AMPARO EN REVISIÓN **********. QUEJOSA Y RECURRENTE: **********. PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. SECRETARIA: JOCELYN M. MEDIZABAL FERREYRO. ELABORÓ: JOSÉ CARLOS RAMÍREZ HUEZCA. Vo.Bo. Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al _ de___ de dos mil dieciséis. V I S T O S; y R E S U L T A N D O: Cotejó: PRIMERO. Por escrito presentado el uno de diciembre de dos mil catorce en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, **********, por conducto de su representante **********, promovió juicio de amparo contra las autoridades y por los actos que se indican a continuación: “III. AUTORIDAD O AUTORIDADES RESPONSABLES. a) C. Jefe de Gobierno del Distrito Federal. b) C. Secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal. c) Como ejecutora la Dirección General de Regulación Ambiental adscrita a la Secretaría.” “IV. LA NORMA GENERAL ACTO U OMISIÓN QUE DE CADA AUTORIDAD SE RECLAME: De las dos primeras autoridades se reclama la promulgación y refrendo de la Norma General, consistente en el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo para el Distrito Federal, en los artículos y puntos que se indican más adelante y por las causas que se precisan en los conceptos de violación. Como ejecutoria (sic) la Dirección General de Regulación Ambiental adscrita a la Secretaría.” SEGUNDO. La parte quejosa señaló como vulnerados los derechos contenidos en los artículos 1, 14, 16, 25, 27, 28 y 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; asimismo, detalló los antecedentes del caso y formuló los conceptos de violación que estimó pertinentes. AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. TERCERO. Por razón de turno, correspondió conocer del juicio de amparo al Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, cuyo titular, previo diversos requerimientos formulados a la sociedad quejosa, mediante acuerdo de veintitrés de diciembre de dos mil catorce, admitió a trámite la demanda y ordenó su registro bajo el expediente **********. CUARTO. Mediante escrito presentado el seis de febrero de dos mil quince en el Tribunal Colegiado del conocimiento, la parte quejosa, por conducto de su representante legal, promovió ampliación de demanda, en contra del siguiente acto y autoridad responsable: “AUTORIDADES RESPONSABLES: La autoridad responsable es la Dirección General de Regulación Ambiental a través de su titular. LOS ACTOS QUE SE RECLAMAN: El acuerdo y superveniente RESOLUCIÓN identificada como ********** de fecha 20 de enero por medio de la cual se estima que es procedente tener por ‘no presentado el trámite de revalidación de licencia’. Se tuvo conocimiento de este acto administrativo el día 23 de enero de 2015.” QUINTO. Por auto de seis de febrero de dos mil quince, el juez del conocimiento determinó desechar la ampliación de demanda de referencia, en atención a que consideró que los nuevos actos reclamados no tenían relación con los originalmente planteados. SEXTO. En desacuerdo con esa determinación, el autorizado de la sociedad quejosa interpuso recurso de queja, mismo que fue remitido para su conocimiento al Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el cual se registró bajo el expediente **********. Agotados los trámites legales correspondientes, el órgano colegiado de referencia dictó resolución el veintisiete de marzo de dos mil quince, en la que resolvió revocar el acuerdo recurrido. SÉPTIMO. En cumplimiento a dicha determinación, mediante proveído de catorce de abril de la misma anualidad, el juez de distrito tuvo por ampliada la demanda de amparo y requirió a la autoridad responsable Director General de Regulación Ambiental de la Secretaría 2 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México, para que rindiera su informe justificado. OCTAVO. En contra de esa determinación, el Director General de Regulación Ambiental, dependiente de la Secretaría mencionada, interpuso recurso de queja, mismo que fue remitido para su conocimiento al Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el cual se registró bajo el expediente **********. Seguida la secuela procesal correspondiente, el órgano colegiado del conocimiento dictó resolución el doce de junio de dos mil quince, en la que resolvió desechar por improcedente el aludido medio de impugnación. NOVENO. Finalmente, el Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México celebró la audiencia constitucional el cuatro de agosto de dos mil quince y dictó sentencia autorizada el cuatro de noviembre siguiente, la cual concluyó con los siguientes puntos resolutivos: “PRIMERO. Se SOBRESEE en el juicio de amparo en términos de lo expuesto en los considerandos tercero y quinto de esta sentencia. SEGUNDO. La Justicia de la Unión NO AMPARA NI PROTEGE a ********** en representación de **********, contra el decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del citado Reglamento, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de veintiocho de octubre del dos mil catorce; así como lo referente a la resolución **********, de veinte de enero de dos mil quince en términos de lo expuesto en los considerandos sexto y séptimo de esta sentencia.” DÉCIMO. En desacuerdo con la resolución anterior, el representante legal de la sociedad quejosa interpuso recurso de revisión, mediante escrito presentado el veinticinco de noviembre de dos mil quince en el juzgado del conocimiento. DÉCIMO PRIMERO. El escrito de agravios se remitió para su conocimiento al Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el cual, mediante acuerdo de veintidós de enero de dos mil dieciséis, admitió a trámite el citado 3 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. medio de impugnación y ordenó que se registrara bajo el expediente **********. DÉCIMO SEGUNDO. En sesión de uno de abril de dos mil dieciséis, el órgano colegiado del conocimiento dictó sentencia en la que resolvió dejar firme el sobreseimiento decretado en el juicio de amparo de origen; asimismo, solicitó que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ejerciera su facultad de atracción para conocer el asunto, dado que en el subsistía el planteamiento de constitucionalidad vinculado con el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el veintiocho de octubre de dos mil catorce, en específico, respecto de los numerales 6, apartado K, fracciones XXVI y XXVII, 42 Bis, así como en los artículos tercero y cuarto transitorios. DÉCIMO TERCERO. En sesión privada de dieciocho de mayo de dos mil dieciséis, la Segunda Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó procedente reasumir su competencia originaria para conocer del recurso de revisión **********, del índice del Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. DÉCIMO CUARTO. Por auto de Presidencia de veintiséis de mayo de dos mil dieciséis, la Suprema Corte de Justicia de la Nación asumió su competencia originaria para conocer de este recurso de revisión, motivo por el que se registró bajo el expediente **********, y se determinó fueran turnados los autos respectivos para su estudio al Ministro José Fernando Franco González Salas. DÉCIMO QUINTO. Mediante proveído de veintiuno de junio de dos mil dieciséis, el Ministro Presidente de esta Segunda Sala decretó el avocamiento de ésta al conocimiento del asunto y ordenó la remisión de los autos al Ministro Ponente una vez que el expediente se encontrara debidamente integrado. DÉCIMO SEXTO. El proyecto de este asunto fue publicado dentro del plazo y con las formalidades previstas en los artículos 73 y 184 de la Ley de Amparo vigente, por versar sobre la constitucionalidad de una norma de carácter general; y, 4 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer de este recurso de revisión.1 SEGUNDO. Resulta innecesario pronunciarse respecto de la legitimación y oportunidad de la interposición de este recurso de revisión, en razón de que tales aspectos fueron abordados por el Tribunal Colegiado del conocimiento en el segundo y tercer considerando de la resolución que dictó el uno de abril de dos mil dieciséis. TERCERO. Previo al examen de los agravios, es necesario destacar los siguientes antecedentes. 1. El veintiocho de octubre del dos mil catorce, se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo para dicha entidad. 2. Mediante escrito presentado el uno de diciembre de dos mil catorce en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, **********, por conducto de su representante legal, promovió juicio de amparo indirecto, en el que señaló como autoridades responsables al Jefe de Gobierno, Secretaría del Medio Ambiente y Dirección General de Regulación Ambiental adscrita a dicha Secretaría, todas de la Ciudad de México, a quienes reclamó, fundamentalmente, el Decreto al que se hizo referencia en el punto anterior. En síntesis, la sociedad quejosa hizo valer los siguientes conceptos de violación: 1 De conformidad con lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de Amparo vigente; 11, fracción V, y 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; punto Tercero, en relación con el punto Segundo, fracción III, del Acuerdo General Plenario 5/2013, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos mil trece; toda vez que se interpuso contra una resolución dictada en la audiencia constitucional en un juicio de amparo indirecto, en el que se impugnó la constitucionalidad del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el veintiocho de octubre del dos mil catorce, y en este recurso subsiste un problema de constitucionalidad de leyes, aunado a que no se considera necesaria la intervención del Tribunal Pleno. 5 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. PRIMER CONCEPTO DE VIOLACIÓN - Manifestó que el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo de la Ciudad de México, viola el principio de división de competencias, ya que a la fecha de su emisión el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México no se encontraba facultado para regular tales aspectos. - Argumentó que conforme a la reforma energética, (Ley de Hidrocarburos, Ley de Organismos Reguladores y sus Reglamentos), el Jefe de Gobierno ya no cuenta con atribuciones para regular la cuestión ambiental dentro del territorio de la Ciudad de México, ya que en términos del artículo 95 de la Ley de Hidrocarburos, todos los segmentos de hidrocarburos quedaron reservados a las autoridades federales. - Señaló que existía una confrontación entre el Reglamento impugnado y la Ley de Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector de Hidrocarburos. - En este sentido, refirió que respecto de la cuestión ambiental, se creó la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, que quedó facultada para atender los temas de impacto ambiental y riesgo, supervisión y medidas ambientales, motivo por el que consideró que se transgredió en su perjuicio el principio de subordinación jerárquica y reserva de ley, lo que a su vez acarreó la violación a los artículos 25, 27, 28 y 122 de la Constitución Federal. - Indicó que ella se encontraba incluida como una estación de servicio con actividad de comercialización de petrolíferos, cuya regulación únicamente recaía en el ámbito federal y no así en los Estados o el gobierno local, ya que incluso no se reservó ninguna facultad para el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. - Añadió que se violó en su perjuicio lo establecido en el artículo 122 de la Constitución Federal, ya que al Jefe de Gobierno le 6 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. pasaron desapercibidas