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Roj: STS 7746/2011
Id Cendoj: 28079110012011100767
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Civil
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 1033/2008
Nº de Resolución: 808/2011
Procedimiento: Casación
Ponente: FRANCISCO MARIN CASTAN
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a veintiuno de Noviembre de dos mil once.
La Sala Primera del Tribunal Supremo, constituida por los magistrados indicados al margen, ha
visto el recurso de casación interpuesto por la compañía demandada MUTUA GENERAL DE SEGUROS,
representada ante esta Sala por la procuradora Dª Teresa Puente Méndez, contra la sentencia dictada el 31
de marzo de 2008 por la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Navarra en el recurso de apelación nº 192/07
dimanante de las actuaciones de juicio ordinario nº 989/06 del Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Pamplona
, sobre reclamación de cantidad en virtud de seguro de incendios. Ha sido parte recurrida el demandante D.
Jeronimo , representado ante esta Sala por la procuradora Dª Ana Lázaro Gogorza.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El 7 de septiembre de 2006 se presentó demanda interpuesta por D. Jeronimo contra la
compañía MUTUA GENERAL DE SEGUROS solicitando se dictara sentencia por la que se condenase a esta
demandada a pagar al demandante la cantidad de 224.200 euros más los intereses previstos en el art. 20 de
la Ley de Contrato de Seguro , con imposición de costas a la demandada.
SEGUNDO.- Turnada la demanda al Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Pamplona, dando lugar a
las actuaciones nº 989/06 de juicio ordinario, y emplazada la demandada, esta compareció y contestó a la
demanda solicitando su desestimación con imposición de costas.
TERCERO.- Recibido el pleito a prueba y seguido por sus trámites, el magistrado- juez titular del
mencionado Juzgado dictó sentencia el 15 de mayo de 2007 con el siguiente fallo: "Que debo ESTIMAR y
ESTIMO PARCIALMENTE la Demanda interpuesta por la Procuradora Sra. Martínez Chueca en nombre y
representación de Jeronimo , contra la entidad MUTUA GENERAL DE SEGUROS, en el sentido de condenar
a la demandada a que indemnice a la demandante en la suma de 98.522,52 euros. Cada parte abonará las
costas causadas a su instancia y las comunes por mitad".
CUARTO.- Interpuesto por el demandante D. Jeronimo contra dicha sentencia recurso de apelación,
que se tramitó con el nº 192/07 de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Navarra , esta dictó sentencia el
31 de marzo de 2008 con el siguiente fallo: "Que estimando el recurso de apelación al que el presente Rollo
se contrae, revocamos la sentencia nº 89/2007, de 15 de mayo, dictada por el Juzgado de Primera Instancia
núm. Seis de Pamplona, en el Juicio Ordinario nº 989/2006 , la cual queda sin efecto.
Estimando íntegramente la demanda interpuesta por la representación procesal de D. Jeronimo frente a
la aseguradora Mutua General de Seguros, condenamos a esta aseguradora a que pague al actor demandante
la cantidad de doscientos veinticuatro mil doscientos (224.200) euros, más los intereses del art. 20.4 de la
LCS , con imposición a la demandada de las costas de la primera instancia, sin que proceda condena en las
mismas respecto de las causadas en esta segunda."
QUINTO.- Anunciado por la compañía de seguros demandada recurso de casación, el tribunal
sentenciador lo tuvo por preparado y, a continuación, dicha parte lo interpuso ante el propio tribunal mediante
dos motivos: el primero por infracción del art. 17 de la Ley de Contrato de Seguro y de la doctrina jurisprudencial
y el segundo por infracción del art. 20 de la misma ley y de la doctrina jurisprudencial que lo interpreta.
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SEXTO.- Recibidas las actuaciones en esta Sala y personadas ante la misma ambas partes por medio
de los procuradores mencionados en el encabezamiento, el recurso fue admitido por auto de 6 de octubre
de 2009, a continuación de lo cual la parte recurrida presentó escrito de oposición alegando que el recurso
era inadmisible por razón de la cuantía litigiosa, impugnando a continuación sus dos motivos y solicitando se
declarase no haber lugar al recurso y se impusieran las costas a la parte recurrente.
