TRIBUNALSUPREMO Sala de lo Civil

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TRIBUNAL SUPREMO
Sala de lo Civil
Presidente Excmo. Sr. D. Juan Antonio Xiol Ríos
SENTENCIA
Sentencia Nº: 633/2010
Fecha Sentencia: 01/10/2010
CASACIÓN
Recurso Nº: 633/2006
Fallo/Acuerdo: Sentencia Desestimando
Votación y Fallo: 29/09/2010
Ponente Excmo. Sr. D.: Juan Antonio Xiol Ríos
Procedencia: Audiencia Provincial de Alicante
Secretaría de Sala: Ilmo. Sr. D. José Pablo Carrasco Escribano
Escrito por: CVS
Nota:
CONTRATOS. Cláusula penal. Facultad moderadora de la pena: no es
aplicable cuando el cumplimiento parcial es precisamente, y en el contexto de
la autonomía de la voluntad contractual, el supuesto de hecho pactado
determinante de la propia aplicación de la pena
CASACIÓN Num.: 633/2006
Ponente Excmo. Sr. D.: Juan Antonio Xiol Ríos
Votación y Fallo: 29/09/2010
Secretaría de Sala: Ilmo. Sr. D. José Pablo Carrasco Escribano
TRIBUNAL SUPREMO
Sala de lo Civil
SENTENCIA Nº: 633/2010
Excmos. Sres.:
D. Juan Antonio Xiol Ríos
D. Xavier O'Callaghan Muñoz
D. Jesús Corbal Fernández
D. José Ramón Ferrándiz Gabriel
D. Antonio Salas Carceller
En la Villa de Madrid, a uno de Octubre de dos mil diez.
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los
Magistrados indicados al margen, el recurso de casación que con el número
633/2006 ante la misma pende de resolución, interpuesto por la entidad
Construcciones MAROBISA S.A.,
representada por el procurador D. Antonio
Piña Ramírez, contra la sentencia de fecha 20 de octubre de 2005, dictada en
grado de apelación por la Sección 4.ª de la Audiencia Provincial de Alicante, rollo
número 110/05, como consecuencia de autos de juicio ordinario seguidos con el
número 377/02 ante el Juzgado de Primera Instancia n.º 4 de Denia. Habiendo
comparecido en calidad de recurrida la procuradora Dª Flora Toledo Hontiyuelo
representando a Dª Inmaculada Farinós Palanca, D. Carlos Merle Suay y D.
Nicolás Merle Suay.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Juzgado de Primera Instancia número 4 de Denia dictó
sentencia de 13 de junio de 2004 en el juicio ordinario número 377/02, cuyo fallo
dice:
«Fallo.
»Que desestimando como desestimo íntegramente la demanda formulada
por el Procurador D. José Vicente Bonet Camps en nombre y representación de
D. Arturo Alonso Torregrosa, frente a D. Nicolás Merle Suay, D. Carlos Merle
Suay y Da. Inmaculada Farinós Palanca, representados por el Procurador D.
Miguel Llobell Perles, debo absolver y absuelvo a los expresados demandados
de la totalidad de los pedimentos deducidos en su contra en la referida demanda.
Y estimando como estimo la reconvención formulada por los demandados frente
a la actora, debo declarar y declaro resuelto el contrato de compraventa suscrito
por las partes con fecha 15 de Junio de 2001, habiendo de reintegrarse por los
demandados a la actora, de la parte del precio satisfecha por esta, 200 millones
de pesetas, la suma de 152.500.000 pesetas, que significan 916.543,45 Euros.
Con expresa condena en costas a la parte actora, incluidos los de la
reconvención».
SEGUNDO.- A la posibilidad de moderar la pena convencional, única cuestión
controvertida en casación, la sentencia dedica el siguiente fundamento de
Derecho:
«[...] Se reclama por los vendedores el cumplimiento de la Condición primera,
letra b) del contrato, que establece como pena convencional, para caso de
incumplimiento de la obligación de la parte compradora de pago completo del
precio dentro del plazo señalado en la letra c siguiente de la misma cláusula del
contrato (15-6-2001), de la suma de 190 millones de pesetas. No obstante, aun
debiendo de darse aplicación a este pacto por ser voluntad de las partes
expresada en el contrato de referencia, debe recordarse que el artículo 1.154 del
CC autoriza al Juez a modificar equitativamente la pena reconvencional cuando
la obligación principal hubiera sido en parte o irregularmente cumplida por el
deudor, y que esta facultad moderadora depende exclusivamente del juicio de
discrecional de equidad del Juez, como se establece en la Sentencia de 22 de
Septiembre de 1997 y puede acordarse incluso de oficio como señalan las
Sentencias de 6 de Noviembre de 1986 y 12 de Diciembre de 1996. Estimándose
procedente la aplicación de esta facultad por parte del tribunal por cuanto que
como establece el artículo 1.152 del CC la cláusula penal tiene como función
esencial la liquidación de los daños y perjuicios que haya podido producir el
incumplimiento o el cumplimiento defectuoso de la obligación principal,
sustituyendo a la indemnización sin necesidad de probar tales daños y perjuicios,
como afirma la Sentencia de 12 de Enero de 1999, y en el presente caso,
considerando que conforme a la cláusula segunda del contrato de los vendedores
han venido disfrutando ininterrumpidamente de la posesión de las fincas, incluso
pudiendo cultivarlas y haciendo suyas las cosechas de cítricos que producen y no
se ha acreditado que las fincas hayan sufrido ningún menoscabo o perdida de
valor, ni en general perjuicios o daños que puedan cuantificarse económicamente
ha de aplicarse, haciendo uso de la equidad, una reducción de la pena
convencional pactada de tres cuartas partes del importe convenido (190 millones
de pesetas). Resultando de esta operación la cantidad de 47 500.000 pesetas
(285 480,74 Euros)».
TERCERO. - La Sección 4ª de la Audiencia Provincial de Alicante dictó
sentencia de 20 de octubre de 2005, en el rollo de apelación n.º 110/05, cuyo
fallo dice:
«Fallamos
»Que desestimando el recurso de apelación interpuesto por el Procurador Sr.