las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, con motivo de la reforma energética. SEGUNDO CONCEPTO DE VIOLACIÓN - Agregó que el Decreto impugnado transgrede el principio de seguridad jurídica al invadir la esfera de competencias de la autoridad federal, ya que se solicitan estudios de caracterización de suelos, con base en Normas Oficiales Mexicanas para la detección de contaminantes, siendo que esta facultad está reservada a la Federación, razones que demuestran, a su parecer, que en este caso no se cumplieron los requisitos de fundamentación y motivación previstos en el artículo 16 de la Constitución Federal. - Expuso que el artículo 42 Bis, fracción III, del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo de la Ciudad de México, viola el principio de proporcionalidad y razonabilidad de la norma, debido a que la quejosa ya cuenta con un seguro, tal como lo acreditó con la póliza que exhibió, siendo que ahora se le solicita una nueva póliza de seguro ambiental, lo cual resulta excesivo. - Asimismo, argumentó que se impusieron como montos para los seguros de mérito las cantidades de ********** (**********) y de $********** (**********), sin que se especificaran los motivos y razones mediante los cuales se arribó a las mencionadas cifras. - Esgrimió que lo mismo acontecía con el artículo 76 duodecies, fracción V, del Reglamento impugnado, puesto que también exigía pólizas de seguro, por lo que especificó que por las mismas razones vertidas respecto del numeral 42 Bis, fracción III, resultaba inconstitucional. TERCER CONCEPTO DE VIOLACIÓN - Sostuvo que los artículos tercero y cuarto transitorios del Decreto controvertido eran inconstitucionales, debido a que afectaban derechos adquiridos con anterioridad a su emisión. - Señaló que esta nueva reglamentación la obliga a cumplir con los requisitos de un nuevo impacto ambiental, estudio de 7 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. riesgo y su actualización, lo cual no resulta lógico ni proporcional, ya que con ello se pretende una aplicación retroactiva en su perjuicio, al tratarse de un procedimiento denominado de “reporte y visto bueno” y otro de “evaluación y cumplimiento semestral”, que debe realizar en el término establecido en la norma, siendo que no le corresponde cumplir con dichos requisitos debido a los derechos que ya tiene adquiridos, pues en todo caso, aquéllos deberán ser cumplidos por las nuevas instalaciones, situación que a su vez transgrede la garantía de igualdad. 3. Por razón de turno, correspondió conocer de la demanda al Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, cuyo titular, previo diversos requerimientos formulados a la sociedad quejosa, mediante acuerdo de veintitrés de diciembre de dos mil catorce, admitió a trámite la demanda y ordenó su registro bajo el expediente **********. 4. Posteriormente, mediante escrito presentado el seis de febrero de dos mil quince en el Tribunal Colegiado del conocimiento, la parte quejosa, por conducto de su representante legal, promovió ampliación de demanda, en contra del siguiente acto y autoridad responsable: “AUTORIDADES RESPONSABLES: La autoridad responsable es la Dirección General de Regulación Ambiental a través de su titular. LOS ACTOS QUE SE RECLAMAN: El acuerdo y superveniente RESOLUCIÓN identificada como ********** de fecha 20 de enero, por medio de la cual se estima que es procedente tener por ‘no presentado el trámite de revalidación de licencia’. Se tuvo conocimiento de este acto administrativo el día 23 de enero de 2015.” 5. Agotados diversos medios de impugnación, mediante proveído de catorce de abril de dos mil quince, el juez de distrito tuvo por ampliada la demanda de amparo y requirió a la autoridad responsable Director General de Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, para que rindiera su informe justificado. 6. Seguida la secuela procesal correspondiente, el Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México celebró la 8 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. audiencia constitucional el cuatro de agosto de dos mil quince y dictó sentencia autorizada el cuatro de noviembre siguiente, la cual concluyó con los siguientes puntos resolutivos: “PRIMERO. Se SOBRESEE en el juicio de amparo en términos de lo expuesto en los considerandos tercero y quinto de esta sentencia. SEGUNDO. La Justicia de la Unión NO AMPARA NI PROTEGE a ********** en representación de **********, contra el decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del citado Reglamento, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de veintiocho de octubre del dos mil catorce; así como lo referente a la resolución **********, de veinte de enero de dos mil quince en términos de lo expuesto en los considerandos sexto y séptimo de esta sentencia.” El juez del conocimiento consideró, medularmente, lo que enseguida se sintetiza: En primer término, precisó que la quejosa había reclamado la expedición, refrendo y ejecución de la totalidad del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el veintiocho de octubre del dos mil catorce; sin embargo, especificó también que únicamente se analizaría el contenido de los artículos 6, apartado K, fracciones XXVI y XXVII, y 42 Bis del Reglamento mencionado, debido a que fue los que efectivamente impugnó. En este sentido, manifestó que tales disposiciones se encontraban dirigidas a las personas que contaban con una autorización de impacto ambiental para operar una gasolinera, otorgada con anterioridad a la entrada en vigor del Decreto impugnado, a quienes les imponía las siguientes obligaciones: a) Realizar en un término de tres meses la actualización del estudio de riesgo que deberá sujetarse a reporte semestral y visto bueno de la Dirección General de Regulación Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México. b) Contar con la póliza de seguro que ampare la responsabilidad civil por daños a terceros en sus personas y/o bienes con un límite de responsabilidad de por lo menos de cinco millones de pesos. 9 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. c) Contar la póliza de seguro que ampare la responsabilidad civil por daños causados al ambiente con un límite de responsabilidad de por lo menos tres millones de pesos. Especificó que también se había impugnado en la demanda de amparo la resolución de veinte de enero de dos mil quince, emitida por el Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México, dentro del trámite administrativo **********. Enseguida, refirió que era inexistente el acto reclamado al Director General de Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, consistente en la ejecución del Decreto reclamado, puesto que éste así lo había negado al rendir su informe justificado, sin que la parte quejosa ofreciera prueba alguna para desvirtuar esa manifestación. Por otra parte, se tuvo por cierto el acto reclamado atribuido al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, consistente en la expedición del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, ya que además de que reconoció su existencia al rendir su informe justificado, la publicación del mencionado Decreto constituía un hecho notorio en términos de los artículos 86 y 88 del Código Federal de Procedimientos Civiles, al haberse publicado el ordenamiento legal indicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México. De la misma manera, tuvo por ciertos los actos reclamados al Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México, consistente en la emisión de la resolución **********, de veinte de enero de dos mil quince, toda vez que así lo manifestó al momento de rendir su informe justificado. Una vez precisada la existencia de los actos reclamados, analizó las posibles causales de improcedencia hechas valer por las autoridades responsables. En este sentido, esgrimió que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México señaló que se actualizaba la causal de improcedencia prevista en el artículo 61, fracción XII, de la Ley de 10 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Amparo, en razón de que la sociedad quejosa no tenía interés jurídico ni legítimo para solicitar la protección constitucional. Al respecto, el juez de distrito manifestó que era infundada dicha alegación, toda vez que la expedición del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo de la Ciudad de México generó una nueva condición jurídica para los titulares de los establecimientos que realicen actividades como las realizadas por las de la sociedad quejosa, ya que se le impuso una obligación de “hacer” desde el inicio de su vigencia, aunado a que con los medios probatorios exhibidos, ésta acreditó que obtuvo los permisos y autorizaciones para construir y operar una estación de servicio gasolinera. En otro aspecto, la indicada autoridad responsable refirió que en la especie también se actualizaba la hipótesis contemplada en el artículo 61, fracción XXIII, de la Ley de Amparo, ya que señaló que no había ejercido acto de molestia alguno en contra de la sociedad quejosa; asimismo, especificó que la promulgación del Decreto impugnado se encontraba debidamente fundada y motivada, por lo que no se transgredió ningún derecho fundamental. Por su parte, el juez de distrito manifestó que tales señalamientos implicaban aspectos materia del estudio de fondo del asunto, debido a que los argumentos aducidos en este sentido se encontraban encaminados a demostrar sobre la constitucionalidad del Decreto reclamado. Por otro lado, se estimó que era infundado el argumento mediante el cual la autoridad responsable señaló que se actualizaba la causal de improcedencia contenida en el artículo 63, fracción V, en relación con el numeral 108, fracción VIII, ambos de la Ley de Amparo, en el que adujo que la quejosa no había hecho valer concepto de violación alguno en contra la expedición del Decreto de mérito, pues contrariamente a ello, el juzgador de amparo refirió que sí existían elementos suficientes para considerar que se había impugnado el contenido de esa norma. 