A petición de varios clientes, y aunque el Programa Oficial no lo

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A petición de varios clientes, y aunque el Programa Oficial no lo requiere,
incluimos como material complementario al Tema 7 en materia de recursos
administrativos, lo que a continuación exponemos:
1.- LAS GARANTÍAS DEL ADMINISTRADO: REVISIÓN DE OFICIO, RECURSOS
ADMINISTRATIVOS
1.1.- ¿Qué puede hacer la Administración cuando dicta un acto nulo o anulable?
En ocasiones, como ya hemos visto anteriormente, las Administraciones Públicas
pueden equivocarse y dictar actos administrativos ilegales por contravenir el
ordenamiento jurídico, son los denominados actos nulos y actos anulables.
Las Administraciones Publicas van a poder revisar estos actos mediante distintos
mecanismos que tienen como finalidad declarar nulo el acto, en su caso, y de este
modo restaurar la legalidad y a la vez evitar litigios con los ciudadanos.
Es evidente que las Administraciones Públicas se equivocan. A veces, nos sancionan
sin que seamos responsables de la infracción, o nos deniegan una subvención cuando
tenemos derecho a ello o no nos adjudican un contrato cuando teníamos más méritos
que el que ha resultado elegido. Ante estos supuestos el Derecho Administrativo
establece una serie de mecanismos que van a permitir modificar o, en su caso,
eliminar estos actos.
1.2.- ¿Cuáles son los mecanismos de revisión de la Administración Pública?
Un primer grupo de mecanismos, la denominada revisión de oficio, permite a la
propia Administración eliminar aquellos actos propios que una vez dictados observa
que son ilegales.
El segundo grupo de mecanismos son los recursos administrativos, que son medios
a disposición de los particulares para impugnar aquellos actos que consideren ilegales.
Paralelamente a los recursos están las reclamaciones previas, que tienen el mismo
fin pero se aplican respecto de aquellos actos de la Administración que están sujetos
al derecho civil o laboral.
Como después veremos la revisión de oficio, los recursos y las reclamaciones previas
son garantías del interesado frente a la actuación de la Administración, pero no hemos
de olvidar que en todos estos mecanismos, la Administración es juez y parte, por lo
que su imparcialidad queda en entredicho por esta circunstancia, por ello, por encima
de la Administración, ha de existir una instancia absolutamente independiente que
decida los litigios entre el ciudadano y la Administración. Esta instancia es la justicia,
en concreto, una rama de la misma especializada en la Administración que
denominamos jurisdicción contencioso-administrativa.
En definitiva, si la Administración no impone una multa injusta por un hecho que no
hemos cometido podremos interponer un recurso contra dicha sanción, y si la
Administración sigue afirmando que somos responsables y no nos estima el recurso
podremos acudir a la vía judicial, que determinará finalmente quien tiene razón si la
Administración o nosotros.
MECANISMOS DE REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.
POR INICIATIVA DE
LA
REVISIÓN
ADMINISTRACIÓN.
La revisión de oficio (art. 102
LRJAPC)*
Declaración de lesividad y
anulabilidad (art. 103 LRJAPC)
Revocación (art. 105)
Recurso de Alzada
RECURSOS
ADMINISTRATIVOS
POR INICIATIVA DE
LOS INTERESADOS
Recurso potestativo de reposición
Recurso extraordinario de revisión.
A la vía judicial civil
RECLAMACIONES
PREVIAS.
A la vía judicial laboral
A la vía judicial militar.
* Puede instarse por los interesados, aunque es la Administración la que decide si inicia el procedimiento
de revisión o no.
Vamos a analizar detalladamente cada uno de los mecanismos de impugnación.
1.3. LA REVISIÓN DE LOS ACTOS POR LA PROPIA ADMINISTRACIÓN.
En determinados supuestos, la propia Administración va a poder eliminar
unilateralmente, por si misma, un acto ilegal incluso, como veremos, en aquellos
casos en que el acto sea válido, aunque con mecanismos y procedimientos
diferentes.