Bonet Camps (habiéndose personado en esta segunda instancia la Procuradora
Sr. Gutiérrez Robles), en nombre y representación de la mercantil Construcciones
Marobisa S.A. - asistida por el letrado Sr. Alonso Torregrosa-, y estimando en
parte el recurso de apelación interpuesto por el Procurador Sr. Llobell Perles
(habiéndose personado en esta segunda instancia la Procuradora Sra. Caballero
Caballero), en nombre y representación de D. Carlos Merle Suay, D. Nicolás
Merle Suay y Dª Inmaculada Farinos Palanca -asistidos por el letrado Sr. Pérez
Nadal-, contra la sentencia (y auto/s de integración de la misma) dictada por el
Juzgado de Primera Instancia número Cuatro de Denia (Alicante), con fecha trece
de Julio de dos mil cuatro, en las actuaciones de que dimana el presente rollo,
debemos revocar y revocamos parcialmente dicha resolución, y ello a los efectos
de otorgar una nueva por la que desestimando la demanda formulada por el
Procurador D. José Vicente Bonet Camps, en nombre y representación de la
mercantil Construcciones Marobisa S.A. , frente a D. Nicolás Merle Suay, D.
Carlos Merle Suay y Dª Inmaculada Farinos Palanca, representados por el
Procurador Miguel Llobell Perles, debe absolverse y se absuelve a los
expresados demandados de la totalidad de los pedimentos deducidos en su
contra en la referida demanda, y, estimando la reconvención formulada por los
demandados anteriormente mencionados frente a la mercantil inicialmente
actora, debe declararse y se declara resuelto el contrato de compraventa suscrito
por las partes con fecha 15 de Junio de 2001, habiendo de reintegrarse por D.
Carlos Merle Suay, D. Nicolás Merle Suay y Dª Inmaculada Farinos Palanca a la
mercantil Construcciones Marobisa S.A., y en relación a la parte del precio
satisfecha por ésta, la suma de sesenta mil ciento un euros con veintiún céntimos
(60.101,21 euros) -equivalente a diez millones de pesetas-; todo ello con expresa
condena en costas con cargo a la mercantil Construcciones Marobisa S.A. tanto
asociadas a la estimación de la demanda como la sustancial estimación de la
reconvención.
»Procede la imposición a la mercantil Construcciones Marobisa S.A. de la las
costas asociadas a la desestimación del recuso de apelación por ella formulado,
no procediendo el otorgamiento de pronunciamiento alguno de condena en
costas en esta segunda instancia asociados a la estimación parcial del recurso
deducido por los demandados/demandantes por reconvención».
CUARTO.- La sentencia dedica a la única cuestión controvertida en casación,
el siguiente fundamento de Derecho:
«[...] Aún alterando el orden de alegaciones formuladas por la parte
apelante/demandante por reconvención, discute la misma la posibilidad de
aplicación de facultad de moderación ex artículo 1154 del CC en aquellos
supuestos en los que es el cumplimiento parcial de la obligación cuando el
cumplimiento parcial es precisamente el supuesto pactado que determina la
aplicación de la cláusula penal.
»El artículo 1154 del Cc establece que "El Juez modificará equitativamente la
pena cuando la obligación principal hubiera sido en parte o irregularmente
cumplida por el deudor...".
»Pues bien, sobre dicho precepto, y al hilo de las manifestaciones de la parte
apelante cuyo recurso se analiza, hay que reseñar lo siguiente:
»En interpretación del artículo 1154 del CC, se han venido verificando
diversos pronunciamientos jurisdiccionales, que han venido valorando la
viabilidad de la aplicación de la facultad de moderación ex artículo 1154 del CC
en supuestos en los que es precisamente el cumplimiento parcial el que
determina el pacto afecto a la referida cláusula penal. Así, la STS de fecha 20-52001 ( referida a supuesto de cláusula penal afecta a retraso, en el marco de
contrato de ejecución de obra, en el que la obligación contractual esencial fue
cumplida, viniendo prevenida la aplicación de la cláusula penal a supuesto de
retraso en el citado cumplimiento), reseña que "...El órgano jurisdiccional carece
de facultad de eliminar la pena impuesta convencionalmente en la cláusula penal
cuando existe cumplimiento o incumplimiento parcial (tiene el mismo significado
una y otra expresión) de la obligación que ha sido garantizada por aquella
cláusula. El artículo 1154 del Código civil es una norma de carácter imperativo,
cuyo supuesto de hecho es el cumplimiento parcial, irregular o defectuoso, que
no lo es ni el cumplimiento pleno ni el incumplimiento total y cuyo efecto es la
moderación equitativa por el órgano jurisdiccional para evitar la situación de
injusticia que implicaría cumplir toda la pena, cuando no se ha incumplido toda la
obligación..... Cuando la cláusula penal está prevista específicamente para un
determinado incumplimiento parcial (o cumplimiento irregular o defectuoso, que
es lo mismo) no puede aplicarse la facultad moderadora del artículo 1154 del CC
si se produce exactamente aquel incumplimiento parcial; es el caso del retraso en
el cumplimiento de la obligación habiendo cláusula penal sobre el mismo, como
en el caso presente. La facultad moderadora está prevista para la cláusula penal
relativa al cumplimiento de la obligación y ésta no se incumple, pero sí se cumple
parcial o defectuosamente; aplicar aquella facultad cuando la cláusula está
prevista para un determinado incumplimiento parcial, sería ir contra el principio de
autonomía de la voluntad, que proclama el artículo 1255 del CC y el principio de
"lex contractus" del artículo 1091 del mismo código; ambos consagran el principio
básico del derecho de obligaciones: "pacta sunt servanda", que no pueden ser
sustituidos por el órgano jurisdiccional....".
