistas contemporáneos,
donde se combina lo pintoresco y la escenografía. También en la Exposición Internacional de
Barcelona de 1929 se construyó “El Pueblo
Español”, que estaba habitado por gentes con
los trajes típicos y donde el arte, el casticismo y
la espiritualidad estaban representados en cada
pueblo.
Es por tanto el ambiente cultural donde convergen las mentalidades para la creación de esa
iconografía española. La labor de documentación de la sociedad rural al borde de la desaparición fija los tipos y crea estereotipos, al igual que
les sucede a otros artistas contemporáneos.
Conviven en el mismo ambiente cultural pintores
y fotógrafos. Imagen festiva, no modernizada,
que la ciudad construye de lo rural.
Ortiz Echagüe viajó a los mismos lugares en
los que Sorolla buscó sus modelos para la
Hispanic Society, y esta coincidencia es también visible en otros lienzos del pintor, como en
Las grupas, considerado un subgénero dentro
de la pintura regional valenciana, donde las
parejas de jóvenes a caballo se encaminan a la
fiesta. Al pintor valenciano el fotógrafo le conoció en 1916 en París, en un momento crucial en
el que el artista se enfrentaba a su última gran
empresa. Comparten temas e iconografía, aunque se diferencian en la concepción estética:
a lo instantáneo de Sorolla se opone lo eterno e
inmutable de Echagüe.
Pero será también coincidente en temas y
estética con otros artistas contemporáneos.
Con Zuloaga, el pintor del 98 por excelencia,
comparte escenarios y personajes. Las tapadas de Sepúlveda, las murallas de Ávila o los
rasgos de los habitantes castellanos están presentes en cuadros y fotografías. Los tópicos
raciales, las poses estudiadas y el movimiento
retenido crean la sensación ante el espectador
del tiempo eterno. Ambos unen personajes y
Pág. anterior derecha: Valencia, José Ortiz Echagüe, 1920-1930. Museo del Traje. CIPE (MT-FD000416). Izquierda: Grupa Valenciana,
Joaquín Sorolla, 1906. Museo de Bellas Artes de Valencia.
Arriba centro: La oración. Segovia, José Ortiz Echagüe, 1920-1930. Museo del Traje. CIPE, Madrid (MT-FD000348).Izquierda: Retrato
de Azorín, Ignacio de Zuloaga, 1941. Colección Particular. Al fondo la vista de Jadraque. Derecha: Retrato de Maurice Barrés, Ignacio
de Zuloaga, 1913. Museo Lorrain de Nancy. Al fondo la vista de Toledo.
Abajo izquierda: Regreso a la ciudad, José Ortiz Echagüe, 1916. Museo del Traje. CIPE, Madrid (MT-FD000320). Derecha: Mujeres
de Sepúlveda, Ignacio de Zuloaga, 1909. Ayuntamiento de Irún.
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MODELO DEL MES DE FEBRERO
FOTOGRAFÍA ORTÍZ ECHAGÜE
fabricado. Cuando Fresson cerró su negocio,
Ortiz Echagüe fabricó él mismo el papel, al que
denominó “carbondir”.
El papel se preparaba con una fina capa de
gelatina con un pigmento de color negro tratado
con bicromato, que es sensible a la luz. En las
partes de la imagen que recibía menos luz, la
gelatina quedaba blanda y en las partes que recibía más luz, se endurecía. La copia se lavaba
con agua y serrín, lo que eliminaba la gelatina
blanda, que dejaba su zona blanca, y se mantenía la gelatina dura, que dejaba la suya oscurecida. De este modo, aparecía la imagen sobre
el papel que, todavía húmedo, podía retocarse
con pinceles, muñequillas de algodón o raspadores, con lo que se podía intervenir así en la
imagen fotográfica objetiva.
Tanto el revelado como el positivado forman
parte de la interpretación y personalización del
proceso creativo de la fotografía.
Julia la bailaora, José Ortiz Echagüe, 1931.
Museo del Traje. CIPE, Madrid (MT-FD000398)
La utilización de la imagen fotográfica
Ya desde el principio las imágenes de Ortiz
Echagüe han sido utilizadas para diversos usos
al margen de los puramente estéticos.
Antes de la Guerra Civil española, la idea de
testimonio documental de unos usos, costumbres y tipos en peligro de desaparición es la prioritaria, según el propio objetivo del artista. La
documentación de lo característico regional y
eterno es la idea base de sus imágenes.
Durante la Guerra, entre 1936 y 1939, sus
fotografías fueron utilizadas para exaltar las virtudes del pueblo en artículos periodísticos y, sobre
todo, tuvieron una especial relevancia en la
Exposición Universal de París de 1937, en el
Pabellón Español de la República, donde compartieron espacio y discurso con el Guernica de
Picasso. “El Museo del Pueblo Español envió
cuatro álbumes de fotografía de Ortiz Echagüe
Córdoba judía, Julio Romero de Torres, 1913. Panel del Poema
de Córdoba. Museo Julio Romero de Torres.
paisajes, vinculan rasgos y parajes en una relación casi mística. La relación entre el hombre y
el medio es indisoluble. La tierra condiciona la
forma de vida, las costumbres, el carácter y
hasta la fisonomía de sus habitantes.
