Universidad Del Salvador Facultad de Psicología y Psicopedagogía Carrera de Psicología Trabajo de Integración Final “Sexo Sentido” Comisión: 5° MM Alumno: Rodrigo Solares, Mateo. Prof. Titular: Dra. Verónica Brasesco. Prof. Auxiliares: Lic. Marcela Bergandi. Lic. Silvina Matellán. Lic. Nerea Acosta. Lic. Jordana Usach. 2012 2 Sexo sentido. Índice de contenidos. 1. Introducción. 1.1. El porqué de este trabajo……………………………………………………………………………..7 1.2. Planteamiento del problema………………………………………………………………………..8 2. Marco Teórico. 2.1. Identidad…………………………………………………………………………………………………….9 2.1.1 Identidad Sexual………………………………………………………………………………………10 2.2. Transexualidad…………………………………………………………………………………………..13 2.2.1. Criterios diagnósticos para Trastorno de Identidad Sexual DSM IV…13 2.2.2. Etiología…………………………………………………………………………………………16 2.2.3. Tratamiento……………………………………………………………………………………19 2.3. Una mirada existencialista…………………………………………………………………………22 2.3.1. Terapia y Ser-en-el-mundo…………………………………………………………....24 3. Hipótesis………………………………………………………………………………………………………………27 3.1. Variables Independientes………………………………………………………………………….27 3.1.1. 3.2. Indicadores de variables Independientes……………………………………….27 Variable Dependiente……………………………………………………………………………….27 3.2.1. Indicadores de variable Dependiente…………………………………………....27 3 4. Objetivo General………………………………………………………………………………………………….28 4.1. Objetivos Específicos…………………………………………………………………………………28 5. Metodología………………………………………………………………………………………………………….29 5.1. Diseño de Investigación……………………………………………………………………………..29 5.2. Marco Muestral………………………………………………………………………………………….29 5.2.1. 5.3. Definición de Caso……………….…………………………………………………………29 Instrumento…………………………………..………………………………………………………….29 5.3.1. Prueba Piloto..……………………………………………………………………………….30 6. Descripción del Campo………………………………………………………………………………………….31 7. Análisis Cualitativo y Discusión de Datos……………………………………………………………….33 7.1. Mujeres……………………………………………………………………………………………………..33 7.2. Hombres…………………………………………………………………………………………………….39 8. Conclusiones…………………………………………………………………………………………………………46 9. Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………47 Anexos………………………………………………………………………………………………………………….48 4 Agradecimientos. A toda mi familia; por su incondicional apoyo y confianza en mí. Porque a pesar de la distancia nunca dejaron de estar a mi lado, porque a pesar de las dificultades nunca dudaron de mi. Por su respeto y amor, por entenderme y ser parte de este arduo proceso por el que yo también tuve que transitar. A mis amigos, los que me acompañaron desde la infancia y festejaron junto a mí cada uno de mis logros y quienes además me apoyaron en cada uno de los pasos que di en este proceso. A todos los que me abrieron sus brazos en este país y me hicieron parte de sus vidas y sus familias; amigos que terminaron siendo un apoyo inconmensurable y se convirtieron en mi segunda familia. A Julio von Vacano por aprender junto a mí sobre esta temática, por haber aceptado el transitar conmigo este camino y por darme el apoyo suficiente para dar el paso inicial. A Graciela Balestra por guiarme y devolverme la calma en los momentos difíciles estando acá, por enseñarme a descubrir el lado positivo de las cosas. A ambos, gracias por su apertura, por su contención y aclararme la mente en los momentos que más lo necesitaba. A mis hermanxs de la comunidad Trans, por el aliento, por compartir sus experiencias conmigo, por brindarme el hombro y caminar juntos cuando más solxs nos sentimos. Este trabajo no hubiera sido posible sin las increíbles experiencias suyas y todas las muestras de valor de todxs ustedes. A la vida. Por darme esta oportunidad única de existir, de compartir con otros, de descubrirla día a día y por enseñarme a respetar y amar en y desde la diversidad. 5 Resumen. La diversidad sexual, una particularidad humana que por mucho tiempo ha sufrido la persecución y el castigo de la discriminación. Considerada un tema tabú, que no muchos están dispuestos a ver ni entender, ha sido por mucho tiempo destinada a la invisibilidad y a todo tipo de vejámenes. La complejidad de los seres humanos y su evolución, han hecho que hoy en día sea imposible continuar ocultando toda esa admirable riqueza que caracteriza a nuestra especie y que se ve también plasmada en nuestra sexualidad. Seres tan distintos e iguales a la vez; es en este punto donde se entretejen las infinitas posibilidades de ser y de sentir, de existir. Es la sexualidad una parte importantísima de la identidad que no solo va a reflejar aquellos avatares en los que nos hemos constituido como sujetos, sino que también va expresar el sentir más íntimo de las personas. La Transexualidad: minoría sexual poco estudiada, es uno de los enigmas más controvertidos de la actualidad. Intolerable para quienes no pueden salir del binarismo de los sexos, hoy en día rompe con todos los paradigmas heterosexistas y es una prueba más de la enorme riqueza humana, de nuestra diversidad y de la cual se tiene mucho que aprender si se les dan las herramientas necesarias para revelar su identidad. Palabras Clave: Sexualidad y Género, Transexualidad, MTF, FTM, Transición, Existencialismo. 6 Abstract. The sexual diversity. A human particularity that for a long time has suffered many persecutions and the punishment of discrimination. Considered a taboo that not many are willing to see nor understand, it has been destined to invisibility and all kinds of humiliation. The constant evolution of times, the human complexity and its development, made today impossible to keep hiding all that admirable richness that characterizes our species and that it’s also reflected in our sexuality. We are so equal and different at the same time. This is the point where the infinite possibilities to be, feel and exist, interweave. Sexuality is a very important part of our identity and that will not only reflect the avatars after which we have become human beings, but will also reveal the most intimate feel of people. Transsexualism, an understudied sexual minority. It’s one of the most controversial enigmas of our times. Intolerable for those who cannot abandon the binarism of the sexes, today it breaks with all of the heterosexist paradigms. It’s another proof of the immense richness of the human kind and our diversity. It represents a portion of the population from which there is a lot to be learned if they are given with the necessary tools to reveal their true identity. Key Words: Sexuality and Gender, Transsexualism, MTF, FTM, Transition, Existencialism. 7 1. Introducción. 1.1.El porqué de este trabajo. No es fácil ser diferente. Ser parte de un grupo minoritario de la sociedad, cualquiera que este sea, es un destino que en la más de las veces, resulta agobiante y desesperanzador para quien se encuentra dentro. El mismo hecho de ser parte de un grupo de poca prevalencia o poco común en la sociedad, hace que la comunidad científica, médica e incluso el ámbito legal, les resten importancia o no encuentren las suficientes motivaciones para incluirlos en sus estudios, debates, o hasta a veces incluso leyes, con la consecuencia inmediata de que esas personas, porque al fin y al cabo no dejan de serlo, sean calificadas como anómalas y sujetos merecedores de discriminación a nivel social. Nos hemos propuesto la tarea de revelar esta realidad en la que se encuentran los grupos de minorías sexuales a partir de considerar que es un ámbito poco entendido y que necesita de mayor inclusión, apertura y reflexión. El interés por nuestra formación en la carrera de Psicología, encuentra uno de sus pilares principales en el conocimiento del vasto y sorprendente campo de la sexualidad humana y otro no menos importante, en el de poder acceder a las herramientas necesarias que nos permitan dar una atención más incluyente y humana quienes se encuentran dentro de las minorías sexuales. La realidad es que hoy en día no podemos seguir estancados en una concepción binaria de la sexualidad (hombre/mujer) y tratar de auto-convencernos de que eso es lo normal o de que “debe” ser así. Más aún, como profesionales de la salud, debemos estar conscientes de que cualquier paciente perteneciente a estas minorías y que no se sienta identificado con ninguna de esas categorías, puede requerir de nuestra atención. El presente trabajo de investigación, pretende romper con ese ocultamiento que envuelve a los grupos de minorías sexuales, específicamente al de la Transexualidad, para dar paso a nuevos debates y plantear algunos conceptos que permitan su mejor comprensión y aceptación tanto para profesionales del ámbito de la psicología o cualquier otro, y para la sociedad en general. La Transexualidad, si bien es algo que ha estado presente en la humanidad desde tiempos muy antiguos, es una de las condiciones de las que menos se sabe, de difícil abordaje y que representa en el imaginario social uno de los tabús más oscuros y desconocidos; o mejor, uno de los que se conoce su existencia pero que resulta más cómodo no ver ni hablar. Pretenderemos abrir nuevas formas de ver y comprender a estas personas, y a partir de un estudio cualitativo, se expondrá cómo podemos aportar en el tratamiento de estos pacientes en la afirmación de su identidad, y a que en lugar de llevar adelante una vida vacía, desde nuestra labor es posible contribuir con ellos a acceder a mejores condiciones de vida. 8 1.2.Planteamiento del problema La diversidad sexual, un aspecto poco investigado en el ámbito psicológico científico, hoy en día se constituye como uno de los campos que demandan mayor abordaje y acción por parte de los profesionales de la salud. Dentro de las diversidades sexuales, la Transexualidad es una de las minorías menos estudiadas y que hoy en día, a partir de la nueva Ley de Identidad de Género, requiere de una reevaluación de la concepción que se tiene de ella tanto a nivel médico como en el imaginario social, y el sentido que de ahora en más adquiere el tratamiento de pacientes que presentan esta condición. Una nueva apreciación del concepto de Transexualidad hace que se definan las pautas de tratamiento que harán al bienestar de estos pacientes y cómo a través de un abordaje integral y adaptado a sus expectativas y necesidades, es posible brindarles mejores posibilidades y calidad de vida. Consideramos necesario plantear el tema de la Transexualidad dentro del ámbito psicológico, más allá de las discusiones a nivel médico, político y social que se están empezando a generar a partir de la nueva Ley de Identidad de Género en la Argentina. El hecho de que nos encontremos históricamente en una sociedad postmoderna, en constante cambio y evolución, requiere cuestionarse muchos paradigmas sociales que desde tiempos pasados han mellado la calidad de vida de ciertos grupos sociales. Tal es el grupo de la Transexualidad; personas que más allá de ser sujetos de derecho como cualquier otro ser humano, no han podido acceder nunca a esa condición por falencias en el conocimiento científico, aplazamientos legales y discriminaciones sociales. Afortunadamente, hoy en día, aunque no a pasos muy acelerados, la medicina está logrando mayores avances en el tratamiento de la condición, que no serían tan provechosos si de la mano no fueran acompañados tanto de un sistema legal que lo garantice y un espacio terapéutico que les sirva de sustento. En el presente trabajo, nos hemos dado a la tarea de mostrar la importancia vital que tiene para este grupo minoritario el poder contar con estas opciones que propone la medicina en cuanto su transición, y cómo ella puede cambiar sus maneras de percibir y llevar sus vidas. Para ello, hemos partido de la siguiente pregunta: ¿Cómo cambia el sentido de sus vidas el proceso de transición? Sentido, tomado a la vez tanto como sinónimo de significado y como dirección; ¿qué nuevo significado les otorga a su vida ese proceso de transición y hacia donde les permite dirigirse? Debemos disculparnos y aclarar que si bien hacemos uso del término Transexualidad, no lo hacemos en sentido patologizante y estamos conscientes de que muchos no se identifican con esa denominación o no la consideran apropiada. Haremos uso del término únicamente a efectos de diferenciarlo de otras condiciones que también se encuentra dentro 9 del colectivo Trans, y porque lamentablemente persiste esta denominación de Transexualismo en el lenguaje médico y dentro de los manuales diagnósticos. 2. Marco Teórico. 2.1.Identidad. El concepto de identidad es un concepto que ha ido cambiando a lo largo de la historia de la humanidad en sus intentos por responder a la pregunta de quiénes somos y a hacia dónde vamos. Muchos filósofos desde los grandes pensadores de la antigüedad hasta la actualidad, han intentado dar una definición de lo que significa la identidad y el sentido del ser. Las posiciones han sido siempre muy diversas, generalmente reflejaban el acontecer del momento histórico en que se encontraban dichos pensadores. Lo cierto es que aún hoy sigue siendo difícil dar con una definición que no sea cuestionable y que permanezca vigente por mucho tiempo. Ahora nos ponemos en cuestionamiento si la identidad es un constructo, si es algo que permanece a lo largo de nuestras vidas o si está en constante cambio. Para Santo Tomás de Aquino, la identidad en el hombre es lo propio de cada uno, en cuanto: a) el sujeto, que se apropia de su ser (toma conciencia), se constata como no cambiando en su sí mismo sustancial (su ser sujeto), aunque cambie en sus actos o acciones; b) en cuanto a que lo propio asumido no es de otro [1]. Esta definición de identidad consideraría que la identidad es aquella instancia en la que me reconozco a mi mismo como parte de la especie humana, pero distinto de los demás en mi condición; me apropio de una manera de ser personal en mi carácter de sujeto, y me puedo reconocer a mi mismo a pesar de los cambios físicos o de mis acciones. Implicaría que la identidad se halla inscripta en una especie de núcleo que garantiza esa permanencia en mi capacidad de reconocerme a mí mismo a pesar del tiempo. Según Hegel, la identidad es autoconciencia de la propia permanencia y requiere de otra autoconciencia, porque “sólo es en cuanto se la reconoce”[2] ante otra conciencia; o sea, cuando se reconoce como distinta. La identidad requiere la alteridad convertida en diversidad. “La identidad y la diversidad son el resultado de la interacción y, en esa interacción, se constituyen”[3]. Bajo este concepto de Hegel, se infiere que necesitaríamos de un Otro que nos confirme esa identidad que en principio experimentamos como un acto de conciencia propio. Adscribiéndose a estas dos posturas acerca de lo que significa la identidad, entendemos que ésta no es otra cosa que la percepción de sí mismo que parte de un acto de conciencia de cada sujeto, que es mantenida a lo largo de su vida a pesar de sus cambios, pero que además necesita ser reconocida por los demás como distinta de ellos. Esa diferenciación propia le da a cada sujeto el carácter de singularidad; su identidad personal. Consideramos también que no basta solamente con la identidad autopercibida que cada sujeto tiene de sí mismo si éste no puede acceder a desarrollarla libremente en una sociedad que se la reconozca como tal. El ser humano es capaz de diferenciarse a sí mismo tanto de los de su misma especie como de otras, 10 por su capacidad de consciencia, de pensarse y conocerse a sí mismo y de pensar la realidad en la que está inmerso. Uno adquiere una identidad propia cuando tiene la capacidad de tomar consciencia de lo más íntimo de su ser, apropiarse de ella y construirse en base a aquello que siente. Esto está relacionado directamente con responsabilizarse por uno mismo, actuar en base a las propias convicciones y a su sentir más íntimo, respetando siempre los límites donde se entrecruzan la libertad propia y la de los otros. En la historia de la humanidad, no es inusual ver como la sociedad es quien le ha otorgado “identidad” a ciertas personas o grupos de personas, en base a las apariencias, patologías, errores, condiciones económicas, raza, etc. según las creencias de un grupo dominante y sus concepciones sometedoras sobre los grupos minoritarios o “anormales”. La sociedad se encarga de encasillar y etiquetar a todo aquello que no cumple con los estereotipos de lo dominante y esto permanece en la “identidad” de esa persona, o incluso, se le otorga una identidad alienante e impropia, arrebatándole el autoconcepto que pueda tener de sí misma. A manera de ilustración, en la época de la esclavitud por ejemplo, por mucho que una persona se concibiera a sí misma como ser humano, hombre o mujer, bueno o malo, o de la manera que se percibiera a sí mismo, por el simple hecho de tener piel de color o de pertenecer a una clase social inferior, se le otorgaba esa identidad de esclavo, de inferioridad, y se le aplicaba un trato inhumano, pues no se lo consideraba como tal. Lo que queremos demostrar con esto, es la influencia que tiene la sociedad sobre la posibilidad de desarrollar o desbaratar esa identidad autopercibida; que debería ser en principio una concepción íntima y personal. Sin embargo, lo cierto es que somos seres en sociedad y no somos si no nos dan lugar. Por ello la necesidad de apertura y respeto frente a cualquier ser humano sin importar su condición para permitir que cada uno pueda desplegar esa identidad autopercibida, que sin duda debe ser desarrollada en libertad y con responsabilidad. Con responsabilidad nos referimos al hecho de que uno pueda mostrarse a sí mismo sin mellar la identidad o integridad de los otros. El hecho de ser diferente, no implica que se esté menoscabando la libertad de aquellos grupos dominantes que consideran que quien no cumple con los estereotipos instaurados por ellos es un enfermo. En cuanto a las diferentes variaciones de la sexualidad humana, las identidades y las distintas orientaciones; refiriéndonos a todas aquellas que cuestionan al binarismo sexual (hombre/mujer), sabemos que hasta ahora corren con la misma suerte de todos aquellos que escapan a los estereotipos, a lo esperado y son sujetos “dignos” de rechazo. Lo más común es que no se respete su identidad y sean sujetos de todo tipo de discriminaciones y opresiones. 