ANEXO 2 CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES (Licencia

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ANEXO 2
CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES
(Licencia de uso)
Bogotá, D.C.,
10 de enero de 2013
Señores
Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J.
Pontificia Universidad Javeriana
Cuidad
Los suscritos:
, con C.C. No
, con C.C. No
, con C.C. No
1.026.264.403
1.013.609.896
En mi (nuestra) calidad de autor (es) exclusivo (s) de la obra titulada:
(por favor señale con una “x” las opciones que apliquen)
Tesis doctoral
Trabajo de grado
Premio o distinción: Si
No
cual:
presentado y aprobado en el año 2012, por medio del presente escrito autorizo
(autorizamos) a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente
licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se
indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida
será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación.
En consecuencia, las atribuciones de usos temporales y parciales que por virtud de la
presente licencia se autorizan a la Pontificia Universidad Javeriana, a los usuarios de la
Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J., así como a los usuarios de las redes, bases de
datos y demás sitios web con los que la Universidad tenga perfeccionado un convenio,
son:
AUTORIZO (AUTORIZAMOS)
1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos
de grado de la Biblioteca.
2. La consulta física o electrónica según corresponda
3. La reproducción por cualquier formato conocido o por conocer
4. La comunicación pública por cualquier procedimiento o medio físico o
electrónico, así como su puesta a disposición en Internet
5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o
gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la
Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines
previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas
facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y
condiciones
6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis
Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido
laureados o tengan mención de honor.)
SI
NO
X
X
X
X
X
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010
X
De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a
título gratuito por el máximo tiempo legal colombiano, con el propósito de que en dicho
lapso mi (nuestra) obra sea explotada en las condiciones aquí estipuladas y par a los fines
indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales
correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada
a la finalidad perseguida, sin ánimo de lucro ni de comercialización.
De manera complementaria, garantizo (garantizamos) en mi (nuestra) calidad de
estudiante (s) y por ende autor (es) exclusivo (s), que la Tesis o Trabajo de Grado en
cuestión, es producto de mi (nuestra) plena autoría, de mi (nuestro) esfuerzo personal
intelectual, como consecuencia de mi (nuestra) creación original particular y, por tanto,
soy (somos) el (los) único (s) titular (es) de la misma. Además, aseguro (aseguramos)
que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los límites
autorizados por la ley, según los usos honrados, y en proporción a los fines previstos; ni
tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a
la imagen, intimidad, buen nombre y demás derechos constitucionales. Adicionalmente,
manifiesto (manifestamos) que no se incluyeron expresiones contrarias al orden público ni
a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboración,
presentación, investigación y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es
de mí (nuestro) competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica
Universidad Javeriana por tales aspectos.
Sin perjuicio de los usos y atribuciones otorgadas en virtud de este documento, continuaré
(continuaremos) conservando los correspondientes derechos patrimoniales sin
modificación o restricción alguna, puesto que de acuerdo con la legislación colombiana
aplicable, el presente es un acuerdo jurídico que en ningún caso conlleva la enajenación
de los derechos patrimoniales derivados del régimen del Derecho de Autor.
De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la
de la Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos
propiedad de los autores”, los cuales son irrenunciables,
e inalienables. En consecuencia, la Pontificia Universidad
de RESPETARLOS Y HACERLOS RESPETAR, para
correspondientes para garantizar su observancia.
Ley 23 de 1982 y el artículo 11
morales sobre el trabajo son
imprescriptibles, inembargables
Javeriana está en la obligación
lo cual tomará las medidas
NOTA: Información Confidencial:
Esta Tesis o Trabajo de Grado contiene información privilegiada, estratégica, secreta,
confidencial y demás similar, o hace parte de una investigación que se adelanta y cuyos
resultados finales no se han publicado.
Si
No
En caso afirmativo expresamente indicaré (indicaremos), en carta adjunta, tal situación
con el fin de que se mantenga la restricción de acceso.
NOMBRE COMPLETO
No. del documento
de identidad
Rosmary Castaño Vargas
1.013.609.896
Francesca Fichera Rueda
1.026.264.403
FACULTAD: Comunicación y Lenguaje
PROGRAMA ACADÉMICO: Comunicación Social
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010
FIRMA
ANEXO 3
BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J. DESCRIPCIÓN DE LA
TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO FORMULARIO
TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO
Acercamiento a la percepción general y al debate sobre los alimentos transgénicos en
Colombia
SUBTÍTULO, SI LO TIENE
AUTOR O AUTORES
Apellidos Completos
Nombres Completos
Castaño Vargas
Fichera Rueda
Rosmary
Francesca
DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO
Apellidos Completos
Nombres Completos
Arbeláez
Oscar
FACULTAD
Comunicación y Lenguaje
Pregrado
PROGRAMA ACADÉMICO
Tipo de programa ( seleccione con “x” )
Especialización
Maestría
Doctorado
Nombre del programa académico
Comunicación Social
Nombres y apellidos del director del programa académico
Mónica Isabel Salazar
TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE:
Comunicador(a) Social
PREMIO O DISTINCIÓN (En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial):
CIUDAD
Bogotá
Dibujos
Pinturas
AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA
TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO
NÚMERO DE PÁGINAS
2012
105
TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” )
Tablas, gráficos y
Planos
Mapas
Fotografías
diagramas
Partituras
SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO
Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la
Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de
Grado quedará solamente en formato PDF.
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010
MATERIAL ACOMPAÑANTE
TIPO
DURACIÓN
(minutos)
CANTIDAD
FORMATO
CD
DVD
Otro ¿Cuál?
Vídeo
Audio
Multimedia
Producción
electrónica
Otro Cuál?
DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS
Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar
estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca
Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo [email protected], donde se les orientará).
ESPAÑOL
INGLÉS
Biotecnología
Biotechnology
Alimentos transgénicos
Transgenic foods
Esfera pública
Public sphere
Hambrunas
Extreme hungers
Soberanía alimentaria
Nourishing sovereignty
RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS
(Máximo 250 palabras - 1530 caracteres)
Español
El trabajo de investigación realizado contó con la asesoría de Oscar Arbeláez. Planteamos un marco
conceptual en dónde se explicaban los principales conceptos que encontrábamos al ir haciendo la
investigación. Seguido a esto, los conceptos se ubicaron dentro de un contexto histórico para ser más
claros con la presentación del tema a un público general.
En el segundo capítulo se escogieron los textos periodísticos más relevantes desde el año2005 hasta
el 2012 encontrados en la revista Semana y el diario El Tiempo para que fueran analizados aplicando
una matriz de análisis sobre la calidad periodística.
En el tercer capítulo se realizaron entrevistas a los actores principales en el debate colombiano
colombianos sobre los alimentos transgénicos. De cada capítulo se plantean unas conclusiones y al
final de los 3 capítulos se desarrollan unas conclusiones generales.
Inglés
The work of investigation carried out counted on the consultant's office of Oscar Arbeláez. We raise a
conceptual frame where the main concepts were explained that we found when being making the
investigation. Followed this, the concepts were located within an historical context to be clearer with the
presentation of the subject to a general public.
In the second chapter the more excellent journalistic texts were chosen from year 2005 to the 2012 found
in the magazine Semana and the newspaper El Tiempo so that analyzed applying an analysis matrix on
the journalistic quality.
In the third chapter interviews to the leading actors in the Colombian debate were realised Colombian
on transgenic foods. Of each chapter some consider conclusions and at the end of the 3 chapters
general conclusions are developed some.
PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010
Bogotá, mayo 30 de 2012
Señor:
José Vicente Arizmendi Correa
Decano Académico
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana
Ciudad
Respetado Señor:
Por medio de la presente, nosotras, las alumnas Rosmary Castaño Vargas y Francesca Fichera Rueda,
estudiantes de noveno semestre de Comunicación Social con énfasis en Periodismo, asesoradas por Oscar
Arbeláez, nos permitimos presentarle nuestro trabajo de grado titulado “Acercamiento a la percepción
general y al debate sobre los alimentos transgénicos en Colombia”, realizado dentro de los parámetros
establecidos por la Universidad Javeriana.
El trabajo desarrollado nos dejó como experiencia la aplicación de técnicas de análisis periodísticas en
diferentes contextos, además comprendimos, a partir de diferentes entrevistas, el trato que los medios de
comunicación le dan a un tema que debería ser de importancia para la salud pública, ya que los alimentos
transgénicos son consumidos por los ciudadanos.
Siendo un tema relevante para la sociedad, nuestro trabajo constituye una aproximación conceptual,
contextual y metodológica de la información que recibe la sociedad sobre los organismos modificados
genéticamente.
Por lo anterior, exponemos este proyecto que es un requisito para obtener el título de Comunicador(a)
Social, contemplado en el currículo de la Carrera y cuenta con ocho (8) créditos académicos.
Agradecemos su atención e interés.
Cordialmente,
ROSMARY CASTAÑO VARGAS
Estudiante IX Semestre.
C.C. 1.013.609.896 de Bogotá
FRANCESCA FICHERA RUEDA
Estudiante IX Semestre.
C.C. 1.026.264.403 de Bogotá
5
ACERCAMIENTO A LA PERCEPCIÓN GENERAL Y AL DEBATE SOBRE LOS ALIMENTOS
TRANSGÉNICOS EN COLOMBIA.
Autoras:
Rosmary Castaño Vargas
Francesca Fichera Rueda
Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador(a) Social
con énfasis en Periodismo
Director: Oscar Arbeláez
6
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Bogotá, D.C.
2012
Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana
Artículo 23
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de
grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo
no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la
verdad y la justicia”.
7
Tabla de Contenido
Introducción General…………………………………………………………………………………….…2
Capítulo 1:
Aproximaciones Conceptuales y Contextuales en el Marco de los Alimentos Transgénicos………………6
1.1 Historia de los OMG en Colombia………………………………………………………………….14
1.2 Controversia alrededor de la transnacional Monsanto…………………………………………….18
 El Caso Soja Round Up Ready en Argentina………………………………………………….19
 El caso de Guatemala y la ayuda alimentaria………………………………………………….19
 El súper salmón Chileno………………………………………………………………………..20
 Hormona bovina para alta producción de leche en Florida……………………………………21
 El Round-up en Colombia………………………………………………………………………23
Capítulo 2:
Una Aproximación Metodológica al Estudio de la Información sobre los Alimentos
Transgénicos……………………………………………………………………………………………….24
2.1 Aproximación Metodológica…………………………………………………………………………..27
2.2 Análisis de las Piezas Periodísticas Encontradas en la Revista Semana……………………………30
2.3 Análisis de las Piezas Periodísticas del Periódico El Tiempo……………………………………..42
2.4 Análisis de las categorías periodísticas de la Revista Semana………………………………………48
2.5 Análisis de las categorías periodísticas del diario El Tiempo……………………………………..54
2.6 Conclusiones del análisis……………………………………………………………………………60
Capítulo 3:
Una Aproximación al Debate Colombiano Generado por Diferentes Actores Activos en el Tema de los
Alimentos Transgénicos:……………………………………………………………………………….....62
3.1 Entrevista Manuel Rivas (Monsanto)…………………………………………………………………64
3.2 Entrevista Adriana Castaño (Ministerio de Protección Social)……………………………………….69
3.3 Entrevista Germán Vélez (Grupo Semillas)…………………………………………………………..73
3.4 Entrevista Gregorio Mesa (Abogado Ambienta)……………………………………………………...78
3.5 Entrevista Tomás León (Agrólogo Universidad Nacional)…………………………………………...83
3.6 Conclusiones sobre la mirada al tema de los actores entrevistados…………………………………...87
4. Conclusiones Generales………………………………………………………………………………..92
5. Referencias……………………………………………………………………………………………..99
Anexos……………………………………………………………………………………………………102
8
Introducción General
El presente trabajo de grado aborda la información que recibe la sociedad sobre los alimentos
transgénicos desde una perspectiva social, es decir, como se visibilizan los procesos de producción, venta
y consumo de organismos genéticamente modificados.
Para el abordaje se tienen en cuenta teorías de la comunicación, teorías contemporáneas del
periodismo, teorías de la esfera pública, y se toma como punto de referencia los medios de comunicación,
específicamente dos medios influyentes en la sociedad colombiana, el diario El Tiempo y la revista
Semana.
El tema escogido constituye una aproximación al análisis mediático sobre los alimentos transgénicos
en Colombia, tomando como referencia casos específicos analizados en otros países. La principal razón
para la selección, fue la importancia que tienen los alimentos en la salud pública, y ya que la alimentación
es fundamental para la sobrevivencia de los humanos, es un tema relevante a tratar en la esfera pública.
El trabajo es pertinente para el campo del periodismo porque consideramos que los medios son: 1.
Escenarios de intercambio de comentarios y críticas, 2. Proyectan la visión de la realidad de los grupos
relevantes de la sociedad, 3. Presentan y explican los medios y valores de la sociedad, 4. Garantizan el
acceso pleno a la información relevante del día. 5. Tiene el compromiso de hacer un relato comprensivo y
real de los acontecimientos diarios con sentido, y es en este relato dónde el periodista se pone en
evidencia.
El propósito del periodismo consiste en proporcionar al ciudadano la información que necesita para ser
libre y capaz de gobernarse a sí mismo. Como información relevante para la salud pública, encontramos
diferentes impactos negativos que presentan este tipo de alimentos: implicaciones en la salud, degradación
del medio ambiente, pérdida de soberanía alimentaria, pérdidas económicas, los que se validarán con
ejemplos hallados en la literatura de otros países y en textos periodísticos colombianos.
9
A continuación presentamos un análisis que plantean las teorías del periodismo en relación con los
alimentos transgénicos. Con la teoría de agenda setting encontramos que los medios de comunicación son
los que realizan una construcción de la realidad y es el tratamiento que se le da a la información lo que
conduce a la opinión pública. El tema también pasa por la agenda de los atributos que trabaja sobre dos
hipótesis: la primera dice que la forma en que un tema es cubierto por los medios, afecta la forma en que
el público piensa; la segunda, que la forma en que un tema o un atributo es cubierto por los medios, afecta
la jerarquización, prominencia o relevancia que el público otorga a ese objeto. Así que con los resultados
analizados mediremos el impacto que hay dentro de los medios de comunicación.
Planteamos la importancia de recibir información sobre los organismos modificados genéticamente
(OMG), ya que, los alimentos son de necesidad básica para los seres humanos, y su producción afecta el
medio ambiente en el cual se desarrollan. Es un tema de importancia y relevancia para la sociedad, porque
los ciudadanos deben ser conscientes del tipo de alimentos que consumen, a partir de información
pertinente que les permita tomar decisiones sobre la forma en que se alimentan.
Nos propusimos realizar una aproximación al problema de los alimentos transgénicos y al tratamiento
que los medios impresos le han dado al tema, así como al debate que gira en torno a los diferentes actores
y sectores involucrados, como el gobierno, a través del Ministerio de Salud y Protección Social y el
INVIMA; la sociedad civil, a través de organizaciones no gubernamentales como el Grupo Semillas; la
academia, desde la universidad pública; la normatividad y la ley, a través de los abogados medio
ambientales, y las empresas que venden las semillas modificadas genéticamente, como la Compañía
Agrícola Colombiana Ltda., Monsanto.
El presente trabajo está organizado en tres capítulos. En el primero abordamos el planteamiento del
problema, en el que presentamos al lector una descripción general de la problemática, así como un análisis
contextual y conceptual sobre los principales conceptos con los cuales el lector se enfrenta a este tema
10
como son: biodiversidad, revolución verde, biotecnología, alimentos transgénicos, huella ecológica,
monocultivo, alimentos orgánicos, bioseguridad, soberanía alimentaria, seguridad alimentaria.
En el análisis del contexto presentamos un breve recuento sobre la forma como el hombre ha pensado
la agricultura, desde el período Neolítico hasta la Revolución Verde. Esta primera parte incluye una
aproximación a las razones por las cuales el modelo de agricultura biotecnológica es deseada en el modelo
económico actual, donde el tema de la comida toca al mismo tiempo los extremos de hambre y la
abundancia.
Finalmente incluimos algunos casos específicos de la experiencia con los organismos modificados
genéticamente (OMG), en América Latina, que junto con los antecedentes de las empresas de transgénesis
han suscitado polémica al interior de los gobiernos y de la sociedad civil.
En el segundo capítulo del trabajo, realizamos una breve reflexión teórica sobre la esfera pública, pues
consideramos pertinente que la sociedad, con la ayuda de los medios de comunicación, aborde la
problemática de los alimentos transgénicos desde la perspectiva del uso publico de la razón, para que de
esta forma, todos los ciudadanos estén en capacidad de deliberar públicamente sobre un problema que los
afecta, y que es el objeto de investigación en este trabajo.
En esta segunda parte también desarrollamos un análisis cualitativo y cuantitativo del manejo que los
medios de comunicación le han dado al tema, para lo cual seleccionamos los años en los cuales
identificamos piezas periodísticas aptas para un análisis. Como metodología de investigación, aplicamos
una matriz de observación y descripción de las categorías del periodismo. Con los resultados estadísticos
que arrojó la cuantificación de cada categoría, construimos gráficas que describen los hallazgos en cada
medio de comunicación y su respectiva explicación.
El tercer capítulo es una puesta en común de enfoques y opiniones con el objetivo de fomentar la
visión pluralista y crítica del debate, a partir de las declaraciones y reflexiones de algunos de los actores
implicados en el tema de los alimentos transgénicos. Para tal fin entrevistamos a personas que conocen el
11
tema y asumen distintas posiciones: un Agrólogo de la Universidad Nacional, un abogado especialista en
temas ambientales, un asesor de asuntos regionales de Monsanto, una funcionaria del Ministerio de Salud
y Protección Social, y el director de la organización de agricultores, Grupo Semillas. Las entrevistas
giraron en torno a pautas conceptuales como: la soberanía alimentaria, la seguridad alimentaria, la
bioseguridad y su relación con otros ámbitos de la realidad nacional.
Como estudiantes de comunicación social y futuras periodistas, nuestra intención con este trabajo fue
realizar una primera exploración del tema, que consideramos de gran importancia para la sociedad
colombiana. Es pues una primera exploración del tema, por lo tanto sus resultados no son tan completos y
ambiciosos como quisiéramos, aunque sí constituye el primer paso de nuestra carrera profesional como
periodistas interesadas en abordar temas relacionados con la ciencia.
12
CAPITULO 1
Aproximaciones Conceptuales y Contextuales en el Marco de los Alimentos Transgénicos.
Con el objetivo de entender el contexto actual en el que se enmarca el tema de los alimentos
transgénicos, a continuación presentamos un breve resumen de los cambios que han influenciado la forma
en la que se entiende el deber ser de la agricultura hoy en día, así como el devenir de las formas de
producción, sus conceptos, motivos y fines.
Desde sus inicios, los humanos hemos intentado ejercer poder sobre la naturaleza, para de esta forma
extraer y utilizar para nuestro provecho los recursos que de ésta sirven. En éste marco, la agricultura tiene
un papel principal, sino el más importante, por tratarse de una necesidad básica humana: la alimentación.
A partir de su aparición en el Neolítico, la agricultura ha cambiado la forma en que vive el hombre: su
economía, relaciones sociales, económicas y políticas han dependido de la manera en la que ésta se
desarrolla.
La agricultura ha experimentado diferentes etapas, desde la conformación de las primeras villas
sedentarias dónde se conservaban las semillas y se proyectaban grandes civilizaciones, pasando por el
modelo feudal de la época medieval, hasta lo que se conoce hoy en día como la era de la ingeniería
genética de alimentos.
En el año 1789, Thomas Malthus (1990) publica su “Ensayo sobre el principio de la población”. En él
explica que la relación desproporcionada entre la población (que crece geométricamente) y los alimentos
(que crecen aritméticamente), es una ley natural responsable de la pobreza y el hambre en el mundo. Antes
de Malthus, Robert Wallace Ross, E.B.,(1998) , habló de este desequilibrio, sin embargo, lo que haría que
la teoría de Malthus marcara la pauta en los años venideros, fue la creencia de Wallace respecto a que
dicha condición se presentaba de forma eventual, mientras que Malthus planteaba este escenario como
inminente y perenne a futuro.
13
Esta teoría entró en boga en el siglo XIX, en el momento en que la Revolución Industrial cambiaba por
completo los escenarios urbanos y rurales de Europa. La idea de que se necesitaba con urgencia aumentar
la producción de alimentos, so pena de entrar en una crisis de hambre mundial debido a la sobrepoblación,
se discutía durante estos años. La ansiedad que causaba la teoría de Malthus impulsaba a economistas y
políticos a creer que a la propiedad privada agraria tocaba imponerle un sistema industrial que maximizara
la producción y recortara gastos.
Detrás del discurso apocalíptico de Malthus estaban los intereses del naciente capitalismo, que se veían
amenazados por las ideas de la Revolución Francesa y el levantamiento popular en busca de reformas
agrarias y justicia social. Esta teoría lo que hacía era naturalizar la pobreza, desviando la atención de las
contradicciones que se veían en el mundo: el hambre y la abundancia.
Ross, E. B., (1998) afirma a propósito del tema: Ningún otro marco ideológico ha servido tan eficazmente
como legitimador de los intereses, las teorías y estrategias de desarrollo de Occidente, en particular de la
Revolución Verde y ahora de la manipulación genética en la agricultura. Este argumento ha superado con creces
a cualquier otra explicación de la pobreza. El malthusianismo oculta sistemáticamente que el mal manejo o
desperdicio de los recursos del planeta no se debe a los hábitos reproductivos de las personas sino a las
contradicciones y motivos del desarrollo capitalista. (p. 65)
El siguiente eslabón en la historia de la agricultura sería la Revolución Verde, creada precisamente con
el propósito de aumentar la productividad de las cosechas (sobre todo de los países en desarrollo) para
calmar el hambre endémica en el mundo. Sus primeros objetivos fueron el aumento en el rendimiento y la
resistencia de las plantas de maíz, trigo y arroz.
La Revolución Verde se presentó como un cambio radical en las prácticas agrícolas, un proceso de
modernización donde el conocimiento tecnológico adquirió importancia por encima del conocimiento
empírico de los campesinos.
Según las definiciones de la Real Academia Española sobre el término Revolución, podemos concluir
que revolución es un cambio violento, rápido o profundo y simultáneo en las instituciones políticas,
14
económicas o sociales de una nación, que además genera inquietud, alboroto o sedición. “Hay que tener en
cuenta que las revoluciones nacen como consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas”.
(párrafo 1 ). Al ser el color verde, el que representa a la naturaleza, ya que es el color de la mayoría de las
plantas y hierbas y de algunos alimentos, decide denominarse revolución verde a la transformación de las
prácticas agrícolas en pro de la modernización y del fin del hambre en el mundo.
Principalmente se habla de tres cereales claves en la alimentación humana: el trigo, el arroz y el maíz,
precisamente los alimentos escogidos en los años 50, década en la que inicia la Revolución Verde, para la
producción a gran escala, o plantaciones de gran extensión llamadas monocultivo.
Los monocultivos son plantaciones en terrenos extensos de una sola especie, un cultivo homogéneo
con los mismos patrones de similitud genética. Se utilizan los mismos métodos de cultivo para toda la
plantación (control de pestes, fertilización y alta estandarización de la producción), y hace más eficiente la
producción a gran escala. Lastimosamente un efecto adverso de esta práctica es la disminución de la
biodiversidad, es la pérdida de ecosistemas y la erosión en los suelos, problema que puededejar sin suelo
productivo regiones extensas de diversos países.
Como señala Ceccon (2008): La Revolución Verde se debió en buena parte a los 16 centros financiados
mayoritariamente con fondos públicos (agencias del sistema de Naciones Unidas, y Banco Mundial) que
constituyen el CGIAR (Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional). Aparte de suministrar
material útil directamente a campesinos de numerosas zonas del mundo en desarrollo (...) Fueron los pilares sobre
los que los incrementos de productividad permitieron alimentar a cientos de millones de personas del Tercer
Mundo y conjurar las previsiones pesimistas sobre la extensión del hambre, especialmente en Asia. El sistema del
CGIAR fue el responsable del aumento por valor de 50.000 millones de dólares de la producción de arroz y trigo
desde los años 60. Repartió más de 750 variedades de trigo, arroz, maíz, sorgo, mijo, patata, mandioca y frijoles.
15
Entre 20.000 y 45.000 científicos del Tercer Mundo se han formado en sus centros. Y es la depositaria de casi un
millón de muestras de germoplasma1 que se han distribuido por todo el mundo. (párrafo 4. )
África es el único continente que aún no se ha beneficiado de la Revolución Verde, lo que representa
una desventaja para esta práctica agrícola. En este continente se encara un problema que es la gran pérdida
del 40% de las cosechas debido a las plantas parásitas.
Ceccon agrega (2008): Sin embargo, la inestabilidad política en numerosos países africanos, junto con las
malas infraestructuras de transporte y comercialización son una limitación que habría que remover cuanto antes.
Desgraciadamente, la mayoría de estos países no pueden hacer grandes esfuerzos inversores, debido a las
políticas restrictivas impuestas por el FMI (párrafo 6 ). Históricamente puede considerarse su inicio luego del
término de la primera Guerra Mundial; sin embargo, su expansión global ocurrió más tarde, durante la Segunda
Guerra Mundial debido al desarrollo de una industria químico biológica (párrafo 6 ).
Tras el incremento de la productividad agrícola, se hizo necesario el uso de grandes cantidades de
fertilizantes, plaguicidas y agua, lo que generó una producción dos a cinco veces superior de monocultivos
que con las técnicas tradicionales de cultivo.
El primer proyecto agrícola registrado bajo esta nueva bandera tuvo lugar en 1943, cuando el
Ministerio de Agricultura de México, con el apoyo de la Fundación Rockefeller decidió financiar el
trabajo del ingeniero agrónomo y genetista Norman Borlaug, quién más adelante se convertiría en el
fundador de la Revolución Verde y en el padre de la agricultura moderna. Borlaug creía que para expandir
la producción de comida había que permitir el acceso de los agricultores de los países en desarrollo a las
innovaciones técnicas en el campo de la biotecnología.
