José Luis Revista “José Luis” Editada a partir de 1969 67 José Luis Sobre el autor J. B. Woolfolk es el humorista que estaba esperando la América cansada. Genial e ingenioso nos hace pensar leyendo esta su primera revista, en las ocurrencias fantásticas de Mark Twain. A la corta edad de once años J. B. Woolfolk inventa su primer órgano de difusión al cual bautiza con el nombre de JOSÉ LUIS. Las páginas de este periodiquito genial y divertido hacen reír a los espíritus más flemáticos del desierto de Sonora (en la República Mexicana). Pronto su prosa festiva provoca el buen humor en quien la lee, al grado de que a los pocos meses de editado su primer periódico, los diaristas de su natal Hermosillo, ceden al JOSÉ LUIS un lugar dentro de sus periódicos. El filósofo De Murais escribió a propósito de J. B. Woolfok: “Está llamado a ser el Bernard Shaw de América”. Al leer la presente revista, se descubre que la profecía de De Murais ha sido esbozada en muy modestos términos. J. B. Woolfolk es sólo comparable a J. B. Woolfolk mismo. Sienta en esta obra las bases de un humorismo inexplotado, insólito y único que no podrá igualar nadie. Quien se inicie en la lectura de este volumen quedará sorprendido y extasiado y no querrá separarse de él hasta no haber llegado al final. Habrá quienes la lean una y otra vez, y en cada ocasión quedarán más cautivados de la prosa festiva de J. B. Woolfolk. Escribió: J. B. Woolfolk 68 José Luis In – Memoriam Al cumplirse un aniversario más, recordamos con profunda pena al ex compañero universitario JESUS BOJORQUEZ WOOLFOLK, quien perdiera la razón y el sano juicio no bien empezada su carrera; siendo el primer síntoma de su mala enfermedad la edición de esta revistucha. Sus ex compañeros universitarios, hombres sanos y profesionistas prósperos nos resignamos al ver que ya no tendrá nunca remedio. 69 José Luis Autobiografía de “JOSÉ LUIS” 1971 Sucedió que a los tres días de nacido me vi molesto con la persona que a cada rato tenía que cambiarme de pañales. Esa acción tan repetida en mi personita hizo que se me agotara mi infantil paciencia y me pusiera a meditar sobre como podría quitarme de encima aquello que tanto me enfadaba. Lo único que se me ocurrió, según bien recuerdo, fue editar un diario al que bauticé con el nombre de “El Popó Libre”. En él, dirigí airados ataques a todos aquellos que tenían que ver con las molestias que cotidianamente sufría. A los días de estarlo editando supe que mi periódico era famoso en toda la casa. En la sala, en el porche, en el comedor, en la cocina y, principalmente, en el baño donde se le veía por última vez. Como la lectura de mi publicación era causa de frecuentes enojos entre mis padres, mi madre optó por defenderse editando una revista semanal a la que llamó “La Nalgada”. Al primer número de esta revista, que iba en contra de todo principio periodístico, pues era evidente que trataba de soliviantar una fuerza de represión “El Popó Libre” tuvo que desaparecer y allí mismo, en mi canastilla de bebé me fueron recogidos todos los útiles con los que elaboraba mi panfleto: una docena de pañales que eran mi papel y un frasco de colirio, con todo y gotero, los cuales hacían de tintero y pluma, respectivamente. A la fecha de escribir lo presente me arrepiento de haber editado “El Popó Libre” a los tres días de nacido, pues bien lo pude haber hecho antes. Pero, las circunstancias de haber nacido en un hospital me lo impidió ya que de todos es conocida la estrecha vigilancia de las enfermeras sobre el colirio y los pañales. A ello se sumó el hecho de que me hayan tenido en un cautiverio sin consideración, pues al primer minuto de nacido, el médico, sin duda un comunista que ya estaba informado que yo venía al mundo para dedicarme al periodismo occidental, ordenó inmediatamente que me envolvieran de pies y manos y así me tuvieran como un tamal. Otros biógrafos 70 José Luis míos explican que yo no me dediqué al periodismo en el primer día de nacido porque traía los ojitos cerrados. Biógrafos más recientes contradicen esta aseveración, arguyendo que todavía los tengo así. Pero en fin, hay pasado lo que haya pasado el mundo ya no conoció los dos primeros días de mi hermosa existencia. Sin embargo, esos dos primeros días los dediqué a pensar cómo iba a ser el primer periódico, a quién iba a ir dirigido y qué nombre iba a llevar. Ya he explicado en otras ocasiones que fui yo el niño más carita de todos los que nacieron el mismo día que yo. Y no porque fuera muy bonito sino porque tenía la cara muy chiquita. Por esta razón, las visitas que llegaban a conocer al nuevo orgullo de mi madre se abrazaban de ella llorando y la consolaban dándole los más sentidos pésames. Contra esas gentes fueron enfocados mis primeros ataques. Escribía, en aquellos primeros días: “Es virtualmente insoportable la presencia de gentes extrañas que vienen a asomarse a mi cuna y que no tiene más oficio que el de estarme sacando parecido con gentes ajenas a mi hogar y a mi familia: mercaderes de diversos productos domésticos. Lo cual no estoy dispuesto a tolerar ni ahora ni cuando crezca, por ello propongo: 1. Que se haga un escrito que contenga todo lo que el visitante deba decir al contemplar mi “carita”. 2. Tal escrito debe contener cosas amables y bonitas para conmigo. 3. El referido escrito lo debo redactar yo. 4. Que debe cobrarse por ver, y 1000. Que de no cumplirse con algunos de los requisitos aquí apuntados, mañana mismo me ahorco del cordón umbilical”. Eso, más una protesta que a continuación reproduzco, constituyeron 71 José Luis la parte esencial del primer número de “El Popó Libre”. La protesta decía así: “Protesta”: Hoy me tragué el termómetro que me pusieron en la boca. Esto lo hice como protesta de que a cada rato me molestan tomándome la temperatura. Lo malo de todo fue que nadie se dio cuenta. Cuando el termómetro salió por la vía que se conoce, mi madre sólo dijo: “Ah, pues aquí se lo había puesto. Y PUM me lo volvieron a poner en la boca, sin limpiarlo. Por esto protesto”. Tiempo después, ya de grande de cuatro años, recibí el primer soborno en mi carrera periodística. Este provino de un mecánico que se vio invadido por otro que vino a plantarse mero enfrente de su taller. La edición completa estuvo dedicada a atacar al lavatuercas invasor. No encontraba qué nombre ponerle a mi nuevo periódico subvencionado hasta que pude darme cuenta, luego del primer número, que el enemigo no sabía leer. Entonces tenía que subirme a un guamúchil y desde ahí leerle en alta voz todo el contenido al enemigo. Por esta razón bauticé al nuevo periódico como “El Árbol de Leva”. Al verano siguiente “El Árbol de Leva” desapareció ya que el mecánico atacado usando una fuerza de represión inaudita tiró el guamúchil y ya no pude nunca comunicarle mis ataques. A los siete años de edad, ya bien consciente de lo que hacía y quería, vi como mis compañeritos del primer año en la primaria se sentían atemorizados por la inminente llegada de las enfermeras que habían de venir a vacunarnos contra la viruela. Ante aquel peligro que significaba el verse picado con dolorosas agujas, me puse a elaborar un boletín de alarma para incitarlos a la huida. Aquel boletín lo titulé “Al que le cai le hace roncha”. Tal publicación tuvo un éxito total en toda la escuela. A los pocos minutos de haberse editado se agotó por completo el tiraje. Se repitió en varias ediciones con el mismo éxito 72 José Luis y al rato, de otras escuelas primarias pedían aquel boletín que tanta satisfacción les producía su lectura. Nadie se vacunó aquel año. Por el peligro de la camorra, mis padres me tuvieron que cambiar de escuela, porque el año siguiente a todos los lectores de “Al que le cai le hace roncha” les dio la viruela. Tamaño desprestigio que me habían acarreado mis incursione en el periodismo me hicieron retirarme definitivamente de él. Cuando apagué el pastel con ocho velitas, el día de mi cumpleaños, pensé que estaba liquidado. Que la hora de mi retiro había llegado… pero, un día, a los once años de edad, le preparé un papel a una niña a la que quería con todo mi corazón. En el dicho papel, en forma de acordeón, le refería cuántos eran mis sufrimientos desde que no la veía pasar al mandado. Pero existía el impedimento de hacérselo llegar sin que se dieran cuenta sus padres, los cuales no aprobaban nuestro noviazgo por los constantes fracasos míos en la carrera periodística. Entonces se me ocurrió la genial idea de construir un papalote y, desde el aire, paseándolo por sobre el corral de mi amada lograría que ella se fijara en mis impresiones. De allí, de esa tarde sentimental y con mucho viento me salió de las manos el que después sería, traducido a todos los idiomas el periódico más famoso que se haya escrito jamás: “José Luis”. Por que es lo cierto que el papalote nunca lo pude hacer. Tenía yo entonces once años. No había situación que no manejara dentro de sus páginas. No había también momento alguno de mi vida que no lo hiciera partícipe dentro de las páginas de “José Luis”. Un día me propuse hacer lo siguiente: Por andar dedicado al periodismo no tuve tiempo de forjarme como niño y nunca demostré aptitudes para el deporte. Por tal razón jamás me daban juego los que promovían algún partido de beisbol. Nunca me incluían en su lainap y esto me hacía sufrir. En algunas ocasiones me tomaban en cuenta, pero éstas eran muy contadas y 73 José Luis sólo lo hacían porque yo pusiera mi manopla. Más cuando todo el equipo estaba entero y no faltaba ningún guante, entonces no se me tenía la más mínima consideración y me botaban del partido. Fue cuando se comenzó a fraguar dentro de mí un gran odio contra el deporte en general y en particular contra el beisbol. Así que usando toda la fuerza de mi poderoso periódico lancé la iniciativa siguiente: De que el gobierno debía de darles casas a los trabajadores suyos. Que debía ya de comenzar a construirles casas por todos los rumbos de la ciudad aprovechando tanto lote baldío. Al mismo tiempo señalaba como puntos inmejorables para iniciar la urbanización aquellos que eran los campos de beisbol de los compañeros que nunca me incluían en sus novenas. No tardó el gobierno, presionado por mis escritos, en comenzar la construcción de las colonias para burócratas. Cuando mis enemigos escogían otros campos, procedía yo de la misma manera y así los iba desalojando del deporte que me traumatizaba. Hasta que un día… Yo estaba regocijado y mi espíritu se rejuvenecía en la venganza. En todo mi barrio, los chicos que antes se burlaban de mí dejándome por fuera de sus juegos, ahora no encontraban donde practicar sus habilidades. Y yo, otra vez, resulté triunfador. Lo malo fue que cuando estos chicos se quedaron sin lugar donde divertirse y matar su tiempo, se dieron a la tarea también ellos de redactar sus propios periódicos sabedores de los éxitos míos en esa carrera. A los pocos meses de esa infiel competencia el editorial de “José Luis” se lamentaban en estos términos: “Hasta el día de hoy “JOSÉ LUIS”, había venido siendo una empresa mexicana de éxito. Mas la dura competencia desatada en nuestra contra por diarios que no tienen ninguna responsabilidad, puesto que se dedican a amarillear las notas para sorprender al lector, nuestra publicación se ve en la necesidad de recortar personal. Nosotros somos los primeros en sentirlo hondamente. Lamentamos haber llegado al final de esta manera. Adióooos”. 74 José Luis Y como todo el personal del periódico era yo nada más, tuve que cerrar las puertas de otro periódico que quebraba en mis manos. Esto lo digo, con el corazón desgarrado, pero lo cierto es que a tres años de distancia mis manos seguían siendo todo el mobiliario de la publicación y mi bolsa derecha el archivo de los números atrasados. Por eso, porque lo hacía con las manos el tema de batalla de mi José Luis, siempre fue el de un “organi di molto vacile e irrigatione elaborato a dua mano in stato turulato”. Ahora, ya viejo en mis derrotas y frustrado por mis fracasos a los veintisiete años de edad, jubilado de toda participación periodística y amargado de todos los aspectos de la vida, traigo a la memoria pedazos de aquel periódico José Luis que tanto habló de la etapa que yo más quise: mi niñez. 75 José Luis Los cocos de la niñez 1969 Es muy frecuente entre los padres atemorizar y presionar a los hijos para que éstos se conduzcan con la propiedad debida. Cuando algún niño, por ejemplo, no quiere comer su papita, no aprende a avisar antes de que se le humedezcan sus chones o no quiere ir a la escuela por el pretexto de que la “seño” le tiene mala ideya, los padres le previenen de que si no norma su conducta “alguien” se puede enojar y le puede ir muy mal al desobediente cuando desate la furia y el enojo de ese “alguien”. En mi niñez era muy común que nuestros padres nos hicieran tomar el carril debido con temores tales como “El viejo”, “El coludo”, etc., que aquí trataremos de explicar; tanto sus características esotéricas como sus manifestaciones más superficiales. a) El coludo.- El coludo era el diablo con una cola inmensa que quemaba y apestaba a azufre. Tenía animadversión por los niños y era mucho su coraje cuando los sabía majaderos y desobedientes. Según mi mamá, rondaba cerca de mí siempre. A la primera blasfemia o juramento en vano de mi parte el Coludo me llevaría con el y me condenaría al fuego eterno, espolvoreándome de azufre con su grande cola hasta el final de los siglos, Por mis picardías y blasfemias que dije y manifesté en mi niñez en los ratos en que me olvidaba de la existencia del Coludo, nunca me gané el pasaporte a su infierno. Más, si no hubiera creído en él, cuando menos a chicos ratos, ahorita el Coludo fuera yo. b) El Espanto.- El Espanto era un señor cubierto de prendas y vestidos que lo hacían temible y espantable. De seguro quien lo inventó hubo de darle unos toques más macabros a la ridícula figura de espantapájaros de esos que cuidan las siembras. Una poquita de publicidad entre los padres de familia y ya estaba otra nueva manera de presionar a los malcriados hacia el buen camino. El Espanto habitaba las casas solas, acechaba en los dormitorios de aquellos que con sus malcriadeces, no dejaban conciliar 76 José Luis el sueño de sus padres. En mis tiempos el espanto se les aparecía también a aquellos cuyas boletas estaban cuajadas de cincos. En cada barrio había un espanto. Y en ocasiones, había espantos que tenían que pedir ayuda a sus colegas más próximos para ayudarse en su tarea. Por ejemplo, el espanto del barrio de San Benito, era tal el trabajo que tenía que realizar debido a que esa parte de la ciudad estaba llena de buquis traviesos y malcriados y no contaba con ayuda de colega alguno ya que la población crecía por todos puntos que se vio precisado a pedir su jubilación a muy temprana edad, porque ya en sus días mas aciagos no conseguía ni espantarse las moscas. Los del barrio de San Benito nos acabamos a cuatro espantos y dos coludos. Estos últimos se fueron a la jubilación muy rabones. De a tiro colaspochis. c) Anima en pena.- Habitaba comúnmente los cementerios. Su presencia se manifestaba como ruidos de botes, llamaradas en lo oscuro, bultos negros, etc. Había quienes a desoras de la noche iban a los cementerios a robarse las veladoras para alumbrarse en sus juegos. El ánima en pena se encargaba de ellos. Cuando atacaba, el infractor por lo regular perdía el habla, le daba chorro, enloquecía y llegaba con hipo hasta el final de sus días. Los mejor librados del ánima en pena quedaban tullidos. Buenos para manejar las personalidades de los aparecidos y de los demás cocos, los del barrio de San Benito supimos hacernos de una ánima en pena, que en vida había ocultado un gran botín de alazanas de oro. Pero ya en su estado difunto y como ánima etérea no daba con el paradero. Por eso peno, se lamentaba. d) El Coyote.- Advertían las madres: si no te duermes pronto va a venir el Coyote. Porque siempre anda hambriento y te puede comer. Jamás vimos a un coyote atravesar la sala de mi casa con rumbo hacia el dormitorio donde neciaba algún niño sin sueño. Si ello hubiere acontecido mi misma madre hubiera arrancado despavorida. e) El Viejo.- El viejo era presentado como un señor de mucha edad que portaba al hombro un morral y dentro de él, por lo 77 José Luis f) g) h) i) regular, cargaba con cuatro o cinco muchachos malcriados. Andaba por las calles en procura de aquellos que cometían infracciones propias de la niñez: no querer dormirse, no tener apetito y chiquiarse con la comida, sentarse a la mesa con las manos sucias, no respetar a sus mayores, jurar en vano, andar mocoso o no querer al bañarse rasparse los codos con una piedra pómez. La Penitente.- Era una señora cargada de años que tenía mala fortuna de estar sifilítica y para desgracia de su apariencia y piel estaba leprosa. Pedía por manda un cinco. Quien no le daba, corría el riesgo de quedar contagiado por los males de la penitente. Ella asomaba una mano llagada por la ventana de cualquier casa, no pedía. La gente debía de darle. Era cosa sabida. Nunca vi la mano de ninguna penitente en mi casa. Por si las moscas siempre tuve un cinco a la mano. Era el cinco de la penitente. El Jinete sin Cabeza.- El Jinete sin Cabeza por lo regular lo hacían aparecer en los lugares distantes del hogar. Se cree que con la intención de que los niños no se alejaran mucho de la casa. En la actualidad, cuando me encuentro lejos del hogar, no dejo de pensar que pudiera de un momento a otro toparme con el Jinete sin Cabeza. La Llorona.- Era una madre a la que la azarosa vida le había arrebatado sus queridos hijos. Ayyyyy, mis hijooooos dicen que gritaba y se lamentaba por las calles. Salía a recorrer las calles después de media noche y se llevaba, confundiéndolo con alguno de sus extraviados hijos, a cuanto niño se encontraba a esas desoras. La finalidad era obvia: se quería que los niños recalaran temprano a casa. Un día un compañerito, me confió lo siguiente: “Me tratan tan mal en la casa, me mandan tanto a los mandados, que esta noche gua esperar a la Llorona, pa que me lleve con ella”. Esa noche la llorona no traía esa ruta. El Roba Chicos.- El Roba Chicos además de robarse a los niños que vivían felices al lado de sus padres los trataba muy mal. Los ponía a acarrear agua, a hacer mandados que quedaban muy pochitos y les robaba el pilón. La vida 78 José Luis j) k) l) m) al lado de un roba chicos no era vida. La intención de este temor, también era obvia: que los niños se encariñaran con la vida de su propio hogar y no desearan vivir en otra parte. Los Fantasmas.- Los hacían habitar en casas vacías y abandonadas. Se cree que quien inventó los fantasmas fue alguien que tenía alguna casa deshabitada y que lo hizo con el fin de que nadie fuera a maltratarla o destrozarla. La misma contextura del fantasma lo prueba: no tiene pies ni cuerpo y se viste con una tenue sábana blanca. Todo para no dañar él mismo la propiedad privada. El Remolino.- Era temido porque siendo un viento inesperado que levantaba la basura y todo lo que no servía, lo movía el mismísimo diablo, el cual venía timoneándolo convertido en viento. Quien era atrapado por un remolino tenía que hacer la señal de la cruz si quería salir bien librado de él. Los niños mayorcitos lo desprestigiaron porque, los muy temerarios, lo buscaban para meterse dentro y sentirse urgidos por una fuerte diferente que ora los levantaba casi, ora los hacía para un lado y otro. Está claro, pues, que lo del diablo dentro del remolino también las madres que son las que siempre tienen que lavar la ropa del empolvado que se mete a él. El Chicote.- Temidísimo porque éste no era una fuerza metafísica, sino presencia física y dolorosa. El Chicote se representaba en las siguientes variedades: riata, cuarta, cinto y azote. Aunque el azote forma el mismo grupo del palo y el varejonazo. El chanclazo merece especial atención. El Manazo.- También de presencia dolorosa se presenta en las siguientes variedades: revés, guantón, garnatada y tapaboco, este último dirigido específicamente a la boca. 79 José Luis Cada día es menos la gente que. . 1970 . . . llama a los automóviles ¡maquinitas! . . . para lograr la aprobación del interlocutor, pregunta ¿entén? . . . usa teguas . . . arrulla a sus niños con que “ahí viene la luna, comiendo tuna, etc. . . . al burlarse de su contrario le dice “ ay tula” . . .para indicar que una persona ha perdido uno o más dientes dice ¡está guavesi! . . . llama ¡boca sopichi! al individuo que tiene la boca arrugada por la ausencia total de los dientes. . . . para indicar que les puede caer mal la negativa a participar de un festín, argumentan “se me va a reventar la hiel” . . . llegan a la carnicería pidiendo ¡un kilo de aldía! . . . llaman a los autobuses de pasajeros ¡esteches! . . . a los lentes les llaman ¡antiparras! . . . para referirse a una cosa que aconteció de forma impensada e imprevista dicen: ¡de sopetón! . . . llama a los niños ¡lepes! . . . para describir a una cosa corriente o a una persona de malas costumbres les dice: ¡saruqui! . . . a la cadera le llama ¡cuadril! . . . a la vista de un relámpago exclama: ¡Jesús Sacramentado! . . . para referirse a un individuo de andar cadencioso y afeminado le llama ¡taralaila! . . . pide al peluquero un corte ¡dos rayas clavo claro! . . . llama a las patillas ¡polacas! . . . al oír una reversa o cualesquiera velocidad del motor mal embragada gritan: ¡Ahí vienen los diuliiiiiiii! . . . para referirse a un periódico que trae muchas noticias, explican ¡trae mucho quelele! . . . que afirma diciendo ¡egüi! 80 José Luis Idas a la mano 1970 Muy comúnmente nuestras madres nos frenaban en nuestros juegos o travesuras con advertencias que llevaban en sí el efecto, lo que nos podía pasar si nos obstinábamos en nuestras malcriadeces. Quién de nosotros no oímos advertencias como éstas: ♦ No andes fumando, te vas a quedar chaparro. ♦ No te acuestes con la cabeza mojada, te vas a volver loco. ♦ No te bañes irritado, te vas a quedar chueco. ♦ No andes comiendo guamúchiles, te va a dar fiebre intestinal. ♦ No andes descalzo, te van a doler las anginas. ♦ No pegues la boca en el tubo, te van a salir boquías. ♦ No te metas los dedos sucios a la boca, te van a salir lombrices. ♦ No comas dulces, se te van a picar las muelas. ♦ Quítate del raso del sol, te vas a insolar. ♦ No te andes tentando la herida, te va a hacer causa. ♦ No andes jugando con lumbre, te vas a orinar en la noche. ♦ No subas los codos a la mesa, es mala educación. ♦ No digas mentiras porque se te van a manchar las uñas. ♦ Fájate esa camisa, va a llegar gente. ♦ No andes diciendo malcriadeces, se te va a aparecer el diablo. ♦ Salte ya del agua, te va a salir cola. ♦ No te andes tentando los dientes flojos porque te van a salir chuecos. ♦ No andes comiendo sal, te vas a hacer burro. ♦ No andes comiendo manzanitas, te vas a tullir. ♦ No andes jugando con el gato, te va a dar asma. 81 José Luis ♦ ♦ No te andes tentando las costras, se te van a engusanar. No andes haciendo el bizco, te va a dar un aire y te vas a quedar así. ♦ Quítate del sol, te va a dar la rabia. Generalmente los niños no atendíamos a estas advertencias porque los efectos nos parecían muy fuera de lugar e imposibles de que fueran realmente a suceder. Advertencias que sí atendíamos eran aquellas cuyos efectos conocíamos bastante bien, por ejemplo: ♦ No andes jugando con agua, tuviste mucha calentura anoche. ♦ No te juntes con fulanito, tiene muchos piojos. ♦ No te andes portando mal porque te interno en la Cruz Gálvez. Ocasiones había en que un infractor era maneado en seco por su madre, la cual al verlo en sus travesuras le advertía: Ándale, síguele chiquito, te las estoy juntando todas para cuando venga tu papá. O un frenón en seco en sus malcriadeces era producido por la siguiente ida a la mano: “Ándale pues, síguete portando mal, a ver qué te trae el santoclós.” Claro todas estas advertencias se hacían para que el manazo o el chanclazo no entrara a la escena y corrigieran bien debida y rápidamente al infractor infantil. Como quien dice las madres le daban una oportunidad, chanza, al hijo para que enderezara el carril por las buenas. Cuando una madre advertía y advertía a su criatura sin ver que ésta no hacía ningún avance en su educación, puesto que al otro día eran las mismas, le agregaba, tras de una advertencia: “Y di que te lo dijo una loca.” 82 José Luis Provocóse una Cabeza de Sandía 1970 Un señor cayó de cabeza al vacío de un cuarto piso dando contra el piso de la banqueta. Gentes que presenciaron el aterrizaje fueron a recogerlo y vieron que al caído le había salido un chipote del tamaño de una sandía. Este hombre tiene salvación siempre y cuando se le atienda en seguida, no le aunque parezca que tenga dos “cabezas”, dijeron quienes así lo vieron. “Es cheto”, dijo el del chichón del tamaño de una sandía. En eso estaban cuando llegaron los de la Cruz Roja, cargaron con él y antes de depositarlo con celeridad en el hospital, repararon en las cabezas del golpeado y dijeron: síjuelas, si hasta parece que tiene dos cabezas. Lo dejaron en el hospital. Los médicos que lo atendieron dijeron: Santo Dios, esta gran prominencia le hace aparecer como hombre de dos cabezas. Un gringo que también lo vio exclamó: “Two crishmas”. Y rápido el galeno giró una orden a una enfermera, la orden contenía estos términos: “Quítele, bájele, con emplastos, fomentos y sobadas el chipote del enfermo de la cama dos. “Y allá va la enfermera. . . Más como en el hospital hay mucha chamba y se hacen bolas con todos los enfermos procedió rápidamente con un fomento y se lo puso al chipotudo. . . luego un emplasto y nada que se le bajaba el chipotón. La bola seguía igual. Pero la enfermera no se dio por vencida y aplicó masaje, iodex, linimentos, numoticine, hasta que pasadas cuatro horas consiguió rebajarle la prominencia al testereado. Más . . .”Ohhhh, qué hice, exclamó la enfermera, le he rebajado la cabeza! (En efecto se podía observar una pequeña cabecita del tamaño de un albaricoque con ojos, orejas y . . . un chipote del tamaño de una sandía). . . . 83 José Luis Los mañaneadores. . . 1972 La panza, el saco de los frijoles, el estómago voluminoso era considerado no hace mucho como el símbolo de la salud y prosperidad. “la curva de la felicidad ya se me está notando”, decían los varones al cabo del tercer o cuarto año de matrimonio, al referirse a su incipiente barriguita. En los negocios, en donde el propietario no quería nada con el crédito, aparecía por sobre los escritorios una curiosa caricatura dividida en dos secciones: por un lado mostraba a un señor de escasas carnes, de apariencia magra y enferma, cargado de años y preocupaciones que según esto había vendido a crédito; detrás suyo asomaba la puerta de la caja fuerte, abierta al descuido, pues nada de valor guardaba en sus adentros a no ser puros documentos de clientes chivas y cuentas mulas. Pero en cambio, en la otra sección aparecía un señor de rosados chapetes, de pronunciado vientre, que feliz confesaba haber vendido al chás chás y mostraba como contundente prueba fajos de billetes tanto en las manos como apilados dentro de la caja fuerte; era el gordito emblema de la vitalidad, de la bonanza , del progreso. A la vuelta de unos cuantos años al parejo con el descubrimiento del crédito como factor irremplazable para las ventas en volumen, capaz de hinchar en pocas quincenas los bolsillos de los comerciantes, se descubre también que toda barriguita cargada de kilos es la enemiga número uno del corazón, la que puede acabar con la circulación de un cristiano a la subida de una pronunciada escalera o la culpable de que se fracase en el pleno de una sociedad atenta a una moda, sólo para esbeltos y delgaditos de cintura, pero de corazón alegre. Por eso es que hoy los campos deportivos, están atestados de gente preocupada por su exceso de equipaje que, con el tesón de atletas olímpicos, van a tumbarse las llantitas en procura de alargar su tránsito por el planeta. Al grito de “por una cintura de treinta” y al conjuro de “abajo el colesterol” (de col, cola; este de este y rol de rolar, dormir. O se esto va de cola de oquis, puro rolar), se han formado en la ciudad verdaderas legiones de gordos que muy tempranito y enfundados en 84 José Luis gruesas sudaderas le entran a las lagartijas, sentadillas, abdominales y contorsiones propias de los niños parvulitos. Antes se madrugaba para ir a ver la siembra, para ir a ver si amanecieron las mismas vacas de la víspera: para ir por el chisme nuevecito del mercado o de perdis a espiar al pícaro lechero. Ahora se madruga para ir a darle unas quince vueltas al estadio, para hacer calistenia que permita llegar brincando y tirando sombra a la oficina. El ejercicio matutino es el que mantiene a los de cincuenta y más años con la misma agilidad de un antílope africano, con la figura de un quinceañero y con más aire que una llanta de yon diiiir. - A dónde estas yendo a correr ahora. . . . - A ninguna parte. . . . me voy a pie hasta la costa y de allá me retacho en la bici de mijo. - Y tu carro? - Lo train los buquis. . . . - Qué razón me das del Gordo Panceyegua. . . . - Se puso a hacer ejercicio y se lo llevó el ventarrón de días pasados. Al segundo aniversario de mi matrimonio tuve que comprar mocasines porque ya no alcanzaba a amarrarme los cordones. Pensé entonces dedicar las primeras horas del día a un intenso ejercicio que me devolviera la figura solteril. . . . El primer día salí al filo de las cinco A. M. a regular trote, con rumbo al Héctor Espino. No bien había corrido dos calles cuando me levantó una patrulla de investigaciones. Los corajes que me hicieron pasar y el rencor que todavía les guardo a los que proporcionan calentaditas dioquis, son los que me mantienen en el treinta de cintura. . . . 85 José Luis El juego de las canicas Un potente como talachante, un zéncali, un ahogado, un alceburro, normaron de muy honda manera la vida anímica de nuestras existencias. Este es el juego de las canicas en donde el niño tiene que agudizar y sacar filo a toda su argucia. Desde que se inicia debe reglamentar primero. Explicar las reglas, hacer repaso de lo que va a ser el juego. De cómo se va a desarrollar, para después no andar en líos. Luego que ya se empieza prepara de la mejor manera sus manos, su posición para no errarle a la mejor pieza que desea capturar por medio del zéncali. Es toda una maestría este juego. Es también la más alta escuela de finanzas del agio y la usura. Quien, por ejemplo, no trae canicas para entrarle a la azarosa rueda o al reducido espacio de un ahogadito, prepara de la mejor manera sus recursos de relaciones públicas y se encara con el que tiene las esferitas en abundancia. “Oye, préstame diez catotas, luego que gane te devuelvo catorce, se me hace que ando la loba”. Así, el que no poseía ningún triste calchón podía ya por medio del préstamo con intereses entrarle al juego que le agradaba pues ya había quien arriesgara su “capital” en procura de verlo crecer. Quien tenía bastantes canicas no se las prestaba a cualquiera (igual que los bancos) sino únicamente a aquel que podía hacérsela rendir, aquel que pudiera devolvérselas con altos réditos y enormes creces. -Oye Mostrenco, juégale al Cholingas. Yo te presto con la condición de que si le ganas me las devuelvas y además me des el tirito aguamarina con que tira el Cholingas… El juego se iniciaba con la explicación de las reglas. Se celebraba un contrato verbal. Sus normas y cláusulas eran de observancia obligatoria y además códigos respetadísimos por los contendientes. Este contrato regía desde qué diámetro y tamaño iba a tener el círculo donde se jugaría hasta el monto y la cantidad que entraría en el juego. En algunas ocasiones este contrato se iba estipulando 86 José Luis conforme avanzaba el juego. Cuando se pintaba la raya se decía “haz la rueda más chica, no la vamos a poder pasar”. Y se hacía más chica. Cuando ya estaba hecho esto los contendientes decían: “Bueno, ¿y de a cuántas vamos a jugar? Pos de a cinco, ¿no? Bueno, ¿con copis o sin copis? Con copis. Bueno, vamos buche a la mano. Si vamos buche a la mano. ¿Vamos metiendo güeso? No, que no se valga el güeso ni el manondión. -¿Vamos poniendo calichis? -No, no se vale poner calichis ni plomitos. -¿Se valen las molachas? -Sí que se valgan, siempre y cuando éstas sean tiritos y valgan por una. Los tiritos van a valer por dos. Los catotones por cinco. Si están muy molachos y descalabrados van a valer por tres. -Bueno, este catotón vale por cinco. -Tás loco, al Franqui yo se lo agarré ayer por tres. -Ah, pos a mi el Chacho me lo puso por cinco. -¿Cuándo? -Ah pos el otro día. -Tás loco, si tú este catotón ni lo conocías, el Franqui se lo ganó a uno de la Cuernavaca. -Ah, pos es igualito a uno que yo le gané al Vicente. -Bueno, pa que no digas que soy rajetas te lo gua agarrar por cinco. -Iiiii, pa que no digas, iiiiiiiii pa que no digas. -Pos, si porque si no te lo agarro por cinco aquí vas a estar chille y chille, te gua dar chichi. -Aaaa, ¿y yo cuando te doy chichi? -¿Cuándo me has dado chichi? -Bueno, el que me queme patessscola… 87 José Luis Maneras de tirar a las canicas... 1961 Hay varias maneras de tirar. Es el más generalizado aquel que los dedos de las manos se apuñan, engarzando entre índice y pulgar el tiro. Los dedos así dispuestos semejan la parte aquella por donde las gallinas se despiden de sus alimentos. Y así como ese lugar posterior del ave, se llama esa manera de tirar. Otro de los modos, muy extraño por cierto, de tirar es la de poner todos los dedos abiertos y detener entre el pulgar el índice, que son los dedos que tocan tierra la catota. Es de todas las formas de tirar la que más se prestaba para meter güeso. Solo se la permitía en compensación a aquel que tenía poca destreza para el juego. La más elegante era cerrar los dedos todos de la mano aprisionando el tiro con la falangeta del pulgar pero dejando el índice encorvado en semicírculo como formando un penacho, sobre el resto de la mano. Ese era el más elegante y todos los que jugaban a las canicas aspiraban a tirar de esa manera. Todas estas posiciones que acabamos de mencionar podían ser acompañadas del manondión y el alceburro. Cuando la otra mano (con la que no se tiraba) se apuñaba por debajo de la tiradora, levantándole su nivel, se decía que se estaba tirando con alceburro. Si en lugar de esto el tirador retiraba la mano de la raya tantito antes de tirar y luego cuando ya lo iba a hacer adelantaba esta por más allá de la rueda entonces se le decía que estaba metiendo manondión. Si le pegaba a las catotas no se valía la tirada y el contrincante alegaba que se había metido güeso y manondión. El del manondión respondía: “Al cabos que la chapuza nunca se logra”. Y volvía a tirar. Si acaso llegaba a atinarle a cualquiera de las catotas, repetía el axioma: “ya ves te digo que la chapuza nunca se logra”. El enemigo enfadado por esta acción nomás se concretaba a contestar: “Bah, que nada, fue sapo”. Cuando alguno se quedaba zéncali en el centro de la rueda, después de haber sacado una catota fuera de la raya, debía de gritar 88 José Luis rápidamente: “Limpitodo y copis”. Más este grito no le salvaba de gran cosa, pues el contrincante madrugaba con esto que le beneficiaba “no limpinada y meñique con clavado”. Era frecuente que aquí se entablara una polémica de mayor duración en ocasión que el caso guatergueit por la razón de saber quién de los dos había madrugado con la ley. También por lo regular aquí se terminaba el juego, sacando cada quien sus catotas y echando los más graves cargos, como por ejemplo “lo que pasa es que tu eres muy rajetas”. Pos más rajetas serás tú, a poco crees que no sé que te mellas en las noches. -Esee, tás loco, endecuando que no me mello, verás pregúntale a mi amá. -Pos sí te mellas y te mellas, porque eres muy mión. -Eee, porque una noche andaba jugando con lumbre, me oriné, pero nomás una vez. -No liace alcabos que te gano a las catotas. -Pues a las catotas me ganarás pero en la escuela eres muy burro. -Mejor burro, pero no faltista como tú, eres un cometa. -Eee, si no iba a la escuela es porque no tenía zapatos y estaba malo de la chanza, pero ya se me quitó y mi apá me compro unos choclos que no rechinan. -Bueno pues te juego otra vez. -Pinta la raya porque ya se borró. 89 José Luis La última liebre del Palo Verde 1975 Muy de mañana emergió del agujero; levantó las orejas como dos antenas rojas que después tijerearon el aire en busca de presagios. La sordidez matinal le relajó los nervios. Antes de dar rienda suelta al instinto levantó el hocico y oteó profundamente el aire fío y pesado de la mañana. Cabeceó hacia abajo, hacia la hueca cavidad y distinguió en la brumosa penumbra la peluchada donde alborotaban alegres e indolentes sus ocho hermosos y tibios gazapos. Luego de este detallado escarceo, resortió potentemente sus patas y en rápidos zigzags subió las faldas de los cerros de enfrente. No mero arriba, en un torreón, sacó su aerodinámica cabeza y dirigió una aguda mirada hacia el agujero querido, a donde por fuerza, luego que las mamas exudaran leche, habría que regresar para seguir dando vida. Un instante más y se precipitó hacia las partes posteriores en donde luego se perdió entre los setos arañados por el estiaje prolongado. Por espacio de horas anduvo triscando, royendo y mordisqueando la raleza del monte. Huelló los llanos parcos; desconoció anchurosas latitudes y trabajosamente encontró pequeños datos familiares, para topar con una multitud infantil que lo sacó de su natural apacentamiento. El tripulante de un camión tuvo la ocurrencia de seguirle, monte adentro, con el deportivo afán de atropellarle. Jadeando y a buen recaudo desde debajo de un sibiri contempló cómo el bólido asesino caía herido, atrapadas las llantas en un pequeño vado. Al mediodía ya estaba en la cima del cerro familiar. Trepó a las rocas conocidas que eran parte obligada del sendero y una grita ensordecedora, electrizante, le varó el paso hacia el agujero querido. Indagó a la primera mirada por el retén circular que amorosamente construyó alrededor de la cueva, como barrera contra enemigos y extraños, pero en su lugar sólo vio una larga y tosca estaca. Un palo que ocupaba enteramente la oquedad amada. Adentro estarían 90 José Luis llorando desesperados ya por el alimento los pequeños gazapos… una nutrida granizada de piedras lanzadas por una bullanguera multitud la sacó de sus infructuosas cavilaciones e instintivamente emprendió veloz huida, pero el paso de su carrera coincidió esta vez con el de las llantas de pesado camión y ahí quedó estirada al doble, extendida totalmente en el pavimento con sus orejas largas hacia arriba, como dos antenas en busca de presagios… Un niño de diez años, le comentó al punto a su papá: - Te fijaste la liebre que acaban de apachurrar, apá… - Qué liebre ni que nada, lo que biasdiacer es otro agujero, qué no ves questá llegando más gente y nos van a madrugar con el terreno? En calientito un perro levantó el cuerpo atropellado y cuando lo destazaba debajo de un palofierro nadie se imaginaba de entre todos los invasores de terrenos, que aquellos librillos acartonados, eran los de la última liebre que vivió en el Palo Verde. 91 José Luis UNAS MASCARITAS Intentaron volar al Periódico José Luis 1969 Un grupo de individuos no identificados, que cubrían sus rostros con bolsas vacías de Viva Fuerza Fría, trataron de volar anoche al periódico JOSÉ LUIS. Como el periódico JOSÉ LUIS no cuenta con edificio propio los malechores esperaron que el director de esta publicación pasara con rumbo a su hogar y cuando lo vieron que se bajó de un ruletero en la esquina de José María Mendoza con Carlos Caturegli, las mascaritas se le fueron encima y le gritaron: “¡Camen!” Rápidamente Jesús Bojórquez alzó un brazo mientras que con el otro se detenía los pantalones. Los maleantes buscaron en la bolsa derecha de Bojórquez porque es sabido que esa bolsa hace las veces de archivo de la mencionada publicación. Sacaron de ella un mazo de joseluises y se pusieron inmediatamente a fabricar avioncitos con la pérfida intención de ver si por ese medio lo podían volar. Pero el papel de José Luis es demasiado duro y pesado así que por este medio fallaron sus pérfidos intentos. Luego se pusieron a decirle que era el mejor periódico del callejón Cíbuta, que El Imparcial y El Nuevo Sonorense le venían holgados; que eran muy interesantes los artículos que en él se publicaban, que su formato era muy hermoso, que su redacción y gramática eran inmejorables, que distinguidas personas se mostraban muy complacidas por ese tipo de lecturas, que el Director era muy ingenioso y toda esa clase de piñas con el avieso fin de volar al periódico José Luis pero no lo consiguieron, pues esa clase de verdades recibe a diario nuestra publicación y nunca se ha volado. Finalmente al no conseguir sus oscuros propósitos, los malhechores enmascarados huyeron dejando en el campo de los hechos una sandalia de suela de corcho grueso y una peineta, por lo que se supone que estos individuos o parpadean muy rapidito a la vista de un bachiller o pertenecen al alumnado masculino de la Escuela de Enfermería. Una de dos. 92 José Luis Se deshidrataron dos señoritas en un coche. Dos muchachas señoritas que trabajan en una oficina de esta ciudad fueron encontradas deshidratadas y sin conocimiento dentro de un minicoche sin refrigeración, en el cual regresaban al hogar este mediodía. Un vocero de la Cruz Roja informó que las muchachas habían sufrido la fuerte deshidratación porque circulaban en su coche con los vidrios cerrados “para evitar que el viento las despeinara”. Un acinturadito de nombre Rodolfo, dijo al respecto: Así cierra su corazón el ingrato de Eliseo aunque por dentro lo deshidrate el gran amor que abriga para mí. Efectivo Método para ponerse de Novio. . . . Cada día se populariza más en la ciudad, un método –indio- para conseguir llamar la atención de las chicas y hacerlas fácilmente nuestras novias: El galán se esconde por la puerta que da a la calle por donde circulará la chamaca a la que trata de interesar. Un segundo que sí observa los pasos de la chica que se acerca, le “echa agua”, le da el pitazo al enamorado. Cuando ya la muchacha viene cerquita, el alcahuete le da el pitazo al desesperado y éste sale como quien lleva mucha prisa y ¡purrum! Que se tropieza “sin querer” con la joven, “abrazándola para no caer”. Luego de las disculpas y el “usted perdone”, siguen las clásicas preguntas: “¿trabaja o estudia?”. Aunque usted no lo crea, de esta forma se han llegado a consolidar los últimos matrimonios que ha leído en las páginas sociales del famoso Mam Cota. 93 José Luis Los días de los exámenes Los días de los exámenes se acercan. Todos los niños debemos de ir con ropa nueva, estrenando y antes que estudiar los cuestionarios del repaso, que ellos vean que la maestra no se ha estado haciendo tonta todo el año y sí nos ha estado enseñando mucho. -Fíjate que no se me pegan bien los triángulos, tengo dudas sobre el acutángulo. Pero el que me sé rebien es el cuadrilongo. Es de todas las figuras geométricas el más fuerte, porque es cuadrado y longo. -El isósceles no me dejó dormir. -Mis cocos son la regla de tres simple y los quebrados con fracciones. Y a mí ya se me hizo bolas y ando todo embarullado pues ya no me acuerdo si fue Álvaro Núñez Cabeza de Vaca el que le dijo el 15 de Septiembre de 1810 a Jacobo Zabludovski que siempre no iba a salir el cometa cutex, o si fue Ignacio Allende el que le pegó el 12 de Octubre de 1492 al negro Estebánico porque este le dijo que sus hermanas eran fanerógamas, angiospermas y dicotiledóneas. Eran los días de los exámenes, los días en que los niños no nos distraíamos con nada. Nada de jugar a las canicas, nada de la engorda la cochi. Amá, no me mandes a mandado porque estamos en el repaso de las pruebas. Puro andar preocupado por las pruebas. -Chihuahua, yo me la llevé jugando todos los días que nos dieron pa estudiar. -Yo, si salgo reprobado es que la señorita me tiene malideya. -Pues, yo si gua pasar porque cada rato la señorita le manda saludes a mi hermano el polecia. -Mi amá dijo que yo si gua pasar porque todos los días le manda una naranja. -Eee, a ti te van a pasar de favoritismo. -Iiiii favoritismo. 94 José Luis -Pues mi apá dijo que si en la boleta dice promovido no, me va pelar a azotes y no me va a comprar los botines pal bailable de fin de cursos. -En la escuela de nosotros enseñan más que en la tuya, porque ustedes ya van en los exámenes y nosotros estamos apenas en el repaso. -Tás loco, en la mía enseñan más. Hasta dónde llegaron en historia, nosotros llegamos hasta donde le queman los pies a Cuauhtémoc y no quiso decir dónde estaba el tesoro. -Pues nosotros los fregamos, porque llegamos hasta donde dice índice. -Bueno, pero a ustedes no les enseñaron la tabla del doce. -Pues no, no las enseñaron, pero yo me la sé desde que estaba chiquito. Pero de todas maneras en mi escuela enseñan más. -A ver… quién le dio un abrazo diacatempan a Don Vicente Guerrero. -Pst, quién no va andar sabiendo eso. -A ver… pues dime. -Pa qué, orita no traigo ganas. -Lo que pasa es que eres muy burro, ni vas a pasar, eres muy faltista. -Tás loco, yo si gua pasar porque soy repetidor, te apuesto. -Bueno, a que no me dices cómo se llamaban las tres calaveras de Cristóbal Colón. -Ah, que chiste, eso está muy trabajoso, no nos los enseñaron, pregúntame diotra. -Aistá pues. A ver, todos los niños: guarden sus útiles aquí debajo del pizarrón, quiero ver únicamente en sus pupitres las hojas de examen. A todo aquel niño que se le sorprenda copiando le voy a quitar la prueba y 95 José Luis lo vamos a expulsar. Todos muy calladitos y muy quietecitos, van a empezar los reconocimientos. Pórtense bien porque sus papacitos los están mirando. La primera prueba que vamos a hacer es la de las mecanizaciones y cuentas. Fíjense bien, vamos a resolver la primera entre todos… No quiero ver a nadie levantado pidiendo sacapuntas o navaja, oístes José Luis…. Cómo se desarrollaba un juego de beisbol Iniciar un partido de beisbol no era una empresa fácil para los niños. Baste pensar en que primero se necesitaba que los que iban a formar el partido, que siempre eran dos y se llamaban “los que la van a peliar” o simplemente “los peliadores”, se ponían frente a frente. Uno de ellos tomaba el bat (palo fierro cortado del tamaño de un bat 32, aproximadamente) se lo aventaba a su contrario que también la peleaba. Esto se peleaba: quién escogería primero de entre los muchos que rodeaban a los peleadores. Seguidamente se pelearía la bateada. NOTA: Si se hace bolas y usted, lector, no sabe de qué escribo, proceda con cautela y paciencia volviendo a leer de nuevo, si después de haber hecho un segundo intento no consigue entender lo que aquí digo, tome este artículo en tal forma que estrujándolo extraiga de él varios millones de confetis. Decía: que uno de los peleadores tomaba el bat y se lo lanzaba a su contrario de una manera vertical. Este lo tomaba con una sola mano, procurando asirlo de la parte media. Luego se adelantaba el lanzador del bat hasta el que ya lo sostenía y rápidamente le ponía la mano encima de la del contrario. Luego éste apretaba su otra mano mero encima del otro y así hasta que ya no alcanzaba el bat para poner el total de ninguna mano. Entonces gritaba el necesitado de seguir asiendo el bat: “Tijerilla” (lo cual significaba el subtotal de la mano) y metía los dedos índice y cordial en forma de tijera sosteniendo así el bat. Cuando ya no cabía ninguna tijerilla en el extremo del bat, el desalojado se hacía para atrás, se remangaba el pantalón y descubría 96 José Luis la planta pelada del pié. Con ella le iba a sonar duro al palo fierro que el último sostenedor asía dificultosamente tenaciándolo con alguna tijerilla. Tres eran los intentos a que tenia derecho el pataleador. Si no lo derribaba dentro de esas garantías entonces el que se quedaba con el bat, podía después de tanto relajo, comenzar a escoger. -Yo escojo a fulano… (O sea al mejor del grupo que contemplaba a los peleadores). Cabe decir que los buenos para el deporte se sentaban displicentemente en un lugar cualquiera dentro del taste donde se jugaría. Ya sabían en su confianza que ellos iban a ser considerados primero que nadie. En cambio, quienes no tenían ninguna virtud dentro de la práctica del beisbol, gritaban a aquél que escogía: “A mi, loco a mi… yo te di la paleta en la escuela, el otro día también te di mazapán y morón, escógeme a mi no seas gacho”. Pero aquel que escogía no reparaba nunca en tales referencias y sólo escogía a aquellos que harían buen papel a la hora del juego. La niñez es la única etapa del hombre donde las palancas no valen, ni el nepotismo). Esto es la verdad puesto que cuando mi hermano Francisco promovía algún partido, no le tenía la más mínima consideración al amor filial que le profesaba sabedor de que yo era un maleta que todas las bolas se me colaban. Ahora bien, cuando aquel que formaba el partido se daba cuenta que la novena no acabalaba el equipo con el que se jugaría, decía: “Julano, salte, vamos a darle chanza a José Luis, porque él trae una manopla y tu no pusiste nada”. Y así iba para adentro del juego el que poseía una parte que faltara en el equipo por más maleta que fuera. Gracias a estas “cláusulas de exclusión”, pude practicar el deporte, eventualmente. Ya bien pelado quién escogería primero, se imponía pelear con el mismo procedimiento del bat la bateada. Arreglado esto se clavaban los perdedores. Pero antes, se reglamentaba un poco. Se discutía si se jugaría beis larga o beis redonda. Con reglas o sin reglas. Si los grandes (de ocho a diez años) batearían con la derecha o con la zurda. Pichando recio o despacio. Por novenas o palos gatos. Solos o con ampayita… 97 José Luis -Bueno, vamos robando bases o no. Pues no, porque vamos a pichar despacito. Pues qué bueno que aleguemos esto antes de empezar el partido porque luego fulano de tal es muy rajetas. Al fin, principiaba el partido. Quienese clavaban primero estaban pendientes de los batazos únicamente en los primeros inins. Mas luego, de ello los filderes se sentaban, y los del cuadro cuando no se ponían a platicar entre sí, se hurgaban en los bolsillos para ver si todavía estaba allí la cartita del “pitecantropus, erectus” o la del “cercopiteco gelada” (cartitas de álbum de zoología que llegaron a valer por diez cada una y que sólo se conseguían cuando uno “andaba la loba” ya que eran muy raras) o la rosca de guamúchil y otros objetos de valor para la niñez como por ejemplo un pedazo de cáñamo. Veamos en el diccionario de José Luis la palabra cáñamo: Cáñamo del chípili cáñamus; hilo de algodón usado por los niños en trompos y baleros; para atar mayates, calzado, ceñirse los pantalones, para hacer la “cunita”, un silbador, para hacer un teléfono, etc. Y los del cuadro y filderes pasaban la mayor parte del juego así, ya que los bateadores raramente estornudaban la pelota con resultados positivos fuera del área del pitcher. Generalmente éste tenía que hacerle unos doscientos lanzamientos a cada bateador, hasta que al fin, aquel que “no le daba ni al mundo” se ponchaba. -Ese no le da ni con guitarrón, gritaba alguien que conocía la poca pericia del bateador en turno. El que bateaba rezongaba: -Iiii, no le guan dar dando; iiii, no le guan dar dando. Y permanecía parado viendo pasar los lanzamientos por los tobillos, disparos por las orejas, por debajo del pescuezo, por detrás de la espalda, hasta que cansaba a sus compañeros, los cuales fatigados de esperar de oquis le gritaban al pitcher: -Ora tú, pónselas. Este respondía –si se las estoy poniendo, nomás que este bato es vizco. Cuando había alguien embasado en la primera y el mánayer necesitaba empujarlo, se acercaba éste al bateador y se le decía unas cuantas cosas al oído. Uno de los del cuadro gritaba advirtiendo a 98 José Luis sus compañeros: “Abusados, va a boncear”. O también se daba el caso de que gritara esta otra advertencia: “Abusados, ese le da por ai”. Cuando un bateador se paraba para sonarle duro a la de espoldi, era seguro que el dueño del bat, desde dondequiera que se encontrara siempre le gritaba: “No le vayas a pegar con la marca, loco”. Alegatas fuertes y enojos profundos provocaba aquel que haciéndole al vivito arrancaba con las bases , que por lo general constaban de un pedazo de cartón con una piedra de regulares dimensiones encima. El jompleit era siempre una piedra amorfa y de afiladas aristas a donde los jugadores no podían llegar barridos, preferían que les hicieran el aute a tener que desgarrarse los tobillos en procura de un “seis”… Ya bien entrado el partido y el juego en marcha era muy común que llegara algún compañerito que también quería participar en el encuentro y se refería al promotor en este término: “Juego”. El promotor si veía que era un buen elemento le daba chanza sin más trámites. Pero si por el contrario se trataba de un “José Luis” que todas las bolas se le colaban y se iba el juego en puro camellar, nomas le contestaba un rápido y desilusionador: “Las bolas, al borrego”. La palabra “soldadooooor” era usada frecuentemente para los casos en que una rolita se le escapaba por entre las piernas al jugador. A quien fauleaba mucho se le gritaba: “comites gallina robada, loco”. También era frecuente que dos o tres de los grandulotes monopolizaran el turno al bat. Imponiendo como todo pretexto la palabra “batería” para componer la decisión del partido a su favor. Un partido concluía muy raras veces en el noveno inin, pues en la generalidad de las veces un llamado a “ir a mandado” o un “te anda buscando mi apá porque todo el santo día no te has parado en la casa y te va a pelar a azotes” o un carro de sonido que anunciara cualquier oferta era suficiente para que el ray se desbalagara y el center junto al primera base se fueran juntando los papeles que el carro de sonido dejaba a su paso. 99 José Luis ¿Pero habrá a quien le guste el beisbol? Mi intención al escribir la presente “columna” no es salir a buscar camorra ni a ganarme graciosamente una carretada de malquerientes. Aseguro que en este estado no hay una sola persona a la que le guste la práctica del beisbol. (Deporte de pelota donde toman parte nueve jugadores y al cual para que no estirara la pata se le ha tenido que insuflar de atractivos mil). Pero es la verdad: una mirada pesquisadora por los campos donde se juega esta adormecedora disciplina nos da el conocimiento de que la gente es arrastrada a los estadios por múltiples factores, el último de los cuales podría ser el beisbol mismo. Por de pronto tendremos que tomar en cuenta la clase de contertulios que llenan los recintos deportivos: jugadores, ampáyeres, administradores, cochadores, sobadores y sus amplias legiones familiares. Si atendemos al concepto moderno de “estadio de beisbol” es decir cantina de cinco pisos, nos encontramos con un pelotón creciendo donde alinean los vendedores de toda laya, destacándose muy principalmente los que colocan la cerveza en las mismísimas manos de la marchantada, los cuales para atender la sedienta clientela de miles que tienen que contarse por centenares. Los quinieleros, churreros, soderos, taqueros, vendedores de condones –estos últimos suelen nadar en la abundancia con sus ventas repuntando siempre, ya que el adminículo de látex nubla por extendidos momentos la visión del campo deportivo, cuando no es preparado como bólido lleno con agua de riñón. A todo esto habría que sumar la comodidad siempre crecida de fotógrafos, camarógrafos, jefes de piso, suitchadores, cableadores, choferes, secres, ayudantes y muy principalmente, anotadores, escoreros, reporteros, cronistas, locutores, conductores y acompañantes. Los estadios se repletan de gente que nada tiene que ver con la 100 José Luis afición al deporte. Gente que va a ver gente. Muchachas que se presentan para lucir sus sorprendentes modas, políticos que van a medir el grado de impopularidad en que han caído sus imágenes, aviesos personajes que van buscando a sus permanentes enemigos para lanzarles el atinado bólido de hielo, el elotazo que se estrellará con trepidante limpieza en la nuca odiada. Golpes arteros que emparejarán viejos resabios. La región tumultuosa la forman aquellos seres incomprendidos que por cortedad o pánico a sus consortes toman el beisbol como el insuperable alcahuete para consumir alcohol y cerveza y lo hacen de espaldas a los equipos que allá abajo, en el campo, dirimen un partido resolutorio de la calidad de ambas fuerzas. Al beisbol va la gente que odia el juego. Asiste la gente cantarina, tomadora, relajienta, parloteadora, desparpajada, chacharera, desatada, libertina. Se presentan allí, los que aborrecen el legajo de los reglamentos y quisieran ver al ampáyer con la lengua de corbata colgando de un poste. El beisbol, me cuentan, fue embriagador y sugerente. Una práctica de varones finos y elegantes en los tiempos en que la máxima velocidad de desplazamiento conocida por el humano era de 60 kilómetros por hora. Causaba el asombro ver a un pitcher tirar dos veces más rápido que el tren. Las cosas han cambiado tanto que si los jugadores con el estadio lleno se sentaran en el césped durante horas, nadie arriba en las gradas notaría la diferencia ni perdería animación. Nomás que no se acabe la chela. 101 José Luis Los jefes de pandilla En la época en que concurrí a la primaria (el autor no cita el año para no contrariar los cálculos cronológicos de sus hermanas mayores) nuestra admiración y nuestra habilidad para la imitación encontraban su epicentro en dos personajes: el padre (de uno) y el jefe de la pandilla (del barrio de uno). Uno siempre decía que su papá había tenido todas las aventuras del mundo (y las que se ofrecieran), había sostenido encuentros peligrosos y violentos y su fuerza era sólo comparable a la de Superman y Tarzán. Papá, por ejemplo se burlaba de Cavernario Galindo y podía incluso tentar la barba de Carnicero Butcher, sin que éste esbozara la más mínima protesta, a no ser que quisiera ver sus dientes regados por el suelo. El papá de uno era el Llanero Solitario, y por lo general no bastaban dos metros para medir su estatura. Pero estas consideraciones tejidas en torno a la personalidad del padre, venían a quedar por tierra cuando en los exámenes uno se daba cuenta de quién era el papá de cada quien. Y la imagen paterna al no casar la realidad con lo soñado por los hijos, desmerecía en prestigio y temeridad. Por eso muchos niños, cuya imaginación los había llevado a considerar a sus padres como verdaderos titanes, no querían que comparecieran como sinodales en los exámenes por temor al ridículo delante de los compañeritos. Pero si bien por un lado los padres eran ejemplos tambaleantes de admiración, los jefes de pandilla constituían un verdadero modelo digno de imitación. El jefe de la pandilla no necesitaba de “paleros” que inflaran sus triunfos y sus logros. Sus méritos estaban reconocidos por todos porque habían sido adquiridos a muy alto costo y poniendo en práctica habilidades y riesgos que trataremos de enumerar a continuación: no cualquiera podía ser el jefe de la pandilla porque para lograrlo se necesitaba: - Llegar la piedra (arrojándola con la mano) hasta la otra cuadra. - Saber a la memoria dónde estaban localizadas las casas que contenían en sus huertos guamúchiles, duraznos y otras golosinas. 102 José Luis - Durar inmerso en el agua más que nadie y sin respirar. Si alguno de los compañeros duraba por ejemplo hasta que le contaban cuarenta, el jefe tenía que durar ochenta y esto contándole despacito. - El jefe de la pandilla tenía que caminar delante en el juego de las “seguidillas” y tenía que poner pruebas inimitables. - Tenía que atravesar el barrio enemigo como si tal cosa. - El jefe tenía que gritar “devuélvete” a algún grandulote que acertara a pasar y cuando éste se devolviera ser el único en no salir de estampida huyendo. - El jefe debía frenar con los pies pelones en el pavimento y caminar sobre los tobosos, espinas y toritos como si se tratara de alguna mullida alfombra. - No debía tenerle miedo a los sapos ni a las cachoras y debía pasearse por lo oscuro en la noche retando al coludo a un encuentro. - El jefe debía tener alguna o algunas cicatrices que testimoniaran lo rudo de sus combates con verdaderos enemigos mucho más grandulotes que él. - El jefe, para que todos se dieran una idea de su fortaleza y temeridad y le conocieran la valentía y su calidad, debía hablar de sus triunfos: “Yo le pegué al fulano, yo le pegué al merengano, se me rajó el sutanito”, y desde luego debía pasar algunos avances de lo proyectado; a fulano le guacer arrebatinga, “loque lo vea” a mangano le gua sacar la pitaya; sutano me va a hacer los mandados”. - A un buen jefe de pandilla nadie lo encontraba en un juego a las escondidas. Nadie lo “encantaba” nadie le pegaba la roña, nadie lo tentaba, en el juego de las tentadas, porque ello hacía desmerecer el prestigio. - El jefe debía de exponer la salud para que los compañeros se dieran cuenta de lo poco que les importaban las inclemencias atmosféricas; en tiempo de frío circulaba de camiseta y descalzo, comía raíces desconocidas, guamúchiles verdes, cáscara de bellota, cáscaras de sandía (de segunda mano), colas de caña, etc. 103 José Luis - El jefe de una pandilla debía andar siempre hostigado: vendado con teipe las muñecas, alfileres atravesados en las palmas de las manos, ganchos de la ropa prendidos de los lóbulos de las orejas, lentes fabricados con alambre de paca, y desde luego las iniciales de su nombre grabadas a sangre en la propia piel. - El jefe no le tenía miedo a los “toques” ni a los “cortos circuitos”, y a la vista de un cable pelado él debía ser el primero en “pasar corriente”. - El jefe de la pandilla no debía de permitir que otro de menor jerarquía le contara de la Cueva de Santa Martha, de La Sauceda, del canal, de nadar, de pescar, de torcer cigarros “toritos” y de dar bola a los ricos y venderles el periódico. El olvidado Charles Atlas Después de veinte años de estar viendo el anuncio de Charles Atlas en la contraportada de mis revistas favoritas, he decidido llenar el cupón y entrar en correspondencia con el hombre que tiene el cuerpo más perfectamente desarrollado del mundo. Mi afán no es poner fuera de circulación a un fulano que anduvo en la playa coqueteando con mi novia y que al ir a reclamarle me contestara con tremendo gancho de izquierda a la mandíbula; mucho menos castigar a un grandulote bailarín que pisara intencionalmente los talones de mi pareja. Mi objetivo al relacionarme con Atlas, no es el de vengar agravios recibidos, (tampoco soy un alfeñique). He anexado al cupón una carta en donde me presento ante el atleta y le manifiesto mi interés en conocerle más a fondo. “Mi doctrina del embellecimiento del cuerpo, me ha contestado, tuvo mucho éxito en la década de los treinta, cuando el hombre para llenar los grandes trajes que dictaba la moda tenía que poseer una constitución vigorosa y hercúlea; cuando buscaba agradar a las mujeres demostrando su fuerza en público haciendo doscientas 104 José Luis lagartijas, mil sentadillas, nadando cien kilómetros mar adentro, cambiando los neumáticos tan solo con la fuerza de los músculos en tensión. Agradaba pasar horas y horas extasiado ante el espejo, contemplando la propia figura que había logrado al seguir al pie de la letra mi revolucionario método. Logré en aquella década ganarme la admiración y el cariño y por qué no, carretadas de dólares de parte de los empresarios judíonorteamericanos, ya que mientras yo explotaba el egocentrismo aconsejando a mis millones de discípulos que sólo si se cuidaban a sí mismos no tomando, no desvelándose, no excediéndose en placeres, sino que gastaran el dinero en la restauración de las energías y en el reforzamiento del cuerpo y se levantaran además antes de las siete de la mañana, ellos, los empresarios tuvieron mejores manos y brazos para sus fábricas, hombres que sólo actuaron como autómatas validos nada más de producir energía. Le confieso, José Luis, soy el culpable de que los gringos actúen más que piensen. De que sean unos fortachones sin cerebro ni raciocinio, sino tan solo enormes dinosaurios que degluten decenas de hamburguesas y hot dogs. En la actualidad, mi empresa de hacer hombres nuevos está en bancarrota. Nadie quiere ir nadando cien kilómetros mar adentro porque sabe que por más fuerte que esté, ya no hallará al regreso a su mujer, ni quizá a su automóvil. Tampoco nadie quiere llenar los trajes que producen la actual moda, ya que la línea entre los hombres que llegó para quedarse, es la de ser lo más flaco posible. Por otra parte los comerciales de cerveza, del cigarro, las manifestaciones pornográficas del cine y sus similares de la televisión, han desatado al hombre de las amarras que lo ligaban a la salud. Por último, los hijos de estos hombres-energía que yo hice han sido mal aconsejados por doctrinarios exóticos en el sentido de que se abandonen a las drogas y a los placeres diciéndoles que la vida es muy corta, que hay que gozar, y que no hay por qué ser esclavo ni de uno mismo ni de nadie. 105 José Luis Por eso es que le contesto a su carta, José Luis, porque actualmente no tengo nada que hacer. En los tiempos buenos le hubiera enviado la lección una y dos de mi tensión dinámica. Hoy, me apenaría”. El poder medicinal En los tiempos en que los pueblos se electrizaban a base de intercambiar relatos espeluznantes y cuentos de terror, porque la electricidad todavía no aparecía… Cuando los anuales alumbramientos del ama de casa eran toda la luz que se desparramaba sobre el hogar; y cuando el corral de las viviendas era un lote invadido por el carrizo, la jécota, la yerbelindio, los trochiles, gallineros y las vacas entre la bendita algarada de patos, perros, pericos y gatos, constituía un bien patrimonial –vital, insustituible- el conocimiento del poder curativo de algunas hierbas y de algunos procedimientos que conducían a recobrar la salud perdida; puede decirse que se consideraba como más valioso entonces, tener a la mano un mazo de ruda, albahaca, yerbabuena o pionilla que los teléfonos y domicilios de una docena de especialistas médicos. Valido de la buena disposición y experiencia de amigos tales como don Guillermo Moreno, Eutimio Armenta, del profesor Francisco Mendoza y de Carlos Monge, me fue posible elaborar una pequeña lista de males que encontraban rápida y eficiente cura casera y de “remedios” que posiblemente usted lector recordará haber oído de labios de su abuelito y recordará –mis respetos para su edadhaberlos experimentado. - Santo remedio contra la tos lo constituía el chupar unos cubitos de azúcar empapados en petróleo morado… - Los pies sudorosos no serían problema en lo adelante si los interiores de las teguas eran recubiertos con pajoso. El espolvoreo de carbón sobre los pies afectados era otro remedio de pronta eficacia… - Con tomar media tacita de agua de nijay (agua de nixtamal) se 106 José Luis cortaba la cruda más obstinada… - Para devolverle la sonrisa y los chapetes regresaran a los cachetes del niño con pujos (pujoso) nada mejor que amarrarle a la “muñequita”! la pretina del calzoncillo de un hombre llamado Juan… - El lodo podrido para la picadura de avispas y hormigas. - El sangrengado para la salud de las encías y la fortaleza de los dientes… - Nada como dormir con un perro vichi (sin pelo) para ahuyentar los escalofríos y curarse las reumas… - Una cocción de barbas de elote para despedir el terco maldiorín… - Vapores de hojas de álamo para entibiecer luxaciones y desconcertaduras y la aplicación en la parte afectada de las mismas hojas para lograr la armonía de huesos y articulaciones… - Un parche de antiplogestina contra el dolor de anginas… - Un té de azarcón contra el empacho o una crucetita hecha de sal sobre el estómago. - En contra de muchachones miones lo más lindo era amarrar un higo maduro sobre el ombligo para hacerlo pasar las noches secas. - Flor de alfalfa contra las calenturas de gallina… contra la inclemente y retumbante tos de perro (emperrada en no salir del pecho) un parche de belladona… - Fumar toloache –sin darle el golpe marino al humo- para quitar el asma… - Una calilla de ajo para aquellos a quienes se les fue la tripa de un susto… - Un dolor de muelas desaparecía en cosa de segundos con tan solo colocar un trocisco de clavo y arremangarse dos o tres buches muy regulares de bacanora. - Para el dolor de cabeza y las punzadas los chiquiadores con 107 José Luis hojas de chicura y aceite de comer amarrados a la cabeza eran un milagro… - Para sacar un constipe provocarse estornudos con polvos de rosía. - Una calilla de jabón para los extreñidos… - Para los niños llorones que se chiquiaban con la comida, nada mejor que darles a morder de una bola de guarequi… - Corcho quemado con tortilla tatemada (al 5% cada uno) para detener la diarrea más prolongada. - Esperma de veladora para sacar las espinas. - Adiós a los “coltis” con una soberana friega a base de prendas íntimas de la consorte. - Adiós a las lombrices con un poquito de añil disuelto en aceite de comer y un pedazo de panocha, todo en ayunas. - Adiós “mezquino” con tan solo abandonar un granito de sal a la lumbre, pero eso sí, sales despavorido para no oírlo tronar. - Adiós dolor de anginas con tan solo aplicarse unas rebanadas de tomate caliente en las plantas de los pies. - Adiós salpullido con tan solo espolvorearse “semitillas” tostadas, en las partes afectadas, adiós animalejos con el ungüento del soldado… 108 José Luis Las Pandillas del matineé En grupos de cinco a diez cuando no de quince y veinte, los niños de San Benito nos arrancábamos todos los domingos al matineé. Quien nos viera acudir con tal religiosidad pensaría tal vez que lo que nos movía al cine eran las películas de episodios y las palomitas de maíz. Nada más errado y fuera de lugar. No bien entrábamos a la sala de proyección formábamos dentro de ella aguerridos grupos que disputaban a otros el dominio del foro (donde se podía luchar y caer a la alfombra, luego de ser muerto por la certera bala salida arteramente de un pulmón de algún enemigo que oculto tras una butaca nos tiraba a mansalva, a quemarropa casi, o a las plateas de las galerías. Pandilla de mucha temeridad fue la que comandaba Pancho Dávila Bernal; era la de los pinolillos y estaban a la cabeza de ella como lugartenientes de Pancho, los yaquis Cabanillas, el Coli y Gilberto, buenos para las trompadas y de mucha saliva para tirar balazos sin parar y no errarlos. Abusados, váyanse para la puerta de entrada porque de un momento a otro va a entrar la pandilla del Nieves Acosta. Yo no les tengo miedo, el otro día le saqué la pitaya a Jorge su hermano. Si, pero a ti te hizo un chipotón en la frente. Eeee, lo que pasó es que me di contra una butaca porque a mi el Jorge no me sirve ni pa hacerme los mandados, es una viejita. Te apuesto que le tiento la barba. Comenzaban los balazos mucho antes que la película. En muchas ocasiones el tiroteo no se suspendía ni siquiera con la aparición del Llanero Solitario. Era al contrario, cuando aparecía en la pantalla el enmascarado de las balas de plata, nosotros redoblábamos nuestros esfuerzos por nutrir el fuego; por hacer más sanguinaria la pelea dentro de la sala que la que se escenificaba. 109 José Luis Muy raras veces veíamos las películas. Si algún niño de aquella época se le preguntara por alguna película, por el desenlace de un emocionante episodio, lo más fácil y seguro es que conteste que no recuerda nada de nada. Y es que muchas veces el infante espectador se sentaba a mirar una cinta y lo que en ella acontecía le motivaba de tal modo que al rato ya andaba envuelto a las trompadas con algún enemigo igualmente motivado. - Cáite, cáite, ya te di. - ¿Cuándo me distes? - Aaaa, desde hace rato que te di nomás que no te quieres dar, yo contigo no juego. - Bueno, pues, me voy a dar. ¿Dónde me distes? - Te di unos balazos en la cabeza. - Tás loco, me pasaron rozando, no me distes. - Sí te di, y en el lomo te puse otros pocos de balazos. - Ijuela como serás, esos me rebotaron porque traigo chaleco contra balas. Una pandilla en el cine no nada más se dedicaba a defender su terreno o a ganarlo, sino que también eran parte de sus actividades el pillaje y el asalto en despoblado. Cuando algún niño de menor edad que los pandilleros llegaba hasta las super dulcerías y se hacía allí de palomitas o de cualquier otra golosina, se le esperaba detracito de la puerta de entrada a la sala. Cuando ya iba a coger la puerta para entrar… PUM, desde adentro alguien salía con mucha prisa y le tiraba a éste las palomitas, las cuales caían desparramadas por el suelo. Inmediatamente los truhanes autores de este delito se lanzaban sobre el botín y lo devoraban, recogiéndolo del mismo suelo. Para de aquí a que el asaltado terminara de recoger lo suyo, otras manos más numerosas daban cuenta de las palomitas. De nada valía llorar, puesto que todo el extenso público que llenaba el cine estaba empandillado y operaba de acuerdo a sus respectivos bandos. Luego de este asalto era frecuente que el niño despojado se diera de 110 José Luis alta en alguna pandilla y así iban entrando y engrosando las filas de la pandilla aquellos que habían sido vejados por otras. - Yo quiero entrar a la pandilla de los pinolillos, porque todos son muy güenos pa peliar. - Yo mejor no entro a esa pandilla porque se pelean con puros grandulotes. - Qué suave guerrea uno en el cine, vedá. - Sí, ¿vas a ir al matineé el domingo? - Yo creo que sí, tengo pase. - ¿Con qué pandilla andas? - Con la de mi hermano el grandote. - ¿Te dan para gastar? - Sí, todo lo que saco en las boliadas. Palma de mi alma El público ya tiene noticia de algunos inventos míos, que si no los ha visto por ahí funcionar, es a causa de que aún me falta patentarlos con algún empresario que tenga el mismo nivel de audacia que éste servidor. Para refrescar la memoria del lector acerca de mi tarea inventiva, basta recordar el abanico mecánico –“palma de mi alma”, se llamaque funciona sin necesidad de electricidad, no da toques y que es tan eficiente como los que vende Ramoncito Corral en los días en que el calor arrecia. Mi abanico consta de mecanismos sencillos: una palma datilera que se cuelga en el techo de la habitación que se desea ventilar, pendiendo de una soga o mecate. Uno de sus extremos es atado con un mecate elástico –puede servir muy bien algún calzoncillo jubilado-; la función de este proceso es mantener 111 José Luis jalada la palma hacia uno de los extremos de la habitación. Ahora bien, por el extremo contrario se le ata otro elástico –también de calzoncillo caduco- pero éste se amarra al dedo gordo de quien duerme en la habitación. El beneficiario lo único que tiene que hacer para procurarse aire ventilado es subir su patita con el dedo amarrado y luego dejarla caer. El resto lo hace el mecanismo “aspa arrulladora”, que es mi invento. Mientras que la patita del usuario desciende al catre o tarima donde se reposa, la palma cruza la habitación de un lado a lado, proporcionando en su “va” una brisa que ni siquiera un carrier la da. Cuando la patita del usuario va para arriba el mecate del otro extremo, jala en sentido contrario a la palma y ésta hace el recorrido de “ven”. El invento es muy noble: al tiempo que el usuario se refresca, se arrulla, entrando en un sueño reparador y reconfortante. ¿Puede alguien pedir más por tan bajo costo de instalación y mantenimiento? Este mecanismo lo he llamado “palma de mi alma” y como ven es fantástico. Lo anterior no es más que uno de mis miles de inventos que esperan por un industrial sonorense audaz para darlos a conocer al extenso público consumista de la región y de México. Tengo entre mis planes también dar a conocer el revolucionario aparato, invento mío llamado “vuelvehojas”. Es esta tecnología una estramancia que hará brincar de gusto a los amantes de la lectura. El “vuelvehojas”, como su mismo nombre lo sugiere, sirve para dar vuelta a las hojas de los libros, sin necesidad de mojarse la yema de los dedos, como se ha venido haciendo hasta la fecha. Es higiénico, su funcionamiento es sencillo y maravilloso. Usted querrá uno para su uso y llevar otro para regalo. Consta el “vuelvehojas” de una bacinica despostillada –de esas que ya no sirven para la chí- un pedazo de chicle, duble buble, de medio uso, una perilla de hule, de esas que iban adheridas a las cornetas de las bicicletas y cuyo bocinazo era “jonc jonc” y un 112 José Luis vulgar espantasuegras. Modo de empleo: el bacín se coloca en la cabeza –ya lo imaginábamos- a manera de casco. La perilla va adherida a un costado del bacín, perdón, del casco, el extremo alimentador de aire de la perilla va conectada a la boca del espantasuegras y en el extremo final de éste va pegado el chicle de medio uso. Cuando el usuario que lee, acostado bien agusto en su cama, tiene necesidad de volver la hoja, nada más voltea hacia uno de los lados –hacia donde se encuentra la perilla-, esta por la presión del casco, digo, del bacin libera el aire que recorre el espantasuegras y hace que éste se estire a su máximo, yendo a pegar el chicle en el puro extremo de la hoja leída. Cuando ya esté pegada al chicle, usted se voltea para el extremo contrario y ahí viene el espantasuegras por la depresión en reversa cumpliendo su misión de volver la hoja… maravilloso, ¿verdad? Hay ocasiones en que el chicle se adhiere tercamente al papel y puede sobrevenir un accidente: que el libro se vaya con todo y le pegue de lleno en la cabeza, pero… para eso está el bendito bacín, que nos salva, del trancazo, ¿ah, verdad? Tengo más inventos. Ya los daré a conocer en cuanto reciba un adelanto y la promesa de un porcentaje por la patente de éstos que estoy mostrando a la humanidad. 