2.1.1. Identidad sexual. La identidad sexual se refiere al hecho de reconocerse a sí mismo y ser reconocido como perteneciente a un sexo. El concepto fue introducido por Stoller en el año 1968, cuando pretendía realizar una distinción entre los factores biológicos (el sexo anatómico de 11 nacimiento) y los factores psicológicos y sociales (la identidad de género), en la determinación de la identidad sexual. La formación de la identidad sexual es un complejo proceso en el que se juegan factores de tipo biológico, social y cultural, incluso las propias experiencias tempranas del sujeto van a tener influencia en el posicionamiento de un individuo como hombre, como mujer o con dificultades para encuadrarse en uno de los dos. Sin embargo, lo común es que tras el nacimiento, se catalogue a una persona como hombre o mujer únicamente a partir de los caracteres sexuales primarios presentes. Sin embargo, consideramos que no se debe olvidar la multidimensionalidad del ser humano; somos seres bio-psico-sociales, y estos tres ámbitos serán determinantes en la sexualidad y a la vez se verán también atravesados en todas las situaciones que cada individuo enfrente. Por ello la necesidad de abrir la concepción de la identidad sexual más allá de los rasgos biológicos presentes, tales como los caracteres sexuales primarios, secundarios y los cromosomas, ya que la definición de la identidad sexual únicamente a partir de lo biológico, estaría incurriendo en el reduccionismo tanto de los ámbitos psicológicos como sociales que también se encuentran en juego. El psicoanálisis aportó entre muchas otras cosas, la postura sobre la conformación de la subjetividad del ser humano enraizada en sus relaciones intersubjetivas. Un individuo no deviene sujeto psíquico y de deseo si no es a partir de las relaciones objetales, si no está inserto en una sociedad y con los efectos de normalización de las instituciones propias de la cultura. Es así como no se puede pasar por alto la determinación y la influencia que las concepciones culturales sobre el género van a tener en la posición sexuada de un individuo, más allá de los caracteres anatómicos. Toda sociedad y en cada momento histórico, prescribe y normativiza formatos de masculinidad y femineidad diferenciales para cada uno de los géneros. Se entiende por género, “la construcción socio cultural e histórica que cada sociedad realiza sobre uno y otro sexo” (Carril, 2000). Con esto se entiende que los roles de cada género van cambiando a través del tiempo, las culturas van modificando la manera de concebir lo masculino y femenino según el momento histórico. Es importante hacer una revisión sobre lo que el psicoanálisis comprende como determinante en la posición sexuada. Esto estaría definido por el recorrido de las etapas psicosexuales desde la infancia que llegarán a su culminación con la salida del Complejo de Edipo. Sin embargo, para Stoller, la resolución del conflicto Edípico puede determinar la orientación sexual del sujeto más no la identidad de género. Para este autor, la identidad de género se conforma hasta los 3 años de edad aproximadamente, previo a la salida del conflicto Edípico. Según Stoller, la identidad sexual depende en primera instancia del sexo anatómico, en segundo lugar de las actitudes de padres y amigos, y finalmente, de una intensa y oculta fuerza biológica que determinaría lo que él llama la Identidad sexual medular. Para este autor cuando tal fuerza es muy potente, la influencia social, o incluso la evidencia de la propia anatomía, no es capaz de superarla; sin embargo, cuando es débil los factores ambientales pueden generar estados de ambigüedad sexual. Hacia los 2 años y medio unos 12 dos tercios de los niños reconocen su propio sexo, y niños y niñas se identifican a sí mismos en casi el 100% de los casos (Stoller, 1968). Se sabe también que el ingreso al complejo de Edipo es diferente para niños y niñas y esto se debe a que hay núcleos ya constituidos, previos a la resolución genital, y que constituyen el núcleo de la identidad de género, diferenciable de la posterior elección de objeto sexual. “El sistema sexo-género, dará cuenta de complejas articulaciones entre el sentimiento de "ser" y "sentirse" varón o mujer y la orientación erótica hétero, homo o bisexual”[4]. Entonces, la diferencia entre la identidad de género y la orientación sexual es que esta última se refiere al objeto de los deseos eróticos o amorosos de un sujeto, siendo heterosexual, homosexual o bisexual, como una manifestación más dentro del conjunto de su sexualidad. Así es que “para describir el perfil psicosexual de una persona se requieren tres especificaciones: sexo anatómico, género y tipo de sexualidad en relación al objeto”[5]. El concepto de género nos permite comprender la dimensión simbólica de la femineidad/masculinidad fuera del ámbito biológico. Los roles de género otorgan a hombres y mujeres un lugar y una función en la sociedad, y esa posición determina la mayoría de las veces, la manera en que han de llevar sus vidas; una forma de posicionarse psíquicamente y hasta les prescriben las formas en que deben actuar frente a ciertas situaciones. Así, las mujeres visten de rosa y son sensibles; los hombres visten de azul y no lloran, entre muchos otros supuestos binormativos. El paso del tiempo ha insertado muchos cambios en la forma de vida de los seres humanos, tanto para hombres como para mujeres. Actualmente, los roles de género no son los mismos que aquellos que se definían o se consideraban esperables para hombres y mujeres antiguamente; hoy en día, la mujer goza de muchas más libertades de las que gozaba siglos pasados, lo cual ha cambiado su papel en la cultura, la familia, el trabajo, etc., dándole una posición mucho más activa. Por este motivo, consideramos que si según la teoría psicoanálitica, el niño o niña alcanzaba la posición sexuada por medio de la identificación y la salida del Complejo de Edipo, por lo menos deberíamos tener en cuenta que esa identificación en la actualidad no va ser con la del hombre o mujer del siglo XX de donde partieron las teorías, en tanto que los roles y los modelos de padre y madre ahora son diferentes. Los niños de hoy se identificarán con esas nuevas formas de vida y roles; una posición femenina mucho más activa y una masculina un tanto más pasiva. Por ello no se podría establecer que si una niña no alcanza la femineidad típica de aquella época, de sumisión y pasividad, ha resuelto una posición masculina o fálica ya que la mujer de hoy tiene una posición muy activa y realiza actividades que antes eran solo consideradas masculinas. Los roles de género no son tan tajantes y diferenciados como eran el siglo pasado, y aunque a un paso muy parsimonioso, las diferencias de género se están difuminando. Lo que es importante señalar es que el psicoanálisis ortodoxo no ha interrogado sus propias teorías a partir de las nuevas investigaciones en estudios de género, ni ha considerado 13 la realidad actual del acontecer cultural y social. Lo que sucede es que las instituciones psicoanalíticas no parecen estar muy dispuestas a replantearse metodologías, intercambiar con otras áreas del saber, deconstruir puntos de la teoría que aparecen oscuros o difíciles de aplicar hoy en día y hacer las reformulaciones correspondientes. Hoy en día la gama de orientaciones e identidades sexuales se manifiesta en formas diferentes y complejas, como parte del proceso evolutivo y la complejidad misma que caracteriza al ser humano. Desde el paradigma de la complejidad sabemos que estamos en constante cambio, nos vamos complejizando, y porqué no entonces salir de la concepción binaria de los sexos, de la sociedad patriarcal y abrirnos a la verdadera realidad sin diagnosticar bajo parámetros que probablemente fueron útiles para su época. Más allá de darse cuenta de que las realidades sexuales no se corresponden con las del siglo pasado, o con las que se forzaban en épocas pasadas, y más allá de catalogarlas como anormales o desviadas en función de lo que ocurría en aquellas épocas, debemos abrirnos a ellas, aceptarlas y comprenderlas. Al no darles su lugar, caeríamos en los reduccionismos y en una visión simplista de la sexualidad y del ser humano en general. Para el psicoanálisis, la salida del Edipo con la consecuente identificación del niño o niña con el progenitor de su propio sexo anatómico es considerada como lo normal y determinante en la posición sexuada del sujeto. Pero como se mencionó, identidad y orientación sexual no son lo mismo; la identidad es el sentirse a sí mismo como perteneciente a un género, y la orientación sexual es la inclinación hacia determinado objeto sexual. La diversidad sexual en nuestros tiempos es tan grande que por ejemplo, podrá haber quien nacido en un cuerpo anatómicamente masculino, tenga una identidad de género femenina y una orientación sexual heterosexual al inclinarse por el sexo masculino. Es el caso de individuos que padecen la condición sexual de Transexualismo. Esta es sólo una más de las variantes de la sexualidad humana, que con el correr de los tiempos está desplegando su enorme diversidad y que se aleja mucho de la tradicional binariedad de los sexos. 2.2.Transexualidad. Si hacemos una revisión a lo largo de la historia, podemos ver que esta condición no es nueva, ha estado presente desde épocas muy antiguas en las que por ejemplo, en algunas culturas se los consideraba seres más elevados; el “tercer sexo” y se les reconocía esa identidad propia. Sin embargo, en la actualidad, la Transexualidad es considerada como una patología por el DSM-IV, incluida dentro de los Trastornos de la Identidad Sexual. Esta condición se incluyó como patología mental desde su versión DSM-III en 1980. Muchos grupos del movimiento transexual están luchando para conseguir sacarla de la quinta versión, pero creemos que todavía son pocas las posibilidades. 2.2.1. Criterios para el diagnóstico de F64.x Trastorno de la identidad sexual DSM IV. (302) CIE-10. [6] 14 A. Identificación acusada y persistente con el otro sexo (no sólo el deseo de obtener las supuestas ventajas relacionadas con las costumbres culturales). En los niños el trastorno se manifiesta por cuatro o más de los siguientes rasgos: 1. Deseos repetidos de ser, o insistencia en que uno es, del otro sexo. 2. En los niños, preferencia por el transvestismo o por simular vestimenta femenina; en las niñas, insistencia en llevar puesta solamente ropa masculina. 3. Preferencias marcadas y persistentes por el papel del otro sexo o fantasías referentes a pertenecer al otro sexo. 4. Deseo intenso de participar en los juegos y en los pasatiempos propios del otro sexo. 5. Preferencia marcada por compañeros del otro sexo. En los adolescentes y adultos la alteración se manifiesta por síntomas tales como un deseo firme de pertenecer al otro sexo, ser considerado como del otro sexo, un deseo de vivir o ser tratado como del otro sexo o la convicción de experimentar las reacciones y las sensaciones típicas del otro sexo. B. Malestar persistente con el propio sexo o sentimiento de inadecuación con su rol. En los niños la alteración se manifiesta por cualquiera de los siguientes rasgos: En los niños, sentimientos de que el pene o los testículos son horribles o van a desaparecer, de que sería mejor no tener pene o aversión hacia los juegos violentos y rechazo a los juguetes, juegos y actividades propios de los niños; en las niñas, rechazo a orinar en posición sentada, sentimientos de tener o de presentar en el futuro un pene, de no querer poseer pechos ni tener la regla o aversión acentuada hacia la ropa femenina. En los adolescentes y en los adultos la alteración se manifiesta por síntomas como preocupación por eliminar las características sexuales primarias y secundarias (p. ej., pedir tratamiento hormonal, quirúrgico u otros procedimientos para modificar físicamente los rasgos sexuales y de esta manera parecerse al otro sexo) o creer que se ha nacido con el sexo equivocado. C. La alteración no coexiste con una enfermedad intersexual. D. La alteración provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Entonces, ¿cómo es la identidad sexual de una persona transexual? Los Transexuales son sujetos que aseguran sentirse como pertenecientes al otro sexo, refieren sentirse atrapados en un cuerpo que no les pertenece y aborrecen sus caracteres sexuales primarios y secundarios. Se identifican con las actividades propias del sexo opuesto al que fueron asignados en el nacimiento, desean vestirse, ser nombrados y vivir como el sexo opuesto. Y para complicar más aún la situación, un transexual puede ser tanto homosexual, bisexual o heterosexual, pero estas situaciones en las que la elección de objeto sea bisexual u homosexual, tienen la misma incidencia que en personas que no son Transexuales. 