PROGRAMA DE HISTORIA DEL PENSAMIENTO I- LA SABIDURÍA DE LA ANTIGÜEDAD. - Egipto China Mesopotamia Aztecas e Incas I.1 las religiones monoteístas: Judaísmo, cristianismo e islam II- GRECIA Y ROMA - GRECIA: La filosofía; Sócrates, Platón y Aristóteles. - ROMA: Cicerón y Seneca III- EDAD MEDIA. - La patrística; San Agustín - La escolástica; Tomás de Aquino - El Islam; Avicena y Averroes IV- SIMBOLOS DEL PENSAMIENTO Y LA CREACION: William Shakespeare Y Miguel de Cervantes V- EL MODERNISMO: EL RENACIMIENTO. Descartes y John Locke VI- LA ILUSTRACIÓN. Montesquieu, J. J Rousseau. Kant y Hegel VII- Siglo XIX - Socialismo: K. Marx e Engels VIII Pensamiento español moderno y contemporáneo - José Ortega y Gasset - María Zambrano Alarcón IX- SIGLO XX. 1- Corrientes políticas: - Colonialismo - Expansionismo - Imperialismo (búsqueda de mercados y alianzas Estratégicas) - Nacional socialismo - Comunismo. - Los derechos humanos. 2) Corrientes de pensamiento. - Existencialismo, J. P. Sartre y Albert Camus. - Estructuralismo, C Levis Strauss, Jean Lacan, Michel Foucault. X- LA POST- MODERNIDAD: LA REVOLUCIÓN INFORMÁTICA. La Nueva Civilización BIBLIOGRAFÍA: - Charles Van Doren: Breve historia del saber. Traducción de Claudia Casanova, Editorial Planeta, 5ª edición, Barcelona, 2011. - Jean Touchard: Historia de las ideas políticas. Editorial TECNOS, Madrid. I- LA SABIDURÍA DE LA ANTIGÜEDAD: En muchas partes del mundo, en Egipto, en Mesopotamia, en Persia, en la India o en China se formaron o estaban en proceso de formarse imperios que gobernarían grandes extensiones de territorio y tendrían millones de súbditos: Estos imperios ofrecieron a sus pueblos un sistema de leyes, una cierta medida de paz y de seguridad contra la violencia de sus semejantes. Estos imperios estaban gobernados por dirigentes que poseían el poder absoluto. En era de la antigüedad, el hombre ha logrado desarrollar unas habilidades como sembrar la tierra, cazar animales y aves y utilizar sus pieles para vestirse, tallar armas, domesticar animales, usar cuevas naturales o construir hogares para su protección. En definitiva, el hombre en esta era ha logrado un avance importante en la historia del homo sapiens-sapiens Egipto: - Se organizó y se unificó aproximadamente entre 3100 y 2900 a J.C y duró como estado independiente durante unos 3000 años hasta que los romanos lo conquistaron en el 30 a.J.C. ¿Por qué duró tanto el imperio egipcio? - El factor geográfico es esencial en este aspecto, el país estaba rodeado por un desierto por los tres costados, lo que impedía penetrar a los invasores. La única franja asequible es el istmo de Suez, una franja estrecha fácil de defender. A esto hay que añadir que los egipcios odiaban el cambio, preferían mantener el satu quo. - Los egipcios estaban organizados jerárquicamente. Primero los dioses que se encuentran en la cúspide de la jerarquía, y por debajo de ellos se encuentra el resto de los mortales, llamada la gran asamblea de los muertos. - El faraón ocupaba un puesto singular y poderoso entre la humanidad y los dioses, y también es el único eslabón entre el mundo humano vivo y el mundo de los espíritus. Por eso se temía al faraón y se le adoraba y obedecía porque no hacerlo pone todo en tela de juicio a una sociedad conservadora y tradicional donde el orden social es fundamental. La agricultura egipcia era eficiente y productiva pero no todos debían trabajar en ella. Por esto gran parte de los egipcios se dedicaban a llevar a cabo grandes obras monumentales. Las pirámides se construyeron en un tiempo relativamente corto de 400 años, entre el 2700 y el 2300 a J.C. El concepto de muerte: El pueblo egipcio estaba enamorado de la muerte: Los hombres empleaban sus vidas y fortunas en prepararse para la muerte. Tenían un concepto de la muerte distinto del nuestro, veían a la muerte como una especie de fantasmagórica y etérea inmortalidad. Los muertos estaban por todas partes, en el aire, en el agua, en el suelo etc… Para los egipcios el cambio por el cambio es un principio de mérito dudoso China: Los primeros asentamientos humanos en lo que hoy es China se remonta a más de trescientos cincuenta mil años. La primera dinastía de la que tenemos noticias y de la que sobreviven materiales históricos, los Shang, gobernó buena parte de la china actual entre los años 1750 y 1111 a J.C. La dinastía de los Shag fue derrocada por un pueblo que fue súbdito suyo instaurando una dinastía que perduró hasta el año 255 a J.C. En el año 221 a J.C concluyó la verdadera unificación de China bajo la dinastía de los Qin, su rey tomó el nombre de Shi Huangdi. La china gobernada por Shi Huangdi sigue siendo el núcleo indivisible de lo que propiamente China. El primer gran proyecto del rey consiste en construir una gran red de carreteras; el segundo consiste en conectar y reforzar las murallas que protegían la frontera norte por donde les venía a menudo el peligro. Cientos de miles de hombres trabajaron y lograron lo que el mayor proyecto jamás emprendido. En algo más de diez años, completaron una muralla que se extendía a lo largo de dos mil quinientos kilómetros, que va desde el golfo de Chihli hasta el Tibet. Durante mucho tiempo, para los chinos esta Gran Muralla fue la frontera entre la civilización y la barbarie. El rey Shi Huangi, hizo un cambio importante que tuvo que ver con la organización social. Abolió el régimen feudal que reinó durante un milenio y lo sustituyo por una compleja burocracia estatal basada en principios confucianos. Confucio fue el hombre más culto de su tiempo, nació en el 551 a J.C y murió en el año 479, de una familia noble, quedó huérfano y acabó en la pobreza. Se hizo autodidacta. Empezó enseñando a unos discípulos suyos y acabó siendo el profesor más famoso de la historia de China y uno de sus hombres más influyentes. La doctrina confuciana es complicada y ha ido cambiando con el tiempo. Un principio fundamental permanece inalterable: Toda eminencia debe basarse única y exclusivamente en le mérito. La habilidad y la excelencia y no el nacimiento lo que hace a un hombre adecuado para el liderazgo. Y el mérito se conseguía estudiando. El rey Shi Huangdi, era seguidor de las enseñanzas de Confucio y basó su recién creada administración en el principio confuciano. Los señores feudales no se rindieron sin luchar. Algunos intelectuales se opusieron a la abolición del viejo sistema. Muchos de los intelectuales fueron torturados y quemados vivos. El emperador ansiaba la inmortalidad y puso todo lo que tuvo en su poder para conseguirlo pero no llegó a hacerlo falleciendo a los doce años después de fundar su Estado. Los primeros ejemplos de la escritura china datan de la dinastía Shang (s XVIIIXVII) a J.C. El chino escrito es el precursor del japonés escrito y del coreano, aunque las lenguas son completamente distintas. La escritura china es, pues, muy antigua y ha tenido una enorme influencia. Mesopotamia: Los primeros en descubrir la escritura son los sumerios, que vivieron en la baja Mesopotamia (SUR DE IRAQ ACTUAL) durante el cuarto y tercer milenio antes de cristo. El Eufrates y el Tigres fluyen durante muchos kilómetros antes de unirse al sur de Iraq, llamándose Shat Al Arab y de allí va fluyendo lentamente hasta el golfo árabe-pérsico. Cierto tipo de escritura primitiva se desarrollo entre la zona entre los dos ríos cerca del año 8000 a J.C. Luego hacia el año 3500 a J.C el sistema de escritura se había consolidado. Los acadios, conquistadores de los sumerios, heredaron mucho de sus víctimas, pero su estructura social y su sistema de propiedad eran muy distintos de los sumerios. Los babilonios y los asirios, sucesores de los acadios como dirigentes de Mesopotamia fueron refinando y mejorando cada vez más el arte de la escritura. Mesopotamia conoció muchos cambios políticos desde el cuarto milenio cuando los sumerios unificaron parte de la región. Saber leer y escribir era, entre los sumerios, los acadios, los babilonios y los asirios, una vía hacia la riqueza y el poder. Los aztecas y los incas: Los azteca sen México y los incas en Perú construyeron unas civilizaciones notables. Ambas se derrumbaron ante el peso de las armas europeas. El imperio azteca cayó en un año desde la llegada de Hernán Cortés. El imperio azteca cayó en tres años desde la llegada de Francisco Pizarro a la zona del Perú. Los aztecas había descubierto la escritura, poseían un calendario muy preciso y habían construido enormes y bellos edificios de piedra En la agricultura desarrollaron un sistema desarrollado de irrigación, cultivaban muchos tipos de cereales, de verduras y frutas que eran desconocidos para los conquistadores. Hoy en día casi el 60% de la comida del mundo desciende de los productos que cultivaban los Aztecas y los Incas. El imperio Inca se extendía desde Quito en Ecuador hasta Santiago de Chile a lo largo de cuatro mil ochocientos kilómetros. Los aztecas se desarrollaban a lo largo de México y parte de centro América. Los incas eran grandes constructores, Machu Picchu, ciudad situada en un elevado pico de los Andes peruanos, es uno de los yacimientos arqueológicos más apasionantes del mundo. Los Incas no descubrieron jamás la escritura a pesar de sus habilidades en otros campos como es la arquitectura o la agricultura. Las religiones monoteístas: El judaísmo: Abraham fue el fundador del judaísmo. Según la fe judía, los judíos era el pueblo elegido de Dios. Creían que Dios les escogió para mantener una relación especial y permanente con Él. Esta relación implicaba tres conceptos: 1- Dios les dio la ley, que abarcaba los mandamientos que Moisés recibió en el monte Sinaí como las reglas de dieta, conducta y relaciones sociales que aparecían en el Torá o sagradas escrituras. 2- En segundo lugar, Dios le había prometido que nunca les abandonaría y que se aseguraría que tuvieran éxito en toda su historia. 3- En tercer lugar, Dios les exigió que fueran testigos de su existencia, bondad y justicia. Ellos debían llevar ese testimonio a todos los demás pueblos del mundo. Los judíos siguen siempre siendo hoy, en esencia, el mismo pueblo devoto, testarudo de El cristianismo: Jesus de Nazaret, nacio en Belen el 25 de diciembre. Siendo judio, acepto sin reparos los tres conceptos del judaismo, pero al final termino cambiandolos. El nuevo testamento es unicamente cristiano y la mayor parte fue escrito por judios en lengua griega. La mayoria de los dichos de Jesus son parabolas y han dado lugar a vertigonosas y especulativas interpretaciones realizadas por sesenta generaciones de pensadores. La misteriosa figura del Jesus hombre es dificil de rastrear. Pero sea quien fuere, es sin lugar a duda un gran hombre y un gran maestro. El Islám: Mohamed nacio alrededor del 570 d. J;C desde nino fue huerfano y fue criado por su tio. Alrededor del ano 610 d.J.C cuando tenia unos cuarenta anos recibio su primer mensaje directo de Dios. Desde ese momentpo hasta su muerte, Mohamed recibio con freuencia revelaciones, mensajes verbales que provenian directamente de Dios. Al final se pusieron por escrito, se recopilaron y es lo que hopy conocemos como el Coran: las sagradas escrituras del islam. El 24 de noviembre del 622, Mohamed se refugio en la medina abandponando la mEca donde se le puso una cruel resistencia por la tribu de Koraich. Este dia es conocido como el dia de la hegira y desde entonces empieza el calendario musulman. Sus contemporaneos admiraron su valentia e imparcialidad, y se convirtio para los musulmanes de todos los tiempos en persona ejemplar. Fundo no solo un estado, sino tambien una religion que acabaria siendo adoptada por millones de perdsonas en todo el mundo. Su severidad moral y su seriedad son practicamente unicas en su epoca. Es uno de los hombres más notables y carismaticos de toda la historia. II - GRECIA Y ROMA GRECIA: Aunque la humanidad haya realizado unos pasos importantes en cuanto a la civilización del hombre, no es sino hasta la era griega cuando la humandad conoció una gran explosión del conocimiento. John Burnett, en el prefacio de su libro Early Greek Philosophy nos dice: ―es adecuado definir la ciencia como ―pensar sobre el mundo a la manera griega‖. Es por eso que la ciencia nunca ha existido fuera de los pueblos que recibieron la influencia de Grecia‖ La verdad moral y la conveniencia politica: Socrates, Platon y Aritoteles Socrates, Platon y Aristoteles tenían opinión sobre casi todo, no solo sobre la Forma y la Materia. Socrates: Nació en Atenas hacia el año 470 a. J.C, sirvió en el ejercito como soldado de infantería en la guerra entre Atenas y Esparta. Era sofista o profesor de filosofía. Es él quien proclamaba que solo sabía que no sabía nada y que pasaba la mayor parte del tiempo interrogando a sus conciudadanos que si afirmaban saber cosas. El haber pasado toda su vida haciendo preguntas no le valió el cariño de los atenienses y en el año 399 fue acusado y procesado por impiedad y por corrupción de los jóvenes. La mayoría del jurado le declaró culpable y se le obligó a suicidarse bebiendo cicuta. Sócrates no dejó nada escrito y todo lo que sabemos de él es por narraciones de sus discípulos que le citaban en sus escritos como el caso de Platón y Aristóteles. Para Sócrates existía una igualdad subyacente a toda la especie humana. Todos los hombres y mujeres eran iguales, al menos hasta que demostraban lo contrario. Sócrates defendía lo que él llamaba la “Mentira Real” en el sentido que de que aquellos que gobiernan merecen gobernar y aquellos que son gobernados merecen ser gobernados. Esta tesis coincide con la teoría de Confucio, aunque los dos no se conocían y vivían en zonas y culturas totalmente distintas. Una meritoria confuciana es lo mismo que una aristocracia de Sócrates. En la doctrina de la “Mentira Real” residía una enorme ironía que consistía en el convencimiento de Sócrates de que esa igualdad subyacente no debía utilizarse para justificar la democracia directa. Es decir según Sócrates, no se podía deducir que porque todos los hombres y mujeres fueran iguales todos estuvieron igual de cualificados para gobernar. Sócrates anduvo en pos del significado de la justicia. Y admitió que era muy difícil de encontrar; Por eso propuso tratar de hallarlo en un Estado. Pues creía que en un Estado el significado de la justicia seria más palpable y visible que en el caso de un ser humano individual. En un estado justo, dijo, los gobernantes merecerían ser gobernantes debido a su innata superioridad, no solo debido a su superior cualificación como gobernantes. Y si había personas que gobernaban un Estado y no merecían hacerlo, entonces el Estado mismo era injusto y malo y debía ser reformado. Sócrates enseñó que cada persona tiene pleno conocimiento de la verdad última dentro de su alma y que sólo necesita llevarlo a la reflexión consciente para darse cuenta. Sócrates creía que el deber del filósofo era provocar que la gente pensara por sí misma, en vez de enseñarle algo que no supiera. Por eso, se decía partero o alumbrador de ideas. Su contribución a la historia de la filosofía no fue una doctrina sistemática, sino un método de reflexión, la mayéutica, y un tipo de existencia. Hizo hincapié en la necesidad de un examen analítico de las creencias de cada uno, de definiciones claras de los conceptos básicos, y de un planteamiento racional y crítico de los problemas éticos. Platón: Nació en Atenas en el 427 a. J. C en el seno de una distinguida familia. Tras la ejecución de Sócrates, Platón y otros ―Socráticos‖ se refugiaron en Megara y luego pasaron años viajando por toda Grecia. Durante este periodo, Platón trabo amistad con Dionisio el Viejo, el tirano de Siracusa, al que trato de instruir filosofía con la esperanza de convertirle en un rey filósofo. Fundó la academia en el año 387, dedicada a investigar sistemáticamente la filosofía y las matemáticas. Escribió diálogos en los que el principal protagonista era Sócrates y otros en los que lo era un ―extranjero ateniense‖. Es muy difícil distinguir entre el pensamiento de Platón y el de Sócrates. En el gran diálogo de Platón sobre la justicia, La República; defendió la tesis de que los dirigentes solo merecen gobernar si han recibido una profunda y amplia educación, de modo que se hayan convertido en filósofos. “Hasta que los filósofos sean reyes, o los reyes y príncipes de este mundo posean el espíritu y el poder de la filosofía, y la grandeza política y la sabiduría se reúnan en uno, y hasta que aquellas naturalezas más comunes que persiguen la una en detrimento de la otra se vean forzadas a hacerse a un lado, las ciudades no podrán librarse de sus males ni tampoco podrá hacerlo, según creo, la raza humana.” Para Platón La justicia social consiste en la armonía entre las distintas clases de la sociedad. El estado ideal de una mente sana en un cuerpo sano requiere que el intelecto controle los deseos y las pasiones, así como el estado ideal de la sociedad requiere que los individuos más sabios controlen a las masas buscadoras de placer. Para Platón, la verdad, la belleza y la justicia coinciden en la idea del bien. En La República, Platón expuso su famoso mito de la caverna, en el cual muestra cómo la humanidad, prisionera en una caverna, confunde las sombras proyectadas en una roca con la realidad y en el que considera al filósofo como la persona que penetra en el Universo fuera de la caverna de la ignorancia y alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de las ideas. El concepto de Platón del bien absoluto —que es la idea más elevada y engloba a todas las demás— ha sido una fuente principal de las doctrinas religiosas panteísta y mística en la cultura occidental. La figura de Platón resulta indispensable para la comprensión de la historia del pensamiento occidental. El objetivo de la filosofía, así como la propia esencia del filósofo en el sistema platónico, son los temas que aborda Emile Bréhier en el siguiente texto. Fragmento de Historia de la filosofía. De Emile Bréhier. Volumen I: primera parte, capítulo III, 3. ‗Lo que constituye la unidad de todas estas formas, lo que, de algún modo, las necesita, es el deseo de determinar el puesto del filósofo en la ciudad y su misión moral y social. En la Grecia de aquel entonces, el filósofo no se definió jamás por comparación con los demás tipos de especulación, científicos o religiosos, sino más bien por su relación y sus diferencias con el orador, el sofista y el político. La filosofía es el descubrimiento de una nueva forma de vida intelectual que, por lo demás, no puede separarse de la vida social. Los diálogos nos describen esa vida y, con ella, los dramas y comedias que de ella han surgido. En ciertos aspectos, esa filosofía chocaba con las costumbres sólidamente implantadas en la Grecia de la época, y era inevitable que se produjesen conflictos, cuya consecuencia trágica fue la muerte de Sócrates. ¿Qué es el filósofo? Platón ofrece muchas descripciones. En el Fedón (64 e ss.) es el hombre que se ha purificado de las taras del cuerpo, que no vive más que para el alma y no teme a la muerte, puesto que, ya en esta vida, su alma está separada del cuerpo. En el Teeteto (172 c-177 c) es el hombre torpe y poco diestro en sus relaciones con los hombres, que no encontrará nunca su puesto en la sociedad humana y carecerá de influencia en la ciudad. En la República, es el jefe de la ciudad y es precisamente él quien, en las Leyes (X, 909 a), se convierte en esa especie de inquisidor que, deseando «la salvación del alma» de los ciudadanos, impone a los habitantes de la ciudad la creencia en los dioses de la misma bajo la amenaza de prisión perpetua. Es, por fin, el entusiasta e inspirado del Fedro (224 a ss.) y del Banquete (210 a). En esas descripciones sucesivas hay dos rasgos dominantes que parecen contradecirse; por una parte, el filósofo debe «huir de aquí», purificarse, vivir en contacto con realidades que el sofista o el político ignoran; por otra parte, debe construir la ciudad justa, cuyas relaciones sociales reflejen las relaciones exactas y rigurosas que constituyen el objeto de la ciencia. El filósofo es, por una parte, el sabio retirado del mundo y, por otra, el sabio y justo, el verdadero político que da leyes a la ciudad. El propio Platón ¿no fue, a la vez, fundador de la Academia, amigo de los matemáticos y astrónomos y, por otra parte, consejero de Dión y de Dionisio, el tirano? Además, si como filósofo fue el inventor o promotor de una lógica rigurosa, también fue el inspirado cuyo espíritu permanecería estéril sin el impulso de Eros, y que no podría engendrar sino en lo bello; la discusión razonada se desdobla en una dialéctica del amor que se traduce en efusiones líricas y contemplaciones místicas. Sabio y místico, filósofo y político, son rasgos generalmente separados y que no volveremos a encontrar unidos, a través de esta historia, sino en algunos grandes reformadores del siglo XIX. Por eso es importantísimo comprender bien lo que constituye su vínculo de unión.