»Asimismo, en STS de 15-11-1999, se reseña "...En el Motivo sexto, se
denuncia la infracción del artículo 1154 CC, relativo a la moderación de las
cláusulas penales, en relación con el artículo 3.2 relativo al principio de equidad,
ambos del CC; haciéndose constar que se debía haber producido esa
moderación en las decisiones de las recurridas; tampoco el Motivo prospera, ya
que, la moderación es una facultad discrecional, a apreciar por los Tribunales de
instancia, y en este sentido, pues, la propia Sala sentenciadora, confirma al
respecto la tesis del Juzgado de Primera Instancia, al expresar que, la falta de
cumplimiento por parte del vendedor, determina la confirmación de la decisión en
estos extremos del Juzgado de Primera Instancia, el cual, en cuanto a esa
cláusula del Contrato, específicamente, hace constar lo siguiente en su F.J. 5º:
"Por otra parte, tampoco existe prueba del pago de la cantidad adeudada de la
que se deriva la aplicación del artículo 1504 CC., ni se aprecia motivo alguno
para modificar la cláusula penal establecida en la letra a) de la estipulación 6 del
contrato que establecía que "cualquier cantidad que el comprador hubiera
entregado a cuenta del precio serán retenidas por la entidad vendedora en un
80%, en concepto de indemnización de daños y perjuicios, obligándose el
adquirente a dejar libre el local adquirido y a la entera disposición del vendedor",
pues aún cuando el artículo 1154 del CC permite que el Juez modifique
"equitativamente la pena cuando la obligación principal hubiera sido en parte o
irregularmente cumplida por el deudor", no procede tal moderación cuando el
cumplimiento defectuoso o parcial es precisamente el supuesto pactado que
determina la aplicación de la pena, sin que aparezca además que la misma
encubra un convenio usurario que daría lugar a la nulidad de la cláusula tal y
como dispone el artículo 9 de la Ley de Azcárate, de forma que en aplicación de
lo pactado, tiene el vendedor derecho a retener el 80% del resultado de sumar
8.586.026 ptas. y 305.000 ptas.: 7.112.820 ptas, devolviéndose el resto
(1.778.206) a la compradora"; siendo esa la razón por la que se impone la
condena correspondiente. Por todo ello, con el rechazo del Motivo, se desestima
asimismo el recurso con los efectos derivados...".
»Debe procederse, pues a analizar, el contenido de la cláusulas primera y
segunda del contrato relativa a condiciones del mismo. Así la citada cláusula
señala:
»"Primera .- Precio de la compraventa.- El precio convenido, para la
compraventa de las fincas registrales mencionadas es el de mil doscientos
millones de pesetas (1.200.000.000 ptas), que se pagarán en la siguiente forma:
»a) Diez millones de pesetas (10.000.000 ptas) a la firma del presente
contrato, que se perderán a favor de los vendedores si no se efectuara el pago de
la siguiente cantidad en el plazo señalado a continuación.
»b) Ciento noventa millones de pesetas (190.000.000) antes de 31 días de la
firma del presente contrato, cantidad que se perdería en favor de los vendedores
para el caso de resolución del contrato, de no verificarse el pago y la
escrituración a que se refiere el siguiente apartado.
»c) Mil millones de pesetas (1.000.000.000 ptas) antes del 15 de junio de
2.002, en cuyo momento, previo requerimiento de la parte compradora a los
vendedores, se otorgará escritura pública de compraventa en la Notaría que la
parte compradora designe, facultándose a los vendedores a que fijen el precio de
cada una de las fincas a su libre criterio siempre que la suma de todas ellas
alcance los Mil doscientos millones.
»El precio convenido, cierto y alzado de la presente compraventa no se
variará ni se alterará aunque varíen las condiciones urbanísticas del objeto
vendido, las cuales han sido analizadas y ponderadas previamente por la
compradora en el Ayuntamiento de Denia.
»Segunda.- No se entrará posesión del objeto vendido hasta la firma de la
escritura pública si bien los vendedores autorizan desde este momento a
Construcciones Marobisa S.A. a realizar cuantas gestiones sean necesarias, a fin
de llevar a cabo la construcción pretendida sobre las fincas objeto de este
contrato.
»La cosecha y cultivo de la naranja corresponderá a los vendedores hasta la
toma de posesión, es decir, hasta el momento establecido en el apartado c) de la
condición anterior...".
»Pues bien, del análisis de las citadas cláusulas, aún partiendo del carácter
restrictivo afecto a la interpretación de la/s cláusula/s penal/es, y no obstante el
mantenimiento de la posesión y aprovechamiento agrícola de las fincas por los
vendedores en el marco y en los límites de lo pactado, se deduce el
establecimiento, asociado al pago del precio, y en la dinámica de materialización
de su realización, de un juego de cláusulas penales sucesivas. Y no
discutiéndose que, en la materialización del segundo de los pagos previstos en la
cláusula primera, la resolución contractual asociada a incumplimiento del
comprador no determinaba la pérdida de la cantidad entregada a la firma del
contrato (por cuanto el único pacto a modo de cláusula penal afecta a la citada
pérdida lo era en el marco del impago del primero de los pagos aplazados
previstos), es lo cierto que la cláusula penal recepcionada en el apartado b)
configura "...el supuesto de resolución del contrato, de no verificarse el pago y
escrituración a que se referirá el siguiente apartado" como supuesto específico
de incumplimiento (por tanto a despecho de la materialización de pagos
anteriores) asociado a la vigencia y aplicación de la citada cláusula penal;
apartado que aludía al pago de mil millones de pesetas habilitador de la
posibilidad, a requerimiento de los compradores, de otorgamiento de escritura
pública, por lo que , no habiéndose verificado pago alguno a cuenta de los mil
millones de pesetas aplazados ya aludidos, y apreciándose por el Juzgador a quo
(en la no realización del último pago -aludido en el apartado c) de la cláusula
primera -habilitador del otorgamiento de escritura en el marco de lo pactado-), la
existencia de circunstancia afecta a la resolución contractual-, estamos ante
supuesto en el que no resulta de aplicación el artículo 1154 del CC, en los
términos objeto de interpretación jurisprudencial, por cuanto no cabe entender
habilitada la facultad de moderación cuando el cumplimiento defectuoso o parcial
es precisamente (aún partiéndose de los condicionamientos sobre mantenimiento
de la posesión y aprovechamiento agrícola por los vendedores, expresamente
asumidos contractualmente), en el contexto del principio de autonomía de
voluntad (sin que se haya alegado y/o probado, la contravención legal contra la
moral u orden público, en el marco del proceso), el supuesto pactado que
determina la aplicación de la pena. El juzgador a quo obvia cualquier
consideración a prevenciones asociadas a cláusulas penales en cascada con la
caracterización ya aludida, por lo que, asumiendo en este particular lo alegado en
nombre y representación de D. Carlos Merle Suay, D. Nicolás Merle Suay y Dª
Inmaculada Farinos Palanca, procede la estimación del recurso a los efectos de
traslación a la parte dispositiva de la sentencia de instancia, y en lo que afecta a
la demanda reconvencional, su estimación en los términos interesados por los
citados demandados/demandantes reconvencionales.
