DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE EN LAS MATEMÁTICAS: CONCEPTO, MANIFESTACIONES Y PROCEDIMIENTOS DE MANEJO A. Miranda, M.ªD. Gil-Llario LEARNING DIFFICULTIES WITH MATHEMATICS: CONCEPT, FEATURES AND PROCEDURES FOR MANAGEMENT Summary. Learning disabilities in mathematics is a problem that starts with a limited knowledge of seriation and classification, basis of number concept. When a child had acquired symbolic function and had enough experience in numeric facts, he can operate with numbers to solve problems. To reeducate mathematic learning disabilities is necessary to have exhaustive knowledge of the student’s cognitive and metacognitive characteristics. Intervention is based on the application of several instructional components that are probed their effectivity in a lot of investigations made in the lasts years. [REV NEUROL CLIN 2001; 2: 55-71] [http://www.revneurol.com/RNC/b010055.pdf] Key words. Learning disabilities in mathematics. Number concept. Numeric facts. Problem solving. EL CONCEPTO DE NÚMERO Y LAS OPERACIONES ARITMÉTICAS Cuando el niño accede al sistema educativo obligatorio ya ha adquirido gran parte de las estructuras y conocimientos sobre los que se asentará el pensamiento que denominamos matemático. Por ello, la instrucción de la aritmética más fundamental se apoya sobre la asunción de que el niño es capaz de organizar el espacio cercano a él, comparar y discriminar entre objetos en virtud de la percepción de las semejanzas o diferencias que hay entre sí, agrupar los objetos en función de algún criterio, establecer correspondencias, etc. Es decir, ya cuenta con bastante información acerca de qué es el número. Recibido: 26.01.01. Aceptado: 01.02.01. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología. Universidad de Valencia. Valencia, España. Correspondencia: Dra. Ana Miranda Casas. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultadde Psicología. Universidad de Valencia. Avda. Blasco Ibáñez, 21. E-46010 Valencia. E-mail: [email protected] 2001, REVISTA DE NEUROLOGÍA CLÍNICA El concepto de número, base de la matemática, es una compleja abstracción que se interioriza a partir de la diversidad de experiencias. Dicho concepto es tan importante para las matemáticas como la conciencia fonémica para la lectura; según Gersten y Chard [1], la comprensión del concepto de número reúne piezas fragmentadas del conocimiento temprano o informal que contribuyen a una práctica instruccional más efectiva. Para poder numerar se precisa la aplicación coordinada de una serie de principios según el modelo clásico de Gelman y Gallistel [2]: – Principio de correspondencia: aplicación de un número a cada uno de los objetos que hay que enumerar y sólo un número por objeto. – Principio de orden: elección ordenada de números (primero el 1, luego el 2, etc.) al aplicar en forma de correspondencia a cada uno de los objetos. – Principio de cardinalidad: el valor numérico del conjunto que se cuenta se expresa por el valor cardinal final que lo representa. – Irrelevancia del orden de numeración, es decir, la relación entre un determinado REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 55 55 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL objeto y cierto número concreto es irrelevante, ya que pueden contabilizarse en un lugar y posición diferente respecto del resto de los objetos. Lo importante es no repetir el número ni saltarse el orden numeral de la serie. En la elaboración del concepto de número se precisa: 1. El dominio de la noción de conservación, es decir, la certeza de que el todo está compuesto por un conjunto de partes que pueden distribuirse de diversas formas sin que varíe por ello, y 2. La noción de seriación que hace referencia a la capacidad para ordenar elementos de una serie en función de algún criterio. Se debe comprender que cada número puede ser a la vez ordinal y cardinal; por ejemplo, el número 5 es el símbolo de un conjunto que representa a una clase (principio de cardinalidad), pero también puede representar el quinto lugar en una serie. Cuando se es capaz de utilizar ambos sistemas, se posee una comprensión adecuada del número, la cual abre el camino hacia las operaciones matemáticas. Las operaciones aritméticas consisten en procesos que permiten manipular simbólicamente datos, que resultarían difíciles o incluso imposibles de manipular de forma real; dichas operaciones requieren que se haya adquirido el concepto de número, la función simbólica, la comprensión de la reversibilidad, así como una correcta percepción del tiempo y de la orientación espacial. Las estrategias empleadas por los niños varían en función de la edad, en busca de la rentabilidad. Al principio, las preferidas son las que se acercan más a lo manipulativo, pero pronto, en la medida en que el niño se va sintiendo más cómodo cuando opera en el ámbito simbólico con los números, se tiende a escoger y, por lo tanto, se utilizan con más frecuencia las estrategias que resultan más eficaces en términos de tiempo. Así, una de las primeras estrategias consiste en representar los dos sumandos mediante objetos o dedos y enumerar ordenada56 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 mente ambos conjuntos (contar todo). Pronto se ve que contar a partir de uno de los sumandos (en virtud del principio de cardinalidad se sabe que el cardinal final equivale a todos los elementos del conjunto) ahorra tiempo (contar desde). Por último, el niño descubre que el mayor ahorro se produce cuando se cuenta desde el sumando mayor. La resta está estrechamente relacionada con la suma. Dado que es un proceso basado en la reversibilidad, es prácticamente imposible calcular una resta si no pueden realizarse operaciones de suma. Asimismo, la suma también se relaciona con la multiplicación (2+2= 4, 2×2= 4) y en gran medida las dificultades en este dominio pueden significar que la suma no se domina totalmente. También la división, según Piaget, se relaciona con la composición aditiva porque la adición de las partes es equivalente al todo. La distribución de las partes del todo puede considerarse como el proceso inverso de la suma. Gracias a la comprensión y aplicación de los conceptos básicos a las operaciones, el niño cada vez va acumulando más y más información relativa a los números y sus propiedades, cómo operar con ellos, etc., lo que, a su vez, facilita la construcción del pensamiento matemático. Esta información se ha denominado ‘hechos numéricos’ y se caracteriza por la intervención de procesos de memorización y reglas. Los niños que experimentan dificultades en el aprendizaje de las matemáticas no tienden a caracterizarse por mostrar deficiencias graves, al inicio de su escolaridad, en los conceptos y habilidades matemáticas informales que sustentan el concepto de número. En muchos casos, su desempeño es cualitativamente similar al de cualquier niño sin dificultades de aprendizaje. En cambio, sus deficiencias son importantes en dos áreas nucleares de la matemática formal: la recuperación rápida de hechos numéricos y las habilidades para resolver problemas de texto complejos que implican operaciones básicas. