INSIGHT The global infrastructure magazine / Issue No. 5 / 2013 Resilience With a special feature on Latin America’s infrastructure market Se requiere algo de fuerza: Cómo ganará América Latina en el escenario mundial 2 | INSIGHT | Resilience SPOTLIGHT Por Mauricio Endo, KPMG en Brasil A primera vista, todo indica que América Latina está por explotar en un frenesí de actividad en infraestructura. Sólo se necesita ojear las páginas de este informe especial sobre América Latina para encontrar ejemplos alentadores de países, gobiernos e inversionistas en infraestructura haciendo compromisos masivos y catalizando cambios importantes dentro de los mercados de infraestructura de la región. Mucho dinero, grandes planes Tome como ejemplo el nuevo Programa de Inversión en Logística de Brasil, el cual concibe el gasto de 66 mil millones de dólares en ferrocarriles y carreteras, 30 mil millones de dólares en puertos y casi 18 mil millones de dólares en aeropuertos. O considere los 112 mil millones de dólares de Colombia en inversiones en infraestructura planeadas entre 2012 y 2020. Y México tiene una lista de alrededor de 1,100 proyectos que suman un total de 400 mil millones de dólares que necesitan completarse dentro de los próximos cinco años. La acción en el campo de la política también ha sido igualmente alentadora, con muchos gobiernos que en el pasado se habían opuesto vehementemente a la participación privada en el sector de infraestructura, y ahora se ocupan de redactar y promulgar nuevas leyes con la intención de alentar las Asociaciones Público-Privadas (APP) y la inversión privada. La promulgación de nuevas leyes APP de Colombia y México en 2013 son evidencia clara del cambio, como así también los recientes esfuerzos de Brasil para mejorar la ley APP existente. Haciendo que funcione Pero mientras que todo esto puede parecer buenas noticias para la región, la desafortunada realidad es que los planes de inversión masiva y la legislación que los apoya simplemente no alcanzan para catalizar el tipo de cambio transformador que nuestra región necesita tan desesperadamente. Existen tres áreas en las que los gobiernos latinoamericanos deben concentrarse antes que estos ambiciosos y tan necesitados planes de inversión en infraestructura puedan verdaderamente comenzar a ser abordados. Primero, los gobiernos deben comenzar a desviar su atención de las medidas puramente populares para, en cambio, priorizar e implementar un entorno sostenible para los planes económicos a largo plazo. La realidad es que algunos (pero no todos, por cierto) países latinoamericanos están perdiendo competitividad y deprimiendo la productividad al poner a la opinión popular por delante de las decisiones (a veces duras) que deben ser tomadas por el bien de sus economías. Venezuela y Argentina han sufrido un deterioro económico importante desde que se estableció una agenda populista; Chile y México han disfrutado de lo opuesto. Segundo, los países latinoamericanos necesitarán mejorar el profesionalismo y la capacidad de sus programas de infraestructura dramáticamente. La realidad es que los inversionistas internacionales están buscando programas claros, transparentes y bien gestionados en los cuales invertir. El problema es que pocos países latinoamericanos tienen actualmente la habilidad o la capacidad de gestionar el tamaño y el alcance de los programas que hay en juego. Esto significa que los programas están con frecuencia mal planeados, pobremente estructurados o presentados con riesgos sin mitigar y, como resultado provocan, más la disuasión que la persuasión de los inversionistas, tanto locales como internacionales. Lo que necesitamos es mejorar con urgencia el profesionalismo de nuestros programas, en el corto plazo a través del apoyo por parte de consultores externos experimentados y, en el largo plazo, a través de un programa continuo de contratación, capacitación y desarrollo internos. La tercera área que requiere atención inmediata de los líderes latinoamericanos son los mercados financieros. Pocos (con la notable excepción de Chile) han desarrollado algunos mercados reales de financiamiento privado de infraestructura de los cuales hablar, y la mayoría están esforzándose por desarrollar los vehículos apropiados para apoyar la inversión privada. Como resultado, la mayoría de la actividad en América Latina ha sido financiada a través de bancos de desarrollo nacional (tales como BNDES en Brasil) o de apoyo multilateral. Pero, dados los objetivos de inversión masiva y los agresivos cronogramas articulados por los líderes a través de nuestra región, parece claro que el financiamiento privado de proyectos, así como los mercados de bonos y los vehículos de inversión efectivos, necesitarán ser desarrollados rápidamente si queremos alcanzar nuestros elevados objetivos. Es hora de actuar Afortunadamente, hay fuertes ejemplos de países latinoamericanos que, habiendo ya reconocido esas realidades, han estado poniéndose en acción agresivamente durante los últimos años. El primero entre éstos fue Chile que, casi dos décadas atrás, revisó completamente su programa y mercado de infraestructura. La legislación APP ahora está bien definida, probada y entendida, los programas de inversión están preparados profesionalmente y son bien recibidos por los actores internacionales; además, los bancos comerciales han estado activos con los programas de financiamiento. Colombia también ha tenido mucho éxito al crear mercados de infraestructura y vehículos de inversión y, durante los años recientes, rara vez se ha quedado corta de inversión. Otros, sin embargo (Brasil como principal entre ellos), se encuentran ahora al borde de un precipicio. La elección es clara: tomar acción positiva hoy y cosechar los beneficios por generaciones, o mantener el statu quo y permitir que el país y la economía flaqueen y, por consecuencia, fallen. El hecho es que los inversionistas y operadores de infraestructura operan en una economía global donde