Además de ellos, hay otros artistas con los
que también existen paralelismos ideológicos y
temáticos que encarnan la tradición a través de
los tipos humanos, los trajes y las costumbres, lo
que se ha denominado la “intrahistoria”. Es el
caso de Zubiaurre o de Romero de Torres, que,
desde diferentes planteamientos estéticos, comparten la esencia de lo racial.
La relación con la Generación del 98 se evidencia de una manera notable en los comentarios de Azorín que acompañan a sus sucesivas
ediciones.
Su imagen de España es, por tanto, análoga
a la de sus contemporáneos. Con ellos compartió la temática, tanto de la España “blanca” de
Sorolla, como de la “negra” de Zuloaga y
Regoyos.
La técnica
La técnica que utilizaba durante todo el proceso era manual y muy meticulosa. La cámara
fotográfica era una Photo Esphere, máquina de
pie de gran tamaño con un voluminoso objetivo
denominado Eidoscope y una película Par
Speed de Kodak. Con la máquina se obtenían
unos negativos nítidos y grandes.
Una vez realizada la fotografía para el positivado utilizaba un procedimiento de los llamados
“pigmentarios”, que contribuían a dar efectos
ambientales de carácter poético, gracias a la
matización de tonos, los efectos granulados y la
riqueza de texturas.
Esta técnica de positivado era realizada por
él mismo según el procedimiento al carbón
directo sobre papel fresson; la llamada técnica
de la impresión al carbón. Es una técnica que utiliza una clase de papel fotográfico de fabricación
artesanal, iniciada por Théodore-Henri Fresson
en Francia, y que sólo puede utilizarse recién
8
José Ortiz Echagüe en el proceso de positivado de
una fotografía. De La Fotografía de Ortiz Echagüe,
Asunción Domeño. Gobierno de Navarra, 2000.
Lámina 43, Pág.135.
Fotomontaje con mujer de La Alberca y miliciana. Alusión al nuevo papel asumido por la mujer española. De El pabellón español. Exposición Universal de
París, 1937, Josefina García Alix. Ministerio de Cultura, 1987. Pág. 135.
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MODELO DEL MES DE FEBRERO
FOTOGRAFÍA ORTÍZ ECHAGÜE
que fueron colocados en paneles a la manera de
cuadros, pues eran auténticas obras maestras
de la fotografía de la época”3. Los fotomontajes
que se realizaron sobre la base de las fotografías
buscaban, por un lado, mostrar la identidad
regional de España como un país eminentemente rural y, por otro, la confrontación con la modernización y la transformación social llevada a cabo
por la República. Las imágenes acompañaron
a otras artes populares y folclóricas españolas
también expuestas, además de a las extraordinarias obras de pintura y escultura.
Estas representaciones fueron recuperadas
ideológicamente por el franquismo, que las consideró ejemplo de tradición, realismo, espiritualidad, austeridad e identidad nacional4.
En la actualidad, forman parte de los Fondos
Documentales del Museo, a diferencia del
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía,
donde son consideradas Fondos Museográficos.
La imagen representa a tres mujeres sentadas de medio perfil, en unas sillas de madera con
respaldos torneados, dejando ver los ricos interiores de las faldas así como la lujosa ornamentación del resto de la indumentaria y sus complementos. Las mujeres posan y están enfocadas
con nitidez en primer plano, donde los perfiles y
las siluetas se refuerzan frente al marcado desenfoque del fondo.
Se coloca a las mujeres en una secuencia
repetida con un marcado sentido decorativo
para evocar la riqueza.
Las montehermoseñas
Como conclusión, las fotografías de Ortiz
Echagüe muestran una determinada forma de
entender la españolidad, semejante a otras
manifestaciones artísticas que le son contemporáneas. La “tradición” es la palabra clave de toda
su producción y la que justifica la utilización de
una técnica personal que fue considerada arcaica por muchos de sus coetáneos. El sentimiento de ser uno de los últimos testigos de la realidad, que está en proceso de desaparición como
consecuencia de la modernización y el progreso,
constituye el fundamento de su obra.
En el año 1960, la exposición Spectacular
Spain, organizada por el Metropolitan de Nueva
York, mezcla sus fotografías con los grabados de
Goya. No hay duda de que es considerado el
gran maestro de la fotografía en España.
El Museo del Traje. CIPE conserva una colección
de 217 copias en papel de la “Serie de Tipos y
Trajes”, en su mayor parte firmadas y tituladas
al pie de la foto por el propio autor.
Las fotografías fueron adquiridas en 1933
con destino al Museo del Traje Regional e
Histórico, creado en 1927, y que fue consecuencia de la exposición celebrada en 1925 en el
Palacio de Bibliotecas y Museos.
