II. Ley contra la violencia doméstica

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La vida
sin violencia doméstica
derecho:
es un
Herramientas para romper el silencio
Abarca Quesada Ana María – Chinchilla Serrano Hellen
Abril 2015
Heredia, Costa Rica
I. Consideraciones sobre
la violencia
¿QUÉ SABEMOS SOBRE LA VIOLENCIA?
Una razón determinante en la existencia de la violencia se
fundamenta en el desarrollo y establecimiento del sistema
patriarcal. Este es un sistema social basado en estratificaciones
que generan relaciones de poder desiguales, que repercuten
en situaciones de discriminación, violencia y exclusión. Este
sistema ha designado lo “masculino” como parámetro de
humanidad posicionando a hombres y mujeres en categorías
significativamente distintas.
La violencia es un tema que no es completamente desconocido
para nosotras y nosotros, pues de diversas maneras, hemos
sufrido agresiones y –en ocasiones reproducimos conductas–
que pueden ser consideradas nocivas para una sana convivencia.
La Organización Mundial de la Salud (citado por Giusti, s. f., p.
21) define violencia como:
El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea
en grado de amenaza o efectivo, contra sí mismo, otra
persona o un grupo o comunidad que cause o tenga
muchas probabilidades de producir lesiones, muerte,
daños psicológicos, subdesarrollo o de privación.
3
Si analizamos esta información, podemos determinar que la
violencia se presenta en cualquier esfera de la vida y sus formas
de manifestación son múltiples: desde los golpes que dejan
marcas visibles, hasta palabras que hieren en lo invisible ante
los ojos ajenos.
Todo esto nos conduce a identificar que la violencia y sus
manifestaciones se presentan en diferentes espacios de la
vida, ya que puede evidenciarse en contextos profesionales,
académicos, laborales, y uno de los más delicados: la familia,
espacio relacionado principalmente con recibir seguridad,
confianza y cariño, razones por las cuales nos interesa su
comprensión.
¿QUÉ ES LA VIOLENCIA DOMÉSTICA?
Como se menciona con anterioridad, la familia no es un espacio
ajeno a la posibilidad de desarrollar prácticas violentas entre
sus integrantes, es así como Giusti (s. f., p. 7) conceptualiza
la violencia intrafamiliar como “cualquier acto, llevado a cabo
por un miembro de la familia o por una persona cercana a
esta, con más poder, con quien existe un vínculo afectivo o
parentesco, que afecta de manera negativa su integridad física,
sexual psicológica o patrimonial”.
Tomando en consideración todo el escenario social que
envuelve la temática de la violencia, la Universidad Nacional,
por medio del Instituto de Estudios de la Mujer, en el segundo
ciclo lectivo del año 2009, desarrolló un estudio con el objetivo
4
de determinar la prevalencia y manifestaciones de la violencia
intrafamiliar en la población estudiantil de la UNA.
Este estudio demostró que, efectivamente, la violencia intrafamiliar
es un fenómeno más constante de lo que se suele pensar y que, en
gran parte de las ocasiones, el hecho de que existan lazos afectivos y
de parentesco entre la persona que agrede y la que es agredida hace
que la situación sea más compleja y existan más limitaciones para
romper el silencio.
Cualquier manifestación de violencia contra las mujeres
constituye una situación que va en detrimento de la dignidad
humana, debido a que genera impotencia e inseguridad, y
promueve que la persona que maltrata perpetúe sus actos
violentos y someta aún más a la persona agredida.
¿SUFREN VIOLENCIA TODAS LAS PERSONAS DE LA
FAMILIA POR IGUAL?
La violencia intrafamiliar, a pesar de que puede ser sufrida por
todas las personas que conforman la familia, afecta de manera
distinta a sus diferentes integrantes, debido a la desigualdad
social que permea las relaciones familiares. Existen personas
más vulnerables a la violencia en razón de su edad, sexo,
orientación sexual, situación de discapacidad, entre otras
condiciones. En el estudio anteriormente mencionado (Giusti, s.
f.), se puede visualizar esta desigualdad en la que se destaca que
el 78% de la población estudiantil que participó en el estudio
indicó haber sufrido violencia en su niñez y adolescencia y un
5
55% en su vida adulta, lo que muestra que la edad es un factor
que pone en mayor riesgo a las personas.
