TEMA 1.- QUÉ ES EL SER HUMANO. LA MORALIDAD DEL SER HUMANO 1. EL SER INACABADO. A diferencia de los animales, el ser humano no tiene un repertorio de pautas o instintos que determinen su manera de actuar. Entre los animales existe una diferencia a la hora de responder ante un estímulo, entre los animales superiores e inferiores. Pero el patrón es E-R. El ser humano no está sujeto a la rigidez del comportamiento animal: puede responder de diferentes modos, porque es el ser menos programado que existe en la naturaleza: PUEDE ELEGIR. Ante un estímulo, no suele actuar de forma inmediata. Piensa, reflexiona, evalúa ventajas e inconvenientes y actúa en consecuencia. 2. LA SOCIEDAD NECESARIA. Las personas necesitan la sociedad para poder desarrollarse como seres humanos. La sociedad nos enseña las normas, los valores, las creencias y las reglas básicas para poder relacionarnos con los demás. Este aprendizaje se realiza sin darnos cuenta, a través de la familia, la escuela, lo que vemos en los medios de comunicación, los amigos… las normas y los valores sociales se vuelven tan familiares que, mientras no pensamos en ellos, pasan completamente inadvertidos: se convierten en nuestra segunda naturaleza. 3. LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD. En los animales la respuesta ante un estímulo es consecuencia, en grado variable, de sus instintos. Los instintos son pautas de comportamiento hereditarias, que se dan en todos los miembros de una especie, por las que el animal reacciona siempre de manera similar ante situaciones semejantes. El ser humanos, por el contrario, como ser no programado, como ser no terminado, es libre; se realiza en continuo proceso, por medio de sus actos libres. La libertad es la capacidad de elección que media entre el estímulo y la respuesta. Ser libre significa librarse de la necesidad que gobierna en el reino de los animales. La libertad se amplía en la medida en que los conocimientos de la persona aumentan y le proporcionan nuevos elementos de juicio a la hora de elegir. Es un continuo proceso de humanización. El ser humano, porque es libre, puede ajustar o no su conducta a las pautas de comportamiento socialmente aceptadas en su comunidad. Esta libertad aplicada a su actividad social es conocida con el nombre de moralidad. La moralidad es la capacidad que tiene el ser humano para valorar y elegir determinados modos de actuación que le ayudan, tanto individual como colectivamente, a humanizarse, al tiempo que le hacen rechazar aquellas actividades, ideas y comportamientos que van en detrimento de dicha humanización. La moralidad es la base y fundamento de todos los valores, al tiempo que se considera como un elemento constitutivo de la persona. La libertad es la necesidad de tomar decisiones. Ser libre significa no poder dejar de elegir. La moralidad de la persona es consecuencia de su libertad y de su sociabilidad. El ser humano elige actuar de una u otra forma y sus acciones u omisiones repercuten en los demás miembros de la sociedad, por tanto, está obligado a responder de ellas. Moralidad y responsabilidad son, pues, cara y cruz de la misma moneda. El ser humano, en su largo proceso evolutivo, ha ido arrinconando conductas instintivas y actuando de un modo más reflexivo, producto de su aprendizaje. Así las personas: - podemos prever las consecuencias de nuestros actos - por nuestra capacidad de abstracción podemos juzgar objetos y acciones - somos creativos, tenemos capacidad para crear distintas alternativas de actuación: responsabilidad Responsabilidad: es la obligación de asumir como propias las acciones que nos pertenecen. Además la responsabilidad es también la obligación de responder a las consecuencias previsibles derivadas de nuestras acciones u omisiones que tengan repercusión social, aunque aún no hayan sucedido. LA FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD. 1. EL PROCESO DE MORALIZACIÓN. El sujeto interioriza las normas sociales y las hace propias. Etapas: * Etapa Heterónoma.- A temprana edad, el ser humano interioriza valores ajenos: unos, porque le son impuestos, incluso con castigos; otros, porque los observa e imita de los padres, de los hermanos mayores, en el colegio…El aprendizaje de modelos sociales y valores morales y su jerarquización, le vienen desde fuera: los padres, los profesores y los compañeros de juego. * Etapa Autónoma.- A partir de la adolescencia, el sujeto comienza a replantearse normas y valores adquiridos durante la niñez: empieza así a rechazar que lo programen. En esta etapa en individuo establece sus propios principios, normas y valores morales. 