carlos eduardo medellín becerra

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CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
LA INTERPRETATIO IURIS Y LOS PRINCIPIOS GENERALES
DEL DERECHO
Por CARLOS EDUARDO MEDELLIN BECERRA
Trabajo de ingreso a la Academia Colombiana de
Jurisprudencia como miembro correspondiente
Bogotá D.C., 17 de julio de 2014
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
Mi presencia en este el hogar del ciencia jurídica es la continuación del diálogo
fecundo sencillo y permanente de los magistrados y maestros Carlos Medellín Aldana y
Carlos Medellín Forero miembros de esta Academia de cuya sangre y espíritu
provengo.
La fuerza del presente la tomo de mi madre, mis hermanos, mi esposa, mis hijos, mis
amigos y mis alumnos. Su energía me ilumina.
La convicción en la justicia y en su vocación por la búsqueda del equilibrio entre los
hombres, la refuerzo con las ideas que flotan en el tiempo desde hace ya miles de
años, y en el sacrificio de todos lo que han dedicado su vida a ello, en especial por la de
los magistrados inmolados en el Palacio de Justicia en noviembre de 1985.
Su ejemplo nos compromete, nos guía y nos impulsa.
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
LA INTERPRETATIO IURIS Y LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL
DERECHO 1
RESUMEN
Con este ensayo se busca iniciar un estudio tranquilo y detallado
sobre la manera como la justicia en Colombia, a partir de 1991, ha
venido utilizando los principios generales del derecho como criterio
de interpretación y argumentación de sus decisiones. No se propone
esta reflexión dentro del estrecho y desueto marco de discusión
entre el “viejo” y “nuevo” derecho. Creemos firmemente en que la
interpretatio iuris está en la base de la ciencia jurídica desde su
nacimiento hace dos mil años y ha permanecido a pesar de las
vicisitudes de las legislaciones y códigos nacionales. Lo que llaman el
“nuevo” derecho reivindica la función creadora interpretativa e
integradora del ius en función de alcanzar la justicia.Se evidencia
entonces, que los principios no se inventan, se descubren. No
dependen de la potestas del juez sino de su auctoritas iuris
(entendida como el saber socialmente reconocido)que le permite
descubrirlos, expresarlos y aplicarlos. La sociedad los acepta no
porque sean impuestos, sino porque hacen parte de su esencia y de
1 Abogado
de la Universidad Externado de Colombia, con posgrado en la Universidad Nacional de
Colombia y en la Universidad de Paris, Paris 2. Secretario Jurídico de la Presidencia de la República
(1994), Ministro de Justicia y del Derecho, (1996), profesor Titular de Derecho Romano en la Universidad
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Conjuez del Tribunal Administrativo de Cundinamarca y
del Consejo de Estado.
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su espíritu. Son como el ser humano, dinámicos y cambiantes. No son
rígidos al estilo decimonónico de los códigos modernos, ni necesitan
de la inquisición para ser aplicados. Su universalidad los vuelve reglas
de derecho exigibles y coercitivas, porque encarnan además, el
precedente y suratio iuris decidendi.
I.
La Auctoritas.
Su significado es sencillo: la autoridad. Este concepto adquirió en la
antigüedad, un calificativo especial vinculado al prestigio y al honor
que reconocía la sociedad en todos aquellas personas dedicadas a
realizar el ius entendido como el camino hacia la justicia, a través de
la solución a los conflictos entre los ciudadanos e incluso a la
resolución de dudas y preguntas sobre el funcionamiento del Estado.
Esta autoridad podía devenir del poder político, y se habló entonces
de la auctoritas política que encarna el poder del Estado. Pero fue en
Roma en donde apareció y se consolidóotra autoridad, la llamada
auctoritas
jurídica
sobre cuyos
cimientos
se construyó
la
jurisprudencia o ciencia del derecho. De esta manera a los juristas
clásicos se les reconoció una auctoritas jurídica,entendidacomo un
saber socialmente reconocido.
Este reconocimiento social, tiene sus raíces en un momento político
trascendentalpara nuestra cultura occidental, encarnado en la
república romana como forma de gobierno, y en sus características
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particulares. Según describe (CASTILLEJO 1935) 2, Roma no tuvo una
Constitución escrita. Cada uno sabía qué hacer, y en un proceso sin
solución de continuidad, “condujo de la aldea rural a la metrópoli de
un Imperio, de la economía agrícola rudimentaria al industrialismo
capitalista, de la democracia directa a la dictadura y del Derecho
ritual y de casta al Derecho universal adaptable a todos los pueblos
civilizados”. Esa posibilidad de adaptación universal no es ni más ni
menos que la definición de un objeto y un método propios para la
ciencia jurídica.
Si bien es cierto han pasado ya dos mil años, en términos históricos
donde el tiempo y el espacio son cada vez más relativos, un repaso
rápido por esas condiciones políticas, económicas y sociales aporta
valiosos elementos para escudriñar la génesis de nuestra ciencia. Sin
lugar a dudas es la dialéctica de la historia romana, la que nutre su
comportamiento político. Esa confrontación,encarnada en la lucha
entre patricios y plebeyos, no tuvo ganadores ni perdedores
absolutos. Todos cedieron algo para construir algo entre todos. Los
plebeyos lograron participar en la función legislativa (plebiscitos), en
las magistraturas (tribunos de la plebe), en el sacerdocio, en el
ejército y finalmente en el Senado. Dicho en otras palabras, se
permitió que los plebeyos tuvieran patrimonio y matrimonio, para
2
CASTILLEJO, José. Historia del Derecho Romano, Universidad de Madrid, Librería
General Victoriano Suarez, reimpresión Madrid, 2004. Pag.95.
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consolidar la riqueza a partir de la sucesión por causa muerte. La
República entendida como la res (cosa) de todos, sentó así las bases
políticas para dos mil años de discusiones, de guerras, de religiones,
de sangre y de tinta, todo ello para construir las bases fundamentales
de la igualdad y la libertad.
La República romana encarnó pues, la dialéctica misma.
Su
expansión extraordinaria por buena parte del mundo conocido, la
obligó además a dialogar a las malas y a veces a las buenas, con
cientos de culturas y razas diferentes. La creación del pretor
peregrino, magistrado encargado de la solución de las controversias
provinciales, fue un buen ejemplo del reconocimiento de las
convicciones populares y no solamente de la fuerza de la auctoritas
política que representaba. La conquista del mundo para entonces
conocido, se hizo con la fuerza de los ejércitos; la conquista de la
convivencia social se hizo con la fuerza de las ideas y de la razón. Es
decir, con la auctoritas jurídica de pretores y juristas. Los resultados
son evidentes: La República vivió quinientos años, y preparó a la
Roma imperial para cinco siglos; El imperio Bizantino duraría mil años
más.Las bases de la ciencia jurídica sentadas durante este período,
perduran hoy en día.
1.
Origen del concepto.
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El análisis del término auctoritas y su origen, resulta decisivo para la
adecuada
comprensión
del
derecho,
más
aun
cuando
la
interpretación jurídica de las leyes públicas y privadas (contrato)
tiene una dinámica especial en el Estado Social Derecho y en la fuerza
normativa de las constituciones modernas y delos principios que
subyacen en ella. El derecho romano, que fue construido a partir de
la protección de los derechos (acciones) y no del texto rígido de las
leyes, entendió y desarrolló la diferencia entre la lex y el ius.
