Sexo - Universidad del Salvador

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Universidad Del Salvador
Facultad de Psicología y Psicopedagogía
Carrera de Psicología
Trabajo de Integración Final
“Sexo Sentido”
Comisión:
5° MM
Alumno:
Rodrigo Solares, Mateo.
Prof. Titular:
Dra. Verónica Brasesco.
Prof. Auxiliares:
Lic. Marcela Bergandi.
Lic. Silvina Matellán.
Lic. Nerea Acosta.
Lic. Jordana Usach.
2012
2
Sexo sentido.
Índice de contenidos.
1. Introducción.
1.1.
El porqué de este trabajo……………………………………………………………………………..7
1.2.
Planteamiento del problema………………………………………………………………………..8
2. Marco Teórico.
2.1.
Identidad…………………………………………………………………………………………………….9
2.1.1 Identidad Sexual………………………………………………………………………………………10
2.2.
Transexualidad…………………………………………………………………………………………..13
2.2.1.
Criterios diagnósticos para Trastorno de Identidad Sexual DSM IV…13
2.2.2.
Etiología…………………………………………………………………………………………16
2.2.3.
Tratamiento……………………………………………………………………………………19
2.3.
Una mirada existencialista…………………………………………………………………………22
2.3.1.
Terapia y Ser-en-el-mundo…………………………………………………………....24
3. Hipótesis………………………………………………………………………………………………………………27
3.1.
Variables Independientes………………………………………………………………………….27
3.1.1.
3.2.
Indicadores de variables Independientes……………………………………….27
Variable Dependiente……………………………………………………………………………….27
3.2.1.
Indicadores de variable Dependiente…………………………………………....27
3
4. Objetivo General………………………………………………………………………………………………….28
4.1.
Objetivos Específicos…………………………………………………………………………………28
5. Metodología………………………………………………………………………………………………………….29
5.1.
Diseño de Investigación……………………………………………………………………………..29
5.2.
Marco Muestral………………………………………………………………………………………….29
5.2.1.
5.3.
Definición de Caso……………….…………………………………………………………29
Instrumento…………………………………..………………………………………………………….29
5.3.1.
Prueba Piloto..……………………………………………………………………………….30
6. Descripción del Campo………………………………………………………………………………………….31
7. Análisis Cualitativo y Discusión de Datos……………………………………………………………….33
7.1.
Mujeres……………………………………………………………………………………………………..33
7.2.
Hombres…………………………………………………………………………………………………….39
8. Conclusiones…………………………………………………………………………………………………………46
9. Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………47
Anexos………………………………………………………………………………………………………………….48
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Agradecimientos.
A toda mi familia; por su incondicional apoyo y confianza en mí. Porque a pesar de la
distancia nunca dejaron de estar a mi lado, porque a pesar de las dificultades nunca dudaron
de mi. Por su respeto y amor, por entenderme y ser parte de este arduo proceso por el que yo
también tuve que transitar.
A mis amigos, los que me acompañaron desde la infancia y festejaron junto a mí cada
uno de mis logros y quienes además me apoyaron en cada uno de los pasos que di en este
proceso. A todos los que me abrieron sus brazos en este país y me hicieron parte de sus vidas
y sus familias; amigos que terminaron siendo un apoyo inconmensurable y se convirtieron en
mi segunda familia.
A Julio von Vacano por aprender junto a mí sobre esta temática, por haber aceptado el
transitar conmigo este camino y por darme el apoyo suficiente para dar el paso inicial. A
Graciela Balestra por guiarme y devolverme la calma en los momentos difíciles estando acá,
por enseñarme a descubrir el lado positivo de las cosas. A ambos, gracias por su apertura, por
su contención y aclararme la mente en los momentos que más lo necesitaba.
A mis hermanxs de la comunidad Trans, por el aliento, por compartir sus experiencias
conmigo, por brindarme el hombro y caminar juntos cuando más solxs nos sentimos. Este
trabajo no hubiera sido posible sin las increíbles experiencias suyas y todas las muestras de
valor de todxs ustedes.
A la vida. Por darme esta oportunidad única de existir, de compartir con otros, de
descubrirla día a día y por enseñarme a respetar y amar en y desde la diversidad.
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Resumen.
La diversidad sexual, una particularidad humana que por mucho tiempo ha sufrido la
persecución y el castigo de la discriminación. Considerada un tema tabú, que no muchos están
dispuestos a ver ni entender, ha sido por mucho tiempo destinada a la invisibilidad y a todo
tipo de vejámenes. La complejidad de los seres humanos y su evolución, han hecho que hoy
en día sea imposible continuar ocultando toda esa admirable riqueza que caracteriza a
nuestra especie y que se ve también plasmada en nuestra sexualidad. Seres tan distintos e
iguales a la vez; es en este punto donde se entretejen las infinitas posibilidades de ser y de
sentir, de existir. Es la sexualidad una parte importantísima de la identidad que no solo va a
reflejar aquellos avatares en los que nos hemos constituido como sujetos, sino que también
va expresar el sentir más íntimo de las personas.
La Transexualidad: minoría sexual poco estudiada, es uno de los enigmas más
controvertidos de la actualidad. Intolerable para quienes no pueden salir del binarismo de los
sexos, hoy en día rompe con todos los paradigmas heterosexistas y es una prueba más de la
enorme riqueza humana, de nuestra diversidad y de la cual se tiene mucho que aprender si se
les dan las herramientas necesarias para revelar su identidad.
Palabras Clave: Sexualidad y Género, Transexualidad, MTF, FTM, Transición, Existencialismo.
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Abstract.
The sexual diversity. A human particularity that for a long time has suffered many
persecutions and the punishment of discrimination. Considered a taboo that not many are
willing to see nor understand, it has been destined to invisibility and all kinds of humiliation.
The constant evolution of times, the human complexity and its development, made today
impossible to keep hiding all that admirable richness that characterizes our species and that
it’s also reflected in our sexuality. We are so equal and different at the same time. This is the
point where the infinite possibilities to be, feel and exist, interweave. Sexuality is a very
important part of our identity and that will not only reflect the avatars after which we have
become human beings, but will also reveal the most intimate feel of people.
Transsexualism, an understudied sexual minority. It’s one of the most controversial
enigmas of our times. Intolerable for those who cannot abandon the binarism of the sexes,
today it breaks with all of the heterosexist paradigms. It’s another proof of the immense
richness of the human kind and our diversity. It represents a portion of the population from
which there is a lot to be learned if they are given with the necessary tools to reveal their true
identity.
Key Words: Sexuality and Gender, Transsexualism, MTF, FTM, Transition, Existencialism.
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1. Introducción.
1.1.El porqué de este trabajo.
No es fácil ser diferente. Ser parte de un grupo minoritario de la sociedad, cualquiera
que este sea, es un destino que en la más de las veces, resulta agobiante y desesperanzador
para quien se encuentra dentro. El mismo hecho de ser parte de un grupo de poca prevalencia
o poco común en la sociedad, hace que la comunidad científica, médica e incluso el ámbito
legal, les resten importancia o no encuentren las suficientes motivaciones para incluirlos en
sus estudios, debates, o hasta a veces incluso leyes, con la consecuencia inmediata de que
esas personas, porque al fin y al cabo no dejan de serlo, sean calificadas como anómalas y
sujetos merecedores de discriminación a nivel social.
Nos hemos propuesto la tarea de revelar esta realidad en la que se encuentran los
grupos de minorías sexuales a partir de considerar que es un ámbito poco entendido y que
necesita de mayor inclusión, apertura y reflexión. El interés por nuestra formación en la
carrera de Psicología, encuentra uno de sus pilares principales en el conocimiento del vasto y
sorprendente campo de la sexualidad humana y otro no menos importante, en el de poder
acceder a las herramientas necesarias que nos permitan dar una atención más incluyente y
humana quienes se encuentran dentro de las minorías sexuales. La realidad es que hoy en día
no podemos seguir estancados en una concepción binaria de la sexualidad (hombre/mujer) y
tratar de auto-convencernos de que eso es lo normal o de que “debe” ser así. Más aún, como
profesionales de la salud, debemos estar conscientes de que cualquier paciente perteneciente
a estas minorías y que no se sienta identificado con ninguna de esas categorías, puede
requerir de nuestra atención.
El presente trabajo de investigación, pretende romper con ese ocultamiento que
envuelve a los grupos de minorías sexuales, específicamente al de la Transexualidad, para dar
paso a nuevos debates y plantear algunos conceptos que permitan su mejor comprensión y
aceptación tanto para profesionales del ámbito de la psicología o cualquier otro, y para la
sociedad en general. La Transexualidad, si bien es algo que ha estado presente en la
humanidad desde tiempos muy antiguos, es una de las condiciones de las que menos se sabe,
de difícil abordaje y que representa en el imaginario social uno de los tabús más oscuros y
desconocidos; o mejor, uno de los que se conoce su existencia pero que resulta más cómodo
no ver ni hablar.
Pretenderemos abrir nuevas formas de ver y comprender a estas personas, y a partir
de un estudio cualitativo, se expondrá cómo podemos aportar en el tratamiento de estos
pacientes en la afirmación de su identidad, y a que en lugar de llevar adelante una vida vacía,
desde nuestra labor es posible contribuir con ellos a acceder a mejores condiciones de vida.
8
1.2.Planteamiento del problema
La diversidad sexual, un aspecto poco investigado en el ámbito psicológico científico,
hoy en día se constituye como uno de los campos que demandan mayor abordaje y acción por
parte de los profesionales de la salud. Dentro de las diversidades sexuales, la Transexualidad
es una de las minorías menos estudiadas y que hoy en día, a partir de la nueva Ley de
Identidad de Género, requiere de una reevaluación de la concepción que se tiene de ella tanto
a nivel médico como en el imaginario social, y el sentido que de ahora en más adquiere el
tratamiento de pacientes que presentan esta condición.
Una nueva apreciación del concepto de Transexualidad hace que se definan las pautas
de tratamiento que harán al bienestar de estos pacientes y cómo a través de un abordaje
integral y adaptado a sus expectativas y necesidades, es posible brindarles mejores
posibilidades y calidad de vida. Consideramos necesario plantear el tema de la Transexualidad
dentro del ámbito psicológico, más allá de las discusiones a nivel médico, político y social que
se están empezando a generar a partir de la nueva Ley de Identidad de Género en la
Argentina.
El hecho de que nos encontremos históricamente en una sociedad postmoderna, en
constante cambio y evolución, requiere cuestionarse muchos paradigmas sociales que desde
tiempos pasados han mellado la calidad de vida de ciertos grupos sociales. Tal es el grupo de
la Transexualidad; personas que más allá de ser sujetos de derecho como cualquier otro ser
humano, no han podido acceder nunca a esa condición por falencias en el conocimiento
científico, aplazamientos legales y discriminaciones sociales. Afortunadamente, hoy en día,
aunque no a pasos muy acelerados, la medicina está logrando mayores avances en el
tratamiento de la condición, que no serían tan provechosos si de la mano no fueran
acompañados tanto de un sistema legal que lo garantice y un espacio terapéutico que les sirva
de sustento. En el presente trabajo, nos hemos dado a la tarea de mostrar la importancia vital
que tiene para este grupo minoritario el poder contar con estas opciones que propone la
medicina en cuanto su transición, y cómo ella puede cambiar sus maneras de percibir y llevar
sus vidas. Para ello, hemos partido de la siguiente pregunta: ¿Cómo cambia el sentido de sus
vidas el proceso de transición? Sentido, tomado a la vez tanto como sinónimo de significado y
como dirección; ¿qué nuevo significado les otorga a su vida ese proceso de transición y hacia
donde les permite dirigirse?
Debemos disculparnos y aclarar que si bien hacemos uso del término Transexualidad,
no lo hacemos en sentido patologizante y estamos conscientes de que muchos no se
identifican con esa denominación o no la consideran apropiada. Haremos uso del término
únicamente a efectos de diferenciarlo de otras condiciones que también se encuentra dentro
9
del colectivo Trans, y porque lamentablemente persiste esta denominación de Transexualismo
en el lenguaje médico y dentro de los manuales diagnósticos.
2. Marco Teórico.
2.1.Identidad.
El concepto de identidad es un concepto que ha ido cambiando a lo largo de la historia de
la humanidad en sus intentos por responder a la pregunta de quiénes somos y a hacia dónde
vamos. Muchos filósofos desde los grandes pensadores de la antigüedad hasta la actualidad,
han intentado dar una definición de lo que significa la identidad y el sentido del ser. Las
posiciones han sido siempre muy diversas, generalmente reflejaban el acontecer del
momento histórico en que se encontraban dichos pensadores. Lo cierto es que aún hoy sigue
siendo difícil dar con una definición que no sea cuestionable y que permanezca vigente por
mucho tiempo. Ahora nos ponemos en cuestionamiento si la identidad es un constructo, si es
algo que permanece a lo largo de nuestras vidas o si está en constante cambio.
Para Santo Tomás de Aquino, la identidad en el hombre es lo propio de cada uno, en
cuanto: a) el sujeto, que se apropia de su ser (toma conciencia), se constata como no
cambiando en su sí mismo sustancial (su ser sujeto), aunque cambie en sus actos o acciones;
b) en cuanto a que lo propio asumido no es de otro [1]. Esta definición de identidad
consideraría que la identidad es aquella instancia en la que me reconozco a mi mismo como
parte de la especie humana, pero distinto de los demás en mi condición; me apropio de una
manera de ser personal en mi carácter de sujeto, y me puedo reconocer a mi mismo a pesar
de los cambios físicos o de mis acciones. Implicaría que la identidad se halla inscripta en una
especie de núcleo que garantiza esa permanencia en mi capacidad de reconocerme a mí
mismo a pesar del tiempo. Según Hegel, la identidad es autoconciencia de la propia
permanencia y requiere de otra autoconciencia, porque “sólo es en cuanto se la reconoce”[2]
ante otra conciencia; o sea, cuando se reconoce como distinta. La identidad requiere la
alteridad convertida en diversidad. “La identidad y la diversidad son el resultado de la
interacción y, en esa interacción, se constituyen”[3]. Bajo este concepto de Hegel, se infiere
que necesitaríamos de un Otro que nos confirme esa identidad que en principio
experimentamos como un acto de conciencia propio.
Adscribiéndose a estas dos posturas acerca de lo que significa la identidad, entendemos
que ésta no es otra cosa que la percepción de sí mismo que parte de un acto de conciencia de
cada sujeto, que es mantenida a lo largo de su vida a pesar de sus cambios, pero que además
necesita ser reconocida por los demás como distinta de ellos. Esa diferenciación propia le da a
cada sujeto el carácter de singularidad; su identidad personal. Consideramos también que no
basta solamente con la identidad autopercibida que cada sujeto tiene de sí mismo si éste no
puede acceder a desarrollarla libremente en una sociedad que se la reconozca como tal. El ser
humano es capaz de diferenciarse a sí mismo tanto de los de su misma especie como de otras,
10
por su capacidad de consciencia, de pensarse y conocerse a sí mismo y de pensar la realidad
en la que está inmerso. Uno adquiere una identidad propia cuando tiene la capacidad de
tomar consciencia de lo más íntimo de su ser, apropiarse de ella y construirse en base a
aquello que siente. Esto está relacionado directamente con responsabilizarse por uno mismo,
actuar en base a las propias convicciones y a su sentir más íntimo, respetando siempre los
límites donde se entrecruzan la libertad propia y la de los otros.