15 Seguramente no hay cuestionamiento más fuerte que aquel que se hace cuando se va en contra de lo instaurado en el ámbito de la sexualidad. Es un tema que está tan fuertemente instaurado en los seres humanos que cuando uno escapa a lo esperado, a lo normal, debe ser clasificado como patológico. De todas las diversidades sexuales, seguramente la Transexualidad es la que más cuestiona lo instituido, y transgrede esa estabilidad y tranquilidad que otorga la clasificación binormativa de hombre o mujer, pues no se sabe a qué categoría pertenece realmente y esto genera ansiedad en los otros. Los seres humanos no podemos tolerar la frustración que produce aquello que no puede ser nombrado, que no puede ser clasificado y etiquetado, y es por ello que la Transexualidad se convierte en uno de los temas más difíciles de aceptar. Es tan importante para el ser humano poder clasificar, especialmente en lo relacionado al género y a la sexualidad, que cuando nos encontramos frente a una persona de apariencia ambigua o con un nombre que no concuerda con la apariencia física, se genera tal confusión que es imposible evitar la mirada despectiva, de curiosidad y una enorme incertidumbre al no saber si referirnos a ella en términos masculinos o femeninos. Pues ni siquiera el lenguaje nos permite salir de esos dos sexos, automáticamente debemos pertenecer sea a uno o al otro. Para poder ser nombrados tenemos que pertenecer a uno de ellos. Los Transexuales, afirman sentirse de esta forma desde muy temprana edad en la mayoría de los casos, con lo cual la infancia se convierte en una etapa despojada de toda inocencia para convertirse en dolorosa y llena de incomprensión. La adolescencia se agrava con el devenir de los cambios físicos que plantea la pubertad y que justamente confirma aquello que ellos más aborrecen; un cuerpo que no les pertenece. Y las consecuencias en la edad adulta se advierten en la dificultad de entablar vínculos sociales, acceder a un trabajo digno, formar familias y sensaciones de disconformidad consigo mismos. La imposibilidad de mostrarse a sí mismos, la discriminación, el rechazo y la incomprensión, sumado a la desesperante sensación de ver un cuerpo con el que no se sienten identificados, genera un sinfín de consecuencias psíquicas que no encuentran aminoramiento sino es en la tolerancia, la aceptación y el amor de los otros. Estas consecuencias van desde conductas autoagresivas, automutilaciones, aislamiento, adicciones, ansiedad, depresión y hasta ideas de suicido o su propia consumación. La mayoría considera que la Transexualidad es algo no menos que una patología mental, una psicosis; algo impensable. Que aquello que ellos sienten no puede ser más que producto de la locura y se les cierran todas las posibilidades, salvo excepciones, de ser como se sienten y como saben que son; de desplegar su identidad. Incluso las propias familias coartan sus posibilidades y deseos, les cierran sus puertas y junto a la sociedad, los aíslan. Sin embargo, según el Psiquiatra argentino Adrián Helien[*],“La mayoría de las personas Transexuales no presentan enfermedades psiquiátricas subyacentes como las psicosis […] lo más común es que estxs adeolescentes tengan algún tipo de desórdenes de ansiedad o 16 * Adrián Helien es médico, especialista en Psiquiatría (UBA). Se desempeña en el Sector de Disfunciones Sexuales de la División Urología del Hospital “Carlos G. Durand”. Es coordinador del Grupo de Atención de Personas Transexuales. 17 depresión en respuesta a los desafíos que tienen que afrontar con su Transexualidad”(sic) (Helien & Piotto, 2012:146). Estos síntomas de ansiedad y depresión, estarían más bien inducidos por la sociedad y no son inherentes a la condición de Transexualidad. Una persona que presente esta condición se encontraría mucho más aliviada si en principio su familia y la sociedad en general tuvieran una mirada más inclusiva, abierta, que no etiquete y que por sobre todo los comprenda y cobije. El enorme dolor que atraviesan al cargar con el peso de un cuerpo al que no pertenecen y en el que no se ven a sí mismos, sumado en muchos a casos la vergüenza que esto representa para ellos mismos, se torna más difícil aún cuando no encuentran ni un solo lugar para refugiar sus frustraciones, sentirse queridos y encontrar un sostén del cual poder sujetarse. Incluso el hecho mismo de ser llamados Transexuales supone para muchos de ellos una etiqueta que los patologiza, no se sienten identificados con ese adjetivo. Algunos simplemente refieren sentirse hombres o mujeres y como cualquier otro ser humano, esperan ser tratados como tales. Habrán otros quienes al contrario se enorgullecen de pertenecer a este colectivo, se consideran a sí mismos un tercer sexo, un género en constante cambio. Lo importante es que se los respete como a cualquier otro ser humano por el solo hecho de serlo, y que los demás se dirijan hacia ellos usando los pronombres y artículos con los que se identifican. Un tema no menor es el del nombre, es importante referirse a estas personas con el nombre con el cual se identifican puesto a que no se sienten cómodos ni identificados con el que se les asignó en el nacimiento. Es doloroso escucharlo, como lo sería para cualquier otra persona que fuera llamada por un nombre que no le corresponde, y más aún cuando ni siquiera el género de ese nombre es el correcto. 2.2.2. Etiología. Actualmente, no existe una posición determinante en cuanto a la etiología de esta condición sexual. Los factores son diversos y lo que podría ser determinante para un ser humano no es siempre para otro. Por la complejidad que supone el caso, existen diversas teorías que la ciencia no ha podido comprobar hasta nuestros días, sumado a la escasez de estudios serios. También es cierto que las personas Transexuales, por miedo a la discriminación prefieren en muchos casos permanecer desapercibidas o aisladas, con lo cual se torna más difícil hacer seguimientos y estudios que permitan identificar las posibles causas. Las distintas posiciones plantean teorías que van desde alteraciones genéticas, neurohormonales, psicosociales o multifactoriales. Dentro de la teoría psicoanalítica, una de las posturas considera que la Transexualidad “surge de la no resolución de la ansiedad de separación-individuación a través de una fusión simbiótica con la madre, y en la adultez busca calmar esa ansiedad con el cambio de sexo. Nunca establece una relación heterosexual con la madre y no se desarrolla el complejo 18 de Edipo, así que su feminidad surge sin problemas”[7]. Es la que considera a la Transexualidad más cerca de la psicosis y la perversión, en tanto se desmiente la realidad objetiva de la propia sexualidad anatómica del cuerpo y se pretende adecuar a las características anatómicas y culturales del sexo opuesto. Sin embargo, se debe destacar que las personas Transexuales no presentan delirios de transformación corporal o la convicción de que un otro (Dios) les ha hecho esa revelación como por ejemplo en el caso de Schreber, y estudios demuestran que no presentan juicio desviado ni delirios y mantienen el criterio de realidad. Una persona con esta condición no es que niegue o desmienta su realidad anatómica, es consciente de ella pero apunta a modificarla quirúrgica y hormonalmente para poder equilibrar su sexo cerebral con su propia imagen corporal. Se sabe que el cerebro, de donde parte el sentir y la identidad propia de cada uno, es el órgano sexual más importante. Un hombre que pierda sus genitales, o una mujer que no pueda acceder a la maternidad, no dejan de sentirse como pertenecientes al género que le corresponde. Y esto se debe a que la realidad corporal; el sexo anatómico, no es lo único determinante en la definición de la identidad sexual. “Sabemos que nuestro cerebro, al nacer, pesa una quinta parte de lo que pesará en edad adulta. Esto supone que seguirá desarrollándose a partir de una base biológica, como un premoldeado, y que continuará creciendo bajo la influencia de aquello que lo rodea: el ambiente, el ámbito social y la cultura. Es decir, vamos a seguir conformando nuestro ser después del nacimiento.” (Helien & Piotto, 2012:111) Esto indicaría que el cerebro se sigue desarrollando después del nacimiento, con lo cual, se supondría que la identidad, al ser considerada como un sentimiento enraizado en este órgano, también se va ir conformando paralelamente. Lo que supone un problema es que incluso antes de que ese niño que todavía no ha accedido a determinar su propia identidad, ya se le haya sido asignada a partir de sus caracteres sexuales primarios, la manera de cómo ser y sentirse a sí mismo. En cuanto al juicio de realidad, se podría pensar que está alterado si nos cerramos a que el sujeto “niega” su realidad anatómica, sin embargo las personas Transexuales están conscientes de ella, sólo que en estos casos lo corporal va en contra de lo psicológico de la persona. Consideramos que el juicio de realidad tendría que ser analizado desde el sexo cerebral; lo real y verdadero acá sería este sexo cerebral antes que el corporal, en tanto que una vez adquirida la posición sexuada esta es constante y no puede ser alterada (en la gran mayoría de las personas), y al contrario, la realidad física si puede ser alterada para que se condiga con su sentir íntimo. Hacer caso omiso al género cerebral iría en contra de la identidad de la persona y se negaría su realidad. El punto acá es asegurarse de que presentan esta condición porque si no se incurre en el riesgo de brindar a algunas personas tratamientos innecesarios que pueden desembocar en suicidios, brotes, arrepentimientos, etc. Nos referimos al caso de sujetos que muestren inestabilidad o inseguridad respecto de su identidad, que pretendan ventajas asociadas al género, delirios. 19 Un equipo de especialistas en neurociencias de Holanda, encabezado por el doctor Zhou en 1995, encontró una posible causa biológica en la Transexualidad. A través de su estudio, encontraron que el volumen del núcleo basal de la estría terminalis; un área del cerebro determinante en el comportamiento sexual, es mayor en hombres biológicos. Se encontró que el tamaño de esta área del cerebro de pacientes Transexuales de hombre a mujer era del mismo tamaño que aquél de mujeres biológicas, sin importar la orientación sexual de las pacientes, además de que no habían recibido aún terapia hormonal. Otros estudios reflejan ciertas diferencias cerebrales respecto de la organización física de la persona, que más bien muestran similitud con la organización cerebral del sexo al cual se sienten pertenecer. Estos estudios defienden una base biológica en cuanto a las causas, sin embargo, no se conoce porqué es que se dan esas alteraciones en el cerebro que se desarrollan en desacuerdo con el sexo gonadal. Lo cierto es que ni la medicina ni la psicología todavía han podido determinar las causas de la condición, ya sea por los pocos avances médicos o teóricos, porque es más cómodo permanecer en la binariedad de los sexos y resulta incómodo entender lo que no se ajusta a esto, o porque cada disciplina se supone poseedora del saber absoluto sin tratar de unir sus conocimientos, o porque simplemente la complejidad del ser humano es tan grande y maravillosamente diversa que nos supera a nosotros mismos. El punto es que esta condición existe al igual que otras más; hay personas que no se sienten pertenecer a ninguno de los dos sexos, las que desean vivir y verse como el sexo opuesto, algunas que lo hacen momentáneamente, las que se sienten pertenecer a ambos, etc. Y al estar presentes merecen aceptación y respeto como cualquier otra persona que si se encuadra dentro del binarismo sexual y la heterosexualidad. Creemos que más allá de encontrar las causas o no, hay que tener una mirada más profunda y cuestionarnos qué estamos haciendo frente a esta realidad que existe, que ya está presente. Encontrar las causas no va generar de por sí mejores calidades de vida a estas personas, ni mágicamente van a dejar de sentir la disforia. A este punto incluso, nos hacemos la pregunta de si habría que considerar realmente necesario conocer el porqué... ¿No sería más fácil y sensible aceptar esta enorme riqueza del ser humano y dejarla desplegarse libremente? ¿Es necesario patologizar aquello que a través de un constructo social, como es el género, no se adecúa a lo que nosotros mismos hemos instituido como convencional o normal? Estas identidades sexuales no deberían ser patologizadas sino consideradas como parte de la diversidad misma de nuestra naturaleza humana. El encontrar causas supone definir como patológico, por ende etiquetar y buscar “una cura” para atacar “el problema”. Sin embargo, la verdadera cura pudiera estar de la mano de darles un lugar en el mundo, y más allá de conocer las causas, lo que estos sujetos necesitan es sin duda comprensión por parte de la sociedad, las mismas oportunidades de vida y por supuesto que también de mejores procedimientos médicos, terapéuticos y legales que les permitan ser como se sienten en lo más profundo de sí mismos. 20 Algo que es importante remarcar es que uno no se hace transexual, esta no es una decisión que se haya tomado de un día para el otro. Nadie decidiría atravesar porque sí todas las dificultades por las que una persona transexual tiene que atravesar respecto a la transición, cirugías, discriminación, falta de oportunidades, rechazo, etc. La identificación con el género opuesto está tan fuertemente arraigada desde muy temprana edad que no se puede ir en contra de ella. Es tan determinante que prefieren morir antes de continuar atrapados en el cuerpo que no les corresponde. Los sujetos que tuvieron la “suerte” de nacer con el sexo anatómico que se condice con el cerebral, tampoco podrían de ninguna manera “decidir” de un día para el otro pertenecer al otro sexo. Cuando uno es niño, sabe a qué género pertenece sin necesidad de que se lo enseñen y en estos sujetos esa identidad a la cual sienten pertenecer es reconocida por ellos mismos desde muy temprana edad. Es necesario definir acá ciertos conceptos para la comprensión y diferenciación de la condición de Transexualidad. Los términos transgénero y/o trans son considerados como términos que engloban a todas las diferentes expresiones de género que no se adecuan a la clásica diferenciación binaria de hombre/mujer en base al sexo anatómico de nacimiento. Comprenden a todas aquellas identidades del espectro de la diversidad sexual en el que encontramos al travestismo, genderqueer, androginia, transformismo y transexualidad. Es común en el lenguaje colectivo confundir los términos de travesti y transexual, pero la diferencia radica en que si bien el travesti puede identificarse con el género opuesto al del sexo de nacimiento, realizar procedimientos hormonales o quirúrgicos para acomodarse a ese género de identificación, no presentan aversión frente a sus genitales ni considera renunciar al placer que estos le otorgan. También es común utilizar este término como sinónimo de transgénero. Al contrario, el Transexual si rechaza sus genitales y desea modificarlos quirúrgicamente aunque no siempre puedan realizarlo por factores sociales, económicos, médicos o personales. 2.2.3. Tratamiento. Desde que la Transexualidad fuera considerada una patología, el psiquiatra estadounidense Harry Benjamin determinó a través de sus estudios con pacientes de este tipo, una serie de pasos con los que se logra adecuar el cuerpo al sexo cerebral, estas fueron rápidamente adoptadas por muchos países y hoy la World Professional Association for Transgender Health (WPATH) es la organización que se encarga de revisar esos estándares continuamente. El tratamiento que se les brinda a estos pacientes incluye en principio un diagnóstico a partir de tests, una terapia psicológica que va desde los 3 meses hasta dos años para determinar si se trata efectivamente de un caso de Transexualidad, se sigue con una etapa llamada experiencia de vida real; en la que la persona debe vivir bajo el rol al que desea pertenecer (mínimo 3 meses) y con el objeto de ver en qué medida puede adaptarse a ese rol al que siente pertenecer. Luego comienza la terapia hormonal; en la que se le administrarán 21 hormonas correspondientes al sexo opuesto para lograr el desarrollo de las características sexuales secundarias. La terapia hormonal provoca cambios tanto irreversibles como reversibles pero deberá ser utilizada de por vida. Y finalmente se accede a la cirugía de reasignación sexual (genital) que supone los cambios irreversibles. Tanto la terapia hormonal como la cirugía se realizan a partir de los 18 años y con aprobación judicial en la mayoría de los países. En algunos casos, con consentimiento de los padres, a partir de los 16 años. Este es un proceso que puede resultar muy doloroso para los pacientes, muy embarazoso por la falta de aceptación en la sociedad, sumado a que en la experiencia de vida real, la persona debe vestirse y desenvolverse como perteneciente el sexo opuesto cuando todavía no poseen documentos de identidad que reflejen esto y sus características físicas permanecen siendo las del sexo de nacimiento. Afortunadamente, ahora en Argentina, no hay necesidad de atravesar toda esta serie de pasos que suponían un filtro para aquellos que no eran considerados Transexuales verdaderos. Ahora en el país existe la posibilidad de que cada persona, de acuerdo a su sentir, pueda acceder o no a todo este tratamiento, o sólo a una parte de él como por ejemplo para las travestis que no consideran la cirugía de reasignación sexual al estar conformes con sus genitales, o para quienes sin cirugías ni terapia hormonal puedan acceder a la rectificación registral. Estas medidas están sin duda más adaptadas a las distintas identidades, no determinan un patrón y permiten que cada uno vaya construyéndose a la medida de su sentir íntimo; que cada uno pueda construir su propia identidad más allá de lo genital. En las mujeres transexuales, la transición comprende todos o parte de los siguientes procedimientos: - Terapia hormonal (estrógenos): generalmente por vía oral. - Colocación de implantes mamarios. - Vaginoplastia. - Cambio de nombre registral. Algunas mujeres trans también recurren a cirugías de feminización facial, técnicas de modulación de la voz o cirugía de a voz e implantes de glúteos. En los hombres transexuales, se siguen todos o algunos de los siguientes procedimientos: - Terapia hormonal (testosterona): generalmente por vía intramuscular. - Mastectomía (extirpación de mamas). - Histerectomía y ooforectomía (extirpación de útero y ovarios). 