MAGISTRADO: JEAN CLAUDE TRON PETIT. I. DATOS DEL ASUNTO TIPO DE ASUNTO: Amparo en revisión (R.A.) NÚMERO: 253/2011. QUEJOSOS: Probiomed, s.a. de c.v., y Alfonso Salvador Huerta Suárez. RECURRENTE: Pleno de la Comisión Federal de Competencia. MAGISTRADO RELATOR: Jean Claude Tron Petit. SECRETARIOS: Marco Antonio Pérez Meza y Alfredo Martínez Jiménez. SESIÓN: 8-diciembre-2011 o o o o o o ÍNDICE ACTOS RECLAMADOS Y AUTORIDADES RESPONSABLES RESOLUCIÓN CUESTIONADA TRÁMITE Y TURNO COMPETENCIA, OPORTUNIDAD Y LEGITIMACIÓN ESTUDIO RESOLUTIVO(S) PÁGS. 2-3 2-4 5-6 10-18 19 ACTO IMPUGNADO: Sentencia dictada por el juez Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal. FECHA: quince de febrero de dos mil once, terminada de engrosar el once de abril del mismo año. ACTOS RECLAMADOS: Resolución definitiva de diez de junio de dos mil diez, dictada por el pleno de la Comisión Federal de Competencia, en la cual resuelve el recurso de reconsideración interpuesto en contra de la resolución final de veintiocho de enero de dos mil diez; así como el Oficio de Probable Responsabilidad de once de marzo de dos mil nueve y la constitucionalidad del artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica. MATERIA: Económico y Regulatorio. TEMA PRINCIPAL: Investigación por comisión de práctica monopólica absoluta / concertación o coordinación de posturas en licitaciones públicas del IMSS. COMPETENCIA DELEGADA: Sí No DERECHOS HUMANOS VIOLADOS: Debido Proceso (Art. 14 CPEUM) Fundamentación y Motivación (Art. 16 CPEUM) Prohibición de Monopolios y Libre Concurrencia ( Art. 28 CPEUM) II. DATOS DE LA DECISIÓN ANTECEDENTES: La parte quejosa demandó la protección constitucional respecto del acto reclamado consistente en la resolución de diez de junio de dos mil diez, dictada por el Pleno de la Comisión Federal de Competencia, en la que resuelve el recurso de reconsideración interpuesto y confirma la diversa resolución de veintiocho de enero de dos mil diez en la que se determinó que la parte quejosa tuvo participación en la comisión de la práctica monopólica absoluta prevista en el artículo 9, fracción IV, de la Ley Federal de Competencia Económica; así como el Oficio de Probable Responsabilidad de once de marzo de dos mil nueve y la constitucionalidad del artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica. Al momento de dictar la sentencia correspondiente, el juez de origen determinó conceder el amparo solicitado para el efecto de que se emita una nueva resolución debidamente fundada y motivada, misma que tuvo apoyo en las consideraciones esenciales siguientes: 1. En el considerando Quinto se determinó sobreseer en el juicio por lo que hace al artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, en virtud de que no se estaba en presencia del primer acto de aplicación, pues la parte quejosa ya había combatido con anterioridad dicho precepto en el juicio de amparo 927/2009, del índice del propio juzgado Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, por lo que se sobreseyó en el juicio constitucional con fundamento en la fracción XII del artículo 73 de la Ley de Amparo. 2. Respecto del fondo del asunto, analizó el segundo concepto de violación y lo calificó de fundado, argumentando el a quo que la parte quejosa demostró que durante el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, la autoridad no llevó a cabo actuación alguna en el expediente administrativo I0-03/2006, que interrumpiera el plazo previsto en el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, por lo que debió decretar el cierre de la investigación por inactividad procesal. TEMA DE LA DECISIÓN: Existen indicios suficientes que acreditan razonablemente la comisión de la práctica monopólica absoluta investigada. PROBLEMA(S): Aspectos procesales Violación procedimental Violación formal Violación de fondo Hechos: Prueba Calificación Derecho: Interpretación Relevancia PROPUESTA: Se propone, en la materia de la revisión, revocar la sentencia recurrida; sobreseer en el juicio y negar el amparo solicitado. SÍNTESIS DE LAS RAZONES: En primer término, este Tribunal corrigió, de oficio, una incongruencia que se advierte en la sentencia que se recurre, consistente en el hecho de que en el último párrafo de su considerando Quinto, el juez del conocimiento sostuvo que al no existir diversa causal de improcedencia que hicieran valer las partes, o que se advirtiera de oficio, procedía al estudio del fondo de la cuestión sujeta a debate, cuando lo cierto es que dicha afirmación resultó errónea, pues en el caso existían causas de improcedencia pendientes de estudio hechas valer por las autoridades responsables, presidente de la República, Cámara de Senadores, presidente y secretario Ejecutivo, ambos de la Comisión Federal de Competencia. Se procedió al análisis de las causales de improcedencia planteadas por el director General de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Senadores y presidente de la República, estimándose que las mismas son inatendibles, básicamente por el hecho de que las mismas van encaminadas a demostrar la improcedencia del juicio respecto de los actos del proceso legislativo inherentes a las autoridades que se mencionan y que culminaron con la emisión de la norma cuestionada, siendo que en la sentencia que se recurre, se sobreseyó en el juicio por lo que hace al artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, quedando firme dicho sobreseimiento por no haberse controvertido por la parte a quien pudiese perjudicar. En otro orden de ideas, este tribunal advirtió, de oficio, que respecto del acto consistente en la emisión del oficio de probable responsabilidad de once de marzo de dos mil nueve, se actualiza la causa de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el diverso 114, fracción II, segundo párrafo, ambos de la Ley de Amparo, pues el amparo indirecto en contra de dicho acto es improcedente, pues al estar inserto dentro de la fase de un procedimiento en forma de juicio, se estima que debe combatirse, en su caso, hasta que culmine el mismo, por lo que no es dable reclamarlo como acto destacado. Por lo que hace a los agravios esgrimidos por la recurrente, por cuestión de método, se realizó el análisis en un orden diverso al propuesto, iniciando con el tercer agravio, mismo que se calificó de fundado y suficiente para revocar la sentencia, pues contrario al dicho del juez del conocimiento, sí se realizaron actuaciones en el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, por lo que no se actualizó la inactividad procesal y, en virtud del resultado alcanzado, se hizo innecesario el estudio de los restantes agravios, siendo procedente pronunciarse respecto de los conceptos de violación cuyo estudio omitió el juzgador en términos del artículo 91, fracción I, de la Ley de Amparo. En lo tocante al fondo de la cuestión debatida en los conceptos de violación, este Tribunal arribó a la conclusión de que, de todos los indicios y elementos de prueba que reunió la COFECO, es factible concluir, válidamente, que existe adecuación entre las conductas realizadas y el supuesto normativo y así poder establecer que existe la práctica monopólica absoluta realizada, entre otros, por la parte quejosa, pues la Comisión señala las razones de cómo los hechos investigados actualizan la violación al artículo 9, fracción IV, de la Ley Federal de Competencia Económica, puesto que las consideraciones expresadas son suficientes para sustentar, razonablemente, su existencia y el comportamiento de los agentes económicos involucrados. CRITERIOS APLICADOS: “REVISIÓN EN AMPARO. LAS CONSIDERACIONES NO IMPUGNADAS DE LA SENTENCIA DEBEN DECLARARSE FIRMES”. “SENTENCIA DE AMPARO. INCONGRUENCIA ENTRE LOS RESOLUTIVOS Y LA PARTE CONSIDERATIVA, EL TRIBUNAL REVISOR DEBE CORREGIRLA DE OFICIO.” “COMPETENCIA ECONÓMICA. ETAPAS DEL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS SEGUIDO POR LA COMISIÓN FEDERAL RELATIVA (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 28 DE JUNIO DE 2006).” “COMPETENCIA ECONÓMICA. EL OFICIO DE PRESUNTA RESPONSABILIDAD DICTADO EN EL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS SEGUIDO POR LA COMISIÓN FEDERAL RELATIVA, NO ES UN ACTO CUYOS EFECTOS SEAN DE IMPOSIBLE REPARACIÓN PARA LA PROCEDENCIA DEL AMPARO INDIRECTO.” “COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA. EL OFICIO DE PRESUNTA RESPONSABILIDAD DICTADO EN EL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS, POR REGLA GENERAL, NO ES COMBATIBLE MEDIANTE EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO.” “COMPETENCIA ECONÓMICA. LA PRUEBA INDIRECTA ES IDÓNEA PARA ACREDITAR, A TRAVÉS DE INDICIOS, CIERTOS HECHOS O CIRCUNSTANCIAS A PARTIR DE LO QUE SE CONOCE COMO LA MEJOR INFORMACIÓN DISPONIBLE, RESPECTO DE LA ACTUACIÓN DE EMPRESAS QUE HAN CONCERTADO ACUERDOS PARA LLEVAR A CABO PRÁCTICAS MONOPÓLICAS.” “COMPETENCIA ECONÓMICA. CORRESPONDE A LA EMPRESA SANCIONADA DEMOSTRAR QUE NO FORMA PARTE DEL GRUPO DE INTERÉS ECONÓMICO AL QUE SE ATRIBUYE LA INSTRUMENTACIÓN Y COORDINACIÓN DE LAS CONDUCTAS CONSIDERADAS PRÁCTICAS MONOPÓLICAS.” “AGENTES ECONÓMICOS. SU CONCEPTO.” VOTACIÓN: Unanimidad Mayoría Voto AMPARO EN REVISIÓN. R.A. 253/2011 QUEJOSO: ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ Y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE. RECURRENTE: COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA. MAGISTRADO RELATOR: JEAN CLAUDE TRON PETIT. SECRETARIOS: MARCO ANTONIO PÉREZ MEZA. ALFREDO A. MARTÍNEZ JIMÉNEZ. México, Distrito Federal. Acuerdo del Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, correspondiente a la sesión del día ocho de diciembre de dos mil once. VISTOS para resolver los autos del expediente 253/2011 relativo al amparo en revisión interpuesto por la Comisión Federal de Competencia, por conducto de su delegado Sergio López Rodríguez, en contra de la sentencia terminada de engrosar el once de abril de dos mil once, por el juez Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, en el juicio de amparo indirecto 1050/2010; y, R E S U L T A N D O: PRIMERO.- Demanda de amparo. Por escrito presentado el doce de julio de dos mil diez, en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia 2 R.A. 253/2011 Administrativa en el Distrito Federal, Alfonso Salvador Huerta Suárez y Probiomed, sociedad anónima de capital variable, por conducto de su representante Enrique Vega Martínez, solicitaron el amparo y la protección de la justicia Federal en contra de los actos de las autoridades que a continuación se indican: AUTORIDADES RESPONSABLES: “A) Congreso de la Unión conformado por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores. B) El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. C) Secretario de Gobernación. D) Director del Diario Oficial de la Federación. E) Director General de Asuntos Jurídicos de la Comisión Federal de Competencia. F) Pleno de la Comisión Federal de Competencia. G) Presidente de la Comisión Federal de Competencia. H) Secretario Ejecutivo de la Comisión Federal de Competencia.”. ACTOS RECLAMADOS: “A) Del Congreso de la Unión compuesto por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, la aprobación y expedición del Decreto por el cual se aprueba la Ley Federal de Competencia Económica, específicamente por lo que hace al artículo 30 del mencionado ordenamiento. B) Del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la promulgación y orden de publicación del Decreto mencionado en el inciso anterior. C) Del Secretario de Gobernación, el refrendo y publicación del Decreto mencionado en el inciso A) anterior. D) Del Director del Diario Oficial de la Federación, la publicación del Decreto mencionado en el inciso A) anterior 3 R.A. 253/2011 E) Del Presidente de la Comisión Federal de Competencia, la emisión del oficio de presunta responsabilidad en el expediente IO-03-2006, notificado a mis mandantes el día doce de mayo de dos mil nueve. F) Del Secretario Ejecutivo de la Comisión Federal de Competencia, la emisión del oficio de presunta responsabilidad en el expediente IO-03-2006. G) Del Pleno de la Comisión Federal de Competencia, la resolución de fecha 10 de junio de 2010, mediante la cual se resolvió el recurso de reconsideración identificado con el número de expediente R.A. 26/2010, interpuesto en contra de la diversa de fecha 28 de enero de 2010, emitida por el Pleno de la Comisión Federal de Competencia en el expediente IO-03-2006, mediante la cual se aplica los preceptos reclamados.” SEGUNDO.- Derechos y garantías constitucionales violadas. La parte quejosa estimó violadas en su perjuicio los derechos y las garantías consagradas en los artículos 14, 16 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. TERCERO.- Trámite y resolución de la demanda de amparo. El secretario encargado del despacho del Juzgado Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, a quien por razón de turno le correspondió conocer del asunto, mediante proveído de catorce de julio de dos mil diez lo registró con el número 1050/2010 y requirió a la quejosa para que: 1) precisara, cuál es el acto que reclama al director General de Asuntos Jurídicos de la Comisión Federal de Competencia; y, 2) exhibiera diez copias de su escrito aclaratorio. En cumplimiento a lo anterior, por escrito presentado el diecinueve de julio de dos mil diez en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, la parte quejosa manifestó 4 R.A. 253/2011 que: “los actos que se reclaman al director General de Asuntos Jurídicos de la Comisión Federal de Competencia, son todas aquellas acciones tendientes a la aplicación o ejecución de los actos señalados como violatorios de las garantías individuales de mis representadas en el juicio en que se actúa.” Por acuerdo de veintiuno de julio de dos mil diez, el juez Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal nuevamente requirió a la quejosa para que precisara de forma clara el acto que reclamaba de dicha autoridad y exhibiera diez copias de su escrito aclaratorio, toda vez que las manifestaciones vertidas generaban incertidumbre. La parte quejosa desahogó el requerimiento que antecede por escrito presentado ante el Juzgado del conocimiento el veintiocho de julio de dos mil diez y señaló: “…los actos que se reclama al Director General de Asuntos Jurídicos de la Comisión Federal de Competencia Económica, son los siguientes: Los efectos y consecuencias de la aplicación del artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, y los efectos y consecuencias de la resolución al recurso de reconsideración interpuesto contra la resolución del expediente IO-03-2006, emitido por el Pleno de la Comisión Federal de Competencia el 10 de junio de 2010…” Mediante auto de veintinueve de julio de dos ml diez, el juez del conocimiento admitió a trámite la demanda de amparo, misma que fue registrada con el número 1050/2010. CUARTO.- Audiencia constitucional y sentencia. Seguidos los trámites de ley, el día quince de febrero de dos mil 5 R.A. 253/2011 once se celebró la audiencia constitucional y se dictó sentencia, la que se terminó de engrosar el once de abril del mismo año, sustentándose en los puntos resolutivos siguientes: “PRIMERO. Se Sobresee en el presente asunto. SEGUNDO.- La justicia de la unión AMPARA Y PROTEGE a PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE.” QUINTO.- Interposición y trámite del recurso de revisión. Inconforme con la anterior determinación, la Comisión Federal de Competencia, por conducto de su delegado Sergio López Rodríguez, interpuso recurso de revisión mediante escrito presentado el tres de mayo de dos mil once ante el Juzgado Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, del cual correspondió conocer a este Tribunal Colegiado, quien mediante auto de presidencia de dieciséis de mayo de dos mil once, lo admitió y registró con el número R.A. 253/2011; se dio al agente del Ministerio Público de la Federación de la adscripción la intervención correspondiente, quien no formuló pedimento. SEXTO.- Turno al Magistrado Ponente. Mediante acuerdo de veintiséis de mayo de dos mil once, se ordenó turnar el asunto al magistrado Jean Claude Tron Petit, para que formule el proyecto de resolución respectivo, en términos del artículo 184, fracción I, de la Ley de Amparo. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO.- Competencia. Este Tribunal Colegiado es competente para conocer del presente recurso de revisión, de 6 R.A. 253/2011 conformidad con lo dispuesto en los artículos 103 y 107, fracción VIII, párrafo último, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 83, fracción IV, de la Ley de Amparo, Punto Quinto, fracción I, incisos A) y B), del Acuerdo General 5/2001 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; así como el Instrumento Normativo aprobado por el Pleno del Máximo Tribunal, el seis de octubre de dos mil once, por el que se modifican diversos puntos del citado Acuerdo General 5/2001; y, 37, fracción IX, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. SEGUNDO.- Oportunidad del recurso. El presente recurso de revisión fue interpuesto dentro del término de diez días que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo, toda vez que la sentencia recurrida, se notificó a la autoridad recurrente, el quince de abril de dos mil once surtiendo efectos el mismo día; por lo que el término para promover el recurso de revisión, comenzó a correr el dieciocho de abril, concluyendo el cuatro de mayo, ambos del mismo año; por lo tanto, si el recurso se presentó el tres de mayo de dos mil once, éste es oportuno; haciéndose constar que los días dieciséis, diecisiete, veintitrés, veinticuatro y treinta de abril; uno de mayo, fueron inhábiles por ser sábados y domingos. Así como los días del veinte al veintidós de abril, fueron inhábiles de conformidad con la Circular 13/2011 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal. TERCERO.- Legitimación. La parte que interpone el recurso, se encuentra legitimada de conformidad con lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley de Amparo, toda vez que es el delegado de la autoridad responsable, Comisión Federal 7 R.A. 253/2011 de Competencia, quien fue reconocido en esos términos por el juez de Distrito.1 CUARTO.- Presupuestos y cuestiones necesarias para resolver el asunto. 1. Antecedentes del juicio de amparo indirecto de origen. La parte quejosa demandó la protección constitucional respecto del acto reclamado consistente en la resolución de diez de junio de dos mil diez, dictada por el Pleno de la Comisión Federal de Competencia, en la que resuelve el recurso de reconsideración interpuesto y confirma la diversa resolución de veintiocho de enero de dos mil diez en la que se determinó que la parte quejosa tuvo participación en la comisión de la práctica monopólica absoluta prevista en el artículo 9, fracción IV, de la Ley Federal de Competencia Económica; así como el Oficio de Probable Responsabilidad de once de marzo de dos mil nueve. También reclamó la constitucionalidad del artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica. Al momento de dictar la sentencia correspondiente, el juez de origen determinó sobreseer en el juicio y conceder el amparo solicitado para el efecto de que se emita una nueva resolución debidamente fundada y motivada. 2. Decisiones esenciales que contiene la sentencia recurrida. En la sentencia que se recurre, se determinó conceder el amparo solicitado por la parte quejosa, con apoyo 1 (foja 603 de autos) 8 R.A. 253/2011 en las consideraciones esenciales siguientes: 2.1. En el considerando Quinto de la sentencia que se revisa, se determinó sobreseer en el juicio por lo que hace al artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, en virtud de que no se estaba en presencia del primer acto de aplicación, pues ambos quejosos habían combatido con anterioridad dicho precepto en el juicio de amparo 927/2009, del índice del propio juzgado Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, por lo que se sobreseyó en el juicio constitucional con fundamento en la fracción XII del artículo 73 de la Ley de Amparo. 2.2. Respecto del fondo del asunto, analizó el segundo concepto de violación y lo calificó de fundado, argumentando el a quo que la parte quejosa demostró que durante el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, la autoridad no llevó a cabo actuación alguna en el expediente administrativo I0-03/2006, que interrumpiera el plazo previsto en el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, por lo que debió decretar el cierre de la investigación por inactividad procesal. QUINTO.- Síntesis de los agravios propuestos a estudio. La autoridad recurrente, Pleno de la Comisión Federal de Competencia, hace valer, en síntesis, los agravios siguientes: En el primer agravio, sostiene que el juez consideró fundado un concepto de violación notoriamente inoperante, puesto que el segundo concepto de violación analizado no es 9 R.A. 253/2011 más que una mera transcripción y repetición del cuarto agravio vertido por la quejosa en su recurso de reconsideración. En el segundo agravio propuesto a estudio, señala que el juez del conocimiento omitió señalar la forma en que el quejoso acreditó la supuesta inactividad procesal, lo que se traduce en una indebida motivación de la sentencia recurrida; esto es, no señala en forma detallada y clara cómo es que la quejosa acreditó la inactividad procesal, pues no hace alusión a prueba alguna que haya tomado en consideración para acreditar tal extremo. En su tercer y último agravio, señala la recurrente que no se actualizó la caducidad procesal a que se refiere el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, pues se encuentra acreditado en los autos del juicio de amparo de origen que sí se realizaron actuaciones entre el tres de febrero y el tres de septiembre, ambos de dos mil ocho. Que lo anterior se puede corroborar con la transcripción que se hizo de la foja 19 del Oficio de Probable Responsabilidad, de donde se advierte que si se realizaron actuaciones durante el periodo que señala el a quo, así como también en fojas 86 y subsecuentes de la resolución que resuelve el recurso de reconsideración, en donde se elaboró un cuadro donde se describen los actos que se efectuaron en el periodo en que supuestamente existió inactividad procesal. SEXTO.- Problemática jurídica a resolver. La litis en el presente asunto se ciñe al estudio de violaciones procedimentales y formales, así como violaciones de fondo en 10 R.A. 253/2011 cuanto a la calificación de los hechos; esto es, si la conducta o elementos que existen en el expediente son suficientes para acreditar una participación directa por la parte quejosa en la comisión de la práctica monopólica de carácter absoluto imputada. SÉPTIMO.- Consideraciones que no son materia del recurso de revisión. No son materia de la revisión los razonamientos contenidos en los considerandos Tercero y Quinto de la sentencia recurrida, en los que se determina sobreseer en el juicio, en el primero, por lo que hace al acto atribuido al director General de Asuntos Jurídicos de la Comisión Federal de Competencia, al haber negado la existencia del mismo sin que se existiera prueba que desvirtuara dicha negativa; y, en el segundo, por lo que hace al artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, al haberse actualizado la causal de improcedencia contenida en la fracción XII del artículo 73 de la Ley de Amparo. Lo anterior es así, debido a que no existe agravio en contra por la parte a quien pudiera perjudicar; en consecuencia, se declaran firmes las consideraciones de mérito. Apoya lo anterior la jurisprudencia siguiente2: “REVISIÓN EN AMPARO. LAS CONSIDERACIONES NO IMPUGNADAS DE LA SENTENCIA DEBEN DECLARARSE FIRMES. Cuando la sentencia recurrida se apoya en dos o más consideraciones desvinculadas entre sí y cada una de ellas sustenta la declaratoria de 2 Jurisprudencia 1ª./J 62/2006, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXIV, septiembre de 2006, página 185. 11 R.A. 253/2011 inconstitucionalidad de distintos preceptos o actos, no deben estimarse inoperantes los agravios expresados por la parte recurrente que controvierten sólo una de esas consideraciones, pues al tratarse de razonamientos que revisten autonomía, el recurrente se encuentra en posibilidad legal de combatir únicamente la parte de la sentencia que estime contraria a sus intereses. En ese orden de ideas, cuando alguna consideración de la sentencia impugnada afecte a la recurrente y ésta no expresa agravio en su contra, tal consideración debe declararse firme.” OCTAVO.- Corrección de incongruencia de oficio por parte de este Tribunal. Este Tribunal procede a corregir, de oficio, una incongruencia que se advierte en la sentencia que se recurre, consistente en el hecho de que en el último párrafo de su considerando Quinto, el juez del conocimiento sostuvo que al no existir diversa causal de improcedencia que hicieran valer las partes, o que se advirtiera de oficio, procedía al estudio del fondo de la cuestión sujeta a debate, cuando lo cierto es que dicha afirmación resultó errónea, pues en el caso existen causas de improcedencia pendientes de estudio hechas valer por las autoridades responsables, presidente de la República, Cámara de Senadores, presidente y secretario Ejecutivo, ambos de la Comisión Federal de Competencia. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que a continuación se reproduce3: “SENTENCIA DE AMPARO. INCONGRUENCIA ENTRE LOS RESOLUTIVOS Y LA PARTE CONSIDERATIVA, EL TRIBUNAL REVISOR DEBE CORREGIRLA DE OFICIO. Siendo el dictado de las sentencias de amparo y su correcta formulación una 3 Jurisprudencia número P./J.133/99, publicada en el Semanario Judicial de la federación y su Gaceta, Novena Época, tomo X, noviembre de 1999, página 36. 12 R.A. 253/2011 cuestión de orden público, al constituir la base del cumplimiento correcto que eventualmente pudiera darse a la ejecutoria de amparo, evitando ejecutorias forzadas e incongruentes que lleven a un imposible cumplimiento, además de que en las incongruencias puedan verse involucradas causales de improcedencia que son también de orden público y de estudio oficioso, y en atención a que el artículo 79 de la Ley de Amparo otorga al juzgador la facultad de corregir los errores en la cita de garantías violadas, para amparar por las realmente transgredidas dicha facultad debe ser aplicada, por igualdad de razón, al tribunal revisor para corregir de oficio las incongruencias que advierta en las sentencias, ajustando los puntos resolutivos a las consideraciones de la misma, pues son éstas las que rigen el fallo y no los resolutivos, contemplándose la posibilidad de que, en el supuesto de que una incongruencia fuese de tal modo grave que su corrección dejara a alguna de las partes en estado de indefensión, el órgano revisor revocará la sentencia y ordenará la reposición del procedimiento para que el Juez de Distrito emita otra resolución, toda vez que es un error no imputable a ninguna de las partes y que puede depararles un perjuicio no previsto en su defensa. Lo anterior no debe confundirse con la suplencia de la queja, en virtud de que la coherencia en las sentencias de amparo al igual que la improcedencia del juicio es de orden público y por ello de estudio oficioso, y la suplencia de la queja presupone la interposición del medio de defensa por la parte perjudicada y sólo se lleva a cabo en los supuestos previstos por el artículo 76 bis de la Ley de Amparo, para beneficio o por interés del sujeto a quien se le suple la queja, y no del bien común de la sociedad que deposita su orden jurídico, entre otros, en los órganos judiciales. Por las razones expuestas se abandona el criterio sostenido en la tesis visible en las páginas mil doscientos cuarenta y siete y mil doscientos cuarenta y ocho de la Primera Parte, Sección Segunda del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de mil novecientos diecisiete a mil novecientos ochenta y ocho, cuyo rubro dice: "SENTENCIA DE AMPARO CONTRA LEYES. INCONGRUENCIA ENTRE LOS RESOLUTIVOS Y LA PARTE CONSIDERATIVA. CUÁNDO NO PUEDE CORREGIRSE DE OFICIO.", en virtud de que éste se supera con lo mencionado, toda vez que, como se explicó el dictado de la sentencia y su congruencia son de orden público, y por ende, de estudio oficioso, existiendo la posibilidad de revocar la 13 R.A. 253/2011 sentencia y ordenar la reposición del procedimiento para el efecto de que se dicte otra, cuando la corrección de la incongruencia sea de tal manera grave que se deje en estado de indefensión a alguna de las partes, pero de no ser así, el órgano revisor de oficio debe corregir la incongruencia que advierta en la sentencia recurrida, máxime que se encuentra sub judice y constituirá la base del cumplimiento que eventualmente pudiera dársele.” Por tanto, se corrige la incongruencia anotada y se procede al estudio de las causales de improcedencia cuyo estudio se omitió, en el entendido de que ello es una cuestión de orden público y estudio preferente como lo dispone el último párrafo del artículo 73 de la Ley de Amparo, cuyo análisis es dable realizar en cualquier etapa del juicio hasta antes de que la sentencia cause ejecutoria. En primer término, se analizan las causales de improcedencia planteadas por el director General de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Senadores y presidente de la República4, al estar íntimamente relacionadas, pues en ellas se argumenta, respecto del primero, que la sola discusión, aprobación y emisión de la norma impugnada no depara afectación alguna en la esfera jurídica del quejoso; y, respecto del segundo, aduce que en lo tocante al acto atribuido al ejecutivo (promulgación de la ley cuestionada), no vierte conceptos de violación que cuestionen el acto en sí mismo, así como también que respecto del artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, existe consentimiento expreso en cuanto a su contenido. Se estima que las causales de improcedencia en análisis 4 Mismas que se encuentran en los informes justificados que obran en fojas 256 y 279 a 280 del cuaderno de amparo. 14 R.A. 253/2011 son inatendibles, básicamente por el hecho de que las mismas van encaminadas a demostrar la improcedencia del juicio respecto de los actos del proceso legislativo inherentes a las autoridades que se mencionan y que culminaron con la emisión de la norma cuestionada del ordenamiento de marras, siendo que en la sentencia que se recurre, se sobreseyó en el juicio por lo que hace al artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, quedando firme dicho sobreseimiento por no haberse controvertido por la parte a quien pudiese perjudicar. En atención a ello, es que se estima innecesario el estudio de las causales propuestas, pues a nada práctico conduciría en virtud de haberse sobreseído en el juicio respecto de la norma tildada de inconstitucional. En otro orden de ideas, este tribunal advierte, de oficio, que respecto del acto consistente en la emisión del oficio de probable responsabilidad de once de marzo de dos mil nueve, se actualiza la causa de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el diverso 114, fracción II, segundo párrafo, ambos de la Ley de Amparo, por las razones que se exponen a continuación. Este tribunal colegiado ha sostenido el criterio de que el procedimiento de investigación de prácticas monopólicas seguido por la Comisión Federal de Competencia consta de tres etapas: de investigación, audiencia en forma de juicio e impugnación. La primera etapa, de carácter inquisitorio, tiende a recabar los medios de prueba que permitan presumir la 15 R.A. 253/2011 existencia de actos o prácticas prohibidas por la ley, concluyendo con el oficio de presunta responsabilidad. En la segunda etapa se especifican las conductas monopólicas o prohibidas observadas en la etapa anterior, concretando y precisando los hechos, circunstancias de realización y normas violentadas; se señala el presunto infractor y las razones que se tuvieron para tenerlo con tal carácter, se ordena su emplazamiento para que en un plazo de treinta días naturales comparezca a manifestar lo que a su interés convenga y exhiba las pruebas que estime pertinentes; se fija un plazo no mayor a treinta días naturales para formular alegatos y culmina con una resolución final que debe dictarse dentro de los sesenta días naturales siguientes. La tercera y última etapa tiene como objeto impugnar la resolución que pone fin al procedimiento anterior; o bien, la que tenga por no presentada la denuncia o por no notificada una concentración, con la posibilidad de de modificar, revocar o confirmar la decisión. Apoyan lo anterior la jurisprudencia emitida por este tribunal, que se transcribe a continuación5: “COMPETENCIA ECONÓMICA. ETAPAS DEL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS SEGUIDO POR LA COMISIÓN FEDERAL RELATIVA (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 28 DE JUNIO DE 2006). De la lectura de los artículos 23, 24, fracción I, 30, 31, primer párrafo, 33 y 39 de la Ley Federal de Competencia Económica, vigentes hasta el 28 de junio de 2006, así como de los diversos 23, fracción I, 25, fracción I, 27, 5 Jurisprudencia I.4°.A.J/50, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXV, mayo de 2007, página 1690. 