‖ Fuente: Bréhier, Emile. Historia de la filosofía (2 vols.). Traducción de Juan Antonio Pérez Millán y Mª Dolores Morán. Madrid: Editorial Tecnos, 1988. Aristóteles: Nació en Estagira, en Macedonia, en el año 384 a.J.C. le enviaron a estudiar en la Academia, en Atenas en el año 367 y allí paso veinte años. Cuando murió Platón en el año 347, Aristóteles abandono Atenas y viajo durante 12 años fundando nuevas academias en distintas ciudades y casándose con la hija de un rey. Regreso después a Macedonia donde ejerció de tutor del joven Alejandro, el hijo del rey Filipo, que se convertiría en Alejandro Magno. Aristóteles invento la lógica que consiste en las reglas del pensamiento, igual que la gramática consiste en las reglas del habla y la escritura. Aristóteles compartía con Sócrates y Platón, un desmesurado interés y una profunda fascinación por la política y la moral. Ninguno de ellos cuestiono jamás la idea de que el ser más importante del mundo es el hombre. Con ello, estos filósofos se referían a la humanidad en abstracto. Para Aristóteles, la inferioridad de los esclavos y de las mujeres era innata. No tenia cura. Puede que a los no griegos se les pudiera ensenar, pero era arriesgado. La idea de la “falacia de afirmar el consecuente” según Aristóteles defendía que el hombre tiene lo que merece. Lo que tenemos es lo que merecemos, lo que otros no tienen es porque no lo merecen. La falacia del consecuente se usa a menudo para decidir quién puede entrar en un club. Esta persona es adecuada, aquella no lo es. ―Si todos los hombres fueran amigos, no habría necesidad de la justicia‖ proclamo Aristóteles. Esta famosa declaración es la que sostiene que exista la necesidad de un gobierno. Puesto que todos los hombres son amigos es necesario el gobierno para imponer a todos la justicia. En teoría política, Aristóteles adoptó una posición más realista que Platón. Se mostró conforme con el modelo de una monarquía gobernada por un rey sabio que llegaría a representar la estructura política ideal, pero reconocía asimismo que las sociedades difieren en sus necesidades y tradiciones, y creía que una democracia limitada conforma y ordena el mejor compromiso concebible. En su teoría del conocimiento, Aristóteles rechazó la doctrina platónica por la que el saber es innato e insistió en que sólo puede adquirirse mediante la generalización desde la experiencia. El espíritu del pensamiento griego: Los griegos no aprendieron solo porque fueran curiosos y viajaran al extranjero. Lo importante fue su descubrimiento revolucionario de cómo aprender de forma sistemática, es decir, su invención del conocimiento organizado. Bajo este conocimiento hubo asombrosas consecuencias: En primer lugar, prosperó la idea de que sobre cualquier cosa existía una sola verdad, no muchas verdades distintas. En segundo lugar, nació la idea de que existía una relación fundamental entre el conocedor y lo conocido, entre el mundo exterior y la mente. El mundo es esencialmente racional, y por lo tanto, puesto que poseemos razón, podemos comprenderlo. En tercer lugar, se afianzó un nuevo concepto de educación. Los padres siempre les habían ensenado a sus hijos las reglas de su ―arte‖; las madres habían ensenado a sus hijas los secretos de la maternidad, y el Estado insistía en que todos los jóvenes súbditos aprendieran las reglas sobre cómo vivir allí. De repente apareció otra cosa nueva, que los griegos llamaban paideia: Un plan de estudios que todos debían estudiar si querían ser hombres buenos y también buenos ciudadanos. Por último, estaba la idea de la ciencia en sí misma, y de su joven reina, las matemáticas. Otras escuelas griegas A parte de estos filósofos, los griegos fundaron muchas escuelas de pensamiento de las cuales citamos unos cuantos ejemplos: Los sofistas La La La La La escuela escuela escuela escuela escuela ROMA atomista pluralista de Heráclito pitagórica jónica Una visita a cualquier museo dedicado a la época clásica, revelara la inmensa influencia que la cultura griega ejerció sobre los pueblos de la península itálica. El arte y la religión etruscos fueron claramente griegos, y cuando los romanos conquistaron Etruria en los siglos IV y III a. J.C, también ellos se vieron pronto invadidos por las ideas, imágenes y visión del mundo griegas. La elegancia, la sutileza, el gusto y el encanto griego eran admirados por toldas partes pero también temidos. Derecho, ciudadanía y carreteras El derecho romano se codificó por primera vez en las Doce Tablas alrededor del 450 a.J.C (En las Doce Tablas, que fueron tabletas de madera y luego de bronce, estaban inscritas las leyes del Estado) y siguió aplicándose diariamente en Occidente hasta las invasiones bárbaras del siglo V d.J.C y el Imperio romano de oriente hasta su caída en 1453. El derecho romano sigue teniendo una gran influencia en los sistemas legales de casi todo el mundo occidental. Los romanos siempre respetaron y amaron el derecho apasionadamente La ciudadanía: los romanos conscientes de los problemas que les pueda aportar el hecho de esclavizar a las personas. Los romanos decidieron conceder la ciudadanía a los italianos ―concederemos la ciudadanía a los italianos y ya encontraremos esclavos en otra parte‖. De un plumazo, los pueblos vasallos italianos se convirtieron en romanos con todos, o casi todos, los privilegios que acompañaban a esta condición Las carreteras romanas: Los griegos fueron unos afamados marineros y comerciantes emprendedores. Pero su imperio nunca se extendió mucho tierra adentro, excepto en los dominios del viejo imperio persa. Los romanos si que sabían de carreteras, sabían dónde y cómo construirlas. Sabían cómo hacer que durasen. La resistencia de las carreteras romanas es legendaria. Todavía se conservan cientos de kilómetros de vías romanas, tras veinte siglos de uso continuado. La Vía Apia, por ejemplo, que va hacia el sur desde Roma hasta Nápoles y Bríndisi, circulan hoy automóviles modernos. CICERÓN Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.), escritor, político y orador romano. Aunque su carrera política fue notable, Cicerón es especialmente conocido como el orador más elocuente de Roma y como hombre de letras. Nació en Arpinum (actualmente Arpino, Italia) y en su juventud estudió derecho, oratoria, literatura y filosofía en Roma. Tras una breve carrera militar y tres años de experiencia como abogado que defendía a ciudadanos privados, viajó a Grecia y Asia, donde continuó sus estudios. Regresó a Roma en el 77 a.C. y comenzó su carrera política. En el 74 a.C. fue elegido miembro del Senado. Aunque la familia de Cicerón no pertenecía a la aristocracia romana, los patricios más ricos y poderosos de Roma le apoyaron en su candidatura al consulado en el 64 a.C. por el gran desagrado que les producía el otro candidato, aristocrático pero menos respetable, Lucio Sergio Catilina. Fue elegido Cicerón, y Catilina volvió a intentarlo al año siguiente con el mismo resultado. Entonces, airado, organizó una conspiración para derribar el gobierno. Cicerón controló la situación, detuvo y ejecutó a varios de los partidarios de Catilina y a éste lo expulsó del Senado con una ardiente soflama conocida como Catilinarias. Julio César y otros senadores romanos sostuvieron que Cicerón había obrado con excesiva dureza, sin proporcionar las debidas garantías legales a los conspiradores. Como resultado de esto, en el 58 a.C., Cicerón se vio obligado a exiliarse. Tras un año en Macedonia fue perdonado por el general romano Pompeyo el Grande. Cicerón se dedicó a la literatura hasta el 51 a.C., cuando aceptó el encargo de gobernar la provincia romana de Cilicia como procónsul. Regresó a Roma en el 50 a.C. y se unió a Pompeyo, que se había convertido en el mayor enemigo de Julio César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el 48 a.C., Cicerón comprendió que continuar con la resistencia a César era inútil, y aceptó su amistad, aunque mientras César fue dictador de Roma, Cicerón vivió apartado de la vida política dedicándose a escribir. Después del asesinato de César, en el 44 a.C., Cicerón retornó a la política. Esperando ver la restauración de la República, apoyó al hijo adoptivo de César, Octavio, más tarde el emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul romano Marco Antonio. Sin embargo, Octavio y Marco Antonio se reconciliaron, y Cicerón fue ejecutado como enemigo del Estado, el 7 de diciembre del 43 a.C. Cicerón creó un elaborado estilo prosístico que combina claridad y elocuencia, y que se ha convertido en uno de los modelos por medio de los que se juzga toda la demás prosa latina. Su obra contribuyó mucho al enriquecimiento del vocabulario de su propio lenguaje. Los escritos de Cicerón tratan sobre muchos temas. Sus obras filosóficas revelan su creencia en Dios y en el libre albedrío. Casi todos sus trabajos filosóficos se basan en fuentes griegas y, por lo tanto, aparte de su valor intrínseco, tienen uno añadido como es el de haber divulgado y preservado la filosofía griega que de no haber sido por él, tal vez, se hubiera perdido. A partir del 45 a.C. y de la muerte de su hija Tulia, Cicerón se retiró de la política para dedicarse por completo a sus escritos literarios y filosóficos. Destacan sus tratados De Legibus (Sobre las leyes), De Officiis (Sobre el deber), y De Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses). Su obra influyó mucho en el poeta italiano Petrarca y en otros escritores del renacimiento. Sus obras retóricas, escritas en forma de diálogo, en especial De Oratore (Sobre la retórica), tienen gran valor como modelos de una consumada retórica y como una rica fuente de material histórico. Las más famosas de sus piezas de oratoria son las cuatro contra Catilia, conocidas por Catiliniarias, y las catorce contra Marco Antonio conocidas por Filípicas. Entre las obras menores de Cicerón, los tratados De Senectute (Sobre la vejez) y De Amicitia (Sobre la amistad) siempre han sido admirados por su estilo cultivado. Muy importantes son cuatro colecciones de cartas escritas por Cicerón a sus conocidos y amigos. Estas cartas constituyen una revelación espontánea de su autor y una excelente fuente de información sobre la política y las costumbres de la antigua Roma, y se ocupan de temas que van desde la filosofía y la literatura a las cuestiones familiares. Autor prolífico y uno de los mejores abogados de su tiempo, Cicerón se hizo famoso por sus discursos en defensa de sus clientes y contra sus enemigos. Sus obras fueron muy leídas y copiadas. Cicerón se jactaba de sus éxitos políticos, pero respecto a su trabajo intelectual siempre fue modesto. Declaraba que el era solamente un divulgador que se había dedicado a traducir el pensamiento griego para que pudiera ser comprendido con facilidad por sus contemporáneos. Cicerón no hizo ningún descubrimiento original pero, sin embargo, ayudo a mucha gente a descubrir las brillantes y originales ideas de sus predecesores. En el último libro de Cicerón, Sobre el deber, trataba de una amplia variedad de problemas cotidianos. ¿Cuál es lo honrado?, ¿Cual es lo correcto? Para Cicerón la solución a los problemas consiste en hacer siempre lo correcto, porque una mala acción aunque parezca provechosa, nunca puede ser realmente provechosa, puesto que está mal. Lo correcto es lo legal, lo que la ley exige. Pero más allá de eso, pues la propia ley no siempre es justa, lo correcto es lo que es honesto, sincero y justo. Mantener tu palabra, sin importar las consecuencias. Decir la verdad, incluso si no está bajo juramento, y tratar a todo el mundo igual. Si todo el mundo hacia lo que sabía que era correcto, la paz estaría garantizada y también la libertad podría preservarse. También, según Cicerón, seriamos más felices si siempre hiciéramos lo que sabemos que está bien, incluso si por ello fuéramos más pobres o tuviéramos menos éxito. Así la sencilla regla de Cicerón, se convirtió en la práctica versión romana del gran esquema de educación estatal pública propuesto por Sócrates y Platón en la Republica. SENECA: Lucio Anneo Seneca, la principal figura intelectual de Roma a mediados del siglo I a. J. C. Nacido en Hispania el 4 d. J. C en una familia rica, cuando tenía cuarenta y cinco anos, Claudio le desterró, pero Agripina le trajo de vuelta a Roma y le hizo tutor de su hijo, el futuro emperador Nerón. El asesinato de Claudio en el 54 coloco a Seneca en la cúspide del poder romano. El nuevo emperador, Nerón, alumno de Seneca, tenía solo diecisiete años y consultaba a su maestro casi todas las decisiones. Durante ocho años, Seneca fue el dirigente de facto del mundo romano. Seneca escribió muchas cartas sobre temas filosóficos y morales en las que profundizo y defendió las doctrinas de Zenón el estoico. También fue un prestigioso dramaturgo. Seneca retuvo los temas escabrosos, como la serie de asesinatos dinásticos de la casa de Atreo (La fuente de la Orestiada, la trilogía de Esquilo) pero en general prescindió completamente de la psicología. Las obras de Seneca fueron muy influyentes en los siglos sucesivos y especialmente durante el Renacimiento. Sus grandes guiñoles, sus fantasmas y sus crueles asesinatos fueron populares en Inglaterra, por ejemplo, durante la juventud de Shakespeare. Las obras que nos quedan de Séneca se pueden dividir en cuatro apartados: los diálogos morales, las cartas, las tragedias y los epigramas. La filosofía de Séneca se diluye en estas obras. No escribió una obra sistemática de filosofía; su pensamiento filosófico, sus ideas estoicas, se expresan a lo largo de toda su obra y llenan el comentario de todas las situaciones. Los diálogos son diez obras morales conservadas en un manuescrito de la Biblioteca Ambrosiana. Si se exceptúa el conocido con el nombre de Sobre la ira, son relativamente cortos. El largo diálogo Sobre la ira está dedicado a su hermano Novato, que le había pedido que le escribiera sobre el modo de mitigar la ira. En el exilio escribió el tratado Sobre la providencia, dedicado a Lucilio Junior. De su exilio es también el diálogo más delicioso y el más lleno de detalles personales, que escribió a su madre: De la consolación a Helvia. Junto al tratado Sobre la providencia hay que colocar el De la constancia del sabio, escrito probablemente después del año 47. Vuelto a las tareas de gobierno redacta el diálogo Sobre la brevedad de la vida, escrito con toda probabilidad en el año 55. A su suegro Paulino le dedicó el diálogo La vida bienaventurada, una curiosa defensa de su forma de vida de filósofo estoico. Durante el período de retiro de la vida política escribió un libro de Cuestiones naturales, dedicado a Lucilio, que trata de fenómenos naturales, y donde la ética se mezcla con la física. Escrita en prosa y verso, pero aislada de sus demás obras, como caso único está el Apocolocyntoxis, una sátira feroz de la coronación de Claudio, con crítica política y malicia personal. De toda la obra poética de Séneca sus nueva tragedias son el fruto de una actividad creativa, independiente, que ejerció a lo largo de su vida, pero especialmente en el periodo intermedio de la educación de Nerón. Nueve tragedias han llegado hasta nosotros; una dudosa en la atribución, Hércules Oetano, y otra, Octavia, ciertamente apócrifa En resumen, Seneca fue un hombre de muchos talentos. No fue un gran escritor, pero dentro de los limites que marcaban su talento y su inteligencia trató de mantener viva la gran tradición de sus predecesores griegos tanto en el teatro como en la filosofía, y también hizo un esfuerzo real, aunque en última instancia infructuoso, por guiar al joven que se había graduado como señor del mundo bajo su tutela (Nerón). Otras escuelas que florecieron en la época romana: Epicureísmo: En el año 306 a.C., Epicuro fundó una escuela filosófica en Atenas. Como sus seguidores se reunían en el jardín de su casa fueron conocidos como los ―filósofos del jardín‖. Estoicismo: La escuela estoica, fundada en Atenas hacia el 300 a.C. por Zenón de Citio, evolucionó a partir del anterior movimiento de los cínicos, que rechazaba las instituciones que estructuraban la sociedad y los valores materiales vigentes. Escepticismo: El escepticismo, que profundizó en la crítica sofista del conocimiento objetivo, dominó la Academia platónica en el siglo III a.C. Los escépticos descubrieron (al igual que Zenón de Elea) que la lógica es un mecanismo filosófico poderoso y capaz de destruir cualquier idea positiva, y la usaron con arte. Neoplatonismo: El filósofo judeo-helenista Filón de Alejandría sumó la filosofía griega, en especial las ideas platónicas y pitagóricas, a la religión judaica en un amplio sistema que anticipó el neoplatonismo y el misticismo judío, cristiano y musulmán. Pensadores como Horacio, Virgilio Titto Libio, Tacito, Macrobio etc… alumbraron la escena intelectual romana a lo largo de la existencia del imperio que presumía de dominar el mediterráneo al que llamaron Mare nostrum. Con estas y otras figuras, los romanos construyeron un Estado que siguió funcionando incluso cuando estuvo gobernado por los peores emperadores. Construyeron más carreteras. Difundieron las ideas de sus maestros griegos hasta allí donde alcanzaron sus conquistas y luego enviaron maestros griegos a educar al nuevo y servil populacho. Los romanos lucieron en el derecho y lograron que sus leyes sigan influyendo en el sistema judicial de todo occidente. Tuvieron un sistema de gobierno que funcionaba bastante bien, pese a los privilegios que los ciudadanos de la ciudad de Roma – aproximadamente medio millón de habitantes en el siglo III. No tenían que trabajar como todos los demás, el Estado les subvencionaba con una ración diaria y gratuita de grano, y les garantizaba la diversión en los espectáculos de gladiadores. III- LA EDAD MEDIA. Dios fue uno de los grandes desafíos medievales, y el más importante de todos. Los seres humanos siempre se han interesado por Dios y han intentado comprender sus acciones. Pero los griegos y especialmente los romanos, habían mantenido ese interés bajo control. Solo muy pocas veces, y en rituales señalados, se dejaban poseer por la locura divina; “Los primeros tiempos de la Edad Media, esa locura poseyó a los mejores y más brillantes europeos. Casi se puede decir que se obsesionaron con Dios. Pensaban sobre Dios, estudiaban a Dios, trataban de descubrir su voluntad y obedecerla, e intentaban descubrir los propósitos que Dios tenia para el mundo y ayudarle a que se cumplan” Charles Van Doren, Breve historia del saber p. 179 Las matemáticas y la filosofía encabezaban los estudios de los griegos, y la política y el derecho, los de los romanos; la teología se convirtió en la reina de las ciencias en le Edad Media. Una sola pregunta se situó en el centro del estudio y el debate teológico durante los siglos de la Edad Media. Se trata de la búsqueda de la verdad. ¿Cuál es la verdad?; ¿Dónde se encuentra la verdad?; ¿Cuántas verdades hay?; ¿ Puede haber dos verdades diferentes? Etc. La promesa del cristianismo: San Agustín Aurelius Agustinus nació en la ciudad norteafricana de Tagaste (Souk Ahras, en Argelia) en el año 354 d. J. C. Su familia se dio cuenta de su enorme potencial y le enviaron a Nueva Cartago para que recibiera buena educación que le permitiría acceder a los altos cargos de gobierno. Murió en Hipona en el año 430 cuando el ejercito bárbaro asediaba la ciudad. Durante el declive de la civilización grecorromana, los filósofos occidentales abandonaron la investigación científica de la naturaleza y la búsqueda de la felicidad en el mundo y se preocuparon por el problema de la salvación en otro mundo mejor. Hacia el siglo III, el cristianismo se había