Nº 196 Venado Tuerto, 18 de Noviembre de 2009.Y VISTOS: El Expte. Nº 193/2009 “R., H. E. s/ TENTATIVA DE HOMICIDIO DOBLEMENTE CALIFICADO”; Y CONSIDERANDO: I) Contra el Auto de Procesamiento dictado en la Resolución Nº 389 del 1 de Octubre de 2009, dictado por el Sr. Juez en lo Penal de Instrucción en suplencia, Dr. Jorge Gastonjáuregui, a H. E. R. con demás datos de identidad obrantes en autos, como presunto autor responsable del delito de Tentativa de Homicidio doblemente calificado, arts. 41 bis, 42 y 80 inc. 9º, todos del Código Penal; interpuso recurso de apelación el Dr. Luis Tomasevich a fs. 198, el que fue concedido a fs. 205. 1) El Dr. Luis Tomasevich, Defensor Técnico de H. E. R., manifiesta que lo agravia que el A-quo no haya aplicado una figura penal más benigna y que no haya aplicado el principio de “in dubio pro reo”. Cita doctrina. Se queja también de que, de la interpretación de los elementos reunidos en autos, se haya escogido la presunción de dolo eventual en el grado de probabilidad en esta etapa procesal. Manifiesta que el A Quo no tuvo en cuenta lo expresado por su defendido en la declaración indagatoria, ni los fundamentos esbozados en el pedido de modificación legal de la imputación. Sostiene que la tentativa no admite el dolo eventual, porque el mismo resulta incompatible con lo establecido con el art. 42 del C.P que establece la finalidad de cometer un delito determinado y no la previsión de un posible resultado, tal como surge de la naturaleza de dicha clase de dolo. Cita diversos doctrinarios y efectúa consideraciones respecto a los dichos de los mismos, agrega que el Magistrado optó por la posición más gravosa a su pupilo. También menciona diversa jurisprudencia, la que analiza. Destaca la inexistencia de todo tipo de dolo. Afirma que estamos ante un delito de lesiones graves culposas y que corresponde descartar la posibilidad de matar y la aceptación por parte del autor. Expresa que también podría tratarse de un desistimiento voluntario de una tentativa inacabada, ya que su pupilo fue quién renunció o abandonó voluntariamente a continuar ejecutando el hecho. Agrega que su defendido interrumpió el curso ejecutivo. Señala que en autos se debió aplicar el art. 43 del Código Penal, imputándose el delito que realmente se consumó que son lesiones graves culposas. Hace argumentaciones al respecto. Referido a la mecánica de los hechos, dice que está rotundamente demostrado que a R., junto a Romero, les cupo la función de trasladar a Urtiaga al hospital, por desperfecto de otro móvil e indicación de sus superiores. Recuerda que dicho traslado se efectuó porque Urtiaga había sido lesionado por un vehículo que lo abandonó a su suerte y que circunstancialmente le tocó a R. conducir el vehículo del Comando para realizar dicha diligencia. Dice que corresponde descartar totalmente la intención dolosa de R., ya que éste ni siquiera conocía a la víctima y fue su voluntad conducir a Urtiaga rápidamente al hospital. Descarta también las manifestaciones formuladas por R. en su declaración indagatoria, ya que según esa defensa sólo pretenden alivianar su situación procesal. Destaca que su pupilo no tenía instrucción en cuanto al manejo de la nueva pistola Taurus y que hizo todo lo posible para que se le cambiara dicha pistola, porque había advertido un defecto en la misma. Agrega que está acreditada en autos la antigüedad de su pupilo en la policía y la escasa instrucción del mismo en el manejo de armas. Se queja de la pericia que se realizó a la citada arma por cuanto no se peritó de una forma mecánica adecuada. Menciona que, pese a ello, el perito sostuvo -a fs. 5 de la pericia- que el sistema de seguro tiene un comportamiento defectuoso. Señala que a R. se le disparó el arma por un acto negligente, por un lado, y por vicios propios de la misma, cuando pretendía asustar al borracho que venía gritando y golpeando el móvil. Hace referencia a distintos testimonios que permiten, de alguna forma, realizar una reconstrucción histórica de los acontecimientos, antes y después del hecho y que dan cuenta que a R. se le escapó el tiro