11 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. En cuanto al oficio reclamado de veinte de enero de dos mil quince, dictado dentro del trámite administrativo **********, el Director General de Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México estimó que se actualizaba la hipótesis establecida en el artículo 61, fracción XX, de la Ley de Amparo, toda vez que, a su parecer, en contra de dicha resolución procedía en primera instancia el juicio de nulidad ante el Tribunal Contencioso Administrativo de la Ciudad de México. El juez de distrito calificó como infundada la causa de improcedencia mencionada, ya que señaló que si bien es cierto que conforme a lo dispuesto en el numeral 2 de la Ley Federal del Procedimiento Contencioso Administrativo y el diverso 31 de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, las disposiciones de observancia general, como lo era en la especie, la resolución de veinte de enero de dos mil quince, es impugnable mediante el juicio contencioso administrativo, también lo era que dicha resolución se impugnó conjuntamente con el Decreto tildado de inconstitucional, por lo que conforman una unidad normativa al tener relación directa entre sí, motivo por el que consideró que se actualizaba la hipótesis de excepción prevista en el artículo 61, fracción XX, de la Ley de Amparo. Por último, el Director General de Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México adujo que la resolución de veinte de enero de dos mil quince, había cesado en sus efectos, razón por la que era procedente declarar la improcedencia del juicio en términos del artículo 61, fracción XXI, de la Ley de Amparo, toda vez que la resolución mencionada fue emitida como consecuencia del incumplimiento a lo solicitado mediante acuerdo ********** de dos de diciembre de dos mil catorce. Al respecto, el juez de distrito especificó que la parte quejosa reclamó únicamente la resolución de veinte de enero de dos mil quince, dictada dentro del trámite administrativo **********, más no el oficio que dio inicio al trámite de solicitud de actualización de licencia Ambiental Única, por lo que lo que le causó agravio es la resolución final que emitió la responsable al 12 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. no tenerle por presentada la solicitud de actualización, razón por la cual, señaló no operaba la cesación de efectos aducida. Una vez superadas las causales de improcedencia, el juez del conocimiento analizó conjuntamente el primer y segundo concepto de violación esgrimido por la quejosa, en los que se hizo valer, toralmente, la falta de competencia del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, para emitir el Decreto impugnado. Explicó que tratándose de actos legislativos, el principio de legalidad contenido en el artículo 16 de la Constitución Federal, se cumple cuando la autoridad que expide una ley actúa dentro de los límites de las atribuciones constitucionalmente conferidas (fundamentación), y cuando las leyes que emite se refieren a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas (motivación). En este sentido, hizo referencia a la jurisprudencia del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación de rubro "FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS DE AUTORIDAD LEGISLATIVA."2 Luego, transcribió el contenido de los artículos 122, apartado C, Base Segunda, fracción II, inciso b), de la Constitución Federal; 14 y 26 de la Ley Orgánica de la Administración Pública de la Ciudad de México, los cuales establecen que el Jefe de Gobierno tendrá a su cargo el Ejecutivo y la administración pública de la entidad, dentro de la que se encuentra, la Secretaría del Medio Ambiente. Indicó que de los artículos 14 y 26 de la Ley Orgánica de la Administración Pública de la Ciudad de México, se advertía que el Jefe de Gobierno tiene el deber de promulgar, publicar y ejecutar los decretos que expida la Asamblea Legislativa, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia. Resaltó que la facultad reglamentaria no se limitaba exclusivamente a las leyes locales, debido a que también el Jefe 2 Séptima Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación, volumen 181-186, primara parte, pág. 239. Núm. Registro IUS: 232351. 13 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. de Gobierno se encuentra obligado a cumplir y ejecutar las leyes y decretos relativos a la Ciudad de México que expida el Congreso de la Unión. Enseguida, precisó que conforme a lo establecido en el artículo 26 de Ley Orgánica de la Administración Pública de la Ciudad de México, corresponde a la Secretaría del Medio Ambiente, la formulación, ejecución y evaluación de la política de la Ciudad de México en materia ambiental y de recursos naturales, por lo que cuenta con la facultad de aplicar y vigilar el cumplimiento de las disposiciones de la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en la Ciudad de México; así como de las normas federales que incidan en el ámbito de competencia de dicha Ciudad; emitir los lineamientos de prevención y control de la contaminación ambiental; determinar y aplicar, en coordinación con las demás autoridades competentes, los programas y medidas para prevenir y controlar contingencias y emergencias ambientales. Bajo esta línea de argumentación, agregó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido criterios jurisprudenciales en los que ha determinado que la materia ambiental tiene ámbitos competenciales concurrentes, lo que significa que corresponde tanto al ámbito federal, como local e incluso municipal su regulación. Especificó que también se ha sostenido que la facultad constitucional concurrente en materia de protección al ambiente y de preservación y restauración del equilibrio ecológico, prevista en el artículo 73, fracción XXIX-G, de la Constitución Federal, debe interpretarse en el contexto normativo que señala el Sistema Nacional de Planeación Democrática a que hace referencia el artículo 20 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Lo anterior, porque las facultades de planeación de los distintos niveles de gobierno no funcionan en una relación jerárquico-normativa, sino que tienen una injerencia directa en las políticas públicas desarrolladas por los distintos niveles de gobierno, cuya autonomía tiene un impacto directo en la relación de la planeación de las distintas jurisdicciones. 14 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. En este contexto trajo a colación las jurisprudencias P./J. 37/2011 y P./J. 38/2011, emitidas por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación de rubros “PROTECCIÓN AL AMBIENTE Y PRESERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO. VÍAS DE ANÁLISIS DE LOS ÁMBITOS DE COMPETENCIA EN ESA MATERIA.”3 y “FACULTADES CONCURRENTES EN MATERIA DE ASENTAMIENTOS HUMANOS Y DE PROTECCIÓN AL AMBIENTE Y DE PRESERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO. LOS PROGRAMAS DE DESARROLLO URBANO MUNICIPAL DEBEN SER CONGRUENTES CON LOS DE ORDENAMIENTO ECOLÓGICO FEDERALES Y LOCALES.”4, respectivamente. Consecuentemente, consideró que si de conformidad con los diversos artículos 14 y 26 de la Ley Orgánica de la Administración Pública de la Ciudad de México, el Jefe de Gobierno tiene la obligación de vigilar en el ámbito de su competencia, el cumplimiento de aspectos relacionados con materia ambiental, puesto que como lo ha sostenido la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dicha materia es concurrente en los diversos ámbitos de gobierno, era válido concluir que el actuar de dicha autoridad no violó el principio de división de competencias. Precisó que aunque era cierto lo manifestado por la quejosa, en el sentido de que conforme a las facultades y atribuciones de las autoridades federales y organismos de reciente creación, al amparo de la reforma energética (Ley de Hidrocarburos, Ley de Organismos Reguladores y sus Reglamentos), dichos entes cuentan con facultades y atribuciones para regular la cuestión ambiental, ello no se confirió de manera exclusiva. En atención a la conclusión alcanzada, analizó los conceptos de violación en los que la quejosa adujo que el 3 Décima Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, libro I, octubre de 2011, tomo 1, pág. 298. Núm. Registro IUS: 160790. 4 Décima Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, libro I, octubre de 2011, tomo 1, pág. 288. Núm. Registro IUS: 160856. 15 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. ejecutivo local desconoció las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, derivadas de la reforma energética. Señaló que no le asistía la razón a la parte quejosa en este aspecto, puesto que manifestó que tales modificaciones no se refirieron a la facultad o competencia para legislar sobre el medio ambiente en materia de hidrocarburos, sino a la exclusividad sobre la planeación y el control de la exploración y extracción de petróleo y otros hidrocarburos. En otro aspecto, la quejosa argumentó que al quedar incluida como una estación de servicio con actividad de comercialización de petrolíferos, tenía la obligación para continuar en operación, el contar con un permiso y contratar seguros por daños, lo que a su parecer, hace que se confronten normas locales y federales. Lo anterior, porque adujo que dicha regulación recae únicamente en el ámbito federal y, por este motivo, fue que se expidió la Ley de Hidrocarburos, el Reglamento de las actividades a que se refiere el título tercero de la Ley de Hidrocarburos y se creó la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos. Por su parte, el juez del conocimiento sostuvo que no existía la confrontación aludida, toda vez que la Ley de Hidrocarburos –de la que deriva el reglamento y creación de la Agencia Nacional–, señala en su artículo 1, que es reglamentaria de los artículos 25, párrafo cuarto; 27, párrafo séptimo y 28, párrafo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Hidrocarburos, reglamentación que no estaba dirigida de manera directa a regular la materia de protección al medio ambiente, como es el caso del reglamento aquí impugnado, sino orientada a la planeación y control de la exploración y extracción de petróleo y demás hidrocarburos. Posteriormente, analizó el argumento en el que la sociedad quejosa adujo que el Decreto tildado de inconstitucional viola el principio de proporcionalidad y seguridad jurídica, al invadir la competencia federal y obligarla a que cuente con las pólizas de seguros que amparen la responsabilidad civil por daños a 16 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. terceros en sus personas y/o bienes o por daños causados al medio ambiente. En esencia, sostuvo que no le asistía la razón a la sociedad quejosa, en atención a que la obligación de tramitación de dos pólizas de fianza a que hace alusión el artículo 42 Bis del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, tiene sustento en una ley formal y material, por lo que no va más allá de la misma, pues se basa tanto en lo dispuesto por la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental como en lo establecido en la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. En cuanto a lo manifestado por la quejosa, en el sentido de que los montos establecidos para las pólizas eran arbitrarios y sin motivación, dado que se desconoce cómo fue que se arribó a esa cantidad, el juez de distrito refirió que aunque en la parte considerativa del reglamento impugnado no se precisó la razón por la que el artículo 42 Bis determinó la obligación de contar con una póliza de seguros, ni el motivo o razón que se tuvo para fijar los montos ahí aludidos, ello no implicaba violación alguna a la garantía de legalidad contenida en el artículo 16 de la Constitución Federal, puesto que la motivación de una norma se encuentra inmersa en el propio fin que persigue y, que en el caso concreto, es garantizar la responsabilidad civil por daños a terceros en sus personas y/o bienes, o los causados al medio ambiente, lo que redunda en un beneficio de la colectividad. Adicionalmente, destacó que el artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental prevé las garantías financieras, como lo son las pólizas de seguros, por lo que podía concluirse que las fianzas para amparar responsabilidades derivadas del daño ambiental y por responsabilidad civil, sí tiene sustento legal. Aunado a lo anterior, mencionó que la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en la Ciudad de México regula los instrumentos económicos para incentivar el cumplimiento de los objetivos de la política ambiental y, en su caso, para responder sobre el daño ambiental causado, dentro de los que se encuentran las “fianzas”, tal como lo prevén los artículos 71 Bis y 71 Bis 1 de la citada ley. 17 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Con base en estas precisiones, concluyó que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México actuó dentro del marco legal y competencial que tiene; de ahí, que fuera infundado el concepto de violación formulado por la quejosa. Finalmente, analizó las alegaciones tendentes a demostrar que los artículos tercero y cuarto transitorios del Decreto impugnado eran inconstitucionales por contravenir el principio de no retroactividad de la ley. Para dar respuesta a lo anterior, de inicio, consideró conveniente traer a contexto el contenido de los artículos 3, fracción XXI, 7, fracción XVI, y 11, fracción III, de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, así como lo establecido en los numerales 8, 19, fracción V, 23, 44 a 46 y 176 a 180 de la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal. En atención al contenido de tales preceptos, determinó que la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en la Ciudad de México prevé que las personas que pretendan construir una estación de gasolina, requieren autorización de impacto ambiental y, en su caso, de riesgo previo, los cuales están obligados a observar las medidas preventivas de control y correctivas previstas en las normas oficiales o determinadas por las autoridades competentes conforme a la Ley de Protección Civil para la Ciudad de México, y las demás disposiciones aplicables para prevenir y controlar accidentes que pudieran afectar la integridad de las personas o del ambiente. En esta línea de pensamiento, refirió que los artículos tercero y cuarto transitorios del Decreto impugnado obligan a las personas que ya tienen en funcionamiento una estación de servicio denominada “gasolinera”, a presentar en tres meses la actualización del estudio de riesgo que deberá sujetarse a reporte semestral y visto bueno de la Dirección General de Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México, e imponen nuevos requisitos para construir y operar dichas estaciones. 