Capítulo VI. LA POLÍTICA AGRÍCOLA. LA ECONOMÍA LIBERAL

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LA POLITICA AGRICOLA. -- LA ECONOMIA LIBERAL
EI clamor de los pueblos y de las ciudades, las quejas y propuestas de autoridades-intendentes, corregidores, diputadosy hasta de personas privadas, se hizo tan ostensible y adquirió
tal pujanza, que el Consejo de Castilla, bajo el reinado de Carlos III, se vió obligado a hacerse cargo de todas las iniciativas,
exposicionés y expedientes que, de un modo disperso, se registraban en los altos poderes de la Nación.
Era la realidad económica, la vída nacional, la que se imponía y revelaba a los gestores de la política y de la administración
públíca el estado irregular de la vida nacional y el torcido sendero por donde se encaminaba todo cuanto con el problema
agrario se relacionaba.
Desde el advenimiento de los Borbones se acrecentó, -sobre
todo después de la paz interior que siguió a la guerra de sucesión, el deseo de hallar remedio a los males y a la decadencia
que aflígía al país y se in(ció, por todo el ámbito nacional, un
movimiento de ideas económicas, importadas en su mayoria de!
extranjero, que no supo, en un principio, conocer el verdadero
problema español, porque no penetraba en su esencia y trataba
de implantar reformas y de adoptar medidas que en nada se
relacionaban con la realidad española.
Fe(ípe V, ya (o hemos dicho, pretendió seguir las ideas mercantilistas que él, en Francia, habfa visto desarrollarse con éxito,
y realmente, hasta que el Consejo de Castilla, por iniciativa de
Campomanes, en el reinado de Carlos III, se decide a encauzar
el enorme estallido de quejas, iniciativas y fórmulas económicoagrarias que surgen de todas partes en la Península, no puede
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decirse que hubiese, por parte de los gabernantes, idea alguna
fundametal reformadora de la politíca económíca nacional.
Pero la vida del pueblo españoi se impuso con sus necesidades apremiantes y no esacasearon, desde entonces, Ias publicaciones y propagandas realizadas hasta en la calle, como lo
hacía Martínez de la Mata, para exponer soluciones y teorías
econbmicas que mejorasen los graves males que padecía el país.
Empezaron por criticar y combatir las teorías mercantilistas de
la época anterior, continuaron señalando ias medidas contraproducentes-adoptadas en diversas ocasiones y, ya más tarde,
tanto en la esfera gubernamental como en las recién creadas
Sociedades económicas de Amigos del País-, en los escritos
e informacíones, aparece una numerosa pléyade de economistas dedicados a buscar solución a los probiemas nacionales.
EI tema más general y preferido es el referente a la agricultura, no sólo por consecuencia de las ideas fisiocráticas de la
época, síno porque, indudablemente, es en España el problema pa(pitante, inmediato de la vida nacional que se acentúa y
agranda progresivamente después.de la Reconquista. Las ídeas
fisiocráticas y las de la economía manchesteriana se introducen
con rapidez y encuentran entre nosotros campo abonado para
su difusión y en todo el país surgen las cuestiones del agro expuestas por los hombres públicos y economístas con la novedad
y la senciila expresión de las primeras manifestaciones de una
nueva actividad económica, de una nueva actividad intelectual.
Todos los informadores, intendentes, diputados y economistas,
teorizan, en gran número de veces con tacto y acierto, dasenvolviendo los medios que entienden como mejores para el remedio de la crisis agrtcola.
EI Fiscal del Consejo de Castilla, el ilustre D. Pedro Rodríguez
Canapomanes, se ve impulsado por su cargo y porque había
realizado un profundo estudio de la vida nacional, a encauzar
todas aquellas dispersas iniciativas y propuestas, determinando
ia apertura de una "Información sobre la ley Agraria", a la que
se unieron una porción de expedientes instruídos con anterioridad 11752 a 1769) a su determínación, sobre materias relacionadas con el fomento de la agricultura.
Reaimente el primer movimiento serio que debemos registrar en este per(odo, es el iníciado por el "Memorial dirigido al
Rey en 17ó4 por D. Vicente Paino, como Diputado de las ciudades de voto en Cortes, Badajoz, Mérida, Trujillo y su sexmo,
Llerena, el estado de Medellín y Villa de Alcántara, por sí y
toda la provincia de Extremadura, denunciando la crisis mortal
que afligía a la agricultura de aquella región, efecto de la extensibn inmoderada de la ganadería trashumante, la estrechez
a que por causa de ella se veían reducidos los extremeños en
tierras y pastos y la aplicación abusiva que se daba a los privilegios de la Mesta, señaladamente los de posesión, y soliCitando que se adoptasen para remedío de tales males, las providencias propuestas en diez y siete conclusiones".
Con este motivo se instruyó un expediente, al que se unieron
otros, ordenando se hiciese un Memorial ajustado, del que transcribimos su preámbulo y los 17 medios propuestos por Extremadura, por el gran interés que reviste su lectura.
MEMORIAL AIUSTADO DEL EXPEDIENTE DE CONCORDIA OUE TRATA DEL HONRADO
CONCEIO DE LA MESTA CON LA DIPUTACION GENERAL DEL REYNO Y PROVINCIA
DE EXTREMADURA, ANTE EL ILTMO. SR. CONDE DE CAMPOMANES DEL CONSEJO Y
CAMARA DE S. M. SU PRIMER FISCAL Y PRESIDENTE DEL MISMO HONRRADO CONCEJO.
MADRID 1783.
ARGUMENTO Y ESTADO
Desde el oño 1764 se suscitó en el Concejo expediente consultivo entre la provincia
de Extremadura, y Honrado Concejo de la Mesta, en que han intervenido los Sres, Físcales y el Procurador general del Reyno; sobre poner en próctica los diecisiete cap(tulos
o medios que propuso el Diputado de la referida provincia de Extremodura D. Vicente
Payno y Hurtado; dirigidos a fomentar en ella lo apricultura y crianza de ganados, moderoción y reforma de los abusos, que se pueden haber introducido en los privilegios
concedidos a los pastores y hermos dol Honrado Concejo.
O(dos an este expediente las partes instructivamente, consultó el Concejo su dictamen
a el Rey; y por resolución de S. M. de 18 de febrero de 1773 mandó substanciaimente
se recibiese a prueba, y que no se hiciese novedad en lo que el Consejo había consultado hasta que con mós luces pudiese S. M, resolver lo que estimulase conveniente.
Pandiente el anferior negocio, sa promovió por la Diputación General del Reyno en
virtud de su representación de 7 de Íulio de 1775, remitida por el Rey al Consejo para
que consultase a S. M. lo que en su razón se le ofreciese, sobre la fuerza y vigor de
los 37 capitulos del q ^ arto género de miliones y su observancia, reforma de los abusos
que en su contravención se habfan introducido en la Mesta; y sobre que se diese pronto
curso a el expediente citado de Extremadura, en el que se tuviese por parte a la
Diputación General del Reyno; y lo mismo en q ^ alesquiera otros de igual naturaleza en
que se hubiesen introducido o introduxesen pretensiones opuestas a las referidas condiciones de millones.
Este segundo expediente se comunicó a el Prbcurador Generol del Honrrodo Concejo
de la Mesta y sucesivamente a el del Reyno; por uno y otro se expuso largamente q ^ anto
tuvieron por oportuno; y por último decreto de siete de octubre de 1776 se mandó pasor
a los señoras Fiscales del Consejo: y es el estado en que se hallaba a el tiempo de
tratarsa de la concordia.
Ultimamente se ha promovido otro expediente por sesenta y nueve panaderos trashumantes de la provincia de Soria en 27 de febrero de 1779 quexóndose da la miserable
constitución, en que les habfa puesto el poder de los ganaderos de crecidas Cabañas;
con la pretensión, que fos que pasan de 80 cabezas indistintamante no adquieran posesión
en dehesas particulares; y que en !as de Propios acomododos los ganados de verdaderos
vecinos se prefiera o los de dos o tres mil cabezas por el justo precio de la tasa, manteniéndoles en los privilegios privativamente concedidos a los Ganaderos de Sierras.
Habiendo pasado este expediente a eI Procurador General el Honrado Concejo y
también a el señor Fisral del Consejo qvando ya se tratabo de concordar los expedientes
anteriores, en vista de lo expuesto mandó el Consejo se remitiese a el Sr. Conde de
Campomanes para que se tubiese presente en las conferencias relativas a dicho concordio; tambián se mandó pasar o el Relator del Consejo, y del Juzgado de la Presidencia
de D. Joseph Fuiz de Zelada el expediente segundo de la Diputación del Reyno, para
que formando extracto de su resultancia, se tubiese presente en las conferencias mencionados; y que se excusase la remisión de los expedientes sobre pastos de Propios y
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Arbitrios por ser motaria da la privativa inspección de la Sala primera de Gobierno pora
todo el Reyno.
AI tiempo que sa promov(a ef tercar expediente de Ios Ganaderos de la provincia
de Sorio, se propuso y trató, en el Concejo de Madrid de abril y mayo de dicho año
en 1779 Iprimero de los ocho presididos por al Iltmo. Sr, Conde de Campomanesl que
los negocios pandientes con la provincia de Extremadura y otros principoles sa reduxesen
de buana fé a lo justo, concordándolas con lo Diputoción Generol def Reyno y provincia
de Extremadura.
Dió S. I, diferenfes providencias y se pasaron diversos oficios, así con los referidos
Comisarios del Honrado Concejo, como con la Diputación del Reyno que nombró los
suyos, y con el Diputado de Extremodura, para que concurriesen a dar sus proposiciones
y conferencias sobre ellas.
Todo lo puso 5. I. en noticia del Coruejo con representación de 23 de julio del mismo
año de 1779, a que se contextó en corto-orden de 4 de agosto siguiente, expresando que
el Consejo quedaba anterado, y esperaba que S. I. continuasa sus zeñosas disposiciones
para que se executase la concordia y de las resultas diese cuenta al Consejo.
l.os Comisorios del Honrado Concejo dieron sus proposiciones; y conferenciando sobre
ellas an septiembre de dicho añd de 1779 se concordaron algunos de sus puntos.
En el Concejo de Jadraque celebrado en el mes de octubre siguiente se dió cuenta
de lo hasta entonces ocurrido, y por ocuerdo de 1a Junta General se continuaron las
facultades a los propios Comisorios.
Con estos, con los de la Diputación del Reyno y de Extremadura se pasaron nuevos
oficios para que la Diputación y provincia diesen sus proposicione; y proseguir los conferencias entre todos; habiéndolo hecho as(, se celebraron repetidas Juntas dasde el
18 de marzo de 1780 hasta el seis de abril conformóndose en algunos de los puntos
propuestos, y discordando en otro de que se diaron certiflcaciones a las partes.
Lo que se entregó a la del Honrado Concejo se hizo presente en el de la Puebla de
Guadalupe celebrado desde el 19 del mismo mes de obril, y se acordó igualmenta que
sus Comisarios continuasen an este negocio para exponer las rozones convenientes en
los puntos discordados, volviéndose a juntar q ^ ando lo tubiesen por praciso, y S. I.
mandase; a cuyo fin les repitió las facultades necesarias.
Continuó 5. I. en dar las providencias que tubo por convenientes, ya para la legifi, mación de partes, formalidad y solemnidad del expediente, ya para que los interesados
diesen sus exposiciones en los puntos distordados, ya para que presantasen q ^ antos documenios contemplasen útiles, y ya últimamente para concluir las conferencias y disolver
las Juntas:
En su conseq ^ encia presentoron todos sus respectivas exposiciones con diferentes documentos; se celebroron las últimos Juntas el 24 de septiembre y primero de octubre; en
las que, y por autos separodos da S. I, se acordó y dieron providencias, para que cada
una de las partes completase el expediente con q ^ antos documenios contemplase favorables a sus intenciones, de que se haró metódica expresión en sus raspectivos lugares;
que todo se pasase a el Relotor para que formase Memorial ajustado, se cotejase con
asistencia de los Comisarios e imprimiese a costo común.
