ANEXO 2 CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES (Licencia de uso) Bogotá, D.C., 10 de enero de 2013 Señores Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J. Pontificia Universidad Javeriana Cuidad Los suscritos: , con C.C. No , con C.C. No , con C.C. No 1.026.264.403 1.013.609.896 En mi (nuestra) calidad de autor (es) exclusivo (s) de la obra titulada: (por favor señale con una “x” las opciones que apliquen) Tesis doctoral Trabajo de grado Premio o distinción: Si No cual: presentado y aprobado en el año 2012, por medio del presente escrito autorizo (autorizamos) a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación. En consecuencia, las atribuciones de usos temporales y parciales que por virtud de la presente licencia se autorizan a la Pontificia Universidad Javeriana, a los usuarios de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J., así como a los usuarios de las redes, bases de datos y demás sitios web con los que la Universidad tenga perfeccionado un convenio, son: AUTORIZO (AUTORIZAMOS) 1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos de grado de la Biblioteca. 2. La consulta física o electrónica según corresponda 3. La reproducción por cualquier formato conocido o por conocer 4. La comunicación pública por cualquier procedimiento o medio físico o electrónico, así como su puesta a disposición en Internet 5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y condiciones 6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mención de honor.) SI NO X X X X X PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010 X De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a título gratuito por el máximo tiempo legal colombiano, con el propósito de que en dicho lapso mi (nuestra) obra sea explotada en las condiciones aquí estipuladas y par a los fines indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada a la finalidad perseguida, sin ánimo de lucro ni de comercialización. De manera complementaria, garantizo (garantizamos) en mi (nuestra) calidad de estudiante (s) y por ende autor (es) exclusivo (s), que la Tesis o Trabajo de Grado en cuestión, es producto de mi (nuestra) plena autoría, de mi (nuestro) esfuerzo personal intelectual, como consecuencia de mi (nuestra) creación original particular y, por tanto, soy (somos) el (los) único (s) titular (es) de la misma. Además, aseguro (aseguramos) que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los límites autorizados por la ley, según los usos honrados, y en proporción a los fines previstos; ni tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a la imagen, intimidad, buen nombre y demás derechos constitucionales. Adicionalmente, manifiesto (manifestamos) que no se incluyeron expresiones contrarias al orden público ni a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboración, presentación, investigación y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es de mí (nuestro) competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica Universidad Javeriana por tales aspectos. Sin perjuicio de los usos y atribuciones otorgadas en virtud de este documento, continuaré (continuaremos) conservando los correspondientes derechos patrimoniales sin modificación o restricción alguna, puesto que de acuerdo con la legislación colombiana aplicable, el presente es un acuerdo jurídico que en ningún caso conlleva la enajenación de los derechos patrimoniales derivados del régimen del Derecho de Autor. De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la de la Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos propiedad de los autores”, los cuales son irrenunciables, e inalienables. En consecuencia, la Pontificia Universidad de RESPETARLOS Y HACERLOS RESPETAR, para correspondientes para garantizar su observancia. Ley 23 de 1982 y el artículo 11 morales sobre el trabajo son imprescriptibles, inembargables Javeriana está en la obligación lo cual tomará las medidas NOTA: Información Confidencial: Esta Tesis o Trabajo de Grado contiene información privilegiada, estratégica, secreta, confidencial y demás similar, o hace parte de una investigación que se adelanta y cuyos resultados finales no se han publicado. Si No En caso afirmativo expresamente indicaré (indicaremos), en carta adjunta, tal situación con el fin de que se mantenga la restricción de acceso. NOMBRE COMPLETO No. del documento de identidad Rosmary Castaño Vargas 1.013.609.896 Francesca Fichera Rueda 1.026.264.403 FACULTAD: Comunicación y Lenguaje PROGRAMA ACADÉMICO: Comunicación Social PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010 FIRMA ANEXO 3 BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J. DESCRIPCIÓN DE LA TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO FORMULARIO TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO Acercamiento a la percepción general y al debate sobre los alimentos transgénicos en Colombia SUBTÍTULO, SI LO TIENE AUTOR O AUTORES Apellidos Completos Nombres Completos Castaño Vargas Fichera Rueda Rosmary Francesca DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO Apellidos Completos Nombres Completos Arbeláez Oscar FACULTAD Comunicación y Lenguaje Pregrado PROGRAMA ACADÉMICO Tipo de programa ( seleccione con “x” ) Especialización Maestría Doctorado Nombre del programa académico Comunicación Social Nombres y apellidos del director del programa académico Mónica Isabel Salazar TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: Comunicador(a) Social PREMIO O DISTINCIÓN (En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial): CIUDAD Bogotá Dibujos Pinturas AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO NÚMERO DE PÁGINAS 2012 105 TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” ) Tablas, gráficos y Planos Mapas Fotografías diagramas Partituras SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF. PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010 MATERIAL ACOMPAÑANTE TIPO DURACIÓN (minutos) CANTIDAD FORMATO CD DVD Otro ¿Cuál? Vídeo Audio Multimedia Producción electrónica Otro Cuál? DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo [email protected], donde se les orientará). ESPAÑOL INGLÉS Biotecnología Biotechnology Alimentos transgénicos Transgenic foods Esfera pública Public sphere Hambrunas Extreme hungers Soberanía alimentaria Nourishing sovereignty RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS (Máximo 250 palabras - 1530 caracteres) Español El trabajo de investigación realizado contó con la asesoría de Oscar Arbeláez. Planteamos un marco conceptual en dónde se explicaban los principales conceptos que encontrábamos al ir haciendo la investigación. Seguido a esto, los conceptos se ubicaron dentro de un contexto histórico para ser más claros con la presentación del tema a un público general. En el segundo capítulo se escogieron los textos periodísticos más relevantes desde el año2005 hasta el 2012 encontrados en la revista Semana y el diario El Tiempo para que fueran analizados aplicando una matriz de análisis sobre la calidad periodística. En el tercer capítulo se realizaron entrevistas a los actores principales en el debate colombiano colombianos sobre los alimentos transgénicos. De cada capítulo se plantean unas conclusiones y al final de los 3 capítulos se desarrollan unas conclusiones generales. Inglés The work of investigation carried out counted on the consultant's office of Oscar Arbeláez. We raise a conceptual frame where the main concepts were explained that we found when being making the investigation. Followed this, the concepts were located within an historical context to be clearer with the presentation of the subject to a general public. In the second chapter the more excellent journalistic texts were chosen from year 2005 to the 2012 found in the magazine Semana and the newspaper El Tiempo so that analyzed applying an analysis matrix on the journalistic quality. In the third chapter interviews to the leading actors in the Colombian debate were realised Colombian on transgenic foods. Of each chapter some consider conclusions and at the end of the 3 chapters general conclusions are developed some. PUJ– BG Normas para la entrega de Tesis y Trabajos de grado a la Biblioteca General – Mayo de 2010 Bogotá, mayo 30 de 2012 Señor: José Vicente Arizmendi Correa Decano Académico Facultad de Comunicación y Lenguaje Pontificia Universidad Javeriana Ciudad Respetado Señor: Por medio de la presente, nosotras, las alumnas Rosmary Castaño Vargas y Francesca Fichera Rueda, estudiantes de noveno semestre de Comunicación Social con énfasis en Periodismo, asesoradas por Oscar Arbeláez, nos permitimos presentarle nuestro trabajo de grado titulado “Acercamiento a la percepción general y al debate sobre los alimentos transgénicos en Colombia”, realizado dentro de los parámetros establecidos por la Universidad Javeriana. El trabajo desarrollado nos dejó como experiencia la aplicación de técnicas de análisis periodísticas en diferentes contextos, además comprendimos, a partir de diferentes entrevistas, el trato que los medios de comunicación le dan a un tema que debería ser de importancia para la salud pública, ya que los alimentos transgénicos son consumidos por los ciudadanos. Siendo un tema relevante para la sociedad, nuestro trabajo constituye una aproximación conceptual, contextual y metodológica de la información que recibe la sociedad sobre los organismos modificados genéticamente. Por lo anterior, exponemos este proyecto que es un requisito para obtener el título de Comunicador(a) Social, contemplado en el currículo de la Carrera y cuenta con ocho (8) créditos académicos. Agradecemos su atención e interés. Cordialmente, ROSMARY CASTAÑO VARGAS Estudiante IX Semestre. C.C. 1.013.609.896 de Bogotá FRANCESCA FICHERA RUEDA Estudiante IX Semestre. C.C. 1.026.264.403 de Bogotá 5 ACERCAMIENTO A LA PERCEPCIÓN GENERAL Y AL DEBATE SOBRE LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS EN COLOMBIA. Autoras: Rosmary Castaño Vargas Francesca Fichera Rueda Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador(a) Social con énfasis en Periodismo Director: Oscar Arbeláez 6 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL Bogotá, D.C. 2012 Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana Artículo 23 “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”. 7 Tabla de Contenido Introducción General…………………………………………………………………………………….…2 Capítulo 1: Aproximaciones Conceptuales y Contextuales en el Marco de los Alimentos Transgénicos………………6 1.1 Historia de los OMG en Colombia………………………………………………………………….14 1.2 Controversia alrededor de la transnacional Monsanto…………………………………………….18 El Caso Soja Round Up Ready en Argentina………………………………………………….19 El caso de Guatemala y la ayuda alimentaria………………………………………………….19 El súper salmón Chileno………………………………………………………………………..20 Hormona bovina para alta producción de leche en Florida……………………………………21 El Round-up en Colombia………………………………………………………………………23 Capítulo 2: Una Aproximación Metodológica al Estudio de la Información sobre los Alimentos Transgénicos……………………………………………………………………………………………….24 2.1 Aproximación Metodológica…………………………………………………………………………..27 2.2 Análisis de las Piezas Periodísticas Encontradas en la Revista Semana……………………………30 2.3 Análisis de las Piezas Periodísticas del Periódico El Tiempo……………………………………..42 2.4 Análisis de las categorías periodísticas de la Revista Semana………………………………………48 2.5 Análisis de las categorías periodísticas del diario El Tiempo……………………………………..54 2.6 Conclusiones del análisis……………………………………………………………………………60 Capítulo 3: Una Aproximación al Debate Colombiano Generado por Diferentes Actores Activos en el Tema de los Alimentos Transgénicos:……………………………………………………………………………….....62 3.1 Entrevista Manuel Rivas (Monsanto)…………………………………………………………………64 3.2 Entrevista Adriana Castaño (Ministerio de Protección Social)……………………………………….69 3.3 Entrevista Germán Vélez (Grupo Semillas)…………………………………………………………..73 3.4 Entrevista Gregorio Mesa (Abogado Ambienta)……………………………………………………...78 3.5 Entrevista Tomás León (Agrólogo Universidad Nacional)…………………………………………...83 3.6 Conclusiones sobre la mirada al tema de los actores entrevistados…………………………………...87 4. Conclusiones Generales………………………………………………………………………………..92 5. Referencias……………………………………………………………………………………………..99 Anexos……………………………………………………………………………………………………102 8 Introducción General El presente trabajo de grado aborda la información que recibe la sociedad sobre los alimentos transgénicos desde una perspectiva social, es decir, como se visibilizan los procesos de producción, venta y consumo de organismos genéticamente modificados. Para el abordaje se tienen en cuenta teorías de la comunicación, teorías contemporáneas del periodismo, teorías de la esfera pública, y se toma como punto de referencia los medios de comunicación, específicamente dos medios influyentes en la sociedad colombiana, el diario El Tiempo y la revista Semana. El tema escogido constituye una aproximación al análisis mediático sobre los alimentos transgénicos en Colombia, tomando como referencia casos específicos analizados en otros países. La principal razón para la selección, fue la importancia que tienen los alimentos en la salud pública, y ya que la alimentación es fundamental para la sobrevivencia de los humanos, es un tema relevante a tratar en la esfera pública. El trabajo es pertinente para el campo del periodismo porque consideramos que los medios son: 1. Escenarios de intercambio de comentarios y críticas, 2. Proyectan la visión de la realidad de los grupos relevantes de la sociedad, 3. Presentan y explican los medios y valores de la sociedad, 4. Garantizan el acceso pleno a la información relevante del día. 5. Tiene el compromiso de hacer un relato comprensivo y real de los acontecimientos diarios con sentido, y es en este relato dónde el periodista se pone en evidencia. El propósito del periodismo consiste en proporcionar al ciudadano la información que necesita para ser libre y capaz de gobernarse a sí mismo. Como información relevante para la salud pública, encontramos diferentes impactos negativos que presentan este tipo de alimentos: implicaciones en la salud, degradación del medio ambiente, pérdida de soberanía alimentaria, pérdidas económicas, los que se validarán con ejemplos hallados en la literatura de otros países y en textos periodísticos colombianos. 9 A continuación presentamos un análisis que plantean las teorías del periodismo en relación con los alimentos transgénicos. Con la teoría de agenda setting encontramos que los medios de comunicación son los que realizan una construcción de la realidad y es el tratamiento que se le da a la información lo que conduce a la opinión pública. El tema también pasa por la agenda de los atributos que trabaja sobre dos hipótesis: la primera dice que la forma en que un tema es cubierto por los medios, afecta la forma en que el público piensa; la segunda, que la forma en que un tema o un atributo es cubierto por los medios, afecta la jerarquización, prominencia o relevancia que el público otorga a ese objeto. Así que con los resultados analizados mediremos el impacto que hay dentro de los medios de comunicación. Planteamos la importancia de recibir información sobre los organismos modificados genéticamente (OMG), ya que, los alimentos son de necesidad básica para los seres humanos, y su producción afecta el medio ambiente en el cual se desarrollan. Es un tema de importancia y relevancia para la sociedad, porque los ciudadanos deben ser conscientes del tipo de alimentos que consumen, a partir de información pertinente que les permita tomar decisiones sobre la forma en que se alimentan. Nos propusimos realizar una aproximación al problema de los alimentos transgénicos y al tratamiento que los medios impresos le han dado al tema, así como al debate que gira en torno a los diferentes actores y sectores involucrados, como el gobierno, a través del Ministerio de Salud y Protección Social y el INVIMA; la sociedad civil, a través de organizaciones no gubernamentales como el Grupo Semillas; la academia, desde la universidad pública; la normatividad y la ley, a través de los abogados medio ambientales, y las empresas que venden las semillas modificadas genéticamente, como la Compañía Agrícola Colombiana Ltda., Monsanto. El presente trabajo está organizado en tres capítulos. En el primero abordamos el planteamiento del problema, en el que presentamos al lector una descripción general de la problemática, así como un análisis contextual y conceptual sobre los principales conceptos con los cuales el lector se enfrenta a este tema 10 como son: biodiversidad, revolución verde, biotecnología, alimentos transgénicos, huella ecológica, monocultivo, alimentos orgánicos, bioseguridad, soberanía alimentaria, seguridad alimentaria. En el análisis del contexto presentamos un breve recuento sobre la forma como el hombre ha pensado la agricultura, desde el período Neolítico hasta la Revolución Verde. Esta primera parte incluye una aproximación a las razones por las cuales el modelo de agricultura biotecnológica es deseada en el modelo económico actual, donde el tema de la comida toca al mismo tiempo los extremos de hambre y la abundancia. Finalmente incluimos algunos casos específicos de la experiencia con los organismos modificados genéticamente (OMG), en América Latina, que junto con los antecedentes de las empresas de transgénesis han suscitado polémica al interior de los gobiernos y de la sociedad civil. En el segundo capítulo del trabajo, realizamos una breve reflexión teórica sobre la esfera pública, pues consideramos pertinente que la sociedad, con la ayuda de los medios de comunicación, aborde la problemática de los alimentos transgénicos desde la perspectiva del uso publico de la razón, para que de esta forma, todos los ciudadanos estén en capacidad de deliberar públicamente sobre un problema que los afecta, y que es el objeto de investigación en este trabajo. En esta segunda parte también desarrollamos un análisis cualitativo y cuantitativo del manejo que los medios de comunicación le han dado al tema, para lo cual seleccionamos los años en los cuales identificamos piezas periodísticas aptas para un análisis. Como metodología de investigación, aplicamos una matriz de observación y descripción de las categorías del periodismo. Con los resultados estadísticos que arrojó la cuantificación de cada categoría, construimos gráficas que describen los hallazgos en cada medio de comunicación y su respectiva explicación. El tercer capítulo es una puesta en común de enfoques y opiniones con el objetivo de fomentar la visión pluralista y crítica del debate, a partir de las declaraciones y reflexiones de algunos de los actores implicados en el tema de los alimentos transgénicos. Para tal fin entrevistamos a personas que conocen el 11 tema y asumen distintas posiciones: un Agrólogo de la Universidad Nacional, un abogado especialista en temas ambientales, un asesor de asuntos regionales de Monsanto, una funcionaria del Ministerio de Salud y Protección Social, y el director de la organización de agricultores, Grupo Semillas. Las entrevistas giraron en torno a pautas conceptuales como: la soberanía alimentaria, la seguridad alimentaria, la bioseguridad y su relación con otros ámbitos de la realidad nacional. Como estudiantes de comunicación social y futuras periodistas, nuestra intención con este trabajo fue realizar una primera exploración del tema, que consideramos de gran importancia para la sociedad colombiana. Es pues una primera exploración del tema, por lo tanto sus resultados no son tan completos y ambiciosos como quisiéramos, aunque sí constituye el primer paso de nuestra carrera profesional como periodistas interesadas en abordar temas relacionados con la ciencia. 12 CAPITULO 1 Aproximaciones Conceptuales y Contextuales en el Marco de los Alimentos Transgénicos. Con el objetivo de entender el contexto actual en el que se enmarca el tema de los alimentos transgénicos, a continuación presentamos un breve resumen de los cambios que han influenciado la forma en la que se entiende el deber ser de la agricultura hoy en día, así como el devenir de las formas de producción, sus conceptos, motivos y fines. Desde sus inicios, los humanos hemos intentado ejercer poder sobre la naturaleza, para de esta forma extraer y utilizar para nuestro provecho los recursos que de ésta sirven. En éste marco, la agricultura tiene un papel principal, sino el más importante, por tratarse de una necesidad básica humana: la alimentación. A partir de su aparición en el Neolítico, la agricultura ha cambiado la forma en que vive el hombre: su economía, relaciones sociales, económicas y políticas han dependido de la manera en la que ésta se desarrolla. La agricultura ha experimentado diferentes etapas, desde la conformación de las primeras villas sedentarias dónde se conservaban las semillas y se proyectaban grandes civilizaciones, pasando por el modelo feudal de la época medieval, hasta lo que se conoce hoy en día como la era de la ingeniería genética de alimentos. En el año 1789, Thomas Malthus (1990) publica su “Ensayo sobre el principio de la población”. En él explica que la relación desproporcionada entre la población (que crece geométricamente) y los alimentos (que crecen aritméticamente), es una ley natural responsable de la pobreza y el hambre en el mundo. Antes de Malthus, Robert Wallace Ross, E.B.,(1998) , habló de este desequilibrio, sin embargo, lo que haría que la teoría de Malthus marcara la pauta en los años venideros, fue la creencia de Wallace respecto a que dicha condición se presentaba de forma eventual, mientras que Malthus planteaba este escenario como inminente y perenne a futuro. 13 Esta teoría entró en boga en el siglo XIX, en el momento en que la Revolución Industrial cambiaba por completo los escenarios urbanos y rurales de Europa. La idea de que se necesitaba con urgencia aumentar la producción de alimentos, so pena de entrar en una crisis de hambre mundial debido a la sobrepoblación, se discutía durante estos años. La ansiedad que causaba la teoría de Malthus impulsaba a economistas y políticos a creer que a la propiedad privada agraria tocaba imponerle un sistema industrial que maximizara la producción y recortara gastos. Detrás del discurso apocalíptico de Malthus estaban los intereses del naciente capitalismo, que se veían amenazados por las ideas de la Revolución Francesa y el levantamiento popular en busca de reformas agrarias y justicia social. Esta teoría lo que hacía era naturalizar la pobreza, desviando la atención de las contradicciones que se veían en el mundo: el hambre y la abundancia. Ross, E. B., (1998) afirma a propósito del tema: Ningún otro marco ideológico ha servido tan eficazmente como legitimador de los intereses, las teorías y estrategias de desarrollo de Occidente, en particular de la Revolución Verde y ahora de la manipulación genética en la agricultura. Este argumento ha superado con creces a cualquier otra explicación de la pobreza. El malthusianismo oculta sistemáticamente que el mal manejo o desperdicio de los recursos del planeta no se debe a los hábitos reproductivos de las personas sino a las contradicciones y motivos del desarrollo capitalista. (p. 65) El siguiente eslabón en la historia de la agricultura sería la Revolución Verde, creada precisamente con el propósito de aumentar la productividad de las cosechas (sobre todo de los países en desarrollo) para calmar el hambre endémica en el mundo. Sus primeros objetivos fueron el aumento en el rendimiento y la resistencia de las plantas de maíz, trigo y arroz. La Revolución Verde se presentó como un cambio radical en las prácticas agrícolas, un proceso de modernización donde el conocimiento tecnológico adquirió importancia por encima del conocimiento empírico de los campesinos. Según las definiciones de la Real Academia Española sobre el término Revolución, podemos concluir que revolución es un cambio violento, rápido o profundo y simultáneo en las instituciones políticas, 14 económicas o sociales de una nación, que además genera inquietud, alboroto o sedición. “Hay que tener en cuenta que las revoluciones nacen como consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas”. (párrafo 1 ). Al ser el color verde, el que representa a la naturaleza, ya que es el color de la mayoría de las plantas y hierbas y de algunos alimentos, decide denominarse revolución verde a la transformación de las prácticas agrícolas en pro de la modernización y del fin del hambre en el mundo. Principalmente se habla de tres cereales claves en la alimentación humana: el trigo, el arroz y el maíz, precisamente los alimentos escogidos en los años 50, década en la que inicia la Revolución Verde, para la producción a gran escala, o plantaciones de gran extensión llamadas monocultivo. Los monocultivos son plantaciones en terrenos extensos de una sola especie, un cultivo homogéneo con los mismos patrones de similitud genética. Se utilizan los mismos métodos de cultivo para toda la plantación (control de pestes, fertilización y alta estandarización de la producción), y hace más eficiente la producción a gran escala. Lastimosamente un efecto adverso de esta práctica es la disminución de la biodiversidad, es la pérdida de ecosistemas y la erosión en los suelos, problema que puededejar sin suelo productivo regiones extensas de diversos países. Como señala Ceccon (2008): La Revolución Verde se debió en buena parte a los 16 centros financiados mayoritariamente con fondos públicos (agencias del sistema de Naciones Unidas, y Banco Mundial) que constituyen el CGIAR (Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional). Aparte de suministrar material útil directamente a campesinos de numerosas zonas del mundo en desarrollo (...) Fueron los pilares sobre los que los incrementos de productividad permitieron alimentar a cientos de millones de personas del Tercer Mundo y conjurar las previsiones pesimistas sobre la extensión del hambre, especialmente en Asia. El sistema del CGIAR fue el responsable del aumento por valor de 50.000 millones de dólares de la producción de arroz y trigo desde los años 60. Repartió más de 750 variedades de trigo, arroz, maíz, sorgo, mijo, patata, mandioca y frijoles. 15 Entre 20.000 y 45.000 científicos del Tercer Mundo se han formado en sus centros. Y es la depositaria de casi un millón de muestras de germoplasma1 que se han distribuido por todo el mundo. (párrafo 4. ) África es el único continente que aún no se ha beneficiado de la Revolución Verde, lo que representa una desventaja para esta práctica agrícola. En este continente se encara un problema que es la gran pérdida del 40% de las cosechas debido a las plantas parásitas. Ceccon agrega (2008): Sin embargo, la inestabilidad política en numerosos países africanos, junto con las malas infraestructuras de transporte y comercialización son una limitación que habría que remover cuanto antes. Desgraciadamente, la mayoría de estos países no pueden hacer grandes esfuerzos inversores, debido a las políticas restrictivas impuestas por el FMI (párrafo 6 ). Históricamente puede considerarse su inicio luego del término de la primera Guerra Mundial; sin embargo, su expansión global ocurrió más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial debido al desarrollo de una industria químico biológica (párrafo 6 ). Tras el incremento de la productividad agrícola, se hizo necesario el uso de grandes cantidades de fertilizantes, plaguicidas y agua, lo que generó una producción dos a cinco veces superior de monocultivos que con las técnicas tradicionales de cultivo. El primer proyecto agrícola registrado bajo esta nueva bandera tuvo lugar en 1943, cuando el Ministerio de Agricultura de México, con el apoyo de la Fundación Rockefeller decidió financiar el trabajo del ingeniero agrónomo y genetista Norman Borlaug, quién más adelante se convertiría en el fundador de la Revolución Verde y en el padre de la agricultura moderna. Borlaug creía que para expandir la producción de comida había que permitir el acceso de los agricultores de los países en desarrollo a las innovaciones técnicas en el campo de la biotecnología. En las décadas de los 60‟s y 70‟s, países como Pakistán, India, Filipinas y China recibieron asesorías científicas en el manejo de herramientas biotecnológicas que terminaron por arrojar buenos resultados en cuanto a productividad. 