113 José Luis Partes humanas de segunda Aseguran los futurólogos que uno de los oficios que más fortuna acarreará en lo porvenir será el de la compra-venta de repuestos humanos. Tal y como ahora nos hacemos a los yunques para ir en procura de la pieza que necesita el charangón, de la misma manera, para el año dos mil, será posible entrar a una tienda de segunda en busca de un hígado, de un bofe o de un riñón, para ponérnoslo en el lugar del que traemos desde la cuna y seguir como si nada, trotando por el casquete terrestre. Los hombres del mañana tendrán que aguzar su capacidad mercantilista para estar dispuestos al cambalache de orejas por rabadillas, de lomos por pescuezos, de dedos chiquitos de los pies, arriscados por los cayetanos, por espinazos. Deben prepararse desde hoy aquellos que vayan a hacerse cargo de las “segundas de partes humanas”. Nos sonará tan familiar el oír y ver por la televisión el que fulano individuo pone al remate en su yarda dos que tres kilómetros de intestinos en muy buenas condiciones. Que los ofrece al costo y que con una recapiada o un modesto rin laine volverán a la circulación. Será cosa de todos los días ver en los diarios planas enteras en donde se muestran rodillas sin meniscos a tanto por tanto, tibias y peronés que pertenecieron a Don Fulano y le sirvieron por tantos más cuantos años. Se hará referencia en los anuncios y comerciales a la durabilidad, a la familia, al pedigrí de los antiguos propietarios, las piezas que se ofrecerán en el mercado de partes humanas. Los ricos claro, siempre andarán debutando con piezas y órganos traídos del extranjero y pasados de contrabando. Será posible cambiar el color de ojos cada sábado y cuestión de ser sujeto de crédito para llevar cada domingo al Knock-out una cadera nueva para echar la bailotiada. Por lo pronto imagino a mis hijos, desalentados porque el periodismo apenas da para irla pasando, hacerse a la idea de instalar una segunda 114 José Luis de partes para cristiano, allá por rumbos de Sambenito. Casi hasta imagino una conversación lograda en un día de arduo trabajo. -Acabo de recibir un buen lote de páncreas, cuya producción de jugo todavía es costeable hasta para individuos de treinta- Ah, y apenas tuve ayer que devolver trescientos kilómetros de intestinos que venían más parchados que una llanta de ruletero. -Pues yo lo que deploro, dirá el otro, es la escasez cada día en aumento de hígados. Por ninguna parte encuentro proveedores de este importante satisfactor vital. Desde que ha subido el índice de alcoholismo ya casi nadie deja uno ni siquiera para remedio. Riéndose de sus transacciones se confesarán las pequeñas trampas del oficio: el haber vendido un par de ojos de distinto color, el haber colocado un saco de bilis a punto de derramarse o el haber vendido como buenos un par de cerebros que pertenecieron a lideres charros. Pronto, pues, será posible arrancar a la segunda, llegado el pago quincenal, para hacerse de aquellas piernas que tanto y tanto hemos estado contemplando en la televisión. De aquel rostro de cotizado actor joligudense para ir a lucirlo a la chamba, en medio de la envidia de los compañeros. ¿Y porqué no?, los jóvenes en edad casadera que todavía no encuentran a la chica de sus sueños entre el montón de pantalonudas que brincan en las discoteques como chapulines intoxicados, podrán ir comprando pieza por pieza, o como se lo permita el presupuesto, hasta completar a su media naranja y a la primer desavenencia matrimonial realizar a la ingrata al menudeo. Edificante en verdad será vivir en medio del año dos mil, contando con estas facilidades que nos permitirán refaccionar nuestro carcaje humano. El venturoso día en que después de una borrachera, amanezcamos en el mercado comprando una cabeza nueva, mientras la del diario, la nuestra, la metamos a reposar a la hielera, para luego una vez refrescada… ¡volverla a morder!... 115 José Luis Un día bajo la lluvia Ya casi nadie recuerda un día de lluvia. Las lluvias casi cumplen un año que no se presentan en nuestra región y por otra parte están próximas a su arribo. Para los hermosillenses es un acontecimiento histórico que se produzca el fenómeno lluvia. Los periodistas le dan al hecho un lugar preponderante en la carátula de sus primeras páginas. Aparecen allí las fotografías de vecinos con el agua hasta el ombligo. También las de aquellos automovilistas que asoman al interior del motor de sus carros para observar los contactos eléctricos averiados. También las fotos de niños que van por la calle con las ropas untadas a sus cuerpos y las de señoritas que regresan de la oficina con las zapatillas y pelucas en ristre. La especie es señalada en los periódicos con pelos y detalles: “…La ciudad fue azotada ayer por el peor chaparrón en su historia… se cree que nunca había caído tanta agua… se dice que seguirá cayendo más… se forman procesiones para pedirle a San Pedro cierre sus válvulas… el pavimento se deteriora, el agua está por todas partes… irá a terminar el mundo en un generalizado diluvio?”. Los periódicos dan cuenta también de los efectos que dejó la lluvia, anotando desde el monto de los cortos circuitos que se presentaron hasta los cochis que arrastró la corrientada en su fluir, pasando claro, por los ciudadanos que murieron a rayo por no haberse cubierto la cabeza con un trapo. De todos los puntos de la ciudad hacen viaje los aguafresqueros, jicameros, naranjeros, vendedores de lotería y agentes de seguros a posesionarse de los mejores lugares en las riberas de los ríos, sabedores de que en un momento el San Miguel, con su caja llena de agua será la primera atracción. Un día de lluvia en Hermosillo ofrece grandes progresos para la experiencia en materia pluvial. El agua una vez en el piso –llovidaes maleducada y juguetona. Voluble y asatanizada. Hace recorridos 116 José Luis inesperados y penetra cada año en lugares inimaginados. Se debe a que las masas de agua se encuentran a su regreso con nuevas construcciones que constituyen un valladar a su curso y como en esta ciudad no se tiene un indicador topográfico que nos señale el camino de las avenidas pluviales, todo puede esperarse. Como en aquel verano, cuando desaprensivos marchantes que realizaban sus compras en el interior de un supermercado, se vieron de pronto junto a la ropa y la verdura, con el agua hasta la cintura y más luego con el Jesús en la boca, cuando al salir a los estacionamientos a buscar sus coches, sólo vieron el capacete de éstos en donde rebalseaba el agua que había anegado el área. Punto y aparte el día que llueve en Hermosillo, la gente ríe con toda la boca. Se amuchachan los adultos y no falta el viejecillo que tome su VW para conducirse por las calles levantando abanicos de agua para ensopar a los descuidados transeúntes. El paso a desnivel luce como una prolongación de la presa Abelardo; o como una antesala de Bahía Kino. El conjunto semeja una gran fosa para clavadistas. Al paso a desnivel van a asomarse los hermosillenses de hoy tal y como lo hicieron los de ayer a las márgenes del Río Sonora, para medir la intensidad de las precipitaciones. El paso a desnivel, que contiene toda el agua de lluvia que ha caído en la ciudad, nunca falla; es el hidrómetro más fiel. No se explica todavía el porqué las autoridades no operan sobre esta construcción un atractivo paseo, aprovechando toda el agua que allí queda durante la temporada veraniega. El día que llueve se generalizan los apagones. Tan sólo por los culebrones que iluminan el cielo, atravesándolo en zigzag, podemos advertir a los vecinos que barren el techo de sus viviendas, arrastrando a los desagües los estanques de la lluvia. Del lado de donde sopla el viento, llegan a la ciudad dulces olores a vinorama y jécota azotadas por el agua. Es la fragancia que nos regala el conocimiento de que las lluvias se han generalizado en las cuencas. 117 José Luis Y a pesar de que las lluvias tenían un largo año de no presentarse, sobre estos amplios territorios de la sed, no faltan las medrosas señoras que a cada relámpago giman con devoción: - San Isidro Labrador, quita el agua y trae el sol. Y usted, ¿ya puso taquería? Que quede consignado para la historia: las taquerías proliferan como conejeras y casi igualan a la prole natal de los mexicanos. En esta ciudad hay por lo menos una taquería por cada familia. Se han abierto miles de ellas; todos los días alguien en algún punto de la ciudad inaugura un negocio de este giro o cuando menos está pensando en hacerlo. Las taquerías se ven por todos los rumbos y es por eso que también han tenido que abrirse un centenar de bancos, con el propósito de que los taqueros tengan donde encontrar feria para dar el vuelto a los clientes. Abrir una taquería es tan fácil como ponerse las manos en la cintura. Si yo quisiera convertirme en taquero lo único que tendría que hacer sería ir a la carnicería más próxima y comprarme todos aquellos librillos que el carnicero pensaba regalar a los perros; una olla para poner a cocerlos, diez kilos de tortillas y una buena escoba para barrer las cantidades de billetes que me caerían no bien dado el aviso de apertura. Al negocio de la taquería le entran todos por igual: lo mismo el profesionista fracasado que el político caído en desgracia. Tengo la impresión de que el médico que se afana en el hospital por extraer un hígado o un riñón, o el ingeniero que levanta un edificio, o el contador que prepara las auditorías de un negocio, lo hacen llevados por la obsesión de una vez que reúnan lo suficiente tirarán la chamba y arrancarán a ponerse un delantal para empezar su verdadera fortuna que está en la taquería. Los niños hablan de que cuando sean grandes traerán un automóvil igual al de su tío el taquero. De que tomarán la especialidad de maciza o sudadero y otros que las de nana o de buche. Ellos son los personajes que controlarán el futuro y saben que es más redituable 118 José Luis hacerse taquero, porque dentro de ese negocio ganarán el doble de lo que un vista aduanal y cuando mal les vaya igualarán las entradas de un policía de tránsito. Las muchachas y las mamás de las muchachas que son expertas para encontrar de entre todos al mejor “partido”, enderezan sus preferencias hacia este ramo de la cocina que es la taquería. Antes las jovencitas no querían saber nada de los taqueros, porque según ellas eran seres indecentes que despedían olores a lo que tiene el burro en la panza, es decir a manteca rancia. El gusto de las muchedumbres se orientó hacia el taco y ahora vemos a estos señores cocineros de la calle convertidos en unos jeques de las finanzas. El único problema que se avecina a todos aquellos que todavía no han puesto su taquería, pero que están pensando hacerlo, es encontrarle un nombre al establecimiento. Ese es el único freno que se opone a las intenciones de muchos que todavía no han abrazado la carrera de taqueros. Aunque ustedes piensen que soy exagerado y amarillista, el no tener un nombre adecuado para la taquería que se piensa abrir frustra muchas veces las intenciones de los más entusiastas. Por eso he decidido contribuir a la economía hermosillense proporcionando una veintena de nombres para agilizar los propósitos de aquellos que deseen abrir su taquería. Estos son: - Para una taquería que piense ofrecer tacos muy ricos: Rico Mac Taco. - Para un negocio que vaya a ofrecer tacos tan sabrosos que hasta duela el corazón de comerlos: ¡Taquicardia! - Para la negociación que vaya a ofrecer al mismo tiempo que tacos, música de discotec, ¡Tacoteca! - Para el negocio que vaya a lucir bien y estar bien elegante ¡Boutitaco! - Para el expendio que vaya a estar atendido por un chaparrito, ¡Zotaco! - Para aquel en que los meseros sean fuertes y caritas, ¡Espartacos! 119 José Luis - Aquel que quiera aprovecharse de la popularidad que ha alcanzado el negocio de mi tocayo Martínez. ¡Happy Taco! - Para aquel que vaya a dar al fiado sus tacos, ¡Creditaco! Todos estos nombres que ofrecemos a quienes piensen dedicarse al negocio del mosquero están comprendidos dentro de la disciplina llamada, ¡Taquigrafía! Mi pantalón blanco El profesor Rubén Gutiérrez, quien pasará a los anales universitarios con el mote de “El Glostora”, debido a la textura rebelde de su pelo, nos interesó por la física, desmarañándonos irreprochablemente el denso librote de Jaime Puig. En la torre del tercer piso, destinada a la enseñanza y práctica de su materia, aprendimos la muchachada secundariana un sinnúmero de leyes de la ciencia que estudia “las propiedades de los cuerpos y los fenómenos que tienden a cambiar su estado sin mengua de su naturaleza”. El recuerdo viene al caso, porque entre los conocimientos captados, inolvidable el referente a la impenetrabilidad, la ley cuyo espíritu expresa que “dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio al mismo tiempo”. Esta propiedad fue observada por los físicos y apuntada luego como un axioma en los libros de texto, cuando todavía no había servicio de ruleteros. Cuando en la ciudad las distancias más largas eran las rutas camioneriles “5 de M y M” y la de “Sambenzonpi”, significando la primera Cinco de Mayo y Mercado y la otra Sambenito, la Zona y La Pitayita. Se cubrían en Hermosillo los trechos más largos de una zancada y se llegaba oportunamente al punto más distante caminando sobre las manos (haciendo el zorrillo). Pues bien, los postulados de la impenetrabilidad quedan anulados 120 José Luis adentro de un ruletero, en donde el reglamentario, probado y comprobado cupo para doce personas –oficial- se estira como el chicle mambo y permite treinta, cuarenta, cincuenta y a como vayan cayendo. Antes de aprender a conducir un ruletero el chofer es habilitado como acomodador de gentes. Su academia en esta materia transcurre en una enlatadora de sardinas y cuando aprende a desmentir los enunciados de la ley de la impenetrabilidad, poniendo cien peces en donde sólo caben diez, es entonces cuando se le enseña a embragar las velocidades y dar mordida a los tamarindos de tránsito. Yo viajé en una ocasión en un ruletero y es hora todavía en que no me repongo de los tormentos a que fui sometido durante el trayecto. Subieron alrededor de once personas sobre mi endeble humanidad y al final no me di cuenta de que a mi vez había hecho el viaje sobre un prójimo, al que creí parte del asiento, hasta que llegamos a la terminal, en donde este héroe de la resistencia –con seguridad un empleado bancario- se levantó del piso de la unidad convertido en un hilacho, pero al cabo de dos que tres sentadillas y lagartijas pudo recuperar su forma humana. En esta ocasión llevaba el pantalón blanco que utilizo para las grandes ocasiones, por ejemplo me lo puse ahora con la venida del presidente, también desde hace algunos sexenios me lo vengo poniendo para recibir a los candidatos, etc. Una verdadera prenda, heredad paterna, querida y luída. Esta vez me despedí del pantalón blanco mentado, pues lo llevaba cuando se me ocurrió tomar el ruletero: el flanco derecho quedó prendido en una filosa hoja que asomaba por entre la vestidura de los forros del asiento. El cierre de cremallera –zipper- se lo llevó una damita que durante toda la ruta lo confundió con su bolso de mano. Yo nada pude decir puesto que mi boca la aprisionaba el antebrazo de una voluminosa señora que cargaba con una docena de pulseras, las cuales se alinearon como un bozal alrededor de mis 121 José Luis dientes. Y luego, la cubierta posterior de mi pantalón blanco, de fino dril, inarrugable y de clásico corte continental, es hora en que no sé dónde fue a parar. Metodología para la recolecta del guamúchil Al borde de la angustia y visiblemente decepcionados de los centros de cultura e investigación locales, varios jóvenes con inquietudes estuvieron a verme. Me explicaron que después de ir de la ceca, a la meca y a la toruleca no encontraron ni siquiera el más vago indicio de que alguien en la región se haya preocupado por hacer una metodología de la recolección del guamúchil, vaina de apetitoso gusto que tiene todavía algunos consumidores. Mis entrevistados estuvieron a tocar la puerta a botánicos avezados y de prominentes investigadores universitarios y después de haberles inquirido sobre el particular sólo se toparon con risitas y burlas cuando expresaron que querían saber de algún estudio serio sobre cómo apear guamúchiles. Manejando hábilmente la última carta, tocaron mis puertas para clamar delante de mí por un despeje a sus dudas y por una respuesta científica que dé fin a sus pesquisas. No quiero aparecer por un sabelotodo, pero lo que me pide este grupo de muchachos es algo que manejé profesionalmente –a nivel de post-grado- en los días de mi infancia, cuando había en la ciudad más árboles de guamúchil que postes de la luz. Procederé con método a explicar cómo se pueden colectar los frutos del guamúchil. Siento que no tendré fallas ni omisiones. 1.- Para obtener el guamúchil fúchili (llamado así por el marcado mal aliento que deja en sus consumidores) se requiere primero de una ardua prospección en busca de árboles de guamúchil, únicos exponentes botánicos que dan este fruto. Lo anterior lo hemos 122 José Luis querido ordenar en el primer lugar porque existen personas que quieren obtener peras del olmo. 2.- Una vez encontrado el árbol en cuestión, vale más cerciorarse con la vista –de tacto es imposible casi-si del follaje y las ramas guamuchileras penden los frutos. 3.- Ya localizados, es necesario proceder a hacer una evaluación del grado de enroscamiento en que ellos se encuentran. La vaina sólo está lista para ser apeada únicamente cuando presente, respecto de su pecíolo, un ángulo mayor a los ciento veinte grados, curvatura que evidencia que el fruto es comestible. No dejarse llevar por la coloración del mismo. Hay roscas que aparecen a la vista rojas y cuando uno las ha puesto en su boca se da cuenta del error que ha cometido. 4.- Asegurarse de que el equipo recolector se encuentra en perfectas condiciones. Un buen carrizo, tan alto como el propio árbol, o más, y un trozo de alambre de paca que irá adherido a uno de los extremos del carrizo formando en su remate un pico de águila en acción. Llevar asimismo un transportador para medir los ángulos de las roscas. 5.- La ayuda es importante. Hay que hacerse acompañar de un auxiliar que sea hábil para cachar las roscas en el aire. Un filder retirado puede hacer mejor que nadie este trabajo. El auxiliar debe alentar en su tarea al recolector para que éste no desmaye en su empresa y además debe indicarle, de grito, los movimientos claves que tiene que hacer con el gancho para que no equivoque el engarce. 6.- Como apear guamúchiles es una empresa bastante fatigosa –estar volteando para arriba sin pestañear, sufrir en ojos y cara el riesgo de una irrigación pajareril, etc.- recomiendo desde aquí, el uso de un espejo de diámetro considerable que el recolector pueda colocar en el suelo y de ahí sin levantar la cabeza, pueda seguir su labor. El espejo sólo es recomendable para aquellos que sufren el mal de tortícolis (coltis). 7.- Circunstancias ajenas a la voluntad humana han dispuesto 123 José Luis que el guamúchil dé frutos únicamente en la temporada de calor, por ello es recomendable que el recolector use prendas ligeras y lleve sombrero. El sombrero podrá utilizarlo también como cesto o recipiente una vez que se termine la colecta. COMERCIALIZACIÓN Y MERCADEO DEL GUAMÚCHIL. Aunque cada día son menos las personas que gustan del consumo de guamúchiles no podemos decir por ello que el comerciante no vaya a tener éxito si decide buscar mercado a su enroscado producto. A la hora en que los estómagos sienten una persistente apetencia, el grito “Haaaaayyyyy, guamúchiliiiiis” puede despertar un revitalizado deseo por comer estas vainas. Recomendamos a quienes piensen comercializar el guamúchil, hacerlo de puerta en puerta, bote en la mano y que en cada grito se ponderen las características y el sabor así como la bondad del fruto. Al grito de “Haaaaayyyyy, guamúchiliiiiis” deben seguir otros en donde se detallen que se ofrecen las roscas más grandes y más “pasaditas”. Que están muy dulces, que levantan el ánimo, que devuelven los chapetes a los anémicos y que devuelven lo garañón a los ancianos. No está de más que el comerciante termine diciendo que con la semilla del guamúchil pueden confeccionarse muñequeras, tobilleras, pulseras, collares y otros aditamentos que podrían pegar entre los yoguistas y naturistas. Por último, la actividad de la recolección es buena para la salud: ayuda a que los gordos reduzcan considerablemente el diámetro de su cintura y a que los artríticos eleven la velocidad de su sangre. Trate usted de permanecer más de una hora con un gancho elevado por sus encimas y la vista fija en las alturas y verá los resultados. 124 José Luis La Liberación de la Comodidad 1970 Las mamacitas chulas de nosotros, amas de casa hace apenas 20 años y todavía en activo, nunca pensaron en la liberación. Jamás idearon una organización, dijeron alguna palabra, hicieron algún gesto o mohín con tendencias a igualar la conducta del hombre. El hogar lleno de carencias y de problemas infinitos no dejaba ni brizna de tiempo para detenerse por horas ante una telenovela, extasiarse ante la luna de un espejo o esperar el efecto de mágico maquillaje que devolviera, seguro, la lozanía de los quince años, mucho menos había tiempo para aventarse tan siquiera uno solo de los capítulos del Exorcista. ¿Cómo se iba a pensar en la liberación femenina si en primer lugar cada año contestaban afirmativamente de París un pedido? A más de ello, una mamacita chula, con todo y que vivían en la mera capital del Estado tenía que, para que el día le rindiera, levantarse al amanecer a cortar leña, a preparar el desayuno y el lonche para el viejo y: `Hacer tortillas, empezando por batir la harina. `Limpiar de cenizas la estufa para encender de nuevo el fueTostar y moler café. `Levantar a los buquis y luego de darles el desayuno correr a la escuela con ellos y dejarlos en las mismas manos de la profesora, para que no escaparan pintiándose hacia el cerro de la Campana. `Regresar volada a la casa para zurcir calcetines y desbaratar los sacos de la harina para hacer camisolas, fundas y sábanas. `Ir al corral en busca de la gallina floja que ya se negaba a poner que lo mejor era darle –tatahuila por el pescuezo y tan luego de pelarla aprovechar al máximo la infundia para los constipados del hogar. `Volver a limpiar la estufa de cenizas para encender de nuevo el fuego. `Arrancar a los lavaderos públicos más próximos para terminar 125 José Luis de lavar. Al tiempo que tenían que llevarse hasta ese lugar leños y basuritas para poner la ropa a hervir. `Traer agua para regar las plantas, cuidar de las flores, a podar y plantar árboles, escardar las hortalizas y librarlas de plagas. `Darles de comer a los animales: gallinas, perros, cochis, patos, canarios, chivos, juancitos y alguna vaca. `Elevar protestas contra la vecina por alguna invasión de parte de algún animal ajeno. `Lavar los tubos de la lámpara de petróleo que había de usarse otra vez como todos los días. `Atender a los hijos que regresaban a comer. Irles a la mano sobre la manera sobre como se condujeron en la escuela, en la calle, en el predio ajeno, jalarles las riendas, curarle heridas y raspones y finalmente terminar espulgándolos. `Hacer lumbre para aprovechar las brasas y poner sobre ellas las planchas a calentar. `Hacer conservas. `Hacer linaza con las semillas del membrillo, por si alguna vez se ofrece (el quince de septiembre), lucir elegante “permanente” casero. `Subir al techo en días de tormenta y destapar los tubos del desagüe. `Ante alguna denuncia, subrepticiosamente recibida, ir hasta “quién sabe dónde” y rescatar al marido para librar de las substracciones extrañas al menguado salario. `Mantener la unidad del hogar y las tradiciones reuniendo en su entorno a los componentes de la familia, para desparramar sobre ellos la tibieza de las costumbres transmitidas oralmente de 126 José Luis generación en generación. `Levantarse por las noches para contar a los familiares, verles por su seguridad, si están bien cobijados, si no son amenazados por alguna alimaña. Quedarse atenta a los ladridos del perro, constatar si las aldabas de las puertas están bien puestas. Si la lumbre se convirtió en cenizas. `En épocas de franco decaimiento moral del padre y largos períodos de desempleo y desocupación, fajarse el rebozo y empezar a tocar puertas en busca de ropa para lavar o recoger ollas pa’l menudo. Por eso yo pregunto: ¿De qué se quiere liberar la mujer de estos días, de la lavadora automática, de la televisión a colores que les entretiene a los hijos, de la cocina integral, de los alimentos enlatados, de los cosméticos fabulosos, del agua potable cantarina que fluye en el seno mismo de la casa, fresca y continua?: ¿De eso. . . .? Costumbres que ya no se usan Cuando llegué a ser niño ya estaban fuera de uso y a punto de arrumbarse en un rincón las costumbres que enumeraré enseguida. Aquel haz de cualidades, de inclinaciones y usos que forjaron a la generación precedente a la mía y que fueron, ni duda cabe, el bagaje que les dio caracterización y orgullo de ser de por estas tierras. Quizá fueron mi generación o el pavimento o los postes de la luz o la loca pretensión de civilizar a los barrios y sacarlos de sus ancestrales modos de vivir los que terminaron por jubilar aquellos ricos y vigorosos hábitos, a tal grado que hoy ya no se estilan: - Ponerse una rondana de hule en la frente valiéndose para ello del natural pegamento de la saliva. 127 José Luis - Taparse totalmente la axila con la mano abierta y luego de accionar violentamente el brazo hacia abajo producir el soberano estallido de un pedo. - Juntar las manos entrelazadas y chocarlas luego contra las rodillas para producir el avaricioso sonido del dinero metálico. - Apretarse las narices y los lóbulos de las orejas con ganchos para ropa. - Dejar sin su “lengua” los zapatos de los mayores para elaborar las cajillas de los “hules”. - Ir a los mandados empujando un aro de alambre de paca con una vara terminada en gancho a la vez que con las manos ir arreándose en la loca creencia de ser un caballo. - Poner en los tobillos a manera de mitazas los botes cilíndricos de cartón donde venia el “Mois”. - Gritar “a veinte” cuantas veces moviera su mutilada cola una cachora. - Colocar, después de haberle chupado la miel, el estambre de un obelisco en la punta de la nariz. - Andar con los parpados volteados. - Levantar una bacha con los dedos de los pies. - Circular como si tal cosa metido adentro de una llanta. - Masticar chapopote hasta más allá de la extenuación mandibular. - Tratar de despegar a dos perros ayuntados, con el palo con el que la papa removía la ropa puesta a hervir. 128 José Luis - Responder ágilmente a “que te importa” con un: come torta con un cuchillo que no corta. - Contestar a una refrescada materna con: la tuya que está en Colima con un elefante encima. - Como para demostrar la animosidad que se tiene para el pleito, borrar la raya que el promotor del mismo ha puesto entre nosotros y el contendiente, validos de “la pata a rais” y luego escupir con fuerza la mano que se pone delante de la cara del adversario para demostrarle que le hemos perdido el más mínimo respeto a sus posibilidades bélicas. Costumbres que ya no se usan 1969 A continuación enumero otro grupo de costumbres que considero ya “cayeron en franco desuso: 1. Circular por la calle metido en una llanta. 2. Tomar a un menor por las patillas y preguntarle ¿A quién quieres más, a Dios o a Yayay? 3. No matar a ningún sapo; pues una vez muerto a este animalito le da por “andar en pena” en busca de su matador con el nada saludable encargo de ahorcarle. En este punto debe constar que no se ha dado aún la noticia de que algún sapo deje de cometer su ritual por mera flojera. Los sapos se valen de miles de medios para orientarse hasta el matador. Conste que nadie escapa. 4. Demostrar que uno es estoico y valiente y que el dolor no es para tomarse en cuenta. Trayendo a la vista de los cobardes las palmas de las manos atravesadas con alfileres y agujas. 5. Tomar el dedo cordial con la punta inferior del pulgar de la misma mano y, presionándolo hacia abajo y adentro, soltarlo 129 José Luis con fuerza hacia adelante, todo para pegarle al enemigo en el mero centro del lóbulo de la oreja. 6. Salir corriendo al mandado que se requiere con rapidez, azuzándose con el conocido arre, arre y pegándose repetidas veces en las asentaderas, todo para adquirir la velocidad de un alma que lleva el diablo. 7. Ponerse un par de “moquitos” en la nariz. 8. Hacer el “zorrillo”. 9. Jurar “por Dios santito sagrado” y después escupir al suelo, por un lado, para darle más dramatismo y veracidad al juramento. Si después de jurar no se escupía el jurador pasaba por vil mentiroso. 10. Usar tirantes. 11. Cortar uno mismo, con los dientes, de la golosina que comíamos y darle del pedazo así cortado al compañerito que nos lo requería. Esta costumbre se generalizó para que los pedichis no se mandaran. Uno controlaba el pedazo que quería dar y lo dispensaba con la misma boca. 12. Al paso de un avión tratar de llamar la atención del piloto, gritando: Aviador, aviadooooorrrrrrrr! 13. En los días de tormenta, con apabullantes descargas eléctricas, tapar los espejos, amarrarse un trapo en la cabeza, alejarse de paredes y puertas, pues son el camino de las centellas, y decir ¡Jesús! A cada que truene un rayo. 14. Decirle a alguien que amenaza de golpear a una persona mayor que él: “Se te va a secar la mano”. 15. Cuando ya se ha sometido al enemigo y uno se ha encaramado sobre él, aplicarle una sencilla llavecita manual que consiste en apretar el puño con el dedo índice formando aguda punta; esta llavecita para que logre la inmediata rendición del contrincante debe ser aplicada a la altura de las patillas (“diablitos”). 16. Mordisquear menudamente de una golosina, todo para “engüerarla”. 17. Cuando se trata de evitar que un perro, al que le somos extraños, nos muerda, decir: “San Jorge bonito amarra tus animalitos 130 José Luis con tu cordón bendito”. 18. Cuando alguien hacía algo desusual, como por ejemplo: sacar un diez en las “tablas”, traer zapatos, peinarse con partidura, se le decía: “va a llover, loco”. 19. Tirar de las orejas del poseedor de una prenda nueva (para que le duren); si los nuevos eran los zapatos, entonces darle sendos pisotones. (en un día los zapatos del que estrenaba sufrían de vejez prematura). 20. Cuando impensada o imprudentemente se pisaba a un compañero, decirle inmediatamente: “mañana pones”. 21. Cuando alguien, merced a un sustote tenía que salir precipitadamente para alejarse del temor, contar: salió como tapón de sidra. 22. Cuando alguien que buscaba lograr una cosa o un deseo, por alguna razón no pudo lograrlos, decirle: “Te salió sello”. 23. Estar validos al “doble llanta”, “bolsa derecha”, a la “sandía”, al “banquito” y a los “anteojitos”. 24. Arrebatarle un objeto o una prenda de mucho valor estimativo para el poseedor y hacerla perdediza entre los compañeritos, gritando al tiempo de arrojarla: ¡Carrole! 25. Hacer antiparras con alambre de paca. 26. Con papel estaño de la envoltura de los cigarros, forrarse los dientes para hacer creer a los incautos que a pesar de nuestra corta edad ya en nuestra dentadura han tenido qué ver las manos de un dentista. 27. Dominar al enemigo aplicándole una dolorosa “manita de cochi”; si eso no conseguía la rendición total, entonces soltarle una “maquinita” (andanada de golpes colocados con increíble frecuencia en tórax y abdomen). 28. Irse a bañar a los lavaderos. 29. Mojarse la mollera antes de entrarle al baño de regadera o de inmersión. 30. Cuando algún compañerito de juegos tiene que ir por un objeto que está muy retirado o a un “mandado” que está muy 131 José Luis distante, gritarle: Qué pochito, loco! O también para causarle la misma desazón en su voluntad, gritarle: lleva lonche loco! Reglas para lograr ser un eficiente burócrata 1976 Me propongo iluminar con la luz de mis indagaciones a cientos de burócratas despistados, que todavía no ven llegar la suya con el patrón porque ignoran qué es lo que hay que saber para llegar a ser el consentido del jefe, el chingüengüenchon; doy aquí las seis fórmulas principales para lograrlo: 1. Saber dónde están situadas taquerías, loncherías, cafeterías y cantinas para cuando se le ofrezca un mandado al jefe. 2. Saber los días de santo, cumpleaños, aniversarios de bodas de todos los compañeros así como principalmente el del jefe. 3. Saber organizar, sin que falte el menor detalle, coperachas, rifas, posadas, brindis, sorteos, cundinas, saber poner bultos para cuando se le ofrezca al jefe inmediato mandar algo para el distrito federal, etc. 4. Saber influir en el ánimo de los demás para hacer una pachanga por motivos como éstos: a) porque es viernes; b) porque es lunes; c) porque se recibió el aguinaldo; d) porque fulano es el nuevo secretario del sindicato; e) porque fulano dejó de ser el viejo secretario del sindicato, f) porque fulano volvió a reelegirse como secretario del sindicato, g) porque no se hizo pachanga la semana anterior y z) para dar la bienvenida al nuevo jefe o despedir al que se va. 5. Conocer al dedillo las prestaciones que otorga el ISSSTE; sobretodo, como conseguir incapacidades por treinta días y cuáles son los trámites que hay que llenar para conseguir un préstamo a largo plazo, y 6. Saber con toda precisión el día y la hora exactas en que hay 132 José Luis que pasar a la pagaduría a recibir el cheque quincenal. Quien ignora estos seis puntos causa el cese definitivo o está expuesto a los inconsolables cambios. Un individuo secuestró un ruletero y lo obligó a ir a la Piedra Bola 1969 Después de estar abanicando por espacio de dos horas ya que el carro de la Piedra Bola que esperaba pasaba siempre con una bola de gente, el burócrata Fulgencio Fraire, secuestró un ruletero de la ruta Choyal-Olivares y le obligó a tomar el derrotero de la Piedra Bola. El “rulepirata” fue aprehendido por la gendarmería destacada en aquel lugar cuando tranquilamente se apeaba del carro secuestrado. Las personas que viajaban en el ruletero secuestrado se bajaron muertas de susto, no por la amenaza del rulepirata ya que este iba amagando al chofer con ponerlo manita de cochi, aplicarle diablitos en las patillas o hacerle cosquillas en los sobacos si se resistía, ellos iban temerosos de que el carro ruletero no pudiese llegar de vuelta a la ciudad, debido al estado en que funcionan estos cacharros, dijeron. Por otra parte, el fachoso chofer dijo que después de este primer secuestro iba a arreglar su unidad por si alguien decide llevarlo a Palestina. Finalmente el rulepirata dijo que el motivo de tal villanía era que tenía prisa por llegar al hogar para no perderse el capítulo de la telenovela “Simplemente María”, fue puesto en libertad por compatibilidad de gustos con la policía. 133 José Luis Momentos. . . . 1970 Hay momentos en la vida de los hombres en que dan ganas de que nos trague la tierra, de que venga un rinoceronte con encefalitis y nos contagie su mal. Hay momentos en que nos dan ganas de que nos caiga en la cabeza un aerolito o un ovni y de que nos apachurre un carro, cuando caemos víctimas de nuestra propia ignorancia, flojera y descuido. Por ejemplo, dan ganas de que nos cuelguen del palo más alto cuando. . . . Nos restregamos los ojos con los mismos dedos con que minutos antes hemos reventado un par de chiltepines. Cuando la muchacha que sale por primera vez con nosotros nada más se la lleva platicando de los atributos de hombres que no conocemos. Cuando nos dice, al tiempo que nos señala a un tipo joven, alto, carita y rico: “Mira, ese fue mi primer novio”, Cuando habiendo tomado un ruletero equivocado, éste nos deja en el otro extremo de la ciudad y ya no traemos más dinero para el regreso. Cuando al finiquitar un noviazgo la muchacha nos devuelve cartas, flores marchitas, mechones de cabello, pero no los anillos que le hemos regalado. Más ganas de que nos trague la tierra nos dan, cuando. . . . Tiempo después alguien viene y nos cuenta que esos anillos que no nos devolvió la ingrata los anda luciendo ahora el nuevo pretendiente. Cuando estando de visita la novia nos descubre, por encima del controste de los zapatos, el agujero de los calcetines. Indudablemente que nos dan ganas de que nos lleve patas de catre cuando en la taza en que nos han servido el aromático, en la cafetera de nuestra preferencia, descubrimos el carmín que dejaron allí unos labios profusamente pintados. Pero, más ganas de que nos lleve el tren nos dan, cuando nos asalta la siguiente duda: ¿Serán de mujer estas huellas? 134 José Luis Pequeñas bromas para divertir a los amigos. . . . 1969 ∼ Si vive usted en un octavo piso y ve que por la banqueta va pasando uno de sus mejores amigos, déjele caer una pequeña piedra de 200 Kgs. de peso en la cabeza. Vea después la sorpresa que dejará en la cara de su amigo. ∼ Tome una pistolita de agua y cuando vea a un amigo hágale algunos disparos. La broma tendrá un curioso efecto si carga la pistolita con ácido sulfúrico. ∼ Antes de que su amigo vaya a tomar asiento, colóquele un cable de 50,000 voltios. Véale la cara cuando exclame: ¡Chispas! ∼ Tome un alfiler y pínchele un ojo a su amigo. Para que la broma se ponga de manifiesto, dígale que se asome a ver por el agujerito que le ha causado. NOTAS ROJAS. 1969 Un muerto. Fea muerte por asfixia sufrió hoy un individuo casposo, el cual al agacharse para recoger un veinte se le vino toda la caspa para adelante tapándole la respiración, dejando de existir inmediatamente. Personas que presenciaron la muerte de este difunto dicen que lo oyeron decir por último: “Cáspita!”. Un hombre desapareció en la Vía Pública. 1969 Hasta el mediodía de ayer la policía no se explicaba la extraña desaparición de un hombre en plena vía pública. Los hechos cuentan que ocurrieron así: El Sr. Roberto Atampan se encontraba en la esquina de las calles Turcas con Desmanes cuando súbitamente y sin que nadie advirtiera nada extraño ni anormal PUM desapareció, causando entonces si, 135 José Luis extrañeza a quien lo miraba. Ni la policía se explicaba lo insólito del caso dado que en la ciudad no se ha presentado nunca ningún platillo volador, de esos que a diario ve Pedro Ferriz. Y ni modo que se lo haya robado la novia, dijeron, porque el desaparecido era de esos que dicen: Ay, se me cayó otro veinte. . . . Pero gracias a la oportuna intervención de los sabios de JOSÉ LUIS, ayudados por los cobradores de la Unión, pudo esclarecerse todo el asunto quedando el caso resuelto en tres patadas. El propio Roberto siempre fue muy bocón. Tenía la boca demasiado grande. Algunos médicos le habían advertido de que si inopinadamente bostezaba iba a desaparecer tragado por sí mismo. Y ayer, para su desgracia, Roberto bostezó inopinadamente. NOTAS INTERNACIONALES 1969 MOSCÚ. A un ministro de Moscú le salió el cucú por no lavarse el pelo con champú. Otro muerto Un individuo, muy hogareño, tomó por equivocación un cable de alta tensión confundiéndolo con la manguera con la que regaría el jardín de la casa. Quienes lo vieron morir dicen que el ahora calcinado exclamó, un instante antes de estirar el pellejo, lo siguiente: “Chispas”. FE DE ERRATAS 1969 Por un error, que somos los primeros en lamentar, en el número anterior se nos fue la pata y publicamos que el tiraje de nuestro informante era del orden de 10000000000 ejemplares; lo cual no es verdad. . . . 136 José Luis En realidad el linotipista colocó al revés las cifras, nuestro tiraje sigue siendo de .00000000001 (ejemplares). En la misma edición pasada apareció que teníamos “agotadas todas las suscripciones” aclaramos que se trata solamente de otro error del formador. Pues en realidad quisimos decir que los agotados son los suscriptores. Pues no hayamos a la fecha quien nos quiera leer. Doy fe: El Director Aquí en Sonora en el... Verano se advierte que: -La gente suda. - En todos los puntos de la ciudad, particularmente en los mezquites, cantan las chicharras. -Las boticas con ideas modernas regalan ofertas a sus clientes, las de propietarios conservadores y codos, simples abanicos de cartón. -Aumentan los chismes. Con el cuento de que por las tardes las personas sacan las sillas a las banquetas se dan cuenta cómo vive el vecino, a qué hora llega (y como), qué anda haciendo y que come. -Si un curioso paseante madruga, podrá ver sin mucho esfuerzo, las gentes que duermen afuera. Verá a algunos tapados con una sábana con los dedos de los pies de fuera y varias moscas sobre la sábana y también verán a otros sentados en los catres, con los pies colgando, desperezándose y bostezando aún con la cara abotagada. -En cada esquina se encuentran un paletero y en cada cinco un vendedor de pitayas. -A la puerta de un establecimiento con refrigeración se sienta un limosnero. -Los perros andan con el hocico abierto y con sus cuerpos húmedos. -Dentro de los ruleteros las jóvenes que trabajan en las oficinas 137 José Luis evitan todo roce con aquellos que van desaseados y sudando; ellas, merced a su minifalda, dejan sendos surcos de sudor donde venían sentadas. -La gente se detiene de su quehacer para levantarse la camisa por debajo del cuello, meter la boca dentro de ella y echarse un soplido hacia el abdomen. -Con el dedo índice se trata de borrar con una sola pasada todo el sudor de la frente, luego de sacudirlo contra el suelo se ve el monto de nuestro propio calor. -El sirenazo de las ocho de la mañana suena casi al filo del mediodía; el de las nueve de la noche cuando la tarde aún no se ha despedido completamente; con todo, algunos oficinistas siguen llegando tarde al trabajo y tarde por las noches al hogar. -Los que se conocen, así como los que no se conocen o los que están por iniciar una plática o romance, empiezan diciendo: “Puchi, cómo hace calor”. “Sí dice el otro nunca había hecho tanto”. -Los periódicos hablan de la temperatura en grados; de las precipitaciones pluviales en m3 del volumen de las presas y del número de deshidratados al aventón. -En general las gentes andan más aseadas que en el invierno, pero no más elegantes. La gente arranca para las playas en donde hace más calor; pero en donde está permitido andar en peloto. -La gente gasta más que en el invierno, porque: más electricidad para los abanicos; se va de paseo por las tardes buscando lugares frescos. Se baña todos los días. Se cambia de ropa todos los días. Se consume gran cantidad de refrescos, particularmente cervezas. -El novio prolonga sus visitas hasta las doce de la noche, ó hasta que ve pasar a la suegra rumbo al corral con los “tendidos” en ristre. Durante el día los componentes del hogar están de mal humor, nerviosos y adormilados; cesan los agotadores juegos de los niños, ni siquiera el trompo, el balero o las canicas cobran algún interés 138 José Luis a sus desguanzados espíritus; toda la atención de los chiquillos se concentra en la búsqueda de un balneario. -En loco vuelo pardean el cielo de la tarde parvadas de zigzagueantes garapenas, el porohui, la cachora, la chanana saltan y corren y jadean porque quieren vivir. Lo mismo el sapo y su familia. El pasto reverdece y se descubre total en la campiña, porque quiere dar vida; en tanto, el hombre, nada más suda y desquicia el ambiente. Desenfrenadamente… todo el año. Mientras que en el invierno se advierte que… … 1969 -Todos hacen br, br, br., (con las mandíbulas apretadas fuertemente y con b grande). -Las personas que caminan lo hacen con las manos en la bolsa, encorvados como si el frío pesara toneladas. Los brazos van unidos firmemente a los costados. Pocas veces se levanta la cabeza la cual va inclinada para cubrir el cuello con la barba. -Cuando uno o más individuos se encuentran el inicio de la plática siempre es ésta: Híjuela, cómo está haciendo frio. El final bien puede ser este otro: “Cómo estará en Cananea”. -De las ocho de la noche en adelante es raro ver a alguna persona en la calle. Si acaso es alguien que va en procura de unas hojas de eucalipto o un tarro de vícs. O de alguien más que regresa de “visita”. -Los paseos en coche amenguan su frecuencia. La venta de cerveza disminuye. Los accidentes también. Se estrechan las relaciones familiares y la navidad encuentra a la familia unida y armónica. -Vuelven a oírse las palabras gripe o gripa, catarro, resfriado, vícs, neumoticine, canela, constipado, reumas, bronquios anginas; suera, 139 José Luis maquinof, cuilta, chamarra, yompa y cacahuates. -Mientras el termómetro baja, aumentan las bodas. -En lo general las personas andan más elegantes que en el verano, pero no más aseadas. -Los novios tienen que sufrir el que se acorte la visita; ante inclemente temperatura tienen que prescindir de los paseos aire libre, de los coloquios del parque, de la subida al Cerro de Campana. Su refugio único vuelve a ser el cine, sin importar programación. la al la la -El invierno pone de manifiesto la pobreza de los pobres y la abundancia de los ricos. El verano es más democrático. Sin embargo la bondad y el desprendimiento encuentran campo propicio en el frío. -No falta quienes compongan versos. -Los jóvenes se enamoran menos (los viejos también). Decrece la necesidad de llamar la atención. De pasar advertido de lucir, por ello las ventas bajan. Razón por la cual las fiestas navideñas inventadas por los comerciantes encuentran fácil explicación. -Las mañanas son grises. El cielo de la tarde cae derrumbado por una inmensa polvareda. El sirenazo de las nueve de la noche sorprende un ambiente sórdido y despejado de toda naturaleza animal. Antes de entrar a la escuela José Luis, sopla su vaho convencido de que el lápiz es todo un cigarro. Enfrente de él otro le imita mandándole una bocanada más espesa. -Br, br, br, br. 140 José Luis OROSCO---PO…….. 1969 ARIAS. (21 de marzo al 20 de abril).-Por más que le busque: los cosméticos que se aplica en su abatida carita, ya no dan el efecto de antes. Es mejor que se deje de cosas y se ponga a cuidar a sus nietos. MAURO. (21 de abril al 21 de mayo).-Aproveche si se le presenta la oportunidad extraordinaria que está esperando para escaparse con su novia. Es muy probable que el agradecimiento de otra persona sea su única recompensa: el padre que la mantenía. JIMENEZ. (22 de mayo al 21 de Junio).-Los astros están muy chivas con usted, ya que toda la semana los estuvo tirando a lión. CANCECO. (22 de junio al 23 de julio).-No se decepcione Miguel porque el amor le ha sido ingrato. Haga un pequeño sacrificio y pruebe con mujeres. OLEA. (24 de julio al 23 de agosto).-No siga tratando de probar lo que todos ya saben que puede hacer. Ya suman dieciocho los miembros de su familia. VERGARA. (24 de agosto al 23 de septiembre).-Viaje intempestivo e inesperado le colocará contra su voluntad en Cuba. Y aún después de eso insistirá en seguir recibiendo sueldo de “aviador”. LIBRADO. (24 de septiembre al 23 de octubre).-Un inexplicable sentimiento de amor hacia los perros le hará cambiar de actividad: así que tendrá que clausurar su taquería. 141 José Luis ESPIRIDIÓN. (24 de octubre al 23 de noviembre).-A usted ya no le vamos a ayudar ni aconsejar más. Sale la misma. Total usted siempre la anda regando. SAN HILARIO. (24 de noviembre al 21 de diciembre).-Su influencia se esparce. Muchos están interesados en lo que dice: un cura, una concurrencia dentro de la iglesia, una novia ofendida…. Su “sí” desarmará a unos suegros encarabinados. CELEDONIO. (22 de diciembre al 20 de enero).-Las promesas son buenas señorita. Pero en lo relacionado con “eso” es mejor que se las hagan ante el altar. MACARIO. (21 de enero al 19 de febrero).-Usted sabe lo que quiere cuando ha descubierto que él es su tipo. Vaya en pos de él, Rodolfo, digan lo que digan los demás. TISIS. (20 de febrero al 20 de marzo).-Amiga mía: ya ve que su edad no es para andarse cuidando del qué dirán y de las habladas. Ya vé que llegó a los cuarenta y nada ha conseguido. Oiga este sano consejo de los astros suyos: sea liberal al bailar; permita que la aprieten y le cuenten una de vaqueros al oído. No le saque. 142 José Luis ETIMOLOGÍAS DE ALGUNOS LUGARES 1969 Conocer de etimologías es comprender mejor el idioma que hablamos. Es poder hablar con más propiedad y evitar al escribir las vergonzosas faltas de ortografía. Mas como existen etimologías griegas latinas, fenicias, eslavas, egipcias, chinas, tarascas, nahuatlacas, yaquis, huicholes, etc., o sea, que hay un sinnúmero de etimologías que hacen bolas al estudiante y le impiden todo progreso en sus estudios, el periódico JOSE LUIS elabora una etimología práctica que servirá lo mismo para tratar el origen del sanscrito que el origen del caló de los pueblos maleducados. He aquí pues, a una etimología fácil de entender y de descubrirla en sus orígenes; para el caso nuestra publicación se inicia con las etimologías de algunos lugares de nuestro estado. ACONCHI. Aco, manteca. Chi, cochinito: manteca del cochinito. HUÉPAC. Hue., huevos, Pac. Paquete; idea afín: paquete o carterita de huevos. NAVOJOA. Nav, nave, barco. Ojo, ojo. A, dirección. Idea afín; abusados con el barco; mas como en Navojoa no hay barcos entonces la idea esencial es “Ponte buzo”. BANÁMICHI. Ban. Del verbo ir; michi, del chipili misa. Dícese de los que van a misa. BAHIÍA KINO. Ba, baño. Hía, ia, ia: gritos de alegría. Ki, qui, qui, ri, qui, madrugada. No, no. Idea afín: lugar para bañarse con mucha alegría, aunque no sea temprano, pues el agua está fría. CUMPAS. Cum, compañía. Pas, padres. Idea afín: compadres o compas. TOPAHUI. Top, stop, alto. Hui, huico: Cuidado con los huicos. 143 José Luis Riña entre dos galenos especialistas… 1969 Dos médicos especialistas en cirugía y fisiología se liaron esta mañana para atender al pedido de un hospital que había de contratar al triunfador. La riña de los galenos no fue sencilla y común. No se desenvolvió como la del hombre corriente de la calle. Es decir, que no hubo maquinita, yabs, diablitos, patadas, trompones, gaznatadas, reveses o tapabocos. Ni siquiera un simple guantón. Todo el pleito se escenificó de manera científica. Ya que eso era lo que se pedía. En el primer raund uno de ellos se acercó a su oponente y presionándole el músculo masetero le abrió la boca y le hizo tocar la campanilla. Este visiblemente ofendido le intervino rápidamente el oído medio y le desarticuló el huesecillo llamado martillo y ya con él fue a desbaratarle la silla turca en la parte superior del esfenoides. No conforme con esta gran estrategia le puso a las alas mayores del esfenoides un nervio motor con lo cual las referidas alas revolotearon por todo el encéfalo provocando hartas lesiones de carácter irreversible. Un poco repuesto de la zozobra en el que lo pusieron sus alas mayores tomó este galeno un mazo de madera que sirve para medir los reflejos del paciente y golpeó a su contrincante con un mazaso certero y seco en el codo. Todo hacía suponer que lo que quería era provocarle un calambre e inutilizarle el brazo pero el impacto tuvo consecuencias más contundentes: le causó un corto circuito de gran potencia que le incendió la bata al médico enemigo. Una vez que apagó sus ropas el quemado refiriéndose a su enemigo le amagó en esta forma: orita mismo te sepultaré en la bóveda palatina o de perdida te veré postrado ante el pabellón de mis orejas. Luego de ello se abalanzó sobre su competidor y de un fino ademán 144 José Luis le desinsertó de la apófisis sigmoidea el músculo irrisorio, con tal avería el adversario prorrumpió en sonoras carcajadas sin poderlo evitar. Todavía riéndose el matasanos hilarante virtió sobre el músculo masetero de su enemigo bastante fertilizante y diversas semillas de fanerógamas y angiospermas. Más pronto que en un instante brotaron de la cara de este médico infinidad de gladiolos, margaritas y lirios que le taparon toda visibilidad sobre el combate. Una vez que hizo una poda aceptable sobre su fugaz jardín desinsertó de su enemigo los siguientes músculos: esterno cleido mastoideo, milo hiodes, y el genihiodeo con lo cual la cabeza del doctor jardinero quedó sin ligaduras. Hecho que fue aprovechado por el adversario para darle de vueltas y vueltas y mediante la rotación sobre el atlas conseguir el nocaut del enemigo. Rápido este tomó unas cápsulas contra el mareo y antes de que tocara la campana le administró un tratamiento quiropédico a su enemigo en el cuerpo calloso del cerebro con lo cual los hemisferios cerebrales quedaron desunidos y su médico poseedor fuera de combate. El hospital de renombre no dudó en darle la plaza de cirujano a este último médico que demostró tantas aptitudes en su lucha por dejar sin vida a un cuerpo. 145 José Luis El que se hizo cochito 1970 Por el señor Terencio Botello Petepujas es que la gente puede usar apropiadamente el dicho “te andas haciendo cochito” tan generalizado ya en nuestro medio. El señor Terencio, cuyos datos biográficos vamos a dejar de lado ya que no interesan tanto como la acción que lo hizo famoso, no se distinguió por nada en la vida. Únicamente que ya llegado el ocaso de su existencia y al bordo de la ruina económica, olvidado por sus hijos, mujer y demás familiares y sólo acompañado por un pequeño cerdito de tres meses vio que su existencia no tenía ningún sentido y antes de pensar en la huída por la puerta falsa se hizo a la calle y allí compró un billete entero de lotería. Se jugaban tres millones de pesos. Para comprar el billete, el señor Terencio hizo acopio de todos sus modestos bienes y haciendo un solo bulto fue a venderlos a un negocio de “segunda”. Con el producto de la venta acabaló para el entero y se dijo: “Si esto me falla me despediré del mundo, total que queda por hacer en él, estoy olvidado por todos. Chihuahua que triste”. Y esperó el día del sorteo. Y tal y como lo imaginábamos el señor Terencio salió ganancioso con el total del premio (claro, por algo es uno de los personajes famosos del José Luis) y fue y lo cobró y un sinnúmero de reporteros indagaron por su vida y sus familiares y ocupación, oficio, etc. Salió en todos los periódicos. Los familiares claro está se dieron cuenta inmediata de la bondad de la fortuna para con aquel pariente tan querido y más pronto que tarde se hicieron presentes ante nuestro personaje mujer, hijos, tíos, amigos, entenados, nueros, yernas, etc., a refrendar un amor que nunca se había enfriado por la distancia, sino que por el contrario había crecido de tanto no tratarlo ni verlo. Como es común en estos casos, los parientes excusaron ausencia y el abandono arguyendo mil cosas de la vida y después de hacerlo pasaron a pedir parte de aquella buena fortuna a Terencio. Este les dijo que era un vil menchira que se había sacado el gordo de la lotería y que era muy bueno que se hubieran acordado de él porque 146 José Luis a la fecha ya no tenía ni que comer. Y para comprobárselos fue a donde tenía amarrado el puerquito de tres meses y se puso a comer con singular fruición de los desperdicios que este devoraba. “Miren, les dijo, ya ven que no tengo nada que comer, mientras trataba de pasar una tortilla dura arrebatada del mismo hocico del animalito. Los familiares terquearon pero fue inútil. Regresaron al otro día y volvieron a verlo comiendo desperdicios. Otro día igual. Y al mes igual. Comiendo tan sólo desperdicios que los vecinos le acercaban al puerquito. Los parientes optaron por retirarse en definitiva de aquel afortunado masticador de desperdicios. Cuando otras gentes preguntaron a los parientes del afortunado que qué había sido lo que les había tocado del gran premio, estos molestos sólo contestaban: “Pues fíjate que no nos dio nada.” Y por qué, les inquirían. Pues porque nomás se la lleva haciéndose cochito. Y desde entonces a todo aquel que trata de ocultar una verdad que a ojos vista resalta en toda su realidad, se le aplica el “se anda haciendo cochito”. Como Terencio el del cochito de tres meses. 147 José Luis AUSTERIDAD 1970 La austeridad está de moda. A diario se habla de ella. Los temas de conversación habituales así como los trascendentes llevan el barniz de la austeridad. Austeridad para todo. En la calle, en el cerro de La Campana, en el uso del agua, austeridad en el cine, y en el Parque Madero. Por todas partes se habla y se grita austeramente. Tanto se ha manejado este término que ya todos sentimos algo por la austeridad; cariño, amor, ternura, conmiseración, etc. Y lo más importante. Ya somos muchos los que hemos comenzado a ponerla en práctica. Por eso a diario se ve que ya el padre de familia no despide con un peso al hijo que se va a la escuela, sino que de acuerdo a los tiempos que vivimos le da un sonora beso y un buen consejo al lado de un sinfín de bendiciones. Austeridad en todo y ante todo. Austeridad tres veces al día y antes de cada comida; austeridad antes de irse a la chamba y antes de irse a la cama. Austeridad. . . ∼ Austeridad es. . . usar los focos fundidos para zurcir calcetines. ∼ Austeridad es. . . guardar un chicle pegándolo debajo de la tabla de la mesa. ∼ Austeridad es. . . prender varios cigarrillos con un solo cerillo. ∼ Austeridad es. . . voltearle el cuello a una camisola. ∼ Austeridad es. . . cortar a segueta un birote de varias semanas para hacer una sopa de ajo. ∼ Austeridad es. . . mocharle aquí a esta columna para ahorrarle espacio al mejor periódico de Sonora. 148 José Luis Infalible fórmula para componer canciones rancheras Tengo la fórmula para componer quinientas o más canciones rancheras por hora y me parece que es la más sencilla. Escribir dos mil o quince mil canciones del corte de las de José Alfredo o del uy uy uy, Juan Gabriel, es algo ya posible y al alcance de la mano del más común de los mexicanos, gracias a mi descubrimiento. El procedimiento no es nada complicado y lo voy a dar a conocer como una aportación de servicio social más de la G de J L a la ciencia nacional. El símbolo y la estructura de la fórmula es la siguiente: E (100) + S + 1 (DF) = T MS Este es su desarrollo: Se toma primero un sentimiento cualquiera (S), digamos Desolación: se divide a éste en otros cuatro o cinco derivados (MS que indica Más Sentimientos), como ejemplo: desconsuelo, desamparo, angustia, pena, tormento, pesar, etc. Se le suma después alguna impotencia (I) tales como la pobreza, vicio, fealdad, estar casado, etc. Se multiplica el resultado por alguna determinación fatal (DF) como voy a quitarme la vida, me voy a tirar al vicio, me voy de bracero a enfrentarme con los KKK, etc. Y luego con este resultado se inicia la canción con una exageración multiplicada por 100 (E). Si se pensaba, por ejemplo, escribir “voy a beberme la presa Abelardo Rodríguez porque ya no me quieres. . . .” entonces se multiplica esta exageración por cien y queda así: “Voy a secar el mar, de un solo trago, porque ya te perdí”. Para obtener el título se le saca raíz cuadrada al resultado y ya está la fórmula completa y la canción terminada. La música no significa el más mínimo problema, al igual que todas las que andan por ahí, también las resultantes de seguir este procedimiento se pueden acompañar del extendidísimo chun da ta, chun da ta. 149 José Luis Ejercicios 1970 Si usted fue un buen niño que practicó cabalmente sus juegos y tuvo un sano tránsito por esa etapa de la vida, hallará en esta nueva sección de la G de JL oportunidad de ejercitar su memoria contestando a este pequeño test introspectivo: Vamos a misa, no tengo ____________ Vamos al cerro, no tengo ___________ Tolondrones, para los ______________ Mira para arriba y come _____________ Mira para abajo y come _____________ Pelón, pelonete cabeza de ___________ Si contestó acertadamente a todas las preguntas, está capacitado para emprenderla como un iniciativo privado. Si contesta a menos de la mitad, resígnese a pertenecer a la próxima legislatura estatal. 150 José Luis La botica como remedio 1978 Hace más pocos años que los que se pueden contar con los dedos de las manos, las boticas en nuestro medio eran solamente unas cuantas. A partir del momento en que se inició la proliferación de taquerías, inexplicablemente creció el número de farmacias. Hoy ya tenemos una botica por cada tres hermosillenses que quieren ayudarse a morir. El negocio de la medicina es uno de los más redituables de esta época. Todo mundo carga algún mal. Todo habitante tiene una enfermedad que contarse. Cada uno de nosotros, según los galenos, somos alérgicos a algo y eso ya nos pone en el camino de medicinarnos. Es muy raro encontrar hoy en día, a un individuo que no traiga en sus bolsillos una prodolina, una cibalgina o ande masticando de perdida Aspergum en lugar a los chiclets Adams. En la alacena, el Soldryn, el clorofenicol y el fluviatol le disputan el lugar a la pimienta, al clavo y al anís. Para callar a un niño molesto nada mejor que darle una cucharadita de actifed y santo remedio. Hay, incluso padres que atemorizan a sus niños de que si no se duermen pronto no le darán su cucharada de jarabe y aquellos que reconocen la delicia de haber probado los nuevos sabores de medicina moderna, sherry, yerbabuena, menta y tutifruti, inmediatamente se disponen a planchar oreja. Hasta los más flacos endulzan su café con sacarina; algunos novios se regalan píldoras y muchos matrimonios terminan en el divorcio porque “mi vieja se gasta hasta lo de mis alcacélceres “. Lindo negocio es el de los boticarios. . . . muchos ya pusieron en sus establecimientos carritos para transportar la carga como el de los supermercados, próspero negocio que ha florecido gracias a que los médicos para todo recetan algo. Si va uno a hacerles una visita de amigos, lo despachan con un cargamento de medicamentos. Si se les encuentra uno en la calle y les saluda con el modo sonorense de decir ¡epa! Ellos contestarán: “epalina, pero antes del desayuno”. Lo malo con todo este relajo farmaceril es que ya vamos olvidando 151 José Luis los viejos remedios que sí eran de pronta acción: –Comadre, qué contra el hipo. . . –Tómese un vaso de agua sin respirar, pero que el pulgar apunte para el rincón de la casa. –Y qué contra el constipe? –Pues infundia de gallina. . . . –Ahhh, tengo a Joseluisito con maldiojo. . . . –Después de Dios, los orines son la cosa más linda, comadrita. . .. Diario de un Loco 1979 Siempre que camino me gusta llevar la vista fija en el suelo. Y no porque tenga miedo de dar un traspiés e ir con mi boca a probar el duro pavimento. Camino así desde hace ya 30 años, buscando un rollo de dinero; ya un cachito que alguien en su prisa haya olvidado y que yo al ir a verlo en la lista lo encuentre premiado; de perdida busco un mapa de tesoro. Agachado siempre, la vista clavada en el suelo, a la fecha, oh! Desilusión, nada en el panorama: recibos de luz, cancelados. Letras mutiladas del margen donde estuvo la firma del deudor; periódicos Sonorenses, vueltos por la página donde se lee Mi Libreta de Apuntes; botes vacíos de cerveza, pero ningún indicio que pueda hacer variar mi condición económica. Nada que permita ganarme la vida con el menor esfuerzo. A todo esto, debo decir que un día recogí un curioso envoltorio en forma de cuaderno que vino a rematar mero encima de mi zapato. Por un momento me alegré pues pensé que se trataba de un rollo de billetes que cuadras arriba hubiera arrojado a la cara del patrón un enojado trabajador, molesto porque el esfuerzo no era debidamente recompensado. Será el famoso mapa que abandonó envuelto en cuero de res el padre Kino, ya próximo a despedirse de sus misiones. Cuando lo tomé entre mis manos pude notar que semejaba a uno de esos diarios que las quinceañeras dan de baja el mismo día que pierden con su novio en turno. La primera intención fue botarlo 152 José Luis para que siguiera rodando en el canal que forman la banqueta y la calle, pero al pasarlo frente a mi cara observé más por el dibujo de las letras que por haberlas leído realmente, que tenía frente a mí un singular: Diario de un loco Sí, alcancé a tirarlo, pero no bien hubo caído al suelo cuando ya lo estaba levantando. ¿Qué podrá escribir diariamente un privado de los sentidos? ¿Qué sentimientos albergará un alma que yerra por los humos etéreos de la sinrazón? ¿Cómo será la letra, nomás la letra, de un descocado? Picado de la curiosidad que crecía desmesuradamente, cada segundo, tomé el diario como si se tratara de un fajo de billetes del cuño anterior a la devaluación. Voltié hacia los cuatro rumbos cardinales y me dirigí a la parte más solitaria de Hermosillo, pensando en las locuras que consignaría el libraco en cada página. Se tratará sin duda de un ido que relata la vez aquella en que. . . “22 de Enero: este día he aprendido algo nuevo; un tope contra una barda de piedra te hace ver marcianos. No te recomiendo los topes contra una tapia de tablas, apenas si se ven pajaritos. . . . 28 de Julio: Cuando se va la luz, ¿para dónde se va? Y ¿hasta dónde llega? Estas preguntas me hacía ayer cuando la tormenta. Como nadie me las pudo contestar, hoy esperaré el primer apagón para irme con la luz. Luego les cuento. . . . 12 de Septiembre: Alguien dio con los frascos donde almacenaba suspiros. Tenía allí suspiros de muchachas quinceañeras, de madres viendo pasar al hijo ausente; también guardaba ahí suspiros producidos por el amor patrio; todo esto lo hacía porque sé que llegará el día en que nadie pueda suspirar por sí mismo. Tendrá que comprar un suspiro para cada ocasión. Pero ahora me he dado cuenta que me han robado todos los suspiros. Como ya los busqué por toda la casa y no los encontré, aquí estoy sentado, triste y suspirando. . . . 5 de Octubre: Dicen que estoy loco porque tengo miedo de que me de un toque la máquina de coser de pedales. A la eléctrica no le tengo miedo y por eso la agarro por los cables pelones y las chumaceras. Já, si la máquina eléctrica hace cortos circuitos y me avienta no me asusta. Pero si la de pedales 153 José Luis llegara un día a darme un toque, entonces si se me va la tripa de un susto. . . . 16 de Octubre: Estuve tratando de ponerme los ojos en la boca y de llevar ésta a colocarla en el lugar de los ojos. Por más lucha que le hice no pude, como que estorbaba la nariz. Pero lo estuve intentando hasta que se me hincharon los labios y me sangraron los párpados. Finalmente me tuve que conformar con rasurarme las pestañas y las cejas como veo que mi tío hace con los pelos que le salen en la boca. . . .” Cuando ya hube llegado al museo terminé mis erradas divagaciones, abrí ansiosamente mi hallazgo y con una vista vertiginosa leí en la primera página: Salario mínimo: ¡Diario de un loco! Clasificación de los cafeseros Una rápida clasificación del público de los cafés. Arrojó los siguientes resultados: Un tres por ciento acuden al café únicamente par ir a jugar ajedrez. Un treinta por ciento asisten al mismo a ver a quién ven. Un diez por ciento, a ver quién los ve. Un veintiocho por ciento andan en busca del clima bondadoso que les tumbe el sopor y el bochorno de las altas temperaturas. Un diecisiete por ciento, entibiece alguna esperanza, con la mesera que sirve los cafés. Un cuatro por ciento anda en busca de socios, compañeros de charla, auditorio para sus ideas, clientes para sus negocios; oídos para sus ocurrencias, atención para sus necedades, y Un punto cero, cero, cero tres por ciento va a degustar la calidad de café que se sirve, pero al ver que se trata de un líquido parecido al agua para el nescafé, se ponen a hablar mal del gobierno. 154 José Luis El Peso, un Pachuco ya sin “Pegue” 1976 Nada mejor que abandonar un peso en mitad de la acera para poder medir la popularidad y la fuerza de arrastre que tiene entre la gente. Recuerdo los primeros cabeceos, las vacilaciones que experimentábamos cuando niños a la vista de un peso tirado en la banqueta de la vía pública. Era un gran hallazgo, se necesitaba andar con toda la leche encima para tropezar con un tesoro de esta naturaleza. No hace muchos días y llevado de una fuerte nostalgia me hice a una céntrica banqueta y abandoné al descuido un buen lustrado y atractivo “varo” de esos de cuproníquel. El peso solitario llamaba con sus bruñidos destellos a más de un metro a la redonda. Probaré –me dije- el pegue que tiene hoy en día el “pachuco”. A ver que sensación experimenta el descubridor, a ver que satisfacción le veo dibujada en el rostro, que comentarios hace una vez que se lo lleve a los bolsillos. Así quedó aquel peso, abandonado, al parecer sin dueño y dispuesto a acompañar al primero que quisiera tomarlo. Al cabo de cuatro horas y después de que por el lugar pasaron 178 personas, pude comprobar que nuestra moneda no sólo ha perdido valor real, adquisitivo, sino también el estimativo. Todos veían –excepto dos ciegos- a aquél triste señorito quedado y pasaban por sus encimas negándole hasta una segunda mirada. Ninguno de nadie se detuvo a recoger la moneda. Al cabo de las cuatro horas de prueba, la persona número 179 se agachó al suelo con gran contento y regocijo y tomándola entre sus dedos. Inmediatamente agucé mi atención para ver sus reacciones, ante la sorpresa del hallazgo, pero en el mismo instante el descubridor regresó la moneda a la banqueta como quien ha sido engañado de fea forma. No resistí preguntarle el porqué de su actitud a este viandante desinteresado. –Perdone, buen hombre, ¿porqué desdeña la moneda? –La confundí creyendo que se trataba de una corcholata. En mi engaño pensé con ella hacerle un chiflo o un zumbador a mis hijos pero ya vi que se trataba de sólo un peso y la volví a dejar en el lugar, 155 José Luis pues ¿quién que se crea en su juicio querrá cambiar –hoy en día- una corcholata por un triste peso? No bien se hubo despedido de mí cuando noté que un bolero llegaba hasta el lugar donde descansaba ahora la moneda. La curiosió un rato con la mirada y probó fallidamente –en varias ocasiones- para ver si la podía subir con los dedos de los pies a un lugar donde sus manos la alcanzaran. A las tres intentonas abandonó resuelto la empresa dejando el esquivo pachuco en el mismo lugar de su extravío. Ya iba yo a recogerlo pero se acercó una rolliza dama y mero encima del peso se agachó con grandes esfuerzos y… compuso una de sus medias, subiéndosela hasta media pierna. El tiempo del experimento se terminó junto con el de mi paciencia y fui por mi peso en el momento mismo en que un ágil señor de brillante calva saltó sobre él. – ¿Se llevará usted la moneda?, le pregunté ansioso. –De ninguna manera, es suya toda entera, únicamente le ruego me la permita unos segundos; hacía tanto tiempo que no veía un peso que había olvidado sus contornos, los bordes, la silueta, la carita del Sr. Morelos. Después, al igual que las 295 personas que vieron mi peso el de la brillante sesera se fue suspirando. Suspirando de nostalgia al recordar los días aquellos en que por un peso se podían comprar cientos de cosas y hasta nos sobraba feria. 156 José Luis Las aromas de Hermosillo Quien quiera que en esta época desee distinguir a una ciudad de otra valido de la nariz, se tirará plancha. Porque actualmente todas las ciudades del mundo apestan por igual. Hieden, bufan, patean a diablo, es decir a azufre: a llanta quemada. Si antes los abuelos que regresaban por ferrocarril eran recibidos por definidas fragancias de azahares, ahora cuando nosotros nos bajamos del avión, nos dan la bienvenida acres oleadas a aceite quemado. Hasta antes de los sesentas, todavía cada barrio de Hermosillo conservaba un aroma que lo identificaba de los demás. Bálsamo reconstituyente con que podían hincharse nuestros pulmones sin el riesgo de quedar tilínquis al primer narizazo. De por rumbos del “Retiro” se levantaban las aromáticas esencias procedentes de las elaboradoras de café tostado y molido (“Combate”, y “Mejor) ya en el espacio, se confundían los efluvios con el vapor expelido por las locomotoras que hacían patio en la “pera”. De Villa de Seris llegaban hasta muy dentro de la traza citadina, los tiernos aromas a coyota recién horneada que hacían emblanquecer la cuenca de los ojos despertando el apetito más apático. En la atmósfera benigna y arrobadora para las narices, se guardaban a toda hora los efluvios del lúpulo y la malta europeos de los hornos de la Cervecería Sonora, por allá por rumos de las Palmas. Quien paseaba por el Cine Noriega se llevaba en las chatas, por cuadras y cuadras, las esencias de cereza, sidra y crema de la sodería La Imperial. Sambenito no les iba a la zaga a los paridores de éxtasis aromáticos: desde temprana hora flotaba en el aire el picante olor a tabaco recién desempacado en las bodegas de cigarros El Toro, de Arturo Calderón. Tabaco traído en lomos de bestia, desde las ricas márgenes del Rio Sonora. Los penetrantes aromas a driles, artiselas, caquis, mezclillas y lonas de las manufactureras locales. La talabartería que trabajando 157 José Luis sobre mojado en cueros y pieles inyectaban al entorno la soberanía del olor a “tierra mojada” de los productos. Y la fragancia cítrica, que regalaban las huertas que acinturaban a Hermosillo a pocos metros de la traza citadina. El olfato del hermosillense estaba habituado y familiarizado con las áreas donde se generaban los distintos aromas que hemos apuntado. De tal forma que el privado del sentido visual, podía recorrer la ciudad sin más “brújula” que su propio olfato que le iba indicando sabiamente el rumbo. Las aromas modernas de Hermosillo son ingratas y es poco edificante referirse a ella. Las que despiden las mil y una taquerías cuando no están en servicio. Y las que quedan impregnadas hasta en la ropa de quien acierta a pasar por una de esas academias de rijosos karatecas: a pieces. Traigámonos al DF a Hermosillo 1982 La Monstruópolis, mis ñeris, mejor conocida como Chilanguitlán o Esmógopolis y peor conocida como el DEFE, se nos cai, sabe usted?, se nos viene encima y por ahora amenaza con buscarse otro lugar donde asentar sus contaminadas reales. Por lo pronto nadie en la Capirucha hace maletas ni mucho menos empaca sus chivas. Todavía no se da la voz de arranque, sólo se sabe que el cambio de esta mole a otro lugar es el único remedio para que los chilaquiles no perezcan hundidos en su frágil piso, asfixiados por su atmósfera asesina, atropellados por un delfín o muertos a estoque, fila o puñal por alguno de los millones de desocupados que vagan en la ciudad que ahora tiene más cinturones de miseria que palacios. Ante esta cruel verdad y haciendo honor a la tradicional hospitalidad sonorense, no nos queda más que ponernos a las órdenes de quienes, más pronto que ya vas, practicarán la necesaria y vital mudanza. 158 José Luis Por lo pronto se nos ocurre que por aquí en Naranjitlán fácilmente caben. . . - El bosque de Chapultepec, si lo desean con todo y castillo, de una vez se nos hace, que podrían traerse el lago para que el paisaje no pierda el marco histórico. - Pueden traerse si gustan, el Museo de Antropología, sus objetos le vendrían que ni pintados a nuestro cascarón baldío llamado Museo. Y ya que de Chapultepec hablamos, de una vez que se traigan los estudios de ese nombre, díganle a Zulma, a Begoña, Olga, Amira, Irma y demás palomilla de piernatrices que aquí en la ciudad del Sol se logran unos bronceados que ni aleando cobre con estaño resultan mejores. - No es ninguna molestia para nosotros, qué va, recibir y hacerle un campito por ahí a Bellas Artes, al Museo de San Carlos, a la Magdalena Mixuca, al Palacio de los Deportes. Como quiera le hacemos cupo y como quiera nos acomodamos con la Torre Latino y de pilón con la Zona Rosa. . . - Ahora bien, pudiéramos invitar a los de Tepito pero ya tenemos aquí un Sambenito. A Peralvillo, pero allí están las Pilas. A los de Santa María la Rivera o a los de Mixcoac pero podrían incomodarse los del Coloso y la Guapalaina. Total, para qué nos traemos a mas distritofederalenses, ya aquí tenemnos muchos agentes de medicinas, de libros, de garnachas, de tacos, de licuados, etc., que desde hace un titipuchal de años encontraron en Hermosillo el “lugar donde el águila paró” es decir, las tortillas con manteca. Eso sí, manitos del DF, queremos pedirles un favor a cambio del favor que ahora les brindamos: No nos manden a ningún sonorense de allá. Entén?. 159 José Luis Como desterrar al calor Semana a semana retiro de entre los montones de cartas que llegan a esta redacción y dirigidas a mi nombre, una al azar. Es parte de la correspondencia a la que tengo que dar respuesta obligada. La presente inquiere mi punto de vista sobre cuál será el método más efectivo –o los métodos- para sentir menos los efectos del calor. Como se trata de una carta que clama por una respuesta inmediata –ya que el verano acaba de llegar- procedo a dar cumplimiento a mi función periodística, esto es la de proporcionar un servicio social eficiente. El texto de la carta es el siguiente: “Adorado José Luis He podido darme cuenta de cómo aborda, con la mayor de las facilidades el tema más complicado y con una celeridad y tino sabe dar la respuesta adecuada. De la misma manera quiero que encuentre para mí el remedio inmediato a mis congojas. Soy un hermosillense nato, cuyos padres también nacieron en ésta y me avergüenza por ello confesarle que el calor me está matando y que cada temporada veraniega presento menos resistencia a sus embates. No sé a qué se deba la causa: la excesiva publicidad que se da al hecho; la circunstancia de que hombres tan inteligentes y fuertes como los gringos estén cayendo como moscas allá en la Unión Americana por el ardiente verano; la creciente desertificación de Hermosillo, será la platica y los comentarios exagerados de la temperatura, el caso es que estoy a punto de volverme creisi y no puedo irme a vivir a otra parte. Le ruego en consecuencia, encuentre para mí el remedio que atenúe este sofoco, este sopor y este bochorno que me produce el calor y que impide realizarme, principalmente en el verano.” Hasta aquí la carta y enseguida la sabia respuesta. En primer lugar, estimado lector, si ahora que lee estas líneas siente calor, inmediatamente tome un baño de agua fría que le reconfortará y hará que su sangre aminore la velocidad. 160 José Luis Uno de los consejos que constantemente estoy dando a mis lectores es el de que cuando tengan necesidad de salir en mediodía, se vayan por la sombrita. Si no hay sombrita, lleven sombrilla. Tendrá que aprender asimismo a realizar sus actividades en cámara lenta. El esfuerzo violento agita al cuerpo y llama al calor. Por ningún motivo vaya usted a utilizar como vestimenta de verano el maquinof, la yompa o la suera. Evite igualmente el uso de prendas de pana o lana y procure vestirse los géneros de tonalidades tenues. Procure acercarse a un ventilador y si puede a un acondicionador de aire, pero cerciórese primero que arrojen aire frio. Los ventiladores individuales no refrescan al aire ambiente, pero dan en cambio una agradable sensación de frescor. Ahora, cuando tenga realmente calor, es permitido colocarse cerca del hielo o si puede adentro del refrigerador. Si no existen a la mano estas alternativas, vuelva a tomar una ducha fría de agua, esto si hay servicio corriente de agua en casa, de lo contrario tendrá que salir a buscar una fuente en la vía pública. Es de mucho mundo llevar consigo pequeñas bolsitas o frasquitos con agua para el momento en que se siente mayor calor, sacar la bolsita o el frasquito y rociarse la cara; los efectos son reconfortantes. Ahora bien, si usted usa el pelo largo es permitido que si siente mucho calor se lo recoja por detrás del cuello. Produce una agradable sensación. Para hombres y mujeres es recomendable que frecuentemente retiren la camisola del cuerpo, como quien no quiere la cosa y lleven aire de sus propios pulmones al tórax y abdomen ensudecidos. Usted perdonará si me he extendido en explicaciones, pero sabrá que tratándose del calor todavía falta mucho por aconsejar. 