En la historia de la humanidad, no es inusual ver como la sociedad es quien le ha
otorgado “identidad” a ciertas personas o grupos de personas, en base a las apariencias,
patologías, errores, condiciones económicas, raza, etc. según las creencias de un grupo
dominante y sus concepciones sometedoras sobre los grupos minoritarios o “anormales”. La
sociedad se encarga de encasillar y etiquetar a todo aquello que no cumple con los
estereotipos de lo dominante y esto permanece en la “identidad” de esa persona, o incluso, se
le otorga una identidad alienante e impropia, arrebatándole el autoconcepto que pueda tener
de sí misma. A manera de ilustración, en la época de la esclavitud por ejemplo, por mucho que
una persona se concibiera a sí misma como ser humano, hombre o mujer, bueno o malo, o de
la manera que se percibiera a sí mismo, por el simple hecho de tener piel de color o de
pertenecer a una clase social inferior, se le otorgaba esa identidad de esclavo, de inferioridad,
y se le aplicaba un trato inhumano, pues no se lo consideraba como tal. Lo que queremos
demostrar con esto, es la influencia que tiene la sociedad sobre la posibilidad de desarrollar o
desbaratar esa identidad autopercibida; que debería ser en principio una concepción íntima y
personal. Sin embargo, lo cierto es que somos seres en sociedad y no somos si no nos dan
lugar. Por ello la necesidad de apertura y respeto frente a cualquier ser humano sin importar
su condición para permitir que cada uno pueda desplegar esa identidad autopercibida, que sin
duda debe ser desarrollada en libertad y con responsabilidad. Con responsabilidad nos
referimos al hecho de que uno pueda mostrarse a sí mismo sin mellar la identidad o
integridad de los otros. El hecho de ser diferente, no implica que se esté menoscabando la
libertad de aquellos grupos dominantes que consideran que quien no cumple con los
estereotipos instaurados por ellos es un enfermo.
En cuanto a las diferentes variaciones de la sexualidad humana, las identidades y las
distintas orientaciones; refiriéndonos a todas aquellas que cuestionan al binarismo sexual
(hombre/mujer), sabemos que hasta ahora corren con la misma suerte de todos aquellos que
escapan a los estereotipos, a lo esperado y son sujetos “dignos” de rechazo. Lo más común es
que no se respete su identidad y sean sujetos de todo tipo de discriminaciones y opresiones.
2.1.1. Identidad sexual.
La identidad sexual se refiere al hecho de reconocerse a sí mismo y ser reconocido como
perteneciente a un sexo. El concepto fue introducido por Stoller en el año 1968, cuando
pretendía realizar una distinción entre los factores biológicos (el sexo anatómico de
11
nacimiento) y los factores psicológicos y sociales (la identidad de género), en la determinación
de la identidad sexual. La formación de la identidad sexual es un complejo proceso en el que
se juegan factores de tipo biológico, social y cultural, incluso las propias experiencias
tempranas del sujeto van a tener influencia en el posicionamiento de un individuo como
hombre, como mujer o con dificultades para encuadrarse en uno de los dos. Sin embargo, lo
común es que tras el nacimiento, se catalogue a una persona como hombre o mujer
únicamente a partir de los caracteres sexuales primarios presentes. Sin embargo,
consideramos que no se debe olvidar la multidimensionalidad del ser humano; somos seres
bio-psico-sociales, y estos tres ámbitos serán determinantes en la sexualidad y a la vez se
verán también atravesados en todas las situaciones que cada individuo enfrente. Por ello la
necesidad de abrir la concepción de la identidad sexual más allá de los rasgos biológicos
presentes, tales como los caracteres sexuales primarios, secundarios y los cromosomas, ya
que la definición de la identidad sexual únicamente a partir de lo biológico, estaría incurriendo
en el reduccionismo tanto de los ámbitos psicológicos como sociales que también se
encuentran en juego.
El psicoanálisis aportó entre muchas otras cosas, la postura sobre la conformación de
la subjetividad del ser humano enraizada en sus relaciones intersubjetivas. Un individuo no
deviene sujeto psíquico y de deseo si no es a partir de las relaciones objetales, si no está
inserto en una sociedad y con los efectos de normalización de las instituciones propias de la
cultura. Es así como no se puede pasar por alto la determinación y la influencia que las
concepciones culturales sobre el género van a tener en la posición sexuada de un individuo,
más allá de los caracteres anatómicos. Toda sociedad y en cada momento histórico, prescribe
y normativiza formatos de masculinidad y femineidad diferenciales para cada uno de los
géneros. Se entiende por género, “la construcción socio cultural e histórica que cada sociedad
realiza sobre uno y otro sexo” (Carril, 2000). Con esto se entiende que los roles de cada género
van cambiando a través del tiempo, las culturas van modificando la manera de concebir lo
masculino y femenino según el momento histórico.
Es importante hacer una revisión sobre lo que el psicoanálisis comprende como
determinante en la posición sexuada. Esto estaría definido por el recorrido de las etapas
psicosexuales desde la infancia que llegarán a su culminación con la salida del Complejo de
Edipo. Sin embargo, para Stoller, la resolución del conflicto Edípico puede determinar la
orientación sexual del sujeto más no la identidad de género. Para este autor, la identidad de
género se conforma hasta los 3 años de edad aproximadamente, previo a la salida del
conflicto Edípico. Según Stoller, la identidad sexual depende en primera instancia del sexo
anatómico, en segundo lugar de las actitudes de padres y amigos, y finalmente, de una intensa
y oculta fuerza biológica que determinaría lo que él llama la Identidad sexual medular. Para
este autor cuando tal fuerza es muy potente, la influencia social, o incluso la evidencia de la
propia anatomía, no es capaz de superarla; sin embargo, cuando es débil los factores
ambientales pueden generar estados de ambigüedad sexual. Hacia los 2 años y medio unos
12
dos tercios de los niños reconocen su propio sexo, y niños y niñas se identifican a sí mismos en
casi el 100% de los casos (Stoller, 1968).
Se sabe también que el ingreso al complejo de Edipo es diferente para niños y niñas y
esto se debe a que hay núcleos ya constituidos, previos a la resolución genital, y que
constituyen el núcleo de la identidad de género, diferenciable de la posterior elección de
objeto sexual. “El sistema sexo-género, dará cuenta de complejas articulaciones entre el
sentimiento de "ser" y "sentirse" varón o mujer y la orientación erótica hétero, homo o
bisexual”[4]. Entonces, la diferencia entre la identidad de género y la orientación sexual es que
esta última se refiere al objeto de los deseos eróticos o amorosos de un sujeto, siendo
heterosexual, homosexual o bisexual, como una manifestación más dentro del conjunto de
su sexualidad. Así es que “para describir el perfil psicosexual de una persona se requieren tres
especificaciones: sexo anatómico, género y tipo de sexualidad en relación al objeto”[5]. El
concepto de género nos permite comprender la dimensión simbólica de la
femineidad/masculinidad fuera del ámbito biológico. Los roles de género otorgan a hombres y
mujeres un lugar y una función en la sociedad, y esa posición determina la mayoría de las
veces, la manera en que han de llevar sus vidas; una forma de posicionarse psíquicamente y
hasta les prescriben las formas en que deben actuar frente a ciertas situaciones. Así, las
mujeres visten de rosa y son sensibles; los hombres visten de azul y no lloran, entre muchos
otros supuestos binormativos.
El paso del tiempo ha insertado muchos cambios en la forma de vida de los seres
humanos, tanto para hombres como para mujeres. Actualmente, los roles de género no son
los mismos que aquellos que se definían o se consideraban esperables para hombres y
mujeres antiguamente; hoy en día, la mujer goza de muchas más libertades de las que gozaba
siglos pasados, lo cual ha cambiado su papel en la cultura, la familia, el trabajo, etc., dándole
una posición mucho más activa. Por este motivo, consideramos que si según la teoría
psicoanálitica, el niño o niña alcanzaba la posición sexuada por medio de la identificación y la
salida del Complejo de Edipo, por lo menos deberíamos tener en cuenta que esa identificación
en la actualidad no va ser con la del hombre o mujer del siglo XX de donde partieron las
teorías, en tanto que los roles y los modelos de padre y madre ahora son diferentes. Los niños
de hoy se identificarán con esas nuevas formas de vida y roles; una posición femenina mucho
más activa y una masculina un tanto más pasiva. Por ello no se podría establecer que si una
niña no alcanza la femineidad típica de aquella época, de sumisión y pasividad, ha resuelto
una posición masculina o fálica ya que la mujer de hoy tiene una posición muy activa y realiza
actividades que antes eran solo consideradas masculinas. Los roles de género no son tan
tajantes y diferenciados como eran el siglo pasado, y aunque a un paso muy parsimonioso, las
diferencias de género se están difuminando.
Lo que es importante señalar es que el psicoanálisis ortodoxo no ha interrogado sus
propias teorías a partir de las nuevas investigaciones en estudios de género, ni ha considerado
13
la realidad actual del acontecer cultural y social. Lo que sucede es que las instituciones
psicoanalíticas no parecen estar muy dispuestas a replantearse metodologías, intercambiar
con otras áreas del saber, deconstruir puntos de la teoría que aparecen oscuros o difíciles de
aplicar hoy en día y hacer las reformulaciones correspondientes. Hoy en día la gama de
orientaciones e identidades sexuales se manifiesta en formas diferentes y complejas, como
parte del proceso evolutivo y la complejidad misma que caracteriza al ser humano. Desde el
paradigma de la complejidad sabemos que estamos en constante cambio, nos vamos
complejizando, y porqué no entonces salir de la concepción binaria de los sexos, de la
sociedad patriarcal y abrirnos a la verdadera realidad sin diagnosticar bajo parámetros que
probablemente fueron útiles para su época. Más allá de darse cuenta de que las realidades
sexuales no se corresponden con las del siglo pasado, o con las que se forzaban en épocas
pasadas, y más allá de catalogarlas como anormales o desviadas en función de lo que ocurría
en aquellas épocas, debemos abrirnos a ellas, aceptarlas y comprenderlas. Al no darles su
lugar, caeríamos en los reduccionismos y en una visión simplista de la sexualidad y del ser
humano en general.
Para el psicoanálisis, la salida del Edipo con la consecuente identificación del niño o
niña con el progenitor de su propio sexo anatómico es considerada como lo normal y
determinante en la posición sexuada del sujeto. Pero como se mencionó, identidad y
orientación sexual no son lo mismo; la identidad es el sentirse a sí mismo como perteneciente
a un género, y la orientación sexual es la inclinación hacia determinado objeto sexual. La
diversidad sexual en nuestros tiempos es tan grande que por ejemplo, podrá haber quien
nacido en un cuerpo anatómicamente masculino, tenga una identidad de género femenina y
una orientación sexual heterosexual al inclinarse por el sexo masculino. Es el caso de
individuos que padecen la condición sexual de Transexualismo. Esta es sólo una más de las
variantes de la sexualidad humana, que con el correr de los tiempos está desplegando su
enorme diversidad y que se aleja mucho de la tradicional binariedad de los sexos.
2.2.Transexualidad.
Si hacemos una revisión a lo largo de la historia, podemos ver que esta condición no es
nueva, ha estado presente desde épocas muy antiguas en las que por ejemplo, en algunas
culturas se los consideraba seres más elevados; el “tercer sexo” y se les reconocía esa
identidad propia. Sin embargo, en la actualidad, la Transexualidad es considerada como una
patología por el DSM-IV, incluida dentro de los Trastornos de la Identidad Sexual. Esta
condición se incluyó como patología mental desde su versión DSM-III en 1980. Muchos grupos
del movimiento transexual están luchando para conseguir sacarla de la quinta versión, pero
creemos que todavía son pocas las posibilidades.
2.2.1. Criterios para el diagnóstico de F64.x Trastorno de la identidad sexual DSM IV.
(302) CIE-10. [6]
14
A. Identificación acusada y persistente con el otro sexo (no sólo el deseo de obtener las
supuestas ventajas relacionadas con las costumbres culturales). En los niños el trastorno se
manifiesta por cuatro o más de los siguientes rasgos:
1. Deseos repetidos de ser, o insistencia en que uno es, del otro sexo.
2. En los niños, preferencia por el transvestismo o por simular vestimenta femenina; en las
niñas, insistencia en llevar puesta solamente ropa masculina.
3. Preferencias marcadas y persistentes por el papel del otro sexo o fantasías referentes a
pertenecer al otro sexo.
4. Deseo intenso de participar en los juegos y en los pasatiempos propios del otro sexo.
5. Preferencia marcada por compañeros del otro sexo.
En los adolescentes y adultos la alteración se manifiesta por síntomas tales como un deseo
firme de pertenecer al otro sexo, ser considerado como del otro sexo, un deseo de vivir o ser
tratado como del otro sexo o la convicción de experimentar las reacciones y las sensaciones
típicas del otro sexo.
B. Malestar persistente con el propio sexo o sentimiento de inadecuación con su rol.
En los niños la alteración se manifiesta por cualquiera de los siguientes rasgos: En los niños,
sentimientos de que el pene o los testículos son horribles o van a desaparecer, de que sería
mejor no tener pene o aversión hacia los juegos violentos y rechazo a los juguetes, juegos y
actividades propios de los niños; en las niñas, rechazo a orinar en posición sentada,
sentimientos de tener o de presentar en el futuro un pene, de no querer poseer pechos ni
tener la regla o aversión acentuada hacia la ropa femenina.
En los adolescentes y en los adultos la alteración se manifiesta por síntomas como
preocupación por eliminar las características sexuales primarias y secundarias (p. ej., pedir
tratamiento hormonal, quirúrgico u otros procedimientos para modificar físicamente los
rasgos sexuales y de esta manera parecerse al otro sexo) o creer que se ha nacido con el sexo
equivocado.
C. La alteración no coexiste con una enfermedad intersexual.
D. La alteración provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de
otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Entonces, ¿cómo es la identidad sexual de una persona transexual? Los Transexuales
son sujetos que aseguran sentirse como pertenecientes al otro sexo, refieren sentirse
atrapados en un cuerpo que no les pertenece y aborrecen sus caracteres sexuales primarios y
secundarios. Se identifican con las actividades propias del sexo opuesto al que fueron
asignados en el nacimiento, desean vestirse, ser nombrados y vivir como el sexo opuesto. Y
para complicar más aún la situación, un transexual puede ser tanto homosexual, bisexual o
heterosexual, pero estas situaciones en las que la elección de objeto sea bisexual u
homosexual, tienen la misma incidencia que en personas que no son Transexuales.
15
Seguramente no hay cuestionamiento más fuerte que aquel que se hace cuando se va
en contra de lo instaurado en el ámbito de la sexualidad. Es un tema que está tan fuertemente
instaurado en los seres humanos que cuando uno escapa a lo esperado, a lo normal, debe ser
clasificado como patológico. De todas las diversidades sexuales, seguramente la
Transexualidad es la que más cuestiona lo instituido, y transgrede esa estabilidad y
tranquilidad que otorga la clasificación binormativa de hombre o mujer, pues no se sabe a qué
categoría pertenece realmente y esto genera ansiedad en los otros. Los seres humanos no
podemos tolerar la frustración que produce aquello que no puede ser nombrado, que no
puede ser clasificado y etiquetado, y es por ello que la Transexualidad se convierte en uno de
los temas más difíciles de aceptar.
Es tan importante para el ser humano poder clasificar, especialmente en lo relacionado al
género y a la sexualidad, que cuando nos encontramos frente a una persona de apariencia
ambigua o con un nombre que no concuerda con la apariencia física, se genera tal confusión
que es imposible evitar la mirada despectiva, de curiosidad y una enorme incertidumbre al no
saber si referirnos a ella en términos masculinos o femeninos. Pues ni siquiera el lenguaje nos
permite salir de esos dos sexos, automáticamente debemos pertenecer sea a uno o al otro.