1 Cualquier parte de las plantas de los bosques, selvas y semidesierto que puede generar otra nueva planta, puede ser a través de semillas, estacas, rebrotes, puntas, hijuelos, entre otros. 16 De acuerdo con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)2 la Biotecnología es “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o su derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”. Básicamente se trata de la manipulación de las características fenotípicas y genotípicas (color, forma, código genético) de un determinado organismo, que tiene como resultado un producto o alimento transgénico. Un alimento transgénico es aquel en el que la información genética de dos o más alimentos se han mezclado en laboratorio más allá de lo que la naturaleza permite, para crear híbridos genéticos que comparten características de especies de otro modo incompatibles. Con la ayuda de estos avances en la tecnología agraria, China pasó de producir 48 millones de toneladas de arroz en el año 1960, a 170 millones de toneladas en 1999. Por su lado, India pasó de un total de 46 millones de toneladas, a 112 en el mismo lapso de tiempo, según datos de la FAO para abril de 2000. Junto con la producción, también aumentó el área de terreno cultivable, el uso de tractores y la cantidad de fertilizantes. Se pasó de 87 millones de hectáreas en 1961, a 176 millones en 1998; 2 millones de toneladas de fertilizantes a 70 millones y 200 mil tractores a 4.6 millones durante el mismo lapso de tiempo. Los resultados de los proyectos de Norman Borlaug en nombre de la Revolución Verde lo hizo ganador del Premio Nobel de la Paz en 1970. En una entrevista realizada en abril de 2009 (meses antes de morir), el científico afirmó que se necesitaba una segunda Revolución Verde de la mano de los avances en ingeniería genética y de los 2 El convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado por 150 gobiernos líderes en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992, se dedica a la promoción del desarrollo sostenible: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”. 17 aportes de instituciones y gobiernos especialmente en países del llamado Tercer Mundo, donde peligra la seguridad alimentaria: Borlaug (2009): En cualquier lugar del planeta en donde la producción de comida no de abasto para la población o esté afectada por enfermedades, calentamiento global, falta de infraestructura agrícola, desplazamiento del campo a la ciudad, ausencia de tecnología u apoyo gubernamental, es preciso prestar atención. (párrafo 8. ) Como señala Manuel Álvaro Ramírez (2002) en el informe “Lineamientos para seguridad alimentaria: retos y perspectivas”, se entiende la seguridad alimentaria como la posibilidad real de la población de acceder a una oferta permanente de alimentos derivados, tanto de la producción agropecuaria interna, como de lo que pueda conseguirse en el mercado mundial. Se debe garantizar la estabilidad en términos de cantidad y calidad. Si bien la producción de comida es un factor determinante en la lucha contra el hambre en el mundo, no es el único factor al cual hay que prestarle atención. La alimentación también depende de la economía mundial y local y de las decisiones de instituciones políticas y sociales. El hambre endémica no se provoca por la escasez de alimentos, sino por su mala distribución, y la distribución depende de las reglas del mercado y de la capacidad adquisitiva de las personas. Sen (2000), filósofo y economista indio, ganador del Premio Nobel de Economía en 1998, señala: Las fuerzas del mercado siempre fomentarán el desplazamiento de alimentos a lugares cuyos habitantes puedan pagar un precio más alto por ellos. (…) La tendencia a pensar que el crecimiento de la producción de alimentos es la única manera de resolver el problema es grande y tentadora y a menudo está algo justificada. Pero la cuestión es más compleja y está relacionada con las oportunidades económicas alternativas y con las posibilidades de participar en el comercio internacional. (p.94) En el escenario actual de demanda y ofertas de alimentos, el problema que alguna vez planteó Malthus acerca del desequilibrio entre cantidad de población versus cantidad de alimentos, no es una preocupación. De hecho, la producción de alimentos crece cada vez más con el modelo industrial de agricultura que 18 impuso la Revolución Verde. Sin embargo, hoy en día, según fuentes de la FAO existen 925 millones de personas subnutridas en el mundo. Quienes, como el economista Amartya Sen, ven el problema del hambre como una cuestión de distribución, creen que el cambio de formas en la agricultura ha hecho prevalecer un modelo industrial que no otorga espacio a los pequeños e incluso medianos agricultores. La revolución en el campo ha traído consigo gastos cada vez más altos que los campesinos no son capaces de suplir. Cada vez son más los fertilizantes y los plaguicidas que se comprar para obtener los mismos resultados. En el libro “El hambre en el mundo y los alimentos transgénicos”, el economista Antón Novás (2005, p121. ) critica la Revolución Verde por beneficiar sólo a las grandes compañías multinacionales que tienen la capacidad de acceder a la información y a las herramientas biotecnológicas. Un acceso que después se convierte en exclusivo, pues las patentes de las semillas han ocasionado que, por primera vez en la historia de la humanidad, los campesinos no puedan hacer uso soberano del producto de la tierra. Este conflicto entre la libertad de los productores y las imposiciones del mercado, ha dado lugar a conceptos como el de soberanía alimentaria, que es el “derecho de los pueblos, de sus países o uniones de Estados a definir su política agraria y alimentaria, sin dumping frente a países terceros”, según lo define el Movimiento Internacional Campesino Vía Campesina, en su informe anual de 2003. La soberanía alimentaria incluye: priorizar la agricultura local, la lucha contra los OMG, mantener el agua en calidad de bien público y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que consumen. Si bien el uso de tecnologías biogenéticas aumenta la productividad de las cosechas, también aumenta los gastos. La relación costo/beneficio termina por sacar del mercado a quienes no poseen cultivos extensos, porque el gasto en fertilizantes y plaguicidas termina por sobrepasar el rendimiento de la cosecha. Este hecho, por supuesto, repercute en la esfera socioeconómica: 19 Novás (2005, p.130 ) afirma: El principal efecto que la Revolución Verde produjo en las sociedades donde se impuso fue el desarraigo de millones de agricultores „sobrantes‟ que acabaron en los suburbios de las ciudades del Tercer Mundo. El autor considera que detrás de la Revolución Verde se esconden los verdaderos motivos del hambre endémica y la inseguridad alimentaria en el mundo. Como hambre endémica entendemos las condiciones de hambrunas cotidianas y persistentes, mientras que por seguridad alimentaria entendemos la posibilidad real de la población de acceder a una oferta permanente de alimentos de calidad, derivados tanto de la producción agropecuaria interna, como de lo que pueda conseguirse en el mercado mundial. Los motivos por los cuales estos dos factores deben seguir vivos dentro del debate público, tienen que ver con la desigualdad de condiciones para obtener los alimentos, ya sea por falta de dinero, trabajo o tierra. Mientras no haya cambios estructurales en este sentido, la promesa de la abundancia de alimentos en manos de las nuevas tecnologías biotecnológicas, como son los transgénicos, seguirán siendo provechosas sólo para unos cuantos. Como señala Novas (2005, p.132 ): “Cuando las nuevas semillas, junto con los fertilizantes químicos, los plaguicidas, el riego y los mercados internacionales ocuparon el lugar de las prácticas agrícolas tradicionales de millones de productores en el mundo en desarrollo, la „reforma agraria‟ fue conjurada”. En este orden de ideas, es incierto el aporte que puedan representar los alimentos transgénicos en la contención de la crisis alimentaria actual, una tragedia humanitaria entendida como el deterioro en la calidad, cantidad y frecuencia de la ingesta de alimentos que afecta los niveles de nutrición de las personas. Según la publicación del Centro Internacional de la Papa (CIP) “La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes”, se estima que la crisis alimentaria mundial ocasiona que un tercio de los 6 mil millones de habitantes del mundo (año 2009) sufre de hambre crónica y aproximadamente el 50% de la humanidad sufre de diversas formas de malnutrición. 20 Sobre los aspectos estructurales de la crisis alimentaria, el sociólogo belga François Houtart (2011) señala a la industrialización de la agricultura como responsable de los cambios socio económico que detonan la crisis: Se trata de la expansión, durante los últimos años, del monocultivo, resultando en la concentración de las tierras, es decir en una verdadera contra-reforma agraria. La agricultura campesina o familiar se destruye en el mundo entero bajo el pretexto de su baja productividad. De hecho los monocultivos tienen una producción que puede ir desde 500 y a veces hasta 1000% más elevada que la agricultura campesina en su estado actual. ...Se eliminan bosques, se contaminan los suelos y las aguas, hasta los ríos y el mar, por el uso masivo de productos químicos. ..., se preparan los desiertos del futuro. Por otra parte, los campesinos son expulsados de sus tierras y son millones los que tienen que migrar hacia las ciudades, en los barrios marginales, provocando las crisis urbanas y aumentando la presión migratoria in- terna, como en el Brasil, o externa, como en muchos otros países del mundo. (p.145 ). Es el cambio de modelo agrícola (de uno campesino-local a uno intensivo-industrial), el que vemos hoy en día se adelanta en nombre del “progreso humano”. Un progreso, que es visto desde las luces de los criterios economicistas, como puntualiza Rojo (2012): lo que se produjo, y que se acentuó hasta nuestros días, es que el valor de cambio se sobrepuso, se sobrepone, al valor de uso, y esa lógica justifica el aumento de los cultivos para exportación, aunque haya escasez de alimentos en un determinado territorio. El alimento, de un derecho, pasa a ser una mercancía de las más generadoras de beneficios para los empresarios. (Párrafo 12). 1.1. Historia de los OMG en Colombia La historia de los OGM en Colombia comienza con la firma del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad en el año 2000 y su posterior entrada en vigencia bajo la Ley 740 de 2002. Este protocolo establece las reglas de uso y manipulación de los OGM dentro del país, así como de protección de la biodiversidad. Uno de los principios del acuerdo, es el Principio de Precaución, que establece la 21 posibilidad del Estado de abstenerse de implementar algún tipo de biotecnología en caso de hallarse anomalías o de no estar completamente avalada por un estudio de riesgo. Otro de los puntos (el llamado Acuerdo Fundamentado Previo) establece que cualquier país que comercialice con OGM debe informar previamente al país de tránsito o importador sobre la naturaleza de los mismos. Sin embargo, esta regla sólo aplica para los OGM que tengan la finalidad de ser introducidos al medio ambiente y no para los de “uso confinado”. Dentro del protocolo también se establece la importancia de la información al público y su participación en la toma de decisiones que tengan que ver con éste tipo de organismos. De hecho, el artículo 23 de la Ley 740 de 2002 dice que las partes: “Fomentarán y facilitarán la concienciación, educación y participación del público relativas a la seguridad de la transferencia, manipulación y utilización de los organismos vivos modificados en relación con la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana”. Como segundo punto del artículo las partes dicen que: “Procurarán asegurar que la concienciación y educación del público incluya el acceso a la información sobre organismos vivos modificados identificados de conformidad con el presente Protocolo que puedan ser importados”. Además de esto, el compromiso informativo implica la realización de consultas al público y la ulterior divulgación de las decisiones tomadas con respecto a los OGM, con la ayuda del Centro de Intercambio de Información sobre Seguridad de la Biotecnología. En éste contexto legal entró la compañía Monsanto a Colombia, bajo el nombre de Compañía Agrícola Colombiana Ltda., introduciré introdujo a los campos sus ejemplares de algodón Bt y maíz. Desde su llegada al país, Monsanto ha tenido que hacer frente a controversias por irregularidades en sus procedimientos. Una de las denuncias, realizada por el Grupo Semillas (una organización no gubernamental colombiana), acusa a la compañía de adelantar propaganda engañosa para la promoción de su Programa Campo Unido dirigido a la inclusión de pequeños agricultores (propietarios de menos de 10 22 hectáreas) en el cultivo de transgénicos: “Monsanto utilizó las cifras de rendimientos obtenidos por los grandes, en nombre de los pequeños”3. En febrero de 2005 se conoció un fallo contra Monsanto por las irregularidades en la introducción del algodón Bt, realizada sin el debido trámite de la licencia ambiental, lo que violó las leyes de ese entonces. Sin embargo, la compañía se salvó de ser castigada, pues el Consejo de Estado, en un acto arbitrario y sin justificación legal, emitió absolvió a la empresa, a través del Decreto 4525/2005 en el cual establece que los cultivos transgénicos en Colombia no necesitan a licencia ambiental. El Decreto 4525 facilitó la entrada de las empresas de semillas transgénicas al país, porque agilizó los trámites requeridos para la introducción de cualquier OGM; y permitió la conformación de tres Consejos Técnicos Nacionales de Bioseguridad (o CTNBio) independientes, en los ministerios de Medio Ambiente, Agricultura y Protección Social. Cada uno de ellos es responsable del avalúo de los OGM de acuerdo a su campo de acción, lo que hace imposible una visión y un análisis global de las verdaderas implicaciones que tiene la inserción de uno de estos organismos. El decreto no sólo parcializa y limita el control y la vigilancia, también establece que las evaluaciones de riesgo necesarias para la aprobación de un OGM deben ser realizadas por el solicitante, es decir por las empresas, lo que acaba con la independencia de criterio y la objetividad. A comienzos del año 2007, el ICA aprobó el cultivo comercial “controlado” en los departamentos de Córdoba, Sucre, Huila y Tolima de maíces transgénicos Bt YieldGard MON 810 (Monsanto), maíz Roundup Ready (Monsanto) y Herculex I Bt (tolerante a un pesticida producido por la compañía DuPont). Esta decisión se tomó a pesar del concepto emitido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial y las respectivas CTN, acerca de la insuficiencia de pruebas y estudios que avalúen la seguridad ecológica y las implicaciones socioeconómicas de cultivos de este tipo. 3 http://www.semillas.org.co/sitio.shtml?apc=c1a1--&x=20154900. Consultado el 23 de marzo a las 4:45 pm. 23 A pesar que estas instituciones estaban decididas a ser cautelosas con la aprobación y a fomentar más estudios al respecto, la presión del gobierno Uribe llevó a que se aprobaran los cultivos sin ulteriores objeciones. Así hace referencia a los hechos el Grupo Semillas (2007) :Sin embargo y a pesar de estas preocupaciones, el día 23 de febrero el CTN convocó una reunión de carácter extraordinario a petición del Presidente de la República, Álvaro Uribe (como consta en el Acta del CTN), y en esta reunión de manera arbitraria el CTN cambió su decisión y autorizó siembras controladas de maíz transgénico, a pesar de que en esta reunión no participó el representante del MAVDT (como consta en el acta) y lo más crítico es que se desconoció el concepto emitido anteriormente por ésta autoridad competente , y por otro lado, sin aclarar de manera técnica el significado y el alcance del concepto “Siembras controladas”, puesto que en realidad son siembras comerciales, porque el único requisito para que cualquier agricultor siembre maíz GM es que se inscriba en el ICA.(Párrafo 10. ) También se dejó de lado la inconformidad de la sociedad civil, representada en opiniones y conceptos de organizaciones campesinas, ambientales y comunidades indígenas. Los cuestionamientos relacionados con la protección del patrimonio biológico y la biodiversidad no fueron tomados en cuenta por el ICA, ni siquiera se consideró que, por ejemplo, el maíz es uno de los pilares de la alimentación del pueblo colombiano, además de una tradición centenaria de pueblos campesinos e indígenas de intercambio y almacenaje de semillas. La normatividad obliga que los cultivos transgénicos estén separados de los resguardos indígenas para evitar la contaminación genética de los cultivos, sin embargo, no dice nada sobre las zonas de cultivo campesinas. La contaminación por cercanía no es sólo un riesgo para la biodiversidad, sino para el futuro de los campesinos. En Junio de 2006 se aprobó la Ley 1032 que modificó el artículo 306 del Código Penal, mediante el cual explica Vélez (2011) se: permite penalizar la usurpación de los derechos de obtentores de variedades vegetales protegidos legalmente o similarmente confundibles con uno protegido legalmente. La pena consiste en prisión de cuatro a ocho años y multa de 26.6 a 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Es decir que 24 si una empresa encuentra semillas transgénicas patentadas o incluso semejantes en su aspecto en un predio de un agricultor que no haya pagado las correspondientes regalías por su uso, puede ser judicializado y penalizado. (p476. ) Según datos de AgroBio, en el año 2009 existían 35.700 hectáreas (HA) con cultivos transgénicos en 10 departamentos del país. El maíz se cultiva principalmente en el Valle (7.801 HA), en Córdoba (4.042 HA) y en el Meta (3.138 HA). El algodón transgénico, por otro lado, está presente en Córdoba (10.186 HA), Tolima (4.088 HA), Cesar (3.799 HA) y Huila (801 HA). El tipo de semillas usadas son llamadas “Stacked” o de “eventos combinados” y se refiere a las dos características genéticamente insertadas, la herbicida y la insecticida. En el año 2011 aumentó el área de cultivos transgénicos así cómo el número de departamentos que usan esta tecnología. En el caso del maíz, como publica el Diario El Espectador “En alza adopción de productos genéticamente modificados en el país” (2012) el incremento fue del 52%, mientras que en el algodón el incremento fue del 31%. Los departamentos más representativos que incursionaron en el cultivo fueron Antioquia, Cundinamarca, Caldas, Santander y Vichada. En el 2009 el ICA aprobó el cultivo de un nuevo producto genéticamente modificado: las rosas y los crisantemos de color azul que hoy se cultivan de forma experimental. Según María Andrea Uscátegui, Directora de AgroBio, (Revista Cambio, 2012): Colombia ocupa actualmente el puesto 16 entre los 25 países productores de transgénicos en el mundo.4 1.2 Controversias alrededor de la transnacional Monsanto Las seis empresas más importantes en el manejo y comercialización de transgénicos son: Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer, Dow y Basf. Además de las innovaciones en el campo de la ingeniería genética, 4 http://www.cambio.com.co/economiacambio/866/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-7894327.html. Recuperado el 6 de abril de 2012 a las 11:40 am. 25 estás empresas han sido las responsables del avance y la extensión de la mercantilización alimentaria, a través del uso del llamado “paquete tecnológico” que incluye agrotóxicos (herbicidas, insecticidas), fertilizantes, químicos, maquinarias y las semillas manipuladas genéticamente. Según el reporte del 2010 de la organización Amigos de la Tierra (FOEI por sus siglas en inglés), éstas empresas pasaron de reportar beneficios netos de 948 millones de dólares en 2007, a 2.960 millones en el año 2010. Esto se debe a la ganancia doble proveniente de las semillas patentadas (que cuestan entre dos y cuatro veces más que las semillas no manipuladas genéticamente) y a los agrotóxicos especiales que se necesitan para proteger las cosechas. Este es el caso del “RounUp”, un herbicida que se ha convertido en uno de los productos más comercialmente exitosos de la compañía Monsanto y de las semillas “RoundUp Ready”, resistentes a la aplicación del herbicida de la misma compañía. Monsanto ha sido una empresa controversial desde sus inicios en 1901. Entre sus productos más infames está el “Agente Naranja” (usado como arma química durante la Guerra de Vietnam), el aspartame (edulcorante cuestionado por sus efectos en la salud humana), y el PCB, un aislante para trasformadores que se popularizó en la década de los 30‟s, sobre el que más tarde se demostró que causa cáncer y otros problemas de salud en las personas. Monsanto y las empresas afines en Latinoamérica, no han estado exentas de casos de escándalo y controversias. Estos son algunos de ellos: 1.3 El Caso Soja Round Up Ready en Argentina. En octubre de 2011, el profesor Andrés Carrasco, cabeza del Laboratorio Molecular Embriológico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y científico jefe del Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología de Argentina (CONICET), presentó el resultado de sus investigaciones acerca del glifosato, componente de los herbicidas Round Up, usados en las plantaciones de soja en Argentina. El estudio respaldó la veracidad de los casos de malformaciones y aumento de cáncer en la zona donde se introdujo este cultivo. 26 El caso llegó hasta el gobierno alemán, encargado de la revisión y aprobación del glifosato ante la UE y a la organización Earth Open Source. Robinson (2011) que “publicó un reporte hecho por un grupo de científicos internacionales, „Roundup and birth defects: Is the public being kept in the dark?‟ (Roundup y defectos de nacimiento: ¿está siendo el público mantenido en la oscuridad?), el cual examinó la documentación de la aprobación original para el glifosato, y encontró que los estudios de la misma industria desde por lo menos la década de los 80- 90 (incluyendo algunos comisionados por Monsanto), mostraban que el glifosato causaba defectos de nacimiento en animales de laboratorio, específicamente conejos y ratas (párrafo 7. ). 1.4 El caso de Guatemala y la ayuda alimentaria. La crisis de seguridad alimentaria en Guatemala, causada por una economía débil y por los cambios climáticos que sufrió en el 2010, llevaron a este país mesoamericano a recibir ayudas alimentarias (en su mayoría granos y harinas de soja y maíz) provenientes de Estados Unidos y del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Sin embargo, un estudio realizado por organizaciones de la Alianza Mesoamericana en defensa de la biodiversidad, alerta sobre la presencia de transgénicos en la ayuda alimentaria, Informe anual Amigos de la Tierra Internacional (2011): en las muestras analizadas de las harinas distribuidas por el PMA se encontraron las variedades de maíz transgénico GA21 (Syngenta),84 NK603 (Roundup Ready de Monsanto), Herculex (una variedad Bt de Du Pont), Bt11 (Syngenta), así como soja Roundup Ready.85 También se confirmó la presencia de Maíz Starlink (Aventis) en el maíz en grano distribuido por el PMA. En EEUU el Starlink sólo fue aprobado para consumo animal debido a que puede provocar reacciones alérgicas. (párrafo 5.) Este caso de ayuda alimentaria en países pobres es un claro ejemplo del tipo de contribuciones que hacen estas empresas a través de programas de lucha contra el hambre como “Alimentar el Futuro”, iniciativa del gobierno norteamericano bajo el programa USAID. 1.5 El súper salmón Chileno. Actualmente existe otro caso llamativo de producción transgénica en alimentos, el salmón o súper salmón chileno. La propiedad de este pez es que tiene la habilidad de sobrevivir con un tercio del alimento 27 que consume un salmón biológicamente normal y de crecer de manera acelerada hasta duplicar el tamaño de un pez que crece de manera natural. Marisol Álvarez y Marcelo Campos, del Departamento de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca, explicaron al portal digital Tierramérica que la creación del polémico salmón comenzó hace 20 años. Gonzalez,G (s.f.)“Los genes sensitivos al frío fueron removidos del ADN de esos peces y depositados en un gen control para observar su crecimiento. El gen de crecimiento utilizado fue el de un salmón del Atlántico” (párrafo 3) señalaron. Agregan Álvarez y Campos que el proceso para encontrar las proteínas necesarias a insertar en el salmón se realizó de la siguiente manera, “Un científico canadiense congeló entonces un estanque con diversos tipos de peces, muriendo todos ellos, con excepción de las platijas (pez plano), que producen proteínas anticongelantes”. La inserción de ese material genético en huevas de salmón “permitió desarrollar un pez que, cuando las aguas se tornan más frías y oscuras, produce en su hígado hormonas que le permiten mantener el ritmo de su metabolismo y seguir creciendo aceleradamente”. (párrafo 5) Aunque se genera un ahorro económico en la producción, hasta un 25% menos de alimento para peces, se reconoce un descentralizado proceso productivo que no genera beneficios económicos reales para la sociedad chilena. Por ejemplo: Gonzalez, G. (s.f.) “Aqua Bounty, empresa con base en Waltham (Massachusset, EE.UU.) produce las ovas5 de salmón transgénico en la isla de Prince Edward, Canadá, mientras que su crianza y engorde se efectúa en Panamá”. (párrafo 8) La Agencia de Noticias Adital (2010) publica en el artículo “Compañía creadora del salmón transgénico comienza en Chile promoción de su espécimen”: La Academia Americana de Medicina Ambiental ha señalado que los alimentos genéticamente modificados presentan riesgos para la salud de los consumidores. Ellos van desde cuadros alérgicos, envejecimiento prematuro y disfuncionalidades que afectan al sistema inmunológico. Dado que es frecuente que se demuestre tardíamente efectos nocivos o secundarios de drogas o productos alimentarios destinados al consumo humano, para las organizaciones ciudadanas y de 5 Óvulo de pez fecundado y viable 28 consumidores es clave demandar una estricta aplicación del principio precautorio y del derecho a acceder a información gubernamental e industrial relevante.(Párrafo 8 ). Otro problema que no permite la difusión y apropiación social de este tipo de prácticas, en el caso del súper salmón chileno, es que La Agencia de Alimentos y Medicamentos FDA (Food and Drug Administration), agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales) ha permitido que la empresa Aqua Bounty mantenga los antecedentes de las prácticas de modificación genética como “secreto industrial y comercial”6. 