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 56 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE CONOCIMIENTO Y RECUPERACIÓN DE HECHOS NUMÉRICOS Existen varios modelos explicativos del almacenamiento y recuperación de hechos numéricos, elaborados a partir de los errores observados en la recuperación de hechos multiplicativos básicos. El modelo de interferencia en red, postulado por Campbell y Graham [3], hace hincapié en que los nodos-problema y los nodos-respuesta conforman una red de relaciones muy extensa, de manera que a un problema le corresponden varias respuestas y a una respuesta varios problemas. Este modelo explica la gran variedad de tipos de errores. El modelo de distribución de relaciones de Siegler [4,5] postula que la información sobre los hechos aritméticos básicos se almacena en la memoria en forma de nodos que representan tanto a los problemas (p. ej., 3×4) como a las soluciones (12, 7, 15, etc.). Esta relación entre problemas y respuestas es a veces correcta y en otras ocasiones incorrecta; en los adultos es mayor la asociación con la respuesta correcta que con la incorrecta. Pero cuando se establece una asociación incorrecta hay que doblar el trabajo hasta que el estudiante adquiere la relación correcta. Jordan y Oettinger [6] llevaron a cabo un estudio cuyo objetivo era analizar las dificultades en cuanto a la recuperación de hechos numéricos de los niños con dificultades de aprendizaje en las matemáticas (DAM). Con este objetivo, plantearon una serie de tareas en dos condiciones y acotaron el período concedido en ambos casos. Los niños con DAM utilizaban en mayor medida estrategias para compensar sus dificultades de recuperación (estrategias de comprobación) como, por ejemplo, contar con los dedos, que los niños sin DAM. En la condición en la que no se acotaba el tiempo no aparecieron diferencias en cuanto a exactitud en la utilización de estrategias. Por consiguiente, algunos niños con DAM muestran deficiencias en la recuperación rápida sin manifestar retrasos procedimentales o conceptuales relacionados con la suma y resta. Estos déficit no parecen coexistir con dificultades en la lectura, si bien en algunos casos también aparecen problemas en otros aspectos matemáticos, como la resolución de problemas en formato de texto. No sabemos si los déficit en recuperación se deben a un escaso conocimiento de los principios del conteo, a problemas en la memoria de trabajo, a problemas atencionales o a una combinación de estos factores. Quizá haya una relación estrecha entre el uso de procedimientos de conteo y el desarrollo de habilidades complejas de resolución de problemas. Por ejemplo, los procedimientos de conteo utilizados por los niños pequeños (contar con los dedos o con objetos) son útiles en las situaciones que describen los problemas sencillos, mientras que los procedimientos más sofisticados (contar desde el sumando mayor) son más aplicables a las situaciones planteadas en los problemas complejos, con sumandos y sustraendos desconocidos. Los resultados de Jordan y Oetinger [6] coinciden con el modelo de elección de estrategias de Siegler [4], el cual postula que cuando el niño se enfrenta a un problema de cálculo, en primer lugar, intenta recuperar la respuesta desde la memoria. Si la respuesta no supera el ‘criterio de confianza’ interno del niño, éste pone en práctica estrategias de comprobación que tienen mayor probabilidad de ser correctas que las de recuperación. En general, los niños más jóvenes, o sea con menos experiencia, utilizan estrategias de comprobación más frecuentemente que los más mayores, porque relacionan más respuestas con un problema y ninguna de las respuesta reúne los criterios de confianza. Pero, puesto que las relaciones entre los problemas y la respuesta correcta son gradualmente más fuertes, las estrategias de comprobación son reemplazadas por las de recuperación directa. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 57 57 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL Sin embargo, los niños con DAM específicas obtenían peores resultados que los niños sin DAM en las condiciones en las que se cerraba el tiempo (y en las cuales se requería la utilización de estrategias de recuperación), lo que sugería que experimentaban problemas básicos en la recuperación de hechos numéricos. Sus buenas habilidades conceptuales y verbales parecían ayudarles a compensar su debilidad en las tareas en las que no se limita el tiempo. El estudio de Jordan y Oetinger [6] replica los resultados obtenidos por otros autores en el empleo de estas estrategias. Aunque todos los niños utilizan las mismas estrategias de cálculo, los niños con DAM cometen más errores de recuperación y cálculo y emplean en menor medida las estrategias de recuperación más maduras, que los niños sin DAM (p. ej. utilizan menos el contar desde el sumando mayor y más el contar-todo). Además, persisten más tiempo en el uso de las estrategias más simples mientras que sus compañeros sin DAM ya han adaptado masivamente las estrategias más elaboradas. LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS Resolver problemas no es tan sólo aplicar operaciones. Los problemas vienen redactados en un formato semántico cuyo vocabulario es preciso comprender para extraer la información relevante. Además, es necesario ser capaz de generar una representación del problema que incluya la información proporcionada y el objetivo que debe alcanzarse. La representación se fundamenta en el tipo de información a la que se presta atención, lo cual, a su vez, depende del conocimiento preexistente en el sujeto y de la experiencia previa en problemas similares. Una vez representado correctamente un problema habrá que deducir las implicaciones de la información que aporta, esto es, manejar con destreza las reglas de inferencia. Así, el niño deberá ser capaz de elaborar un plan compuesto por 58 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 una serie de pasos para avanzar en la resolución del problema. Seguidamente, deberá aplicar la operación pertinente y, por último, estimar si el resultado entra dentro de los límites de lo esperable (p. ej., si realizamos una suma el resultado no puede ser inferior a alguno de los sumandos). Las fases de la resolución de problemas son las siguientes: 1. Análisis del problema. En primer lugar es necesario descomponer la información que ofrece el enunciado del problema. Debemos obtener respuestas a interrogantes como ¿qué datos aparecen? ¿qué debo obtener? 2. Representación del problema. Debemos conectar los elementos que hemos aislado en la fase anterior, ya sea manipulativa, icónica, lingüística o simbólicamente, para obtener las relaciones que dichos elementos establecen entre sí. 3. Planificación. Es la fase más compleja. Supone elegir la estrategia más adecuada para llegar desde los datos a la solución requerida. Para ello, en primer lugar, debemos relacionar este problema con otros ya resueltos cuya estrategia podría aplicarse también en este caso, pero sobre todo supone establecer submetas, es decir, estados del problema que se alcanzan cuando se aplica parcialmente dicha estrategia. 