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Poder Judicial de la Nación
CÁMARA FEDERAL DE APELACIONES DE CÓRDOBA
SECRETARÍA CIVIL II – SALA B
Autos: “P., T. M. c/ MUTUAL FEDERADA 25 DE JUNIO ( FEDERADA SALUD)
s/PRESTACIONES QUIRÚRGICAS”
///doba, veintisiete de octubre 2015.
Y VISTOS:
Estos autos “P.T.M. c/ MUTUAL FEDERADA 25 DE JUNIO (FEDERADA
SALUD) s/ PRESTACIONES QUIRÚRGICAS” (Expte. N° FCB 31361/2015), en los que
la demandada Mutual Federada 25 de Junio Sociedad de Protección Recíproca a través de sus
apoderados, Dres. Carlos Enrique Almada y Carlos Andrés Almada, ha interpuesto y fundado a
fs. 150/160vta. y fs. 162/173vta., respectivamente, recurso de apelación en contra de la
resolución del día 3 de agosto de 2015 (fs. 61/65vta.), dictada por el señor Juez Federal de Río
Cuarto, donde se hizo lugar a la medida cautelar solicitada por la parte actora y se ordenó a
Mutual Federada 25 de Junio (Federada Salud), que arbitre los medios para autorizar y
garantizar en forma inmediata el 100% del costo de la “Cirugía Bariátrica” a realizársele al
actor en el centro de salud que éste indique, según prescripción de los médicos tratantes.
Asimismo, se decidió que en forma previa y como condición de cumplimiento del decisorio, el
actor debía suscribir el consentimiento informado respecto de la operación de que se trata, de
acuerdo a lo previsto en la Ley 26.396 y Resolución 742/2009 que la modifica. Se dispuso
también que se debería prestar previamente la contracautela de ley, fijada en la fianza personal
de cuatro letrados inscriptos en la matrícula federal, ratificada ante el Tribunal. La accionante
contestó el traslado de los agravios en tiempo y forma (fs. 175/183). El señor Fiscal General
evacuó la vista corrida a fs. 199 vta. y el día 18 de setiembre de 2015 quedó la causa en estado
de ser resuelta.
Y CONSIDERANDO:
I- El señor T.M.P. inicia formal acción de amparo en contra de MUTUAL
FEDERADA 25 DE JUNIO (FEDERADA SALUD) a fin de que esta última le preste la
cobertura del 100% de la intervención Quirúrgica denominada “Cirugía Bariátrica”, a
realizarse por la Dra. Andrea Pagliaricci según lo prescripto por la Dra. Alejandra Arce Jaury
conforme a su patología, con fecha probable del 31 de julio de 2015. Explica que a sus 39 años
padece OBESIDAD GRADO III y que, como consecuencia, también sufre de
HIPERTENSIÓN ARTERIAL, INSULINO RESISTENCIA Y SINDROME METABÓLICO
según criterios de ATPIII, DISLIPEMIA a predomino de Hipertrigliceridemia y
DISFUNCIÓN RENAL con presencia de Microalbuminuria. Relata que luego de siete años de
tratamiento multidisciplinario sin lograr reducción de peso, en el mes de junio de 2015
presentó a la hoy demandada el pedido de intervención quirúrgica extendido por la Dra. Arce
Jaury, acompañando la totalidad de estudios médicos, psicológicos, nutricional, evaluaciones
del equipo quirúrgico y prescripción de la médica cirujana que realizaría en la fecha antedicha.
Al no recibir una respuesta favorable a su pedido y ante la imperiosa necesidad de someterse a
la referida operación sin demora para evitar el agravamiento de las patologías reseñadas, a más
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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Autos: “P., T. M. c/ MUTUAL FEDERADA 25 DE JUNIO ( FEDERADA SALUD)
s/PRESTACIONES QUIRÚRGICAS”
de haber cumplimentado los requisitos previstos en la Resolución N° 742/2009, realizó
diversos reclamos ante la demandada que tampoco arrojaron resultado positivo alguno. Afirma
que la conducta de la demandada lesiona derechos fundamentales especialmente protegidos en
la Constitución Nacional y Tratados Internacionales.
