La disolución del Institut Geològic de Catalunya.

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La disolución del Institut Geològic de Catalunya.
La pérdida de una institución estratégica del País y del capital técnico que trabaja.
El Gobierno mantiene su voluntad de austeridad malentendida y, dentro de este contexto,
prevé disolver el Institut Geològic de Catalunya (IGC) y el Institut Cartogràfic de Catalunya
(ICC) para fusionarlos en un único ente. Su objetivo, según fuentes de Gobernación, no sólo
por el ahorro económico sino sobre todo por el administrativo y de gestión, para facilitar
trámites y evitar duplicidades en las relaciones de empresas. Sin embargo, lo que pretende
reducir, independientemente de sus funciones, es el número de entidades públicas con el afán
de ahorrarse cierta cantidad de euros mediante el despido de parte de sus trabajadores.
Desde el Comité de empresa del IGC queremos denunciar que la fusión del IGC y deI ICC no
responde a mejorar la administración y su gestión, puesto que, la creación, en 2005 del IGC,
desvinculándose del ICC después de 10 años de estar integrado, ya respondía a estos
objetivos. En este sentido, la Ley 19/2005, de 27 de diciembre, del Institut Geològic de
Catalunya, creó esta entidad con el fin de poder lograr un conocimiento adecuado del suelo y
del subsuelo, para su aplicación en la obra pública, en la política territorial, en la evaluación de
los riesgos geológicos y en la elaboración de cartografía temática. De este modo Cataluña se
igualaba a numerosos países que disponen de un organismo autónomo que desarrolla sus
funciones dentro del campo de la geología y de las diferentes disciplinas que se derivan, con
una reputación reconocida mundialmente.
El IGC proporciona, con su conocimiento, respuestas a temas de interés económico, social o
ambiental que afectan a nuestra sociedad. Actualmente el IGC ha estado presente en varios
ámbitos con amplia repercusión social, como son la comisión del fracking, el análisis de los
efectos de las inundaciones de la Garona y la crisis sísmica de la costa de Castelló-Tarragona.
Además el IGC es un organismo fundamental en la definición y aplicación de los planes de
Protección Civil frente al riesgo sísmico (Pla Sismicat) y al riesgo de aludes (Pla Allaucat),
planes que se activan a partir de las informaciones generadas por los técnicos del IGC. Estas
tareas son propias de un instituto geológico y no de una institución con competencias sobre
geodesia y cartografía cómo es al ICC.
Desde el punto de vista de sus funciones, hoy en día, los dos organismos sólo comparten una
tarea, la publicación de mapas que realiza el IGC a partir de las bases cartográficas que genera
el ICC. El resto de funciones de los dos organismos corresponden a sectores muy
diferenciados y no hay ninguna razón lógica de funcionamiento que justifique su unión.
Como trabajadores y ciudadanos todavía desconocemos cuáles son concretamente los
beneficios económicos de esta fusión, qué servicios dejarán de ejecutarse como consecuencia
de la reducción de su plantilla, y cómo se articula esta fusión con la creación de estructuras de
estado. Con este escrito queremos defender la existencia de un IGC autónomo y maduro,
todavía en proceso de desplegar completamente su potencial, dificultado por la crisis, pero
también por la excesiva dependencia que ha mantenido con el ICC desde su creación, y que
ahora verá truncado su crecimiento como estructura de estado de manera injustificada.
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