161 José Luis Una moneda colchón Para evitar el rechazo que suele presentarse en la frontera a pesos y dólares –luego de un vaivén entre estas monedas-, estamos proponiendo el establecimiento de una divisa intermedia para que no se alteren ni perturben las transacciones comerciales entre ambos países. Sabido es que los comerciantes de la franja fronteriza, no aceptan en tiempos críticos, ni dólares, ni pesos, porque desconocen en esos momentos cuál es el verdadero valor de cada una de esas monedas. Por eso es que ponemos a consideración de ambos países una moneda “colchón”. Esta nueva moneda llevaría un nombre compuesto por los vocablos peso y dólar. Su nombre bien podría ser el de pedo, es decir pe de peso y do de dólar. Quien tuviera un numerario grande de esta moneda se llamaría “pedista”. Aquel organismo que la emitiera se le llamaría “el pedorro”. Quien cargara la billetera pachona de esta divisa, se le podría señalar como a un individuo que “anda bien pedo”. Cuando a un banco se le agotara la divisa podría argumentar a los demandantes que “no hay pedo”. Por la naturaleza volátil del dinero, que se escapa vertiginosamente de las manos podríamos decir acertadamente que “se nos fue como pedo”. Sabemos que el término que proponemos suena horrible a los oídos. Pero la raza que habla caló no nos perdonaría si invirtiéramos las sílabas y denomináramos a la nueva divisa como “dope”. 162 José Luis ¡TOC TOC! EL IXTOC 1981 Posiblemente cuando aparezcan estas líneas ya se haya controlado al caprichudo Ixtoc y no sea oportuno referirse a él como la desgracia nacional más catastrófica de la historia. Ixtocaremos el tema para apuntar que el sólo nombre de este pozo amplió el horizonte terminológico del mexicano; incorporó al lenguaje nuestro una serie de neologismos cuyos significados habrán de servir para utilizarse en ocasiones similares a las que provocó la cursera petrolífera del incontrolable Ixtoc. Los neologismos que ganamos son los siguientes: IXTOICO: Persona que permanece inalterable ante una desgracia similar a la del pozo Ixtoc. IXTORICO: Referente a los sucesos y acciones que pasarán a la historia en lo tocante a la desgracia conocida por Ixtoc. IXTOCAYO: Dícese de un pozo, cuyos flujos incontrolables se parezcan a los del conocido Ixtoc. IXTOXICO: Substancias venenosas que arrojó el Ixtoc al mar. RESIXTOC: Llámese así al pegamentoso tan resistente que puede taponear un pozo semejante al Ixtoc. PIXTOX: Pisto de alto octanaje y con sabor a petróleo. Lo anterior, novedoso vocabulario servirá para probar ante los atónitos ojos del mundo, que los mexicanos sabemos sacarle provecho a nuestras desgracias, o dicho de otro modo: “No hay mal que por bien venga”. 163 José Luis Rincón del Moco Tendido 1969 Medardo: Estoy furiosa contigo. Me has engañado vilmente. Y ojalá hubiera sido con cualquiera otra mujer, pero no es así. Y qué tonta fui. Yo cría que te pintabas el pelo y las uñas y además te ponías malbelline en las pestañas para hacer resaltar tus atributos masculinos y ahora me doy cuenta que para lo único que te acercaste a mi lado fue para hacerme la competencia con mis admiradores de la agropecuaria. P. D. con razón al pasar por un charco te levantabas los pantalones con las puntas de los dedos. Ahora caigo. Damiana Los temores del mexicano 1969 No hace mucho tiempo la Prensa Gabacha, la PG, daba a conocer los temores a que viven expuestos nuestros pecosos vecinos. Se consignaba en la nota los de morir atrapados en un elevador, en un accidente aéreo, en un incendio, ahogado en una piscina, etc. Conscientes de que en nuestro país la cosa funciona de una manera totalmente diferente, damos a conocer nosotros, los que a nuestro juicio son los principales futis (del italiano miedo) de los mejicanos. Haciendo la aclaración que los aviones, los incendios y la posibilidad de morir ahogados, nos hacen los mandados. ∼ Que un sapo apachurrado durante el día, venga en la noche a vengarse los agravios y nos tuerza el pescuezo. ∼ Que una máquina, no le aunque no sea eléctrica, nos dé toque, o produzca un cortocircuito. 164 José Luis ∼ Que el gobierno venga a llamar a nuestra puerta para: censarnos, vacunarnos o pedirnos que votemos por desconocidos. ∼ Quedarse tullido o lelo por obra de algún achiscamiento o mal de ojo. ∼ Miedo a los cobradores, a los policías, a los soldados y a los médicos (el autor no se explica el por qué). ∼ De que el hijo que está próximo a nacer en nada se parezca al presunto padre. Hoy no hay Macho Feo 1977 Todavía no hace mucho tiempo que para ver a un hombre usar peluca, cremas, cosméticos y otros acicalamientos, se tenía que acudir al teatro. Allí, bajo el pretexto de que el papel así lo exigía, los personajes salían muy chapeteados, con las pestañas un tanto rizadas, y con las cejas entresacadas y pintadas muy firmemente con “maybelline”. Los que bailaban el jarabe tapatío en la primaria sudaban horrores al pasar la vergüenza de tener que dejarse pintar –con carbón- bigote y barbas. Pues se tenía por individuo de dudosa masculinidad no nada más a aquellos que se pintaban el pelo o se aplicaran “cútecs” en las uñas, sino también a aquellos que duraran más de dos segundos ante el espejo. El “permanente”, el champú, los polvos, los colorantes, la acetona, eran cosas de “viejas”. Ahora la situación es distinta. No bien desaparecieron las peluquerías y barberías –lugar a donde antes acudían los varones a pedirse un “clavo claro” o ya muy pachucones un “clavo oscuro con cola de pato”- cuando por otra parte se abrieron docenas de “salas de estética masculina”, lugares estos en donde al cliente le pueden aplicar una lorelein en la barriguita para que se esfumen las llantitas; embadurnarle de cremas especiales para que desaparezcan las patas de gallo y las patas de elefante; colorearle el pelo de rojo o 165 José Luis el bigote de marrón y hasta desaparecerle las pestañas de “tejabán” cubriéndolas con unas asombrosas picsis varoniles, pasando por desaparecerle la cabeza de billar con un tupido y boscoso peluquín. En la fecha presente no existen los hombres feos. Los que quedan son esos simplitos de toda la vida que creen que se les va a caer el oro si se ponen la mascarilla contra las arrugas que usa la esposa; o esos otros que piensan que la gente les va a silbar en la calle porque traen pantalones unisex; o aquellos más que se figuran que se les va a aparecer el diablo porque traen los tacón de puente de la novia. Al hombre ya no le da vergüenza ondularse el pelo, hacerse sombras sobre los párpados o dejarse un “compromiso” en la frente. Los más machos se encrespan, enchinan y se tiñen las pestañas y los otros se dejan crecer largas uñas. ¿Qué más da?. . . Pronto nos agarraremos del chongo con nuestro mejor amigo por los aretes esos que nos ganó en la ganga que ofrecía la “boutique” preferida. 166 José Luis El poder medicinal En los tiempos en que los pueblos se electrizaban a base de intercambiar relatos espeluznantes y cuentos de terror, porque la electricidad todavía no aparecía… Cuando los anuales alumbramientos del ama de casa eran toda la luz que se desparramaba sobre el hogar; y cuando el corral de las viviendas era un lote invadido por el carrizo, la jécota, la yerbelindio, los trochiles, gallineros y las vacas entre la bendita algarada de patos, perros, pericos y gatos, constituía un bien patrimonial –vital, insustituible- el conocimiento del poder curativo de algunas hierbas y de algunos procedimientos que conducían a recobrar la salud perdida; puede decirse que se consideraba como más valioso entonces, tener a la mano un mazo de ruda, albahaca, yerbabuena o pionilla que los teléfonos y domicilios de una docena de especialistas médicos. Valido de la buena disposición y experiencia de amigos tales como don Guillermo Moreno, Eutimio Armenta, del profesor Francisco Mendoza y de Carlos Monge, me fue posible elaborar una pequeña lista de males que encontraban rápida y eficiente cura casera y de “remedios” que posiblemente usted lector recordará haber oído de labios de su abuelito y recordará –mis respetos para su edadhaberlos experimentado. - Santo remedio contra la tos lo constituía el chupar unos cubitos de azúcar empapados en petróleo morado… - Los pies sudorosos no serían problema en lo adelante si a los interiores de las teguas eran recubiertos con pajoso. El espolvoreo de carbón sobre los pies afectados era otro remedio de pronta eficacia… - Con tomar media tacita de agua de nijayo (agua de nixtamal) se cortaba la cruda más obstinada… - Para devolverle la sonrisa y los chapetes regresaran a los cachetes del niño con pujos (pujoso) nada mejor que amarrarle 167 José Luis a la “muñequita”! la pretina del calzoncillo de un hombre llamado Juan… - El lodo podrido para la picadura de avispas y hormigas. - El sangrengado para la salud de las encías y la fortaleza de los dientes… - Nada como dormir con un perro vichi (sin pelo) para ahuyentar los escalofríos y curarse las reumas… - Una cocción de barbas de elote para despedir el terco maldiorín… - Vapores de hojas de álamo para entibiecer luxaciones y desconcertaduras y la aplicación en la parte afectada de las mismas hojas para lograr la armonía de huesos y articulaciones.. - Un parche de antiplogestina contra el dolor de anginas… - Un té de azarcón contra el empacho o una crucetita hecha de sal sobre el estómago. - En contra de muchachones miones lo más lindo era amarrar un higo maduro sobre el ombligo para hacerlo pasar las noches secas. - Flor de alfalfa contra las calenturas de gallina… contra la inclemente y retumbante tos de perro (emperrada en no salir del pecho) un parche de belladona… - Fumar toloache –sin darle el golpe marino al humo- para quitar el asma… - Una calilla de ajo para aquellos a quienes se les fue la tripa de un susto… - Un dolor de muelas desaparecía en cosa de segundos con tan solo 168 José Luis colocar un trocisco de clavo y arremangarse dos o tres buches muy regulares de bacanora. - Para el dolor de cabeza y las punzadas los chiquiadores con hojas de chicura y aceite de comer amarrados a la cabeza eran un milagro… - Para sacar un constipe provocarse estornudos con polvos de rosía. - Una calilla de jabón para los extreñidos… - Para los niños llorones que se chiquiaban con la comida, nada mejor que darles a morder de una bola de guarequi… - Corcho quemado con tortilla tatemada (al 5% cada uno) para detener la diarrea más prolongada. - Esperma de veladora para sacar las espinas. - Adiós a los “coltis” con una soberana friega a base de prendas íntimas de la consorte. - Adiós a las lombrices con un poquito de añil disuelto en aceite de comer y un pedazo de panocha, todo en ayunas. - Adiós “mezquino” con tan solo abandonar un granito de sal a la lumbre, pero eso sí, sales despavorido para no oírlo tronar. - Adiós dolor de anginas con tan solo aplicarse unas rebanadas de tomate caliente en las plantas de los pies. - Adiós salpullido con tan solo espolvorearse “semitillas” tostadas, en las partes afectadas, adiós animalejos con el ungüento del soldado… 169 José Luis Estar enamorado 1970 Los que ya no tenemos novia, pero tuvimos y sabemos lo que es estar enamorados, recordamos aquellos felices días de nuestra juventud en que a la vista del objeto amado (por lo regular una chamaca casi de nuestra misma edad), palidecíamos, se nos perdía el ritmo de la respiración, se nos cuatrapeaba el paso, se nos hacía como un vacío en el estómago, se nos quitaba el hambre, los zapatos se nos salían porque adentro hasta los talones se hacían chiquitos; las mejillas se caían hasta el duro suelo y ahí a puro cachetear y cachetear el pavimento. Quien de nosotros, aunque no fuera día de San Valentín, no mandó millones y millones de deseos de buena salud (muchos saludes, me la saludas mucho, dile que yo le mando saludes, que el otro día también le mande saludes; dice la Licha que vayas tú y le digas, que no tengas miedo,. Miedoso). ¿Quién no guardó la foto aquella de la primera chamaca que se volvía loquita por nosotros y con la cual nos hubiéramos casado de no habérsenos notado tan pronto lo feo y lo pobre? Estar enamorado no es “contemplar un tren que pasa a distancia”, ni comprarle a la novia alpargatas en equis tienda; estar enamorado es vivir con los ojos en blanco. . . es amanecerse frente a la casa de la novia para verla aunque sea de lejecitos, es pasar y pasar hasta dejar un surco por el domicilio querido. Es hacer versos sin permisos ortográficos ni condición prosódica, es animarse a cantar “Despierta” acompañado de la desafinada guitarra de un amigo que aunque lo hagamos peor que Juan Gabriel, adentro la enamorada novia, imaginará que oye a un Pedro Infante. Estar enamorado es animarse a decir, sin temor al queme, al ridi, al que dirán, simplezas como éstas: - Anoche no dormí pensando en ti. - El día que tú me faltes no se qué guacer. - Sabes qué, cuñado. . . salúdame a su hermana, entenga. - Ah, que nada, ya te la saludé ayer. 170 José Luis ¿Le gustaría tener una Suscripción de JOSÉ LUIS? ¿Sí? ____ ¿No? ____ Pues si se decidió a adquirir una suscripción sírvase llenar el pequeño cuestionario que a continuación se inserta: Nombre y apellidos: _____________________________________ Domicilio: ____________________________________________ _ Edad: _____ Estado Civil: ________________________ Peso:____ Ojos:__________________________Cabello: ________________ Ocupación: ____________________________________________ Salario Fijo Mensual: $ _________ Otros Ingresos $ ____________ Provenientes de: ________________________________________ Tiene la barba partida: ________ Se le forman hoyitos cuando se ríe: _______ Si a estas alturas no se arrepiente, continúe: Cite el nombre de las escuelas donde cursó la primaria, secundaria, preparatoria, profesional y estudios de postgrado: _____________ ______________________________________________________ Religión: ______________________________________________ Idiomas que habla, escribe y entiende: _______________________ ¿Quién lo anima a llenar el cuestionario? ____________________ ¿Es amigo suyo? _________ ¿Deveras? _____________________ ¿Todavía no se arrepiente? Pues sígale: ¿Tiene casa propia? _____ ¿Y automóvil? _____ Marca: _________ Modelo: _____________ Motor No. _______ Placas: __________ ¿Tiene el último revisado y la última tenencia? ____________ Adió: ______________________ 171 José Luis Mencione el nombre y domicilio de tres personas que no le zacatean a proporcionar la firma de aval:_____________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ Otras tres:_____________________________________________ _____________________________________________________ Otras tres y ya:_________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ Por último, conteste estas tres interesantes e importantísimas preguntas: ¿Ha visto el cuerpo de una ballena? _____________ ¿Y la boquita de un hipopótamo? _______________ ¿Dónde los vio y que andaba haciendo en ese lugar? _____________________________________________________ Estos datos serán estudiados cuidadosamente por el Director del Departamento de Suscripciones y después de ello le comunicaremos por correo certificado si lo aceptamos o no como suscriptor. Este pequeño cuestionario deberá ser llenado por quien se interese por una suscripción anual, tenemos suscripciones por 3, 4, y 5 años pero los cuestionarios deben ser llenados con los datos del padre del aspirante a suscriptor, ante un notario público, un interventor de la Secretaría de Gobernación y el propio José Luis. 1. Use letra de molde o imprenta (si no tiene molde ni imprenta pos ya desde el principio andamos mal) 2. Mande o vaya usted a comprar un sobre tamaño oficio. De una vez compra estampillas. ¡Pa’ que va a echar otra vuelta! 3. Lea el cuestionario, léalo otra vez… Ahora sí… Dóblelo, colóquelo en el sobre y mande todo (Sobre, cuestionario y estampilla) a: José Luis Domicilio conocido Planeta Tierra 172 José Luis Equipo par repeler a los ladrones Una de las actividades que florecerán en un futuro que ya está a la vuelta de la esquina será la de quienes fabriquen equipo para repeler a los ladrones. Ganará quien a esto se dedique más dinero que un taquero, más que un líder agrario y quizá llegue a obtener los ingresos de un patrullero de tránsito. En un pasado todavía cercano los robos eran muy raros y de poca monta. Cuando un vecino era objeto de la substracción, los hermosillenses como uno solo se alarmaban y los comentarios que levantaba este suceso duraban en ocasiones meses enteros. Los televisores, los estéreos, los automóviles y demás objetos con los que se llenan las casas de hoy en día no hacían su aparición; los robos tenían como blanco las gallinas, los marranos y uno que otro implemento doméstico, como por ejemplo una cachimba, un perchero, una petaquilla. Por lo general, lo robado aparecía en los días subsecuentes, en los corrales de otras casas y la calma volvía al vecindario. Hoy, resulta materialmente imposible estar pendiente hasta de lo que se trae encima. Quienes se dediquen a la fabricación de equipo para ahuyentar a los ladrones tendrán que aguzar el ingenio y sacarle el mayor de los partidos a todo aquello que tienda a eliminar los robos y hacerlos desaparecer. Mi amigo el profesor Luna, quien está a punto de convertirse en un fabricante del material que tratamos, ya trabaja sobre este proyecto; incluso me estuvo confiando en Comenzaré fabricando, me explicó, letreros luminosos y fosforescentes que adviertan al ladrón, a la entrada de los domicilios, lo peligroso de su empresa, letreros que indiquen por ejemplo la identidad del propietario, así “Sr. Juan Tehago Molinillo, Tercer Dan de Karate Japonés”. Algunos otros harán referencia a la habilidad del dueño de la casa: aquí vive el señor”. “N. Campeón de tiro en velocidad sobre siluetas móviles. Especialidad: lampareo”. Otro letrero que estoy seguro comenzaré a vender más que ninguno es el de: “Desafortunadamente este hogar no fue vacunado a tiempo y ahora está siendo víctima de la ---“, el cliente utilizará esta raya para 173 José Luis poner el mal de su predilección: peste bubónica, encefalitis equina, fiebre aftosa, o simplemente viruela loca. Otro de los materiales de mi invento, me confía Luna, que dará óptimos resultados, son las escenografías que camuflacharán las viviendas convirtiéndolas ora en funerarias, ora en casas deshabitadas con letreros de “se renta” o en tétricas fincas que llevarán letreros de “aquí se vistió de esmoquin el diablo y minutos después fue a parecerse en el Country Club”. También las escenografías mías, pueden convertir cualquier vivienda en caseta y demarcación de policía, aunque esto no deja de ser un riesgo, ya que los amantes de loa ajeno, por lo general, consideran familiares esta clase de instituciones. He prescindido, me dice el profesor, de las cercas electrificadas, los apagadores automáticos y de las alarmas y cables de alta tensión por considerarlos peligrosos para el mismo cliente, a más de que mi invento lleva como objetivo el descanso completo y el reposo garantizado para quien lo emplee. Antes de que el profesor Luna terminara de exponerme el increíble y útil invento, que dará batalla a los ladrones, le pregunté por la fecha en que pondrá a la venta el benéfico equipo. Antes de responderme, su cara hizo un gesto duro y amargo: “Amigo mío, ya tenía listo el primer embarque para exportación, cuando otro día no amaneció”, afortunadamente la policía ya anda investigando… 174 José Luis Los “chales” a la baja La impopularidad de los judiciales federales, llamados también sintéticamente “los chales”, ha llegado a tocar fondo y peligra su existencia como grupo policiaco. De todos los rumbos del país la irritación generada por las “hazañas” que han realizado en los últimos días, como la de prepotencia en las calles de esta ciudad, su antecedente el “domingo rojo” y la actividad vandálica de Ures, levanta su condena y lo menos que pide la gente agraviada es que se suprima la corporación y que recojan sus tehuacanes, sus pocitos y chicharras y le busquen el origen al narco jet de la costa. La verdad es que por unos elementos maldosos, de esos que necesitan lentes porque no distinguen entre un señor de las alturas mafioso y la población pacífica, la están llevando todos y eso es injusto, puesto que en la agrupación se encuentran también los destacados policías que dieron cayo a Caro Quintero, los que encerraron a la Quina y al barrigón de Barragán y también aquellos que mandaron a los oscuros rincones de chirona a Félix Gallardo y con gallardía pudieron atrapar al chapito Guzmán. Incluso están ahí los que están dispuestos a quitarle ya no digamos la capucha al comandante Marcos, sino hasta los calzones. Sin embargo, los adjetivos de torturadores, cocainómanos, asesinos, violadores, salteadores, etc. adjudicados a ellos, recorren el país y los están dejando en cero de calificación y prestigio frente al grupo social. Por ello propongo que hay que cambiar la conducta de los judiciales federales, partiendo del cambio de su imagen ante la sociedad para que vuelvan a ser populares y gocen de más simpatías que un simple diputado priista que vota por la subida del Impuesto al Valor Agregado. Yo me permito recomendar que los judiciales para granjearse el cariño del público deben de: -Donar un riñón, un ojo o donar de plano el hígado y el corazón. 175 José Luis -Deben llevar uniforme y comportamiento de boy scouts. -Deben ayudar a cruzar la calle a los viejecitos. -Deben regalar dulces a los niños. -Deben pintar las suburban de color de rosa. -Deben rasurarse y cortarse el pelo. -Deben contratar a puro elemento güerito y ojo azul como los del Swap gabacho. -Que borren las pintas y letreros ofensivos que hay en la colonia Pimentel. -Que manden fundir sus joyas y le hagan un retablo a la virgencita de Guadalupe. Todo esto propongo, aunque ya no vuelvan a agarrar a ningún narco, aunque se les pele en la selva de Chiapas el sub comandante Marcos y aquí, en la costa de Hermosillo, no tengan ni la menor idea de para dónde se pelaron los tripulantes del narco jet con todo y su “polvo”. 176 José Luis Que papelitos son esos… Muy por lo general las personas acostumbran, en una etapa de su vida perder el juicio y la razón con los efectos de las bebidas. Por tales efectos algunas personas son muy dadas a “pasearse” en ese estado lamentable y hacer ciertas cosas en la vía pública que otras personas que no andan en estado igual han dado en llamar “papelitos” que vienen siendo el mismito ridículo. Veamos cuáles papelito hacen algunas personas cuando andan excedidas en sus libaciones: Cantar en la vía pública canciones que anduvieron de moda cincuenta años atrás, tales como la Negra Noche, Juan Charrasqueado, Yo soy el Muchacho Alegre, El Jinete y el Plebeyo, y si Me han de Matar Mañana. Echarse a caminar por la vía pública con los zapatos desabrochados, con la camisola desfajada y con algún cierre (de cremallera) abierto. Otro papelito lo constituye el hablar en “inglés”. Las palabras de este idioma más usadas son las siguientes: moni, juát, uere moment, ua su mara bi yu, sanababichi y telquirisi. Esquiusmi y yunaites. Llevarle serenata a una exnovia (ya casada). Ir abrazado de otro compañero, por lo regular en el mismo estado. Pedir un tácsi y antes de que el chofer pueda preguntar por la dirección de la dejada quedarse totalmente dormido. Soltar delante de sus compañeros de libaciones algunas indiscreciones sobre la vida íntima de la propia familia. Tales como, en mi casa no me quieren, todos me hacen menos con el cuento de que no tengo escuela. A todos mis hermanos yo les di educación, soy un cero a la izquierda, etc. Hablar mal del gobierno, insultar a los mayores y faltarles al respeto. Correr a las visitas. (Son muy buenos papelitos). Soltarse llorando después de estar platicando de algún ser desaparecido que se quiso mucho y que por razones que no viene al 177 José Luis caso explicar siempre fue uno un desgraciado con él a tal grado de que ahora ni el día de los muertos le lleva una flor. Pero, con el favor de Dios, mañana mismo va a ir a dejarle una corona a su tumba. Hacer actitudes y ademanes obscenos en la vía pública, como… y meterse los dedos en las narices. Decirse amigo de las personas influyentes. Yo conozco al gobernador, el presidente municipal estuvo conmigo en la escuela, el licenciado tal es como mi hermano. Jugar vencidas. Y por último, quedarse tirado en alguna banqueta con toda la documentación de la propia identidad regada por el suelo y a la vista de quienes vayan pasando. Todos estos son unos pocos detalles que le suceden a quienes toman sin ton ni medida, y que quienes no toman o ya no pueden hacerlo dan en llamar “papelitos”. 178 José Luis ¿Eres tú el típico Hermositano medio? 2010 A lo largo de este escrito conocerás la ciudad de las personas que son medianamente altas, bebedoras de cerveza, consumidoras de grandes volúmenes de soda, aquellas que usan botas dos números más grandes que su talla normal, que son fanáticas del teléfono celular, alérgicas al cinturón de seguridad, que deben 770 pesos de cada mil que manejan y que dedican sus ingresos de 15.5 años a comprar una vivienda. Comen 27 kilos de tortillas de harina al año y sufren una extraña propensión a lavar compulsivamente sus automóviles que no sus dientes. Este es un boceto a grandes rasgos de la ciudad donde vivimos. EDAD. Es treintañero. El hermositano medio tiene 34.1 años (36 las mujeres y 37.2 los hombres) jovencísimos si lo comparamos con el mexicano que nos espera hacia el 2050 en la que nuestro ciudadano tipo tendrá 48.7 años. ESPERANZA DE VIDA. La esperanza de vida del hermositano y en especial de la hermositana se encuentra entre los más elevados de la república quizá se debe al sobre esfuerzo que todo individuo realiza para vivir o a la necesidad de extender la vida (como una tortilla de harina) para poder pagar la hipoteca de la casa o al buen humor, ya que los hermositanos viven 72.6 años y las mujeres arriba de los 75. ALTURA. La altura media es de 1.77 entre los hombres y 1.63 para las mujeres lo cual significa que tenemos los varones más altos de México y que ellas aventajan a distritofederalenses y tapatías. PESO. El hermositano medio pesa 78.9 kilos (85.5 kilos los hombres y 73 las mujeres) un porcentaje considerable de la ciudad tiene sobrepeso (45 por ciento) y el 14.5 por ciento de la población de entre 25 y 60 es obesa. El ciudadano medio tiene estrechas las caderas y un estómago prominente; a pesar de todo el 55 por ciento está feliz con sus kilos porque sólo el 0.71 por ciento de la población en general realiza un tipo de ejercicio o lleva alguna dieta para baja de peso. Pero en ambos casos los esfuerzos son esporádicos y se abandonan constantemente. 179 José Luis PELO. La cabellera de hombres y mujeres es abundante y oscura y ambos visitan frecuentemente la peluquería a donde acude la mujer a secarse el pelo y peinarse y el varón a pedir un tipo “cepillo” casi a rape. Sólo un 11.5 por ciento sufre de alopecia y tiene que aguantar el que le endilguen el apodo de “pelón pelonete”. PIES. Los pies son grandes y doloridos. Curioso: los hombres por lo general usan botas vaqueras, dos tallas más grandes de la que realmente les corresponde, por ello no es de extrañar que el 60 por ciento de la población tenga problemas con los pies. Moderadamente los tenis y los zapatos con suela de goma se han generalizado y es por ello que el ambiente en las oficinas o en los antros se ha enrarecido elevando los tufos atmosféricos a niveles insostenibles. LA VISTA. Nada menos que el 98 por ciento de la población ve lo suficiente como para reconocer a un amigo a una distancia de 40 metros. No usa lentes para leer. También es cierto que los hermositanos no leen ni el periódico, ya no se diga un libro más allá de los escolares. DIENTES. El 87 por ciento no se lava los dientes cuando come fuera de casa (taquerías, hotdoguerias). El 67 por ciento no se los cepilla tres veces al día y al 90 por ciento le da pavor ir al dentista (una de cada cuatro personas nunca visita al dentista y el 88 por ciento de quienes lo hacen solo acuden cuando tienen dolor. Un 74 por ciento de los niños menores no ha visto la consulta de un odontólogo ni en caricatura, pero ya ha visitado todos los establecimientos de Mac Donald’s donde pudiera contraer caries. Un 27 por ciento de nuestros conterráneos no se lavan los dientes jamás. COMIDA. Come demasiado y mal. El hermositano gasta una cuarta parte de sus ingresos en comida y a la hora de medir ingredientes y sobre todo cantidades, no afina mucho que digamos. En las dos últimas generaciones el consumo per cápita de comida ha aumentado en casi un 40 por ciento. Se ingieren tres veces más grasas que entonces (hamburguesas, pizza, hot dog) alimentos que tienen barrigones a jóvenes y niños. Se consume tres veces más carne (un 45 por ciento lo hace cada día o casi cada día) y seis veces más azúcar (una medida de dos refrescos de cola por día). Más de la 180 José Luis mitad de su dieta (un 53 por ciento) se basa en alimentos enlatados (en la elaboración de pizzas por ejemplo, sólo la harina viene en saco y el resto es lata. Respecto a la fruta que come 2.3 kilos al año y el 62 por ciento sólo la prueba durante el verano, escogiendo entre melón y sandía. SALUD. El hermositano medio considera que está bien de salud. Pero los índices de mortalidad en enfermedades cardiovasculares y diabetes siguen llevándose un número tan alto de individuos que Sonora ocupa el primer lugar en el país de esos eventos. ALCOHOL. Detesta el vino, pero sus bebidas favoritas son la cerveza y el tequila. El hermositano medio bebe un promedio de entre 19 y 20 litros de cerveza al año. La encuentra en todas partes (lo mismo en abarrotes, campos deportivos que en las kermesses religiosas). Por ello, la juventud es ahora quien se levanta con el mayor porcentaje de ebriedad. Un 62 por ciento se emborracha al menos una vez a la semana. El hermositano medio considera a la cerveza como una moneda social. Quien la porta es bien recibido en el pleno de una reunión, no importa si se le conoce o no, se conocen al six y al cahuamón que viene a arrimar. TABACO. El hermositano medio no fuma. Bien porque nunca le ha gustado o bien porque en algún momento lo dejó. Eso sí, el fumador medio se mete al año en los pulmones el alquitrán de 2000 cigarros. SEDUCCIÓN. A la hora de sentirse atraído por el físico de otro, el hermositano le interesa más el conjunto que las partes, estando entre sus preferencias pecho, cara y piernas. Al ciudadano medio lo vuelve loco el cuerpo, más bien rechoncho de la mujer y a ésta la estatura del contrario. Por lo general se mira con admiración al producto de un gimnasio pero no pasa de ahí. En todo caso, las mujeres siguen venerando al dios automóvil. Un 37 por ciento le concede al carro un alto poder de seducción. Dime que carro conduces y te diré hasta dónde me puedes llevar. LIGUE. Por lo general el hombre se viste de vaquero para ir a ligar o para asistir a un funeral o a una fiesta. Sólo un 46 por ciento de los ciudadanos acude a la moda “nerd” o “yuppie” esa que gastan los jovencitos de familia que fueron contratados recientemente 181 José Luis por el gobierno estatal: camisolita de manga larga (del Penney) y el pantaloncito patol de preferencia oscuro. El hermositano de hoy encuentra a la mujer de sus sueños en el trabajo o en el antro, rara vez en el chat de internet (sólo un raquítico 2 por ciento tienen acceso a esa tecnología) y más raro aún, a la antigüita, entre la familia o amigos u ocasionalmente, entre vecinos. AMOR. Para toda la vida. Aunque los divorcios hoy se comienzan a cocinar a los mismos grados que los matrimonios (se separan cuatro de cada 10 parejas) citándose como causas principales la falta de trabajo. El hermositano sigue opinando que cuando se quiere de verdad se es fiel para toda la vida. Sin embargo, en Sonora, perder el trabajo es perder una relación. PELEAS. Hay tan poco humor para pelear con la pareja o tiempo, que los encuentros rijosos aparecen aún en los periódicos. EDAD PARA CASARSE. Cada vez se retrasa más. Hoy la edad media a la que se contrae matrimonio es de 29 para hombres y 26 para las mujeres. Los jóvenes encuentran que vivir en la casa paterna es una delicia, mientras no se compartan los gastos. FAMILIA. Vive por lo general con otras cuatro personas. El número medio de personas que convive en cada hogar es de 5.6. Esa es una de las razones por las que hay tanta demanda de vivienda. HIJOS. Se cree que a la hora de tener descendencia la cifra ideal es de 4. Pero de ahí a tenerlos hay ahora un mundo de profundidad. La casa típica actual es de sólo dos recámaras, cuyas medidas no permiten la presencia de más de dos personas a la vez. FELICIDAD. Hermosito no es el reino de la felicidad. Un 77 porciento se siente insatisfecho con lo que le ha deparado la vida. Por lo general piensa que viviendo en Estados Unidos sus condiciones mejorarían. DEUDAS. El hermositano medio, vive de prestado. De cada mil pesos que gasta debe 770. Debe casa, carro y ocasionalmente muebles y ropa. AHORRO. Es un hábito poco socorrido. El 81 por ciento de los hermositanos no ahorra. Los más porque no pueden y los menos porque pueden pero no quieren o no pueden ni quieren. 182 José Luis CARRO. El hermositano es un ente motorizado. En 59 de cada cien hogares hay carro y en muchas ocasiones más de uno. El amor que levanta la posesión de un automóvil puede estar más elevado que el de la esposa. Famosa es una canción que pinta de cuerpo entero a los hermositanos: Mi mujer y mi caballo, los dos perdí a un tiempo, mi mujer dios la perdone mi caballo es lo que siento. El hermositano prefiere tumbar una recámara para hacerle lugar al carro con una cochera, antes que proporcionársela a los hijos. El carro recibe más cuidados que una amistad o una familia. El carro es un amor para el hermositano, por lo general, un amor correspondido. ROPA. Es un mal vestido. No hay la mínima elegancia ni gusto, desde que se copian las modas de los rancheros arizonenses. Se gasta en ese rubro lo justo y cada vez menos. El hermositano prefiere comprar ropa en tianguis que en Liverpool. COLCHÓN. Tienen el más viejo de Sonora. El comercio registra que un colchón es para toda la vida matrimonial. Se da el caso, frecuentemente, que el hombre cambia de mujer hasta dos veces, antes de cambiar de colchón. Sólo se desprende de él cuando queda una quinta parte de la borra. TRABAJO. Lo considera como un sufrimiento necesario. Es difícil encontrar a quién le apasione o le guste su actividad, ni siquiera los músicos o los cantineros, que viven en ambientes relajados, están a gusto cuando tocan alguna melodía o sirven una cheve. CELULAR. No hay quien no lo sepa usar o que no traiga el propio para hablar a los amigos y hay quienes tienen el segundo celular para llamadas muy personales. El hermositano se gasta un 7 por ciento de su salario en llamadas. Las mujeres hacen un uso indiscriminado del celu, ya que llaman por cualquier motivo, como por ejemplo, si ya llegaron al super, si ya regresaron a la casa, si les bajó, si se encontraron una amiga, para todo recurren al celu. AL VOLANTE. Es poco responsable conduciendo. Los semáforos en rojo son su objetivo a desobedecer. No utiliza el cinturón de seguridad. El 87 por ciento supera el nivel de velocidad, incluso en zona escolar, excepto cuando ve policías. Y lo peor: el 37 por ciento de los conductores consume alcohol en cantidades peligrosas para la conducción. 183 José Luis TELEADICTO. El hermositano medio pasa delante del televisor el 73 por ciento de su tiempo libre. Dedica 1,250 horas anuales a ver televisión, contra cuatro que pasa en el cine, 17 delante de videos y ninguna dentro de una biblioteca. Cada niño ve cada día la tele durante dos horas y media. Eso significa a lo largo de un año casi mil horas, 200 más de las que dedica a asistir a clases. Todavía hay más: el niño conoce mejor la cara, la nariz, la boca, la voz y los gestos del chapulín colorado que la de sus propios padres. LIBROS. Es una asignatura en donde aparece reprobado ya que a lo largo del año, el 9 por ciento sólo lee entre uno ó dos libros al año, el resto de la población los considera enfadosos y caros. En la ciudad hay quienes tienen biblioteca dentro de sus casas, con libros que jamás han leído ni leerán, pero que están ahí como lujo. El hermositano prefiere regalar un six pac a sus amigos, o un video a sus hijos, antes que un libro. PRENSA. El hermositano no puede vanagloriarse de su inquietud informativa. Sólo el imperceptible 2.5 por ciento de los ciudadanos compra la prensa, pero en forma irregular, no diaria. A la ciudad llegan diarios del Distrito Federal, de Estados Unidos y de España pero en conjunto no pasan de 300 ejemplares. En una ciudad de un millón de habitantes como ésta, el diario de mayor tiraje edita apenas ocho mil ejemplares al día, aún se deben tomar en cuenta las devoluciones y los lectores de otra parte de Sonora. El hermositano ni siquiera se informa de gorra. Es decir, si le dejan gratuitamente el ejemplar no hay motivación para abrirlo y menos para leerlo. Aquí la prensa ha luchado denodadamente para inquietar la egolatría de los presuntos clientes por su propia cara o circunstancia social, su esquela, su cumpleaños, sus compras, fuera de ahí, el panorama editorial que se ofrece es deprimente. Es más, se ha llegado a decir que sin la incultura y el mal gusto de la clase pudiente El Imparcial hubiera sucumbido. DEPORTES. La inmensa mayoría no realiza actividad física alguna. Ni siquiera salir a pasear. La televisión, al desvelar al individuo, le consume todas las energías que pudiera tener en la madrugada. LOTERÍA. Es proclive a todos los juegos de azar, rifas, sorteos, melates. La mayor parte del año se la lleva acunando ensoñaciones que le dictan al oído que alguna vez terminará sacándose un buen 184 José Luis premio. PROGRAMAS. Respecto al tipo de programas más vistos se encuentran las telenovelas, seguidos de las películas y reality shows, después están los deportes y a lo último, los informativos. TRANSPORTES. El hermositano viaja en carro y en avión. No conoce el tren, pues ya no existe este transporte, ni el barco, no obstante vivir en la costa. La mayor parte de los ciudadanos viajan hacia Nogales o Tucson. Muy contados hacia el sur del estado y menos aún al resto de la república. PROFESIONES. No hay profesional de mayor prestigio que el médico, pero aquellos que ya desaparecieron, no los presentes. Mientras que las calles de la ciudad se denominan con los nombres de distinguidos doctores que ya fallecieron, los médicos actuales obtienen un relativo reconocimiento pues se tiene la idea de que el profesional que realmente importa está del otro lado de la frontera, aunque salga muy caro consultarlo. Periodistas y políticos no despiertan admiración ninguna ya que en este campo las actividades de estas dos ramas se han visto con frecuencia referidas a actos de corrupción o desmedida ambición por amasar fortunas en los puestos públicos y el de aquellos por manejar la verdad a modo de quien los copta; lo anterior ha terminado por decepcionar a la juventud. Realmente quien despierta un tipo de interés es el desarrollo del llamado selfmademan pues cada día su ausencia es más que notoria. MEDIO AMBIENTE. La preocupación que se tiene por el medio ambiente es similar a la que se experimenta por la religión. Se reconoce que se debe cuidar el ambiente porque eso conviene pero ni la autoridad ni el ciudadano se atreven a dar pasos firmes. Se pregona así que se cuide el agua y, por otra parte, no se exige el cierre veraniego de lavados y albercas. Se pide aquí prohibir los vertidos a la presa y el mismo gobierno permite que las nuevas industrias se localicen alrededor de ese recinto. POLÍTICOS. Al político que se le reconoce más compromiso con las causas que abandera y defiende es a Francisco Navarro Bracamontes, vocero de la Unión de usuarios. Se trata de un riguroso luchador social que no le teme a expresar su verdad delante de las 185 José Luis autoridades y en forma pública. Se cree igualmente en el rector universitario, en los científicos investigadores y en los deportistas amateurs. Por razones que se ignoran, el comunicador varón goza de más aceptación y crédito que su parte contraria. En éste aspecto el espíritu indeformable de Abelardo Casanova aún flota en las salas de redacción y en los sets televisivos como una inquebrantable admonición de lo que no debe hacerse en comunicación. La figura de gobernador es la de un individuo acaudalado que va a por más, individualmente hablando; la de sus funcionarios la de tipos con suerte que tendrán oportunidad de mejorar sus haciendas particulares. Qué tan importante es La Gotita. . Lo poquito es muy importante. En ocasiones es decisivo. Quien vende cocacolas, por ejemplo, es multimillonario y la botella llega a costar solamente cinco pesos con ganancias de centavos. Aquí, el Museo y Biblioteca se construyó gracias a donaciones al menudeo que aportó el convencido de la obra. Y el dinero de Cruz Roja proviene de dádivas aparentemente imperceptibles de uno a dos pesos. Incluso un amor se estropea por un detalle, así como se pierde una amistad. Por un centímetro o dos puede un varón vivir traumado de no haber llegado al 1.80 de estatura, o la talla íntima de 16 cm. Por sólo 78 genes, entre 30 mil, se es hombre o mujer. Más aún: por solo un poquito, que no pasa nada, muchos nacieron o nacerán. 186 José Luis Políticos de Gimnasia y de Magnesia Lo que más le ve ahora a los políticos el observador de sus formas de vida, es sin duda alguna, sus gimnasias, sus actividades físicas, más que sus lecturas o meditaciones. Al político le recomiendan los médicos que haga ejercicio. No ejercicios intelectuales o espirituales, que para eso tiene su “team” de asesores, sino ejercicios físicos. Lo que hay que tener en forma en la actualidad son los músculos. Por allá en los albores de la posrevolución, Abelardo Rodríguez practicaba el golf y lo recomendaba a sus seguidores, incluso fue el promotor más eficaz del primer “green” con que contó la ciudad. Don Nacho, el que siguió en el mando, también se aventaba por los extendidos vericuetos de los canchales enzacatados. Los políticos que siguieron luego, tenían el paso lento y reposado que permitía la conversación como ejercicio acostumbrado. Pero ahora, hay muchos políticos que van al gimnasio, que levantan pesas y les gusta el rock; que hacen flexiones y realizan unos cuantos largos en la piscina. Desde que el gobernante actual de Sonora, Armando López Nogales practica en sus ratos libres el baloncesto, el paseo ha perdido su carácter peripatético y conversacional y en su lugar se han puesto de moda la canasta y el balón, además del “jogging”, que son modos de agarrar aire y condición. Es posible que ésta moda de entender la política de Armando López Nogales, esté dejando fuera del juego a los políticos que no entran en el aro. Hay que tener en cuenta que desde Biebrich hasta Manlio, pasando claro está, por Don Alex y Félix Valdez, sin descuidar a Ocaña ni a Faustino, olvidaron el esfuerzo físico y no hubo más acción que la de encaramarse al taburete del bar o al asiento del café y perdieron la oportunidad de acerar el músculo. En los tiempos actuales al gobernador se le ha visto retratado con una especie de pants para cascarear en el básquet y lanzar penaltis. Más tarde se le pudo ver en la televisión cubriendo distancias respetables aún para los marchistas y llegar con todo el aire completo para presidir una ceremonia de inauguración sin que le sofoque la irritada carrera o le altere el ritmo resollador. Esto 187 José Luis habla admirablemente de la buena forma que ha cultivado. Esto no se consigue sin un entrenamiento previamente esforzado. Y los seguidores del nuevo gobernante sonorense también quieren estar en forma. Hacen ejercicios y gimnasias, aunque nosotros, los que no vamos en el carro oficial, quisiéramos que también le revolvieran a la gimnasia una poquita de magnesia y puedan llegar al dos mil tres oxigenados, exitosos y es-bel-tos. Casino Cua Cua Quienes lijamos suelas en las amplias baldosas del Casino Cuauhtémoc, llamado abreviadamente el cuacuá, estamos de acuerdo en recordarlo como el palacio de la diversión pudibunda. Por más de una década, la esquina de Garmendia y Tamaulipas fue el ombligo de Hermosillo, el lugar en donde se daban la clarinada para reventar en la sazón de la alegría dancística, las jóvenes fámulas de las estiradas colonias Pitic y Centenario así como las practicantes de archivonomía y la taquimecanografía que ya se contrataban en los principales almacenes de la ciudad. Llegaban en el inicio de la noche del domingo a bordo de carrozas de ensueño –los taxis de Nájera, del Chato Bernal, de Dumas- hasta la puerta misma del casino que ya en la entrada prometía las mil y una sorpresas al toparse con los recios galanes bajados de Sambenito, La Pitayita y la Guapalaina, lo mismo que de los cerros del Mariachi, El Coloso y El Ranchito, tropa desesperada allá en los interiores del inmueble y recargada en la barra, aventándose las primeras “medias” y “cuartitos” de High Life para darse valor a la hora en que fuesen desairados al sacar a bailar a sus respectivas dulcineas. El baile arrancaba cargando con las alegrías de los últimos éxitos de las orquestas mexicanas que reproducían las creaciones norteamericanas de “Podría bailar toda la noche”, “Polvo de estrellas”, “Al sur de la frontera” o los mambos de Pérez Prado y los chachás de Alcaraz, ejecutados por las mejores orquestas de la 188 José Luis región: Chato Ureña, Manuelito García, Hermanos Hernández o la de los Hermanos Valdez. Las muchachas llegaban al baile en la compañía de una persona mayor, que ya en la mesa se quedaba con la triple misión de que no les ganaran las sillas a las que habían “salido” a bailar, cuidar los bolsos y también vigilar a las parejas, con el pescuezo estirado al doble cuando éstas bailaban en el centro de la pista. La persona adulta cuidaba de la seguridad y de la moral de sus pupilas, para que no se dieran mal lugar. Rara vez la acompañante permanecía despierta hasta el final de las tandas. Por ahí de la mitad del jolgorio, estaba echada súpita sobre la mesa cuando no colgaba su cabeza por el respaldo de la silla, situación rendida que aprovechaban los seguidores de Caco y el demonio de la carne. 189 José Luis Instructivo para ir en ruletero Útil para sobrevivir adentro de este cacharro Famosa en el mundo entero la “Oración Para Viajar en Ruletero” que di a conocer en la primavera pasada y que fue traducida a todos los idiomas, incluyendo países en donde ni siquiera funciona el servicio de ruleteros. Con el placer de aquel tiempo ahora doy a conocer el utilísimo instructivo. Para ir en ruletero. Cómo tomar un ruletero. En primer lugar hay que hacerse hasta una calle donde pasen. No tomar en cuenta los letreros “Parada” que se han instalado por los mismos comerciantes del rumbo como una forma de despistar a los automovilistas que quieren ganarles con el campo del estacionamiento. Estrategia innecesaria ya que los automovilistas fueron los primeros en darse cuenta. El ruletero debe citarse como a un toro. Es igual de peligroso enfrentarlo, pero hacerlo, es la mar de divertido y además ocasión para practicar giros y pases elegantes. Yo recomiendo el pase de la firma para detener a uno de éstos vehículos. Esto es: pararse en un ángulo de cuarentiocho grados, piernas abiertas. Adelantar la pierna que encuentra primero al rula. Levante enseguida la mano derecha, algo engarruñada, con el índice ligeramente corveado hacia arriba, mientras que la otra mano la conserva en jarrilla sobre la cintura. No exagere demasiado esta posición porque los choferes, bruscos y de elementales reflexiones, podrían pensar que usted maneja una estética o corre por la tercera. De cómo sobrevivir en el interior del ruletero: Provéase de un par de esposas de policía. Luego que encontró un lugar dentro, espósese a cualesquier punto fijo del camión (respaldo del asiento, ventanilla, etc.) para impedir salir tirado en caso de enfrenón o arrancón. No es innecesario advertirle que además, debe anclarse al piso de la 190 José Luis unidad (lleve ancla de 45 libras) pues se ha sabido de casos en que en una brusquedad, salga el usuario disparado por el vidrio trasero de la unidad y llevando asido de las esposas el asiento o las ventanillas del camión. Una vez asegurado el lugar y ya firme en él, desenvuelva su mascarilla contra los malos olores y los gases raros, que no son nada raros en el interior. Colóquese además casco e impermeable. Usted pensará que exageramos las prevenciones, pero el casco lleva la finalidad de amortiguar los golpes de su cabeza contra el techo, cada que el carro cae en un bache, y el impermeable es para evitar que el sudor de sus vecinos de viaje lo humedezcan. Si añade unos amortiguadores a las suelas de sus zapatos, la protección se sublima. De la comodidad en las apreturas. Una vez protegido contra las eventualidades del viaje y asegurado firmemente en su lugar, trate de sobreponerse a las inclemencias y darse un mínimo de comodidad. Para el caso saque su “barra acomodaticia” que no es otra más que un vulgar trozo de tubo de FoFo (fierro fundido) en uno de cuyos remates va una pelota de esponja firmemente adherida. Su uso es sencillo y múltiple: Cuando usted no alcanzó asiento y tiene que ir parado, se vale colocarla por entre sus muslos, apoyándola en el piso y el extremo de la pelotita en medio de las asentaderas. Quizá es burda la comodidad reportante pero el dicho aconseja que vale más ir “mal sentado que bien parado”. Esta barra sirve también para abrirse paso a batacazo limpio cuando se pide la parada y también para ablandar al chofer cuando no quiere detener la marcha. No olvide al abandonar el ruletero las llaves de las esposas, el ancla y los demás aditamentos. Y ya desde el primer escalón, y en prevención de que el chofer pueda retomar la marcha, tírese desde ahí hasta la cuneta de la calle, pues para algo le servirán los amortiguadores de carro chiquitito y váyase feliz, dando saltos como chapulín intoxicado con paratión. Ah, y no se olvide de recomendar este instructivo. 191 José Luis “El Carro” disciplina modesta sin exigencias Si luzco aceptablemente atlético y con un armazón físico a prueba de enfermedades –incluyendo el dolor de espinazo- es porque todo se lo debo al “carro”, deporte modesto y sin exigencias que practicamos en los llanos y las calles cuando ésta ciudad tenía más árboles que postes de la luz. Al carro llegaban los maletas que botaba el beisbol con sus remilgos y requerimientos. Los buquis que no eran admitidos por su falta de destreza o por la carencia de equipal, con toda franqueza se les señalaba la “banca” y más temprano que tarde tenían que desembocar en el “carro”. Una disciplina para pelados que inexplicablemente se ha discriminado en los tiempos actuales, ignorándose su expansión, su dinamismo, su derroche de recursos y su gran fuerza de expresión democrática. Es ominoso que en un país sin recursos vastos, como el nuestro, no se le preste más atención y patrocinio a esta derivancia deportiva. Para llevar adelante un partido de “carro” no se tenía que ir más allá de la simple contabilidad de una pelota de esponja o la que resultaba de desforrar una vieja de tenis y las manos pelonas. No requiere de vestimenta especial, ni de guantes ni spikes. Hay por el contrario, que quitarse la camisa y los zapatos y jugar con el torso desnudo y los pies descalzos, así se logra mayor libertad para poder golpear la pelota con todo el vuelo del brazo. La mano, debe golpear la bola y tratar de dirigirla por los intersticios que deja el cuadro contrario. O con toda llaneza darle por el seguro lugar donde se posiciona un maletón. Hubo partidos de “carro” que eran una joya por el dominio de los contendientes. Soberbiamente reñidos y más divertidos que el cansino beisbol. Había momentos de grandes jugadas, de atrapadas espectaculares y pifias que humillaban al practicante cuando, por 192 José Luis ejemplo, en la caja de bateo abanicaba la bola que él mismo se ponía, con la otra mano, lo cual daba a las claras una idea de su macetería. Al “carro” lo regían pocas reglas pero muy claras y definitorias: los grandulotes de casi diez o doce años, debían batear con la zurda. No debían llevar una piedra dentro del puño; primero, porque era una ostentosa ventaja que podría terminar en desventaja para todo el partido. La pelota así golpeada iba sin rumbo camino de perderse. Y la regla, grande, mayúscula, de oro: desde cualquier posición, quien tenía la pelota podía tirar con ella al que corría las bases luego de haberla bateado. Desde cualquier lugar, desde todo ángulo, darle con ella era acabalar el out. En el barrio había algunos jugadores, cuarterones de indio, que tenían un tino asesino y siempre apuntaban hacia la cabeza del contrario. También sobre esto se legislaba: se iba o no se iba tirando a la cabeza. Como en todos lados, siempre hay los timoratos que cultivan el futi fais. Es el “carro” y no el beisbol el futuro deporte de los mexicanos del siglo veintiuno. Porque aviene, solaza, compromete, solidariza y además porque es muy bara. 193 José Luis La soda nuestra de cada día Tengo que reconocer a despecho de lo que opinen los antropólogos, que por las venas de los sonorenses también corren burbujeantes y gruesos chorretes de soda. De fresa, de tamarindo, de cola, de tuti fruti, de todos los sabores y colores han desfilado por el sediento e insaciable gañote de los sonorenses, al grado de ostentar en la actualidad el primer lugar en consumición de sodas, per cápita en todo el país. Desde aquellas diminutas de La Imperial y La Pureza; las de marcas emergidas de laboratorios extranjeros –Kirst, Royal Crown Cola, Nehi, Mission, Spur- hasta los mexicanísimos jarabes con que se presentaban los jarritos (qué buenos son) pasando por las bebidas regionales del sur del Estado, la hipo y la modelo, y las que aquí fueron envasadas como las Hilton, elaboradas con frutas de Hermosillo y el Buqui, embalado en bolsa de plástico y realizado en Villa de Seris, no hemos dejado sentida ni a la espera a ninguna. Desde su aparición en la escena comercial, la soda ha sido para la dieta nuestra el complemento, el aditivo en las tres comidas. El líquido que empata a la leche materna y le compite con ventaja adentro de los biberones. La que los adultos llevan a su coleto como el inmejorable elemento de rápida y certera asimilación alimenticia y, la que los ancianos que ya tartanean, consumen en la acertada consideración de que pepsi rebasa con mucho los reanimadores efectos del Gerovital. Para un habitante del desierto, como nosotros, emparentados de íntimo con cachoras y huicos, una pepsi bien fría constituye un pasaporte al relajamiento del organismo y la oportunidad de reportarse en un tris, todo un universo de sabor y restauración de energía. La pepsi, lo reconozco, es un oasis de frescura y su barbotar burbujeante constituye la música selecta de los sentidos atrapados por la insolación y la resequedad. 194 José Luis Desde el momento mismo en que de los furgones procedentes de Norteamérica bajaron los primeros caldos soderos, nos hicimos un pueblo rendido y fanático de las bebidas efervescentes. Preparar una bebida a base de frutas naturales en el interior de la casa, tal y como lo recomiendan las revistas del consumidor, en una región como la nuestra, donde las frutas se conocen sólo en material de cera, es una monserga y una verdadera calamidad que no estamos habituados a enfrentarla y menos teniendo pepsi a la mano. Porque una botella de pepsi significa el súmmum del pensamiento científico, aplicado al finiquito de la sed y a la restauración del vigor perdido en los ires y venires bajo la resolana desértica. Un frasco de pepsi es la esencia arrancada a secretos sabores de laboratorio, elaborados exclusivamente para gente como nosotros que vamos rumbo al siglo veintiuno montados en la animosidad del refresco que es lo de hoy. Cada mañana el sonorense pide su soda antes del desayuno y no su jugo de naranja como en los pueblos atrasados del planeta; la soda es tiro seguro, el cítrico en cambio, puede provocar marcados trastornos estomacales. Por eso el habitante de aquí es aventado. No camina apenas como otros, sino que sale merced al gas, disparado a su trabajo. Como tapón de sidra. 195 José Luis Sólo para taxistas Porque he visto el riesgo que corren los del oficio de alquiler de carros, es que he preparado una serie de dispositivos para que sirvan a su personal defensa y no sean ya más el blanco de quien pretenda asaltarlos. Desde hace ya algunos días trabajo en éstos mecanismos que serán como aditamentos del taxi, los seguros, contra la canalla que en los últimos meses han estado despojando y en no pocos casos ultimando a los hombres del volante. Como hombre de avanzada que soy, sé que las pistolas y usis junto a sus primos hermanos los cuernos de chivo, son estramancias pasadas de moda cuya eficacia deja mucho que desear y cuya portación por otra parte es liosa. Siguiendo mis instrucciones, los conductores de sitio podrán salir al paso de cualesquier atentado si hacen instalar en sus autos el equipo siguiente: SILLÓN SALTAPATRÁS: No es otro que el asiento destinado al pasajero o “corte”. Si este amagara al chofer con el hincapié de asaltarlo, aquél operaría un botón y al instante mismo el sillón se sumerge en los fondos del chasis llevando al usuario hasta el fondo mismo de la calle. CHOPCHOP OCULTO: Se trata del célebre cuchillo, que tanto aplaudimos la chiquillería en los comics del Halcón Negro. La filosa arma va oculta en el techo del automóvil; al momento de ocurrir la embestida delictiva, el taxista opera de una palanquita y el chopchop viene a la degollina separando en cuestión de décimas de segundo la cabeza de su tronco. SILLÓN CHIFLA EL TARACHI: Es el mismo sillón delantero que ocupa el usuario hampón. En caso de presentarse el atraco, se opera un obturador oculto y salta de las profundidades del asiento un travieso resorte que oprime como jaiba las partes nobles del pretenso atracador. Duele como patada con bota de punteras. 196 José Luis SILLÓN MODELO C. F. E.: Es el último grito de la moda y para mi gusto es del equipo de seguridad el que más estoy recomendando. Se opera desde el claxon cuando el taxista al sentirse en peligro, acciona el bocinazo y manda una descarga de pronóstico que deja al delincuente más achicharrado que uno de Conciencia Ciudadana. Pronto, taxistas de otros países llegarán a Sambenito para adquirir equipo y no quedarse a la zaga en cuanto a seguridad automotriz. Jardín Juárez El sitio de la prángana Bien que mal, el jardín Juárez es el semillero de los más aguzados inventores de tesis para no trabajar y es también, el sitio donde transcurren con pena los más contumaces consumidores de tiempo, más que en los cafés de la ciudad. Desde aquí se suspira a diario por encontrar los fáciles métodos para vivir con el menor esfuerzo. Por hallar el cómodo esquema que permita encontrar la dorada Cíbola, sin moverse siquiera de la comodina banca. Desde aquí se pugna por que se destierren de la parla popular los odiosos términos “jale” y “fajina” y que se de en cambio, carta de adopción legal al reventón y a la holganza. Aquí se reúnen en conciliábulos bien avenidos los practicantes más disciplinados y rigurosos del ocio y el lamento; aquellos que aseguran estar lastimados de la columna o sufrir un mal congénito que les impide subirse al carro del trabajo. Aquí están los generadores de “amalayas” y “asegunes” que saben pintar con la uña, el sitio 197 José Luis exacto donde se encuentra tal o cual tesoro, mismo que irán a buscar cuando reúnan lo del viaje y la herramienta. Aquí, sentados, encuclillados, recargados, malparados, cientos de individuos esperan a que por vida de Dios santito no pase nada. Vemos figuras del bajo pueblo, los cabecillas de las huestes sin voluntad ni coraje que sobran en todas partes y que según ellos, llegaron tarde a la repartición de oportunidades, porque sufren de algún irremediable achiscamiento. Este es el socorrido lugar en donde se condensa la plebe que viene a asomarse al centro de la ciudad; los que utilizando como un “paro” el cajón de bola o una petaquilla con baratijas, reclaman un lugar en la producción. Aquí se diserta sobre la última charra de don Cacahuate, se da cátedra del trapazo rechinador sin saliva, aquí fluye con holgura el subempleo en todo su mero mole. La clientela no ha variado en calidad ni subido de clase, con todo y que el trienio de Alicia lo dignificó con nuevo equipal. Son sus usufructuarios de tiempo completo, el soldado franco, el fotógrafo de caballito de madera, el chiclero, el que da toques para ver que tan calote estás, el faquir, el forastero que llega a la XEDM desorientado, el enfermo que espera le ayuden para su receta y el bracero recién echado de los yunaites. El galano vestido de la vagancia. Debajo de la estatua del benemérito, lavan los trapos los taxistas del rumbo para mantener las carrocerías de sus carros rechinando de limpias, aunque los interiores permanezcan divorciados de las fragancias soportables. En el democrático piso del jardín Juárez colocan sus pomos de esencias exóticas, de yerbas, de sabiduría popular vuelta remediajo, los merolicos que encienden a los circunstantes con una jerga supersónica, capaz de enmudecer de envidia al mismísimo comentarista oficial Sergio Remono. Los “secretos” hacen ronda para ver a quién “desafanan” con una feria, en el “aliviane” cotidiano. 198 José Luis Jardín Juárez, el asiento de los magos y los políticos sin ventura ni brújula. Allí, Don Isidoro enseñó la técnica de la elaboración de los sabrosos raspados a sus hijos los Angulo, debajo de láminas de cartón en lo que fue ahora su añorado “Limoncito”. El sitio de la prángana y el paria de Sonora. Donde protestan mudamente los huérfanos de Solidaridad y los resentidos del sistema. El sesteo de las aves Una noche en la zona de tolerancia 1997 Si el río mantuvo con sus caudales un indiscutible jalón masivo cuando drenaba sus escurrimientos por la garganta estrecha de los cerros de La Campana y La Cementera, hendida de arriba abajo y prodigiosamente entreabierta, para dejar pasar las masas de agua hasta el fondo del valle profundo de la costa, dejando como residuo la interrogante de un prolongado debate de si esta vez llevaría más volumen que la anterior; la parte norte de la ciudad, mero en donde se erigió la zona de Tolerancia, llamaba con sus luces fluorescentes con un vigor no menos poderoso, la atención de la comunidad flagelada por los largos aburrimientos de una vida monótona. La Zona de Tolerancia, particularmente la última que funcionó en la ciudad, fue entrañablemente encantadora para quienes se declararon sus permanentes usufructuarios así como para quienes encontraron en ella la redituable actividad de sus existencias. Fue la reserva territorial de los vicios permitidos por la moral prevaleciente en la época, constreñidos al empaque sanitario de la diosa Eros y del no menos relajador de los sentidos, dios del Vino. Allá, el aire era tibio, las paredes de los “Saloons” parecían negras y los interiores de las mismas desde la barra, la pista de baile y la 199 José Luis nidada de sus dormitorios asombraban y aturdían. Surgía desde la reciente colonia Las Flores, con una inspiración amorosa que llenaba de bocanadas sensuales las noches hermosillenses. Era una especie de comunidad que vivía con los brazos abiertos, sonriente, como si quisiera beberse de un trago los ardores de los más recios varones de la estepa, que llegaban a trasponer sus límites con una enervadora expectación de que algo inenarrable les ocurriría esa noche, al enfrentar la posibilidad de alternar con una estrella del firmamento de las variedades. Eso sucedía en horas nocturnas. Porque en el día, aquella traza enmarcada en el norte de la ciudad se presentaba encorvada y con el aire sombrío de un cuerpo que sufre de la tisis, de un organismo que tose con frecuencia y arrastra los pies, más por vergüenza, que por el filo de sus males. Bachimba o Los Bules, fue una especie de anunciación de Las Vegas, un islote juncal que recordaba los más efectivos hechizos del electrizante mundo joligudiano, donde las mujeres, traídas por Polaco y por Cosme, eran jactanciosamente presentadas como ganado nuevo procedente de otros corrales que venían en son de paz a desparramar dones que les eran propios y agradables y a pacer de las verdes dehesas sonorenses. Cuerdas femeninas recién desempacadas de la sede del vicio en el mundo oropelesco de la distante Tijuana. Damiselas que no bien arribadas ejercían una potestad y un dominio sobre los caballeros arrancherados por la turbación y el pudor que no se atrevían a romper el turrón para dar inicio al llamado juego tarimero. Con gracia, finas maneras, ataviadas de color y vista, como de fiesta, con la moda que dictaba Tucson, su llaneza las acreditaba como las puntuales practicantes de la cortesanía convirtiéndolas por momentos en la fortuna más preciada del hombre elegido por esa vez. Entonces, las frases ingenuas y deleitosas, los devaneos del amor, el bautizar con nombres deliciosos y certeros todas las formas femeninas del hacer, del ver, tocar y quehacer del amor: “La Endiablada”, “La Estudiante”, “La Devoradora”, “La del Dulce 200 José Luis Meneo”, epítetos que luego desparramaban largamente entre sus amistades, aquellos que ya se habían complacido en un trato íntimo con ellas. Una noche en este excitante mundo de luces y de voces, pero también de olores que levantaban fragancias de comensales y pupilas, una noche aquí, comenzaba desde el atardecer, cuando solícitos maricas salían a regar los amplios canchales donde horas más tarde encontrarían “parking” las más conocidas marcas automotrices representadas allí por el picap y el tonelada, pero también por el cupé y el sedán que conducían distinguidos señores que se ataviaban para impresionar, como si asistieran a una cena de negocios o a la petición de mano de la nuera. Era el ritual que impone la noche de “la hora de la visita”. Una noche iniciaba, en este parnaso del ejercicio lúbrico en los embaldosados de afuera de la edificación que tomados como un puente escenográfico, eran desfilados por las altas mozas de talles elegantes, peinadas en la sala de estética con las rigideces del espray y sometidas al rigor del agua oxigenada, mujeres de cuidadas manos, de largas uñas pintadas con el más vivo escarlata, para irle al rojo de la boca y no contrariarlo, cuerpos esbeltos, bien formados para dirigir a dos de tres caídas sin límite de tiempo, el duro tráfago de los eventos eróticos que no tienen cuartel en la noche larga, larga de baile, palique, copa y tatahuila. Todas estas damas encantadas por la luz de la noche y la adoración de sus admiradores formaban corro alrededor del edificio de “Lucila”, esperando con contenida impaciencia a quienes por la fuerza de sus posibilidades económicas habrían de conducirlas a los interiores de la pista y la barra. Eran observadas con sobrada delectación por asombrados hombres y por mujeres venidas de otras negociaciones similares, como las diosas de platino, de oro o cobrizadas, más hermosas que las que se permitía exaltar el celuloide americano. Mujeres que cumplían con marchar en este desfile arrobador, como si fueran antes que nada las pupilas de Coco Chanel y no de la “Lucila”. Un ligero movimiento de cualesquiera de ellas, una 201 José Luis vocecilla emitida con salero, era suficiente para trastornar de la emoción a quienes ya con la boca a medio cerrar, se reconocían como sus más rendidos fanáticos. Una noche aquí, se iniciaba con el recuento de los otros metederos destinados a los de menor cuantía económica, a los depauperados que arroja el ejército del pueblo: Rumba, Burrita, Tío Pepe, Candilejas, Fronterizo, Río de Janeiro, Armidas, Berthas, Tokio, Zendy, era éste último visitado por la más exitosa familia política del momento. Pero el nervio motor del sistema congalero lo constituía la clase con que operaba “Lucila”, el tipo de generosa clientela que le regalaba su asiduidad, la fina factura de las féminas de ensueño que le profesaban su fe y la atención deliciosa de un grupo de amanerados que constituían estos últimos una suerte de “pilón” al servicio. El conjunto de “Lucila” ocupaba una extendida superficie donde encontraban campo las cocheras, áreas ajardinadas, la cuartería enfilada en dos niveles y el salón de recepción para contener a una clientela selecta que estaba entregada a la marca de la casa desde que siendo una joven, Lucila los había atendido en su propio domicilio particular al regentar su propia casa de “citas”. Dicha parroquia se movía al son de la orquesta, se divertía ordenando al mariachi las piezas musicales en boga, estrechaba intimidad en una sorda cháchara con alguna de las damas o cuando no, es porque ya iba enfilado directo hacia el área de dormitorios donde ya esperaba la escogida, en medio de un ambiente refrigerado que conoció el amor que huele a leña de otro hogar. Una noche en la zona, que muchos nunca habían tenido, se iniciaba en la contemplación morbosa de la cartelera que anunciaba a los artistas que luego de darle la vuelta a la legua, regresaban triunfantes de la América Latina, cuando no de los cinco continentes. La presentadora de las variedades con su voz simpática contenía las ansias de los desesperados por ver y vitorear. La pareja propietaria, Cosme y Lucila daban el santiago de la fiesta de luces y colores, al esbozar con sus roncas voces que ya había llegado el momento del “show time”, con lo cual arreciaban las 202 José Luis expectativas de los circunstantes. La pista de las representaciones estaba delimitada por una contenida cerca de acero que dividía a la montaña del llano donde desfilaban los artistas, mientras que en una empinada elevación a manera de proscenio, en un rincón algo iluminado, se disponían en abanico, como en exposición ganadera, la cuadrilla femenina que esa noche estaría dispuesta a satisfacer los más oscuros instintos y hasta los más bajos, de la impetuosa concurrencia que decidiera contratarlas. Otra elevación similar daba alojamiento a los músicos que quedaban referidos discretamente de espaldas al público. Y el público. . . colocado en mesas sueltas a donde difícilmente llegaban las indiscreciones de los haces lumínicos, en una especie de alcahuatería, para que no fueran reconocidas las caras de los bullangueros parroquianos ni siquiera por sus más exaltadas amistades. Una noche en la zona se iniciaba con el levantamiento de las mil aromas que los encendidos fogones de las cocinas improvisadas y otras no tantas, como la de Alicia, hermana de Lucila, que detentaba un sonsacador restaurante donde trabajaba asimismo el giro de la hospedería dedicada al cobijo de las tiples y vedettes. El taco, la Chivichanga, el huevo duro son la refacción para el desfalleciente visitante de los salones. A tales horas, los efluvios paralizaban el ambiente rocoquiento del conjunto y la chimenea lograba confundir a los visitantes en una especie de turbación de los sentidos por no saber si se encontraban adentro de una fonda, en un lupanar o en una perfumería ó en los mismísimos linderos de la gloria. Era una suerte no ser invadido por ese pesado letargo interrumpido tan sólo por un pleito entre mujeres, la aprehensión de algún borracho o por el claxonazo del taxi que esperaba para llevarnos de regreso a la monorrítmica ciudad. Una noche en la zona se iniciaba en cualquier calle de la ciudad, ubicada en cualquier rumbo, al contratar al carro que por doce pesos, menos de un dólar, nos llevaría hasta el horizonte mismo donde terminaba la ciudad y empezaba el paraíso. Contrariando a las más exigentes leyes del mercado, el regreso costaba quince o 203 José Luis veinte pesos, dependiendo del grado de dependencia de la hora o de la extralimitación de las libaciones. Una noche en la zona se iniciaba muy lejos de allí: sacando cábalas en el escritorio burocrático, en el banco de carpintería o en la tienda de raya de campo, para calcular sobre si cien pesos sería suficiente dinero para obtener una noche completa de placer y juerga en aquella extendida y motivadora fiesta en que estaba convertida la que fue la última Zona de Tolerancia. ANDUVE DE NOVIO Formalmente de novio, lo que se llama novio, quedé luego de que las amigas de Azucena Quevedo Arozamena la rodearon con libros y cuadernos del segundo de secundaria, perimetrando la figura de un corazón y al entrar yo en él, simbólicamente penetramos ambos a nuestros respectivos torrentes sanguíneos. Ahí nos juramos que seríamos el uno para el otro y que ni siquiera el cambio de escuela, la presencia de otro o de otra, en nuestras vidas iba a variar en nada el compromiso que allí estábamos sellando. Y luego siguió todo aquello, las cosas y las actividades que caracterizan a un noviazgo entre adolescentes. Para fortuna de ella, lo de nosotros fracasó al paso de los meses y ahora sé que vive casada felizmente con un próspero agente de medicinas nucleares. En cambio yo, guardo sus cosas, sus fotos, flores marchitas, infinidad de recuerdos, decenas de pensamientos, acrósticos, poesías, dedicatorias y frases sueltas que en su conjunto hacen una extensión fenomenal que sólo igualaría el infatigable Chapito Romo del Imparcial. Viendo todo esto, me doy cuenta de cuánto trabajo requiere el ponerse de novio y llevar adelante una relación de esta naturaleza, al grado de que reconozco que es una tarea titánica, reservada sólo a los jóvenes que tienen tiempo suficiente y el optimismo necesario para no hacer desmayar a la empresa en sus inicios. Todavía recuerdo cuánto hube de hacer para mantener vivo el interés de Azucena en mi candidatura…. 204 José Luis - Dejar las amistades escandalosas que no tenían la sensibilidad parecida a la mía y consideraban unas advenedizas a las chicas, con las cuales no valía ni dirigirles la palabra. - Pensar en ella mañana, tarde y noche, reflexionando al tiempo en los gratos momentos a su lado y en la desgraciada hora en que podría perderla. - Cargar a mañana y tarde sus libros de la escuela a su casa y al revés y por lo general, también los útiles de las amigas que la acompañaban. - Llevarla todos los días al cine para que viera las carteleras y escogiera una vez cada semana las películas a las que entraríamos. - Llevarla a ventanear a los bailes para cuando ella obtuviera el permiso de sus padres, estar lista para acompañarme a ellos. - Pasar por su casa, por la escuela o por las casas de las amigas, arriba del carro de papá, conduciéndolo en forma suicida e irresponsable para demostrar que la vida y la muerte son sucesos indignos de tomarse en cuenta por quien quiere desmesuradamente. - Regalarle la foto de un familiar apuesto y bien vestido para darle una idea concreta de la prosapia familiar. - Dar los más largos rodeos en el camino a su casa, acompañándola y tomándola en cada cruce de la calle delicadamente del codo, como signo de respeto y protección. - Enviarle saludos y efusivos recuerdos cada que se encuentre a una de sus amigas o conocidas. - Escribir los más sentidos acrósticos y publicarlos en sus propios cuadernos, mientras que en los nuestros ostentar sus nombres en las partes más visibles. - Escoger en el parque el árbol que llevará nuestras iniciales y marcarnos los brazos a sangre con su nombre en las partes más visibles. - Pedir un refresco para dos y pedir igualmente un solo popote. 205 José Luis - Frecuentemente y so pretexto de ver sus anillos, tomarle el dedo meñique. - Decirle que odiamos las minifaldas, el pelo suelto, la pintura, las uñas largas, que nos gusta ella así, naturalita. - Llevar un mechón de sus cabellos dentro de las páginas del libro de física al lado de un pétalo de rosa que cortó para nosotros. - Recoger las fechas en que el noviazgo cumple una semana, el mes, el año… Ponerse de novios no es negocio para flojos. ¿Por qué no vamos a pata? Bajo el supuesto de que no pasarán muchos días sin que se deje venir una alza en las gasolinas –hecho que derivará en un desaliento en el uso del automóvil y dejará como consecuencia a mucha gente a pata- me propongo desde hoy, ofrecer una serie de alternativas para relevar al coche por otros medios de locomoción. Al tiempo que proyecto soluciones que compitan con el uso del carro, trabajo por inducir los cambio en las costumbres del transporte. Como esta ciudad no cuenta con la milimillonaria infraestructura que permita la instalación de tranvías, trolebuses o metro, como en la Metrópoli mexicana, tenemos que ver que elementos de transporte pueden ayudarnos a resolver la necesidad de movilidad de los mexicanos. La consolidación del sistema de transporte que propongo, suficiente y eficiente, permitirá al hombre viajes baratos cuando no gratuitos; reducirá el esmog a cero y hará posible al usuario la contemplación de la naturaleza y la obra del hombre. Es maravilloso, les adelanto, ya lo verán. 