Para poder ser nombrados tenemos que pertenecer a uno de ellos.
Los Transexuales, afirman sentirse de esta forma desde muy temprana edad en la
mayoría de los casos, con lo cual la infancia se convierte en una etapa despojada de toda
inocencia para convertirse en dolorosa y llena de incomprensión. La adolescencia se agrava
con el devenir de los cambios físicos que plantea la pubertad y que justamente confirma
aquello que ellos más aborrecen; un cuerpo que no les pertenece. Y las consecuencias en la
edad adulta se advierten en la dificultad de entablar vínculos sociales, acceder a un trabajo
digno, formar familias y sensaciones de disconformidad consigo mismos. La imposibilidad de
mostrarse a sí mismos, la discriminación, el rechazo y la incomprensión, sumado a la
desesperante sensación de ver un cuerpo con el que no se sienten identificados, genera un
sinfín de consecuencias psíquicas que no encuentran aminoramiento sino es en la tolerancia,
la aceptación y el amor de los otros. Estas consecuencias van desde conductas autoagresivas,
automutilaciones, aislamiento, adicciones, ansiedad, depresión y hasta ideas de suicido o su
propia consumación.
La mayoría considera que la Transexualidad es algo no menos que una patología
mental, una psicosis; algo impensable. Que aquello que ellos sienten no puede ser más que
producto de la locura y se les cierran todas las posibilidades, salvo excepciones, de ser como
se sienten y como saben que son; de desplegar su identidad. Incluso las propias familias
coartan sus posibilidades y deseos, les cierran sus puertas y junto a la sociedad, los aíslan. Sin
embargo, según el Psiquiatra argentino Adrián Helien[*],“La mayoría de las personas
Transexuales no presentan enfermedades psiquiátricas subyacentes como las psicosis […] lo
más común es que estxs adeolescentes tengan algún tipo de desórdenes de ansiedad o
16
* Adrián Helien es médico, especialista en Psiquiatría (UBA). Se desempeña en el Sector de Disfunciones
Sexuales de la División Urología del Hospital “Carlos G. Durand”. Es coordinador del Grupo de Atención de
Personas
Transexuales.
17
depresión en respuesta a los desafíos que tienen que afrontar con su Transexualidad”(sic)
(Helien & Piotto, 2012:146). Estos síntomas de ansiedad y depresión, estarían más bien
inducidos por la sociedad y no son inherentes a la condición de Transexualidad. Una persona
que presente esta condición se encontraría mucho más aliviada si en principio su familia y la
sociedad en general tuvieran una mirada más inclusiva, abierta, que no etiquete y que por
sobre todo los comprenda y cobije. El enorme dolor que atraviesan al cargar con el peso de un
cuerpo al que no pertenecen y en el que no se ven a sí mismos, sumado en muchos a casos la
vergüenza que esto representa para ellos mismos, se torna más difícil aún cuando no
encuentran ni un solo lugar para refugiar sus frustraciones, sentirse queridos y encontrar un
sostén del cual poder sujetarse.
Incluso el hecho mismo de ser llamados Transexuales supone para muchos de ellos
una etiqueta que los patologiza, no se sienten identificados con ese adjetivo. Algunos
simplemente refieren sentirse hombres o mujeres y como cualquier otro ser humano, esperan
ser tratados como tales. Habrán otros quienes al contrario se enorgullecen de pertenecer a
este colectivo, se consideran a sí mismos un tercer sexo, un género en constante cambio. Lo
importante es que se los respete como a cualquier otro ser humano por el solo hecho de
serlo, y que los demás se dirijan hacia ellos usando los pronombres y artículos con los que se
identifican. Un tema no menor es el del nombre, es importante referirse a estas personas con
el nombre con el cual se identifican puesto a que no se sienten cómodos ni identificados con
el que se les asignó en el nacimiento. Es doloroso escucharlo, como lo sería para cualquier
otra persona que fuera llamada por un nombre que no le corresponde, y más aún cuando ni
siquiera el género de ese nombre es el correcto.
2.2.2. Etiología.
Actualmente, no existe una posición determinante en cuanto a la etiología de esta
condición sexual. Los factores son diversos y lo que podría ser determinante para un ser
humano no es siempre para otro. Por la complejidad que supone el caso, existen diversas
teorías que la ciencia no ha podido comprobar hasta nuestros días, sumado a la escasez de
estudios serios. También es cierto que las personas Transexuales, por miedo a la
discriminación prefieren en muchos casos permanecer desapercibidas o aisladas, con lo cual
se torna más difícil hacer seguimientos y estudios que permitan identificar las posibles causas.
Las distintas posiciones plantean teorías que van desde alteraciones genéticas, neurohormonales, psicosociales o multifactoriales.
Dentro de la teoría psicoanalítica, una de las posturas considera que la Transexualidad
“surge de la no resolución de la ansiedad de separación-individuación a través de una fusión
simbiótica con la madre, y en la adultez busca calmar esa ansiedad con el cambio de
sexo. Nunca establece una relación heterosexual con la madre y no se desarrolla el complejo
18
de Edipo, así que su feminidad surge sin problemas”[7]. Es la que considera a la Transexualidad
más cerca de la psicosis y la perversión, en tanto se desmiente la realidad objetiva de la propia
sexualidad anatómica del cuerpo y se pretende adecuar a las características anatómicas y
culturales del sexo opuesto. Sin embargo, se debe destacar que las personas Transexuales no
presentan delirios de transformación corporal o la convicción de que un otro (Dios) les ha
hecho esa revelación como por ejemplo en el caso de Schreber, y estudios demuestran que no
presentan juicio desviado ni delirios y mantienen el criterio de realidad. Una persona con esta
condición no es que niegue o desmienta su realidad anatómica, es consciente de ella pero
apunta a modificarla quirúrgica y hormonalmente para poder equilibrar su sexo cerebral con
su propia imagen corporal. Se sabe que el cerebro, de donde parte el sentir y la identidad
propia de cada uno, es el órgano sexual más importante. Un hombre que pierda sus genitales,
o una mujer que no pueda acceder a la maternidad, no dejan de sentirse como pertenecientes
al género que le corresponde. Y esto se debe a que la realidad corporal; el sexo anatómico, no
es lo único determinante en la definición de la identidad sexual.
“Sabemos que nuestro cerebro, al nacer, pesa una quinta parte de lo que pesará en
edad adulta. Esto supone que seguirá desarrollándose a partir de una base biológica, como un
premoldeado, y que continuará creciendo bajo la influencia de aquello que lo rodea: el
ambiente, el ámbito social y la cultura. Es decir, vamos a seguir conformando nuestro ser
después del nacimiento.” (Helien & Piotto, 2012:111) Esto indicaría que el cerebro se sigue
desarrollando después del nacimiento, con lo cual, se supondría que la identidad, al ser
considerada como un sentimiento enraizado en este órgano, también se va ir conformando
paralelamente. Lo que supone un problema es que incluso antes de que ese niño que todavía
no ha accedido a determinar su propia identidad, ya se le haya sido asignada a partir de sus
caracteres sexuales primarios, la manera de cómo ser y sentirse a sí mismo.
En cuanto al juicio de realidad, se podría pensar que está alterado si nos cerramos a
que el sujeto “niega” su realidad anatómica, sin embargo las personas Transexuales están
conscientes de ella, sólo que en estos casos lo corporal va en contra de lo psicológico de la
persona. Consideramos que el juicio de realidad tendría que ser analizado desde el sexo
cerebral; lo real y verdadero acá sería este sexo cerebral antes que el corporal, en tanto que
una vez adquirida la posición sexuada esta es constante y no puede ser alterada (en la gran
mayoría de las personas), y al contrario, la realidad física si puede ser alterada para que se
condiga con su sentir íntimo. Hacer caso omiso al género cerebral iría en contra de la
identidad de la persona y se negaría su realidad. El punto acá es asegurarse de que presentan
esta condición porque si no se incurre en el riesgo de brindar a algunas personas tratamientos
innecesarios que pueden desembocar en suicidios, brotes, arrepentimientos, etc. Nos
referimos al caso de sujetos que muestren inestabilidad o inseguridad respecto de su
identidad, que pretendan ventajas asociadas al género, delirios.
19
Un equipo de especialistas en neurociencias de Holanda, encabezado por el doctor
Zhou en 1995, encontró una posible causa biológica en la Transexualidad. A través de su
estudio, encontraron que el volumen del núcleo basal de la estría terminalis; un área del
cerebro determinante en el comportamiento sexual, es mayor en hombres biológicos. Se
encontró que el tamaño de esta área del cerebro de pacientes Transexuales de hombre a
mujer era del mismo tamaño que aquél de mujeres biológicas, sin importar la orientación
sexual de las pacientes, además de que no habían recibido aún terapia hormonal. Otros
estudios reflejan ciertas diferencias cerebrales respecto de la organización física de la persona,
que más bien muestran similitud con la organización cerebral del sexo al cual se sienten
pertenecer. Estos estudios defienden una base biológica en cuanto a las causas, sin embargo,
no se conoce porqué es que se dan esas alteraciones en el cerebro que se desarrollan en
desacuerdo con el sexo gonadal.
Lo cierto es que ni la medicina ni la psicología todavía han podido determinar las
causas de la condición, ya sea por los pocos avances médicos o teóricos, porque es más
cómodo permanecer en la binariedad de los sexos y resulta incómodo entender lo que no se
ajusta a esto, o porque cada disciplina se supone poseedora del saber absoluto sin tratar de
unir sus conocimientos, o porque simplemente la complejidad del ser humano es tan grande y
maravillosamente diversa que nos supera a nosotros mismos. El punto es que esta condición
existe al igual que otras más; hay personas que no se sienten pertenecer a ninguno de los dos
sexos, las que desean vivir y verse como el sexo opuesto, algunas que lo hacen
momentáneamente, las que se sienten pertenecer a ambos, etc. Y al estar presentes merecen
aceptación y respeto como cualquier otra persona que si se encuadra dentro del binarismo
sexual y la heterosexualidad. Creemos que más allá de encontrar las causas o no, hay que
tener una mirada más profunda y cuestionarnos qué estamos haciendo frente a esta realidad
que existe, que ya está presente. Encontrar las causas no va generar de por sí mejores
calidades de vida a estas personas, ni mágicamente van a dejar de sentir la disforia. A este
punto incluso, nos hacemos la pregunta de si habría que considerar realmente necesario
conocer el porqué... ¿No sería más fácil y sensible aceptar esta enorme riqueza del ser
humano y dejarla desplegarse libremente? ¿Es necesario patologizar aquello que a través de
un constructo social, como es el género, no se adecúa a lo que nosotros mismos hemos
instituido como convencional o normal? Estas identidades sexuales no deberían ser
patologizadas sino consideradas como parte de la diversidad misma de nuestra naturaleza
humana. El encontrar causas supone definir como patológico, por ende etiquetar y buscar
“una cura” para atacar “el problema”. Sin embargo, la verdadera cura pudiera estar de la
mano de darles un lugar en el mundo, y más allá de conocer las causas, lo que estos sujetos
necesitan es sin duda comprensión por parte de la sociedad, las mismas oportunidades de
vida y por supuesto que también de mejores procedimientos médicos, terapéuticos y legales
que les permitan ser como se sienten en lo más profundo de sí mismos.
20
Algo que es importante remarcar es que uno no se hace transexual, esta no es una
decisión que se haya tomado de un día para el otro. Nadie decidiría atravesar porque sí todas
las dificultades por las que una persona transexual tiene que atravesar respecto a la
transición, cirugías, discriminación, falta de oportunidades, rechazo, etc. La identificación con
el género opuesto está tan fuertemente arraigada desde muy temprana edad que no se puede
ir en contra de ella. Es tan determinante que prefieren morir antes de continuar atrapados en
el cuerpo que no les corresponde. Los sujetos que tuvieron la “suerte” de nacer con el sexo
anatómico que se condice con el cerebral, tampoco podrían de ninguna manera “decidir” de
un día para el otro pertenecer al otro sexo. Cuando uno es niño, sabe a qué género pertenece
sin necesidad de que se lo enseñen y en estos sujetos esa identidad a la cual sienten
pertenecer es reconocida por ellos mismos desde muy temprana edad.
Es necesario definir acá ciertos conceptos para la comprensión y diferenciación de la
condición de Transexualidad. Los términos transgénero y/o trans son considerados como
términos que engloban a todas las diferentes expresiones de género que no se adecuan a la
clásica diferenciación binaria de hombre/mujer en base al sexo anatómico de nacimiento.
Comprenden a todas aquellas identidades del espectro de la diversidad sexual en el que
encontramos al travestismo, genderqueer, androginia, transformismo y transexualidad.
Es común en el lenguaje colectivo confundir los términos de travesti y transexual, pero
la diferencia radica en que si bien el travesti puede identificarse con el género opuesto al del
sexo de nacimiento, realizar procedimientos hormonales o quirúrgicos para acomodarse a ese
género de identificación, no presentan aversión frente a sus genitales ni considera renunciar
al placer que estos le otorgan. También es común utilizar este término como sinónimo de
transgénero. Al contrario, el Transexual si rechaza sus genitales y desea modificarlos
quirúrgicamente aunque no siempre puedan realizarlo por factores sociales, económicos,
médicos o personales.
2.2.3. Tratamiento.
Desde que la Transexualidad fuera considerada una patología, el psiquiatra
estadounidense Harry Benjamin determinó a través de sus estudios con pacientes de este
tipo, una serie de pasos con los que se logra adecuar el cuerpo al sexo cerebral, estas fueron
rápidamente adoptadas por muchos países y hoy la World Professional Association for
Transgender Health (WPATH) es la organización que se encarga de revisar esos estándares
continuamente. El tratamiento que se les brinda a estos pacientes incluye en principio un
diagnóstico a partir de tests, una terapia psicológica que va desde los 3 meses hasta dos años
para determinar si se trata efectivamente de un caso de Transexualidad, se sigue con una
etapa llamada experiencia de vida real; en la que la persona debe vivir bajo el rol al que desea
pertenecer (mínimo 3 meses) y con el objeto de ver en qué medida puede adaptarse a ese rol
al que siente pertenecer. Luego comienza la terapia hormonal; en la que se le administrarán
21
hormonas correspondientes al sexo opuesto para lograr el desarrollo de las características
sexuales secundarias. La terapia hormonal provoca cambios tanto irreversibles como
reversibles pero deberá ser utilizada de por vida. Y finalmente se accede a la cirugía de
reasignación sexual (genital) que supone los cambios irreversibles. Tanto la terapia hormonal
como la cirugía se realizan a partir de los 18 años y con aprobación judicial en la mayoría de
los países. En algunos casos, con consentimiento de los padres, a partir de los 16 años. Este es
un proceso que puede resultar muy doloroso para los pacientes, muy embarazoso por la falta
de aceptación en la sociedad, sumado a que en la experiencia de vida real, la persona debe
vestirse y desenvolverse como perteneciente el sexo opuesto cuando todavía no poseen
documentos de identidad que reflejen esto y sus características físicas permanecen siendo las
del sexo de nacimiento.
Afortunadamente, ahora en Argentina, no hay necesidad de atravesar toda esta serie
de pasos que suponían un filtro para aquellos que no eran considerados Transexuales
verdaderos. Ahora en el país existe la posibilidad de que cada persona, de acuerdo a su sentir,
pueda acceder o no a todo este tratamiento, o sólo a una parte de él como por ejemplo para
las travestis que no consideran la cirugía de reasignación sexual al estar conformes con sus
genitales, o para quienes sin cirugías ni terapia hormonal puedan acceder a la rectificación
registral. Estas medidas están sin duda más adaptadas a las distintas identidades, no
determinan un patrón y permiten que cada uno vaya construyéndose a la medida de su sentir
íntimo; que cada uno pueda construir su propia identidad más allá de lo genital.