Lalexpública era la excepción. Y aunque existieron muchas y variadas
leyes, la lexprivata (el contrato) fue la regla general de las relaciones
económicas.
Por otra parte, es oportuno recordar, que en la Roma antigua el
tránsito de la gens a la civitas, significó la aparición del concepto del
bien común y colectivo y de su primacía sobre el individual o tribal 3.
Esto significó además, la noción del respeto por las decisiones en
función de lo público. Esa autoridad del saber social se diferenció del
poder coactivo o “mando” que denominaron potestas (poder). La
auctoritas era la fuerza del saber, legitimado por el carisma y el
prestigio personal de quienes la ejercían. Ese saber socialmente
reconocido lo encarnaron en un principio los sacerdotes,quienes
interpretaban la voluntad divina, y luego los juristas, expertos en el
arte de lo bueno y de lo justo. Su autoridad se anclaba en su
3
CASINOS MORA Francisco Javier, La Noción Romana de Auctoritas y la Responsabilidad por
Auctoritas. Editorial Comares, Granada 2000. Pag 20
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prestigio, su saber ysu carisma. Según CASINOS MORA (2000), la
auctoritas era “la actualización o proyección práctica de la
superioridad ideal, por dignidad, prestigio o saber, que la comunidad
reconoce como cualidad incontestable de un sujeto o grupo de
sujetos.”La auctoritas es el saber socialmente reconocido. La potestas
el poder socialmente reconocido. (D’ORS)4.
Este momento histórico resulta impactante y emocionante, puesto
que es el nacimiento del derecho. Previo a esto ya existían leyes, con
numerosos ejemplos como: Los códigos mesopotámicos (UR-NAMU
2050 a.C, ESHUNNA 1930 a.C, LIPIT-ISHTAR 1870 a.C, o el Código de
HAMMURABBI 1760 a.C.) las leyes egipcias, asirias, fenicias y
hebreas, las cuales ya contaban con miles de años de haber sido
promulgadas. El derecho no. La interpretación de todas esasnormas
era monopolio de sacerdotes y funcionarios reales. Para ello, la
interpretación de esas leyes surgió de la potestas y no de la
auctoritas. Incluso en la Roma monárquica de los primeros años esa
interpretación fue función del colegio de sacerdotes como ya se
indicó. La novedad republicana entonces, consistió en que la
interpretatio iuris no sería en adelante una actividad religiosa sino
una actividad científica. Había nacido el derecho.
2. No hay derecho sin acción.
4
D´Ors está citado en la obra de Casinos en la referencia anterior.
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Este concepto de origen romano, nutre la génesis de la ciencia
jurídica. La interpretatioiuris no fue, en sus inicios, una reflexión
dogmática o de definiciones. Fue algo más práctico. La idea era
sencilla: si no se tiene un mecanismo que proteja el derecho, éste no
existe. Lo demás es filosofía, religión, moral, o política. Un ejemplo
ilustra lo anterior: en Roma no se construyó una definición sobre el
derecho de propiedad, ni sobre los demás derechos reales, ni sobre
ningún derecho. Sin embargo, a pesar de esto, se diseñaron acciones
como la reivindicatoria para vengar las cosas (vindicatio). Entonces,
la interpretatio del ius apareció y se desarrolló como la búsqueda de
lo justo, es decir de darle a cada cual lo suyo (suumcuiquetribuere):Es
el derecho como equilibrio.
Esa actividadpropia de los sacerdotes, quienes podían hablar con los
dioses y que sirvió como puente entre lo divino y lo humano
(pontífices), fue usurpadaentonces por los hombres. Es más, durante
siglos fue el secreto mejor guardado. Esos pontífices que
interpretaban el iusy que hacían del derecho algo incierto y secreto,
(VALENCIA 2008) 5, perdieron su monopolio cuando se escribieron las
leyes. La publicación de la Ley de las XII Tablas (462 a.C.) fue el primer
gran momento en la aparición de la ciencia jurídica, y la publicación
5
VALENCIA RESTREPO, Hernán. Derecho Privado Romano. Señal Editora, Medellín, 2008,
pag.157.
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del calendario pontifical (304 a.C) llamado el formulario de las
acciones, reveló lo que hasta ese entonces era sagrado y secreto. 6
De ahí en adelante y gracias a la publicidad de la actividad jurídica,
personajes como Tiberio Coruncanio (cónsul plebeyo) “introdujo la
costumbre de dar respuestas en público y enseñar al público los
métodos de interpretación y aplicación del derecho elaborados por
los pontífices” (VALENCIA 2008) 7.
“De ser una ciencia oculta, privilegio de una casta particular, fue en
adelante el resultado natural y testimonio de la superioridad
intelectual y de la necesidad de la ciencia. Ningún poder mereció ser
menos combatido, disputado y codiciado, ni encontró tan poca
resistencia. Ni suscitó menos celos; por el contrario, jamás poder
ninguno fue objeto de una subordinación más voluntaria y de una
estimación más llena de reconocimiento. La jurisprudencia se
consagró al servicio publico.” (VON IHERING, 1865) 8.
Hacer el ius para llegar a la justicia a partir de un saber socialmente
reconocido, es el origen de la ciencia jurídica. Sin embargo es preciso
ahondar sobre la naturaleza y contenido de ese saber que la sociedad
reconoce. Es decir, un saber sobre qué, por qué se le reconoció
6
Digesto 1,2,2,7 y Digesto 1,2,2,35-38)
VALENCIA RESTREPO, Hernán, op.cit. pag.157
8
VON IHERING, Rudolf. El Espíritu del Derecho Romano, Editorial Comares,
pag.920
7
Granada1998,
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autoridad y por qué incluso durante el imperio ese saber fue
protegido.
I.
Crecimiento de la jurisprudencia
Una vez conocido el secreto para llegar a la justicia, se forjó un grupo
de expertos, de escuelas y de puntos de vista que sentarían las bases
de la ciencia jurídica. La lex, seguiría siendo el resultado de la
potestaspública o privada, el ius,resultado delaauctoritas. Quienes
tenían la auctoritas, es decir los jurisprudentes, harían la
jurisprudencia (el saber del derecho) a través de tres expresiones
diferentes: caverepara la celebración de los negocios,agere para los
litigios y respondere para la solución de preguntas o elaboración de
conceptos.
La primera época de la jurisprudencia se conoció como jurisprudencia
preclásica o republicana. Durante este período se distinguen tres
etapas importantes: en primer lugar la llamada jurisprudencia
pontifical en la cual fueron los pontífices los responsables de la
interpretación jurídica. Más tarde, iniciándose el siglo III a.C., aparece
la jurisprudencia pontifico-laical cuando la actividad se vuelve más
libre, amplia y generosa, orientada hacia la divulgación popular. De
aquel tiempo hay que recordar los nombres de los juristas Apio
Claudio y Sesto Peto Cato.
Por último está la etapa de la
jurisprudencia laica del siglo II a.C. con una marcada influencia de la
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dialéctica griega. Esta jurisprudencia abrió el camino de un verdadero
método jurídico gracias a los trabajos de Marco Porcio Catón y su hijo
Catón Liciniano; ManioManilio, Publio Mucio Scevola y Marco Junio
Bruto, de quienes dice Pomponio fundaron el derecho civil (Dig. 1, 2,
2, 39). Al período final de la República pertenecen los más notables
de esta época: Quinto Mucio Scevola, quien produce dieciocho libri
iuris civilis y un libersingularis, Servio Sulpicio Rufo, autor de la
fórmula actiodoli de la stipulatioAquiliana y de varias obras, así como
la obrade Servio (a quien Cicerón, su amigo, llama el iniciador de la
ciencia jurídica).
