BOLETÍN MENSUAL • OCTUBRE 2015 • Nº 52 ACEPRENSA TENDENCIAS VISÍTANOS EN www.aceprensa.com SUMARIO 02 01 DE FONDO FAMILIA DE LIBROS 03 DE CINE – Pantalla sobre pantalla FICCIÓN / ENSAYO – Almas muertas – La señorita Pym dispone – Una pasión rusa CARTELERA – Everest – Francisco. El padre Jorge – El corredor del laberinto: Las pruebas EDUCACIÓN ENIL ENIL INFANTIL Y JUVENIL CINE EN DVD – Combinar trabajo con estudio, un buen entrenamiento para los jóvenes – Una vida mágica – La casa del tejado rojo 04 DE OCIO VIDEOJUEGOS – Pac-Man 256 – Shovel Knight DE FONDO FAMILIA PANTALLA SOBRE PANTALLA por Pilar Guembe y Carlos Goñi La proliferación de pantallas en el comedor familiar o el aula puede favorecer el aislamiento y la distracción. Además, la actividad intelectual se resiente si siempre se lleva a cabo a través de un dispositivo tecnológico. Al poner la tablet sobre la mesa no sólo hemos obrado una adición, dice el filósofo Fabrice Hadjadj, sino también una sustitución. La mesa familiar es, por excelencia, el lugar del reencuentro, de la hospitalidad, de la urbanidad, mientras que la tablet electrónica nos aísla, nos disloca y maleduca. La fuerza centrífuga de esta sustituye a la fuerza centrípeta de aquella. Hemos colocado también la tablet sobre el pupitre y estamos consiguiendo un efecto similar: como ya advirtió el economista y premio Nobel, Herbert A. Simon, en una conferencia de 1969 (nadie soñaba entonces con ordenadores personales ni mucho menos con Internet), “la información se come la atención de sus receptores”, es decir, una avalan- cha de información producirá una ola de falta de atención. Es lo que nos está pasando: por efecto de las nuevas tecnologías, estamos sufriendo una dispersión tanto externa como interna. La externa, por ser más evidente, no es tan preocupante como la interna. Esta última, la dispersión interna, nos alarma porque está cambiando la estructura profunda de nuestro pensamiento, nuestra forma de pensar. El hecho de que nuestra actividad intelectual se desarrolle casi exclusivamente ante una pantalla ha de tener por fuerza alguna repercusión en la forma de comprender la realidad y de argumentar racionalmente. Como explica Hadjadj, el libro (aquel objeto que solía estar en las manos o sobre los pupitres en lugar del móvil, la tablet o el portátil) favorece el desarrollo del pensamiento causal, ya que provoca una lectura lineal y requiere concentración. La pantalla, sin embargo, exige una visión fractal y favorece la dispersión. El orden lineal de la lectura de un libro supone, si no subordinación, como mínimo coordinación sintáctica; en cambio, la visión de una pantalla, al ser fragmentaria, da lugar a la mera yuxtaposición. La diferencia no es baladí porque, si nos movemos pantalla sobre pantalla, estamos eliminando los conectores y perdiendo las relaciones, por ejemplo, de causa y efecto, tan necesarias para argumentar racionalmente o entender la realidad. Las pantallas sustituyen la búsqueda de las causas por ACEPRENSA OCTUBRE 2015 la acumulación de información, con lo que puede resultar que uno haya “leído” mucho y no sepa nada, porque, en el fondo, lo que hacemos no es leer sino saltar con la vista de aquí para allá. En tales circunstancias los nexos causales no aparecen, a lo sumo percibimos un conglomerado de información que nos resulta difícil de organizar y de darle un sentido. El proceso de la lectura y de la comprensión profunda de lo que se lee está cambiando y se está perdiendo la lectura lineal. No estamos en contra de las pantallas, sino de montar toda nuestra actividad intelectual sobre un picoteo que sacia pero no alimenta, que engorda pero no nutre; además, no hacen falta pantallas para “leer mal”, algo que también hacemos con un libro cuando lo sometemos a una lectura mecánica o meramente consultiva. Recuperemos la Deep Reading (lectura profunda) de la que hablaba Maryanne Wolf para darle al cerebro la oportunidad de tener pensamientos más profundos de los que le vienen de fuera. Cuentan que cuando Martín Lutero se recluyó en 1522 para traducir al alemán todo el Nuevo Testamento en tan solo once semanas; solo el diablo intentó distraerlo. Según la leyenda, Lutero le arrojó el tintero y siguió trabajando. No se trata de