22 - Faloplastia o Metoidioplastia (creación de un falo con piel del propio cuerpo o alargamiento del clítoris). - Cambio de nombre registral. En ambos casos las hormonas deberán ser utilizadas de por vida. Las transiciones de mujer a hombre suponen procedimientos más complejos y existen menos profesionales especializados en sus cirugías. Sin embargo al ser la testosterona una hormona sumamente potente, los cambios físicos alcanzados en ellos son más notorios que en las mujeres. Los hombres pasarán en la mayoría de los casos más desapercibidos que ellas. Las cirugías son más costosas para ellos y más riesgosas, por lo tanto muchos sólo desean realizar la terapia hormonal y la mastectomía. Sin embargo, muchos transexuales deciden no realizar la cirugía de reasignación sexual genital por el enorme riesgo que implica ese procedimiento médico, poca seguridad de alcanzar resultados esperados, por los elevados costes, por falta de profesionales especializados en sus países o ciudades, incluso porque en algunos casos son prohibidas por ley. Para los hombres transexuales, las expectativas de adquirir una cirugía funcional y estética se ven muy reducidas dentro de la medicina actual. El riesgo es mayor que en las mujeres y se la debe realizar en por lo menos 3 etapas con intervalos de 6 meses cada una. En las mujeres, muchas veces por dificultades en su situación económica, no ven otra opción que realizarse procedimientos quirúrgicos en lugares que no cumplen con los mínimos requisitos sanitarios, se inyectan aceites en el cuerpo para obtener una apariencia más voluminosa en busto y glúteos. Muchas de ellas luego enfrentan problemas de salud o incluso la muerte. De todas formas, remarcamos el enorme alivio que supone contar con avances y procedimientos médicos que permitan adecuar lo más cercano posible el sexo cerebral con el corporal ya que alivia en gran medida la ansiedad y autorechazo que sienten con su propio cuerpo y disminuye la sensación de sentirse presos dentro de un cuerpo que no les pertenece. También consideramos que es imprescindible el acompañamiento psicológico, pero no a manera de veredicto final para determinar quien podrá acceder o no a la terapia hormonal o a la cirugía de reasignación sexual. Los terapeutas debemos ser abiertos con los pacientes y darles a conocer todas las opciones con que cuentan, acompañarlos en su adecuación al rol, ayudarles a definir su identidad si presentan dudas y advertirles, dado el caso de que presenten otro tipo de problemas que puedan necesitar de atención y que en tal forma, la transición no sea la mejor opción o que podría desembocar en arrepentimientos. La Ley de Identidad de Género no plantea el diagnóstico psicológico como necesario para acceder al tratamiento, simplemente respeta la identidad de cada persona por encima de cualquier juicio de valor o clasificación que pudieran emitir jueces o psicólogos. Pero es importante que los psicólogos tengan una actitud abierta frente a personas que pertenecen a estas minorías 23 sexuales; no encasillarlos, no juzgarlos ni tratar de “normalizarlos”, pues porque necesitan de nuestra contención. Si mantenemos una posición cerrada, ellos no podrán beneficiarse de este espacio de encuentro consigo mismos, donde puedan descargar sus dudas, frustraciones y afirmar su identidad. Es claro que hasta ahora no se ha abordado mucho ni muy profundamente el tema de la diversidad sexual debido a que nos mantenemos en la visión simplista y binaria de la sexualidad humana. Se necesita salir de esa concepción para poder asistir a muchas personas que no se encuentran dentro de esa tradicional concepción de masculinidad o feminidad. Debemos revisar nuestros conceptos y teoría sobre lo que es considerado normal o patológico y analizar si esos juicios no siguen siendo condicionados por prejuicios morales, religiosos, tradicionalistas o enfoques y teorías pasadas. La experiencia muestra día a día la necesidad de mayores investigaciones en cuanto al tema, la necesidad de apertura frente a las nuevas realidades e identidades, nuevas teorías, metodologías, mayor inclusión para extender la asistencia de la psicología a una mayor cantidad de personas. Si el proceso de transición es la vía mediante la cual estos pacientes pueden ensamblar más armónicamente su mente con su cuerpo, es algo que debe estar asegurado para que puedan llevar adelante una vida más auténtica, libre y placentera. Es destacable la labor que han llevado a cabo los grupos de activistas trans para conseguir la aprobación de esta ley. Es alentador saber que por lo menos ahora existe una ley que acepta la diversidad y promueve el respeto por la dignidad y la inclusión de estas personas, más estamos conscientes de que esto no es suficiente si no se lleva a cabo un cambio en la concepción de la sociedad sobre la existencia de las diversidades sexuales y que estas pasen a ser vistas como merecedoras de ese trato digno e igualitario. En todo caso, no sirve en absoluto que la ley quede solamente en teoría y no sea llevada a la práctica y por lo tanto, toda la sociedad también debería hacerse partícipe de ese proceso de transición por el que deben atravesar estos pacientes. 2.3.Una mirada existencialista. ¿Cómo es que ciertos sectores de la sociedad que nosotros mismos hemos instituido tienen poder sobre otros? ¿De qué atributos o beneficios gozan para determinar el rumbo de la vida de los demás, y en base a qué? ¿Cómo es que por determinaciones de unos cuantos, otros están confinados a vivir una vida de padecimiento? Seguramente quienes formularon, promulgaron y aceptaron la Ley de Identidad de Género en el país se platearon estas preguntas aunque sea por unos instantes. Pues antes de la Ley de Identidad de Género, eran el Estado, los profesionales de la salud y ciertos grupos dominantes de la sociedad, quienes determinaban la identidad de las personas pertenecientes a los grupos de minorías sexuales. Lamentablemente, esto sigue sucediendo en la mayoría de los países del resto del mundo. Si hacemos un recorrido histórico veremos que siempre existieron grupos de mayor poder tales como los religiosos, algunos grupos políticos por sobre otros, los de las grandes corporaciones y ciertos sectores de la sociedad que se atribuyen arbitrariamente 24 características superiores o mejores que las del resto. Cada época y cultura está determinada y comandada por uno o varios grupos de poder que definen en gran medida las maneras de vivir, lo que es correcto y lo que no, lo que es normal y lo que debe ser condenado, lo que es permitido y lo que es castigado. Es cierto que para que haya autoridad, debe haber alguien que instaure la norma, y en contrapartida, alguien que la avale y siga esas órdenes. Pero estos grupos dominantes logran imponer estas normativas en base a diversas estrategias de control, muchas veces imperceptibles, y que manipulan y juegan con la psicología de las personas, en muchos casos no dando lugar a oposición. Estas normas sin duda benefician más a quienes están del lado de aquellos que las promulgan y en cambio, los que quedan afuera por no cumplir con los requisitos de esas elites, encuentran menoscabada su calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la calidad de vida como: "la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno". Entonces si partimos del hecho de que en una sociedad democrática, todos los seres humanos por el solo hecho de serlo, tienen los mismos derechos o deberían tenerlos, todos deberíamos poder gozar de las mismas posibilidades para acceder a una buena calidad de vida. Sin embargo, al ver la realidad podemos darnos cuenta rápidamente de que esto no sucede así; quienes detentan más poder tienen mejores posibilidades de acceder a esa mejor calidad de vida, además de que, en relación directamente proporcional, tienen mejores condiciones económicas que les permiten solventarla. En el bando opuesto, encontramos a quienes no detentan poder o tienen bajos recursos económicos, quienes son considerados anormales, o enfermos, o inferiores y no se les abren las mismas oportunidades ni otorgan los mismos beneficios. Lo que queremos destacar es la manera en que los grupos minoritarios ven sus posibilidades coartadas por otros que se posicionan por encima de ellos. No nos referimos únicamente a los gobiernos o diferencias políticas, sino que esta lógica existe tácitamente dentro de las sociedades; hay quienes se consideran superiores, mejores o “normales” y aquellos que no poseen esas cualidades, pertenecen a las minorías y automáticamente son expulsados del sistema. Esto es lo que precisamente sucede, aunque muchos no lo vean, con las minorías sexuales. Se les arrebatan sus derechos, se los discrimina, se atenta contra su integridad física, moral y psicológica, se les niega su identidad, se los etiqueta, se los trata de “normalizar”, se los condena, se los patologiza e inconscientemente se les transmite que si quieren ser parte del sistema y ser tratados con respeto y que para acceder a una buena calidad de vida, deben enmarcarse dentro del binarismo sexual y la heterosexualidad. 25 Por lo que venimos exponiendo, consideramos que la calidad de vida de las personas pertenecientes a las minorías sexuales, se ve sumamente afectada ya que la percepción que pueden tener respecto de su lugar en la existencia no puede ser menos que la de pertenecer a un mundo hostil donde sus metas y objetivos se ven limitados. En el caso de los Transexuales que no pueden sacar afuera esa identidad autopercibida, esta calidad de vida se ve aún más afectada al no poder llevar adelante sus proyectos de vida y concretar sus metas por el poco espacio que les otorga la sociedad y el castigo de la invisibilidad. La falta de oportunidades a raíz de la discriminación hace que sus condiciones de vida sean poco favorables. Esto sumado muchas veces a los prejuicios de sus propias familias y sus lugares de origen, frente a quienes tienen miedo de realizar el proceso de transición, único procedimiento conocido hasta ahora, capaz de brindarles una estabilidad emocional. Por lo tanto, están destinados a vivir dentro de un cuerpo y bajo un nombre del que no pueden apropiarse. Entonces, se suma por un lado la discriminación y la falta de oportunidades, y por otro el otro, la insatisfacción con el propio cuerpo. Pensamos que a efectos de lograr una buena adaptación de estas personas y de otras pertenecientes a otros grupos minoritarios, es necesario hacer una deconstrucción de los paradigmas imperantes respecto de la sexualidad. Para lograr esto, consideramos pertinente hacer uso de la visión que tiene el existencialismo respecto del ser. Esta corriente de pensamiento se centra en la experiencia más inmediata del hombre; su propia existencia. Fue Heidegger quien planteó la necesidad de volver a la pregunta por el sentido del ser en la filosofía. Definió que existe una diferencia entre la existencia de las cosas y la existencia de los seres humanos, a la cual llama DASEIN e implica un peculiar modo de vivir. Nuestra existencia es distinta porque nos vamos construyendo a nosotros mismos a partir de nuestras propias decisiones, pudiendo elegir entre llevar una vida auténtica o inauténtica. Es en la medida en que somos conscientes de nuestra propia finitud, de nuestra condición de arrojados al mundo y de que más allá de la vida en este mundo no podemos ser, que se nos presentan esas dos formas de llevar adelante nuestra existencia. Llevar adelante una vida auténtica es asumir la responsabilidad de la propia existencia, ser conscientes de uno mismo, de las circunstancias, de nuestro deber de crearnos a nosotros mismos, la inevitabilidad de la ansiedad, la culpa y la muerte. Mientras que optar por una vida inauténtica implica vivir bajo la tiranía de la colectividad, sin apertura al crecimiento, ignorando la propia libertad, lo estático, la convencionalidad. Llevar a cabo una vida inauténtica sería para las personas trans, permanecer bajo los imperativos heteronormativos, siendo despojados de toda posibilidad de realización, de poder hacerse responsables de sí mismos. 2.3.1. Terapia y El Ser-en-el-mundo. El hombre es el ser que puede ser consciente de sí mismo y por tanto hacerse responsable de su existencia. La experiencia de yo soy no constituye en sí misma una solución para los problemas de un individuo sino más bien es un requisito. El ser es una categoría que 26 no puede reducirse únicamente a la introyección de normas sociales ni éticas, pues es él quien se va construyendo a sí mismo y por lo que hemos venido exponiendo, sabemos que estas normas no siempre han dado lugar para ser. Una de las aportaciones más importantes de la terapéutica existencial es la comprensión de la persona en su mundo. Los analistas existenciales, para descubrir de nuevo al hombre en sus interrelaciones personales con su mundo y para volver a revelar el sentido que encierra el mundo para el hombre, empiezan afirmando que la persona y su mundo forman un todo unitario y estructural. Los dos están siempre relacionados dialécticamente. El yo implica el mundo y el mundo implica al yo; ninguno es independiente del otro y no se pueden entenderlos si no es el uno en relación con el otro. El mundo es aquella estructura de relaciones significativas en que existe una persona y de cuya configuración forma parte. Abarca los sucesos del pasado que condicionan nuestra existencia y toda la inmensa variedad de influencias determinantes que actúan sobre nosotros. Esto está directamente relacionado con lo que habíamos planteado anteriormente respecto de la identidad autopercibida y la necesidad de que esa identidad nos sea reconocida en el mundo. Para tener una mirada más abarcativa de lo que comprende el ser, en el existencialismo se toman en consideración tres aspectos simultáneos del mundo que caracterizan la existencia de cada ser-en-el-mundo: Umwelt: el mundo alrededor; es el mundo biológico, el ambiente. Mitwelt: el co-mundo, que designa el mundo de los seres de nuestra misma especie. El mundo que compartimos con nuestros semejantes. Eigenwelt: mundo propio que comprende las relaciones personales del individuo consigo mismo. Presupone autoconciencia y autorrelación. Se presenta en los seres humanos pero es el más difícil de captar. La importancia de que estos tres aspectos del ser-en-el-mundo estén en armonía, refleja una existencia auténtica. Que el ambiente, la relación con otros seres de nuestra especie y la relación que tenemos con nosotros mismos respondan a nuestro sentir más profundo; a nuestra identidad, implica una vida de seguridad y autenticidad. El Mitwelt y el Eigenwelt, como expusimos anteriormente, reflejarían esa identidad que es reconocida por nuestros semejantes y que parte del mundo propio. Es importante señalar que el existencialismo adopta el método fenomenológico como la manera de comprender al ser. Este método consiste en abordar los fenómenos a partir de una reducción fenomenológica conocida como la epoché; sin juicios de valor ni afirmaciones sobre sus causas. En efecto, convivir significa vivir juntos en el mismo mundo. El mundo de cada paciente particular debe mirarse desde adentro y verse y comprenderse en lo posible desde el punto de vista en el que cada paciente está inserto. 