Observatorios Urbanos Los orígenes de la homofobia Elsa CornejoVucovich*

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Observatorios Urbanos
Los orígenes de la homofobia
Elsa CornejoVucovich*
El 17 de mayo es el Día Mundial contra la Homofobia, en el que se visibiliza uno de los
más grandes problemas sociales de nuestra época: el estigma, la discriminación, el odio
y el temor irracional hacia personas que aman a otras personas de su mismo sexo. El
concepto de “homofobia” fue acuñado por el Dr. Wainwright Churchill en 1967, aunque
su uso actual se refiere principalmente al estigma y los prejuicios a los que son sujetas
las personas homosexuales, más que al temor irracional que implica una fobia.
La distinción entre el concepto de homofobia –el temor irracional hacia las personas
homosexuales– y los conceptos de prejuicio y discriminación sexual nos indican la
diferencia entre una reacción psicológica individual y la construcción social sistemática
del odio hacia un grupo de personas consideradas diferentes. Si bien la psicología, y en
particular el psicoanálisis de Freud, reconoce síntomas de homofobia que van desde la
ansiedad hasta la paranoia, y que adjudica a impulsos homosexuales reprimidos o a una
forma de homosexualidad latente, la homofobia como fenómeno social es de origen
complejo, engloba muchos niveles y tipos de discriminación y prejuicio, y por lo tanto
ha sido difícil de enfrentar y erradicar.
Uno de los antecedentes más arraigados de la discriminación sexual fue establecido por
Santo Tomás de Aquino, quien argumentó que el único fin “correcto” de la sexualidad
es la procreación, calificando a la homosexualidad como la más grande manifestación
de la lujuria. De ahí que las personas que consideran la procreación como el objetivo
primordial de la sexualidad, y que consideran el placer sexual como un pecado,
rechazan por principio a las y los homosexuales, y promueven ese rechazo en sus
familias y comunidades.
Más allá del prejuicio religioso contra la homosexualidad, la homofobia es una forma de
sexismo. Algunos estudios sociales que han estudiado las características de las personas
homofóbicas muestran que los hombres discriminan más a otros hombres que no
cumplen con el patrón de masculinidad dominante. Es decir, el temor y el odio hacia la
homosexualidad que experimentan algunos hombres son motivados por el rechazo de lo
que consideran rasgos o comportamientos “femeninos” en otros hombres, y el temor a
que se les considere “femeninos” o “menos hombres” a ellos mismos. Este temor ha
sido identificado como una de las causas principales de los crímenes de odio por
homofobia, donde un homosexual es “castigado” con violencia, a veces hasta la muerte.
En general, las personas homofóbicas son motivadas por un deseo de preservar los roles
tradicionales de género, que dictan como “debe” portarse un hombre y como “debe”
portarse una mujer. Por su naturaleza, las personas homosexuales quebrantan estas
normas sociales y cuestionan las actitudes simbólicas que orientan la construcción de la
identidad. Esta identidad, la idea de “lo que yo soy”, muchas veces se construye a partir
de la exclusión, de “lo que no quiero ser” o “lo que no debo ser”. Aceptar y respetar a
una persona homosexual implica cuestionar, y quizás cambiar, el concepto que hemos
aprendido de lo que es ser hombre o ser mujer. En esencia, es cuestionarse a si mismo, y
esto ocasiona ansiedad en algunas personas.
Otro estudio acerca de las causas de la homofobia indica que las personas que
aprendieron desde niñas que ser homosexual es malo tienden a mantener esta actitud de
rechazo, a diferencia de las personas que aprenden a respetar a las personas que son
diferentes, y quienes al conocer a un hombre gay o una mujer lesbiana son capaces de
reconocer los estereotipos erróneos e ir más allá de los prejuicios sociales. Esto
demuestra que la homofobia no es una reacción psicológica involuntaria, sino una
actitud aprendida, una actitud basada en la ignorancia, el odio y el rechazo.
* Ayudante de investigación del Centro de Estudios en Salud y Sociedad de
El Colegio de Sonora, [email protected]
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