los programas nacionales son comparados unos contra otros y la competencia es feroz. En esta guerra global por la inversión, otras regiones se están moviendo o más rápido, o con más compromiso. De hecho, si las cosas permanecen como en la actualidad, no sería una sorpresa si África o el sudeste asiático eclipsaran a América Latina como destino de inversión dentro de la próxima década. La conclusión es que nuestros gobiernos regionales deben tomar acción inmediata, tanto individualmente como en grupo, si esperan elevar a nuestros países a un nivel de clase mundial. Y no hay tiempo que perder: las acciones que se tomen hoy repercutirán por décadas. Esperemos que sean las acciones correctas y no sólo las más fáciles. Resilience | INSIGHT | 3 México continúa abriendo terreno 4 | INSIGHT | Resilience SPOTLIGHT Por Leonardo Estévez, KPMG en México N o se puede negar que la reputación de México ha sido golpeada en los últimos años. El país ha estado trabado en una feroz batalla contra poderosos carteles de la droga, desde que lanzó una ofensiva en el 2006 y los titulares de las noticias afuera del país han tenido una tendencia a enfocarse en lo negativo. Lo que con frecuencia se pasa por alto, sin embargo, son las ventajas y fortalezas únicas de México. Por ejemplo, la economía mexicana es fundamentalmente estable. En el centro hay una fuerte base manufacturera y renombradas fábricas textiles que importan materia prima, al tiempo que producen bienes para el consumo interno y para la exportación. Un fuerte sector industrial, especialmente el de manufactura de automóviles y el de electrónicos, está complementado por grandes reservas de petróleo y abundantes yacimientos de plata, plomo y zinc. De acuerdo con el Reporte de Competitividad Global 2012-2013 publicado por el Foro Económico Mundial, el Producto Interno Bruto (PIB) de México continúa sobrepasando al resto de la región latinoamericana y caribeña. Goldman Sachs ha predicho que la economía de México será la quinta en el mundo en el 2050. Nuevo siglo, nuevo enfoque La historia de la infraestructura en México se puede describir como un edredón de parches. Hasta que el Partido de Acción Nacional (PAN) rompió el acaparamiento del poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a principios del 2000, el liderazgo de México invertía la mayoría de sus esfuerzos de infraestructura en un área a la vez. A principios del siglo XX, eso significaba ferrocarriles. Los gobiernos subsiguientes invirtieron en petróleo y gas, y luego en carreteras. Eso creó una columna comercial y social desbalanceada y pobremente integrada para el vasto país. El enfoque de infraestructura de México para el siglo XXI, comenzando con la administración del presidente Vicente Fox del 2000 al 2006, ha sido decididamente más holístico. Cuando el presidente Fox tomó el poder en el 2000, el gobierno comenzó a abordar las oportunidades de infraestructura y desarrollo en una manera más integrada. Su administración lanzó un programa de infraestructura que incluiría a cada uno de los sectores. Cuando el gobierno vio la montaña que México debía escalar luego de décadas de método de un solo carril, reconocieron la necesidad de adoptar una estrategia de APP para el desarrollo de la infraestructura. El sucesor de Fox, Felipe Calderón, continuó la evolución. Cuando asumió la presidencia en 2006, el Foro Económico Mundial calificó a la infraestructura de México como la número 64 en el mundo. En la región latinoamericana, el país venía rezagado detrás de Barbados, Chile, Panamá, Jamaica, El Salvador y Uruguay. El gasto en infraestructura permaneció en sólo el 3.2% del PIB, comparado con el 5.8% de Chile. El Plan Nacional de Infraestructura de México fue lanzado en 2007, junto con una enérgica declaración por parte de Calderón de que, “México no puede y no debería quedar retrasado”. El gasto en infraestructura durante su mandato se elevó a 5% del PIB y atrajo importantes inversiones privadas tanto locales como del exterior. Resilience | INSIGHT | 5 En total, unos 188 mil millones de dólares en inversiones fueron asignados al plan de 300 proyectos, alrededor de 75% de los cuales habían sido completados al final del término de la presidencia de Calderón. Los proyectos abarcaban desde la pavimentación de rutas rurales hasta la construcción del Puente Baluarte, el puente colgante más alto del mundo. Hacia el final de 2012 se habían construido cerca de 21,000 kilómetros de carreteras. Una de las joyas de la corona, la autopista Durango-Mazatlán, de 1600 millones de dólares, será completada en el verano de 2013, conectando al Golfo de México con el Océano Pacífico. El PRI regresa al poder En diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto recuperó la presidencia mexicana para el PRI. El cambio en el liderazgo político, sin embargo, no presagia un cambio en las ambiciones de infraestructura de México. KPMG ha pasado una cantidad de tiempo importante con personas de la nueva administración, quienes claramente reconocen que la infraestructura debe ser una de las prioridades más importantes de México si es que el país aspira a competir en el escenario mundial. Unos de los primeros actos de gobierno de la administración de Peña fue la promulgación de una nueva y ambiciosa ley de APP en 6 | INSIGHT | Resilience enero de 2013. Anteriormente, los proyectos eran gobernados por una serie de leyes y reglamentaciones fragmentadas, las que con frecuencia causaron demoras en el desarrollo y modelos de asignación de riesgos imperfectos que ponían nerviosos a los posibles inversionistas. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México (SHCP) estima que la reestructuración de los procesos de desarrollo y licitación bajo la nueva ley verá proyectos arrancar hasta seis meses antes que los promedios actuales. Un aspecto particularmente interesante de la nueva ley es la provisión para propuestas no solicitadas. Anteriormente, el gobierno desarrollaba todos los proyectos de infraestructura para ser licitados, pero ahora una compañía privada puede proponer un proyecto. Para hacer las cosas aún más competitivas, todas las propuestas no solicitadas serán abiertas a licitación pública. Esperamos que esto fomente a un sector privado mucho más proactivo, a la vez que aumente la competencia y acelere los cronogramas de los proyectos. Nueva administración, nuevas oportunidades Reconociendo que México debe continuar pensando de forma alternativa acerca de su infraestructura, la nueva administración se está encargando de identificar todo el rango de necesidades. Esperamos que un 60% de la inversión durante esta legislatura se haga en el sector de energía, que ha estado en recesión por varios años. También anticipamos inversiones importantes en transporte, tales como carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos; en plantas de tratamiento y desalinización de agua para consumo humano y agricultura; así como en infraestructura social y turismo. En total, hay más de 1,100 proyectos posibles, sumando unos 400 mil millones de dólares. Incluso al índice de inversión pública actual de 5% del PIB, eso deja una brecha de alrededor de 250 mil millones de dólares en financiamiento que deben provenir del sector privado. Ese cuarto de billón de dólares abre un mundo de oportunidades para los actores locales e internacionales. Vemos mucho potencial para las compañías de ingeniería, contratistas y operadores internacionales y esperamos ver una estrategia verdaderamente global. México está mirando al Reino Unido en particular porque fue nuestro modelo pionero de los planes APP. España está mostrando interés debido a nuestros idiomas y cultura en común. Pero para asegurar que los proyectos sean de la más alta calidad, también esperamos la participación de los franceses, estadounidenses, canadienses, portugueses, brasileños y muchos otros. SPOTLIGHT Hacer amigos Para las compañías internacionales que están observando a México, sugerimos que trabajen en colaboración con un socio local para ayudar a reducir el riesgo de trabajar en un nuevo país por primera vez. Las compañías extranjeras pueden aprender acerca del mercado local y cómo trabaja, para luego construir una presencia más significativa con una oficina local o una subsidiaria. Ahora que México tiene abundante experiencia con los planes APP, hay abundantes compañías locales con buenas calificaciones. El gobierno de México está forjando un ambicioso camino a la prosperidad económica. Para los actores internacionales que buscan un trozo de esa torta, el desafío más grande ahora es suministrar las credenciales correctas al precio correcto. El 2013 está por terminar Pasaron ocho meses y todavía no había claridad sobre la fecha de publicación del nuevo Programa de Infraestructura Nacional. Eso fue hasta el 15 de julio cuando el presidente Peña Nieto anunció oficialmente el lanzamiento del Programa de Inversión en Transporte y Comunicaciones 2013-2018, incluyendo 130 mil millones de dólares de inversión solamente en este sector (ver la tabla 1). Seguramente esto marca el primer indicador de que el Programa de Infraestructura Nacional está en camino. Tabla 1. Programa de Inversión en Transporte y Comunicaciones de México 2013-2018 Sector Autopistas Proyectos Inversión 149 30.900 Súper autopistas 34 8.106 Carreteras 49 3.645 Carreteras de circunvalación 33 4.028 Cruces y puentes 22 926 Calles 9 338 Mantenimiento 1 8.240 Calles rurales Puertos Puertos nuevos Extensiones 1 5.616 20 5.230 3 2.382 5 1.440 Terminales especializadas 12 1.409 Ferrocarriles y transporte masivo 19 7.848 Trenes de pasajeros 3 3.932 Transporte masivo 6 8 Terminales de autobuses 1 2.494 Trenes de carga 8 1.253 Señalizaciones de ferrocarril 1 160 Aeropuertos 20 2.803 Modernizaciones 19 1.812 Capacidad de conexión 1 975 En construcción 1 16 Telecomunicaciones 56.000 * Millones de dólares Resilience | INSIGHT | 7 La vista desde Santiago A Por Santiago Barba, KPMG en Chile 8 | INSIGHT | Resilience mérica Latina ha sido una de las luces económicas más brillantes del mundo durante el último cuarto de siglo, pero una ha brillado más que todas: Chile. Pose su mirada sobre la silueta de su capital Santiago, llamada “Sanhattan” por muchos, y está claro que este es un país de trayectoria ascendente. La afluencia creciente de Chile se debe mayormente a su riqueza mineral. El país produce un tercio del cobre del mundo, lo que aporta alrededor del 14% del PIB y la mitad de sus exportaciones. Sigue habiendo una alta demanda por el metal rojo alrededor del mundo, especialmente en China. No es de extrañar, por lo tanto, que la compañía del Estado chileno Codelco se encuentre entre los productores de cobre más grandes del mundo y todos sus ingresos, más de 7 mil millones de dólares en el 2012, regresen al tesoro del país. Satisfaciendo la demanda El Ministerio de Obras Públicas del país tiene la responsabilidad de definir prioridades de inversión en infraestructura para la nación. “Nuestro país ha hecho avances importantes en infraestructura pública en las décadas recientes y hemos establecido políticas claras que se enfocan en las necesidades de infraestructura de Chile”, dice Carlos Plass, director de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas de Chile (MOP). “Sabemos que la inversión en esta área es vital para que cualquier país alcance el desarrollo económico”. La solidez económica de Chile ha creado una clase media creciente que espera que su gobierno desarrolle una infraestructura pública eficiente. Combinada con la constante demanda de mantener las mercancías fluyendo sin problemas hacia dentro y fuera del país, los gobiernos de Chile han instaurado políticas robustas para asegurarse de que su infraestructura mantenga el ritmo. La inversión extranjera ha sido central para el desarrollo de la infraestructura pública de nuestro país, y la industria de las concesiones es un buen ejemplo de ello.” SPOTLIGHT Carlos Plass, director