1.6 Hormona bovina para alta producción de leche en Florida. En Estados Unidos, específicamente en el estado de Florida, la producción de leche se afectó por un nuevo producto lanzado al mercado por la multinacional Monsanto. Una hormona que inyectada en la parte trasera de los bovinos aumenta la producción de leche. Este era su eslogan: “Es un buen momento para ser una vaca de gran producción” Posilac one-step la somatropina bovina DE Monsanto. MÁS LECHE, MÁS DINERO. Posilac es el nuevo producto más probado de la historia que ya está disponible para su uso de modo que pueda aumentar sus beneficios. La cadena televisiva FOX designó a dos de sus periodistas para realizar un programa de investigación que saldría al aire cada viernes en la noche. Los periodistas reunieron pruebas para demostrar el daño que generaba la hormona en los animales y a los consumidores finales. La hormona generaba mastitis en las vacas, una infección que inflama las ubres e impedía la salida de la leche sin irritar. La irritación genera pus que queda en la leche que es comercializada, además varios informes demostraron que al ser absorbida por el cuerpo humano la hormona puede provocar efectos adversos para la salud. 6 Tomado de: http://www.biodiversidadla.org/Menu_Derecha/Prensa/Compania_creadora_del_salmon_transgenico_comienza_en_Chile_promocion_de_su_esp ecimen 29 Cuando los periodistas mostraron a su jefe directo el producto final del documental investigativo sobre la hormona bovina somatropina, no recibieron respuesta. Pasadas unas cuantas semanas fueron llamados para conocer una carta enviada por la abogada de la multinacional Monsanto, en ella se aseguraba que el documental estaba plagado de mentiras y que debían retirarlo y comprobar la historia. La semana siguiente recibieron otra carta con frases más fuertes que aseguraban que la transmisión del programa traería pésimas consecuencias para FOX NEWS. Tras esta alarma, FOX NEWS entró en pánico por el temor a ser demandada y perder el dinero que invertía Monsanto en los 22 canales de televisión con los que contaba Rupert Murdock, propietario de la Fox. Aunque modificaron la historia 82 veces, tal como pretendían los abogados de Monsanto, nada fue suficiente, por lo que Fox optó por no transmitir la historia y silenciar las voces de los periodistas con dinero. Tras la oposición de estos últimos por considerar esta solicitud algo ilegal: callar información pertinente para el público, fueron despedidos por FOX NEWS. Dos años después y tras cinco semanas de testimonio, el veredicto del jurado y una indemnización de 425.000 euros, determinó que la historia que FOX pretendía mostrar era falsa y engañosa. FOX apeló la decisión. Esta vez contaba con el apoyo de varios canales y el tribunal falló a favor de Fox NEWS. Es importante informar que Canadá y Europa mantienen la prohibición de la hormona rbgh y su información permanece oculta al consumidor de leche de Estados Unidos. 1.7 El Round-up en Colombia. El agente naranja. Este fue el apodo que se le dio a un herbicida creado por Monsanto llamado Roundup. Este herbicida contiene unas partículas llamadas dioxinas que son altamente tóxicas para el medio ambiente y para los seres humanos. Monsanto alega que este herbicida es biodegradable, ya que algunos de sus componentes se vuelven inactivos al contacto con el suelo o el agua, y que son las hojas las que 30 absorben el producto más no las raíces, por esta razón no tendría por qué ser un problema para los humanos o el ambiente. Este herbicida adquiere su nombre cuando en Vietnam el ejército de Estados Unidos vierte su contenido en las selvas para deforestarlas. Algunos miembros del ejército estadounidense han demandado a Monsanto tras haber presentado enfermedades en la piel y en algunos casos, cáncer. Incluso hoy en día, varios documentales como “El mundo según Monsanto” aseguran la población vietnamita sufre efectos negativos en la salud e incluso enfermedades genéticas. Hacemos referencia a estos hechos para referirnos a Colombia. Agente naranja: principal componente el glifosato. El glifosato, según la página web de la Presidencia de la República de Colombia, aún es usado y no solo con el fin de erradicar cultivos de coca y amapola. También es usado con fines agrícolas comunes ya que, se afirma en la web: “El herbicida glifosato utilizado en Colombia para la fumigación de cultivos ilícitos de coca y amapola, no afecta la salud humana, el medio ambiente, ni a los animales, como si lo hacen la deforestación y la quema indiscriminada de bosques.” Ese fue el concepto presentado en abril de 2005 por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), División de la Organización de Estados Americanos (OEA), en respuesta a la solicitud formulada por los gobiernos de Colombia, Estados Unidos y Reino Unido, sobre el riesgo que podría representar el uso de dicho producto. Aunque goza de amplia confiabilidad por la comunidad internacional, valdría la pena un nuevo estudio que demuestre los efectos del herbicida glifosato en el medio ambiente así como en la salud humana y animal. CAPITULO 2 Una Aproximación Metodológica al Estudio de la Información sobre los Alimentos Transgénicos. 31 El presente capítulo tiene como propósito fundamental proponer un modelo de análisis en torno a la forma cómo algunos medios impresos abordan el problema de esta investigación: Percepeciones y debate sobre los alimentos transgénicos en Colombia. Resulta pertinente hacer seguimiento al proceso informativo de algunos medios de comunicación, porque los impactos positivos o negativos que pueden tener estos alimentos, son de interés general, por lo tanto los procesos informativos afectan directamente la formación de opinión pública. Tomamos como referencia analítica el concepto de esfera pública construido por Jurgën Habermas, filosofo alemán, porque resulta útil para comprender y confrontar la importancia que dan los medios de comunicación impresos a los temas considerados de interés público, y que tienen repercusiones en la vida de la sociedad. Por otra parte, consideramos importante este concepto porque permite reflexionar sobre las posibilidades de espacios de deliberación y de debate creados por estos medios de comunicación, a partir de la calidad de los datos y del tratamiento de los temas, específicamente del tema que nos ocupa. El concepto de esfera pública se considera una de las renovaciones teóricas democráticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. La comunicación como escenario que posibilita a las personas la capacidad para reflexionar sobre ellos mismos y sobre las prácticas y decisiones del Estado, tiene como principio el uso público de la razón contra el uso privado de la razón. En el contexto de los alimentos transgénicos, y a partir del análisis de las piezas informativas de los medios de comunicación impresos: diario El Tiempo y la revista Semana, se considera necesario afirmar que la información que reciben los ciudadanos no es analizada de manera reflexiva, de tal manera que puedan precisamente hacer uso público de la razón. Consideramos que el tema de la alimentación debería estar en los principales lugares de las agendas mediáticas, ya que los productos alimenticios tienen un impacto directo en el estilo y la calidad de vida de 32 los seres humanos. Sin embargo, las decisiones que toman los gobiernos sobre este tema, no son consultadas al ciudadano, y los medios tampoco invitan a la deliberación. La información que tiene el ciudadano del común, es a nuestro juicio precaria, pues las decisiones políticas al respeto han ignorado la participación ciudadana. Con el concepto de esfera pública encontramos una oportunidad de reflexión acerca de las necesidades de vincular a la sociedad civil, expresada en grupos, movimientos, y asociaciones, que aporten argumentos para la construcción de políticas públicas en temas alimentarios. La posibilidad de contar con ciudadanos ilustrados permite sujetos capaces de comprender lo que les afecta. Para nuestro análisis, los ciudadanos serían conocedores de los componentes de los alimentos transgénicos, saber que los haría capaces de participar en los procesos de decisión y elección racional de los alimentos que consumen. Al respecto es necesario aclarar que no siempre el consumo de alimentos es una decisión racional, muchas veces es más una decisión de carácter emocional. La razón debe ser manejada no solamente por aquellos que la utilizan en su forma pura, en este caso los científicos. Si la razón pública debe ser parte de la vida cotidiana de todos los ciudadanos, la razón pública de la salud, cuando hablamos de los alimentos, no es un tema que atañe solo a los médicos, o a los profesionales en alimentos, sino a todos los ciudadanos. Cuando hablamos del uso público, nos referimos a asuntos que son públicos. Hablar de la calidad de los alimentos, es un tema que no es privado, por eso debe ser de conocimiento público. La perspectiva del uso público de la razón, parte de afirmar que la razón debe ser pública. El tema de los alimentos en salud pública es tratado de manera muy científica, por lo que consideramos que la sociedad en general debería hacer uso público del mismo. La información de la etiqueta es por lo general especializada, lo que impide al consumidor conocer los componentes del producto, y cuando se produce un efecto en la salud del consumidor, deja de ser un asunto privado para convertirse en un asunto público, pertinente para tratar en el concepto de la esfera pública. 33 Con el uso público de la razón una persona ilustrada se convierte en ciudadano del mundo, es decir en una persona que es capaz de comprender las consecuencias del uso de alimentos transgénicos, una persona informada, un conocedor de un tema que no solamente lo afecta a él sino a todos los ciudadanos. Cuando hablamos de políticas, nos referimos también a las decisiones públicas que toman los gobernantes que afectan a la sociedad. Un elemento central del concepto manejado por Habermas, es la idea de la ampliación del dominio público. Para Habermas, la desacralización de la política significa la posibilidad de someter a la discusión pública problemas tratados anteriormente a través de monopolios interpretativos dictados por macroinstituciones como la Iglesia Católica. En el caso que nos ocupa se refiere a las corporaciones que producen alimentos. Nos referiremos a Monsanto como la corporación que presenta discusiones con interpretaciones que la sociedad asume como verdaderas sin que sean discutidas en el escenario público. Se convierte así en una corporación que no se cuestiona. La empresa invierte un gran capital en publicidad que es difundida a través de los medios de comunicación. Esto genera presión en las altas esferas y previene la posibilidad de cambios de visión o de ideología sobre lo que la empresa plantea. Al tener la sociedad en los medios de comunicación una fuente confiable sobre el tema, no se generan debates sobre la creación y comercialización, ni sobre las consecuencias del consumo de alimentos genéticamente modificados. Es claro y definitivo que no se establece una condición de igualdad entre la sociedad y la corporación, por lo que surge la siguiente pregunta ¿quién vigila la producción de alimentos transgénicos? Para al análisis de medios nos apoyamos en los principios de la teoría de la acción comunicativa de Habermas que explica los parámetros ideales que deben existir entre la sociedad y las corporaciones, cuyo análisis pone en evidencia el cumplimiento o no de los siguientes parámetros: Exigencia de verdad preposicional: Se parte del principio de que lo que se dice es verdad. 34 Exigencias normativas: Que lo que se diga esté sujeto a las leyes y a las normas. Relaciones de sinceridad: Esto es un asunto de dilema ético, por ejemplo, advertir que los alimentos que se van a consumir presentan algún tipo de riesgo para la salud humana, para el medio ambiente, para la economía, y en general para la sociedad en el corto, mediano o largo plazo. Habermas privilegia las formas universales de ciudadanía como medio para reintroducir los temas de solidaridad y comunidad. El tema de los alimentos transgénicos se convierte en universal, cuando un ciudadano se ilustra sobre el tema, se preocupa y se convierte en un ciudadano sensible y solidario. Los medios de comunicación, a su vez, cumplen una labor comunicativa institucional. Los ciudadanos interpretan la naturaleza de lo planteado por los medios y la interiorizan para sí mismos, la información cumple así el ciclo de ser regulada por las normas sociales, que son ampliamente aceptadas e interiorizadas para formar un sistema social. 2.1 Aproximación metodológica En el uso de las matrices para el análisis periodístico de los medios de comunicación escrito, encontramos que la acción comunicativa, definida como el intercambio simbólico de discursos, de construcción de identidades y de formas de representación colectiva, está presente en los conceptos utilizados y en el lenguaje aplicado. Para ello, decidimos enfocarnos en la prensa y más específicamente en el diario El Tiempo y la Revista Semana, íconos del periodismo escrito colombiano, porque los dos tienen gran influencia en la opinión pública del país. Las muestras seleccionadas para el análisis son del período 2005 al año corriente. Son 16 piezas periodísticas en total; nueve del diario El Tiempo y siete de la Revista Semana. 35 Las matrices que utilizamos para el análisis de los medios fueron propuestas en la cátedra de periodismo de la Pontificia Universidad Javeriana, por el profesor Mario Morales, quien las aplica en el análisis en observatorios de medios. El profesor Morales (comunicación personal, Mayo, 2012) define las matrices como acercamientos metodológicos para analizar contenidos, que permiten profundizar en las teorías contemporáneas del periodismo, ya que tienen una metodología de análisis clara. Afirma que “en esas teorías contemporáneas encontramos elementos que se reiteraban, tanto en la agenda setting en el framing, como en el newsmaking, el gatekeeping, en la sociología de las noticias, y la teoría de los atributos de la información”, así que las teorías brindaron los insumos para medir la calidad periodística a partir de una mirada analítica periodística. Los conceptos que articulan la matriz surgen de estándares básicos como pertinencia, prominencia, actualidad, los cuales entregan los elementos para analizar la labor del periodista que cubre el tema en el medio. Esto nos permite formular la pregunta básica que se surge del análisis, ¿realmente hay verificación de información? Para responderla fue necesario verificar aspectos como: categorías, autoría y manejo de fuentes. Al trabajar las matrices encontramos estándares que clasifican las categorías. Los estándares son incluyentes y excluyentes, ¿para qué su uso? Morales ejemplifica (comunicación personal, Mayo, 2012): “un periodista consulta una fuente o dos, pero no puede decir una o dos, por la propia construcción del elemento. Es connatural decir que son excluyentes porque la respuesta es una sola, no puede ser o la una o la otra”. La otra razón por la cual existen estos estándares, es porque se busca una respuesta estadística y así una pregunta presente varias respuestas la cuantificación es la que permite lograr claridad. Escogimos este periodo (2005 – 2012) porque buscábamos información reciente, y porque al realizar la investigación de contexto, pudimos capturar la manera en la que la prensa informó a los ciudadanos sobre las decisiones críticas que el gobierno tomó respecto a la normatividad del ingreso de los OGM y a las licencias de las multinacionales dueñas de las semillas y la tecnología. 36 Recordemos que en el 2005 se permitió la entrada al país de las primeras semillas transgénicas de maíz, propiedad de la multinacional Monsanto. Ese mismo año el Grupo Semillas denunció las irregularidades en la tramitación de la licencia ambiental necesaria para la introducción de las semillas de la empresa estadounidense. El gobierno respondió con el Decreto 4525 de 2005, que eximió a Monsanto y a cualquiera de sus empresas afines del trámite de la licencia ambiental. Desde ese año se han presentado diversas confrontaciones entre las multinacionales, la ley colombiana y los agricultores. Demandas por publicidad engañosa, legislación de patentes para las semillas (2006) y resultados desfavorables de experimentos como el de los algodoneros de Córdoba (2008), son algunos de los puntos críticos de la historia de los alimentos transgénicos en Colombia. Puntos críticos que se deberían traducir en una línea de tiempo en noticias, entrevistas, reportajes y crónicas. La monitoria de medios nos permitió analizar qué, cuánto y de qué manera se informó a la opinión pública acerca del tema en cuestión, y evaluar lo que ha sido el papel de los medios de comunicación en la construcción de conocimiento y en el debate alrededor de un asunto que involucra a la ciencia, la economía, la política y, por supuesto a la sociedad. Aunque la metodología pareciera más de carácter cuantitativo que cualitativo, un elemento importante que resulta del análisis, está relacionado con la calidad de la información, sí por calidad de información no entendemos solamente abundancia de datos, sino también eficacia de la información y del análisis para propiciar potenciales escenarios de deliberación pública y debate. Así expuesto, el espíritu de este trabajo es también realizar seguimiento a los medios, con el propósito de pensar que las informaciones que divulgan sobre el tema, susciten debates en ámbitos especializados en salud pública de tipo académico o administrativo y deliberaciones en la sociedad en general. 37 2.2 Análisis de las Piezas Periodísticas Encontradas en la Revista SEMANA 1 Desgranando la mazorca (Marzo 2005). Este artículo analiza el TLC con Estados Unidos, enfocándose en la importancia del maíz como ficha clave de las negociaciones y pilar de la seguridad nacional y alimentaria del país. Es el primer artículo de la muestra realizada a la Revista Semana, donde se nombra el tema de alimentos transgénicos en la sección de Economía y no en la de Ambiente o Vida Moderna. Además, la referencia al tema es corta y solamente informativa, lo que deja al lector a la suerte en cuanto a entender la relación que existe entre los alimentos modificados genéticamente y el desarrollo de la economía agraria. De hecho, sólo se hace esta corta mención al tema porque Colombia es uno de los países que importa maíz norteamericano, en su mayoría transgénico. Otros países como Japón y algunos de la Unión Europea han cerrado las puertas al comercio de estos productos, precisamente por esta razón. Además de la novedad en cuanto al enfoque de la información, también está la visión de productos importados, ya que los alimentos transgénicos no son producidos en el país: este es el caso del maíz. Según datos de las fuentes de este articulo (dos investigaciones, una del Ministerio de Agricultura y otra del exterior), el 80% del maíz que importaba Colombia en el año 2005 era de origen estadounidense. Hoy en día, según datos de la organización Grupo Semillas, alcanza el 85%. La entrada de este tipo de productos al país no tiene ningún tipo de control sanitario distinto al que hacen las empresas que lo importan, y al momento de entrar a los mercados, no existe legislación alguna que exija el etiquetado de alimentos. Es decir, el consumidor no es advertido sobre el origen del maíz con el que se elaboran muchos de los productos que se consumen habitualmente en Colombia, que hacen parte de la dieta de la mayoría de los colombianos. Este artículo es un claro reflejo de la poca seriedad y profundidad que se le ha dado al tema de los transgénicos. La única fuente identificada en el texto, es el Ministerio de Agricultura, entidad que, a través del estudio “La agricultura colombiana frente al TLC con Estados Unidos”, pinta un panorama devastador 38 para los maiceros colombianos, y anuncia que quedarán en clara desventaja frente a las ayudas del gobierno gringo a sus agricultores, sumado a los inexistentes aranceles que Estado Unidos exige a Colombia como parte del tratado. Lo que no se dice es que, además de las obvias desventajas económicas, la introducción del maíz transgénico tiene riesgos que todavía no han sido analizados por expertos del país y mucho menos consultados con el resto de la sociedad (lo que está estipulado en el Protocolo de Cartagena, en su artículo 23). Más aún, hasta hoy en día, con el Tratado de Libre Comercio recién aprobado por el gobierno estadounidense a finales del 2011, la opinión pública no ha sido informada acerca del origen del maíz que entrará al país y tampoco se han tomado las medidas cautelares para asegurar que este alimento no tenga efectos en la salud de los consumidores. 2 Primero el Campo (Junio 2005). Este artículo hace parte de una edición especial de la Revista Semana que conmemora la historia de Colombia, sus tradiciones, sus regiones y su gente. Es un recuento de la historia campesina desde el siglo XVII y de los procesos sistemáticos de desplazamiento vividos por los campesinos. El autor (un antropólogo e investigador de la FAO) usa fuentes documentales y académicas lo que se refleja en el estilo del artículo, muy preciso en fechas y cifras, sin embargo, hace poco uso de la voz directa de los implicados, de hecho no hay entrevistas a campesinos en todo el artículo, lo que lo hace más cercano a un texto académico que a uno periodístico. A pesar de ello, el artículo es uno de los más completos y claros en lo que al tema se refiere. Comienza refiriéndose a la Revolución Verde como el inicio del cambio de las prácticas agrarias de los campesinos, a partir de la introducción de las maquinarias y los agroquímicos en los años 70. También es el artículo más completo en cuanto a fotos e infografía. Presenta un total de cuatro fotos, dos de las cuales hacen referencia al programa de asistencia técnica al campesinado a través de lo que se 39 llamó el programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI), el cual “a través del sistema de créditos subsidiados y de asistencia técnica, indujo a una creciente proporción de campesinos a sustituir sus cultivos tradicionales por una canasta reducida de productos orientada hacia los mercados”, dice el texto, y es esta situación precisamente la que se perpetúa hoy en día con mayor presión por parte de las multinacionales semilleras, que convencen a los campesinos de comprar sus semillas transgénicas argumentando además de beneficios técnicos, la oportunidad de hacer parte del mercado de los productos con mayor demanda (maíz y algodón). Lo que en realidad sucede es que los campesinos terminan perdiendo frente a las multinacionales, frente a los grandes propietarios y frente a los monocultivos, pues el costo de producción resulta mayor y el uso de mano de obra campesina (que en la mayoría de los casos está conformada por familias) se vuelve inútil. Todo lo anterior se traduce (en el mejor de los casos) en migración del campo a la ciudad en búsqueda de oportunidades, lo que ha conllevado a dejar el campo en manos de unos pocos que poseen miles de hectáreas o la tecnología (o ambas). Esta situación está claramente explicada en el artículo, una mirada crítica frente a la modernización del campo y una advertencia a lo que podría pasar si se dejan de lado las prácticas campesinas tradicionales. El escenario alarmante que predice el autor se resume fácilmente en: pérdida del patrimonio biológico, extinción del pequeño y mediano campesino y monopolio del campo y del mercado de alimentos por parte de las multinacionales. “Los sistemas de patentes con los que se está implantando la biotecnología y que forman parte de estos marcos, apuntan a asegurar y ampliar los mercados para las transnacionales”. Esta crítica fue hecha por Semana en un momento oportuno, pues fue precisamente en ese año (2005), el momento en el que el gobierno permitió el cultivo de maíz Bt, obviando toda la reglamentación de bioseguridad estipulada en el Protocolo de Cartagena (2001), a través del Decreto 4525 de 2005, que 40 marcó la entrada al país de las multinacionales semilleras como Monsanto, Syngenta y DuPont. En ese momento de la historia, los primeros en reaccionar fueron los grupos campesinos y medio ambientales como el Grupo Semillas, que interpuso una demanda al Decreto. Si bien tocar el tema del campo y del eterno destierro de sus campesinos era pertinente dado el momento histórico en lo que a alimentos transgénicos de refiere, el artículo no habla del Decreto 4525, como tampoco habla de la llegada de las primeras semillas de maíz transgénico al mercado. 3 “No veo nada de malo en la clonación” (Agosto 2008) Esta es una entrevista a un “divulgador científico” llamado Matt Ridley, escritor del best seller “Genoma: la autobiografía de una especie en 23 capítulos”. La tesis de este científico es que los genes y el ambiente están directamente relacionados, es decir, el ambiente modifica nuestros genes con el paso de los años, pues la experiencia y el aprendizaje hacen que estos cambien de acuerdo a las necesidades evolutivas y de supervivencia del hombre. La postura científica de Ridley frente al tema de la importancia de los genes en la naturaleza, hace inevitable que salte a la vista una deducción: si el ambiente modifica los genes, ¿qué pasa cuando se modifican los genes y no el ambiente? ¿Terminará este último afectándose inevitablemente por las modificaciones genéticas que hagamos en los seres vivos que lo habitan? Esta es, en esencia, la verdadera preocupación que está detrás de los transgénicos, como también detrás de la clonación (aunque sean procesos diferentes). De las cinco preguntas que la revista Semana hace al científico, solo una toca el tema de los transgénicos “Cuando el hombre interviene el ADN de otras especies como en el caso de los transgénicos, ¿no altera negativamente el ecosistema global?”