Pidieron en efecto y presentaron unos y otros diferentes documentos; formose el mamorial ajustado; se juntaron para su cofejo en veintiuno de febrero de 1782, y con el
fin de que se executase esta cotejo con la recíproca instrucción que exig(a un asunto
tan prolijo y de la mayor entidad, se conformaron en que se entregose, como se entregó
o cada una de las partes a su satisfacción.
En la misma Junta encargaron a el Relafor D. Joseph Ruiz de Zalada tras nuevos trabajos: primero, reformar las expresiones menos moderados que advirtiese en los muchos
y dilatados escritos y exposiciones del proceso, substituyendo las más suaves, sin debilitar
los fundamentos respactivos; segundo, la comprobación de éstos por medio de citas puntuales de Leyes, de textos, autoridades, privilegios y documentos, notas y remfsiones, que
el mismo Relator considerase convenientes para mayor instrucción; y tercaro, añadir los
sumarios de coda copftulo en la partición general, y repetirlos marginalmente donde
correspondiese, para que fuese menos difícil !a comprehensión del contenido principal.
Todo tubo efecto; y consecutivamente se hizo el cotejo en los dfas 13, 14 y 28 de diciembre; conformóronse las partes en que se imprimiese dicho memorial ajustado, con
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los sumorios, citas, notas y remisiones añadidas; en inteligencia de que la certeza, exoctltud y oportunidad de esros era a cuenta del Relator, de quien por encargo y confanza
de los mismos Comisarios había sido prívatívo este trabajo, y dado cuenfa o S. I. por
auto de 7 de enero de 1783, mandó de conformidod de !as portes se procediese desde
luego a dicha impresión.
Y por qiianto la participación metódica es la que conduce a la mejor instrucción y
claridad, porticularmente en las obros en que so mezdan tan diversas especies, como
sucede en este memorial; por tanto se colocaró ol príncipio de cada tomo la que le
corresponde con e! sumario de los materíos y puntos que comprehende.
PARTE PRIMERA
Resumen de los puntos cor,trovertidos en el expediente primero de la provincia de
Extremadura, con remisión ol memoriol ajustado impreso y su estado.
Número 1-Ds1 memorial ajustado de
Exfremadura, con el honrrado Concejo.
Número 1.-De orden de S. M. comunicada por la Secretaría del Estado, y del Despacho universol de Hacienda con fecha en Son Ildefonso a 20 de julio de 1764 se remitió
ol Consejo uno presentación firmado de D. Vicente Peyno y Hurtado como Diputado de
la provincia de Extremaduro, paro que reconociese como parficular atención su contenido
en Consejo pleno, y oyendo a! Sr. Piscal, consultase a 5. M. con toda distinción.
Número 2.-Medios que propone Ex•
tremadura para }omentar en aquella
provineia lo oprieulturo, y crianzo de
qanodos.
2.-EI objeto de esta representación se dirige a manifestar los perjuicios que causa a
la agricultura lo indebida extensión de los ganaderos trashumantes; y a pretender, que
sa pongan en práctica los diez y siete medios que propone como oportunos paro fomentar
lo crianza de ganados y agricultura en la províncía, y corregir los abusos de los irashumantes; cuyos medios son on la forma siguiente:
Núme^o 373: A los serranos por pronjerfa necesoria se señale el número
de qanados frashumantas precisos a
su subsistencia.
MEDIO PRIMERO.-3.-Que a los Serranos, que baxan a los extremos por no tener
otro comercio', rentas, o modo de vivir, que la cr(o da gonado, se señale el número de
cabezas que parezca suficiente pora subvenir a sus necesidades con las yerbas precisas
a su conservacíón sin exceso; y sin que en este señalamiento puedan comprehanderse
dehesos de monte, que daberón siempre aprovecharse, de manera, que no impido la crfa
da ganado de cerdo, y mucho menos la de novilleros, y baqueriles; pues, estas no deb®rán tener otro destino, qua el de la cría, conservoción y aumento de bacuno.
Número 391: Ss les prive el uso de
yequas qúoles deban ser sus atsros
y uso ds feños.
MEDIO SEGUNDO.--4.-Que enteramente se les prive a los çanadáros trashumantes
del ^uso de yeguas, sirviéndose solamente de chacos capados, o iumentos medianos, los
precisos para conducir sus hatos; y que el corte de madera, leíia, ramoneos y casca les
sea permitido en la torma que sa permite a los vecinos de los pueblos; sin toierarles
mayor licencia.
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Número IM.-Ganaderos no terranoc
solo pasfen en sus respecfivas vtaeindadesj y fuera de ellas en dehesas
propias, y aun de estas cedan porle,,
al vseindorio.
MEDIO TERCER0.-5.-Que a los demds ganaderos, fuera de los respectivos territorios
do sus vecindades, no se permita otros posesiones que los de sus propias dehesas; y si
estas ocuparen todo, o lo mayor parte del térmíno sean obligados a ceder la tercera
o la mitad, a los vecinos por su justo precio sean o no trashumantes los dueños; pues
esta q ^ alidad qua influye en su particular bener'^cia, y no en utilidad del público, solo
puede fociiitarles acción a los sobrantes.
Número I18.-Prohibición d• vander
los pastos de dshesas boyales. .
MEDIO CUARTO.-ó.-Que se prohibo para siempre la venta de pastos de dehesas
boyales, aunque no tengan los vecinos ganados con que enteromente disfrutarlas, pues
jamás los tendrán en los Pueblos cortos, ni se restablacerán las labores si continúa e1
abuso; y que equivalente el producto de ellos, se saca para ocurrir los urgencias públicas,
se exija por repartimiento entre los que Ia disfruten, o enire todo el vecindario, no ha_ biendo otro más obvio arbitrio pu©s no disfrutarlas Ique es el destino con que se concedieronl y pogar de este fondo las Reales Contribuciones, se sigue el inconveniente
de hacerse los vecinos irhábiles, perezosos y descuidados.
Númaro 431 -lnhibición a los ótlregadores, y demás Juetes de Mesta
contra labradores de Extremadura.
P e n a s de achaques y mosfrsnWs
para 5. M.
MED10 ClUINTO.-7.-Que se inhibo absol^tamente a los Alcaldes de Q ^ adrilla y
Achaqueros del conocimiento de qiiafquier género de causas entre o conira labradores
da Extremodura; y de la cobranza da las penas en que cstos incurriesen, que exigirón
las lusticias ordinarias; perteneciendo aquellas en adelante a su M. en todos los casos
y cosas que hasta ahora han perter.ecido al Concejo de la Mesta; y del mismo modo
los ganados mostrencos, respecto de haber cesado la razón en que se fundoba es}e
derecho.
Números 4<4 y MSrPrefereneia de
los vccinos en las mejores tierras para
establecer sus labores, y en pattos
para ganados auxiliares de la labron-
za y el número de estos.
MEDIO SEXTO Y SEPTIMO.-$.-Que a los naturnles en los términos de sus respectivos
pueblos se les señole tierrns de la mejor calidod, y apruebo por su justo precio, regulando como se regula el de las yerbas por personos prácticas sagún su calidad, bondad
y situación, sin distinción de baldías o adehesadas, o proporción de las yuntas que puedan
montener para establecer sus labores y por coda yunta 250 cabezas de ganado lanar
fino de parir, que es el que precisamenie necesitan para beneflciarlas con pastos adehesados en su inmediación suficientes a su sustento, y con libertad de aumentar, si hubiese
sobrantes, lo granjería de ganados en las especies que por bien tubiesen; porque aunque
la copia de ellos no sea esencialmente necesaria para la conservación de la labor, lo
es sin embargo accidentalmente en los oños calamitosos para snstenerla y contribuye a
la abundancia de carnes y otros esquilmos, y a la moderación do sus precios.
9.-Y que a los que actuolmente tubieren labores estab9ecidas .y granjerías de qiialpuiera especie, sa les supla lo que lesefalte; pero aunque excedan deI sañalamiento no
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sean obligodos o venderlos por ohora, y hasta ramo que la ogriculturo se halle an el
debido estodo, ontes bien se les guarden los orrendamientos de tierros y pastos, sin ser
con pretexto alpuno o motivo inquierados en su posesión.
Núwero 416.-En los dehesas boyoles
se separen pastos para bueyes y ert
las labores disfanfes se les seR01e con
ínmedíación.
MED10 OCTAVO.-10,-Que en las dehesos boyales se desrine para los bueyes de
labor término separodo, en el cual se introduzca ganado de otra especie o clase y o
los que tubiesen distontes labores se les señofe en ellas mismas, o en sus cercantas terreno suficiente poro el sustento da sus bueyes, que se acotard por ef tiempo que durase
el cultivo de aquellas tierras, restituyéndose después a su c,iriguo natural uso.
Número 44TrNúmero deferminodo an
yuntos y ponado variable seQún las
ocurrencias.
-
MEDIO NONO.-Que si al obrigo de estos providencias se aumentase el número de
yuntos y ganodos, de manera que enteramente ocupen el rérmino, para evitar en tol coso,
que los poderosos lo disfruten en el todo, o en la mayor parte, en agravio de los pobres,
se haya de limitar el número de yuntas y ganados, sin que ninguno pueda exceder este
señolomiento, que se aumentará o disminuirá a proporción de lo qua se aumente o dismínuya el número de los labradores, con respocto a Ia extensión del férmino entendiéndose que sin que se pongan en práctica estos puntos capitales es absolutamente imposible
reparor las quiebros de las agriculturas; no podrá subsistir de modo alguno de lo Extremaduro y mucho menos asistir o los Rainos de Andalucía con los copiosos socorros de
granos, de que freq ^ entemente necesitan.
Número 189.-Labradores eerqusn las
tíerros y iengan dere<ho de fanfeo.
MEDIO DEClMO.-12.-Que puesros en egeeueión los antecedentes medios, y no de
otra modo, pues de otro modo son impracticables los siguientes, podrá para más animarla permitirse, según las proporciones de cada pueblo en particular, quo los labradores puedan cercor las tierras qua cultiven, con derecho, si fuesen agenas, a las mejoras
que en ellos hiciesen, y del tanteo finalízodos los orrendamientos; quedando alzado
el fruto valdío, si fuese de esta naturaleza.
Número SOI.-P ^ohibición de vecindades mañeras.
MEDIO ONCE.-13-Que se prohiban los vecinos moñeros pero señolándoles en el
pueblo de !a vecindad, que elijan, iierras y pastos en que establecer sus labores y granler(as; y no hobiéndolos, en otro de las inmediociones, donde haya sobrantes, por su
justo precio; cuyo providencio en esto parte se entienda por ohora, y hasta qq,e la
agricultura se holle en el debido estado, en cuyo caso deberón sujetarse a la regla
común que se establezca.
Número S13:-Desfino de los pasfos
valdfos.
MEDIO DOCE:-14.=Que los pastos valdíos podrán destinarse al aprovechamiento det
ganado merino horro, del grosero de todas clases, cobrío y de cerda de vida o mal
andar, que no podrá introducirse en otras dehesas que ios del monte, por el tiempo
preciso de la montanero y al de las caballerías, y para desahogo de las dehesas q ^ ando
no lo necesiten; y donde hubiese sobrantes o no hubiese otros postos so adohesen, y
adehesados se repartan los ohijaderos necesarios entre los lobradores a proporción de
yuntas s'rn interés alguno.
e
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Número 525.-EI que desqiiajore tw
rreno inúfil ^ o puede adshesar y si
}uese del público fenga el dominio
úfil con pensián corfo.