de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas de Chile (MOP) “Hacia el final de la administración actual, habremos invertido unos 14 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura pública”, explica el director. “Esto se traduce en mayor y mejor conectividad para la gente y los recursos del país, no sólo a través de nuevas carreteras, autopistas, puertos y aeropuertos, sino con inversiones importantes en rutas básicas, mejora de aeropuertos más pequeños y otros proyectos de conectividad que tienen un gran impacto social”. El agua es uno de los desafíos principales de Chile, particularmente en el norte, donde el vasto desierto de Atacama se considera el lugar más seco del planeta. La desalinización de agua de mar del Pacífico es una opción viable para la minería y otros usos industriales, pero no para el consumo humano y la agricultura, Chile necesita mover agua limpia hacia áreas del país que tienen déficit. “Hemos abordado el tema del agua con un vigor renovado”, dice el director Plass. “Hemos delineado la Estrategia nacional de recursos acuíferos 2010-2025, un plan a través del cual se dará prioridad a la construcción de 16 nuevas represas dentro de la próxima década. Esperamos que esto nos permita aumentar nuestra capacidad de almacenamiento de agua en un 30%”. La recuperación Estas inversiones, no sólo están posicionando al país para el éxito futuro, sino que están ayudando a superar los desafíos de una geografía vulnerable. La línea costera de 2,700 millas (4,345 KM) de Chile se encuentra ubicada encima del “Anillo de Fuego”, una banda de terremotos frecuentes y erupciones volcánicas que circunda la Cuenca del Pacífico. En febrero de 2010 Chile fue sacudido por un terremoto de magnitud 8.8 y el maremoto resultante arrasó con las ciudades costeras de la región sur-central de Chile y dañó el puerto de Talcahuano, hogar de la principal base militar de Chile. Mientras que la cantidad de muertes fue relativamente baja con tan sólo 525 muertos, los observadores expertos están de acuerdo en que los esfuerzos de recuperación fueron obstaculizados por las limitadas autopistas del país. Y el terremoto causó más de 30 mil millones de dólares en daños, casi un quinto del PIB anual de Chile. Luego del terremoto, el gobierno anunció una inversión de 2,500 millones de dólares para reconstruir 300,000 casas, así como hospitales, escuelas y carreteras. En la municipalidad de Licantén, la cual sufrió gran daño por el maremoto, el gobierno federal y la Universidad Mayor colaboraron con una compañía de ingeniería global para diseñar una nueva infraestructura -incluyendo corredores de evacuación, plantas de procesamiento de aguas residuales, basura y un nuevo centro cívico- que fuera más segura en caso de impacto de un maremoto en el futuro. Las oportunidades abundan Esta clase de participación privada ha sido central para el desarrollo de la infraestructura pública en Chile. No hay nada donde se haga más evidente que en la industria de las concesiones del país. El sistema de concesiones de Chile fue lanzado a principios de 1990, cuando las APP convirtieron a la Autopista 5, la columna vertebral norte-sur del sistema de carreteras de Chile, en una autopista de cuatro carriles. Más de 120 empresas, incluyendo inversionistas extranjeros de al menos ocho países, han participado en las licitaciones de concesión para proyectos que van de los 8 a los 850 millones de dólares. En total, el programa ha inyectado 570 millones por año dentro de la infraestructura de Chile. “Está claro para nosotros que luego de casi veinte años de la implementación del sistema de concesiones en Chile, esta industria continúa siendo cada vez más valorada tanto por los usuarios como por el sector privado”, dice el director Plass. “En 2013 daremos a licitación más de 3 mil millones de dólares en nuevos proyectos, incluyendo el nuevo proyecto de autopista urbana Vespucio Oriente, la nueva licitación del Aeropuerto Internacional de Santiago, varios hospitales nuevos, un nuevo puente que cruzará el Río Biobío y la represa de Punilla”. Un puerto relativamente seguro En lo que concierne a las APP, Chile es un punto de referencia en la región, uno en el que los compañeros latinoamericanos deberían buscar la inspiración. “La inversión extranjera ha sido central para el desarrollo de la infraestructura pública de nuestro país, y la industria de las concesiones es un buen ejemplo de ello”, dice. “Una gran cantidad de consorcios internacionales vieron oportunidades cuando nuestro sistema de concesiones locales estaba todavía en sus inicios, y ahora están entre los inversionistas más importantes de la economía nacional”. “Una de las fortalezas de la economía abierta de Chile es el desarrollo de un conjunto de herramientas y garantías financieras que tienen el propósito de atraer nuevos inversionistas en el área de la construcción y de la infraestructura”, explica el director. “El sistema de concesiones ha proporcionado señales claras de diversificación y se ha desarrollado de forma acorde a través del tiempo. A su vez, la incorporación de nuevas áreas ha sido parte de la evolución natural del sistema”. El sistema de Garantías de Ingresos Mínimos (GIM) y el Mecanismo de Distribución del Ingreso (MDI) permite a los concesionarios en Chile estabilizar sus expectativas de ingreso a cambio de la participación en proyectos del gobierno adicionales. El GIM fue diseñado para ayudar a reducir el riesgo para los prestamistas y para reducir los costos financieros de los proyectos, y ha sido utilizado en casi todos los proyectos de concesión de autopistas. El MDI, mientras tanto, garantiza que una cantidad de ingresos prefijada, medida a valor actual, será recibida por el concesionario. Otro elemento importante es el Bono de Infraestructura, el cual facilita la participación de agentes financieros privados a largo plazo. Manteniendo el liderazgo de Chile Para que continúe su prosperidad, Chile debe adelantarse con las APP para satisfacer las necesidades