Sin embargo, la edad de oro de la jurisprudencia en Roma se extiende
desde Augusto hasta los Severos, hacia el año 235 d.C. Son los
juristas clásicos que laboran bajo el principio bonum et equum, de lo
bueno y de lo justo quienes sistematizaron el derecho tradicional y lo
enriquecieron con sus
aportes. Augusto confierió a algunos el
iusrespondendi ex auctoritateeius, es decir el derecho de responder
por su propia autoridad, con el que en ocasiones obligaron a los
jueces en sus decisiones y Adriano seleccionó a los más prestigiosos
para hacerlos formar parte del consiliumprincipis. La tarea de los
jurisconsultos, se proyectó específicamente sobre el derecho privado.
El derecho público por su parte, tuvo otra clase de intérpretes,
juristas
que participaron en la elaboración de las constituciones
imperiales.
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Dos grandes escuelas jurídicas corresponden a esta misma época del
derecho clásico, que con frecuencia se enfrentaron entre sí por
diversidad
de
criterios
filosóficos
o
políticos.
Fundadas
respectivamente por Marco AntistioLabeón y Cayo Ateyo Capitón, se
conocen como la Escuela Proculeyana y la Escuela Sabiniana, por los
nombres de Próculo y Sabino, sucesores de aquéllos. A Sabino se
deben varios libros de respuestas, un comentario al edicto y tres libri
iuris civilis. A la Escuela Sabiniana pertenecen, entre otros, Masurio
Sabino, Cayo Casio Longino, Celio Sabino, Lucio Javoleno Prisco y el
famoso
Salvio
Juliano,
quien
hace
la
ordenación
del
Edictumperpetuumy su Digesta de noventa libros. De la Escuela
Proculeyana son los Celsos, los Nervas (padre e hijo), Marco
CoceyoNerva, Pegaso y Neracio Prisco. En el siglo II Gayo se afilió a
los Sabinianos. Al mismo período corresponden Pomponio, Africano,
Marcelo y Quinto CervidioScevola.
De Gaius (Gayo) no se conocen detalles relacionados con su
nacimiento, aunque Mommsen afirma que nació en una provincia de
Oriente. Vivió bajo Adriano y es autor de unas Instituciones, tomadas
como modelo por Justiniano. De ellas se ha dicho que son un
ejemplar compendio de derecho romano, por su claridad, elegancia y
eficacia didáctica. Son, en efecto, obra notabilísima del derecho
clásico.
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Cuatro de los más famosos jurisconsultos de Roma son del siglo III:
Papiniano, Paulo, Ulpiano y Modestino. Entre las varias obras de
Papiniano se destacan 37 libros de quaestiones, 19 de responsa y 2
de definitiones. De Paulo son: 80 libros de comentarios ad edictum,
16 de comentarios adSabinum, 26 de quaestiones, 23 de responsa, 3
de institutiones, 6 de regulae, entre otros. Ulpiano por su parte es el
gran erudito del derecho, y compilador insigne. El Digesto de
Justiniano lo acoge preferencialmente. Son suyos 81 libros ad
edictumpraetoris, 2 ad edictumaediliumcurulium, 51 ad Sabinum. Y
Modestino, cuyas principales obras son 9 libros de differentiae, 10 de
regulae, 10 de responsa y 12 depandectae. Estos cuatro
jurisconsultos fueron prefectipraetorio, y dos, Paulo y Ulpiano,
miembros del consiliumprincipis. En otras palabras ellos conformaron
la Academia Romana de Jurisprudencia.
La obra de estos jurisconsultos se expresó mediante las responsa,
que eran respuestas a preguntas elaboradas por particulares o
jueces; questiones y disputationes, conceptos sobre casos ficticios
con fines pedagógicos; Digesta, colecciones de responsa y questiones
complementados con leyes, senadoconsultos o constituciones
imperiales; monografías sobre temas específicos; institutiones,
manuales destinados para la enseñanza del derecho; y las regulae o
definitiones donde se recogían principios jurídicos básicos sobre
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derecho criminal, fiscal, etc., que se usaron como “guías para el buen
gobierno”. (MEDELLIN 2014) 9.
II.
La interptetatio.
La labor de la jurisprudencia romana se convirtió en una actividad de
interpretación. Huelga decir que la jurisprudencia moderna hace lo
mismo.Es más, toda la labor jurídica moderna es labor de
interpretación:La interpretación de la voluntad (contractus) y la
interpretación de la potestas (lexpublica). “Si hay alguna función
común a todos los que intervienen en las actividades particulares del
derecho, ella es la interpretación. En efecto, interpreta el legislador,
interpreta la entidad social, -colectiva e individualmente-, interpretan
todas las partes de un juicio o proceso, y, sobre todo, interpreta el
juez. En cierto sentido puede decirse que los sujetos del derecho viven
interpretando y que en ese acto se manifiesta, como en ninguno el
valor de su existencia.” (MEDELLIN FORERO 1953). 10
Según IGLESIAS, el intérprete del ius es el prudens, es decir el “perito
en materia jurídica –iuris prudens- . A él le toca la tarea de revelar el
derecho en su sistema cardinal del iuscivile, acomodándolo a las
exigencias vitales de cada momento. Iuscivile e interpretatio llegan a
ser la misma cosa” (IGLESIAS 1958). “El jurista romano es un
9
MEDELLIN Carlos, Lecciones de Derecho Romano, Bogotá, Editorial Legis, 2014, pag. 37
MEDELLIN FORERO, Carlos. Introducción a la Estética del Derecho, Ediciones Fundación
Universidad Central, Bogotá, 2011, pag.61
10
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intérprete de lo humano eterno, de la tradición fecunda e
inderogable, silenciosa y honda, que es sustancia de la historia.
Gracias a esta interpretatio, -tan extraña al estadoidolatrismo de la
técnica jurídica moderna-, fue posible llevar al derecho romano al
culmen de un raro y maravilloso perfeccionamiento” 11
El jurista Pomponio dijo: “ En nuestra ciudad hay constituidas las
siguientes fuentes: ….el derecho civil propiamente dicho, el cual sin
estar
escrito,
consiste
en
la
sola
interpretación
de
los
prudentes…” 12(Ita in civitate nostra autiure, id estlege, constituitur,
autestpropriumiuscivile,
quod
sine
scripto
in
sola
prudentiuminterpretationeconsistit”)
Ese trabajo intelectual que busca entender el verdadero sentido y el
correcto significado de una situación (norma, contrato, ley pública, o
costumbre) y que hoy en día es una labor especial aunque no
exclusiva del juez, fue un ejercicio mental independiente del jurista
en Roma. Como los códigos (leyes públicas generales y sistemáticas)
no fueron usuales en la Roma antigua, la interpretación del derecho
fue creando pautas o patrones generales de validez universal. Estos
patrones o principios generales crearon, integraron e interpretaron el
derecho.
Para este cometido, Roma utilizó “el método del
razonamiento lógico y la dialéctica de las doctrinas filosóficas de
11
12
IGLESIAS, JUAN. Derecho Romano. Editorial Ariel, Barcelona, 1994, pag 91
Digesto, 1,2,2,12
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Platón y Aristóteles” (GARCIA GARRIDO,1995). 13Cicerón al respecto
dijo que los principios o reglas generales son normas en sentido de la
dialéctica aristotélica. El método o arte de esa dialéctica aplicada al
derecho está constituido por la búsqueda y hallazgo de la regla.”