MEDIOS TRECE, CATORCE y QUINCE.-15.-Que podrá asimismo mandarse que a los
que desq ^ ajen terreno montuoso, se les concedo en propiedad con calidod de adehesados
si fuere propio libremente; y si público con una corta pensión anual, por aquel ordan
que está ya anteriormente dispuesto, aunque sin efecto considerable por la razón explicada; pero con la calidad de que igualmente que el suelo les hayan de pertenecer plenomente los árboles de q ^ olesquíero especie que en e' p^antassn, apostasen y criasen.
Número 526-PIantar y criar monfes
donde no los hubiese.
16.--Que en aquellos pueblos que care^can de montes, sea permitida plontarlos y
criarlos en tierras de pastos, o labrantías o públicas, vold(as o adehesadas, acotóndose
los nuevos plantíos hasta que se críen, guardándose por sus dueños, a quienes perteneceró
el uso de los pastos durante el acotamiento y castigándose con rigor o los dañadores,
quedando después el suelo de !o naturalezo que antes tenía; pero esta operacián no
deberá ejecutarse de otro modo, que con licencia del Consejo precediendo conocimiento
de causa para evitar se ocasionen perj; icios a la Inbor y crianza de gonados.
Número 527.-Guárdense a los labradores sus privilegios.
17.-Y que a los labradores en sus personas, instrumentos aratorios, bueyes y ganados
menudos destinodos para servir a la 4abor, se guarden inviolablemente todos los privilegios, tranquicios osenciones e inmunidades que les están concedidas por derecho y
leyes de estos Reynos Ill.
Número 512.-Extrancción de granos y
ganados da Exfremadura paro Portugal.
MEDIO DIECISEIS.--18.-Que generalmente se les licita la estracción de gronos y ganodos para el confinante Reyno de Portugal, can moderados derechos, o excepción de
los casos de urgente necesidad o carestía en que deberá prohíbirse durante ella; teniéndose a este fin presentes las órdenes expedidas en los años ^e 56 y 57 por !o respectivo a granos, así en cuonto o la extracción como en q ^ anto al libre comercio de
ellos para lo interior del Reyno, sin guías, despachos ni fianzas,
Número 554.-Prados artificiales.
MEDIO DIECISIETE.-19.-Que últimomente podrá asimismo pensarse en los terrenos
que lo necesiten en oyudar a la naturaleza con ef'arte, formando n imitación de Francia
e Inglaterra, prados artificiales para el ganado vacuno especialmente; y el tiempo y la
experiencia animada la oplicación con la utilidad, sugerirá otras muchas reglas por cuyo
medio la inculta Extremadura no sólo se restituirá a su antiguo ser, sino que excediéndose
a si misma podrá rendir para gloria de S. M. y en beneficio de sus Reales dominias
aquella copia de copiosas producciones de que es capaz su fértil terreno.
,
Número 119.-Muéstrase parte el Concejo de la Mesta.
20.-Con noticia que tuvo de este recurso el Procurador General del Honrado Concejo
de la Mesta se mostró parte pidiendo, y estimó el Consejo que se le en}regase la repre-
I11 Leyes 25, 28 y 29, lib. 4. Las 5 y b, tít. 17, lib. 5. Pragmatica de 9 de marzo 1594.
Cedulo de 71 de enero de 1724. Quad. de millones, fol. 254.
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^
sentoción y documento; producidos por porte de la provinc^a de Extremadura para que
instructivamente expusiese lo que se le o`reúese, y asi hecho pasase o loz seriores Fiscales.
:^AoniAetM dsf Honrado Concejo.
^
21.-En w vírtud la parre dei honrado Conceio presentó un dilatodo escriro, con tirulo
de manifesto y olegacibn instruciiva a fin de manifesror ser incierias las causas en que _
la parte da lo provincia de Extremadura fundaba lo decadencia de sus pueblos y que
los medios que se proponían eran opuastos a ias leyes del Reyno, y a los privilegios
de que çozaba el panado merino trashumonte; ofracién a probor los particulares que
expuso, y pretendió que con respecto a ellos se consuftase a S. M. que desestimando
los medios que proponío fa provincia de Extremaduro se observosen las leyes del Reyno,
y los privilegios concedidos a!o cnboño real.
La mayor parte de !a pretensión formulada por Extremadura
en los medios que enumera para fomentar en aquella provincia !a
agricultura, es una queja contra la Mesta, que debiéramos haber
recogido en el capítulo anterior. Pero como la noticia que hay
de este "Memorial ajustado de Extremadura" I1).es casi exclusivarnente la que da Costa en su iibro sobre el Colectivismo agrario,
y de él parece desprenderse que la preocupación principal era
!a que en et "medio noveno" se propone, referente a la limitación de yuntas y ganados, con el fin de que no sean los poderosos los que lo disfruten todo, "en agravio de los pobres", es
preciso que digamos, para la mejor comprensión del desarrollo
histórico de nuestra economía agraria, que tanto en el Cuerpo
del Memorial de Extremadura, como en los informes que sobre
el mismo dan las Corregidores, el Procurador general del Reino
y los Fiscales Florídablanca y Campamanes, se observa que al
hablar de las condiciones en que debe fundarse la agrícultura
y e! modo y la cuantía de la distribución de la tierra, no se hace
otra cosa que referirse o preocuparse del reparto de las tierras
bafdías y de propios, basándose en las quejas fundadas, más
que por la forma dei repartimiento, por la escasez de tierras
labrantías.
As( dice el Corregidor de Cáceres que, para la eficacia de
la propuesta, primero, se aparten en los baldfos y comunes tie^l^
Lo Ilamamos así por abreviar.
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rras para labor y pastos y repartan con igualdad entre los labradores de la respectiva vecindad: Floridablanca propone que
debe echarse mano primeramente a las tierras de propios, repartiéndolas para el pasto y cultivo cón la debida proporción
entre uno y otro; seguidamente de los baldíos o comunes y aun
de las mismas dehesas de propios, y arbitrios en la proporción
que tenga apta para la síembra de cereales; Campomanes, des•
}^ués de admitir como buenas una porción de máximas de la
Ley Licinia y de !a República militar de Roma y aun de ia Ley
Lacedemonia, entiende que no puede despojarse a la propiedad adquirida por virtud de hazañas y justos títulos sin faltar
a una buena justicia distributiva, y propone también que a los
labradores y jornaleros que carezcan de tierras propias o arrendadas o que tengan menos de 50 fanegas, se les provea de ella,
"rompiendo en los baldíos y, en su defecto, en dehesas de propios, de arbitrio y de particulares".
Es decir, que se empieza por el reparto de tierras sobrantes,
no cultivadas en montes y dehesas, baldíos de propios, arbitrios, etc., y se habla del modo de distríbucíón de fa tierra, pero
refiriéndose al caso (futurol de que se ocupase la de todo el
término municipal.
Es claro que en aquellos términos-y de esto nos ocuparemos
^espués-en que la labor se ha limitado a una superficie concreta, bien por limitaciones impuestas por la Mesta, o por la
propiedad pública y privada, han de presentarse y se pres^ntan
localmente todos ios problemas de distribución, arrendarrrientos,
etcétera, que modernamente se han expuesto con carácter nacional en diversos países, y en el nuestro, al tratar de la reforma
agraria. Esas reclamaciones eran también recogidas por el Consejo, como veremos después, e informadas en ^ sus correspondientes expedientes.
^
Realmente no eran la distribución de tierras y los arrendamientos, ni las teorías sobre la colectivización de aquéllas, las
ideas que preocupaban en España como de interés nacional,
sino la escasez de las mismas, que absorbfa toda otra preocupación.
Después de la Reconquísta, y lo mismo después de las guerras
exteriores, aí venir ya la paz y asentarse las gentes en los pueblos, lo primero que echaron de menos fué la faita de tierras.
-69-
que, por otra parte, sobraban en los montes públicos, y, en generai, en toda la Península, absorbidas por los privilegios otorgados a la Mesta y por las extralimitaciones que de los mismos
realizaba aquélla.
No hace falta recurrir a los economistas de Carlos III y siguientes, como se hace con frecuencia, para deducir que en
materia agraria se iniciaban par prímera vez ídeas opor-funas
sobre la jegislación del campo, como dicen los comentaristas de
aquella época en general. Nuestra riquísima colección de Cartas
pueblas dicen mucho en esta materia, bastante antes que aqueIlos economistas.
lo que no había hecho aun la economía agraria española
hasta esa época, era traspasar el problema local y elevarlo, no
ya a preocupación nacional, que ni siquiera regional, en la mayor parte de los casos. Como problema nacional no existió hasta
entonces, en materia agraria, sino el ganadero; con la paz y
el aumento de población, surge espontáneamente el de la agricultura.
Y por ello, Carnpomanes síente la necesidad de estabiecer
una Ley agraria, tanto-dice-para los terrenos despoblados y
desiertos, como para los que se van despoblando, y su gran
acierto consiste en recoger todas las reclamaciones y expedientes promovidos en diversos pun^os de la Península y encauzarlos, abriendo el famoso "Expediente para el establecimiento de
una Ley agraría" que comprendiera y orientara este aflujo de
ideas que adquiría carácter genera! en toda la nación.
De ello da idea el título del Memorial ajustado, que es como
sigue:
Memorial ajusrado hecho de Orden del Consejo, del expediente consultivo que pende
en el: en virtud de Reales Ordenes comunicodas por la Socretaría del Estndo y del Despacho en la Real Hacienda en los años 1766 y 17ó7 sobre
Los daños y decadencia qus podece la agricultura, sus motivos y medios para
^su restablectimienro y fomento:
y del que se le ha unido, suscitado ❑ instancia dol Iltmo. Sr. Conde le Campomanes,
siendo Fiscol del Consejo y al presente su Decano y Gobernador interino sobre:
Estoblecimiento de una Loy agraria y particulares que deb®ró comprehender para
facilitar el aumento de la agriculiura y da lo pobfación y proporcionar la posible igualdad
a los vasallos en el aprovechamiento de tierros, para arraigarles y fomentar su industria,
en cuyos osuntos han informado, los Intendentes de Soria, 8urgos, Avila, Ciudad Rodrigo,
Granada, Córdoba, Jaén, Ciudad•Real, Sevilla y al Decano de lo Real Audiencia de esta
ciudad, Han expuesto, lo que han estimado conveniente los Sexmeros Procuradores Generoles de las Tierrns de Salamanca, Ciudod Rodrigo, Ledesma y Segovio; han informado
el Procurador General del Reyno D. Pedro Manuel Saenz de Pedroso y Ximeno; y lo
harón a su tiempo la Sociedad Económica de esta Corte y los Sres, Fiscales del Consejo.
_^^_
También informa la Junta General de Comercio, en 6 de octubre de 1764, y se une su informe a este expediente, que se
inicia con el siguiente título:
"Principio y progreso del Expediente general sobre fomento
de la agricultura y establecimiento de una Ley agraria."
Se destacan en esta información, que puede decirse que no
se interrumpe en veinte años, las quejas contra las grandes propiedades, de "manos muertas", tierras vinculadas en beneficio
de la Iglesia, de la Nobleza, de las Ordenes Militares y!as
tonsecuencias que de ellas se derivaban, como son la cuestión
de arrendamientos, la escasez de tierras, la subida del precio
del arriendo por la competencia, el corto plazo del mismo y la
falta de mejora que trae la degeneración del suelo.
En suma, escasez de tíerra y con ello planteados, en los si#ios en que la había, por su limitada extensión, los problemas
de orden jurídico y social del campo, tan conocidos en todas
las épocas y en nuestros días. En Andalucía, en Extremadura y
aun en Castilla, la mayor parte de las tierras aparecen vinculadas; en las primeras, en forma de grandes latifundios, y en Castilla, aunque en propiedades de menor extensión, abarcaba la
vinculación grandes superficies. La provincia de Avila, en que
se declara que de las 976.098 fanegas cultivables que tenía,
pertenecían a la Iglesia y Clero 385.208 y a los Mayorazgos
de la nobleza, guardando sólo 8.160 para los propios labradores.