arrojarle el tintero al diablo, pero sí de saber recluirnos, de vez en cuanto, a leer sin prisas y sin pantallas. EDUCACIÓN COMBINAR TRABAJO CON ESTUDIO, UN BUEN ENTRENAMIENTO PARA LOS JÓVENES por Pablo Alzola Cada vez son más los jóvenes que combinan sus estudios con algún tipo de trabajo. En muchos casos, la experiencia laboral adquirida durante los años de estudio resulta de gran utilidad, ya que permite adquirir competencias que facilitan después el acceso al empleo. Una reciente publicación de la OCDE informa sobre el porcentaje de jóvenes que compaginan estudio y trabajo, arrojando luz sobre su situación laboral en relación con algunos condicionantes socioculturales. Título frente a experiencia Según Quintini, la cultura laboral de cada país condiciona fuertemente a los jóvenes que buscan compaginar estudio y trabajo. En Europa continental, donde la “cultura del título oficial” está muy arraigada, gran parte de los estudiantes que trabajan lo hacen en programas de formación profesional o en puestos de aprendiz, específicamente orientados a su futuro campo laboral. Los empresarios siguen el mismo criterio al ofrecer trabajo en prácticas. Así, de los estudiantes que trabajan, en Francia y Alemania la mitad son aprendices, mientras que en Austria e Italia son el 40%, y más del 20% en otros países (Dinamarca, Bélgica, Holanda, España). Otro importante contingente son alumnos de formación profesional: por ejemplo, más de uno de cada cinco en Dinamarca, Noruega, Polonia o la República Checa. Por otro lado, las altas tasas de desempleo juvenil en la Unión Europea –un 20,7% según datos publicados a comienzos de junio por Eurostat– han llevado a que los gobiernos promuevan cada vez más este tipo de programas. La tradición laboral de los países anglosajones y otros es muy diferente. Podría decirse que aquí prima la experiencia sobre el título oficial. En esos países, los estudiantes por lo general no buscan puestos de prácticas donde aprender un oficio, sino trabajos remunerados de cualquier tipo, sin relación con sus estudios, habitualmente en horarios de tarde, en fin de semana o en verano. Es el caso de más del 90% de los estudiantes con trabajo en el Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Corea y Suecia. Esta publicación –a cargo de la economista Glenda Quintini– parte de datos sobre los 23 países participantes en la Encuesta de Competencias para Adultos (PIAAC), elaborada por la propia OCDE. A grandes rasgos, la encuesta estima que un 39% de los Un trabajo moderado estudiantes de 16 a 29 años trabajaayuda al estudiante ron en 2012. No obstante, este porcentaje resulta poco representativo, a desarrollar “un pues oscila entre el 15% de Italia y el mayor sentido de 60% de Holanda. A grandes rasgos, la responsabilidad, los jóvenes de países anglosajones una conciencia ética son más propensos a combinar estudio y trabajo, mientras que esta cosdel trabajo y una tumbre es menos frecuente en países mayor disciplina” europeos como Italia, Bélgica o la República Checa, donde menos del 20% de los estudiantes trabajan. Influencia de las leyes laborales La OCDE indica que los mercados laborales flexibles –donde la ley facilita tanto la contratación como el despido, así como el trabajo a media jornada– son un entorno favorable para compaginar estudio y trabajo. Las legislaciones que hacen hincapié en la protección del empleo y dificultan los contratos temporales ACEPRENSA OCTUBRE 2015 tienden a reducir el empleo entre los estudiantes, fuera de las prácticas para alumnos de formación profesional. En cambio, en los países anglosajones, donde abunda más el trabajo a jornada parcial o por horas, hay mayor proporción de estudiantes con trabajo. Común entre universitarios En términos generales, los jóvenes que cursan estudios universitarios de grado o posgrado son los que compaginan con más frecuencia estudio y trabajo. En muchos casos, lo hacen para costearse los estudios. Sin embargo, los países donde la combinación de estudio y trabajo es más común no son necesariamente aquellos en los que las tasas universitarias son más caras. En los países nórdicos, donde todos los estudiantes reciben una subvención pública para estudiar y los estudios universitarios son gratuitos, casi