PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG 1 «VIVIENDA Y SUPRESIÓN DE BARRERAS ARQUITECTÓNICAS» Andrés DOMÍNGUEZ LUELMO Catedrático de Derecho civil Universidad de Valladolid SUMARIO: I. PLANTEAMIENTO GENERAL. II. NORMATIVA SOBRE PROPIEDAD HORIZONTAL. III. LA LEY 15/1995, DE 30 DE MAYO, DE LÍMITES DEL DOMINIO SOBRE INMUEBLES PARA ELIMINAR BARRERAS ARQUITECTÓNICAS A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. IV. LA LEY 29/1994, DE 24 NOVIEMBRE, DE ARRENDAMIENTOS URBANOS. I. PLANTEAMIENTO GENERAL Se pretende abordar la problemática jurídica que plantea el disfrute de la vivienda para las personas con algún tipo de discapacidad. Se afronta, pues, la supresión de barreras arquitectónicas, pero también la posibilidad de realizar en el interior de la vivienda obras o actuaciones necesarias para que pueda ser utilizada de forma adecuada y acorde a la discapacidad, por parte del usuario de la misma. Son tres las situaciones en que se puede encontrar el afectado, que darán lugar a la aplicación de una normativa diferente: 1) La Ley 49/1960, de 21 de julio, de Propiedad Horizontal (LPH). A esta normativa habrá que estar en cuanto a las obras que el propietario puede realizar en el interior de su vivienda y, especialmente, las que afecten a elementos comunes (en este caso, con independencia de que quien habita el inmueble sea propietario o tenga la posesión de una vivienda o local por un título diferente (v.gr., arrendamiento) 2) La Ley 15/1995, de 30 de mayo, de límites del dominio sobre inmuebles para eliminar barreras arquitectónicas a las personas con discapacidad. Aunque sea más ventajoso el régimen de la LPH, se puede acudir a este régimen cuando no se obtengan las mayorías correspondientes. Esta Ley se aplica a dos supuestos diferentes: a) Obras de adecuación de fincas urbanas ocupadas por personas con discapacidad que impliquen reformas en su interior, exclusivamente cuando están destinadas a usos distintos del de la vivienda (si el uso es el de vivienda, se aplica la legislación especial sobre arrendamientos urbanos y, en su caso, rústicos). b) Modificación de elementos comunes del edificio que sirvan de paso necesario entre la finca urbana y la vía pública, tales como escaleras, ascensores, pasillos, portales o cualquier otro elemento arquitectónico, o las necesarias para la instalación de dispositivos electrónicos que favorezcan su comunicación con el exterior (con independencia de que el solicitante sea propietario, usufructuario, arrendatarios o usuarios de las fincas urbanas) 3) La Ley 29/1994, de 24 noviembre, de Arrendamientos Urbanos (LAU) y la Ley 49/2003, de 26 de noviembre, de Arrendamientos Rústicos (LAR). Esta normativa se aplica en los casos en que el arrendatario de una vivienda necesita realizar en su interior algún tipo de obra para acondicionarla al tipo de discapacidad que corresponda. La normativa sobre arrendamientos rústicos sólo resultará aplicable cuando, además de las tierras, se ceden a la vez edificaciones destinadas a la vivienda del arrendatario, en aquellos casos en que el aprovechamiento agrícola, pecuario o forestal sea la finalidad primordial del arrendamiento. PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG II. NORMATIVA SOBRE PROPIEDAD HORIZONTAL 2 Deben distinguirse dos regímenes diferentes: A) Obras que tienen carácter obligatorio y no requieren de acuerdo previo de la Junta de propietarios, impliquen o no modificación del título constitutivo o de los estatutos, cuando vengan impuestas por las Administraciones Públicas o hayan sido solicitadas a instancia de los propietarios. Dentro de estas actuaciones obligatorias, el art. 10.1.b) LPH se refiere a las obras y actuaciones que resulten necesarias para garantizar los ajustes razonables en materia de accesibilidad universal y, en todo caso, las requeridas a instancia de los propietarios en cuya vivienda o local vivan, trabajen o presten servicios voluntarios, personas con discapacidad, o mayores de setenta años, con el objeto de asegurarles un uso adecuado a sus necesidades de los elementos comunes, así como la instalación de rampas, ascensores u otros dispositivos mecánicos y electrónicos que favorezcan la orientación o su comunicación con el exterior, siempre que el importe repercutido anualmente de las mismas, una vez descontadas las subvenciones o ayudas públicas, no exceda de doce mensualidades ordinarias de gastos comunes. Debe aclararse que no se elimina el carácter obligatorio de estas obras por el hecho de que el resto de su coste, más allá de las citadas mensualidades, sea asumido por quienes las hayan requerido. Desde una perspectiva estrictamente jurídica deben analizarse las siguientes cuestiones: 1) Quiénes tienen a estos efectos la consideración de personas con discapacidad 2) Si es necesaria una acreditación oficial de la discapacidad, o basta con que se den las circunstancias físicas que motivan la misma. 3) Qué debe entenderse por barreas arquitectónicas a efectos de la accesibilidad universal. 4) Qué obras pueden exigirse o considerarse obligatorias al amparo de la citada accesibilidad universal. 