En las décadas de los 60‟s y 70‟s, países como Pakistán, India, Filipinas y China recibieron asesorías
científicas en el manejo de herramientas biotecnológicas que terminaron por arrojar buenos resultados en
cuanto a productividad.
1
Cualquier parte de las plantas de los bosques, selvas y semidesierto que puede generar otra nueva planta, puede ser a través de semillas, estacas,
rebrotes, puntas, hijuelos, entre otros.
16
De acuerdo con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)2 la Biotecnología es “toda aplicación
tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o su derivados para la creación o modificación de
productos o procesos para usos específicos”.
Básicamente se trata de la manipulación de las características fenotípicas y genotípicas (color, forma,
código genético) de un determinado organismo, que tiene como resultado un producto o alimento
transgénico.
Un alimento transgénico es aquel en el que la información genética de dos o más alimentos se han
mezclado en laboratorio más allá de lo que la naturaleza permite, para crear híbridos genéticos que
comparten características de especies de otro modo incompatibles.
Con la ayuda de estos avances en la tecnología agraria, China pasó de producir 48 millones de
toneladas de arroz en el año 1960, a 170 millones de toneladas en 1999. Por su lado, India pasó de un total
de 46 millones de toneladas, a 112 en el mismo lapso de tiempo, según datos de la FAO para abril de
2000.
Junto con la producción, también aumentó el área de terreno cultivable, el uso de tractores y la cantidad
de fertilizantes. Se pasó de 87 millones de hectáreas en 1961, a 176 millones en 1998; 2 millones de
toneladas de fertilizantes a 70 millones y 200 mil tractores a 4.6 millones durante el mismo lapso de
tiempo.
Los resultados de los proyectos de Norman Borlaug en nombre de la Revolución Verde lo hizo ganador
del Premio Nobel de la Paz en 1970.
En una entrevista realizada en abril de 2009 (meses antes de morir), el científico afirmó que se
necesitaba una segunda Revolución Verde de la mano de los avances en ingeniería genética y de los
2
El convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado por 150 gobiernos líderes en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992, se dedica a la
promoción del desarrollo sostenible: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro
para atender sus propias necesidades”.
17
aportes de instituciones y gobiernos especialmente en países del llamado Tercer Mundo, donde peligra la
seguridad alimentaria:
Borlaug (2009): En cualquier lugar del planeta en donde la producción de comida no de abasto para la
población o esté afectada por enfermedades, calentamiento global, falta de infraestructura agrícola,
desplazamiento del campo a la ciudad, ausencia de tecnología u apoyo gubernamental, es preciso prestar
atención. (párrafo 8. )
Como señala Manuel Álvaro Ramírez (2002) en el informe “Lineamientos para seguridad alimentaria:
retos y perspectivas”, se entiende la seguridad alimentaria como la posibilidad real de la población de
acceder a una oferta permanente de alimentos derivados, tanto de la producción agropecuaria interna,
como de lo que pueda conseguirse en el mercado mundial. Se debe garantizar la estabilidad en términos de
cantidad y calidad.
Si bien la producción de comida es un factor determinante en la lucha contra el hambre en el mundo,
no es el único factor al cual hay que prestarle atención. La alimentación también depende de la economía
mundial y local y de las decisiones de instituciones políticas y sociales. El hambre endémica no se
provoca por la escasez de alimentos, sino por su mala distribución, y la distribución depende de las reglas
del mercado y de la capacidad adquisitiva de las personas.
Sen (2000), filósofo y economista indio, ganador del Premio Nobel de Economía en 1998, señala: Las fuerzas del
mercado siempre fomentarán el desplazamiento de alimentos a lugares cuyos habitantes puedan pagar un precio
más alto por ellos. (…) La tendencia a pensar que el crecimiento de la producción de alimentos es la única
manera de resolver el problema es grande y tentadora y a menudo está algo justificada. Pero la cuestión es más
compleja y está relacionada con las oportunidades económicas alternativas y con las posibilidades de participar
en el comercio internacional. (p.94)
En el escenario actual de demanda y ofertas de alimentos, el problema que alguna vez planteó Malthus
acerca del desequilibrio entre cantidad de población versus cantidad de alimentos, no es una preocupación.
De hecho, la producción de alimentos crece cada vez más con el modelo industrial de agricultura que
18
impuso la Revolución Verde. Sin embargo, hoy en día, según fuentes de la FAO existen 925 millones de
personas subnutridas en el mundo.
Quienes, como el economista Amartya Sen, ven el problema del hambre como una cuestión de
distribución, creen que el cambio de formas en la agricultura ha hecho prevalecer un modelo industrial
que no otorga espacio a los pequeños e incluso medianos agricultores. La revolución en el campo ha traído
consigo gastos cada vez más altos que los campesinos no son capaces de suplir. Cada vez son más los
fertilizantes y los plaguicidas que se comprar para obtener los mismos resultados.
En el libro “El hambre en el mundo y los alimentos transgénicos”, el economista Antón Novás (2005,
p121. ) critica la Revolución Verde por beneficiar sólo a las grandes compañías multinacionales que
tienen la capacidad de acceder a la información y a las herramientas biotecnológicas. Un acceso que
después se convierte en exclusivo, pues las patentes de las semillas han ocasionado que, por primera vez
en la historia de la humanidad, los campesinos no puedan hacer uso soberano del producto de la tierra.
Este conflicto entre la libertad de los productores y las imposiciones del mercado, ha dado lugar a
conceptos como el de soberanía alimentaria, que es el “derecho de los pueblos, de sus países o uniones de
Estados a definir su política agraria y alimentaria, sin dumping frente a países terceros”, según lo define el
Movimiento Internacional Campesino Vía Campesina, en su informe anual de 2003.
La soberanía alimentaria incluye: priorizar la agricultura local, la lucha contra los OMG, mantener el
agua en calidad de bien público y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que consumen.
Si bien el uso de tecnologías biogenéticas aumenta la productividad de las cosechas, también aumenta
los gastos. La relación costo/beneficio termina por sacar del mercado a quienes no poseen cultivos
extensos, porque el gasto en fertilizantes y plaguicidas termina por sobrepasar el rendimiento de la
cosecha. Este hecho, por supuesto, repercute en la esfera socioeconómica:
19
Novás (2005, p.130 ) afirma: El principal efecto que la Revolución Verde produjo en las sociedades donde se
impuso fue el desarraigo de millones de agricultores „sobrantes‟ que acabaron en los suburbios de las ciudades del
Tercer Mundo.
El autor considera que detrás de la Revolución Verde se esconden los verdaderos motivos del hambre
endémica y la inseguridad alimentaria en el mundo. Como hambre endémica entendemos las condiciones
de hambrunas cotidianas y persistentes, mientras que por seguridad alimentaria entendemos la posibilidad
real de la población de acceder a una oferta permanente de alimentos de calidad, derivados tanto de la
producción agropecuaria interna, como de lo que pueda conseguirse en el mercado mundial.
Los motivos por los cuales estos dos factores deben seguir vivos dentro del debate público, tienen que
ver con la desigualdad de condiciones para obtener los alimentos, ya sea por falta de dinero, trabajo o
tierra. Mientras no haya cambios estructurales en este sentido, la promesa de la abundancia de alimentos
en manos de las nuevas tecnologías biotecnológicas, como son los transgénicos, seguirán siendo
provechosas sólo para unos cuantos.
Como señala Novas (2005, p.132 ): “Cuando las nuevas semillas, junto con los fertilizantes químicos, los
plaguicidas, el riego y los mercados internacionales ocuparon el lugar de las prácticas agrícolas tradicionales de
millones de productores en el mundo en desarrollo, la „reforma agraria‟ fue conjurada”.
En este orden de ideas, es incierto el aporte que puedan representar los alimentos transgénicos en la
contención de la crisis alimentaria actual, una tragedia humanitaria entendida como el deterioro en la
calidad, cantidad y frecuencia de la ingesta de alimentos que afecta los niveles de nutrición de las
personas. Según la publicación del Centro Internacional de la Papa (CIP) “La crisis alimentaria: retos y
oportunidades en los Andes”, se estima que la crisis alimentaria mundial ocasiona que un tercio de los 6
mil millones de habitantes del mundo (año 2009) sufre de hambre crónica y aproximadamente el 50% de
la humanidad sufre de diversas formas de malnutrición.
20
Sobre los aspectos estructurales de la crisis alimentaria, el sociólogo belga François Houtart (2011)
señala a la industrialización de la agricultura como responsable de los cambios socio económico que
detonan la crisis: Se trata de la expansión, durante los últimos años, del monocultivo, resultando en la
concentración de las tierras, es decir en una verdadera contra-reforma agraria. La agricultura campesina o
familiar se destruye en el mundo entero bajo el pretexto de su baja productividad. De hecho los monocultivos
tienen una producción que puede ir desde 500 y a veces hasta 1000% más elevada que la agricultura campesina
en su estado actual. ...Se eliminan bosques, se contaminan los suelos y las aguas, hasta los ríos y el mar, por el
uso masivo de productos químicos. ..., se preparan los desiertos del futuro. Por otra parte, los campesinos son
expulsados de sus tierras y son millones los que tienen que migrar hacia las ciudades, en los barrios marginales,
provocando las crisis urbanas y aumentando la presión migratoria in- terna, como en el Brasil, o externa, como en
muchos otros países del mundo. (p.145 ).
Es el cambio de modelo agrícola (de uno campesino-local a uno intensivo-industrial), el que vemos
hoy en día se adelanta en nombre del “progreso humano”.
Un progreso, que es visto desde las luces de los criterios economicistas, como puntualiza Rojo (2012):
lo que se produjo, y que se acentuó hasta nuestros días, es que el valor de cambio se sobrepuso, se sobrepone, al
valor de uso, y esa lógica justifica el aumento de los cultivos para exportación, aunque haya escasez de alimentos
en un determinado territorio. El alimento, de un derecho, pasa a ser una mercancía de las más generadoras de
beneficios para los empresarios. (Párrafo 12).
1.1. Historia de los OMG en Colombia
La historia de los OGM en Colombia comienza con la firma del Protocolo de Cartagena sobre
Bioseguridad en el año 2000 y su posterior entrada en vigencia bajo la Ley 740 de 2002. Este protocolo
establece las reglas de uso y manipulación de los OGM dentro del país, así como de protección de la
biodiversidad. Uno de los principios del acuerdo, es el Principio de Precaución, que establece la
21
posibilidad del Estado de abstenerse de implementar algún tipo de biotecnología en caso de hallarse
anomalías o de no estar completamente avalada por un estudio de riesgo. Otro de los puntos (el llamado
Acuerdo Fundamentado Previo) establece que cualquier país que comercialice con OGM debe informar
previamente al país de tránsito o importador sobre la naturaleza de los mismos. Sin embargo, esta regla
sólo aplica para los OGM que tengan la finalidad de ser introducidos al medio ambiente y no para los de
“uso confinado”.
Dentro del protocolo también se establece la importancia de la información al público y su
participación en la toma de decisiones que tengan que ver con éste tipo de organismos. De hecho, el
artículo 23 de la Ley 740 de 2002 dice que las partes: “Fomentarán y facilitarán la concienciación, educación y
participación del público relativas a la seguridad de la transferencia, manipulación y utilización de los organismos
vivos modificados en relación con la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, teniendo
también en cuenta los riesgos para la salud humana”.
Como segundo punto del artículo las partes dicen que: “Procurarán asegurar que la concienciación y
educación del público incluya el acceso a la información sobre organismos vivos modificados identificados de
conformidad con el presente Protocolo que puedan ser importados”.
Además de esto, el compromiso informativo implica la realización de consultas al público y la ulterior
divulgación de las decisiones tomadas con respecto a los OGM, con la ayuda del Centro de Intercambio de
Información sobre Seguridad de la Biotecnología.
En éste contexto legal entró la compañía Monsanto a Colombia, bajo el nombre de Compañía Agrícola
Colombiana Ltda., introduciré introdujo a los campos sus ejemplares de algodón Bt y maíz.
Desde su llegada al país, Monsanto ha tenido que hacer frente a controversias por irregularidades en
sus procedimientos. Una de las denuncias, realizada por el Grupo Semillas (una organización no
gubernamental colombiana), acusa a la compañía de adelantar propaganda engañosa para la promoción de
su Programa Campo Unido dirigido a la inclusión de pequeños agricultores (propietarios de menos de 10
22
hectáreas) en el cultivo de transgénicos: “Monsanto utilizó las cifras de rendimientos obtenidos por los
grandes, en nombre de los pequeños”3.
En febrero de 2005 se conoció un fallo contra Monsanto por las irregularidades en la introducción del
algodón Bt, realizada sin el debido trámite de la licencia ambiental, lo que violó las leyes de ese entonces.
Sin embargo, la compañía se salvó de ser castigada, pues el Consejo de Estado, en un acto arbitrario y sin
justificación legal, emitió absolvió a la empresa, a través del Decreto 4525/2005 en el cual establece que
los cultivos transgénicos en Colombia no necesitan a licencia ambiental.
El Decreto 4525 facilitó la entrada de las empresas de semillas transgénicas al país, porque agilizó los
trámites requeridos para la introducción de cualquier OGM; y permitió la conformación de tres Consejos
Técnicos Nacionales de Bioseguridad (o CTNBio) independientes, en los ministerios de Medio Ambiente,
Agricultura y Protección Social. Cada uno de ellos es responsable del avalúo de los OGM de acuerdo a su
campo de acción, lo que hace imposible una visión y un análisis global de las verdaderas implicaciones
que tiene la inserción de uno de estos organismos.
El decreto no sólo parcializa y limita el control y la vigilancia, también establece que las evaluaciones
de riesgo necesarias para la aprobación de un OGM deben ser realizadas por el solicitante, es decir por las
empresas, lo que acaba con la independencia de criterio y la objetividad.
A comienzos del año 2007, el ICA aprobó el cultivo comercial “controlado” en los departamentos de
Córdoba, Sucre, Huila y Tolima de maíces transgénicos Bt YieldGard MON 810 (Monsanto), maíz
Roundup Ready (Monsanto) y Herculex I Bt (tolerante a un pesticida producido por la compañía DuPont).
Esta decisión se tomó a pesar del concepto emitido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial
y las respectivas CTN, acerca de la insuficiencia de pruebas y estudios que avalúen la seguridad ecológica
y las implicaciones socioeconómicas de cultivos de este tipo.
3
http://www.semillas.org.co/sitio.shtml?apc=c1a1--&x=20154900. Consultado el 23 de marzo a las 4:45 pm.
23
A pesar que estas instituciones estaban decididas a ser cautelosas con la aprobación y a fomentar más
estudios al respecto, la presión del gobierno Uribe llevó a que se aprobaran los cultivos sin ulteriores
objeciones.
Así hace referencia a los hechos el Grupo Semillas (2007) :Sin embargo y a pesar de estas preocupaciones,
el día 23 de febrero el CTN convocó una reunión de carácter extraordinario a petición del Presidente de la
República, Álvaro Uribe (como consta en el Acta del CTN), y en esta reunión de manera arbitraria el CTN
cambió su decisión y autorizó siembras controladas de maíz transgénico, a pesar de que en esta reunión no
participó el representante del MAVDT (como consta en el acta) y lo más crítico es que se desconoció el concepto
emitido anteriormente por ésta autoridad competente , y por otro lado, sin aclarar de manera técnica el significado
y el alcance del concepto “Siembras controladas”, puesto que en realidad son siembras comerciales, porque el
único requisito para que cualquier agricultor siembre maíz GM es que se inscriba en el ICA.(Párrafo 10. )
También se dejó de lado la inconformidad de la sociedad civil, representada en opiniones y conceptos
de organizaciones campesinas, ambientales y comunidades indígenas.
Los cuestionamientos relacionados con la protección del patrimonio biológico y la biodiversidad no
fueron tomados en cuenta por el ICA, ni siquiera se consideró que, por ejemplo, el maíz es uno de los
pilares de la alimentación del pueblo colombiano, además de una tradición centenaria de pueblos
campesinos e indígenas de intercambio y almacenaje de semillas.
La normatividad obliga que los cultivos transgénicos estén separados de los resguardos indígenas para
evitar la contaminación genética de los cultivos, sin embargo, no dice nada sobre las zonas de cultivo
campesinas. La contaminación por cercanía no es sólo un riesgo para la biodiversidad, sino para el futuro
de los campesinos.
En Junio de 2006 se aprobó la Ley 1032 que modificó el artículo 306 del Código Penal, mediante el
cual explica Vélez (2011) se: permite penalizar la usurpación de los derechos de obtentores de variedades
vegetales protegidos legalmente o similarmente confundibles con uno protegido legalmente. La pena consiste en
prisión de cuatro a ocho años y multa de 26.6 a 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Es decir que
24
si una empresa encuentra semillas transgénicas patentadas o incluso semejantes en su aspecto en un predio de un
agricultor que no haya pagado las correspondientes regalías por su uso, puede ser judicializado y penalizado.
(p476. )
Según datos de AgroBio, en el año 2009 existían 35.700 hectáreas (HA) con cultivos transgénicos en
10 departamentos del país. El maíz se cultiva principalmente en el Valle (7.801 HA), en Córdoba (4.042
HA) y en el Meta (3.138 HA). El algodón transgénico, por otro lado, está presente en Córdoba (10.186
HA), Tolima (4.088 HA), Cesar (3.799 HA) y Huila (801 HA). El tipo de semillas usadas son llamadas
“Stacked” o de “eventos combinados” y se refiere a las dos características genéticamente insertadas, la
herbicida y la insecticida.
En el año 2011 aumentó el área de cultivos transgénicos así cómo el número de departamentos que
usan esta tecnología. En el caso del maíz, como publica el Diario El Espectador “En alza adopción de
productos genéticamente modificados en el país” (2012) el incremento fue del 52%, mientras que en el algodón
el incremento fue del 31%. Los departamentos más representativos que incursionaron en el cultivo fueron
Antioquia, Cundinamarca, Caldas, Santander y Vichada.
En el 2009 el ICA aprobó el cultivo de un nuevo producto genéticamente modificado: las rosas y los
crisantemos de color azul que hoy se cultivan de forma experimental.
Según María Andrea Uscátegui, Directora de AgroBio, (Revista Cambio, 2012): Colombia ocupa
actualmente el puesto 16 entre los 25 países productores de transgénicos en el mundo.4
1.2 Controversias alrededor de la transnacional Monsanto
Las seis empresas más importantes en el manejo y comercialización de transgénicos son: Monsanto,
Dupont, Syngenta, Bayer, Dow y Basf. Además de las innovaciones en el campo de la ingeniería genética,
4
http://www.cambio.com.co/economiacambio/866/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-7894327.html. Recuperado el 6 de abril de
2012 a las 11:40 am.
25
estás empresas han sido las responsables del avance y la extensión de la mercantilización alimentaria, a
través del uso del llamado “paquete tecnológico” que incluye agrotóxicos (herbicidas, insecticidas),
fertilizantes, químicos, maquinarias y las semillas manipuladas genéticamente.
Según el reporte del 2010 de la organización Amigos de la Tierra (FOEI por sus siglas en inglés), éstas
empresas pasaron de reportar beneficios netos de 948 millones de dólares en 2007, a 2.960 millones en el
año 2010. Esto se debe a la ganancia doble proveniente de las semillas patentadas (que cuestan entre dos y
cuatro veces más que las semillas no manipuladas genéticamente) y a los agrotóxicos especiales que se
necesitan para proteger las cosechas. Este es el caso del “RounUp”, un herbicida que se ha convertido en
uno de los productos más comercialmente exitosos de la compañía Monsanto y de las semillas “RoundUp
Ready”, resistentes a la aplicación del herbicida de la misma compañía.
Monsanto ha sido una empresa controversial desde sus inicios en 1901. Entre sus productos más
infames está el “Agente Naranja” (usado como arma química durante la Guerra de Vietnam), el
aspartame (edulcorante cuestionado por sus efectos en la salud humana), y el PCB, un aislante para
trasformadores que se popularizó en la década de los 30‟s, sobre el que más tarde se demostró que causa
cáncer y otros problemas de salud en las personas.
Monsanto y las empresas afines en Latinoamérica, no han estado exentas de casos de escándalo y
controversias. Estos son algunos de ellos:
1.3 El Caso Soja Round Up Ready en Argentina.
En octubre de 2011, el profesor Andrés Carrasco, cabeza del Laboratorio Molecular Embriológico de
la Universidad de Buenos Aires (UBA), y científico jefe del Consejo Nacional para la Ciencia y
Tecnología de Argentina (CONICET), presentó el resultado de sus investigaciones acerca del glifosato,
componente de los herbicidas Round Up, usados en las plantaciones de soja en Argentina.
El estudio respaldó la veracidad de los casos de malformaciones y aumento de cáncer en la zona donde
se introdujo este cultivo.
26
El caso llegó hasta el gobierno alemán, encargado de la revisión y aprobación del glifosato ante la UE
y a la organización Earth Open Source. Robinson (2011) que “publicó un reporte hecho por un grupo de
científicos internacionales, „Roundup and birth defects: Is the public being kept in the dark?‟ (Roundup y
defectos de nacimiento: ¿está siendo el público mantenido en la oscuridad?), el cual examinó la documentación
de la aprobación original para el glifosato, y encontró que los estudios de la misma industria desde por lo menos
la década de los 80- 90 (incluyendo algunos comisionados por Monsanto), mostraban que el glifosato causaba
defectos de nacimiento en animales de laboratorio, específicamente conejos y ratas (párrafo 7. ).
1.4 El caso de Guatemala y la ayuda alimentaria.
La crisis de seguridad alimentaria en Guatemala, causada por una economía débil y por los cambios
climáticos que sufrió en el 2010, llevaron a este país mesoamericano a recibir ayudas alimentarias (en su
mayoría granos y harinas de soja y maíz) provenientes de Estados Unidos y del Programa Mundial de
Alimentos (PMA).
Sin embargo, un estudio realizado por organizaciones de la Alianza Mesoamericana en defensa de la
biodiversidad, alerta sobre la presencia de transgénicos en la ayuda alimentaria, Informe anual Amigos
de la Tierra Internacional (2011): en las muestras analizadas de las harinas distribuidas por el PMA se
encontraron las variedades de maíz transgénico GA21 (Syngenta),84 NK603 (Roundup Ready de Monsanto),
Herculex (una variedad Bt de Du Pont), Bt11 (Syngenta), así como soja Roundup Ready.85 También se confirmó
la presencia de Maíz Starlink (Aventis) en el maíz en grano distribuido por el PMA. En EEUU el Starlink sólo
fue aprobado para consumo animal debido a que puede provocar reacciones alérgicas. (párrafo 5.)
Este caso de ayuda alimentaria en países pobres es un claro ejemplo del tipo de contribuciones que
hacen estas empresas a través de programas de lucha contra el hambre como “Alimentar el Futuro”,
iniciativa del gobierno norteamericano bajo el programa USAID.
1.5 El súper salmón Chileno.
Actualmente existe otro caso llamativo de producción transgénica en alimentos, el salmón o súper
salmón chileno. La propiedad de este pez es que tiene la habilidad de sobrevivir con un tercio del alimento
27
que consume un salmón biológicamente normal y de crecer de manera acelerada hasta duplicar el tamaño
de un pez que crece de manera natural.
Marisol Álvarez y Marcelo Campos, del Departamento de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca,
explicaron al portal digital Tierramérica que la creación del polémico salmón comenzó hace 20 años.
Gonzalez,G (s.f.)“Los genes sensitivos al frío fueron removidos del ADN de esos peces y depositados en un gen
control para observar su crecimiento. El gen de crecimiento utilizado fue el de un salmón del Atlántico” (párrafo 3)
señalaron.
Agregan Álvarez y Campos que el proceso para encontrar las proteínas necesarias a insertar en el
salmón se realizó de la siguiente manera, “Un científico canadiense congeló entonces un estanque con diversos
tipos de peces, muriendo todos ellos, con excepción de las platijas (pez plano), que producen proteínas
anticongelantes”. La inserción de ese material genético en huevas de salmón “permitió desarrollar un pez que,
cuando las aguas se tornan más frías y oscuras, produce en su hígado hormonas que le permiten mantener el ritmo de
su metabolismo y seguir creciendo aceleradamente”. (párrafo 5)
Aunque se genera un ahorro económico en la producción, hasta un 25% menos de alimento para peces,
se reconoce un descentralizado proceso productivo que no genera beneficios económicos reales para la
sociedad chilena. Por ejemplo: Gonzalez, G. (s.f.) “Aqua Bounty, empresa con base en Waltham (Massachusset,
EE.UU.) produce las ovas5 de salmón transgénico en la isla de Prince Edward, Canadá, mientras que su crianza y
engorde se efectúa en Panamá”. (párrafo 8)
La Agencia de Noticias Adital (2010) publica en el artículo “Compañía creadora del salmón
transgénico comienza en Chile promoción de su espécimen”: La Academia Americana de Medicina
Ambiental ha señalado que los alimentos genéticamente modificados presentan riesgos para la salud de los
consumidores. Ellos van desde cuadros alérgicos, envejecimiento prematuro y disfuncionalidades que afectan al
sistema inmunológico. Dado que es frecuente que se demuestre tardíamente efectos nocivos o secundarios de
drogas o productos alimentarios destinados al consumo humano, para las organizaciones ciudadanas y de
5
Óvulo de pez fecundado y viable
28
consumidores es clave demandar una estricta aplicación del principio precautorio y del derecho a acceder a
información gubernamental e industrial relevante.(Párrafo 8 ).
Otro problema que no permite la difusión y apropiación social de este tipo de prácticas, en el caso del
súper salmón chileno, es que La Agencia de Alimentos y Medicamentos FDA (Food and Drug
Administration), agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos
(tanto para seres humanos como para animales) ha permitido que la empresa Aqua Bounty mantenga los
antecedentes de las prácticas de modificación genética como “secreto industrial y comercial”6.