SÉPTIMO.- Por providencia de 21 de junio de 2011 se nombró ponente al que lo es en este trámite
y se acordó resolver el recurso sin celebración de vista, señalándose para votación y fallo el 25 de octubre
siguiente, en que ha tenido lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D. Francisco Marin Castan,
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO .- El presente recurso de casación, interpuesto por la compañía de seguros demandada y
compuesto de dos motivos, versa muy especialmente sobre la interpretación del art. 17 de la Ley de Contrato
de Seguro (en adelante LCS) en relación con la diferencia entre la cantidad en que se valoraron los daños
de un edificio incendiado en función de su estado después de extinguido el incendio (98.522'50 euros) y
aquella otra en que se valoraron al cabo de varios meses (334.000 euros, de los que solo se reclamaron en
la demanda 224.000 debido al límite de cobertura), coincidente esta última con el coste de reposición del
edificio porque, al haber resultado afectada su cubierta por el incendio y no haberse reparado, los fenómenos
atmosféricos del invierno y la primavera (el incendio se produjo el 27 de enero de 2006 y el edificio estaba en
un pueblo de Navarra) determinaron la ruina total del edificio. Se trata de determinar, en definitiva, quién debe
soportar las consecuencias económicas de esa falta de reparación: si el asegurado, por no haber reparado
inmediatamente la cubierta del edificio, o el asegurador, por no haber advertido nada al asegurado y haberse
limitado a ofrecerle la cantidad de 98.522'50 euros en el mes de septiembre del mismo año 2006.
La sentencia de primera instancia estimó la demanda únicamente por esta cantidad de 98.552'50 euros
razonando, en esencia , lo siguiente: 1º) De la prueba practicada resultaba que la ruina del edificio no fue una
consecuencia del incendio, sino de su deterioro " por las lluvias y nieves del invierno y las inclemencias del
tiempo de la primavera ", ya que no se adoptó " medida alguna encaminada a su protección "; 2º) uno de los
peritos judiciales señaló que tras el incendio tendría que haberse efectuado " una estructura ligera " para evitar
los efectos perjudiciales de la nieve y la lluvia sobre las viviendas no dañadas del edificio; 3º) con arreglo al
art. 17 LCS el asegurado podría haber adoptado dicha medida a costa de la aseguradora y, sin embargo, no
lo hizo, cuando resulta que " estaba al alcance de su mano "; 4º) por tanto, como la cantidad de 98.522'52
euros era inferior a la mitad del valor del edificio (385.200 euros), no cabía apreciar ruina económica de este
ni tampoco disminuir la prestación del asegurador proporcionalmente, sino, pura y simplemente, indemnizar
al demandante " en el coste de las obras de reposición de los daños directamente debidos al incendio, no a
la desidia de la parte demandante ".
En cambio la sentencia de segunda instancia, estimando el recurso de apelación del demandante,
elevó la condena de la aseguradora demandada hasta los 224.200 euros reclamados en la demanda, con
los intereses del art. 20.4 LCS desde el 3 de agosto de 2006 , fecha del informe pericial en el que quedó
determinada dicha cantidad. Fundamentos de este fallo son, en síntesis, los siguientes: 1º) Está probado que el
perito de la aseguradora demandada se personó en el lugar del siniestro dos días después de acaecido, y que a
continuación elaboró sus informes; 2º) está igualmente probado que el 9 de marzo de 2006 otro perito entregó
su propio informe también a la aseguradora demandada; 3º) también está probado que el 28 de septiembre
de 2006 la aseguradora remitió un burofax al demandante poniendo a su disposición la cantidad de 98.552'50
euros como daños causados por el incendio y que, según el informe pericial acompañado con la demanda,
el coste de reposición del edificio ascendía a 334.400 euros y el de su rehabilitación sería muy similar; 4º) no
se compartía la interpretación del art. 17 LCS hecha por el juez de primera instancia ni las consecuencias
de su aplicación al caso; 5º) en realidad fue el propio perito de la aseguradora quien advirtió la necesidad de
"efectuar una estructura ligera para evitar que las lluvias o posibles nieves afecten al resto de las viviendas ",
por lo que, debiendo suponerse que el perito comunicó esta circunstancia a la aseguradora, a esta incumbía
" adoptar las medidas que le indicaba su propio perito para disminuir o evitar que los daños aumentaran por
