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A R A G O N IA
Sociedad de Amigos del
Museo Paleontológico
de la Universidad de
Zaragoza
(S.A.M.P.U.Z.)
Nº 20
AÑ O
201 4
Dirección
José Manuel Clúa Méndez
Redacción
Mº Carmen Buendía Gómez
Mª Dolores Sauras Herrera
Diseño y maquetación
Ana Grilló Méndez / José Manuel Clúa Méndez
Edita
Sociedad de Amigos del Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza (SAMPUZ).
Edificio de Geológicas (Área y Museo de Paleontología).
Ciudad Universitaria. C/ Pedro Cerbuna. nº 12.
E-50009 Zaragoza (España). Tlf: +34 620336917. www.sampuz.com. c/e: [email protected]
Facebook: sampuz
I.S.S.N.: 1579-7511
Copyright © 2008, SAMPUZ
Depósito Legal: Z-1424-2002
Reservados todos los derechos.
Fotografía de portada:
Crussoliceras divisum robustum
(Molusco cefalópodo ammonoideo)
Kimmeridgiense inferior
Maestrazgo de Teruel
Ejemplar perteneciente a la Tesis Doctoral de Luis
Moliner
Autor fotografía: Zarela Herrera Toledo
Los editores no se hacen responsables del contenido, no comparten
necesariamente las opiniones ni contrastan los datos que aparecen en los artículos.
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1
Sumario
Pág. 3……………………………………………………………………….
Editorial
Actividades de S.A.M.P.U.Z.
Exposiciones:
Pág. 4……………………………..…………………………... Paleontología Pixelizada
Pág. 5…………………………………………………….... ¡Que poco hemos cambiado¡
Excursiones:
Pág 13………………………………..Visita a la UME (Unidad Militar de Emergencias)
Pág. 14………………………………………... Eoceno de Campo-Santaliestra (Huesca)
Pág. 16………………………………….…Espacio 042, Centro Astronómico de Huesca
Pág. 18………………………………………….…………………..………. Cena 2014
Pág. 19…………………………………………..………… Premios Aragonia 2014
Pág. 22……………………………..…… Revista “Naturaleza Aragonesa” nº 31
Pág. 23……………... Homenaje in memorian de Santiago Lafarga Coscojuela
Monografías
Un objeto-una historia
Pág. 24……………..…….... Carolowilhelmina: un representante de un tiempo perdido
Un objeto-una historia.
Pág. 25………………………... Arenysaurus, el primer dinosaurio del Pirineo aragonés
Pág. 26…….… Los perros ayudaron a los primeros humanos modernos a cazar mamuts
Pág. 29…………………………………………………………..….Regreso a Atapuerca
Pág. 36………………….Los 10 dinosaurios más raros descubiertos en los últimos años
Una pieza-una historia.
Pág. 40…………………………….…. Dinos con placas. La vértebra de un Dacentrurus
Pag. 41………………………………………..…… El tsunami de Miravete. La gran ola
Noticias de Aragón
Pág. 45
Noticias nacionales
Pág. 70
Noticias internacionales
Pág. 102
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Editorial
Estimado socio/a,
Parece que no pasa el tiempo, pero ya vamos por el número 20 de nuestro
boletín interno “Aragonia”, que una vez más queremos hacerte llegar. Con él
pretendemos tener de manera archivada para un futuro, todas nuestras actividades y
noticias.
Este año 2014, hemos tenido dos presencias importantes cara a la población de
Zaragoza y de otros lugares que han querido acudir a presenciar las dos exposiciones
realizadas, una de fotografía, en la que han participado importantes fotográfos de
nuestra ciudad y otra sobre la comparativa de especies actuales con sus ancestros que
vivieron hace millones de años y que al compararlas vemos que tampoco hemos
cambiado tanto.
Desde luego sin la ayuda y predisposición de muchos de los asociados no
hubiese sido posible la realización de estas muestras, lo cial nos da la razón en cuanto a
que una Sociedad o Asociación cuando triunfa es por la capacidad de trabajo y
disponibilidad de cada uno de sus miembros, solo de esta manera se puede tirar para
adelante.
Por otro lado a final de diciembre y coincidiendo con la cena se presentó el
número 31 de nuestra revista o buque insignia “Naturaleza Aragonesa”, la cual es de
lamentar que solo se haya podido editar un número, esperamos y confiamos que esto sea
pasajero y podamos volver a nuestros dos número anuales.
Simplemente acabar diciendo que esperamos una colaboración más intensa entre
miembros de la Sociedad para llevar nuestra ilusión por el medio natural más allá de lo
podemos imaginar, y que contamos con el apoyo total de todos para colaborar e
incentivar ese nuevo musueo que por fin abrirá sus puertas en Zaragoza, “El Museo de
Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza”
Deseamos que una vez más “Aragonia” sea de tu agrado y te la guardes para
consultas futuras.
José Manuel Clúa Méndez
Presidente de SAMPUZ
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Actividades de S.A.M.P.U.Z
Exposiciones
Paleontología Pixelizada
Del 13 al 29 de marzo nuestra Sociedad preparó y organizó una exposición de lo
más curiosa. Se trata de una muestra fotográfica en la que de manera artística se
utilizase como material para fotografías los fósiles. De esta manera con fotógrafos de
primer nivel se realizaron numerosas obras, algunas de un resultado muy singular y
original. Ha sido una manera muy distinta de mostrar material paleontológico.
La inauguración que se
realizó el día 13 en una de las
salas de la Fundación Joaquín
Roncal, asistió numeroso público
y no solo de SAMPUZ sino
amigos y simpatizantes o curiosos
que querían saber qué era eso de la
paleontología pixelizada. Nuestro
vicepresidente Joaquín Guerrero
dijo unas palabras y un agradecimiento especial a los organizadores, Santiago Choliz y
Francisco Albalá, los cuales, se dejaron la piel en la preparación, organización y
montaje de esta muestra tan singular. De
igual manera a gradecer a los miembros de
la Sociedad que ayudaron al montaje y un
agradecimiento especial a todos y cada uno
de los fotógrafos que de manera
desinteresada han colaborado con sus
creaciones artísticas al buen término de esta
muestra. Para amenizar el acto se contó con
Esther Albalá que nos amenizó con unas
canciones de rotundo éxito en Japón y con
un vino para satisfacción de los asistentes.
Para esta muestra se realizó un catálogo conteniendo cada una de las obras
expuestas, que si alguien está interesado lo puede solicitar por 3 € a la Sociedad.
Los datos de las visitas facilitados por la fundación Joaquín Roncal fueron:
SAMPUZ, RSFZ y GRUPO MICOLÓGICO CESARAUGUSTA
EXPOSICIÓN “PALEONTOLOGÍA PIXELIZADA”.
Fechas: del 13 al 29 de marzo de 2014.
Visitantes: 1.045.
Sesiones: 18.
Media visitantes/sesión: 58.
Por días: 15 días: 69 visitantes/día.
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Exposición paleontológica comparativa
¡Qué poco hemos cambiado!
La Sociedad de Amigos del Museo Paleontológico de la Universidad de
Zaragoza (SAMPUZ) os presento el 03 de noviemnre una exposición paleontológica
original, incluso nos atreveríamos a decir que única. Única por su enfoque.
Desconocemos si alguna vez se ha ofrecido en nuestra Comunidad Autónoma en la que
se hayan reunido restos fósiles y sus descendientes actuales con el objetivo de
compararlos y visualizar los rasgos que los distinguen, o quizás mejor, que los
aproximan. Probablemente no.
Comparamos restos fósiles de muy diversos tipos, formas y hábitos de vida con
sus representantes vivos, y lo hacimos desde una perspectiva exclusivamente
divulgativa y didáctica. También pretendimos que la información fuese sobre todo
visual y sencilla, alejada en lo posible de tecnicismos.
Se examinaron y relacionaron restos actuales y fósiles correspondientes a
diversos tipos de invertebrados marinos y continentales provistos de exoesqueleto,
insectos, diferentes grupos de vertebrados acuáticos y terrestres; también se compararon
restos vegetales como helechos,
plantas
gimnospermas
y
angiospermas.
La
mayoría
pudieron observarse a simple
vista pero en algunos casos se
necesitó usar microscopio.
Una exposición original merecía
un título acorde con la misma;
aunque en este caso, lo más
insólito es que el lema elegido
¡Qué poco hemos cambiado!
es más bien el corolario, la
conclusión al final del trayecto
propuesto.
Todos
los
grupos
biológicos actuales pueden reconocerse, con mayor o menor fidelidad, en sus ancestros
a pesar del tiempo transcurrido desde su aparición.
Pudimos comprobar que estamos
capacitados para reconocer el origen
de cualquier grupo biológico actual
en unos restos fósiles que
germinaron incluso hace más de 300
ó 400 millones de años. En
consecuencia, si somos capaces de
identificar los ancestros después de
tanto tiempo será porque, al fin de
cuentas, no hemos debido de
cambiar mucho.
Intentamos emular desde la
sencillez
ya
comentada,
la
metodología de quien reconoció e interpretó los fósiles a partir de fragmentos o de
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5
piezas aisladas mediante la comparación con otras de organismos actuales: G. Cuvier
(1769-1832). Cuvier es considerado como impulsor de la Paleontología moderna, padre
de la Paleontología de vertebrados y fundador de la anatomía comparada
La Sociedad SAMPUZ engendró la idea que vió la luz en las instalaciones del
Aula de la Naturaleza. En nombre del Comité Organizador de este evento queremos
volver a agradecer la colaboración de la Concejalía del Distrito Universidad del
Ayuntamiento de Zaragoza, así como reconocer la ayuda imprescindible de los
asociados de SAMPUZ, de Parques y Jardines, de profesores e investigadores de la
Universidad de Zaragoza, y sobre todo de paleontólogos y de aficionados anónimos.
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Memoria de la exposición “Que poco hemos cambiado”
Luis Moliner Oliveros
Introducción
La Sociedad de Amigos del Museo Paleontológico de la Universidad de
Zaragoza (SAMPUZ) junto a la Junta Municipal Universidad organizó durante el mes
de noviembre de 2014, una exposición paleontológica comparativa entre seres actuales
y fósiles, de índole didáctica y divulgativa titulada ¡Qué poco hemos cambiado!
La exposición se instaló en el Aula de la Naturaleza del Parque Grande de
Zaragoza.
Antecedentes
La exposición fue reflejo de una idea original surgida hace algunos meses en el
seno de la Sociedad de Amigos del Museo Paleontológico de la Universidad de
Zaragoza (SAMPUZ), en concreto, durante la exposición fotográfica “Paleontología
Pixelizada” realizada durante el pasado mes de marzo. Posteriormente se maduró en una
excursión paleontológica divulgativa a la zona de Campo (Huesca), fue realizada en
mayo y dirigida por el profesor y catedrático de la Universidad de Zaragoza, Dr.
Eustoquio Molina.
En uno de los intervalos de descanso de dicha excursión se habló del enfoque
que debería darse a una exposición comparativa entre organismos fósiles y actuales y,
de forma casi inmediata, comenzó una tormenta de ideas para su realización y sobre
todo, para determinar las personas que podrían constituir el comité de organización.
Esta idea se propuso más adelante a la Junta Municipal Universidad, que acogió
la idea favorablemente y con rapidez. La Junta fue una pieza clave en la organización
de la muestra.
Comité organizador y entidades colaboradoras
El comité organizador se constituyó con las siguientes personas: Luis Moliner
Oliveros (comisario), José Mª Abad Sancho, Mª Dolores Sauras Herrera, Mª Carmen
Buendía Gómez y el presidente de SAMPUZ José Manuel Clúa Méndez.
En la exposición colaboraron las siguientes entidades: Museo de Ciencias
Naturales de la Universidad de Zaragoza, Aula de la Naturaleza del Ayuntamiento de
Zaragoza y Centro Joaquín Roncal (Fundación CAI-ASC).
También se contó con la inestimable ayuda de numerosos socios de SAMPUZ y
del personal del Aula de La Naturaleza, personalizada en su responsable D. Juan Ángel
Vicente, que colaboraron en las tareas de control y explicación de la exposición a los
visitantes.
Presentación y objetivos
Componer la exposición supuso la dedicación casi exclusiva del comité
organizador y de algunos voluntarios más durante tres meses. Hubo que localizar los
ejemplares apropiados, conseguir su préstamo, trasladarlos y realizar el montaje de las
distintas parejas “fósil-actual” en un local adecuado; todo ello antes de trasladar los
ejemplares al Aula de la Naturaleza.
El montaje de la exposición en el Aula de la Naturaleza no llevó más de cuatro
días.
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La SAMPUZ presentó el día 03 de Noviembre de 2014 una exposición
paleontológica original y única por su enfoque. Nunca se había ofrecido ni en nuestra
Comunidad Autónoma, ni en el conjunto del Estado, una exposición en la que se hayan
reunido tantos y tan variados restos fósiles y sus descendientes actuales con el objetivo
de compararlos y poder visualizar los rasgos que los distinguen, o quizás mejor, que los
aproximan.
“¡Qué poco hemos cambiado!” fue una exposición en la que se compararon más
de 100 organismos actuales con los fósiles que se les asemejan morfológicamente, sean
estos sus ancestros o no, para comprobar que siguen reconociéndose a pesar del tiempo
transcurrido desde su aparición. Ya se ha comentado que la exposición pretendió ser
divulgativa, didáctica y original, alejada en lo posible de tecnicismos, por lo que,
conscientemente, no se han segregado fenómenos de convergencia morfológica, ni
analogías, ni homomorfismos.
En la exposición se compararon restos fósiles de muy diversos tipos, formas y
hábitos de vida con organismos actuales parecidos morfológicamente Se examinaron y
relacionaron restos actuales y fósiles de invertebrados marinos y continentales provistos
de exoesqueleto, diferentes grupos de vertebrados acuáticos y terrestres; también se
compararon restos vegetales como helechos, plantas gimnospermas y angiospermas. La
mayoría pudo observarse a simple vista pero en algunos casos fue necesario usar
microscopio binocular.
Puesto que la exposición se dirigió fundamentalmente a escolares y aficionados
y personas no iniciadas en paleontología, SAMPUZ ofreció información visual y
sencilla, alejada en lo posible de tecnicismos, por lo que ningún ejemplar expuesto fue
etiquetado con su nombre científico binomial, nomenclatura adoptada desde Linneo
(1853).
Horarios de apertura
La exposición permaneció abierta desde el lunes, 03 de Noviembre, hasta el
viernes, 28 de Noviembre de 2014.
Los horarios de apertura fueron:
De lunes a viernes: 10:30 a 13:30 y 17:30 a 20:30
Sábados: 11:00 a 14:00 y 17:30 a 20:30
Domingos: 11:00 a 14:00
Los visitantes pudieron recibir una atención personalizada gracias a la labor de
las personas que dedicaron una parte de su tiempo a estos menesteres: socios y
simpatizantes de SAMPUZ y personal del Aula de la Naturaleza.
Distribución de los materiales
Se utilizaron catorce vitrinas, de las que doce han exhibido 99 parejas “actualfósil” y las dos restantes se reservaron para un ejemplar de ammonites, otro de trilobites
y un dinosaurio. Actualmente, una exposición paleontológica diseñada para divulgación
entre escolares sin dinosaurio es una exposición incompleta; su justificación en una
exposición comparativa fue incluir una sección destinada a organismos extintos sin
representantes actuales, lo que permitió exhibirlo.
La distribución de las vitrinas fue: cinco vitrinas con dimensiones de 120 x 60 x
45 cm en el ala oriental de la sala (la de acceso a la sala); cinco vitrinas de 100 x 100 x
45 cm en el ala opuesta y, en el fondo otras cuatro vitrinas, dos de ellas de 120 x 60 x 30
cm, otra de 120 x 60 x 60 cm y la última de 35 x 35 x 40 cm.
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El Aula de la Naturaleza diseñó un espacio con forma de U en el área diáfana
central, que se utilizó para ambientar la sala con una alternancia de restos de troncos de
coníferas actuales y fósiles y un cocodrilo marino fósil, incrustados en un suelo de
gravilla blanca salpicado por una docena de plantas cicadáceas actuales por cuestiones
estéticas y de diseño.
Se distribuyeron ocho paneles y pósters temáticos por las paredes y soportes de
la sala y, en el centro de la misma se instaló un microscopio binocular para poder
observar sendas muestras de microorganismos marinos fósiles y actuales.
Fondos expuestos
Vitrinas
Ala oriental de la sala:
Vitrina nº 1. Moluscos bivalvos:
10 parejas “actual-fósil”
Vitrina nº 2.
Moluscos gasterópodos:
10 parejas “actual-fósil”
Vitrina nº 3.
Moluscos gasterópodos:
Moluscos bivalvos:
Braquiópodos:
Gusanos anélidos:
Equinodermos (estrellas de mar):
Equinodermos (ofiuras):
03 parejas “actual-fósil”
03 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
Vitrina nº 4.
Equinodermos (erizos de mar):
09 parejas “actual-fósil”
Vitrina nº 5.
Cnidarios (corales):
Poríferos (esponjas):
06 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
Zona fondo de la sala:
Vitrina nº 6. Moluscos cefalópodos:
Moluscos escafópodos:
Artrópodos crustáceos:
Vitrina nº 7. Reptil dinosaurio:
actuales
Vitrina nº 8. Molusco “Ammonites”:
actuales
Artrópodo “Trilobites”:
actuales
Vitrina nº 9. Peces (tiburones):
03 parejas “actual-fósil”
Ala occidental de la sala:
Vitrina nº 10. Peces (rayas):
Peces (sierra):
Peces (trompeta):
Peces perciformes:
Aves (pluma):
Vitrina nº 11. Artrópodos crustáceos:
Artrópodos quelicerados:
Artrópodos insectos:
01 pareja “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
02 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
05 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
02 parejas “actual-fósil”
03 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 ejemplar fósil sin representantes
01 ejemplar fósil sin representantes
01 ejemplar fósil sin representantes
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Vitrina nº 12. Vegetales (diversas partes):
Vitrina nº 13. Mamíferos:
Vitrina nº 14. Reptiles (tortugas):
Anfibios (ranas):
Espacio central:
Área occidental.
Área central.
Área oriental.
Vegetales (troncos):
Vegetales (troncos):
Vegetales (troncos):
Reptil (cocodrilo):
09 parejas “actual-fósil”
06 parejas “actual-fósil”
02 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
03 parejas “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 pareja “actual-fósil”
01 ejemplar fósil
Microscopio binocular. Muestras de microfósiles (foraminíferos): 01
fósil”
pareja
“actual-
El número de piezas expuestas fue de 90 parejas “actual-fósil” y 4 ejemplares aislados.
Procedencia de los fondos
La exposición comparativa pudo llevarse a cabo gracias al préstamo de las piezas
por parte de diversas colecciones:
- Colecciones históricas de J.Mª. Abad, S. Bajo, F. Barreda, R. Casas, J.M. Clúa,
J. Guerrero, S. Narimán y SAMPUZ.
- Colección de Prácticas de Paleontología de Vertebrados del Área de
Paleontología de la Universidad de Zaragoza.
- Colección malacológica de A. Tutor y Mª.E. Tutor.
- Colecciones neontológicas de L. Galve y E. Pérez-Iserte.
- Herbario farmacológico de E. Peralta.
Visitas y visitantes
Se ofreció a los colegios y a las asociaciones la posibilidad contemplar la
exposición mediante visitas previamente concertadas, explicadas por paleontólogos. El
resto de visitantes tuvo la posibilidad de formular preguntas o exponer dudas a los
voluntarios que atendieron la exposición en los horarios establecidos.
Se efectuaron un total de treinta visitas concertadas
Los grupos que concertaron cita y la distribución de sus respectivas visitas guiadas se
detallan a continuación:
Viernes 7
Domingo 9
británicos
Lunes 10
Asociación El Galacho
Colegio SYA
Colegio Inmaculada Concepción
IES Miguel Servet
Miércoles 12 CEIP Basilio Paraíso
Jueves 13
Colegio Sgdo. Corazón Moncayo
Lunes 17
IES Miguel Catalán
IES Corona de Aragón
Martes 18
IES Miguel Catalán
Infantil y Primaria
CC. Ambientales
16 asistentes
25 asistentes
1º ESO
4º ESO
1º Primaria
4º ESO
4º (F) ESO
2º Bachiller
4º (A) ESO
22 asistentes
26 asistentes
20 asistentes
30 asistentes
22 asistentes
11 asistentes
22 asistentes
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10
Colegio Rigel
CEIP Basilio Paraíso
CEIP Ramiro Solans
CEE Jean Peaget
Miércoles 19 Asociación Alcer Ebro
Asociación Vecinos San Braulio
IES Miguel Catalán
Jueves 20
IES Miguel Catalán
Colegio Rigel
Viernes 21
IES Miguel Catalán
Colegio Rigel
Lunes 24
Asociación Tiempo Libre Pandora
Martes 25
Colegio San Antonio de Padua
IES Miguel Catalán
Colegio Sagrada Familia
Colegio Ldos. y Dres. Aragón
Miércoles 26 Colegio San Antonio de Padua
IES Miguel de Molinos
Jueves 27
IES Avempace
Viernes 28
Club Cultural 33
Colegio Ldos. y Dres. Aragón
5º y 6º Primaria
2º Primaria
5º Primaria
Ed. Especial
Adultos
Adultos
4º (B) ESO
2º Bachiller
3º y 4º Primaria
4º (D) ESO
1º y 2º Infantil
Infantil y Primaria
1º ESO
4º (E) ESO
3º y 4º ESO
Adultos
1º ESO
2º Bachiller
1º Bachiller
Adultos
Adultos
22 asistentes
30 asistentes
26 asistentes
28 asistentes
23 asistentes
27 asistentes
22 asistentes
11 asistentes
16 asistentes
21 asistentes
20 asistentes
36 asistentes
27 asistentes
22 asistentes
18 asistentes
27 asistentes
27 asistentes
15 asistentes
18 asistentes
14 asistentes
26 asistentes
El número total de asistentes a la exposición en visitas concertadas de colegios,
institutos y asociaciones fue de 670.
La distribución diaria del resto de visitantes fue el siguiente:
Lunes 03
121 visitantes (inauguración)Martes 04
Miércoles 05
50 visitantes
Jueves 06
Viernes 07
42 visitantes
Sábado 08
Domingo 09
371 visitantes
Total Semana 1.
visitantes
Lunes 10
90 visitantes
Martes 11
Miércoles 12
85 visitantes
Jueves 13
Viernes 14
30 visitantes
Sábado 15
Domingo 16
189 visitantes
Total Semana 2.
visitantes
Lunes 17
86 visitantes
Martes 18
Miércoles 19
48 visitantes
Jueves 20
Viernes 21
93 visitantes
Sábado 22
Domingo 23
206 visitantes
Total Semana 2.
visitantes
Lunes 24
77 visitantes
Martes 25
Miércoles 26
100 visitantes
Jueves 27
Viernes 28
183 visitantes (clausura)
Total Semana 2.
visitantes
20 visitantes
35 visitantes
234 visitantes
873
34 visitantes
152 visitantes
129 visitantes
709
36 visitantes
117 visitantes
136 visitantes
722
46 visitantes
124 visitantes
530
Los visitantes diarios al margen de vistas concertadas fueron
2.834;
El número total de visitantes a la exposición paleontológica comparativa
¡Qué poco hemos cambiado! Fue de 3.504
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11
Clausura de la Exposición
El día 28 de noviembre a las 19:30 horas se procedió a la clausura de la
exposición. Para realzar el acto se procedió a entregar uno de los premios Aragonia que
SAMPUZ otorga todos los años y que en esta ocasión recayó en el niño Carlos Pérez
Naval. Carlos es turolense, tiene nueve años y ha ganado el concurso al mejor fotógrafo
de naturaleza del año del Museo de Historia Natural de Inglaterra. Carlos no podía
acompañarnos el día previsto para la entrega de todos los premios Aragonia 2014 por
tener otro compromiso previo.
Reseñas de Prensa
El día de la inauguración reporteros de la agencia EFE se personaron en el Aula
de la Naturaleza y realizaron un flash informativo. Al día siguiente diversos medios de
comunicación publicaron un reportaje más o menos extenso tanto en sus ediciones
impresas (El Periódico de Aragón, La Razón…) como digitales; otros medios (Heraldo
de Aragón) publicaron una reseña sobre el evento divulgativo. Un columnista de
Heraldo de Aragón también nos dedicó una loa en su columna del día 19 de noviembre.
Reconocimientos recibidos
El día de la clausura tuvimos la satisfacción de que los alumnos de uno de los
colegios que nos visitaron, el Colegio Rigel, nos hicieron llegar tres posters sobre sus
vivencias y sensaciones durante su recorrido por la exposición. Sus trabajos se
expusieron en una de las paredes del Aula de la Naturaleza durante la clausura de la
muestra y permanecerán allí durante algún tiempo más.
Para finalizar, el Colegio Sagrada Familia también nos expresó su satisfacción
por la vista realizada con sus alumnos a través de su profesora Dña. Águeda Tutor
Monge, quien es también Coordinadora Autonómica de Escuelas Asociadas de la
UNESCO en Aragón.
Se transcribe a continuación parte de la carta que remitió al Presidente de
SAMPUZ:
“Como Profesora del Colegio Sagrada Familia de Zaragoza y Coordinadora de las
Escuelas Asociadas de la UNESCO en Aragón, quiero felicitar a su Asociación por la
realización de la exposición ¡QUÉ POCO HEMOS CAMBIADO! celebrada en el Aula
de la Naturaleza del Parque Grande José Antonio Labordeta. Es una satisfacción
comprobar que quedan iniciativas como la suya que se esfuerza en la difusión del
patrimonio Paleontológico y Natural de Aragón a la ciudadanía de nuestra ciudad…
… No le quepa la menor duda de que desde mi papel de Coordinadora Autonómica de
Escuelas Asociadas de la UNESCO en Aragón, voy a dar buena cuenta de la entrega de
su Asociación, difundiéndolo en todos los espacios en los que competa, este trabajo
excepcional.
Esperando poder seguir asistiendo en el tiempo a iniciativas como esta y reiterando mi
más profundo agradecimiento. Fdo.:… ”
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12
Excursiones
Visita a la UME (Unidad Militar de Emergencias)
El día 29 de marzo, tuvimos el privilegio de poder visitar la Unidad Militar de
Emergencias, ubicada en la Base Aérea de Zaragoza. En nuestra ciudad se encuentra
destacado el IV Batallón de la UME, que aglutina las comunidades de Aragón,
Cataluña, País Vasco, Navarra, La Rioja y la provincia de Soria, aunque han prestado
ayuda como refuerzo a otras comunidades.
Fuimos atendidos por el teniente coronel D. Juan Manuel Salom Herrera y el
comandante de artillería D. Carmelo Benito Mojas, ambos apoyados por otros
miembros de la UME.
La visita fue de la más instructiva, comenzando por una conferencia sobre lo que
es y en qué consiste la UME. En ella nos pudimos dar cuenta del organigrama, material,
componentes y en especial las misiones para lo que está preparada esta unidad. Tras la
finalización de la misma, pasamos al centro de control en donde tuvimos la oportunidad
de ver in situ como controlan y están alerta para cualquier emergencia.
La mañana continuó viendo el material diverso del batallón: camiones cisterna,
vehículos de transmisiones, vehículos oruga para la nieve, todo terrenos, ambulancias,
camiones de transporte,… algunos de estos vehículos fueron una gran atracción para
todos nosotros además de estar atentos a las indicaciones del propio personal del
batallón que tan amablemente nos comentaban cada uno de estos elementos.
Para finalizar, nos desplazamos al restaurante de la base para realizar en él una comida
con algunos de los miembros del propio batallón.
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13
Desde la junta directiva de SAMPUZ damos las gracias al IV Batallón de la
UME por la gran acogida que nos dispensaron y expresarles nuestro apoyo y gratitud a
la labor tan fantástica que realizan.
Eoceno de Campo – Santaliestra (Huesca)
El 11 de mayo con mochilas, martillos y lupas nos dirigimos al Prepirineo de la
Comarca de La Ribagorza. Tras una breve parada en Graus. Nos dirigimos hacia el
norte y antes de llegar a la población de Campo relazamos nuestra primera parada. En
un paseo cómodo por la antigua carretera visitamos cinco zonas muy interesantes, las
cuales contenían gran cantidad de foraminíferos y algún que otro: coral, erizo, restos de
cangrejos, radiolas,...
La sección de Campo aflora entre los km 50 (cerca de Santaliestra) y 62,2 (2 km
al sur de Campo) de la carretera de Graus a Campo y Benasque (C-139). Desde el punto
de vista bioestratigráfico, esta serie
va de N a S desde el Paleoceno
medio con Alveolina primaeva.
La
sección
muestra
claremente la sucesión de biozonas.
La importancia de la sección de
Campo en la estratigrafía del
Paleogeno en Europa occidental y
del área mediterránea está en que en
una sola sección que va del
Paleogeno medio al Eoceno medio
se encuentran diversos grupos de
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microfósiles que permiten correlacionar entre ellas las bionaciones propuestas para cada
grupo (macroforaminíferos, foraminíferos planctónicos, nanoplacton calcáreo y
dinoflagelados).
Visita guiada al
centro de Graus
Así pues tras otras tres paradas
pudimos reconocer sobre el terreno
atendiendo a las explicaciones de
Eustoquio Molina, gran cantidad de
foraminíferos (Nummulites, Alveolinas,
Operculinas,…), además de algún erizo,
corales, gasterópodos,…
Para la comida elegimos
la población de Graus, en la que
no pudo faltar degustar su
famosa longaniza.
Tras la comida visita del
casco histórico de la población,
acabando la visita con el
santuario de la Virgen de la
Peña y el museo de iconos.
Una de las copias que nos facilitó el
profesor Eustoquio Molina para la
mejor comprensión de la fauna que
íbamos a observar.
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Espacio 042, Centro Astronómico Aragonés
Un día 23 de noviembre, nublado, como no podría ser después de una semana
igual, partimos dirección a Huesca para realizar una visita al Espacio 042, lugar que
cobija el Centro de Astronomía de Aragón.
Una treinta de socios pudimos disfrutar d elas instalaciones y exposiciones que
alberga este centro. “Imaginary, una mirada matemática” es una exposición que
pudimos disfrutar de visualizaciones, instalaciones interactivas, realizadaes virtuales,
objetos en 3D y su transfondo teórico en geometría algebraica. Con el programa Surfer
pudimos introducir ecuaciones polinómicas en una pantalla táctil y crear figuras en 3D
de diferentes formas y tamaños.
El recorrido real empezó con una introducción del centro, tras el cual pasamos a
disfrutar de una d elas películas en pantalla de 360º, titulada “dos pequeñas piezas de
cristal”, que narraba la evolución de los telescopios. En otra proyección hicimos un
recorrido por las diferentes constelaciones.
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El siguiente acto fue el lanzamiento de un cohete,
propulsado solo con aíre y otro con agua y aire.
Para finalizar disfrutamos de un reciorrido por el espacio
con un simulador 4D.
La pena fue no poder utilizar los telescopios, todo
ello debido a la densa niebla que cibría el cielo y impedía
una buena visualización
De regreso a casa cada uno nos llevamos de
recuerdo un calendario lunar del año 2015.
Una mañana de domingo muy instructiva y
aprovechada.
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Cena de Hermandad 2014
El pasado 13 de diciembre como viene siendo habitual, la SAMPUZ organizó su
cena de hermandad en la que todos los asistentes compartirmos un momento agradable
recordando todos los actos y actividades en los que ha participado la Sociedad a lo largo
del año.
A la finalización de la cena se procedión a la entrega anual de los premios
“Aragonia 2014” y los premios a los ganadores del concurso de fotografía de este año
2014. En esta ocasión los premioss de fotografía recayeron en Joaquina Gadea en la
categoría de fósiles y David Ceruzzi en la de naturaleza, lamentablemente la categoría
de excursiones quedó desierta.
Como colofón se procedió al sorteo habitual, para que algunos se fueran con un
buen recuerdo y otros con la esperanza de que al año siguiente tengan mejor suerte. Y
como colofón nuestro baile hasta las tres de la madrugada.
Imágenes superiores: diversos momentos de la cena de hermandad.
Imágenes inferiores: fotografías ganadoras, David Ceruzzi (izquierda) y Joaquina Gadea (derecha)
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Premios “Aragonia” 2014
Una vez más nuestra sociedad hace entrega de nuetros galardones a aquellas
personas o entidades que de una manera u otra han destacado en la investigación,
divusión y protección de nuestro entorno natural, sea dentro del mundo geológico,
animal, botánico,… Nuestro premio es único en nuestra tierra, pues hasta el momento
ninguna institución otorga monográficamente unos premios con esa relación tan directa
del medio natural.
En este año hemos querido homenajear a las siguientes personas y entidades
cuyo esfuerzo y amor al medio natural les ha hecho merecedores de tal galardón.
Galardonados con el premio “Aragonia” 2014: de
izquierda a derecha, D. Javier Blasco Zumeta, las
doctoras Clara Marín y Cristina Mallor en
representación del Centro de Investigación y Tecnología
Agroalimentaria de Aragón (CITA), Mª Eugenia Díes y
Isabel Pérez en reperesentación del equipo que integra
Proyecto Murero, Sivia Gimeno y ängel Hernandez en
representación del Geoparque del Maestrazgo.
Imagen de la izquierda Carlos
Pérez Naval en el momento que
se le entregó el galardón, el día
de la clausura d ela exposición
“Que poco hemos cambiado”
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Premios “Aragonia” 2014 a:
D. Carlos Pérez Naval
Con 9 años, ha conseguido el premio al mejor fotógrafo de naturaleza del año en
la categoría de menos de 18 años. Un prestigioso galardón concedido por el Museo de
Historia Natural de Londres y que nos presenta a una futura promesa de la fotografía.
Carlos lleva tomando fotografías desde los 4 años con cámaras compactas muy simples
y sencillas. Desde entonces, su recorrido, tanto a nivel técnico como de equipo a
mejorado mucho. Esta afición por la naturaleza y la fotografía no es casual, ya que su
padre, es naturista y profesor.
Este joven, natural de Teruel, ha conseguido desbancar a otros participantes que
casi le doblaban en edad, y eso ha hecho que se haya ganado el reconocimiento y las
alabanzas por parte de muchos compañeros y fotógrafos profesionales.
Estamos seguros de que no será la última vez que leamos algo acerca de esta
joven promesa de la fotografía, a la que aún le quedan muchos años por delante para
seguir aprendiendo, mejorando y ganando concursos.
Centro de Investigación y tecnología agroalimentaria de Aragón (CITA)
Aparte de la labor desarrollada en Investigación en Tecnología Agroalimentaria,
orientada a impulsar el desarrollo tecnológico del sector agroalimentario en Aragón y a
resolver cuantas cuestiones y problemas plantee el Sector, mantiene y fomenta un banco
de germoplasma de especies hortícolas que han sido alguna vez cultivadas en Aragón y
que están en trance de desaparecer o han desaparecido ya (17.000 registros de más de
300 especies). Su finalidad es conservarlas para generaciones futuras para que no
desaparezca variabilidad genética, pues pueden ser la base de partida de nuevas
variedades o servir como banco de genes para luchar contra plagas o enfermedades que
se desarrollen en el futuro. También se conserva una colección de variedades frutales de
Aragón y se mantienen y estudian las razas autóctonas de vacuno, ovino y caprino.
D. Javier Blasco Zumeta
Maestro de Pina de Ebro, pero ha sido el estudioso de los Monegros que gracias
a su trabajo callado y de colaboración con científicos de todo el mundo pudo dar valor
añadido a la fauna y flora de los Monegros antes de poner en regadío una parte de los
mismos. Ha descubierto muchas especies de artrópodos para la ciencia y descrito por
primera vez para España otras muchas. Su colaboración en la redacción del Manifiesto
Científico por los Monegros 1998 fue una pieza clave para que el Gobierno de Aragón
reconsiderara la postura de regadíos de Monegros. Además tiene dos páginas web que
son seguidos por gente de todo el mundo: Las Aves de Aragón y Flora de la Ribera
Baja del Ebro.
Geoparque del maestrazgo
Enmarcado en la provincia de Teruel, el Geoparque del Maestrazgo destaca por
poseer un rico y variado patrimonio geológico y paleontológico, un registro muy
completo de historia de la Tierra durante los últimos 200 millones de años. Constituye,
en definitiva, un perfecto observatorio científico y didáctico para la comprensión de los
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procesos geológicos y para la reconstrucción de la evolución de la vida en nuestro
planeta.
La gran mayoría de poblaciones colindantes con el Geoparque del Maestrazgo cuentan
con elementos de Patrimonio de extraordinario interés. Algunas disponen a su vez de
exposiciones permanentes, casas de cultura y actividades a lo largo de todo el año.
“Proyecto Murero”, Grupo de investigación de la Universidad de Zaragoza
Creemos que a nadie le es desconocido el nombre de Murero, pues bien, existe
un equipo de investigación que tiene como principal objetivo indagar en las cuestiones
de la Explosión de Vida en el Cámbrico, hace 540 millones de años, es sin duda el
evento más importante de la historia de la vida. En unos pocos millones de años los
mares se poblaron de animales complejos entre los cueles se encuentran los antepasados
de muchos grupos actuales. Todos los investigadores de este grupo estudian los fósiles
procedentes de yacimientos cámbricos españoles, destacando el de Murero.
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Revista Naturaleza Aragonesa nº 31
Al finalizar la cena de hermandad que realizó esta Sociedad el día 13 de
diciembre se entregó a los asistentes el último número publicado de nuestra gran revista.
Una publicación que con su director Ignacio Delgado nos sorprende una vez más
por la calidad de los artículos de los autores, así como de sus ilustraciones.
En este nuevo número tenemos los siguientes temas:
Atapuerca, la sierra encantada: Microvertebrados y fósiles humanos del Cuaternario,
escrito por Gloria Cuenca Bescós y Álvaro Morcillo Amo.
El perfil Jurásico de Torrevelilla (Teruel) descrito por J. Villanova en 1863, escrito
por Luis Moliner.
El circo de Marboré: huellas glaciares recientes en la alta montaña alpina, ecrito por
José M. García Ruiz, Juan L. López Moreno, Santiago Beguería, Javier Chueca,
Asunción Julián, Blas Valero Garcés, Yasmina Sanjuan, Mª Pilar serrano Muela.
Los coleópteros acúaticos de Aragón, escrito por Ignacio Ribera, David Sanchez
Fernández, Íñigo Esteban.
Las orquídeas del Alto Gállego, escrito por José Miguel Navarro
El seguimiento de los embalses en la demarcación hidrográfica del Ebro. El estado de
los embalses aragoneses. Escrito por Mª José Rodríguez Pérez, Juan Soria García,
Concha Durán Lalaguna.
Fósiles y minerales en la obra de Avenzoar (ibn Zurh), médico sevillano del siglo XII.
Escrito por Mª Liñán, Joaquín Carrasco, Eladio Liñán.
El centro de interpretación de La Explosión d ela Vida en el Cámbrico en Miñera de
Luna (León). Escrito por Pablo Cantabrana Cortés, Cármen Nuñez Lahuerta, José
Antonio Gámez Vintaned, Eladio Liñán Guijarro, Carlos Javier Rubio García.
Aparte la revista centa con su habitual
agenda en la que se hace referencia a Ferias,
exposiciones, nuevas publicaciones,…
Esperamos podaís una vez más
disfrutar de ella y agradecer a todos los
autores su dedicación y tiempo para con
nuestra revista.
Ho
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22
Homenaje in memorian de Santiago Lafarga
Coscojuela
Joaquín Guerrero Peyrona
“Amó, fue amado, tuvo amigos y le dio el sol en la faz”
La comunidad de buenos aficionados está de luto. Ha muerto uno de los
nuestros.
Recogió muchos e interesantes fósiles, pero también varios museos de Aragón y
de Cataluña exponen en su vitrinas muchos de los recogidos y que nunca hubieran
estado a su alcance; se le vio en solitario explorando terrenos cuyos fósiles no
figuraban en ningún mapa, pero también estuvo siempre dispuesto a dar a conocer su
hallazgos y a enseñarles los yacimientos a quienes fueran científicos o buenos
aficionados; disfrutó en su casa “limpiando” fósiles – decía que era el que más
pegamento gastaba de España - , pero también abrió la puerta de su casa a todo el que
llamara y disfrutó enseñando sus “tesoros” y sus métodos de restauración; salio mucho
al campo, pero también tuvo una cálida vida hogareña y familiar (bien lo saben Pilar,
Fernando y Miguel); se recreó con esa naturaleza que tan bien conocía, pero también
levantó la mirada a lo sobrenatural.
Queremos hacer un homenaje al buen compañero de afición, pero especialmente
a este compañero- Santiago Lafarga - único e irrepetible.
Jardiel Poncela escribió que la amistad, como el diluvio universal, es un
fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos: Pues bien,
muchos, a través de personas como Santiago,
hemos sentido la desinteresada mano amiga.
No es momento de elegías o
panegíricos, ni siquiera de llorar - como diría
Miguel Hernández - el haber muerto cuando
aún “teníamos que hablar de tantas cosas”, pero
si de decir que la Paleontología le debe mucho,
que tiene un hueco en nuestro corazón y que lo
hemos pasado, por los montes y barrancos,
muy bien con él.
José Mª Abad y Joaquín Guerreo
con Santiago Lafarga en su pueblo
natál de Barbastro.
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Monografías
Un objeto-una historia
Carolowilhelmina: un representante de un tiempo perdido
La imagen una magnífica reconstrucción de Carolowilhelmina realizada por
Víctor Selles. Os iremos contando próximamente más de este paleoilustrador. A lo que
vamos, Carolowilhelmina es un cráneo fósil de “pez” placodermo que solo se ha
encontrado en el Devónico aragonés. La próxima exposición permanente del Museo de
Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza va a exponer piezas únicas en el
mundo, una de ellas es este cráneo. Las circunstancias del descubrimiento de
Carolowilhelmina merecen entrar en la historia de la Paleontología aragonesa por la
constancia del paleontólogo Peter Carls en la recuperación de este fósil. Os contamos
un poco la historia.
Peter Carls
es un investigador
alemán que empezó
a hacer su tesis
doctoral
en
la
década de los 1960
en
paleontología
del Paleozoico en
el sur de la
provincia
de
Zaragoza y el norte
de
Teruel.
Se
quedó encantado de
las gentes y de los
fósiles de la zona
por lo que durante
40 años volvió cada verano, lo que permitió descubrir un montón de especies nuevas.
Llego a ser catedrático en la Universidad de Braunschweig, pero nunca faltó a su cita
anual por las tierras aragonesas. Fue el descubridor de una de las maravillas del Museo,
como es un cráneo de un placodermo llamado Carolowilhelmina geognostica. Peter no
buscaba fósiles de peces, sino que lo encontró por casualidad. En su investigación
disgregaba roca caliza en busca de microfósiles llamados conodontos.
En una de las muestras apareció un fragmento enorme de un cráneo. Una vez
preparado se dio cuenta que faltaba una parte importante. Durante 15 años volvió al
mismo afloramiento donde había encontrado el primer resto… y finalmente recuperó el
fragmento que faltaba. Fueron necesarios muchos años de preparación del fósil para
disgregar con ácido la roca que lo rodeaba. Carolowilhelmina es un cráneo
prácticamente completo de un “pez” placodermo que podría llegar a tener unos dos
metros de longitud. Su principal característica es la protuberancia situada en la parte
anterior del cráneo semejante a las que presentan los peces espadas actuales, aunque
solo se trata de una convergencia evolutiva. Carolowilhelmina pertenece a un grupo
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totalmente extinguido que son los placodermos. Se trata de unos “peces” con el cuerpo
cubierto de placas duras que les protegía el cuerpo. Algunos alcanzaron tamaños
gigantescos, siendo los auténticos reyes de los mares del Devónico.
El mar Devónico
Hace 400 millones de años lo que hoy conocemos como Aragón (Norte de
España) estaba sumergido en unos mares repletos de vida situados en el hemisferio sur
de la Tierra. El Devónico es un periodo de tiempo especialmente rico en fósiles de
invertebrados marinos en Aragón. Hay yacimientos conocidos mundialmente, pero poco
espectaculares para el gran público. Los fósiles que se encuentran son de animales de
grupos fósiles como los trilobites o con representantes actuales como cefalópodos o los
corales, pero muy diferentes morfológicamente. En ese mundo vivió Carolowilhelmina.
(Heraldo de Aragón, 21/01/2014. José Ignacio Canudo, Museo de Ciencias Naturales de
UZ.
Un objeto-una historia
Arenysaurus: el primer dinosaurio del Pirineo aragonés
El descubrimiento de Arenysaurus la localidad oscense de Arén hace unos años fue una
de las novedades paleontológicas más importantes de Aragón de los últimos años.
Arén (Areny de la Noguera) es una bella localidad de la Ribagorza oscense
conocida, entre otros activos, por los descubrimientos de dinosaurios de la Universidad
de Zaragoza. En el Museo local hay una buen exposición para que cualquier visitante
pueda conocerlos. Incluso hay un dinosaurio llamado Arenysaurus dedicado a esta
localidad. Su descubrimiento, excavación y estudio formar parte de la historia de la
Paleontología aragonesa
Los huesos de Arenysaurus se encontraban conservados en una roca muy dura e
inaccesible. El segundo problema se soluciono con la construcción de un camino, sin
embargo el primero fue más complicado. Fueron necesarias cinco campañas de
excavación usando técnicas de
cantero para ir extrayendo
fragmentos del yacimiento que
en su interior conservaban los
huesos. Amoladoras, martillos
pilones y otro material pesado,
si el lector nos hubiera visto, la
imagen tiene poco que ver con
paleontólogo de las películas.
Es esfuerzo valió la pena. Los
huesos de Arenysaurus están
perfectamente conservados una
vez desprendidos de su matriz.
Su morfología nos permitió
clasificarlo
como
un
hadrosaurio (“dinosaurios pico
de pato”). Unos dinosaurios comedores de plantas que se caracterizan por tener cientos
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de dientes en su mandíbula. La sorpresa fue que no había ningún otro hadrosaurio igual
que el de Arén, por eso lo pusimos en nuevo nombre Arenysaurus ardevoli. Se trataba
del primer dinosaurio del Pirineo aragonés, pero no el único, pero eso será otra historia.
Los últimos dinosaurios europeos
Hace 65 millones de años se produjo la extinción de mayoría de los dinosaurios.
Esta extinción se ha relacionado con el impacto de un enorme meteorito en la
península de Yucatán (Méjico). Por esta razón se ha convertido en una de las catástrofes
más famosas en la historia. Uno de los pocos lugares del mundo donde se puede
investigar la conexión entre la extinción y la caída del meteorito son los Pirineos. Arén
es un lugar especialmente interesante al encontrarse gran cantidad de fósiles de
dinosaurios de hace 66 millones de años. Se tratan de los “últimos dinosaurios
europeos”
(Heraldo de Aragón, 04/03/2014. José Ignacio Canudo, Museo de Ciencias Naturales de
la UZ)
Los perros ayudaron a los primeros humanos modernos a cazar
mamuts
Nueva interpretación del papel de los cánidos en la historia más antigua de la
humanidad
Yacimientos arqueológicos europeos de hace miles y miles de años que
contienen gran cantidad de restos de mamuts han traído de cabeza a los paleontólogos,
pues las herramientas de los primeros humanos no permitían una caza tan abundante de
animales de ese tamaño. La científico Pat Shipman, de la Penn State Unniversity, lanza
ahora un nueva teoría explicativa al respecto: perros primitivos -ya domesticadoshabrían ayudado a los humanos a cazar. Por Yaiza Martínez.
Un nuevo análisis de yacimientos arqueológicos europeos que contienen un gran
número de restos de mamuts y viviendas construidas con los huesos de estos animales
ha llevado a Pat Shipman, una investigadora de la Penn State University de Estados
Unidos a formular una nueva interpretación del papel de los perros en la historia más
antigua de la humanidad.
Shipman sugiere que la repentina aparición de estos asentamientos podría tener su
origen en la cooperación entre los primeros humanos modernos y los primeros perros
domesticados.
Esa colaboración habría potenciado la caza de los mamuts, una especie ya
extinta lejanamente emparentada con los elefantes actuales. El análisis de Shipman
también proporciona una manera de probar las predicciones de su hipótesis. Sus
resultados han aparecido publicados en la revista Quaternary International.
Un poco de historia y un enigma
Los yacimientos arqueológicos con herramientas de piedra y un número
extraordinario de mamuts muertos -algunos de ellos también con restos de cientos de
personas- se hicieron comunes en el centro y el este de Eurasia (continente que
comprende Europa y Asia unidas) hace aproximadamente entre 45.000 y 15.000 años, a
pesar de que los mamuts habían sido cazados por los seres humanos y sus antepasados
durante al menos un millón de años.
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En algunos de estos misteriosos lugares, han aparecido incluso chozas
construidas con huesos de mamut y con complejos patrones (modelos geométricos), así
como pilas de huesos de mamuts descuartizados.
"Uno de los mayores enigmas de estos sitios es cómo los humanos de entonces
pudieron matar a un número tan grande de mamuts con las armas de las que disponían",
explica Shipman en un comunicado de la Penn State.
El enigma ha crecido a raíz de los resultados de estudios previos, que han
establecido similitudes entre los restos de mamuts presentes en estos yacimientos y los
restos de elefantes modernos muertos por la caza o por desastres naturales.
Un fragmento de hueso largo, probablemente de mamut, fue colocado en la boca de este perro
poco después de su muerte. El hallazgo sugiere que a este animal se le dio un trato mortuorio
especial, quizá reconociendo su papel en la caza del mamut. El fósil proviene del yacimiento de
Předmostí, y está datado en unos 27.000 años. Imagen: Museo Anthropos de la República
Checa/Mietje Germonpré. Fuente: Penn State University.
Según Shipman, "algunos de los patrones de mortalidad de estos mamut encajan
con los de las muertes naturales de elefantes actuales, por sequías o por armas modernas
capaces de acabar con familias enteras de elefantes de una sola vez".
Este hecho sugiere, por tanto, que, en aquel entonces, los humanos idearon una
novedosa y eficiente técnica de caza de animales tan grandes, cuyo uso se extendió.
Esto podría explicar la presencia masiva de huesos de mamuts en yacimientos de
Europa.
Cazando con perros primitivos
Según la hipótesis de Shipman, dicha técnica estaría basada en la cooperación,
para la caza, entre perros primitivos y humanos.
La clave de esta teoría se la dio a la investigadora un trabajo, también reciente,
realizado por un equipo del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales dirigido por la
paleontóloga Mietje Germonpréé. En él, se encontraron evidencias de que algunos de
los grandes carnívoros de estos lugares eran perros primitivos domesticados, y no lobos,
como se había asumido inicialmente.
Shipman ha hecho predicciones sobre cómo habría sido esa cooperación: "Los
perros ayudaban a los cazadores a encontrar presas más rápidamente y con mayor
frecuencia. Además, los perros también pudieron rodear a estos grandes animales y
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mantenerlos quietos, amenazándolo con gruñidos, hasta que los cazadores llegasen.
Ambas acciones habrían aumentado el éxito de la caza".
"Por otra parte, los perros grandes, como los identificados por Germonpré,
podrían haber ayudado a trasladar las presas hasta las poblaciones; y habrían protegido a
los cazadores de otros carnívoros, para que pudieran acampar sin riesgo en los sitios de
caza”.
Pruebas recopiladas y por recopilar
Una característica inusual de los grandes yacimientos llenos de restos de mamuts
encontrados en Europa, es la presencia en ellos de un número extraordinario de restos
de otros depredadores, en especial de lobos y de zorros.
"Tanto los perros como los lobos permanecen muy atentos a la presencia de
otros carnívoros cercanos -cánidos-, y defienden de ellos sus territorios y alimentos con
fiereza. Si los humanos cooperaban ya entonces con perros o lobos domesticados, es
lógico que haya tantos restos de lobos salvajes asesinados por ellos en dichos lugares”,
señala Shipman como prueba de su teoría.
Por otra parte, otros estudios han arrojado datos que apoyan su hipótesis de
Shipman. Hervé Bocherens y Dorothée Drucker, de la Universidad de Tubingen, en
Alemania, llevaron a cabo un análisis isotópico de los restos de lobos y supuestos perros
en un yacimiento específico, el yacimiento checo de Předmostí.
Descubrieron que los individuos de dicho lugar identificados como “perros”
tenían una dieta distinta a la de los identificados como “lobos”, lo que indicaría que los
primeros fueron alimentados por seres humanos.
Además, un análisis del ADN mitocondrial realizado por Olaf Thalmann, de la
Universidad de Turku, en Finlandia, demostró que los individuos identificados como
“perros” presentaban una firma genética distintiva, no vinculada a cualquier otro
cánido.
"Dado que el ADN mitocondrial es portado solo por las hembras, este hallazgo
podría indicar que estos cánidos no dieron lugar a los perros domésticos modernos.
Simplemente, constituyeron un grupo peculiar, extinto, de lobos", explica Shipman.
"También podría indicar que los primeros humanos domesticaron a los lobos como a
perros, pero cruzaron a los cánidos femeninos con machos de lobo salvaje, por lo que
ese linaje de ADN mitocondrial femenino distintivo se habría perdido".
A medida que se vaya recopilando más información sobre fósiles de cánidos de
hace entre 45.000 y 15.000 años, la hipótesis de los perros de caza de Shipman se verá
respaldada. “Si aparecen más de estos cánidos distintos, similares al perro, en grandes
yacimientos, acompañados por un número inusualmente alto de restos de mamuts y de
lobos; y si esos cánidos fueron grandes y fuertes, y mantuvieron dietas diferentes de las
de los lobos, podremos afirmar que los perros, realmente, son los mejores amigos del
hombre”.
¿Qué dicen los genes?
El perro, tal y como lo conocemos hoy, habría comenzado a existir en Europa
hace entre 19.000 y 32.000 años, según análisis genéticos realizados el año pasado por
un equipo internacional de científicos, entre los que se encontraba el investigador ya
mencionado Olaf Thalmann.
Este otro trabajo señaló que entonces fueron los cazadores recolectores los
responsables de amaestrar y domar a las especies de lobos salvajes, de las que
descienden los perros actuales.
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Para llegar a esta conclusión, se compararon secuencias genéticas de muchas
razas de cánidos contemporáneos con las extraídas de fósiles de Asia, Europa y otros
regiones del mundo.
Este adiestramiento fue un proceso largo y gradual en el que confluyeron varios
acontecimientos. “La protección de otros depredadores puede haber desempeñado un
papel importante en el inicio de la relación entre el perro y el hombre, aunque más tarde
se produjeron actividades como el pastoreo y la caza; y cambios morfológicos como el
color del pelaje y el tamaño de los animales”, explicó Thalmann.
(http://www.tendencias21.net, 30/05/2014)
Regreso a Atapuerca
Aventura en el yacimiento de fósiles humanos más rico en la Sima de los Huesos con
los paleoantropólogos que lo investigan
Esa planta que cuelga del techo de caliza al lado de un termómetro es el único
elemento decorativo de la oficina de trabajo más singular del mundo, a más de treinta
metros de profundidad. Aquí no hay sillas, sino tablones manchados por la arcilla
húmeda que inevitablemente se pega a la ropa tras recorrer más de setecientos metros
bajo tierra. La Sima de los Huesos tiene forma de calcetín, no apta para claustrofóbicos.
Los paleoantropólogos del equipo de Atapuerca trabajan aquí tumbados para no pisar
los sedimentos, en jornadas maratonianas. Estamos más o menos en medio de la planta
de ese pie, y Juan Luis Arsuaga señala una zona a poco más de un metro debajo de
nosotros. Hay una acumulación de huesos que sobresalen entre el barro, y la primera
impresión es que se trata de homínidos.
Arsuaga deshace esa impresión con cierta sonrisa cómplice. “Todo eso son
fósiles de osos. Están cubriendo los restos humanos que hay debajo”. Indica, en cambio,
un grupo de sedimentos arrimado a la pared. Entre la arcilla asoman manchas de color
marfil. Un turista que imaginara una cueva de tesoros paleontológicos se quedaría
decepcionado. ¿Dónde están los fósiles? Es el último día de la campaña de excavación
de 2014, y este paleoantropólogo, uno de los codirectores de Atapuerca, nos ha invitado
a bajar hasta aquí, al yacimiento de fósiles humanos más rico del mundo. Hoy se echará
la llave al enrejado que protege la entrada de la Cueva Mayor. Ya se ha excavado todo
lo que ha dado de sí la presente campaña. Así que la sima parece limpia. Pero es una
ilusión completamente falsa.
Esos sedimentos se han ido escurriendo desde la base de la sima, un profundo
socavón de catorce metros de profundidad. Hay que imaginarlos como un espeso puré
marrón de arcilla donde los restos humanos serían los picatostes. Esos restos fosilizaron
hace más de medio millón de años. Los científicos de Atapuerca se dedican a quitar
cada doce meses quizá solo veinte centímetros de barro de una superficie de puré de
menos de un metro cuadrado. Con mimo exquisito, retiran cada fragmento de hueso.
Los fósiles a veces “casi se deshacen con solo mirarlos”.
La receta de ese puré es única. Solo en 2014 el equipo ha retirado unos
doscientos fósiles de homínido pertenecientes a costillas, vértebras, partes del cráneo y
huesos de manos y pies, entre otros. Un número inconcebible para cualquier otra
excavación. “Los fósiles humanos son muy raros”, recalca Arsuaga. “Encontrar un solo
diente merece ya una fiesta”. ¿Son exageradas expresiones sobre este lugar tales como
la Capilla Sixtina de la evolución humana?
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Al final de nuestra permanencia de más de tres horas, Ignacio Martínez, otro de
los miembros veteranos del equipo, comparte un cigarrillo. Cae un sol de justicia fuera
de la residencia juvenil Gil de Siloé, en Burgos, donde el equipo tiene un laboratorio
para clasificar y limpiar los restos. “En la campaña de este año hemos doblado el
número de fósiles humanos con respecto a todos los que se han extraído en los demás
yacimientos de todo el mundo”, afirma. La estadística es tozuda: desde el pistoletazo
inicial de las excavaciones en 1978, más de la mitad de los fósiles del género Homo
extraídos en el mundo proceden de la sima.
La cueva del tesoro:
Para bajar a la Sima de los Huesos, Juan Luis Arsuaga, uno de los tres codirectores
del yacimiento de Atapuerca, desciende por una escala de 13 metros en vertical. Esta
sima actuó como una trampa natural para centenares de osos que entraban a
invernar en la cueva. David Trueba (Madrid Scientific Films)
La idea de que los fósiles simplemente se desentierran y se lustran es inexacta en
la mayoría de los casos. La campeona británica de puzles del año pasado, una profesora
de Gloucester llamada Emma Jenkinson, completó un complicadísimo reto de 1.000
piezas en apenas 171 minutos. Este verano, el equipo en pleno de Atapuerca (con los
otros codirectores, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell) ha presentado
en la revista Science la reconstrucción de 17 cráneos de homínidos a partir de pequeñas
piezas que se fueron encontrando desde 1992. El trabajo requiere de tanta paciencia que
rompería los nervios del campeón mundial de puzles.
Para empezar, la naturaleza no proporciona todas las piezas, solo las que quiere.
Y no lo hace de una vez, sino a lo largo del tiempo: como reconstruir 17 paisajes con un
número de piezas incompletas, dañadas en muchos casos, y mezcladas con fósiles de
osos de hace 430.000 años, la edad atribuida a esos homínidos. Después de ascender por
la escala y abandonar ese oprimente calcetín rico en puré de homínidos –aquí hay
menos concentración de oxígeno y cada esfuerzo cuesta un poco más de lo habitual–, la
enormidad de la Sala de los Cíclopes, cuyo techo está a más de veinte metros de
nuestras cabezas, proporciona un inconfesable alivio. Se agradece el espacio de este
silencio sepulcral (nunca mejor dicho, ya que posiblemente nos encontremos a las
puertas de un cementerio de lo más extraño). “Esos cráneos se han rehecho trozo a
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30
trozo, algunos de ellos recopilados durante más de veinte años”, dice Javier Trueba, el
integrante del equipo que se ha ocupado de documentar visualmente el proyecto desde
sus comienzos.
¿Quiénes eran? “Podríamos considerarlos los abuelos de los neandertales”,
concede Arsuaga. Encajarían con una especie africana bautizada como Homo
heidelbergensis. El estudio de los españoles en Science viene acompañado de un
comentario llamativo, Cómo construir un neandertal, por parte del especialista JeanJacques Hublin. Sabemos de la existencia de los europeos arcaicos al menos hace
850.000 años. Y, también, que una glaciación inundó Europa de un clima
extremadamente frío hace unos 650.000 años, que se extendería durante cien milenios
más. Fueron tiempos duros, menos recursos, alimentos y caza.
Los individuos de la sima vivieron en un periodo posterior más cálido, pero esas
circunstancias previas tan duras condicionaron su evolución. Se parecen a neandertales,
con dientes (sobre todo los frontales) y mandíbulas robustas, una nariz proyectada hacia
delante, el consabido anillo por encima de los ojos, la falta de mentón…, pero con
cerebros más pequeños (de media, unos 1.200 centímetros cúbicos de capacidad
craneana).
Así que, ¿cómo evolucionaron los neandertales hasta convertirse en lo que son,
homínidos robustos pero con cerebros excepcionalmente grandes? El equipo español
sugiere una evolución “en mosaico” en ritmos y tiempos distintos. En vez de cambios
graduales a la vez, a estos homínidos les resultaría muy ventajoso disponer primero de
mandíbulas y dentaduras poderosas para aprovechar cualquier comida (incluida la carne
humana, a juzgar por las marcas de dientes encontradas en fragmentos de los cráneos).
Luego, el uso de una tecnología más sofisticada y la complejidad de las relaciones
sociales correría pareja con un aumento de masa encefálica. Los neandertales
terminarían con un cerebro considerablemente más grande que el de sus abuelos de la
sima burgalesa (incluso más que el nuestro). Pero en esta apasionante discusión ha
surgido otro misterio, que toma cuerpo en la conversación en el corazón de la sima,
sobre los tablones.
A Arsuaga ya se le ha agotado la batería que alimenta la luz del casco. Un
conducto se abre en el techo a nuestras espaldas. Pide que ilumine el fondo. El haz
choca con unos bloques grises. “¿Ves esas rocas? En el caso de un temblor, podrían
desprenderse y aplastarnos mientras trabajamos”. No parece preocupado. No es ésta
región de seísmos. Pero hay otro terremoto científico que planea sobre los sedimentos
ricos en fósiles humanos a menos de dos metros de donde estamos. Empieza a hablar de
ADN y de rescates milagrosos. A principios de este año, su equipo firmó en la revista
Nature, en colaboración con el profesor Svante Pääbo, un estudio que dejó atónitos a los
expertos.
Pääbo es más que un genético molecular del Instituto Max Planck de
Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania): es un pionero. Ha roto los límites de lo
imposible. En 1984 fue el primero que aisló genes de una momia egipcia, y en 1997
asombró a todos al hacer lo propio con un fósil de Neandertal. En su laboratorio, este
genético trabajó con muestras de un fémur que el equipo de Atapuerca había extraído
con un nuevo método en aras de preservar su contenido genético. La temperatura de la
sima se mantiene en unos diez grados, con pocas variaciones. Flotaba una razonable
esperanza de lograr el rescate del ADN humano más antiguo, pero nadie imaginaba que
el sueño fuera posible.
Pääbo logró extraer pedazos de secuencias genéticas de ese fémur. En concreto,
del llamado “ADN mitocondrial de Eva”, que se hereda solo de la madre, y que se
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31
localiza dentro de las mitocondrias de las células, fuera del núcleo celular. Resultó que
los genes de los individuos de la sima estaban relacionados con un misterioso grupo de
homínidos que vivieron en una cueva de Siberia hace unos 50.000 años, los
denisovanos, de los que apenas se conocen un par de molares.
En 2008, Anatoly Derevianko, que dirigía la excavación en la cueva siberiana de
Altay, envío a Pääbo la mitad de un hueso de un dedo que un estudiante suyo le había
traído, sospechando que se trataba de un humano moderno, o quizá de un neandertal. El
análisis genético quemó ese hueso en 2009 y demostró que no era ni una cosa ni la otra,
¡sino un tipo distinto de ser humano! Los denisovanos (ni siquiera hay una especie
definida) causaron una conmoción general. Y, ahora, ¿cómo explicar su relación con
unos individuos mucho más antiguos, de más de 400.000 años, que vivieron a miles de
kilómetros de Siberia, en el corazón de la península Ibérica? Desempolvar viejos huesos
humanos puede acarrear mucho suspense.
Los expertos hacen sus cábalas. Un esquema dice que Homo heidelbergensis
(cuyo origen podría retraerse hasta 1,3 millones de años en África) sería la especie
troncal de la que procederían estos tres tipos humanos (neandertales, denisovanos y
nosotros). Los homínidos que emigraron a Europa hace medio millón de años
produjeron la línea neandertal y la denisovana en Eurasia. La rama africana, por su
parte, derivaría en el Homo sapiens moderno, que empezaría su migración al viejo
mundo hace unos 50.000 años, compitiendo con los neandertales y causando un poco
después y a la postre su extinción.
Arsuaga apostó hace no mucho que nosotros no teníamos genes de neandertales.