Un aspecto importante desde esta perspectiva es que la Ley
contra la Violencia Doméstica, en su numeral primero, solicita
a las autoridades brindar protección especial a las mujeres,
personas menores de edad, personas adultas mayores y personas
que presenten alguna condición de discapacidad.
La violencia intrafamiliar es un problema que afecta tanto a
hombres como a mujeres; sin embargo, el origen de la violencia
contra las mujeres se da por el hecho de ser mujeres. A esta
variable de género se entrecruzan otros factores sociales que
les posicionan en situaciones de mayor vulnerabilidad tales
como la edad, condición social, escolaridad, dependencia
económica, entre otras.
De manera contraria, los hombres no son agredidos por su
género, sino por otros componentes sociales que los colocan
en una posición desigual de poder. Asimismo, las formas en que
se manifiesta la violencia contra las mujeres es diferente de la
que se comete contra los hombres: las mujeres reportan mayor
prevalencia de manifestaciones de tipo sexual, patrimonial y
psicológica.
Según los datos que resultan de la Sección de Estadística,
Dirección de Planificación del Poder Judicial sobre Violencia
Doméstica para el 2013 (Poder Judicial, 2013), de un total de
63 889 personas violentadas, 50 237 corresponden a mujeres,
6
13 184 a hombres y 468 se desconoce el sexo. Es evidente que
son mayoritariamente las mujeres las más afectadas por esta
problemática social.
¿QUÉ HACE QUE LAS MUJERES PERMANEZCAN EN
RELACIONES DE VIOLENCIA?
Socialmente hemos escuchado que mucha gente se pregunta,
cuando una persona cercana o conocida se encuentra en una
situación de violencia, por qué no logra salir de esta, y a pesar
de que en ocasiones se piensa que quiere terminar su relación
y salir de ese escenario, nuevamente regresa. Incluso, algunas
veces hemos escuchado las frases “parece que le gusta que le
peguen” “Seguro está esperando a que la maten”.
Es importante, antes de hacer una afirmación de este tipo,
comprender que la persona maltratada se encuentra inmersa
en una dinámica de violencia que le dificulta salir de ella
por diversas razones, entre estas el miedo, la dependencia
económica o afectiva, los sentimientos de culpa e impotencia,
así como la esperanza de que la violencia desaparezca y sean
una familia feliz, entre otras razones.
Existe un fenómeno denominado indefensión aprendida
(Giusti, s. f), en el que la persona cae en una obediencia pasiva
al entorno; esta es producto de la desesperanza y el fracaso
repetido en frenar la violencia.
Sumado a ello, en el caso de la violencia de pareja, se pasa
por un ciclo (Poder Judicial, 2008), en el cual, quien agrede
7
atraviesa por una fase de tensión; posteriormente, ocurre una
fase de explosión en la que sucede algún episodio violento,
luego una fase de distanciamiento y minimización de lo ejercido
y, al final, una fase de “luna de miel” o “reconciliación”, en
la cual le promete a la pareja cambiar y que dicha situación
no volverá a ocurrir. Las fases mencionadas se suelen repetir
constantemente y esta es la razón por la que muchas mujeres
se mantienen en esta situación pensando que las cosas van
a cambiar y que sus parejas serán las mismas de las que se
enamoraron tiempo atrás.
Fase de tensión
Fase de
reconciliación
Fase de explosión
Figura 1. Ciclo de la violencia.
8
¿QUÉ AVANCES HA REALIZADO EL ESTADO
COSTARRICENSE PARA ENFRENTAR LA VIOLENCIA
DOMÉSTICA?
Costa Rica ha pretendido fortalecer su sistema normativopolítico, que regula la materia de violencia intrafamiliar, de
género, contra las mujeres y cualquier otro grupo en desventaja
social.