27 Volviendo a nuestro punto, ¿por qué hacemos esta breve introducción a lo que comprende el existencialismo y la manera en que llevan a cabo su terapia? Porque consideramos que la forma en que abordan a los pacientes, a partir de la individualidad y desprovistos de todo prejuicio y juicios de valor, es sumamente importante para el tratamiento de pacientes Transexuales. Se debe mantener una apertura a este tipo de pacientes, donde se los respete tal y como son, tal y como refieren sentirse, porque como acabamos de exponer, el ser es el único capaz de construir y darle significado a su propia vida. Es indispensable alejarse de todo determinismo. Es la experiencia de cada paciente la que debe ser tomada como real; sus proyectos de vida son lo que le otorgan esa manera auténtica de proyectarse y darle sentido a su ser-en-el mundo. Cuando limitamos las posibilidades de estas personas de mostrarse tal y como se sienten en lo más profundo de sí mismos, los estamos forzando a llevar una vida inauténtica, desprovista de sentido, de aislamiento y alienación, lo cual refleja el estado de una persona cuyo contacto con el mundo se ha interrumpido. Esto sucede tanto dentro de la sociedad como dentro de una instancia terapéutica cuando no se respetan sus identidades y se las pretende encasillar en uno de los dos géneros o cuando se los rotula como patológicos. Entonces, en caso de que los pacientes consideren necesario realizar una terapia psicológica durante el proceso de transición, debemos ofrecer este espacio de escucha, respeto, libre de prejuicios para que cada persona pueda afirmar su identidad, encuentre armonía en esos tres mundos y pueda encontrar el sentido de su existencia. Debemos ayudarlos a alcanzar esa condición de sujetos de posibilidades, que puedan proyectar su ser haciendo uso de ellas. Existir significa salir, emerger, aflorar. Ante todo, nos encontramos ante una persona que existe, que es más allá de cualquier diferencia, y si olvidamos esto, todos los demás conocimientos que podamos poseer sobre ese individuo perderán su sentido. La existencia habla de salir a la luz, de nacer, de devenir. Nuestro empeño debe estar puesto en comprender ese emerger de vida, como la estructura fundamental de la existencia humana. No se debe estudiar solamente la experiencia escueta de una persona, sino que debemos estudiar aún más al hombre que pasa por esa experiencia, que la está viviendo. La cuestión fundamental es averiguar cómo reacciona un paciente ante una experiencia, y no si de hecho esta experiencia es “verdadera” o “falsa”. 28 3. Hipótesis: El proceso de transición contribuye a la afirmación de la identidad personal de pacientes Transexuales y mejora su calidad de vida. 3.1.Variables Independiente: Proceso de transición. 3.1.1. Indicadores de variable Independiente. - Edad de transición. - Terapia de Reemplazo Hormonal. - Cirugía de Reasignación Sexual. - Cambio de nombre. - Terapia Psicológica. 3.2. Variables Dependientes: a) Calidad de vida b) Identidad personal 3.2.1. Indicadores de variables Dependientes. a) Calidad de vida: - Dimensión física. - Dimensión psicológica. - Dimensión social. b) Identidad personal: - Percepción de sí mismo - Rol de género. - Aceptación social. 29 30 4. Objetivo general: Demostrar que la transición otorga sentido y mejora la calidad de vida de pacientes Transexuales. 4.1. Objetivos específicos. - Conocer la autopercepción que los sujetos tienen de sí mismos como manifestación de la diversidad sexual. - Indagar el nivel de apertura de los sujetos a la terapia psicológica como parte del proceso de transición. - Cotejar el proceso de transición con estabilidad social, emocional y laboral. - Describir el grado de adecuación a los estereotipos sociales de género después de iniciado el proceso de transición. - Evaluar la incidencia de sujetos que finalizan o tienen pensado finalizar con todas las etapas de la transición. 31 5. Metodología. 5.1.Diseño de Investigación. El presente estudio se realizará siguiendo un diseño de investigación de tipo no experimental, de corte transversal y descriptivo para evaluar la hipótesis inicial planteada. 5.2.Marco Muestral. La muestra estará compuesta de 5 sujetos transexuales de Hombre a Mujer y 5 sujetos transexuales de Mujer a Hombre, mayores de 16 años y residentes de la provincia de Buenos Aires. 5.2.1. Definición de Caso. Se considera caso a todo sujeto que se identifique como transexual; de Hombre a Mujer o de Mujer a Hombre, mayor de 16 años, residente de la provincia de Buenos Aires y que haya iniciado el proceso de transición. 5.3.Instrumento. Se ha utilizado la entrevista semi-dirigida como instrumento de investigación. Se ha diseñado un guión de 24 preguntas en vista a que no existen instrumentos de medición cualitativos diseñados para evaluar la calidad de vida en personas Transexuales. El guión confeccionado se considera adecuado a los fines de esta investigación. Las preguntas han sido distribuidas en 5 ejes: Identidad, Transición, Vínculos sociales, Ley de Identidad de Género y Calidad de vida, las cuales pretenden indagar aspectos de la vida de estos sujetos relacionados con nuestros objetivos de investigación. El Eje Identidad: pretende conocer la autopercepción que cada sujeto tiene de sí mismo, cómo se observa a sí mismo inserto en la sociedad y en qué medida sigue a los estereotipos sociales. El Eje Transición: indaga la manera en que fue y es atravesado el proceso; el momento de inicio, el durante y cómo lo ven a futuro. Cuáles son los factores que consideran más importantes para realizarlo y si consideran necesaria la inclusión de la terapia psicológica como parte del proceso. 32 El Eje Vínculos sociales: pretende conocer los cambios en las relaciones sociales y familiares a partir de la transición, si estos se han visto mejorados o dificultados. Ver el nivel de inclusión social que tienen luego de iniciado el proceso. El Eje Ley de Identidad de Género: examina el impacto de la ley en cuanto a su proceso de transición. Si sus expectativas en cuanto a la ley han sido cumplidas. El Eje Calidad de vida: indaga los cambios obtenidos a partir de la transición respecto de su relación con su propio cuerpo, la cotidianeidad, su perspectiva de la vida y planes a futuro. El análisis que permite este instrumento es de tipo cualitativo. Al ser una entrevista de tipo semi-dirigida, se conocen muchos otros aspectos de la vida de los sujetos que no siempre se indagan directamente con las preguntas, por lo que consideramos que era de mayor riqueza que un cuestionario. 5.3.1. Prueba piloto. Se realizó una prueba piloto para corroborar que las respuestas permitieran reunir la información necesaria para responder a los objetivos de la investigación. La prueba fue realizada a uno de los sujetos que forman parte de la casuística de la investigación. Se respondieron a todas las preguntas de manera clara, todas las preguntas fueron comprendidas y por lo tanto se pasó a realizar la entrevista a los demás sujetos de la muestra. A efectos de la prueba piloto, realizamos la primera entrevista con Alexander quien por circunstancias de la vida es amigo del entrevistador hacen algunos años. Se conocieron a partir de un foro en internet de personas Transexuales. A partir de nuestra solicitud de realizar una entrevista, se mostró muy interesado y colaborador, sin embargo por el estigma social prefirió hacer uso de un nombre ficticio. 33 6. Descripción del Campo. Algunos de los entrevistados han sido contactados por medio de un grupo de “Chicos Trans” de la red social Facebook. Hicimos una solicitud abierta, exponiendo las condiciones de inclusión de la muestra y explicando los fines de la entrevista. Algunos sujetos se mostraron dispuestos a colaborar inmediatamente. En casos excepcionales, se tuvo que realizar las entrevistas de manera virtual y no presencial por problemas de horarios o de ubicación. La mayoría de los sujetos que se ofrecieron de manera voluntaria alegaron su interés de realizar la entrevista para colaborar en la apertura de la mentalidad de la sociedad, darse a conocer y que de esa manera se promueva la concientización sobre su condición. El rango etario de los entrevistados se encuentra entre los 20 y 45 años, y el de las entrevistadas entre los 16 y 41. Los hombres trans se mostraron más accesibles que las mujeres. Existen agrupaciones en las redes sociales en las que se mantienen conectados y ha sido esta la principal fuente de contacto inicial para los entrevistados. En esos espacios se generan debates y se comparte información relacionados con toda la temática trans. Son espacios para conocer a más personas en la misma situación, generar amistades, resolver dudas y ayudarse mutuamente. Thomas respondió a nuestra solicitud en facebook, el se desenvuelve como activista para ATTTA Trans Masculinos en Capital Federal. Fue muy interesante la perspectiva planteada por Thomas ya que nos acercó más a la realidad de muchas personas trans que él pudo conocer a partir de su labor como activista. También de manera virtual fue contactado Aidan, activista y residente de la ciudad de La Plata. Nos dirigimos allá a realizar la entrevista y gracias a él, se nos dio la oportunidad de contactar y entrevistar a Claudia Vásquez Haro, activista y directora del Observatorio de Comunicación, Género y Diversidad de la Secretaria de DDHH de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Claudia nos aportó una mirada interesante desde su rol como comunicadora social, además fue una impulsadora de la Ley de Identidad de Género y de la inclusión de las diversidades sexuales dentro de dicha facultad. En un trabajo realizado anteriormente respecto de la temática Trans, tuvimos la oportunidad de conocer a Micaela, quien se desempeña en la Policía Federal en el Centro Integral de Género. Ante nuestra solicitud, accedió a concedernos la entrevista que se realizó de manera virtual. Cuando nos faltaban dos mujeres para cubrir el marco muestral, nos dirigimos a ATTTA para solicitar su colaboración. Inmediatamente se pusieron a nuestra disposición Nathalia y Yesica, también activistas de la agrupación que en ese momento estaban realizando encuestas sobre conocimientos de VIH con otras chicas trans. 34 El hecho de habernos contactado con activistas nos pudo acercar más a la realidad social actual de la temática trans en la sociedad, nos ha permitido conocer más de cerca la labor que han realizado por mucho tiempo para conseguir la promoción y ejecución de la Ley de Identidad de Género. Sin duda, tomar contacto con ellas y ellos, nos ha descrito un panorama más amplio sobre la lucha de estas identidades diversas para su inclusión en la sociedad. Nos ha dado a conocer sus posiciones respecto de las necesidades de la comunidad y la importancia de ser reconocidos como sujetos de derecho. 35 7. Análisis Cualitativo y Discusión de Datos. El análisis cualitativo se hace en torno a los ejes temáticos propuestos, considerando en principio que responden a los fines de la investigación. Se realizó la correlación de los datos obtenidos, una extracción de los puntos en común y se hizo uso de frases cita para reflejar datos que fueron enunciados por los entrevistados para mostrar su relación con el eje analizado. En primera instancia, se debe considerar que el proceso de transición es vivido de diferente manera para hombres y mujeres. El análisis de datos en primera instancia será abordado haciendo una separación de los casos, cómo viven la transición las mujeres por un lado y por otra los hombres. Sin embargo, como se verá a continuación, es posible encontrar puntos en común que plantean ambos grupos respecto de los cambios que suponen en sus vidas el proceso de transición. 7.1.Mujeres. Cuando se comenzó por la primera pregunta: Cuéntame acerca de ti; tu nombre, edad, a qué te dedicas, se pretendía conocer directamente cuál es la identidad autopercibida por ellas mismas. Ninguna de las entrevistadas se da a conocer como mujer transexual, hacen uso del nombre con el cual se identifican y relatan su vida relacionada a lo laboral, educacional y el activismo. Las edades están comprendidas entre los 16 y 41 años de edad. Este es un dato importante porque permite correlacionar la transición con aspectos de la etapa del ciclo vital en el que se encuentran. Claudia (38) es doctoranta en Comunicación Social. Nathalia (23) nació en Perú y se mudó a Buenos Aires para estudiar medicina, sin embargo dejó la carrera en 3er año por motivos económicos y actualmente se encuentra realizando un curso de secretariado y buscando trabajo. Yesica (41) relató haber realizado muchos cursos desde operadora de máquinas de coser, computación, además de ser promotora de salud en el hospital Muñiz “para sensibilizar a médicos y enfermeros ya que nos maltrataban todo el tiempo”. Yesica manifestó haberse dedicado al trabajo sexual por falta de oportunidades. Micaela se desenvuelve dentro de la Policía Federal en el Centro Integral de Género. Twiggy (16) manifestó haber abandonado el secundario este año porque “dificultoso ingresar sin mi identidad”. En general, la mayoría de las entrevistadas han conseguido finalizar sus estudios secundarios y una minoría ha logrado la consecución de estudios superiores. En el caso de las mujeres, el estigma social es mucho más fuerte debido a que nos desenvolvemos en una sociedad patriarcal y machista, por este motivo inferimos que ven sus oportunidades laborales y educativas más coartadas que en el caso de los varones. Al haber nacido biológicamente como hombres, la sociedad tiende a desaprobar más “la decisión de convertirse” en mujeres, como si esto implicara una especie de descenso en la escala social normada por el 36 patriarcado. La discriminación puede llegar a ser tan fuerte frente a ellas, que en ocasiones deciden abandonar los estudios y ven una salida en el trabajo sexual pero de manera forzada. En la segunda pregunta pretendíamos conocer en qué momento de sus vidas se asumen como mujeres trans. Es interesante observar la variedad de respuestas obtenidas en este punto, no hay un criterio generalizado y como fue expuesto anteriormente, hay distintas maneras de vivir la transexualidad. Algunas de ellas refieren identificarse únicamente como mujeres sin hacer uso del adjetivo trans, o transexual. La mayoría de ellas refieren sentirse pertenecientes al género femenino “desde que tengo uso de razón”. Twiggy incluso manifiesta “de hecho esperaba que el desarrollo de mi cuerpo fuese el de tal”. Claudia dice no poder decir exactamente en qué momento fue porque “vas construyendo tu identidad, no es que uno se levanta un día y lo decide” pero recuerda que fue más o menos desde sus 6 años de edad. Yesica a la edad de 7 u 8 años. El hecho de que la mayoría manifieste que se ha sentido así desde que tienen uso de razón, implica remontarnos a mucho tiempo atrás en la infancia donde ya eran conscientes de su identidad de género y que a pesar de los años se ha mantenido. Esto corroboraría las hipótesis expuestas sobre la identidad sexual adquirida a muy temprana edad. Ellas estaban conscientes de su identidad femenina desde la infancia, en ninguno de los casos se produce este conocimiento en la edad adulta. Sin embargo, hoy en día es un tema controversial el hecho de permitir la transición a niños porque en algunos casos se podría deber a confusiones de identidad que no sean verdaderos casos de transexualidad en edad adulta. En cuanto a los estereotipos sociales, 3 de las 5 entrevistadas manifiestan cumplir con los estereotipos de mujer. Claudia al contrario manifiesta “no porque mi pregunta sería ¿qué es ser mujer? Yo siempre digo que soy una mujer que no se reduce a la genitalidad”. La mayoría sigue los estereotipos probablemente porque los considera parte del hecho de ser mujer y que esto les permite ser tratadas como tales. Para Yesica cumplir con los estereotipos es importante; “me encanta porque paso desapercibida. Antes decían mirá el travesti y ahora no se dan ni cuenta”. Claudia y Nathalia son de Perú y por ello no han logrado obtener aún el cambio de nombre en el DNI. Claudia sin embargo logró que se le reconociera el nombre en la facultad. Solamente Micaela logró el cambio en el DNI. Yesica lo tiene en trámite y Twiggy no puede acceder aún a él por el rechazo familiar. La mayoría de las entrevistadas todavía no ha logrado el cambio de nombre pero no porque no lo deseen sino que a pesar de la ley, algunas todavía encuentran impedimentos o rechazo familiar. Sin embargo, todas las entrevistadas refieren la gran importancia de ser reconocidas con su nombre. Para Claudia es “fundamental, el derecho a la identidad es un derecho humano”. Nathalia y Yesica remarcaron la importancia que representa para acceder a trabajos, a la salud y la educación, incluso para poder alquilar un lugar donde vivir. Nathalia refiere “no es que no nos guste estudiar, sino que por el aspecto físico a veces es difícil”. Podemos corroborar que la identidad no se queda solo en la 37 autopercepción que uno tiene