»La estimación del citado motivo hace innecesario el análisis y consideración
de submotivos, y/o argumentaciones adicionales, de la parte sobre finalidad,
alcance y/o justificación de las cláusulas penales, entidad del incumplimiento por
la compradora en relación al total del precio pactado asociado a la compraventa,
porcentaje de lo representado por la cláusula penal de aplicación en relación al
total del precio pactado en su diferimiento a su total pago hasta un año después
de la firma del contrato, o sobre la no necesidad de acreditación expresa de
daños y perjuicios en el marco de la caracterización de la cláusula penal como
pacto asociado a instrumento coercitivo y liquidatorio vinculados a indemnización
de daños y perjuicios, etc.».
QUINTO.- El escrito de interposición del recurso de casación presentado por
la representación procesal de Construcciones MAROBISA S.A. se ampara en el
ordinal 2º del artículo 477.2 LEC y se articula a través de cuatro motivos.
Los motivos primero, segundo y tercero, no han sido admitidos.
El motivo cuarto se introduce con la fórmula siguiente:
«Cuarto. Se interpone este motivo al amparo del núm. 1 del artículo 477 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil, por infringir la sentencia recurrida las normas del
ordenamiento jurídico aplicables para resolver la cuestión objeto del proceso,
concretamente, se comete en este caso la infracción por inaplicación del artículo
1154 del Código Civil».
El motivo se funda, en síntesis, en lo siguiente:
La sentencia recurrida revocó en parte el fallo de la dictada en primera
instancia en cuanto ésta estimaba de aplicación la facultad moderadora de la
pena contenida en el artículo 1154 CC, y, en consecuencia, reducía la pena
convencional pactada en la condición primera del contrato a las tres cuartas
partes del importe convenido (190 millones de pesetas), resultando de esta
operación la cantidad de 47 millones y medio de pesetas, o lo que es lo mismo,
285 480,74 euros, que la parte compradora retuvo de la parte del precio recibida.
Funda la Audiencia Provincial su decisión en la existencia de cláusulas
penales sucesivas cuya operatividad se asocia al pago del precio en la dinámica
de materialización del mismo pactada, concluyendo que la pena se pactó para el
caso de un cumplimiento parcial o defectuoso, que es una situación en la que no
cabe aplicar la faculta moderadora del artículo 1154 CC.
Se ha de partir de la literalidad de los términos de la cláusula controvertida.
Así, dispone la condición primera del contrato privado de compraventa de fecha
15 de junio de 2001 que:
"Primera.- Precio de la compraventa. El precio convenido para la
compraventa de las fincas registrales mencionadas es de MIL DOSCIENTOS
MILLONES DE PESETAS (1 200 000 000 Ptas), que se pagarían de la siguiente
forma:
a) DIEZ MILLONES DE PESETAS (10 000 000 Ptas), a la firma del presente
contrato, que se perderían en favor de los vendedores si no se efectuara el pago
de la siguiente cantidad en el plazo señalado a continuación.
b) CIENTO NOVENTA MILLONES (190 000 000 Ptas), antes de 31 días de
la firma del presente contrato, cantidad que se perdería a favor de los vendedores
para el caso de resolución del contrato, de no verificarse el pago y escrituración a
que se referirá el siguiente apartado.
c) MIL MILLONES DE PESETAS (1 000 000 000 Ptas) antes del 15 de junio
de 2002, en cuyo momento, previo requerimiento de la parte compradora a los
vendedores, se otorgará escritura pública de compraventa en la Notaría que la
parte compradora designe, facultándose a los vendedores a que fijen el precio de
cada una de las fincas a su libre criterio siempre que la suma de todas ellas
alcance los MIL DOSCIENTOS MILLONES.
El precio convenido, cierto y alzado de la presente compraventa no variará ni
se alterará aunque varíen las condiciones urbanísticas del objeto vendido, las
cuales han sido analizadas y ponderadas previamente por la compradora en el
Ayuntamiento de Denia.
Segunda.- No se entrará en posesión del objeto vendido hasta la firma de la
escritura pública si bien los vendedores autorizan desde este momento a
Construcciones Marobisa, S.A. a realizar cuantas gestiones sean necesarias, a
fin de llevar a cabo la edificación pretendida sobre las fincas objeto del contrato.
La cosecha y cultivo de la naranja corresponderá a los vendedores hasta la
toma de posesión, es decir, en el momento establecido en el apartado c) de la
condición anterior".
Con arreglo a nuestro derecho la cláusula penal constituye una estipulación
que establece una sanción civil para el deudor que incumple una obligación, que
se quiere reforzar con aquella. Puede tratarse de cualquier tipo de pena (hacer,
no hacer o dar alguna cosa) y habitualmente consiste en la entrega de una suma
de dinero. Es una obligación accesoria de aquella a la que se refuerza. Sin la
existencia de ésta aquella carecería de sentido, y ello determina que la extinción
de la principal lleve consigo la de la pena y no al contrario (artículo 1155 CC). Las
funciones asignadas a dicha pena son, según la doctrina, las siguientes:
-Función de garantía del cumplimiento de la obligación principal: ante la
amenaza de pena, el deudor se encuentra constreñido a realizar la prestación
debida.
-Función liquidatoria, al amparo del artículo 1152 CC. Esta sustituirá a la
indemnización de daños y perjuicios en caso de incumplimiento, sin que el
acreedor necesite probar su existencia. Este tipo de cláusula penal, también
denominada sustitutiva o compensatoria, no supone una mayor garantía de
cumplimiento, ni una agravación especial de la condición del deudor incumplidor,
salvo la que deriva de facilitar extremadamente el resarcimiento del acreedor,
liberándose de la carga de la prueba de los extremos señalados.