Asimismo y hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, solicita que se conceda
una medida cautelar innovativa y se ordene a “Federada Salud”, que en forma inmediata, en
un plazo perentorio de 24 horas y sin más dilación otorgue la cobertura total y absoluta en
forma gratuita con cobertura del 100% de la intervención quirúrgica denominada “CIRUGIA
BARIATRICA” a realizarse el día 31 de mayo de 2015 por la Dra. Andrea PAGLIARICCI,
M.P. 27417, M.E. 12332, conforme lo indicado e informado por los facultativos que me
asisten.” Asegura que, a su entender, se encuentran acreditados los requisitos necesarios para
su procedencia y ofrece la fianza personal de sus letrados patrocinantes, las que serán
ratificadas en forma, y/o las que se estimen pertinentes (fs. 43 y ss.).
En lo que hace a la verosimilitud del derecho, asegura que surge de la Ley 23.660 Nuevo Régimen para las Obras Sociales, en especial el art. 10 inc. a) de la Ley 23.661 Sistema Nacional del Seguro de Salud, Ley 26.682 modificada por Decreto 1991/2011 y
decreto regulatorio 1993/2011, Ley 24.240 y demás legislación vigente en la materia. Pone de
manifiesto que a partir de la reforma de 1994 de nuestra Carta Magna, el derecho a la salud se
encuentra expresamente reconocido con jerarquía constitucional en el art. 75 inc. 23. También
alude a diversos tratados internacionales que cuentan con igual calidad (art. 75 inc. 22 de la
C.N.), como la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 25), el art. XI de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, el art. 12 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Menciona que la ley sobre
Trastornos Alimentarios declaró de interés nacional la prevención y control de dichos
problemas e incorporó en el Programa Médico Obligatorio la cobertura de su tratamiento
integral y multidisciplinario por parte de todas las obras sociales y sus asociaciones del
Sistema Nacional, como así también las empresas o entidades que presten servicios de
medicina prepaga, las cooperativas, fundaciones, asociaciones civiles y mutuales como la aquí
demandada. En atención a todo lo dicho pone de relieve que la negativa de la accionada de
proceder a la cobertura de las prestaciones requeridas, configura una arbitrariedad e ilegalidad
manifiesta. Insiste que se han acompañado suficientes certificados médicos que demuestran
sin lugar a dudas la necesidad de los tratamientos médicos pretendidos y que no presenta
contraindicaciones en cuanto a su realización, pues de ellos depende su salud física y
psicológica e, incluso, hasta su vida, ya que las “Apneas obstructivas de sueño de grado
Severo” pueden ocasionar una muerte súbita.
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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Respecto al peligro en la demora, afirma que la falta de esos tratamientos o la
demora excesiva en autorizarlos y realizárselos, le impide acceder y disfrutar del derecho a la
salud, incluso lo ponen en un potencial riesgo de muerte por las complicaciones que podrían
surgir por la comorbilidad que acarrea la patología que padece.
Cita jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que estima
favorable a su postura.
A continuación, se hizo lugar a la medida cautelar peticionada en los términos
apuntados precedentemente. La contracautela se fijó en la fianza personal de cuatro (4)
letrados inscriptos en la matrícula federal.
II- La demandada apeló el pronunciamiento referido a través de sus apoderados y
fundó sus agravios manifestando que la cautelar innovativa en discusión, se concedió
partiendo de un erróneo sustento legal, sólo teniendo por configurados los requisitos exigidos
en el art. 230 del C.P.C.N., como si se tratara de una genérica de no innovar. En ese sentido,
afirma que se debió verificar además, la existencia de la “irreparabilidad del perjuicio” en
términos reales, cosa que no se hizo.
Señala que se analizó la existencia de la “verosimilitud del derecho” sin la
rigurosidad pertinente, sobre todo si la medida ordenada implicaba un anticipo de jurisdicción.