extendido a las clases más cultas del Imperio romano. Filosofía de san Agustín El proceso encaminado a reconciliar el énfasis de los griegos en la razón con el que ponían los romanos en las emociones religiosas de las enseñanzas de Cristo y los apóstoles se concretó en los escritos de san Agustín de Hipona. Éste desarrolló un sistema de pensamiento que, a través de sucesivas rectificaciones y elaboraciones, se convirtió al fin en la doctrina del cristianismo de aquella época. En gran parte debido a su influencia, el pensamiento cristiano fue platónico hasta el siglo XIII, punto en que la filosofía aristotélica se hizo dominante. San Agustín afirmaba que la fe religiosa y el entendimiento filosófico obran como complementarios en lugar de ser opuestos y que se debe ―creer para comprender y comprender para creer‖. Al igual que los neoplatónicos, consideraba el alma una forma más elevada de la existencia que el cuerpo y mantuvo que el conocimiento consiste en la contemplación de las ideas que han sido depuradas tanto de sensaciones como de imágenes. La filosofía platónica se unió al concepto cristiano de un Dios personal que había creado el mundo y predestinado su evolución, y a la doctrina de la caída de la humanidad que requería la divina encarnación en Cristo. San Agustín intentó aportar soluciones racionales a los problemas del libre albedrío y la predestinación, la existencia del mal en un mundo creado por un dios omnipresente y todopoderoso, y la naturaleza atribuida a Dios en la doctrina de la Santísima Trinidad. En uno de sus principales escritos, La ciudad de Dios, concibió la historia como una lucha trágica en la humanidad entre el bien, expresado en la lealtad a la ―ciudad de Dios‖ o comunidad de los santos, y el mal, identificado en la ciudad terrenal y simbolizado a través de sus valores materiales. Su idea de la vida humana era pesimista, lo que le llevó a sostener que la felicidad es imposible en la existencia del individuo, donde incluso con buena suerte, como excepción, la conciencia de la proximidad de la muerte echaría a perder cualquier tendencia hacia la satisfacción y el placer. Pensó que sin las virtudes religiosas de la fe, la esperanza y la caridad —que requieren de la divina gracia para ser alcanzadas—, una persona no puede desarrollar virtudes naturales referidas al valor, la justicia, la templanza y la sabiduría. Sus análisis del tiempo, la memoria y la experiencia religiosa fueron fuente de inspiración para el pensamiento metafísico y místico. La ciudad de Dios, estaba profundamente influida por el pensamiento de Platon, filtrado a través del misticismo intelectual de Plotino. Un ser racional, dijo Agustín, no hace la verdad sino que la encuentra. La descubre en su interior conforme escucha las enseñanzas de sus magister interiore que es Cristo, la revelación de la palabra de Dios. La ciudad de Dios, no es una ciudad terrenal. Esta dentro del corazón y del alma de todo verdadero cristiano. San Agustin murió creyendo tener razón. El cristianismo, para sobrevivir, debía renunciar a la gloria terrenal y estar dispuesto a vivir en lugares pequeños, aislados, donde la gloria de la Ciudad Celestial resplandecería y se podría ver con mas facilidad. El objetivo de los cristianos para San Agustin, estaba en otra vida, y su ciudad no era de este mundo. La única gran aportación a la filosofía occidental en los tres siglos posteriores a la muerte de san Agustín fue la del estadista romano del siglo VI Boecio, que reavivó el interés por el pensamiento griego y romano, en especial por la lógica y metafísica aristotélicas. En el siglo IX el monje irlandés Juan Escoto Eriúgena expuso una interpretación panteísta del cristianismo, identificando la Trinidad divina con lo Uno, el logos y el Alma universal del neoplatonismo, y mantuvo que tanto la fe como la razón son necesarias para alcanzar la unión extática con Dios. La escolástica: Tomás de Aquino Filosofía medieval después de santo Tomás de Aquino Las mayores críticas a la filosofía tomista fueron formuladas por Juan Duns Escoto y Guillermo de Ockham. Duns Escoto desarrolló un sutil y muy técnico sistema de lógica y metafísica, pero debido al fanatismo de sus seguidores, el nombre de Duns se convirtió más tarde en símbolo de estupidez en la palabra inglesa dunce (burro). Escoto rechazó el intento de santo Tomás de Aquino para reconciliar la filosofía racional con la religión revelada. Mantuvo, en una versión modificada de la llamada doctrina de la doble verdad de Averroes, que todas las creencias religiosas son asuntos de fe, excepto la creencia en la existencia de Dios, que consideraba demostrable desde supuestos lógicos. En contra de la idea de Aquino según la cual Dios actúa de acuerdo con su naturaleza racional, Escoto afirmó que la voluntad divina es anterior al propio intelecto divino y crea (en vez de amoldarse a ellas) las leyes de la naturaleza y la moral (voluntarismo), lo que implicaba una noción del libre albedrío más amplia que la de santo Tomás. Al abordar el problema de los universales, Duns Escoto planteó un nuevo compromiso entre realismo y nominalismo al explicar la diferencia entre los objetos individuales y las formas que esos objetos ejemplifican (individuación) como una distinción lógica en vez de real. El franciscano inglés Guillermo de Ockham formuló la crítica de carácter más radical y nominalista de la creencia escolástica en el campo de lo intangible, cosas invisibles como las ideas, esencias y universales. Mantuvo que tales entidades abstractas sólo son referencias terminológicas que designan a su vez otras palabras en lugar de ser útiles para referirse a cosas reales. Su famosa regla, conocida como ―la navaja de Ockham‖ (que afirma que no se debe suponer la existencia de más cosas de las que son necesarias según imperativos lógicos), se convirtió en un principio fundamental de la ciencia y filosofía modernas. En los siglos XV y XVI el renacer del interés científico por la naturaleza se vio acompañado por la tendencia hacia el misticismo panteísta. El prelado católico romano Nicolás de Cusa anticipó la obra del astrónomo polaco Nicolás Copérnico al sugerir que la Tierra se mueve alrededor del Sol, desplazando así a la humanidad del centro del Universo, al que concibió como infinito e idéntico a Dios. El filósofo italiano Giordano Bruno, que también identificó el Universo con Dios, desarrolló las implicaciones filosóficas de la teoría copernicana. La filosofía de Bruno influyó en corrientes intelectuales posteriores que llevaron al nacimiento de la ciencia moderna y a la Reforma. El Islam: Avicena y Averroes. Avicena: Nació cerca de Bojara, en Jurasán (actual Uzbekistán), y pronto demostró poseer una capacidad excepcional. Aprendió el Corán de memoria siendo todavía un niño de 10 años. A los dieciocho años supero a sus profesores y se le consideró una excepcional autodidacta. A los veintiún años ya era un medico famoso. Avicena escribió dos grandes obras, además de muchas otras de menor extensión. La primera, El libro de la curación, es una enorme enciclopedia filosófica y científica de la que se dice que fue la mayor obra de su clase jamás escrita por una sola persona. La segunda, el Canon de Medicina, una enciclopedia que contenía todo el saber medico de su tiempo, se convirtió en uno de los libros más celebres de la medicina. Las dos obras se tradujeron al latín y ejercieron una gran influencia en los académicos occidentales, que través de ellos comprendieron que quizá existiera algún tipo de conocimientos mas allá del que se deriva de la interpretación y la reinterpretación de las Escrituras, de la Ciudad de Dios de San Agustín. La información que Avicena les dio sobre Aristóteles y el pensamiento griego en general les despertó el apetito del saber. Evidentemente, los griegos defendieron a Ultranza la idea de que la razón podía aportar verdades reales y valiosas. Pero los académicos seguían sin poder leer al propio Aristóteles, pues durante el siglo posterior a la muerte de Avicena, en el 1037, las obras del filósofo griego seguían sin estar disponibles en Occidente. Avicena fue el científico-filosofo musulmán más influyente de su época y tuvo grandes interpretaciones sobre la verdad divina que luego desarrollaba Averroes. Averroes Averroes (1126-1198), filósofo, físico, jurista malikí y teólogo asharí hispanoárabe. Introductor del pensamiento aristotélico en Occidente, su figura ocupa un lugar de honor en la historia del pensamiento medieval. Abul Walid Muhammad ibn Rusd (su nombre en árabe) nació en Córdoba cuando alAndalus estaba bajo dominio de los almorávides. Su padre, un cadí (juez) cordobés, le inició en el estudio de la jurisprudencia. En su ciudad natal también estudió teología, filosofía y matemáticas (con el filósofo árabe Ibn Tufayl), y medicina (fue discípulo de Avenzoar). En 1168 viajó a Marrakech y pudo conocer al afamado filósofo y médico Abentofail, quien le presentó ante Yusuf I, emir de los almohades. Posteriormente, Averroes ejerció como juez en Sevilla (1169) y Córdoba (1171). En 1182 marchó de nuevo a Marrakech y sustituyó a Abentofail como médico personal de Yusuf I. Debido a algunas de sus teorías filosóficas (especialmente la que afirmaba que la razón prima sobre la religión), Yusuf II (hijo y sucesor de Yusuf I) ordenó su destierro en 1194. Refugiado en la localidad cordobesa de Lucena, todavía emprendió un nuevo viaje a Marrakech, donde falleció en 1198. FILOSOFÍA Averroes mantenía que las verdades metafísicas pueden expresarse por dos caminos: a través de la filosofía (según pensaban Aristóteles y los seguidores del neoplatonismo) y a través de la religión (como se refleja en la idea simplificada y alegórica de los libros de la revelación). Aunque en realidad Averroes no propuso la existencia de dos tipos de verdades (filosófica y religiosa), sus ideas fueron interpretadas por los pensadores cristianos, que las calificaron como “teoría de la doble verdad”. Rechazó el concepto de la creación del mundo ―en el tiempo‖, pues mantenía que el mundo no tiene principio. Dios es el ―primer motor‖, la fuerza propulsora de todo movimiento, que transforma lo potencial en lo real. El alma individual humana emana del alma universal unificada. Los amplios comentarios de Averroes sobre las obras de Aristóteles (encargados por Yusuf I) fueron traducidos al latín y al hebreo, y tuvieron una gran influencia en la edad media, tanto en el escolasticismo y la filosofía cristiana como entre los filósofos judíos. Su principal obra original fue Tahafut alTahafut (La destrucción de la destrucción), donde rebatía una obra del teólogo islámico Algazel sobre la filosofía. Fue también autor de escritos sobre medicina, astronomía, derecho y gramática. Hasta la aparición de este filósofo y comentarista árabe, las doctrinas originales de Aristóteles fueron oscuras y confusas para los eruditos occidentales. Averroes consolidó en occidente la noción de las dos verdades, la verdad de Dios y la verdad e la naturaleza, que tenían dos lógicas distintas y dos métodos diferentes. “Tu opinión es un error que puede ser verdad y mi opinión es una verdad que puede ser un error” Símbolos del pensamiento y la creación literaria. William Shakespeare: W. Shakespeare, nació en Inglaterra a mediados del siglo XVI y murió el 23 de abril de 1615. Escribió una treintena y cinco obras, todas las cuales, al parecer, se representaron en el escenario. Fue un dramaturgo de enorme éxito ya en su tiempo y no ha dejado de serlo desde entonces. Shakespeare no conocía a los grandes trágicos griegos: Solo tenía a Séneca y a un puñado de sus imitadores contemporáneos; a Plauto y Terencio, ambos antiguos romanos: Lo que hizo Shakespeare fue crear la dramaturgia inglesa prácticamente de la nada. El hombre y la mujer fueron siempre el centro de sus obras. La imagen medieval del mundo que heredó Shakespeare se difumina en un segundo plano y aparece con fuerza la humanidad, desnuda, sin vestiduras que la adornen y sin la protección del derecho canónico. Las obras casi no son cristianas y, desde luego, están muy lejos de la ortodoxia de esa religión. Tampoco son existencialistas, aunque enfrentan a hombres y mujeres contra el universo y miden su actuación en ese desigual duelo. Una de las contribuciones más valiosas de Shakespeare a la literatura es que en sus obras mostró la vida de las familias comunes, revelándonos cosas que siempre supimos pero a las que no queríamos enfrentarnos. Todas y cada una de sus famosas tragedias son tragedias familiares, por mucho que sean muchas cosas más: Lear y sus hijas, Hamlet y su madre y su padrastro, Otelo y su joven esposa, Macbeth y su esposa ambiciosa, anciana y sedienta de sangre. El inglés que Shakespeare empleó en sus últimas obras maestras prácticamente no existía cuando empezó a escribir teatro y también él tuvo que inventar una nueva lengua. Dante, Tetrarca y Boccaccio obraron la misma magia con el italiano, Cervantes lo haría con el español y Goethe y Lessing con el alemán. Como todo lo demás, Shakespeare fue el mayor de todos estos creadores lingüísticos. Tan inagotable fue su imaginación como su inventiva. “Somos para los dioses como las moscas para los chiquillos. Nos matan por diversión” El Rey Lear “¡Qué obra maestra es el hombre! ¡Cuán noble por su razón! (…) ¡El arquitecto de los seres! Y, sin embargo, ¿Qué es para mí esa quintaesencia del polvo? Hamlet ―Somos de la misma sustancia que los sueños, y nuestra breve vida culmina en un dormir‖ La tempestad Miguel de Cervantes: Miguel de Cervantes Saavedra, nació en Alcalá de henares, el 29 de septiembre de 1547, y falleció el 23 de abril de 1616, el mismo día en le murió William Shakespeare. Cervantes quiso ser escritor, y escribió cualquier clase de obra que creyó que le podría reportar un poco de dinero, obras de teatro, relatos e incluso una novela pastoril, un género entonces considerado moderno. Nada de los que escribió tuvo éxito. Desesperado, imaginó una historia sobre un viejo hidalgo de La Mancha, donde él vivía, que había leído tantas de esas novelas que perdió la cabeza y empezó a creerlas de verdad. La concepción del mundo en la Edad Media incluía creer en la caballería, que era una parte necesaria de la entidad ficticia que era el estado teocrático. Los caballeros andantes eran los Ombudsman del reino de Dios en la Tierra que iban sembrando justicia conforme cabalgaban por os campos y aldeas de países que sólo existían en la mente de los hombres: Avalón, Arcadia y demás. De moral pura y gran piedad religiosa, servían al rey celestial y a una doncella sin par, una madre virgen, hasta la muerte y después de ella. La verdadera grandeza de Cervantes radica en que él fue quien descubrió esa vía. Don Quijote y Sancho Panza perseguían lo que un poeta moderno ha llamado un sueño imposible, un sueño de justicia en un paraíso terrenal, una verdadera contradicción en términos, como han sabido siempre los hombres pragmáticos. La mayor parte de la literatura que ha perdurado en los siguientes cuatrocientos años ha seguido su idea, inventando nuevos tipos de héroes que se elevan por encima del mundo o demuestran lo loco que se vuelve el mundo cuando carece de ellos. “- Si tú, Sancho, me dejaras acometer, como yo quería, te hubieran cabido en despojos, por lo menos, la corona de oro de la Emperatriz y las pintadas alas de Cupido, que se las quitara al redropelo y te las pusiera en las manos. - Nunca los cetros y coronas de los emperadores farsantes –respondió Sancho Panzafueron de oro puro, sino de oropel u hoja de lata.” Don Quijote de la Mancha IV- EL MODERNISMO: EL RENACIMIENTO. René Descartes y John Locke FILOSOFÍA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA Desde el siglo XV la filosofía occidental ha estado marcada por una interacción continua entre sistemas de pensamiento basados en una interpretación mecanicista y materialista del Universo, y aquellos otros que consideraban al pensamiento humano como la única realidad última. Esta interacción reflejó el creciente efecto del descubrimiento científico y el cambio político en la especulación filosófica. Mecanicismo y materialismo Los siglos XV y XVI marcaron un periodo de cambios radicales en el ámbito social, político e intelectual. La exploración del mundo, la Reforma protestante (con su énfasis en la fe individual), el auge de la sociedad urbana comercial y la aparición de nuevas ideas en todas las áreas de la cultura estimularon el desarrollo de una nueva idea filosófica del Universo. La visión medieval del cosmos como un orden jerárquico de seres creados y gobernados por Dios fue sustituida por la visión mecanicista del mundo como una gran máquina cuyas partes se mueven de acuerdo con estrictas leyes físicas, sin propósito ni voluntad. El objetivo de la vida humana ya no se concebía como preparación para la salvación en el otro mundo, sino más bien como la satisfacción de los deseos naturales del individuo. Las instituciones políticas y los principios éticos dejaron de ser considerados como reflejo del mandato divino para ser vistos, en cambio, como resortes prácticos creados por los seres humanos. En esta nueva visión filosófica, la experiencia y la razón fueron los únicos patrones efectivos para dilucidar la verdad. La figura del filósofo jesuita español Francisco Suárez tuvo una gran influencia en la transformación de la escolástica clásica y en una moderna concepción de la ley y de la autoridad real que, según Suárez, deriva su poder del consentimiento del pueblo y podía ser rechazada cuando no era ejercida con justicia. El primer gran representante de la nueva filosofía fue el pensador inglés Francis Bacon, barón de Verulam, quien denunció la confianza en la autoridad y en el discurso verbal, y consideró la lógica aristotélica inútil para acuñar nuevas leyes físicas. En su obra Novum organum (1620), Bacon expuso un nuevo método científico basado en la generalización inductiva realizada desde la observación y la experimentación. Fue el primero en formular leyes para la inferencia inductiva. El trabajo del físico y astrónomo italiano Galileo fue de mayor importancia en el desarrollo de una nueva visión del mundo. Galileo Galilei resaltó la importancia de aplicar las matemáticas a la formulación de leyes científicas. Para ello creó la ciencia de la mecánica, que aplicaba los principios de la geometría a los movimientos de los cuerpos. El éxito de la mecánica en la formulación de leyes fiables y útiles de la naturaleza llevó a pensar a Galileo y a otros científicos posteriores que toda la naturaleza está creada de acuerdo con leyes mecánicas. René Descartes El matemático, físico y filósofo racionalista francés René Descartes profundizó en las críticas de Bacon y Galileo sobre los métodos y creencias existentes, pero al contrario que Bacon —que se inclinaba por la práctica de un método inductivo basado en hechos observados—, Descartes hizo de las matemáticas el modelo para toda ciencia, aplicando sus métodos deductivos y analíticos a todos los campos del saber. En 1637 publicó su primera gran obra, Ensayos filosóficos, a la cual servía de prólogo el que sería su más famoso e influyente escrito, Discurso del método. Decidió reconstruir todo el conocimiento humano sobre una base absolutamente certera al rechazar cualquier creencia, incluso su propia existencia, hasta que pudiera probarla como verdadera (escepticismo metodológico). Descartes fundó la prueba lógica de su propia existencia en el acto de dudar de ella y su famosa afirmación ―Cogito, ergo sum‖ (―Pienso, luego existo‖) le proporcionó el dato cierto o axioma a partir del cual pudo deducir la existencia de Dios y de las leyes básicas de la naturaleza. A pesar de su perspectiva mecanicista, Descartes aceptó la tradicional doctrina religiosa de la inmortalidad del alma y mantuvo que la mente y el cuerpo son dos sustancias diferentes; de esta forma dejó a la mente libre de las leyes mecánicas de la naturaleza y consagró la libertad de la voluntad. Su fundamental separación de mente y cuerpo, conocida como dualismo, planteó el problema de la explicación de cómo dos sustancias tan diferentes como cuerpo y mente pueden afectar la una a la otra, problema que fue imposible resolver y que ha sido desde entonces motivo prioritario de interés en la filosofía. R. Descartes, nació