1 PRÁCTICAS DE PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS

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Panel 7: Participaciones y políticas sociales
Coordinadores: Manuel Aguilar Hendrickson, Enrique Pastor Seller, María Ángeles
Espadas Alcázar, Clemente J. Navarro Yáñez.
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PRÁCTICAS DE PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS MAYORES EN LAS
POLÍTICAS SOCIALES LOCALES EN LA PROVINCIA DE SEVILLA Y CAPITAL
Carlos J. Núñez Gómez
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
[email protected]
1. RESUMEN
La incidencia de la ciudadanía en la elaboración, toma de decisiones, ejecución y evaluación de
las políticas sociales municipales que les afectan dependerá de dos cuestiones básicas: Primera.
La cercanía y sensibilidad que los representantes políticos locales tengan respecto del grupo,
sector, necesidad o problemática concreta que se de en su entorno. Segunda. El grado de
compromiso del ciudadano con la realidad social en la que se integra de manera individual y
como miembro integrante de grupos y colectivos del pueblo, barrio, distrito o ciudad.
Cuestiones que unidas a otros factores, como el número de habitantes, los tipos de
movimientos asociativo o el nivel educativo y cultural de la población, producen distintas
formas de participación ciudadana con mayor o menor calado en las políticas sociales locales
que se llevan a cabo. El colectivo de personas mayores, generación tras generación, ha venido
reivindicando, manteniendo y consolidando espacios participativos, creados y reconocidos por
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las autoridades locales como órganos imprescindibles para la elaboración y ejecución de
políticas sociales dirigidas al sector. Aunque, se observan casos en los que dichos órganos de
participación son instrumentos de legitimación del gobierno local para llevar a cabo sus líneas
programáticas electorales. Aquí se quiere dar a conocer prácticas, procesos y mecanismos de
participación del colectivo de personas mayores en las políticas sociales en el ámbito local,
concretamente en la provincia de Sevilla.
2. INTRODUCCIÓN
Democracia deriva de demokratia, cuyas raíces etimológicas son demos (pueblo) y Kratos
(gobierno). Democracia es una forma de gobierno en la que el pueblo gobierna. Las
democracias del mundo desarrollado se enfrentan a nuevos problemas, como la colonización de
la política por la economía, la consolidación de espacios supranacionales o la judialización de
la política, para los que hay que encontrar soluciones. Pero la participación ciudadana es uno
de sus pilares básicos, eje central en la resolución de los problemas y la conformación futura
del propio sistema.
El sistema político democrático busca la igualdad y la participación de los ciudadanos en la
política; sin embargo, el sistema económico actual no es muy democrático pero si desigual para
los participantes. Charles E. Lindblom (1991) habla de la posición privilegiada de la empresa
privada y grupos de presión. Por tanto, es de especial importancia el tema de la igualdad de
oportunidades, y para ello es necesario la cobertura de determinadas necesidades ciudadanas,
que implica que el Estado tendrá que intervenir y disponer de un elevado número de recursos
para hacerla posible.
Robert A. Dahl (1999) propone para un sistema democrático la participación efectiva (antes de
que se adopte una medida política se debe conocer la opinión) y el control de la agenda
política; y creé que la participación directa sólo es posible en unidades pequeñas como una
ciudad o una población concreta.
En estudios sobre la representación política y sus implicaciones ideológicas, políticas, sociales,
y económicas, se puede comprobar cierto abandono del gobierno local en el conjunto de las
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instituciones públicas presentes en los modernos estados-nación. Desde una perspectiva
histórica, se ha tratado a los ayuntamientos como menores de edad sin capacidad para incidir
en las condiciones socioeconómicas o bien como entidades prestadoras de servicios a las
órdenes de los decisores nacionales. Empero, un nuevo localismo postula que, en un entorno
cada vez más diversificado y más globalizado, el rol de los gobiernos locales no solo no se ve
debilitado, sino que experimenta un fuerte impulso. Estos se encuentran en una situación
privilegiada tanto para adaptar sus servicios a las demandas como para acceder a las
necesidades de sus ciudadanos excluidos. Esto le permite la posibilidad de crear mecanismos
que hagan posible una participación real y que las organizaciones sociales se acercan a la
esfera política municipal en defensa de sus intereses, aunque en ocasiones puedan utilizarse por
los gobernantes en beneficio propio. Pero, queda claro, que la participación ciudadana va a ser
vital en la conformación futura de nuestros pueblos y ciudades.
