La_practica_docente_1

Anuncio
Benemérita y Centenaria Escuela Normal
del Estado de San Luis Potosí
Lic. en Educación Preescolar
Asignatura: Observación y Práctica
Docente IV
Andrade Guerrero Alejandra
Ensayo: “La práctica docente”
19 de junio de 2013
INTRODUCCIÓN
En cualquier clase o grupo hay niños de diferentes estados de madurez, así como
poseedores de diferentes habilidades y es el maestro el que se ha de asegurar de
que todos aprenden. De acuerdo con Joan Dean (1993) y su texto “Los niños”, el
niño en los años de escolarización se desarrolla como persona individual. Los
adultos y los niños que le rodean aportan modelos, y el niño experimenta con su
conducta y su actividad en el juego y la vida cotidiana.
Por tanto me permito decir que, en el desarrollo del siguiente texto intentaré dar
respuesta a ¿qué es la práctica?, ¿qué es la planeación y para qué sirve?, ¿qué
se realiza durante la práctica con respecto a lo planeado? y ¿cómo, en qué
momentos y para qué sirve la evaluación?, preguntas que están íntimamente
relacionadas con mi desarrollo como docente en formación y el apoyo que puedo
ser capaz de ofrecer a los niños en educación preescolar durante mi práctica
docente.
La práctica docente
En lo que respecta a mi experiencia como docente en formación y durante las
diversas jornadas de práctica docente puedo decir que es precisamente la práctica
lo que hace que un estudiante normalista pueda ir conociendo un poco lo que le
espera en un futuro y digo sólo un poco porque la experiencia verdaderamente
profesional solo podrá darse en el ejercicio constante del día a día, en referencia a
esto puedo citar a María Teresa González Cuberes debido a que en su texto
“Conjuremos la ansiedad ante las prácticas (un camino compartido)”, menciona lo
siguiente:
“Practicar es poner en juego la conceptualización teórica recibida, la
normativa propia de un campo de trabajo, haciéndola operar en la realidad,
al practicar, se aplican los saberes de lo vivido a lo largo de las experiencias
educativas, lo que se ha leído, lo que se ha estudiado o se está aprendiendo
durante la formación académica. Las prácticas posibilitan un acercamiento
gradual, orientado y supervisado, a lo que luego será el ejercicio profesional
cotidiano” (Cuberes, 1993).
Antes de presentarnos frene a grupo es imprescindible planificar de la manera
más adecuadamente posible las propuestas que presentaremos a los niños
durante la realización de nuestra práctica, por ende es importante considerar la
opinión de Laura Pitluk, ella nos menciona en su texto “La unidades didácticas.
Revalorizando la planificación” que, “la planificación es un instrumento de
trabajo que le puede permitir al docente alcanzar la articulación entre la
teoría y la práctica y dinamizar su tarea educativa” (1999), sin embargo,
Eulalia Bassedas, nos menciona que “la planificación es una herramienta
flexible que permite variaciones, incorporaciones y que incluso puede
dejarse de lado cuando la situación lo aconseja (Pitluk, 1998).
Ahora bien desde mi muy humilde punto de vista como docente en formación en
educación preescolar me permito mencionar que para mí la planificación cuenta
con muchos beneficios que pueden ayudar a la práctica docente y al desarrollo de
las potencialidades de los niños, entre los cuales puedo mencionar: 1. La toma de
decisiones reflexionadas y fundamentadas; 2. Clarificar el sentido de lo que
enseñamos y de los aprendizajes que se pretenden potenciar; 3. Tomar en
consideración las capacidades y los conocimientos previos del alumnado y
adatarse a ellos; 4. Permite detectar las posibles dificultades que se pueden
presentar durante el desarrollo de las diferentes actividades; 5. Preparar y prever
los recursos necesarios para la práctica; 6. Conduce la organización del tiempo y
del espacio y; 7. La planificación permite concretar el tipo de observaciones que
deben realizarse para la evaluación y prever los momentos adecuados para
llevarla a cabo.
Es decir, gracias a la planificación, podemos observar a los niños en aspectos
específicos que deseamos evaluar y valorar con respecto a sus habilidades,
conocimientos y destrezas que poseen y pretendemos potencializar con
determinadas actividades.