4. Ejecución. Esta fase consiste en aplicar la estrategia planificada. Desde un punto de vista metacognitivo, debemos valorar en todo momento cómo se lleva a cabo el proceso, valorar si cada paso se adecua al objetivo marcado, e incluso determinar si el camino elegido es el más eficaz, pues estando atentos a la nueva información podemos descubrir que multiplicar es más eficaz que la suma reiterada. 5. Generalización del problema. Hay que preguntarse si es posible emplear el resultado o el método en algún otro problema. Es importante reconocer la relación entre la solución alcanzada y algún principio general. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 58 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE Tabla. Grado de dificultad según la categoría semántica. Categoría Subcategorías más fáciles Subcategorías más difíciles Cambio 1 y 2 con resultado desconocido 5 y 6 con conjunto inicial desconocido Igualar Igual dificultad Igual dificultad Combinar 1 con conjunto 5 y 6 con conjunto 2 con subconjunto desconocido 1 y 2 con diferencia desconocida 5 y 6 con referente desconocido Comparar Como se deduce de estas consideraciones, se trata de un proceso de cierta complejidad que requiere un tratamiento específico y en el que se dan cita no sólo el desarrollo lógico-matemático del niño, sino también el semántico, representacional y metacognitivo. En lo referente a los aspectos de tipo semántico, que son los responsables de buena parte de las dificultades que presentan los estudiantes a la hora de resolver problemas, los problemas básicos de aritmética (suma y resta) se clasifican en cuatro categorías semánticas: – Cambio. Una cantidad inicial es sometida a una acción que la modifica. Se subdividen en tres clases según la naturaleza de lo desconocido (resultado, cambio, principio), las cuales, a su vez, contienen dos tipos de problemas dependiendo de que se considere que el cambio puede ser a más o a menos. – Igualar. Hay una comparación entre las cantidades establecida por medio del comparativo de igualdad ‘tantos como’. La igualación puede ser a más o a menos. – Combinar. Se describe una relación entre conjuntos que responde al esquema parteparte-todo. La pregunta del problema puede versar acerca del conjunto total o de alguna de las partes (subconjunto desconocido). – Comparar. Se presenta una relación de comparación entre dos cantidades. Estas pueden ser cantidad comparada (a la izquierda de la expresión ‘más que’ o ‘menos que’), canti- dad de referencia (a la derecha), y diferencia. Dado que el sentido de la comparación puede establecerse en más o en menos, y que se puede preguntar por cualquiera de las tres cantidades, el número de tipos posibles de problemas de comparación es seis. Los resultados de los estudios sobre la dificultad semántica de dichas categorías [7,8] indican que el orden de dificultad (de menos o más difícil), en general, es: cambio, combinación y comparación, aunque en los problemas de resta combinar es más difícil. Cuando la clasificación se hace más fina, se ve que dentro de una misma categoría semántica los niveles de dificultad varían a su vez considerablemente (Tabla). Jitendra y Xin [9] revisaron los estudios publicados en los últimos 10 años sobre resolución de problemas y sólo encontraron 14 investigaciones dirigidas al análisis de la eficacia de enseñar estrategias sistemáticas a estudiantes con dificultades de aprendizaje en la solución de problemas (DASP). La mayoría de los acercamientos se fundamentaban en modelos cognitivos o del procesamiento de la información [10-12]. Estos modelos enfatizan la representación del problema (traducción de un problema desde palabras a una representación significativa) y la sistematización en los procedimientos de resolución del problema (tanto la planificación como la ejecución de las operaciones matemáticas). Varios estudios certifican que las técnicas de representación que permiten una traducción efectiva o la interpretación de la información del texto del problema facilitan enormemente la resolución del mismo [13]. La visualización es muy útil cuando los problemas incluyen aspectos matemáticos de mayor complejidad que las operaciones aritméticas básicas, como es el caso de las operaciones con números decimales [14]. Jitendra et al [15,16] han corroborado y ampliado estos resultados al encontrar que REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 59 59 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL cuando se enseña a estudiantes con DASP a utilizar los esquemas para resolver problemas, su rendimiento y el mantenimiento de las ganancias es superior al de los estudiantes que recibían instrucción básica mediante el libro de texto. IDENTIFICACIÓN DE LOS ESTUDIANTES QUE EXPERIMENTAN DAM Para saber si un niño presenta DAM debemos atender a los siguientes criterios: – Criterios de discrepancia. Existen dos posibles tipos de discrepancia: el primero se refiere a la disparidad entre el rendimiento académico real y el esperado, y el segundo analiza los desniveles mostrados por el niño en el desarrollo de las funciones psicológicas o lingüísticas, que pueden evolucionar de forma normal en algunos casos o presentar retraso en otros. – Criterios de exclusión. De las dificultades de aprendizaje deben excluirse los problemas para el aprendizaje debidos a deficiencias visuales o auditivas, problemas emocionales o retraso mental. Estos criterios a su vez puntualizan el criterio de discrepancia. También deben excluirse los niños que no han tenido oportunidades para aprender, puesto que podrían hacerlo normalmente si se les presentara la ocasión. – Criterio de atención especializada. Se trata de niños que no pueden beneficiarse de la instrucción convencional, pero para ellos tampoco están indicadas las aulas de Educación Especial. Sus necesidades tan sólo pueden satisfacerse mediante programas individualizados. Las DAM pueden ser entendidas como una entidad clínica, de manera que las dificultades para el cálculo serían una consecuencia de esa 60 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 afectación –por lo tanto, algo secundario–, o como un trastorno específico del cálculo (primario). En general, se entiende como un trastorno parcial de la capacidad para manejar símbolos aritméticos y realizar cálculos matemáticos. Criterios diagnósticos del trastorno del cálculo según el DSM-IV (1990) Criterios para el diagnóstico de F81-2. Trastorno del cálculo (315.1). – Capacidad aritmética (evaluada mediante pruebas normalizadas de cálculo o razonamiento matemático administradas de forma individual), que se sitúa sustancialmente por debajo de la esperada en individuos de edad cronológica, coeficiente de inteligencia (CI) y escolaridad acordes con la edad. – El trastorno de cálculo interfiere significativamente en el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana que requieren habilidad para el cálculo. – Si hay un déficit sensorial, las dificultades para el rendimiento del cálculo exceden de las habitualmente relacionadas con el mismo. La aplicación de estos criterios no está exenta de problemas, pues a menudo lleva a cometer errores en la identificación de estudiantes con DAM. Un error es asumir que las escuelas proporcionan la instrucción adecuada. El criterio es ‘manifestar DAM a pesar de haber recibido ‘instrucción convencional’, pero el problema puede radicar precisamente en que la instrucción ordinaria no sea la apropiada. En segundo lugar, el sistema de selección sobre la base del CI y el rendimiento es excesivamente amplio. Incluso en condiciones de instrucción adecuada, niños con un CI normal fallan en la escuela por muchos motivos distintos al déficit cognitivo (p. ej., escasa motivación o baja autoestima como aprendiz) [17]. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 60 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE Jiménez y García [18] evaluaron si el criterio basado en la discrepancia del CI es útil en la definición de DAM. Para ello, utilizaron una muestra de niños compuesta por niños con DAM y, por otro lado, formada por niños con un rendimiento pobre en matemáticas y un CI acorde con dicho bajo rendimiento. Todos los grupos fueron comparados para determinar si aparecían diferencias en la resolución de problemas de adición y sustracción, así como otras capacidades cognitivas relacionadas con las matemáticas tales como la memoria de trabajo. No surgieron diferencias significativas entre los niños con DAM y los estudiantes con bajo CI en la resolución de problemas de vocablo o en tareas de memoria de trabajo. Este resultado llevó a los autores a señalar que el criterio basado en la discrepancia de CI no parece ser relevante para diferenciar entre niños con DAM y niños con bajo rendimiento en matemáticas. Dejando al margen la controversia aún no resuelta sobre el papel que desempeña el CI en la delimitación de las dificultades de aprendizaje, otra cuestión sumamente interesante se refiere a la posible relación entre las DAM y otros subtipos. En este sentido, generalmente se acepta la existencia de tres subtipos de estudiantes con dificultades de aprendizaje [19], los que manifiestan: a) déficit en lectura, escritura y aritmética; b) déficit en lectura y escritura, y c) déficit en aritmética. Las características del primer y segundo subtipo incluyen déficit en el procesamiento fonológico, lectura, escritura y memoria a corto plazo, con buenas habilidades visuoperceptivas y visuoespaciales. En cambio, los sujetos del tercer grupo presentan habilidades perceptivo-verbales y auditivas adecuadas, pero muestran un rendimiento más pobre en tareas visuoespaciales, psicomotrices, perceptivo-táctiles y en la solución de problemas no verbales. Al parecer, estos perfiles se corresponden a su vez con etiologías distintas [20]. Jordan y Hanich [21], en un estudio reciente analizan las diferencias entre estos tres subgrupos a partir de una serie de tareas relativas a cuatro áreas de las matemáticas: hechos numéricos, problemas de texto, valor numérico según la localización y cálculo escrito. Los niños con DAM y DAL (dificultades en el aprendizaje de la lectura) actuaron significativamente peor que los niños normales en la mayoría de las áreas del pensamiento matemático, mientras que los niños con DAM presentaron peores resultados que los normales sólo en los problemas de texto. El grupo con DAM tuvo un rendimiento inferior al del grupo con DAM/ DAL en problemas de texto y cálculo escrito. No aparecieron diferencias significativas entre los niños con DAL y los normales en ninguna de las tareas. Los resultados sugieren que, entre los niños con dificultades de aprendizaje en las matemáticas, el subgrupo con DAM/DAL es distinto del DAM sólo, pues este último muestra déficit mucho más específicos en la solución de problemas. DETERMINANTES DE LAS DAM Y MANIFESTACIONES Deficiencias atencionales En un número sustancial de investigaciones desarrolladas por el equipo de Zentall se evidencia que las deficiencias atencionales impiden la utilización de estrategias ordenadas y jerarquizadas para seguir los pasos de un algoritmo, aspecto de máxima importancia en las actividades de cálculo, así como para aprovechar las situaciones críticas de instrucción (p. ej., mientras el profesor modela). Recientemente, Marshall et al [22] han estudiado hasta qué punto los déficit académicos específicos se relacionan con los distintos subtipos de déficit atencional y han encontrado que la inatención ejerce un efecto específico y nocivo sobre las habilidades de cálculo aritmético. Concreta- REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 61 61 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL mente, sugieren que los estudiantes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) del subtipo predominantemente inatento presentan un riesgo elevado de manifestar deficiencias en el cálculo aritmético. La impulsividad suele ser otro factor implicado en las DAM [23]. Estos estudiantes a menudo cometen errores por descuido o aplican una operación aritmética indebida con objeto de acabar pronto. La impusividad tiene una repercusión directamente instruccional, pues hace aconsejables las condiciones de aprendizaje individualizadas sobre las de aprendizaje cooperativo, si no se realizan las adaptaciones pertinentes en este tipo de actividades, puesto que estos estudiantes carecen de las habilidades necesarias para llevar a cabo con éxito las tareas inherentes a las actividades de aprendizaje cooperativo. Deficiencias visuoespaciales Los déficit que suelen afectar a los estudiantes con DAM son: diferenciación figura-fondo, discriminación y orientación espacial [23,24]. Como pone de manifiesto un reciente trabajo de Cornoldi et al [25], los estudiantes con DAM también presentan déficit en tareas que requieren el uso de la memoria de trabajo visuoespacial y de imágenes visuales mentales. Estas deficiencias no parecen reflejar lagunas evolutivas, las cuales son fácilmente observables en niños normales. A su vez, estas deficiencias en la organización e integración perceptivo-visual obstaculizan seriamente la realización de tareas matemáticas que exigen: – Diferenciación entre números similares desde el punto espacial (6 y 9), símbolos, monedas, manecillas del reloj, etc. – Memorizar ordenadamente los números de las cantidades (puede invertirse el número y escribir 12 por 21). – Establecer comparaciones basadas en las semejanzas y en las diferencias. – Alinear números para ejecutar operaciones. 