Pero la genética ha mostrado que los humanos modernos copularon ocasionalmente con
neandertales. Retenemos genes suyos, aunque en una proporción pequeña, de entre uno
y un cuatro por ciento. “El agua, aunque tenga un 2,5 por ciento de vinagre, sigue
siendo básicamente agua”, arguye. Y en los africanos, señala, “no hay rastro de genes
neandertales”.
Los expertos en neandertales João Zilhão y Erik Trinkaus piensan de forma muy
diferente. Mucho antes de la irrupción de la genética, mantenían que hubo cruzamientos
entre neandertales y humanos y que la frontera entre ambos podría ser más borrosa de lo
que se cree. A principios de este año, los científicos Benjamin Vernot y Joshua M.
Akey, de la Universidad de Washington en Seattle (Estados Unidos), mostraron en un
análisis genético hecho en 665 nativos de Europa y el este de Asia que retenían un 20%
de genoma neandertal (especialmente los genes involucrados en la queratina del pelo y
uñas y el color de la piel). Puntos de vista tan contrapuestos baten la salsa que convierte
a la paleoantropología en algo muy emocionante.
Los neandertales nos recuerdan que Atapuerca no es solo la Sima de los Huesos,
por muy cautivadora que nos parezca: allí están sus abuelos, pero ellos son los únicos
actores que no han aparecido en persona –sí sus herramientas– en el complejo de
yacimientos exteriores. A principios del siglo XX, las obras de una línea de ferrocarril
cortaron la sierra, dejando al descubierto un sistema de cuevas de caliza que se habían
colmado de sedimentos. Estas cuevas han funcionado como trampas, capturando en
cada caso un pedazo de tiempo. “La sima es la joya de la corona, pero no tendría tanta
relevancia sin el contexto aportado por los yacimientos exteriores”, recuerda el
paleoantropólogo Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que formó
parte del equipo de Atapuerca durante 23 años. La sierra con todos sus yacimientos
encierra un libro –que apenas estamos empezando a descifrar– que abarca la historia
humana desde hace escasos miles de años hasta más de un millón de años.
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Tras las rejas de la entrada a la sima nos topamos con el Portalón, a nuestra
derecha. Arsuaga nos cuenta que en los estratos más modernos se han encontrado un
dado romano y monedas del siglo IV después de Cristo; y en los más profundos, puntas
de flecha, botones, espátulas, trozos de cerámica ricamente decorados… por humanos
que habitaron el lugar desde hace al menos 5.000 años. En mayo los científicos
informaron del hallazgo de un esqueleto completo de un niño de unos ocho años que
murió por culpa del raquitismo.
Antes del descenso, Arsuaga señala una galería que conduce a otra cueva, la
Sima del Elefante, colmatada y abierta al exterior. Fue allí donde en 2007 el equipo
desenterró una mandíbula de un homínido que vivió aquí hace al menos 1,3 millones de
años –la evidencia más antigua de humanos hasta la fecha al menos en Europa
occidental (en Eurasia tal honor corresponde a los cráneos hallados en Dmanisi,
Georgia, en el Cáucaso, de hasta 1,8 millones de años). Nos disponemos a descender a
lo largo de un desnivel de unos 54 metros. Y no es un recorrido fácil. El firme de rocas
y barro empapado es muy resbaladizo, y quedan más de setecientos metros hasta la boca
de la sima. Además, el camino empieza a estrecharse, techo contra suelo.
Hace casi 25 años, el autor de este reportaje tuvo el privilegio de recorrerlo,
gracias al grupo espeleológico Edelweiss, solo que con una lámpara de carburo en el
casco. La falta de ventilación acelera el pulso al profundizar. Los jadeos aparecen en
medio de un silencio único. Salvo la luz eléctrica del casco, no ha cambiado nada.
“La sensación es increíble”, explica al otro lado del teléfono José María
Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca, cuando se le pregunta por ese silencio.
Este paleoantropólogo estaba en los yacimientos exteriores cuando descendimos. “Es
como si escapas del mundo real y te metieras en otro fascinante y extraño para el ser
humano”. Él estuvo bajando aquí durante años. Solía apagar la luz del carburo para
sentarse y escuchar. “La ausencia de ruido es abrumadora. Si cae una gota a lo lejos, la
oyes”. Al sumergirse en la oscuridad, se percibe una neblina que flota delante, reflejada
por la luz del casco. “Se debe a la alta humedad unida a la respiración de las personas en
un sitio tan pequeño y poco ventilado”, me explicaría días después Ana Isabel Ortega,
arqueóloga del grupo Edelweiss.
Hay un estrechamiento crítico en el que uno debe extender los brazos dejando
caer el cuerpo como si se deslizara por un tubo. Es apenas un instante. En la memoria
queda lo que contaron los compañeros de Edelweiss, que por allí se habían escurrido
hasta mujeres embarazadas. Pero esas estrecheces han producido en más de una ocasión
ataques de pánico. La sima prueba –y de qué manera– nuestros miedos. Pero las paredes
contienen firmas (Juan Albarella, 1891; Benito, 1884, etcétera, e incluso inscripciones
del siglo XVII), testimonios de visitantes de siglos atrás, en muchos casos buscadores
de huesos de oso. En la Galería de los Cíclopes hay una rampa ascendente que conduce
a la boca de la sima, Arsuaga señala un montón de sedimentos de cascotes blancuzcos a
la luz del casco, que dejaron allí tras sacarlos de la sima. Eran tiempos en los que los
investigadores tenían que deslizarse por estas estrecheces llevando a cuestas los
sedimentos cargados de huesos de osos, durante el camino de vuelta. Todo para acceder
con la máxima delicadeza a los restos humanos.
La impresión que deja esta cueva es la misma, no importa el cuándo. Es un
sistema extraordinariamente estable frente al cambiante mundo exterior. El tiempo se
detiene aquí. Pero más de un cuarto de siglo atrás ese mundo exterior ignoraba a
Atapuerca y a sus investigadores. “Lo que asustaba de verdad era llevar 25 kilos de
rocas a la espalda o pasar allí abajo diez horas trabajando”, cuenta Arsuaga…, “y los
referees” (termina la frase con ironía), en referencia a los consultores científicos de las
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grandes revistas que filtran, aceptan o rechazan los trabajos enviados. (En 1987, el
grupo Edelweiss llevó a cabo una perforación para abrir un agujero a través del techo de
la Galería de los Cíclopes, lo que permitió a los investigadores extraer los fósiles a su
través. Y en 1993, el hallazgo de tres cráneos, uno de ellos excepcionalmente
conservado, mereció la portada de la revista Nature, y el espaldarazo internacional a
todo el equipo).
Parece mentira que de esa escombrera sacada a hombros se rescataran de la sima
hasta los huesos más diminutos del esqueleto humano, los del oído interno. Cuando
salimos al exterior, Rolf Quam, un amable investigador norteamericano que aconsejaba
en todo momento dónde colocar los pies para evitar inoportunos resbalones, se puso al
volante de un Land Rover, abriéndose paso por un camino que cruza los cultivos de
trigo. Quam, junto con su colega español Ignacio Martínez, ha estudiado
minuciosamente el oído de al menos cinco individuos de la Sima de los Huesos. Han
comparado los huesecillos auditivos con los de 10 chimpancés y 10 personas. Si ahora
nos topásemos con esos homínidos, ¿escucharían nuestras palabras como nosotros?
La respuesta, dice Quam, parece ser afirmativa. “Los humanos, cuando
hablamos, escuchamos mejor en el rango de frecuencias que van desde uno a cuatro
kilohercios. Los chimpancés requieren de sonidos más fuertes, y, a larga distancia, sus
vocalizaciones son inferiores a los dos kilohercios”. Este parece ser el umbral para estos
monos. El chimpancé es el animal actual vivo más parecido a nosotros. Será una
impresión poco objetiva, pero cuando se contempla un fósil tan excepcional como el
cráneo 5 tras la vitrina del Museo de la Evolución Humana en Burgos –apodado
Miguelón en reconocimiento al ciclista Miguel Indurain–, uno imagina a una criatura
humana, armada con los mismos sentidos, quizá no tan distinta de nosotros, pese a la
mala imagen que el canibalismo tiene entre el público (un comportamiento
documentado en varias tribus).
Quizá por ello, en las postrimerías de la sima, surge la necesidad de una
explicación sobre esta descomunal acumulación de fósiles homínidos. ¿Por qué fueron a
parar aquí más de treinta individuos, a setecientos metros de la entrada actual de la
cueva, para caer al final de una garganta de catorce metros de profundidad? Es absurdo.
Los fósiles de homínidos nunca se encuentran tan adentro, sino como mucho a escasos
metros de la entrada. Un misterio que tiene atónitos a todos los expertos, y condiciona
seguramente las emociones que siguen persiguiendo a los miembros del equipo después
de más de treinta años deslizándose por esta gruta.
Para Ignacio Martínez, la sima es como “una habitación de un museo, como si
fuera mi casa”. La emoción que experimenta al encontrar un fósil, al comprobar la
anatomía de un cráneo que se extrae poco a poco, no admite comparación. La
imaginación de encontrarse en un lugar así se dispara cuando termina el trabajo y se sale
al exterior. “Acabas como si salieras del quirófano. Es la metáfora”.
Descendemos con chaleco y arnés uno a uno por la garganta, aferrándonos a la
escala de cable metálico. Cuelga libremente en el vacío y es tan estrecha que exige
práctica para acertar a colocar los pies en los escalones. La incógnita de esa
acumulación de restos que nos espera se intensifica. Pero antes de emprender el
descenso, Arsuaga señala un amontonamiento de rocas en una pared próxima. El grupo
va a intentar su datación en unos meses. “Si tuvieran menos de 400.000 años,
significaría que son posteriores a los homínidos, y que antes había allí una entrada. Si
son más antiguos, la cueva ya estaría cegada. Y si resultasen contemporáneos de los
homínidos…”. Prefiere no albergar ilusiones. Todavía tenemos que descender diez
metros por una rampa hasta desembocar en la sima misma, la Sala del Tesoro (un
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rectángulo de siete metros de largo y tres de anchura). Y aquí, Arsuaga muestra un túnel
abierto en la pared opuesta a donde están los fósiles. En esta campaña, han usado un
martillo neumático de fabricación alemana al que bautizaron como “Merkel” para
intentar descubrir una posible entrada natural por donde habrían accedido los
homínidos. Pero la máquina alemana se topó con una pared rocosa.
La abundancia de osos es un incordio para extraer fósiles, pero su explicación no
resulta tan problemática. Algunos de estos animales cuadrúpedos, a la hora de invernar,
podrían haber tropezado y caído por la gruta. Pero los seres humanos ¿fueron tan torpes
como para ir cayendo, aunque sea a lo largo de centenares de años? La impresión del
grupo investigador es que fueron arrojados por sus congéneres. Significa enterramiento.
No tan elaborado como el ritual de los cementerios, pero enterramiento al fin y al cabo.
De la sima se ha extraído una lasca de medio millón de años (bautizada como
“Excalibur”) y una pelvis completa, un caso “único en la historia de la paleontología
humana”, nos dice este experto. ¿Y el futuro? Arsuaga confía en excavar aún media
sima en lo que le queda de vida. Hay prudentes cálculos del equipo que sugieren que se
ha desenterrado tan solo una tercera parte de los restos humanos existentes. Pero los
otros yacimientos mantienen un suspense igual de emocionante. Los investigadores no
descartan encontrar restos de neandertales en los próximos años. Pero es más probable
que aparezcan más fósiles de la que quizá es la criatura más extraordinaria de
Atapuerca.
En 1997, el equipo de Eudald Carbonell desenterró parte de la cara y la
mandíbula de un niño de unos 14 años, restos de otro de 10, y 36 fragmentos
correspondientes a otros seis individuos, juntos con herramientas líticas, en el
yacimiento de Gran Dolina, una cueva colmatada de 18 metros de profundidad y abierta
al exterior. El estudio de los restos del chico, al que bautizaron como El niño de la Gran
Dolina, sugirió que había sido devorado por sus congéneres hace unos 780.000 años.
Pero lo que dejó un tanto perplejos a los investigadores fue su aspecto. “Da la impresión
de que son humanos. Su morfología facial, es decir, su cara, es muy similar a la
nuestra”, explica José María Bermúdez de Castro. Aunque estos homínidos comparten
rasgos más primitivos, como el anillo de hueso por encima de los ojos, o dientes
robustos, el aspecto de tres de las mandíbulas que ahora se conocen es tan grácil que
“uno pensaría que son femeninas”. Dada su antigüedad, “esperábamos que tuvieran una
cara como la del Homo erectus”, dice este experto. Pero no ha sido así.
El equipo de Atapuerca propuso entonces en Science el bautizo de una nueva
especie, Homo antecessor, y una hipótesis audaz: grupos de estos homínidos tan
antiguos podrían haber salido de África para colonizar el viejo mundo, y convertirse de
facto en los antecesores de los neandertales en Europa; y mientras, las poblaciones
africanas podrían haber evolucionado en épocas más posteriores hasta derivar en el
Homo sapiens moderno. La especie sería así el nexo que une neandertales y humanos,
aunque en distintas épocas y continentes.
Han transcurrido 17 años, y cabe preguntarse. ¿Qué ha ocurrido? El número de
fósiles ha ido creciendo –unos 160 hasta la fecha, indica Bermúdez de Castro, y Gran
Dolina tiene un potencial fosilífero muy prometedor–. Las dataciones más rigurosas han
retrocedido aún más en el tiempo su edad (entre hace 850.000 y 950.000 años). Ignacio
Martínez admite que sigue siendo una hipótesis valiente. Su máxima es que se avanza
gracias a las refutaciones de los valientes, no de los cobardes. “Ahora mismo, Homo
antecessor está en la nevera científica, porque es una especie muy arriesgada. Pero el
debate a su alrededor es muy serio”.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
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Christopher Stringer, del Museo Natural de Ciencias Naturales de Londres,
concede que en estos momentos es posible que Homo antecessor sea un ancestro de
humanos modernos y neandertales, pero “no el último”. Argumenta que los datos
genéticos sugieren que el antecesor común del que se separaron los neandertales y
humanos vivió hace unos 600.000 años, en una época posterior al homínido de Gran
Dolina. Y ese no podría ser otro que Homo heidelbergensis, que vivió por aquella
época, o bien otra especie, Homo rhodesiensis, conocida en África, Europa y Asia. “Sin
embargo, no sabemos cómo se originaron estas dos especies. Podrían haber derivado
de Homo antecessor, y si fuera así, tendríamos que incluirlo en nuestra genealogía, pero
necesitamos más información para aceptarlo o descartarlo”.
El paleontólogo español Emiliano Aguirre, considerado el padre de Atapuerca –
creó el proyecto de excavación en 1977 y estuvo al frente hasta 1990–, no estuvo de
acuerdo con el bautismo propuesto por sus discípulos. “Yo siempre he sido reacio a
admitir nuevas especies”, admite a El País Semanal al otro lado del teléfono de su
domicilio. Pero eso no desmerece el que estemos delante de una criatura extraordinaria.
“En este caso, los fósiles en Gran Dolina son tan abundantes y pertenecen a una
época en que se conocen muy pocos en el mundo que se pueden hacer proposiciones de
uso de nomenclatura”. Para este veterano paleontólogo, el asunto de si estamos o no
ante una nueva especie no es quizá tan importante en estos momentos y hay que
aparcarlo temporalmente. Estos homínidos son singulares, con esa mezcla de rasgos
primitivos y modernos, asegura. Y el yacimiento promete arrojar nuevos fósiles en los
próximos años. Quizá aclaren este misterio o surjan nuevas incógnitas. De esta pasta
está hecha esta ciencia.
(elpais.com, 21/08/2014)
Los diez dinosaurios más raros descubiertos en los últimos años
El «pollo infernal», el que tiene colmillos de vampiro, el «muslos de trueno» o el mayor
depredador de Europa... Un vistazo a los nuevos «monstruos» de la paleontología
1. El “pollo del infierno”
Sus descubridores lo bautizaron como «pollo del infierno» (Anzu wyliei) por su extraño
aspecto: Un cuerpo probablemente cubierto de plumas de tres metros de largo y metro y
medio de alto, pico sin dientes, patas de avestruz, enormes garras, una cola larga y
robusta y, coronando todo el conjunto, una
gran cresta redondeada. Este dinosaurio
habitó hace 66 millones de años
Norteamérica. Los paleontólogos del
Museo de Historia Natural Carnegie en
Pittsburgh (EE.UU.) que encontraron sus
fósiles creen que la especie era omnívora y
comía carne y vegetales. Ocupaba llanuras
de inundación y con seguridad llevó una
vida peligrosa, ya que le tocó compartir su
mundo con un fiero competidor, el
Tiranosaurio rex.
MARK KLINGLER, CARNEGIE MUSEUM OF NATURAL HISTORY
Recreación artística del Anzu wyliei, el «pollo del infierno»
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
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2. El mayor depredador de Europa
SERGEY
KRASOVSKIY
El Torvosaurus gurneyi
Hace 150 millones de años, el mayor depredador terrestre que jamás se haya conocido
en Europa paseaba su terrorífico aspecto por la Península ibérica. El Torvosaurus
gurneyi, descubierto en un yacimiento al norte de Lisboa, no tenía adversario que se le
pudiera comparar. Este «monstruo» del Jurásico medía diez metros de altura y pesaba
cinco toneladas. Tenía unos dientes en forma de cuchilla de diez cm de largo, capaces
de desgarrar cualquier presa, incluidos otros grandes dinosaurios.
3. El “rey sanguinario”
Pesaba 2,5 toneladas
y medía 8 metros de
longitud
Otro gigante con
muy malas pulgas.
Pariente del famoso
Tiranosaurio
rex,
esta bestia de dos
toneladas y media y
8 metros de longitud
habitó
hace
80
millones de años la costa pantanosa de Laramidia, en la actualidad el oeste de América
del Norte. Sus descubridores le llamaron Lythoronax Argeste, cuya primera palabra
significa «rey de la sangre» o «rey sanguinario». Solo hay que ver sus dientes para saber
que el nombre le viene como anillo al dedo. Era el carnívoro más grande de su
ecosistema.
4. Colomillos de vampiro y cara de loro
Este dinosaurio de pequeño tamaño (pesaba menos que un gato doméstico) y el cuerpo
cubierto de cerdas como un puerco espín, tenía una cara semejante a la de un loro y un
par de colmillos punzantes como los de un vampiro. El Pegomastax
africanus (mandíbula gruesa de África) era herbívoro y habitó la Tierra hace 200
millones de años, cuando el supercontinente Pangea comenzaba a dividirse en dos. Sus
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restos aparecieron originalmente
en los años 60 en Sudáfrica, pero
no fue hasta 2012 que se dio a
conocer como una especie
diferenciada.
T. MARSHALL
El Pegomastax africanus
5. El “muslos de trueno”
F. GASCO
El Brotomerus utilizaba sus
poderosas patas para
defenderse de los
depredadores
Este saurópodo de cuello
largo de 110 millones de
años
de
antigüedad
llamado Brontomerus
mcintoshi tenía unas patas
tan musculadas y poderosas que ha sido bautizado como «muslos de trueno» por los
paleontólogos. Utilizaba sus terribles patas como un arma para defenderse de los
depredadores que querían atacarlo y para desplazarse por terrenos accidentados. Los
fósiles de una hembra adulta y su cría han sido descubiertos en Utah (EE.UU.). La
madre llegó a pesar alrededor de 6 toneladas y medía 14 metros de longitud,
aproximadamente el tamaño de un elefante grande. El pequeño podía compararse con
un pony en sus dimensiones.
6. El dinosaurio corredor
El Eodromaeus, que significa
«el
corredor
de
la
madrugada», era todo un
velocista.
Hallado
en
Argentina, este depredador
vivió hace unos 320 millones
de años, en los albores de la
era de los dinosaurios. Poseía
un cuello estilizado y una cola
larguísima, medía casi dos
metros de largo y pesaba entre
4,5 y 7 kilos, poco más que
un perro pequeño. Los paleontólogos lo consideran el origen de una larga saga de
carnívoros que culminaría con la aparición del Tiranosaurio rex.
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7. El dinosaurio nadador
El Koreaceratops, descubierto
en Corea del Sur, llevaba una
vida semiacuática hace 103
millones de años. Era bípedo,
herbívoro y medía alrededor
de metro y medio de longitud.
Se ayudaba de una cola plana
para moverse en el agua.
MUSEO DE HISTORIA
NATURAL DE
CLEVELAND
El Koreaceratops
8. Del tamaño de un loro y con un dedo único
JULIUS T. CSOTONYI
El Linhenykus monodactylus
Menudo y ligero, del tamaño de
un loro grande, este dinosaurio
descubierto en la región de
Mongolia Interior (China) se
distingue por tener un único dedo,
una pinza que seguramente
utilizaba para excavar en los nidos
de insectos. Es el único dinosaurio de este tipo que se conoce, una rareza de hace unos
80 millones de años que puede ser fruto de la evolución natural. Se llama Linhenykus
monodactylus por la ciudad de Linhe, cercana al lugar donde sus restos fueron
encontrados.
9. El “pinocho rex”
Que a nadie engañe el mote
de «Pinocho rex», porque no tenía
nada
de
cándido.
Este
espectacular tiranosaurio narigudo,
«primo» del temible depredador con
el que comparte apellido, era un
carnívoro terrible que aterrorizó
Asia durante el Cretácico tardío,
hace más de 66 millones de años.
Tenía un cráneo alargado y dientes
estrechos y largos en comparación
con la mandíbula más profunda y los dientes gruesos de un T. rex convencional.
Además, poseía una hilera de cuernos en su nariz. «Podía parecer un poco cómico, pero
seguramente fue tan mortal como cualquier otro tiranosaurio y tal vez incluso un poco
más rápido y sigiloso», describe Steve Brusatte, de la Universidad de Edimburgo, uno
de sus descubridores.
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10. Pequeño y cabezón
JULIUS CSOTONYI
El dinosaurio parecía llevar
un casco sobre su cabeza
El ligero Acrotholus audeti de
Canadá (40 kilos y 1,80 metros
de longitud) lucía un cráneo
monumental, como si llevara
puesto un casco, compuesto por
un hueso sólido de más de 10 cm
de espesor. Grueso y abombado por encima de sus ojos, el cráneo servía para exhibirse
ante otros miembros de su especie, pero también pudo haber sido utilizado como una
potente arma para pelearse a cabezazos.
(ABC.es, Ciencia, 26/08/2014)
Una pieza-una historia
Dinos con placas
La vértebra de Dacentrurus
Un centro vertebral de un estegoraurio, esos dinosaurios con placas desde el
cuello al final de la cola, fue el primer fósil relevante hallado en Riodeva. Muchos otros
descubrimientos vendrían después, pero la emoción de dar von aquella vértebra de
Dacentrurus permanece viva en el recuerdo de quienes excavaban ese día de 2003 en el
barranco de El Romeral.
Entre areniscas y arcillas. Los primeros fósiles de dinosaurios relevantes que
hallamos en Riodeva fueron descubiertos en el año 2003. En aquella época cualquier
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hallazgosuponía una dosis de energía necesaria para un corto pero entusista equipo de
paleontólogos de la Fundación Dinópolis y sus más cercanos allegados. De varios
lustros atrás procedían los indicios de fósiles de saurópodos que nos llevaron a
considerar Riodeva como un área propicia para hallar dinosaurios. Sin embargo, solo
con indicios no se consiguen resultados y es necesario el empeño y la planificación
sistemática para conseguirlos.
La prospección se realizaba en los barrancos y, por fin, en uno de ellos,
denomibado El Romeral, tuvo lugar el ansiado acontecimiento. Entre las areniscas y
arcillas de la ladera destacaba un centro vertebral que hasta el mayor de los profanos
sabría diferenciar. Pronto supimos que perteneció a un dinosaurio cuadrúpedo, comedor
de plantas y que es popularmente conocido por presentar una serie de placas y/o espinas
que se extienden desde el cuello, al final de la cola: un estegosaurio llamado
Dacentrurus que pudo alcanzar los 10 m de longitud.
En Europa los restos fósiles de este grupo de dinosaurios son bastante
fragmentarios, aunque desde aquel descubrimiento, los otros cinco yacimientos de
estegosaurios excavados en Riodeva han servido para conocer más sobre la
clasificación, el comportamiento y los ambientes en los que vivieron estos dinos con
placas.
Con el paso de los años, extraordinarios descubrimientos paleontológicos
salpican la geografía turolense y aquellos primeros fósiles se han multiplicado por
miles, pero el hallazgo de aquella vértebra de Dacentrurus siempre permanecerá en el
recuerdo de nuestras experiencias más inolvidables.
El gran delta de Riodeva
Riodeva es conocido por el hallazgo de numerosos yacimientos de dinosaurios,
entre ellos el saurópodo gigante Turiasaurus riodevensis. Esos descubrimientos fueron
el germen inicial para que, en ese pequeño pueblo del sur de la provincia de Teruel, se
sitúe hoy en día una de las sedes de Dinópolis. Gran parte de los estratos rocosos que
afloran en Riodeva tiene sus orígenes en grandes ríos meandriformes y caudalosos que
desembocaban en un gran delta hace 145 millones de años. Este ecosistema conformaba
un lugar ideal para que los dinosaurios y otros vertebrados alcanzaran una gran
diversidad a finales del Jurásico.
(Heraldo de Aragón, diciembre 2014. Alberco Cobos (Fundación Conjunto
Paleontológico de Teruel, Dinópolis)
El tsunami de Miravete
La gran ola
Hace 128 millones de años el Maestrazgo turolense era una llanura costera cuyo
litoral sufrió un violento maremoto que fosilizó cientos de huellas de dinosaurio.
Había entonces un mar. Donde se extiende ahora la sierra del Maestrazgo
turolense, el paisaje era muy diferente hace 128 millones de años. Para empezar, las
placas tectónicas de la Tierra aún estaban relativamente unidas, “se estaba separando el
Atlántico Central y del Norte, y teníamos junto a la Península los que actualmente es
Terranova (Canada) y estábamos junto a Norteamérica.
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El agua entraba hasta lo que hoy en día es el sur de Teruel, en forma de lagunas
marítimas, y el paisaje era también muy diferente; por lo que hemos estudiado era
bastante desértico”, describe Carlos Liesa, profesor titular de Geodinámica Interna de la
Universidad de Zaragoza (UZ), coautor del artículo recién publicado en el prestigioso
Sedimentari Geology y que firman también Rocio Navarrete, investigadora del área de
Estratigrafía; Diego Castanera, investigador del área de Paloentología (los dos del
departamento de Ciencias de la Tierra de la UZ); así como Ana R. Soria (de
Estratigrafía), Juan P. Rodríguez-López (de Geológicas de la Complutense de Madrid) y
José Ignacio Canudo, del grupo Aragosaurus de la UZ. Un artículo en el que
demuestran por primera vez las consecuencias de un tsunami que tuvo lugar hace
millones y millones de años y que fosilizó cientos de huellas. “No es fácil decir algo por
primera vez –reconoce Rocio Navarrete-, pero es la única explicación. En realidad no
buscábamos huellas en esa zona, sino que queríamos estudiar los perfiles estratigráficos
para interpretar los sedimentos”. Pero dieron con huellas y al analizarlas comprobaron
que estaban rellenas de un material muy diferente: lo habitual es que sea arena fina y
materiales de roca, pero en las que jalonan la carretera junto a Miravete de la Sierra no
solo había un número enorme de huellas, sino que además el material había sido traido
de fuera y no coincidía con el de otros estratos del lugar. “Conforme fuimos trabajando
de norte a sur nos dimos cuenta de que ese perfil se extendía a lo largo de kilómetros, lo
que es muy estraño”, continúa Navarrete.
Congelado en el tiempo
¿Qué pudo haber sucedido para que a lo largo de hasta siete kilómetros los
estratos presenten esa circunstancia? Ahí fue cuando Carlos Liesa pensó por primera
vez en un tsunami. “Hace falta un proceso muy concreto para mover tanto material. Y
en una costa un proceso parecido sería un tsunami”. No es posible saber donde tuvo
lugar, pero si es evidente que hubo un gran terremoto en el mar que bañaba lo que ahora
son tierras turolenses, y que provocó un gran tsunami que engulló parte de la costa. “Por
las huellas sabemos que dejaron su pisada tres tipos distintos de dinosaurios:
suarópodos, ornitópodos y terópodos, estos últimos carnívoros. Lo apasionante de este
conjunto de huellas es que nos pueden explicar muchas cosas, abre la puerta a
investigaciones que duraran años”, avanza Diego Castanera. “Primero, resulta novedoso
encontrar en el mismo yacimiento e estos tres grupos. ¿Significa esto que convivían
juntos, lo que cambiaría muchas ideas?”. El pasiaje quedó tras la poderosa ola
congelado en el tiempo, y quedaron grabadas. Además de las pisadas, las estrías de la
piel de los grandes saurios. “Estudiando la orientación de las estrías y poniendo los
huesos podemos interpretar como andaban, por ejemplo, cómo movían los pies y los
brazos. Se trata de una investigación que comienza ahora pero llevara años”.
La paleontología es una ciencia repleta de puertas que dan lugar a nuevos
descubrimientos y un buen ejemplo son esas protuberancias que el equipo de la UZ
estudia en la zona de Aliaga y Miravete. Algunos se preguntan cómo puede estar una
huella en una pared vertical “y la respuesta está en que en su momento ese terreno era
plano, pero posteriormente se fueron plegando, conforme se movieron las placas y
chocaron entre si, elevándose entonces las montañas –destaca Carlos Liesa-. Hasta
finales de años noventa no se estudiaron esas protuberancias, se creía que eran “huellas
de caja”, simples marcas que deja la arcilla en la arenisca debido a su mayor densidad.
También se creía hasta hace 20 años que esta zona de Teruel era fluvial y no marítima;
ahora vemos que la laguna es costera y cada descubrimiento permite interpretar de
nuevo los hallazgos”.
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Resulta muy difícil determinar cómo fue el terremoto, dónde afectó y el alcance
total del tsunami posterior. Si se puede, sin embargo, comparar las características del
suelo de Miravete con otras zonas del Pacífico que han sido afectadas recientemente por
tsunamis; así, se han visto arrastres similares producidos por olas de entre 50 cm o un
metro de espesor. “Cuando se habla de tsunami se piensa en una ola gigantesca de
varios metros de altura, pero en el supuesto de Miravete no tiene por qué ser así –
sostiene Rocio Navarrete-. Creemos que en este caso la ola no sería excesivamente
grande, más biens e vio condicionada por la orografía del terreno”. Y Carlos Liesa
explica cómo tuvo lugar el arrastre de materiales: “La altura tuvo que ser lo suficiente
para saltar la barrera de arena, y el terreno era totalmente plano, por lo que el agua no
perdió velocidad. En la mayoría de los tsunamis los depósitos suelen ser como mucho
de un metro de altura, y aquí sond e tres metros. ¿Por qué se acumularon aquí tantos
depósitos? Porque la mayoría de costas suben, tienen pendiente, pero aquí la orografía
era diferente: tras la barrera de arena llegaba una zona deprimida y, seguidamente, otra
muy plana. En 2004, en el tsnami que afectó al Índico, se han visto depósitos muy
similares en Sumatra, cuando las olas arrastraron materiales en un lago”. Por otro lado
Navarrete ha detectado la escasa vegetación que había en la zona hace 1287 millones de
años, “y el agua encontró pocos obstáculos que le sirvieran de freno”.
(Heraldo de Aragón, 14/12/2014. David Navarro)
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Noticias Aragón
Fósiles que se escapan a simple vista: el estudio de pólenes y
esporas arroja luz sobre los paisajes del Cretácico en la provincia.
Son invisibles a simple vista pero cuando los paleontólogos los identifican a
través del microscopio se convierten en piezas importantísimas para reconstruir cómo
era la provincia de Teruel en la era de los dinosaurios.
Uxue Villanueva junto al
cráneo de dinosaurio Proa
valdearinnoensis
en
el
laboratorio de la Fundación
Dinópolis. Diario de Teruel
Son invisibles a simple vista pero cuando los paleontólogos los identifican a
través del microscopio se convierten en piezas importantísimas para reconstruir cómo
era la provincia de Teruel en la era de los dinosaurios. Las esporas y los granos de polen
también fosilizan y su estudio está ayudando a conocer cómo eran los paisajes donde
vivieron Proa valdearinnoensis y Europelta carbonensis, dos de los dinosaurios
descritos en el yacimiento de la mina Santa María de Ariño. Uxue Villanueva, una de
las pocas expertas internacionales que hay en este campo, asegura que los
descubrimientos que se están haciendo en la provincia son sorprendentes y van a arrojar
nuevos géneros y especies en los próximos años.
Pennipollis escuchensis es el nombre científico del polen de una planta que
existió hace unos 100 millones de años. Su tamaño es tan diminuto que solo fue
descubierto por Villanueva cuando estudiaba muestras de sedimentos con un
microscopio. Apareció en un yacimiento del puerto de San Just y su interés reside en
que se trata del polen de una angiosperma (planta con flores) del Albiense, periodo en el
que este tipo de organismos vivos se estaba diversificando.
El estudio de la microflora es una de las partes menos conocidas de la
paleontología, entre otras cosas porque hay muy pocos expertos. Villanueva, que
actualmente trabaja como docente en la Estación Regional del Noroeste de la UNAM en
Hermosillo (México), es la especialista que mejor conoce los pólenes y esporas
fosilizados del Albiense en la provincia de Teruel.
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Miembro del Grupo de Paleobotánica Ibérica, colabora con la Fundación
Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis para conocer mejor cómo era el paisaje en
el que vivieron los vertebrados fósiles que se están encontrando en el yacimiento de la
mina Santa María de Ariño, cuyo trabajo verá la luz próximamente.
Invisibles
"Los fósiles más llamativos sin lugar a dudas son los dinosaurios, sin embargo,
estaban rodeados de un entorno y de otros animales y plantas que dan mucha
información del medio ambiente donde habitaban", comenta Villanueva, quien explica
que estos fósiles "invisibles" al ojo humano si no es con la ayuda de un microscopio,
aparecen en los mismos niveles donde están los vertebrados y, aparte de informar sobre
el paisaje, también son unas cámaras del tiempo para conocer el clima que había.
Los pólenes del Cretácico con los que trabaja tienen entre 15 y 60 micras. "Una micra es
la milésima parte de un milímetro", recuerda la científica poniendo énfasis en su
diminuto tamaño.
Asegura que la provincia de Teruel es un "jardín botánico" del Cretácico Inferior
por la riqueza no solo de las plantas fósiles sino también de las esporas/pólenes "muy
bien conservados y con gran diversidad de formas" que se han encontrado. "A nivel
internacional son importantes de estudiar porque presentan mezclas de plantas tanto del
hemisferio sur como del norte", añade.
En concreto, precisa que Teruel es muy rica en especies del Albiense (de 112 a 99,6
millones de años atrás), de las que se han reportado hasta "325 formas diferentes y se
debe principalmente a la gran biodiversidad que existía en esta época y a su buena
conservación".
El género más característico por su abundancia en ese periodo es el de
Classopollis, unos granos de polen de plantas con flores que se dispersaban con el
viento. "Las especies más importantes son las de los granos de polen de angioespermas
primitivas o plantas con flor, sobre todo las estudiadas en San Just, que son muy buenas
indicadoras de edad y su importancia radica en que en esta época es cuando se
diversifican", explica la paleontóloga, cuyo doctorado lo hizo en la Universidad de
Zaragoza.
Confiesa que está encantada con la riqueza fosilífera de la provincia, y que a
pesar de trabajar ahora en México, su pertenencia al Grupo de Paleobotánica Ibérica le
permite seguir en contacto con Teruel para investigar su flora a través de los pólenes,
que son la parte reproductiva de las plantas.
"Los descubrimientos de Teruel no dejan de sorprendernos y no me extrañaría
que en los próximos años tuviéramos una decena de nuevas especies contando las
plantas y las esporas/pólenes fósiles", afirma.
A partir de las investigaciones que ha llevado a cabo con su equipo de
investigación, Villanueva asegura que durante el Cretácico Inferior había numerosos
paisajes en lo que hoy es la provincia de Teruel, que entonces era costa. "Deberíamos
pensar en un ambiente de delta con diferentes subambientes en el que tendríamos ríos
entrelazados con sus llanuras de inundación asociadas en las partes más elevadas con
una vegetación de gimnospermas (plantas sin flores) y con variedad de helechos",
comenta al hacer una fotografía del hogar de Proa y Europelta.
Lagos costeros
No faltarían los lagos costeros, añade, que se corresponderían con el paisaje de
Ariño, "y lagunas costeras con numerosos helechos y plantas acuáticas tipo ninfeales".
Habría también "medios marinos someros con quistes de dinoflagelados, que son
organismos unicelulares que forman parte del fitoplancton marino".
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El estudio paleobotánico de la mina Santa María de Ariño revela que los
dinosaurios allí aparecidos habitarían cerca de un lago de agua dulce con tortugas,
cocodrilos, peces, moluscos y ostrácodos "rodeados de una exuberante vegetación e
insectos asociados con una gran biodiversidad de plantas bajo un clima tropicalsubtropical".
El paisaje vegetal estaría formado sobre todo por plantas con flores de una
familia hoy extintas, araucarias y coníferas, así como helechos, mientras que las flores
primitivas embellecerían ese ecosistema.
"Otro dato importante es que se han observado restos de madera quemada al
igual que en otras localidades durante el Cretácico Inferior, por lo que debemos pensar
que los incendios eran muy comunes en esta época", concluye la paleontóloga.
(Diario de Teruel, 03/02/2014)
Los paleontólogos hallan restos de tres tipos de dinosaurios en
Berdejo
El 85% de los descubrimientos corresponden a ornitópodos, una especie
herbívora.
Los restos de dinosaurios más importantes hallados en la provincia de Zaragoza
se encuentran en el valle del Manubles, en el término municipal de Berdejo. Desde que
en 2009 se encontrara por simple casualidad lo que aparentemente era una llamativa
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piedra (que luego resultó ser la vértebra de un animal del Jurásico Superior), un equipo
de paleontólogos de la fundación Dinópolis ha hecho una excavación y varias
prospecciones, que han dado como resultado la constatación de que en esta zona
vivieron al menos tres tipos de dinosaurios distintos.
El próximo abril se presentarán nuevos datos sobre algunos de estos restos en un
congreso nacional, si bien los paleontólogos prosiguen con sus estudios e
investigaciones para aportar más detalles sobre la fauna que habitó en lo que fue el
ecosistema de un lago hace entre 140 y 150 millones de años.
De uno de estos dinosaurios, como explica Rafael Royo, paleontólogo del
equipo investigador, se cuenta con bastante información: “Tenemos huesos de cráneo,
del esqueleto, y patas de un dinosaurio tipo Iguanodón”, que es un ornitópodo, de pies
con tres dedos, y herbívoro. Pero, además, se han localizado dos huesos de un
saurópodo, que eran cuadrúpedos, de cuello y cola larga e igualmente de alimentación
vegetariana. “Aunque éstos suelen ser muy grandes, y tienen entre 25 y 30 metros, este
sería menor de unos 10 metros de longitud”, aclara Royo.
También se ha recuperado una sola vértebra de un posible dinosaurio carnívoro,
“que sería el depredador de los anteriores”. El 85% de todos los restos hallados por
ahora pertenecen a ornitópodos, dos de los huesos son de saurópodos, y por la única
vértebra encontrada del tercer dinosaurio, se cree que era menos abundante en ese
ecosistema pero se sabe que estaba.
Tres capas geológicas
Después de que en la primavera de 2009 a una vecina de Torrelapaja, Dolores
Rubio, en un paseo por el cerro Magdaleno, le llamase la atención la forma de una
piedra, se hizo la primera excavación. Al año siguiente se realizó trabajo de campo con
el fin de tener un estudio geológico de todo el entorno. En el término de Berdejo se han
distinguido tres capas geológicas: la llamada Bijuesca, y por encima de esta las de
Escucha, conformada por arcillas, y la de Ciria, donde se sitúan los hallazgos.
“Son capas que representan un periodo temporal con unas características
ambientales determinadas y en las que puede haber varias capas y podemos encontrar
varios yacimientos”, aclara Royo. Por ahora se han localizado cinco yacimientos con
restos de huesos y de dientes de dinosaurios. Solo en uno de ellos, en el BJ1, se ha
excavado sobre una superficie de unos 15 metros cuadrados. En el resto de los puntos, y
en una extensión mayor, se prospectó y se recogió el resto del material. “Aquí estaba
erosionado, rodado, porque se había transportado, está revuelto con el sedimento y
fracturado, por eso lo interesante es encontrar la capa donde salen los huesos para poder
excavar y extraerlos en mejores condiciones”, indica el paleontólogo.
La mayor parte de los restos encontrados se concentraban en una misma zona.
Los que se han conservado en mejor estado son parte de una tibia, vértebras cervicales y
del sacro, huesos del cuello, espalda y cola, “lo que está bien para tener una visión
general del esqueleto”, afirma Royo. La información que ofrece lo que se ha recogido y
se guarda, se compara con la fauna, también de costa, que vivió en lo que hoy es Villar
del Arzobispo, en Teruel, y la del valle del Manubles era de menor tamaño.
En 2012 estos restos se dieron a conocer a la comunidad científica en un
congreso europeo. El Berdejosaurio, como lo han apodado los vecinos de este pueblo de
70 vecinos, se fosilizó al quedar enterrado por las acumulaciones de tierra que el agua
del lago fue arrastrando.
Tosos y Villanueva de Huerva son otros municipios de la provincia donde se han
localizado huellas y algunos restos de dinosaurios, pero no tantos ni tan bien
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conservados. El alcalde de Berdejo, Fernando Escribano, se muestra dispuesto a
solicitar nuevas ayudas para que se siga excavando en esta zona con abundantes huesos.
Hasta el momento han sido unos 15.000 euros los destinados a estas labores y además
de en el campo, se ha hecho por divulgar entre la población local estos hallazgos.
(Heraldo de Aragón / Silvia Lacárcel, 09/02/2014)
Hallan nuevos fósiles de mega dinosaurios carnívoros en Teruel
Los paleontólogos han definido un nuevo tipo de huellas de dinosaurios
carnívoros, al que han denominado Iberosauripus grandis.
Paleontólogos de la Fundación Dinópolis de Teruel y de la Universidad de
Colorado Denver (EEUU) han identificado nuevos fósiles de mega dinosaurios
carnívoros. Se trata de un rastro con grandes huellas tridáctilas que casi alcanzan los 60
cm de longitud y de un gran diente, procedentes de los yacimientos turolenses de El
Castellar y de Formiche Alto respectivamente. Ambos hallazgos se enmarcan en
sedimentos de la Formación Villar del Arzobispo (Titoniense-Berriasiense, tránsito
Jurásico-Cretácico, con unos 145 millones de años de antigüedad).
Las huellas tridáctilas localizadas en el yacimiento El Castellar poseen
características únicas en comparación con otras huellas producidas por grandes
terópodos en cualquier parte del mundo. Por este motivo, en el estudio científico se
define un nuevo tipo de huellas: Iberosauripus grandis ("pie del lagarto ibérico
grande"). Además, los investigadores dividen las huellas de grandes terópodos del
Jurásico Superior de Europa, Norteamérica y Asia en dos grupos distintos, cuyos
productores fueron probablemente terópodos alosáuridos y megalosáuridos.
Por otro lado, el nuevo diente procedente de Formiche Alto se atribuye a un
dinosaurio terópodo megalosáurido, como otros tres grandes dientes de Riodeva y
Galve (Teruel) y de Alpuente (Valencia). Estos dinosaurios pudieron llegar a alcanzar
los 12 metros de longitud y poseían dientes de hasta 10 cm de corona.
Gracias al análisis de dichos rastros de icnitas y dientes, los investigadores han
concluido que las faunas de dinosaurios del tránsito Jurásico-Cretácico en esta parte de
España incluyen, al menos, dos tipos de dinosaurios mega-carnívoros de gran tamaño.
Además, la presión depredadora de estos terópodos pudo ser una de las causas decisivas
para estimular el crecimiento hasta tamaños gigantescos de algunos dinosaurios
comedores de plantas. Es el caso del saurópodo Turiasaurus Riodevensis (conocido
como 'El Gigante Europeo') que alcanzó 30 metros de longitud y que también fue
encontrado en la provincia de Teruel; concretamente en Riodeva.
El resultado de la investigación sobre estos fósiles se ha publicado en la
prestigiosa revista científica Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology y
responde al trabajo realizado por un equipo de paleontólogos de la Fundación Conjunto
Paleontológico de Teruel-Dinópolis (Museo Aragonés de Paleontología) y de la
Universidad de Colorado Denver: Alberto Cobos, Martin G. Lockley, Francisco Gascó,
Rafael Royo-Torres y Luis Alcalá.
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Yacimiento El Castellar
Este yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural (Conjunto de Interés
Cultural-Zona Paleontológica) por el Gobierno de Aragón en el año 2004, promoviendo
su investigación y conservación.
Con la definición del Iberosauripus grandis ("pie del lagarto ibérico grande") el
yacimiento El Castellar se convierte en un referente de la icnología europea, ya que en
él se han definido hasta el momento dos nuevos tipos de huellas de dinosaurios.
A las mencionadas huellas de carnívoros se suman las de Deltapodus ibericus ("pie
triangular de Iberia"). Estas pisadas fueron producidas por estegosaurios; dinosaurios
cuadrúpedos y comedores de plantas que estaban caracterizados por poseer dos filas de
placas y/o espinas desde el cuello hasta el final de la cola. Estas huellas también fueron
definidas por científicos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis
en esta misma revista científica (en el año 2010), convirtiendo a El Castellar en uno de
los escasos yacimientos del mundo en el que se han identificado huellas de
estegosaurios.
(Heraldo de Aragón, 27/02/2014)
Identifican la primera lesión ósea de un félido en un resto fósil
Paleontólogos de Dinópolis y del Museo Nacional de Ciencias Naturales han
descrito la primera evidencia de una patología ósea en la extremidad anterior de un
“diente de sable”, un animal del tamaño de un leopardo cuyos restos fósiles se
encontraron en el yacimiento de La Roma 2 de Alfambra. La lesión se ha identificado
en un radio derecho, el único fósil de este animal hallado en la Cuenca de Teruel. El
trabajo ha sido publicado en la revista americana The Anatomical Record.
(Heraldo de Aragón, 06/03/2014)
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La fundación Dinópolis busca nuevos yacimientos de fósiles en
Riodeva y Galve
La Fundación Dinópolis, la sección científica del complejo paleontológico
turolense, intensificará las campañas de sondeos de nuevos yacimientos en las
localidades de Galve y Riodeva durante la próxima temporada estival. Mediante
diferentes prospecciones, los paleontólogos esperan abrir nuevas líneas de investigación
a partir de estos enclaves que ya han proporcionado una abundante e inédita
información.
En Riodeva se descubrieron, entre otros, los restos de Turiasaurus, el dinosaurio
de mayores proporciones de Europa; y Galve es un municipio de referencia en España
en el estudio de estos animales prehistóricos. Sus hallazgos han permitido describir
hasta cuatro especies distintas, de las cuales las más conocidas son el Aragosaurus y el
Galvesaurus.
El gerente de la fundación Luis Alcalá, señaló que este verano se realizarán
exploraciones en lugares de Riodeva y Galve donde se sospecha, por estudios
anteriores, que pueden existir fósiles de interés. Y agregó que estos territorios son
excepcionales tanto en las aportaciones de huesos petrificados, como en huellas de
dinosaurios o icnitas, sobre todo en la última localidad. Allí se localiza el yacimiento de
Las Cerradicas, actualmente visitable y en el que se conservan vestigios de gigantescos
animales grabados en la roca desde hace 145 millones de años.
En estas dos zonas, así como en Ariño, lugar que se ha revelado en los últimos
años como un auténtico filón para las excavaciones paleontológicas, trabajarán por
turnos los seis especialistas que integran el equipo de la Fundación. Alcalá manifestó
que la reducción de las ayudas ha impedido contratar a más profesionales, si bien añadió
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que se contará con la colaboración de dos alumnos en prácticas de Biología y
Restauración de las universidades de Valencia y Vigo, que permitirán reforzar la
plantilla. Pese a ello, explicó que las excavaciones no representan el apartado más
costoso de la Fundación, por ubicarse los yacimientos cerca de la sede central, lo que
evita un sobrecoste en desplazamientos. “Es más cara la labor de restauración, porque
tenemos miles de fósiles pendientes en el taller”, aclaró Alcalá.
Los trabajos en el yacimiento de la mina de Samca se centrarán en completar los
estudios del Europelta, el último espécimen encontrado. La localización de numerosos
huesos fósiles de diferentes ejemplares de una misma especie favorece notablemente su
investigación, ya que posibilita la profundización en aspectos tales como su morfología
o en su tipología en función del género. Dada la riqueza de este asentamiento, no se
descarta, sin embargo nuevos hallazgos.
El Castellar
Una de las novedades de la próxima temporada consistirá en el curso que la
Institución Cultural dirigirá en el marco de la Universidad de verano de Teruel durante
la penúltima semana del mes de julio y que permitirá a los participantes excavar en el
yacimiento de El Castellar, un enclave único, sobre todo, por la presencia de icnitas. El
yacimiento, catalogado BIC por el Gobierno de Aragón en 2004, ha proporcionado un
sinnúmero de interesantes hallazgos, el último de los cuales, descrito el año pasado,
reveló la presencia de una huella de un mega-dinosaurio carnívoro, de 60 cm de
longitud, única en el mundo.
Luis Alcalá señaló que los alumnos del curso de la Universidad de verano van a
tener “la oportunidad única de excavar con los paleontólogos de la Fundación en un
yacimiento muy importante, en este caso de restos fósiles”. Solo podrán optar a esta
actividad 20 alumnos, desde profesionales a aficionados al mundo de los dinosaurios.
La Fundación ha querido limitar las plazas del curso con objeto de llevar acabo una
formación más personalizada.
Turismo a través de los dinosaurios
Los espectaculares hallazgos de la Fundación Dinópolis han contribuido
decisivamente a promocionar el parque paleontológico de la capital, con la presencia de
turistas, cuyo porcentaje en la temporada del año pasado se incrementó en un 17,5% con
respecto a 2013.
El consejero de Industria, Arturo Aliaga, que preside, además el Consejo de
Administración del complejo, calificó los datos del año pasado como los mejores
registrados en los últimos 9 años, con flujos equiparables a los de 2004. Los
descubrimientos científicos de la Fundación, que aporta cada año novedades, han sido
fundamentales a la hora de difundir el complejo cultural y de ocio turolense. La última
de las aportaciones muy visitadas fue el cráneo del Europelta carbonensis, un
dinosaurio acorazado en Ariño. El fósil fue un importante reclamo turístico hasta final
de temporada. Además de tratarse de una especie desconocida hasta entonces y de las
que se rescataron numerosos esqueletos de diferentes ejemplares, fue posible localizar
su cráneo, un hueso de gran rareza.
(Heraldo de Aragón, 20/04/2014)
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Los dinosaurios de Ariño vivieron en un clima subtropicaltropical en una ciénaga de agua dulce
Hasta el momento se han registrado unas 24 especies de esporas y 24 especies de
granos de polen muy bien conservados. Gracias a esta información se puede determinar
que este yacimiento se formó en un lago de agua dulce con influencia marina, es decir
próximo a la costa.
El trabajo sobre dicha investigación, se ha publicado en la prestigiosa revista
Historical Biology y ha sido llevado a cabo por un equipo internacional formado por
diferentes instituciones, y liderado por los paleontólogos de la Fundación Dinópolis.
Los estudios paleontológicos del yacimiento de la mina de lignito de Santa
María de Ariño del Grupo SAMCA de Ariño y liderado por la Fundación Dinópolis, se
han centrado en los restos de flora fósil de este yacimiento que han aparecido hasta el
momento como son, los fragmentos de troncos y hojas, ámbar, esporas y granos de
polen.
Gracias a dichos restos fósiles hallados en este relevante afloramiento turolense,
los científicos han llegado a la conclusión de que los dinosaurios y vertebrados de dicha
zona, vivieron en un clima subtropical a tropical en una ciénaga de agua dulce muy
próxima al mar de entre 110-113 millones de años de antigüedad.
El trabajo sobre dicha investigación paleontológica, se ha publicado en la
prestigiosa revista ‘Historical Biology’ y ha sido llevado a cabo por un equipo
internacional
formado
por
diferentes
instituciones:
el
Instituto de Geología de la
Universidad Nacional Autónoma
de México, el Departamento de
Ciencias de la Tierra de la
Universidad de Zaragoza, el
Museo de Historia Natural de
Paris, la Facultad de Ciencias del
Mar de la Universidad de Vigo, y
por la Fundación Conjunto
Paleontológico
de
TeruelDinópolis (FCPTD).
Excavación en el yacimiento de lignitos de Santa María
de Ariño del Grupo SAMCA liderado por la Fundación
Dinópolis
Un yacimiento excepcional.
Cabe destacar, que la capa de Ariño es un yacimiento excepcional que contiene
gran cantidad de restos articulados de vertebrados, representando un ecosistema de hace
110-113 millones de años. En este yacimiento hasta la fecha ya se han definido varias
especies nuevas, como son dos dinosaurios: Proa valdearinnoensis y Europelta
carbonensis; dos cocodrilos Hulkepholis plotos y Anteophthalmosuchus escuchae y tres
nuevas especies de ostrácodos (organismos invertebrados de dimensiones milimétricas o
menores) como son Rosacythere denticulata, Theriosynoecum escuchaensis y
Theriosynoecumarinnoensis. Además, se están estudiando numerosos restos de tortugas,
peces y bivalvos.
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Las plantas y el ambiente.
Hasta el momento, cabe resaltar que se han registrado unas 24 especies de
esporas y 24 especies de granos de polen que se encuentran muy bien conservados. De
hecho, gracias a la información que se ha podido obtener tras el estudio de dichos restos
fósiles, se ha podido determinar que este yacimiento se formó en un lago de agua dulce
con influencia marina, es decir próximo a la costa.
En los alrededores de este lago proliferaban las algas y helechos, que son plantas
productoras de esporas, que pertenecerían a la familia Schizaeaceae y que son
indicadoras de clima tropical o subtropical, así como gran variedad de gimnospermas
(plantas sin flor con semillas descubiertas, p.ej. pino actual) y angiospermas (plantas
con flor con semillas cubiertas). Un dato interesante es que la presencia de troncos de
madera quemados indica que había incendios a nivel regional, y que probablemente,
como sucede hoy en día en Australia, existían plantas que necesitaban quemarse al
menos parcialmente para después poder reproducirse.
(Dinópolis, 06/05/2014)
Dinópolis expondrá una cabeza de perezoso gigante
El Día Internacional de los Museos hace posible
que se vea una pieza llegada desde Valencia.
Dinópolis expondrá a partir del 15 de mayo un
cráneo de perezoso gigante sudamericano con motivo del
Día Internacional de los Museos. El fósil forma parte de
la Colección Rodrigo Botet del Museo de Ciencias
Naturales de Valencia en un intercambio de
colaboración que han firmado con el Museo Aragonés de
Paleontología. Por su parte, en Valencia se
expondrán los fósiles de un pie izquierdo de Turiasaurus
riodevensis del yacimiento de Barrihonda
Más allá del propio valor paleontológico, el fósil
de Scelidotherium, o cabeza de perezoso gigante, tiene
un gran valor histórico al pertenecer a la que se
considera la mejor colección de fósiles del Pleistoceno
suramericano. Los perezosos gigantes se originaron en
América del Sur y colonizaron todo el continente
americano durante el Pleistoceno, desapareciendo en la
última glaciación. Podía alcanzar los 3,5 metros de
longitud y una tonelada de peso, además contaba con
enormes garras.
(Heraldo.es, 15/05/2014)
Una nueva especie de tortuga a la sombra del gigante europeo de
Riodeva
Paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y
de la Universidad Complutense de Madrid describen, en el Journal of Systematic
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Palaeontology, fósiles de una nueva especie de tortuga de agua dulce. Los restos
proceden del yacimiento Barrihonda-El Humero de Riodeva (Teruel, España), donde
también fue descubierto el dinosaurio Turiasaurus riodevensis, conocido como el
gigante europeo. Por este motivo, al quelonio se le ha denominado Riodevemys
inumbragigas: “tortuga de Riodeva a la sombra del gigante”.
La revista Journal of Systematic Palaeontology publica en su última edición la
descripción de una nueva especie tortuga a partir de los fósiles encontrados en Riodeva
(Teruel) por un equipo de paleontólogos de la Fundación Dinópolis. Se trata de los
restos parciales de un esqueleto, que incluye el caparazón desarticulado, el plastrón
articulado y diferentes huesos de las cintura pélvica y escapular, y que han servido para
definir un nuevo taxón denominado: Riodevemys inumbragigas (“la tortuga de Riodeva
a la sombra del gigante”).
Hallaron los restos parciales de un esqueleto de una nueva especie de
tortuga, que incluye el caparazón desarticulado, el plastrón articulado y diferentes
huesos de las cintura pélvica y escapular. / Fundación Dinópolis.
Los fósiles de Riodevemys proceden del mismo yacimiento, Barrihonda-El
Humero, en el que fueron descubiertos dinosaurios de especial relevancia,
como Turiasaurus o Dacentrurus.
El hallazgo de esta nueva tortuga de agua dulce y de unos 35 cm de longitud
permite completar el paisaje ecológico de esta parte de la península ibérica durante el
Jurásico Superior –hace unos 145 millones de años–.
Riodevemys forma parte de un grupo de tortugas extintas (Pleurosternidae)
conocidas entre hace unos 155 y 140 millones de años. La nueva tortuga corresponde al
primer pleurostérnido identificado en el registro español.
Su estudio, y el análisis detallado de todas las tortugas pertenecientes a este
grupo hasta ahora conocidas, ha permitido reconocer la presencia de un linaje europeo
que evolucionó de manera diferente a los representantes norteamericanos tras la
separación de ambos continentes.
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55
Este yacimiento fue descubierto en el año 2003 por paleontólogos de la
Fundación Dinópolis. Los fósiles extraídos en él, tras excavaciones y preparaciones en
el laboratorio continuas y sistemáticas, han dado lugar a hallazgos muy relevantes.
En el año 2006 se definió en la revista Science el dinosaurio giganteTuriasaurus
riodevensis y el nuevo clado de saurópodos Turiasauria. Más tarde se describieron
abundantes fósiles de, al menos, dos ejemplares del estegosaurio Dacentrurus.
Asimismo se han dado a conocer fósiles de otros dinosaurios, como dientes de diversos
terópodos (dinosaurios carnívoros) y de la osamenta de ornitópodos (comedores de
plantas), así como de cocodrilos, peces e invertebrados de agua dulce. A todos ellos se
suma ahora el descubrimiento de la tortuga Riodevemys inumbragigas.
Exposición en Dinópolis a partir del 5 de junio
La repercusión y relevancia internacional de estos hallazgos paleontológicos fue
el germen inicial para que se promoviera en Riodeva la instalación de una de las sedes
de Dinópolis, denominada 'Titania' y dedicada al gigantismo, que fue inaugurada el año
2012.
Los restos fósiles de Riodevemys inumbragigas se podrán ver en la vitrina de
novedades “Museo Aragonés de Paleontología” ubicada en la Sala de Mamíferos de
Dinópolis (Teruel) a partir del 5 de junio.
(http://www.agenciasinc.es, 03/06/2014)
Hallan en Utrillas dos escarabajos del Cretácico
Investigadores catalanes y estadounidenses han realizado su descripción.
Dos nuevos escarabajos hallados en el yacimiento de 'San Just' en la localidad
turolense de Utrillas, han sido descritos en dos prestigiosas revistas científicas por
David Peris y Xavier Delclòs, de la Universidad de Barcelona, en colaboración con
diversos investigadores estadounidenses.
Concretamente, los escarabajos recientemente estudiados pertenecen a los
curculiónidos, conocidos como gorgojos, y a los ptínidos, unos escarabajos
barrenadores de la madera de las especies Arra legalovi y Actenobius magneoculus,
según informa en una nota de prensa la Fundación Dinópolis.
Estas especies, halladas en el yacimiento de ámbar de San Just en Utrillas y
pertenecientes a las colecciones del Museo Aragonés de Paleontología-FCPTD ubicado
en Dinópolis, han sido descritas gracias al estudio realizado por investigadores de la
Universidad de Barcelona en colaboración con científicos de Kansas y Kentucky
(Estados Unidos).
Este nuevo género y especie, que se han podido describir gracias a la
microtomografía utilizando luz Sincrotrón y obteniendo imágenes virtuales 3D del fósil,
tiene la denominación Arra legalovi, perteneciente a la familia Nemonychidae y descrito
recientemente en la revista Zoological Journal of the Linnean Society con la
colaboración de los investigadores Steven Davis y Michael Engel (Kansas University,
EEUU).
El fósil de San Just es muy similar a otro ejemplar de la misma especie que ha sido
descrito también en el yacimiento de ámbar de El Soplao (Cantabria), según informa la
misma nota de prensa.
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Esta familia es la más antigua descrita dentro del grupo de los gorgojos,
conocida desde el Jurásico, y exhibe numerosas características ancestrales tanto en su
morfología como en su biología (según los datos conocidos de especies actuales).
El otro escarabajo barrenador encontrado en el yacimiento turolense pertenece a
la familia Ptinidae, y será publicado en breve en la revista Cretaceous Research y su
nombre es Actenobius magneoculus (que en latín significa 'Actenobius de ojos
grandes'), y es el representante más antiguo catalogado de esta familia.
En la descripción de esta nueva especie también han participado David Peris y Xavier
Delclòs pero esta vez en colaboración con Keith Philips (Western Kentucky University,
EE.UU.).
Fotografías de los escarabajos facilitadas por los paleontólogos
El género Actenobius es conocido actualmente, y no es el primer caso en el que
fauna fósil del Cretácico se clasifica dentro de géneros actuales; el pequeño tamaño y un
hábitat oculto parecen ser características que favorecen una ralentización evolutiva en la
escala geológica, mientras que la familia Ptinidae es conocida principalmente porque
sus miembros son taladradores de madera.
Por su abundancia en algunos yacimientos de ámbar más modernos (como el de
New Jersey, EE.UU.), se cree que pueda estar relacionada con la formación de la resina
en los grandes bosques de coníferas que poblaban la superficie de la Tierra en el
Cretácico.
Sin embargo, en el ámbar de España no se han encontrado más que dos
ejemplares de dicha familia, uno en el yacimiento de San Just y otro en el de
Peñacerrada I (Moraza, Burgos), y sólo en el primer caso ha sido posible describirlo.
Este artículo de investigación vuelve a demostrar la gran importancia científica a
nivel mundial del ámbar de San Just que, a través de los fósiles hallados en él, permite
descubrir cómo eran los ecosistemas de hace 110 millones de años y conocer cómo eran
estos insectos pequeños que vivían y volaban alrededor de los dinosaurios.
Los ejemplares tipo (holotipos) de estas dos nuevas especies de coleópteros pertenecen
a las colecciones del Museo Aragonés de Paleontología de la Fundación Conjunto
Paleontológico de Teruel-Dinópolis (FCPTD) y los estudios que han permitido su
descripción se enmarcan dentro del proyecto Ambares, dirigido desde la Universidad de
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Barcelona y financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Las excavaciones en San Just han sido financiadas gracias al apoyo de Caja Rural de
Teruel y de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis.
(Heraldo.es, 07/07/2014)
Un estudio varía la edad y la clasificación que hasta ahora se
achacaba al Aragosaurus
Un nuevo fósil de tibia de este dinosaurio se presentará próximamente en un congreso
en Berlín.
Con motivo de los 30 años de la última excavación en el yacimiento Las
Zabacheras de Galve, realizada en 1983, y también para estudiar los fósiles del
esqueleto de Aragosaurus ischiaticus (primer dinosaurio definido en España) que aún
permanecían inéditos, se ha llevado a cabo un nuevo trabajo científico que acaba de
publicar la revista británica Zoological Journal of the Linnean Society.
Faltaba un análisis detallado acerca de este emblemático dinosaurio que
incluyera la descripción de todos los huesos conocidos y completara aspectos científicos
sobre su anatomía, clasificación y la edad en la que vivió, objeto de debates científicos.
Aragosaurus fue un dinosaurio saurópodo (herbívoro de hábitos cuadrúpedos,
con cuello y cola muy alargados y con una cabeza pequeña). Los huesos estudiados en
el nuevo trabajo son una extremidad delantera, un fémur, una falange ungueal (uña),
huesos de la cintura escapular y pélvica, 14 vértebras de la cola, chevrones y costillas.
Por otra parte, el único diente asignado previamente a esta especie ha sido descartado
como perteneciente a ella. Los huesos hallados permiten estimar unas dimensiones
de 17 metros de longitud y 20 toneladas de peso y situarlo como un macronario basal, es
decir, emparentado con los camarasáuridos de Norteamérica y con los braquiosáuridos
de Norteamérica y África.
Aragosaurus vivió en un antiguo delta (una zona húmeda con abundante
vegetación) surcado por canales meandriformes que desembocaban en el Mar de Tethys
(ancestro del actual Mediterráneo). Aragosaurus compartiría hábitat, hace unos 145
millones de años con dinosaurios típicos del final del Jurásico de la Península Ibérica:
otros saurópodos gigantes, estegosaurios y diversos carnívoros.
