dencial respecto de las cláusulas en estudio, señalamos las limitaciones que mencionan algunos fallos nacionales (utilizamos para ello la categorización de Fueyo Laneri): • Que no se contravenga el orden público, la moral o las buenas costumbres • Que el incumplimiento no se genere en conductas dolosas o de culpa grave • Que no se atente contra el principio general de la buena fe • Que no se pacte contra prohibición expresa de la ley • Que no se limite en el campo de los derechos irrenunciables • Que no se configure un incumplimiento potestativo y voluntario del deudor • Que no se atente contra la legítima libertad contractual • Que la cláusula tenga validez entre las partes Si bien estamos inicialmente de acuerdo con el elenco de limitaciones que presenta la jurisprudencia, creemos que se puede dar un paso más en materia de limitación de la responsabilidad: relativizar la ineficacia de las cláusulas que exoneran la responsabilidad ocurrida por culpa grave. Hasta ahora, doctrina y jurisprudencia han acordado -en forma prácticamente unánime- que las cláusulas pierden eficacia en hipótesis de conductas: i) dolosas; o ii) gravemente culposas. Es coherente que dichas cláusulas pierdan eficacia en caso de actuaciones dolosas (es decir, con intención), ya que el artículo 1253 del Código Civil establece que “la validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contrayentes”. Debe tenerse en cuenta que arbitrio refiere a intención y por lo tanto no podría exonerarse o limitarse la responsabilidad si medió dolo, pero: ¿Cuál es el argumento para excluir la limitación de la responsabilidad ante casos de culpa grave? Es en este sentido la nueva interpretación que proponemos, al señalar que en situaciones de clara negociación y libre consentimiento no existen impedimentos legales para exonerarse de la culpa grave. Una nueva interpretación en materia de culpa grave Nuestros tribunales consideran culpa grave a, la lesión en medida desacostumbradamente grande del cuidado o diligencia debida. La mayor parte de la doctrina y jurisprudencia asimila los efectos jurídicos de la culpa grave al dolo. Sin embargo, no compartimos dicha equiparación, en virtud 44 I EN OBRA I SETIEMBRE - OCTUBRE 2011 de que el propio Código Civil distingue el dolo de la culpa grave. En este sentido, el artículo 1344 define la culpa de la siguiente manera: “Se entiende por culpa la falta del debido cuidado o diligencia. Puede ser grave o leve.” En todo caso -ya sea grave o leve- se refiere a falta de debido cuidado o diligencia, pero nunca a intención (característica fundamental del dolo). Al decir de Ripert, la equiparación entre culpa grave y dolo lleva a confundir la buena fe con la mala fe y se olvida así el principio de presunción de buena fe. Pacchioni también sostiene que la culpa -sea leve o grave- es siempre solo y exclusivamente falta de diligencia y representa una conducta anormal, pero no intencional. Por lo expuesto, en nuestra opinión, nada impide que dos personas -físicas o jurídicaspacten la exoneración de responsabilidad por culpa grave, siempre que el acuerdo sea precedido de una instancia de clara negociación, donde operó el libre consentimiento informado. Creemos que una previsión de estas características se fundamenta en la autonomía de la voluntad y en la libertad contractual. En definitiva, nuestros tribunales no deberían negar automáticamente la validez de las cláusulas de limitación de responsabilidad en materia de culpa grave. Es importante que analicen los hechos en concreto, atiendan a las circunstancias del negocio celebrado y determinen si, efectivamente, existió consentimiento entre las partes respecto de lo que se pactó. Astucia a la hora de negociar, redactar y ejecutar el contrato Entendemos que en situaciones de clara negociación entre dos personas debidamente asistidas es posible la exoneración de culpa grave. Para ello será fundamental, en primer lugar, la redacción que se le dé a la cláusula de limitación de responsabilidad, en la cual cada palabra hace la diferencia. Si bien es cierto que en muchos casos puede resultar difícil probar que hubo culpa grave, y no dolo, tampoco es imposible. A estos efectos será sumamente importante probar la conducta que asumió la parte incumplidora antes, durante e incluso luego de acaecido el incumplimiento. Es recomendable entonces que en el mundo actual de los negocios, el asesoramiento legal no solo abarque la redacción y firma del contrato, sino también las acciones anteriores y posteriores. SETIEMBRE - OCTUBRE 2011 I EN OBRA I 45