206 José Luis En primer lugar he apuntado al: PATÍN DEL DIABLO. No es ésta una alternativa desdeñable. De fácil uso, recomendable para artríticos e impacientes del corazón, su estructura a base de dos ruedas permite viajes sin sobresaltos con un pie sobre la plataforma de sustentación y el otro como elemento tractivo. Equipar al patín del diablo con luces direccionales y claxon producirá en el ánimo del usuario un sentimiento de seguridad. Instalarle un casette con ruido de motor de tráiler, será una experiencia inolvidable en nuestros bulevares. LA BICLA. Este instrumento cornudo, cuyas características ya conocemos, forma parte de nuestro proyecto de transportación supletoria del automóvil. Para que su uso se generalice pedimos se vaya considerando la construcción de carriles exclusivos y que sean las autoridades las primeras en despedirse del coche y en montar este frágil y sano vehículo. PALANQUÍN. La implantación de esta estramancia, provocará una oferta sin límites de empleos. El palanquín consta de una barra longitudinal de madera o acero, a cuyos extremos va atada una hamaca. El usuario va, claro, en la hamaca, mientras que los extremo de la barra descansan en los hombros de robustos marchistas. TANGA. Es esta una especie parecida a la calesa individual tirada por un hombre. Se utiliza en oriente y da excelentes resultados. Es un hombre macizo y de buena consistencia el que se coloca en el lugar del caballo de tiro. El pasajero toma asiento y lo único que tiene que hacer para que el vehículo marche, es gritar ¡fuímonos! APAPUCHI. Método que juzgarán un tanto primitivo pero no negarán su economía y su hermosa y típica visión. Unas espaldas resistentes, de quien vaya a soportar a un prójimo sobre sí, es toda la infraestructura que se requiere. La velocidad del cargador es regulada fácilmente por un billete de atractiva cantidad que se coloca mero enfrente del Tameme. CARRO DE MANO. Este artefacto hará saltar de gusto a los añorantes del automóvil. A aquellos que naufraguen en la nostalgia del auto, les parecerá una milagrosa opción. Consta de un eje delantero equipado con dos llantas, que si gusta el propietario las puede equipar con rines niquelados. Una barra central cuyo remate 207 José Luis superior está constituido por un flamante manubrio, con claxon de vehículo diplomático. El usuario se pone al volante y esto es puchar, llevando la dirección a derecha e izquierda, lo mismo que en un automóvil. La velocidad depende de las canillas del usuario. Yo mismo estoy que rabio por estrenar este modelo. BURRO. Transporte de superficie, no requiere de infraestructura vial, es decir, los baches le valen. Multiplica las posibilidades de viaje, al ofrecer a un segundo viajero, las cómodas enancas. Su bocinazo es un diáfano rebuznido. Como ven los funcionarios encargados de subirle el precio a las gasolinas, ya pueden hacer con las tarifas de los combustibles, lo que sean sus reverendos planes. Nosotros, gente avanzada, tenemos una respuesta para cada mandarriazo. Apuntes rojos del barrio Sambenito con más zonas de tolerancia Considerando con largueza sus límites, el barrio Sambenito podría pasar sin apreturas a la historia local, con el nada lucidor pelaje de haber sido el sector que más zonas de tolerancia ubicó en sus interiores. Si iniciamos la lista con rigor cronológico, señalaremos primero la continuada hilera de bules, casinos, fondas y cantinas que se engargolaban de uno y otro lado del poniente de la calle Colima y de cuyos interiores emergían las más recias y opulentas señoras, que con su impúdica presencia, entrampaban el paso de los que iban a trabajar la costa agrícola y convertían merced su magia, al rumbo, en el más rotundo de los fondeaderos de la ciudad; al grado de que según rezan las crónicas de oídas, hasta el bisoño gobernante Elías Calles se le veía ahí con singularísima cotidianidad. Zona de tolerancia luego, de desparpajo, y relajienta actividad la que la discreción urbana –imperante en los cuarentas- estableció en el sector que sería conocido después como La Cuba Libre, en el vértice oriente del barrio y sobre el nacimiento de la calle Escobedo. Donde por cierto, fue la última vez que el antiguo oficio se ejerció 208 José Luis rudimentaria y artesanalmente, desprovisto de toda malicia empresarial cuando los servicios podían ser canjeados ora por dinero o por satisfactores. No fue sino hasta la edificación de bares con sabor joligudiano y templetes fastuosos de cristal erigidos a la diosa Eros –donde haría su arribo la fauna de acompañamiento de la prostitución: chulos, cabuleros y alcahuetes-, cuando aparece en establecimientos capaces de presentarse sin timideces ante la clientela de dentro y de fuera y con rimbombantes nombres en los salones, los que por sí mismos persuadían con sus luces y reclamos a los varones màs pudibundos, allá en la Nogales y Américas. Dentro de este enorme triángulo, cuyas puntas eran la Colima, Escobedo y su cierre en la Nogales, estuvo el territorio rojo de Sambenito, la mayor explanada dedicada a los encuentros amorosos que ha tenido la ciudad y dentro de la cual se presentó a vivir un tipo de habitante caracterizado por sus costumbres livianas, su relajada conducta y su proclividad a lo farandulesco y rocoquiento; meseros, mesalinas, choferes, golfos, pillos y tratantes, formando todos ellos un tejido social perfectamente bien avenido con su destino laboral. Así encontró a estos hombres y mujeres el pionero de Sambenito dedicados a proporcionar alegrías al resto de los hermosillenses y tuvo que acostumbrarse a convivir con ellos, compartir su parla diaria, gustos, esperanzas y pequeña religión; darle a mañana, tarde y noche, vuelo a la hilacha. Casi por nada, las recatadas señoras que vivían en otros sectores de Hermosillo escandalizaban cuando sabían que uno de sus hijos hacía juegos con oriundos del barrio o peor todavía, si el esposo, sin explicación lógica venía de por ese lado. Por lo mismo es que el barrio no podrá ser, al menos por sus orígenes faranduleros, el barrio del santo Benito. Pues fue desde su partidero un baldón, un Sambenito. 209 José Luis Contigo me quiero casar La boda distribuye riqueza de inmediato. . . Bajan las temperaturas, aumentan las bodas. Llegamos al mes de los calientitos y las posadas. Se multiplican los deseos de paz y bienestar y hay muchos a quienes les gustaría empezar el año perfectamente casados. La boda o casamiento es un acontecimiento que miramos cada vez con mayor sorpresa y alegría, que nos proporciona un cúmulo de conocimientos y además es el ritual que esperan con ansia la mayor parte de las chicas en edad de merecer. Pero, ¿qué es una boda?, ¿para qué nos sirve una boda?,. es algo que voy a tratar de desmenuzar a mi locochón estilete. En primer lugar, una boda sirve para medir la fuerza numérica de los integrantes de dos familias que se dan cita en la iglesia y posteriormente en el festejo para abrir fuego a través de la crítica viperina, grupo familiar contra grupo familiar. También, la celebración de un matrimonio nos permite saber a ciencia cierta cuál es la capacidad económica o la potencia vanidosa de los padres de los contrayentes, los cuales en ocasiones llegan a echar la casa por la ventana aunque un día después vayan camino del empeño para resolver sus necesidades más apremiantes. Sirve este ritual para divertirnos con el espectáculo obligado de las riñas que se suscitan entre los miembros de las dos familias. Que se inician por el enfado de uno de ellos porque se le sirvió mejor a otro o porque fue sentado en la mesa de honor, etc. En la boda que se precie, siempre hay un pleito y éste por lo general es entre parientes de los desposados. Una boda sirve para medir la paciencia de los invitados, los cuales se convierten en unos héroes de la resistencia esperando que les sirvan el banquete y soportando en las más de las ocasiones que lo coman frío y tomen de la cerveza caliente. También para oír los comentarios más imprudentes y exquisitos de los novios: que ella ya iba adelantada, que no cabía en el vestido; que se casó de inmediato sin apenas conocerlo; que le quitó el novio a una prima que está a punto del suicidio; que se casó por 210 José Luis correspondencia; que éste era el último barco, que de lo contrario, quién sabe quién se fijaría en ella, con esa cara; y de él. . . que es un muchacho que no tiene trabajo, que tendrá que vivir con los suegros, que le prestaron el traje, que batea con la contraria, que le dan ataques, etc. Nos reporta el enlace el conocimiento sobre la heráldica y la naturaleza de la herencia de ambas familias; de allí se infiere por qué el muchacho es chato y morenito o por qué la muchacha tiene tendencia a la obesidad y la cara tan aflautada. Allí se conoce al tío bizco, al cuñado mongolito, a la hermana solterona, al tionino guavesi, etc. Una festividad de este tipo nos da la oportunidad de ligar con una de las damas de arras o de lazo o con la tía que es madre soltera. Una boda distribuye riqueza en forma rápida, multitudinaria y democráticamente: entre meseros, cocineros, modistas, cervecerías, músicos, hoteles, agencias de viajes. . . Nos ofrece espectáculos inverosímiles: la novia se desmaya en la iglesia; el novio no llegó nunca a la ceremonia porque se arrepintió; se le salió un gallo a la cantante del coro; el banquete salió perdido y les dio cursera a los invitados menos a los coleros; el papá de la novia no quiso pagar a los músicos y estos lo pusieron como Santo Cristo: que resulta que el novio ya era casado y que se le apareció la seño en la iglesia. . . La boda es todo un acontecimiento que deberían de patrocinar los partidos políticos para arrastrar adeptos a las urnas ahora que sus proclamas y sus candidatos pintan de infumable gris. Me cuentan que incluso una boda, sirve hasta para formar la llamada célula social. 211 José Luis El amor tiene cara de avión El aeropuerto internacional de la ciudad llegará en breve al punto máximo de saturación y es ya urgente que se tome la determinación de construir el campo alterno. Es verdad que los elevados niveles de saturación nada tienen que ver con pasajeros o aeronaves que por la necesidad de los itinerarios deben hacer escala en esta terminal, ya que el mayor número de operaciones no ocurren dentro de las salas o en sus plataformas de rodaje, sino más bien en el cerco perimetral que resguarda el inmueble. Cada tarde, cuando el rubio Efebo en una llamarada espectacular parece zambullirse en el mar Bermejo, decenas de carros se detienen a las orillas del campo aéreo llevando a bordo jóvenes parejitas que con el hincapié de contestar sus particulares inquietudes por el fenómeno de la aviación, libran en el sillón trasero, acalorados combates que discrepan –por la incómoda manera de teatralizarloscon los que cuadras más atrás y adentro de lujuriosos salones, manifiesta la refrigerada clientela de los hotelitos de paso de por esos rumbos. Tradicionalmente el uso de la tierra destinada al encuentro de parejas que desarrollan el llamado sexo de la insubordinación –relativo al padre Chicura- ha tenido en el límpido valle hermosillense centenares de afiebrados clientes, aunque nadie haya dispuesto tales territorios para el caso. Así corren las primeras historias sobre el perfumado regazo del río, seguidas íntimamente por las vertiginosas ascensiones a los cerros de la Campana, Pitic, y Bachoco y recintándose más modernamente, a los ya olvidados llanos parcos de las traseras del café combate, también de españoles. Qué quieres que haga. La ciudad se ha subido a todos los cerros, ha ocupado totalmente su valle, no hay la más mínima disponibilidad de un canchal discreto para entregárselo a la permanente devoción de Eros. Y debería haberlo. Para quienes lo buscan arriba de los automóviles y también para nosotros, los que nos afanamos a pata. No me parece que se haya dado a conocer abiertamente, pero ésta es una necesidad muy sentida de parte de un segmento poblacional que vota, más que nada, con apasionada entrega. 212 José Luis Los tres ríos de Hermosillo Nada tenemos los de Hermosillo que envidiarle a los habitantes de la capital sinaloense. Estos, con una hidrografía de regalo, ven pasar tres portentosos ríos con sus cajas recargadas de un cuantioso volumen hídrico que lame permanentemente las orillas de la levítica y aguerrida ciudad de Culiacán. Ante esta potencia hidráulica, los culichis han sabido cultivar una tradición de ribereños que no le va a la zaga a quienes viven de frente al Mississippi, al Nilo o al Aguanaval. Los utilizan para la navegación, canalizan sus aguas en provecho de la agricultura; son el providencial puntal del turismo, y por si fuera poca cosa, dividen desde tiempos porfirianos a la ciudadanía en los buenos y los que se quedaron del lado de Tierra Blanca. Unos y otros consideran como un timbre especial de privilegio detentar tal cantidad de agua que riega las tierras de Redos, Toledos y Caros. Los ríos, en cambio, que pasan por aquí, tiene flujos raquíticos y caprichosos que alejan a Hermosillo de todo paisaje hidráulico y le condenan toda vocación ribereña. Aquí hay que conformarse con ver el agua en los almanaques canadienses o suecos y esperar casi un año para ver reanimarse los entecos escurrimientos que llamamos ríos. Con todo ello, apuntado ha quedado para el conocimiento de las generaciones futuras que la capital de los sonorenses es cruzada por dos ríos: el Sonora y el San Miguel y, que en épocas de corrientadas, constituyeron al lado del ferrocarril, el mayestático panorama donde encontraban relajamiento los sentidos apretados por el tedio y la aburrición. El conocimiento hidrológico, reporta igualmente, que las cajas de éstas dos corrientes abrevan en el seno norte de Sonora y van languideciendo hasta recintarse en la presa Abelardo. Allí se apresan lo que dura un suspiro pues luego el sol canicular levanta el más grueso tonelaje de agua convertida en vapor. Pero nada tenemos que pedirle a los de Culiacán. Pues si por una parte, los dos ríos apuntados nos fallan con sus aportes, ahí 213 José Luis tenemos, el tercero, enorme, que compite en bravura y volumen a los sinaloenses y que corre hiperbólicamente caudaloso todo el año. Todos los días. Día y noche. Es el río que, naciendo en Monterrey, cruza Hermosillo en todas direcciones, acompañado de tormentas en las calles, en las oficinas, talleres y hogares. Es éste el que reporta más ahogados diariamente. El inabarcable río de la cheve. Sin sangre en las venas Atendiendo una comedida invitación del más célebre y misterioso personaje de moda, “El Chupacabras”, llegué hasta el pie mismo de una cadena de cerros en las afueras de Hermosillo, según convine previamente con él. Allí lo encontré ocupado en el aseo de sus prendas personales y entonando su canción favorita: “Quisiera ser como tú, que no sientes las penas, quisiera ser como tú, sin sangre en las veenaaaaas”, dedicada quizá, al caprino que se despachó hasta la última gota. Quiero adelantar que el recelo y la desconfianza por lo que pudiera ocurrirme, nomás por ser atrevido y aceptar la invitación de este sanguinario personaje, me invadía todo el territorio orgánico recorriéndome los temblores desde el nacimiento de la nuca hasta la parte más inferior de la espalda. Pero en mí se rebelaban fuerzas interiores nacidas de mi inclinación hacia el conocimiento y por supuesto a la natural curiosidad profesional de todo periodista que arriesga lo indecible por sus ingratos lectores. Averiguar, más que nada, qué se propone en lo futuro esta temible bestia de la cual nos espanta saber que ha venido dejando una prolongada estela de cadáveres de caprinos chupados y secos, es lo que me movió acudir a la cita. - Te he mandado llamar, me dijo, porque eres el único periodista que me puede atender y comprender, porque me consta que no eres rajón. 214 José Luis Hube de exhalar un suspiro de alivio cuando vi que enfundaba sus afilados colmillos chupeteadores en un amoldado de cuero de jabalí, sin duda para darle tranquilidad a mi ánimo y hacerle regresar el color a mi hasta entonces pálida cara. - He decidido, dijo, retomando el tono de su confesión, que vistas las circunstancias de la presente sequía, en donde se están muriendo solos los chivos, sin necesidad de que los chupe, engrosar el contenido de mi menú particular y adicionarle de ahora en adelante la viscosa sangre del humano; pero luego de un somero estudio he descubierto que no todos los prójimos tuyos tiene sangre potable; no todos los líquidos rojos que circulan por sus venas y arterias son propios para llevármelos a la panza. En este punto debo confesar que una terca vibración corporal me recorría la espina dorsal haciendo trepidar el nacimiento de mis achatadas nalgas. Pensé entonces que el entremés con que el chupacabras iniciaría su adicción a la sangre del humano, sería la mía propia, que aunque plebeya, también tiñe de rojo. Oírlo continuar en su clara exposición atemperó mis temores y me dio pie para escucharlo y a la vez tomar nota de sus preferencias. Sacó de entre sus ropas una larga lista donde figuraban sus futuras víctimas, aquellas que, cual chivos montaraces, serían vaciados de sus respectivos flujos vitales. Su lectura me ha conmovido. Bestia temerosa de sangre y de robo, cruel ha deshecho los alrededores, devoró corderos, devoró pastores, son incontables sus muertes y daños. . . Sin recelo y sin la más mínima de las desconfianzas, como Francisco de Asís, me encuentro frente al chupacabras, de quien he aceptado la invitación para conocer la lista de aquellos que serán sus próximas víctimas, todas ellas pertenecientes al pecaminoso género humano. Me ha adelantado que no todas las sangres humanas son potables; que la sequía atenacea sus hambres pero también el deseo de emparejar viejos agravios entre la cruel grey de los antropomorfos. Procediendo con método, el sanguinario personaje que es mi anfitrión, en un cantil de las sierras de Hermosillo, me muestra la lista en donde enumera a aquellos que ya escribieron sus trágicos destinos y que en breve olerán a sepultura, tanto o más que el 215 José Luis aceleradísimo Roberto Madrazo. En primer lugar, descubro en el escrito a los que tienen. . . . SANGRE DE CHINCHE: Aquí figuran sin distingos banqueros, agiotistas, prestamistas, cajaahorristas, arbolistas, fobaproístas, jueces, no pocos abogados, actuarios y rematantes de bienes a quienes El Chupacabras les prepara una íntegra vaciada de sus respectivos torrentes arteriales. También consigna a los de. . . . MALA SANGRE: En este conjunto sanguíneo se agrupa a los judiciales federales que trafican con carros robados, a los que son gatos de los “mañosos” y asesinos callejeros, aduanales, federales de caminos, inspectores de comandantes de la policía. Los líquidos rojos de estas sanguijuelas son buscados por mi convidante, al igual que el de los arribistas que buscan hueso con Paco Labastida. Encuentro también a los de. . . SANGRE PESADA: Es este el plasma que bulle dentro de los organismos de políticos rastreros, trapecistas de los puestos públicos. Incluye igualmente a periodistas que viven como marajás validos de la exaltación y endiosamiento de los gobernantes. También los de. ... SANGRE DE HORCHATA: Los de este grupo, próximos a ser consumidos por El Chupacabras señor de los afilados colmillos, son reconocidos por su pereza y lentitud en resolver los problemas ciudadanos, pero ligeros en darle solución a los propios, asaltando al pueblo con novedosos e injustos impuestos, en esta tirada quedarán disecados de sus purpúreos flujos, los alcaldes y tesoreros municipales, también los síndicos que trabajan para la adjudicación propia de los terrenos de la ciudad. Aparece también, la. . . SANGRE AZUL: El Chupacabras succionará las venas de los ricos que buscan salvarse solos, quienes amafiados con autoridades y líderes (de Suburban) explotan al trabajador. Y finalmente los de. . . SANGRE DE ATOLE: En esta colección se enlistan a ciudadanos en general –tomados al azar- que no obstante sufrir vejaciones y raterías mil de los grupos anteriores, ni se quejan, ni ven, ni oyen, ni votan. 216 José Luis A la hora de salida nos vemos Los pleitos entre los chamacos han sido espectaculares. A veces promovidos por los grandulotes a la salida de las escuelas; son la oportunidad para ver la aplicación de una serie de golpes y rudos tormentos utilizados como la defensa personal, que dan el ejemplo de la garra humana proveniente de la mismísima era de las cavernas. En los días en que fui a la escuela, topé con buenos peleadores que realizaban una práctica irreprochable para el combate cuerpo a cuerpo, poniendo en juego decenas de recursos que los llevaban indefectiblemente a la victoria, incluso frente a oponentes aparentemente más dotados. Compañeros hubo que asistían a clases únicamente para ver con quien peleaban, quién más había por ahí al que se tenía que derrotar, para seguir sosteniendo un prestigio de fiero y temerario, en suma de excelencia pleitística. El prototipo del “mascón” estaba caracterizada por la búsqueda diaria de contrincantes, los cuales podía descubrir a la hora del recreo, a la salida y, en ocasiones, en el seno del aula o la mismísima dirección del plantel. El “mascón” permanentemente era animado por sus agudos deseos de trascender entre la porra de sus amigos, a los cuales quería jefaturar a la mala, llevado por grumos químicos interiores que salían a manifestarse en una especie de sadismo ribeteado de vanidad. El pleito se concertaba en horas y sitios inverosímiles; adentro del baño, en el pleno de la práctica de algún juego confusamente convenido; porque el tipo no se dejó copiar en los exámenes; cae gordo; o porque trae zapatos y la mamá lo peina con glostora y a mí no; porque una vez su hermano mayor, que ya no está en la escuela, me pegó abusivamente, etc. Se citaban los contendientes lejos de la mirada profesoral. Se esparcían por todo el recinto las informaciones oportunas y suficientes de la hora del match, en que fulanito y zutanito se darían hasta sacarse la pitahaya. Se enumeraban los agravios que cada uno se había inferido (madrazos, tentada de barba, burlas, visajes), que justificaban el pleito, se hacía la lista de víctimas que aquél llevaba en su haber, las cábalas necesarias y elocuentes de que si éste le había pegado a su vez al que ahora contendería, era lógico que éste 217 José Luis caería a la primera sarabanda de golpes. Se conocían las opiniones del respetable y se hacían los grupos de fanáticos, dividiendo en dos a la población estudiantil y. . . sudaban las manos de la impaciencia, de la expectación; mientras, aquellos que nadie había reconciliado, ni nadie había querido hacerlo, encrespaban sus odios mutuos, lanzándose epítetos dentro del salón, mostrando la seña arengadora del puño cerrado, golpeado repetidamente sobre la entrada de la boca, para dar a entender al enemigo que tal parte de la cara iba a ser el blanco favorito de los mejores golpes. Después de convenir, arreglando el legajo que sancionaría el pleito (no tirando patadas, no dando a la cara, no golpeando al caído, haciéndose guajes cuando viniera el maestro, etc.), se trenzaban los adversarios en la ciencia de la batalla campal. Salían a relucir las armas más connotadas que finalmente decidirían la victoria: El torniquete: que consistía en exprimirle las carnes de la muñeca al enemigo hasta que éste aullara de dolor. La maquinita: golpes repetitivos al plexo, para bofearlo y provocarle la catatumba. El tamborazo: puñetes aplicados a la espalda, aprovechando que el contrario inclinó demasiado el cuerpo para cuidar la cara y dejó al descubierto las partes posteriores. Las carótidas: presión con ambas manos de la parte inferior de las orejas hasta dejar al enemigo sin resuello y pidiera “paz, tierrita volada”. Los diablitos: sistema tormentoso practicado con el dedo índice, presionando en ángulo obtuso, sobre la sien, debajo de la patilla, escarbando como berbiquí hasta que salgan chispas o hasta lograr la rendición total. La pitaya: líquido rojo que momentos antes del pleito circulaba dentro de las venas y arterias y hoy aparece coloreando las narices. Marcaba el finiquito del pleito y la prueba irrefutable de victoria de quien la había hecho visible. 218 José Luis La Tercera Tripa El cinto es un pedazo de cuero de vaca o de caballo curtido en los interiores talabarterísticos y sirve para acinturar al hombre. Ha sido el instrumento torturador de la infancia; el que se esgrime cuando se agotan las paciencias paternas y, a flagelo medido se pinta al doble en el lomo o en las nalgas infractoras. Es primo hermano del chicote y sobrino inmediato de la cuarta y la chavinda. Y va allí, a la cintura y no en el cuello, porque todos necesitamos más que de gañote, un apretón de panza en los días de la economía crítica. Ceñidor de diferentes anchores. Es la línea media, el ecuador que divide el territorio corporal, marcando circularmente la terminación del hemisferio vital y el inicio de la porción prescindible del humano. Es el anillo periférico que sostiene los pantalones y hace posible determinar con soltura, que hombre es elegante y cuál un sonámbulo derrengado de la moda. El cinto desde tiempo inmemorial es también, un arma de combate y el aliado ideal del suicida cuando no encuentra a la mano una herramienta de finiquito existencial más efectiva, menos dolorosa. El perverso lo prefiere ancho, como cincho caballuno. El marica va con uno que sugiere delgadeces intestinales. La hembra soltera y en edad de merecer, lo prefiere recio, abusador, como brazo de hombre peludo. El rico lo busca con pedrería y bruñido de oro. El pelado sólo con suficientes agujeros para contener las mareas estomacales del hambre. El narciso desconocido, con la leyenda repujada de su nombre. El avaro para esconder sus valores. El militar y el bravucón para sostener sus arreos militares. El cinto no es una prenda de vestir. Es como la defensa de los carros. Está allí para contener los choques vitales que pulsan del interior del cuerpo y hacia afuera, marcándole con sin igual pureza cuál es la línea del golpe derecho y la región donde campea el default. Por eso el ridículo invento de los tirantes que equivalen al sostén de las mujeres, nada ha podido contra el cinto que viene siendo, la 219 José Luis tercera tripa que Dios negó al humano. El buen trasero Los nuevos diseños de la moda femenina están lanzando a nuestras mujeres a la calle con un tipo de prenda “redimensionada”, que la hacen a la vista, más que nunca apetecible, sensual, por cuanto dejan a la imaginación varonil sin resuello y sin reacción ninguna. Clavar el ojo sobre una damita hoy, es descubrirle, de una superficial mirada, y a través de su indumentaria todo su territorio cuerpístico, lo que nos lleva a calcular con facilidad el tanto más cuanto de sus dimensiones arriba, abajo y en sus flancos. El vestido femenino se ha convertido en la principal arma ofensiva que esgrime la portadora en una al parecer guerra sin cuartel, de todas contra todas, a ver quien lleva el más descomunal y atrevido escote, la más empinada de las faldas o los plisados más curros del atuendo. Parece que ahora se va al “todo o nada”, en busca de que el globo ocular masculino reviente en animación en cuanto las detecte y haga, en consecuencia, mover los más dormidos resortes de la admiración pública. Estas modelos, que hubiesen escandalizado con mucho a las artistas de los ochentas, otorgan el placer de una mirada sensual, no desprovista de morbo y complacencias interiores, pero también permiten al espíritu científico del hombre, hacer el catálogo personal de gustos en cuanto a la mujer se refiere; un catálogo de sus encantos físicos que saltan a la vista, ante la imposibilidad de enumerar las virtudes que siempre viajan en el incógnito, perdidas quizá en el bolso de mano. La última clasificación que se hizo en mi presencia, por connotados señores que saben de la estética y anatomía femeninas, basó su interés y orientó su objetivo, hacia los prominentes territorios posteriores que la procaz pero justa parla popular llama “pompis”. El primer listado que aquí presento, lo definen los movimientos y las formas de tales porciones humanas y ha quedado de la siguiente manera: 220 José Luis En primer lugar figura la de… “Pumping jack o Gimbalete”: en donde las porciones sugieren un movimiento parecido a esta máquina de extraer agua de los pozos: cuando la dama da un paso, uno de los flancos va arriba hasta casi pegar en las paletas, mientras que el otro va hacia abajo hasta casi rozar los muslos. La “Tropical o de Sandía”: es la que resalta por encima de todo el continente cuerpístico y da la impresión de que la portadora caerá indefectiblemente hacia atrás vencida por tamaño peso. La llamada de “Cilindro de gas”: es la que amplía su zona desde la espalda en la parte superior del cuerpo, hasta las coyunturas de las piernas, sin curva ni silueta, de arriba abajo, como un cilindro de gas. De “Ciruela pasa”: Quien las tripula no ha mandado hacer la ropa a la medida y ésta aparece holgada, formando allí rebordes, plisamientos, patoles, hondonadas al caminar, ni más ni menos que como la fruta disecada que le da nombre. De “Jicarita”: La que nos recuerda el viejo cuento de los días infantiles de que quien las tripula prefirió sacrificar sus carnes para elaborar albóndigas antes de lucirlas en la vía pública. La llamada “De Pípila”: Cuando las dos porciones están encaramados sobre la espalda, cargando como un pesado fardo que hace inclinar a quien las lleva, hacia adelante. La “Convencional”: Van ahí como pudieran estar o no estar, son las que no llaman la atención ni para bien ni para mal y recuerdan aquel apotegma de los políticos de “ni te perjudican, ni te benefician, sino etc.”. Las designadas de “Cachete o mofletudas”: Son las que al estar en movimiento, recuerdan el proceso de masticación de un individuo mofletudo. La “Chingüengüenchona”: Es la que al parecer, llena de pudibundez, ha huido hacia adentro, dejando al vestido desprotegido de su figura. También llamada, por no querer saber nada de la moda, nalga analfabeta. 221 José Luis Éxtasis Automovilístico Por momentos no parece haber nada más atractivo en el paisaje de esta ciudad que descansar la vista en sus automóviles. Desde muy temprano, la sociedad hermosillense se dejó extasiar por el carro y se declaró prontamente, su más puntual y rendida admiradora. Hoy el fenómeno ha llegado a su punto máximo al haberse permitido la entrada de los coches que significan en la misma patria del automóvil, el último alarido en confort, elegancia y status social. Los ha habido de todas las marcas, algunos envidiados e irrepetibles como los que condujeron en su tiempo integrantes de la millonaria familia Hoeffer, quienes los pedían a Europa y los Estados Unidos, llegando por mar a Guaymas y de allí en lomo de mulas hasta las caballerizas de la Cervecería de Sonora, que fue el emporio que generó la incalculable fortuna de la familia con ascendiente germano. O como aquellos radiantes que llegó a pilotar entre el aplauso y la admiración de sus pacientes, el espectacular doctor Sotelo. En la urdidumbre vial diaria, donde se ven circular a los casi cien mil autos que forman la organización automovilística citadina, hay muchos sobresalientes. Carros que valen millones, más que una casa, tanto como un condominio. El hermosillense parece saber mejor que nadie que el carro da posición, personalidad, poder y seguridad. Que es el alcahuete eficaz en el romance y además la suscinta y meteórica explicación de cómo se transitó a la bonanza económica. Ranflitas chuecas, abochornadas por bonconeumonías triples en el motor y afectadas por tercas toses en el mofle, llevan a los obreros al jale. Briosos y bruñidos autos con sopetecientos caballos de fuerza, arrastran en medio de vestiduras de cueros y finos géneros a los ricos del momento. Los agricultores y gente del campo se dejan ver sobre picáps arreglados al más puro estilo arizonense. Los muchachos hacen instalar a la salida del maniful los estruendosos jéders para lograr 222 José Luis que el motor bufe en los arrancones y arranque de inmediato el suspiro de la más apática al romance automotriz. La ciudad va sobre ruedas. Por eso las autoridades toman más en cuenta al ciudadano automovilista que al desheredado peatón. Para aquel se construyen metroplanes y para el otro, que no hace sonar las cajas registradoras de las arcas municipales, ni siquiera una banqueta regular. El giro comercial de partes automotrices va al auge. Por eso vemos carros mejor equipados que una residencia y por ello el conductor no extraña a su recámara cuando lleva a bordo la refrigeración encendida, ni la disco cuando va el tocacintas a todo sonar. Hay carros que son una leyenda sobre ruedas que están equipados con doble tracción, quemacocos, carburador de ocho gargantas, vidrios eléctricos, que hacen del conjunto un sueño embriagador. El carro ha sido una sensación desde su llegada; desde aquellas marcas que ya rindieron como el Vaux Hall, Nash, Kaisser, Desoto, Studebaker, Anglia, etc. Hermosillo tiene naturaleza automotriz, por eso causa más admiración el mecánico que compone nuestro coche averiado que el médico que nos arregla los intestinos. Hermosillo no despierta cada mañana… arranca. 223 José Luis Las listas La tardanza en la elaboración de las listas por parte de los diferentes partidos políticos ha despertado la inquietud y la curiosidad de las mayorías por saber qué es una lista. Por fortuna existe esta columna que está redactada, antes pensada y proyectada por un brillante mortal que sabe qué aconsejar en cada caso y difundir su amplio saber para beneficio público. En la lista que ahora se confecciona aparecerán los nombres de los más amigoches del candidato, encabezados, claro, por Don Luis Colosio, así como parientes y compadres quienes a la hora buena están dispuestos a jugárselas por la patria. Así concebida una lista de aspirantes a puestos públicos es una relación lo más acercada posible a los gustos del abanderado político. Pero la voz lista también tiene otras aceptaciones; veamos cuáles son las más socorridas: Listas: Pormenor de las mercancías que la señora escribe en una hoja y luego se la entrega a su marido para que éste se deje caer con lo del chivo. Listas: Se refiere a mujeres con coeficiente intelectual vasto y suficiente hasta como para apantallar a un hombre. Ej.: las sabinas fueron muy listas pues se dejaron raptar cuando ya el tren se les había pasado. La Malinche fue muy lista pues engañó a Cortez para que reconociera que Martín era hijo de ambos y le heredara el marquesado. Listas: Rayas centrales y laterales de la carretera de cuatro carriles. Lista: Especie de marcaje máximo de velocidad. Ej.: El carro de Sopetanito Junior pasó por el boulevard como una lista. Liste: Apócope de mercado oficial. “Quiero ir al liste porque el Pachi Rochín dice que es muy bara”. Lista: Recuento en alta voz que se hace en las escuelas primarias para saber si los alumnos no pintaron la venada. Recuento que se hace en las universidades para matar el tiempo pasándole lista todos los días a cerca de treinta mil alumnos. Ej.: Luego que pase lista el 224 José Luis ruco nos pelamos por la ventana. Lista negra: Especie de cuadernillo donde se anotan aquellos que son olvidadizos con sus pagos. Lista antes blanca, manchada ahora con betún o tinta negra. Ej.: El Negro Encinas no aparecerá en las listas del PRI porque las haría negras. Lista, ahorita estoy: Grito de la señora a su marido cuando todavía faltan como tres horas para que salga del tocador. Listos, en sus marcas, fuera: Tiempos en los que se encuentran estúpidos militantes de un partido. Conocidos también como los tres tiempos parciales de la polaca. Hay quienes se creen con la marca suficiente como para figurar en las listas y quedan. . . FUERAAAAAAAAAAAA. Manual para comer tacos Empujado por la obsesiva duda que desde hace tiempo me taladraba el cerebro, realicé una acuciosa investigación por entre las miles de carretitas que expenden tacos en esta ciudad. La pregunta que desde hace años me inquieta es la siguiente: ¿Quién come tacos con finura, discreción y buen gusto?, es decir, de acuerdo a lo que marca la urbanidad. El resultado de mis pesquisas fue el siguiente: NADIE Alarmado por esta terrible realidad que amenaza terminar el mínimo de cortesía, educación y comedimiento que se deben los habitantes en la vía pública, me hice a las principales bibliotecas para buscar en los manuales de urbanidad algo al respecto. Pero ningún libro de buenos modos, toca el tema de la consumición de tacos callejeros y mucho menos habla de carretitas. Todos ellos, salvo el Carreño, son obras extranjeras que no conocen la refacción comestible elaborada a base de tortillas y chile que nosotros los mexicanos llamamos taco. Nada pues, encontré que satisfaga la omisión que carcome la civilidad y hace peligrar la salud social de los hermosillenses. Con razón, concluí diciendo, es en las carretitas de tacos en donde se 225 José Luis observan los peores ejemplos del comer. Los desórdenes mayúsculos de la mesa tienen lugar allí. Es la descortesía quien preside el rato de permanencia de los comelitones de tacos. Con tristeza pude observar que los hermosillenses no practican la urbanidad al deglutir los tacos, enfrente de sus conciudadanos y ello, no porque así lo prefieran, sino más bien porque nadie les ha indicado como deben proceder ante tales circunstancias. Imbuido de la mística social del periodismo que es la de buscar y difundir los más altos valores que enaltezcan y mejoren los modos de vida, me prometí ser yo quien elaborara el primer manual par comer tacos con delicadeza y buenos modales en la vía pública. Después de muchos desvelos, puedo –no sin cierto orgullopresentar aquí lo prometido. Manual para comer tacos 1. Detenerse ante la carreta de los tacos a una distancia aproximada a los 75 centímetros, a fin de que el taquero pueda escuchar con claridad, nuestras peticiones: daca un taco, daca la sal, daca la feria, daca las moscas, etc. . . La distancia que aconseja el presente manual permitirá estar a salvo de los pegajosos olores que despide la olla de la cocción. 2. El taco debe tomarse con la mano izquierda la cual llevará una servilleta extendida en la palma para que no se queme. Con las yemas de los dedos de la derecha, recójalo por los abanicos que forma la tortilla. No llevárselo todavía a la boca pues podría pensarse que el hambre es mucha y denotar voracidad propia de los félidos. 3. Antes de llevar el tentempié a la boca, tendrá que abrir las piernas en un compás de noventa grados como si se dispusiera a quebrar leña. La intención de ésta regla es la de que no vayan a caer residuos de taco –caldito,- en los calcetines o choclos. 4. Permita que sea el taco quien encuentre a la boca y no al revés. Se han dado casos en que la boca en busca del taco encuentre la orilla de la carreta o una nacha del taquero y ¡moles! 5. Aunque el hambre sea mucha no trate de terminar con el taco en una sola visita a la boca. La etiqueta ordena que sea de cuando menos cinco ocasiones, esto aún cuando la tortilla sea de blanda 226 José Luis consistencia. Tampoco es recomendable estar haciéndole al imbécil, exagerando el número de mordidas ya que puede terminarse con el brazo dormido de tanto llevarlo a la trompita. 6. Algunos piensan que la etiqueta no es más que una monserga que se ha implantado para arruinar los mejores momentos. Yo no pienso así. Y digo además que es un adorno a las formas y algo práctico también. Ello se comprueba en la manera de comer el taco: la mano derecha que es la que porta la vianda, debe subir hasta la altura de la oreja del mismo lado, una vez allí voltee la cara para encontrar el taco, como que no quiere la cosa. Abra la boca sin apremios ni sobresaltos, con suma tranquilidad, que no se asomen los frenos dentales, los puentes y menos los rellenos de los molares. Como el presente ordenamiento habla también de cómo empinarse la soda, dónde poner el taco cuando uno mastica de una porción, cómo pedir el siguiente valido del meñique, hasta qué hacer con los billetes apestosos que nos devuelve como feria el taquero, dejo a la voluntad tuya, carita lector, el si deseas recibir en casa o en tu taquería favorita, el curso completo que mejorará sensiblemente tu actual manera de engullir tacos. El Carnaval de la Cheve He regresado maravillado del carnaval de Guaymas, asegurándome que si el ingenio derrochado en las fiestas lo utilizáramos para el despegue económico hace ya mucho que EUA y Japón se las vivieran pidiéndonos prestado. ¿Cómo y de dónde pudieron los de este puerto tener la animosidad y los recursos para adornar carros tan bellos, ataviar tan ricamente a sus mujeres y darse por días al reventón en medio de un pacto que parte en trozos desiguales a la comunidad nacional? Bien, eso es harina de otro costal. Lo increíble del ingenio demostrado no estuvo en el vestuario de vehículos y personajes pues se observó la cajonera moda de otros años. La diferencia en esta ocasión se vio en la forma sin parangón con la que el visitante se 227 José Luis preparó para una libación sin cuento. Hubo en aquella concentración multitudinaria grupos que portaban el six pac bajo el brazo para ir orgullosos con su mercancía como en los días cuando llevaban los libros a la universidad. No faltaron aquellos que formaban altas torres con las latas vacías de cerveza sobre los capacetes de sus carros, como demostrando a los tibios abstinentes hasta dónde se puede llegar en el marcaje excesivo del consumo. Se armó inconcebiblemente y sin que nadie la convocara una competencia cerrada entre los bebedores. La base del concurso exigía cómo arreglárselas para estar en la fiesta y llevar la suficiente dotación de cerveza al mismo tiempo. Por eso fueron cientos los que convirtieron el portallanta de sus carros en una improvisada cantina refrigerada. Muchos los que se armaron con una mochila escolar para rellenarlas de botes con hielo. Y otros que llevaban a la cabeza un par de cervezas conectadas entre sí por mangueras que confluían en una sola cuyo remate era la boca del consumidor. Hubo quienes habilitaron a su hielera con ruedas para llevarla sin molestias por entre la multitud. El colmo: aquél que se fajó en sus hombros –a manera de apapuchi- todo un barril y, como moderno Pípila, abría la llavecita en cada esquina para ofrecer trago a sus encendidos acompañantes. Tirarse con las latas vacías fue una buena ocurrencia. Contestar el ataque enemigo con bólidos de cerveza sin abrir, fue insuperable. El colmo de los colmos: el que rentó un carrito de chupaletas y en su lugar acomodó una carga de six pacs. Sí, el carnaval de Guaymas es la sede anual de los más ingeniosos tomadores de chela. Por eso es un éxito sin igual. 228 José Luis Hermosillo hoy Hasta hace poco, Hermosillo era un conglomerado poblacional que se aburría de luz en la tarde, en la mañana y en la noche. Escasos los lugares de diversión. Ralo el panorama donde soltar las amarras de las tensiones y trocarlas en fáciles y apoltronados entretenes. Los horarios laborales constreñían a la ciudadanía a una entrega monacal sin contemplaciones y los recreos estaban rígidamente marcados por el calendario sobresaliendo las fiestas del Carnaval, los bailes del Blanco y Negro, las derivancias festineras del beisbol llevando como eje central a la liga de la costa, los bailes universitarios llevando a los padres de la morra como incorruptibles chaperones. Hoy la ciudad cuenta con enormes ventajas al adoptar el nuevo papel de las grandes ciudades norteamericanas pues suma recursos de diversión altamente calificados y un amplio y vigoroso mercado interno que todo parece menos extenuado a darle rienda suelta a sus inquietudes y ganas de relajamiento largamente aplazadas. El nomadismo comerciable de los Estados Unidos ha traído paisajes y nuevas complacencias en el ramo de diversión y el pasatiempo. Los hermosillenses se vacían hoy en el boliche, coloso del deporte de mesa, en donde tienen lugar excitantes encuentros entre los más habilidosos practicantes de los bolos. Y ahí, pared de por medio, diez salas con películas diferentes cada una presentan los filmes que en ese momento extasían a los neoyorkinos o a los exigentes cinéfilos sino-británicos de Hong Kong, en medio de lujosas instalaciones con mullidos asientos y el clásico y sedimentador perfume de las palomitas fritas con mantequilla. Quienes tienen un asiento allí se asoman sin rubores ni timideces al argumento de las cintas a despecho de la clasificación asignada. A los hermosillenses se les ha construido un esplendente escenario para remontar los siglos de la monotonía y el aburrimiento en las calles febricitantes de La Sauceda, donde como lo manda la moderna ética de la tecnología se dan la mano los fines recreativos con el restablecimiento ecológico y la regulación hidráulica. 229 José Luis El conjunto de restaurantes alojados en la ciudad, recrean una versátil y energizante fonda mayúscula capaz de enloquecer de sabores al paladar más puntilloso. En el Vado del Río se han colocado estructuras capaces de provocar el infarto en los creadores de los proyectos más audaces para el equipamiento de cualesquier ciudad norteamericana. La ciudad se ameniza hoy con tópicos de todo el mundo a través de sus tableros periodísticos en furioso tecnicolor. Los periódicos cantan la rima de lo cotidiano y LA GOTITA saca la cabeza preminentemente. Aunque nadie la pela. Hoy cada hueco y geografía de la ciudad se adaptan para agasajar al local y al visitante. Tal parece que en esta manga ancha del pasatiempo, la presa, que fue en su momento el receptáculo de los picniks semanales se muriera de envidia y no pudiendo resistir la humillación quisiera formar parte también del escenario de animación. Por eso se ha secado. Para llamar la atención de los ahora indiferentes con su recinto y sus riberas calcinadas. También la presa rebulle como arpa desafinada sin dejarse comer el mandado, en un supremo esfuerzo por demostrar su gracia. Su esplendida aridez. 230 José Luis Bours sigue con la perra suelta Pudiérase decir que la resequedad informativa que ahora vive Sonora aunada a la gana de adelantar calendarios, son factores que impulsan con ímpetu la carrera por la gubernatura del Estado, más o menos vislumbrable en la primavera del 2003. Los aspirantes a tan alto encargo emiten continuos mensajes de optimismo tan solo matizados de pasajeras sombras. De entre los más vehementes, por la abierta carga que propone contra la aún soñolienta inercia que presenta la mayoría que vota, está otra vez en la arena de la competición el obstinado clan del ultrasur sonorense, los Bours. Ahora empeñados en hacer un desesperado acometimiento por obtener el preciado mando que se les ha espumado, dígase, en los 28 años postreros. Anótese, sin error previo alguno, que es la cuarta ocasión en que la familia blanca y barbada de Cajeme aspira al empinado escalafón. Para nadie que lleve cuenta de los procesos sociales que ha vivido Sonora desde los años setenta, está olvidado el infecundo esfuerzo que hizo Javier R. Bours por hacerle un vacío precipitado a la candidatura de Biebrich en aquel enero de 1973. Ni tampoco ha caído en la desmemoria la incursión, ya en los ochenta, que apoyó ésta insuflada dinastía para catapultar al sillón de la Comonfort al espigado legislador de Nogales, Fernando Mendoza Contreras, puja que se quedó en borrajas cuando surgió la postulación del ingeniero dinamita Félix Valdés. Más, de nueva cuenta en la barrera de sol se colocó al chaval de oro, Lalo Bours, hace cuatro años, tratando de obtener la progenitura de su partido en el lanzamiento de 1997. De allí parten los rencores hacia el mandatario actual. La misma cuadra se retuerce hoy y hace maniobras mil para llamar la atención del partido de su procedencia, a grado tal, que gran porcentaje del tiempo con que cuenta el Senador plurinominal lo dedica a la faena de llegar a un sitial de la primera fila. Ese tiempo es mayor al consagrado al trabajo legislativo y a la operación de las empresas de su propiedad. La gran obsesión se ha convertido en la alucinación mayúscula para el candidato que reventó en las urnas y obtuvo el escañato de oquis, utilizando ahora como una estrategia “kamikaze”, evidenciar su desapego con el gobernador López Nogales, tomando distancia de su gobierno y montando la ola contestataria tan de moda en los panistas estridentes, tipo Búrquez. Vista su impertinente juventud, un ensoberbecido Bours se atreve a 231 José Luis ponerle fecha de caducidad a la influencia de López Nogales, como si se tratara de un yogur de la marca Bachoco. Todo, se dice, con el fin de desautorizarlo del proceso que sigue. Manotea de un lado a otro buscando filias y abiertas adhesiones, creando cuadras y escuadras y fabricando con celeridad el escenario propio para montar el espectáculo donde se presente como el ídolo del momento. Creyéndose el “nuevo rostro de Sonora” tiene el significativo rasgo de ser hijo del capitalismo salvaje, de haber sido educado en Estados Unidos, sentir el espíritu empresarial de Estados Unidos, poseer supuestas técnicas modernas de administración, cientos de millones de dólares en acciones de capital, una visión demasiada americana respecto a las posibilidades de gobernar y una suburban aérea, modelo Sabre Liner para ir y venir de un gallinero a otro. Piénsase que la cuantiosa financiación de sus deseos electorales coincide con la pérdida de sus valores públicos, porque con sus intentos por arribar a la gobernación de Sonora, promueve el auge del modelo neoliberal y del éxito medido en dinero, estableciendo como premisa fundamental la pretensión de oligopolitizar al estado para el provecho de un reducido número de personas que viven en una majestuosa burbuja en el ultrasur de la entidad. Argúyese que para desgracia de éste muchacho, cliente invariable de las notas sociales y de agradable fachada yuppista, en la democracia instalada recientemente en el país, no manda el más fuerte, el más carita o el que tiene más dinero, sino aquél que más papelitos reúna el día del juego. Y en la más reciente elección el apellido Bours, de magnate avícola, de barzonista de los cresos, de copete a la Brat Pitt, corrió por las alcantarillas de Sonora en aquel indecible 2 de Julio. Lo admirable de la democracia es que aunque los votantes desatinen, el juego en sí es sagrado. Lo sacraliza algo tan ligero y tan firme como la voluntad popular, la palabra de la gente, la decisión de los civilizados; (convendría recordar que los pueblos pueden equivocarse. En Hermosillo, para contar nomás con un caso, el pueblo peca desde hace ya cuatro años: el traumático paso de Juillerat sumado al inconcebible arribo de Francisco Búrquez –recordar que los alemanes eligieron en las urnas a Hitler- ha sido el viacrucis continuado para la sociedad hermosillense, donde se han cometido más tonterías, se han dicho más burradas y se han creado tantos o más entuertos que en cualquiera de los trienios priistas completos, empeñados el par de panistas en 232 José Luis competir para ver cual incurre en un mayor número de diáfanos rebuznidos; tantos, que la gente ha terminado por extrañar a Gastón). No hace falta pues, sacar de la lavandería histórica los pañuelos en donde enjugó sus lágrimas de derrota el niño bien de Cajeme. Claro que de ninguna manera, ninguna de las víctimas puede llegar a sentir que tras los pasados episodios del verano anterior, su presencia en la liza electoral futura, pase a ser vista como perturbadora e inconveniente. Menos tratándose del abolengado adonis que nada en la opulencia. Pero la verdad es que ver y oír a un triste ir cabeza abajo enfada al respetable. Puede que para algunos la paliza propinada a Bours sea excusable en términos de cálculo de probabilidades, como si se tratara de un accidente de tráfico o de una catástrofe natural en forma de desbordamiento o sequía generalizada, ya que es verdad que en Sonora por alguna extraña razón sadomasoquista, los Bours siguen teniendo un influjo extraordinario entre sus conciudadanos, aunque la imagen del senador Lalo, mantenga el sambenito de una competición venida a menos. En conjunto, el entorno de éste legislador va todo lo mal que se había previsto, y es que la política en Sonora está sufriendo uno de los cambios más profundos y radicales de su larga historia. Es un hecho que el escenario actual obliga a repensar los conceptos básicos de la cultura de masas y a buscar nuevas situaciones en un replanteamiento total de sus fundamentos tradicionales. Se da la circunstancia de que los avances democráticos vividos en el país han volatizado el concepto política de su naturaleza y de su contenido material. Hoy se sabe que las viejas fórmulas de participación social se han desmoronado ante los ojos del ciudadano y han perdido su capacidad de referencia. Donde se afirma que ni las coyotas de la Villa de Seris tienen consenso total. Sonora va a vivir el primer capítulo de ese recorrido que la llevará hasta el 2003. Aquí nadie duda, el poder que ahora ostenta el gobernador López Nogales, mismo que le ofrece la posibilidad de manejar ciertos mecanismos de autoridad y uno de ellos, es la apariencia de dominar los tiempos de la política. De todos los actores del tablero político de Sonora, es él, el dueño del único reloj capaz de marcar la hora en la escena pública del estado. Eso conduce a un cierto quietismo que hasta ahora ha provocado más bien la sensación de que el gobierno atraviesa un momento de secamiento de ideas, pero que a López Nogales debe de provocarle 233 José Luis el regusto íntimo de quien se sabe en posesión de los secretos del tiempo político. Las notas para el concierto del 2003 están en el atril dl gobernador. En el asunto de su propia sucesión, el mandatario se ha reservado para sí el control absoluto de la agenda, paladeando en exclusiva, como si se tratara de una pitaya de Codórachi, el tiempo del proceso con una visible satisfacción de quien lo ha visto experimentar en sí mismo. Descartado cualquier atisbo de imprevisibilidad y mucho más, cualquier maniobra para enseñar la baraja, el líder nato de su partido en Sonora, mueve sus piezas al compás que desea, para dejar establecido ante sus propios correligionarios, el carácter y la condición indiscutible de su liderazgo. Ahora, como antes cuando fue el candidato a gobernador, Armando López Nogales, se parapeta en la necesidad estratégica de no dar visos al adversario (un PSN que por ejemplo, tiene un líder que a lo mejor no logra entenderse con sus superiores en el Distrito Federal) para reforzar ante los suyos la idea de que, sea quien sea el “ungido” con el uniforme sucesorio, él va a seguir llevando el timón y guardando en su bolsillo la llave del poder. De vez cuando, su dedo hisopador deja estilar una gotita sobre la frente de alguno de sus colaboradores, con lo que deja entrever a los recelosos de la política que a ese le está despejando el camino y que lo único que espera es el momento adecuado para proclamar su precandidatura. Así, aquellos que se creen con méritos y entran en la presunción, van quedando en las notas periodísticas mediante esporádicas revelaciones de que ya tiene nombre el tapado del PRI. No es casualidad que Alfonso Molina se crea con las suficientes capacidades para timonel. Como tampoco no es casualidad que alguna vez el del PRI estatal se haya creído insuflado con los humos papales. O que, llamado desde la antípoda de la política hídrica del régimen, Javier Hernández haya aspirado la fresca y perfumada mañanita de las admiraciones gubernamentales. Pero la política es impredecible. El más cínico de los proverbios de esa mostrenca ciencia social, advierte que el aspirante a puesto de liga mayorista debe tener ojos de lince, paso de buey, diente de lobo y hacerse bobo. Hasta el momento, de tiradores está llena la casa. Nadie, ni senadores, ni diputados, ni secretarios quieren permanecer impávidos con paso de buey, a la espera de que los designios superiores les vayan marcando el camino. Por ejemplo, la pachona y balumosa bolsa de Bours reboza gruesas 234 José Luis sumas dinerarias para aquellos habilitados en el arte de la pluma y la brocha con la condición de que le almibaricen sus heredados apetitos gubernamentosos. Pero ni el mejor pagado de los amanuenses, lo tiene como el más valorado en las encuestas tricolores. Con mucho, a muy alto precio, lo mantienen nominalmente en la carrera. El resto de los personajes espera haciéndose la estatua. Vucovich hace de consejero en mitad de las escaleras. Molina teme una orden que lo reembolse a la oficina de asesores. Linares procura arbitrajes caseros que le acumulen méritos en el granero priista. Y los demás, si es que hay alguno, se hamaquean en el sillón de su oficina a la espera de un dedazo a la mexicana. “El que se mueve no sale en la foto”, la frase de Alfonso Guerra ha cobrado en Sonora de repente inusitada vigencia, fenómeno de la estática política que no es de la humana comprensión del rubio Apolo cajemense. La incursión de Bours por la política estatal ha sido muy clara y como demostración práctica ha quedado el descalabro de la elección pasada. Aún no se repone la rubia cabeza de las choyacas abiertas por los despiadados cubetazos del 2 de julio. El Midas de Cajeme, para poder debatir en Sonora necesita una buena racionalización de su juego, pues en los terrenos en donde la popularidad dicta sentencia, sale perdiendo claramente. Cuando se dejó llevar solo por el poder de su firma y la creencia de que el dinero todo lo puede, salió esquilmado. No obstante lo anterior, en la contumaz intentona de esta codiciosa dinastía, Bours sigue con la perra suelta. 235 José Luis Novedoso aparato de comunicación 1981 El valiente ejemplo de Lalo Gómez Torres, quien empeñó hasta la camisa para lograr introducir en Hermosillo el periodismo de pizarra electrónica, me ha movido a incursionar en la renovación de la técnica de la comunicación. Yo también quiero aportar a la ciudad donde he nacido, una facilidad, una comodidad para que mis conciudadanos encuentren a bajo costo una expedita información en el momento que deseen y en el lugar donde se hallen. “Electrojolu” he llamado a mi invento que estoy pronto a patentar y si la Dra. Alicia Arellano me da luz verde instalaré algunos eletrojolus en los puntos de mayor concurrencia en la ciudad. El electrojolu (de electro, electricidad; Jo, José y Lu pues Luis) es en realidad una máquina tragamonedas a la que un peso hace funcionar; su mecanismo es muy parecido al de una rocola, nada más que en lugar de tocar una canción de Juan Gabriel hace funcionar una cinta magnetofónica que suelta una retahíla de las noticias más calientitas del momento, así como los chismes y rumores de última hora. El electrojolu recibe alimentación de sus mantenedores cada media hora. Por un peso se tiene derecho a quince segundos de la mejor información transmitida en condensados de cinco segundos cada uno. Si el usuario coloca hasta dos monedas de a peso, puede oír el pensamiento editorial de los mantenedores y si desprende hasta tres pesos por la ranura, oirá su signo astral. Ahora bien, quien deposite hasta cien pesos oye zalameros y elogiosos discursos en su favor, hábilmente preparados por periodistas capitalinos que van desde el grado de guapura, donaire e inteligencia hasta suprema habilidad para el trabajo. Quien deposite ¡mil pesos!, -los habrá, estoy seguro- oirá verdades de a kilo durante los quince segundos reglamentarios, es decir, información confidencial que sólo maneja la CIA y nuestros mantenedores. Aquél que deje ir un billete de a diez mil chuchos –los habrá, en eso confío- por la buchaca de la máquina periodística, escuchará revelaciones que ponen en peligro la estabilidad socio-política de la estructura que sostiene a la comunidad, es decir, el rumoreo zaratustriano. 236 José Luis El electrojolu viene equipado con un elegante tablero clasificador donde aparecen los aspectos fundamentales del periodismo. Botón tal para notas rojas, botón cual para las sociales, etc. Todo ello para quienes quieran oír sólo de sociales o deportivas o políticas o información confidencial, financiera, etc. El electrojolu sólo sirve para un par de orejas humanas; de esta suerte nadie, además del usuario, podrá oír de gorra la información. Como el mecanismo de respuesta del electrojolu es selectivo, tanto el oyente como el comunicador no pierden su tiempo. Así el comunicador mandará más material en donde vea más demanda y viceversa. Como podrán darse cuenta estimados leyentes, no solamente me dedico a pasarla choronamente escribiendo sentadote esta columna; también le busco por otro lado. Soy de Sonora y como tal he levantado el guante desafiante que me ha arrojado el SAM. 237 José Luis Detalles automovilísticos 1977 Antiguamente cuando uno se detenía como peatón ante los semáforos en verde para dejar el paso a los autos, era común observar a las damas que guiaban irse mirando en el espejo retrovisor. Estas miradas furtivas y a veces embelesadas dirigidas al mejor amigo de las mujeres, eran causa frecuente de accidentes automovilísticos de la más diversa índole; porque sucedía que alguna vez más de una mujer se quedara prendada de sus pestañas por espacio de minutos y minutos lo que impacientaban a los conductores que esperaban detrás sin poder emprender la marcha. Los conductores masculinos se tiraban de los cabellos y se expresaban en los peores términos de las automovilistas. Pero en los días que vivimos el problema vial que constituye camelarse la cara al espejo retrovisor lo causan los hombres. La melena crecida, el bigote espeso, la patilla larga y los cuellos de tortuga hacen que el hombre conduzca con preocupación por su aspecto. La otra parte, mientras observaba a los automovilistas en la esquina de bulevar Rodríguez y Transversal, vi que una pareja de hombres se liaba a golpes en el interior de un auto. Por la frecuencia con que se repetían y la rapidez con que se lanzaban los golpes pensé que uno de los dos debió haberle inferido al otro una ofensa irrepetible. La presencia oportuna de la policía no tardó en poner en claro la decisión y el final del combate. El que guiaba había enojado súbitamente cuando descubrió que al llegar al semáforo en donde debía hacer el alto su acompañante le ganaba el retrovisor y como la costumbre es la de observarse la cara mientras se espera el “verde”, no pudo contener su ira y allí terminó una amistad cultivada desde la infancia. Muchos automovilistas varones no acostumbran verse la cara en cada alto del semáforo: traen permanentemente colocado el retrovisor en dirección hacia sus caras, así conducen más confiados observando cada uno de los visajes que produce la conducción. Una encuesta rápida levantada en la esquina mencionada arrojó que el número mayor de observadores de su propia cara lo constituyen 238 José Luis los hombres mayores de treinta años. Si algún curioso asoma a uno de los autos de estos treintañeros observará que en un lapso no mayor de veinte segundos se: - Miran el bigote y lo atusan. (Quienes no usan bigote ven hacia sus fosas nasales tratando de observar las patas a la silla turca del etmoides). - Se miran hacia el interior de la boca, sacan la lengua y observan su color. - Echan vaho a los vidrios de los anteojos y los limpian; quienes no los usan se peinan la patilla por encima de las orejas. - Se quitan una pestaña que anda por ahí fuera de lugar o desgreñada. - Se asientan el pelo a la altura de la partidura y aquellos que tienen poco pelo se observan para ver si todavía están ahí los cabellos del día anterior. (Quienes no tienen nada de cabello se pasan la mano desde la frente hacia la nuca, como alisándose la piel). - Un porcentaje reducido (banqueros) se observan el nudo de la corbata y se lo aflojan un poco y antes de emprender la marcha lo vuelven a apretar como lo traían. - Un porcentaje menor (quienes se van a retratar, casar o los ampáyeres) se observan las solapas de los sacos. En cambio, en estos días, la mujer ha dejado el uso del retrovisor como objeto comprobador de su aspecto. La mujer ya no se mira para ver sus colorantes o sus pícsi caleidoscópicas, sino que ve las cosas más interesantes por el retrovisor, como por ejemplo: - Observa si la conducción que realiza es la indicada por el reglamento vial, y observa si, en su embeleso por venirse viendo en el espejo retrovisor, el conductor masculino que viene detrás no le chocará su auto. (Como sucede muy a menudo). 239 José Luis El lenguaje de los autos 1970 Quizá usted no lo haya advertido, pero nuestra ciudad registra ya los primeros balbuceos de un verdadero lenguaje entre automóviles. Por lo pronto se dicen cosas sin importancia de carro a carro. El lenguaje de los carros de Hermosillo no es tan avanzado como el de los automóviles de Nueva York, por ejemplo, en donde además de suscitarse verdaderos diálogos entre coches se hablan estos en todos los idiomas. Para los habitantes que tiene Hermosillo, basta los incipientes balbuceos que ahora se registran; veamos cuáles son ellos: Si usted circula por la calle y ve que en un vehículo son accionados los parabrisas, es que el conductor de este coche está saludando a alguien de su mucha amistad. Si por el contrario observa que a plena luz del día prenden los faros de un auto, es que el conductor de éste le está refiriendo al de otro la peor ofensa que se le puede hacer a un mexicano. Afortunadamente esta ofensa tiene su contestación, la cual puede manifestase en varias maneras: - Si el coche aludido prende las direccionales de la izquierda quiere indicar que poco o nada le importó la ofensa (conchudo o precavido) - Si el coche aludido prende las direccionales de la derecha quiere decir que el conductor está reconociendo el error cometido. - Si prende los faros a su vez, quiere decir que el conductor está devolviendo ofensa por ofensa (como quien dice está diciendo a veinte o a veintiuna). Ahora bien, si quien prendió las luces primero abre su portezuela y luego la cierra enérgicamente debe entender el otro coche que se le está haciendo una invitación a que abandone el complejo vial en cualquier desviación que permita a los conductores referidos, intercambiar yabs. Pero si a esta acción se contesta abriendo la portezuela y cerrándola luego con la mayor suavidad, es que el conductor que así lo hace está invitando al diálogo conciliador y amistoso (como quien dice se está rajando). 240 José Luis Los bolsos de las mujeres y las bolsas de los hombres 1970 Sabido es que las mujeres portan en su bolso toda suerte de artefactos y utensilios que a la vista de un hombre, parecerían innecesarios pero que permiten a cualquier dama, estar lista para la eventualidad que se presente. Así el contenido del bolso de la mujer está compuesto de alfileres, hilos de todos colores, broches, lipistiques, recados, recibos de la luz, el agua, recetas, medicamentos buenos para primeros auxilios, espejos, cintos, amuletos, contraseñas de boletos desde la primera vez que se asistió al cine, fotografías de amigos, de amigas, de los parientes, del Dr. Kissinger, oraciones, catecismos, prontuarios, guías, un pequeño diccionario, los 110 mejores poemas, un pequeño libro sobre lo que toda mujer debe saber antes del matrimonio (pues cocinar), cajitas de olor, botellitas vacías, cajetillas de cigarros (por lo general de esos que las compañías regalan como muestras no comerciales), medias, pañuelos, adamascadas, tápalos. En fin, con lo que una mujer guarda en su bolso, está lista para salir airosa de cualquier eventualidad ya sea que se presente una guerra o un terremoto o que el día menos pensado, el novio se decida por el camino errado. Un bolso femenino tendrá un peso y variedad a medida que la poseedora vaya adquiriendo edad. La mujer se inicia a llenar el bolso a los catorce años aproximadamente, y todavía no se ha dado el caso de que ninguna se sienta satisfecha con los accesorios que ha coleccionado a pesar de sobrepasar los ochenta abriles. Es muy curioso contemplar los mil y dos bolsos que usan las mujeres. Los hay desde modestos morralitos hasta los gigantescos que semejan petaquillas. Según su material se les puede clasificar como bolsas de lona, de ixtle, de mezclilla, de petate, de percal, de manta, de plástico y no está lejano el día en que veamos los de hormigón armado. Por la forma que toman los bolsos cuando son colocados en algún sitio se les pude enlistar como: bolsos tristes (los que se agachan de la parte superior); bolsos tísicos (los que son de esmirriada figura); bolsos glotones (los que observan una voluminosidad casi cúbica); bolsos discretos (los que toman la forma y son del color de la superficie donde son colocados); bolsos incitantes (los que revelan coquetería); bolsos indiscretos (los que se quedan abiertos a la vista 241 José Luis de curiosas miradas); y bolsos tercermundistas (aquellos que carecen de contenido). Para una mujer es muy importante tener bolso: Es su caja de seguridad, su punto de referencia de donde parten todos los recuerdos, su compañero inseparable. La mujer se asoma de cien veces diarias, por el más mínimo motivo: porque terminó de hacer una carta en el trabajo, porque un muchacho se le quedó viendo en el ruletero y ella no halla para donde voltear; y abre el bolso por reflejo involuntario. Por su utilidad los bolsos pueden ser: Armas de combate; tejabanes para quitarse el sol de la cara; asientos mientras espera el ruletero; recipientes curativos (nomás se llena de hielo y se administran compresas frías) y también se sabe que algunas mujeres han usado sus bolsos como refugios antiaéreos. En cambio, y a pesar de que la vestimenta masculina está llena de bolsas: dos en la camisola, cuatro en el pantalón, dos en el chaleco, cinco en el saco y pronto los calcetines traerán sus bolsillos secretos, el hombre casi nada guarda en ellos. Por lo general dinero y llaves, sin embargo, hábiles carteristas al servicio de este columnista practicaron repetidos bolseos en hombres de todas las edades y esto se pudo evidenciar respecto de este estudio: Que los bolsos de los niños guardan juguetes. Que los bolsos de los jóvenes guardan retratos de las chamacas, cartas de amor, versos, credenciales escolares, espejitos y trapitos para limpiar zapatos. Que los bolsos de los varones de más de treinta: Recibos de la luz, recibos de saldos insolutos, credencial de trabajo y una lista que revela en qué invertirá el dinero de la próxima quincena. En hombres de más de cuarenta: Chequera, llaves de la casa, del departamento, de la oficina, del carro y la llave del éxito: una tarjeta Bancomer. Los más de sesenta: Recetas médicas, goteros, la identificación para casos de accidentes, la credencial de jubilación y los tirantes. Los de setenta y más: Pañuelos en los cuatro bolsillos. 242 José Luis El Cerro de la Campana 1980 Es un chipote pétreo que le ha salido a Hermosillo en el mero corazón de su cuerpo. Desconozco su altura –aunque si les aseguro que cualquiera que ruede desde sus cumbritas al plan, no vivirá para enorgullecerse de ello-, pero conozco su peso y lo daré a conocer por si algún alumno del profesor Ogarrio decide hacer pesas con él: ciento cuarenta y nueve mil toneladas setenta mil kilos y medio, sin contar el cascajo. Hasta antes de que apareciera el Museo y Biblioteca, el Cerro de la Campana era para los hermosillenses el punto de referencia: “Del cerro a tres cuadras. . . del cerro doblas a la izquierda. . . . Abajo del cerro, a un ladito del cerro, etc.” Aunque ninguno de nuestros cronistas locales lo revelan, el Cerro de la Campana ya era usado por nuestros abuelitos como el objeto principal de sus juegos; independientemente de volar sus papalotes, era el campo a donde iban a probar su resistencia física; regularmente se escenificaban competencias a ver quién subía primero simulando una pata coja, en cananita o haciendo el zorrillo; una prueba que se tuvo que suspender, por sus cruentos resultados –fue la que consistía en dejarse venir desde el último picacho metido dentro de una llanta; aunque el lector crea que exageramos, algunos de estos competidores fueron a parar hasta el mar, en donde se hicieron buenos marineros. El Cerro de la Campana es a Hermosillo lo que la Torre Latinoamericana es a la ciudad de México. Le compite en altura y belleza y desde su cresta más alta, se divisan y advierten detalles más pequeños de la ciudad; algunas amas de casa, cuando su esposo extravía el camino al hogar, suben a los miradores del cerro y en cuestión de segundos localizan al objeto perdido. En los días despejados se puede ver a quienes vienen de la costa agrícola y si se poseen buenos ojos, se podrá descubrir, sin esforzar mucho la visual, la clase de semilla que en esos momentos están sembrando los agricultores. El lector creerá que exageramos, pero afortunadamente 243 José Luis a la mano tenemos algunos inspectores de pozos de la Secretaría de Recursos Hidráulicos que con sólo subir al cerro se ahorran el viaje para ir a darle lectura a los medidores del agua. Mientras que en la torre chilanga se registran periódicamente suicidios de personas que ya están hartas de la manera de vivir de los guachos, en el Cerro de la Campana sucede algo similar: en las tardes primaverales son muchas las parejitas de enamorados que suben muy quitados de la pena y con el hincapié de ver el panorama tienen que bajar, en compañía de sus padres camino del altar. Algún día, del siglo entrante, cansados de los yerros viales del tráfico vehicular, harán instalar un teleférico que tenga su punto de partida precisamente en el Cerro de la Campana y que vaya hasta la Sierrita de López, pasando claro, por los cerros del Mariachi, de la Cruz, Ranchito y Bachoco. La estación Central, tendrá que estar situada en el Museo y Biblioteca, porque de algo nos tiene que servir este coloso de ladrillo. Pocos saben porque al Cerro de la Campana se le ha bautizado con ese nombre. Algunos aventurados lo relacionan con la forma de una campana. Otros, los más ingenuos y flojos, pues jamás han subido al cerro para darse por enterados, afirman que las piedras, al chocar unas con otras, producen el mismo sonido que el de una campana. Nosotros, los niños que nunca de los nuncas fuimos a la escuela, salvándonos de esta manera de toparnos con gruñones inspectores, sabemos positivamente porque el Cerro de la Campana se llama así y no de otro modo: porque a cada rato desde arriba, oíamos las campanadas de la escuela que llamaban a la entrada, que llamaban a la salida, que llamaban a la hora del recreo y nosotros como si nada: empericados y reacios a la instrucción pública. El Cerro de la Campana, ahí donde lo ven tan campante, ha recibido la admiración de poetas y escritores, versificadores de todas partes del país y hacedores de corridos famosos, no podía faltar el homenaje emocionado del más ferviente de sus visitantes: José Luis. 244 José Luis El masoquista irredento. . . La sola visión de aquel cuerpo exquisito, de aquella cara porcelanizada que se disputaban las estatuas, despertó en él un deseo tan vehemente, que no pudiendo contenerlo ni ocultarlo, se acercó a la bella haciéndole esta petición: – ¿Me dejas darte una mordida? Ella, que ni siquiera en sueños entablaba pláticas con desconocidos, furiosa le lapidó con esta contestación: – ¡Atrévase y le doy de cachetadas. . . .! – ¡Trato hecho!, dijo el arrebatado peticionante. Y se prendió de aquel cuerpo de odisea olímpica proporcionándole una jugosa y delectante mordida, de tan variadas sensaciones y efectos que en un momento la antes esquiva era ahora presa de un éxtasis tan desconocido como placentero. – ¡Siga, siga usted. . . .! Exclamó estremecida. Alejándose de la bella, con el rostro de un varón despojado por la debilidad femenina, preguntó contrariado: –Y mis cachetadas. . . . Qué?. . . . 245 José Luis México: País Dichoso 1976 Nuestro pueblo es dichoso y rico. Esto es una gran verdad. Para darle una mayor viveza al lenguaje a la expresión utiliza el mexicano una rica veta de dichos. Para todo echamos mano de los dichos. Para pretextar nuestras desgracias –no hay mal que dure cien años-. Para echarnos otra y otra en la cantina, una no es ninguna, dos es una. Para entrarle con fe a la chamaca de nuestros sueños –a las mujeres y a los charcos no hay que andarle con rodeos-; para sacarle el bulto a la pesada carga de la chamba –vale más trote que dure. . .-, etc. Pero ahora, algunos dichos se nos están devaluando. Así como el dinero ahorrado se nos convirtió en la mitad y la otra mitad en deuda externa, muchos dichos, por voluble realidad perdieron su antiguo valor y junto a él su vigencia. Lo que fue verdad ayer es la mentira de hoy, etc. Por eso es que hemos elaborado una lista de dichos que a la fecha ameritan ya ser descontinuados de nuestro lenguaje, por no corresponder a la verdad real. Algunos de los que ya no cazan ni deben seguir usándose son: AGUA QUE NO HAS DE BEBER, DÉJALA CORRER: En los tiempos en que la ciudad de Hermosillo era atravesada por innumerables acequias que remataban en el surco mismo de las milpas y además contaba con lagos y balnearios naturales y un río que conformaba el paisaje hidráulico local, el agua que no se iba a tomar no se ponía a hervir, porque lógicamente ello significaba un dispendio. Ahora que somos cerca de 400 mil naranjitlecas y que el agua alcanza apenas para las gárgaras matinales, no podemos darnos el lujo de dejarla correr, puesto que ahora somos nosotros los que corremos tras de ella. EL QUE NACE PARA MACETA, NO SALE DEL CORREDOR: Este era valedero en los tiempos en que la capacidad, honestidad e iniciativa eran cartas de presentación para conseguir una empleo de alta responsabilidad pública. Las macetas aún no salían de trapear el corredor de palacio; en cambio ahora, el compa, el ñeris, el cuño, 246 José Luis el ahijado, etc., no importando que tan macetas sean han dejado el corredor para pasar a las oficinas refrigeradas con los resultados que todos conocemos y sufrimos. EL MUERTO AL FOSO Y EL VIVO AL GOZO: este dicho tuvo vigencia cuando un funeral no tenía más gasto que el cajón de madera; ahora que se cobra por la lápida que identificará al muertito y ya casi por el aroma que despiden las flores, el que se va al gozo es el finado mientras que el que queda se queda llorando por los gastos y las imposiciones tan novedosas como injustas. AL QUE MADRUGA, DIOS LE AYUDA: En el sexenio pasado rendía enormes beneficios ponerse de pie recién entrada la mañana; ahora el nuevo régimen pide a la par que austeridad, tiempo. Tiempo para darle concierto al caos, tiempo para reformar la burocracia y tiempo para meditar y descansar; pues se reconoce que muchos acelerados del pasado gobierno, creyeron que por madrugar iba a amanecer más temprano y muchos otros, confiando en que habían madrugado salieron al anochecer. Ahora al que madruga le llaman “emisario del pasado”. 