(VALENCIA, 2008) 14
Si la jurisprudencia romana apareció y se desarrolló como una labor
de interpretación, debemos detenernos un instante en las formas
que ella asumió. En especial en la forma de responder conceptos y
consultas.
Ya indicamos que la jurisprudencia romana actuaba a través del
cavere, agereyrespondere. Veamos como.
El Cavere. La jurisprudencia romana participó en la creación de las
relaciones jurídicas asistiendo a quienes requerían de la sapiencia
jurídica en los negocios o “cautela en la redacción de documentos.”
(BETANCUR, 2010) 15, Esta expresión de la jurisprudencia fue muy
importante en la construcción del derecho en la medida en que
“creaba y aconsejaba formas y precauciones que debían adoptarse
en un acto jurídico para no exponerse a que este fuera nulo”
13
GARCIA GARRIDO, Manuel J. Derecho Privado Romano. Editorial Dykinson, Madrid, 1995,
pag 94
14
VALENCIA RESTREPO, Hernán. Op.cit. pag 143
15
BETANCUR, Fernando. Derecho Romano Clásico, Editorial Universidad de Sevilla, Sevilla,
2010. Pag. 68
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(CASTILLEJO 1935) 16, así como la concepción de las cauciones que
servirían como garantía para la efectividad de los derechos. Esta
actividad se conoció como la jurisprudencia cautelar.
El Agere. Tenía que ver con las acciones que se podían ejercitar ante
un juez. “Es la asesoría para la escogencia exacta de las formas
solemnes en el proceso de las acciones de la ley y para la redacción
correcta de la fórmula que precisaba el derecho. (VALENCIA 2008). 17
El Respondere. La actividad principal de la jurisprudencia antigua es el
respondere. Dar respuestas. El valor de la respuesta era (y es)
directamente proporcional a la auctoritas de quien la hace. La fuerza
del concepto jurídico no radicó en la posición política de quien lo
elaboraba, sino en su prestigio. Es en otras palabras la fuerza de la
idea y no la idea a la fuerza. La base de la respuesta es la ratio iuris.
Durante el principado, la jurisprudencia creó géneros literarios
relacionados con esas “respuestas” que llamó responsa. Si las
respuestas eran sobre casos hipotéticos como sucede cuando el
derecho se construye con fines pedagógicos, se llamó Quaestiones; la
colección de respuestas se denominó Digesta; si esas respuestas se
referían a los principios generales del derecho se llamaron Regulae
tal y como ya se indicó.
16
17
CASTILLEJO, José, op.cit., pag 289
VALENCIA , HERNÁN, op.cit., 156
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
Para responder, el jurista debía entonces interpretar. Ahora bien, si
se tiene en cuenta que en Roma el derecho no se soportó sobre
códigos ni leyes generales, esta interpretación era realizada a través
de la ratio iuris y soportada con la auctoritas del jurista. La ratio iuris
buscaba encontrar “reglas” que pudieran aplicarse de manera
general o universal. Era labor del jurista encontrar un “patrón
elemental” que pudiera aplicar en cada caso concreto. Ese patrón
común, es el camino que se identificó para la solución de las
controversias entre las personas, y se constituyó enel método
jurídico sobre el cual se construyó la ciencia del derecho.
Además, los juristas romanosencontraron esas soluciones generales
para situaciones económicas y sociales concretas, e incluso en el
principado se encontraron soluciones también para asuntos públicos
como fue el caso de las epístolas, nombre con el cual se conocían las
constituciones imperiales a través de las cuales los emperadores
daban respuestas (rescriptos) a las
consultas hechas por los
funcionarios públicos. Ese camino general y universal, ese patrón
común se descubrió a través de la interpretatio hecha con la ratio
iuris.
El conjunto de esas soluciones comunes y universales se
convirtieron poco a poco en los principios generales del derecho.
De esta época datan soluciones universales tales como, la buena fe;
darle a cada uno lo suyo; no se debe dañar al prójimo; el abuso del
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derecho; el enriquecimiento sin causa; la imprevisión en los
contratos; la teoría de la apariencia y la simulación; el fraude a la ley;
el error de derecho; la responsabilidad civil extracontractual; la teoría
de la causa; el contrato es ley para las partes; no hay derecho sin
acción; el actor debe probar; la cosa juzgada; lo accesorio sigue la
suerte de lo principal; las cosas en derecho se deshacen como se
hacen;la madre siempre es cierta; la persona moral; el animus y el
corpus para la posesión; lo que no es de nadie es para quien lo tiene;
nadie da más de lo que tiene; nadie está obligado a lo imposible; en
lo que está más siempre está lo menos; los derechos adquiridos; la
condonación del dolo futuro no vale; las cosas de género no perecen;
a nadie le es lícito alegar su propia culpa;el derecho en exceso se
convierte en injusticia; el derecho público no se altera por pactos
privados; la justicia es darle a cada uno lo suyo.
III.
Los principios generales en la historia del derecho.
Ya hemos visto como el ius, entendido como la ratio iuris a partir de
la interpretación de las leyes, sentólas bases de la ciencia jurídica.
Pero la identificación de ese método en un comienzo eminentemente
práctico, y luego científico, y la fuerza de los principios jurídicos de
validez general y universal, empezaron a perder influencia en la
sociedad imperial. A pesar de que en un comienzo los emperadores
le dieron la fuerza política a los dictámenes de los juristas por medio
del iuspublicaerespondendi ex auctoritateprincipis, la fuerza del
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Estado monopolizó la actividad judicial creando el procedimiento
extraordinario en cabeza exclusiva del iudex como funcionario
público. Las citas y opiniones de los jurisconsultos se convirtieron en
leyes generales. La llamada Ley de Citas del año 426 d.C, es buen
ejemplo de ello.
En el siglo IV el Emperador Teodosio II recogió en una Constitución
Imperial las citas de Ulpiano, Paulo, Modestino y Gayo. La fuerza de
su auctoritas fue investida de la potestasdel emperador. Así el
derecho perdió su espacio frente a la ley del Estado. El aforismo
DURA LEX SED LEX se impuso no como un principio jurídico, sino
como una realidad política. La interpretatioiuris se limitó y acotó
entonces al texto positivo, y la función jurisdiccional quedó limitada
a la camisa de fuerza de la norma positiva. Así, los principios se
convirtieron en las leyes del Estado, hasta la aparición del Corpus iuris
Civilis de Justiniano, y en especial al Digesto como la gran colección
de las decisiones jurisprudenciales y a las Institutasque, con fines
pedagógicos, ordenaron y sistematizaron el derecho.
Esta colección de principios ahora convertidos en leyes públicas, será
la base de las codificaciones posteriores tales como la Siete Partidas
de Alfonso X del 1257, el Código Civil francés de 1804, el Código
Austríaco de 1812, la codificación italiana de 1838 a 1842y, claro
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está, las codificaciones civiles chilena y colombiana de finales del
siglo XIX.