que luego se comunicó a la central, que pidió apoyo y se condujo rápidamente hacia el hospital. Concluye que la calificación legal efectuada por el Aquo no es correcta y corresponde encuadrar la conducta de H. E. R. en el delito de Lesiones Graves Culposas. Solicita, en definitiva, y por los argumentos expuestos, que se revoque el auto de procesamiento dictado y se adecue la conducta del imputado en la figura prevista en el art. 94 del C.P. 2) El Dr. Fernando Palmolelli, Fiscal de Cámaras Subrogante, afirma que existen en la causa suficientes elementos de convicción para fundar el auto de procesamiento dictado, destacando asimismo el carácter provisional de dicha resolución. Afirma que la responsabilidad penal de R. en el hecho que se le atribuye está suficientemente probabilizada. Sostiene que tanto la Doctrina como la Jurisprudencia admiten la calificación legal de Tentativa de Homicidio con Dolo Eventual, por lo que no corresponde calificar al auto de procesamiento dictado como arbitrario. Cita doctrina y jurisprudencia al respecto. Afirma que no se puede hablar de negligencia e impericia en la conducta del imputado, ni tampoco se la puede calificar bajo la figura de Lesiones Graves, ya que la pericia balística evidencia que el medio empleado por el agente policial (disparo de arma de fuego de alto calibre) como la dirección brindada al mismo, podía representar el resultado muerte y no obstante ello R. acometió con su accionar, demostrando indiferencia por el resultado. Cita el testimonio del Oficial Montanaro. Agrega que todo lo expuesto desvanece la hipótesis del disparo accidental alegado por la Defensa por dos pruebas relevantes: a) el punto 3 de las conclusiones sobre la pericia realizada al arma utilizada en el hecho, del que surge que la pistola no produce disparos si no se encuentra oprimida la cola del disparador; b) los dichos del coimputado Romero quien expresó que escuchó decir que su compañero le decía a la víctima que se callara la boca o le metería un tiro y, luego de eso oyó un disparo. Concluye que más allá del resultado de la pericia que especifica en qué lugar se encontró restos de pólvora en el móvil policial, como los diversos testimonios que refieren que a R. le gustaba jugar con su arma de modo peligroso, siendo conciente además que llevaba una bala en recámara, lo que no era reglamentario; evidencia que el accionar del imputado tuvo finalidad de matar. Solicita, en definitiva, la confirmación del procesamiento dictado. II) En la presente causa deben tratarse los agravios planteados por la Defensa de H. E. R. contra el auto de procesamiento que se le dictara tendiente a lograr que se revoque el mismo. La Defensa no cuestiona la materialidad del hecho delictivo ni su autoría, sino que su planteo tiende a lograr la modificación de la calificación legal. Sostiene, en primer término, que nuestra legislación no admite el dolo eventual en la tentativa de homicidio y que habiendo dos posiciones al respecto el Magistrado adhirió a la más grave para el acusado. Se agravia también atento a considerar que no existió dolo eventual. Es cierto lo manifestado por el Sr. Defensor al sostener, con apoyo doctrinario y jurisprudencial, que se discute si en la tentativa se admite el dolo eventual, pero ello no implica que el Juez deba aplicar la posición más benigna. El principio jurídico “In Dubio Pro Reo” es de aplicación en cuestiones de hecho y es discutido en algunas cuestiones de Derecho -el artículo 5 del actual Código de Transición y 7 de la Ley 12734 limita a la interpretación de los hechos-, pero cuando existen diversas interpretaciones no se le puede imponer al Magistrado la adhesión a alguna de ellas. El Juez tiene libertad para adherir a la interpretación que considere más ajustada a Derecho, es decir el principio jurídico mencionado no rige para ello. Por nuestra parte adherimos a la posición que permite el dolo eventual en la tentativa. En un acto de caballerosidad, el propio defensor menciona algunos doctrinarios que admiten la tentativa en el caso de dolo eventual -hace sus críticas al respecto- y el