62 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 – Ordenar números de mayor a menor o viceversa. – Comprender el valor de la posición de un número y el de la coma decimal. – Comprender las relaciones espaciales (dificultades en problemas que implican las nociones arriba/abajo o izquierda/derecha) y reproducir figuras geométricas. Las dificultades de memoria y procesamiento auditivo se manifiestan a la hora de realizar ejercicios orales (cálculo mental) y de contar siguiendo una secuencia dada [26]. Además, en estos casos, las dificultades mnemónicas son específicas del área matemática, ya que se suelen obtener puntuaciones normales en las tareas de recuerdo verbal pero puntuaciones bajas en las pruebas de recuerdo numérico. Ello sugiere que el problema se debe a una dificultad específica para mantener la información numérica en la memoria de trabajo [27], hecho que, a su vez, explicaría el escaso conocimiento de ‘hechos numéricos’ tales como: – Reconocimiento rápido de números presentados auditiva o visualmente. – Dificultades para memorizar y reproducir el grafismo de cada número (se hacen en espejo, de derecha a izquierda y con la forma invertida). – Dificultades para recordar hechos numéricos o información nueva. – Incapacidad para recordar una sucesión temporal de números. – Dificultades en el conteo (dificultades para determinar qué número va antes o después de un número dado). – Realización de cálculos mentales. – El recuerdo de los distintos pasos implicados en problemas con varios niveles o varios procesos. Swanson [28] considera que los problemas en la memoria de trabajo que caracterizan a los estudiantes con DAM podrían relacionarse funREV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 62 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE cionalmente con procesos de orden superior, como el sistema ejecutivo de procesamiento central. La cuestión que se plantea es si la intervención mnemónica puede ayudar en la construcción de habilidades necesarias para que los estudiantes con DAM puedan realizar operaciones elaboradas. Recientemente [29-31], se han llevado a cabo estudios dirigidos a analizar la importancia de la memorización como elemento fundamental en la instrucción en matemáticas. Los resultados coinciden en subrayar que el entrenamiento memorístico mejora el aprendizaje y que los beneficios de la instrucción mnemónica se mantienen en el tiempo. Además de estas características generales, muchos estudiantes con DAM presentan dificultades en los procesos cognitivos y metacognitivos [32]; carecen de conciencia acerca de las habilidades, las estrategias y los recursos necesarios para realizar una tarea; fallan en el empleo de mecanismos autorregulatorios y perseveran en los errores por la aplicación insuficiente de estrategias de autocomprobación del cálculo. Montague y su equipo, tras un estudio reciente [33] en el que han analizado ampliamente los déficit en metacognición, subrayan que los estudiantes con DAM utilizan significativamente menos estrategias de resolución de problemas, que los estudiantes sin dificultades de aprendizaje. En resumen, debido a estos déficit, los estudiantes con DAM se caracterizan por mostrar las siguientes manifestaciones: 1. Dificultades en la identificación correcta de los números. Los números más confundidos en la lectura son el 2 por el 5 y el 6 por el 9; y los más invertidos en la escritura el 2, 3, 4, 5, 6 y 7. 2. Incapacidad para establecer correspondencias recíprocas; esto hace que, por ejemplo, enumeren unos bloques en voz alta, mientras los van tocando a otro ritmo. 3. Escasa habilidad para contar comprensiva- mente. Pueden enumerar de carrerilla sin comprender el valor del número que nombran o enumerar desordenadamente saltándose algunos números. 4. Dificultad en la comprensión de conjuntos, por sus dificultades en conceptos previos como ‘grande’, ‘pequeño’, ‘más’ y sobre todo el concepto de número, que será el que permitirá comparar dos conjuntos. 5. Dificultades para adquirir las nociones de conservación del número, o comprensión de que el valor de una cantidad no cambia, aunque cambie su forma o disposición. Así, el orden de sumandos en una suma, en opinión de los estudiantes con DAM, altera el resultado. 6. Dificultades para comprender el valor de un número según su posición; es decir, que según su ubicación hará referencia a una unidad, a una decena o a una centena, o lo que es lo mismo que 325, 253 y 532 son números muy distintos. 7. Dificultades en la comprensión del concepto de medida. Ello hace referencia a la dificultad para realizar estimaciones correctas de algo cuando no está disponible la medida en unidades precisas. 8. Dificultades para la lectura de la hora. Para esto es necesario comprender el concepto de hora, minuto y segundo, así como discriminar visualmente la ubicación de las dos manecillas, aspecto que presenta problemas para muchos estudiantes con dificultades en el aprendizaje. 9. Dificultad para comprender el valor de las monedas, derivada también de los problemas relativos a la noción de conservación. 10. Dificultades para comprender el lenguaje y los símbolos matemáticos, es decir, el signo de suma (+), el de resta (-), el de multiplicación (×), etc. 11. Escritura ilegible de números y dificultades para escribir números en espacios pequeños [26]. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 63 63 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL 12. Dificultad para realizar cálculos mentales. Son muchos los factores que pueden intervenir, desde déficit en memoria hasta confusiones en la direccionalidad o en la representación de la operación que debe realizarse. 13. Operaciones aritméticas: – Suma. El estudiante con DAM comprende la noción y el mecanismo pero le cuesta automatizarla; no suma mentalmente porque necesita ayuda material para realizarla (contar con los dedos, dibujar palitos, etc.); coloca mal las cantidades para efectuar la operación y no comprende el concepto de ‘llevar’; es frecuente que en cada columna ponga el resultado completo y que empiece las operaciones por la izquierda. – Resta. Es un proceso mucho más complejo pues exige la reversibilidad además de la conservación. La posición espacial de las cantidades es lo más difícil de asimilar por algunos niños, los cuales restan simplemente la cifra mayor de la menor sin tener en cuenta si está arriba o abajo; cuando tienen que ‘llevar’ no saben dónde tienen que añadir lo que ‘llevan’, si al minuendo o al sustraendo. Igual que ocurre con la suma, empiezan por la izquierda y colocan mal las cantidades. Frecuentemente, confunden los signos y, por lo tanto, la operación, e incluso a veces mezclan la suma y la resta en una sola. – Multiplicación. Es una operación directa como la suma, así pues, no entraña tantas dificultades como la resta. Incluso hay niños que multiplican sin errores pero continúan teniendo graves fallos en la resta. Los principales obstáculos son la memorización de las tablas y el cálculo mental. Maza [34] recoge algunos tipos de errores observados en la recuperación de hechos multiplicativos básicos: a) Múltiplos de uno de los factores, cuando, por ejemplo, se responde a 8×7 con los resultados 48 (6×8), 64 (8×8) 64 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 o 49 (7×7). b) Consideración de otra operación, esto es, dar a 8×7 el resultado de 15 (8+7). c) Error de preparación, si poco antes se ha planteado 8×6, al preguntar 8×7 se responde 48, lo que indica que el resultado anterior interfiere el recuerdo de la multiplicación requerida en último lugar. – División. En ella se combinan las tres operaciones anteriores por lo que deben dominarse previamente. Las dificultades principales radican en la disposición espacial. En el dividendo hay niños que no comprenden porqué tienen que trabajar sólo con unas cifras y dejar otras para más adelante; asimismo, no saben por dónde empezar si apartando unas hacia la derecha o hacia la izquierda. En el divisor les cuesta trabajar con más de una cifra y es frecuente que lo hagan sólo con una (la primera de la derecha o la primera de la izquierda, o alternándolas). PROCEDIMIENTOS DE ACTUACIÓN A la hora de elaborar un plan terapéutico deberían tenerse en cuenta las siguientes directrices o principios de actuación básicos: 1. Individualización de la enseñanza. Deberán seleccionarse los objetivos instruccionales apropiados para lo cual es preciso conocer con un grado alto de concreción qué habilidades posee el estudiante y de cuáles carece, dentro de la jerarquía de habilidades aritméticas. Los objetivos deben plasmarse de forma explícita y dejar bien patente la conducta que el estudiante debe realizar para alcanzar dicho objetivo, así como las condiciones en que debe realizarse la conducta y los criterios mediante los cuales se evaluará su desempeño. 