En el estudio, liderado por la Fundación Conjunto Paleontológico de TeruelDinópolis, colabora José Luis Sanz (Universidad Autónoma de Madrid), autor principal
de la nueva especie –que se publicó en 1987- así como científicos del University
College de Londres, del Imperial College de Londres y de la Universidad Complutense
de Madrid.
Nuevos descubrimientos en el año 2004
El yacimiento Las Zabacheras fue excavado en varias ocasiones. La primera, a
finales de los años 50, cuando José María Herrero y Dimas Fernández Galiano
recuperaron varios huesos que se depositaron en el Museo Provincial de Teruel.
Posteriormente, entre 1982 y 1983, un equipo de paleontólogos de la Universidad
Autónoma de Madrid y del Instituto de Paleontología de Sabadell (hoy Instituto Catalán
de Paleontología) estudió el yacimiento y sus fósiles. Como resultado de sus
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actuaciones, Aragosaurus ischiaticus se definió en el año 1987, en la revista Estudios
Geológicos (CSIC).
Este mismo año 2014 se ha vuelto a excavar este yacimiento histórico que estaba
literalmente cubierto por más de 4 metros de escombros. La actuación ha permitido
alcanzar los niveles fosilíferos originales y recuperar huesos inéditos de Aragosaurus
ischiaticus: varios chevrones, un esternal y una tibia. Además, los restos vegetales y el
polen que se han hallado en Las Zabacheras permitirán conocer todavía más
información acerca del ecosistema en el que vivió el “lagarto de Aragón”. Estas
investigaciones se realizan en el marco de un proyecto paleobotánico con especialistas
de la Universidad de Vigo y de la Universidad Nacional Autónoma de México,
programado para conocer la flora de los humedales del final del Jurásico y del Cretácico
temprano de Galve. Algunos resultados obtenidos en otros dos yacimientos con
dinosaurios de Galve se acaban de publicar en la revista Historical Biology.
Los fósiles de Aragosaurus se exponen en la sede de Dinópolis en Galve, ‘Legendark’,
y en la colección paleontológica del Ayuntamiento de Galve.
La tibia, uno de los nuevos fósiles hallados en 2014 se presentará en el 74º
congreso internacional de la Society of Vertebrate Paleontology que se celebrará en
Berlín durante el próximo mes de noviembre. La tibia original y una reproducción de
los huesos de la mano podrán verse en Dinópolis-Teruel a partir del día 30 de julio.
(Heraldodearagon.es, 30/07/2014)
Un dinosaurio de rancio abolengo
Aragosaurus ischiaticus, el primer dinosaurio descrito en España hace casi tres
décadas, vivió en tiempos del Gigante de Riodeva, Turiasaurus riodevensis. Fue
precisamente el hallazgo y el estudio durante la última década de este descomunal
dinosaurio el que levantó las sospechas de los paleontólogos de la Fundación Dinópolis
de que algo no encajaba con lo que la literatura científica decía sobre el encontrado en
Galve. El nuevo análisis que se ha hecho de sus restos, así como la recuperación del
yacimiento donde fue encontrado, lo sitúa en otro tiempo más antiguo y va a
revolucionar la paleontología y geología de la subcuenca de Galve.
Para llevar a cabo la investigación, cuyo artículo científico se publicó a finales
del mes pasado en la revista británica Zoological Journal of the Linnean Society, los
paleontólogos de la Fundación contaron con el padre de Aragosaurus, José Luis Sanz, y
con la persona que describió la Formación Villar del Arzobispo, Ramón Más, que es el
piso geológico donde ahora se ha situado.
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59
La investigación de los científicos de la Fundación Dinópolis ha contado además
con la participación de uno de los mayores expertos mundiales en saurópodos
(dinosaurios cuadrúpedos de gran tamaño de cuello y cola largos), Paul Upchurch, que
ha trabajado en anteriores ocasiones con el equipo turolense como en la reconstrucción
del cráneo de Turiasaurus.
Este dinosaurio hallado en Riodeva vivió en el mismo tiempo geológico que
Aragosaurus de acuerdo con los nuevos estudios que se han hecho para determinar su
edad, lo que tampoco quiere decir que convivieran en vida, aunque sí lo hicieron en un
mismo periodo, hace 145 millones de años, durante el tránsito del Jurásico al Cretácico.
Hasta ahora, el dinosaurio de Galve se situaba en estratos geológicos 15 millones de
años más modernos, es decir, hace 130 millones de años.
El director gerente de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, asegura que casi tres
décadas después de la publicación de Aragosaurus, "el gran número de nuevos datos
acerca de saurópodos de todo el mundo, las importantes bases de datos disponibles
acerca de sus características anatómicas y el mayor conocimiento de las formaciones
geológicas turolenses del tránsito Jurásico-Cretácico, estaban pidiendo a gritos un
estudio actualizado del primer nuevo dinosaurio español que precisara su
caracterización, su parentesco (filogenia) y su edad geológica".
Y el padre de Aragosaurus, el paleontólogo de la Universidad Autónoma de
Madrid José Luis Sanz, está encantado de la revisión y de los resultados, que reconoce
que era necesario hacer.
Sanz, que cuando se presentó el artículo científico del dinosaurio en Teruel se
encontraba de viaje de trabajo en Japón, aseguró esta semana a DIARIO DE TERUEL
que "hacía mucha falta revisar el dinosaurio porque los años pasan y la estratigrafía y
edad habían sido muy debatidos, así como su posición filogenética, en parte porque no
se había considerado la totalidad del material".
Y es que la historia del hallazgo y los diferentes estudios que se han hecho de los
fósiles de este animal del Mesozoico se dilatan a lo largo de casi un siglo. El primer
científico que los estudió fue Albert F. de Lapparent a finales de los años 50 del siglo
pasado.
En los años 80, volvió a estudiarlos José Luis Sanz junto a un equipo de
paleontólogos, a partir de las excavaciones realizadas a principios de esa década tanto
por científicos de diferentes instituciones como por el fallecido José María Herrero.
Estudio sistemático
Nunca se había hecho hasta ahora un estudio conjunto y sistemático de todos los
fósiles aparecidos, que es de lo que se han encargado los profesionales de la Fundación,
cuyo artículo científico publicado ahora lo encabeza el experto en saurópodos Rafael
Royo-Torres, uno de los paleontólogos que ha descrito también otros nuevos géneros en
la provincia como Turiasaurus y Tastavinsaurus.
Pero el trabajo no ha terminado con esto, porque en noviembre próximo se
presentarán en un congreso internacional en Berlín los resultados de la nueva
excavación en el mismo yacimiento de Las Zabacheras donde aparecieron los fósiles de
este dinosaurio.
El afloramiento, tras las dos campañas llevadas a cabo a principios de los 80,
había quedado sepultado por vertidos de todo tipo, además de verse afectado después
por las obras de una carretera. De hecho, Royo explica que durante la excavación que
hicieron en primavera y en la que han aparecido los nuevos fósiles (una tibia, parte de
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60
un esternal y chévrones), lo primero que encontraron antes de llegar al nivel fosilífero
fueron trozos de sofás, baldosas y otros escombros.
El trabajo que ha dado lugar ahora a la recuperación de este yacimiento para
poder ampliar el estudio de Aragosaurus se remonta a 2009 y la localización del sitio no
ha sido fácil. Al haber quedado sepultado se han tenido que guiar por la referencia de
una tubería que vieron en una foto de las excavaciones de los 80.
Dos semanas y media les llevó poder localizar el yacimiento con la ayuda de una
retroexcavadora, y el lugar promete por lo que volverán en septiembre a excavar. El
hallazgo del hueso esternal les confirmó que habían dado con los fósiles de Aragosaurus
que permanecen sin extraer en este afloramiento.
El yacimiento de Las
Zabacheras tras haber
sido retirados varios
metros de escombros y
derrubios con una
retroexcavadora durante
la primavera pasada. |
FCPTD
Rafael Royo y
Alberto Cobos, otro de
los autores del trabajo
científico, en el que
también han participado
los paleontólogos de la
Fundación Dinópolis Luis Alcalá y Francisco Gascó, aseguran que la investigación ha
supuesto "redibujar la cartografía del mapa en la subcuenca de Galve".
Cobos, que es geólogo de formación, explicó que toda la investigación ha estado
unida a los hallazgos realizados en los municipios de Riodeva y El Castellar en la
Formación Villar del Arzobispo, donde llevan trabajando desde principios de este siglo.
Cuando empezaron a hacerlo en Galve, observaron características geológicas similares,
lo que les llevó a cuestionar que Aragosaurus fuese de hace solo 130 millones de años.
La investigación ha supuesto por tanto un cambio de paradigma científico de lo que se
había hecho hasta ahora en la subcuenca de Galve.
Royo añade que el estudio integral de todos los fósiles ha permitido a su vez una
nueva clasificación que sitúa al dinosaurio en la base de los macronarios dentro del
linaje de los más evolucionados y emparentado con los camarasáuridos norteamericanos
y los braquiosáuridos de Norteamérica y África.
"El poder solucionar la posición sistemática de Aragosaurus era importante,
había que hacer una revisión", argumenta Royo, quien recuerda que por ese motivo el
dinosaurio era poco citado en la literatura científica fuera de España. "Era necesario
describirlo de nuevo y publicarlo en inglés", sostiene el científico aragonés, quien
considera que ahora "va a tener una nueva proyección científica" con su nueva edad y
clasificación.
La publicación constituye un hito dentro de la dinosaurología española al haber
sido el primer dinosaurio descrito en España y la dilatada historia de su hallazgo y
estudios científicos realizados, cuestión que también se aborda en el trabajo.
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61
José Luis Sanz: "Es un icono del patrimonio fósil turolense"
José Luis Sanz, el paleontólogo que encabezó el equipo de científicos que
describió por primera vez Aragosaurus hace 27 años, asegura que este dinosaurio es un
"icono del patrimonio fósil que tiene la provincia de Teruel", y se mostró muy
satisfecho con la revisión que ahora se ha hecho de ese trabajo, liderado en esta ocasión
por investigadores de la Fundación Dinópolis.
El equipo que ha revisado aquel primer estudio ha contado también con Sanz,
quien dijo mostrarse orgulloso de poder haber trabajado con paleontólogos de nuevas
generaciones como los que tiene la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel.
"Ellos han sido los más importantes, la gente de la Fundación Dinópolis, que han
llevado esto de una manera muy profesional y muy constante, con mucha dedicación, y
eso se nota mucho en los resultados", dijo Sanz.
El científico de la Universidad Autónoma de Madrid manifestó que Aragosaurus
es un referente de los dinosaurios españoles porque fue el primero que se describió en el
país. Cuando tuvo lugar este hito de la paleontología española, Sanz reconoce que tuvo
proyección pero menos de la que se esperaba, tal vez porque no era frecuente la
descripción de dinosaurios.
En este sentido, asegura que cuando se produjo la descripción en 1987 no se
imaginó que pudieran surgir años después tantos grupos de investigación como los que
han ido apareciendo, así como el número de hallazgos de nuevas especies que se han
producido.
Aunque reconoció que periódicamente se van describiendo nuevos géneros de
dinosaurios en España, opinó que falta mucho para situarse al nivel de otros países,
puesto que a nivel mundial se describen entre tres y cuatro nuevos al mes.
Sobre la decisión de poner el nombre de Aragón al saurópodo de Galve recordó
que fue algo unánime entre el equipo científico que lo describió.
A este respecto, aseguró que también se barajó un nombre que hacía referencia a
Teruel, "Turolosaurus o algo así, aunque al final decidimos Aragosaurus porque era más
sonoro, era un homenaje a Aragón y también incluíamos a Teruel".
(diariodeteruel.com, 10/08/2014)
La paleobotánica arroja luz sobre los ecosistemas de los
dinosaurios de Galve
Un trabajo científico revela que los ambientes de hace 129 millones de años eran muy
húmedos.
La paleobotánica (área de la paleontología que estudia los fósiles de plantas) está
arrojando información de gran relevancia sobre los ecosistemas en los que vivieron los
dinosaurios que poblaron la provincia de Teruel durante el Mesozoico.
La paleobotánica (área de la paleontología que estudia los fósiles de plantas) está
arrojando información de gran relevancia sobre los ecosistemas en los que vivieron los
dinosaurios que poblaron la provincia de Teruel durante el Mesozoico. Un artículo
científico que acaba de ser publicado en la revista internacional Historical Biology
revela que los ambientes en los que vivieron estos grandes vertebrados en la subcuenca
de Galve eran muy húmedos y se caracterizaban por la presencia de coníferas de gran
tamaño.
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La publicación de esta investigación ha sido posible gracias a las excavaciones
que desarrolla la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis en la mina de
Galve, dentro de los trabajos de control paleontológico que desarrolla desde el año 2008
en colaboración con Sibelco-Hispania, responsable de la explotación minera.
En el artículo se estudian los restos fosilizados de polen y de la flora presente en
el yacimiento, donde se han producido hallazgos también de fósiles de huesos de
dinosaurios del Barremiense, periodo geológico del Cretácico Inferior comprendido
entre 127 y 129 millones de años.
Trabajos de control paleontológico
realizados en la mina de Galve por
la Fundación Dinópolis. | FCPTD
Rafael Royo Torres,
paleontólogo de la Fundación
Dinópolis y uno de los autores
que firman el artículo, ha
explicado que en el trabajo se
describen los fragmentos de
cutículas (capa de las hojas) y el
polen de plantas procedentes de
dos yacimientos ubicados dentro
de la mina de Galve: Mina Galve-9 y San Cristóbal-4.
El científico explicó que este tipo de fósiles complementa la información que se
obtiene a través de los huesos y de las icnitas, las pisadas dejadas por los dinosaurios.
Su interés reside en que permite conocer el ambiente en el que vivieron estos animales.
Mientras que hasta ahora eran numerosos los artículos sobre fósiles de
vertebrados hallados en Galve, prácticamente no se había estudiado el entorno vegetal
en el que vivieron. Además, aporta información sobre la geología en la que aparecen
estos restos fósiles, por lo que ha sido posible situar la edad de la Formación Camarillas
como Barremiense inferior-medio.
"La flora es un elemento que habla claramente del ambiente, y nos dice que
estamos en un ambiente muy húmedo, con mucha agua; un ambiente de agua dulce
cerca de la costa, pero sin ser la costa", indica Royo para referirse a la Formación
Camarillas de la subcuenca de Galve.
En este sentido, añade que se trata de "un ambiente fluvial que hace que haya
mucha vegetación y sea exuberante". Eso queda registrado en el sedimento por la gran
diversidad de polen fosilizado que se ha encontrado, con una gran variedad de especies,
entre una veintena, que pone de manifiesto la diversidad de la vegetación del entorno en
el que vivieron los dinosaurios.
Las muestras que se tomaron en su día dentro de la Mina de Galve han arrojado
la presencia de grandes coníferas como Pseudofrenolopsis, así como helechos. De estos
últimos se han encontrado numerosas esporas de los géneros Cicatricosisporites y
Plicatella.
También se han encontrado, aunque en menor medida, restos de angiospermas,
es decir, plantas con flores. Su registro fósil está documentado a través de granos de
polen de los géneros Crassipollis y Retimonocolpites.
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Muestras muy pequeñas
"Son muestras muy pequeñas que recuperamos junto con los huesos, y es
importante porque con eso tenemos la representación de los fósiles que aparecen dentro
de esa formación", afirma el científico en referencia a la Formación Camarillas.
El trabajo ha sido fruto de varios equipos de investigación tanto de España como
extranjeros, y refuerza las colaboraciones que la Fundación Dinópolis lleva a cabo con
científicos especializados en diferentes áreas de la paleontología.
En este trabajo, además de Rafael Royo Torres, Francisco Javier Verdú y Luis
Alcalá, de la Fundación Dinópolis, han participado investigadores de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), en concreto Uxue Villanueva-Amadoz, que
es la primera firmante del artículo.
También ha participado Luis Miguel Sender, del Área de Paleontología del
Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza; Denise Pons, del
Museo Nacional de Historia Natural de París; y José B. Diez, del Departamento de
Geociencias Marinas y Ordenación del Territorio de la Facultad de Ciencias del Mar de
la Universidad de Vigo.
El artículo, aparecido en la revista Historical Biology: An International Journal
of Paleobiology se titula Palaeobotanical remains associated with dinosaur fossils from
the Camarillas Formation (Barreamian) of Galve (Teruel, Spain).
Rafael Royo señaló que se trata de una revista de referencia y que la toma de
muestras, la investigación y publicación ha sido muy rápida. "Creo que las muestras se
tomaron a finales de 2012, en 2013 se hizo el congreso de paleobotánica en Teruel, y
ahora se han publicado los resultados", recordó.
El científico de la Fundación Dinópolis comentó que en el yacimiento de San
Cristóbal 4, dentro de la mina de Galve, donde se han hallado los restos de polen,
esporas y cutículas de hojas, se han encontrado también huesos.
Congresos
Estos hallazgos han sido presentados parcialmente en algunos congresos,
mientras que actualmente el paleontólogo Javier Verdú está realizando dentro de la
Fundación Dinópolis una tesis doctoral sobre el Barremiense en la subcuenca de Galve
que permitirá conocer en detalle la fauna y flora de este periodo geológico.
El paleontólogo añadió que el yacimiento donde han aparecido los fósiles de
plantas está muy próximo a otros con restos directos (huesos) e indirectos (huellas).
"Esto nos va a permitir reconstruir el ecosistema de entonces con una gran precisión",
apuntó.
Los dinosaurios característicos que aparecen en estos afloramientos son
ornitópodos, grandes vertebrados fitófagos (comedores de plantas) que convivirían con
Dellaparentia, un iguanodóntido descrito por primera vez en Galve.
Ahora los científicos de la Fundación Dinópolis están estudiando si los huesos
que aparecen en la mina de Galve pertenecen a ese mismo género o se trata de otro tipo
de ornitópodos.
Royo manifiesta que los hallazgos que están apareciendo son muy interesantes,
como la zona de cría que están estudiando. Valoró igualmente el apoyo que les da la
empresa Sibelco, que explota la mina de arcilla, para el estudio científico de estos
yacimientos. "Nos permite de una forma muy cordial llevar el control paleontológico
desde el año 2008 y trabajar de manera muy rigurosa en la mina", indicó el científico.
(diariodeteruel.es, 21/08/2014)
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Descubierto un nuevo yacimiento de osos de las cavernas en los
Pirineos ¡a 2.160 m de altitud!
Varios medios de comunicación recogen la noticia de la excavación que
llevamos a cabo varios de los aragosaureros este verano en la Cueva de la Brecha del
Rincón, un nuevo yacimiento de osos de las cavernas del Pleistoceno descubierto por el
Centro de Espeleología de Aragón (CEA) en 2013.
Mario Gisbert (miembro del CEA) avisó en seguida del hallazgo tanto a la
Universidad de Zaragoza como a Patrimonio de la Diputación General de Aragón y en
2014 solicitamos el pertinente permiso para realizar la excavación y el estudio científico
de los restos fósiles.
La Cueva de la Brecha del Rincón se sitúa a 2.160 m de altitud en la Sierra de
Secús (municipio de Valle de Hecho) y el acceso a la misma es de unas 3 horas
andando. Por este motivo y ya que el yacimiento presenta gran dificultad técnica
(instalación de cuerdas, necesidad de equipo técnico, etc.) fue necesaria la colaboración
del CEA para la realización de la excavación, de este modo se hizo coincidir la campaña
de excavación con la de exploración espeleológica de la Sierra de Secús a fin de poder
utilizar el campamento base de los espeleólogos y contar con su ayuda dentro de la
cavidad. Para el desarrollo de la campaña fue necesaria una gran cantidad de material y
víveres para pasar una semana unas diez personas. Para el porteo de este material hasta
el campamento base situado a unos 2.000 m de altura se contó con la ayuda de
miembros de los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de
la Guardia Civil, del CEA y de la empresa Geopirene.
El equipo de excavación estuvo dirigido por la aragosaurera Raquel Rabal y
estuvo acompañada por otros dos aragosaureros, Víctor Sauqué y Diego Castanera, así
como por miembros del CEA, Mario
Gisbert y Laureano Gómez. Además,
el resto de miembros de la expedición
espeleológica nos echaron una mano
en la excavación, sobre todo Jorge
Tello, pero también Sergio Burguete,
Jorge Sevil, Gabriel Plana, Jorge
Tello, Jorge Burguete, Marcos Pastor,
José Ignacio Ansó, Dani Ferrer, José
Luis Asensio y José Luis Montañes.
La campaña de excavación en
la Brecha del Rincón ha sido un
completo éxito ya que se han
recuperado cientos de restos fósiles de
osos que permitirán estudiar sus
características biológicas y su modo de vida. Tras el estudio preliminar de estos restos
fósiles se comprobó que poseen un gran interés científico. Parecen pertenecer a la
especie Ursus deningeri, que es el ancestro del conocido oso de las cavernas Ursus
spelaeus. Ursus deningeri habitó Europa desde hace unos 800.000 años y desapareció
en torno a los 120.000 años. El hallazgo de estos restos es muy interesante ya que
debido a su antigüedad su registro no es muy abundante en los yacimientos fósiles
habiendo muy pocos ejemplos en España, siendo el más conocido el de Cueva Mayor en
Atapuerca. De confirmarse la hipótesis del equipo investigador, el yacimiento de la
Brecha del Rincón sería el yacimiento de esta especie situado a mayor altitud de
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
65
Europa. En cualquier caso, es el yacimiento de osos localizado a mayor altura de la
Península Ibérica.
Las condiciones de excavación nos han resultado algo duras en comparación con
nuestra experiencia en otros yacimientos. La temperatura de la cueva era de 4,5º y
pasábamos toda la jornada en el interior ya que el acceso hasta la galería en donde están
los huesos era un poco complicado. Además, cuando salíamos de la cueva esperando
ver el sol y coger un poquito de calor, nubes o niebla nos estaban esperando la mayoría
de los días… Eso, junto con el hecho de dormir sobre esterillas tras una jornada de dolor
de rodillas y moratones varios, no era lo más confortable del mundo. Pero a pesar de
todo, la experiencia fue genial, lo pasamos muy bien y estamos esperando poder volver.
Tras esta primera campaña valoramos que todavía queda trabajo por hacer en el
yacimiento, por lo que seguramente el verano próximo volveremos a la carga…
(Diario del Altoaragón, 07/09/2014)
Un tsunami fosilizó cientos de huellas de dinosaurios en Teruel
hace 128 millones de años
Investigadores de Ciencias de la Tierra de la UZ hallan el megayacimiento de icnitas de
mayor extensión conocido en Europa en la sierra turolense
Un estudio desarrollado por investigadores del Departamento de Ciencias de la
Tierra y del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza y de la
Universidad Complutense de Madrid ha permitido descubrir evidencias de que un gran
tsunami afectó a la provincia de Teruel hace 128 millones de años.
Según informa la Universidad de Zaragoza, este tsunami fosilizó cientos de huellas de
dinosaurios, formando el megayacimiento de icnitas de mayor extensión conocido en
Europa.
Un Tsunami fosilizó cientos de huellas de dinosaurio en Yeruel hace 128
millones de años.
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Los megayacimientos de icnitas de dinosaurios suelen ser formaciones rocosas
con gran cantidad de pisadas de estos animales, distribuidas en cientos de miles de años
o en diferentes estratos.
Sin embargo, un estudio liderado por Rocío Navarrete, investigadora del área de
Estratigrafía, junto con Carlos Liesa, del área de Geodinámica Interna, ambos del
Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, ha permitido
documentar un solo estrato que se sigue durante kilómetros con icnitas de grandes
dinosaurios. Este estrato se encuentra entre las localidades de Aliaga y Miravete de la
Sierra en Teruel.
El estudio en detalle del nivel fosilífero, recientemente publicado en la
prestigiosa revista Sedimentary Geology, demuestra que presenta una litología muy
particular, similar a la producida por los grandes tsunamis acaecidos en las últimas
décadas.
La enorme ola enterró la entonces zona costera de Aliaga-Miravete.
La zona de Aliaga-Miravete hace 128 millones de años era una área costera con
una barra de arena que la separaba de mar abierto, lo que se conoce en geología como
una isla-barrera. Un lugar por donde se desplazaban grandes dinosaurios como
saurópodos y ornitópodos, como demuestra la gran cantidad de icnitas que hay en las
rocas. Un terremoto que se produjo en el fondo marino produjo una ola de gran
tamaño que cubrió por completo la isla-barrera, erosionándola e incorporando al flujo
gran cantidad de partículas de arena. La ola cargada en arena se adentró tierra adentro
algunos kilómetros, fue perdiendo energía y produciéndose el depósito de la arena que
fue enterrando por completo a todas las pisadas de dinosaurios que estaban expuestas.
Un tsunami es un proceso natural de gran poder destructivo capaz de arrasar
todo lo que se encuentra en su camino, pero en este caso es “fascinante”, tal como
reconocen los autores, ya que fue el responsable de conservar un megayacimiento de
icnitas y quizás de atrapar a algún dinosaurio, aunque por el momento no ha sido
encontrado.
(Heraldo.es, 24/11/2014)
Los leopardos protegían a sus presas en las cuevas del Moncayo
hace 40.000 años
El grupo de investigación Aragosaurus, tras un estudio de más de cuatro años
liderado por Víctor Sauqué, ha descubierto que una cavidad situada en el Parque Natural
del Moncayo contiene la primera acumulación ósea generada por leopardos en terreno
europeo.
Hasta el momento, esta función de formadores de acumulaciones solo se les
había observado en determinadas zonas de África y, en la actualidad, en el leopardo de
las nieves, el cual presenta similitudes morfológicas con el leopardo de las cavernas
(Panthera pardus spelaea) que habitó el Moncayo durante el Pleistoceno Superior hace
más de 40.000 años.
Para los investigadores, la explicación se encuentra en que el Moncayo, en el
periodo del Pleistoceno Superior, tenía un clima extremo que dificultaba la obtención de
alimento, haciendo que el leopardo de las cavernas protegiese fuertemente a sus presas.
Así, el hallazgo demuestra también la alternancia en el uso de la cavidad entre el oso
pardo (Ursus arctos) y el leopardo de las cavernas.
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En cuanto a los herbívoros presentes en la cavidad destaca la alta proporción de
restos de cabra montesa (Capra pyrenaica), la cual fue la presa predilecta del leopardo
de las cavernas.
Reconstrucción de una escena
del Moncayo hace miles de años.
Gianfranco Mensi
Mándibula de leopardo
“Todo comenzó en 2005, cuando los miembros del Centro Espeleología de
Aragón (CEA) se pusieron en contacto con la investigadora Gloria Cuenca (Universidad
de Zaragoza), al descubrir la existencia de un cráneo de oso pardo intacto en el interior
de la cavidad de los Rincones (Moncayo). A partir de entonces, se consideró que la zona
tenía gran valor paleontológico y se solicitaron los pertinentes permisos a la DGA para
poder investigarla”, señala Víctor Sauqué, quien a través de su tesis doctoral, iniciada en
2010, decidió introducirse por completo en un estudio que ha derivado en notables
descubrimientos.
“Tras realizar la excavación en 2010 descubrimos la existencia de un buen
número de restos fósiles que, tras ser exhaustivamente analizados y puestos en relación
con su entorno, nos llevaron a la convicción de que no era un yacimiento cualquiera”,
continúa Sauqué, que define como “extraordinario” el hecho de que la acumulación
ósea sea fruto de la acción del leopardo y no de las hienas o de antepasados humanos
que agrupaban los animales sacrificados en sus jornadas de caza.
“Esta tipología de yacimiento, única en Europa, demuestra cómo los leopardos
cazaban y posteriormente transportaban sus presas a la cueva”, indica Sauqué, que
estima que “ese comportamiento se debe a que se trata de un animal solitario, que quería
proteger y esconder su botín de otras especies oportunistas como el lobo o las hienas”.
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Esta forma de actuar del leopardo de las cavernas está plasmada únicamente en
algunos yacimientos del continente africano y se asemeja notablemente a cómo se
desenvuelve hoy en día el leopardo de las nieves, que vive en montañas remotas como
la cordillera del Himalaya, a altitudes de hasta 6.000 metros. “El clima que hace miles
de años tuvo el Moncayo podría ser equiparable al de las zonas que hoy ocupa el
leopardo de las nieves, que evidencia una mayor preocupación por no perder a su presa
que otros animales de ecosistemas en los que resulta fácil conseguir alimento”, explica.
Momento de las
exploraciones en el
yacimiento
Restos de entre 40.000 y
60.000 años
A pesar de que no
se pudo datar los restos
mediante la prueba del
carbono 14, ya que los
huesos, tal y como indica
Sauqué,
“no
habían
preservado el colágeno, necesario para la extracción del carbono, se cree que los
mismos podrían tener entre 40.000 y 60.000 años.
Estimación a la que se llegó a través del análisis de la asociación de
microfauna llevado a cabo por la especialista y coordinadora de la tesis Gloria Cuenca.
Futuras investigaciones
Según indica este integrante de Aragosaurus, “a partir de este descubrimiento del
cubil de leopardos en los Rincones del Moncayo,podrían salir a la luz más, ya que antes
se creía que los yacimientos eran creados únicamente por antepasados humanos o hienas
de caverna y ahora las miradas podrían ir encaminadas a esta nueva especie”.
Así, la sociedad podrá comprobar como la introducción de la presa en cavidades
como estrategia de defensa “puede unirse a las que actualmente practican más
comúnmente los leopardos, que se suben a los árboles para que no les roben su
alimento”, remarca.
Proyecto multidisciplinar
Por último, además de la mencionada directora de la tesis, Gloria Cuenca,
Sauqué no duda en valorar la importancia que la labor de la arqueóloga Cristina Sola y
el estudio tafonómico de Raquel Rabal han tenido en la investigación.
También la colaboración de Ricardo García, del Instituto Pirenaico de Ecología, en el
estudio de los herbívoros.
A nivel institucional, ensalza el apoyo de la DGA a través de subvenciones y el
“gran interés” que el Parque Natural del Moncayo tuvo en que todo saliese adelante.
(Heraldo.es, 03/12/2014)
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Noticias nacionales
Una extraña pareja: Mesopithecus y macacos fósiles a finales del
Mioceno
Un estudio liderado por David M. Alba, investigador del Institut Català de
Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), describe por primera vez la asociación de los
géneros Mesopithecus y Macaca durante el Mioceno. El hallazgo ha sido publicado en
el Journal of Human Evolution y apoya la hipótesis de que los macacos se dispersaron
de África hacia el continente europeo hace más de 5.3 millones de años, coincidiendo
con una extraordinario descenso del nivel del Mar Mediterráneo.
Macaco actual (Shawn Allen. Flickr)
Macaco actual (Shawn Allen. Flickr)
El hallazgo de dos dientes de
macacos junto con otros restos fósiles
que los investigadores han atribuido a la
especie Mesopithecus pentelicus en el yacimiento de Moncucco Torinese (cerca de
Turín, en el Piamonte, Italia) supone que estos dos géneros cohabitaron en Europa a
finales del Mioceno, hace más de 5.3 millones de años. A pesar de que la asociación de
especies de los géneros Mesopithecus y Macaca durante el Plioceno (por ejemplo, en
Montpellier, hace unos 5-4 millones de años) ya se había descrito anteriormente, este es
la primera vez que encontramos asociada a los macacos la especie
miocena Mesopithecus pentelicus (en vez de la especie pliocena Mesopithecus
monspessulanus).
David M. Alba, Jefe del Grupo de Faunas del Neógeno y Cuaternario del Institut
Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), conjuntamente con investigadores de
la Universidad de Turín y del American Museum of Natural Historyde Nueva York,
describen esta asociación en un artículo publicado este mes de febrero en el Journal of
Human Evolution. La excepcionalidad del hallazgo no reside tanto en la presencia del
género Mesopithecus, cuyos restos son bastante abundantes en varios yacimientos
europeos, sino por la concurrencia con macacos, que son bastante más raros en el
Mioceno. De hecho, esta es sólo la segunda vez que se identifican restos fósiles de
macacos miocenos a toda Eurasia.
El artículo apoya la hipótesis de que los macacos se dispersaron desde África
hacia Europa a finales del Mioceno superior (hace entre 5.9 y 5.3 millones de
años), coincidiendo con un descenso extraordinaria del nivel del Mar Mediterráneo que
se estima que osciló entre los 1.500 y los 2.500 metros. Este fenómeno geológico fue
provocado por el cierre del estrecho de Gibraltar y se conoce como la Crisis de
Salinidad Messiniense, por la precipitación masiva de sal que se produjo. Esto provocó
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la extinción masiva de especies marinas, pero, al mismo tiempo, permitió la dispersión
de plantas y animales terrestres por la cuenca mediterránea. A principios del Plioceno,
hace unos 5 millones de años, el agua volvió a llenar el Mediterráneo.
La presencia de estas especies de primates en el Piamonte italiano es coherente
con las reconstrucciones paleoambientales que se habían hecho anteriormente, a partir
de los restos fósiles de fauna de vertebrados del yacimiento de Moncucco Torinese, y
que apuntaban hacia un ambiente húmedo, con agua circulante y una elevada densidad
de árboles, pero también con algunos hábitats más secos y abiertos.
Mesopithecus, un viejo conocido de registro fósil.
Distintas vistas de un diente cf.
Macaca sp. (A) y de M.pentelicus (B)
encontradas en Moncucco Torinese
Reconstrucción del esqueleto de
Mesopithecus
Mesopithecus es
un
género
extinto de cercopitécido (el grupo de
primates catarrinos que incluye los
monos del Antiguo Continente, con
representantes actuales como los
babuinos, los colobinos o los mismos macacos) que vivió en el continente euroasiático
hace entre aproximadamente 9.5 y 2.5 millones de años. Los representantes de este
género tenían una masa corporal de unos 10-15 kilos y se movían tanto por tierra como
por los árboles (siendo por tanto menos arbóreos que la mayoría de colobinos actuales),
y su dieta también era bastante generalista (en vez de comer muchas hojas, como los
colobinos actuales, comían también frutos, sobre todo duros).
El género Mesopithecus fue descrito en 1839 y en Europa se han identificado
restos fósiles en múltiples yacimientos, que han permitido describir tres especies
diferentes: Mesopithecus
pentelicus,
Mesopithecus
monspessulanus
y
Mesopithecus delsoni, aunque esta última se considera por muchos autores sólo una
subespecie de M. pentelicus. La especie típica del Mioceno, M. pentelicus, difiere
de M. monspessulanus todo por el tamaño, algunos detalles morfológicos de los dientes,
y algunas adaptaciones del postcraneal a una locomoción más terrestre.
(IPC, febrero 2014)
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Dinosaurios
Las obras del AVE dieron con uno de los mayores yacimientos paleontológicos de
Europa
Seis años después, los 10.000 fósiles siguen arrumbados en una nave industrial en
Cuenca
Francisco Ortega recuerda aquella llamada de Adif. Era 2007 y las obras del
AVE a Valencia, ya en medio del fuego cruzado político por los retrasos, habían
pinchado en hueso. En hueso de dinosaurio. “Una arqueóloga vigilaba que no hubiera
restos iberos en las obras en Cuenca, pero vio que aparecían fósiles. Nos llamaron
porque llevamos 25 años encargados de la paleontología del Museo de las Ciencias de
Castilla-La Mancha”, recuerda este profesor de la UNED.
Cuando llegó a una loma conocida como Lo Hueco, en el municipio de Fuentes,
no dejaban de aparecer huesos de dinosaurios. Lo Hueco había sido horadado para
construir un falso túnel que redujera el impacto visual de la vía. “En Adif estaban muy
nerviosos. Tenían que construir un túnel por allí, y les insistimos en que debían parar la
obra, que aquello no era un yacimiento menor”.
Y tanto que no lo era. En junio de 2007 comenzó la excavación de lo que se
reveló como uno de los mejores yacimientos de dinosaurios de Europa y, sin duda, el
mayor de España. “Contratamos a todos los paleontólogos que estaban en paro en
España. Había mucha prisa e hicimos una excavación de emergencia”. Así, con 80
rescatadores trabajando a destajo durante seis meses, extrajeron unos 10.000 fósiles de
dinosaurios: saurópodos titanosaurios, dromeosáuridos emparentados con los
velociraptores, rabdodóntidos (unos dinosaurios herbívoros bípedos), cocodrilos muy
parecidos a los actuales y tortugas de un grupo extinto que se llaman botremídidos... de
hace unos 75 millones de años.
Francisco Ortega con
una ulna (el
equivalente en
mamíferos es el
cúbito) de un
saurópodo
titanosaurio en la
nave de Cuenca.
/ JAVIER SÁNCHEZ
Fue considerado "la Atapuerca de los dinosaurios", pero la crisis aparcó el
proyecto de museo.
Cuenca estaba entonces cerca del mar y los investigadores intuyen que fue algún
evento extremo el que juntó allí los restos. “Creemos que hubo una riada o algo así que
se llevó muchos animales del cauce y mató a otros. Esto debía de ser la explanada
donde quedaron los huesos”, explica Ortega. Viste forro polar y botas de montaña, y
habla de forma distendida.
Tras la excavación, el yacimiento fue ampliamente publicitado, descrito como
"la Atapuerca de los dinosaurios". Y comenzaron los grandes planes. El principal era
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montar un costosísimo museo en Cuenca parecido al de la evolución humana de Burgos.
No se trataba de hacer algo muy lúdico porque no lejos de allí está Dinópolis (Teruel).
El entonces presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, el socialista José María
Barreda, visitó el yacimiento y declaró: “El Gobierno de Castilla-La Mancha no va a
escatimar esfuerzos para sacar a la luz todo lo necesario, preservar el hallazgo y todos
los restos que aquí se encuentren para potenciar Fuentes y el Museo de las Ciencias en
Cuenca”.
Salían tantos huesos que la primera nave industrial alquilada como instalación
provisional pronto se quedó pequeña y hubo que buscar una mayor. Pero llegó la crisis
y los dinosaurios dejaron de importar. El AVE Madrid-Valencia fue inaugurado en
2010, cuando los fósiles ya estaban arrumbados. “Cuando acabamos de sacar los restos
llegó el agujero negro de 2008 y 2009, y ya nos quedamos en este limbo”, resume
Ortega, codirector del yacimiento.
El limbo de los dinosaurios es la nave de unos mil metros cuadrados en un
polígono industrial a las afueras de Cuenca. Fue elegida como sede provisional —en la
entrada aún tiene inscrito el nombre de una empresa de puertas—, pero allí han
cumplido seis años y han visto caer a muchas de las industrias de alrededor.
Ortega pasea entre las estanterías. “No sabemos ni lo que hay en la mayoría de
ellas. Habremos limpiado un 6% o 7% de las piezas”. En un extremo están los pocos
restos que han sido tratados con ayuda de un taller de empleo para parados con
cualificación. Eso es un fémur de 1,7 metros; aquello, la calavera de un cocodrilo —
antecesores de todos los actuales—, y eso, el caparazón de una tortuga perfectamente
distinguible.
Serie de vértebras de la cola de
un saurópodo halladas en
Cuenca. / JAVIER SÁNCHEZ
Pero solo unos metros después
ya asoman miles de cajas sin
desembalar. “Están como las trajimos
del yacimiento solo que con más
polvo”. Algunas agrupaciones de
huesos muy bien conservados fueron extraídas en bloque con la tierra, mediante una
espuma amarilla. Ni se han puesto a intentar ver qué hay. Los técnicos conocen a los
mayores por el nombre coloquial que les pusieron durante los trabajos. “Ese es
Escoliosis, una cría de dinosaurio que estaba casi entera”, tercia Fátima Marcos,
conservadora de colecciones paleontológicas del Grupo de Biología Evolutiva de la
UNED. “Apareció al final de una larga jornada de trabajo, la gente estaba cansada”,
dice Ortega para justificar el nombre del fósil, que en el ordenador figura con el frío
HUE-2417.
Hoy es jueves y hay alguna actividad en la nave. Aproximadamente una vez a la
semana, Ortega acude con algún doctorando y personas del departamento para avanzar
algo. Pedro Mocho, un doctorando portugués, intenta encajar las vértebras de un nuevo
tipo de titanosaurio. En las paredes hay colgadas las descripciones de otros parientes de
Norteamérica y Madagascar para ver similitudes y diferencias. Solo hay calefacción en
una zona que hace de laboratorio, pero aun así Fátima trabaja con guantes, abrigo y
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bufanda. A este ritmo, tardarían más de un siglo en conocer qué secretos esconde Lo
Hueco.
Ortega se desespera. Levanta la tela que recubre uno de los estantes. “Mire, eso
son seis vértebras juntas de un saurópodo. Lo único que se había descubierto en la
Península eran tres vértebras en Treviño. Y aquí hay una cola casi entera. Si en
cualquier yacimiento apareciera solo lo de este estante, daríamos una rueda de prensa
para anunciarlo, y aquí lo tenemos sin mirarlo”. Por supuesto que ha habido tesis,
estudios científicos y presentaciones en congresos, pero residual en comparación con la
importancia del yacimiento, que según Ortega está a la altura de otros en Francia y en
Rumanía.
Ni hablar de reconstruir el esqueleto del saurópodo que han dibujado en la pared
en tamaño real para dar idea de lo que había en Cuenca. “Los niños conocen los
tiranosaurios y los triceratops, que eran los que había en Norteamérica y los que nos ha
vendido el cine, pero aquí teníamos este tipo”.
Ante la parálisis, algún colega de otro país se ha ofrecido a llevarse restos para
trabajarlos allí. Pero, por ley, el patrimonio paleontológico no se puede vender y es
titularidad de la Junta de Castilla-La Mancha. Eso impide también cualquier
colaboración con Dinópolis, que está en la vecina Teruel, en la comunidad de Aragón.
El pasado 10 de enero, la presidenta de Castilla-La Mancha, la popular Dolores de
Cospedal, anunció que antes del final de la legislatura “Cuenca contará con un museo de
paleontología”. En el limbo de los dinosaurios ya han escuchado antes la promesa de un
político.
(El País, 23/02/2014)
Hallan un nuevo género de trilobites en Los Barrios, de 520
millones de años
El equipo del catedrático Liñán bautiza al pequeño animal marino como Lunagraulos.
Las paredes rocosas de Barrios de Luna, que centran la investigación científica
mundial, han vuelto a abrirse como una enciclopedia para explicar la explosión de vida
del Cámbrico que permitió poblar de animales complejos el mar subtropical que cubría
este municipio leonés hace más de 540 millones de años. Y lo han hecho devolviendo
los fósiles de un nuevo género de trilobites, unos pequeños artrópodos marinos que
fueron los ancestros de los actuales arácnidos y escorpiónidos, entre otros. El hallazgo,
de gran importancia, se produjo en las recientes excavaciones del equipo liderado por el
catedrático de Paleontología
de la Universidad de
Zaragoza, Eladio Liñán, que
ha logrado reunir a un grupo
multidisciplinar de nueve
expertos de los campus de
Huelva y Valencia, del
Instituto
Geológico
de
Moscú y del Museo de
Historia Natural de Londres.
El nuevo museo ocupa la antigua sede administrativa de la
mina de Mercurio de Miñera
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
74
El nuevo espécimen posee sólo 4 centímetros de tamaño, incluida una cabeza de
1,5 centímetros. Apareció en unos estratos de la ladera de Los Barrios a Miñera y su
antigüedad, según calculan, supera los 520 millones de años. «Este género, como
muchos trilobites, dispone de un esqueleto externo de quitina y calcita que le recubría a
modo de escudo. Se protegía enrollándose sobre sí mismo como las actuales cochinillas
de humedad para preservar la región ventral donde el esqueleto era más delgado con el
fin de darle más movilidad», explica.
Para desplazarse, el esqueleto estaba formado por placas articuladas. La mayor
correspondía a la cabeza y poseía hasta diez torácicas alargadas, la última, la cola o
pigidio, de un tamaño muy reducido y forma triangular. Liñán cree que este trilobite
debió poseer unos colores gris azulados y que se alimentaba de materia orgánica en
suspensión incluyendo microorganismos y algas.
Lo sorprendente es que «es el animal más antiguo que se conoce de la familia
Agraulidae y por lo tanto el ancestro de los 35 géneros de trilobites que la componen.
Hasta ahora se conocía de él un sólo ejemplar casi completo y una docena de placas
cefálicas». El nuevo género se ha denominado Lunagraulos en honor al pueblo de Los
Barrios de Luna. «Es, por su edad, uno de los más antiguos que se conocen, tiene unas
características muy primitivas dentro de los trilobites y es típico de comunidades
marinas de alta energía donde es difícil que se registren fósiles», precisa. El
descubrimiento servirá a la comunidad científica para ir reconstruyendo el puzle de los
abuelos de los artrópodos, el grupo más numeroso en la biosfera actual en número de
especies y en cantidad de individuos.
En ese sentido, Los Barrios «es un lugar privilegiado para estudiar los
acontecimientos del Cámbrico, pues es uno de los pocos lugares de Europa donde ese
periodo se encuentra completamente representado», indica. Los primeros fósiles se
encontraron en los años 30 al construir el embalse de Luna. A partir de los años 50
distintos equipos de universidades alemanas se ocuparon de estudiar su geología y
paleontología. Fueron relevados por la Universidad de Oviedo en los 70 y por
investigadores de Zaragoza y Valencia en cooperación con la Universidad de León, en
los años 90.
(Diariodeleon.es, 27/02/2014)
Hallan en Tarragona un fósil de reptil marino del Jurásico único
en Cataluña
Tortosa (Tarragona), 21 may (EFE).- El fósil hallado casualmente por un guarda
en el Parque Natural de Els Ports es un cráneo cocodriliforme marino, posiblemente de
la especie ictiosaurio o Talattosuchia, con una antigüedad de entre 175 y 183 millones
de años, informa el Ayuntamiento de Tortosa.
Según el consistorio, ello lo sitúa en el período geológico del Jurásico y, a falta
de que estudios ulteriores lo confirmen, sería el primer hallazgo de estas características
en Cataluña y la segunda en España.
El hallazgo consiste en un cráneo entero, dos dientes y otros restos óseos, junto a
otros restos de invertebrados.
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Los
restos
están
empotrados en una roca caliza,
que identificó casualmente un
trabajador del parque natural de
los Ports hace aproximadamente
un año y, desde entonces, los
expertos han examinado el
hallazgo y el escenario donde se
localizó, que no se divulgará para
preservar su integridad y evitar
expolios.
La prudencia se impone en las
primeras valoraciones de un
hallazgo como éste y los expertos, de entrada, se limitan a reconocer su "importancia,
tanto a nivel científico como patrimonial", indica el Ayuntamiento.
En cualquier caso, el fósil se ha incluido en el Inventario del Patrimonio
Arqueológico y Paleontológico de Cataluña, y el espacio donde se ha encontrado ha
quedado registrado como Yacimiento Paleontológico de Els Ports.
Los primeros estudios consideran "necesaria una intervención paleontológica y
de restauración, estudio y documentación de los restos óseos hallados, así como de la
rica fauna invertebrada asociada", según el informe elaborado por el Servicio
de Arqueología y Paleontología del Departamento de Cultura de la Generalitat.
(lainformacion.com, 23/05/2014)
El dinosaurio hallado en 2004 en Salas de los Infantes (Burgos)
podría pertenecer a una especie única.
El Diario de Burgos publica un artículo sobre la visita científica al Museo de
Dinosaurios del paleontólogo José Ignacio Canudo. Os dejamos el texto íntegro.
Investigadores de la Universidad de Zaragoza y del Museo de Dinosaurios de
Salas de los Infantes (Burgos) creen que se han topado con un espécimen único de
dinosaurio cuyos restos salieron a la luz entre los años
2004 y 2006 en la comarca serrana.
Así se puso de manifiesto en una
jornada de trabajo de investigadores de los dos centros
que ya han publicado varios artículos en revistas y
foros científicos sobre el hallazgo. El dinosaurio que se
presume
como
único
era
un gigante
de
aproximadamente 24 metros de largo y 45 toneladas de
peso. Asimismo, varios de sus huesos superan el metro
de longitud, lo que ha permitido su identificación
como un dinosaurio titanosauriforme; un grupo que
incluye al famoso braquiosaurio o al gigante argentino
descubierto ahora. El avance en el estudio del
dinosaurio burgalés está sacando a la luz que posee
caracteres que no se han descrito antes en otros
dinosaurios.
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En el estudio ha trabajado, por parte de la Universidad de Zaragoza, José Ignacio
Canudo, un especialista que también colabora con el equipo de paleontólogos
argentinos que ha difundido recientemente el descubrimiento del mayor dinosaurio del
mundo. Canudo participó en la excavación realizada en Patagonia donde se produjo ese
descubrimiento. La colaboración entre las instituciones burgalesa y aragonesa se
enmarca en el desarrollo de un convenio que firmaron hace un año para diseñar acciones
conjuntas de investigación y divulgación sobre los dinosaurios ibéricos y su importancia
en el contexto de hallazgos en otros lugares del mundo.
El Museo de Dinosaurios sigue fortaleciendo su estrategia de colaboración con
otras instituciones para conseguir sinergias que impulsen la puesta en valor del
patrimonio paleontológico serrano, único en el mundo. El pilar fundamental del trabajo
del museo salense es la investigación, que produce conocimientos para el disfrute de la
sociedad a través de su difusión y divulgación.
(http://colectivosalas.blogspot.com.es/2014/05/el-dinosaurio-hallado-en-2004-ensalas.html 25/05/2014)
El mayor tiburón de la historia colonizó las aguas Canarias
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha descubierto en los fondos de isla
de La Graciosa, en Canarias, un importante yacimiento de fósiles del mayor depredador
marino que ha existido en el mundo, el “megalodón”, un tiburón extinguido hace dos
millones de años.
El yacimiento fue hallado al pie de la montaña submarina conocida como Banco
de la Concepción, al norte de La Graciosa y a unos 1.000 metros de profundidad,
durante la campaña de investigación marina INCOECO 1012, realizada por el buque
“Ángeles Alvariño” del IEO.
El tiburón megalodón vivió aproximadamente desde hace 20 millones de años, en el Mioceno,
hasta hace tan solo 2 millones de años, en el Plioceno. Por el tipo de dientes que poseía, los
científicos piensan que se alimentaba de grandes presas, como ballenas, delfines, focas u otros
mamíferos marinos, así como de grandes peces y tortugas.
Los responsables del descubrimiento de los fósiles del tiburón destacan que se
trata “un acontecimiento de gran relevancia científica“, que ”demuestran que en esa
época vivió, cazó y se reprodujo en estas aguas el mayor depredador marino de todos
los tiempos, el Otodus Megaselachus Megalodon“, un tiburón que llegaba a alcanzar los
20 metros de largo y las 100 toneladas de peso.
Fue una especie cosmopolita, presente en todos los océanos, y un gran
migrador”, añade el IEO. El hallazgo de sus restos en Canarias se produjo en octubre de
2012, cuando su buque oceanográfico “Ángeles Alvariño” descubrió un yacimiento con
fósiles de otros tiburones extintos, de ballenas y de un sirénido, nombre que aglutina a
mamíferos marinos del tipo manatí, aunque su identificación se logró recientemente.
Los científicos Pedro Pascual, biólogo marino del IEO, y Franco Cigala, profesor de
Paleontología y Paleoecología de la Universidad de Parma (Italia), determinaron
finalmente que algunos de los fósiles hallados eran restos de un megalodón, en concreto
15 piezas dentarias. Pedro Pascual destaca que “la presencia de este superdepredador,
así como de otras especies de tiburones representantes genuinos de los niveles
superiores en las redes tróficas marinas, demuestra la existencia de enormes cantidades
de comida, como ballenas, focas, sirénidos o bancos de peces en aguas canarias en aquel
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
77
momento de la historia”. Eso, añade, “aporta información novedosa que permite
esbozar el paisaje marino existente en las Islas Canarias cuando éstas empezaban a
nacer del lecho oceánico durante el Mioceno, entre 23 y 5 millones de años atrás”.
Respecto a los demás restos encontrados en el yacimiento, el IEO recalca que la
existencia de sirénidos nunca
había sido antes registrada en
Canarias,
por
lo
que
encontrar vestigios de su
paso por las islas “aporta una
información muy valiosa
sobre el ecosistema y el tipo
de clima existentes durante el
inicio de la formación del
archipiélago”.
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 02/09/2013.- Fotografía facilitada por el Instituto Español
de Oceanografía (IEO) que ha descubierto en los fondos de isla de La Graciosa, en Canarias, un
importante yacimiento de fósiles del mayor depredador marino que ha existido en el mundo, el
"megalodón", un tiburón extinguido hace dos millones de años El yacimiento fue hallado al pie
de la montaña submarina conocida como Banco de la Concepción, al norte de La Graciosa y a
unos 1.000 metros de profundidad, durante la campaña de investigación marina INCOECO 1012,
realizada por el buque "Ángeles Alvariño" del IEO. En un comunicado, los responsables del
descubrimiento destacan que se trata "un acontecimiento de gran relevancia científica", ya que
estos fósiles "demuestran que en esa época vivió, cazó y se reprodujo en estas aguas el mayor
depredador marino de todos los tiempos, el Otodus Megaselachus Megalodon", un tiburón que
llegaba a alcanzar los 20 metros de largo y las 100 toneladas de peso. EFE/ SOLO USO
EDITORIAL
Science publica un estudio sobre 17 nuevos cráneos de la Sima de
los Huesos
Los cráneos de este yacimiento burgalés tienen una antigüedad de 430.000 años,
siendo los más antiguos de especie neandertal
El trabajo, dirigido por Juan Luis Arsuaga, confirma la teoría de la evolución
‘modular o mosaico’ en este tipo de cráneo
Los investigadores llevan identificando y reconstruyendo cráneos desde que en
1993 aparecieron los tres primeros
La prestigiosa revista Science publica un trabajo completo sobre 17 nuevos
cráneos localizados en la Sima de los Huesos, con más de 430.000 años de antigüedad,
lo que los convierte en los más antiguos con rasgos neandertales. El estudio, dirigido
por Juan Luis Arsuaga, confirma la teoría de que el patrón evolutivo del cráneo
neandertal es tipo “modular” o en “mosaico“, comprobándose que los primeros cambios
se produjeron en los dientes y en la cara, lo que hace indicar también que se trató de una
especialización masticatoria. El resto de las modificaciones en el cráneo se produjeron
más tarde.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
78
El artículo da a conocer una increíble colección de hasta diecisiete cráneos, en
diferentes estados de conservación, y se publica veintiún años después de que
en 1993 se presentaran en la revista Nature (equivalente británico de Science) los tres
primeros cráneos encontrados en este yacimiento. Desde entonces, los investigadores
han estado trabajando en la Sima de los Huesos, identificando fragmentos craneales
para recomponer los cráneos. Se estima que el número de individuos acumulados en se
acerca a la treintena y, aunque sus esqueletos parecen estar completos, los huesos se
encuentran en trozos mezclados.
“No
hay
ningún
yacimiento en la historia que
Cráneo 17, la "joya" de la colección. Javier Trueba
haya proporcionado tantos
cráneos de una especie
humana extinguida”, asegura
Juan
Luis
Arsuaga.
Además, todos los individuos
de la Sima de los Huesos
pertenecen a una misma
población biológica, lo que
permite estudiar su variación
individual, las diferencias
sexuales o el patrón de
desarrollo. Desde finales de
los años ochenta el equipo de
investigación sostiene que la población de la Sima está relacionada con los
neandertales. Ahora se sabe que el origen de todo el grupo tiene al menos 430.000
años. Los fósiles de la Sima son los más antiguos conocidos con rasgos neandertales.
Evolución modular
El estudio da respuesta también al interrogante sobre la formación del cráneo
neandertanl, confirmando la teoría avanzada por otros autores de que el patrón evolutivo
es de tipo ‘modular’ o ‘en mosaico’. Los primeros cambios se produjeron en los dientes
y en la cara, lo que parece indicar que se trató de una especialización masticatoria.
Otras partes del cráneo, como la caja craneal o neurocráneo y el encéfalo que contiene,
se modificaron más tarde. Además, durante estos años se ha trabajado en un mejor
conocimiento de la geología del yacimiento, básico para entender cómo se produjo la
acumulación de cadáveres.
La uniformidad de la
población de la Sima de los
Huesos contrasta con la
variación que se encuentra
cuando se comparan todos los
fósiles
europeos
del
Pleistoceno medio, periodo
que va desde hace 780.000
años hasta hace 130.000 años.
Algunas
desemejanzas
pueden deberse al tiempo que
separa los yacimientos, pero Equipo trabajando en la Sima de los Huesos. Javier Trueba
otras parecen tener más que
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
79
ver con diferencias regionales. Incluso es posible que convivieran poblaciones con
rasgos neandertales más o menos marcados junto con otras que presentan un aspecto
arcaico.
Es probable que hubiera reemplazamientos de unas poblaciones por otras y
también intercambios genéticos, como se ha apuntado al respecto del genoma
mitocondrial recuperado hace poco en uno de los fósiles de la Sima, y que no es del tipo
neandertal. Los autores del trabajo se decantan por un modelo evolutivo complejo, o
cladogenético, antes que por uno lineal o anagenético, más simple. En resumen, la
colección de la Sima de los Huesos, que previsiblemente seguirá creciendo en los
próximos años, es cada vez más importante para el estudio de la evolución humana.
El estudio está realizado por investigadores del Centro Mixto de Evolución y
Comportamiento Humanos (formado por la Universidad Complutense de Madrid y el
Instituto de Salud Carlos III), de las universidades de Alcalá, Zaragoza, País Vasco,
Burgos, Rovira i Virgili de Tarragona, Centro Nacional de Investigación sobre la
Evolución Humana de Burgos, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució
Social (Tarragona), University of Adelaide (Australia), Binghamton University (SUNY,
USA), National Taiwan University, Berkeley Geochronology Center (USA), U.S.
Geological Survey, y Muséum National d’Histoire Naturelle (Paris). Se
publica como Research Article, categoría que se reserva para trabajos destacados, a los
que se les concede un mayor espacio en la revista.
(burgosconecta.es, 19/06/2014)
Hallan en Valencia el esqueleto de un leopardo del Pleistoceno
El descubrimiento se produjo en una cueva de 150 metros de profundidad en la
localidad de Fontanars del Aforins
El Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) del Museo de Prehistoria de
Valencia ha recuperado un esqueleto casi completo de leopardo europeo prehistórico Panthera pardus- hallado en una sima de Fontanars dels Alforins, conocida como el
Avenc de Joan Guitón, de acuerdo con fuentes de la Diputación de Valencia.
Según ha explicado Alfred Sanchis, arqueozoólogo del SIP, "la morfología
indica que es un ejemplar posiblemente del Pleistoceno superior, pero la datación
definitiva, que oscilará entre 120.000 BP y 10.000 BP la aportará los resultados del
Carbono 14 realizados a un fragmento de hueso que hemos enviado a analizar a un
laboratorio de Viena".
Sanchis comenta que los restos de fauna descubiertos en contextos
paleontológicos -como es el caso del leopardo de Fontanars- son más difíciles de datar.
"En estos casos, es la morfología la que indica, aproximadamente la época de
referencia", ha precisado.
En el caso del leopardo de Fontanars dels Alforins, sus características
morfológicas similares a otros hallazgos de fauna ibérica prehistórica contribuyen a la
datación cronológica.
Los restos de Fontanars dels Alforins presentan semejanzas morfológicas a otras
panteras pleistocénicas halladas en Algar de Manga Larga en Portugal, en la cueva
Allekoaitze de Guipúzcoa, en Los Rincones (Zaragoza) y en Torrejones (Guadalajara).
El esqueleto fue descubierto el verano pasado por los espeleólogos Vicent Sanchis y
Rebeca Díaz durante unos trabajos topográficos en la sima.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
80
El SIP de la Diputación de Valencia, viendo el interés del hallazgo ha impulsado
y coordinado la recuperación de los restos de este felino, localizados a 150 metros de
profundidad, que se llevó a cabo en diciembre de ese mismo año.
La consolidación, restauración y estudio morfométrico de los restos se está
realizando en el Laboratorio de Restauración y en el Gabinete de Fauna Cuaternaria del
Museo de Prehistoria de Valencia cuyos resultados se darán a conocer próximamente.
La Universitat de València y la
Universidad de Zaragoza colaboran,
respectivamente, en la toma de muestras
para su datación y en un estudio global
sobre la distribución del leopardo en la
península Ibérica durante el Pleistoceno y su
relación con los grupos humanos
prehistóricos.
El leopardo -o pantera- está presente
en la actualidad por diversas zonas de África y Asia, pero durante el Pleistoceno su
distribución fue más amplia y ocupó gran parte de Europa hasta su desaparición.
(ABC.es, 06/07/2014)
Investigadores de la UMA demuestran una fuerte actividad
hidrotermal durante el Pleistoceno en la Hoya de Baza
Un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), liderados por el
profesor José Manuel García Aguilar, ha demostrado la existencia de una fuerte
actividad hidrotermal en la región de la Hoya de Baza (Granada), durante los últimos
millones de años
Un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), liderados por
el profesor José Manuel García Aguilar, ha demostrado la existencia de una fuerte
actividad hidrotermal en la región de la Hoya de Baza (Granada), durante los últimos
millones de años.
El estudio, que acaba de publicarse en la revista Quaternary Science Reviews,
publicación de élite sobre las investigaciones del Cuaternario, analiza y documenta una
serie de evidencias geoquímicas, mineralógicas y estratigráficas que apuntan a la
existencia de una fuerte actividad hidrotermal en esta región.
De este termalismo, ligado a la evolución tectosedimentaria de la cuenca, quedan
hoy en día vestigios en los balnearios de Alicún de las Torres o de Zújar, han indicado
desde la institución académica a través de un comunicado.
Es precisamente el hallazgo de tales anomalías ligadas a fenómenos
hidrotermales --la presencia de celestina, depósitos de azufre nativo, arcillas
magnésicas, estromatolitos y formaciones travertínicas-- lo que permite explicar toda
una serie de aspectos insólitos de la Hoya de Baza en el Pleistoceno inferior, como la
existencia de un lago que mantenía una lámina de agua permanente durante todo el año.
Las precipitaciones que recibe hoy día la región representan tan solo 350
mililitros al año, "por lo que serían claramente insuficientes para recargar este acuífero
cuando la cuenca era endorreica", han señalado. Esto significa que el lago se habría
desecado estacionalmente, como ocurre hoy día en la Laguna de Fuente de Piedra
(Málaga), análogo actual a menor escala del lago de Baza.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
81
Además, las bajas temperaturas invernales habrían supuesto que sus aguas se
congelasen en superficie, lo que imposibilitaría la existencia de ciertos elementos de la
fauna, como el hipopótamo gigante del Pleistoceno, especie bien documentada en los
yacimientos paleontológicos de la región.
Investigadores de la UMA
demuestran
una
fuerte
actividad
hidrotermal
durante el Pleistoceno en la
Hoya de Baza
Este megahervíboro,
cuya
masa
corporal
duplicaba la de la especie
actual, tenía una mayor
dependencia del medio
líquido al alimentarse de
vegetación exclusivamente
acuática. "La clave radica en
los valores isotópicos recuperados en el colágeno fósil de la fauna del yacimiento
arqueológico de Venta Micena (Orce, Granada), pues indican que hace un millón y
medio de años las precipitaciones en la hoya de Baza, en torno a unos 800 mililitros,
eran bastante superiores a las actuales", han explicado.
Este mayor aporte hídrico, sumado al de las aguas termales, cuyas temperaturas
de surgencia se sitúan en torno a 36 grados centígrados, se traduciría en la estabilidad
hidrológica del lago, necesaria para la existencia en su entorno de una fauna de marcado
carácter subtropical.
Dicho escenario configura lo que se conoce como un hotspot de alta
productividad biológica, similar al que se encuentra en la cadena de lagos
del África oriental, cuna de la humanidad.
El profesor José Manuel García Aguilar ha estado acompañado en este estudio
por otros profesores de las áreas de Paleontología, Estratigrafía y Botánica de la UMA,
como los doctores Antonio Flores Moya, Antonio Guerra Merchán, Paul Palmqvist
Barrena y Francisco Serrano Lozano, junto doctor y arqueólogo Bienvenido Martínez
Navarro, del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, coordinador de
las investigaciones paleontológicas que se están llevando a cabo en el entorno de la
localidad granadina de Orce.
La zona
La cuenca de Guadix-Baza, ubicada en el altiplano granadino y rodeada por las
cumbres más elevadas de la Cordillera Bética --Sierra Nevada, Sierra de Baza, Sierra de
las Estancias, Sierras de Cazorla y de Segura--, es una región semidesértica cuyo paisaje
rememora los últimos reductos del reino nazarí en Andalucía.
Sus comarcas atesoran un singular patrimonio histórico y natural, lo que le
otorga una dimensión internacional a esta región agreste. Así, en la hoya de Baza se
encuentran los yacimientos arqueopaleontológicos más importantes de la rivera norte
del Mediterráneo, comparables a los del Valle del Rift en el África oriental.
En diversos yacimientos de la cuenca situados en las inmediaciones de la villa
granadina de Orce, como Barranco León, Fuente Nueva-3 y Venta Micena, tienen lugar
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82
actualmente excavaciones sistemáticas, auspiciadas por la Consejería de Cultura de la
Junta de Andalucía, en un esfuerzo por poner en valor dicho patrimonio.
