Número de registro: 5838 Octava Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISION 105/93.
Número de registro: 5838
Octava Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: Tomo XI, Mayo de 1993
Página: 248
AMPARO EN REVISION 105/93. SOCORRO ROMERO ZEMPOALTECA Y OTRO.
CONSIDERANDO:
TERCERO.-Son infundados los agravios antes transcritos.
El Juez Federal a quo correctamente consideró que el acto reclamado consistente en la no
admisión de la prueba de inspección judicial ofrecida por los quejosos en el juicio de origen
constituye una violación a las leyes del procedimiento reclamable en su caso a través del
amparo directo que se llegare a promover contra el laudo que ponga fin al juicio; cabe
agregar que en el juicio de origen aún no se dicta sentencia, y por ende no se sabe si la
violación reclamada por los quejosos tendrá esa trascendencia que como requisito exige el
artículo 159 de la ley de la materia, para que se haga tal impugnación.
En apoyo a lo considerado por el Juez de Distrito a quo, debe indicarse que en el caso
concreto es incuestionable que se surte la causal de improcedencia prevista por la fracción
XVIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, en relación con el diverso 159 fracción III del
mismo ordenamiento legal. Lo anterior es así, en virtud de que el numeral 158 y ese último
artículo y fracción invocados, ambos de la ley de la materia, respectivamente establecen: "El
juicio de amparo directo es competencia del Tribunal Colegiado del Circuito que
corresponda, en los términos establecidos por las fracciones V y VI del artículo 107
constitucional, y procede contra sentencias definitivas o laudo y resoluciones que pongan fin
al juicio, dictados por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, respecto de los
cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o revocados,
ya sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte a
las defensas del quejoso, trascendiendo al resultado de fallo, y por violaciones de garantías
cometidas en las propias sentencias, laudo o resoluciones indicados. Para los efectos de este
artículo, sólo será procedente el juicio de amparo directo contra sentencias definitivas o
laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por tribunales civiles, administrativos
o del trabajo, cuando sean contrarios a la letra de la ley aplicable al caso, a su interpretación
jurídica o a los principios generales de derecho a falta de ley aplicable, cuando comprendan
acciones, excepciones o cosas que no hayan sido objeto del juicio, o cuando no las
comprendan todas, por omisión o negación expresa. Cuando dentro del juicio surjan
cuestiones, que no sean de imposible reparación, sobre constitucionalidad de leyes, tratados
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internacionales o reglamentos, solo podrán hacerse valer en el amparo directo que proceda en
contra de la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio"; y, "Artículo
159.-En los juicios seguidos ante tribunales civiles, administrativos o del trabajo, se
considerarán violadas las leyes del procedimiento y que se afectan las defensas del quejoso:
I.- ... II.- ... III.-Cuando no se le reciban las pruebas que legalmente haya ofrecido, o cuando
no se reciban conforme a la ley;".
Dicho de otro modo, si lo que los quejosos reclaman es que la responsable desechó la prueba
de inspección judicial que ofrecieron, resulta claro que se encuadra en la hipótesis de la
fracción III del artículo 159 del cuerpo legal en cita, dado que no se les está admitiendo el
medio de prueba que ofrecieron, y por ello surge la causal de improcedencia señalada, que
obliga a decretar el sobreseimiento del amparo en términos del artículo 74 fracción III de la
ley de la materia; de conformidad con la tesis sustentada por este Tribunal Colegiado al
resolver los juicios de amparo en revisión números 247/89, 6/88, 88/91, que dice:
"PRUEBAS. AMPARO IMPROCEDENTE CONTRA EL AUTO QUE LAS DESECHA.- El
desechamiento de las pruebas del quejoso puede originar que la sentencia le sea adversa; pero
no significa que aquel acto sea de imposible reparación desde el momento en que está
contemplado como una de las violaciones al procedimiento prevista por el artículo 159 de la
Ley de Amparo. Al disponer el artículo 161 de esa misma ley que las violaciones procesales a
que se refiere el artículo en consulta podrán reclamarse en la vía constitucional al promoverse
la demanda contra la sentencia definitiva, se pretendía evitar que diversas actuaciones de un
mismo procedimiento dieran origen a múltiples juicios de amparo, provocando el retraso en
la resolución del asunto respectivo. Por ello se consideró que además del hecho de que
podrían repararse en sentencias tales violaciones, era conveniente concentrar en una sola
demanda la impugnación de aquellas actuaciones que trascendieron al fallo y que el propio
legislador contempló en el artículo 159 de la Ley de Amparo.