en la Haya Turena (Francia), que hoy se conoce como La HayaDescartes, en 1596 y murió en Suecia en 1650 a consecuencia de una grave pulmonía provocada por la exigencia de que diera clases de filosofía a las cinco de la mañana durante los fríos inviernos nórdicos. La reina Cristina insistió en estudiar filosofía a las cinco de la madrugada y él no pudo negarse. R. Descartes creó una metodología científica que no solo revolucionaría la ciencia sino también la forma en que la humanidad vive en el mundo. Descartes se embarcó en la búsqueda de la certeza basándose en el principio de que había que dudar de todo. Se trata de una idea extraña, pero funcionaba. Partir de la duda para llegar a la verdad. Descartes sentía que en las matemáticas era posible conocer cosas. La certeza de las matemáticas no se daba en ningún otro caso, ni en la historia, no en la filosofía, ni siquiera en la teología aunque ésta afirmaba siempre poseer la verdad. Descartes dudaba de todo salvo de existencia de la persona que duda: ―dudo, luego existo‖ (dubito ergo sum) El triunfo de Descartes consistió en la invención de un método que permitía tratar con éxito el mundo material. Su fracaso más desastroso sobrevino porque su método podía tratar con éxito solo el mundo material. Antes de Descartes, la teología era la reina de las ciencias y la física matemática, una mera pariente pobre. Después de él, la jerarquía prácticamente se invirtió. John Locke Nacido en Somerset, Locke asistió a la escuela Westminster y a la Universidad de Oxford, pero como muchos de sus contemporáneos, se indigno ante la filosofía escolástica que seguía enseñándose allí. A cambio de los que defendían que el ser humano nacía con poderes innatos, él defendía que un bebé nacía, como una tabula rasa, una pizarra en blanco, en la quela experiencia iba escribiendo palabras. Es decir, el conocimiento y la comprensión llegaban mediante los sentidos y todo lo que percibían. John Locke, una de las figuras más influyentes del pensamiento británico, enriqueció la tradición empirista iniciada por Bacon. Dotó al empirismo de un marco sistemático gracias a la publicación de su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690). Locke atacó la creencia racionalista predominante de que el conocimiento era independiente de la experiencia. Aunque aceptó la división cartesiana entre mente y cuerpo y la descripción mecanicista de la naturaleza, reorientó la filosofía desde el conocimiento del mundo físico hacia el estudio de la mente. Con esto hizo de la epistemología el principal objeto de interés de la filosofía moderna. Locke intentó reducir todas las ideas a simples elementos de la experiencia, pero al distinguir entre sensación y reflexión como fuentes de la experiencia, determinó que la sensación provee el material para el conocimiento del mundo externo y la reflexión aporta el material para el conocimiento de la mente. Aunque no fue un escéptico, Locke gozó de gran influencia en el escepticismo del pensamiento británico posterior al reconocer la vaguedad de los conceptos de la metafísica y señalar que las deducciones sobre el mundo al margen de la mente no pueden ser probadas con certeza. Sus escritos éticos y políticos (principalmente Tratados sobre el gobierno civil) tuvieron también mucha influencia en el pensamiento subsiguiente; los fundadores de la moderna escuela del utilitarismo, que en síntesis hicieron de la felicidad para el mayor número de personas la medida del bien y del mal, se inspiraron en sus escritos. Su defensa del gobierno constitucional, de la tolerancia religiosa y de los derechos naturales de los individuos marcó el desarrollo del pensamiento liberal en Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Propiedad Gobierno y revolución El segundo tratado sobre el gobierno civil de Locke trata de la relación entre tres grandes ideas: propiedad, gobierno y revolución. La cuestión era entonces, si existía o no un derecho a la propiedad. Si, dijo Locke, pero solo dentro de lo razonable. En ciertas circunstancias, un hombre puede ser legalmente propietario de más de lo que tiene derecho a poseer. Si la propiedad es legítima, el gobierno era, en consecuencia, también legitimo, pues aquellos que tenían derecho a poseer sus propiedades tenían también derecho a defenderlas y el gobierno era una institución para salvaguardar y proteger derechos. V- LA ILUSTRACIÓN. Jean-Jacques Rousseau Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), filósofo, teórico político y social, músico y botánico francés, uno de los escritores más elocuentes de la Ilustración. Nació el 18 de junio de 1712 en Ginebra (Suiza) y fue educado por unos tíos, tras fallecer su madre pocos días después de su nacimiento. Fue empleado como aprendiz de grabador a los 13 años de edad, pero, después de tres años, abandonó este oficio para convertirse en secretario y acompañante asiduo de madame Louise de Warens, una mujer rica y generosa que ejercería una profunda influencia en su vida y obra. En 1742 se trasladó a París, donde trabajó como profesor y copista de música, además de ejercer como secretario político. Llegó a ser íntimo amigo del filósofo francés Denis Diderot, quien le encargó escribir determinados artículos sobre música para la Enciclopedia. ESCRITOS FILOSÓFICOS En 1750 ganó el premio de la Academia de Dijon por su Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) y, en 1752, fue interpretada por primera vez su ópera El sabio del pueblo. Tanto en las obras anteriores, como en su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1755), expuso la teoría que defendía que la ciencia, el arte y las instituciones sociales han corrompido a la humanidad, y según la cual el estado natural, o primitivo, es superior en el plano moral al estado civilizado (véase Naturalismo). Su célebre aserto: ―Todo es perfecto al salir de las manos del Creador y todo degenera en manos de los hombres‖, y la retórica persuasiva de estos escritos provocaron comentarios burlones por parte de Voltaire, quien atacó las opiniones de Rousseau y suscitó una eterna enemistad entre ambos filósofos franceses. Rousseau abandonó París en 1756 y se retiró a Montmorency, donde escribió la novela Julia o La nueva Eloísa (1761). En su famoso tratado político El contrato social o Principios de derecho político (1762), expuso sus argumentos sobre libertad civil y contribuyó a la posterior fundamentación y base ideológica de la Revolución Francesa, al defender la supremacía de la voluntad popular frente al derecho divino. OBRAS POSTERIORES En su influyente estudio Emilio o De la educación (1762), expuso una nueva teoría de la educación, subrayando la preeminencia de la expresión sobre la represión, para que un niño sea equilibrado y librepensador. Sus poco convencionales opiniones le granjearon la oposición de las autoridades francesas y suizas, y le alejaron de muchos de sus amigos. En 1762 huyó primero a Prusia y después a Inglaterra, donde fue amparado por el filósofo escocés David Hume, con el que también terminó polemizando a través de diversas cartas públicas. Durante su estancia en Inglaterra se ocupó de la redacción de su tratado sobre botánica, publicado póstumamente, La Botánica (1802). Regresó a Francia en 1768, bajo el nombre falso de Renou. En 1770 finalizó la redacción de una de sus obras más notables, la autobiográfica Confesiones (1782), que contenía un profundo autoexamen y revelaba los intensos conflictos morales y emocionales de su vida. Murió el 2 de julio de 1778 en Ermenonville (Francia). INFLUENCIA Aunque Rousseau realizó una gran contribución al movimiento por la libertad individual y se mostró contrario al absolutismo de la Iglesia y el Estado en Europa, su concepción del Estado como personificación de la voluntad abstracta de los individuos, así como sus argumentos para el cumplimiento estricto de la conformidad política y religiosa, son considerados por algunos historiadores como una fuente de la ideología totalitaria. Su teoría de la educación condujo a métodos de enseñanza infantil más permisivos y de mayor orientación psicológica, e influyó en el educador alemán Friedrich Fröbel, en el suizo Johann Heinrich Pestalozzi y en otros pioneros de los sistemas modernos de educación. La nueva Eloísa y Confesiones introdujeron un nuevo estilo de expresión emocional extrema, relacionado con la experiencia intensa personal y la exploración de los conflictos entre los valores morales y sensuales. A través de estos escritos, Rousseau influyó de modo decisivo en el romanticismo literario y en la filosofía del siglo XIX. Su obra también está relacionada con la evolución de la literatura psicológica, la teoría psicoanalítica y el existencialismo del siglo XX, en particular por su insistencia en el tema del libre albedrío, su rechazo de la doctrina del pecado original y su defensa del aprendizaje a través de la experiencia más que por el análisis. Su espíritu e ideas estuvieron a medio camino entre la Ilustración del siglo XVIII, con su defensa apasionada de la razón y los derechos individuales, y el romanticismo de principios del XIX, que propugnaba la experiencia subjetiva intensa frente al pensamiento racional. Kant y la Ilustración En respuesta al escepticismo de Hume, que según sus palabras ―lo despertó de su sueño dogmático‖, el filósofo alemán Immanuel Kant construyó un amplio sistema de filosofía que se sitúa entre los mayores logros intelectuales de la cultura occidental. Kant combinó el principio empirista de que todo conocimiento tiene su fuente en la experiencia con la creencia racionalista en el conocimiento conseguido por la deducción. Sugirió que, aunque el contenido de la experiencia ha de ser descubierto a través de la propia experiencia, la mente impone forma y orden en todas sus experiencias y esta forma y orden pueden ser descubiertos a priori, es decir, mediante la reflexión. Su afirmación de que causalidad, sustancia, espacio y tiempo, formas de la intuición pura, son modelos impuestos por la mente en función de su experiencia dio soporte al idealismo heredado de Leibniz y Berkeley, pero su filosofía también constituyó una crítica al idealismo al estar de acuerdo con la afirmación empirista de que las cosas en sí mismas —es decir, las cosas tal y como existen fuera de la experiencia humana— constituyen la ―cosa en sí‖ (noumeno incognoscible). Por lo tanto Kant limitó el conocimiento al ―mundo de los fenómenos‖ de la experiencia, manteniendo que las creencias sobre el alma, el cosmos y Dios (el ―mundo de los nombres‖ que transcienden la experiencia humana) son asuntos de fe antes que resultar propios del conocimiento científico. En sus escritos sobre ética, mantuvo que los principios morales son imperativos categóricos, que para él significaban mandatos absolutos de la razón que no admiten excepciones y nada tienen que ver con el placer o el beneficio práctico. En sus ideas religiosas, que tuvieron un efecto profundo en la teología protestante, hizo hincapié en la conciencia individual y describió a Dios sobre todo como un ideal ético. En el pensamiento político y social, Kant fue una figura de primer orden del movimiento en favor de la razón y la libertad contra la tradición y la autoridad. Sus principales obras corresponden a la denominada fase crítica de su pensamiento, especialmente Crítica de la razón pura (1781), Crítica de la razón práctica (1788) y Crítica del juicio (1790). En Francia la actividad intelectual culminó en el periodo conocido con el nombre de Ilustración que impulsó los cambios sociales que produjeron la Revolución Francesa. Entre los mayores pensadores de esa época se encuentran Voltaire, quien (al ampliar la tradición de deísmo iniciada por Locke y otros pensadores liberales) redujo las creencias religiosas a aquello que puede ser justificado mediante la inferencia racional a partir del estudio de la naturaleza; Jean-Jacques Rousseau, que criticó la civilización como una corrupción de la naturaleza humana en un hombre bueno en su origen y que desarrolló la doctrina de Hobbes de que el Estado se basa en un contrato social con sus ciudadanos y representa la voluntad popular; y Denis Diderot, quien con Jean le Rond d‘Alembert elaboró la famosa Enciclopedia, a la que contribuyeron numerosos científicos y filósofos. Idealismo absoluto En Alemania, a través de la influencia de Kant, el idealismo y el voluntarismo (es decir, la importancia dada a la voluntad) se convirtieron en las tendencias dominantes. Johann Gottlieb Fichte transformó el idealismo crítico de Kant en un idealismo absoluto al eliminar las ―cosas en sí mismas‖ kantianas y hacer de la voluntad la realidad última. Fichte mantuvo que el mundo es creado por un activo Yo, del que la voluntad humana es una manifestación parcial y que tiende hacia Dios como un ideal irrealizable. Sus ideas fueron consideradas como ateas y se vio obligado a abandonar su cátedra de Filosofía en la Universidad de Jena en 1799. Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling fue aún más lejos al reducir todas las cosas a la actividad de autorrealización de un absoluto, al que identificó con el impulso creativo en la naturaleza. El énfasis que puso el romanticismo en los sentimientos y en la divinidad de la naturaleza encontró expresión filosófica en el pensamiento de Schelling, quien ejerció una destacada influencia en el movimiento transcendentalista estadounidense que encabezaba el poeta y ensayista Ralph Waldo Emerson. Hegel El espíritu filosófico más poderoso del siglo XIX fue el del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, cuyo sistema de idealismo absoluto —aunque con muchas influencias de Kant y Schelling— se basó en una nueva concepción de la lógica en la que conflicto y contradicción son considerados como elementos necesarios de la verdad, y ésta es contemplada como un proceso antes que como un estado fijo e inmutable de las cosas. La fuente de toda realidad, para Hegel, es un espíritu absoluto (o razón cósmica) que evoluciona desde una existencia abstracta e indiferenciada hacia una realidad más concreta a través de un proceso dialéctico que consiste en etapas triádicas; cada tríada se compone en primer lugar de un punto inicial (o tesis), en segundo lugar, de su opuesto (o antítesis), y en tercer lugar, de un punto superior o síntesis, donde se funden los dos opuestos. De acuerdo con esta idea, la historia se halla regida por leyes lógicas, de tal forma que ―todo lo que es real es racional, y todo lo que es racional es real‖. Las ideas históricas posteriores son cumplimientos más completos del espíritu absoluto cuyo punto más alto de autorrealización se encuentra en el Estado nacional de la monarquía de Federico Guillermo IV y en la filosofía. Hegel impulsó un mayor interés por la historia al representarla como una penetración en la realidad más profunda que las ciencias naturales. Su concepción del Estado nacional como la encarnación más alta del espíritu absoluto se interpretó durante un tiempo como la fuente principal de las modernas ideologías autoritarias, aunque él mismo se declaró partidario de la existencia de un amplio grado de libertad individual reconocido por el poder político. Hegel expuso lo fundamental de su sistema filosófico en Fenomenología del espíritu (1807). Otros filósofos influyentes El filósofo alemán Arthur Schopenhauer rechazó la optimista fe de Hegel en la razón y el progreso. En 1819 publicó El mundo como voluntad y representación, obra en la que presenta su filosofía ateísta y pesimista. Schopenhauer mantenía que tanto la naturaleza como la humanidad son productos de una voluntad irracional, de la que la gente puede escapar tan sólo a través del arte y la renuncia filosófica al deseo de felicidad. El filósofo y sociólogo francés Auguste Comte, autor de Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842), formuló la filosofía del positivismo, que rechaza la especulación metafísica y sitúa todo el conocimiento verdadero en las llamadas ciencias positivas o factuales. Comte situó la ciencia de la sociología (que él mismo fundó) en el nivel más alto de la clasificación de las ciencias. El influjo del positivismo fue muy importante en el pensamiento europeo, pero especialmente en la formación del pensamiento nacional de muchos países latinoamericanos. El economista británico John Stuart Mill desarrolló y puntualizó las tradiciones empiristas y utilitaristas, con la publicación de Utilitarismo en 1836 y la aplicación de sus principios a todos los campos del pensamiento. Mill y otros utilitaristas ejercieron una gran influencia en las reformas liberales sociales y económicas que tuvieron lugar en el Reino Unido. El filósofo danés Sören Kierkegaard (autor, entre otras obras, de El concepto de la angustia) criticó el énfasis hegeliano en la razón; su defensa elocuente del sentimiento y la aproximación subjetiva a los problemas de la vida fueron una de las fuentes más importantes del existencialismo del siglo XX. -Socialismo: K. Marx e Engels MARXISMO: TEORÍA Y PRÁCTICA El marxismo es a la vez una teoría de la historia y un programa práctico para revolucionarios. Su originalidad consiste en la combinación de estos dos elementos. Muchos predecesores de Kart Marx planificaron revoluciones o diseñaron justificaciones para emprenderlas. Marx hizo ambas cosas y ése es el motivo por el cual es el revolucionario más famoso que jamás haya existido y también el más influyente. Kart Marx, nació en Tréveris en el año 1818, en el oeste de Alemania, hijo de una familia de clase media. Estudió derecho en la universidad e Berlín pero la dejó antes de licenciarse. Se unió a los ―jóvenes Hegelianos‖, o Republicanos de Izquierda, y se fue a Paría a trabajar como periodista político, carrera a la que se dedicaría toda su vida. En 1845 tuvo que ir de París huyendo de la policía y se instaló en Bruselas, donde conoció a Engels. La mayor influencia en el pensamiento de Marx fue la filosofía de G.W.F Hegel (17701831), que empezó a enseñar en Berlín el mismo año en que nació Marx. El método de Hegel, básicamente consistía en hacerlo todo metafísico, es decir, percibir en la realidad concreta la obra de alguna Idea o Mente Universal. Hegel contempló la historia desde un punto de vista tremendamente amplio y propuso que todo cambio, todo progreso, es consecuencia del conflicto entre enormes fuerzas. A esta tesis, como él la llamó, se opone una antítesis. El conflicto entre ambas, inevitablemente, con una síntesis entre ambas fuerzas en un plano más elevado del ser. Marx comprendió este hecho y criticó agriamente a Hegel y a su dialéctica idealista, aunque admitió lo mucho que le debía. Le gustaba decir que ―había vuelto del revés a Hegel‖. Es decir, empezó a pensar desde la realidad material concreta y no desde la idea, como se suponía que Hegel había hecho. Marx, pues bautizó su filosofía de la historia como materialismo dialéctico. Buen conocedor de la historia, declaró que no sólo era posible explicar por qué las cosas habían sucedido de la manera que habían sucedido, sino que también podía predecir lo que iba a pasar en el futuro. La vaga noción de un conflicto de ―fuerzas‖ históricas que propuso Hegel fue transformada por Marx en una lucha entre clases sociales y económicas, que creía que se había producido a lo largo de la historia y que sólo acabaría con el triunfo final del comunismo. Toda la teoría de la lucha de clases de Marx se fundamentaba en la idea de que las clases socioeconómicas eran fijas y permanentes. Cabe la duda de que tales condiciones se dieran en algunos países europeos industrializados. Kart Marx y Engels nunca dejaron de trabajar en manifiestos, seminarios, críticas y artículos. La idea principal que querían que le quedase clara a sus oyentes o lectores era que el triunfo del proletariado, de la clase trabajadora que no poseía ningún tipo de capital, era inevitable. Marx murió en 1883. Fue en su nombre que Lénin (1870-1924) dirigió a los revolucionarios de Rusia en 1917. Lo que le dio a Lenin la oportunidad de triunfar fue un truco retórico típicamente marxista. En un breve periodo Lenin pudo llevar a una minoría y convertirla en mayoría ―Bolchevique‖ y con ella arranca toda una expansión del comunismo por todo el mundo. Aunque el verdadero comunismo, tal como lo soñaron Marx y Lenin, sigue siendo una promesa del futuro. Marx fue un gran historiador y un gran crítico del mundo en el que le tocó vivir, que comprendió casi mejor que nadie. Por ello, fue capaz de predecir el futuro de verdad o, al menos, de describirlo en términos generales. Marx escribió en el Manifiesto comunista: ―la burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario.‖ “La burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social.” Pensamiento español moderno y contemporáneo María Zambrano Alarcon María Zambrano Alarcón (Vélez-Málaga, España, 22 de abril de 1904 – Madrid, 6 de febrero de 1991) fue una filósofa y ensayista española, discípula del famoso filósofo, también español, José Ortega y Gasset. Biografía María Zambrano nace en Vélez-Málaga el 22 de abril de 1904, hija de Blas Zambrano García de Carabante y Araceli Alarcón Delgado, ambos maestros. En Segovia su padre ingresa en la Agrupación Socialista Obrera, de la que será presidente, y además funda el periódico Segovia y la revista Castilla. En 1921 María se matricula por libre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, donde toda su familia se trasladaría en 1924. En 1931 es profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central, hasta el año 1936, aunque ya por esta época trabajaba en la que sería su tesis doctoral «La salvación del individuo en Spinoza». En 1933 publica su primer ensayo, Por qué se escribe, en la Revista de Occidente, y más tarde colabora en otras revistas como Los Cuatro Vientos y Cruz y Raya. Durante los años de la II República conoce y estrecha su amistad con Luis Cernuda, Rafael Dieste, Ramón Gaya, Miguel Hernández, Camilo José Cela o Arturo Serrano Plaja a través de las Misiones Pedagógicas y de otras iniciativas culturales. Colabora en la defensa de la República y es nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada. El 28 de enero de 1939 María cruza la frontera francesa, camino del exilio en compañía de su madre, Araceli Alarcón, su hermana Araceli y el marido de ésta. Tras unas breves estancias en París y Nueva York se dirige a La Habana, donde reencuentra a Lezama Lima y es invitada como profesora de la Universidad y del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas. De La Habana se dirige a México, donde es nombrada también profesora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, (Michoacán. Vuelve a Europa y se instala en Roma hasta 1964, relacionándose con varios intelectuales italianos. Con el artículo de José Luis López Aranguren «Los sueños de María Zambrano» (Revista de Occidente, feb. de 1966) se inicia un lento reconocimiento en España de su obra. En 1981 es recompensada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, a su vez el ayuntamiento de Vélez-Málaga, su ciudad natal, la nombra Hija Predilecta. Al año siguiente, el 19 de diciembre, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga acuerda su nombramiento como Doctora honoris causa. El 20 de noviembre de 1984 María Zambrano pisa de nuevo suelo español y se instala en Madrid, desde donde salió en pocas ocasiones. Después, en 1987, se constituye en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre, y en 1988 se le concede el Premio Cervantes. El 6 de febrero de 1991, María fallece en Madrid, siendo enterrada en su ciudad natal. Filosofía Para María Zambrano la filosofía empieza con lo divino, con la explicación de las cosas cotidianas con los dioses. Hasta que alguien se pregunta ¿Qué son las cosas? entonces se crea la actitud filosófica. Para Zambrano existen dos actitudes: la actitud filosófica, que se crea en el hombre cuando se pregunta algo, por la ignorancia, y la actitud poética, que es la respuesta, la calma y en la que una vez descifrada encontramos el sentido a todo. La actitud filosófica propia de María Zambrano es inseparable de sus muy peculiares lenguaje y creativo estilo de pensar y escribir,1 que constituyen la base de lo que llamará su "método". La cuestión y su método La establece bajo dos grandes cuestiones: la creación de la persona y la razón poética. La primera de ellas presentaría, digamos, el estado de la cuestión: el ser del hombre como problema fundamental para el hombre. Y se constituye como problema para el hombre lo que el hombre sea, porque se presenta su ser en principio como anhelo, nostalgia, esperanza, y tragedia. Si la satisfacción fuera su lote, ciertamente no se propondría su propio ser como problema. El tema de la razón-poética, por otra parte, sin haberse expuesto especial y sistemáticamente en ninguna de sus obras, subyace no obstante en todas ellas hasta el punto de constituir uno de los núcleos fundamentales de su pensamiento. La razónpoética se construye como el método adecuado para la consecución del fin propuesto: la creación de la persona. Tratar con la realidad poéticamente, piensa Zambrano, es hacerlo en forma de delirio, y «en el principio era el delirio», y esto quiere decir que el hombre se sentía mirado sin ver. La realidad se presenta completamente oculta en sí misma, y el hombre que tiene la capacidad de mirar a su alrededor —aunque no a sí mismo—, supone que, como él, aquello que le rodea también sabe mirar, y le mira a él. La realidad está entonces «llena de dioses», es sagrada, y puede poseerle. Detrás de lo numinoso hay algo o alguien que puede poseerle. El temor y la esperanza son los dos estados propios del delirio, consecuencia de la persecución y de la gracia de ese «algo» o «alguien» que mira sin ser visto. Los dioses, pues, son revelados por la poesía, pero la poesía es insuficiente y llega un momento en que la multiplicidad de los dioses despierta en los griegos el anhelo de unidad. El «ser» como identidad aparecía en Grecia como la primera pregunta que, no siendo aún del todo filosofía, arrancaba al hombre de su estado inicial porque señalaba la aparición de la conciencia. La primera pregunta es la pregunta ontológica: «¿Qué son las cosas?». Nacida, según Ortega, del vacío de ser de los dioses griegos, esta pregunta daría nacimiento a la filosofía como saber trágico. Toda pregunta esencial es, para Zambrano, un acto trágico porque proviene siempre de un estado de indigencia. Cada vez que un dios muere sucede, para el hombre, un momento de trágico vacío. Durante el tiempo que media entre el advenimiento de los primeros dioses y el asentamiento del dios cristiano, había sucedido, al par que una interiorización de lo divino, el descubrimiento de la individualidad. El nacimiento de la filosofía había dado lugar al descubrimiento de la conciencia, y con ella, a la soledad del individuo. Lo divino había tomado el aspecto de la extrema extrapolación de los principios racionales. Por ello, el dios al que mató Nietzsche era el dios de la filosofía, aquel creado por la razón. Nietzsche decidió, según Zambrano, volver al origen, hurgar en la naturaleza humana en busca de las condiciones de lo divino. Con Nietzsche se fraguó la libertad trágica según Zambrano, exultante según el propio Nietzsche y con ella la recuperación, en lo divino, de todo aquello que, definido por la filosofía, había quedado oculto. No obstante la nada, amenazante para el ser cuando éste pretende consagrarse, es también posibilidad, pues cuando una ausencia se hace notar y esto nos recuerda a Sartre se padece: la nada padecida como ausencia es nada de algo, por lo que también es posibilidad de algo. La nada de ser apunta al ser como a su contrario. Pero ¿a qué tipo de «ser»? El de los griegos se había transformado de ontológico en teístico-racional, y éste se había anegado en los abismos existenciales. No era pues recuperable aquel concepto. Pero sí lo era el «origen». Y al «ser» como «origen», a esa nada del comienzo, a ese lugar sin espacio y sin tiempo donde «nada se diferenciaba», a lo sagrado puro, es a lo que Zambrano pretendió volver o llegar. Eso sagrado, no es sino la pura posibilidad de ser. A partir de esa «nada» el hombre habría de tomar sobre sí la responsabilidad de crear su ser, un ser no ya conceptual sino histórico; crearse a sí mismo a partir de la nada, bajo su propia responsabilidad apenas nacida, con la libertad que el surgimiento y la aceptación de la conciencia le proporciona. A partir de aquí puede iniciarse el largo proceso de la creación de la persona. El hombre como ser que padece su trascendencia El hombre no es solamente un ser histórico, aquel cuyo tiempo sea el sucesivo, tiempo de la conciencia aplicado a la realidad como sucesión de acontecimientos. El hombre es ante todo aquel ser destinado a trascender, a trascenderse a sí mismo padeciendo esta trascendencia, un ser, el hombre, en perpetuo tránsito que no es solamente un pasar sino un pasar más allá de sí: de aquellos personajes que el sujeto va ensoñando con respecto a sí mismo. Que el hombre sea un ser trascendente significa que no ha acabado de hacerse, que ha de irse creando a medida que va viviendo. Y si el nacer es salir de un sueño inicial, el vivir será ir saliendo de otros sueños, sucesivos éstos, mediante sucesivos despertares. La fenomenología del tiempo La estructura de la persona se elabora, como la historia, sobre otra estructura: la temporal. Pero aunque la historia se conforme de acuerdo con múltiples tiempos, éstos se incluyen siempre dentro del tiempo propiamente histórico: el sucesivo; la multiplicidad temporal significa tan sólo la multiplicidad de ritmos, el «tempo» de las conexiones entre el suceso, su memoria y su proyección. Los tiempos del sujeto suponen algo más. Esquemáticamente, pueden distinguirse: Tiempo sucesivo o tiempo de la conciencia y de la libertad, medible en sus tres dimensiones (pasado-presente-futuro); Tiempo de la psique o atemporalidad inicial, tiempo de los sueños, donde el pensamiento no tiene cabida, ni tampoco la libertad. En esta atemporalidad el sujeto no decide, no mueve sino que es movido por las circunstancias; Tiempo de creación o estados de lucidez, otro tipo de atemporalidad, pero a diferencia de la anterior, creadora. El sujeto no se encuentra bajo el tiempo, como en la atemporalidad de la psique, sino sobre el tiempo. Esta atemporalidad puede dar origen por un lado a los descubrimientos del arte o del pensamiento, y por otro, al descubrimiento personal o lo que Zambrano entiende por «creación de la persona». Estos instantes de lucidez en que el tiempo de la conciencia se suspende son aquellos en los que se producen los «despertares». La cuestión ética: la acción esencial Los sueños de la persona exigen, por parte de ella, una acción, y la única acción posible, bajo el sueño, es despertar. La acción es distinta por completo de la actividad por cuanto que se trata de un hacer libre que le corresponde a la persona mientras que la actividad es el movimiento del personaje, ese continuo activarse que también es propio de la mente cuando actúa sin control. Se trata de la misma distinción que Zambrano hace entre transitar y trascender: el movimiento del personaje es un tránsito; el de la persona es trascendencia, un ir más allá de sí creándose a sí misma. La acción de la persona es siempre acción esencial: está encaminada al cumplimiento de su finalidad-destino, lo cual equivale a decir que, en su acción, la persona se cumple como tal. La acción proviene siempre de un sujeto, pero de un sujeto que es, ante todo, voluntad, pues hay otra parte del sujeto, el yo, al que se le atribuye propiamente la conciencia. Esta diferencia es importante a la hora de entender que la conciencia a menudo se opone a cualquier tipo de despertar. El yo, sabiéndose vulnerable, actúa a modo de soberano implacable, defendiendo su reino el de la razón, el de las leyes y los hábitos erigiendo murallas que le aíslen del espacio exterior extraconsciente. Al soberano Yo le aterra la idea de ver tambalearse lo bien establecido; teme más que nada saber que su reino, establecido en un espacio y un tiempo conocido y al que posee, es como un barco que navega sobre el mar de la atemporalidad. Pero Zambrano advierte: «si una tal vigilia se cumpliera a la perfección, el sujeto soberano pasaría su vida en estado de sueño». Afortunadamente no es así; el soberano es vulnerable, y en las murallas pueden abrirse brechas que dejen pasar algo de la atemporalidad exterior, algo aún por interpretar, algo con lo que volver a construir la realidad, otra realidad, algo, sobre todo, que modificará a la persona puesto que cualquier acción comprensiva va cumpliendo en ella su destino, que no es otro que, como pensaba Heidegger, «ser comprensivamente». Razón poética María Zambrano propone la razón poética, distinta de la razón vital e histórica de Ortega y de la razón pura de Kant. La razón de Zambrano es una razón que trata de penetrar en los ínferos del alma para descubrir lo sagrado, que se revela poéticamente. La razón poética nace como un nuevo método idóneo para la consecución del fin propuesto: la creación de la persona individual. Para Zambrano, el hombre, el yo, está dotado de una sustancia en su interior, el ser, ese ser son los sentimientos, las ideas más profundas, lo más sagrado del yo y de una conciencia, no sólo de una conciencia. A través de estas sustancias debe buscar su unidad como persona. El ser es innato, proviene desde el primer día que existimos, aún sin ser consciente; la conciencia se va creando poco a poco en cuanto nos surgen dudas. El ser está codificado por la palabra poética, esa palabra debe de ser descodificada por la conciencia, y ésta a su vez la logra descodificar por el pensamiento poético. El método. La razón-poética Un método es un camino, una vía por la que empezar a caminar. Lo curioso, aquí, es que el descubrimiento de este camino no es distinto de la propia acción que ha de llevar al cumplimiento de quien la realiza. Lo propio del hombre es abrir camino, dice Zambrano, porque al hacerlo pone en ejercicio su ser; el propio hombre es camino. La acción ética por excelencia es abrir camino, y esto significa proporcionar un modo de visibilidad, pues lo propiamente humano no es tanto ver como dar a ver, establecer el marco a través del cual la visión —una cierta visión— sea posible. Acción ética, pues, al par que conocimiento, ya que al trazar el marco se abre un horizonte, y el horizonte, cuando se despeja, procura un espacio para la visibilidad. Verdad, realidad y lenguaje La idea de conocimiento poético o de razón poética lleva consigo una determinada manera de concebir la verdad, la realidad y el lenguaje. Son diversas las perspectivas que se han planteado acerca de estos conceptos. La realidad que se presenta al conocer poético es aquel fondo en el que reside lo enigmático, lo misterioso, lo sagrado. «La realidad», como ha escrito María Zambrano, «se presenta al hombre que no ha dudado [...] es algo anterior a las cosas, es una irradiación de la vida que emana de un fondo de misterio; es la realidad oculta, escondida; correspondiente en suma a lo que hoy llamamos sagrado» (El hombre y lo divino). La palabra realidad, en el contexto del conocimiento poético, apunta a todo aquello que el ser humano experimenta poéticamente como fundamental (la vida, el ser), y de ahí que Zambrano acuda a metáforas como la raíz, el corazón, etc. El pensamiento de María Zambrano es verdaderamente pensamiento filosófico, metafísico, pero en la medida en que se sitúa en la frontera de lo que es accesible a la razón discursiva, es un pensamiento que se acerca a la mística. José Ortega y Gasset INTRODUCCIÓN José Ortega y Gasset (1883-1955), filósofo y ensayista español. Famoso por su crítica humanista de la civilización contemporánea, fue uno de los pensadores más significativos e influyentes del siglo XX. VIDA Y OBRA Nació el 9 de mayo de 1883 en Madrid. Cursó estudios superiores en la universidad de su ciudad natal desde 1898 hasta 1904, año este último en el que se doctoró en Filosofía y Letras con una tesis titulada Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda. Posteriormente, desde 1904 hasta 1908, completó su formación en las universidades alemanas de Leipzig, Berlín y Marburgo. Tras regresar a España, obtuvo la cátedra de Metafísica en la Universidad Central de Madrid, en la cual impartió su magisterio desde 1910 hasta 1936. En 1914 publicó Meditaciones del Quijote, donde plasmó los grandes trazos de su primer pensamiento filosófico (en el que fue muy clara la influencia de Immanuel Kant) y sus reflexiones sobre el hecho artístico (ampliadas en 1925 con la publicación de La deshumanización del arte). A comienzos de la década de 1920 sus escritos adoptaron una óptica menos subjetivista y estuvieron más orientados a analizar los comportamientos sociales de las ―masas‖, que para él conformaban la base de la sociedad característica de la edad contemporánea. Se iniciaba así la denominada ―etapa perspectivista‖ de su pensamiento, en la cual se enmarcaron obras tales como España invertebrada (1921), El tema de nuestro tiempo (1923) y su título más destacado y de mayor trascendencia, La rebelión de las masas (1930). En este último ensayo criticaba la influencia destructiva de la mentalidad general y, por lo tanto, del individuo mediocre (al que definió como ―hombre-masa‖), que de no ser dirigido por una minoría intelectual y moralmente superior alentaría el ascenso del autoritarismo. Hacia finales de la década de 1920 comenzó la llamada ―etapa raciovitalista‖ de su filosofía, en la que abordó una nueva profundización que reflejan, entre otras obras, Kant (1724-1924): Reflexiones de centenario (1929), En torno a Galileo (1933), Ideas y creencias (1940) e Historia como sistema (1941). Ortega y Gasset publicó también numerosos comentarios y artículos en periódicos a los que se sintió muy ligado: El Imparcial (creado en 1867 por su abuelo, Eduardo Gasset y Artime) y El Sol. Fue, asimismo, fundador de las revistas España (publicada desde 1915 hasta 1924) y Revista de Occidente (de carácter mensual; su primer título apareció en julio de 1923 y el último en junio de 1936), que sirvieron para difundir las tendencias filosóficas y culturales del primer cuarto del siglo XX, principalmente las de procedencia alemana y las obras de españoles (como los hermanos Manuel y Antonio Machado, o jóvenes poetas que formarían la generación del 27). Sus comentarios en periódicos y revistas fueron recopilados en El Espectador (8 vols., 1916-1934). Opuesto a la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1923-1930), sus artículos, conferencias y ensayos (de carácter filosófico, pero también político) contribuyeron al notable renacimiento intelectual que conoció España durante las primeras décadas del siglo XX. Las consecuencias políticas de toda esta situación llegaron en 1931, con la caída del rey Alfonso XIII, de la propia institución monárquica y la proclamación de la II República. Ortega intervino en estos hechos de la historia española de manera propiciatoria. Creó un grupo político, Agrupación al Servicio de la República, en el que también militaron Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala (con los cuales firmó el denominado Manifiesto de los Intelectuales, favorable al advenimiento del régimen republicano) y por cuyas listas fue elegido diputado a las Cortes Constituyentes en 1931. Descontento con la orientación de la Constitución emanada de aquéllas en diciembre de ese mismo año, abandonó su escaño. Tras el estallido de la Guerra Civil en 1936, Ortega abandonó España. Residió en Francia, Países Bajos, Argentina y Portugal, y no regresó a su país hasta 1945. Durante la última etapa de su vida fundó el Instituto de Humanidades (1948) en Madrid y escribió sus afamados estudios sobre pintores españoles, en especial Papeles sobre Velázquez y Goya (1950) y Velázquez (1955). José Ortega y Gasset falleció el 18 de octubre de 1955 en Madrid. Tras su muerte vieron la luz, con carácter póstumo, algunos destacados trabajos como Meditaciones sobre Europa (1957), El hombre y la gente (1957) y Qué es filosofía (1958). En 1978 se constituyó la Fundación Ortega y Gasset para la difusión de su pensamiento y de su obra. PENSAMIENTO Al margen de sus escritos de crítica social e histórica, muy influyentes en su tiempo, y de su actividad de animación cultural de la España del primer tercio del siglo XX, ciertas ideas ocuparon un lugar central en el pensamiento de Ortega y Gasset. Entre ellas, el concepto de perspectiva y su peculiar