16 R.A. 253/2011 párrafo primero, 30, 31 y 52 de su reglamento, se concluye que el procedimiento de investigación de prácticas monopólicas seguido por la Comisión Federal de Competencia se compone de tres etapas: la primera, de carácter inquisitorio, que tiende a recabar los medios de prueba que permiten presumir la existencia de actos o prácticas prohibidas por la ley y concluye con el oficio de presunta responsabilidad; la segunda en la que se especifican las conductas monopólicas o prohibidas observadas en la etapa anterior, concretando y precisando los hechos, las circunstancias de realización y las normas violentadas; se señala al presunto infractor y las razones que se tuvieron para considerarlo con ese carácter; se ordena su emplazamiento para que en un plazo de treinta días naturales, comparezca a manifestar lo que a su interés convenga y exhiba las pruebas que estime pertinentes; se fija un plazo no mayor de treinta días naturales para formular alegatos y culmina con una resolución que debe dictarse dentro de los sesenta días naturales siguientes; además se desarrolla como un procedimiento seguido en forma de juicio donde se despliegan los actos necesarios para dictar una resolución definitiva, respetando las formalidades esenciales del procedimiento y el derecho de defensa, brindando al presunto infractor la oportunidad de alegar y probar en su favor; y la tercera tiene como objeto impugnar la resolución que ponga fin al procedimiento anterior, o bien, la que tenga por no presentada la denuncia o por no notificada una concentración, con la posibilidad alternativa de revocarla, modificarla o confirmarla.” En este contexto, las actuaciones practicadas durante la primera fase no trascienden a la esfera jurídica de los agentes económicos denunciados para efectos de la procedencia del juicio de amparo, pues es el inicio de una fase en la que no existe todavía la determinación de los hechos y normas cuya violación pueda constituir una infracción, ni la plena identificación del o los sujetos a quien deba oírse como probables responsables, pues su objetivo es recabar los medios de prueba que permitan determinar si existe o no una práctica prohibida por la ley, situación que también aplica en lo tocante al oficio de presunta responsabilidad, emitido este en la fase de 17 R.A. 253/2011 audiencia, pues tampoco afecta el interés jurídico de la persona a quien va dirigido, pues será hasta que se dicte la resolución del recurso de reconsideración en que será posible controvertirlo. En esta línea de pensamiento, se considera que el amparo indirecto en contra de la emisión del oficio de probable responsabilidad es improcedente, pues al estar inserto dentro de la fase de un procedimiento en forma de juicio, se estima que debe combatirse, en su caso, hasta que culmine el mismo, por lo que no es dable reclamarlo como acto destacado. Apoyan la anterior determinación las tesis emitidas por este Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito y el Séptimo Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito, respectivamente, que a continuación se transcriben: “COMPETENCIA ECONÓMICA. EL OFICIO DE PRESUNTA RESPONSABILIDAD DICTADO EN EL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS SEGUIDO POR LA COMISIÓN FEDERAL RELATIVA, NO ES UN ACTO CUYOS EFECTOS SEAN DE IMPOSIBLE REPARACIÓN PARA LA PROCEDENCIA DEL AMPARO INDIRECTO. El procedimiento de investigación de prácticas monopólicas seguido por la Comisión Federal de Competencia se desenvuelve en dos fases: La primera, que puede iniciar de oficio o a instancia de parte interesada, tiene como objetivo verificar que la actuación de uno o varios agentes económicos se apegue a las disposiciones sobre la materia y, en caso de considerar que las incumplen, deben recabarse los medios de prueba que lo acrediten y permitan establecer fundadamente la presunta responsabilidad de aquél o aquéllos. La segunda, que inicia con la determinación de presunta responsabilidad, tiene como propósito permitir al destinatario del oficio 18 R.A. 253/2011 relativo, manifestarse en relación con las imputaciones que se le hacen, refutar las apreciaciones en que se apoye la autoridad y ofrecer y desahogar las pruebas que estime pertinentes en su defensa; posteriormente, la citada comisión fijará un plazo no mayor a treinta días naturales para formular alegatos, hecho lo cual, deberá dictar la resolución correspondiente. Así, la serie de actos realizados a partir de la notificación de la determinación de presunta responsabilidad, integra un procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, en el que la decisión de sujetarlo a un agente económico, contenida en el citado oficio, es una resolución cuyos efectos sólo son de carácter procesal, que al no afectar derecho fundamental alguno no puede tener un carácter irreparable, pues únicamente impone al presunto responsable la carga de aceptar o controvertir los hechos, pruebas y consideraciones con base en las cuales la indicada comisión le atribuye la realización de determinadas prácticas anticompetitivas, de manera que es en la resolución final donde se decidirá si se considera que actuó contrariamente a las prescripciones de la Ley Federal de Competencia Económica, y será en esta etapa del procedimiento donde pueda generarse, en su caso, una afectación a sus derechos sustantivos. En esas circunstancias, el oficio de presunta responsabilidad no es un acto cuyos efectos sean de imposible reparación para la procedencia del juicio de amparo indirecto.” “COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA. EL OFICIO DE PRESUNTA RESPONSABILIDAD DICTADO EN EL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS, POR REGLA GENERAL, NO ES COMBATIBLE MEDIANTE EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO. El oficio de presunta responsabilidad a que hace referencia el artículo 30 del Reglamento de la Ley Federal de Competencia Económica, da inicio a la segunda etapa del procedimiento de investigación de prácticas monopólicas, el cual es un procedimiento seguido en forma de juicio. Por tanto, si la parte quejosa reclama mediante el juicio de amparo indirecto aquella determinación, por regla general se actualiza la causa de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el diverso numeral 114, fracción II, segundo párrafo, ambos de la Ley de Amparo, toda vez que la acción constitucional de amparo deberá intentarse hasta que se dicte la resolución definitiva, ya sea por violaciones cometidas 19 R.A. 253/2011 en esta última o durante el procedimiento, dentro del cual queda comprendido el oficio de presunta responsabilidad, si por virtud de éstas se hubiere dejado en estado de indefensión al quejoso, a no ser que el amparo sea promovido por persona extraña a la controversia.” En consecuencia, lo que procede es decretar el sobreseimiento del juicio de amparo respecto del acto reclamado consistente en la emisión del oficio de probable responsabilidad atribuido al presidente y secretario Ejecutivo de la Comisión Federal de Competencia con apoyo en la fracción III del artículo 74 de la Ley de Amparo, por haberse actualizado la causal prevista en el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el diverso 114, fracción II, segundo párrafo, del mismo ordenamiento. En atención a lo decidido en los párrafos que anteceden, es innecesario el estudio de las causales de improcedencia propuestas a estudio por el presidente y secretario Ejecutivo de la Comisión Federal de Competencia, respecto del acto atribuido a ambas consistente en la emisión del oficio de probable responsabilidad dentro del expediente IO-03-2006, pues como se precisó, el juicio de amparo ha resultado improcedente respecto de dicho acto. Salvada la incongruencia anotada y estudiadas las causales de improcedencia omitidas, se entra al estudio de los agravios propuestos a estudio. NOVENO.- Análisis de los agravios propuestos a estudio. Por cuestión de método, se realizará el análisis de los agravios propuestos a análisis en un orden diverso al 20 R.A. 253/2011 propuesto, iniciando con el tercer agravio, ello con la finalidad de resolver la cuestión efectivamente planteada y atendiendo principalmente al hecho de que el juez de Distrito, en la sentencia recurrida, concedió la protección constitucional, medularmente, por considerar que en el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, la autoridad recurrente no realizó actuación alguna en el expediente administrativo de origen, por lo que se debió decretar el cierre de la investigación por inactividad procesal y, en contrapartida, la autoridad recurrente sostiene en el agravio que se estudiará en seguida, que no se actualizó la caducidad por inactividad procesal, pues sí realizaron actuaciones en el periodo de referencia. Con apoyo en lo anterior, se procede al análisis del tercer agravio propuesto a estudio, pues de resultar fundado, haría innecesario el estudio de los demás al haberse destruido la razón en la que descansa la concesión del amparo. El agravio sujeto a análisis se califica de fundado y suficiente, con apoyo en las consideraciones que a continuación se exponen: Como se ha narrado en líneas que anteceden, el juez del conocimiento determinó conceder el amparo solicitado bajo el argumento sustancial de que durante el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, la autoridad recurrente no realizó actuación alguna en el expediente administrativo de origen que interrumpiera el plazo previsto en el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, por lo que se debió decretar el cierre de la 21 R.A. 253/2011 investigación por inactividad procesal. Por su parte la recurrente, en el agravio que se analiza, sostiene que durante la tramitación del expediente administrativo de origen, no se actualizó la caducidad procesal a que se refiere el artículo 30 de la ley especial, pues se encuentra acreditado que durante el periodo que señala el a quo, si realizó actuaciones, resultando falso que no se haya efectuado acto procesal alguno. Ahora bien, lo argumentado por la autoridad recurrente se estima correcto, pues de las constancias que obran en el expediente administrativo de origen, se advierte evidencia de que sí se realizaron actuaciones en el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, por lo que no se actualizó la caducidad procesal. Antes de demostrar la afirmación que antecede, es preciso transcribir el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, destacando específicamente sus párrafos sexto y séptimo, que es del tenor siguiente: “ARTÍCULO 30. La investigación de la Comisión se inicia de oficio o a petición de parte. El Secretario Ejecutivo dictará el acuerdo de inicio y publicará en el Diario Oficial de la Federación un extracto del mismo, el cuál deberá contener, cuando menos, la probable violación a investigar y el mercado en el que se realiza, con el objeto de que cualquier persona pueda coadyuvar en dicha investigación. El extracto podrá ser difundido en cualquier otro medio de comunicación cuando el asunto sea relevante a juicio de la Comisión. En ningún caso, se revelará en el extracto el nombre, denominación o razón social de los agentes económicos involucrados en la investigación. El periodo de investigación comenzará a contar a partir 22 R.A. 253/2011 de la publicación del extracto y no podrá ser inferior a treinta ni exceder de ciento veinte días. Este periodo podrá ser ampliado hasta en cuatro ocasiones, por períodos de hasta ciento veinte días, cuando existan causas debidamente justificadas para ello. Si en cualquier estado de la investigación, la Comisión no ha efectuado acto procesal alguno por más de 60 días, se decretará el cierre del expediente, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiera derivar por dicha inactividad de los funcionarios públicos. La Comisión dictará el acuerdo de conclusión del periodo de investigación, al día siguiente en que concluya o al del vencimiento del plazo a que se refiere el párrafo anterior.” Del artículo que antecede, se desprende que el mismo regula lo relativo al modo en que puede dar inicio una investigación por parte de la comisión; la forma, contenido y publicación del extracto del acuerdo de inicio de investigación; el momento a partir del cual comienza el periodo de investigación y su temporalidad (no menor a treinta días ni exceder de ciento veinte), así como la posibilidad de que el periodo sea ampliado cuando exista justificación para ello. Por otro lado, el numeral que se analiza prescribe que, si en cualquier estado de la investigación, la Comisión no efectúa acto procesal alguno por mas de sesenta días, se decretará el cierre del expediente, dictando el acuerdo que corresponda al día siguiente de que concluya la investigación o del vencimiento del plazo de sesenta días. El numeral en la parte que interesa para el asunto, indica como presupuesto indispensable para que se decrete el cierre del expediente, que la Comisión Federal de Competencia no realice acto procesal alguno por más de sesenta días. 23 R.A. 253/2011 Tomando esto como punto de referencia, debe decirse que esta condición no se cumple, pues en el periodo a que hace alusión el juez de Distrito, esto es del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, sí se realizaron actos procesales por parte de la Comisión Federal de Competencia, como a continuación se evidencia: En la resolución al recurso de reconsideración de fecha diez de junio de dos mil diez, misma que constituye el acto reclamado, específicamente en fojas 25 y 25 vuelta, la autoridad recurrente expuso los argumentos siguientes: “… Ahora bien, en el presente argumento la recurrente plantea un periodo diferente al establecido en su escrito de contestación al oficio de probable responsabilidad, y señala que no existió actuación procesal alguna entre el tres de febrero de dos mil ocho y el tres de septiembre del mismo año. La anterior afirmación tiene fundamento en que el primer día del periodo señalado resultaba imposible que existiese actuación alguna, ya que el tres de febrero de dos mil ocho fue domingo, lo que desvirtúa por completo el argumento hecho valer por la recurrente. Aun cuando su argumento resulta novedoso al alegar violaciones procesales derivadas de periodos que no había alegado en su contestación al oficio de probable responsabilidad, debe indicarse a la recurrente que el presente puede ser atendido en razón de que la caducidad puede ser alegada en este momento procesal. Debe indicársele a la recurrente que de cualquier manera, su argumento resulta infundado, ya que obran en el expediente actos procesales de esta autoridad entre las fechas señaladas. Inclusive el recurrente se amparo contra el acuerdo por el cual se tuvo por desechada su solicitud de cierre del expediente por inactividad procesal, mismo que fue sobreseído por el Poder Judicial de la federación en los expedientes 927/2009-III y R.A. 505/2009. En este sentido, su argumento nuevamente queda desvirtuado, ya que aun y teniendo conocimiento de tales actuaciones, afirma 24 R.A. 253/2011 que éstas no existieron para tratar de dejar sin efectos la resolución recurrida. Para clarificar la situación, a continuación se muestra un cuadro en el que se describen todos los actos que realizó la CFC, las fechas en que se emitieron, el vencimiento de los plazos otorgados, la fecha en que recayó un acuerdo a la contestación y los días transcurridos desde la emisión de cada acto. …” De la transcripción que antecede, se advierte que la Comisión Federal de Competencia se ocupó del argumento relativo a la caducidad por inactividad procesal señalando, en primer término, que el día tres de febrero de dos mil ocho fue domingo, por lo que no puede empezar a contar dicho plazo en ese momento, abundando además que obran en el expediente actos procesales en el lapso de tiempo que señala la quejosa, señalando incluso que interpuso amparo contra el acuerdo por el cual se tuvo por desechada su solicitud de cierre del expediente por inactividad procesal. A continuación, se contiene un cuadro6 que contiene las actuaciones realizadas por la COFECO en el tiempo que, erróneamente, el juez del conocimiento sostiene que no hubo actos procesales, destacando de dicho cuadro las actuaciones siguientes: 1. veintiuno de febrero de dos mil ocho: Acuerdo del Pleno de la CFC por el que se amplía el periodo de investigación por ciento veinte días más en términos del artículo 30 de la LFCE. 2. dos de abril de dos mil ocho: Emisión y notificación del oficio número DGIPMARCI-10-096-2008037 mediante el cual la Comisión le requirió al IMSS información relacionada con las licitaciones públicas 6 Cuadro que obra en las páginas 44 a 47 de la resolución que constituye el acto reclamado. 25 R.A. 253/2011 durante el periodo comprendido entre enero de dos mil siete y marzo de dos mil ocho. 3. veintiocho de mayo de dos mil ocho: Contestación del IMSS al requerimiento de información señalado en el punto inmediato anterior. 4. treinta de mayo de dos mil ocho: Acuerdo mediante el cual se tuvo por presentada la información requerida al IMSS y por desahogado el requerimiento realizado. 5. seis de junio de dos mil ocho: Acuerdo por el que se tiene por presentada la información adicional correspondiente al oficio DGIPMARCI-10-096-2008-037 dirigido al titular de la División de Mercados y Estudios de farmaco-economía del IMSS. 6. quince de julio de dos mil ocho. Acuerdo por el que se ordena imprimir la información entregada por el IMSS de manera electrónica en contestación al oficio DGIPMARCI-10-096-2008-037. 7. cuatro de septiembre de dos mil ocho. Acuerdo por el que se señala a Probiomed que no han transcurrido más de sesenta días de inactividad en el expediente administrativo de origen. En ese mismo día se emitió ampliación del plazo de investigación por el Pleno de la CFC. Además de lo anterior, las actuaciones que con anterioridad se han plasmado, también se narraron en el capítulo de antecedentes del oficio de probable responsabilidad de once de marzo de dos mil nueve, mismo que en sus puntos 26 R.A. 253/2011 32 a 357, dicen lo siguiente: “... 32. El veintiuno de febrero de dos mil ocho, el Pleno de esta comisión emitió un acuerdo, ante la fe del secretario Ejecutivo, mediante el cual se ordenó ampliar el plazo de la presente investigación por ciento veinte días hábiles contados a partir del veintinueve de febrero de dos mil ocho. 33. El dos de abril de dos mil ocho el DGIPMARCI emitió una solicitud de información y documentos al coordinador de Abastecimiento y Equipamiento del IMSS, mediante oficio número DGIPMARCI-10-2008037. El oficio referido fue notificado el dos de abril de dos mil ocho. En virtud de lo anterior, el veintiocho de mayo de dos mil ocho, el titular de la Dirección de Administración y Evaluación de Delegaciones del IMSS (DAEDIMSS) presentó la información solicitada, por lo que mediante acuerdo de treinta de mayo de dos mil ocho emitido por el DGIPMARCI, se tuvo por desahogado el citado oficio. Asimismo, el cuatro de junio de dos mil ocho el titular de la DAEDIMSS presentó información complementaria en alcance a su escrito de veintiocho de mayo de dos mil ocho. Mediante acuerdo de seis de junio de dos mil ocho, emitido por el DGIPMARCI, se tuvo por presentado la información adicional proporcionada. El quince de julio de dos mil ocho, el DGIPMARCI emitió un acuerdo mediante el cual ordenaba la impresión de la información presentada de manera electrónica en los escritos de veintiocho de mayo y cuatro de junio del dos mil ocho. 34. El tres de septiembre de dos mil ocho, el representante de Probiomed solicitó a esta Comisión el cierre del expediente de investigación de oficio IO-032006. Derivado de anterior, mediante acuerdo de cuatro de septiembre de dos mil ocho, publicado en las listas de notificación de esta Comisión el cinco del mismo mes y año, y emitido por el director de Investigación de Prácticas Monopólicas Absolutas y Restricciones al Comercio Interestatal (en adelante, DIPMARCI), de conformidad con el acuerdo PRES-10-096-2008-136, se acordó negativamente lo solicitado. 35. El cuatro de septiembre de dos mil ocho, el Pleno de esta Comisión emitió un acuerdo, con la fe del secretario Ejecutivo, mediante el cual se ordenó ampliar 7 Páginas 19 a 20 del oficio de probable responsabilidad. 27 R.A. 253/2011 el plazo de la presente investigación por ciento veinte días hábiles contados a partir del diez de septiembre de dos ml ocho. El plazo en mención finaliza el diecisiete de marzo de dos mil nueve. …” De lo anterior se evidencia que, contrario al dicho del juez del conocimiento sí se realizaron actuaciones en el periodo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho. Demostrado que si se realizaron actos procesales por parte de la CFC, el siguiente paso es verificar si en este inter de tiempo (tres de febrero a tres de septiembre de dos mil ocho) en que se realizaron los actos procesales descritos, transcurrieron los sesenta días que exige la ley de la materia para decretar el cierre del expediente por inactividad procesal. Previo a realizar el cómputo pertinente, debe decirse que el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica prevé, como se vio, que para decretar el cierre del expediente deben transcurrir más de sesenta días sin que se realice actuación procesal alguna, sin distinguir si se trata de días naturales o hábiles; sin embargo, el artículo 4°8 del reglamento de dicha ley, dispone que cuando la ley o reglamento hagan referencia a días, se entenderán como hábiles, salvo disposición en contrario, por lo que el cómputo a que hace referencia el penúltimo párrafo del artículo 30 de la ley de la materia debe entenderse referido a días hábiles. 8 ARTÍCULO 4. Cuando la Ley o el presente Reglamento hagan referencia a días se entenderán como hábiles, salvo disposición en contrario. Cuando no se especifique plazo, se entenderán cinco días hábiles para cualquier actuación. 28 R.A. 253/2011 Precisado lo anterior, se realiza el cómputo de los días que mediaron entre cada actuación en el lapso de tiempo comprendido del tres de febrero al tres de septiembre de dos mil ocho, a fin de verificar si transcurrieron los sesenta días que exige la ley. 13 días de inactividad 24 días de inactividad 39 días de inactividad 5 días 54 días MES FEBRERO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 MARZO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 ABRIL 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 MAYO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 JUNIO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 JULIO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 AGOSTO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 SEPTIEMBRE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 *Días inhábiles según el calendario anual de suspensión de labores para 2008 de la CFC. 3 al 21 de febrero la CFC emite el acuerdo por el que se amplía el período de investigación por 120 días más. 22 Febrero empieza el nuevo plazo y se interrumpe el 2 de abril, la CFC requiere al IMSS información. 3 Abril reinicia plazo, no se llega a culminar, ya que el 30 de mayo la CFC acuerda tener por presentada la información del IMSS. 2 junio inicia el conteo del plazo y se interrumpe el 6 por acuerdo de la CFC ya que se tuvo por presentada la información adicional. 9 junio empieza el conteo y se interrumpe el 4 de septiembre, por la ampliación del plazo de investigación de la CFC. De lo anterior se desprende que es errónea la determinación del juez de Distrito, pues, en primer término, sí se realizaron actuaciones procesales por parte de la CFC en el periodo de tiempo entre el tres de febrero y el tres de septiembre de dos mil ocho; y, en segundo lugar, porque tampoco se actualizó la inactividad procesal por más de sesenta días en dicho lapso. 29 R.A. 253/2011 En razón de lo anterior, es que se considera fundado y suficiente para revocar la sentencia recurrida el agravio tercero analizado, pues al haberse demostrado que la CFC si realizó actos procesales y que no se actualizó la inactividad procesal, es que se derrota el motivo sustancial que sostuvo el a quo para conceder el amparo solicitado. En virtud del resultado alcanzado, y siendo suficiente el agravio analizado para revocar la sentencia, es innecesario el estudio de los restantes, siendo procedente pronunciarse respecto de los conceptos de violación cuyo estudio omitió el juzgador en términos del artículo 91, fracción I, de la Ley de Amparo. DÉCIMO.- Análisis de los conceptos de violación omitidos. En primer término, debe resaltarse el contexto en que se da la resolución que constituye el acto reclamado a) Mediante información proporcionada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (en adelante IMSS), la Comisión Federal de Competencia tuvo conocimiento que en diversas licitaciones de medicamentos realizadas, algunos participantes presentaron posturas que probablemente fueron resultado del establecimiento, concertación o coordinación entre sus participantes, lo que pudo configurar una conducta prohibida por la fracción V del artículo 9 de la Ley Federal de Competencia Económica. b) En respuesta a lo anterior, la Comisión Federal de Competencia publicó en el Diario Oficial de la Federación el 30 R.A. 253/2011 quince de agosto de dos mil seis, el extracto del acuerdo de inicio de investigación por probables prácticas monopólicas absolutas cometidas en diversos mercados de medicamentos licitados por el sector salud en territorio nacional. c) Del texto del Oficio de Probable Responsabilidad, y en concreto de la resolución de veintiocho de enero de dos mil diez, se desprende que la investigación se centró en analizar la presunta colusión entre cuatro empresas farmacéuticas para establecer, concertar y coordinar posturas en licitaciones públicas celebradas por el IMSS para la compra de insulina humana y, por otro lado, sobre la colusión entre tres empresas farmacéuticas en licitaciones celebradas por el instituto mencionado para la compra de sueros y soluciones electrolíticas. d) El periodo de investigación a que fueron sometidas las presuntas conductas anticompetitivas comprendió del uno de enero de dos mil dos al nueve de marzo de dos mil nueve (poco más de siete años). e) La manera en que operaron las seis empresas que participaron en las colusiones significó que alcanzaron un acuerdo entre ellas para elevar los precios de venta de los medicamentos licitados por el IMSS, abusando del diseño empleado en las licitaciones celebradas, lo que fue posible con base en los canales de comunicación disponibles y que fueron utilizados por las empresas competidoras. El resultado de lo anterior es que las empresas farmacéuticas alternaban las posturas –tanto ganadoras como perdedoras- en cada licitación, repartiéndose casi la totalidad de las mismas. 31 R.A. 253/2011 f) Los agentes económicos investigados (personas jurídicas), fueron los siguientes: Eli Lilly y Compañía de México, s.a. de c.v.; Laboratorios Cryopharma, s.a. de c.v.; Probiomed, s.a. de c.v.; Laboratorios Pisa, s.a. de c.v.; Fresenius Kabi México, s.a. de c.v.; y Baxter, s.a. de c.v.. (Entre otras personas físicas, el quejoso fue investigado como empleado de Probiomed, s.a. de c.v.). g) El mercado investigado fue el de medicamentos licitados por el sector salud en el territorio nacional, los cuales se dividieron en dos grupos: h) Un primer grupo para la insulina humana, donde concurren diez laboratorios registrados ante el Consejo de Salubridad General, dentro de los cuales están Cryopharma, Eli Lilly, Pisa y Probiomed. i) Un segundo grupo para soluciones electrolíticas y sueros, donde concurren Baxter, Fresenius y Pisa de entre las empresas registradas ante el consejo citado. Por lo anterior, se tiene como mercado investigado los que constituyen cada uno de los medicamentos en cuestión. De conformidad con las bases de las licitaciones convocadas por el IMSS, los bienes considerados en los procedimientos son medicamentos genéricos intercambiables, lo que implica que utilizan los mismos ingredientes activos, y además, son equivalentes por su dosificación, seguridad, potencia, calidad, efecto en el organismo y tiempo que dura en 32 R.A. 253/2011 la sangre. Por lo anterior, la decisión de quién resulte ganador en cada licitación está determinada a favor del proveedor que ofrezca el menor precio. Las licitaciones sujetas a investigación son licitaciones a sobre cerrado a precio más bajo, ya que en ellas cada postor hace una oferta de precio sin conocer el resto de las ofertas; el postor con la oferta de precio mas bajo gana y suministra el contrato a ese precio. Las condiciones que facilitan la coordinación de posturas son: a) Bienes o servicios Homogéneos. En el caso de los medicamentos investigados, las bases de licitación establecían que éstos sean “genéricos intercambiables”, lo cual se determina con base en un registro sanitario que expide la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, conforme al CMGI y sus actualizaciones que expide el CSG perteneciente a la Secretaría de Salud, así como las normas oficiales mexicanas “NOM-EM-003-SSA1-1198” y “NOM-177SSA1-1998”, que establecen los criterios, requisitos, pruebas y procedimientos para demostrar la intercambiabilidad de los medicamentos. Por lo anterior, cada uno de estos medicamentos es sustituido perfecto dentro de su clave. De ahí que si la oferta del participante cumple con los requisitos técnicos, lo único que define como ganadora a su postura es el precio más bajo. b) Licitaciones Frecuentes. Una alta frecuencia de 33 R.A. 253/2011 licitaciones en que se encuentra un mismo grupo de competidores facilita la colusión, lo cual se cumple en el caso de las licitaciones del IMSS, ya que para el caso de los medicamentos investigados, se realizaron en promedio, ciento cuarenta y seis licitaciones por cada medicamento durante el periodo comprendido en los años dos mil tres a dos mil siete. c) Asignación de un contrato entre varios concursantes. La asignación de un contrato licitado entre dos o más postores que participaron de forma individual en la misma licitación, permite dividirse el contrato y designar a varios elementos del cártel como ganadores dentro de una misma licitación. En el caso de las licitaciones del IMSS, se contempla la posibilidad de que en el caso de que existan dos o hasta tres propuestas cuya diferencia no supere el 1.5% de la propuesta económica mas baja, se podrá asignar hasta a tres fuentes de abasto. d) Intercambio de información entre participantes. Los procesos de licitación considerados en la investigación contemplaban una etapa de revisión de ofertas que queda registrada en un acta formal a disposición de los participantes. Durante la apertura y fallo de las propuestas técnicas y económicas, los agentes tienen la posibilidad de conocer las posturas de cada agente que realizó una oferta al IMSS. e) Reglas de licitación estables en el tiempo. Durante el periodo investigado, los procesos de licitación del IMSS a través de subastas a sobre cerrado no han tenido cambios sustanciales en sus reglas de operación, por lo que los postores que participaron con anterioridad a dichos procesos conocen, 34 R.A. 253/2011 en lo esencial, la dinámica de dichas licitaciones, otorgándoles la facultad de diseñar estrategias acordes para estos procesos. g) Precios declaraciones de de los referencia. De representantes acuerdo de con las Cryopharma, Probiomed y Pisa, participantes en las licitaciones del IMSS, sus respectivas posturas se basan en el precio de referencia considerado por dicho instituto. h) Barreras a la entrada. Las bases de las licitaciones establecen requisitos particulares para la participación, dependiendo si se trata de fabricantes o distribuidores, por lo que no cualquiera puede participar, lo que inhibe la entrada de nuevos participantes en las licitaciones, facilitando la colusión. La identificación de patrones de comportamiento parte de la evaluación de los resultados del conjunto de las licitaciones que el IMSS realizó sobre cada uno de los medicamentos a lo largo de un año, ya que ésta es la única forma de identificar el probable establecimiento, concertación o coordinación de posturas dentro los participantes. Dichos patrones de comportamiento fueron verificados a nivel de licitación por licitación. I. Bases de las licitaciones. II. Los promedios anuales de las posturas que ganaron y perdieron a lo largo del periodo de investigación son los siguientes: Grupo I: Insulina humana. Durante el periodo de dos mil 35 R.A. 253/2011 tres a dos mil cinco, las posturas promedio tanto ganadoras como perdedoras de los cuatro principales ganadores son prácticamente idénticas. Además, durante este periodo las posturas de los participantes prácticamente no cambian de un año a otro. Sin embargo, en el dos mil seis las posturas de estos participantes caen de manera dramática ante la entrada de Dimesa como nuevo participante con una postura agresiva a la baja en relación con la observada durante dos mil tres a dos mil cinco. En un proceso de licitación con varios participantes que buscan maximizar sus ganancias de forma independiente, cada participante tiene incentivos para ofrecer el mejor precio para incrementar la probabilidad de obtener el contrato licitado sin incurrir en pérdidas. Esta competencia por el contrato licitado lleva a que las posturas tiendan a los costos de los participantes y la convocante obtenga las mejores condiciones del mercado, conducta que no se presenta en el periodo investigado. El patrón identificado solo puede ser explicado como resultado de un acuerdo entre los principales ganadores, Eli Lilly, Cryopharma, Pisa y Probiomed, a fin de evitar el proceso de competencia y mantener las posturas ganadoras en un nivel artificialmente alto en perjuicio del Estado. Este acuerdo consistiría en mantener las posturas ganadoras en un nivel acordado por encima del que hubiera resultado en un proceso competido y tomar turnos en los roles de ganador y perdedor para distribuirse entre ellos los importes licitados. Grupo II: Soluciones electrolíticas y sueros. En el caso de los sueros no existe una amenaza creíble de entrada de algún participante que atente contra la dinámica prevaleciente. 36 R.A. 253/2011 En todos los casos, se observa cómo se distribuye la participación para volverse prácticamente equitativa entre los tres principales ganadores, en tanto que los precios no disminuyen a lo largo de cuatro años. Cada uno de los tres principales ganadores obtiene una participación prácticamente equitativa, esto es Baxter, Fresenius y Pisa. III. Posturas por licitación. La revisión de posturas específicas por licitación muestran que, pese a conocer las posturas ganadoras en eventos anteriores, los laboratorios no modifican en mayor grado sus ofertas al IMSS para garantizar un resultado ganador. Grupo I. Insulina Humana. Las posturas permanecen sin cambios a lo largo de los primeros tres años. Sólo hasta el cuarto año en que Dimesa comienza a participar en estas licitaciones (y que coincide con la salida de Pisa) es cuando comienzan a disminuir los precios ofertados. También se puede observar que las posturas ganadoras y perdedoras no muestran grandes variaciones para un mismo laboratorio. Además, tanto las posturas ganadoras como perdedoras de los principales ganadores son prácticamente idénticas. La información recabada durante la investigación sugiere la existencia de un acuerdo entre los probables responsables, el cual consistiría en tomar turnos como ganadores y perdedores y en que los ganadores en turno en una licitación ofrecieran un precio entre $154.90 (ciento cincuenta y cuatro pesos 90/100 m.n.) y $155.00 (ciento cincuenta y cinco pesos 00/100 m.n.); en tanto que los perdedores en turno ofrecerían precios mayores que oscilan entre $157.50 (ciento cincuenta y siete 37 R.A. 253/2011 pesos 50/100 m.n.) y $158.00 (ciento cincuenta y ocho pesos 00/100 m.n.). Eli Lilly pierde consistentemente con un precio de $158.00 (ciento cincuenta y ocho pesos 00/100 m.n.) pese a saberse ganador con posturas iguales o menores a $155.00 (ciento cincuenta y cinco pesos 00/100 m.n.) o menos. Además los participantes no sólo saben con cuáles posturas han ganado, sino que también saben con cuáles posturas sus competidores han sido ganadores, por lo que no pueden esperar resultar triunfadores con un precio mayor al que ha sido ya ganador. Lo anterior se refuerza con el hecho de que el número de posturas bajas nunca supera al máximo de ganadores posibles de acuerdo con el criterio de asignación múltiple para cada licitación. Es decir, para aquellas licitaciones cuyas bases determinaran que la asignación múltiple sería para dos empresas, cuando más dos de las probables responsables presentaban una postura con una diferencia menor al 1.5% y en los casos en que la asignación permitiría tres ganadores, cuando más eran tres los probables responsables que ofrecieron posturas dentro del rango que les garantizaría lograr un porcentaje de asignación. Esto demuestra que no existe un intento por romper esta dinámica pese a conocer los precios que pudieran incrementar la probabilidad de ganar la licitación, estrategia que encuentra sustento y fundamento en lo que en la ciencia económica se conoce como “Teoría de juegos”9. La teoría de juegos es una rama de la matemática con aplicaciones a la economía; es un método de análisis de la conducta estratégica que analiza las interacciones entre individuos que toman decisiones en un marco de incentivos formalizados (juegos). En un juego, varios agentes buscan 9 Cfr. Parkin, Michael, “Microeconomía”, Addisson-Wesley Iberoamericana. 