Dentro de los instrumentos jurídicos de carácter internacional,
ratificados por el Estado costarricense, destacan:
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)
Convención Americana sobre Derechos Humanos
(1969)
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación hacia las Mujeres (CEDAW) (Ley No.
6968 del 2 de octubre de 1984)
Convención sobre los Derechos del Niño (1990),
-declara el derecho de todo niño y niña de crecer en
una familia, sintiéndose seguro, amado y comprendido,
libre de malos tratos y crueldades
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer -Convención de
Belem Do Pará- (1995)
Protocolo Facultativo de la Convención sobre la
Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la
Mujer (2001)
Declaración y la Plataforma de Beijing (1995)
9
Y en el contexto nacional encontramos:
La Constitución Política (1949), como estandarte de
libertades y garantías humanistas
Ley contra la Violencia Doméstica (Ley No. 7586 del 10
de abril de 1996)
Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres
(Ley No. 8589 del 25 de abril de 2007)
Ley de Creación del Sistema Nacional para la Atención
y Prevención de la Violencia contra las Mujeres y la
Violencia Intrafamiliar (No. 8688, del 2008)
Código Penal (1970).
10
II. Ley contra la violencia doméstica (N°7586)
¿EN QUÉ CONSISTE ESTA LEY?
La Ley contra la Violencia Doméstica (LEY N° 7586) fue
aprobada por el parlamento en el año 1996, y responde a la
necesidad de atender a las personas afectas por la violencia.
Además, es un mecanismo a través del cual el Estado
costarricense da cumplimiento a los compromisos adquiridos en
las convenciones internacionales de protección a los derechos
humanos, asimismo tutela los enunciados del artículo 51 de la
Constitución Política, el cual establece la protección especial a
la familia por parte del Estado.
Esta ley brinda, de primera mano, una herramienta del derecho
para proteger a las personas que sufren violencia doméstica,
mediante un sistema que se ha denominado “medidas de
protección”.
Esta ley dirige su accionar básicamente a lo que es la aplicación
de medidas de protección para personas víctimas de violencia
con el objetivo de garantizar la vida, integridad y dignidad de
las personas afectadas por la violencia doméstica (art. 1).
Es de vital importancia señalar que la violencia doméstica también
se comprende en otras leyes, como lo es la Ley de Penalización
de la Violencia contra las Mujeres, Ley N° 8589 del 25 de abril de
11
2007, la cual señala los tipos de manifestaciones de violencia física,
psicológica, patrimonial y sexual, contra una mujer con quien se
mantenga o haya mantenido relación de pareja (unión de hecho) o
matrimonial, y se configuran en delito.
Particularmente esta ley, en su artículo 21, penaliza la máxima
expresión de violencia contra las mujeres: dar muerte a una
mujer con la que se mantenga o haya mantenido una relación,
es decir, el femicidio.
¿CUÁLES RESPONSABILIDADES GENERA ESTA LEY PARA
ALGUNAS INSTITUCIONES COSTARRICENSES?
Mediante la aprobación de la Ley de Penalización de la Violencia
contra las Mujeres, se estableció el mandato legal expreso
que obliga a la Fuerza Pública a intervenir en situaciones de
violencia doméstica. Además, se delegó al Instituto Nacional
de las Mujeres (INAMU) como el ente encargado de brindar
asesoramiento para cumplir el fin de la ley, junto con la
responsabilidad de ofrecer los servicios de acompañamiento,
asesoramiento jurídico y representación legal, necesarios para
realizar los trámites contemplados en la ley, para las personas
maltratadas.
Con este último propósito, el INAMU podrá intervenir en el
procedimiento, con el fin de garantizar los derechos de las
personas violentadas y representarlas legalmente con las mismas
facultades y atribuciones otorgadas a la Defensa Pública en
materia penal (art. 17, Ley 7586).
12
¿CUÁLES SITUACIONES DE VIOLENCIA TUTELA ESTA LEY?
Específicamente, la Ley contra la violencia doméstica (Ley N°
7586), en su artículo segundo, conceptualiza tanto la violencia
doméstica como los tipos de agresiones que pueden presentarse:
a) Violencia psicológica: Acción u omisión destinada a
degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias
y decisiones de otras personas; por medio de intimidación,
manipulación, amenaza, directa o indirecta, humillación,
aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio
en la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo
personal.