3. LA PARTICIPACIÓN Y LAS PERSONAS MAYORES
Participar implica estar en algo, ser parte de, decidir, en todo grupo se da una participación
informal, espontánea, sin otra finalidad que prestarse pequeños favores frente a las necesidades
de sus componentes. Una participación organizada es un proceso que no se logra con la
elaboración de un plan técnicamente bien concebido ni por decreto gubernamental. Sin
participación ningún cambio por importante que sea en nuestras sociedades tendrá vida
auténtica. Para Natalio Kisnerman (1986) la participación debe ser la expresión organizada de
necesidades determinadas por la comunidad. Y esa organización representativa es el vehículo
de la reivindicación y la que concreta una democracia “como control de poder por el sujeto
colectivo”. En la medida que las personas se sienten tenidas en cuenta y pueden percibir que su
aporte es importante, desarrollará el sentido de pertenencia en su comunidad en tanto ámbito de
convivencia real.
En las sociedades tradicionales se contemplaba la vejez como una etapa de plenitud y respeto
que significaba la cúspide de toda una vida. En las sociedades industrializadas y modernas,
cargadas de grandes cambios y transformaciones sociales, la vejez representa la última etapa
vital, ocupando el último lugar de importancia en la estructura social. A medida que las
sociedades se han ido modernizando, ha disminuido la valorización del proceso de vejez y de
los mayores.
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En 1991, la Asamblea General de las Naciones Unidas, promulgó una serie de principios sobre
las personas mayores. Entre ellos se encuentra el de la participación, resaltando la importancia
de la integración de las personas mayores en la sociedad a través de mecanismos que la
favorezca, poniendo especial atención en los movimientos sociales o asociaciones.
La II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento (2002) destacó la relevancia de la participación
social de nuestros mayores en cuanto a su contribución a la sociedad y su calidad de vida. Pero
tiene en su contra los mitos y las imágenes que rodean la fase de la vejez y que actúan como
represores del nuevo proyecto de vida que implica esta etapa. La imagen de estas aparece
sustancialmente vulnerable debido a la asociación de factores negativos como la edad, los
bajos niveles educativos, económicos, así como de sus usos del tiempo ligados a actividades
informales poco valoradas. El uso del término viejo/a, se ha asociado como sinónimo de
incapacidad y limitación, visualizandose, generalmente, como un colectivo demandante de
servicios, ayuda, de cuidados, etc. como una carga para la sociedad. La contribución que
realizan a la sociedad no se reconoce formalmente.
3. LA PARTICIPACIÓN EN ESPAÑA
3.1. Marco normativo
En nuestro país, la participación ciudadana se ha enmarcado en los textos constitucionales y en
normativas reguladoras del asociacionismo en sus diferentes expresiones y formas. En la Ley
de Asociaciones 191/1.964, el derecho de asociación era uno de los naturales del hombre,
interesándole al Estado su mantenimiento y difusión. Posteriormente, se aprueba el Real
decreto 1440/1.965, por la que se dictan normas complementarias, y la orden de julio de 1.965
por la que se regulaba el funcionamiento de los registros de asociaciones. La ley de 1.964 fue
una ley << para que la gente no se asocie>>, quedando obsoleta y superada por la Constitución
de 1.978.
El mandato, de la actual Constitución Española, declarado en el artículo 9.2 obliga a los
poderes públicos a facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política,
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económica, cultural y social, así como a remover todos los obstáculos que la imposibiliten;
unido al artículo 23, el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos.
La actual ley orgánica 1/2002, Reguladora del Derecho de Asociación, expone que: “el
derecho fundamental de asociación constituye un fenómeno sociológico y político, como
tendencia natural de las personas y como instrumento de participación, respecto al cual los
poderes públicos no pueden permanecer al margen”. La ley limita su ámbito a las asociaciones
sin fin de lucro, donde la libertad y voluntariedad en la constitución de las asociaciones es un
aspecto positivo, no pudiéndose obligar a nadie a ingresar en una asociación o a permanecer en
su seno.
Por otra parte, La ley Reguladora de Bases de Régimen local de 1.985 (artículos 69 a 77) abre
un proceso de acercamiento de la gestión de asuntos públicos a los ciudadanos que encuentra
su ámbito más idóneo de desarrollo en la administración local, dejando la posibilidad de un
desarrollo y ampliación de la participación a través del ejercicio de la potestad reglamentaria y
de autoorganización reconocida en el artículo 4.1 a) a los municipios.
De la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de Medidas para la Modernización del Gobierno
Local, se desprende el intento por el legislador de reforzar las posibilidades de participación y
de incidencia de los ciudadanos en el gobierno local para evitar o corregir, en el contexto de un
mundo globalizado, el alejamiento de los ciudadanos de la vida pública. Se establece la
necesidad de reglamentos orgánicos en todos los municipios en materia de participación
ciudadana.
3.2. La participación en la esfera local
Los ayuntamientos según la Federación Española de Municipios y Provincia (FEMP) dan
mucha importancia a la participación. En los municipios pequeños los asuntos de participación
están en manos de los alcaldes, algo que manifiesta una cercanía objetiva más grande hacia
cada vecino. Esta proximidad es más difícil en municipios con mayor población en los que se
han creado áreas de participación ciudadana, y donde el alejamiento de la ciudadanía es mayor.