Estas excavaciones han permitido recuperar las evidencias fósiles más antiguas
de presencia humana en Europa occidental, fechadas en 1,4 millones de años,
documentando el entorno ecológico y paleoambiental de las comunidades de grandes
mamíferos en las que se insertaban estos remotos pobladores, desarrolladas en el
entorno de un gran lago salobre.
(lainformacion.com, 28/07/2014)
La ausencia humana en Atapuerca hace 600.000 años pudo deberse
a la competencia con otros carnívoros
Un grupo multidisciplinar de investigadores, entre ellos el miembro del Institut Català
de Paleontología Humana i Evolució Social (Iphes) Jordi Rosell, considera que la
ausencia humana en Atapuerca hace 600.000 años pudo deberse a la competencia con
otros carnívoros, depredadores y carroñeros.
Un grupo multidisciplinar de investigadores, entre ellos el miembro del Institut
Català de Paleontología Humana i Evolució Social (Iphes) Jordi Rosell, considera que la
ausencia humana en Atapuerca hace 600.000 años pudo deberse a la competencia con
otros carnívoros, depredadores y carroñeros.
En un artículo publicado en la revista Plos One, los humanos podrían haberse
visto excluidos de dicha comunidad a inicios del Pleitoceno Medio principalmente por
la presencia del jaguar europeo --Panthera gombaszoegensis-- y la hiena rayada -Hyaena hyaena--, con quienes mantendrían una intensa competencia por el alimento, ha
informado el Iphes.
El grupo ha utilizado un método matemático desarrollado por el equipo del
Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) que permite
estudiar los recursos cárnicos que podían obtenerse de las poblaciones de herbívoros de
forma sostenible y simula la distribución de esos recursos entre los depredadores y
carroñeros presentes en el ecosistema.
Los resultados ponen también en evidencia la relevancia de analizar niveles con
ausencia de presencia humana, como el nivel TD8 del yacimiento de Gran Dolina, para
entender mejor los comportamientos y la socioeconomía de los homínidos durante el
Pleistoceno en Europa.
El modelo aplicado a la comunidad del nivel TD8 de Gran Dolina permite
estimar los individuos de cada población que podrían servir de alimento a los carnívoros
sin que el ecosistema se colapse.
"Ahora se trataría de comprobar, con el mismo modelo matemático, si en otros
yacimientos europeos la ausencia de presencia humana durante este periodo --hace
700.000-500.000 años--, corresponde a un fenómeno similar al de Atapuerca o, por el
contrario, obedece a otras causas", ha asegurado Rosell.
(lanoticia.com, Europa Press, 29/07/2014)
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83
La Rioja atesora casi 10.000 icnitas al descubierto para su
conservación
El campo de trabajo de restauración de Enciso se ha centrado en los yacimientos
riojanos de La Virgen del Campo y Valdecevillo
Los yacimientos paleontológicos de La Rioja atesoran un patrimonio de casi
10.000 icnitas -huellas fosilizadas de dinosaurio- al descubierto, cuya conservación es
una constante de los investigadores y de los campos de trabajo que cada año organiza se
organizan en estos afloramientos.
Así lo ha explicado Félix Pérez Lorente, investigador y director del campo de
trabajo de Enciso de restauración y restauración de huellas de dinosaurio, organizados
por la Universidad de La Rioja, con el apoyo del Gobierno regional y que hoy concluye.
Este campo de trabajo, durante los últimos quince días, se ha centrado en los
yacimientos riojanos de La Virgen del Campo y Valdecevillo.
Los
trabajos
han
consistido en la reparación de las
rocas con huellas fosilizadas,
que
pueden
romperse
al
permanecer a la intemperie, ha
explicado el paleontólogo, cuya
labor de investigación en los
yacimientos de icnitas riojanos,
considerados de los más
importantes del mundo, se
remonta a los últimos 35 años.
Los alumnos participantes, procedentes de distintas comunidades autónomas,
han limpiado los afloramientos de tierra y plantas, han rellenado las grietas con mortero,
silicona y resina y han pegado los fragmentos sueltos, un trabajo que se repite cada año
para paliar, en lo posible, los efectos de los agentes atmosféricos sobre estos
yacimientos que están a la intemperie, ha indicado.
En el trabajo de campo, además de la reparación de los yacimientos, también se
han examinado y se ha explicado a los alumnos las huellas que afloran.
En las clases de última hora de la tarde, los alumnos han estudiado los tipos de
dinosaurio, sus huellas y han aprendido a analizar un rastro real.
A partir de diapositivas hechas sobre un rastro de un yacimiento, encuadradas en
una malla, se ha dibujado el rastro a escala, se han tomado las medidas y se ha analizado
el tipo de huellas y las características del rastro, como la velocidad y la altura del
dinosaurio, entre otros conceptos.
Pérez Lorente, profesor jubilado de la Universidad de La Rioja e investigador
agregado del Instituto de Estudios Riojanos, ha destacado la importante labor de
conservación que requieren los yacimientos, diseminados en distintas zonas de La Rioja
Baja, aunque el mayor número de huellas se concentra en el Alto Cidacos.
Ha indicado que el volumen de icnitas que están sin descubrir puede ser también
importante, pero ha precisado que "seguir excavando para tenerlas a la intemperie y no
poderlas atender en cuanto a su conservación, es una irresponsabilidad".
Pérez Lorente ha lamentado el "cierre" de la Fundación Paleontológica de
Enciso, ya que ha indicado que ello conllevó "una disminución de la financiación" a los
yacimientos, a lo que se sumó la coyuntura de la crisis económica, que también
repercutió en los fondos destinados a la conservación de las icnitas.
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En su opinión, "hacen falta recursos económicos y personales" para atender el
patrimonio paleontológico de La Rioja, que atesora algunos restos que han aportado
valiosa información nacional e internacional en este campo.
Al referirse a los vestigios hallados durante los últimos años, se ha referido al
yacimiento de La Virgen del Campo, que cuenta con unas 500 huellas descubiertas, es
uno de los más grandes de La Rioja y alberga las únicas icnitas del mundo "no
discutibles" de un dinosaurio y de un cocodrilo nadadores, datadas hace 110 millones de
años, ha explicado Pérez Lorente.
El yacimiento de Valdecevillo, ha indicado, fue el primero que se descubrió en
Enciso, cuenta con reproducciones de huellas y es uno de los más visitados.
Ha recordado que La Rioja cuenta "posiblemente" con el mayor yacimiento
mundial de huellas de dinosaurio descubiertas, que a los investigadores les "permite
abordar aspectos nuevos que en otros lugares al efecto no se pueden acometer".
Sin embargo, ha incidido en que, tras varios años de avanzar en el hallazgo de nuevos
yacimientos riojanos, se vieron obligados a detener esta actividad para analizar todos los
datos, recopilarlos, extraer conclusiones y, antes de seguir, proteger y restaurar, en la
medida de sus posibilidades, las huellas descubiertas".
(Larioja.com, 31/07/2014)
Hallan el mayor esqueleto fósil de jirafa en Torrejón de Velasco
La Comunidad extrae en el Cerro de los Batallones más de 10.000 fósiles de animales
que vivieron en Madrid hace nueve millones de años
La Comunidad de Madrid ha extraído, en el yacimiento de Cerro de
Batallones de Torrejón de Velasco, el mayor esqueleto de jirafa fósil encontrado en
España y tres caparazones de tortugas gigantes.
COMUNIDAD DE MADRID. Fósil de la jirafa encontrada en Torrejón de Velasco
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
85
En este yacimiento de la Era Terciaria, se han hallado más de diez mil huesos de
animales que vivieron en Madrid hace nueve millones de años, entre ellos decenas de
fósiles de todo tipo de vertebrados, incluyendo tigres de dientes de sable, osos
primitivos, cebras, rinocerontes, varanos y aves rapaces.
La campaña arqueológica, iniciada a principios de julio, se lleva a cabo por el
gobierno regional en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones
Científicas. Los restos encontrados se encuentran en buen estado de conservación,
debido a la presencia de materiales como el sílex o la sepiolita, que protegen la
superficie de la erosión, y son numerosos, ya que las cavidades existentes en el subsuelo
actuaron como trampas naturales, lo que produjo la acumulación de los restos.
El yacimiento de Cerro de Batallones, situado al sur de Madrid, se descubrió en
1991, y fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid en
2001, invirtiendo el gobierno regional cerca de 217.000 euros en las diferentes
campañas arqueológicas que lleva a cabo desde el año 2.000
(abc.es, 31/07/2014)
El hallazgo de huesos de la nariz pondrá cara a la especie de la
Sima de los Huesos
Campaña de excavaciones corta pero fructífera. Los yacimientos de la Sierra de
Atapuerca son una auténtica fuente de información para poder ir encajando el
complicado puzle de la evolución humana en Europa desde hace 1,7 millones de años
hasta la Edad Media. Una vez más, los fósiles encontrados vuelven a poner de
manifiesto su potencial al abarcar todas estas cronologías.
Los investigadores que excavan en la Sima de los Huesos han recuperado restos
del coxal derecho (hueso de la pelvis) perteneciente a un adolescente de unos 13 años
que vivió hace 430.000 años, una vértebra de otro individuo adulto y un occipital y un
diente de otro homínido de unos 50 años, así como varios huesos de la nariz, manos y
pies. Todos estos restos permitirán conocer más sobre el desarrollo de esta especie que
vivió hace 430.000 años e, incluso, ponerla cara. «En la Sima de los Huesos tenemos
representado todo el esqueleto y, además, la mitad de los individuos son adolescentes,
lo que nos permitirá conocer más su desarrollo. Es muy complicado encontrar coxales
en el registro fósil porque la pelvis es una región muy frágil. Precisamente, la más
completa ‘Elvis’ se encontró hace 20 años en Atapuerca y no se ha repetido en ningún
yacimiento», indicó Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones junto a Eudald
Carbonell y José María Bermúdez de Casto.
Los investigadores intentarán relacionar los huesos de la nariz (caballete o
puente nasal) con algunos de los cráneos encontrados en otras campañas y saber cómo
era su rostro, mientras que el occipital confirma que los homínidos de la Sima de los
Huesos eran «muy robustos y arcaicos». «Es muy interesante porque completa el
espectro de variación morfológica», añadió el investigador.
Precisamente esa combinación de rasgos arcaicos junto con otros
incipientemente neandertales, que presentan 17 de los cráneos reconstruidos, han sido el
objeto de una publicación en la revista Science con la que se quiere replantear el mapa
evolutivo.
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La Sima de los Huesos alberga en su interior restos de unos 28 individuos que
fueron arrojados a una pequeña cavidad de unos 14 metros de caída. Desde el año 1976
se trabaja en su recuperación porque se encuentran muy fragmentados, dispersos y
mezclados, lo que dificulta su reconstrucción.
La investigadora Ana Gracia (d.) explica a la consejera de Cultura, al rector de la UBU y al
presidente de la Fundación Atapuerca detalles de los fósiles en presencia de los tres
codirectores. Luis López Araico
Este yacimiento ha dado la gran sorpresa de la campaña. La realización de una
prospección para conocer su estratigrafía confirma que tiene 30 metros, 10 más de los
previstos inicialmente (8 de ellos por debajo de la Trinchera), lo que pone de manifiesto
que hay sedimentos de una antigüedad mayor, quizás de 1,7 millones de años,
acercándose así a las cronologías africanas de Olduvai (Tanzania). «Hasta ahora la Sima
del Elefante nos ha proporcionado los registros fósiles más antiguos, de 1,3 millones de
años, y pensábamos que sería muy difícil que aparecieran otros más antiguos porque las
cuevas estaban inundadas y tapadas pero resulta que estaban abiertas, probablemente,
desde hace dos millones de años y pueden tener registros fósiles, que es lo que tenemos
que ver», apuntó Carbonell.
La próxima campaña de excavaciones se iniciará una perforación en las cuevas
situadas en la parte más alta, entre ellas Cueva Fantasma, para confirmar esta hipótesis.
«Tendremos toda la secuencia que hay en África y hay una probabilidad muy alta de
que aparezcan. El bombazo vendrá cuando lo encontremos», añadió.
Precisamente en el nivel TD6 de este yacimiento aparecieron en 1994 los
primeros restos de Homo antecessor gracias a un sondeo. La previsión es que la
excavación en extensión pueda culminarse en 2020, lo que deparará importantes
sorpresas. «Tendremos resultados extraordinarios cuando encontremos cientos de restos
de Homo antecessor y protagonizaremos otro impacto en la comunidad científica»,
subrayó Bermúdez de Castro.
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El Portalón
En este yacimiento, ubicado a la entrada de Cueva Mayor, se ha ampliado la
superficie de excavación y se han alcanzado niveles del Neolítico, donde hay estructuras
habitacionales (suelos preparados, hogares, muretes) de gran calidad. Se han encontrado
materiales líticos y cerámicos de este periodo y restos de fauna doméstica y salvaje
como el uro y el caballo.
También se ha excavado en los niveles más modernos, medievales y romanos,
que han deparado una sorpresa: un dado de hueso.
Estatuas
En esta galería hay esperanzas de encontrar restos de neandertales porque la
cronología da dataciones de entre 45.000 y 50.000 años. Se han recuperado restos de
fauna y piezas de industria. El asentamiento al aire libre Fuente Mudarra también
presenta cronologías similares y en él se han encontrado herramientas de sílex y cuarcita
manufacturadas.
El Mirador
Se han recuperado nueve cráneos en la parte de la cueva que fue utilizada como
sepulcro. Hay enterrados 23 individuos en esta pequeña cámara natural de unos 4.600
años de antigüedad.
A la presentación de los hallazgos acudieron la consejera de Cultura, Alicia
García; el rector de UBU, Alfonso Murillo; el presidente de la Fundación Atapuerca,
Antonio Méndez Pozo y el del comité del XVII Congreso Mundial de Prehistoria,
Martín Almagro
(diariodeburgos.es, 26/07/2014)
Pertenece a un Carcharocles megalodon
Hallan en Lepe un diente de tiburón de seis millones de años de
antigüedad
Un vecino de Lepe (Huelva) ha hallado un diente de tiburón de grandes
dimensiones, de 15,5 centímetros y de seis millones de años de antigüedad, cuando
realizaba labores agrícolas el pasado mes de junio en una finca de la localidad.
Este vecino Francisco Marín Raposo, intuyendo la importancia de su hallazgo,
se puso en contacto con el doctor Fernando Muñiz Guinea, paleontólogo del grupo de
investigación 'Geomorfología Ambiental' de la Universidad de Huelva, que lleva dos
décadas investigando la geología y paleontología del área de Lepe y que por esa fecha
estaba impartiendo docencia en la universidad chilena Andrés Bello, informa el
Ayuntamiento en una nota.
"Sin duda alguna se trata de un diente fósil de Carcharocles megalodon, de
grandes dimensiones de unos seis millones de años aproximadamente de antigüedad a
partir de estudios previos del sedimento donde se ha encontrado", comenta Muñiz.
"Dientes de esta especie ya se habían reportado en los sedimentos cenozoicos de
Lepe, pero nunca entero y de este tamaño", y, según datos aportados el departamento de
Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva, "parece ser que se trata de
un diente de la mandíbula superior derecha, correspondiente a un adulto y alrededor de
los 18 metros de longitud".
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El Carcharocles megalodon, uno de los mayores depredadores de los mares, es
una especie extinta de tiburón que vivió aproximadamente desde hace 23 hasta 1,5
millones de años, durante el Cenozoico superior, con una longitud de hasta 20 metros,
100 toneladas de peso, una fuerza de mordida 35 veces mayor que la del tiburón blanco
actual y cuyo diente fósil más grande encontrado, en Estados Unidos, es de unos 18
centímetros de altura.
'Leperodon', que así es como han bautizado su descubridor Francisco Marín y el
paleontólogo Muñiz al diente fósil, es junto con otro hallado en Bonares de los más
grandes encontrados en Andalucía. Tras conservarlo, los paleontólogos Francisco
Muñiz y Antonio Toscano procederán en los próximos meses a investigarlo con más
detalle comparándolo con los ya existentes y profundizando, por ejemplo, en aspectos
como el proceso de fosilización.
Los dientes del tiburón gigante prehistórico Carcharocles megalodon son
relativamente frecuentes en la provincia de Huelva y, aunque se han localizado en
municipios tales como Bonares, Beas o Cartaya, siempre que se encuentra uno de sus
dientes fosilizados es motivo de asombro y fascinación para los paleontólogos y
máxime si éste está entero y bien conservado, como el hallado en Lepe.
Este viernes el alcalde del municipio, Juan Manuel González Camacho; la
teniente de alcalde de Presidencia y Cultura, Bella Pilar Coro Martín; el paleontólogo
Fernando Muñiz Guinea y este vecino de Lepe presentarán el hallazgo en el Centro
Cultural Los Álamos.
(cienciaplus.com, 08/08/2014)
El arrecife fósil de Arnao muestra la Tierra de hace 400 millones
de años
Miguel Arbizu ha afirmado que "Si lo comparamos con un libro, en la Plataforma de
Arnao podemos leer páginas prácticamente completas"
EFE. El arrecife fósil ubicado en el entorno de la playa de Arnao, en Castrillón,
constituye "un maravilloso libro abierto" del periodo Devónico en el que se puede "leer"
la historia del planeta Tierra de hace 400 millones de años, según el profesor de
Paleontología de la Universidad de Oviedo, Miguel Arbizu.
En una entrevista con Efe, Arbizu sostiene que este gran arrecife, de 140 metros
de espesor y atravesado por el túnel que comunica la localidad de Arnao con Salinas,
"es una auténtica mina de información" y, por su excelente conservación, constituye uno
de los yacimientos del Devónico más importantes del mundo.
"Si lo comparamos con un libro, en la Plataforma de Arnao podemos leer
páginas prácticamente completas", dice este paleontólogo, que se considera un
privilegiado por tener un acceso directo al conocimiento y estudio de un lugar al que la
comunidad científica no duda en calificar de excepcional.
Arbizu, natural de Pamplona, reside en Asturias desde que cursó sus estudios en
la Universidad de Oviedo y confiesa como uno de los mejores momentos de su vida el
momento en que se encontró "cara a cara" con el fósil de una especie marina hasta ese
momento desconocida. Se trataba de un animal de poco más de tres centímetros, el
Delocare rostrata un ejemplar de trilobite -una especie que se extinguió antes de que
aparecieran los dinosaurios y que vivió en ese lugar hace aproximadamente 405
millones y que fue "bautizado" por el propio Arbizu aludiendo a su sorprendente
aspecto.
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"En ese momento te pasa algo, sientes una pequeña taquicardia al pensar que se
trata de algo nuevo y hasta que no lo describes, no paras", afirma el profesor, que
también tuvo oportunidad de descubrir varias especies más.
Arbizu había tenido su primer contacto con el yacimiento de Arnao antes de
finalizar sus estudios de Ciencias Geológicas dado que la plataforma y el arrecife "son
dos museos de la naturaleza excepcionales por la gran cantidad de fauna y por su
excelente conservación".
Así, su estudio permite observar de forma más exhaustiva que en otros
yacimientos las distintas y numerosas formas de vida que poblaban los mares de
Asturias hace 400 millones de años.
"Si comparamos Arnao con un libro, en la Plataforma podemos leer páginas
prácticamente completas, amplias superficies de los estratos, mientras que en otros sólo
podemos leer el borde de las páginas, es decir la sección de los estratos", aclara.
En Arnao, asegura, todavía se esperan hallar muchas sorpresas como los fósiles
de distintos ejemplares de árboles de 300 millones de años de antigüedad que
recientemente afloraron en la playa.
El yacimiento, recuerda Arbizu, comparte espacio "y singularidad" con la mina
de Arnao, uno de los conjuntos de patrimonio minero más emblemáticos de España al
tratarse de la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica, de el
pozo vertical más antiguo de Asturias y de la única mina submarina de Europa.
Cerrada en 1915, su castillete de madera, catalogado como Bien de Interés
Cultural, y sus galerías subterráneas, con cerca de doscientos años, permiten revivir el
ambiente de una mina primitiva "magníficamente conservada y restaura y que nadie
debería dejar de visitar".
(lne.es, 10/08/2014)
Atapuerca. Yacimiento de Galería, dataciones (y 15-2)
El hecho de que haya tantos datos sobre la antigüedad del yacimiento de Galería,
en Atapuerca (Burgos), hace que muchos de ellos deban de ser interpretados de manera
crítica, dado que los radiométricos, por ejemplo, son dispares; por lo tanto, no
coincidentes. De esta manera se proponen las siguientes antigüedades para los distintos
niveles que hemos explicado con anterioridad.
Para los sedimentos de la base de la cavidad, concretamente el nivel G1, se
encuentra prácticamente todo en el marco cronológico del Pleistoceno inferior. Desde
las primeras dataciones efectuadas por Rainer Grün, en 1987, hasta las últimas
realizadas por Christophe Falguères en 2013, han transcurrido más de 25 años y con
todos los métodos aplicados tenemos ya un marco muy interesante bien establecido. Se
continuará datando para poder contrastar de manera más detallada la información, pero
ya conocemos de forma general la edad del registro y ésta no puede variar de manera
substancial.
La base de la unidad G2 está calculada por termoluminiscencia, y dio la cifra de
500.000 años, mientras que por la series del Uranio-Thorio dio más de 300.000 años. En
este nivel se han encontrado los primeros materiales arqueológicos pertenecientes al
Modo 2. La parte superior de la unidad tendría una antigüedad de entre 237.000269.000 años por ESR (Electron Spin Resonance). En la parte intermedia, es decir, entre
G2a-G2b, este método nos da una antigüedad de 350.000-363.000, y de 422.000 por
termoluminiscencia.
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El G3, en su parte inferior, tiene una gran variabilidad, siendo de 466.000 años
por termoluminiscencia, y de entre 221.000-280.000 años por ESR. En la parte superior
las cifras son de entre 224.000-285.000 años por termoluminiscencia, y de 221.000269.000 años por ESR.
Escápula de ciervo hallada
en Galería. Los fósiles son
coincidentes
con
las
dataciones del yacimiento
por métodos diversos.
IPHES
El techo de G4
oscila entre 135.000 años
como
datación
más
moderna de Uranio-thorio
y de 177.000 años
también la más moderna
de ESR. Todo el registro
arqueopaleontológico es
anterior
al
estadio
isotópico 5. Por lo tanto,
no existen evidencias de ocupación humana en el Pleistoceno superior, dado que la
cavidad estaba ya colmatada por sedimentos.
Con estas dataciones y los registros arqueopaleontológicos podemos decir que
nos encontramos en un momento pleno del Pleistoceno medio y el tecno-complejo lítico
se caracteriza por contener herramientas líticas del Modo 2 en prácticamente toda la
serie. La microfauna y macrofauna se corresponde con los fósiles de este periodo.
El conjunto de unidades con fósiles del complejo Tres Simas-Galería-Covacha
de los Zarpazos es de la misma cronología que los niveles superiores del yacimiento de
la cueva de la Gran Dolina, aunque estos no sean coincidentes.
(elmundo.es, 09/08/2014)
Un cementerio de elefantes junto al 'spa' del pleistoceno en
Granada
Hace un millón y medio de años, la cuenca granadina de Guadix-Baza era muy
distinta a la reseca tierra que hoy apenas da para unos pocos cultivos. En lo que ahora
pertenece al término municipal de Orce, existía un lago de unos 60 kilómetros de
longitud que se convirtió en un punto de biodiversidad único en el continente europeo.
Ahora el equipo que excava en los famosos, y otrora polémicos, yacimientos
andaluces acaba de revelar en la revista Quaternary Science Reviews que por aquel
entonces, en el Pleistoceno inferior, aquel lago se nutría de aguas termales de hasta
36ºC, y que la fauna se aprovechaba del lugar para su supervivencia. Es el primer
“balneario” conocido del pasado remoto, un lugar donde humanos muy primitivos y
gigantescos elefantes compartían baños y lodos.
El hallazgo de unos minerales relacionados con sistemas hidrotermales ha sido la
pista que han seguido los investigadores de este proyecto, que dirige el paleontólogo
Bienvenido Martínez-Navarro para llegar a esta conclusión. “Encontramos restos de
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celestina (sulfato de estroncio) y estromatolitos (algas) que son típicos de aguas
calientes. Esta es una zona de una sismicidad muy alta y aún hay termalismo muy cerca.
Ahora, los sedimentos nos indican que lo hubo hace 1,5 millones de años y su presencia
facilitó que en el entorno hubiera más fauna porque templaba el ambiente y porque su
salud se beneficiaba”, explica el científico del IPHES al pie del yacimiento de Venta
Micena, uno de los más ricos del mundo en fósiles de grandes mamíferos.
Añade,
además, otro dato: el
lago de la Hoya de
Baza era grande, pero
muy poco profundo,
pese a lo cual no se
quedaba sin agua ni
en periodos de sequía,
y la explicación “más
plausible” es que
recibía aguas de las
profundidades. Y es
que la Hoya es una
mina
de
huesos
enterrados en un
paisaje que recuerda
mucho a la tanzana
Garganta de Olduvai, la “Cuna de la Humanidad” africana. Hoy apenas hay agua, pero
hace entre dos y un millón de años era un hervidero de vida animal, y humana.
Es allí, en el yacimiento de Barranco León, un antiguo canal de agua al que los
animales acudían a beber, donde se encontró hace una década un pequeño diente de
leche humano de hace 1,4 millones de años. Un tesoro paleontológico que el equipo
guardó hasta 2013, cuando lo dio a conocer. “Con la polémica que generó hace años un
fragmento de cráneo que se presentó como humano y que luego no lo era, decidimos
esperar. Ahora estamos en una nueva etapa y no hay dudas de que en Orce estuvieron
los primeros homínidos de Europa”, afirma Martínez-Navarro, que lleva excavando en
este lugar desde los 17 años.
Ciertamente, el hallazgo del primer Hombre de Orce, en 1982, lastró este
proyecto durante mucho tiempo. Pero el equipo actual no tiene dudas de que está
remontando el vuelo. “La riqueza de restos es espectacular. El lago y los manantiales
atemperaban el clima y por ello hay hipopótamos, y tigres dientes de sable, y
rinocerontes...” La lista del científico es tan larga como apabullantes son los fósiles que
nos rodean. Más de 45.000 se acumulan ya en una colección única que ahora organiza
en el Museo de Orce Sergio Ros-Montoya y que cada temporada aumenta en otros
1.500. “húmeros de caballo”, “vértebras”, “dientes” rezan los cajones, a rebosar de
huesos.
Tres son los yacimientos excavados en la campaña de 2014. Además de los
trabajos en Barranco León, escondite del pequeño diente que aún no se sabe a qué
especie humana perteneció, el equipo ha abierto Fuente Nueva, un auténtico cementerio
de elefantes, paquidermos que triplicaban el tamaño de los actuales, con más de cinco
metros de alto y 14 toneladas de peso. A los pies del científico, en Fuente Nueva se ve
un colmillo a medias de desenterrar que certifica sus palabras: “Eran tan grandes que no
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era posible cazarlos, pero los humanos y los carnívoros sabían que venían a morir aquí,
a una fuente que les ayudaba a hidratarse, que tenía minerales. Ya hemos encontrado
nueve ejemplares, pero sabemos que hay más”.
El paisaje en Orce recuerda
a la Garganta de Olduvai, en
Tanzania
La escena que recrea
es fascinante: antepasado
gigantescos de los mamuts y
otros grandes animales
acuden a las aguas termales
al sentirse enfermos, y
mueren, y son localizados
por humanos muy primitivos
(más que los de Atapuerca)
gracias a los buitres, y llegan
y se comen la carne, cortándola con piedras afiladas que abandonan en el lugar porque
son muy toscas, y que se llevan algunas patas a sus campamentos para compartir el
botín. O que acaban yéndose, acosados por las hienas gigantes, las Pachycrocuta
brevirostri. Y luego las hienas, que se dan un banquete y dejan allí sus defecaciones,
hoy fosilizadas, cropolitos las llaman, que son una pista para saber cómo era la flora del
lugar por los restos que contienen.“Antes o después encontraremos aquí más restos
humanos. Algún accidente tuvo que haber, y aparecerán. Tenemos cientos de
herramientas de piedra que tallaron en este lugar”, arguye el paleontólogo.
Acumulación de fósiles
en Venta Micena 4, un
cubil de hienas
También
el
yacimiento de Venta
Micena 4 ofrece un
panorama espectacular.
Aquello era un cubil de
hienas y nada indica que
hubiera
presencia
humana, pero si asoman
grandes acumulaciones de fósiles, de hasta 55 mamíferos y 22 de ellos de grandes
dimensiones. Una quincena de jóvenes se afana en sacarlos, bajo una lona que les
protege del sol abrasador, también casi africano. El suelo es blanco y duro, difícil de
excavar. El aire reverbera.
“Este año hemos encontrado por primera vez restos de un ave zancuda, un
flamenco o una garza. Pero aún es más lo que nos queda. Tenemos 17 kilómetros
cuadrados plagados de yacimientos únicos de ese momento en Europa, un trabajo para
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muchas generaciones que esperamos que se consolide el equipo con profesionales de la
zona y que siga creciendo”.
Bienvenido MartínezNavarro junto a una
defensa de elefante
gigante en Fuente
Nueva, Orce.
En esta nueva
fase del Proyecto de
Orce
MartínezNavarro cuenta, desde
2013, con el apoyo
económico de la Junta
de
Andalucía.
Además, se prepara un
centro
de
interpretación a las
afueras de Orce, financiado en un 70% por la Unión Europea (casi dos millones de
euros en total), en el que el equipo de investigación espera poder participar.
(elhuffingtonpost.es, 11/08/2014)
Hallan fósiles que reconstruyen armadura dérmica de uno de los
últimos dinosaurios gigantes
El vestigio pertenece a un saurópodo titanosaurios, que desarrollaron su estructura
gigante poco antes de desaparecer de la Tierra, hace 66 millones de años
TOLEDO.-Los fósiles hallados en un yacimiento situado en Cuenca, España
permitieron reconstruir por primera vez la armadura dérmica de los saurópodos
titanosaurios, los últimos dinosaurios gigantes, que desarrollaron estas peculiares
estructuras poco antes de desaparecer, hace 66 millones de años.
La reconstrucción la realizaron los
paleontólogos José Luis Sanz y Daniel
Vidal, de la Universidad Autónoma de
Madrid, y Francisco Ortega, de la
Universidad Nacional de Educación a
Distancia (UNED) y el estudio se publicó
esta semana en la revista científica online
PLOS One.
Foto: El Mercurio (Imagen referencial)
Ortega dijo que estos saurópodos pertenecen al grupo de los últimos dinosaurios
gigantes que hubo en la Tierra -el grupo de los animales más grandes que han pisado el
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planeta- que tuvieron la particularidad de generar una armadura dérmica, al acorazarse
con unos huesos muy grandes que tenían incrustados dentro de la piel.
Solo han aparecido en el mundo entre 30 y 40 huesos de este tipo, denominados
osteodermos, de ellos una veintena en el yacimiento español, que permitieron a los
paleontólogos interpretar aspectos no conocidos de la apariencia externa de estos
dinosaurios de cuello largo.
"Tenemos la colección más grande de osteodermos de saurópodos que se conoce
de un único yacimiento en todo el mundo y eso nos ha permitido interpretar cómo es la
morfología de esos osteodermos", afirmó Ortega.
Desarrollaron estas estructuras óseas al final de su existencia y no se tiene muy
claro cómo funcionaban.
Solo hay otro grupo de dinosaurios acorazados, los estegosaurios que tienen un
relativo parecido.
Tras estudiar la morfología de los osteodermos aparecidos en el yacimiento
español, los investigadores dedujeron que los saurópodos titanosaurios, que medían más
de 20 metros, llevaban los pinchos probablemente en la base de la cola y sobre todo en
dos filas a lo largo del lomo.
Lo que aún no se ha determinado claramente es la finalidad que tenían estas
estructuras, ya que parece evidente que no serían de carácter defensivo "porque estos
animales eran inmensos y no lo necesitarían", aclaró Ortega.
(emol.com, 15/08/2014)
Los neandertales desaparecieron en Europa hace 40.000 años
La alta precisión de la datación de los restos procedentes de 40 yacimientos
arqueológicos, situados en países como Rusia y España, señala que la desaparición de
los neandertales de Europa tuvo lugar hace unos 40.000 años. Esto implicaría que
neandertales y humanos modernos convivieron en estos territorios durante más de 2.000
años.
Un estudio publicado en la revista Nature, que está liderado por la Universidad
de Oxford (Reino Unido) y que cuenta con participación de científicos españoles, revela
que la desaparición de los neandertales en Europa y el fin de las culturas líticas
asociadas a esta especie se dieron hace entre 41.000 y 39.000 años. Así se desprende de
los restos fósiles encontrados en yacimientos desde el Mar Negro, en Rusia, hasta la
costa atlántica española.
El trabajo asegura que una sustitución rápida de los neandertales europeos por
los seres humanos anatómicamente modernos, es compatible con una situación más
compleja en la que se daría un mosaico biológico y cultural que se prolongaría durante
varios miles de años.
"Estas nuevas dataciones se han hecho a partir de los fósiles de neandertales –
cuando ha sido posible–, y también sobre objetos arqueológicos. Estudios previos
sugieren que los neandertales sobrevivieron durante largos períodos en ciertas partes de
Europa. La más notable de estas regiones era Iberia, donde algunos investigadores
afirmaron que estuvieron en el sur hasta hace 30 000 años", declara a Sinc William
Davies, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), coautor de la investigación.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
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Este solapamiento temporal entre los neandertales y los humanos modernos
duraría entre 2.600 a 5.400 años, lo que les permitiría intercambios culturales entre los
dos grupos, y posiblemente también genéticos.
Hueso de un brazo de un neandertal
con marcas de corte hallado en la
cueva de El Sidrón (Asturias).
/ Thomas Higham.
"El periodo de convivencia
entre los humanos modernos y los
neandertales se ha acortado respecto
al que se estimaba anteriormente.
Anteriormente se argumentaba que
el tiempo de solapamiento en
Europa occidental fue de 10 000
años más o menos. Aún así, este
período revisado es todavía mucho tiempo. Tal vez entre unas 130 y 270 generaciones
humanas, por lo que el potencial para el intercambio sigue siendo grande", destaca el
científico.
16 de los 40 yacimientos estudiados están en España
Según los autores, la determinación de las relaciones espaciales y temporales
entre los primeros humanos modernos y los neandertales es fundamental para
comprender cómo ocurrió el proceso y las razones de la desaparición de estos últimos.
Sin embargo, hasta ahora los desafíos técnicos han dificultado una datación
fiable de la época, ya que las muestras de más de 50.000 años conservan muy poco
carbono-14 para realizar una datación convencional.
Para solucionarlo, los investigadores utilizaron técnicas mejoradas de
procesamiento de las muestras y la espectrometría de masas, utilizando aceleradores de
partículas (AMS) para analizar los huesos del Musteriense y herramientas de piedra de
la industria Chatelperroniense –asociada a los neandertales–, así como artefactos
Uluzzian, que se cree que fueron construidos por los humanos modernos.
"Muchos de los yacimientos estudiados –en colaboración con muchos
investigadores españoles– son de España: Zafarraya, El Niño, Sima de las Palomas, El
Salado, Quebrada, Jarama VI, La Viña, El Sidrón, La Güelga, Esquilleu, Cueva Morín,
Arrillor, Labeko Koba, Lezetxiki, Abric Romaní y L'Arbreda. Un total de 16 de los 40
en los que hemos recogido muestras", concluye el investigador.
(agenciasinc.es, 20/08/2014)
Los helechos más antiguos
La revista científica Cretaceous Research recoge en su publicación de este mes
un artículo sobre helechos semiacuáticos del Cretácico inicial, que tienen una
antigüedad aproximada de 130 millones de años y que proceden del yacimiento
Horcajuelos, cercano a Salas de los Infantes y excavado en el año 2010 por el Colectivo
Arqueológico Paleontológico, que dirige el investigador Fidel Torcida.
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De yacimientos próximos y de la misma edad, según explican en una nota
informativa, «proceden los fósiles de dinosaurios conservados en el Museo de Salas
tales como terópodos (carnívoros), iguanodontoideos e hipsilofodóntidos (herbívoros) y
ankilosaurios (con placas y espinas óseas defensivas), así como cocodrilos, peces,
tortugas, peces.... Los helechos semiacuáticos formaron parte del paisaje vegetal de los
dinosaurios de la comarca salense». En el propio yacimiento de Horcajuelos aparecen
«otros grupos vegetales que amplían la información sobre los ecosistemas cretácicos
que ocuparon los dinosaurios».
La excavación de
Horcjuelos proporcionó
35 fósiles de estos
helechos que se han
clasificado dentro de la
familia Marsilácea y en el
género Regnellites, cuyas
hojas están formadas por
«dos foliolos elípticos o
en forma de abanico
unidos a un pecíolo».
Los
ejemplares
hallados, según apuntan,
constituyen los fósiles
más antiguos de este
grupo que se conocen en
Eurasia.
Para
los
investigadores este hallazgo «añade información importante sobre la colonización de
medios acuáticos de agua dulce por las plantas del Cretácico inicial, cuando las algas
carofitas dominaban esos medios. Los helechos semiacuáticos se diversificaron de
forma importante durante ese período, tal como muestra el hallazgo de Salas. Fue un
momento decisivo en la evolución de las plantas, pues posteriormente las Angiospermas
(plantas con flores y semillas) ocuparon esos medios cuando empezaron a extenderse
por todo el planeta».
La investigación, según informan en el comunicado, se enmarca en un proyecto
que es pionero Paleoflora de los ecosistemas cretácicos en la provincia de Burgos que
ha promovido la Junta y la Fundación Dinosaurios. El proyecto implica a un equipo
internacional de investigadores del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas,
el Museo Paleontológico de Trelew (Argentina) y las universidades de Vigo, Zaragoza,
y Nacional de México. «El objetivo fundamental es la reconstrucción global de los
ecosistemas que formaron el paisaje de los dinosaurios serranos, y las posibles
interacciones entre las plantas y los dinosaurios del Cretácico; este planteamiento lo ha
convertido en una investigación pionera en España», explican.
La comarca serrana, según los investigadores, atesora un patrimonio en flora
fósil contemporánea a los dinosaurios de «los más ricos de Europa», y que ha merecido
la atención e interés de expertos en paleobotánica europeos y asiáticos que han visitado
los yacimientos serranos. Para los estudiosos, lo más resaltable es «la gran diversidad de
plantas que están permitiendo reconstruir los ecosistemas y los climas del Cretácico en
la Sierra de la Demanda».
(DiariodeBurgos.com, 12/09/2014)
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Manadas de tortugas gigantes pasearon por la Gran Vía hace 15
millones de años
La Titanochelon habitó en Madrid entre el Mioceno y el Pleistoceno, es decir, hasta
hace menos de dos millones de años
Investigadores españoles y griegos han analizado los fondos de las colecciones
del Museo Nacional de Ciencias Naturales y han descubierto que hubo un género de
tortugas terrestres hasta ahora desconocido de hasta dos metros de longitud
llamado Titanochelon que habitó Europa hasta hace dos millones de años y que se
paseaban en manadas por lo que en la actualidad es la Gran Vía de Madrid.
«No se trata de una tortuga cualquiera sino de la mayor que habitó en Europa,
con un tamaño que podía exceder de manera notoria al de las tortugas terrestres que
actualmente habitan en las Islas Galápagos», explica el investigador de la UNED, Adán
Pérez-García.
Este descubrimiento es el resultado del análisis de los fondos de la colección de
Paleontología del museo perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. Investigadores de la UNED y de la Aristotle University of Thessaloniki
(Grecia) han estudiado el material paleontológico encontrado durante el primer tercio
del siglo XX en Madrid, que permanecía sin revisar en el museo desde la Guerra Civil
española.
Para la conservadora de la colección de paleontología de vertebrados del MNCN
Patricia Pérez Dios, con este trabajo se ha podido recuperar un «valioso material fósil de
la colección histórica que custodia el MNCN desde principios del siglo XX».
El estudio, publicado en Zoological Journal of the Linnean Society, ha aportado
suficiente información para conocer la relación de parentesco, el origen y la distribución
de las tortugas gigantes europeas.
La más abundante en Europa
La investigación se inició en el año 2005 y, mediante la reconstrucción de los
fósiles encontrados a principios del siglo XX en yacimientos de relevancia histórica
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situados en Vallecas, Ciudad Universitaria o Alcalá de Henares (Madrid), se ha
descubierto que la especie madrileña «es la más representativa y abundante de todas las
tortugas gigantes europeas», indica Pérez-García.
De hecho, los caparazones y otros huesos del esqueleto de la especie
española, Titanochelon bolivari, han servido para confirmar que en España habitaba una
tortuga diferenciada de la especie europea.
Con los datos obtenidos sobre el cráneo, el caparazón y su esqueleto
apendicular, los científicos ya pueden «imaginar cómo hace quince millones de
años, manadas de tortugas gigantes paseaban por lo que es actualmente la Gran Vía»,
añade Pérez-García.
La Titanochelon era una tortuga terrestre gigante que habitó Europa entre el
Mioceno y el Pleistoceno, es decir, desde hace unos veinte millones de años hasta hace
menos de dos millones de años.
Su caparazón podía medir hasta dos metros, era relativamente bajo pero de
anchas dimensiones y sus extremidades, muy robustas, estaban cubiertas por grandes
escamas osificadas, a modo de una coraza protectora.
(ABC.es, 06/11/2014)
Desentierran en el Pirineo el cuello de un dinosaurio de 5 metros
Pertenecía a un gran titanosaurio de unos 20 metros de largo que vivió en la zona de
Lérida hace 68 millones de años
Investigadores del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) y
la Universidad de Zaragoza han desenterrado en el yacimiento de Orcau-1 (Lérida) un
cuello de titanosaurio de más de 5 metros de longitud que vivió en la zona hace unos 68
millones de años. La estructura fabricada para sacar intacto el fósil, que los
paleontólogos llaman "momia", pesaba unos 2.500 kilos. La operación de extracción y
traslado fue todo un éxito a pesar de las grandes dimensiones y peso de la pieza, según
explica el ICP en un comunicado. Los científicos esperan que este «fósil único» aporte
nuevas informaciones sobre los dinoaurios saurópodos que vivieron en el Pirineo antes
de su extinción.
Recuperación y preparación
de la momia para preservar
los restos del dinosaurio
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Los restos incluyen 7-8 vértebras de la zona del cuello y las primeras costillas de
un tinanosaurio que, a partir de los restos encontrados, se estima que debía medir entre
15 y 20 metros de largo. Es uno de los saurópodos más grandes que se han encontrado
en el Pirineo. En el yacimiento cercano de Orcau-2 se han identificado numerosas
huellas de titanosaurio, lo que hace suponer que este animal reinaba en la zona en el
pasado.
Comparativa entre saurópodos
La operación para extraer y trasladar la momia (nombre coloquial que se da al
bloque formado por el fósil, la roca que lo rodea así como estructuras metálicas y
espuma de poliuretano que protege el fósil) duró casi 5 horas y requirió el uso de una
potente retroexcavadora. En primera instancia, se tuvo que hacer el camino para poder
acceder al lugar donde se encontraba el fósil y, posteriormente, se cargó la pieza en el
remolque que la transportó hasta el pueblo más cercano del área de Isona y Conca (el
Pallars Jussà, Lérida). El acceso al yacimiento de Orcau-1 es complicado y durante los
últimos años de las campañas de excavación ya se había ido preparando el terreno para
cuando llegara el momento de extraer este fósil.
La momia mide unos cinco metros y medio de largo por un metro y medio de
ancho y se estima que pesa entre 2.000 y 2.500 kilos. Es la más grande realizada por el
equipo de investigadores del ICP y la Universidad de Zaragoza y, probablemente, una
de las más grandes jamás hechas en Europa. Para los investigadores era interesante
extraer el bloque entero porqué las vértebras se encuentran en conexión anatómica, o
sea, dispuestas tal como estaban en el animal en vida, algo bastante excepcional en los
restos de dinosaurios que se encuentran en el Pirineo, a menudo formadas por piezas
aisladas y dispersas.
"Este hallazgo tiene para nosotros un triple interés: el científico, pues tenemos
un esqueleto que se encontraba en conexión anatómica y que nos puede aportar una
valiosa información; la divulgativa, ya que esperamos que una vez preparado sea un
elemento expositivo de primer orden en el Museo de la Conca Dellà y, finalmente, el
histórico, porque esta extracción ha sido la culminación de unos trabajos que
comenzaron hace casi 60 años", ha comentado Ángel Galobart, responsable del grupo
de investigación del Mesozoico del ICP.
"Representa una parte muy significativa de un esqueleto que nos puede aportar
una valiosa información sobre el tamaño y la biología de este dinosaurio", explicó
Bernat Vila, investigador de la Universidad de Zaragoza. La excavación de este fósil ha
recibido una ayuda de la prestigiosa National Geographic Society.
(ABC.es, 09/12/2014)
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100
Hallan en Álava fósiles similares a gambas de hace 105 millones
de años
Un grupo de investigadores ha encontrado en el yacimiento de Pañacerrada
(Álava) fósiles de unos crustáceos similares a diminutas gambas con 105 años de
antigüedad que hasta la fecha solo se han encontrado en tres puntos de Francia:
Archingeay-Les Nouillers, La Buzinie, La Garnache y Fortou.
Estos dieciocho fósiles, que han aparecido en el ámbar que surgió de la resina de
las coníferas en el periodo Cretácico, pertenecen a los crustáceos tanaidáceos y tienen
una longitud corporal de menos de un milímetro y medio, según ha informado hoy el
Instituto Geológico y Minero de España.
El hallazgo y estudio de estos fósiles, que ha sido publicado en la última edición
de la revista Journal Systematic Paleontology, revela que estos crustáceos son de un
tipo diferente al de las gambas aunque se asemejan a ellas.
Los ejemplares encontrados en Álava son extremadamente raros, ya que sólo
han aparecido en los citados tres emplazamientos franceses, pesar de que el registro de
fósiles mundial incluye unas 1.200 especies.
Los investigadores han descubierto tres nuevas especies y han conseguido
distinguir las características del macho y de la hembra, un hecho muy poco común en
ejemplares de un pasado tan remoto.
En opinión de los autores del estudio estos crustáceos fueron muy abundantes y
diversos en la antigua Península Ibérica, que hace 105 millones de años era una isla.
En la actualidad estos crustáceos son típicamente marinos y solo algunas especies viven
en charcas de agua dulce o salobre cerca del mar.
El hecho de que tantos fósiles considerados marinos hayan aparecido en el
ámbar generado en un bosque, junto con ejemplares de artrópodos típicos de suelos de
zonas de árboles, lleva a los investigadores a concluir que vivían en un suelo muy
húmedo y que eran habitantes de la hojarasca, como ocurre en la actualidad con algunos
crustáceos de otros grupos.
Este hallazgo aporta información relevante para los estudios evolutivos y sobre
la adaptación a diferentes hábitats de los organismos a lo largo de la historia de la vida,
con lo que el yacimiento de Peñacerrada vuelve a ser un referente mundial.
(ABC.es, 19/12/2014)
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101
Recuperan en Ribadesella el cráneo de un rinoceronte lanudo, que
habitó en Asturias hace unos 30.000 años
El hallazgo lo han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Oviedo en la
Cueva de La Rexidora en Cuerres
Investigadores de la Universidad de Oviedo ha terminado la recuperación de una
gran porción de un cráneo de rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis) hallada este
pasado verano en las excavaciones que realizan en la Cueva de La Rexidora en Cuerres
(Ribadesella).
Según ha explicado este martes la Universidad en un comunicado, el cráneo
constituye el más completo de esta especie hallado hasta ahora en Asturias y uno de los
mejores de la península Ibérica. El rinoceronte lanudo vivió en el Principado hace unos
30.000 años y desapareció de Europa y Asia hace 12.000 años.
El investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo,
Diego Álvarez Lao, ha sido el encargado de desarrollar los trabajos de excavación y
consolidación de la pieza descubierta en La Rexidora. "Las labores de excavación y
extracción del cráneo requirieron un cuidado extremo ya que se encontraba en
condiciones de gran fragilidad y parcialmente incluido dentro de una gruesa costra
estalagmítica, lo que dificultó mucho su extracción", explica Álvarez Lao.
Imagen
superior,
reconstrucción
de
un
rinoceronte
lanudo.
Imagen
inferior,
cráneo
de
un
rinoceronte lanudo,
que
habitó
en
Asturias hace unos
30.000 años.
El cráneo de La Rexidora es singular ya que conserva los dos maxilares
superiores con casi todos sus dientes, el paladar y parte de la base del cráneo, cuando los
hallazgos de restos craneales de esta especie en la península Ibérica, salvo excepciones,
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102
suelen restringirse a piezas dentales aisladas. Los dos dientes de leche que conserva el
cráneo permiten estimar que el individuo era joven y murió a los 4 ó 5 años de edad.
Al hallazgo de este cráneo se le une el de una mandíbula de otro individuo de la
misma especie de la cual ya se habían recuperado fragmentos en la primera campaña de
excavaciones. Estos nuevos fósiles de rinoceronte lanudo constituyen, por tanto,
ejemplares de alta singularidad y de relevante valor científico para comprender cómo
eran las poblaciones ibéricas de esta especie durante el Pleistoceno Superior.
El yacimiento de La Rexidora tiene su origen en una trampa natural, una sima en
la que los animales cayeron accidentalmente. Hasta el momento se han encontrado
restos de bisonte de estepa, rinoceronte lanudo, ciervo, reno o hiena. La presencia de
algunas de estas especies indica que por aquel entonces Asturias tenía un clima muy frío
y árido y que el paisaje sería de tipo estepa, con predominio de vegetación herbácea y
algunos árboles tipo coníferas.
El rinoceronte tendría un tamaño semejante al del rinoceronte blanco africano
actual. Esta especie alcanzaba los 4 metros de longitud, 1,85 m de altura a la cruz y un
peso que superaría las dos toneladas. Presentaba una elevada joroba tras la frente y un
pelaje denso que le cubría todo el cuerpo. Poseía dos cuernos, uno nasal muy largo (de
hasta 1,3 metros de longitud), curvo y aplanado (como un sable), y otro frontal de
menor longitud.
Ejemplares momificados por la congelación hallados en Siberia han permitido
conocer detalles de la anatomía y la apariencia del rinoceronte lanudo como su pelaje o
los cuernos. Hasta el momento en la península Ibérica se han encontrado restos de
rinoceronte lanudo en 27 yacimientos, cuatro de ellos asturianos.
(lne.es, 23/12/2014)
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103
Noticias internacionales
El color de un mundo perdido
Reptiles fósiles contienen melanina, el pigmento que distingue a los humanos por su
piel
Spielberg hizo un encomiable esfuerzo de documentación para caracterizar con
cierta verosimilitud a los dinosaurios de Parque Jurásico y sus secuelas. Pero hubo un
elemento esencial que no tuvo más remedio que inventarse: el color de aquellas bestias
prehistóricas. ¿Tenían el color de un sapo, las irisaciones policromáticas de un lagarto, o
incluso un arcoíris exuberante que pudiera competir con el de las actuales aves? Los
pájaros, al fin y al cabo, evolucionaron a partir de los dinosaurios de aquel mundo
perdido. ¿Por qué nos gusta imaginar a aquellos reptiles gigantes con ese color entre
gris plomo y verde fango que estropea los escaparates de las jugueterías?
Piel de una tortuga; escamas de un mosasaurio; y aleta de ictiosaurio / BO PAGH SCHULTZ,
JOHAN LINDGREN Y JOHAN A. GREN
La cuestión ha dejado de ser un experimento mental con el trabajo que Johan
Lindgren y sus colegas de la Universidad de Lund, en Suecia, presentan este jueves
en Nature. Estos paleontólogos han descubierto los primeros fósiles de la era de los
dinosaurios —datados entre 55 y 196 millones de años atrás— con una preservación tan
buena que ha respetado incluso los pigmentos de la piel. Una tortuga, un mosasaurio y
un ictiosaurio de aquel periodo tienen todavía en ciertas trazas oscuras de lo que fue su
piel los inconfundibles restos de la melanina, el pigmento que todavía hoy genera la
compleja variedad de colores de piel y de pelo que exhibe la especie humana. En cierto
modo, una de las causas directas del racismo.
El hallazgo de la melanina en criaturas marinas fósiles tan lejanas en el tiempo y
en la genealogía parece implicar —al menos así lo interpretan los autores de Lund—
que las tortugas y los ictiosaurios no heredaron ese pigmento de un remoto ancestro
común. Consideran más probable que la melanina evolucionara de forma independiente
en cada uno de esos linajes. Sería un caso notorio de evolución convergente, como las
alas de pájaros y murciélagos, que son similares pese a tener orígenes distintos.
La melanina, de hecho, es más que un pigmento. Cumple a menudo otra función
como hormona, y en muchas especies actuales es el regulador esencial de la temperatura
corporal. Esta es la clave, según Lindgren y sus colegas, de su evolución convergente:
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104
que sus variantes permitieron o facilitaron la adaptación de muy distintas criaturas a las
latitudes más frías, o en los periodos más gélidos por los que ha pasado el planeta.
En biología, la belleza es rara vez un mero adorno.
(El País, 08.01/2014)
Hallan en China fósiles de una nueva y enorme especie de
Titanosaurio
Su nombre científico es Yongjinglong datangi y es una nueva especie
de Titanosaurio herbívoro que habitó hace 100 millones de años en lo que hoy en día es
China. Un equipo de paleontólogos
de
la
Universidad
de
Pensilvania analizó
los
fósiles
encontrados en la provincia de
Gansu, al noroeste de China. El
resultado, publicado en un informe,
revela que pertenecieron a una nueva
especie de dinosaurio hasta ahora no
catalogada.
La imagen de
arriba corresponde a
un
un Alamosaurio,
titanosaurio muy similar
a esta nueva especie
descubierta. Los fósiles
corresponde
a
un
ejemplar aún joven, no
completamente
desarrollado, y que ya
medía unos 18 metros
de largo. Los adultos de
esta especie eran aún mayores, es decir, estaban entre los animales más grandes que
existieron en la Tierra durante el Cretácico. Estos son los restos fósiles analizados por
los investigadores:
En total se encontraron 3 dientes, 8 vértebras y otros restos fósiles del hombro y
la pata del dinosaurio. Suficiente para reconstruir su tamaño y concluir tras su análisis
que se trataba de una nueva especie, uno de los titanosaurios más desarrollados y
avanzados hasta ahora descubiertos.
Una de los aspectos que les ha ayudado a determinar que estaban ante una nueva
especie es su enorme omóplato. Es tan grande que no está dispuesto en el cuerpo de
forma convencional sino inclinado unos 50 grados sobre la horizontal, como se ve en el
dibujo.
(gizmodo.com, 01/02/2014)
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105
El fósil de un pez primitivo ayuda a entender la evolución de los
vertebrados
El hallazgo del fósil de un pez primitivo de hace más de 400 millones de años ha
permitido entender mejor cómo evolucionaron los vertebrados hasta desarrollar la
mandíbula, según un estudio publicado hoy en la revista Nature.
El análisis ha estado a cargo de científicos franceses y suecos, que estudiaron
varios fósiles, pero en especial el del pez conocido como Romundina, a través de
imágenes de rayos X. Tras un estudio exhaustivo, los investigadores mostraron cómo
los fósiles documentan el ensamblado progresivo de la cara y la mandíbula en los
vertebrados y proporcionan nueva e importante información sobre los pasos de esta
compleja transición.
Fotografía
facilitada
por
CNRS-MNHN del fósil de un
pez primitivo de hace más de
400 millones de años.
En
el
caso
del Romundina, se trata de un
pez blindado, que data de hace
410 millones de años y que
habitaba en la Australia Occidental en la época del Devónico superior. Este antiguo fósil
muestra la evolución de la anatomía craneal entre los ciclóstomos, una antigua clase de
peces sin mandíbulas, y los galeáspidos, una clase extinta de peces que habitaron tanto
en agua dulce como en salada desde el Silúrico Medio al Devónico Inferior (430 a 370
millones de años atrás).
"Este cráneo es una mezcla de rasgos primitivos y modernos, por lo que es un
fósil intermedio entre los vertebrados sin mandíbula y aquellos que sí
tenían", dijo Vincent Dupret, principal investigador del estudio y profesor de la
Universidad de Uppsala (Suecia), que reconoció que gracias a las nuevas tecnologías, el
fósil se ha podido analizar.
La importancia del descubrimiento del fósil primitivo radica en su análisis a
través de rayos X, que permitió crear una imagen virtual en el Laboratorio Europeo de
Radiación Sincrotrón de Grenoble, en Francia, que proporcionó a los investigadores una
representación exacta de las estructuras del cráneo.
(Lainformacion.com, 12/02/2014)
La 'Pompeya' de los dinosaurios sepultados por un volcán en
China
Quedaron sepultados bajo tierra en el territorio que hoy es China hace entre 130
y 120 millones de años. Se trata de decenas de fósiles de dinosaurios, mamíferos y aves
primitivas que han llegado a nuestros días excepcionalmente bien conservados. La
postura en la que se encuentran sugiere que la muerte les pilló por sorpresa, como a los
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106
habitantes de Pompeya que quedaron enterrados por la erupción del volcán Vesubio en
el año 79.
Los científicos creen que la muerte de la fauna que durante el Cretácico inferior
poblaba el norte de China se debió también a una erupción volcánica, como ha
confirmado una investigación publicada esta semana en la revista Nature
Communications. Biota de Jehol es el nombre del rico ecosistema del norte de China
que albergaba una gran variedad de plantas y animales durante ese periodo geológico.
Los fósiles se han desenterrado de las formaciones de Yixian y Jiufotang.
En aquella época convivían en esa zona de Asia dinosaurios no avianos,
mamíferos, lagartos, aves primitivas y numerosas especies de invertebrados. Los
científicos que han reconstruido el ecosistema señalan que en él debía haber lagos y
bosques de coníferas rodeados por volcanes. Se sabe que esta zona era volcánicamente
muy activa.
Letales coladas piroclásticas
Según los autores de este estudio, el análisis de los fósiles de aves y dinosaurios
desenterrados en distintos enclaves y de los sedimentos del terreno en el que se hallaron
los restos muestra que la curiosa yuxtaposición de los cuerpos se debió a letales coladas
piroclásticas que tuvieron su origen en erupciones volcánicas explosivas.
Se trata de una mezcla de gases volcánicos a altas temperaturas, materiales
rocosos calientes y aire que se desplaza a nivel del suelo. Estas corrientes piroclásticas
pueden alcanzar velocidades de hasta 200 kilómetros por hora. La combinación de calor
y velocidad hace que tengan un gran poder destructivo.
Fósiles de vertebrados (a, Psittacosaurus; b-c, Confuciusornis) BAOYU JIANG
Baoyu Jiang, investigador de la Universidad Nanjing y autor principal, y sus
colegas recuerdan en su estudio que las formaciones de Yixian y Jiufotang contienen
numerosos fósiles de vertebrados, invertebrados y plantas excepcionalmente bien
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107
conservados. La acumulación de fósiles terrestres y de agua dulce de Biota de Jehol se
ha interpretado como el resultado de eventos en los que se produjo una mortalidad
masiva. Sin embargo, destacan los paleontólogos, hasta ahora se sabía poco sobre las
causas concretas que habían ocasionado las muertes.
Durante su investigación, comprobaron cómo cada una de los esqueletos
analizados había sido sepultado directamente por el material que compone las coladas
piroclásticas. La postura de los esqueletos sugiere que los animales habían sido
enterrados en vida y los fósiles parecían haber sido carbonizados.
Los científicos proponen que fueron las coladas piroclásticas las que
probablemente causaron las muertes y transportaron la mayor parte de los vertebrados
terrestres desde diferentes hábitats a zonas en las que había lagos y donde quedaron
enterrados. Los cadáveres de animales vertebrados transportados por el material
volcánico quedaron excepcionalmente conservados durante este proceso.
(elmundo.es, 04/02/2014)
Descubren un tesoro fósil
El esquisto de Burguess, en Canadá, es una formación geológica célebre por su
abundancia en restos de animales prehistóricos.
Según un artículo en la revista Muy Interesante, en los parques nacionales de Yoho y
Kootenay, se han encontrado vestigios de diversos organismos datando del periodo
Cámbrico Medio, hace 505 millones de años. Ahora, un nuevo lugar promete ser aún
más revelador.
El investigador Jean-Bernad Caron, de la universidad de Toronto, y sus colegas
descubrieron el nuevo yacimiento al que nombraron “Cañón Marble”.
En tan solo 15 días, ya se han recuperado miles de especímenes, la mayoría artrópodos
(animales invertebrados que poseen exoesqueleto), e identificado más de 50 especies,
incluyendo algunas previamente desconocidas.
Los nuevos fósiles serán de gran ayuda para entender la Explosión Cámbrica,
cuando la vida empezó a diversificar.
Entre los artrópodos hallados se encuentran algunas especies que únicamente se
habían visto en china, aportando nueva información acerca de la distribución de estos
animales.
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108
El sitio también confirma que la especie Pikaia, descubierta en Yoho en 1911, es
el ancestro común de todos los vertebrados.
El estudio ha sido publicado en la revista Nature Communications, sin embargo,
la ubicación exacta del sitio no ha sido revelada debido a que las autoridades
canadienses no quieren que sea visitado por el momento, lo que podría comprometer el
trabajo de los paleontólogos. Si bien la importancia del nuevo sitio será determinada
con el tiempo, los resultados preliminares apuntan a que es un verdadero tesoro
prehistórico.
(Frontera.info, 18/02/2014)
Archaeopteryx no fue el primer pájaro sobre la Tierra
Científicos de la Universidad de Bristol investigaron las tasas de evolución de
las dos características principales que precedieron al vuelo: el tamaño del cuerpo y la
longitud de la extremidad anterior. Para volar, los descomunales dinosaurios carnívoros
tuvieron que reducirse de tamaño y hacer crecer sus extremidades para mantener sus
alas emplumadas.
Fósil de Archaeopteryx. H. Raab / Museum for
Naturkunde in Berlin
"Nos quedamos muy sorprendidos al
descubrir que los cambios de tamaño claves
ocurrieron al mismo tiempo, en el origen de
Paraves (la rama de los dinosaurios que
desembocó en las aves)", dijo Mark Puttick,
de la Facultad de Ciencias de la Tierra de La
Universidad de Bristol. "Esto fue por lo
menos 20 millones de años antes del primer
pájaro, el famoso Archaeopteryx, y muestra
que el vuelo de las aves llegó a través de
varios pasos evolutivos", explicó.
Ser pequeño y ligero es importante
para un pájaro, y ahora parece que todo un
grupo de decenas de pequeños dinosaurios
eran ligeros y tenía alas de un tipo u otro. La
mayoría eran planeadores o paracaidistas,
extendiendo sus alas de plumas, pero sin aletearlas.
"De todas estas aletas y planeadores, sólo los pájaros parecen haber sido capaces
de conseguir el vuelo con motor" dijo el coautor Mike Benton, profesor de
Paleontología de Vertebrados en Bristol.
"Pero no habría elegido Archaeopteryx como el fundador de un grupo nuevo".
El estudio aplicó nuevos métodos numéricos que permiten calcular la tasa de evolución
de las características diferentes a través de un árbol de la evolución general, e identificar
donde se produjeron las explosiones de rápida evolución.
"Hasta ahora sólo se podía haber adivinado más o menos donde se produjeron
las principales transiciones evolutivas ", dijo el doctor Gavin Thomas, de la Universidad
de Sheffield, "pero los nuevos métodos identifican los cambios de tamaño. El tamaño
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109
pequeño de las aves y sus largas alas se originó mucho antes de que las mismas aves lo
hicieran".
Las aves deben su éxito a su vuelo, alas y plumas. Hasta la década de 1990,
cuando se descubrieron los primeros dinosaurios emplumados en China, se pensaba que
las aves que se originaron con rapidez, marcando una importante transición de los
dinosaurios. Ahora, sabemos que Archaeopteryx sólo uno de un gran número de
pequeños dinosaurios voladores.
"El origen de las aves solía ser vista como una transición rápida", dijo Mark
Puttick, "pero ahora sabemos que las características fundamentales que asociamos con
ellos surgieron mucho antes".
"El origen de las aves solía ser vista como una transición rápida", dijo Mark
Puttick, "pero ahora sabemos que las características fundamentales que asociamos con
ellos surgieron mucho antes".
(EUROPA PRESS, 24/02/2014)
Restos fósiles de un pliosaurio de 9'9 metros ven la luz
El hallazgo del gigante prehistórico se realizó en Sáchica (Boyacá)
UN/DICYT Su cabeza, aplanada como la de un cocodrilo, mide 2,7 metros y
conserva los dientes que llegan a medir hasta 20 centímetros. El hallazgo del gigante
prehistórico se realizó en Sáchica (Boyacá).
Los restos de este pliosaurio se desenterraron gracias a la financiación de
Ecopetrol, a datos suministrados por la Fundación Colombiana de Geobiología y a la
investigación que adelantó el equipo de trabajo dirigido por la paleontóloga María
Páramo, profesora del departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de
Colombia en Bogotá.