Este museo fue integrado en el Museo del
Pueblo Español tras su creación en 1934, que
a su vez pasó a ser Museo Nacional de
Antropología y, a partir de 2004 es el Museo del
Traje. Centro de Investigación del Patrimonio
Etnológico.
En un primer momento, su destino fue servir de apoyo documental y expositivo para la
colección de trajes populares que se custodiaban en aquel Museo, finalidad que se sigue manteniendo en el actual Museo del Traje, tal y como
se aprecia en la vitrina de las montehermoseñas,
cuya museografía se inspira directamente en la
imagen compositiva de Ortiz Echagüe.
Las fotos, que en el momento de su adquisición fueron entregadas directamente por Ortiz
Echagüe, son copias preparadas por el propio
autor, montadas sobre un grueso cartón con
passe-partout, tituladas y firmadas.
Vitrina La exhibición de la riqueza de la sala “El traje regional”.
Museo del Traje. CIPE, Madrid
Bibliografía
ALIX TRUEBA, Josefina: Pabellón Español, Exposición Internacional de París 1937, Centro de Arte Reina Sofía.
Ministerio de Cultura, Madrid, 1987.
DOMEÑO MARTÍNEZ DE MORENTÍN, Asunción: José Ortiz Echagüe, Editorial La Fábrica, Madrid, 2009.
DOMEÑO MARTÍNEZ DE MORENTÍN, Asunción: La fotografía de José Ortiz Echagüe: técnica, estética y temática. Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura, Pamplona, 2000.
José Ortiz Echagüe: sus fotografías, Incafo, Madrid, 1978.
ROSÓN, María: Mujeres: tipos y estereotipos. Fotografías de José Ortiz Echagüe. Comunidad de Madrid, Madrid, 2010.
1 José Ortiz Echagüe: Sus fotografías. Madrid: INCAFO,
1978, pág. 12.
2 Ibíd.
3 Pabellón Español. Exposición Internacional de París
1937. Madrid: Ministerio de Cultura, Centro de Arte Reina
Sofía, 1987, pág. 129.
4 José Ortiz Echagüe en las Colecciones del Museo
Nacional de Antropología. Madrid: Secretaría General.
10
VVAA: José Ortiz Echagüe en las colecciones del Museo Nacional de Antropología. Ministerio de Educación, Cultura
y Deporte/Museo Nacional de Antropología, Madrid, 2002.
VVAA: Ortiz Echagüe, Legado Ortiz Echagüe Universidad de Navarra. Tf Editores -La Fábrica, Pamplona, 1998.
Vídeo RTVE.es, Ortiz Echagüe. La fuerza de la Tradición.
VALDÉS FERNÁNDEZ, Manuel: “Darío de Regoyos y la pintura europea en la crisis de 1900” en De Arte, 3, 2004, pp
165-186.
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MODELO DEL MES DE FEBRERO
MODELO DEL MES. CICLO 2011
En estas breves conferencias, que tendrán lugar en las salas de exposición, se analizará e
interpretará un modelo de especial importancia entre los expuestos. A los asistentes se les
entregará gratuitamente un cuadernillo con el contenido de la conferencia.
Domingos, 12:30 horas
Duración: 30 minutos
Asistencia libre
ENERO: Antonio del Castillo. Vestido de fiesta, ca. 1950
Concha Herranz
FEBRERO: Mujeres de Montehermoso, fotografía de Ortíz Echagüe
Lorena Delgado
MARZO: Joaldunak, Navarra
Ana Guerrero y Américo Frutos
ABRIL: Vestido, ca. 1910
Rodrigo de la Fuente
MAYO: Jubón, ca. 1660
Elvira González
JUNIO: Hubert de Givenchy. Vestido, ca. 1950
Marina Martínez
SEPTIEMBRE: Cartel, años 20
Teresa García
OCTUBRE: Violoncello, 1709
Elena Vázquez
NOVIEMBRE: Chatelaine, s. XVIII
Mª Antonia Herradón
DICIEMBRE: Pertegaz. Traje sastre, ca. 1998
Paloma Calzadilla
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Programación Modelo del mes: María Navajas
Corrección de textos: Ana Guerrero
Maquetación: Mª José Pacheco
Fotos piezas del Museo: Munio Rodil
En relación con los autores que estén sujetos a derechos de autor
y que no han podido ser identificados hemos realizado una previsión
de fondos de los mismos para poder dársela a primera petición.
Lorena Delgado Bellón es Licenciada en Historia del Arte
por la Universidad Complutense de Madrid. Tras su paso
por el sector docente como profesora de Enseñanza
Secundaria y Bachillerato, en el año 2003 ingresó por
oposición en el Cuerpo de Ayudantes de Archivos, Bibliotecas
y Museos y posteriormente en 2007 en el Cuerpo de
Facultativo de Conservadores de Museos. Como profesional
de museos ha trabajado en el departamentos de
Documentación, Conservación y colecciones de los Museos
Nacionales de Artes Decorativas, el Museo del Greco y el
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En la actualidad
es Conservadora del Departamento de Investigación de
Colecciones del Museo del Traje. Centro de Investigación
del Patrimonio Etnológico.
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