247 José Luis Eran los de barba. . . . Eran los de barba y voz rinoceroncial; los que se formaban hasta la cola y hacían “chorizo” a la hora del recreo. Eran los promotores de la camorra y quienes se llevaban el fruto del huerto escolar en los días inhábiles. . . . Eran los barulleros y quienes quebraban los mesabancos y se sabían la seña que se hace con el brazo hacia adentro y la otra aquella que se dibuja con el índice extendido que va a parar violentamente en el arco que forman el otro dedo índice y el pulgar. Eran los que delante de la planta docencial hablaban de seña, bulto y revirada. Eran los que llevaban más expulsiones que pasadas al pizarrón; los que se quedaban zéncali en el centro de la rueda y llegaban la canica más lejos que nadie aún tirando meñique y clavado. Eran los que hacían rebatinga. Eran lo que traían mañas y piojos y andancias a los de parvulito. Eran lo que adentro del aula levantaban la mano tan solo para que la otra cupiera en la axila y produjera con una acción determinante el mismo ruido que el de un pedo. . . . Eran ellos, los que se quedaban con el profesor aquél de ropas perfumadas, mucho después de la última campanada. . . . Eran aquellos que, cuando Dios Padre hizo el milagro de pasarlos de año, les dio tanto gusto, fue tanta la euforia que, mochándole a las ganancias que dejaban la boliadas del domingo se cotizaron tintineantemente y en cosa de minutos, debajo del alamón de los clavados, ¡se tomaron un barril de cheve! 248 José Luis El hastío es pavorreal En innumerables ocasiones nos vemos atrapados contra nuestra voluntad a asistir a pláticas, conferencias, reuniones la mar de fastidiosas como inevitables. Desde los días universitarios el encierro obligado se iniciaba en las cátedras narcotizantes en donde naufragaba la voluntad más dispuesta del alumno batallando con el sueño y el bostezo. Desde Aquellas cabeceadas sobre el pupitre me juré ser yo quien encontrara el remedio para atacar con donaire ese lapso cruel en que el maestro o conferencista abusa de nuestro tiempo y nos receta una buena tanda de aburrición. En primer lugar hay que relajarse. Comprender que el enfado no durará toda la vida. Más al rato de estar así y el hastío nos jala las mandíbulas hacia abajo en un particular bostezo, es cuando hay que recurrir a lo que llamo la calificación nucal y orejil. Es esta estrategia el método más cómodo para no dormir en los discursos, informes o en el aula y consiste en escudriñar con la mirada las nucas de los otros asistentes. Se les observa primero el hueso de la columna –hay quienes lo tienen prominente como volcán eruptivo- se les mira a la nuca, la caída del pelo, si el observado tiene colita de pato, pelo de jabalí, de chivo, etc. . . Después se ven las orejas, si éstas parecen aspas de papalote, hojas de nopal –asalinadas- si están arrugadas, corrugadas o lisas, si el pabellón tiene vellos o pelos; tratando de hacer todo un tratado orejuno. Si agotamos este recurso y el fastidio se obstina en tumbarnos de la butaca, pasemos entonces a la estrategia insectívora. Es ruda pero efectiva. 249 José Luis Consiste en librar un conjunto de chinches, pulgas, piojos, chinchulines y más fauna fácilmente desparramable entre el público. Hay que tomar nota de los retortijones que se traen los asistentes. Puede el lector, reanimarse vigorosamente si hace volar un millar de abejas africanas. Si a despecho de lo anterior el fastidio continúa, pruebe entonces las pequeñas armas químicas de acción bajo techo para disolver multitudes. Mezcle disimuladamente añil con limón y deje escapar los gases. Cambie de sitio y destape luego un pequeño galón conteniendo ácido sulfhídrico. Si estas gravosas emanaciones no logran el efecto deseable recurra a gases propios. . . Si todo lo anterior resulta inútil, lleve entonces ambas manos hacia atrás acunando a la cabeza, estirando al máximo las piernas y tomando la resuelta actitud del soñador, póngase a roncar. 250 José Luis Especímenes automovilísticos Cansado de estar a horcajadas sobre uno de los cañones que amenazan –de mentiritas- a los visitantes del museo, miro el tráfico citadino y resuelvo que es el bulevar el campo más apropiado para establecer con facilidad una tipología de quienes conducen. Se ha dicho aquí que el mundo vial es una birria catastrófica a cuenta de que no hay un patrón común que norme al automovilista y éste guía de acuerdo a los procederes más impensados. Desde mi atalaya bélica –el cañón- tan sólo en una mañana he mirado al. . . NARCISO: Es el conductor que se va admirando a sí mismo mientras desarrolla la marcha. Todos los espejos del carro van referidos hacia su persona y esto parece producirle un sensual regodeo. ESTILISTA: Práctica extendida entre los automovilistas varones: depilan sus cejas, recortan la pilosidad nasal, se oscurecen el bigote con lápiz de maybelline y hay hasta quienes transitan el bulevar dándose una “base” mientras conducen. VOYERISTA: Pertenece a ésta especie el tímido conductor que va de sombrero y lentes negros y que asoma apenas a la parte inferior de su ventanilla. Desde allí atisba a los vecinos de auto con estudiada delectación morbosa. CALLETENIENTE: Es aquel que le vale detenerse en mitad de la calle para satisfacer necesidades intemporales: compra periódicos, franelas, seguros automovilísticos, sube a la novia, platica con los camaradas de otros carros, etc. 251 José Luis ETÍLICO: Personaje interesante para el policía de tránsito deseoso de superar su situación económica pues ve en esta figura la oportunidad de hincar el diente hasta las encías. NEURÓTICO: Es el que expresa su rencor contra todo lo que mira a su alrededor y se maneja de forma implacable contra sus congéneres: les cierra el paso, enfrena sin previo aviso, rebasa por la derecha y son capaces de degollar a quien trate de meterle la mano a su parabrisas tratando de limpiarlo. DON JUAN: Es quien cree que él y su carro forman un cuadro de belleza irresistible para cuanta muchacha va encontrando a su paso. PATIBULARIO: El más peligroso: ennegrecen los cristales del carro y desde allí nos observan sin ser vistos por nosotros. Podemos estar en la creencia de que nos miran y hasta nos quieren saludar, cuando la verdad bien pudiera ser que nos estuvieran apuntando con una cuerno de chivo. Aquellos ojos gringos La inflación está a punto de sepultar de nuestros más queridos recuerdos aquel que guardamos sobre el poder adquisitivo que tuvo la moneda fraccionaria o morralla, cuando el peso era la divisa intermedia entre ella y cifras superiores. Me ubico en los tiempos en que era redituable a la vista de un veinte o de un tostacho, inclinar el espinazo para recogerlos sin medir las consecuencias del extendido lumbago. En la época en que un quinto expresaba el mismo valor que el de un mazo 252 José Luis de supernatillas o de una reconstituyente porción de avena o de harina. Tanta era la baratura que la moneda siempre estaba escasa y se consideraba feliz aquel que reunía una mediana mensualidad. Los empleos se pagaban mal pero no por eso reñían empleados y patrones, quienes compartían la misma sencillez de usos y costumbres. Un desayuno podía ajustarse a un veinte de pan, un huevo de a quince y un café con leche por peseta. Se compraba la verdura con centavos y la familia podía comer un peso de carne, llegando a la mesa el postre de pilón. Los médicos andaban a pata. Rara vez los agricultores y ganaderos venían a la ciudad desde sus predios rústicos en donde gozaban las mismas expectativas que las de un ciudadano de la capital. El gobernador vivía a un costado del palacio y los diputados sin carreta, ya no digamos con suburban, cobraban ciento cincuenta al mes por legislar a favor del pueblo. El tintineo de las monedas, por más modesto que fuera era persuasivamente musical y avenía, en un trato cordial, a quienes las traficaban. Enorgullecían con codicia a los que las entalegaban para el gasto futuro y las proponían los chamacos en sus juegos, remedando sus ecos musicales cuando golpeaban la rodilla el dorso de sus manos entrelazadas. Mirando la colección de las fracciones del peso, me figuro estar frente a reales héroes de la resistencia: la peseta, el tostón, el teotihuacano, el diez y la Josefita; cumplieron éstos, con creces, su papel de ser durante un largo momento de la historia de la economía nacional, los rectores de una clase de vida más sencilla, más feliz. Como no lo logran ahora, ni los billetes de a quinientos, avalados por Clinton. 253 José Luis Manual de guarura Nada tranquilizadoras las estadísticas que hablan recientemente del notable avance de la delincuencia. Mueven a quienes temen perder lo que queda de su patrimonio, a buscar el seguro recaudo tras la fiera figura del guarura. Un guarura, tal y como lo conocemos, es un ser habilitado para dar específicamente seguridad y protección a otro de los atentados que pudiera ser objeto. Es la verdad que en las últimas fechas o los guaruras están fallando, de ahí el crecimiento de los hechos delictivos, o de plano, sus contratantes yerran al emplear a gaznápiros que no conocen ni fu ni fa de este peligroso arte. Consciente de esta grande omisión, que amenaza fracturar la confianza que todo ciudadano debe tener en el oficio de guarura, me propongo establecer aquí las principales nociones que este artesano de la seguridad debe tener en cuenta para desempeñarse con atingencia: Punto número uno: El guarura debe tener un nombre terrorífico y amenazante que por sí solo produzca pavor a quien lo escuche y doble las piernas a quien lo pronuncie. Si un guarura se llama Margarito, Plácido o Reynaldo uno imaginará entonces a Margarito el cocinero, a Plácido el estilista o a Reynaldo el que le vende fayuca a las muchachas de Palacio. El nombre debe respetar evocaciones criminales; al oírlo debe situarse uno en la antesala del sufrimiento funerario. Los nombres de los buenos guaruras han sido Tancredo, Franciforte, Satanacio, Calígula y otros que deben lograr arrugarnos las partes inferiores del espinazo. El epíteto o mote de guarura es un asunto colateral de la mayor importancia; que le apoden “El tres dedos”, “El Friegaquedito”, “El matasiete”, “El bubónico” y el más efectivo de todos, que le apoden “El Doctor” para que así no quede duda de que manda sin miramiento ninguno al valle de las calacas a sus enemigos. 254 José Luis Punto número dos: La actitud guaruresca y el vestido son determinantes, gesto fiero como recaudador de impuestos del municipio, mirada torva, brutal como suegra de Raúl Salinas, diente de oro, cara charrasqueada, patilla patibularia, arracada de oro, orejera, belfos oculares amoratados, bigotes con puntas sacaojos. Pantalón de cuero de tiburón, chaleco de piel de leopardo, collar de vértebras humanas, billetera de piel de prójimo. En una palabra, todo lo contrario a la semblanza que ofrece el judicial mexicano: botas de tacón alto, collares de oro y diamante, peinado de sala de belleza unisex, estómago ventrudo, camisas de seda, etc., que hasta parecen oficiales de sala de peinados o masajistas de baños de vapor. 255 José Luis Belleza machista En el pasado inmediato los varones de esta localidad no tenían la más mínima preocupación por su apariencia personal. Se levantaban de mañana a la hora en que abren el mercado, sacaban la palangana al corral y de tres manotazos se lavaban la cara considerando al cabo que con esta acción sanitaria ya no había nada más que hacer para lucir reciamente varonil. El pelo se desenmarañaba utilizando para ello de las puntas de los dedos y de dos que tres pasones se alisaba hacia atrás simbolizando al encaramarse el sombrero el cuadro habitual de la fiera belleza masculina. La barba se hacía cada domingo y era maliciosamente observado –incluso con detenimiento- aquel que realizaba la rasura diariamente. Corbata y saco eran prendas de sofisticación y utilería que lo sacaban a uno del apuro de una fotografía o que definitivamente le servían para el viaje final como mortaja. Ahora, las más puntuales estadísticas señalan que los varones gastan gruesas sumas dinerarias en busca de mejorar el rostro con que la genética paterna los arruinó. El hombre de hoy se hace hasta la estética y allí se abandona, con suma credulidad y confianza en las manos de un Rikie o de un Jessie, para que con sus mágicos procederes y de acuerdo a la vanidosa moda varonil, trabajen sobre papadas y ejerzan sus virtudes sobre las llamadas patas de gallo. Al hombre contemporáneo, moderno y sensacional, ya no le importa lucir entre cráneo y copete una permanente de salón o una base para que se desvanezca y enrule la recia contextura de su pelo jabalino. Los muy machos se enchinan las pestañas, se tiñen el bigote, se endurecen a piedra con aerosol el cabello y utilizan pistolas de aire como Pancho Villa echó mano de la suya, éste para emparejarse el camino de enemigos de la Revolución y aquellos para emparejarse 256 José Luis el peinávedo. Por otra parte el aroma que transpira el varón de nuestros días no tiene nada que ver con el surco o con la pala, sino que más bien compite con el femenino y le saca la delantera en fragancia las más de las veces. El hombre actual se levanta por las mañanas con el taladrante pensamiento de qué colores irán a convenir mejor con el que ahora gasta en su cabello. Por eso es que en las discos tenemos que mirar muy bien para no pedir una tanda a uno de estos exponentes masculinos de delicada belleza de salón. La metamorfosis del futuro Aunque todavía nuestra ciudad dista mucho de ser una urbe como Nueva York o Tokio, en donde los robots han invadido el mundo laboral y los flirteos amorosos se realizan a través del pícaro internet, ya ésta plaza experimenta una transformación en todos los órdenes, producto de las cosas y costumbres nuevas que se han puesto en vigencia. En tal virtud es difícil que sigamos creyendo en lo que apenas ayer eran verdades de peso completo. Es errado ya creer en que. . . - El saber de mis hijos hará mi grandeza. - Los titulados universitarios tienen asegurado el sustento y son por ende los dueños del futuro. - Los medidores del agua y de la luz aplican correctamente justas tarifas. - El clima de Sonora es mortal para los guachos. - Los menores de dieciocho no deben fumar ni tomar. - Los maestros son los segundos padres de sus educandos. 257 José Luis - La política es el resultado de poner en práctica una pasión de servir. - El funcionario público se atiene para vivir exclusivamente a su salario. - México es el cuerno de la abundancia. - El país es soberano y además independiente y no acepta injerencias extrañas. - Sólo los soldados fuman mota. - El PRI es aplanadora política. - El dedazo es asunto consumado. - La publicidad es una generosidad del comerciante. - El agua que tomamos es insípida, inodora e incolora. - El hot dog restituye las fuerzas perdidas y calma el hambre. - La panza es la curva de la felicidad. - Los bancos están para ser los detonantes de la economía y el progreso. - En el Country Club se aparece el diablo. - El IMSS es el guardián de la salud del mexicano trabajador. - El peso está más sólido que nunca. - La mariguana frotada es buena para las reumas. - La cerveza es bebida de moderación. - En las discos no se vende alcohol. - Los calvos son inteligentes. - El salario mínimo es suficiente para mantener a un trabajador y su familia. - Policías y narcotraficantes son seres irreconciliables entre sí. - Nomás las pirañas aman en cuaresma. 258 José Luis Las leyes del Cacho La experiencia nos muestra con rudeza que por encima del sentido común operan fuerzas indescriptibles que obedecen a leyes no escritas y que nos dictan no pocas decepciones y los más pesarosos ratos. El lector tendrá sus propias leyes, yo aquí presento algunas de las mías. LEY DEL TACO: Cuando estamos por darle la primera mordida al taco de carretita que recién nos han servido, la mirada topa con una visión de repugnancia; el comensal vecino está vaciándose las narices con su sucio pañuelo, mientras que voluminosas gotas de sudor ocupan la frente del taquero que labora encima de la olla de la que ha sacado –de donde más- el tentempié que nos ha servido. LEY DE LA SUEGRA: Precisamente el día que llegamos felices a casa, con ganas de sacar a orear a la veintiúnica se hace presente la mamá, haciéndose la invitada obligada. LEY DEL FIASCO: Viene derecho hacia nosotros una figura encantadora, una visión venusina calzada en minúscula minifalda; piernas gruesas que sostienen un talle estatuario, busto prominente con el acanalado de enmedio a la vista, ricas aromas excitantes, un soberbio cuero. Nos pide abiertamente la llevemos a pasear y al cabo de dos que tres reconocimientos descubrimos que pertenece al bando rosa. Luego nos damos cuenta que entre amigos y conocidos vieron cuando “la” subíamos al carro. LEY DE LA VISITA: En el momento en que los padres de la chava se ausentan, dejándonos solos con la oportunidad de mostrarle los progresos en materia de agasajo, un repentino dolor de muelas o un torzón a la boca del estómago nos pone fuera del pleito y regresa el alivio junto con los padres de la chava a casa. LEY DE LEYES: Durante el noviazgo le regalamos joyas, retratos nuestros, cartas, poemas, pensamientos, flores. Viene el rompimiento con la devolución de flores, retratos, cartas poemas. Las joyas no. Tiempo después sabemos que el nuevo novio luce las prendas que no nos regresó la pérfida. 259 José Luis El gabinete aquél Los terrenos donde fincaron sus primeras casas los habitantes del barrio San Benito eran más largos que anchos. Allí crecían lo que las señoras llamaban los remedios de la casa: albahaca, ruda, yerbabuena, palos fierros, mezquites, carrizos, formando el conjunto un fragante y rentable marco en donde chacoteaban domésticamente los cochis, perros, gallinas, chivos y demás fauna, incluyendo al parlanchín perico que se las vivía arriba del ocote gritando dolosas indiscreciones. Las casas se medían por corral, patio y traspatio. Tenían un largo fondo interminable en el lindero del cual se levantaba una cabina de madera – semejante a las telefónicas ya desaparecidas – y a la que los componentes del hogar, discretamente se referían como al “escusado de cajón”. Cuando los pioneros de Sambenito llegaron a esta planicie de la ciudad, el sanitario de porcelana era considerado todavía un lujo de las sociedades opulentas que no sabían en qué emplear su dinero. Por eso, llevados de un ingenio desprovisto de pretensiones, cavaban en el límite del patio, donde termina la casa, un hoyo de regulares dimensiones tan hondo como si pesquisaran a un chino de las trenzas. Luego cubrían el brocal con un piso de travesaños, dejando una cavidad en el centro del tablado, la que a su vez era cubierta por un cubo de madera al que todos llamaban cajón. A la cara superior de este cubo se le hacia un corte en forma de “gota de agua”, quedando al fin, un agujero que comunicaba el exterior con el fondo de la fosa. El pico de la “gota de agua” apuntaba hacia la puerta y orientaba al usuario sobre la forma más cómoda de sentarse y estaba reservado por lo general a los varones; del que se servían las damas no tenía “gota de agua”, solo un círculo sencillo. Un guangochi triguero resolvía la necesidad de una puerta y, su 260 José Luis trama, que permitía ver hacia afuera pero no al revés, constituía el seguro más eficaz para advertir a quien se acercaba que el “trono” ya tenia ocupante. En estas diminutas piezas arquitectónicas de innegable utilidad para el hogar, me inicié en las lecturas de las más interesantes publicaciones y creo que quienes así lo hicimos, tenemos un mejor olfato para la literatura que aquellos que se habituaron a ella sentados en los modernos inodoros. Sabuesos de utilería En las series televisivas de trama gendarmeril es archisabido que los maleantes hacen lo que se les pega en gana con el patrimonio y la vida de sus víctimas. Pero lo anterior ocurre únicamente en los primeros veinte minutos de la proyección. Al cabo de tres que cuatro cortes comerciales, aparece en la pantalla chicampiana un tipo de clara visión, proveído de juicio, imaginación, carita él, con facultades intelectuales más que brillantes y de puños duros, encargado de aclarar en menos que se dice parangaricutirimícuaro el embrollo más complicado, el crimen más confuso y poner barcinos a los facinerosos regalándoles chirona como premio final. Ya para remachar el clavo, besa a la chica más linda que se presentó entre el victimario al tiempo que toma sosegadamente de un vaso con wisky en las rocas. El asunto está terminado. La próxima semana por la misma estación y a la misma hora, volverá a darnos otra prueba de la sabrosura y pimienta de su arte sabueseril. Yo creo que los muchachos que conforman el cuerpo gendarmeril de esta localidad no gustan de la televisión ni están aficionados a las series de TV que refiero. Por lo contrario prefieren actuar como artistas que tienen su propio guión televisivo en lugar de permanecer como pasivos espectadores. 261 José Luis En la calle los vemos sobre sus coches norteamericanos -en eso si se parecen a los detectives güeros- exhibir alrededor de sus muñecas, pesadas pulseras de oro con las iniciales del propio nombre repujado de brillantes piedras multicolores. Los vemos portar collares de los mismos materiales que les dan hasta dos y tres vueltas al moreno pescuezo y fajada a la altura del cuadril la pavorosa, cuyas dimensiones emergen hasta la base del sobaco para dar a entender al ciudadano que ellos pertenecen a la policía secreta. La vestimenta es el último alarido de la moda country con basamento en picudas botas vaqueras, diseñadas con tacones tan elevados que es imposible caminar confortablemente ya no digamos emprender una acción llamada persecución. Con estas prendas es natural que nuestros muchachos, que más parecen adscritos a un staf fílmico de la televisión pápaga, que a una corporación policiaca no puedan corretear ni alcanzar a los malosos rufianes, ni mucho menos sostener un encuentro a base de trompadas con ellos. Porque ni el más loco que fuera va a exponer la joyería que luce nomás por salvar o mantener incólume el patrimonio tuyo e meo. Por eso no es raro que los malhechores huyan “con rumbo desconocido” como la paloma negra, ni que a cada investigación fallida de asaltos y crímenes, contesten como ya es habitual: Van muy avanzadas. 262 José Luis Tripas, corazón y bofes Si nos fuera dado abrir en canal al primer prójimo que fuera pasando por nuestros enfrentes, advertiríamos con la más pequeña bisección que está constituido por dos elementos principales como toda materia: de un lado, por taco; taco taco de cualesquier factura o procedencia y el resto, por hot dogs. Y es que de unos años a la fecha la calle se ha convertido en el ámbito inmejorable del mercado de alimentos ambulantes. Alojado este mercado debajo de los árboles, plantado en las bocacalles, improvisado en las banquetas o echado sobre las plazas y robando terreno al mundo vial, diariamente reclama su vigencia a la industria ésta del tentempié callejero en sus dos más caros exponentes: el taco y el hot dogs. Casi sin que el público lo haya advertido tiene lugar entre estos dos adversarios de la cocina callejera una lucha sorda por monopolizar el total de la clientela gastronómica. Lo notable de esta lucha es que ya parece tener un seguro ganador: el perro caliente, vianda de factura genuinamente norteamericana que entró primero por las narices de sus incipientes degustadores y que logró engarzarlos definitivamente del estómago. El hot dogs va a la lucha diaria contando con un buen número de recursos que en otros países le han permitido enseñorearse del apetito del terrícola. El más desmañado de los infantes puede elaborarse uno sin más receta a la mano que haberlo visto servir. En cambio el taco tiene que cocinarse de acuerdo a ciertos cánones y siguiendo recetas complicadas y en ocasiones difíciles de complacer al pie de la letra. El hot dogs es más barato que el taco, pero como ahora lo estamos viendo, más rico (en bacilos y estafilococos). Dietólogos norteamericanos revelaron recientemente que la ingesta frecuente del embutido que empezamos llamando “perro caliente” está elaborado con dentros de cochi prensado, coloreteado y condimentado hasta la saciedad para disimular los fuertes hedores del trochil y aseguran que corrompe la salud y vuelve a 263 José Luis su consumidor, un ser irascible y propenso al crimen. Los mismos estudiosos terminaron asqueados llamando al embutido, alimento basura. No obstante ello, el consumo no disminuyó un ápice. Quizá por este descubrimiento, los habitantes de aquí nos hemos tornado de un tiempo a la fecha en individuos fastidiados, rencorosos, impacientes, descorteses. Como si todos los hatdoques que hemos deglutido, además de habernos provocado marcados males gástricos, se hubieran unido en una larga tripa que nos está ahorcando el buen talante. Un calendario de 1996 1995 Desde que era un chamaquito mi gusto es presentarme a la salida del pan, si es posible, adentro de la tahona donde se ven sudorosos y enrojecidos por el calor de los hornos, los panaderos. Veo así el nacimiento de los “cochitos”, los “cortadillos”, del “pan picón” y por supuesto del que más me emociona, el pan birote o tortalisa. Los panaderos son dueños de una fuerza física extraordinaria, capaz de movilizar como chicle en la boca volúmenes considerables de masa. Masa que hacen pasar por los antebrazos y subir con ágiles y certeras maniobras por encima de los hombros, para segundos después volverla azotar contra la superficie enharinada de la mesa. Si no fuera porque conocí primero y me crié entre carpinteros, diría que éste es el oficio más deslumbrador y fascinante que le cumple a los hombres con proveerlos del pan de cada día. Ellos toman un pedazo de amasijo y de dos que tres volteretas y rápidos manipuleos ya está elaborado y listo para el horno un boyo que será una delicia y una golosina inapreciable. Tiran, con precisión milimétrica los trozos de masa a la concha 264 José Luis de la balanza para medir el peso del “virginia” y aquellas manos, dueñas de un pulso, de un “cácalo” matemático, no yerran tiro. Ayer, en la panadería la dependienta preguntó mi nombre, que me parecía horrores a un primo que quiso mucho. Terminó regalándome un calendario del año nuevo. Me han regalado algunos calendarios, casi todos han ido a parar a la basura. Los asuntos que tratan sus grabados no conciernen ni se avienen a mis gustos: mujeres en actitudes groseras, lascivas, posando sin arte ni gracia y empujadas hacia adelante por unos voluminosos senotes de escándalo brasieril. O traen gatitos, perritos que tampoco me conmueven. El almanaque que me ha dado la panadera ya tiene lugar en mi habitación. Se trata de una afectada bailarina de ballet-teatro. Su braceo es sosegado y plácido. Muestra un depurado dominio de la técnica que se refleja en la serenidad del rostro de la artista no obstante la dificultad del movimiento… Qué sensación de envanecimiento he experimentado desde que entré en posesión de este cuadro. Proviene de la galantería de la joven empleada del expendio de pan. Esta tarde le hablaré con mucho agradecimiento por el valioso regalo. Le tomaré una mano. (Apuesto a que como el primer pan en el mostrador). 265 José Luis Una nueva herramienta Luego de pacientes indagaciones y escarceos, de preguntas y pesquisas di con ella. Me tomó por descuido a pesar de que la procuraba. Inmediatamente le di la bienvenida. En cuanto la vi supe que sería en lo adelante una de mis herramientas preferidas. La calé: le dejé caer la vista de todos modos: de frente, de perfil, de tres cuartos. Cerré los ojos y la pensé. Su imagen, su latitud, su talle, su posible y futura relación con las demás que guardo. Me vi sacándole provecho y dándole su justo valor. La llevé conmigo para compararla con las otras que ya tengo. La puse al lado de las demás. Será su compañera inseparable. Contribuirá a enriquecer mi modesto patrimonio y me ubicará en una dimensión que no tenía hasta antes de poseerla. La enseñé a mis amigos. Intentamos juntos encontrar su origen, su factura, su naturaleza. ¿Será un producto de la importación? Me acosté llevándome su figura en el pensamiento. Su largor, su hechura, su continente: su imagen que semeja a un insecto y sin embargo, revela algo grandioso inmortal que nos servirá y nos rebasará con mucho en el tiempo. ¿Qué edad tendrá este utensilio valiosísimo que acabo de encontrar? ¿Vendrá de algún siglo de luces, de alguna oscura época de rigideces y acartonaduras? A la menor provocación me suelto platicando con mi vecino y le cuento de mi enser nuevo. Le pregunto si tenía idea de su existencia y también si le trae alguna evocación. Alguna prefiguración. Lo que me contesta lo tomo muy en cuenta. Inmediatamente en mi trabajo procedo a utilizar mi nuevo apero. No falta quién me pregunte desde cuando entró en mi pertenencia. Luego de que ya se ha hecho común en mi patrimonio, que salta automática y oportuna en mi vida de relación, me dispongo a ir en procura de otra más. Qué gozo tan encantador, qué gusto inigualable encontrar cada día un nuevo instrumento para bien trabajar. Mi herramienta es la palabra. 266 José Luis Déjenme llorar Postulada desde una edad inmemorial, la única costumbre realmente arraigada en el ser nacional es la de rendirle culto a los fieles difuntos. Desde la perspectiva del espíritu nostálgico duele tanto la desaparición de un ser querido como la de un paisaje, edificio, forma de vida, uso costumbre. En los últimos años y arrastrados por el encanto de la moda y el trasiego del progreso, hemos tenido que lamentar la desaparición de… El pilón y su hermano gemelo, el Cartucho. Elementos del mercadeo al detalle, aparecieron en épocas más sencillas, más prudentes y más redituables. El cartucho fue el embalaje, la envoltura económica que simbolizó a un tipo de mercado-técnica más avenida con las apreturas monetarias, llevando de la tienda a la casa los polvos, los granos, los satisfactores diversos. De figura cónica y cabezona, hoy, en mitad de la chilla económica, elevo una oración en recuerdo de este grande del mostrador comercial. Y, el Pilón, sin duda el argumento más convincente para lograr la estima y la fidelidad del marchante, trocado en mala hora por espacio y tiempo en los medios de comunicación. De los cinitos de barriada. Aquellos que el espíritu empresarial del espectáculo improvisaba en un galerón a la mitad de la calle, valido de una sábana blanca y el cácaro cinematógrafo. Donde el ciudadano medio aprendió con la exhibición de las cintas episódicas la edificante lección de la lucha entre el bien y el mal. De los pregoneros. Quienes eran los encargados de intimar con su limitado esfuerzo al productor con el consumidor poniendo al alcance de éste los satisfactores de la primera necesidad, abaratando su consecución y dando con su presencia un limpio ejemplo, desprovisto de torceduras y de populismo de la solidaridad. 267 José Luis De los casinos de baile. Aquellos donde se acrisolaban los puntos de identidad y concordia de la clase media formada por los sindicatos, cofradías y gremios. Lugar donde se animaba la camaradería y el impulso de sus miembros hacia mejores estadios de vida política, cultural, educativa, etc. Salones donde el compás de los foxes, valses y blúes, hombres y mujeres, relajadamente podían fincar los mejores sueños para el progreso de su comunidad. La hora de visita. Tiempo cálido de acercamiento entre la pareja de novios y sus familiares que acariciaban alcanzar un futuro compartido, reconociendo a la virtud del ser contra las ligerezas del parecer. Los rompe catres En mis días de estudiante siempre llevé de compañero a un gordito. El simpático personaje casi cúbico que era el blanco de las chanzas y los pequeños agravios. Quien se sentaba a la cola, malo para los deportes, voz meliflua y tipluda, con cachetes capaces de esconder de una sola bocanada desde una paleta de hielo hasta un pan birote embarrado de frijoles. La presencia del gordo en el interior del aula constituía una especie de seguro sortilegio. Nos invadía la dicha al saber que en nuestras filas contaríamos con un ser de sobradas carnes, ya que disminuiría la tensión atmosférica y el desarrollo de las materia iba a tener su suave relajamiento. De todo se podía culpar al gordito: del ruido que salía inexplicablemente de algún rincón, del avioncito que volaba intempestivamente por el espacio aéreo del aula, de la carcajada mal reprimida, hasta de los raros aires que corrían aviesamente envenenando el ambiente límpido donde se impartían las clases. Los que conocí iban por lo general con ropas amplias como de cholo, en donde sobrenadaba la ya de por si exagerada talla de mi personaje. Su aspecto cárpico movía a la chanzoneta y a la continuada 268 José Luis agudeza que escarnece. El gordo era el ropero, el que tenía la trasera como un tambo y que era capaz con facilidad pasmosa de romper un catre. Hacía de sostén en el juego de la “burriquita” y lo colocábamos siempre abajo en las pirámides del desfile. Fue el blanco de todas las camorras, el objetivo por supuestísimo, de los gandallas que castigaban con saña respondiendo al reto del soterrado grito de los cobardes “devuélvete”. En la hora de mis encierros escolares advertí que la presencia del gordito vino a ser la eficaz rivoflavina que animó las arideces, que atemperó las rigideces disciplinarias y contribuyó al conocimiento rápido de la cara feliz de la conducta humana. Una vez nada más Marisa Canchola Tamez, prima de un imbécil que ahora está podrido en lana, fue la primera mujer que me permitió llevarle los libros al regreso de la escuela. Me gustaba de ella: cuando reía y se le formaban unos coquetos hoyuelos en las comisuras labiales. Me gustaba de ella: el que su padre la llevase todos los días en un carro último modelo despertando en nosotros los de infantería, irreprimibles deseos de conducirlo. Ella sabía que la quería y que estaba estúpidamente enamorado de su geografía física y descriptiva y, al fin mujer, buscó la forma de aprovechar tan ventajosa situación así que antes de la hora de salida, juntaba entre sus compañeras de clase que vivían para su mismo rumbo, los libros más pesados de las asignaturas que estudiaban, que al fin y al cabo aquí estaba su tameme a domicilio para cargarlos. Ahora caigo, que era una mujer cargada. 269 José Luis Íbamos a la secundaria y el texto más voluminoso correspondía a las matemáticas, llegando a pesar este ejemplar sobre los mil gramos. Por fortuna sólo tenía ocho amigas y la que vivía a más corta distancia estaba a veintidós cuadras de la escuela. Terminaba con los brazos morados y las palmas entumecidas. Claro que me consolaba el estar cerca de su sonrisa comisural y también el atraparle el codo en cada esquina para conducirla salva al otro lado de la calle. Y desde luego, la visión del cupé Nash, último alarido de la moda automotriz. Acompañando a la señorita Canchola en los años de secundaria, aprendí a odiar los libros de matemáticas. Jamás me permitió ella el más tímido avance sobre la perentoria posesión del codo, mucho menos rozarle con mis labios de ternura tropical sus atractivos hoyuelos comisurales y ni se cuente que alguna vez me invitó a pasear en el cupé paterno. El día de los enamorados estuve pensando en ella. En lo inocente que somos los hombres gastándonos en ensoñaciones e infructuosas quimeras. Con Marisa Canchola Tamez sólo me esperaba un fatigoso romance y ni la más remota posibilidad de pasear en carro. Pero que bueno que me liberé de ella cuando conocí a la despampanante Turquesa Rodríguez Avitia, quien no llevaba los libros a la clase y vivía además a tiro de piedra de la escuela. Y su papá… Era el mecánico del cupé de los Canchola y, en el día en que se lo confiaban para el servicio y la igualación de los niveles, nuestro romance iba sobre ruedas. 270 José Luis Que lejos estoy del suelo Los “paisas” que moran al otro lado de la cerca, allá en los Estados Unidos, tienen sus movimientos del alma por nuestras cosas, por los lugares y también por las mujeres que aquí dejaron. Es innegable que sus sentimientos allende la frontera están más a flor de piel que los de quienes aquí nos hemos quedado. Por esa razón la canción mexicana y sus intérpretes encuentran el mejor mercado para desplazar con éxito sus productos artísticos. No deberíamos soslayar, ahora que la crisis acogota nuestros bolsillos y amenaza con barrernos del planeta como pueblo organizado, esa virtud que tenemos los mexicanos para componer piezas musicales y satisfacer en consecuencia aquella nostalgia, aquella añoranza y evocación de los compatriotas que ganan en dólares y que se mueren por darle salida a sus explosiones emotivas cuando ahora se encuentran tan lejos de su solar nativo. Es por ello que acabo de inventar una fórmula para componer canciones rancheras que enjuguen las lágrimas y sufrimientos de los mexicanos que allá viven, al tiempo que nos reporten una guangochada de dólares a quienes estamos aquí nomás milando como el asiático. Escribir dos mil o quince mil canciones del corte de las que compone el divo divis Juan Gabriel es algo ya posible y al alcance de la mano gracias a mi descubrimiento. El procedimiento no es nada complicado y lo voy a dar a conocer como una aportación de servicio social de mi columna para abatir la actual crisis nacional. El símbolo de la fórmula es el siguiente: E (100)+s+1 (DF) sobre MS. Y su desarrollo es como libro de texto: Se toma un sentimiento (S) cualquiera, digamos Desolación, se divide a éste en otros cuatro o cinco derivados (MS) esto indica Más Sentimientos, como ejemplo: desconsuelo, desamparo, angustia, pena, tormento, pesar, etc. 271 José Luis Se le suma después alguna Impotencia (I) tales como pobreza, vicio, fealdad, matrimonio, etc. Se multiplica el resultado por alguna Determinación Fatal (DF) como voy a quitarme la vida, tiraréme al vicio, iréme de bracero, tomaré agua con fluor, comeré hot dogs de la Uni, etc. Con este resultado se inicia la canción con una Exageración (E) multiplicada por 100. Si se pensaba, por ejemplo, escribir “voy a beberme la presa Abelardo L. Rodríguez porque ya no me quieres” entonces se multiplica esto por la Exageración y queda así: “Voy a secar el mar de un solo trago porque ya te perdí”. Para obtener el título se le saca raíz cuadrada al resultado y ya está la fórmula completa y la canción terminada. La música no tiene problema, al igual que todas se puede acompañar del extendidísimo chun da ta, chun da ta. Digo: lo que es cuando uno quiere ayudar a su país. 272 José Luis El porqué de la campana Casi caigo para atrás y mato un perro en la caída nada más de escuchar la insensatez de que el Cerro de la Campana se llama así por la forma que presenta parecido a una campana. Basta con echarle la más superficial de las miradas a esta querida elevación, que es el símbolo de los hermosillenses, para advertir que está muy lejos de parecerse a ese instrumento de bronce de figura cónica –como la Gotita de José Luis. Y que tiene en su interior un badajo que la hace sonar dolondonamente. Igualmente constituye una necedad atribuirle el nombre, bajo el expediente de que las piedras de esta cordillera al chocar entre sí producen el generoso y gentil sonido de una campana. Con seguridad que esta versión la han dejado correr aquellos comunicadores poltrones que jamás de los jamases han escalado sus cumbritas. Las piedras del Cerro de la Campana al chocar entre ellas, generan el mismo ruido que las piedras que chocan entre sí en el cerro del Cubilete o en el del Bachoco. Al parecer soy yo el único que sabe porqué se llama así esta altura y no de otro modo. Y lo voy a explicar terminantemente para que se despejen de una buena vez las inexactitudes que tratan de localizar erróneamente el porqué de la designación original. Los primeros escolapios que alegraron con sus risas y corrillos las primeras escuelas de esta población, se complacían en la escala de ésta cumbre que los magnetizaba por encima de cualesquiera otra maravilla que pudiera presentar el Hermosillo en sus primeros años. Tal era la fascinación que en ellos ejercía que, cansados de los farragosos encierros dentro del aula en donde eran inútiles los esfuerzos magisteriales por transponer las acrisoladas entendederas de aquellos buquis sobre la bondad de la educación imperante, preferían pintar la venada y trepar las prometedoras colinas allá en las alturas entre riscos y peñascos para entregarse a la limpia contemplación de las planicies, buscando entre los medanales el espejo distante del rio, velando a las mujeres que penetraban al 273 José Luis escusado de cajón sin techo, llevando la mirada hacia los prodigiosos productos de la tierra o tratando de adivinar qué pensarían los padres haciéndonos en el seguro resguardo profesoral. Y mientras esto pasaba allá arriba, allá abajo, dentro de los murallones de la escuela la campana sonaba para la hora de entrada, sonaba para la hora del recreo y repicaba la hora de salida y nada. Los estudiantes reacios a la instrucción pública no desprotegían su cerro, no bajaban a la escuela. Y se llama cerro de la Campana y no de otro modo porque por el mismo tenor los tórtolos que entonces y ahora querían degustar la torta antes del recreo, sacábanle la vuelta a las campanas de la iglesia. ¿Habrá mayor justificación que las anteriores para que así se llame el querido chipote pétreo de los hermosillenses? 274 José Luis Para cruzar el Bulevar Toda persona sensata que por la fuerza de sus necesidades tiene que cruzar el bulevar Rodríguez, sabe de antemano que no lo conseguirá si no ametralla a los automovilistas que circulan por ambas bandas. Porque desde su pavimentación hasta la fecha, ésta tersa superficie de rodaje dejó de ser un seguro crucero y se convirtió en un río interminable de vehículos cuyos conductores han perdido el más elemental de los respetos por la urbanidad vial. Quienes tienen que ir del otro lado de esta feroz pista asesina acampan por las noches en los prados aledaños para estar pendientes de las horas en que el tráfico pueda disminuir y ofrecer un paso con el mínimo de riesgo. No recordamos, sin embargo, en cual de los panteones descansan los mutilados restos del último suicida que se atrevió a desafiar la loca e ininterrumpida marcha de los bólidos sobrerruedas del Rodríguez. Por esto Hermosillo está dividido en dos sectores: los que viven para allá de esa avenida y los que quedaron de este lado. A menos de que se compren un auto, unos y otros no conocerán la mitad ajena. Funcionó hasta hace unos pocos años una secta de espeluznante jóvenes que se jugaban la vida, arriesgándose en la suerte de cruzarlo corriendo. Pero el grupo tuvo que desaparecer ya que no quedó ningún sobreviviente. Los hermosillenses de hoy son personas muy prácticas; a Juan Bautista de Anza no le reconocen más el mérito de colonizador de pueblos de la Alta California por encima de haber sido el único terrícola que cruzo vivo –y a caballo- el bulevar. Los mismos hermosillenses rinden culto a las hazañas irrepetibles, por eso el bulevar Rodríguez se llama así u no de otro modo en honor a los corredores de autos Pedro y Ricardo. 275 José Luis El imperio del tamal Es posible que nada unifique más el alma y el estómago de los sonorenses que el consumo del tamal. La empanada de masa de harina de maíz envuelta en hojas de elote, rellena de diferentes carnes y condimentos que nos evita el uso del plato y utensilios; por eso más convenientemente el tamal es el platillo sin plato. Ahora, durante estos días el tamal ha sido el compañero inseparable de quienes festejan las fechas decembrinas y las del reciente entrado año. Las cámaras gástricas de todos nosotros alojan en todavía y quizá por los próximos días, ese imperio del maíz que se convierte en el común denominador de toda comilona agapeña. El tamal constituye la merienda, el desayuno y la cena. Es el alimento que en forma holgada se encargará de distraer la atención de la lombriz asomada a nuestro apetito, ni más ni menos que desde el primer clarinazo del mes último del año, hasta los primeros días del siguiente. El tamal es, llegado diciembre, la primordial manifestación culinaria por encima del pavo, bacalao y menudo. Al tamal, según tengo entendido, no lo detiene la línea fronteriza con el país del norte y, en forma flagrante, cuando no subrepticiamente, pasa embalado en papel de estraza o contenido en bote mantequero, buscando a los añorantes “paisas” que no lo encuentran para calmar sus desbancados apetitos en los “moles” o en los “shopings” de la Unión blanca. Ellos son los grupos clientelares que lo están consumiendo por carretadas y que al hacerlo están permitiendo que crezca aquí la industria tamalera, la que está tomando porciones de “holding” y que intimida al petróleo con desplazarlo del primerísimo sitial de introductor de divisas. Es impensable en los actuales tiempos que preparemos una fiesta y no recurramos al invitado infalible aquel que es precario en su volumen pero pertinaz con su evidencia. 276 José Luis El tamal recorre los espléndidos salones de las casas de la Pitic y su aroma a petate quemado enseñorea igualmente las paredes de las chozas de las colonias desamparadas, pegando antes que en el estómago, como el cañonero principal del hartazgo y el deleite. Pobres y ricos, parias y opulentos van por estos días alentados por la misma energía suavizadora, igualadora, que ampara el vaporizado y acariciador alimento que es el tamal. La besé en la boca M de los A fue la primera mujer que besé en la boca contando desde luego con su total consentimiento y recibiendo antes, durante y después de mi acción, todo el apoyo, que se requiere para estos casos. No quiero fantasear diciendo que fueron mis cartas las que terminaron subyugándole a mi cariño pues entonces no sabía escribir ni siquiera con las faltas ortográficas de un Manuel Camacho. Fueron mi pelo alocado y mi profunda forma de mirar las que minaron su orgullo femenil (es cierto). M de los A llevaba el pelo bastante largo. Lucía trenzado en dos grandes vertientes que bajaban rozando su cintura y todo era mirarme para que tundiera el piso de los corredores de la escuela con sus plantas desnudas, generando en el chapaleo un estallido como de triqui. Me seguía por todos los puntos del plantel: me esperaba a la hora del recreo, a la salida, me hacia guardia en las afueras de la dirección cuando adentro cumplía yo una condena. La traía derrapando. Amor chiquito, acabado de nacer era el mío. Ella catorce abusivos años, yo despiertos diez. 277 José Luis Gráficamente este idilio tuvo una generalizada campaña promocional; todos los árboles de la escuela y las paredes de ésta ostentaban la leyenda de nuestras iniciales: “J L y M de los A” ó “M de los A idolatra a J L”, etc. El día “B” o sea el día en que le di el beso comenzó cuando pedí a mis amigos que me ayudaran a conseguir para mi entrada al cine; estarían adentro de la sala esperando por nosotros Anselma, Enedina, Cleofas y ella; M de los A. Impactaba el gusto infantil, entonces, una golosina envuelta en papel celofán y que se llamaba “ricobeso”. Así que me senté a su lado con toda la intención de ser favorecido por aquella exquisitez, elaborada por cierto en Poncitlán, Jalisco. Sabía, además, que no me la podía negar, pues… ¿No era yo el objeto más caro de sus correrías y desvelos? Acercándome hacia el frente de su cara, arrebujados ambos de la ténue proyección de la pantalla, con toda determinación le propuse: -¿Me das un “ricobeso”?Y ella, apartando el bolso donde guardaba las delicias envueltas en celofán, me imprimió con la carnosa prensa de sus labios levantados, un sonoro y espectacular beso que tuvo resonancias cinematográficas. Pero el dulce “ricobeso” nunca me lo dio. 278 José Luis Humillemos al carro Sufrimos la calamidad de un deficiente transporte urbano únicamente porque quienes lo manejan no encuentran otro soporte más que el camión. Basta con mirar, así sea con relativa superficialidad la vocación de los sectores que conforman la localidad, para darnos cuenta de que los mismos nos ofrecen alternativas sin cuento para abaratar y diversificar los medios de transporte. Propongo por lo pronto que nos olvidemos del ruletero; monstruoso cacharro que destruye las calles y prohija a un gremio cada vez más insuflado y engreído que ha tomado al usuario, su respaldante, como el enemigo a ultimar. Y propongo además lo siguiente: Establezcamos en los planos altos de la ciudad los llamados toboganes, que no son otra cosa que tambores de doscientos litros, sin su fondo, soldados en hilera y formando un largo chorizo cuyos interiores son divinamente derrapables. El usuario del tobogán, sin costo alguno, se coloca a la entrada en la parte superior; acciona luego un mecanismo de palanca y allí va perfectamente sentado y por la fuerza de gravedad realizando limpiamente el descenso de su casa hasta el centro de la ciudad. Más, la fuerza de descenso de éste y los demás pasajeros, hacen funcionar un cable en sentido contrario, para que los usuarios que están allá abajo puedan subir. También sequemos el trenecito de La Sauceda y metámoslo al túnel del canal de la presa – línea paralela al bulevar Transversal – y sin agobios de tráfico, desplacémoslo del Ranchito hasta el V. H. y luego a Las Quintas. Vaciemos enseguida la presa Abelardo sobre el canal que hemos construido para conducir los vertidos e improvisemos una vía fluvial con barcos que han quebrado las cooperativas guaymenses. De semejante manera procedamos con el canal, ahora sin uso, 279 José Luis contiguo al bulevar Lázaro Cárdenas y llenémoslo con las aguas provenientes de las tuberías rotas de Los Jardines. También, valido de mis amigos ricos y uno que otro inversionista japonés, instalemos un teleférico que tenga un punto de partida en el Cerro de la Campana, su arribo al Museo y Biblioteca y su terminal en los cerros del Bachoco, con puntos intermedios en los del Mariachi, Coloso y Ranchito. Recojamos el guante que la altiva soberbia del camionero nos ha tirado en reto y démosle hoy mismo un efectivo karatazo en la nuca, al dios automóvil. El financiero de carreta Si alguien sabe dónde andan sus pies y la economía en este país, ese alguien es el taquero. Mi personaje, valido de un kilo de librillos y un par de trastes es capaz de pararle los tacos a la más impetuosa y sofisticada empresa restaurantera californiana, establecida a todo meter en un bulevar hermosillense. Y darle el bingo y las regulares. A él, al taquero, debemos una disculpa y le tenemos pendiente un homenaje. Porque a la hora de nuestras más profundas alegrías nos acordamos hasta del burócrata de cuarta para ensalzarlo y gloriarlo dentro del almanaque y nos olvidamos del compatriota que nos aliviana la tripa las veinticuatro horas con sus regaladas exquisiteces. El taquero es un ser excepcional, titánico, que dueño de una voluntad inquebrantable cocina y cocina, sin claudicar jamás porque vea que los tiempos pintan veleidosos o porque la bolsa (de Nueva York) jeremiquea descosida. 280 José Luis El renuncia, como pocos oficiantes de otras actividades, a su propia presentación, a su cuidado personal, a la moda o peinado por andar entre llamaradas, humos y clientes, sirviéndonos con esmero, personalmente. Su higiene es cosa secundaria porque cuando no tiene que estar en el destace de la carne, debe andar metido entre ajos y cebollas, carbón y petróleo o en el tráfago embriagador del servicio clientelar. La misión del taquero no puede interrumpirse por una simple enfermedad que paraliza el tranco de cualquier otro. Sus fiebres, toses, crudas las volatiza con los efluvios que levantan minuto a minuto la cocción de sus guisos y de sus birrias. Un taquero no dura un sexenio y ya. Te entrego la banda o el cuchillo cebollero y me voy. Nuestro héroe agoniza sobre los tasajos, muere encima de la olla, su catafalco es la carreta y lo sepultan en la malla de la cocina. El taquero es ahora, y desde hace ya muchos años, el eje sideral de la alimentación nacional. Y la arteria mitral por donde se miden los chorretes de liquidez de un pueblo. Sin consultar los flujos y reflujos de las divisas extranjeras, sin echar mano del soft o del hard, desconociendo el “timing” del “marketing” sabe por la nariz –porque no hay taquero chato- en qué momento el comerciante, el manufacturero debe dejar los lujos en la casa y bajarle a sus locas pretensiones mercantiles. Los tacos ya habían rebasado la barrera de los cinco pesos por unidad. El primero que entendió los tiempos de acogotamiento económico ha sido el taquero, y tasajeándole a sus ganancias, sobrevive, en medio de un mar de naufragios, ofreciendo su producto en un solo peso. Si de él no aprendemos ahora, es que nunca hemos comido taco. 281 José Luis Casa de locos El Manicomio General del Estado perfilaba su edificio en medio de dos vertientes del canal de la presa frente al hospital. Ambas acequias constituían un remanso para quienes allí vivían y sus visitantes, y para aquellos que habían perdido el juicio y que por lo mismo se encontraban instalados por cuenta del erario en aquella casa de locos. Aquella casa de locos por obra de birlibirloque, es hoy el café de céntrica avenida llamado Sanborn’s. Lugar en donde se dan la mano el desempleado elegante, el desocupado que nunca ha tenido empleo y que le enroncharía la piel encontrarlo, también el que no le tiene ningún afecto al paso de las horas o el hambriento ocasional que le importa un comino la calidad de los alimentos o el sabor de la cocina y que lo mismo le da ensillarse allí que al frente de una carreta exigiendo su hot dogs y su sodón. Y es que los directivos de Sanborn’s saben positivamente que en la actualidad no es el paladar el dios al que se debe de rendir el negocio con exquisiteces y sabrosuras, sino más bien a la divinidad que enloquece al hombre moderno que es el dolce far (tirar la oeva) lo que busca esta ociosa clientela en medio de multitud de artilugios, revistas, ambiente de relajo, mujeres bien vestidas y peinadas como para fiesta al parecer sin ninguna obligación marital o laboral, aunque el café o las memelas recalentados provengan de trastes de clientes anteriores. La artillería femenina más pesada, aquella que dispara con singular tino a la proclividad masculina de observar sin siquiera pensar en tentar, se transporta a pie por el estacionamiento de este parador con rumbo al campus llevando el atavío enloquecedor de la moda, como si allá, del otro lado del bulevar en las aulas universitarias, las estuviera esperando Coco Chanel para examinarlas adentro de sus minifaldas, pronunciados escotes, blusas desbordantes, ajustados jeans que las hacen semejar a sílfides en aguas tiburoneras. Esta 282 José Luis visión permanente hace acrecentar la pasión samborina. Más también el Sanborn’s mantiene una confesada alcahuetería con aquellos que van a hojear las publicaciones sin comprar nunca una, al grado de que hay de estos suscriptores de gorra quienes nunca han soltado un centavo por sus furtivas lecturas. Por eso voy a Sanborn’s. Le doy mi asiduidad y me proclamo como uno de sus mantenedores. Quizá sea un loco en busca de su celda que cree haberla encontrado. Cubro allí dentro de la sala de los libros una muy redituable rutina: escojo el título de mi preferencia, me voy con él al baño y al cabo de dos que tres horas lo coloco en el mismo lugar de su exhibidor con la página donde quedó mi lectura plegada sobre sí. En estos ires y venires gratuitos del baño a las estanterías, he ahorrado lo suficiente como para irme a comer a un buen restaurante. Somos ricos Cuando oigo los jeremiqueos de los atolondrados funcionarios del gobierno quejarse de que estamos en los mismísimos fondos del abismo, no puedo menos que esbozar una sonrisa compasiva y pensar que estos pobres batos no tienen ni pizca de idea de lo que es y ha sido la grandeza del pueblo mexicano. A este pueblo le quedan recursos por trillones para salir de ésta y las crisis venideras en que deseen desbarrancarnos los “Chicago Boys” y sin necesidad de echar mano de los menguados recursos oficiales con que todavía contamos. Todo estriba en echarle materia gris al asunto. Ya la tal casquivana ojivioleta de la Liz Taylor se dio una probadita de lo que es el macho mexicano cuando anduvo de loquita a un tris 283 José Luis de llevarse entre sus joligudescas garras a un tapatío. Un compatriota González Luna, mexicano hasta las teleras, que la trajo cacheteando el slurry en vida aún del borrachín de Richard Burton. Esto en buen cristiano nos da a entender que si nos promoviéramos los mexicanos curios, los latin lover en el insatisfecho mercado de la hembra güera y si nos cotizáramos en la bolsa neoyorkina, le pegaríamos un bajón sin consideración a la deuda externa, elevaríamos la reserva internacional, nos juntaríamos con el Fondo Contingencial y traeríamos locos a los japoneses pidiéndonos prestado. Y de que hay material entre nosotros, abunda. Y de que hay necesidad allende el Bravo de machos querendones y cumplidores que lo digan las pobres gabachitas que ahora están sufriendo sin motivo ni razón el que sus contrapartes no quieran saber del matrimonio ni tampoco de obligaciones maritales con ellas. La mujer gringa está aguantando el que sus hombres no simpaticen con el feminismo y sus consecuentes prácticas de igualdad. Las primas, principalmente las de treinta a cuarenta, se sienten a disgusto con los varones de su generación, porque éstos tienen miedo de ellas y se las viven además buscando parejas de otras nacionalidades. Y así que están solas y alborotadas. Lo que allá es una crueldad para nosotros los machos mexicanos es una oportunidad porque… ¿quiénes deben llenar ese vacío?, por supuesto que nosotros, si no ¿para qué entonces firmamos el TLC con ellos? ¿Para no ser solidarios? Somos aquí millones y millones de solteros, carretonadas de hombres viudos, dejados, abandonados, quienes estaríamos dispuestos a presentar nuestra información con foto en la agencia que se instale para que nos promueva en la UG (Unión Güera). Ellas, las norteamericanas lo saben y si no, se lo pueden preguntar a la Taylor que somos cariñosos, poco exigentes y buenos para llenar de pajaritos el nido. Lo único que no facilitaríamos sería el acceso personal a cualquiera de nuestros prospectos buscando garantía previa, pues no se vale probar la mercancía antes de llevarla a casa. 284 José Luis Es decir, que la presunta clientela no “mallugue”. Una vez tomada la decisión basada en los datos y en las imágenes, se formalizaría la operación: la agencia, netamente mexicana, de San Benito Sonora, cobraría sus buenos cinco mil dólares y proporcionaría la dirección del elegido. Este, una vez seleccionado por gringa solvente saldría visado y derechito al altar dispuesto a darle cumplimiento a la adquiriente desde la mismísima honey moon. Yo sé que las principales opositoras a este gran movimiento de salvación nacional serían nuestras propias mujeres a las que consta nuestra calidad y buena hechura, que no soportarían vernos expatriar para cumplimentar norteamericanas deseosas. Pero deben comprender que si nos sacrificamos es porque hoy, la Patria está en peligro. La Serdán continúa su duelo En estos días quizá lo más notable de la calle Serdán es lo que no está ahí. Aquellos edificios, la gorulla humana. Los grupos clientelares. Todo se ha espumado. La avenida, cumpliendo el viejo rito de los ríos “se volvió como gota que se vuelve a la mar”. La calle Serdán fue para los hermosillenses durante una dilatada sucesión de años, la Vía Apia por la que desfilaron las inquietudes de los abuelos, padres e hijos en torno a una época que de no haber sido real podría desafiar en su contenido a la más loca imaginación literaria. Allí sonó como pandereta húngara la prosperidad de los años cumbre de Hermosillo y fue la destinataria central de la vida económica y social, permitiendo que los individuos se relacionaran humanamente entre sí y le fueran perdiendo el miedo a los convencionalismos y al 285 José Luis arrancheramiento. La vía presentaba a dos que no se conocían. De ahí su poca anchura. Se constituyó en la pila bautismal de los que se graduaron como los primeros ciudadanos de una comunidad pujante y progresista. Contemplar hoy sus aceras solitarias con viandantes de poca animación, desganados de caminar por ahí, sin la intención de hacerlo, los edificios vacíos, las residencias venidas a ruinas, da lugar a una misteriosa mezcla de nostalgia, frustración y ansiedad que viene siendo la divisa de quien sepulta a un elemento familiar. Por de pronto sus protagonistas, sus usuarios se pierden en la espesura de la historia local. Como si no hubiesen existido aquellos que la navegaron caminándola quietamente, haciendo turismo local, mirándose entre si, relacionándose y oliscándose el humor de sus propias existencias. Porque la calle era como las botas de la Nancy Sinatra, para caminar. Para ello tenia la más tersa superficie de rodaje. La Serdán fue el desfogue de los estudiantes, sus principales usufructuarios que procedían de la Uni, del Soria, la Prevo, el Gregg y los “hielos”. La vereda obligada para llegarle al parque Madero donde esperaba la maciza Meca del deporte en la Casa del Pueblo. Porque se alineaban en la Serdán, tenían un rico sabor las nieves del “ideal”, las tandas del Copacabana eran más ruidosas y memorables, mas profundas las cátedras de los maestros de la Prevo, más hermosas las empleadas bancarias del rumbo, más nítidas las hojas de los cuadernos que vendía Morales, más sabios los libros de la Santa Rita. El desfile del estudiante, el anzuelo del comerciante, el orgullo del marchante, la puerta de entrada al parque, el paso obligado de los desfiles, el furor de los carnavales, la llegada al grito, el corredor del profesionista exitoso, el domicilio de los abolengos, el linaje urbanístico. La Serdán llegó a ser como una marca influyente. Una representación gráfica que sirvió para simbolizar un producto, una 286 José Luis compañía, un personaje. Tuvo la fuerza de una imagen indestructible y fascinadora. Hoy se muere sin perfil, como las monedas que han quedado chatas de tanto golpearlas con los “volados”. La calle es una lista interminable de bajas. Un crucerío: el edificio Bley, la prevocacional, la casa de los señores Camou, el cierre del pasaje de seguros, la desaparición del Pradas, la mudanza mayoritaria de sus comerciantes, el desalojo del edificio Sonora, el declive del hotel San Alberto. Por eso cuento que lo más importante y notable en estos días de la calle Serdán, es lo que ya no está ahí. La crueldad infantil Me opongo con todos mis conocimientos –que no son pocos- y todas mis fuerzas –que son muchas- a que el fenómeno llamado “crueldad infantil” sea aplicado únicamente en el caso de que los padres exceden los malos tratos a sus vástagos. También deberían clasificar a las amarguras cuyas profundas huellas son imborrables y con más alcance que un simple tapaboca o un revés. Yo le llamaría también crueldad infantil a las mil y una actitudes que hieren el alma tierna de los niños y que por lo general quedan en la impunidad. -Crueldad infantil es… que le llamaran al niño a realizar un mandado en el momento preciso en que le tocaba el turno al bat, después de estar camelle y camelle en un juego de beis larga. -Crueldad infantil es… que cuando estaba el infante deletreando mmmma mmmma en el aula de clases, se presentaran las 287 José Luis temibles enfermeras a vacunarlo contra la viruela. -Crueldad infantil es… que a la hora de dormir se decrete impunemente que la almohada es solamente para poner allí la cabeza y no para usarla como catapulta o punching bag. Que el bacin es para la chí y no para usarlo como casco guerrero. -Crueldad infantil, descarada, manifiesta que el Santa Clos siempre omita el noventa y nueve porciento de los pedidos en la carta y siempre deje el ingrato chiflito de barro que se adhería tercamente a los labios a la hora de silbarlo. -Crueldad infantil que los adultos con recursos se pongan a comer enfrente de los niños que todavía en la noche caminan en ayunas y no les inviten de un cachito. -Crueldad infantil que los mismos padres se avienten a realizarle el corte de pelo a sus propios hijos dejándolos como risión. -Crueldad infantil que el adulto lea de los periódicos que le ofrece el niño y que luego de hojearlos se va sin comprarles ninguno. -Crueldad infantil que se le esconda la harina al niño para que éste no pueda batir el engrudo necesario para realizar sus papalotes; que les escondan las tijeras para que no destronquen las “lenguas” de los zapatos y puedan fabricarse unos “hules”. Que se les esconda la azucarera en esa feliz época en que se tiene que estructurar la dulzura de la infancia. -Crueldad infantil que haya más expendios de cerveza y licor que árboles de guamúchiles y salas de lectura y áreas deportivas. -Crueldad infantil… que exista el Cotume. 288 José Luis Para ser ruletero Está claro que no cualquier mortal puede llegar a ejercer una irreprochable soberanía desde el sillón de mando de un ruletero. Para que tal acontezca es necesario haber cursado una ruda y estricta academia especializada que no encuentra parangón en ninguna otra parte del planeta. Los egresados de la misma son seres excepcionales que realizan una labor de extermino de los usuarios del servicio público en forma tan eficaz como extendida. A diario los periódicos en sus secciones policiacas nos dan cuenta de las hazañas de los conductores de ruletero enumerándonos en muertos y heridos el total de sus víctimas. Para llegar a ser el caracterizado personaje de esta naturaleza se debe avanzar en el más puro conocimiento de la anarquía y sus efectos. Veamos cuáles son las principales disciplinas que todo aspirante a choferetear un ruletero debe llenar a satisfacción de las autoridades: -En primer término el alumno debe reconocer que en esta ciudad, el tránsito es una perfecta organización destinada a atropellar al mayor número de peatones. -En segundo lugar debe demostrar un rabioso e irreconciliable rencor social contra quienes serán sus clientes, es decir los usuarios del ruletero y debe manifestar este resabio de variadas formas, que también por supuesto debe aprenderlas en su academia, éstas son: a) detener la marcha del camión para que suba el pasajero únicamente la fracción de segundo necesaria para que el solicitante del servicio aupe un pie en el estribo y llegue al interior del carro trastabillando y sin equilibrio para que quede en condiciones de dejar parte de la dentadura en el piso; b) arrancar lo más veloz posible para que el pasaje vaya golpeándose hacia arriba y hacia los lados; c) no traer feria jamás de ningún billete; d) frenar tan bruscamente que 289 José Luis pueda ser posible que los pasajeros salgan despedidos por el vidrio delantero y cuando alguien quiera bajar, detenerse sólo el momento preciso en que la puerta al cerrarse pueda pillarle una mano o una nalga al que en mala hora escogió despedirse del ruletero. -Quien quiera ser chofer de ruletero debe tener las orejas de fierro para poder aguantar el radio y el estéreo a todo volumen para ocupar el oído en todo, menos en las órdenes de subir o bajar que dé el pasaje. -Es muy importante que el aspirante a conductor sea daltónico para que confunda convenientemente las luces del semáforo de tal forma que la verde para ellos sea verde y la roja sea verde igualmente. Y sobre todas las cosas no olvidar, que una vez en el servicio el vocabulario completo del chofer debe reducirse a solo seis palabras las cuales se integran de un “gringa tu madre” y un “a veinte, caprón”. 290 José Luis Te regalaré una rosa La primavera ha venido y por momentos celestiales oímos los espléndidos trinos de los reclames de pájaros envolviéndonos con sus cánticos en el suave ropaje que nos regala ésta, la señora más bella de las estaciones. Las ramas y los nidos están permanentemente ocupados por los corrientes gorriones, por el vuelo de los zanates y también por la mayestática presencia de otros seres animados por especies un tanto desconocidas en el ambiente pero que son igualmente bienvenidos por esta época: los panesdiagua, citos, tildíos, capulines y cardenales garganta rojas. En consecuencia los jardines públicos y privados se ven alentados con la optimista mensajería del buen tiempo. Si a esto le agregáramos las buenas finanzas, saldríamos por las calles gritando que vivimos en la dorada Cíbola o en las regiones de Jauja. Se abren las corolas y las fragancias ganan el olfato humano, mucho antes de que el narizazo caiga vulgarizado por los hedores de la presa o la contundente presencia del smog automovilístico. Las muchachas llevan entre los cabellos la rosa estrenada en el jardín. Los floreros se encuentran plétoros en las oficinas y los caballeros se aprestan a ser los presurosos clientes de las florerías y las amas de casa, de por mientras, se las viven dentro de los viveros. Es tiempo de enviar la flor correspondiente al ser querido y a quien no lo es tanto. Entregarles una flor es pronunciar el idioma más refinado y selecto, expresivo y sutil de los espíritus superiores. Enviar una rosa… un geranio. Don Raúl Salinas de Gortari, allá en su oscura celda de Almoloya recibirá sin duda, un fresco ramo de “clavelitos”. Quizá los judiciales federales reciban por estas fechas un macollo de apretadas amapolas. A Don Carlos Salinas de Gortari no faltará quien le haga llegar por su reciente protagonismo de huelga de hambre, un esplendente ramo de “narcisos”. 291 José Luis Para revitalizar el optimismo sempiterno y la acerada longevidad del líder de los trabajadores de todo México, Fidel Velázquez, le mandarán un rozagante mazo de “siemprevivas”. Y aquellos que andan causando lástima y son el blanco de todas las chanzonetas, quienes manejan las finanzas nacionales podrían recibir solazados de gusto, una rociada selección de “pensamientos”. Habrá también para los periodistas amargados por la aguda competencia desatada en los últimos años, que reciban para que endulcen sus vidas, unas bellas “confiteras”. No olvidar a los permanentes trepadores de los puestos públicos, los que podrían ser el blanco de una ristra enorme de “hiedra”. Una corona de “cempasúchil” para aquellos que vieron morir sus posibilidades de dirigir el partido aquí en Sonora. “Tul y pan” para el magnífico director de alcoholes, Hilario García. Y para quien dirige el más reciente de los diarios en Sonora, éste, un apretado capullo de “benjaminas”. El pueblo mexicano quiere recibir de sus actuales dirigentes, olorosos ramos de “helechos” y no palabras. La flor, lo digo, es el idioma refinado y culto. Acostúmbralo, practícalo con tino, con certeza, con elevada mira. Y mira: ya los funcionarios que manejan la Secofi y Hacienda están por regalarle al sufrido pueblo, un macetón de esa que también es flor y que calmará los sufrimientos que nos causan los aumentos: “pasi-florine”. 292 José Luis Que la mar esta seca Pertenezco a la clase de hombres que piensa que en la mar está la tablita de salvación que andan buscando los gobiernos de las ciudades congestionadas. La región en la que se ubica esta ciudad, posee una mar anchurosa y promisoria donde podrían ubicarse algunos núcleos urbanos que encontrarían fácil riqueza en los litorales esplendorosos. Cada vez que voy a la mar cavilo sobre esta posibilidad y colijo que la andamos errando si seguimos dando largas a la decisión de marchar a las playas. El ambiente marino reporta gratuitamente su paisaje inconmensurable y el conocimiento de que sus animales no tienen que pelear los alimentos a la hora de la comida como lo hacen las especies en tierra. Mientras pensaba que en estas latitudes nuestras costumbres podrían ser más productivas y la manera de vivir más cómoda, con la mar enfrente como nuestro permanente proveedor, observé una hermosa mujer que construía un túmulo de arena frente a sí. Verla ir y venir por la playa para confeccionar lo que parecía un castillo me llenó de gozo el corazón. Qué visión tan grata la que me regalaba la solitaria belleza que se afanaba amorosamente en obra tan delicada. Ella, con un cuerpo de diosa de alcances abisales daba toques al delicado diseño. Estático la veía en su trajinar solícito. De vez en vez aquella dulce visión se inclinaba sobre un extremo del cerro logrado por sus manos y susurraba por lo quedo. Su cara entonces se suavizaba y tomaba el sonrojado tono de los cerezos en flor. Qué admirable es el Reino de Neptuno y a qué expansiones del espíritu nos lleva su inabarcable grandeza. Yo en la playa, solitario y anhelante y en mis cercanías una mujer 293 José Luis tan sola como yo y jugando con la arena. Voy a encontrarme con ella para platicarle de las grandezas que podríamos lograr si viviésemos en la vecindad de los litorales serafínicos. Voy a decirle lo bella que es. A pedirle la oportunidad de participar en sus juegos, a confiarle parte de mi vida, a tratar de pescarle un cachito de su corazón. Llegué hasta el lugar donde se encontraba y cuando ya le iba a saludar en cumplimiento de mis más caros proyectos, descubrí que en el extremo del túmulo de arena, erigido por aquellas manos suaves de una propietaria aparentemente sola, asomó la cara de un varón joven que sonreía lleno de vida y luminosidad, inequívocos destellos de que lo había tocado el amor, antes que a mí. A despecho de lo anterior, sigo pensando que la mar es edénica y ensoñadora. Virgencita del Bachoco La virgencita de Guadalupe, Reina de las Américas ejerce ahora una doble potestad sobre los hermosillenses. El cerrito de la Virgen, situado al sur de la ciudad había sido hasta hace pocos días el fondeadero tradicional de los respetuosos de la divinidad de la Patrona de México. Hasta allí desembocan las más nutridas procesiones ora en la víspera de su día, ora un día con otro para dejarle las más sentidas ofrendas, las más vivas lámparas votivas y veladoras o hacerle toda clase de peticiones visto que la morenita del Tepeyac le ganó a los demás santos del calendario la veneración mayoritaria, convirtiéndose al paso de pocos años, aquí, en la más reverenciada. Como ya nadie lo ignora su figura acaba de ser pintada en una roca plana de la cadena de cerros conocidos como Bachoco, en el norte de la ciudad. Y las riadas de gente ahora son allí incontenibles al grado de que las explanadas del cerrito del sur han quedado 294 José Luis ingratamente baldías. La virgen nueva, la del cerro Bachoco da más ya que a su galanura y presencia mayestática, suma la de que bajo su roca mana abundante agua que al decir de los conversos de mucha fe, es milagrosa y curativa. Es ésta se dice, la virgen de la camonina como se oye en los gallos o como se lo explicarían los mercaderes, la virgencita que otorga valor agregado a sus dispensas. Es la que se está llevando los gruesos numerarios de vendedores y dejando a la imagen del sur en el más completo y total de los abandonos. Por eso se rumora ya en la ciudad que falta una tercera virgencita y quizá una cuarta y una quinta en otros lugares de la misma traza citadina. Hasta se atreven adelantar que se debería de estampar otra imagen en el cerro que ahora usufructúa la Comisión Federal de Electricidad en la salida de la costa agrícola. Allí la gracia de la Guadalupana resguardaría el paso de quienes van por carretera a la bahía del mar, proveería de bondades a los empobrecidos agricultores que en los últimos años soportan el peso de las carteras vencidas sin contar con la protección de su santo patrono San Isidro el cual no ha podido intervenir en las alturas celestiales para salvar sus desfondados bolsillos. La virgencita allí ubicada, cobijaría con su ramo de fúlgidas estrellas, a los conductores que salen atarantados y turulatos de las carreras de caballos y la clemencia de la reina de reinas sería el seguro de vida para quienes emprenden sus viajes en avión. Y se cree que hasta haría le milagro, estando en la propiedad de la paraestatal que maneja la electricidad de que bajaran las tarifas de la luz. Por años vivió el fiel hermosillense a expensas de la protección de una sola virgencita que ahora que se da la segunda, se cae en la necesidad de que hacen falta más para que ayuden en estas horas de confusión y arrebato. Virgencita que nos cuidara el salario. Que velara por la seguridad de nuestras vidas en la alocada ciudad a expensas de una canalla delictiva más y más efectiva y menos combatida. Una virgencita que nos cuidara el agua de la presa. Y virgencita también para que ilumine a nuestros funcionarios en sus oscuras horas de soledad palaciega. 295 José Luis Quiero mi expendio Utilizaré todas mis fuerzas –que no son pocas ni desestimables- para lograr que la cerveza sea reconocida como un elemento formativo de la canasta básica y además que su precio sea considerado dentro de las expectativas del pacto. Esgrimo como justificación de esta lucha el que reconozco que la cerveza es hoy, como nunca antes, una moneda social. Mediante ella se expresa con una fuerza indiscutible la conducta mayoritaria. Su consumo y posesión dictan a querer y no el basamento de las categorías sociales. A través de su espumoso líquido ambarino se observa el palpitar del grupo comunitario y sus efectos extienden una soberanía extra que no está considerada en códigos, costumbres o usos escritos. Hay una ley para el ciudadano medio que dicta la presencia de este líquido como bien de mercado, como estatus social. Es el comportamiento que arroja el andar tomando, el andar tomado o briago absolutamente. La cerveza provoca vida y velocidad. Levanta y hunde. La cerveza, sea de bote o de pichel, preside el rato espectacular del pudiente y del desposeído. Aprende junto al agente de seguros, la bondad de una prima que cubre daños a terceros, corvea al más pintado, vuelve feo al más carita y al más feroz lo dulcifica; nutre la voluntad de aquel que por su cortedad no se anima a bailar con la joven de sus sueños. Torna dúctil el ánimo más reacio y da templanza al que de ordinario le tiembla la mano. En la playa, durante los días de semana santa, los bañistas reconocen que nada valen si no poseen una hielera bien recargada de “chelas”. Lo mismo quienes practican algún deporte saben que el final decidido para sí o para el contrario, tendrá su chiste siempre y cuando desemboque en el consumo de esta bebida fermentada. Desde los días gloriosos en que la comunidad nuestra se vio animada por la Fábrica de Cerveza de los Hoeffer, chicos y grandes tuvimos un conocimiento familiar –proporcionado a la vuelta de la esquina- de 296 José Luis lo que es su elaboración partiendo del aprovisionamiento de lúpulo, malta, cebada, vidrio, corcholata y cartón. Habiéndola tenido como parte vital de nuestra entidad el perder aquella elaboradora, nos ha conducido a considerar que Hermosillo ha quedado como mujer mutilada de sus senos, sin su cervecería. Fue la Cervecería de Sonora la primera fuente organizada y redituable de vida que tuvimos los hermosillenses. Fue un prestigio que viajó lejos y regresó trayéndonos importantes cantidades de dinero. Debemos en consecuencia a esta bebida el que nos haya levantado la tripa en momentos cruciales de nuestra existencia como ciudad. Por eso hoy se erige en cada esquina de Hermosillo un monumento a la cerveza en cada expendio, ultramarino u Oxxo. No puede ser perverso el que toma la bebida de granos de cebada germinados. Por eso deberíamos ser los de esta plaza, más que “queliteros” o “naranjeros, cerveceros como los de Milwauke. Los de Hermosillo tomamos mucha cerveza, apostamos nuestros salarios líquidos a este prodigioso líquido y es por ello por la abundancia con que lo hacemos, que reverdecen los campos que irrigamos con nuestros drenajes. Yo lucho ahora porque la cerveza tenga el mismo rango que los alimentos populares. Porque me consta que en ciertos momentos la cheve es como tortilla. Como frijol. 