1.3.1. La revisión de disposiciones y actos nulos de pleno derecho. (art. 102)
Este procedimiento tiene como fin declarar la nulidad de actos definitivos, no de
trámite, que sean firmes, es decir que no puedan ser recurridos en vía administrativa,
o hayan agotado la vía administrativa. También procede para declarar la nulidad de
reglamentos. Para que la Administración Publica pueda “revisar” el acto o reglamento
es preciso que estén viciados de nulidad de pleno derecho.
Imaginemos que la Administración nos concede una subvención para plantar girasoles
y nos la abona. A los seis meses de ingresarnos en la cuenta la cantidad concedida se
descubre por la Administración que no cumplíamos los requisitos para recibir esa
subvención y que por tanto no procedía su otorgamiento. En este caso nos
encontramos con un acto administrativo definitivo, la resolución por la que se nos
concede la subvención, nulo de pleno derecho al estar incluido en la letra f) del art.
62 que establece que serán nulos los actos contrarios al ordenamiento jurídico por los
que se adquieran derechos cuando se carezcan de los requisitos para su adquisición y
que no ha sido recurrido por los interesados.
¿Qué puede hacer la Administración ante esta situación? Evidentemente deberá iniciar
un procedimiento de revisión de oficio para declarar la nulidad de un acto nulo de
pleno derecho.
No existe un plazo límite para la iniciación de un procedimiento de revisión de oficio.
Este procedimiento puede iniciarse por decisión de la Administración, pero
también porque así lo solicite un administrado.
La tramitación del procedimiento de revisión de oficio es la general de cualquier
procedimiento administrativo, aunque cuenta con dos especialidades:
1. Existe un trámite de admisión previo, por la que en determinados supuestos
el órgano competente para resolver podrá inadmitir la solicitud presentada por
los particulares.
2. Para que la Administración pueda declarar nulo un acto ha de existir un
dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano equivalente de la
Comunidad Autónoma.
Si la Administración aprecia que hay causa de nulidad, declarará el acto nulo de pleno
derecho y el acto será eliminado como si nunca hubiera llegado a existir. En los casos
en que de la anulación del acto se produzcan perjuicios al interesado que no tenga la
obligación de soportar la Administración deberá indemnizarle.
En el ejemplo al que nos referíamos anteriormente, es claro que el interesado no tiene
responsabilidad pues el error fue de la Administración al considerar que tenía todos los
requisitos cuando no era así, en este caso, en que no hay culpa del interesado la
Administración podrá declarar la nulidad del acto por el procedimiento de la revisión de
oficio pero deberá indemnizar al interesados por los daños y perjuicios causados.
La Administración también podrá revisar de oficio las disposiciones administrativas,
es decir reglamentos, que estén viciados de nulidad, requiriéndose para ello previo
dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la
Comunidad Autónoma
PROCEDIMIENTO DE REVISIÓN DE OFICIO
ACTO
ADMINISTRATIVO
NULO
SOLICITUD DE PERSONA
INTERESADA
DE OFICIO POR LA
ADMINISTRACIÓN
TRÁMITE
ADMISION PREVIA
SE
INADMITE
SE
ADMITE
ACUERDO DE
INICIACIÓN
ACUERDO MOTIVADO
DE INADMISIÓN
AUDIENCIA
INTERESADO
DICTAMEN
FAVORABLE DEL
CONSEJO DE
ESTADO
TERMINACIÓN
1.3.2. La declaración de lesividad de actos anulables.
En los casos en que nos encontramos con un acto administrativo favorable que no es
nulo de pleno derecho sino anulable, es decir, que es un acto ilegal por ir en contra
del ordenamiento jurídico, pero su ilegalidad no es tan grave como para que estemos
ante un acto nulo de pleno derecho, el procedimiento para anular este acto es distinto.
En este caso, la Administración no puede anularlo por sí misma y ha de acudir a la
jurisdicción contenciosa-administrativa para hacerlo. Es decir, la propia Administración
ha de impugnar el acto anulable ante el juez para que éste, si así lo considera, lo
elimine.