todos los estudiantes trabajan para poder emanciparse de sus padres. En general, los trabajos más frecuentes entre universitarios no son prácticas, sino ocupaciones sin relación con los estudios. La OCDE señala que, tanto en la enseñanza secundaria como en la universidad, los estudiantes más propensos a compaginar estudio y trabajo son los de áreas como salud y medio ambiente, magisterio, humanidades o idiomas. Otro dato interesante es que, a pesar de los estereotipos que relacionan la formación profesional o el aprendizaje con los varones, los dos sexos están representados más o menos por igual entre los estudiantes que trabajan. La OCDE señala que compaginar estudio y trabajo suele tener consecuencias positivas, aunque no siempre. El inconveniente es que puede retrasar la graduación o tener un impacto negativo en las notas. Esto es más frecuente en los alumnos de últimos cursos de secundaria que en los universitarios. Entre los primeros, muchos de los que prueban un empleo, luego pierden el interés por las materias escolares y abandonan los estudios para trabajar a tiempo completo. Por otra parte, las investigaciones indican que un trabajo moderado –ya sean prácticas, trabajos de verano o empleos de no más de 15 horas semanales durante el curso– no suele dificultar el rendimiento académico. Al contrario, ayuda al estudiante “a desarrollar competencias vitales, tales como un mayor sentido de la responsabilidad, una conciencia ética del trabajo y una mayor disciplina”, sostiene el estudio de Quintini. DE LIBROS LITERATURA ALMAS MUERTAS Nikolái Gógol Cátedra. Madrid (2015). 424 págs. 20,60 €. Traducción: Alfredo Hermosillo. Tras una de las presentaciones más afiladas y mordaces de la historia de la literatura, Chíchikov revela las intenciones que lo mueven en sus andanzas por las provincias rusas: “Me propongo adquirir muertos que, en el padrón, figuren todavía como vivos”. Almas muertas, la cumbre narrativa de Nikolái Gógol (1809-1852), parte de una idea extraordinaria para armar un lienzo en el que cabe todo: el retrato de un hombre –el estafador Pável Ivánovich Chíchikov– y el de un país, Rusia, objetos de una sátira de miras “regeneracionistas”. Capítulo a capítulo, Gógol pone en solfa a terratenientes ignorantes, funcionarios corruptos y damas sin atributos, con la mácula polimorfa de sus vicios: la codicia, la tacañería, la astucia carente de moral, la misantropía, la mezquindad o el cinismo. Sutil e ingenioso, el autor de El capote se luce en las descripciones de sus criaturas –“En su despacho tenía siempre un libro, con una señal en la página catorce, que estaba leyendo hacía ya dos años”–, se inmiscuye a veces en la narración para confesar sus filias y fobias o cantar a su amada Rusia, y trata de eximir finalmente a su rufianesco protagonista, porque no hay que ser tan “severo” con el prójimo. Almas muertas es, en fin, una novela francamente divertida, desopilante, más rabelesiana que cervantina, en la que un antihéroe de su tiempo vaga por las aldeas en compañía de su lacayo Petrushka y su cochero Selifán con un propósito tan retorcido como equívoco: la compra de siervos fallecidos –las “almas muertas” de un título que puede ampliarse al fondo de todos los personajes que desfilan por sus páginas– para hipotecarlos después. La novela podría leerse como una sucesión de caricaturas perfectamente ensambladas, que en su día enardecieron a la crítica más nacionalista y que al lector de hoy le arrancan risas. La estructura de los capítulos es similar: el viaje de Chíchikov en su troika, la llegada a su destino, la presentación de las fuerzas vivas de la región y las distintas reacciones que en ellas suscitan sus intrigas. Al igual que sucede en El inspector o La nariz, respectivamente su obra de teatro y su relato más reputados, subyace en Almas muertas el problema de la identidad. Chíchikov no es un canalla al uso, sino un ventajista, que acaba atrapado en su red de mentiras. Maestro del sarcasmo, Gógol ACEPRENSA OCTUBRE 2015 fue grande mientras se mordió la lengua de la compasión. Tras proyectar una segunda parte de su libro, más benévola e inocua, quemó su manuscrito en la chimenea de su residencia de Moscú, que todavía hoy puede verse por lo que costaba un alma muerta, más o menos. ALBERTO DE FRUTOS LA SEÑORITA PYM DISPONE Pym, va poniendo de manifiesto los modos de ser y comportarse de las personas con las que convive. Sus descripciones son cautelosas, agudas, y a veces tienen ramalazos de buen humor. El problema moral que, al final, se le plantea a la señorita Pym no es nada fácil. Un amigo le advierte que “a no ser que juegue usted a ser Dios, ha de saber conformarse con lo simple”, es decir, “a menos que sea usted clarividente y consiga prever las consecuencias de sus actos, es mejor seguir las normas, ¿verdad?”