38 R.A. 253/2011 maximizar su utilidad eligiendo determinados cursos de acción, la utilidad final obtenida por cada individuo depende de los cursos de acción escogidos por el resto de los individuos. Es además una herramienta que ayuda a analizar problemas de optimización interactiva. La teoría de juegos tiene muchas aplicaciones en las ciencias sociales. La mayoría de las situaciones estudiadas por la teoría de juegos implican conflictos de intereses, estrategias y trampas. De particular interés son las situaciones en las que se puede obtener un resultado mejor cuando los agentes cooperan entre sí, que cuando los agentes intentan maximizar sólo su utilidad, denominándose juego a la situación interactiva especificada por el conjunto de participantes, los posibles cursos de acción que puede seguir cada participante, y el conjunto de utilidades. Tomando como base la teoría de juegos, y como ya se analizó, en las conductas y decisiones de los agentes investigados se observan parámetros de conducta constantes que consisten en tomar turnos como ganadores y perdedores, elevando los precios y repartiendo las ganancias obtenidas de esta concertación, esquema conductual bien definido e identificable que solo se rompe a la entrada de un nuevo competidor. Retomando la conducta investigada, la estrategia realizada derivó en que, durante el periodo investigado, Cryopharma ganara cincuenta y cinco licitaciones y perdiera setenta y nueve, Pisa ganara sesenta y perdiera cuarenta y siete, Probiomed se adjudicara cincuenta y cuatro y perdiera dieciséis y que Eli Lilly resultara ganador en cuarenta contra 39 R.A. 253/2011 cincuenta y siete en las que resultó perdedor. El mismo patrón anterior se presenta para los años dos mil cuatro y dos mil tres y se repite durante todo el periodo investigado hasta la entrada de Dimesa en dos mil seis. Se repite la estrategia anterior, lo cual derivo en que durante el periodo investigado Cryopharma ganara cuarenta y siete licitaciones y perdiera ochenta y tres, Pisa ganara cincuenta y una y perdiera cincuenta y siete, Probiomed se adjudicara treinta y siete y perdiera quince y que Eli Lilly ganara treinta y cinco contra cincuenta y siete en las que resultó perdedor. Resultado del análisis al Grupo I. El patrón de comportamiento de las investigadas se explica como resultado de un acuerdo entre los agentes a fin de evitar el proceso de competencia y mantener las posturas ganadoras en un nivel artificialmente alto en perjuicio del Estado. Este acuerdo consistiría en mantener las posturas ganadoras en un nivel acordado por encima del que hubiera resultado de un proceso competido y tomar turnos en los roles de ganador y perdedor para distribuirse entre ellos los importes licitados. En el caso de las licitaciones con asignación múltiple, los roles de ganador los tomaban varios de los agentes investigados. Los márgenes obtenidos por estas empresas muestran que, pese a existir espacio para ofrecer precios más bajos e incrementar así la probabilidad de ganar más licitaciones, no lo hicieron y mantuvieron sus posturas en los mismos niveles. Además, estos márgenes muestran que la similitud de posturas 40 R.A. 253/2011 no obedece a un mercado competitivo. Resultado del análisis para el Grupo II. En cada uno de los dieciocho medicamentos se observa un patrón de las posturas de los tres participantes investigados. La postura ganadora prácticamente es la misma en cada medicamento, independientemente del postor. De esta forma similar sucede con la postura perdedora. Los postores alternan posturas altas (perdedoras) y bajas (ganadoras). Los incrementos en sus posturas no obedecen a una estrategia que busque incrementar la probabilidad de ganar la licitación, ya que pese a conocer el monto de las ofertas ganadoras anteriores incrementan sus posturas. No obstante, después de cierto número de licitaciones, los postores que ofrecieron precios más altos regresan a los mismos niveles de precios bajos que ya habían resultado ganadores, en tanto que aquéllos que habían resultado ganadores las incrementan al mismo nivel que los perdedores anteriores. Esta dinámica se repite a lo largo del periodo investigado, alternándose así los contratos licitados. Se observa una tendencia análoga a la que se describió en las licitaciones de insulina, para aquellas licitaciones cuyas bases determinaran que la asignación múltiple sería para dos o tres empresa. Esta estrategia derivó en que, durante el periodo investigado, Baxter fuera declarado ganador, para cada clave en promedio en cincuenta por cierto de las licitaciones en las que participó, Pisa en cuarenta y tres por ciento y Fresenius en cuarenta y seis por ciento. La obtención de participaciones de mercado 41 R.A. 253/2011 prácticamente equitativas entre las tres empresas investigadas en este grupo refuerza la presencia de un comportamiento coordinado. COMPARATIVO CON PRECIOS INTERNACIONALES PARA LA INSULINA HUMANA En el periodo en que las probables responsables establecieron, concertaron o coordinaron posturas en las licitaciones convocadas por el IMSS, los precios ofrecidos están muy por encima del promedio internacional de insulina humana reportado por la Guía Internacional de Precios de Medicamentos10. MEDIOS DE COMUNICACIÓN En la etapa de investigación, la comisión se allegó de medios probatorios que estimó suficientes para demostrar qué empleados de las farmacéuticas probables responsables estuvieron en constante comunicación durante el periodo comprendido del año dos mil tres a dos mil seis. a) CANIFARMA y Comisión de Abasto al Sector Público de la CANIFARMA. Los probables responsables forman parte de la CANIFARMA, ya que eran miembros activos durante el periodo investigado, lo cual se demuestra mediante las listas presentadas ante la comisión por la CANIFARMA. 10 Este análisis y dato es proporcionado por la COFECO en su resolución final, específicamente en la página 58 denominado “F. COMPARATIVO CON PRECIOS INTERNACIONALES PARA LA INSULINA HUMANA”. 42 R.A. 253/2011 Además de ser afiliados, los probables responsables formaban parte de una comisión de trabajo denominada “Comisión de Abasto al Sector Público”, la cual tiene como función proveer a sus afiliados acceso a una base con los datos que recaba de los fallos licitatorios. De lo anterior se concluye que los probables responsables tuvieron representantes de manera continua con cargos dentro de la Comisión de Abasto entre los años dos mil dos a dos mil cuatro y, posteriormente, comenzaron a ostentar menos posiciones dentro de la misma para el año dos mil cinco. En el caso de Fresenius, aunque no contaba con algún cargo en específico dentro del directorio de la comisión, sí tuvo presencia en las sesiones, con la asistencia de Manuel Vázquez Blanco. De las listas de asistencia, se aprecia que incluyen los teléfonos y correos electrónicos de todos los miembros que asisten a las sesiones. b) Responsabilidades a cargo de los miembros de la Comisión de Abasto. Los cargos conferidos a los probables responsables dentro de la comisión, durante el periodo investigado, les permitían tomar decisiones respecto de las políticas comerciales dentro de cada una de sus empresas respectivas para las licitaciones del IMSS. 43 R.A. 253/2011 Ericka Helga Frettlhor Meza de Baxter, Jorge Alberto Silis Franck, de Cryopharma, Manuel Vázquez Blanco, de Fresenius, Eduardo Osorio Traconis, de Eli Lilly, Carlos Arturo Villaseñor López y Eduardo Aquino Maldonado, de Pisa, así como Alfonso Salvador Huerta Suárez, de Probiomed, tenían durante el periodo de investigación, la facultad de determinar o de conocer las posturas con las que las empresas que los empleaban participarían en las licitaciones del sector público. c) Comunicación por medios distintos a la Comisión de Abasto. Los probables responsables no sólo tenían comunicación dentro de la CANIFARMA sino también por otros medios, como lo son llamadas telefónicas entre ellos. Los registros de llamadas telefónicas proporcionados por las responsables, demuestran una serie de coincidencias para los números telefónicos que tiene sus empleados, ya que de estas destacan las realizadas por personas que tenían entre sus funciones la determinación directa o indirecta o el conocimiento de las posturas de sus empresas en las licitaciones del IMSS. Lo que corrobora que dichas personas tenían comunicación constante, particularmente en periodos de tiempo cercanos a las fechas en las cuales estaba planeada la entrega y apertura de sobres con las propuestas técnicas y económicas correspondientes a cada una de las licitaciones públicas realizadas por el IMSS. Patrones de comunicación para el caso de los probables responsables relacionados con la insulina humana. 44 R.A. 253/2011 - De las llamadas desde los teléfonos de Carlos Arturo Villaseñor López entre abril de dos mil tres y noviembre de dos mil seis, se detectaron cuarenta llamadas al conmutador de Cryopharma y a Jorge Alberto Silis Franck, a Eduardo Osorio Traconis de Eli Lilly y a Alfonso Huerta de Probiomed. El ochenta por ciento de las llamadas se realizó en un periodo de dos semanas antes de la apertura de al menos una licitación pública del IMSS que incluyera claves relativas a insulina. La coincidencia aumentó a un ochenta y ocho por ciento cuando se considera un periodo de tres semanas. - Entre las llamadas de Probiomed, se detectaron al menos veinticinco llamadas hechos desde los teléfonos de Alejandra Mendoza, Alfonso Huerta Suárez y Jaime Uribe de la Mora a Carlos Arturo Villaseñor López, Eduardo Aquino Maldonado y Vivian Escárcega Shalev López de Pisa, así como a Jorge Alberto Silis Franck de Cryopharma entre diciembre de dos mil cuatro y diciembre de dos mil seis. El noventa y seis por ciento de las llamadas se hizo hasta dos semanas antes de la apertura de al menos una licitación de soluciones electrolíticas y sueros. Del teléfono de Carlos Arturo Villaseñor López, así como de la oficina de Pisa, se detectaron al menos diez llamadas durante dos mil tres a empleados de Eli Lilly, Probiomed, Baxter y Cryopharma, de las cuales dos fueron realizadas el once de noviembre a los teléfonos celulares de Eduardo Osorio Traconis de Eli Lilly y a Alfonso Salvador Huerta Suárez de Probiomed. Durante estas fechas, estaban por abrirse en un periodo de dos semanas diez licitaciones de insulina. 45 R.A. 253/2011 En dos mil cinco, del teléfono de Carlos Arturo Villaseñor López de Pisa, salieron dieciocho llamadas a los teléfonos de Baxter, Cryopharma y Fresenius, de las cuales una tercera parte se realizó en el mes de noviembre, en el cual se registraron varias aperturas de licitaciones públicas. Sintetizado lo anterior, se procede al estudio de los conceptos de violación en orden diverso al propuesto y, en algunos casos, en conjunto de conformidad con el artículo 79 de la Ley de Amparo, atendiendo a la prioridad que por las consecuencias en su análisis se puedan generan: (I) Práctica monopólica absoluta imputada y las pruebas para acreditarla ¿Cuál fue la conducta investigada? De acuerdo con lo señalado por la COFECO en las actuaciones que integran el expediente administrativo, versan sobre: (I) 12 La colusión 11 entre cuatro empresas farmacéuticas para establecer, concertar y coordinar posturas en licitaciones públicas celebradas por el Instituto Mexicano 11 La colusión implica un acuerdo entre las empresas para no competir, lo que tiene como consecuencia vender más caro los medicamentos al IMSS, reduciendo con ello los recursos para la atención de sus derechohabientes y generando una afectación al erario público. Asimismo, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea, declaró que la práctica concertada es una forma de coordinación entre empresas que, sin haber desembocado en la celebración de un convenio propiamente dicho, sustituye conscientemente los riesgos de la competencia por una cooperación práctica entre ellas. (Véanse las sentencias de 16 de diciembre de 1975, Suiker Unie y otros/Comisión, 40/73 a 48/73, 50/73, 54/73 a 56/73, 111/73, 113/73 y 114/73, Rec. p. 1663, apartado 26, y de 31 de marzo de 1993, Ahlström Osakeyhtiö y otros/Comisión, C-89/85, C-104/85, C-114/85, C-116/85, C-117/85 y C-125/85 a C-129/85, Rec. p. I-1307, apartado 63). 12 Probiomed, Eli Lilly, Cryopharma y Pisa. 46 R.A. 253/2011 del Seguro Social (en adelante IMSS o Instituto) para la compra de insulina humana; y, (II) La colusión entre tres empresas farmacéuticas 13 en licitaciones celebradas por el IMSS para la compra de sueros y soluciones electrolíticas (agua inyectable, cloruro de sodio, cloruro de sodio y glucosa, glucosa y solución Hartmann). En la práctica monopólica absoluta imputada a las emplazadas probable –personas participación jurídicasdirecta presuntamente en el tuvieron establecimiento, concertación y coordinación de las posturas en representación o por cuenta y orden de las empresas a las que representaban los individuos siguientes: Ericka Helga Frettlohr Meza y Jesús Héctor Hernández Herrera, por cuenta y orden de Baxter, durante el tiempo que trabajaron para dicha empresa. Eduardo Osorio Traconis, por cuenta y orden de Eli Lilly, durante el tiempo que laboró para dicha empresa. Manuel Vázquez Blanco, por cuenta y orden de Fresenius, en su carácter de empleado de dicha empresa. Jorge Alberto Silis Franck, por cuenta y orden de Cryopharma, durante el tiempo que laboró para dicha empresa. Carlos Arturo Villaseñor López y Eduardo Aquino Maldonado, por cuenta y orden de Pisa, como empleados de dicha sociedad anónima. 13 Pisa, Baxter y Fresenius 47 R.A. 253/2011 Alfonso Salvador Huerta Suárez, por cuenta y orden de Probiomed, como empleado de dicha empresa. Hipótesis Legal en que se sustenta la práctica monopólica sancionada. “ARTÍCULO 9. Son prácticas monopólicas absolutas los contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea cualquiera de los siguientes: IV. Establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en las licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas.” ¿Qué pruebas sustentaron la práctica? Las evidencias en que se sustenta la práctica monopólica absoluta imputada son, básicamente, las siguientes: (I) actas de fallos de licitaciones; (II) análisis económico de medicamentos de los grupos investigados; (III) listas de asistencias a la CANIFARMA; (IV) listas de llamadas entre directivos de los agentes investigados; y, (V) las facultades de éstos para determinar las posturas con las que participarían ¿Cuál es el efecto de la práctica? Al coordinar los laboratorios farmacéuticos sus posturas en las licitaciones públicas convocadas por el Instituto, dicha práctica, al contravenir la fracción IV del artículo 9 de la Ley Federal de Competencia Económica, tuvo como efecto: a) eliminar la competencia entre ellas; y, b) obligar a pagar precios artificialmente altos por los medicamentos que se requieren para los tratamientos de sus derechohabientes. 48 R.A. 253/2011 Sobre los hechos y pruebas mencionados se analizará el acto reclamado a la luz del argumento de la parte quejosa, a efecto de determinar si el comportamiento de los agentes investigados sancionados, particularmente el caso de la aquí parte quejosa (tanto la persona jurídica como física promoventes del amparo), se debía o no a una coordinación ilegal, o bien, solamente correspondía a acciones unilaterales basadas en previsiones sobre el comportamiento de los competidores. Para el efecto precisado en el párrafo inmediato anterior, se tomará en cuenta los elementos que a continuación se precisan que fueron considerados por la autoridad responsable: Esquema de licitaciones del IMSS De acuerdo con lo señalado en la resolución recurrida y confirmado al resolverse el recurso de reconsideración, las bases de las licitaciones del IMSS, como lo establece el artículo 34 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público (en adelante LAASSP), contemplan que las propuestas técnicas y económicas de los participantes sean presentadas en distintos sobres cerrados con el fin de garantizar las mejores condiciones de abasto para el Instituto. Por otra parte, el artículo 36 bis de la LAASSP dispone que la adjudicación será otorgada a aquél cuya propuesta resulte con mayor solvencia conforme a las condiciones legales, técnicas y económicas. En el caso de que dos o más propuestas solventes resulten iguales o con una diferencia menor al 1.5% respecto de la postura más baja, se definirá el 49 R.A. 253/2011 resultado conforme a un procedimiento de insaculación manual para el caso de empate exacto, o con asignación múltiple en el segundo caso, según se establezca, pudiendo ser una, dos o hasta tres fuentes de abasto 14. Por estas características, las licitaciones que lleva a cabo el IMSS se pueden definir como licitaciones a sobre cerrado a precio más bajo. En las licitaciones a sobre cerrado a precio más bajo, cada postor hace una oferta de precio sin conocer el resto de las ofertas; el postor con la oferta de precio más bajo gana y suministra el contrato a ese precio. En estas condiciones, los postores tienen incentivos a ofrecer una postura baja a fin de incrementar la probabilidad de ganar el contrato, o bien, ofrecer un precio más alto para aumentar ganancias en caso de que gane, pero a costo de reducir las probabilidad de ganar. Condiciones que facilitan la coordinación de posturas Las condiciones que, de acuerdo con el acto reclamado, son las que facilitaron a los investigados a llevar a cabo una coordinación en posturas en las licitaciones ante el IMSS, son las siguientes: i) Bienes o servicios homogéneos En el caso de los medicamentos investigados, las bases de licitación establecían que éstos sean “genéricos intercambiables”, por lo que cada uno de estos medicamentos 14 Artículo 44 del Reglamento de LAASSP y Bases de Licitaciones del IMSS. 50 R.A. 253/2011 es sustituto perfecto dentro de su clave. De aquí que si la oferta del participante cumple con los requisitos técnicos, lo único que define como ganadora a su postura es el precio más bajo. ii) Licitaciones frecuentes Para el caso de los medicamentos investigados, el IMSS realizó en promedio 146 licitaciones por medicamento durante el período comprendido en los años dos mil tres a dos mil siete15. iii) Asignación de un contrato entre varios concursantes En caso de empate de la propuesta técnica, el Reglamento de la LAASSP en su artículo 44 establece criterios para la adjudicación. Tales criterios contemplan la posibilidad de que en el caso de que existan dos o hasta tres propuestas cuya diferencia no supere el 1.5% de la propuesta económica más baja se podrán asignar de manera múltiple. iv) Los Intercambio de información entre participantes procesos de licitación considerados en la investigación contemplaban una etapa de revisión de las ofertas que incluso queda registrada en un acta formal a disposición de los participantes (acta de apertura). Durante la apertura y fallo de las propuestas técnicas y económicas, los agentes tienen la posibilidad de conocer las posturas de cada agente que realizó una oferta al IMSS. Adicionalmente, el IMSS está obligado a publicar las actas de apertura y fallo de las licitaciones. De esta forma, los 15 Una alta frecuencia de licitaciones en que se encuentra un mismo grupo de competidores facilita la colusión, ya que al existir múltiples eventos se genera información sobre la dinámica y los resultados de las licitaciones que coadyuvan al entendimiento entre los agentes involucrados para definir ganadores para las distintas licitaciones, ya sea por región, cliente, producto, temporalidad, etcétera. 51 R.A. 253/2011 participantes tienen a su disposición distintos medios para acceder a información sobre posturas de sus competidores. v) Reglas de licitación estables en el tiempo Durante el período investigado, los procesos de licitación del IMSS a través de subastas a sobre cerrado no han tenido cambios sustanciales en sus reglas de operación. En este contexto, los postores que participaron con anterioridad en dichos procesos conocen, en lo esencial, la dinámica de dichas licitaciones, otorgándoles la facultad de diseñar estrategias acordes para estos procesos. vi) Precios de referencia 16 De acuerdo con las declaraciones de los representantes de Cryopharma, Probiomed y Pisa, participantes en las licitaciones del IMSS, sus respectivas posturas se basaban en el precio de referencia considerado por dicho Instituto. vii) Barreras a la entrada No cualquiera puede participar en las licitaciones del IMSS. Las bases de las licitaciones establecen requisitos particulares para la participación, dependiendo si se trata de fabricantes o distribuidores. En todos los casos se requiere del registro sanitario de cada medicamento que se oferte, la licencia sanitaria distribuidores no para operar; oferten en los casos estupefacientes, que los psicotrópicos, vacunas, toxoides, sueros, antitoxinas de origen animal y hemoderivados sólo tendrán que presentar el permiso de funcionamiento. 16 El precio de referencia es el tope o el máximo a que está dispuesto a comprar el licitante. 52 R.A. 253/2011 Resultados de las licitaciones en que participó la parte quejosa Las condiciones anteriores la COFECO las relacionó con los resultados de las licitaciones analizadas respectos de los medicamentos antes precisados (se hará referencia al grupo I – insulina humana- que es donde participó la parte quejosa). De dichos resultados señala que se deben analizar en su conjunto a efecto de identificar el patrón de comportamiento, pues una conducta aislada no lo demuestra. La COFECO elabora diversas tablas relacionadas con el grupo I (insulina humana claves -1050 y 1051- en ambos casos se trata de insulina, pero en distintas presentaciones) en la que participó la parte quejosa, que muestran las posturas con que ganaron y perdieron los postores a lo largo de cada año 17 . Por ejemplo, las tablas que se identifican con los números 4 y 5 muestran el promedio de las posturas ganadoras (G) y perdedoras (P) para cada uno de los diez participantes que más ganaron en el período investigado. 17 Estos datos se calcularon como un promedio simple de las posturas que resultaron ganadoras o perdedoras en todas las licitaciones en que participó cada postor durante ese año y de las cuales se cuenta con información. Sólo se muestran hasta los diez participantes ganadores con mayor importe obtenido. 53 Dos mil tres a dos mil cinco: en cada año el promedio tanto de las posturas ganadoras como perdedoras son prácticamente iguales entre los cuatro principales participantes ganadores. Lo sombreado de los años 2003 a 2005, es el período en el que se dio la práctica colusiva. R.A. 253/2011 Dos mil seis: entra Dimesa como nuevo participante y gana; la media de las posturas promedio ganadoras cae 64% respecto al año anterior. Los datos con letra cursiva correspondientes a los años 2006 y 2007 corresponden a la entrada a los procesos de licitación de un nuevo competidor no coludido. 54 Dos mil tres a dos mil cinco: en cada año el promedio tanto de las posturas ganadoras como perdedoras son prácticamente iguales entre los cuatro principales participantes ganadores. Lo sombreado de los años 2003 a 2005, es el período en el que se dio la práctica colusiva. R.A. 253/2011 Dos mil seis: entra Dimesa como nuevo participante con una postura promedio más baja que resulta ganadora; la media de las posturas promedio ganadoras cae 63% respecto al año anterior. Los datos con letra cursiva correspondientes a los años 2006 y 2007 corresponden a la entrada a los procesos de licitación de un nuevo competidor no coludido. Como se ve en ambas claves de insulina humana, durante el periodo dos mil tres a dos mil cinco, las posturas promedio tanto ganadoras como perdedoras de los cuatro principales ganadores son prácticamente idénticas. Además, durante este periodo las posturas de estos participantes casi no 55 R.A. 253/2011 cambian de un año a otro, según se ve de la tabla número 6 de la resolución inicial. Tabla 6. Postura promedio ganadora (pesos) 2003 2004 2005 1050 155.14 155.67 152.57 1051 155.36 156.12 152.83 Sin embargo, en el dos mil seis las posturas de estos participantes caen ante la entrada de Dimesa como nuevo participante, en relación a la observada durante dos mil tres a dos mil cinco, según se ve de la misma tabla en cita. Tabla 6. Postura promedio ganadora (pesos) 2006 2007 1050 55.07 32.55 1051 54.60 31.16 Lo anterior denota, como lo señala la COFECO, que el patrón de comportamiento entre los años dos mil tres y dos mil cinco, confrontado con el desarrollado durante dos mil seis (con la entrada de Dimesa) es inconsistente con el proceso de licitación que lleva a que las posturas tiendan a los costos de los participantes y la convocante obtenga las mejores condiciones del mercado. No obstante, el comportamiento entre los años citados parece contrario al esquema que se persigue con las licitaciones de entes gubernamentales en términos del artículo 134 constitucional 18. 18 1. Legalidad. El principio de legalidad implica la sujeción de las autoridades para el ejercicio del gasto público prescrito en el presupuesto de egresos o, en su defecto, en una ley expedida por el Congreso de la Unión del cual no pueden apartarse; 2. Honradez. El cumplimiento de este principio implica que el ejercicio del gasto público no debe llevarse a cabo de manera abusiva, ni para un destino diverso al programado; 3. Eficiencia. Conforme a este principio, las autoridades deben disponer de los medios que estimen convenientes para que el ejercicio del gasto público logre el fin para el cual se programó y destinó; 4. Eficacia. En la materia, el principio de que se trata implica que se 56 R.A. 253/2011 En efecto, las posturas permanecen sin cambios a lo largo de los primeros tres años. Sólo hasta el cuarto año en que Dimesa comienza a participar en estas licitaciones, es cuando comienzan a disminuir los precios ofertados. Incluso las posturas ganadoras y perdedoras no muestran grandes variaciones para un mismo laboratorio. Los elementos anteriores, de acuerdo con los datos recabados por la COFECO, muestran que la conducta asumida por las personas jurídicas investigadas consiste en tomar turnos como ganadores y perdedores y en que los ganadores en turno en una licitación (en el caso de la clave 1050) ofrecieran un precio entre $154.90 y $155.00; en tanto que los perdedores en turno ofrecerían precios mayores que oscilan entre $157.50 y $158.00. Eli Lilly pierde consistentemente con un precio de $158.00 pese a saberse ganador con posturas iguales o menores a $155.00. De forma similar, Cryopharma y Pisa pujan $157.50 o más para definirse como perdedores, pese a haber ganado con posturas de $155.00 o menos. Estos participantes, como lo señala la autoridad responsable, saben con cuáles posturas han ganado como con cuáles posturas sus competidores han sido ganadores, por lo que no pueden esperar resultar triunfadores con un precio mayor con el que ha sido ya ganador. Lo anterior se refuerza, además, con el hecho de que, efectivamente, el número de posturas bajas nunca supera al número máximo de ganadores cuenta con la capacidad suficiente en el ejercicio del gasto público para lograr las metas estimadas; 5. Economía. Al tenor de este principio, el gasto público debe ejercerse de forma recta y prudente; esto implica que los servidores públicos deben siempre buscar las mejores condiciones de contratación para el Estado. 57 R.A. 253/2011 posibles de acuerdo con el criterio de asignación múltiple para cada licitación, es decir, para aquellas licitaciones cuyas bases determinaran que la asignación múltiple sería para dos empresas, cuando más dos de las probables responsables presentaban una postura con una diferencia menor al 1.5% y en los casos en que la asignación permitiría tres ganadores, cuando más eran tres los probables responsables que ofrecieron posturas dentro del rango que les garantizaría lograr un porcentaje de la asignación. Esto muestra que no existe un intento por romper esta dinámica pese a conocer los precios que pudieran incrementar la probabilidad de ganar la licitación, pues apoyándonos en la herramienta de análisis de la teoría de juegos, el comportamiento concertado de los involucrados se mantiene estable como consecuencia del establecimiento coordinado de las posturas, pues la sanción dentro del cartel por romper el juego sería mayor a los beneficios obtenidos dentro de un comportamiento coordinado. De la misma tabla, se observa que el mismo patrón descrito ocurre para el año dos mil cuatro que para dos mil tres. Los competidores ganan y pierden con la misma postura. En el caso de la insulina humana (clave 1051), las posturas ganadoras siempre son iguales o ligeramente menores a $155.00; en tanto que las posturas perdedoras corresponden a precios iguales o mayores a $157.50. Los participantes conocen el resultado de las licitaciones una vez que se otorga el fallo, por lo que pese a conocer las posturas ganadoras, 58 R.A. 253/2011 incrementan sus posturas por arriba incluso de lo que ellos mismos ofertaron. Las situaciones descritas, como lo señala la COFECO, sólo pueden obedecer a un acuerdo para dividirse el mercado investigado, pues no es consistente que conociendo la postura con la que pueden ganar ofrezcan precios más altos. Este efecto se repite durante todo el período investigado hasta la entrada de Dimesa en dos mil seis, por lo que los hechos descritos demuestran un comportamiento coordinado entre las empresas investigadas basándose en la evidencia de un comportamiento reiterado y constante entre los probables responsables que involucra alternarse las posiciones en las que se asigna un contrato mediante la alternancia de precios. En efecto, si la investigación se dividiera en dos etapas, distinguibles por la disminución sustancial en el precio presentado en las licitaciones, serían las siguientes: La primera que comprende los años del dos mil tres a dos mil cinco y que se identifica con un conjunto de licitaciones que ganan constantemente las empresas investigadas y de forma sistematizada dentro de las claves del Grupo I –insulina humana-. La segunda se observa a partir de la entrada de un nuevo participante en las licitaciones que corresponden a las claves investigadas (Dimesa), lo que revela dos aspectos competitivos. El primero, se refleja en aquellos concursos en los que se presentan precios iguales, lo que denota que los participantes se encuentran disputando la primera posición 59 R.A. 253/2011 independientemente si se trate de asignación múltiple o única. Esto contrasta, como lo señala la responsable, con el patrón de conducta del primer periodo. El segundo aspecto competitivo que se encuentra durante el segundo periodo se da a partir del diferencial de precios entre el agente al cual se le adjudica un contrato íntegramente y las posturas de los demás participantes. Lo anterior, significa que la postura a la cual se le adjudica un contrato, representa las mejores condiciones que pueden ser ofrecidas y garantizadas en ese determinado momento por uno de los participantes 19. Análisis comparativo entre precios nacionales e internacionales para la insulina humana Relacionado con el tema de los precios de la insulina humana investigada, la COFECO, a efecto de establecer que los precios ofertados por los investigados en las licitaciones convocadas por el Instituto eran artificialmente más elevados, realizó un análisis comparativo con precios internacionales para la insulina humana. A este respecto señala que en el periodo en que las probables responsables establecieron, concertaron o coordinaron posturas en las licitaciones convocadas por el IMSS, los precios ofrecidos están por encima del promedio internacional de la insulina humana. No obstante, a partir de dos mil seis (cuando entra un nuevo competidor), estos precios comienzan a converger con los de varios países. 19 Esto se observa en las licitaciones presentadas por "Dimesa", el cual obtiene un mayor número de adjudicaciones durante el segunda parte del periodo investigado, debido a que ofrece precios con mejores condiciones sobre los demás participantes, y al momento que igualan dichos precios los participantes, procede a disminuir su precio, con lo cual mejoran las condiciones a las cuales puede adquirir el IMSS 60 R.A. 253/2011 Señala que los datos disponibles muestran que el precio al que compró el Instituto la insulina humana es muy elevado respecto del precio en que se comercializa en otros países. De hecho, entre dos mil tres y dos mil cinco, este precio es mayor a cualquiera reportado en la Guía Internacional de Precios de Medicamentos 20 . Tal como se aprecia en la siguiente gráfica elaborada por la propia responsable. Gráfica 1. Evolución de los precios de insulina en el mundo en pesos, 1998-2007 20 La fuente de los datos es la “Guía Internacional de Precios de Medicamentos” publicada por Management Sciences for Health (en adelante MSH, por sus siglas en inglés), que es una organización de salud sin fines de lucro especializada en temas de salud pública. De esta Guía, se obtuvieron ciento cuarenta y siete observaciones anuales de veinte países o regiones durante los últimos seis años. Los precios en dólares se convirtieron a pesos con el promedio anual del tipo de cambio publicado en el DOF. Se eligieron los datos correspondientes a los medicamentos genéricos intercambiables en las mismas presentaciones para las que se consideraron en el presente expediente. Cabe mencionar que la Guía no tiene disponible datos para la totalidad de medicamentos involucrados, por lo que el conjunto de medicamentos considerados en este apartado es menor. 