Sustitución en sede de ejecución de la pena de prisión por la expulsión del territorio nacional El test de razonabilidad constitucional en la interpretación del art. 89.1 del Código Penal Manuel MIRANDA ESTRAMPES Fiscal ante el Tribunal Constitucional Diario La Ley, Nº 7218, Sección La Sentencia del día del Tribunal Constitucional, 15 Jul. 2009, Año XXX, Editorial LA LEY LA LEY 3609/2009 ANTECEDENTES DE HECHO Y PERSPECTIVA JURÍDICA El demandante de amparo fue condenado como autor de un delito de robo con violencia o intimidación y una falta de lesiones a las penas de dos años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y diez días de multa con una cuota diaria de dos euros. En sede de ejecución de sentencia el Ministerio Fiscal, contestando al traslado del Juzgado de Ejecuciones Penales acerca de la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad impuesta, y a la vista del informe remitido al Juzgado por la Dirección General de Policía donde se daba cuenta de la incoación de un expediente de expulsión, solicitó la expulsión del condenado del territorio nacional. El Juzgado declaró no haber lugar a la suspensión de la ejecución de la pena de prisión. Una vez iniciado el cumplimiento de la pena privativa de libertad el Juzgado acordó su sustitución por la expulsión del territorio nacional, con la prohibición de regresar a España en un plazo de diez años, acordando su permanencia en prisión hasta que se diera cumplimiento a la expulsión. Interpuesto recurso de apelación por el condenado el Tribunal ad quem confirmó dicha resolución desestimándolo alegando que, pese a lo dispuesto en el art. 89.1 del Código Penal, no había ningún obstáculo para decretar la expulsión en sede de ejecución de sentencia al haberse incoado expediente gubernativo de expulsión con anterioridad a la fecha de los hechos objeto de condena. En su demanda de amparo el recurrente denuncia la vulneración de sus derechos a la tutela judicial efectiva en su vertiente de derecho a la ejecución en sus propios términos de las resoluciones judiciales firmes (art. 24.1 CE) y a la legalidad penal (art. 25.1 CE), pues la expulsión se acordó a los cincos meses de su ingreso en prisión, incumpliéndose lo dispuesto en el art. 89.1 del Código Penal que exige que la sustitución se acuerde en sentencia y no en fase de ejecución. DOCTRINA GENERAL DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y APLICACIÓN AL CASO CONCRETO La sentencia objeto del presente comentario tras recordar la doctrina constitucional sobre el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales firmes en sus propios términos, como integrante del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), concluye que las resoluciones judiciales impugnadas no superan el test de razonabilidad constitucional. El TC califica de manifiestamente irrazonable la interpretación que los órganos judiciales penales llevaron a cabo del art. 89.1 del Código Penal pues, en realidad, al haberse iniciado ya el cumplimiento de la pena privativa de libertad no estaríamos ante una sustitución propiamente dicha sino ante una acumulación sucesiva de la pena de prisión impuesta y de la medida de expulsión. El argumento utilizado en las resoluciones judiciales impugnadas de que con anterioridad ya se había incoado un expediente gubernativo de expulsión no cumple con el canon de justificación razonable exigido constitucionalmente pues el citado expediente gubernativo nada tiene que ver con los hechos objeto del proceso penal. El TC concluye que la sustitución acordada en sede de ejecución se aparta de lo dispuesto en la sentencia condenatoria vulnerándose, de esta forma, el derecho a la tutela judicial efectiva del recurrente (art. 24.1 CE). COMENTARIO El art. 89.1 del Código Penal prevé que la sustitución de las penas privativas de libertad inferiores a seis años por la expulsión del territorio nacional del extranjero no residente legalmente en España se debe acordar en la propia sentencia condenatoria. No obstante, admite excepcionalmente que dicha sustitución pueda ser acordada en sede de ejecución para el caso de penas privativas de libertad iguales o superiores a seis años y siempre que lo solicite el Ministerio Fiscal. El TC ya había interpretado constitucionalmente este marco normativo en su STC 145/2006, cuya doctrina trae a colación para resolver el caso ahora planteado, en un supuesto prácticamente idéntico a este último en donde el extranjero recurrente en amparo había sido condenado a una pena de prisión de tres años y llevaba cumplidos más de dos años faltándole solo unos meses de cumplimiento cuando se acordó su expulsión. De dicha doctrina pueden extraerse las siguientes conclusiones: 1ª. La sustitución del cumplimiento de las penas privativas de libertad inferiores a seis meses por la expulsión del territorio nacional debe acordarse necesariamente en la sentencia condenatoria. 2ª. La sustitución en sede de ejecución está reservada exclusivamente a las penas privativas de libertad superiores a los seis años cuando se cumplan los demás requisitos previstos en el art. 89.1, párrafo segundo, del Código Penal. 3ª. Una vez iniciado el cumplimiento de una pena de prisión inferior a seis años no es posible acordar en sede de ejecución su sustitución por la expulsión del territorio nacional aunque el condenado extranjero residiera ilegalmente en España y tuviera incoado un expediente gubernativo de expulsión. La sustitución acordada en este último supuesto alteraría sustancialmente los términos de la sentencia condenatoria pues en realidad no se trataría de una sustitución en un sentido propio sino de una acumulación sucesiva de pena y de medida de expulsión. 2 En todo caso, de la doctrina del TC parece inferirse que la vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), en su modalidad de derecho a la ejecución de las sentencias en sus propios términos, exigiría que la pena se hubiera empezado ya a cumplir y que la misma se encontrara en una fase avanzada de cumplimiento. En el caso ahora analizado se trataba de una pena de dos años de prisión de los que el condenado ya había cumplido más de un año cuando el Tribunal ad quem confirmó la expulsión acordada inicialmente por el Juzgado de Ejecuciones Penales. 3