. Por la forma como fue planteada, esta pregunta tiene el mismo problema que el resto de la entrevista: está formulada según categorías morales de “malo” y “bueno”, “positivo” o “negativo”. El problema está en que estos temas científicos, que están en nacimiento, en las primeras etapas de su desarrollo, e investigación, no pueden ser analizados bajo categorías de este tipo, porque reducen y limitan 41 el tema a una cuestión más de fe, de bandos, de intereses y no de rigurosidad científica, de hechos y críticas constructivas. Si preguntamos a una fuente científica, si un nuevo alcance científico “es o no es negativo”, es obvio que la respuesta será “no”. Mientras que si se le pregunta el por qué o el cómo, la respuesta tendrá necesariamente que ser más amplia, más informativa, más reveladora y más propicia para generar debate y diálogo, que es lo que un género como la entrevista busca lograr. Se destaca el uso innecesario de adjetivos en el artículo al presentar al científico, por ejemplo “atento” y “riguroso” son calificativos que un periodista no puede comprobar con una sola entrevista, además, por más que el prefacio del libro de Ridley lo diga, la revista no está para alagar el trabajo del científico, sino para mantener una actitud crítica frente a éste, más allá del prestigio que tenga por su libro o por sus aportes a la ciencia y a la comunidad científica. En cuanto a la respuesta dada sobre el tema de los alimentos transgénicos, el entrevistado afirma que “constituyen una enorme oportunidad para beneficiar a la especie humana y al ecosistema planetario”, y como ejemplos pone al arroz enriquecido con vitamina A (también llamado arroz dorado), que ha prevenido casos de ceguera por malnutrición a niños del Tercer Mundo y el algodón Bt que tiene un insecticida propio, que es eficiente contra las plagas pero respetuoso de la vida de otros insectos. Esta respuesta promocional no responde estrictamente a la pregunta del periodista y sin embargo, no hay una contrapregunta que ponga al entrevistado en cuestión frente a las críticas, las dudas y las fallas de este tipo de tecnología. Parecería entonces que el autor de esta entrevista no estaba lo suficientemente preparado en el tema como para contraargumentar algunas de las vagas y promocionales respuestas de Matt Ridley, por lo que actúa no como periodista, sino como “divulgador científico”. El periodismo tiene que mirar a los ojos y de frente, más aún en cuestión de política y de ciencia, dos temáticas en las cuales la ignorancia o la simple 42 intimidación hacen perder fuerza a nuestro trabajo y nos reduce a meras cajas de resonancia o a promotores de ideas sin crítica ni postura. De esta entrevista queremos rescatar una de las últimas frases del científico, pues a nuestro modo de ver la responsabilidad del periodismo es poner en cuestión la imposición férrea de una idea, que, es también la razón de ser del periodismo científico, además de la razón por la cual decidimos realizar nuestra tesis de grado sobre un tema como éste: “Soy un optimista porque siempre hemos usado la nueva tecnología para mejorar la vida de la gente antes que para herirla”. Concebir la ciencia como salvadora y aseguradora suprema del progreso y la felicidad del hombre, es una mirada que se ha instalado en nuestra mente desde la Revolución Industrial, y en general durante toda la Edad Moderna, que va de la mano del modelo económico capitalista. Sin embargo, no siempre el bien general ha sido prioridad para la ciencia, pues el conocimiento y la tecnología son elementos neutrales, es decir con ellos se puede hacer lo que sea, privilegiar a algunos, perjudicar a otros. El problema está en que quienes manejan tal conocimiento son humanos y no siempre abogan por lo que dicen defender. Los intereses privados y ocultos de las agendas corporativas o gubernamentales están resguardados bajo el manto optimista de la ciencia y el “avance científico”. Es por eso que es labor del periodismo vigilar tales “avances” y realizar las investigaciones (y en este caso, las preguntas) necesarias para comprobar la coherencia entre lo que se dice que es y lo que realmente es. 4 “Fábrica de genes” (Abril 2006) Este es un reportaje de la sección “Ciencia” de la Revista Semana. El título no es coherente con todo el texto, pues cuando habla de semillas o alimentos transgénicos no trata de genes creados en laboratorio, como lo hace creer erróneamente el título, sino de transferencia de genes naturales que se encuentran en cualquier organismo vivo, ya sea bacteria, planta o animal. El lead tampoco es coherente con el resto del texto, ya que propone una información que más adelante no se retoma: “Colombia progresa en la 43 investigación”. Esto no sólo es una falla periodística sino un error, una mentira, pues las investigaciones que se han hecho sobre transgénicos vienen de otros países. Precisamente este es el reclamo de muchas organizaciones de agricultores y ambientalistas entrevistados en nuestro trabajo, los cuales exigen que se realicen investigaciones y estudios más a fondo sobre los efectos de los OGM en el país. El texto está parcializado en favor del uso de esta tecnología, lo que se refleja en frases como: “es la industria más prometedora”, “ha tenido impresionantes desarrollos”, “contribuye con mejores características nutricionales”, “es una manera más efectiva de erradicar las plagas”. Durante cinco años a través del estudio del periodismo hemos aprendido que el periodista, cuando se trata de géneros informativos como el reportaje, no debe engañar al lector haciendo creer que su opinión es información. Además, adjetivos como “impresionante”, “efectivo” o “mejor” sobran cuando los hechos hablan por sí solos. A través de cifras o de testimonios se informa más y se deja a decisión del público receptor (como debe ser) las conclusiones del asunto o tema tratado. Es por eso que frases encontradas en el reportaje como “Es cierto que desde cuando fueron introducidos, en 1996, los cultivos transgénicos han mejorado las ganancias y reducido los costos de quienes los siembran” no tienen valor periodístico, pues si no están respaldadas por una fuente pierden autoridad ante el lector, quien sospecha sobre la parcialidad informativa del producto periodístico. Otra forma de comprobar que el autor del artículo está parcializado hacia el uso de las tecnologías transgénicas, es que sus críticas son inmediatamente contra argumentadas por la fuente oficial consultada, es decir, cuestiona el uso de semillas transgénicas por su efecto en el ambiente y en cambio de ahondar en el tema con la ayuda de otras fuentes “objetivas”, se cita a Harvey Glick, Director de Asuntos Científicos de la Corporación Monsanto, por lo que se le da doble espacio a la voz de las multinacionales dentro del texto. El reportaje aborda el tema de la salud como uno más de los “miedos a los transgénicos”, sin profundizar, ni dar la voz a una fuente médica especializada. Concluye con la afirmación: “Pero lo cierto 44 es que la probabilidad de que un organismo genéticamente modificado -como el maíz Bt- genere este tipo de reacción es mínima, pues lo que se modifica es un reducido número de genes que están perfectamente identificados y controlados.”, de nuevo sin informar la fuente de dicha información. La razón de ser dl periodismo científico tiene en la base la conciencia de que la ciencia no es perfecta, y que el periodista no debe ser un simple divulgador de los nuevos descubrimientos científicos, sino que debe, como con cualquier otro tema de interés público, ser vigilante de los interés de la sociedad, cuestionar y debatir a fin de contribuir al mejor entendimiento de un fenómeno, dándole al público una mirada global, incluyente y justa. Es por eso que en este campo, más que en ningún otro, deben sobresalir las cifras, los datos, los hechos, el trabajo de reportería, para que los textos periodísticos hablen por sí solos. El lenguaje debe estar exento de adjetivos innecesarios o reiterativos y de expresiones como “lo cierto es”. Mucho menos el autor debe terminar el texto afirmando que la introducción de los transgénicos es un paso hacia la “dirección correcta”. Por lo demás, el espacio dedicado a las fuentes es desigual, ya que a las únicas dos fuentes de contraste (el teórico Fritjof Capra y el profesor de la Universidad Nacional, Alejandro Chaparro) se les incluye en dos líneas (respectivamente) de un texto de más de 800 palabras. El resto de las fuentes son la Corporación Monsanto e Ingrid Schuler, bióloga de la Universidad Javeriana, cuya voz es utilizada en el reportaje para desestigmatizar la biología genética. Es paradójico que este reportaje (escrito en el año 2006) afirme que “La biotecnología efectivamente incrementa la cantidad de las cosechas. Pero la duda de muchos analistas es que los avances en biotecnología estén realmente orientados a las necesidades de las poblaciones, o si el objetivo sea sólo aumentar las ventas de las grandes compañías multinacionales”. Si se considera que, con la introducción del algodón Bt a los departamentos de Córdoba y Tolima ese mismo año, al gremio de algodoneros le fue mal con el uso las semillas que les vendió Monsanto, pues la cosecha no fue productiva, sino al revés (se 45 desarrollaron solo tres de los cinco capullos de la planta) y fue diezmada por la plagas (a pesar que de decía ser 97% resistente a plaga sodóptera). 5 “Expertos piden que se exija licencia ambiental para siembra de semillas modificadas” (Junio 2010) Esta es una noticia publicada en la sección “Medio Ambiente” de la revista. La noticia gira en torno a la polémica por el Decreto 4525 de 2005 que volvió innecesaria la licencia ambiental para la entrada de OGM a Colombia. Como ya se explicó, este decreto abrió las puertas a multinacionales como Monsanto, Syngenta y DuPont, las más poderosas en temas de semillas transgénicas (entre las tres poseen un 50% del mercado mundial). El decreto es tan polémico porque no contempla estudios y análisis para determinar la inocuidad biológica de las semillas y los alimentos, y se conforma con la homologación de estudios realizados en el exterior y en condiciones diferentes, hechos por las mismas empresas. Esta precisamente es la denuncia que presentan Corantioquia y el Grupo Semillas, dos de las fuentes de este artículo, que representan los intereses de los campesinos, medianos y pequeños, precisamente los que más se ven afectados directamente por la siembra de cultivos transgénicos, ya que, como argumenta Germán Vélez, “no hay garantía científica de que las cultivos transgénicos a través del polen no vayan a crear mutaciones en las plantas criollas”. El pronunciamiento de Corantioquia es un claro reclamo de la sociedad civil al gobierno para exigir más control y protección al campo colombiano frente a un tipo de tecnología foránea e incompatible con los sistemas tradicionales de la agricultura. Como fuente de contraste está la organización internacional promotora de transgénicos AgroBio (asociada con las multinacionales de semillas), que afirma la inutilidad de la licencia y manifiesta que “complicaría el ingreso” y que en Colombia “ya existe el control necesario” para la verificación de las semillas, refiriéndose a los Comités Científicos del Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Salud y Protección Social y del ICA. Si bien el autor de la noticia quiso balancear las fuentes con otra que defendiera el decreto, el Ministerio de Ambiente no le dio respuesta alguna. 46 El artículo es crítico, en cuanto a que ahonda en las razones que tienen las organizaciones campesinas en el país para tener sospechas sobre los verdaderos intereses que se mueven detrás de las cortinas, lo que nos hace preguntarnos ¿quiénes son los más beneficiados de los transgénicos?, ¿pueden coexistir en un mismo espacio los dos tipos de agricultura, es decir, la tradicional y la biogenética? La falta de reglamentación en cuanto a bioseguridad es un tema pertinente en el periodismo, porque pone sobre la mesa un asunto que de otra forma pasa inadvertido por la sociedad, por la indiferencia frente a lo que pasa en el campo, con la tierra y con los campesinos. El acercamiento al tema de los transgénicos ha sido enfocado siempre desde el ángulo de la salud humana, el cual es de gran importancia, pero artículos como éste abren la perspectiva de enfocar la problemática desde el aspecto socio económico, y si bien es tratado como un tema “especial”, por lo que se encuentra en la sección de “Medio Ambiente”, la fuente de la información es nacional. Llama la atención la fecha del artículo (junio de 2010), pues ya habían pasado cinco años desde la promulgación del decreto, de hecho, según la entrevista que realizamos a Germán Vélez, Director del Grupo Semillas, , su organización había ya interpuesto la demanda al decreto en el mismo año en el 2005, año en que se sancionó. Esto demuestra la indiferencia de los medios en Colombia sobre este tipo de temas, pues no hizo parte de la agenda mediática en ese año, y por lo tanto no generó el debate ni la discusión que permitiría incluir a la ciudadanía en la reglamentación de un tema tan delicado como es la alimentación y el campo, ni se trató con la importancia que tiene. La información está enriquecida con infografías, tablas y gráficos que muestran la expansión de los cultivos transgénicos en el país, y también se hace un recuento de los problemas que se han presentado en algunos países de Latinoamérica como México y Chile relacionados con la bioseguridad. Sin embargo, le falta introducir al lector en la existencia del Protocolo de Cartagena, firmado a comienzos del año 2000 y crucial para comprender el hueco legislativo del tema de los transgénicos en Colombia. 47 En el periodismo científico no basta conocer las opiniones de quienes cuestionan una determinada tecnología, sino también el por qué de su punto de vista. Es por eso que el autor debió profundizar en las implicaciones que tiene para los agricultores de Antioquia y para los asociados al Grupo Semillas el que el mercado de las semillas esté siendo monopolizado por las multinacionales. 6 Piden medidas urgentes para evitar futura hambruna mundial (Enero 2011) Este artículo trata sobre los resultados de un estudio realizado por el gobierno británico llamado “Informe Foresight (Previsiones) sobre el Futuro de Alimentos y Agricultura”. La conclusión de este reporte es que la producción de alimentos debe incrementarse en un 40% en los próximos 20 años, ya que la población mundial continuará creciendo hasta alcanzar los 8.300 millones y los recursos seguirán acabándose. Recordemos que ésta preocupación es la que han usado los impulsores de los cultivos transgénicos para justificar ante la opinión pública la introducción de éste tipo de tecnología a los campos. De hecho, el contexto en el que se inscribe el boom tecnológico agrario de la Revolución Verde tiene como principal base teórica las ideas de Malthus sobre la sobre población y la imposibilidad de que la oferta supla la demanda que crece exponencialmente. Esta teoría sigue en vigor hoy en día, como se constata por éste y otros artículos de la muestra de medios. Sin embargo, en cambio de cuestionarla confrontándola con otras fuentes (como por ejemplo Amartya Zen, cuya teoría económica desmiente el mito de la sobrepoblación), se presenta como un hecho innegable, como podemos ver en el subtitulo que usa el autor para introducir esta teoría: “Evidencia contundente”. Más de la mitad del texto de más de 800 palabras está dedicado a exponer los resultados del estudio y las posteriores opiniones de quienes lo respaldan y consideran que es un claro mensaje para alertar sobre la necesidad de más alimentos. Solo las últimas dos líneas del artículo da voz a la única fuente de contraste, el presidente del Foro sobre Bioseguridad y Soberanía Alimentaria, quien acusa al estudio 48 británico de promover los intereses de las multinacionales de semillas transgénicas: “Claramente este es un estratagema para promover los cultivos de alimentos genéticamente modificados. Ese es el único motivo que veo detrás de este informe”. Esta disposición del espacio para las fuentes de contraste, demuestra una falta de equilibrio en el texto, que deja al lector sin la posibilidad de conocer a profundidad qué es lo que se critica al estudio y lo más importante: el por qué. Es por eso que al artículo le falta información que contribuya a divulgar el debate internacional acerca del tema de los OGM, pues deja como voz principal el estudio oficial de un gobierno se cae en la parcialidad y en la desinformación, más aún cuando la Revista Semana es uno de los pocos medios dedicado al análisis de las noticias. Este artículo, si bien no lo advierten en la revista, viene de una agencia de prensa no identificada. El mismo texto se encuentra en la página de BBC Mundo y en otros portales de noticias no muy conocidos. Si bien esto es muy común en las prácticas periodísticas, también demuestra irresponsabilidad de parte de los medios, al entregar información empaquetada e incompleta que desorienta al lector sobre temas tan importantes como la Soberanía Alimentaria. 7 Próximamente... carne sintética (Julio 2011) Este artículo expone los avances en ingeniería de alimentos por parte de una universidad en Holanda que está apunto de crear el primer pedazo de carne sintético. Fuentes científicas y académicas que respaldan este proyecto, manifiestan no tener prejuicios frente a este tipo de experimentos ya que no son de tipo genético. Se refieren a los alimentos transgénicos aludiendo al “síndrome Monsanto” y a lo prevenido que está el público en temas de ingeniería genética, y recuerdan que en el caso del experimento de la carne, se trataría de “tecnología orgánica” es decir, del proceso natural en que se desarrolla la carne, sólo que controlada por laboratorio. 49 Después de “explicar” el proceso como algo sin ninguna intervención anormal en la naturaleza, el artículo habla de otras posibilidades, como la “carne de diseño” en las perspectivas futuras de la ingeniería de alimentos. Este es otro ejemplo de cómo el periodismo divulga los avances científicos sin ningún tipo de confrontación y sospecha, siguiendo como premisa que cualquier noticia que venga de proyectos con prestigio de la comunidad científica, es para el bien común por lo que la sociedad debe recibirla con confianza. Las tres fuentes usadas por el autor vienen de la misma comunidad científica y sus testimonios son usados para reiterar y ampliar la información. Más allá de la sola información, el mensaje entre líneas es: la ingeniería de alimentos es segura, es beneficiosa y cualquiera que crea lo contrario es un retrogrado, ignorante y miedoso. Al periodismo en Colombia le hace falta formular preguntas sobre ciencia, y más importante aún, le hace falta formular las preguntas correctas, como por ejemplo “¿esta novedad, o este experimento científico a quién beneficia?”, “¿qué aspectos de la vida humana se verán afectados por su introducción en la sociedad?”, sin olvidarse, por supuesto del “cómo” y de traducir el leguaje científico en un lenguaje de uso común que permita una mejor comprensión a los ciudadanos. En éste artículo el autor sólo se preocupa por el cómo de la carne sintética y no hace preguntas sobre la salud humana y sus potenciales implicaciones. Incluso, introduce una visión de futuro donde tanto la industria alimentaria como la industria farmacéutica se unen para diseñar alimentos con propiedades médicas. De nuevo, como sustento de este tipo de alimentos modificados con biotecnología, está el argumento del crecimiento de la población y de la escases de los recursos. La promesa que está detrás de estos productos es siempre la misma: la ciencia puede proveernos más, mejor y más fácilmente. 50 La ciencia avanza tan rápidamente que en los próximos diez años crearán probablemente algún alimento con propiedades farmacéuticas y lo promocionarán como un “súper alimento” por sus dobles beneficios. Para ese momento el periodismo debe haber ya realizado las preguntas suficientes para que la opinión pública tenga una posición definida al respecto. Solo de esta forma el periodismo podrá ser verdaderamente guardián de la democracia y no caja de resonancia de una tiranía científica. 2.3 Análisis de las piezas periodísticas encontradas en el periódico El Tiempo. Descripción Noticia Fecha: 13 de Julio de 2005 Suelos / Productos de calidad y conservación de los recursos naturales. Cultivos Limpios: Protección y sostenibilidad El problema principal que presenta el autor de este informe especial, publicado en la sección El Campo, es que la siembra de monocultivo perjudica los suelos colombianos, ya que por la zona en la que se encuentra el país es importante la rotación de cultivos, esta rotación brinda renovación de nutrientes y permite la diversidad de seres vivos en un solo ecosistema. Para la siembra de monocultivos se arrasa con los árboles en la zona y son los árboles los que impiden la erosión de la tierra, ya que filtran el agua y permiten que la zona sea estable. Las tierras que antes eran fértiles hoy están catalogadas como desérticas o semi desérticas por la erosión que causa el monocultivo o el uso excesivo de químicos. CORPOICA plantea la implementación de prácticas de sostenibilidad para el medio ambiente, que incluyen el uso de una bacteria que hace la labor de plaguicida, y de un abono orgánico producido con los materiales de las cosechas pasadas, lo que evitara la erosión. 51 Se resalta este informe especial porque presenta oportunidades para una siembra de mejor calidad y sostenible con el ambiente. El contenido de este informe es pertinente en la actualidad, porque al enfrentarnos a un TLC con Estados Unidos los suelos colombianos deben estar en uso y deben ser tratados de tal manera que se permita su uso muchos años más. Asimismo plantea un modelo de conservación que no es costoso, algo fundamental para la población agrícola del país, que además no degrada los suelos. Descripción Noticia Fecha: 5 de Noviembre de 2006 Sembrar a Colombia Autor: Alfonso López Michelsen En este artículo de opinión, Alfonso López Michelsen plantea una crítica fuerte al ICA por la dificultad de otorgar permisos para la siembra de semillas genéticamente modificadas, y compara terrenos sembrados con semillas transgénicas en otros países como Argentina,. Esto demuestra la deficiencia del cultivo en Colombia. El tono del autor es meramente crítico y tilda de deficiente al Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), porque estaría postergando el avance del país por no tener normas de bioseguridad claras. Este artículo de opinión es válido en este momento, Abril 2012, porque el autor asegura que Colombia no está preparada para competir en materia agrícola con países más desarrollados. Descripción Noticia Sección: Tierras y Ganados. Fecha: 26 de Enero de 2007 Maíz, Soya, Canola y Algodón, Son los más sembrados en el mundo. En Colombia Algodón. Creció área de cultivos transgénicos. 52 Autor: Juan Carlos Domínguez Este informe especial que podría catalogarse como un reportaje, ya que incluye infografías, fechas y cifras, es una muestra de los resultados alrededor del mundo sobre cómo ha aumentado la siembra de semillas genéticamente modificadas. Al igual que en el artículo de opinión escrito por Alfonso López Michelsen en 2006, se muestra la deficiencia de Colombia en materia agrícola. Con la siembra de semillas transgénicas está comprobado que aumenta la producción del algodón en Colombia, cosecha que ayuda a que los ingresos de los campesinos sean mayores y tengan un mejor nivel de competencia frente a otros mercados. El informe especial también hace comparaciones con otros países, con lo que queda demostrado que Colombia presenta atrasos en la implementación de tecnología que ayude al progreso de los mercados agrícolas. El reportaje se sustenta en la única fuente documental que expone en el texto, el informe del Servicio Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones Agrobiotecnológicas (Isaaa), lo que demuestra que el país no cuenta con analistas del tema que puedan contrastar la información. Descripción Noticia Sección: Tierras y Ganados Fecha: 17 de Mayo de 2008 La aprobación la dio El Salvador Centroamérica con más Transgénicos. Esta noticia que podría ser un breve, tiene contenido de notica y no presenta autor. Esta publicada en la sección “Tierras y ganados” donde, en la mayoría de noticias, no ese presenta al responsable de la información publicada. 53 Bajo la premisa que los alimentos transgénicos modificados por la empresa Monsanto son inocuos para la salud humana, El Salvador reformó el artículo 30 de la Ley Semillas que prohibía la siembra de semillas genéticamente modificadas. Con el aval de El Salvador, son nueve los países de la región que en el 2008 adoptaron este tipo de tecnología en sus terrenos. En ese momento Colombia seguía con la siembra de algodón y a la espera de poder sembrar maíz genéticamente modificado. Descripción Noticia Fecha: 21 de Marzo de 2009 Con el fin de mejorar la productividad de las áreas que comenzaron a sembrarse. ICA hará más control a transgénicos El reportaje sin autoría, aparece en una sección especializada del periódico El Tiempo llamada “Tierras y Ganados”. Esta sección se publica desde el año 1944 sin especificar periodicidad. De acuerdo a la resolución 682 expedida por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), se aumentarían los acompañamientos a los agricultores que siembren en sus terrenos semillas modificadas genéticamente. Las empresas que cumplan con los requerimientos de bioseguridad e implementen la siembra de algodón transgénico, tendrán que hacer, junto con el ICA, un acompañamiento para capacitar a los agricultores y así sacar el mayor provecho de los cultivos. Son 22.000 hectáreas que en 2008 habían sido sembradas con algodón transgénico. Sin especificar lugares, si mencionan cuáles zonas son las principales con esta siembra: La costa, los llanos y el centro del país. Los contratos, para el uso de este tipo de semillas, traen consigo especificaciones que afectan directamente al agricultor, éstas son: “prohibición de revender o suministrar las semillas a terceros y almacenarlas para uso posteriores”. Estas medidas son conocidas mundialmente porque son implementadas por la empresa Monsanto. En el reportaje se entrevistó al gerente de Monsanto para la región Andina quien aseguró que la empresa, el ICA y el Gobierno trabajan conjuntamente para brindar mejorías en el sector agrícola. 54 Queda claro que hay una parcialización de la información porque solo muestran los beneficios y no perjuicios para los agricultores con la adopción de medidas en contratos y la siembra de OMG. El Gobierno y el ICA deberían tener una mirada neutral, pero en vez de eso, es evidente el apoyo y el trabajo conjunto que realizan con la empresa transnacional Monsanto que tiene intereses de por medio. Descripción Noticia Sección: Información General Fecha: 22 de Abril de 2010 Presidente Boliviano vinculó alimentos transgénicos con homosexualidad Críticas a Evo Morales por sus “Teorías biológicas” En esta noticia, redactada por una agencia internacional, se hace una fuerte crítica a Evo Morales Presidente de Bolivia por expresar en un discurso en la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático, que los efectos de los alimentos transgénicos generaban calvicie y homosexualidad, lo que ofendió a los colectivos homosexuales que catalogaron al mandatario boliviano como homofóbico e ignorante. Definitivamente esta noticia es una muestra de la poca información que llega la sociedad sobre los OMG y de cómo se tergiversa lo poco que se informa. Descripción Noticia Sección: Tierras y Ganados Fecha: 30 de Enero de 2010 Se mantiene la polémica en su país, Centro de origen Apoyo a los transgénicos 55 Otra noticia que viene de agencia internacional. Esta vez es México el epicentro de la información, dónde 12 empresas agroindustriales pagaron un aviso en la prensa escrita nacional para solicitar que se agilicen las autorizaciones de la siembra de semillas genéticamente modificadas. Ya son 35 las solicitudes aprobadas por el gobierno mexicano, nueve para la empresa Monsanto y las demás para la empresa Dow AgroScience/PHI México, por lo que es de suponer que el aviso pudo venir de alguna de estas dos multinacionales. Aunque se demuestra que son varias las empresas que están a favor de la siembra de maíz transgénico, el gobierno asegura que no se dejará presionar, y que sólo actuará de acuerdo a lo establecido en la ley. Descripción Noticia Sección: Bogotá Fecha de publicación: 10 de octubre de 2011 Habrá etiquetas para alimentos transgénicos. Autor: Juan Carlos Domínguez En septiembre de 2011 el Ministerio de Salud y Protección Social aprobó el etiquetado de alimentos transgénicos solo si eran alimentos iguales en componentes a los convencionales, aunque también deberán etiquetarse los alimentos que tengan propiedades de otros alimentos o que estén enriquecidos con nutrientes o vitaminas diferentes a los alimentos que se producen de manera orgánica. Con esta norma Colombia queda a la par de países como Japón o Estados Unidos que implementaron normas parecidas para hacer intercambios con otros países sin perjudicar al consumidor. Esta información debería ser conocida por toda la sociedad para que reconozcan en los alimentos las etiquetas que dan garantías por ser productos genéticamente modificados u productos orgánicos. Esta nota tiene valor en la actualidad, ya que con la implementación del TLC el consumidor podrá saber si el alimento que llegó del exterior es un OMG o no. 56 Montería Sección: Nación Fecha de publicación: 1 de marzo de 2012 Agricultores de Córdoba protestaron por política agropecuaria Por: Gudilfredo Avendaño En montería, capital del departamento de Córdoba, varios agricultores bloquearon la vía Troncal del Caribe debido al incumplimiento de las garantías que ofrecía el gobierno por la pérdida de sus cosechas a causa del invierno. El agua inundó sus tierras y dejó sin producción a los agricultores de la zona que durante horas intervinieron la vía para pedir una conciliación con el Ministro de Agricultura. Este departamento acogió la siembra de algodón transgénico en sus tierras, sin embargo, un agricultor de la zona aseguró que se ha convertido en una tragedia porque los resultados no han sido los planteados por el gobierno. Además el manejo de estos cultivos ha sido más delicado, lo que ha generado pérdidas de varias zonas de cultivo. Este artículo nos remitió al documental “El mundo según Monsanto”, dónde se muestra una gran cantidad de suicidios en la India por la pérdida de completos cultivos de algodón genéticamente modificado. El algodón de la India y Colombia es distribuido por la multinacional Monsanto. No es de extrañar que las estas situaciones catastróficas se presenten en nuestro país. 2.4 Análisis de categorías – Revista Semana Extensión: Los artículos relacionados con alimentos transgénicos tienen una extensión aproximada de 800 a 1.000 palabras, a excepción de uno de los artículos, donde la extensión supera las mil palabras por tratarse de un especial. Los temas científicos necesitan espacio para la contextualización y conceptualización, más aún textos periodísticos, por el hecho de ser la ciencia un lenguaje en sí mismo. 