noción de razón, que consideraba unida a la vida, poseen una importancia especial. Ortega expuso el concepto de ―perspectiva‖ en su ensayo Verdad y perspectiva, que apareció publicado en 1916 en el primer volumen de El Espectador. Se trata de un concepto que tiene resonancias en la obra de los filósofos alemanes Gottfried Wilhelm Leibniz, Friedrich Nietzsche y Gustav Teichmüller, pero que en la obra de Ortega poseyó un tono original. Pensaba que la realidad se ofrece a los individuos en una gran variedad de perspectivas singulares. Cada una de ellas es una forma de realidad y, al mismo tiempo, forma una posibilidad de conocimiento de lo real. Es decir, una perspectiva supone siempre la combinación de un nivel ontológico y epistemológico y la realidad equivaldría a la suma de las perspectivas posibles en que se presenta y según las que puede analizarse. En alguna medida, la perspectiva es semejante a un ―punto de vista‖ o a la comprensión parcial de algo. Debe notarse que la perspectiva elimina la posibilidad de acceso inmediato a una realidad inmutable, lo que se encuentra muy unido al concepto de ―circunstancia‖, que Ortega hizo famoso en su expresión: ―Yo soy yo y mi circunstancia‖. De hecho, Ortega mantuvo los principios esenciales de su perspectivismo en etapas posteriores de su pensamiento. Desde finales de la década de 1920 desarrolló un concepto de razón que se encuentra unida a una nueva consideración de la vida: el ―raciovitalismo‖. Esta combinación supuso una de las más notables aportaciones de su pensamiento y se convirtió en uno de los rasgos esenciales de éste. Para Ortega, la vida es la verdadera realidad radical, de la que surge cualquier problema que pueda ser relevante y cualquier sistema filosófico posible. Para cada ser humano, la vida toma una forma concreta y determinada, que se construye a sí misma de acuerdo a diferentes circunstancias (o perspectivas que la vida toma para cada uno). De hecho, la vida es una realidad radical y última; más aún: ella tiene en sí misma su propia finalidad, y no hay realidad alguna que pueda trascenderla. Por ello, la vida de cada ser humano es, para él, su propia finalidad y debe entregarse a su elucidación si desea salvarse a sí mismo. Junto a esta afirmación de la vida y a la necesidad de elucidar o responder a los problemas que la vida plantea, expuso la necesidad de un nuevo tipo de razón, que se aleja de la razón abstracta y meramente teórica, siempre separada y ―abstraída‖ de las circunstancias vitales, que ha sido común en la tradición de la filosofía occidental. Denominaba ―razón vital‖ a este nuevo tipo de razón y ―raciovitalismo‖ al modo de pensar que se apoyaba en su nuevo concepto de razón. La razón vital es una razón que se sustenta constantemente en la vida de la que ha surgido. Es decir, la vida, como realidad dinámica, que siempre está en proceso de elaboración, es una incesante fuente de problemas y cuestiones relevantes y obliga siempre, a quien la vive, a ―saber a qué atenerse‖, a orientarse continuamente en sus decisiones. Pues bien, esta orientación exige una razón que acompañe a la vida y que encuentre en ella su fundamento. Es decir, una ―razón vital‖. Miguel de Unamuno INTRODUCCIÓN Miguel de Unamuno (1864-1936), filósofo y escritor español, considerado por muchos como uno de los pensadores españoles más destacados de la época moderna y miembro de la generación del 98. VIDA Nacido en Bilbao, Unamuno estudió en la Universidad de Madrid, donde se doctoró en Filosofía y Letras con la tesis titulada Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca (1884), que anticipaba sus posturas contrarias al nacionalismo vasco de Sabino Arana. Fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca desde 1891 hasta 1901, en que fue nombrado rector. En 1914 fue obligado a dimitir de su cargo académico por sus ataques a la monarquía de Alfonso XIII; sin embargo, continuó enseñando griego. En 1924 su enfrentamiento con la dictadura de Miguel Primo de Rivera provocó su confinamiento en Fuerteventura (Islas Canarias). Más tarde se trasladó a Francia, donde vivió en exilio voluntario hasta 1930, año en que cae el régimen de Primo de Rivera. Unamuno regresó entonces a su cargo de rector en Salamanca, que no abandonaría hasta su muerte. Aunque al principio fue comprensivo con la sublevación del Ejército español que en seguida encabezó el general Francisco Franco, pronto la censuró públicamente: en un acto celebrado en la Universidad de Salamanca, su comentario ―venceréis, pero no convenceréis‖, provocó la respuesta del general Millán Astray, uno de los sublevados: ―¡Viva la muerte y muera la inteligencia!‖. Terminó sus días recluido en su domicilio de Salamanca. Obra filosófica Su filosofía, que no era sistemática, sino más bien una negación de cualquier sistema y una afirmación de ―fe en la fe misma‖, impregna toda su producción. Formado intelectualmente en el racionalismo y en el positivismo, durante su juventud simpatizó con el socialismo, escribiendo varios artículos para el periódico El Socialista, donde mostraba su preocupación por la situación de España, siendo en un primer momento favorable a su europeización, aunque posteriormente adoptaría una postura más nacionalista. Esta preocupación por España (que reflejó en su frase ―¡Me duele España!‖) se manifiesta en sus ensayos recogidos en sus libros En torno al casticismo (1895), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), donde hace del libro cervantino la expresión máxima de la escuela española y permanente modelo de idealismo, y Por tierras de Portugal y España (1911). También son frecuentes los poemas dedicados a exaltar las tierras de Castilla, considerada la médula de España. Más tarde, la influencia de filósofos como Arthur Schopenhauer, Adolf von Harnack o Sören Aabye Kierkegaard, entre otros, y una crisis personal (cuando contaba 33 años) contribuyeron a que rechazara el racionalismo, al que contrapuso la necesidad de una creencia voluntarista de Dios y la consideración del carácter existencial de los hechos. Sus meditaciones (desde una óptica vitalista que anticipa el existencialismo) sobre el sentido de la vida humana, en el que juegan un papel fundamental la idea de la inmortalidad (que daría sentido a la existencia humana) y de un dios (que debe ser el sostén del hombre), son un enfrentamiento entre su razón, que le lleva al escepticismo, y su corazón, que necesita desesperadamente de Dios. Aunque sus dos grandes obras sobre estos temas son Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925), toda su producción literaria está impregnada de esas preocupaciones. Obra literaria Cultivó todos los géneros literarios: fue poeta, novelista, autor teatral y crítico literario. Su narrativa comienza con Paz en la guerra (1897), donde desarrolla la ―intrahistoria‖ galdosiana, y continúa con Niebla (1914) —que llamó nivola, en un intento de renovar las técnicas narrativas—, La tía Tula, y San Manuel Bueno, mártir (ambas de 1933). Entre su obra poética destaca El Cristo de Velázquez (1920), mientras que su teatro ha tenido menos éxito, pues la densidad de ideas no va acompañada de la necesaria fluidez escénica; en este terreno destacan Raquel encadenada (1921), Medea (1933) o El hermano Juan (estrenada en 1954). EL IMPERIALISMO Y EL COLONIALISMO. 1. Colonialismo e imperialismo. Concepto y causas. El término de imperialismo se suele utilizar en un sentido más amplio que el de colonialismo porque para mantener la explotación económica de un país, ene beneficio de una metrópoli (que es la esencia de la dominación imperialista) no siempre se utiliza un ejército de ocupación ni se mantiene una dominación política directa. Por colonialismo se suele entender una manifestación de imperialismo, en la que la explotación económica se produce a través de la ocupación material del territorio, imponiendo por la fuerza las leyes y la cultura de la metrópoli. Un tipo de colonialismo, diferente al europeo, fue el que impusieron los Estados Unidos en América latina. Hoy en día se le suele llamar neocolonialismo; consiste en la explotación económica de países en teoría independientes políticamente, a través de las grandes compañías, combinando las presiones económicas con las diplomáticas y recurriendo a intervenciones armadas cuando es necesario. 1.1. Características del colonialismo. Suele ponerse en relación con las primeras fases de la expansión europea, durante los siglos XVI a XVIII e impulsado por una política mercantilista. Existe un valor estratégico por dominar rutas o áreas de influencia. 1.2. Características del imperialismo A partir de 1880, la expansión extra europea tiene importantes connotaciones nacionalistas: se busca la conquista sistemática del mayor número posible de territorios con el fin de llegar a ser una gran potencia mundial. Destacan los aspectos de expansión militar, potencialidad, estrategia, etc. 1.3. Planteamientos teóricos. 1.3.1. Causas económicas Fruto de la expansión del capitalismo industrial. Este ha producido en Europa una acumulación excesiva de capital; se busca la posibilidad de invertir en nuevos territorios; los grupos capitalistas presionan a los estados para promover el imperialismo en el que ven un beneficio económico. Además las colonias son fuente de materias primas y mercado seguro para la producción industrial metropolitana. 1.3.2. El nacionalismo La segunda mitad del siglo XIX es un periodo de triunfo de las ideas nacionalistas. Estos nuevos Estados buscan en la expansión territorial el lanzamiento de una política de prestigio. 1.3.3. Causas políticas Se desarrolla un contexto diplomático europeo propicio que considera que considera oportuno la conquista de territorios y la formación de imperios. 1.3.4. Otras causas. La expansión demográfica que se experimenta en Europa y que en muchas ocasiones se transforma en una presión que se difumina con la emigración a las colonias. 2. Modelos de expansión colonial 2.1. Colonias de explotación: Son la mayoría. Suministran materias primas y consumen productos de la metrópoli, metrópoli que impide en l colonia cualquier proceso de industrialización, del mismo modo que la colonia carece de cualquier autonomía política. Para el caso británico la India es un ejemplo evidente de este tipo de colonia. 2.2. Colonias de poblamiento: Sirven de válvula de escape a la presión demográfica europea. Para el caso británico las zonas de poblamiento disfrutan de amplia autonomía y tienes instituciones de gobierno semejantes a las británicas: Canadá, Australia, Nueva Zelanda, entran de lleno en esta categoría. Francia organiza sus zonas de poblamiento como departamentos de ultramar (unidades administrativas vigentes en la Francia continental). Desde del punto de vista jurídico las colonias pueden tener diversas formas: Colonias propiamente dichas que dependen directamente de la administración metropolitana, resultado del derecho de ocupación. Los Protectorados, en los que teóricamente subsiste un gobierno indígena, con cierto grado de autonomía sobre asuntos relacionados con los indígenas. La metrópoli detenta el poder militar y la política exterior. Egipto para Gran Bretaña. Los Territorios metropolitanos o dominios: iguales a los de la metrópoli, en ellos hay abundante población europea. Tras las primeras guerras mundiales aparece una nueva fórmula, los llamados mandatos, creados por la Sociedad de Naciones para administrar los territorios dependientes de los países derrotados en 1918. 3. El reparto del mundo colonial Cuando La situación económica europea exige la reactivación de la empresa colonial, es decir, aproximadamente hacia 1870, se distinguen en el mundo dos grandes conjuntos de territorios coloniales: uno en claro retroceso, constituido por las colonias españolas, portuguesas y holandesas, y otro con claras perspectivas de futuro, formado por las colonias francesas e inglesas. Así pues, hacia 1870 la dinámica anglo−francesa va a erigirse en protagonista del tema colonial, siendo los demás países meros comparsas, hasta la posterior incorporación de algunos otros a la categoría de grandes potencias. 3.1. El imperio británico Se compone de territorios heterogéneos, repartidos por todo el mundo y adquiridos en distintas épocas. Durante el siglo XIX fue consolidando posiciones a lo largo de las principales rutas comerciales que desde Europa se dirigían a América del Sur, la India y la China, que constituyen sus principales mercados. Entre estas posiciones estratégicas, que utiliza como enclaves militares y comerciales, se encuentran: Singapur (1819), Hong Kong (1814), etc. Además de conservar las ya adquiridas en épocas anteriores, como Malta o Gibraltar en el Mediterráneo. Las tierras africanas (Gambia, Sierra Leona, Costa de oro) pierden interés para los británicos en la primera mitad del XIX al ser abolida la esclavitud. Sin embargo, estas posiciones, junto a la colonia de El Cabo (1806) servirán como plataforma para la enorme expansión territorial que se inicia a partir de 1882 en África. El objetivo principal fue el de unir bajo dominio británico todas las tierras entre El Cabo y el Cairo. En 1875 ya se habían adquirido las acciones egipcias del canal de Suez (1875) para garantizarse la ruta hacia la India. La expansión británica de Gran Bretaña en África tropieza con un intento similar por parte de Francia que intentaba unir la costa oriental y occidental; los franceses serán obligados a retirarse (Crisis de Fachoda) y Sudán se convierte en el condominio angloegipcio, comunicándose con el océano Indico a través de las recientemente establecidas colonias británicas de Kenia, Uganda y Somalia. La expansión en África del sur se produce al conquistar Rodesia (Zimbawe) y producirse una fuerte inmigración blanca gracias a la explotación de los yacimientos de oro y diamantes. Conquista las tierras del Trasvaal (guerra de los boers, contra holandeses 1889−1902). El núcleo fundamental del imperio fue la India, gobernada por una arcaica compañía de Indias hasta 1858, y que culminó en 1876 al proclamarse la reina Victoria emperatriz. En el último tercio del XIX, utilizando la India como plataforma de expansión, se colonizan los territorios próximos, como Birmania y Malasia. El imperio colonial británico se completa con las colonias establecidas en la zona templada (Terranova, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica) preferenciales para la emigración británica. 3.2. El imperio colonial francés La expansión colonial francesa se inicia bajo el segundo imperio: En 1830 se realiza la ocupación de Argelia que se convertirá en un país de inmigración para colonos franceses, además de centro de exportación de trigo hacia la metrópoli. El gobierno francés fracasa en 1841 en su intento de controlar Egipto. Tras la fundación de Dakar (1857) se plantea por primera vez una política colonial sistemática en Africa. Entre 1859 y 1869 Francia ocupa los territorios asiáticos de Conchinchina (sur de Vietnam) y establece un protectorado en Camboya. Con la tercera república se constituye el auténtico imperio francés procediendo a la ocupación de Túnez y la penetración en el Sahara a partir de Senegal y Argelia. En 1906 en la Conferencia de Algeciras se inicia la penetración francesa en Marruecos ante la protesta alemana que recibe el Camerún. El imperio colonial francés se completa en Asia con la creación de la Unión Indochina en 1887 (Vietnam, Camboya, Laos y parte de Thailandia). Una diferencia clara entre la política colonial de Francia y la de Inglaterra fue el intento francés de asimilar a las aristocracias nativas y de imponer en las colonias los modelos de la administración centralista de la metrópoli. 3.3. El colonialismo alemán. Bismarck tardó en ser consciente de la importancia económica de las colonias, y sólo a partir de 1882 se fundan las primeras sociedades alemanas para el comercio con Africa. Bismark convoca la conferencia de Berlin en 1884 para proceder al reparto de territorios africanos, justificando el reparto en una supuesta misión civilizadora europea. En esta conferencia se acuerda la concesión del Congo a Leopoldo II de Bélgica. Alemania establecerá entre 1884 y 1885 protectorados en Africa del Sudoeste (Namibia, Camerún, Togo) islas del Pacífico y Tanzania. En 1899 comprará a España algunas islas en el Pacífico (Marianas, Carolinas y Palau). Las aspiraciones alemanas sobre Marruecos fracasan en la Conferencia de Algeciras porque los británicos, recelosos del rearme alemán, prestan su apoyo a Francia. 3.4. El imperialismo ruso. Se extiende a lo largo del XIX no tanto para conquistar mercados, como para consolidar una frontera segura frente a los pueblos de las estepas y buscando también posibles salidas a mares no cubiertos por hielos. Su expansión hacia el Mediterráneo, a costa del imperio turco, va a ser frenada por la oposición de las potencias occidentales de Europa. Se expande por Siberia conquistando Manchuria y Corea lo que choca con el expansionismo japonés (guerra ruso−japonesa 1905) que la derrota. 3.5. Expansión japonesa en Asia. A partir de su industrialización se procede a la expansión territorial desde 1875. Su intervención en Corea provoca una guerra con China (1894) arrebatándole Formosa y la "independencia" de Corea que pasa a su tutela. Con la derrota de los rusos en 1905 se anexiona el sur de Manchuria y a partir de 1910 Corea. 3.6. Estados Unidos. Tradicionalmente, la intervención de los Estados Unidos se hizo preferentemente controlando sus recursos económicos. Su victoria sobre España en 1898 le permite anexionarse Hawai, Guam,y Filipinas además de controlar la economía de Cuba. En 1903, y para hacerse con el control del canal de Panamá, desgaja el territorio de Colombia. 3.7. Otras potencias menores Holanda moderniza la explotación de sus colonias de las Indias Holandesas (Indonesia) mejorando las comunicaciones y estableciendo una administración centralizada. Portugal sigue, gracias al apoyo británico, controlando sus antiguas colonias de Angola, Mozambique y Guinea−Bissau. España, además de Guinea ecuatorial, recibió el derecho de un protectorado en Marruecos además del Sahara occidental. Italia desde 1882 se anexiona Somalia y Eritrea, estableciendo un protectorado en Abisinia. En 1912 conquistan Libia a los turcos. 4. El impacto colonial sobre los pueblos dominados. El colonialismo les sirvió a las potencias europeas para evitar conflictos sociales internos, para mantener un ritmo acelerado de desarrollo industrial y para evitar la agudización de las crisis cíclicas del capitalismo. En los pueblos ocupados el colonialismo influyó al poner en contacto dos civilizaciones muy diferentes entre sí. La cultura europea influyó en las colonias difundiendo conocimientos técnicos e ideológicos que van a conducir al proceso de emancipación. Se destruyeron las estructuras sociales de muchos países, introduciéndose una administración más eficaz. EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX A principios del siglo XX los problemas epistemológicos fueron discutidos a fondo y sutiles matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas escuelas de pensamiento rivales. Se prestó especial atención a la relación entre el acto de percibir algo, el objeto percibido de una forma directa y la cosa que se puede decir que se conoce como resultado de la propia percepción. Los autores fenomenológicos afirmaron que los objetos de conocimiento son los mismos que los objetos percibidos. Los neorrealistas sostuvieron que se tienen percepciones directas de los objetos físicos o partes de los objetos físicos en vez de los estados mentales personales de cada uno. Los realistas críticos adoptaron una posición intermedia, manteniendo que aunque se perciben sólo datos sensoriales, como los colores y los sonidos, éstos representan objetos físicos sobre los cuales aportan conocimiento. El filósofo alemán Edmund Husserl elaboró un procedimiento, la fenomenología, para enfrentarse al problema de clarificar la relación entre el acto de conocer y el objeto conocido. Por medio del método fenomenológico se puede distinguir cómo son las cosas a partir de cómo uno piensa que son en realidad, alcanzando así una comprensión más precisa de las bases conceptuales del conocimiento. Bibliografía Estas fuentes proporcionan información adicional sobre Epistemología. Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos nuevas escuelas de pensamiento. Ambas eran deudoras del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein, autor de obras revolucionarias como el Tractatus logico-philosophicus (1921). Por una parte, la Escuela de Viena, adscrita al denominado empirismo o positivismo lógico, hizo hincapié en que sólo era posible una clase de conocimiento: el conocimiento científico. Sus miembros creían que cualquier conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia y, por lo tanto, que mucho de lo que había sido dado por bueno por la filosofía no era ni verdadero ni falso, sino carente de sentido. A la postre, siguiendo a Hume y a Kant, se tenía que establecer una clara distinción entre enunciados analíticos y sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado ha sufrido cambios como consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas lógicos, así como entre sus críticos, pero no ha sido descartado. La última de estas recientes escuelas de pensamiento, englobadas en el campo del análisis lingüístico o filosofía analítica del lenguaje común, parece romper con la epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar el modo real en que se usan los términos epistemológicos claves (conocimiento, percepción y probabilidad) y formular reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones verbales. El filósofo británico John Langshaw Austin afirmó, por ejemplo, que decir que un enunciado es verdadero no añade nada al enunciado excepto una promesa por parte del que habla o escribe. Austin no considera la verdad como una cualidad o propiedad de los enunciados o elocuciones. Existencialismo Introducción Existencialismo, movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y de la elección individual, y que gozó de gran influencia en distintos pensadores y escritores de los siglos XIX y XX. Temas principales Debido a la diversidad de posiciones que se asocian al existencialismo, el término no puede ser definido con precisión. Se pueden identificar, sin embargo, algunos temas comunes en todos los autores existencialistas. El término en sí mismo sugiere uno principal: el énfasis puesto en la existencia individual concreta y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de la elección. Individualismo moral La mayoría de los filósofos desde Platón ha mantenido que el bien ético más elevado es el mismo para todos: en la medida en que uno se acerca a la perfección moral, se parece a los demás individuos perfectos en el plano moral. El filósofo danés del siglo XIX Sören Kierkegaard, el primer escritor que se calificó de existencialista, reaccionó contra esta tradición al insistir en que el bien más elevado para el individuo es encontrar su propia y única vocación. Como escribió en su diario: ―Tengo que encontrar una verdad que sea verdadera para mí... la idea por la que pueda vivir o morir‖. Otros escritores existencialistas se han hecho eco de la creencia de Kierkegaard de que el individuo ha de elegir el camino propio sin la ayuda de modelos universales y objetivos. En contra de la idea tradicional de que la elección moral implica un juicio objetivo sobre el bien y el mal, los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva, racional, para defender las decisiones morales. También durante el siglo XIX, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche sostuvo que el individuo tiene que decidir qué situaciones deben ser consideradas como morales. Subjetividad Todos los existencialistas han seguido a Kierkegaard al resaltar la importancia de la acción individual apasionada al decidir sobre la moral y la verdad. Han insistido, por tanto, en que la experiencia personal y la actuación según las propias convicciones constituyen los factores esenciales para llegar a la verdad. Así, la comprensión de una situación por parte de alguien que está comprometido en esa situación es más elevada que la del observador indiferente, objetivo. Este énfasis puesto en la perspectiva del agente individual ha hecho que los existencialistas sean suspicaces respecto al razonamiento sistemático. Kierkegaard, Nietzsche y otros fueron, de un modo intencionado, no sistemáticos en la exposición de sus filosofías y prefirieron expresarse mediante aforismos, diálogos, parábolas y otras formas literarias. A pesar de su posición antirracionalista de partida, no se puede decir que los existencialistas fueran irracionales en el sentido de negar toda validez al pensamiento racional. Han mantenido que la claridad racional es deseable allí donde sea posible, pero que las materias más importantes de la vida no son accesibles a la razón o a la ciencia. Además, han sostenido que incluso la ciencia no es tan racional como se supone. Nietzsche, por ejemplo, afirmó que la visión científica de un Universo ordenado es para la mayoría una ficción práctica, una entelequia. Elección y compromiso Tal vez el tema más destacado en la filosofía existencialista es el de la elección. La primera característica del ser humano, según la mayoría de los existencialistas, es la libertad para elegir. Mantienen que los seres humanos no tienen una naturaleza inmutable, o esencia, como tienen otros animales o plantas; cada ser humano hace elecciones que conforman su propia naturaleza. Según la formulación del filósofo francés Jean-Paul Sartre, la existencia precede a la esencia. La elección es, por lo tanto, fundamental en la existencia humana y es ineludible; incluso la negativa a elegir implica ya una elección. La libertad de elección conlleva compromiso y responsabilidad. Los existencialistas han expuesto que, como los individuos son libres de escoger su propio camino, tienen que aceptar el riesgo y la responsabilidad de seguir su compromiso dondequiera que éste les lleve. Temor y angustia Kierkegaard mantenía que es crucial para el espíritu reconocer que uno tiene miedo no sólo de objetos específicos sino también un sentimiento de aprehensión general, que llamó ―temor‖. Lo interpretó como la forma que tenía Dios de pedir a cada individuo un compromiso para adoptar un tipo de vida personal válido. El concepto de angustia posee un papel decisivo y similar en las obras del filósofo alemán Martin Heidegger; la angustia lleva a la confrontación del individuo con la nada y con la imposibilidad de encontrar una justificación última para la elección que la persona tiene que hacer. En la filosofía de Sartre, la palabra ―náusea‖ se utiliza para el reconocimiento que realiza el individuo de la contingencia del Universo, y el término ―angustia‖ para el reconocimiento de la libertad total de elección a la que hace frente el hombre en cada momento. Historia El existencialismo es un movimiento filosófico y literario propio de los siglos XIX y XX, pero se pueden encontrar elementos existencialistas en el pensamiento (y vida) de Sócrates, en la Biblia y en la obra de muchos filósofos y escritores anteriores a la edad contemporánea. Blaise Pscal El filósofo francés del siglo XVII Blaise Pascal fue el primer pensador que anticipó las principales inquietudes del existencialismo moderno. Rechazó el vigoroso racionalismo de su coetáneo René Descartes y, en sus Pensamientos sobre la religión y sobre otros temas (1670), afirmó que una filosofía sistemática que se considera capaz de explicar a Dios y la humanidad representa una forma de orgullo. Al igual que los escritores existencialistas posteriores, contempló la vida humana en términos de paradojas: la personalidad humana, que combina mente y cuerpo, es en sí misma paradoja y contradicción. Sören Kierkegaard Kierkegaard, considerado como el fundador del existencialismo moderno, reaccionó contra el idealismo absoluto y sistemático de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que afirmó haber encontrado un entendimiento racional total de la humanidad y de la historia. Kierkegaard, por el contrario, resaltó la ambigüedad y lo absurdo de la situación humana. La respuesta individual a esta situación tiene que ser vivir una existencia comprometida por completo, y este compromiso sólo puede ser entendido por el individuo que lo asume. El individuo, por lo tanto, tiene que estar siempre dispuesto para desafiar las normas de la sociedad en nombre de la mayor autoridad de un tipo de vida auténtica en el orden personal. Kierkegaard abogó por un ―cambio de fe‖ en el modo de vida cristiano que, aunque incomprensible y lleno de riesgos, era el único compromiso que, según creía, podía salvar al individuo de la desesperación. Friedrich Nietzsche Nietzsche, que no conocía el trabajo de Kierkegaard, transformó el pensamiento existencialista posterior a través de su crítica de las tradicionales suposiciones metafísicas y morales, y su adopción del pesimismo trágico y de la voluntad individual afirmadora de la vida que la opone a la conformidad moral de la mayoría. En oposición a Kierkegaard, cuyo ataque a la moral convencional le llevó a defender un cristianismo radical e independiente, Nietzsche afirmó en La gaya ciencia (1882) que ―Dios está muerto‖ y rechazó toda la tradición moral judeocristiana en favor de los heroicos ideales paganos. Martin Heidegger Heidegger, al igual que Pascal y Kierkegaard, reaccionó contra el intento de fundamentar la filosofía sobre una base conclusiva racionalista, en este caso la fenomenología del filósofo alemán Edmund Husserl. Heidegger, autor de una de las obras más representativas del existencialismo, El ser y el tiempo (1927), afirmó que la humanidad se encuentra en un mundo incomprensible e indiferente. Los seres humanos no pueden esperar comprender por qué están aquí; en su lugar, cada individuo ha de elegir una meta y seguirla con apasionada convicción, consciente de la certidumbre de la muerte y del sinsentido último de la vida propia. Heidegger contribuyó al pensamiento existencialista al poner el énfasis en el ser y la ontología tanto como en el lenguaje. Martin Heidegger Sartre, que utilizó el término existencialismo para definir y calificar su propia filosofía, se convirtió en el gran difusor del movimiento a escala internacional una vez finalizada la II Guerra Mundial. El pensamiento de Sartre, impregnado de ateísmo y pesimismo de una forma explícita, argumentaba que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, su existencia es ―pasión inútil‖. No obstante, insistió en que el existencialismo es una forma de humanismo y resaltó la libertad, la elección y la responsabilidad humana. Con gran refinamiento literario, intentó reconciliar esos conceptos existencialistas con un análisis marxista de la sociedad y de la historia. Sartre fue autor de otra de las obras claves en la historia del existencialismo, El ser y la nada (1943). Existencialismo y teología A pesar de que el pensamiento existencialista engloba el ateísmo absoluto de Nietzsche y Sartre y el agnosticismo de Heidegger, su origen en las meditaciones religiosas de Pascal y Kierkegaard hizo presagiar su gran influencia en la teología del siglo XX. El filósofo alemán Karl Jaspers, aunque rechazó las doctrinas religiosas ortodoxas, influyó en la teología moderna con su preocupación por la trascendencia y los límites de la experiencia humana. Los teólogos protestantes alemanes Paul Johannes Tillich y Rudolf Bultmann, el teólogo católico francés Gabriel Marcel, el filósofo ruso Nikolái Alexándrovich Berdiáiev y el filósofo judío Martin Buber heredaron muchas de las inquietudes de Kierkegaard, en particular respecto a la creencia de que un sentido personal de la autenticidad y del compromiso resulta esencial para la fe religiosa. Existencialismo y literatura Algunos filósofos existencialistas hallaron en la literatura el camino idóneo para transmitir su pensamiento. Así, el existencialismo ha sido un movimiento tan vital y amplio en literatura como en filosofía. El novelista ruso del siglo XIX Fiódor Dostoievski es quizá el mayor representante de la literatura existencialista. En Memorias del subsuelo (1864), el enajenado antihéroe está enfadado ante las pretensiones optimistas del humanismo racionalista. La idea de la naturaleza humana que surge en esta y en otras novelas de Dostoievski consiste en que es imprevisible, perversa y autodestructiva; sólo el amor cristiano puede salvar a la humanidad de sí misma, pero ese amor no puede ser entendido desde la sensibilidad filosófica. Como dice el personaje de Aliosha en Los hermanos Karamazov (1879-1880): ―tenemos que amar la vida más que el significado de la misma‖. En el siglo XX, las novelas del escritor checo Franz Kafka, como El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927), presentan hombres aislados y enfrentados a burocracias inmensas, laberínticas y genocidas; los temas de Kafka de la angustia, la culpa y la soledad reflejan la influencia de Kierkegaard, Dostoievski y Nietzsche. También se puede apreciar la influencia de Nietzsche en las novelas del escritor francés André Malraux y en las obras de teatro de Sartre. Los escritos de Albert Camus están asociados a este movimiento debido a la importancia que en ellos tienen temas como el absurdo y la futilidad de la existencia, la indiferencia del Universo y la necesidad del compromiso en una causa justa. También se reflejan conflictos existencialistas en el teatro del absurdo, sobre todo en las obras de Samuel Beckett y Eugène Ionesco. En Estados Unidos, la influencia del existencialismo en la literatura ha sido más indirecta y difusa, pero se pueden encontrar trazas del pensamiento de Kierkegaard en las novelas de Walker Percy y John Updike, y temas existencialistas en las obra de escritores como Norman Mailer, John Barth y Arthur Miller. En el ámbito español y latinoamericano el existencialismo ha ejercido una gran influencia y, bajo la inspiración de Heidegger y Sartre, ha planteado propuestas originales. Especialmente en América Latina, donde la filosofía existencial se unió a la búsqueda de una filosofía propiamente latinoamericana. Estructuralismo Bajo el título Sociología y antropología se recoge un conjunto de estudios realizados por el antropólogo francés Marcel Mauss sobre temas que hoy forman parte de la denominada antropología cultural o etnología. Extraemos un fragmento de su larga introducción, ―Introducción a la obra de Marcel Mauss‖, escrita por su colega francés Claude Lévi-Strauss, en la que subraya la importancia de analizar y comparar la organización social de las diferentes culturas y del papel que juega la interrelación entre el individuo y el grupo social a la hora de estudiar cualquier tipo de sociedad. Antropología cultural Bajo el título Sociología y antropología se recoge un conjunto de estudios realizados por el antropólogo francés Marcel Mauss sobre temas que hoy forman parte de la denominada antropología cultural o etnología. Extraemos un fragmento de su larga introducción, ―Introducción a la obra de Marcel Mauss‖, escrita por su colega francés Claude Lévi-Strauss, en la que subraya la importancia de analizar y comparar la organización social de las diferentes culturas y del papel que juega la interrelación entre el individuo y el grupo social a la hora de estudiar cualquier tipo de sociedad. Fragmento de Sociología y antropología. De Marcel Mauss. Introducción, de Claude Lévi-Strauss. Y es que por primera vez en la historia del pensamiento etnológico se lleva a cabo un esfuerzo por superar las observaciones empíricas y llegar a realidades más profundas. Por primera vez lo social sale de la esfera de la cualidad pura: anécdota, curiosidad, materia de descripción moralizante o de comparación erudita, y se transforma en un sistema, entre cuyas partes pueden descubrirse conexiones, equivalencias y solidaridades. Se comparan, en primer lugar, los resultados de la actividad social, bien sea técnica, económica, ritual, estética o religiosa —como son los instrumentos, productos manufacturados, productos alimenticios, fórmulas mágicas, ornamentos, cantos, danzas y mitos—, comparación que es posible por el carácter común que todos poseen de ser transferibles, de acuerdo con modalidades que pueden ser objeto de análisis y clasificación y que incluso cuando parece que no pueden separarse de determinados tipos de valores, sí pueden reducirse a formas más fundamentales, más generales. No sólo son comparables, sino con frecuencia sustituibles, en la medida en que valores diferentes pueden ser reemplazados unos por otros dentro de la misma operación, y, sobre todo, son las mismas operaciones, por diversas que puedan parecer, a través de los acontecimientos de la vida social: nacimiento, iniciación, matrimonio, contrato, muerte o sucesión, y por arbitrarias que parezcan, debido al nombre y distribución de los individuos que ponen en causa, como son los recipiendarios, intermediarios o donatarios, lo que permite siempre la reducción de operaciones, grupos o personas a un número más pequeño, donde, a fin de cuentas, sólo se encuentran los fundamentos de un equilibrio concebido y realizado de forma diferente, según cual sea el tipo de sociedad objeto de consideración. De este modo los tipos pueden ser definidos por sus caracteres intrínsecos y se pueden comparar entre sí, ya que sus caracteres no se califican cualitativamente, sino por el nombre y ordenación de sus elementos, que a su vez son constantes en todos ellos. Tomemos un ejemplo de un sabio que quizá mejor que ningún otro ha sabido comprender y explotar las posibilidades que este método abre: las interminables series de fiestas y regalos que acompañan el matrimonio en Polinesia, poniendo en relación decenas e incluso cientos de personas, que parecen desafiar la descripción empírica, pueden, sin embargo, canalizarse en treinta o treinta y cinco prestaciones que se llevan a cabo a través de cinco líneas, líneas que están entre sí en una relación constante y que pueden descomponerse en cuatro ciclos de reciprocidad entre las líneas A y B, A y C y A y E; la totalidad compone un determinado tipo de estructura social, en que, por ejemplo, los ciclos entre B y C o entre E y B o D, o incluso entre E y C, están excluidos, siendo así que cualquier otra forma de sociedad los colocaría en lugar predominante. Este método es tan riguroso que si se produjera un error en las ecuaciones así obtenidas es probable que hubiera que imputarlo más a una laguna en el conocimiento de las instituciones indígenas que a un defecto del cálculo. Así, en el ejemplo que acabamos de citar se constata que el ciclo entre A y B comienza con una prestación sin contrapartida, lo cual nos induciría inmediatamente, si no se conociera, a buscar la presencia de una acción unilateral, anterior a las ceremonias matrimoniales, aunque en relación directa con ellas, pues tal es el papel que dentro de esta sociedad en cuestión juega la abducción de la prometida, cuya primera prestación representa, según la terminología indígena, «la compensación». Este hecho se hubiera podido deducir de no haber sido observado. Podemos fácilmente darnos cuenta que esta técnica operatoria es muy semejante a la que Troubetzkoy y Jakobson describían mientras Mauss escribía su Essai, lo cual iba a permitirles crear la lingüística estructural. El problema radica aquí también en distinguir un dato puramente fenomenológico, del cual no se ocupa el análisis científico, de una infraestructura más simple y a la cual debe su ser. Gracias a las nociones de «variantes facultativas», «variantes combinatorias», «términos de grupo» y a la de aneutralización», el análisis fonológico iba a permitir definir un lenguaje por medio de un pequeño número de relaciones constantes en las cuales la diversidad y complejidad aparente de su sistema fonético no hacen sino ilustrar la posible gama de combinaciones autorizadas. Del mismo modo que la fonología para la lingüística, el Essai sur le don inaugura una nueva era para las ciencias sociales. La importancia de este doble acontecimiento (que desgraciadamente Mauss dejó en esquema) puede perfectamente compararse con la importancia del descubrimiento del análisis combinatorio para la matemática moderna. El que Mauss no se dedicara al desarrollo de este descubrimiento, incitando inconscientemente con ello a Malinowski (de quien hay que reconocer, sin que ello le perjudique, que fue mejor observador que teórico) a lanzarse solo a la