De acuerdo con referencias
bibliográficas, el mar Cretácico
ingresó a Colombia hace cerca de
150 millones de años por la región
que ocupa actualmente la Cordillera
Central en Antioquia y alcanzó el
actual borde llanero hace 90
millones de años, cuando logró su
máxima
inundación.
Después
comenzó a retroceder cuando los
Andes empezaron a levantarse por
el hundimiento de la placa de Nazca
debajo de la placa de Sudamérica.
“Este mar inundó el territorio colombiano hasta más o menos el piedemonte
llanero y llegó a tener conexión con lo que hoy en día es Venezuela y Perú”, explica
Páramo.
Sin embargo, la experta afirma que mientras algunos geólogos opinan que
durante el Cretácico inferior esta región boyacense se ubicaba muy lejos de la costa,
otros piensan que estaba bastante cerca.
Las evidencias a favor de estos últimos son, por un lado, la existencia de restos
vegetales que pertenecían al continente y que sería ilógico se hubieran desplazado mar
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110
adentro; y por otro lado, la presencia de yeso, una sal que se genera en zonas poco
profundas y climas muy cálidos. Frente a esto, una corriente de científicos considera
que la aparición de ese yeso es posterior.
Estas condiciones permitieron la evolución de seres enormes como los
pliosaurios, los cuales estaban en el extremo superior de la cadena trófica o alimenticia.
Se calcula que este género llegaba a pesar casi treinta toneladas (similar a lo que pesan
cuatro elefantes africanos promedio).
Por eso, algo que hace particular este espécimen de mayor tamaño es que es uno
de los más completos hallados hasta el momento en Colombia, a pesar de que las aletas
del lado derecho se perdieron durante las labores de extracción de yeso que se
desarrollaron en años pasados.
Además, está asociado con otro hallazgo relevante que es la cabeza de un
ejemplar más pequeño, lo que podría indicar la presencia de pliosaurios juveniles
conviviendo con adultos en los mismos mares.
El cráneo, que se excavó en el año 2010 y que se encuentra en el salón comunal
del sector Llanitos, está dividido en cinco fragmentos que, como un rompecabezas, van
desde las primeras vertebras del cuello hasta la punta del hocico con una dimensión de
casi dos metros.
Estudiar estos fósiles conlleva una tarea ardua y dispendiosa. La excavación para
desenterrar el ejemplar más grande (de 9,9 metros de largo, desde el hocico hasta la
punta de la cola) llevó cuatro semanas con dedicación completa y fue extraído en
bloques. Según la investigadora su preparación y estudio llevará un año y medio.
Aunque el descubrimiento se realizó en el año 2009, solo hasta finales del año pasado se
pudieron llevar las excavaciones gracias al financiamiento de Ecopetrol.
(UN/DICYT, 04/03/2014)
Descubierto un nuevo dinosaurio que fue el mayor depredador de
Europa
Hallados en Portugal los fósiles del Torvosaurus gurneyi una especie que medía diez
metros y pesaba hasta cinco toneladas
Washington. (EFE).- Un equipo de investigadores ha hallado en Portugal los
restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio que, con una longitud de diez metros y
un peso de cuatro a cinco toneladas, podría ser el mayor predador terrestre de Europa,
según un artículo aparecido en Public Library of Science ONE.
Según el estudio, encabezado por Christophe Hendrickx y Octavio Mateus, de la
Universidade Nova de Lisboa y el Museo de Lourinhã, el animal podría haber sido
asimismo uno de los dinosaurios carnívoros más grandes del período jurásico.
En los sedimentos del jurásico superior, en el centro de Portugal, se han hallado
restos de numerosas clases de dinosaurios que representan una de las faunas europeas
más ricas de dinosaurios y "ciertamente la más diversa desde el jurásico tardío en
Europa", señalaron los autores.
En esas muestras están representadas todas las ramas mayores en el árbol
filogenético de los dinosaurios, aparte de los llamados marginocéfalos o "cabezas con
reborde" que vivieron desde el jurásico superior hasta el cretácico superior entre hace
unos 157 y 65 millones de años.
Entre esos, añade el artículo, los terápodos, un tipo de dinosaurios carnívoros,
son de lejos el grupo más diversificado entre los dinosaurios.
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Los científicos que descubrieron los huesos de este ejemplar al norte de Lisboa
creyeron, inicialmente, que se trataba de un Torvosaurus tanneri, una especie de
dinosaurio que se ha hallado en América del Norte.
Una comparación más detallada del hueso de pantorrilla, mandíbula superior,
dientes y una porción de vértebra de la cola indicó a los autores que el ejemplar merecía
un nuevo nombre de especie y lo llamaron torvosaurus gurneyi.
Recreación del Torvosaurus gurney PLOS One
Este dinosaurio tenía dientes con forma de hoja de cuchillo de hasta diez
centímetros de longitud, lo cual indica que puede haber estado en la cumbre de la
cadena alimentaria en la península Ibérica hace unos 150 millones de años.
Los científicos calcularon que puede haber alcanzado un tamaño de diez metros
de largo con un peso de cuatro a cinco toneladas.
El número de dientes, como asimismo el tamaño y la forma de la boca,
diferencian al torvosauros europeo del americano. La mandíbula superior del americano
tiene once o más dientes, en tanto que la del europeo tiene menos de once.
"Éste no es el dinosaurio predador más grande que conocemos", señaló
Hendrickx. "Los tiranosaurios, carcarodontosaurios y giganotosaurios del período
cretáceo fueron animales más grandes.
"Pero con un cráneo de 115 centímetros de largo, el Torvosaurus gurney fue uno
de los carnívoros terrestres más grandes en esta época y fue un predador activo que
cazaba otros dinosaurios grandes, como lo prueban sus dientes con forma de hoja de
cuchillo".
(Lavanguardia.com, 06/03/2014)
Desentierran un varamiento masivo de ballenas de hace 9
millones de años
Científicos explican uno de los fenómenos más misteriosos de los mares, por qué los
grandes cetáceos quedan atrapados en tierra, que ya sucedía en la época del Mioceno.
Los varamientos masivos de ballenas han intrigado al mundo desde los tiempos
de Aristóteles. En la actualidad, estos sucesos pueden ser investigados y sus causas han
sido relacionadas muchas veces con la actividad del ser humano. Sin embargo, un
equipo de científicos chilenos y de la Institución Smithsonian (EE.UU.) ha examinado
un antiguo cementerio de mamíferos marinos en el desierto de Atacama, en el norte de
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112
Chile, el primer ejemplo confirmado de varamientos masivos repetidos en el registro
fósil. El sitio refleja cuatro varamientos distintos ocurridos hace entre 6 y 9 millones de
años, por una causa repetida: algas tóxicas.
El sitio fue descubierto por primera vez en 2010 durante las obras de un
proyecto de ampliación de la Carretera Panamericana. Un año después, los
paleontólogos examinaron los fósiles y registraron lo que quedaba antes de que el
yacimiento, llamado «Cerro Ballena», fuera pavimentado.
Según publican en la revista Proceedings of the Royal Society B, el equipo
documentó los restos de diez tipos de vertebrados marinos. Además de los esqueletos de
más de 40 grandes ballenas barbadas que dominaron el lugar, fueron documentados los
restos de una especie de cachalote y de una ballena-morsa, ambas ya extinguidas.
También encontraron esqueletos de
peces picudos, focas y osos
perezosos acuáticos.
Pero lo que más intrigó a los
investigadores fue cómo los
esqueletos estaban organizados.
Preservados en cuatro niveles
diferentes, parecía que todos habían
llegado allí por una causa repetida y
similar. La orientación y las
condiciones de los esqueletos
indicaban que los animales murieron
en el mar, antes de quedar enterrados
en un humedal costero.
Fotos
de
la
excavación:
http://cerroballena.si.edu/images
Algas tóxicas
En la actualidad, las
toxinas de floraciones de
algas nocivas, como las
famosas mareas rojas, son
una
de
las
causas
frecuentes de varamientos
masivos de una amplia
variedad
de
grandes
animales marinos. «Hay
algunos
ejemplos
modernos muy similares a
lo que observamos en
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
113
Cerro Ballena. En particular, uno de los casos ocurrió a finales de los 80, cuando más de
una docena de ballenas jorobadas llegaron a tierra cerca de Cape Cod (Massachusetts,
EE.UU.) sin signos de traumas, pero enfermas por la caballa cargada de toxinas de la
marea roja», explica Nicholas Pyenson, paleontólogo en el Museo Nacional de Historia
Natural y autor principal de la investigación del Smithsonian. «La proliferación de algas
dañinas en el mundo moderno puede atacar a una variedad de mamíferos marinos y
grandes peces depredadores La clave para nosotros fue su carácter repetitivo en Cerro
Ballena».
La proliferación de algas dañinas es común a lo largo de las costas de los
continentes. Los científicos concluyen que, muy probablemente, las toxinas generadas
por las floraciones de algas nocivas envenenaron a muchos vertebrados en alta mar
cerca de Cerro Ballena a finales del Mioceno (hace entre 5 y 11 millones años) a través
de la ingestión de presas contaminadas o por inhalación, causando la muerte
relativamente rápida en el mar.
Después, los cadáveres flotaban hacia la costa, donde quedaban varados. Una
vez atrapados en la marisma, los animales muertos o moribundos estaban protegidos de
los carroñeros marinos y como tampoco había grandes carroñeros terrestres en América
del Sur en este momento, los cuerpos terminaban enterrados en la arena. Debido a que
hay cuatro capas en Cerro Ballena, los científicos creen que este evento ocurrió en
cuatro ocasiones diferentes en la misma zona durante un período de 10.000 a 16.000
años.
Según los investigadores, Cerro Ballena es uno de los yacimientos de ballenas
fósiles y otros mamíferos marinos más impresionantes del mundo, ya que conserva
restos de animales que nos son familiares hoy en día y de otros extintos más extraños.
«El sitio es una increíble y rara instantánea de los antiguos ecosistemas marinos a lo
largo de la costa de América del Sur», apunta Pyenson.
Los investigadores utilizaron tecnología 3-D para analizar los fósiles. Las imágenes han
sido incluidas en una web (ver en pie de fotos) donde los usuarios pueden contemplar o
descargar los modelos de los fósiles, escanear mapas de Google Earth de las canteras de
la excavación o realizar un tour de 360º por el yacimiento.
(ABC.es, 10/03/2014)
Descubierto un tiranosaurio enano adaptado al frío del Ártico
Los fósiles de la nueva especie, hallados en Alaska, sugieren una adaptación a los
recursos estacionales del extremo Norte
El Tiranosaurio rex tenía un primo enano adaptado a vivir en el Ártico. Su
cráneo medía poco más de 60 centímetros de largo frente al metro y medio del
carnívoro más famoso entre los dinosaurios y sería un animal adaptado a vivir en las
condiciones difíciles del extremo Norte. A esta conclusión llegan los paleontólogos que
han analizado unos fósiles del cráneo de un dinosaurio de hace 70 millones de años
hallados en el Norte de Alaska y que, dadas sus características, incluyen en la familia de
los tiranosaurios, aunque se trate, afirman, de una especie nueva que han
bautizado Nanuqsaurus hoglundi.
“El tiranosaurio pigmeo por sí mismo es realmente genial porque nos dice
algo acerca de cómo era el medio ambiente en el Ártico en el pasado remoto, pero lo
que hace más interesante este descubrimiento es el hecho de que el Nanuqsaurus
hoglundi también nos dice algo acerca de la riqueza biológica del antiguo mundo polar
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
114
durante un tiempo en que la Tierra era muy templada en comparación con ahora”,
destaca Anthony R.Fiorillo, paleontólogo del Museo Perot de Naturaleza y
Ciencia de Dallas (Texas, EE UU) y autor del descubrimiento junto a Ronald S.
Tykoski.
Ilustración del dinosaurio enano de Alaska Nanuqsaurus
hoglundi. / KAREN CARR
No cabe sospechar que pudiera ser una cría, ya que
por las características dentales, el nuevo ejemplar era todo
un animal adulto, explican los investigadores en su artículo
publicado en la revista PlosOne.
“El estudio de los tiranosaurios, el linaje de
dinosaurios terópodos carnívoros que incluye a los T. rex y
a sus parientes próximos, ha cautivado la atención del
público y de la comunidad científica desde que se
describieron por primera vez hace más de un siglo”,
señalan los investigadores. Fueron predadores terrestres dominantes durante el final del
Cretácico, período geológico desde hace 145 millones de años hasta hace 65 millones de
años, cuando se extinguieron los dinosaurios (excepto los antepasados de las aves) y su
conocimiento actual se basa casi enteramente en fósiles procedentes de latitudes medias
y bajas de Norteamérica y Asia Central.
Aunque el Ártico tuviera un clima más benigno que ahora hace 70 millones de
años, la región estaba sometida a profundos cambios estacionales del régimen de luz,
con inviernos oscuros y veranos de largos días. Muchos vertebrados, recuerdan Fiorillo
y Tykoski, se adaptan a vivir en regiones con fuerte variabilidad estacional que supone
una época de disponibilidad de alimentos y otra de escasez o incluso ausencia;
el truco está en almacenar reservas en la primera para sobrevivir en la segunda. Se sabe
que los vertebrados modernos afrontan esas condiciones a través de cambios adaptativos
fisiológicos o de comportamiento respecto a sus parientes de zonas menos extremas. Tal
vez los dinosaurios funcionaran igual, señalan los investigadores de Texas, y el pequeño
tamaño del N. hoglundi en comparación con sus gigantescos primos, la masa corporal
reducida, sería una adaptaciones a la menor disponibilidad de alimentos y a las
variaciones de temperatura.
Los fósiles del nuevo tiranosaurio fueron recogidos en el norte de Alaska en
2006 y estaban incrustados en bloques de roca; se llevaron al Museo de Dallas y donde
los especialistas los sacaron y limpiaron. Actualmente se exponen en dicha institución.
Son tres piezas de un cráneo incompleto: un fragmento del maxilar, otro de la parte
superior del cráneo y el tercero de la cara.
(El País, 13/03/2014)
Amor maternal de hace 450 millones de años
Descubren en rocas de Nueva York el criadero de una antiquísima especie fósil hasta
ahora desconocida empollando sus huevos
Un equipo internacional de científicos ha descubierto en unas rocas del Estado
de Nueva York (EE.UU.) un criadero marino de hace 450 millones de años, donde una
especie hasta ahora desconocida para la ciencia incubaba sus huevos y tenía a sus
criaturas. Este retrato de la paternidad prehistórica está conformado por fósiles de
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
115
madres literalmente sentadas sobre sus huevos y algunos individuos que parecían
recientemente eclosionados. La especie de ostrácodo, un diminuto crustáceo relacionado
con los camarones, langostas y cangrejos que viven hoy en ríos, lagos y estanques, ha
sido denominada Luprisca incuba en honor a Lucina, diosa de los nacimientos.
SIVETER, DAVID J., TANAKA, G., FARRELL, C. Ú., MARTIN, M.J., SIVETER,
DEREK J & BRIGGS, D.E.G.
El Luprisca incuba, mostrando las extremidades y los huevos
Huevos e individuos eclosionados, en amarillo
Según los investigadores, dirigidos por el geólogo David Siveter, de la
Universidad de Leicester, el hallazgo, publicado en la revista Current Biology, ofrece
pruebas concluyentes de una estrategia reproductiva y de cuidado de las crías
conservada durante al menos 450 millones de años. También representa la aparición
confirmada más antigua de ostrácodos en el registro fósil.
«Este es un hallazgo muy raro y emocionante. Solo se conocen un puñado de
ejemplos donde los huevos fosilizados se asocian con los padres. Este descubrimiento
nos dice que estos antiguos pequeños crustáceos marinos tuvieron especial cuidado de
sus crías exactamente de la misma manera que sus parientes vivos».
Partes blandas conservadas
Los fósiles recién descubiertos tienen de dos a tres milímetros de largo y están
excepcionalmente bien conservados, con no solo la cáscara, sino también las partes
blandas del animal que en la mayoría de los casos se han perdido para el registro fósil.
Las extremidades y en algunos ejemplares una nidada de huevos están presentes dentro
de la cáscara del bivalvo lo que permite a los científicos a identificar y determinar el
sexo de cada espécimen. Estas características anatómicas fueron preservadas en la pirita
mineral, lo que facilitó el uso de técnicas de rayos X para revelar detalles morfológicos
ocultos dentro de las conchas y la roca.
Los ostrácodos vivían, junto con otros animales invertebrados como los
trilobites, con poco oxígeno en un mar que bordeaba los márgenes del antiguo
continente de América del Norte. Al igual que sus parientes modernos, probablemente
los ostrácodos eran capaces de nadar cerca del fondo del mar y obtener su alimento
hurgando en material en descomposición y cazando.
(ABC.es, 13/03/2014)
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116
Un toro moderno gigante de hace 700.000 años
Encuentran en un yacimiento de Túnez el cráneo de uro más antiguo hallado hasta
ahora.
Pesaba unos 1.400 kg y sus cuernos medían más de un metro.
El hallazgo muestra que estos animales han convivido desde siempre con los humanos y
han formado parte de su dieta.
Anatómicamente es similar a un toro de lidia, pero mucho mayor.
Vivió
hace
700.000 años en el
territorio que hoy es
Túnez, pesaba unos 1.400
kilos y sus espectaculares
cuernos superaban con
creces el metro de
longitud. Un equipo de
paleontólogos
ha
encontrado el cráneo de
un imponente uro (Bos
primigenius),
al
que
consideran el fósil de toro
moderno más antiguo
hallado hasta ahora. "Es
un
toro
totalmente
moderno. Anatómicament
e podría parecer un toro
de lidia actual pero de
tamaño gigante", explica a
EL MUNDO Bienvenido
Martínez-Navarro, autor
principal del estudio.
Vista del cráneo y los
cuernos del uro hallado
en Túnez desde varias
perspectivas. B. MartínezNavarro-S. Ros/IPHES
Y es que, según asegura, este macho adulto es exageradamente grande, mayor
que los individuos más grandes de esta especie encontrados en Europa. Por lo que
respecta a su dieta, al igual que los toros modernos debía alimentarse de hierbas,
probablemente de gramíneas.
La descripción completa de este animal se publica esta semana en la
revista Quaternary Science Reviews en un artículo que encabeza Martínez-Navarro,
paleontólogo del ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) en
el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), en Tarragona, y
en el que también participa Eudald Carbonell.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
117
Para Martínez-Navarro, este fósil tiene una gran importancia "pues confirma que
los toros tienen un origen africano y que forman parte de la ecología humana desde el
principio. Han formado parte de la dieta humana desde que se empezó a comer carne",
explica en conversación telefónica.
Fósil hallado en 2008
Aunque el fósil fue encontrado en 2008 por investigadores tunecinos, hasta que
no fue restaurado por el equipo de paleontólogos españoles no pudieron estudiarlo en
profundidad y concluir que se trataba de un uro. "El cráneo estaba muy fragmentado, así
que hubo que hacer una importante inversión de tiempo para restaurarlo", detalla el
paleontólogo.
"Al principio los investigadores tunecinos pensaron que se trataba de un búfalo
pero no sabían a qué especie pertenecía. Cuando nos mandaron las fotos a mí ya me
pareció que podría tratarse de un toro", señala Martínez-Navarro, que examinó por
primera vez los restos en marzo de 2009. La restauración, realizada conjuntamente con
Gala Gómez-Merino, se prolongó hasta junio de 2010.
Según precisan los investigadores, el cráneo "presenta unos núcleos óseos
(cuernos sin la cubierta de queratina), con una longitud cada uno de ellos de más de un
metro, 112 centímetros, y una circunferencia de 39 cm. en la base. La anchura del
cráneo a la altura de las órbitas es de 30 cm. y la máxima entre los puntos más externos
de la curva de los núcleos óseos es de 130 cm. La masa calculada para el individuo que
portaba este cráneo sobrepasa ampliamente los 1.000 kg pudiendo llegar hasta 1.300 o
1.400 kg".
El búfalo africano
Los autores afirman que se trata del fósil más antiguo de Bos
primigenius encontrado en el mundo. Un hallazgo que refuerza la teoría de que el origen
de los toros se encuentra en África y no en Eurasia, como se suponía hasta hace pocos
años. Según detalla el investigador, se pensaba que los toros y los bisontes
evolucionaron a partir de una forma ancestra de estos animales de Eurasia. Pero ahora
saben que los bisontes sí
evolucionaron a partir de
ese
animal
primitivo,
mientras que los toros lo
hicieron a partir del búfalo
gigante africano de Olduvai
(actual Tanzania), Pelorovis
oldowayensis.
Gala Gómez (i), Bienvenido
Martínez-Navarro-S (2-i) y
otros miembros del equipo
que firma el estudio. IPHES
En 2010, Bienvenido Martínez-Navarro y Lorenzo Rook, de la Universidad de
Florencia, encontraron en el yacimiento eritreo de Buia, junto al Mar Rojo, otro ancestro
del toro de un millón de años de antigüedad al que denominaron Bos buiaensis.
Según proponen, estos animales dieron origen a los toros modernos de la especie Bos
primigenius a la que pertenece el cráneo encontrado en Túnez.
Asimismo, creen que estos animales debieron dispersarse junto con nuestros
antepasados hacia el norte de África y posteriormente a Eurasia. "No fue en la primera
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
118
oleada que salió de África hace unos dos millones de años, sino hace unos 700.000 o
800.000 años", añade.
En Europa, los fósiles de toro más antiguos que se han encontrado tienen entre
500.000 y 600.000 años y están en Italia. En España destacan los yacimientos de
Ambrona (Soria), y el de la Solana de Zamborino (Granada), donde se han encontrado
fósiles de toros de unos 400.000 años de antigüedad.
Un rico y extenso yacimiento
El hallazgo de este uro de gran tamaño se produjo en Oued Sarrat, un extenso y
rico yacimiento tunecino del Pleistoceno medio que tiene una longitud superior a los
cinco kilómetros y por el que discurre el río Sarrat. Además de toros, durante las dos
campañas de excavación que han llevado a cabo los paleontólogos españoles han
encontrado en el mismo nivel en el que apareció el toro otros grandes mamíferos como
hipopótamos, antílopes, rinocerontes, así como abundantes roedores, peces, reptiles,
aves y anfibios. También se han hallado otros fósiles de toros, aunque todavía no han
podido estudiarlos.
Las excavaciones han sido acompañadas de prospecciones geológicas en el área,
en la que también han aparecido abundantes herramientas de las industrias líticas.
En la actualidad, el cráneo de uro se exhibe en el Museo de la Oficina Nacional de
Minas de Túnez (un organismo equivalente al Instituto Geológico y Minero de España,
IGME).
En mayo, los paleontólogos regresarán a Túnez para emprender una corta
excavación con fondos del Ministerio de Economía, pues los recortes presupuestarios
han afectado a sus planes y amenazan la continuación de este proyecto. De los 90.000
euros que tenían aprobados para un proyecto de cuatro años, finalmente sólo han
recibido unos 20.000 euros.
(elmundo.es, 17/03/2014)
Descubren cientos de embriones fósiles de una especie del
Cámbrico no descrita
(Europa Press)
El Período Cámbrico es un momento en que la mayoría de los invertebrados
marinos apareció por primera vez en el registro fósil. También conocida como
la "explosión del Cámbrico", los registros fósiles de esta época ofrecen una visión de la
biología evolutiva, cuando los ecosistemas del mundo cambiaron rápidamente y se
diversificaron.
La mayoría de los fósiles muestran la estructura esquelética de los organismos,
que pueden o no dar a los investigadores imágenes precisas de estos organismos
prehistóricos. Ahora, investigadores de la Universidad de Missouri han encontrado raros
embriones fosilizados que aseguran no habían sido descubiertos previamente. Sus
métodos de estudio pueden ayudar con la futura interpretación de la historia evolutiva.
"Antes de los periodos Ediacarano y Cámbrico, los organismos eran unicelulares
y simple", dijo James Schiffbauer, profesor asistente de Ciencias Geológicas en la
Universidad de Missouri. "El Período Cámbrico, que ocurrió entre 540 millones y Hace
485 millones de años, marcó el comienzo de la llegada de las conchas. Con el tiempo,
conchas y exoesqueletos pudieron ser fosilizados, dando a los científicos pistas sobre
cómo eran los organismos que existían hace millones de años. Esta protección confería
una adaptación a la integridad estructural de los organismos. Mi trabajo se centra en
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
119
otros organismos más difíciles de encontrar, con tejidos blandos que no se preservaron
tan fácilmente y no son tan abundantes".
Imagen de uno de los
embriones descritos
Schiffbauer y su equipo ahora
está estudiando embriones fosilizados
en las rocas que ofrecen pocas
oportunidades para el estudio de los
orígenes y la biología del desarrollo de
los primeros animales durante la
explosión cámbrica.
Recolectaron
fósiles
del
Cámbrico inferior de la Formación
Shuijingtuo en la provincia de Hubei de
China Meridional y analizó muestras para determinar la composición química de las
rocas. Los fósiles de tejidos blandos tienen diferentes patrones químicos que los más
duros restos óseos, ayudando a los investigadores a identificar los procesos que han
contribuido a su preservación. "Es importante entender cómo se han conservado los
fósiles, debido a que sus maquillajes químicos también pueden ofrecer pistas sobre la
naturaleza de los tejidos originales de los organismos", dijo Schiffbauer.
Preservados de la biodegradación
"Algo salió mal, obviamente, en estos fósiles ", dijo Schiffbauer. "Nuestra tierra
tiene una muy buena manera de limpiar después de que los seres mueren. Aquí, los
mecanismos de autodestrucción de las células no sucedieron, y estos tejidos blandos
pudieron ser preservados. En el estudio de los fósiles que hemos recogido, hemos
encontrado más de 140 de forma esférica, algunos de los cuales incluyen características
que son una reminiscencia de embriones en estadio de división, esencialmente,
congelados en el tiempo".
Los embriones fosilizados que estos investigadores encontraron fueron
significativamente más pequeños que otros embriones fósiles del mismo período de
tiempo, lo que sugiere que representan a un organismo aún no descrito. La investigación
adicional se centrará en la identificación de los padres de estos embriones, y su posición
evolutiva. El estudio se publicó en Journal of Paleontology.
(cienciaplus.com, 15/04/2014)
El Australopithecus sediba sería una mezcla de especies, según un
estudio
Uno de nuestros parientes cercano, perdido hace mucho tiempo, pudo no haber
existido nunca. Los fósiles del Australopithecus sediba, el cual prometía volver a
escribir la historia de la evolución humana, pueden en realidad ser los restos de dos
especies mezcladas.
Los primeros fósiles del A. sediba fueron encontrados en Malapa, Sudáfrica, en
2008. Con 2 millones de años de antigüedad, muestran una mezcla de características,
algunos similares a los australopitecinos simiescos y otras más parecidas a nuestro
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
120
género Homo. Para sus descubridores, esta mezcolanza significa que el A. sediba estaba
convirtiéndose en humano, y por tanto el género Homo evolucionó primero en Africa
del Sur y no en el este de África como que generalmente se cree.
Sin embargo, un nuevo análisis sugiere que el A. sediba no existió. "Creo que hay dos
géneros de homínidos diferentes representados en Malapa", dice Ella Been, de la
Universidad de Tel Aviv, en Israel. Uno es un Australopithecus y el otro
un Homo temprano. Todavía no podemos decir si los restos de estos australopitecinos
son lo suficientemente diferentes como para llamarlos una nueva especie, dice Been.
Cráneo del Australopithecus
sediba y reconstrucción facial
del mismo
Ella Been ha estudiado
las columnas vertebrales de
los homínidos antiguos, por lo
que tuvo curiosidad cuando se
publicó un artículo el año
pasado centrándose en la
columna vertebral
del A.
sediba (Science). Existen fragmentos en dos esqueletos de Malapa, un macho juvenil y
una hembra adulta. Al observar las fotografías de las vértebras, se dio cuenta de las
características familiares del joven de sexo masculino.
"Me di cuenta de que se parecían mucho a las vértebras delNariokotome
Boy " (izquierda), dice ella. También conocido como el "Niño de Turkana", se trata de
un esqueleto de Homo erectus de 1,5 millones de años de antigüedad, una especie muy
extendida que puede ser nuestro antepasado directo. Sus vértebras, como las nuestras,
son más anchas que altas.
Por el contrario, las vértebras de la hembra adulta son
más altas que anchas, dice Been, una característica clásica de
los Australopithecus. Ella Been llega a la conclusión de que
tales espinas dorsales pertenecen a dos especies diferentes.
Cuando Been compartió sus hallazgos con Yoel Rak,
también en la Universidad de Tel Aviv, encontró un aliado. "Él
ve lo mismo en el maxilar inferior: un australopitecino y uno
de los primeros Homo", dice. Pero aquí las especies se
cambian: una muesca en la mandíbula del joven macho parece
la de un Australopithecus, mientras que la misma muesca en la
mandíbula de la hembra adulta parece humana.
Ambos concluyen que no hay dos, sino cuatro
individuos en los restos de Malapa: un adulto y un joven (a la
vez) del género Homo y del género Australopithecus. Ellos
presentarán sus hallazgos en una
reunión de la Sociedad de
Paleoantropología en
Calgary,
Canadá, esta semana.
Como era de esperar, el
descubridor
de A.
sediba, Lee
Berger (derecha), de la Universidad
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
121
de Witwatersrand, en Sudáfrica, no se muestra de acuerdo. Por un lado, él dice que el
posicionamiento de los huesos del esqueleto adulto en el suelo hace que sea muy
probable que provengan de un solo individuo.
Los esqueletos más completos hallados en Malapa (Sudáfrica). Izquierda: MH2, esqueleto de una
hembra adulta. Derecha: MH1, el esqueleto del niño "Karabo". Fotos cortesía de Lee Berger y la
Universidad de Witwatersrand.
Berger reconoce que las vértebras del joven A. sediba se parecen a las de un H.
erectus, pero argumenta que las vértebras crecen más altas a lo largo de toda la infancia.
Si el joven A. sediba estaba creciendo, sus vértebras podrían haberse vuelto más
parecidas a las de un Australopithecus.
Been no está convencida. Los fósiles de otros australopitecinos tienen las
vértebras altas, dice ella.
A pesar de todo, Berger dice que las observaciones de Been y de Rak tendrían
sentido si el A. sediba
fuera realmente una especie de transición
entre Australopithecus y Homo. "Un principio central de la teoría de la evolución es
que la variación dentro de los taxones se convierte en variación entre taxones como
especies que divergen", dice. Con la anatomía en continuo cambio, es posible que uno
de los A. sediba tenga la columna vertebral como la de un Australopithecus y una
mandíbula como la de un Homo, mientras que el otro tenía una columna vertebral como
la de un Homo y una mandíbula como la de un Australopithecus.
Hay otras características de las vértebras del A. sediba que podrían explicar las
diferencias halladas por Been. El último trabajo de Berger sugiere que las vértebras del
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
122
joven macho pueden estar mostrando signos de enfermedad. Si es así, ellas no serían
representativas de la especie.
(Terrae Antiqvae, 13/04/2014)
La expansión del hombre desde África
Un nuevo estudio concluye que el hombre salió del continente africano hace
130.000 años, 80.000 antes de lo que se creía.
Un análisis de la diversidad genética y de las medidas craneales de 10
poblaciones africanas y asiáticas indica que los humanos se dispersaron fuera de África
en dos tandas, y que la primera de ellas fue mucho antes de lo que se pensaba. La
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
123
segunda migración, que dispersó a los humanos por el norte de Eurasia hace 50.000
años, viene a corresponder con lo que se conocía hasta ahora como la única salida fuera
de África. Pero, según el estudio de la Universidad de Tubinga, fue precedida por una
migración muy anterior, que empezó hace 130.000 años, y de la que proceden los
actuales aborígenes australianos y pobladores de Papúa-Nueva Guinea y las islas de la
Melanesia.
La idea simple de que la humanidad que vive fuera de África procede de una
pequeña población que salió de ese continente hace 50.000 años está sufriendo notables
revisiones. Primero como consecuencia de hallazgos arqueológicos que han revelado la
presencia de humanos en Arabia y Oriente Próximo antes de esa fecha. Y segundo, por
las comparaciones de los genomas de las poblaciones actuales de todo el mundo, que
revelan un cuadro bastante más complicado de lo que se pensaba. Y no solo por los
cruces de los humanos modernos con neandertales y denisovanos.
Los científicos han analizado la diversidad genética de 10 poblaciones
El consenso actual es que nuestra especie, el Homo sapiens, se originó en África
hace de 100.000 a 200.000 años —según datos paleontológicos y los genéticos—, pero
su dispersión posterior por África y el resto del mundo es objeto de controversia.
“Nuestros resultados apoyan una dispersión inicial hacia el este por el sur del
continente asiático que empezó tan pronto como hace 130.000 años, y otra posterior
hacia el norte de Eurasia hace 50.000 años”, dice la directora de la investigación,
Katerina Harvati, del Centro Senckenberg de Evolución Humana de la Universidad de
Tubinga. Presenta el estudio en PNAS junto a colegas de la Universidad de Ferrara y el
Museo Nacional de Historia Natural de París.
Harvati y sus colegas han estudiado múltiples individuos (entre 10 y 215) de 10
de las poblaciones esenciales para discriminar entre los posibles modelos de dispersión
de los humanos modernos: habitantes nativos de Australia (aborígenes), Asia central,
África oriental, Japón, Melanesia, negritos del norte de Filipinas (aeta/agta), Nueva
Guinea, norte y sur de India y Sudáfrica.
La hipótesis de esa doble migración se había propuesto hace años, pero en una
forma muy distinta. Según la idea antigua, la primera dispersión habría ocurrido muy
poco antes de la segunda, y habría dejado su marca genética en los actuales pobladores
de Australia, Melanesia, Papúa-Nueva Guinea, los hablantes de lenguas dravídicas del
sur de Asia y los aeta/agta (negritos) de Filipinas.
Los nuevos resultados hablan de una primera migración antiquísima, y que solo
ha dejado huellas genéticas y morfológicas en los aborígenes australianos y los
melanésicos. Los negritos, o pobladores de corta estatura, piel oscura y pelo rizado del
sureste asiático, como el resto de los habitantes nativos del sur de Asia, pertenecen a la
segunda migración, o bien se mezclaron tanto con ella que han perdido sus marcadores
genéticos ancestrales.
Conclusión: “Hubo una dispersión hacia el este y otra hacia el norte de Eurasia”
“Nuestros resultados”, escriben Harvati y sus colegas, “son consistentes de
forma general con el punto de vista de que los actuales aborígenes australianos
descienden de un linaje que ha permanecido relativamente aislado desde el pleistoceno
medio”, es decir desde hace unos 130.000 años. Eso no quiere decir que la colonización
original de Australia ocurriera en esa época remota —todo apunta a que data de hace
unos 50.000 o 60.000 años—, pero sí que la salida de África de ese linaje fue muy
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
124
anterior. La interpretación directa de estos datos es que les llevó 80.000 años alcanzar el
continente australiano.
Los nuevos resultados pueden explicar algunas paradojas que resultaban
desconcertantes con el esquema previo. Por ejemplo, si solo hubo una migración fuera
de África, ¿cómo se explican las evidencias arqueológicas de ocupación por humanos
modernos en la península arábiga, que datan de hace 125.000 años? Es cierto que esas
evidencias no incluyen por el momento ningún fósil humano, pero sí artefactos de
piedra muy parecidos a otros hallados en Etiopía, que se clasifican como modernos y
datan de unos 150.000 años atrás. Una migración original de humanos modernos fuera
de África, en cambio, cuadra excepcionalmente bien con esos datos descolocados. De
modo similar, cuadra bien con las últimas interpretaciones sobre el clima primitivo en el
continente, que nos hablan de unas devastadoras sequías que empezaron a asolar el este
de África hace justo 135.000 años, de nuevo en una correspondencia temporal casi
perfecta con los nuevos datos de Harvati y sus colaboradores.
Y, por supuesto, la existencia de una migración hace 130.000 años hace
innecesario encontrar una explicación para otra paradoja: los larguísimos milenios que
se suponía que habían transcurrido entre el origen de la especie humana moderna y su
salida de África. Por todo lo que sabemos ahora, es perfectamente posible que nuestros
ancestros emigraran del continente madre un día después de su creación por los siempre
asombrosos y a menudo enigmáticos mecanismos de la evolución, los verdaderos
hacedores de todo cuanto existe en la biología del planeta Tierra.
(El País, 21/04/2014)
¿Por qué tenía el Tyrannosaurus Rex unos brazos tan pequeños?
Nuevos hallazgos de la Universidad de Wisconsin-La Crosse habrían aclarado
las razones por las que el Tyrannosaurus Rex (T-Rex) tenía los brazos de un tamaño tan
desproporcionados respecto a su cuerpo.
El Tyrrannousaurus rex fue uno de los depredadores más temidos de la Tierra y su
aspecto era aterrador, excepto por sus minúsculos brazos, completamente
desproporcionado respecto al resto de su cuerpo, que era de unos 12 metros. En
recientes
investigaciones
han
intentado aclarar por qué los brazos
de este terrorífico ser presentaban
tal morfología.
Los últimos estudios en
paleontología sugieren que los
dinosaurios tendrían más en común
con las aves que con los reptiles, lo
que podría explicar el caso del TRex, que fácilmente nos podría
recordar a un gran pájaro sin plumas cuyas alas podrían haber derivado a sus reducidos
brazos. Por ello, un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-La
Crosse ha realizado un estudio, dirigido por Eric Snively, donde han analizado una
decena de especies de aves para determinar cómo cazaban estos grandes depredadores.
A raíz de sus investigaciones, podemos afirmar que los músculos del cuello de
estos grandes dinosaurios serían muy parecidos a los de las aves modernas, que utilizan
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
125
su cabeza y su cuello, en lugar de las extremidades, para poder cazar y alimentarse. Así
lo cuenta el propio Snively, que además, argumenta que la forma en la que los pájaros
se alimentan, utilizando la cabeza para atacar y para poder engullir, sería muy parecida a
la que utilizaría el Tyrannosaurus, basándose su técnica de caza en morder, sacudir y
retorcer a su presa.
De todos modos, pese a que estos hallazgos pueden ayudar a conocer cómo eran
los grandes saurios que habitaban nuestro planeta hace millones de años, y defiendan la
imagen del T-Rex como la de un brutal depredador, nada se puede hacer ya para vencer
a Internet y su empeño de denigrar al "pobre" animal y sus pequeños brazos.
(ALT1040.com, 22/04/2014)
Un tiburón del Paleozoico arroja luz sobre la evolución de los
vertebrados.
No hay que considerar a los tiburones modernos como fósiles vivientes porque
han cambiado muchísimo.
Los primeros peces cartilaginosos y óseos proporcionan más información sobre
la evolución temprana de los vertebrados con mandíbula –entre ellos los humanos- que
los tiburones modernos, como se pensaba hasta ahora, según un estudio publicado en la
revista Nature.
Los tiburones modernos no son “fósiles vivientes” que han mantenido su
anatomía primitiva, como se pensaba hasta ahora, sino que han evolucionado a lo largo
de millones de años, dice el estudio, dirigido por el paleontólogo estadounidense Alan
Pradel y en el que se analizó el cráneo de un tiburón de hace 325 millones de años.
“Los científicos, como la gente en general, pensaban que los tiburones modernos
no han evolucionado, por lo que su esqueleto mostraba cómo eran los primeros
vertebrados con mandíbula”, explicó Pradel.
El hallazgo pone en entredicho la teoría dominante, según la cual los tiburones
han mantenido la mayoría
de sus características
invariables durante cerca
de 400 millones de años.
Debemos dejar de
considerar a los tiburones
modernos como fósiles
vivientes que no han
cambiado desde su origen.
En realidad, son criaturas
que han cambiado mucho
desde que aparecieron los
primeros
peces
con
esqueleto cartilaginoso”,
señaló a Efe Pradel.
Durante la Era
Paleozoica, los peces
cartilaginosos como los
tiburones, las rayas y las
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126
quimeras se separaron de aquellos que han mantenido un esqueleto óseo, como los
salmones y los atunes.
El equipo de Pradel, del Museo de Historia Natural de Nueva York, ha puesto a
prueba la teoría sobre la evolución de los tiburones al analizar el fósil del escualo más
antiguo que se conoce, en el que la parte del esqueleto que soporta las branquias se ha
preservado en su posición natural.
Al someter el fósil a rayos X, los científicos encontraron que la forma en la que
está ordenado el arco branquial es más parecida a la que habitualmente se halla en los
peces de esqueleto óseo que a los actuales tiburones
Ese resultado desafía el punto de vista ampliamente aceptado hasta ahora, según
el cual los tiburones modernos se han mantenido inalterados respecto a sus ancestros, e
indica en cambio que los actuales tiburones han adquirido algunas de sus características
debido al proceso evolutivo.
Pez cartilaginoso
“Hemos descubierto que nuestro fósil, que pertenece a un pez cartilaginoso
primitivo, tiene un esqueleto branquial completamente distinto al de los escualos
actuales, pero muy parecido a los de los peces óseos”, afirmó Pradel.
La investigación afecta asimismo a los estudios sobre la evolución de los
vertebrados con mandíbula, entre los cuales se encuentra el ser humano.
Hasta ahora, se tomaba a los escualos como referencia en ese campo, pero las
nuevas evidencias apuntan a que son los peces con esqueleto óseo, más que los
tiburones, los que podrían arrojar luz sobre los primeros seres vivos con mandíbula.
(Diario de Teruel, 20/04/2014)
Un nuevo estudio cuestiona la inferioridad de los neandertales
respecto a los primeros humanos modernos
La idea generalizada de que la otra especie humana tenía una inteligencia
inferior frente a los hombres modernos no está respaldada por evidencia científica
alguna. Si es usted una de esas personas que cree
que los neandertales eran estúpidos y primitivos, es
el momento de cambiar de opinión.
En efecto, la idea generalizada de que los
neandertales eran lerdos, poco hábiles, y que su
inteligencia inferior fue lo que les llevó a la
extinción, a manos de los mucho más brillantes
hombres modernos, nuestros antepasados directos, no
está respaldada por evidencia científica alguna, según
un estudio que publica en PLOS ONE un grupo de
investigadores de la Universidad de Colorado, en
Boulder (EE.UU).
Los neandertales fueron los únicos europeos durante varios cientos de miles de
años. Prosperaron a lo largo de una extensa franja de Europa y Asia entre hace 350.000
y 40.000 años y desaparecieron poco después de que nuestros antepasados, un grupo de
humanos "anatómicamente modernos" llegaran al Viejo Continente.
Muchos investigadores han tratado de explicar el ocaso de los neandertales
sugiriendo que los recién llegados, nuestros ancestros, eran superiores a ellos en toda
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
127
una serie de aspectos clave, incluyendo la habilidad para cazar, comunicarse, innovar y
adaptarse a los más diversos ambientes.
Algo que, al parecer, no fue así. Una extensa investigación dirigida por Paola
Villa, de la Universidad de Colorado en Boulder, y Will Roebroeks, de la universidad
holandesa de Leiden, argumenta, en efecto, que las evidencias disponibles no sustentan
la idea de que los neandertales fueran menos avanzados que los humanos
anatómicamente modernos.
"Las pruebas de una inferioridad cognitiva (por parte de los neandertales),
sencillamente no existen -afirma Villa-. Lo que estamos diciendo es que la visión
tradicional que tenemos de los neandertales es mentira".
Villa y Roebroeks repasaron cerca de una docena de explicaciones comunes para
la extinción de los neandertales, basadas en gran medida en la idea de que "la otra
especie humana" era inferior a la de nuestros antepasados. Por ejemplo, que los
neandertales no eran capaces de usar comunicación simbólica compleja; que eran
cazadores menos eficientes y que tenían armas inferiores a las que usaban los humanos
modernos; y que, a diferencia de nuestra especie, que es capaz de alimentarse
prácticamente de cualquier cosa, tenían una dieta muy limitada.
Buenos estrategas
Para sorpresa de muchos, los investigadores hallaron que ninguna de estas
hipótesis se apoya en investigaciones que aporten pruebas concretas. Muy al contrario,
por ejemplo, los restos hallados en múltiples asentamientos neandertales en Europa
indican que los neandertales cazaban en grupo, y que usaban los accidentes del terreno
como ayuda. Una estrategia que también nuestros antepasados directos utilizaban con
profusión.
En el suroeste de Francia, por ejemplo, existen pruebas de cómo los
neandertales condujeron a la muerte a varios cientos de bisontes llevándoles hasta un
pozo. En otro yacimiento, en las islas del Canal de la Mancha, los restos fósiles de 18
mamuts y de cinco rinocerontes lanudos fueron descubiertos en el fondo de un profundo
barranco. Y la datación de esos
fósiles indica que la "matanza"
se produjo mucho antes de la
llegada a Europa de los
primeros humanos modernos.
Estos hallazgos, por lo tanto,
implican que los hombres de
Neanderthal eran muy capaces
de planificar sus acciones, de
preparar estrategias de grupo y
de aprovecharse de forma eficaz
de las ventajas del entorno.
Otras evidencias arqueológicas ofrecen razones más que de sobra para creer que
los neandertales tenían, también, una dieta muy diversa. Microfósiles hallados en
dentaduras de neandertales y restos de comida encontrados junto a sus hogueras indican
que se alimentaban de guisantes, bellotas, pistachos, semillas, olivos silvestres, piñones
y palmeras datileras en función de lo que estuviera disponible localmente.
Además, los investigadores han encontrado ocre, un tipo de pigmento, en varios
lugares habitados por neandertales, lo que sugiere que pudieron utilizarse para la pintura
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128
corporal. Numerosos ornamentos también han sido encontrados en los asentamientos y
tumbas neandertales.
Tomados en conjunto, estos hallazgos sugieren poderosamente que los
neandertales llevaban a cabo complejos rituales culturales y dominaban, como el que
más, la comunicación simbólica.
Un Ford T y un Ferrari
Villa y Roebroeks aseguran que la mala interpretación que se ha hecho hasta
ahora de las habilidades cognitivas de los neandertales puede estar ligada a la tendencia
de los investigadores de comparar a los neandertales, que vivieron en el Paleolítico
Medio, con los humanos modernos que vivieron en tiempos mucho más recientes, en el
Paleolítico Superior.
En palabras de Villa "los investigadores no estaban comparando a los
neandertales con sus contemporáneos que
vivían en otros continentes, sino con sus
sucesores. Sería como comparar las
prestaciones de un Ford T, muy usado en
América y Europa a principios del siglo
pasado, con las de un Ferrari Moderno y
llegar a la conclusión de que Henry Ford era
cognitivamente inferior a Enzo Ferrari".
A pesar de que muchos aún buscan una
explicación sencilla a la que atribuir el declive
y
desaparición
de
los
neandertales,
atribuyéndola a un único factor (inferioridad
tecnológica o cognitiva), las pruebas disponibles no sustentan en absoluto esa
interpretación.
La pregunta, ahora, es la siguiente: Si los neandertales no eran ni tecnológica ni
cognitivamente inferiores a nuestros antepasados directos, ¿por qué no sobrevivieron?
Los investigadores argumentan que las razones reales de la extinción fueron,
seguramente, muy complejas, aunque ya existen algunas pistas al respecto, halladas en
los recientes análisis del genoma neandertal de los últimos años. Estos estudios
genéticos sugieren que los humanos modernos y los neandertales se mezclaron, y que el
resultado de esa mezcla pudo haber
mermado la fertilidad de los niños
nacidos de ella. Otras investigaciones
recientes también sugieren que los
neandertales vivieron en
grupos
pequeños.
Ambos factores podrían haber
contribuido al declive de una especie
que se vio desbordada y poco a poco
asimilada por un número creciente de
emigrantes modernos.
(ABC.es, 01/05/2014)
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129
Paleontología: Vivió hace más de 66 millones de años
“Pinocho rex”, el nuevo tiranosaurio con el hocico alargado
Científicos han descubierto una nueva especie de tiranosaurio de hocico largo, al
que han apodado “Pinocho rex”, que vivió hace más de 66 millones de años.
Los investigadores dicen que el animal, que pertenecía a la misma familia de los
dinosaurios como el Tyrannosaurus rex, era un carnívoro temible que vivió en Asia
durante el período cretáceo tardío.
Recreación del dinosaurio de
hocico
alargado,
“Pinocho
rex”. CHUANG ZAO
El antiguo depredador
recién descubierto era muy
diferente de la mayoría de los
tiranosaurios. Tenía un cráneo
alargado y largos dientes
estrechos en comparación con
las mandíbulas más profundas y poderosas, y de dientes gruesos de un T. rex
convencional.
Los paleontólogos no estaban seguros de la existencia de los tiranosaurios de
hocico largo hasta que los restos del dinosaurio -llamado Qianzhousaurus sinensisfueron desenterrados en el sur de China.
Hasta ahora, sólo se habían encontrado dos tiranosaurios fosilizados con cabezas
alargadas, pero eran de corta edad. No estaba claro si se trataba de una nueva clase de
dinosaurio o si estaban en una etapa temprana de crecimiento, y podrían haber pasado a
desarrollar cráneos más robustos.
El nuevo espécimen, descrito por científicos de la Academia China de Ciencias
Geológicas y la Universidad de Edimburgo, es de un animal cercano a la edad adulta. Se
encontró en gran parte intacto y muy bien conservado, lo que confirma la existencia de
especies de tiranosaurio con hocicos largos.
Restos de “Pinocho
rex” hallados en las
excavaciones NATURE
COMMUNICATIONS
Los expertos dicen que
Qianzhousaurus sinensis vivió
junto a los tiranosaurios de
hocico profundo, pero no
habrían sido competencia
directa con ellos, ya que eran más grandes y probablemente cazaban presas diferentes.
Tras el hallazgo, los investigadores han creado una nueva rama de la familia
tiranosaurio para los especímenes con hocicos largos, y esperan que más dinosaurios se
añadan al grupo en las excavaciones en Asia que continúan identificando nuevas
especies.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
130
Qianzhousaurus sinensis vivió hasta hace unos 66 millones años, cuando todos
los dinosaurios se extinguieron, probablemente como resultado de un impacto de un
asteroide mortal. Los resultados del estudio, financiado por la Fundación de Ciencias
Naturales de China y la Fundación Nacional de Ciencias, se publican en la
revista Nature Communications.
El doctor Steve Brusatte, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de
Edimburgo, y uno de los autores del estudio, dijo: "Esta es una raza diferente de
tiranosaurio. Tiene la sonrisa con dientes familiar del T. rex, pero su hocico era mucho
más largo y tenía una hilera de cuernos en su nariz. Podría haber parecido un poco
cómico, pero hubiera sido tan mortal como cualquier otro tiranosaurio, y tal vez incluso
un poco más rápido y sigiloso".
El profesor Junchang Lü, del Instituto de Geología de la Academia China de
Ciencias Geológicas, dijo: "El nuevo descubrimiento es muy importante, junto con el
Alioramus de Mongolia, muestra que los tiranosáurios de hocico largo se distribuyeron
ampliamente en Asia Aunque sólo estamos empezando a aprender acerca de ellos, los
tiranosaurios de hocico largo eran al parecer uno de los principales grupos de
dinosaurios depredadores en Asia".
(elmundo.es, 07/05/2014)
Encuentran en Chubut los fósiles del dinosaurio más grande del
mundo
Los restos fueron hallados en un paraje provincial y tienen una antigüedad de 90
millones de años; corresponden a la especie saurópodo y equivalen al tamaño de 14
elefantes
TRELEW
Paleontólogos
del Museo Egidio Feruglio de esta ciudad
anunciaron hoy el hallazgo de los restos
fósiles del dinosaurio saurópodo "mas
grande del mundo", de entre unos "90
millones de años de antigüedad", aseguró
el director del Museo, Rubén Cuneo.
El descubrimiento se produjo en
un establecimiento rural ubicado a 260
kilómetros de Trelew, en el paraje El
Sombrero.
Investigadores del Feruglio lideraron la expedición que comprobó la existencia
de un enorme campo de fósiles, que había sido descubierto por un peón rural. Se trata de
un dinosaurio de más de 90 millones de años y habría en el lugar otros siete ejemplares.
"Es del grupo de los Saurópodos, herbívoro, y con un largo aproximado de 40 metros de
la cabeza hasta la cola, el equivalente al tamaño de 14 elefantes", explicaron desde el
Museo.
"Es el ejemplar más grande conocido", señalaron los especialistas a Radio 3 de
Trelew. El director del Museo, Rubén Cuneo, indicó que "hubo que hacer un agujero
muy grande" para poder llegar al ejemplar. La excavación comenzó a principios de
2013 y trabajaron en el lugar 30 personas. El ejemplar aún no tiene nombre y
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
131
aseguraron que se trata del "hallazgo más completo de este tipo de dinosaurio a nivel
mundial"
(lanacion.com, 16/05/2014)
Fósil de pájaro polinizador
La relación entre aves y flores se remonta a 47 millones de años
Científicos del Instituto de Investigación Senckenberg en Frankfurt, Alemania, han
descrito el fósil más antiguo conocido de un pájaro de polinización, cuyo contenido del
estómago bien conservado contenía polen de diversas plantas con flores. Esto indica que
la relación entre las aves y las flores se remonta por lo menos a hace 47 millones de
años.
El fósil, cuyas características se detallan en
la revista científica Biology Letters, procede
del yacimiento de fósiles conocido Messel
Pit. Estos pájaros vuelan de flor en flor y
con sus largos y esbeltos picos transfieren el
polen necesario para la reproducción de las
plantas. Sobre todo en las zonas tropicales y
subtropicales, los pájaros y los insectos son
los polinizadores más importantes.
"Si bien este proceso es bien conocido y
comprendido en el presente, la historia
geológica ha ofrecido muy poca evidencia
de la polinización a través de las aves",
afirma el doctor Gerald Mayr, jefe de la
Sección de Ornitología en el Instituto de
Investigación Senckenberg en Frankfurt. Y
añade:
"Ha
habido
insinuaciones
ocasionales, como las formas características
de los picos que las aves nectarívoras
tuvieron en el pasado, pero, hasta ahora, no
existía ninguna prueba concluyente".
Ahora, sin embargo, el ornitólogo de Frankfurt y su colega, el paleobotánico Volker
Wilde, han encontrado esta evidencia. En el contenido del estómago bien conservado de
un ave fósil desenterrado en Messel Pit, los científicos hallaron granos de polen
fosilizados.
"Este es otro descubrimiento que pone de relieve la importancia única del yacimiento de
fósiles de Messel --celebra Wilde--. No sólo la presencia de polen ofrece evidencia
directa de los hábitos de alimentación de las aves sino que muestra que los pájaros ya
visitaban las flores hace 47 millones años".
La evidencia fósil de la existencia de los insectos polinizadores se remonta al periodo
Cretácico. Sin embargo, hasta ahora no ha habido información de en qué momento llegó
a existir la polinización a través de los vertebrados y las aves. La evidencia más antigua
hasta la fecha de un polinizador aviar llegó hasta principios del Oligoceno, hace unos 30
millones de años.
"Pero este colibrí fósil sólo ofrece una prueba indirecta de la existencia de aves
nectarívoras --concreta Mayr--. Gracias al excelente estado de conservación de las aves
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
132
de Messel, pudimos identificar dos tipos diferentes de polen, que es la primera prueba
concluyente de nectarívoro".
Los científicos hallaron un gran número de granos de polen de diferentes tamaños en el
contenido estomacal de fósiles aviares conservado en su totalidad. "Junto con la
anatomía del esqueleto del ave, esto indica que, de hecho, tenemos el fósil de un ave
nectarívoro", subraya Wilde.
El descubrimiento sugiere también otra conclusión: si un pájaro polinizador vivió hace
tanto sólo 47 millones de años, se puede suponer que algunos miembros de la flora en
esa época ya se habían adaptado a este medio de polinización. "Hasta la fecha, no hay
plantas fósiles de esta época geológica que ofrecen la prueba de la existencia de
ornitofilia, es decir, la polinización de las flores a través de las aves", añade Wilde.
"Sin embargo, los rasgos característicos de las plantas de aves de polinización, como
flores rojas o falta de olor, no se fosilizan", matiza Mayr. Esto da una mayor
importancia a descubrimientos como el del ave de Messel para entender las
interacciones entre las aves y las flores a través del tiempo geológico.
(lacienciaplus.com, 29/05/2014)
Los dinosaurios no eran de sangre caliente ni fría
Los dinosaurios representaron un camino intermedio entre los mamíferos de
sangre caliente y los reptiles de sangre fría. Así concluye un estudio de la Universidad
de Nuevo México, que viene a zanjar el debate de si eran animales de sangre fría que
avanzaban pesadamente o de sangre caliente que se movían veloces.
"La mayoría de los dinosaurios eran probablemente mesotérmicos", dijo John
Grady, estudiante graduado que dirigió la investigación "Una estrategia térmicamente
intermedia que sólo unas pocas especies - como las equidnas ponedoras de huevos o los
grandes tiburones blancos - utilizan hoy en día.".
El estudio, publicado en Science, es el primero en explorar cuantitativamente la
relación entre la tasa de crecimiento y los índices metabólicos en animales y extender el
proceso a los grandes animales extintos, como los dinosaurios.
Con el uso de una extensa base de datos de crecimiento de animales y el uso de
energía desarrollado por Grady, su equipo ha demostrado por primera vez que los
animales que crecen más rápido, no sólo requieren más energía, sino que tienen
temperaturas corporales más altas. Luego, utilizando las estimaciones de crecimiento
realizadas por paleontólogos de dinosaurios extintos, los investigadores calcularon las
tasas metabólicas de los dinosaurios. El resultado fue inesperado: los dinosaurios eran
claramente intermedios entre los mamíferos modernos y reptiles.
Crecimiento más lento
Los investigadores encontraron que los dinosaurios emplumados y aves
primitivas crecieron claramente más lentamente que sus descendientes, los pájaros
modernos. A Archaeopteryx, el primer pájaro --explica Grady-- le tomaba dos años
alcanzar la madurez. Pero, un halcón de cola roja, que es aproximadamente del mismo
tamaño, sólo tarda 6 semanas. Mientras que los dinosaurios no crecen tan rápido como
los pájaros o los mamíferos modernos, crecían significativamente más rápido que los
reptiles modernos.
"Este uso de energía más alto probablemente aumentó la velocidad y el
rendimiento", dijo Grady. "Los dinosaurios mesotérmicos probablemente eran
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
133
depredadores más rápidos o más capaces de huir del peligro que los grandes reptiles
anteriores al Mesozoico. Los dinosaurios se convirtieron rápidamente en los nuevos
titulares ecológicos".
La mesotermia en los dinosaurios pudo haberles ayudado a ser ecológicamente
dominantes y probablemente también ayudado a ser enormes. Un león del tamaño de un
T-Rex sería temible, pero su posibilidad de supervivencia sería baja por su alta
necesidad de comida. Mediante la adopción de una estrategia energética media, la
mesotermia puede haber proporcionado la solución perfecta.
"Le permite una ventaja de rendimiento sobre los reptiles ectotérmicos", dijo Grady,
"pero sin los altos costos fijos de las aves modernas y los mamíferos. En cualquier caso,
era una fórmula de éxito para un largo reinado en el Mesozoico".
MADRID, 16 Jun. 2014 (EUROPA PRESS)
Descubren un nuevo dinosaurio con cuernos como alas
El gigante, de 6 metros de largo, podía
utilizar su rara corona con forma de mariposa
para atraer a las hembras
Investigadores del Museo de Historia Natural
de Cleveland han descubierto una nueva
especie de dinosaurio con cuernos que vivió
hace unos 77 millones de años en lo que
ahora es Norteamérica. Esta criatura del
Cretácico
era
gigantesca:
medía
aproximadamente 6 metros de largo y pesaba
más de 2 toneladas. Pero su principal
atractivo eran unos cuernos con forma de
alas que adornaban su cabeza como si se
tratara del casco del dios Mercurio. De ahí le
viene el nombre con el que ha sido
bautizado, Mercuriceratops gemini.
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE
CLEVELAND
El nuevo dinosaurio Mercuriceratops
La investigación que describe al nuevo dinosaurio se publica en línea en la revista
Naturwissenschaften. El animal, herbívoro, tenía un pico de loro y probablemente
estaba coronado con dos largos cuernos frontales por encima de sus ojos.
«El Mercuriceratops tomó un camino evolutivo único que dio forma al volante grande
en la parte posterior de su cráneo como dos alas sobresalientes similares a las aletas
decorativas de los coches clásicos de los años 50. Definitivamente, habría destacado de
la manada durante el Cretácico superior», afirma Michael Ryan, paleontólogo
responsable de la investigación.
Según explica el experto, los dinosaurios con cuernos de América del Norte utilizaban
la elaborada ornamentación de su cráneo para identificarse mutuamente y para atraer a
su pareja, no sólo para la protección de los depredadores. «El adorno con forma de
mariposa o el escudo del cuello del Mercuriceratops es diferente a cualquier cosa que
hayamos visto antes», dice el coautor del estudio, David Evans, curador de
paleontología de vertebrados en el Museo Real de Ontario. «El Mercuriceratops
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
134
muestra que la evolución ha dado lugar a una mayor variación en los cascos de los
dinosaurios con cuernos de lo que habíamos sospechado», añade.
(ABC, 18/06/2014)
UNCo: descubren un dinosaurio tiranosaurio criollo
Se trata de un trabajo desarrollado por integrantes del Museo de Geología y
Paleontología de la Universidad.
Neuquén.- El dinosaurio Megaraptor namunhuiaiquii fue descripto por el Paleontólogo
Fernando Novas en 1998. Vivió durante el período Cretácico Tardío, hace unos 90
millones de años. Si bien se conocen varios especímenes de esta especie, lo
fragmentario de sus restos nunca posibilitaron saber con claridad como era su anatomía
y sobre todo a qué grupo de dinosaurios carnívoros pertenecía.
Un nuevo descubrimiento encabezado por el Paleontólogo Juan Porfiri del Museo de
Geología y Paleontología de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) permitió
develar esta incógnita.
Este ejemplar corresponde al
Megaraptor más completo que se
tenga registro hasta el momento. Se
trata de un ejemplar juvenil de unos
2,5 metros de largo que ha
preservado gran parte del esqueleto
incluyendo
un
cráneo
casi
completo.
Megaraptor namunhuiaquii se
caracterizaba por poseer en sus
manos garras de más de 40 cm. de
largo, una de las armas más
poderosas que la naturaleza haya
inventado. Lo fragmentario del esqueleto, siempre generó dudas a los investigadores
sobre su apariencia y sus relaciones filogenéticas, es decir con quién estaban
emparentados estos Megaraptóridos respecto al resto de los dinosaurios carnívoros.
Los paleontólogos quedaron sorprendidos con el hallazgo de este nuevo material ya que
las características presentes, sobre todo las del cráneo, permitieron reconstruir casi con
precisión la forma que su cabeza tendría. Este dinosaurio fue considerado inicialmente
como un celurosaurio, luego con el descubrimiento de una mano articulada y otras
piezas del esqueleto en Lago Barreales, Neuquén, hicieron suponer que Megaraptor
estaría emparentado con los Tetanuros basales tipo carcarodontosáurios, donde se
encuentra el Giganotosaurus carolini.
Los estudios sobre Megaraptoridos se vienen realizando hace años, pero hoy con la
nueva información disponible, podemos llegar a esta nueva hipótesis: los
Megaraptoridos, son tyranosauroideos, es decir parientes lejanos del famoso
Tyrannosaurus rex, solo que en su versión criolla.
Con este descubrimiento, el registro de tyrannosauroidea, se ampliaría a las masas
continentales australes de Gondwana. Este es un descubrimiento de gran importancia,
no solo para conocer cómo eran los Megaraptóridos, sino también la distribución de los
tyranosauroideos en el Cretácico de Gondwana. El cráneo de Megaraptor era muy
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
135
diferente a lo que los investigadores pudieron imaginar, no era un cráneo robusto y
grande, sino que más bien bajo y alargado como el de un buitre y con pequeños dientes.
Resuelto el enigma del Megaraptor, los paleontólogos publicaron el descubrimiento en
la prestigiosa revista internacional Cretaceous Research. Las investigaciones fueron
realizadas por un equipo de Paleontólogos argentinos encabezados por Juan Porfiri de la
Universidad Nacional del Comahue, Fernando Novas del Museo Argentino de Ciencias
Naturales y colaboradores.
(Lmneuquen.com.ar, 23/06/2014)
Hallado el fósil de un espectacular parásito del Jurásico
Se trata de una larva de mosca con un tórax formado completamente como una placa de
succión
Hace alrededor de 165 millones de años, un espectacular parásito vivía en los
lagos de agua dulce de la actual Mongolia Interior (China): una larva de mosca con un
tórax formado completamente como una placa de succión. Con él, el animal podía
adherirse a las salamandras y chuparles la sangre con la boca provocando una especie de
picadura, un mecanismo que, hasta la fecha, no se conoce actualmente en ningún
insecto, según revela el equipo internacional que lo descubrió en la revista eLIFE.
El parásito, una larva de mosca alargada de alrededor de dos centímetros de
largo, se sometió a cambios extremos en el transcurso de la evolución: la cabeza es
pequeña en comparación con el cuerpo, posee un aparato bucal perforador en forma de
tubo en la parte delantera y la mitad del cuerpo (tórax) se ha transformado por completo
por debajo en una placa de succión gigantesca, mientras que el cuerpo posterior
(abdomen) tiene patas similares a las de la oruga.