Dentro de la planeación se encuentran definidos distintos aspectos, tales como las
modalidades a trabajar, las estrategias básicas a utilizar y el ambiente de
aprendizaje que debe prevalecer para lograr aprendizajes significativos y un
desarrollo armónico de las competencias de los niños.
Durante la última jornada de Observación y Práctica Docente IV en el medio rural,
en mi plan de trabajo determine el uso del taller como modalidad de intervención,
el juego como estrategia básica para el desarrollo de algunas actividades y un
ambiente de aprendizaje que considere adecuado para poner en práctica mi
planificación, competencia didáctica y conocimientos adquiridos durante mi
preparación como docente en formación.
En lo que respecta al ambiente de trabajo con los niños puedo citar Jere Brophy y
su texto “Un ambiente propicio para el aprendizaje en el aula”, debido a que nos
menciona que “con la finalidad de generar un clima que permita construir una
verdadera comunidad de aprendizaje en la clase, los maestros deben
desplegar los atributos personales que los conviertan en verdaderos
modelos y ejes de socialización: mostrar un ánimo alegre, una actitud
amistosa, madurez emocional, sinceridad e interés por sus alumnos como
personas y estudiantes (Brophy, 1998)” en todo momento trate de mostrarme
como una guía para los niños, una participe más de las actividades propuestas y
que ellos al verme trabajar con ellos realizan con mayor motivación y de esta
forma me mantengo con ellos en constante comunicación a fin de lograr las metas
establecidas.
Con referencia al taller como modalidad, me detengo a mencionar que la
propuesta realizada cumple con lo que nos dice Carmen Ibánez Sandín en su
texto “los talleres en la escuela infantil”, “en los talleres se realizan actividades,
sistematizadas,
muy
dirigidas,
con
una
progresión
de
dificultades
acendente, para conseguir que el niño adquiera diversos recursos y conozca
diferentes técnicas que luego utilizará de forma personal y creativa (Sandín,
2006)”.
Al haber determinado el juego como estrategia básica durante mi planificación, me
di cuenta que, es una actividad naturalmente motivante en la vida de los niños
más aun cuando se encuentran en edad preescolar, durante el juego el niño pone
a prueba todo lo que sabe para con ello lograr mejores aprendizajes y desarrollo
de habilidades, es por ello que viene a mi mente Rosario Ortega y su texto “Juego
investigación e intervención educativa” debido a que ella nos menciona que “el
juego constituye un escenario psicosocial donde se produce un tipo de
comunicación rica en matices, que permite a los niños y niñas indagar en su
propio pensamiento, poner a prueba sus conocimientos y desarrollarlos
progresivamente en el uso interactivo de acciones y conversaciones entre
iguales”.
Durante la realización de la práctica, es importante realizar las observaciones
pertinentes anteriormente mencionadas en lo que respecta a la planificación, lo
que se espera que los niños logren y lo que se pretende evaluar y valorar sobre
ellos y su actividad durante el desarrollo de las propuestas planteadas, así mismo
ha de existir una comunicación constante y activa con los niños tanto de manera
individual en la medida de lo posible y de manera grupal siempre con la firme
intención de motivarlos y darles la confianza de que se expresen con seguridad en
todo momento.
Por obvias razones, es indispensable que la intervención educativa sea la más
adecuada para favorecer el aprendizaje de los niños, la intervención ha de
adecuarse a las características de los niños del grupo, que de acuerdo con Joan
Dean “Los niños son distintos unos de otros, no es posible enseñarles
individualmente pero si necesitan atención individualizada con el fin de
satisfacer sus necesidades educativas, organizando su aprendizaje de
acuerdo a las necesidades, ideas, intereses y características de acuerdo con
el conocimiento, las habilidades, experiencias y personalidad de los
maestros (Dean, 1993)”.
Las características de los niños también permiten tomar decisiones importantes en
lo que respecta a la organización del grupo en el desarrollo de las actividades, su
interés, atención o distracción pueden llevar a tomar decisiones inmediatas con el
fin de lograr un clima y ambiente favorable para todo el grupo.
Por último esta la evaluación de lo planeado y la sistematización de los resultados.
En el caso de la educación preescolar la evaluación es fundamentalmente de
carácter cualitativo, está centrada en identificar los avances y dificultades que
tienen los niños en sus procesos de aprendizaje.