1.6 Hormona bovina para alta producción de leche en Florida.
En Estados Unidos, específicamente en el estado de Florida, la producción de leche se afectó por un
nuevo producto lanzado al mercado por la multinacional Monsanto. Una hormona que inyectada en la
parte trasera de los bovinos aumenta la producción de leche. Este era su eslogan: “Es un buen momento
para ser una vaca de gran producción” Posilac one-step la somatropina bovina DE Monsanto. MÁS
LECHE, MÁS DINERO. Posilac es el nuevo producto más probado de la historia que ya está disponible
para su uso de modo que pueda aumentar sus beneficios.
La cadena televisiva FOX designó a dos de sus periodistas para realizar un programa de investigación
que saldría al aire cada viernes en la noche. Los periodistas reunieron pruebas para demostrar el daño que
generaba la hormona en los animales y a los consumidores finales. La hormona generaba mastitis en las
vacas, una infección que inflama las ubres e impedía la salida de la leche sin irritar. La irritación genera
pus que queda en la leche que es comercializada, además varios informes demostraron que al ser
absorbida por el cuerpo humano la hormona puede provocar efectos adversos para la salud.
6
Tomado de:
http://www.biodiversidadla.org/Menu_Derecha/Prensa/Compania_creadora_del_salmon_transgenico_comienza_en_Chile_promocion_de_su_esp
ecimen
29
Cuando los periodistas mostraron a su jefe directo el producto final del documental investigativo sobre
la hormona bovina somatropina, no recibieron respuesta. Pasadas unas cuantas semanas fueron llamados
para conocer una carta enviada por la abogada de la multinacional Monsanto, en ella se aseguraba que el
documental estaba plagado de mentiras y que debían retirarlo y comprobar la historia. La semana
siguiente recibieron otra carta con frases más fuertes que aseguraban que la transmisión del programa
traería pésimas consecuencias para FOX NEWS.
Tras esta alarma, FOX NEWS entró en pánico por el temor a ser demandada y perder el dinero que
invertía Monsanto en los 22 canales de televisión con los que contaba Rupert Murdock, propietario de la
Fox.
Aunque modificaron la historia 82 veces, tal como pretendían los abogados de Monsanto, nada fue
suficiente, por lo que Fox optó por no transmitir la historia y silenciar las voces de los periodistas con
dinero. Tras la oposición de estos últimos por considerar esta solicitud algo ilegal: callar información
pertinente para el público, fueron despedidos por FOX NEWS.
Dos años después y tras cinco semanas de testimonio, el veredicto del jurado y una indemnización de
425.000 euros, determinó que la historia que FOX pretendía mostrar era falsa y engañosa. FOX apeló la
decisión. Esta vez contaba con el apoyo de varios canales y el tribunal falló a favor de Fox NEWS.
Es importante informar que Canadá y Europa mantienen la prohibición de la hormona rbgh y su
información permanece oculta al consumidor de leche de Estados Unidos.
1.7 El Round-up en Colombia.
El agente naranja. Este fue el apodo que se le dio a un herbicida creado por Monsanto llamado Roundup. Este herbicida contiene unas partículas llamadas dioxinas que son altamente tóxicas para el medio
ambiente y para los seres humanos. Monsanto alega que este herbicida es biodegradable, ya que algunos
de sus componentes se vuelven inactivos al contacto con el suelo o el agua, y que son las hojas las que
30
absorben el producto más no las raíces, por esta razón no tendría por qué ser un problema para los
humanos o el ambiente.
Este herbicida adquiere su nombre cuando en Vietnam el ejército de Estados Unidos vierte su
contenido en las selvas para deforestarlas. Algunos miembros del ejército estadounidense han demandado
a Monsanto tras haber presentado enfermedades en la piel y en algunos casos, cáncer. Incluso hoy en día,
varios documentales como “El mundo según Monsanto” aseguran la población vietnamita sufre efectos
negativos en la salud e incluso enfermedades genéticas.
Hacemos referencia a estos hechos para referirnos a Colombia. Agente naranja: principal componente
el glifosato. El glifosato, según la página web de la Presidencia de la República de Colombia, aún es usado
y no solo con el fin de erradicar cultivos de coca y amapola. También es usado con fines agrícolas
comunes ya que, se afirma en la web: “El herbicida glifosato utilizado en Colombia para la fumigación de
cultivos ilícitos de coca y amapola, no afecta la salud humana, el medio ambiente, ni a los animales, como si lo hacen
la deforestación y la quema indiscriminada de bosques.”
Ese fue el concepto presentado en abril de 2005 por la Comisión Interamericana para el Control del
Abuso de Drogas (CICAD), División de la Organización de Estados Americanos (OEA), en respuesta a la
solicitud formulada por los gobiernos de Colombia, Estados Unidos y Reino Unido, sobre el riesgo que
podría representar el uso de dicho producto. Aunque goza de amplia confiabilidad por la comunidad
internacional, valdría la pena un nuevo estudio que demuestre los efectos del herbicida glifosato en el
medio ambiente así como en la salud humana y animal.
CAPITULO 2
Una Aproximación Metodológica al Estudio de la Información sobre los Alimentos Transgénicos.
31
El presente capítulo tiene como propósito fundamental proponer un modelo de análisis en torno a la
forma cómo algunos medios impresos abordan el problema de esta investigación: Percepeciones y debate
sobre los alimentos transgénicos en Colombia. Resulta pertinente hacer seguimiento al proceso
informativo de algunos medios de comunicación, porque los impactos positivos o negativos que pueden
tener estos alimentos, son de interés general, por lo tanto los procesos informativos afectan directamente la
formación de opinión pública.
Tomamos como referencia analítica el concepto de esfera pública construido por Jurgën Habermas,
filosofo alemán, porque resulta útil para comprender y confrontar la importancia que dan los medios de
comunicación impresos a los temas considerados de interés público, y que tienen repercusiones en la vida
de la sociedad.
Por otra parte, consideramos importante este concepto porque permite reflexionar sobre las
posibilidades de espacios de deliberación y de debate creados por estos medios de comunicación, a partir
de la calidad de los datos y del tratamiento de los temas, específicamente del tema que nos ocupa.
El concepto de esfera pública se considera una de las renovaciones teóricas democráticas más
importantes de la segunda mitad del siglo XX. La comunicación como escenario que posibilita a las
personas la capacidad para reflexionar sobre ellos mismos y sobre las prácticas y decisiones del Estado,
tiene como principio el uso público de la razón contra el uso privado de la razón.
En el contexto de los alimentos transgénicos, y a partir del análisis de las piezas informativas de los
medios de comunicación impresos: diario El Tiempo y la revista Semana, se considera necesario afirmar
que la información que reciben los ciudadanos no es analizada de manera reflexiva, de tal manera que
puedan precisamente hacer uso público de la razón.
Consideramos que el tema de la alimentación debería estar en los principales lugares de las agendas
mediáticas, ya que los productos alimenticios tienen un impacto directo en el estilo y la calidad de vida de
32
los seres humanos. Sin embargo, las decisiones que toman los gobiernos sobre este tema, no son
consultadas al ciudadano, y los medios tampoco invitan a la deliberación.
La información que tiene el ciudadano del común, es a nuestro juicio precaria, pues las decisiones
políticas al respeto han ignorado la participación ciudadana.
Con el concepto de esfera pública encontramos una oportunidad de reflexión acerca de las necesidades
de vincular a la sociedad civil, expresada en grupos, movimientos, y asociaciones, que aporten argumentos
para la construcción de políticas públicas en temas alimentarios.
La posibilidad de contar con ciudadanos ilustrados permite sujetos capaces de comprender lo que les
afecta. Para nuestro análisis, los ciudadanos serían conocedores de los componentes de los alimentos
transgénicos, saber que los haría capaces de participar en los procesos de decisión y elección racional de
los alimentos que consumen.
Al respecto es necesario aclarar que no siempre el consumo de alimentos es una decisión racional,
muchas veces es más una decisión de carácter emocional. La razón debe ser manejada no solamente por
aquellos que la utilizan en su forma pura, en este caso los científicos. Si la razón pública debe ser parte de
la vida cotidiana de todos los ciudadanos, la razón pública de la salud, cuando hablamos de los alimentos,
no es un tema que atañe solo a los médicos, o a los profesionales en alimentos, sino a todos los
ciudadanos. Cuando hablamos del uso público, nos referimos a asuntos que son públicos. Hablar de la
calidad de los alimentos, es un tema que no es privado, por eso debe ser de conocimiento público.
La perspectiva del uso público de la razón, parte de afirmar que la razón debe ser pública. El tema de
los alimentos en salud pública es tratado de manera muy científica, por lo que consideramos que la
sociedad en general debería hacer uso público del mismo. La información de la etiqueta es por lo general
especializada, lo que impide al consumidor conocer los componentes del producto, y cuando se produce
un efecto en la salud del consumidor, deja de ser un asunto privado para convertirse en un asunto
público, pertinente para tratar en el concepto de la esfera pública.
33
Con el uso público de la razón una persona ilustrada se convierte en ciudadano del mundo, es decir en
una persona que es capaz de comprender las consecuencias del uso de alimentos transgénicos, una persona
informada, un conocedor de un tema que no solamente lo afecta a él sino a todos los ciudadanos. Cuando
hablamos de políticas, nos referimos también a las decisiones públicas que toman los gobernantes que
afectan a la sociedad.
Un elemento central del concepto manejado por Habermas, es la idea de la ampliación del dominio
público. Para Habermas, la desacralización de la política significa la posibilidad de someter a la discusión
pública problemas tratados anteriormente a través de monopolios interpretativos dictados por macroinstituciones como la Iglesia Católica. En el caso que nos ocupa se refiere a las corporaciones que
producen alimentos.
Nos referiremos a Monsanto como la corporación que presenta discusiones con interpretaciones que la
sociedad asume como verdaderas sin que sean discutidas en el escenario público. Se convierte así en una
corporación que no se cuestiona. La empresa invierte un gran capital en publicidad que es difundida a
través de los medios de comunicación. Esto genera presión en las altas esferas y previene la posibilidad de
cambios de visión o de ideología sobre lo que la empresa plantea.
Al tener la sociedad en los medios de comunicación una fuente confiable sobre el tema, no se generan
debates sobre la creación y comercialización, ni sobre las consecuencias del consumo de alimentos
genéticamente modificados.
Es claro y definitivo que no se establece una condición de igualdad entre la sociedad y la corporación,
por lo que surge la siguiente pregunta ¿quién vigila la producción de alimentos transgénicos?
Para al análisis de medios nos apoyamos en los principios de la teoría de la acción comunicativa de
Habermas que explica los parámetros ideales que deben existir entre la sociedad y las corporaciones, cuyo
análisis pone en evidencia el cumplimiento o no de los siguientes parámetros:
Exigencia de verdad preposicional: Se parte del principio de que lo que se dice es verdad.
34
Exigencias normativas: Que lo que se diga esté sujeto a las leyes y a las normas.
Relaciones de sinceridad: Esto es un asunto de dilema ético, por ejemplo, advertir que los alimentos
que se van a consumir presentan algún tipo de riesgo para la salud humana, para el medio ambiente, para
la economía, y en general para la sociedad en el corto, mediano o largo plazo.
Habermas privilegia las formas universales de ciudadanía como medio para reintroducir los temas de
solidaridad y comunidad.
El tema de los alimentos transgénicos se convierte en universal, cuando un ciudadano se ilustra sobre el
tema, se preocupa y se convierte en un ciudadano sensible y solidario.
Los medios de comunicación, a su vez, cumplen una labor comunicativa institucional. Los ciudadanos
interpretan la naturaleza de lo planteado por los medios y la interiorizan para sí mismos, la información
cumple así el ciclo de ser regulada por las normas sociales, que son ampliamente aceptadas e
interiorizadas para formar un sistema social.
2.1 Aproximación metodológica
En el uso de las matrices para el análisis periodístico de los medios de comunicación escrito,
encontramos que la acción comunicativa, definida como el intercambio simbólico de discursos, de
construcción de identidades y de formas de representación colectiva, está presente en los conceptos
utilizados y en el lenguaje aplicado.
Para ello, decidimos enfocarnos en la prensa y más específicamente en el diario El Tiempo y la Revista
Semana, íconos del periodismo escrito colombiano, porque los dos tienen gran influencia en la opinión
pública del país.
Las muestras seleccionadas para el análisis son del período 2005 al año corriente. Son 16 piezas
periodísticas en total; nueve del diario El Tiempo y siete de la Revista Semana.
35
Las matrices que utilizamos para el análisis de los medios fueron propuestas en la cátedra de
periodismo de la Pontificia Universidad Javeriana, por el profesor Mario Morales, quien las aplica en el
análisis en observatorios de medios.
El profesor Morales (comunicación personal, Mayo, 2012) define las matrices como acercamientos
metodológicos para analizar contenidos, que permiten profundizar en las teorías contemporáneas del
periodismo, ya que tienen una metodología de análisis clara. Afirma que “en esas teorías contemporáneas
encontramos elementos que se reiteraban, tanto en la agenda setting en el framing, como en el newsmaking, el
gatekeeping, en la sociología de las noticias, y la teoría de los atributos de la información”, así que las teorías
brindaron los insumos para medir la calidad periodística a partir de una mirada analítica periodística.
Los conceptos que articulan la matriz surgen de estándares básicos como pertinencia, prominencia,
actualidad, los cuales entregan los elementos para analizar la labor del periodista que cubre el tema en el
medio. Esto nos permite formular la pregunta básica que se surge del análisis, ¿realmente hay
verificación de información? Para responderla fue necesario verificar aspectos como: categorías, autoría
y manejo de fuentes.
Al trabajar las matrices encontramos estándares que clasifican las categorías. Los estándares son
incluyentes y excluyentes, ¿para qué su uso? Morales ejemplifica (comunicación personal, Mayo, 2012):
“un periodista consulta una fuente o dos, pero no puede decir una o dos, por la propia construcción del elemento. Es
connatural decir que son excluyentes porque la respuesta es una sola, no puede ser o la una o la otra”. La otra razón
por la cual existen estos estándares, es porque se busca una respuesta estadística y así una pregunta
presente varias respuestas la cuantificación es la que permite lograr claridad.
Escogimos este periodo (2005 – 2012) porque buscábamos información reciente, y porque al realizar la
investigación de contexto, pudimos capturar la manera en la que la prensa informó a los ciudadanos sobre
las decisiones críticas que el gobierno tomó respecto a la normatividad del ingreso de los OGM y a las
licencias de las multinacionales dueñas de las semillas y la tecnología.
36
Recordemos que en el 2005 se permitió la entrada al país de las primeras semillas transgénicas de
maíz, propiedad de la multinacional Monsanto. Ese mismo año el Grupo Semillas denunció las
irregularidades en la tramitación de la licencia ambiental necesaria para la introducción de las semillas de
la empresa estadounidense. El gobierno respondió con el Decreto 4525 de 2005, que eximió a Monsanto y
a cualquiera de sus empresas afines del trámite de la licencia ambiental.
Desde ese año se han presentado diversas confrontaciones entre las multinacionales, la ley colombiana
y los agricultores. Demandas por publicidad engañosa, legislación de patentes para las semillas (2006) y
resultados desfavorables de experimentos como el de los algodoneros de Córdoba (2008), son algunos de
los puntos críticos de la historia de los alimentos transgénicos en Colombia. Puntos críticos que se
deberían traducir en una línea de tiempo en noticias, entrevistas, reportajes y crónicas.
La monitoria de medios nos permitió analizar qué, cuánto y de qué manera se informó a la opinión
pública acerca del tema en cuestión, y evaluar lo que ha sido el papel de los medios de comunicación en la
construcción de conocimiento y en el debate alrededor de un asunto que involucra a la ciencia, la
economía, la política y, por supuesto a la sociedad.
Aunque la metodología pareciera más de carácter cuantitativo que cualitativo, un elemento importante
que resulta del análisis, está relacionado con la calidad de la información, sí por calidad de información no
entendemos solamente abundancia de datos, sino también eficacia de la información y del análisis para
propiciar potenciales escenarios de deliberación pública y debate. Así expuesto, el espíritu de este trabajo
es también realizar seguimiento a los medios, con el propósito de pensar que las informaciones que
divulgan sobre el tema, susciten debates en ámbitos especializados en salud pública de tipo académico o
administrativo y deliberaciones en la sociedad en general.
37
2.2 Análisis de las Piezas Periodísticas Encontradas en la Revista SEMANA
1
Desgranando la mazorca (Marzo 2005).
Este artículo analiza el TLC con Estados Unidos, enfocándose en la importancia del maíz como ficha
clave de las negociaciones y pilar de la seguridad nacional y alimentaria del país.
Es el primer artículo de la muestra realizada a la Revista Semana, donde se nombra el tema de
alimentos transgénicos en la sección de Economía y no en la de Ambiente o Vida Moderna. Además, la
referencia al tema es corta y solamente informativa, lo que deja al lector a la suerte en cuanto a entender la
relación que existe entre los alimentos modificados genéticamente y el desarrollo de la economía agraria.
De hecho, sólo se hace esta corta mención al tema porque Colombia es uno de los países que importa
maíz norteamericano, en su mayoría transgénico. Otros países como Japón y algunos de la Unión Europea
han cerrado las puertas al comercio de estos productos, precisamente por esta razón.
Además de la novedad en cuanto al enfoque de la información, también está la visión de productos
importados, ya que los alimentos transgénicos no son producidos en el país: este es el caso del maíz.
Según datos de las fuentes de este articulo (dos investigaciones, una del Ministerio de Agricultura y otra
del exterior), el 80% del maíz que importaba Colombia en el año 2005 era de origen estadounidense. Hoy
en día, según datos de la organización Grupo Semillas, alcanza el 85%. La entrada de este tipo de
productos al país no tiene ningún tipo de control sanitario distinto al que hacen las empresas que lo
importan, y al momento de entrar a los mercados, no existe legislación alguna que exija el etiquetado de
alimentos. Es decir, el consumidor no es advertido sobre el origen del maíz con el que se elaboran muchos
de los productos que se consumen habitualmente en Colombia, que hacen parte de la dieta de la mayoría
de los colombianos.
Este artículo es un claro reflejo de la poca seriedad y profundidad que se le ha dado al tema de los
transgénicos. La única fuente identificada en el texto, es el Ministerio de Agricultura, entidad que, a través
del estudio “La agricultura colombiana frente al TLC con Estados Unidos”, pinta un panorama devastador
38
para los maiceros colombianos, y anuncia que quedarán en clara desventaja frente a las ayudas del
gobierno gringo a sus agricultores, sumado a los inexistentes aranceles que Estado Unidos exige a
Colombia como parte del tratado.
Lo que no se dice es que, además de las obvias desventajas económicas, la introducción del maíz
transgénico tiene riesgos que todavía no han sido analizados por expertos del país y mucho menos
consultados con el resto de la sociedad (lo que está estipulado en el Protocolo de Cartagena, en su artículo
23).
Más aún, hasta hoy en día, con el Tratado de Libre Comercio recién aprobado por el gobierno
estadounidense a finales del 2011, la opinión pública no ha sido informada acerca del origen del maíz que
entrará al país y tampoco se han tomado las medidas cautelares para asegurar que este alimento no tenga
efectos en la salud de los consumidores.
2
Primero el Campo (Junio 2005).
Este artículo hace parte de una edición especial de la Revista Semana que conmemora la historia de
Colombia, sus tradiciones, sus regiones y su gente. Es un recuento de la historia campesina desde el siglo
XVII y de los procesos sistemáticos de desplazamiento vividos por los campesinos. El autor (un
antropólogo e investigador de la FAO) usa fuentes documentales y académicas lo que se refleja en el estilo
del artículo, muy preciso en fechas y cifras, sin embargo, hace poco uso de la voz directa de los
implicados, de hecho no hay entrevistas a campesinos en todo el artículo, lo que lo hace más cercano a un
texto académico que a uno periodístico.
A pesar de ello, el artículo es uno de los más completos y claros en lo que al tema se refiere. Comienza
refiriéndose a la Revolución Verde como el inicio del cambio de las prácticas agrarias de los campesinos,
a partir de la introducción de las maquinarias y los agroquímicos en los años 70.
También es el artículo más completo en cuanto a fotos e infografía. Presenta un total de cuatro fotos,
dos de las cuales hacen referencia al programa de asistencia técnica al campesinado a través de lo que se
39
llamó el programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI), el cual “a través del sistema de créditos
subsidiados y de asistencia técnica, indujo a una creciente proporción de campesinos a sustituir sus
cultivos tradicionales por una canasta reducida de productos orientada hacia los mercados”, dice el texto, y
es esta situación precisamente la que se perpetúa hoy en día con mayor presión por parte de las
multinacionales semilleras, que convencen a los campesinos de comprar sus semillas transgénicas
argumentando además de beneficios técnicos, la oportunidad de hacer parte del mercado de los productos
con mayor demanda (maíz y algodón).
Lo que en realidad sucede es que los campesinos terminan perdiendo frente a las multinacionales,
frente a los grandes propietarios y frente a los monocultivos, pues el costo de producción resulta mayor y
el uso de mano de obra campesina (que en la mayoría de los casos está conformada por familias) se vuelve
inútil.
Todo lo anterior se traduce (en el mejor de los casos) en migración del campo a la ciudad en búsqueda
de oportunidades, lo que ha conllevado a dejar el campo en manos de unos pocos que poseen miles de
hectáreas o la tecnología (o ambas). Esta situación está claramente explicada en el artículo, una mirada
crítica frente a la modernización del campo y una advertencia a lo que podría pasar si se dejan de lado las
prácticas campesinas tradicionales.
El escenario alarmante que predice el autor se resume fácilmente en: pérdida del patrimonio biológico,
extinción del pequeño y mediano campesino y monopolio del campo y del mercado de alimentos por parte
de las multinacionales.
“Los sistemas de patentes con los que se está implantando la biotecnología y que forman parte de estos
marcos, apuntan a asegurar y ampliar los mercados para las transnacionales”.
Esta crítica fue hecha por Semana en un momento oportuno, pues fue precisamente en ese año (2005),
el momento en el que el gobierno permitió el cultivo de maíz Bt, obviando toda la reglamentación de
bioseguridad estipulada en el Protocolo de Cartagena (2001), a través del Decreto 4525 de 2005, que
40
marcó la entrada al país de las multinacionales semilleras como Monsanto, Syngenta y DuPont. En ese
momento de la historia, los primeros en reaccionar fueron los grupos campesinos y medio ambientales
como el Grupo Semillas, que interpuso una demanda al Decreto.
Si bien tocar el tema del campo y del eterno destierro de sus campesinos era pertinente dado el
momento histórico en lo que a alimentos transgénicos de refiere, el artículo no habla del Decreto 4525,
como tampoco habla de la llegada de las primeras semillas de maíz transgénico al mercado.
3
“No veo nada de malo en la clonación” (Agosto 2008)
Esta es una entrevista a un “divulgador científico” llamado Matt Ridley, escritor del best seller
“Genoma: la autobiografía de una especie en 23 capítulos”. La tesis de este científico es que los genes y el
ambiente están directamente relacionados, es decir, el ambiente modifica nuestros genes con el paso de los
años, pues la experiencia y el aprendizaje hacen que estos cambien de acuerdo a las necesidades
evolutivas y de supervivencia del hombre. La postura científica de Ridley frente al tema de la importancia
de los genes en la naturaleza, hace inevitable que salte a la vista una deducción: si el ambiente modifica
los genes, ¿qué pasa cuando se modifican los genes y no el ambiente? ¿Terminará este último afectándose
inevitablemente por las modificaciones genéticas que hagamos en los seres vivos que lo habitan? Esta es,
en esencia, la verdadera preocupación que está detrás de los transgénicos, como también detrás de la
clonación (aunque sean procesos diferentes).
De las cinco preguntas que la revista Semana hace al científico, solo una toca el tema de los
transgénicos “Cuando el hombre interviene el ADN de otras especies como en el caso de los transgénicos,
¿no altera negativamente el ecosistema global?”. Por la forma como fue planteada, esta pregunta tiene el
mismo problema que el resto de la entrevista: está formulada según categorías morales de “malo” y
“bueno”, “positivo” o “negativo”.
El problema está en que estos temas científicos, que están en nacimiento, en las primeras etapas de su
desarrollo, e investigación, no pueden ser analizados bajo categorías de este tipo, porque reducen y limitan
41
el tema a una cuestión más de fe, de bandos, de intereses y no de rigurosidad científica, de hechos y
críticas constructivas.
Si preguntamos a una fuente científica, si un nuevo alcance científico “es o no es negativo”, es obvio
que la respuesta será “no”. Mientras que si se le pregunta el por qué o el cómo, la respuesta tendrá
necesariamente que ser más amplia, más informativa, más reveladora y más propicia para generar debate y
diálogo, que es lo que un género como la entrevista busca lograr.
Se destaca el uso innecesario de adjetivos en el artículo al presentar al científico, por ejemplo “atento”
y “riguroso” son calificativos que un periodista no puede comprobar con una sola entrevista, además, por
más que el prefacio del libro de Ridley lo diga, la revista no está para alagar el trabajo del científico, sino
para mantener una actitud crítica frente a éste, más allá del prestigio que tenga por su libro o por sus
aportes a la ciencia y a la comunidad científica.
En cuanto a la respuesta dada sobre el tema de los alimentos transgénicos, el entrevistado afirma que
“constituyen una enorme oportunidad para beneficiar a la especie humana y al ecosistema planetario”, y
como ejemplos pone al arroz enriquecido con vitamina A (también llamado arroz dorado), que ha
prevenido casos de ceguera por malnutrición a niños del Tercer Mundo y el algodón Bt que tiene un
insecticida propio, que es eficiente contra las plagas pero respetuoso de la vida de otros insectos. Esta
respuesta promocional no responde estrictamente a la pregunta del periodista y sin embargo, no hay una
contrapregunta que ponga al entrevistado en cuestión frente a las críticas, las dudas y las fallas de este tipo
de tecnología.