57 Sin embargo, los artículos no cumplen con este requerimiento, en ningún caso se utiliza mayor extensión para informar acerca de los OGM, al contrario, se hace una referencia al tema muy escueta (no pasaba de las tres líneas) en muchos de los casos. Autoría: En cuanto a ésta categoría, la autoría de los artículos es desconocida en cuatro de los siete textos. Los tres restantes están firmados por especialistas en el tema (un agrólogo, un biólogo y un antropólogo de la FAO). Esto significa que los artículos no firmados están a cargo de la redacción de la sección (Vida Moderna, Medio Ambiente) o por peritos que no son periodistas, lo que indica la ausencia de profesionales del periodismo dedicados al periodismo científico. Prominencia: En la mayoría de los casos, las secciones donde se publican estos artículos son Vida Moderna y Medio Ambiente. Si bien, algunos están publicados en formato digital (y en los espacios digitales cambian los valores), los impresos se encontraron seis de los siete artículos en las páginas nueve a 12 de la revista, y sólo un artículo en la sección de Economía (páginas 4 a 8). A pesar que el tema de los transgénicos y todas sus implicaciones en asuntos relacionados con la soberanía y la seguridad alimentaria y la reforma agraria, es de gran importancia para el país, no se publicó en la sección Nación de la revista en ninguna oportunidad dentro del muestreo que hicimos. Esta es otra evidencia de cómo la ciencia está relegada a un espacio especial, donde sólo pueden expresarse los expertos y los temas son tratados independientemente del resto de los aspectos de la vida humana (sociedad, economía, política). Género: La revista Semana usó diferentes géneros periodísticos para tratar el tema en el lapso de tiempo de la muestra: informe especial, análisis, reportaje, entrevista y noticia, lo que demuestran una gran variedad de posibilidades de tratamiento de la información sobre esta temática. Este hecho podría parecer a simple vista un logro periodístico, sin embargo no lo es, porque la forma y la extensión es limitada y muy reducida, y en algunos casos es tan solo una mención al tema de los OGM en un artículo de un tema 58 distinto (como la clonación o el TLC). Es por eso que la variedad de géneros, si bien indica una pluralidad de visiones respecto a la ciencia, no indica una mayor información sobre el tema tratado. Sección: La sección que presentó más artículos fue Vida Moderna, tres de un total de siete. Los cuatro restantes fueron publicados en las secciones: en Economía, Medio Ambiente, Mundo y en un especial. La sección Vida Moderna de la revista es un espacio reservado para temas de tecnología, ciencia y salud, considerados menos importantes que la sección Política, Mundo o Economía. Luego de la investigación adelantada en ésta tesis, somos conscientes que el tema de los OGM es mucho más complejo que una simple curiosidad científica, o un avance agronómico. Es un tema que atañe a toda la sociedad: los productores de alimentos, los campesinos y los consumidores, y que reviste gran importancia para el país, sobre todo en momentos de coyuntura, como la negociación del TLC o en el marco de análisis de una posible reforma agraria o la restitución de tierras. Imagen: El registro visual de los textos se presentó en seis de los siete casos, siendo en su mayoría fotos de archivo (la mayoría de las veces ni siquiera se advertía la procedencia, salvo en un caso donde se explica en la parte inferior del recuadro). En igual proporción se presentó la infografía. El pobre registro fotográfico proveniente es un indicio más de la poca investigación que realizan los medios sobre lo que está ocurriendo actualmente en el campo colombiano. Epicentro Informativo: Si bien los artículos hacen referencia a otras zonas del país (Centro, Orinoquía, Amazonía, Pacífico y Oriental), el verdadero epicentro de la información es el exterior: expertos mundiales en genética, Tratados de Libre Comercio y empresas multinacionales vendedoras de semillas. Influye el que sea muy reciente en Colombia el cultivo de alimentos con OGM, dado que las primeras semillas se comercializaron en el año 2005, mientras que otros países como Estados Unidos tienen más experiencia sobre este campo. Modalidad Informativa: Al ser un tema polémico, es de esperarse que la controversia sea una de las modalidades de información acerca de este tema. Informar sobre las diferentes posiciones y percepciones 59 sería lo lógico en la modalidad de controversia, sin embargo, es muy poco lo que se profundiza. La modalidad que más impera, que no hace parte de las categorías periodísticas, son los textos académicos, escritos por expertos, o la síntesis de análisis científicos, también apoyados por resultados de estudios científicos o académicos. Exactitud en la información: Esta categoría se analiza teniendo en cuenta que el tema central de los artículos revisados no es en todos los casos los OGM, dado que el tema se aborda en el marco de otros: TLC, clonación, campesinos en Colombia. Si tomamos en cuenta las cinco W: quién cuándo, cómo, dónde y por qué, aunque en cuatro de los siete casos se responde a estas preguntas, esto no garantiza que la información dada al lector sea la suficiente. De hecho no es suficiente, pues se hace de manera superficial. Coherencia Texto-Infografía: En general hay coherencia entre la infografía y el texto, lo que indica que el trabajo periodístico no ha sido una práctica de ensamblaje inconsciente, sino proveniente de un solo autor. La incoherencia entre texto e infografía, puede ser señal de que se toma el texto de una agencia de prensa y se le añaden fotos de un banco con cualquier infografía, lo que al no ser coherente con el resto termina desinformando al lector, confundiéndolo. Calidad de Lenguaje: El lenguaje usado en los artículos se ajusta a las normas de ortografía de la Real Academia de la Lengua, es un lenguaje sencillo, directo y acorde a la ley colombiana. Los tecnicismos que podrían ser característicos del lenguaje científico no están presentes, salvo en dos casos, lo que refleja calidad periodística (en cuanto a que se percibe el esfuerzo por explicar y traducir los términos que pueden resultar confusos para los lectores). Sin embargo, en un caso se presentan el uso de lugares comunes y de prejuicios y un alta adjetivación se en dos casos. En el primero, el artículo está completamente parcializado hacia la visión positiva de la tecnología genética en plantas. En el segundo, se trata de una entrevista donde la presentación del personaje está adornada con elogios. Contexto Informativo: En la mayoría de los casos se emplean cifras y datos, extraídos sobretodo de estudios realizados por universidades y organizaciones. Incluyen: número de cultivos, porcentaje de 60 cultivos en el mundo, lista de países, datos sobre hambre en el mundo, producción de alimentos, entre otros. Estos datos son muy interesantes porque ofrecen información básica para el análisis. En una proporción menor los artículos presentan información de contexto y establecen relaciones de nexo causal. Esto se debe a que, como anteriormente hemos manifestado, el tema de los transgénicos se trata de manera superficial, sin informar acerca de los antecedentes y sus implicaciones futuras. El tema de la restitución de tierras está presente en dos textos, y si bien no hay nexos directos, se percibe que el tema empieza a tratarse ligado a un contexto nacional más complejo, lo cual le da más importancia informativa al tema de los transgénicos. Recursos Visuales: La mayoría de los textos usan recursos visuales para complementar fotos e infografía, lo que es un buen indicador de calidad periodística en prensa. Sin embargo, en más de la mitad de los casos (cinco para ser específicos) se trata de imágenes de archivo sin identificar, lo que hace que la foto sea más un complemento al texto y no información nueva e independiente. El plano visual debe ser por sí sólo una fuente de nueva información, sin embargo, los artículos analizados no presentan información gráfica actual de la situación del campo ni de los nuevos cultivos en el país. Número de fuentes: La mayoría de los artículos tienen información proveniente de dos fuentes. Estas dos fuentes son oficiales o provienen del campo académico, trabajan para las multinacionales semilleras, por lo tanto, no están relacionadas con el texto por contraste sino por ampliación, pues se encuentran del mismo lado del espectro. Diferente es el caso donde los artículos tienen tres, cuatro o más fuentes, pues en este caso encontramos reportajes con más voces que las oficiales y las académicas (grupos de la sociedad civil, divergentes). Esto significa que el número de fuentes, si bien da más posibilidades a que el trabajo periodístico sea completo, no es garantía de calidad, pues las fuentes pueden estar desbalanceadas. Contraste de fuentes: El contraste de fuentes es indispensable para un trabajo periodístico de calidad, pues a través de éste se da balance de voces al texto. La mayoría de los artículos revisados, presentan fuentes que, en cambio de contrastar o mostrar “otras caras” de la problemática, amplían lo ya, dicho, lo 61 sustentan y, justifican a través de cifras y datos de estudios científicos e incluso de las mismas empresas multinacionales. Sólo en dos de los siete casos se presenta contraste de fuentes, lo que es preocupante, pues indica que el medio sólo está dando voz a una parte de los implicados en el problema, que en este caso son las multinacionales, los gobiernos, los científicos y los agrólogos que aprueban la transgénesis en los alimentos, mientras que el resto de voces implicadas (campesinos, consumidores, grupos de la sociedad civil, científicos divergentes, etc.) no están recibiendo la misma atención por parte de los medios. Identificación de fuentes: La identificación de fuentes se presenta parcializada cuando se trata de las voces disidentes en el tema. Encontramos muchos “algunos dicen que”, y “hay quienes”, que no precisan el origen de la información, por lo tanto son tratados como fuentes de segunda. Estas fuentes son las que permiten contrastar las voces oficiales, sin embargo, en los textos se tratan con poca seriedad, sin identificación ni investigación, lo que resta enormemente la calidad y credibilidad periodística de tres de los siete artículos analizados. Espacio de las fuentes: El espacio de las fuentes es desigual en la mayoría de los artículos, pues mientras a las fuentes que están a favor de los OGM, le dedican uno o hasta dos párrafos, a la fuente contraria sólo le dan dos o tres líneas. El espacio de las fuentes es primordial si se quiere lograr un producto periodístico balanceado e imparcial. De lo contrario se tiende a guiar la opinión del lector hacia una determinada posición, en este caso, a favor de los OGM. Asuntos de la información: La información que brindan los artículos sobre alimentos transgénicos se relaciona en su mayoría con el tema de la producción de alimentos y en menor medida con asuntos relacionados con la soberanía alimentaria y el medio ambiente. Si bien este es el eje principal del tema, también es cierto que detrás de lo aparentemente pertinente, se esconden otros temas de carácter más político (gobierno, corrupción) y más importante aún, el tema se circunscribe a la realidad nacional donde la tierra es eje de una serie de problemáticas (reforma agraria, desplazamiento, paramilitarismo, etc.). Esto comprueba nuevamente la falta de visión del periodismo frente al futuro de este tema y su complejidad. 62 Caracterización narrativa: La mayoría de artículos son basados en investigaciones hechas por otros medios o por otras fuentes extranjeras. Esto indica que dentro de la agenda de los medios en el país (lo que se llama agenda setting) no está el tema de los alimentos transgénicos, por lo tanto, se llega a esta información a través de trabajos realizados por otros medios de comunicación. Sólo uno de los artículos presenta información completa sobre el panorama nacional, pero esta hecho no por periodistas, si no por un especialista. Enfoque Informativo: Algunos artículos son considerados parcializados, especialmente tres que presentaron sólo un aspecto de la problemática de los alimentos transgénicos: el de las empresas semilleras, los especialistas y los gobiernos que apoyan los cultivos transgénicos. Además de no contar con fuentes de contraste, o no otorgarles a las fuentes de contraste el espacio suficiente para equilibrar la información, abusaron el uso de adjetivos y expresiones que evidencian la posición parcial del medio. En los tres casos donde se presentó una visión crítica en los textos, se sigue manifestando una desigualdad en el uso del espacio y tratamiento del tema de los OGM. Ética Periodística: Los elementos más importantes del análisis en cuanto a ética periodística, tienen que ver con el manejo de fuentes y la diferenciación entre opinión e información. Sólo tres de siete artículos diferencian información de opinión, lo cual va en detrimento de la distancia que debe establecer el autor del texto cuando trabaja géneros donde la opinión no tiene lugar. En una entrevista el periodista para presentar al científico usa adjetivos innecesarios, pues el juicio sobre él lo deben dar los lectores después de haber leído la entrevista, no antes. Esto también ocurre con el tratamiento de las fuentes, pues algunas voces no se contraargumentan o contrastan, dejándolas como único referente creíble ante el lector. Dentro de la deontología periodística esto es una falta, porque se engaña al lector, conduciéndolo por un camino establecido sin permitirle que tome sus propias conclusiones ante la información que se le da. 63 2.5 Análisis de las categorías periodísticas diario El Tiempo Autoría: De las nueve piezas analizadas soló en dos ofrecen información sobre la persona responsable de la información publicada. Las cinco piezas restantes, es decir, la mayoría no inlcuye autoría, algo realmente inquietante porque resta credibilidad y permite pensar incluso que la información pudo ser copiada de otros medios de comunicación. De ocho parámetros en el análisis solo tres están presentes en las piezas. Aquí es iimportante reafirmar que cuando en una entrega periodística no se menciona el autor, no hay a quién responsabilizar por la misma. Extensión: La mayoría de piezas analizadas cuentan con un promedio de 600 a 800 palabras. Estos textos contienen la información más completa y generalmente son informes especiales donde se identifican variedad de fuentes. No encontramos ninguna noticia breve, menos de 200 palabras, cosa que demuestra que al tema no recibe seguimiento en el diario. De las nueve piezas, tres tienen una extensión de 200 a 400 palabras, textos pequeños que dejan vacios al lector y sin coherencia informativa. En las dos piezas que contienen entre 400 a 600 palabras, sabemos que hay una prominencia diferente de la información, generalmente hay contrastación de fuentes o datos y cifras que dan validéz a la información. Género informativo: Al analizar la categoría de género informativo en las nueve piezas, encontramos cuatro del género noticia, tres del género reportaje, una pieza se destaca como informe especial y otra como análisis. Al encontrar más noticias vemos que la información va en una extensión corta y con información incompleta, generalmente estas son las piezas que no tienen autoría. Los tres reportajes que incluyen imágenes, aunque son completos, no presentan autoría, vienen dentro de secciones especializadas, lo que da a entender que el medio se responzabiliza de lo escrito. El informe especial se destaca porque presenta autoría, contrastación de fuentes, imágenes, cifras y porcentajes. La pieza que se destaca como análisis es una columna de opinión que presenta cifras y hace referencias a otros países latinos. En esta muestreo encontramos que en nueve piezas, con diez categorías, solo cuatro clasifican la información. 64 Prominencia: El tema de los alimentos trasngénicos no aparece en primera plana, la primera vez que apareció dentro de las 10 primeras páginas, es cuando se encuentra la columna de opinión. Las ocho piezas analizadas se encontraban dentro de una sección especializada llamada “Tierras y Ganados” dónde lamentablemente no fue posible definir la periodicidad con la que sale en el medio. Sección: Las nueve piezas, otra vez nos demuestran que 10 categorías son muchas para su análisis, solo en dos categorias se catalogaron las piezas. Solo una pieza periodística aparece en la sección local, en Bogotá, es una noticia de interés general porque explica la medida del etiquetado para alimentos trasngénicos. Es la única noticia que tiene un lugar visible en las primeras páginas, además del artículo de opinión. Nos referimos a la categoría “otra” cuando ocho de las nueve piezas aparecen en secciones especializadas, encontramos la sección “Tierras y ganados”, “Suelos” y “Opinión”. Imagen: De las nueve piezas, cinco presentan imágenes, una sola pieza presenta infografías y las otras tres no presentan ni siquiera gráficas. Lo importante a destacar, es que la mayoría de imágenes no presentan pie de página, solo dos reconocen que son de archivo o tomadas por el fotografo en el momento de hacer la nota. La pieza de agencia internacional tiene una imagen que no se sabe si es de la agencia o del medio Hace falta cuidado en esos detalles porque el lector queda con vacios en este aspecto, y puede asumir que las imágenes son del medio cuando pueden tener una autoría diferente. La pieza analizada que presenta una infografía no menciona autoría, asumimos que el medio o el periodista encargado de realizar la nota, hace un análisis de un mapa mundi con cifras y porcentajes que seguramente sacó del informe que cita en varios momentos de la pieza periodística. Epicentro de la información: Esta categoría de análisis presenta las más variadas opciones en cuanto a epicentros de información, asímismo las piezas fueron catalogadas: tres presentan la información de países extranjeros, una de la zona atlántica, dos de la zona pacífica, dónde más se ha visto la siembra de 65 semillas genéticamente modificadas por las condiciones climáticas. El centro del país solo presenta una pieza, lo que demuestra que por ahora la información se centra en las zonas de producción. Modalidad informativa: En cuanto a la modadidad informativa, las nueve piezas analizadas del diario El Tiempo, presentan tres noticias que fueron realizadas a partir de irrupción, de alguna información que algún personaje o entidad pública manifestó cuando los medios estaban presentes. Otras tres piezas presentan la información a partir de resultados, la mayoría de estos provienen de convenios o de informes de otros países. Muy poca es la información nacional que se encuentra sobre alimentos trasngénicos. Una pieza se cataloga como categoría de controversia, específicamente cuando el presidente de Bolivia Evo Morales presenta declaraciones homofóbicas, atribuyédo el homosexualismo a los alimentos modificados genéticamente. La noticia presentada como declaración, es la columna de opinión. La pieza presentada como propuesta es porque el medio, junto con el ICA, presentan propuestas para la mejora de los suelos colombianos. Exactitud: La exactitud de la información, es otro parámetro analizado teniendo en cuenta las fuentes de cada texto y las preguntas básicas: cómo cuándo, dónde, por qué. También se analizó si presentabas cifras, números o porcentajes, parámetro decisivo para la comprobación de datos. Siete de las piezas analizadas presentan toda esta información completa. Dos piezas informción incompleta. No se emncionan fuentes y la información parece ser la opinión del periodista. Una pieza en especial no menciona la fechas en la que se presentarn los hechos en México, solo mencionan los actores involucrados. La columna de opinión, a pesar de ser una columna con el criterio de quien escribe, resultó ser muy completa con cifras y referencias a informes realizados dentro y fuera del país. Como solo seis de las nueve piezas analizadas presentaron imagen o infografía fue sencillo analizar la coherencia con el texto. La infografía es coherente con el texto porque presenta los porcentajes en un mapamundi que ubica las principales ciudades productoras y con siembra de semillas genéticamente modificadas. La pieza que resultó ser un propuesta del ICA para la mejora de los suelos colombianos, 66 también tiene imágenes que muestran los procesos para un mejor cultivo. Tres piezas presentan ambigüedad entre el texto y la imagen, ya que las imágenes parecen superpuestas en el texto como para referir que se habla de alimentos pero no porque cumplan una función con el texto. Número de fuentes: En el número de fuentes, vemos que cuatro piezas de nueve, los periodistas consultaron una sola fuente, lo que demuestra que hace alta rigurosidad a la hora de la escogencia de fuentes o al contextualizar el tema. Tres piezas consultaron dos fuentes, generalmente una fuente oficial y otra que realmente decía lo mismo. Lastimosamente no se encontraron fuentes que contrasten la información, lo que nos deja con pocas fuentes de lado y lado y una perspectiva unidireccional sobre el proceso de los alimentos transgénicos. Cuando no hay fuente en la pieza, es lamentable comprobar que es una nota tomada de agencia, donde ni siquiera se complementa la información faltante. Identificación de las fuentes: La identificación de las fuentes fue una categoría de análisis más bien sencilla, porque la mayoría de noticias eran rigurosas al especificar el nombre y el cargo de quien aparecía en el texto. Dos piezas no identifican las fuentes, lo que hace suponer al lector que puede ser opinión del periodista o simple redacción sin atribución. Para el tema que nos corresponde, alimentos transgénicos, fue importante esta categoría de análisis porque entregó información sobre nombres o instituciones que fue utilizada para las entrevistas posteriores. Sin embargo, en la mayoría, cuatro piezas, no aplica el contraste de fuentes, o sea no hay fuentes aparte del periodista que escribe. Tres piezas presentan fuentes que amplian la información, muchas veces de manera reiterativa aunque imperceptible. Dos piezas si reiteran la información de cada fuente, lo que nos lleva a concluir que pueden ser compañías, instituciones o personas con el mismo fin ideológico o económico. Como en las dos categorías anteriores, es importante destacar que el espacio que ocupan las fuentes no aplica, lo que evidencia que no hay un contraste de fuentes o no se mencionan. Con tres piezas en desigual 67 espacio y tratamiento, denota una mayor necesidad de mostrar la fuente oficial. Solo una pieza presenta igualdad en espacio y tratamiento, una pieza que por extensión es larga y bien completa. En la categoría de asuntos de la información la mayoría de piezas presentan un patrón en común, la información se refiere a la producción de organismos genéticamente modificados. Al igual que en la gráfica de epicentro de la información, encontramos el término de produccion de trasngénicos, ya que es la zona pacífica en dónde mas resultados se encontró el tema de producción, tanto por sus condiciones climáticas como por los terrenos extensos, propicios para este tipo de agricultura. Los parámetros que tambien sobresalen en las matrices son: Gobierno y legislación, aún cuando, las decisiones relacionadas con la producción, venta y consumo de alimentos transgénicos, son meramente políticas, sin tener en cuenta los conceptos científicos. La legislación es de gran importancia en este trabajo de grado, ya que son los parámetros por los cuales decidimos darle prevalencia a un tema. Los parámetros de debate o polémica y denuncia sobre las irregularidades, son los que siguen en orden de importancia. Los alimentos trasngénicos es un tema polémico en varios paises europeos, sin embargo, no es el primer tema que sobresale en este análisis. incluso cuando se habla de polémicas se refieren a otros países. Un artículo publicado en 2012 fue el que más nos llamó la atención. Una marcha realizada en Córdoba por los algodoneros de la región, para pedir garantías por el invierno y la mala cosecha del algodón modificado genéticamente. Esta fue la única pienza catalogada dentro del parámetro marchas. Las siguientes piezas están en los parámetros de financiación, implementación del TLC, controles sanitarios e implicaciones en el ambiente, temas que tocan el sistema financiero. No se encontraron piezas que mencionen temas como: implicaciones en la salud, demandas y otras acciones legales, actores ilegales involucrados en el proceso, amenzas y otros, lo que quiere decir que no hay bandas criminales ni guerrillas involucrados en el tema. Talvez hay referencia a la acumulación de tierras para fines económicos, pero no para la implementacion de organismos genéticamente modificados. 68 En el diario El Tiempo, encontramos que la mayorída de piezas, cinco, son de investigación propia. Las piezas que no presentan autoría en algún momento hacen referencia al medio En denuncia, declaración, confrontación de fuentes y opinión, es claro que por un suceso en especial, la información tuvo cabida en el diario, de lo contario hubiera sido más dificl encontrar lpiezas en las fechas deseadas. En las piezas analizadas encontramos cuatro con un enfoque neutro, los textos no están escritos apoyados en ninguna fuente consultada, ni hablan de manera negativa o positiva sobre el tema consultado. Encontramos tres piezas con un enfoque crítico en forma de denuncia sobre comercialización de organismos genéticamente modificados fuera del país. Cuando hablamos de piezas parcializadas, es porque el enfoque, como está escrito, dennota que el medio analizado presenta su posición favoreciendo una u otra fuente. El Tiempo generalmente apoya las fuentes oficiales, fueron las más encontradas en las nueve piezas analizadas. En la ética periodística, analizada en las nueve piezas, lo más sobresaliente es que en todas saben presentar cuando una fuente expresa su punto de vista. Esto revela que el medio se preocupa por diferenciar información de opinión. Aunque en algunas piezas no citan fuentes, y es difícil diferenciar si es opinión del medio o de las fuentes documentales, cuando presentan fuentes o el periodista presenta su voz, lo diferencia de una manera exitosa para el lector. 