5) Quiénes están obligados al pago y en qué cuantía B) Cuando no tienen carácter obligatorio [art. 10.1.b) LPH], la realización de obras o el establecimiento de nuevos servicios comunes que tengan por finalidad la supresión de barreras arquitectónicas que dificulten el acceso o movilidad de personas con discapacidad y, en todo caso, el establecimiento de los servicios de ascensor, incluso cuando impliquen la modificación del título constitutivo, o de los estatutos, requerirá el voto favorable de la mayoría de los propietarios, que, a su vez, representen la mayoría de las cuotas de participación (art. 17.2.LPH) La reforma de la LPH operada por la Ley 8/2013, rebaja la mayoría exigible para adoptar este tipo de acuerdos, pero plantea el problema de delimitar en qué casos las obras tienen carácter obligatorio y cuándo no. – Aparte de lo anterior, y por lo que se refiere a este tipo de obras (de manera particular, en el caso de instalación de ascensor) es preciso resolver el problema que plantea la oposición del propietario que pueda verse afectado en su propiedad, cuando la obra requerida no suponga una pérdida de habitabilidad y funcionalidad de su espacio privativo. Esta cuestión fue abordada por la STS de 10 de octubre de 2011. Según el art. 9.1.c) LPH, son obligaciones de cada propietario: «Consentir en su vivienda o local las reparaciones que exija el servicio del inmueble y permitir en él las servidumbres imprescindibles requeridas para la realización de obras, actuaciones o la creación de servicios PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO 3 ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG comunes llevadas a cabo o acordadas conforme a lo establecido en la presente Ley, teniendo derecho a que la comunidad le resarza de los daños y perjuicios ocasionados». En muchos casos no se trata propiamente de una servidumbre, sino de una expropiación. Varias leyes autonómicas facilitaron la posibilidad de una expropiación (sin interés público, expropiando la Administración en beneficio de una comunidad de propietarios). • Ley 2/2006, de 30 de junio, de Suelo y Urbanismo (País Vasco): art. 177.j) • Ley 9/2010, de 30 de agosto, del Derecho a la Vivienda (Castilla y León): art. 17. • Ley Foral 10/2010, de 10 de mayo, de Derecho a la Vivienda (Navarra): art. 55 En todos los casos se dispone que «la administración expropiante será el ayuntamiento correspondiente, y el beneficiario la comunidad de propietarios o quien ostente una mayoría suficiente para ejecutar las obras en cuestión». Algunos Ayuntamientos se acogieron a este sistema, sin respaldo de una Ley Autonómica, sobre la base del art. 111.5 de la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible. Este régimen fue derogado y sustituido por el previsto en el art. 15 de la Ley 8/2013, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, que ha sido también derogado recientemente. En la actualidad se aplica el art. 9 del Texto Refundido de la Ley del Suelo, de 30 octubre de 2015, que regula la cuestión dentro del régimen de «Participación pública y privada en las actuaciones de transformación urbanística y en las edificatorias». Con ello se pretende evitar la arbitrariedad con que se utilizaba esta posibilidad por la Administración local. A la hora de fijar la cantidad con la que debe se indemnizado el propietario que se vea privado de una parte de la vivienda o local, se puede acudir a los criterios que recoge la STS de 15 de diciembre de 2010. – Finalmente, debe analizarse la posibilidad de solicitar obras de eliminación de barreras, no en elementos que favorezcan el acceso o la comunicación con el exterior, sino elementos comunes de ocio. Es paradigmático el caso resuelto por la STS de 10 octubre 2013, en que se, en virtud de acuerdo, había denegado a un discapacitado la posibilidad de utilizar la piscina de la comunidad (elemento común) cuando la instalación del acceso, desmontable, y cuyo coste asumía por entero el solicitante, no perjudicaba al resto de propietarios. III. LA LEY 15/1995, DE 30 DE MAYO, DE LÍMITES DEL DOMINIO SOBRE INMUEBLES PARA ELIMINAR BARRERAS ARQUITECTÓNICAS A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. Cuando no sea posible solucionar los problemas de accesibilidad por ninguna de las vías estudiadas de la LPH, todavía queda la alternativa de acudir a la Ley 15/1995, de 30 de mayo. Del ámbito de esta Ley se excluyen por el art. 2.3 las obras de adecuación del interior de las viviendas instadas por los arrendatarios de las mismas que tengan la condición de minusválidos o que convivan con personas que ostenten dicha condición, por cuanto vienen reguladas por el art. 24 de la LAU. Se excluyen los arrendatarios de vivienda, pero sólo en lo que se refiere a las obras a realizar en el interior de la vivienda arrendada, y siempre que se trate de arrendamientos sometidos al régimen especial previsto en la LAU, cuya regulación se considera más beneficiosa. Se pueden someter, en cambio, a la Ley 15/1995 los arrendatarios de locales La Ley 15/1995 es aplicable en todo caso respecto a elementos comunes del edificio PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG Se regulan dos procedimientos: uno extrajudicial y otro judicial. 4 Los gastos que originen las obras para la adecuación de la finca urbana o de sus elementos comunes deben ser pagados por el solicitante. IV. LA LEY 29/1994, DE 24 NOVIEMBRE, DE ARRENDAMIENTOS URBANOS Su art. 24 se refiere a las obras a realizar en el interior de la vivienda arrendada PATRA acondicionarla a la discapacidad del arrendatario. Se deben analizar las siguientes cuestiones: a) Qué obras se pueden realizar b) A quién le corresponde la reparación y conservación de las obras hechas por el arrendatario. c) La obligación de notificar esas obras con carácter previo y por escrito al arrendador. d) La obligación, al término del contrato, de reponer la vivienda al estado anterior, si así lo exige el arrendador (art. 24.2 LAU y 21.2.LAR).