297 José Luis Lady Godiva en el Olimpo Los hoteles de paso son hoy en Hermosillo parte esencial de la vida. Están ahí como el apuntador teatral detrás de la cortina, como si no supiéramos de su existencia pero aceptados por la recia moral prevaleciente porque son rectores de un tipo de vida palpitante y sensual. El hotel de paso como empresa va al auge. Bástenos echar una mirada al horizonte carretero que confluye a la ciudad, para darnos cuenta de su pujante bonanza. A falta de naranjas y quelites, el hotel de paso podría erigirse como el símbolo tangible de una sociedad que ama la cama, la tandariola y el llamado amor libre. Antes de que en la sonrosada faz de la ciudad aparecieran las majestuosas edificaciones que se levantan a una y otra margen de nuestras vías foráneas, ya Hermosillo daba cuenta a sus cronistas de una apretada lista de lugares y sitios para la recreación carnal. De todos los puntos cardinales llegaban noticias placenteras del funcionamiento de casas de citas, lupanares abiertos al público tras el disimulado velo de fondas o cantinas y los más atrayentes que se escudaban también en las afueras de la traza urbana, con los rimbombantes nombres de “drive inns”. Además, la ciudad tenía dentro de sus límites, un tradicional legado de otros tiempos, en los nada discretos territorios de una actualizada zona de tolerancia y otra u otras, aparentemente clausuradas, pero en la práctica, aún en funciones. Sitios en que la pintura que enmarcaba los titulares de los “saloons” se diluía bajo el sol y percudía las paredes de un color pardo y chocolatoso, como dando a entender que el local no era ocupado ya por nadie y sus ejercicios del nosancterismo eran cosa terminada. A lo largo de la década de los ochenta, la población que ocupaba la última zona de tolerancia había descendido ligeramente por el desmantelamiento ordenado desde la municipalidad; sin embargo, a partir de entonces, toda clase de mujeres, blancas, morenas, negras, y ajaponesadas, locales y forasteras comenzaron a nublar el cielo bajo el cual se cobijan las actividades que desarrollan damas casuales con hombres que pueden improvisarse cada noche. Qué espléndidos auges prostitucionales ha podido contemplar la población a partir de la clausura definitiva de aquel parnaso lúbrico ubicado en la colonia Las Flores. El club del “tacón dorado” se ha 298 José Luis convertido en una bomba carísima, desde que ya no es manejado por hombres incultos, palurdos y pasados de moda. La empresa contemporánea de la tarima tiene la capacidad de hechizar a los hombres, paralizar el eco de la sociedad, si es que le da hipo pensar en ello, logra doblegar su voluntad, hasta el punto de que si no le ha dicho sí a todos esos fabulosos proyectos convertidos en palacios eróticos, los acepta como el espectador del teatro acepta al hombre que “apunta” los parlamentos de los personajes. Por más de tres décadas, a partir de los cuarentas, operó en el pináculo de una mediocre celebridad, una casa, casa vieja de adobes terrosos, dedicada al giro de los encuentros amorosos, la que parecía emergida de la dura tierra arenosa del norte de la ciudad, como si en su estaturación milagrosa se hubiera alzado con todo y vegetación circundante, pues El Olimpo, que así se llamaba, tenia poblada de matojos y espinas sus azoteas, macizo vegetal que saludaba al caminante como un penacho azteca. Se ubicaba en la confluencia de la brecha que conectaba a la naciente colonia Olivares, antes Los Petates, con la carretera a Kino; en esos tiempos una maltrazada vía atravesada por arroyos y vados, sin pavimentar. El proyecto recordaba los vetustos edificios de la traza histórica de la ciudad, revenidos por la acción del tiempo y del agua, fabricados con adobe y marcados, por ello, como viejos desde su nacimiento. Tanto por dentro como por fuera, El Olimpo, regenteador de los giros de la cantina, el baile y la cuartería como reducto final de un día de farra bien redondeados, era una verdadera joya de la discreción. En los momentos de su extendida vida jolgoresca y vana, el rumbo estaba aún vacío de casa y de luces. El total de la construcción semejaba una herradura, dentro de la cual se alojaba un largo corredor, también en forma rectangular, que comunicaba la cuartería y servía al mismo tiempo como una suave superficie para el baile. Esta íntima parte de la construcción tenía sus paredes forradas con rajuela y pintadas con lechada; a ella se adosaban los catres durante el día y se arrimaban también palanganas y espejos en cuyos marcos estaban soldadas sendas alcayatas para colgar los sombreros, creándose, por efecto de un severo vistazo, un enorme mural en honor a la higiene leve y rápida, exclusiva para clientes de 299 José Luis reventón y cama. El cobertizo techado con vigas de mezquite y pino, enmarcaba un patio solariego en donde el eje central lo constituía una noria con brocal de anchas dimensiones que era utilizado como banco por las parejas a las que agobiaba el baile, el palique o la tarima. La hilera de habitaciones tenía su desembocadura en el corredor y su arranque en el salón cantinero que encabezaba la edificación, con salida al camino. Barra y taburetes se alargaban frente a un mostrador de madera semicarcomida y salpicada de termita en cuya parte superior, tupida por el polvo y canaletas incineradas por la brasa del cigarro sostenía una urna de cristal que guardaba un crótalo disecado y dos que tres alacranes vivos, capturados en el propio inmueble. Las paredes estaban adornadas con calendarios con diferentes motivos, por lo general mujeres en poses lascivas, algún perchero, con la imagen de Pedro Infante y aquella tristemente célebre fotografía, donde un impúdico jumento, se sostenía sobre una hembra de caballo, que entre esquiva y sofrenada, escondía entre sus cuartos interiores, lo menos la mitad del increíble sable del pollino. Esta ardorosa obra del mejor arte fotográfico en blanco y negro, se titulaba: “Feliz año, amor mío” y francamente era el paradigma de las crecidas temperaturas que demostraban por lo regular los parroquianos y sus convidadas. Eran ellas, mujeres de campo, maduras, rellenas, cordiales, sencillas, por mucho que intentaban hacerse con el pelo o el maquillaje. Todo en ellas parecía encorvado, ojos, mejillas, narices, boca, lo cual les confería una cara permanente de pocos amigos. Se encorvaban sus fornidos hombros, se encorvaban los enormes pechos y se encorvaba la barriga sobre el cinturón que a duras penas trataba de insinuar alguna estrechez en la cintura. A despecho de ello, para muchos hombres, que ese día querían llevar sus insanos pensamientos a la práctica, había una suerte de poder irresistible alojado en todas aquellas carnes. Eran mujeres de desarrollada humanidad, de aspecto casi tan saludable como un anuncio de llantas de tractor. Mujeres de percal y de peineta que confiaban esa noche y sus mejores días a la belleza escondida de “camay”. Mujeres encorsetadas con gruesas fajas que les oprimían los pechos y las hacían saltar hacia adelante, como si aquel par de turgencias trataran de escapar de su fiero encierro, pechos entre azulosos y morenos, esmaltados de estrías, prueba física a que habían sido sometidas por una continuada lactancia de ocho o diez 300 José Luis hijos a lo menos. Pechos de pezones negros, de un negro mortecino y tumefacto, como dos albóndigas recocidas de carne de caballo hablando el lenguaje físico y químico de que sus propietarias, ya habían dejado con una respetable distancia a la juventud. Estas mujeres son las que a partir del mediodía ya estaban dispuestas a complacer a la clientela, alternando en la copa o la cerveza, acoplándose a las humanidades tambaleantes en la pista o, sosteniendo a rendición completa, una lucha sorda, de derrota total, perdidos en lo oscurito de cualquier habitación. Por el ámbito rocambolesco del Olimpo desfilaron sarasas irreconocibles en la vida diaria, travestis obesos, sargentos, tropa y la más representativa argamasa humana de los oficios manuales. La grosería impúdica exhibida sin tapujos, el regodeo de los instintos más plebeyos. Todo un zafarrancho de vulgaridad y acelere sensual; la más inefable radiografía de una época, inédita aún entre nosotros, de lo que fue ese congal de barrio. No obstante su rudeza y precariedad notorias, El Olimpo, con su escusado común, con sus tarimas de colchones vencidos y rendidos hacia el suelo, con sus cobijas raídas y llenas de acres aromas, con sus bacines y palanganas, con su balumba sorda de música ranchera y corridita, sin refrigeración, ni abanicos, ni colchas de invierno, con fantasmas nocturnos cobrando la tarifa y trayendo la feria de los sórdidos interiores, donde sonaban monedones de plata de los cincuentas, con su polvo y su cerveza refrescada con agua del pozo; no obstante ello, fue de esos lugares que nos dan aire para respirar, de esos sitios que le quitan las tensiones a la vida y permiten, que en el paso de la cantina al salón, reviva un muerto. 301 José Luis Antes ahora Los niños salían a la calle para En la más a la completa soledad organizar la novena del béisbol en compañía de sus amigos. La familia se reunía en torno a sus frijolitos y sus tortillas recién salidas del comal. de su cuarto, el niño conecta su video juego para divertirse en su pequeña casa donde no caben sus amigos. El padre o la madre o los hijos, cada quien por su lado, o en El presidente de la república se distintos lugares, se acercan a un hinchaba los bolsillos asegurando para él y su familia varias generaciones en la abundancia. Oxxo y piden su maruchan pasada por un micro. El presidente de la república El desierto de Sonora empezaba compite con su mujer a ver quien en el municipio de Pitiquito, extendiéndose luego por el sur de Baja California y Arizona. se lleva más El desierto de Sonora empieza en el desecado vaso de la presa Los hermosillenses enfermaban Abelardo, la tumba hídrica más de “estrés hídrico” por temor a que la presa desbordara sus caudales y se llevara la ciudad pitando hasta la costa. Tener hijos era algo hermoso que estaba en primer lugar dentro del matrimonio. grande de Hermosillo. Los hermosillenses están enfermos de “estrés hídrico” porque la presa está totalmente vacía y tendremos que ir pitando hasta la costa para traer agua. Casi todas las mujeres apoyan el Las mujeres se ruborizaban aborto antes y después de casarse. cuando oían un cuento subido de color. El supermercado era una tienda de razonables dimensiones que podía ser abarcada con una sola mirada. Sueltan la carcajada y luego intervienen contando uno más atrevido. Los supers son de talla grande donde se nos pierden de vista los niños y claro, el dinero. 302 José Luis Antes Ahora Los abuelos tenían el tiempo Los abuelos juegan play station y suficiente como para estar con los el día se les va en tomar viagra y sus nietos y contarles cuentos. consecuencias. Se decía: salte de la alberca que te va Salte de lo que es la alberca que te va a dar catarro. a dar lo que es el catarro. Ahorrando y trabajando incansablemente los chinos en Hermosillo, se hicieron con el comercio, la industria, la banca y nuestras mujeres. Ahorrando y trabajando incansablemente en el mundo, los chinos se adueñan del comercio, la industria, el petróleo, la banca y por supuesto de las mujeres. Los atletas llevan trajes ergonómicos, Los atletas corrían con pantalones cortos, zapatillas con pico de acero y medicamentos anabólicos y tenis con camiseta de algodón. aire inyectado que corren solos. 303 José Luis Para besarse en Hermosillo: 2002 El primer acto reflejo de una pareja que camina por la ciudad es tomarse de la mano y buscar la primera oportunidad para ofrecerse un beso. Ocurre que esa manifestación de la relación amorosa debe tener grandes dosis de intimidad por lo cual aquí te ofrecemos, a ti que tienes novia o novio o de los dos, algunos lugares caracterizados por el romanticismo, el pudor y la privacidad sin dejar de ser parte de la vía pública. Calle Chihuahua y el Callejón del Beso, entre la Juárez y la Abasolo. El Cerro de la Campana no es nada aconsejable por las alimañas y el peligro de los asaltos, pero en cambio el área de jardinería de Wal Mart. El living de la Casa de Uruchurtu. La parte posterior del Museo sobre la fuente de agua. La parte posterior del edificio mayor de la Universidad, entre los mirtos. La jaula de los pájaros del Centro Ecológico. El asiento trasero de cualquier camión que vaya a la Costa de Hermosillo. El pasaje del edificio Santa Julia. La baranda superior del paso a desnivel del transversal. El interior de las escaleras del edificio Sonora. Café Michel. La privada Fátima. El pasaje para ir a talleres de Primera Plana. El guamuchilón del paseo del río. La jardinera del IFE. El área de servicios al carro en el Dairy. La sala de eventos José S. Healy. Los baños del aeropuerto. La pérgola del Julián’s Bar. El yucateco frente al colegio Soria. Las escaleras de la torre de Hermosillo. Los corredores vacíos del VH Yucatán, etc. 304 José Luis ¿Deveras conoces Hermosillo? La labor del historiógrafo es la de historiar, cronicar, imaginar la historia. Todas esas son posibilidades que se unen a la tarea de construir un pasado para acabar dándole fuerza a nuestra memoria tantas veces infiel a sí misma. 1.- ¿Sabes cuándo y con qué fin se construyó la Casa del Pueblo? 2.- ¿Sabes por qué Topahue ya no representa una zona de reunión familiar? 3.- Recuerdas cómo inició llamándose el hospital del niño? 4.- ¿Sabes cuántos litros por segundo dejó pasar el vado del Río Sonora la última vez que fluyó? 5.- Sabes por qué se llama así la calle Naranjo? 6.- Sabes de alguna utilidad que le reporte a la ciudad la celebración de la expo ganadera? 7.- ¿Sabes qué función tenía anteriormente el predio del Parque Madero? 8.- Podrías citar el domicilio de la Copa Cabana? 9.- Sabes en qué iglesia se celebró la segunda boda del general Obregón? 10.- Sabes dónde están los vestigios más antiguos de la ciudad? 11.- Sabes de dónde proviene la tradición de escenificar el pascola en el Coloso? 12.- Sabes qué importantes construcciones se realizaron en los años 30? 13.- Sabes cómo se llamaba el niño que Pedro Infante bautizó a la familia de Julio Escalante? 14.- Sabes porqué el ayuntamiento prefiere multar ciclistas a conductores de onapaffa? 15.- Sabes dónde se encuentra la calle Gaeta? 305 José Luis 16.- Sabes el nombre del ingeniero que construyó la pila del Bachoco que finalmente se derrumbó? 17.- Sabes dónde fueron horneados los ladrillos con que se construyó el cuartel del 14? 18.- Sabes cuál fue el primer cuadro comercial de la ciudad? 19.- Sabes quien fue Felicitas Zermeño? 20.- Sabes quién fue la primera doctora en la ciudad? 21.- Sabias quién fue administrador de la Junta de Agua hasta 1974? 22.- Citar el nombre de la botica que preparó el veneno que cegó la vida de la inocente niña Healy a principios de los 40 23.- Sabes cuál es el significado de la voz yurito? 24.- Sabías que el Cerro de la Campana tiene dueño? 25.- Recuerdas a qué presidente municipal se le ocurrió pavimentar el Parque Madero? 26.- Sabías por qué se llamó a Hermosillo la ciudad más limpia del noroeste? 27.- Podrías enumerar una docena de familias de la localidad que le hayan donado algo a la ciudad? 28.- Sabes de dónde trajeron las campanas de Catedral? 29.- Sabías por qué se cerró la fábrica de zapatos de la Cruz Gálvez? 30.- Sabes cuántos restaurantes de chinos hay en la ciudad? 31.- Podrías decirnos quién ordenó tirar la escuela Artes y Oficios? 32.- Sabes porqué se llama así al hospital del Issste, Fernando Ocaranza? 33.- Podrías enunciar las colonias que han quedado ubicadas en el lecho del río? 34.- Sabes con qué finalidad se construyó la Caperucita frente al 306 José Luis Museo? 35.- Sabes qué material utilizaron para construir el Monumento a los 100 años? 36.- Sabes dónde nacen los arroyos Pitayita y Sambenito? 37.- Sabes qué hospital se encontraba en el hoy kinder Ignacia de Amante? 38.- Podrías citar los nombres de las bibliotecas que tiene la ciudad? 39.- Podrías decirnos quién fue Alejandro el Cabezón Uriarte? 40.- Sabes quién diseñó la casa redonda de la colonia Pitic? 41.- Sabes dónde estaba la redonda? 42.-Podrías decirnos cuántos gobernadores han nacido en Hermosillo? 43.- Sabes el nombre del último médico que realizó una obra de beneficencia a favor de un hermosillense pobre? 44.- Sabes con qué presupuesto cuenta la Unison? 45.- Sabes quién fue Francisco López Palafox? 46.- Podrías decirnos en qué ciudad nació Edmundo Briseño Valenzuela? 47.- A mediados de los cuarenta vivieron en la ciudad un expresidente de la República y un ex secretario de gobernación; ellos fueron como el bumeran que regresan a su lugar de origen. Sus nombres. 48.- El prominente hombre de empresas José Díaz Laso, distribuyó durante años la ya desaparecida cerveza 49.- La cerveza Mexicali y su filial la cerveza Suprema fueron distribuidas aquí por un grupo de accionistas encabezados por 50.- Entre otros atractivos de la feria Sonora en Marcha se presentó el ventrílocuo Popo Nemer con su muñeco 51.- La construcción del bulevar Rodríguez dejó como secuela una serie de áreas irregulares que abaten todo conocimiento geométrico. 307 José Luis En cuál de todas ellas se ubica el edificio Isabel? 52.- Manuel S. Corbalá fue un gran conocedor de la historia local, un chispeante conversador, político, mecenas y escritor, dos de sus libros fueron los títulos 53.- El talentoso abogado Jesús Enríquez Burgos aparentemente ha sido el único secretario de gobierno con el nombre Jesús, sin embargo hubo otro mucho tiempo atrás, se trató de. -----------------54.- En los años 50 coexistieron tres líneas de camiones urbanos, cubrieron la necesidad de pasaje de aquellos años. Los colores que los distinguieron eran amarillo con negro propiedad de ------------los rojo con blanco de ----------- y los azul con blanco que regentaba ----------. 55.- El habilidoso Edel Castellanos tuvo su librería Excelsior en la esquina de Jalapa y Matamoros. Pero sus inicios fueron en el domicilio de---------------------------------56.- La Chagua del Pinolillo trabajó varios restaurantes de su propiedad, mientras que su tocaya la Chagua ladrillera también tuvo su menudería. Ella se llamaba -------57.- La señora Rafaela Gil Samaniego viuda de Aguilar habrá de ser recordada como una de las primeras mujeres empresarias. Sus negocios se llamaron--------------58.- La clínica que estableció el doctor José María Licona por la Jesús García se llamó -------59.- En la esquina donde hoy se emplaza la VW de Félix Tonella estuvo el abarrotes Sonorense, propiedad de-------60.- Abarrotes Don Beto en la esquina de Monroy y Reyes es hasta hoy la tienda más longeva de Sambenito, pero Don Beto Limón la inició con el nombre de -----------61.- Pocos saben que el insigne profesor Amadeo Hernández alternaba la cátedra universitaria con otra actividad que realizaba fuera de las aulas. Recuerdas cuál era? 62.- Recuerda usted el nombre del mandatario estatal que ordenó 308 José Luis derribar la Casa del Pueblo para hacer allí un Parque de niños donde se cobra la admisión? 63.- Recuerda usted el nombre del gobernador que cercenó el área de juegos de la escuela Heriberto Aja? 64.- En los años 90 la ciudad llegó a tener en funcionamiento tres campos de golf, no obstante su limitante agua. De qué áreas se trataban? 65.- La pescadería de Enrique Salazar exhibía caguamas vivas que languidecían por fuera del mercado. Los Salazar, no obstante, tenían la competencia enfrente, es decir, la pescadería de ------66.- Podría usted citar las direcciones donde se ubicaban los siguientes conjuntos habitacionales: privada Peralta, bungaloos Hoeffer, columpio del amor, privada Inalámbrica…------------67.- Antes de ser alcalde el Temo Balderrama fue tesorero de dos administraciones municipales, quiénes las encabezaron? 68.- A qué periodistas correspondían los seudónimos siguientes: Dando Guerra, Djed Bórquez y Claudio Nájera? 69.- Escribir el primer domicilio que aquí tuvo el instituto del Seguro Social. 70.- Fue el concuño del ingeniero Jorge Díaz Serrano un empresario batallador y exitoso que representó la marca Massey Fergusson, con domicilio en Matamoros y Morelia. El señor ------------71.- Antes de ser un prominente agricultor y próspero hombre de negocios, qué empleo tenía don Enrique Mazón López? 72.- Los hermanos Morfin establecieron su óptica en la calle Vildósola, en esos años ya tenían competencia con el señor Melquíades Hernández ubicado sobre la calle Matamoros y también con el doctor Rocha que estaba en la calle --------73.- En los años sesenta se pensaba que el agua de la llave no era confiable para tomarla directamente por eso la televisión recomendaba el filtro Coolingan que distribuía ----309 José Luis 74.- Enseguida del abarrotes Calivonten de la familia Katase funcionaba una tortillería que era propiedad de ---------- mientras que enfrente de la misma tienda, pero por la calle Nuevo León operaba la panadería --------75.- Cómo se llamó la fábrica que se erigió en el área de Siete Cerros con el fin de elaborar paredes y materiales de construcción a partir de la paja de trigo? 76.- Por más de 50 años le sirvió al departamento de zapatería de Mazón Hermanos un caballero bajito de estatura, moreno, afable y solícito y que usaba sombrero de ala corta, su nombre… 77.- Los hermosillenses han rechazado que la Cruz Gálvez se convierta en un ente de vil interés comercial porque se encuentra en suelo no urbanizable especialmente protegido. La historia relata que cuando se trató de tirar edificios pertenecientes al pasado histórico empezaron por quemarlos, tal fue el caso de --------------- aunque ya no tenía huéspedes. 78.- Paradojas de la vida: el ingeniero Humberto Valdés defendía acaloradamente las razones de la SAHOP, que aquí representaba, para no urbanizar el frágil suelo del Vado del Río. Tiempo después defendió acaloradamente las razones para urbanizarlo. Esto último sucedió durante el mandato de-------79.- Rubén Leyva Valenzuela fue un destacado estudiante universitario, medallista en casi todas las ramas del deporte, ingresando por ello al Salón de la Fama. El nació en ------80.- Sobre la calle 4 de la Costa de Hermosillo se localizaba el campo Álamos que perteneció a la familia -------------81.- Sobre la misma calle 4 se ubicaba el campo La Escuadra que perteneció a la familia-----------82.- El Chamarula pasó a la historia local como el mejor cocinero de tacos de cabeza. El perteneció a la tribu ---83.- La penitenciaría construida por Ramón Corral en las faldas del Cerro de la Campana a principios del siglo pasado, en un terreno que 310 José Luis aún hoy es poco codiciado fue rescatada y destinada a museo gracias al gobernador ------------84.- Leocadio Salcedo es el nombre de una calle de nuestra ciudad denominada así en honor del ilustre educador del siglo antepasado que nació en --------------85.- Los barrios Yaquis en la ciudad se ubican en la porción oriente de la ciudad y se llaman ------------86.- No obstante que en su gran mayoría los chinos se dedicaban a quehaceres del sexo débil, lavar y cocinar, muchas mujeres mexicanas tuvieron hijos con ellos. Fueron expulsados en el año ……….. 87.- Padres de familia disgustados contra los libros de texto gratuitos organizaron una quema de ellos por rumbo de las Quintas, Pinguin en la que incluyeron Alarma, Alerta, Memín Pirgüín y otros más en el año -----------88.- Antes de que los españoles coparan los arcenes de las carreteras que comunican a la ciudad, con sus hotelotes de paso, un connacional ya había clausurado el suyo por rumbos donde hoy se erige el llamado Autoparador. El nombre de ese negocio de la complacencia fue….. 89.- En octubre de 1989 un canal de televisión proyectaría la película La última tentación de Cristo y la exhibición fue prohibida por la iglesia católica, de qué canal hablamos----90.- El gobernador Biebrich se disgustó en 1974 porque un locutor de radio local se atrevió a criticarlo por impuntual e intolerante. El valiente comunicador fue reprimido alejándolo de su fuente de trabajo, el se llama-------------91.- Cada mañana comenzaban a llegar quejas a la administración del Hotel Gándara porque sus huéspedes amanecían inundados con el santo olor a panadería. Ello se debía a --------92.- Un gran número de mujeres seris fue deportado a Guatemala en el siglo XIX. A principios del siglo XX un gran número de yaquis fue deportado a Yucatán. Cuál fue el pretexto que se utilizó en ambas 311 José Luis movilizaciones? 93.- Durante el trienio de Roberto Romero un oaxaquita que llegó luego a rector de la Unison ocupó la sindicatura municipal, el fue el licenciado--------94.- El estadio de la Heriberto Aja no tenía vestuarios ni servicios sanitarios, los competidores se uniformaban atrás de las gradas y cuando a algún espectador le surgía una imperiosa necesidad, bajaba de la tribuna y se metía detrás de los asientos para no cometer faltas a la moral. Esas gradas fueron una donación de la empresa ------------------95.- Sabes el nombre de la primera agua purificada que se vendió aquí? 96.- Sabes a qué giro comercial correspondía el nombre de El Dragón Rojo? 97.- Sabes dónde se construyó la primera alberca de la ciudad? 98.-Sabes sobre qué cimientos se encuentra el Bancomer de la Serdán? 99.- Podrías ubicar el paraje conocido como La islita? 100.- Sabes del primer domicilio de la Casa de la Asegurada? 101.- Sabes el nombre del primer chofer del gobernador Álvaro Obregón Tapia? 102.- Sabes el seudónimo que utilizaba el periodista Rubén Parodi en El sonorense de la calle Veracruz? 103.- Sabrías el domicilio exacto de la tienda Sonora Hobbie? 104.- El periodiquito Claridades de irregular aparición pero de valiente material era editado por -------------105.- Sabes el nombre del único sobreviviente del avionazo de Bahía Kino ocurrido en mayo de 1968? 106.- Sabías cuál fue el último gobernador al que se le permitió tener como pista de baile a palacio de gobierno? 312 José Luis 107.- Citar la marca de la guayin, combinada en azul y blanco que tripulaba el rector Luis Encinas------------108.- Se desempeñó como secretario municipal en el periodo de Jorge Valdez, el joven licenciado--------------109.- Excepcional maestro de matemáticas de la Unison, en los años sesenta, serio y retraído, consumidor de Raleigh 903 -------------110.- Podrías citar los tres ilustres apellidos de las familias cuyas casas ocuparon el predio frente a la gasolinera de Juan Araque, en el bulevar Rodríguez? 111.- Recuerdas el color de la pick up Willis que tripulaba Orión, el de las baterías? 112.- Planteó la organización de Cruz Roja para la ciudad, su vida se caracterizó por la generosidad y bonhomía, se trata del oriundo de Suiza -------------113.- Defendía infinidad de casos perdidos para familias pobres obteniendo sonados triunfos sobre abogados titulados, se le conoció como El rey del amparo, ---------114.- Sentó la bases para que la ciudad pudiera contar con el primer cuerpo de bomberos y además fue su director durante años----------115.- Podrías indicarnos porqué se llama Babilomo una de las calles de ésta ciudad? 116.- Qué posición jugaba en el equipo de Hermosillo el beisbolista Natas García? 117.- Podrías citar el nombre del primer niño policía que fue reconocido por las autoridades y que luego de adulto se dedicó a servir al cuerpo de seguridad? 118.- Agrónomo hispano que defendió con conocimiento científico el mundo vegetal y diverso de la ciudad, llegándosele a reconocer como El apóstol del árbol119.- En Canal 8 de la televisión universitaria se mantuvo por años 313 José Luis el programa Educación vial, a cargo del capitán ------120.- Fabricante de dulces y chocolates cuya tienda vio venir sus últimos días en la calle Niños Héroes 121.- La política se complace en ser mudable y contradictoria: el joven Carlos Armando Biebrich entregó precipitadamente su gubernatura y le dijo adiós a su futuro, convirtiéndose en una vieja estrella, mientras que el muy arcaico Alejandro Carrillo Marcor llegó a Sonora en ese mismo día como un cometa salvaje con rumbo Dios sabía dónde . En qué fecha ocurrió éste fenómeno de la ficción política?--------------122.- Actualmente el metro cuadrado de una y otra banda del bulevar Kino tiene el mismísimo precio, por tratarse de un exquisito corredor turístico. Pero no siempre fue así, y menos cuando a finales de los cuarenta se comenzó a poblar la vereda sur de esa carretera con un conjunto de viviendas modestas comparadas con las que se levantaban enfrente, en la Pitic. Ese nuevo rumbo fue llamado como la colonia de ---123.- El general Rodríguez cuando llegó a Sonora para hacerse cargo del gobierno trajo consigo a dos de sus más allegadas amistades, sin las cuales su estancia en el terruño hubiera sido monótona y desabrida. Para ellos se tuvieron que improvisar casas, ocupaciones, recuerdas a quienes nos referimos? 124.- Taquico “la ley” es uno de los personajes obligados del Hermosillo de los sesenta hacia nuestros días, porque es un tipo muy divertido, de charla torrencial y tremendamente agradable. Su nombre es --------------125.- Carlos Moncada ha sido un escritor de talento e imaginación poco habituales y un periodista crítico de gran prestigio. Su columna en El sonorense se llamaba------126.- Con gran extrañeza la sociedad lectora de El imparcial, dedujo que algo raro estaba pasando con uno de los periodistas de su equipo: pasaban los días y no aparecía. Finalmente su cuerpo asesinado fue hallado en Los Mochis. El se llamó------------------314 José Luis 127.- El molino harinero La fama ha sufridos dos conflagraciones en lo que representa un peligro para la ciudad la permanencia de ese polígono industrial en el centro urbano. El polvo de la harina es altamente inflamable. Una de las víctimas del último incendio lo fue -----------------128.- El lugar que hoy llaman Carl`s Jr fue ocupado anteriormente por el drive inn Happy Boy y más antes por --129.- A principios de los noventa la criminalidad sonorense se atrevió a lo inaudito: se robó un tráiler repleto de un producto carísimo en el mercado de los Estados Unidos. El camión apareció un mes después, más no el producto. Qué era ----------------------------------130.- La ciudad vivió al borde de un ataque de nervios en la primavera del 2005 por el temor de que se secara la fuente de abasto de agua. Un sentimiento similar pero por un motivo diametralmente opuesto, lo vivió en ------------------------131.- Encontraron su media naranja en el otro escritorio ó al lado de la mesa de redacción ó el chispazo fue de empleada a jefe o de jefe a secretaría pero el caso es que en los medios de comunicación de la ciudad se han registrado los siguientes esponsales : Jesús Rubén Lucero y Lupita Valencia, Jesús Valencia y Delfina Falcón, Francisco Casanova y Patricia Alvarado; Sergio Galindo y Susan Chico; Abelardo Rodríguez y Lili Téllez, Cinthia del Villar Javier Curiel, Armida Bernal y Javier Godoy. ¿Sabrá el lector en qué medios trabajaron los contrayentes? 132.- Los Constituyentes de 1917 que representaron a Sonora fueron: Monzón, Bojórquez, Ross, y Bórquez. Quien de ellos representó al distrito de Hermosillo? 133.- En los últimos 60 años sólo un gobernador de Sonora ha sido hijo único el fue ------------------134.- Podrías citar el nombre completo con el que se daba a conocer el boxeador Ernie López? 135.- Podría usted recordar el verdadero color de piel del celebrado 315 José Luis munícipe, El prieto Loustaunau? 136.- Prominente banquero y consejero de empresas lo fue don Teodomiro Serrano, caballero de trato cordial, elegante y fino le sirvió al banco ----------------137.- Tres personajes fueron los pioneros de la venta casa por casa en la localidad obteniendo luego de años de supremo esfuerzo las bondades que otorga el deber cumplido. Dos de ellos originarios de Sinaloa y el restante de la entidad poblana. Sus apellidos Miramontes , Pérez y Soots. Los nombres, usted los recordará sin duda -------------138.- Durante años trabajó al lado del periodista Enguerrando Tapia como su colaborador más valioso, en la precisa etapa en que el periodista no tenía un diario en que escribir y leía su libreta de apuntes en Canal 10, nos referimos al caballero ---139.- La biblioteca Franklin llegó a Hermosillo prestando libros a domicilio y proporcionando la mar de servicios informativos del modo de vivir norteamericano. Su presencia fue muy provechosa y en su corta vida fue dirigida por:------140.- Sabías que el refresco Coca-cola conoció dos fracasos en ésta ciudad al grado de tener que reducir sus ventas y traspasar la concesión? 141.- Las pelucas que no pocas mujeres llevaron en los años setenta era conocidas con el nombre de ------------------142.- Llegó un momento en que las chicas casaderas de la ciudad creyeron que si lograban sacar con la fuerza de las uñas de su mano izquierda el logotipo incrustado en la parte superior del cofre de un carro, les sería fácil encontrar marido?. De qué marca hablamos? 143.- “Clarito oí que dijeron salud”, así rezaba radiofónicamente un anuncio de cierta cerveza ya desaparecida. Publicidad que recorrió con éxito todo el país. El autor de la frase es locutor nacido aquí su nombre -------144.- La prensa de aquel entonces llamó poco caballeroso al 316 José Luis contendiente político de Alicia Arellano cuando ambos buscaban la alcaldía en 1979. El se refirió a que ella era una imposición de López Portillo. Recuerda usted el nombre de ese “caballero”? 145.- Honesto y preparado fue el tesorero municipal que le sirvió a la administración de Casimiro Navarro, el fue----146.- Recuerda usted el eufónico nombre del señor Cabanillas propietario de la zapatería que ostentaba su apellido y además ciudadano ameritado que sirvió a la ciudad 147.- Sergio El peque Torres hizo la mejor campaña política que se recuerde en Sonora. Al buscar el favor de los habitantes del VI Distrito electoral federal logró posicionarse en 1988 como un personaje de talla descomunal para la gubernatura que se pelearía en el 91. Colosio y Manlio abrieron tamaños ojos pues sus respectivas fórmulas caminaban apenas. En aquella ocasión El peque utilizó un lema que prendió rápido entre el electorado, decía -------148.- Álvaro Obregón Tapia trajo a Sonora múltiples inversiones para comunicación, agua potable y educación, hizo un gobierno de servicio pero terminó malquistado con los maestros. Entregó su maletín a Luis Encinas en una ceremonia que tuvo lugar en -----------------------149.- El Palacio de Gobierno es el símbolo por excelencia del poder político centralizado en Hermosillo. Los gobernadores antes de Alejandro Carrillo Marcor lo habían convertido en pista de baile para los Blanco y negro y ahora se pretende quitarle sus graves timbres de hábitat político proponiéndolo como un frívolo comedero. A principios del siglo anterior, un gobernador, acompañado de su piano, elevaba su abemolada voz que retumbaba en los salones de los diversos ministerios. El era ------------------------150.- Hermosillo está eclipsado por avecindados pertenecientes a diferentes regiones del país; a mediados de los noventa trabajaron para XEBH, emisora de la familia Hoeffer, dos notables comunicadoras. La una, descendiente de la tribu Mayo, mientras que su compañera procedía de la altiva e ingeniosa raza Maya, sus 317 José Luis nombres --------------151.- Hace 50 y más años ya los hermosillenses se rendían ante el furor de los artículos norteamericanos, ropa, comida, bebidas o tabaco. El boom de los pantalones Levi`s, las atractivas calcetas, los tenis Dunlop y los dientitos. Por esas fechas un negocio que aún sobrevive, vendía cigarros Lukys y demás marcas norteamericanas, se llama ------------------152.- En el menú de lectura para los hermosillenses se apuntaban, en los años sesenta, siete periódicos diarios, editados en la localidad; recuerda el lector, cuales eran? 153.- Sobre la huerta hundida de Ulloa se construyó en los sesenta, el Bol Pitic que fue un imán poderoso para los desempleados de la época y los amantes de la chuza; su primer gerente lo fue el señor ------------------154.- La familia Gil Samaniego había venido siendo sumamente extravagante y original para dar nombre a sus parientes; así, encontramos el respetadísimo señor que fue don Edingardo, a su sobrino Ausdiberto, a la mamá Rafaela, a la tía Migdelina y al hermano de ésta don Rusdibaldo, todos descendientes de don Ramón, apodado el ----------------155.- Se cree que el gobernante que utilizaba de epítetos gruesos con una carga recriminante y sumamente ofensiva lo era, en lo privado el general Rodríguez. Sin embargo, él, que fue presidente del país comentaba que el lenguaje soez agravia la calidad moral de la gente y difunde en la actividad política una pobre cultura. El mílite y político de Guaymas había estudiado en ----------------------156.- La primera generación de la escuela de licenciados en matemáticas de la Unison arrojó un total de un egresado, solamente. El rector Sotelo que le tocó reconocerlo y entregarle el diploma correspondiente, habló maravillas del nuevo profesional, él se llamaba -----------------157.- El doctor Federico Sotelo fue considerado en su tiempo el más glamoroso galeno de la localidad. Al grado de que su talento, 318 José Luis en ocasiones, quedaba relegado por su extravagancia. Pocos saben que además de cultivar la filología, la conducción de trenes, ser un melómano rendido y mecenas de estudiantes necesitados se dedicaba con afán a la avicultura, situando su granja en---------158.- El periodista Enguerrando Tapia Quijada mantenía la puerta de su oficina herméticamente cerrada y operada con botones desde su propio escritorio. La consigna dependía del grado de intimidad que el diarista necesitaba para cumplir la faena autoimpuesta, sólo su secretaria podía pasar sin aviso previo esa puerta, ella era ---------------------159.- El primer director de Radio y televisión universitarias trabajó al lado de Guillermo González Camarena, el técnico mexicano al que se atribuye la invención de la TV a color. Nuestro personaje hizo posible que las emisoras culturales de los universitarios de Sonora fueran una positiva realidad. El fue el ing.-----------------------160.- El letrero con la interrogante consigna de ¿faltan huevos en su casa? estaba a la entrada de una granja en la carretera a Kino. Qué famoso restaurante se ubica precisamente allí? 161.- Rápido la industria avícola que proponía Mezquital del oro se abrió paso en el mercado local y luego en el nacional logrando popularizar el pollo en la mesa de todos. Para lograrlo los hermanos Gutiérrez contrataron a un norteamericano que fue el jefe de alimentación de la granja su nombre ------------------------- y al doctor Manuel Katase, de nacionalidad --------------------------162.- Fue un notable maestro de la facultad de derecho de la Unison a quien por desgracia la fatalidad lo copó cuando aún era bastante joven. Su carro impactó de madrugada contra una palmera de la entrada de la máxima casa, su nombre ----163.- Alfredo Osio mantuvo durante años un calificado taller de servicio para máquinas de escribir y otros enseres de oficina; según se desprendía de su modo de vivir no le iba mal, pero, tenía una seria competencia con Mecánica de Precisión, éste de la propiedad de ----------------------319 José Luis 164.- En pleno auge avícola el comerciante Roberto Lliteras abrió en polos opuestos dos granjas para producir pollo y huevo. La del rumbo de Kino la llamó Lliteras, mientras que la del área oriente de la ciudad la nominó como granja-------165.- El lector que leyó innumerables veces el diario El sonorense recordará con facilidad su celebrado epígrafe------166.- La melodiosa actividad local del grupo Los Shippys llamó la atención de la metrópolis y allá fueron a ensanchar su fama y a cosechar éxitos en la música moderna. Sin duda recordará usted el nombre de quien hacía la primera voz ----167.- Los docentes universitarios se veían obligados a optar por otras alternativas distintas a la formación profesional al lanzarse en la búsqueda de actividades complementarias como el comercio, las clases particulares. Por ejemplo, el Güero Castro maestro de educación física, mantuvo en su domicilio el giro dedicado a --------------168.- Los hermanos Araiza manejaron la compañía de Seguros del Pacífico, logrando que en poco tiempo fuera una empresa solvente y de gran credibilidad, aquellos personajes que además eran benefactores de las mejores causas se llamaron------------169.- Con toda seguridad recuerda usted el nombre del emprendedor ferretero que estableció su negocio en Guadalupe Victoria y Veracruz llamándolo en los años 50 ferretería Sambenito, esto es frente a la gasolinera de ------------170.- La marca Renault estuvo en la ciudad durante los años sesenta y abrió dos domicilios, estos fueron------------------171.- Tres respetables caballeros ocuparon la azarosa alcaldía en el trienio 1964-1967; un comerciante, un avicultor y un médico. Sus nombres fueron ----------------------------172.- Usted que camina con renovada curiosidad muy frecuentemente las calles de Hermosillo podrá indicarnos donde se encuentran las siguientes: Hilario Olea, Remigio Agraz y Michelozzo. 320 José Luis 173.- El envase de cristal que contenía la cremosa leche Oro Puro llevaba una reveladora leyenda en una de sus cuatro caras, ésta refería: natural seleccionada, clasificada, pasterizada, ---------- y homogenizada. 174.- El nombre completo del semanal televisivo que patrocinaba el comerciante Joaquín Loustaunau y que dirigían los presentadores Gabriel Roberto Monteverde y Trinidad Félix Armenta para buscar figuras de la declamación y el canto se llamó ------------------------------175.- Arre Mago, se llama una simpática serie televisiva la cual es conducida por --------------------------176.- Podría indicarnos en qué parte de la ciudad el Río Sonora forma su último meandro ------------------177.- Los hermanos Torres fueron farmacéuticos desde los años cuarenta a los setenta; sus boticas aunque cercanas una de la otra quedaban vecinas a la Juárez, la de uno por la Oaxaca y la de otro por la Sonora.. Esos establecimientos se llamaron ------------------178.- Por la calle Veracruz a la altura de la Reyes funcionó desde finales de los 50 un negocio de nombre Alicia, a qué giro pertenecía. 179.- El aguzado lector podrá decirnos el primer nombre con que se conocieron aquí las Zapaterías Barochi----180.- Qué accidente sufrió en su desempeño como tesorero general del gobierno de Biebrich, Héctor Amavizca, al grado de que tuvo que usar muletas durante un largo tiempo. 181.- Hacía los años 70 la publicidad del BANGANAGRI logró impactar a la audiencia usuaria de la banca local. Qué aseguraba el asunto principal de tal promoción. 182.- Se cree que Manlio Fabio Beltrones fue el primer gobernador moreno (no blanco) que ha tenido Sonora; sin embargo hubo anteriormente otro mandatario que no fue precisamente un fiel exponente de la raza caucásica, quién era él? -------------321 José Luis 183.- Vehemente candidato opositor durante la campaña por la alcaldía de Eugenio Hernández; fue postulado por el PAN y se había distinguido por su audaz oratoria durante la huelga del 67; su nombre -------------------184.- Citar el nombre de la revista de tan sólo 32 páginas que al fin de la primera cabalgata gobernícola publicó en su edición correspondiente 88 fotografías de Eduardo Bours. 185.- El maestro Eduardo W. Villa fue además de un apóstol para sus alumnos un reconocido historiador de los más importantes sucesos de Sonora; en agradecimiento a su entrega a favor de la educación una escuela de la ciudad lleva su nombre, es la que está en las calles -------------186.- En Hermosillo se fabricó en los años 60 un jabón para lavar ropa; la manufacturera estuvo ubicada en la entrada al ejido La Victoria. El higiénico producto tuvo una corta vida, ni su pegajoso y arabesco nombre pudo salvarlo de la quiebra, se llamó ----------------187.- En los años 70 y muy recién de que se hizo cargo de su dirección Enguerrando Tapia, el periódico El sonorense cambió de nombre creando un emblema de promoción estatal para proyectar una imagen de diario moderno entonces se llamó -----------------188.- No hace ni mucho que la tienda de ropa Mazón hermanos se despidió del mundo comercial luego de una saga cercana a los 50 años, el lema que reforzaba su imagen corporativa era ------------189.- Los genios creativos de la localidad establecieron una empresa de estrategias comerciales nominándola GRM publicidad; estaba integrada por Monteverde, Romero y Ureña, pero las siglas aludían a ------------------190.- En la colina donde hoy se sitúa el tec de Monterrey funcionó por poco tiempo una universidad cuyo director lo fue el ing. Marco A. Camou, se trataba de ------------191.- Hace pocos años llegó a la ciudad el ahora empresario Rubén Reynaga ocupado en televentas. Entonces pobre y muy modestamente 322 José Luis abrió una pequeña oficina sobre la calle Revolución y Nuevo León, donde dio vida a la revista -------192.- El cananense Edmundo Briseño aspira recientemente a dirigir la ciudad; en su paso por el mundo de los negocios particulares, Mundo logró establecer alrededor de 8 panificadoras en distintos rumbos de Hermosillo de las cuales ya no existe una sola, el conjunto se llamaba ------------193.- De fachada risueña y mirada desbordante era la damita que representó la simpatía y la belleza de la ciudad en 1982, casualmente el año anterior había obtenido el cetro de la hermosura en Mexicali, ella es ---------------------194.- La señora Monona Granich organizaba cada año una reunión para venerar a su santo patrón en donde cada detalle estaba planeado para ser inolvidable; la velada era en honor de ------------------------195.- El gobernante Manlio se la llevaba de pleitos con el alcalde Iberri; la arena para expoliar sus diferencias era el periódico; sin embargo, un día acordaron juntarse para dirimir sus ojerizas y volver a trabajar mancomunadamente, el punto que escogieron fue ……………… 196.- Dos beldades pertenecientes a la mejor sociedad mantenían abierta al público la tienda exclusiva de ropa para dama GABE. La denominación comercial era en realidad la mezcla del inicio de sus nombres, estos eran ………………. 197.- El trienio del señor Jorge Valencia se fue veloz caracterizado por la falta de obras y de pericia para contener y sortear las embestidas del líder Oscar Medina. Un buen día ofreció como sesuda justificación a uno de sus múltiples desatinos que se le había botado la canica, recuerda usted cual fue la causa? 198.- Aquellos que fueron tan buenos amigos cuando trabajaban en El imparcial, Enguerrando y José Alberto, después se trataban con los peores modos del odio, lanzándose dardos flamígeros desde sus respectivos y encontrados periódicos. A raíz de ello a Engue se le motejaba como La cotorra prieta de don Faustino mientras que a 323 José Luis José Alberto se le respondía como -----------------199.- El sólido edificio que alberga a palacio municipal, mas otras obras importantes que se construyeron en los años 40, como el edificio BONA, fueron diseñadas por aquel arquitecto cuyo hermano fue una fulgurante estrella del cine nacional, recuerda usted sus nombres --------------200.- Una madrina de la PGR de nombre Jesús Riojas Vásquez dio muerte a 4 hermosillenses mientras corría la resaca de una borrachera de alcohol y drogas. La delegada de esa corporación lo era ------------201.- Sabes qué alcalde casi lograba cubrir con piedra y cemento los jardines de la ciudad? 202.- Sabes a que se dedicaba la llamada fábrica El toro? 203.- Sabes entre que años se construyó la iglesia de Fátima? 204.- Sabes cómo se llamó el escultor del monumento a Jesús García sobre el paseo del Parque Madero? 205.- Sabes quién inauguró el aeropuerto internacional de la ciudad? 206.- Sabrías ubicar el ejido El Torreón? 207.- En qué circunstancias murió el cumplido policía Buenaventura Pro? 208.- Del gobierno de Alejandro Carrillo se decía que estaba “pasado de rosca” en referencia a su ya larga edad, pero dio muestra de equilibrio y moderación demostrando que la experiencia es mejor que un master de universidad norteamericana. Tuvo dos secretarios de gobierno, ellos fueron-----------------209.- A finales de los 80 la decisión de un juez levantó suspicacias al declarar libre a un capo de alta peligrosidad, ese día la foto del liberado apareció a todo color en la primera página de El imparcial, no referimos a ---------------------210.- En qué año el ayuntamiento de la ciudad adquiere el rango de 324 José Luis gobierno municipal de pleno derecho? 211.- En los últimos años la demografía empujó el crecimiento de la zona urbana tanto en número como en densidad y vocación productiva. La nuevo Hermosillo, colonia del oriente, coincidió con el nacimiento de la planta Ford en el año ----------------212.- Los gobernadores fueron verdaderos presidentes municipales de la capital del estado con la sola excepción del navojoense Samuel Ocaña, al que le tocaron 2 munícipes que no congeniaron con él; aquellos fueron: --------------213.- Hasta qué año le entregaron a la ciudad los ingresos generados por el cobro de impuestos prediales. 214.- El secretario municipal del periodo de Casimiro Navarro se caracterizó por ser una persona sencilla, negociadora y servicial; pocos como éste tipo han llegado a esa representación, se trata de --------------215.- La modelo de televisión Lupita Valencia fue representante de la belleza en la ciudad como señorita Hermosillo; sin embargo, cuando compitió por el mismo galardón a nivel estatal quedó rezagada en el segundo lugar siendo nominada al primer sitio la damita que había sido princesa de la Valencia, recuerdas su nombre -----------216.- Ricardo Acedo Samaniego logró hacer un extraordinario papel al frente de la representación de los locutores de Hermosillo, razón por la cual fácilmente fue designado para la conducción nacional de su propio gremio. El en la sección Hermosillo había suplido a ….. 217.- En el verano de 1974 bajo un calor tórrido que asaba a los pájaros en el aire, Hermosillo vio sorprendido la resequedad de su presa y la imposibilidad de surtirse de agua. La falta de lluvias había minado a la solvente fuente de abastecimiento. Cómo se llamaba entonces el administrador del agua en la ciudad…. 218.- Frecuentes funciones de boxeo de aficionados se presentaban allá en la Olivares; las peleas eran a un solo asalto sin límite de tiempo y terminaban cuando alguien se rajaba porque le habían sacado la 325 José Luis pitaya. El mismo par de guantes servían para todos los combatientes en la añorada canchita 22 que hoy se llama ------------------219.- Mucho antes de que la orgullosamente sonorense cerveza High Life desapareciera del mercado llegó a tener hasta 8 marcas competidoras, cuáles fueron éstas? 220.- Entre los edificios Peralta e Isssteson quedó impresa una leyenda en una de las paredes, se trata de un ya descolorido anuncio de un refresco que se bebía en los 40, es-------------------221.- El fruto blando y delicado de la pitaya era procesado aquí para obtener una rica nieve que se expendió en los años 80, el propietario de la gélida industria lo fue el connotado empresario Francisco Salazar Serrano, sus helados se llamaban ---------------------222.- El tendido del bulevar transversal, el camino al cerro de la Campana, el trazo del periférico y la modernización de otras vías urbanas durante el mandato de Luis Encinas, obedeció a un ordenamiento que se llamó-----------223.- Cotidianamente el columnista Esquer de la Barrera invitaba a sus muchos lectores con una convocatoria que rezaba “aiquiir”. El notable escritor de sociales se llamaba --224.- Acontecimientos importantes de ese tiempo pusieron de relieve el gran interés del poder judicial en la vida pública de Sonora de ahí que el gobernador Faustino Félix nombrara como su procurador a un duro licenciado -----225.- Los vendedores ambulantes constituyen parte importante de la historia de nuestros barrios en épocas en que no había refrigeradores cuando los animales se conservaban vivos hasta el momento de comerlos y el pan y la leche se repartían también a domicilio, en especial, que panificadora recuerdas 226.- La escuela Benito Juárez atraía los domingos gente de todas partes que venían a las funciones de cine o a sus animados bailes sobre la plaza de enfrente, esto en Tamaulipas y Reforma. Corrían los años 50 cuando el director de esa primaria se llamaba ----------------326 José Luis 227.- El arroyo Sambenito causó numerosos problemas con sus inundaciones, las casas ubicadas a la orilla de su cauce estaban sobreelevadas en más de un metro; esta corriente desembocaba en -------------228.- Los versos dedicados al Cerro de la Campana claman: a la primera mirada sentí trepar a tú encornadura pétrea, Cerro de la Campana. Se trata del numen del poeta ----------------229.- Sabes desde cuándo se viene oyendo hablar de la escalera náutica, cómo plan de gobierno? 230.- Los modelos de la sabiduría local recomiendan leer, leer cuanto se pueda como el mejor modo de llegar al conocimiento que es empleo, tolerancia y poder. Sin embargo la ciudad sólo tiene -------- bibliotecas de las cuáles sólo están abiertas ---------231.- Solo dos gobernadores han enfermado durante su mandato aquí en Sonora. Uno de ellos casi no lo podía disimular cuando hablaba ya que ni sus bienquerientes lo podían descifrar y el otro, que hubo de retirarse faltándole un mes para terminar su encomienda. Nos referimos a ---232.- La hermosillense Carmen Espinoza fue la primera mujer galardonada con el premio nacional de periodismo. Ella encarnaba los ideales de la mujer independiente y la proyección de los valores del periodismo mexicano cada día más parcos. Por cierto, en el momento de su reconocimiento trabajaba para el diario ------------------------------233.- Los clientes de inmobiliarias han protestado a lo largo de muchos años porque las promotoras no cumplen lo pactado en los contratos, en los tiempos de obra o en las calidades. Pero la protesta mayúscula fue la que generó aquella promotora cuyo conjunto de viviendas fue anegado por el agua la cual subió su nivel en dos metros, apenas en el 2003, nos referimos a la compañía -----------------234.- Recuerdas el seudónimo con el que llegó a firmar aquellos poemas que no le agradaban del todo al literato Abigael Bohórquez------------327 José Luis 235.- La gente acudía entre bostezos a las últimas celebraciones en honor a los días patrios en la plaza 16; el último munícipe que organizó allí la fiesta fue -------236.- La situación política no era la mejor a la entrada del gobierno de Félix Valdés acaparando los mejores puestos sus sobrinos Valdés Ruy Sánchez, Astiazarán Rosas y otra parentela como Oscar Terán quien se hizo construir una soberbia mansión de ladrillo crudo la cual es hoy ocupada por un aspirante a político de nombre ----------------------237.- Hermosillo es la ciudad más norteamericana que tiene Arizona. Aquí encontramos Mc Donald´s, Wal Mart, Costco, KFC y las tres pasiones más norteamericanas que aquí encontraron tierra fértil: Beer, Baseball, and charcoal-grill. El autor de éste fragmento se llama -----------------------238.-El ing. Humberto Valdés R S fue en realidad quien como panista, que lo fue en ese entonces, hizo lanzarse sin red al alcalde Fco. Búrquez al asegurarle que la ciudad tenía agua para 17 años con lo que quedó patente su desconocimiento en esa materia. En realidad la especialización profesional del ingeniero en cuestión lo es en la disciplina………. 239.-Es uno de los grandes hombres de nuestro tiempo, una persona de absoluta integridad. Vivió como Jesucristo y murió en su barraca de madera modesta, sencillamente dando un ejemplo de desprendimiento y bondad ----------------------240.- En mayo de 1881 llegó el tren con la inauguración de la estación, al norte de ésta nacía un nuevo sector de la ciudad, sus límites eran las actuales avenidas Revolución, Nuevo León, Yánez y Ferrocarril, zona que se conoció como – 241.- El barrio de la Cohetera estaba sobre una zona anegadiza que quedaba ubicada entre el río, las huertas y las edificaciones religiosas y políticas. El popular barrio tuvo una enorme difusión a través de la obra del más caracterizado de sus vecinos .--------------242.- A mitad del siglo anterior se vio la necesidad de alejar del 328 José Luis centro de la ciudad la concentración de carretas que ofrecían una diversa variedad de mercancías en el puente de la calle Revolución, en el vértice inicial de la pera del ferrocarril siendo así como a finales de los 50 se construyó un nuevo mercado en el norte de la ciudad al que se denominó ----243.- Para éstas fechas la ciudad contaría con una planta desaladora cuya operación de 24 horas permitiría obtener un flujo seguro e importante de líquido para enfrentar los veranos hermosillenses; pero se atravesó la política y ahora estamos donde mismo. Sabes cuántos litros por segundo nos iba a proporcionar? 244.- En 1970 el notable Ismael Mercado nos entrego su libro de memorias de la huelga del 67 en el que perfilaba los hechos que a él le tocaron vivir y en no pocas ocasiones actuar. El libro se vendió masivamente y es hoy un texto que ayuda a la memoria. Su título -----------------245.- En su provechosa juventud el Lic. Luis Encinas escribió un libro en donde plasmó sus ideas acerca de cómo enfrentar los desafíos del país. Este ejercicio cultural pudo haber sido la llave que le llevó a palacio de Gobierno por encima de generales, ganaderos y recomendados sin lustre. El título es -246.- Fabulador excepcional, eximio histrión, maestro declamador, actor, funcionario público, llegó a ser la figura más representativa de las aspiraciones de todo estudiante universitario pues trabajaba al tiempo que estudiaba. Murió en 1978 pero su paso por la historia local fue indeleble, nos referimos a -----247.- El edificio que contiene a radio universidad guarda adosado a uno de sus muros la placa inaugural de ese importante medio cultural. Es un pensamiento lleno de optimismo y luminosidad, dice -------------248.- Egresado de la universidad de Pensilvania y nativo de Santa Ana fue en 1997 el candidato opositor de López Nogales, enarbolando la divisa del PAN. Su falta de sentido común y la carencia de la mínima habilidad para la oratoria le cerraron el paso a la gubernatura, es el 329 José Luis lic.------------------249.- Don Marcos Peralta fue un excelente administrador de la junta de agua, al frente de la cual ya duraba 20 años, cuando lo sorprendió la muerte a finales de 1974. Su sucesor fue un aventajado modelo ducho en el manejo y administración de empresas de agua, oriundo de Villa Juárez, el fue -----------250.- Las obras más relevantes y duraderas de la ciudad fueron construidas con cal viva que produjo Calhidra de Sonora la cual fue fundada por el señor ---------251.- Fue un incansable ser polifacético, impresor, carpintero, poeta, editor y periodista político. Nació en Choix Sinaloa pero se avecindó desde joven en ésta ciudad, en la cual fundó el diario de los humildes llamado El imparcial, su nombre ---252.- El laborioso periodista y ágil conductor de programas electrónicos José Ángel Partida, mantuvo durante años un televisivo dominical donde repasaba con harta pimienta y conocimientos el medio político de Sonora, te acuerdas del nombre de ese programa? 253.- El fino y necesario cronista José Rafael Aguirre irrumpió en la radio a mediados de los años 70. Su programa era un cotidiano mañanero de singladura risueña y chispeante que se llamó---------------254.- A la entrada del consultorio del doctor Banderas Silva se encontraba la sillería de espera para los atormentados pacientes y en una de las paredes la clásica litografía donde Jesús cura a un enfermo. Hasta los años sesenta el domicilio de éste sanatorio estuvo en---------------------------------- 330 José Luis Tiempos viejos ¿DEVERAS CONOCES HERMOSILLO? 255.- En 1985 la estación de radio XEBH cumplía 50 años de establecida; aún trabajaban allí los integrantes de la primera planta de locutores compuesta por-------------------------256.- Enguerrando Tapia fue un comunicador de tiempo completo y uno de los mas destacados que han nacido en Sonora en esa rama, el duró ---------------- años de periodista. 257.- Nunca pudo ser presidente municipal de Hermosillo pero en cambio fue regente del Distrito Federal durante ----- años, el Lic. ----------------------------- . 258.- Don Gustavo Mazón López fue un exitoso empresario, benefactor de la juventud y hombre con una gran fe en el género humano, se inició trabajando en --------------------259.- Abarrotes cuyo nombre aludía chipilonamente a los tres más valiosos transportes del siglo XX, ---------------------. 260.- El Lic. Ramón Corral Delgado fue un ciudadano de excelente trato e innumerables virtudes cívicas. Fue secretario general de gobierno en tiempo de --------------------------261.- Célebre personaje hermosillense que entregó gran parte de su vida a servirle sin interés al cuerpo de bomberos, destacándose con sus actos de generosidad y valor supremo en el rescate de víctimas-------------------------------. 262.- Pocos recuerdan que la actual avenida Dr. Noriega se llamó durante mucho tiempo, -------------------------. 263.- Todavía a finales de los 60 cinco personajes vivían literalmente en el museo y biblioteca desarrollando cada uno actividades referentes a la cultura, ellos fueron-----------------------------264.Famosa botica que logró el favor de los grandes públicos y que se 331 José Luis ubicó por la calle Serdán, atendida por bellísimas dependientas. No llegó a los años setenta.-----------265.- Mencionar los personajes oriundos de Hermosillo que gobernaron Sonora durante el siglo XX 266.- Qué panorama de la ciudad, negocio o punto de referencia le viene a la memoria, cuando oye el término Olimpo?. 267.- Escribir el nombre del administrador de la Junta de Agua Potable que relevó en el puesto a don Marcos Peralta en 1975 ---------------------------------------------. 268.- Fer-Ver, Lácteos de Sonora, Bebidas Oro Puro, La Cosalteca, Econocentro, Tapia Hermanos, Danesa 33, Super del Sol, Comercial de Hermosillo, Hamburguesas Jap´s todos éstos fueron negocios que animaron la vida comercial de la ciudad hace 20 o menos años. El lector, podría agregar 10 mas? -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------269.- Cita la fecha que recuerda el día de la autonomía universitaria, aquel en donde las fuerzas policíacas penetraron el campo universitario persiguiendo a estudiantes rebeldes a los designios del PRI. -------------------------------------------. 270.- El lector debe recordar el domicilio de la fuente de agua natural denominada “pocito de Jara”, que benefició con su líquido a los barrios Sambenito, Huapalaina, Islita, Vaporcito, Pitayita y Peloncito. 271.- Citar el nombre del segundo y último director que tuvo el manicomio del Estado, ubicado en el espacio que hoy ocupa Samborn´s. --------------------------------. 272.- Escribir la fecha en que cayeron los paracaidistas del ejército mexicano para disolver las multitudes universitarias que sostenían la prolongada huelga del 67. ---------273.- A qué personaje del PRI derrotó en las elecciones municipales el joven panista Casimiro Navarro? ------------------------------------332 José Luis 274.- A qué personaje del PRI derrotó en elecciones municipales el caballeroso panista Jorge Valdés? ---------------------------------------275.- Ilustre intelectual de la localidad que ocupó simultáneamente las tesorerías del ayuntamiento de Hermosillo y la junta local de caminos -----------------------------------276.- Qué decía en la placa metálica adosada al monumento a Jesús García, desaparecida en el trienio de Jorge Valencia. ------------------------------------------------277.- Hay otro puente idéntico al que da paso en periférico oriente a los automóviles que circulan a la altura de La Sauceda, ¿en dónde está situado? 278.- A qué colonia residencial corresponde la intersección de las calles Gaeta y Rovigo? 279.- Tres personajes de la localidad han logrado trascender en sus respectivas gestiones como directivos de tres diversas instituciones, hasta rebasar lo inaudito en la ciudad, los veinte años al frente de ----------------------- y ellos son ---------------------------280.- Un par de distinguidos médicos dirigieron por años la epidemiología, ellos fueron el Dr. Espriella y el Dr.…………… 281.- Aureliano Urias autor de numerosas publicaciones hasta su muerte fue director de un célebre tabloide satírico y lleno de jocosidad, se llamaba ------------------282.- Podrías anotar el momento en que surgió la idea de establecer la Universidad de Sonora ---------------------------------------283.- Cita las calles que dieron domicilio al primer templo que aquí albergó a la religión Mormona ---------------------------------------284.- Antes de los años setenta el llamado restaurante Xochimilco no vendía carne asada y entonces el Mago Alfonso Durazo se dedicaba a -------------------285.- El restaurante Xochiloa duró abierto más de treinta años y su domicilio estuvo en 333 José Luis 286.- En los años sesenta se hicieron correcciones al largo tajo que contenía al canal de la presa y que seguía el contorno de la Pera del Ferrocarril, que puentes desaparecieron para darle el alineamiento que tiene hoy -----------------------------287.- El Gran Barton se presentó por última vez en Hermosillo y dejó estupefacto a un numeroso público por su acto jamás visto, el que consistía en ------------------------288.- Famoso ilusionista que condujo un automóvil por las principales calles de la ciudad vendado de los ojos, se trató de ----------------------------289.- Con qué otro nombre se le conoció? 290.- El Distrito de Riego No.51 Costa de Hermosillo, recibió ese número en razón de que----------------------------------291.- Anota el nombre de los barrios y colonias que cruza el anillo periférico-------292.- Los señores Juan Orpich, Juan Granich y Juan Pavlovich, esforzados braceros europeos que fueron recibidos en ésta ciudad a principios del siglo anterior, eran familiarmente conocidos como -------------------------------------293.- ¿Sabes cuándo y por qué fue inaugurado el Kiosco de la Plaza Zaragoza? 294.- ¿Sabes cuántas infracciones se levantan en un día en la avenida Serdan? 295.- Cita los nombres de los policías de tránsito que a principios de los cincuentas realizaban actos circenses en sus Harley Davidson ---------------------------296.- ¿Sabes cual es el rumbo mas poblado de la ciudad? 297.- ¿Sabes dónde se encuentra la escuela que repuso a la extinta primaria Cuauhtémoc?--------------------------------298.- ¿Cuántos policías municipales resguardan la ciudad? 299.- Anota los correspondientes oficios a que se dedicaban los 334 José Luis siguientes personajes: Carlos Tapia Aztiazarán, José Rafael Aguirre Fernández, Manuel Torres Serrano, Jesús Rubén Lucero Barrios, Bulmaro Pacheco Moreno, Francisco Bojórquez Mungaray, Norma Abril de Torres, Francisco Navarro Bracamontes y Miguel Ángel Figueroa Salcido ------------------------------------------300.- Contesta si ó no ¿ha pasado al “aire” alguna cinta porno el canal Telemax? 301.- Podrías citar los puntos donde se ubican las “garzas” que sacaban agua del canal de la presa-------------------------------302.- ¿Quién fue el secretario municipal del ayuntamiento presidido por el señor Roberto Romero? 303.- ¿Quién fue el honorable tesorero de la administración 1975 – 1979?-----------304.- ¿En que estación radiofónica transmite su muy escuchado noticiero la comunicadora Juana María Holguín? 305.- Cite usted cuatro locaciones que ha tenido la Plaza de la Bandera--------306.- Cite los nombres que ha tenido la Plaza Emilia Pesqueira Molina--307.- Citar el nombre del primer libro escrito por el Lic. Luis Encinas Jhonson – 308.- ¿Con qué fin fue establecido el llamado MOCI SON? 309.-Fausto Soto Silva el notable conductor de noticias radiofónicas de las mañanas, animó en los sesenta un programa de aficionados de la canción desde el restaurante de carnitas llamado----------------------------310.- ¿Podría recordar el nombre de la gasolinera de la cual fue GERENTE algunos años el empresario Javier Gándara Magaña? 311.- Virgilio Ríos Aguilera fue campeón de oratoria, forjador de políticos y además funcionario público que ocupó diversos cargos relacionados con la administración, sin embargo su profesión es la 335 José Luis de ---------------------------312.- A Pepe Oloño correspondió ser el primer empresario en vender agua embotellada, cuya fuente de rellenado estuvo en la Villa de Seris, el producto de muy buen jalón comercial se llamaba ---------------------------------313.- El edificio construido para comprar y vender automóviles de la marca Studebaker y Nash, está localizado en Zacatecas y Rayón y se llamaba ----------------------------314.- Marco Antonio Manzo, ídolo indiscutible del béisbol ocupaba la posición de ---315.- Recordar el nombre del expendio de pastura que estuvo sobre la esquina de Yáñez y Niños Héroes ---------------------------------316.- En realidad cuántas eran “las mesitas” del restaurante de antojitos mexicanos Los Ramones -------------------317.-La losa de los techos de la colonia Moctezuma fue armada con botes vacíos de cerveza Tecate, en los cincuenta. ¿Qué gasolinera echó mano del mismo recurso constructivo para elevar sus techos? ---------------------------------318.- El doctor Nava dirigió el Manicomio del Estado muchos años en los cuales siempre tripuló un sedan dos puertas del año ---- y de la marca -------------319.- ¿En qué restaurante de chinos se encontró que la carne de rata estaba sustituyendo a la de pollo?-------------------------------320.- La era de Faustino Félix Serna fue turbulenta y trágica, nada mas de entrada registró el telúrico movimiento del 67 con los estudiantes en contra y en el propio 67 el asesinato de comandante de policía municipal panista, de nombre ------------------321.- Hay quienes estiman que la gubernatura que encabezó Ocaña fue perplejamente gris porque distribuyó las funciones administrativas solo entre oriundos de Navojoa, pero uno de los detalles que no le perdonaron los técnicos fue haber entregado la responsabilidad de las obras de emergencia contra la inundación de Hermosillo en 336 José Luis 1983, a un ex chofer de camión materialista llamado --------------322.- En el pasado la política se comunicaba directamente con los electores a través de discursos. Antes de que la gente agotara su atención a la cansina retórica ya brillaba un grupo de elocuentes Demóstenes de la palabra que encabezó Carlos Armando Biebrich, ellos fueron dos, principalmente --------------------------------323.- Durante el arribo del provisional gobernante Alejandro Carrillo Marcor se dio un darwinismo político de gran alcance en la historia de Sonora: los viejitos desplazaron a los jóvenes biebrichistas. Uno de ellos, respetable y honesto, se hizo cargo de la jefatura de compras y fue -----------------------324.- No solo Palacio Federal ha sido el recinto de las secretarías y dependencias de la federación, en un tiempo, bastante largo, vivieron allí dos familias de hermosillenses; en la planta baja se acomodaron los ------------ y en la planta alta vivieron los ----------325.- Para poder construir el edificio “Banca Cremi” situado en la esquina de Rosales y Elías Calles, se tuvo que tirar otro cuyo nombre era --------------- y que estaba situado en la esquina de las calles Rosales y --------------------------------326.- Dirigió el acelerado apoyo a los maestros en la huelga de 1961 y llevó a los estudiantes universitarios por las calles protestando por el encarcelamiento de los líderes magisteriales, él fue el extinto estudiante de derecho -------------327.- ¿Sabes cuántos arroyos atraviesan el bulevar Rodríguez desde su inicio en la calle Revolución hasta su remate en el Museo y Biblioteca ------------------328.- Cita el nombre del primer director de la escuela de enfermería de la Universidad de Sonora. ---------------------------------329.- Proporciona el domicilio de los siguientes abarrotes: el Tepeyac, doña Victoria, La Tepaneca, el Río Colorado, el Sol, el pague y lleve y la miscelánea Lulú ------330.- ¿Qué decía la inscripción de la placa de bronce adosada 337 José Luis al monumento de Jesús García en el Parque Madero, placa que fue destruida durante el trienio de Jorge Valencia Jullerat?------------------------------------------------331.- Poco queda de la espléndida familia Hoeffer no obstante haber sido la que creaba centenares de empleos a partir de su fábrica de cerveza en Hermosillo. Aquella forma de trabajar y de establecer un sistema de vida ha tenido un final absurdo. El éxito del dr. Alberto Hoeffer no garantizó nada a su descendencia, ni siquiera la fortuna económica. Nos podrías indicar cómo empezó la saga Hoeffer……. 332.-En poco tiempo el cantante José Roberto se hizo popular e imprescindible para la televisión nacional, llegando a obtener primeros lugares en las listas de éxito. El, nativo de Hermosillo se inició bajo el seudónimo de ………… 333.-Sabes cómo se llama la moderna calzada que conecta al periférico poniente con el interior de las nuevas colonias de Villa Bonita, todo esto a lo largo del cauce del río…………… 334.-Más o menos en la década de los 70 tanto la universidad como el PRI dejaron de interesarse en la oratoria como ejercicio formativo de las nuevas generaciones. No le veían sentido a la brillantez verbal ni sabían explicar qué era. Pero antes, en el equipo de Carlos Armando Biebrich habían figurado excelentes Demóstenes como él, destacándose de entre ellos, aquel que triunfó en un certamen internacional de oratoria, nos referimos claro está al ing ……………………….. 335.-Rodolfo, El chino ,Medina, descubrió la música antes que el alfabeto pues fue su propia madre quien lo condujo por los misterios de la gama musical, aunque su talento adquirió una verdadera fuerza vocacional cuando estudió bajo la batuta del maestro universitario…………………………. 336.-En teoría, el éxito siempre está a la vuelta de la esquina pero en la realidad esa esquina suele no estar en el barrio donde uno vive. El diario CAMBIO, por ejemplo, es un periódico de buena 338 José Luis aceptación, sin embargo empezó su andadura bajo el nombre de…………………….. 337.-Durante años cuatro campanas se dejaron escuchar durante el día en un área tan cercana como de cien metros a la redonda en el sector del mundo oficial y religioso. Aquellos metales que se oían al unísono eran la del palacio de gobierno, la campana de catedral, la de la cervecería y la campana de ………………. 338.-Las campanas suenan de acuerdo al diámetro, grosor y aleación empleada. La que contiene mayor cantidad de plata tiene un sonido más claro, más argentino.La campana de la catedral de Hermosillo, tiene un inscripción junto a su fecha de fundición, que dice…………….. 339.-Un batazo que se fue de jonrón por el jardín izquierdo y en la novena entrada con la casa llena, llenó de gloria a un pitcher hermosillense muy querido que fue quien lo conectó durante el juego contra los diablos del México en el otrora estadio Fernando M Ortiz..Con seguridad tú recuerdas al oportunísimo…………………………. 340.-La educación superior se mercantiliza a pasos agigantados aquí en la ciudad, al grado de que las familias dudan de la calidad y la ética que pudieran ofrecer en las carreras profesionales. Podrías citar los nombres de cuando menos cinco universidades de la localidad………………………………… 341.-A finales de los 40 una revista editada en la metrópoli mexicana tuvo una generalizada acogida entre las féminas de Hermosillo. Las lectoras eran muchachas jóvenes, mujeres en la madurez o acercándose a la tercera edad, viudas y solteronas que llevaban una vida gris, angosta y pobre pero que conservaban la ilusión de un amor postrero y definitivo. Esa ilusión viajaba en las páginas de……………………….. 342.-Corría el año l967 cuando Hermosillo era una ciudad distante a la que conocemos, los ruleteros circulaban por la Veracruz en dos sentidos, portando banderolas del color correspondiente a sus rutas. Frente al abarrotes, La villa rica se había construido un soberbio 339 José Luis edificio para el restaurante El taquito, que fue de la propiedad del ciclista………….. 343.-Al mismo tiempo que la leche Oro puro conquistaba a los clientes de tiendas y supermercados, otra marca sobresalía en aquellos años ochenta, nos referimos a la que envasaba Oscar Mange, la leche………………………….. 344.-La ciudad en l948 parece de una inocencia inconcebible, con menos de cincuenta mil habitantes y con la molestia de tener que descolgar el auricular para pedir el número telefónico a la operadora. Por cierto, el más socorrido era el de la compañía de gas, cuyos dígitos se hilaban así………… 345.-Todavía en los cercanos años setenta viajar en ferrocarril era como ir en la propia casa con trenes puntuales y conductores amables y pulcramente vestidos. La compañía ferroviaria que tocaba Hermosillo se llamaba…………………………. 346.-El pasaje Seguros del Pacifico, era un mundo en pequeño en el que el visitante se sentía dentro de un lujoso refugio cuando afuera hacia sol o calor o descargaba algún chubasco repentino. A la vera de su amplia y sombreada galería se instalaron los despachos de prestigiados litigantes entre los que usted, sin duda, recordará a…………………… 347.-En el interior de la colonia Pitic se dio durante años la feliz experiencia de la maternidad, dentro de un bien organizado hospital que se denominó……………………… 348.-El matrimonio es la institución mas refinada inventada por el derecho para proteger el orden de las generaciones. Durante una extendida época la ciudad tuvo su registro civil en la esquina de Garmendia y Colima, donde oficiaba el señor………………………. 349.-Doña Eva Sámano de López Mateos estableció sobre un parque el edificio que albergaría la sede de los desayunos gratis, en el domicilio de…………………… 340 José Luis 350.