61 R.A. 253/2011 De esta grafica elaborada por la autoridad responsable, se puede corroborar lo que anteriormente se dijo, esto es, que durante los años de dos mil tres a dos mil cinco, las empresas investigadas presentaban precios altos en las licitaciones que se analizaron, en tanto que a partir del año dos mil seis, con la entrada de un nuevo participante en las licitaciones que corresponden a las claves investigadas (Dimesa), los precios disminuyeron a estándares internacionales, por lo que esta circunstancia es otro elemento que suma para establecer la colusión que se dio y fue sancionada. Otras pruebas vinculadas a la acreditación de la práctica Además de las actas de las licitaciones antes precisadas y del estudio comparativo entre los precios de la insulina humana a nivel nacional e internacional, se encuentran otras pruebas que resultaron de relevancia para acreditar la práctica investigada y sancionada. Tales pruebas son: (I) listas de asistencias a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (en adelante CANIFARMA 21 21 ); (II) listas de llamadas entre La sociedad tiene por objeto, de acuerdo con los antecedentes de la escritura pública número 47,225 de fecha seis de agosto de dos mil ocho otorgada ante la fe del licenciado Carlos Cuevas Sentíes, Notario Público No. 8 del Distrito Federal, los siguientes: “(…) I. Representar, promover y defender los intereses generales de la industria como actividades generales de la economía nacional anteponiendo el interés público sobre el privado; II. Ser órgano de consulta y colaboración de los tres niveles de gobierno, para el diseño, divulgación y ejecución de las políticas, programas e instrumentos para el fomento de la actividad económica nacional; III. Fomentar la participación gremial de los Industriales; IV. Operar el SIEM con la supervisión de la Secretaría, en los términos establecidos por esta Ley; V. Actuar como mediadores, árbitros y peritos, nacional e internacionalmente, respecto de actos relacionados con las actividades industriales en términos de la legislación aplicable y la normatividad que para tal efecto se derive de esta ley; (…) VII. Colaborar con la Secretaría en la evaluación y emisión de certificados de origen de exportación, de conformidad con las disposiciones aplicables previa autorización de la dependencia; VIII. Prestar los servicios públicos concesionados por los tres niveles de gobierno, destinados a satisfacer necesidades de interés general relacionados con la industria; (…) X. Prestar los servicios que determinen sus Estatutos 62 R.A. 253/2011 directivos de los agentes investigados; y, (III) las facultades de éstos para determinar las posturas con las que participarían. CANIFARMA y Comisión de Abasto al Sector Público de la CANIFARMA. En la etapa de investigación, la COFECO requirió a la CANIFARMA diversa información y documentos en donde demostrara (a) quiénes eran sus miembros; (b) cuál era su esquema de trabajo; y, (c) cuáles eran las funciones que se presentaban al interior de dicha cámara. La CANIFARMA en respuesta a lo requerido presentó una diversidad de documentos, de los cuales la COFECO concluyó lo siguiente: Dada la descripción de quiénes podían ser miembros de dicha cámara nacional y sus listas de afiliados, pudo identificarse que los probables responsables no sólo contaban con el objeto social requerido para formar parte de la CANIFARMA, sino que, de hecho, eran miembros activos de la misma. Esto último presentadas se ante comprueba esta mediante autoridad por las listas la propia CANIFARMA en donde es posible comprobar que de los en beneficio de sus afiliados, dentro de los niveles de calidad que se determinen conjuntamente con su Confederación; XI. Participar con el gobierno en el diseño y divulgación de las estrategias de desarrollo socioeconómico; XII. Promover, orientar e impartir capacitación sobre la realización de toda clase de trámites administrativos obligatorios ante toda clase de autoridades administrativas con las que se pueda tener ingerencia (sic) por virtud de la actividad empresarial y comercial que desempeñan su afiliados, con la finalidad de generar una cultura social de responsabilidad y observancia de la legislación que regulan sus actividades como sector productivo. Organizar seminarios y cursos de capitación relacionados con la actualización de tecnologías, sistemas regulatorios y normas técnicas de fabricación y comercialización. XIII. Defender los intereses particulares de las empresas afiliadas a solicitud expresa de estas; (…) XV. Aplicar con rigor e imparcialidad a sus Afiliados el Código de Ética. (…)” 63 R.A. 253/2011 años dos mil dos a dos mil siete, los probables responsables fueron “socios” de esta cámara nacional22; Además de ser afiliados a la CANIFARMA, los probables responsables formaban parte de una comisión de trabajo denominada “Comisión de Abasto al Sector Público”, misma que tenía diversos objetivos institucionales entre los cuales destacan: (i) el que dicha Comisión de Abasto fuese el enlace con las diversas dependencias e instituciones gubernamentales de la Administración Pública Federal adquirentes de insumos para la salud; y (ii) analizar la problemática del sector en cada una de propuestas las dependencias correspondientes en y presentar las beneficio de los intereses generales de la industria farmacéutica23. Adicionalmente, con relación al objetivo de enlace entre la Comisión de Abasto y el Sector Público, la misma tiene la función de proveer a sus afiliados acceso a una base con los datos que recaba de los fallos licitatorios que les garantice a éstos consultas “expeditas y rápidas en materia”; así como “elaborar y presentar la diversa información requerida en materia de abasto al sector público, permitiendo informar en su debido momento, a cada uno de los miembros del Consejo, cada uno de los compromisos y resultados adquiridos ante la (s) convocante(s), en los diversos procesos licitatorios de ventas sobre productos farmacéuticos”24; 22 Fojas 39196 a 39207 del expediente. La referencia a socios en lugar de afiliados como marcan los estatutos obedece a que así fue presentada la información por la CANIFARMA. 23 Foja 39209 del expediente. 24 Fojas 54729 y 54730 del expediente. 64 R.A. 253/2011 Además de las listas que presentó la CANIFARMA, la asistencia de los probables responsables a las sesiones de la Comisión de Abasto queda evidenciada a través de dos tipos de documentos: (i) las listas de integrantes de dicha Comisión de Abasto; y, (ii) las listas de asistencia a las sesiones que esta celebraba. Al respecto, de los documentos titulados: “Integrantes para las Comisiones de Trabajo de CANIFARMA”,25 es posible apreciar que en el periodo de dos mil dos a dos mil siete diversos representantes de los probables responsables formaron parte de la Comisión de Abasto. A efecto de demostrar las personas que participaron, en qué periodos y bajo qué cargos, la COFECO elaboró una tabla en donde muestra un resumen de la información provista por dicha cámara nacional (destacándose la persona física y jurídica que figuran como quejosos en el presente juicio de amparo): 25 Fojas 39223 a 39256 del expediente. 65 R.A. 253/2011 De lo anterior concluye la COFECO, todos los probables responsables (con excepción de Fresenius) tuvieron representantes de manera continua con cargos dentro de la Comisión de Abasto de la CANIFARMA entre los años dos mil dos a dos mil cuatro y, posteriormente, comenzaron a ostentar menos posiciones dentro de la misma a partir del año dos mil cinco26. La situación descrita, señala la autoridad responsable, se corrobora con las listas de asistencia a las sesiones de la Comisión de Abasto, en las que se aprecia que empleados de los probables responsables continuaron asistiendo a las sesiones que dicha Comisión celebraba con cierta regularidad, como se aprecia de la información plasmada dentro de los cuadros siguientes27: Año 2004 Año 2005 26 En este sentido, sólo Fresenius, Pisa y Probiomed continuaron ostentando cargos dentro de la Comisión de Abasto al Sector Público de la CANIFARMA dentro del periodo dos mil cinco a dos mil siete. Pisa y Probiomed fueron las únicas investigadas que continuaron participando con cargos activos dentro de dicha Comisión. 27 oficio de probable responsabilidad fojas 154 a 157. 66 Año 2006 R.A. 253/2011 67 R.A. 253/2011 Año 2007 De lo anterior se advierte, como lo señala la COFECO, que los representantes de las personas jurídicas investigadas tuvieron contacto continuo dentro de las sesiones de dicha Comisión de la CANIFARMA. Aunado a lo anterior, los representantes de las personas jurídicas investigadas dentro de la Comisión de Abasto, ocupaban en sus respectivas empresas durante el periodo investigado cargos que se consideran como de confianza, o bien, con un grado de responsabilidad que les permitía tomar decisiones respecto de las políticas comerciales dentro de cada una de sus empresas respectivas para las licitaciones del IMSS. Este es el caso de Probiomed, a través de su representante Alfonso Salvador Huerta Suárez, Director de Ventas a Gobierno, quien declaró en comparecencia ante la 68 R.A. 253/2011 autoridad que él participaba en el diseño de las propuestas para las licitaciones de medicamentos del IMSS de manera indirecta, debido a que existía otra área subordinada a él que se encargaba de la elaboración de posturas en las licitaciones del sector público, por así haberlo declarado en los términos siguientes 28: “P. Señale su ocupación actual. --- R. Director de Ventas a Gobierno de Probiomed, S.A. de C.V.” “4. Describa las principales funciones de su puesto. --- R. Dirigir la Dirección de Ventas Gobierno de Probiomed, tenemos un departamento en el que hay un Gerente de Ventas a Gobierno y seis representantes y el área de cobranza; y representar a Probiomed en la Comisión de Abasto de CANIFARMA” ---“Ha representado a Probiomed en la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA). --- R. Sí, actualmente soy presidente de la Comisión de Abasto desde julio de dos mil ocho y anteriormente, desde marzo de dos mil siete a julio de dos mil ocho, fui vicepresidente de la comisión y, adicionalmente, de dos mil a dos mil tres, también fui presidente de la comisión. De dos mil tres a dos mil siete, fui vocal de la comisión”. “Ha participado en el diseño de propuestas de Probiomed para participar en licitaciones de medicamentos convocadas por el sector público. --- R. Sí. Indirectamente. Porque los que participan es la gerencia de ventas de gobierno”. Esta declaración implica que tuvo conocimiento de las posturas con las que su empresa concursó e inclusive pudo fijarlas o establecer indicadores para ese efecto. Aunado a los medios de prueba ya referidos, la comunicación entre los responsables de la conducta sancionada se daba, señala la COFECO, no solo a través de la CANIFARMA sino también por medios externos, principalmente por medio de llamadas telefónicas. 28 Folio 51170 a 51172. 69 R.A. 253/2011 En el oficio de probable responsabilidad se muestra un listado de llamadas telefónicas realizadas entre los empleados de los responsables que tenían entre sus funciones la determinación directa o indirecta o el conocimiento de las posturas de sus empresas en las licitaciones del IMSS. Por ser ilustrativas para el presente asunto se citan a continuación las relativas a la parte aquí quejosa 29. 29 fojas 178 a 179 70 R.A. 253/2011 71 R.A. 253/2011 Como lo señala la COFECO, los datos de la tabla en la parte correspondiente a la parte aquí quejosa deja ver que las personas físicas tenían comunicación, particularmente en periodos de tiempo cercanos a las fechas en las cuales estaba planeada la entrega y apertura de sobres con las propuestas técnicas y económicas correspondientes a cada una de las licitaciones públicas realizadas por el IMSS. Por ejemplo, la COFECO señala que: (i) De las llamadas desde los teléfonos de Carlos Arturo Villaseñor López de Pisa entre abril de dos mil tres y noviembre de dos mil seis, se detectaron al menos cuarenta llamadas al conmutador de Cryopharma y a Jorge Alberto Silis Franck, a Eduardo Osorio Traconis de Eli Lilly y a Alfonso Salvador Huerta Suárez de Probiomed. (ii) Entre las llamadas de Probiomed, se detectaron al menos veinticinco llamadas hechas desde los teléfonos de Alejandra Mendoza 30 , de Alfonso Salvador Huerta Suárez y de Jaime Uribe de la Mora a Carlos Arturo Villaseñor López, Eduardo Aquino Maldonado y Vivian Escárcega Shalev López 31 de Pisa, así como a Jorge Alberto Silis Franck de Cryopharma entre diciembre de dos mil cuatro y diciembre de dos mil seis. Todos los hechos descritos con antelación se tienen que analizar a la luz de lo que establece el artículo 9, fracción IV, de 30 Trabajadora de la empresa Probiomed (folio 38547 del expediente, que contiene información confidencial y que sólo puede ser consultada por el agente económico que la aportó). 31 De acuerdo a la información que obra en el expediente, Vivián Escárcega Shalev López asistió en diversas ocasiones a las sesiones de la Comisión de Abasto de la CANIFARMA como empleada de Pisa. 72 R.A. 253/2011 la Ley Federal de Competencia Económica32, que prevé como prácticas monopólicas absolutas las conductas colusivas que llevan a la formación de carteles y, concretamente, la práctica de establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en las licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas. Las conductas colusorias comprenden, con carácter general, los acuerdos (explícitos –cárteles-) o las prácticas concertadas (colusión tácita –cooperación informal-) entre agentes económicos que tengan por objeto o produzcan el efecto de impedir, restringir o falsear el juego de la competencia en el mercado. El concepto de práctica concertada supone, además de la concertación entre las empresas, un comportamiento en el mercado que siga a la concertación y una relación de causa a efecto entre ambos elementos. No obstante, puede presumirse, salvo prueba en contrario que corresponde aportar a los operadores interesados, que las empresas que participan en la concertación y que permanecen activas en el mercado toman en consideración la información intercambiada con sus competidores, a fin de determinar su comportamiento en dicho mercado. Máxime cuando la concertación se produzca regularmente a lo largo de un período dilatado. La preocupación primordial con la adquisición pública es que, debido a que las normas que regulan la adquisición facilitan la comunicación entre rivales, pueden llegar a promover 32 “ARTÍCULO 9. Son prácticas monopólicas absolutas los contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea cualquiera de los siguientes: IV. Establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en las licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas.” 73 R.A. 253/2011 la colusión entre postores y reducir, por lo tanto, la rivalidad con efectos perjudiciales en la eficiencia del proceso de adquisición, especialmente en los mercados en los que la entrada es difícil (barreras a la entrada). Por norma general, si las barreras a la entrada son bajas o si existen productos sustitutivos, la colusión no prosperará. Si, por el contrario, existen altas barreras a la entrada protegiendo a los que dominan el mercado de la presión competitiva de nuevos candidatos potenciales, existen más posibilidades que se alcance un resultado colusorio y que éste se mantenga en el tiempo. Así entonces, cuantos menos proveedores existan, más fácil será su colusión, porque los costos para organizar un cártel sostenible serán más bajos; será más fácil para ellos encontrar términos de coordinación y controlar que tales términos sean realmente respetados por cada postor; los mecanismos de castigo serán más efectivos ya que las empresas colusorias estarán expuestas a pérdidas mucho mayores. En general, una licitación con pocos postores presenta el riesgo de no ser rentable para la entidad de adquisición, además de potencialmente ineficaz. A la inversa, si la participación en el proceso de adquisición es amplia, los postores tendrán mayores incentivos para desviarse de cualquier acuerdo colusorio para intentar ganar el concurso. El control de estas desviaciones será mucho más difícil. Los alicientes para la práctica serán mayores y la estabilidad de la colusión de los postores más débil. Por lo que la existencia de más proveedores en un mercado contribuye a una competencia más intensa, dando lugar a precios más bajos y a una mejor calidad. 74 R.A. 253/2011 Un aspecto adicional a lo mencionado, es la transparencia en las licitaciones, como por ejemplo la existencia de información sobre los términos y condiciones ofrecidos tanto por postores ganadores como perdedores, puede aumentar el riesgo de colusión, pues debe existir un equilibrio entre la reducción de transparencia para mantener la colusión bajo control y el incremento de la transparencia para controlar la corrupción y el favoritismo. Aunque la colusión en la presentación de ofertas en licitaciones puede ocurrir en cualquier sector económico, existen algunos en los que esto es más probable debido a las características específicas de la industria o del producto y de servicios involucrados. La colusión en los procedimientos de licitación, los acuerdos para fijar los precios, así como otros tipos de colusión, son muy difíciles de detectar. Los acuerdos colusorios por lo general se realizan en secreto y del que sólo tienen conocimiento las personas que participan en el mismo. Sin embargo, algunas sospechas pueden levantar la presentación poco habitual de ofertas o un modelo en el establecimiento del precio, o algo que pueda hacer o decir alguno de los proveedores. Las formas en las que se puede manifestar y, por tanto, identificar la colusión en los procedimientos de licitación son las siguientes: - Simple acuerdo para fijar los precios, a través del cual se elige como adjudicatario a uno de los licitadores y los demás 75 R.A. 253/2011 reciben instrucciones para que presenten propuestas más caras. - Acuerdo de reparto de mercado, a través del cual los clientes se reparten según el tipo o la localización geográfica y los licitadores que participan presentan propuestas más caras en aquellos mercados que están asignados a otras empresas. - Tasa de presentación de ofertas, el grupo colusorio cobra una tasa a cada uno de sus miembros por presentar una oferta y los licitadores simplemente le añaden esta tasa al precio final de su oferta. Los fondos generados se devuelven después a los miembros a través de algún tipo de mecanismo. - Reparto de pérdidas; la empresa adjudicataria acuerda compensar a los demás licitadores -por los costos de presentar sus ofertas-. Este cargo extra se le añade al precio de la oferta de cada una de las empresas. Una variante de esta fórmula consiste en que el adjudicatario acuerda subcontratar el trabajo a los demás adjudicatarios para, de esta forma, repartir algunos de los beneficios. Este tipo de infracción se puede lograr de diversas maneras, pero normalmente se emplean una o varias de las siguientes técnicas: - Supresión de ofertas: en la fórmula de supresión o limitación de ofertas, una o más empresas, que en condiciones normales también participarían en el concurso, o que lo han hecho con anterioridad, acuerdan no presentarse, o retirar la propuesta ya presentada para que la empresa que se designa 76 R.A. 253/2011 adjudicataria consiga el concurso. - Presentación de ofertas complementarias: Se presentan ofertas complementarias (también llamadas ofertas - protectoras- u ofertas -sombra-) cuando las ofertas de algunas empresas son muy caras para que ganen el concurso o cuando, teniendo un precio aparentemente competitivo, no cumplen con el resto de las condiciones. Este tipo de ofertas no están pensadas para conseguir la aceptación del promotor de la subasta, sino que simplemente pretenden dar la apariencia de una licitación legítima. Esto garantiza la elección de la empresa designada como adjudicataria cuando el agente encargado de las adquisiciones exige un número determinado de licitadores. - Sistema de rotación en las propuestas: en este sistema, todos los miembros de la trama presentan sus propuestas, pero se van turnando en presentar la mejor oferta. - Subcontratación: En los acuerdos de subcontratación, aquellos licitadores que acordaron no presentar ninguna propuesta, o presentar una que no pueda ganar el concurso, serán subcontratados o recibirán contratos de suministro por parte del adjudicatario. Algunos países (como Canadá, Suiza, Suecia o Estados Unidos) han elaborado listas de verificación para ayudar a los agentes encargados de las licitaciones a detectar posibles colusiones. Estas listas contienen simples indicaciones de las conductas potencialmente colusorias. De manera ejemplificativa se citan las directrices que la División Antitrust del Departamento de Justicia Norteamericano ha emitido para los 77 R.A. 253/2011 agentes encargados de las licitaciones33 a efecto de identificar este tipo de prácticas. Se ofrecen a continuación los indicadores de la colusión en los procedimientos de licitación, en el que se hace una distinción entre los indicadores relacionados con las ofertas en si y sus patrones, con los precios y con otros comportamientos sospechosos. Ofertas - La misma empresa siempre gana una licitación concreta. Esto podría ser aún más sospechoso si una o más empresas están presentando continuamente ofertas que nunca salen adelante. - Siempre son las mismas empresas las que presentan las ofertas y parece que se van turnando a la hora de resultar adjudicatarias. - Algunas ofertas son mucho más caras que las listas de precios públicas, que anteriores ofertas de la misma empresa o que los costos presupuestados por los técnicos. - Presentan ofertas un número de licitadores inferior al normal. 33 Véase el texto de la División Antitrust del Departamento de Justicia norteamericano (2005) titulado: Price Fixing, Bid Rigging, and Market Allocation Schemes: What They Are and What to Look For. 78 R.A. 253/2011 - Una misma empresa presenta ofertas mucho más caras en unas licitaciones que en otras, sin que existan razones de peso para dicha diferencia. - Caen los precios de las ofertas cuando aparece un nuevo licitador o uno inesperado. - El adjudicatario subcontrata el trabajo de los demás licitadores que participaron en el mismo concurso. - Una empresa retira su oferta, que resultaría adjudicataria, y después es subcontratada por el nuevo adjudicatario. Precios Precios idénticos pueden indicar un acuerdo para fijar el precio, sobre todos si: - Los precios permanecen invariables durante largos períodos de tiempo. - Antes los precios eran diferentes. - El incremento de precios no parece deberse al incremento de los costos. - Se eliminan los descuentos, sobre todo en un mercado donde habitualmente se hacían descuentos. - Los vendedores cobran precios más elevados a los 79 R.A. 253/2011 clientes más próximos que a los más lejanos. Esto puede indicar que han acordado fijar los precios del lugar. Comportamiento sospechoso - Las ofertas presentadas por diferentes licitadores contienen irregularidades, del tipo de cálculos idénticos, mismas faltas de ortografía, misma caligrafía o tipo de fuentes, mismo tipo de papel. Esto podría indicar que el que han designado como adjudicatario ha elaborado algunas o todas las ofertas que no ganarán el concurso. - Los documentos de la oferta/precio contienen espacios en blanco o correcciones que indican cambios de última hora en el precio. - Una empresa solicita la agrupación de ofertas para ella y otra de las empresas licitadoras o presenta su oferta y la de otras empresas. - Una empresa presenta una oferta cuando es incapaz de cumplir el contrato (probablemente se trate de una oferta complementaria). - Una empresa lleva varias ofertas preparadas y sólo presenta una cuando sabe (o lo ha intentado) quiénes se van a presentar. 80 R.A. 253/2011 Por su parte, en lo que respecta a la comprobación de este tipo de conductas, la OCDE 34 ha señalado: “4-. Hay dos tipos generales de evidencia circunstancial: EVIDENCIA DE COMUNICACIÓN y EVIDENCIA ECONÓMICA. De las dos, la evidencia de comunicación es considerada la mas importante. La evidencia de comunicación es que los operadores del cartel se conozcan, o de otra manera se comuniquen, pero no describe la substancia de sus comunicaciones. Eso incluye, por ejemplo, grabaciones de conversaciones por teléfono entre los participantes sospechosos del cartel, de sus viajes a un destino en común y notas o archivos de juntas en la cuales participan. La evidencia de comunicación puede ser altamente probatoria en un acuerdo. Casi todos los casos circunstanciales descritos por delegaciones incluyendo la evidencia de comunicación, en algunos la evidencia fue convincente. 5.- La evidencia económica es casi siempre ambigua. Podría ser consistente con cualquier acuerdo o acción independiente. Para eso se requiere un análisis cuidadoso. La evidencia económica puede ser categorizada o clasificada ya sea como cualquier conducta o evidencia estructural. El precedente incluye, la evidencia de la conducta paralela por sospechas de los miembros del cartel. Ej: simultáneo e idéntico aumento de precio o patrones sospechosos en licitaciones públicas. También puede incluir evidencia de prácticas facilitatorias aunque esa conducta también pueda ser caracterizada como "pruebas de cuasicomunicación" La evidencia estructural económica incluye evidencia de dichos factores como alta concentración del mercado y productos homogéneos. De estos dos tipos de evidencias económicas la prueba de conducta es considerada la más importante. La evidencia económica debe ser evaluada cuidadosamente. La evidencia debe ser inconsistente con la hipótesis de que los participantes del mercado están actuando unilateralmente en su propio interés. 34 OCDE, Policy Roundtables Prosecuting Cartels without Direct Evidence, 2006, pp 9, 10 y 20. 81 R.A. 253/2011 La economía, incluyendo el uso de la teoría de los juegos, puede ser ilustrativa en como hacer este juicio. Parece ser que en muchos países sin embargo, ese tipo de análisis aún no está empleado, pero adicionando la evidencia económica puede jugar un importante papel en el escenario principal de la investigación del cartel. Un análisis apropiado puede proveer una base para decidir cual de los posibles casos son los más fructíferos para llevar a cabo, con la esperanza y la expectación de que un mejor acuerdo de evidencia, tanto directo como circunstancial, pueda ser descubierto. La evidencia utilizada para probar un acuerdo del cartel puede ser clasificada en dos tipos: Directa y circunstancial. La evidencia circunstancial, a su vez, se compone de evidencia de comunicación y evidencia económica, la cual incluye la conducta de una empresa, la estructura del mercado y las pruebas de facilitar la aplicación de prácticas. Tipos en común de la evidencia directa, incluyen: •Documento o documentos (incluyendo mensajes de correo electrónico) esencialmente incorporando el acuerdo, o parte de él e identificando sus partes. •Declaraciones orales o escritas por los copartícipes del cartel, describiendo la operación del cartel y su participación en él. Existen diferentes tipos de evidencia circunstancial. Una es la evidencia que los operadores del cartel conocen u otra forma de comunicación, pero sin describir la sustancia de sus comunicados. Esto puede ser llamado evidencia de comunicación para objeto de esta discusión. Incluye: • Grabaciones de teléfono por conversaciones entre competidores (pero no su substancia), o viajar a destinos comunes o participaciones en una junta, por ejemplo durante el transcurso de una conferencia. Otra evidencia de que las partes se comunican sobre el tema, por ejemplo minutas o notas de una reunión que muestran que los precios, demanda o su utilización se discutieron; documentos que acrediten conocimiento o comprensión de una estrategia de competencia de precios, tal como el conocimiento de un futuro incremento de los precios de un rival.” 35 35 Traducción propia. El texto original está en inglés y es del tenor siguiente: “4. There are two general types of circumstantial evidence: communication evidence and economic evidence. Of the two, communication evidence is considered to be the more important. Communication evidence is evidence that cartel operators met or otherwise communicated, but does not describe the substance of their communications. It includes, for example, records of telephone conversations among suspected cartel participants, of 82 R.A. 253/2011 En este contexto, es posible deducir la existencia de una práctica concertada, sin la existencia de un acuerdo formal, como en la mayoría de los casos, por la existencia de una identidad de comportamientos (precios iguales, condiciones similares, movimientos en los precios o las cantidades simultáneos en el tiempo, etc.) que no se explican de modo natural por la propia estructura y funcionamiento competitivo del mercado, lo que induce a pensar en la existencia de acuerdos their travel to a common destination and notes or records of meetings in which they participated. Communication evidence can be highly probative of an agreement. Almost all of the circumstantial cases described by delegations included communication evidence; in some the evidence was compelling. 5. Economic evidence is almost always ambiguous. It could be consistent with either agreement or independent action. Therefore it requires careful analysis. Economic evidence can be categorized as either conduct or structural evidence. The former includes, most importantly, evidence of parallel conduct by suspected cartel members, e.g., simultaneous and identical price increases or suspicious bidding patterns in public tenders. It can also include evidence of facilitating practices, though that conduct could also be characterized as “quasi-communication evidence”. Structural economic evidence includes evidence of such factors as high market concentration and homogeneous products. Of these two types of economic evidence, conduct evidence is considered the more important. Economic evidence must be carefully evaluated. The evidence should be inconsistent with the hypothesis that the market participants are acting unilaterally in their self interest. Economics, including the use of game theory, can be instructive on how to make this judgment. It appears that in most countries, however, that kind of analysis is not yet employed. But further, economic evidence can play an important role in the initial stages of a cartel investigation. A proper analysis of it could provide a basis for deciding which of several possible cases are likely to be the most fruitful to pursue, with the hope and expectation that better evidence of agreement, both direct and circumstantial, will be discovered.” El mismo documento señalado precisa o concreta que la evidencia o pruebas de la comprobación de los acuerdos horizontales, generalmente, consisten en las siguientes: “Evidence used to prove a cartel agreement can be classified in two types: direct and circumstantial. Circumstantial evidence, in turn, consists of "communication" evidence and economic evidence, which include firm conduct, market structure, and evidence of facilitating practices. Common types of direct evidence include: • A document or documents (including email messages) essentially embodying the agreement, or parts of it, and identifying the parties to it. • Oral or written statements by co-operative cartel participants describing the operation of the cartel and their participation in it. There are different types of circumstantial evidence. One is evidence that cartel operators met or otherwise communicated, but does not describe the substance of their communications. It might be called “communication” evidence for purposes of this discussion. It includes: • records of telephone conversations between competitors (but not their substance), or of travel to a common destination or of participation in a meeting, for example during a trade conference. • other evidence that the parties communicated about the subject ñ e.g., minutes or notes of a meeting showing that prices, demand or capacity utilization were discussed; internal documents evidencing knowledge or understanding of a competitors pricing strategy, such as an awareness of a future price increase by a rival.” 83 R.A. 253/2011 tácitos o formas de coordinación entre operadores que no pueden ser expresamente aprobados. Por lo tanto, no es fácil detectar, evitar, controlar y, en su caso, comprobar la colusión en los procedimientos públicos de licitación. Esto en razón de que en materia de competencia económica es difícil establecer con precisión cómo se ha concertado un acuerdo o llegado a un comportamiento anticompetitivo, dado el cuidado que los interesados ponen para velar u ocultar cualquier vestigio de ello, por lo cual es evidente que, en la mayoría de los casos, no puede encontrarse prueba directa de la conducta desplegada por el agente o agentes involucrados, ni de todos los detalles que, por obvias razones, se ocultan u oscurecen, para lo cual debe hacerse una labor de enlace o adminiculación de diversos hechos conocidos para extraer una presunción o hipótesis a partir de un indicio, y derivar inferencias basadas en la experiencia que lleven al conocimiento del hecho principal, sin que pueda exigirse un mayor rigor en el acreditamiento de circunstancias y móviles, dada su naturaleza. El criterio del que se ha hecho referencia en el párrafo inmediato anterior es del tenor siguiente: “COMPETENCIA ECONÓMICA. LA PRUEBA INDIRECTA ES IDÓNEA PARA ACREDITAR, A TRAVÉS DE INDICIOS, CIERTOS HECHOS O CIRCUNSTANCIAS A PARTIR DE LO QUE SE CONOCE COMO LA MEJOR INFORMACIÓN DISPONIBLE, RESPECTO DE LA ACTUACIÓN DE EMPRESAS QUE HAN CONCERTADO ACUERDOS PARA LLEVAR A CABO PRÁCTICAS MONOPÓLICAS. En materia de competencia económica es difícil establecer con precisión cómo se ha concertado un acuerdo o llegado a un 84 R.A. 253/2011 comportamiento anticompetitivo, dado el cuidado que los interesados ponen para velar u ocultar cualquier vestigio de ello, por lo cual es evidente que, en la mayoría de los casos, no puede encontrarse prueba directa de la conducta desplegada por el agente o agentes involucrados, ni de todos los detalles que, por obvias razones, se ocultan u oscurecen, para lo cual debe hacerse una labor de enlace o adminiculación de diversos hechos conocidos para extraer una presunción o hipótesis a partir de un indicio, y derivar inferencias basadas en la experiencia que lleven al conocimiento del hecho principal, sin que pueda exigirse un mayor rigor en el acreditamiento de circunstancias y móviles, dada su naturaleza. En ese orden de ideas, acorde con lo dispuesto tanto en la Ley Federal de Competencia Económica como en su reglamento, la prueba indirecta es idónea para acreditar, a través de indicios suficientes, adminiculados con enunciados generales, ciertos hechos o circunstancias a partir de lo que se conoce como la mejor información disponible, respecto de la actuación de empresas que han concertado acuerdos para llevar a cabo prácticas monopólicas; pues es de esperarse que los actos realizados por esas empresas para conseguir un fin contrario a la ley, sean disfrazados, ocultados, seccionados, diseminados a tal grado que la actuación de la entidad, como tal, se haga casi imperceptible y ello haga difícil, cuando no imposible, establecer mediante prueba directa la relación que existe entre el acto realizado y la persona moral o entidad a la que pretenda imputarse su realización.” 