18 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Sin embargo, estableció que ello no vulnera el principio de retroactividad de la ley ni menoscaba derechos adquiridos, en razón de que constituye una obligación legislativa del Jefe de Gobierno, el que a través del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, debe establecer las medidas preventivas de control y correctivas para prevenir y controlar accidentes que puedan afectar la integridad de las personas o del ambiente, en atención al riesgo de la actividad con la que operan las gasolineras. Agregó que tampoco era contrario al principio de no retroactividad de la ley, lo previsto en los artículos tercero y cuarto transitorios del Decreto impugnado, en los que se ordena que los concesionarios que lleven a cabo actividades bajo una autorización de impacto ambiental otorgada con anterioridad a la entrada en vigor de dicho Decreto, contarán con un plazo de tres meses contados a partir de la entrada en vigor del Reglamento, para llevar a cabo la actualización del estudio de riesgo que deberá sujetarse a reporte semestral y visto bueno de la Dirección General de Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente, conforme a lo previsto por el artículo 42 Bis del Reglamento multicitado. Lo anterior, porque reiteró que el contar con una autorización previa de impacto ambiental, no es suficiente para considerar que tiene un derecho adquirido en cuanto a las condiciones para seguir realizando su actividad, toda vez que el desarrollo de una actividad relacionada con la materia ambiental, debe ser supervisado periódicamente. Adicionalmente, señaló que era razonable el plazo de tres meses establecido en el artículo tercero transitorio impugnado, ya que permite a quienes ya tengan una concesión o autorización respectiva, el continuar realizando la actividad que requiere contar con evaluaciones de impacto ambiental periódicas, por lo que no le asistía la razón a la sociedad quejosa. Finalmente, analizó los conceptos de violación en los que la quejosa esgrimió que era carente de fundamentación y motivación la resolución de veinte de enero de dos mil quince, emitida por el Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México, dentro del trámite administrativo **********, en 19 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. la que se tuvo por no presentada la solicitud de Actualización de Licencia Ambiental Única para la Ciudad de México, registrada con el folio **********, respecto a la falta de fundamentación y motivación de la misma. El juez del conocimiento consideró infundada tal alegación, en razón de que la autoridad responsable al emitir la resolución en comento, sí estableció las razones y fundamentos jurídicos que dieron razón a la determinación de tener por no presentada la solicitud mencionada. En efecto, precisó que el Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México basó su determinación en la Ley Orgánica de la Administración Pública; Ley de Ambiental de Protección a la Tierra; Reglamento Interior de la Administración Pública y la Norma Ambiental, todas para la Ciudad de México, conforme a las cuales concluyó que debía tenerse por no presentada la solicitud de actualización de licencia de mérito. Por último, especificó que no le asistía la razón a la sociedad quejosa respecto de las manifestaciones relacionadas con la NOM-092-SEMARNAT-1195, debido a que ésta no le fue aplicada en la citada resolución, sino la diversa NADF-010-AMBT2006 y, contrario a lo que argumenta, una no es accesoria de la otra. 7. En desacuerdo con la resolución anterior, el representante legal de la sociedad quejosa interpuso recurso de revisión, mediante escrito presentado el veinticinco de noviembre de dos mil quince en el juzgado del conocimiento. 8. Correspondió conocer del referido medio de impugnación al Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el cual, dictó sentencia el uno de abril de dos mil dieciséis, en la que resolvió dejar firme el sobreseimiento decretado en el juicio de amparo de origen; asimismo, solicitó que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ejerciera su facultad de atracción para conocer el asunto. Lo anterior, porque destacó que en la especie subsistía el planteamiento de constitucionalidad vinculado con el Decreto por el que 20 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México de veintiocho de octubre del dos mil catorce, en específico, respecto de los artículos 6, apartado K, fracciones XXVI y XXVII, y 42 Bis, así como en los artículos tercero y cuarto transitorios. 9. En sesión privada de dieciocho de mayo de dos mil dieciséis, la Segunda Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó procedente reasumir su competencia originaria para conocer del recurso de revisión **********, del índice del Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. CUARTO. Es necesario analizar los argumentos que en vía de agravios plantea la sociedad recurrente, los cuales se sintetizan a continuación: PRIMER AGRAVIO Argumenta que el análisis efectuado por el juez del conocimiento al primer concepto de violación violó en su perjuicio el artículo 74 de la Ley de Amparo, ya que fue aplicado inexactamente, toda vez que indicó que no existía duplicidad alguna en las obligaciones que se le impuso derivadas de la invasión competencial del Jefe de Gobierno al expedir el Decreto reclamado. Señala que el juzgador se abstuvo de analizar el planteamiento de referencia, bajo el argumento de que se trata de facultades “concurrentes” y que no existe duplicidad ni afectación de proporcionalidad y seguridad jurídica, así como que no se violó la garantía de retroactividad, aspectos con los que no justifica la razón del por qué no se violan los numerales 14 y 122 de la Constitución Federal. Esgrime que el simple señalamiento de que se trata de facultades o competencia “concurrente” no es suficiente para estimar que el juez de distrito efectivamente analizó el planteamiento propuesto, ya que debió pronunciarse si el ejecutivo local invadió la esfera de competencias federal mediante la emisión del reglamento de mérito. 21 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Además, refiere que el juzgador no explicó cómo la duplicidad brinda certeza jurídica, ya que continúa sin saber qué ordenamiento es el que debe cumplir, por lo que incluso destaca que observar el cumplimiento de ambos resultaría excesivo. Añade que las tesis que citó el juez de distrito como fundamento para sostener sus razonamientos se emitieron en la Novena Época, esto es, con anterioridad a la reforma constitucional en materia energética, de la cual derivó la exclusiva competencia federal sobre impacto ambiental y riesgo en materia de hidrocarburos. Destaca el contenido del dispositivo 95 de la Ley de Hidrocarburos, mismo que considera acorde con lo previsto por el artículo 28 de la Constitución Federal, el cual –afirma– señala que la industria a la que pertenece la quejosa es exclusiva de jurisdicción federal, por lo que señala que el juzgador de amparo debió analizar estos aspectos, y justificar, en su caso, por qué los referidos preceptos están por debajo del Decreto tildado de inconstitucional, lo cual se abstuvo analizar. Agrega que el juez de distrito pasó por alto que el titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México confesó expresamente que sus facultades subsistirían hasta la entrada en vigor de la Ley de la Agencia Ambiental Federal, es decir, que sus atribuciones sobre impacto ambiental y riesgo estarían vigentes hasta el dos de marzo de dos mil quince, fecha en que entraría en funciones dicha agencia; por lo que se demuestra que el juez no analizó las constancias y pruebas adecuadamente, con lo que dio una indebida fundamentación. Menciona que el juez de distrito analizó incorrectamente los conceptos de violación, puesto que dejó de atender que con la reforma energética y, particularmente, con la Ley de Hidrocarburos y de la Agencia Ambiental, se reservó la actividad que realiza la quejosa como de exclusiva competencia a la Federación. 22 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Sostiene que el artículo 129 de la Ley de Hidrocarburos establece que le “Corresponde a la Agencia emitir la regulación y la normatividad aplicable en materia de seguridad industrial y operativa, así como de protección al medio ambiente en la industria de Hidrocarburos […]”, el cual, sostiene, no mereció pronunciamiento alguno por parte del juzgador. Indica que el juez de distrito se abstuvo de resolver por qué razón no tiene aplicación al caso en concreto el artículo 95 de la Ley de Hidrocarburos por encima del Decreto tildado de inconstitucional, con lo que también se apartó de analizar del por qué la creación de la agencia ambiental estaría por debajo de la autoridad local en materia ambiental. Expone que fue errónea la apreciación del juez del conocimiento, ya que incluso no resolvió el conflicto planteado ni la causa del pedir, consistente en determinar cuál era el ordenamiento aplicable, para brindar certeza y seguridad jurídica a la que todo gobernado tiene derecho. Aduce que el juez indicó que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México tiene la facultad de expedir reglamentos que regulen la materia ambiental, con base en una tesis emitida con anterioridad a la entrada en vigor de la reforma energética constitucional y a la emisión del Decreto tildado de inconstitucional. Esgrime que el juez no tomó en cuenta que la quejosa no cuestionó si el Jefe de Gobierno tenía o no facultad para expedir reglamentos que “regulen la materia ambiental” sino que fue realmente controvirtió si con la reforma energética a la Constitución Federal, la Ley de Hidrocarburos y la Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector de Hidrocarburos, el Jefe de Gobierno tenía la facultad para emitir el Reglamento en materia de Impacto Ambiental y Riesgo o si la intención del legislador fue excluir esta materia de la esfera de atribuciones del ejecutivo local. 