de sus compañías y ciudadanos por igual. En KPMG, esperamos que el futuro de la infraestructura de Chile muestre una mayor diversificación en el negocio de las concesiones, con contratos que se relacionarán a proyectos tales como prisiones, represas, hospitales, puentes y túneles. “El objetivo es invertir y confiar en nuestro sistema de concesiones de obras públicas, en la fortaleza de nuestras instituciones y en la estabilidad legal de nuestro país”, concluye el director. “Debemos continuar nuestro liderazgo conjunto en este sistema exitoso que ha contribuido tanto al desarrollo del país como a mejorar la calidad de vida de los chilenos”. Resilience | INSIGHT | 9 Un nuevo plan para Brasil H Por Mauricio Endo, KPMG en Brasil 10 | INSIGHT | Resilience acia el final del 2010, la economía de Brasil brillaba como un día de diciembre en Copacabana. El PIB creció un 7.5% ese año, el mejor rendimiento del país en más de dos décadas. El sector de recursos estaba vibrando y los brasileños todavía estaban celebrando la licitación ganada por Río de Janeiro para ser el anfitrión de los Juegos Olímpicos de verano de 2016. Pero mientras que la recuperación mundial se volvía más lenta y los precios de las mercancías se nivelaban, también lo hizo la trayectoria de crecimiento de Brasil. Aun así, los fundamentos del país todavía están fuertes. Brasil permanece rico en recursos y se jacta de una clase media en crecimiento, un nivel de desempleo relativamente bajo y una inflación controlada. Sin embargo, la desaceleración ha obligado a la presidenta Dilma Rousseff y a su gobierno a buscar nuevas maneras de mantener a Brasil moviéndose hacia adelante. En la cabeza de la lista: mejorar la infraestructura del país Poner a Brasil nuevamente en movimiento La infraestructura de Brasil ha sido un área de preocupación por un largo tiempo. “Brasil sufre de altos costos logísticos debido a la pobre cobertura de infraestructura”, señaló el sr. Bernardo Figueiredo, presidente de la Empresa de Planeamiento y Logística (EPL), una compañía pública creada por SPOTLIGHT el gobierno para apoyar el desarrollo de la infraestructura en el país. “Necesitamos expandir nuestra infraestructura hacia las regiones interiores del país y ayudar a reducir los costos logísticos como una forma de volvernos más competitivos en el escenario mundial.” El transporte ha sido un desafío especial. Los 20 mejores aeropuertos del país operaban a un déficit de capacidad estimado en 73 millones de pasajeros en 2011. Y en las mismas afueras de São Paulo más temprano este año, un embotellamiento de tránsito de 64 kilómetros causado por camiones (esperando descargar una cosecha récord de cultivos de soja) ahogaron el acceso al puerto más grande de América Latina. Ahora, a medida que se avecinan la Copa Mundial FIFA 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, el asunto se ha puesto bajo el microscopio tanto en casa como en el extranjero. “Durante los últimos tres años, hemos estado muy enfocados en ayudar a aquellas ciudades involucradas en estos eventos a preparar no sólo los estadios sino también toda la infraestructura que será necesaria para llevar a cabo eventos globales de tan alto perfil en forma eficiente y apropiada”, señaló el sr. Benedicto B. da Silva Junior, presidente de Odebrecht Infrastructure, una de las firmas de infraestructura, construcción y operación líderes de Brasil (y del mundo). La compañía es parte de la Odebrecht Organization, también presente en los sectores petroquímico, de etanol, petróleo y gas, e inmobiliario. Al mismo tiempo, la presidenta Rousseff planea enormes inversiones en generación de energía y agua y el Programa de Inversión en Logística (PIL) recientemente anunciado por el gobierno parece estar establecido para transformar la infraestructura económica del país. “El PIL cambiará radicalmente la capacidad del país para generar infraestructura que ha sido tradicionalmente obstaculizada por los bajos niveles de inversión, una falta de profesionales capacitados y escasa disponibilidad de materiales”, agregó el sr. Figueiredo. “Creemos que el PIL no sólo ayudará a catalizar la mejora de la capacidad de entrega de Brasil sino que también atraerá a profesionales capacitados e inversionistas de alrededor del mundo”. Resilience | INSIGHT | 11 El PIL cambiará radicalmente la capacidad del país para generar infraestructura que ha sido tradicionalmente obstaculizada por los bajos niveles de inversión, una falta de profesionales capacitados y escasa disponibilidad de materiales.” sr. Bernardo Figueiredo, Presidente de la Empresa de Planeamiento y Logística (EPL) Un nuevo plan basado en principios probados Hay una buena razón para el optimismo hacia el plan de Rousseff. Mientras que su Partido Obrero alguna vez fue opositor de la privatización, ahora ha adoptado el concepto de concesiones no subsidiadas y subsidiadas, y las APP respectivamente, un movimiento que debería revitalizar el sector de la infraestructura de Brasil. Mientras que este puede parecer un desarrollo relativamente nuevo, en realidad Brasil tiene un historial más bien largo de concesiones exitosas que comenzaron cuando el gobierno federal promulgó por primera vez la legislación que gobierna las concesiones a mediados de 1996 (la Ley de Concesiones). Desde entonces, tanto el gobierno federal como los gobiernos provinciales han firmado numerosos contratos de concesión, particularmente en los sectores de carreteras, energía y telecomunicaciones. El modelo luego fue reforzado en 2004 con la promulgación de la Ley APP, que permitió que el gobierno firme varios contratos de concesión subsidiada en los sectores de agua, infraestructura social y transporte. “Ya hemos estado utilizando los modelos de APP satisfactoriamente en distintas ciudades por varios años y esto debería ayudar al gobierno federal a tomar el ritmo rápidamente sobre la mejor manera de estructurar, abrir a licitación y asociarse con el sector para la entrega de infraestructura”, agregó