Recreación artística de uno de los animales que pudo parasitar Jurassica Qiyia
El equipo internacional de investigadores cree que este inusual animal es un
parásito que vivió en un paisaje de volcanes y lagos en lo que hoy es el noreste de
China, hace unos 165 millones de años. En este hábitat de agua dulce, el parásito se
convirtió en un pasajero de las salamandras, a las que se adhirió con su placa de succión
y cuya fina piel penetró para chuparles la sangre.
Esta rara larva de mosca, que ha recibido el nombre científico de Jurassica
Qiyia (por el período Jurásico al que pertenecen los fósiles hallados y la palabra extraño
en chino), fue un hallazgo inesperado. Según sus descubridores, un equipo internacional
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
136
de científicos de la Universidad de Bonn (Alemania), de Linyi (China), el Instituto
Nanjing de Geología y Paleontología (China), la Universidad de Kansas (Estados
Unidos) y el Museo de Historia Natural de Londres (Inglaterra), el insecto larva es un
hallazgo espectacular.
"No existe en la actualidad insectos con una forma de cuerpo similar -afirma el
doctor Wang Bo, investigador de Paleontología en la Universidad de Bonn-. Que la
extraña larva del Jurásico se haya mantenido tan bien conservada hasta nuestros días es,
en parte, debido a la piedra de grano fino en la que estaban los animales".
"Cuanto más fino es el sedimento, los detalles de los fósiles se mantienen
mejor", explica el doctor Torsten Wappler, del Steinmann-Institut de la Universidad de
Bonn, quien añade que las condiciones en el agua subterránea también previenen la
descomposición por bacterias.
Sorprendentemente, no hay peces fósiles en los lagos de agua dulce de esta
época del Jurásico en China. "Por otro lado, hay hallazgos casi ilimitados de
salamandras fosilizadas, que se han encontrado a miles", dice el doctor Wang Bo.
Esta inusual ecología podría explicar por qué estos parásitos extraños
sobrevivieron en los lagos: los peces son depredadores de larvas de mosca y, por lo
general, los mantienen a raya. "Las extremas adaptaciones en el diseño de “Jurassica
Qiyia” muestran el grado en que los organismos pueden especializarse en el curso de la
evolución", resalta Jes Rust, del Instituto Steinmann de Geología, Mineralogía y
Paleontología de la Universidad de Bonn.
Por desagradables que fueran los parásitos para las salamandras, estas larvas de
mosca no provocaron sus muertes. "Un parásito sólo mata a veces a su huésped cuando
ha alcanzado su objetivo, por ejemplo, la reproducción o la alimentación", explica
Wappler.
Si Jurassica Qiyia había pasado por la fase larvaria, se habría convertido en un
insecto adulto después de completar la metamorfosis. Los científicos aún no tienen
suficiente información para especular sobre cómo serían de adultos y como habrían
vivido.
(lavanguardia.com, 25/06/2014)
Huellas en Alaska
Los hadrosaurios prosperaron en los ecosistemas polares de su era
Paleontólogos ha descubierto una senda en el Parque Nacional de Denali
(Alaska) llena de huellas de dinosaurios de pico de pato -hadrosaurios-.
Este hallazgo demuestra que no sólo vivían en manadas de varias generaciones,
sino que prosperaron en las antiguas altas latitudes de ecosistema polar. El documento
ofrece una nueva visión de la estructura y la paleobiología de los dinosaurios polares del
norte en un mundo de invernadero que alcanzaba a las regiones árticas.
El estudio "Herd structure in Late Cretaceous polar dinosaurs: A remarkable new
dinosaur tracksite, Denali National Park, Alaska, USA" fue escrito para la revista
Geology por el autor principal, Anthony R. Fiorillo, conservador de Ciencias de la
Tierra en el Museo Perto de Naturaleza y Ciencia.
“Denali es una de las mejores localizaciones de huellas de dinosaurios en el
mundo. Lo que descubrimos fue increíble. Tantas huellas, tan grandes y bien
conservadas", dijo Fiorillo en la web de The Geological Society of America.
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137
"Muchos tenían impresiones
de la piel, así que hemos podido ver a
qué se parecía la parte inferior de sus
pies. Había muchas huellas de
invertebrados, huellas de insectos,
gusanos, larvas y más, que eran
importantes porque demostraron la
existencia de un ecosistema durante
los momentos más cálidos del año",
añadió.
(Cienciaplus.com, 08/07/2014)
Foto: Anthony R. Fiorillo
La primera ave llevaba un «pantalón de plumas»
El mítico Archaeopteryx, precursor de las aves modernas, tenía todo el cuerpo
emplumado, incluidas las patas. El hallazgo da nuevas pistas sobre el origen del vuelo
El Archaeopteryx, un animal emplumado de aspecto mitológico, ha sido
considerado desde hace 150 años -excepto durante una pequeña temporada en la que fue
relegado a la vulgar categoría de dinosaurios voladores- como el precursor de todas las
aves modernas. Desde el descubrimiento del primer ejemplar en Baviera (Alemania) en
1861, han sido desenterrados un total de diez especímenes que han dado mucha
información a la comunidad científica, pero que poco han revelado sobre sus plumas y,
por lo tanto, sobre su aspecto externo y para qué las utilizaban.
NATURE. El Archaeopteryx número
once
Sin embargo, investigadores
alemanes de la Colección Estatal de
Paleontología y Geología de
Baviera en Múnich han encontrado
en su país unos nuevos fósiles
excepcionalmente conservados que
hacen el número once y que
muestran que esta criatura de
transición entre los dinosaurios y las
aves tenía plumas no solo en la alas
y en la cola, sino también en todo el
cuerpo, incluidas las patas. Es lo que el equipo llama con humor un «pantalón de
plumas», un hallazgo que proporciona nuevas pistas para entender el origen del vuelo y
la evolución de las aves
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138
Según explican los autores del estudio en la
revista Nature, el Archaeopteryx, que vivió hace unos
150 millones de años, tenía todo el cuerpo emplumado.
La parte superior de las patas estaba adornada con
plumas simétricas y más largas, mientras que en la
inferior eran más cortas. Esto sugiere que la
distribución de las plumas de las primeras aves fue más
compleja de lo que previamente se había pensado. Los
investigadores creen que su aparición se produjo en un
contexto funcional original diferente al del vuelo,
probablemente como una forma de exhibición, y que
posteriormente, después de diferentes linajes, el rasgo
fue seleccionado por sus funciones aerodinámicas.
(ABC.es, 03/07/2014)
CARL BUELL.
El Archaeopteryx
Así volaba el ave más grande de todos los tiempos
Vivió hace 25 millones de años y sus alas alcanzaban los 6,4 metros de envergadura. A
pesar de que las predicciones teóricas indicaban que un ave de este tamaño sería incapaz
de levantar el vuelo, un grupo de investigadores acaba de demostrar que Pelagornis era
un hábil planeador y que surcó los mares de todo el mundo.
Imagine un ave del doble de tamaño del albatros real capaz de volar a una
velocidad endemoniada. Algo así debió de ser Pelagornis sandersi, un ave que pobló
los acantilados de todo el globo hace entre 25 y 28 millones de años y cuyos restos
tenían desconcertados a los paleontólogos. Su cuerpo tenía una masa de entre 15 y 30
kg y sus alas medían hasta 6,4 metros de una punta a la otra cuando estaban
desplegadas. Los modelos aerodinámicos manejados hasta ahora indicaban que un ave
de estas dimensiones lo tendría difícil, si no imposible, para volar, pues su tamaño
sobrepasa de largo el límite teórico. Sin embargo, y a partir del estudio de una serie de
huesos de las alas, el cráneo y las patas, el equipo de Daniel T. Ksepka ha realizado un
meticuloso estudio y ha descubierto la manera en que pudieron volar estos gigantes.
Esqueleto de Pelagornis sandersi y tamaño comparado. Imagen Ksepka et Al.
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139
La reconstrucción anatómica
de una de estas aves, la mayor que ha
poblado la Tierra hasta ahora, ha
permitido a los investigadores elaborar
distintos modelos sobre su vuelo y
llegar a la conclusión de que pudieron
ser unos excelentes planeadores. Al
poseer unas alas de gran tamaño, los
científicos creen que el vuelo por
aleteo sería bastante improbable y que
estos animales se desplazaban como
hacen
otras
grandes
aves,
aprovechando las corrientes de aire en
superficie o ascendentes. Sin embargo, tener unas alas de semejantes dimensiones
también acarrea una serie de desventajas.
El primer y más evidente inconveniente es la limitación de los movimientos en
determinadas situaciones, hasta el punto de que se cree que lo tendrían muy difícil para
remontar el vuelo si caían al agua. El tamaño y estructura de los huesos también hace
probable que pudieran quebrarse en condiciones de estrés, al estar en el punto límite del
diseño. En este punto, la discusión de los científicos estaba en si la manera de volar del
Pelagornis se parecía más a la de los actuales albatros o al de las fragatas, que viven en
los trópicos. Los primeros se desplazan a ras de superficie, aprovechando el efecto
suelo, mientras que las fragatas usan más las corrientes ascendentes.
Aunque no hay muchos datos para resolver el enigma, la distribución global del
Pelagornis hace pensar a los científicos que su forma de volar era más parecida a la de
los albatros que a la de las fragatas y que probablemente se alimentaban de peces que
capturaban a ras de superficie o robaban sus presas a otros depredadores. Sobre el
motivo por el cual desaparecieron de los océanos, aún no hay ninguna pista.
(NEXT, 07-07-2014)
“Resurrección” virtual de un arácnido de hace 410 millones de años
Reconstruyen a partir de fósiles del Museo de Historia Natural de Londres la forma de
caminar de una especie de arácnido ya extinta, pariente de las arañas actuales
Nunca sabremos cómo caminaba porque hace 290 millones de años que se
extinguió. Pero gracias a los fósiles encontrados en Escocia y a un nuevo programa
informático, un equipo de paleontólogos ha reconstruido la manera en la que creen que
se desplazaba una especie de arácnido que vivió hace unos 410 millones de años. Los
detalles de esta resurrección virtual se publican esta semana en la revista Journal of
Paleontology.
El vídeo, firmado conjuntamente por investigadores de la Universidad de
Manchester y el Museo de Ciencias Naturales de Berlín (Museum für Naturkunde), es
un ejemplo de lo que los paleontólogos podrán hacer con esta herramienta informática,
denominada Blender, que está disponible de forma gratuita para aquellos que quieran
utilizarla en sus estudios.
Y para darla a conocer, los científicos no han dudado en elegir un título
llamativo: The walking dead: Blender as a tool for palaeontologists with a case study
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140
on extinct arachnids. El arácnido muerto camina ahora, pues, en la pantalla del
ordenador.
Fragmento de uno de los fragmentos
de roca en los que se conserva el
fósil de arácnido.
RUSSELL GARWOOD
"Para llevar a cabo la
reconstrucción hemos estudiado
unas 30 delgados fragmentos de
roca con fósiles en su interior",
detalla a EL MUNDO Russell
Garwood, investigador de la
Universidad de Manchester y autor
principal de este trabajo.
El Museo de Historia Natural de Londres (NHM) es el hogar de este arácnido
extinto. Según los científicos, los fósiles utilizados, procedentes del yacimiento escocés
Rhynie Cherts, están en muy buen estado y se encuentran entre los arácnidos más
antiguos de la colección británica. "Se conocen pocas especies de arácnidos más
antiguas que ésta", afirma Garwood (los restos más viejos que se conocen tienen 20
millones de años más).
No obstante, entre los fósiles más antiguos de la colección del NHM figuran
restos de otros organismos mucho más antiguos, de hasta 3.600 millones de antigüedad
(creen que se trata de bacterias).
Reconstrucción del arácnido a partir de fósiles hallados en Escocia de 410
millones de años de antigüedad.
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Depredador de invertebrados
Para realizar el vídeo que se muestra en el estudio, el equipo invirtió dos
semanas. Anteriormente, señala Garwood, había realizado reconstrucciones de otros
arácnidos más jóvenes utilizando escáneres de alta resolución.
"[El arácnido reconstruido] era un miembro de un grupo llamado
trigonotárbidos, del género Palaeocharinus", explica Garwood. "Medían pocos
milímetros de longitud y eran depredadores. Probablemente se alimentaban de
invertebrados terrestres (posiblemente parientes de insectos no voladores o de gusanos.
Vivían cerca de zonas termales volcánicas, lo que ha permitido que se preserven en
excelente estado", añade.
Aunque este grupo de arácnidos terminó por extinguirse hace 290 millones de
años, durante 300 o 400 millones de años debieron ser muy comunes en muchas zonas
del planeta. De hecho, los autores del estudio creen que estaban más extendidos que las
arañas en la actualidad. "No hay descendientes vivos de este grupo. Sus parientes más
cercanos son una colección de arácnidos llamados tetrapulmonados", explica. En este
grupo se incluyen toda una colección de temidas criaturas entre las que hay arañas y
escorpiones.
Por su parte, Jason Dunlop, investigador del Museo de Historia Natural de
Berlín y coautor del estudio, destaca los progresos que ha habido en la tecnología para
reconstruir el aspecto de animales fosilizados: "Cuando comencé a trabajar con fósiles
de arácnidos, éramos felices si podíamos disponer de un boceto que mostrará el aspecto
que podía tener. Hoy podemos visualizarlos corriendo en pantallas de ordenador",
señala.
(Elmundo.es, 09/07/2014)
Un nuevo erizo y un tapir
Hallan fósiles de mamíferos tropicales en el actual Canadá
La Tierra ha experimentado muchos cambios dramáticos en el clima desde que
los dinosaurios se extinguieron hace 66 millones de años. Uno de los periodos más
cálidos fue a principios del Eoceno, hace entre 50 y 53 millones años, cuando las
comunidades de mamíferos de América del Norte eran muy distintas de las de hoy en
día.
Esto se ilustra con un estudio publicado en el último número de la
revista Journal of Vertebrate Paleontology que describe un antiguo erizo y un tapir que
vivieron en lo que hoy es Driftwood Canyon Provincial Park, en la Columbia Británica,
Canadá, hace unos 52 millones de años.
"En Canadá, las únicas otras localidades fósiles que producen mamíferos de la
misma edad están en el Ártico, por lo que estos fósiles de la Columbia Británica ayudan
a llenar una brecha geográfica significativa", afirma la coautora del estudio Natalia
Rybczynski, del Museo Canadiense de la Naturaleza. Otros fósiles de esta época
provienen de Wyoming y Colorado, a unas 2.700 millas (4.345 kilómetros) al sur del
sitio de la isla Ellesmere del Ártico.
El antiguo erizo es una especie hasta ahora desconocida para la ciencia, llamada
Silvacola acares, que significa "pequeño habitante del bosque" porque este diminuto
erizo probablemente tenía una longitud corporal muy pequeña.
"La delicada mandíbula fósil de 'Silvacola' no se sacó de la roca circundante
como es típico de los fósiles, sino que se escaneó con una tomografía computarizada
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142
(CT) industrial de alta resolución en la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados
Unidos, para poder estudiarla sin arriesgarse a dañar sus diminutos dientes. Los erizos
modernos y sus familiares se limitan a Europa, Asia y África", detalla Rybczynski.
El otro mamífero descubierto en el sitio, 'Heptodon', es un antiguo pariente de
los tapires modernos, que se asemejan a pequeños rinocerontes sin cuernos y un tronco
corto y móvil o probóscide.
"Heptodon' tenía aproximadamente la mitad del tamaño de los tapires de hoy y
carecía del tronco corto que se produce en las especies posteriores y sus primos.
Centrándonos en los dientes, probablemente era un devorador de hojas, lo que encaja
muy bien con el ambiente del bosque lluvioso indicado por plantas fósiles recogidas en
Driftwood Canyon", detalla la autora principal del estudio, Jaelyn Eberle, de la
Universidad de Colorado.
La mayor parte de las rocas portadoras de fósiles en Driftwood Canyon se
formaron en el fondo de un antiguo lago y son bien conocidas por sus hojas
excepcionalmente bien conservadas, insectos y peces. Pero no se había identificado
antes ningún fósil de mamíferos en el sitio como en este trabajo de campo, respaldado
por el Departamento de Investigación en Ciencias Naturales e Ingeniería de Canadá.
"El descubrimiento en el norte de la Columbia Británica de un primo temprano
de los tapires es intrigante porque los tapires de hoy viven en los trópicos. Su aparición,
junto a una diversidad de plantas fósiles que indica una selva tropical es compatible con
una idea propuesta de que los tapires y sus parientes extintos son buenos indicadores de
la presencia de densos bosques y altas precipitaciones", resalta Eberle.
Plantas fósiles del yacimiento indican que el área rara vez experimentó
temperaturas de congelación y, probablemente, tenía un clima similar al de Portland,
Oregon, Estados Unidos, que se encuentra aproximadamente 700 millas (1.126
kilómetros) al sur.
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Ventana a un mundo perdido
"Driftwood Canyon es una ventana a un mundo perdido, un experimento
evolutivo donde las palmeras crecían debajo de los abetos y los insectos incluían una
mezcla de especies canadienses y australianas. Descubrir mamíferos nos permite pintar
una imagen más completa de este mundo perdido", valora el doctor y coautor del
estudio David Greenwood, de la Universidad de Brandon, en Manitoba, Canadá.
"El Eoceno temprano es un tiempo en el pasado geológico que nos ayuda a
entender cómo Canadá llegó a tener las plantas de clima templado y los animales que
posee en la actualidad. Sin embargo, también puede ayudarnos a entender cómo el
mundo puede cambiar a medida que el clima mundial sigue calentándose", concluye
este experto.
(Cienciaplus.com, 10/07/2014)
Descubren el dinosaurio volador con la cola más larga
El animal, que vivió en lo que ahora es China hace 125 millones de años, utilizaba su
extraordinario apéndice para controlar el aterrizaje durante el vuelo.
Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto un nuevo dinosaurio
volador dotado con una cola emplumada excepcionalmente larga. Según sugieren los
autores del estudio en la revista Nature Communications, el animal, que vivió en lo que
ahora es China hace 125 millones de años, utilizaba su vistosa cola para disminuir la
velocidad en el descenso durante el vuelo y garantizar un aterrizaje seguro.
S. ABRAMOWICZ, DINOSAUR INSTITUTE, NHM
Ilustración del dinosaurio con plumas recién descubierto,
Changyuraptor Yangi, en la que se aprecia su tamaño
el
El fósil del dinosaurio, llamado Changyuraptor Yangi, fue encontrado
extraordinariamente bien conservado en la provincia de Liaoning, en el noreste de
China, un lugar famoso por este tipo de hallazgos. El animal estaba cubierto de plumas
por todo su cuerpo, incluidas unas extraordinariamente largas en la cola. «De unos 30
cm de largo, las increíbles plumas de la cola del Changyuraptor son, con mucho, las
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144
más largas de cualquier dinosaurio emplumado», asegura Luis Chiappe, paleontólogo
del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles (EE.UU.) y responsable de
la investigación.
Los análisis de la microestructura ósea realizados por investigadores de la
Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) demostraron que el raptor era un adulto
completamente crecido, que medía 1,30 metros de largo y pesaba 4 kilos, lo que lo
convierte en el dinosaurio de «cuatro alas» más grande que se conoce. El apodo se debe
a que las largas plumas pegadas a las patas tienen la apariencia de un segundo par de
alas. De hecho, es lo que llevó a los investigadores a concluir que estos dinosaurios eran
capaces de volar.
«Numerosas características que siempre hemos
asociado con las aves, de hecho, evolucionaron en dinosaurios
mucho antes de que las primeras aves llegaran a escena», dice
Alan Turner, de la Universidad de Stony Brook (Nueva York)
y coautor del estudio. «Esto incluye cosas como huesos
huecos, el comportamiento de anidación, plumas... y
posiblemente el vuelo».
Detalle de las plumas
El vuelo, antes que las aves
El nuevo descubrimiento explica el papel que las plumas de la cola jugaron
durante el control de vuelo. Para estos voladores más grandes, los aterrizajes seguros
eran de particular importancia. «Tiene sentido que tuvieran plumas especialmente
grandes en la cola, ya que habrían necesitado un control adicional», apunta Michael
Habib, investigador de la Universidad del Sur de California y coautor del artículo.
El descubrimiento de Changyuraptor consolida la idea de que el vuelo precedió
al origen de las aves, siendo heredada por estas de sus precursores dinosaurios. «Los
nuevos fósiles nos dicen que los dinosaurios voladores no se limitaron a animales muy
pequeños, sino a algunos de tamaño más sustancial», añade Chiappe. «Está claro que
ahora se necesita más evidencias para entender los matices del vuelo de los dinosaurios,
pero el Changyuraptor es un gran paso en la dirección correcta».
(ABC.es, 15/07/2014)
Más simple que el de sus presas
Hallan restos fósiles del cerebro del primer depredador conocido
Paleontólogos ha identificado restos fosilizados del cerebro de uno de los
primeros depredadores conocidos, que vivió en el Cámbrico inferior, hace unos 520
millones de años. El descubrimiento, publicado en la edición digital de Nature, revela
un cerebro que es sorprendentemente simple y menos complejo que los que se conocen
a partir de fósiles de algunas de sus presas.
Así, se ha identificado por primera vez el cerebro fosilizado de lo que se
considera el principal depredador de su tiempo, un grupo de animales conocido como
anomalocarídidos o anomalocáridos (Anomalocarididae), que se traduce como
"camarón anormal". Extintos desde hace tiempo, estos artrópodos de aspecto feroz
fueron descubiertos como fósiles de finales del siglo XIX, pero no se identificaron
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correctamente hasta principios de 1980 y todavía se discute sobre a qué parte del árbol
de la vida pertenecen.
“Nuestro descubrimiento ayuda a clarificar este debate", asegura Nicholas
Strausfeld, director del Centro sobre Ciencia de los Insectos de la Universidad de
Arizona, en Estados Unidos. "Resulta que el mayor depredador del Cámbrico tenía un
cerebro que es mucho menos complejo que el de algunas de sus posibles presas y parece
sorprendentemente similar a un moderno grupo de animales bastante modestos similares
a los gusanos", detalla.
El cerebro del fósil, una nueva especie llamada Lyrarapax unguispinus, que en
latín significa "depredador con garra espinosa en forma de lira", sugiere una relación
con una rama de animales cuyos descendientes se conocen como onicóforos o gusanos
de terciopelo, por su aspecto aterciopelado. Estos animales parecidos a gusanos están
equipadas con patas cortas sin articulaciones que terminan en un par de pequeñas garras.
Los onicóforos, que también son exclusivamente depredadores, crecen poco más de
unos centímetros de longitud y se encuentran principalmente en el hemisferio sur, donde
vagan por la maleza y la hojarasca en busca de escarabajos y otros pequeños insectos
que son su presa preferida. Dos antenas largas se extienden desde su cabeza, unidas
frente a un par de pequeños ojos.
El
fósil
anomalocárido
se
asemeja
en
su
neuroanatomía a la de
los onicóforos de hoy de
varias maneras, según
Strausfeld
y
sus
colaboradores.
Estos
últimos tienen cerebro
sencillo situado en
frente de la boca y un
par de ganglios, una
colección de células
nerviosas, ubicada en la
parte frontal del nervio óptico y en la base de sus
largas antenas, características detectadas también
en el fósil, según relata Strausfeld, señalando que
los anomalocáridos tenían un par de apéndices
para prender cosas como garras en frente de los
ojos.
Estos depredadores superiores del
Cámbrico se definen sólo por su par de apéndices
único, unas pinzas de aspecto malvado, que se
extiende desde la parte frontal de su cabeza matiza--. Son totalmente diferentes de las antenas
de los insectos y crustáceos. Tales apéndices
dispuestos frontalmente no se encuentran en otros
animales vivos con la excepción de los gusanos
de terciopelo".
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Parientes de los gusanos de terciopelo
Las similitudes de sus cerebros y otros atributos sugieren que los depredadores
anomalocáridos podrían haber sido parientes muy lejanos de los gusanos de terciopelo
de hoy. "Esta es otra contribución al nuevo campo de investigación que llamamos
neuropaleontolgía", apunta Ma Xiaoya, del Museo de Historia Natural de Londres, en
Reino Unido, y uno de los autores del artículo.
"Estos apéndices prensiles son un rasgo característico de este grupo de animales del
Cámbrico, cuya afinidad con los animales que viven ha mantenido ocupados a los
científicos evolucionistas durante casi un siglo. El descubrimiento del cerebro
conservado en 'Lyrarapax' resuelve cuestiones anatómicas específicas de los cerebros de
los onicóforos", añade.
"Desde hace muchos años, los paleontólogos han luchado con la cuestión de
cómo los diferentes tipos de apéndices en los fósiles del Cámbrico se alinean unos con
otros y con lo que vemos en los artrópodos vivos. Ahora, no nos tenemos que limitar
sólo a la forma externa de los apéndices y su secuencia en la cabeza para tratar de
resolver las identidades segmentarias, sino que podemos aprovechar el mismo conjunto
de herramientas que utilizamos para los artrópodos existentes, el cerebro", subraya el
coautor Gregory Edgecombe, también del Museo de Historia Natural.
"Con este trabajo y en nuestros informes anteriores, hemos identificado las tres
principales disposiciones cerebrales que definen los tres grupos de artrópodos que
existen en la actualidad --apunta Strausfeld--. Parece que coexistieron hace 520 millones
de años". El fósil 'Lyrarapax' fue encontrado en 2013 por el coautor Peiyun Cong cerca
de Kunming, en la provincia china de Yunnan.
De poco más de cinco centímetros de largo, 'Lyrarapax' fue eclipsado por
algunos de los anomalocáridos más grandes, que llegaron a medir más de un metro de
longitud. Los paleontólogos que excavan rocas del Cámbrico inferior en el sur de
Australia han encontrado que algunos anomalocáridos tenían enormes ojos compuestos,
hasta diez veces más grande que el ojo más grande de la libélula, por lo que debió haber
sido un cazador muy eficiente, según Strausfeld.
El hecho de que el cerebro del depredador parece mucho más simple en la forma
que los cerebros previamente desenterrados de sus contemporáneos plantea preguntas
intrigantes, como si es posible que los depredadores impulsaran la evolución de
cerebros más complejos, sugiere este experto.
"Con la evolución de los depredadores altamente eficientes, la presión recaía en
que otros animales fueran capaces de detectar y reconocer el potencial peligro y
rápidamente coordinar movimientos de escape. Estos requisitos pueden haber
impulsado una evolución más compleja de los circuitos del cerebro", concluye
Strausfeld.
(cienciaplus.com, 18/07/2014)
Así era el primer reptil, un lagarto de 308 millones de años
Expertos paleontólogos recrean la estructura craneal de un lagarto que podría explicar el
origen de todos los vertebrados que pertenecen a los reptiles, las aves y los mamíferos
Paleontólogos han recreado la estructura craneal de un vertebrado de 308
millones de años de edad. Un lagarto que podría ser el primer ejemplo de reptil y
explicar el origen de todos los vertebrados que pertenecen a los reptiles, las aves y los
mamíferos. Marcello Ruta, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de
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Lincoln, Reino Unido, fue uno de los autores del artículo, que se publica en el Journal
of Vertebrate Paleontology, y produjo una serie de intrincadas recreaciones dibujadas a
mano de la estructura craneal del Gephyrostegus.
Los paleontólogos han proporcionado una nueva reconstrucción craneal de este
vertebrado de largas extremidades (tetrápodo) sobre muestras previamente no
reconocidas que se encuentran en depósitos de carbón de la República Checa. El equipo
de académicos examinaron las características estructurales del cráneo del Bohemicus
gephyrostegus del Carbonífero tardío, un pequeño animal de estructura parecida al
lagarto que vivió hace 308 millones de años. Esta tetrápodo temprano podría ser el
primer ejemplo de un reptil y explicar el origen de los amniotas, todos los vertebrados
que pertenecen a reptiles, aves y mamíferos.
Los expertos de la Universidad Comenius de Bratislava (Eslovaquia), Museo de
la Universidad de Zoología en Cambridge, el Museo de Historia Natural de Londres y la
Universidad de Lincoln, Reino Unido, han sido capaces de estudiar muestras
adicionales no disponibles en
trabajos anteriores. Su objetivo
era proporcionar un análisis de
las relaciones de los primeros
tetrápodos incorporando sus
nuevas
observaciones
de
gephyrostegus. Su análisis
utiliza rasgos esqueléticos a
través de una muestra de
grupos
de
tetrápodos
tempranos para identificar las
posibles
afinidades
de
gephyrostegus.
Así era el primer reptil, un lagarto de 308 millones de años./UOL
Estudio detallado
Marcello Ruta explicó: "gephyrostegus siempre ha sido una bestia elusiva.
Varios investigadores han considerado durante mucho tiempo la posibilidad de que las
características superficialmente de reptil de este animal podrían decirnos algo acerca de
la ascendencia amniota. Pero gephyrostegus también muestra algunas características
esqueléticas muy generalizadas que complican determinar su origen".
"Hemos llevado a cabo un nuevo estudio que recoge datos de un gran número de
los primeros tetrápodos. El estudio muestra que gephyrostegus está estrechamente
relacionado con otro grupo de tetrápodos euroasiáticos y norteamericanos denominado
seymouriamorfos, que también participan en los debates sobre la ascendencia de los
amniotas. Encontramos algunas nuevas características craneales interesantes en
gephyrostegus que nos ayudaron a establecer este vínculo", añadió.
(Publico.es, 22/07/2014)
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Las plumas estaban en los dinosaurios desde el principio
Por fin, tras meses de expectación, aparecen en Science los rumoreados
dinosaurios emplumados de Siberia; unos fósiles que confirman la hipótesis más
“radical” de las barajadas hasta ahora sobre el origen de las plumas, con serias
implicaciones sobre el hipotético aspecto de los dinosaurios y consecuencias para su
reconstrucción e ilustración.
Son pequeños herbívoros bípedos, de escasos 1,5 metros de largo contando una
larga cola, de una nueva especie jurásica: Kulindadromeus zabaikalicus. Godefroit y
compañía, autores del trabajo, describen en estos fósiles tres tipos de escamas
distribuidas por las extremidades y la cola y tres tipos de estructuras “semejantes a
plumas” cubriendo la mayor parte del cuerpo de los animales.
Las escamas son interesantes, especialmente las placas imbricadas a lo largo de
la cola, pero centrémonos en el “plumaje”. En primer lugar, el Kulindadromeus poseía
filamentos simples, como pelos finos y cortos, cubriendo la cabeza, el tórax y la
espalda. En segundo lugar, en el brazo (en la zona del húmero) y en la pierna (fémur)
aparecen estructuras más complejas. Son haces de fibras cortas, y cada uno de estos
haces nace de una especie de placa. Estas placas se distribuyen separadas unas de otras
siguiendo un patrón hexagonal. El tercer tipo de estructura aparece también en la pierna
pero en la zona de la tibia, y es la más parecida a una pluma típica; se trata de grupos de
“cintas”, cada una de ellas aparentemente con un eje central y filamentos paralelos.
Kulindadromeus zabaikalicus. Ilustración de Andrey Atuchin
Bueno, ¿y qué? Ya sabíamos que, dejando aparte las aves, algunos dinosaurios
tenían plumas, o cosas semejantes a plumas, o estadios evolutivos intermedios en la
evolución de las plumas. Pues este pequeñajo de Siberia es simplemente otro dinosaurio
emplumado de esos que han ido apareciendo durante los últimos 18 años, ¿no?
Es más interesante que eso. El Kulindadromeus es un ornitisquio. Es decir, de
los dos grandes grupos en los que se dividen los dinosaurios (saurisquios y
ornitisquios), pertenece justo al grupo en el que no surgen las aves. Evolutivamente
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149
hablando, está muy alejado de las aves; está más emparentado con un Triceratops,
un Stegosaurus, unIguanodon o un Ankylosaurus (por mencionar a los más conocidos)
que con los emplumados velocirraptores que, por cierto, tan penosamente obsoletos van
a quedar en la nueva entrega de Parque Jurásico. En el árbol de los dinosaurios
ornitisquios, el Kulindadromeus ocupa una posición basal, una rama baja. Es, además,
de aspecto primitivo; los primeros dinosaurios ornitisquios se parecían más a él que a
cualquier famoso gigante cuadrúpedo con cuernos o escudos.
Ya conocíamos otros ornitisquios con filamentos en la piel: el Psittacosaurus,
esencialmente escamoso pero con largos “pelos” flexibles sobre la cola, y el
Tyanyulong, gran sorpresa del 2009, cubierto de gruesos filamentos simples. Pero no
estaba claro que esas fibras tuvieran algo que ver con las plumas. Al presentarse en
dinosaurios tan alejados de las aves, podría tratarse de un invento evolutivo
independiente. El Kulindadromeus echa abajo esa hipótesis gracias a su complicación
tegumentaria. Que los filamentos simples surjan dos veces puede aceptarse a
regañadientes, pero en el caso de las estructuras más complejas no se justifica defender
sin pruebas una evolución duplicada.
Por tanto, la navaja de Occam nos obliga a pensar que las plumas con distintos
niveles de complejidad aparecen muy temprano entre los dinosaurios, antes de que se
separasen saurisquios y ornitisquios y antes de que evolucionaran la inmensa mayoría
de los dinosaurios conocidos. Quizá mucho antes de que surgieran los primeros
dinosaurios, ya que sus primos los voladores pterosaurios también presentan cobertura
pilosa.
Es cierto que, aunque todos los dinosaurios desciendan de ancestros con plumas,
varios linajes posteriores pudieron haberlas perdido del todo. Especialmente si, por su
gran tamaño, no las necesitaban para conservar el calor corporal. Sin embargo, sabemos
por los fósiles del tiranosauroide Yutyrannus que se puede lucir un enorme corpachón
de 9 metros de largo y, al mismo tiempo, un magnífico abrigo de protoplumas.
Hay pocos fósiles de piel de dinosaurio y los que hay suelen ser fragmentos no
extrapolables a todo el cuerpo. La piel y su cobertura se desconocen en la inmensa
mayoría de las especies, y en general los paleoartistas las han dibujado exclusivamente
escamosas o con una apariencia vagamente elefantina. El Kulindadromeus nos dice, sin
embargo, que la piel mixta, emplumada + escamosa, no fue una rareza tardía de cierto
linaje sino que era probablemente el aspecto “por defecto” de los dinosaurios.
(http://culturacientifica.com/2014/07/25/las-plumas-estaban-en-los-dinosaurios-desdeel-principio/)
Desaparecieron hace unos 66 millones de años:
Los dinosaurios fueron víctimas de una tormenta perfecta de
eventos
Expertos explican que el impacto de un asteroide gigante sucedió en el peor momento
posible.
Los dinosaurios podrían haber sobrevivido al impacto del asteroide que acabó
con ellos si hubiera tenido lugar un poco antes o más tarde en la historia. Un estudio
reciente realizado con los registros fósiles actualizados e instrumentos de análisis
mejorados ha ayudado a los paleontólogos a construir una nueva narrativa de la
desaparición de estas criaturas prehistóricas, hace unos 66 millones de años, en la que
influyó una cadena perfecta de acontecimientos.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
150
Los autores de este trabajo, cuyos resultados se publican en Biological Reviews,
encontraron que en los pocos millones de años antes de que un asteroide de 10
kilómetros de ancho impactara en lo que hoy es México, la Tierra estaba
experimentando una agitación ambiental que incluía una extensa actividad volcánica, un
cambio del nivel del mar y variación de las temperaturas.
En ese momento, la cadena alimentaria de los dinosaurios se vio debilitada por
la falta de diversidad entre los grandes dinosaurios herbívoros de los que otros
individuos se alimentaban, probablemente debido a cambios en el clima y el medio
ambiente. Esto creó una tormenta perfecta en la que los dinosaurios eran vulnerables y
tenían pocas probabilidades de sobrevivir tras el impacto de un asteroide.
El impacto habría causado tsunamis, terremotos, incendios forestales, cambios
bruscos de temperatura y otros cambios ambientales. Como las cadenas alimentarias se
derrumbaron, esto habría acabado con una especie de dinosaurio tras otro,
sobreviviendo únicamente los que podrían volar, que evolucionaron hasta convertirse en
Infografía de dinosaurios. Francisco Gascón
Los investigadores sugieren que si el asteroide hubiera golpeado la Tierra unos
pocos millones de años atrás, cuando la variedad de especies de dinosaurio era más
diversa y la cadena alimenticia era más robusta, o más tarde, cuando las nuevas especies
tuvieron tiempo para evolucionar, entonces muy probablemente habrían sobrevivido.
Un equipo internacional de paleontólogos liderado por la Universidad de
Edimburgo, en Reino Unido, estudió un catálogo actualizado de fósiles de dinosaurios,
en su mayoría de América del Norte, para crear una imagen de cómo los dinosaurios
cambiaron durante los pocos millones de años antes del impacto de un asteroide. Estos
expertos esperan que los estudios en curso en España y China ayuden a comprender aún
mejor lo ocurrido.
Su análisis fue apoyado por la Fundación Nacional de Ciencia Estados Unidos
y la Comisión Europea y dirigida por las universidades de Edimburgo y Birmingham,
en colaboración con la Universidad de Oxford, el 'Imperial College London', la
Universidad de Baylor, y el 'University College London'. También participaron los
principales museos de dinosaurios del mundo: El Museo de Historia Natural de
Londres, la Institución Smithsonian, el Museo Real de Ontario, el Museo Americano de
Historia Natural y el Museo de Nuevo México de Historia Natural y Ciencia.
"Los dinosaurios fueron víctimas de una mala suerte colosal. No solo se produjo
el impacto de un asteroide gigante sino que sucedió en el peor momento posible, cuando
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151
sus ecosistemas eran vulnerables. Nuestros hallazgos ayudan a aclarar uno de los
misterios perdurables de la ciencia", resalta Steve Brusatte, de la Escuela de
Geociencias de la Universidad de Edimburgo, en Escocia.
El doctor Richard Butler, de la Escuela de Geografía y Ciencias de la Tierra y
Ambientales de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, agrega: "Aunque
nuestra investigación sugiere que las comunidades de dinosaurios eran particularmente
vulnerables en el momento del golpe del asteroide, no hay nada que sugiera que los
dinosaurios estaban condenados a la extinción. Sin ese asteroide, los dinosaurios
probablemente todavía estarían aquí y nosotros muy probablemente no".
(Heraldo.es, 28/07/2014)
Antártida: Descubren los fósiles de los mamíferos más antiguos
Proceden de una época en la que el continente blanco albergaba bosques tropicales.
Investigadores argentinos y de Suecia hallaron los fósiles de mamíferos más
antiguos que se hayan encontrado en la Antártida, procedentes de una época (el Eoceno
temprano) en que el continente blanco albergaba bosques tropicales.
Los restos, encontrados durante las campañas de verano 2012-2013 que organiza
el Instituto Antártico Argentino-Dirección Nacional del Antártico, corresponden a
fragmentos fosilizados de un molar inferior y una falange intermedia (articulación ósea
de los pies y las manos) de hace 55,3 millones de años.
"A partir del análisis de la base del diente inferimos que se trataba de un animal
no mucho más grande a una oveja o un carnero”, explicó a la Agencia CyTA el doctor
Javier N. Gelfo, investigador del CONICET en la División de Paleontología de
Vertebrados de la Facultad de Ciencias Naturales y del Museo de la Universidad
Nacional de La Plata (UNLP).
Reconstrucción artística elaborada a
partir del hallazgo de los fósiles de
mamíferos más antiguos de la
Antártida. Instito Leloir
Los restos del mamífero
pertenecen
a
la
familia
Sparnotheriodontidae del extinto
orden Litopterna, de amplia
distribución en América del Sur
millones de años atrás. "Estos animales eran mamíferos herbívoros que apoyaban sus
extremidades con el extremo de sus dedos, los que usualmente se encontraban
revestidos con una pezuña al igual que los caballos y cabras modernas”, agregó Gelfo.
En la actualidad, la Antártida constituye el único continente carente de
mamíferos terrestres, tanto por su aislamiento respecto de otros continentes como por su
riguroso clima polar. "Sin embargo en el pasado, esa región conformaba con América
del Sur, África, Australia, Indostán y Madagascar el continente Gondwana”, puntualizó
Gelfo.
Luego de la extinción de los grandes dinosaurios, hace unos 65 millones de años,
Gondwana se había fragmentado y la Antártida solo mantenía un vínculo terrestre con
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
152
Australia y América del Sur. Este contacto permitió el intercambio de fauna entre los
mismos y la consecuente expansión de muchos grupos de mamíferos sudamericanos.
En esa época, la Antártida presentaba un clima tropical, con amplios bosques de
Notophagus (parientes de los coihues y lengas actuales) en los que prosperaron diversos
grupos de mamíferos.
Doctor Javier N. Gelfo,
investigador del CONICET de
la División de Paleontología
de Vertebrados de la Facultad
de Ciencias Naturales y del
Museo de la Universidad
Nacional de La Plata
El hallazgo permitirá comprender mejor la historia evolutiva de esa familia de
mamíferos y también aportaría información sobre la instalación del actual estrecho de
Drake y la consecuente separación marítima entre la Antártica y América del Sur,
concluyó Gelfo.
En el estudio, publicado en Palaeontology, también participaron el doctor
Guillermo López y la becaria Malena Lorente, también de la UNLP; y los doctores
Marcelo Reguero, de la UNLP y del Instituto Antártico Argentino, y Thomas Mörse, del
Museo de Historia Natural de Suecia.
(tiempopatagonico.com, 30/07/2014)
Los dinosaurios encogieron durante 50 millones de años para
llegar a aves
Un estudio internacional revela que el linaje de dinosaurios que evolucionó hacia las
aves necesitó cerca de 50 millones de años para conseguir reducir su tamaño al de un
pájaro. Este proceso de evolución constante favoreció que, antes de la aparición de la
primera ave documentada, surgieran especies con alas y plumas que experimentaron con
el vuelo.
Los gigantes y pesados dinosaurios se transformaron en pequeñas y ágiles aves
tras un proceso de encogimiento que se extendió a lo largo de 50 millones de años, un
tiempo más extenso del que se creía hasta ahora. Esta es la principal conclusión del
trabajo que científicos de las universidades de Adelaida (Australia), Boloña (Italia),
Southampton (Reino Unido) y Debrecen (Hungría) publican esta semana en la
revista Science.
El linaje evolutivo de las actuales aves voladoras empezó hace alrededor de 210
millones de años a finales del Triásico. A partir de ese periodo, el peso corporal del
orden de los dinosaurios terópodos, del que descienden las aves, fue disminuyendo
progresivamente desde los 163 kg a los 0,8 kg del primer pájaro conocido, el
Archaeopteryx, con caracteres intermedios entre los dinosaurios emplumados y las aves
modernas. Siempre ha existido gran controversia acerca del origen de este género
debido a la ambigüedad de sus rasgos.
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153
“Las aves han sido diferenciadas de sus parientes cercanos por su capacidad de
volar”, indica a Sinc Michael Lee, autor principal de la investigación e investigador en
la institución australiana, "pero en los últimos años esta distinción se ha difuminado
debido al descubrimiento de dinosaurios con plumas como Microraptor –también con
alas en sus extremidades inferiores–, que era capaz de planear. Sin embargo, un nuevo
espécimen de Archaeopteryx estudiado recientemente sugiere que las primeras aves
tenían alas más evolucionadas y una mejor capacidad de vuelo”.
Reconstrucción de un grupo de
pájaros (Longirostravis) acicalándose
sobre la cabeza de uno de sus
dinosaurios parientes (Yutyrannus).
/ Science-Brian Choo
Según
explica Michael
Benton de la Universidad de Bristol
(Reino Unido) en un artículo de
opinión complementario al trabajo
de Science, en 1994 fue descubierto
en China un fósil de dinosaurio sin
alas pero con un recubrimiento de
plumas. Fue el primero de una serie de hallazgos que han evidenciado el periodo de
experimentación de estos animales extintos con el vuelo o, más bien, con el planeo y el
salto.
Otro de los resultados del trabajo revela que este proceso de miniaturización
habría propulsado la adaptación del esqueleto de estos grandes reptiles. La evolución
habría sucedido cuatro veces más rápido a lo largo de las doce ramificaciones
filogenéticas de los terópodos a las aves que en el resto de linajes evolutivos de los
dinosaurios.
“El progreso del tamaño corporal habría sido un paso liberador. Permitió a los
dinosaurios explorar toda una gama de nuevos estilos de vida y hábitats. De pronto,
podían trepar a los árboles, perseguir a los insectos, saltar y planear”, sostiene Lee, "y
esto habría provocado una explosión en esta rama de la evolución”.
Por su parte, Benton también plantea que el salto a los árboles fue un intento de
escapar de los depredadores o de encontrar nuevos recursos alimenticios. Esta
‘mudanza’ habría requerido cuerpos pequeños, ojos agrandados para aumentar la visión
tridimensional, mayores cerebros frente a la diversidad arbórea, plumas aislantes para
permitir la actividad nocturna o el alargamiento de las extremidades para favorecer los
saltos entre árboles.
El conjunto de adaptaciones habría moldeado los rasgos de las aves tal y como
las conocemos hoy en día, con los hocicos cortos, los dientes más pequeños y las
plumas aislantes. No obstante, el equipo subraya que estas características han sido
adquiridas coordinadamente al influir también unas entre otras.
Método innovador
Para llegar a las conclusiones, los investigadores han utilizado una técnica
estadística bayesiana, desarrollada originalmente para deducir las tasas de evolución de
los virus. De esta forma han analizado más de 1.500 rasgos anatómicos de 120 especies
de terópodos y aves primitivas, el mayor registro hasta la fecha.
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Linaje evolutivo de los dinosaurios que evolucionaron a aves. /Science-Davide Bonnadonna
Hasta ahora, los análisis filogenéticos del grupo habían seguido tres pasos:
construir el árbol evolutivo, datar los puntos de ramificación y asignar las especies. Con
el nuevo método se ha realizado todo el proceso a la vez. Los autores consideran que los
estudios previos que apuntaban a que los cambios evolutivos en este linaje había sido
más veloces, en realidad no reproducían con exactitud el proceso, ya que se centraban
solo en las ramas evolutivas rápidas o en pocos rasgos esqueléticos evaluados.
(agenciasinc.es, 01/08/2014)
Fósil de Comallo (Argentina) podría ser de un nuevo género
Es una hipótesis que manejan los paleontólogos. En el lugar hay restos de otros
animales también.
COMALLO (José Mellado, enviado especial).- "Es un hallazgo muy importante.
Se trata de un Astrapotherio y se baraja la hipótesis que pertenezca a género nuevo,
dentro de los mamíferos" detalló el paleontólogo Ari Iglesias, en referencia a los restos
fósiles hallados en cercanías de Comallo.
El descubrimiento se
produjo el miércoles pasado
cuando operarios de una de
las empresas que realiza la
pavimentación de la ruta
Nacional 23 se disponían a
clavar estacas para delimitar
la zona en la ladera de un
pequeño cerro que las
máquinas deben derribar en el
marco de los trabajos de
construcción de la obra
básica.
Luego de que los
trabajadores denunciaran el hallazgo a la Secretaría de Cultura de Comallo, un grupo de
investigadores se instaló unos kilómetros al este de la localidad para desenterrar con el
mayor cuidado posible los restos óseos fosilizados de este Astrapotherio, un género de
mamíferos placentarios que vivió en la Argentina hace 15 millones de año.
Además del paleontólogo Iglesias, el equipo está integrado por el investigador
Ariel Méndez; la doctora Ariana Paulina, del Conicet en Plaza Huincul y miembros de
la Asociación de Paleontología de Bariloche.
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155
A medida que van excavando y limpiando minuciosamente el lugar, los fósiles
van quedando al descubierto e incrementando las esperanzas de los investigadores de
encontrar el esqueleto completo de este mamífero.
"Los Astrapotherio se conocen en toda la Patagonia. Siempre aparecen huesos
aislados. Este, es un caso excepcional porque apareció una de las piernas delanteras
completa. Están todos los huesitos de la mano, articulados. Esto nos dice que este
animal murió acá y de la forma que se lo ha encontrado. Un animal de la forma y el
tamaño de una vaca, pero que tiene el cráneo del tipo de un tapir con una trompita.
Estamos esperando encontrar el cráneo. Además se baraja la hipótesis que pertenezca a
un genero nuevo dentro de estos mamíferos" detalló Iglesias.
De acuerdo a las leyes vigentes, los fósiles hallados en territorio rionegrino, son
patrimonio de la provincia. En este caso puntual, serán trasladados al Museo de
Paleontología de Bariloche, donde hay otros fósiles de Comallo y de la región, donde
serán limpiados y preparados para su posterior estudio.
El paleontólogo no descartó que puedan producirse otros hallazgos similares, ya
que en la zona del descubrimiento, al caminar se pueden divisar astillas de huesos y
dientes fosilizados de otros animales. Por ello, en forma conjunta con el municipio, se
les ha pedido a las dos empresas que trabajan en la construcción de la ruta en la zona de
Comallo que ante el menor indicio de lo que pudiera ser otro hallazgo, lo comuniquen a
la mayor brevedad.
(rionegro.com.ar, 04/08/2014)
Janusaurus, un nuevo ictiosaurio del Jurásico de Noruega
La revista PLoS ONE publica la descripción de un nuevo género y especie de
ictiosaurio del Jurásico Superior del área del fiordo de Sassen (Sassenfjorden), en la isla
de Spitsbergen (Noruega).
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
156
Fotografía
del
cráneo
de
de Janusaurus
lundi (arriba)
y
reconstrucción del mismo (abajo).
Imágenes tomadas de Roberts et
al. (2014: figs. 4 y 14);
Fue encontrado en un yacimiento a 13 Km al norte de la ciudad de
Longyearbyen, en el lado norte del Monte Janus (Janusfjellet).
Desde el punto de vista geológico, el yacimiento es un afloramiento
delLagerstätte del Miembro Slottsmøya de la Formación Agardhfjellet, datada como
Volgiense medio (Tithoniense).
De este Lagerstätte proceden numerosos reptiles marinos nuevos, incluyendo los
ictiosaurios Cryopterygius y Palvennia (véase DinoAstur, 15-10-2012).
El nuevo ictiosaurio ha sido bautizado como Janusaurus lundi ROBERTS,
DRUCKENMILLER, SÆTRE et HURUM 2014.
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157
El nombre genérico está dedicado al Monte Janus en el que se encontró, y la
especie a Bjørn Lund, técnico en las excavaciones de 2006-2012.
Dibujo del esqueleto de Janusaurus lundi tal cual se encontró en la excavación.
Imagen tomada de Roberts et al. (2014: fig. 3)
Se conoce por un único ejemplar excavado en 2010, incompleto y parcialmente
articulado, y conservado en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oslo
(UiO: Naturhistorisk museum) con la sigla PMO 222.654.
Se le estima una longitud total de 3-4 m.
Se clasifica dentro de la familia Ophthalmosauridae, y es el tercer ictiosaurio
oftalmosáurido descubierto en el Miembro Slottsmøya.
(dinoastur.com, 05/08/2014)
Los fósiles hallados de una especie de pingüino en la Antártida
demuestran que midió dos metros
Los fósiles fueron encontrados el año pasado, pero no se conocía con exactitud su altura
y su peso.
Este gigante vivió en la Antártida durante el Eoceno superior y convivió con hasta diez
especies
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
158
Los fósiles del pingüino Palaeeudyptes klekowskii que vivió hace unos 34
millones de años certifican que medió dos metros y que pesó 115 kilos. Así lo dado a
conocer la revista científica New Scientist. Los investigadores de nacionalidad argentina
han llegado a esta conclusión después de que hallaran un hueso del pie que medía nueve
centímetros.
Tamaño del Palaeeudyptes klekowskii respecto a otras especies NEW SCIENTIST
Los fósiles fueron encontrados el año pasado, pero no se conocía con exactitud
su altura y su peso. "Es posible imaginar que midió mucho más de dos metros pero no
tenemos tantos elementos como para arriesgar una medida más grande", explicaba la
investigadora Carolina Acosta.
Los primeros restos encontrados ya daban una pista de las dimensiones de esta
especie, pero las nuevas revelaciones confirman las hipótesis de los científicos.
Estos nuevos datos convierten a los Palaeeudyptes klekowskii en los pingüinos
más altos conocidos hasta ahora, por delante del pingüino emperador, que mide 1,36 m
y que pesa 46 kilos. Este gigante vivió en la Antártida durante el Eoceno superior y
convivió con hasta diez especies.
Los científicos creen que el tamaño pudo darles ventajas por delante de otras
especies, como el hecho de que pudieran permanecer hasta 40 minutos debajo del agua,
que se traducía en que podían alimentarse de una cantidad importante de presas.
(lainformacion.com, 05/08/2014)
No es una nueva especie
“El Hobbit” mostraba características de Síndrome de Down
Un excavación en Indonesia en 2004 supuso el hallazgo de lo que se creía una
nueva especie de ser humano, al que se bautizó como “El Hobbit” por su pequeño
tamaño. Ahora, un equipo internacional de expertos ha determinado que estos restos no
pertenecerían a una nueva especie y que el cuerpo presenta características de Síndrome
de Down.
El responsable de este trabajo, publicado en PNAS, Robert B. Eckhardt, ha
señalado que el esqueleto de “El Hobbit” es el de un humano con un desarrollo
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
159
"anormal" con características importantes más consistentes con un diagnóstico de
síndrome de Down.
Las descripciones iniciales de este humano, oficialmente Homo floresiensis, se
centraron en inusuales características anatómicas. Así, destaca un volumen craneal de
sólo 380 mililitros --menos de un tercio del tamaño de los humanos modernos-- y la
asimetría craneofacial, una falta de coincidencia izquierda-derecha en el cráneo, que es
característico de este trastorno.
Además,
se
ha
detectado que los huesos de
los muslos son cortos. Éstos
se utilizaron para reconstruir
una criatura que mide unos
1,06 metros de altura.
Eckhardt ha señalado al
respecto que este tipo de
hechura de fémur sólo
coincide con la reducción de
altura en el Síndrome de
Down.
"Cuando vimos por
primera vez estos huesos,
varios de nosotros detectamos inmediatamente una perturbación del desarrollo", ha
indicado Eckhardt, quien ha explicado que el diagnóstico actual se debe a la unión de
varias investigaciones que "han convergido en el Síndrome de Down".
(cienciaplus.com, 05/08/2014)
Una nueva especie de Pliosaurus del Jurásico Superior de Argentina
El último número de la revista Ameghiniana (51/4, agosto 2014) publica la
descripción de una nueva especie del reptil marino Pliosaurus procedente de Argentina.
Ha sido denominada Pliosaurus patagonicus GASPARINI et O’GORMAN
2014, en honor a la Patagonia, donde se encontró el holotipo de la especie.
Procede de un afloramiento de la Formación Vaca Muerta (Titoniense, Jurásico
Superior) en el Cerro Lotena, provincia de Neuquén (departamento de Zapala).
Fue excavado en 1975 y descrito en 1982 como Stretosaurus sp.
En 1997 se asigno a Liopleurodon cf. L. macromerus TARLO 1960, y en 2007 a
Liopleurodon sp. Ahora se asigna a una nueva especie del género Pliosaurus.
El holotipo y único ejemplar conocido se conserva en la Colección de
Paleontología de Vertebrados del Museo de la Plata con la sigla MLP 80-V-29-1.
Consta de un cráneo incompleto y varios fragmentos de la mandíbula inferior.
Es la primera especie de Pliosaurus que se describe en el hemisferio sur.
El trabajo demuestra además que no hay evidencias de Liopleurodon en
Argentina.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
160
Algunos de los restos craneales
de Pliosaurus patagonicus conservados:
maxilar (1-2), vómer (3-4),
y
reconstrucción de la parte anterior del
cráneo en vista ventral (5). Escala: 2 cm.
Imagen tomada de Gasparini &
O’Gorman (2014: fig. 3)
Arriba: restos de la rama
mandibular derecha de Pliosaurus
patagonicus (1-4,
6-7),
y
reconstrucción
de
ambas
mandíbulas en vista dorsal (5);
escala: 2 cm. Abajo: diversas vistas
de la sinfísis mandibular; escala: 5
cm. Imágenes tomadas de Gasparini
& O’Gorman (2014: figs. 6, 4)
(Dinoastur.com, 08/08/2014)
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Descubierto un nuevo dinosaurio en Venezuela que era un animal
social
Caminaba sobre sus patas traseras y era del tamaño de un perro pequeño
Además, vivían en manadas tras la extinción masiva del período Triásico
Un grupo de fósiles de dinosaurios descubierto en Venezuela ha sido
identificado como una nueva especie que evidencia la conducta social más
temprana entre dinosaurios con caderas de ave -ornitisquios-, según un artículo que ha
sido publicado en la revista Proceedings B de la Royal Society.
Esta nueva especie ha sido denominada Laquintasaura venezuelae después de
que se encontraran fósiles de hace 201 millones de años en la Formación La Quinta, en
la ciudad de La Grita, del Estado de Táchira (Venezuela).
Impresión de una manada de Laquintasaura venezuelae© Mark Witton
El equipo internacional de investigadores que ha llevado a cabo
el descubrimiento consideraba que dicha región permanecía deshabitada por los
dinosaurios debido a los extensos desiertos que la rodeaban.
El hallazgo incluye huesos de al menos cuatro miembros de esta familia de
dinosaurios, con edades comprendidas entre los tres y los 12 años de edad
aproximadamente.
Según el estudio, Laquintasaura venezuelae caminaba sobre sus patas traseras y
era del tamaño de un perro pequeño. Además, se cree que fueron principalmente
herbívoros, aunque no se descarta que pudieran haber comido insectos u otras presas
pequeñas.
"Es inesperado que vivieran en manadas", ha dicho el Dr. Barret
El equipo de científicos está liderado por el Dr. Paul Barrett, experto de
paleobiología evolutiva de dinosaurios del Museo de Historia Natural de Londres y
presidente de la Sociedad Paleontográfica de Reino Unido.
"Siempre es emocionante descubrir una nueva especie de dinosaurio, pero hay
muchas novedades sorprendentes con Laquintasaura", ha afirmado el Dr. Barrett. "Es
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
162
fascinante e inesperado comprobar que vivían en manadas, algo de lo que tenemos poca
evidencia en los dinosaurios de esta época".
La datación exacta de Laquintasaura ayuda también a definir un período
temprano de la evolución de los dinosaurios. “Vivió muy poco después de la extinción
masiva al final del período Triásico, hace 201 millones de años, demostrando que los
dinosaurios se recuperaron rápidamente después de este evento", ha asegurado el Dr.
Barrett.
"Se han encontrado relativamente pocos dinosaurios tempranos con caderas de
ave, por lo que L. venezuelae ayudará a llenar los vacíos", ha destacado el
profesor Marcelo Sánchez-Villagra de la Universidad de Zürich y co-autor del artículo
que anuncia el descubrimiento.
(rtve.es, 06/08/2014)
Paleontología. Nueva especie de reptil descubierta
Hallan medio centenar de reptiles voladores en un yacimiento de Brasil
El hallazgo de fósiles pertenecientes a medio centenar de reptiles voladores en el
sur de Brasil añade a las enciclopedias una nueva especie, bautizada como Caiuajara
dobruskii, que vivió durante el periodo Cretácico.
Un equipo dirigido por Paulo Manzig, de la Universidad de
Contestado descubrió los restos procedentes de 47 reptiles alados en un lecho óseo de
pterosaurio. El estudio, publicado en la revista Plos One explica que los huesos
pertenecían a individuos de diferentes edades, con alas que comprendían desde los 65
centímetros hasta los dos metros, lo
que permitirá a los científicos
analizar como maduran estos reptiles.
El equipo pudo determinar que se
trataba de una nueva especie de
pterosaurio después del análisis
inicial, convirtiéndose en el caso más
meridional conocido en este clado
(grupo biológico).
Reconstrucción de tres etapas de
crecimiento
del
Caiuajara
dobruskii. MAURILIO OLIVEIRA /
MUSEO NACIONAL-UFRJ
Las características distintivas
de esta nueva especie están
principalmente en su cabeza, pues
presentan una expansión ósea en
forma de cresta que sobresale de la
gran abertura del cráneo entre los
ojos, además de poseer depresiones
redondeadas en la superficie exterior
de la mandíbula.
En cuanto a la evolución hacia la madurez, ejemplares jóvenes y adultos
variaron principalmente en el tamaño y en el ángulo de la cresta ósea en la parte
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
163
superior de la cabeza, que parecía ser pequeña e inclinada para los jóvenes y grande y
empinada en los adultos.
Según los autores, el análisis de los huesos hallados sugiere que se trataba de
una especie de carácter social, que vivía en colonias y pudo haber sido capaz de volar a
una edad muy temprana.
(elmundo.es, 13/08/2014)
Un organismo unicelular
Así vivió el primer ser vivo en la Tierra
Toda la vida en la Tierra proviene de un ancestro común, un organismo
unicelular. Un equipo de investigadores de 'University College London' (UCL), en
Reino Unido, lo han estudiado con modelos matemáticos y han resuelto preguntas sobre
cómo era, cómo vivió y cómo ha evolucionado hacia las células modernas de hoy en
día. Los resultados sugieren que el Último Ancestro Común Universal de la Vida
(LUCA, por sus siglas en inglés) tenía una membrana permeable.
Este hallazgo, que se publica este martes en Plos Biology, ayuda a los científicos
a responder a dos de las mayores preguntas de la biología: por qué todas las células
utilizan el mismo mecanismo complejo extraño de recogida de energía y por qué dos
tipos de organismos unicelulares que forman la rama más honda en el árbol de la vida,
las bacterias y arqueas, tienen membranas celulares completamente diferentes.
La permeabilidad de la membrana permitió a LUCA alimentarse de la energía en
su entorno, probablemente en los profundos respiraderos en el fondo del océano. El
equipo modeló cómo cambió la membrana, permitiendo a los descendientes de LUCA
mudarse a nuevos entornos más desafiantes y evolucionar en dos tipos distintos de
organismos, las bacterias y arqueas unicelulares, creando la rama más profunda del
árbol de la vida.
Las bacterias y arqueas comparten muchas características comunes, como genes,
proteínas y mecanismos de lectura del ADN, lo que inicialmente llevó a los científicos a
creer que eran sólo diferentes tipos de bacterias. Su clasificación cambió en la década de
1970 después de que se encontraran radicales diferencias en la manera por el que se
replica el ADN y en la estructura de su membrana celular. Como ambos provenían de
LUCA, los expertos se disponen a encontrar las respuestas en la estructura y función de
la membrana de LUCA.
"Este trabajo me parece hermoso al limitar una secuencia de pasos desde la
extraña célula que parece haber sido el antepasado de toda la vida de hoy hasta la
división profunda entre las células modernas. Desde una sola idea básica, el modelo
puede explicar las diferencias fundamentales entre las bacterias y arqueas. Me gustaría
pensar que es correcto, pero lo más importante es que hace algunas predicciones claras
que planeamos poner a prueba en el futuro", explica el director del estudio, Nick Lane,
experto en Biociencias en UCL.
Los datos del estudio sugieren que LUCA vivió en zonas de antigua agua de mar
densa, con partículas cargadas positivamente llamadas protones, mezclados con fluido
alcalino caliente de respiraderos, que contenía protones. La diferencia en la
concentración de protones en estos dos entornos activa los protones para que fluyan
dentro de la célula, llevando a la producción de una molécula llamada trifosfato de
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
164
adenosina (ATP), que alimenta el crecimiento de las células, tal como lo hace en la
actualidad.
Sin embargo, a diferencia de las células modernas, los investigadores creen que
esto sólo podría suceder si la membrana fuera permeable, permitiendo a los protones
salir de la célula de forma espontánea, por lo que podrían entrar más protones para
aumentar la energía. "En estos respiraderos de aguas profundas, hay un flujo continuo
de fluidos alcalinos, que se mezclan con las aguas del océano. Cuando se mezclan, los
fluidos se neutralizan entre sí y se detiene la acumulación de factores de carga que de
otro modo evitan que los protones fluyan dentro de la célula", detalla Lane.
"Si las primeras células tenían membranas con fugas, entonces los protones
podrían entrar y ser neutralizados, o salir de nuevo, casi como si no hubiera ninguna
barrera. Lo que hemos demostrado es que la velocidad a la que los protones entran y
salen es lo suficientemente alta para alimentar el crecimiento de las células a través de
proteínas incrustadas en la membrana. Así, LUCA podría haber sido impulsada por
gradientes de protones naturales en los respiraderos, pero sólo si tenía una membrana
muy permeable, a diferencia de las células de hoy en día", añade.
Para escapar de estos orificios de ventilación de los fondos marinos, LUCA tuvo
que adaptar su membrana para bombear protones de la célula, con el fin de que fueran
de vuelta de nuevo para ayudar a impulsar la producción de ATP. El estudio sugiere que
las bacterias y arqueas desarrollaron estructuras de la membrana celular y bombas de
protones completamente diferentes, manteniendo la misma maquinaria de alimentación
para crecer, y explica por qué se diferencian en rasgos fundamentales que dependen de
la membrana como la replicación del ADN.