-Función de facilitar el desistimiento de la obligación principal, permitiendo al
deudor eximirse del cumplimiento de dicha obligación pagando la pena (artículo
1153 CC). Es la denominada multa penitencial, pena facultativa o de
desistimiento, que precisa también pacto expreso.
En el caso que nos ocupa, la obligación garantizada era única -pago del
precio- con independencia de que se fijaran tres hitos temporales para su
cumplimiento. No se trataba de tres obligaciones distintas e independientes entre
sí, sino de una única, cuyo cumplimiento se escalona en el tiempo. Por tanto,
aunque solo se aludiera en el apartado b) de la condición primera a los efectos
resolutorios del impago del tercero y último de los plazos, no cabe duda de que el
impago del segundo (una vez transcurridos 31 días de la fecha del contrato)
también habría supuesto la posibilidad de ejercitar la acción resolutoria por parte
de la vendedora, con la consecuencia de pérdida de las cantidades entregadas
hasta ese momento (ello, teniendo en cuenta lo previsto en materia de
interpretación contractual en el artículo 1285 CC).
La penalización prevista tenía dos funciones: garantizar el cumplimiento de la
compradora de su obligación de pagar el precio y sustituir la indemnización por
los daños y perjuicios asociados a dicho incumplimiento, si bien se pactó una
penalidad diferente en función de que el incumplimiento se produjera al poco
tiempo de firmarse el contrato (31 días) o al año.
Es un hecho acreditado que Construcciones Marobisa cumplió tan solo en
parte su obligación de pagar el precio, realizando los dos primeros desembolsos
previstos y suspendiendo el pago del tercer plazo al instar, con carácter previo a
su vencimiento, la declaración de nulidad de la compraventa pactada. En este
supuesto, es de perfecta aplicación el artículo 1154 CC, que obliga al juez a
moderar la pena en caso de que la obligación principal se cumpla en parte o
irregularmente. Se trata de un mandato imperativo que ha de aplicarse de oficio
por el juez en aras a garantizar la equidad y evitar el abuso de derecho y el
enriquecimiento injusto de uno de los contratantes.
Cita las SSTS de 8 de mayo de 1995, 28 de febrero de 2001 y 18 de octubre
de 2004.
No estamos ante un supuesto de cláusula penal moratoria a la que,
efectivamente, no cabe aplicar la facultad moderadora del 1154 CC, sino ante un
caso de incumplimiento parcial de la obligación principal de pagar el precio. En el
contrato que nos ocupa, producido el incumplimiento parcial de la obligación de
pago surge la obligada aplicación de lo prevenido en el artículo 1154 CC, lo que
determina que fuera acertada la decisión del Juzgado de moderar la pena
valorando dos circunstancias fundamentales (el que los vendedores conservaran
la posesión de los inmuebles, disfrutando de las fincas ininterrumpidamente, con
posibilidad de cultivar en ellas y hacer suyas las cosechas; y el que no se hubiera
producido menoscabo o pérdida de valor alguno en las tierras, ni, en general,
daños y perjuicios que pudieran cuantificarse económicamente). A esas dos
circunstancias habría que añadir la existencia de justificación para el impago, al
haberse solicitado la declaración judicial de nulidad de la compraventa con
carácter previo al vencimiento del último de los plazos pactados.
Resultaría contrario al más elemental principio de justicia material que quien
no ha disfrutado de la posesión de los bienes adquiridos y se ve en la necesidad
de implorar el auxilio judicial para la declaración de nulidad de un contrato que
considera viciado desde su inicio, se vea gravado con la pérdida de 190 millones
de pesetas pues la finalidad del negocio -edificar los terrenos- y hasta la
motivación causal para la compradora se vio frustrada por causas luego no
imputables a ésta, lo que debe influir para la modulación de las conductas de los
interesados en cumplir lo pactado.
Aunque el Juzgado no apreció la causa de nulidad invocada, sí estimó que
existió un incumplimiento parcial de la obligación que autorizaba a la resolución
del contrato, para atemperar la sanción económica a cargo de la compradora en
aplicación del 1154 CC, que es lo que ahora se pide, con revocación de la
sentencia de la Audiencia que denegó su aplicación. Esta petición no contradice
la jurisprudencia que impide modificar en casación los resultados cuantitativos a
que se haya llegado en instancia en aplicación del 1154 CC, pues lo que se
somete a casación no es el cómo se ha aplicado sino la decisión contraria a su
aplicación. Cita la STS de 8 de mayo de 1995.
Termina la parte recurrente solicitando a la Sala «se dicte sentencia en la que
se estime haber lugar al mismo [recurso de casación], casar y anular la sentencia
recurrida, dictando otra en su lugar por la que se de favorable acogida a los
motivos de casación invocados y, en definitiva, se declare la nulidad del contrato
privado de compraventa de fecha 15 de junio de 2001, por vicios del
consentimiento,
petición
contenida
en
la
demanda;
asimismo,
deberá
desestimarse la reconvención y, para el supuesto de que fuera estimada, se
declare haber lugar a la aplicación de la facultad moderadora establecida en el
artículo 1154 del Código Civil en los términos fijados en la sentencia dictada por
el Juzgado de Primera Instancia n.º 4 de Denia, con las preceptivas imposiciones
de costas».
SEXTO.- Mediante auto de 11 de noviembre de 2008 se acordó admitir el
recurso de casación en cuanto a la infracción denunciada en el motivo cuarto y
no admitirlo en cuanto a las infracciones denunciadas en los motivos primero,
segundo y tercero.
SÉPTIMO.- En el escrito de oposición, presentado por la representación
procesal de Dª Inmaculada Farinós Palanca, D. Carlos Merle Suay y D. Nicolás
Merle Suay, se formulan, en resumen, y con relación a la cuestión controvertida,
las siguientes alegaciones:
No es de aplicación el artículo 1154 CC cuando el cumplimiento defectuoso o
parcial es el supuesto pactado determinante de la aplicación de la pena.
La pena aplicable al caso de autos es la del apartado b) de la condición
primera del contrato (no la prevista en el apartado a)).
Los contratantes decidieron libremente moderar paulatinamente la pena
concretando la cantidad exacta a perder por el comprador según el grado de
incumplimiento del contrato, y a dicho pacto hay que estar, por ser ley para las
partes.