En las mujeres transexuales, la transición comprende todos o parte de los siguientes
procedimientos:
-
Terapia hormonal (estrógenos): generalmente por vía oral.
-
Colocación de implantes mamarios.
-
Vaginoplastia.
-
Cambio de nombre registral.
Algunas mujeres trans también recurren a cirugías de feminización facial, técnicas de
modulación de la voz o cirugía de a voz e implantes de glúteos.
En los hombres transexuales, se siguen todos o algunos de los siguientes
procedimientos:
-
Terapia hormonal (testosterona): generalmente por vía intramuscular.
-
Mastectomía (extirpación de mamas).
-
Histerectomía y ooforectomía (extirpación de útero y ovarios).
22
-
Faloplastia o Metoidioplastia (creación de un falo con piel del propio cuerpo o
alargamiento del clítoris).
-
Cambio de nombre registral.
En ambos casos las hormonas deberán ser utilizadas de por vida. Las transiciones de
mujer a hombre suponen procedimientos más complejos y existen menos profesionales
especializados en sus cirugías. Sin embargo al ser la testosterona una hormona sumamente
potente, los cambios físicos alcanzados en ellos son más notorios que en las mujeres. Los
hombres pasarán en la mayoría de los casos más desapercibidos que ellas. Las cirugías son
más costosas para ellos y más riesgosas, por lo tanto muchos sólo desean realizar la terapia
hormonal y la mastectomía.
Sin embargo, muchos transexuales deciden no realizar la cirugía de reasignación sexual
genital por el enorme riesgo que implica ese procedimiento médico, poca seguridad de
alcanzar resultados esperados, por los elevados costes, por falta de profesionales
especializados en sus países o ciudades, incluso porque en algunos casos son prohibidas por
ley. Para los hombres transexuales, las expectativas de adquirir una cirugía funcional y estética
se ven muy reducidas dentro de la medicina actual. El riesgo es mayor que en las mujeres y se
la debe realizar en por lo menos 3 etapas con intervalos de 6 meses cada una.
En las mujeres, muchas veces por dificultades en su situación económica, no ven otra
opción que realizarse procedimientos quirúrgicos en lugares que no cumplen con los mínimos
requisitos sanitarios, se inyectan aceites en el cuerpo para obtener una apariencia más
voluminosa en busto y glúteos. Muchas de ellas luego enfrentan problemas de salud o incluso
la muerte.
De todas formas, remarcamos el enorme alivio que supone contar con avances y
procedimientos médicos que permitan adecuar lo más cercano posible el sexo cerebral con el
corporal ya que alivia en gran medida la ansiedad y autorechazo que sienten con su propio
cuerpo y disminuye la sensación de sentirse presos dentro de un cuerpo que no les pertenece.
También consideramos que es imprescindible el acompañamiento psicológico, pero no a
manera de veredicto final para determinar quien podrá acceder o no a la terapia hormonal o a
la cirugía de reasignación sexual. Los terapeutas debemos ser abiertos con los pacientes y
darles a conocer todas las opciones con que cuentan, acompañarlos en su adecuación al rol,
ayudarles a definir su identidad si presentan dudas y advertirles, dado el caso de que
presenten otro tipo de problemas que puedan necesitar de atención y que en tal forma, la
transición no sea la mejor opción o que podría desembocar en arrepentimientos. La Ley de
Identidad de Género no plantea el diagnóstico psicológico como necesario para acceder al
tratamiento, simplemente respeta la identidad de cada persona por encima de cualquier juicio
de valor o clasificación que pudieran emitir jueces o psicólogos. Pero es importante que los
psicólogos tengan una actitud abierta frente a personas que pertenecen a estas minorías
23
sexuales; no encasillarlos, no juzgarlos ni tratar de “normalizarlos”, pues porque necesitan de
nuestra contención. Si mantenemos una posición cerrada, ellos no podrán beneficiarse de
este espacio de encuentro consigo mismos, donde puedan descargar sus dudas, frustraciones
y afirmar su identidad. Es claro que hasta ahora no se ha abordado mucho ni muy
profundamente el tema de la diversidad sexual debido a que nos mantenemos en la visión
simplista y binaria de la sexualidad humana. Se necesita salir de esa concepción para poder
asistir a muchas personas que no se encuentran dentro de esa tradicional concepción de
masculinidad o feminidad. Debemos revisar nuestros conceptos y teoría sobre lo que es
considerado normal o patológico y analizar si esos juicios no siguen siendo condicionados por
prejuicios morales, religiosos, tradicionalistas o enfoques y teorías pasadas. La experiencia
muestra día a día la necesidad de mayores investigaciones en cuanto al tema, la necesidad de
apertura frente a las nuevas realidades e identidades, nuevas teorías, metodologías, mayor
inclusión para extender la asistencia de la psicología a una mayor cantidad de personas.
Si el proceso de transición es la vía mediante la cual estos pacientes pueden ensamblar
más armónicamente su mente con su cuerpo, es algo que debe estar asegurado para que
puedan llevar adelante una vida más auténtica, libre y placentera. Es destacable la labor que
han llevado a cabo los grupos de activistas trans para conseguir la aprobación de esta ley. Es
alentador saber que por lo menos ahora existe una ley que acepta la diversidad y promueve el
respeto por la dignidad y la inclusión de estas personas, más estamos conscientes de que esto
no es suficiente si no se lleva a cabo un cambio en la concepción de la sociedad sobre la
existencia de las diversidades sexuales y que estas pasen a ser vistas como merecedoras de
ese trato digno e igualitario. En todo caso, no sirve en absoluto que la ley quede solamente en
teoría y no sea llevada a la práctica y por lo tanto, toda la sociedad también debería hacerse
partícipe de ese proceso de transición por el que deben atravesar estos pacientes.
2.3.Una mirada existencialista.
¿Cómo es que ciertos sectores de la sociedad que nosotros mismos hemos instituido
tienen poder sobre otros? ¿De qué atributos o beneficios gozan para determinar el rumbo de
la vida de los demás, y en base a qué? ¿Cómo es que por determinaciones de unos cuantos,
otros están confinados a vivir una vida de padecimiento? Seguramente quienes formularon,
promulgaron y aceptaron la Ley de Identidad de Género en el país se platearon estas
preguntas aunque sea por unos instantes. Pues antes de la Ley de Identidad de Género, eran
el Estado, los profesionales de la salud y ciertos grupos dominantes de la sociedad, quienes
determinaban la identidad de las personas pertenecientes a los grupos de minorías sexuales.
Lamentablemente, esto sigue sucediendo en la mayoría de los países del resto del mundo.
Si hacemos un recorrido histórico veremos que siempre existieron grupos de mayor
poder tales como los religiosos, algunos grupos políticos por sobre otros, los de las grandes
corporaciones y ciertos sectores de la sociedad que se atribuyen arbitrariamente
24
características superiores o mejores que las del resto. Cada época y cultura está determinada
y comandada por uno o varios grupos de poder que definen en gran medida las maneras de
vivir, lo que es correcto y lo que no, lo que es normal y lo que debe ser condenado, lo que es
permitido y lo que es castigado. Es cierto que para que haya autoridad, debe haber alguien
que instaure la norma, y en contrapartida, alguien que la avale y siga esas órdenes. Pero estos
grupos dominantes logran imponer estas normativas en base a diversas estrategias de control,
muchas veces imperceptibles, y que manipulan y juegan con la psicología de las personas, en
muchos casos no dando lugar a oposición. Estas normas sin duda benefician más a quienes
están del lado de aquellos que las promulgan y en cambio, los que quedan afuera por no
cumplir con los requisitos de esas elites, encuentran menoscabada su calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la calidad de vida como: "la
percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y
del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus
normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo
complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus
relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno".
Entonces si partimos del hecho de que en una sociedad democrática, todos los seres humanos
por el solo hecho de serlo, tienen los mismos derechos o deberían tenerlos, todos deberíamos
poder gozar de las mismas posibilidades para acceder a una buena calidad de vida. Sin
embargo, al ver la realidad podemos darnos cuenta rápidamente de que esto no sucede así;
quienes detentan más poder tienen mejores posibilidades de acceder a esa mejor calidad de
vida, además de que, en relación directamente proporcional, tienen mejores condiciones
económicas que les permiten solventarla. En el bando opuesto, encontramos a quienes no
detentan poder o tienen bajos recursos económicos, quienes son considerados anormales, o
enfermos, o inferiores y no se les abren las mismas oportunidades ni otorgan los mismos
beneficios.
Lo que queremos destacar es la manera en que los grupos minoritarios ven sus
posibilidades coartadas por otros que se posicionan por encima de ellos. No nos referimos
únicamente a los gobiernos o diferencias políticas, sino que esta lógica existe tácitamente
dentro de las sociedades; hay quienes se consideran superiores, mejores o “normales” y
aquellos que no poseen esas cualidades, pertenecen a las minorías y automáticamente son
expulsados del sistema. Esto es lo que precisamente sucede, aunque muchos no lo vean, con
las minorías sexuales. Se les arrebatan sus derechos, se los discrimina, se atenta contra su
integridad física, moral y psicológica, se les niega su identidad, se los etiqueta, se los trata de
“normalizar”, se los condena, se los patologiza e inconscientemente se les transmite que si
quieren ser parte del sistema y ser tratados con respeto y que para acceder a una buena
calidad de vida, deben enmarcarse dentro del binarismo sexual y la heterosexualidad.
25
Por lo que venimos exponiendo, consideramos que la calidad de vida de las personas
pertenecientes a las minorías sexuales, se ve sumamente afectada ya que la percepción que
pueden tener respecto de su lugar en la existencia no puede ser menos que la de pertenecer a
un mundo hostil donde sus metas y objetivos se ven limitados. En el caso de los Transexuales
que no pueden sacar afuera esa identidad autopercibida, esta calidad de vida se ve aún más
afectada al no poder llevar adelante sus proyectos de vida y concretar sus metas por el poco
espacio que les otorga la sociedad y el castigo de la invisibilidad. La falta de oportunidades a
raíz de la discriminación hace que sus condiciones de vida sean poco favorables. Esto sumado
muchas veces a los prejuicios de sus propias familias y sus lugares de origen, frente a quienes
tienen miedo de realizar el proceso de transición, único procedimiento conocido hasta ahora,
capaz de brindarles una estabilidad emocional. Por lo tanto, están destinados a vivir dentro de
un cuerpo y bajo un nombre del que no pueden apropiarse. Entonces, se suma por un lado la
discriminación y la falta de oportunidades, y por otro el otro, la insatisfacción con el propio
cuerpo. Pensamos que a efectos de lograr una buena adaptación de estas personas y de otras
pertenecientes a otros grupos minoritarios, es necesario hacer una deconstrucción de los
paradigmas imperantes respecto de la sexualidad. Para lograr esto, consideramos pertinente
hacer uso de la visión que tiene el existencialismo respecto del ser.
Esta corriente de pensamiento se centra en la experiencia más inmediata del hombre;
su propia existencia. Fue Heidegger quien planteó la necesidad de volver a la pregunta por el
sentido del ser en la filosofía. Definió que existe una diferencia entre la existencia de las cosas
y la existencia de los seres humanos, a la cual llama DASEIN e implica un peculiar modo de
vivir. Nuestra existencia es distinta porque nos vamos construyendo a nosotros mismos a
partir de nuestras propias decisiones, pudiendo elegir entre llevar una vida auténtica o
inauténtica. Es en la medida en que somos conscientes de nuestra propia finitud, de nuestra
condición de arrojados al mundo y de que más allá de la vida en este mundo no podemos ser,
que se nos presentan esas dos formas de llevar adelante nuestra existencia. Llevar adelante
una vida auténtica es asumir la responsabilidad de la propia existencia, ser conscientes de uno
mismo, de las circunstancias, de nuestro deber de crearnos a nosotros mismos, la
inevitabilidad de la ansiedad, la culpa y la muerte. Mientras que optar por una vida
inauténtica implica vivir bajo la tiranía de la colectividad, sin apertura al crecimiento,
ignorando la propia libertad, lo estático, la convencionalidad. Llevar a cabo una vida
inauténtica sería para las personas trans, permanecer bajo los imperativos heteronormativos,
siendo despojados de toda posibilidad de realización, de poder hacerse responsables de sí
mismos.
2.3.1. Terapia y El Ser-en-el-mundo.
El hombre es el ser que puede ser consciente de sí mismo y por tanto hacerse
responsable de su existencia. La experiencia de yo soy no constituye en sí misma una solución
para los problemas de un individuo sino más bien es un requisito. El ser es una categoría que
26
no puede reducirse únicamente a la introyección de normas sociales ni éticas, pues es él quien
se va construyendo a sí mismo y por lo que hemos venido exponiendo, sabemos que estas
normas no siempre han dado lugar para ser. Una de las aportaciones más importantes de la
terapéutica existencial es la comprensión de la persona en su mundo. Los analistas
existenciales, para descubrir de nuevo al hombre en sus interrelaciones personales con su
mundo y para volver a revelar el sentido que encierra el mundo para el hombre, empiezan
afirmando que la persona y su mundo forman un todo unitario y estructural. Los dos están
siempre relacionados dialécticamente. El yo implica el mundo y el mundo implica al yo;
ninguno es independiente del otro y no se pueden entenderlos si no es el uno en relación con
el otro. El mundo es aquella estructura de relaciones significativas en que existe una persona y
de cuya configuración forma parte. Abarca los sucesos del pasado que condicionan nuestra
existencia y toda la inmensa variedad de influencias determinantes que actúan sobre
nosotros. Esto está directamente relacionado con lo que habíamos planteado anteriormente
respecto de la identidad autopercibida y la necesidad de que esa identidad nos sea reconocida
en el mundo.
Para tener una mirada más abarcativa de lo que comprende el ser, en el
existencialismo se toman en consideración tres aspectos simultáneos del mundo que
caracterizan la existencia de cada ser-en-el-mundo:
Umwelt: el mundo alrededor; es el mundo biológico, el ambiente.
Mitwelt: el co-mundo, que designa el mundo de los seres de nuestra misma especie. El mundo
que compartimos con nuestros semejantes.
Eigenwelt: mundo propio que comprende las relaciones personales del individuo consigo
mismo. Presupone autoconciencia y autorrelación. Se presenta en los seres humanos pero es
el más difícil de captar.
La importancia de que estos tres aspectos del ser-en-el-mundo estén en armonía,
refleja una existencia auténtica. Que el ambiente, la relación con otros seres de nuestra
especie y la relación que tenemos con nosotros mismos respondan a nuestro sentir más
profundo; a nuestra identidad, implica una vida de seguridad y autenticidad. El Mitwelt y el
Eigenwelt, como expusimos anteriormente, reflejarían esa identidad que es reconocida por
nuestros semejantes y que parte del mundo propio.
Es importante señalar que el existencialismo adopta el método fenomenológico como
la manera de comprender al ser. Este método consiste en abordar los fenómenos a partir de
una reducción fenomenológica conocida como la epoché; sin juicios de valor ni afirmaciones
sobre sus causas. En efecto, convivir significa vivir juntos en el mismo mundo. El mundo de
cada paciente particular debe mirarse desde adentro y verse y comprenderse en lo posible
desde el punto de vista en el que cada paciente está inserto.