La mayoría de las corporaciones no disponen de ninguna regulación de la participación (58%),
sin embargo este mismo porcentaje tenía en el año 2.000 un presupuesto específico y/o
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personal propio para desarrollar la participación en sus municipios, suelen dotar de
equipamientos de información generalistas o sectoriales, y disponen de locales que ceden a
asociaciones que colaboran con ellos.
En los pequeños se prevé la participación directa en el corazón mismo del ayuntamiento, en
plenos, comisiones informativas, etc. No obstante cuando la organización municipal es más
grande y compleja, a partir de los 5.000 habitantes, el acceso no es tan fácil, y requiere de un
desarrollo organizativo específico, con la creación de órganos de participación.
Entre las áreas municipales más activas en cuanto a participación, encontramos, por orden de
importancia: cultura, relaciones vecinales, juventud, bienestar social, fiestas, deportes, y
urbanismos. Los ciudadanos y colectivos con interés, han de organizarse y asociarse para
lograr una participación efectiva. Aún, existiendo, opciones de participar individualmente, no
cabe duda de que sólo por medio de asociaciones que agrupen afinidades y voluntades de
colectivos de ciudadanos, se consigue un nivel de participación más eficaz.
El número de asociaciones declaradas por los ayuntamientos, suponen más de 75.000, con
menos desarrollo, de nuevo, en los municipios pequeños. Su tipología es numerosa, siendo las
más frecuentes las asociaciones vecinales, culturales, profesionales, de mayores, mujer, y
deportivas. Una gran parte de estas asociaciones dependen, casi exclusivamente, de las
subvenciones como único recurso económico (las cuotas de los socios son insuficientes). Por lo
que, se puede hablar de una debilidad asociativa, que hacen que se establezcan con las
administraciones públicas relaciones de dependencia muy peligrosas, pues se prestan al
clientelismo, a la manipulación y la utilización política, y sobre todo, limita de forma
determinante la autonomía y la independencia a la hora de actuar, pues los objetivos se
subordinan a la orientación de las correspondientes convocatorias de subvenciones.
3.3. Administración Local y Participación
Desde la transición se viene poniendo de manifiesto la naturaleza plenamente política, no
meramente administrativa, de las instituciones del gobierno local. Además de administrar y
gestionar servicios, se hace política.
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Los problemas que afrontan las sociedades locales de sostenibilidad, convivencia y cohesión
social, no se resuelven sólo con servicios públicos, sino que requieren la implicación de todos:
poderes públicos, empresas y ciudadanos. El gobierno local no puede limitarse a gestionar
servicios, a hacer de administración pública, ha de poder ser constructor de consensos y de
complicidades sociales, de comprometer e implicar a su ciudad y pueblo en la definición y
consecución de objetivos colectivos. Es en el ámbito local, donde se alcanza la mayor
interacción entre gobierno y ciudadano.
La ley de Medidas para la Modernización del Gobierno Local (2.003), supone un avance en la
profundización de la democracia local garantizando la existencia de cauces de participación,
elevándolos a la categoría de órganos necesarios. Un verdadero modelo de participación
ciudadana exige a las propias asociaciones un esfuerzo en volcarse en el espacio público de tal
forma que permita el desarrollo institucional del proceso.
Para Alguacil (2004) la ciudadanía es: En primer lugar, una condición de <<ser>> que es
indisoluble de la condición de estar, impregnada de valores universales que solo pueden
desarrollarse expresándose en un lugar. La síntesis entre el ser y el estar remite a la idea de
pertenecer a un lugar soporte de una comunidad y de una organización social. El sentimiento
de pertenencia es imprescindible para la autonomía y significa, a la vez, un acceso directo a las
relaciones sociales. En segundo lugar, no puede entenderse como tal si no recoge en todas sus
consecuencias el derecho de los ciudadanos a tomar parte en las decisiones que les afectan de
forma común, en definitiva, a la participación en los asuntos públicos. La participación en este
sentido conlleva una cierta redistribución o socialización del poder, que en ciudades españolas
la han encauzado aprobando reglamentos y diferentes estrategias participativas.
Es en el ámbito de lo local donde los ciudadanos pueden alcanzar mayor autonomía y obtener
la oportunidad de incorporarse a una estructura común de acción política. Villasantes (1997)
comenta que lo que hoy entendemos por participación ciudadana ha quedado reducido a
algunos reglamentos y algunas concejalías en los ayuntamientos, pero la participación tiene
que servir para la integración social, para proyectos sustentables y adaptados a las
características concretas de cada territorio.