!¿Qué van a pensar mis amigos si
te ven así en la calle?!
Son manifestaciones de violencia
psicológica los gritos, insultos,
descalificaciones, trato indiferente,
celos, las amenazas de terminar
la relación si no se hace lo que la
pareja dice, revisión del celular
por parte de la pareja, solicitarle
contraseñas de redes sociales o
correo electrónico para controlar
sus conversaciones, impedirle salir
o realizar alguna actividad, limitar
su grupo de amistades o personas
conocidas, ordenar la atención
inmediata con aspectos como la
comida, ropa limpia, limpieza del
hogar, entre otras acciones.
13
b) Violencia física: “Cualquier acción que desencadena en un
daño físico interno o externo, y que puede ocasionar la muerte.
La violencia física puede manifestarse a través de golpes,
empujones, mordiscos, jalones de pelo, entre otros” (Claramunt
en Giusti, s. f., p. 7-8).
Son manifestaciones de violencia física los
pellizcos, golpes, empujones, rasguños, entre
otros.
c) Violencia sexual: Acción que obliga a una persona a
mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar
en otras interacciones sexuales mediante el uso de fuerza,
intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación,
amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la
voluntad personal. Igualmente, se considerará violencia sexual
el hecho de que la persona que maltrata obligue a la agredida a
realizar alguno de estos actos con terceras personas.
Son manifestaciones de violencia sexual: el
ignorar las necesidades y sentimientos sexuales
de su pareja, hacer burlas con respecto al
comportamiento sexual, obligar a mantener
relaciones sexuales sin consentimiento, presionar
a la pareja a mantener relaciones sexuales bajo
la amenaza de terminar la relación, obligar a la
pareja a realizar actos no deseados en la relación
sexual, entre otras.
14
d) Violencia patrimonial: Acción u omisión que implica daño,
pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o
distracción de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos
destinados a satisfacer las necesidades de alguna de las personas
mencionadas en el inciso a) anterior.
Son manifestaciones de
violencia patrimonial: el
quitarle las cosas a la persona agredida, esconderle sus objetos personales,
romperle objetos, tirar sus
cosas, entre otras acciones.
Debido al análisis específico que se realiza de la violencia
doméstica, el mismo artículo define parentesco como:
Relación de adopción, afinidad o consanguinidad hasta
tercer grado inclusive, por vía ascendente, descendente
o colateral, originada en un vínculo jurídico, biológico o
de unión de hecho. El vínculo por afinidad subsistirá aun
cuando haya finalizado la relación que originó.
15
Lo anterior constituye un marco amplio de protección en el que
se incluyen esposos, esposas, convivientes, padres, madres,
hermanos, hermanas, abuelos, abuelas, sobrinos, sobrinas,
nietos, nietas, primos, primas, padrastros, madrastras, hijastros,
hijastras, entre otras personas.
16
III. Consideraciones sobre las medidas de protección
Las medidas de protección establecidas en la Ley contra la
violencia doméstica (N° 7586) son también conocidas como
órdenes de restricción emitidas por un juez o jueza, en las
cuales le indica a la persona que maltrata, que debe mantener
distancia respecto a la persona que ha sido agredida, así como
respetar cada una de las prohibiciones que se le establezcan.
¿CUÁLES SON LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN?
El numeral tercero de la Ley contra la Violencia Doméstica
enumera dieciocho medidas de protección que pueden ser
impuestas por la autoridad competente, con el objetivo de
proteger la vida de las personas que sufren las agresiones; sin
embargo, esto no restringe para que el juez o la jueza pueda
dictar cualquier otra medida que considere necesaria para el
caso que analiza.
Dentro de las medidas de protección más utilizadas, destacan:
Ordenar a la presunta persona que maltrata salir
inmediatamente del domicilio común y, de acuerdo con
las particularidades de la situación de violencia, limitarla
a un área distante al de la presunta persona agredida.
Autorizar a la presunta persona agredida un domicilio
diferente del común.