-Hermosillo ha sido una ciudad vulnerable a la acción de las pandillas y a principios de los 70 la actividad criminal de estos grupos parecía crecer a costa de innumerables víctimas y actos que finalmente quedaban en la impunidad. Tal fue el caso de la pandilla de la Durango comandada ésta por el tristemente célebre………………….. 351.-La situación de sequía que padece el municipio vino a ser afectada sensiblemente por la construcción de la presa El molinito. Ese embalse aceleró en diez años la presencia de la sequía en éste lugar. Quizá ese sea el motivo por el que llueva en otras partes del estado menos en la cuenca del Sonora. Recuerda usted porqué el gobierno de Félix Valdés se empeñó en hacer tal obra-………………………….. 352.-La sociedad hermosillense es hoy predominantemente urbana e industrial..El sector agrícola tiene un papel destacado en la economía pero no cuenta más que con el 8 por ciento de la población activa, cuando hace treinta años tenía el………….Sin embargo sigue gastando el 83 por ciento del total del agua que hay en el municipio. 353.-A la escuela técnica No 1 se le conoce popularmente como La prevo, pero en realidad se llama………………….. 354.-La escuela Club de Leones No 5 cuyo director es el profesor Manuel González González, fue construida para reponer la escuela que el gobierno de Faustino Félix había vendido a particulares, la cual estaba en Matamoros y Durango y se llamaba……………….. 355.-En l960 Hermosillo era un lugar en el que muy poca gente era extremadamente rica. Los maestros ganaban sueldos que les permitían vivir cómodamente dentro de la clase media. El gobernador los respetaba. Esa era otra ciudad. La sociedad de clase media ya no existe. Sabe usted cuánto se ha depreciado el salario desde entonces…………….. 356.- Años antes de finalizar el milenio anterior comenzaron a cambiar los gustos, los deseos, las formas de hacer mercado comenzaron a 341 José Luis desaparecer. Firmas venerables, comercios que formaban parte del horizonte convenido, sin que soplara el gran lobo malvado, sencillamente se esfumaron. La Cosalteca de las calles………….. Hermosillo Mercantil, frente al……………………….La Favorita en ……………………Fer Ver en las calles………………. Mayoreo FM en la esquina de,……………Almacenes de México en……………………..La Corona en…………..Casa Gutiérrez Corella en……….. 357.-En el verano de ésta ciudad el sol brilla en el cielo hasta por catorce horas, el calor es parejo ya sea adentro o bajo la sombrita, el bochorno es el mismo. En el interior de los carros la temperatura alcanza los 50 grados. Un Carrier apenas es la solución y esto que Carrier fue en Hermosillo el primer nombre en………………… 358.-La firma hermosillense Olivares, Espinoza y compañía fue entre otros negocios, propietaria de la botica………………….. 359.- La rosca de panadería llegó a Hermosillo a mediados de los 60 y tuvo una mayoritaria aceptación. En pocos días no había en la ciudad quien no hubiera comido de uno de aquellos panecillos cubiertos de chocolate o vainilla. El expendio estaba en blvd Rodríguez y Garmendia y las donas se llamaban……………………….. 360.-A mediados de los setenta un cronista de la localidad, gracias a sus excepcionales conocimientos sobre el boxeo se hizo acreedor al premio de los 64 mil pesos de la tv nacional. El nombre de éste inteligente coterráneo es ……………. 361.-Si por arte de magia pudiéramos viajar al Hermosillo de principios del siglo anterior nos encontraríamos con un paisaje extraño muy diferente al actual y seguramente lo primero que nos llamaría la atención serían sus montes, árboles por doquier. Extensísimas áreas cubiertas por selvas cerradas alamedas enmarañadas formando un largo túnel vegetal de sabrosas sombras, acequias derivadas del manso río con agua inagotable. La ciudad era por entonces un dilatado manto vegetal tan solo interrumpido por una rala traza de casonas de adobe construidas con materiales del lugar. Casas cuyos 342 José Luis habitantes no dominaban del todo a la naturaleza. Cómo se llamaba esa área verde, la última que depredó el ciudadano bajo pretexto de hacer allí un paseo familiar……………………… 362.- Podría anotar el lector en que hotel quedó instalado el salón Stellaris…………………….. 363.- ¿Podrías escribir el nombre completo de quien fue llamado “El Loco Lipe”? 364.- Apuntarías cuál fue la causa del enloquecimiento de “Paco el Zapatero”? 365.- ¿Sabes qué ilustre ingeniero de caminos logró construir el paso hacía el Cerro de la Campana? 366.- Podrías citar marca, modelo y nombre del chofer del carro que transportaba al gobernador Nacho Soto? 367.- Anota el nombre del secre particular que tuvo inicialmente el gob sustituto Carrillo Marcor. 368.-Apuntaras en la raya, el nombre del fotógrafo que ganó un concurso en el Imparcial, con el tema del incendio de Palacio en 1948 -------------369.- ¿En qué año El Imparcial decidió trabajar como matutino? 370.- Escribe el nombre del propietario de toda la vida del bar Tropiconga 371.- Registra el nombre con apellidos de quien actualmente dirige el macromercado VH 372.- ¿Cuál es el giro de Vitrocerámica de Sonora? 373.- ¿Sabes bien a bien qué significa la palabra PLOVALCO? 374.- Por favor cita el nombre del caballeroso y atento gerente de la tienda Kuroda ----375.- Los Vizcaíno Miranda son un chorro de locos buena gente que trabajan en diversas actividades económicas con excelentes resultados, pero quién es el aventado que maneja la exitosa San Antonio Cleaners? 343 José Luis 376.- ¿Puedes dar el nombre del actual propietario de la pescadería Alex? 377.- ¿A qué parte de la ciudad se le llamó el “Columpio del amor”? 378.- Al parecer fue el primer personaje que usó el llamado sombrero duro revestido con tela de caqui, “salacot” que algunos otros nombran “saracot”, nos referimos al pintoresco personaje de los años 30 - 40 --------------379.- En realidad en verdadero nombre del Buby Mazón es ……………. 380.- Y del “Tato” su carnal es: 381.- Recuerdas los nombres de las bellísimas boleteras del Cine Sonora que trabajaron hasta minutos antes del cierre de ésta sala: ----------------------------382.Anota aquí el FETASA------------------------ teléfono de la empresa 383.- En realidad el verdadero nombre del Gasolín López, era: -----------------384.- ¿Cuál es el apodo, feo en verdad con el que el conjunto de sus amigos reconoce al talentoso publicista local, Víctor Alcaraz, señor? 385.- Podrías darme cuenta de la producción de la huerta de la familia Save, y decirme también, a todo esto, dónde estaba ubicada? 386.- Dónde estudió la prepa el Titote Carreño, y cómo se llama su negocio más reciente? 387.- Desde cuándo usa como delicado adorno de su cara, bigote el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones? 388.- Armando López Nogales habitó luego que llegó a Hermosillo una casa de estudiantes en el corazón del barrio Sambenito, dónde está ese domicilio? 389.- Podrías citar el nombre exacto del restaurante de Arturo Ortega 344 José Luis y de paso escribir su tartajeante apodo? 390.- ¿Sabes bajo qué condiciones utilizar los términos “rochela”, “saruqui”, “pulgarada”? ---------------------------------------391.- Luis Ruiz Vázquez antes de ser el notable abogado que es hoy fue un chispeante y popular locutor, ¿de qué radio?----------------------------392.- Cita los sabores con que se presentaban las soditas La Imperial: --------393.- Te ganarás el cielo, el sol y las estrellas en el caso de que me escribas el nombre del propietario del negocio llamado Soldadura, Equipo y Construcción: 394.- Explica los nuevos servicios de impresión que ofrece Laboratorios Watanabe - -- -395.- Menciona el nombre del desarrollo de viviendas que ahora construye a todo vapor el fraccionador Raymundo García de León---------------------396.- Sabes cuál fue el inicio de la carrera empresarial del perseverante sahuaripense Fernando Molina Escobar? 397.- Cita el nombre del picudo y creativo publicista que le sirve de tiempo completo a la cadena comercial VH-----398.-Sabes cuándo y donde fue la colonia Obrera? 399. La Tintorería Matamoros, ¿En qué calle se domicilia? 400.- La Sastrería Reforma, ¿en qué calle se domicilia? 401.- ¿Cuál es la afición más querida de Mariano Carreño? 402.- Anota el nombre del propietario de Auto Partes Usadas El pelón……………… 403.- Anota el día de nacimiento y año de Armando López Nogales-------404.- Los cuates Bloch nacieron un 31 de enero de 1944, ¿en qué hospital? 345 José Luis 405.- Anotar el domicilio del pocito de Jara. 406.-Anote el domicilio del consultorio del eminente naturista Dr Antonio Araujo. 407.- Anotar el domicilio del pozo Dablantes. 408.- El letrero que Mario Aguirre mantuvo por años a la entrada de su granja Mercedes, decía: --------------------------------------------409.- En qué año se abrió al público la feria Sonora en Marcha? 410.- Los nombres de los personajes que influyeron en Terancito para que éste escribiera El Cazador de Guachos: ------------------411.- En qué puerto mexicano nació Julia Astrid Tapia; en qué puerto estudió la susodicha, luego en qué otro puerto, también mexicano, casó? 412.- Citar el apellido de la superabundante modelo que aparecía bailando en el comercial de la Fer-Ver--------------------------413.- Significado de las abreviadas silabas CRONIGALSOSA 414.- Con qué palabras despedía su columna Crónica de Tijeras, Orozco y Girón. 415.- Con qué frase despedía la suya Enguerrando? 416.- Revivir el clásico grito del Chino Calvario. 417.- Citar el nombre de los peloteros antesalistas del equipo Naranjeros (oro blanco) en los años cincuenta, cuyos apellidos eran García, Garza y García. 418.- Anota el apellido de Nicho el de la grúa: -------------419.- Quién fue el adversario de El Santo (Enmascarado de Plata) en el Cine Arena, en la última aparición de ambos. 420.- Describe color, marca y modelo del picap que tripuló Orión. 421.- Qué nombre correspondía a Víctor Victorioso? 422.- Escribir nombre del expendedor de cachitos, padre que fue del actual líder nacional del Sindicato de Lotería.-----------------346 José Luis 423.- Pancho Bojórquez el de la CTM se inició como mesero, de qué restaurant? 424.- Recordar los nombres de los compañeros que vivieron con Armando López Nogales en la casa de la calle Naranjo No.35, en Sambenito.-------------425.- Cómo se llamaba el Dr. W. Portal? 426.- Qué nombre tenía la Quinta de la Huapalaina? 427.- Recordar la muerte de Ramón (Monchi) Gil Samaniego, hijo del dilecto Pixteador: 428.- Héctor Manuel Pesqueira ha abierto multitud de gasolineras en la ciudad, recuerda el lector, qué puesto oficial ocupó por último? 429.- Enlista la abrumadora serie de puestos públicos que ha ocupado el ingeniero Humberto Valdés Ruy Sánchez, tanto en el Pri como en el Pan: 430.- En qué ciudad de España murió el bisabuelo del actual senador Ramón Corral? 431.- A partir de qué fecha se ordenó cortar las naranjas de la Plaza Zaragoza? 432.- Quién fue la contendiente de Isela Vega por el reinado del último carnaval? 433.- El doctor Sotelo además de su notable profesión qué otro giro quiso cubrir y en dónde no pudo concretar sus aspiraciones? 434.- Cita el nombre del muñeco que acompañaba al ventrílocuo Popo Nemer ----435.- En una de sus muchas botadas de catota, qué impuesto trató de enjaretarnos el anciano alcalde Juillerat? 436.- Cómo se llamaba el chofer que perdió la vida en el accidente carretero del gobernador Álvaro Obregón? 437.- Cada una de las letras GRENYTA que daba nombre al agua de garrafón de los años sesenta, a qué nombres aludían? 347 José Luis 438.- Qué estación radiofónica colocó sus instalaciones en el llamado cerro de la Radiodifusora? 439.- Recordar el nombre del maestro universitario que perdió la vida tras chocar su auto contra una palmera a la entrada de la Unison -----------------------440.- Citar el nombre del estudiante fundador del periódico Ariel 441.- Citar el nombre del estudiante fundador de la revista Presente 442.- Citar el nombre del estudiante fundador del periódico Lex 443.- En los años sesenta varios personajes poblaban el Museo y Biblioteca de la Unison, incluso tres de ellos vivían allí, quiénes eran éstos últimos? 444.- Durante el año 1967, tres personajes encontrados de la política local se dieron un abrazo de reconciliación, ellos eran: ------------------------445.- La calle Matamoros ha dado domicilio a los cines Reforma, Sonora, Lírico y Nacional, y hoy da domicilio a la más novedosa de las pantallas de cine que se llama: 446.- Qué materias impartía el locutor Dávila Bernal Francisco en el Instituto Gregg? 447.- Qué alto encargo le confiaron a Luis Encinas cuando dejó la gubernatura? 448.- El primer dibujante del Canal 6, antes del tío Marcelo, lo fue: 449.- En realidad, Abelardo Casanova trabajaba en el Canal 6 no como periodista ni comentarista, sino más bien como: 450.- Subraye lo que crea conveniente: el exalcalde Búrquez pasó a la historia de la ciudad como el más honesto, como el mejor preparado ó como el más ambicioso? 451.- Empresario de la torta y el taco, devenido en ganadero que introdujo la moda en el vestir tipo Texas--------------452.- Ayudante de Faustino Félix que rápidamente cobró fama como relajiento y matón? 348 José Luis 453.- Subraya lo que creas conveniente: el gobernador Manlio Fabio Beltrones se hizo célebre en el estado, a causa de su honestidad, su inmenso poder para vigilar las vidas de los demás ó por su generosidad con los desprotegidos? 454.- Famoso mago de la localidad, fusilado en el estadio Fernando M. Ortiz, enterrado en el Jardín Juárez, maestro de trucología y prestidigitación en su casa de la 5 de mayo. 455.- La voz con que se dejaban oír los comerciantes de Mercado Insurgentes, le pertenecía al locutor: 456.- Programa celebrado y famoso que condujo en radio por los años setenta el locutor José Rafael Aguirre: -----------------457.- Cita los cuatro nombres con que se conoce también a la placita de la V de la Victoria. 458.- Cita los nombres (siete) con que se conoce también a la placita de Sambenito: 459.- Mucho antes del Guaty quién inició la llamada “mancha roja”? 460.- José Alberto Healy director del periódico El Imparcial todavía en 1971 tripulaba un carro Onapafa, modelo 1964, sin placas, de qué marca, color y cuántas puertas? 461.- Cuántos intentos por hacerse de la gubernatura llevaba el grupo Bachoco, desde 1973? 462.- Nombre al tesorero Municipal de la gestión que encabezó el alcalde panista Jorge Valdés: -----------------------------463.-Sabias por qué se le llamó cine Lírico aquella sala de funciones? 464.- Qué costumbre española considerada mundialmente como bárbara por autodestructiva, trató de establecerse en nuestro medio, luego de una considerable inversión? 465.- La escuela que fundó el maestro Enrique García Sánchez, reconocido popularmente como El mister, en realidad se llamaba 349 José Luis 466.- El terreno donde se construyó la casa llamada de las mil y una noches atribuida a un narcotraficante fue ocupada anteriormente por la familia del señor ----------------467.- Las cabalgatas que montan los modernos porfiristas del gobierno bursiano fueron promovidas aquí en la ciudad por un destacado empresario panista, cuyo nombre es ------------468.- De los siguientes directores del agua en Hermosillo sólo tres repitieron en el puesto: Jesús Bustamante, Horacio López Díaz, Enrique Flores López, Ernesto Baez, Luis Reyes Estrada, Rolando García Urrea, Mario Yeomans, Humberto Valdés, Javier Hernández, Virgilio López Soto, Carlos Fernández. Quiénes fueron esos tres------469.- En el siglo XXI quedaron atrás los techos de dos aguas y las fachadas California. En los años ochenta, con el surgimiento de los primeros “countries” predominó el estilo con ladrillo a la vista y techos inclinados. En los noventas la consigna fue el status, casas señoriales con adornos y molduras. Ahora el criterio es austeridad de materiales y poca calidad. ¿Qué materiales han sustituido al ladrillo y a la piedra bola? 470.- Nombre del comandante de policía cuya patrulla fue tiroteada y luego se descubrió que las balas provenían de dentro de la misma -------------------471.- La Cruz Gálvez fue una escuela que facilitó a los niños una formación técnica de grado medio convirtiendo a centenares de ellos en maestros industriales. En el 2005 el gobernante Bours deliberadamente intentó suprimir su existencia de la memoria colectiva. Qué otro gobernante fue acusado de desbaratar la fábrica de zapatos de esa escuela para favorecer a la competencia de Guanajuato? -----------472.- Es un árbol de lenta existencia, de crecimiento inagotable, de su espesura vegetal han dado cuenta muchos testigos de los principales episodios de nuestra historia de hoy y de hace más de dos siglos. Por eso, la Unison lo cuida como a la niña de sus ojos, la especie es un 350 José Luis -----------------473.- Trate el lector de encontrar a los autores de las siguientes frases célebres, oídas en la ciudad: - Se me botó la catota - Lo que pasa es que en Hermosillo llueve ácido el cual desbarata el pavimento. - Alicia Arellano ganará por que es la protegida de José López Portillo. - La ciudad es fea, chaparra y mechuda. - Los hermosillenses son muy chismosos. - No soy rencoroso pero nunca olvido - Llego a Sonora en el momento estelar de mi existencia. - En Hermosillo hay agua hasta para 17 años. - Que gane Ocaña la gubernatura sería lo mismo que los Naranjeros le ganaran a los Yanquis de NY. - Señoritas secretarias güilingüis. - Haré un Sonora de oportunidades. - En mi gobierno no hay ladrones - Usted será el gobernador pero aquí en mi avión el personaje más importante soy yo. - Lo mejor es que los narcos se están matando entre ellos. - Faltan huevos en su casa? - Qué sabe usted de camarones? - Pues que camarón que se duerme se lo lleva la corriente. - Y usted, cogió anoche, señora? - La pelota se fue y se fue mucho a la chingada. - Pero cómo puede ser usted tan estúpida? - Tu ya me conoces y sabes que puedo! 351 José Luis - De todo, para todo y para todos - Mira mamá ese fue. - Ni un verano más sin agua. - Los maestros que chinguen a su madre. - Lo que pasa es que queremos hacer un mejor sitio para los niños de la Cruz Gálvez, a los que tanto queremos. - Váyanse por la sombrita, tengan sus buenos días y no coman tierra. - De aquí de la casa de la cultura me iré de gobernadora. - A cenar dijo Arreola. - Los agrotitanes de la costa. - A ti te de salud y a mí no olvide. Vale. - Capital agrícola de México. - Madre, eterno y sagrado amor. 474.- Todo lo que hizo en la primera parte de su vida estaba admirablemente planeado. Todo lo que hizo después tenía un aire de aventura. Nuestro personaje pretendió forzar a la fortuna, boceto inmobiliarias frente al mar, industrias en la ciudad, viajaba en yates y en aviones propios, en carros del último modelo, habitó en la elegante Pitic, sus nexos con personalidades excéntricas lo hizo aparecer miles de veces en los periódicos nacionales. Fue un empresario más que fracasó, finalmente en la ciudad. Nos referimos a -----------------475.- -Fue reconocido como El rey de la chatarra haciendo de las partes automotrices de segunda un negocio fuerte y envidiable. En el plano personal fue un gran amigo y un benefactor generoso, su negocio se ubicaba originalmente en Sambenito. Ya desapareció. Nos referimos a -----------------476.- Hoy como ayer y mañana como hoy, los aventureros del micrófono y los adoradores del cheque quincenal han hecho del canal Telemax un medio carente de crédito y confianza. La crítica 352 José Luis popular que ha llegado a observar las noticias y programas de esa estación están de acuerdo en que el rechazo se debe a -------477.- Bajo el pretexto que afeaban la colonia Pitic y juzgándolos de acuerdo al color de su piel el alcalde ordenó tirar una pipada de agua en pleno invierno por los agujeros de las alcantarillas donde aquellos, rechazados por feos, hacían la triste vida. Nos referimos al munícipe -------------------478.- La perpetuación del líder Francisco Bojórquez Mungaray en la CTM, debido a la indeclinable lealtad que demuestra a los gobernadores, recuerda la permanencia dilatada también, de quien le antecedió en el puesto, esto es -----------------------479.- Antes de que El imparcial incluyera la foto a todo color en las páginas de sociales, el cronista de ésta especie tenía que hacerle al literato para describir el tono de los eventos. Usted recuerda algunos de ellos ----------------480.- Nunca ha habido dinero para realizar una obra para que la ciudad tenga agua definitivamente o para darle un salario digno a los maestros, pero sí para construir nuevos palacios, para seguir almacenando más burócratas, para seguir gastando en uniformar a las plebes partidarias, para nuevos estadios deportivos que luego son cedidos a las cervecerías . El estadio Héctor Espino fue construido por ------481.- De lejos el domo que cubre el gimnasio del Estado semeja una cáscara de huevo, de cerca es monumental y pretencioso. Cómo pudo lograrse esa concavidad perfecta, esa torta descomunal tan sólo igualada por la que cubre la techumbre del casino de Hermosillo?. Ambas fueron concebidas gracias a los rigurosos cálculos del ingeniero --------------482.- La ciudad tiene record de universidades afincadas en su suelo. Incluyendo la pública, que es la Unison. De ella egresan muchísimos licenciados, casi 80 para cada caso legal y 60 arquitectos por cada albañil. Sabrías enumerar esas casas de estudio? ---------------------------353 José Luis 483.- Hermosillo es hoy en día un hervidero inhóspito y magnético a la vez. En el siglo antepasado lo mantuvo el tren, en la siguiente centuria el agua y el aluvión de la costa. Hoy vive de una hiperactiva construcción de vivienda, de los dólares del bracero y del traficante. Pero después, sabes tú qué seguirá – 484.- Comerciante venido de Mazatlán Sinaloa, caracterizado por su desplante duro y batallador, quien entre otros negocios estableció los billares y el sitio Mazatlán, nos referimos a – 485.- La cementera tiene en la ciudad privilegios en el costo de la energía, en salarios, facilidades sindicales e impuestos. Exporta su producto a mitad de precio, mientras que aquí el polvo lo venden cada vez más caro olvidándose de impulsar como en un principio lo hizo, el deporte, la cultura y la recreación. Sí, pero en sus primeros años la cementera tenía como director general a un sonorense, el señor ----------------------486.- Podría el lector indicarnos qué gobernadores de Sonora, antes de serlo, hubieron de representar al IV distrito electoral federal, como diputados ------------------------487.- Los pilotos siempre contaron aquí en tierra con la simpatía del respetable mortal, tal fue el caso de un arriesgado aviador acróbata que llegó a comandante del cuerpo de policía, nos referimos a ------------------------488.- Diseñó multitud de obras para todo Sonora y principalmente aquí en la ciudad se distinguió en la construcción de escuelas, también proyectó el edificio Sonora, el es ------489.- La mediania de las estaturas políticas y la soberbia que envuelve a muchos de los candidatos a un puesto de elección, les lleva a despreciar a los ciudadanos y a olvidarse que en el juego de la democracia los resultados cuentan. Algo así le pasó a la suspirante por la alcaldía local, que compitió en las elecciones del 2003 y que creyó en su propio triunfo, valida de su presencia personal, ella es -----------------------------490.- La brutal concentración que tiene el aeropuerto local y por 354 José Luis tanto, el encarecimiento en los servicios portuarios, han hecho difícil que se desarrollen las líneas aéreas de bajo costo. Por ejemplo el usuario extraña los taxis aéreos de Sonora, de la propiedad de los hermanos ---------------------------- y la compañía de José Biebrich, que se llamó -------------------491.- La calle Pacheco es de corta distancia pero logra dar domicilio a un rincón querido de los hermosillenses. Se trata de la colonia burocrática llamada -------------------492.- Sabrá el lector decirnos en honor a qué personaje del siglo antepasado se le llamó Willard a la estación del ferrocarril, situada el oriente de la ciudad -------------------493.- Entre 1868 y 1891 funcionaban las casas de moneda en todo el país, acuñando con metales de la región. Hermosillo tuvo la propia y sus propias monedas, dónde se ubicaba? 494.- El director de NAFINSA es contador público, consejero de varias empresas, hijo de empresarios y nacido en Hermosillo el 8 de febrero de 1952. Su nombre ---------------------495.- Hacía 1971 el boxeo dejó de ser deporte de moda en la ciudad manifestándose éste rechazo de forma contundente cuando en una función anunciada a celebrarse en el cine Arena, faltó lo más importante. Esto es ---------------------496.- El 1 de agosto de 1972 un grupo de periodistas se ubicaron junto a don Abelardo Casanova para iniciar la aventura de un nuevo vespertino para Hermosillo. El diario llevó el nombre de – 497.- El busto del nacionalizador del petróleo, general Lázaro Cárdenas, se encuentra en la confluencia de Solidaridad y el bulevar que lleva su nombre, pero inicialmente ese busto estaba en las calles -------------498.- Sabrías decirnos en qué campo santo reposan los restos aquí en Hermosillo del General Carbó 499.- Eduardo Bours llegó al gobierno de Sonora con demasiada facilidad, sólo tuvo que aliarse con lo más radical de los millonarios 355 José Luis y arriba. Solo dos gobernadores han padecido ese mismo síndrome; uno de ellos ---------- por que así lo quiso el presidente Ruiz Cortines. Y el otro por que se lo pidió personalmente a Miguel de la Madrid. 500.- El café Astoria duró abierto al público pocos años, pero los suficientes para dar fe de la buena comida que allí se servía siguiendo un menú recargado de platillos internacionales que constituyeron una deliciosa novedad para los comelitones de los años 50. Por cierto su domicilio estaba en --------------501.- Entre los años 1929 – 1931, las iglesias y conventos fueron saqueados de su patrimonio, incluso algunas fueron quemadas, previo desvalijamiento de copones, custodios, patenas, obras de arte y otros motivos brillantes. Dios solo sabe dónde están hoy tales objetos y qué casas adornan, o lo sabe usted? -------502.- Las querellas, acusaciones y promesas de investigar y llegar hasta el final “caiga quien caiga” se han quedado en puro teatro político, a la larga se han tapado los unos a los otros. Las autoridades responsables han preferido seguir cómodamente instaladas en la ciénega de intereses. Así se ignoran los culpables de los crímenes de los licenciados Alatorre y Rojas Astorga y más antes de los tres hermanos --------503.- La etiqueta que representaba la cerveza High Life, es una obra de arte que reflejaba el sello del artista y la exquisita clase a la que pertenecía el fabricante. Por cierto que esa etiqueta incluía, además de el lema, el escudo, la ciudad donde se elaboraba y la foto de ---------------------------------504.- La mayoría de los periódicos de ésta ciudad han sido llamados en masculino: El imparcial, El pueblo, El regional, El monitor, El punto de vista y otros en femenino como La extra, La opinión, La i ; pero cuál ha sido el único que no ha definido género y ha quedado neutro? ------------------505.- La labor creativa que Memo Moreno ha logrado con la fotografía construyendo un verdadero sueño colectivo en cada una de sus obras, revelan el genio de un artista afirmado en su propia fe. 356 José Luis Guillermo Moreno tuvo como primer maestro de fotografía al señor --------------------------506.- Cuando se hace de día en Hermosillo, el azul de su cielo empieza una suerte de reacción química que la luz del sol precipita hacía la tierra y hace bajar unos tonos de amarillo que en realidad son del color de las naranjas, crees tú, entonces, que a la ciudad se le conoce como la de los naranjos, sólo por el fruto? 507.- La ciudad regala en verano una temperatura de 46 grados para que la industria de las paletas heladas se frote las manos ante la inminencia de las ganancias dinerarias. A propósito, en que calle se instalaba la paletería Rich ------------- y en que otras la exquisita Dumbo -------------508.- A qué clase de negocio, en los años 20 - 40, aludía el apellido Cambustón? --------------509.- Abogado y maestro universitario que fue un árbitro de la elegancia con una capacidad de innovación y buen gusto, a veces imposible de imitar. No referimos al mismo que en preparatoria impartía la materia de economía política -------------------510.- El ejercito mexicano reunido en ésta ciudad, puso fin a la aventura escobarista, luego de bombardear a la plaza en 1929. Las tropas venían comandadas por quién había sido presidente de la república, es decir ---------511.- La primera vez que los hermosillenses tomaron agua producto de la tecnología, por potabilizadora, fue en el año 1981, el ingeniero constructor de éste complejo hidráulico, es -----512.- La ignorancia de los directivos del asilo de ancianos y la desidia ciudadana negada a intervenir fue factor para que a esa institución laica, se le cambiara su nombre inicial por el de Juan Pablo II, aquel era por cierto el de la señora -------513. – Nada ejemplifica mejor la manera de funcionar de la vialidad local como el bulevar Rodríguez, considerado la arteria mitral de la ciudad; mide más de 1 Km. de largo y fue construido por la compañía 357 José Luis ----------------------514.- El personaje por el que inquirimos ahora tenía una gran facilidad para establecer relación con muy diversos tipos de agrupaciones y sectores sociales y la habilidad para interconectarlos. Fomentó la acción conjunta de la llamada CNOP, le dio dinamismo y creció en su tiempo como nunca. Tenía una gran facilidad de palabra y un poder ilimitado de convencimiento; ocupó diversos cargos en el gobierno hasta su muerte. Nos referimos al profesor -------515.-Perteneciente a una ilustrada y notable familia dedicada al arte y al periodismo. Su trabajo fue la pincelada humorística la que diariamente se publicaba en El imparcial. Regresó al Distrito Federal, su cuna. El es -------------------516.- El mercado de la localidad se ha caracterizado por su gran volubilidad. Antes de la crisis de los 80 había en la ciudad uno, especializado en inodoros y pisos llamado azulejos y sanitarios, de la propiedad de Arnoldo Salazar. Por cierto su lema, tan original como sugerente, era -------------517.- La organización que dio vida a la macro ferretería Fer –Ver fue creciendo tanto en inventarios como en inmuebles que al rato la firma se encontró luego con que no había un mercado solidamente preparado para garantizarle su permanencia. Muchos de los empleados de los Molina se establecieron por cuenta propia, como por ejemplo -----------------------------518.- La nomenclatura en general está volcada hacía el género masculino y en verdad son contadas las calles y avenidas dedicadas a perpetuar la memoria de las damas que aquí se han distinguido. Aparte de Felícitas Zermeño, Ángela Peralta, Zoila Reina de Palafox, el lector podría enumerar otras tres …………. 519.- La pluralidad religiosa constituye una de las riquezas sociales más preciadas de la ciudad. Así encontramos varios monumentos que tiene la iglesia católica, uno de ellos el del arzobispo Navarrete frente a la universidad; mientras que la iglesia que rinde culto a José Smith allá en la Pitic tiene una estatua sobre un pedestal en el remate 358 José Luis superior de su portentoso edificio, se trata del ángel ----------------520.- El teatrero local Sergio Galindo, es un talento a lo largo y ancho del mundo del espectáculo moderno. Su cineteatro La tuba de Goyo Trejo tiene carretonadas de admiradores y bienquerientes; por cierto, el artista ya había probado miel con aquella ecologista obra ----------------------------521.- Por encargo y copatrocinio del gobierno del estado, Arístides Prats se echó a cuestas reunir en una sola revista el estro de todo Sonora, personificado por los poetas, cuenteros y prosistas de la localidad. Un movimiento de ésta naturaleza, procultural, sólo se ha dado en el sexenio de Luis Encinas, pues no se ha vuelto a ver. La revista se llamaba ------------------522.- La primera alumna de la señorita Zubeldía en conquistar con su piano la capital de la república, fue una brillante niña de apenas 9 años, cuya cabecita no llegaba al nivel del teclado. Ella vive actualmente en Alemania y se llama -----------------523.- Los gustos por determinados productos alimenticios no tienen fe de arraigo y se consumen indistintamente en la geografía local. Así por ejemplo, Ciudad Obregón prefiere el pollo y huevo de Mezquital del Oro, mientras que los hermosillenses toman leche ---------------------------524.- En Hermosillo como en las restantes ciudades, los niños van encorvados como los ancianos; los dobla el peso de una mochila demasiado llena. Recuerda el lector de qué material se fabricaban esos útiles antes de los 50 -------------------525.- El constructor del puente sobre el vado del río es un hombre enérgico y exitoso. Estudió en la Unison y sus obras se cuentan por decenas en la república; nos referimos a -----------------526.- Las avenidas, las calles de E.U. están simplemente numeradas o en el mejor de los casos se distinguen por su orientación norte u oeste añadido a su número. Los automovilistas no tienen el tiempo para reflexionar en una calle Bojórquez o en un bulevar Colosio. A propósito dónde se encuentra la primeramente mencionada 359 José Luis ------------------527.- En los años cincuenta se decía que cuando Hermosillo sudaba, olía a azahares; ahora después del 2005, con casi 300 mil carros circulando sin detenerse, la ciudad huele a monóxido letal. En aquellos años la estación del FFCC le comunicó a la población un persistente aroma a la esencia misma con que curaban la madera de los durmientes, el líquido se llamaba ----528.- La comunidad ha vivido tragedias inenarrables y ha enterrado a sus muertos bajo la convicción de que después de todo la vida sigue. En el incendio del hotel Pionner de Tucson, algunas familias quedaron convertidas en ceniza. Una pesadilla inmensa enmarcada en un cuadro del Apocalipsis. Ese incendio que cimbró a nuestra sociedad se registró en el año ------529.- El embajador norteamericano John Gavin vino a dar a Hermosillo con un humor de pocos amigos y empecinado en hacer de la intolerancia su instrumento de coerción sobre los que no simpatizamos con los gringos. En el aeropuerto lastimó con una expresión indebida para un caballero, a una reportera de El imparcial, a quien le contestó, entre otras lindezas: ¿pero cómo puedes ser tan estúpida?. Ella se llama ------------------------- y el odioso “pocho” regresó al DF sin que nadie se “la refrescara”. 530.- No obstante ser un connotado desconocido, el señor Valencia Juillerat logró teñir de azul la votación de 1997 y se alzó con la alcaldía. Su contendiente tricolor, ciertamente lo fue el señor --------------------------- 360 José Luis Las trescientas cosas que nos ayudan a ser Feliz 1996 - Despertar sin dolor alguno. - Encontrar dinero tirado en el camino. - Alcanzar el semáforo en verde. - Hallar estacionamiento enfrente de la tienda a donde vas. - Encontrarte a la antigua novia cuando te ves de maravilla. - Que te den feria de más. - Encontrarte un cachito premiado. - No tener nadie a quien deberle. - Saber que el músico nuestro vecino se cambia de casa. - Salir del dentista y no regresar en una larga temporada. - Saber que la camisa igual a la nuestra nomás la trae el gobernador. - Que al ir a pagar la cuenta ya se nos haya adelantado un amigo. - Ver llover y no mojarse. - Que nos confundan en la calle con artista televisivo guapo e inteligente. - Ver una boleta cuajada de dieces. - Ver la dentadura completa del abuelo cuando ríe. - Encontrarle el par al calcetín que buscamos. - Oír la voz de un inteligente locutor. - La llegada del año nuevo. - Oír las campanitas de navidad. - Oír cuando el locutor Sergio Romano despida su programa para siempre. - Que nos caiga el “tomatodo”. 361 José Luis - Que nos salude el gobernador, que nos salude Martín Holguín del Imparcial, que nos salude la cajera guapa del banco, que nos salude el Taquico Vizcaíno. - Saber que un compatriota rompió record olímpico. - Leer el tablero de Lalo Gómez Torres. - Ver a los gorriones que se bañan en el arcoíris que la luz del sol pinta en el polvillo de agua que las mangas de riego desmenuzan sobre la hierba fresca. - Que nos salude el Rector de la Unison. - Ver la Presa Abelardo llena de agua. - Ver el final de una película de terror. - Observar la noche del “Grito” en la plaza. - Que nos salude un integrante de la familia Mazón. - Que nos conteste el teléfono Pepe Díaz del Café Combate. - Entonar el Himno Nacional delante de nuestros hijos en día patrio. - Ver a los niños saltar la cuerda bajo la mirada vigilante de sus maestros. - Observar los árboles del bulevar Rodríguez, que forman con sus ramas decenas de bóvedas, como si fueran monumentos hechos de hojas. - Que nos felicite el jefe por el resultado de nuestra labor. - Extasiarse en la contemplación de un relámpago en la noche veraniega del campo sonorense. - Destapar el primer bote de Tecate. - Tomar Café Combate. - Oír a Fausto Soto Silva. 362 José Luis - Ver al policía de Tránsito preocupado por detener los carros para dar paso al grupo de niños que hormiguea en la calle. - Ver el prado del Parque Madero con sus árboles sabiamente podados y con la perspectiva seductora de su perfumado césped. - Encontrar las huellas de aquellos pueblos cuya historia sabemos desde nuestra infancia y ver los lugares donde acontecieron tan grandes cosas. - Ver el amoroso cuidado con que se dispone una tumba en el Día de Muertos. - Oír el sirenazo de las nueve. - Que nos cuenten del pasado glorioso que tuvo esta ciudad. - Conocer la biografía de un gran hombre. - Después de muchos años encontrar al amigo querido. - Pasar por el Centro Americano Automotriz para contemplar los modelos. - Pasar por el canal Doce cuando está saliendo la Monreal. - Pasar por el Canal Seis cuando está saliendo la Burruel. - Quitarle la piedra al zapato. - Contemplar las flores de un invernadero. - Observar la ciudad desde el cerro del “Sahui” Salazar. - Oír una serenata. - Oír al niño cuando balbucea la tabla del dos. - Leer una declaración de Monseñor Quintero Arce. -Escuchar una Misa de Monseñor Ulises Macías. - Saber que en la cena política a la que acudimos no habrá discursos. - Llenar el tanque en la gasolinera de Fernando Molina. 363 José Luis - Que nos invite a su granja el güero Vizcaíno. - Que se siente a nuestra mesa Fausto Durazo, en el restaurant Xochimilco. - Jugar con los cachorritos de cualquier animal. - Comer algodón de azúcar. - Llevar al circo a un niño. - Ventanear en un baile. - Subir el Cerro de la Campana con la novia de otro. - Recibir dinero en la correspondencia. - Platicar con el Padre Villegas. - Ponerse un smoking. - Llegar a casa luego de una caminata por la noche fría. - Saber que llegará al gobierno un ciudadano como Armando López Nogales. - Ganar una apuesta. - Recibir una postal. - Comer pan calientito recién horneado de La Galissa. - Comer la fabulosa Fábula Pizza. - Oir a Luis Morales contar sobre la historia de la parroquia de todas las cantinas de Hermosillo. - Atrapar el ramo en una boda. - Pasar el “verde” en la aduana. - Comer coyotas de Doña María. - Visitar el Vivero Sonora en la Villa de Seris. - Colocar la última pieza de un rompecabezas. - Ser atendido personalmente por los hermanos Loustaunau en Su Casa. 364 José Luis - Poner la basura en su lugar. - Lograr que nos fíe las llantas Hugo Ayala. - Acariciar el lomo del gato que viene a nosotros con su pelo electrizado. - Aspirar el vaho fresco de la tierra recién mojada por la lluvia. - Tener al día el Credimax. - Saber que COAPAES presta ahora un servicio excelente. - Tomar parte del remolino de emoción aduladora que levanta entre una concurrencia de hombres el paso de una mujer bonita. - Detenerse ante el paso de un anciano. - Oír en la plaza a la Banda Municipal. - Leer un artículo del Yeto Rodríguez Espinoza. - Volver a dar cuerda al reloj que se ha parado. - Contagiarnos con el entusiasmo que irradian los hermanos Francisco, Gilberto y Enrique Salazar Serrano. - Oír a nuestros padres recordar la gran cantidad de cosas lejanas insignificantes pero dulces porque se refieren a las primeras emociones de nuestro corazón. - Platicar con Don Pedro Valenzuela. - Reconocer de nueva cuenta la excelente memoria de Sergio Estrella Arana. - Darnos cuenta de que en el presente gabinete no habrá tanto personaje de Navojoa. - Consultar a la margarita, a las nubes, al poso del café y a las monedas tiradas al aire para saber si nos quieren. - Estrechar la mano del Lic. Germán Tapia Gámez. - Ver que se acerca el buen amigo que cuida la casa, ladrando de 365 José Luis un lado a otro, con locos giros, fingiendo una furia alegre y moviendo la cola frenéticamente. - Sentir que a pesar de la edad que tenemos, el corazón apenas va por los veinte y la salud en lo general anda girando los dieciocho. - Oír a la orquesta del Chino Medina. - Asomarse con respeto a la biografía maciza y ejemplar de César Gándara. - Constatar la hora correcta en el vetusto pero útil reloj del Molino. - Aceitar una puerta que rechina. - Poder sacar de un apuro al amigo. - Dar de comer a los pájaros. - Volar un papalote. - Platicar sobre el poder curativo de las hierbas con el Richy Zazueta. - Ver comer a Dávila Bernal… Francisco. - Oír la historia del transporte en Sonora de labios del Cali Rodríguez. - Admirar en el teatro de Sergio Galindo el espectáculo de la idiosincrasia sonorense. - Visitar una casa de las que construye Raymundo García de León. - Oír las campanas de la Catedral. - Ver al niño que está contemplando con aire de asombro las tatahuilas que el mono hace en el Parque Ecológico. - Tomar bacanora con Don Poncho “El Mago de la Carne Asada”. - Platicar con un enamorado del sistema de agua potable de la 366 José Luis ciudad: Roberto Heggertty Urrea. - Ver al padre que llega del Super VH con las bolsas de la provisión, mientras adentro del hogar la madre lava a todo pulmón los pañales pequeñitos. - Estar aunque sea por momentos en el excitante negocio de Elsa Mori. - Que nos lea las cartas Dagoberto. - Ver al padre que ha levantado por encima de su cabeza al hijo para zarandearlo, mimarlo, besarlo y treparlo luego a los hombros. - Ver al joven universitario con un libro abierto sobre las rodillas mirando a lo lejos, como si su alma estuviera volando por las regiones del ensueño. - Oír una cátedra del CP Jorge Sáenz Félix. - Poder proporcionarle información a un turista que ha extraviado el rumbo del Restaurant San Ángel. - Encontrarse un viernes dentro del Corral de los Morales. - Aparecer en la columna de Francisco Ruiz Quirrín. - Comer el corazón de una sandía. - Volver a oler el aroma de una determinada esencia que nos trae sucesos olvidados, como si una mano nos estuviera revolviendo el polvo de nuestra memoria. - Encontrarse en el interior de las tiendas de Nacho en Esencias y Perfumes. - Hallar breves retazos de nuestra vida en una foto antigua de nuestros abuelos. - Cantar leyendo del cancionero Picot. 367 José Luis - Leer Los Trescientos como Sherlock Holmes, con lupa y de de “gorra. La caída del Imperio Manliano La fuerza de los relevos sexenales pondrá en breve a mucha gente en la vil cesantía. El imperio de Manlio se acaba. Personal perteneciente al medio oficial de los llamados mandos intermedios y superiores suman aquí centenares y pronto se verán forzados a regresar a casa. Toda esta tropa que probará desde finales de octubre lo que es vivir fuera del presupuesto, quedará por ahí a la zaga, desperdiciada y turbada si es que su antiguo patrón, no les encuentra acomodo en algún otro lugar. Realmente sería un lamentable desperdicio que todo ese ejército que se presentó con eficacísima puntualidad, cada quincena, ante las ventanillas de Tesorería a cobrar sus cheques, no sirva en lo adelante para algo. Lo trágico sería que luego de haber cursado por un tráfago sexenal medianamente exitoso dieran a ver el lado penoso de sus existencias al aceptar en la nueva administración que se inicia algún puesto de menor jerarquía que el que desempeñaron. Dolería ver a señores secretarios y “subs” entrarle de organizadores de cundinas, office Boys, localizadores botaneriles de los nuevos jefes que hoy arriban, o de viles misifuses en las buhardillas del ujier. Es verdad que a otros, poco podría importarles el desempleo futuro, puesto que gracias a sus brillantes cerebros supieron convertir el “sueldito” en un considerable ahorro, por lo que podrían de aquí para adelante realizarse como los nuevos operadores de bolsa. 368 José Luis Método para tomar Caguama Para llevar a cabo este manual es conveniente primero destaparla antes que nada. Desprenda para ello la corcholata que cierra su buche. - Antes de llevarla a la boca, derrame sobre el piso unas cuantas gotas para saber si el líquido ambarino pasa la prueba de la refrigeración, pues si ha estado inconvenientemente refrigerado, no levantará espuma y en caso contrario, las orlas cerveceras burbujearán chispeantemente al primer toque con el piso. Una vez reconocido lo anterior, el tomador está listo para darle cayo a la cahuama. NOTA: En adelante y para abreviar llamaremos “cahua” a nuestro objetivo. - Antes de proceder a la beberecua, otras gotitas de la misma deben desparramarse en el dorso de la mano, para corroborar si la temperatura es lo adecuadamente gélida como para dejarla pasar por el gañote. - Ahora es permitido introducirle el dedo cordial a la “cahua” en el buche, y luego de ajustarlo con precisión, sacarlo con rapidez estallante para medir el grado de maduración y gas de la ambarina. Por otra parte, se considera grosero soplar hacia adentro del líquido y más impropio olisquearla. - No se recomienda por repugnante, el invitar de nuestra “cahua” a aquél que no esté bien de su salud por más crudo que se encuentre. Más, si sus compañeros de bebida tienen autoridad, sobre ella, puesto que se cooperaron para su adquisición, entonces en cada turno de beber debe anteponer la manga de la camisa para limpiar la embocadura. - Ahora si, puede llevar la boca de la botella suavemente a la suya propia, entrecerrando los ojos, dejando al descubierto únicamente la parte blanca de los globos; ello le permitirá una mayor concentración. Aquí recomendamos no hacer más ruido que el que genera el correr 369 José Luis del líquido a través de su garganta y permanecer así hasta que le sienta que le están llorando los ojitos. Es de buena crianza soltar un ligero eructillo, para estar en condiciones de reemprender el empinamiento. - A efecto de pasar desapercibidos ante la mirada de los niños o de Hilario García Galindo, ya que podrían pedirnos, cubra usted el envase con una bolsa de papel. Mientras está usted tomando, sus piernas deberán estar en ángulo de 48 grados, el brazo sostén, levantado por encima de la oreja de su lado y la mano libre, la apoyará en jarrilla sobre su cadera, cuidando la figura para que no le vayan a confundir con un estilista, la cara debe dar la espalda al sol o a la luz para no encandilar los ojitos en el momento de beber. - Una vez dentro de la tomada, evite proferir la más ligera expresión sobre el particular, hay quienes chasquean la lengua o se chupan los labios o peor todavía, como ciertos licenciados, exclaman tonterías inimaginables cuando toman “cahua”, como ejemplo: “linda de tu madre”, refiriéndose, claro está al total del envase y su líquido. Todo ello es de mal gusto porque lo pueden confundir con un sediento de alcól o con un enfermo de la bebida. - Cuando ya se han consumido de tres a cuatro sorbos de la “cahua”, es permitido elevarla por encima de nuestros ojos para constatar cuánto volumen queda en el recipiente y poder estar en condiciones de ir pidiendo la otra. - Es igualmente recomendable ingerir algunos otros ingredientes para acompañarla; tal es el caso de sal, limón o frituras en mal estado; todo ello para tener a quien echarle la culpa otro día de nuestro mal estado. IMPORTANTE: Es muy importante saber en qué momento debemos dejar de tomar “cahua”: a) Cuando cierran el expendio. b) Cuando se nos acaba el dinero y el crédito. 370 José Luis d) Cuando pasamos por un “filtro” de revisión y no traemos un billete de a tostón en la mano. z) Cuando Ya no podemos abrir las piernas en ángulo de 48 ni de ninguna otra abertura y, principalmente, Cuando la boca de la botella vaya tembelequeante frente a nuestra cara sin atinar a posarse en nuestra boca…. Diccionario del Chota Pretendemos llegar al siglo veintiuno con un cuerpo de seguridad que, no obstante los muchos recursos que le hemos asignado para el cumplimiento de su responsabilidad, no se ve por otra parte que demuestren su profesionalismo y eficiencia en el combate al delito y al narcotráfico. Algo espurio sucede con la actividad policiaca para que en mi “diccionario del chota” no encuentre un solo término, una mínima voz comedida que los dignifique y aliente en su peligrosa misión de mantener incólume el patrimonio social. Y sí, en cambio, una gran cauda de acepciones en donde se les considera como los practicantes del oficio más ruin y degradado del andamiaje laboral. He descubierto al volver las páginas de mi libro, que al policía se le enderezan sinonimias como las siguientes. . . CHOTA. Voz que deviene del lenguaje Chípili que indica chiquionada, ya que el gendarme a la vista de su víctima, a la que va a cohechar o morder, se torna dúctil y suave y en lugar de decirle “azota con la marmaja” le expresa un “chota con la marmaja”. CUICO. Apodo despreciativo con el que llamamos a los extranjeros indeseables como el tal García Ábrego y el José Córdova Montoya, que son unos abyectos “cuicos”. Como el policía frecuentemente más parece que trabaja a favor de los enemigos del ciudadano, que en la defensa de éste, pues se le denomina “cuico”. JULIO: Llámase así al integrante de la judicial. Se le nombra así al policía como el mes más caliente del verano. Porque se cree –nada más se cree- que el policía siempre tiene mucho que ver con lo 371 José Luis caliente: los carros que tripula, los dólares que gasta y por supuesto, porque también se cree, que anda bien achispado o caliente por las drogas que consume. Y además, por las calentadas que practica para sacar la sopa de los sospechosos. FEOS: Llámanse así a los integrantes de la temida corporación de los judiciales federales. Sintéticamente la ciudadanía les dice “Feos”, quizá con mucha razón, porque ¿han visto ustedes un solo judifede, bonito, como Riojas Vázquez el del criminal domingo rojo? Por años se ha venido diciendo que la delincuencia nutre las filas de la policía y que ésta, a su vez, es el principal vaso comunicante del hampa. La historia de los asaltos bancarios en México, nos da el conocimiento de que por lo menos el setenta por ciento de los asaltantes son policías en activo o ex-policías. De ahí parte que el ciudadano no encuentre una sola palabra comedida, un signo de humano respeto hacia la actividad gendarmeril, y sí, por lo contrario, en toda voluntad comunitaria, está la palabra que se refiere al guardián de la sociedad en los peores términos de la denostación y la befa. Como es el caso de mi “Diccionario del Chota”, en donde continúo encontrando excepciones como éstas, CACHIMBO: la voz alude a una de las funciones principales de la gendarmería como es la de proteger la vigilancia nocturna de las ciudades. Se cree que la procedencia de este término es la palabra Cachimba, aunque también podría tratarse de la descomposición de un par de palabras arrabaleras construidas por el pronombre relativo “que” y por la acción del verbo singare o shingar. Lo cual nos da la idea afín, de que el policía realmente trabaja para shingar o más apropiadamente si t topas con uno de ellos, “qué shinga” o veladamente, Cáchimba”. ESBIRRO: Sin duda aquí la voz quiere significar un sentido figurado de la real función policiaca de acuerdo a su preparación académica, pero sobre todo, a su sentido común para aplicar la justicia de la vía pública. Esbirro se le llama al agente, para de plano no decirle por lo pelón, Es-burro. 372 José Luis POPOCHAS: El término se utilizaba por lo general encuatado con Poninas, ya que como se sabe, el policía al ver a su víctima, a la cual le va a exprimir la mordida, siempre exclama “Poninas, dijo Popochas”, dicho lo cual consuma su tan anhelado cohecho. El negocio de Narciso Crece la población de los gimnasios y la clientela de los campos deportivos eleva su número. De un de repente comenzaron a instalarse en la ciudad clubes y academias que trabajan promoviendo el fisicoculturismo y prometiendo la salud y la hechura en poco tiempo de hombres y mujeres nuevos. Desde muy temprano legiones de personas de todas las edades se emparentan con las lagartijas y las sentadillas en la apasionada convicción de que han regresado los tiempos de Charles Atlas y que ahora, como entonces, el ejercicio diario reporta divinidades y es además, el puntual reemplazante de las medicinas preventivas. Una rápida ojeada al giro de la musculatura nos brinda un macizo conocimiento del juego invocativo de sus lemas promocionales, y se nos hace que sus llamados pueden interesar al más apático y hacerlo caer rendido bajo sus consignas. En mis paseos por los gimnasios he descubierto unos pocos: “Salte de tu casa y quema la grasa” reza uno de ellos. “Haz ejercicio y aléjate del vicio”. Aconseja este otro. “Abajo la panza que tiene manteca rancia”. Otro que me ha dejado pasmado y que casi me ha hecho caer en su llamado es éste: “En lugar del glub glub mejor vente al club”. Sin duda todos guardan el común denominador de ser orientadores 373 José Luis y atractivos para la presunta clientela, como: “Vale más estar cuadrado que infartado”. Y uno que viene siendo un tiro certero a los de blandengue voluntad: “Vale más calote que gordote” y otro más: “Tira tus llantas ahora que no son tantas”. Mejor ser Narciso que estar en el piso”. Mirando acudir a estas personas a los clubes y academias con la misma fe que antes lo hicieron al templo, me pregunto cuál es la razón que los mueve a darle sin cortapisas a su afición y fanatismo al ejercicio cotidiano. Algunos especialistas, que forman parte de mi equipo de consulta, me han respondido: Mi economista: Sin duda se trata de personas cuyo nivel económico ha sido deteriorado por la crisis recurrente y para ellos es más redituable y barato hacer ejercicio que irse a los casinos o a las cantinas. Mi sociólogo: Es evidente que el ciudadano se pierde en las confusiones y no halla qué hacer con su tiempo libre. Les resulta en consecuencia más placentero disfrutar de un cacho de naturaleza o tratar de hacerse de un corpachón como en los tiempos cavernarios. Mi sicólogo de cabecera, me explica: Son seres perturbados de sus facultades mentales que están inconformes consigo mismo y que tratan de hacerse de otro cuerpo no importa si atormentando el cuerpo viejo. Mi guardaespaldas, de claro origen militar: Señor, son quienes se ejercitan, seres llenos de miedo a quienes espanta la guerra. Ahora se preparan porque saben que pronto tendrán que tirar garnatadas en la próxima campaña política. Dentro de mi equipo consultor trabaja también un político, el que me expresa: Yo veo en su mayoría a puros aspirantes a puestos de elección popular que ahora calientan músculos y agarran aire en la creencia de que las bases del partido los llamará a filas. Ahí tienes 374 José Luis tú por ejemplo, a Javier Gándara, siempre al trote por las calles de la Pitic. . . Mi experto en cine, que es un rendido cinéfilo: Bah, esta gente como la mayoría de todos nosotros se creen artistas de filmación. Todo humano lleva dentro un artista. Quienes hacen ejercicio evidencian tener el peor gusto en cine: ellos se creen Rambo. ¿Y ellas?, le pregunto. Ah, ellas se creen ni más ni menos que la propia Salma Hallek, haciendo casting. Cavalería Rubicana La memoria gubernamental de Sonora, nos remite al tipo de políticos blancos, caucáseos, ojos de color y en ocasiones no feos. Priva entre la raza el deseo de la descendencia criolla, como una suscinta forma de allegarle alcurnia al apellido. Tan es así que ya las abuelitas, abjurando del pasado indígena, reconocían que si el recién nacido era blanco ya tenía ganada la mitad de la hermosura. Los gobernantes de los últimos cincuenta años, con la excepción de los dos últimos, han sido güeros, de a tiro blancos, hijos a su vez de blancos. El general Rodríguez daba el tipo de extranjero insuflado en su apostura militar; quienes le sucedieron fueron igualmente personajes con características de hombres bien parecidos, pulcros, a los que ajustaba la moda, fotogénicos y con firme ascendiente entre la rama femenina. De esos paradigmas que nacen, crecen y llegan a una edad en que permanecen sin cambio ni mengua de su donosura. Los ojos atigrados de Álvaro Obregón, sabían mirar con inteligencia y arrebato. El cabello entrecano de Carlos Armando tuvo la virtud de enloquecer primero, y conquistar luego, el voto mayoritario femenil y, su fotografía se guardaba como un clásico de la política local. La buena mosura de Alejandro Carrillo le granjeó simpatías entre sastres de catego y fotógrafos de sociales. De no haber tenido esa 375 José Luis cara negada a la risa, Félix Valdés con su albura europea, también hubiese tenido sus carretonadas de partidarios incluso entre los grupos doncelliles. Los puestos de relieve son para los blancos, bien vestidos, que además engalanan sus personas con bien timbrados patronímicos. Son los personajes que están más cerca de la nominación. El tipo moreno, ha estado por convencer con su postulación pero algún hado genófobo se atraviesa y se da reversa, prefiriendo finalmente atender la más pura tradición. El moreno para llegar requiere de ser realmente inteligente y saber además hablar con conocimiento. Han sido los casos de los dos últimos mandatarios, Manlio y Armando. ¿Será porque la cara del gobernador la vamos a ver muy seguido en los próximos seis años, que nos negamos por principio estético, a votar por un feúcho? Teniendo nosotros periódicos y canales de tevé tan bonitos, resulta una contravención al buen gusto, que votemos por un político de presencia medianamente censurable al que estaremos observando por años. Por ejemplo, Carlos Tapia, es agalanado y pulcro. Carlos Navarro es más bien feo y sin gracia. Francisco Búrquez tiene lozanía y blancura, aunque no es acicalado. En cambio, Javier Gándara es gallardo, adornado, y sobre todo, majo. ¿Con Don Quién? La sociedad mundial está hoy más que nunca en deuda con el lejano y olvidado Dr. Condom. Aquel inglés del siglo dieciocho que ingeniosamente supo servir a su rey, Carlos II, desarrollando el curioso y eficaz hulito que lo preservó de contagios en las múltiples correrías sexuales con que se ejercitaba tan ilustre y real personaje. El condón, según las autoridades médicas de hoy, es el único y más efectivo artefacto para detener el incontenible avance del asesino mal de nuestros días: el sida. 376 José Luis Curiosamente en México, la voz condón estuvo proscrita de la charla decente. Confinada por la más pujante hipocresía social a los bajos fondos, tan solo era referida sordamente a los oídos del boticario de confianza. La Secretaría de Salud la saca ya de su encierro, le sacude la pátina de su bajo linaje, rescatándola de los labios de léperos y pretende mediante planas periodísticas y propaganda sin cuento en tv y radio, de que el público se convenza que condón no es más que una palabra tan inocua como el resto que nos sirven para la expresión común. Esta intención pinta la gran preocupación que las autoridades tienen en su combate contra el sida. Los de Hermosillo y con nosotros los de todo el estado nunca hemos sido pichicatos para reconocer el genio de aquellos que han trabajado por nuestro beneficio. Hace ya rato que venimos ofendiendo al creador de tan útil y ahora bendito invento y le debemos un tipo de justicia que no hay porqué seguirle aplazando. Además de que entendemos que la palabra condón debe entrar al trato diario, incorporándose como una herramienta más de la expresión, también, por gratitud, debemos hacer algo más. Considerar a esta pequeña grande herramienta como transformador de nuestras costumbres. ¿Por qué no regalarla en el cumpleaños al amigo o a la amiga? ¿Porqué no traer una cajetilla de ellos en la bolsa de la camisola en lugar de la infumable de cigarros? ¿Por qué no levantar un monumento al Dr. Condom a la salida de la carretera, allá donde se enfilan soberbios y réprobos los hoteles de paso? Sería un último pero efectivo recordatorio a los olvidadizos del látex. 377 José Luis Como si aquí no pasara nada La naturaleza de Sonora juega a la suerte con el agua. Pues sabemos que siempre volverá a llover pero no precisamente cuándo o en qué cantidad. La ausencia pertinaz de lluvias no parece que responda a un ciclo, apunta a algo mucho más grave, parece irreversible, pareciera que ya no volverá a llover como antes de los años noventa. Como eso es un principio imposible, por los procesos de evaporación del Golfo de California, la cuestión se queda en saber si volverá a llover o no sobre nosotros, cuando antes teníamos una presa y un sistema hidráulico de riego para más de 15 mil hectáreas. Era un hecho aceptado que el volumen de agua dulce que anualmente se renovaba mediante las lluvias era más que suficiente para abastecer las necesidades hídricas de los habitantes de Sonora. Sin embargo, a pesar de ésta abundancia aparente puede decirse que el futuro de los usuarios del agua depende de que se mejore sensiblemente el manejo de ese recurso. El notable incremento de la población en ciudades como Hermosillo, Obregón, Nogales, Agua Prieta, Caborca, San Luis Río Colorado, de las últimas décadas se ha visto acompañado por un aumento en el consumo de agua por persona. Esto ha producido un gran incremento en el consumo de agua por persona. Una persona gasta 300 litros si se baña en la bañera y 100 si se ducha. Un grifo que gotea en casa son 35 mil litros de agua al año, lo que combinado con los desequilibrios en el suministro que producen las variaciones temporales de las lluvias ha llevado a situaciones regionales de escasez de agua que cada vez con más frecuencia y gravedad aparecen en las ciudades de Sonora. Pongamos por caso a la capital del Estado: Hermosillo, con su presa de 300 hectómetros cúbicos de capacidad tendría suficiente agua para los próximos 25 años. La red chupa casi 80 hectómetros cúbicos por año y se regeneraba esa cantidad en épocas de lluvias. Pero el régimen de precipitaciones fue interrumpido por la mano del hombre, cuando se constriñó al río a descargar sus caudales aguas arriba de su esguace natural en la presa El Molinito y s fenómeno 378 José Luis influyó sobremanera en la quiebra del sistema de lluvias del centro del Estado, con los resultados que todos ahora lamentamos. Tan sólo en una ocasión la presa Abelardo Rodríguez había llegado a secar su recinto, ello ocurrió en 1974. Pero desde la construcción del Molinito la presa de la ciudad no volvió a recuperar sus volúmenes y por lo contrario resecó su vaso al grado de permanecer vacía. El panorama que se nos presenta en este caso particular, no es el de una fase pasajera de sequía, como ocurre en Obregón, Navojoa, Álamos, sino que aquí en Hermosillo se vive un ambiente de desecación galopante que hace temer razonablemente que las precipitaciones no se produzcan a lo largo de muchos meses más, todo lo cual afecta no solo la disposición de agua potable sino cosechas, pastos y alimentos. Cualquier otro recurso es reemplazable. Pero con el agua no hay alternativas. Hermosillo debiera ya de ir desempolvando y acelerando el proyecto de trasvase del novillo, cuanto antes. No puede seguir viviendo como si aquí no pasara nada. Mueren como moscas pacientes del Hospital Debido a la multitud de carencias que agravan los servicios de salud en el interior del hospital se han estado presentando decenas de fallecimientos por causas que aquí tratan de enumerarse, a cual más de infortunadas: El señor Salinas murió por falta de …….............……..…. Insulina El señor Encinas felpó por falta de ………….......…….. medicinas La señora Riveroll cerró sus ojitos por falta de jarabe .........Breacol El señor Estardante falleció por culpa de la ignorancia de un ...............................................................................practicante El señor Mancillas expiró por no tener una ………..............pastilla Específicamente el señor Cabral finó por carecer allí de .... mejoral Se le acabó la candela al señor Procopio por falta de ....etetoscopio Dio las últimas boqueadas el señor Pastrana por falta de….... cama 379 José Luis En igual forma lió su petate el señor Carpizo al caerse del último … ……..........………................................………………….....… piso Casi gratuitamente hincó el pico el señor Marcial por no traer su …...........……..................................……….. credencial En tal virtud la dirección del hospital dio a conocer su negativa a seguir internando a pacientes cuyos apellidos hagan rima con “esto” porque aún no tienen ……………......………………… presupuesto ¿Se hunde el Cerro de la Campana? El más representativo chipote pétreo de la ciudad, El Cerro de la Campana, podría colapsarse dentro de los próximos cien años o menos. Ello a causa de su propio peso y de la fragilidad del suelo que lo sustenta. El agujero que dejaría su desaparición tendría un diámetro mayor a 2734 metros y su hundimiento se debería más que nada a la sobreexplotación de los mantos acuíferos que han provocado un cambio en la porosidad de las rocas a través de las cuales circulaba el agua subterránea; pero también contribuirían las obras que el hombre ha hecho, vulnerando el basamento y apurando la ruptura de los pilares que lo encadenan al resto de la orografía local. Se calcula que en los últimos sesenta años se han construido sobre las placas tectónicas que sostienen a la colosal masa rocosa, edificaciones que pesan tres veces más que la dimensión de toda ésta cordillera. Explicado de otra manera: tan sólo la presa Abelardo carga sobre la misma área alrededor de 300 millones de toneladas (agua y cieno) y otro tanto tendría que abonarse por la apretada hilera de asentamientos y demás inmuebles que se encuentran sobre sedimentos mal compactados y que ya denuncian las deformaciones sufridas por las rocas bajo tensión. 380 José Luis La temperatura del agua de pozos perforados en las cercanías puede ser el posible predictor de un movimiento sísmico en esa parte, así como también la desaparición de serpientes que han abandonado sus madrigueras y el de insectos que dejan sus agujeros, como un síntoma del reino animal que reacciona ante mínimos cambios de la morfología del suelo donde vive. A lo anterior debe añadirse que todo ese “peso extra” que el hombre ha acumulado, carga sobre la llamada Falla de Cumpas, sucursal del largo tajo de San Andrés. Luego, Hermosillo está enclavado sobre suelo de actividad sísmica intermedia que actúa como contacto entre las placas de Norteamérica y del pacífico. ¿Se hunde el cerro? Preguntan los sabios de La Gotita. Duelo por Moreno Gil A Francisco Moreno Gil lo vi actuar en dos medios de comunicación haciendo roles contrapuestos. Tal era la suprema manifestación de su arte escénico. En la Grande de Sonora realizaba el papel de un ranchero ladino. Para conciliar con la partitura alteraba su voz urbana trocándola por el agudo falsete que se le oye al lugareño de estas tierras. Melitón Reséndiz era su alter ego radiofónico, a través del cual emitía diariamente un parte recargado de opiniones anti municipales. Cobraba el programa una identificación plena con el público. Mientras que en la noche, el personaje lograba otra cualidad al aparecer en la transmisión del noticiero televisivo. Otro público veía a otro actor. Este era un adonis de traje y corbata al estilo Perry Mason. Desde las profundidades de su pecho blandía su herramienta baritónica recargada de suaves cadencias y ritmos oratorios en donde sostenía el entendido enlace con la audiencia. El cananese declamaba, cantaba, escribía, producía réclames publicitarios que no tardaban en subir a la boca de todos, elaboraba programas con diversos modelos y desde la palestra clamaba por justicia social pero no hablaba. En lo privado junto a los suyos no hablaba. No había poder terrenal que lo hiciera manifestarse más allá de monosílabos. Ni cuando disfrutaba de una regalada parroquia de amigos. Podía estar sufriendo o gozando al 381 José Luis cien pero no hablaba. Cuidaba sus palabas del viento. Las envolvía en una quieta crisálida como si se tratara de mariposas hechas con polvo de oro. Dicen que el talento trasciende de su vaso a quienes viven o están a su alrededor. Aquellos que lo acompañamos en diversas jornadas sorbimos generosos tragos de su capacidad para el ejercicio de nuestra ocupación. Ese trasvase templa la labor que ahora realizamos. Facilita el encuentro diario con el monstruo de las mil cabezas. En lo personal, cada que abro un micrófono, reconozco que aquella voz de bajo profundo viene en mi auxilio con mayor perspicacia y claridad. Por años, salí a la escena televisiva acompañando al soberano de la erudición breve y substanciosa. Llevo a orgullo dos que tres de sus cromosomas que condicionan benévolamente la trasmisión de las ideas. Para mi gloria, Pancho se distinguió por su verbo florido y retórica mayestática en la primera línea de la parrilla noticiosa de Sonora. También por atender a un sentido común que fue estricto y sin autocomplacencias. De tal forma que deja su partida una academia en la cabina y una escuela en el escenario de la imagen parlante. Cabinas y escenarios que fueron testigos de sus diarios debates frente al micrófono en donde calaba su mensaje cotidiano. Donde levantaba la intensidad de su timbre contra el complejo de infalibilidad de la burocracia. Antes con su sonido ético y directo y después de su callada vida post-operatoria con sus punzantes epigramas que tomaron el lugar de la voz. Era natural que así sucediera pues venía de la patria donde se fraguó la patria de los mexicanos. De la viril región ubicada en el viril estado de Sonora. Es por ello que sus epigramas, que constituyen la obra póstuma de su estro combativo, detonan como la dinamita en la mina, con estruendo, fogonazo y ola expansiva. Moreno Gil fue enemigo de disparates y de medias tintas. Se alejó de bulos y de informaciones hipócritas. En esta época en que más medios hay para contar y verificar el ingenio del hombre, modelos como el que estableció nuestro muerto querido, le harán falta a la merced que los sostiene. 382 José Luis Borrar a Bours 2009 Sin duda uno de los propósitos del nuevo gobierno, que encabezará Guillermo Padrés, será borrar la huella que dejó Bours por todo Sonora, incluyendo la boñiga de las cabalgatas. Es uno de los signos inequívocos del estilo de gobernar, sobre todo, si alguna vez el antecesor desea señalar allí o intervenir allá, en los asuntos del nuevo gobierno. Poco importa que bajo su férula se hayan mecido las candidaturas de algunos diputados. Lo primero que harán éstos, será olvidar con inusitada rapidez, la mano que les meció la cuna. Antes y harán bien. Todo mundo conoce la depuradísima técnica que utilizan la mayor parte de los periodistas y hasta los cronistas, para desaparecer de sus actuales impresos, las obras y fotografías de personajes pertenecientes al pasado sexenio, sobre todos los proyectos destacados, los cuales sufren un científico escamoteo visual. Todo eso es trocado, en la detección o avizore de los nuevos proyectos, por una escenografía que no vuelve a admitir ni siquiera el nombre de los que ya gobernaron. Así, después de que se ha cerrado el ciclo boursiano se mantiene una especie de censura periodística y hasta cierto punto un exterminio intelectual que consiste en no volver a citar jamás el humilde o rimbombante nombre de quien ya ocupó la silla. Hay en el ámbito editorial mucha capacidad para borrar personas, situaciones o datos políticos que no encajarán en los días por venir. Como si tomaran un borrador y trataran de aniquilarnos la realidad de nuestra memoria. Un ciudadano que haya llegado a la luz del entendimiento el año pasado, no conocerá, ni leerá, ni verá que el sexenio anterior fue ocupado por un muchacho de la más rancia sociedad yaqui (no de la tribu, obviamente). Que iba tal muchacho en caballo de hacienda a por más millones para seguir engrosando sus caudales, bajo coartadas como el PSP y otras lindezas de igual catadura. Que una vez terminado el período del muchacho, este muchacho fue sacado con todo y sepultura con rumbo del limbo o del cytrar. 383 José Luis Quizá lo de Bours o lo de Nogales o Beltrones y antecesores, sean sexenios buenos o malos, pero como quiera que la pongamos, constituyeron imágenes de nuestra propia historia. En lo personal, no habré de olvidar, y quizá hasta escribir, acerca de las rayadas que daba Bours a su caballo y a los maestros. Por ello digo, no hay que ser, no borren a Bours. 384 José Luis Noticias del imperio 2009 Año del 2009 Presente lo tengo yo En la ciudad de Hermosillo Eduardo Magno murió Quiso volverse a la fila En su potro el candidato Más este tiró la silla Había acabado el mandato Fue un cinco de Julio Que Sonora no olvidó Se ejecutó la sentencia Que el presidente ordenó Que lo perdonara, dijo Como los perdono yo Vine a hacer el PSP Por mi maldita ambición Manlio estaba muy lejos Y no vio la ejecución No quiso oír su consejo El mismo se lo bourscó Vine porque me llamaron Para hacerme gobernador Ustedes me coronaron La culpa no tengo yo Al Cerro de la Campana La cabalgata marchó Cuando llegó estaban listos Los hombres del pelotón Ya luego lo recogieron Para llevarlo al panteón En una caja de pino Que la Corte ordenó Como Cristo en el Calvario Parecía el emperador Manlio fue el Poncio Pilatos Y Ernesto lo traicionó Y como era chaparrito Y nadie lo calculó Los dos pies no le llegaban A la punta del cajón En una parte estaba Lam Y en la otra Bob Ruibal Como si tuviera al lado Al malo y al buen ladrón Más antes de amortajarlo De regreso a Obregón Lo conservó el presidente En una mulita de alcohol No me apunten a la cara Le suplicó al pelotón Y a cada uno de los hombres Camisas rojas les dio Ahora que ya está en el cielo A la diestra del creador En Sonora se preparan Para pasarla mejor Duermo como chamaquito En una cuna dorada Nunca supe de las penas De la gente de barriada Ya con esta me despido Por las hojas de un limón Ahí les dejo este corrido Del sufrido emperador Que siendo gobernador Quiso dejar sucesor 385 José Luis EL HOMBRE DORADO 2008 Conocí y traté a Arnoldo Salazar Woolfolk en sus tres diferentes dimensiones: como empresario, como amigo y como benefactor. En las tres facetas aprendí a admirarlo porque en cada una de ellas fue un profesional. Rememoro la primera vez que tuve la oportunidad de oír su grave voz. Me llamaba telefónicamente para conocerme y pedirme nos entrevistáramos en su oficina de Azulejos y Sanitarios. La inquietud que lo movía, me dijo, era saber si yo –otro Woolfolk- había sido capaz de escribir toda esa sarta de babosadas que lo habían enganchado al comprar mi revista “José Luis”. Era 1973. Según supe luego, ASW, concurría asiduamente a Librolandia para abastecerse de todo tipo de libros, obras de diversos enfoques sin omitir levantar de la mesa revistas y publicaciones elaboradas en la localidad. En aquella llamada me hizo ver que tenía en mente cubrir la totalidad del costo de mi publicación bajo el compromiso de que sólo apareciera en sus páginas la publicidad de sus negocios. Yo la comercializaría y el dinero de la venta al suelto sería sólo para mí. Que la diseñarían sus publicistas Gustavo Romero Carpena y Enrique Yescas, artistas que gozaban en el medio de una muy justificada consagración. En aquel momento ambos teníamos la misma edad y a mis años, jamás había oído una superclase de oportunidad como aquella que Arnoldo me ofrecía. Pero él no me conocía y no sabía siquiera si yo era merecedor de aquella. Por ello cuidé mucho no contrariarlo, no decepcionarlo a través de la vía telefónica. Incluso llegué a impostar la voz, para darme importancia. ¿Sabrá que me emborracho de seguido?, ¿Qué no hago otra cosa más que escribir vagancias? ¿Relacionaría el epígrafe de mi revista, esto es, Organi di molto vacile e irrigatione ilaborato a due mani in stato turulato, con mi vida de disipación y desenfreno? ¿Tendría conocimiento de que a esa edad no había tenido un trabajo que pudiera llamarse como tal? ¿Me considerará un simple turulato? ¿un gorrión de cantinas, brinca tapias, roba huevos? El cúmulo de cuestiones autoplanteadas directamente a mi conciencia me hicieron demorar el encuentro que ya habíamos pactado para un lunes. Me decía entonces: si me conoce personalmente, si me ve con esta ropa que no es de mi talla, que 386 José Luis otros la estrenaron, me sacará volando por la ventana. Me tratará como a un impostor. Como un tipo que todo lo copia a los mejores humoristas que por supuesto no han leído en Hermosillo. Averiguará que no me llamo José Luis y que el apellido Woolfolk en nada nos une. Bocabajeado por mi falta de autoestima y pensando además que no creería que un millar de Organis di Molto, costaban tres mil pesos y esto sin recurrir al auxilio de diseñadores, decidí no acudir. Dejar pasar el envite y considerarlo nada más como una cortesía que ha tenido para con un coetáneo. Una coba para un chaval de barrio. Un metrote cúbico de aire y nada más. Pero el lunes que no me presenté en Revolución y Coahuila, la casa de los gatos, ya estaba hablándome de nuevo. Qué pasa contigo, me arguyó imperativamente, no me digas que tú también eres un animal como muchos que conozco. Vienes y aceptas, no te hagas el interesante, tú vas a hacer el cochinero de revista que tienes y a poner sólo mis anuncios en ella y san camaleón. Firmó con una Sheaffer dorada, del color de su pelo. Romero y Yescas vistieron mi publicación como si se tratara del MAD en español y en las páginas de José Luis sólo se vieron durante mucho tiempo los anuncios de Azulejos y Sanitarios y Plomería, S. A. Gracias al aprecio de ASW y a su ética altruista pudo extenderse el territorio turulato de José Luis y luego de La Gotita. Después llegarían otros anuncios a reforzar la idea original del Gato Dorado. Mi familia, mis hijos, le estamos permanentemente agradecidos. Cuando levantábamos la casa en Sambenito nos regaló los baños y los materiales de paredes y pisos. Yo ya estaba en edad de corresponder pero el se negó a aceptarme un cinco. Lo que he dicho al principio: a este humano excepcional lo admiré en tres dimensiones, como empresario, como benefactor y amigo. Es por ello que jamás podré olvidar su ejemplo generoso. 