el sr. Silva Junior. Por ejemplo, el gobierno federal lanzó recientemente una iniciativa para extender el tratamiento de agua potable y aguas residuales 12 | INSIGHT | Resilience a más del 90% de la población urbana del país, lo que ha inspirado un programa de inversión de 200 mil millones de dólares en infraestructura de tratamiento de agua y de aguas residuales que se esperan implantar durante los últimos 20 años. Esto tuvo efectos de derrama económica en las provincias. Por ejemplo, KPMG trabajó recientemente con el gobierno de la provincia de Pernambuco para desarrollar y abrir a licitación un proyecto APP de tratamiento de aguas residuales de dos mil millones de dólares en la región metropolitana de Recife, el que fue satisfactoriamente otorgado a un consorcio privado en febrero de este año. La promulgación de la Ley APP en 2004 fue más allá al alentar la participación privada e inspiró a los gobiernos provinciales tales como Minas Gerais, São Paulo, Pernambuco y Bahía a comenzar a implementar proyectos APP piloto. En sólo los primeros seis años de emitida la ley, Brasil ha visto un tremendo progreso en una amplia variedad de sectores tales como carreteras, subterráneos, prisiones, instalaciones de tratamiento de aguas residuales, hospitales y hasta estadios de futbol antes de la Copa Mundial de 2014. “Mediante la clarificación y la codificación de medidas que alientan la participación privada en el mercado brasileño, el gobierno realmente ha dado la señal de que hay un lugar para la empresa privada, tanto como socio del gobierno como compañías individuales”,agregó el sr. Silva Junior, de Odebrecht. “Reconocimos a tiempo la creciente influencia de las APP y nos hemos enfocado en mejorar nuestro entendimiento y utilización de los mecanismos, contratos y procesos APP. Como resultado, hemos sido extremadamente exitosos al trabajar con las provincias y las ciudades en desarrollos APP”. Las oportunidades abundan Los planes de infraestructura de Brasil abren un mundo de potencial para los inversionistas a través de una amplia variedad de sectores. Por ejemplo, Brasil está invirtiendo 66 mil millones de dólares para reacondicionar sus redes de ferrocarriles y carreteras. El PIL apunta a duplicar la capacidad de las rutas y ferrocarriles principales dentro de los próximos cinco años, noticias bienvenidas por la industria, la cual actualmente transporta alrededor de dos tercios de las mercancías del país a través de un sistema decadente de carreteras. El gobierno está preparando el camino para que los contratistas privados construyan nueve rutas de peaje totalizando alrededor de 7,500 kilómetros, sumadas a las carreteras de peaje existentes gestionadas por concesionarios y respaldadas por un marco regulatorio establecido a mediados de 1990. También se han planeado subastas de ferrocarriles. Este año se espera abrir a licitación un tren bala que una Río de Janeiro con São Paulo, con inicio de operaciones esperado para 2020. Sin embargo, el enfoque primordial del programa es el desarrollo de líneas de transporte de carga no sólo para aliviar la presión de las carreteras sino para también ayudar a disminuir los costos de transporte (particularmente para mercancías tales como los cultivos de soya y productos mineros, los que se consideran estar entre las exportaciones más fuertes SPOTLIGHT Mediante la clarificación y la codificación de medidas que alientan la participación privada en el mercado brasileño, el gobierno realmente ha dado la señal de que hay un lugar para la empresa privada, tanto como socio del gobierno como compañías individuales” sr. Benedicto B. da Silva Junior, Presidente de Odebrecht Infrastructure de Brasil). “Los inversionistas y participantes extranjeros son propensos a entender las reglas exactas y el modelo que está siendo utilizado en el sector de ferrocarriles”, agregó el sr. Figueiredo. “El modelo que se sugiere en el PIL toma elementos prestados de varios modelos de concesiones diferentes e incluye un componente de mitigación de riesgos muy innovador, y por lo tanto ha sido objeto de mucho interés de la comunidad internacional”. El sector portuario también está vibrando. Con 7,500 kilómetros de costa y una gran dependencia en las exportaciones, el Banco Nacional para el Desarrollo de Brasil (BNDES) espera que se viertan 30 mil millones de dólares en infraestructura portuaria para el 2017. Un proyecto de ley que ahora está abriéndose camino a través del proceso legislativo permitirá que los puertos privados manipulen cualquier tipo de carga, abrirá contratos de terminales públicas a licitadores privados y permitirá que los operadores portuarios privados manipulen más carga de terceros. Hay una propuesta abierta a debate para permitir contratos de 50 años en la forma de períodos renovables de concesión de 25 años. Los aeropuertos atestados del país también verán un aumento en la actividad. Inmediatamente detrás de los contratos de concesión de febrero para mejorar tres aeropuertos importantes (los aeropuertos internacionales de São Paulo, Brasilia y Viracopos) por más de 14 mil millones de dólares, el gobierno anunció que invertiría cerca de 3,700 millones de dólares en 270 aeropuertos regionales a lo largo del país, y lanzaría nuevos llamados a licitación para la mejora de los aeropuertos internacionales de Río de Janeiro y Belo Horizonte durante el tercer trimestre del 2013. Pero el PIL es sólo la punta del iceberg. El programa actual sólo representa alrededor de un tercio de la cantidad que el país necesita para competir apropiadamente”, admitió el sr. Figueiredo. “Ese es el motivo por el cual se creó EPL: para traer esta oportunidad de inversión a largo plazo al mercado y demostrar que las inversiones en Brasil no sólo tienen altos dividendos sino que también son muy seguras”. ¿Feliz aterrizaje? En un movimiento sin precedentes para fomentar el apoyo de los inversionistas en infraestructura internacionales, los ministros del gobierno y otros