de sí mismo(a) si no se nos reconoce en sociedad como aquello que sentimos. Las consecuencias que se generan cuando no se nos respeta la identidad son de gran importancia psíquica y para el desenvolvimiento en sociedad. A partir de sus discursos, entendemos que sin identidad han sido invisibilizadas, excluidas y se les han negado derechos tan básicos como lo son al nombre, a la salud, a la educación y al trabajo digno. Para nuestras entrevistadas el hecho de ser reconocidas, además les otorga seguridad. Refieren comenzar el proceso de transición desde muy temprana edad. En general todas comienzan utilizando vestimentas femeninas y juegos típicamente femeninos entre los 6 y los 14 años. Posteriormente realizan la terapia hormonal y la mayoría de ellas refiere haber comenzado la terapia automedicándose. Micaela dice haber realizado muchos intentos de comenzarlo en la adolescencia pero que finalmente lo comenzó a los 24 años. Yesica comenzó la terapia de reemplazo hormonal automedicándose a los 18 años lo que la llevó a tener problemas de salud. Los médicos le dijeron que esas hormonas no eran para ella puesto a que no comprendían su identidad femenina, por ello dejó de acudir a médicos y continúo automedicándose pero más espaciadamente. Twiggy comenzó a automedicarse a la edad de 15 años “a escondidas de su familia” porque no apoyan su transición. Considera a futuro la vaginoplastia al igual que Micaela y Nathalia. Yesica la realizaría si estuviera cubierta por la salud pública pero más adelante “es dolorosa”. Y Claudia refiere que no considera la vaginoplastia porque “no se reduce a lo genital”, además dejó la terapia hormonal porque se encuentra conforme con su aspecto físico. Es necesario relacionar esta pregunta sobre los procedimientos realizados hasta el momento y los que piensan realizar a futuro con la pregunta acerca de la relación que tienen con su propio cuerpo luego de iniciado el proceso. Yesica se refiere a su cuerpo como “Bello, armonioso. Acepto cada parte de mi cuerpo. Antes estaba todo mal, no quería vestirme de varón”. Claudia además manifiesta “Mi cuerpo expresa lo que soy. Ha sido un espacio de comunicación y de lucha; de expresión. Es lo que soy, no lo que los otros quieren que sea”. Nathalia dice sentirse cómoda pero se sentiría más aún con la vaginoplastia. Twiggy refiere que todavía no se siente muy cómoda con su cuerpo porque comenzó hace poco la transición, pero que empezar a ver los cambios “se siente como estar salvada en parte”. Micaela manifestó “ahora me encanta mi imagen, ¡verme al espejo! Me siento linda, atractiva y que puedo enamorar a un hombre desde mi imagen femenina”. Como se observa, todas las entrevistadas afirman que su relación con su propio cuerpo ha mejorado mucho. Estas alusiones a la imagen física que les permite el proceso de transición reflejan la gran importancia que supone poder ver en el espejo aquella identidad que sintieron “atrapada” y oculta tras una imagen corporal que no las representaba antes de la transición. Supone un encuentro consigo mismas dentro del Eigenwelt o su mundo propio, y un afianzamiento de su ser y autoestima. Los relatos acerca de la manera en que perciben sus cambios físicos y cómo han ido encontrándose más y más a partir de los procedimientos, 38 estuvieron llenos de emotividad y expresiones de felicidad. Con ello remarcamos la importancia que tiene la construcción de la identidad en general, la liberación que supone poder ser ellas mismas y salir de todo aquello en que estuvieron encasilladas, una vida inauténtica, una máscara solo a efectos de la tranquilidad de la sociedad. Si bien la identidad de género no ha sido modificada (siempre se percibieron como mujeres), han ido construyendo su imagen y encontrándose gracias al proceso de transición que han comenzado. Sin embargo, los cambios a partir de la transición no quedan solo en la dimensión física. A la pregunta de cuáles habían sido los cambios más importantes en su vida, se sumaban factores relacionados con sus vínculos familiares, sus relaciones de pareja, acceder a la salud, ser respetadas por su nombre, educación, incluso manifestaron cambios en su ideología y manera de comprender a los demás desde la diversidad; la necesidad de hacer valer sus derechos y trabajar por el colectivo trans. Es en este sentido, el impacto de la transición es a nivel global y abarca muchas dimensiones de las entrevistadas. Todas refirieron haber sufrido algún tipo de discriminación. Yesica sufrió el acoso de la policía debido a que era trabajadora sexual. “Me detuvieron y me golpearon, me pedían sexo a cambio de mi libertad”. Para Micaela lo más difícil fue ser aceptada y reconocida dentro de la institución donde se desempeña laboralmente (una vez más la policía). Claudia también afirma haber sido víctima de discriminación “por el Estado; de manera sistemática en todas sus instituciones y por la sociedad civil”. Twiggy tuvo que “lidiar con ser la oveja negra de todo un colegio”. Y la mayoría nos relató episodios en que fueron maltratadas verbalmente en las calles, burladas, miradas hostiles, “te dicen cosas en la calle”. Como expusimos anteriormente, las mujeres de la colectividad trans son más vulnerables al acoso y la discriminación debido a la sociedad machista en que estamos insertos, en algunos casos los niveles de feminización no son muy evidentes ya que después de ingresar en la pubertad con un cuerpo que produce testosterona se produce una masculinización del cuerpo que posteriormente es más difícil de contrarrestar con hormonas femeninas. Esto las hace más visibles a diferencia de los hombres trans quienes obtienen cambios mucho más evidentes sobre el cuerpo que no ha obtenido la testosterona en pubertad, ellos pueden pasar más desapercibidos. Lo que genera inquietud es el grado de exclusión al cual puede llegar la sociedad que se cierra a normas sociales creadas para pertenecer sólo al sexo de nacimiento. En este punto también se juega el respeto hacia la identidad de quienes no se sienten pertenecer a ninguno de los géneros, a quien se siente pertenecer al género opuesto; una vez más se observa la importancia que tiene el reconocimiento de la sociedad por la identidad autopercibida de cada persona. En cuanto la importancia que le dan a la terapia psicológica como parte del proceso, presentan posiciones variadas. 3 de las entrevistadas consideran que no es necesaria la 39 terapia psicológica. Entre ellas se puede observar el rechazo a los psicólogos porque en ocasiones fueron obligadas a asistir a terapias por mandato familiar para que se adecuaran a su sexo biológico, o porque antes de la Ley de Identidad de Género era un requisito para comenzar la transición. A la pregunta de si consideran necesaria una terapia psicológica como parte del proceso, Claudia contesta “Nunca. Nadie tiene que decirme quien soy. No voy a perder el tiempo con personas que me quieran imponer su subjetividad”. Para Nathalia no es importante “porque tenemos en claro lo que queremos ser y de las decisiones que vamos a tomar. Estamos seguras de nosotras mismas”. Yesica y Micaela si realizaron terapia psicológica. A Yesica la psicóloga le dio “coraje” para comenzar la transición y “despegarse” de la relación con su madre quien no quería ver su realidad a pesar de que era evidente. En muchas de ellas, existe un mal concepto respecto de los psicólogos en vista a que persiste en el imaginario del colectivo trans, que el psicólogo cumple la función de “normalizar”, que debe corregir esa identificación con el género opuesto o que es un juez que va determinar quien está en condiciones de transicionar o no. Es cierto que muchos terapeutas han pretendido lograr ese cometido debido a enfoques pasados; hemos expuesto anteriormente que algunas ramas de la psicología han considerado a la transexualidad y a otras identidades u orientaciones sexuales como patologías mentales tales como psicosis o perversiones. Pero a través de las entrevistas, podemos corroborar que ninguna de las entrevistadas presentaba fallas en el criterio de realidad, delirios, etc. por tanto como expusimos en el marco teórico, podemos confirmar que no se trata de una estructuración que determine la presencia de patología mental o una psicosis. Al contrario, consideramos que la transexualidad como cualquier otra identidad u orientación sexual, puede presentarse en cualquiera de las tres estructuras psíquicas clásicas de neurosis, psicosis o perversión como ocurre también con la heterosexualidad y homosexualidad. Los factores determinantes para comenzar la transición reflejan en general la imposibilidad de seguir “mintiendo”, de seguir siendo algo que no eran. Claudia cuenta que tuvo que salir de su país para evitar la vergüenza y el rechazo, “postergué mi libertad por 26 años y dije ¡basta!”. Las entrevistadas estuvieron durante muchos años imposibilitadas de iniciar la transición (más allá de llevar ropa femenina únicamente) por la presión social y familiar. Todas manifiestan que el paso más importante que las llevó a tomar la decisión de comenzar es que no podían seguir tolerando llevar una vida de mentira donde no podían ser como se sentían. Como si se tratara de un umbral que al ser rebasado, desencadena irremediablemente la necesidad de comenzar su cambio. ¿Cómo ven el proceso de transición? lo consideran en general como una forma de vida. Aluden a que el proceso les permite irse construyendo día a día, para Micaela “porque la disfrutas como nada en el mundo”, para Claudia “es infinita. Es como la historia, es dinámica”. Consideran que los cambios evocan la necesidad de ir adaptándose a ellos y les permiten irse conociendo a medida que los atraviesan. La necesidad de conocer cómo ven el proceso de transición parte de la necesidad de evaluar la importancia de que este proceso esté asegurado 40 por la salud pública. Al ser considerado por ellas como una forma de vida, se remarca la necesidad de que el Estado acompañe a partir del cumplimiento de la Ley de Identidad de Género contrarrestando todo tipo de discriminación, que los procedimientos deban ser cubiertos por la salud pública y que existan especialistas en el tratamiento y cirugías. A la pregunta de si incluirían algún otro aspecto a la Ley, la mayoría está conforme con lo que asegura y cubre, únicamente Yesica contesta que añadiría algo más, “que asegure trabajo”. Todas refieren haber tenido problemas con la familia, por lo menos con un miembro de ella pero que luego de un arduo proceso de adaptación, supieron aceptarlas y apoyarlas. Sin embargo, esta fue la parte más difícil para todas. Para Twiggy, por la edad, sigue siendo el motivo por el que no puede acceder al cambio de su DNI; “me tratan en masculino (…) No tienen del todo conocimiento de ya me presento y vivo con otra identidad”. La mayoría de ellas manifiesta que sin embargo, luego de esa aceptación por parte de toda la familia, han podido mejorar y afianzar sus vínculos con sus seres significativos. Consideramos que el hecho de ser reconocido por el ámbito familiar es vital para posteriormente enfrentar al mundo exterior. Va ser el pilar necesario para alcanzar la seguridad suficiente de enfrentar al mundo externo, como en cualquier ser humano, solo que en estos casos esa aceptación y reconocimiento viene a edad más avanzada (si se logra), lo que puede tener impacto en la apertura que tengan a las relaciones sociales. Al parecer las familias, por desconocimiento del tema y porque nunca consideran como una posibilidad el hecho de tener a un miembro de la familia trans, les resulta más cómodo negar el tema, “hacer como si nada pasara”, o de lo contrario tomar acciones para normalizarlas. Nunca parece ser la primera acción la apertura y aceptación. En el caso de nuestras entrevistadas, son los familiares hombres los más reacios a aceptar la transición de ellas. El hecho de que la familia no sea parte del proceso puede incidir muchas veces en la necesidad de comenzar la transición a escondidas, utilizando métodos poco saludables como es la automedicación, cirugías clandestinas, sexo a cambio de dinero para realizar la transición, en algunos casos será necesario migrar del lugar de origen, sensaciones de soledad e incomprensión absolutas. De similar manera sucede con los amigos cercanos a quienes les cuesta aceptarlo en principio y luego concluyen aceptándolas. Sin embargo, a pesar de que más de una refiere haber perdido amistades a causa de su transición, en general todas coinciden en que su forma de entablar relaciones sociales no ha sido modificada, si en algunos casos a la hora de entablar relaciones de pareja. Micaela quien tiene una relación estable con su novio manifiesta que “las (relaciones) de pareja en un principio fueron difíciles porque muchos varones ocultan sus relaciones con chicas trans”. Claudia comenta que “Tengo suerte. Siempre tuve noviazgos serios” pero la mayoría de las veces culminan por los prejuicios de los demás. Nathalia vive con su pareja de hace 4 años. Y Twiggy si bien tuvo pareja por el momento le cuesta tener intimidad ya que más adelante piensa realizar la vaginoplastia. Para Yesica también se le facilitó el hecho de tener un novio y no descarta en el futuro “encontrar un marido”. 41 El verse a sí mismas más cómodas con su propia imagen, y que esta haya sido aceptada por la familia de origen ha supuesto mayor confianza y seguridad en ellas. Esto también las ha beneficiado a la hora de encontrar parejas pero la mayoría no considera que haya supuesto cambios en su manera de relación con amistades o nuevos vínculos sociales. Las perspectivas que tienen de la vida luego de iniciado el proceso son variadas, mientras Micaela y Claudia a la necesidad de luchar por el respeto, la necesidad de concientizar a la población sobre la temática trans, a Twiggy la ayudó a “desarrollar otros valores”. Para Yesica representa una vida de libertad “Más allá de no tener trabajo y cosas materiales, la veo bien. Ahora saber que puedo andar libre por la calle es pura felicidad. Vivo a pleno ahora”. También para ella ha sido importante y necesario trabajar en el activismo. En cuanto a los planes a futuro que tienen, aquellas que han comenzado la transición hace más tiempo, están relacionados con metas académicas, formar familias, tener una vivienda propia. Nathalia que empezó el tratamiento hormonal hace un mes y Twiggy que también comenzó la transición hace poco tiempo, se refieren principalmente a la consecución de la vaginoplastia a futuro. Consideramos que a partir de esto se podría inferir la necesidad de primero alcanzar los cambios físicos, encontrar su identidad reflejada y aceptada como requisito previo a poder plantearse posteriormente metas relacionadas con lo académico, lo laboral, familiar, etc. O sea, es necesario primero poder demostrar su identidad y construirla con la transición para luego plantearse metas que se asemejan más a aquellas que son comunes al resto de la población. 