Durante la última jornada utilice la evaluación permanente debido a que día a día
tuve que observar el desenvolvimiento de los niños durante las propuestas
realizadas, para ello lleve a cabo el diseño de rubricas de evaluación que dieran
cuenta de los logros de los niños en las diferentes secuencias de actividades
realizadas, de haber existido otra jornada de OPD más, estos registros hubiesen
permitido tomar las decisiones pertinentes para orientar la planificación de la
misma.
De acuerdo con Andrey Curtis y su texto “Registros y evaluaciones”, “La
evaluación siempre ha sido parte del proceso educativo de la infancia
temprana, pero en la mayoría de los casos ha sido formativa y no sumativa,
aprovechando los puntos fuertes de los niños más que identificando sus
debilidades”
Como anexos, agrego a este ensayo tres rúbricas de evaluación que ejemplifican
el diseño que llevo a cabo de este instrumento de evaluación para registrar y
valorar
cualitativamente
el
desenvolvimiento
de
los
niños
durante
el
desenvolvimiento de los niños durante el desarrollo de las diferentes actividades
planteadas.
ANEXOS
CONCLUSIÓN
La práctica docente, es una herramienta indispensable en la formación como
docente, sirve a los estudiantes normalistas para el acercamiento paulatino a la
práctica de la vida cotidiana con los niños en las escuelas.
Es importante que a través de la práctica docente, los estudiantes comprendan
que existen aspectos de real importancia dentro de la profesión docente tales
como el aprendizaje significativo de los alumnos, el cual se logrará gracias a una
adecuada intervención educativa en el momento y tiempo oportuno, esto a través
también de las propuestas didácticas planeadas con anticipación y la evaluación
de la misma posterior a la realización de lo planeado.
Es por ello que la práctica docente puede dividirse en tres fases: 1. La
planificación: 2. La realización de lo planeado es decir la acción; y 3. La evaluación
tanto de los niños como de la intervención docente realizada.
Por tanto y para bien de la práctica docente, es necesario reflexionar en esos
mismos tiempos, antes, durante y después de la acción tal como lo menciona Max
Van Manen en su texto “La relación entre la reflexión y la acción”.
Reflexionar sobre la práctica docente permite a los maestros mejorar su actuar en
el día a día cuando esta frente al grupo que atiende.
BIBLIOGRAFÍA
Dean, Joan (1993), “Los niños”, en La organización del aprendizaje en la
educación primaria, Barcelona, Paidós (Temas de educación, 34), pp. 17-38.
Bassedas, Eulàlia, Teresa Huguet e Isabel Solé (1998), “¿Qué utilidad tiene
planificar en la educación infantil?” y “Llega el momento de actuar: ¿dónde está
lo que habíamos planificado?”, en Aprender y enseñar en educación infantil,
Barcelona, Graó (Metodología y recursos, 131), pp. 122-123 y 141-143.
González Cuberes, Ma. Teresa (1993), “Conjuremos la ansiedad ante las
prácticas”, en Al borde de un ataque de prácticas. La enseñanza: construcción
e interacción, Buenos Aires, Aique, pp. 64-90.
Pitluck, Laura (1999), “Las unidades didácticas. Revalorizando la planificación”,
en 0 a 5. La educación en los primeros años, año 2, núm. 10, febrero, Buenos
Aires, Ediciones Novedades Educativas, pp. 56-81.
Brophy, Jere (1998), “Un ambiente propicio para el aprendizaje en el aula”,
en La enseñanza, México, UNESCO/SEP (Serie Cuadernos. Biblioteca para la
actualización del maestro), pp. 15-16.
Zabalza, Miguel A. (1996), “Los diez aspectos claves de una educación infantil
de calidad”, en Calidad en la educación infantil, Madrid, Narcea, pp. 49-55.
Curtis, Audrey (1998), “Registros y evaluaciones” [“Record keeping and
assessment”], en A Curriculum for the Pre-school Child. Learning to Learn, 2ª
ed., Londres, Routledge, pp. 119-132.
Ortega
Ruiz,
Rosario
(1992),
“Juego
investigación
e
intervención
educativa”, en El juego infantil y la construcción social del conocimiento,
Sevilla, Alfar (Alfar Universidad, 67. Serie: Investigación y ensayo), pp. 203237.
Descargar