Parecería entonces que el autor de esta entrevista no estaba lo suficientemente preparado en el tema
como para contraargumentar algunas de las vagas y promocionales respuestas de Matt Ridley, por lo que
actúa no como periodista, sino como “divulgador científico”. El periodismo tiene que mirar a los ojos y de
frente, más aún en cuestión de política y de ciencia, dos temáticas en las cuales la ignorancia o la simple
42
intimidación hacen perder fuerza a nuestro trabajo y nos reduce a meras cajas de resonancia o a
promotores de ideas sin crítica ni postura.
De esta entrevista queremos rescatar una de las últimas frases del científico, pues a nuestro modo de
ver la responsabilidad del periodismo es poner en cuestión la imposición férrea de una idea, que, es
también la razón de ser del periodismo científico, además de la razón por la cual decidimos realizar
nuestra tesis de grado sobre un tema como éste:
“Soy un optimista porque siempre hemos usado la nueva tecnología para mejorar la vida de la gente
antes que para herirla”.
Concebir la ciencia como salvadora y aseguradora suprema del progreso y la felicidad del hombre, es
una mirada que se ha instalado en nuestra mente desde la Revolución Industrial, y en general durante toda
la Edad Moderna, que va de la mano del modelo económico capitalista. Sin embargo, no siempre el bien
general ha sido prioridad para la ciencia, pues el conocimiento y la tecnología son elementos neutrales, es
decir con ellos se puede hacer lo que sea, privilegiar a algunos, perjudicar a otros. El problema está en que
quienes manejan tal conocimiento son humanos y no siempre abogan por lo que dicen defender. Los
intereses privados y ocultos de las agendas corporativas o gubernamentales están resguardados bajo el
manto optimista de la ciencia y el “avance científico”. Es por eso que es labor del periodismo vigilar tales
“avances” y realizar las investigaciones (y en este caso, las preguntas) necesarias para comprobar la
coherencia entre lo que se dice que es y lo que realmente es.
4
“Fábrica de genes” (Abril 2006)
Este es un reportaje de la sección “Ciencia” de la Revista Semana. El título no es coherente con todo el
texto, pues cuando habla de semillas o alimentos transgénicos no trata de genes creados en laboratorio,
como lo hace creer erróneamente el título, sino de transferencia de genes naturales que se encuentran en
cualquier organismo vivo, ya sea bacteria, planta o animal. El lead tampoco es coherente con el resto del
texto, ya que propone una información que más adelante no se retoma: “Colombia progresa en la
43
investigación”. Esto no sólo es una falla periodística sino un error, una mentira, pues las investigaciones
que se han hecho sobre transgénicos vienen de otros países. Precisamente este es el reclamo de muchas
organizaciones de agricultores y ambientalistas entrevistados en nuestro trabajo, los cuales exigen que se
realicen investigaciones y estudios más a fondo sobre los efectos de los OGM en el país.
El texto está parcializado en favor del uso de esta tecnología, lo que se refleja en frases como: “es la
industria más prometedora”, “ha tenido impresionantes desarrollos”, “contribuye con mejores
características nutricionales”, “es una manera más efectiva de erradicar las plagas”. Durante cinco años a
través del estudio del periodismo hemos aprendido que el periodista, cuando se trata de géneros
informativos como el reportaje, no debe engañar al lector haciendo creer que su opinión es información.
Además, adjetivos como “impresionante”, “efectivo” o “mejor” sobran cuando los hechos hablan por sí
solos. A través de cifras o de testimonios se informa más y se deja a decisión del público receptor (como
debe ser) las conclusiones del asunto o tema tratado.
Es por eso que frases encontradas en el reportaje como “Es cierto que desde cuando fueron
introducidos, en 1996, los cultivos transgénicos han mejorado las ganancias y reducido los costos de
quienes los siembran” no tienen valor periodístico, pues si no están respaldadas por una fuente pierden
autoridad ante el lector, quien sospecha sobre la parcialidad informativa del producto periodístico.
Otra forma de comprobar que el autor del artículo está parcializado hacia el uso de las tecnologías
transgénicas, es que sus críticas son inmediatamente contra argumentadas por la fuente oficial consultada,
es decir, cuestiona el uso de semillas transgénicas por su efecto en el ambiente y en cambio de ahondar en
el tema con la ayuda de otras fuentes “objetivas”, se cita a Harvey Glick, Director de Asuntos Científicos
de la Corporación Monsanto, por lo que se le da doble espacio a la voz de las multinacionales dentro del
texto.
El reportaje aborda el tema de la salud como uno más de los “miedos a los transgénicos”, sin
profundizar, ni dar la voz a una fuente médica especializada. Concluye con la afirmación: “Pero lo cierto
44
es que la probabilidad de que un organismo genéticamente modificado -como el maíz Bt- genere este tipo
de reacción es mínima, pues lo que se modifica es un reducido número de genes que están perfectamente
identificados y controlados.”, de nuevo sin informar la fuente de dicha información.
La razón de ser dl periodismo científico tiene en la base la conciencia de que la ciencia no es perfecta,
y que el periodista no debe ser un simple divulgador de los nuevos descubrimientos científicos, sino que
debe, como con cualquier otro tema de interés público, ser vigilante de los interés de la sociedad,
cuestionar y debatir a fin de contribuir al mejor entendimiento de un fenómeno, dándole al público una
mirada global, incluyente y justa. Es por eso que en este campo, más que en ningún otro, deben sobresalir
las cifras, los datos, los hechos, el trabajo de reportería, para que los textos periodísticos hablen por sí
solos. El lenguaje debe estar exento de adjetivos innecesarios o reiterativos y de expresiones como “lo
cierto es”. Mucho menos el autor debe terminar el texto afirmando que la introducción de los transgénicos
es un paso hacia la “dirección correcta”.
Por lo demás, el espacio dedicado a las fuentes es desigual, ya que a las únicas dos fuentes de contraste
(el teórico Fritjof Capra y el profesor de la Universidad Nacional, Alejandro Chaparro) se les incluye en
dos líneas (respectivamente) de un texto de más de 800 palabras. El resto de las fuentes son la
Corporación Monsanto e Ingrid Schuler, bióloga de la Universidad Javeriana, cuya voz es utilizada en el
reportaje para desestigmatizar la biología genética.
Es paradójico que este reportaje (escrito en el año 2006) afirme que “La biotecnología efectivamente
incrementa la cantidad de las cosechas. Pero la duda de muchos analistas es que los avances en
biotecnología estén realmente orientados a las necesidades de las poblaciones, o si el objetivo sea sólo
aumentar las ventas de las grandes compañías multinacionales”. Si se considera que, con la introducción
del algodón Bt a los departamentos de Córdoba y Tolima ese mismo año, al gremio de algodoneros le fue
mal con el uso las semillas que les vendió Monsanto, pues la cosecha no fue productiva, sino al revés (se
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desarrollaron solo tres de los cinco capullos de la planta) y fue diezmada por la plagas (a pesar que de
decía ser 97% resistente a plaga sodóptera).
5
“Expertos piden que se exija licencia ambiental para siembra de semillas modificadas” (Junio
2010)
Esta es una noticia publicada en la sección “Medio Ambiente” de la revista. La noticia gira en torno a
la polémica por el Decreto 4525 de 2005 que volvió innecesaria la licencia ambiental para la entrada de
OGM a Colombia. Como ya se explicó, este decreto abrió las puertas a multinacionales como Monsanto,
Syngenta y DuPont, las más poderosas en temas de semillas transgénicas (entre las tres poseen un 50% del
mercado mundial). El decreto es tan polémico porque no contempla estudios y análisis para determinar la
inocuidad biológica de las semillas y los alimentos, y se conforma con la homologación de estudios
realizados en el exterior y en condiciones diferentes, hechos por las mismas empresas.
Esta precisamente es la denuncia que presentan Corantioquia y el Grupo Semillas, dos de las fuentes de
este artículo, que representan los intereses de los campesinos, medianos y pequeños, precisamente los que
más se ven afectados directamente por la siembra de cultivos transgénicos, ya que, como argumenta
Germán Vélez, “no hay garantía científica de que las cultivos transgénicos a través del polen no vayan a
crear mutaciones en las plantas criollas”. El pronunciamiento de Corantioquia es un claro reclamo de la
sociedad civil al gobierno para exigir más control y protección al campo colombiano frente a un tipo de
tecnología foránea e incompatible con los sistemas tradicionales de la agricultura.
Como fuente de contraste está la organización internacional promotora de transgénicos AgroBio
(asociada con las multinacionales de semillas), que afirma la inutilidad de la licencia y manifiesta que
“complicaría el ingreso” y que en Colombia “ya existe el control necesario” para la verificación de las
semillas, refiriéndose a los Comités Científicos del Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Salud
y Protección Social y del ICA. Si bien el autor de la noticia quiso balancear las fuentes con otra que
defendiera el decreto, el Ministerio de Ambiente no le dio respuesta alguna.
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El artículo es crítico, en cuanto a que ahonda en las razones que tienen las organizaciones campesinas
en el país para tener sospechas sobre los verdaderos intereses que se mueven detrás de las cortinas, lo que
nos hace preguntarnos ¿quiénes son los más beneficiados de los transgénicos?, ¿pueden coexistir en un
mismo espacio los dos tipos de agricultura, es decir, la tradicional y la biogenética?
La falta de reglamentación en cuanto a bioseguridad es un tema pertinente en el periodismo, porque
pone sobre la mesa un asunto que de otra forma pasa inadvertido por la sociedad, por la indiferencia frente
a lo que pasa en el campo, con la tierra y con los campesinos. El acercamiento al tema de los transgénicos
ha sido enfocado siempre desde el ángulo de la salud humana, el cual es de gran importancia, pero
artículos como éste abren la perspectiva de enfocar la problemática desde el aspecto socio económico, y si
bien es tratado como un tema “especial”, por lo que se encuentra en la sección de “Medio Ambiente”, la
fuente de la información es nacional.
Llama la atención la fecha del artículo (junio de 2010), pues ya habían pasado cinco años desde la
promulgación del decreto, de hecho, según la entrevista que realizamos a Germán Vélez, Director del
Grupo Semillas, , su organización había ya interpuesto la demanda al decreto en el mismo año en el 2005,
año en que se sancionó. Esto demuestra la indiferencia de los medios en Colombia sobre este tipo de
temas, pues no hizo parte de la agenda mediática en ese año, y por lo tanto no generó el debate ni la
discusión que permitiría incluir a la ciudadanía en la reglamentación de un tema tan delicado como es la
alimentación y el campo, ni se trató con la importancia que tiene.
La información está enriquecida con infografías, tablas y gráficos que muestran la expansión de los
cultivos transgénicos en el país, y también se hace un recuento de los problemas que se han presentado en
algunos países de Latinoamérica como México y Chile relacionados con la bioseguridad. Sin embargo, le
falta introducir al lector en la existencia del Protocolo de Cartagena, firmado a comienzos del año 2000 y
crucial para comprender el hueco legislativo del tema de los transgénicos en Colombia.
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En el periodismo científico no basta conocer las opiniones de quienes cuestionan una determinada
tecnología, sino también el por qué de su punto de vista. Es por eso que el autor debió profundizar en las
implicaciones que tiene para los agricultores de Antioquia y para los asociados al Grupo Semillas el que el
mercado de las semillas esté siendo monopolizado por las multinacionales.
6
Piden medidas urgentes para evitar futura hambruna mundial (Enero 2011)
Este artículo trata sobre los resultados de un estudio realizado por el gobierno británico llamado
“Informe Foresight (Previsiones) sobre el Futuro de Alimentos y Agricultura”. La conclusión de este
reporte es que la producción de alimentos debe incrementarse en un 40% en los próximos 20 años, ya que
la población mundial continuará creciendo hasta alcanzar los 8.300 millones y los recursos seguirán
acabándose.
Recordemos que ésta preocupación es la que han usado los impulsores de los cultivos transgénicos para
justificar ante la opinión pública la introducción de éste tipo de tecnología a los campos. De hecho, el
contexto en el que se inscribe el boom tecnológico agrario de la Revolución Verde tiene como principal
base teórica las ideas de Malthus sobre la sobre población y la imposibilidad de que la oferta supla la
demanda que crece exponencialmente.
Esta teoría sigue en vigor hoy en día, como se constata por éste y otros artículos de la muestra de
medios. Sin embargo, en cambio de cuestionarla confrontándola con otras fuentes (como por ejemplo
Amartya Zen, cuya teoría económica desmiente el mito de la sobrepoblación), se presenta como un hecho
innegable, como podemos ver en el subtitulo que usa el autor para introducir esta teoría: “Evidencia
contundente”.
Más de la mitad del texto de más de 800 palabras está dedicado a exponer los resultados del estudio y
las posteriores opiniones de quienes lo respaldan y consideran que es un claro mensaje para alertar sobre
la necesidad de más alimentos. Solo las últimas dos líneas del artículo da voz a la única fuente de
contraste, el presidente del Foro sobre Bioseguridad y Soberanía Alimentaria, quien acusa al estudio
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británico de promover los intereses de las multinacionales de semillas transgénicas: “Claramente este es
un estratagema para promover los cultivos de alimentos genéticamente modificados. Ese es el único
motivo que veo detrás de este informe”.
Esta disposición del espacio para las fuentes de contraste, demuestra una falta de equilibrio en el texto,
que deja al lector sin la posibilidad de conocer a profundidad qué es lo que se critica al estudio y lo más
importante: el por qué. Es por eso que al artículo le falta información que contribuya a divulgar el debate
internacional acerca del tema de los OGM, pues deja como voz principal el estudio oficial de un gobierno
se cae en la parcialidad y en la desinformación, más aún cuando la Revista Semana es uno de los pocos
medios dedicado al análisis de las noticias.
Este artículo, si bien no lo advierten en la revista, viene de una agencia de prensa no identificada. El
mismo texto se encuentra en la página de BBC Mundo y en otros portales de noticias no muy conocidos.
Si bien esto es muy común en las prácticas periodísticas, también demuestra irresponsabilidad de parte de
los medios, al entregar información empaquetada e incompleta que desorienta al lector sobre temas tan
importantes como la Soberanía Alimentaria.
7
Próximamente... carne sintética (Julio 2011)
Este artículo expone los avances en ingeniería de alimentos por parte de una universidad en Holanda
que está apunto de crear el primer pedazo de carne sintético. Fuentes científicas y académicas que
respaldan este proyecto, manifiestan no tener prejuicios frente a este tipo de experimentos ya que no son
de tipo genético. Se refieren a los alimentos transgénicos aludiendo al “síndrome Monsanto” y a lo
prevenido que está el público en temas de ingeniería genética, y recuerdan que en el caso del experimento
de la carne, se trataría de “tecnología orgánica” es decir, del proceso natural en que se desarrolla la carne,
sólo que controlada por laboratorio.
49
Después de “explicar” el proceso como algo sin ninguna intervención anormal en la naturaleza, el
artículo habla de otras posibilidades, como la “carne de diseño” en las perspectivas futuras de la ingeniería
de alimentos.
Este es otro ejemplo de cómo el periodismo divulga los avances científicos sin ningún tipo de
confrontación y sospecha, siguiendo como premisa que cualquier noticia que venga de proyectos con
prestigio de la comunidad científica, es para el bien común por lo que la sociedad debe recibirla con
confianza.
Las tres fuentes usadas por el autor vienen de la misma comunidad científica y sus testimonios son
usados para reiterar y ampliar la información. Más allá de la sola información, el mensaje entre líneas es:
la ingeniería de alimentos es segura, es beneficiosa y cualquiera que crea lo contrario es un retrogrado,
ignorante y miedoso.
Al periodismo en Colombia le hace falta formular preguntas sobre ciencia, y más importante aún, le
hace falta formular las preguntas correctas, como por ejemplo “¿esta novedad, o este experimento
científico a quién beneficia?”, “¿qué aspectos de la vida humana se verán afectados por su introducción en
la sociedad?”, sin olvidarse, por supuesto del “cómo” y de traducir el leguaje científico en un lenguaje de
uso común que permita una mejor comprensión a los ciudadanos.
En éste artículo el autor sólo se preocupa por el cómo de la carne sintética y no hace preguntas sobre la
salud humana y sus potenciales implicaciones. Incluso, introduce una visión de futuro donde tanto la
industria alimentaria como la industria farmacéutica se unen para diseñar alimentos con propiedades
médicas.
De nuevo, como sustento de este tipo de alimentos modificados con biotecnología, está el argumento
del crecimiento de la población y de la escases de los recursos. La promesa que está detrás de estos
productos es siempre la misma: la ciencia puede proveernos más, mejor y más fácilmente.
50
La ciencia avanza tan rápidamente que en los próximos diez años crearán probablemente algún
alimento con propiedades farmacéuticas y lo promocionarán como un “súper alimento” por sus dobles
beneficios. Para ese momento el periodismo debe haber ya realizado las preguntas suficientes para que la
opinión pública tenga una posición definida al respecto. Solo de esta forma el periodismo podrá ser
verdaderamente guardián de la democracia y no caja de resonancia de una tiranía científica.
2.3 Análisis de las piezas periodísticas encontradas en el periódico El Tiempo.
Descripción Noticia
Fecha: 13 de Julio de 2005
Suelos / Productos de calidad y conservación de los recursos naturales.
Cultivos Limpios: Protección y sostenibilidad
El problema principal que presenta el autor de este informe especial, publicado en la sección El
Campo, es que la siembra de monocultivo perjudica los suelos colombianos, ya que por la zona en la que
se encuentra el país es importante la rotación de cultivos, esta rotación brinda renovación de nutrientes y
permite la diversidad de seres vivos en un solo ecosistema.
Para la siembra de monocultivos se arrasa con los árboles en la zona y son los árboles los que impiden
la erosión de la tierra, ya que filtran el agua y permiten que la zona sea estable. Las tierras que antes eran
fértiles hoy están catalogadas como desérticas o semi desérticas por la erosión que causa el monocultivo o
el uso excesivo de químicos.
CORPOICA plantea la implementación de prácticas de sostenibilidad para el medio ambiente, que
incluyen el uso de una bacteria que hace la labor de plaguicida, y de un abono orgánico producido con los
materiales de las cosechas pasadas, lo que evitara la erosión.
51
Se resalta este informe especial porque presenta oportunidades para una siembra de mejor calidad y
sostenible con el ambiente. El contenido de este informe es pertinente en la actualidad, porque al
enfrentarnos a un TLC con Estados Unidos los suelos colombianos deben estar en uso y deben ser tratados
de tal manera que se permita su uso muchos años más. Asimismo plantea un modelo de conservación que
no es costoso, algo fundamental para la población agrícola del país, que además no degrada los suelos.
Descripción Noticia
Fecha: 5 de Noviembre de 2006
Sembrar a Colombia
Autor: Alfonso López Michelsen
En este artículo de opinión, Alfonso López Michelsen plantea una crítica fuerte al ICA por la dificultad
de otorgar permisos para la siembra de semillas genéticamente modificadas, y compara terrenos
sembrados con semillas transgénicas en otros países como Argentina,. Esto demuestra la deficiencia del
cultivo en Colombia.
El tono del autor es meramente crítico y tilda de deficiente al Instituto Colombiano Agropecuario
(ICA), porque estaría postergando el avance del país por no tener normas de bioseguridad claras.
Este artículo de opinión es válido en este momento, Abril 2012, porque el autor asegura que Colombia
no está preparada para competir en materia agrícola con países más desarrollados.
Descripción Noticia
Sección: Tierras y Ganados.
Fecha: 26 de Enero de 2007
Maíz, Soya, Canola y Algodón, Son los más sembrados en el mundo. En Colombia Algodón.
Creció área de cultivos transgénicos.
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Autor: Juan Carlos Domínguez
Este informe especial que podría catalogarse como un reportaje, ya que incluye infografías, fechas y
cifras, es una muestra de los resultados alrededor del mundo sobre cómo ha aumentado la siembra de
semillas genéticamente modificadas. Al igual que en el artículo de opinión escrito por Alfonso López
Michelsen en 2006, se muestra la deficiencia de Colombia en materia agrícola.
Con la siembra de semillas transgénicas está comprobado que aumenta la producción del algodón en
Colombia, cosecha que ayuda a que los ingresos de los campesinos sean mayores y tengan un mejor nivel
de competencia frente a otros mercados.
El informe especial también hace comparaciones con otros países, con lo que queda demostrado que
Colombia presenta atrasos en la implementación de tecnología que ayude al progreso de los mercados
agrícolas.
El reportaje se sustenta en la única fuente documental que expone en el texto, el informe del Servicio
Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones Agrobiotecnológicas (Isaaa), lo que demuestra que
el país no cuenta con analistas del tema que puedan contrastar la información.
Descripción Noticia
Sección: Tierras y Ganados
Fecha: 17 de Mayo de 2008
La aprobación la dio El Salvador
Centroamérica con más Transgénicos.
Esta noticia que podría ser un breve, tiene contenido de notica y no presenta autor. Esta publicada en la
sección “Tierras y ganados” donde, en la mayoría de noticias, no ese presenta al responsable de la
información publicada.
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Bajo la premisa que los alimentos transgénicos modificados por la empresa Monsanto son inocuos para
la salud humana, El Salvador reformó el artículo 30 de la Ley Semillas que prohibía la siembra de semillas
genéticamente modificadas. Con el aval de El Salvador, son nueve los países de la región que en el 2008
adoptaron este tipo de tecnología en sus terrenos. En ese momento Colombia seguía con la siembra de
algodón y a la espera de poder sembrar maíz genéticamente modificado.
Descripción Noticia
Fecha: 21 de Marzo de 2009
Con el fin de mejorar la productividad de las áreas que comenzaron a sembrarse.
ICA hará más control a transgénicos
El reportaje sin autoría, aparece en una sección especializada del periódico El Tiempo llamada “Tierras
y Ganados”. Esta sección se publica desde el año 1944 sin especificar periodicidad.
De acuerdo a la resolución 682 expedida por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), se
aumentarían los acompañamientos a los agricultores que siembren en sus terrenos semillas modificadas
genéticamente. Las empresas que cumplan con los requerimientos de bioseguridad e implementen la
siembra de algodón transgénico, tendrán que hacer, junto con el ICA, un acompañamiento para capacitar a
los agricultores y así sacar el mayor provecho de los cultivos.
Son 22.000 hectáreas que en 2008 habían sido sembradas con algodón transgénico. Sin especificar
lugares, si mencionan cuáles zonas son las principales con esta siembra: La costa, los llanos y el centro del
país. Los contratos, para el uso de este tipo de semillas, traen consigo especificaciones que afectan
directamente al agricultor, éstas son: “prohibición de revender o suministrar las semillas a terceros y
almacenarlas para uso posteriores”.
Estas medidas son conocidas mundialmente porque son implementadas por la empresa Monsanto. En
el reportaje se entrevistó al gerente de Monsanto para la región Andina quien aseguró que la empresa, el
ICA y el Gobierno trabajan conjuntamente para brindar mejorías en el sector agrícola.
54
Queda claro que hay una parcialización de la información porque solo muestran los beneficios y no
perjuicios para los agricultores con la adopción de medidas en contratos y la siembra de OMG.
El Gobierno y el ICA deberían tener una mirada neutral, pero en vez de eso, es evidente el apoyo y el
trabajo conjunto que realizan con la empresa transnacional Monsanto que tiene intereses de por medio.
Descripción Noticia
Sección: Información General
Fecha: 22 de Abril de 2010
Presidente Boliviano vinculó alimentos transgénicos con homosexualidad
Críticas a Evo Morales por sus “Teorías biológicas”
En esta noticia, redactada por una agencia internacional, se hace una fuerte crítica a Evo Morales
Presidente de Bolivia por expresar en un discurso en la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre
el Cambio Climático, que los efectos de los alimentos transgénicos generaban calvicie y homosexualidad,
lo que ofendió a los colectivos homosexuales que catalogaron al mandatario boliviano como homofóbico e
ignorante.
Definitivamente esta noticia es una muestra de la poca información que llega la sociedad sobre los OMG y
de cómo se tergiversa lo poco que se informa.
Descripción Noticia
Sección: Tierras y Ganados
Fecha: 30 de Enero de 2010 Se mantiene la polémica en su país, Centro de origen
Apoyo a los transgénicos
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Otra noticia que viene de agencia internacional. Esta vez es México el epicentro de la información,
dónde 12 empresas agroindustriales pagaron un aviso en la prensa escrita nacional para solicitar que se
agilicen las autorizaciones de la siembra de semillas genéticamente modificadas.
Ya son 35 las solicitudes aprobadas por el gobierno mexicano, nueve para la empresa Monsanto y las
demás para la empresa Dow AgroScience/PHI México, por lo que es de suponer que el aviso pudo venir
de alguna de estas dos multinacionales. Aunque se demuestra que son varias las empresas que están a
favor de la siembra de maíz transgénico, el gobierno asegura que no se dejará presionar, y que sólo actuará
de acuerdo a lo establecido en la ley.
Descripción Noticia
Sección: Bogotá
Fecha de publicación: 10 de octubre de 2011
Habrá etiquetas para alimentos transgénicos.
Autor: Juan Carlos Domínguez
En septiembre de 2011 el Ministerio de Salud y Protección Social aprobó el etiquetado de alimentos
transgénicos solo si eran alimentos iguales en componentes a los convencionales, aunque también deberán
etiquetarse los alimentos que tengan propiedades de otros alimentos o que estén enriquecidos con
nutrientes o vitaminas diferentes a los alimentos que se producen de manera orgánica.
Con esta norma Colombia queda a la par de países como Japón o Estados Unidos que implementaron
normas parecidas para hacer intercambios con otros países sin perjudicar al consumidor.
Esta información debería ser conocida por toda la sociedad para que reconozcan en los alimentos las
etiquetas que dan garantías por ser productos genéticamente modificados u productos orgánicos.
Esta nota tiene valor en la actualidad, ya que con la implementación del TLC el consumidor podrá
saber si el alimento que llegó del exterior es un OMG o no.