36 El asunto en concreto no es la excepción en cuanto a que la acreditación de la práctica monopólica absoluta está sustentada en pruebas indirectas, las que a juicio de este Tribunal Colegiado son idóneas para acreditarla. La conclusión a la que llegó la Comisión con base en los elementos que tuvo a la vista, es verosímil y razonable, de acuerdo con la facultad de que este Tribunal goza para hacer el 36 Localización: Novena Época/ Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito/ Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta/ tomo XXVIII, Noviembre de 2008/ Página: 1228/ Tesis: I.4o.A. J/74/ Jurisprudencia/ Materia(s): Administrativa. 85 R.A. 253/2011 análisis de las pruebas rendidas, lo que implica una probabilidad lógica que prevalece, dado que hay indicios relevantes, serios y conducentes, calificativa que se obtiene de aplicar máximas de experiencia y los propios incentivos de los agentes involucrados en términos del artículo 197 del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley Federal de Competencia Económica, en la medida que en asuntos como el que se resuelve es difícil de establecer, con precisión, cómo se ha concertado un acuerdo o llegado a un comportamiento anticompetitivo concertado, dado el cuidado que los interesados ponen para velar u ocultar cualquier vestigio o rastro de ello37, por lo cual es evidente que, en muchos casos si no es que en la gran mayoría, no se va a poder encontrar prueba directa de la conducta desplegada por el agente o agentes involucrados ni de todos los detalles que, por obvias razones, se ocultan u oscurecen, para lo cual hay que hacer una labor de enlace o adminiculación de diversos hechos conocidos para extraer un indicio y poder derivar inferencias basadas en la experiencia que lleven al conocimiento del hecho principal, sin que se pueda exigir un mayor rigor en el acreditamiento de circunstancias y móviles, dada su naturaleza. En términos generales y de manera preliminar, la técnica más común de establecer que un acto ha sido efectuado por una persona jurídica o ente colectivo consiste en demostrar que en la realización de tal acto, la voluntad de la entidad colectiva 37 Resulta ingenuo pensar que las empresas faciliten, dejando pistas, que se descubra y acredite fehacientemente la práctica de conductas desleales y anticompetitivas, simple y llanamente por las sanciones y responsabilidades que ello implica, lo que determina se desplieguen incentivos para opacar o encubrir tales prácticas si es que se han dado. Prueba de ello es que en todo el mundo es sólo a partir de indicios, que implican grados de probabilidad, la forma y procedimiento conforme al cual se acreditan las prácticas concertadas. 86 R.A. 253/2011 ha sido expresada por una persona física que cuenta con facultades expresas para ese efecto, contenidas en los documentos o evidencias que conforman la estructura jurídica de dicho ente. Se estaría entonces frente a la actuación de una persona jurídica o ente colectivo, a través de alguno de sus directivos, mandatarios, etcétera. Sin embargo, en el mundo fáctico, la actuación de entidades de esa naturaleza alcanza una complicación mayor. En efecto, la complejidad en la actuación de las personas jurídicas morales llega a su grado máximo, cuando se trata de la realización de actos ilícitos o desleales. En esos casos, no puede esperarse que la participación de la persona jurídica quede nítidamente expresada y perceptible a través de todos y cada uno de los actos desplegados por las personas físicas que cuenten con facultades contenidas en los documentos que conforman su estructura jurídica. Por el contrario, es de esperarse que los actos que realicen las entidades mencionadas para conseguir un fin contrario a la ley, sean disfrazados, ocultados, seccionados, diseminados a tal grado que la actuación de la entidad, como tal, se haga casi imperceptible y ello haga difícil, cuando no imposible, establecer mediante prueba directa la relación que existe entre el acto realizado y la persona jurídica o entidad a la que pretenda imputarse su realización. La manera de llegar a la demostración de la verdad de los enunciados expresados por las partes, en relación con las hipótesis que se hayan planteado, es a través de la prueba, que 87 R.A. 253/2011 puede ser directa, o bien, indirecta. Una prueba es directa cuando su contenido guarda relación inmediata con la esencia de los enunciados que integran la hipótesis del hecho principal que es objeto del juicio. Una prueba es indirecta, cuando mediante ella se demuestra la existencia de un hecho diverso a aquel que es afirmado en la hipótesis del juicio o del procedimiento administrativo38. La condición para que tenga el efecto de prueba estriba, en que a partir de la demostración de la existencia de ese hecho secundario (factum probandum), sea posible extraer inferencias, que afecten a la fundamentación de la hipótesis del hecho principal (factum probans). El rasgo más importante de la estructura lógica básica de las pruebas circunstanciales es la inferencia que el juzgador realiza al conectar el factum probans con el factum probandum. Por consiguiente, el núcleo de este razonamiento son las reglas en función de las cuales el juzgador puede realizar las inferencias que vinculan esos dos hechos. Las reglas más habituales son generalizaciones proveídas por y justificadas en el sentido común, la experiencia o la cultura media existente en la época y el lugar en los cuales se toma la decisión. Estas reglas se conocen como Erfahrungssätze o máximas de experiencia. En cualquier caso, no hay duda de que el juzgador tiene que basarse en su background o sustrato de conocimientos y en nociones de sentido común para poder 38 “Cuando las inferencias acerca de la verdad de un enunciado sobre un hecho principal se obtienen asumiendo otro hecho como premisa, este último se considera un medio de prueba indirecto sobre aquel hecho principal.” Taruffo, Michele, “La Prueba”, Editorial Marcial Pons, Madrid 2008, p.104. 88 R.A. 253/2011 establecer una conexión significativa entre el factum probans y el factum probandum.39 La prueba indirecta ofrece elementos de confirmación de la hipótesis del hecho principal, pero a través de un paso lógico que va de un hecho probado (el hecho secundario) al hecho principal que es inferido. El grado de apoyo que la hipótesis a probar reciba de la prueba indirecta dependerá de dos cosas: a) del grado de aceptación de la existencia del hecho secundario o indicio, es decir, si la existencia del referido hecho secundario está suficientemente probada; y, b) del grado de aceptación de la inferencia que se funda en la eficiencia y suficiencia del hecho secundario o indicios, cuya existencia ha sido probada lo que, por lo general, implica acudir a máximas de experiencia solventes y argumentos basados en la sana critica. Para determinar el grado de aceptación de la inferencia que parte del hecho secundario 40 hacia el hecho principal 41, es necesario conocer el criterio en el que dicha inferencia se apoya, comúnmente enunciados de carácter general que convencen de la pertinencia y suficiencia de los indicios para aseverar la hipótesis o conclusión, basados en estándares de prueba adecuados y razonables, destacando desde la prueba más allá de toda duda razonable hasta la probabilidad lógica 39 Ibídem, pp. 105 y 106. Conocido como Factum probans 41 Factum probandum 40 89 R.A. 253/2011 prevaleciente; también se les conoce como máximas de experiencia. Mientras más preciso y seguro sea el criterio, mayor será el grado de aceptación de la inferencia. Existe otra forma destacable de llegar al conocimiento de la verdad de los enunciados que integran la hipótesis sobre el hecho principal mediante el uso de pruebas indirectas. Se trata de lo que el procesalista italiano Michele Taruffo denomina “evidencias en cascada”. Esta figura se presenta, cuando el elemento de confirmación de la hipótesis principal deriva de una cadena de pasos inferenciales, obtenidos de hechos secundarios. Cada hecho secundario es idóneo para fundar inferencias sobre el hecho sucesivo. La conclusión se obtiene por la inferencia que va, del último hecho secundario de la cadena, a la hipótesis del hecho principal. La cadena de inferencias puede ser formulada, válidamente, hasta llegar a la conclusión del hecho principal, sólo si cada inferencia produce conclusiones dotadas a partir de un grado de confirmación fuerte y criterios adecuados. No importa la longitud de la cadena, siempre que cada uno de los eslabones esté debidamente sostenido en la base de la inferencia precedente. El grado de confirmación del hecho principal no se determina en función de todas las inferencias que componen la cadena, sino sólo en función de la última 90 R.A. 253/2011 inferencia y del criterio en el que ésta se fundamente. Ninguna de las inferencias de la cadena debe tener un margen de duda tal, que haga irrazonable su adopción como hipótesis verdadera sobre el hecho secundario. Cada hecho o circunstancia que se tenga, por cierto, constituye la premisa de la que se parte para conectar con el siguiente eslabón. Según se ha visto a lo largo de la presente sentencia, los hechos secundarios o evidencias probadas por la Comisión consistieron en que las empresas investigadas alcanzaron un acuerdo entre ellas para elevar los precios de venta de los medicamentos licitados por el IMSS, abusando del diseño empleado en las licitaciones celebradas, lo que fue posible con base en los canales de comunicación disponibles y que fueron utilizados por las empresas competidoras. El resultado de lo anterior es que las empresas farmacéuticas alternaban las posturas –tanto ganadoras como perdedoras- en cada licitación, repartiéndose casi la totalidad de las mismas. Estas pruebas consistieron en: i) Evidencia económica de la existencia del acuerdo, consistente en la concentración de las ganancias de las licitaciones en las empresas emplazadas, la similitud de las posturas para ganar y para perder entre agentes competidores durante el período investigado, la alternancia de las posturas para ganar o para perder, el aprovechamiento de la regla de asignación múltiple, los altos márgenes de ganancia obtenidos, la existencia de barreras a la entrada, y que solo se reaccionó competitivamente ante posturas agresivas de otros agentes; 91 ii) Existencia de R.A. 253/2011 medios y canales de comunicación, consistentes en la asistencia de empleados involucrados en las licitaciones celebradas por el IMSS a las reuniones de la Comisión de Abasto de la CANIFARMA y el registro de llamadas telefónicas entre distintos empleados de las emplazadas; y, iii) Utilización de esos canales y medios de comunicación. El patrón de conducta descrito puede ser explicado y entendido tan solo como resultado de un acuerdo entre los principales ganadores Probiomed), a fin de (Eli Lilly, Cryopharma, Pisa y evitar el proceso de competencia y mantener las posturas ganadoras en un nivel artificialmente alto en perjuicio del Estado. Este acuerdo consistiría en mantener la posturas ganadoras en un nivel acordado por encima del que hubiera resultado de un proceso competido y tomar turnos en los roles de ganador y perdedor para distribuirse entre ellos los importes licitados. De las diversas pruebas a las que se ha hecho referencia permiten acreditar a nivel presuntivo, tal como se sostiene en el acto reclamado, comunicación la para utilización de llevar cabo a diversos el medios de establecimiento, concertación o coordinación entre las distintas empresas sancionadas, puesto que existió comunicación entre los directivos de las empresas emplazadas que tenían entre sus funciones la determinación directa o indirecta de las posturas de licitación y que se comunicaron en periodos cercanos a las fechas en las cuales estaba planeada la entrega y apertura de 92 sobres con las propuestas R.A. 253/2011 técnicas y económicas correspondientes a cada una de las licitaciones públicas realizadas por el IMSS. Y aunque cierto es que dichas llamadas per se no evidencian lo que en ellas se trató, su utilización entre agentes que son competidores entre sí en el mercado de medicamentos licitados por el sector salud, hace improbable que éstas fueran hechas con un propósito distinto al de establecer, concertar o coordinar posturas en las licitaciones, pues lo típico y usual es la rivalidad, ocultando información estratégica que permita tener éxito en los mercados, especialmente en licitaciones, donde se presume que subyace una rivalidad competitiva entre agentes con intereses económicos contrapuestos (estas son máximas de experiencia de las prácticas comerciales), máxime cuando el resultado y éxito de la colusión es evidente, los frutos obtenidos son altamente indicativos del árbol o fuente: una colusión bien orquestada. Más aún cuando se relacionan con el resto de los elementos de convicción -evidencia económicaque mostraron un comportamiento de mercado sólo justificable o entendible mediante la existencia de un acuerdo colusorio en las licitaciones convocadas por el IMSS, lo cual es suficiente para acreditar la circunstancia de que durante el periodo comprendido del año dos mil tres a dos mil seis, empleados de las personas jurídicas sancionadas estuvieron en comunicación a fin de acordar las estrategias a seguir en las diversas licitaciones en que participaron. Por lo que respecta al intercambio de información entre competidores, todo operador económico debe determinar autónomamente la política que pretende seguir en el mercado. 93 R.A. 253/2011 Si bien es cierto que esta exigencia de autonomía no excluye el derecho de los operadores económicos a adaptarse con habilidad al comportamiento que han comprobado o que prevén que seguirán sus competidores, sí se opone sin embargo de modo riguroso a toda forma de contacto directo o indirecto entre dichos operadores por la que se pretenda influir en el comportamiento en el mercado de un competidor actual o potencial, o exteriorizar a tal competidor el comportamiento que uno mismo va a adoptar en el mercado o que se pretende adoptar en él, si dichos contactos tienen por objeto o efecto abocar a condiciones de competencia que no correspondan a las condiciones normales del mercado de que se trate, teniendo en cuenta la naturaleza de los productos o de los servicios prestados, el tamaño y número de las empresas y el volumen de dicho mercado. Así, tratándose de un mercado oligopolístico fuertemente concentrado, como el mercado de que se trata en el litigio, el intercambio de información puede permitir a las empresas conocer la posición en el mercado así como las estrategias comerciales de sus competidores y, de este modo, alterar sensiblemente la competencia subsistente entre los operadores económicos. De ello resulta que el intercambio de información entre competidores puede ser contrario a las normas sobre competencia en la medida en que debilita o suprime el grado de incertidumbre sobre el funcionamiento del mercado de que se trata, con la consecuencia de que restringe la competencia entre las empresas en claro perjuicio para los consumidores. Por lo tanto, tiene un objetivo contrario a la competencia un 94 R.A. 253/2011 intercambio de información que puede eliminar la incertidumbre que sigue existiendo entre las partes en lo relativo a la fecha, el alcance y las modalidades de la adaptación que la empresa interesada pone en práctica. Aunado a lo anterior, la Comisión señala que tanto la frecuencia como el volumen de las llamadas telefónicas disminuyeron a partir del año dos mil siete, lo cual coincide con la disminución de la asistencia de los directivos de las personas jurídicas sancionadas a las reuniones de la Comisión de Abasto de la CANIFARMA. Lo anterior, como se señala por la responsable, apunta a que el uso de los distintos medios de comunicación cesa en paralelo a los cambios en el comportamiento de los responsables en las licitaciones del IMSS, pues ya no había condiciones para la colusión por el nuevo ofertante no coludido. En este orden de ideas, procede considerar que el punto decisivo no es tanto el número de reuniones celebradas entre las empresas interesadas sino el aspecto cualitativo y estratégico, así como el hecho de saber si el contacto o los contactos que se han producido han dado a éstas la posibilidad de tener en cuenta la información intercambiada con sus competidores para determinar su comportamiento en el mercado de que se trate y sustituir conscientemente los riesgos y costos de la competencia por una cooperación práctica entre ellas. Dado que ha quedado demostrado que dichas empresas han llegado a concertar su comportamiento y que han permanecido activas en el mercado, está justificado exigir que aporten la prueba de que dicha concertación no ha influido en su comportamiento en el referido mercado, ya que las 95 R.A. 253/2011 evidencias y máximas de experiencia presentadas por la responsable son claras de una probabilidad prevaleciente o balance de probabilidades de que existió la colusión, incluso al grado de superar dudas razonables. Luego entonces, de los hechos secundarios probados pruebas indirectas referidas- es posible obtener el conocimiento del hecho principal mediante un procedimiento racional inductivo con suficiente respaldo de probabilidad lógica, esto es, una inferencia válida de la existencia de las conductas proscritas en la ley, derivado de un patrón de conducta que se presentó en diversas licitaciones del sector salud respecto de los medicamentos investigados, porque de las pruebas mencionadas –hechos sólidos- se puede establecer que las evidencias o indicios de ellos derivados concluyeron en la inferencia que llevó a la Comisión al conocimiento del hecho principal, es decir, de las prácticas concertadas realizadas, mismas que no fueron desvirtuadas por la parte quejosa una vez conocidas y documentadas por la autoridad. Además, resulta claro que en las prácticas comerciales se desarrollan esas conductas pues los incentivos para optimizar y maximizar la especulación mercantil son tan típicas e intensas en los mercados, que las leyes para la defensa de la competencia las recogen universalmente, esto habla de la experiencia en que se apoya y fundamenta la acusación. Así, en consideración de este órgano colegiado, se ha acreditado, como ya se ha dicho, la plausibilidad de la hipótesis de la práctica concertada de las empresas en los procesos de licitación investigados, debido a un trabajado proceso lógico de 96 R.A. 253/2011 inferencias de los indicios acreditados, que explican que la colusión es más probable que improbable y, por ende, es más probable que los argumentos explicativos de la parte quejosa relativos a la inexistencia de la práctica, sustentados en las pruebas consistentes en comunicación entre agentes económicos y patrón de posturas de precios, de las que dice no se puede inferir el contenido de las comunicaciones telefónicas entre los agentes entre sí, sino sólo se puede reconocer que hay un número determinado de llamadas y que hubo comunicación de un número a otro, pero no se muestra quienes fueron las personas que se comunicaron ni mucho menos la materia de las mismas y, menos aún, se explica cuál es el patrón de conducta que se sanciona, cuando de lo antes dicho se evidencia y demuestra lo contrario. Las consideraciones precedentes sirven también para dar respuesta al argumento de la parte quejosa relativo a que es necesario un reparto equitativo de los contratos licitados para que haya colusión, puesto que si bien es indispensable, como se dice, que haya una distribución en la ganancia de los contratos de las licitaciones en los medicamentos convocados por el IMSS como condición de existencia de una práctica concertada, por otro lado es desafortunado el argumento en cuanto a que, necesariamente, tenga que ser “equitativo” el reparto como se aduce, ya que basta que se acredite, como se hizo, que existe una práctica concertada entre las empresas para no competir, lo que tiene como consecuencia vender más caro los medicamentos al Instituto, reduciendo con ello los recursos para la atención de sus derechohabientes y generando una afectación al erario público, para que exista la conducta proscrita en la ley. 97 R.A. 253/2011 No obsta tampoco a lo anterior, el argumento consistente en que la disminución de los precios de la insulina humana se debió a que bajó el precio de la materia prima durante el año de dos mil cinco, argumento que resulta insuficiente para cambiar la conclusión a la que se arribó con antelación, aunado a que ello debió demostrarse fehacientemente; esto es, el cómo trascendería una baja en la materia prima en el precio de venta, pues. Respecto de este tema la COFECO consideró que si bien la aquí parte quejosa identifica la reducción de dichos precios inicialmente a un proveedor que identifica como “Novo Nordisk” y a un participante en las licitaciones que es “Savi Distribuidores”; que ha comprado materia prima proveniente de Brasil y China; y, que durante el dos mil seis compró materia prima con una reducción del 57%, lo que dio como resultado presentar posturas con menores precios. Sin embargo, el argumento expresado resulta insuficiente, como se dijo, para desvirtuar las consideraciones que la autoridad responsable vertió al respecto, a saber: “De acuerdo a lo expuesto por las emplazadas, la reducción de los precios en las posturas se atribuye a la reducción del costo en la materia prima. De igual forma, identifica la reducción de dichos precios inicialmente a un proveedor que identifica como “Novo Nordisk”, y a un participante en las licitaciones que es “Savi Distribuidores”. Por su parte, y propiamente, Probiomed manifiesta que ha comprado materia prima proveniente de Brasil y China, y al igual, expresa que durante el dos mil seis compró materia prima con una reducción del 57% (cincuenta y siete por ciento), y como resultado, contó con las posibilidades de presentar posturas con menores precios. 98 R.A. 253/2011 En ese sentido, Probiomed adjuntó un conjunto de facturas con la respuesta presentada al oficio de probable responsabilidad, así como un resumen de las mismas en la forma de un tabla, en la que se identifican individualmente en columnas los siguientes elementos: el número de factura, la fecha de expedición, el proveedor al que se adquirió, el país de origen, la cantidad adquirida en gramos, el precio por gramo y el valor total de la factura. Sin embargo, es parcial en la medida en que sólo comprende al mes de diciembre de dos mil seis y no corresponden al periodo en el que se presentó inicialmente la reducción de precios, esto es, del veintiuno de diciembre de 2005 al ocho de diciembre del dos mil seis. Lo anterior se determina con base al último dato que presenta y señala el probable responsable dentro del cuadro descrito anteriormente. Ese dato corresponde a la fecha de la factura presentada con la cual se pretende asumir que existe una reducción de costos, esto es, correspondiente al ocho de diciembre de dos mil seis; sin embargo, lo anterior contrasta con la información analizada en el contenido de las tablas 31 y 33 del oficio de probable responsabilidad, que indican las posturas por licitación durante el periodo investigado para las claves 1050 y 1051 (Insulina) muestran que las posturas de Probiomed cuentan con una reducción considerable a partir de enero de dos mil seis.” Por lo que, concluye la COFECO: “En conclusión, la fecha de la factura (ocho de diciembre de dos mil seis) no permite inferir que durante el periodo que comprende el año dos mil seis se presentó una reducción equivalente a la que alega el probable responsable con base en dicha factura. Además, de que el probable responsable no presenta ninguna factura que respalde su dicho y que abarque el periodo que comprende del veintiuno de diciembre de dos mil cinco al ocho de diciembre del dos mil seis; es decir, no presenta ninguna factura del periodo en el que se presenta inicialmente la reducción de precios en las posturas que presentó para las claves 1050 y 1051 en las licitaciones convocadas por el IMSS. En principio, la presunción invocada es inoperante, porque lo que permite inferir válidamente la factura no es suficiente para respaldar completamente la reducción en costos, y consecuentemente el precio. Lo que permite inferir válidamente la factura presentada es que se presenta una reducción respecto de las demás 99 R.A. 253/2011 facturas presentadas, y que dicha factura corresponde a diciembre de dos mil seis; sin embargo, la afectación sobre precio que se deriva a partir de la reducción en los costos de los insumos referidos se reflejaría en precios correspondientes a un periodo posterior a la fecha plasmada en la factura multicitada anteriormente. Esto significa que los efectos de la factura, y consecuentemente la afectación sobre los costos, solo permiten inferir la presencia de precios menores a partir de una fecha posterior a la contenida en la factura y menos aún cuando el probable responsable no presenta facturas que respalden su dicho por el periodo que comprende el año dos mil seis. Aunado a lo anterior, el costo de la materia prima solo representa uno de los costos en los que incurre Probiomed en la elaboración de las claves investigadas de insulina, y por lo tanto lo mostrado solamente es parcialmente representativo de su dicho, de igual forma, mediante los requerimientos de información emitidos durante la investigación a los agentes investigados referentes a sus costos de producción, se puede constatar que lo manifestado por Probiomed es contradictorio e inconsistente; la información anteriormente mencionada se encuentra al resguardo de la Comisión porque fue clasificada como información confidencial.” 42 De la transcripción que antecede, se advierte que la autoridad responsable desestimó las pruebas que la parte ahora quejosa aportó para tratar de acreditar la razón principal por la que disminuyó el precio de la insulina humana en las licitaciones convocadas por el IMSS en que participó; consideraciones que, en el caso, no se controvierten a través del argumento expresado en la demanda de amparo, pues de ninguna manera se centra en desacreditar las razones dadas por la COFECO, sino se limitan a señalar que ésta no investigó los precios de la materia prima, cuando la carga probatoria para desacreditar la imputación en la comisión de la práctica monopólica absoluta, corresponde a la ahora parte quejosa, 42 Foja 361 a 362 de la resolución final. 100 R.A. 253/2011 pues ella en último término cuenta con las pruebas para acreditar su dicho de manera contundente. Situación similar a la anterior acontece, en cuanto a la calificación de los argumentos aducidos por la parte quejosa referentes a que hubo más empresas involucradas en las licitaciones, pero no se investigó porqué participaron o dejaron de hacerlo y que la COFECO omitió preguntar a las empresas Savi y Dimesa qué les permitió ofrecer menores precios, puesto que al estar acreditada la concertación entre las diversas empresas investigadas, el que la autoridad aquí responsable no indagara a otras empresas, relacionadas con los medicamentos licitados, porqué participaron o dejaron de hacerlo ni cuestionara a las ya mencionadas la razón de la baja en sus precios, no cambia las circunstancias descritas, las cuales, como se dijo, son idóneas en su conjunto para acreditar y sustentar razonablemente la existencia del actuar de, entre otras, la parte aquí quejosa, cuestión que es de la que se tenía que ocupar y no hacer cuestionamientos hipotéticos que en nada le benefician para desvirtuar la existencia de la práctica sancionada y su participación en la comisión. En efecto, si la Comisión se ocupó de acreditar que existe una práctica monopólica absoluta con los medios de prueba aportados y recopilados en el expediente administrativo, por lo que la carga probatoria corrió, en principio, a cargo de la Comisión, siendo que acreditado el hecho precedente, a la parte aquí quejosa correspondía demostrar que los medios de convicción aportados a los autos y su análisis y valoración no fueron los adecuados para tener por acreditada la práctica. 101 R.A. 253/2011 Bajo este esquema, resulta que si de las constancias y elementos de prueba de los que se allegó la Comisión Federal de Competencia arribó a la conclusión ya referida párrafos arriba, es indudable que la presunción de legalidad de su actuación así como de la valoración y el alcance que dio a las pruebas en comento debe ser combatida y destruida por la parte afectada, carga procesal que le corresponde dentro del proceso, con sus respectivas facultades y obligaciones, acreditando las excepciones o defensas, en términos de los artículos 81 y 82 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria. El criterio anterior ha sido sostenido por este Tribunal en la tesis que a continuación se reproduce: “COMPETENCIA ECONÓMICA. CORRESPONDE A LA EMPRESA SANCIONADA DEMOSTRAR QUE NO FORMA PARTE DEL GRUPO DE INTERÉS ECONÓMICO AL QUE SE ATRIBUYE LA INSTRUMENTACIÓN Y COORDINACIÓN DE LAS CONDUCTAS CONSIDERADAS PRÁCTICAS MONOPÓLICAS. Cuando con motivo de una relación vertical entre empresas de un grupo de interés económico la Comisión Federal de Competencia presume que una de ellas ejerce influencia sobre las otras, lo que le permite instrumentar y coordinar la realización de conductas consideradas prácticas monopólicas, y ante dicha circunstancia el citado órgano sanciona a un agente económico en lo individual, corresponde a éste demostrar que no es integrante de la unidad económica, lo cual requerirá acreditar que determina su política comercial de forma autónoma e independiente.” 43 En otro orden de ideas, en relación con el argumento relativo a que es ilegal que la Comisión omita el hecho de que 43 Localización: Novena Época/ Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito/ Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta/ tomo XXVIII, Noviembre de 2008/ Página: 1227/ Tesis: I.4o.A. J/69/ Jurisprudencia/ Materia(s): Administrativa 102 R.A. 253/2011 el concepto de precio aceptable se encuentra en la LAASSP en los artículos 28 y 38 desde dos mil y en las bases de licitación del IMSS, el cual sirve para determinar cuando se declara un ganador, varios o se declara desierta una licitación es infundado. La aquí parte quejosa en su escrito de contestación al oficio de presunta responsabilidad adujo, según se advierte de la síntesis que la Comisión realizó en la resolución de veintiocho de enero de dos mil diez dictada en el expediente IO03-2006, que el oficio de probable responsabilidad no contiene un análisis completo e integral de la normatividad aplicable a los llamados precios de referencia. Esta normatividad se encuentra en los artículos 28 y 38 de la LAASSP y en las políticas del IMSS que establece la obligación de realizar estudios de mercados de los precios de los bienes y servicios adquiridos por el Instituto 44. La Comisión en la resolución recurrida consideró, en relación al argumento precisado en el párrafo inmediato anterior, lo siguiente 45: “Lo manifestado por Cryopharma en el inciso a) y por Probiomed en el inciso g) son infundados puesto que tienden a justificar la inexistencia del acuerdo colusorio entre los probables responsables con base en el ejercicio de las atribuciones con las que cuenta el IMSS en materia de precios dentro de los procedimientos de licitación. El ejercicio de las atribuciones del IMSS no prejuzga, ni tampoco exime la aplicación de otras leyes relacionadas con los procedimientos de licitación. La aplicación del artículo 38 de la LAASSP respecto a la aceptación de los precios por parte del IMSS, no implica 44 45 Foja 337 fojas 341 a 342. 103 R.A. 253/2011 ni prejuzga sobre la probable responsabilidad que tengan los agentes económicos mencionados en el oficio de probable responsabilidad, ya que tal atribución solamente corresponde a la Comisión. Las conclusiones vertidas por Probiomed son parciales, porque los fundamentos y motivos de las imputaciones hechas a los presuntos responsables no se basan en si el precio de referencia es alto o bajo, sino en un patrón de conducta de las posturas de los agentes económicos dentro del margen con el cual aceptaba el IMSS el precio de las posturas; así como otros factores y efectos como la implementación de una política de consolidación en las licitaciones de medicamentos, la entrada de nuevos agentes económicos, etc. Por tales motivos, la aceptación de los precios por parte del IMSS no puede ser un referente para determinar la existencia o no de un acuerdo colusivo entre las partes, además de que la LAASSP con la cual basa su calificación y actuación el IMSS dentro de los procedimientos de licitación, y la LFCE, tienen fines y objetos distintos, y la aplicación de una no determina la aplicación de la otra, ya que tal excepción no se encuentra en ninguna de estas leyes. El argumento de Probiomed referente al inciso h) es inoperante ya que el ejercicio de las atribuciones del IMSS no prejuzga, ni tampoco exime a Probiomed sobre la probable responsabilidad que tenga en el presente caso. Por tanto, no importa cuáles sean las facultades del IMSS en cuanto a las licitaciones públicas, sino los acuerdos a los que llegaba al momento de participar en estas licitaciones, evitando con ello la competencia. Por último, como lo explica el oficio de probable responsabilidad a foja 46, ante la estabilidad del diseño de las licitaciones, los miembros de un acuerdo colusorio no necesitan definir continuamente las conductas para implementar el acuerdo, ya que conocer las características de los procesos de licitación con mucha anticipación (desde dos mil tres hasta la mitad del dos mil seis no hubo cambios sustanciales en las licitaciones del IMSS) les da tiempo suficiente para diseñar las conductas coordinadas que mejor se ajusten a esas características particulares, limitándose a seguir el acuerdo inicial. Por el contrario, una vez que el diseño de las licitaciones cambió, debido principalmente al establecimiento de precios de referencia y la consolidación de las cantidades 104 R.A. 253/2011 demandadas, se observó una fuerte disminución en las posturas de estas empresas investigadas.” Aunado a lo dicho, señala la Comisión que el IMSS no estableció precios de referencia en las adquisiciones de dos mil dos a dos mil seis (periodo que abarca la investigación), conforme a lo señalado por el IMSS en el oficio número 09 53 84 61 1480/SIM/638, de dieciséis de octubre de dos mil nueve (que emitió en contestación al requerimiento que la COFECO le formuló en la etapa de pruebas para mejor proveer), que textualmente señala 46: “La figura de los precios máximos de referencia, señalada en el artículo 30, fracción V del Reglamento de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, fue utilizada por el IMSS a partir de las licitaciones públicas realizadas en 2006 para el abasto 2007, precisando que en las adquisiciones de 2002 a 2006, el Instituto no determinó precios máximos de referencia. Es decir, fue hasta el 8 de agosto de 2006 cuando el IMSS utilizó, en la mayoría de las licitaciones con requerimiento a nivel nacional, dichos precios de referencia para la celebración de las licitaciones públicas, mismos que se hicieron públicos en las propias bases de las licitaciones. En el caso concreto, respecto del Grupo I, el día 8 de agosto de 2006 se publicó la convocatoria de la licitación número 00641194-053-06 en donde se utilizó por primera ocasión dicho precio de referencia. Por lo que respecta al Grupo II, se utilizó por primera vez dicho precio de referencia en las licitaciones 00641220-058-06 y 00641193-038-06, cuya convocatoria también fue publicada el día 8 de agosto de 2006. Asimismo, le comento que el IMSS no celebraba durante el periodo comprendido entre enero de 2003 a julio de 2006 licitaciones con la figura de precios máximos de referencia o cualquier concepto análogo. El término de “precio aceptable” es un concepto que fue 46 Fojas 91555 a las 91557 del expediente. 