En Obra - APPCU - Octubre 2011

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dencial respecto de las cláusulas en estudio,
señalamos las limitaciones que mencionan
algunos fallos nacionales (utilizamos para
ello la categorización de Fueyo Laneri):
• Que no se contravenga el orden público,
la moral o las buenas costumbres
• Que el incumplimiento no se genere en
conductas dolosas o de culpa grave
• Que no se atente contra el principio general
de la buena fe
• Que no se pacte contra prohibición expresa de la ley
• Que no se limite en el campo de los derechos irrenunciables
• Que no se configure un incumplimiento
potestativo y voluntario del deudor
• Que no se atente contra la legítima libertad contractual
• Que la cláusula tenga validez entre las
partes
Si bien estamos inicialmente de acuerdo
con el elenco de limitaciones que presenta
la jurisprudencia, creemos que se puede dar
un paso más en materia de limitación de la
responsabilidad: relativizar la ineficacia de
las cláusulas que exoneran la responsabilidad ocurrida por culpa grave.
Hasta ahora, doctrina y jurisprudencia han
acordado -en forma prácticamente unánime- que las cláusulas pierden eficacia en
hipótesis de conductas: i) dolosas; o ii) gravemente culposas. Es coherente que dichas
cláusulas pierdan eficacia en caso de actuaciones dolosas (es decir, con intención), ya
que el artículo 1253 del Código Civil establece que “la validez y el cumplimiento de
los contratos no pueden dejarse al arbitrio
de uno de los contrayentes”. Debe tenerse
en cuenta que arbitrio refiere a intención y
por lo tanto no podría exonerarse o limitarse la responsabilidad si medió dolo, pero:
¿Cuál es el argumento para excluir la limitación de la responsabilidad ante casos de
culpa grave?
Es en este sentido la nueva interpretación
que proponemos, al señalar que en situaciones de clara negociación y libre consentimiento no existen impedimentos legales
para exonerarse de la culpa grave.
Una nueva interpretación
en materia de culpa grave
Nuestros tribunales consideran culpa grave a, la lesión en medida desacostumbradamente grande del cuidado o diligencia
debida. La mayor parte de la doctrina y
jurisprudencia asimila los efectos jurídicos
de la culpa grave al dolo. Sin embargo, no
compartimos dicha equiparación, en virtud
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de que el propio Código Civil distingue el
dolo de la culpa grave.
En este sentido, el artículo 1344 define la
culpa de la siguiente manera: “Se entiende
por culpa la falta del debido cuidado o diligencia. Puede ser grave o leve.”
En todo caso -ya sea grave o leve- se refiere
a falta de debido cuidado o diligencia, pero
nunca a intención (característica fundamental del dolo).
Al decir de Ripert, la equiparación entre culpa grave y dolo lleva a confundir la buena fe
con la mala fe y se olvida así el principio de
presunción de buena fe. Pacchioni también
sostiene que la culpa -sea leve o grave- es
siempre solo y exclusivamente falta de diligencia y representa una conducta anormal,
pero no intencional.
Por lo expuesto, en nuestra opinión, nada
impide que dos personas -físicas o jurídicaspacten la exoneración de responsabilidad
por culpa grave, siempre que el acuerdo sea
precedido de una instancia de clara negociación, donde operó el libre consentimiento
informado. Creemos que una previsión de
estas características se fundamenta en la
autonomía de la voluntad y en la libertad
contractual.
En definitiva, nuestros tribunales no deberían negar automáticamente la validez de las
cláusulas de limitación de responsabilidad
en materia de culpa grave. Es importante que
analicen los hechos en concreto, atiendan a
las circunstancias del negocio celebrado y
determinen si, efectivamente, existió consentimiento entre las partes respecto de lo
que se pactó.
Astucia a la hora de
negociar, redactar y ejecutar
el contrato
Entendemos que en situaciones de clara negociación entre dos personas debidamente
asistidas es posible la exoneración de culpa
grave. Para ello será fundamental, en primer
lugar, la redacción que se le dé a la cláusula
de limitación de responsabilidad, en la cual
cada palabra hace la diferencia.
Si bien es cierto que en muchos casos puede
resultar difícil probar que hubo culpa grave,
y no dolo, tampoco es imposible. A estos
efectos será sumamente importante probar la
conducta que asumió la parte incumplidora
antes, durante e incluso luego de acaecido
el incumplimiento.
Es recomendable entonces que en el mundo actual de los negocios, el asesoramiento
legal no solo abarque la redacción y firma
del contrato, sino también las acciones anteriores y posteriores.
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