. LUIS DANIEL GONZÁLEZ UNA PASIÓN RUSA Josephine Tey Hoja de Lata. Gijón (2015). 319 págs. 21,90 €. Traducción: Pablo González-Nuevo. La autora fue una escritora escocesa de la que no hace mucho se ha publicado en castellano una reedición de la magnífica La hija del tiempo, un caso de investigación histórica resuelto por el inspector de Scotland Yard Alan Grant. Su verdadero nombre fue Elizabeth Mackintosh (1896-1952); Josephine Tey era su seudónimo literario. Esta novela, publicada en 1946, puede llamarse de intriga aunque no hay en ella detective alguno ni, casi, investigación. La trama se desarrolla en un internado inglés que forma futuras profesoras de materias como educación física, danza, deportes, etc. Lucy Pym, autora de un libro de psicología de gran éxito, es invitada por la directora del internado, una antigua compañera de colegio, a que dé unas charlas a las alumnas. Acepta y, por distintos motivos, su estancia se prolonga unas semanas, hasta el final de curso. En ese tiempo se hace amiga de las profesoras y de algunas chicas, y acaba en medio de un conflicto escolar que, además, termina con una extraña muerte, un misterio que, como tal, ocupa pocas páginas en el conjunto. La narradora, la misma señorita Reyes Monforte Espasa. Barcelona (2015). 600 págs. 19,90 €. La periodista y escritora Reyes Monforte ha publicado, entre otros libros, Un burka por amor (2007) –un reporte novelado sobre la historia de amor entre un hombre afgano y una española– y las novelas Amor cruel (2008), La rosa escondida (2009), La infiel (2011) y Besos de arena (2013). Su última novela, Una pasión rusa, con la que ha obtenido el XIV Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio, arranca de una placa que recuerda el nacimiento en Madrid de Lina Prokófiev (1897-1989) y sirvió a la autora como acicate para conocer la apasionada y agitada vida de una mujer que estuvo casada con el compositor ruso Serguéi Prokófiev (1891-1953) y que vivió los agitados, emocionantes y trágicos sucesos del siglo XX en Rusia. Carolina Codina era hija de un tenor catalán, Juan Codina, y de una cantante rusa de origen noble, Olga Nemivskaia. Pasó su infancia con sus abuelos maternos en Rusia, en el Cáucaso, hasta que se trasladó a vivir con sus padres a Nueva York, en 1908, donde comenzó a estudiar para dedicarse también a la música. En 1918 conoció en un concierto a Serguéi Prokófiev, de quien se enamoró. En 1919 viajó a París para seguir al lado de Prokófiev, quien ya se había convertido en un músico de prestigio internacional. Se casaron en 1923, en Alemania. Lina, que aspiraba también a ser una estrella de la música, acompañó a Prokófiev en sus años parisinos, para ella los más importantes de su vida. Conoció a otros grandes músicos rusos e importantes artistas, como Rajmáninov. Fue amiga de Coco Chanel, Arthur Rubinstein, Maurice Ravel, Gertrude Stein, Hemingway, Picasso, Matisse, Raymond Radiguet, Jean Cocteau… Prokófiev había abandonado su país natal en plena Guerra Mundial, al poco de iniciarse la revolución rusa. En el exilio, siguió al tanto de lo que ocurría en su país, aunque siempre mostró poco interés por la política. Prokófiev estaba obsesionado con la música y con la fama. Tenía un carácter ensimismado, pasional y orgulloso, y aunque conocía muchas historias deplorables sobre lo acontecido en su país natal, anhelaba volver a su patria. Los servicios de propaganda soviéticos lanzaron sus redes para que viajase a la URSS, y lo consiguieron. A los pocos años, sin embargo, el matrimonio se resintió. Prokófiev, que seguía absorbido completamente por su trabajo, rompió con Lina, abandonó a sus dos hijos y se fue a vivir con Mira Mendelssohn, con