2.6 Conclusiones del análisis de las piezas periodísticas El propósito principal del análisis fue encontrar puntos a favor o en contra de las categorías periodísticas que usan los medios de comunicación impresos, para identificar cómo se da la conformación de textos y la calidad periodística de la información que se le brinda a la sociedad. Los dos medios de comunicación escritos analizados en este capítulo, el periódico El Tiempo y la revista Semana, deja evidencias claras sobre el manejo discriminado que se da a las fuentes. 69 En la mayoría de piezas periodísticas se encontraron sólo dos fuentes oficiales, y aunque la información es amplía, por lo general es ambigua y no genera debate. Al respecto recomendamos la labor empiece por una contextualización adecuada del tema y no por la consulta a las entidades o empresas vinculadas. Luego del análisis en la categoría de autoría, consideramos importante la creación de un comité especializado en el tema en los medios de comunicación, que a partir de un trabajo juicioso de acompañamiento en la construcción de la pieza comunicativa, permita una mayor claridad en la trasmisión de los datos y que lector se entere de quién es el responsable o el autor de la información. No es lo mismo encontrar un texto firmado por una sección, un periodista a encontrarlo sin autoría. Las dos primeras formas de autoría generan confiabilidad, mientras la tercera deja vacíos e incógnitas. En el tema alimentario, fundamental para la vida humana y animal, es necesario que los profesionales del periodismo brinden su nombre a la audiencia. Si se informa la autoría, el lector sabrá a quién dirigirse y podrá esperar información certera. Sería recomendable la creación de una sección especializada en salud pública, donde se aborden el tema de la alimentación y el de los alimentos transgénicos. De esta manera la sociedad podría conocer qué tipo de alimentos ofrece la industria y decidir el ideal para complementar su dieta alimentaria. La extensión de los textos nos permite señalar que la información es escueta y poco contextualizada. Conviene que los medios de comunicación realicen continuamente seguimiento al tema de los alimentos transgénicos, ya que por tratarse de un tema de la industria alimentaria, las decisiones que se toman en el exterior influyen directamente en el país. Además, el seguimiento continuo al tema permite la apropiación de este tipo de información, que en la mayoría de los casos se cataloga como científica. De esta manera podrá ser interiorizada por el lector, y cada vez más ciudadanos recurrirán a la ilustración como estilo de vida. 70 El tema de los alimentos transgénicos en Colombia se presenta ligado a la producción agrícola, es por ello que el epicentro de información se localiza en el exterior o en zonas del país que presentan alta producción de este tipo de alimentos, es el caso del maíz en Córdoba. Por eso la información sobre transgénicos puede pasar desapercibida para muchos lectores que no encuentran interés en la producción agrícola. Esta situación se explica porque en el país, los alimentos transgénicos no son relevantes, aún cuando debería ser de tratamiento obligado por los medios de comunicación por tratarse de un tema de salud pública que conlleva riesgos para la salud humana. 71 CAPÍTULO 3 Aproximación al Debate Colombiano Generado por Diferentes Actores Activos en el Tema de los Alimentos Transgénicos En este tercer capítulo se explora el tema de los transgénicos a partir de la mirada de diferentes actores del contexto colombiano. De esta forma nos aproximamos a la comprensión del debate como profesionales del periodismo y la comunicación. El género periodístico usado fue la entrevista, pues queríamos conocer a profundidad desde donde se habla y cuál es la visión, para así entender la complejidad y dejar en evidencia que el tema de los alimentos transgénicos influye en varios espacios de la vida actual: el campo, los campesinos, el gobierno, las leyes, las empresas, el comercio, la salud y el medio ambiente. Entrevistamos al Grupo Semillas, reconocida nacionalmente como organización no gubernamental dedicada a temas de: medio ambiente, soberanía alimentaria y agricultora sostenible. Su director, Germán Vélez habló sobre la amenaza que representa los transgénicos para el campo y los agricultores. Desde la llegada de la empresa Monsanto al país, el Grupo Semillas ha denunciado irregularidades en sus acciones, uniéndose así a los grupos ambientalistas campesinos de todo el mundo (como Greenpeace o Vía Campesina) que también están en contra de los alimentos transgénicos. En esta línea de pensamiento, en una actividad de aporte a la ciencia y a la academia, está el agrólogo Tomás León Sicard, del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Colombia, quién publicó el libro s “Medio ambiente, Tecnología y Modelos de Agricultura en Colombia - Hombre y Arcilla” y textos científicos como “Los cultivos transgénicos en el contexto de una agricultura sostenible”. Para León Sicard las plantas transgénicas no son necesarias, pues no benefician a los agricultores ni al campo, solo a las empresas biotecnológicas, y son las empresas biotecnológicas precisamente las que 72 tienen el poder sobre la ciencia, sobre los estudios que se realizan y los que se publican. Por este motivo, considera de suma importancia la labor social de la academia como vigilante de que los avances científicos beneficien a la sociedad en general y no a unos pocos. Quienes respaldan o justifican la existencia de los alimentos transgénicos constituyen la contraparte de estas voces, representadas en Monsanto y en el Ministerio de Protección Social, junto con el INVIMA. Para Manuel Rivas, regulador de asuntos de la multinacional Monsanto para la región norte de Latinoamérica, las empresas biotecnológicas ofrecen una mercancía agrícola como cualquier otra, que no representa ningún tipo de amenaza contra la biodiversidad o la salud de los consumidores y del medio ambiente. Sus semillas representan el saber científico utilizado para producir más cantidad de alimentos de forma más eficiente, con la ayuda de una línea de agroquímicos diseñada para trabajar en conjunto con la planta modificada genéticamente. De ahí el nombre de “paquete científico”, conjunto de tecnologías que ofrecen compañías como Monsanto. Como representante del gobierno está Adriana Castaño, experta en el funcionamiento del Sistema Nacional de Bioseguridad, gracias a sus 10 años de trabajo vinculada al INVIMA y al Ministerio de Protección Social. Adriana explica el funcionamiento y las orientaciones del Sistema, el que a través de los diferentes Comités Técnicos Nacionales estudian y aconsejan sobre las aprobaciones de los organismos genéticamente manipulados (desde productos importados como commodities, hasta semillas para cultivo nacional). Su testimonio invita a reflexionar sobre la verdadera utilidad del Sistema como protector de la salud del campo y de los consumidores. Para conocer la perspectiva jurídica, entrevistamos al abogado especialista en temas ambientales y derechos colectivos, Gregorio Mesa Cuadros, quien recomienda mirar el tema de la soberanía alimentaria ligado a las políticas que se aprueban en Colombia, porque cuando un país sin ayuda tecnológica en los campos se enfrenta a procesos como el TLC, en vez de ganar tiene mucho que perder. Afirma que el Estado colombiano debería brindar medidas que aseguren una competencia leal si se enfrenta a procesos 73 económicos con otros países, por ejemplo protección al agro con políticas públicas sin que medien intereses privados como el de empresas transnacionales. El interés de muchas empresas está ligado a ofrecer sus productos orgánicos, ante esto la gran pregunta que formula el Dr. Mesa, es si estos alimentos cumplen con los requisitos para denominarlos libres de producción química o procesos biotecnológicos. Etiquetar los alimentos con un sello verde, ambientalmente amigable, podría ser una jugada de las empresas productoras de alimentos en laboratorios, para pasar por alto las barreras que, países como Colombia, tienen para el control de importaciones. Aquí nos encontramos con lo planteado en el primer capítulo, relacionado con las barreras no arancelarias, ya que Colombia con una insuficiente vigilancia en el tema de alimentos transgénicos no evita la importación de ellos, pero al ser exportador se enfrenta a controles sanitarios que evitan la venta de estos por no cumplir con medidas que si ofrecen otros países a través de políticas públicas establecidas para la protección del agro. Nuestra intención es, entonces, invitar a que se abra el debate y se conozca la pluralidad de voces que existen alrededor de este tema. De la misma forma, consideraríamos importante que el periodismo profesional haga la labor de puente entre las distintas posiciones del debate, para r informar de una forma más completa a la sociedad y para que ésta a su vez, haga uso de la razón pública en sus consideraciones sobre el tema que tratado. 3.1 Entrevista a Manuel E. Rivas Monsanto, una empresa como cualquier otra. Manuel Rivas es líder de asuntos regulatorios de Monsanto en Latinoamérica. Ha sido manager de ventas y desarrollo comercial de productos, así como relacionista público entre la multinacional y los entes del gobierno en México y Costa Rica, países con más trayectoria en este tipo de tecnologías de la agricultura. Para Rivas, Monsanto es “un negocio como cualquier otro”, que ofrece productos biotecnológicos a los agricultores que deseen beneficiarse de ellos, y es su decisión cultivar semillas 74 transgénicas o no. En este orden de ideas, Rivas exime a la compañía de cualquier amenaza a la biodiversidad y a la soberanía alimentaria. Monsanto en Colombia es conocida como Compañía Agrícola Colombiana. Sus principales productos son semillas transgénicas de maíz y algodón. Las semillas de Monsanto siguen dos líneas tecnológicas, explica Rivas: la insecticida, que usa las características genéticas de la bacteria Bacillus thuringiensis para blindar a la planta del ataque de algunos tipos de insectos como los lepidópteros*. Y la herbicida, que hace a la planta resistente a los agroquímicos que se usan para eliminar las malezas de los cultivos, que en el caso de Monsanto es el RoundUp. Es por esto que las semillas adquieren la insignia RR (o RoundUp Ready), que indica que están “listas para ser rociadas con RoundUp” y no terminar perjudicadas en el proceso. Los productos de Monsanto son promocionados como beneficiosos para el agricultor y para el ambiente. Para el agricultor, explica Manuel, “por la eficacia con la cual se podrá deshacer de las plagas y las malezas, ahorrando tiempo y dinero y obteniendo un rendimiento mayor al que está acostumbrado”. Por otro lado, para el ambiente significa, según la empresa, la emisión de menos gases tóxicos provenientes de los agroquímicos que terminan ocasionando daños a las plantas y mata todos los tipos de insectos sin discriminar su función. Cuando un agricultor quiere comprar semillas a Monsanto debe primero firmar un contrato. Este contrato, dice Rivas, es para “asegurar que los agricultores respeten las medidas de bioseguridad”. Tales medidas son: la creación de un refugio ecológico en donde se preserven las especies de insectos y malezas y así evitar que desarrollen resistencia la tecnología; el compromiso de no cultivar a menos de 300 metros de un resguardo indígena, y una que ha creado polémica alrededor del mundo, la de no guardar ni intercambiar semillas. La agricultura tradicional ha venido guardando e intercambiando semillas por décadas, de ahí que tengamos diversidad en las especies de frutas, tubérculos, verduras, etc. Esta regla * nombre científico dado a la familia de las mariposas. 75 rompe con las prácticas normales de los campesinos, sin embargo, Monsanto argumenta que solo de esta forma se tiene verdadero control sobre los cultivos, pues cada campo de siembra con semillas transgénicas de la empresa debe estar vigilado constantemente por autoridades en bioseguridad. “Si los agricultores regalan o distribuyen las semillas, se pierde el control sobre los cultivos, y así no se pueden supervisar para su bioseguridad”, explica Rivas, y agrega que el contrato con la empresa otorga una licencia al agricultor de sembrar la semilla, licencia que tiene que renovar cada vez que quiera sembrar, todo esto “para que tenga la tecnología siempre en su nivel”. Esto, dice Rivas, no es nuevo, ya que siempre, cualquier vendedor de semillas recomienda al agricultor volver a la fuente de origen para obtener la misma semilla, con características intactas o puras. La diferencia es, por supuesto, que a Monsanto lo respalda la ley, pues no es una simple recomendación, es la regla. Estas reglas están oficializadas en el país por medio de la Ley 1032, que modifica el Código Penal en su artículo 306, sobre “derechos de obtentores de variedades vegetales”. La pena por guardar, intercambiar o volver a sembrar semillas transgénicas sin autorización de Monsanto es de cuatro a ocho años de cárcel y de veintisiete a mil quinientos salarios mínimos. Si bien el “certificado de obtentor” que da el país a Monsanto funciona como una patente, Rivas cree que se ha creado una polémica innecesaria alrededor de esto, ya que “cualquier empresa que venda semillas transgénicas o no transgénicas puede registrarlas siempre que demuestre que esa variedad de semilla en específico ha sido trabajada especialmente”. Bioseguridad y Biodiversidad Una de las preocupaciones de quienes dudan de los beneficios de los transgénicos es la de la contaminación genética. En el campo es normal que el polen viaje de lado a lado, lo cual podría resultar en un cruce involuntario entre plantas transgénicas y no transgénicas, y hace que las últimas adquieran características de las primeras, y por lo tanto, cambie su ADN y sus características originales. Este hecho es visto con desconfianza por grupos de campesinos (como el Grupo Semillas) y organizaciones medio 76 ambientales que temen la pérdida de la biodiversidad en el campo y el incontrolable rastro genético que éste dejaría, poniendo en peligro muchas otras especies de plantas y/o animales. Manuel Rivas dice que no hay tal contaminación genética, ya que “el cruzamiento real solo se hace de manera deliberada, por un fitomejorador en un laboratorio, de forma manual y consciente” y agrega “con polen no hay cruzamiento, si fuera así todo estaría mezclado con todo”. Sin embargo, admite que “pueden darse cruces accidentales, pues pasa todo el tiempo en el campo. Se encuentra presencia de un cultivo en el otro, pero nunca a nivel genético”. “Para conseguir pasar características genéticas de una planta a otra se necesitan varios intentos, y tener la determinación de hacerlo”. En cuanto a la seguridad de la semilla por sí sola, Rivas explica que la empresa presenta ante el INVIMA todas las pruebas de inocuidad y toxicología en ambiente humanos y animales. Estas son revisadas y no se hacen pruebas independientes. “Lo que hacen es revisar lo ya hecho por la FDA7 de Estados Unidos”, dice, “y además de hacen pruebas y demostraciones de campo para comprobar la eficacia de la tecnología”. Controversia en Colombia “Algunos clientes no quedan satisfechos, como en cualquier negocio”, dice Manuel Rivas, respondiendo a la controversia creada en el 2008 por los algodoneros de Córdoba, que reportaron pérdidas millonarias por la ineficiencia de la semilla de algodón Bt vendida por Monsanto. La producción disminuyó, pues sólo tres de las cinco flores de las plantas germinaron, y además, la plaga de sodópteros logró diezmar la cosecha, a pesar de que la semilla de Monsanto decía ser 95% efectiva contra plaga lepidóptera (que abarca la sodóptera). En respuesta a lo sucedido, Monsanto afirmó “haber entregado la información necesaria y la ayuda técnica para los campesinos de la zona”, así que si algo salió mal durante la cosecha de ese año “debió ser 7 Food and Drug Administration, por sus siglas en inglés, es la Agencia de regulación de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, equivalente al INIVIMA en Colombia 77 por que entendieron una cosa diferente”, dice Rivas. “El problema es que los agricultores dejan de hacer lo que siempre han hecho, dejan de estar pendientes de sus cultivos, se desentienden y dejan todo en manos de la tecnología”. Monsanto afirma que es el descuido de los campesinos la razón por la cual algunas veces los resultados no son los esperados “En ningún momento se dice que el insecticida es 100% efectivo, o que el herbicida es 100% efectivo. Hay condiciones especiales en las que el agricultor tiene que trabajar de la mano de la tecnología y no desentenderse de su trabajo de siempre” agregó Rivas. “El insecticida con el que viene la planta es uno específico para una plaga, para controlar el resto hay que seguir usando otros insecticidas”. Soberanía agraria La semilla transgénica de Monsanto se vende hoy en los mercados semilleros a casi cuatro veces una semilla normal. Su alto costo, explica Rivas, se compensa con el ahorro en agroquímicos y mano de obra para el agricultor, sumado al alto rendimiento en la cosecha. Este es precisamente el valor agregado de la semilla, que la hace atractiva al agricultor. Sin embargo, ¿a qué tipo de agricultor podría beneficiar más?, ¿a los grandes o a los pequeños y medianos? “Tanto el grande como el pequeño se pueden beneficiar. El valor tecnológico es el mismo. Es la situación particular y el entorno los que decidirán si le conviene o no al agricultor”. Afirmó Rivas. Conociendo la situación del campo colombiano, es sensato preguntar si el ahorro en mano de obra podría ser un beneficio real para una familia campesina, cuya verdadera ventaja está en la capacidad de mano de obra sobre el terreno a cultivar “Si tienen la forma de reemplazar el beneficio que da la semilla es cuestión de ellos (los agricultores) decidir”, responde Rivas. “Quienes no quieran sembrar transgénicos pueden seguir sembrando sus semillas, hay más semillas en el mercado, nadie los obliga a hacerlo”. “Ya se hicieron los estudios que dicen que no hay ningún impacto en los cultivos normales por el cultivo de transgénicos. Que se encuentre presencia ocasional y temporal de una planta en otra no quiere decir que alguna perdió la identidad”. 78 Al plantearle una última pregunta a Manuel Rivas sobre la razón por la cual muchos grupos de la sociedad civil ya sean académicos, campesinos, ambientalistas, etc., rechazan el cultivo de transgénicos y sobretodo la presencia de la empresa Monsanto en sus tierras, responde “mucha de esa resistencia es desconocimiento” pues “los cultivos convencionales pueden convivir con los transgénicos”, y ante la demonización de los actos de la empresa termina diciendo “es un negocio como cualquier otro”. 3.2 Entrevista a Adriana Castaño Sistema Nacional de Bioseguridad: ¿sirve o no sirve? Adriana Castaño es bióloga con especialización en Auditorías Ambientales y Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. Durante 10 años estuvo vinculada al INVIMA como Coordinadora del Programa Nacional del OGM para consumo humano. Actualmente es Asesora para el Ministerio de la Protección Social en materia de OGM. Adriana dice que todo el Sistema Nacional de Bioseguridad y las instituciones que están adscritas a éste, trabajan para proteger a los consumidores y al campo colombiano, sin embargo, no cuentan con los recursos para investigar localmente los efectos que estos pueden causar, por lo que se ven obligados a seguir las decisiones que ha tomado la FDA de Estados Unidos, y que son influenciadas por posturas políticas. También habla del nuevo proyecto de etiquetado de alimentos transgénicos que comenzará a estar vigente en el país a partir junio de 2012. El Ministerio de Protección Social es en Colombia una de las autoridades competentes para la toma de decisiones con respecto a la entrada de organismos genéticamente manipulados y su relación con el consumidor. Antes del el Ministerio, las decisiones acerca de los alimentos “nuevos” (modificados por ingeniería más no transgénicos) que entraban al mercado, las decisiones las tomaba el INVIMA, más 79 específicamente la “Sala de Alimentos”. Sin embargo, en 1997, a través del Decreto 3075, la competencia fue otorgada al Ministerio. Colombia, dice Adriana, tiene un Sistema Nacional de Bioseguridad desde el año 1993, cuando todavía no existían alimentos modificados genéticamente sino medicamentos. La estructura de este sistema, que persiste hoy en día, está compuesta por institutos, laboratorios, autoridades y bases de datos que tienen la responsabilidad de velar por la salud del consumidor y la protección del campo y del medio ambiente. Este sistema ha sufrido varias modificaciones, o más bien actualizaciones conforme avanza la ciencia y los convenios internacionales. Cuando se firmó el Protocolo de Cartagena a comienzos del año 2000, se consolidó aún más el Plan de Bioseguridad del País, y a pesar de que éste solo representa una guía internacional que se debe seguir para intercambios comerciales transnacionales de algunos alimentos modificados genéticamente, su entrada en vigencia sirvió para la organización de lo que es hoy en día el sistema. Según Castaño, se invirtió un poco más de tres millones de dólares (uno de los cuales fue donado por el Banco Mundial) para la estructuración del Sistema Nacional de Bioseguridad, que se basa en cuatro pilares: un marco normativo pautado por el Protocolo de Cartagena; capacitaciones de personal de ministerios, comunidades y otras instituciones competentes; la base de datos BCH8, donde se intercambia información al respecto con otros países; y la creación del Laboratorio Central Institucional de Detección y Monitoreo de OGM. Las siguientes modificaciones al sistema llegarían en el año 2005, con el polémico Decreto 4525 que estableció como autoridades encargadas a los Ministerios de Agricultura, Ambiente y Protección Social. Los ministerios trabajan conjuntamente con otras instituciones en los que se bautizaron como Comités Técnicos Nacionales. Antes del decreto existía sólo un comité, se llamaba Comité Técnico Nacional de Bioseguridad (CTNBio), y se encargaba de estudiar y monitorear el tema de los OGM en toda su 8 Biosafety Clearing House por sus siglas en ingles. 80 complejidad. Después del decreto, éste se dividió en dos comités más que trabajan de manera independiente como consultores para los ministerios. Es así como hoy en día tenemos el CTN Salud, que trabaja junto al INVIMA y al Ministerio de Protección Social; el CTN Ambiente, que trabaja con el Ministerio de Medio Ambiente, y el CTNBio, que trabaja junto al ICA y al Ministerio de Agricultura. Recordemos que el Decreto 4525 fue demandado por el Grupo Semillas, pues según ellos los cambios que venían con éste hacían prescindible una licencia ambiental para la liberación de OGM en el ambiente, lo cual constituía un bache legislativo que hacía al país vulnerable a la entrada de las multinacionales al país. Ante la demanda interpuesta Adriana Castaño dice “la licencia ambiental no existe para OGM. El ICA es quién aprueba las liberaciones al ambiente, es decir, las siembras”. El hecho de que haya control de las siembras solo por parte de una institución como el ICA y ninguno por parte del Ministerio de Ambiente afirma aún más la estructura independiente con la que se maneja el tema, en donde cada uno de los ámbitos toma decisiones por separado acerca de lo que “le compete”. Concluye Adriana, “la demanda no tiene sustento jurídico”, y critica al Grupo Semillas, quienes interpusieron la demanda, por no participar en las mesas de discusión sobre el tema de la normatividad en semillas transgénicas: “Germán Vélez, Director del Grupo Semillas, es un actor poco activo, lo hemos invitado a varias mesas de discusión y no ha asistido. No hay retro alimentación de parte de ellos”. Conducto Regular de aprobación de un OGM para consumo humano Para que un OGM pueda ingresar al país, primero tiene que pasar por la revisión del CTN Salud, en el caso de que sea de consumo humano o animal. El comité está formado por un delegado de Colciencias, uno del Ministerio, y uno más del INVIMA. Cada uno de ellos tiene voz y voto en el acta final que se escribe como recomendación al Ministerio. Además de los delegados están los invitados, que en la mayoría de ocasiones son científicos que tienen voz más no voto. 81 Este grupo de personas son las encargadas de estudiar la inocuidad del producto transgénico, o en su nombre correcto “alimento derivado de un OGM”. Sin embargo, los estudios no los hacen ellos, admite Adriana, “realmente los hacen las empresas”. Tales estudios demandan tiempo y sobre todo dinero, explica “de 10 a 15 años y pueden costar de 10 a 20 millones de dólares. Es por eso que no los hacen los gobiernos, sino las empresas. Ni los hace la FDA con su presupuesto, ni mucho menos el INVIMA. No es nuestra función, no tenemos la plata”. “La empresa presenta entonces un dossier con todas los exámenes y estudios que comprueban la inocuidad del alimento, pruebas de toxicidad, alergenicidad, comportamiento del gen modificado, estabilidad del alimento”. Después de estudiar el dossier y apoyados en las opiniones de los expertos, se reúnen todos los miembros del comité a discutir las impresiones e inquietudes, tras lo cual dan un veredicto al que puede ser: recomendar al Ministerio que autorice el producto por ser “hasta la fecha seguro”, o pedir ulteriores estudios o aclaraciones con respecto a algo que no permite dar un veredicto seguro. Cuando el producto es avalado por la opinión de CTN Salud, se crea un acta que es presentada al Ministerio, donde el caso comienza a ser revisado técnica y jurídicamente y después es aprobado por los asesores del Vice Ministro y los asesores de la Secretaría General del Ministerio, y finalmente por el Ministro, quién lo firma para luego ser publicado en el diario oficial. Esta nueva aprobación es también registrada por el sistema de datos BCH y de esta forma por el resto del mundo. Vigilancia y etiquetado En Colombia quién vigila la entrada y salida de alimentos es el INVIMA. En los pasos fronterizos se hacen inspecciones de commodities, en especial granos. Sin embargo, los datos no son relevados al público, ni los containers llevan una identificación sobre el tipo de carga. El INVIMA puede realizar pruebas sobre cualquier producto del mercado y para esto se apoya en el Laboratorio Central Institucional de Detección y Monitoreo de OGM. 82 Hoy los consumidores no pueden saber si lo que están comiendo contiene algún organismo modificado genéticamente, pues para las normas del país los OGM son iguales a cualquier otro alimento. Por esta razón no se exigen etiquetas. Esta situación está a punto de cambiar a raíz de una demanda interpuesta en el 2008 por el Colectivo de Abogados Alvear que exigía la reglamentación del etiquetado. El resultado es una resolución que entrará en vigencia el 22 de junio de este año 2012 y que contempla el etiquetado obligatorio solamente en cuatro casos: cuando puede presentar reacciones alérgicas, cuando existen cambios nutricionales, cambios de cocción o almacenamiento y cambios en el olor, sabor o textura (organoeléctricos). “Al gobierno le interesa decirle al consumidor lo que es verdadero y lo que es un plus para su