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4. LA PARTICIPACIÓN DE LOS MAYORES EN LA ADMINISTRACIÓN LOCAL
DE LA PROVINCIA DE SEVILLA
4.1. Datos poblacionales
4.1.1. Población
En la Provincia de Sevilla existen 105 municipios con una población de 1.898.424 habitantes
(2009), de los que el 43,2% (829.284 h.) vive en sólo dos Municipios (Dos Hermanas y Sevilla
Capital), otro 31, 49% en municipios con menos de 20.000 habitantes, y el 25,17% en
municipios entre 20.000 y 100.000 habitantes (13 municipios). En definitiva, un total de 15
municipios representan el 68,37% de la población de la provincia.
4.1.2. Las personas mayores
Según datos del INE (2009), el 13,97% de la población es > 65 años, porcentaje por debajo de
la media andaluza (14,77%), y muy por debajo de la nacional (16,67%) (Tabla1). Sevilla es
una de las tres provincias con menor población de > 65 años. Si tenemos en cuenta las 9 áreas
geográfica: Área Metropolitana, El Aljarafe, La Vega, Sierra Norte, Sierra Sur, Bajo
Guadalquivir, Campilla de Carmona, Campiña de Morón y Marchena, y la Comarca de Écija
(Gráfico1). Encontramos que las áreas con mayor porcentaje mayor de mayores respeto de su
población son las Campiñas (Carmona y Morón), la Comarca de Écija, y las Sierras (Norte y
Sur). Y con menor las del Bajo Guadalquivir, el Aljarafe, La Vega y el Área Metropolitana,
respectivamente. (Tabla2).
4.1.3. Mayores y asociacionismo
En total existen 141 asociaciones de mayores inscritas en registro público (Tabla3), 20 centros
de mayores pertenecientes a entidades privadas, 86 centros municipales, y 30 centros públicos
de la Comunidad Autónoma. Muchos de los centros tanto privados como públicos son
gestionados por las propias asociaciones de mayores, a excepción de los autonómicos. El
46,9% de asociaciones y centros de mayores se encuentran en el área metropolitana y donde
menos en las campiñas donde se encuentran el 7,5%. En las campiñas al disponer de pocas
asociaciones y centros hace que la ratio de personas por asociación sea muy elevada entorno a
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2.000, pero el área metropolitana que es la que cuenta con el mayor número de entidades la
ratio también es muy elevada, unas 1.200, debido a la existencia de una mayor población de
mayores. Es la Sierra Norte la que dispone de una ratio más baja entorno a 390. (Tabla1 y
Gráfico2)
4.2. Formas de acceso de las personas mayores a órganos de participación local.
Los mayores pueden acceder, de tres maneras distintas:
1. Individual y grupos informales. El acceso de forma individual o a través de la
creación de grupo informales que se pueden crear puntualmente para la reivindicación
de algún derecho concreto. Ésta forma es muy limitada en cuanto a su incidencia en la
elaboración de las políticas sociales locales, siendo la menos vinculante para el
gobierno local, salvo excepciones como la consulta popular.
2. Grupos pertenecientes a partidos políticos, sindicatos, empresas, y otras
organizaciones. Nos referimos, a grupos de mayores constituidos en el seno de Partidos
Políticos, Sindicatos, Organizaciones Sociales, Asociaciones de Vecinos, etc. desde las
que actúan y defienden sus intereses. Fórmula indirecta de participación en la esfera
local, pero con cierto grado de incidencia en la toma de decisiones de las políticas
sociales. Los gobiernos locales abren la puerta a estas organizaciones en base a su grado
de representatividad, son los pensionistas y/o jubilados de estas los que tienen voz y
voto cuando las medidas y decisiones a tomar les afecten. Suelen ser grupos exigentes y
concretos en sus propuestas siempre en defensa de sus derechos y de los servicios
públicos.
3. Grupos organizados y legalmente constituidos. Fundamentalmente, asociaciones de
mayores, con estatutos aprobados en asamblea constituyente, con objetivos claros de
actuación, y con un funcionamiento interno democrático. Los poderes públicos no
pueden permanecer al margen de ésta realidad. Las asociaciones constituyen un
ejercicio activo de la ciudadanía y de consolidación de una democracia avanzada.
Cuando en un municipio se dan más de dos asociaciones, la autoridad local se ve en la
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obligación de crear un espacio para la participación aunque sólo sea para recoger
pareceres y posibilitar el equilibrio de intereses.