^
La índale del cultívo, por otra parte, orientado en sentido
cerealista, con la escasez de Iluvias de las regiones meridionaJes, obligaba a la inactividad forzosa en las faenas del campo
en largos períodos de verano y de invierno, cuando ei problema
de los obreros parados en Andalucía y Extremadura, agrupados
en núcleos urbanos, sin apego a la tierra y con escasa eficacia
en el trabajo.
.
Todo esto era la consecuencia de los grandes repartos que
se hicieron durante 1a Reconquista, como recompensa de la
ayuda prestada o de los hechos señalados que se realizaron
durante la misma.
Por un lado, pues, ia Mesta, que con su influencia impedía
(a roturación en los montes públícos y en (os particulares arrendados y que, por tanto, limitaba la superficie dedicada al cul-71^
tivo, y por otro, las grandes propiedades, tenían puesto un cerco a( desarro(lo de la agricultura en nuestra Patria. Y para romperlo, el propio interés de fos pueblos y la fuerza incontrastable
de la intensidad individual, atacó por donde le era más fócil,
que eran los baldíos y los montes públicos, que no ofrec(an otra
resistencia que la de los Entregadores de la Mesta.
Y más tarde, con mayor fuerza, y en nombre c^e la economía
indivídualista que se había extendido por Europa, arremetió con
las grandes propiedades de las !lamadas manos muertas, contra
el latifundio, y se inició, como en el resto de Europa, la desamortización de aquellos bienes.
Así, el reparto de los montes baldíos y de propios y la colonización proyectada en tiempos de Carlos III, fueron las orientaciones más tentadoras que se presentaban a los ojos de los
economistas y gobernantes. E! problema agrario español consistfa én dar tierrcr a los labradores. No era el problema de los
arrendamientos y el paro campesino, sino consecuencia de la
escasez de tierras, y entonces sobraban Ias tierras que podían
y debfan cultivarse.
Reparto de baldíos y de los bienes de propias, colonización
de !as tierras°incultas, fuó !a bandera saivadora de la España
individualista, agricultora, del siglo XVIII. Por ello, Campomanes,
como Fiscal Consejero del Consejo de Castilla y como Presidente del Consejo de la Mesta, señaló claramente este rumbo
y puso todos los medios para que se ilevara a cabo, estudiando
personalmente la información nacional a que nos referimos. EI
abrió la brecha por donde se fueron todos los privilegios de
la Mesta y con él coincidieron cuantos hombres informaron sobre
el problema agrario.
Entre ellos se destacó Jovellanos con su famoso informe sobre
la Ley agraria.
Jovellanos, con^ clara visión del problema, niega desde un
principio lo que dió en llamarse "decadencia de la agricultura",
porque no había tal decadencia, antes bien, añade, nunca fué
tan próspera; lo que había eran trabas para su expansión y por
ello no se ocupa grandemente de problemas filosófico-sociales
y de orden jurídico, aunque no los eiude, sino que arremete con
limpia y precisa escritura contra "los estorbos" que se oponen
al desarrollo de la agricultura.
- 72 -
La crítica, algo precipitada, que sobre él hace el eximio Costa, es injusta e inexacta. Jovellanos se ocupó del problema nacional y trata, sin incurrir en defecto de generalización, sobre
problemas agrarios tan diversos como los del Sur, la Mesta y
el Norte Cantábrico.
Expone, porque es evidente que era la preocupación nacional, la idea del rompimiento de tierras sobrantes, y entonces las
había aptas para la agricultura en toda España. Y esta idea era
mucho más necespria y respondía a la información abierta sobre la Ley agraria mejor que los problemas locales de Jerez de
la Frontera, o de Guadix, en los que la relación irregular entre
la población y las tierras disponibles suscitaban los problemas
jurfdico-sociales que en nuestros días, por la misma razón, se
han extendidd` por Andalucía, Extremadura y la Mancha.
2Qué duda cabe que desde que nació la agricultura, en todes
los tiempos se han suscitado y siguen después produciéndose los
problemas sobre la distribución de la tierra y los arrendamientos
cuando (a proporción entre habitantes y tierras no es normal^
Las Leyes griegas y las romanas, como las reformas agrarias
del siglo XX, siguen tratando las mismas cuestiones y buscando
soluciones jurídicas y sociales a los mismos problernas, desarro
Ilando a la vez una filosofía sobre la apropiación y el reparto de
la tierra, que jamás se acabará. Siempre es oportuna para los
juristas una cita de la Ley Licinia o de la Ley Sempronia; y las
Leyes y reformas modernas sobre el arrendamiento y el latifundio no dicen nada que no dijera Plinio, el Corregidor de Sevilla,
Olavide o Campomanes.
EI error fundamental de Jovellanos es la exposición fácil de
las ideas económicas liberales y de su extensión por el tiempo
y el espacio para todos los problemas del suelo, como, por ejemplo, a la propiedad arbórea o de los montes cuya mejor refutación es la triste experiencia adquirida ante la desolación y la
tala de nuestras superficies forestales entregadas al libre albedrío y su comparación con las masas arboladas que hoy se
conservan en Jaén, Cuenca y Navarra, en manos de la administración pública, como propiedad del Estado.
Lps ideas de la economía liberal, como primer tanteo en problemas desconocidos en países que inician su despertar industrial, tienen durante un cierto tiempo su razón de ser.
-73-
Pero sólo por desconocimiento o incapacidad de quien gobierna, se justifica su empleo. Es claro r^ue ello no quiere decir
que se supriman las iniciativas individuales y el estímulo de mejora y de beneficio que Ileva al hombre a las más grandes empresas; pero todo ello ha de limitarse, pesándolo con el perjuicio
y el dolor que pueda acarrear a la colectividad nacional.
Mas ciñéndonos a nuestro propósito, queremos hacer resaltar, en defensa de nuestro punto de vista, plgunas ideas expuestas con gran acierto y discreción en el mencionado Memorial,
que indican la verdadera índole del problema agrario nacional
en aquellas épócas.
Merecen destacarse la opinión del Personero de Sevilla, de la
Audiencia de la misma, en el expediente promovido por la Representación de la ciudad de Sevilla y D. Christóbal Pardo, vecino de ella, sobre que se ponga tasa en los arrendamientos
de los cortijos, tierras y dehesas.
INFORME DEL PERSONERO DE SEVILLA.-307. -pue tampoco juzga el Sir,d^co que no
sea perjudicial al Público el ex[esivo precio de las tíerras, y que por consiguiente no
convenga la tosación de ellos. Pero antes de trarar de esto convie;ne overiguar el origen
del alto precio de las tierras, porque acaso el conocimiento del mal será In invención del
remedio más oportuno; pues aunque algunos de los Diputados creen que proviena de
haberse metido a Labradores los Comerciantes; de la labor de los Poderosos que siembran tres, cuatró y cinco cortijos; de arrendarse las tierras a público pregón, y tal vez
comprometidos; y de la (acultad que gozo el dueño de desahuciar al Colono en no
dándole la pensión que se le antoja; estó bien que todo esto seo perjudicial a la labor,
pero siempre in0uye muy poco en la mrestía de las tierrns, cuyo origen se hallará preclsamente en una de las dos cousas, en que no consiste el subido o baxo precio de
cualquiero especie, que lo son la obundancia o escasez de la moneda, o del mismo género, o ambas juntas.
?08.-Que por la primera de estos causas, que con el verdadero fermómetro de qiianto
se vende, y se compro, se hallará, que si ahora tres siglos se componía la masa común
del dinero de la Nación de un millón de marcos de plata omonedoda, y hoy se compone
esa misma masa de cien millones, es preciso que el género que entonces valfa un real de
plata, valga hoy cianto, no obstante que haya la misma abundancia que entonces había
de tol género.
309.-Y por la segunda se hallaró que si en un pueblo, que necesita veinte arrobas de
aceite sólo hay 10, valdrá lo arroba la mitad más que lo regular, y al contrario si hubiese 40, no habiendo facultad o proporción de introducir el que folta o extraer el que
sobro; y no pudiendo consistir en la primera causa el precio excesivo de las tierras, que
se ftio veriflcado de 30 años, y con especialidad de siete, u ocho a esta parte, porque
no somos tan dichosos, que se hoya aumentado tan prodigiosamente, y en tan poco
tiempo, la masa tomún de lo monedo, o metales de que se labra, pretisamente ha da
consistir en la cláusula segunda, no obstonte que parezca un imposible físico el creer que
se han disminuído las tierras; pues aunque es verdad, que hoy existen las mismas, que
hobio 30 años hace, también lo es, que hoy no se labran'muchas de las qve entonces
se labraban, ni pueden labrarse en el actual estado de las cosas, infiriéndose necesariamente que hoy hay menos tierros para la labor que las que habío antes.
310.-Y siendo la cousa de disminuirse cada dla estas tierros el excaso del gonado marino trashumantes, sus Privilegios, y el abuso, y demasiada extensión que hace da ellos
- 74 -
el poder de sus dueños, a esta se debe atribuir principol y únicamente la escaseZ de
los tierras de labor, su excesivo precio y la decadencia de In agriculturn; pues orrendaedo
un serrano una dehesa que había ocupado un labrador con ganado estante, yveda pe^
petuamente dueño de ella el ganado trashumante; y usondo o abusondo de sus privi
legios se von apoderando los serranos de la mayor parte de las dehesas y especialmente
de los que son más a propósito paro la cría de ganados; y al pobre labrodor, que el
conservor los suyos en los baldíos es un imposible igual aI de labrar sin ellos, le es
preciso mantenerlos an dehesas de labor haciéndolas puramenre de pasto, o solicitar
cerramientos que no eran necesarios, y así se acomoda estrechando su labor hasta qve
viene el merinero y le quita paro siempre aquel único recurso de su necesidad, de conformidad que si antes se labraban en el Arzobispado de Sevilla de 1.600 fanegas de tierrc,
apenas se labran hoy 800 y por consiguiente faltan tierras para la labor y para el
ganado estante con que se sostiene; y no hay que buscar otras causas del excesivo precio
de ellas, y de las carnes; y si no se contiene este daño, será el golpe mortal de la
agricultura, a causa de que los merineros siempre ganan, y nunca pierden, pues se hallan
en el mismo caso para con el labrodor, que las manos muertas para con todos los vasallos
seculares; porque así como estas, comprando, y no vendiendo bienes raices, se vendrán
a apoderar de toda la substancia de la Monarquía; así los merineros adquiriendo siempre
nuevas posesiones de dehesas, y no dejando alguna para el ganado estonte, convertirán
de pan sembror en dehesas de pastos y ocasionarón en Andalucía lo última ruina de la
agricultura, al modo que está muy próxima de verificarse en Extremadura, cuya desgraciada
provincia, que en tiempos más felices era el granero de Andalucía, apenas coge hoy,
en años abendantes, el trigo necesario para su sustenso, de modo, que si la cosecha es
solo mediana, necesita de los auxilios de Andolucía, como ya se verifcó en el año
de 765, con admiroción de los que saben de la fenilidad de aquel rerreno.
INFORME DE LA AUDIENCIA DE SEVILLA.-352.-Dice también la Audiencia de Sevilla
que no Ilenarío su obligación, ciñendo su informe a estos solos puntos, sobre que se la
manda dar, y por lo mismo le parece preciso representar lo que cree conducente a fo
mentar la agricultura de España, especialmente en la Andalucía y Extremadura, de que
tiene alguna más comprehensión; y consiguiente a esto expono:
353.-Que en estas provincios se siembran hoy todas las tierras, que se permiten labrar,
y con tanto empeño que las han hecho subir considerablemente, y están Ilenos los iribunales de pleytos, ya sobre preferirse unos a otros en ellas desacomodóndose todos, y
ya sobre nuevos rompimientos que cuestan bien caro a los que los intentan; con que para
aumentar la agricultura es indispensable sembrar más tierras, o sembrarlas mejor.
