158-2002 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las catorce horas y cincuenta y cuatro minutos del día veinticinco de septiembre de dos mil tres. El presente proceso de amparo constitucional se inició por "Embotelladora Salvadoreña, S.A. de C.V.", de este domicilio, por medio de demanda presentada el día ocho de marzo de dos mil dos, por su apoderada general judicial Licenciada Jovita Rosa Alvarado, mayor de edad, abogada de este domicilio; contra providencias del Director General de la Renta de Aduanas dependencia del Ministerio de Hacienda, que estima violan derechos de seguridad jurídica, a no ser enjuiciada dos veces por la misma causa, así como la inminente violación al derecho de propiedad, protegidos por la Constitución en los Artos. 2 y 11. Con el objeto de resolver este proceso con plena sujeción a la normativa constitucional, es preciso establecer con claridad el asunto sobre el cual gira la presente controversia. I. Del texto de la demanda y de los escritos presentados en la prosecución del proceso, se determina que el hecho sobre el cual gira el objeto procesal es que la parte actora reclama contra el Director General de la Renta de Aduanas por la Resolución No. DJCO 462 emitida por la Dirección General de la Renta de Aduanas, a las ocho horas con treinta minutos del día doce de julio de dos mil uno, mediante la cual modificó la clasificación arancelaria de la declaración de mercancías de importación Nº 0299277, que amparaba tarimas plásticas que la demandante clasificó en la partida arancelaria 3926.90.95 con arancel cero por ciento -0%-, la cual fue legalizada por la Aduana Terrestre de la Hachadura, el día veintidós de septiembre de mil novecientos noventa y nueve. Que en la referida resolución le ha determinado Derechos Arancelarios de Importación e impuestos complementarios, y la sanciona con multa por la supuesta inexactitud arancelaria. II. Determinado con precisión el acto reclamado, esta Sala estima indispensable hacer una breve reseña sobre la capacidad y legitimación de las partes en los procesos, específicamente dentro del proceso constitucional de amparo, para después explicar el tipo de pronunciamiento que puede motivar la falta de legitimación, ya sea de la parte actora o de la autoridad demandada. Lo anterior servirá de marco de referencia al pronunciamiento que ha de hacerse en el presente proceso. Para ser parte en un proceso, es preciso que el ordenamiento jurídico reconozca al sujeto la aptitud necesaria de tal condición, lo que en doctrina se conoce como capacidad para ser parte, que debe entenderse como la aptitud jurídica para ser titular de los derechos o de las obligaciones de carácter procesal a que las partes se refieren. En principio toda persona es capaz de ser parte, sin embargo para poder figurar y actuar como tal en un proceso determinado, no basta con disponer de esta aptitud general, sino que es necesaria una condición más precisa, referida singularmente a la pretensión de que se trate. Tal condición, que afecta al proceso, no en su dimensión común, sino en lo que tiene de individual y determinado, es la que recibe el nombre de legitimación procesal, y consiste en la consideración especial que tiene la ley, dentro de cada proceso, a las personas que se hallan en una determinada relación con el objeto del proceso, y en virtud de la cual, exige para que la pretensión procesal pueda ser examinada en cuanto al fondo, que sean dichas personas las que figuren como partes en el mismo. Por lo anterior, tanto el sujeto activo de la pretensión como la persona o autoridad que se demanda, deben tener capacidad procesal y estar legitimados. Por ello, en todo proceso –y el de amparo no es la excepción-, debe saberse siempre a quien demandar, caso contrario la pretensión podría rechazarse in limine, es decir con la presentación de la demanda. Lo anterior significa, que para darle trámite al proceso de amparo, se debe tener presente, entre otros aspectos, que la autoridad que se demanda sea aquella que realice actos unilaterales, investidos de cierta potestad capaz de vulnerar inconstitucionalmente la esfera jurídica de los gobernados. Interpretando los artículos 14 numeral 2) y 31 ordinal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, en un proceso de amparo, si la autoridad demandada no es precisamente aquella que realizó en forma directa el acto reclamado, que constituye el sustrato fáctico de la pretensión constitucional de amparo, dicho proceso no puede prosperar y finalizar con una sentencia definitiva, pues tal autoridad no podría ser considerada legítima contradictora y, por lo tanto, carecería