27
Volviendo a nuestro punto, ¿por qué hacemos esta breve introducción a lo que
comprende el existencialismo y la manera en que llevan a cabo su terapia? Porque
consideramos que la forma en que abordan a los pacientes, a partir de la individualidad y
desprovistos de todo prejuicio y juicios de valor, es sumamente importante para el
tratamiento de pacientes Transexuales. Se debe mantener una apertura a este tipo de
pacientes, donde se los respete tal y como son, tal y como refieren sentirse, porque como
acabamos de exponer, el ser es el único capaz de construir y darle significado a su propia vida.
Es indispensable alejarse de todo determinismo. Es la experiencia de cada paciente la que
debe ser tomada como real; sus proyectos de vida son lo que le otorgan esa manera auténtica
de proyectarse y darle sentido a su ser-en-el mundo.
Cuando limitamos las posibilidades de estas personas de mostrarse tal y como se
sienten en lo más profundo de sí mismos, los estamos forzando a llevar una vida inauténtica,
desprovista de sentido, de aislamiento y alienación, lo cual refleja el estado de una persona
cuyo contacto con el mundo se ha interrumpido. Esto sucede tanto dentro de la sociedad
como dentro de una instancia terapéutica cuando no se respetan sus identidades y se las
pretende encasillar en uno de los dos géneros o cuando se los rotula como patológicos.
Entonces, en caso de que los pacientes consideren necesario realizar una terapia psicológica
durante el proceso de transición, debemos ofrecer este espacio de escucha, respeto, libre de
prejuicios para que cada persona pueda afirmar su identidad, encuentre armonía en esos tres
mundos y pueda encontrar el sentido de su existencia. Debemos ayudarlos a alcanzar esa
condición de sujetos de posibilidades, que puedan proyectar su ser haciendo uso de ellas.
Existir significa salir, emerger, aflorar. Ante todo, nos encontramos ante una persona
que existe, que es más allá de cualquier diferencia, y si olvidamos esto, todos los demás
conocimientos que podamos poseer sobre ese individuo perderán su sentido. La existencia
habla de salir a la luz, de nacer, de devenir. Nuestro empeño debe estar puesto en
comprender ese emerger de vida, como la estructura fundamental de la existencia humana.
No se debe estudiar solamente la experiencia escueta de una persona, sino que debemos
estudiar aún más al hombre que pasa por esa experiencia, que la está viviendo. La cuestión
fundamental es averiguar cómo reacciona un paciente ante una experiencia, y no si de hecho
esta experiencia es “verdadera” o “falsa”.
28
3. Hipótesis: El proceso de transición contribuye a la afirmación de la identidad personal
de pacientes Transexuales y mejora su calidad de vida.
3.1.Variables Independiente: Proceso de transición.
3.1.1. Indicadores de variable Independiente.
-
Edad de transición.
-
Terapia de Reemplazo Hormonal.
-
Cirugía de Reasignación Sexual.
-
Cambio de nombre.
-
Terapia Psicológica.
3.2. Variables Dependientes:
a) Calidad de vida
b) Identidad personal
3.2.1. Indicadores de variables Dependientes.
a) Calidad de vida:
-
Dimensión física.
-
Dimensión psicológica.
-
Dimensión social.
b) Identidad personal:
-
Percepción de sí mismo
-
Rol de género.
-
Aceptación social.
29
30
4. Objetivo general: Demostrar que la transición otorga sentido y mejora la calidad de
vida de pacientes Transexuales.
4.1. Objetivos específicos.
-
Conocer la autopercepción que los sujetos tienen de sí mismos como
manifestación de la diversidad sexual.
-
Indagar el nivel de apertura de los sujetos a la terapia psicológica como
parte del proceso de transición.
-
Cotejar el proceso de transición con estabilidad social, emocional y laboral.
-
Describir el grado de adecuación a los estereotipos sociales de género
después de iniciado el proceso de transición.
-
Evaluar la incidencia de sujetos que finalizan o tienen pensado finalizar con
todas las etapas de la transición.
31
5. Metodología.
5.1.Diseño de Investigación.
El presente estudio se realizará siguiendo un diseño de investigación de tipo no
experimental, de corte transversal y descriptivo para evaluar la hipótesis inicial planteada.
5.2.Marco Muestral.
La muestra estará compuesta de 5 sujetos transexuales de Hombre a Mujer y 5 sujetos
transexuales de Mujer a Hombre, mayores de 16 años y residentes de la provincia de Buenos
Aires.
5.2.1. Definición de Caso.
Se considera caso a todo sujeto que se identifique como transexual; de Hombre a
Mujer o de Mujer a Hombre, mayor de 16 años, residente de la provincia de Buenos Aires y
que haya iniciado el proceso de transición.
5.3.Instrumento.
Se ha utilizado la entrevista semi-dirigida como instrumento de investigación. Se ha
diseñado un guión de 24 preguntas en vista a que no existen instrumentos de medición
cualitativos diseñados para evaluar la calidad de vida en personas Transexuales. El guión
confeccionado se considera adecuado a los fines de esta investigación.
Las preguntas han sido distribuidas en 5 ejes: Identidad, Transición, Vínculos sociales,
Ley de Identidad de Género y Calidad de vida, las cuales pretenden indagar aspectos de la vida
de estos sujetos relacionados con nuestros objetivos de investigación.
El Eje Identidad: pretende conocer la autopercepción que cada sujeto tiene de sí
mismo, cómo se observa a sí mismo inserto en la sociedad y en qué medida sigue a los
estereotipos sociales.
El Eje Transición: indaga la manera en que fue y es atravesado el proceso; el momento
de inicio, el durante y cómo lo ven a futuro. Cuáles son los factores que consideran más
importantes para realizarlo y si consideran necesaria la inclusión de la terapia psicológica
como parte del proceso.
32
El Eje Vínculos sociales: pretende conocer los cambios en las relaciones sociales y
familiares a partir de la transición, si estos se han visto mejorados o dificultados. Ver el nivel
de inclusión social que tienen luego de iniciado el proceso.
El Eje Ley de Identidad de Género: examina el impacto de la ley en cuanto a su proceso
de transición. Si sus expectativas en cuanto a la ley han sido cumplidas.
El Eje Calidad de vida: indaga los cambios obtenidos a partir de la transición respecto
de su relación con su propio cuerpo, la cotidianeidad, su perspectiva de la vida y planes a
futuro.
El análisis que permite este instrumento es de tipo cualitativo. Al ser una entrevista de
tipo semi-dirigida, se conocen muchos otros aspectos de la vida de los sujetos que no siempre
se indagan directamente con las preguntas, por lo que consideramos que era de mayor
riqueza que un cuestionario.
5.3.1. Prueba piloto.
Se realizó una prueba piloto para corroborar que las respuestas permitieran reunir la
información necesaria para responder a los objetivos de la investigación. La prueba fue
realizada a uno de los sujetos que forman parte de la casuística de la investigación. Se
respondieron a todas las preguntas de manera clara, todas las preguntas fueron
comprendidas y por lo tanto se pasó a realizar la entrevista a los demás sujetos de la muestra.
A efectos de la prueba piloto, realizamos la primera entrevista con Alexander quien
por circunstancias de la vida es amigo del entrevistador hacen algunos años. Se conocieron a
partir de un foro en internet de personas Transexuales. A partir de nuestra solicitud de realizar
una entrevista, se mostró muy interesado y colaborador, sin embargo por el estigma social
prefirió hacer uso de un nombre ficticio.
33
6. Descripción del Campo.
Algunos de los entrevistados han sido contactados por medio de un grupo de “Chicos
Trans” de la red social Facebook. Hicimos una solicitud abierta, exponiendo las condiciones de
inclusión de la muestra y explicando los fines de la entrevista. Algunos sujetos se mostraron
dispuestos a colaborar inmediatamente. En casos excepcionales, se tuvo que realizar las
entrevistas de manera virtual y no presencial por problemas de horarios o de ubicación. La
mayoría de los sujetos que se ofrecieron de manera voluntaria alegaron su interés de realizar
la entrevista para colaborar en la apertura de la mentalidad de la sociedad, darse a conocer y
que de esa manera se promueva la concientización sobre su condición.
El rango etario de los entrevistados se encuentra entre los 20 y 45 años, y el de las
entrevistadas entre los 16 y 41. Los hombres trans se mostraron más accesibles que las
mujeres. Existen agrupaciones en las redes sociales en las que se mantienen conectados y ha
sido esta la principal fuente de contacto inicial para los entrevistados. En esos espacios se
generan debates y se comparte información relacionados con toda la temática trans. Son
espacios para conocer a más personas en la misma situación, generar amistades, resolver
dudas y ayudarse mutuamente.
Thomas respondió a nuestra solicitud en facebook, el se desenvuelve como activista
para ATTTA Trans Masculinos en Capital Federal. Fue muy interesante la perspectiva
planteada por Thomas ya que nos acercó más a la realidad de muchas personas trans que él
pudo conocer a partir de su labor como activista. También de manera virtual fue contactado
Aidan, activista y residente de la ciudad de La Plata. Nos dirigimos allá a realizar la entrevista y
gracias a él, se nos dio la oportunidad de contactar y entrevistar a Claudia Vásquez Haro,
activista y directora del Observatorio de Comunicación, Género y Diversidad de la Secretaria
de DDHH de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La
Plata. Claudia nos aportó una mirada interesante desde su rol como comunicadora social,
además fue una impulsadora de la Ley de Identidad de Género y de la inclusión de las
diversidades sexuales dentro de dicha facultad.
En un trabajo realizado anteriormente respecto de la temática Trans, tuvimos la
oportunidad de conocer a Micaela, quien se desempeña en la Policía Federal en el Centro
Integral de Género. Ante nuestra solicitud, accedió a concedernos la entrevista que se realizó
de manera virtual.
Cuando nos faltaban dos mujeres para cubrir el marco muestral, nos dirigimos a ATTTA
para solicitar su colaboración. Inmediatamente se pusieron a nuestra disposición Nathalia y
Yesica, también activistas de la agrupación que en ese momento estaban realizando encuestas
sobre conocimientos de VIH con otras chicas trans.
34
El hecho de habernos contactado con activistas nos pudo acercar más a la realidad
social actual de la temática trans en la sociedad, nos ha permitido conocer más de cerca la
labor que han realizado por mucho tiempo para conseguir la promoción y ejecución de la Ley
de Identidad de Género. Sin duda, tomar contacto con ellas y ellos, nos ha descrito un
panorama más amplio sobre la lucha de estas identidades diversas para su inclusión en la
sociedad. Nos ha dado a conocer sus posiciones respecto de las necesidades de la comunidad
y la importancia de ser reconocidos como sujetos de derecho.
35
7. Análisis Cualitativo y Discusión de Datos.
El análisis cualitativo se hace en torno a los ejes temáticos propuestos, considerando
en principio que responden a los fines de la investigación. Se realizó la correlación de los datos
obtenidos, una extracción de los puntos en común y se hizo uso de frases cita para reflejar
datos que fueron enunciados por los entrevistados para mostrar su relación con el eje
analizado.
En primera instancia, se debe considerar que el proceso de transición es vivido de
diferente manera para hombres y mujeres. El análisis de datos en primera instancia será
abordado haciendo una separación de los casos, cómo viven la transición las mujeres por un
lado y por otra los hombres. Sin embargo, como se verá a continuación, es posible encontrar
puntos en común que plantean ambos grupos respecto de los cambios que suponen en sus
vidas el proceso de transición.
7.1.Mujeres.
Cuando se comenzó por la primera pregunta: Cuéntame acerca de ti; tu nombre, edad,
a qué te dedicas, se pretendía conocer directamente cuál es la identidad autopercibida por
ellas mismas. Ninguna de las entrevistadas se da a conocer como mujer transexual, hacen uso
del nombre con el cual se identifican y relatan su vida relacionada a lo laboral, educacional y el
activismo. Las edades están comprendidas entre los 16 y 41 años de edad. Este es un dato
importante porque permite correlacionar la transición con aspectos de la etapa del ciclo vital
en el que se encuentran. Claudia (38) es doctoranta en Comunicación Social. Nathalia (23)
nació en Perú y se mudó a Buenos Aires para estudiar medicina, sin embargo dejó la carrera
en 3er año por motivos económicos y actualmente se encuentra realizando un curso de
secretariado y buscando trabajo. Yesica (41) relató haber realizado muchos cursos desde
operadora de máquinas de coser, computación, además de ser promotora de salud en el
hospital Muñiz “para sensibilizar a médicos y enfermeros ya que nos maltrataban todo el
tiempo”. Yesica manifestó haberse dedicado al trabajo sexual por falta de oportunidades.
Micaela se desenvuelve dentro de la Policía Federal en el Centro Integral de Género. Twiggy
(16) manifestó haber abandonado el secundario este año porque “dificultoso ingresar sin mi
identidad”. En general, la mayoría de las entrevistadas han conseguido finalizar sus estudios
secundarios y una minoría ha logrado la consecución de estudios superiores. En el caso de las
mujeres, el estigma social es mucho más fuerte debido a que nos desenvolvemos en una
sociedad patriarcal y machista, por este motivo inferimos que ven sus oportunidades laborales
y educativas más coartadas que en el caso de los varones. Al haber nacido biológicamente
como hombres, la sociedad tiende a desaprobar más “la decisión de convertirse” en mujeres,
como si esto implicara una especie de descenso en la escala social normada por el
36
patriarcado. La discriminación puede llegar a ser tan fuerte frente a ellas, que en ocasiones
deciden abandonar los estudios y ven una salida en el trabajo sexual pero de manera forzada.
En la segunda pregunta pretendíamos conocer en qué momento de sus vidas se
asumen como mujeres trans. Es interesante observar la variedad de respuestas obtenidas en
este punto, no hay un criterio generalizado y como fue expuesto anteriormente, hay distintas
maneras de vivir la transexualidad. Algunas de ellas refieren identificarse únicamente como
mujeres sin hacer uso del adjetivo trans, o transexual. La mayoría de ellas refieren sentirse
pertenecientes al género femenino “desde que tengo uso de razón”. Twiggy incluso manifiesta
“de hecho esperaba que el desarrollo de mi cuerpo fuese el de tal”. Claudia dice no poder decir
exactamente en qué momento fue porque “vas construyendo tu identidad, no es que uno se
levanta un día y lo decide” pero recuerda que fue más o menos desde sus 6 años de edad.
Yesica a la edad de 7 u 8 años. El hecho de que la mayoría manifieste que se ha sentido así
desde que tienen uso de razón, implica remontarnos a mucho tiempo atrás en la infancia
donde ya eran conscientes de su identidad de género y que a pesar de los años se ha
mantenido. Esto corroboraría las hipótesis expuestas sobre la identidad sexual adquirida a
muy temprana edad. Ellas estaban conscientes de su identidad femenina desde la infancia, en
ninguno de los casos se produce este conocimiento en la edad adulta. Sin embargo, hoy en día
es un tema controversial el hecho de permitir la transición a niños porque en algunos casos se
podría deber a confusiones de identidad que no sean verdaderos casos de transexualidad en
edad adulta.
En cuanto a los estereotipos sociales, 3 de las 5 entrevistadas manifiestan cumplir con
los estereotipos de mujer. Claudia al contrario manifiesta “no porque mi pregunta sería ¿qué
es ser mujer? Yo siempre digo que soy una mujer que no se reduce a la genitalidad”. La
mayoría sigue los estereotipos probablemente porque los considera parte del hecho de ser
mujer y que esto les permite ser tratadas como tales. Para Yesica cumplir con los estereotipos
es importante; “me encanta porque paso desapercibida. Antes decían mirá el travesti y ahora
no se dan ni cuenta”.
Claudia y Nathalia son de Perú y por ello no han logrado obtener aún el cambio de
nombre en el DNI. Claudia sin embargo logró que se le reconociera el nombre en la facultad.