354.-Que aunque para esio último es preciso también sean más las que se rompan,
para darles más descanso a los que siembren, y más pasto, y extensión a el gonado de
la labor, porque de este modo se conseguiría, que con el mismo grano, y sin oiro mayor
costo que el de las tierras, que se incorporan en la labor se aumentará el ganado, se
duplicorán los frutos y podrá el labrodcr guardarlos par`a resistir la esterilidad de un
oño en que consiste su ^onservación, y todo lo contrario sucede ahora, que por ser las
tierras pocas, y caras, se apresura a disfrutarlas, sembrándolas un año sobre otro, do
que resulto el atraso de su ganado, y que las tierras cansadas, y sin beneficio, ni abonos,
se rindan a cualquiera contratiempo como lo acredita bien el presente año.
355.-Y que así juzga la Audiencia conformemente, que en las circunstancias presentes,
en que se halla tan empleada la aplicación de la agricultura, deb(a únicamente a la
estimación de los granos, y ganados, puede S. M. fácilmente exterderlo y con ella la
población y opulencia, a todo lo que desea su acreditado amor por la felicidad de sus
vosollos, y para esto es preciso que no quede en España tierra alguna exenta de la jurisdicción del labrador, si fuese capaz da agradecer el benefcio que por esto no pereceró
el ganado, antes bien se aumentaró mucho, porque la labor misma, a quien el ganado
sirve, es su apoyo, y con ella crece y se multiplica.
Es documento que tompoco debe desconocerse el INFORME O CONSULTA DE LA
JUNTA GENERAL DE COMERCIO sobre medio de fomentar la agricultura dodo an seis
de octubre de mil setecientos sesenta y cuatro.
Consta este informe de cuatro puntos relativos a la tasa de grana, al comercio de
grano y a la extracción da granos y el cuarto relativo o las tierros de labor es el que
-7^ -
v^mos a transcribir ínteqro por Ia pran enseñonzc que se deriva de él y porque da idea
del conocimienio que en punto a esia materia se tenío en aquellos tiempos.
Dice asi : lo primera causa, o que por lo peneral se otribuyen los labradores su
propia decadeocia, es a la escasez da tierras de labor atribuyendola al Consejo de la
Mesta que abusando de sus privilepios con violentas interpretaciones, que les facilita
el poder da los troshumantes, no se contentan con las dehesas de pasto, ni aun con
!as que lo son también de labor, sino que se exncnden a ocupor las destinadas para
este efecto, reduciéndolas a pasto y disfrutando en ellas todo el beneficio de sus nocivos
prívilaqios.
563.-AI mismo tiempo sa queja la Mesta de la careslia de que padece en los pastos
que necesito, apoyóndolo, con su decadencia el wbido precio a que ha ascendido todo
género da ponados; lo que se ha disminuído el fruto de las lanas, así en lavaderos como
cn tinies y finalmente el crecido precio que se sufre en los arrendamientos de pastos,
s;n embarpo del privilepio de su taso, persuadiéndose a que todos estos efectos dimanan
de lo que se hon aumentado los plontias de olivares, el exceso que se experimanta en
los de viñas, sin emborpo de ton repetidas prohibiciones; los muchos cotos qua se hacen
en perjuicio de los pastos; la facilidod con que hacen de lobor las dehesos, que por
s•, calidad parmanente son parcialmente de pasto; y fmalmente que no hay pueblo que
para el remedio de sus urpencias, no solicite, y consiga la facultod que necesita, para
nuevos rompimientos, que hobiendo principiado en el año de 1590 pnrn el limitado fin
del pnpo de los primeros servicios de millones no hay ya nccesidad o que no se ocurra
por esta rnadio; y como son tantas las que se padecen, se multiplican a proporción los
rompímientos.
564.-La Junto estó persuadida a que osí a la labranzn como a la cabaña les sobran
fundamentos para sus respectívos quajas; pero que es compatible el remedio, sin perjuicio de dos Cuerpos tan necesarios para el bien del Estado, por no ser causo de daños
los abusos, a que se otribuye, sino efecto todo de la poca utilidad, que se encuentro en la
labranza.
565.-Si ésto tuviero la que merece su trabajo, y correspoode al crecido cosía de svs
labores, no destinaría tantas tierras al plantío de olivoros, viñas, y otros frutos, en que
no hallar(a la ventaja que en los granos, y no necesitaría de nuevas tierras, para excusar
vn parte el caste de la Inbor, logrando el beneflcío que no encuentran en las que, par
cansadas y no tener por lo general ganades con qua acalorarlas, son de menos substanCias.
Só6.-Este es el motivo can que cada día se abandonan las tierras, o se labran a
mayor número de hojas en las que pide su cafidad, practicando lo mismo a poco tiempo
en los nuevos rompimientos; y como por ellos queda estrapada la tierra, sin que en
muchos años pueda servir ni para labor, ni para pasto coma lo reconoció la Ley 4 del
Reyno, Cap. 27 tit. 14 lib. 3, es preciso, que siendo tan írecuente, como común, aste
inconveniente, venga a quedar^inútíl la mayor parto de la tíerra para ambos fnes, verificóndose por lo mismo la justo razón, con que se quejan todos, que cesaría, siempre
que la Labranza produxese aquella utilidad correspondienie para costear borbechar, y
bene•fcicr las tierras que lo sean de labor removienda la necesidad de nuevos rompimientos, y desviondo en su conseqiiencia el motivo con que la Cabaña, como en recompensa a la disminución de pastos, que padece por esia causa, procura reducir a esta
ctase las dehesas destinadas o labor.
567.-Siempre que unas y oiras se conserven en su propio y natural destino, tendrá
la Cabaña postos, y la Labranza tierras, sin dexar inútiles las que por el coste del mayor
benoficio que necesitan, las abandonan con freq ^ encia, y será el medio Ibaxo del supuesto de facilitar a la Labranza toda la utilidad, que merece su trabajo; pues sin este
principio qu©dará permanente toda la causa del desorden, y Ia confusiónl qu© se Ileve
a debido efecto lo prevenido por la Ley 27 cap. 4 tit. 7 lib. 7 de que en cada lugar las
lusticios por ante el Escribano del Ayuntamiento, y en libro destinado para ello, hagan
escribir todas las Dehesas y Pastos, que hubiere dentro de sus Términos por sus nombres,
madidas y acoplamientos, así las que fueren actualmente de pasio, como las que estuvieren rotos con licencia, debiendo executarsa lo mismo por lo que mira a tierras de
labor, y monies, en que aun hay mayor necesidad para su conservación, y excusar el
Inútil costoso gravamen de los pueblos de hacer plantíos en sitios que lo repugna su
- 76 -
terreno, con menoscabo, y perjuicio de los que ta naturaiaza ho desfinado para rnontes,
q ^ ando aun para aumentor en ellos sus plantíos es regla, y móxima de buena agricultura, el que los lugares teng ❑ viveros, donde criar los plontas; pues cuando se hatlen
en las Sierras y montes, es cierto el daño que se sigue de sacarlas de donde estón
presos, y con seguridod de criorse, siendo mós que contingente el que se pierdan con
irasplantarlas; a más que por proceder de raigones viejos, y de tierra inculto, siempre
es poco útil la madera de estos pla.ntas.
568.-Asimismo se debe executar lo que manda Mo misma Ley, de que coda pueblo
remita a la ChancilTerfa de su distrito fa relación de lo que comprehendiere su terreno,
pora que haga libro de ellas, y de todas tenga el Consejo uno ralación general, eniragando otra, como lo praviene la ley aI Concejo de lo Masta, y extendiéndose a dehesas
y tierras de Labor, deberó también entregarse al cuerpo de la labranza o a el que le
representa, siendo medio de axcusorse muchos p{eytos, que pendc-n de dudarse la calidad
de la labor o pastas en lo que se disputa y controvierte.
569.--Pero como las Leyes 4, tit. 14, lib. 3, y la 72, y 23, tit. 7, lib. 7, publicadas en
distintos tiempos, prefieren con variadad el que debe habar corrido para que lo roto
se reduzca a pasto, o subsista de labor, seró conveniente que para estos fines se señale
de nuevo el de veinte, o treinta años pora este efecto, pues el recurrir a otros medios,
que en otros tiempos ha propuesto la Mesta, y pudieran evidenciar la colidad; como
dimona de origen tan antiguo, sería dar fomento a dilatados y costosos pleytos, en que
las pruebas, por el tiempo n que se referínn, quedaban expuestas a que padeciese dudas
Ia verdad.
570.-Aunque lo es que en las dehesas de soto pasto y herbage son incontrovertiblas
los privilagios de la Mesta, es cierto que de hechos se hon extendido olgunas veces a
dahesas de labor, en perjuicio del que justamente raclama la lobranza; y teniendo el
apoyo de una ejecutoria do la Chancillería de Granada de 12 de agosto de 1623, que
mandó reintegrr.r a un ganadero troshumante, én dehesos de labor, reservando 4 Ia5
partes sus derechos sobre si en las de esta calidad debía o no adquirir posesión, serí,
conveniente, aunque no sea del todo necesario, el declarar que de ningún modo I,
adquieren en las de esto clase; y aunque no las hayan usodo para prYSto deben reducirse
a labor siempre que no exceda de 30 años o del tiempa que se preflna.
571. - No dexa la labranza de tener algún derecho en las dehesas, que por su
permanente calidad lo son de pasto y labor, y pudiero ser útil alguna providencia, que
mirase a conservar cada parte en lo clase que !e corresponde, precisando al ganadero
a que o labrase por sí o subarrendase para la labor la parte que lo era de estO calidad,
por cuyo medio se evitaría que el tiempo obscureciese la de la dehesa, reduciendo su
uso a solo posto; pero respecto que siempre que se facilite a la labranza la utilidod,
sobran tierras, como se ha insinuado, y que a mas de las executorias que ha obtenído
• la cabaña en los dehesas de esta clase„tiane a su favor la Real Cédula de 1.^ de ditiembre de 1714, que declara ta posesión en lo que fuere de pasto, y en todas ellas
mientras no se labren, habiendo obtenido, aunque por servicio pecuniorio, fa Real Cédula de 15 de mayo de 1746, que les declara In posesión en las dehesas de esta calidad
con igual distinción que las del año de 14, no se reconoce sufciente necesidad para
olterar por ahora esta Reol dispo^ición, haciendo con la novedad menos bien recibido
el establecimiento que sa propon^, y expuesto acaso a que la indispongan los recursos
de terceros perjudicados.
No halla la Junia el mismo re,paro en que propone D. Miguel da Zavala en el
segundo punto de la parte segunda de su Memorial, en que se atribuye gran parte de
la disminución de las lobores a las muchos tierras incultas que sé hallan en Españo,
expor.iendo que sólo en el partido de Badajoz, donde pudo lograr las noticias que
deseaba, y es sólo uno de los nueve que componen la provincia de Extramadura, se
hallon veinte Manchas ton di(atadas, que unido su distrito, comprehende veinie y seis
leguas de largo y doce de ancho siendo todo un monte inculto y cerrado, sin más servicio que el de la ha^bitación de fieros, conceptuando, que hecho cómputo de las Manchas de igual colidad, que hay en el resto de !a provincia, podr(a siempre que se
desqiiajasen, y limpiasen, suficiente tierra para sembror más de doscientas fanegos de
granos, y mantener más de 100 cabezas de ganados de todas especies, sobre lo que de
uno y otro se maniiene y siembra en aquella provincia; y siendo dic^no del crédito que
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merece su verdad, moyormente qúando por lo que mira al partido de Badajoz, asegvró
en su Memorial que tenia en su poder las nóminas de !as Monchas, que relerir, con sus
nombres, linderos, calidad y termino que ocupabon; parece digno asunro de no obandonar el benefcio de aquelfo provincia, que tanro se queja de la Falra de tierro de
fobor extendiendo la providencio que parezca conveniente al logro del resto del Reyno,
por lo que mire a aquellas tierras, que lo sean iguomente incultas y montuosas.