4.3. Espacios para la participación de los mayores en la administración local
4.3.1. Espacios comunes a toda la ciudadanía
Podemos encontrar diferentes fórmulas de acceso como pueden ser la iniciativa ciudadana,
consulta popular, estudios de opinión, sesiones plenarias, asambleas participativas, etc. Por su
espacial relación con el colectivo de mayores, destacar las siguientes,:
a. El simple intercambio, sin la existencia de órganos concretos, en municipios
pequeños, muy frecuente entre mayores y autoridades públicas. La información y la
consulta no suelen ser vinculantes, pues las decisiones se toman en otros espacios.
b. El gobierno local puede abrir a la participación los plenos y comisiones, sobre todo
en localidades pequeñas. En municipios grandes existen los llamados distritos con
los que se pretende una desconcentración de la administración, en estos existen las
Juntas de Distritos en las que las asociaciones están representadas, solicitando estar
como miembros con voz y voto, aunque no siempre es posible la presencia de
asociaciones de mayores.
c. Los Presupuestos Participativos en localidades como Sevilla Capital o parecidos en
Marinaleda. Es una modalidad de participación en la gestión de la ciudad o pueblo,
mediante la cual entre todos los vecinos y vecinas participan en la elaboración del
presupuesto público municipal, al menos en algunas partidas presupuestarias. Su
objetivo es la participación directa con el fin de establecer las principales
necesidades cotidianas de la ciudad o barrio, e incluirlas en el presupuesto anual, y
realizando un seguimiento de los compromisos alcanzados. Aquí la persona mayor
es un ciudadano o ciudadana más entre todas que compite con el resto en la
priorización de necesidades, problemáticas y recursos, realizando propuestas que
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serán votadas por todas y todos en las asambleas.
4.3.2. Centros de mayores.
Suelen ser públicos, bien del Ayuntamiento o de la Comunidad Autónoma. Muchos de estos
centros de propiedad municipal están cedidos a asociaciones de mayores que hacen uso del
local desde el que intentan conseguir los fines contemplados en los estatutos de la asociación.
En ocasiones, se tiene la sensación de no tener muy claro y a veces se confunden lo privado
(asociación) con lo público (centro).
La Ley 2/1988, de 4 de abril, de Servicios Sociales de Andalucía establece un Sistema Público
de Servicios Sociales, y exige la obligatoriedad de la participación de los usuarios en el
funcionamiento de todos los centros (artículo 13). El Decreto 122/1997, de 22 de abril, aprueba
el Estatuto de los Centros de Día para personas mayores. Pertenecen a la Comunidad
Autónoma Andaluza y son centros de promoción del bienestar de las personas mayores,
tendentes al fomento de la convivencia, la integración, la participación, la solidaridad y la
relación con el medio social, pudiendo servir, sin detrimento de su finalidad esencial, de apoyo
para la prestación de Servicios Sociales y Asistenciales a otros sectores de la población. Los
usuarios son todas las personas mayores de 60 años, con los requisitos y condiciones
establecidos, que soliciten ser socios, y entre los derechos de ser socio o socia, encontramos:
- Formar parte de las Comisiones que se constituyan.
- Participar como elector y/o elegible en los procesos electorales del Centro.
- Asistir a la Asamblea General y tomar parte en sus debates con voz y voto.
Los centros cuentan con órganos de representación y de gobierno que son:
a) La Asamblea General. Órgano supremo de representación o participación y estará
constituida por todos los socios y socias del centro. Pudiendo asistir a la misma, con
derecho a voz pero sin voto, tres representantes de la entidad titular del centro y un
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representante, en su caso, del Ayuntamiento del municipio en cuyo término esté
ubicado, que serán siempre convocados al efecto. Entre sus competencias, destacar: La
aprobación del programa anual de actividades; conocer la memoria de actividades del
año anterior; y aprobar el proyecto de reglamento de régimen interior.
b) La Junta de Gobierno. Sus miembros son elegidos en proceso electoral entre los
socios y socias. Se reunirán mensualmente y podrán asistir a las sesiones de la Junta,
con voz y voto, dos representantes de la Entidad titular y un representante, en su caso,
del Ayuntamiento del municipio. Los acuerdos se toman por mayoría simple. Entre sus
funciones, están: Constituir comisiones de trabajo; elaborar y proponer a la asamblea
para su aprobación los programas anuales de actividades; conocer e informar el
proyecto de presupuesto de actividades del centro y seguir su desarrollo; promover
actividades sociales, culturales y recreativas; fomentar la colaboración del Centro y de
sus socio/as y usuario/as en las actividades de los Servicios Sociales Comunitarios,
Asociaciones y Entidades de la zona.
c) El Presidente. Elegido entre los socios y socias del centro. Presidirá las Juntas de
Gobierno y Asambleas.
La entidad titular y de la dirección del centro es llevada por personal de la Administración
Autonómica, y entre sus funciones tienen:
a) Velar por el cumplimiento de las normas, en especial, la concepción de estos Centros
como establecimientos del Sistema de Servicios Sociales, finalidad esencial para la que
estos centros se han creado
b) Velar por el exacto cumplimiento de las normas sobre el proceso electoral
c) Elaborar y gestionar el presupuesto propio del centro, incluido el propio de
actividades a desarrollar en el mismo.
e) Presentar a la Asamblea General informe anual de lo actuado en materia de
presupuestos, como las previsiones para el próximo ejercicio.