"La explotación de los gradientes es universal a través de toda la vida, pero la
comprensión de cómo LUCA utilizó un gradiente para impulsar el crecimiento nos
planteó un dilema similar al de la gallina y el huevo: ¿pudo LUCA generar un gradiente
sin saber cómo explotarlo y cómo pudo aprender a usar el gradiente si no creó uno
inicialmente? Proponemos que los gradientes naturales de los protones son la solución
porque LUCA no tuvo que crear el gradiente", argumenta el primer autor del estudio,
Victor Sojo, también del Departamento de Biociencias de UCL.
Y prosigue: "Descubrimos que las membranas no permeables tuvieron que
evolucionar más adelante y lo hicieron de forma independiente en arqueas y bacterias.
Esto explica por qué las membranas bioenergéticas son universales en arqueas y las
bacterias todavía bombean iones". Para el próximo proyecto, los investigadores esperan
recrear el ambiente de las zonas de ventilación, que se cree que han sido los ladrillos de
la vida que se formaron espontáneamente hace cuatro millones de años para saber cómo
las moléculas se comportan e interactúan en esas condiciones.
(cienciaplus.com, 13/08/2014)
Los primeros pobladores de América del Norte llegaron a conocer
a los gonfoterios
Un animal del que se creyó que había desaparecido de Norteamérica antes de
que los humanos llegaran pudo en realidad vivir en el continente más tiempo de lo que
se pensaba, y es probable que estuviera en la lista de presas cazadas de algunos de los
primeros humanos del continente. Así se ha determinado en una nueva investigación.
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165
El equipo de Vance Holliday, de la Universidad de Arizona en la ciudad
estadounidense de Tucson, ha hecho este inesperado hallazgo tras un análisis de restos
de dos ejemplares de gonfoterio que fueron encontrados entremezclados con objetos de
la cultura Clovis en un yacimiento arqueológico del noroeste de México. Los
arqueólogos no estaban seguros al principio de qué clase de animal habían desenterrado,
hasta que encontraron una mandíbula reveladora.
El gonfoterio era un ancestro primitivo del elefante. Los gonfoterios eran más
pequeños que los mamuts, aproximadamente del mismo tamaño que los elefantes
modernos. Llegaron a ser muy abundantes en Norteamérica, pero hasta ahora se asumía
que desaparecieron del registro fósil del continente mucho antes de que los humanos
llegaran a él, lo que ocurrió hace entre 13.000 y 13.500 años, durante la etapa final de la
Era Glacial.
Los arqueólogos no estaban
al principio de que clase de
animal habían desenterrado,
una mandíbula reveladora.
(Foto: Vance Holliday)
El descubrimiento hecho por los científicos estadounidenses y mexicanos
sugiere que los Clovis, cazadores-recolectores que constituyeron una de las primeras
culturas en poblar América, seguramente cazaron y comieron gonfoterios. Los
miembros de la cultura Clovis fueron cazadores consumados de mamuts y mastodontes,
los primos evolutivos de los gonfoterios.
Aunque se sabía que los humanos antiguos habían cazado gonfoterios en
América Central y en Sudamérica, es la primera vez que se ha desvelado una conexión
humano-gonfoterio en Norteamérica.
La Cultura Clovis desapareció de una forma bastante abrupta hace unos 12.900
años, y las explicaciones propuestas esgrimen una catástrofe natural (probablemente una
cadena de desastres iniciada por el impacto de un cometa o asteroide) como la causa
principal.
(noticiasdelaciencia.com, 12/08/2014)
Rana más grande del mundo vivió en Magallanes hace 40
millones de años
Paleontólogos hallaron restos en Sierra Dorotea, donde se han detectado fósiles de otras
especies.
Sierra Dorotea es un gigantesco yacimiento paleontológico con una edad entre
70 a 40 millones de años, incluso hasta 17 millones en algunas zonas. Una verdadera
mina de oro para los investigadores de la prehistoria.
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166
El sitio se encuentra en Puerto Natales, Región de Magallanes, y ha sido objeto
de estudio desde hace siete años por parte de dos proyectos Anillo Antártico financiados
por Conicyt, a través de los cuales se busca conocer a los vertebrados del pasado
profundo de la región.
Y las investigaciones están dando resultados. Un grupo de paleontólogos de las
universidades de Chile y de Alberta (Canadá) acaban de publicar una investigación que
presenta los restos de la que puede ser la rana más grande del planeta, tras hallar un
fragmento de húmero, cuyo tamaño completo se estima en 12 cm.
El fósil permitió estimar que la especie tenía una longitud de entre 55 y 59
centímetros, y de hasta un metro con las patas estiradas. Con estas medidas supera al
Beelzebufo de Madagascar, la rana más grande conocida hasta ahora y que vivió
durante el Cretácico, hace unos 65 millones de años, pesaba unos 4,5 kilos y se
alimentaba de dinosaurios pequeños.
“Tal tamaño corporal excepcional puede reflejar un paleoambiente inusualmente
cálido y húmedo”, asegura el paleontólogo de la Universidad de Chile Rodrigo Otero
sobre el hallazgo de Magallanes.
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Hallazgo fortuito
La rana gigante vivió en agua dulce y cerca de la costa, y compartió ambiente
con otros animales, entre ellos garzas, pingüinos, cocodrilos, tortugas y también formas
marinas que incluyen varios tipos de tiburones, durante el Eoceno, hace más de 40
millones de años, mucho antes de la aparición del hombre en la Tierra,
Por el momento, su peso es difícil de estimar y se desconoce su fisonomía,
aunque se cree que fue muy parecida a la rana chilena actual.
El hallazgo del fragmento ocurrió en 2008 y fue totalmente fortuito. El húmero
fue colectado junto a restos de pingüinos, cocodrilos, tortugas y también dientes de
tiburón.
“El fósil pasó siete años sin que supiéramos qué era, hasta que casi por accidente
tuvimos la suerte de revisar restos de otras ranas fósiles. Al ver el húmero, la relación
fue inmediata”, relata el investigador.
Sierra Dorotea
En Sierra Dorotea se continúa trabajando a través de dos investigaciones
paralelas. Una de ellas corresponde al estudio de varios individuos de plesiosaurios
hallados en un mismo nivel, los que se remontan a poco antes de la extinción de los
dinosaurios, 65 millones de años atrás.
La segunda investigación está enfocada en la fauna hallada en el mismo sitio de
la rana. “Acá hemos hallado en el último año seis tipos nuevos de tiburones
previamente desconocidos en la zona, junto con nuevos restos de pingüinos que nos
comienzan a mostrar una cierta diversidad de estas aves en dicha localidad”, explica
Otero.
El investigador añade que con un yacimiento de la extensión latitudinal y
temporal de Sierra Dorotea es esperable hallar fósiles desde tiempo de los dinosaurios
hasta el momento en que la Antártica comenzó a enfriarse, hace unos 40 millones de
años.
“Nuestro equipo de trabajo ha recuperado en Magallanes restos de varios
plesiosaurios, mosasaurios, algunas vértebras de dinosaurios, una diversidad de
tiburones de al menos 25 tipos diferentes, restos de pingüinos, garzas, ahora ranas,
restos de cocodrilos y tortugas y, por supuesto, varios restos que aún no logramos
identificar y que sin duda podrán darnos alguna sorpresa a futuro”, anticipa el
paleontólogo.
En el lugar también se han recuperado abundantes restos de troncos fósiles que
dan cuenta de la presencia de grandes bosques contemporáneos a esta fauna.
(latercera.com, 18/08/2014)
¿De dónde salió este fósil de un gusano con patas?
Un biólogo mexicano ayudó a resolver el enigma del fósil de un gusano con patas y
espinas que confundió a los biólogos por casi cuarenta años
Creo que la mayoría de nosotros nunca nos hubiéramos imaginado un gusano
con patas: esa sí es una contradicción hasta biológica. Lo mismo le sucedió a la biología
evolutiva con el “gusano” Hallucigenia, que además de patas, también tenía espinas en
la espalda y una cabeza fácil de confundir con su cola.
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Las espinas era acompañadas por 7 u 8 pares de patas, con garras. El animal
medía unos 35 milímetros de largo y vivía en el fondo del océano, hace unos 505
millones de años. Pero desde 1970 este animal había estado causando pesadillas a los
biólogos que no lograban vincularlo con ningún animal viviente, incluso fue apodado un
“esperpento evolutivo”.
Imagen izquierda: Fósil del Hallucigenia. © Museo Smithsoniano.
El fósil es tan raro que un inicio se interpretó al revés, con las espinas como si
fueran patas, las patas se creían tentáculos y la cola se confundió con la cabeza. Fueron
justamente las patas con garras lo que lograron vincular al Hallucigenia con un
organismo “moderno” para poder crear algo similar a un “árbol genealógico evolutivo”.
Resulta que las patas de los Hallucigenia tienen una cutícula acomodada de una
manera que resulta similar a la de una matrioska. Después de miles de años, esa
estructura se puede encontrar en la boca de un gusano moderno, que no son más que
apéndices modificados para masticar.
El Dr. Javier Ortega-Hernández, biólogo mexicano y con doctorado en Ciencias
de la Tierra, fue co-autor del estudio y comentó sus implicaciones:
Pues sí, un gusano con patas extinto y un gusano moderno que masca por las
patas vienen a recordarnos que la evolución es un proceso gradual y que las complejas
estructuras de la vida como la conocemos no surgen de un día para otro; que los
organismos en constante cambio suelen pasar por fases extrañas, y a veces
perturbadoras.
(fayerwayer.com, 19/08/2014)
Larva de parásito del periodo Jurásico con un mecanismo único
de succión
Hace unos 165 millones de años, los lagos de agua dulce de lo que hoy es el
nordeste de China fueron el hogar de un parásito espectacular: La larva de un insecto
que se podría describir como un tipo raro y arcaico de mosca. La larva poseía un tórax
comparable todo él a un disco de succión, como los de las lampreas. Con este singular
mecanismo, el animal podía adherirse a anfibios análogos a las salamandras actuales y
chuparles la sangre con sus piezas bucales actuando como un aguijón.
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Hasta la fecha, no se conocía insecto alguno que tuviera una estructura
especializada similar.
El equipo internacional de investigación, integrado, entre otros, por Jes Rust, del
Instituto Steinmann de Geología, Mineralogía y Paleontología, dependiente de la
Universidad de Bonn en Alemania, considera que este inusual animal es un parásito que
vivió en un paisaje pródigo en volcanes y lagos hace unos 165 millones de años. En este
hábitat de agua dulce, el parásito se arrastraba hasta anfibios que pasaban cerca de él, se
adhería a ellos con su disco de succión, y agujereaba la fina piel de los anfibios para
chuparles la sangre.
El Qiyia jurassica fue un parásito inusual por varias razones. Su cabeza era diminuta en
comparación con el cuerpo. Poseía piezas bucales en la parte frontal que le servían para
aferrarse a su víctima. El tórax, al cual estaba conectado el abdomen con patas como las de las
orugas, albergaba un notable disco de succión. (Imagen: Yang Dinghua, Instituto de Geología y
Paleontología de Nanjing)
Este espectacular insecto ha recibido el nombre científico de Qiyia jurassica.
Los lagos donde habitaron esos parásitos y los anfibios de los que se
alimentaban tuvieron un ecosistema exótico, desde el punto de vista moderno. Había
muchas de esas salamandras, como atestiguan los numerosos hallazgos de fósiles en la
zona. En cuanto a los fósiles de insectos, se calcula que llegan a los 300.000.
Sorprendentemente, ni un solo fósil de pez ha sido encontrado en los lagos de
agua dulce de este lugar y época del Jurásico en China.
Esta inusual ecología podría explicar por qué esos extraños parásitos
sobrevivieron en los lagos: Los peces son depredadores de las larvas de moscas y de las
de insectos parecidos, y por lo general los mantienen a raya.
(noticiasdelaciencia.com, 19/08/2014)
Kulindapteryx, Daurosaurus y Kulindadromeus, nuevos dinosaurios del
Jurásico Medio-Superior de Rusia
Este pasado mes de Julio, dos investigadores de Moscú, por un lado, y un equipo
internacional formado por investigadores de Bélgica, Rusia, Francia, Irlanda y Reino
Unido, por otro lado, han publicado tres nuevos géneros y especies de
dinosaurios ornitisquios con “plumas” de Rusia, que en realidad pueden pertenecer
todos a un único género y especie.
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Los restos proceden de Kulinda a orillas del Río Olov, en el Distrito de
Chernyshevsky (región de Zabaikalie, Distrito Federal de Siberia), a 220 Km al este de
la ciudad de Chitá, la capital de Zabaikalie.
El yacimiento fue descubierto por Sofia M. Sinitsa, del Instituto de Recursos
Naturales, Ecología y Criología (INREC) de Chitá, dependiente de la Rama Siberiana
de la Academia Rusa de Ciencias (SB-RAS), en verano del 2010.
Geológicamente está situado en la base de la Formación Ukureyskaya, datada
como Jurásico Medio-Superior.
Arriba: reconstrucción del
esqueleto
de Kulindadromeus zabaikal
icus (A),
con
fotografía
y dibujo interpretativo del
cráneo holotipo (B-C), y
fotografías de algunos de los
huesos
(K-M),
según
Godefroit et al. (2014: fig. 4).
Abajo: Recontrucción de los
esqueletos
de Kulindapteryx ukureica (
a) y Daurosaurusolovus (b)
según Alifanov & Saveliev
(2014: fig. 4), marcando en
blanco los huesos disponibles
de cada especie.
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Vladimir R. Alifanov, del Instituto Paleontológico A.A. Borissiak de la
Academia Rusa de Ciencias (RAS), y Sergei V. Saveliev, del Instituto de Investigación
de Morfología Humana de la Academia Rusa de Ciencias Médicas (RAMS), han
publicado en la revista rusa Paleontological Journal las especies Kulindapteryx
ukureica ALIFANOV et SAVELIEV
2014
y Daurosaurus olovus ALIFANOV et
SAVELIEV 2014, que clasifican dentro de las familias Jeholosauridae e
Hypsilophodontidae, respectivamente (Alifanov & Saveliev, 2014).
La versión en ruso fue publicada el 3 de julio de 2014, y la versión en inglés
algunos días después.
Previamente, estos investigadores habían publicado el descubrimiento del
yacimiento (Alifanov, 2012), en el que inicialmente identificaban dos tipos de
dinosaurio, un hipsilofodóntido y un terópodo (Alifanov, 2014), y habían descrito las
escama-plumas de algunos ejemplares (Saveliev & Alifanov, 2014).
En otro trabajo, liderado por Pascal Godefroit del Real Instituto Belga de
Ciencias de la Tierra (Bruselas), y publicado en la prestigiosa revista Science el 25 de
julio de 2014, se crea la especie Kulindadromeus zabaikalicus GODEFROIT, SINITSA,
DHOUAILLY, BOLOTSKY, SIZOV, MCNAMARA, BENTON et SPAGNA 2014,
que se clasifica como un neornitisquio basal. En este trabajo participa Sofia Sinitsa, la
descubridora del yacimiento (Godefroit et al., 2014).
Imágenes del yacimiento de
Kulinda
(arriba)
y
la
excavación (abajo). Fotos de
Th. Hubin (RBINS) tomadas
de Spiegel, National
Geographic y Siberian Times
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Estos autores también habían publicado previamente sus hallazgos, pero
únicamente en un resumen de un congreso (Godefroit et al., 2013).
Los fósiles de Godefroit y colaboradores se conservan en el Instituto de
Recursos Naturales, Ecología y Criología (Chitá), mientras que los de Alifanov y
Saveliev se conservan en el Instituto Paleontológico A.A. Borissiak (Moscú).
Los fósiles descritos por Godefroit y colaboradores fueron recuperados en 20102012, y hay nuevos restos excavados en 2013 aún por describir. Los fósiles descritos
por Alifanov y Saveliev fueron excavados en 2011 en una expedición conjunta entre el
Instituto de Recursos Naturales, Ecología y Criología de Chitá y el Instituto
Paleontológico A.A. Borissiak de Moscú.
Según Godefroit, los fósiles fueron llevados ilegalmente a Moscú (véase la Dinosaur
Mailing List, 5-7-2014).
En la prensa rusa ya habían salido noticias de las excavaciones de Sofia M.
Sinitsa, y en ese momento se dijo que los restos pertenecían a dos dinosaurios distintos:
el carnívoro Compsognathus y el herbívoro Psittacosaurus (véase RIA Novosti, 8-22011; Siberian Times, 29-8-2012). En otras noticias se asignaba el herbívoro a un nuevo
dinosaurio que llamaban informalmente “Kulindosaurus”(véase la Dinosaur Mailing
List, 15-7-2013).
Casi con toda seguridad, los fósiles de Kulindapteryx, Daurosaurus y
Kulindadromeus representan un único animal.
Aunque por unas pocas semanas, tendría preferencia el nombre de
Kulindapteryx, debido a la actuación poco ética de Alifanov es posible que se acabe
imponiendo el nombre de Kulindadromeus.
Desconocemos los entresijos de por qué Vladimir Alifanov ha publicado los
nuevos dinosaurios sin contar con Sofia Sinitsa, después de haber publicado juntos un
trabajo sobre el yacimiento (Alifanov & Sinitsa, 2013).
(dinoastur, 21/08/2014)
Su cerebro no fue precursor del nuestro
El niño de Taung no era humano
Un nuevo análisis del Niño de Taung, un homínido de tres millones de años
descubierto en Sudáfrica hace 90 años, revela que no presenta un desarrollo del cerebro
similar al del humano moderno.
Al someter el cráneo a tecnologías de última generación en las instalaciones de
la Universidad de Wits, 'Microfocus X-ray Computed Tomography (CT)',
investigadores están ahora poniendo en duda las teorías de que el Australopithecus
africanus muestra las mismas adaptaciones craneales encontradas en bebés y niños
pequeños humanos modernos.
Esta nueva investigación, cuyos resultados se publican en la revista Proceedings
of the National Academy of Sciences, refuta el actual apoyo a la idea de que este
homínido temprano muestra un desarrollo del cerebro infantil en la región prefrontal
similar al de los humanos modernos.
El Niño de Taung tiene importancia histórica y científica en el registro fósil
como el primer y mejor ejemplo de la evolución temprana del cerebro de los homínidos
y las teorías han propuesto que presenta adaptaciones craneales clave que se encuentran
en los lactantes y niños pequeños humanos modernos.
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Para estudiar esta adaptación evolutiva, el doctor Kristian J. Carlson,
investigador senior del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de
Witwatersrand, y sus colegas, el profesor Ralph L. Holloway, de la Universidad de
Columbia, y Douglas C. Broadfield, de la 'Florida Atlantic University', todas ellas en
Estados Unidos, realizaron una disección en silicio del fósil de Taung utilizando
tomografía computarizada de alta resolución.
"Un estudio reciente ha
descrito el fósil de cerca de tres
millones de años, que se cree que
perteneció a un niño de entre 3 y 4
años de edad, que poseía una
sutura metópica persistente y una
fontanela anterior abierta, dos
características que facilitan el
crecimiento del cerebro postnatal
en los bebés humanos, argumenta
Carlson.
Las comparaciones con el
registro fósil homínido existente y
el chimpancé no son compatibles
con este escenario evolutivo.
Citando las deficiencias en la
forma en que el material fósil de Taung se ha evaluado recientemente, los científicos
sugieren que la evidencia física no enlaza de manera incontrovertible las funciones del
cráneo de Taung con la expansión del lóbulo prefrontal temprano, una región del
cerebro implicada en muchos de los comportamientos humanos.
Los autores también debaten sobre los fundamentos teóricos previamente
ofrecidos para esta adaptación de A. africanus. Al refutar la presencia de estas
características en el Niño de Taung, los investigadores discuten si estas estructuras eran
selectivas formas ventajosas en la evolución de los homínidos, sobre todo en
los australopitecinos.
Por lo tanto, los resultados del nuevo estudio muestran que todavía no hay
evidencia de este tipo de adaptación del cráneo desarrollada antes del 'Homo', ni hay
evidencia de un vínculo entre tales características del cráneo y la expansión temprana
propuesta del lóbulo prefrontal, apunta Carlson.
(Europa Press, 26/08/2014)
Permitieron a los animales dominar el ecosistema
Descubren músculos en un fósil de 560 millones de años
Un nuevo descubrimiento fósil identifica la evidencia más temprana de animales
con músculos. El extraño fósil de uno de los primeros animales terrestres también puede
proporcionar la evidencia más antigua de tejido muscular: entramados de células que
hacen posible el movimiento de los animales.
El fósil, que data de hace 560 millones de años, fue descubierto en Terranova,
Canadá. Sobre la base de su simetría cuádruple, características morfológicas, y lo que
parecen ser algunas de las primeras impresiones de tejido muscular, los investigadores
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de la Universidad de Cambridge, en colaboración con la Universidad de Oxford y la
Universidad Memorial de Terranova, atribuyen esta a los cnidarios: el grupo que
contiene animales modernos como los corales, anémonas y medusas. Los resultados se
publican este 27 de agosto en Proceedings.
Históricamente, el origen, la evolución y la propagación de los animales se
remonta a la explosión cámbrica, un período de rápido desarrollo evolutivo que
comenzó hace 541 millones años, cuando la
mayoría de los principales grupos de
animales aparecen por primera vez en el
registro fósil, informa la Universidad de
Cambridge.
"Sin embargo, en las últimas décadas,
los descubrimientos de rastros preservados y
evidencia química en rocas más antiguas, así
como comparaciones moleculares, han
sugerido indirectamente que los animales
pueden tener un origen muy anterior de lo
que se pensaba anteriormente", dijo Alex
Liu, del Departamento de Ciencias de la
Tierra de Cambridge, autor principal del
artículo.
"El problema es que aunque los
animales estuvieran ampliamente presentes
antes de la Explosión Cámbrica, muy pocos
de los fósiles encontrados en rocas más
antiguas poseen características que se pueden utilizar para identificar de manera
convincente como animales", dijo Liu. "En su lugar, se estudian aspectos de su
ecología, la alimentación o la reproducción, con el fin de entender lo que podrían haber
sido."
Periodo ediacariano
El nuevo fósil, llamado Quadriformis haootia, data del Período Ediacarano, un
intervalo que abarca hace 635 hasta 541 millones de años. Se diferencia de cualquier
fósil del Ediacarano descrito anteriormente, ya que presenta haces de fibras en
disposición simétrica, una morfología que es similar a la observada en cnidarios
modernos.
Los investigadores determinaron que las similitudes entre Quadriformis haootia
y cnidarios fósiles y vivos sugieren que el organismo era probablemente un cnidario, y
que los haces de fibras representan el tejido muscular. Esto haría que no sólo sea un raro
ejemplo de un animal del Ediacarano, sino también uno de los fósiles más antiguos en
mostrar evidencias de músculos en cualquier parte del mundo.
"La evolución de los animales musculares, en posesión de los tejidos musculares
que les permitieron controlar con precisión sus movimientos, allanó el camino para la
exploración de una amplia gama de estrategias de alimentación, ambientes y nichos
ecológicos, y permitió que los animales se convirtieran en la fuerza dominante en el
ecosistema global", dijo Liu.
(Europa Press, 27/08/2014)
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Restos de 120 millones de años
Describen una guardería de dinosaurios, con cuidador incluido
Un nuevo examen de una losa de roca que contiene fósiles de 24 dinosaurios de
muy corta edad y otro ejemplar más viejo, sugiere que se trata de un grupo de crías
supervisadas por un cuidador.
Esta es la conclusión de un estudio de Brandon P. Hedrick y Peter Dodson, de la
Universidad de Penn State, en colaboración con investigadores el Museo Dalian de
Historia Natural de China, donde se exhibe la muestra. Aparece en la revista Cretaceous
Research.
Aunque la totalidad de la muestra, de haces, de hace 120 millones de años, tiene
solamente unos dos metros de diámetro, contiene fósiles de 25 criaturas, todas de la
especie Psittacosaurus lujiatunensis. Eran herbívoros y se encuentran entre los
dinosaurios más abundantes descubiertos hasta el momento.
Tras una descripción inicial realizada por palentólogos aficionados que
descubrieron los restos en 2004, Dodson y Hedrick sentían que había mucho más que
decir acerca de la muestra. "Vi una foto de ella y al instante supe que quería explorarla
más a fondo", dijo Hedrick.
Foto: IMAGE COURTESY OF UNIVERSITY OF PENNSYLVANIA
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Para analizar el material en el que se conservan los animales, los investigadores
examinaron rajas delgadas de roca bajo el microscopio y muestras de roca usando una
técnica llamada difracción de rayos X, que se basa en el hecho de que los minerales
reflejan la luz en formas únicas. Ambos análisis sugirieron que la roca se compone de
material volcánico, una indicación de que los animales fueron capturados por el material
que fluye de una erupción.
Debido a que no había evidencia de daño por calor a los huesos, los
investigadores creen que el flujo era probable una lechada de agua, lodo, rocas y otros
escombros asociada con las erupciones volcánicas.
Los 24 animales más jóvenes parecen ser muy similares en tamaño. Aunque el
equipo analizó si podrían haber sido embriones, aún en sus huevos, varias
observaciones sugieren que ya habían eclosionado. En primer lugar, no hubo evidencia
de material de cáscara de huevo. Además, otros paleontólogos han identificado
psittacosaurs individuales aún más pequeños. Y, por último, dijo Hedrick, "los extremos
de los huesos estaban bien desarrollados, lo que indica que eran capaces de moverse."
El cráneo más grande estaba firmemente incrustado en la misma capa de roca
que los 24 animales más pequeños. Dos de los animales más jóvenes estaban, de hecho,
entrelazados con el cráneo, signos de que los animales estaban estrechamente juntos en
el momento de su muerte.
El tamaño del cráneo, de unos 11 centímetros de largo, indicó que el animal
tenía entre 4 y 5 años. Hallazgos anteriores sugirieron que P. lujiatunensis no se
reproducía hasta los 8 o 9 años de edad, por lo que esta criatura no era el padre de los
dinosaurios más jóvenes.
Comportamiento de especies de aves hoy en día
Dada la estrecha relación de las crías de P. lujiatunensis con el individuo de más
edad, sin embargo, Dodson, Hedrick y sus colegas creen que esta muestra puede ofrecer
evidencia de la cooperación posterior a la cría, un comportamiento exhibido por algunas
especies de aves de hoy en día. El menor de más edad puede muy bien haber sido un
hermano o hermana mayor ayudando a sus hermanos menores.
Los investigadores enfatizan que no pueden definitivamente llamar a este
conjunto de fósiles un nido, como indican algunos análisis previos.
Como siguiente paso, Dodson y Hedrick están examinando la microestructura de
los huesos de los animales más pequeños para establecer si todos estaban en la misma
etapa de desarrollo, lo que daría prestaría apoyo a la idea de que esto sea una 'guardería'
de animales.
(europapress.com, 29/08/2014)
Una familia encuentra un completo esqueleto de mamut en Texas
Mientras realizaban trabajos dentro de su propiedad, apareció un colmillo, y
luego el casi completo esqueleto de esta especie extinta.
En mayo pasado, mientras una familia estaba buscando materiales en una
cantera de grava de su propiedad en el sur de Dallas, Texas (EEUU), encontró un
esqueleto casi completo de un mamut que vivió hace entre 20.000 a 60.000 años atrás.
El hijo de Wayne McEwen, dueño de la propiedad, estaba operando una
excavadora en mayo pasado, cuando encontró un colmillo de 1,8 metros. Según los
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especialistas, que han realizado los primeros análisis de este ejemplar, sólo faltan unos
pocos huesos de las piernas, pero en general, el resto está en buenas condiciones.
El esqueleto del mamut, que probablemente medía unos 2.7 metros de altura y
era hembra, fue sacado a la luz por un equipo de una universidad local, quienes
determinaron que el ejemplar era de un mamut de Columbia, una versión más grande y
menos peluda del mamut lanudo, el más conocido.
"Lo que es tan significativo es saber que este animal caminaba por el patio de
nuestra casa hace miles de años", señala McEwen.
La familia decidió donar los restos del mamut al Museo Perot de Naturaleza y
Ciencia de Dallas, cuyos especialistas se encuentran trabajando en el lugar para
trasladar los restos del mamut al recinto.
(latercera.com, 27/08/2014)
Fósiles de 435 millones de años
Designan un nuevo género ancestral de artrópodos depredadores
Biólogos de la Ludwig-Maximilians-Universität de Munich (Alemania)
han asignado un grupo de fósiles de 435 millones de años de edad a un nuevo género de
artrópodos depredadores. Estos animales vivían en hábitats marinos poco profundos y
eran mucho menos llamativo que las formas conexas que se encuentran en estratos del
Jurásico.
Antes de hundirse hasta el fondo de su hábitat marino y fosilizarse, hace unos
435 millones años, estos artrópodos se aprovechaban de otros habitantes de los mares
del Silúrico - aunque no pasaban precisamente desapercibidos, pues poseían
un caparazón bivalvo y múltiples extremidades abdominales.
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Un grupo de investigadores, incluyendo a Carolin Haug, recientemente ha
reconocido estos fósiles como los representantes más antiguos descubiertos de una clase
enigmática y ahora extinto de artrópodos conocidos como Thylacocephala, y les asigna
a la nueva especie Thylacares brandonensis.
"¿Adónde exactamente pertenecen las thylacocephala entre los artrópodos es
todavía un tema de intenso debate", dice Haug, pero los nuevos ejemplares arrojan luz
sobre las afinidades filogenéticas de este grupo de animales.
Según los autores del estudio, ciertos aspectos de la anatomía del T.
brandonensis, junto con los resultados de una investigación detallada de las muestras
más recientes atribuibles al grupo, apoyan la hipótesis de que los thylocephalans
pertenecen entre los crustáceos. Además, la anatomía de su apéndice posterior y un
análisis de la organización de sus músculos con la ayuda de microscopía de
fluorescencia sugieren fuertemente que pueden ser interpretados como un grupo
hermano de los Remipedias.
Foto: DR. JOACHIM HAUG/LMU
Descritos por primera vez en la década de 1980, los remipedias son los
crustáceos ciegos que se encuentran en cuevas de piedra caliza inundadas en entornos
costeros en los trópicos. Estos sistemas de cuevas suelen estar conectados con el mar a
través de canales del subsuelo y también están abiertos a la superficie en el interior.
La razón principal por la que ha sido tan difícil de averiguar la posición
sistemática precisa de thylacocephalans es que su morfología es extraño", dice Haug.
"Durante mucho tiempo, los investigadores no podían ni siquiera están de acuerdo en
cuál era el extremo anterior y el posterior." La mayoría de los especímenes descritos
hasta ahora provienen del Jurásico, y son, por tanto, desde 200 hasta 250 millones años
más jóvenes que la nueva especie.
Ojos o estómagos
Los representantes del grupo suelen tener inusualmente grandes ojos compuestos
y están equipados con apéndices rapaces pareados anteriores, que son casi tan largos
como el resto del animal. Esta combinación de caracteres sugiere fuertemente que se
adaptaron a un estilo de vida depredador. "En realidad, los ojos inicialmente no fueron
reconocidos como tales, y en su lugar se interpretaron como bolsas de estómago por
algunos investigadores", dice Haug.
En comparación con sus espectaculares descendientes, la nueva especie T.
brandonensis puede ser descrita como modesta y sin pretensiones. "Los representantes
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
179
de esta especie thylacocephalan tienen una morfología más 'normal'", dice Haug, "sus
ojos son más pequeños y los apéndices rapaces son más cortos."
Los autores del nuevo estudio, por tanto, llegan a la conclusión de que, como
representantes más recientes del grupo, T. brandonensis también se ganó su vida como
un depredador, pero era menos especializado que las formas posteriores. En
consecuencia, las especializaciones morfológicas observadas en el último
probablemente surgieron en el curso de la evolución ulterior. "Es muy posible que el
extremo grado de especialización se ve en las muestras del Jurásico resultó ser un
callejón sin salida evolutivo," indica Haug.
(europapress.com, 29/08/2014)
¡¡Percebes jurásicos!!
La revista inglesa Proceedings of the Geologists’ Association publica online un
trabajo en el que se describen nuevos géneros y especies de percebes del Jurásico
Superior del Reino Unido.
Gale (2014) estudia una amplia muestra de fósiles de percebes procedentes de
afloramientos de la Formación Oxford Clay (Calloviense) en Christian Malford
(Wiltshire), y de la Formación Upper Kimmeridge Clay (Titoniense) en
Kimmeridge y Pórtland (Dorset) y Aylesbury (Buckinghamshire).
Los percebes son crustáceos cirrípedos pedunculados, que viven fijos al fondo
marino o a objetos flotantes. Algunos de los ejemplares jurásicos estudiados en el
trabajo se han encontrado adheridos a ammonites y a madera.
Los nuevos géneros son:
- Etcheslepas GALE 2014 (Familia Pollicipedidae), dedicado a Steve Etches de
Kimmeridge, Dorset, que encontró el material tipo,
- Concinnalepas GALE 2014 (Familia Zeugmatolepadidae), y
- Martillepas GALE 2014 (Familia Zeugmatolepadidae), dedicado al Dr. David Martill
especialista en las faunas de la Formación Kimmeridge Clay.
En el trabajo se crea una nueva especie: Etcheslepas durotrigensis GALE 2014,
y se transfieren a los nuevos géneros especies previamente descritas porMorris
(1845) y Withers (1928):
- Etcheslepas fragilis (WITHERS
1928) [denominado
anteriormente
Zeugmatolepas fragilis]
- Concinnalepas concinna (MORRIS 1845) [anteriormente Pollicipes concinnus],
- Concinnalepas costata (WITHERS 1928) [anteriormente Zeugmatolepascostata],
- Martillepas ovalis (WITHERS 1928) [anteriormente Calantica (Scillaelepas)ovalis] y
- Martillepas hollisi (WITHERS 1928) [anteriormente Zeugmatolepas hollisi].
Los fósiles se conservan en el Museo de Historia Natural de Londres (Natural
History Museum, NHM), y en la colección de Steve Etches, depositada en el Museo de
la Vida Marina Jurásica de Kimmeridge (Museum of Jurassic Marine Life, MJML;
véase DinoAstur, 4-3-2012).
Además, crea un nuevo género y especie para el Cretácico Superior
(Santoniense): Icenilepas collinsi GALE 2014, dedicado a la tribu britana de los icenos.
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180
Ejemplar holotipo de:
Etcheslepas durotrigensis de
Kimmeridge
(Dorset),
conservado
en
pirita,
depositado en el Museo de la
Vida Marina Jurásica de
Kimmeridge con la sigla
MJML K1261. A la izquierda
coloración original, a la
derecha
fotografía
con
cobertura
de
cloruro
amónico. Imagen tomada de
Gale (2014: fig. 1)
Ejemplares de Concinnalepas
concinna de Christian Malford
(Wiltshire) adheridos a madera
fósil (lignito) y conservados en
el Museo de Historia Natural de
Londres con la sigla NHM In.
31360. Imagen tomada de Gale
(2014: fig. 7)
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181
Hallan restos de dos perezosos gigantes
El INAH Jalisco explica que los huesos tienen al menos 10 mil años de antigüedad
GUADALAJARA, JALISCO.- Hace aproximadamente mes y medio, en una
brecha de Amacueca, Jalisco, un habitante encontró un hueso enterrado entre piedras
grandes como piñas de agave.
Luego de pensar que el hueso pertenecía a un esqueleto humano, el hombre
llamó a las autoridades, quienes más tarde determinaron que el descubrimiento estaba
relacionado con la paleontología.
En equipo. El
trabajo se está
realizando
en
conjunto entre el
INAH y el Museo
de Paleontología
de Guadalajara
Eduardo
Ladrón de Guevara,
arqueólogo
del
Centro
INAH
Jalisco, explicó que
el hueso encontrado
por el hombre es el
fémur
de
un
perezoso gigante de
al menos 10 mil
años de antigüedad.
En un mes de trabajo, cuatro especialistas —quienes son apoyados por dos
trabajadores que les proporcionó el municipio— han encontrado al menos 180 unidades
de hueso —algunos estrellados e incompletos— de dos perezosos gigantes.
Estos animales se alimentaban de las ramas y hojas. Y aunque las
investigaciones sobre estos animales no son concluyentes, los datos que se están
recabando de esta excavación podrán aportar indicios que ayuden a esclarecer aspectos
del medio y del clima en que habitaron estos mamíferos.
Hay fémures, tibias, costillas, mandíbulas, húmeros, vértebras y dientes aislados.
Los expertos desconocen si los restos pertenecen a machos o hembras. Lo sabrán si
encuentran las caderas.
Los perezosos gigantes, que pudieron llegar a convivir con el hombre durante el
Pleistoceno tardío (no hay evidencia que lo compruebe), se comportaban de
una manera peculiar: las hembras deambulaban en manada con los más jóvenes
mientras que los machos se aislaban.
Por eso a los investigadores les sorprende encontrar los restos de dos perezosos.
Ricardo Aguilar, paleontólogo del Museo de Paleontología de Guadalajara, señaló que
es raro encontrar restos fósiles en las montañas de Jalisco. Es más común detectarlos en
las cercanías de los lagos y las lagunas.
Aguilar resaltó que los yacimientos paleontológicos más ricos de Jalisco son
Chapala, Sayula, Zacoalco y Tecolotlán. Dijo que en el estado es común encontrar
restos de mamuts y de caballos, pero no de perezosos gigantes.
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182
Destacó que en El Limón y en San Gabriel también se han encontrado
fragmentos de perezosos gigantes, pero nunca un esqueleto, como en Amacueca. En el
Museo Regional de Guadalajara hay un cráneo casi completo y un habitante de El
Limón conserva otro.
Este descubrimiento ofreció la oportunidad de realizar un trabajo de
colaboración entre el Museo de Paleontología de Guadalajara y el Instituto Nacional de
Antropología e Historia.
(http://www.informador.com.mx, 02/09/2014)
Descubierto el primer grabado rupestre neandertal
Las marcas en una cueva de Gibraltar desvelan su pensamiento simbólico
En el fondo de una cueva de Gibraltar se ha descubierto un grabado en la roca,
un conjunto de líneas entrecruzadas que alguien hizo intencionada y laboriosamente
hace unos 40.000 años. Ese alguien debió ser neandertal. Es el primer ejemplo que se
conoce de un diseño abstracto grabado por aquella especie europea anterior a los
humanos modernos, nuestra especie, afirman los científicos que lo han descubierto y
analizado a fondo. Y el hallazgo da un vuelco sobre lo que a menudo se ha considerado
que serían las capacidades y limitaciones mentales de los neandertales.
Grabado neandertal descubierto en
el fondo de la cueva de Gorham
(Gibraltar).
STEWART FINLAYSON
Lo resumen los mismos
científicos: “La confección de dibujos
pintados o grabados a propósito en las
paredes de las cuevas —una manera de
dejar constancia y transmitir códigos
simbólicos de manera perdurable— se
considera
un
paso
cognitivo
fundamental de la evolución humana.
Este comportamiento, considerado
exclusivo de los humanos modernos, se
ha utilizado como argumento a favor de
las diferencias cognitivas significativas
entre nuestros ancestros directos y los
homínidos arcaicos que fueron sus
contemporáneos, incluidos los neandertales”, escriben su la revista Proceedings de la
Academia Nacional de Ciencias estadounidense. Esta aparente incapacidad de los
neandertales para el pensamiento y la expresión abstracta es lo que se rompe con el
grabado de la cueva de Gorham, en la cara oriental de Gibraltar, asomada hacia el
Mediterráneo.
Son ocho marcas profundas hechas en la roca cruzadas por dos grupos de tres y
otras dos líneas cortas, lo que encontraron, en el verano de 2012, Joaquín RodríguezVidal (Universidad de Huelva) y sus colegas, de diversas instituciones europeas. El
grabado ocupa un área de unos 300 centímetros cuadrados y está, horizontalmente, en el
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183
centro de una plataforma natural, que se eleva unos 40 centímetros sobre el suelo, en el
fondo de la cueva.
Las diversas técnicas de datación aplicadas por los científicos a la roca y los
sedimentos —con inequívocos restos de industria lítica de los neandertales— que cubría
el grabado ha permitido fijar su edad en unos 40.000 años. Y los exhaustivos análisis y
pruebas realizadas no solo excluyen que sean rasgos naturales en la roca o que se trate
de marcas residuales de alguna otra actividad sobre esa plataforma, sino que indican
cómo realizaron. “El que lo hizo, no era la primera vez que lo hacía y, posiblemente, lo
grabó entero de una vez”, comentó Rodríguez-Vidal a EL PAÍS.
Cueva de Gorham en Gibraltar. CLIVE FINLAYSON
Para estar seguros de la autenticidad del hallazgo los arqueólogos reprodujeron
las marcas del grabado utilizando punzones de piedra neandertales (piezas halladas en la
parte más exterior de la cueva y “fuera de contexto”, es decir, de difícil utilidad
científica). También probaron con otras piedras pero el resultado no era el mismo. Así,
concluyen que el autor dio al menos 54 golpes con una punta dura de piedra para hacer
las líneas más profundas y, en total, más de 300 percusiones.
¿Qué significarían esas líneas cruzadas? “Al nivel actual de la investigación, el
hacer una suposición de su significado sería aventurado”, dice Rodríguez-Vidal.
Ya se conocían indicios “indirectos” de pensamiento simbólico de los
neandertales como el uso de pigmentos negros y rojos, conchas marinas coloreadas y
agujereadas así como marcas producidas al extraer plumas de las aves, apuntan los
científicos. “Pero los grabados de la cueva de Gorham representan el primer ejemplo
directamente demostrable en que un grabado abstracto técnicamente elaborado,
realizado consistente y cuidadosamente, requiriendo una acción prolongada y
concentrada, se ha hecho en la roca de una cueva”, afirman.
Hace dos años, unas nuevas dataciones de diferentes muestras de arte rupestre de
Asturias y Cantabria mostraron que algunas de ellas son más antiguas de lo que se
pensaba, situándose en una franja temporal (algo más de 40.000 años) en la que aún
había neandertales. Así, ya no cabría decir, desde el punto de vista cronológico, que esas
pruebas de la mente simbólica solo las pudieron hacer los humanos modernos. El
grabado de la Gorham, demuestra, señalan los científicos, la autoría y la capacidad
mental de aquellos remotos europeos extinguidos.
(Elpais.com, 01/09/2014)
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184
Paleontología. Hallazgo en Francia
Un tesoro de insectos del Jurásico
Francia tiene varios afloramientos prehistóricos en la zona del Ródano, pero la
fauna que se ha encontrado allí es esencialmente de origen marino, en su mayoría
crustáceos y peces. En algunas capas se han hallado huellas de dinosaurios, pero hasta
ahora los únicos organismos terrestres encontrados son restos de vegetales que fueron
transportados en su día hacia las lagunas jurásicas.
Ahora, por primera vez, los investigadores han encontrado fósiles que
corresponden a una nueva especie de insecto acuático, de la familia Mesoveliidae,
comúnmente conocidos como "viajeros del agua". Además, se trataría del ejemplar más
antiguo de este tipo, con 150 millones de años.
Insecto acuático fosilizado.
NEL ANDR
El hallazgo tuvo lugar en
las excavaciones de
Orbagnoux
(Ain, Francia) durante las campañas
de los años 2012 y 2013, donde
descubrieron los primeros fósiles de
este afloramiento, junto con huellas
de las actividades de estos organismos en las hojas y los
sedimentos del Ródano.
Huella de insectos en una hoja del género Zamites. (A)
Impresión, (B) Contraimpresión. Escala: 10 mm.
NEL ANDRE
Las huellas del viajero del agua encontradas en
las hojas de Zamites son una rareza en el registro fósil y
también en esta zona. Pero, según explica a este diario
el director del estudio, Nel Andre, su hallazgo "aporta
una prueba de la existencia de una entomofauna (fauna
compuesta por insectos) diversa en las islas rodeadas
por estas lagunas jurásicas". El autor del hallazgo
considera que, como este insecto es carnívoro, "sabemos
sin duda que los mordiscos en la hoja están hechos por
otros insectos", concluye.
Además, la "exquisita calidad de preservación de
los fósiles sugiere que estas rocas pueden esconder
nuevas piezas que nos ofrezcan datos cruciales para entender la fauna del Jurásico
Superior, un importante período de transición en la evolución de los ambientes terrestres
durante la diversificación de las plantas angiospermas (plantas con flores) durante el
Cretácico Inferior", explica Andre.
El estudio de este insecto acuático se ha publicado este martes en la revista de
divulgación científica PeerJ. El viajero del agua encontrado mide 6 milímetros de
largo y se trata del registro más antiguo del linaje de los Gerromorphos, es decir, la
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185
familia de los actuales zapateros. Los investigadores creen que, "al igual que algunos de
sus familiares recientes, este insecto pudo haber vivido en ambientes salobres".
(elmundo.es, 02/09/2014)
Equipo estadounidense-argentino revela a Dreadnoughtus: Un
dinosaurio saurópodo gigante y excepcionalmente completo
Los científicos han descubierto y descrito una nueva especie supermasiva de
dinosaurio con el esqueleto más completo que se ha encontrado de su tipo. A sus 26m
de largo y con un peso de aproximadamente 59,300kg en vida, Dreadnoughtus
schrani es el animal terrestre más grande del que se puede calcular la masa corporal. Su
esqueleto está excepcionalmente completo, representando más del 70 por ciento de sus
huesos, incluyendo la cabeza. Ya que los todos los dinosaurios supermasivos
descubiertos previamente se conocen solamente por restos relativamente fragmentarios,
Dreadnoughtus nos ofrece una ventana sin precedentes hacia la anatomía y biomecánica
de los animales más grandes que han caminado alguna vez sobre la tierra.
"Dreadnoughtus schrani fue asombrosamente enorme," según Kenneth
Lacovara, PhD, un profesor adjunto de Drexel University en Filadelfia quien descubrió
el esqueleto fósil de Dreadnoughtus en el Sur de la Patagonia en Argentina y dirigió al
equipo estadounidense-argentino de excavación y análisis. "Pesaba tanto como una
docena de elefantes africanos o más de siete T. rex. Sorprendentemente, la evidencia
esquelética muestra que cuando este espécimen de 59 toneladas métricas murió, no
había terminado de crecer. Es por mucho el mejor ejemplo que tenemos de cualquiera
de las criaturas más gigantes que alguna vez hayan caminado sobre la tierra."
El equipo publicó hoy la descripción detallada de su descubrimiento, definiendo
el género y la especie Dreadnoughtus schrani, en la revista Scientific Reports del
Nature Publishing Group. El dinosaurio nuevo pertenece a un grupo grande de
herbívoros conocidos como titanosaurios. El fósil fue desenterrado a lo largo de cuatro
temporadas de campo desde el 2005 y hasta el 2009 por Lacovara y un equipo que
incluye a Lucio M. Ibiricu, PhD, del Centro Nacional Patagónico en Chubut, Argentina
y a estudiantes y técnicos de Drexel University y el Laboratorio de Paleovertebrados,
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Los coautores del artículo
también incluyen al Rubén D. Martínez, PhD, de la Universidad Nacional de la
Patagonia San Juan Bosco, y al Fernando E. Novas, PhD, del Museo Argentino de
Ciencias Naturales en Buenos Aires.
"El proyecto conjunto entre el equipo de Drexel University y la Universidad
Nacional de la Patagonia en Comodoro Rivadavia, que resultó en el descubrimiento y la
descripción de Dreadnoughtus schrani, fue un modelo de cooperación," según el Dr.
Martínez. "Nuestro experimentado equipo trabajó al lado de nuestros colegas
estadounidenses para extraer los restos de este nuevo gigante de Gondwana en una
localidad lejana en la Patagonia. Por este esfuerzo, fuimos recompensados con una rica
información acerca de esta nueva especie de titanosaurio," agregó Martínez.
El Dr. Ibiricu, un coautor del estudio, se graduó del Laboratorio de
Paleovertebrados, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, antes de viajar
a los Estados Unidos para completar su Ph.D. en paleontología. Ibiricu pasó años
estudiando la sección de la cola de Dreadnoughtus. "Este dinosaurio posee una cola
inmensamente poderosa y es uno de los animales antiguos más interesantes e
informativos con los que me he encontrado," dijo. El Dr. Ibiricu ahora es un científico
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
186
del CONICET en el Laboratorio de Paleontología, Centro Nacional Patagónico,
Provincia de Chubut.
Más de cien elementos del esqueleto de Dreadnoughtus están representados en
el espécimen tipo, incluyendo la mayoría de las vértebras de la cola de 8.7m de largo,
una vértebra del cuello con un diámetro de más de un metro, la escápula, numerosas
costillas, dedos del pie, una garra, una pequeña sección de la mandíbula y un único
diente, y, más notablemente para calcular la masa del animal, casi todos los huesos de
las extremidades posteriores y anteriores incluyendo un fémur de más de 1.91m de
altura y un húmero. Un individuo más pequeño con un esqueleto menos completo
también fue desenterrado en el sitio.
El 'patrón
oro' para calcular
la masa de los
cuadrúpedos
(animales
de
cuatro patas) está
basado en medidas
tomadas del fémur
(hueso del muslo)
y del húmero
(hueso
superior
del brazo). Ya que
el espécimen tipo
de Dreadnoughtus
incluye ambos de
estos huesos, su peso se puede estimar con confianza. Antes de la descripción del
espécimen de Dreadnoughtus schrani de 59 toneladas métricas, otro gigante de la
Patagonia, Elaltitan, tenía el título del dinosaurio con el mayor peso calculable a sus
42.8 toneladas métricas, basado en un estudio reciente.
En general, los huesos del espécimen tipo de Dreadnoughtus schrani representan
aproximadamente el 45.3 por ciento del esqueleto total del dinosaurio, o hasta el 70.4
por ciento de los tipos de huesos en su cuerpo, excluyendo los huesos del cráneo. Esto
es mucho más completo que todos los dinosaurios titanosaurios gigantes descubiertos
previamente.
"Los titanosaurios son un grupo extraordinario de dinosaurios, con especies
desde el peso de una vaca hasta el peso de un cachalote o más. Pero los titanosaurios
más grandes han permanecido un misterio porque, en la mayoría de los casos, sus
fósiles están muy incompletos," según Matthew Lamanna, coautor y paleontólogo del
Carnegie Museum of Natural History en los Estados Unidos.
Por ejemplo, el famoso Argentinosaurus tal vez tenía una masa mayor que la
de Dreadnoughtus, pero se conoce solamente gracias a media docena de vértebras
provenientes de la mitad de su espalda, un hueso de la pierna inferior y algunas otras
pocas piezas fragmentarias; dado que el espécimen carece de huesos de las
extremidades superiores, no existe ningún método confiable de calcular una masa
definitiva para Argentinosaurus.
Un dinosaurio que no le temía a nada
"Con un cuerpo del tamaño de una casa, el peso de una manada de elefantes, y
una cola convertida en arma, Dreadnoughtus no le hubiera temido a nada," según
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
187
Lacovara. "Eso me evoca una clase de buques de guerra de principios de siglo XX
llamados acorazados ("dreadnought" o "teme a nada" en inglés), que eran enormes,
acorazados y virtualmente impenetrables."
Como resultado, Lacovara escogió el nombre "Dreadnoughtus," que significa
"no teme a nada." El nombre "Dreadnought" también se deriva de una clase de buque de
guerra de principios del siglo veinte, dos de los cuales, ARA Rivadavia y ARA Moreno,
eran parte de la Armada Argentina.
"Yo creo que es tiempo de que les den su merecido crédito a los herbívoros por
ser las criaturas más fuertes en su ambiente," dijo. El nombre de la especie, "schrani,"
fue escogido en honor al empresario estadounidense Adam Schran, quien brindó apoyo
a la investigación.
Para crecer al tamaño de Dreadnoughtus, un dinosaurio tendría que comer
cantidades masivas de plantas. "Imagine tener como obsesión de toda la vida solo
comer," dijo Lacovara, describiendo el estilo de vida potencial de Dreadnoughtus, quien
vivió hace aproximadamente 77 millones de años en un bosque templado en el extremo
Sur de Sudamérica.
"Cada día se trataba de consumir suficientes calorías para nutrir este cuerpo del
tamaño de una casa. Yo me imagino que su día consistía en gran medida en estar de pie
en un solo lugar," según Lacovara. "Usted tiene este cuello de 12.3m de largo
balanceado atrás por una cola de 8.7m. Sin mover sus piernas, usted tiene acceso a una
enorme área alimenticia de árboles y hojas de helechos. Usted pasa alrededor de una
hora vaciando este parche de vegetación que contiene miles de calorías, y luego toma
tres pasos a su derecha y pasa las siguientes tres horas vaciando ese otro parche."
Un Dreadnoughtus adulto probablemente era demasiado grande como para
temerle a ningún depredador, pero igual hubiera sido un blanco para carroñeros después
de morir de causas naturales o por desastres ambientales. El equipo de Lacovara
descubrió unos pocos dientes de terópodos – dinosaurios depredadores o carroñeros más
pequeños– entre los fósiles de Dreadnoughtus. Sin embargo, la naturaleza completa y
articulada de los dos esqueletos es evidencia que estos individuos fueron enterrados en
los sedimentos rápidamente antes que sus cuerpos se descompusieran por completo.
Basado en los depósitos sedimentarios en el sitio, Lacovara dijo "estos dos animales
fueron enterrados rápidamente después que un río se inundara y rompiera su dique
natural, convirtiendo el suelo en algo como arena movediza. El entierro rápido y
profundo del espécimen tipo de Dreadnoughtus explica que se encontrara tan
extraordinariamente completo. Su desdicha fue nuestra suerte."
(eurekalert.org, 04/09/2014)
Los organismos productores de oxígeno surgieron 60 millones de
años antes
Paleosuelos examinados en la India revelan que en la Tierra había formas de
vida productoras de oxígeno nos 60 millones de años antes de la estimación actualmente
vigente.
Hace 3.000 millones de años, estas formas de vida fueron los responsables de la
adición de oxígeno (O2) a la atmósfera, que sentaron las bases de la vida más compleja
que evolucionó y proliferó.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
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Trabajando con expertos de la Universidad Presidency en Calcuta, India,
geólogos del Trinity College de Dublín encontraron evidencias de erosión química en
rocas formadoras de suelo que se produjo en presencia de O2. El estudio se ha
publicado en Geology.
Usando el sistema de decaimiento del isótopo uranio-plomo de origen natural,
que se utiliza para la determinación de la edad en escalas de tiempo geológicas, los
autores dedujeron que estos hechos tuvieron lugar por lo menos hace 3.020 millones
años. Las muestras de paleosuelo procedieron del Singhbhum Cratón de Odisha, y
fueron denominados el 'Paleosuelo Keonjhar' en referencia al pueblo más cercano.
El patrón de la meteorización química que se conserva en el paleosuelo es
compatible con los niveles de O2 atmosférico elevado en ese momento. Tales niveles
sustanciales de oxígeno sólo podrían haber sido producidos por organismos de
conversión de energía de la luz y dióxido de carbono a O2 y agua.
Este proceso, conocido como fotosíntesis, es utilizado por millones de diferentes
plantas y especies de bacterias en la actualidad. Fue la proliferación de este tipo de
especies productoras de oxígeno a través de la trayectoria evolutiva de la Tierra lo que
cambió la composición de nuestra atmósfera - la adición de mucho más O2 - que fue tan
importante para el desarrollo de la antigua vida multicelular como lo es para nosotros
hoy.
Quentin Crowley, autor principal del artículo publicado en la revista Geology,
dijo: "Este es un hallazgo que ayuda a llenar un vacío en nuestro conocimiento sobre la
evolución de la Tierra primitiva. Este paleosuelo de la India nos está diciendo que no
hubo un pulso de corta duración para la oxigenación atmosférica y que esto ocurrió
considerablemente antes de lo previsto con anterioridad".
La Tierra primitiva era muy diferente a lo que vemos hoy en día. La atmósfera
primitiva de nuestro planeta era rica en metano y dióxido de carbono y sólo tenía
niveles muy bajos de O2. El modelo ampliamente aceptado para la evolución de la
atmósfera establece que los niveles de O2 no aumentaron apreciablemente hasta hace
unos 2.400 millones de años. Este evento de 'Gran Oxidación' enriqueció la atmósfera y
los océanos con O2, y anunció uno de los mayores cambios en la historia evolutiva.
Los microorganismos estuvieron ciertamente presentes antes de hace 3.000
millones de años, pero probablemente no eran capaces de producir O2 por
fotosíntesis. Hasta hace muy poco, sin embargo, no ha quedado claro si los eventos de
oxigenación sucedidos antes de la Gran Oxidación y el argumento para una capacidad
de evolución de la fotosíntesis, en gran parte se han basado en los primeros signos de
una acumulación de oxígeno en la atmósfera y los océanos.
Prácticamente no había O2 atmosférico hace 3.400 millones de años, pero
recientes trabajos de paleosuelos sudafricanos sugirieron que hace unos 2.960 millones
años los niveles de O2 pudieron haber comenzado a aumentar. Por lo tanto, la
conclusión del profesor Crowley es que hay que retrasar esa fecha al menos 60 millones
de años, lo que, dado que los seres humanos sólo han estado en el planeta durante
alrededor de una décima parte de ese tiempo, no es una gota insignificante en el océano
de la evolución.
(cienciaplus.com, 09/09/2014)
Descubren tres especies extintas similares a ardillas
El hallazgo sugiere que los mamíferos aparecieron hace 208 millones de años, mucho
antes de lo que se creía
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
189
Un equipo de paleontólogos del Museo Americano de Historia Natural y la
Academia de Ciencias de China ha descubierto los restos muy bien conservados de tres
especies de criaturas de pequeño tamaño parecidas a una ardilla. Los investigadores
creen que se trata de mamíferos, lo que sugiere que este grupo animal extremadamente
diverso, al que pertenecemos nosotros mismos, los seres humanos, se originó hace unos
208 millones de años en el Triásico tardío, mucho antes de lo que se creía.
Los animales descubiertos no son nuevos para la
ciencia, pero hasta ahora solo se habían encontrado
mandíbulas fragmentadas y dientes aislados, así que los
expertos
no
tenían
claro
si
podían
ser
considerados mamíferos o no. Los seis nuevos fósiles
hallados en China, de 160 millones de años de
antigüedad y casi completos, dieron la clave a los
investigadores. Según explican esta semana en la
revista Nature., para ellos no hay duda: se trata de lo que
parecen, mamíferos.
AMNH/J. MENG
Fósil del Senshou lui
Las tres nuevas especies -Shenshou lui, Xianshou linglong, y Xianshou songaepertenecen a un nuevo grupo, o clado, llamado Euharamiyida. Tenían un aspecto similar
a pequeñas ardillas. Pesaban apenas nada, entre 28 y 280 gramos, y sus patas y su cola
indican que eran habitantes de los árboles.
«Eran buenos escaladores y, probablemente, pasaban más tiempo que las ardillas
en los árboles», explica Jin Meng, coautor del artículo y conservador de la división de
paleontología en el Museo de Historia Natural. «Sus manos y sus pies estaban
adaptados para colgarse de las ramas, pero no eran adecuados para correr por el suelo».
Unos dientes extraños
Los miembros de Euharamiyida probablemente comían insectos, frutos secos y
frutas con sus extraños dientes, que tenían muchas cúspides (lados puntiagudos) en las
coronas. Los científicos creen que los mamíferos evolucionaron de un ancestro común
que tenía tres cúspides; los molares humanos pueden tener un máximo de cinco. Pero
las especies recién descubiertas tenían dos filas paralelas de cúspides en cada molar,
con hasta siete cúspides
en cada lado.
ZHAO CHUANG
Mamíferos arbóreos en
un bosque jurásico. Los
tres animales en el lado
izquierdo de la imagen
representan las tres
nuevas
especies
de
mamíferos
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
190
A pesar de ese patrón dental inusual, las características físicas generales de estos
animales son las de un mamífero. Por ejemplo, los especímenes muestran evidencias
del típico oído medio de los mamíferos, el área justo dentro del tímpano que convierte
las vibraciones en el aire en ondas en el oído. Los oídos medios de los mamíferos son
los únicos que tienen tres huesos, como se observa en los nuevos fósiles.
Pero, según los investigadores, la colocación de las nuevas especies dentro de
los mamíferos plantea otra cuestión. En base a la edad de la especie Euharamiyida y sus
parientes, la divergencia de los mamíferos de los reptiles tuvo que haber ocurrido
mucho antes de lo que algunas investigaciones han estimado. En lugar de originarse en
el Jurásico medio (hace entre 176 y 161 millones de años), los «mamíferos aparecieron
probablemente por primera vez en el Triásico tardío (hace entre 235 y 201 millones de
años)».
(abc.es, 10/09/2014)
Descubierto el primer dinosaurio semiacuático
Investigadores de un grupo internacional, liderado por la Universidad de Chicago (EE
UU), han descubierto que el dinosaurio carnívoro S. aegyptiacus tenía capacidad tanto
para desplazarse por el agua como en la tierra. Se trataría del primero de estos reptiles
en ser identificado como semiacuático.
El Spinosaurus aegyptiacus –un dinosaurio carnívoro más grande que
el Tyrannosaurus rex– era un fantástico nadador, según un estudio que publica la
revista Science.
Reconstrucción digital del esqueleto
de Spinosaurus aegyptiacus. / Tyler
Keillor, Lauren Conroy y Erin
Fitzgerald.
Desde que el
paleontólogo
alemán Ernst
Stromer descubriera
los primeros fósiles de esta especie en Egipto (África) está considerada como una
‘rareza’ por su morfología y ecología.
"Trabajar en este animal era como estudiar un extraterrestre del espacio exterior,
es diferente de cualquier otro dinosaurio que haya visto", declara el paleontólogo Nizar
Ibrahim de la Universidad de Chicago (EE UU), autor principal de esta investigación.
Los primeros fósiles de S. aegyptiacus fueron destruidos durante la II Guerra
Mundial, sin embargo, un esqueleto mucho más completo descubierto en el Sahara
marroquí en los acantilados del desierto conocido como los lechos Kem Kem demuestra
que este ejemplar era semiacuático –una novedad entre los dinosaurios–.
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191
Esta zona de Marruecos estuvo poblada en el pasado por una gran variedad de
vida acuática, incluidos grandes tiburones, peces pulmonados, reptiles voladores
gigantes y dinosaurios depredadores.
Reconstrucción digital
El equipo internacional de investigadores usó un modelo digital para crear un S.
aegyptiacus adulto y sus estimaciones sugieren que medía más de 15 metros de largo.
Asimismo, la comparación con otra especie de dinosaurio emparentado de forma
cercana indica que S. aegyptiacus tuvo una serie de adaptaciones que le permitieron
pasar gran parte de su tiempo en el agua, alimentándose de tiburones, peces sierra y
peces pulmonados, y tuvieron que andar con sus cuatro extremidades cuando estaban en
la tierra.
Los autores del estudio afirman que el cuello, la espina dorsal y la cola de la
criatura se adaptaron para perseguir presas bajo el agua. Por otro lado, tenía una especie
de ‘vela’ en su lomo, probablemente cubierta por piel, que permanecía visible cuando S.
aegyptiacus estaba en el agua, jugando quizá un papel de despliegue.
Cristiano Dal Sasso, coautor del estudio e investigador del Museo de Historia
Natural de Milán (Italia) concluye: "En las últimas dos décadas varios hallazgos han
demostrado que ciertos dinosaurios dieron origen a las aves. Spinosaurus representa un
proceso evolutivo igualmente extraño, que revela que los dinosaurios depredadores se
adaptaron durante el Cretácico a una vida semiacuática y a sistemas fluviales en África
del Norte".
(agenciasinc.es, 12/09/2014)
Una nueva especie de pterosaurio podía cazar mientras volaba
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto una nueva especie de
pterosaurio –reptil volador– de hace 120 millones de años al noroeste de China.
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192
Los científicos, liderados por la
Academia China de las Ciencias de
Beijing, han
denominado
a
este
dinosaurio Ikrandraco
avatar,
una
derivación de Ikran, la criatura voladora
ficticia que aparecía en la película de
Avatar que era una evocación de los
pterosaurios. El apelativo de draco se
debe a su significado latino de dragón.
Según publica la revista Scientific
Reports del grupo Nature, el análisis de
dos de los conjuntos de fósiles
deIkrandraco hallados en la Formación
Jiufotang –que es particularmente rica en
pterosaurios–
sugiere
que
ocasionalmente estos individuos podían
alimentarse mientras volaban a baja
altura sobre el agua, recogiendo presas
cerca de la superficie gracias a su cráneo
alargado y a una bolsa en la garganta.
Los pterosaurios son los primeros
vertebrados de los que se tiene constancia que volaban de forma propulsada.
Los esqueletos de estos ejemplares incluyen un cráneo muy bajo y alargado, una
dentadura inferior muy desarrollada y un hueso en la mandíbula en forma de gancho.
Los científicos sugieren que este les pudo haber servido como ancla para el
tejido blando de la bolsa de la garganta.
(agenciasinc.es, 12/09/2014)
De hace 16 millones de años
Encuentran al ancestro del delfín de río en un desierto de Perú
Los inusuales delfines de río, algunos de ellos conocidos por su mala vista y su
comportamiento de natación lateral, son todos descendientes de las especies que habitan
el océano. En la nueva edición de la revista Journal of Vertebrate Paleontology,
investigadores describen el hallazgo de un fósil de una nueva especie de delfín del
Mioceno (de hace más de 16 millones de años) hallado en la Cuenca de Pisco, un
desierto en la costa de Perú.