573.-Reflere los medios, de que se ha usada para limpiarlas sin conseguirse el fm,
y propane por único y seguro, paro quítar estos Menchas qve permanezcan siempre útilet,
y que se oumenten los yerbas para los ganados y los tierros paro los laboras el de
repartir no solo a los vecinos las suertes que quisieren, sino el dor en propiedacf a
particulares las Manchas grandes para adehesorlas, con la precisa obligoción de que
dentro del término que se les señalen las hayan de tener limpias y desq ^ ojadas; y respecto que safisface a fas Leyes y Escrituras de Millones, que io repugnan, proponiendo
las condiciones, y circunstancias, con que se deben conceder estas tierras excusa la
Junta la molestia de franscribir lo que expone, pareciendola proporcionado medío de
aumentar las tierras de labor, sin que pueda seguirse sino un conocido beneficio al bien
del Estado y toda el Reyno.
574.-EI moyor sufragio que puede darse a la labranza, serd el de concederla en las
tierras de labar algunos de los privilegios de que goza la Cabaña en los pastos que
disfruta; y hobiéndoseles conced'rdo, con aud'+encio y contradicción qve hicieron los
dueños de las dehesas en el Consejo, por considerorlos perjudiciales a su propiedad e
ímpeditívos de aquel arbitrio, que es efecto de dominio propio, prevaleciendo en su
concesión la rozón del bien común, en la subsistencia y aumento de Ja Cabaña, parece
que siendo idéntica la rozdn que concurre a fnvor de la labranza en las tíerras de
tabor, sin que puedan sus duaños alegar más derecho, que el que cxpusieron los que
lo eron en las dehesas, no puede haber motivo que embarace el que excusando nueva
audiencia de los interesados, se concedan iguales privilegios.
575.-No tiene la Junta por conveniente el de la reducción al año que se prefino, que
fué uno de los concedidos a la Cabaña por Rea! Pragmófica de 13 de junio de 1680, que
fixó el precio de todas las dehesas al que tuvieran el año 1633, el que por Auto acordado
del Conseje de V de agosto de 1702 (aunque con la colidad de por ahóral se reduxo
ol que tuvieron en el año 1ó92; pues la pruebo da motivo a un litigio en coda caso,
obscureciéndose con el transcurso del tiempo lo verdad, por cuya causa no tíene uso
olguno este prívilegio.
576 -Tampoco la parece convenienee el que se conceda a los arrendatarios de tierras
el de Tonteo, pues a las pujas, que hoce la anulación o el empeño, pone al precio muy
distante de lo Íusto, siendo ruina del colono la victoria que logra en el remate.
577.-Los pr'rvilegios, que aumentarón sin duda la labronzo, son el de posesión y tosa,
de que goza la Cobaña en sus dehesas; pues como por lo general, flnolizado cada .
arríendo, procuro el dueño aumentor su utilidad, precisa al labrador a que se sujete
o dar más fanegas, o precio por la tierra, que el que pueda producirle la fatiga de
sus labores, o a que las abandone, por no poder sufrir lo excesivo da su arríendo,
viniendo a verificarse que este le pierde si la admite, y si dexo las Tierras, suele por no,
hollar otras en las inmediaciones de su población o encontrarlas a un mayor coste de
lo que le pedfan por las qus disfrutaba, verse precisado a vender los aperos y mulas
de labranza, que no puede mantener cesando en su exercicio; siendo en diaamen de
la Junta una de las causas considerables, que contribuyen a!a ruina y decadencia de
los labradores, la que se evitarío sin duda en esta parte, siempre que se les conceda
tos referidos privifegios, a que confese la Cabaña sus mayores beneficios; y como deberón usar de estos con total arregla cl que prescriben las Leyes del Qiiaderno, .por
lo que mira a la Mesta, cesa Ia necesidad de Lay ni instrucción alguno, pues por las
Qiiaderno deberó el Tribunal, Sala o Junta a que se someta el conocimiento de estos
y los demás privilegios de que goza, y se concedan a la labranza, decidir las dudas
en los cosos que ocurron y se controvierian, a excepción de ser preciso establecer regla
que la dé a la 4asa, como por Auto acordado se dió a las yerbas.
578.-Por este medio odquiere el lobrador una especie de dominio útil, aunque impropio, de Ias tierras de su arriendo, que le inclina a mantenerlos y mejorarlas, mirándolas
como propios por la segurídad de que satisfaciendo e! arriendo no se le puede despojar
-78-
de su posesiÓn; y para que esta no se ocabe con la vida del labrodor, respe^ro que la
da lo Mesto, como concedida al ganado, paso con él al que odquiere su dominio, podró
establecerse, que continúe en los hijos o herederos, que sucedieran en el panado 0
aperos de lo labranza, permitiéndoles que en .los despoblodos, y térmínos redon ^ios,
en que tengan posesión, puedan edificar a su costa Ips cosas que estimen condicentes
pora su habitación y exercicio de sus lobores, sin que sus dueños puedan embarazarlo,
respecto que, por estar distantes por lo general de las pobiaciones en que moran fos
vecinos que los arriendan se les sigue rncomodídnd de salir diariamente de sus casos
y volver a éllas, perdíendo a veces por la distancia bastante tlempo de sus trabajos;
y que fVnalizado el orriendo, puedan disponer de los casas que edificaren a su voluntod
y sin obligaciones en los dueñ05 de satisfacerles su importe, aunque quieran repetirle
a título de mejora, por cuyo medio no sólo se faciliton las labores sino que muchos
despoblados dexarían de serlo.
579.-Asimismo se debe prohibir, que en toda la Raya de Portugal, ní de otro Reyno
extraño se arrienden, ni subarrienden tierras de lobor a persona, que no sea vasallo de
estos reynos, por practicarse lo conirario, en perjuicio de sus naturales, y que las Comunidades Religiosas, que tienen tierras propias, y arriendan las agenas para aumentar
sus labores y cosechas, por lo regular en grande, y perjuicio de los Reales Derechos,
a que deben ostar sujetos en lo parte que merece conceptuarse negocio, se cele el
que los satisfaga, para que privados de esta utilídad, dexen las tierras, que arriendan,
a labradores seculoras.
580.-También parece a propósito a!a Junia, para aumentar las labores, lo que se
proctica en el reyno de Aragón, y se ho seguido en algunos pueb!os del de Sevilla, con
el Real permiso que se concedió para romper en los Comunes de aquel sitio, que pareciese proporcionado para hacerle tierra Concegil, que se barbechen, siembren y recaja
de cuenta del Común, asistiendo paro ellos los pares de, labor de los vecinos en los
días que estén desocupados y señale la Justicia, sirviendo su cosecha par ❑ el pago
de contribcciones, y excluyendo de uno, y otro a los hacendodos forasteros, por cuyo
medio, oun hobiendo tenido necesidod de arrendar ol Convento de San Gerónimo tierras
de labor, para que lo practicase el lugar de Santiponce, logró en año de menos qus
mediana cosecha que pagado el orrendamiento, diezmo y precisos gastos de recolección,
bastasen l05 granos sobrantes, para cubrir el todo de las contribuciones de oquel año,
y satisfacer algún descubierto del antecedente, sin que hubiese que repartir ni un marovedí
en el vecindario; pero oun o la vista de tan ventajoso beneficio no basta la autoridad
de las justicias para vencer la repugnancia que tienen a su propia utilidad, siendo
preciso que este cuidado lo sea de los intendentes y sus corregidores en sus respectivos
portidos, concediéndoles la facultad, que necesitan pora el rompimiento, y practicóndole
en aquellos pueblos, en que haya sobrante de Comunes, y no tenga tierras propias
el Concejo.
581.-Conduce al mismo fin de aumentar la lobranza, con respecto a las tierras de
labor de que se irata, el que se liberten como parece justo, de los ires reales que pagan
por aranzada de derechos de millones, conforme a lo prevenido en la Reol Instrucción
del año de 1746, sin otro motivo, que cohoneste !an modesta imposición, que creer difícil
la averiguación de lo que consume de estas especies en el Campo el labrador, peujalero
o,pelenirín; pero aunque se justifique en los cortijos y haciendos, que están en la Campaña con cosas de fixa habitación, está distante de que tenga apoyo por lo que mira
a los vecinos de los pueblos, que diariamente van y vienen, desde sus casas a labrar
sus tierras propias o arrendadas, comprando en sus lugares aquello poco que consumen;
por lo que vienen a pagar duplicado los derechos de millones; sucediendo lo mismo
por lo que respeta a viñas, que poga nueve reoles por aronzada, y qiiatro por la de
olivares y a esta proporción por las arboledas, huertos y demás terrenos que cultiva,
podeciendo en éllo igual agravio, y no siendo razón que sea el pobre el que satisfaga
duplicado este derecho q ^ ando en su infelicidad cualquiera gravamen le atrase, sarfa
muy propio de la Real piedad de V. M, el libertar de estos derechos (que no causanl
a los vecinos, que desde sus casas salen diariamente a labrar las tierras, por cuyos
medios quedarían atecdidos en las de labor y asegurando en su posesión y justos precios,
si se les conceden los privilegios' que quedan insinuados.
_ 79 _
EXPEDIENTE SOBRE EL ESTABLECIMIENTO DE U LEY AGRARIA.-Este expedients lo promueve el Sr. Fiscal con motivo de los recursos o representociones hechos por los Diputados
y Sindicos del Común de la Ciudad de Jerez de la Frontero y por al Procurador Síndico
Generat del Común de !a V;IIo de los Ujijares y habiendo adoptado el Consejo el pensomiento en autos proponiendo los puntos sobra los que sa debería discurrir para el
estobtecimiento de la Ley con orden paro que intormasen en él !os Intendentes de Sevilla, Córdoba, Jaén, Mólapo, Granada y Extremadura, acuerda también que informase
sobre este particular ei Ministro Decano de la Reaf Audiencio de Sevitto.
Porticulor L°r$obre suborriendo de tierras.
Id.
Id.
Id.
Id.
2.•.-Sobre si serfa conveniente fijor el número da yuntas o cavados de
tierra de que no puade exceder ninpún labrador.
3.°.-Sobre preferencia de los vecinos saplares en los arrendomientos, su
duracibn y prbrropo.
4.°.-Sobre arreplar la vento de frutos hociendo iguol lo condición del
dueño y ei colono.
5.°-Sobre los medios oportunos para reducir los cortijos a los puablos y
proporcionar la posible ípualdod en ei disfrute de tierros o los vosaHos
para arraigarlos.
1NFORME DEL INTENDENTE DE SEVILLA.-770.-Que el esrar las tierras caros nace de
que están escasas; de que las que en el día sa cultivan no alcanzon para todos los
labrodores, que !as solicitan; de que se compiten unos a otros en los arriendos; de
que se esfuarzan a lisonjear la codicia de los propietarios, para que les concedan
la preferencia; y en una palabro de que tos tlerras, son pocas en proporción de los
concurrentes; y lo causa de este excesivo y contmuo aumento del precio de tierras consiste en dos cosas.
771 -La primero, en que los dueños de cortijos y dehesas, estón acostumbrados a arrendarlas al por mayor, porque les acomoda más recibir la renta de uno que tratar con
muchos pequeños colonos; y como el número de sugatos bastante ricos para arrendar
solos una posesión es muy corto, resulra de aquí que la mayor parte de las tierras se
hall ❑ reducido a pocos grandes arrendadores y nunca puaden los pelantrines arrendar
de primera mano y por esta especie de estonco se altera el valor de las tierras, pues
los grandes urrendadores reservan para sf la mejor parte, y subarriendan a los pobres
la peor, a precios tan exorbitantes, qua se han visto obligados a reclamar la otención
del Gobierno, hobiendo muchos de estos prondes arrendadoras, que sacan del valle la
parte que cultivan y otros, que sin culfivor noda se enriquecen con este torpe lucro;
bien que yo el Consejo a ocurrido a este daño mandondo, que ningún eclesiástíco, ní
'
secular pueda hacer estos Suborriendos.