Cita la STS de 15 de noviembre de 1999, sobre la improcedencia de la
moderación a los casos en que el cumplimiento parcial o defectuoso es
precisamente el supuesto pactado determinante de la aplicación de la pena.
La sentencia de primera instancia no toma en cuenta lo acordado y, con su
decisión de moderar la pena, es incongruente.
La cláusula penal entra en juego por la mora del deudor en pagar la cantidad
prevista en el apartado c) de la condición primera. El recurrente no negó la mora,
pero condicionó su eficacia a que no prosperase su petición de nulidad del
contrato.
La petición que se hace en casación de que se confirme la sentencia de
primera instancia va en contra de los actos propios de la recurrente, pues con
anterioridad pidió expresamente su desestimación y durante el pleito no solicitó la
moderación de la pena que ahora interesa, limitándose a expresar su
disconformidad con la pena convencional otorgada por el Juzgado. Se trata de un
cambio procesal inadmisible en casación.
En conclusión
-Las partes hicieron uso de la autonomía de la voluntad para pactar como
supuesto específico de la pena el cumplimiento parcial, lo que excluye la
moderación.
-La cláusula es liquidadora, sustitutiva o compensatoria, sin que se precise
acreditar los daños y perjuicios.
-La cláusula fue admitida libremente por las partes, por lo que no cabe hacer
uso de oficio de la facultad moderadora del artículo 1154 CC al no estar
vulnerado el orden público.
-Es la mora del deudor, reconocida por éste, la que facilita la aplicación de la
pena.
-La petición de confirmación de la sentencia de primera instancia supone un
cambio procesal inadmisible.
Termina la parte recurrida solicitando de la Sala:
«[...] dicte en su momento sentencia por la que desestime dicho recurso
casacional con imposición de costas al recurrente».
OCTAVO.- Para la deliberación y fallo del recurso se fijó el día 29 de
septiembre de 2010, en que tuvo lugar.
NOVENO. - En esta resolución se han utilizado las siguientes siglas:
AP, Audiencia Provincial.
CC, Código Civil.
FJ, Fundamento jurídico.
LEC, Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
RC, Recurso de casación.
SSTS, sentencias del Tribunal Supremo (Sala Primera, si no se indica otra
cosa).
STS, sentencia del Tribunal Supremo (Sala Primera, si no se indica otra
cosa).
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D. JUAN ANTONIO XIOL
RÍOS, que expresa el parecer de la Sala.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Resumen de antecedentes.
1. La sociedad compradora de tres fincas colindantes entre sí, situadas en el
municipio de Denia (Alicante), formuló demanda contra los vendedores
solicitando la nulidad del contrato privado celebrado el 15 de junio de 2001 y,
alternativamente, su rescisión, más intereses y costas. La petición de nulidad la
fundaba la actora en la existencia de un error en el consentimiento, por no haber
sido debidamente informada por los vendedores acerca de la verdadera situación
urbanística de las parcelas en las que se encontraban ubicadas las fincas
adquiridas. La de rescisión, en la diferencia de cabida, que por ser menor que la
indicada en el contrato, inhabilitaba los terrenos para su edificación.
2. Los demandados se opusieron a la demanda y formularon reconvención
interesando la resolución del contrato citado por incumplir la compradora su
obligación de pagar el precio convenido, y la condena de dicha entidad a la
pérdida de 190 de los 200 millones de pesetas ya entregados a los vendedores a
cuenta de aquel -aceptaban devolver al comprador los restantes 10 millones de
pesetas-, más costas del pleito.
3. El Juzgado rechazó la demanda y estimó la reconvención. La sentencia
declaró resuelto el contrato y, haciendo uso de la facultad moderadora de la pena
del artículo 1154 CC, condenó a la demandante principal a la pérdida de solo una
cuarta parte de los 190 millones entregados a cuenta del precio (47,5 millones de
pesetas). Funda su decisión en la función de liquidación de los daños y perjuicios
que atribuye a la cláusula penal incluida en el contrato como condición primera,
letra b), así como en la entidad de aquellos, a la luz de circunstancias tales como
la posesión y goce continuado de las fincas por parte de los vendedores, y la
ausencia de todo menoscabo o pérdida de valor de las mismas.
4. Ambas partes recurrieron en apelación. La sentencia dictada por la
Audiencia Provincial de Alicante desestimó el recurso de la entidad demandante,
y estimó en parte el de los vendedores demandados, con revocación parcial de la
sentencia apelada en relación con las consecuencias económicas derivadas de
aplicar, sin moderación, la cláusula penal pactada, que se traduce en la condena
de la entidad compradora a la pérdida de 190 millones de pesetas del total de
200 abonados a cuenta del precio. La Audiencia Provincial interpreta que existen
varias cláusulas penales que operan de modo sucesivo, de manera que la
prevista en el apartado b), condiciona la pérdida de 190 millones de pesetas a un
incumplimiento parcial concreto, consistente en que no se efectuase en los 31
días siguientes a la firma del contrato el pago de los 1200 millones señalados en
el apartado c). Ello supone impide hacer uso de la facultad de moderación del
artículo 1154 CC por ser dicho cumplimiento parcial, precisamente, y en el
contexto de la autonomía de la voluntad, el supuesto de hecho pactado
determinante de la propia aplicación de la pena.
5. Contra la sentencia de segunda instancia recurre en casación la
representación procesal de la empresa compradora, el cual ha sido admitido
únicamente en cuanto a la infracción denunciada en el motivo cuarto, referente a
la no-aplicación del artículo 1154 CC.
SEGUNDO.- Enunciación del motivo cuarto de casación.
El motivo se introduce con la fórmula:
«Cuarto. Se interpone este motivo al amparo del núm. 1 del artículo 477 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil, por infringir la sentencia recurrida las normas del
ordenamiento jurídico aplicables para resolver la cuestión objeto del proceso,
concretamente, se comete en este caso la infracción por inaplicación del artículo
1154 del Código Civil».