alimentación” dice Adriana, “por lo tanto si yo tengo una salsa de soya hecha con soya transgénica que le confiere a la salsa una característica que aumenta su contenido de ácido oleico que es bueno para el colesterol, la etiqueta lo dirá”. “La empresa tendrá que hacer las comprobaciones indicadas por el INVIMA antes de ponerlo en la etiqueta, porque el enfoque es que lo que le digas al consumidor sea verdadero”. Este estilo de etiquetado o rotulación estará sobretodo dirigido al aspecto positivo de los cambios en la composición nutricional, pues como dice Adriana, “la mayoría de los desarrollos en alimentos derivados de la modificación transgénica están dirigidos a este aspecto”. El etiquetado no tiene como fin perjudicar a las industrias de alimentos, es por eso que no son negativas. Para entender esto se requiere considerar los antecedentes políticos que se han presentado en el país en cuanto al tema, dice Adriana. “La posición del país en los foros internacionales ha sido siempre de aceptación, no tendría ningún sentido 3.3 Entrevista a Germán Vélez (Grupo Semillas) 83 implementar un etiquetado restrictivo”. “No debería haber transgénicos en países megabiodiversos, centro de origen de los principales cultivos alimenticios” El Grupo Semillas es una organización no gubernamental colombiana que desde el año 1993 se dedica a discutir, difundir y capacitar acerca de políticas públicas en el campo del agro, el medio ambiente, la ecología, la biodiversidad y la producción sostenible de alimentos. Se relaciona con otros ámbitos de la sociedad nacional e internacional y con grupos campesinos, indígenas y afro descendientes, ayudándolos en la defensa de sus derechos y sus territorios. Para el Grupo Semillas la llegada de los transgénicos a Colombia a mano de compañías como Monsanto, ha estado llena de irregularidades y atropellos en contra de los derechos de los agricultores, el equilibrio del campo y la seguridad alimentaria del país. Germán Vélez, su director, cree que en países como Colombia, que son considerados megabiodiversos y centro de origen de los principales cultivos alimenticios (papa, maíz, fríjol, yuca, tomate, entre otros), no se debería permitir el cultivo de alimentos transgénicos, pues atentan contra la biodiversidad y la pureza de las semillas silvestres. Los cultivos transgénicos que actualmente tiene Colombia contienen genes manipulados que los hacen resistentes a los herbicidas (como la variedad Round Up Ready de Monsanto), o bien resistentes a algunas plagas, gracias a la introducción de una bacteria que les confiere propiedades insecticidas (como la variedad de Maíz Bt de Monsanto). El riesgo está en que este tipo de cultivos afecte a los tradicionales, es decir, que a través del polen, por medio de las abejas, el viento o la simple casualidad se “contamine genéticamente” a las plantas criollas, y se cambien irreversiblemente sus características originales obtenidas por años y años de trabajo campesino tradicional. Vélez, como muchos campesinos miembros del Grupo Semillas, no cree en la posibilidad de coexistencia entre los cultivos transgénicos y no transgénicos, a pesar de que la ley colombiana, mediante el Decreto 4525 de 2005, posibilita la existencia de cultivos transgénicos a una distancia de 300 metros de 84 zonas consideradas “libres de transgénicos” como los resguardos indígenas del Zenú. “No hay posibilidad de evitar la contaminación a 300 metros de distancia”, afirma, “No hay argumento científico que compruebe que de esta forma se protege a las especies criollas”. Bioseguridad La falta de control y de protección de la ley colombiana, es la razón por la cual el Grupo Semillas, en el año 2005, interpuso una demanda al Estado por permitir la entrada de transgénicos al país sin ningún control, ni evaluaciones de tipo integral, en donde se estudien y analicen las implicaciones de tipo ambiental, sanitarias y socioeconómicas que traen consigo los transgénicos. Si bien el gobierno delegó el control de bioseguridad a los Comités Técnicos de Bioseguridad, dependientes de los ministerios de Ambiente y Protección Social, estos no trabajan de manera conjunta, perdiendo de vista la globalidad del asunto, y más importante aún, no realizan estudios propios, sino que avalúan estudios anteriores que en su mayoría tienen que ver solamente con la eficiencia de la tecnología. El Instituto Colombiano de Agricultura (ICA), por su parte, tampoco realiza estudios independientes al respecto, sólo se limita a homologar los estudios que las empresas presentan para poder ingresar sus semillas. Esto, a los ojos del Grupo Semillas es tan absurdo y parcializado como si “se pidiera a la Phillip Morris un estudio sobre los riesgos del tabaco para la salud”. Las demandas que ha interpuesto el Grupo Semillas llaman la atención sobre la debilidad de la ley colombiana ante el cumplimiento de las normas de bioseguridad estipuladas en el Protocolo de Cartagena*. Tal es el caso de la aprobación del cultivo de maíz transgénico en las regiones de Sucre, Córdoba, Tolima y Huila en el año 2007, mediante las Resoluciones 464 y 465: “No se había consultado con los agricultores ni con los pueblos indígenas ni afrocolombianos de la región” y esto constituye una violación al Artículo 23 del Protocolo, que compromete a los gobiernos a la consulta previa con la 85 sociedad antes de la introducción de cualquier producto transgénico. Estas demandas se encuentran actualmente en curso en el Consejo de Estado. Impacto Socioeconómico “En un país como Colombia lo que más hay es mano de obra. No necesitamos tecnologías que ahorren uso de mano de obra y que nos hagan dependientes de compañías multinacionales. Necesitamos tecnologías intensivas en el uso de mano de obra”. Con esta afirmación Germán Vélez deja en claro la postura de un grupo de campesinos y agrónomos colombianos frente al uso de las semillas transgénicas en el campo. A los campesinos se les vende la tecnología bajo varias premisas, las más fuertes son las que tienen que ver con la limpieza del terreno (en cuanto a que aminora el uso de agroquímicos) y con el ahorro de dinero (porque se gasta menos en agroquímicos). Según Vélez éstas premisas son falsas, porque si bien al comienzo los campesinos sí ven sus cultivos libres de plagas y malezas gracias a la tecnología transgénica y por lo tanto ahorran dinero en agroquímicos, después de un tiempo las plagas vuelven y se crean súper malezas, ambas resistentes a la tecnología, por lo que los trabajadores deben volver a emplear insecticidas y herbicidas químicos. La eficiencia y la conveniencia económica de las semillas de compañías como Monsanto no están aseguradas, sobre todo en el caso de la agricultura no industrial. “No tiene sentido que un pequeño agricultor use esa tecnología cuando cuenta con pocas hectáreas, poco dinero y mano de obra en abundancia”, agrega que incluso los grandes terrateniente han resultado decepcionados por el uso de las semillas transgénicas de Monsanto. Tal es el caso de los algodoneros de Córdoba: “En Córdoba tienen la intención de dejar de usar semillas modificadas genéticamente porque las semillas que les ha traído Monsanto no han servido”. No sirvieron durante la cosecha del 2008 al 2009, cuando los algodoneros de esta región agremiados en Conalgodón reportaron pérdidas de 14.000 millones de pesos. “La tecnología Bt y Round Up Ready de las semillas de Monsanto no resultaron eficaces ni en la resistencia al glifosato 86 ni en el control de plaga spodóptera9. Además, sólo tres de las cinco cápsulas de la flor de algodón se desarrollaron, por lo que no resultaron más productivas como les habían dicho”. A raíz del fracaso del algodón transgénico, Conalgodón demandó a Monsanto, que respondió ofreciéndole un acuerdo monetario por 1.280 millones de pesos para ser repartidos en el gremio. “La empresa tiene una estrategia perversa para enganchar a los agricultores”, consiste en hacer un trabajo de marketing engañoso y de subsidios y “regalos” a los agricultores, como no cobrarles los royalties por unos meses de uso o incluso venderles las primeras semillas a un costo inferior, para después engancharlos en el paquete tecnológico necesario para el mantenimiento del cultivo, explica Vélez. Es así como el balance económico-productivo termina siendo perjudicial para quienes utilizan estas semillas, y lo más alarmante, no existen otras opciones, pues según información del Grupo Semillas, el poder de Monsanto en la región llega al punto de desaparecer las semillas tradicionales del mercado, por lo que los algodoneros están condenados a seguir comprándoles. “Las compañías quieren el control absoluto de las semillas” y tienen al gobierno de su lado, pues mediante la Ley 1032 de 2006 se estipuló que todas las semillas deben estar registradas ante el ICA. Bajo esta ley, el Código Penal contempla en su artículo 306 la penalización monetaria y carcelaria por el plagio de la tecnología transgénica de Monsanto. “Las transgénicas son las únicas semillas registradas, entonces lo que empieza a crearse es todo un estigma de ilegalidad y desprestigio contra las semillas criollas”, advierte Vélez, y ejemplifica esta situación con el caso de las semillas de arroz en Huila, “1.000.000 de kilos de semillas fueron decomisados en el 2009 en Huila por el ICA”. No sólo de esta forma las empresas controlan a los agricultores, también con contratos que tienen validez al momento de la compra de la semilla. Monsanto, por ejemplo, obliga a quien adquiera sus productos a firmar una cláusula de confidencialidad del manejo de la tecnología, que prohíbe violar la patente sobre las semillas, compromete al agricultor a devolver las que le sobren y a no venderlas, 9 Nombre científico dado a las mariposas nocturnas 87 regalarlas, ni guardarlas. Este último punto constituye una diferencia radical con las prácticas campesinas tradicionales, que contemplan la reserva y el intercambio de semillas con vecinos y colegas, de esta forma, explica el director del Grupo Semillas, es que se han creado los diferentes tipos de maíces, tubérculos y granos que enriquecen la biodiversidad de las regiones. Las prácticas tradicionales de agricultura se irán perdiendo a medida que las nuevas semillas, bajo el control de las multinacionales, y se colonizará cada vez más el campo colombiano. El año pasado en Colombia se cultivaron 50.000 hectáreas de algodón transgénico y 60.000 hectáreas de maíz transgénico. Esta cifra seguirá creciendo según proyecciones de Germán Vélez: “el panorama es negro, porque los agricultores tienen pocas herramientas para defenderse”. La situación ha cambiado y seguirá cambiando: “en la década de los 90 éramos autosuficientes en lo que respecta a alimentación, en cambio el año pasado importamos 9.5 millones de toneladas de alimento, de las cuales 3.5 millones son de maíz, lo que equivale al 84% del consumo nacional”. Esta cifra nos revela el detrimento por el que pasa Colombia a nivel de soberanía alimentaria, lo que resulta paradójico en un país que, como se autodenominaban los pueblos Zenú y Embera, “hijos del maíz”. La opinión de Germán Vélez, representante del Grupo Semillas es clara: “A largo plazo el agricultor no será beneficiado porque a las compañías no les interesa tanto que sea conveniente el uso de transgénicos o que sean resistentes a inundaciones o sequías, sino que los vuelvan dependientes del paquete tecnológico completo y así vender más”. 3.4 Entrevista a Gregorio Mesa, Abogado especialista en temas ambientales. Colombia es un país sin soberanía alimentaria. Gregorio Mesa Cuadros es abogado de la Universidad Nacional de Colombia con Ph. D de la Universidad Carlos III de Madrid España. Doctorado en Derecho Ambiental, actualmente se dedica a la docencia, investigación, asesoría y formulación de proyectos con énfasis ambiental o derechos colectivos. Es el director del instituto Unidad de Investigaciones Jurídico Sociales “Gerardo Molina” – UNIJUS – 88 Gregorio dice que el país no está preparado, en materia agrícola, para afrontar un TLC; sin embargo, la lucha no debe ser contra las multinacionales que ofrecen biotecnología, sino contra el gobierno, exigiendo una reforma agraria que los proteja. Los OMG son entonces, alimentos vigentes en el país sin ningún tipo de restricciones. El derecho ambiental apuesta por la salud en una cultura de consumo orgánica: Gregorio Mesa, Abogado especialista en temas ambientales, así lo demuestra su tesis de doctorado, Derechos Ambientales en perspectiva de integralidad: concepto y fundamentación de nuevas demandas y resistencias actuales hacia el Estado ambiental de derecho, opina que en Colombia si existe la posibilidad de una cultura de consumo de alimentos orgánicos ya que “los colombianos que tienen hambre son más o menos 20 millones, según datos del DANE”, el problema real que plantea el Dr. Mesa es que es muy difícil concretar esa cultura de consumo orgánico porque las empresas e incluso los medios de comunicación piensan “en una cultura de consumo convencional cuyo sueño es consumir” la necesidad está planteada en cubrir las necesidades básicas. Un problema que plantea el Dr. Mesa es que los daños que causan los OMG a mediano y largo plazo en la salud no están probados científicamente, además los daños a largo plazo en el ambiente es lo que más se debería tener en cuenta, ya que es con el pasar del tiempo como pueden comprobarse los daños en la tierra, en los ecosistemas. Además somos los conejillos de indias con los OMG, no hay daños comprobados a corto plazo entonces hay que esperar las consecuencias. El uso de tecnologías altamente desarrolladas, como la biotecnología, no se catalogan dentro de tecnologías ambientalmente sostenibles, porque una alta producción en menor tiempo genera daños a futuro que no están comprobados, lo que genera la controversia sobre que el ahorro en la producción de una semilla transgénica no compensa los daños ambientales. “El tema a discutir es ¿qué tipo de tecnología? Las tecnologías duras para producir alimentos, puede que incrementen la producción en términos de cantidad de los alimentos, pero habría que agregarle a esa 89 manera de medir, la medida ambiental y la medida relacionada con la conservación del ambiente y de los elementos del ambiente.” Dentro del derecho ambiental es importante tener en cuenta los principios ambientales de compensar, restaurar, compensar y mitigar, principios que no se encuentran en la producción de transgénicos ya que “si se produce y sale barato producir transgénicos y no estoy pagando, estoy delegando en las generaciones futuras una responsabilidad que yo cause como generación actual, entonces esas generaciones tendrán que pagar algo que yo dañe, ahí no hay derecho.” La idea en materia ambiental es cuidar, prevenir y preservar porque “el derecho ambiental se caracteriza precisamente porque quien hace algo como conducta humana, lo pague, lo compense, lo mitigue y lo restaure, si es que uno acepta que se puede hacer y pagar”. El Dr. Mesa cree que hay una tendencia mundial y ahora nacional, en creer que lo transgénico es más sano que lo orgánico y más que tendencia, asegura es una contracción, porque no hay razones técnicas o investigaciones serias que afirmen la tendencia, porque desde el derecho o la política solo se brindan insumos y medidas que respeten estándares ambientales. El derecho ambiental expresa qué se puede hacer, qué no se pude hacer y cómo se puede hacer. La Soberanía alimentaria vista desde el derecho ambiental “Yo creo que no hay una autonomía, ni una soberanía, ni una seguridad alimentaria, que son tres conceptos que deben ser manejados de manera integral y no separadamente”. Generalmente ha sido un concepto ligado al Estado, a un compromiso con los ciudadanos. Se cree que el Estado es soberanía y por eso el único con capacidad para producir, distribuir, y establecer limitaciones, pero lo importante, según lo explica el Dr. Mesa, es reconocer cuando el Estado toma decisiones no solo para favorecer intereses particulares, cuando es soberano hacia afuera, hacia otros países y empresas, y cuando es soberano al pensar en los ciudadanos. 90 Si pensamos en el arroz, los productores establecen una política entre ellos para que los precios se establezcan de una determinada manera y presionan para que no se importe el producto, aquí el precio del arroz sube y los 20 o 22 millones de colombianos pobres que tienen hambre, no tienen el sustento para comprarlo, o sea no tienen un acceso al alimento. Aquí no hay soberanía alimentaria. “El Estado debería ser autónomo con las empresas, con los productores, es decir, tomar su decisiones autónomamente y además internamente, también autónomo que no tome decisiones por terceros que influyen de manera inadecuada e injustificada en ese ejercicio, pero el tema de autonomía es clave en el nivel externo y en el nivel interno”. La seguridad alimentaria, según lo expresa el Dr. Mesa, no es solo la oferta o disponibilidad de alimentos porque si nos referimos a estos aspectos podríamos coincidir, en que, tener solo alimentos transgénicos es la seguridad con la debe cumplir el Estado y no es así. Además de la seguridad alimentaria debe existir el derecho a la alimentación y el reconocimiento de alimentos sanos que generan un buen desarrollo de la vida, “esta es una discusión clave en la que la FAO, las sociedades tradicionales y la academia han venido desarrollando”. Así pues, la seguridad alimentaria nos expresa la necesidad de alimentos suficientes, alimentos disponibles y alimentos con unas calidades específicas que incluso estén asociadas a la cultura, este último factor es determinante para los individuos. La situación actual del agro en Colombia: Al hablar de la agricultura en Colombia, en este momento histórico, con la implementación del TLC con Estados Unidos es necesario tener claro el contexto en el cual se vive. El Dr. Mesa es claro al explicar que se parte de una ficción al creer que en el comercio internacional todos los países integrados en el proceso son iguales, cuando es todo lo contrario, son desiguales. La teoría que se viene trabajando en el gobierno actual es que todos ganan y es un principio de economía que no es cierto, en la materialidad alguien pierde y alguien gana. “La gran paradoja es que países como el 91 nuestro que producen alimentos no en la fórmula generalizada de los transgénicos, hay una competencia desleal entre unos y otros, nos ponen a competir en escenario de desigualdad con el argumento de que ojalá compitamos en ese escenario de mercado porque: como el mercado fija las reglas entonces allá todos ganan”. Para el Dr. Mesa “son importantes unas medidas de protección al agro, al campo, a todos los productores de alimentos, lo preocupante es que quien más tiene poder orienta la producción de la política pública desde su interés”. No hay unas políticas públicas que protejan al agricultor, es el intermediario el actor que define, orienta, tiene el peso y la capacidad para establecer unas medidas que lo beneficien. Una producción teñida de orgánica: Es una realidad que en países como Colombia lo orgánico es mal pagado, pero si es una empresa la que etiqueta sus productos como orgánicos, si se reconoce el valor de limpieza y pureza lo que aumenta las ganancias. Lo malo es que “algunas empresas se tiñen de verde para pasar por conservacionistas y que cuidan el ambiente, que cuando producen no dañan, y esto no es cierto porque hay que fumigar, hay que usar herbicidas, pesticidas”. En esta instancia no se puede juzgar al campesino colombiano, según el Dr. Mesa “el campesino produce para su subsistencia, no para una ganancia, lo que queda si lo vende y genera una huella ambiental10 pequeña”. Esta es un ideología diferente a la comercial, lo orgánico no puede entrar a competir con lo transgénico, ya que, como se ha explicado anteriormente, los riesgos ambientales de un OMG no se compraran económicamente con los beneficios de un alimento orgánico, lo que genera un desconocimiento de las implicaciones medioambientales y de la salud humana. “Los ecólogos han hecho múltiples estudios donde se demuestra que para producir orgánicamente se debe pensar más allá del territorio porque la contaminación se traslada de terreno a terreno ya sea por aire, 10 Uso de los elementos del ambiente sin afectar los recursos de la generaciones venideras. 92 lluvias, o los mismos animales en busca de comida”. Lo que recalca el Dr. Mesa es que esta contaminación no se paga, no se compensa, ni se mitiga, no se aplican los conceptos ambientales. En este sentido, no se trata de criticar los transgénicos o las grandes multinacionales que producen OMG, sino de establecer los impactos negativos. En este punto, es importante valorar el debate entre alimentos orgánicos y transgénicos porque si valoramos todos los factores mencionados, encontramos que el principal problema es el riesgo en el que se encuentra la salud y vida humana y en segundo lugar se encuentra la vida de los ecosistemas, factores directamente relacionados porque un ambiente dañado perjudica la vida humana. El etiquetado, ¿Beneficio o Barrera? El Dr. Mesa manifiesta que en Colombia si hay legislación, otra cosa es que no se aplica, se convierte más bien en un requisito que no sirve para una producción y comercialización ambientalmente sostenible, “se convierte en traba de pequeños productores orgánicos que no acceden porque no tienen con qué pagar esas formas de eco etiquetado que valen 2 o 3 veces más de lo que cuesta el producto, pierden. La escala de producción no sirve para eso, el estado termina siendo injusto con ellos y beneficia a los que si hacen daño al ambiente”. Lo que vemos aquí es otra forma de teñir de verde a las empresas productoras de OMG. El etiquetado se convierte, entonces, en una barrera no arancelaria para pequeños productores y para el país, barreras ambientales, barreras de bioseguridad. Esta norma es altamente discriminatoria, “existe el convenio de Cartagena sobre Bioseguridad y apoya a algunos y a otros no”. Confirmo la premisa de que en el país se establecen decisiones políticas y económicas sin sustento técnico o científico. Políticas laborales y grandes producciones: En Colombia existe una alta concentración de tierras, grandes monocultivos e implementación y siembra de OMG. Hablemos del monocultivo, tiende a desarrollarse con una tecnología acelerada suprimiendo la mano de obra. En la biotecnología vemos el remplazo de mano de obra por herbicidas hechos en 93 laboratorios y semillas mejoradas genéticamente. “Nada más un herbicida suple 10 o 20 personas, en los monocultivo se requiere más tierra y menos personas. Tenemos el ejemplo de Carimagua con la Palma aceitera, producida de determinada manera como receta. Un proceso automatizado”. “Eso tiene que ver con los derechos labrarles, ya no se necesitan seres humanos porque hay maquinas. Y, ¿qué hacen esas personas sin empleo? Se van a vender dulces en los semáforos por culpa de una inadecuada política agraria y de empleo”. La relación de políticas agrarias y de empleo se ven relacionadas en este contexto, ya que son las necesidades del país las que se deben suplir. Con la apropiación de tierras en mano de unos pocos nos inclinamos hacia una tendencia mundial en donde las tierras de nuestro territorio son compradas por otros países para producir alimento y llevarlo a su país, aún si en Colombia se siguen muriendo de hambre los 20 o 22 millones de colombianos, cifras del DANE. “Lamentablemente la teoría que gano con la implementación de tratados de libre comercio, es que no debe haber ningún límite al comercio. Se dice que las normales ambientales y laborales son una barrera al comercio y hay que eliminarlas, acá estamos perdiendo mucho”. 3.5 Entrevista a Tomás León “Los Transgénicos no se necesitan” Para Tomás León, agrólogo del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional, la academia tiene un papel social muy importante al momento de velar por el interés común que, muchas veces, es relegado a un segundo plano cuando se trata de empresas, cuyo mayor objetivo es, por definición, generar ganancias. La ciencia está subordinada a los intereses particulares y a un poder que dicta qué se estudia y qué no, qué se revela y qué no. Afirma este agrólogo, quién tiene relación directa con algunos de los científicos cuyas investigaciones sobre transgénicos han sido acalladas. “Los transgénicos”, dice, “son plantas que no se necesitan. Modificar la naturaleza es suponer que no es perfecta ya de por sí”. 94 Una de las discusiones claves en el tema de los OGM gira en torno a los efectos que pueden tener los cultivos de transgénicos en los cultivos tradicionales, o sea la contaminación genética por medio de polen, viento u otros factores de la naturaleza. Las empresas de semillas transgénicas, como por ejemplo Monsanto, afirman que la contaminación genética es prácticamente imposible en condiciones naturales y sin la ayuda de un fitomejorador, concluyendo así que los cultivos transgénicos no son una amenaza contra la biodiversidad. Tomás León cree por el contrario, que la contaminación genética “sí sucede, es un hecho biológico”. León critica a Monsanto por basar sus argumentos en hechos estadísticos más no biológicos, ya que si bien las cifras presentadas por Monsanto respaldan a la empresa, el hecho científico es que si pasa y ha pasado. “Un estudio realizado en el 2001 por los microbiólogos Quist y Chapela, de la Universidad de Berkeley, a quienes conocí en un congreso en Noruega, detectaron la „introgresión genética‟ en el maíz criollo del sur de México”, lo que demuestra que los cultivos transgénicos si afectan el entorno de manera impredecible. Si bien la naturaleza puede causar que se pierda el rastro de las semillas, transportándolas a ellas o a su información genética a kilómetros de distancia, la „policía transgénica‟ se encarga de seguir la pista a los agricultores clientes de las empresas, para que no guarden ni regalen semillas. Esto, para León es un atropello con el campesino, porque ve condenadas sus prácticas: “Desde el Neolítico los agricultores guardan e intercambian semillas”, dice, cosa que cuando se trata de transgénicos, no es posible, pues las patentes confieren propiedad sobre la semilla y la planta entera, “esta es una discusión ética y económica”, dice León, “el plus tecnológico está en el trabajo sobre un gen, ¿eso los hace dueños de toda la planta?”. Las discusiones en la academia no terminan, hay quienes están a favor y hay quienes, como León, dudan de la necesidad de este tipo de tecnologías. “Es una cuestión filosófica. Hacer plantas perfectas es suponer que la naturaleza no es perfecta ya de por sí”. 