387 José Luis ¿Alguien volvió a ver un porohui? Los arenales que circundan al rancho El Chanate de los Aello se habían mantenido vírgenes y libres de asentamientos humanos hasta hace poquito. No fue sino recientemente cuando los especuladores de terrenos dieron con esas latitudes encontrando un suelo que podría fraccionarse y lo convirtieron en un colmenar de casas. Poco tiempo después ya habían acabado con cerca de la mitad de la biodiversidad de esos terrenos. De las especies que sobrevivieron a la llegada del hombre, ahora la otra mitad desaparece entre multitud de varillas, bloques y cemento. La alta tasa de pérdida de espacio actual nos lleva a considerar que estamos viviendo la sexta extinción. La velocidad de pérdida de especies es similar a la de las otras extinciones que han ocurrido en la historia de la Tierra. Como la que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años. La desaparición de los dinosaurios la causó un asteroide, pero en la actualidad el asteroide que choca todos los días con la Tierra es el hombre. El planeta pierde 15 mil formas de vida cada año. A lo largo de la historia del planeta ha habido más de 20 extinciones, 5 de las cuales consideradas masivas. La pérdida actual nos lleva a una extinción masiva y veloz. En pocos años habrá desaparecido más del 90 por ciento de las formas de vida debido a la deforestación, la presión de las especies invasoras o el calentamiento del planeta por todas nuestras emisiones. El negativo impacto del hombre está compuesto por el exceso poblacional, el avance de la tecnología y el consumo irracional de recursos. Las casas, las calles, los estacionamientos le ganan el terreno a los chanates, tildios, cachoras, chananas, huicos, liebres y coyotes. ¿Alguien volvió a ver un porohui? 388 José Luis 1002 razones para no dejar Hermosillo Por los conocimientos medicinales de Miky Nacho Cázares. Por el programa evocativo en la radio que conduce José Rafael Aguirre. Por el noticiero matutinal del Gordo Partida. Por el noticiero popularísimo de Fausto Soto Silva. Por una columna de Abelardo Casanova en cualesquier semanario que lo hospede. Por el ejemplo que dejó Don enrique. Por el ejemplo empresarial que dejó Don Gustavo. Por una madrugada de jueves santo, con la luna llena de Kino. Por una sopa reina en el Pargo Rojo de Luis Manuel. Por la labor altruista de Norberto Sotelo. Por la colección musical de Armando Bernard. Por un programa musical con Luis Alfonso López Celis. Por el programa Para Ti Sinaloa del profesor Eduardo Castro Cital. Por el cotidiano radiofónico de Armando Moreno Gil. Por los tacos de agua del Taquero. Por las tostadas de la Cenaduría Yañez. Por el fabuloso y mítico Discómetro Mundial de Dávila Bernal. Por el poema al indio de Sonora de Abigael. Por la belleza sencilla del monolito a Jesús García. Por una tarde de lluvia debajo de las palmeras del Parque Madero. Por una breve charla en las bancas de la Zaragoza con Ulises Macías. Por la columna de C. Verdugo. Por un taco de ojo del Chino Ung. Por una mañana “polonesa” en el desayunadero de César Gándara. Por un palco de lateral derecha del Héctor Espino. Por la colección del noroeste del museo y biblioteca. Por las babosadillas y pequeñas intrascendencias que leemos en sociales. Por los Edictos del Imparcial. Por la columna de columnas de Hilario Olea. Por los lineamentos, unciones y hiervas del Mercado Zazueta. Por una mañana de sol radiante arriba del paso a desnivel. Por una noche estrellada arriba del Cerro de la Campana. Por una tarjeta de descuento del VH. Por el festejo anual en honor a Poncho el Mago Durazo. Por la canción el antebrazo de la patria de Juan Antonio Ruibal. Por un coleccionable ejemplar de El Pitic. 389 José Luis Por una charla con Pancho Rojo, fuera de los micrófonos. Por un trago de agua salido de una bota de lona en pleno Agosto. Por la página que escribe “El Zancudo”. Por un pan dulce a las cuatro de la mañana en el Elvira. Por un pescado zarandeado de Los Arcos. Por un steak del Herradero. Por las vitrinas y aparadores de Mueblería Nacional. Por los marcos y molduras salidos de las manos de los Soots en Sambenito. Por un taco de carne asada del Maldito Terán. Por la columna radiofónica de Víctor Mendoza. Por una michelada con bacanora en El Campo de Hilario Juárez. Por un día completo sin hacer nada viendo trabajar en la carpintería del Neme Bojórquez. Por un día completo sin trabajar viendo a los operarios del Chato Pinelli. Por un día completo sin hacer nada viendo trabajar a los empleados del Pelón Hernández. Por un día completo sin hacer nada viendo tirar una banqueta al Momo. Por la suburban del Cali Rodríguez. Por el sitio web del Cali Rodríguez. Por el camión del Cali Rodríguez. Por la inacabada casa de las mil y una noches en la Pitic. Por el Mundito. Por los préstamos del Monje Pío. Por un debate de ideas con Ismael Mercado adentro del Pluma. Por las camisolas del licenciado Rojas Astorga. Por una noche de Palenque en la Expo Ganadera. Por las atinadas curaciones del siempre profesional Dr. Antonio Araujo. Por el proyecto de la desaladora en Kino. Por una pitaya de la Victoria. Por un ferrisodato de Gil. Por el estacionamiento nocturno del aeropuerto. Por la momia de Yécora. Por el libro La Raza de Papel del Pivote García. Por los naranjos que el Temo puso en las jardineras de la ciudad. Por las piedras que Calolo puso en las jardineras de la ciudad. Por las choyas y sibiris que Amante puso en las jardineras de la ciudad. Por los adoquines que la Doctora puso en las jardineras de la ciudad. Por las palmas que Búrquez puso en las jardineras de la ciudad. Por un pichel de cheve helada del Gandarita. Por los editorialistas del Semanario Párrafos. Por una tarde de miércoles en el Julians Bar. Por el Servicio de Gas Molina. Por la eficaz labor al frente de los bomberos del Magalo. Por la desprendida labor humanista del Lic. Pesqueira. Por la 390 José Luis colección fotográfica de la cerrajería Cota. Por un solo libro de Don Gilberto Escoboza. Por el saco para tomarse una foto en Foto Roberts. Por los lentes del chamín Vidal. Por los camarones con chile piquín del Corral de Luis Morales. Por la Tuba de Goyo Trejo. Por las facilidades de Médica Norte. Por la presentación diaria y nocturna de La Portada, el último alarido en la técnica de la comunicación digital. Porque finalmente se quedó a vivir en Hermosillo El Benito Borgo. Por las superproducciones sobre turismo que realiza Ario, ingeniería en publicidad. Por la siempre fiel y dedicada atención que presta Laura a La Gotita. Porque aquí viven tres monseñores: Monseñor Quintero, Monseñor Ulises y Mon. . . Corral Ávila. 391 José Luis LAS CIEN MARAVILLAS DE HERMOSILLO (actuales y desaparecidas) * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * El monumento a Jesús García. La desaparecida Casa del Pueblo. El bifurcado foyer del cine Sonora. El desaparecido Cine Teatro Noriega. La Cueva de Santa Martha. La colección de autos del Dr. Pohls. La colección de pipas de Ibarra Seldner. La colección de botellas de Modesto Lozano. La galería fotográfica de memo Moreno. El edificio de piedra de la antigua penitenciaria. El ayal de la Universidad de Sonora. El templo a Nuestra Señora de Fátima. El casco de la antigua Quinta Refugio. El Country Club. La escuela Leona Vicario. El pasaje subterráneo de la escuela Leona Vicario. El Cristo de hierro forjado de Fermín Revueltas en el panteón Yañez. La Casa Hoeffer. El vitral de la Universidad de Sonora. La urna para la bandera del PRI. El silbato de la Cervecería de Sonora. La pizarra electrónica del Héctor Espino. La monumental cocina del Hotel San Angel. El extendido green del Club Los Lagos. La puerta de madera de la Prevo. 392 José Luis * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * La campaña del cuidado del agua de Azulejos y Sanitarios. El pórtico de entrada a la Quinta Emilia. La iglesia de San Antonio. La primer potabilizadora de agua. Uno solo de los diez mil mosaicos de la Plaza Zaragoza. La estatua sedente del Gral. Rodríguez. El busto de Campodónico. El fondo flotante de la presa A. L. Rodríguez. El piano de Mauricio Saenz. El órgano gigante del Dr. Sotelo. Cualquier columna Deshilando de José S. Healy. El pensamiento a la madre de 1955. La fuente de las ranas. El mundito. La cahuama de Pancho. Un cigarro Torito. La calle Chihuahua. La zona de tolerancia de la Nogales. El programa televisivo Bar de Aficionados Las Plmeras. Cualquier columna de Abelardo Casanova de los sesentas. Cualquier “esquite” de Enguerrando Tapia. La Cohetera mi Barrio del Cuervo Zamora. Una cátedra de Mister Sánchez. Las bastoneras de Migdelina. El primer micrófono de la XEBH. Las bancas que se robaron de la Zaragoza. El reloj de Palacio. Las barras de plata. La colección de botellas de Enrique Aja. 393 José Luis * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * La colección de armas de Fausto Manuel Robles Cualquier grabación con la voz de Aparicio. El lapicito de Corralitos. La campana de la secundaria de la Unison. La colección del Noroeste de Fernando Pesqueira. Cualquiera de los poemas de Abigael. La contrabarra cantinera del Club Aliancista. La colección de Alberto Elías. El promo televisivo de Fer Ver. La marcha del Café Combate. La marcha de Mazón Hermanos. El sax de Ángel Valdés. La tuba de Goyo Trejo. El anuncio cervecero de Dávila Bernal. La inacabada mansión de las Mil y una Noches. Las escalinatas de la Inalámbrica. El enfriador de agua de la aviación vieja. El guamuchilón de la Sauceda. La Pérgola de la Casa del Pueblo. El Café Reforma de Pedro Park. La American La France. La colonia Pitic. El Pocito de Jara. Una soda de la Imperial. La Parcela. El Hogar Estudiantil Kino. La máquina del FFCC mocha. Una soda de la Pureza. Un root beer de Gil. 394 José Luis * El programa Recordar es Vivir con Pedro Noriega y Rafael Arias C. * Cualquier anuncio del Chivo Alcaraz. * El libro Yorem Tamegua de Juan de Dios Bojórquez. * Un barril de High Life. * El trienio de la Dra. Alicia. * La Guía del Disfrute. * El Club H2O. * La Pera del FFCC. * Una noche en el Lucila Night Club. * La fuente de colores de la estación vieja. * El ingenio de Ramón Gil Samaniego. * El sótano de los precios bajos de Mazón. * La frecuencia de oro de la XEHQ. * La Gotita de José Luis. 395 José Luis Lecciones de la Presa vacía ∼ La presa Abelardo desde que está vacía la hemos perdido como punto de comparación y su anchurosa superficie de inundación, ahora sin una gota, nos llena de nostalgia porque ya no podemos decir que Hermosillo toma tanta coca cola como agua cabía en la presa. ∼ Tampoco afirmar que la presa es un gran depósito de cadáveres de la cosa nostra, pues en su suelo estriado y seco nadie ha encontrado el más mínimo calcañal, tibia o peroné humanos. ∼ La presa ya no es la abundante despensa de tilapias y bagres que alivianaban la tripa de los barrios cercanos. ∼ No podremos ir a tirar piedritas para verlas saltar innumerables veces sobre la superficie. ∼ Tampoco podemos alarmar a la población diciendo que su bordo de contención se reventará como un mazapán, arrastrará a las colonias de su cauce con la fuerza desatada del escurrimiento de 300 hectómetros cúbicos, equivalentes a 100 mil camiones de volteo corriendo a una velocidad de 120 kilómetros por hora. ∼ Planas vacías de los diarios se quedan esperando por aquellas noticias que daban cuenta que un suicida enamorado sin correspondencia, quedó voluntariamente inmerso en el vaso de la presa. ∼ Que hemos de abstenernos de asegurar los estacionamientos subterráneos de los edificios construidos en el Vado que infiltran agua cuando la presa está rebozando. ∼ Luego no podremos llevar a un visitante amigo a que le tome fotos a las garzas y a las tortugas las que cancelaron el lugar como estación de paso. ∼ No habrá otro profesor José Sosa Chávez que la cruce nadando al estilo mariposa. ∼ Extrañaremos, ya, la tupida formación de nubes que se 396 José Luis desprendían de su evaporación. ∼ Extrañaremos igualmente las tomas de agua para el llenado de pipas aguas abajo de sus canales, con las que se regaban las calles sin pavimentar. ∼ La presa nació en el año 1946 y murió 50 años después tal como reza el inevitable dictum de la duración de las presas. Murió por aterramiento y sequía múltiples. Los personajes más importantes del siglo XX Jesús García Corona es el Hermosillense más importante del milenio. Junto a él otros muchos ciudadanos de la capital de Sonora han destacado el siglo que terminó. En todos y cada uno de los casos quizá el lector esté de acuerdo en que la duda, la pasión o el escepticismo no ensombrecen las virtudes de los que aquí menciono y distingo. La lista incluye a las vidas más frondosas que han desparramado sus bienes y acciones sobe nuestra importante ciudad, para hacerla más digna, más llevadera, más grande. No es pues, el presente, un ejercicio inútil, equívoco o malintencionado. Los aquí mencionados son considerados los hombres más importantes del siglo XX en Hermosillo. Esta lista puede considerarse un verdadero partenón ya que sus integrantes son o fueron personajes de sólida preparación y capacidad suficiente como para dejar huella en los años por venir. Incluso muchos de ellos vivieron vidas que no se repetirán jamás, ni en Hermosillo ni en ningún otro lugar. De tal forma que la biografía de cada uno de ellos, la de todos, o la de uno sólo, nos habla de la jocundidad y rotundez con que se debe vivir una era. Una era que recién acaba de concluir. Hoy que vivimos en una sobresaturación de personajes de grado cero e incluso en grados negativos, debemos redoblar nuestros esfuerzos por encontrar valores más puros, las virtudes más excelsas que habitan las voluntades de quienes se dan y se han dado para hacer 397 José Luis posible el conglomerado actual que busca, con incierta esperanza, ingresar al nuevo milenio. Dr. Alberto Hoeffer (industrial) Carlos Balderrama (político) Dr. Domingo Olivares (humanista) Luis Encinas Jhonson (maestro y político) Abelardo L. Rodríguez (benefactor de la juventud) Arnoldo Moreno (técnico) José O. Mazón (comerciante y humanista) Pedro Mahieux (agricultor y humanista) Alicia Arellano Tapia (gestora política) Juan de Dios Bojórquez León (político y humanista) Ramón Gil Samaniego (pionero político) Luis Gómez del Campo (comerciante) Félix Tonella (comerciante) Enguerrando Tapia (reportero) Porfirio Estrada Arras (cirujano) Ernesto Uruchurtu (político y humanista) Israel González (periodista) José Healy (periodista) Isauro Sánchez Pérez (músico y maestro) Alberto Estrella (vanguardista del teatro) Abigael Bohorquez (poeta) Jesús Tapia Avilés (periodista) Fernando Pesqueira (historiador) Gustavo Mazón López (comerciante) Enrique Mazón López (agricultor y humanista) Rafael Gil Samaniego (comerciante) Emilia Pesqueira Molina (caritativa) 398 José Luis Jesús Peralta (músico) Ramiro Saenz (industrial) Roberto Molina Aganza (comerciante) Benito Sesma Padilla (policía) José Díaz Lazo (industrial) Fernando Molina Escobar (comerciante) Dr. Carlos Michel (servidor público) Ladislao Pesqueira (comerciante y humanista) Roberto Valenzuela (agricultor) Dr. Alberto Noriega (médico humanista) Edel Castellanos (empresario) Ernesto Salazar Girón (maestro) Francisco Bojórquez Mungaray (líder) Héctor Vázquez del Mercado (comunicador social) Delfino Espinoza (peluquero) Gilberto Escoboza Gámez (humanista y cronista) Josefina Mazón López (comerciante) Rosaura Bernal (personaje popular) Bobby Thompson (personaje popular) José Biebrich Torres (piloto aviador) Alejandro Romo (comerciante) Javier Vega (cantante) Pedro Vega Ibarra (maestro) Gustavo Romero Carpena (publicista) Luis Morales Nuñez (comerciante) Miguel Angel Moreno Cota (periodista) Rosendo Ureña (músico) Epifanio Torres (trovador) Don Manuel Puebla (ferretero) 399 José Luis Teodomiro G. Serrano (financiero) José Sosa Chávez (músico compositor) Mauricio Sáenz (músico) Ernesto Abril Coburn (maestro) Alberto Gutiérrez López (avicultor) José G. Gutiérrez (industrial) Amós Ruiz Girón (apóstol del árbol) Alfonso Durazo (vanguardista del restaurant) Enriqueta de Parodi (periodista y escritora) Juan Navarrete y Guerrero (apóstol) Ramón Palacios (héroe ignorado) Esteban Sarmiento (párroco y escritor) Jaime Salcido Lizárraga (forjador espiritual) Elíseo Ramírez Álvarez (maestro y comunicador) Rafael Arias Córdova (comunicador) Sigifredo Arredondo (odontólogo) Guadalupe Fimbres de Abril (maestra) Fernando Gándara Magaña (turistero) Buenaventura Pro (servidor público) Francisco N. Tamayo (comerciante y mecenas) Santiago Cota de la Torre (artista) Marco Antonio Félix (escenógrafo) Santiago Lozano Barajas (comerciante) Pablo López Cortez (constructor) Remigio Agraz (innovador de las comunicaciones) Sergio Torres Serrano (ganadero) Miguel Ángel Figueroa (comerciante) Jesús Soots Hernández (artesano) Enrique García Sánchez (maestro) 400 José Luis Felícitas Zermeño (maestra) Eduardo W. Villa (historiador y maestro) Fausto Soto Silva (comunicador) José Ramón Fernández (industrial) Rubén Gutiérrez Carranza (forjador de juventudes) Carlos Rodríguez Pérez (transportista) Jorge Cons Figueroa (empresario del transporte) Federico Sotelo Ortiz (ortopedista y mecenas) Guadalupe Olea Franco (pionero de la costa) Humberto Valdés Ruy Sánchez (servidor público) José Carreño Carlón (comerciante) César A. Gándara (empresario) Germán Tapia Gámez (maestro) Manuel Robles Linares (agricultor) Aureliano Corral Delgado (maestro) Luis Robles Linares (urbanista hidráulico) Gilberto Gutiérrez Quiroz (politólogo) Francisco Hernández Torres (periodista) Oscar Pinto Luján (caminero) Jorge Cristópulos Granillo (técnico hidráulico) Guillermo Tapia (comerciante) Enrique Tapia (comerciante y hotelero) Abelardo Casanova (periodista) Manuel Torres Escoboza (ganadero) Pedro Valenzuela (ganadero) Reynaldo Fernández (ejecutivo de ventas) Santos Gutiérrez L. (comerciante) Fernando Bojórquez Carranza (técnico en radio) Manuel Paz León (personaje popular) 401 José Luis Francisco Dávila Bernal (discjokey) Octoniel Zazueta Barceló (vanguardista del comercio) Dora León Paz (científica) Melchor Márquez Díaz (medico humanista) Jaudiel Zamorano (innovador social) Luis Hoeffer Fierro (vanguardista de la comunicación) Genaro Encinas Ezrré (politólogo) Ulises Macías (pastor de almas) Aureliano Urías (editor) Luis Urrutia (agricultor) Manuel Torres Serrano (agroproductor) Roberto Gómez del Campo (empresario) José María Oceguera (maestro) Armando Quijada Hernández (maestro e historiador) Amadeo Hernández Coronado (maestro) Rafael Terán Franco (técnico humanista) Apolinar Borgo (agricultor) Roberto Romero (urbanizador) Luis Joris (humanista) Epigmenio Castillo (industrial) Jesús Larios Ibarra (político) Francisco Woolfolk Valencia (servidor público) Francisco Bojórquez Pesqueira (constructor y benefactor de la niñez) Dr. Carlos Rombold (investigador) Manuel Puebla Peralta (investigador) Heriberto Lizárraga Zatarain (comunicador) Dr. Moisés Canale (maestro y humanista) Homero Estavillo (comunicador) 402 José Luis Ing. Manuel Canale R. (técnico inventor) José Alberto Healy (periodista) Felipe Medina (comerciante) Mariano Katase (promotor social) Francisco Gallardo (comerciante) Luis Cázarez Villa (comerciante) César Lagarda Lagarda (técnico hidráulico) Luis Salcido Lizárraga (industrial) Herminio Ciscomani (agricultor) Carlos D. Fernández (técnico hidráulico) Enrique Salazar Q. comerciante) Francisco Salazar Q. (escritor y político) Ramón Corral (político) Adolfo de la Huerta (político y humanista) Francisco López Palafox (promotor político) Horacio López Díaz (promotor deportivo) Ricardo Acedo Samaniego (comunicador) José Ángel Partida P. (comunicador) Alfonso González (agricultor) Enrique Celis Bernal (personaje popular) Enrique Contreras (escritor columnista) Lic. Armando López Nogales (político) Moisés Zamora (periodista) Agustín Zamora (escritor costumbrista) José María Licona (humanista y agricultor) Víctor Alcaraz O. (publicista) Roberto Sánchez Cerezo (politólogo) David Ramonet (industrial) Jorge Valdés Muñoz (ciudadano ejemplar) 403 José Luis Casimiro Navarro Valenzuela (politólogo) Julián García Pesqueira (agroindustrial) Alfonso y Fernando Morfín (optometristas) Elvira Murillo (personaje popular) Francisco Guámara Gastélum (personaje popular) Carlos Fitzgerald (personaje popular) Ignacio Soto (industrial político) Francisco Gándara (cantinero) Fernando Aragón (maestro) Mercedes Torres (personaje popular) Fernando Portugal (maestro) Soledad Leyva (maestra) René Montaño Terán (servidor público) Dr. Ruperto Paliza (doctor y maestro) José Melquiades Hernández (optometrista) Adalberto W. Portal (optometrista) Jesús Astrain Sánchez (fontanero) Manuel Calvario (personaje popular) Agustín Morales (comerciante) Isela Vega (reina sin corona) Melchor Garay (agricultor) Alberto Calzadías Barrera (aviador) 404 José Luis Razones para vivir en Hermosillo Porque queda a 2 mil kilómetros del Distrito Federal Porque dondequiera puede entrar uno a una fiesta de gaviota Porque los lunes no se trabaja Porque se puede ametrallar una casa de los Lagos y nadie vuelve a saber del agresor Porque si no hay estacionamientos en el centro se puede dejar el carro adentro de la Universidad Porque el agua que tomamos del garrafón es la misma que sale por la llave Porque en el Caffenio te puedes estar sentado todo el día chateando de gorra Porque en la plaza del hot dogs (antes Zubeldía) se puede encontrar de tocho morocho, incluso hasta hot dogs Porque se puede admirar la ruina más costosa y más inútil que se haya construido jamás: la presa Abelardo Porque se pueden cruzar apuestas para saber si en la lluvia de agosto los túneles tan angostos que dejaron bajo el Blvd. Colosio podrán contener todo el escurrimiento del Norte de la ciudad Porque ya nadie consume menudo con pata, sólo mc nugett y mc trío Porque es la única ciudad donde muchas calles tienen elevados túmulos o topes para recordarle a los automovilistas de Navojoa que deben reducir la velocidad Porque Jordán, quien pintó la virgencita del cerro, tuvo el acierto de hacerlo a un lado de la carretera Porque Liverpool no tiene talla de zapato mayor al número 8 Por el mirador Norte del bulevar Morelos donde se ve a Hermosillo de espaldas. Para ver a los futbolistas que juegan a pleno sol de agosto 405 José Luis Porque la mujer que usa rebozo y la que utiliza sombrilla inconfundiblemente son de Navojoa Porque la crisis que viene a Hermosillo trae un paso tan lento que de aquí a que llegue ya los norteamericanos habrán tirado el piojo Porque hay más lavados de carros que tanques de almacenamiento de agua Porque las semitas de Rayón, los ponteduros de Ures, el bacanora de Arivechi, las empanadas de San Pedro de la Cueva, el piloncillo de San Rafael, el guacabaque de Torim, las obleas de Basconcove, las lisas al carbón de Huatabampito, la pepitoria de Mazocahui, el jamoncillo de Mazatán, los livais del Jc Penney, el crak de San Francisco, el cristal de Phoenix, la golden de Acapulco, todos los encuentras aquí. Porque aquí vive el gobernador más inteligente y simpático de los Seris Porque los chotas aceptan tarjetas de débito o te acompañan al cajero para que te moches Porque ya está cerca el ocaso de la tiranía rectoríl universitaria impuesta por los químicos Porque es la única ciudad del mundo donde encuentras tipos que usan gorra de beisbol y bota vaquera y otros calzan tenis y sombrero tejano Porque a pesar del piojillo todavía encuentras a uno que otro compa que en la cantina se atreve a dispararte una ronda Porque ya no se requiere saber nadar para cruzar la presa Abelardo Porque todavía hay casas donde te ofrecen agua en guari Porque en la biblioteca Central hay buena refrigeración pero no el libro que buscas Porque antes, durante las noches se oía el rebuznido de un asno a un kilómetro de distancia engullendo todo el silencio de la noche. Hoy en cambio se oye el tableteo de una cuerno de chivo, engullendo el honor militar 406 José Luis Lecturas en Hermósito. . . ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ Catecismo del padre Ripalda. La novena de San Judas Tadeo. El Burro ilustrado de Abelardo Casanova. H. T. Lara del semanario El Inversionista. Las esquelas del Imparcial. Los avisos oportunos del Imparcial. Las ofertas del Imparcial. El nivel de almacenamiento de la presa. Los letreros de la zapatería del Dr. Dávila: “aquí se fabrican botas Fox, con piel de chupacabra”. El periódico mural de la Sociedad de Historia. La columna de Armando Vázquez. La columna de C. Verdugo. La columna de FEGUIMEL Las entrevistas quincenales de la guapísima señora Irisdea. La columna Sin Protocolo. Cualquier columna del Zancudo. Todo lo que escribe Ismael. El tablero de Lalo Gómez Torres. Los mensajes publicitarios de la Portada del Ing. Juan de Dios Bojórquez. Los volantes a full color que edita Ario Amadis. Los trípticos herbolarios del Mercado Zazueta. Las recetas del eminente naturista Dr. Antonio Araujo. Las cómicas declaracions de Francisco Búrquez. Los pies fotográficos de la Cerrajería Cota. Los recuerdos inscritos en las piedras del Cerro de la Campana. 407 José Luis ∼ Los grafitis de las bardas universitarias y paredes del Museo. ∼ Las ofertas del Chapoide. ∼ La profesional columna de Francisco Ruiz Quirrín. ∼ Las colaboraciones de Feliciano Espriella. ∼ La Columna Huésped del Chico Pavlovich. ∼ La Columna Huésped de la Sra. Abril de Torres. ∼ El letrero con los precios de los tragos en la Cantina el Campo. ∼ Los pies de foto del interior de la Bohemia. ∼ Las históricas leyendas y epígrafes de la cantina Gandarita. ∼ La marquesina exterior de las salas de Cinépolis. ∼ Los nombres de los desfondados cuentahabientes que giraron cheques contra la tienda Masa, en el área de cajas. ∼ El menú del desayunadero de Panchito Arvayo. ∼ La contrapared del edificio Peralta donde todavía puede leerse “hay naranjas, tome Missión”. ∼ La libreta de Engue. ∼ Los globos de marent. ∼ Los globos de Juacer. ∼ El letrero de la cantina La Arboleda: “Prohibida la entrada a mujeres, uniformados, boleros y personas armadas”. ∼ El letrero de entrada a la pescadería El Arrecife: prohibida la entrada a vendedores de publicidad, locutores y periodistas”. ∼ La advertencia hogareña: “Este hogar es católico, etc.”. ∼ La chispeante columna de Lichi Duarte en el Católico. ∼ El maximista letrero universitario: Máxima libertad dentro de un máximo orden. ∼ La ingenua disposición municipal que conmina al público a no tirar basura de lo contrario se les multará con 4723.00 408 José Luis ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ ∼ pesos. Los anuncios de la barda del estadio. La placa del monumento a Jesús García que también se robó Jorge Valencia Juillerat. Los epitafios decimonónicos del cementerio Yañez. La advertencia conductual del bar El Latino: “Prohibido decir majaderías tales como chinga tu madre, cabrón, pendejo, puto, etc.”. Las breves pero históricas leyendas biográficas de los fósforos de La Central. Las ofertas de WalMart. El lema del PAN: “Por una patria generosa, etc.”. La lista de los diferentes tipos de cafés y sus precios que hay en el Mercado No. 1. La lista de la variedad y precios de las tortas Las Humaredas. Los vergonzosos letreros en los escusados de mujeres del Colegio Lux. El canto al menudo de Facundo Bernal en el Mercado. El letrero de la Cantina el Gran Taco: “No está el bato que fía, fue a partirle la madre a uno que le debía”. El vetusto letrero de Casa Oloño: “Señor Fiado se murió, Mala Paga lo mató”. Oportunidades de José Rafael Aguirre. La columna de Carlos Moncada en el diario del Pay. Las recetas que vienen en el mois. Los lemas científicos que aparecen en la portada del Ing. Juan de Dios Bojórquez. Las recetas de Miky Nacho en la Cruz Rosa. La placa inaugural de Radio Universidad: “Surcando los aires del noroeste de México, Radio Universidad eleva su voz de cultura”. 409 José Luis ∼ El indicador poblacional en la Carretera al Parque Industrial: “Hermosillo, 425,000 habitantes”. ∼ La placota de poca madre (4 toneladas de peso), con la alocución constitucionalista de Venustiano Carranza frente a la Casa de la Cultura. ∼ La placa inaugural de la Presa abrumadoramente llena de personalidades del mundo de la técnica y la política. ∼ La placa inaugural de Museo y Biblioteca (en realidad son dos) cayéndose de personalidades del mundo de la construcción y la política. ∼ Las tarifas por cortes de pelo de la barbería La Amiga del Pueblo: “Fletap - 1.50 pesos, tres rayas clavo oscuro - 2.00 pesos; tres rayas clavo claro – 2.50 pesos; cepillo, - 1.00 peso, de jícara o cacerola (a lo príncipe valiente, tipo Rolando el Rabioso,)- .75 centavos. ∼ El obligado letrero del escusado de caballeros del Mercado No. 1: “al llegar a éstas alturas, me pongo a considerar, lo caro que está la vida y en lo que viene a quedar”. O el otro: “Inútil cagar de aguilita, hay ladillas voladoras”. ∼ La columna del Chapito Romo cuando le tira chingazos al atarantado Búrquez y al traidorzuelo Ruy Sánchez. ∼ La pasajera leyenda en un billete de 20 pesos: “ojos que te vieron ir, cuando te verán volver”. ∼ La obligada lectura de firmas, nombres, sellos, lugares, fechas de un billete de 500 pesos. ∼ Los títulos de los libros de la Colección del Noroeste. Los puros títulos porque no los prestan ni a chingazos. ∼ El letrero que está detrás de cada puerta del tórrido hotel Autoparador, previniendo sobre la clase de compañía que se está invitando al cuarto. ∼ La coleccionable columna La Gotita que se intitula “¿Pistea el Gobernador? ∼ La coleccionable columna La Gotita que se intitula “¿Sabes quien se volvió puto? 410 José Luis ∼ La despreciable columna La Gotita, que se intitula “Efectivo Método para pistear cahuama” y también bajo la misma cabeza la otra que se intitula: “¿Porqué los sonorenses tienen reumas en los huevos? ∼ La infaltable columna de sociales deletreada meticulosamente, con fruición y deleite del Niñón Larios. ∼ La literatura sobre la cantidad de beneficios del nuevo sistema SIRVE de gasolinera Molina. ∼ El letrero sobre la defensa frontal de un ruta 4: “mira mamá, ese fue”. ∼ La inteligente denominación empresarial “Agua de Hermosillo, para los hermosillenses”. ∼ El letrero en cierto taller de ebanistería: “Vamos a juntar virutas en casa del carpintero, las cambiamos por dinero y nos vamos con las putas”. ∼ La leyenda en los baños del canal Telemax: Los problemas que hay aquí, ya se hubieran terminado si se curaran de raíz con ungüento del soldado”. ∼ La leyenda en los baños del canal Telemax: Si con un canal, el pelonano, pervirtió a la especie humana ¿qué no harán en Chingatlán, teniendo tanto Romano? ∼ La leyenda en los baños del canal Telemax: Sergio Romano querido, si tienes a quién temer no le temas al qué dirán, lo que si debes temer a lo que teme Terán (cazador de guachos). ∼ Todavía hay más lecturas en Hermosillo. 411 José Luis Gobernadores Feos Cuando estamos en la sala de gobernadores de Palacio de Gobierno aquí en Hermosillo observando los graves cuadros con las solemnes fotografías de quienes han ostentado la alta magistratura, nos imaginamos que esos personajes del poder se pusieron en manos de los fotógrafos oficiales, para presentar sus mejores rasgos, en un día claro y luminoso en que sentían y presentían que su mejor aura los coronaba. Por supuesto que desistieron de presentarse ante la cámara después de una noche de pesado insomnio de estar dándole vueltas y revueltas a los más peliagudos problemas de la entidad o se negaron igualmente a posar luego de un amanecer en que los párpados cuelgan como arracadas de gitana por la tanda de encendidas libaciones del día anterior. Así, en los retratos que vemos colgados en el salón abierto para el caso, es necesario observar tanto el arte vertido por el artista de la lente como el reflejo de la personalidad del gobernante. La oportunidad nos brinda la satisfacción de repasar la caucásea cara de un Luis Encinas que aparece con unas gafas oscuras que semejan el antifaz de quien concurre a una fiesta de carnaval para no ser reconocido fácilmente o el miniembozo que calzaba Zorro en las películas protagonizadas por Errol Flyn. Atisbamos la cara de quien fue el gobernante de un período mutilado por la ciencia discordante de la política a la mexicana, Carlos Armando, y nos damos cuenta de que ésta ha sufrido una trastornante mutación que opera en desdoro de las finas facciones de quien ha sido hasta el momento el indiscutible adonis del parnaso gubernamental sonorense. Ello pudiera explicarse con lógica y hasta fácilmente deduciendo que como el conjunto de todos los restantes no han sido tan favorecidos por la apostura varonil, entonces, aquél que encargó las pinturas de todos los demás, cuidó muy bien de aconsejarle al artista desdibujara las mejores facetas del apolo de la política estatal. Así, aparece demacrado, como recién salido de una desgastante sauna o pillado al final de una carrera espectacular en cuyo recorrido hubo sangre, sudor y lágrimas, concluyendo con que sus persecutores lograron apresarle. Consideramos en el recorrido el hecho apabullante de que abundan los buenos mozos y la piel blanca en medio de excepciones notables 412 José Luis como el apiñonado semblante de Calles, la cetrina y redonda cara de Obregón, el leonado rostro de Adolfo de la Huerta, la ambarina cara de Faustino, la pajiza de Elías y las francamente morenas de Manlio y Yocupicio. En la hilera de referencia aún no aparece la cobriza catadura de Armando López Nogales. El primer miramiento hacia el cuadro de don Chale Lafontaine nos sobrecoge el corazón y hace que nuestra cara dé un giro de espanto: da el más cercano look a ese locutorpe…lón de cierto canal oficial que trae en entredicho sus finanzas. Pobre Don Carlos, las nuevas generaciones creerán que éste notable caballero fue oriundo del Detritus Federal así haya gobernado a Sonora interregnamente. Examinamos los talantes de Ramos, Topete, Anselmo, Bay y otra vez salta al escrutinio la efigie de Manlio, personaje cuyas facciones están francamente apegadas al formato de un mestizaje poco favorecido por la naturaleza. . . El rondín por ésta galería nos muestra igualmente que durante muchos años los retratos oficiales que se le hacen al gobernador han sido concebidos en un estilo muy convencional en los cuales la faz tiene un aire muy imperativo que trata de amasar con una sola mirada los símbolos del poder gubernamentoso: astucia, malicia (la catadura de Faustino, por ejemplo, es tenebrosa y enteramente desprovista de piedad en la mirada, antes al contrario, su gesto más notorio está tocado por una profundidad impía) vigor, talento, brillantez, enmarcado todo ello en unas elegantes galas para resaltar los relieves del mando. . . El curioso de éstas fotografías advertirá que hubo algunos que llegaron y se sentaron frente a la cámara y apuraron exigentemente al fotógrafo para que el evento se desarrollara lo más rápido posible, demostrando en el voluntario reflejo una determinante fotofobia. Quizá uno de ellos haya sido el general Abelardo quien aparece de un minúsculo “tres cuartos” con el ojo del interior ensombrecido como si minutos antes de estar en el estudio fotográfico hubiese contendido en un intercambio de jabs tocándole en la repartición un noqueador y esférico ojo de cotorra. Como el de aquellos que urgieron al artista de la lente a hacer la instantánea tomando el mejor ángulo y una copiosa cantidad de ensayos hasta llegar a la foto ideal. Este es el caso de Manlio de quien me dicen aprobaba una foto suya luego de setenta sesiones de poses. Por ahí deben conservarse, 413 José Luis en el basurero de los estudios fotográficos algunas diez mil de sus “mejores” fotos y diapositivas color con un total de ocho mil negativos. Se dice también de éste hijo de la colonia Irrigación que en el momento de posar daba incesantemente consejos al fotógrafo y aún le pedía tomar él mismo las fotografías, llegando al extremo de que cuando no le satisfacían, protestaba pidiendo con enérgica vocalización de su tono crispado y artificial que quería una donde saliera “bien chingón”. . . También los sonorenses pensamos que la costumbre de conservar ésta galería de la fachada rostral de los gobernadores obedece a la circunstancia de idealizar, de conservar el lado agradable del poder o por el contrario, privilegiar la realidad y hacer de quienes han gobernado a Sonora, miembros de una familia como las demás. En éste caso la foto de Alejandro Carrillo, el personaje de más penetración. . . en la tercera edad, apenas nos da una pálida idea de que éste rancio varón nacido en Hermosillo en el tiempo en que el tiempo no se contaba, fue en sus arcaicas juventudes un “buen mozo”. En su retrato de mandatario aparece atacado por los ultrajes de los años, algunas muchas arrugas en el semblante, el pelo redomado con cosméticos capilares de sala de belleza veterinaria o más bien de maquillaje de capilla ardiente, enteramente blanquecino, con aire más serio que distinguido que explica la acumulación de preocupaciones por las que hubo de pasar –durante sopetecientos años- para llegar finalmente al domicilio de Comonfort y Paliza allí en la colonia de Las Palmas. El semblante de Ocaña aparece tocado por un severo desvelo que mantiene al rostro en un estado de postrada estupefacción o incredulidad, como el que ponen aquellos a los que se les ha anunciado que se han sacado el gordo de la Loto en Estados Unidos. Se extraña que a esa edad no haya podido dominar la naturaleza de su pelo y que a la sesión de fotos haya llegado sin tiempo para darle un ligero masaje de champú a su cabellera. A Félix Valdés le ocurría según podemos mirarlo en la incomodidad de su fotografía, que las cámaras fotográficas, las de televisión y hasta las de gas, no eran precisamente sus aliadas ni mucho menos el medio adecuado para develar los encantos de su personalidad que según su secre particular, el delicado e irresuelto Chelelo, ni los profesionales de la foto como Memo, Rolando y Conrado fueron capaces de trasmitir en esos larguísimos seis años, con que se castigó 414 José Luis injustamente a la sociedad sonorense, sus particulares cualidades y sus expresiones originales, recordando que una de ellas era aquella sonrisa expansiva y cortante que podía brillar tan cálida como gélida, la desaparición repentina de la misma, cuando uno menos lo espera, como si la alegría del momento hubiera recordado a éste ingeniero caminero que él no debería dejar entrever de su personalidad sino aquello que es compatible con su rol impersonal de gobernante. En lo particular, y que me perdonen todos los sonorenses que en el inclemente verano de 1985 votaron por él, cada que veo su cuadro en el salón que me ocupa, me figuro que el ingeniero carretero veía en los precisos momentos en que lo estaban retratando, vomitar a alguien delante de él. . . Que esta columna haya escogido el tema de las fotografías de los gobernadores sonorenses no tiene nadie porqué asombrarse pues se trata de buscar frenéticamente en todos lados el detalle de sus vidas. Describir el fenómeno más como una trivia sería un equívoco. En ello los retratos oficiales han dado lugar a un evidente contrapunto. Las fotos han constituido y constituyen, hoy que nos gobierna un personaje que no sabe reír con toda la cara, el cuadro visual que modela no solamente nuestro parecer del poder en Sonora, sino el punto de vista que éste ha querido imponer sobre él mismo. Algo así como una doble necesidad de parecer accesible a los gobernados, siempre, claro, guardando las debidas distancias. Me adelanto a vaticinar que la cara allí de Ramón Corral, no será tan privilegiada por allá en el 2003 como la que ostenta su galante y garboso bisabuelo en los primerísimos años del siglo inmediatamente anterior. 415 José Luis Guía para reconocer a un sonorense Los sonorenses son mexicanos muy diferentes a los que habitan en el resto del país. Ni siquiera guardan la más mínima similitud con sus vecinos de Baja California o Chihuahua, pero ni mucho menos con los que viven en el bravío estado de los once ríos. Por lo contrario, es una clase de ciudadano que tiende a permanecer separado de los demás por sus prejuicios y costumbres. Parecería inaudito en otra parte de la república y atentatorio contra los elementales derechos de los hombres que aquí alguna vez un policía haya puesto tras las rejas a un tipo que deambulaba la vía pública llevando cinto a la vez que tirantes para detenerse los pantalones. Empujado por sus cavilosidades, el mismo policía, no se tentaría el alma para encerrar durante algún tiempo rehabilitador a quien vistiera pantalón de pechera o gastara un fino peluquín encima de su reluciente calva. No obstante las altas temperaturas que se registran en la entidad, jamás algún morador de éstas tierras cubriría sus pies con calcetín y huaraches. Llevado por sus escrúpulos, antes se colgaría del puente de fierro de la presa Abelardo que ponerse unos pantalones de dril blanco o darle “chinola” a sus zapatos. El residente de estas latitudes no emplearía nunca como artilugios de labor la visera plástica que porta la luz interior de la oficina y renunciaría a sus quincenas si el desarraigado empleador le exigiera servirse de los manguillos para no luir las coderas del saco. A despecho de las penetrantes influencias que durante décadas han experimentado los oriundos de este fronterizo y triangular Estado, nunca han dejado de ser ese grupo social, hereditario y endogámico, compuesto por individuos que generalmente realizan una actividad común, sobre todo profesional (ganadería, agricultura, mina, pesca) distanciados del arte manual (purero, cestero, sastre, tintorero, repostero, decorador, masajista, estilisto), sino que pertenece a un sistema jerárquico y rígido de estratificación social en el que existen marcados prejuicios, como por ejemplo, no casar con mujer rubia, americana o nativa de Chiapas, por no mencionar a las del altiplano central. El nativo de estas regiones, igualmente tiene como algo prohibitivo cambiar de lugar de residencia con la facilidad con que lo hace algún urbícola de la capital del país o algún otro connacional, digamos, del Valle 416 José Luis del Mezquital. Por lo demás, lo sonorenses se distinguen por tener una inquietud permanente por asimilarse a los habitantes de los estados de Arizona y Texas en la Unión Americana. Cada que se viste, tiene muy pendiente lo anterior por ello prefiere pantalones de gruesa mezclilla, cinto ancho, botas de prietas tonalidades y camisa con botones a presión y talle ceñido a la cintura. El paisano, una vez ubicado en cualesquier ciudad de Norteamérica no resistirá la tentación de comprar una bolsa de “dientitos” y chicle de “la flechita”, para ir comiendo mientras hace el recorrido cumpliendo con las exigencias de un bien llevado “shoping”. Ahora bien, quienes afirman que el sombrero es el símbolo cimero de la moda en Sonora, tratan autoritariamente de imponer un desatinado equívoco ya que la mayoría poblacional anda descapotada. Para ceñirse a la realidad no hay en el habitante medio un estereotipo de vestir ya que las recurrentes crisis económicas que han tenido que sortear también los avecindados de éstas tierras, han hecho con los usos en trajes y modas, una incomprensible batahola en la cual sobresalen algunos arquetipos. Digamos, el capiroteado: es el que viste de acuerdo a lo que encuentra rápidamente en el guardarropa, guayabera, pantalón vaquero y tenis, encima de la guayabera puede llevar chamarra de mezclilla y eventualmente combinarla con sombrero o gorra. Digamos, el electrizante: es el que porta materiales de vestir de alto voltaje que chisporrotean mientras camina; mezcla dracón con terlenca y orlón y el resultado es la generación de múltiples cortos circuitos. Digamos el texmex: va tocado de sombrero texano, bota punta sacahuico, pantalón “stretch”, camisa con botones amachambrados y de colores fosforescentes. Digamos, el tipo Ricky Martín: pantalón de patol con incontables pinzas alrededor del tiro y reducido en el tobillo, zapatos sin cintas, camisa de tonos pastel y el conjunto lo acompaña con celular de bolsita el cual es utilizado convenientemente como visera tapasol. Digamos el tarzánico: éste lleva camiseta que le descubre las potencias musculares obtenidas dentro de la densa atmósfera de un “gym”, va de tenis y gasta muñequeras para resaltar las venas de los 417 José Luis antebrazos. Digamos el chubili: es el que todo hace indicar cruzará un río o simplemente la acera de la calle, pantalón arriba de los tobillos, camisola dos tallas más pequeña mocasín y gorra de pelotero con el toldo al frente. Digamos el guerrero: lleva telas gruesas de mezclilla o lona; se toca con arete, tatuaje en las partes visibles de lo brazos y botas con estoperoles. Digamos el cholado: aquél que sobre nada en los pantalones chinos cinco o diez tallas más grandes que el portador, camiseta de telón de cine cuyas faldas rozan las rodillas, arete en la nariz y pelo teñido con fucsina de colores oro y guinda, prendas que necesitan la severa disciplina de caminar apoyándose en las puntas de los pies. Las damas han hecho una copia fiel de las modas que sirven a los hombres, con algunas excepciones en que parece se han puesto de acuerdo para ir ataviadas del mismo serio color del luto; éste tipo femenino va a todas partes de negro. Todos los arreos son de esa fúnebre tonalidad, medias, aretes y colgajos, no importando los rigores del termómetro. Un segmento de alarido público es el que forman aquellas que sueñan con ser protagonistas de telenovela las cuales visten como película porno. De la misma manera, el sonorense puede ser reconocido por su abultada bolsa de la camisola donde guarda una exagerada cantidad de papeles que forman su cedulario particular; una somera radiografía puede descubrir que contienen cachitos de lotería de sorteos en donde no se tuvo buena fortuna, oraciones milagrosas, algún trozo de cartón de alguna envoltura de pomada contra bichos, boletos de rifas, recibos de agua, luz, talón del cheque quincena, cajita de condones, la última charra de pancho Búrquez, etcétera. Mientras tanto, la conversación de un domiciliado en estas sedientas tierras se reduce a un máximo de cien palabras donde sobresalen, por su fuerza expresiva, hueva, machín, carrilla, la verga, añil, deste, onda, gasatumadre y la chingada. El sonorense es capaz de hacer una carne asada a la primera provocación, sirviéndose para el caso de cualesquiera estramancia, carretilla, bloques de cemento, bote mantequero o mezclero, parte delantera de un vw, aunque la mayor parte de las casas tienen construido en su patio un asador para tostar 418 José Luis hasta una vaca entera, jamás es utilizado pues los festejos ocurren por lo general lejos de la familia. El sonorense gusta de pasear en carro con el bote de Tecate anidado en el regazo, entre las criadillas, razón por la cual los coterráneos se quejan aún a edades tempranas, de punzantes reumas testiculares y bajo rendimiento catreril. Entre los mitos que adornan la naturaleza humana en cuestión, se encuentra la firme creencia de que los males físicos, espirituales y los derivados de la esquiva fortuna se arreglan con el pago de una “manda” a San Francisco,, en Magdalena; aventura peatoneril que puede iniciarse 500 kilómetros separados del lugar donde reposa el yacente varón. Si el intento por levantar el cuerpo del venerado santo es compensado con el increíble logro, puede pensarse con seguridad que el peregrino ha sido atendido por las divinas alturas y sus peticiones no tardarán en ser colmadas por los inabarcables caudales de la corte celestial; caso contrario, se repite al año siguiente el romeraje a pie, llevando como todo vestido el hábito y cordón franciscanos. En Sonora se sigue creyendo en los sueños, principalmente los que anuncian una buenaventura, en los números que se juegan a la lotería, el momio que se adquiere, debe tener una relación coincidente con la edad del comprador, fecha de nacimiento, número de hijos, tiempo transcurrido en la penuria, primera cifra de la placa automovilística, etcétera. Se hacen cálculos con los signos y se pide, sin dilación aquel billete cuya suma es idéntica al número obtenido en los cálculos. Si no se le atina al “gordo” queda como compensación la gratificación de que ya se tiene el propio número para jugarse en los sorteos sucesivos con renovada fe. Un mito paradigmático del sonorense es creerse descendiente de raza blanca, de antepasados de sangre nobiliaria, de abuelos que llegaron de lejos, menos de China ó del DF, mirando a través de ojos azules. El racismo se expresa de variadas formas: se aspira a tener hijos rubios y se duele de tenerlos “prietitos” y este menosprecio se extiende de quienes teniéndolos blanquitos miran la prole del vecino “muy morenitos”. El repudio llega a mezclarse entre bayos y cetrinos y se reproduce en el trato social: en un baile del Casino de Hermosillo, las morenas tienen menos probabilidades de ser “sacadas” a bailar que las blancas y pecosas. Prejuicio que difunde el gobierno y la televisión originados en las profundidades de la 419 José Luis época colonial. En Sonora, el hombre moreno va a la siembra, a la mina. El de color clarito a los comercios e industrias de ayudante o auxiliar. La mujer morena a la maquiladora. Al profesionista mestizo que casa con mujer blanca y acaudalada se le llama arribista o braguetero. Padece todavía la sociedad sonorense de pujos aristocratizantes. Es ésta, tan notable inclinación al racismo, lo que ha mantenido en el cartel de la gubernatura a personajes caucáseos y a modelos de galana presencia. Lo encontramos también, cuando se contrata al personal que debe servir a una administración pública o privada, son revisadas prioritariamente las fichas curriculares de los solicitantes que garanticen la albura epitelial y la mirada añil. Si el solicitante posee además, apellidos de reconocida estirpe genealógica (Ruibal, Astiazarán, Camou, Biebrich, Bojórquez), los principales puestos pueden considerarse ocupados. Esto es aceptado por la generalidad como si se tratara de una fuerza mayor a cuyos designios no vale la pena oponerle contratiempos. Los mestizos de piel tostada no son considerados, comúnmente, dentro del organigrama que va a la primera fila, se les canaliza a las ayudantías, mensajerías o ujiererías. Gobernadores ha habido que impusieron, además de la invariable cortapisa anterior, sólo a pálidos mancebos que revelaran plante y galanura. Y es que el público, que es pueblo, sabe que su alcalde o su gobernador no le van a servir para encontrar una mejoría social, pero al menos, se conforma con que sus mandatarios sean buenos mozos porque los va a estar viendo durante años. Mientras tanto, el varón sonorense se siente tentado a suplir las enajenaciones físicas que le ha impuesto la propia naturaleza, al desposeerlo de una silueta aceptable de su geografía posterior, de ésta manera ocupa hasta sus bordes, las bolsas traseras de su pantalón para lucir con postizos de papel o trapo, un “traspuntín” medianamente estético. El sonorense no lee, nomás mira. Los anuncios de la calle, la televisión, los monitos de los comics, las fotos en los periódicos. Se cultiva visualmente. El sonorense bebe de todo, bebe de a buenas: soda, cerveza, cebada, pamita, lo hace en tal cantidad, como si tuviera la necesidad diurética de extirparse alguna piedra en el riñón. En Sonora se da un extendido rechazo a la gente venida del sur 420 José Luis y muy principalmente a los que rebosa el Distrito Federal. A estos se les reconoce acremente como guachos y la idea general es de que estos connacionales se valen de usos y maneras lisonjeras y falsas para obtener las mejores posiciones en la escala social y en los negocios. Evidencia que demuestra que en la población aún persisten los viejos resabios que dejaron las sucesivas incursiones forasteras y el recuerdo de enfermedades y andancias que trajeron todas esas mudanzas. Aunque hoy, a través del espacio radioeléctrico, las costumbres de los guachos se tragan a la población nacional con sus modismos y parla chacharera, plena de hipocresías y simuladas convicciones; pero aún así el contexto envolvente no anula el carácter de unidades vitales que le dan identificación al sonorense medio y tradicional. Lo anterior no quiere decir que los de ésta tierra dejen de sentirse como un entidad social distinta del país, pero la verdad es que se niega a disolverse en el anchuroso mapa de la mexicanidad. Su cohesión perdura, goza de rango privilegiado dentro de la colosal masa humana de México. Aunque cada vez sea más necesaria una guía para reconocer a un sonorense. MAMÁ: SOY SIX PAQUITO En Sonora se bebe de a buenas. Más de la cuenta. Como si se jugara a una desentendida y gratuita competencia a ver quién bebe más en el menor tiempo. Como si se fuera a acabar. Toman sobre todo los jóvenes y también las muchachas y la naturalidad con que se asume la bebida es llamativa. En contrapartida, no se sabe de alguna agrupación juvenil que se divierta los fines de semana y hasta la madrugada sin consumir cerveza y aún sin refugiarse en bares o discotecas. No se sabe de jóvenes que busquen propuestas de entretenimiento alternativas al consumo de bebidas alcohólicas en establecimientos con muy elevado volumen de música. En cambio, sí, más de la mitad de las adolescentes consumen cerveza de forma habitual, especialmente los fines de semana. Hay, desde las autoridades, la iglesia y la escuela una tolerancia social hacia el alcohol que no existe respecto a otras drogas legales o ilegales. Unos 200 mil sonorenses levantan el tarro o esconden en la entrepierna el 421 José Luis bote de la cerveza en un intento por no derramar el preciado líquido efervescente. En el estado el 50 porciento de los jóvenes muertos en accidentes de tránsito en los fines de semana presentan un índice de alcohol superior al permitido. No obstante ello, no se sabe de algún grupo juvenil que haya dejado de acudir a los locales de copeo y cerveza para disputar competiciones deportivas o sumergirse en la lecturas de sus obras predilectas en la biblioteca (?) del barrio. Así, la cerveza se lleva en sobredosis un número mayor de víctimas que las drogas ilegales. Por desgracia, tenemos que reconocer que el consumo de bebidas espirituosas es algo tan sagrado para los usos actuales como ir de rodillas a ver a San Francisco en Magdalena. Para el caso, el primer bártulo de viaje que se busca es la hielera ya que el fervor dura lo que dura la cerveza. El problema, que cada día crece, al parecer imparable, es cultural más que sanitario. La identificación de la bebida con la masculinidad y la rebeldía y ahora con la masificación del llamado “feminismo”, en donde la igualdad comporta lo negativo, forma parte de la vida social de la comunidad sonorense. Mientras tanto, la sociedad nuestra, bienpensante, produce, anuncia, propaga, tasa y vende a los muchachos lo que podría ser el instrumento de su propia ruina. Hay la idea comúnmente aceptada, de que el gobierno no está actuando como corresponde; se dice que tiene en éste aspecto mucha tarea por delante y no puede esperar más tiempo para utilizar todos los instrumentos de que dispone. Pero nadie, ni las autoridades ni los maestros ni las iglesias quieren tomar el toro por los cuernos por temor de perder popularidad o aparecer timoratos y anticuados o por esa dejación ideológica que nace de falsos idealismos. Nadie quiere meter mano para controlar a una industria que aquí en nuestro medio hace crecer sus ventas anualmente un 15 por ciento; con utilidades netas en centenares de millones cada año. El crecimiento en la región de la cervecería ha sido el resultado de un aumento en el poder adquisitivo que ha hecho aumentar la demanda doméstica. El aumento en la demanda también ha estado generado por el crecimiento en el consumo colectivo de bebidas, así como las actividades competitivas y de promoción que los participantes de la industria llevan a cabo por todos los medios en los deportes, en las 422 José Luis justas estudiantiles y también, triste es reconocerlo, en las kermesses de no pocas iglesias, impulsando el crecimiento de los volúmenes de cerveza colocada en las ciudades de la entidad, en donde las altas temperaturas juegan un papel favorecedor de la demanda. Así que por esa forma de sumisión y renuncia la cerveza es hoy por hoy en nuestro medio un elemento formativo de la canasta básica. Una especie de moneda social. Mediante ella se expresa, con una fuerza indiscutible, la conducta mayoritaria. Su consumo y posesión dictan, a querer y no, el basamento de las categorías sociales. A través de su espumoso líquido ambarino se observa el palpitar del grupo comunitario y sus efectos etílicos extienden una soberanía extra que no está considerada en códigos, costumbres o usos escritos. La cerveza en Sonora provoca vida y velocidad. Levanta y hunde. La cerveza, sea de bote o de a litro, preside el rato espectacular del pudiente y del desposeído. Corvea al más pintado, vuelve feo al más galano y al más feroz lo dulcifica. Nutre la voluntad de aquel que por su cortedad no se anima a bailar con la joven pretendida y ésta, en el éxtasis de un brindis cervecero, acepta al primero que quiera “sacarla”. La cerveza torna dúctil el ánimo más reacio y da templanza al que de ordinario le tiembla la mano. Quizá por ello y por la tradición secular, los de Sonora toman mucha cerveza toman de a buenas como si compitieran en un concurso de Bavaria. Las mayorías apuestan sus salarios líquidos a ese líquido postrante y disiposo y también quizá por ello, por la abundancia con que lo hacen, reverdecen los campos que se irrigan con nuestros drenajes. Es difícil para un sonorense con un conocimiento mediano de la historia, observar la actual preeminencia de la cerveza sin sentir una especie de presentimiento. Recuérdese que la tolerancia cultural sonorense a la cerveza cumple ya 150 años. El derrumbe de otras marcas cerveceras en la entidad y la incapacidad para lograr un producto que sea hoy el depositario de las colectivas preferencias, han terminado por elevar a culto y monopolio de facto, la marca que elabora Cuauhtémoc. Muchos consumidores de Tecate están convencidos de que la actual buena fortuna de esta cerveza durará por mucho tiempo. La apreciación no es errada ni gratuita ya que se tuvo que llegar a ella rebasando las 423 José Luis incursiones que a veces con medianos logros, obtenían otras bebidas que terminaron por convertir a Sonora en una amplio canchal de experimentación cervecera. Dígalo si no, la tenacidad con que entraron promoviendo a todo tambor las provenientes de Culiacán, que remitió grandes remesas de “Gallito” y “Humaya”, que llegaron a competir en el ánimo del mercado, posicionándose bajo la sugerente proclama de que estaban elaboradas con los refrescantes caudales de los portentosos ríos sinaloenses, y luego la presencia de “Mexicali” y “Suprema”, las dos más penetrantes marcas que habían satisfecho los gustos de la población bajacaliforniana y su naciente mercado turístico norteamericano. Por aquí por Sonora, como el caballo blanco, pasó lista de presente la complicada cerveza de barril “Cruz Blanca” y su envase de a litro “Adelita” que también pelearon, aunque sin el vigor de las anteriores, un espacio en el siempre sediento gañote de los sonorenses sin conseguir siquiera una menguada fortuna consensual. Lo mismo han hecho, desde tiempo inmemorial los productos de “Modelo” y “Moctezuma”, con resultados que francamente no rebasan la infranqueable raya que hace tiempo pintó aquí Tecate. Evóquese que los Hoeffer de 1900 declaraban a la prensa de los Estados Unidos que el suyo, era un imperio cervecero en cuyos dominios nunca se ponía el sol. La histórica Cervecería de Sonora sólo reconocía como a sus iguales los productos que de cuando en vez traía el tren de Laredo a Nogales, partiendo de los entresijos de la Unión Americana, con origen en Milwaukee, en las orillas del lago Michigan. La envasadora local de Hermosillo producía barril en dos presentaciones madereras con un líquido claro –High Life- pero con efectos ensoberbecedores para el tomador, era acompañado en el mercado por las botellas que guardaban los efluvios de “Centenario” y “Reina Blanca”. Desde entonces esta cervecería controlaba la totalidad del mercado sonorense y su imperio lo extendía a las entidades vecinas y algunas plazas de los Estados Unidos, además de invertir más dinero en concesiones y propaganda que el resto de las fábricas que operaban en otras entidades incluida Nuevo León. Entonces los de ésta tierra se pasaron todo el siglo anterior enterándose, en lo tocante a los 424 José Luis caldos cerveceros, que el sol se pone igual que sale. Pues su cerveza favorita que fue por más de 70 años la High Life tuvo entre otros reveses el de perder a su principal accionista y quedar en manos de una dinastía que no quiso reconvertir a la empresa ni averiguar más allá del expendio de la esquina si ya el paladar de los consumidores reclamaban otros impactos gustativos. Recuérdese que entonces la cerveza elaborada en Hermosillo con lúpulos y maltas traídos de tierras alemanas, casados aquí con el agua de pozos del barrio Las Palmas, que conoció las distinciones de reyes y príncipes, así como el contentamiento de los artistas que el cine consagraba en Hollywood, cedió su lugar a las marcas artilladas que ya esperaban el inminente derrumbe. El paladar de los sonorenses vaciló durante décadas antes de decidirse por la cerveza que hoy tiene para sí sola el timón del mando en el mercado. Pudiérase decir que ésta es una historia de preferencias y gustos, distante de la que hoy se escribe con derroches alcoholeros y poca generosidad de parte de los fabricantes para quien la patrocina magnánimamente. El asunto está en la superabundancia, en la manga ancha con que se promueve y consume y en los estragos que provoca en el cuerpo familiar sonorense. El de hoy es un mercado cervecero sin alma ni previsiones sociales, está dirigido a incrementar sus ventas a cualquier precio, caiga quien caiga, cuantos más mejor. La industria no quiere saber si sus consumidores son mayores o menores. La cerveza proviene de una holding que nada le devuelve a la sociedad consumidora, antes al contrario degrada y macera impunemente lo que tiene de sagrado y su futuro. La fuerza del mercado cervecero no está sometida a ningún control, está formada por una superclase de empresarios que rechazan toda obligación cívica, toda obligación social con sus favorecedores. Ven a la cerveza como un artículo industrial y no como una pieza que permita que la gente esté antes que las ganancias. De tal forma, que si en sus manos estuviera, de hoy en adelante harían hasta lo imposible por que a los niños los destetaran con cerveza. Mamá, soy six paquito. 425 José Luis Los 100 objetos representativos del sonorense Celular. Parrilla para asar carne. Casetera para oír a los Tigres del Norte. Un livai. Anteojos rayvan. Cinto con hebilla. Un traje negro para casarse, graduarse ó irse al ataúd. Una pulsera balance. Una pistola. Un cenicero de cobre cortesía de la minera de Cananea. El escudo de yeso de la Unison, “todo lo iluminan”. Un onapafa. Un pasaporte para los Estados Unidos. Una lista de direcciones con los teléfonos de los muy amigos, de los expendios de la Tecate, de Zazueta hierbas y del Dr. Araujo. Una carterita o un boleto de los sorteos Unison. Una llave para abrir puertas, útil para rascarse los oídos. Un paliacate. Un par de plantillas del Dr. Schol para refrescar los interiores de las botas. Un par de botas vaqueras. Una taza para servirse café en la oficina. Una bata para salir el domingo al porche de la casa. Unos tenis. Unos pants deportivos. Una camiseta regalo de la última campaña política. 426 José Luis Dos billeteras para el uso diario, cargadas con fotos, recibos, calendarios de bolsillo, facturas, vales, tarjeta ladatel, recetas y ningún billete, colocadas en ambas nalgas buscando dimensionar la rabadilla. El recorte de algún ejemplar de El Imparcial con algún suceso de barandilla. Un peinito de aluminio para alisarse el cabello. Un monito en el llavero, donde se representa la figura de un mexicano cabezón, chaparro, al cual se le oprime por la cabeza y aparece un pene descomunal como de hombre tres tallas más grande. Una oración para salir bien librado del viaje diario del ruletero. La más reciente edición de La Gotita. Una pastilla de chicle. Un rastrillo para la rasura, viejo y cuyo manguillo luce percudido por los repetidos enjuagues dentro del Palmolive. Un aparato receptor de radio, sin su cubierta, con los entresijos fuera y permanentemente situado en el 1580 La Grande de Sonora. Un almanaque. Otro almanaque. Otro almanaque. La Última Cena. La Guadalupana. Un perchero adosado contra la pared y deteniendo en su espacio triangular entre el muro y el repecho del mueble, los títulos de la casa, las boletas de calificaciones de los chamacos, la fe de bautismo, los ombligos de los diferentes alumbramientos en el hogar y, cuando menos, un cancionero Picot. Un frasco de mayonesa Ma Cormick enteramente lleno de tornillos y clavos. 427 José Luis Una alcancía de cochinito desfondada aviesamente de los cuartos traseros y con el tepalcate de cerámica mal pegado con cutex. Una vajilla celebratoria que yace sin usarse empolvada en un rincón de la alacena, para utilizarla en las grandes ocasiones. El cooler. Un anillo de graduación o el matrimonial. Un portafolios con el cierre de cremallera averiado donde se guardan las fotos del pasado particular, cuando la familia estaba integrada y completa. La foto de Luis Donaldo Colosio. La foto cuando Carlos Armando era gobernador. Una pala para revolver la mezcla sólo que sin el mango. Un mango de madera gruesa y basta para hacha, sin el mocho. Un curso de tensión dinámica de Charles Atlas, sin abrir. Unas “mancuernas” con el resorte vencido, que sirvieron para ejercitar los músculos de la muñeca. Un mapa de “carreteras de México” cortesía de Cerillera La Central. Una bolsa para trajes con el logotipo de Mazón, con el cierre a medio cerrar, vacía y con las hombreras jaspeadas por el polvo. Una cabeza rapada de blanco polietileno para colocar allí las pelucas y cortinas. Un alhajero de madera de olinalá sin tapa y con bisutería de aretes y collares, sin la presencia de ninguna alhaja. Un rimero de discos de 33 revoluciones con los forros luídos por la acción del sudor y la grasa humana, apilados cerca de la “consola” que únicamente sirve para oír a Fausto. Una ardilla disecada que luce un par de catotas de diferente color en las cuencas orbitales. 428 José Luis Medio bat “32” carcomido y astillado con visible pérdida de la pulpa del maderamen, aún con la marca comercial visible. Una lámpara de petróleo sin mecha y con el tubo roto y ahumado. Un grueso catálogo sin pasta, con la mayor parte de las hojas incompletas, cortesía de la Ville de París y con una abrumadora lista de enseres y objetos, ninguno de los cuales se ve dentro del hogar. Una cadena de oro tan maciza que puede servir para sacar un picáp atascado en el río San Miguel. Una gorra de pelotero, de colores indefinidos y veteados, con una inmarcesible leyenda comercial. Una herradura que cuelga en el vano de la puerta de entrada. Una “Royal Standard” con cuatro o cinco ganchos de la letra sin la cobertura correspondiente y con el “carro” bloqueado. Un litro de vidrio de botella prismática de cuello alargado, en cuya parte superior se lee: “un litro a la base de la corona”. Sucio por dentro y por fuera con restos del último líquido que contuvo y que terminó secándose, nido ahora de arañas. Un veliz del tipo petaquilla de dimensiones espectaculares y de forma cuadrangular, laminado y con botonadura de remache, que contiene la ropa de aquellos que ya están finados. Un catre de guangochi. Una lámpara de mano, sin batería y con el resorte en la caja del cierre botado. Un casco de lavativa con la manguera raída y el bitoque con tintes blanquecinos sobre su superficie deslavada, delatando la cantidad de veces que fue utilizado para los intestinos atrapados en una marcada afección estomacal. Un socket o calavera con todo y su alambre trenzado en donde 429 José Luis difícilmente se adivinan los colores originales percudidos ahora por el excremento de las moscas. Un par de gafas de montura rectangular de titanio permanentemente encima de la máquina “Singer”, para no errar los ensartes de la aguja. Un lupa montada en su propia cubierta de piel con su lente rallada y en su mayor parte opaca. Varios cascos de “Cahuama” debajo del lavadero y varios otros en distintas áreas de la casa. Un aspersor de DDT (bomba de fleet) en cuyo laminado se encuentran adheridas pelusillas y polvo. Llave destapador. El librito de San Francisco con su cordón amarillento. El escapulario. Vamos a mear al Sanborns La cota topográfica que seguía el canal principal de la presa trazaba una tensada curva cuyo arco pasaba lamiendo las traseras del edificio del Manicomio del Estado frente al Hospital General. Formaba en todo tiempo una deliciosa laguna que servía al recinto de los desvariados mentales como el depósito permanente de agua utilizada para regar sus arboledas. El espejo del estanque era el irrenunciable pretexto para no asistir al “anexo” de la escuela Alberto Gutiérrez y también para dejar vacías las aulas de la escuela primaria federal urbana Lic. Benito Juárez García, allá en las calles Pachuca y Tamaulipas. Aquellos que debían adentrarse en el conocimiento de la regla de tres simple y los quebrados con fracciones, tomaban la elevada compuerta del canal en aquel punto, utilizándola como el trampolín de los clavados y la bucada, que era la clientela habitual de ese remanso hídrico, se bañaba y zambullía empelotada. 430 José Luis Aquel modesto charco constituyó la primera bulliciosa alberca comunal que disfrutaron los del barrio sambenito. Fue el inabarcable territorio que sacaba de apuros a los que buscaban un wáter en su camino al trabajo. Durante muchos años la gendarmería municipal persiguió como delito de lesa villanía a los bañistas del manicomio. Era mucho el ruido y las molestias para los desvariados enfermos que ahí se albergaban. Era un espectáculo obsceno para la moral prevaleciente ver campaneándose tolongas y traseros mojados jugando con el agua en un natural contentamiento y en una bien avenida convivencia. Era una anunciación de campo nudista reservado solo a los infantes varones. La policía llegaba hasta las orillas de ese estanque y con cinturón en mano conminaba a la chiquillería a que regresara a sus escuelas o a sus casas. Nadie hacía el menor de los casos por enfrentar el diario quehacer escolar o las tareas hogareñas. Sencillamente el más manso de los nadadores volvía a sumergirse en las chocolatosas aguas hasta que los agentes se enfadaban de llamar al cumplimiento estricto de la letra del bando de buen gobierno municipal. Pero en venganza por aquel ominoso desacato cargaba con todas las ropas y pertenencias de los desobligados, castigándolos con regresar a sus casas descalzos, desde las orejas hasta los talones, dando en aquella todavía baldía parte de la ciudad el gratuito espectáculo de los primeros nudistas de Hermosillo. En el período provisional que le tocó cubrir al anciano gobernante Alejandro Carrillo Marcor, ese edificio estatal y el campo de béisbol del hospital fueron vendidos a la arribista iniciativa de los hombres de negocios, pues ya el bulevar Transversal era importante como ruta que conectaba a la ciudad con los valles residenciales y no era imaginable permitir que su iluminada, jardinada y tersa superficie de rodaje siguiera dando domicilio a esa zona que contenía a los delirantes y enajenados que en nada contribuían al “show business” de la plusvalía ilimitada. 431 José Luis Así fue como llegó el Sanborns ocupando con sus instalaciones las que habían pertenecido al claustro estatal. Hoy es un lugar que los hermosillenses mantienen como el sitio inmejorable para ir a orinar cuando la congoja vejigatoria se exacerba y no hay modo de tirar el agua entre los carros estacionados en los alrededores. Si no fuera por el Sanborns los consultorios de los urólogos reventarían de clientes. O las zonas que ocupan los edificios de Mazón, VH, y la Unison despedirían fuertes aromas amoniacales en todo tiempo. Es que Sanborns es el mingitorio mayúsculo y salvador que tiene la ciudad. Se ven entrar personas que llevan los ojos en blanco por la acuciante continencia y luego de un par de minutos tales señores se ven regresar por las puertas de salida con la satisfacción pintada en el rostro. El Sanborns es el aliviadero vejigal de hombres y mujeres. Tan es así que si alguien llega a comprar una revista o periódico en el lugar, los encontrará perfumados con los meados que alguien o muchos dejaron en sus páginas, probablemente los colores de las portadas de esas publicaciones fueran de mayor tonalidad si no hubieran sido desleídas por la corrosión amoniacal de los fluidos miccionarios. En el área de lavabos, tanto de varones como el de las damas en el interior del Sanborns, se suele dar un espectáculo demoledor para el olfato: el ambiente irrespirable con la jedentina ácida que emana de sus chamagosos sanitarios. Uno se está lavando las manos en esos mingitorios y de repente oye un rugido estremecedor que proviene del interior de uno de aquellos retretes que nadie limpia ni tiene en buen funcionamiento. O a la mejor se la lleva limpiando, sólo que la demanda excretora y miccional sobrepasa los esfuerzos de los sanitaristas. Allá adentro de las pequeñas cabinas escusaderiles oye uno a alguien que está luchando denodadamente por expulsar de su vientre toda una filosofía de las malas aromas acompañada de bajos arpegios musicales que salen por los tubos inferiores, filosofía que habrá de convertirse al paso de los minutos en una especie de adobe duro que flotará en el estanque del “W”, ni más ni menos que como aquellos barrotes insultantes que sobrenadaban en la superficie de 432 José Luis aquel delicioso estanque que tuvo el manicomio. Los gemidos angustiosos en la zona de pujidos (al fondo y a la derecha) se reproducen en los compartimientos vecinos en donde otros prójimos están enfrascados en la misma pelea contra sus abdómenes. Pero no se oye ningún efluvio al final, no suena la cadena, no se oyen las cisternas, al parecer todos siguen puntualmente los postulados de La Gotita, esto es cuidar el agua, nadie le “baja” al agua y aquel lodoso material antifloculante permanece arrogante en la superficie del sanitario durante horas hasta que su enorme ola expansiva y maloliente logra impregnar librería, penetrar por encima de las santas aromas de la pastelería, filtrarse por discos y subyugar a sus bajos encantos los agudos olfatos que en esos momentos inhalan esencias en perfumería. Cada terreno tiene una fatal vocación. Este fue en los tiempos del manicomio un estercolero y en los tiempos actuales una letrina. Uno ve entrar a Sanborns a elegantes ejecutivos, algunos trajeados, rubios, barbados, caritas, con portafolios lap top, a lo mejor llenos de contratos del fobaproa o de vencidos documentos del arbolito, jamás pudiera imaginar el común mortal que estos personajes que pertenecen a la puntual clientela del estirado cafetín, escogen a Sanborns no precisamente para comer sino para todo lo contrario. Lo que acontece en ese lugar divide a la clientela en dos: aquellos que no pueden comer demasiado porque los malos olores se cuelan hasta las servilletas y aquellos otros que silban mientras “obran y se peen”, como si estuvieran al raso del sol en el monte, en las mismísimas orillas de aquella casona que albergó a los idos de la mente. Quien elabora este ensayo no tiene culpa en que Sanborns sea el lugar diurético de la ciudad. El café, corre a raudales, al fin agua sobrecalentada que saliera por las cañerías, el bar sirve sin desmayo a su sedienta parroquia, los precios del menú sueltan el estómago, las comidas aceleran la más penosa digestión, los folclóricos atuendos de las meseras debilitan la más despierta libido de la clientela, los rostros chichimecas y mexicas de los gerentes con casaca roja 433 José Luis excitan el uretero, el desbordante desbarajuste parroquial interno precipita al circunstante a mearse de la risa o la contenida pena de ver tantísimo desempleado y brazo caído, también manos caídas y no pocos individuos singulares a los que no cabría ni la calificación de hombres pero menos la de mujer, invitan a viajar con rumbo al wáter. El amplio salón acoge el boom de la homosexualidad urbana que despliega igualmente los torrentes de su orina. Entrar a Sanborns es como ir a una clínica a que te operen del riñón o que te saquen la muela del juicio. Desde la entrada te dan ganas incontenibles de hacer la chí; más si aquel que penetra en su relujado lobbie va a hacerse pendejo toda la tarde hojeando revistas que nunca comprará y con el prurito localizado en la vejiga de que alguien podría llamarle la atención. No hay duda que ese tal Slim, viejo asantoclosado que nos hace el pelo con las tarifas telefónicas nos compensa los rigores protestatarios que nos produce el recibo mensual, con estos lugares que son los Sanborns, sitios siniguales para excretar y mear. Es una tienda, pero también es un excusado público. Es el gran obrador que le faltaba a la ciudad. El masivo espectáculo de quienes van a hacer de las aguas. Por eso cuando el joven invita a su despampanante compañera de esa tarde: vamos a tomar café a Sanborns, ella, que por reconcomios dietéticos no puede tomar sino agua, en realidad entiende, vamos a mear a Sanborns. 434 José Luis PLAZA ZARAGOZA 1999 La plaza Zaragoza de Hermosillo es el lugar de: ∼ Las citas indeterminadas. ∼ Los coloquios amorosos. ∼ Las procesiones religiosas. ∼ La banca de los desesperados sexenales. ∼ El sitio de los ambulantes. ∼ La cama de las huelgas. ∼ El rincón de los nostálgicos del poder. ∼ El punto de reunión de los lavacarros. ∼ La confluencia de padrinos consanguíneos. ∼ La cancha de las manifestaciones. ∼ El estudio de artistas de la lente. ∼ La pista de los caminantes. ∼ El campo de espías oficiales. ∼ El remanso de los remisos y jubilados de la vida. ∼ El paso obligado de burócratas. ∼ La locación de los místicos. ∼ El lugar en que te di el primer beso. ∼ Y te daré mi adiós. 435 José Luis 436 José Luis ANUNCIO 437 José Luis 438