Sr. Fiscal de Cámaras cita la posición a favor de la admisión del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, posición a la que también nos adherimos -y la que consideramos innecesario repetir ya que fue incorporada al debate por el funcionario mencionado-, pues entendemos que cuando para la consumación es suficiente el dolo eventual, también lo es para la tentativa y cuando el artículo 42 del Código Penal menciona la palabra “determinado” no se refiere al dolo. Otros autores se han expresado al respecto “La tentativa es la realización de la decisión de llevar a efecto un crimen o simple delito, mediante acción que constituye un principio de ejecución del delito. En la tentativa el tipo objetivo no está completo. Por el contrario, el tipo subjetivo debe darse íntegramente, y por cierto del mismo modo como tiene que aparecer en un delito consumado. Si, por eso, para la consumación es suficiente el dolo eventual, entonces también es suficiente para la tentativa” (Hans Welzel, Derecho Penal Alemán, parte general, editorial jurídica de Chile, página 224, 11 edición del año 1992). Conforme a lo expresado anteriormente consideramos que el agravio debe ser rechazado. Se agravia la Defensa por la calificación legal escogida. Manifiesta que su pupilo sólo trasladó a Urtiaga por defecto de otro móvil. Que la víctima había sido abandonada por un vehículo que lo dejó a su suerte y que le tocó conducir ese vehículo. Que no había móvil alguno en su accionar pues no conocía a Urtiaga. Que no tenía instrucción en cuanto al manejo de la nueva arma y que hizo todo lo posible por cambiarla. Que la misma no fue peritada de manera correcta y que el sistema de seguro es defectuoso. Que el arma se disparó por acto negligente y vicios propios de la misma cuando intentó asustar a Urtiaga debido a que gritaba y golpeaba el móvil. Que existen testimonios de que se le escapó el tiro. Previo al análisis del agravio de la Defensa corresponde aclarar que para el dictado del auto de procesamiento no es necesario arribar al grado de certeza sobre la materialidad de hecho, la autoría del mismo e inclusive para la calificación legal, pues es suficiente con llegar al grado de probabilidad. Reiteradamente este Cuerpo hace suyos los conceptos de Clariá Olmedo cuando dice (Derecho Procesal Penal, T. II, páginas. 502 y sgtes.; Ed. Rubinzal y Culzoni, 1998) “el procesamiento es una declaración del instructor acerca de la probable culpabilidad del imputado en un concreto hecho delictuoso, por lo cual puede ser llevado a juicio”. Además, en abundantes fallos jurisprudenciales, se ha sostenido “basta la convicción de que se cometió un delito en el cual el imputado pudo tener responsabilidad en el mismo para que proceda el auto de procesamiento” (C. Penal, S. Fe, Sala II; Z; 33,J-83 -Iturralde, Büsser y Chiappini, Código Procesal Penal de Santa Fe Comentado, Tomo II, página 146, Editorial Rubinzal-Culzoni, Edición del año 1988) “La probabilidad de existencia de un hecho típico es la base de toda medida procesal tendiente a determinar la vigencia de un procesamiento” (C. Penal, S.Fe, Sala 1º A; Juris 46, 37 Iturralde, Büsser y Chiappini, obra tomo y páginas mencionadas). Entendemos que pudo ser cierto lo manifestado por la Defensa al decir que los policías sólo trasladaban a Urtiaga por desperfecto de otro móvil policial. Que había sido abandonado por otro vehículo que lo había lesionado. Que a R. le tocó conducir y que no conocía a Urtiaga, pero estos datos no son demostrativo de que el imputado no haya accionado con dolo -directo o eventual- en el presente caso, ni siquiera sirven para introducir dudas al respecto, por lo menos para este estado procesal. Debe tenerse en cuenta que H. E. R. efectuó el disparo desde muy cerca, dirigiendo el arma hacia la cara de Urtiaga y con una pistola de alto calibre por lo que era imposible que el proyectil no impactara en la víctima y que no le causara heridas de gran consideración que la pondrían en inminente peligro de muerte. También es de considerar que, según la pericia del arma disparada -glosada por cuerda a autos-, la pistola