Las nuevas leyes públicas cambiaron la manera de hacer el ius, y la
fuente formal del derecho fue desde entonces la norma jurídica
escrita. Los principios generales siguieron existiendo pero limitados a
fuente auxiliar o secundaria. En el Digesto por ejemplo, en el Libro
50 Título XVII se habló de las diversas reglas del derecho antiguo,
enseñando que la regla es la que describe brevemente cómo es una
cosa, así como que el derecho se deriva de una regla (o principio) y
que ésta se abstrae del derecho existente. En ese repertorio de
principios se plasmaron 211 reglas generales del derecho que han
iluminado la producción jurídica desde entonces. En el Libro 50 Título
XVI se elaboró un diccionario con sobre el significado de 246 palabras
para que su sentido fuera común al momento de interpretar el
derecho. En los libros 44 y 45 se consagró la forma correcta de
interpretar las leyes privadas (contractus), y en el Libro I Título III se
recogieron las pautas o principios generales del derecho. En este
título se dejó claro que: “no consiste en entender las leyes en retener
sus palabras, sino en comprender su fin y sus efectos”18; “obra contra
la ley el que hace lo que la ley prohíbe; y le hace fraude a ella el que,
respetando las palabras de la ley, elude su sentido” 19; “La justicia es
la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno su derecho. Estos
18
19
Celso, D. 1,3,16
Paulo, D. 1,3,29
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
son los principios del derecho: vivir honestamente, no dañar al
prójimo y dar a cada uno lo suyo. La jurisprudencia es el
conocimiento de las cosas divinas y humanas, la ciencia de lo justo y
de lo injusto.” 20
En las Siete partidas también se plasmaron principios generales de
derecho en el título XXXIII y XXXIV de la partida siete. En ese
repertorio de 37 reglas (en el sentido romano de principios) se
destaca la primera: “Regla es ley dictada brevemente con palabras
generales, que demuestra así la cosa sobre la que se habla. Debe
entonces ser guardado lo que la ley manda, y no lo que la regla dice”.
Esta manera de entender los principios como criterio auxiliar de la
justicia, limitó la función de los principios únicamente al campo de la
interpretación y la integración más que al campo de la creación. Esta
perspectiva se mantuvo con la aparición de las codificaciones como la
francesa de 1804,que prohibió a los jueces emitir sentencias con
valor reglamentario general, limitación que fue excluida a partir de
las decisiones del Consejo de Estado francés, que permitió anular
actos de la administración cuando éstos fueran contrarios a los
principios generales del derecho (PGD).
En nuestro medio, el Código Civil Colombiano en su artículo 32
estableció que en los casos en que no pudieran aplicarse las reglas de
20
Ulpiano, D.1,1,10.
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
interpretación por vía de doctrina, interpretación literal, o analogía,
deberán ser interpretados“de modo que más conforme parezca al
espíritu general de la legislación y a la equidad natural”. Estableció
además, que la función de interpretación para fijar el sentido general
de una ley oscura corresponde al legislador.21.
Es oportuno mencionar que el Código General del Proceso (ley 1564
de 2012) estableció en su artículo 11, en cuanto a la interpretación
de las normas procesales, que “al interpretar la ley procesal el juez
deberá tener en cuenta que el objeto de los procedimientos es la
efectividad de los derechos reconocidos por la ley sustancial. Las
dudas que surjan en la interpretación de las normas del presente
código deberán aclararse mediante la aplicación de los principios
constitucionales y generales del derecho procesal garantizando en
todo caso el debido proceso, el derecho de defensa, la igualdad de
las partes y los demás derechos constitucionales fundamentales. El
juez se abstendrá de exigir y de cumplir formalidades innecesarias.”
(Subrayas fuera del texto). El legislador consideró, siguiendo una
corriente muy fuerte de la doctrina, que los principios generales del
derecho son los principios constitucionales.
Estos principios y reglas, y el método para llegar a ellos (interpretatio
iuris),quedaron detenidos en el tiempo durante varios siglos. En la
21La
exequibilidad de esta norma fue condicionada por la sentencia C-280 de 2006 por considerar ésta
una función propia de la Corte Constitucional
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edad media por ejemplo, aparecieron brocardos a la manera de los
proverbios bíblicos para ilustrar los temas jurídicos. No se trata de la
interpretación jurídica de las leyes, sino de verdades sacrosantas y
dogmáticas. En ocasiones en el derecho moderno y en la
jurisprudencia actual, se confunden reglas y principios con simples
brocardos o frases seductoras al estilo medieval. La fuerza de
losbrocardos depende en ocasiones más de la potestas del
magistrado, que de la auctoritas del jurista. Incluso su denominación
en latín los hace misteriosos y seductores. Más adelante volveremos
sobre esto.
Finalmente, es oportuno recordar que el sistema del commonlaw,
conservó el rol creativo del juez, imprimiendo un carácter creativo a
sus decisiones y a los precedentes que se construyen a partir de ellas,
tal y como lo habían enseñado los juristas clásicos del derecho
romano.
IV.
La Nomoárquica y la Principialística Jurídica.
Con estos términos se conoce la ciencia autónoma del derecho que
aparece en las edades moderna y contemporánea, y que tiene por
objeto el estudio de los principios jurídicos.
22
Esta perspectiva del
derecho ha cobrado especial fuerza en las teorías contemporáneas
22
Sobre este tema resulta indispensable la obra del profesor de la Universidades de Antioquia
y Pontificia Bolivariana, el romanista Hernán Valencia Restrepo, Nomoárquica, Pricipialística
Jurídica o Filosofía y Ciencia de los Principios Generales del Derecho. Medellín, 2007.
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de la justicia y del derecho que,en Colombia a partir de la
Constitución de 1991 y de su jurisprudencia constitucional, se ha
convertido en materia de primer interés. La aplicación de los
principios generales del derecho en la interpretación jurídica, ha
irradiado las diferentes jurisdicciones, impulsado además por el
hecho de que en nuestro país todos los jueces son jueces
constitucionales. Sin embargo consideramos pertinenteiniciar un
proceso de estudio y decantación del tema, teniendo en cuenta que
no es lo mismo la aplicación de los principios jurídicos en la labor de
interpretación que realiza jurisdicción constitucional, que en la
interpretación que se utiliza en jurisdicción penal, civil laboral o
contencioso administrativa.
Podemos entonces en este punto afirmar, que la ciencia jurídica
nació de la principialística. En los albores de nuestra ciencia, los
juristas buscaban esos patrones generales que pudieran aplicarse a
casos concretos, con la virtud de poder ser aplicados en situaciones
de hecho similares. Esas pautas construyeron pues, el método
jurídico. No estamos entonces ahora presenciando el nacimiento de
la principialística, sino su renacimiento. Sin embargo y partiendo de
la base de que los principios generales no nacen de un momento a
otro, sino que conservan su originalidad y su universalidad, en un
sistema de derecho escrito y de códigos como es el caso del sistema
jurídico colombiano, los principios generales son interpretativos, en
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ocasiones son creadores o incluso integradores del derecho. Creemos
que para aplicarlos correctamente, es necesario volver su propia
ontología. Según VALENCIA “el principio es la preexistencia de un
valor fundamental y social cuya aprehensión por la comunidad, el
pueblo o el constituyente primario le genera la convicción de
obligatoriedad coercible de ese mismo valor”.
De acuerdo con este concepto, los principios pueden integrar, crear
o interpretar el derecho. Pero es muy importante entender, que ni la
Constitución, ni la legislación, ni la costumbre, ni la jurisdicción, ni la
administración o la autonomía de la voluntad de los particulares
informan o inspiran los principios, sino éstos a todas aquellas.