quien se casó años después, en 1948. También en la década de los 40 comenzaron los problemas de Prokófiev con el régimen soviético. De rebote, Lina, que mantenía amistad con escritores polémicos – como Pasternak y Maiakovski– y con extranjeros, fue acusada de espiar para los alemanes, encarcelada en la Lubianka y condenada a veinte años de trabajos forzados en Komi, casi en el Círculo Polar Ártico. En Siberia conoció la muerte de Stalin –y la de su exmarido, ocurrida el mismo día: 5 de marzo de 1953–, y tres años más tarde fue liberada. Luego residió en Moscú hasta que en 1974 ACEPRENSA OCTUBRE 2015 consiguió salir de la URSS para instalarse en Londres, donde murió Reyes Monforte ha realizado un gran trabajo literario para reconstruir con verosimilitud la agitada y apasionante vida de Lina Prokófiev. Se ha documentado muy bien sobre el ambiente artístico de Nueva York y París, lugares donde también vivieron otros muchos exiliados rusos. Describe con soltura la espumosa vida en la capital parisina y la efervescencia por todas las manifestaciones artísticas. También resulta muy equilibrada la narración del paso de Lina por el Gulag. La novela tiene siempre como hilo conductor el mundo interior de Lina. Fue una mujer culta, exquisita, de gran belleza, que supo renun- ciar a sus pretensiones artísticas para entregarse en cuerpo y alma a Prokófiev y su música. Una pasión rusa es una novela de amor que mantiene el interés gracias al fuerte carácter de la protagonista, a los artísticos ambientes que frecuentó y a los dramáticos sucesos que tuvo que afrontar. ADOLFO TORRECILLA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL UNA VIDA MÁGICA Diana Wynne Jones Anaya. Madrid (2015). 272 págs. 8,90 €. Traducción: Elena Abós. A partir de 12 años. Nueva edición del primer libro de la serie “Los mundos de Chrestomanci”, nombre que no se refiere a una persona sino al puesto, un funcionario del gobierno británico que controla el uso de la magia en el país. En esta novela, Gwendolen DIANA WYNNE JONES Chant, una joven y presumida bruja con grandes poderes, y su hermano pequeño Eric, conocido como Gato, son recogidos por su importante tío Christopher cuando quedan huérfanos. Van a vivir a su castillo y allí asisten a clase con sus primos Roger y Julia. Entre ellos y Gwendolen estalla una terrible rivalidad a pesar de que tienen prohibido usar la magia en el castillo. Por el contrario, Gato, que no cree tener talento para la magia, va descubriendo sus posibilidades. Diana Wynne Jones (1934-2011) es una de las escritoras de fantasía con más prestigio y toda una experta en relatos que se desarrollan en mundos alternativos. Sus argumentos son complejos pero se desarrollan con claridad y, a la vez, presentan con naturalidad convincente la fusión de lo cotidiano y lo mágico. Algo parece haber tomado de su ingenio J.K. Rowling para presentar conjuros y sus efectos, y quizá Terry Pratchett le deba también algo de su afilado sarcasmo. El texto tiene una calidad literaria que se revela, entre otras cosas, en oportunas observaciones psicológicas al paso y en excelentes toques descriptivos. Pero si algo distingue las novelas de Jones de otras de fantasía es cómo, al presentar los conflictos de los chicos y chicas en unos ambientes fantásticos, consigue llevar al lector a reflexiones de más calado. Los protagonistas acaban descubriendo dentro de sí mismos cualidades que no creían tener, van recibiendo algunas lecciones sobre la forma de usarlas apropiadamente, y han de ir superando dificultades: es lo que le ocurre a Gato Chant, quizá el más atractivo de los personajes de toda la serie, inhibido por el carácter dominante de su hermana Gwendolen. LUIS DANIEL GONZÁLEZ ACEPRENSA OCTUBRE 2015 DE CINE CARTELERA EVEREST Director: Baltasar Kormákur. Guion: William Nicholson, Simon Beaufoy. Intérpretes: Jason Clarke, Josh Brolin, Jake Gyllenhaal, Keyra Knightley, Emily Watson. 