Cabe agregar, que si en el curso del procedimiento laboral se actualiza alguna de las hipótesis
contempladas en el artículo 159 de la Ley de Amparo como violación al procedimiento, no
sólo es legalmente posible, sino correcto, que la autoridad continúe con el procedimiento, y
será hasta que se dicte el laudo definitivo y que éste se impugne a través del juicio
constitucional en la vía directa, en que podrá alegarse y demostrarse la existencia de tal
violación al procedimiento que hubiera dejado sin defensa al interesado y trascendiendo al
resultado del fallo, ya que los artículos 158 y 159 de la Ley de Amparo se apoyan en el
principio de economía procesal, pues lo que con ello se pretende evitar es la proliferación de
juicios de garantías con motivo de diversas actuaciones procesales, al tenor de la
jurisprudencia número 23 sostenida por este órgano colegiado, que dice: "VIOLACIONES
AL PROCEDIMIENTO, AMPARO CONTRA (ANALISIS DE LOS ARTICULOS 158 Y
159 DE LA LEY).- Si en el curso del procedimiento se actualiza alguna de las hipótesis
contempladas en el artículo 159 de la Ley de Amparo, no sólo es legalmente posible, sino
correcto que la autoridad continúe con el procedimiento y será hasta que se dicte la sentencia
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definitiva (o laudo o resolución según sea el caso) y se impugne a través del juicio
constitucional en que podrá alegarse y demostrarse la existencia de tal violación al
procedimiento que hubiera afectado al promovente en sus defensas y que la aludida violación
hubiese trascendido al resultado del fallo. Los artículos 158 y 159 de la Ley de Amparo se
apoyan en el principio de economía procesal, pues lo que con ello se pretende evitar es la
proliferación o una cadena interminable de juicios de garantías con motivo de diversas
actuaciones procesales; es decir, el legislador de amparo ha pretendido evitar que las partes
contendientes en un procedimiento seguido ante tribunales judiciales, laborales o
administrativos puedan agotar el juicio de garantías tantas veces como violaciones se
cometan en el procedimiento, pues con ello se ocasionaría, por un lado, una constante
interposición de juicios de amparo y, por otro, una injustificada demora en la resolución del
conflicto. El propio legislador pretende así que continúe el curso del procedimiento, sin
mayores trabas y que el afectado con el fallo correspondiente, al impugnado pueda hacer
valer al mismo tiempo las violaciones de fondo y tantas violaciones al procedimiento como
estimara le hubieran sido cometidas.".
Las anteriores consideraciones conducen a confirmar la sentencia sujeta a revisión.
Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 83 fracción IV y 85 de la Ley de Amparo,
44 fracción III de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve.
PRIMERO.-Se confirma la sentencia sujeta a revisión.
SEGUNDO.-Se sobresee el juicio de garantías promovido por Socorro Romero Zempoalteca
y Alberto Sánchez Romero respecto del acto que reclaman del presidente de la Junta Local de
Conciliación y Arbitraje del Estado de Tlaxcala, mismo que fue precisado en el resultando
primero de esta ejecutoria.
Notifíquese; con testimonio de la presente resolución devuélvase el expediente de amparo al
Juez a quo, y en su oportunidad archívese el toca.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvieron los señores Magistrados que integran el
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, licenciados Tarcicio Obregón Lemus,
Gustavo Calvillo Rangel y José Galván Rojas, siendo ponente el segundo de los nombrados
quienes firman con el secretario de Acuerdos por ministerio de ley que da fe.
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