(VALENCIA, 2007)
Las funciones creadora, integradora e interpretadora de los principios
jurídicos, tienen diferente aplicación fuerza y pertinencia a la hora de
juzgar una ley, proteger un derecho fundamental, juzgar un acto
administrativo o elaborar un concepto en la Sala de Consulta y
Servicio Civil del Consejo de Estado. La funcionalidad de los principios
cuando se aplican en asuntos civiles laborales, penales, contencioso
administrativos, tributarios, contractuales, extracontractuales y
electorales se constriñe (aunque no totalmente),a la interpretación
de las normas positivas limitando su función creadora en aras de
evitar la arbitrariedad judicial.
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
Si es un juicio constitucional a una ley, la utilización de los principios
es mucho más fuerte y su funcionalidad plena. Lo mismo es aplicable
a la hora del ejercicio de todas las acciones constitucionales. “En
derecho
constitucional
es
fundamental
encontrar
una
proporcionalidad razonable entre estructura y flexibilidad, entre
formalismo
y
antiformalismo.
Un
derecho
constitucional
estructurado es aquel que ha tenido capas sólidas y razonables de
derecho judicial por encima de los textos constitucionales con el
propósito de determinar en qué casos concretos y cómo han de
hacerse valer las garantías constitucionales” (LOPEZ MEDINA 2006) 23.
Las decisiones que toma esta justicia adquieren un valor jurídico
superior como precedente que irradia a toda la jurisdicción y
fortalece el criterio directriz de su ratio decidendi.
Si el juicio es de los de nulidad de actos administrativos, los principios
también deben ser asumidos con amplitud funcional (interpretadora,
creadora o integradora) si el juicio es constitucional, pero limitada a
la hora de comparar estos actos frente a la ley. No tiene el juez de
nulidad el mismo poder interpretativo a la hora de juzgar la legalidad
de un acto administrativo. En este último caso la función de los
principios se limita a su carácter integrador e interpretativo. Pero la
función creadora de ellos está limitada al texto de la ley. 24
23
LOPEZ MEDINA, Eduardo. El Derecho de los Jueces, Editorial Legis,Bogotá, Duodécima
reimpresión, 2013, pag. 338
24
Al respecto ver el salvamento de voto del Magistrado Jaime Orlando Santofimio sobre las
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Finalmente si el juicio es civil, comercial, penal, laboral o penal,
recurrir a los principios a la hora de tomar decisiones (autos y
sentencias)
también
esta
circunscrita
a
su
funcionalidad
intrepretadora e integradora. No puede el juez en estos casos, crear
el derecho por medio de los principios generales. En estos juicios, los
principios son criterios auxiliares de la actividad judicial. La ley es
entonces el referente esencial de la labor jurisdiccional y el artículo
230 de la Constitución Política cobra total sentido al establecer que
“los jueces, en sus providencias, sólo están sometidos al imperio de la
ley, y que la equidad, la jurisprudencia, los principios generales del
derecho y la doctrina son criterios auxiliares de la actividad judicial.”
No creemos que se trate de una simple discusión (ya superada por
cierto) entre el pasado y el presente, ni de encasillar unas u otras
actividades jurisdiccionales dentro de la dialéctica entre el llamado
“derecho tradicional” y el “nuevo derecho”. Los jueces como es de
todos conocido y aceptado, pueden crear, integrar e interpretar el
derecho. Una manera de conseguirlo es a través de los principios
jurídicos. Lo que se propone es dar un paso más adelante en la
correcta utilización de los mismos, dependiendo del tipo de juicio
que se realice. Los principios hacen vivo y actual el derecho. Las
formas jurídicas buscan ni más ni menos que garantizar
consecuencias negativas del llamado arbitrio iuris y la nomoárquica jurídica. Consejo de
Estado, Sección Tercera, Bogotá, D.C., 27 de febrero de 2013, radicación número: 68001-2315-000-1996-01698-01(21541).
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imparcialidad, seguridad e igualdad, evitando la arbitrariedad que
supone quedar sujeto únicamente a la ideología de cada juzgador en
un momento histórico determinado. Es evitar el mal llamado arbitrio
iuris. (que además no es un principio).
V.
Las polémicas sobre los principios en la nomoárquica jurídica.
Como la epistemología de los principios es un asunto de gran calado
filosófico, partiendo incluso de la polémica sobre lo que significa el
término “principio”, existe unanimidad sobre la percepción de que el
concepto transmite la génesis misma del derecho. Pero ese ADN
jurídico está aun por descifrarse. El mapa genético del derecho aún
ofrece dudas y discusiones y transmite más sentimientos que
certezas. Según LOPEZ PURF (2012) 25existen hoy tres polémicas en
relación con la claridad y obscuridad de lo que un principio jurídico
significa así como su rol y funcionalidad en la ciencia del derecho.
La primera polémica la denomina “POLEMICA KELSSEN-ESSER”. Según
Esser, el sistema jurídico no sólo está integrado por normas cuya
validez depende de su creación competente y del cumplimiento del
procedimiento para su creación como había señalado Kelsen, sino
que existen principios morales políticos y consuetudinarios que
integran o constituyen el contenido de las normas jurídicas. Estos
25
Pablo López Purf, Los Principios y la Interpretación en la Función judicial. Artículo publicado
en el libro Interpretación y Argumentación Jurídica, Editado por la Sociedad Española de
Filosofía Jurídica y Política, Marcial Pons y La Asociación Argentina de Filosofía del Derecho.
Buenos Aires, 2012. Pag, 273.
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principios no sólo son fruto de la actividad de los jueces sino también
de los demás operadores jurídicos. Son principios uniformes que
emanan del derecho natural. Son una “moral universal”.
La segunda polémica es la llamada “POLEMICA HART-DWORKIN”.
Según Hart, en los casos llamados de “penumbra” cuando la norma
es de textura abierta y por lo tanto ofrece una vaguedad en el
lenguaje que impide tener certeza en su aplicación, el juez debe
utilizar criterios no normativos. Esos criterios son los “objetivos
sociales criterios de conveniencia social, propósitos o metas de la
comunidad” por una parte, y los principios morales aceptados
socialmente que se vuelven patrones de conducta de los individuos.
(Sin duda Hartmanejaba a la perfección el concepto de auctoritasdel
derecho romano). Su filosofía es el resultado de la crisis ius positivista
y del Estado legislador que no interpreta a cabalidad las necesidades
sociales. No es pues una moral cualquiera o genérica. Es una moral
social. Para Dworkin los principios enmarcan la labor interpretativa y
de argumentación en el derecho. En aquellos casos difíciles u
obscuros, los principios permiten identificar los derechos y las
obligaciones de los individuos en interacción con la sociedad. El juez
desarrolla una “interpretación creativa” otorgándole al derecho una
función más allá de lo que el texto legal indica o permite. De allí que
se pueda ver con claridad la diferencia entre norma jurídica y
principio. “El modelo de los principios propone a los jueces en un
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caso difícil, un debate para encontrar en las razones justificatorias
que se han estructurado las instituciones políticas, económicas,
sociales, culturales, la misma fuente de soluciones, con los alcances
que se han explicitado precedentemente” (LOPEZ PURF, 2011)
Finalmente existe la polémica DWORKIN-ALEXY. Alexy señala varios
aspectos que permiten avanzar en esta reflexión sobre los principios.
A partir del estudio y crítica del pensamiento de su predecesor
norteamericano, este profesor alemán concibe a los principios (y las
reglas) como normas. Los principios son normas porque prescriben
lo que debe ser en términos de la lógica deóntica: prohibición,
permisión y obligación.
Por otra parte considera que más que
brindar criterios “orientadores”, los principios son normas que
obligan
al
intérprete.