elaboración del sistema correspondiente sobre la base de los hechos y conclusiones análogos a que ambos habían llegado, por caminos independientes, es uno de los grandes males de la etnología contemporánea. Es difícil hoy llegar a saber en qué sentido hubiera desarrollado Mauss su doctrina, si lo hubiera hecho. El principal interés de una de sus obras tardías, la Notion de Personne, publicado también en este volumen, radica menos en su argumentación, considerada a veces cursiva e incluso negligente, que en la tendencia actualizada hoy de aplicar al orden diacrónico una técnica de permutaciones que el Essai sur le don concebía más en función de los fenómenos sincrónicos. En cualquier caso, probablemente Mauss habría encontrado ciertas dificultades en completar la elaboración del sistema (más adelante veremos por qué), pero nunca, sin embargo, le habría dado la regresiva forma que recibió de Malinowski, para quien la noción de función, concebida por Mauss al estilo del álgebra, es decir, implicando que los valores sociales se pueden conocer unos en función de otros, toma el camino de un simple empirismo cuyo objeto es únicamente el de señalar los servicios prácticos prestados a la sociedad por sus costumbres e instituciones. Cuando Mauss consideraba la relación constante entre los fenómenos, relación donde reside su explicación, Malinowski se pregunta únicamente para qué sirven, con el fin de hallarles una justificación. La posición adoptada ante este problema deshizo los anteriores avances, al dar entrada a una serie de postulados que carecían de valor científico. El fundamento de que la posición adoptada por Mauss ante el problema es la única acertada ha quedado atestiguado por los más recientes desarrollos de las ciencias sociales que permiten confiar en una matematización progresiva. En determinados campos fundamentales, como es el del parentesco, el de la analogía con el lenguaje, tan repetidamente mantenido por Mauss, ha permitido descubrir las reglas concretas que permiten la creación dentro de cualquier tipo de sociedad de ciclos de reciprocidad cuyas leyes de funcionamiento sean ya conocidas, permitiendo así el empleo del razonamiento deductivo en un campo que parecía sujeto a la arbitrariedad más absoluta. Por otra parte, al asociarse cada vez más estrechamente con la lingüística, con el fin de crear algún día con ella una amplia ciencia de la comunicación, la antropología social espera beneficiarse de las inmensas perspectivas abiertas a la lingüística, al aplicar el razonamiento matemático al estudio de los fenómenos de la comunicación. A partir de ese momento sabemos que un gran número de problemas etnológicos y sociológicos, ya sea en el terreno de la morfología, en el del arte o en el de la religión, sólo esperan la buena voluntad de los matemáticos que en colaboración con los etnólogos podrán conseguir un progreso decisivo, si no todavía en el camino de la solución, sí, al menos, en el de una unificación previa, que es condición para su solución. Fuente: Mauss, Marcel. Sociología y antropología. Colección de Ciencias Sociales. Madrid: Editorial Tecnos, Definiciones y críticas de posmodernidad según autores Jürgen Habermas: Para este autor, la posmodernidad en realidad se presenta como antimodernidad. Él define a los posmodernistas como 'jóvenes conservadores' y dice que estos recuperan la experiencia básica de la modernidad estética; reclaman como suyas las confesiones de algo que es subjetivo, liberado de las obligaciones del trabajo y la utilidad y con esta experiencia dan un paso fuera del mundo moderno. Este autor defendía la diversidad de las diferentes culturas bajo el primado de los derechos humanos como base normativa de "una vida libre de dominación". Ello supone llevar a cabo una segunda Ilustración de la modernidad, que corrija sus fallos, al tiempo que preserve sus logros ciudadanos y democráticos. Jean-François Lyotard: Este autor criticó la sociedad moderna por el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y necesidades, siempre y cuando tengan poder de compra. Criticó los metadiscursos: idealistas, iluministas, el cristiano, el marxista y el liberal, incapaces de conducir a la liberación. La cultura posmoderna se caracteriza por la incredulidad con respecto a los metarrelatos, invalidados por sus efectos prácticos y actualmente no se trata de proponer un sistema alternativo al vigente, sino de actuar en espacios muy diversos para producir cambios concretos. El criterio actual de operatividad es tecnológico y no el juicio sobre lo verdadero y lo justo. Defendía la pluralidad cultural y la riqueza de la diversidad. Giannina Braschi: Radicada en Nueva York, esta poeta postmoderna es conocida por su fantasía urbana y sus renovaciones lingüísticas y estructurales que rompen las barreras entre ficción, poesía, y drama. Su obra, escrita en tres idiomas—español, spanglish, e inglés—expresa el proceso cultural de tantos hispanos que han emigrado a los Estados Unidos—y explora las opciones políticas de Puerto Rico—nación, colonia, y estado. Es la autora de la celebrada novela bilingüe "Yo-Yo Boing!" y del clásico postmoderno "El imperio de los sueños". En su nuevo libro, escrito en inglés, "United States of Banana", Braschi dramatiza la caída del imperio americano, declarando la independencia de Puerto Rico y otorgando pasaportes americanos a todos los ciudadanos latinoamericanos. Andreas Huyssen: Para este autor, existe una relación entre modernismo estético y el posestructuralismo (que es una variante de modernismo confiado en su rechazo de la representación y la realidad en su negación del sujeto, la historia, etc.) Este autor defiende que la cultura posmoderna debería ser captada en sus logros y sus pérdidas, en sus promesas y perversiones e intenta defender con sus obras (Dialecta Escondida, Guía de la Posmodernidad...) que si las vanguardias intentaron cambiar el mundo, más lo hizo la tecnología, la industria cultural. El surgimiento de la cultura posmoderna se debió a las nuevas tecnologías que se apoyan en el lenguaje: los medios de comunicación y la cultura de la imagen. Según Lyotard, las tecnologías comunicativas han producido una sociedad de la información. Gianni Vattimo: Para Vattimo, hemos entrado en la posmodernidad, una especie de ‗babel informativa‘, donde la comunicación y los medios adquieren un carácter central. La posmodernidad marca la superación de la modernidad dirigida por las concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes verdades, de fundamentos consistentes, de la historia como huella unitaria del acontecer. La posmodernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia, a la diversidad. Es el paso del pensamiento fuerte, metafísico, de las cosmovisiones filosóficas bien perfiladas, de las creencias verdaderas, al pensamiento débil, a una modalidad de nihilismo débil, a un pasar despreocupado y, por consiguiente, alejado de la acritud existencial. Para Vattimo, las ideas de la posmodernidad y del pensamiento débil están estrechamente relacionadas con el desarrollo del escenario multimedia, con la toma de posición mediática en el nuevo esquema de valores y relaciones. Con base en el trabajo de ese autor se han realizado múltiples trabajos en la teoría de los medios de comunicación en la posmodernidad. Rosa María Rodríguez Magda: Para esta autora, si la posmodernidad postulaba el fin de los Grandes Relatos, ahora habríamos entrado en una nueva etapa que denomina Transmodernidad, caracterizada por la aparición de un nuevo Gran Relato: La globalización. Este paradigma debe recuperar los retos de la Modernidad, asumiendo las críticas posmodernas. Su teoría se inscribe en la línea de las aportaciones realizadas por Baudrillard, Bauman y Zizek La postmodernidad/ La era de las nuevas tecnologías: Es acaso que este cambio que está sufriendo la sociedad, este renacer de una nueva civilización, dado por constantes conflictos, será capaz de destruir la especie humana, olas de cambio como la primera, que abrió paso a la agricultura, y la segunda que trajo la era industrial, se llevaron consigo a grandes civilizaciones, pero como nos lo plantea la ―premisa revolucionaria‖, la especie no se destruirá, no por completo, por lo menos. Esta generación tiene la importancia significativa, es la luchadora de una segunda ola y la innovadora de una nueva tercera ola, tan solo los preparados podrán quitar provecho a un futuro que puede ser predecido por ellos, tal y como lo hicieron en la Europa del siglo XIX, pero esta imagen del futuro pudiera ser borrosa por causa del choque de dos olas gigantescas que no predominan claramente, tal como sucede en Estados Unidos, quien actualmente esta submerso en una desconfianza y falta de acción por parte de su pueblo, conflictos políticos y sociales que abruman a un país, así como pasa en otros países del mundo, pero dichos conflictos no son más que etapas de un desarrollo que nos conduce a la modernidad, a un mundo dividido, no en dos, sino en tres civilizaciones totalmente distintas, una de azada, la segunda de cadenas de montaje y la nueva simbolizada por el ordenador. La civilización que se adapte más rápido al cambio, será sin duda la que ganará esta lucha de poderío. Según nos cuenta la historia, los conocimientos con los que contamos fueron dejados por países como China e India, por los Árabes y los Fenicios, estos idearon diversas maneras de transmitirlos, y hoy por hoy han sido modificadas, pero son la base en la que se fundamentan los más grandes ejecutivos del mundo. Sobre el conocimiento se basa toda economía; es por esto que se convulsiona cada vez que se le crean nuevas formas de reestructuración. Todo esto enlaza conceptos, hipótesis, lógicas, datos y nuevos lenguajes, sin embargo, lo importante es que lo que se constituye en información. El elemento necesario e imprescindible para crear riquezas es el saber, lo acompañan también la cultura, los datos, el idioma, etc. El saber nos lleva a un ahorro en gastos, transporte y energía porque gracias a las nuevas tecnologías pasamos de una producción en serie a una desmasificada, llevándonos a la explosión de productos, servicios, personalidad y semipersonalidades que originan productos miniaturizados, ahorrando el costo de almacenamiento y transporte. Esto nos debe servir para convertir los productos locales en sustitutos utilizables. Así, de esta manera se reduce la energía y el tiempo gracias a una información rápida que hace surgir una economía instantánea y sustituye al tiempo. Se reemplaza al capital ya que bajan las existencias porque dicha información permite que se reduzcan los productos terminados almacenados por la existencia de suministros informalizado de piezas en el momento preciso, haciendo necesitar menor capital para que se desarrolle la anterior tarea. Por tanto el conocimiento es el sustituto definitivo de una economía avanzada. Podemos entonces decir que en esta sociedad hay diversas formas de crear riqueza, tomando en cuenta aspectos de la economía tanto de la segunda como de la tercera ola, tales como: Los Factores de producción, representados por la tierra, mano de obra, los cuales fueron cambiados por información, datos y conocimientos. Valores intangibles, aquellos representados por los bienes en concreto, en una tercera ola esto viene radicado más sobre la capacidad de adquirir y las ideas. Desmasificación, perteneciente a la segunda ola, en donde vemos la desintegración en fragmentos a medida de las necesidades de los clientes, lo que hace necesario el empleo de nuevos recursos para la precisión de compra-venta de mercancía. Trabajo, en el cual se exigían destrezas, lo cual hacía más difícil y costoso hallar a la persona adecuada y con preparación suficiente, ya que en la segunda ola el trabajo se caracterizaba por ser muscular y poco calificado. Innovación, se hace necesario para competir en el mercado, como nuevos productos, tecnologías, entre otras. Escala, representada por la miniaturización de las operaciones ya que los obreros son reemplazados por equipos laborales. Organización, tomando como modelo la ―reingeniería‖, para así tratar de reestructurar la empresa en torno al proceso y no al mercado. Integración de sistema, existiendo una integración y gestión complicada para ofrecer mayor información a través de la organización. Infraestructura, basada en satélites enlazados a empresas, vinculándolos con ordenadores, abastecedores y clientes. Aceleración, ya que la competencia es intensa y las velocidades exigidas son altas, y el tiempo se convierte en una variable crítica. ¿Qué pasa entonces con el sector manufacturero?, Esta respuesta es simple si pensamos en que este se encuentra basado en los conceptos anticuados de riqueza, desempleo y producción, en donde tras haberse implantado tecnología, las empresas necesitan que su personal fuera diferente, siendo cada vez menos intercambiable y que esté en continua evolución. A medida que la economía se desplace hacia la producción de la tercera ola, las empresas reconsiderarán el papel del conocimiento, operando bajo la suposición de que la productividad y los beneficios se dispararán si el trabajo carente de contenido mental se reduce al mínimo, o si se transfiere a una tecnología avanzada aprovechando el potencial del asalariado. En dicha economía la riqueza solía medirse por la posesión de bienes. Típicamente las empresas poco cultas concentran el trabajo mental en unas pocas personas de la cúpula, confiando a todas las demás, las tareas físicas o sin contenido mental, operando bajo el supuesto de que los asalariados son ignorantes y sus conocimientos son irrelevantes para la producción. En las empresas muy cultas se encuentra la descalificación, simplificación de tareas, que se reducen a sus componentes más simples. Todo esto nos lleva a una especie de ideología de la producción en serie. El nuevo modelo de producción que surge de la economía supersimbólica es por completo diferente, basándose en una visión sistemática o integradora ya que concibe la producción como algo cada vez más sintetizado y simultáneo. Fueron las ideas obsoletas del socialismo, en cuanto a los medios de comunicación y organizacionales del futuro, las que acabaron con esta teoría derrumbando tres pilares fundamentales de esta, los cuales estaban basados en la distribución de las ganancias en un mayor porcentaje a los trabajadores, lo cual no se dio y el Estado sacó provecho y las clases sociales quedaron divididas nuevamente, por otro lado, la planificación central sucumbió, debido a la dependencia del ordenador en esta era, trayendo la desorganización económica, y por último, el empeoramiento de la vida del campesino el cual había sido utilizado como fuente de capital de una segunda ola industrializada. La tercera ola podría conducir a los Estados Unidos a un futuro mejor, creando una sociedad en la cual sería difícil distinguir los principios de una segunda ola de una tercera. Hoy en día pasamos de una sociedad fundamentada en la uniformidad, centralización, concentración y burocratización, basada en la fábrica, a una basada en la producción postfabril, con nuevos modelos y principios. Incluso en donde el obrero cambia, para volverse más individual en su trabajo y la sociedad busca desmasificarse, trayendo una sociedad organizada y centralizada, en donde las organizaciones minimalistas se ven afirmadas. La tercera ola busca enriquecer a la familia y al hogar y que se cumpla las funciones perdidas con la revolución de la segunda ola, para lograr un hogar más sólido y no más débil, aunque esto este siendo refutado por muchos pensadores. La sociedad presenta innumerables problemas y en la búsqueda para la solución de ellos se presentan infinidad de propuestas, como la familia nuclear, educación universal, la gran empresa, el sindicalismo de masas y centralización. Sin embargo no debemos olvidar que las élites buscan defender el poder y la riqueza del pasado. Es la economía de la nueva ola la que despeja el camino al profesionalismo y el desarrollo de los servicios necesarios. Los políticos que no se adapten al cambio serán barridos, pero todos los individuos que tengan la capacidad de encontrar el camino del futuro dominarán la nueva sociedad, pudiéndose decir que posiblemente se repetiría el ciclo de la revolución de la segunda ola, en la cual los que tuvieron la visión de futuro, quedaron ubicados en el estrato burgués. Los Toffler elogian la inteligencia y capacidad de los redactores de la constitución de los Estados Unidos y resaltan su excelencia que junto a la carta de derechos conforman uno de los importantes logros de la historia. Esta constitución fue realizada en tiempo de transición, de una economía agrícola a una civilización industrial, donde se presentaban diferentes problemas económicos, sociales y políticos a los de la tercera ola o la nueva civilización, permitiendo aun así la modificación a los requerimientos actuales. ¿Entonces será este proceso de cambio necesario?, No tan solo es necesario, sino que debe abarcar la Constitución de los Estados Unidos y la Legislación de todos los países.. Abrir el sistema a un mayor poder de las minorías y permitir a los ciudadanos desempeñar un papel más directo en su propio gobierno son tareas necesarias, pero solo representan una parte del camino. Lo que llamamos ahora Democracia surgió solo de la carga de decisiones las cuales rebasaron súbitamente la capacidad de la vieja élite para manejarla. Unas generaciones nacen para crear una civilización, otras para mantenerla. Las generaciones que desencadenaron la segunda ola de cambio histórico se vieron obligadas, por la fuerza de las circunstancias, a ser creadoras. Montesquieu, Mills y Madison inventaron la mayor parte de las formas políticas que todavía aceptamos como naturales. Apresados entre dos civilizaciones su destino era crear. Hoy, en todas las esferas de la vida social, nos enfrentamos con la necesidad de crear nuevas formas de la tercera ola, sin embargo, en ninguna parte es la obsolencia tan manifiesta o peligrosa como en nuestra vida política. Incluso las personas que son audazmente innovadoras en su propio trabajo, parecen petrificadas ante cualquier sugerencia de que nuestra constitución o nuestras estructuras políticas estén anticuadas y necesitan ser sometidas a una revisión radical. A la inversa, tenemos en toda sociedad una periferia de pseudorrevolucionarios, empapados en los supuestos anacrónicos de la segunda ola, para los que ningún cambio propuesto es bastante radical. Mucho depende de la flexibilidad de las élites de hoy. INTRODUCCION Hace 10.000 años atrás, la Primera Ola de cambio de la historia impulsada por la revolución de la agricultura transformó a los primitivos cazadores y recolectores en sociedades de campesinos en la cuales la productividad dependía principalmente de la fuerza animal y humana, del sol, el viento y el agua. Hace 300 años atrás la revolución industrial desencadenó la Segunda Ola de cambio en la historia, dando lugar a una nueva civilización centrada en las industrias y la producción a gran escala donde la productividad estaba dada por las máquinas, el hombre y la interrelación entre ambos. Hoy somos protagonistas de la Tercera Ola de cambio de la historia, la cual está dando origen a una nueva sociedad que valora por sobre todo la información, el conocimiento y la creatividad, y donde la productividad dependerá de nuevas tecnologías que permitan al hombre hacer menos y pensar más. Este es un análisis del libro La Creación de una Nueva Civilización, y fue realizado con la finalidad de interpretar y expresar las ideas relacionadas con los hechos Políticos, Económicos, Sociales, etc., que se han suscitado desde los comienzos del desarrollo social humano en manos de la Primera Ola y han influido, tanto negativa como positivamente, a las sociedades del mundo, específicamente en el siglo XX y el naciente siglo XXI. Esperamos que este trabajo cumpla con el objetivo de una completa evaluación de los sucesos antes mencionados y pueda satisfacer las expectativas acerca de lo que exigirá mañana la nueva civilización naciente. República de Venezuela Universidad de Carabobo Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Valencia Sociología de las Organizaciones La Creación de una nueva Civilización