23 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Menciona que al no precisarse cuál fue el verdadero planteamiento del tema, se modificó la litis efectivamente planteada, y se realizó un estudio basado en criterios que no eran aplicables al caso, lo que a su vez se traduce en una indebida fundamentación y motivación de la sentencia. SEGUNDO AGRAVIO Alega que en su segundo concepto de violación, relativo a la proporcionalidad de la norma y razonabilidad, precisó que se crearon artículos que permiten la discrecionalidad de la autoridad, con lo que se violenta la seguridad jurídica, aunado a que impugnó que el artículo 76 duodecies, violenta el artículo 16 de la Constitución Federal, dado que dispone el deber de dar información de la operación que realiza, sin mediar un procedimiento previo para ello. Refiere que en la sentencia recurrida se aplicó indebidamente el artículo 74 de la Ley de Amparo, en sus fracciones II y IV, debido a que el juez no indicó el motivo por el cual no se violan los principios de proporcionalidad y seguridad jurídica, puesto que no justificó la constitucionalidad del Decreto, por cuanto hace a que se le solicite la contratación de una póliza de seguro cuando ya cuenta con una, por lo que no analizó los planteamientos vertidos en sus conceptos de violación primero y segundo, con lo que la dejó en estado de indefensión. Determina que la sentencia recurrida es incongruente, puesto que en la demanda inicial precisó que el artículo 42 bis, fracción III, del Decreto impugnado y 76, duodecies violan el principio de proporcionalidad y razonabilidad de la norma, ya que la quejosa ya tiene una póliza de seguro. Señala que el juez de distrito hace referencia erróneamente a una garantía diversa, esto es, a la póliza de fianza, la cual nada tiene que ver con la litis propuesta ni con las leyes mencionadas, con lo que no analizó el planteamiento propuesto y, por ende, violó el artículo 74 de la Ley de Amparo. 24 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Argumenta que fue incorrecto que citara por analogía una tesis de legalidad, en la que se dice que no es exigencia del legislador, (no el Jefe de Gobierno), definir todos los términos y palabras utilizados en la ley, puesto que en la especie no se trata de una ley, sino de un reglamento, el cual tiene como función esencial definir o precisar cuestiones contenidas en la ley. Asimismo, aduce que el juez de distrito hizo referencia a los artículos 3 y 11, fracción III, de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, en los que señaló que se encuentra permitida la celebración de convenios o acuerdos de colaboración entre la Federación y la Ciudad de México, lo cual –afirma– es una cuestión hipotética que no es eficaz para fundar y motivar la sentencia recurrida, aunado a que con ello no se resuelve el tema central planteado. TERCER AGRAVIO Sostiene que el análisis realizado por el juez del conocimiento respecto de la retroactividad planteada derivó de una indebida apreciación de los hechos, aunado a que no tomó en cuenta que se le planteó que la Ley de Protección a la Tierra en la Ciudad de México prevé únicamente que los estudios de riesgo de impacto ambiental sólo se establecen para las personas que pretendan construir una estación de gasolina, y no para aquéllos que previamente a la existencia de la norma impugnada ya tenían un establecimiento. Por otra parte, aduce que la sentencia recurrida es contradictoria, debido a que se hizo alusión a una tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que se explica el concepto de retroactividad de la ley y que beneficia en su argumentación, así como se hizo alusión al artículo 178 de la Ley de Protección a la Tierra en la Ciudad de México, el cual también le otorgaban la razón, por cuanto reconocen que la actividad que realiza si es de competencia exclusiva de la Federación y, a pesar de ello, el juzgador de amparo razonó de manera contraria. Agrega que el juzgador erróneamente determinó que la quejosa tenía una concesión administrativa, puesto que en 25 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. realidad contaba con contratos mercantiles de franquicia y venta de primera mano con Pemex Refinación, por lo que la motivación y fundamentación que pretendió aplicar resultó incierta. Por lo anterior, manifiesta que los considerados y resultandos de la sentencia son incongruentes y carentes de lógica y congruencia, debido a que el juez de distrito nunca fijó claramente los hechos y situación real de la quejosa. QUINTO. En primer lugar, es conveniente precisar que la litis en este asunto se circunscribe en determinar si es constitucional o no el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el veintiocho de octubre del dos mil catorce, específicamente los artículos 6, apartado K, fracciones XXVI, y XXVII, y 42 Bis del Reglamento mencionado, así como en los artículos tercero y cuarto transitorios del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de aquél. En este sentido, es trascendente tomar en cuenta que la finalidad del Reglamento impugnado es regular actividades riesgosas relacionadas con el almacenamiento, distribución, comercialización, entre otras, de gasolina, diésel, combustibles, aceites, lubricantes y aditivos, con la finalidad de salvaguardar los ecosistemas, la salud, la seguridad y el medio ambiente, así como evitar efectos adversos que pudieran causar posibles accidentes durante el establecimiento, operación y/o cierre de la obra. Por lo anterior, en el Decreto que dio origen al Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo en la Ciudad de México, se incluyeron una diversidad de reglas y obligaciones relacionadas con estudios técnicos vinculados con la instalación de las estaciones de almacenamiento y distribución de los productos aludidos, así como obligaciones en la contratación de pólizas de seguros. Al respecto, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación advierte que el problema de constitucionalidad planteado se centra, en un principio, en resolver si el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México se encontraba facultado para emitir el Reglamento multicitado o, por el contrario, si al realizarlo, vulneró los artículos 25, 26 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. 27, 28 y 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Esto es, en el estudio de este asunto corresponderá a esta Segunda Sala resolver si el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México actuó al margen de las atribuciones y responsabilidades que le corresponden en el ámbito de su competencia constitucional, para lo que debe tomarse en cuenta la reforma constitucional en materia de hidrocarburos. En este apartado, previo al estudio de los agravios propuestos por la sociedad recurrente, conviene precisar el contenido de los preceptos reclamados del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo para la Ciudad de México: “DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN Y ADICIONAN DIVERSAS DISPOSICIONES DEL REGLAMENTO DE IMPACTO AMBIENTAL Y RIESGO Artículo 6. Quienes pretendan realizar alguna de las siguientes obras o actividades, previamente a su ejecución requerirán obtener la autorización en materia de impacto ambiental de la Secretaría o Delegación en su caso: K) ACTIVIDADES CONSIDERADAS RIESGOSAS, EN TÉRMINOS DE LA LEY: XXVI. Estaciones de diésel, gas licuado de petróleo, gas natural y gasolina; estaciones de abastecimiento duales (gasolinas, diésel y gas natural comprimido) y estaciones de autoconsumo; XXVII. Terminales de almacenamiento y distribución de gasolina, diésel, aceites, lubricantes y aditivos, que no rebasen la cantidad de reporte establecida en los listados federales de actividades altamente riesgosas; Artículo 42 bis. La manifestación de impacto ambiental con estudio de riesgo ambiental que se encuentre sujeta a reporte y visto bueno, además de lo establecido por el artículo 42, deberá contener la siguiente información: I. Resultados del estudio de caracterización de sitio conforme a las Normas Oficiales Mexicanas aplicables, mediante el cual se acredite que, en su caso, los niveles de hidrocarburos y metales 27 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. pesados presentes en el suelo y subsuelo se encuentran por debajo de los límites máximos permisibles; II. Programa calendarizado de evaluación y monitoreo semestral de emisión de vapores; la Dirección General, podrá solicitar información adicional respecto de los elementos suelo, subsuelo y agua, o cualquier otro que a juicio de la Dirección por el tipo de actividad se requiera en términos de lo dispuesto por las Normas Oficiales Mexicanas, Normas ambientales para el Distrito Federal y demás ordenamientos aplicables. Dentro de este programa calendarizado se deberá incluir un apartado específico donde se reporte el cumplimiento de: (a) Los estándares y requisitos que conforme a: (i) las Normas Oficiales Mexicanas y Normas Ambientales para el Distrito Federal y (ii) la legislación y reglamentación local y federal, que resulten aplicables, y (b) Cuando menos, los Criterios de Operación y Mantenimiento establecidos en los Manuales de Operación que para tal efecto expida Petróleos Mexicanos. Dichos criterios se tomarán como un estándar mínimo de referencia para todas las estaciones y terminales de almacenamiento y distribución de gasolina, diésel, combustibles, aceites, lubricantes y aditivos en cualquiera de sus modalidades. Lo anterior en el entendido que dicho requisito podrá ser sustituido en el futuro por nueva reglamentación y normalización expedida por las autoridades federales o locales competentes. III. Contar con póliza de seguros que ampare: 1.- La responsabilidad civil por daños a terceros en sus personas y/o bienes con un límite de responsabilidad de por lo menos $5’000,000.00 (cinco millones de pesos 00/100 M.N.) 2.