772.-Que fa segunda couso consiste en que el propietario es el órbitro de despedir
ul colono q ^ ando quiere; y como los arrendamientos son temporales y por tiempo muy
breve, pues raro el que pasa de seis años, cada vez que se cumple el plozo exige el
propíetario dei colono que le adelante el precio, y si no, Ie amenaza de que arrendaró
a otro, sobre el seguro de que por la escasez de tierras lobronfíos, y copia da concurrentes no faltarb quien se los tome, y el Colono, que ya tiene sus operos, ganados,
pajares y demós provisiones, y que todo lo pierde si desampara aquel terreno, se va
en lo triste necasidad de subscribir a q ^anto le dicta la tironía del propietario, y coda
año Is va estrechando los precias hasta el punto de haberlos hecho intolerables.
774.-Pero todos estos remadios buenos en si y de que debe usarse son pequeñds e
incom,pletos y solos no serían suflcientes para mejoror nuestro triste estado; y el remedio
grande, mejor y natural de reducir las cosas a precios moderados seró siempre el de
facilitar su abundoncia; pues por este inalterabla -princbpio se conseguirá reducir a los
justos el valor de las tierras q ^ ando se encuentre el modo de que estas se extiendan
a mós de las que on el d(a se cultivon; pues a medida que abunden los tierros te
acomodarón más laóradores, serán menos los que las soliciten y se moderaró por si
mismo el precio excesivo de Todas, resultando al propio tiempo el aumento y extensíón
de la agricultura; de conformidad que este remedio no sólo curaró radicalmenta el mal
.que se padece, sino que seró un principio faliz de la prosperidad de la nación.
775.-Que si a esta ramedio se le junta la calidad de que al paso que extiende la
-óu-
ogricultura la mejoro, no tiene dudo, que debe ser preferido; porque no basta extender
!os tierras, y disminuir su pracio, si que es preciso también mejorar su cultivo; pues la
tierra produce a proporcibn de lo que se la labro; y aunque sea cierto que encierra
en su seno el único inagotoble tesoro de las verdaderas riquezos, no es menos constante
que para que las produzca hay que enriquecerlo y irabajarla con esfuerzos continuamente
oplicados, de modo que exige todas las atenciones del labrador, y sin ellas, o escasea
1os frutos, o los da sin sazón a mayor costo.
776.-Que como por otra parte consiste el interés del propietario, al del colono y
el del Estodo, en que la tierra produzca todo lo posible, le toca al Gobierno la elecclón
de las reglas que dirija a este importante fin, teniendo presente, que es lastimosa lo
imperfección que en el dia tiene lo agricultura en Andalucta y que las causas que
produce^n esta desgracia lo son, entre otras ya la actual situación, en que se hallan las
tierras, distantes en (a mayor porte muchas laguas de la población; ya la defactuosa
dl^tribución de los lugares numerosos, y reconcentrodos en pequeños puntos, dexando
entre sí intervalos inmansos montuosos y desiertoa, ya el mal reglado repartimiento de
fi®rras, con el que las mejores, y en número crecido estón en pocas manos dexondo lo
muchedumbre abandonada a la miseria; ya la folto de beneficios sólidos ocasionada por
la dificultad de conducir el estiercol; y ya la escasez de éste, y los demós fomentos
o que da motivo la falta de ganado, pues o no tiene el labrador todo el que nec®sita
para calentar y vivificar el terreno que cultiva, o lo mantiene en dehesas de casto; y
por un concepto errado de la propia utilidad, ha separado los dos respetos de ganaderos, y labrador; privándose del reciproco auxllio, que debieran resulTar a ambos,
si estuviesen siempre unidos.
779.-Que aquellos cuatro reynos que estón en gran parte incultos y desiertos de modo
que por las noticias que ha adquirido, se puede calcular que apenas está cultivada una
torcera parte, dando lugar a este daplorable desperdicio al mal entendido empaño da
los ganaderos, protegidos de una legislación engañada y la mala distribución y mucha
distancia, de los lupores, que es la que ha obligado a la formación de córtijos, que
no son otra cosa que una coso en medio de un campo inmenso, que no es grande cuando
solo. tiene 20 fanegos y como el uso y la necesidad han introducido la costumbre de
que se divida en tres hojas; que la uno se labre, (a otra se barbeche y la otra se quede
de pasto para los ganados, viene a parar en que si de todo el suelo de Andaluc(a,solo
estó reducido a cultura la tercera parte, no se labra mós en cada año, que la fercera
porte, de esta tercera, y aun esta no se labra bien, porque siempre queda a cada labrador una porción tan excesiva, qua imposibilita la buena labranza.
78f).-Que las otras dos terceras partas estón incultas, y montuosas, destinadas, únicomente, a pastos, viendose en aquel pais lo que no se ve en otra parte, ni aun se puede
ver sin dolor; esto es, ganaderos de oficio, hombres que hacen granjería de criar ganado para venderlo, sin tener tierras de labor; pues como el Gobierno se lo tolera y
ello es una granjerto descansada y útil, no se detienen en irse a comer los rastrojos
de los labradores, apoderarse de los valdíos y comunes, que nada les cuesta y criar
con ellos sus gonados que les dajon, sin costo, ni trabajo, olguna utilidad, arruinando la
labranza, y perjudicando la cria, a correspondencia que es, principio evidente que el
verdadero criador es el labrador.
782.-Que con todo es lo mismo hablar de reducir una dehesa a labor, que I©vantarse
un grito repetida de que se pierde la cría det ganados; y como son tantos los que dan
el clamor, ha seducido a muchos indiferentes, aunque poco instruídos, y lo peor, es que
han hecho ilusión al Gobierno'mismo, que no ho reparado, que este grito naca de lobtos
interesados, que quieren que no se rompan los vald(os, que no se labren laa dehesas,
y que las tierras no se eierren por disfrutar, sin costa ni trabajo, de aqvellas yerbqs,
y no ha raparado tampoco, que solo el lobrador os el que puede criar bien ganaçios, y
que quanto mós se extienda lo labranzo, mós se ha de propagar la cría y quanto menos
haya de tierras incultas mós habró de ganados.
921.-Ahora voy a tratar de valdíos, y mi celo se inflama con las ideas que este objeto
te presenta. IQué inmensidad de tierras perdidasl IQuantos miilares de útiles y bien
qstantes propietarios pudieran formarse con lo que ahora se desperdicia( Ya he dicho^
que las dos terceras partes de Andalucfa estón incultas y desiortas; •creo haber quedadq
corto;, no hay mós qus ver los caminos públicos y hosta el que conduce.en derechura
-81-
o Madrid, que por su situación deberfa ser lo más pobtodo; no de mós fierro en cultivo,
que una o dos lepuos inmediatas o los iuparet; todo lo demba ettó inculto y se pasan
seis o siete lepuas sepuidox, donde no hay señal de mano hUmano, y como pudierart
estar las mós agrias montañas de un dexierto; quando mós se ve uno inmundo y humilds
venta para el reposo de los caminantes; pero alli estón los riespos, aquel es el asilo
de los ladrones, porque estón o muchas leguas de todo poblado; y de este modo horrible
estón todos las jonadas que se hacen a Madrid mediando inmensos desiertos, en que
pudieran formor muchos prandas pueblos, entre los intervolos de Xerez a las Cabezas,
o Utrera, a Carmorta, a Ecija, a Córdobo, al Corpio, o Andújor y osi hasta encontrar
con la Sierra-Morena.
971.--No hay lupor que no tenpo mucho mós terre^o vaidio de lo que tiens cultivodo,
y aipunos mós del triplo, y•I quadruplo. Para tomar una idea de esto baste dilcir que
en Utrora, lupar que disto cinco lepuas de $evillo, que poza de tas mejores tierras de
Carttpiña y que por lo inmediación o esta capital, son mós estimables, hobfa tantos
vaidtos, que no obstante 0. Luis Curiel con orden del Consejo re^partió con profusión
muchos, le han quedado todovfa veinte y un mi1 fanepas que hoy estún despardiciando.
Discurrase lo que desperdiciaró Xerez, quo tiens dieciocho lepuas de término y discurrase
si puede concebirse, quanta tiarra hobró vacia en lo interior de Ias provincias.
929.-No se puede entonder cómo verdades tan ^encillas han podido estar eacondidos
tontos síplos. Yo lo miro para Españo como un efecto de la providenciaj si en los sipios
posados se hubieran repartido estax tierras, sa hubieron dodo como se dieron las demas.
En aquellos tiempos el favor, y Ia fuerza lo daban todo, y se daban con profusión y preferencia. Un pals conquistado se repartia entre siete o entre ocho de los que auxiliaban
ton las armas: a los monpes y demós eciasiósticos se les popoban las oraciones con
que habtan oyudado a conquistar el pais, con una pran porta de lo conquistado, y las
reservas se repaiaban a los favorecidos, daxando la muchedumbre en inopio. Asf, em
tonces sa hubieran hecho novenia o ciert propietarios mós que no hubieran sacodo la
Apricultura de la imperfección y pocas manos en que en halla: el Cielp reservaba esta
d6divo inmensa para este siplo, en que preside un Gobierno ilustrado, que sabró repartiria con equidod.
930: $oy, pues de dictomen, que se vendan, y repartan, distríóuyan y cultiven todos
los vatdtos, que se disfruten en suertes de diferentes cobidas, que voy a proporclonar
de este modo.
RESPUESTA DEL PROCURADOR GENERAI DEL REYNO D. PEDRO MANUEL SAEZ DE
PEDROSO Y XIMENES DE 21 DE AGOSTO DE 1768.-1.033.-Para esto es necesario el qua
se mande romper muchas tierras incultas y montuosas; que se les permjta el poder y'
cerrar sus posesíones poro defensa de sus frutos y de ias yerbas que necesitan para
mantener su ponodo de labor y lanar, inseparable compañero de la labranza; el que
no se les impido el aprovecharse en las apuas, que tuviesen en sus posesiones; y úlfimamente el que se les hapa puardar todos los privilepios, que tienen concedidos por las
layes del reyno, no siendo el que menos les aprovecha el que en tiemq^o de semantero, recolección de sus irutos, no se eche mano de sus lobranzas, sino es en caso de
una urpent(sima necesidad, para Transportes, conducciones y bopojes, pues esto pueda
hacerse por medio de los carreteros, cabañiles, trajineros y arrieros.
1.034.-^Lo primero que se propone, para que se siembre más, es el rompimiento de
tienas incultas, montuosas y valdtos, se proponen olpunos informes indistintamante, reportiéndolas en suerfe, boxo de olguna pensión o vendibndolos, transf'iriendo el dominio
a los particulare; compradores, y de sv producto queriendo se estoblezca uno Bolsa,
separoda que se maneje por una Contadur(a y Tesoreria, creado o este fin en las capitales de Ias provincias, sin que puedan tener parte alpuna en las cabranzas las Justicias
ordinarias de los pueblos, a quienes pertenecen estos valdtos y que su producto se
convierta a beneflcio de los pueblos, y provincias en canales de riepo, navepación de
rfoa, construcción de caminos y otros cosas importantes a beneficio •del público.