de legitimación pasiva para intervenir en ese proceso. Ahora bien, dependiendo de la etapa procesal en que tal vicio se advierta, el pronunciamiento de esta Sala será distinto, no obstante tener siempre como telón de fondo el rechazo de la pretensión implícita en la demanda. Si el vicio se advierte al momento de resolverse sobre la admisión de la demanda, se tendrá que declarar improcedente la pretensión, de conformidad con el artículo 14 numeral 2) de la ley ya citada, pero si dicho vicio no pudo ser apreciado in limine, sino en la prosecución del proceso, por cualquier medio probatorio o análisis posterior, habrá que terminar el proceso constitucional de amparo anormalmente mediante la figura del sobreseimiento, de conformidad al artículo 31 ordinal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales. Cabe aclarar por lo dicho anteriormente, que esta Sala ha señalado en varias oportunidades: aunque el artículo 31 citado no indique textualmente dicha circunstancia como causal de sobreseimiento, el espíritu de la disposición es ilustrativo, más no taxativo, por lo que atendiendo al verdadero significado de la figura del sobreseimiento de la Ley de Procedimientos Constitucionales, puede interpretarse que el legislador estableció en el ordinal 3° del artículo 31, el mecanismo de rechazo para todas aquellas demandas, que por una u otra razón no puedan producir una terminación normal del proceso, como por ejemplo la falta de legitimación pasiva. III. Corresponde ahora determinar la concreción de las anteriores consideraciones al caso que se examina. La demandante señala que el acto contra el cual reclama es el pronunciamiento de la resolución N° DJCO 462 emitida por la Dirección General de la Renta de Aduanas, a las ocho horas y treinta minutos del día doce de julio de dos mil uno, no obstante que ella manifiesta del corriente año –que sería dos mil dos-, pero a la fecha de presentación de la demanda aún no se había llegado a dicha fecha. Que mediante tal resolución se le determinó pago complementario de Derechos Arancelarios de Importación, impuestos, y se le sancionó con multa por supuesta inexactitud arancelaria, en la declaración de mercancía de importación N° 029277, demandando al Director General a quien se tuvo como legítimo contradictor; habiendo rendido tal autoridad los informes correspondientes y contestado los traslados que establece la ley. El Director General en ningún momento manifestó no ser la autoridad que pronunció el acto impugnado, sino se concretó a defender la constitucionalidad del mismo. No obstante lo anterior, encontrándose el presente proceso en estado de dictar sentencia, al hacer una revisión minuciosa de este expediente judicial, tenemos que la misma parte actora presentó fotocopia certificada por notario, de la transcripción de la resolución que impugna –fs. 45-, la cual efectivamente fue emitida por la Dirección General de la Renta de Aduanas, por ser ésta el organismo superior aduanero nacional, que tiene a su cargo la dirección técnica y administrativa de las aduanas u oficinas aduaneras y demás actividades del ramo, estando bajo la responsabilidad de un jefe denominado Director General de la Renta de Aduanas, pero la referida resolución no fue pronunciada por este funcionario, sino por el Jefe del Departamento Jurídico de tal Dirección General. En virtud de lo anterior puede concluirse, que en el presente caso no se demandó a la autoridad que dictó o pronunció el acto reclamado objeto del presente proceso, por lo tanto al no haber tenido intervención en tal calidad el jefe del departamento jurídico de la Dirección General de la Renta de Aduanas, es procedente concluir este proceso en forma anormal mediante la figura del sobreseimiento, de conformidad a lo que establece el artículo 31 numeral 3° en relación con el artículo 14 numeral 2), ambos de la Ley de Procedimientos Constitucionales. Por todas las razones expuestas y con fundamento en las disposiciones arriba citadas, esta Sala RESUELVE: (a) Sobreséese en el presente proceso de amparo por falta de legítimo contradictor, por lo tanto la autoridad demandada carece de legitimación pasiva para intervenir en este proceso; (b) condénase en costas procesales a la demandante; (c) Déjase sin efecto la suspensión de los efectos del acto reclamado, ordenada por resolución de las diez horas y trece minutos del día veintidós de julio de dos mil dos, así como su consiguiente confirmación; y (d) notifíquese.---A. G. CALDERON---V. de AVILÉS---J. E. TENORIO---J. ENRIQUE ACOSTA---M. CLARÁ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---S. RIVAS DE AVENDAÑO--RUBRICADAS.