Solamente Micaela logró el cambio en el DNI. Yesica lo tiene en trámite y Twiggy no puede
acceder aún a él por el rechazo familiar. La mayoría de las entrevistadas todavía no ha logrado
el cambio de nombre pero no porque no lo deseen sino que a pesar de la ley, algunas todavía
encuentran impedimentos o rechazo familiar. Sin embargo, todas las entrevistadas refieren la
gran importancia de ser reconocidas con su nombre. Para Claudia es “fundamental, el derecho
a la identidad es un derecho humano”. Nathalia y Yesica remarcaron la importancia que
representa para acceder a trabajos, a la salud y la educación, incluso para poder alquilar un
lugar donde vivir. Nathalia refiere “no es que no nos guste estudiar, sino que por el aspecto
físico a veces es difícil”. Podemos corroborar que la identidad no se queda solo en la
37
autopercepción que uno tiene de sí mismo(a) si no se nos reconoce en sociedad como aquello
que sentimos. Las consecuencias que se generan cuando no se nos respeta la identidad son de
gran importancia psíquica y para el desenvolvimiento en sociedad. A partir de sus discursos,
entendemos que sin identidad han sido invisibilizadas, excluidas y se les han negado derechos
tan básicos como lo son al nombre, a la salud, a la educación y al trabajo digno. Para nuestras
entrevistadas el hecho de ser reconocidas, además les otorga seguridad.
Refieren comenzar el proceso de transición desde muy temprana edad. En general
todas comienzan utilizando vestimentas femeninas y juegos típicamente femeninos entre los
6 y los 14 años. Posteriormente realizan la terapia hormonal y la mayoría de ellas refiere
haber comenzado la terapia automedicándose. Micaela dice haber realizado muchos intentos
de comenzarlo en la adolescencia pero que finalmente lo comenzó a los 24 años. Yesica
comenzó la terapia de reemplazo hormonal automedicándose a los 18 años lo que la llevó a
tener problemas de salud. Los médicos le dijeron que esas hormonas no eran para ella puesto
a que no comprendían su identidad femenina, por ello dejó de acudir a médicos y continúo
automedicándose pero más espaciadamente. Twiggy comenzó a automedicarse a la edad de
15 años “a escondidas de su familia” porque no apoyan su transición. Considera a futuro la
vaginoplastia al igual que Micaela y Nathalia. Yesica la realizaría si estuviera cubierta por la
salud pública pero más adelante “es dolorosa”. Y Claudia refiere que no considera la
vaginoplastia porque “no se reduce a lo genital”, además dejó la terapia hormonal porque se
encuentra conforme con su aspecto físico.
Es necesario relacionar esta pregunta sobre los procedimientos realizados hasta el
momento y los que piensan realizar a futuro con la pregunta acerca de la relación que tienen
con su propio cuerpo luego de iniciado el proceso. Yesica se refiere a su cuerpo como “Bello,
armonioso. Acepto cada parte de mi cuerpo. Antes estaba todo mal, no quería vestirme de
varón”. Claudia además manifiesta “Mi cuerpo expresa lo que soy. Ha sido un espacio de
comunicación y de lucha; de expresión. Es lo que soy, no lo que los otros quieren que sea”.
Nathalia dice sentirse cómoda pero se sentiría más aún con la vaginoplastia. Twiggy refiere
que todavía no se siente muy cómoda con su cuerpo porque comenzó hace poco la transición,
pero que empezar a ver los cambios “se siente como estar salvada en parte”. Micaela
manifestó “ahora me encanta mi imagen, ¡verme al espejo! Me siento linda, atractiva y que
puedo enamorar a un hombre desde mi imagen femenina”. Como se observa, todas las
entrevistadas afirman que su relación con su propio cuerpo ha mejorado mucho.
Estas alusiones a la imagen física que les permite el proceso de transición reflejan la
gran importancia que supone poder ver en el espejo aquella identidad que sintieron
“atrapada” y oculta tras una imagen corporal que no las representaba antes de la transición.
Supone un encuentro consigo mismas dentro del Eigenwelt o su mundo propio, y un
afianzamiento de su ser y autoestima. Los relatos acerca de la manera en que perciben sus
cambios físicos y cómo han ido encontrándose más y más a partir de los procedimientos,
38
estuvieron llenos de emotividad y expresiones de felicidad. Con ello remarcamos la
importancia que tiene la construcción de la identidad en general, la liberación que supone
poder ser ellas mismas y salir de todo aquello en que estuvieron encasilladas, una vida
inauténtica, una máscara solo a efectos de la tranquilidad de la sociedad. Si bien la identidad
de género no ha sido modificada (siempre se percibieron como mujeres), han ido
construyendo su imagen y encontrándose gracias al proceso de transición que han
comenzado.
Sin embargo, los cambios a partir de la transición no quedan solo en la dimensión
física. A la pregunta de cuáles habían sido los cambios más importantes en su vida, se
sumaban factores relacionados con sus vínculos familiares, sus relaciones de pareja, acceder a
la salud, ser respetadas por su nombre, educación, incluso manifestaron cambios en su
ideología y manera de comprender a los demás desde la diversidad; la necesidad de hacer
valer sus derechos y trabajar por el colectivo trans. Es en este sentido, el impacto de la
transición es a nivel global y abarca muchas dimensiones de las entrevistadas.
Todas refirieron haber sufrido algún tipo de discriminación. Yesica sufrió el acoso de la
policía debido a que era trabajadora sexual. “Me detuvieron y me golpearon, me pedían sexo a
cambio de mi libertad”. Para Micaela lo más difícil fue ser aceptada y reconocida dentro de la
institución donde se desempeña laboralmente (una vez más la policía). Claudia también
afirma haber sido víctima de discriminación “por el Estado; de manera sistemática en todas
sus instituciones y por la sociedad civil”. Twiggy tuvo que “lidiar con ser la oveja negra de todo
un colegio”. Y la mayoría nos relató episodios en que fueron maltratadas verbalmente en las
calles, burladas, miradas hostiles, “te dicen cosas en la calle”. Como expusimos anteriormente,
las mujeres de la colectividad trans son más vulnerables al acoso y la discriminación debido a
la sociedad machista en que estamos insertos, en algunos casos los niveles de feminización no
son muy evidentes ya que después de ingresar en la pubertad con un cuerpo que produce
testosterona se produce una masculinización del cuerpo que posteriormente es más difícil de
contrarrestar con hormonas femeninas. Esto las hace más visibles a diferencia de los hombres
trans quienes obtienen cambios mucho más evidentes sobre el cuerpo que no ha obtenido la
testosterona en pubertad, ellos pueden pasar más desapercibidos.
Lo que genera inquietud es el grado de exclusión al cual puede llegar la sociedad que
se cierra a normas sociales creadas para pertenecer sólo al sexo de nacimiento. En este punto
también se juega el respeto hacia la identidad de quienes no se sienten pertenecer a ninguno
de los géneros, a quien se siente pertenecer al género opuesto; una vez más se observa la
importancia que tiene el reconocimiento de la sociedad por la identidad autopercibida de
cada persona.
En cuanto la importancia que le dan a la terapia psicológica como parte del proceso,
presentan posiciones variadas. 3 de las entrevistadas consideran que no es necesaria la
39
terapia psicológica. Entre ellas se puede observar el rechazo a los psicólogos porque en
ocasiones fueron obligadas a asistir a terapias por mandato familiar para que se adecuaran a
su sexo biológico, o porque antes de la Ley de Identidad de Género era un requisito para
comenzar la transición. A la pregunta de si consideran necesaria una terapia psicológica como
parte del proceso, Claudia contesta “Nunca. Nadie tiene que decirme quien soy. No voy a
perder el tiempo con personas que me quieran imponer su subjetividad”. Para Nathalia no es
importante “porque tenemos en claro lo que queremos ser y de las decisiones que vamos a
tomar. Estamos seguras de nosotras mismas”. Yesica y Micaela si realizaron terapia
psicológica. A Yesica la psicóloga le dio “coraje” para comenzar la transición y “despegarse” de
la relación con su madre quien no quería ver su realidad a pesar de que era evidente. En
muchas de ellas, existe un mal concepto respecto de los psicólogos en vista a que persiste en
el imaginario del colectivo trans, que el psicólogo cumple la función de “normalizar”, que debe
corregir esa identificación con el género opuesto o que es un juez que va determinar quien
está en condiciones de transicionar o no. Es cierto que muchos terapeutas han pretendido
lograr ese cometido debido a enfoques pasados; hemos expuesto anteriormente que algunas
ramas de la psicología han considerado a la transexualidad y a otras identidades u
orientaciones sexuales como patologías mentales tales como psicosis o perversiones. Pero a
través de las entrevistas, podemos corroborar que ninguna de las entrevistadas presentaba
fallas en el criterio de realidad, delirios, etc. por tanto como expusimos en el marco teórico,
podemos confirmar que no se trata de una estructuración que determine la presencia de
patología mental o una psicosis. Al contrario, consideramos que la transexualidad como
cualquier otra identidad u orientación sexual, puede presentarse en cualquiera de las tres
estructuras psíquicas clásicas de neurosis, psicosis o perversión como ocurre también con la
heterosexualidad y homosexualidad.
Los factores determinantes para comenzar la transición reflejan en general la
imposibilidad de seguir “mintiendo”, de seguir siendo algo que no eran. Claudia cuenta que
tuvo que salir de su país para evitar la vergüenza y el rechazo, “postergué mi libertad por 26
años y dije ¡basta!”. Las entrevistadas estuvieron durante muchos años imposibilitadas de
iniciar la transición (más allá de llevar ropa femenina únicamente) por la presión social y
familiar. Todas manifiestan que el paso más importante que las llevó a tomar la decisión de
comenzar es que no podían seguir tolerando llevar una vida de mentira donde no podían ser
como se sentían. Como si se tratara de un umbral que al ser rebasado, desencadena
irremediablemente la necesidad de comenzar su cambio.
¿Cómo ven el proceso de transición? lo consideran en general como una forma de
vida. Aluden a que el proceso les permite irse construyendo día a día, para Micaela “porque la
disfrutas como nada en el mundo”, para Claudia “es infinita. Es como la historia, es dinámica”.
Consideran que los cambios evocan la necesidad de ir adaptándose a ellos y les permiten irse
conociendo a medida que los atraviesan. La necesidad de conocer cómo ven el proceso de
transición parte de la necesidad de evaluar la importancia de que este proceso esté asegurado
40
por la salud pública. Al ser considerado por ellas como una forma de vida, se remarca la
necesidad de que el Estado acompañe a partir del cumplimiento de la Ley de Identidad de
Género contrarrestando todo tipo de discriminación, que los procedimientos deban ser
cubiertos por la salud pública y que existan especialistas en el tratamiento y cirugías. A la
pregunta de si incluirían algún otro aspecto a la Ley, la mayoría está conforme con lo que
asegura y cubre, únicamente Yesica contesta que añadiría algo más, “que asegure trabajo”.
Todas refieren haber tenido problemas con la familia, por lo menos con un miembro
de ella pero que luego de un arduo proceso de adaptación, supieron aceptarlas y apoyarlas.
Sin embargo, esta fue la parte más difícil para todas. Para Twiggy, por la edad, sigue siendo el
motivo por el que no puede acceder al cambio de su DNI; “me tratan en masculino (…) No
tienen del todo conocimiento de ya me presento y vivo con otra identidad”. La mayoría de ellas
manifiesta que sin embargo, luego de esa aceptación por parte de toda la familia, han podido
mejorar y afianzar sus vínculos con sus seres significativos. Consideramos que el hecho de ser
reconocido por el ámbito familiar es vital para posteriormente enfrentar al mundo exterior.
Va ser el pilar necesario para alcanzar la seguridad suficiente de enfrentar al mundo externo,
como en cualquier ser humano, solo que en estos casos esa aceptación y reconocimiento
viene a edad más avanzada (si se logra), lo que puede tener impacto en la apertura que
tengan a las relaciones sociales. Al parecer las familias, por desconocimiento del tema y
porque nunca consideran como una posibilidad el hecho de tener a un miembro de la familia
trans, les resulta más cómodo negar el tema, “hacer como si nada pasara”, o de lo contrario
tomar acciones para normalizarlas. Nunca parece ser la primera acción la apertura y
aceptación. En el caso de nuestras entrevistadas, son los familiares hombres los más reacios a
aceptar la transición de ellas. El hecho de que la familia no sea parte del proceso puede incidir
muchas veces en la necesidad de comenzar la transición a escondidas, utilizando métodos
poco saludables como es la automedicación, cirugías clandestinas, sexo a cambio de dinero
para realizar la transición, en algunos casos será necesario migrar del lugar de origen,
sensaciones de soledad e incomprensión absolutas. De similar manera sucede con los amigos
cercanos a quienes les cuesta aceptarlo en principio y luego concluyen aceptándolas. Sin
embargo, a pesar de que más de una refiere haber perdido amistades a causa de su transición,
en general todas coinciden en que su forma de entablar relaciones sociales no ha sido
modificada, si en algunos casos a la hora de entablar relaciones de pareja. Micaela quien tiene
una relación estable con su novio manifiesta que “las (relaciones) de pareja en un principio
fueron difíciles porque muchos varones ocultan sus relaciones con chicas trans”. Claudia
comenta que “Tengo suerte. Siempre tuve noviazgos serios” pero la mayoría de las veces
culminan por los prejuicios de los demás. Nathalia vive con su pareja de hace 4 años. Y Twiggy
si bien tuvo pareja por el momento le cuesta tener intimidad ya que más adelante piensa
realizar la vaginoplastia. Para Yesica también se le facilitó el hecho de tener un novio y no
descarta en el futuro “encontrar un marido”.
41
El verse a sí mismas más cómodas con su propia imagen, y que esta haya sido
aceptada por la familia de origen ha supuesto mayor confianza y seguridad en ellas. Esto
también las ha beneficiado a la hora de encontrar parejas pero la mayoría no considera que
haya supuesto cambios en su manera de relación con amistades o nuevos vínculos sociales.
Las perspectivas que tienen de la vida luego de iniciado el proceso son variadas,
mientras Micaela y Claudia a la necesidad de luchar por el respeto, la necesidad de
concientizar a la población sobre la temática trans, a Twiggy la ayudó a “desarrollar otros
valores”. Para Yesica representa una vida de libertad “Más allá de no tener trabajo y cosas
materiales, la veo bien. Ahora saber que puedo andar libre por la calle es pura felicidad. Vivo a
pleno ahora”. También para ella ha sido importante y necesario trabajar en el activismo. En
cuanto a los planes a futuro que tienen, aquellas que han comenzado la transición hace más
tiempo, están relacionados con metas académicas, formar familias, tener una vivienda propia.
Nathalia que empezó el tratamiento hormonal hace un mes y Twiggy que también comenzó la
transición hace poco tiempo, se refieren principalmente a la consecución de la vaginoplastia a
futuro. Consideramos que a partir de esto se podría inferir la necesidad de primero alcanzar
los cambios físicos, encontrar su identidad reflejada y aceptada como requisito previo a poder
plantearse posteriormente metas relacionadas con lo académico, lo laboral, familiar, etc. O
sea, es necesario primero poder demostrar su identidad y construirla con la transición para
luego plantearse metas que se asemejan más a aquellas que son comunes al resto de la
población.
7.2.Hombres.