121 min. Jóvenes. El 10 de mayo de 1996 es el día señalado para que una expedición organizada por Adventure Consultants, una empresa neozelandesa de alpinismo, corone el Everest. Lidera el grupo Rob Hall, dueño de la empresa y excelente montañero de 35 años. Hall ha subido cuatro veces al Everest y ha llevado a 39 personas hasta la cima. Le acompañan dos guías, siete sherpas y ocho clientes, de los cuales tres tienen experiencia de ochomiles. Los cinco restantes son buenos escaladores, casi todos con experiencia en sietemiles. El precio es de 65.000 dólares por cabeza. El director islandés Baltasar Kormákur (Contraband) cuenta un hecho real. La película se ha rodado fundamentalmente en los Alpes italianos y se ha decidido usar el 3D, que –como suele suceder–no aporta demasiado. La historia está bien contada porque los guionistas han procurado no “dramatizar” excesivamente los hechos. Ciertamente sobran, porque ni son creíbles ni ayudan al relato, algunos planos lacrimógenos del equipo del campamento base. Pero, con esa excepción, el relato es seco, impactante e inteligente, aunque solo toque de refilón el sufrimiento de las familias. Ayuda a entender que hay gente que hace estas expediciones “porque puede y porque quiere”. El resto es literatura. La película es directa y áspera, no se suelta de la cuerda, porque de lo que se trata es de contar algo que ocurre en el lugar más alto del planeta, donde un cambio en el tiempo puede llevarse por delante a los cada vez más numerosos expedicionarios, que se congregan anualmente con la intención de llegar a la cima y volver a casa con vida. ALBERTO FIJO FRANCISCO. EL PADRE JORGE Director y guionista: Beda Docampo Feijóo. Intérpretes: Darío Grandinetti, Silvia Abascal, Carlos Hipólito, Emilio Gutiérrez Caba, Marta Beláustegui. 120 min. Todos. Hay muchos elementos de interés en esta película sobre Jorge Mario Bergoglio. Me parece que los productores y el director-guionista han logrado lo que pretendían: un largometraje que pueda interesar y gustar a un público amplio, creyentes y no creyentes, jóvenes y mayores, conocedores de la vida del papa Francisco y desconocedores de su trayectoria. Una película que cuenta la historia de un cura y luego obispo que llegó a ser papa, manteniendo su personalidad, su manera de comunicar el mensaje cristiano, su forma de comportarse y de actuar en consecuencia con su amor por Jesucristo y su fidelidad a la Iglesia. Buena parte del mérito lo tiene el personaje de ficción que interpreta excelentemente la actriz española Silvia Abascal. Se trata de una periodista española que tratará a Bergoglio en el periodo que media entre los cónclaves en los que son elegidos Benedicto XVI y el propio Francisco. En esos años, 2005 a 2013, la periodista a la que su periódico encomienda que cubra un cónclave sin tener cercanía con la religión y procedente de la información política, conduce al espectador a conocer al padre Jorge. La cuidada fotografía del gran Kiko de la Rica (Blancanieves) en localizaciones de Buenos Aires, Madrid y Roma, la música de Federico Jusid y la soltura de un reparto muy bien seleccionado y dirigido convierten la película en un viaje agradable y ameno, creíble en todo momento gracias al trabajo de Darío Grandinetti, que compone a un Francisco cercano, piadoso, entregado, humilde, sencillo. Hay un detalle muy significativo (que muchos que le han tratado manifiestan) y es que Francisco ha ido dulcificando su carácter, en gran medida por su devoción a San José. Y eso está bien plasmado en la película. En la vida del actual Papa, como en la de cualquier sacerdote fiel a la Iglesia en los turbulentos años 70 y 80, ha habido de todo. Es un acierto que la película se haga eco de esas dificultades, pero sin darles una importancia que no tienen. “Tener fe no quiere decir que no tengamos dificultades en la vida, sino que somos capaces de afrontarlas sabiendo que no estamos solos”. “Qué hermoso es anunciar a todos el amor de Dios que nos salva y da sentido a nuestra vida”. Son dos pensamientos de Francisco en su cuenta de Twitter. Quien no los entienda, ni entenderá la película ni entenderá a Francisco, sucesor de un puñado de papas verdaderamente excepcionales. ALBERTO FIJO ACEPRENSA OCTUBRE 2015 EL CORREDOR DEL LABERINTO: LAS PRUEBAS Director: Wes Ball. Guion: T.S. Nowlin, basado en la novela de James Dashner. Intérpretes: Dylan O’Brien, Kaya Scodelario, Thomas Brodie-Sangster, Nathalie Emmanuel, Aidan Gillen, Katherine McNamara, Giancarlo Esposito. 