Luego de citar variada doctrina respecto del tema, asegura que el caso no encuadra en el
presupuesto fáctico del inciso 2) del artículo 321 del C.P.C.N. Sostiene que al analizar
parcialmente la Resolución 742/2009 del Ministerio de Salud de la Nación en realidad se la
modificó y, como consecuencia, se flexibilizaron los criterios de inclusión establecidos por el
Anexo I, punto 4.5 de la misma, emitiéndose en definitiva un pronunciamiento anticipatorio de
la sentencia de fondo. En cuanto a este punto, pone de relieve que no se tuvo en cuenta que,
como criterio de inclusión, la norma referida exige “Haber intentado otros métodos no
quirúrgicos para control de la obesidad bajo supervisión médica, por lo menos por
VEINTICUATRO (24) meses, sin éxito o con éxito inicial, pero volviendo a recuperar el peso
perdido, estableciéndose como tratamiento a contactos de al menos UNA (1) vez por mes
con equipo multidisciplinario durante los dos años previos en forma ininterrumpida.”
(en negrita en el escrito de expresión de agravios). Apunta que según surge de la historia
clínica aportada, el señor T.M.P. no cumplió con dicho criterio de inclusión -24 meses de
tratamiento por equipo interdisciplinario en los dos años previos a la cirugía de que se trata-,
pues comenzó y abandonó reiteradamente varios tratamientos en diversas fechas, siendo
justamente por esta razón que se le rechazó en su oportunidad, la solicitud de cobertura motivo
de este juicio. Insiste que incluso, al sustentarse en una jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación no aplicable al caso, el decisorio impugnado adolece de una
fundamentación aparente.
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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También se queja porque se acogió favorablemente la precautoria sin haberse
verificado su urgencia y la existencia de un perjuicio irreparable, elementos que
necesariamente deben estar presentes en medidas innovativas como la presente. A su criterio,
tampoco surge de los considerandos de la resolución en revisión que de la prueba aportada y
tenida en cuenta por el a quo, se hubiera acreditado la existencia del peligro en la demora,
sobre todo cuando los tiempos en los trámites sumarísimos como los amparos, son
especialmente breves. Agrega que ninguno de los profesionales tratantes afirman que la
cirugía cuya cobertura se persigue, deba practicarse con urgencia, pues según el cuarto párrafo
in fine del punto III de los considerandos, incluso la Dra. Arce Jaury (médica tratante del
actor) “sugiere” la realización de tal procedimiento.
La accionada apela la contracautela fijada por el juez de grado en una fianza
personal, por entender que atento la ausencia de los requisitos establecidos por la ley de rito
para la procedencia de medidas como la de marras, resulta insuficiente y hubiera
correspondido establecer una caución real y exigir su depósito a la orden del tribunal.
Por último, la demandada se agravia porque en la resolución atacada se la califica
como “obra social”, ya que en rigor es una mutual y no un agente del seguro nacional de salud,
motivo por el cual no le son aplicables las previsiones de la Ley 23.660 y de la Ley 23.661. En
cuanto a la primera de las normas citadas, explica que su condición de mutual se desprende del
Estatuto Social y Reglamento de servicios médicos asistenciales, prueba instrumental que su
parte acompañó oportunamente, y que en su carácter de asociación civil, está regulada por los
arts. 168 al 186 del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, por la Ley 20.321 y por la
Ley 26.682. Respecto a la Ley 23.660 asevera que, desde el momento que la propia norma
establece que “… Las obras sociales comprendidas en los incisos c), d) y h) del artículo 1
funcionarán como entidades de derecho público no estatal …”, está claro que ella no está
dirigida a las mutuales, las que no tienen ese carácter ni pueden adquirirlo. En lo que hace a la
Ley 23.661, afirma que tampoco le comprenden sus previsiones porque al no encontrarse
inscripta en el registro pertinente, no es un agente del seguro nacional de salud. Plantea que
también en este caso la resolución incurre en una fundamentación aparente, pues se sustenta
en fallos que, al no ser la entidad demandada una obra social, no son aplicables al caso. No
debe perderse de vista, recuerda, que recién por Decreto N° 1991/2011 se incluyó a las
mutuales en el art. 1° de la Ley 26.682.
III- La parte actora contestó los agravios reseñados supra, afirmando que sí se han
verificado los requisitos exigidos en la ley de rito para la procedencia de medidas como la
presente. Sostiene que la existencia de la verosimilitud del derecho está perfectamente
verificada, subrayando que el derecho a la vida y a la salud tienen rango constitucional y cita
diversos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y variada doctrina que así lo
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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reconocen, términos todos a los que nos remitimos en razón de la brevedad. Reitera que de no
efectuársele la operación que solicita por un acto arbitrario e ilegal de la demandada, en
definitiva se pondría en grave riesgo su vida, como bien lo manifiestan los diferentes
especialistas que lo asisten.