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Montería
Sección: Nación
Fecha de publicación: 1 de marzo de 2012
Agricultores de Córdoba protestaron por política agropecuaria
Por: Gudilfredo Avendaño
En montería, capital del departamento de Córdoba, varios agricultores bloquearon la vía Troncal del
Caribe debido al incumplimiento de las garantías que ofrecía el gobierno por la pérdida de sus cosechas a
causa del invierno. El agua inundó sus tierras y dejó sin producción a los agricultores de la zona que
durante horas intervinieron la vía para pedir una conciliación con el Ministro de Agricultura.
Este departamento acogió la siembra de algodón transgénico en sus tierras, sin embargo, un agricultor
de la zona aseguró que se ha convertido en una tragedia porque los resultados no han sido los planteados
por el gobierno. Además el manejo de estos cultivos ha sido más delicado, lo que ha generado pérdidas de
varias zonas de cultivo.
Este artículo nos remitió al documental “El mundo según Monsanto”, dónde se muestra una gran cantidad
de suicidios en la India por la pérdida de completos cultivos de algodón genéticamente modificado. El
algodón de la India y Colombia es distribuido por la multinacional Monsanto. No es de extrañar que las
estas situaciones catastróficas se presenten en nuestro país.
2.4 Análisis de categorías – Revista Semana
Extensión: Los artículos relacionados con alimentos transgénicos tienen una extensión aproximada de
800 a 1.000 palabras, a excepción de uno de los artículos, donde la extensión supera las mil palabras por
tratarse de un especial. Los temas científicos necesitan espacio para la contextualización y
conceptualización, más aún textos periodísticos, por el hecho de ser la ciencia un lenguaje en sí mismo.
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Sin embargo, los artículos no cumplen con este requerimiento, en ningún caso se utiliza mayor extensión
para informar acerca de los OGM, al contrario, se hace una referencia al tema muy escueta (no pasaba de
las tres líneas) en muchos de los casos.
Autoría: En cuanto a ésta categoría, la autoría de los artículos es desconocida en cuatro de los siete
textos. Los tres restantes están firmados por especialistas en el tema (un agrólogo, un biólogo y un
antropólogo de la FAO). Esto significa que los artículos no firmados están a cargo de la redacción de la
sección (Vida Moderna, Medio Ambiente) o por peritos que no son periodistas, lo que indica la ausencia
de profesionales del periodismo dedicados al periodismo científico.
Prominencia: En la mayoría de los casos, las secciones donde se publican estos artículos son Vida
Moderna y Medio Ambiente. Si bien, algunos están publicados en formato digital (y en los espacios
digitales cambian los valores), los impresos se encontraron seis de los siete artículos en las páginas nueve
a 12 de la revista, y sólo un artículo en la sección de Economía (páginas 4 a 8).
A pesar que el tema de los transgénicos y todas sus implicaciones en asuntos relacionados con la
soberanía y la seguridad alimentaria y la reforma agraria, es de gran importancia para el país, no se
publicó en la sección Nación de la revista en ninguna oportunidad dentro del muestreo que hicimos.
Esta es otra evidencia de cómo la ciencia está relegada a un espacio especial, donde sólo pueden
expresarse los expertos y los temas son tratados independientemente del resto de los aspectos de la vida
humana (sociedad, economía, política).
Género: La revista Semana usó diferentes géneros periodísticos para tratar el tema en el lapso de
tiempo de la muestra: informe especial, análisis, reportaje, entrevista y noticia, lo que demuestran una gran
variedad de posibilidades de tratamiento de la información sobre esta temática. Este hecho podría parecer
a simple vista un logro periodístico, sin embargo no lo es, porque la forma y la extensión es limitada y
muy reducida, y en algunos casos es tan solo una mención al tema de los OGM en un artículo de un tema
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distinto (como la clonación o el TLC). Es por eso que la variedad de géneros, si bien indica una pluralidad
de visiones respecto a la ciencia, no indica una mayor información sobre el tema tratado.
Sección: La sección que presentó más artículos fue Vida Moderna, tres de un total de siete. Los cuatro
restantes fueron publicados en las secciones: en Economía, Medio Ambiente, Mundo y en un especial. La
sección Vida Moderna de la revista es un espacio reservado para temas de tecnología, ciencia y salud,
considerados menos importantes que la sección Política, Mundo o Economía.
Luego de la investigación adelantada en ésta tesis, somos conscientes que el tema de los OGM es
mucho más complejo que una simple curiosidad científica, o un avance agronómico. Es un tema que atañe
a toda la sociedad: los productores de alimentos, los campesinos y los consumidores, y que reviste gran
importancia para el país, sobre todo en momentos de coyuntura, como la negociación del TLC o en el
marco de análisis de una posible reforma agraria o la restitución de tierras.
Imagen: El registro visual de los textos se presentó en seis de los siete casos, siendo en su mayoría
fotos de archivo (la mayoría de las veces ni siquiera se advertía la procedencia, salvo en un caso donde se
explica en la parte inferior del recuadro). En igual proporción se presentó la infografía. El pobre registro
fotográfico proveniente es un indicio más de la poca investigación que realizan los medios sobre lo que
está ocurriendo actualmente en el campo colombiano.
Epicentro Informativo: Si bien los artículos hacen referencia a otras zonas del país (Centro,
Orinoquía, Amazonía, Pacífico y Oriental), el verdadero epicentro de la información es el exterior:
expertos mundiales en genética, Tratados de Libre Comercio y empresas multinacionales vendedoras de
semillas. Influye el que sea muy reciente en Colombia el cultivo de alimentos con OGM, dado que las
primeras semillas se comercializaron en el año 2005, mientras que otros países como Estados Unidos
tienen más experiencia sobre este campo.
Modalidad Informativa: Al ser un tema polémico, es de esperarse que la controversia sea una de las
modalidades de información acerca de este tema. Informar sobre las diferentes posiciones y percepciones
59
sería lo lógico en la modalidad de controversia, sin embargo, es muy poco lo que se profundiza. La
modalidad que más impera, que no hace parte de las categorías periodísticas, son los textos académicos,
escritos por expertos, o la síntesis de análisis científicos, también apoyados por resultados de estudios
científicos o académicos.
Exactitud en la información: Esta categoría se analiza teniendo en cuenta que el tema central de los
artículos revisados no es en todos los casos los OGM, dado que el tema se aborda en el marco de otros:
TLC, clonación, campesinos en Colombia. Si tomamos en cuenta las cinco W: quién cuándo, cómo, dónde
y por qué, aunque en cuatro de los siete casos se responde a estas preguntas, esto no garantiza que la
información dada al lector sea la suficiente. De hecho no es suficiente, pues se hace de manera superficial.
Coherencia Texto-Infografía: En general hay coherencia entre la infografía y el texto, lo que indica
que el trabajo periodístico no ha sido una práctica de ensamblaje inconsciente, sino proveniente de un solo
autor. La incoherencia entre texto e infografía, puede ser señal de que se toma el texto de una agencia de
prensa y se le añaden fotos de un banco con cualquier infografía, lo que al no ser coherente con el resto
termina desinformando al lector, confundiéndolo.
Calidad de Lenguaje: El lenguaje usado en los artículos se ajusta a las normas de ortografía de la
Real Academia de la Lengua, es un lenguaje sencillo, directo y acorde a la ley colombiana. Los
tecnicismos que podrían ser característicos del lenguaje científico no están presentes, salvo en dos casos,
lo que refleja calidad periodística (en cuanto a que se percibe el esfuerzo por explicar y traducir los
términos que pueden resultar confusos para los lectores). Sin embargo, en un caso se presentan el uso de
lugares comunes y de prejuicios y un alta adjetivación se en dos casos. En el primero, el artículo está
completamente parcializado hacia la visión positiva de la tecnología genética en plantas. En el segundo, se
trata de una entrevista donde la presentación del personaje está adornada con elogios.
Contexto Informativo: En la mayoría de los casos se emplean cifras y datos, extraídos sobretodo de
estudios realizados por universidades y organizaciones. Incluyen: número de cultivos, porcentaje de
60
cultivos en el mundo, lista de países, datos sobre hambre en el mundo, producción de alimentos, entre
otros. Estos datos son muy interesantes porque ofrecen información básica para el análisis. En una
proporción menor los artículos presentan información de contexto y establecen relaciones de nexo causal.
Esto se debe a que, como anteriormente hemos manifestado, el tema de los transgénicos se trata de manera
superficial, sin informar acerca de los antecedentes y sus implicaciones futuras. El tema de la restitución
de tierras está presente en dos textos, y si bien no hay nexos directos, se percibe que el tema empieza a
tratarse ligado a un contexto nacional más complejo, lo cual le da más importancia informativa al tema de
los transgénicos.
Recursos Visuales: La mayoría de los textos usan recursos visuales para complementar fotos e
infografía, lo que es un buen indicador de calidad periodística en prensa. Sin embargo, en más de la mitad
de los casos (cinco para ser específicos) se trata de imágenes de archivo sin identificar, lo que hace que la
foto sea más un complemento al texto y no información nueva e independiente. El plano visual debe ser
por sí sólo una fuente de nueva información, sin embargo, los artículos analizados no presentan
información gráfica actual de la situación del campo ni de los nuevos cultivos en el país.
Número de fuentes: La mayoría de los artículos tienen información proveniente de dos fuentes. Estas
dos fuentes son oficiales o provienen del campo académico, trabajan para las multinacionales semilleras,
por lo tanto, no están relacionadas con el texto por contraste sino por ampliación, pues se encuentran del
mismo lado del espectro. Diferente es el caso donde los artículos tienen tres, cuatro o más fuentes, pues en
este caso encontramos reportajes con más voces que las oficiales y las académicas (grupos de la sociedad
civil, divergentes). Esto significa que el número de fuentes, si bien da más posibilidades a que el trabajo
periodístico sea completo, no es garantía de calidad, pues las fuentes pueden estar desbalanceadas.
Contraste de fuentes: El contraste de fuentes es indispensable para un trabajo periodístico de calidad,
pues a través de éste se da balance de voces al texto. La mayoría de los artículos revisados, presentan
fuentes que, en cambio de contrastar o mostrar “otras caras” de la problemática, amplían lo ya, dicho, lo
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sustentan y, justifican a través de cifras y datos de estudios científicos e incluso de las mismas empresas
multinacionales. Sólo en dos de los siete casos se presenta contraste de fuentes, lo que es preocupante,
pues indica que el medio sólo está dando voz a una parte de los implicados en el problema, que en este
caso son las multinacionales, los gobiernos, los científicos y los agrólogos que aprueban la transgénesis en
los alimentos, mientras que el resto de voces implicadas (campesinos, consumidores, grupos de la
sociedad civil, científicos divergentes, etc.) no están recibiendo la misma atención por parte de los medios.
Identificación de fuentes: La identificación de fuentes se presenta parcializada cuando se trata de las
voces disidentes en el tema. Encontramos muchos “algunos dicen que”, y “hay quienes”, que no precisan
el origen de la información, por lo tanto son tratados como fuentes de segunda. Estas fuentes son las que
permiten contrastar las voces oficiales, sin embargo, en los textos se tratan con poca seriedad, sin
identificación ni investigación, lo que resta enormemente la calidad y credibilidad periodística de tres de
los siete artículos analizados.
Espacio de las fuentes: El espacio de las fuentes es desigual en la mayoría de los artículos, pues
mientras a las fuentes que están a favor de los OGM, le dedican uno o hasta dos párrafos, a la fuente
contraria sólo le dan dos o tres líneas. El espacio de las fuentes es primordial si se quiere lograr un
producto periodístico balanceado e imparcial. De lo contrario se tiende a guiar la opinión del lector hacia
una determinada posición, en este caso, a favor de los OGM.
Asuntos de la información: La información que brindan los artículos sobre alimentos transgénicos se
relaciona en su mayoría con el tema de la producción de alimentos y en menor medida con asuntos
relacionados con la soberanía alimentaria y el medio ambiente. Si bien este es el eje principal del tema,
también es cierto que detrás de lo aparentemente pertinente, se esconden otros temas de carácter más
político (gobierno, corrupción) y más importante aún, el tema se circunscribe a la realidad nacional donde
la tierra es eje de una serie de problemáticas (reforma agraria, desplazamiento, paramilitarismo, etc.). Esto
comprueba nuevamente la falta de visión del periodismo frente al futuro de este tema y su complejidad.
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Caracterización narrativa: La mayoría de artículos son basados en investigaciones hechas por otros
medios o por otras fuentes extranjeras. Esto indica que dentro de la agenda de los medios en el país (lo que
se llama agenda setting) no está el tema de los alimentos transgénicos, por lo tanto, se llega a esta
información a través de trabajos realizados por otros medios de comunicación. Sólo uno de los artículos
presenta información completa sobre el panorama nacional, pero esta hecho no por periodistas, si no por
un especialista.
Enfoque Informativo: Algunos artículos son considerados parcializados, especialmente tres que
presentaron sólo un aspecto de la problemática de los alimentos transgénicos: el de las empresas
semilleras, los especialistas y los gobiernos que apoyan los cultivos transgénicos. Además de no contar
con fuentes de contraste, o no otorgarles a las fuentes de contraste el espacio suficiente para equilibrar la
información, abusaron el uso de adjetivos y expresiones que evidencian la posición parcial del medio. En
los tres casos donde se presentó una visión crítica en los textos, se sigue manifestando una desigualdad en
el uso del espacio y tratamiento del tema de los OGM.
Ética Periodística: Los elementos más importantes del análisis en cuanto a ética periodística, tienen
que ver con el manejo de fuentes y la diferenciación entre opinión e información. Sólo tres de siete
artículos diferencian información de opinión, lo cual va en detrimento de la distancia que debe establecer
el autor del texto cuando trabaja géneros donde la opinión no tiene lugar. En una entrevista el periodista
para presentar al científico usa adjetivos innecesarios, pues el juicio sobre él lo deben dar los lectores
después de haber leído la entrevista, no antes. Esto también ocurre con el tratamiento de las fuentes, pues
algunas voces no se contraargumentan o contrastan, dejándolas como único referente creíble ante el lector.
Dentro de la deontología periodística esto es una falta, porque se engaña al lector, conduciéndolo por un
camino establecido sin permitirle que tome sus propias conclusiones ante la información que se le da.
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2.5 Análisis de las categorías periodísticas diario El Tiempo
Autoría: De las nueve piezas analizadas soló en dos ofrecen información sobre la persona responsable
de la información publicada. Las cinco piezas restantes, es decir, la mayoría no inlcuye autoría, algo
realmente inquietante porque resta credibilidad y permite pensar incluso que la información pudo ser
copiada de otros medios de comunicación. De ocho parámetros en el análisis solo tres están presentes en
las piezas. Aquí es iimportante reafirmar que cuando en una entrega periodística no se menciona el autor,
no hay a quién responsabilizar por la misma.
Extensión: La mayoría de piezas analizadas cuentan con un promedio de 600 a 800 palabras. Estos
textos contienen la información más completa y generalmente son informes especiales donde se
identifican variedad de fuentes. No encontramos ninguna noticia breve, menos de 200 palabras, cosa que
demuestra que al tema no recibe seguimiento en el diario. De las nueve piezas, tres tienen una extensión
de 200 a 400 palabras, textos pequeños que dejan vacios al lector y sin coherencia informativa. En las dos
piezas que contienen entre 400 a 600 palabras, sabemos que hay una prominencia diferente de la
información, generalmente hay contrastación de fuentes o datos y cifras que dan validéz a la información.
Género informativo: Al analizar la categoría de género informativo en las nueve piezas, encontramos
cuatro del género noticia, tres del género reportaje, una pieza se destaca como informe especial y otra
como análisis. Al encontrar más noticias vemos que la información va en una extensión corta y con
información incompleta, generalmente estas son las piezas que no tienen autoría. Los tres reportajes que
incluyen imágenes, aunque son completos, no presentan autoría, vienen dentro de secciones
especializadas, lo que da a entender que el medio se responzabiliza de lo escrito. El informe especial se
destaca porque presenta autoría, contrastación de fuentes, imágenes, cifras y porcentajes. La pieza que se
destaca como análisis es una columna de opinión que presenta cifras y hace referencias a otros países
latinos. En esta muestreo encontramos que en nueve piezas, con diez categorías, solo cuatro clasifican la
información.
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Prominencia: El tema de los alimentos trasngénicos no aparece en primera plana, la primera vez que
apareció dentro de las 10 primeras páginas, es cuando se encuentra la columna de opinión. Las ocho
piezas analizadas se encontraban dentro de una sección especializada llamada “Tierras y Ganados” dónde
lamentablemente no fue posible definir la periodicidad con la que sale en el medio.
Sección: Las nueve piezas, otra vez nos demuestran que 10 categorías son muchas para su análisis,
solo en dos categorias se catalogaron las piezas. Solo una pieza periodística aparece en la sección local, en
Bogotá, es una noticia de interés general porque explica la medida del etiquetado para alimentos
trasngénicos.
Es la única noticia que tiene un lugar visible en las primeras páginas, además del artículo de opinión.
Nos referimos a la categoría “otra” cuando ocho de las nueve piezas aparecen en secciones especializadas,
encontramos la sección “Tierras y ganados”, “Suelos” y “Opinión”.
Imagen: De las nueve piezas, cinco presentan imágenes, una sola pieza presenta infografías y las otras
tres no presentan ni siquiera gráficas. Lo importante a destacar, es que la mayoría de imágenes no
presentan pie de página, solo dos reconocen que son de archivo o tomadas por el fotografo en el momento
de hacer la nota. La pieza de agencia internacional tiene una imagen que no se sabe si es de la agencia o
del medio Hace falta cuidado en esos detalles porque el lector queda con vacios en este aspecto, y puede
asumir que las imágenes son del medio cuando pueden tener una autoría diferente.
La pieza analizada que presenta una infografía no menciona autoría, asumimos que el medio o el
periodista encargado de realizar la nota, hace un análisis de un mapa mundi con cifras y porcentajes que
seguramente sacó del informe que cita en varios momentos de la pieza periodística.
Epicentro de la información: Esta categoría de análisis presenta las más variadas opciones en cuanto
a epicentros de información, asímismo las piezas fueron catalogadas: tres presentan la información de
países extranjeros, una de la zona atlántica, dos de la zona pacífica, dónde más se ha visto la siembra de
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semillas genéticamente modificadas por las condiciones climáticas. El centro del país solo presenta una
pieza, lo que demuestra que por ahora la información se centra en las zonas de producción.
Modalidad informativa: En cuanto a la modadidad informativa, las nueve piezas analizadas del diario
El Tiempo, presentan tres noticias que fueron realizadas a partir de irrupción, de alguna información que
algún personaje o entidad pública manifestó cuando los medios estaban presentes. Otras tres piezas
presentan la información a partir de resultados, la mayoría de estos provienen de convenios o de informes
de otros países. Muy poca es la información nacional que se encuentra sobre alimentos trasngénicos. Una
pieza se cataloga como categoría de controversia, específicamente cuando el presidente de Bolivia Evo
Morales presenta declaraciones homofóbicas, atribuyédo el homosexualismo a los alimentos modificados
genéticamente. La noticia presentada como declaración, es la columna de opinión. La pieza presentada
como propuesta es porque el medio, junto con el ICA, presentan propuestas para la mejora de los suelos
colombianos.
Exactitud: La exactitud de la información, es otro parámetro analizado teniendo en cuenta las fuentes
de cada texto y las preguntas básicas: cómo cuándo, dónde, por qué. También se analizó si presentabas
cifras, números o porcentajes, parámetro decisivo para la comprobación de datos.
Siete de las piezas analizadas presentan toda esta información completa. Dos piezas informción
incompleta. No se emncionan fuentes y la información parece ser la opinión del periodista. Una pieza en
especial no menciona la fechas en la que se presentarn los hechos en México, solo mencionan los actores
involucrados. La columna de opinión, a pesar de ser una columna con el criterio de quien escribe, resultó
ser muy completa con cifras y referencias a informes realizados dentro y fuera del país.
Como solo seis de las nueve piezas analizadas presentaron imagen o infografía fue sencillo analizar la
coherencia con el texto. La infografía es coherente con el texto porque presenta los porcentajes en un
mapamundi que ubica las principales ciudades productoras y con siembra de semillas genéticamente
modificadas. La pieza que resultó ser un propuesta del ICA para la mejora de los suelos colombianos,
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también tiene imágenes que muestran los procesos para un mejor cultivo. Tres piezas presentan
ambigüedad entre el texto y la imagen, ya que las imágenes parecen superpuestas en el texto como para
referir que se habla de alimentos pero no porque cumplan una función con el texto.
Número de fuentes: En el número de fuentes, vemos que cuatro piezas de nueve, los periodistas
consultaron una sola fuente, lo que demuestra que hace alta rigurosidad a la hora de la escogencia de
fuentes o al contextualizar el tema. Tres piezas consultaron dos fuentes, generalmente una fuente oficial y
otra que realmente decía lo mismo. Lastimosamente no se encontraron fuentes que contrasten la
información, lo que nos deja con pocas fuentes de lado y lado y una perspectiva unidireccional sobre el
proceso de los alimentos transgénicos. Cuando no hay fuente en la pieza, es lamentable comprobar que es
una nota tomada de agencia, donde ni siquiera se complementa la información faltante.
Identificación de las fuentes: La identificación de las fuentes fue una categoría de análisis más bien
sencilla, porque la mayoría de noticias eran rigurosas al especificar el nombre y el cargo de quien aparecía
en el texto. Dos piezas no identifican las fuentes, lo que hace suponer al lector que puede ser opinión del
periodista o simple redacción sin atribución.
Para el tema que nos corresponde, alimentos transgénicos, fue importante esta categoría de análisis
porque entregó información sobre nombres o instituciones que fue utilizada para las
entrevistas
posteriores. Sin embargo, en la mayoría, cuatro piezas, no aplica el contraste de fuentes, o sea no hay
fuentes aparte del periodista que escribe.
Tres piezas presentan fuentes que amplian la información, muchas veces de manera reiterativa aunque
imperceptible. Dos piezas si reiteran la información de cada fuente, lo que nos lleva a concluir que pueden
ser compañías, instituciones o personas con el mismo fin ideológico o económico.
Como en las dos categorías anteriores, es importante destacar que el espacio que ocupan las fuentes no
aplica, lo que evidencia que no hay un contraste de fuentes o no se mencionan. Con tres piezas en desigual
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espacio y tratamiento, denota una mayor necesidad de mostrar la fuente oficial. Solo una pieza presenta
igualdad en espacio y tratamiento, una pieza que por extensión es larga y bien completa.
En la categoría de asuntos de la información la mayoría de piezas presentan un patrón en común, la
información se refiere a la producción de organismos genéticamente modificados. Al igual que en la
gráfica de epicentro de la información, encontramos el término de produccion de trasngénicos, ya que es
la zona pacífica en dónde mas resultados se encontró el tema de producción, tanto por sus condiciones
climáticas como por los terrenos extensos, propicios para este tipo de agricultura.
Los parámetros que tambien sobresalen en las matrices son: Gobierno y legislación, aún cuando, las
decisiones relacionadas con la producción, venta y consumo de alimentos transgénicos, son meramente
políticas, sin tener en cuenta los conceptos científicos. La legislación es de gran importancia en este
trabajo de grado, ya que son los parámetros por los cuales decidimos darle prevalencia a un tema.
Los parámetros de debate o polémica y denuncia sobre las irregularidades, son los que siguen en orden
de importancia. Los alimentos trasngénicos es un tema polémico en varios paises europeos, sin embargo,
no es el primer tema que sobresale en este análisis. incluso cuando se habla de polémicas se refieren a
otros países.
Un artículo publicado en 2012 fue el que más nos llamó la atención. Una marcha realizada en Córdoba
por los algodoneros de la región, para pedir garantías por el invierno y la mala cosecha del algodón
modificado genéticamente. Esta fue la única pienza catalogada dentro del parámetro marchas.
Las siguientes piezas están en los parámetros de financiación, implementación del TLC, controles
sanitarios e implicaciones en el ambiente, temas que tocan el sistema financiero.
No se encontraron piezas que mencionen temas como: implicaciones en la salud, demandas y otras
acciones legales, actores ilegales involucrados en el proceso, amenzas y otros, lo que quiere decir que no
hay bandas criminales ni guerrillas involucrados en el tema. Talvez hay referencia a la acumulación de
tierras para fines económicos, pero no para la implementacion de organismos genéticamente modificados.
68
En el diario El Tiempo, encontramos que la mayorída de piezas, cinco, son de investigación propia.
Las piezas que no presentan autoría en algún momento hacen referencia al medio
En denuncia, declaración, confrontación de fuentes y opinión, es claro que por un suceso en especial, la
información tuvo cabida en el diario, de lo contario hubiera sido más dificl encontrar lpiezas en las fechas
deseadas.
En las piezas analizadas encontramos cuatro con un enfoque neutro, los textos no están escritos
apoyados en ninguna fuente consultada, ni hablan de manera negativa o positiva sobre el tema consultado.
Encontramos tres piezas con un enfoque crítico en forma de denuncia sobre comercialización de
organismos genéticamente modificados fuera del país.
Cuando hablamos de piezas parcializadas, es porque el enfoque, como está escrito, dennota que el
medio analizado presenta su posición favoreciendo una u otra fuente. El Tiempo generalmente apoya las
fuentes oficiales, fueron las más encontradas en las nueve piezas analizadas.
En la ética periodística, analizada en las nueve piezas, lo más sobresaliente es que en todas saben
presentar cuando una fuente expresa su punto de vista. Esto revela que el medio se preocupa por
diferenciar información de opinión. Aunque en algunas piezas no citan fuentes, y es difícil diferenciar si
es opinión del medio o de las fuentes documentales, cuando presentan fuentes o el periodista presenta su
voz, lo diferencia de una manera exitosa para el lector.