17
Se podrá allanar el domicilio donde residan la persona
que maltrate y la agredida, a cualquier hora, cuando
por violencia doméstica se arriesgue gravemente la
integridad física, sexual, patrimonial o psicológica de
cualquiera de sus habitantes.
Prohibir que la presunta persona que maltrata posea o
porte armas de fuego punzocortantes.
Se podrá suspender provisionalmente a la presunta
persona que maltrata el ejercicio de la guarda, crianza y
educación de sus hijos e hijas menores de edad.
Prohibirle a la presunta persona que maltrata que agreda,
perturbe o intimide a cualquier integrante de la familia
de la presunta persona agredida de violencia doméstica.
Prohibirle el acceso a la presunta persona que maltrata
al domicilio, permanente o temporal, de la persona
agredida y a su lugar de trabajo o estudio. De igual
manera, acercarse a dichos lugares a una distancia
razonable a criterio de la jueza o el juez.
Fijar una pensión alimentaria provisional en favor de la
presunta persona agredida y de los demás dependientes,
según corresponda.
Otorgar el uso exclusivo del menaje de casa a la persona
agredida.
Emitir una orden de protección y auxilio policial dirigida
a la autoridad de seguridad pública de su vecindario.
18
¿QUÉ SUCEDE SI SE INCUMPLE UNA MEDIDA?
En caso de que la persona que maltrata incumpla una o varias
de las medidas de protección (art. 3), las cuales fueron dictadas
por un juez o jueza, se remitirá al Ministerio Público; la orden
es un medio de prueba para proceder con un juzgamiento por
delito de incumplimiento.
¿QUIÉNES PUEDEN SOLICITAR MEDIDAS DE
PROTECCIÓN?
El artículo 7 de la ley detalla quiénes son las personas legitimadas
para solicitar el establecimiento de medidas de protección.
Estas corresponden a:
a. Personas mayores de doce años. Cuando se trate de
menores de doce años o de personas con discapacidad
física o mental, la medida deberá ser solicitada por su
representante legal, el Patronato Nacional de la Infancia,
una autoridad de policía o una persona mayor de edad.
b. Las instituciones públicas o privadas que lleven a cabo
programas de protección de los derechos humanos y
la familia, cuando la persona agredida lo solicite, se
encuentre grave o presente alguna discapacidad que le
impida solicitar la protección o tener conciencia de la
agresión que se le inflige.
c. Los mayores de edad, cuando la persona agredida esté
imposibilitada para solicitarlas por encontrarse grave
como producto de una situación de violencia doméstica.
19
¿CUÁNTO DURAN DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN?
Indica la ley que estas se mantendrán por un año (art. 4), sin
embargo, pueden ser levantadas (art.5) bajo los siguientes
supuestos:
a. Si la persona que lo solicitó indica que desea suprimirlas.
b. Si la autoridad competente evidencia que la ley está
siendo utilizada en contra de sus fines.
c. Si la persona agredida es menor de edad, el cese de la
medida solo procederá si se realiza por medio de una
persona representante del Patronato Nacional de la
Infancia o por recomendación suya.
d. Puede ordenarse el levantamiento por parte del juez o
jueza, o a solicitud de parte, cuando se evidencie que la
ley está siendo utilizada en contra de sus fines.
Es importante tener en cuenta que en razón del ciclo de la
violencia, explicado páginas atrás, muchas mujeres solicitan el
cese anticipado de las medidas de protección, aun cuando esto
no signifique que la situación de violencia haya terminado.
¿CUÁLES SON LAS OBLIGACIONES DE LA POLICIA?