Al igual que en el caso de las mujeres, comienzan su descripción por el nombre, la
edad, sus estudios, situación laboral y actividades relacionadas con el activismo sin hacer
alusión a la identificación con el adjetivo transexual. Aidan (20) es estudiante, activista de
OTRANS de la ciudad de La Plata e integrante de una banda de música. Benjamín (21) estudia
gastronomía y está terminando de rendir materias que le quedaron pendientes del
secundario. Alexander (23) estudia odontología, se mudó a Capital desde la provincia de
Chubut por estudios. Thomas (24) por motivos económicos suspendió dos carreras que estaba
cursando pero trabaja en soporte técnico y milita en ATTTA para conseguir que todos tengan
acceso a la Ley de Identidad de Género. También realiza un trabajo de prevención del VIH
repartiendo preservativos a las chicas trans que trabajan en la calle. David (45) cuenta que
trabaja, le gusta caminar y escribir.
Respecto al Eje Identidad, 4 de los 5 entrevistados refieren sentirse hombres sin hacer
uso del adjetivo Transexual. Alexander refiere que en un principio “pensaba que era bisexual
porque no sabía que existía la posibilidad de transicionar (…) pero lesbiana no me gustaba, y
tampoco me gusta transexual”. Él se considera heterosexual y cumple con los estereotipos de
masculinidad, incluso se considera a sí mismo machista. Thomas de la misma manera se
42
identifica con ser un hombre heterosexual aunque sabe que tuvo que realizar un cambio de
nombre porque no se identificaba con el nombre asignado en el nacimiento. A la pregunta
sobre cuando se asumió como chico trans, responde “nunca me sentí un chico trans. Siempre
me sentí igual. A determinada edad te das cuenta de que no quieres ser la típica nena.”
Benjamín también refiere que “me percibo como un chico normal, como si fuera
biológico”*. Cumple con los estereotipos de masculinidad y que ello le beneficia mucho ya
que lo hace sentir más cómodo relacionándose en sociedad. David se define como un
“hombre sensible”. Aidan al contrario, dice identificarse con ser trans; “mi género es trans,
rompo con los estereotipos. Es como el tercer género”, y lo asocia con mayor libertad ya que
permite “ser lo que sentís”.
La importancia de adoptar el nombre con el que se identifican también tiene mucho
peso a la hora de reafirmar su identidad. Aidan por ello considera que “el sexo hombre/mujer
encasilla y deja de lado la revolución por el reconocimiento de los trans” y adoptó los nombres
unisex de Aidan Logan. Los demás entrevistados adoptaron nombres típicamente masculinos,
más acordes a su identificación con el género masculino. Para todos los entrevistados
representa un paso de mucha importancia el poder cambiar el DNI; de momento solamente
Alexander no obtuvo el DNI aunque lo tiene en trámite y manifiesta que “por más que sea un
papel, es como la sociedad te mira”. Para Thomas, igualmente, este paso fue “lo único que me
faltaba para quemar todo lo que fui anteriormente. Me cambió la vida por completo”. Todos
los entrevistados cuentan con mucha vehemencia la importancia de este suceso en sus vidas
reflejado en la posibilidad de acceder a un trabajo legal, poder utilizar tarjetas de crédito,
mostrar su DNI en cualquier situación sin pasar vergüenza, respeto social, reafirmar su
identidad y conectarla con su imagen corporal. Nuestros entrevistados accedieron al cambio
de nombre más rápido que nuestras entrevistadas.
En cuanto a la transición, el primer paso que refieren fue el de hablar sobre su
condición con la familia. Benjamín considera que “hablar con la familia es la parte más difícil
de todas pero que si logras el apoyo de ellos, a cambio obtenés un alivio y una paz en tu
corazón que no te la saca nadie”. Su padre es el único que fue parte del proceso por ahora,
quien se puso “contento” porque percibía que Benjamín ocultaba algo y que necesitaba
“soltarlo”. Le cuesta más abrirse en cuanto al tema frente a su madre. Thomas también
recibió la comprensión de su madre desde siempre, incluso refiere que no tuvo que ni
aclararlo porque lo sabía sin que se lo cuente. Pero tratar de hablar con otros familiares
considera que fue un fracaso. Para ello decidió escribirles un e-mail contándoles sobre su
situación pero no obtuvo respuestas favorables. La pérdida de su madre este año fue muy
dura porque ella era la única con la que podía hablar del tema. Aidan tuvo que atravesar lo
que él llama “un periodo de actuación” por la presión social y demanda familiar que no le
permitía mostrarse como se sentía. Entre los 16 y 18 años volvió a mostrarse y comenzó a
contarles a sus seres cercanos sin recibir mucho apoyo al principio. En la actualidad vive con
43
su novia y su tía quienes lo aceptan totalmente, sin embargo a pesar de que presenta una
imagen masculina, con barba y voz masculina, su abuela y su tío, lo siguen llamando por su
*Hombre biológico/mujer biológica: el colectivo trans suele referirse de esta manera para diferenciarse de
hombres o mujeres que en el nacimiento no presentan la disconformidad entre sexo anatómico y cerebral.
nombre anterior y él está esperando que “se den cuenta”. Para Alexander tampoco fue fácil al
principio, pero sus familiares poco a poco han comenzado a aceptarlo al verlo mejor consigo
mismo. Para todos los entrevistados este paso ha sido difícil en un principio pero en general
lograron aceptación al menos por parte de un miembro familiar.
Sin embargo, a pesar de estas dificultades iniciales con sus vínculos familiares, la
mayoría refiere que se vestía y se posicionaba de manera masculina desde muy corta edad.
Benjamín es el único que todavía no ha iniciado la terapia hormonal aunque planea realizarla
en el corto plazo. Los demás entrevistados hablan de sus cambios físicos asociándolos a una
sensación de seguridad, placer, conformidad con su aspecto físico, mayor comodidad,
fortaleza interna y ganas de seguir luchando. Si bien Thomas comenzó la terapia hormonal
hacen sólo 4 meses, para él lo más importante no era el aspecto físico sino el cambio de DNI,
ya que manifiesta que siempre tuvo aspecto masculino. Solamente Alexander realizó la
mastectomía y es el único que tiene planeada realizar en un futuro la faloplastia si se le
“asegura” que va tener un aspecto estético y que sea funcional. De todas formas, el común
denominador es la mastectomía, todos tienen planeado realizarla. La mayoría de ellos cuenta
la dificultad y el dolor que supone vendarse el pecho por muchos años para que no sea visible.
Por el momento, se están consiguiendo estas operaciones (mastectomías) a través de
la salud pública pero existen pocos especialistas, las listas de espera son demasiadas largas y
los hospitales no cuentan con los insumos necesarios para realizarlas. Thomas considera una
meta realizar la metoidioplastia más adelante, así como David. Aidan la tomaría en cuenta
aunque no lo siente como una necesidad por el momento. Benjamín no emite una posición
respecto de la cirugía genital, considera que “me llevaría mucho mejor con mi cuerpo después
de realizarme la mastectomía porque de ahí en adelante digamos que podría sentirme ya en
paz con él y aliviado”.
En estas manifestaciones se vuelven a ver las distintas formas de vivir la
transexualidad o lo trans. No se considera lo genital en muchos casos porque las opciones
médicas propuestas, además de ser poco prometedoras estética y funcionalmente, suponen
altas sumas de dinero sin la seguridad de que se obtengan buenos resultados. Como fue
explicado anteriormente, la cirugía genital implica mucho tiempo al ser realizada por etapas y
es de alta complejidad. Al ser menos comunes los casos de transexualidad masculina, existen
menos especialistas y la complejidad de la cirugía es mucho mayor que en la cirugía de
reasignación sexual femenina. De acuerdo a los entrevistados, podemos inferir que mientras
la apariencia externa se condiga con lo masculino, y esto en principio referido a la remoción
44
de las glándulas mamarias, es lo más inmediato y necesario para alcanzar la seguridad y
comodidad consigo mismos. Lo genital estaría relegado a un segundo plano pero no fue
objetivo de esta investigación, conocer los motivos por los cuales se deciden adecuar o no a
las características genitales sexuales del sexo opuesto.
Las posiciones respecto de la transición como una etapa o una forma de vida son
diferentes. Alexander la considera una etapa: “cuando me sienta totalmente masculino, ahí
será un pasado”. De la misma manera lo es para David. Aidan y Thomas concuerdan en que es
una herramienta que puede ser utilizada por quien lo considere necesario para adecuarse
según su propia identidad. “No es una meta, es una forma de vida”. Benjamín afirma que es
un proceso de vida porque luego de realizar todos los procedimientos y alcanzar sus objetivos,
se convierte en una lucha cotidiana que se hace parte de sus vidas.
Nosotros mantenemos la postura de que se convierte en una forma de vida en tanto
los sujetos deben realizar muchos procedimientos médicos y quirúrgicos, las terapias
hormonales deberán ser mantenidas de por vida y sus derechos deben ser garantizados en
cualquier ámbito. Además queremos reflejar la importancia de que haya profesionales de la
salud sensibilizados frente a la temática; puesto a que por ejemplo, un hombre trans tendrá
que hacerse revisiones ginecológicas mientras no realice la histerectomía, o las mujeres trans
deberán hacerse exámenes prostáticos mientras no realicen la vaginoplastia. Como venimos
aclarando, esto puede deberse a que la persona mantiene su genitalidad de nacimiento ya sea
por voluntad, en la espera de dichos procesos quirúrgicos o miedo al dolor y arduo proceso
que supone, excesivos costos, etc. Es común que la población transexual, por estos
desconocimientos de la comunidad médica y por el prejuicio que acarrea, no realice los
exámenes médicos necesarios poniendo en riesgo su salud.
La minoría de los entrevistados consideran necesaria la terapia psicológica como parte
del proceso de transición. Los testimonios, al igual que el grupo de las mujeres, refieren
encuentros con psicólogos de manera obligada por la familia o a efectos de comenzar la
transición antes de la Ley de Identidad de Género. Thomas, uno de los que la consideran
necesaria, alude a la importancia de “estar bien antes de empezar (…) No me parece
indispensable pero es una herramienta importante desde el punto de vista de la salud, para
aclarar dudas, limitar las expectativas”. Los demás remarcan que se consideran seguros de sí
mismos y sus decisiones y que por lo tanto no es necesario acudir a terapia. De todas formas,
refirieron que en todo caso es algo opcional y que podría ser beneficioso para aquel que lo
considere útil.
En cuanto a los vínculos sociales y de pareja, el común denominador entre los
entrevistados es el miedo a ser “descubiertos”. Se presentan dentro de la sociedad como
hombres y de igual forma frente a mujeres que les interesan en el plano de relaciones de
pareja. En cuanto a los vínculos sociales, refieren sentirse más cómodos y seguros después de
45
la transición y que los demás también perciben ese sentimiento en ellos y mejoraron sus
vínculos. Tres de los entrevistados comentan que perdieron amistades luego de comunicar su
decisión de comenzar la transición, pero para Thomas, este puede ser “el precio que a veces se
tiene que pagar para ser como uno es”. En cuanto a las relaciones de pareja se ven
complicados cuando llega el momento de aclarar su situación por miedo al rechazo. A
diferencia de las mujeres, los hombres han manifestado mayores dificultades a la hora de
entablar relaciones de pareja. Si bien en cuanto a lo social, los cambios físicos les facilitan la
inclusión y poder pasar desapercibidos, para las mujeres por la dificultad de alcanzar cambios
físicos luego de haber pasado la pubertad bajo el efecto de la testosterona, puede representar
mayores dificultades en su inclusión social. Por esto consideramos que el hecho de pasar
desapercibidos/as disminuye en gran medida el nivel de discriminación porque la sociedad no
ve alterada la percepción del típico binarismo (hombre-mujer) al que está acostumbrada.
El efecto normalizador de la sociedad que por medio de la discriminación intenta
adecuar y normalizar todo aquello que sale del estereotipo, es también adoptado en la
mayoría de los casos por parte de los mismos chicos trans. Es así como se consideran
“totalmente estereotipados”, “machistas”. Esta necesidad de cumplir normas y llevar formas
de vida determinadas, tiene relación con la necesidad de sentirse incluidos en sociedad
también cumpliendo con el patriarcado instituido. Para ellos supone entrar en un ámbito
mucho más competitivo y agresivo, donde se sufre discriminación cuando no se cuentan con
estas características y en consecuencia se los considera inferiores, “afeminados”, etc.
Antes de la transición y al inicio de ella, todos los entrevistados también han
atravesado discriminación verbal. Por ello la gran importancia que le otorgan al hecho de
tener el DNI con su nombre cambiado, pues supone como una especie de “prueba” de que
pertenecen al género con el que se identifican. Ya no tienen que aclarar nada enfrente de
desconocidos y les permite desarrollarse libremente. Aidan cuenta que en su escuela, una de
las directoras no lo dejaba ingresar al baño de hombres; “tenía que salir del colegio para ir al
baño”. También acusan que la poca visibilidad y falta de información sobre lo que significa la
transexualidad masculina no ayuda y la sociedad no sabe cómo tratarlos. Thomas había
asistido a un colegio de mujeres donde se veía muy distinto del resto de las mujeres y fue
víctima de bullying, pero “era algo que no podía cambiar”. Alexander dice que en la escuela lo
llamaban lesbiana pero que no le daba mayor importancia, sin embargo en la facultad cuando
recién comenzaba su proceso, fue acosado porque “querían saber si tenía tetas o no (…) Me
preguntaban ¿Sos mujer?”. Aidan y David también comentaron situaciones de discriminación
cuando se presentaron frente a ciertos profesionales de la salud para iniciar el proceso. David
comenta que tuvo dificultades con el psiquiatra ya que “el no acepta el cambio de mujer a
hombre”. En la sección de las mujeres mencionábamos que probablemente su “decisión” de
realizar la transición de hombre a mujer sea vista como descender en la escala social, para los
hombres la misma “decisión” es considerado querer ascender a un status superior con el que
no pueden cumplir.
46
Ambas situaciones derivan de la visión machista de la sociedad; la consideración de lo
masculino como superior a lo femenino. Sin embargo, ninguno de los entrevistados ha
mencionado que su decisión de transicionar al género masculino estuvo relacionada con
conseguir beneficios o ventajas relacionadas con las costumbres sociales. Simplemente
refieren sentirse así desde siempre. El disparador sería no poder continuar viviendo en el
cuerpo al que no sienten pertenecer y ser tratados de una manera con la que nunca se
identificaron. “Vivir la vida que yo quiero y no la que me vinieron dibujando desde que nací”
responde Benjamín al respecto. Dos de ellos destacan la importancia de haber contado con
una pareja o un familiar que los apoyaba para iniciar el proceso.
La mayoría no haría ninguna modificación o inclusión a lo propuesto por la Ley de
Identidad de Género. Algunos solicitaron que ella sea implementada completamente y sea
cumplida, se agilicen los tiempos de espera para las cirugías.
En general, la mayoría concluye que la manera en que se sienten ahora es mucho
mejor a cómo se sentían antes de la transición. Alexander comenta: “me gusta mi vida, todo, a
comparación de lo que era antes” y que su vida cotidiana se ha hecho más llevadera y le ha
dado confianza. Algunos lo asocian más a la imagen física como en el caso de Aidan, quien
dice “me ha ayudado a desenvolverse mejor en la vida. Escuchar así a mi voz era lo más
importante, necesitaba escucharme (…) y la barba me resulta agradable”. Aunque su
percepción de la vida se mantiene igual, ver su cuerpo en constante cambio lo hace sentir más
libre. Thomas nos ha confesado que no acepta su cuerpo y que “no le queda otra que llevarlo
a todo lado”. Cansado de tener que fajarse el pecho, refiere que hay días en los que no sale
por no fajarse. De todas formas, los beneficios de la transición él los encuentra más por el lado
de ver su nombre reflejado en el DNI, tener un trabajo en blanco y las relaciones que quiere. A
pesar de todo, afirma que su vida ahora “es plena”, está más tranquilo consigo mismo y siente
que su vida “se está encaminando hacia el lugar donde yo espero que esté”. David remarca la
diferencia desde lo emocional: “emocionalmente me siento más relajado y tranquilo. Me ha
dado seguridad y fortaleza”. La vida se muestra ahora “con más esperanzas e ilusiones”.