tenía buen estado de conservación según el examen externo -fs. 17-. Probada el arma en vacío se constató que la misma tenía un funcionamiento normal, aunque agrega el perito “que el desconector o decocker, (...) al accionarse hacia la palanca se produce la correcta desconexión del martillo percutor, pero al soltar la misma, el muelle interno la eleva “pasándola” de su posición intermedia y colocándola en seguro” (textual) y en las conclusiones acota “que el comportamiento defectuoso no acarrea la producción de disparos indeseados” (textual), de lo que se deduce que existe una irregularidad, pero ello no significa que el arma se dispare sola o que sea “celosa”. Si bien la Defensa menciona que la pericia es defectuosa, no menciona cuales son esos defectos, lo que podrá hacer en los alegatos de apertura -ya que por la calificación el juzgamiento debe ser realizado de un modo oral, conforme a lo establecido en el artículo 5 inc. 1º de la Ley 12912, la que no distingue entre delito tentado y delito consumado, salvo posterior modificación del encuadramiento normativo por parte del Ministerio Pùblico Fiscal al corrérsele traslado (Art. 369 del C.P.P.) para requisitoria de elevación a juicio- e inclusive podrá solicitar la renovación de la pericia o la realización de otra distinta, pero en esta etapa procesal es plenamente válida e importante. Teniendo presente lo manifestado en el párrafo que precede consideramos que hubo dolo al efectuarse el disparo - por lo menos eventual- pues apuntó con el arma a la cara de la víctima y desde muy cerca y teniendo presente las características de la pistola, la que no se dispara sin apretar el gatillo, entendemos que el mismo fue accionado por el encausado y es ilógico pensar que un policía no prevea que el arma se podía disparar. Es correcto lo manifestado por la Defensa sobre la escasa instrucción y poca practica que poseen los policías, máxime en el caso del acusado quien llevaba poco tiempo en la institución, pero sin dudas que mínimamente todo policía recibe instrucción teórica y práctica sobre el uso de una pistola, la saben manejar y saben lo riesgosa que son. Lo expuesto se confirma con el testimonio de Gustavo Ariel Cagrandi, instructor de tiro de la policía, de fs. 141. Perjudica al imputado el testimonio de Dante Nicolás Romero -policía que se encontraba junto a la víctima y el victimario arriba del móvil en el momento del hecho- quien sostuvo que le dijo al acusado que dejara de jugar con el arma y amenazar a Urtiaga -le decía te voy a matar “Chaqui” y le apoyaba el arma en la panza-, que lo iba terminar matando. Es cierto que H. R. colaboró, luego del hecho, con el traslado de la víctima hasta el hospital, pero el hecho de no volver a disparar pudo ser para no agravar su situación, por lo que no hubo desistimiento voluntario. Además, el testigo Romero afirmó que R. le propuso deshacerse de la víctima, a lo que él se opuso. Conforme a todo lo manifestado consideramos que son correctas las argumentaciones realizadas por el A Quo en el sentido que H. E. R. accionó, por lo menos, con dolo eventual y por lo tanto debe confirmarse la resolución en cuanto fue motivo de apelación. La Calificación Legal escogida por el Magistrado de Tentativa de Homicidio Doblemente Calificado -artículos 41 bis, 42, 45 y 80 inc. 9no. todos del Código Penal- ha sido correcta por lo menos para el dictado del auto de procesamiento. Debe tenerse presente además lo señalado respecto al juzgamiento oral obligatorio en caso de que el actor penal mantenga tal calificación legal. Por lo expuesto, la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Venado Tuerto; RESUELVE: 1) Confirmar el procesamiento de H. E. R., como probable autor del delito de TENTATIVA DE HOMICIDIO DOBLEMENTE CALIFICADO -artículos 41 bis, 42, 45 y 80 inc. 9 todos del Código Penal-.2) Tener presente lo señalado precedentemente respecto al juzgamiento oral obligatorio (Art. 5, inc. 1º Ley 12912).Insértese, hágase saber y bajen. Fdo: Dres. Fernando Vidal, Tomás Orso y Héctor López (Art. 26 L.O.P.J.): Vocales de Cámara y Dr. Sergio Fenice: Secretario.-