Los Directores de los Centros de Día , tendrán, entre otras, las siguientes funciones:
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a) Representar a la entidad titular del centro ante los órganos representativos de los
socios del Centro, y ante las Instituciones de la localidad.
b) Desempeñar, en su caso, la Jefatura del personal adscrito al Centro.
c) Cooperar con la Junta de Gobierno en la realización de las actividades programadas y
de los acuerdos adoptados cuando sea requerido.
j) Asistir a las reuniones de la Asamblea y la Junta de Gobierno.
Actualmente, el decreto que regula estos centros, está en proceso de revisión, con el objeto de
cambiar, mejorar y resolver problemas detectados. Entre los cambios que se quieren
incorporar, destacar: el uso no sexista de lenguaje en su redacción, y lo referente a las formas
de elección y composición de las Juntas de Gobierno y sus funciones, caballo de batalla del
colectivo de mayores en la consecución de más poder dentro de los centros.
4.3.3. Consejos sectoriales de Participación
El Consejo de Participación es el mecanismo más claro de relación entre la población de
mayores y las autoridades locales. Si bien es el mecanismo menos utilizado, es el que más se
compromete con la ciudadanía para la toma de decisiones en la elaboración de las políticas
sociales públicas. Para que estos puedan ser una realidad municipal es necesario previamente
disponer en el municipio de una red importante de tejido asociativo, sin la cual sería inviable.
Es por ello, que suelen plantearse y constituirse en municipios grandes con un número mínimo
de entidades que hacen posible su existencia.
La LEY 6/1999, de 7 de julio, de Atención y Protección a las Personas Mayores, en su Título II
«De la participación de las personas mayores», desarrolla el mandato constitucional referente a
los poderes públicos de facilitar, promover e incentivar su participación como ciudadanos.
Consagra la participación institucional, articulada a través de los Consejos de Mayores y la
obligación de las Administraciones Públicas de promover el voluntariado. Siendo uno de sus
objetivos el “fomentar la participación del movimiento asociativo de las personas mayores en
el proceso de integración comunitaria”. Debiendo establecerse cauces normativos y las
medidas necesarias para garantizar la participación de las personas mayores en la planificación
y seguimiento de las medidas de política social que les afecten específicamente. Los Consejos
de Mayores constituyen los órganos de participación institucional de las personas mayores en
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el ámbito autonómico, provincial y local, asumiendo las funciones de representación,
asesoramiento y elaboración de propuestas de actuación a las Administraciones Públicas en el
sector. Serán tenidas en cuenta las organizaciones, sindicatos y asociaciones donde se integren
las personas mayores, en aquellos temas que específicamente les afecten.
Estos Consejos están regulados a nivel regional, provincial y local por el decreto 2777/1995 y
por su reglamento de funcionamiento interno. Los municipios que han optado por su creación
se ajustan al decreto, pero también tienen presente los reglamentos de participación ciudadana,
en los que aparecen como consejos de participación sectoriales. Estos Consejos sectoriales se
encuentran dentro de las Políticas Sociales y enmarcado dentro del Sistema Público de
Servicios Sociales.
4.3.3.1 El Consejo Provincial de Mayores es un órgano de participación sectorial de los
mayores en el ámbito de la política social a nivel provincial. Está integrado por: Las
Administraciones Públicas con competencias en materia de mayores (locales y provinciales);
Asociaciones de Mayores de ámbito provincial y supralocal que desarrollen su actividad, al
menos, en una Comarca o Zona de Trabajo Social. Federaciones Provinciales de Asociaciones
de Mayores; Organizaciones Sindicales con estructuras específicas para pensionistas y/o
jubilados; Entidades sin ánimo de lucro de que atiendan al colectivo de mayores; Mayores,
usuarios de los Centros y Servicios; Y los Consejos Locales de Mayores (hasta un máximo de
8 ). Entre sus funciones:
1. Cooperar con las Entidades públicas y privadas en el desarrollo de programas,
actividades y campañas informativas y de divulgación relacionadas con las personas
mayores.
2. Promover el desarrollo, seguimiento y evaluación de los objetivos relacionados con
las personas mayores, previstos en Planes Sectoriales de Actuación por las
Administraciones Públicas.
3. Conocer y evaluar los resultados de la gestión de los recursos que se desarrollen para
la atención del colectivo.
4. Promover estudios e investigaciones sobre aspectos relacionados con la situación y
calidad de vida de las personas mayores.
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5. Elaborar y remitir propuestas e informes a las distintas Administraciones Públicas en
materias relacionadas, con el sector de mayores, que sean solicitados por aquellas o que
acuerde el Consejo.
6. Favorecer la participación activa de todos los mayores actuando como interlocutor
del colectivo ante los poderes públicos.