- La responsabilidad civil por daños causados al ambiente con un límite de responsabilidad de por lo menos $3’000,000.00 (tres millones de pesos 00/100 M.N.) El concesionario deberá presentar la póliza vigente con el recibo de pago correspondiente por el periodo amparado en la póliza. Las cantidades mencionadas en los numerales 1 y 2 de esta fracción, se actualizarán anualmente de conformidad con el incremento al Índice Nacional de Precios al Consumidor. IV. En su caso, las justificaciones, estudios técnicos, avales de y autorizaciones a que se refiere el artículo 76 octies, y La documentación a que se refiere el presente artículo deberá ser entregada por el promovente en original, para su cotejo. TRANSITORIOS TERCERO. Aquellas personas que lleven a cabo actividades incluidas en el apartado K) fracciones XXVI y XXVII de este Reglamento bajo el amparo de una autorización de impacto 28 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. ambiental otorgada con anterioridad a la entrada en vigor del presente Decreto, contarán con un término de 3 (tres) meses contados a partir de la entrada en vigor de este Decreto, para llevar a cabo la actualización del estudio de riesgo que deberá sujetarse a reporte semestral y visto bueno de la Dirección General conforme a lo dispuesto por (sic) artículo 42 Bis; el cual en lo sucesivo se someterá al procedimiento de reporte y visto bueno previsto por el Capítulo VI Bis de este Reglamento. CUARTO. Aquellas personas que lleven a cabo actividades incluidas en el apartado K) fracciones XXVI y XXVII de este Reglamento sin contar con la autorización de impacto ambiental correspondiente por no haberse requerido debido a la posterior entrada en vigor de la legislación ambiental en el Distrito Federal, deberán someter a consideración de la Dirección General el estudio de riesgo que deberá sujetarse a reporte semestral y visto bueno conforme a lo dispuesto por (sic) artículo 42 Bis dentro un término de 3 (tres) meses contados a partir de la entrada en vigor de este Decreto y, en lo sucesivo, someterse al procedimiento de reporte y visto bueno previsto por el Capítulo VI Bis de este Reglamento.” Como se advierte, los preceptos transcritos contienen las prescripciones y especificaciones a las que están obligados las personas que cuenten con una autorización de impacto ambiental para operar una gasolinera, en las que se prevé, el contar con una póliza de seguro que ampare la responsabilidad civil por daños a terceros en sus personas y/o bienes o por daños causados al medio ambiente, con un límite de cuando menos de cinco y tres millones de pesos, respectivamente. Por otra parte, en las normas transitorias se precisa que quienes realicen las referidas actividades al amparo de una autorización de impacto ambiental otorgada con anterioridad a la entrada en vigor del Decreto reclamado, contarán con tres meses para actualizar el estudio de riesgo, que se sujetará a reporte semestral y visto bueno de la Dirección General de Regulación Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México. Con base en estas consideraciones, se arriba a la convicción de que resultan esencialmente fundados los agravios hechos valer por la sociedad quejosa, en los que esgrime, toralmente, que el juez de distrito no tomó en cuenta la reforma energética de dos mil trece, razón que conllevó la violación de lo establecido en los artículos 25, 27, 28 y 29 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. 122 de la Constitución Federal, debido a que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México no cuenta con atribuciones legales para emitir los preceptos impugnados del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo de dicha entidad, ya que con ello invadió la esfera de facultades reservadas a la Federación. Para sostener tal aserto, es menester precisar el alcance de la facultad reglamentaria con que cuenta el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, misma que en la fecha en que se expidió el Decreto reclamado tenía su asidero constitucional en el artículo 122, apartado C, Base Segunda, fracción II, inciso b), vigente en esa fecha, que se transcribe a continuación: “ARTÍCULO 122. Definida por el artículo 44 de este ordenamiento la naturaleza jurídica del Distrito Federal, su gobierno está a cargo de los Poderes Federales y de los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial de carácter local, en los términos de este artículo. Son autoridades locales del Distrito Federal, la Asamblea Legislativa, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal y el Tribunal Superior de Justicia. La Asamblea Legislativa del Distrito Federal se integrará con el número de diputados electos según los principios de mayoría relativa y de representación proporcional, mediante el sistema de listas votadas en una circunscripción plurinominal, en los términos que señalen esta Constitución y el Estatuto de Gobierno. El Jefe de Gobierno del Distrito Federal tendrá a su cargo el Ejecutivo y la administración pública en la entidad y recaerá en una sola persona, elegida por votación universal, libre, directa y secreta. El Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura, con los demás órganos que establezca el Estatuto de Gobierno, ejercerán la función judicial del fuero común en el Distrito Federal. La distribución de competencias entre los Poderes de la Unión y las autoridades locales del Distrito Federal se sujetará a las siguientes disposiciones: (…). C. El Estatuto de Gobierno del Distrito Federal se sujetará a las siguientes bases: (…) BASE SEGUNDA. Respecto al Jefe de Gobierno del Distrito Federal: (…) II. El Jefe de Gobierno del Distrito Federal tendrá las facultades y obligaciones siguientes: (…) b). Promulgar, publicar y ejecutar las leyes que expida la Asamblea Legislativa, proveyendo en la esfera administrativa a 30 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. su exacta observancia, mediante la expedición de reglamentos, decretos y acuerdos. Asimismo, podrá hacer observaciones a las leyes que la Asamblea Legislativa le envíe para su promulgación, en un plazo no mayor de diez días hábiles. Si el proyecto observado fuese confirmado por mayoría calificada de dos tercios de los diputados presentes, deberá ser promulgado por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal; (…).” La porción normativa del artículo constitucional recientemente transcrito establece la facultad del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México para proveer en la esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes que expida la Asamblea Legislativa de dicha entidad, mediante la expedición de reglamentos, decretos y acuerdos. En relación con la naturaleza del anterior precepto constitucional, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la controversia constitucional 28/2002, en sesión de cuatro de noviembre de dos mil tres, señaló que entre las atribuciones del Jefe de Gobierno, se encuentran las siguientes: La facultad reglamentaria respecto de las leyes que expida la Asamblea Legislativa, mediante la expedición de reglamentos, decretos y acuerdos; La relativa a cumplir y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, en la esfera y competencia del órgano Ejecutivo a su cargo o de sus dependencias. De esta manera, puede concluirse que el Jefe de Gobierno está en posibilidad de ejercer su facultad reglamentaria, cuando se trate de aquéllas materias expresamente conferidas al ámbito legislativo de la Ciudad de México. Por ende, en el orden local, la Asamblea Legislativa tiene facultades legislativas consignadas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para expedir leyes en las materias que le estén expresamente conferidas y, consecuentemente, en tales materias es ese órgano legislativo el que debe realizar la normatividad correspondiente, mientras que el Jefe de Gobierno únicamente podrá ejercer su facultad reglamentaria respecto de los ordenamientos legales que se desarrollan o pormenorizan y que son emitidos por el órgano legislativo mencionado. 31 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Es oportuno destacar que la facultad reglamentaria debe entenderse como aquélla que para proveer en la esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes, el Poder Ejecutivo, federal o local, está autorizado para expedir las normas reglamentarias necesarias, que tiendan a la ejecución de las leyes emanadas por el órgano legislativo; de manera que esas disposiciones reglamentarias aunque desde el punto de vista material son similares a las normas expedidas por el órgano legislativo, en cuanto son generales, abstractas e impersonales y de observancia obligatoria, se distinguen de estas últimas, por dos razones: 1) porque provienen de un órgano que desde el punto de vista constitucional no expresa la voluntad general, sino la de un órgano instituido para acatarla, como lo es el Poder Ejecutivo y; 2) porque son, por definición, normas subordinadas a las disposiciones legales que reglamentan. De inicio, es importante tomar en cuenta que mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el veinte de diciembre de dos mil trece, se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de energía. De la lectura de las tres exposiciones de motivos que dieron origen a la señalada reforma, se advierte que uno de los puntos de preocupación se centró en la búsqueda de un modelo de producción energético que mitigara los efectos negativos que la obtención y el consumo de energías fósiles puedan tener sobre la salud y el medio ambiente y, con ello, lograr un progreso energético sustentable. Ello se plasmó en el Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, de Energía y de Estudios Legislativos, en el cual se señala como una de las obligaciones en la materia “[…] realizar las adecuaciones al marco jurídico, para establecer las bases en las que el Estado mexicano procurará, en todos los procesos relacionados con la materia del Decreto en los que intervengan empresas productivas del Estado, los particulares o ambos, la protección y cuidado del medio ambiente, mediante la incorporación de criterios y mejores prácticas en los temas de eficiencia en el uso de energía, disminución en la generación de gases y compuestos de efecto invernadero, eficiencia en el uso de recursos naturales, baja generación 32 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. de residuos y emisiones, así como la menor huella de carbono en todos sus procesos.” Asimismo, se reconoció que “nuestro país es un actor muy importante en el plano internacional en materia de cuidado al medio ambiente; Ia aceleración del cambio climático ha sido un planteamiento constante en los foros de los organismos internacionales de los que México es parte, a fin de abrir una brecha multinacional para hacer frente a este problema mundial.” Adicionalmente, debe destacarse que el Estado mexicano ha adoptado compromisos internacionales para hacer frente al cambio climático y lograr la sustentabilidad ambiental sin menoscabar el desarrollo tecnológico e industrial. Se mencionan algunos documentos que contienen dichas obligaciones: • Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (1985). • Protocolo de Montreal relativo a las sustancias agotadoras de Ia capa de ozono (1987). • Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y el Desarrollo (1989). • Declaración Ministerial de la Segunda Conferencia Mundial sobre el Clima (1990). • Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992). • Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992). • Protocolo de Kyoto a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (1997). Con base en lo anterior, al aprobarse el Decreto por el que se reformaron los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se determinó realizar una adición al artículo 25 constitucional para quedar de la siguiente manera: 33 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. “Artículo 25.- Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución. La competitividad se entenderá como el conjunto de condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento económico, promoviendo la inversión y la generación de empleo. El Estado velará por la estabilidad de las finanzas públicas y del sistema financiero para coadyuvar a generar condiciones favorables para el crecimiento económico y el empleo. El Plan Nacional de Desarrollo y los planes estatales y municipales deberán observar dicho principio. El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional, y llevará al cabo la regulación y fomento de las actividades que demande el interés general en el marco de libertades que otorga esta Constitución. Al desarrollo económico nacional concurrirán, con responsabilidad social, el sector público, el sector social y el sector privado, sin menoscabo de otras formas de actividad económica que contribuyan al desarrollo de la Nación. (REFORMADO, D.O.F. 20 DE DICIEMBRE DE 2013) El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno Federal la propiedad y el control sobre los organismos y empresas productivas del Estado que en su caso se establezcan. Tratándose de la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, y del servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica, así como de la exploración y extracción de petróleo y demás hidrocarburos, la Nación llevará a cabo dichas actividades en términos de lo dispuesto por los párrafos sexto y séptimo del artículo 27 de esta Constitución. En las actividades citadas la ley establecerá las normas relativas a la administración, organización, funcionamiento, procedimientos de contratación y demás actos jurídicos que celebren las empresas productivas del Estado, así como el régimen de remuneraciones de su personal, para garantizar su eficacia, eficiencia, honestidad, productividad, transparencia y rendición de cuentas, con base en las mejores prácticas, y determinará las demás actividades que podrán realizar. Asimismo podrá participar por sí o con los sectores social y privado, de acuerdo con la ley, para impulsar y organizar las áreas prioritarias del desarrollo. 