La Ley contra la Violencia Doméstica, en el artículo 20, indica
las potestades de la policía administrativa, la cual tiene el deber
de intervenir en las situaciones de violencia doméstica, ya sea
de oficio o por requerimiento de las personas maltratadas o de
terceras personas. Dentro de sus funciones se encuentran:
20
a. Socorrer a las personas agredidas aun cuando se
encuentren dentro de su domicilio.
b. Detener a las presuntas personas que maltratan y llevarlas
a la autoridad competente, en un plazo de veinticuatro
horas.
c. Levantar un acta sobre los hechos ocurridos (recoger
información de familiares, personas vecinas o de otras
presentes con sus nombres, calidades y lugar donde
puedan localizarse para requerirles en un posible
proceso judicial).
d. Decomisar las armas y los objetos utilizados para
amenazar o agredir y ponerlos a la orden de las
autoridades.
e. Declarar como testigos en un posible proceso judicial.
f. La policía administrativa tiene la obligación de vigilar
el cumplimiento efectivo de las medidas de protección,
por todos los medios que sean necesarios.
¿CÓMO PUEDO SOLICITAR LAS MEDIDAS DE
PROTECCIÓN?
Podrán ser solicitadas por escrito o en forma verbal (art. 8).
Únicamente se requiere autenticación cuando quien las
solicita por medio escrito no sea la persona que directamente
las requiere.
Cuando exista peligro inminente para la integridad física de las
personas protegidas por dicha ley, de inmediato el juez o jueza
dictará las medidas de protección pertinentes, a fin de evitar
que el daño se produzca o continúe produciéndose.
21
1
2
Solicitud de medidas
de protección
Entrevista del
personal judicial
4
3
Notificación de las medidas
a la presunta persona
agresora
4.1 Antecedentes y posible
audiencia
Dictado de medidas
de protección
5
6
Solicitud de comparecencia
por la presunta persona
agresora
Realización de
comparecencia
7
8
Apelación de la presunta
persona agresora
Resolución del juzgado
Figura 2. Proceso de tramitación de solicitud de medidas de
protección en un juzgado de violencia doméstica.
22
1 El proceso inicia con la solicitud de medidas de
protección, para lo que debe acudirse a:
Juzgados especializados en violencia doméstica
Juzgados de familia
Juzgados mixtos o contravencionales
En caso de no existir estos juzgados, se podrán solicitar
a los juzgados penales. Cuando sea atendida por la
instancia penal, esta deberá remitir el expediente a
la autoridad que corresponda. Si los hechos descritos
constituyen delito, el juzgado remitirá el testimonio de
piezas al Ministerio Público.
En estos juzgados se interpone la solicitud de forma oral o
escrita.
2
Una persona servidora judicial entrevistará para conocer
los hecho. Dicha entrevista se debe realizar en cubículos
independientes para efectos de privacidad.
3
El juez o jueza encargada conocerá el caso y dictará las
medidas de solicitud de protección.
4
El despacho judicial coordinará con la Fuerza Pública la
notificación de las medidas de protección a la persona
obligada a cumplirlas.
4.1 Si la persona solicitante de medidas de protección
posee antecedentes como persona ofensora, el Juz23
gado procede a citar a una audiencia oral, para que
el juez o jueza valore y dicte la resolución del caso.
5
Una vez que se notificó a la presunta persona ofensora,
esta posee 5 días hábiles para presentarse al juzgado
y, de manera escrita o verbal, puede solicitar una
comparecencia frente al juez o jueza. De no presentarse
en el plazo, el juez o jueza dictará sentencia y mantendrá
las medidas de protección durante un año.
6 La comparecencia consiste en una audiencia con
ambas partes ante un juez o una jueza para que se les
escuche, puedan exponer sus posiciones respecto a
los hechos denunciados y a las medidas impuestas. La
persona solicitante de las medidas tiene el derecho de
que la persona ofensora no se encuentre presente en la
comparecencia al momento de declarar (ver art.12).
Si solicita la comparecencia (ver art. 12 de la Ley contra
la violencia doméstica), esto debe ser notificado de
manera personal o escrita a quien solicitó las medidas.
Entre la notificación y la realización de la audiencia no
debe haber más de cinco días.
7
Si alguna de las partes no se encuentra conforme con
lo dictado por el juez o jueza, se tiene el derecho de
apelar la resolución. Este recurso debe presentarse en el
mismo despacho y tiene un plazo de tres días para ser
formulado.
24
8
El plazo para resolver la apelación es dentro de los quince
días siguiente a la fecha en que finalizó su tramitación.