efecto de la climatología "; 6º) el deber que el párrafo primero del art. 17 LCS impone al asegurado responde
al principio de buena fe e impone " un actuar urgente al asegurado o tomador que actúa como mandatario
del asegurador, que no se halla en condiciones de actuar, entre otras razones, porque puede desconocer el
siniestro, o porque el daño sea de tal magnitud que la actuación inmediata del asegurado o del beneficiario
puede paliar o mitigar el daño "; 7º) en el caso enjuiciado la aseguradora, pese a conocer casi inmediatamente
las medidas a adoptar, nada hizo, por lo que nada podía exigir a su asegurado, " máxime cuando ni siquiera se
le indican las medidas que se deben adoptar, no consta que se le informara de estas medidas inmediatamente,
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solo se le ofrece la indemnización de 98.552'50 euros, mediante fax de 28 de septiembre de 2006 "; 8º)
además, el asegurado tendría que haber contado con un arquitecto y un contratista para ejecutar la estructura
de que se trata, " lo cual excede en mucho los medios a su alcance "; 9º) por tanto, como no se apreciaba
culpa alguna en el asegurado y " el edificio se encontraba para derruir ", procedía condenar a la aseguradora
al pago de la cantidad reclamada en la demanda; 10º) también proceden los intereses del art. 20 LCS ,
porque la aseguradora ni siquiera abonó dentro del plazo legal la cantidad de 98.522'52 euros que ella misma
consideraba procedente.
SEGUNDO .- El óbice de admisibilidad alegado con carácter previo por el demandante-recurrido en
su escrito de oposición al recurso, consistente en no ser la sentencia de apelación recurrible en casación por
no exceder de 150.000 euros la diferencia entre la cantidad acordada en primera instancia y la acordada en
apelación, es decir entre 224.000 euros y 98.522'52 euros, cuyo resultado es 125.677'48 euros, no se aprecia,
porque en la segunda instancia se sostuvo por el demandante su pretensión íntegra de 224.200 euros y a esta
misma cantidad asciende el importe del principal de la condena impuesta por la sentencia recurrida, tratándose
de un caso inverso a aquellos en que el demandante se aquieta con la reducción de su pretensión en primera
instancia y quien apela es la parte demandada.
TERCERO.- Procediendo por tanto examinar los motivos del recurso, el primero se funda en infracción
del art. 17 LCS y de la doctrina jurisprudencial que lo interpreta y aplica porque quien tiene el poder de
disposición de los bienes asegurados es el asegurado, nunca el asegurador; en el caso intervino la autoridad
municipal para evaluar los daños del inmueble, descartando su ruina inminente, y también intervinieron los
bomberos, que precintaron el edificio; de los diversos informes incorporados a las actuaciones se desprende
que el edificio no se encontraba en estado de ruina inmediatamente después del incendio; la sentencia de
apelación valora qué daños fueron causados por el incendio y cuáles por los agentes externos; y en fin, de lo
resuelto por varias sentencias de Audiencias Provinciales se desprendería que es el asegurado quien debe
soportar la diferencia entre el importe de los daños causados por el incendio y el de reposición del edificio.
Así planteado, el motivo ha de ser desestimado por las siguientes razones:
1ª) Aunque el párrafo primero del art. 17 LCS impone al asegurado el deber de aminorar las
consecuencias del siniestro, los medios que se le exigen para ello son únicamente lo que estén "a su alcance",
y en coherencia con ello la reducción de la prestación del asegurador, en caso de incumplimiento de ese deber,
se hace depender no solo de la importancia de los daños derivados del siniestro sino también del "grado de
culpa del asegurado".
2ª) A su vez, del párrafo último del mismo artículo, con su referencia a que "el asegurado o el tomador del
seguro hayan actuado siguiendo las instrucciones del asegurador", se desprende que el asegurador, contra lo
que se alega en el desarrollo argumental del motivo acerca del poder de disposición de los bienes asegurados,
sí tiene la facultad de dar instrucciones para que se efectúen gastos de salvamento. Así, la doctrina científica
advierte que el art. 17 LCS está influido por un proyecto de directiva de la CEE cuyo art. 8 imponía al tomador
del seguro el deber de adoptar todas las medidas "razonables" para evitar o disminuir las consecuencias del
siniestro, considerando en particular, como "razonables las instrucciones que emanen del asegurador".