2. ELEMENTOS DE LA IDENTIDAD HUMANA. - El temperamento: hace referencia a las diferentes formas de comportarse que tiene un individuo ante las circunstancias del medio. - El carácter; es el conjunto de rasgos que nos definen y predisponen para actuar y responder de una determinada manera. Es nuestra manera de ser. - La conciencia Moral: es la facultad de juzgar nuestras acciones como buenas o malas, según un determinado código moral. - La Cultura: valores, normas, creencia y tradiciones de una determinada sociedad. - El cuerpo: aceptar y conocer nuestra identidad. 3. EL SER HUMANO, UN SER INTELIGENTE. La inteligencia es la capacidad de relacionar conocimientos para resolver una determinada situación. Pero el ser humano no solo es razón, también es emoción. Se habla de : - Inteligencia racional.- Capacidad para elaborar, comprender y manejar conceptos, ideas o pensamientos. - Inteligencia emocional.- Las emociones son estados de ánimo producidos por percepciones de los sentidos, ideas o recuerdos, que con frecuencia se manifiestan en gestos, actitudes u otras formas de expresión. Es la capacidad para supervisar los sentimientos y las emociones de uno mismo y de los demás, de discriminar entre ellos y de usar esta información para la orientación de la acción y el pensamiento propios. LA INTELIGENCIA SOCIAL. El ser humano, desde que viene al mundo, ya lo hace como ser social y se desarrolla en sociedad. Las sociedades humanas presentan distintos tipos de organización según la época y el lugar. Entre los humanos, por ejemplo, el reparto de trabajo que se daba en la Roma esclavista de hace dos mil años no es el mismo que encontramos en la Roma actual; hoy en día tampoco es igual la organización de la Unión Europea a la de la Unión India. Parece que poseemos una naturaleza social. Al mismo tiempo, nuestra libertad provoca que podamos vivir en sociedad de muy distintas formas. Por esta razón hace falta tener en cuenta la inteligencia social: es el conjunto de habilidades y capacidades necesarias para crear una comunidad, mantenerla y vivir dentro de ella. Entre estas habilidades encontramos la capacidad para descubrir e interpretar las emociones y estados de ánimo, o intenciones de otras personas, para expresar las nuestras y para poder influir sobre los demás. Para vivir en sociedad los seres humanos utilizan un amplio repertorio de sentimientos y emociones. Entre los que favorecen la vida social podemos destacar: la confianza, el altruismo, la compasión la solidaridad, el orgullo, la culpa, la vergüenza…. Para que funcione la sociedad, son necesarias las normas sociales. Existen distintos tipos de normas, aunque todas ellas comparten una serie de rasgos comunes. Hay normas sociales, jurídicas, religiosas, morales… LOS GRANDES INTERROGANTES DEL SER HUMANO 1. ORIGEN DE LOS INTERROGANTES. El ser humano necesita plantearse interrogantes. Hay dos grandes razones que nos llevan a plantearnos preguntas: - Poseer inteligencia. El ser humano es un ser inteligente. Nuestra inteligencia nos lleva a no contentarnos con lo que aparece inmediatamente ante nuestros sentidos, a plantearnos la razón de las cosas. Sin la capacidad de razonar, abstraer, relacionar o juzgar, el ser humano no podría haber formulado ninguna pregunta. Esta gran capacidad nos lleva a no contentarnos de una vez para siempre con las respuestas encontradas, sino replantearlas una y otra vez, en busca de soluciones satisfactorias. - No tener instintos. Al carecer de instintos, el ser humano se ve forzado a elegir, y en esas decisiones se juega la vida. Esto quiere decir que, cuando surge un problema, no le vale cualquier respuesta, sino que busca la mejor. Los grandes interrogantes son las preguntas que se plantea el ser humano en busca de una respuesta global que dé sentido a su vida: ¿quién soy yo? ¿de dónde vengo? ¿qué hay después de la muerte?... 2. RESPUESTAS DESDE LA FILOSOFÍA. A lo largo de su historia la filosofía ha tratado de responder a estos y a otros interrogantes. Aquí sería imposible hacerse un recorrido completo por las diferentes respuestas que ha dado la filosofía a través del tiempo: - Actitud conformista: consiste en no reflexionar sobre los grandes interrogantes, y conformarse con las respuestas que ofrece en entorno más inmediato. Ninguna teoría se puede enmarcar dentro de esta actitud. Solo caben dentro de ella las personas que viven ocupadas en sus cosas, sin preocuparse por buscar soluciones a problemas tan inútiles. - La actitud dogmática. Las teorías dogmáticas pretenden tener una respuesta segura e inequívoca para tales preguntas. Estas respuestas se encuentran en la creencia en la divinidad o en una naturaleza inmutable. En el caso de las teorías religiosas, Dios o un ser superior es el que da sentido a todo cuanto sucede, el que regula y justifica la vida moral. Las teorías dogmáticas no religiosas se basan en la capacidad de la razón humana para conocer la verdad y hallar las respuestas a los grandes interrogantes. - La actitud crítica. Conjunto de teorías que consideran que los grandes interrogantes del ser humano no pueden recibir una respuesta única.