¿QUÉ DEBO TOMAR EN CUENTA PARA EL DÍA DE LA
COMPARECENCIA?
Es indispensable que al momento de la comparecencia se
presente puntualmente, con los documentos de identificación
y aporte todas las pruebas que se consideren oportunas para el
caso.
¿QUÉ PRUEBAS PUEDO PRESENTAR?
Respecto a las pruebas, puede presentarse todo material,
testimonios, documentos, entre otros, que permitan comprobar
las agresiones sufridas.
Concluida la comparecencia, el juez o jueza, dictará resolución
definitiva.
¿CUÁLES REQUISITOS DEBE CONTENER LA SOLICITUD?
Para que las medidas puedan ser recibidas y declaradas, la
solicitud respectiva debe contar con una serie de requisitos
accesibles (art. 9):
a) El nombre, los apellidos, las calidades y el vecindario
de la persona agredida y la persona que maltrata, si los
conoce.
25
b) Los hechos en que se funda.
c) Las pruebas, si existen, en las que fundamenta los
hechos expuestos en la solicitud. La falta de indicación
de pruebas no impedirá que la autoridad judicial dé
curso a la solicitud.
d) Las medidas de protección solicitadas. Eventualmente,
el juez o jueza podrá ordenar la aplicación de otras
medidas distintas a las solicitadas.
e) El señalamiento de la casa o el lugar para recibir
notificaciones. Una vez recibida la solicitud de medidas,
deberá notificarse y no cabrá recurso alguno contra ella.
Cuando lo estime necesario, la persona agredida o la solicitante
de la medida podrá pedir a la autoridad competente que se le
practique un examen médico y psicológico que permita valorar
los daños físicos y psicológicos sufridos.
GUÍA DE INSTITUCIONES DONDE PUEDE ACUDIR EN
BUSCA DE AYUDA
En caso de estar sufriendo una situación de violencia o conocer
a alguien que esté enfrentando esta situación puede pedir ayuda
a las siguientes instituciones:
Línea de emergencias 9-1-1.
Delegación de la Mujer del INAMU: Brinda atención
especializada en materia de violencia contra las mujeres.
Teléfonos: 2255-1368 / 2233-7895. Ubicada 75 metros
26
al sur de la entrada principal del Museo Nacional, sobre
el bulevar del Circuito Judicial en San José.
Juzgados de Violencia Doméstica más cercanos o
Juzgados de Familia en caso de no existir los primeros.
Centro de Orientación e Información del PANI: Para
consultas y denuncias en materia de violencia contra
personas menores de edad. Teléfonos: 2523-0700 /
2523-0800/ 2523-0900. Ubicado en Avenidas 10 y 12B,
calle 21, Barrio Luján, 100 metros al este de la Escuela
República de Chile, San José, Costa Rica.
Nadie tiene la potestad de silenciar
nuestras voces. Tenemos el derecho
a romper el silencio, y merecemos
una vida libre y sin violencia.
¡Denuncie!
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REFERENCIAS
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Doméstica, Ley No. 7586. Recuperado de http://www.pgrweb.
go.cr/scij/Busqueda/Normativa/Normas/nrm_norma.aspx?nValor1=1&nValor2=27926&nValor3=84069&param2=
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Violencia contra las Mujeres, Ley No. 8589. Recuperado de http://
www.pgrweb.go.cr/scij/Busqueda/Normativa/Normas/nrm_norma.aspx?nValor1=1&nValor2=60183&nValor3=98550&param2=1
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la República de Costa Rica. Recuperado de http://www.pgrweb.
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Costa Rica (UNA). Recuperado de http://www.iem.una.ac.cr/
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Poder Judicial. (2008). Protocolos de atención a víctimas en los Juzgados de Violencia Doméstica. Recuperado de http://www.poder-judicial.go.cr/adultomayor/index.php/normativa-institucional?download=72:protocolo-vd.
Poder Judicial. (2013). Juzgado de Violencia Doméstica de Heredia.
[Brochure]. Juzgado de Violencia Doméstica de Heredia, despacho acreditado por el Sistema de Gestión de Calida
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