Respecto a lo afirmado por la demandada en cuanto a que la Mutual Federada 25
de junio no es una obra social y, por lo tanto, que no está alcanzada por el régimen al que el
Inferior la sometió, expresa que de los considerandos del Decreto 1991/2011 surge claramente
cuáles fueron los principios que llevaron al Poder Ejecutivo Nacional a incluir a las mutuales
dentro de las disposiciones de la Ley 26.682. Relata que como ellas se encontraban excluidas
del régimen de regulación de las empresas de medicina prepaga por disposición del art. 1° de
la propia Ley 26.682, se advirtió que se producían distorsiones en la actividad de la salud en
perjuicio de los usuarios de los planes contratados. Ante esta situación, continúa el dicente, y a
fin de integrar “… en condiciones de equidad a la totalidad de los sujetos cuya actividad total
o parcial resulta de idéntico objeto …”, continúa el dicente, se dictó el referido Decreto
1991/2011 incorporando al aludido artículo 1° “… a las cooperativas, mutuales, asociaciones
civiles y fundaciones.” (fs. 182, primer párrafo) (mío el resaltado).
Concluye sosteniendo que la fianza personal de cuatro letrados de la matrícula
federal establecida por el a quo, constituye una contracautela suficiente a los fines
perseguidos, por lo que entiende innecesario fijar la fianza real requerida por la demandada.
IV- Pasando al tratamiento de la cuestión sometida a estudio, tenemos que la
demandada recurrió la resolución del 3 de agosto de 2015 por entender que se hizo lugar a la
cautelar innovativa solicitada por el al actor sin verificar, con la rigurosidad pertinente, la
existencia de los presupuestos estipulados legalmente como para ello. En cuanto a la
verosimilitud del derecho, hizo hincapié en que el interesado no cumplió con el requisito de
inclusión de haber intentado otros métodos no quirúrgicos para control de la obesidad bajo
supervisión médica, por lo menos por veinticuatro meses, sin éxito o con éxito inicial pero
volviendo a recuperar el peso perdido, estableciéndose como tratamiento la exigencia de
contactos de al menos UNA (1) vez por mes con equipo multidisciplinario durante los dos
años previos en forma ininterrumpida, pues como surge de la historia clínica acompañada,
comenzó y abandonó reiteradamente varios tratamientos en diversas fechas, razón por la que
se le rechazó la solicitud de cobertura motivo de este juicio.
Cabe recordar en primer lugar, que la verosimilitud del derecho constituye uno de
los requisitos comunes a todas las cautelares y concierne a la apariencia que presenta el
derecho invocado por el pretensor de la medida. Es decir, se halla estrechamente ligado con la
fundabilidad y razonabilidad de lo demandado, de modo que sea factible apreciar
superficialmente la existencia del derecho en discusión.
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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El art. 230 inc. 1° del CPCCN que prevé este recaudo, no exige una probanza
concluyente que sólo puede lograrse en forma plena en la etapa del proceso pertinente, pero sí
requiere que el peticionante acredite su derecho aún someramente. Esta acreditación del
derecho que se exige, es una condición que no puede obviarse y constituye el elemento
principal justificante del progreso de una medida cautelar. A ello, cabe agregar el segundo
requisito contenido en el art. 230 inc. 2° del citado artículo, esto es, el peligro en la demora
que existiere si se mantuviera o alterase, en su caso, la situación de hecho o derecho, la
modificación pudiere influir en la sentencia o convertirse su ejecución en ineficaz o imposible.
La estrecha relación existente entre ambos incisos, 1° y 2° de la norma que comentamos, se
agudiza en la presencia de cuestiones como las que nos ocupa. Resulta entonces necesario en
la ponderación de las medidas cautelares, valorar cada uno de los extremos apuntados.