34 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. (REFORMADO, D.O.F. 20 DE DICIEMBRE DE 2013) Bajo criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad se apoyará e impulsará a las empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las modalidades que dicte el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su conservación y el medio ambiente. La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de la actividad económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y, en general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios. (REFORMADO, D.O.F. 20 DE DICIEMBRE DE 2013) La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los particulares y proveerá las condiciones para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo industrial sustentable que incluya vertientes sectoriales y regionales, en los términos que establece esta Constitución.” Además, en el artículo Décimo Noveno de las disposiciones transitorias del citado Decreto, quedó previsto que el Congreso de la Unión llevaría a cabo las adecuaciones al marco jurídico para crear la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, el cual dispone literalmente lo siguiente: “Décimo Noveno. Dentro del plazo previsto en el transitorio cuarto del presente Decreto, el Congreso de la Unión realizará las adecuaciones al marco jurídico para crear la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, como órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría del ramo en materia de Medio Ambiente, con autonomía técnica y de gestión, que disponga de los ingresos derivados de las contribuciones y aprovechamientos que la ley establezca por sus servicios para financiar un presupuesto total que le permita cumplir con sus atribuciones. La Agencia tendrá dentro de sus atribuciones regular y supervisar, en materia de seguridad industrial, operativa y protección al medio ambiente, las instalaciones y actividades del sector hidrocarburos, incluyendo las actividades de desmantelamiento y abandono de instalaciones, así como el control integral de residuos. En la organización, funcionamiento y facultades de la Agencia, se deberá prever al menos: a) Que si al finalizar el ejercicio presupuestario, existiera saldo remanente de ingresos propios excedentes, la Agencia 35 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. instruirá su transferencia a un fideicomiso constituido por la Secretaría del ramo en materia de Medio Ambiente, donde una institución de la banca de desarrollo operará como fiduciario. b) Que la Agencia instruirá al fiduciario la aplicación de los recursos de este fideicomiso a la cobertura de gastos necesarios para cumplir con sus funciones en posteriores ejercicios respetando los principios a los que hace referencia el artículo 134 de esta Constitución y estando sujeta a la evaluación y el control de los entes fiscalizadores del Estado. El fideicomiso no podrá acumular recursos superiores al equivalente de tres veces el presupuesto anual de la Agencia, tomando como referencia el presupuesto aprobado para el último ejercicio fiscal. En caso de que existan recursos adicionales, éstos serán transferidos a la Tesorería de la Federación. El fideicomiso a que hace referencia este transitorio estará sujeto a las obligaciones en materia de transparencia derivadas de la ley. Asimismo, la Agencia deberá publicar en su sitio electrónico, por lo menos de manera trimestral, los recursos depositados en el fideicomiso, así como el uso y destino de dichos recursos. La Cámara de Diputados realizará las acciones necesarias para proveer de recursos presupuestales a la Agencia, con el fin de que ésta pueda llevar a cabo su cometido. El presupuesto aprobado deberá cubrir los capítulos de servicios personales, materiales y suministros, así como de servicios generales, necesarios para cumplir con sus funciones.” Incluso, es conveniente traer a contexto el contenido de los artículos 1, 5, fracción XVIII, y 7, fracción I, de la Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, los cuales se reproducen a continuación: “Artículo 1o.- La presente Ley es de orden público e interés general y de aplicación en todo el territorio nacional y zonas en las que la Nación ejerce soberanía o jurisdicción y tiene como objeto crear la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, con autonomía técnica y de gestión. La Agencia tiene por objeto la protección de las personas, el medio ambiente y las instalaciones del sector hidrocarburos a través de la regulación y supervisión de: I. La Seguridad Industrial y Seguridad Operativa; II. Las actividades de desmantelamiento y abandono de instalaciones, y III. El control integral de los residuos y emisiones contaminantes.” “Artículo 5o- La Agencia tendrá las siguientes atribuciones: […] 36 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. XVIII. Expedir, suspender, revocar o negar las licencias, autorizaciones, permisos y registros en materia ambiental, a que se refiere el artículo 7 de esta Ley, en los términos de las disposiciones normativas aplicables; […].” “Artículo 7o.- Los actos administrativos a que se refiere la fracción XVIII del artículo 5o., serán los siguientes: I. Autorizaciones en materia de impacto y riesgo ambiental del Sector Hidrocarburos; de carbonoductos; instalaciones de tratamiento, confinamiento o eliminación de residuos peligrosos; aprovechamientos forestales en selvas tropicales, y especies de difícil regeneración; así como obras y actividades en humedales, manglares, lagunas, ríos, lagos y esteros conectados con el mar, litorales o las zonas federales de las áreas antes mencionadas, en términos del artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y del Reglamento de la materia; […].” De los preceptos transcritos, se advierte que la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, es un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, con autonomía técnica y de gestión, que tiene por objeto la protección de las personas, el medio ambiente y las instalaciones del sector, a la que compete la regulación y supervisión en la materia y, específicamente, otorgar las autorizaciones en materia de impacto y riesgo ambiental del sector de hidrocarburos. Luego entonces, de la lectura de las disposiciones en comento puede observarse que la intención del Constituyente Permanente fue la de privilegiar un sector de hidrocarburos en el cual la producción energética se realice sin perder de vista la sustentabilidad ambiental, entendida ésta como la administración eficiente y racional de los recursos fósiles, de manera tal que sea posible elevar el bienestar de la población actual, sin que ello implique comprometer la calidad de vida de las futuras generaciones. Con base en estos objetivos, se determinó crear un órgano administrativo al que se facultara para supervisar y vigilar el cumplimiento de la normativa ambiental en la realización de actividades vinculadas con el sector de hidrocarburos, para lo cual se le dotó de 37 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. atribuciones como la de expedir, suspender, revocar o negar autorizaciones en materia de impacto y riesgo ambiental en términos del artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. De esta manera, el Órgano Reformador de la Constitución, al realizar la reforma en materia energética, reservó a la jurisdicción federal la regulación, supervisión y vigilancia del sector de hidrocarburos, ordenando la creación del órgano administrativo encargado de asegurar el cumplimiento de la normativa relativa. Así fue como nació la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, cuya naturaleza es la de un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, encargado de la vigilancia del sector y facultado específicamente para otorgar las autorizaciones en materia de impacto y riesgo ambiental del sector de hidrocarburos. Consecuentemente, por disposición del Órgano Reformador de la Constitución Federal, está reservada a la exclusiva jurisdicción y competencia federales el sector de hidrocarburos, con independencia de la distribución que de las facultades concurrentes en materia de preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente se haga en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Al respecto, importa resaltar el contenido de la Ley de Hidrocarburos, reglamentaria de los artículos 25, quinto párrafo, 27, séptimo párrafo, y 28, cuarto párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de agosto de dos mil catorce, la cual tiene como objetivo regular, entre otras actividades, el transporte, almacenamiento, distribución, comercialización y expendio al público de petrolíferos. El artículo 4, fracción XIII5, de dicho ordenamiento legal, señala que por expendio al público deberá entenderse la “venta al menudeo 5 Artículo 4.- Para los efectos de esta Ley se entenderá, en singular o plural, por: […] XIII. Expendio al Público: La venta al menudeo directa al consumidor de Gas Natural o Petrolíferos, entre otros combustibles, en instalaciones con fin específico o multimodal, incluyendo estaciones de servicio, de compresión y de carburación, entre otras. 38 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. directa al consumidor de Gas Natural o Petrolíferos, entre otros combustibles, en instalaciones con fin específico o multimodal, incluyendo estaciones de servicio, de compresión y de carburación, entre otras”. Igualmente, la fracción XXVII6, del referido precepto, dispone que los petrolíferos son: “Productos que se obtienen de la refinación del Petróleo o del procesamiento del Gas Natural y que derivan directamente de Hidrocarburos, tales como gasolinas, diésel, querosenos, combustóleo y Gas Licuado de Petróleo, entre otros, distintos de los Petroquímicos.” En atención a lo anterior, válidamente puede concluirse que el expendio al público de gasolinas y diésel, incluso aquélla que se lleve a cabo en una estación de servicio, (actividad a la que se dedica la sociedad quejosa), debe sujetarse a la regulación que emitan las autoridades en materia de hidrocarburos. En este apartado, debe resaltarse que la propia sociedad recurrente destacó desde su demanda de amparo, que el artículo 95 de la Ley de Hidrocarburos, mismo que consideró acorde con lo previsto por el artículo 28 de la Constitución Federal, señala que la industria a la que se dedica es del ámbito de la competencia de la jurisdicción federal, por lo que ahora en sus agravios, aduce que el juez de distrito no tomó en cuenta tales manifestaciones. Al respecto, esta Segunda Sala estima trascendente tomar en cuenta que la Ley de Hidrocarburos contiene dentro de su Título Cuarto “Disposiciones aplicables a la Industria de Hidrocarburos”, un capítulo III titulado “De la Jurisdicción, Utilidad Pública y Procedimientos”, dentro del que se ubica el artículo 95, que señala lo siguiente: “Artículo 95.