1.035r-Todo esto suena muy bien y parece muy útil, si ^estos caudales o rendimientos
db estos tierrqs no tuviesen dueños pro^píos, a quienes no se perjudicase, y se considerase
este fondo como un fondo público sin más dueño determinado que ei mismo público, con
cuyo beneficio debiera refundirse. $in duda no han tenido pre;ente para proponer exe
^ ^ ^
orbitrio que todos ios postos comunes, montes, bosques, exijos y voldios, son patrímoni0
propio de los pueblos, pora sus usos y oprovechomientos, y para pagor las Reates contribuciones; y que lo mismo es privorles o los pdeblas del oprovechamiento de estas
tierras, qua si a un dueño -particular de ellas se las arrancoaen de su dominio paro
repartirlos en suorte entre labrodores y pejupaleros; pues ounque se pensose repartirlas
con alguna pensión si esto no servía para las urgencias y manutención del dueño, sino
que se destinaba para otros usos en beneficio del público, ero precisa su rvina y que
mendigase con el desconsuelo de ver llorecer a otros con el producto de las posesiones,
que habian sido suyas.
).03á.-EI Procurador Genaral del Reyno estimulado de su obligoción no puede menos
de hacer presente al Consejo, que por repetidos condiciones de las escrituras de millones,
ocuerdos, y leyes del ^ eyno, estón odjudicadas los tierros valdlas; los órboles y frutos
que en éllas recojon, a las ciudades, villos y lugares de estos reynos para su uso
y ap^ovechomiento, prohibiendo su venta y roturo y el que se puedo hocer mérced de
éllas por ninpuna causa grove o gravísima, que se pueda ofrecer.
1.037 -Esta verdad se halla estampado an la ley 11, tit, 5, Lib. 7, de la recopilaciórv
en consecuencia y cumplimiento de lo capitulado y pactodo por el reyno en la concesión
de les 17 millones y medio, que hizo el año de 1609 y se prorrogó en el de 1632, baxo la
condición, entro otras, de que no se habian de vender tierras vald(as, ni órboles, nt
fruto de ellas, quedando su uso de aprovachamiento paro los vasallos y pueblos, como
lo habfan tenido, y tenían estableciéndose a este fin Ley general, por ser cosa conveniente al bien común de estos reynos; y asi lo executaron y cumplieron los Señores
Reyes Don Feiipe III y IV obligándose por sí y sus sucesores a lo guardar, cumplir y
executar inviolablemente.
1.038-Posteriormente las Cortes que se celebraran en el año de 1ó50 se pactó y puso
por condlción axpresa, en recompensa de las concesiones y servicios que hizo el reyno
la condición 18 del quinto género, en lo que por parte del reyno y 5. M. se pactó lo
mismo de no permitir la venta de semejontes tierros, si no que habíon de quedar, como
siempre habfan sido, pora aprovechamiento de los iugares, en cuyo término estuvieran.
1.039-Todos estos contratos, que son onerosos, en fuerza de tantas concesiones y
servicios, como ho gozado, goza S. M. contienen una justicia nafural, y producen eficaz y
recfproca obligación, coníorme el derecho natural de gentes, que obliga a los cantrayentes a su cumplimiento y es común opinión de todos los autores.
1.W0.-Sin embargo de esta obligación, que por si induce el contrato lo corroborb
mós S. M. en Ia cédula que despachó en Madrid o 18 de junio da 16,50 años en Ía que
expresa que es su voluntad que se cumplan, guarden todas las condiciones asegurándolo
r
y prometiéndolo baxo su f6, y palabra reaL
1.041.-Bien conoció esta mutua obligación don Felipe IV el Grande; pues como consta
del pleyto o Memorial ojustodo, mandado unir a este expediente del que se sigue en
el Consejo entre D. Bernardo Garcia Acedo, el Colegio de Santo Tomás de Aquino de
la Ciudod de Sevilla, la ciudad de Xerez de la Frontera y el señor Fiscal de beneflciar
o sacor dos millones de ducados.para las urgencias del reyno an los ventas d® oflcios
Y jurisdicciones comprehandiéndose en esto concesión la venta de tierras vald(os hasta
la cantidad de 450 ducados, tomb expreso consentimiento del Reyno junto en Cortes quien
con efecto le prestó, arreglándose a lo ^prevenido en la condición LXXXVII del mismo
quinto género de millones, en que sólo el Reyno junto en Cortes, no otra alguna peraona le as concedida la facultad de dispansar, olterar, revocar, tos condiciones de
millones, y poctos de este servicio.
1.042.--Este derecho de los ^pueblos s.obre"los valdíos, se halia m63 corroborado cort
ia reol resolución de S. M. el Sr. D. Fernando el IV expedida el aRo de 1747 a consecuencia de la consulta que la Diputación de los Reynos estimulaba de su obligación
y en fuersa del capitulo XV de las Instrucciones que la dexó para su Gobierno el reyno
iunto en Cortes, en las que celebró el año de 1713, y se hallan aprobodas por S. M, hizo ,
sobre que se extinguiese la Junta de Voldios establecido en el oño de 77^ restituyendo
o los pueblos el uso, y aprovechamiento de ellos; pues remitida que fué dicha consulta
de Orden de S. M. aI Supremo Consejo de Castilla, para que en vista de éllo y de
las razones que el reyno ezponio, informose con su dictamen habiendo consultado sobre
esta nepocio en 18 de saptiembre del oño pasado de 1747 con vista de lo que dixeron los
óa
^señores Fiscolea, ae dipn ^ S. M. tomar 1o resolución de restitutir, reinteprar o los pueblos
en la posesión libre uso, en que esfobon, ds todos sus pastos, y aprovechomiento en al
exprosado oña de 1737, sin emborpo de que se hallasen enapenados o odiudicados a
la Reai Haciendo o ❑ otros cualesquier particulares, en fuerza de reoles pracias remu•
neratorias o compensativas o con otro cualquier tltulo, privilepio o Real aprobación,
que sa les hayo despachado y que lo mismo se practicase con las valdfos reales, y
concepiles, perteneciantes a los lupares despoblados; de cuya real resolución so remitió
a la Diputoción, una certificación doda por el Secretario D. Mipuel Fernóndez Munílla,
Escribono da Cámaro y de -Gobierno del mismo Consejo, con papel del Iltmo. Sr. Obispo
de Oviedo, Gob ❑ rnador que entonces era de é:, con fecho de )0 de noviembre de dicho
oflo de 1747.
1.043.-Con todot ostos tundomentos, se osepuran en común el derecho de los respectivos pueblos o sus valdfos, postos y aprovechamientos Ecómo han de ser adaptables loa
providsncias y arbitrios, que se proponan por alpunoa de los informantes sin hacer un
<onocido apravio a los vosollos de S. M.? Y oun cuando por el bien del Estado y causa
púbtica fuasen convenientes, porecfa que debiero hacerse, con ia sol.mnidad correspondiente del conaentimiento del reyno; pu®s atendida la calidad de Iaa partes contrayentes
en estas escrituras siendo coautores con S. M. para la promulpación de estas condiciones
que se deben abservar como Leyes recopiladas, y como tales se hallan insertas en la
nueva recopilación no se deban alterar o mudar sin su consentimiento.
1,044.-Es cierto que el rompimiento de tiarras valdias, estó prohibido por las leyes
del Rayno y condiciones de millones, mirartdo en este particulor al aumento y conservoción de los pueblos, a la crfa y fomento de panados, y a la conservación de las
dehesas, montes y pínores; paro también lo as el que las Leyes, que tienen por objato
la conservación de alyuna cosa que redunda en beneftcio del público deben moderorse,
y si la variedad de los tiempos y la experiencia ha hecho ver, que, sí an el tiempo
de su promulpación sran útiles, se han hecho después perjudicioles.
1.016-La falta de tierras Iabrant(os y la escosez de cosechas, j untamante con la decadencia en que ho estado lo Açricultura, y el excesivo precio que se Ileva por las
tierras en arrendamiento, nos ha puesto de maniFlesto la falta de tisrras de labor, y el
excesivo número de valdfos incultos, que de ninQún modo se aprovechan, los que si se
dezaran asf serían del todo inútiles; pues ya parece que ha Ilepado el tiempo de moderar [a ley que prohíóe su rompimiento; rómpasa muy enhorabuena a beneflcio de la
labranza y as( habró más tierras labrani(as cón que se multipliquan las cosechas; pero
sin desatender las dehesos, montes y pinares, pues de todo se necesíta en la república;
repórtanss en pequeRas svartes boxo de pension®s moderadaa, enire los vecinos respect^os de coda pueblo, libértens9 por alpúri tiempo de la pensión las que tuviesen necesidod de descuoje; pero sean estas pensiones a favor de los propios y arbitrios de
los ciudades y villas, en cuyo término estuviesan y conforme al Reglamanto dispuesto
por V. A. en su Real provisión del 18 de morzo de 1768 para reAartimiento de tiarras
de la provincia d• Extremadura; aplíquese su producto en beneficio y ventajas de los
mismos pueblos y provincías, sin desatender, que de estos fondos se suelen popar las
contribuciones Reales; paro aea con conocimiento del Consejo, conforme la tiene de Ios
propios y arbitrios de los pueblos entrando este canol en el Arco de tres Ilaves de cadá
lupar y oyendo las proposiciones de los pueblot para convertirlo en las obras de que
iuviesen mós necesidad, dentro de sus términosj pero que de ninAún modo se permita
la venta de estos valdfos o particulares.
1.047.-Da este modo se alimentarán las tierras de labor, tandrán más copia de éllas
loa labradores, podró baxar la quota de los arrandamientos, se crearó más número de
labradores pequeños, se conservarón los pueblos en el derecho de sus vald(os, se acrecentarón fos propioa de ellos con las pensiones de las Suertes que se repartan, y que
podrán invertirse en beneficto del público de los mismos pueblos, en que se consipue
fambién el de toda la naclón, puardando al mismo tiempo al Reyno (os derechos y
repaltas que tiene estipuladas con S. M. en los condiciones de millones:
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Glaramente se deduce-y es lógico que así sea-que el problema apremiante de la agricultura española en el siglo XVllf
era de extensión de la labranza, para dar ocupación a los brazos sobrantes y resolver como consecuencia, entre otros problemas, el de los arrendamientos.
EI camino serio, recto y de verdadero interés nacional, lo inició Campomanes con la colonización de Sierra Morena, estableciendo para su fundación unas normas justas y acertadas
que ya tenían antecedentes en toda la época de la Reconquista,
en la fundación de pueblos, en los terrenos ganados al enemigo. Colonizar y poblar el interior de España, asentando bajo
leyes sabias y de previsión económico-agraria, era el medio
de encauzar el movimiento que se inicia desde la misma época
de Carlos I, (levando a cabo la repobiación ínterior y marcando
el verdadero destino que debiera tener el suelo en las variadas
condiciones geográficas que representan las regiones de la
Peninsula.
Estos intentos, sin embargo, fracasaron, por no haberse tenido en cuenta estas condiciones de suelo a que aludimos, y al
fracaso, ya después en plena economía liberal, sucedió por falta
de ideas económico-agrarias en los gobernantes el desenfreno
representado por la venta- libre y arbitraria de todas las tierras
públicas, sin arreglo a norma alguna ante la impotencia evidente
para contener el ímpetu avasallador de la nación que pedfa
tierra, y fijóndose solamente en realizar una operación financiera que salvase a la Hací$nda púbiica del estado ruinoso en
que se hallaba, otras veces halagando a la opinián para sumar
adeptos a un bando polftico y todo ello en nombre de las ideas
oconómico-liberales, de la superioridad del interés^individual y
con motivo o con el pretexto de la necesidad de ensanchar la
superficie (abrada. Eso fué la desamortización de bienes, realizada más tarde ante !a falta de aptitud del Estado para Ea colonización.
,.
Pero este interesantísimo aspecto de nuestra historió económico-agraria requiere ser tratado mós despacio, y aun a riesgo
de alargar el desarrollo del propósito me decido a abordarlo,
porque estimo necesaria su exposición, tanto para el mejor fundamento de mis conclusiones, como para esttmulo de qUién
quiera profundizar más en esta materia.
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