2.6 Conclusiones del análisis de las piezas periodísticas
El propósito principal del análisis fue encontrar puntos a favor o en contra de las categorías
periodísticas que usan los medios de comunicación impresos, para identificar cómo se da la conformación
de textos y la calidad periodística de la información que se le brinda a la sociedad.
Los dos medios de comunicación escritos analizados en este capítulo, el periódico El Tiempo y la
revista Semana, deja evidencias claras sobre el manejo discriminado que se da a las fuentes.
69
En la mayoría de piezas periodísticas se encontraron sólo dos fuentes oficiales, y aunque la
información es amplía, por lo general es ambigua y no genera debate. Al respecto recomendamos la labor
empiece por una contextualización adecuada del tema y no por la consulta a las entidades o empresas
vinculadas.
Luego del análisis en la categoría de autoría, consideramos importante la creación de un comité
especializado en el tema en los medios de comunicación, que a partir de un trabajo juicioso de
acompañamiento en la construcción de la pieza comunicativa, permita una mayor claridad en la trasmisión
de los datos y que lector se entere de quién es el responsable o el autor de la información. No es lo mismo
encontrar un texto firmado por una sección, un periodista a encontrarlo sin autoría. Las dos primeras
formas de autoría generan confiabilidad, mientras la tercera deja vacíos e incógnitas. En el tema
alimentario, fundamental para la vida humana y animal, es necesario que los profesionales del periodismo
brinden su nombre a la audiencia. Si se informa la autoría, el lector sabrá a quién dirigirse y podrá esperar
información certera.
Sería recomendable la creación de una sección especializada en salud pública, donde se aborden el
tema de la alimentación y el de los alimentos transgénicos. De esta manera la sociedad podría conocer qué
tipo de alimentos ofrece la industria y decidir el ideal para complementar su dieta alimentaria. La
extensión de los textos nos permite señalar que la información es escueta y poco contextualizada.
Conviene que los medios de comunicación realicen continuamente seguimiento al tema de los
alimentos transgénicos, ya que por tratarse de un tema de la industria alimentaria, las decisiones que se
toman en el exterior influyen directamente en el país. Además, el seguimiento continuo al tema permite la
apropiación de este tipo de información, que en la mayoría de los casos se cataloga como científica. De
esta manera podrá ser interiorizada por el lector, y cada vez más ciudadanos recurrirán a la ilustración
como estilo de vida.
70
El tema de los alimentos transgénicos en Colombia se presenta ligado a la producción agrícola, es por
ello que el epicentro de información se localiza en el exterior o en zonas del país que presentan alta
producción de este tipo de alimentos, es el caso del maíz en Córdoba. Por eso la información sobre
transgénicos puede pasar desapercibida para muchos lectores que no encuentran interés en la producción
agrícola. Esta situación se explica porque en el país, los alimentos transgénicos no son relevantes, aún
cuando debería ser de tratamiento obligado por los medios de comunicación por tratarse de un tema de
salud pública que conlleva riesgos para la salud humana.
71
CAPÍTULO 3
Aproximación al Debate Colombiano Generado por Diferentes Actores Activos en el Tema de los
Alimentos Transgénicos
En este tercer capítulo se explora el tema de los transgénicos a partir de la mirada de diferentes actores
del contexto colombiano. De esta forma nos aproximamos a la comprensión del debate como
profesionales del periodismo y la comunicación.
El género periodístico usado fue la entrevista, pues queríamos conocer a profundidad desde donde se
habla y cuál es la visión, para así entender la complejidad y dejar en evidencia que el tema de los
alimentos transgénicos influye en varios espacios de la vida actual: el campo, los campesinos, el gobierno,
las leyes, las empresas, el comercio, la salud y el medio ambiente.
Entrevistamos al Grupo Semillas, reconocida nacionalmente como organización no gubernamental
dedicada a temas de: medio ambiente, soberanía alimentaria y agricultora sostenible. Su director, Germán
Vélez habló sobre la amenaza que representa los transgénicos para el campo y los agricultores. Desde la
llegada de la empresa Monsanto al país, el Grupo Semillas ha denunciado irregularidades en sus acciones,
uniéndose así a los grupos ambientalistas campesinos de todo el mundo (como Greenpeace o Vía
Campesina) que también están en contra de los alimentos transgénicos.
En esta línea de pensamiento, en una actividad de aporte a la ciencia y a la academia, está el agrólogo
Tomás León Sicard, del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Colombia, quién
publicó el libro s “Medio ambiente, Tecnología y Modelos de Agricultura en Colombia - Hombre y
Arcilla” y textos científicos como “Los cultivos transgénicos en el contexto de una agricultura sostenible”.
Para León Sicard las plantas transgénicas no son necesarias, pues no benefician a los agricultores ni al
campo, solo a las empresas biotecnológicas, y son las empresas biotecnológicas precisamente las que
72
tienen el poder sobre la ciencia, sobre los estudios que se realizan y los que se publican. Por este motivo,
considera de suma importancia la labor social de la academia como vigilante de que los avances
científicos beneficien a la sociedad en general y no a unos pocos.
Quienes respaldan o justifican la existencia de los alimentos transgénicos constituyen la contraparte de
estas voces, representadas en Monsanto y en el Ministerio de Protección Social, junto con el INVIMA.
Para Manuel Rivas, regulador de asuntos de la multinacional Monsanto para la región norte de
Latinoamérica, las empresas biotecnológicas ofrecen una mercancía agrícola como cualquier otra, que no
representa ningún tipo de amenaza contra la biodiversidad o la salud de los consumidores y del medio
ambiente. Sus semillas representan el saber científico utilizado para producir más cantidad de alimentos de
forma más eficiente, con la ayuda de una línea de agroquímicos diseñada para trabajar en conjunto con la
planta modificada genéticamente. De ahí el nombre de “paquete científico”, conjunto de tecnologías que
ofrecen compañías como Monsanto.
Como representante del gobierno está Adriana Castaño, experta en el funcionamiento del Sistema
Nacional de Bioseguridad, gracias a sus 10 años de trabajo vinculada al INVIMA y al Ministerio de
Protección Social. Adriana explica el funcionamiento y las orientaciones del Sistema, el que a través de
los diferentes Comités Técnicos Nacionales estudian y aconsejan sobre las aprobaciones de los
organismos genéticamente manipulados (desde productos importados como commodities, hasta semillas
para cultivo nacional). Su testimonio invita a reflexionar sobre la verdadera utilidad del Sistema como
protector de la salud del campo y de los consumidores.
Para conocer la perspectiva jurídica, entrevistamos al abogado especialista en temas ambientales y
derechos colectivos, Gregorio Mesa Cuadros, quien recomienda mirar el tema de la soberanía alimentaria
ligado a las políticas que se aprueban en Colombia, porque cuando un país sin ayuda tecnológica en los
campos se enfrenta a procesos como el TLC, en vez de ganar tiene mucho que perder. Afirma que el
Estado colombiano debería brindar medidas que aseguren una competencia leal si se enfrenta a procesos
73
económicos con otros países, por ejemplo protección al agro con políticas públicas sin que medien
intereses privados como el de empresas transnacionales.
El interés de muchas empresas está ligado a ofrecer sus productos orgánicos, ante esto la gran pregunta
que formula el Dr. Mesa, es si estos alimentos cumplen con los requisitos para denominarlos libres de
producción química o procesos biotecnológicos. Etiquetar los alimentos con un sello verde,
ambientalmente amigable, podría ser una jugada de las empresas productoras de alimentos en laboratorios,
para pasar por alto las barreras que, países como Colombia, tienen para el control de importaciones.
Aquí nos encontramos con lo planteado en el primer capítulo, relacionado con las barreras no
arancelarias, ya que Colombia con una insuficiente vigilancia en el tema de alimentos transgénicos no
evita la importación de ellos, pero al ser exportador se enfrenta a controles sanitarios que evitan la venta
de estos por no cumplir con medidas que si ofrecen otros países a través de políticas públicas establecidas
para la protección del agro.
Nuestra intención es, entonces, invitar a que se abra el debate y se conozca la pluralidad de voces que
existen alrededor de este tema. De la misma forma, consideraríamos importante que el periodismo
profesional haga la labor de puente entre las distintas posiciones del debate, para r informar de una forma
más completa a la sociedad y para que ésta a su vez, haga uso de la razón pública en sus consideraciones
sobre el tema que tratado.
3.1 Entrevista a Manuel E. Rivas
Monsanto, una empresa como cualquier otra.
Manuel Rivas es líder de asuntos regulatorios de Monsanto en Latinoamérica. Ha sido manager de
ventas y desarrollo comercial de productos, así como relacionista público entre la multinacional y los
entes del gobierno en México y Costa Rica, países con más trayectoria en este tipo de tecnologías de la
agricultura. Para Rivas, Monsanto es “un negocio como cualquier otro”, que ofrece productos
biotecnológicos a los agricultores que deseen beneficiarse de ellos, y es su decisión cultivar semillas
74
transgénicas o no. En este orden de ideas, Rivas exime a la compañía de cualquier amenaza a la
biodiversidad y a la soberanía alimentaria.
Monsanto en Colombia es conocida como Compañía Agrícola Colombiana. Sus principales productos
son semillas transgénicas de maíz y algodón. Las semillas de Monsanto siguen dos líneas tecnológicas,
explica Rivas: la insecticida, que usa las características genéticas de la bacteria Bacillus thuringiensis para
blindar a la planta del ataque de algunos tipos de insectos como los lepidópteros*. Y la herbicida, que hace
a la planta resistente a los agroquímicos que se usan para eliminar las malezas de los cultivos, que en el
caso de Monsanto es el RoundUp. Es por esto que las semillas adquieren la insignia RR (o RoundUp
Ready), que indica que están “listas para ser rociadas con RoundUp” y no terminar perjudicadas en el
proceso.
Los productos de Monsanto son promocionados como beneficiosos para el agricultor y para el
ambiente. Para el agricultor, explica Manuel, “por la eficacia con la cual se podrá deshacer de las plagas y
las malezas, ahorrando tiempo y dinero y obteniendo un rendimiento mayor al que está acostumbrado”.
Por otro lado, para el ambiente significa, según la empresa, la emisión de menos gases tóxicos
provenientes de los agroquímicos que terminan ocasionando daños a las plantas y mata todos los tipos de
insectos sin discriminar su función.
Cuando un agricultor quiere comprar semillas a Monsanto debe primero firmar un contrato. Este
contrato, dice Rivas, es para “asegurar que los agricultores respeten las medidas de bioseguridad”. Tales
medidas son: la creación de un refugio ecológico en donde se preserven las especies de insectos y malezas
y así evitar que desarrollen resistencia la tecnología; el compromiso de no cultivar a menos de 300 metros
de un resguardo indígena, y una que ha creado polémica alrededor del mundo, la de no guardar ni
intercambiar semillas. La agricultura tradicional ha venido guardando e intercambiando semillas por
décadas, de ahí que tengamos diversidad en las especies de frutas, tubérculos, verduras, etc. Esta regla
*
nombre científico dado a la familia de las mariposas.
75
rompe con las prácticas normales de los campesinos, sin embargo, Monsanto argumenta que solo de esta
forma se tiene verdadero control sobre los cultivos, pues cada campo de siembra con semillas transgénicas
de la empresa debe estar vigilado constantemente por autoridades en bioseguridad. “Si los agricultores
regalan o distribuyen las semillas, se pierde el control sobre los cultivos, y así no se pueden supervisar
para su bioseguridad”, explica Rivas, y agrega que el contrato con la empresa otorga una licencia al
agricultor de sembrar la semilla, licencia que tiene que renovar cada vez que quiera sembrar, todo esto
“para que tenga la tecnología siempre en su nivel”. Esto, dice Rivas, no es nuevo, ya que siempre,
cualquier vendedor de semillas recomienda al agricultor volver a la fuente de origen para obtener la
misma semilla, con características intactas o puras. La diferencia es, por supuesto, que a Monsanto lo
respalda la ley, pues no es una simple recomendación, es la regla.
Estas reglas están oficializadas en el país por medio de la Ley 1032, que modifica el Código Penal en
su artículo 306, sobre “derechos de obtentores de variedades vegetales”. La pena por guardar, intercambiar
o volver a sembrar semillas transgénicas sin autorización de Monsanto es de cuatro a ocho años de cárcel
y de veintisiete a mil quinientos salarios mínimos. Si bien el “certificado de obtentor” que da el país a
Monsanto funciona como una patente, Rivas cree que se ha creado una polémica innecesaria alrededor de
esto, ya que “cualquier empresa que venda semillas transgénicas o no transgénicas puede registrarlas
siempre que demuestre que esa variedad de semilla en específico ha sido trabajada especialmente”.
Bioseguridad y Biodiversidad
Una de las preocupaciones de quienes dudan de los beneficios de los transgénicos es la de la
contaminación genética. En el campo es normal que el polen viaje de lado a lado, lo cual podría resultar en
un cruce involuntario entre plantas transgénicas y no transgénicas, y hace que las últimas adquieran
características de las primeras, y por lo tanto, cambie su ADN y sus características originales. Este hecho
es visto con desconfianza por grupos de campesinos (como el Grupo Semillas) y organizaciones medio
76
ambientales que temen la pérdida de la biodiversidad en el campo y el incontrolable rastro genético que
éste dejaría, poniendo en peligro muchas otras especies de plantas y/o animales.
Manuel Rivas dice que no hay tal contaminación genética, ya que “el cruzamiento real solo se hace de
manera deliberada, por un fitomejorador en un laboratorio, de forma manual y consciente” y agrega “con
polen no hay cruzamiento, si fuera así todo estaría mezclado con todo”. Sin embargo, admite que “pueden
darse cruces accidentales, pues pasa todo el tiempo en el campo. Se encuentra presencia de un cultivo en
el otro, pero nunca a nivel genético”. “Para conseguir pasar características genéticas de una planta a otra
se necesitan varios intentos, y tener la determinación de hacerlo”.
En cuanto a la seguridad de la semilla por sí sola, Rivas explica que la empresa presenta ante el
INVIMA todas las pruebas de inocuidad y toxicología en ambiente humanos y animales. Estas son
revisadas y no se hacen pruebas independientes. “Lo que hacen es revisar lo ya hecho por la FDA7 de
Estados Unidos”, dice, “y además de hacen pruebas y demostraciones de campo para comprobar la
eficacia de la tecnología”.
Controversia en Colombia
“Algunos clientes no quedan satisfechos, como en cualquier negocio”, dice Manuel Rivas,
respondiendo a la controversia creada en el 2008 por los algodoneros de Córdoba, que reportaron pérdidas
millonarias por la ineficiencia de la semilla de algodón Bt vendida por Monsanto. La producción
disminuyó, pues sólo tres de las cinco flores de las plantas germinaron, y además, la plaga de sodópteros
logró diezmar la cosecha, a pesar de que la semilla de Monsanto decía ser 95% efectiva contra plaga
lepidóptera (que abarca la sodóptera).
En respuesta a lo sucedido, Monsanto afirmó “haber entregado la información necesaria y la ayuda
técnica para los campesinos de la zona”, así que si algo salió mal durante la cosecha de ese año “debió ser
7
Food and Drug Administration, por sus siglas en inglés, es la Agencia de regulación de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, equivalente
al INIVIMA en Colombia
77
por que entendieron una cosa diferente”, dice Rivas. “El problema es que los agricultores dejan de hacer lo
que siempre han hecho, dejan de estar pendientes de sus cultivos, se desentienden y dejan todo en manos
de la tecnología”.
Monsanto afirma que es el descuido de los campesinos la razón por la cual algunas veces los resultados
no son los esperados “En ningún momento se dice que el insecticida es 100% efectivo, o que el herbicida
es 100% efectivo. Hay condiciones especiales en las que el agricultor tiene que trabajar de la mano de la
tecnología y no desentenderse de su trabajo de siempre” agregó Rivas. “El insecticida con el que viene la
planta es uno específico para una plaga, para controlar el resto hay que seguir usando otros insecticidas”.
Soberanía agraria
La semilla transgénica de Monsanto se vende hoy en los mercados semilleros a casi cuatro veces una
semilla normal. Su alto costo, explica Rivas, se compensa con el ahorro en agroquímicos y mano de obra
para el agricultor, sumado al alto rendimiento en la cosecha. Este es precisamente el valor agregado de la
semilla, que la hace atractiva al agricultor. Sin embargo, ¿a qué tipo de agricultor podría beneficiar más?,
¿a los grandes o a los pequeños y medianos? “Tanto el grande como el pequeño se pueden beneficiar. El
valor tecnológico es el mismo. Es la situación particular y el entorno los que decidirán si le conviene o no
al agricultor”. Afirmó Rivas.
Conociendo la situación del campo colombiano, es sensato preguntar si el ahorro en mano de obra
podría ser un beneficio real para una familia campesina, cuya verdadera ventaja está en la capacidad de
mano de obra sobre el terreno a cultivar “Si tienen la forma de reemplazar el beneficio que da la semilla es
cuestión de ellos (los agricultores) decidir”, responde Rivas. “Quienes no quieran sembrar transgénicos
pueden seguir sembrando sus semillas, hay más semillas en el mercado, nadie los obliga a hacerlo”. “Ya
se hicieron los estudios que dicen que no hay ningún impacto en los cultivos normales por el cultivo de
transgénicos. Que se encuentre presencia ocasional y temporal de una planta en otra no quiere decir que
alguna perdió la identidad”.
78
Al plantearle una última pregunta a Manuel Rivas sobre la razón por la cual muchos grupos de la
sociedad civil ya sean académicos, campesinos, ambientalistas, etc., rechazan el cultivo de transgénicos y
sobretodo la presencia de la empresa Monsanto en sus tierras, responde “mucha de esa resistencia es
desconocimiento” pues “los cultivos convencionales pueden convivir con los transgénicos”, y ante la
demonización de los actos de la empresa termina diciendo “es un negocio como cualquier otro”.
3.2 Entrevista a Adriana Castaño
Sistema Nacional de Bioseguridad: ¿sirve o no sirve?
Adriana Castaño es bióloga con especialización en Auditorías Ambientales y Bioseguridad de Organismos
Genéticamente Modificados. Durante 10 años estuvo vinculada al INVIMA como Coordinadora del
Programa Nacional del OGM para consumo humano.
Actualmente es Asesora para el Ministerio de la Protección Social en materia de OGM. Adriana dice que
todo el Sistema Nacional de Bioseguridad y las instituciones que están adscritas a éste, trabajan para
proteger a los consumidores y al campo colombiano, sin embargo, no cuentan con los recursos para
investigar localmente los efectos que estos pueden causar, por lo que se ven obligados a seguir las
decisiones que ha tomado la FDA de Estados Unidos, y que son influenciadas por posturas políticas.
También habla del nuevo proyecto de etiquetado de alimentos transgénicos que comenzará a estar vigente
en el país a partir junio de 2012.
El Ministerio de Protección Social es en Colombia una de las autoridades competentes para la toma de
decisiones con respecto a la entrada de organismos genéticamente manipulados y su relación con el
consumidor. Antes del el Ministerio, las decisiones acerca de los alimentos “nuevos” (modificados por
ingeniería más no transgénicos) que entraban al mercado, las decisiones las tomaba el INVIMA, más
79
específicamente la “Sala de Alimentos”. Sin embargo, en 1997, a través del Decreto 3075, la competencia
fue otorgada al Ministerio.
Colombia, dice Adriana, tiene un Sistema Nacional de Bioseguridad desde el año 1993, cuando todavía no
existían alimentos modificados genéticamente sino medicamentos. La estructura de este sistema, que
persiste hoy en día, está compuesta por institutos, laboratorios, autoridades y bases de datos que tienen la
responsabilidad de velar por la salud del consumidor y la protección del campo y del medio ambiente.
Este sistema ha sufrido varias modificaciones, o más bien actualizaciones conforme avanza la ciencia y
los convenios internacionales.
Cuando se firmó el Protocolo de Cartagena a comienzos del año 2000, se consolidó aún más el Plan de
Bioseguridad del País, y a pesar de que éste solo representa una guía internacional que se debe seguir para
intercambios comerciales transnacionales de algunos alimentos modificados genéticamente, su entrada en
vigencia sirvió para la organización de lo que es hoy en día el sistema.
Según Castaño, se invirtió un poco más de tres millones de dólares (uno de los cuales fue donado por el
Banco Mundial) para la estructuración del Sistema Nacional de Bioseguridad, que se basa en cuatro
pilares: un marco normativo pautado por el Protocolo de Cartagena; capacitaciones de personal de
ministerios, comunidades y otras instituciones competentes; la base de datos BCH8, donde se intercambia
información al respecto con otros países; y la creación del Laboratorio Central Institucional de Detección
y Monitoreo de OGM.
Las siguientes modificaciones al sistema llegarían en el año 2005, con el polémico Decreto 4525 que
estableció como autoridades encargadas a los Ministerios de Agricultura, Ambiente y Protección Social.
Los ministerios trabajan conjuntamente con otras instituciones en los que se bautizaron como Comités
Técnicos Nacionales. Antes del decreto existía sólo un comité, se llamaba Comité Técnico Nacional de
Bioseguridad (CTNBio), y se encargaba de estudiar y monitorear el tema de los OGM en toda su
8
Biosafety Clearing House por sus siglas en ingles.
80
complejidad. Después del decreto, éste se dividió en dos comités más que trabajan de manera
independiente como consultores para los ministerios.
Es así como hoy en día tenemos el CTN Salud, que trabaja junto al INVIMA y al Ministerio de Protección
Social; el CTN Ambiente, que trabaja con el Ministerio de Medio Ambiente, y el CTNBio, que trabaja
junto al ICA y al Ministerio de Agricultura.
Recordemos que el Decreto 4525 fue demandado por el Grupo Semillas, pues según ellos los cambios que
venían con éste hacían prescindible una licencia ambiental para la liberación de OGM en el ambiente, lo
cual constituía un bache legislativo que hacía al país vulnerable a la entrada de las multinacionales al país.
Ante la demanda interpuesta Adriana Castaño dice “la licencia ambiental no existe para OGM. El ICA es
quién aprueba las liberaciones al ambiente, es decir, las siembras”. El hecho de que haya control de las
siembras solo por parte de una institución como el ICA y ninguno por parte del Ministerio de Ambiente
afirma aún más la estructura independiente con la que se maneja el tema, en donde cada uno de los
ámbitos toma decisiones por separado acerca de lo que “le compete”. Concluye Adriana, “la demanda no
tiene sustento jurídico”, y critica al Grupo Semillas, quienes interpusieron la demanda, por no participar
en las mesas de discusión sobre el tema de la normatividad en semillas transgénicas: “Germán Vélez,
Director del Grupo Semillas, es un actor poco activo, lo hemos invitado a varias mesas de discusión y no
ha asistido. No hay retro alimentación de parte de ellos”.
Conducto Regular de aprobación de un OGM para consumo humano
Para que un OGM pueda ingresar al país, primero tiene que pasar por la revisión del CTN Salud, en el
caso de que sea de consumo humano o animal.
El comité está formado por un delegado de Colciencias, uno del Ministerio, y uno más del INVIMA.
Cada uno de ellos tiene voz y voto en el acta final que se escribe como recomendación al Ministerio.
Además de los delegados están los invitados, que en la mayoría de ocasiones son científicos que tienen
voz más no voto.
81
Este grupo de personas son las encargadas de estudiar la inocuidad del producto transgénico, o en su
nombre correcto “alimento derivado de un OGM”. Sin embargo, los estudios no los hacen ellos, admite
Adriana, “realmente los hacen las empresas”. Tales estudios demandan tiempo y sobre todo dinero,
explica “de 10 a 15 años y pueden costar de 10 a 20 millones de dólares. Es por eso que no los hacen los
gobiernos, sino las empresas. Ni los hace la FDA con su presupuesto, ni mucho menos el INVIMA. No es
nuestra función, no tenemos la plata”.
“La empresa presenta entonces un dossier con todas los exámenes y estudios que comprueban la
inocuidad del alimento, pruebas de toxicidad, alergenicidad, comportamiento del gen modificado,
estabilidad del alimento”. Después de estudiar el dossier y apoyados en las opiniones de los expertos, se
reúnen todos los miembros del comité a discutir las impresiones e inquietudes, tras lo cual dan un
veredicto al que puede ser: recomendar al Ministerio que autorice el producto por ser “hasta la fecha
seguro”, o pedir ulteriores estudios o aclaraciones con respecto a algo que no permite dar un veredicto
seguro.
Cuando el producto es avalado por la opinión de CTN Salud, se crea un acta que es presentada al
Ministerio, donde el caso comienza a ser revisado técnica y jurídicamente y después es aprobado por los
asesores del Vice Ministro y los asesores de la Secretaría General del Ministerio, y finalmente por el
Ministro, quién lo firma para luego ser publicado en el diario oficial. Esta nueva aprobación es también
registrada por el sistema de datos BCH y de esta forma por el resto del mundo.
Vigilancia y etiquetado
En Colombia quién vigila la entrada y salida de alimentos es el INVIMA. En los pasos fronterizos se
hacen inspecciones de commodities, en especial granos. Sin embargo, los datos no son relevados al
público, ni los containers llevan una identificación sobre el tipo de carga. El INVIMA puede realizar
pruebas sobre cualquier producto del mercado y para esto se apoya en el Laboratorio Central Institucional
de Detección y Monitoreo de OGM.
82
Hoy los consumidores no pueden saber si lo que están comiendo contiene algún organismo modificado
genéticamente, pues para las normas del país los OGM son iguales a cualquier otro alimento. Por esta
razón no se exigen etiquetas.
Esta situación está a punto de cambiar a raíz de una demanda interpuesta en el 2008 por el Colectivo de
Abogados Alvear que exigía la reglamentación del etiquetado.
El resultado es una resolución que entrará en vigencia el 22 de junio de este año 2012 y que contempla
el etiquetado obligatorio solamente en cuatro casos: cuando puede presentar reacciones alérgicas, cuando
existen cambios nutricionales, cambios de cocción o almacenamiento y cambios en el olor, sabor o textura
(organoeléctricos).