tecnócratas han surcado las capitales financieras del mundo para vender la estrategia de infraestructura de Brasil a los inversionistas. En total, los programas sumarán más de 500 mil millones de dólares. “He participado personalmente en estos viajes y he descubierto que los inversionistas y los actores extranjeros de infraestructura están extremadamente interesados en el programa y están procurando asociarse con compañías brasileñas y con el gobierno como una forma de comenzar a involucrarse en el mercado, agregó el sr. Figueiredo. Las compañías brasileras están informando tendencias similares; “A lo largo de los últimos dos años, hemos sido abordados por una amplia variedad de actores internacionales, inversionistas, contratistas, proveedores, etc., que quieren asociarse con Odebrecht para facilitar sus entradas a los diferentes sectores”, agregó el sr. Silva Junior. “La mayoría de los inversionistas y actores extranjeros con los que hablo han dicho que su preocupación principal es la necesidad de identificar compañías y socios locales que entiendan los mercados en los que quieren operar”,agregó el sr. Figueiredo. “Esa es la razón por la cual nos enfocamos en crear escenarios para ayudar a juntar a estas partes”. Por ejemplo, en agosto, el EPL se asoció con la Federación de Industrias de la Provincia de São Paulo para recibir a inversionistas internacionales y actores interesados en construir relaciones con potenciales socios locales. La tan esperada llegada de la Copa Mundial y los Juegos Olímpicos de verano también ha creado una importante capacidad a largo plazo dentro del sector de infraestructura de Brasil. “La satisfacción de altos estándares y cronogramas agresivos establecidos por los comités de los juegos ha forzado a los proveedores de infraestructura de Brasil a mejorar para dar un nuevo nivel de eficiencia y calidad a sus proyectos”, agregó el sr. Silva Junior. “Estas mejoras en la capacidad no desaparecerán una vez que los juegos terminen; las lecciones que estamos aprendiendo nos ayudarán a mejorar la entrega de infraestructura a través de todo el país durante mucho tiempo”. Con un pensamiento renovado sobre las APP y una fuerte dosis de inversión, creemos que el rumbo actual de Brasil debería ayudar a que el país se mueva más eficientemente. Todo será muy útil para ayudar a que la séptima economía mundial desarrolle todo su potencial. Resilience | INSIGHT | 13 Colombia mira hacia el futuro C Por Camilo González, KPMG en Colombia El gobierno de Colombia cree que el éxito de la infraestructura depende de la implementación de la calidad, un balance justo de riesgo y recompensa para los participantes y una legislación razonable, todo apuntando a una fuerte asociación con el sector privado. 14 | INSIGHT | Resilience uando el reino de Pablo Escobar como el traficante de drogas más infame del mundo terminó con el tiroteo en un techo en Medellín en 1993, fue un hito simbólico de la rehabilitación de Colombia en el escenario mundial. Mientras que el país había logrado expandir su economía de forma constante, con un promedio por encima del 4% de crecimiento anual entre 1970 y 1998, el negocio de la droga y su violencia e inestabilidad política resultantes habían impedido la inversión extranjera. Adelantándonos al presente, esta nación de 46 millones de habitantes ha establecido firmemente su afirmación de ser la economía menos volátil en América Latina. Mientras que el resto del mundo estaba enredado en una profunda recesión en el 2009, el PIB de Colombia creció 1.5%, en 2013 el Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo que Colombia alcanzaría un crecimiento en su PIB de un 4.4%, el doble del promedio mundial. De acuerdo con el Departamento de Planeamiento Nacional de Colombia (DNP), el catalizador de crecimiento clave ha sido un incremento en la inversión privada. En el 2000, el índice de inversión en Colombia era de un 14.9 del PIB y el índice de inversión privada estaba en solamente un 7.6%, números que el DNP dice que no habrían permitido que la economía creciera más de 3% por año. La recuperación desde entonces ha sido destacable. A fines del 2012 el índice de inversión se había disparado hasta 28%, con la inversión privada llegando a 22% del PIB. Las inversiones directas extranjeras se sextuplicaron hasta alcanzar los 15 mil millones de dólares en el mismo período. El caso de la infraestructura Colombia es hogar de una riqueza en recursos naturales. Hace alarde de las reservas de carbón más grandes de América Latina, la tercera reserva de petróleo más grande del continente y depósitos importantes de oro, níquel y otros minerales. Combinados con la estabilidad política y social mejorada, se vislumbra claramente que los bloques de construcción para un futuro económico brillante están en su lugar. Pero el PIB es el primer testigo de la inmensa brecha de infraestructura de Colombia con respecto a sus principales aliados comerciales. El Reporte de competitividad global 2012-2013, publicado por el Foro Económico Mundial, identificó a la infraestructura inadecuada como la tercera barrera más importante para el éxito del negocio del país. Se había identificado una amplia gama de proyectos de infraestructura como críticos para la prosperidad futura de Colombia. Sin embargo, no todos están enfocados en facilitar el comercio. El gobierno reconoce que debe balancear las necesidades sociales de infraestructura de sus ciudadanos para mantener la estabilidad con su deseo de volverse un actor fundamental en la economía mundial. El suministro de infraestructura de Colombia Durante el 2012, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos anunció que su inversión prevista en infraestructura alcanzaría los 112 mil millones SPOTLIGHT de dólares para 2020. Aproximadamente 57% de esa inversión estaría enfocada en suministrar nexos de transporte nacionales, mientras que otras áreas de concentración incluirían el desarrollo de ciudades y regiones, recursos de minería y