OFICIO 220-062966 DE 24 DE ABRIL DE 2014 ASUNTO

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OFICIO 220-062966 DE 24 DE ABRIL DE 2014
ASUNTO: COMPETENCIA PARA VIGILAR ACTIVIDADES DE COMERCIO POR
PARTE DE LA SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES
Me refiero a su escrito radicado en esta Entidad con el número 2014- 01- 148321,
mediante el cual, previa las consideraciones allí expuestas, formula una consulta sobre la
competencia para vigilar las actividades de comercio, en los siguientes términos:
1.- Si es competencia de la Superintendencia de Sociedades, vigilar el adecuado ejercicio
del comercio por parte de las sociedades objeto de su control, las cuales han violado los
derechos fundamentales en su ejercicio comercial.
2.- Si las malas prácticas comerciales y el abuso de la posición dominante en el mercado,
por parte de las sociedades que ya son objeto de demanda por la violación a los derechos
en las relaciones de consumo, son de su competencia, por poner en riesgo a la sociedad
con el mal desarrollo de las actividades comerciales encomendadas a su delicado
ejercicio y cuidado; de igual forma por corresponder a un riesgo de corrupción según el
desarrollo de los procesos contra ellas interpuestos.
3.- Si la Superintendencia de Sociedades, tiene competencia para la aplicación a la
protección de los principios consagrados en el Pacto Mundial suscrito; en caso afirmativo,
debe pronunciarse respecto del compromiso y enfoque de sus estrategias y operaciones
en la áreas temáticas de los Derechos Humanos; con razón de poner previamente a su
conocimiento la violación de los derechos fundamentales en las actividades comerciales
realizadas por la sociedades y el riesgo de acciones de corrupción por las presuntas
omisiones de funciones de los entes de vigilancia y control.
Al respecto, este Despacho se permite manifestar lo siguiente:
i) Sea lo primero advertir, que conforme lo disponen los artículos 83, 84 y 85 de la Ley 222
de 1995, las facultades de supervisión de la Superintendencia de Sociedades se
circunscriben a las sociedades comerciales y empresas unipersonales no vigiladas por
otras superintendencias.
ii) En tal sentido, se concluye que el tema atinente a “si es competencia de la
Superintendencia de Sociedades vigilar el adecuado ejercicio del comercio por parte de
las sociedades objeto de su control” escapa a las funciones de inspección, vigilancia y
control que por disposición Constitucional (artículo 189, numeral 24) y legal (artículos 82,
83, 84 y 85 de la Ley 222 de 1995) ejerce este Organismo sobre los entes comerciales
anotados, razón por la cual no le es dable pronunciarse en relación con el tema de su
consulta.
iii) De otra parte, es de anotar que al tenor de lo dispuesto en el artículo 200 del Código
de Comercio, modificado por el artículo 24 de la Ley 222 de 1995, Los administradores
responderán solidaria e ilimitadamente de los perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a
la sociedad, a los socios o a terceros.
No estarán sujetos a dicha responsabilidad, quienes no hayan tenido conocimiento de la
acción u omisión o hayan votado en contra, siempre y cuando no la ejecuten.
En los casos de incumplimiento o extralimitación de sus funciones, violación de la ley o de
los estatutos, se presumirá la culpa del administrador.
De igual manera se presumirá la culpa cuando los administradores hayan propuesto o
ejecutado la decisión sobre distribución de utilidades en contravención a lo prescrito en el
artículo 151 del Código de Comercio y demás normas sobre la materia. En estos casos el
administrador responderá por las sumas dejadas de repartir o distribuidas en exceso y por
los perjuicios a que haya lugar.
Si el administrador es persona jurídica, la responsabilidad respectiva será de ella y de
quien actúe como su representante legal.
Se tendrán por no escritas las cláusulas del contrato social que tiendan a absolver a los
administradores de las responsabilidades ante dichas o a limitarlas al importe de las
cauciones que hayan prestado para ejercer sus cargos.
iv) No obstante lo anterior, se observa que, como es de conocimiento, el Pacto Mundial es
una iniciativa voluntaria, en la cual las empresas se comprometen a alinear sus
estrategias y operaciones con diez principios universalmente aceptados en cuatro áreas
temáticas: derechos humanos, estándares laborales, medio ambiente y anticorrupción.
Luego, aquellas empresas que se adhieren a dicho pacto, comparten la convicción de que
las prácticas empresariales basadas en principios universales contribuyen a la
construcción de un mercado global más estable, equitativo e incluyente que fomentan
sociedades muy prosperas.
Sin embargo, las empresas, el comercio y la inversión son pilares esenciales para la paz y
prosperidad. Pero en muchas áreas las empresas están ligadas a serios dilemas, como
pueden ser la explotación, la corrupción, la inequidad y otras barreras que frenan la
innovación y el espíritu empresarial. Las acciones empresariales responsables construyen
confianza y capital social, al mismo tiempo que contribuyen al desarrollo y mercados
sustentables.
Ahora bien, el control de aquellas actividades o el ejercicio inadecuado del comercio, que
puedan no solamente violar derechos fundamentales de terceros, sino frenar el desarrollo
empresarial de determinadas sociedades, no puede estar asignado a una entidad
gubernamental, como no podría hacerse, por cuanto, de una parte, el pacto mundial
obedece, se repite, a una iniciativa voluntaria de las empresas que se comprometen a
realizar sus estrategias y operaciones dentro los principios universales allí establecidos, y
de otra, que ante el incumplimiento de tales principios le corresponde directamente a la
empresa adoptar las medidas internas que tiendan a subsanar la situación presentada, o
acudir a la jurisdicción ordinaria en demanda de la protección de sus derechos, según el
caso.
En resumen, se podría decir que el pacto mundial es: a) una iniciativa voluntaria para
promover el desarrollo sustentable de las empresas y la ciudadanía corporativa; b) un
conjunto de valores basados en principios universalmente aceptados; c) una red de
empresas y otras partes interesadas; y d) una plataforma de aprendizaje e intercambios
de experiencias.
Cosa distinta, es cuando en virtud de la ejecución de una actividad contemplada dentro
del objeto social de una empresa o establecimiento de comercio, como sería la venta de x
producto, éste se dañe dentro del término de garantía que ampara el mismo, en cuyo
caso se debe acudir directamente al proveedor para que repare el mismo o lo sustituya
por otro, si fuere el caso, o en su defecto, acudir ante la Superintendencia de Industria y
Comercio, quien es la competente para dirimir las controversias que se susciten en torno
a determinada garantía u ordenar que se de cumplimiento a la misma, so pena de
imponer las sanciones a que hubiere lugar.
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