“Al gobierno le interesa decirle al consumidor lo que es verdadero y lo que es un plus para su
alimentación” dice Adriana, “por lo tanto si yo tengo una salsa de soya hecha con soya transgénica que le
confiere a la salsa una característica que aumenta su contenido de ácido oleico que es bueno para el
colesterol, la etiqueta lo dirá”. “La empresa tendrá que hacer las comprobaciones indicadas por el
INVIMA antes de ponerlo en la etiqueta, porque el enfoque es que lo que le digas al consumidor sea
verdadero”.
Este estilo de etiquetado o rotulación estará sobretodo dirigido al aspecto positivo de los cambios en la
composición nutricional, pues como dice Adriana, “la mayoría de los desarrollos en alimentos derivados
de la modificación transgénica están dirigidos a este aspecto”. El etiquetado no tiene como fin perjudicar a
las industrias de alimentos, es por eso que no son negativas.
Para entender esto se requiere considerar los antecedentes políticos que se han presentado en el país en
cuanto al tema, dice Adriana. “La posición del país en los foros internacionales ha sido siempre de
aceptación,
no
tendría
ningún
sentido
3.3 Entrevista a Germán Vélez (Grupo Semillas)
83
implementar
un
etiquetado
restrictivo”.
“No debería haber transgénicos en países megabiodiversos, centro de origen de los principales
cultivos alimenticios”
El Grupo Semillas es una organización no gubernamental colombiana que desde el año 1993 se
dedica a discutir, difundir y capacitar acerca de políticas públicas en el campo del agro, el medio
ambiente, la ecología, la biodiversidad y la producción sostenible de alimentos. Se relaciona con otros
ámbitos de la sociedad nacional e internacional y con grupos campesinos, indígenas y afro descendientes,
ayudándolos en la defensa de sus derechos y sus territorios. Para el Grupo Semillas la llegada de los
transgénicos a Colombia a mano de compañías como Monsanto, ha estado llena de irregularidades y
atropellos en contra de los derechos de los agricultores, el equilibrio del campo y la seguridad
alimentaria del país.
Germán Vélez, su director, cree que en países como Colombia, que son considerados megabiodiversos
y centro de origen de los principales cultivos alimenticios (papa, maíz, fríjol, yuca, tomate, entre otros), no
se debería permitir el cultivo de alimentos transgénicos, pues atentan contra la biodiversidad y la pureza
de las semillas silvestres.
Los cultivos transgénicos que actualmente tiene Colombia contienen genes manipulados que los hacen
resistentes a los herbicidas (como la variedad Round Up Ready de Monsanto), o bien resistentes a algunas
plagas, gracias a la introducción de una bacteria que les confiere propiedades insecticidas (como la
variedad de Maíz Bt de Monsanto). El riesgo está en que este tipo de cultivos afecte a los tradicionales, es
decir, que a través del polen, por medio de las abejas, el viento o la simple casualidad se “contamine
genéticamente” a las plantas criollas, y se cambien irreversiblemente sus características originales
obtenidas por años y años de trabajo campesino tradicional.
Vélez, como muchos campesinos miembros del Grupo Semillas, no cree en la posibilidad de
coexistencia entre los cultivos transgénicos y no transgénicos, a pesar de que la ley colombiana, mediante
el Decreto 4525 de 2005, posibilita la existencia de cultivos transgénicos a una distancia de 300 metros de
84
zonas consideradas “libres de transgénicos” como los resguardos indígenas del Zenú. “No hay posibilidad
de evitar la contaminación a 300 metros de distancia”, afirma, “No hay argumento científico que
compruebe que de esta forma se protege a las especies criollas”.
Bioseguridad
La falta de control y de protección de la ley colombiana, es la razón por la cual el Grupo Semillas, en el
año 2005, interpuso una demanda al Estado por permitir la entrada de transgénicos al país sin ningún
control, ni evaluaciones de tipo integral, en donde se estudien y analicen las implicaciones de tipo
ambiental, sanitarias y socioeconómicas que traen consigo los transgénicos.
Si bien el gobierno delegó el control de bioseguridad a los Comités Técnicos de Bioseguridad,
dependientes de los ministerios de Ambiente y Protección Social, estos no trabajan de manera conjunta,
perdiendo de vista la globalidad del asunto, y más importante aún, no realizan estudios propios, sino que
avalúan estudios anteriores que en su mayoría tienen que ver solamente con la eficiencia de la tecnología.
El Instituto Colombiano de Agricultura (ICA), por su parte, tampoco realiza estudios independientes al
respecto, sólo se limita a homologar los estudios que las empresas presentan para poder ingresar sus
semillas. Esto, a los ojos del Grupo Semillas es tan absurdo y parcializado como si “se pidiera a la Phillip
Morris un estudio sobre los riesgos del tabaco para la salud”.
Las demandas que ha interpuesto el Grupo Semillas llaman la atención sobre la debilidad de la ley
colombiana ante el cumplimiento de las normas de bioseguridad estipuladas en el Protocolo de
Cartagena*. Tal es el caso de la aprobación del cultivo de maíz transgénico en las regiones de Sucre,
Córdoba, Tolima y Huila en el año 2007, mediante las Resoluciones 464 y 465: “No se había consultado
con los agricultores ni con los pueblos indígenas ni afrocolombianos de la región” y esto constituye una
violación al Artículo 23 del Protocolo, que compromete a los gobiernos a la consulta previa con la
85
sociedad antes de la introducción de cualquier producto transgénico. Estas demandas se encuentran
actualmente en curso en el Consejo de Estado.
Impacto Socioeconómico
“En un país como Colombia lo que más hay es mano de obra. No necesitamos tecnologías que ahorren
uso de mano de obra y que nos hagan dependientes de compañías multinacionales. Necesitamos
tecnologías intensivas en el uso de mano de obra”. Con esta afirmación Germán Vélez deja en claro la
postura de un grupo de campesinos y agrónomos colombianos frente al uso de las semillas transgénicas en
el campo.
A los campesinos se les vende la tecnología bajo varias premisas, las más fuertes son las que tienen que
ver con la limpieza del terreno (en cuanto a que aminora el uso de agroquímicos) y con el ahorro de dinero
(porque se gasta menos en agroquímicos). Según Vélez éstas premisas son falsas, porque si bien al
comienzo los campesinos sí ven sus cultivos libres de plagas y malezas gracias a la tecnología transgénica
y por lo tanto ahorran dinero en agroquímicos, después de un tiempo las plagas vuelven y se crean súper
malezas, ambas resistentes a la tecnología, por lo que los trabajadores deben volver a emplear insecticidas
y herbicidas químicos.
La eficiencia y la conveniencia económica de las semillas de compañías como Monsanto no están
aseguradas, sobre todo en el caso de la agricultura no industrial. “No tiene sentido que un pequeño
agricultor use esa tecnología cuando cuenta con pocas hectáreas, poco dinero y mano de obra en
abundancia”, agrega que incluso los grandes terrateniente han resultado decepcionados por el uso de las
semillas transgénicas de Monsanto. Tal es el caso de los algodoneros de Córdoba: “En Córdoba tienen la
intención de dejar de usar semillas modificadas genéticamente porque las semillas que les ha traído
Monsanto no han servido”. No sirvieron durante la cosecha del 2008 al 2009, cuando los algodoneros de
esta región agremiados en Conalgodón reportaron pérdidas de 14.000 millones de pesos. “La tecnología
Bt y Round Up Ready de las semillas de Monsanto no resultaron eficaces ni en la resistencia al glifosato
86
ni en el control de plaga spodóptera9. Además, sólo tres de las cinco cápsulas de la flor de algodón se
desarrollaron, por lo que no resultaron más productivas como les habían dicho”. A raíz del fracaso del
algodón transgénico, Conalgodón demandó a Monsanto, que respondió ofreciéndole un acuerdo monetario
por 1.280 millones de pesos para ser repartidos en el gremio.
“La empresa tiene una estrategia perversa para enganchar a los agricultores”, consiste en hacer un
trabajo de marketing engañoso y de subsidios y “regalos” a los agricultores, como no cobrarles los
royalties por unos meses de uso o incluso venderles las primeras semillas a un costo inferior, para después
engancharlos en el paquete tecnológico necesario para el mantenimiento del cultivo, explica Vélez. Es así
como el balance económico-productivo termina siendo perjudicial para quienes utilizan estas semillas, y
lo más alarmante, no existen otras opciones, pues según información del Grupo Semillas, el poder de
Monsanto en la región llega al punto de desaparecer las semillas tradicionales del mercado, por lo que los
algodoneros están condenados a seguir comprándoles. “Las compañías quieren el control absoluto de las
semillas” y tienen al gobierno de su lado, pues mediante la Ley 1032 de 2006 se estipuló que todas las
semillas deben estar registradas ante el ICA. Bajo esta ley, el Código Penal contempla en su artículo 306
la penalización monetaria y carcelaria por el plagio de la tecnología transgénica de Monsanto.
“Las transgénicas son las únicas semillas registradas, entonces lo que empieza a crearse es todo un
estigma de ilegalidad y desprestigio contra las semillas criollas”, advierte Vélez, y ejemplifica esta
situación con el caso de las semillas de arroz en Huila, “1.000.000 de kilos de semillas fueron
decomisados en el 2009 en Huila por el ICA”.
No sólo de esta forma las empresas controlan a los agricultores, también con contratos que tienen
validez al momento de la compra de la semilla. Monsanto, por ejemplo, obliga a quien adquiera sus
productos a firmar una cláusula de confidencialidad del manejo de la tecnología, que prohíbe violar la
patente sobre las semillas, compromete al agricultor a devolver las que le sobren y a no venderlas,
9
Nombre científico dado a las mariposas nocturnas
87
regalarlas, ni guardarlas. Este último punto constituye una diferencia radical con las prácticas campesinas
tradicionales, que contemplan la reserva y el intercambio de semillas con vecinos y colegas, de esta forma,
explica el director del Grupo Semillas, es que se han creado los diferentes tipos de maíces, tubérculos y
granos que enriquecen la biodiversidad de las regiones.
Las prácticas tradicionales de agricultura se irán perdiendo a medida que las nuevas semillas, bajo el
control de las multinacionales, y se colonizará cada vez más el campo colombiano. El año pasado en
Colombia se cultivaron 50.000 hectáreas de algodón transgénico y 60.000 hectáreas de maíz transgénico.
Esta cifra seguirá creciendo según proyecciones de Germán Vélez: “el panorama es negro, porque los
agricultores tienen pocas herramientas para defenderse”. La situación ha cambiado y seguirá cambiando:
“en la década de los 90 éramos autosuficientes en lo que respecta a alimentación, en cambio el año pasado
importamos 9.5 millones de toneladas de alimento, de las cuales 3.5 millones son de maíz, lo que equivale
al 84% del consumo nacional”. Esta cifra nos revela el detrimento por el que pasa Colombia a nivel de
soberanía alimentaria, lo que resulta paradójico en un país que, como se autodenominaban los pueblos
Zenú y Embera, “hijos del maíz”.
La opinión de Germán Vélez, representante del Grupo Semillas es clara: “A largo plazo el agricultor no
será beneficiado porque a las compañías no les interesa tanto que sea conveniente el uso de transgénicos o
que sean resistentes a inundaciones o sequías, sino que los vuelvan dependientes del paquete tecnológico
completo y así vender más”.
3.4 Entrevista a Gregorio Mesa, Abogado especialista en temas ambientales.
Colombia es un país sin soberanía alimentaria.
Gregorio Mesa Cuadros es abogado de la Universidad Nacional de Colombia con Ph. D de la
Universidad Carlos III de Madrid España. Doctorado en Derecho Ambiental, actualmente se dedica a la
docencia, investigación, asesoría y formulación de proyectos con énfasis ambiental o derechos colectivos.
Es el director del instituto Unidad de Investigaciones Jurídico Sociales “Gerardo Molina” – UNIJUS –
88
Gregorio dice que el país no está preparado, en materia agrícola, para afrontar un TLC; sin embargo, la
lucha no debe ser contra las multinacionales que ofrecen biotecnología, sino contra el gobierno,
exigiendo una reforma agraria que los proteja. Los OMG son entonces, alimentos vigentes en el país sin
ningún tipo de restricciones.
El derecho ambiental apuesta por la salud en una cultura de consumo orgánica:
Gregorio Mesa, Abogado especialista en temas ambientales, así lo demuestra su tesis de doctorado,
Derechos Ambientales en perspectiva de integralidad: concepto y fundamentación de nuevas demandas y
resistencias actuales hacia el Estado ambiental de derecho, opina que en Colombia si existe la posibilidad
de una cultura de consumo de alimentos orgánicos ya que “los colombianos que tienen hambre son más o
menos 20 millones, según datos del DANE”, el problema real que plantea el Dr. Mesa es que es muy
difícil concretar esa cultura de consumo orgánico porque las empresas e incluso los medios de
comunicación piensan “en una cultura de consumo convencional cuyo sueño es consumir” la necesidad
está planteada en cubrir las necesidades básicas.
Un problema que plantea el Dr. Mesa es que los daños que causan los OMG a mediano y largo plazo
en la salud no están probados científicamente, además los daños a largo plazo en el ambiente es lo que
más se debería tener en cuenta, ya que es con el pasar del tiempo como pueden comprobarse los daños en
la tierra, en los ecosistemas. Además somos los conejillos de indias con los OMG, no hay daños
comprobados a corto plazo entonces hay que esperar las consecuencias.
El uso de tecnologías altamente desarrolladas, como la biotecnología, no se catalogan dentro de
tecnologías ambientalmente sostenibles, porque una alta producción en menor tiempo genera daños a
futuro que no están comprobados, lo que genera la controversia sobre que el ahorro en la producción de
una semilla transgénica no compensa los daños ambientales.
“El tema a discutir es ¿qué tipo de tecnología? Las tecnologías duras para producir alimentos, puede
que incrementen la producción en términos de cantidad de los alimentos, pero habría que agregarle a esa
89
manera de medir, la medida ambiental y la medida relacionada con la conservación del ambiente y de los
elementos del ambiente.”
Dentro del derecho ambiental es importante tener en cuenta los principios ambientales de compensar,
restaurar, compensar y mitigar, principios que no se encuentran en la producción de transgénicos ya que
“si se produce y sale barato producir transgénicos y no estoy pagando, estoy delegando en las
generaciones futuras una responsabilidad que yo cause como generación actual, entonces esas
generaciones tendrán que pagar algo que yo dañe, ahí no hay derecho.”
La idea en materia ambiental es cuidar, prevenir y preservar porque “el derecho ambiental se
caracteriza precisamente porque quien hace algo como conducta humana, lo pague, lo compense, lo
mitigue y lo restaure, si es que uno acepta que se puede hacer y pagar”.
El Dr. Mesa cree que hay una tendencia mundial y ahora nacional, en creer que lo transgénico es más
sano que lo orgánico y más que tendencia, asegura es una contracción, porque no hay razones técnicas o
investigaciones serias que afirmen la tendencia, porque desde el derecho o la política solo se brindan
insumos y medidas que respeten estándares ambientales. El derecho ambiental expresa qué se puede
hacer, qué no se pude hacer y cómo se puede hacer.
La Soberanía alimentaria vista desde el derecho ambiental
“Yo creo que no hay una autonomía, ni una soberanía, ni una seguridad alimentaria, que son tres
conceptos que deben ser manejados de manera integral y no separadamente”. Generalmente ha sido un
concepto ligado al Estado, a un compromiso con los ciudadanos. Se cree que el Estado es soberanía y por
eso el único con capacidad para producir, distribuir, y establecer limitaciones, pero lo importante, según lo
explica el Dr. Mesa, es reconocer cuando el Estado toma decisiones no solo para favorecer intereses
particulares, cuando es soberano hacia afuera, hacia otros países y empresas, y cuando es soberano al
pensar en los ciudadanos.
90
Si pensamos en el arroz, los productores establecen una política entre ellos para que los precios se
establezcan de una determinada manera y presionan para que no se importe el producto, aquí el precio del
arroz sube y los 20 o 22 millones de colombianos pobres que tienen hambre, no tienen el sustento para
comprarlo, o sea no tienen un acceso al alimento. Aquí no hay soberanía alimentaria.
“El Estado debería ser autónomo con las empresas, con los productores, es decir, tomar su decisiones
autónomamente y además internamente, también autónomo que no tome decisiones por terceros que
influyen de manera inadecuada e injustificada en ese ejercicio, pero el tema de autonomía es clave en el
nivel externo y en el nivel interno”.
La seguridad alimentaria, según lo expresa el Dr. Mesa, no es solo la oferta o disponibilidad de alimentos
porque si nos referimos a estos aspectos podríamos coincidir, en que, tener solo alimentos transgénicos es
la seguridad con la debe cumplir el Estado y no es así. Además de la seguridad alimentaria debe existir el
derecho a la alimentación y el reconocimiento de alimentos sanos que generan un buen desarrollo de la
vida, “esta es una discusión clave en la que la FAO, las sociedades tradicionales y la academia han venido
desarrollando”.
Así pues, la seguridad alimentaria nos expresa la necesidad de alimentos suficientes, alimentos disponibles
y alimentos con unas calidades específicas que incluso estén asociadas a la cultura, este último factor es
determinante para los individuos.
La situación actual del agro en Colombia:
Al hablar de la agricultura en Colombia, en este momento histórico, con la implementación del TLC con
Estados Unidos es necesario tener claro el contexto en el cual se vive. El Dr. Mesa es claro al explicar que
se parte de una ficción al creer que en el comercio internacional todos los países integrados en el proceso
son iguales, cuando es todo lo contrario, son desiguales.
La teoría que se viene trabajando en el gobierno actual es que todos ganan y es un principio de economía
que no es cierto, en la materialidad alguien pierde y alguien gana. “La gran paradoja es que países como el
91
nuestro que producen alimentos no en la fórmula generalizada de los transgénicos, hay una competencia
desleal entre unos y otros, nos ponen a competir en escenario de desigualdad con el argumento de que
ojalá compitamos en ese escenario de mercado porque: como el mercado fija las reglas entonces allá todos
ganan”.
Para el Dr. Mesa “son importantes unas medidas de protección al agro, al campo, a todos los productores
de alimentos, lo preocupante es que quien más tiene poder orienta la producción de la política pública
desde su interés”. No hay unas políticas públicas que protejan al agricultor, es el intermediario el actor que
define, orienta, tiene el peso y la capacidad para establecer unas medidas que lo beneficien.
Una producción teñida de orgánica:
Es una realidad que en países como Colombia lo orgánico es mal pagado, pero si es una empresa la que
etiqueta sus productos como orgánicos, si se reconoce el valor de limpieza y pureza lo que aumenta las
ganancias. Lo malo es que “algunas empresas se tiñen de verde para pasar por conservacionistas y que
cuidan el ambiente, que cuando producen no dañan, y esto no es cierto porque hay que fumigar, hay que
usar herbicidas, pesticidas”.
En esta instancia no se puede juzgar al campesino colombiano, según el Dr. Mesa “el campesino produce
para su subsistencia, no para una ganancia, lo que queda si lo vende y genera una huella ambiental10
pequeña”. Esta es un ideología diferente a la comercial, lo orgánico no puede entrar a competir con lo
transgénico, ya que, como se ha explicado anteriormente, los riesgos ambientales de un OMG no se
compraran económicamente con los beneficios de un alimento orgánico, lo que genera un
desconocimiento de las implicaciones medioambientales y de la salud humana.
“Los ecólogos han hecho múltiples estudios donde se demuestra que para producir orgánicamente se debe
pensar más allá del territorio porque la contaminación se traslada de terreno a terreno ya sea por aire,
10
Uso de los elementos del ambiente sin afectar los recursos de la generaciones venideras.
92
lluvias, o los mismos animales en busca de comida”. Lo que recalca el Dr. Mesa es que esta
contaminación no se paga, no se compensa, ni se mitiga, no se aplican los conceptos ambientales.
En este sentido, no se trata de criticar los transgénicos o las grandes multinacionales que producen OMG,
sino de establecer los impactos negativos. En este punto, es importante valorar el debate entre alimentos
orgánicos y transgénicos porque si valoramos todos los factores mencionados, encontramos que el
principal problema es el riesgo en el que se encuentra la salud y vida humana y en segundo lugar se
encuentra la vida de los ecosistemas, factores directamente relacionados porque un ambiente dañado
perjudica la vida humana.
El etiquetado, ¿Beneficio o Barrera?
El Dr. Mesa manifiesta que en Colombia si hay legislación, otra cosa es que no se aplica, se convierte más
bien en un requisito que no sirve para una producción y comercialización ambientalmente sostenible, “se
convierte en traba de pequeños productores orgánicos que no acceden porque no tienen con qué pagar esas
formas de eco etiquetado que valen 2 o 3 veces más de lo que cuesta el producto, pierden. La escala de
producción no sirve para eso, el estado termina siendo injusto con ellos y beneficia a los que si hacen daño
al ambiente”.
Lo que vemos aquí es otra forma de teñir de verde a las empresas productoras de OMG. El etiquetado se
convierte, entonces, en una barrera no arancelaria para pequeños productores y para el país, barreras
ambientales, barreras de bioseguridad. Esta norma es altamente discriminatoria, “existe el convenio de
Cartagena sobre Bioseguridad y apoya a algunos y a otros no”. Confirmo la premisa de que en el país se
establecen decisiones políticas y económicas sin sustento técnico o científico.
Políticas laborales y grandes producciones:
En Colombia existe una alta concentración de tierras, grandes monocultivos e implementación y siembra
de OMG. Hablemos del monocultivo, tiende a desarrollarse con una tecnología acelerada suprimiendo la
mano de obra. En la biotecnología vemos el remplazo de mano de obra por herbicidas hechos en
93
laboratorios y semillas mejoradas genéticamente. “Nada más un herbicida suple 10 o 20 personas, en los
monocultivo se requiere más tierra y menos personas. Tenemos el ejemplo de Carimagua con la Palma
aceitera, producida de determinada manera como receta. Un proceso automatizado”.
“Eso tiene que ver con los derechos labrarles, ya no se necesitan seres humanos porque hay maquinas. Y,
¿qué hacen esas personas sin empleo? Se van a vender dulces en los semáforos por culpa de una
inadecuada política agraria y de empleo”. La relación de políticas agrarias y de empleo se ven
relacionadas en este contexto, ya que son las necesidades del país las que se deben suplir. Con la
apropiación de tierras en mano de unos pocos nos inclinamos hacia una tendencia mundial en donde las
tierras de nuestro territorio son compradas por otros países para producir alimento y llevarlo a su país, aún
si en Colombia se siguen muriendo de hambre los 20 o 22 millones de colombianos, cifras del DANE.
“Lamentablemente la teoría que gano con la implementación de tratados de libre comercio, es que no debe
haber ningún límite al comercio. Se dice que las normales ambientales y laborales son una barrera al
comercio y hay que eliminarlas, acá estamos perdiendo mucho”.
3.5 Entrevista a Tomás León
“Los Transgénicos no se necesitan”
Para Tomás León, agrólogo del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional, la
academia tiene un papel social muy importante al momento de velar por el interés común que, muchas
veces, es relegado a un segundo plano cuando se trata de empresas, cuyo mayor objetivo es, por
definición, generar ganancias. La ciencia está subordinada a los intereses particulares y a un poder que
dicta qué se estudia y qué no, qué se revela y qué no. Afirma este agrólogo, quién tiene relación directa
con algunos de los científicos cuyas investigaciones sobre transgénicos han sido acalladas. “Los
transgénicos”, dice, “son plantas que no se necesitan. Modificar la naturaleza es suponer que no es
perfecta ya de por sí”.
94
Una de las discusiones claves en el tema de los OGM gira en torno a los efectos que pueden tener los
cultivos de transgénicos en los cultivos tradicionales, o sea la contaminación genética por medio de polen,
viento u otros factores de la naturaleza. Las empresas de semillas transgénicas, como por ejemplo
Monsanto, afirman que la contaminación genética es prácticamente imposible en condiciones naturales y
sin la ayuda de un fitomejorador, concluyendo así que los cultivos transgénicos no son una amenaza
contra la biodiversidad.
Tomás León cree por el contrario, que la contaminación genética “sí sucede, es un hecho biológico”.
León critica a Monsanto por basar sus argumentos en hechos estadísticos más no biológicos, ya que si
bien las cifras presentadas por Monsanto respaldan a la empresa, el hecho científico es que si pasa y ha
pasado. “Un estudio realizado en el 2001 por los microbiólogos Quist y Chapela, de la Universidad de
Berkeley, a quienes conocí en un congreso en Noruega, detectaron la „introgresión genética‟ en el maíz
criollo del sur de México”, lo que demuestra que los cultivos transgénicos si afectan el entorno de manera
impredecible.
Si bien la naturaleza puede causar que se pierda el rastro de las semillas, transportándolas a ellas o a su
información genética a kilómetros de distancia, la „policía transgénica‟ se encarga de seguir la pista a los
agricultores clientes de las empresas, para que no guarden ni regalen semillas. Esto, para León es un
atropello con el campesino, porque ve condenadas sus prácticas: “Desde el Neolítico los agricultores
guardan e intercambian semillas”, dice, cosa que cuando se trata de transgénicos, no es posible, pues las
patentes confieren propiedad sobre la semilla y la planta entera, “esta es una discusión ética y económica”,
dice León, “el plus tecnológico está en el trabajo sobre un gen, ¿eso los hace dueños de toda la planta?”.
Las discusiones en la academia no terminan, hay quienes están a favor y hay quienes, como León,
dudan de la necesidad de este tipo de tecnologías. “Es una cuestión filosófica. Hacer plantas perfectas es
suponer que la naturaleza no es perfecta ya de por sí”.
95
La ciencia no es libre, la controlan intereses políticos y económicos. Es de suponer que las
investigaciones que tienen resonancia y respaldo son las que de una u otra forma benefician lo establecido
por el mercado o por quienes nos gobiernan (que en muchas ocasiones terminan siendo los mismos). Es
por eso que investigaciones como las de Chapela y Quist son poco conocidas y sus autores desautorizados,
censurados y perseguidos.