Entre los planes a futuro, esperan formar familias y tener hijos, terminar sus estudios y
acceder a un buen trabajo que les asegure estabilidad económica. No hacen mayor referencia
a los siguientes procedimientos relacionados con la transición y esto denotaría que consideran
sus cambios alcanzados en gran medida satisfactorios. Ahora pueden comenzar a reorganizar
y construir sus vidas.
Tanto hombres como mujeres destacan la gran importancia que supone el hecho de
haber realizado la transición para desplegar su identidad. Todos y todas manifiestan el alivio
que les concede la nueva Ley de Identidad de Género ya que sienten en ella un respaldo; les
permite mostrarse con mayor seguridad. Todos y todas confirman que su identidad no es otra
que la percepción de sí mismos, que parte de un acto de conciencia y que es mantenida a lo
47
largo de su vida a pesar de sus cambios, pero que además necesita ser reconocida por los
demás como distinta de ellos. Ser reconocida por un Otro, en este caso el Estado y en
consecuencia la sociedad, es necesario para sentirse parte del mundo. Retomando a Hegel, la
identidad solo es en cuanto se la reconoce. La familia supone un punto de enorme
importancia, es difícil de afrontarla por miedo al rechazo pero cuando logran su aceptación, el
proceso se torna mucho más llevadero y los fortalece.
La mayoría de los entrevistados/as no se identifica como perteneciente a los colectivos
trans, se definen como hombres o mujeres únicamente. Se puede inferir que ello proviene del
rechazo social que implica ser parte de grupos minoritarios, que el hacer uso de adjetivos
como trans o transexual está ligado a una patología y no se consideran a sí mismos de esta
forma. Quienes se consideran hombres o mujeres únicamente, se adhieren a los estereotipos
típicos instaurados en la sociedad y consideran terminar con la adecuación genital. Quienes se
consideran transexuales o parte de la colectividad trans, se muestran orgullosos de burlar
esos estereotipos de género y no consideran tan necesaria o inmediata la adecuación genital.
Queremos remarcar que el hacer uso del recurso de enunciación para presentar los
testimonios de los y las entrevistadas, permite observar la coherencia de sus discursos y el
nivel de conexión que mantienen con la realidad objetiva. Esto para confirmar que a pesar de
que la condición sea incluida dentro de los trastornos mentales en el DSM-IV y considerada
como un Trastorno de Identidad Sexual, los sujetos no evidencian signos de psicosis, delirios o
perversiones. Por ello estamos a favor de la despatologización de esta condición. Al contrario,
evidencian que las mayores dificultades que tienen que atravesar vienen de la mano de los
obstáculos que tienen que enfrentar a la hora de poder ser aceptados como se sienten en lo
más profundo de sí mismos, en el trato inequitativo que les dispensan las instituciones, la falta
de oportunidades, el rechazo y la exclusión. Como habíamos expuesto en el marco teórico
propuesto, la mayoría de las personas Transexuales no presentan enfermedades psiquiátricas
subyacentes, sino que lo más común es que tengan algún tipo de desórdenes de ansiedad o
depresión en respuesta a los desafíos y dificultades que tienen que afrontar cuando no son
cobijados por la sociedad.
La poca apertura a los psicólogos se debe a que consideran que nosotros tenemos la
misión de normalizarlos y corregirlos. Esta percepción que tienen de nuestra labor debe ser
cambiada ofreciéndoles un espacio de apertura, de respeto y que los acompañe en sus
decisiones y en la construcción y conocimiento de su identidad, algo que a nuestro parecer
puede ser aportado desde el enfoque existencialista. Sin embargo, cualquiera sea el enfoque
del profesional, lo importante es que se instaure un vínculo de respeto y escucha frente a esta
y cualquier otra identidad.
48
8. Conclusiones.
La transición les provee las herramientas necesarias para posteriormente enfrentarse
al mundo como cualquier otro ser humano. Acceder a estos procedimientos se convierte en
una necesidad vital y condición primera para poder llevar a cabo una vida plena. El proceso de
transición comienza en el momento en que ya no están dispuestos a continuar con una vida
de mentira; inauténtica y desprovista de todo sentido al decir del existencialismo. Acceden a
ella como un dispositivo de supervivencia porque están convencidos de que no podrían llevar
su vida de otra manera. Están sumamente seguros de lo que sienten y por lo tanto no
consideran necesario, salvo excepciones, una terapia psicológica de sostén emocional. Esto se
relaciona con que los cambios que van percibiendo gracias a la transición, les permite alcanzar
mayor estabilidad emocional, les dan mayor confianza en sí mismos, comodidad y una
sensación de mejoría constante a medida que atraviesan las etapas de la transición en las que
deciden incursionarse. El aval legal en este proceso se traduce en seguridad al permitirles
acceder al nombre, lo que consideran determinante para acceder a derechos básicos como el
trabajo, la educación y la salud. La comodidad y la confianza les permiten afianzar sus lazos
sociales y desenvolverse con mayor seguridad en sociedad.
Los entrevistados han demostrado que presentan la percepción de un mayor nivel de
satisfacción en su estado físico gracias a los cambios en su imagen corporal, en su estado
psicológico en tanto adquieren mayor estabilidad emocional, elevada autoestima, seguridad y
fortaleza interna, en su nivel de independencia por la posibilidad de acceder a un trabajo
legal, en sus relaciones sociales en la medida en que son reconocidos como se sienten a sí
mismos. Estas mejores condiciones de vida establecen el territorio apto para que reafirmen su
identidad, se inserten en su cultura y puedan cumplir con sus expectativas y objetivos
personales. Por ello concluimos que el proceso de transición les otorga mejores calidades de
vida.
El objetivo general y los específicos han sido cumplidos satisfactoriamente en el
presente trabajo. De la misma manera, se ha corroborado con la hipótesis planteada.
A manera de ampliar este trabajo, consideramos que hay muchos puntos referidos a
las relaciones familiares que no han sido indagados. Se podría extender a considerar los
testimonios de familiares respecto cómo ellos viven el proceso de transición y cuáles son sus
mayores dificultades a la hora de aceptarlo.
Tampoco se ha indagado a fondo respecto de la infancia y cómo ha sido atravesada
por los entrevistados. Sería interesante observar el impacto que tiene atravesar la condición
en los niños. Sería de gran importancia poder hacer seguimiento a pacientes que presenten la
49
condición desde la infancia para ver la prevalencia que existe en la persistencia de la
identificación hasta llegada la edad adulta.
9. Bibliografía.
[1]. AQUINAS, Th. S. Th. I, q. 40, a. 1: “Proprietas in divinis est idem cum persona”. En
DAROS, W.R. (2006). En la búsqueda de la identidad personal. Rosario, Argentina: UCEL.
[2]. HEGEL, G (1973). Fenomenología del espíritu. México: FCE. En UGARTE, A. –
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Rosario, Argentina: UNR, p. 64.
[3].HABERMAS, J. Ciencia y técnica como “ideología”. Op. Cit., p. 15. En DAROS, W.R.
(2006). En la búsqueda de la identidad personal. Rosario, Argentina: UCEL.
[4] y [5] Extraído de Diccionario de Psicología en:
http://psicopsi.com/Diccionario_de_Psicologia_letra_G-Genero.asp (15-08-2012)
[6] American Psychiatric Association. (2002). DSM-IV-TR: Breviario: Criterios diagnósticos.
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[7] DÍO BLEICHMAR, E. (1997). La sexualidad femenina. De la niña a la mujer. Barcelona:
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Vol 4 (1), 30-51. En: http://www.dissoc.org/ediciones/v04n01/DS4(1)Martinez&Iniguez.pdf
(26-10-2012)
50
ANEXO
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Guión de Entrevista.
EJE 1. Identidad.
1. Cuéntame acerca de ti; tu nombre, edad, a qué te dedicas.
2. ¿Cuándo te asumiste como Hombre/Mujer Transexual?
3. ¿Cómo te percibes a ti mismo/a dentro de la sociedad? ¿Crees que cumples con los
estereotipos de hombre/mujer?
4. ¿Realizaste el cambio de nombre? ¿Qué importancia tiene para ti ser reconocido con tu
nombre?
EJE 2. Transición.
5. ¿A qué edad comenzaste el proceso de transición?
6. ¿Qué procedimientos realizaste hasta el momento y qué otros piensas realizar?
7. ¿Qué fue lo más difícil que tuviste que atravesar antes y durante la transición?
8. ¿Consideras necesario realizar una terapia psicológica durante el proceso?
9. ¿Cuál fue el factor más importante que te ayudó a tomar la decisión de comenzarla?
10. ¿Consideras que la transición es sólo una etapa o una forma de vida?
EJE 3. Vínculos sociales.
11. ¿Qué actividades realizas normalmente? (Deportes, clubs, arte,etc.)
12. ¿Ha sido tu familia parte del proceso? ¿Cómo tomaron tu decisión de empezar la
transición?
13. ¿Cambió en algo tu relación con amigos, familiares, empleadores?
14. ¿Has sufrido algún tipo de discriminación antes o durante la transición?
15. ¿Te resulta más fácil entablar relaciones sociales o de pareja a partir de la transición?
EJE 4. Ley de Identidad de Género.
16. ¿Cómo crees que ha modificado tu proceso la Ley de Identidad de Género?
17. ¿Crees que la Ley debería incluir algún otro aspecto al tratamiento?
18. ¿Has encontrado profesionales o instituciones que te hayan guiado efectivamente?
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EJE 5. Calidad de vida.
19. ¿Qué importancia tuvo para ti haber comenzado la transición? ¿Cuáles fueron los cambios
más importantes en tu vida luego de comenzarla?
20. A partir de la transición, ¿qué cosas en tu vida se han facilitado? ¿Hay algo que en cambio
se te haya dificultado?
21. ¿Crees que la transición ha mejorado tu desenvolvimiento cotidiano?
22. ¿Cómo describirías tu relación con tu propio cuerpo luego de la transición?
23. ¿Cómo se ve la vida después de iniciado el proceso?
24. ¿Qué planes tienes a futuro?
IDENTIDAD DE GENERO
Ley 26.743
Establécese el derecho a la identidad de género de las personas.
Sancionada: Mayo 9 de 2012
Promulgada: Mayo 23 de 2012
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina sancionan con fuerza de Ley:
ARTICULO 1º — Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho:
a) Al reconocimiento de su identidad de género;
b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;
c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese
modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen
y sexo con los que allí es registrada.ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de
género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede
corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia
personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a
través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente
escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y
los modales.ARTICULO 3º — Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del
sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género
autopercibida.ARTICULO 4º — Requisitos. Toda persona que solicite la rectificación registral del
sexo, el cambio de nombre de pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los
53
siguientes requisitos:
1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido en el
artículo 5° de la presente ley.
2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales correspondientes,
una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley, requiriendo la rectificación
registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento nacional de identidad
correspondiente, conservándose el número original.
3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.
En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o
parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.ARTICULO 5° —
Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de dieciocho (18) años de edad la
solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus
representantes legales y con expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de
capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención
sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas,
niños y adolescentes. Asimismo, la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del
abogado del niño prevista en el artículo 27 de la Ley 26.061.
Cuando por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de alguno/a de
los/as representantes legales del menor de edad, se podrá recurrir a la vía sumarísima para que
los/as jueces/zas correspondientes resuelvan, teniendo en cuenta los principios de capacidad
progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los
Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y
adolescentes.ARTICULO 6° — Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y
5°, el/la oficial público procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a
notificar de oficio la rectificación de sexo y cambio de nombre de pila al Registro Civil de la
jurisdicción donde fue asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir una nueva
partida de nacimiento ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional
de identidad que refleje la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe
cualquier referencia a la presente ley en la partida de nacimiento rectificada y en el documento
nacional de identidad expedido en virtud de la misma.
Los trámites para la rectificación registral previstos en la presente ley son gratuitos, personales y
no será necesaria la intermediación de ningún gestor o abogado.ARTICULO 7° — Efectos. Los
efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila, realizados en virtud de la presente ley
serán oponibles a terceros desde el momento de su inscripción en el/los registro/s.
54
La rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que
pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las
provenientes de las relaciones propias del derecho de familia en todos sus órdenes y grados, las
que se mantendrán inmodificables, incluida la adopción.
En todos los casos será relevante el número de documento nacional de identidad de la persona,
por sobre el nombre de pila o apariencia morfológica de la persona.ARTICULO 8° — La rectificación
registral conforme la presente ley, una vez realizada, sólo podrá ser nuevamente modificada con
autorización judicial.ARTICULO 9° — Confidencialidad. Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento
originaria quienes cuenten con autorización del/la titular de la misma o con orden judicial por
escrito y fundada.
No se dará publicidad a la rectificación registral de sexo y cambio de nombre de pila en ningún
caso, salvo autorización del/la titular de los datos. Se omitirá la publicación en los diarios a que se
refiere el artículo 17 de la Ley 18.248.ARTICULO 10. — Notificaciones. El Registro Nacional de las
Personas informará el cambio de documento nacional de identidad al Registro Nacional de
Reincidencia, a la Secretaría del Registro Electoral correspondiente para la corrección del padrón
electoral y a los organismos que reglamentariamente se determine, debiendo incluirse aquéllos
que puedan tener información sobre medidas precautorias existentes a nombre del
interesado.ARTICULO 11. — Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de
dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de garantizar
el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o
tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad
de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa.
Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario acreditar la voluntad en
la intervención quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En ambos casos se requerirá,
únicamente, el consentimiento informado de la persona. En el caso de las personas menores de
edad regirán los principios y requisitos establecidos en el artículo 5° para la obtención del
consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el caso de la obtención del mismo respecto
de la intervención quirúrgica total o parcial se deberá contar, además, con la conformidad de la
autoridad judicial competente de cada jurisdicción, quien deberá velar por los principios de
capacidad progresiva e interés superior del niño o niña de acuerdo con lo estipulado por la
Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos
de las niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial deberá expedirse en un plazo no mayor de
sesenta (60) días contados a partir de la solicitud de conformidad.
Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema de obras
55
sociales, deberán garantizar en forma permanente los derechos que esta ley reconoce.
Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo quedan incluidas en el Plan
Médico Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo reglamente la autoridad de
aplicación.ARTICULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por
las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al
consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila
adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestión o
servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados.
Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el documento
nacional de identidad, se utilizará un sistema que combine las iniciales del nombre, el apellido
completo, día y año de nacimiento y número de documento y se agregará el nombre de pila
elegido por razones de identidad de género a solicitud del interesado/a.
En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público deberá utilizarse
únicamente el nombre de pila de elección que respete la identidad de género adoptada.ARTICULO
13. — Aplicación. Toda norma, reglamentación o procedimiento deberá respetar el derecho
humano a la identidad de género de las personas. Ninguna norma, reglamentación o
procedimiento podrá limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio del derecho a la identidad de
género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse las normas siempre a favor del acceso
al mismo.ARTICULO 14. — Derógase el inciso 4° del artículo 19 de la Ley 17.132.ARTICULO 15. —
Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO
ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS NUEVE DIAS DEL MES DE MAYO DEL AÑO DOS MIL DOCE.
— REGISTRADA BAJO EL Nº 26.743 —
AMADO BOUDOU. — JULIAN A. DOMINGUEZ. — Gervasio Bozzano. — Juan H. Estrada.
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