105 R.A. 253/2011 implementado en las reformas publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 28 de mayo de 2009 a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público.” [lo destacado es de este Tribunal] Las consideraciones anteriores, incidieron en que la Comisión concluyera en los términos siguientes 47: “… Probiomed no pueden alegar que usaran los precios de referencia durante los años dos mil tres a julio de dos mil seis, ya que estos no existían. Por lo anterior, la Comisión no puede atender los argumentos vertidos por Cryopharma y Probiomed sobre precios de referencia, ya que el IMSS no utilizó los mismos para las adquisiciones del dos mil dos a dos mil seis, y el período de investigación del asunto que nos ocupa comprendió del dos mil tres al dos mil seis, por tanto, es inatendible ese argumento. Igualmente, se señala que Cryopharma y Probiomed no pueden argumentar que esta Comisión pasó por alto que las posturas de los participantes pueden ser similares por el establecimiento de precios de referencia fijados por el IMSS, ya que este Instituto no celebró licitaciones con la figura de precios máximos de referencia o cualquier otro concepto análogo, durante el periodo comprendido entre enero de dos mil tres a julio de dos mil seis.” Por su parte, en la resolución dictada al recurso de reconsideración, la COFECO en relación al tema de precio aceptable, procedió a dar respuesta a los agravios formulados por la parte aquí quejosa, en los términos siguientes 48: “2) PRÁCTICA MONOPÓLICA ABSOLUTA IMPUTADA EN LA RESOLUCIÓN 2.1 ESQUEMA DE LICITACIONES DEL IMSS 47 48 Foja 339 Fojas 61 a 68 de la resolución al recurso de reconsideración. 106 R.A. 253/2011 b) Ahora bien, en cuanto a las supuestas deficiencias de la investigación, los recurrentes señalan lo siguiente: La CFC no analizó la normatividad aplicable a las licitaciones del IMSS que limitan los abusos en las posturas de precios. Dichas disposiciones impiden que los precios sean elevados: 1. El artículo 38 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público (en adelante LAASSP) indica que las licitaciones pueden declararse desiertas si los precios no son aceptables. 2. El criterio de precios aceptables se incluye en las licitaciones. Como prueba se agrega las -declaradas desiertas en el periodo dos mil tres a dos mil seis: 02304, 016-04, 018-03, 005-03, 007-05 y 016-05. Lo cual muestra que es incorrecta la información de la resolución de que sólo hasta 2006 utilizó precios de referencia en sus licitaciones ya que el IMSS tomó como referencia precios de orientación o de licitaciones previas. 3. El artículo 28 de la LAASSP del dos mil señaló que es posible organizar licitaciones internacionales cuando los precios no fueran convenientes. Se agrega copia del DOF de cuatro de enero de dos mil 4. El documento “Políticas, Bases y Lineamientos” vigente de febrero de dos mil tres a abril de dos mil cinco, que se agregó como prueba 8, señala que el instituto debe realizar estudios de precios orientadores. 5. El IMSS puede tomar como precios aceptables y, por tanto, como referencia las licitaciones pasadas y de ahí que las posturas tengan similitud. La omisión de normatividad y la deficiente investigación originó que no se le requiriera al IMSS los estudios de y criterios para establecer precios aceptables. Este argumento es infundado en razón a que, en las secciones D. y E. de la consideración TERCERA de derecho contenidos en fojas 31 a 36 de la resolución recurrida, se presentó una revisión de la normatividad, desde la LAASSP hasta las bases de las licitaciones convocadas por el IMSS, por lo que resulta falso que no se haya revisado la normatividad aplicable a las licitaciones del IMSS. Asimismo, son inoperantes los agravios referentes a que esta CFC no analizó las situaciones contenidas en la normatividad de las licitaciones como: declarar desiertas las licitaciones cuando los precios no son aceptables, el criterio de precios aceptables, la posibilidad de organizar licitaciones internacionales 107 R.A. 253/2011 cuando los precios no fueran convenientes y, el documento “Políticas, Bases y Lineamientos en materia de Adquisiciones, Arrendamientos y Prestación de Servicios” que señala que el IMSS debe realizar estudios de precios orientadores, ya que esta autoridad dio respuesta a todos y cada uno de sus planteamientos a fojas 334 a 344 de la resolución recurrida. Al respecto, esta Comisión señaló que eran infundados estos argumentos, puesto que tendían a justificar la inexistencia del acuerdo colusorio entre las ahora sancionadas con base en el ejercicio de las atribuciones con las que cuenta el IMSS en materia de precios dentro de los procedimientos de licitación. El ejercicio de las atribuciones del IMSS no prejuzga, ni tampoco exime la aplicación de otras leyes relacionadas con los procedimientos de licitación. La aplicación del artículo 38 de la LAASSP respecto a la aceptación de los precios por parte del IMSS no implica ni prejuzga sobre la responsabilidad que tienen los recurrentes en la resolución recurrida, ya que tal atribución solamente corresponde a la Comisión. Por tanto, al simplemente dedicarse a reiterar o parafrasear los argumentos que plasmó en su escrito de contestación al oficio de probable responsabilidad y no atender ni atacar de manera puntual lo que esta Comisión resolvió respecto de cada uno de ellos, impide que esta autoridad se pronuncie sobre los mismos. Lo anterior es así, dado que los recurrentes se encuentran obligados a combatir las consideraciones que se plasmaron en la resolución recurrida para sustentar el sentido del fallo que en esta vía atacan, es decir, sus fundamentos y motivaciones; de lo contrario deben subsistir para continuar rigiendo la resolución impugnada. Al respecto, es aplicable por analogía la siguiente tesis “AGRAVIOS INOPERANTES EN LA REVISIÓN FISCAL, CUANDO SE LIMITAN A REPRODUCIR LOS ALEGATOS EXAMINADOS EN LA SENTENCIA IMPUGNADA”, la cual por economía procesal se tiene por transcrita como si a la letra se insertase en obvio de repeticiones innecesarias. c)La Comisión no analizó todas las condiciones que ocurrieron en las licitaciones realizadas por el IMSS y que llevan a una explicación diferente a la colusión que 108 R.A. 253/2011 supone la Comisión. De acuerdo a la resolución bastaría que otros concursantes en las licitaciones bajaran el precio para ganar las licitaciones. Sin embargo, existieron concursantes que no formaron parte del acuerdo, como lo señala la Comisión, así como que tampoco bajaron los precios en sus posturas. Aunado a lo anterior, la información omitida es la siguiente: 1. Información de las empresas que participaron en dos mil tres a dos mil cinco. 2. SAVI, CPI, SMS y Audipharma ofrecieron precios similares, la Comisión debió requerirles por qué ofrecieron esas posturas y por qué solo participaron en algunas licitaciones del IMSS. 3. Omitió revisar los procesos de licitación a fines de dos mil cinco donde los precios disminuyeron. En dos mil cinco Probiomed argumentó la disminución en el precio de la materia prima. 4. En las licitaciones 085-05 y 048-05, se declararon desiertas por que no existían precios aceptables, se presentaron como prueba 10 en la contestación al oficio de probable responsabilidad. 5. Omitió considerar las licitaciones declaradas desiertas por que los precios no eran aceptables; esto es, la 090-05, donde se declaró ganadora a Savi y por reclamo gano Probiomed. 6. En cuanto a que Dimesa no es un nuevo competidor, la Comisión no realizó un análisis de las licitaciones anteriores (tablas 31 y 33 y fojas 578 y 583), en las licitaciones 085-05 y 090-05 Savi ofreció posturas de precios de insulina que llevaron a una reducción de precios; es decir, no fue Dimesa como lo afirma la Comisión. 7. La Comisión no tomó en cuenta las pruebas respecto de los precios de la materia prima. 8. La Comisión no tomó en cuenta que el IMSS tiene capacidad para modificar los precios de las licitaciones. 9. El IMSS es el principal comprador de medicamentos y realiza grandes volúmenes de compra, porque tiene capacidad y poder de compra para negociar las condiciones de abasto. El artículo 28 de la LAASSP establece que deben existir precios convenientes, lo cual limita el abuso de posturas en los precios. 10. Omite analizar precios internacionales. 11. La Comisión no llamó al proceso de investigación (foja 268) a empresas que ofertaron y ganaron licitaciones con precios similares, por lo que se omitió información en la investigación 109 R.A. 253/2011 12. La Comisión señala que la resolución es un todo, por lo que por las mismas razones las omisiones señaladas afectan a toda la resolución al haber elementos de información omitidos. Son inoperantes los agravios referentes a que esta Comisión no analizó todas las condiciones que ocurrieron en las licitaciones realizadas por el IMSS y que llevan a una explicación diferente a la colusión que supone la Comisión, porque Probiomed no explica qué agravio o daño le causa esta “supuesta omisión de análisis” cometida por parte de la Comisión, tampoco expresa cómo estas argumentaciones pueden influir en las conclusiones de la resolución recurrida en caso de que se hubieran analizado “todas” las condiciones ocurridas en las licitaciones del IMSS. (…) Respecto a la prueba 10 ofrecida 49 en la contestación al oficio de probable responsabilidad, consistente en copias simples de las actas de fallo de las licitaciones públicas LPI 006411188-085-05 y LPI 00641216-048-05 que se declararon desiertas por que no existían precios aceptables, esta Comisión valoró dichas documentales en la resolución recurrida. Sin embargo, no resultaron idóneas para acreditar lo que pretendían Probiomed y Alfonso Salvador Huerta Suárez, toda vez que el hecho que se declare desierta una licitación no determina la existencia o no de un cártel, puesto que esa facultad le corresponde en exclusiva a esta Comisión. Los sancionados tampoco controvirtieron el argumento emitido por esta autoridad relacionado con la valoración de dichas pruebas y de que las mismas no resultaran idóneas para demostrar la existencia o no de un cártel. Por tanto, es inoperante su agravio. Es aplicable por analogía al caso en concreto, la siguiente tesis: (se transcribe) (…) 49 Con la prueba ofrecida, Probiomed y Alfonso Salvador Huerta Suárez pretendieron acreditar que el IMSS ejerce facultades para declarar desierta una licitación, debido a que las posturas de precios ofertadas no son aceptables por el IMSS. 110 R.A. 253/2011 c) La resolución recurrida es ilegal porque no considera que el IMSS establece precios aceptables para declarar ganadores y esos precios son los precios de referencia que toma Probiomed para decidir sus posturas. Además, se omitió considerar que los ganadores de la licitación son posturas con precios aceptables, de lo contrario se declara desierta. La resolución se contradice, al señalar en su página 339 que “…los fundamentos y motivos de las imputaciones hechas a los presuntos responsables no se basan en si el precio de referencia es alto o bajo…”, con los múltiples señalamientos de que los precios de las licitaciones son elevados. Los agravios son infundados, ya que Probiomed confunde los conceptos de precios de referencia con los precios aceptables y los precios ofrecidos en sus posturas. En foja 339 de la resolución recurrida se establece que las imputaciones no se basan en si el precio de referencia es alto o bajo, pero el precio de referencia es diferente a los precios que ofrece Probiomed en sus posturas. Además, se explica que la aceptación de las posturas ganadoras (precios aceptables, como los llama Probiomed) por parte del IMSS no puede utilizarse para descartar la presencia de una práctica monopólica absoluta, debido a que LAASSP (Ley en que se basa el IMSS para realizar sus licitaciones) y la LFCE tienen fines y objetos distintos, y la aplicación de una no determina la aplicación de la otra, ya que tal excepción no se encuentra en ninguna de estas leyes. Tal y como lo establece la resolución recurrida, como citan los mismos recurrentes, el precio de referencia se utiliza como guía del precio máximo aceptable y difiere del concepto de precio aceptable en que cualquier precio por debajo del precio de referencia es un precio aceptable. Por ejemplo, si el precio de referencia en la clave 1050 fuera de $154.90 (ciento cincuenta y cuatro pesos 90/100 M.N.), los precios aceptables van desde $0.05 (cinco centavos de peso M.N.) hasta $154.85 (ciento cincuenta y cuatro 85/100 M.N.), lo que presenta un enorme conjunto de precios aceptables posibles. Dada la diferencia entre ambos conceptos, no es cierto que las posturas de Probiomed obedecieran a igualar el precio de referencia, ya que el mismo IMSS estableció que dicho precio de referencia se dio a conocer a partir del mes de agosto del año dos mil seis, como se aprecia en fojas 239 y 240 de la resolución recurrida, sin 111 R.A. 253/2011 que Probiomed ofrezca prueba en contrario. No obstante, es cierto que si un precio resultó ganador en alguna licitación, éste se puede considerar como aceptable, pero no como el precio de referencia. Además, Probiomed tampoco ofreció prueba de que dichos precios se incluyan en todas las bases de las licitaciones. Si entonces Probiomed se refiere a los precios que resultaron aceptables (y no los precios de referencia) en licitaciones anteriores, se advierte que su dicho es falso y no coincide con los hechos analizados en la resolución recurrida. Además, que el mismo agente se ha contradicho, pues en ocasiones dice que su estrategia es seguir el precio ganador anterior, y en otras menciona que su postura se define con otras variables. Lo cierto es que Probiomed ofrece distintas explicaciones de su comportamiento sin que ninguna se compruebe, además de ser contradictorias, pues si, como dice, toma en cuenta sus costos para definir su precio no explica porque ofrece un precio que le lleva a tener una margen de pérdida de más del 100% (cien por ciento), como sostiene en fojas 13 y 14 de su escrito de recurso de reconsideración. Por último, Probiomed busca confundir, ya que en la resolución recurrida (foja 34) se señala a los precios de referencia como parte del análisis conceptual y que algunos agentes, entre ellos Probiomed, justificaron sus posturas con base en este concepto que de acuerdo a la información de la resolución recurrida solo se usó a partir de agosto de dos mil seis. Por tanto, tal justificación es errónea. Por otro lado, respecto a su argumento de que la Comisión no tomó en cuenta que se puede declarar desierta una licitación si no existen precios aceptables, la resolución recurrida en fojas 196, 197 y 295 ya respondió este argumento y se señaló que la aceptación de los precios por parte del IMSS no puede ser un referente para determinar la existencia o no de un acuerdo colusorio entre las partes, ya que la LAASSP y la LFCE tienen fines y objetos distintos; y la aplicación de una no determina la aplicación de la otra. Por último, en el Anexo 2 de la resolución recurrida puede verse cómo es falso el argumento novedoso de Probiomed de tomar el “precio aceptable” como referencia para licitaciones subsecuentes, ya que no se ofrece el precio ganador de la licitación inmediata 112 R.A. 253/2011 anterior, sino uno más alto. No obstante de ser falsa, esta estrategia no le puede garantizar tener un fallo favorable, ya que bajo un comportamiento independiente, Probiomed no puede asegurar que el resto de los participantes seguirán la misma estrategia. Probiomed sólo puede estar seguro de obtener un fallo favorable si de antemano conoce que el resto de los participantes ofrecerán un precio igual o dentro de un margen dentro del 1.5% (uno punto cinco por ciento) señalado por las bases para acceder a la asignación múltiple, pues bastaría que uno de los agentes ofreciera un precio 2% (dos por ciento) por debajo de la postura de Probiomed para que éste no obtuviera ni una parte del contrato. Lo anterior demuestra que no se trata de un comportamiento independiente y sí coordinado entre estos agentes. Esto también se demostró en la resolución recurrida en fojas 261, 474 y 475. Por ejemplo, a partir de los datos presentados en el Anexo 2 de la resolución recurrida, se evidencia que es falso el argumento de Probiomed de fijar su postura con base en las posturas ganadoras anteriores, ya que durante todo el mes de octubre del año dos mil cuatro, la postura ganadora no superó los $155.00, y en la licitación 00641253-023-04 incrementó su postura a $158.00. Esta alternancia de posturas se puede observar a lo largo del periodo investigado. Las transcripciones que anteceden, tanto de la resolución recurrida como la emitida en el recurso de reconsideración interpuesto por la ahora parte quejosa, dejan ver que la Comisión no es omisa en analizar y pronunciarse sobre el concepto de precio aceptable que, dice el promoverte del 113 R.A. 253/2011 presente juicio de amparo, sirve para determinar cuando se declara un ganador, varios o se declara desierta una licitación. Tan es así que señaló que el IMSS no celebró licitaciones con la figura de precios máximos de referencia o cualquier otro concepto análogo, durante el periodo comprendido entre enero de dos mil tres a julio de dos mil seis. Esto en razón de que no existía el término de “precio aceptable”, ya que fue implementado en las reformas publicadas en el Diario Oficial de la Federación el veintiocho de mayo de dos mil nueve a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público. Además, la Comisión también hace referencia a que revisó la normatividad de la LAASSP hasta las bases de las licitaciones convocadas por el IMSS; que las facultades con que cuenta el IMSS en materia de precios dentro de los procedimientos de licitación, son ineficaces para justificar la inexistencia del acuerdo colusorio entre las ahora sancionadas; que Probiomed confunde los conceptos de precios de referencia con los precios aceptables y los precios ofrecidos en sus posturas, pues tal y como lo establece la resolución recurrida, el precio de referencia se utiliza como guía del precio máximo aceptable y difiere del concepto de precio aceptable; y, que es falso el argumento de Probiomed de fijar su postura con base en las posturas ganadoras anteriores, ya que durante todo el mes de octubre del año dos mil cuatro, la postura ganadora no superó los $155.00, y en la licitación 00641253-023-04 incrementó su postura a $158.00. De lo anterior, se puede concluir que la Comisión tanto en la resolución recurrida como al resolver el recurso de 114 R.A. 253/2011 reconsideración sí hace referencia al concepto de precio aceptable y las razones de porqué ésta no incide para desvirtuar la conducta colusiva sancionada; de ahí que resulte infundado este argumento. Otro argumento que resulta desafortunado, es el relativo a que la Comisión no explica cómo obtuvo los márgenes de ganancia que utiliza para sostener la existencia de altos márgenes de utilidad de los licitantes. Esto es así, puesto que desde el oficio de presunta responsabilidad 50 , que se retoma después en la resolución, se advierte que la Comisión elaboró las tablas 32 y 34 (correspondientes al grupo I –insulina humana-) para acreditar los altos márgenes de ganancia que obtuvieron las empresas investigadas, las que per se, probablemente, no sean tan claras y contundentes para los efectos que se pretendieron, lo cual este Tribunal no lo considera así, ya que debe tenerse presente que dichos argumentos forman parte de un conjunto de consideraciones y pruebas que no pueden verse de manera aislada ni descontextualizada, sino, necesariamente, deben verse en su conjunto. Así, si se toma en cuenta lo que antes ya se vio, a saber, que existe una rotación o alternancia de las empresas para ganar las licitaciones convocadas por el IMSS respecto de los medicamentos licitados; que el precio ofrecido por las empresas en comparación con los precios internacionales es considerablemente más alto; que con la entrada de un nuevo competidor disminuye ostensiblemente el precio de la insulina 50 Foja 72 a 78. 115 R.A. 253/2011 humana que los agentes económicos investigados presentaban en las subastas; y, que la disminución del precios no se debe a la baja de la materia prima, resulta que todos estos elementos en su conjunto, dejan ver cómo ello redunda en un margen de ganancia considerable que en otras circunstancias (verdadero proceso de competencia entre los agentes económicos) no se hubiera presentado. Por otra parte, en cuanto al argumento relativo a que no se acredita que la parte ahora quejosa (Alfonso Salvador Huerta Suárez) sea un agente económico para efectos de la Ley Federal de Competencia Económica, resulta infundado. La COFECO al pronunciarse sobre el argumento que aquí se analiza consideró lo siguiente 51: El artículo 3º de la LFCE establece una definición amplia de lo que debe entenderse como agente económico: “Artículo 3º. Están sujetos a lo dispuesto por esta Ley todos los agentes económicos, sea que se trate de personas físicas o morales, con o sin fines de lucro, dependencias y entidades de la administración pública federal, estatal o municipal, asociaciones, cámaras empresariales, agrupaciones de profesionistas, fideicomisos, o cualquier otra forma de participación en la actividad económica.” Resulta erróneo su argumento relativo a considerar que un agente económico debe “competir y concurrir por sí mismo y en beneficio propio en determinado mercado”, pues la LFCE permite sancionar a aquellos que afectaron la competencia cuando dichas personas físicas actuaron en representación o por cuenta y nombre de una persona moral. Además, su posición como empleado de confianza en Baxter (sic), con funciones específicas en la venta de medicamentos al sector público, acredita su participación en las decisiones comerciales adoptadas por esa 51 Foja 37 a 40 de la resolución dictada en el recurso de reconsideración. 116 R.A. 253/2011 persona moral, de quien no se discute su carácter como agente económico. Ello no desvirtúa la conducta respecto de la cual se les realizó la imputación correspondiente en el oficio de probable responsabilidad, ya que fueron llamadas al procedimiento por su participación directa en el establecimiento, concertación y coordinación de posturas actuando en representación o por cuenta de las empresas que sí tienen el carácter de agentes económicos; supuesto que está contemplado en el artículo 35, fracción VII, de la LFCE, el cual es expresamente aplicable a los “individuos”. (…) En este sentido y considerando que es el propio recurrente quién reconoce en su escrito de reconsideración en la página cuatro que “(…) respecto de las comunicaciones a que alude la Comisión para intentar acreditar la comisión de prácticas monopólicas (…) solamente son un número muy reducido, y no las 25 o 40 llamadas que incorrectamente señala la Comisión en su Resolución (…)” por lo que resulta evidente su aceptación de la existencia de comunicación entre competidores, lo cual es un elemento adicional para considerar la responsabilidad del recurrente. (…) Por otro lado, se le indica al recurrente que la sanción que señala como incorrecta, por estar fundada en la fracción IV del artículo 9° de la LFCE y esta se refiere a solo a la participación de agentes económicos, es una apreciación errónea de su parte. En el caso que nos ocupa, los agentes económicos responsables de la práctica monopólica imputada son personas morales, mismas que no pueden actuar por sí mismas, sino mediante personas físicas. En lo particular, el artículo 9° fracción IV de la LFCE, determina la multa a la que podrá hacerse acreedor el agente económico por haber incurrido en alguna práctica monopólica absoluta, mientras que el artículo 35, fracción VII, del mismo ordenamiento indica la multa a la que podrán hacerse acreedores los individuos que participen directamente en prácticas monopólicas o concentraciones prohibidas, en representación o por cuenta y orden de personas morales. Así, el artículo 35, fracción VII, de la LFCE, dispone: 117 R.A. 253/2011 Artículo 35.- La Comisión podrá aplicar las siguientes sanciones: […] VII. Multa hasta por el equivalente a siete mil quinientas veces el salario mínimo general vigente para el Distrito Federal, a los individuos que participen directamente en prácticas monopólicas o concentraciones prohibidas, en representación o por cuenta y orden de personas morales. […] [Énfasis añadido] De lo trascrito se desprende que esta Comisión se encuentra en plena facultad de sancionar al hoy recurrente por haber encuadrado en la hipótesis legal prevista por la LFCE, al haber participado de manera directa en la comisión de la práctica monopólica absoluta en representación o por cuenta y orden de Probiomed.” Estas consideraciones son compartidas por este Tribunal teniendo en cuenta que, como se ha sostenido en diversos asuntos en materia de competencia económica, el derecho de la defensa de la competencia en México, como el de la Comunidad Europea 52 (como referencia por ser análogo a la legislación mexicana), consideran agente económico a cualquier sujeto de derecho (persona física o jurídica) que ejerza de forma autónoma una actividad económica en el mercado. También lo han definido como toda entidad que ejerza una actividad económica, independientemente de su estatuto jurídico o de su modo de funcionamiento. Así también, la Primera Sala de la SCJN 53 los ha definido y caracterizado como las personas o entidades que compiten 52 Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de 29.2.68 en el asunto Parke Davis, 27/67, y sentencia del TJCE de 16.6.87, Comisión v. Italia, as. 118/85, citados por Diez Hochleiner, Javier y Martínez Capdevila, Derecho Comunitario Europeo. Ed. Mac Graw Hill, Madrid, 1996, pp. 82 y 83; y, Decisión 90/456/CE de la Comisión Europea y sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas Hofner y Elser/Macroton, asuntos acumulados 188 a 190/80, Francia, Italia y Reino Unido contra la Comisión Europea, citado por Fernández Lerga, Derecho de la Competencia, Aranzadi Editorial, Madrid, 1994, p. 92. 53 Amparo en revisión 478/2006, resuelto el veinticuatro de octubre de dos mil ocho. 118 R.A. 253/2011 y concurren en la producción, procesamiento, distribución, intercambio y comercialización de bienes y servicios, mediante contratos, convenios, arreglos o combinaciones pactadas entre sí, de tal manera que por sus ganancias y utilidades comerciales, su actividad trasciende a la vida económica del Estado al repercutir en el proceso de competencia y libre concurrencia. Asimismo, la Primera Sala de la SCJN distingue dos cuestiones fundamentales: 1) los sujetos de derecho; y, 2) las formas en que pueden constituirse agentes económicos para efectos de la determinación de la existencia de prácticas monopólicas. Las personas o entidades responden invariablemente a un “quién” y no a un “cómo”, mientras que las indicadas formas de participación no deben entenderse como algún sujeto de derecho, sino como la actividad que éstos pueden desarrollar y que al trascender a la vida económica del Estado, pueden constituirse como agentes económicos para efectos de determinar la existencia de prácticas monopólicas, en tanto que los instrumentos o herramientas jurídico-financieras se determinan en formas y no en sujetos. Por lo anterior, se puede concluir que son agentes económicos cualquier entidad que ejerza una actividad económica, excluyendo a aquellos órganos del estado cuya actividad constituye únicamente el ejercicio del poder público sin influencia en los intercambios. Tanto de las consideraciones de la Comisión como las que ha sustentado la Suprema Corte de Justicia de la Nación y 119 R.A. 253/2011 este Tribunal Colegiado, se puede establecer, sin reticencia, que de lo dispuesto en los artículos 3 y 35, fracción VII, de la Ley Federal de Competencia Económica debe considerarse como agente económico a cualquier sujeto de derecho, sea persona física o jurídica, que ejerza de forma autónoma una actividad económica en el mercado, puesto que su forma de participación no debe entenderse como algún sujeto de derecho, sino como la actividad que éste desarrolla y trasciende a la vida económica del Estado, tan es así que el propio legislador los ha considerado imputables al señalar que serán sujetos de multa cuando “… los individuos que participen directamente en prácticas monopólicas o concentraciones prohibidas, en representación o por cuenta y orden de personas morales”. Como resultado de lo dicho, si Alfonso Salvador Huerta Suárez participó de manera directa en la comisión de la práctica monopólica absoluta en representación o por cuenta y orden de Probiomed, en razón de que, como antes se vio, existió comunicación directa entre los directivos de las empresas emplazadas que tenían entre sus funciones la determinación directa o indirecta de las posturas de licitación y que se comunicaron en periodos cercanos a las fechas en las cuales estaba planeada la entrega y apertura de sobres con las propuestas técnicas y económicas correspondientes a cada una de las licitaciones públicas realizadas por el IMSS, es indudable que tiene el carácter de agente económico para efectos de la conducta que se le atribuyó y sancionó en la resolución materia del presente juicio. 120 R.A. 253/2011 Además, su actuación debe apreciarse y considerarse en tanto forma parte de un universo o conjunto de circunstancias y comportamientos mucho mas complejo, esto es la organización y estrategia colusoria por los laboratorios, pues es obvio que estos no actúan por sí solos, sino que requieren de personas físicas operadoras que actúen en su cuenta, bastando acreditar quiénes tenían facultades para llevar a cabo los actos ilícitos investigados para que se les adicionen la suma y conjunto de presunciones y responsabilidades acreditada en conjunto. Resulta aplicable a esto último considerado la tesis de jurisprudencia de este Tribunal Colegiado cuyo rubro y texto son los siguientes: “AGENTES ECONÓMICOS. SU CONCEPTO. Tanto el derecho de defensa de la competencia nacional como el de la Comunidad Europea (como referencia por ser análoga a la legislación mexicana, concretamente coincidente con los criterios jurisprudenciales de los tribunales) consideran agente económico a cualquier sujeto de derecho (persona física o jurídica) que ejerza de forma autónoma una actividad económica en el mercado. También lo han definido como toda entidad que ejerza una actividad económica, independientemente de su estatuto jurídico o de su modo de financiación. De acuerdo con lo anterior, debe entenderse por agente económico a aquellas personas que compiten y concurren en la producción, procesamiento, distribución y comercialización de bienes y servicios, mediante contratos, convenios, arreglos o combinaciones que pactan entre sí, de tal forma que su actividad repercute en los mercados y procesos de libre concurrencia, ya que dadas las ganancias o utilidades comerciales que obtienen, trascienden a la economía del Estado.” 54 54 Localización: Novena Época/ Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito/ Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta/ tomo XXVIII, Noviembre de 2008/ Página: 1211/ Tesis: I.4o.A. J/65/ Jurisprudencia/ Materia(s): Administrativa. 121 R.A. 253/2011 En otro orden de ideas, en cuanto al argumento de que la Comisión no atendió el reclamo de que el mercado investigado está incorrectamente determinado al no cumplir con los requisitos previstos en la Ley Federal de Competencia Económica, de tal suerte que la investigación y la consecuente resolución sobre un mercado erróneamente determinado resulta ilegal, es infundado. En relación con este aspecto, la Comisión consideró 55 , esencialmente, que el artículo 12 de la LFCE no es aplicable, porque para la actualización de la práctica monopólica absoluta prevista en la fracción IV del artículo 9º de la LFCE, no se exige la determinación del mercado relevante; caso contrario ocurre para el caso de que se investigue la comisión de prácticas monopólicas relativas o concentraciones prohibidas, en el que, efectivamente, para determinar si una práctica o concentración merece ser impugnada o sancionada, deba resolverse sobre condiciones de competencia efectiva, existencia de poder sustancial en el mercado relevante u otros términos análogos, o cuando la Comisión deba emitir opinión, autorización, o cualquier otra resolución en el otorgamiento de concesiones, permisos, cesiones venta de acciones de empresas concesionarias o permisionarias u otras cuestiones análogas, de conformidad con los artículo 10, 18, 33 bis y 33 bis 1 de la LFCE. Concluye la Comisión, tratándose de prácticas monopólicas absolutas basta con ubicar la existencia de los siguientes elementos: 55 Fojas 97-99 de la resolución recurrida. 122 R.A. 253/2011 1.- Dos o más agentes económicos competidores entre sí. 2.- Que dichos agentes económicos contraten, convengan, arreglen o se combinen entre sí; y, 3.