Ciencia, intereses y academia
Tomás León duda de la seguridad de los organismos transgénicos, pues estos están hechos con técnicas
de inserción de genes al azar, ya sea por medio de un virus, una bacteria o una pistola de partículas. El
hecho de que esta inserción sea al azar implica cambios en la forma como se construyen los aminoácidos y
por consiguiente las proteínas. Sin embargo explica, “a las compañías de biotecnología lo que les interesa
es insertar el gen y que se exprese de manera exitosa, no saber realmente que pasa en complejidad con la
planta y con las relaciones de ésta con el resto de la naturaleza y los insectos”.
“Esa es la diferencia con la Universidad”, agrega León. “Los biotecnólogos de las universidades
deberían estar todo el tiempo mirando los efectos de esas otras plantas modificadas genéticamente. El
deber ser de la universidad es investigar qué pasa al interior de la planta genéticamente modificada, y en
sus relaciones económicas y sociales”. Es la academia el único espacio en donde la ciencia no está
condicionada a los intereses económicos y políticos del sistema capitalista, pues el fin de la universidad es
social.
Sin embargo, la relación entre la ciencia, las empresas y las publicaciones llega hasta el punto de
censurar investigaciones que hoy en día tienen algo que decir en contra de la utilización de plantas
transgénicas en la alimentación humana. Tal es el caso de la investigación realizada por la bióloga Irina
Ermakova del Instituto de Actividad Nerviosa y Neurofisiología, de la Academia Rusa de Ciencias. En
este estudio se sometieron ratones a alimentación con soya transgénicas RR11 durante un período de 15
11
Soya Round Up Ready, propiedad de Monsanto.
96
días, tras lo cual se hallaron cambios determinantes en el comportamiento y la fertilidad. Los ratones
presentaban fobia a la luz, se mantenían alejados de ella y además aislados del resto del grupo y del
contacto con las madres. Según Ermakova estos resultados tenían que ver con la temperatura corporal
influenciada por la alimentación. A pesar de ser una de las pocas investigaciones que cuestiona el tema de
la alimentación con derivados de OGM, a Irina Ermakova la censuraron, y le prohibieron publicar por
unos años. Esta misma situación se ha repetido con todo el que tenga pruebas que demuestren el peligro de
los transgénicos.
El caso Colombia
En cuanto a la experiencia de Colombia con los transgénicos, Tomás León recalca la falta de interés de
los académicos y de la prensa por el caso del algodón en Córdoba y Tolima durante al año 2008. “Nadie
tomó nota de lo que había pasado, nadie hizo un artículo o en estudio al respecto”, dice, “solo en internet
se difundió la información de lo que había pasado”.
Si bien hace una crítica al periodismo por su falta de atención a estos asuntos, León también admite
que para la ciencia, los artículos de prensa son igual a nada: “la ciencia cree que tiene la verdad absoluta y
que si la información no se publica en revistas indexadas, no existe”. Esto quiere decir que el periodismo
nunca va servir como prueba científica o como referente, pero sí como estimulante de la opinión pública,
para que ciertos temas sean entendidos y exigidos por la sociedad como parte de la agenda científica.
En el país no se debatió lo suficiente sobre el uso del glifosato contra los cultivos de coca. Durante el
gobierno Uribe hicieron pruebas de eficacia, pero, según León, se dejaron atrás temas como la erosión y la
seguridad alimentaria. “El glifosato usado en el país contiene polioxetilenina, una molécula venenosa que
hace de coaduyante del herbicida, lo ayuda a adherirse más. Así que cuando llueve, el agua arrastra lo que
queda del glifosato, llevándolo tierra abajo y afectando otros cultivos”. Esto naturalmente afecta la
seguridad alimentaria del país, pues los alimentos que estén cerca de los cultivos de coca se verán
irremediablemente afectados por el uso del agroquímico.
97
“Los transgénicos no se necesitan”, concluye Tomás León, “no son buenos para los agricultores”, y
tampoco para los consumidores, “el alimento no debe ser riesgoso para las personas”, lo cual es una
posibilidad latente, así las empresas semilleras se empecinen en ocultar las pruebas a la opinión pública.
“A Monsanto no lo mueve la idea de que todos comamos y comamos bien, quiere tener ganancias y
punto”. Y concluye, “La ciencia no puede estar al servicio de unos pocos. La ciencia tiene que servir a la
vida”.
3.6 Conclusiones sobre la mirada al tema de los actores entrevistados
La primera conclusión de las entrevistas a los actores que representan los diferentes puntos de vista
alrededor del tema de los alimentos transgénicos, es que en el país no se ha discutido seriamente el tema.
La información que ofrecen los entrevistados no se ha puesto verdaderamente en un espacio público de
reflexión y toma de decisiones.
La opinión pública no conoce todas las implicaciones que hay detrás de la llegada de una planta
genéticamente modificada al país, ya sea por semillas en cultivos o por importaciones. Estas no solo
afectan la vida de los agricultores y los campesinos, también al ecosistema, a la economía, a los
consumidores y a la sociedad en general.
Si la sociedad carece de la información suficiente y pertinente ¿cómo se supone que va r tomar una
decisión o una postura frente al tema?, y más aún ¿cómo hace valer sus derechos?
El primer dilema a tratar es el de la contaminación genética y los perjuicios que podría traer a la
biodiversidad. Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo, en el que se originan una gran
cantidad de especies de tubérculos, legumbres, granos y frutas, diversificadas en cientos de variedades
criollas.
Mientras los grupos de agricultores y la academia cree que la contaminación genética es una posibilidad,
un hecho científico, las empresas y sus voceros (que la mayoría de veces están relacionados con en el
lobby político) defienden como que es imposible que se produzca traspaso de genes modificados sin la
98
determinación de un especialista en un laboratorio. Así lo argumentan compañías como Monsanto en los
dossiers que presentan a los gobiernos, y que funcionarias como Adriana Castaño, del Ministerio de
Protección Social, se limita a revisar, pues como ella afirma, las instituciones estatales no pueden, por
cuestiones de presupuesto, adelantar sus propias investigaciones sobre el tema.
La coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos es algo que Mauricio Rivas, encargado de
los asuntos de Monsanto en la región, cree perfectamente posible, según él, la introgresión genética
accidentada no sucede, y el agricultor está en toda su libertad de escoger si siembra o no las semillas
transgénicas, pues las posibilidades del mercado así lo permiten. El Grupo Semillas, sin embargo, acusa a
la empresa de buscar adueñarse del monopolio de las semillas, a través de patentes y contratos que
someten al campesino a un tipo de agricultura estandarizada que lo hace dependiente de este modelo.
La experiencia del algodón el Córdoba y Tolima es claramente un ejemplo de fracaso del modelo
transgénico en Colombia. Para Monsanto, lo que pasó fue un simple mal entendido entre los agricultores y
las plantas modificadas, quienes dejaron de rociar insecticida, abandonaron los cultivos y los dejaron en
manos de la tecnología. Para los agricultores, por otro lado, ésta es la prueba que las semillas modificadas
genéticamente no son perfectas y que la empresa no busca el beneficio de los campesinos y mejores
cosechas, sino para vender sus productos.
Ante esta situación, que ocurrió a finales del 2008, el periodismo hizo muy poco, pues no se
encontraron en la muestra de medios artículos relacionados con el tema, una excepción de uno que solo
menciona lo ocurrido. La academia tampoco registró el hecho, así lo denuncia Tomás León, quién critica a
la comunidad científica por solo aceptar un hecho si es publicado en las revistas indexadas y bajo el
nombre de algún prestigioso grupo de investigación.
La ciencia no es libre y esto lo confirmó el agrólogo con todos los casos de colegas censurados que ha
conocido en este campo; desde Chapela hasta Ermakova, todos con el mismo tema en común, ese lado de
los alimentos transgénicos que las empresas nos tratan de esconder, con la ayuda negligente o cómplice de
99
los gobiernos. Las respuestas a preguntas incómodas como ¿qué efectos tiene el glifosato en el campo? Y
¿qué efectos en la salud tiene el consumo de transgénicos como la soya?
El tema de bioseguridad en el país es bastante flojo, así la bióloga Castaño, vinculada desde hace más
de 10 años al INVIMA y al Ministerio de Protección Social trate de hacernos comprender el entretejido
trabajo que cumplen las distintas instancias del gobierno para regular y vigilar el tema. La verdad es que
poco o nada tienen el poder los gobiernos, pues las reglas del mercado se imponen y los intereses políticos
son determinantes, como en el caso del país.
Colombia ha estado desde siempre a favor de los alimentos transgénicos, e incluso hizo de base para la
discusión y la forma del Protocolo de Cartagena. Su cercanía política a Estados Unidos ha sido clave para
la entrada de los alimentos transgénicos al sur del continente. Esto ha hecho que Colombia sea uno de los
países que importa maíz norteamericano, tan repudiado en la Unión Europea y en Japón por ser, en su
mayoría, transgénico.
La versión anterior se complementa con lo planteado por Gregorio Mesa, abogado especialista en
temas ambientales. El Dr. Mesa reconoce que el gobierno no ofrece las garantías para que el país sea
soberano en materia agrícola y las decisiones políticas, como la entrada en vigencia del TLC, demuestra
que el país afronta situaciones en las cuales no tiene como competir con la calidad, precio y cantidad de
alimentos, como si las ofrecen otros países con biotecnología integrada al sistema de producción
alimentaria.
Colombia importa actualmente, y gracias a datos del grupo de Germán Vélez, el 85% del maíz. Lo cual
resulta paradójico, pues, como se ha dicho en el contexto de este trabajo, algunos pueblos amerindios son
considerados “Hijos del Maíz”. Los “Hijos del Maíz” que se ven obligados a importar maíz de otras tierras
son un claro indicador del detrimento en materia de Seguridad Alimentaria que está viviendo el país, pues,
recordemos, la dieta colombiana tiene como uno de sus ejes este grano.
100
Pero entonces, ¿qué sucede con la promesa de la biotecnología de aumentar la producción y ser fuente
de riquezas y seguridad para los agricultores? Para Vélez el balance entre agricultura transgénica vs. No
transgénica siempre va a apuntar hacia la no transgénica, pues cuesta menos y está más acorde con lo que
necesita el campo colombiano: no un modelo de gastos agroquímicos y ahorros en personal, si no uno que
aproveche al máximo la obra de mano campesina y la pluralidad del campo, haciendo al campesino
autosuficiente y coherente con las reglas de la naturaleza y el ecosistema.
Según Monsanto cada quién está en la posibilidad de escoger. Mientras que para León es una tendencia
en crecimiento, pues “industrializar” la producción agraria es visto como señal de progreso y modernidad,
a pesar de que, según sus opiniones, los transgénicos no se necesitan, pues lo que sí sería positivo para la
vida del hombre en la tierra sería la creación de un modelo más sostenible, acorde con los ciclos de la
naturaleza y las necesidades alimentarias de cada región (soberanía alimentaria).
La desinformación y la falta de involucramiento en el tema también se ven reflejado en el caso del
glifosato. León cuenta como durante el gobierno Uribe se escogió un grupo de estudio que recomendara al
gobierno a partir de una serie de pruebas sobre la eficacia de la utilización del glifosato, que resultaron
siendo incompletas y precisamente limitándose a eso: a comprobar la eficacia en la tarea de erradicar los
cultivos de coca. Lo que no se tomó enserio fueron las opiniones de muchos agrólogos que conocen la
composición del glifosato y como este, con la ayuda del arrastre del agua en los suelos, es capaz de
trasportarse más allá de la zona preestablecida, matando todo tipo de hierbas a su alrededor.
Las dudas acerca de la inocuidad de los OGM, y de su incorporación en la naturaleza, como también de
la seguridad del uso de glifosato son temas de alta relevancia para la sociedad civil y de alta
responsabilidad para el periodismo y la academia, mientras que, para las empresas semilleras se trata de
una cuestión de “miedo, desinformación, falta de cultura, simples mal entendidos”.
Para todos, sin embargo, el panorama es claro: los transgénicos están lejos de desaparecer, y menos en
estos momentos con la entrada en vigencia del TLC. Para algunos como los funcionarios de gobierno y las
101
compañías, esto significa la oportunidad para que el campo colombiano explote al máximo sus
capacidades productivas haciendo uso de tecnologías de punta que modernizarán el campo y lo harán más
eficiente y controlable. Para otros, por el contrario, es la imposición de un modelo que con conviene a la
mayoría de medianos y pequeños campesinos, pues los quitará del plano, haciéndolos poco competitivos y
desplazándolos hacia la urbe. Lo que a su vez significará más dependencia a las grandes multinacionales
que con sus monocultivos colonizan las tierras del tercer mundo, para sacar de ellas sus productos y
venderlas de vuelta a sus habitantes, con una ganancia económica.
102
4. Conclusiones Generales
El aspecto que creemos engloba las conclusiones del trabajo, es la total desinformación que existe
alrededor del tema de los alimentos transgénicos y su complejidad en relación con otros aspectos de la
realidad nacional y la humanidad.
Cuando se habla de alimentos transgénicos la preconcepción lleva a que se piense el tema bajo la luz
de la agronomía (productividad) o de la salud (consumo). Sin embargo, la aproximación al tema, a partir
del análisis de las piezas periodísticas, nos ha permitido comprender que las implicaciones que tienen los
alimentos transgénicos van más allá de la salud humana y el medio ambiente, afectando los procesos
sociales, económicos y políticos del país.
Como periodistas pensamos que es indispensable entender que un tema tan trascendental para
Colombia, que esconde asuntos de gran relevancia pública, no que puede ser abordado sólo desde el punto
de vista científico, y por lo tanto descartado como prioridad en la agenda mediática.
Coincidimos en la visión integral de la ciencia de la bióloga Marta Lucia Guardiola, cuando se refiere a
los efectos y las consecuencias de la tecnología transgénica en Colombia: “El desarrollo tecnológico es
fundamental para la sobrevivencia de la especie, pero la responsabilidad de los investigadores no puede
independizarse de la realidad ecosistémica, cultural, económica y política de la sociedad 12”.
El asunto de los alimentos genéticamente modificados sigue vivo. En el primer capítulo realizamos un
breve recuento histórico de todos los elementos que constituyen la base teórica para entender el curso que
ha tomado la ciencia y la agricultura. Una ruta construida a partir las ideas de Thomas Malthus acerca del
crecimiento acelerado de la población, que inmediatamente prendió las alarmas de crisis alimentaria en el
mundo. A raíz de estas ideas, los alimentos transgénicos han surgido como promesas de salvación del
hambre mundial, en el marco de un discurso donde se ve la pobreza como un problema de cantidad de
alimentos y no de modelo económico de distribución desigual de las riquezas.
Guardiola, Marta Lucia. “Transgénicos para Colombia y en Colombia. Causas, efectos y consecuencias”. En el libro “Seminario Cultivos
Transgénicos: implicaciones ambientales en Colombia”, pág. 61. Editorial Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000.
12
103
La llegada de la Revolución Verde dio entonces las herramientas para conducir a la agricultura a un
nivel de producción industrial, más acorde con las necesidades del mercado mundial. Junto con ella llegó
la ingeniería genética, que usando la técnica del ADN recombinante rompió las barreras genéticas entre
especies, logrando así la creación de organismos con características adquiridas de un gen ajeno. Esta
técnica de modificación y transferencia de genes abrió la llave de la historia genética de muchas especies
vegetales y animales, un poder que significó también una amenaza a la biodiversidad del planeta y al
delicado equilibrio de los ecosistemas.
La introducción de este modelo fue especialmente difícil en los países del Tercer Mundo como
Colombia, pues las condiciones del campo son completamente diferentes de las que se tienen en cuenta en
los estudios de referencia de las empresas de biotecnología. Esto sin hablar que también el contexto
económico y social es diferente. El modelo de agricultura transgénica exige agricultores con vastas
hectáreas de tierra y capital para sostener los gastos agroquímicos y de maquinaria que van incluidos
necesariamente en el “paquete tecnológico” de las empresas. Esto implica necesariamente el
desplazamiento de las técnicas tradicionales de agricultura, por un modelo industrial mercantil, que como
hemos visto, ha llevado en los últimos años a la destrucción de la sostenibilidad entre naturaleza y
hombre.
Esto se traduce en más concentración del territorio en manos de unos pocos (oligopolización de la
agricultura), más desempleo en el campo, más desplazamiento, y por consiguiente, más desigualdad social
en el país.
A pesar de las prevenciones, Colombia terminó aceptando la llegada de la biotecnología genética al
país, y en el 2005 se comenzó a cultivar oficialmente maíz y más tarde algodón Bt. Las reacciones no se
hicieron esperar y en el mismo año grupos ambientalistas se pronunciaron al respecto, incluido el Grupo
Semillas que interpuso una demanda para exigir licencias ambientales a las multinacionales semilleras.
Las empresas incursoras en el mercado colombiano como Monsanto, Sygenta y DuPont (entre otras),
104
estuvieron respaldadas por el gobierno, que no consideró necesario la imposición de condiciones a los
trámites de aprobación de los OGM en el país.
El primer capítulo es una revisión de los antecedentes de una de las empresas más reconocidas a nivel
mundial por sus semillas transgénicas, en especial Monsanto. Las experiencias registradas, todas en el
ámbito latinoamericano, dejan en claro la separación que existe entre los intereses de las empresas (el
mercado, las ganancias) y el interés común, cuyos guardianes deben ser en este caso la ciencia y el
periodismo.
El periodismo es, precisamente, el tema que se trata en el segundo capítulo, apoyado en las teorías de
esfera pública del filósofo alemán Jurgën Habermas.
El monitoreo de medios aplicado a dos referentes del periodismo escrito del país (Revista Semana y
periódico El Tiempo) arrojó resultados tanto cuantitativos como cualitativos con un mensaje claro: el
periodismo en Colombia no le está dando un papel relevante al tema de los alimentos transgénicos, pues
no se ha hecho el seguimiento del tema, como tampoco el reconocimiento de las diferentes vertientes en
donde tiene impacto.
Las salas de redacción de ambos medios mostraron que no están preparadas para el tratamiento de
temas científicos, por esta razón quienes escriben los textos son expertos en el tema, no periodistas.
Cuando se evidenció que la información analizada estaba en manos de los periodistas, los artículos
resultaron insuficientes o incompletos en la exposición del tema. Las fuentes fueron en su mayoría afines a
la introducción de alimentos transgénicos, lo que resulta afectando la calidad periodística, pues no se logra
equilibrar las fuentes de tal manera que se vean los otros lados del espectro comunicativo. Sin la
integración de todas las voces no se puede crear un debate público, indispensable en la construcción de la
razón pública.
La ciencia tiene que dejar de ser un espacio exclusivo de quienes trabajan con ella, porque de lo
contario se perderá la comunicación que debe existir entre el conocimiento científico y lo público. Más
105
aún cuando el conocimiento científico se encuentra en manos de corporaciones con intereses privados. Es
deber entonces del periodismo hacer de puente entre el lenguaje y los fines científicos y la gente que va
ser receptora de sus nuevas tecnologías, todo esto con el fin de democratizar la ciencia y evitar la
imposición de una tiranía científica que dicte silenciosamente sobre la vida de las personas.
En el último capítulo se realizaron cinco entrevistas en las que pudimos aterrizar el tema a la situación
del país y conocer de primera mano en qué consiste el conflicto entre las diferentes partes y sus diversas
opiniones. Este ejercicio fue muy importante para el trabajo, porque nos permitió confrontar la situación
del país con lo que conocimos por libros que está pasando en otros países de América Latina o en Estados
Unidos. Además pudimos poner en práctica nuestro trabajo como periodistas y de esta forma hacernos una
idea de lo que podemos aportar a la profesión y a la sociedad con un periodismo científico de calidad, que
logre dar luces a la razón pública y empoderar al ciudadano.
El panorama en Colombia es más complejo que en cualquier otro país por una razón clara: estamos en
guerra y esa guerra tiene como punto de origen el campo. La desigualdad social en Colombia (que según
un reciente informe13 del Banco Mundial, es el séptimo país más desigual del mundo y el segundo en
América Latina), tiene su origen en la inequitativa distribución de la tierra, y se sigue incrementando por
la falta de oportunidades de quienes se ven obligados a desplazarse a las ciudades, o unirse a los grupos
armados al margen de la ley.
Colombia ya tiene un problema agrario y la difusión de los OGM y el tipo de agricultura que implica
solo acrecentaría ese problema. Los cultivos transgénicos son cultivos de gran envergadura, monocultivos.
Solo en ellos se puede sacar provecho verdadero de la utilidad del paquete tecnológico que empresas
agrícolas de biotecnología como Monsanto venden. En esta opinión coinciden tanto los pequeños y
medianos campesinos (representados en la voz de Germán Vélez, director del Grupo Semillas) como
13
RCN La Radio, recuperado el 26 de mayo a las 11.10 pm: http://www.rcnradio.com/noticias/banco-mundial-clasifica-colombia-como-elseptimo-pais-mas-desigual-1569
106
agrólogos que trabajan desde la Universidad pública (tal como Tomás León Sicard, del Instituto de
Estudios Ambientales de la Universidad Nacional). Para ellos, el modelo transgénico no es compatible con
la situación del campo colombiano, donde la mayoría de los campesinos no podrían implementar la
tecnología, pues no les acarrearía ningún beneficio. La experiencia de estos dos actores, una desde el lado
de los productores y otra desde la academia, les dice que el modelo transgénico no termina siendo un
ahorro de dinero y agroquímicos, si no al revés, un gasto adicional, que va a llenar las arcas de las
empresas. Y la falla principal está en el hecho de que el campo colombiano necesita manos que lo trabajen
y no máquinas.
Generar más trabajo en el campo distribuiría mejor la riqueza, en vez de gastarla en tecnologías que
son innecesarias (maquinas, herbicidas) cuando el tamaño de la parcela no lo justifica. Además de esto,
entre más manos haya en el campo mayor será la diversidad de alimentos que se cultiven, lo cual es un
elemento central en cuestión de seguridad alimentaria y soberanía alimentaria. El qué se cultiva y qué
debería estar basado en las necesidades alimenticias de los pueblos y no en lo que dicte el mercado
internacional, en eso consiste la soberanía alimentaria. Los alimentos que se cultivan deberían tener como
fin principal saciar el hambre de quienes viven y trabajan en esa tierra, no para ser exportados y que
localmente se produzca escases, eso es seguridad alimentaria. Si concentramos los esfuerzos agrarios del
país en convertirnos grandes exportadores de un solo producto dependeremos cada vez más del mercado
para suplir las necesidades internas.
Todo esto sin contar con el hecho de que los cultivos transgénicos representan también una amenaza
ambiental, y en Colombia aún más, pues es considerado centro de origen de muchas especies que
desaparecerían con la llegada de “super plantas” que desestabilizarían todo el ecosistema de una manera
descontrolada, pues aunque Monsanto niegue la posibilidad de contaminación genética el hecho biológico
es que sí sucede, ya que una vez liberados en el ambiente el alcance de los organismos genéticamente
modificados es imposible de medir y mucho menos controlar.
107
La inofensividad de la tecnología transgénica esta argumentada únicamente por los estudios hechos por
las mismas empresas dueñas de la tecnología. Ni el Ministerio de Protección Social, ni el INVIMA, ni
ninguna entidad del Sistema Nacional de BioSeguridad está en la capacidad de juzgar objetivamente la
conveniencia de los alimentos o las semillas transgénicas. Incluso gobiernos de otros países con más
capacidad e infraestructura investigativa no han podido hacer frente al lobby internacional que han hecho
estas empresas en instancias supra nacionales como las Organización Mundial del Comercio (Lambrecht,
2001).
Refiriéndose a este tema Riechmann dice : “ Las luchas actuales alrededor de la manipulación genética
y la patentabilidad de ser vivos y material biológico pueden entenderse, esencialmente, como el envite que
un puñado de poderosas transnacionales han lanzado para poner bajo su control esta enorme tajada de
mercados y procesos productivos, desactivando o esquivando las regulaciones legales estrictas y las
posibilidades de elección libre por parte de los consumidores y la respuesta social que se organiza frente a
esta pretensión14”.
El país está entonces vulnerable a la entrada de transgénicos en alimentos importados o semillas. Sin
poder hacer estudios que aseguren las seguridad del medio ambiente o de los consumidores y dejando a su
suerte a los campesinos, que con la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos no podrán competir
contra el maíz transgénicos subvencionado por el gobierno norteamericano, o que, en su pretensión de
cultivar sólo encuentre semillas patentadas por empresas biotecnológicas en el mercado.
El tema del etiquetado, o rotulado, tampoco se ha aclarado y de todas formas, las razones políticas lo
alejan de su pretensión de informar realmente sobre lo que se está comiendo, pues de esta forma se
restringirían las ganancias comerciales del sector alimentario.
14
Riechmann, Jorge. “Transgénicos: el haz y el envés. Una perspectiva crítica”. Página 204. Editorial Catarata, Madrid 2004.
108
Hay mucho en juego y poca información que los medios de comunicación estén dando a la sociedad y
cuando se trata de un tema vital como lo es la seguridad alimentaria del país, la desinformación resulta
inaceptable.
Con este trabajo pretendemos hacer un llamado de atención a los medios de comunicación y a las
facultades de periodismo, pues el manejo de la información en los temas científicos es, en esta era en la
que estamos, fundamentales para la sociedad.
Este trabajo no concluye acá. Queremos hacerle un seguimiento en lo que será nuestra vida profesional
cuando nos graduemos, ya que el tema sigue vivo y seguirá estándolo. Un semestre es muy poco tiempo
para poder profundizar lo suficiente sobre este asunto, sin embargo creemos que éste será el primer paso
hacia el tipo de periodismo que queremos hacer, uno comprometido con los intereses de la sociedad, uno
que sirva de puente entre el ciudadano y la ciencia, uno que invite al debate y a la creación de una razón
pública, que vele por la democracia con la frente en alto y sin miedo a hacer preguntas incómodas.
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