Como
consecuencia
de
esta
última
característica, existe una especie de jerarquía principial, es decir,
principios que tiene un mayor valor en términos deónticos, lo que
sirve como instrumento para la ponderación interpretativa en
aquellos casos en los que puedan entrar en conflicto. (Se habla
incluso de subprincipios). De esta manera los principios cumplen una
finalidad política y social encaminada no solo a la protección de los
derechos fundamentales, sino a su expansión y consolidación dentro
del derecho. El juez al analizar y aplicar los principios generales del
derecho, cumple una función social y política más allá de la simple
aplicación autómata y fría de la norma jurídica publica (ley) o privada
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(contrato). No debe hacer cualquier interpretación, (gramatical,
analógica
o
sistemática),
sino
una
verdadera
interpretatio
iurisencaminada a la búsqueda de la justicia. (ius-iustitia: vivir
honestamente, no hacerle daño al prójimo y darle a cada cual lo que
le corresponde).
VI.
Los principios en la jurisprudencia constitucional colombiana.
Casi 25 años después de la expedición de la Constitución Política de
1991, la comunidad jurídica puede celebrar una producción
extraordinaria dela Corte Constitucional en términos jurídicos,
filosóficos y políticos. No han sido pocas las controversias en relación
con sus fallos y las críticas en relación con supropia naturaleza. Esa
jurisprudencia constitucional creadora, integradora e interpretadora,
finca sus raíces mas atrás en el tiempo, como lo hemos indicado en
varias oportunidades. Sin embargo los colombianos reivindicamos
con ahínco la originalidad de la acción pública de constitucionalidad
diseñada en el acto legislativo de 1910, pero mucho desconocemos
de su jurisprudencia entre esa época y 1991. Su valor democrático
sin duda es de la mayor importancia, en especial las decisiones de la
Corte asesinada en el Holocausto del Palacio de Justicia en 1985.
Creemos oportuno iniciar entonces, un estudio tranquilo y detallado
sobre la manera como la justicia en Colombia a partir de 1991 ha
venido utilizando los principios generales del derecho. Insistimos que
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no se propone esta reflexión dentro del estrecho y desueto marco de
discusión entre el “viejo” y “nuevo” derecho. No. Creemos
firmemente en que la interpretatio iuris está en la base de la ciencia
jurídica desde su nacimiento hace dos mil años y ha permanecido a
pesar de las vicisitudes de las legislaciones y códigos nacionales. Lo
que llaman el “nuevo” derecho no hace otra cosa que reivindicar la
función creadora interpretativa e integradora del ius en función de
alcanzar la justicia.
Esta explosión de principios que aparecen en nuestra justicia sobre
todo a partir de 1991, deben ser cuidadosamente analizados con el
objeto de identificar cuáles de ellos son normas positivas, cuáles son
imperativos, universales (principios generales del derecho o de
alguna de sus ramas), tópicos, axiológicos, o simplemente identificar
cuáles de ellos no son principios sino simples brocardos o proverbios
que impactan por su expresión latina. Como ya lo indicamos, muchos
de esos principios fueron descubiertos desde el derecho romano
clásico y fueron plasmados en el Digesto de Justiniano en el Siglo V,
otros se convirtieron durante la edad media en dogmas del derecho
canónico sin ninguna otra raíz social ni política. En las Siete Partidas
de Alfonso X aparecen como “reglas”, siendo todas ellas positivizadas
en las modernas legislaciones nacionales (Austria, Alemania, Francia,
Chile Colombia, etc), o como es fácil demostrar, los principios
antiguos iluminaron la producción jurídica en el valor del precedente
anglosajón.
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Los principios no se inventan. Se descubren. No dependen de la
potestas del juez sino de su auctoritas iuris que le permite
descubrirlos, expresarlos y aplicarlos. La sociedad los acepta no
porque sean impuestos, sino porque hacen parte de su esencia y
espíritu. Son como el ser humano, dinámicos y cambiantes. No son
rígidos al estilo decimonónico de los códigos,ni necesitan de la
inquisición para ser aplicados. Su universalidad los vuelve reglas de
derecho exigibles y coercitivas, porque encarnan el precedente y la
ratio iuris decidendi.
Finalmente Hemos identificado 166 principios que se han
desarrollado en la jurisprudencia constitucional colombiana desde
1991. Es tarea urgente de la comunidad jurídica el análisis crítico de
la manera como se vienen utilizando, con el fin de depurar cuáles de
ellos son verdaderos principios generales de derecho, cuáles son
simples brocardos o proverbios, y cuáles no reportan ninguna
importancia jurídica. La interpretatio iuris no puede convertir el
derecho en un derecho de principios sin normas ni límites. No puede
tampoco anclarse en la norma fría y fuera de contexto para continuar
viviendo en el siglo XIX.
El derecho no es ni viejo ni nuevo. Las bases de nuestra ciencia se
sentaron hace dos mil años y su armonización con el ser humano que
evoluciona en su espíritu, ha sido y es labor de los juristas desde
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entonces. Este trabajo espera contribuir en este inaplazable
compromiso.
Principios desarrollados en la
jurisprudencia de la Corte Constitucional
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(Anexo)26
A trabajo igual, salario igual.SU-519 de 1997
Acceso a la justiciaT-006 de 1992 y T-173 de 1993
Aplicación general e inmediata de la norma procesal C-945 de 2012
Arbitrio Iuris. C-083 de 1995
Armonización de bienes jurídicos en caso de colisión. T-425 de 1995
Autodeterminación de los pueblosC-418 de 1995
Autonomía de la voluntadC-341 de 2006
Autonomía de las Entidades Territoriales. C-1114 de 2003
Autonomía universitaria. T-310 de 1999
Buena Fe. T-475 de 1992
Carga dinámica de la prueba.C-740 de 2003
Carrera administrativa. C-501 de 2005
Celeridad economía y eficacia de las decisiones judiciales. T-107 de 2009
Certeza tributariaC-488 de 2000 y C-287 de 2009
Circulación restringida de la información personal sobre antecedentes
penales
26
Este listado (no exhaustivo sino indicativo) de 163 principios, se extrajo de autos y sentencias de
la Corte Constitucional de Colombia. La fecha colocada al lado no indica necesariamente el
momento en que por primera vez la Corte habló de ellos, aunque en cada providencia generalmente
se hace mención al precedente.
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C-1101 de 2008
Coherencia interna del ordenamiento C-112 de 1996
Coherencia institucional C-112 de 1996
Coherencia sistemática. C-112de 1996
Coherencia presupuestalC-315 de 1997
Complementariedad de la Corte Penal Internacional C-488 de 2009
Concentración de la prueba. C-1260 de 2005
Condición más beneficiosa para el trabajador T-668 de 2011
Conexidad de los derechos T-491 de 1992
Confianza legítimaC-800 de 2003
Congruencia de las sentencias T-590 de 2006
Consecutividade identidad en el trámite legislativo C - 537 de 2012
Continuidad e integralidad en la Prestación del Servicio de Salud T-206 de
2013
Contradicción de la prueba C-037 de 1996
Corrección formal de los procedimientos en el reglamento del Congreso.