Del examen del contenido de la referida historia clínica (fs. 1/20 y fs. 23/31) se
puede constatar que tal como lo señala el recurrente, el accionante comenzó su tratamiento
endocrinológico en el año 2010 (fs. 1) y dietético-nutricional el 24 de mayo de 2007, con
sucesivas interrupciones y reinicios, completando hasta julio de 2014 un total de entre 11 a 13
meses, aproximadamente, ya que lo informado por el licenciado en nutrición Marcelo
Astegiano no aporta más precisiones en tal sentido (ver fs. 7/8), en ambos casos sin haber
obtenido resultados positivos. La demandada rechazó la pretensión actora por entender que no
había sido cumplimentado el requisito de inclusión precitado. No obstante no haberse
acreditado los 24 meses de tratamiento ininterrumpido, en las condiciones y términos
consignados supra y previos a solicitar la cobertura de una cirugía bariátrica, sí ha quedado
debidamente probado que el actor padece de una serie de graves afecciones asociadas a su
dolencia de base -Obesidad Grado III o Mórbida- (ver certificaciones obrantes a fs. 1, fs. 3/6,
fs. 9 y fs. 13/18), entre ellas “Hipertensión Arterial, Insulinorresistencia y Síndrome
Metabólico, Dislipemia, Disfunción Renal (daño renal subclínico) y Apnea del Sueño.
También se aportaron suficientes probanzas en cuanto a que dichas patologías ponen en riesgo
cierto la vida del señor T.M.P. Es decir que sin desconocer que, en principio, no se habría
cumplimentado acabadamente con el “requisito de inclusión” a los fines de la cobertura de la
operación referida, tampoco la demandada puede realizar un enfoque meramente numérico de
la cuestión, apuntando estrictamente a la cantidad exacta de meses que el demandante estuvo
bajo tratamiento por lo que este Tribunal entiende, que lo aportado resulta suficiente para
acreditar la verosimilitud del derecho necesaria para esta instancia procesal, sin que implique
adelantar opinión sobre el fondo de la cuestión debatida.
El “derecho a la salud”, introducido expresamente como tal en nuestra
Constitución Nacional con la reforma de 1994, incluye el de aspirar a disfrutar del más alto
nivel posible de salud física y mental, pudiendo contar con condiciones de vida saludables y
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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servicios de salud accesibles y de buena calidad. En el caso de la Ley 26.682 no sólo se ha
buscado el tratamiento puntual de los trastornos alimentarios sino también de todas aquellas
dolencias que asociadas a la patología de base, impidan acceder a ese mejor nivel de vida
saludable y posible.
Al respecto cabe recordar, que en el dictamen de la señora Procuradora General
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, doctora Marta A. Beiro de Goncalvez, se
sostuvo en relación al derecho a la salud que “es un dominio inescindible de la condición
humana, que es la vida, que el hombre es la razón de todo el sistema jurídico; y que, en tanto
fin en sí mismo – más allá de su naturaleza trascendente-, su persona es inviolable y
constituye un valor fundamental, con respecto al cual lo restante tiene un carácter
instrumental (Fallo: 329: 4918; v. asimismo 323:3229 consid. 15; 316:479 esp. Consid. 12 y
13 voto Dres. Barra y Fayt). En sintonía con esta noción, V.E. ha sostenido inveteradamente
que el derecho a la vida constituye un primer derecho natural a la persona preexistente a toda
legislación positiva (Fallo: 302:1284 esp. Consid. 8; 312:1953; 323:1339; 324:754;
326:4931; 329:1226; S.C.S. N11091, XLI 22.05.07, dictamen de esta procuración). Es un bien
esencial en si mismo, garantizado tanto por la Constitución Nacional como por diversos
tratados de derechos humanos (entre ellos Pacto Internacional de Derechos Económicos
Sociales y Culturales art. 12.1; Convención Americana sobre Derechos Humanos art. 4.1 y
5.1; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos art. 6.1; Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre art. 1; Declaración universal de Derechos Humanos art.
3; art. 75 inc. 22 de nuestra Carta Magna conf. Fallos: 329:1226 y 2552; 326:4931; 325:292;
323:1339 ap. X del dictamen al que remitió V.E.; 302:1284; S.C.M. N.12648, L. XLI del
30.10.07).” (ver dictamen que tiene en cuenta la C.S.J.N. en autos: “N. de Z., M. V. c/ Famyl
S.A. Salud para la Familia s/ reclamo contra actos de particular” de fecha 9 de septiembre de
2008, consid. V, tercer párrafo).