El nuevo fósil descubierto pertenece a una rara familia extinta de delfines
marinos, los 'squalodelphinids', que están relacionados con los delfines en peligro de
extinción que viven hoy en día en los ríos Ganges e Indo. Los nuevos ejemplares
aumentan la diversidad conocida de 'squalodelphinids' y ayudan a arrojar luz sobre sus
relaciones.
Los delfines de río son un grupo extraño de cetáceos (mamíferos marinos) que
residen en los ríos de agua dulce y estuarios, aunque sus antepasados eran
marinos. Como resultado de la vida en el agua fangosa del río, algunos son
funcionalmente ciegos y tienen aletas dorsales muy pequeñas. A pesar de las apariencias
similares, los delfines del sur de Asia de los ríos Ganges e Indo ('Platanista' spp.) están
relacionados de forma distante con otros delfines de los ríos Amazonas y Yangtsé.
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193
La nueva especie, bautizada como Huaridelphis raimondii en alusión a la
cultura Huari (de entre los años 500-1000 d C), la especie más pequeña de esta familia
conocida hasta ahora, se ha descrito gracias a varios fósiles bien conservados. "La
calidad de los fósiles sitúa a estos especímenes como algunos de los miembros mejor
conservados de esta familia poco común", afirma el autor principal de la investigación,
Olivier Lambert, del Real Instituto de Ciencias Naturales de Bélgica.
Aunque los
'squalodelphinids'
se
conocen desde hace
algún tiempo, estos
pequeños delfines de
tamaño medio son raros
en el registro fósil y
hasta ahora sólo se
habían encontrado en
algunas
localidades,
como
Argentina,
Francia, Italia y la costa
este de Estados Unidos.
La Cuenca de
Pisco es actualmente una
de las zonas más ricas del mundo para el estudio de la evolución de las ballenas y otros
mamíferos marinos; puesto que allí se han descubierto ballenas con barbas fosilizadas,
un cachalote raptorial gigante y un delfín-morsa.
"Durante los últimos 30 años, se han descrito muchas especies de cetáceos
fósiles en función del material de la Cuenca de Pisco, que data del Eoceno al Plioceno.
Y todavía estamos lejos de finalizar el estudio de este punto caliente de la paleontología
de los mamíferos marinos", afirma el doctor Lambert.
El trabajo de campo reciente realizado por el paleontólogo peruano Mario
Urbina y su equipo en nuevas localizaciones de principios del Mioceno (hace entre 23 y
16 millones de años) condujo al descubrimiento de varios cráneos de 'squalodelphinid'
bien conservados, ahora en el Museo de Historia Natural de Lima, en Perú. Su análisis
por Lambert y sus colegas llevó a la descripción de las nuevas especies.
"Teniendo en cuenta la riqueza de las localidades fósiles recientemente
descubiertas, sin duda, pronto se encontrarán y estudiarán otros nuevos delfines extintos
de la misma edad geológica", augura Giovanni Bianucci, de la Universitá degli Studi di
Pisa y uno de los autores del estudio.
(Cienciaplus.com, 10/09/2014)
Juropeltastica, un escarabajo derodóntido del Jurásico de China
Nos enteramos por una noticia de China Internet Information Center (11-92014) de la publicación de un nuevo escarabajo del Jurásico de Daohugou:
Juropeltastica.
La revista European Journal of Entomology publica la descripción de un fósil de
escarabajo procedente del yacimiento Daohugou (condado de Ningcheng, Mongolia
interior, China), situado geológicamente en la Formación Jiulongshan, datada
como Jurásico Medio.
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194
El fósil mide 3 mm de longitud, corresponde a un individuo adulto, y es el
primer ejemplar fósil conocido de la familia actual Derodontidae.
Holotipo y único ejemplar conocido de Juropeltastica sinica, conservado en el
Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing (Nanjing Institute of Geology
and Palaeontology, NIGP), con la sigla NIGP157738. Izquierda: fotografía bajo
aire; centro: fotografía bajo alcohol; derecha: dibujo interpretativo. Imagen
tomada de Cai et al. (2014: fig. 1)
En ninguna parte del mundo ni en ningún periodo geológico se había encontrado
hasta ahora un fósil de esta familia de escarabajos.
Es similar al género actual Peltastica MANNERHEIM 1852, y se clasifica
dentro de la subfamilia Peltasticinae.
Corresponde a un nuevo género y especie, que ha sido bautizado como
Juropeltastica sinica CAI, LAWRENCE, ŚLIPIŃSKI et HUANG 2014, dedicado al
Jurásico y a China.
(dinoastur.com, 12/09/2014)
Descubren fósil semejante a criatura de Avatar
El animal fue llamado Ikrandraco avatar, es un nuevo tipo de pterosaurio
Los fósiles de un reptil de 120 millones de años de antigüedad se han convertido
en una celebridad por su semejanza a las criaturas voladoras imaginarias "ikran" del
largometraje de James Cameron "Avatar", tras ser desenterrados en el noreste de China.
El animal, denominado Ikrandraco avatar, es un nuevo tipo de pterosaurio y fue
descubierto por un equipo de investigación encabezado por el paleontólogo, Wang
Xiaolin, según un comunicado publicado por el Instituto de Paleontología y
Paleoantropología de Vertebrados de la Academia China de Ciencias.
Basándose en los análisis de los fósiles, el equipo de Wang concluyó que esta
especie tenía dientes afilados, un cráneo plano y estirado y, en su quijada inferior, una
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195
parte sobresaliente de huesos en forma de filos, características que comparte con "ikran"
del exitoso largometraje de ciencia ficción.
La especie recién descubierta, que también tenía un saco de la garganta al igual
que un pelicano, poseía una extensión de alas de 1.5 metros, mucho más pequeña que
sus parecidos cinematográficos.
Los pterosaurios, parientes cercanos de los dinosaurios, existieron entre 225
millones y los 65
millones de años atrás.
La creación del "ikran"
supuestamente
se
inspiró en la especie
más grande de los
pterosaurios, que tenían
una extensión de alas de
hasta 12 metros.
Dos juegos de
fósiles se encontraron
de la nueva especie, lo
que supone una proeza
rara en cuanto al
descubrimiento
de
pterosaurios, en una formación geológica rica en fósiles que datan de los principios de
la era del cretáceo de hace 120 millones de años.
Este último hallazgo se publicó ayer en la publicación Reportajes Científicos.
De acuerdo con Wang, las características del cráneo del animal de sangre fría se
desconocen entre las especies del pterosaurio. Su mandíbula afilada y semicircular
podría haber servido para reducir la resistencia del aire.
El experto chino sugirió que este pterosaurio podía volar acercándose hacia la
superficie del agua, que cortaba con su cresta en la mandíbula cuando cazaba. El saco
que tenía en la garganta podría haber servido para guardar las presas.
(http://planoinformativo.com, 15/09/2014)
Identifican el primer registro fósil de jaguar en el nordeste
argentino
Representa uno de los cráneos mejor preservados de la especie. A juzgar por su estado
de preservación, los especialistas estiman que el lugar del hallazgo no debió estar muy
lejos del sitio en donde murió este gran felino
ARGENTINA INVESTIGA/DICYT Se trata de restos hallados en las barrancas
del río Bermejo a la altura de la localidad de General Mansilla, por parte del personal
del Museo de Ciencias Naturales de Formosa. Pocos días después del hallazgo, fueron
convocados docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y
Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y del Centro de
Ecología Aplicada del Litoral (UNNE-Conicet), quienes reconocieron el excelente
estado de preservación de los restos.
Según explicaron a Argentina Investiga Alfredo Zurita, Alicia Lutz y Ángel
Miño-Boilini, del equipo de paleontólogos de la UNNE, se confirmó que los restos
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196
hallados corresponden a un cráneo, una mandíbula, una vértebra y parte de un húmero
de un ejemplar de Yaguareté perteneciente a la especie actual Panthera onca.
“Se está ante el hallazgo de un fósil excepcional, que se constituye en el primer
registro fósil de un jaguar o yaguareté para el nordeste del país” resaltó el doctor Zurita
y agregó que, a su vez,
representa uno de los
cráneos mejor preservados
que se conocen para esta
especie.
Una comparación
realizada
por
los
paleontólogos de la UNNE
entre este cráneo fósil con
cráneos
actuales
de
yaguaretés muestra una
similitud morfológica casi
absoluta. El cráneo, en
excepcional estado de preservación, corresponde, según Zurita, sin dudas a un ejemplar
de avanzada edad de yaguareté, a juzgar por el gran desgaste de los dientes. “Su estado
de preservación nos indica que el lugar del hallazgo no debió estar muy lejos del sitio en
donde murió este gran felino hace unos 10.000 años”. Reiteró que constituye un
hallazgo muy interesante, ya que los registros de carnívoros fósiles son muy poco
frecuentes.
Sin embargo, el equipo de paleontólogos de la UNNE destacó los niveles
fosilíferos de las barrancas del río Bermejo en la provincia de Formosa, pues han
aparecido un alto número de restos de mamíferos fósiles cuaternarios, alojados en la
actualidad en las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Villa Escolar.
Dataciones efectuadas mediante la metodología del carbono 14, de los niveles de
donde proceden los restos fósiles indican una antigüedad cercana a los 10.000 años,
tiempo en el cual ya faltaba relativamente poco para que gran parte de los grandes
mamíferos -megafauna- (algunos de más de 3 toneladas), que habitaban no sólo esta
región, sino toda América del sur, desaparecieran por causas aún no del todo conocidas.
(http://www.dicyt.com, 18/09/2014)
No solo las salamandras
Un anfibio de hace 300 millones de años regeneraba extremidades
Un trío de investigadores del Museum für Naturkunde de Alemania ha
encontrado evidencias, en un fósil de 300 millones de años, de la regeneración de
extremidades en anfibios. Este hallazgo sugiere que la capacidad de regenerar miembros
enteros por tales criaturas no se limita a las salamandras modernas.
En su artículo, publicado en Proceedings of the Royal Society B, Nadia Fröbisch,
Constanze Bickelmann y Florian Witzmann, del Museum für Naturkunde de Alemania,
describen el fósil que han estado estudiando y por qué creen que era capaz de regenerar
sus extremidades.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
197
Hasta ahora, los científicos creían que las salamandras eran los únicos animales
de cuatro patas modernos que pueden regenerar miembros enteros durante toda su vida.
Lo que no estaba claro, sin embargo, es si esta capacidad era un rasgo evolutivo reciente
o si se produce desde hace años.
Los investigadores explican que cuando las salamandras modernas pierden una
extremidad, la sustitución que vuelve a crecer no siempre es igual que la original: a
veces hay bultos o cicatrices extrañas o dígitos fusionados de nuevo juntos. Esto sucede
más a menudo cuando no es la primera vez que la salamandra pierde este miembro.
Al examinar el fósil del anfibio 'Micromelerpeton', los investigadores encontraron una
de estas característica extraña en los dedos del animal. Había dos dedos parcialmente
fusionados en uno, lo que sugiere que la criatura había perdido un dedo del pie y le
había vuelto a crecer un reemplazo.
Encontrar esta capacidad regenerativa en una antigua criatura plantea la pregunta
de por qué todas las especies de tetrápodos no tienen esta capacidad en la actualidad.
Los investigadores sugieren que la regeneración de extremidades perdidas se fue
perdiendo con el tiempo en otras especies porque se convirtió en un rasgo que ya no era
necesario.
(EUROPA PRESS, 25/09/2014)
Describen nuevos fósiles inusuales y esferoidales de 600 millones
de años de antigüedad
Son muy pequeños, esféricos y totalmente diferentes a cualquier criatura que
vive hoy en día. Se trata de nuevos fósiles de organismos que existieron hace unos 600
millones de años y que son descritos esta semana en la revista Nature. Pertenecen a un
grupo de primitivos animales que no se convirtieron en un ancestro común de la fauna
actual.
Estos microfósiles fueron encontrados en la formación de Doushantuo al sur de
China y datan de una fecha inmediatamente anterior a la explosión cámbrica, cuando se
produjo una rápida diversificación de los animales. La importancia del estudio
publicado ahora bajo el título “Cell differentiation and germ–soma separation in
Ediacaran animal embryo-like fossils” radica en que los análisis dan evidencias de cómo
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
198
los organismos unicelulares realizaron la transición a plantas y animales en el pasado,
según el equipo responsable de la investigación.
¿Fueron bacterias? ¿Embriones? ¿Algas? La categorización de estos fósiles ha
sido complicada. De hecho, este debate siempre ha existido en torno a las muestras
encontradas en la formación de Doushantuo. Es el caso de Megasphaera, un microfósil
(0,7 milímetros) esférico formado por una o más células en una fina envoltura que vivió
en aguas marinas poco profundas.
Los nuevos hallazgos descritos por el paleontólogo Lei Chen (de la University of
Chinese Academy of Sciences de Pekín) y sus compañeros muestran claros signos de
diferenciación celular, muerte celular programada o apoptosis y separación de células
reproductoras. Esta evidencia indica que estos fósiles probablemente no
fueron bacterias, pero comparten algunas similitudes con los organismos multicelulares
complejos. Por lo tanto, los autores afirman que se necesita investigar más para
determinar en qué parte del árbol de la evolución de la vida se sitúan estos enigmáticos
fósiles.
(http://www.pangea-magazine.com, 24/09/2014)
Un fósil muestra labios como los de Mick Jagger
Unos científicos se han acordado del líder de los Rolling Stones, Mick Jagger,
para denominar a una criatura extinta que vivió hace 19 millones de años en ciénagas de
África. El motivo es en honor de un rasgo que ambos comparten, sus grandes labios.
"Le dimos el nombre científico Jaggermeryx naida, que se traduce como “ninfa
de agua de Jagger”, dijo el coautor del estudio Ellen Miller, de laUniversidad Wake
Forest. Los huesos de mandíbula fosilizados del animal sugieren que era más o menos
del tamaño de un pequeño ciervo y parecido a un cruce entre un hipopótamo delgado y
un cerdo de piernas largas.
Los investigadores descubrieron los fósiles - que consisten en múltiples
fragmentos de quijada - en medio de las dunas de arena y rocas erosionadas de un lugar
remoto en el desierto egipcio.
La criatura perteneció a una familia de animales ungulados extintos llamados
antracoterios. Jaggermeryx es una de las seis especies de antracoterios encontrados en el
sitio. Lo que le distinguía de otros miembros de esta familia era una serie de pequeños
agujeros a cada lado de su mandíbula que abrazaban los nervios proporcionando
sensibilidad a la barbilla al labio inferior.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
199
"El animal probablemente tenía un hocico muy inervado con labios móviles y
táctiles, de ahí la referencia a Jagger", explicó el paleontólogo y coautor del estudio,
Gregg Gunnell.
En medio del desierto
El sitio egipcio donde se
encontraron los fósiles es hoy
desierto, pero los datos geológicos
indican que hace millones de años
era un delta tropical atravesado por
ríos y pantanos.
Las mediciones preliminares
de las cantidades relativas de los
diferentes isótopos en los huesos del
animal sugieren que probablemente
comió plantas. "Puede que haya
utilizado su hocico sensible para
alimentarse a lo largo de los bancos
del río, recogiendo plantas con sus
dientes
inferiores
y
labios
grandes," dijo Miller.
"Algunos de mis colegas
sugirieron denominar a la nueva
especie en honor de Angelina
Jolie, porque ella también tiene
labios famosos. Pero para mí tenía
que ser Mick", dijo Miller, quien
leyó recientemente la autobiografía
del compañero de Jagger Keith
Richards. "Yo fuí un gran fan de los
Rolling Stones en su día", dijo
Gunnell. "'Exile on Main St.' y 'Let
it Bleed' eran mis discos favoritos".
(http://www.europapress.es, 29/09/2014)
Un diente incrustado en un hueso replantea el Triásico tardío
El hallazgo de un diente incrustado en un hueso, perteneciente a tipo de reptil de
hace 210 millones de años ha replanteado las relaciones entre especies durante el
Triásico tardío.
En esa época, el supercontinente Pangea comenzaba a romperse y dos reptiles
completamente diferentes, llamados phytosauros y rauisuchidos, se encontraban en la
parte superior de la cadena alimentaria. En general, se cree que estos dos principales
depredadores no interactuaban entre sí, ya que el primero era el 'rey' del agua y el
segundo 'gobernaba' la tierra.
Sin embargo, estas ideas están cambiando, gracias al nuevo hallazgo que
evidencia que estas dos criaturas interactuaban y que ambas se movían para obtener
presas terrestres y acuáticas, indistintamente.
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200
Concretamente, los científicos han encontrado un diente de un phytosaur alojada
en el hueso del muslo de un rauisuchid. Según han explicado los expertos, el diente se
rompió en el ataque y, después, el muslo sanó sobre el trozo que había quedado allí
incrustado. Es decir, el rauisuchid sobrevivió al ataque.
"Encontrar dientes incrustados directamente en el hueso fósil es muy, muy raro",
ha explicado los autores del trabajo, que ha sido publicado en la revista
alemana Naturwissenschaften. "Esta es la primera vez que se obtiene una prueba
irrefutable para la interpretación de este conjunto de marcas de mordeduras", han
indicado.
Los investigadores llegaron
al hueso por casualidad en el Museo
de Paleontología de la Universidad
Berkeley. Había sido estudiado en
ocasiones anteriores, pero nadie
había reconocido la importancia de
este espécimen antes.
Para estudiar perfectamente
el diente, los investigadores lo
recrearon mediante tomografías
computarizadas y una impresora 3D. Así, determinaron que las marcas
de mordeduras múltiples indican
que la criatura fue cazada, al menos, dos veces en el transcurso de su vida, por
phytosaurs.
“Como consecuencia de esta investigación, los científicos tendrán que regresar
al pasado y estudiar de nuevo algunos de los supuestos que se creían hasta ahora sobre
los ecosistemas del Triásico Tardío", apunta el trabajo. Según el texto, la distinción
entre especies acuáticas y terrestres fue simplificar un ambiente en el que ambas esferas
sí que estaban conectadas íntimamente.
(http://www.europapress.es, 29/09/2014)
Dientes fósiles de carnívoros extintos aportan nuevos datos sobre
el Gran Intercambio Americano
Un equipo de investigadores argentinos, panameños, canadienses y suizos ha
profundizado en este evento en el cual la fauna pudo emigrar del Norte al Sur de
América por el surgimiento del istmo de Panamá
Cristina G. Pedraz/DICYT Investigadores del Conicet (Argentina), el Instituto
Smithsonian de Investigaciones Tropicales (Panamá), la Universidad de Saskatchewan
(Canadá) y la Universidad de Zürich (Suiza) han aportado nuevos datos sobre el Gran
Intercambio Biótico Americano (conocido como GABI, por sus siglas en inglés), evento
en el cual la fauna terrestre y de agua dulce pudo emigrar de América del Norte a
América del Sur y viceversa gracias al surgimiento del istmo de Panamá. A partir de
dientes fósiles hallados en Colombia y Venezuela pertenecientes a dos especies ya
extinguidas de prociónidos (una familia de animales carnívoros a la que pertenecen los
actuales mapaches o los coatíes), han podido determinar que el GABI fue un evento
mucho más dinámico y complejo de lo que se creía.
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
201
Los animales del orden Carnivora, que incluye a los mamíferos placentarios con
inclinaciones carnívoras en su dieta, se conocen desde el Paleoceno, hace cerca de 60
millones de años, y su historia evolutiva se centró en los continentes del Hemisferio
Norte y en menor medida en África. Marcelo Sánchez, investigador del Instituto y
Museo Paleontológico de la Universidad de Zürizh, detalla que en América del Sur los
primeros Carnivora datan del Mioceno tardío (hace entre siete y ocho millones de años)
y se corresponden con prociónidos del género Cyonasua (una especie extinta que en
griego significa coatí-perro, por los rasgos similares que presenta de ambos),
recuperados en el extremo sur del continente, en la Patagonia argentina.
Sin embargo, la historia tradicional dice que el GABI ocurrió hace 3,5 millones
de años, por lo que este grupo de carnívoros tuvo que migrar mucho antes. Los nuevos
hallazgos, publicados recientemente en la revista Naturwissenschaften, están
relacionados con los prociónidos argentinos pero son mucho más jóvenes que éstos
(tienen entre 3,3 y dos millones de años) y se han hallado en localidades neotropicales
próximas al istmo de Panamá.
“Estos fósiles están al lado de Panamá, la puerta de entrada a los animales
inmigrantes norteamericanos. Entonces, ¿por qué los vemos llegando mucho antes a la
Patagonia, a pesar de que está a más de 4.000 kilómetros de distancia? Una posible
explicación es que los prociónidos utilizaron los Andes como una ruta de migración
para moverse hacia las zonas temperadas de Suramérica primero, y tiempo después
lograron moverse hacia las zonas bajas de los trópicos, lo que nos muestra que el GABI
fue mucho más dinámico y complicado de lo que habíamos creído hasta el momento.
Todos estos nuevos descubrimientos en el trópico de Suramérica, del cual casi no se
conoce nada, nos están ayudando a entender mejor el GABI, una de las la invasiones
biológicas más grande que jamás haya existido”, explica Carlos Jaramillo, investigador
del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
De este modo, el trabajo apoya la teoría de que los prociónidos se dispersaron
entre América del Norte y América del Sur en dos eventos separados. “Los nuevos
restos predatan los movimientos faunísticos más importantes entre América del Norte y
América del Sur, los cuales se produjeron después de la formación definitiva del puente
inter-americano, hace unos tres millones de años”, añade Sánchez.
Campañas en Venezuela y Colombia
En los últimos cinco años el equipo de investigadores ha incrementado la
exploración de depósitos fósiles a ambos lados del istmo de Panamá para aportar nuevos
datos sobre el GABI. La ampliación del canal de Panamá ha permitido acceder a una
gran cantidad de rocas con un excelente registro fósil de los últimos 20 millones de
años, mientras que del lado Suramericano, han encontrado nuevos sitios con un
excelente registro fósil tanto en la Guajira colombiana como en estado venezolano de
Falcón.
Los dientes fósiles de animales prociónidos analizados en el trabajo han sido
hallados en estos emplazamientos del lado Suramericano. En el caso del animal del
género Cyonasua, los científicos calculan que se trataría de un ejemplar de entre 3 y 13
kilogramos de peso mientras que el otro animal, del género Chapalmalania (también
extinto), tendría aspecto de oso y una masa cercana a los 22 kilogramos.
(http://www.dicyt.com, 26/09/2014)
El viento deja al descubierto en Bolivia el mayor yacimiento de
fósiles de Sudamérica
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202
Los fuertes vientos de Padilla, una localidad del departamento de Chuquisaca, en el
centro de Bolivia, han dejado al descubierto y desprotegidos valiosos huesos fosilizados
de la era cenozoica
Los fósiles, de gran valor, encontrados en Bolivia han quedado a la intemperie y
equipos de universitarios y de aficionados a la paleontología han empezado a realizar
excavaciones, informa Daily Mail. Juan Carlos Espada, profesor de informática de una
escuela primaria cercana al lugar del hallazgo, ha desenterrado algunos de los huesos y
los ha 'reparado' con cola. A pesar de no tener ninguna experiencia en paleontología ha
decidido recoger los fósiles para fundar un museo con la ayuda de una subvención del
consejo local de turismo. Las muestras arqueológicas consisten en huesos de
mastodontes, los antecesores de los elefantes modernos, y de tardígrados gigantes.
Por otro lado, sin embargo, al haber quedado a la vista, los niños cogen y juegan
con los huesos, incoscientes de la importancia del descubrimiento. Además, se
comunica que algunos habitantes pobres de la región intentan vender los fósiles.
Hay que destacar que la zona de Padilla, donde se han identificado ya 70 sitios
de excavaciones arqueológicas, es solo uno de los lugares del departamento de
Chuquisaca donde se han realizado importantes descubrimientos de fósiles. La
investigadora Medina Sword dice que es posible que este departamento "albergue el
mayor yacimiento de fósiles de Sudamérica”
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
203
Los científicos han solicitado a la Unesco que declare el hallazgo Patrimonio de
la Humanidad, pero la petición ha sido denegada. Sin embargo, los políticos empiezan a
darse cuenta de la importancia del descubrimiento, que cada vez suscita más interés
entre los medios de información. Juan José Padilla, secretario de Cultura y Turismo del
departamento de Chuquisaca ha afirmado: "Tenemos que aplicar políticas en las
municipalidades, el gobierno regional y el central para preservar y promocionar los
fósiles".
(http://actualidad.rt.com, 29/09/2014)
Descubierto en India el parásito social más antiguo
Primero se hace pasar por una de ellas. Luego se asienta tranquilamente en su
hogar. Y ya como huésped, se come los huevos de sus anfitrionas. Así se comportan las
370 especies de escarabajos que descienden del Protoclaviger trichodens, un insecto de
52 millones de años que se ha convertido en el matusalén de todos los parásitos
sociales. El fósil, conservado en ámbar, ha sido hallado en India, según una
investigación publicada hoy en la revista Current Biology. La especie de la que se
beneficia son las hormigas, a las que les hace ahora un favor después de tanto saquear,
pues su presencia en el Eoceno se corresponde con lo que los científicos ya sabían: la
hormiga se encontraba en pleno auge.
El fósil del 'Protoclaviger trichodens' atrapado en ámbar. / AMNH
"Aunque las hormigas son una parte integral de los ecosistemas hoy en día, en la
época en que este escarabajo caminaba sobre la Tierra, estaban empezando a despegar y
estos parásitos estaban ya dentro de sus colonias, engañándolas y explotándolas",
explica el líder del equipo del descubrimiento, Joseph Parker, investigador asociado del
Museo Americano de Historia Natural e investigador postdoctoral de la Universidad de
Columbia. Parker explica que la presencia de estos escarabajos, insectos "superespecializados" en su labor de saqueo, indica que la población de hormigas ya era
considerable entonces.
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204
El mecanismo por el que el género Clavigeritae engaña a las hormigas aún es
desconocido. Las colonias guardan la puerta identificando a las suyas con una feromona
que actúa como santo y seña. De alguna manera, este tipo de escarabajo se salta la
seguridad, evita ser desmembrado y, una vez dentro, es adoptado como uno más de la
colonia. Esta es la ocasión que aprovecha para devorar los huevos de las hormigas.
"Este tipo de vida daba muchos beneficios. Un nido con su clima controlado,
bien protegido contra depredadores y con un gran suministro de comida", asevera
Parker. Un gorrón cuyo éxito parece apuntar al vello sobre su abdomen, que segrega una
sustancia química de composición desconocida que provoca un curioso efecto en las
hormigas: en vez de atacar al intruso, lo lamen.
(elpais.com, 02/10/2014)
La primera cópula del mundo
Halladas las pruebas más antiguas de fertilización interna en fósiles de hace 385
millones de años | Los paleontógos han encontrado las huellas de sexo prehistórico en
peces de la especie Microbrachius
Paleontólogos de Australia han descubierto que algunos peces ya practicaban el
noble arte de la cópula hace 385 millones de años. El hallazgo, presentado online en la
revista Nature, supone la prueba más antigua de fertilización interna entre vertebrados.
La investigación se ha basado en fósiles de la especie Microbrachius hallados en
Estonia. Se trata de peces prehistóricos de unos tres centímetros de longitud y dos de
anchura cuyo aspecto recuerda a una caja con ojos. Pertenecían al orden de los
antiarquios, que se caracterizaban por tener gran parte del cuerpo protegido por una
coraza ósea.
Los paleontólogos que los han estudiado han visto que el cuerpo de los
Microbrachius puede tener dos anatomías distintas. Algunos tienen dos estructuras
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205
parecidas a flechas que sobresalen de la parte inferior del cuerpo. Otros tienen, en lugar
de flechas, dos pequeñas placas en las que se aprecian relieves.
Para un paleontólogo especialista en peces prehistóricos como John Long, que
ha liderado la investigación desde la Universidad Flinders de Adelaida, no fue difícil
identificar qué eran las flechas
y las placas. Las flechas eran
pterigopodios –disculpen la
palabra, no hay otra más
sencilla-, es decir, los órganos
reproductores que tienen los
peces machos en algunas
especies. Las placas tenían que
ser, en consecuencia, la
estructura genital femenina del
Microbrachius. Los relieves
que se aprecian en ellas,
propone Long, pudieron servir
para facilitar la cópula.
En el pterigopodio, los
investigadores
identificaron
una ranura profunda que “pudo
servir para transferir esperma”,
según escriben en Nature. Al
igual que algunos peces
cartilaginosos actuales, como los tiburones, Microbrachius disponía así de dos
estructuras con función de pene, una a cada lado del cuerpo.
Una estructura similar se observa hoy día en reptiles escamosos como las
serpientes, donde los machos disponen de dos órganos reproductores llamados
hemipenes, que posiblemente utilizan de manera alternada.
En los tiburones, el pterigopodio está dotado de un órgano subcutáneo –
apropiadamente llamado sifón- que se llena de agua para la erección y que expulsa
después el agua mezclada con esperma. De manera similar, John Long y su equipo
interpretan que por lo menos uno de los pterigopodios de los machos de Microbrachius
entraba en erección ante el encuentro con una hembra para liberar los espermatozoides.
Los investigadores han examinado fósiles de otras dos especies de peces de la
misma época –Pterichtyodes y Bothriolepis- y han identificado estructuras genitales
similares a las del Microbrachius. Por lo tanto, concluyen, la fertilización interna fue
una estrategia de reproducción común entre los peces de aquella época.
“Esto significa que la fertilización externa y el desove, que es propia de la
mayoría de especies peces actuales, tuvo que evolucionar a partir de la fertilización
interna”, concluyen los investigadores en Nature. Esta interpretación rompe con la
teoría aceptada hasta ahora de que primero fue el desove y después la cópula.
Curiosamente, la especie humana, al igual que los peces en la prehistoria,
también ha desarrollado la fertilización externa a partir de la interna gracias a las
técnicas de reproducción asistida.
(La Vanguardia, 21/10/2014)
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206
Nesonektris aldridgei: una nueva especie de extraño aspecto de
500 millones de años
Un equipo de científicos ha catalogado, a partir de fósiles hallados en el sur de
Australia, una nueva especie que habitó la Tierra hace unos 500 millones de años, a la
que han puesto el nombre de Nesonektris aldridgei, la cual medía entre 10 y 15
centímetros de longitud, con un cuerpo dividido en dos partes.
La descripción de esta nueva y “extraña” especie se acaba de publicar en la
revista BMC Evolutionary Biology, en un artículo en el que los investigadores apuntan
que Nesonektris
aldridgei y
humanos
modernos
estuvieron
“lejanamente
emparentados”.
El trabajo está liderado por investigadores de la Universidad de Adelaida, en
Australia, entre ellos el español Diego García-Bellido.
Recreación
Vetulicolias. Imagen
de Katrina Kenny.
Tras su análisis
y el hallazgo de más
restos
fósiles,
los
científicos concluyeron
que se trataba de
un animal de tamaño
medio
-hasta
15
centímetros de largocon piel gruesa y el
cuerpo dividido en dos
partes: una región anterior y una cola posterior articulada.
En la región anterior, este animal tenía una boca grande por la que entraba el
agua, para filtrarla y obtener las partículas de comida -como lo hace hoy en día el
tiburón-ballena-, que luego expelía por un surco lateral, ha explicado a Efe vía correo
electrónico García-Bellido.
En la parte posterior, los investigadores creen que poseía un notocordio
cartilaginoso en el interior que le ayudaba a nadar en el océano (se trata de un cordón
celular que también está presente hoy en los vertebrados antes de convertirse en
columna vertebral).
La Tierra tiene 4.500 millones de años y en los primeros 4.000 millones la vida
existente era unicelular (principalmente bacterias).
Los organismos multicelulares no aparecieron hasta hace unos 550 millones de
años, en lo que se conoce como “explosión” de biodiversidad del Cámbrico (primer
período geológico del Paleozoico), un evento evolutivo que marcó entre 540 y 520
millones de años atrás la aparición de casi todos los grupos de animales.
Los firmantes de este estudio han datado estos fósiles del Cámbrico en unos 515
millones de años.
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207
Nesonektris aldridgei ha sido incluida en la clase Vetulicolia que a su vez está
en el filo Chordata -comúnmente llamados cordados-, en la que también se incluyen a
los vertebrados y por lo tanto a nuestra especie: “Nosotros no descendemos de ellos,
pero estamos lejanamente emparentados”, ha asegurado García-Bellido.
Fósil de Vetulicolia. Imagen
facilitada por el investigador Diego
García-Bellido.
Nesonektris es “nadador de la
isla” (por la Isla Canguro y su modo de
vida) en griego y los investigadores escogieron aldridgei en memoria a Dick Aldridge,
paleontólogo y geólogo británico de la Universidad de Leicester.
Para García-Bellido, este trabajo es importante porque, primero, “zanja
definitivamente la discusión sobre la posición de este grupo de animales de tal extraño
aspecto -vetulicólidos-, que en algún momento incluso se llegó a considerar que podría
estar relacionado con los artrópodos -el grupo que incluye a cangrejos, arañas y
escarabajos”.
En segundo lugar, porque “muestra que los cordados -el grupo que incluye a los
vertebrados- fue un grupo exitoso y diverso desde el comienzo de la evolución animal”,
ha concluido este científico.
(EFEfuturo, 21/10/2014)
Un estudio apunta que Asia pudo estar habitada por una especie
humana desconocida
Compartiría rasgos tanto con neandertales como con los representantes más primitivos
de Homo erectus asiático, y estaría fuera de la variabilidad de nuestra especie.
Burgos. (Efe).- El estudio de un maxilar infantil y varios dientes aislados
encontrados en Xujiayao, un yacimiento al norte de China, revela que, durante el
Pleistoceno Superior, el gran continente asiático pudo estar habitado por una especie
desconocida todavía sin catalogar.
Algunos de los fósiles
estudiados. cenieh.es
Así se d.esprende del
artículo de María MartinónTorres y José María
Bermúdez
de
Castro
del Grupo de Antropología
Dental del Centro Nacional
de Investigación sobre la
Evolución Humana en la
revista American Journal of
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
208
Physical Anthropology, junto con el Institute of Vertebrate Paleontology and
Palaeoanthropology de Pekín.
El análisis detallado de la morfología dental de estos fósiles, datados entre
60.000 y 120.000 años, pone de manifiesto que la población de Xujiayao comparte
rasgos tanto con neandertales como con los representantes más primitivos de Homo
erectus asiático, y estaría fuera de la variabilidad de nuestra especie.
Los autores de este análisis apuntan la posibilidad de que se trate de un
homínido todavía no descrito y que habría coexistido en el tiempo con humanos
modernos y neandertales, según han informado el Centro Nacional de Investigación
sobre Evolución Humana (CENIEH) en una nota de prensa.
Estudios recientes sobre ADN antiguo han revelado la existencia en Siberia de
una población acuñada como "denisovanos" de la que se conoce muy poco sobre su
anatomía.
Los "denisovanos" también habrían habitado Asia en el Pleistoceno Superior,
serían diferentes de Homo sapiens y de Homo neanderthalensis y se habrían mezclado
genéticamente con un linaje primitivo todavía por determinar.
Los investigadores tampoco descartan la opción de que Xujiayao represente la
persistencia en China de una población antigua, quizá un descendiente de Homo erectus
clásico.
"Nuestro trabajo pone de relieve la gran variabilidad de las poblaciones humanas
de Asia durante el Pleistoceno y advierte de la necesidad de reconsiderar la taxonomía
de muchos de los fósiles hallados en este continente", ha afirmado María MartinónTorres.
(lavanguardia.com, 22/10/2014)
Un dinosaurio como un avestruz de 11 metros y 6 toneladas
Dos nuevos esqueletos permiten recomponer el misterioso ‘Deinocheirus’
Con el aspecto similar al de un avestruz pero de 11 metros de largo y seis
toneladas y media de peso, con dos brazos enormes, un pico como de pato, joroba y
grandes garras, el Deinocheirus mirificus era un animal singular. Sus descubridores,
hace casi medio siglo, lo llamaron precisamente “extraña mano terrible”, y ha sido
considerado desde entonces uno de los dinosaurios más enigmáticos dada, además, la
escasez de piezas del esqueleto encontradas. Ahora dos nuevos esqueletos descubiertos
en Mongolia han permitido describir la anatomía, rasgos de alimentación y ecología de
esta especie de hace 70 millones de años, unos cinco millones de años antes de la
extinción de los dinosaurios. Está emparentado con el tiranosaurio y el velociraptor. El
equipo internacional autor del hallazgo, liderado por el coreano Yuong Nam Lee,
presenta en la revista Nature estos nuevos fósiles y la combinación inusual de rasgos del
Deinocheirus.
El Deinocheirus mirificus emerge a la luz de la paleontología en 1965, cuando la
científica polaca Zofia Kielan-Jaworowska, líder de una expedición conjunta de Polonia
y Mongolia en el desierto de Gobi, descubre los primeros restos de Deinocheirus, unos
pocos huesos fosilizados entre los que destacaban unas extremidades superiores de 2,4
metros de largo (el récord de longitud de brazo conocida para un animal bípedo), junto
con algunas costillas y vertebras. “Pese a ser tan incompletos, los restos eran
suficientemente distintivos en tamaño y morfología de otros terópodos para que KielanJaworowska y sus colegas […] propusieran su pertenencia a un nuevo género y
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209
especie, Deinocheirus mirificus, o extraña mano horrible”, resume el experto Thomas R.
Holtz, de la Universidad de Maryland, en Nature. Pero con tan pocos datos, los
paleontólogos lo tenían difícil para encuadrar este dinosaurio en la familia de los
terópodos.
De los dos esqueletos descubiertos ahora, uno tiene un brazo un 6% más largo
que el descubierto en 1965 y el otro es de inferior tamaño. No solo permiten conocer la
morfología del animal, sino que también dan pistas sobre su forma de vida y
alimentación. El Deinocheirus, un ornitomimosaurio (lagarto imitadores de aves), con
un cráneo de más de un metro de largo, tiene rasgos típicamente asociados al consumo
de plantas, pero los científicos
explican que han encontrado indicios
de restos de peces en el estómago de
uno de ellos, por lo que deducen que
sería un omnívoro. El hocico alargado
y la joroba en la espalda son rasgos
ausentes
en
otras
especies
emparentadas; la pelvis extendida que
soportaría músculos fuertes y los
grandes pies indican que era un
dinosaurio bípedo, corpulento de
movimientos lentos y, en general,
parece bien adaptado para vivir en
entornos fluviales. La zona de Gobi
donde han aparecido los fósiles sería
un medio ambiente similar al actual
delta del Okavango en África, señala
Holtz.
Ilustración
del
dinosaurio
Deinocheirus mirificus. Michael
Skrepnick MICHAEL SKREPNICK
La idea es que el Deinocheirus, compartiendo recursos alimenticios en el hábitat
con herbívoros más grandes aún que él, habría tenido una ventaja en esa alimentación
más variada de pequeños animales añadidos a la dieta de plantas. “El mosaico de
características de […]ornitomimosaurio[/…] y de no […]ornitomimosaurio[/…] en el
holotipo [los primeros fósiles descubiertos, en 1965] dificultaron la definición del
estatus filogenético del […]Deinocheirus[/…]”, advierten Lee y sus colegas en Nature.
Este equipo, en el marco de la Expedición Internacional Corea-Mongolia de
Dinosaurios, descubrió el primer esqueleto de Deinocheirus en 2006 y el segundo en
2009. Juntos permiten recomponer uno prácticamente completo. Pero la búsqueda fue
más difícil aún porque los yacimientos habían sido claramente presa del furtivismo.
Entonces, en 2011, un científico del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales, Pascal
Godefroit, alertó a Lee y sus colegas de que había visto varias piezas (un cráneo, un pie
y una mano) del animal en una colección privada en Europa; huesos que, como luego se
comprobó, efectivamente, encajaban perfectamente con los esqueletos descubiertos por
los científicos en el Gobi. Los fósiles fueron devueltos a Mongolia en mayo de este año.
(Elpais.com, 22/10/2014)
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Descubren en Madagascar el mamífero más grande que convivió
con dinosaurios
Con un cráneo que tiene unos 125 mm de largo, este ejemplar tenía una masa corporal
de aproximadamente 9 kilogramos
Imagen del cráneo del 'Vintana sertichi' Reuters
Madrid. (EP).- El descubrimiento de un cráneo fosilizado de una criatura similar
a la marmota de hace entre 66 y 70 millones de años en Madagascar ha permitido
nuevos análisis de la forma de vida del mamífero más grande conocido de su tiempo por
parte de un equipo de especialistas, entre ellos la bióloga Elizabeth Dumont, de la
Universidad de Massachusetts Amherst, Estados Unidos, experta en la estructura de la
mandíbula y la mecánica de la mordedura.
El cráneo de este animal, llamado Vintana sertichi, fue encontrado en una
formación geológica depositada cuando una gran variedad de dinosaurios vagaban por
la tierra. Con un cráneo que tiene unos 125 mm de largo, este ejemplar tenía el doble de
tamaño que otros mamíferos del supercontinente sur, Gondwana, durante la Era de los
Dinosaurios. Los autores estiman una masa corporal de aproximadamente 9 kilogramos,
como describen en un artículo en Nature.
El cráneo bien conservado permite una gran cantidad de conocimientos sobre los
hábitos de vida y las relaciones de los primeros mamíferos de la edad del Cretácico
Superior, según Dumont. "Mi parte en este gran esfuerzo interdisciplinario era
reconstruir el cráneo y modelar la mecánica de la masticación y estimar la capacidad del
animal para comer diferentes tipos de alimentos", explica esta investigadora.
Dumont y su asistente Dan Pulaski reconstruyeron el cráneo mediante imágenes
de tomografía computarizada (TC) moviendo cuidadosamente los fragmentos de hueso
en su lugar y rellenando la falta hueso con imágenes reproducidas como el reflejo en un
espejo del mismo hueso del otro lado del cráneo.
Dumont reconstruyó los músculos de la masticación comparándolos con los
roedores que viven y usando modelos basados en la ingeniería para predecir cómo se
movían las mandíbulas y la fuerza con la que el animal podría morder.
Los masivos músculos de la masticación de Vintana movían la mandíbula hacia
arriba y hacia atrás y probablemente producían fuerzas de mordida más fuertes que los
roedores de tamaño corporal similar que viven hoy en día.
Teniendo en cuenta las características de sus mandíbulas y dientes y análisis
hechos por Dumont y otros expertos, los autores de este trabajo creen que tenía una
dieta centrada en raíces, semillas o frutos como la nuez.
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211
Vintana pertenece a un grupo de los primeros mamíferos conocidos como
gondwanaterios, hasta ahora conocido sólo gracias a dientes aislados y algunos
fragmentos de la mandíbula. Por ello, el cráneo bien preservado permite la primera
visión clara de los hábitos de vida y las relaciones de estos mamíferos que vivieron en el
hemisferio sur.
Dumont y el autor principal, el paleontólogo David Krause, de la Universidad de
Stony Brook, en Nueva York, Estados Unidos, están de acuerdo en que el
descubrimiento aporta ideas biológicas sobre la evolución del árbol de familia de los
mamíferos.
Según Krause, Vintana "da nueva forma a algunas ramas importantes" de ese
árbol, agrupando a los gondwanaterios con otros que han sido "muy difícil de ubicar".
"No sabemos casi nada acerca de la evolución temprana de los mamíferos en los
continentes del sur. Este descubrimiento, de un tiempo y un área del mundo que están
muy pobremente muestreados, pone de relieve lo poco que sabemos. Ningún
paleontólogo podría haberse acercado a predecir la extraña mezcla de características
anatómicas que expone este cráneo", subraya Krause.
Krause y sus colegas descubrieron el cráneo en 2010 por casualidad, tratándose
del tercer cráneo de mamífero del Cretácico que se ha recuperado en el hemisferio sur.
Los autores de la investigación realizaron un análisis exhaustivo del cráneo mediante
tomografía electrónica de barrido y microscopía microcomputarizada para revelar
detalles anatómicos muy pequeños en áreas como la caja craneana, la cavidad nasal y el
oído interno, de los que se conoce poco en casi todos los primeros mamíferos.
Dumont y sus colegas compararon el cráneo con el de cientos de otros
mamíferos fósiles y existentes y concluyeron que probablemente tenía los ojos grandes,
capacidad para oír sonidos de alta frecuencia y un buen sentido del olfato.
Con la incorporación de esta nueva información sobre la anatomía craneal de los
gondwanaterios, que eran completamente desconocidos previamente, los investigadores
también exploraron sus posibles relaciones con otros mamíferos tempranos.
Su estudio es el primero en encontrar pruebas sólidas de
que Vintana probablemente
estaba
estrechamente
relacionado
con
los
multituberculados, los mamíferos contemporáneos de los dinosaurios más exitosos en
los continentes del norte y los primeros herbívoros conocidos como Haramiyida.
Madagascar ha sido una isla durante 20 millones de años antes a la época en la
que se depositaron los estratos que contienen restos de Vintana. Los investigadores
teorizan con que las características primitivas e inusuales de su cráneo son legados de la
antigua masa de tierra que se separó de África, la Antártida y Australia, y, finalmente, el
subcontinente indio.
(La Vanguardia, 05/11/2014)
El primer reptil marino anfibio
Rellena un hueco en el registro fósil de los ictiosaurios
Encuentran el fósil de un ictiosaurio (un reptil marino parecido al delfín) con
características que sugieren que podía desplazarse también por superficies terrestres
El animal vivió hace 248 millones de años en el territorio que hoy es China
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
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Los restos fosilizados de Cartorhynchus lenticarpus se conservan
en el Museo Geológico Anhui. Ryosuke Motani
Los ictiosaurios eran reptiles marinos cuyo aspecto recordaba a los delfines y a
algunos peces actuales. Vivieron en la época de los dinosaurios, hace unos 250 millones
de años. Los científicos creen que estos animales eran originalmente reptiles terrestres,
pero fueron evolucionando hasta convertirse en acuáticos. Hasta ahora, sin embargo, no
habían encontrado ningún fósil que mostrara esa transición de la tierra al mar.
Los primeros restos de un ictiosaurio anfibio han sido desenterrados en China.
Se trata del fósil de un reptil marino que cuenta con ciertas características que, según los
paleontólogos, le debían permitir también desplazarse por superficies terrestres.
Esta nueva especie, cuyas características se describen esta semana en la
revista Nature, ha sido bautizada como Cartorhynchus lenticarpus. Su hallazgo,
subrayan, rellena un hueco en el árbol evolutivo de los ictiosaurios.
Reconstrucción del posible aspecto de Cartorhynchus
lenticarpus, Stefano Broccoli
En el registro fósil no había ningún resto de animal intermedio entre estos
ictiosaurios y los reptiles terrestres de los que habrían evolucionado. "Ahora tenemos
este fósil que muestra esa transición", asegura Ryousike Motani, investigador de la
Universidad de California y autor principal del artículo.
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La evolución
Los ictiosaurios eran animales exclusivamente acuáticos pero no siempre lo
fueron. Sus patas habrían evolucionado hasta convertirse en aletas y su cuerpo debió ir
transformándose hasta adquirir un aspecto que recuerda a los delfines modernos. Tenían
un morro alargado. A diferencia de los ictiosaurios, el nuevo animal hallado tiene un
hocico corto, como los reptiles terrestres, que podría ser el resultado de su adaptación
para succionar comida.
Otra diferencia con los ictiosaurios totalmente adaptados a la vida marina es que
este individuo tenía aletas inusualmente grandes y flexibles, que recordarían a las que
tienen las focas, y que le ayudarían a moverse por tierra. También contaba con
articulaciones flexibles en la zona de la muñeca, esenciales para trepar por tierra, según
los científicos.
Sus huesos, añaden los paleontólogos, son más gruesos que los de los
ictiosaurios conocidos. Según los autores, esta característica respaldaría la teoría de que
la mayor parte de los reptiles marinos que previamente habían sido terrestres se
convirtieron en animales más fuertes al hacer esa transición. Por ejemplo, tener huesos
más fuertes les habría ayudado a hacer frente a las olas de la costa antes de entrar en el
mar profundo.
Vivió hace 248 millones de años
Según precisan en su estudio, el fósil tiene 248 millones de antigüedad y
pertenece al periodo Triásico. Fue desenterrado en Anhui (China) y se conserva en su
Museo Geológico de esa provincia.
Por lo que respecta a su tamaño, calculan que medía 40 centímetros de
longitud, lo que lo convierte en el ictiosaurio más pequeño encontrado hasta ahora. Los
paleontólogos creen que se trata de un ejemplar adulto y no un espécimen más joven de
una especie ya conocida.
Sin embargo, admiten que no pueden descartar por completo la posibilidad de
que fuera un individuo que todavía no había alcanzado la madurez, dado que no cuentan
con otros individuos para compararlo.
Reponerse a una gran extinción
Por otro lado y más allá del estudio de la evolución de los ictiosaurios, el
hallazgo de este animal les va a ayudar a investigar cómo las poblaciones se recuperan
tras una extinción masiva.
Hace 252 millones de años tuvo lugar la que se cree que fue la mayor extinción
masiva que ha ocurrido en la historia de la Tierra y que se ha vinculado a un cambio
climático. Por tanto Cartorhynchus lenticarpushabría vivido sólo cuatro millones de
años después de ese acontecimiento catastrófico. Los científicos siempre se han
preguntado cuánto tiempo tardan en recuperarse las diversas especies animales y plantas
tras un episodio como ese. Y este reptil anfibio, señalan, debió surgir durante esa
recuperación.
Por lo que respcta a los ictiosaurios, se cree que se extinguieron cuando fueron
reemplazados por los plesiosaurios, depredadores acuáticos dominantes durante el
Cretácico.
(El Mundo, 05/11/2014)
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Una mina de diamantes parada por huellas de dinosaurios
El hallazgo de pisadas de 118 millones de años detiene la búsqueda de joyas en Angola
La mina de diamantes de Catoca, en Angola, desde el aire. Angola Field Group
Un día de diciembre de 2010, al geólogo ruso Vladimir Pervov le cambió el
rictus. Rodeado por gigantescos camiones de 100 toneladas de capacidad, se encontraba
estudiando los minerales de la cuarta mayor mina de diamantes del mundo, la de
Catoca, en Angola. Y en un estrato de tierra de 118 millones de años apareció algo que
no era una piedra preciosa: una huella fosilizada perteneciente a un animal que pisó por
allí en el Cretácico Inferior, la etapa que sucedió al Jurásico.
“Vladimir se sorprendió por la extraña forma de la huella y me envió unas
fotografías por e-mail”, recuerda el paleontólogo portugués Octávio Mateus,
descubridor en 2005 del primer dinosaurio hallado en Angola, el Angolatitan
adamastor, un bicho de 13 metros de longitud que vivió hace 90 millones de años.
Emocionado, el investigador se desplazó inmediatamente en avión a la mina de
diamantes a cielo abierto, con una producción de más de seis millones de quilates al
año. Una vez allí, en un inmenso agujero similar a un estadio con gradas para
espectadores gigantes, Mateus detectó otra huella y otra y otra, hasta llegar a casi 70
pisadas.
Entonces, ocurrió lo inesperado. La Sociedad Minera de Catoca —formada por
las empresas mineras Endiama (Angola), Alrosa (Rusia), LLV (China) y Odebrecht
(Brasil)— decidió parar la extracción de piedras preciosas en ese sector, de más de 300
metros cuadrados. “Es una historia
fantástica. Las minas de diamantes
de África no tienen muy buena
reputación, es la primera vez que
ocurre algo así”, afirma Mateus, de
la Universidad Nueva de Lisboa.
Recreación de un Angolatitan
adamastor. Karen Carr
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
215
La mala fama procede precisamente de países como Angola, donde a partir de
1975 una guerra civil enfrentó al gobierno del Movimiento Popular de Liberación de
Angola, sostenido por la URSS, y a la Unión Nacional para la Independencia Total de
Angola, apoyada por EEUU. El Gobierno tenía petróleo y la guerrilla poseía diamantes,
cuya venta a los países ricos financiaba la guerra. Eran los llamados diamantes de
sangre.
“En esta ocasión, la empresa decidió parar la actividad en ese sector, y no
porque fuera obligatorio por ley, sino porque se dieron cuenta del valor que tenía el
hallazgo para el patrimonio cultural de Angola y decidieron protegerlo”, sostiene
Mateus. “Desconozco las cifras concretas, pero detener la extracción de diamantes
puede haber supuesto cientos de miles de euros perdidos”.
El hallazgo de las 70 huellas del Cretácico se anunció el miércoles en el
encuentro anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, en Berlín. Allí, Mateus
presentó “un descubrimiento inesperado”. Junto a 18 pisadas de saurópodos, un tipo de
dinosaurios popularizado por los diplodocus de largo cuello, aparecieron decenas de
huellas de un sorprendente animal. “Es un mamífero del tamaño de un mapache, en una
época en la que la mayoría eran pequeños como ratas”, explica.
Huella de mamífero de 118 millones
de años hallada en Catoca.
Paleoangola
Los expertos no saben qué era
aquello que correteó por la mina de
diamantes hace 118 millones de años.
“Hice una recopilación de huellas de
mamíferos encontradas en todo el
mundo. Ojalá supiéramos lo que es”,
señala el paleontólogo Anne Schulp,
del museo de historia natural Naturalis, en Leiden (Países Bajos).
Los investigadores, agrupados en el equipo PaleoAngola, aseguran que no se ha
desenterrado en ningún punto del planeta un hueso fósil de un mamífero de suficiente
tamaño como para haber dejado esa pisada hace 118 millones de años. La única pista
son los restos de un mamífero, de poco más de medio metro de longitud, que vivió en
China unos cinco millones de años después. El problema es que de aquel animal no se
conservan sus extremidades, por lo que es imposible saber si se trata del mismo grupo,
al margen de la distancia en el espacio y en el tiempo.
“De las huellas de Catoca no podemos decir mucho más que que fueron hechas
por un animal con forma de mamífero, sobre todo porque en ocasiones están muy mal
conservadas”, añade el italiano Marco Marzola, otro paleontólogo del equipo
PaleoAngola.
Marzola, el más joven del grupo, de 31 años, fue el primero que se dio cuenta de
que algunas pisadas en la mina de diamante no eran ni de mamífero ni de dinosaurio.
“Descubrí que unas huellas, al principio atribuidas a mamíferos, en realidad pertenecían
a un animal del Cretácico relacionado con los modernos cocodrilos”, señala.
Para Marzola, “es excepcional que la empresa Catoca detuviera toda actividad
minera en ese sector durante unos ocho meses”. A los cientos de miles de euros
supuestamente perdidos como lucro cesante, quizá habrá que añadir otros cuantos en el
Antes de imprimir este documento piense bien si es necesario hacerlo
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futuro, como sugiere el holandés Schulp: “Que no sepamos de qué mamífero se trata
muestra que hay una enorme cantidad de trabajo por hacer. Solo hemos rascado la
superficie”.
(Elpais.com. 08/11/2014)
Los elefantes que habitaron el Ártico
Mastodontes y otros grandes mamíferos ocuparon Alaska hace 125.000 años, cuando la
zona todavía era cálida y mucho antes de la colonización humana
Hubo una vez en que los mastodontes americanos, parientes extintos de
los elefantes actuales, llegaron a vivir en un área del mundo tan extrema como el Ártico.
Ocurrió hará unos 125.000 años, cuando el clima en la zona era cálido y existían
bosques y humedales de los que poder alimentarse en compañía de otros grandes
mamíferos. Esto no duró para siempre. Cuando las condiciones climáticas empeoraron,
hace unos 75.000 años, el mastododonte desapareció de la zona. Esta es la principal
conclusión de un nuevo estudio publicado en la revista Actas de la Academia Nacional
de Ciencias (PNAS), que elimina a los cazadores como causa de esa exintinción local.
Faltaban milenios para que los seres humanos llegaran a colonizar la zona por primera
vez.
GEORGE. Hace unos 125.000 años, gigantescos mamíferos ocuparon Alaska. En la imagen, el
mastodonte, el perezoso de tierra, el pecarí de cabeza plana y el camello occidental
A lo largo de finales del Pleistoceno, entre aproximadamente 10.000 y 125.000
años, el mastodonte americano (Mammut americanum) se generalizó y ocupó muchas
partes de la América del Norte continental, así como lugares periféricos como las zonas
tropicales de Honduras y la costa ártica de Alaska. Estos animales se alimentaban de
plantas leñosas y vivían en los bosques de coníferas u otros árboles con pantanos de
tierras bajas.
«Los dientes de mastodonte eran eficaces pelando y triturando ramas, hojas y
tallos de arbustos y árboles. Por lo que parece poco probable que fueran capaces de
sobrevivir en las regiones cubiertas de hielo de Alaska y Yukón durante el último
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período completo de los glaciares, como la datación de un fósil anterior había
sugerido», explica el paleontólogo Grant Zazula, autor principal del estudio.
El equipo de investigación utilizó dos precisos tipos de datación por
radiocarbono en una colección de 36 dientes fósiles y huesos de mastodontes
americanos de Alaska y Yukón, la región conocida como el este de Beringia. Los
métodos de datación, realizados en la Universidad de Oxford y la Universidad de
California, Irvine, están diseñados para examinar únicamente el material de colágeno
óseo, sin las contaminaciones de los preparados que se utilizaban hace años para
conservar los especímenes.
Todos los fósiles resultaron ser más antiguos de lo que se pensaba, con la
mayoría sobrepasando los 50.000 años, el límite efectivo de la datación por
radiocarbono. Al tener en cuenta las preferencias de hábitat de mastodonte y otra
información ecológica y geológica, los resultados indican que probablemente los
mastodontes solo vivieron en el Ártico y el subártico durante un tiempo limitado,
cuando se establecieron los bosques y los humedales y las temperaturas eran tan cálidas
como hoy en día.
«La residencia de los mastodontes en el norte no duró mucho tiempo -dice
Zazula-; el restablecimiento de las condiciones glaciales frías y secas, junto con el
avance de los glaciares continentales alrededor de 75.000 años atrás destruyeron
eficazmente sus hábitats». Estos parientes de los elefantes desaparecieron de Beringia, y
sus poblaciones se desplazaron a zonas mucho más al sur, donde en última instancia
sufrieron una extinción completa hace unos 10.000 años».
GEORGE. Reconstrucción de un mastodonte americano. Abajo, comparación entre
un mastodonte americano (izquierda) y un mamut lanudo
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Perezosos, camellos y castores
La investigación tiene varias implicaciones. Los paleontólogos saben quelos
perezosos terrestres, camellos y castores gigantes (todos miembros de la megafauna)
también hicieron esa misma migración, pero todavía están investigando qué otros
grupos de animales podrían haber seguido esa misma suerte. La nueva investigación
también sugiere que los seres humanos no podrían haber estado implicados en la
extinción local de mastodontes en el norte hace 75.000 años, ya que aún no habían
cruzado el istmo de Bering desde Asia, que se cree que fue el primer punto de entrada
de personas hacia el continente americano.
«No estamos diciendo que los humanos no estuvieran involucrados en la última
batalla de la megafauna hace 10.000 años (cuando se extinguieron por completo). Pero
para entonces, la población de mastodontes ya se había reducido a la región de los
Grandes Lagos», explica Ross MacPhee, del Museo Americano de Historia Natural y
coautor del estudio. «Ese es un escenario muy diferente a decir que las depredaciones
humanas causaron la pérdida universal de mastodontes en toda su área de distribución
en el espacio de unos pocos cientos de años, que es la visión convencional», añade. En
definitiva, el puzzle de la desaparición de la megafauna americana se complica aún más.
(ABC.es, 01/12/2014)
Científicos descubren fósil de pudú más antiguo de América
Expertos de la U. Austral, encontraron vértebra en el sitio paleontológico de Pilauco.
El pudú (Pudu puda) es la especie de ciervo más pequeña del mundo, que en
Chile habita el sotobosque (parte baja del bosque), sombrío y húmedo del sur, donde se
resguarda. Pero hace unos 13 mil años, también era posible verlo en un ambiente
norpatagónico, con más pasto y menos árboles donde esconderse.
Así lo demuestra una vértebra fosilizada de la especie, encontrada en el sitio
paleontológico de Pilauco, Región de Los Lagos, por investigadores de la U. Austral,
que con una edad calibrada de 13.350 años, pertenece al ejemplar más antiguo
encontrado en el continente.
La pieza -tercera vértebra cervical- tiene unos 3,1 centímetros y perteneció a un
adulto. Fue encontrada junto a otros restos de micro y mega fauna, datados desde
16.360 años.
Para catalogarla, cuenta Erwin González, investigador principal, se describieron
y midieron vértebras de animales pequeños de varios países de Sudamérica. “La
investigación para la determinación taxonómica duró casi un año, lo cual es bastante.
Esto se debió a la escasez de materiales de comparación y a que generalmente las
vértebras no son diagnósticas”, explica.
De acuerdo al estudio, publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology, la
especie habría migrado al país desde Argentina por un corredor de baja altitud en los
Andes durante el Pleistoceno. Su carácter dócil, adaptaciones morfológicas y
capacidades digestivas le habrían dado una ventaja para sobrevivir a los episodios
glaciales y no extinguirse.
Mario Pino, geólogo y académico de la U. Austral -uno de los autores- explica
que el clima en la zona era similar al que hoy se encuentra en Aysén y Chiloé
continental (Palena), un ambiente norpatagónico. “Un bosque abierto, como parque, con
muchas gramíneas, pasto, algunos bosquetes de coníferas, cipreses, alerce, mañío, luma
y arrayán”, dice.
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Convivía con micromamíferos, como los coipos y el chingue (especie de
zorrillo), pero también con megafauna, como caballos, gonfoterio (pariente prehistórico
del elefante), hemiauchenia (camélido) y un pariente del milodón. De la megafauna,
todos se extinguieron. No se sabe por qué sólo sobrevivieron los más pequeños, pero
hay algunas hipótesis.
Pino sostiene
que
los
grandes
animales
pudieron
extinguirse debido a la
sobrecaza, el cambio
climático y el contagio
de parásitos humanos.
Pero para todas hay
razones que hacen
dudar.
“Lo
más
probable es sea una
mezcla de muchos
factores donde todas
están
incluidas”,
indica.
“Es interesante que estos micromamíferos hayan convivido con los grandes
animales y que esté registrado como el más antiguo de las Américas en un ambiente
donde hoy no vive”, dice. “En ese tiempo había depredadores enormes, carnívoros,
jaguares, antepasados del puma. Para el pudú debió ser bastante complicado”.
El futuro
Lo que queda por hacer ahora es seguir estudiando la vértebra, que permanece
en el Laboratorio de Paleontología de la Uach. “Ya se sabe que es de pudú, pero a partir
de este material se puede estudiar la ecología de la especie, hacer análisis isotópicos
para saber la vegetación, el clima, la temperatura del lugar donde vivió y si la
biomecánica del cuello pudo cambiar en el tiempo”, dice Karen Moreno, directora del
primer magíster en el área, que comienza la universidad en 2015.
Se necesitan más paleontólogos para hacerlo, agrega. “De cada pieza fósil se
pueden hacer varios estudios, necesitamos gente que los haga, que se dedique a estas
áreas”, enfatiza.
(latercera.com, 21/12/2014)
Un cangrejo tropical de 110 millones de años alumbra el puzzle
evolutivo
Un investigador de la Universidad de Alberta (Canadá) ha encontrado el fósil de
un crustáceo de 110 millones de años, que es pieza esencial para completar el puzle de
la evolución.
El descubrimiento en la tropical Colombia de Telamonocarcinus antiquus, el
cangrejo más antiguo encontrado de su género, proporciona información crítica que
cambia el paradigma de la hipótesis previamente aceptada del origen de alta latitud en el
Periodo Cretácico tardio, a un origen neotropical de latitud más baja en el Cretácico
temprano, varios millones de años antes de los se pensaba.
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“Estos fósiles indican que los braquiuros eran más diversos y estaban más
extendidos durante el Cretácico temprano de lo que sabíamos con anterioridad, y que
sus ancestros deben arraigarse en el primer Cretácico, o incluso el Jurásico”, dice el
investigador Javier Luque, que ha publicado su hallazgo en la revista Paleontology.
Como resultado de millones de años de evolución, los cangrejos son los más
evolucionados de todos los crustáceos, lo que representa casi 10.000 especies entre
fósiles y existentes, y posee gran diversidad morfológica. Dado que los trópicos son hoy
uno de los ambientes de mayor
diversidad biológica de la Tierra,
su registro fósil proporciona una
ventana única a la diversidad más
allá de la vida, y oportunidades
para comprender mejor su papel
en la evolución de los distintos
organismos a través del tiempo.
Sin embargo, los registros
fósiles de los trópicos son
escasos, especialmente para los
crustáceos, debido a la espesa
vegetación y la cobertura del
suelo, así como la falta de
científicos
que
trabajan
activamente en las áreas.
“Aunque los cangrejos son abundantes en el registro fósil desde el Cretácico
Superior, sobre todo en latitudes más altas, no sabemos casi nada acerca de su historial
en el Cretácico temprano,e specialmente desde latitudes más bajas, como los trópicos”,
explica Luque. “Esta falta de conocimeinto sesga nuestra comprensión de la evolución
temprana del grupo, y cómo sus primeros antecesores en el árbol de cangrejo de la vida
se relacionan con los existentes”
(Europa Press, 26/12/2014)
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