7.2.Hombres. Al igual que en el caso de las mujeres, comienzan su descripción por el nombre, la edad, sus estudios, situación laboral y actividades relacionadas con el activismo sin hacer alusión a la identificación con el adjetivo transexual. Aidan (20) es estudiante, activista de OTRANS de la ciudad de La Plata e integrante de una banda de música. Benjamín (21) estudia gastronomía y está terminando de rendir materias que le quedaron pendientes del secundario. Alexander (23) estudia odontología, se mudó a Capital desde la provincia de Chubut por estudios. Thomas (24) por motivos económicos suspendió dos carreras que estaba cursando pero trabaja en soporte técnico y milita en ATTTA para conseguir que todos tengan acceso a la Ley de Identidad de Género. También realiza un trabajo de prevención del VIH repartiendo preservativos a las chicas trans que trabajan en la calle. David (45) cuenta que trabaja, le gusta caminar y escribir. Respecto al Eje Identidad, 4 de los 5 entrevistados refieren sentirse hombres sin hacer uso del adjetivo Transexual. Alexander refiere que en un principio “pensaba que era bisexual porque no sabía que existía la posibilidad de transicionar (…) pero lesbiana no me gustaba, y tampoco me gusta transexual”. Él se considera heterosexual y cumple con los estereotipos de masculinidad, incluso se considera a sí mismo machista. Thomas de la misma manera se 42 identifica con ser un hombre heterosexual aunque sabe que tuvo que realizar un cambio de nombre porque no se identificaba con el nombre asignado en el nacimiento. A la pregunta sobre cuando se asumió como chico trans, responde “nunca me sentí un chico trans. Siempre me sentí igual. A determinada edad te das cuenta de que no quieres ser la típica nena.” Benjamín también refiere que “me percibo como un chico normal, como si fuera biológico”*. Cumple con los estereotipos de masculinidad y que ello le beneficia mucho ya que lo hace sentir más cómodo relacionándose en sociedad. David se define como un “hombre sensible”. Aidan al contrario, dice identificarse con ser trans; “mi género es trans, rompo con los estereotipos. Es como el tercer género”, y lo asocia con mayor libertad ya que permite “ser lo que sentís”. La importancia de adoptar el nombre con el que se identifican también tiene mucho peso a la hora de reafirmar su identidad. Aidan por ello considera que “el sexo hombre/mujer encasilla y deja de lado la revolución por el reconocimiento de los trans” y adoptó los nombres unisex de Aidan Logan. Los demás entrevistados adoptaron nombres típicamente masculinos, más acordes a su identificación con el género masculino. Para todos los entrevistados representa un paso de mucha importancia el poder cambiar el DNI; de momento solamente Alexander no obtuvo el DNI aunque lo tiene en trámite y manifiesta que “por más que sea un papel, es como la sociedad te mira”. Para Thomas, igualmente, este paso fue “lo único que me faltaba para quemar todo lo que fui anteriormente. Me cambió la vida por completo”. Todos los entrevistados cuentan con mucha vehemencia la importancia de este suceso en sus vidas reflejado en la posibilidad de acceder a un trabajo legal, poder utilizar tarjetas de crédito, mostrar su DNI en cualquier situación sin pasar vergüenza, respeto social, reafirmar su identidad y conectarla con su imagen corporal. Nuestros entrevistados accedieron al cambio de nombre más rápido que nuestras entrevistadas. En cuanto a la transición, el primer paso que refieren fue el de hablar sobre su condición con la familia. Benjamín considera que “hablar con la familia es la parte más difícil de todas pero que si logras el apoyo de ellos, a cambio obtenés un alivio y una paz en tu corazón que no te la saca nadie”. Su padre es el único que fue parte del proceso por ahora, quien se puso “contento” porque percibía que Benjamín ocultaba algo y que necesitaba “soltarlo”. Le cuesta más abrirse en cuanto al tema frente a su madre. Thomas también recibió la comprensión de su madre desde siempre, incluso refiere que no tuvo que ni aclararlo porque lo sabía sin que se lo cuente. Pero tratar de hablar con otros familiares considera que fue un fracaso. Para ello decidió escribirles un e-mail contándoles sobre su situación pero no obtuvo respuestas favorables. La pérdida de su madre este año fue muy dura porque ella era la única con la que podía hablar del tema. Aidan tuvo que atravesar lo que él llama “un periodo de actuación” por la presión social y demanda familiar que no le permitía mostrarse como se sentía. Entre los 16 y 18 años volvió a mostrarse y comenzó a contarles a sus seres cercanos sin recibir mucho apoyo al principio. En la actualidad vive con 43 su novia y su tía quienes lo aceptan totalmente, sin embargo a pesar de que presenta una imagen masculina, con barba y voz masculina, su abuela y su tío, lo siguen llamando por su *Hombre biológico/mujer biológica: el colectivo trans suele referirse de esta manera para diferenciarse de hombres o mujeres que en el nacimiento no presentan la disconformidad entre sexo anatómico y cerebral. nombre anterior y él está esperando que “se den cuenta”. Para Alexander tampoco fue fácil al principio, pero sus familiares poco a poco han comenzado a aceptarlo al verlo mejor consigo mismo. Para todos los entrevistados este paso ha sido difícil en un principio pero en general lograron aceptación al menos por parte de un miembro familiar. Sin embargo, a pesar de estas dificultades iniciales con sus vínculos familiares, la mayoría refiere que se vestía y se posicionaba de manera masculina desde muy corta edad. Benjamín es el único que todavía no ha iniciado la terapia hormonal aunque planea realizarla en el corto plazo. Los demás entrevistados hablan de sus cambios físicos asociándolos a una sensación de seguridad, placer, conformidad con su aspecto físico, mayor comodidad, fortaleza interna y ganas de seguir luchando. Si bien Thomas comenzó la terapia hormonal hacen sólo 4 meses, para él lo más importante no era el aspecto físico sino el cambio de DNI, ya que manifiesta que siempre tuvo aspecto masculino. Solamente Alexander realizó la mastectomía y es el único que tiene planeada realizar en un futuro la faloplastia si se le “asegura” que va tener un aspecto estético y que sea funcional. De todas formas, el común denominador es la mastectomía, todos tienen planeado realizarla. La mayoría de ellos cuenta la dificultad y el dolor que supone vendarse el pecho por muchos años para que no sea visible. Por el momento, se están consiguiendo estas operaciones (mastectomías) a través de la salud pública pero existen pocos especialistas, las listas de espera son demasiadas largas y los hospitales no cuentan con los insumos necesarios para realizarlas. Thomas considera una meta realizar la metoidioplastia más adelante, así como David. Aidan la tomaría en cuenta aunque no lo siente como una necesidad por el momento. Benjamín no emite una posición respecto de la cirugía genital, considera que “me llevaría mucho mejor con mi cuerpo después de realizarme la mastectomía porque de ahí en adelante digamos que podría sentirme ya en paz con él y aliviado”. En estas manifestaciones se vuelven a ver las distintas formas de vivir la transexualidad o lo trans. No se considera lo genital en muchos casos porque las opciones médicas propuestas, además de ser poco prometedoras estética y funcionalmente, suponen altas sumas de dinero sin la seguridad de que se obtengan buenos resultados. Como fue explicado anteriormente, la cirugía genital implica mucho tiempo al ser realizada por etapas y es de alta complejidad. Al ser menos comunes los casos de transexualidad masculina, existen menos especialistas y la complejidad de la cirugía es mucho mayor que en la cirugía de reasignación sexual femenina. De acuerdo a los entrevistados, podemos inferir que mientras la apariencia externa se condiga con lo masculino, y esto en principio referido a la remoción 44 de las glándulas mamarias, es lo más inmediato y necesario para alcanzar la seguridad y comodidad consigo mismos. Lo genital estaría relegado a un segundo plano pero no fue objetivo de esta investigación, conocer los motivos por los cuales se deciden adecuar o no a las características genitales sexuales del sexo opuesto. Las posiciones respecto de la transición como una etapa o una forma de vida son diferentes. Alexander la considera una etapa: “cuando me sienta totalmente masculino, ahí será un pasado”. De la misma manera lo es para David. Aidan y Thomas concuerdan en que es una herramienta que puede ser utilizada por quien lo considere necesario para adecuarse según su propia identidad. “No es una meta, es una forma de vida”. Benjamín afirma que es un proceso de vida porque luego de realizar todos los procedimientos y alcanzar sus objetivos, se convierte en una lucha cotidiana que se hace parte de sus vidas. Nosotros mantenemos la postura de que se convierte en una forma de vida en tanto los sujetos deben realizar muchos procedimientos médicos y quirúrgicos, las terapias hormonales deberán ser mantenidas de por vida y sus derechos deben ser garantizados en cualquier ámbito. Además queremos reflejar la importancia de que haya profesionales de la salud sensibilizados frente a la temática; puesto a que por ejemplo, un hombre trans tendrá que hacerse revisiones ginecológicas mientras no realice la histerectomía, o las mujeres trans deberán hacerse exámenes prostáticos mientras no realicen la vaginoplastia. Como venimos aclarando, esto puede deberse a que la persona mantiene su genitalidad de nacimiento ya sea por voluntad, en la espera de dichos procesos quirúrgicos o miedo al dolor y arduo proceso que supone, excesivos costos, etc. Es común que la población transexual, por estos desconocimientos de la comunidad médica y por el prejuicio que acarrea, no realice los exámenes médicos necesarios poniendo en riesgo su salud. La minoría de los entrevistados consideran necesaria la terapia psicológica como parte del proceso de transición. Los testimonios, al igual que el grupo de las mujeres, refieren encuentros con psicólogos de manera obligada por la familia o a efectos de comenzar la transición antes de la Ley de Identidad de Género. Thomas, uno de los que la consideran necesaria, alude a la importancia de “estar bien antes de empezar (…) No me parece indispensable pero es una herramienta importante desde el punto de vista de la salud, para aclarar dudas, limitar las expectativas”. Los demás remarcan que se consideran seguros de sí mismos y sus decisiones y que por lo tanto no es necesario acudir a terapia. De todas formas, refirieron que en todo caso es algo opcional y que podría ser beneficioso para aquel que lo considere útil. En cuanto a los vínculos sociales y de pareja, el común denominador entre los entrevistados es el miedo a ser “descubiertos”. Se presentan dentro de la sociedad como hombres y de igual forma frente a mujeres que les interesan en el plano de relaciones de pareja. En cuanto a los vínculos sociales, refieren sentirse más cómodos y seguros después de 45 la transición y que los demás también perciben ese sentimiento en ellos y mejoraron sus vínculos. Tres de los entrevistados comentan que perdieron amistades luego de comunicar su decisión de comenzar la transición, pero para Thomas, este puede ser “el precio que a veces se tiene que pagar para ser como uno es”. En cuanto a las relaciones de pareja se ven complicados cuando llega el momento de aclarar su situación por miedo al rechazo. A diferencia de las mujeres, los hombres han manifestado mayores dificultades a la hora de entablar relaciones de pareja. Si bien en cuanto a lo social, los cambios físicos les facilitan la inclusión y poder pasar desapercibidos, para las mujeres por la dificultad de alcanzar cambios físicos luego de haber pasado la pubertad bajo el efecto de la testosterona, puede representar mayores dificultades en su inclusión social. Por esto consideramos que el hecho de pasar desapercibidos/as disminuye en gran medida el nivel de discriminación porque la sociedad no ve alterada la percepción del típico binarismo (hombre-mujer) al que está acostumbrada. El efecto normalizador de la sociedad que por medio de la discriminación intenta adecuar y normalizar todo aquello que sale del estereotipo, es también adoptado en la mayoría de los casos por parte de los mismos chicos trans. Es así como se consideran “totalmente estereotipados”, “machistas”. Esta necesidad de cumplir normas y llevar formas de vida determinadas, tiene relación con la necesidad de sentirse incluidos en sociedad también cumpliendo con el patriarcado instituido. Para ellos supone entrar en un ámbito mucho más competitivo y agresivo, donde se sufre discriminación cuando no se cuentan con estas características y en consecuencia se los considera inferiores, “afeminados”, etc. Antes de la transición y al inicio de ella, todos los entrevistados también han atravesado discriminación verbal. Por ello la gran importancia que le otorgan al hecho de tener el DNI con su nombre cambiado, pues supone como una especie de “prueba” de que pertenecen al género con el que se identifican. Ya no tienen que aclarar nada enfrente de desconocidos y les permite desarrollarse libremente. Aidan cuenta que en su escuela, una de las directoras no lo dejaba ingresar al baño de hombres; “tenía que salir del colegio para ir al baño”. También acusan que la poca visibilidad y falta de información sobre lo que significa la transexualidad masculina no ayuda y la sociedad no sabe cómo tratarlos. Thomas había asistido a un colegio de mujeres donde se veía muy distinto del resto de las mujeres y fue víctima de bullying, pero “era algo que no podía cambiar”. Alexander dice que en la escuela lo llamaban lesbiana pero que no le daba mayor importancia, sin embargo en la facultad cuando recién comenzaba su proceso, fue acosado porque “querían saber si tenía tetas o no (…) Me preguntaban ¿Sos mujer?”. Aidan y David también comentaron situaciones de discriminación cuando se presentaron frente a ciertos profesionales de la salud para iniciar el proceso. David comenta que tuvo dificultades con el psiquiatra ya que “el no acepta el cambio de mujer a hombre”. En la sección de las mujeres mencionábamos que probablemente su “decisión” de realizar la transición de hombre a mujer sea vista como descender en la escala social, para los hombres la misma “decisión” es considerado querer ascender a un status superior con el que no pueden cumplir. 46 Ambas situaciones derivan de la visión machista de la sociedad; la consideración de lo masculino como superior a lo femenino. Sin embargo, ninguno de los entrevistados ha mencionado que su decisión de transicionar al género masculino estuvo relacionada con conseguir beneficios o ventajas relacionadas con las costumbres sociales. Simplemente refieren sentirse así desde siempre. El disparador sería no poder continuar viviendo en el cuerpo al que no sienten pertenecer y ser tratados de una manera con la que nunca se identificaron. “Vivir la vida que yo quiero y no la que me vinieron dibujando desde que nací” responde Benjamín al respecto. Dos de ellos destacan la importancia de haber contado con una pareja o un familiar que los apoyaba para iniciar el proceso. La mayoría no haría ninguna modificación o inclusión a lo propuesto por la Ley de Identidad de Género. Algunos solicitaron que ella sea implementada completamente y sea cumplida, se agilicen los tiempos de espera para las cirugías. En general, la mayoría concluye que la manera en que se sienten ahora es mucho mejor a cómo se sentían antes de la transición. Alexander comenta: “me gusta mi vida, todo, a comparación de lo que era antes” y que su vida cotidiana se ha hecho más llevadera y le ha dado confianza. Algunos lo asocian más a la imagen física como en el caso de Aidan, quien dice “me ha ayudado a desenvolverse mejor en la vida. Escuchar así a mi voz era lo más importante, necesitaba escucharme (…) y la barba me resulta agradable”. Aunque su percepción de la vida se mantiene igual, ver su cuerpo en constante cambio lo hace sentir más libre. Thomas nos ha confesado que no acepta su cuerpo y que “no le queda otra que llevarlo a todo lado”. Cansado de tener que fajarse el pecho, refiere que hay días en los que no sale por no fajarse. De todas formas, los beneficios de la transición él los encuentra más por el lado de ver su nombre reflejado en el DNI, tener un trabajo en blanco y las relaciones que quiere. A pesar de todo, afirma que su vida ahora “es plena”, está más tranquilo consigo mismo y siente que su vida “se está encaminando hacia el lugar donde yo espero que esté”. David remarca la diferencia desde lo emocional: “emocionalmente me siento más relajado y tranquilo. Me ha dado seguridad y fortaleza”. La vida se muestra ahora “con más esperanzas e ilusiones”. Entre los planes a futuro, esperan formar familias y tener hijos, terminar sus estudios y acceder a un buen trabajo que les asegure estabilidad económica. No hacen mayor referencia a los siguientes procedimientos relacionados con la transición y esto denotaría que consideran sus cambios alcanzados en gran medida satisfactorios. Ahora pueden comenzar a reorganizar y construir sus vidas. Tanto hombres como mujeres destacan la gran importancia que supone el hecho de haber realizado la transición para desplegar su identidad. Todos y todas manifiestan el alivio que les concede la nueva Ley de Identidad de Género ya que sienten en ella un respaldo; les permite mostrarse con mayor seguridad. Todos y todas confirman que su identidad no es otra que la percepción de sí mismos, que parte de un acto de conciencia y que es mantenida a lo 47 largo de su vida a pesar de sus cambios, pero que además necesita ser reconocida por los demás como distinta de ellos. Ser reconocida por un