95 La ciencia no es libre, la controlan intereses políticos y económicos. Es de suponer que las investigaciones que tienen resonancia y respaldo son las que de una u otra forma benefician lo establecido por el mercado o por quienes nos gobiernan (que en muchas ocasiones terminan siendo los mismos). Es por eso que investigaciones como las de Chapela y Quist son poco conocidas y sus autores desautorizados, censurados y perseguidos. Ciencia, intereses y academia Tomás León duda de la seguridad de los organismos transgénicos, pues estos están hechos con técnicas de inserción de genes al azar, ya sea por medio de un virus, una bacteria o una pistola de partículas. El hecho de que esta inserción sea al azar implica cambios en la forma como se construyen los aminoácidos y por consiguiente las proteínas. Sin embargo explica, “a las compañías de biotecnología lo que les interesa es insertar el gen y que se exprese de manera exitosa, no saber realmente que pasa en complejidad con la planta y con las relaciones de ésta con el resto de la naturaleza y los insectos”. “Esa es la diferencia con la Universidad”, agrega León. “Los biotecnólogos de las universidades deberían estar todo el tiempo mirando los efectos de esas otras plantas modificadas genéticamente. El deber ser de la universidad es investigar qué pasa al interior de la planta genéticamente modificada, y en sus relaciones económicas y sociales”. Es la academia el único espacio en donde la ciencia no está condicionada a los intereses económicos y políticos del sistema capitalista, pues el fin de la universidad es social. Sin embargo, la relación entre la ciencia, las empresas y las publicaciones llega hasta el punto de censurar investigaciones que hoy en día tienen algo que decir en contra de la utilización de plantas transgénicas en la alimentación humana. Tal es el caso de la investigación realizada por la bióloga Irina Ermakova del Instituto de Actividad Nerviosa y Neurofisiología, de la Academia Rusa de Ciencias. En este estudio se sometieron ratones a alimentación con soya transgénicas RR11 durante un período de 15 11 Soya Round Up Ready, propiedad de Monsanto. 96 días, tras lo cual se hallaron cambios determinantes en el comportamiento y la fertilidad. Los ratones presentaban fobia a la luz, se mantenían alejados de ella y además aislados del resto del grupo y del contacto con las madres. Según Ermakova estos resultados tenían que ver con la temperatura corporal influenciada por la alimentación. A pesar de ser una de las pocas investigaciones que cuestiona el tema de la alimentación con derivados de OGM, a Irina Ermakova la censuraron, y le prohibieron publicar por unos años. Esta misma situación se ha repetido con todo el que tenga pruebas que demuestren el peligro de los transgénicos. El caso Colombia En cuanto a la experiencia de Colombia con los transgénicos, Tomás León recalca la falta de interés de los académicos y de la prensa por el caso del algodón en Córdoba y Tolima durante al año 2008. “Nadie tomó nota de lo que había pasado, nadie hizo un artículo o en estudio al respecto”, dice, “solo en internet se difundió la información de lo que había pasado”. Si bien hace una crítica al periodismo por su falta de atención a estos asuntos, León también admite que para la ciencia, los artículos de prensa son igual a nada: “la ciencia cree que tiene la verdad absoluta y que si la información no se publica en revistas indexadas, no existe”. Esto quiere decir que el periodismo nunca va servir como prueba científica o como referente, pero sí como estimulante de la opinión pública, para que ciertos temas sean entendidos y exigidos por la sociedad como parte de la agenda científica. En el país no se debatió lo suficiente sobre el uso del glifosato contra los cultivos de coca. Durante el gobierno Uribe hicieron pruebas de eficacia, pero, según León, se dejaron atrás temas como la erosión y la seguridad alimentaria. “El glifosato usado en el país contiene polioxetilenina, una molécula venenosa que hace de coaduyante del herbicida, lo ayuda a adherirse más. Así que cuando llueve, el agua arrastra lo que queda del glifosato, llevándolo tierra abajo y afectando otros cultivos”. Esto naturalmente afecta la seguridad alimentaria del país, pues los alimentos que estén cerca de los cultivos de coca se verán irremediablemente afectados por el uso del agroquímico. 97 “Los transgénicos no se necesitan”, concluye Tomás León, “no son buenos para los agricultores”, y tampoco para los consumidores, “el alimento no debe ser riesgoso para las personas”, lo cual es una posibilidad latente, así las empresas semilleras se empecinen en ocultar las pruebas a la opinión pública. “A Monsanto no lo mueve la idea de que todos comamos y comamos bien, quiere tener ganancias y punto”. Y concluye, “La ciencia no puede estar al servicio de unos pocos. La ciencia tiene que servir a la vida”. 3.6 Conclusiones sobre la mirada al tema de los actores entrevistados La primera conclusión de las entrevistas a los actores que representan los diferentes puntos de vista alrededor del tema de los alimentos transgénicos, es que en el país no se ha discutido seriamente el tema. La información que ofrecen los entrevistados no se ha puesto verdaderamente en un espacio público de reflexión y toma de decisiones. La opinión pública no conoce todas las implicaciones que hay detrás de la llegada de una planta genéticamente modificada al país, ya sea por semillas en cultivos o por importaciones. Estas no solo afectan la vida de los agricultores y los campesinos, también al ecosistema, a la economía, a los consumidores y a la sociedad en general. Si la sociedad carece de la información suficiente y pertinente ¿cómo se supone que va r tomar una decisión o una postura frente al tema?, y más aún ¿cómo hace valer sus derechos? El primer dilema a tratar es el de la contaminación genética y los perjuicios que podría traer a la biodiversidad. Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo, en el que se originan una gran cantidad de especies de tubérculos, legumbres, granos y frutas, diversificadas en cientos de variedades criollas. Mientras los grupos de agricultores y la academia cree que la contaminación genética es una posibilidad, un hecho científico, las empresas y sus voceros (que la mayoría de veces están relacionados con en el lobby político) defienden como que es imposible que se produzca traspaso de genes modificados sin la 98 determinación de un especialista en un laboratorio. Así lo argumentan compañías como Monsanto en los dossiers que presentan a los gobiernos, y que funcionarias como Adriana Castaño, del Ministerio de Protección Social, se limita a revisar, pues como ella afirma, las instituciones estatales no pueden, por cuestiones de presupuesto, adelantar sus propias investigaciones sobre el tema. La coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos es algo que Mauricio Rivas, encargado de los asuntos de Monsanto en la región, cree perfectamente posible, según él, la introgresión genética accidentada no sucede, y el agricultor está en toda su libertad de escoger si siembra o no las semillas transgénicas, pues las posibilidades del mercado así lo permiten. El Grupo Semillas, sin embargo, acusa a la empresa de buscar adueñarse del monopolio de las semillas, a través de patentes y contratos que someten al campesino a un tipo de agricultura estandarizada que lo hace dependiente de este modelo. La experiencia del algodón el Córdoba y Tolima es claramente un ejemplo de fracaso del modelo transgénico en Colombia. Para Monsanto, lo que pasó fue un simple mal entendido entre los agricultores y las plantas modificadas, quienes dejaron de rociar insecticida, abandonaron los cultivos y los dejaron en manos de la tecnología. Para los agricultores, por otro lado, ésta es la prueba que las semillas modificadas genéticamente no son perfectas y que la empresa no busca el beneficio de los campesinos y mejores cosechas, sino para vender sus productos. Ante esta situación, que ocurrió a finales del 2008, el periodismo hizo muy poco, pues no se encontraron en la muestra de medios artículos relacionados con el tema, una excepción de uno que solo menciona lo ocurrido. La academia tampoco registró el hecho, así lo denuncia Tomás León, quién critica a la comunidad científica por solo aceptar un hecho si es publicado en las revistas indexadas y bajo el nombre de algún prestigioso grupo de investigación. La ciencia no es libre y esto lo confirmó el agrólogo con todos los casos de colegas censurados que ha conocido en este campo; desde Chapela hasta Ermakova, todos con el mismo tema en común, ese lado de los alimentos transgénicos que las empresas nos tratan de esconder, con la ayuda negligente o cómplice de 99 los gobiernos. Las respuestas a preguntas incómodas como ¿qué efectos tiene el glifosato en el campo? Y ¿qué efectos en la salud tiene el consumo de transgénicos como la soya? El tema de bioseguridad en el país es bastante flojo, así la bióloga Castaño, vinculada desde hace más de 10 años al INVIMA y al Ministerio de Protección Social trate de hacernos comprender el entretejido trabajo que cumplen las distintas instancias del gobierno para regular y vigilar el tema. La verdad es que poco o nada tienen el poder los gobiernos, pues las reglas del mercado se imponen y los intereses políticos son determinantes, como en el caso del país. Colombia ha estado desde siempre a favor de los alimentos transgénicos, e incluso hizo de base para la discusión y la forma del Protocolo de Cartagena. Su cercanía política a Estados Unidos ha sido clave para la entrada de los alimentos transgénicos al sur del continente. Esto ha hecho que Colombia sea uno de los países que importa maíz norteamericano, tan repudiado en la Unión Europea y en Japón por ser, en su mayoría, transgénico. La versión anterior se complementa con lo planteado por Gregorio Mesa, abogado especialista en temas ambientales. El Dr. Mesa reconoce que el gobierno no ofrece las garantías para que el país sea soberano en materia agrícola y las decisiones políticas, como la entrada en vigencia del TLC, demuestra que el país afronta situaciones en las cuales no tiene como competir con la calidad, precio y cantidad de alimentos, como si las ofrecen otros países con biotecnología integrada al sistema de producción alimentaria. Colombia importa actualmente, y gracias a datos del grupo de Germán Vélez, el 85% del maíz. Lo cual resulta paradójico, pues, como se ha dicho en el contexto de este trabajo, algunos pueblos amerindios son considerados “Hijos del Maíz”. Los “Hijos del Maíz” que se ven obligados a importar maíz de otras tierras son un claro indicador del detrimento en materia de Seguridad Alimentaria que está viviendo el país, pues, recordemos, la dieta colombiana tiene como uno de sus ejes este grano. 100 Pero entonces, ¿qué sucede con la promesa de la biotecnología de aumentar la producción y ser fuente de riquezas y seguridad para los agricultores? Para Vélez el balance entre agricultura transgénica vs. No transgénica siempre va a apuntar hacia la no transgénica, pues cuesta menos y está más acorde con lo que necesita el campo colombiano: no un modelo de gastos agroquímicos y ahorros en personal, si no uno que aproveche al máximo la obra de mano campesina y la pluralidad del campo, haciendo al campesino autosuficiente y coherente con las reglas de la naturaleza y el ecosistema. Según Monsanto cada quién está en la posibilidad de escoger. Mientras que para León es una tendencia en crecimiento, pues “industrializar” la producción agraria es visto como señal de progreso y modernidad, a pesar de que, según sus opiniones, los transgénicos no se necesitan, pues lo que sí sería positivo para la vida del hombre en la tierra sería la creación de un modelo más sostenible, acorde con los ciclos de la naturaleza y las necesidades alimentarias de cada región (soberanía alimentaria). La desinformación y la falta de involucramiento en el tema también se ven reflejado en el caso del glifosato. León cuenta como durante el gobierno Uribe se escogió un grupo de estudio que recomendara al gobierno a partir de una serie de pruebas sobre la eficacia de la utilización del glifosato, que resultaron siendo incompletas y precisamente limitándose a eso: a comprobar la eficacia en la tarea de erradicar los cultivos de coca. Lo que no se tomó enserio fueron las opiniones de muchos agrólogos que conocen la composición del glifosato y como este, con la ayuda del arrastre del agua en los suelos, es capaz de trasportarse más allá de la zona preestablecida, matando todo tipo de hierbas a su alrededor. Las dudas acerca de la inocuidad de los OGM, y de su incorporación en la naturaleza, como también de la seguridad del uso de glifosato son temas de alta relevancia para la sociedad civil y de alta responsabilidad para el periodismo y la academia, mientras que, para las empresas semilleras se trata de una cuestión de “miedo, desinformación, falta de cultura, simples mal entendidos”. Para todos, sin embargo, el panorama es claro: los transgénicos están lejos de desaparecer, y menos en estos momentos con la entrada en vigencia del TLC. Para algunos como los funcionarios de gobierno y las 101 compañías, esto significa la oportunidad para que el campo colombiano explote al máximo sus capacidades productivas haciendo uso de tecnologías de punta que modernizarán el campo y lo harán más eficiente y controlable. Para otros, por el contrario, es la imposición de un modelo que con conviene a la mayoría de medianos y pequeños campesinos, pues los quitará del plano, haciéndolos poco competitivos y desplazándolos hacia la urbe. Lo que a su vez significará más dependencia a las grandes multinacionales que con sus monocultivos colonizan las tierras del tercer mundo, para sacar de ellas sus productos y venderlas de vuelta a sus habitantes, con una ganancia económica. 102 4. Conclusiones Generales El aspecto que creemos engloba las conclusiones del trabajo, es la total desinformación que existe alrededor del tema de los alimentos transgénicos y su complejidad en relación con otros aspectos de la realidad nacional y la humanidad. Cuando se habla de alimentos transgénicos la preconcepción lleva a que se piense el tema bajo la luz de la agronomía (productividad) o de la salud (consumo). Sin embargo, la aproximación al tema, a partir del análisis de las piezas periodísticas, nos ha permitido comprender que las implicaciones que tienen los alimentos transgénicos van más allá de la salud humana y el medio ambiente, afectando los procesos sociales, económicos y políticos del país. Como periodistas pensamos que es indispensable entender que un tema tan trascendental para Colombia, que esconde asuntos de gran relevancia pública, no que puede ser abordado sólo desde el punto de vista científico, y por lo tanto descartado como prioridad en la agenda mediática. Coincidimos en la visión integral de la ciencia de la bióloga Marta Lucia Guardiola, cuando se refiere a los efectos y las consecuencias de la tecnología transgénica en Colombia: “El desarrollo tecnológico es fundamental para la sobrevivencia de la especie, pero la responsabilidad de los investigadores no puede independizarse de la realidad ecosistémica, cultural, económica y política de la sociedad 12”. El asunto de los alimentos genéticamente modificados sigue vivo. En el primer capítulo realizamos un breve recuento histórico de todos los elementos que constituyen la base teórica para entender el curso que ha tomado la ciencia y la agricultura. Una ruta construida a partir las ideas de Thomas Malthus acerca del crecimiento acelerado de la población, que inmediatamente prendió las alarmas de crisis alimentaria en el mundo. A raíz de estas ideas, los alimentos transgénicos han surgido como promesas de salvación del hambre mundial, en el marco de un discurso donde se ve la pobreza como un problema de cantidad de alimentos y no de modelo económico de distribución desigual de las riquezas. Guardiola, Marta Lucia. “Transgénicos para Colombia y en Colombia. Causas, efectos y consecuencias”. En el libro “Seminario Cultivos Transgénicos: implicaciones ambientales en Colombia”, pág. 61. Editorial Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000. 12 103 La llegada de la Revolución Verde dio entonces las herramientas para conducir a la agricultura a un nivel de producción industrial, más acorde con las necesidades del mercado mundial. Junto con ella llegó la ingeniería genética, que usando la técnica del ADN recombinante rompió las barreras genéticas entre especies, logrando así la creación de organismos con características adquiridas de un gen ajeno. Esta técnica de modificación y transferencia de genes abrió la llave de la historia genética de muchas especies vegetales y animales, un poder que significó también una amenaza a la biodiversidad del planeta y al delicado equilibrio de los ecosistemas. La introducción de este modelo fue especialmente difícil en los países del Tercer Mundo como Colombia, pues las condiciones del campo son completamente diferentes de las que se tienen en cuenta en los estudios de referencia de las empresas de biotecnología. Esto sin hablar que también el contexto económico y social es diferente. El modelo de agricultura transgénica exige agricultores con vastas hectáreas de tierra y capital para sostener los gastos agroquímicos y de maquinaria que van incluidos necesariamente en el “paquete tecnológico” de las empresas. Esto implica necesariamente el desplazamiento de las técnicas tradicionales de agricultura, por un modelo industrial mercantil, que como hemos visto, ha llevado en los últimos años a la destrucción de la sostenibilidad entre naturaleza y hombre. Esto se traduce en más concentración del territorio en manos de unos pocos (oligopolización de la agricultura), más desempleo en el campo, más desplazamiento, y por consiguiente, más desigualdad social en el país. A pesar de las prevenciones, Colombia terminó aceptando la llegada de la biotecnología genética al país, y en el 2005 se comenzó a cultivar oficialmente maíz y más tarde algodón Bt. Las reacciones no se hicieron esperar y en el mismo año grupos ambientalistas se pronunciaron al respecto, incluido el Grupo Semillas que interpuso una demanda para exigir licencias ambientales a las multinacionales semilleras. Las empresas incursoras en el mercado colombiano como Monsanto, Sygenta y DuPont (entre otras), 104 estuvieron respaldadas por el gobierno, que no consideró necesario la imposición de condiciones a los trámites de aprobación de los OGM en el país. El primer capítulo es una revisión de los antecedentes de una de las empresas más reconocidas a nivel mundial por sus semillas transgénicas, en especial Monsanto. Las experiencias registradas, todas en el ámbito latinoamericano, dejan en claro la separación que existe entre los intereses de las empresas (el mercado, las ganancias) y el interés común, cuyos guardianes deben ser en este caso la ciencia y el periodismo. El periodismo es, precisamente, el tema que se trata en el segundo capítulo, apoyado en las teorías de esfera pública del filósofo alemán Jurgën Habermas. El monitoreo de medios aplicado a dos referentes del periodismo escrito del país (Revista Semana y periódico El Tiempo) arrojó resultados tanto cuantitativos como cualitativos con un mensaje claro: el periodismo en Colombia no le está dando un papel relevante al tema de los alimentos transgénicos, pues no se ha hecho el seguimiento del tema, como tampoco el reconocimiento de las diferentes vertientes en donde tiene impacto. Las salas de redacción de ambos medios mostraron que no están preparadas para el tratamiento de temas científicos, por esta razón quienes escriben los textos son expertos en el tema, no periodistas. Cuando se evidenció que la información analizada estaba en manos de los periodistas, los artículos resultaron insuficientes o incompletos en la exposición del tema. Las fuentes fueron en su mayoría afines a la introducción de alimentos transgénicos, lo que resulta afectando la calidad periodística, pues no se logra equilibrar las fuentes de tal manera que se vean los otros lados del espectro comunicativo. Sin la integración de todas las voces no se puede crear un debate público, indispensable en la construcción de la razón pública. La ciencia tiene que dejar de ser un espacio exclusivo de quienes trabajan con ella, porque de lo contario se perderá la comunicación que debe existir entre el conocimiento científico y lo público. Más 105 aún cuando el conocimiento científico se encuentra en manos de corporaciones con intereses privados. Es deber entonces del periodismo hacer de puente entre el lenguaje y los fines científicos y la gente que va ser receptora de sus nuevas tecnologías, todo esto con el fin de democratizar la ciencia y evitar la imposición de una tiranía científica que dicte silenciosamente sobre la vida de las personas. En el último capítulo se realizaron cinco entrevistas en las que pudimos aterrizar el tema a la situación del país y conocer de primera mano en qué consiste el conflicto entre las diferentes partes y sus diversas opiniones. Este ejercicio fue muy importante para el trabajo, porque nos permitió confrontar la situación del país con lo que conocimos por libros que está pasando en otros países de América Latina o en Estados Unidos. Además pudimos poner en práctica nuestro trabajo como periodistas y de esta forma hacernos una idea de lo que podemos aportar a la profesión y a la sociedad con un periodismo científico de calidad, que logre dar luces a la razón pública y empoderar al ciudadano. El panorama en Colombia es más complejo que en cualquier otro país por una razón clara: estamos en guerra y esa guerra tiene como punto de origen el campo. La desigualdad social en Colombia (que según un reciente informe13 del Banco Mundial, es el séptimo país más desigual del mundo y el segundo en América Latina), tiene su origen en la inequitativa distribución de la tierra, y se sigue incrementando por la falta de oportunidades de quienes se ven obligados a desplazarse a las ciudades, o unirse a los grupos armados al margen de la ley. Colombia ya tiene un problema agrario y la difusión de los OGM y el tipo de agricultura que implica solo acrecentaría ese problema. Los cultivos transgénicos son cultivos de gran envergadura, monocultivos. Solo en ellos se puede sacar provecho verdadero de la utilidad del paquete tecnológico que empresas agrícolas de biotecnología como Monsanto venden. En esta opinión coinciden tanto los pequeños y medianos campesinos (representados en la voz de Germán Vélez, director del Grupo Semillas) como 13 RCN La Radio, recuperado el 26 de mayo a las 11.10 pm: http://www.rcnradio.com/noticias/banco-mundial-clasifica-colombia-como-elseptimo-pais-mas-desigual-1569 106 agrólogos que trabajan desde la Universidad pública (tal como Tomás León Sicard, del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional). Para ellos, el modelo transgénico no es compatible con la situación del campo colombiano, donde la mayoría de los campesinos no podrían implementar la tecnología, pues no les acarrearía ningún beneficio. La experiencia de estos dos actores, una desde el lado de los productores y otra desde la academia, les dice que el modelo transgénico no termina siendo un ahorro de dinero y agroquímicos, si no al revés, un gasto adicional, que va a llenar las arcas de las empresas. Y la falla principal está en el hecho de que el campo colombiano necesita manos que lo trabajen y no máquinas. Generar más trabajo en el campo distribuiría mejor la riqueza, en vez de gastarla en tecnologías que son innecesarias (maquinas, herbicidas) cuando el tamaño de la parcela no lo justifica. Además de esto, entre más manos haya en el campo mayor será la diversidad de alimentos que se cultiven, lo cual es un elemento central en cuestión de seguridad alimentaria y soberanía alimentaria. El qué se cultiva y qué debería estar basado en las necesidades alimenticias de los pueblos y no en lo que dicte el mercado internacional, en eso consiste la soberanía alimentaria. Los alimentos que se cultivan deberían tener como fin principal saciar el hambre de quienes viven y trabajan en esa tierra, no para ser exportados y que localmente se produzca escases, eso es seguridad alimentaria. Si concentramos los esfuerzos agrarios del país en convertirnos grandes exportadores de un solo producto dependeremos cada vez más del mercado para suplir las necesidades internas. Todo esto sin contar con el hecho de que los cultivos transgénicos representan también una amenaza ambiental, y en Colombia aún más, pues es considerado centro de origen de muchas especies que desaparecerían con la llegada de “super plantas” que desestabilizarían todo el ecosistema de una manera descontrolada, pues aunque Monsanto niegue la posibilidad de contaminación genética el hecho biológico es que sí sucede, ya que una vez liberados en el ambiente el alcance de los organismos genéticamente modificados es imposible de medir y mucho menos controlar. 107 La inofensividad de la tecnología transgénica esta argumentada únicamente por los estudios hechos por las mismas empresas dueñas de la tecnología. Ni el Ministerio de Protección Social, ni el INVIMA, ni ninguna entidad del Sistema Nacional de BioSeguridad está en la capacidad de juzgar objetivamente la conveniencia de los alimentos o las semillas transgénicas. Incluso gobiernos de otros países con más capacidad e infraestructura investigativa no han podido hacer frente al lobby internacional que han hecho estas empresas en instancias supra nacionales como las Organización Mundial del Comercio (Lambrecht, 2001). Refiriéndose a este tema Riechmann dice : “ Las luchas actuales alrededor de la manipulación genética y la patentabilidad de ser vivos y material biológico pueden entenderse, esencialmente, como el envite que un puñado de poderosas transnacionales han lanzado para poner bajo su control esta enorme tajada de mercados y procesos productivos, desactivando o esquivando las regulaciones legales estrictas y las posibilidades de elección libre por parte de los consumidores y la respuesta social que se organiza frente a esta pretensión14”. El país está entonces vulnerable a la entrada de transgénicos en alimentos importados o semillas. Sin poder hacer estudios que aseguren las seguridad del medio ambiente o de los consumidores y dejando a su suerte a los campesinos, que con la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos no podrán competir contra el maíz transgénicos subvencionado por el gobierno norteamericano, o que, en su pretensión de cultivar sólo encuentre semillas patentadas por empresas biotecnológicas en el mercado. El tema del etiquetado, o rotulado, tampoco se ha aclarado y de todas formas, las razones políticas lo alejan de su pretensión de informar realmente sobre lo que se está comiendo, pues de esta forma se restringirían las ganancias comerciales del sector alimentario. 14 Riechmann, Jorge. “Transgénicos: el haz y el envés. Una perspectiva crítica”. Página 204. Editorial Catarata, Madrid 2004. 108 Hay mucho en juego y poca información que los medios de comunicación estén dando a la sociedad y cuando se trata de un tema vital como lo es la seguridad alimentaria del país, la desinformación resulta inaceptable. Con este trabajo pretendemos hacer un llamado de atención a los medios de comunicación y a las facultades de periodismo, pues el manejo de la información en los temas científicos es, en esta era en la que estamos, fundamentales para la sociedad. Este trabajo no concluye acá. Queremos hacerle un seguimiento en lo que será nuestra vida profesional cuando nos graduemos, ya que el tema sigue vivo y seguirá estándolo. Un semestre es muy poco tiempo para poder profundizar lo suficiente sobre este asunto, sin embargo creemos que éste será el primer paso hacia el tipo de periodismo que queremos hacer, uno comprometido con los intereses de la sociedad, uno que sirva de puente entre el ciudadano y la ciencia, uno que invite al debate y a la creación de una razón pública, que vele por la democracia con la frente en alto y sin miedo a hacer preguntas incómodas. 109 5. Referencias Álvarez Ramírez, M. (2002). Lineamientos para seguridad alimentaria: retos y perspectivas. Economía y Desarrollo, 1 (1), 51-64. Bárcena, A., Katz, J., Morales, C. & Schaper, M. (2004). Los transgénicos en América Latina y el Caribe: un debate abierto. Santiago de Chile: Publicación de las Naciones Unidas y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Biodiversidad en América Latina y el Caribe (2010). Compañía creadora del salmón transgénico comienza en Chile promoción de su espécimen. 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