- Para establecer, concertar o coordinar posturas o abstenerse en alguna licitación, concurso o almoneda pública. Estas consideraciones son compartidas por este Tribunal, toda vez que de lo dispuesto en los artículos 10, 11, 12 y 13 de la LFCE, se aprecia con claridad que sólo tratándose se prácticas monopólicas relativas es necesario determinar lo que en ellos se consigna, a saber: “Artículo 10. Sujeto a que se comprueben los supuestos a que se refieren los artículos 11, 12 y 13 de esta Ley, se consideran prácticas monopólicas relativas los actos, contratos, convenios, procedimientos o combinaciones cuyo objeto o efecto sea o pueda ser desplazar indebidamente a otros agentes del mercado; impedirles sustancialmente su acceso o establecer ventajas exclusivas en favor de una o varias personas, en los siguientes casos: (…) Para determinar si las prácticas a que se refiere este artículo deben ser sancionadas en términos de esta Ley, la Comisión analizará las ganancias en eficiencia derivadas de la conducta que acrediten los agentes económicos y que incidan favorablemente en el proceso de competencia y libre concurrencia. Estas ganancias en eficiencia podrán incluir las siguientes: la introducción de productos nuevos; el aprovechamiento de saldos, productos defectuosos o perecederos; las reducciones de costos derivadas de la creación de nuevas técnicas y métodos de producción, de la integración de activos, de los incrementos en la escala de la producción y de la producción de bienes o servicios diferentes con los mismos factores de producción; la introducción de avances tecnológicos que produzcan bienes o servicios nuevos o mejorados; la combinación de activos productivos o inversiones y su 123 R.A. 253/2011 recuperación que mejoren la calidad o amplíen los atributos de los bienes y servicios; las mejoras en calidad, inversiones y su recuperación, oportunidad y servicio que impacten favorablemente en la cadena de distribución; que no causen un aumento significativo en precios, o una reducción significativa en las opciones del consumidor, o una inhibición importante en el grado de innovación en el mercado relevante; así como las demás que demuestren que las aportaciones netas al bienestar del consumidor derivadas de dichas prácticas superan sus efectos anticompetitivos.” Artículo 11.- Para que las prácticas a que se refiere el artículo anterior se consideren violatorias de esta ley, deberá comprobarse: I.- Que el presunto responsable tiene poder sustancial sobre el mercado relevante; y II.- Que se realicen respecto de bienes o servicios que correspondan al mercado relevante de que se trate. Artículo 12.- Para la determinación del mercado relevante, deberán considerarse los siguientes criterios: I.- Las posibilidades de sustituir el bien o servicio de que se trate por otros, tanto de origen nacional como extranjero, considerando las posibilidades tecnológicas, en qué medida los consumidores cuentan con sustitutos y el tiempo requerido para tal sustitución; II.- Los costos de distribución del bien mismo; de sus insumos relevantes; de sus complementos y de sustitutos desde otras regiones y del extranjero, teniendo en cuenta fletes, seguros, aranceles y restricciones no arancelarias, las restricciones impuestas por los agentes económicos o por sus asociaciones y el tiempo requerido para abastecer el mercado desde esas regiones; III.- Los costos y las probabilidades que tienen los usuarios o consumidores para acudir a otros mercados; y IV.- Las restricciones normativas de carácter federal, local o internacional que limiten el acceso de usuarios o consumidores a fuentes de abasto alternativas, o el acceso de los proveedores a clientes alternativos. Artículo 13.- Para determinar si un agente económico tiene poder sustancial en el mercado relevante, deberá considerarse: I.- Su participación en dicho mercado y si puede fijar precios unilateralmente o restringir el abasto en el mercado relevante sin que los agentes competidores 124 R.A. 253/2011 puedan, actual o potencialmente, contrarrestar dicho poder; II.- La existencia de barreras a la entrada y los elementos que previsiblemente puedan alterar tanto dichas barreras como la oferta de otros competidores; III.- La existencia y poder de sus competidores; IV.- Las posibilidades de acceso del agente económico y sus competidores a fuentes de insumos; V.- Su comportamiento reciente; y VI.- Los demás criterios que se establezcan en el reglamento de esta ley.” De los preceptos legales transcritos se desprende que en la legislación mexicana se decidió incluir un mecanismo por medio del cual algunas prácticas comerciales que caen dentro de la tipificación de "prácticas monopólicas absolutas" serán automáticamente censuradas, sin considerar el efecto del comportamiento del agente económico. En la Exposición de Motivos de la Ley de Competencia Económica, se hizo hincapié en la necesidad de distinguir entre prácticas monopólicas relativas y absolutas. Se enfatizó que las prácticas absolutas rara vez, tienen justificación pro- competitiva. Las prácticas relativas, por el contrario, a menudo tienen efectos pro-competitivos y sanos sobre el mercado que pueden superar su impacto anticompetitivo 56. Sin embargo, como acertadamente lo consideró la Comisión, tratándose monopólicas de absolutas no la es investigación necesario de prácticas analizar esos elementos, en razón que ello será materia de conductas que encuadren en la investigación de prácticas monopólicas relativas. 56 Exposición de Motivos, pp. xii-xiv. 125 En conclusión a lo R.A. 253/2011 considerado, si los agentes económicos emplazados, entre ellos la parte aquí quejosa, concertaron o coordinaron posturas en las licitaciones públicas realizadas por el IMSS, respecto de dos grupos de medicamentos (insulina humana y soluciones electrolíticas y sueros) y dicha conducta, como se vio, se encuentra sancionada como una práctica monopólica absoluta, resulta entonces que la Comisión no tenía que determinar el mercado y la posición de poder o influencia en él de la quejosa, en términos de lo dispuesto en los artículos 10, 11, 12 y 13 de la LFCE. De igual manera estas últimas consideraciones conducen a desestimar el argumento referente a que es necesario que la autoridad acredite, de conformidad con el artículo 28 constitucional, que la conducta imputada tiene como finalidad o efecto elevar artificialmente, en perjuicio del consumidor, los precios, puesto que como se vio las prácticas colusivas están contempladas como prácticas monopólicas absolutas, respecto de las cuales solamente se requiere acreditar que dos o más agentes económicos son competidores entre sí, que exista un acuerdo –expreso o tácito- entre ellos para concertar o coordinar posturas en licitaciones, concursos o almonedas públicas para ser automáticamente reprochable, sin considerar si dicha conducta tenía como finalidad o efecto elevar artificialmente los precios o bien analizar si hay ganancias en eficiencia derivadas de la práctica, puesto que el precepto constitucional de marras, como la Ley Federal de Competencia Económica, está dirigido a proteger no sólo los intereses directos de los competidores o consumidores, sino la estructura del mercado y, de este modo, la competencia en cuanto tal y, 126 R.A. 253/2011 por tanto, dichas conductas no tiene un justificación competitiva. Más aun cuando la política de competencia, en general, tiene como fin la concurrencia como un medio para conseguir eficiencia en los mercados y desarrollo económico, conducente a la mejoría de las condiciones y bienestar de los consumidores, con más abasto, menores precios, más calidad y servicio y más fuentes de empleo. En conclusión, para tener un objeto contrario a la competencia, basta con que la práctica concertada pueda producir efectos negativos en la competencia. Respecto del argumento consistente en que la resolución no está debidamente motivada porque la Comisión no analiza el argumento de que a Probiomed no le interesa ganar todas las licitaciones en que participa, sino sólo las necesarias para su plan de negocios, es infundado. Ello es así, pues contrario a lo aducido, la COFECO en la resolución al recurso de reconsideración, sí se ocupó de analizar el agravio que ahora se expone como concepto de violación, según se puede ver de la propia resolución en cita que se transcribe en la parte conducente del estudio al agravio identificado como g) expresado por Probiomed y Alfonso Salvador Huerta Suárez, que para mayor claridad se transcribe 57: “2.7 Patrón de las Posturas Probiomed y Alfonso Salvador Huerta Suárez (…) 57 Fojas 103 y 104 de la resolución al recurso de reconsideración. 127 R.A. 253/2011 g) Los recurrentes analizan cada uno de los indicios o elementos identificados por esta Comisión, como el siguiente: Es falso que los patrones en las posturas no reflejan un intento por competir para maximizar sus utilidades, en un entorno en el que hay competencia debieron forzosamente presentar posturas más agresivas. Este patrón sólo se explica por la existencia de un acuerdo colusorio. No presentar una postura más baja que la postura ganadora de la licitación anterior, puede ser consistente con su búsqueda de maximizar utilidades. Probiomed no está interesado en ganar todas las licitaciones del IMSS, y por lo tanto no tiene sustento la afirmación de que una empresa maximizadora de ganancias siempre buscará ganar las licitaciones del IMSS. La omisión de los costos de producción presentados por Probiomed llevó a la CFC a calcular un margen de beneficio que no corresponde a sus márgenes. Probiomed sólo reconoce como costos aquellos en fojas 35202, 35231, 35264 y 35289 del expediente. Con base en estos costos, los márgenes para los años 2003, 2004 y 2005 son 9.6% (nueve punto seis por ciento), 5.6% (cinco punto seis por ciento) y 13.3% (trece punto tres por ciento) respectivamente; en dos mil seis un margen de pérdida de -120.2% (menos ciento veinte punto dos por ciento). (…) Aun cuando puede ser cierto que Probiomed no esté interesado en ganar todas las licitaciones, sí es cierto que su objetivo es ganar todas aquellas licitaciones en las que participa, pues el simple hecho de participar revela su interés en el contrato licitado, a la vez que le incurre en costos de participación y el riesgo de incurrir en sanciones si gana y no cumple el contrato; por lo que una vez que entra en la licitación es de su interés ganarla con el mejor precio posible que aunque pueda ser alto, nada explica que sea igual al de sus competidores. Lo anterior se analizó en fojas 271, 296 y 340 de la resolución recurrida. (…)” Lo anterior deja en claro que no existe la omisión por parte de la COFECO que expone la parte quejosa; de ahí, como 128 R.A. 253/2011 se dijo, resulta infundado este argumento. Respecto al argumento de que la CFC no atendió al sentido literal del agravio consistente en que el conocimiento de las posturas ganadoras en cada licitación no puede considerarse un intercambio de información, el mismo se califica de inoperante, con apoyo en las consideraciones siguientes: La inoperancia del argumento a estudio recae en el hecho que de la lectura completa que se realice al recurso de reconsideración promovido por ambos quejosos, no se encuentra algún agravio o argumento en el sentido que se plantea; esto es, no existe un agravio en el sentido del que se duele, por lo que al no haberse planteado un razonamiento en ese sentido, consecuentemente no puede adjudicarse a la CFC una ilegalidad en el sentido de que omitió atender a la literalidad del agravio, pues en realidad no existió un planteamiento en ese sentido. Por tanto, se desestima por inoperante el concepto de violación propuesto, dado que los quejosos no plantearon un agravio en el sentido que sostiene y, en consecuencia, no puede hablarse de que la autoridad administrativa no atendió en su literalidad un agravio que ni siquiera fue planteado como tal. Respecto al argumento de que la CFC resolvió de manera ilegal el agravio tercero del recurso de reconsideración promovido por Probiomed (cuarto del recurso promovido por Alfonso Salvador Huerta Suárez), pues analizó este argumento únicamente refiriéndose a la persona física mencionada, y no a 129 R.A. 253/2011 lo expuesto por la farmacéutica, el mismo se califica de infundado, en atención a las consideraciones siguientes: Previo al análisis del argumento en cuestión, debe decirse que el agravio tercero del recurso de reconsideración promovido por Probiomed, es idéntico al contenido del agravio cuarto del recurso de reconsideración hecho valer por Alfonso Salvador Huerta Suárez; esto es, su contenido es análogo, debiéndose destacar que los argumentos de defensa se encuentran mezclados, es decir, en ambos agravios se encuentran argumentos de defensa respecto de la persona moral como de la persona física, sin que se encuentren diferenciados por quien lo promueve. Precisado lo anterior, debe decirse que contrario al dicho de la quejosa, la CFC si dio contestación a los argumentos esgrimidos respecto de Probiomed, como se demostrará a continuación. De la lectura del agravio tercero del recurso de reconsideración presentado por Probiomed (mismo que es idéntico al agravio cuarto promovido por Alfonso Salvador Huerta Suárez), se advierte, como se anticipó, que el mismo contiene argumentos de defensa enfocados en demostrar la ilegalidad de la resolución de la CFC tanto por lo que hace a la persona moral quejosa, como en lo tocante a la persona física que laboraba para dicha empresa; sin embargo, de lo que se duele aquélla es que la autoridad sólo emitió pronunciamiento en lo tocante a la persona física, mas no así respecto de las argumentaciones enfocadas a la persona moral, afirmación que se estima incorrecta. 130 R.A. 253/2011 De la lectura del agravio tercero hecho valer por Probiomed, se desprende que los argumentos de defensa concernientes a la persona moral quejosa, sustancialmente fueron los siguientes: 1. La CFC omite presentar el nexo causal entre el promedio anual de posturas y un acuerdo colusivo y el nexo causal entre las posturas de la quejosa y un acuerdo colusivo. 2. La CFC omite considerar que el promedio anual de posturas y las posturas de la farmacéutica quejosa se explican por las bases de licitación del IMSS, que declara que las posturas ganadoras son precios aceptables para dicho instituto. 3. La normatividad sobre precios aceptables explica que la quejosa tiene una conducta compatible con una empresa que maximiza sus utilidades de manera independiente de sus competidores. 4. La CFC no presenta prueba plena de que existen turnos para ganar y perder en las licitaciones en que participó la empresa quejosa. 5. El método visual empleado por la CFC no constituye prueba plena al no mostrar ningún nexo causal entre el hecho probado que son las posturas de precios ofertadas en las licitaciones y el hecho por probar que es la asignación de turnos para ganar y perder. 6. La CFC no muestra una regla que con un margen de certidumbre y repetibilidad revele la existencia de un acuerdo. 7. La CFC omite explicar cómo se reparten las ganancias objeto de un acuerdo colusivo. 8. La CFC en su afirmación de que existen turnos para ganar y perder no considera la participación de otras empresas 131 R.A. 253/2011 que también concursaron en las licitaciones y ganaron con precios similares a los investigados. 9. La resolución es ilegal porque no considera la normatividad para asignar licitaciones. En relación con lo expuesto, de la lectura a la resolución que constituye el acto reclamado, se aprecia que en las páginas 55, 92 y 150 la CFC dio contestación a los argumentos expuestos tanto por la empresa quejosa como por la persona física, pues en la página 55, analizó lo relativo al “Esquema de licitaciones del IMSS”, haciendo referencia tanto a los argumentos de Probiomed como de Alfonso Salvador Huerta; del mismo modo, en la página 92 inició el análisis del “Patrón de las Posturas” refiriéndose también tanto a la farmacéutica como a su empleado, por lo que no es cierto el hecho de que solo haya contestado los argumentos atinentes a la persona física, pues si bien no se niega que lo hizo de este modo, ello sólo ocurrió al dar contestación a los argumentos que expresamente incumbían a Alfonso Salvador Huerta Suárez, por lo que se estima que la CFC si contestó en su integridad los planteamientos hechos valer tanto por la persona física sancionada como por la moral quejosa, por lo que en su caso se debieron desvirtuar las respuestas ofrecidas por la autoridad, pues se ofrecen elementos que justifican la decisión aunque no se den exactamente en el orden y estilo que la quejosa exige o pretende. Respecto al argumento de que la CFC resolvió de manera ilegal el agravio cuarto del recurso de reconsideración promovido por Probiomed (quinto del recurso promovido por Alfonso Salvador Huerta Suárez), pues analizó este argumento 132 R.A. 253/2011 únicamente refiriéndose a la persona física mencionada, y no a lo expuesto por la farmacéutica, el mismo se califica de infundado, por las razones que se exponen a continuación. En principio, se destaca que el agravio cuarto del recurso de reconsideración hecho valer por la moral quejosa es idéntico al agravio quinto del recurso de reconsideración promovido por Alfonso Salvador Huerta Suárez, y en ambos se reclama, de manera sustancial, que la resolución que constituye el acto reclamado contraviene lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley Federal de Competencia Económica, debido a que la CFC debió decretar el cierre de la investigación que dio origen al oficio de presunta responsabilidad al haber transcurrido en exceso el plazo de sesenta días por inactividad procesal que señala el precepto en mención. Precisado lo anterior, es incorrecto lo afirmado por la quejosa, pues la CFC si dio contestación al planteamiento concerniente a la caducidad por inactividad procesal como se desprende de las páginas 42 a 48 de la resolución al recurso de reconsideración, arribando a la conclusión de que no se había actualizado la figura invocada, sin que pase desapercibido que en el rubro denominado “1.4. CADUCIDAD DEL EXPEDIENTE”, solo hace referencia a Alfonso Salvador Huerta Suárez y no a Probiomed; sin embargo, ello no es motivo suficiente para estimar que dejó de contestar el argumento propuesto a estudio por la empresa quejosa, pues como se dijo en líneas que anteceden, ambos quejosos hicieron valer idéntico argumento, al cuál dio contestación la CFC, y el solo hecho de que no se haya hecho referencia expresa a Probiomed, no quiere decir que se le dejó de contestar su argumento, pues el razonamiento 133 R.A. 253/2011 relativo a la caducidad por inactividad procesal fue analizado y desestimado por la autoridad, por lo que, en todo caso, debió desestimar los motivos que la CFC tuvo en cuenta para decidir en el sentido que lo hizo. Aunado a lo anterior, se destaca que este Tribunal al resolver el agravio que motivó revocar la sentencia dictada por el juez de origen, analizó el tema relativo a la caducidad por inactividad procesal, concluyendo que contrario a lo considerado por éste, sí se habían realizado actuaciones en el intervalo de tiempo analizado y, además, que no habían transcurrido más de sesenta días en ese periodo como lo exige la ley. En lo tocante al argumento de que la CFC no analizó el agravio séptimo del recurso de reconsideración hecho valer por Probiomed; esto es, no se atendió a los argumentos ahí contenidos, el mismo se califica de fundado pero inoperante, por las razones siguientes: Asiste la razón a la quejosa cuando afirma que la CFC no emitió pronunciamiento alguno respecto del agravio séptimo hecho valer en su recurso de reconsideración, pues de la lectura íntegra que se realice a la resolución que constituye el acto reclamado, se observa que no existe pronunciamiento alguno respecto de lo ahí planteado. En el agravio séptimo del recurso de reconsideración, la quejosa planteó, básicamente, que el cálculo de la multa impuesta a la empresa quejosa no está motivada, pues la autoridad parte de un análisis y datos incorrectos al momento 134 R.A. 253/2011 de determinar cuál es el supuesto beneficio o capacidad económica para imponer la multa máxima prevista en la ley de la materia. Que los márgenes de beneficio de la quejosa en los años de 2003, 2004, 2005 y 2006 por su participación en las licitaciones del IMSS fueron de 9.6%, 5.6%, 13.3% y -120.2%, y que estos márgenes de beneficio se obtienen con base en los costos de producción proporcionados a solicitud de la CFC, siendo que estos difieren totalmente de un supuesto sobre cobro de 59.6% señalado en la resolución impugnada, por lo que la autoridad no explica los criterios para determinar el sobre cobro. Si bien es cierto que la autoridad responsable no contestó este motivo de disenso, también lo es que la imposición de la multa si se encuentra debidamente motivada, por lo siguiente. Como se desprende de las páginas 506 y 521 a 525 de la resolución final de veintiocho de enero de dos mil diez, en ellas la CFC expone los motivos y fundamentos de la sanción que se impone, y a fin de clarificar lo anterior, se transcribe la parte que refleja lo dicho: “(…) 8. SANCIÓN OCTAVA.- Toda vez que se ha acreditado la práctica monopólica absoluta prevista en el artículo 9º, fracción IV, de la LFCE y tomado en consideración el artículo segundo transitorio de la LFCE, que a su letra enuncia lo siguiente: “Artículo Segundo. A las infracciones cometidas antes de la entrada en vigor del presente Decreto les serán aplicables las sanciones previstas por la Ley vigente al momento de su comisión”. 135 R.A. 253/2011 Con fundamento en el artículos 35, fracción IV y segundo transitorio de la LFCE y tomando en consideración que conforme al artículo 36 del citado ordenamiento al momento de imponer una sanción pecuniaria esta autoridad debe considerar la gravedad de la infracción; el daño causado; los indicios de intencionalidad; la participación del infractor en los mercados; el tamaño del mercado afectado; la duración de la práctica monopólica que se sanciona y la reincidencia o antecedentes del infractor, así como su capacidad económica, a continuación se procede al análisis de tales requisitos por lo que se refiere a cada uno de los coadyuvantes y se imponen las multas que corresponden a cada uno de ellos. (…) 4) En cuanto a Probiomed, S.A de C.V. se manifiesta: GRAVEDAD DE LA INFRACCIÓN La conducta realizada por Probiomed, S.A de C.V. es de gravedad alta, en virtud de que opera en forma coordinada con sus competidores, de tal forma que se alternaron las posturas ganadoras y perdedoras en las licitaciones convocadas por el IMSS con la finalidad de mantener elevados los precios a los que le suministraban a la entidad licitante en comento las claves 1050 y 1051 de insulina humana. Con esta conducta, la responsable afecto al erario público, dado que los procesos en los que participaron consisten en compras del sector público y en especial, por tratarse de un producto que influye en el cumplimiento de los planes y programas de gobierno en el sector salud. En efecto, la insulina humana se utiliza para controlar una de las enfermedades que padece la sociedad mexicana: la diabetes mellitus. La conducta de Probiomed, S.A de C.V. es una práctica monopólica violatoria de la fracción IV del artículo 9º de la LFCE, ordenamiento reglamentario del artículo 28 de la Constitución que la Segunda 136 R.A. 253/2011 Sala de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación ha declarado como de orden público e interés social, de conformidad con las siguientes jurisprudencias con rubro: “SUSPENSIÓN DEFINITIVA. NO PROCEDE CONCEDERLA CONTRA LOS ACTOS PROHIBITIVOS CONTENIDOS EN LAS RESOLUCIONES EMITIDAS POR LA COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA ECONÓMICA, APOYADAS EN EL ARTÍCULO 10 DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, PUES DE OTORGARSE SE INCORPORARÍAN A LA ESFERA JURÍDICA DEL GOBERNADO DERECHOS QUE NO TENÍA ANTES DE LA EMISIÓN DE TALES ACTOS” y “SUSPENSIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO. NO PROCEDE CONCEDERLA CONTRA LOS REQUERIMIENTOS DE INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN FORMULADOS POR LA COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA EN EJERCICIO DE SUS FUNCIONES PARA INVESTIGAR PRÁCTICAS MONOPÓLICAS, POR QUE DE OTORGARSE SE AFECTARÍA EL INTERÉS SOCIAL Y SE CONTRAVENDRÍAN DISPOSICIONES DE ORDEN PÚBLICO”, las cuales por economía procesal se tienen que por transcritas como si a la letra se insertasen en obvio de repeticiones innecesarias. DAÑO CAUSADO El acuerdo colusorio alcanzado por Probiomed, S.A de C.V. con sus competidores, menoscaba el proceso de competencia y libre concurrencia en el mercado de licitaciones de medicamentos en el sector salud, al constituir una práctica monopólica absoluta que se considera daña per se al funcionamiento eficiente del mercado, al traducirse en la actuación de dos ó más agentes económicos, que deberían actuar de manera independiente y autónoma. Al existir un acuerdo entre competidores para establecer, concertar y coordinar las posturas en las licitaciones públicas del IMSS tratándose de insulina humana (claves 1050 y 1051), que se presentaron posturas superiores a las que resultarían de una licitación en la que los participantes actuaran de manera independiente. Al aumentar los precios de los medicamentos para el convocante, las empresas responsables obtuvieron ganancias económicas mayores a las que obtendrían de no existir el acuerdo colusorio, en detrimento del IMSS. 137 R.A. 253/2011 En concreto, las ganancias indebidas que obtuvo Probiomed, S.A de C.V. de los procesos de licitación de dos mil tres a dos mil seis se detallan a continuación: Grupo I Empresa Probiomed Importe Ganado 164.4 Disminución en Posturas 61.3 Caída en Costos 25.0% Sobrecobro 59.6 Nota: Cifras en millones de pesos Las ganancias extraordinarias se estimaron como el importe adicional que obtuvo Probiomed, S.A de C.V. por ofrecer un precio mayor bajo un comportamiento coordinado al que ofrecieron una vez que se presentaron factores de mayor competencia. El cálculo se realizó como el porcentaje de cambio en las posturas ofrecidas menos el porcentaje de disminución de costos por el importe ganado. El porcentaje de disminución de posturas se estimó con base en el cambio de dos mil cinco a dos mil seis de sus posturas; en tanto que la disminución de costos se basó en información aportada por los emplazados, tomándose la mayor disminución del costo. INDICIOS DE INTENCIONALIDAD Como se vio a lo largo de la presente resolución, los contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo objeto o efecto es el establecimiento, concertación y coordinación de posturas en las licitaciones públicas del IMSS no hubieran podido tener lugar de no haber intencionalidad de las partes contratantes. El patrón de posturas demostró que la alternancia en las posiciones ganadoras y perdedoras no podían darse como una simple coincidencia, sino que requirió de una acuerdo colusorio para repartirse los importes de las licitaciones y obtener ganancias mayores a aquellas que habrían obtenido si hubieran participado en forma individual. PARTICIPACIÓN DEL INFRACTOR EN EL MERCADO Y TAMAÑO DEL MERCADO AFECTADO 138 R.A. 253/2011 La participación de cada uno de los agentes económicos responsables en los mercados se determina en relación con las subastas en las que han intervenido exitosamente. En el caso de la insulina humana, la siguiente tabla desglosa en cuántas licitaciones resultó Probiomed, S.A de C.V. ganador (G) y en cuántas, perdedor (P) del total en que participó en el período de dos mil tres a dos mil seis: Licitaciones ganadas y perdidas EMPRESA Probiomed G 54 1050 P TOTAL 16 70 1051 G 37 P 15 TOTAL 52 Las ventas realizadas por Probiomed, S.A de C.V. al IMSS, respecto de las claves 1050 y 1051 se exponen a continuación: Participación de dos mil tres a dos mil seis Empresa Probiomed Total 164.4 % 18% Nota: Cifras en millones de pesos. El tamaño del mercado afectado corresponde al total de las ganancias obtenidas por todos los postores en las licitaciones de dos mil tres a dos mil seis, esto es a 921.4 (novecientos veintiuno punto cuatro) millones de pesos. DURACIÓN DE LA PRÁCTICA En las dos claves de insulina humana, durante el periodo de dos mil tres hasta al menos todo el año dos mil cinco, las posturas promedio tanto ganadoras como perdedoras de los cuatro principales ganadores son prácticamente idénticas, Además, durante este período las posturas de estos participantes prácticamente no cambian de un año a otro. Sin embargo, en el dos mil seis las posturas de estos participantes caen de manera dramática, ante la participación creciente de DIMESA con una postura agresiva a la baja en relación a la observada durante dos mil tres a dos mil cinco. En virtud de lo anterior, se considera que el periodo de dos mil tres a dos mil cinco es un cálculo observador para definir la duración de la 139 R.A. 253/2011 práctica. Ello, dado que, si bien es cierto que los precios decayeron dramáticamente en dos mil seis, aún se nota un mantenimiento mayor de los precios con respecto de las posturas de dos mil siete, de la siguiente manera: Postura promedio ganadora (pesos) 2003 2004 2005 1050 155.14 155.64 152.57 1051 155.36 156.12 152.83 2006 55.07 54.60 2007 32.55 31.16 ANTECEDENTES DEL INFRACTOR No obra en los archivos de esta Comisión expediente donde se haya impuesto una multa como sanción a Probiomed, S.A de C.V. por la comisión de una conducta contraria a la LFCE. REINCIDENCIA De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, por reincidencia se entiende la reiteración de una misma culpa o defecto. Es decir, la repetición de un hecho contrario a la ley, generalmente relacionado con la peligrosidad. En los archivos de esta Comisión no obra constancia alguna relativa a que Probiomed, S.A de C.V. haya incurrido en reincidencia. CAPACIDAD ECONÓMICA De acuerdo con los elementos que obran en el expediente, se cuenta tanto con los estados financieros de dos mil cuatro y dos mil cinco referentes a Probiomed, S.A de C.V. , de los que se advierte lo siguiente58: 58 Esta tabla no contiene datos pues en la resolución final se suprimieron los mismos argumentando que dicha información se había clasificado como confidencial en términos del artículo 31 bis de la LFCE. 140 R.A. 253/2011 Por otro lado, también resulta útil para calcular su capacidad económica las ganancias que obtuvo de las licitaciones ganadas de las claves 1051 y 1051 durante dos mil tres a dos mil seis que fue de: Empresa Probiomed Total 164.4 Nota: Cifras en millones de pesos Por lo anterior, una vez considerados la totalidad de los elementos previstos en el artículo 36 de la LFCE y que el daño por parte de Probiomed, S.A de C.V. al erario público superó los 59.6 (cincuenta y nueve punto seis) millones de pesos, con fundamento en la fracción IV del artículo 35 de la LFCE, se le impone una multa máxima prevista en dicho precepto normativo, esto es, una multa por la cantidad de $21´547,500.00 M.N. (veintiún millones quinientos cuarenta y siete mil quinientos pesos), equivalente a trescientas setenta y cinco mil veces el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal para dos mil diez, que es de $57.46 (cincuenta y siete pesos 46/100 M.N.) la cual corresponde al 1.71% (uno punto setenta y un por ciento) del total de sus activos para el año dos mil cinco. (…)” De la anterior transcripción se desprende que se determinó imponer una sanción al haberse acreditado la práctica monopólica prevista en el artículo 9°, fracción IV, de la LFCE y, por tal motivo, se decidió imponer una multa con apoyo en los artículos 35, fracción IV, y 36 del mismo ordenamiento, siendo que para su imposición se tomó en cuenta la gravedad de la infracción, el daño causado, los indicios de intencionalidad, la participación de infractor en los mercados, el tamaño del mercado afectado, la duración de la práctica y la reincidencia o antecedentes del infractor, así como su capacidad económica. 141 R.A. 253/2011 Esto es, la explicación y justificación de la sanción contiene los preceptos legales y motivos en que se apoya, por lo que no asiste la razón en cuanto a que carece de la debida fundamentación y motivación legal, pues como se advierte de la transcripción, se determinó imponer la sanción económica al haberse acreditado la práctica prevista en el artículo 9°, fracción IV, de la LFCE, aportándose además los motivos y razones con base en los cuales se impuso la cantidad que por concepto de multa se tendrá que pagar. Ahora bien, por lo que respecta en específico al argumento de que la sanción se basa en datos incorrectos al momento de determinar cuál es el supuesto beneficio o capacidad económica, pues los márgenes de beneficio de la quejosa en los años de 2003, 2004, 2005 y 2006 por su participación en las licitaciones del IMSS fueron de 9.6%, 5.6%, 13.3% y -120.2%, y que estos márgenes de beneficio se obtuvieron con base en los costos de producción proporcionados a solicitud de la CFC, siendo que estos difieren totalmente de un supuesto sobre cobro de 59.6% señalado, debe puntualizarse lo siguiente. La CFC al individualizar la sanción, y en específico en el rubro de “DAÑO CAUSADO”, sostuvo que las ganancias indebidas de la empresa quejosa en los procesos de licitación de dos mil tres a dos mil seis son los siguientes: “DAÑO CAUSADO El acuerdo colusorio alcanzado por Probiomed, S.A de C.V. con sus competidores, menoscaba el 142 R.A. 253/2011 proceso de competencia y libre concurrencia en el mercado de licitaciones de medicamentos en el sector salud, al constituir una práctica monopólica absoluta que se considera daña per se al funcionamiento eficiente del mercado, al traducirse en la actuación de dos ó más agentes económicos, que deberían actuar de manera independiente y autónoma. Al existir un acuerdo entre competidores para establecer, concertar y coordinar las posturas en las licitaciones públicas del IMSS tratándose de insulina humana (claves 1050 y 1051), que se presentaron posturas superiores a las que resultarían de una licitación en la que los participantes actuaran de manera independiente. Al aumentar los precios de los medicamentos para el convocante, las empresas responsables obtuvieron ganancias económicas mayores a las que obtendrían de no existir el acuerdo colusorio, en detrimento del IMSS. En concreto, las ganancias indebidas que obtuvo Probiomed, S.A de C.V. de los procesos de licitación de dos mil tres a dos mil seis se detallan a continuación: Grupo I Empresa Probiomed Importe Ganado 164.4 Disminución en Posturas 61.3 Caída en Costos 25.0% Sobre cobro 59.6 Nota: Cifras en millones de pesos Las ganancias extraordinarias se estimaron como el importe adicional que obtuvo Probiomed, S.A de C.V. por ofrecer un precio mayor bajo un comportamiento coordinado al que ofrecieron una vez que se presentaron factores de mayor competencia. El cálculo se realizó como el porcentaje de cambio en las posturas ofrecidas menos el porcentaje de disminución de costos por el importe ganado. El porcentaje de disminución de posturas se estimó con base en el cambio de dos mil cinco a dos mil seis de sus posturas; en tanto que la disminución de costos se basó en información aportada por los emplazados, tomándose la mayor disminución del costo.” 