En síntesis, se combate la decisión de la Audiencia Provincial de denegar la
aplicación al caso del artículo 1154 CC, y de no moderar la pena pactada en la
estipulación primera del contrato privado de compraventa suscrito por los
litigantes, en el entendimiento de que, contrariamente a lo señalado en la
sentencia que se recurre, al existir una penalización única y no varias
independientes entre sí (a esta conclusión conduciría una interpretación conforme
al artículo 1285 CC), sí concurre en el caso de autos el supuesto de hecho del
que depende la aplicación del referido precepto (1154 CC), pues la parte
compradora no incurrió en un mero retraso o demora sino en un verdadero
incumplimiento parcial de la obligación principal de pago del precio de la
compraventa, que es precisamente la situación -cumplimiento parcial o irregularen la que el citado precepto impone al órgano judicial el deber de moderar
equitativamente la pena.
El motivo debe ser desestimado.
TERCERO.- Necesidad de partir de la interpretación de la cláusula penal
efectuada por la Audiencia Provincial.
La tesis de la parte recurrente se asienta en una diferente interpretación de la
condición primera del contrato litigioso según la cual, lo convenido por los
contratantes para garantizar el cumplimiento de la obligación de pago de la
compradora sería una penalización única, en contra del criterio de la sentencia
recurrida de apreciar la concurrencia de varias cláusulas penales de
funcionamiento sucesivo.
Es doctrina constante de esta Sala que la interpretación de los contratos
constituye función de los tribunales de instancia, por lo que la realizada por estos
ha de prevalecer y no puede ser revisada en casación en la medida en que se
ajuste a los hechos considerados probados por aquella en el ejercicio de su
función exclusiva de valoración de la prueba, salvo cuando se demuestre su
carácter manifiestamente ilógico, irracional o arbitrario, sin que haya lugar a
considerar infringidas las normas legales sobre interpretación de los contratos
cuando, lejos de combatirse una labor hermenéutica abiertamente contraria a lo
dispuesto en dichas normas o al derecho a la tutela judicial efectiva -por
prescindir de las reglas de la lógica racional en la selección de las premisas, en la
elaboración de las inferencias o en la obtención de las conclusiones-, el
recurrente se limita en su recurso a justificar el desacierto de la apreciación inherente a la labor hermenéutica- realizada por el tribunal de instancia, con
exclusivo propósito de sustituir una hipotética hermenéutica dudosa por sus
propias conclusiones al respecto, ya que también se ha dicho reiteradamente por
la Jurisprudencia que lo discutible no es lo oportuno o conveniente, sino la
ilegalidad, arbitrariedad o contradicción del raciocinio lógico, siendo así que en
estos casos deberá prevalecer el criterio del juzgador de instancia por no darse
esa abierta contradicción aunque la interpretación plasmada en la sentencia no
sea la única posible, o pudiera caber alguna duda razonable acerca de su acierto
o sobre su absoluta exactitud (SSTS, entre las más recientes, de 24 de enero de
2006, 12 de febrero de 2 006, 8 de febrero de 2006, 8 de marzo de 2006, 13 de
junio de 2006, 23 de junio de 2006, 20 de julio de 2006, 14 de septiembre de
2006 y 22 de diciembre de 2006, 6 de febrero de 2007, RC nº. 941/2000, 13 de
diciembre de 2007, RC nº 4994/2000, 21 de noviembre de 2008, RC n.º
2690/2002, 20 de marzo de 2009, RC n.º 128/2004 y 19 de diciembre de 2009,
RC n.º 2790/1999).
En el presente caso no puede decirse que la interpretación efectuada por la
Audiencia Provincial resulte contraria a la lógica, absurda o irracional, ni
vulneradora de la única norma hermenéutica que se cita en el desarrollo del
motivo, sobre el canon de la totalidad (artículo 1285 CC), sin que la mera
discrepancia de la recurrente tenga entidad jurídica suficiente para amparar su
revisión en casación. La Audiencia Provincial habla de un juego de cláusulas
penales sucesivas, las cuales además se revelan plenamente independientes
entre sí, y esta interpretación es plenamente conforme con el hecho, no discutido,
de que el primer pago, por importe de 10 millones de pesetas -apartado a) de la
condición primera-, que debía verificarse en el acto de la firma del contrato, solo
se perdía a favor de la parte vendedora si no se cumplía con el segundo pago de
190 millones en los 31 días siguientes a dicha firma, y con que la pérdida de ésta
última cantidad se hiciera depender, a su vez, de que no se abonase el último
pago -de 1200 millones de pesetas- antes del 15 de junio de 2002. En definitiva,
fueron las propias partes, en el ámbito de su autonomía de la voluntad, las que
decidieron garantizar cada uno de los pagos en que se fraccionaba el precio con
un conjunto de cláusulas penales de funcionamiento sucesivo en el que la
anterior operaba sobre la siguiente y ello debe estarse a la hora de abordar la
cuestión jurídica nuclear del presente recurso, sobre la procedencia o no de
hacer uso de la facultad moderadora de la pena que contempla el artículo 1154
CC.
CUARTO.- No aplicación de la facultad moderadora.
La Audiencia Provincial entiende que no resulta de aplicación el artículo 1154
CC cuando el cumplimiento defectuoso o parcial es precisamente el supuesto de
hecho pactado determinante de la aplicación de la pena. Esta decisión se
compadece con la jurisprudencia de esta Sala y no incurre en la vulneración que
se denuncia por las razones que seguidamente se exponen:
a) Según doctrina constante de esta Sala, el uso de la facultad moderadora
establecida en el artículo 1154 CC así como la decisión sobre la improcedencia
de hacer uso de tal facultad, son facultades que no pueden ni deben ser
alteradas en vía casacional cuando se basan en una valoración lógica y racional
asentada en bases fácticas incontrovertibles (sentencias de 25 junio 1964, 6
marzo 1991, 13 julio 1999, 28 febrero 2001, 8 noviembre 2002, 17 junio 2004, 12
y 20 diciembre 2006, y 14 mayo 2008, entre otras, todas ellas citadas por la más
reciente de 10 de marzo de 2009, RC n.º 1485/2003).