Otro, en este caso el Estado y en consecuencia la sociedad, es necesario para sentirse parte del mundo. Retomando a Hegel, la identidad solo es en cuanto se la reconoce. La familia supone un punto de enorme importancia, es difícil de afrontarla por miedo al rechazo pero cuando logran su aceptación, el proceso se torna mucho más llevadero y los fortalece. La mayoría de los entrevistados/as no se identifica como perteneciente a los colectivos trans, se definen como hombres o mujeres únicamente. Se puede inferir que ello proviene del rechazo social que implica ser parte de grupos minoritarios, que el hacer uso de adjetivos como trans o transexual está ligado a una patología y no se consideran a sí mismos de esta forma. Quienes se consideran hombres o mujeres únicamente, se adhieren a los estereotipos típicos instaurados en la sociedad y consideran terminar con la adecuación genital. Quienes se consideran transexuales o parte de la colectividad trans, se muestran orgullosos de burlar esos estereotipos de género y no consideran tan necesaria o inmediata la adecuación genital. Queremos remarcar que el hacer uso del recurso de enunciación para presentar los testimonios de los y las entrevistadas, permite observar la coherencia de sus discursos y el nivel de conexión que mantienen con la realidad objetiva. Esto para confirmar que a pesar de que la condición sea incluida dentro de los trastornos mentales en el DSM-IV y considerada como un Trastorno de Identidad Sexual, los sujetos no evidencian signos de psicosis, delirios o perversiones. Por ello estamos a favor de la despatologización de esta condición. Al contrario, evidencian que las mayores dificultades que tienen que atravesar vienen de la mano de los obstáculos que tienen que enfrentar a la hora de poder ser aceptados como se sienten en lo más profundo de sí mismos, en el trato inequitativo que les dispensan las instituciones, la falta de oportunidades, el rechazo y la exclusión. Como habíamos expuesto en el marco teórico propuesto, la mayoría de las personas Transexuales no presentan enfermedades psiquiátricas subyacentes, sino que lo más común es que tengan algún tipo de desórdenes de ansiedad o depresión en respuesta a los desafíos y dificultades que tienen que afrontar cuando no son cobijados por la sociedad. La poca apertura a los psicólogos se debe a que consideran que nosotros tenemos la misión de normalizarlos y corregirlos. Esta percepción que tienen de nuestra labor debe ser cambiada ofreciéndoles un espacio de apertura, de respeto y que los acompañe en sus decisiones y en la construcción y conocimiento de su identidad, algo que a nuestro parecer puede ser aportado desde el enfoque existencialista. Sin embargo, cualquiera sea el enfoque del profesional, lo importante es que se instaure un vínculo de respeto y escucha frente a esta y cualquier otra identidad. 48 8. Conclusiones. La transición les provee las herramientas necesarias para posteriormente enfrentarse al mundo como cualquier otro ser humano. Acceder a estos procedimientos se convierte en una necesidad vital y condición primera para poder llevar a cabo una vida plena. El proceso de transición comienza en el momento en que ya no están dispuestos a continuar con una vida de mentira; inauténtica y desprovista de todo sentido al decir del existencialismo. Acceden a ella como un dispositivo de supervivencia porque están convencidos de que no podrían llevar su vida de otra manera. Están sumamente seguros de lo que sienten y por lo tanto no consideran necesario, salvo excepciones, una terapia psicológica de sostén emocional. Esto se relaciona con que los cambios que van percibiendo gracias a la transición, les permite alcanzar mayor estabilidad emocional, les dan mayor confianza en sí mismos, comodidad y una sensación de mejoría constante a medida que atraviesan las etapas de la transición en las que deciden incursionarse. El aval legal en este proceso se traduce en seguridad al permitirles acceder al nombre, lo que consideran determinante para acceder a derechos básicos como el trabajo, la educación y la salud. La comodidad y la confianza les permiten afianzar sus lazos sociales y desenvolverse con mayor seguridad en sociedad. Los entrevistados han demostrado que presentan la percepción de un mayor nivel de satisfacción en su estado físico gracias a los cambios en su imagen corporal, en su estado psicológico en tanto adquieren mayor estabilidad emocional, elevada autoestima, seguridad y fortaleza interna, en su nivel de independencia por la posibilidad de acceder a un trabajo legal, en sus relaciones sociales en la medida en que son reconocidos como se sienten a sí mismos. Estas mejores condiciones de vida establecen el territorio apto para que reafirmen su identidad, se inserten en su cultura y puedan cumplir con sus expectativas y objetivos personales. Por ello concluimos que el proceso de transición les otorga mejores calidades de vida. El objetivo general y los específicos han sido cumplidos satisfactoriamente en el presente trabajo. De la misma manera, se ha corroborado con la hipótesis planteada. A manera de ampliar este trabajo, consideramos que hay muchos puntos referidos a las relaciones familiares que no han sido indagados. Se podría extender a considerar los testimonios de familiares respecto cómo ellos viven el proceso de transición y cuáles son sus mayores dificultades a la hora de aceptarlo. Tampoco se ha indagado a fondo respecto de la infancia y cómo ha sido atravesada por los entrevistados. Sería interesante observar el impacto que tiene atravesar la condición en los niños. Sería de gran importancia poder hacer seguimiento a pacientes que presenten la 49 condición desde la infancia para ver la prevalencia que existe en la persistencia de la identificación hasta llegada la edad adulta. 9. Bibliografía. [1]. AQUINAS, Th. S. Th. I, q. 40, a. 1: “Proprietas in divinis est idem cum persona”. En DAROS, W.R. (2006). En la búsqueda de la identidad personal. Rosario, Argentina: UCEL. [2]. HEGEL, G (1973). Fenomenología del espíritu. México: FCE. En UGARTE, A. – HERNÁNDEZ, A. (1997). Eticidad y saber en la Fenomenología del Espíritu de Hegel. Rosario, Argentina: UNR, p. 64. [3].HABERMAS, J. Ciencia y técnica como “ideología”. Op. Cit., p. 15. En DAROS, W.R. (2006). En la búsqueda de la identidad personal. Rosario, Argentina: UCEL. [4] y [5] Extraído de Diccionario de Psicología en: http://psicopsi.com/Diccionario_de_Psicologia_letra_G-Genero.asp (15-08-2012) [6] American Psychiatric Association. (2002). DSM-IV-TR: Breviario: Criterios diagnósticos. APA: Mason. [7] DÍO BLEICHMAR, E. (1997). La sexualidad femenina. De la niña a la mujer. Barcelona: Paidós. CARRIL, E. (2000). El Género en la construcción de la subjetividad. Montevideo: Psicolibros. DAROS, W.R. (2006). En la búsqueda de la identidad personal. Rosario, Argentina: UCEL. HEIDEGGER, M. (1927). Ser y Tiempo. En http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Ser-y-elTiempo/pdf/view (10-09-2012). HELIEN, A. y PIOTTO, A. (2011). Cuerpxs equivocadxs: Hacia la comprensión de la diversidad sexual. Buenos Aires: Paidós. STOLLER, R. (1968). Sex and Gender. Vol. I. New York: Science House. Martínez-Guzmán, A. e Íñiguez-Rueda, L. (2010). La fabricación del Trastorno de Identidad Sexual: Estrategias discursivas en la patologización de la transexualidad. Discurso & Sociedad, Vol 4 (1), 30-51. En: http://www.dissoc.org/ediciones/v04n01/DS4(1)Martinez&Iniguez.pdf (26-10-2012) 50 ANEXO 51 Guión de Entrevista. EJE 1. Identidad. 1. Cuéntame acerca de ti; tu nombre, edad, a qué te dedicas. 2. ¿Cuándo te asumiste como Hombre/Mujer Transexual? 3. ¿Cómo te percibes a ti mismo/a dentro de la sociedad? ¿Crees que cumples con los estereotipos de hombre/mujer? 4. ¿Realizaste el cambio de nombre? ¿Qué importancia tiene para ti ser reconocido con tu nombre? EJE 2. Transición. 5. ¿A qué edad comenzaste el proceso de transición? 6. ¿Qué procedimientos realizaste hasta el momento y qué otros piensas realizar? 7. ¿Qué fue lo más difícil que tuviste que atravesar antes y durante la transición? 8. ¿Consideras necesario realizar una terapia psicológica durante el proceso? 9. ¿Cuál fue el factor más importante que te ayudó a tomar la decisión de comenzarla? 10. ¿Consideras que la transición es sólo una etapa o una forma de vida? EJE 3. Vínculos sociales. 11. ¿Qué actividades realizas normalmente? (Deportes, clubs, arte,etc.) 12. ¿Ha sido tu familia parte del proceso? ¿Cómo tomaron tu decisión de empezar la transición? 13. ¿Cambió en algo tu relación con amigos, familiares, empleadores? 14. ¿Has sufrido algún tipo de discriminación antes o durante la transición? 15. ¿Te resulta más fácil entablar relaciones sociales o de pareja a partir de la transición? EJE 4. Ley de Identidad de Género. 16. ¿Cómo crees que ha modificado tu proceso la Ley de Identidad de Género? 17. ¿Crees que la Ley debería incluir algún otro aspecto al tratamiento? 18. ¿Has encontrado profesionales o instituciones que te hayan guiado efectivamente? 52 EJE 5. Calidad de vida. 19. ¿Qué importancia tuvo para ti haber comenzado la transición? ¿Cuáles fueron los cambios más importantes en tu vida luego de comenzarla? 20. A partir de la transición, ¿qué cosas en tu vida se han facilitado? ¿Hay algo que en cambio se te haya dificultado? 21. ¿Crees que la transición ha mejorado tu desenvolvimiento cotidiano? 22. ¿Cómo describirías tu relación con tu propio cuerpo luego de la transición? 23. ¿Cómo se ve la vida después de iniciado el proceso? 24. ¿Qué planes tienes a futuro? IDENTIDAD DE GENERO Ley 26.743 Establécese el derecho a la identidad de género de las personas. Sancionada: Mayo 9 de 2012 Promulgada: Mayo 23 de 2012 El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina sancionan con fuerza de Ley: ARTICULO 1º — Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho: a) Al reconocimiento de su identidad de género; b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género; c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.ARTICULO 3º — Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida.ARTICULO 4º — Requisitos. Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo, el cambio de nombre de pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los 53 siguientes requisitos: 1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido en el artículo 5° de la presente ley. 2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales correspondientes, una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley, requiriendo la rectificación registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento nacional de identidad correspondiente, conservándose el número original. 3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse. En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.ARTICULO 5° — Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de dieciocho (18) años de edad la solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Asimismo, la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del abogado del niño prevista en el artículo 27 de la Ley 26.061. Cuando por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de alguno/a de los/as representantes legales del menor de edad, se podrá recurrir a la vía sumarísima para que los/as jueces/zas correspondientes resuelvan, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.ARTICULO 6° — Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y 5°, el/la oficial público procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a notificar de oficio la rectificación de sexo y cambio de nombre de pila al Registro Civil de la jurisdicción donde fue asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir una nueva partida de nacimiento ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional de identidad que refleje la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe cualquier referencia a la presente ley en la partida de nacimiento rectificada y en el documento nacional de identidad expedido en virtud de la misma. Los trámites para la rectificación registral previstos en la presente ley son gratuitos, personales y no será necesaria la intermediación de ningún gestor o abogado.ARTICULO 7° — Efectos. Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila, realizados en virtud de la presente ley serán oponibles a terceros desde el momento de su inscripción en el/los registro/s. 54 La rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las provenientes de las relaciones propias del derecho de familia en todos sus órdenes y grados, las que se mantendrán inmodificables, incluida la adopción. En todos los casos será relevante el número de documento nacional de identidad de la persona, por sobre el nombre de pila o apariencia morfológica de la persona.ARTICULO 8° — La rectificación registral conforme la presente ley, una vez realizada, sólo podrá ser nuevamente modificada con autorización judicial.ARTICULO 9° — Confidencialidad. Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento originaria quienes cuenten con autorización del/la titular de la misma o con orden judicial por escrito y fundada. No se dará publicidad a la rectificación registral de sexo y cambio de nombre de pila en ningún caso, salvo autorización del/la titular de los datos. Se omitirá la publicación en los diarios a que se refiere el artículo 17 de la Ley 18.248.ARTICULO 10. — Notificaciones. El Registro Nacional de las Personas informará el cambio de documento nacional de identidad al Registro Nacional de Reincidencia, a la Secretaría del Registro Electoral correspondiente para la corrección del padrón electoral y a los organismos que reglamentariamente se determine, debiendo incluirse aquéllos que puedan tener información sobre medidas precautorias existentes a nombre del interesado.ARTICULO 11. — Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de garantizar el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa. Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario acreditar la voluntad en la intervención quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En ambos casos se requerirá, únicamente, el consentimiento informado de la persona. En el caso de las personas menores de edad regirán los principios y requisitos establecidos en el artículo 5° para la obtención del consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el caso de la obtención del mismo respecto de la intervención quirúrgica total o parcial se deberá contar, además, con la conformidad de la autoridad judicial competente de cada jurisdicción, quien deberá velar por los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño o niña de acuerdo con lo estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial deberá expedirse en un plazo no mayor de sesenta (60) días contados a partir de la solicitud de conformidad. Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema de obras 55 sociales, deberán garantizar en forma permanente los derechos que esta ley reconoce. Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo quedan incluidas en el Plan Médico Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo reglamente la autoridad de aplicación.ARTICULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados. Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el documento nacional de identidad, se utilizará un sistema que combine las iniciales del nombre, el apellido completo, día y año de nacimiento y número de documento y se agregará el nombre de pila elegido por razones de identidad de género a solicitud del interesado/a. En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público deberá utilizarse únicamente el nombre de pila de elección que respete la identidad de género adoptada.ARTICULO 13. — Aplicación. Toda norma, reglamentación o procedimiento deberá respetar el derecho humano a la identidad de género de las personas. Ninguna norma, reglamentación o procedimiento podrá limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio del derecho a la identidad de género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse las normas siempre a favor del acceso al mismo.ARTICULO 14. — Derógase el inciso 4° del artículo 19 de la Ley 17.132.ARTICULO 15. — Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS NUEVE DIAS DEL MES DE MAYO DEL AÑO DOS MIL DOCE. — REGISTRADA BAJO EL Nº 26.743 — AMADO BOUDOU. — JULIAN A. DOMINGUEZ. — Gervasio Bozzano. — Juan H. Estrada.