- La industria de Hidrocarburos es de exclusiva jurisdicción federal. En consecuencia, únicamente el Gobierno Federal puede dictar las disposiciones técnicas, reglamentarias y de regulación en la materia, incluyendo aquéllas relacionadas con el desarrollo sustentable, el equilibrio ecológico y la protección al medio ambiente en el desarrollo de esta industria. 6 Artículo 4.- Para los efectos de esta Ley se entenderá, en singular o plural, por: […] XXVIII. Petrolíferos: Productos que se obtienen de la refinación del Petróleo o del procesamiento del Gas Natural y que derivan directamente de Hidrocarburos, tales como gasolinas, diésel, querosenos, combustóleo y Gas Licuado de Petróleo, entre otros, distintos de los Petroquímicos. 39 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Con el fin de promover el desarrollo sustentable de las actividades que se realizan en los términos de esta Ley, en todo momento deberán seguirse criterios que fomenten la protección, la restauración y la conservación de los ecosistemas, además de cumplir estrictamente con las leyes, reglamentos y demás normativa aplicable en materia de medio ambiente, recursos naturales, aguas, bosques, flora y fauna silvestre, terrestre y acuática, así como de pesca.” Como se observa de la anterior transcripción, el artículo referido reitera la determinación constitucional relativa a la exclusiva jurisdicción federal tratándose de la industria de hidrocarburos, en los términos en que ha sido definida e incluyendo el expendio al público que se realiza en las estaciones de servicio, y la relación que guarda ésta con la protección al medio ambiente, equilibrio ecológico y desarrollo sustentable, lo que lleva a concluir que está prohibido a las entidades federativas y municipios, el emitir disposiciones tendentes a regular la materia de que se trata, ya que ello supondría una invasión a la esfera de la competencia legislativa reservada al Congreso de la Unión. Por ende, es evidente que la conclusión a la que arribó el juez de distrito fue incorrecta, toda vez que como quedó evidenciado en párrafos precedentes, el procedimiento de evaluación de impacto ambiental en el establecimiento de estaciones expendedoras de gasolina, diésel y otros derivados del petróleo industrializado, no puede ser reglamentado por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ya que se incluye dentro de la industria de hidrocarburos, que es de exclusiva jurisdicción de la Federación. Consecuentemente, al haberse emitido una disposición reglamentaria que pretende establecer normas vinculadas con la operación y específicamente el impacto ambiental, entre otras, de las estaciones de gasolina, se vulnera lo dispuesto por los artículos 25, séptimo párrafo, y 122, apartado C, Base Segunda, fracción II, inciso b) –vigente cuando se expidió dicho Decreto–, de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, así como el artículo Décimo Noveno transitorio del Decreto de Reformas Constitucionales publicado el veinte de diciembre de dos mil trece, debido a que efectivamente el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México no está facultado para emitir disposiciones en la materia específica de hidrocarburos toda vez que, se reitera, en términos de las disposiciones legales y constitucionales 40 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. analizadas, la materia ambiental vinculada con actividades relativas a hidrocarburos, es una facultad exclusiva de la Federación. En atención al principio de mayor beneficio, se estima innecesario analizar los restantes agravios formulados por la sociedad quejosa, ya que el estudio de los mismos no variaría la conclusión a la que se arribó en esta resolución ni redundaría en mayor beneficio al aquí ya alcanzado. Asimismo, la declaratoria de inconstitucionalidad en este caso, abarca también el acto reclamado consistente en la resolución de veinte de enero de dos mil quince, emitida por el Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México, dentro del trámite administrativo **********, mediante la cual se tuvo por no presentada la solicitud de Actualización de Licencia Ambiental Único para la Ciudad de México, ya que constituye un acto de aplicación relacionado con el Decreto impugnado, tal y como se reconoció en el recurso de queja **********, del índice del Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. Con base en las consideraciones expuestas en esta ejecutoria, es procedente revocar la sentencia recurrida y conceder el amparo solicitado a la sociedad quejosa en contra del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el veintiocho de octubre del dos mil catorce, para el efecto de que la autoridad responsable deje insubsistente la resolución de veinte de enero de dos mil quince, emitida por el Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México, dentro del trámite administrativo ********** y, aunado a ello, desincorpore de la esfera jurídica de la quejosa el aludido Decreto, cuyas disposiciones no deberán ser aplicadas en su perjuicio ni en el presente ni en el futuro. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia P./J. 112/99, del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “AMPARO CONTRA LEYES. SUS EFECTOS SON LOS DE PROTEGER AL QUEJOSO CONTRA SU APLICACIÓN PRESENTE Y FUTURA.”7 7 De texto y datos de localización siguientes: “El principio de relatividad de los efectos de la sentencia de amparo establecido en los artículos 107, fracción II, constitucional y 76 de la Ley de Amparo, debe interpretarse en el sentido de que la sentencia que otorgue el amparo tiene un 41 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. Cabe precisar que la conclusión alcanzada es aplicable únicamente a las disposiciones de carácter ambiental como las que aquí se impugnan, sin que sea posible extrapolar el criterio a normas de carácter diverso tales como las de protección civil, o bien, las referentes a la zonificación y uso de suelo. Lo anterior, toda vez que las primeras que tienen por objeto establecer y reglamentar las acciones relativas a la prevención y salvaguarda de las personas y sus bienes, así como el funcionamiento de los servicios públicos y su equipamiento estratégico en caso de situaciones de riesgo colectivo o desastre, por agentes naturales o humanos, mientras que las segundas buscan regular y controlar las reservas, usos y destinos de áreas y predios en los centros de población de su ámbito territorial. Finalmente, debe establecerse que queda intocado el sobreseimiento decretado por el juez de distrito, con la salvedad realizada por el Tribunal Colegiado del conocimiento en el considerando sexto de la resolución que dictó, en el sentido de que el alcance relativo en la medida en que sólo se limitará a proteger al quejoso que haya promovido el juicio de amparo. Sin embargo, este principio no puede entenderse al grado de considerar que una sentencia que otorgue el amparo contra una ley sólo protegerá al quejoso respecto del acto de aplicación que de la misma se haya reclamado en el juicio, pues ello atentaría contra la naturaleza y finalidad del amparo contra leyes. Los efectos de una sentencia que otorgue el amparo al quejoso contra una ley que fue señalada como acto reclamado son los de protegerlo no sólo contra actos de aplicación que también haya impugnado, ya que la declaración de amparo tiene consecuencias jurídicas en relación con los actos de aplicación futuros, lo que significa que la ley ya no podrá válidamente ser aplicada al peticionario de garantías que obtuvo la protección constitucional que solicitó, pues su aplicación por parte de la autoridad implicaría la violación a la sentencia de amparo que declaró la inconstitucionalidad de la ley respectiva en relación con el quejoso; por el contrario, si el amparo le fuera negado por estimarse que la ley es constitucional, sólo podría combatir los futuros actos de aplicación de la misma por los vicios propios de que adolecieran. El principio de relatividad que sólo se limita a proteger al quejoso, deriva de la interpretación relacionada de diversas disposiciones de la Ley de Amparo como son los artículos 11 y 116, fracción III, que permiten concluir que en un amparo contra leyes, el Congreso de la Unión tiene el carácter de autoridad responsable y la ley impugnada constituye en sí el acto reclamado, por lo que la sentencia que se pronuncie debe resolver sobre la constitucionalidad de este acto en sí mismo considerado; asimismo, los artículos 76 bis, fracción I, y 156, que expresamente hablan de leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y, finalmente, el artículo 22, fracción I, conforme al cual una ley puede ser impugnada en amparo como autoaplicativa si desde que entra en vigor ocasiona perjuicios al particular, lo que permite concluir que al no existir en esta hipótesis acto concreto de aplicación de la ley reclamada, la declaración de inconstitucionalidad que en su caso proceda, se refiere a la ley en sí misma considerada, con los mismos efectos antes precisados que impiden válidamente su aplicación futura en perjuicio del quejoso. Consecuentemente, los efectos de una sentencia que otorga la protección constitucional al peticionario de garantías en un juicio de amparo contra leyes, de acuerdo con el principio de relatividad, son los de proteger exclusivamente al quejoso, pero no sólo contra el acto de aplicación con motivo del cual se haya reclamado la ley, si se impugnó como heteroaplicativa, sino también como en las leyes autoaplicativas, la de ampararlo para que esa ley no le sea aplicada válidamente al particular en el futuro.” Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo X, noviembre de 1999, pág. 19. Núm. Registro IUS: 192846. 42 AMPARO EN REVISIÓN 551/2016. sobreseimiento de mérito únicamente se encuentra dirigido a lo expuesto en el considerando tercero del fallo recurrido. A similares consideraciones arribó esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver bajo la ponencia del Ministro Alberto Pérez Dayán, el amparo en revisión 1166/2015, fallado por mayoría de cuatro votos en sesión de dos de marzo de dos mil dieciséis. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO. En la materia de la revisión se revoca la sentencia recurrida. SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a **********, en contra del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el veintiocho de octubre del dos mil catorce, así como en contra de la resolución de veinte de enero de dos mil quince, emitida por el Director General de Regulación Ambiental de la Ciudad de México, dentro del trámite administrativo **********, en los términos precisados en el último considerando de esta resolución. Notifíquese; con testimonio de esta resolución vuelvan los autos a su lugar de origen y en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido. En términos de lo dispuesto en los artículos 3, fracción XXI, 73, fracción II, 111, 113, 116, Octavo y Duodécimo Transitorios de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, así como en el segundo párrafo de artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se testa la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos. 43