b) Según la sentencia de esta Sala de 1 de junio de 2009, RC n.º 2637/2004,
y las que en ella se citan, del análisis del artículo 1154 CC y sus precedentes
históricos y de derecho comparado (artículo 1085 del Proyecto de Código Civil de
1851 y artículo 1231 del CC francés) resulta que dicho precepto remite al juicio
de equidad del Juez para la moderación de la pena convencional -cuando la
obligación principal hubiera sido en parte o irregularmente cumplida por el
deudor-, respondiendo a la idea de que, cuando los contratantes han previsto una
pena para el caso de un incumplimiento total de la obligación, la equidad reclama
una disminución de la sanción si el deudor la cumple en parte o deficientemente,
ya que, en tal caso, se considera alterada la hipótesis prevista (sentencias de 13
de julio de 1.984, 29 de marzo y 21 de junio de 2.004). Esta concepción descarta
el uso de la potestad judicial moderadora de la pena convencional si tal
incumplimiento parcial o defectuoso hubiera sido el pactado como supuesto
condicionante de la aplicación de la pena, ya que entonces se debe estar a lo
acordado por las partes. Así lo ha manifestado constantemente la Jurisprudencia,
que, por respeto a la potencialidad normativa creadora de los contratantes artículo 1.255 CC - y al efecto vinculante de la regla contractual -artículo 1.091
CC-, rechaza la moderación cuando la pena hubiera sido prevista, precisamente,
para sancionar el incumplimiento parcial o deficiente de la prestación, cual es el
caso de autos. Así, la sentencia de 13 de febrero de 2.008 (RC n.º 5570/2000) se
remite a la de 14 de junio de 2.006 (RC n.º 3892/1999), para declarar que
"cuando la cláusula penal está prevista para un determinado incumplimiento
parcial, no puede aplicarse la facultad moderadora del artículo 1.154 del Código
Civil si se produce exactamente aquel incumplimiento parcial. Por ello, la
moderación procede cuando se ha incumplido en parte la total obligación para la
que la pena se previó, de modo que, como afirma la doctrina, la finalidad del
precepto no reside en si se debe rebajar equitativamente una pena
excesivamente elevada, sino que las partes al pactar la pena pensaron en el caso
del incumplimiento total y evaluaron la pena en función de esta hipótesis, porque
cuando se previó para un incumplimiento parcial, la cláusula se rige por lo
previsto por las partes".
QUINTO.- Desestimación del recurso y costas
No estimándose fundado el recurso procede su desestimación, con imposición
de costas a la parte recurrente, por aplicación del artículo 398 LEC, en relación
con el artículo 394 LEC.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el
pueblo español.
FALLAMOS
1. Se desestima el recurso de casación interpuesto por la representación
procesal de Construcciones Marobisa, S.A., contra la sentencia de fecha 20 de
octubre de 2005 dictada en grado de apelación por la Sección 4ª de la Audiencia
Provincial de Alicante, rollo n.º 110/05, dimanante del juicio ordinario n.º 377/02,
del Juzgado de Primera Instancia n.º 4 de Denia, cuyo fallo dice literalmente:
»Que desestimando el recurso de apelación interpuesto por el Procurador Sr.
Bonet Camps (habiéndose personado en esta segunda instancia la Procuradora
Sr. Gutiérrez Robles), en nombre y representación de la mercantil Construcciones
Marobisa S.A. - asistida por el letrado Sr. Alonso Torregrosa-, y estimando en
parte el recurso de apelación interpuesto por el Procurador Sr. Llobell Perles
(habiéndose personado en esta segunda instancia la Procuradora Sra. Caballero
Caballero), en nombre y representación de D. Carlos Merle Suay, D. Nicolás
Merle Suay y Dª Inmaculada Farinos Palanca -asistidos por el letrado Sr. Pérez
Nadal-, contra la sentencia (y auto/s de integración de la misma) dictada por el
Juzgado de Primera Instancia número Cuatro de Denia (Alicante), con fecha trece
de Julio de dos mil cuatro, en las actuaciones de que dimana el presente rollo,
debemos revocar y revocamos parcialmente dicha resolución, y ello a los efectos
de otorgar una nueva por la que desestimando la demanda formulada por el
Procurador D. José Vicente Bonet Camps, en nombre y representación de la
mercantil Construcciones Marobisa S.A., frente a D. Nicolás Merle Suay, D.
Carlos Merle Suay y Dª Inmaculada Farinos Palanca, representados por el
Procurador Miguel Llobell Perles, debe absolverse y se absuelve a los
expresados demandados de la totalidad de los pedimentos deducidos en su
contra en la referida demanda, y, estimando la reconvención formulada por los
demandados anteriormente mencionados frente a la mercantil inicialmente
actora, debe declararse y se declara resuelto el contrato de compraventa suscrito
por las partes con fecha 15 de Junio de 2001, habiendo de reintegrarse por D.
Carlos Merle Suay, D. Nicolás Merle Suay y Dª Inmaculada Farinos Palanca a la
mercantil Construcciones Marobisa S.A., y en relación a la parte del precio
satisfecha por ésta, la suma de sesenta mil ciento un euros con veintiún céntimos
(60.101,21 euros) -equivalente a diez millones de pesetas-; todo ello con expresa
condena en costas con cargo a la mercantil Construcciones Marobisa S.A. tanto
asociadas a la estimación de la demanda como la sustancial estimación de la
reconvención.
»Procede la imposición a la mercantil Construcciones Marobisa S.A. de la las
costas asociadas a la desestimación del recuso de apelación por ella formulado,
no procediendo el otorgamiento de pronunciamiento alguno de condena en
costas en esta segunda instancia asociados a la estimación parcial del recurso
deducido por los demandados/demandantes por reconvención».
2. No ha lugar a casar en virtud de los motivos de casación formulados la
sentencia recurrida, que resulta confirmada con este alcance.
3. Se imponen las costas de este recurso a la parte recurrente.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN
LEGISLATIVA pasándose al efecto las copias necesarias, lo pronunciamos,
mandamos y firmamosJuan Antonio Xiol Ríos. Xavier O'Callaghan Muñoz. Jesús
Corbal Fernández. José Ramón Ferrándiz Gabriel. Antonio Salas Carceller.
Rubricado. PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el
EXCMO. SR. D. Juan Antonio Xiol Ríos, Ponente que ha sido en el trámite de
los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del
Tribunal Supremo, en el día de hoy; de lo que como Secretario de la misma,
certifico.
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