7. Fomentar el asociacionismo de las personas mayores, prestando a las organizaciones
de mayores el apoyo técnico que precisen para potenciar su presencia y participación en
la sociedad.
El Consejo actúa en Pleno o en Comisión permanente que se reunirán con una periodicidad
de 2 y 4 veces anuales, respectivamente, ha excepción de convocatorias extraordinarias. El
Pleno está integrado por un Presidente, Vicepresidente que es elegido por los vocales del pleno
y normalmente recae en un mayor, y treinta y cuatro vocales: Ocho vocales por las
Administraciones Públicas Autonómica y locales ( Diputado del área de Servicios Sociales de
la Diputación Provincial, Concejal del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de la
Capital de la provincia, un representante de un Ayuntamiento de más de 20.000 habitantes, un
representante de un Ayuntamiento de menos de 20.000 habitantes de la provincia), siete
vocales por las Federaciones y Asociaciones de Mayores, cuatro vocales por las organizaciones
sindicales, dos vocales por las Entidades sin ánimo de lucro, Cinco vocales por los mayores
usuarios, y hasta un máximo de ocho vocales por cada uno de los Consejos Locales de
Mayores existentes. Y un secretario, funcionario público, que actuará, con voz y sin voto.
Siendo la duración de los cargos de cuatro años.
Las decisiones se toman por mayoría, se redactan actas donde se recogen las propuestas, se
debaten y además se pueden crear comisiones de trabajo específicas para trabajar diferentes
cuestiones (políticas sectoriales de mayores, consejos locales, etc.).
4.3.3.2. Los Consejos Locales de Mayores
Según el decreto, son órganos sectoriales de participación de las personas mayores en los
asuntos municipales, estos se rigen por sus normas específicas y coordinarán su
funcionamiento con el Consejo Provincial de Mayores. Actualmente, los representantes de
mayores pertenecientes al Consejo Provincial impulsan la creación de consejos locales
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informando y pidiendo las autoridades locales que los articulen, para que puedan tener mayor
representación en el ámbito provincial. La realidad, en estos momentos, es que los Consejos
locales sectoriales se dan en pocos municipios.
La constitución de los Consejos Locales Sectoriales de Mayores se hace posible jurídicamente
por dos reglamentaciones:
-
Una específica municipal, que son los Reglamentos de Participación Ciudadana, que
existen en muchas localidades, y que pretende facilitar la participación de los
ciudadanos en la elaboración y toma de decisiones de las políticas locales, y en los que
se contempla específicamente la creación de los Consejos de Participación Sectoriales
(Mayores, Mujer, Juventud…).
-
A nivel de Comunidad Autónoma con la aprobación de un marco legislativo amplio
sobre mayores y sobre su participación dentro del Sistema Público de Servicios
Sociales.
Es por lo que, encontramos reglamentos de Consejos Municipales de Mayores en los que se
observa un entramado de ambas reglamentaciones. Estos órganos de participación se
circunscriben principalmente en las concejalías relacionadas con Servicios Sociales y/o
Mayores. Estos Consejos tienen una serie de características comunes, que se pueden concretar,
de la siguiente manera:
Son órganos de carácter consultivo que tienen por finalidad canalizar la participación de los
ciudadanos y de sus asociaciones en los asuntos públicos; integrados en las áreas de servicios
sociales, su creación se realiza por acuerdo del pleno municipal. Siendo requisito indispensable
para poder pertenecer estar inscrito como asociación en el registro de entidades del
Ayuntamiento correspondiente. Por tanto, es necesario y obligado que los grupos de mayores
estén organizados y legalmente constituidos como entidad o asociación de mayores, según la
legislación vigente.
Entre las funciones básicas de los Consejos locales de Mayores, destacar la de información,
asesoramiento, presentación de iniciativas, propuestas, y realizar consultas en todas las
cuestiones que afecten al colectivo.
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Están compuestos, principalmente, por: Un/a presidente que será el o la Excmo. o Excma. Sr/a.
Alcalde o Alcaldesa; Un/a Vicepresidente/a que será el/la concejal del área en cuestión,
secretario que será un funcionario/a y por vocales, existiendo variaciones de uno a otro
Ayuntamiento (asociaciones y centros de mayores, grupos políticos, sindicatos, representantes
de otras áreas públicas relacionada con mayores, representantes de distrito-esto en municipios
grandes-). Siendo su número diferente según el tamaño del municipio (entre un mínimo de diez
y un máximo de treinta y cinco); y también dependerá de cada corporación la manera de su
elección (en unos casos la asociación simplemente solicitará estar y en otros tendrá que pasar
por un proceso de elección, sobre todo en municipios grandes con un importante número de
asociaciones y entidades de mayores).