3ª) También ha señalado la doctrina científica que el deber impuesto al asegurado en el art. 17 LCS
es una exigencia del principio de buena fe que domina el contrato de seguro, como asimismo razona la
sentencia impugnada. De esto se sigue, en relación con lo antedicho sobre las facultades del asegurador de
dar instrucciones al asegurado, que ambos deben colaborar lealmente en evitar que los daños aumenten tras
el siniestro por causas que no sean el siniestro mismo.
4ª) De aplicar las anteriores consideraciones a los hechos que la sentencia recurrida declara probados
resulta que no fue el asegurado, sino la aseguradora ahora recurrente, quien faltó a ese principio de leal
colaboración impuesto por la buena fe y, además, por su propia dedicación profesional: primero, porque nadie
advirtió al asegurado sobre la necesidad de dotar al edificio de una estructura provisional para evitar su
deterioro por las inclemencias del tiempo, pese a que la aseguradora, por medio de su perito, era consciente,
o debió serlo, de esa necesidad; y segundo, porque la sentencia recurrida declara probado que la ejecución de
esa obra no estaba "al alcance" del asegurado, expresión que debe entenderse como comprensiva también
de las posibilidades económicas del asegurado, y en el motivo nada se razona sobre este punto ni se precisa
cuál era el coste de la obra. En suma, la finalidad del seguro para el asegurado es protegerse contra un evento
perjudicial, y si la aseguradora le obliga a adelantar un desembolso extraordinario que se encuentre dentro de
la cobertura pactada, so pena de tener que soportar las consecuencias, el seguro dejará de tener la utilidad
que le es inherente o, dicho de otra forma, de cumplir la función jurídica que tiene para el asegurado.
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CUARTO .- Lo anteriormente razonado determina prácticamente por sí solo la desestimación del
segundo y último motivo del recurso, fundado en infracción del art. 20 LCS , porque además de fundarse en
una jurisprudencia ya abandonada sobre la discrepancia entre cantidad reclamada y cantidad debida, lo cierto
es, de un lado, que la cantidad a pagar por la aseguradora demandada es la misma reclamada en la demanda
y, de otro, que, como destaca la sentencia recurrida, la aseguradora ahora recurrente ni tan siquiera pagó en
tiempo la cantidad que ella misma consideraba procedente.
En definitiva, mal puede apreciarse la causa justificada que al amparo de la regla 8ª de dicho artículo se
invoca más especialmente el motivo cuando de lo razonado para desestimar el motivo primero se desprende
que la agravación de los daños del edificio tras el incendio no se debió a culpa del asegurado sino a la falta
de colaboración de la aseguradora.
QUINTO.- Conforme a los arts. 487.1 y 398.1 en relación con el 394.1 , todos de la LEC, procede
confirmar la sentencia recurrida e imponer las costas a la parte recurrente.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español.
FALLAMOS
1º.- DESESTIMAR EL RECURSO DE CASACION interpuesto por la compañía demandada MUTUA
GENERAL DE SEGUROS contra la sentencia dictada el 31 de marzo de 2008 por la Sección 3ª de la Audiencia
Provincial de Navarra en el recurso de apelación nº 192/07 .
2º.- Confirmar la sentencia recurrida.
3º.- E imponer las costas a la parte recurrente.
Líbrese al mencionado tribunal la certificación correspondiente, con devolución de los autos y rollo de
Sala.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto
las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos .-Juan Antonio Xiol Rios.-Francisco Marin
Castan.-Jose Antonio Seijas Quintana.- Francisco Javier Arroyo Fiestas.-FIRMADA Y RUBRICADA.
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el EXCMO. SR. D. Francisco Marin Castan,
Ponente que ha sido en el trámite de los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala
Primera del Tribunal Supremo, en el día de hoy; de lo que como Secretario de la misma, certifico.
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