C-168 de 2012
Cosa Juzgada C-543 de 1992
Debido proceso C-610 de 2012
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Debido proceso administrativo C-089 de 2011
Democracia participativa y pluralista C-336 de 1994
Democrático C-277 de 2011
Desarrollo sostenible c-632 de 2011
Descentralización de las entidades territoriales C-010 de 2013
Dignidad humanaT-881 de 2002
Diversidad étnica y cultural C-063 de 2010
Doble instancia judicialC-431 de 1996
Economía y celeridad procesal T-210 de 2010
Efectividad de los derecho T-068 de 1998
Eficiencia en seguridad socialC-258 de 2013
Eficiencia tributariaC-419 de 1995
Equidad C-913 de 2011
Equidad tributariaC-426 de 2005
Estabilidad laboral C-016 de 1998
Estado Social de Derecho C-288 de 2012
Estricta legalidad penal C-559 de 1999
Favorabilidad C- 692 de 2008
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Favorabilidad laboral T-350 de 2008
Finalidad y veracidad del dato personal T-419 de 2013
Finalidad de las bases de datos sobre antecedentes penalesC-1101 de
2008
FrausomniacorrumpitT-218 de 2012
Gastos o Cargas Soportables T-622 de 2012
Gradualidad en la oferta de justicia C-156 de 2013
Homeóstasis (congruencia) presupuestalC-315 de 1997
Identidad Flexible en el trámite legislativo C-277 de 2011
Igualdad C-221 de 2011
Igualdad de oportunidades en el acceso al espectro electromagnéticoC403 de 2010
Imparcialidad del Jue . C-657 de 1996
Impugnación de providencias judiciales T-006 de 1992
In dubio pro legislatorisC-332 de 2012
In dubio pro libertateC-450 de 1995
In dubio pro operarioC-594 de 1995
In dubio pro reoC-782 de 2005
Independencia del Poder Judicial C-037 de 1996
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Inmediación C-371 de 2011
Inmunidad de jurisdicción de los Estados y las Organizaciones
InternacionalesC-137 de 1996
Instrumentalidad de las formas en el trámite legislativo. C -786 de 2012
Interdicción de la arbitrariedad C-542 de 2005
Interés superior de los menores de dieciocho años T-793 de 2011
Interpretación restrictiva C-273 de 1999
Interpretación sistemáticaSU-047 de 1999
Intervención mínima en derecho penal. (Necesidad) C-365 de 2012
Irrenunciabilidad en materia pensional C-070 de 2010
Irretroactividad de las leyes penales C-592 de 2005
Irretroactividad de los tributos C-785 de 2012
Irretroactividad de las normas restrictivas de derechos fundamentales. C763 de 2002
Iuranovit curiaT-146 de 2010
Juez natural (independencia y monopolio de la función judicial) C-541 de
1992
Justicia material C-306 de 2011
Justicia rogada T-553 de 2012
Justicia y equidad tributaria C-397 de 2011
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Laicidad T-453 de 2012
Legalidad C-444 de 2011
Legalidad y tipicidad C-301 d 2011
Legalidad del gasto público C-006 de 2012
Legalidad del tributo C-891 de 2012
Libertad de empresaC-197 de 2012
Libertad económica (libre competencia y libertad de empresa) C-263 de
2011
Libertad en administración de datos (habeas Data) T-729 de 2002
Libertad probatoria C-822 de 2005
Libre desarrollo de la personalidad SU 642 de 1998
Libre escogencia de entidad prestadora de salud688 de 2010
Locus regitactumC-935 de 2002
Mérito en la función pública T-120 de 2013
Moderación y no confiscatoriedad tributaria C-528 de 2013
Moralidad en desarrollo de Función Administrativa T-230 de 2011
Nonbis in ídemC-121 de 2012
Necesidad de la información personal sobre antecedentes penalesC-1101
de 2008
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Necesidad y utilidad de la intervención penal T-648 de 2012
Neutralidad del Estado T-453 de 2012
Neutralidad ReligiosaC-152 de 2003
No auto incriminación C-102 de 2005
No discriminación C-250 de 2012
No injerenciaC-418 de 1995
No menoscabo de las condiciones mínimas laboralesC-168 de 1995
Non reformatio in pejusT-291 de 2006
No regresividad de los derechos sociales T-469 de 2013
Non bis in ídemT-291 de 2006
Onus probando incumbitactoriT-600 de 2009
Oportunidad C-157 de 2011
Oralidad, Concentración e Inmediación procesalC-593 de 2011
Perpertatiojurisdictionis C-755 de 2013
Pluralismo C-350 de 1994
Precaución ambientalC-703 de 2010
Prevención ambientalC-703 de 2010
PonderaciónT-425 de 1995
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Presunción de inocencia C-595 de 2010
Presunción de inocencia en detención preventivaC-595 de 2010
Prevalencia de los derechos de los niñosT-402 de 1992
Prevalencia del interés general C-713 de 2009
Primacía de los derechos inalienablesT-006 de 1992
Primacía del derecho sustancial sobre la formaC-029 de 1995
Pro actioneen demanda de inconstitucionalidad C-156 de 2013, C-081 de
2014
Pro homineC-148 de 2005
Pro infans T-078 de 2010
Progresividad de los dErechos sociales
Progresividad en materia de seguridad socialT-453 de 2011
Progresividad Tributaria (horizontal y vertical) C-989 de 2004
Prohibición reformatio in pejus T-291 de 2006
Proporcionalidad en el ejercicio de los derechos T-425 de 1995
Protección efectiva de los derechos constitucionales T-442 de 2012
Publicidad en actuaciones judiciales y administrativas C-1114 de 2003
Publicidad del trámite legislativo T-786 de 2012
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Razón suficiente (acto administrativo)T-147 de 2013
Razonabilidad C-1026 de 2001
Reparación integral (verdad, justicia y reparación)T-327 de 2001
Reserva de iniciativa legislativa C-195 de 2013
Respeto de las minorías C-252 de 2012
Respeto del contenido esencial de los derechos fundamentales C-225 de
1995
Respeto por los actos propios (administración pública) T-295 de 1999
Responsabilidad Subjetiva (servidores públicos) C-693 de 2008
Responsabilidad de los poderes públicos. SU 712 de 2013
Rigidez constitucional SU-047 de 1999
Sana crítica SU-424 de 2012
Seguridad jurídicaT-502 de 2002
Selección objetiva C-949 de 2001
Separación de PoderesC-170 de 2012 C-288 de 2012
Soberanía pacionalC-249 de 2004
Soberanía popularC-303 de 2010
Solidaridad C-529 de 2010
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Solidaridad a favor de las personas (desplazamiento forzado) T-312 de
2010
Solidaridad en el sistema de seguridad socialC-529 de 2010
Solidaridad en torno a las madres (embarazo, parto y posparto) T-165 de
2013
Solidaridad frente a las víctimas de desastres naturales T-295 de 2013
Subsidiariedad (procedibilidad de la acción de tutela) T-480 de 2011
Suficiencia argumentativa (control de constitucionalidad) C-141 de 2010
Supremacía de la Constitución C-415 de 2012
Temporalidad (estados de excepción) C-219 de 2011
Transparencia C-274 de 2013, C-141 de 2010, C-748 de 2011, C-508 de
2002.
Unidad de materia (función legislativa) C-133 de 2012
Unidad ConstitucionalT-425 de 1995
Unidad de caja presupuestalC-308 de 1994
Unificación jurisprudencial C-478 de 1992
Universalidad en seguridad socialC-258 de 2013
BIBLIOGRAFIA
CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
BETANCUR, Fernando. Derecho Romano Clásico, Editorial Universidad de
Sevilla, Sevilla, 2010.
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CARLOS EDUARDO MEDELLÍN BECERRA
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