131 min. Jóvenes-Adultos. (V) las razones de su encierro; todo en esa historia es enigmático. La nueva película comienza donde terminó la anterior: tras evadirse, Thomas y sus amigos consiguen llegar a unas instalaciones donde les prometen una vida normal. No tardarán en descubrir que siguen atrapados y en peligro, que son especiales y que hay poderosos que no cejarán hasta descubrir y quitarles aquello que les hace inmunes a… algo. El problema es a dónde huir, dónde conseguir ayuda si no queda nada fuera de las instalaciones en que han sido acogidos. Wes Ball, joven director que hizo del primer episodio uno de los grandes éxitos del año pasado, repite con igual fortuna o mejor. Con los mismos equipo técnico y actores cuenta una historia similar, no idéntica, y explota con habilidad las diferencias: el ritmo es todavía más trepidante, y en plena carrera se producen hallazgos y aparecen nuevos personajes; descubrimos la amenaza, la resistencia, la esperanza; sobre todo, vemos personajes de carne y hueso capaces de equivocarse y de rectificar, de grandes egoísmos y de actos heroicos. Además se plantean algunas cuestiones éticas interesantes sobre la investigación científica y sus límites, sobre el modo de justificar acciones ruines por una buena causa, y algunas más. FERNANDO GIL-DELGADO Segunda entrega de la saga El corredor del laberinto, otra trilogía de aventuras de adolescentes en un mundo futuro post-apocalíptico, al estilo de Los Juegos del Hambre o Divergente. La primera cinta sirvió para presentar a Thomas y sus amigos, atrapados en un laberinto mortal, sin saber dónde estaban ni Novelas que conforman la trilogía “El corredor del laberinto” CINE EN DVD LA CASA DEL TEJADO ROJO Director: Yoji Yamada. Guion: Yoji Yamada, Emiko Hiramatsu. Intérpretes: Takako Matsu, Haru Kuroki, Hidetaka Yoshioka, Satoshi Tsumabuki, Chieko Baisho. 137 min. Jóvenes. Yoji Yamada tiene 83 años. Lleva sesenta trabajando en la productora Shochiku, donde ha dirigido 80 películas desde su debut en 1961. “Quiero rodar para capturar la atmósfera y la esencia. Una buena película rezuma encanto y fragancia. Quiero que mis películas sean así, pero no es tarea fácil, y por eso suspiro tanto durante un rodaje”. Hermosas palabras del anciano Yamada, en correspondencia perfecta con sus logros en esta deliciosa historia, que recuerda a la excelente Kabei, nuestra madre (2008), ambientada en el mismo periodo histórico, la era Showa, previa a la Segunda Guerra Mundial. En 1936, la joven e inocente Taki sale de su aldea para trabajar como empleada doméstica de los Hirai, un matrimonio de la burguesía industrial de Tokio con un hijo de pocos años. El marido es ejecutivo de una fábrica de juguetes. Tokiko es un ama de casa a tiempo completo. Bella, delicada, elegante y sensible, en la universidad todos la admiraban. Yamada y su coguionista desde 2000 Emiko Hiramatsu han adaptado una premiada novela de Kyoko Nakajima publicada en 2010. Y el relato, como todo el cine reciente de Yamada, es una maravilla tanto en su dimensión familiar como en el retrato social que lleva a cabo. Quiere Yamada ayudar “a los que la ven a sopesar qué es lo importante y qué no lo es, al comparar el presente con el pasado descrito en la película”. Lo logra de una manera bellísima, con una prosa poética deslumbrante en su fotografía, en la puesta en escena, en las interpretaciones medidas, en la música evocadora de Joe Hisaishi. “La esperanza –dice Yamada– es algo muy tenue, es importante agarrarse a ella. Y siempre espero que ese sea el mensaje que llega a los espectadores de mi cine”. Los tres niveles narrativos de la película, que cubren un arco de 60 años, encajan de una manera conmovedora, en gran medida por el trabajo exquisito de Takako Matsu y Haru Kuroki. Esta, la más joven, se llevó el merecido premio a mejor actriz en la Berlinale. ALBERTO FIJO ACEPRENSA OCTUBRE 2015 DE OCIO VIDEOJUEGOS VIDEO VIDEOJUEGO JUEGO JUEGOS PAC-MAN 256 Género: avance infinito. Plataformas: Android, iOS. Desarrollador: Hipster Whale. Distribuidor: Bandai Namco. Edad recomendada: Todos los públicos. Idioma: español. Precio: gratuito (compras opcionales). Con motivo del 35 aniversario del personaje más popular de Namco, coloquialmente llamado “comecocos”, la empresa une fuerzas con los creadores de Crossy Road para