2. Análisis de tareas para determinar qué subhabilidades se requieren para realizarlas y poder graduar la enseñanza. Por REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 64 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE 3. 4. 5. 6. 7. ejemplo, para la suma de dos dígitos se precisa: a) Nombrar automáticamente los números; b) Contar hasta 9 desde cualquier número; c) Indicar el valor numérico con cualquier numeral; d) Establecer la correspondencia número/nombre del número; e) Sumar una columna de números de un dígito, y f) Nombrar y escribir el numeral correcto para la respuesta. Apoyar el cálculo sobre el mayor número posible de sentidos para facilitar su comprensión: utilizar gráficos, diagramas, etc. La manipulación debe preceder a la representación [35] y ésta a la formulación matemática de las relaciones. Es decir, el alumno deberá resolver inicialmente el problema con elementos reales, manipulables; después representará la operación con un dibujo, luego con elementos simbólicos (círculos o cruces) y, por último, transcribirá la operación matemática. La comprensión de las operaciones debería preceder a la fase de automatización. Los problemas y, en consecuencia, las operaciones aritméticas deben partir en la medida de lo posible de la experiencia diaria del alumno [36]. Debe dominar el vocabulario implicado; por ejemplo, juntar, reunir, poner, agregar, etc. se refieren a la suma. Si pasamos a un plano de mayor concreción, un elemento esencial en las intervenciones dirigidas a la reeducación de estudiantes con dificultades de aprendizaje está constituido por las técnicas que se van a emplear, o –lo que es lo mismo– el método instruccional y las actividades dirigidas a obtener los objetivos deseados. Los investigadores educacionales han dedicado en los últimos años considerables esfuerzos con vistas a identificar las mejores prácticas instruccionales para los estudiantes con DAM. En una labor de síntesis de los metanálisis cuyo objetivo es aislar los compo- nentes básicos que deben incorporarse en el diseño instruccional de las aulas regulares en las que haya estudiantes con DAM [37-39], encontramos los siguientes: – Implementar demostración, modelado y feedback inmediato. – Proporcionar un refuerzo por la ejecución correcta y la monitorización del progreso del estudiante. – Utilizar una secuencia de enseñanza que vaya de lo concreto a lo abstracto. – Enseñar conceptos importantes o ‘grandes ideas’ hasta un nivel de dominio. Se trata de las cuatro operaciones básicas, el valor posicional, fracciones, estimación, probabilidad, volumen y área, y solución de problemas. – Utilizar verbalización mientras se resuelve el problema. – Enseñar estrategias explícitas para el cálculo y la resolución de problemas aplicables a un gran número de problemas, sobre todo la representación y la planificación – Andamiaje (este apoyo debe reducirse gradualmente a medida que el estudiante va adquiriendo soltura). El andamiaje es necesario después de la demostración del profesor y el modelado, pero antes de la práctica independiente. – Utilizar a los compañeros, ordenadores y videocasetes como sistemas alternativos. – Integración estratégica. La práctica integrada de diferentes problemas que pueden parecer iguales permite al estudiante discriminar entre varios tipos de problemas. – Considerar el conocimiento informal. – Prácticas de revisión. – Entrenar en generalización. White [40], por su parte, efectuó un estudio de metanálisis con el objeto de revisar las investigaciones llevadas a cabo en la intervención cognitiva en estrategias de aprendizaje, en estudiantes con DAM. Mediante este procedi- REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 65 65 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL miento se recoge y evalúa estadísticamente la efectividad de las prácticas de intervención empleadas por los investigadores con los estudiantes con DAM. Los resultados muestran que, en general, las intervenciones fueron efectivas, si atendemos a los resultados de las pruebas t; sin embargo, ciertos resultados llaman la atención: a) La ausencia de información por parte de los investigadores de ciertas variables tales como el CI o el tipo de aula; b) La ausencia de condiciones de generalización/transfer en el diseño de las inv estigaciones; c) Las intervenciones no son estadísticamente efectivas en el contexto del aula regular, y d) La ausencia de datos pertenecientes a metacognición, a pesar de su descripción como el principal foco de intervención en la literatura sobre el tema. Los hallazgos más sobresalientes son: 1. Hay tres tipos de intervenciones que se muestran estadísticamente efectivas con los estudiantes con DAM: la instrucción en el conocimiento de dominio específico, en la solución de problemas en general y en estrategias de autorregulación. Estos autores coinciden plenamente con los resultados obtenidos en otro metanálisis llevado a cabo por Maccini et al [41]. 2. Las intervenciones son más exitosas en niños de Educación Primaria y niveles superiores, salvo las intervenciones en lectura cuyos mayores logros se obtienen en niños más pequeños (Educación Infantil y Primaria). 