143 R.A. 253/2011 Ahora bien, en el pie de página 316, que corresponde al cuadro recién transcrito, se sostuvo que el impacto de la práctica se calculó como el producto del importe ganador por cada participante entre dos mil tres y dos mil seis, y la disminución de posturas (producto de la entrada de nuevos participantes), ajustada por la caída en costos. En el último párrafo de la página 522 de la resolución final, se sostuvo que las ganancias extraordinarias se estimaron como el importe adicional que obtuvo Probiomed, por ofrecer un precio mayor bajo un comportamiento coordinado al que ofrecieron una vez que se presentaron mayores factores de competencia. El cálculo se realizó como el porcentaje de cambio en las posturas ofrecidas menos el porcentaje de disminución de costos por el importe ganado. El porcentaje de disminución de posturas se estimó con base en el cambio de dos mil cinco a dos mil seis de sus posturas; en tanto que la disminución de costos se basó en información aportada por los emplazados, tomándose la mayor disminución del costo. Como se ve, si se ofrecieron datos y razones por las cuales se arribó a la conclusión ahí descrita, por lo que si en el caso específico se aduce que los márgenes de beneficio y sobrecobro son documentación incorrectos, fehaciente y debió no solo probarlo realizando con la meras afirmaciones sin sustento alguno. Por lo que respecta al tema de la multa impuesta por la CFC, la parte quejosa hace valer, sustancialmente, los siguientes argumentos: 144 R.A. 253/2011 1. Que es incorrecto lo sostenido por la autoridad en el sentido de que la segunda resolución notificada, solamente es la individualización de la primera en donde la multa fue impuesta, pues es obvio que la multa no ha sido impuesta sino hasta el momento en que se determina el monto de la misma, no siendo sostenible que una multa se impuso pero solo falta determinarla. 2. Que la autoridad carecía de elementos para fijar la multa y motivarla correctamente, por lo que tuvo que recurrir a un requerimiento adicional de información respecto de los ingresos del quejoso. 3. Que resulta ilegal la sanción impuesta por el solo hecho de que la autoridad ejerció ilegalmente las facultades para allegarse de la información que le sirvió de sustento y motivación para fijar el monto de la multa, puesto que habiendo concluido el expediente, no tenía posibilidades para exigir información fuera de plazo. Los argumentos expuestos se consideran infundados, de conformidad con las consideraciones siguientes: En el recurso de reconsideración interpuesto en contra de la determinación de once de marzo de dos mil diez (en la cual se determina imponer al quejoso Alfonso Salvador Huerta Suárez una multa en cantidad de $74,525.62 [setenta y cuatro mil quinientos veinticinco pesos 62/100 m.n.]), hizo valer en sus agravios primero y tercero, sustancialmente, los argumentos consistentes en: i) el artículo 33, fracción VI, de la Ley Federal de Competencia Económica sólo otorga facultad a la CFC de 145 dictar una resolución que ponga R.A. 253/2011 fin al procedimiento administrativo y, por tanto, una vez emitida la resolución, precluye su facultad para dictar una segunda resolución complementaria; esto es, no puede dictar dos resoluciones; ii) la CFC ya no se encontraba facultada para solicitar información y documentación adicional a efecto de individualizar la sanción, pues dicho derecho ya había precluido. De lo anterior se advierte que los argumentos vertidos en sus agravios primero y tercero del recurso de reconsideración interpuesto en contra de la determinación en la que se individualiza la sanción económica, son coincidentes en su esencia con los temas propuestos en el presente concepto de violación, consistentes en que es ilegal que la CFC haya emitido dos resoluciones y que ésta carecía de facultades para requerir información adicional a efecto de individualizar la sanción económica impuesta. Sobre estos temas, la autoridad CFC al resolver el recurso de reconsideración59, contestó lo siguiente: “5.9. EMISIÓN DE DOS RESOLUCIONES. a) Alfonso Salvador Huerta Suárez dijo: La resolución viola las fracciones IV, V y VI del artículo 33 de la LFCE, porque carece de una debida motivación y la Comisión ya no se encontraba facultada para solicitar información y documentación al responsable. Dicha facultad había precluido al consumarse el procedimiento administrativo con la “Primera Resolución” emitida por el Pleno el veintiocho de enero de dos mil diez y dado que sólo puede ejercitarse una vez, resulta ilegal la segunda resolución. (…) 59 Páginas 542 a 544 de la resolución al recurso de reconsideración que obra en el legajo de pruebas 1. 146 R.A. 253/2011 Los argumentos expresados por los recurrentes son infundados. Para decir lo anterior, debe señalarse que, por medio de resolución fecha veintiocho de enero del presente se emitió resolución en el expediente IO-003-2006, en el cual se señalaron como responsables de la comisión de una práctica monopólica entre otros a Alfonso Salvador Huerta Suárez, Ericka Helga Frettlohr Meza, Jesús Héctor Hernández Herrera y a Jorge Alberto Silis Franck, en donde fueron debidamente notificados del inicio del procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, en él tuvieron oportunidad de exponer sus defensas y probar a su favor; sin embargo, estos elementos no fueron suficientes para desvirtuar a su favor lo establecido dentro del oficio de probable responsabilidad. Es por ello que en la resolución de fecha veintiocho de enero del presente año esta autoridad impuso una multa por la comisión de una práctica monopólica absoluta, argumentando en tal documento las disposiciones legales aplicadas al caso y la motivación que daba como consecuencia tal resultado, siendo que únicamente en acuerdo de fecha once de enero de dos mil diez se determinó el monto de la multa que ya había sido impuesta con anterioridad. Esto es así, ya que es en la resolución de fecha veintiocho de enero en donde se les impuso la sanción a Alfonso Salvador Huerta Suárez, Ericka Helga Frettlohr Meza, Jesús Héctor Hernández Herrera y a Jorge Alberto Silis Franck; mismo documento a través del cual se les requiere proporcionar la información relativa a su situación económica a fin de estar en conocimiento de ésta, para realizar una adecuada estimación razonada de la cantidad a imponer de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 36 de la LFCE, y que corresponde a la responsabilidad determinada por la comisión de una práctica monopólica. Por su parte, es en el acuerdo de fecha once de marzo de dos mil diez en el que se les tiene por desahogado el requerimiento realizado y se determina cantidad líquida de la multa impuesta previamente. Entonces, es claro que no se trata de resoluciones distintas, sino que en primer término la multa ya se había impuesto en la resolución que correspondía y únicamente se determinó el monto de ésta, en acuerdo de fecha once de marzo de dos mil diez. Luego entonces, éstos se encuentran intrínsecamente relacionados y jurídicamente no son independientes el uno del otro. 147 R.A. 253/2011 Asimismo, no se puede dejar de observar que el hecho de requerir información de situación económica es en su beneficio, ya que esto dota a la comisión de los elementos suficientes para determinar la cantidad de la misma de manera que ésta no resulte excesiva o en su perjuicio, a fin de que puedan cubrir con sus necesidades elementales. Es así que esto legitima y completa la garantía de audiencia y debido proceso a favor de Alfonso Salvador Huerta Suárez, Ericka Helga Frettlohr Meza, Jesús Héctor Hernández Herrera y a Jorge Alberto Silis Franck. No es posible tomar en cuenta, de la manera que pretenden los recurrentes, que se separe el contenido de la resolución de veintiocho de enero y el acuerdo once de marzo del presente año porque el hecho de cuantificar el monto de la multa únicamente implica la determinación en cantidad líquida de la responsabilidad de las partes que fueron sancionadas, por lo que no existe ilegalidad en el actuar de esta autoridad. (…)” De la anterior transcripción se desprende que la CFC estimó que en la resolución final al procedimiento de investigación de veintiocho de enero de dos mil diez, es en la cual se determinó imponer una sanción económica a las personas físicas descritas por haberse acreditado su participación directa en la comisión de la práctica monopólica absoluta investigada, mismo documento en el cual se les requirió proporcionar información relativa a su situación económica a fin de realizar una estimación razonada de la cantidad a imponer, siendo en el acuerdo de once de marzo de dos mil diez en que se tuvo por desahogado dicho requerimiento y se individualizó la cantidad líquida impuesta. Continúa argumentando la CFC que, en consecuencia, no se trata de dos resoluciones distintas, además de que el hecho de requerir información adicional atinente a su situación económica es en beneficio de los sancionados, pues dota a la 148 R.A. 253/2011 autoridad de elementos suficientes para determinar la cantidad de manera que ésta no resulte ruinosa o excesiva. Consideraciones éstas que son compartidas por este Tribunal, en lo esencial, por lo siguiente: Respecto al argumento de que es ilegal el hecho de que se hayan emitido dos resoluciones, es errónea dicha afirmación, pues no puede hablarse de que la CFC haya emitido dos resoluciones culminatorias del mismo procedimiento de investigación, sino que como lo sostiene, es la resolución de veintiocho de enero de dos mil diez la resolución final a que hace alusión el artículo 33, fracción VI, de la Ley Federal de Competencia Económica. Ahora bien, es en dicha resolución, de conformidad con el resolutivo tercero, en la cual se tuvo por acreditada la participación directa en la comisión de la práctica monopólica absoluta investigada de, entre otros agentes, Alfonso Salvador Huerta Suárez. En el resolutivo duodécimo, se determinó imponer una multa, entre otros, a Alfonso Salvador Huerta Suárez, así como requerirles para que en el término de cinco días presentaran documentos idóneos que acrediten su capacidad económica, apercibidos de que en caso de no hacerlo, se presumirá que cuentan con la capacidad económica suficiente para solventar la multa máxima prevista en la ley. Los resolutivos a que se ha hecho alusión dicen lo siguiente: “(…) TERCERO: Se acredita la participación directa en la comisión de la práctica monopólica absoluta, prevista en 149 R.A. 253/2011 el artículo 9°, fracción IV, de la LFCE, por parte de Ericka Helga Frettlohr Meza, Jesús Héctor Hernández Herrera, Eduardo Osorio Traconis, Manuel Vázquez Blanco, Jorge Alberto Silis Franck, Carlos Arturo Villaseñor López, Eduardo Aquino Maldonado y Alfonso Salvador Huerta Suárez. (…) DÉCIMO SEGUNDO.- Con fundamento en los artículos 35, fracción VII, y 36 de la LFCE se impone una multa a Ericka Helga Frettlohr Meza, Jesús Héctor Hernández Herrera, Eduardo Osorio Traconis, Manuel Vázquez Blanco, Jorge Alberto Silis Franck, Carlos Arturo Villaseñor López, Eduardo Aquino Maldonado y Alfonso Salvador Huerta Suárez, para lo cual, con fundamento en los artículos 34, fracción I, y 34 Bis de la LFCE y 42 del Reglamento Interior de la Comisión Federal de Competencia, se les requiere para que, en un plazo de cinco días contados a partir del día siguiente al en que surta efectos la notificación de esta resolución, presenten ante esta autoridad los documentos idóneos que acrediten su capacidad económica, apercibido de que en el caso de no hacerlo este órgano desconcentrado presumirá que cuenta con la capacidad económica suficiente para solventar la multa máxima prevista en la fracción VII del artículo 35 de la LFCE. (…)” De lo anterior se desprende que, en efecto, la resolución de veintiocho de enero de dos mil diez es la que puso fin al procedimiento de investigación y es en la misma en la que se determinó imponer una multa como sanción sin individualizar su monto al carecer de elementos objetivos que permitieran establecerla, por lo que en el propio documento se hizo un requerimiento de documentos que reflejaran la situación económica de cada uno, a efecto de contar con elementos objetivos que permitieran imponer una sanción acorde con las capacidades económicas personales para que la sanción no resultase ruinosa o excesiva. Sostener lo contrario o argumentar en contra de dicho requerimiento de información significaría que la CFC impusiera 150 R.A. 253/2011 una sanción económica sin contar con los elementos adecuados que permitan imponer una multa razonable y acorde con la capacidad económica de cada uno. Por tanto, el hecho de que se haya impuesto la multa y con posterioridad se haya individualizado la cantidad liquida, no puede considerarse como el dictado de dos resoluciones finales paralelas. En efecto, si bien debe reconocerse que los artículos citados en la resolución final como fundamento para requerir información a la parte aquí quejosa sancionada (persona física), con el propósito de individualizar objetivamente el monto de la multa, no confieren expresamente la facultad a la autoridad responsable de hacer requerimientos de esa especie y para el fin descrito, lo cierto es que ello no resulta una actuación ilegal que perjudique en modo alguno a los sancionados. Lo anterior se estima así, pues es hasta el momento en que se dicta la resolución que pone fin al procedimiento de investigación cuando, finalmente, se determina si la persona investigada cometió una conducta contraria a la ley o no, por lo que, en atención al principio de legalidad y seguridad jurídica, es indudable que si la CFC no cuenta con elementos que reflejen la capacidad económica del sancionado, no podrá individualizarla correctamente, siendo que el requerimiento efectuado redunda en un beneficio para el agente investigado, pues se le brinda la posibilidad de proporcionar los documentos idóneos que acrediten su situación económica a efecto de que el quantum de la multa impuesta no resulte ruinosa o excesiva, 151 R.A. 253/2011 por lo que es difícil ver como una ilegalidad o exceso el hecho de que se requieran documentos que reflejen la situación patrimonial del sancionado, pues como se ha explicado, es en su beneficio. Además, si atendemos al texto del artículo 36 de la LFCE vigente al momento de los hechos, el mismo dispone que en la imposición de una multa, la CFC deberá “considerar la gravedad de la infracción, el daño causado, los indicios de intencionalidad, la participación del infractor en los mercados, el tamaño del mercado afectado, la duración de la práctica o concentración y la reincidencia o antecedentes del infractor, así como su capacidad económica”, de lo que se desprende que es incuestionable que la autoridad tiene la obligación de considerar todos estos aspectos en su conjunto al momento de imponer una sanción, ello con el propósito de que sea lo mas adecuada y proporcional posible; por ello, si no se cuenta con datos que permitan conocer la capacidad económica del infractor, a efecto de cumplir con lo dispuesto en el numeral a que se ha hecho referencia y brindar certeza jurídica al particular, por lo cual es pertinente la realización de un requerimiento como el que efectivamente se hizo. Por otro lado, respecto al argumento de que la facultad para requerir información ya había precluido, también se considera desacertado, por lo siguiente: El argumento de la quejosa descansa en el razonamiento de que es ilegal que la CFC haya requerido documentación que reflejara la capacidad económica del infractor a efecto de 152 R.A. 253/2011 determinar el quantum de la sanción económica, pues ello sólo pudo hacerlo durante la etapa de investigación. Como se anticipó, es erróneo el razonamiento de la quejosa, pues confunde la facultad que tiene la CFC para requerir información durante la etapa de investigación, con el requerimiento que realizó una vez dictada la resolución final, pues la finalidad y propósito de ambos es distinta. El artículo 31 de la LFCE, dispone que la CFC podrá requerir los informes y documentos que estime relevantes y pertinentes para realizar sus investigaciones; esto es, el requerimiento de información a que hace referencia este numeral (y que es en el cual el quejoso funda su pretensión) corresponde a la etapa de investigación que se realiza para determinar la existencia o no de una práctica anticompetitiva prohibida en la ley de la materia. Por otro lado, el requerimiento de documentos reveladores de la capacidad contributiva del infractor se da en el momento del dictado de la resolución final y el propósito de dicho requerimiento es contar con elementos objetivos que permitan individualizar el quantum de la sanción de acuerdo a las circunstancias personales del infractor, con el propósito o finalidad de que la sanción no llegue a ser desproporcionada o ruinosa. En este orden de ideas, se estima que no es correcto afirmar que el momento para requerir informes ya había precluido, pues la solicitud de información realizada en la resolución final no guarda relación alguna con la facultad de la CFC para requerir informes durante la etapa de investigación, 153 R.A. 253/2011 pues el propósito de esta última es allegarse de todos los medios de información posibles y disponibles a efecto de determinar si en efecto se ha llevado a cabo una conducta prohibida por la ley o no, siendo ilógico pensar, como lo sostiene la quejosa, que es en esta etapa de la investigación en donde debió requerir la información de capacidad económica, pues en ese momento se esta en averiguación de si se realizó una conducta prohibida o no; esto es, no se ha determinado en ese momento si se es infractor o no, por lo que es incongruente realizar un requerimiento de información de esa naturaleza cuando todavía no se concluye si se ha realizado una conducta anticompetitiva o no. Con base en lo anterior, es que se concluye que no es sostenible el argumento de que la facultad para requerir información había precluido, pues como se dijo, la potestad de la CFC a que refiere la parte quejosa ocurre en el momento de la investigación y es con el propósito de allegarse de toda la información pertinente a efecto de determinar si existió una conducta prohibida por la ley, y es hasta el momento en que se dicta la resolución final en que se decide si se sanciona o no, por lo que hasta este momento y no antes (pues previamente no se sabe si se cometió una conducta prohibida o no y no existe sanción) es que se puede requerir a los responsables, como lo hizo la autoridad sancionadora, documentos reveladores de su capacidad económica. La facultad, o mas bien obligación, de la CFC debe entenderse implícita y derivada de la exigencia de particularizar o concretar la facultad punitiva al conocimiento exacto o completo de las circunstancias del infractor. Por lo tanto, para 154 R.A. 253/2011 la cuantificación de la sanción la autoridad tiene que contar con la mejor información disponible; luego, si estima que con la que cuenta es insuficiente o deficiente para dosificar y calificar en mejor medida y más favorable al infractor, es correcto que le requiera los datos, documentos o información pertinentes para efecto de tener una mejor definición de las circunstancias prevalecientes en términos del artículo 36 de la LFCE. En cuanto al argumento relativo –precisado en el concepto de violación tercero- de que la autoridad al resolver el recurso de reconsideración deja de estudiar agravios y declara otros inoperantes por novedosos, bajo los argumentos de que son similares a los esgrimidos en el escrito de contestación al oficio de presunta responsabilidad y otros por no haber sido planteados en la contestación al citado oficio, es fundado pero inoperante. Este Tribunal al interpretar los 23, 24, fracción I, 30, 31, primer párrafo, 33 y 39 de la Ley Federal de Competencia Económica, vigentes hasta el 28 de junio de 2006, así como de los diversos 23, fracción I, 25, fracción I, 27, párrafo primero, 30, 31 y 52 de su reglamento, ha considerado que el procedimiento de investigación de prácticas monopólicas seguido por la Comisión Federal de Competencia se compone de tres etapas: la primera, de carácter inquisitorio (investigación), que tiende a recabar los medios de prueba que permiten presumir la existencia de actos o prácticas prohibidas por la ley y concluye con el oficio de presunta responsabilidad; la segunda (fase de audiencia) en la que se especifican las conductas monopólicas o prohibidas observadas en la etapa anterior, concretando y precisando los hechos, las 155 R.A. 253/2011 circunstancias de realización y las normas violentadas; se señala al presunto infractor y las razones que se tuvieron para considerarlo con ese carácter; se ordena su emplazamiento para que en un plazo de treinta días naturales, comparezca a manifestar lo que a su interés convenga y exhiba las pruebas que estime pertinentes; se fija un plazo no mayor de treinta días naturales para formular alegatos y culmina con una resolución que debe dictarse dentro de los sesenta días naturales siguientes; además se desarrolla como un procedimiento seguido en forma de juicio donde se despliegan los actos necesarios para dictar una resolución definitiva, respetando las formalidades esenciales del procedimiento y el derecho de defensa, brindando al presunto infractor la oportunidad de alegar y probar en su favor; y, la tercera (etapa de impugnación) tiene como objeto impugnar la resolución que ponga fin al procedimiento anterior, o bien, la que tenga por no presentada la denuncia o por no notificada una concentración, con la posibilidad alternativa de revocarla, modificarla o confirmarla. El criterio del que se da cuenta está contenido en la tesis de jurisprudencia de rubro: “COMPETENCIA ECONÓMICA. ETAPAS DEL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS SEGUIDO POR LA COMISIÓN FEDERAL RELATIVA (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 28 DE JUNIO DE 2006).” 60 60 Novena Época/ Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito/ Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta/ tomo XXV, Mayo de 2007/ Página: 1690/ Tesis: I.4o.A. J/50/ Jurisprudencia/ Materia(s): Administrativa 156 R.A. 253/2011 Asimismo, en cuanto al recurso de reconsideración, este Órgano Colegiado también ha considerado que la resolución con la que culmina concluye el análisis de legalidad en sede administrativa, en tanto que define, cierra o da certeza a la situación jurídica constituida por la serie de actos desarrollados por la autoridad, con intención indagatoria y sancionadora. Lo anterior en virtud de que la interposición del aludido recurso incide en que las decisiones anteriores (primera y segunda etapas) queden sub júdice y a expensas de lo que se decida en la recaída a él. Así, cuando el citado artículo instituye que el recurso de reconsideración procede contra "las resoluciones dictadas por la comisión" se refiere a los actos decisorios terminales como la del procedimiento de investigación de prácticas monopólicas seguido en forma de juicio, pues de no ejercer la facultad impugnativa, tiene efectos preclusivos y de consentimiento del acto que pudo ser cuestionado. El criterio sustentado por este Tribunal referido al recurso de reconsideración es del rubro siguiente: “RECURSO DE RECONSIDERACIÓN PREVISTO EN EL ARTÍCULO 39 DE LA LEY FEDERAL DE COMPETENCIA ECONÓMICA. ES OBLIGATORIO AGOTARLO ANTES DE ACUDIR A LAS VÍAS JURISDICCIONALES CORRESPONDIENTES, CONTRA LA DETERMINACIÓN DEL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN DE PRÁCTICAS MONOPÓLICAS.” 61 61 Novena Época/ Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito/ Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta/ tomo XXV, Mayo de 2007/ Página: 1924/ Tesis: I.4o.A. J/53/ Jurisprudencia/ Materia(s): Administrativa 157 En este orden de ideas, R.A. 253/2011 resulta entonces que, efectivamente, como lo aduce la parte quejosa y se advierte de la resolución materia del presente juicio de amparo, la Comisión no puede al resolver el recurso de reconsideración declarar los agravios expresados por el agente sancionado inoperantes bajo los argumentos de que son similares a los esgrimidos en el escrito de contestación al oficio de presunta responsabilidad y otros por no haber sido planteados en la contestación al citado oficio, en razón de que el recurso previsto en sede administrativa se trata de un control interno de legalidad de la propia administración responsable de los actos impugnados, en ejercicio de un control jurídico que tiende más a la eficacia de su actuación, que es de orden público, que a la tutela de intereses particulares, pero el no ejercer la facultad impugnativa expresando los agravios correspondientes contra la resolución primigenia, tiene efectos preclusivos y de consentimiento del acto que pudo ser cuestionado. Luego entonces, la Comisión actúo de manera ilegal al no estudiar los agravios expresados bajo los argumentos de que son reiterativos y novedosos, cuando esta es la oportunidad procesal para controvertir un pronunciamiento o decisión no presuntiva de responsabilidad administrativa, por lo que el ejercicio de ese derecho no se puede limitar a los argumentos realizados previamente como, por ejemplo, a los formulados en la contestación al oficio de presunta responsabilidad, puesto que aquí aún no hay una decisión que afecte de manera definitiva la esfera jurídica del agente investigado, ya que tiene como propósito permitir al destinatario del oficio relativo, manifestarse en relación con las imputaciones que se le hacen, refutar las apreciaciones en que se apoye la autoridad y ofrecer 158 R.A. 253/2011 y desahogar las pruebas que estime pertinentes en su defensa; posteriormente, la citada comisión fijará un plazo no mayor a treinta días naturales para formular alegatos, hecho lo cual, deberá dictar la resolución correspondiente. Así, la serie de actos realizados a partir de la notificación de la determinación de presunta responsabilidad, integra un procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, en el que la decisión de sujetarlo a un agente económico, contenida en el citado oficio, es una resolución cuyos efectos sólo son de carácter procesal, que al no afectar derecho fundamental alguno no puede tener un carácter irreparable, pues únicamente impone al presunto responsable la carga de aceptar o controvertir los hechos, pruebas y consideraciones con base en las cuales la indicada comisión le atribuye la realización de determinadas prácticas anticompetitivas, de manera que es en la resolución final donde se decidirá si se considera que actuó contrariamente a las prescripciones de la Ley Federal de Competencia Económica, y será en esta etapa del procedimiento donde pueda generarse, en su caso, una afectación a sus derechos sustantivos. Lo anterior evidencia lo fundado del concepto de violación; sin embargo, la inoperancia del argumento radica en que al haberse determinado que existe la conducta sancionada y la participación de la aquí parte quejosa en su comisión a través de los medios de prueba indirectos, resulta que a nada práctico conduciría conceder el amparo y la protección de la Justicia Federal solicitados a efecto de que la Comisión se pronunciara sobre los agravios que declaró reiterativos y novedosos por las razones ya dadas, en razón de que ello no 159 R.A. 253/2011 modificaría el sustento básico de la resolución que refiere a la existencia de una práctica colusiva en las licitaciones convocadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social en el mercado investigado de insulina humana en el que participó la aquí parte quejosa. Finalmente, de todo lo anterior es factible concluir, válidamente, que existe adecuación entre las conductas realizadas y el supuesto normativo y así poder establecer que existe la práctica monopólica absoluta realizada, entre otros, por la parte quejosa, pues la Comisión señala las razones de cómo los hechos investigados actualizan la violación al artículo 9, fracción IV, de la Ley Federal de Competencia Económica, puesto que las consideraciones expresadas son suficientes para sustentar, razonablemente, su existencia y el comportamiento de los agentes económicos involucrados. Lo anterior, considerando que la COFECO es un órgano desconcentrado y especializado de la Administración Pública Federal, que en sus decisiones aplica un margen de discrecionalidad, entendido como libertad para apreciar, del que ha sido investida para ponderar las circunstancias de hecho y actuar de manera concurrente con la finalidad perseguida por el legislador, prevista en la Ley Federal de Competencia Económica. Es decir, en el contexto de su actividad son peculiares las valoraciones de tipo económico, sobre cuestiones de hecho, de derecho e incluso de actitudes subjetivas o una mezcla de todas éstas, pero buscando siempre la consecución de una finalidad permitida en la Constitución que es evitar se realicen 160 R.A. 253/2011 prácticas monopólicas, a través del control y sanción de conductas ilegítimas. Es así que el control judicial ejercido sobre tales actos de la autoridad, debe efectuarse bajo un parámetro de razonabilidad y de proporcionalidad de la decisión asumida, para no anular o limitar la discrecionalidad de la autoridad y que eficientemente ejerza de manera precisa y detallada su potestad y facultades de apreciación y decisión. En efecto, tal escrutinio debe ser para controlar el marco de legalidad y de legitimidad que establecen los artículos 16 constitucional y 51, fracción V, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, específicamente exigiendo que el ejercicio de facultades discrecionales coincida y sea armónica con la obtención de los fines y las consecuencias que el orden jurídico consagra. En estos casos, para conciliar y ponderar el mandato legislativo de reconocer autonomía a la autoridad especializada, a la vez de controlar el dictado de actos que puedan ser arbitrarios, es que se justifica un control judicial pero sobre la referida base de criterios de razonabilidad y de proporcionalidad, observando y, en su caso, controlando que no ocurra una violación a derechos fundamentales, lo que acontecería cuando no se respetaron las normas de procedimiento y de motivación, haya inexactitud material de los hechos o sea evidente un error manifiesto de apreciación, en la medida que tales vicios trascendieran en notoria arbitrariedad o desproporción en el ejercicio de la facultad concedida incurriendo así en desvío de poder. 161 R.A. 253/2011 Este criterio es sustentado por este Tribunal en la tesis, cuyo rubro es del tenor siguiente: “COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA. JUSTIFICACIÓN Y ALCANCES DEL CONTROL JUDICIAL DE SUS RESOLUCIONES.”62. En conclusión, todas las circunstancias descritas en el acto reclamado inician sobre una presunción relativa (iuris tantum) de la COFECO que, conforme a la carga probatoria que le corresponde y que, en el caso, asumió al llevar a cabo la investigación de los hechos, recabar pruebas y, con base en ello, iniciar el procedimiento en forma de juicio con la emisión del OPR y, posteriormente, dictar la resolución respectiva y resolver el recurso de reconsideración interpuesto en el sentido de considerarlo infundado, convierten aquellas presunción relativas en absolutas (iure et de jure), que determinan finalmente una verdad legal sobre los hechos presumidos, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 218 del CFPC. En virtud de que los argumentos de los conceptos de violación expresados resultaron ineficaces, lo procedente es negar el amparo y la protección de la Justicia Federal a la parte quejosa. DECIMOPRIMERO.- Consecuencias del fallo. Atento la problemática y pretensiones deducidas debe revocarse, en la materia de la revisión, la sentencia que se revisa y, en su lugar, negarse el amparo y la protección de la Justicia Federal, por lo 62 Novena Época/ Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito/ Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta/ tomo XXVIII, Noviembre de 2008/ Página: 1325/ Tesis: I.4o.A.622 A/ Tesis Aislada/ Materia(s): Administrativa 162 R.A. 253/2011 que debe subsistir la legalidad de los actos reclamados y las sanciones que derivado de ellos se impusieron. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO.- En la materia de la revisión, se REVOCA la sentencia engrosada el once de abril de dos mil once, dictada por el Juez Noveno de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal, dentro del juicio de amparo 1050/2010. SEGUNDO.- NO SE SOBRESEE en el juicio de amparo promovido por ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE. TERCERO.- SE SOBRESEE en el juicio de amparo promovido por ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, respecto del acto y por las razones contenidas en el considerando octavo. CUARTO.- La Justicia de la Unión NO AMPARA NI PROTEGE A ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, en contra del acto consistente en la resolución de diez de junio de dos mil diez que confirmó la diversa de veintiocho de enero de dos mil diez, que resolvió tener por acreditadas las prácticas monopólicas absolutas prevista en la fracción IV del artículo 9 de la Ley Federal de Competencia Económica y la imposición de multa. 163 R.A. 253/2011 NOTIFÍQUESE; y con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos al Juzgado de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido. ASÍ, por unanimidad de votos de los señores magistrados Jesús Antonio Nazar Sevilla (Presidente), Jean Claude Tron Petit y Patricio González-Loyola Pérez, lo resolvió este Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, siendo relator el segundo de los nombrados. Firman; los magistrados, con la intervención de la Secretaria de Acuerdos, quien autoriza y da fe. PRESIDENTE JESÚS ANTONIO NAZAR SEVILLA. MAGISTRADO JEAN CLAUDE TRON PETIT. MAGISTRADO PATRICIO GONZÁLEZ-LOYOLA PÉREZ. SECRETARIA DE ACUERDOS ARTEMISA AYDEÉ CONTRERAS BALLESTEROS. 164 R.A. 253/2011 COTEJARON: LIC. MARCO ANTONIO PÉREZ MEZA. LIC. ALFREDO A. MARTÍNEZ JIMÉNEZ. AAMJ/MAPM /Dor. ESTA FOJA ES PARTE FINAL DE LA RESOLUCIÓN DICTADA EN EL R.A. 253/2011, DERIVADO DEL JUICIO DE AMPARO 1050/2010, INTERPUESTO POR LA COMISIÓN FEDERAL DE COMPETENCIA, FALLADO EL OCHO DE DICIEMBRE DE DOS MIL ONCE, POR UNANIMIDAD DE VOTOS. DOY FE. EN LA SESIÓN CELEBRADA CON ESTA FECHA SE RESOLVIÓ POR UNANIMIDAD DE VOTOS EL PROYECTO FORMULADO POR EL MAGISTRADO PONENTE EN EL SENTIDO DE “PRIMERO.- EN LA MATERIA DE LA REVISIÓN, SE REVOCA LA SENTENCIA ENGROSADA EL ONCE DE ABRIL DE DOS MIL ONCE…; SEGUNDO.- NO SE SOBRESEE EN EL JUICIO DE AMPARO PROMOVIDO POR ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ Y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE; TERCERO.SE SOBRESEE EN EL JUICIO DE AMPARO PROMOVIDO POR ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ Y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, RESPECTO DEL ACTO Y POR LAS RAZONES CONTENIDAS EN EL CONSIDERANDO OCTAVO; CUARTO.LA JUSTICIA DE LA UNIÓN NO AMPARA NI PROTEGE A ALFONSO SALVADOR HUERTA SUÁREZ Y PROBIOMED, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, EN CONTRA DEL ACTO CONSISTENTE EN LA RESOLUCIÓN DE DIEZ DE JUNIO DE DOS MIL DIEZ QUE CONFIRMÓ LA DIVERSA DE VEINTIOCHO DE ENERO DE DOS MIL DIEZ…”. MÉXICO, DISTRITO FEDERAL A OCHO DE DICIEMBRE DE DOS MIL ONCE. DOY FE. DEVUELTO A LA SECRETARÍA DE ACUERDOS, ENGROSE FECHA:_______________ CON EN