Previamente, es decir antes de acudir a la justicia, la Administración ha de declarar
dicho acto anulable lesivo para los intereses públicos. Así la Administración ha de
tramitar un procedimiento en el que se declare que ese acto es lesivo para el interés
público, una vez que resuelva declarando la lesividad del acto podrá acudir ante la
jurisdicción contencioso-administrativa.
1.3.3. La revocación.
Otra posibilidad que puede utilizar la Administración Pública es la revocación, recogida
en el art. 105.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre que establece que las
Administraciones Públicas podrán revocar en cualquier momento sus actos de
gravamen o desfavorables, siempre que tal revocación no constituya dispensa o
exención no permitida por las leyes, o sea contraria al principio de igualdad, al interés
público o al ordenamiento jurídico.
Al ser un acto de gravamen, la revocación no esta sujeta a los requisitos de la revisión
de oficio, ya que se supone que siempre va a beneficiar al interesado, por lo que
establece menos cautelas. Imaginemos que la Administración se da cuenta de que ha
sancionado a una persona injustamente por equivocación, en este caso, podrá en
cualquier momento hacer uso de esta posibilidad y revocar la sanción, dejándola sin
efecto.
El art 105.2 establece la posibilidad de rectificar errores materiales, de hecho o
aritméticos existentes en sus actos, posibilidad que no constituye facultad de revisión
de sus actos, pues sólo se trata de corregir errores, sin modificar el acto en si, p.e,
cuando hay una cantidad errónea o un plazo equivocado
PROCEDIMIENTO
REVISIÓN DE OFICIO
TIPOS DE ACTOS
ACTOS NULOS QUE
PONGAN FIN A LA VÍA
ADMINISTRATIVA
O NO RECURRIDOS EN
PLAZO.
DISPOSICIONES
ADMINISTRATIVAS
NULAS
DECLARACIÓN DE
LESIVIDAD
ACTOS ANULABLES
FAVORABLES PARA LOS
INTERESADOS
REQUISITOS
PLAZO
DICTAMEN FAVORABLE
DEL CONSEJO DE
ESTADO U ÓRGANO
CONSULTIVO DE LA
CC.AA.
TRES
MESES
ANTES DE QUE
TRANSCURRAN 4 AÑOS
DESDE QUE SE DICTÓ.
AUDIENCIA A TODOS LOS
INTERESADOS
TRES
MESES
NO CONSTITUYA
DISPENSA O EXENCIÓN
NO PERMITIDA EN LEYES.
REVOCACIÓN
RECTIFICACIÓN
ACTOS DE GRAVAMEN
O DESFAVORABLES
CUALQUIER ACTO
NO SEA CONTRARIA AL
PRINCIPIO DE IGUALDAD,
AL INTERÉS PÚBLICO O
AL ORDENAMIENTO
JURÍDICO.
SÓLO RECTIFICAR
ERRORES MATERIALES,
DE HECHO O
ARITMÉTICOS
NO
HAY
NO
HAY
1.4. LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS.
Los recursos administrativos constituyen una garantía para los ciudadanos pues
permiten impugnar aquellos actos que les afecten y que puedan adolecer de
ilegalidad. Para muchos autores los recursos también son un privilegio para la propia
Administración pues la permite conocer previamente de las impugnaciones contra sus
actos y en su caso, estimar el recurso y eliminar el acto ilegal.
Además la obligatoriedad de interponer recursos con carácter previo para acudir a la
vía judicial y los plazos fugaces en los que ha de interponerse, constituyen ventajas
añadidas para la Administración.
En estos casos, son los interesados lo que se “quejan” ante la Administración de la
ilegalidad de un acto y piden que lo revise, y si se demuestra que efectivamente es
ilegal, lo modifique o lo declare nulo. La Ley 30/1992, de 26 de noviembre, recoge tres
tipos de recursos diferentes: el recurso de alzada, el recurso de reposición y el
recurso de revisión.