energía, tecnología, transporte urbano y viviendas. Como resultado, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ha programado concesiones para proyectos planeados y potenciales que alcanzan los 42 mil millones de dólares entre 2013 y 2019. Nueve grupos de carreteras han sido abiertas a licitación recientemente, sumando 1,231 kilómetros para una inversión estimada de 6 mil millones de dólares, parte de una inversión total en infraestructura de carreteras de 22 mil millones de dólares. En ferrocarriles, hay siete propuestas para rehabilitar las rutas férreas entre las regiones sur y norte del país. Otro proyecto innovador es el esfuerzo de 600 millones de dólares para posibilitar la navegación comercial a lo largo del Río Magdalena. El río sólo es navegable por alrededor de la mitad de sus 1,500 kilómetros, pero su cuenca hidrográfica genera 86% del PIB de Colombia. La mejora de la navegación en el Río Magdalena reduciría los costos de fletes entre las regiones centrales de Colombia y los puertos del Caribe, a la vez que aliviaría la carga de los sistemas de carreteras y ferrocarriles. El papel de las APP El gobierno de Colombia cree que el éxito de la infraestructura depende de la implementación de la calidad, un balance justo de riesgo y recompensa para los participantes y una legislación razonable, todo apuntando a una fuerte asociación con el sector privado. Comenzando en 1993, el país fue el primero en América Latina en adoptar el enfoque de las APP, con sus puertos en Cartagena y Santa Marta. En 2012 Colombia introdujo un nuevo marco político para promover las APP y atraer actores tanto locales como extranjeros. La nueva ley está diseñada para estimular la participación del sector privado en la construcción, financiamiento, mantenimiento y operación de activos de infraestructura a la vez que balancea el riesgo y la recompensa para los participantes. Antes de que comiencen las excavaciones o que las licitaciones se pongan sobre la mesa, la ley requiere que se hagan estudios exhaustivos para estimar los costos de construcción y los riesgos geológicos, medioambientales y financieros de los activos. También define los términos de las inversiones financieras y de las concesiones y asigna el reparto del riesgo desde el principio entre los participantes públicos y privados. Desde un punto de vista comercial, la nueva ley requiere que los flujos de caja del proyecto sean manejados por un fideicomiso para asegurar el control sobre cada recurso financiero del proyecto, a la vez que suministra una garantía para los prestamistas del proyecto en caso de bancarrota. Por último, los términos y condiciones de pago para las terminaciones prematuras de una concesión están definidos por una fórmula preestablecida, y los prestamistas pueden ejercer sus derechos de intervención en caso de incumplimiento de un contratista. Las compañías han dado la bienvenida a la nueva ley de APP. En gran medida porque establece claramente los términos y condiciones de cada inversión, reduciendo los riesgos tanto para los inversionistas como para los participantes. Para los usuarios finales (las personas y compañías de Colombia) se espera que reduzca las demoras en las entregas y los proyectos incompletos. Un país de oportunidades No hay duda de que Colombia es un país que crece. Ha triplicado el índice de inversión privada en los últimos 10 años y ha recuperado su índice de rango de inversión desde el 2000, todo a la vez que redujo el crimen, la pobreza y la desigualdad. La infraestructura del país también está encaminada en la dirección correcta. Los inversionistas ven a Colombia como el país que combina la oportunidad y la estabilidad económica con un marco legal transparente. El país tiene una seguidilla de proyectos extensa y atractiva en muchos sectores que tienen el potencial de generar rendimientos interesantes para los inversionistas. Los inversionistas extranjeros tienen una oportunidad importante en el negocio de la infraestructura en gran medida gracias a la nueva ley, que requiere que la fase de construcción de un proyecto se financie completamente mediante recursos privados. Para mitigar el riesgo, le aconsejamos a las compañías internacionales, especialmente aquellas que hagan sus primeras incursiones en Colombia, que se asocien con actores locales experimentados. Al final, esta combinación de experiencia local e internacional dará proyectos mejores y más redituables que beneficiarán tanto a los inversionistas como a la gente de Colombia. Resilience | INSIGHT | 15 To read the rest of Insight: Resilience please visit: kpmg.com/insightmagazine Contact us Laura Jablonski Sr. Marketing Manager Global Infrastructure KPMG International T: +1 416 777 8849 E: [email protected] Dane Wolfe Marketing Manager, Global Infrastructure KPMG International T: +1 416 777 3740 E: [email protected] kpmg.com La información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las circunstancias de ningún individuo o entidad en particular. Aunque procuramos proveer información correcta y oportuna, no puede haber garantía de que dicha información sea correcta en la fecha que se reciba o que continuará siendo correcta en el futuro. Nadie debe tomar medidas basado en dicha información sin la debida asesoría profesional después de un estudio detallado de la situación en particular. © 2013 KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza. Las firmas miembro de la red de firmas independientes de KPMG están afiliadas a KPMG International. KPMG International no provee servicios a clientes. Ninguna firma miembro tiene autoridad para obligar o comprometer a KPMG International ni a ninguna otra firma miembro frente a terceros, ni KPMG International tiene autoridad alguna para obligar o comprometer a ninguna firma miembro. Derechos reservados. Designed by Evalueserve. Publication name: Insight: Resilience. Editors: Peter Schram, Laura Jablonski and Dane Wolfe. Publication number: 130421-B Publication date: September 2013