V- La recurrente afirmó también que se concedió la cautelar en revisión sin
haberse probado acabadamente el peligro en la demora, la urgencia que requería la realización
de la operación bariátrica al actor. Entendemos que ello no es así, ya que más allá del término
utilizado para indicar la práctica quirúrgica que nos ocupa (sugerir), como apunta la apelante,
una hipertensión arterial grado III como la que aqueja al señor T.M.P. o la grave apnea del
sueño que se le detectó, por ejemplo, constituyen de por sí dolencias que ponen en riesgo
cierto y actual su vida. A más de ello, no debería hacer falta aclarar que la pérdida evitable de
una vida humana, constituye de por sí el mayor daño irreparable que se puede conocer.
VI- En lo que hace a la contracautela fijada por el juez de grado en la fianza
personal de cuatro (4) letrados inscriptos en la matrícula federal, la que fue ratificada
oportunamente y en forma (fs. 66/69), consideramos que resulta suficiente a los fines
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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perseguidos, ya que se trata de profesionales que han comprometido puntualmente sus bienes
personales para “cubrir el perjuicio patrimonial que pudiere devenir como consecuencia” de la
medida cautelar dispuesta por el a quo.
VII- Por último, respecto a que se equivoca el Inferior al considerar a Mutual
Federada 25 de junio (Federada Salud) como una obra social, vemos que efectivamente, como
apunta la parte actora al contestar los agravios, de los considerandos del Decreto 1991/2011
surge claramente cuáles fueron los principios que llevaron al Poder Ejecutivo Nacional a
incluir a las mutuales dentro de las disposiciones de la Ley 26.682. Estas entidades se
encontraban excluidas del régimen de regulación de las empresas de medicina prepaga por
disposición del art. 1° de la propia Ley 26.682, advirtiéndose luego que este hecho llevaba a
distorsiones en las prestaciones de la salud en perjuicio de los usuarios de los planes
contratados. Ante esto, con el objetivo de integrar “… en condiciones de equidad a la totalidad
de los sujetos cuya actividad total o parcial resulta de idéntico objeto …” (exp. de motivos del
Decreto 1991/2011), se resolvió dictar el referido decreto mediante el cual se incorporó al
aludido artículo 1° de la Ley 26.682 “… a las cooperativas, mutuales, asociaciones civiles y
fundaciones.” (mío el destacado. Es decir que desde la incorporación dispuesta por el citado
decreto 1991/2011 y más allá del nombre o conformación legal de la entidad prestadora de
salud, las prestaciones a las que están obligadas las mutuales ya no presentan con las obras
sociales las diferencias de la entidad que pretende la recurrente.
Así y sin que lo antes expuesto en modo alguno implique adelanto de opinión
sobre la cuestión de fondo planteada en la causa, corresponde confirmar la resolución
recurrida en lo que ha sido materia de apelación.
VIII- Resta referirnos a las costas de la Alzada, las que atento el resultado arribado
y la naturaleza de la cuestión debatida, deberán ser soportadas por la recurrente perdidosa (art.
68- 1° parte- del C.P.C.N.). La regulación de los honorarios que pudiera corresponder por la
actuación profesional desarrollada en la Instancia, se difiere para su oportunidad.
Por ello;
SE RESUELVE:
1) Confirmar el proveído de fecha 3 de agosto de 2015 dictado por el señor Juez
Federal de Río Cuarto, en cuanto han sido materia de agravios.
2) Imponer las costas de la Alzada a la recurrente perdidosa (conf. art. 68, 1° parte
del C.P.C.N.), a cuyo fin se difieren las regulaciones de honorarios de los letrados
intervinientes para su oportunidad.
3) Protocolícese y hágase saber. Cumplido, publíquese y bajen.
ABEL G. SÁNCHEZ TORRES
LUIS ROBERTO RUEDA
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
LILIANA NAVARRO
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Autos: “P., T. M. c/ MUTUAL FEDERADA 25 DE JUNIO ( FEDERADA SALUD)
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EDUARDO BARROS
SECRETARIO DE CÁMARA
Fecha de firma: 30/10/2015
Firmado por: LUIS ROBERTO RUEDA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ABEL G. SÁNCHEZ TORRES, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: LILIANA NAVARRO, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: EDUARDO BARROS, SECRETARIO DE CAMARA
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