3. Cuanto más estructurado es el diseño instruccional, más efectivo es. Por último, Swanson y Sachse [42] recogen todas las intervenciones de diseño de caso único que incluyen estudiantes con DAM. En su trabajo se analizan 85 estudios de diferentes dominios instruccionales (lectura o matemáticas); con muestras de diferentes características (edad, inteligencia); parámetros de intervención diversos (número de sesiones instruccionales, componentes instruccionales), y procedimientos metodológicos varia66 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 dos (p. ej., en cuanto a validez interna). Los resultados indican que: 1. En todas las áreas se consigue un cambio significativo con la intervención; 2. Los componentes instruccionales relativos a modelado, repetición, práctica, revisión, segmentación, grupos pequeños interactivos e implementación de estímulos discriminativos para utilizar estrategias contribuían significativamente al cambio, y 3. Los modelos de instrucción en estrategias predicen mejor el cambio que los modelos de instrucción directa. En resumen, podemos concluir que, de entre los principales componentes que han mostrado su eficacia en la intervención en DAM destacan: por un lado, aspectos que podríamos englobar bajo la etiqueta del ‘análisis de tareas’ como centrar el aprendizaje en conceptos fundamentales o grandes ideas, o proporcionar modelado y feedback inmediato; y, por otro, aspectos que podríamos denominar ‘cognitivos’, donde destaca la enseñanza explícita de estrategias cognitivas aplicables a diversas situaciones problemáticas, lo que nos lleva directamente a la autorregulación. Los procedimientos encaminados a incrementar la autorregulación resultan enormemente efectivos para mejorar el rendimiento matemático, así como la atención. La propuesta de acercamiento cognitivoconductual consiste en utilizar el entrenamiento mediado verbalmente para fomentar el autocontrol a través del uso de las autoverbalizaciones como estímulos discriminativos y refuerzos durante el desarrollo de la tarea. Se trata de lograr que los aprendices avancen desde una regulación externa, mediatizada por el adulto o profesor, hacia una autorregulación interna. Uno de las principales aportaciones es la realizada por Meichembaum y Goodman [43]. Estos autores desarrollaron un programa cognitivo-conductual diseñado para promover el autocontrol mediado verbalmente para niños REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 66 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE impulsivos. Su objetivo era entrenar a los niños a pensar antes de actuar mediante mensajes autoinstruccionales. Las fases seguidas fueron: a) Definición del problema; b) Aproximación al problema; c) Focalización de la atención; d) Autorrefuerzo; e) Estrategias de autoevaluación, y f) Habilidades de autocorrección. La implementación de estos cinco pasos tiene como objetivo enfatizar en los estudiantes la relación entre sus acciones y las consecuencias en la tarea. En la fase b, correspondiente a la aproximación al problema o generación de un plan de actuación, junto al entrenamiento de estrategias generales o de ejecución se suele incluir el entrenamiento en estrategias específicas de una tarea. El uso de autoinstrucciones en la aplicación de las estrategias ayuda a los niños con DAM a adoptar una aproximación sistemática y activa ante la tarea, a centrar su atención en los aspectos fundamentales del problema y a regular autónomamente su ejecución en las diferentes fases del proceso de solución, mostrándose enormemente efectivo [10,44,45]. Además, las autoinstrucciones que introducen un reentrenamiento atribucional al esfuerzo como factor responsable de éxitos y fracasos pueden modificar el patrón de ‘indefensión aprendida’ típico de los estudiantes con DAM al potenciar sus sentimientos de control ante el aprendizaje e incrementar su autoconcepto. El contenido de las autoinstrucciones incluye componentes metacognitivo/motivacionales tales como planificación, instrucción de estrategias específicas y generales, mecanismos de feedback/observación, corrección del error y autorrefuerzo. Se trata de un procedimiento muy flexible y cuya efectividad ha sido corroborada por nuestra propia línea de investigación [46-48]. Presentamos tres ejemplos prácticos de cómo se desarrollaría su aplicación a diferentes tareas matemáticas: correspondencia, una operación de sustracción y un problema arit- mético de texto. A continuación, incluimos el primero de los casos en el que se aplican las autoinstrucciones para facilitar que el estudiante comprenda que el número corresponde a una cantidad; para ello, utilizamos una de las fichas de Doña Loli investiga publicada por Akal (Madrid). Las verbalizaciones del modelo en la fase de modelado cognitivo seguirían la secuencia siguiente: «Veamos seguidamente el primero de los ejemplos en el que se aplican las autoinstrucciones para contribuir a que el estudiante comprenda que el número corresponde a una cantidad. ¿Cuál es mi problema? (definición del problema). Hacer la actividad de las bolsas de fruta bien. ¿Cuál es mi plan? (generación de estrategias). Mi plan consiste en leer primero el texto despacio e irme imaginando lo que me cuenta. Bien ya lo he hecho. Después tengo que fijarme bien y subrayar qué es lo que se me pide que haga. ¡Estupendo, ya lo sé! Tengo que contar la fruta de cada bolsa y unirlas con el número que le corresponde. Bien, debo recordar que he de trabajar despacio y poner mucha atención para evitar equivocarme. Creo que lo mejor será empezar con la primera bolsa del dibujo, la que está en la parte izquierda. Es una bolsa de manzanas. A continuación, la cuento con cuidado. Hay 1, 2 y 3 manzanas. Ya lo tengo. Luego trazo la flecha para unir la bolsa de manzanas con el número 3, porque hay 3 manzanas. ¿Cómo lo estoy haciendo? Lo estoy haciendo bien porque estoy siguiendo mi plan y estoy trabajando despacio y poniendo mucha atención en lo que hago. ¿Cómo lo he hecho? Fenomenal. He seguido mi plan y lo he conseguido.» Se procederá de manera similar con el resto de elementos de la actividad. Después, serán los REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 67 67 10/04/01, 21:18 A. MIRANDA, ET AL estudiantes los que traten de resolver la actividad guiándose por las autoinstrucciones manifiestas del profesor (heteroguía manifiesta) y, finalmente, aplicarán por sí mismos las autoinstrucciones (autoguía). A continuación, presentamos otra secuencia autoinstruccional dirigida en esta ocasión a la ejecución de una suma. Los estadios 1 y 2 facilitan una respuesta reflexiva y planificada. En este caso, las autoinstrucciones proporcionan estrategias sobre cómo proceder y centran la atención específicamente sobre los aspectos relevantes de la tarea. Los estadios 3, 4 y 5 ofrecen ya estrategias concretas de cómo realizar la operación. Dependiendo de la meta de la intervención, por supuesto, estos estadios pueden tener un carácter general o, como en este caso referido a la suma, bastante concretos. El estadio 6 cumple la función de feedback y autoevaluación. El estudiante, al analizar tanto el proceso seguido como los resultados, llega a comprender la conexión causal existente entre ambos, es decir, aprende que el resultado de la tarea depende de sí mismo, de su propia actuación. Además, al situar la conducta objetivo bajo el control del propio aprendiz, aunque indirectamente se está interviniendo sobre la indefensión aprendida, se autorrefuerza en el último estadio para incrementar el valor intrínseco de la actividad y suscitar en el niño sentimientos de amor propio. «¿Cómo he de empezar? He de pensar en lo que tengo que hacer. He de recordar hablarme a mí mismo. Necesito trabajar despacio y con cuidado y comprobar mi trabajo. ¿Qué tipo de operación matemática es esta? Es un problema de suma. Puedo saberlo por el signo. Sé cómo solucionar problemas de suma. Puedo empezar ya. ¿Qué tengo que hacer para sumar? He de empezar por el número superior de la columna de las unidades. ¿Qué tengo que hacer después? Tengo dos números. Tengo que guardar las decenas 68 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 ¿Ahora qué tengo que sumar? He de sumar la columna de las decenas. ¿Es correcta la respuesta? Es necesario que la compruebe. Es correcta. Lo estoy haciendo muy bien.» Cerramos el bloque de ejemplos sobre utilización de la técnica de autoinstrucciones en la reeducación de DAM con la presentación de cómo se concretaría su utilización en la solución de un problema aritmético de texto. «‘Ramón tiene 18 canicas. Él quiere darle a Rosa el doble de canicas que le da a Juan y guardarse 6 canicas para él. ¿Cuántas canicas le regalará a Rosa y cuántas le dará a Juan?’ El profesor explica y demuestra la estrategia mediante la verbalización de los siguientes estadios en la solución: ¿Qué es lo que tengo que hacer? Tengo que hallar el número exacto de canicas que Ramón tiene que darle a Rosa y las que tiene que dar a Juan. ¿Cuál es mi plan? ¿Qué pasos tengo que seguir? Primero he de apartar las canicas que se queda Ramón y después dividir las canicas que quedan entre Rosa y Juan, de manera que Rosa tenga el doble que Juan. Bien, voy a desarrollar los pasos. Si hay 18 canicas y aparto seis para Ramón, me quedan 12. Ahora dividiré 12 de forma que Rosa tenga dos veces más canicas que Juan. Empezaré con 2. Vale, dos veces 2 son 4, y 2+4 son 6. No, es demasiado bajo. Voy a intentarlo con 3. Dos veces 3 son 6 y 6+3 son 9. No, también es demasiado bajo. Lo intentaré ahora con 4. Dos veces 4 son 8 y 8+4 son 12. Yo pienso que es correcto. ¿Cómo lo estoy haciendo? Creo que bien, porque estoy siguiendo mi plan y sólo estoy pensando en el problema que tengo que resolver. ¿Cómo lo he hecho? Comprobaré mi trabajo para ver si es correcto. Sumaré todas las REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 68 10/04/01, 21:18 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE canicas para asegurarme de que el resultado final es 18. Seis para Ramón más cuatro para Juan, más ocho para Rosa es igual a 18. ¡Buen trabajo!» En los últimos años la tecnología informática se ha puesto al servicio de la escuela y ha desarrollado adaptaciones que responden a las características de estudiantes con DAM. La tecnología asistencial puede ser utilizada por estudiantes de Educación Infantil, Primaria y Secundaria con DAM, para promover habilidades académicas, independencia, autocontrol y productividad. Cada vez es mayor el número de estudios dirigidos a comprobar los beneficios de la tecnología asistencial en matemáticas. Sin embargo, los beneficios de estas adaptaciones no pueden obtenerse sin el empleo por parte del profesor de un proceso sistemático de integración de dichas adaptaciones en la instrucción en el aula [49]. Varios estudios se han centrado en el análisis de la eficacia comparada de los procedimientos que utilizan la tecnología computarizada, como el llevado a cabo recientemente por Calhoon et al [50]. Los resultados en éste como en otros estudios no muestran una eficacia diferencial a favor del uso del ordenador, lo que hace necesarias más investigaciones al respecto. En nuestra opinión, es fundamental que los investigadores y profesores sigan trabajando juntos para determinar qué currículum y qué práctica instruccional puede proporcionar los mejores resultados en el menor período. En estos momentos existen diversos paquetes de tratamiento que incluyen, junto al componente autorregulatorio, otros aspectos eficaces. Entre estos paquetes destacan los siguientes: – El acercamiento instruccional autorregulatorio multicomponencial de Braten y Throndsen [51]. Se trata de un programa para desarrollar todos los factores implicados en la habilidad de sumar: entrenamiento en estrategias, metacognición, concepto, motivación y aspectos sociales. – El paquete instruccional para el aprendizaje de la multiplicación de Wood et al [52]. Este paquete incluye los siguientes componentes: 1. Una secuencia instruccional modificada en la cual los hechos numéricos relativos a la multiplicación se agrupan en categorías de 0, 1, dobles, 5 y 10, y los restantes; 2. Identificación de la categoría a la que pertenece cada hecho; 3. Estrategias mnemónicas relacionadas con la resolución de hecho en cada categoría, y 4. Pasos que deben completarse para resolver hechos de cada categoría. – El programa Solve It! de Montague et al [53] que es un programa instruccional centrado en la comprensión y uso de estrategias de autorregulación que subyacen a la resolución efectiva de problemas. BIBLIOGRAFÍA 1. Gersten R, Chard D. Number sense: rethinking arithmetic instruction for students with mathematical disabilities. J Special Educ 1999; 33: 18-28. 2. Gelman R, Gallistel CR. The child’s understanding of number. Cambridge: Harvard University Press; 1978. 3. Campbell JID, Graham DJ. Mental multiplication skill: structure, process and acquisition. Can J Psychol 1985; 39: 338-66. 4. 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Las dificultades de aprendizaje de las matemáticas constituyen una problemática que hunde sus raíces en un escaso dominio de los conceptos de seriación y clasificación, los cuales constituyen el fundamento del concepto de número. Sobre el número se asienta el desarrollo del pensamiento matemático en la medida en que el niño, una vez adquirida plenamente la función simbólica, y en virtud de la acumulación de información matemática (hechos numéricos), es capaz de operar con los números de cara a resolver problemas. Para poder llevar a cabo una óptima reeducación de estos aspectos fundamentales se precisa el conocimiento exhaustivo de las características en el ámbito cognitivo y metacognitivo de los estudiantes con dichas dificultades. La intervención, fundamentada en la aplicación de una serie de componentes instruccionales que se han mostrado muy eficaces, viene respaldada por un gran número de investigaciones realizadas en los últimos años. [REV NEUROL CLIN 2001; 2: 55-71] [http://www.revneurol.com/RNC/b010055.pdf] Palabras clave. Concepto de número. Dificultades de aprendizaje de las matemáticas. Hechos numéricos. Resolución de problemas. Resumo. As dificuldades de aprendizagem da matemática constituem um problema que tem as raízes em um domínio escasso dos conceitos de serie e classificação, que constituem o fundamento do conceito do número. No número se assenta o desenvolvimento do pensamento matemático na medida em que o menino, uma vez adquirida a função simbólica completamente, e em virtude da acumulação de informação matemática (fatos numéricos), pode operar com os números para resolver problemas. Para poder levar a cabo uma reeducação ótima destes aspectos fundamentais é necessário o conhecimento exaustivo das características no ambiente cognitivo e metacognitivo dos estudantes com estas dificuldades. A intervenção, fundada na aplicação de uma série de componentes instrutivos que foram mostrados muito efetivos, vem apoiado por um grande número de investigações levado a cabo nos últimos anos. [REV NEUROL CLIN 2001; 2: 55-71] [http:// www.revneurol.com/RNC/b010055.pdf] Palavras chave. Conceito de número. Dificuldades de aprendizagem da matemática. Fatos numéricos. Resolução de problemas. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 55-71 RNC_055_2101M06_Miranda.p65 71 71 10/04/01, 21:18