reinventarlo en la generación móvil. El resultado: un adictivo homenaje a su legado bajo una actual y exitosa fórmula. Su título hace referencia al nivel 256 del juego original de 1980, donde la memoria de la máquina se saturaba produciendo errores gráficos sin sentido: un mar de cifras, letras y figuras. Con esa singularidad como inspiración, se funde la mecánica de Pac-Man con la de un endless runner (juego de avance infinito, como Crossy Road), dando como resultado una divertida propuesta: el pie de la pantalla avanza plagado de errores que lo succionan todo a su paso y hay que huir constantemente hacia el horizonte para salvarse. En la práctica, la idea supone que los laberintos (sin fin) se generan de forma aleatoria según se avanza, aunque ya no son tan complejos ni variados. La meta es conseguir el mayor número de puntos llegando lo más lejos posible. Durante la huida están presentes los clásicos de la franquicia Pac-Man: movimiento en cuatro direcciones, fantasmas como enemigos, posibilidad de salir por un lado y volver a entrar por el opuesto, y objetos comestibles como frutas o puntos. Hay otras novedades, siendo la principal los ítems que conceden imaginativos poderes al protagonista de forma temporal como hacerse gigante, convertirse en tornado o lanzar rayos. La pega es que consumen créditos, un recurso escaso que hay que acumular jugando o, en su defecto, pagar para conseguir. También, al estilo del sensacional Pac-Man Championship Edition DX, el comecocos acelera según va engullendo, de modo que la huida se vuelve más frenética. Por suerte, la fórmula no se resiente porque el control es simple y preciso. A esto contribuye su tecnología, porque sin ser puntero hace buen uso de las distintas plataformas y se mueve con fluidez. Se hace querer por su plano artístico, con una estética retro de colores vivos, figuras abstractas y un apartado sonoro que mezcla los entrañables sonidos de los 80 con reinterpretaciones modernas de su música electrónica. La elección de su vista isométrica no es casual: no solo permite divisar todo el mapa sino que es otro homenaje en sí misma: tanto al Crossy Road como a la disposición de Pac-Mania (1987). En definitiva, estamos ante un título asequible para todas las edades. Pac-Man 256 Es un free-to-play (juego gratuito con compras opcionales) sencillo, divertido y simpático que expone su mercadería con honestidad. Fomenta la planificación, la atención y los reflejos. ENRIQUE CANTO GAITERO SIGLAS CINE / VIDEOJUEGOS V violencia S detalles sensuales X sexo explícito D diálogos soeces SHOVEL KNIGHT Género: plataformas, acción. Plataformas: Windows, OS X, Linux, 3DS, Wii U, PS3, PS4, PS Vita, Xbox One. Desarrollador: Yatch Club Games. Distribuidor: tiendas digitales, Koch Media (versión física). PEGI: 7. Contenidos: violencia caricaturizada. Idioma: textos en castellano. Precio: 14,99 € (descarga digital), 24,95 € (versión física). Shovel Knight es un juego de plataformas de avance lateral y vertical en el que hay que sortear obstáculos, derrotar a enemigos y mejorar el equipamiento para poder avanzar. Su encanto reside en desafiantes retos y sólidas mecánicas, además de una dirección artística encantadora. Como en el noble Caballero de la Pala, el objetivo es rescatar a su amada de la torre en que se encuentra prisionera y devolver la normalidad a sus tierras. Para ello tendrá que derrotar a una malvada hechicera y a sus huestes. Dentro de las reglas hay dos especialmente ingeniosas: la primera es que hay puntos de salvado; la segunda es que no hay vidas. Aunque tenga momentos exigentes, la dificultad es asequible, gracias a los puntos de salvado y a las numerosas ranuras para guardar la partida. Es apto para casi todas las edades. Y puede inculcar valores como la perseverancia o la paciencia... y la atención en los más pequeños. ENRIQUE CANTO GAITERO ACEPRENSA Núñez de Balboa, 125, 6º A, 28006 Madrid, España, T. (+34)915158974 | SUSCRIPCIONES [email protected] | CONTACTO [email protected] DIRECTOR GENERAL Miguel A. Sánchez del Moral | REDACTOR-JEFE Rafael Serrano..| EDITA Fundación Casatejada Depósito Legal M. 35.855-1984 | ISSN 1135-6936 | Se pueden adquirir los derechos de reproducción mediante acuerdo por escrito con Aceprensa