1.4.1. El recurso de alzada.(art. 114)
El recurso más habitual es el llamado recurso de alzada y supone que cuando no
estamos de acuerdo con una resolución de la Administración acudimos al superior
del que dictó el acto para que lo revise y, si procede, estime nuestro recurso y
resuelva accediendo a nuestra pretensión. Es, en definitiva, un recurso jerárquico que
permite al órgano superior corregir, si es el caso, la actuación del inferior.
Este recurso procede contra aquellas resoluciones y determinados actos de trámite
cualificados exigiéndose que no pongan fin a la vía administrativa.
El recurso podrá interponerse, es decir que podrá presentarse, ante el órgano que
dictó el acto que se impugna o ante el competente para resolverlo y será resuelto en
todo caso por el superior jerárquico del que dictó el acto, de ahí su denominación
de recurso de alzada.
El plazo para la interposición del recurso de alzada será de un mes, si el acto fuera
expreso. Si el acto fuera presunto el plazo será de tres meses y se contará, para el
solicitante y otros posibles interesados, a partir del día siguiente a aquel en que, de
acuerdo con su normativa específica, se produzcan los efectos del silencio
administrativo. Transcurridos dichos plazos sin haberse interpuesto el recurso, la
resolución será firme a todos los efectos.
El plazo máximo que tiene la Administración para resolver el recurso y dictar y notificar
la resolución será de tres meses. Transcurrido este plazo sin que recaiga resolución,
se podrá entender desestimado el recurso, salvo que el recurso se hubiera interpuesto
contra la desestimación presunta de una solicitud.
Contra la resolución de un recurso de alzada no cabrá ningún otro recurso
administrativo, salvo el recurso extraordinario de revisión.
1.4.2. El recurso potestativo de reposición. (art. 116).
Otro tipo de recurso que se caracteriza por tres notas:
1. Lo resuelve el mismo órgano que dictó el acto, no el superior como ocurría
con el recurso de alzada.
2. Tiene carácter potestativo, es decir que el interesado podrá decidir si
interpone este recurso o si directamente acude a la vía judicial. Su
interposición no es un requisito, como ocurre con el recurso de alzada para
acudir a la jurisdicción contencioso-administrativa.
3. Procede contra actos que pongan fin a la vía administrativa, a diferencia
del recurso de alzada que procedía contra actos que no pusieran fin a la vía
administrativa.
El plazo para la interposición del recurso de reposición será de un mes, si el acto
fuera expreso. Si fuera presunto el plazo será de tres meses y se contará, para el
solicitante y otros posibles interesados, a partir del día siguiente a aquel en que, de
acuerdo con su normativa específica, se produzca el acto presunto.
El plazo máximo que tiene la Administración para dictar y notificar la resolución del
recurso será de un mes.
1.4.3. Recurso extraordinario de revisión. (art. 118).
Este recurso procede contra actos firmes en vía administrativa. Se interpondrá ante el
órgano administrativo que lo dictó, que también será el competente para su resolución.
Para que pueda interponerse este recurso ha de concurrir alguna de las circunstancias
siguientes:
1. Que al dictarlos se hubiera incurrido en error de hecho, que resulte de los
propios documentos incorporados al expediente.
2. Que aparezcan documentos de valor esencial para la resolución del asunto
que, aunque sean posteriores, evidencien el error de la resolución recurrida.
3. Que en la resolución hayan influido esencialmente documentos o testimonios
declarados falsos por sentencia judicial firme, anterior o posterior a aquella
resolución.
4. Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación,
cohecho, violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya
declarado así en virtud de sentencia judicial firme.
El recurso extraordinario de revisión se interpondrá cuando se trate de la causa
primera, dentro del plazo de cuatro años siguientes a la fecha de la notificación de la
resolución impugnada. En los demás casos, el plazo será de tres meses a contar
desde el conocimiento de los documentos o desde que la sentencia judicial quedó
firme.
Transcurrido el plazo de tres meses desde la interposición del recurso extraordinario
de revisión sin haberse dictado y notificado la resolución, se entenderá desestimado,
quedando expedita la vía jurisdiccional contencioso-administrativa.
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