Los órganos de gobierno básicamente se reducen a tres, aunque en algunos sólo se establecen
dos, y son:
-
Pleno.- Además de las personas que aparecían en el apartado anterior, en ocasiones
pueden invitarse a terceros (políticos, profesionales…) con voz pero sin voto. Se
convocarán entre tres y cuatro veces al año, por escrito, levantando actas con los
acuerdos adoptados, por mayoría simple salvo determinadas cuestiones que se
requerirá una mayoría absoluta. Entre sus funciones, destacar: Emitir informes e
asesoramiento para la elaboración de proyectos o iniciativas que afecten
específicamente a los mayores; Presentar iniciativas y formular recomendaciones
en relación con planes o programas municipales; Aprobar el programa de
actividades del Consejo; Aprobar normas de funcionamiento interno; Elegir a los
miembros de la permanente; Y crear y supervisar las comisiones de trabajo.
-
Comisión Permanente.- Integrada por el presidente o en quién delegué, el
secretario y entre tres o nueve según municipio. Se convocan como mínimo cuatro
veces al año. Entre sus funciones: Cumplir y hacer cumplir todos los acuerdos del
pleno; dictaminar los informes y trabajos de las comisiones; elaborar memoria
anual; y preparar las sesiones del pleno.
-
Comisiones de trabajo.- Serán creadas por el Pleno, para el estudio de cuestiones
concretas como estudios, informes o dictámenes. Su función será la de
asesoramiento al Pleno. Estas tienen una duración concreta en el tiempo, en función
del tema que traten. Sus integrantes será elegidos en plenos aunque podrán
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designarse personal externo como técnicos para apoyo puntuales. Suele crearse la
Comisión de reglamento, estudio de alguna normativa o programa para mayores,
actividades de tiempo libre y ocio, etc.
5. CONCLUSIONES:
1. Aún cuando la participación ciudadana ha experimentado progresos en la gestión municipal,
se suele actuar de forma mimética reproduciendo experiencias de otros municipios o utilizando
reglamentos idénticos o parecidos.
2. El asociacionismo es la plataforma más importante de las personas mayores para acceder a
los espacios de tomas de decisión en la esfera local, siendo muy significativa en la provincia de
Sevilla. Aunque, estos espacios, creados por los gobiernos locales para la participación efectiva
siguen siendo escasos, y cuando existen las asociaciones encuentran muchas dificultades para
acceder a ellos.
3. La fórmula de Consejos de Participación Sectoriales de Mayores, es una fórmula muy
válida para la participación en la elaboración de las políticas sociales locales dirigidas al sector.
Otra cuestión, es la del grado de consulta o decisión que desde el gobierno local se les quiera
dar. Pero el simple hecho de existir, ya es un cambio cualitativo en la concepción del propio
gobernante respecto del sector de población y su problemática.
4.- Es necesario que en aquellos municipios donde haya un mínimo de cuatro asociaciones y/o
centro de mayores, en la provincia de Sevilla son al menos diez, deberían poner en marcha
órganos de participación de mayores, independientemente del reglamento que adopten. En
aquellos municipios en los que sólo se da la existencia de una o dos asociaciones habría que
crear instrumentos comarcales o en mancomunidades, lo que permitiría fórmulas nuevas de
participación ciudadana. Aunque para todo esto tiene que existir interés y decisión política.
5.- Las nuevas generaciones de mayores con una mayor esperanza de vida, más igualitarias y
mejor formadas harán del colectivo de mayores un sector más participativo y reivindicativo de
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lo que es hoy, y estarán en frente de las administraciones publicas, en especial la local. Los
gobernantes tendrán que ser receptivos ante sus demandas de participación en el proceso de
elaboración de las políticas públicas que les afectan.
6.- Mujeres y hombres mayores, por razones obvias de edad, arrastran la carga social asignada
a su género materializándose la participación social de forma muy dispar entre ellos y ellas. El
papel de las mujeres mayores se encuentra aún invisibilizado, aún cuando se detecta, en los
últimos años un incremento de mujeres mayores en los órganos participativos locales para
mayores.
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BIBLIOGRAFÍA
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solidaridad”, Polis, Revista de la Universidad Bolivariana volumen 2 nº 7, Santiago de Chile.
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20
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TOMÁS R. VILLASANTES (1997)”Participación e integración social”
TABLAS Y GRÁFICOS
Tabla 1. Población mayor de 65 años por territorio.
Tabla 2. Área geográfica, población de mayores y asociaciones.
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Tabla 3. Asociaciones y/o entidades de mayores por área geográfica.
Gráfico 1. Áreas Geográficas en la Provincia de Sevilla.
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Gráfico 2. Asociaciones/entidades de Mayores por Área Geográfica
Nº Entidades de Mayores según Área Geográfica
17 4 9
8
34
130
27
24
Área Metropolitana
Sierra Norte
Campiña Carmona
24
Aljarafe
Sierra Sur
Campiña Morón
La Vega
Bajo Guadalquivir
Comarca Écija
23
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